Jornada de trabajo - Corporación de Asistencia Judicial

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REPOSITORIODEJURISPRUDENCIA
CORPORACIÓNDEASISTENCIAJUDICIALR.M.
DEPARTAMENTODEESTUDIOS
Descriptores
Inaplicabilidad por inconstitucionalidad. Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del artículo 26 bis del código del trabajo. Dicho artículo declara que los tiempos de espera, esto es, los que se cumplen entre turnos sin realizar labor alguna, no son
imputables a la jornada de trabajo. La norma se estima inaplicable al caso por contravenir lo preceptuado en el artículo 19 n° 16 de la constitución política de la república.
N° Repos.: 28
Tribunal Constitucional
Fecha
2° Juzgado de Letras de Talagante
Caratulado
Recurso
Resultado
:Rol 1852-10
: 26/07/2011
: Rit N° 103-10
:“Sindicato Interempresas de Conductores N° 4 Flota
Talagante con Bravo Miranda, Domingo y Otros
Empresarios”
: Inaplicabilidad por inconstitucionalidad
: Acogido
Doctrina
El fallo resuelve que el art. 26 bis del Código del Trabajo, que declara como no remunerables los
tiempos de espera entre turnos durante la jornada de choferes y auxiliares de la locomoción interurbana de transporte de pasajeros, es inconstitucional porque vulnera la protección constitucional al trabajo
y los derechos al descanso y tiempo libre contenidos en tratados internacionales ratificados por Chile,
particularmente en el artículo 19 N° 16 de la Constitución Política de la República y los artículos 24 de
la Declaración Universal de Derechos Humanos, el artículo 7° del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y el artículo 7° del Protocolo Adicional a la Convención Americana de
Derechos Humanos.
El Tribunal Constitucional señala que, la garantía constitucional de libertad de trabajo y su protección,
incluye el reconocimiento de que todo trabajador debe gozar de condiciones de trabajo equitativas y
satisfactorias, lo que implica que pueda disponer de un descanso adecuado y de que exista una
limitación razonable de la duración del tiempo de trabajo, que le permita disfrutar de tiempo libre para
compatibilizar sus obligaciones laborales con los otros aspectos de su vida.
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Santiago, veintiséis de Julio de dos once.
VISTOS:
Con fecha 10 de noviembre de 2010, don Gerardo Mena Edwards, Juez titular del Segundo Juzgado de
Letras de Talagante, solicitó de esta Magistratura la declaración de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del articulo 26 bis del Código del Trabajo, a fin de que se emita un pronunciamiento acerca de si
dicho precepto resulta lesivo a las garantías constitucionales de los trabajadores.
El precepto impugnado dispone:
"Art . 26 bis . El personal que se desempeñe como chofer o auxiliar de los servicios de transporte rural
colectivo de
pasajeros se regirá por el artículo precedente. Sin perjuicio de ello podrán pactar con
su empleador una jornada ordinaria de trabajo de ciento ochenta horas mensuales distribuidas en no
menos de veinte días al mes. En ambos casos los tiempos de descanso a bordo o en tierra y de las
esperas que les corresponda cumplir entre turnos laborales sin realizar labor, no será imputable a la
jornada y su retribución o compensación se ajustará al acuerdo de las partes . En ningún caso los
trabajadores podrán conducir por más de cinco horas continuas. Se entenderá como servicios de transporte rural colectivo de pasajeros, aquellos que cumplan con los requisitos que determine reglamentariamente el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones .''
La gestión judicial a propósito de la cual se promueve el requerimiento es el proceso laboral de tutela de
derechos fundamentales RIT 103-10-.L., caratulado "SINDICATO INTEREMPRESAS DE CONDUCTORES
FLOTA TALAGANTE con BRAVO MIRANDA, DOMINGO Y OTROS EMPRESARIOS", en el cual la organización
sindical demandante acciona por 14 r:horeres, en contra de los empresarios del transporte dueños de
los buses que conducen y solidariamente en contra de la asociación gremial y de la cooperativa que
los agrupan, que en este caso serán sus reales empleadores, del "levantamiento del velo" y el
régimen legal de subcontratación de trabajo.
En el libelo de tutela se señalan como infringidas las garantías o a la integridad física y síquica de los
choferes, contenidas en el N° 1° del artículo 19 de la Constitución Política de la República. Los demandantes de la gestión hacen notar que dicha vulneración es posible por el aprovechamiento que sus empleadores hacen de la ineficie:1cia de los medios de control de asistencia y de los problemas derivados
de su fiscalización.
Agregan que en la medida que los intermedios, esperas y descansos no son imputables a la jornada, en la práctica trabajan entre 15 y 16 horas diarias, que debieran descomponerse en 7,5 horas
de conducción y el resto de descanso, que en realidad no existe o es mínimo, por lo cual en la práctica
se ven sometidos al denominado "dos por uno", es decir, que un chofer desempeña en realidad el doble de una jornada, a causa de lo cual se ve afectado física y psicológicamente, dañando con ello a su
familia y su entorno.
En la demanda de tutela solicitan el cese de la vulneración a sus derechos fundamentales y que se ordene establecer un sistema de control de asistencia y jornada, lícito y fidedigno, además de una indemnización de $5.400.000 anuales por demandante, desde la fecha de inicio de la relación laboral, atendido
que sus sueldos son de aproximadamente $450.000 mensuales y que han sido víctimas del llamado "dos
por uno".
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Los demandados señalan que los hechos no son efectivos, que los sistemas de control de asistencia fueron visados por la Inspección del Trabajo, que cumplen la normativa laboral sobre jornada y que no hay
"dos por uno". Señalan además que la asociación gremial demandada no es una empresa ni menos el
empleador de los demandantes.
Con fecha 24 de noviembre de 2010, la Primera Sala de este Tribunal Constitucional ordenó al juez requirente que, previo a resolver acerca de la admisión a trámite, se diera cumplimiento a lo dispuesto en
los artículos 79 y 80 de la ley orgánica de esta Magistratura.
Cumpliendo lo ordenado, el juez requirente invoca como infringida la garantía constitucional de la igualdad ante la ley, contenida en el numeral 2° del articulo 19 de la Carta Fundamental, ya que el precepto
impugnado establece un trato especial y distinto del general, que menoscaba derechos laborales que el
ordenamiento jurídico nacional considera irrenunciables. De la misma forma, considera infringida la
garantía constitucional de la libertad de trabajo, contenida en el numeral 16° del mismo articulo 19 de la
Constitución Política, al vulnerarse los principios generales de protección del derecho laboral, la lrrenunciabilidad de los derechos y la presunción de no
gratuidad de los servicios, en función d e
los
cuales se establecen limitaciones de jornada, sueldo mínimo y otros institutos en favor del trabajador,
que es la parte más débil de la relación laboral.
En específico, sostiene el tribunal requirente que, según las normas generales contenidas en el artículo
21 del Código del Trabajo, todo el tiempo que el trabajador se encuentre a funciones, por disposición del
empleador sin desempeñar causa no imputable al dependiente, constituye jornada y debe ser remunerado, por lo cual, en la medida que el precepto impugnado establece lo contrario, dispone un trato
diferenciado que vulnera el derecho a una jornada establecida según las normas comunes, por lo
que introduce un factor de incertidumbre acerca de ln durnci6n de la jornada.
Por otro lado, al dejar la retribución del tiempo de espera entre turnos al acuerdo de las partes, se
desconoce por el legislador la existencia de irrenunciabilidad del suelde mínimo como base de cálculo supletoria de la remuneración, por lo cual se retorna al criterio civilista de autonomía de la voluntad, haciendo ilusorio el pago por los tiempos de espera entre turnos y aumentando de manera gratuita e ilegal e1 horario de trabajo.
Señala finalmente que también se viola el derecho de propiedad del traba ador sobre su tiempo fuera
de la jornada trabajo, ya
que por este régimen es el empleador quien dispone de los tiempos del dependiente, sin contraprestación pecuniaria perturbando así la vida familiar y el derecho al esparcimiento y al descanso.
Sostiene asimismo que no existe asidero alguno que justifique esta diferencia de trato, que por tanto
resulta inconstitucional.
Con fecha 15 de diciembre de 2010, el requerimiento fue acogido a trámite, confiriéndose traslado
para resolver acerca de su admisibilidad A fojas 99, el sindicato demandante de Tutela señala que la
conducta de los demandados Se ampara en lo dispuesto por la norma impugnada, que vulnera
la Constitución, y agrega que se cumplen los presupuestos de admisibilidad, ya que basta la posibilidad
previsible de que la norma sea aplicada para dar curso al proceso de inaplicabilidad
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A fojas 102 y siguientes, comparecen las demandadas solidarias Asociación Gremial Flota Talagante y
Cooperativa de Servicios de Transporte Talagante Santiago, solicitando la declaración de inadmisibilidad del requerimiento. Argumentan que al ser formulado el libelo como una consulta o solicitud de informe, incluso complementado no cumpliría los presupuestos exigidos por la ley al no señalar la forma en
que se produciría la infracción a la Constitución. Por otro lado, agregan que la acción carecería de fundamento plausible al fundarse en derechos irrenunciables contenidos en otras normas generales del Código
del Trabajo, que no tienen rango constitucional y frente a las cuales prima la norma especial que se impugna. Afirman que la sola existencia de normas especiales no es sinónimo de una inconstitucionalidad
y que la situación de los demandantes es en los hechos distinta a la habitual, omitiéndose por el j
requirente la alusión a la historia fidedigna del precepto impugnado.
A fojas 106, comparecen los empresarios del transporte que obran como demandados principales en la
gestión invocada, solicitando la declaración de inadmisibilidad de la acción formulada. Exponen que la
aplicación del precepto impugnado no resulta decisiva en el proceso de tutela y que se les acusa de
haber utilizado de manera abusiva la norma, burlando así su sentido y espíritu. Agregan que el 9 de diciembre de 2010 se realizó la audiencia de juicio, pues el juez consideró que la decisión de esta controversia constitucional no obstaba a ello, ya que "no incide en la resolución del asunto controvertido", según se señala
a fojas 107. Reiteran lo argumentado por las otras demandadas, en orden a que el
requerimiento es inadmisible al haber sido formulado como un oficio o una solicitud de informe y agregan
que en el proceso de tutela se promovió un incidente de recusación en contra del juez, por haber emitido opinión acerca del fondo del asunto al requerir de inaplicabilidad.
Con fecha 5 de enero de 2011 fue declarado admisible el requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad y con posterioridad se confirió traslado sobre el fondo del mismo a las partes de la gestión
invocada.
A fojas 160, el Juez requirente presentó un escrito de "evacua traslado", en el cual, además de reiterar
sus argumentos, profundiza acerca de la irrenunciabilidad de los derechos establecida por el artículo5o
del Código del Trabajo, que estima contradicha por el precepto impugnado en lo relativo a las r e m u n e raciones y a la limitación de jornada. Agrega que la irrenunciabilidad de los derechos en materia laboral
cumple la función de restablecer el equilibrio contractual, para proteger a la parte más débil de la relación jurídica, todo lo cual en este caso se ve vulnerado, sin que el trabajador pueda disponer de las 8 horas de descanso ni de las 8 horas para otras actividades.
Agrega que los propios demandados invocaron la norma impugnada para validar su actuación y profundiza algunos aspectos de la historia legislativa del precepto en cuestión, el cual tuvo por finalidad establecer para este tipo de trabajadores las mismas condiciones laborales de los servicios urbanos de transporte de pasajeros, en el que si bien los tiempos de espera no constituyen jornada, se remuneran con un
mínimo de 1,5 ingresos mínimos mensuales como base de cálculo.
A fin de que en la discusión legislativa se hizo ver la inconveniencia de pagar estos tiempos como
horas extraordjnar1as, la inconveniencia de imputarlos a la jornada, además de la improcedencia de su
gratuidad, pero que finalmente el objetivo de igualación no se cumplió, generándose la diferencia de
trato existente hoy.
A fojas 273, el abogado Jorge Correa Sutil, en representación de la Asociación Gremial demandada,
evacua el traslado acerca del fondo del asunto, solicitando el rechazo de la acción en los siguientes términos:
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En cuanto a los antecedentes de la gestión, señala que los tiempos en cuestión corresponden a lapsos de
espera entre turnos de trabajadores del transporte rural, que pueden ser en tierra -como en este caso-,
durante los cuales el trabajador no está a disposición del empleador. Sobre este punto, señala que el
juez requirente ha entendido incorrectamente que sí se encuentran a disposición de su empleador, pero
que eso no es efectivo, toda vez que no realizan labor alguna, lo cual debe ser así a causa de los
tiempos de extensión de los viajes.
En el caso de los demandantes, no están obligados a permanecer a disposición de su empleador, ni en
el lugar de Trabajo ni en los terminales durante dichos lapsos, siendo totalmente libres para trasladarse donde quieran y hacer lo que les plazca en su tiempo libre, en una verdadera interrupción de jornada
que sólo l os obliga a volver a la hora prefijada. Agrega que la norma impugnada no permite que en
tiempo de descanso o espera de tu estén a disposición del empleador.
A fojas 266 señala que estos tiempos de espera son una molestia para el trabajador, pero que la ley
permite compensarlos o retribuirlos. Serian una molestia por no ser jornada, no ser remunerables y
por su carácter irregular, determinado por demoras de viajes y factores mecánicos imprevisibles. Expone que este caso todos los demandantes de tutela son compensados en su contrato individual por e s t e
concepto, con un 2% de la venta bruta de boletos del mes, agregando que además reciben un incentivo
variable de producción.
- A continuación señala que la norma impugnada no tiene la aptitud de producir el resultado contrario a
la Constitución que se denuncia, cuestión que se debe a gruesos errores de apreciación del juez. Por lo
anterior trae a colación la abundante jurisprudencia de este Tribunal en orden a que en materia de
inaplicabilidad el efecto contrario a la Carta Fundamental debe producirse por causa del correcto entendimiento de la norma, en función de la gestión invocada, y no por una interpretación errada o abusiva,
cuestión que a su juicio sí ocurre en el caso y que redunda en el rechazo de la acción, ya que el precepto impugnado fue celebrado en su momento como una verdadera conquista laboral.
Expresa que la interpretación errada del juez se funda en estimar que el trabajador está a disposición
del empleador en los tiempos de descanso y espera, en entender que la aplicación del precepto conlleva
a que los tiempos de espera no sean retribuidos, cuando en realidad ello depende del acuerdo de las
partes. Agrega que otro de
os errores que lleva a la interpretación equivocada del precepto consiste en creer que el mismo permite negociar libremente una remuneración, cuando en realidad el pago
por tiempos de espera es una simple compensación por una situación gravosa y no podría ser una remuneración, para lo cual cita una intervención del Senador Pablo Longueira, consignada en la historia de la
ley, a fojas 282, en la cual se señala que de imputarse los descansos a la jornada del trabajador se generaría el problema de que a mediados de mes el trabajador se vería impedido de continuar conduciendo,
por haber agotado su jornada, agregando
que el tiempo extra se genera en la espera, lo que justifica un trato distinto al común.
En otro orden aduce que la solicitud de inaplicabilidad se funda en principios generales del derecho
laboral, no recogidos por la Constitución, por lo cual hay una cuestión de interpretación de ley general y
de prevalencia de norma especial, mas no una cuestión de constitucionalidad.
Por otra parte alega que el juez entiende que se cobran remuneraciones retroactivamente, en circunstancias que se demanda una indemnización de perjuicios.
Por todo lo expuesto, señala que según la jurisprudencia de este Tribunal la acción de inaplicabilidad
no persigue corregir errores ni resolver dudas derivadas de la mera interpretación de la ley, aun cuando ello genere incostitucionalidades, agregando que los eventuales vicios enunciados desaparecen con
una interpretación razonable de la norma impugnada en función del caso concreto.
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Posteriormente manifiesta que no hay inconstitucionalidad alguna, al no infringirse la igualdad ante la
ley, porque la diferencia de trato es fundada, en la medida que cualquier trabajador alejado de centros
urbanos puede pactar jornadas por tiempos superiores a la semana, citando ejemplos y doctrina que
sostiene la compatibilidad de esta circunstancia con el derecho internacional. Señala además que este
régimen de descanso, interrupción de jornadas y espera se funda en las objetivas circunstancias del
rubro del transporte y la protección de valores superiores, aludiendo a pasajes de la historia de la
norma en los cuales se dejó expresa constancia de la intención de proteger al trabajador mediante este
sistema.
- Agrega que toda interrupción de jornada diaria se funda
en las mismas reglas, citando ejemplos al
efecto, en el régimen general del Código del Trabajo y en oras jornadas especiales, por lo que la
diferencia no es irracional.
- Argumenta asimismo que la imputación de la espera a la jornada en el rubro del transporte es una opción de cada país, amparada por la OIT, citando, además, las legislaciones venezolana, argentina y mexicana acerca de la materia.
A fojas 301 expone que la normativa contenida en el precepto impugnado es similar a otra que regula
una situación análoga, el artículo 25 del Código del Trabajo, referido a choferes o auxiliares de buses interurbanos y trenes, agregando que el requirente está equivocado en esta materia, ya que para ellos no
hay piso de 1,5 sueldos mínimos como base de cálculo de la compensación, cosa que sí ocurre con el
transporte de carga.
- Señala que de declararse inaplicable la norma, los trabajadores no tendrían derecho a compensación
por la espera ni tampoco gozarían del derecho al descanso, quedando así a disposición del empleador,
ya que esa norma se estableció en su favor. En síntesis, argumenta que la declaración de inaplicabilidad
sí produciría un efecto contrario a la Constitución, ya que además los tiempos de conducción disminuirían
y la remuneración también.
Por otro lado señala que no se infringe la libertad de trabajo, ni sus límites, ni el derecho a una justa
remuneración, porque la norma impugnada no puede producir el resultado denunciado, argumentando
que tampoco se vulnera de forma alguna el derecho de propiedad.
Finalmente agrega que si se llegara a declarar la inaplicabilidad del precepto impugnado, sus efectos
subsistirán, porque en lugar debe aplicarse la normativa general del artículo 21 del Código del Trabajo,
se debieran aplicar los preceptos de su articulo 25, que dispone las mismas reglas
para choferes o
auxiliares de transporte interurbano, con la sola modificación de 2 horas menos de descanso, lo cual,
conforme a la jurisprudencia de este Tribunal, inhibe la declaración de inaplicabilidad, al hacerla inconducente.
Por todo lo anterior solicitud de inaplicabilidad. solicita se rechace la solicitud de inaplicabilidad.
A fojas 317, y fuera de plazo, el sindicato demandante evacuó el traslado conferido, señalando que el
Estado de Chile tiene deberes de derechos humanos que cumplir, los cuales han sido infringidos mediante el uso de la norma cuestionada, haciendo ver que no es efectivo que el trabajador pueda hacer lo que
quiera con su tiempo en el marco de la relación laboral. A continuación expone un cuadro, a fojas 319,
en el cual se explicita que un trabajador, en virtud de esta norma, puede llegar a estar las 24 horas del
día a disposición del empleador.
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Agrega que no es efectivo el supuesto efecto de mayor gravamen de la declaración de inaplicabilidad y
que dicha tesis busca mantener un status quo violatorio del derecho internacional, escudándose en una
eventual baja de remuneraciones que está fuera de la materia litigiosa, reiterando que acoger la acción
es restablecer el imperio del derecho y no un atentado a la seguridad jurídica.
Con fecha 31 de marzo de 2011 se ordenó traer los autos en relación y con fecha 19 de abril siguiente
tuvo lugar la vista de la causa, oyéndose la relación y los alegatos de los abogados Gerzo Gallardo, por
el Sindicato Interempresas de Conductores N° 4 Flota Talagante,y Jorge Correa Sutil, por los empresarios demandados en la gestión pendiente y las dos entidades que en ella aparecen corno demandados
solidarios.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el artículo 93 N° 6° de la Constitución Política de la República dispone que es atribución
de este Tribunal Constitucional resolver, por la mayoría de sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación en cualquier gestión que se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución";
SEGUNDO: Que, tal y como se ha indicado en la parte expositiva de esta sentencia, el requerimiento
materia de autos fue presentado por el Juez titular del Segundo Juzgado de Letras de Talagante, solicitando a esta Magistratura pronunciarse sobre la inaplicabilidad por inconstitucionalidad del articulo 26 bis
del Código del Trabajo, con el fin de esclarecer si lo dispuestoen dicho precepto legal vulnera las garantías establecidas en el artículo 19, N° 2°, Política de la República, 16° y 24°, de la Constitución respecto
de los trabajadores implicados en el proceso laboral de tutela de derechos fundamentales RIT 103-10T.L., que se tramita ante el juez requirente y que constituye la gestión pendiente sobre la que incide el
requerimiento;
TERCERO: El precepto impugnado dispone:
Art . 26 bis . El personal que se desempeñe como chofer o auxiliar de los servicios de transporte r u ral colectivo
de
pasajeros se regirá por el artículo precedente. Sin perjuicio de ello podrán pactar
con su empleador una jornada ordinaria de trabajo de ciento ochenta horas mensuales distribuidas en
no menos de veinte días
al mes. En ambos casos los tiempos de descanso a bordo o en tierra y
de las esperas que les corresponda cumplir entre turnos
laborales sin realizar labor, no será imputable a la jornada y su retribución o compensación se ajustará al acuerdo de las partes . En ningún
caso los trabajadores podrán conducir por más de cinco horas continuas. Se entenderá como servicios
de transporte rural colectivo de pasajeros, aquellos que cumplan con los requisitos que determine reglamentariamente el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones .''
CUARTO: Que Dara resolver adecuadamente el requerimiento de que se trata debe precisarse, en primer
término, que no todo lo dispuesto en el articulo 26 bis del Código del Trabajo fue cuestionado en autos,
sino sólo la parte que alude a las esperas que les corresponda cumplir a los choferes y auxiliares del
transporte rural colectivo de pasajeros entre turnos laborales sin realizar labor, lapsos que el precepto legal considera no imputables a la jornada de trabajo y cuya retribución o compensación se ajustará
libremente al acuerdo entre las partes. En consecuencia, la cuestión relevante a resolver en esta sentencia es s tales tiempos de espera deben o no formar parte de la jornada laboral que tienen que cumplir
los respectivos trabajadores.
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En efecto, dilucidar si la aplicación de este precepto legal vulnera garantías constitucionales de los trabajadores implicados en la respectiva gestión pendiente, exige precisar si los tiempos de espera sin
realizar labor a que alude el artículo 26 bis del Código del Trabajo son de libre disponibilidad para los trabajadores, ya que de ello depende la procedencia de incluirlos o no en la jornada labora] y si su empleador está o no obligado a remunerarlos;
QUINTO: Que el artículo 21 del Código Laboral establece la norma general respecto de las esperas que
deban cumplir los trabajadores durante la jornada laboral, sin realizar labor por motivos que no les sean
imputables. Conforme a lo dispuesto en este artículo, dichas esperas forman parte de la jornada de traba
o si durante ellas el dependiente se encuentra a disposición del empleador. Por tanto, si las esperas son
decididas por el empleador y mientras duran los trabajadores no son libres para disponer de ese tiempo
en la forma en que autónomamente decidan, tales lapsos, aun cuando durante su transcurso los trabajadores no realicen labor alguna, deben ser considerados tiempo de trabajo y por tanto ser remunerados;
SEXTO: Que la regulación legal de los tiempos de espera del articulo 21 del Código Laboral es concordante con el reconocimiento constitucional de la libertad de trabajo y de su protección. Si la ocurrencia
y duración de las esperas que deban cumplir los empleados durante la jornada diaria de trabajo dependen de la discrecionalidad de su empleador y si durante ellas los trabajadores no son libres para hacer
lo que deseen sino que deben permanecer dispuestos a seguir las instrucciones que reciban de parte
del empleador, esos lapsos deben ser considerados laborados. En efecto, a protección constitucional del
trabajo del articulo 19 No 16° de nuestra Carta Fundamental no se limita sólo a garantizar la l i b e r t a d
de elección y de contratación laboral, sino que, al incluir la garantía constitucional el reconocimiento
expreso de la libertad de trabajo y su protección, la Constitución extiende la protección al trabajo
mismo, en atención al compromiso inseparable de respeto a la dignidad del Trabajador en la forma en
que efectúa su labor y a la ineludible función social que cumple
el
trabajo.
En consecuencia, la
Constitución también protege al trabajo propiamente tal, no consagrando el derecho al trabajo en términos generales, pero sí derechos que constituyen elementos fundamentales de éste y que pueden
exigirse efectivamente del Estado (Luz B. llanes: "La libertad de trabajo y su protección en la
Constitución de 1980", en Revista de Derecho Público N° 28, Universidad de Chile Santiago, 1980, p.
215). En el mismo sentido se ha pronunciado José Luis Cea, para quien la protección jurídica sobre el
trabajo incluye no sólo la libertad de buscarlo sino también el trabajo en sí: "Lo protegido es la libertad de trabajo, es decir, el derecho a buscar un trabajo, aunque sin garantizar que se obtenga el pretendido u otro satisfactorio. Empero, el Código del ramo ha corregido esto, legislando de manera que
se protege igualmente el trabajo en sí por su función social y el derecho al trabajo, entendiéndose por
este último el que asegura al trabajador cierta estabilidad o permanencia en su empleo o labor" (José
Luis Cea: Derecho Constitucional Chileno. Tomo II,
Derechos, deberes y garantías. Ediciones Universidad Católica de Chile. Santiago, 2004, p. 427).
Por todo lo anterior, es indudable que el legislador no puede liberar al empleador de remunerar el tiempo
que a él le dedican sus trabajadores, ya que de esa forma vulneraría la protección constitucional de que
goza el trabajo. En consecuencia, si el legislador califica a priori y sin excepción como no imputables a
la jornada diaria de trabajo los lapsos de espera que acontezcan durante la misma por decisión del empleador, excluye la posibilidad de que durante esos lapsos los trabajadores hayan estado sometidos a las
instrucciones del empleador. Pero si pese a ello y en el hecho los trabajadores sí se mantienen a disposición del empleador durante tales esperas, ya que a cuando no presten labores continúan efectivamente sujetos a la autoridad de aquél, quien decide la ocurrencia y duración de tales esperas y exige
de sus empleados mantenerse atentos y disponibles en cualquier momento para conducir o desempeñar otras tareas, tal y como ocurre
en el caso de autos, el precepto legal que excluye de la jornada
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de trabajo tales tiempos de espera liberando al empleador de la obligación de remunerarlos,
declarado contrario a la protección constitucional del trabajo;
debe
ser
SÉPTIMO: Que, por otra parte, sucesivas interrupciones de la jornada diaria de trabajo debido a esperas
entre los turnos asignados por la empresa, como las que ocurren en el caso de autos, que responden a la
organización del tiempo de trabajo que ha decidido el empleador para sacar un provecho más eficiente a
su actividad, impiden a los trabajadores cumplir de forma continuada e ininterrumpida las horas diarias
de trabajo comprometidas en el respectivo contrato 1aboral, lo que redunda en una prolongación del
tiempo de dedicación al trabajo, limitando con ello las horas diarias de uso libre y privado que le queda
al trabajador. Ello, por cierto, vulnera los derechos del trabajador a estar sujeto a una jornada diaria
de duración razonable, al descanso y a disponer libremente de su tiempo, cuales están expresamente
reconocidos en todos los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Chile, que en virtud de lo dispuesto en el artículo 5° de la Constitución Política de la República complementan la garantía
constitucional de protección sobre el trabajo reconocida en el artículo 19
N° 16°
de nuestra
Constitución.
En efecto, el artículo 24°de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que "toda persona
tiene derecho al descanso, al fin del tiempo libre y a una limitación razonable de la duración del trabajo";
el artículo 7° del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce "el derecho de toda persona al goce
de
condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que le aseguren en especial:
d) El descanso, el
disfrute del tiempo libre, la limitación razonable de las horas de trabajo y las vacaciones periódicas pagadas, así como la remuneración de los días festivos", y el artículo 7° del Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos declara que "el derecho al trabajo
supone que toda persona goce del mismo en condiciones justas, equitativas y satisfactorias, para lo
cual los Estados partes garantizarán en sus legislaciones nacional es, de manera particular: ... g) La
limitación razonable de las horas de trabajo, tanto diarias corno semanales, y h) El descanso, el disfrute
del tiempo libre, las vacaciones pagadas, así como la remuneración de los días feriados nacionales.".
Por tanto, la garantía constitucional de libertad de trabajo y su protección que declara el articulo 19 N°
16° de la Constitución Política de la República, incluye el reconocimiento de que todo operario debe
gozar de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias, lo que implica que pueda disponer de descanso adecuado y exista una limitación razonable de la duración del tiempo de trabajo, que le permita
disfrutar de tiempo libre para compatibilizar sus obligaciones laborales con los otros aspectos de su vida.
Y VISTO:
Lo prescrito en el artículo 93, inciso primero, N°6, e inciso undécimo, de la Constitución Política de la
República, así como lo señalado en el artículo 31 N° 6 de la Ley 17.997, Orgánica Constitucional de este
Tribunal,
SE
RESUELVE :
1) QUE HA LUGAR AL PRESENTE REQUERIMIENTO POR LAS RAZONES
QUE SE
HAN
SEÑALADO
Y
QUE
EN CONSECUENCIA SE DECLARA
INAPLICABLE,
EN
LA
GESTIÓN
PENDIENTE,
LA
PARTE DEL ARTÍCULO 2 6 BIS DEL CÓDIGO DEL TRABAJO QUE SEÑALA
QUE LAS
ESPERAS
QUE
CORRESPONDA
CUMPLIR
ENTRE
TURNOS LABORALES
SIN
REALIZAR LABOR
NO
SERÁN
IMPUTABLES
A
LA JOF.NADA
LABORAL,
POR
CONTRAVENIR
LA
GARANTÍA CONSTITUCIONAL DEL ARTÍCULO 19 N° 16° DE LA CONSTITUPágina|9
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2)
CORRESPOND AL
JUEZ
REQUIRENTE DETERMINAR
LA NORMA APLICABLE AL CASO
CONCRETO SOBRE EL QUE INCIDE ESTA SENTENCIA DE
INAPLICABILIDAD, TODA VEZ
QUE
ESTA DECISIÓN NO PREJUZGA ACERCA DE LA NORMA LEGAL QUE DEBE
APLICARSE EN
REEMPLAZO DEL PRECEPTO CUESTIONADO , CUESTIÓN QUE ES DE COMPETENCIA DEL TRIBUNAL A QUO Y NO DE ESTA MAGISTRATURA .
Adoptada con el voto en contra de los Ministros señores Raúl Bertelsen Repetto e Iván Aróstica Maldonado, quienes estuvieron por rechazar el requerimiento de inaplicabilidad en virtud de las siguientes
consideraciones:
l. Que el precepto legal impugnado y cuya inaplicabilidad se solicita, esto es el artículo 26 bis del Código
del Trabajo, es una disposición especial aplicable sólo a los choferes o auxiliares de los servicios de
transporte rural colectivo de pasajeros, que integra el párrafo de jornada ordinaria de trabajo del capitulo IV que la jornada de trabajan, del Libro Primero del Código del Trabajo, por lo cual no debe interpretarse en forma aislada sine en relación con las otras disposiciones legales sobre la materia, de modo
que guarden entre ellas la debida correspondencia y armonía;
2. Que el mencionado precepto legal no
ha
sido impugnado en su totalidad, sino armónicamente
en lo relativo a los tiempos de descanso a bordo o en tierra y a las esperas que les corresponde aplicar
los choferes o auxiliares entre turnos sin realizar labor, descansos y esperas que la ley dec-=._ara que
no son imputables a la jornada, debiendo, sin embargo, compensarse o retribuirse por acuerdo entre las
partes, por lo cual el análisis de su conformidad o disconformidad con la Constitución debe limitarse a
ese sólo aspecto;
3. Que la no imputabilidad a la jornada laboral del tiempo de descanso a bordo o en tierra y de las esperas que les corresponda cumplir entre turnos laborales s.in realizar labor, se aplica asimismo en virtud
del articulo 2 del Código del Trabajo a los choferes y auxiliares de la locomoción colectiva interurbana y
de los servicios interurbanos de transporte de pasajeros, a los que igualmente debe retribuirse o compensarse estos tiempos por acuerdo entre las partes, como también se extiende, según el artículo 25 bis
del mismo Código que contiene una regla similar, a los choferes de vehículos de carga terrestre interurbana;
4. Que el artículo 26 bis del Código del Trabajo, al establecer la no imputación a la jornada laboral de los
tiempos de descanso y eso eras que corresponda cumplir entre turnos laborales sin realizar labor, no cabe considerarla una norma arbitraria, carente de justificación y que signifique una desprotección de los
derechos del trabajado , sino que, al igual que los artículos 25 y 25 bis, tiene su justificación en la índole peculiar de las labores que efectúan los choferes, quienes, conforme a lo dispuesto en las normas
citadas, no pueden conducir más de cinco horas continuas contemplándose asimismo números de
horas al mes reglas especiales que pueden trabajar, sobre el sobre su distribución diaria y descanso mínimo entre turnos;
5. Que, todo ello demuestra que la norma impugnada no sólo no vulnera derechos de los choferes trabajadores, sino que los protege adecuadamente, puesto que de aplicárseles las normas generales del Código del Trabajo en virtud de las cuales jornada de trabajo puede ser de ocho horas diarias de trabajo y
sólo interrumpida por una media hora para la colación tiempo que no se considera trabajado para
computar la jornada diaria-, tal solución sí que los colocaría en una situación de desprotección al obligarlos a conducir durante ocho horas cas continuas e incluso pondría en riesgo su vida e integridad física y
psíquica, por lo que su aplicación resultaría inconstitucional a su respecto al infringir los números 1° y
16 del artículo 19 de la Carta Fundamental.
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LABORAL
JornadadeTrabajo
Redactó la disidencia el Ministro señor Raúl Bertelsen Repetto.
Redactó la sentencia el Ministro señor Francisco Fernández Fredes y
Bertlesen Repetto.
la disidencia el Ministro señor Raúl
Notifíquese, regístrese y archívese.
Rol N°1852.1
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