Número de registro: 20903 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 637/2007.
Número de registro: 20903
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXVII, Abril de 2008
Página: 2144
AMPARO DIRECTO 637/2007.
CONSIDERANDO:
QUINTO. Los conceptos de violación son inoperantes, en orden a los razonamientos que
enseguida se exponen.
Antes de examinar los conceptos de violación que formula la parte quejosa, es pertinente
destacar lo siguiente.
De las constancias de autos, a las que se concede pleno valor probatorio, conforme a lo
dispuesto en los artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de
aplicación supletoria a la Ley de Amparo, se advierte que ... demandó en la vía civil ordinaria
a ... la disolución de su vínculo marital, entre otras prestaciones.
En auto de siete de agosto de dos mil siete (foja 12 de los autos de origen), se admitió la
demanda.
Una vez emplazada la demandada, ésta compareció a juicio (fojas 14 y 15), dando
contestación a la demanda instaurada en su contra, allanándose a los hechos y a las
prestaciones reclamadas, con excepción del pago de gastos y costas.
Previo a la ratificación del escrito de allanamiento por parte de la demandada, ahora tercera
perjudicada, el Juez del proceso dictó sentencia el veinticinco de septiembre de dos mil seis
(fojas 20 a 23), decretando la disolución del vínculo marital, y absolviendo a la demandada
del pago de gastos y costas de juicio; además, ordenó enviar los autos al superior a fin de que
realizara la revisión oficiosa correspondiente.
Por cuestión de turno, tocó conocer de la revisión oficiosa a la Séptima Sala del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado, la que en resolución de fecha diecisiete de noviembre de dos
mil seis (fojas 28 a 31 del juicio natural), emitida en el toca ... revocó la sentencia en revisión,
y ordenó se repusiera el procedimiento para que el juicio se tramitara en todas sus etapas
procesales, incluyendo el probatorio, y se dictara la resolución respectiva.
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En acatamiento al fallo del tribunal superior, el Juez del proceso tramitó el juicio en todas sus
etapas procesales correspondientes, y el tres de julio de dos mil siete (fojas 74 a 80), dictó
sentencia definitiva, donde decretó la disolución del vínculo marital de los contendientes, así
como la liquidación de la sociedad legal y, además, ordenó remitir los autos y documentos al
superior para que procediera a la revisión oficiosa del fallo.
Por cuestión de turno tocó conocer de esa revisión de oficio a la Cuarta Sala del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco, la que en el toca de apelación ... emitió resolución
el cinco de septiembre de dos mil siete (fojas 3 a 5 del toca de apelación), en la que
determinó revocar la sentencia en revisión, al considerar que el actor no había probado los
elementos de su acción, en lo que correspondía a la causal de divorcio por abandono del
hogar conyugal, al sostener que el pretendido abandono, fue a consecuencia de un acuerdo
mutuo y no por una causa injustificada; por lo que declaró improcedente la acción de
divorcio, absolviendo a la demandada de las prestaciones reclamadas.
Lo anterior constituye la materia del presente juicio de garantías.
Por cuestión de técnica, los conceptos de violación se estudiarán en un orden distinto al en
que son propuestos.
Ahora bien, aduce el abogado patrono del impetrante, en síntesis, que la responsable viola en
perjuicio de su representado el artículo 16 constitucional, pues asegura que el derecho
público subjetivo que protege la Ley Fundamental, es la inviolabilidad del domicilio, y que a
su parecer comprende también la protección contra actos de molestia de las autoridades, así
como derechos y posesiones de los gobernados; agrega, que la responsable violentó los
artículos 1o., fracciones I, III y IV, 2o., 40, 41, 42, 87, 88, 283, 284, 286, 288, 291, 295, 329,
336, 341, 345, fracción I, 346, 349, 387, 392, 398, 399, 400, 402, 403 y 418, así como las
garantías de audiencia, legalidad y seguridad jurídica, contempladas en los artículos 14 y 16
de la Constitución, ya que asegura que hace un inadecuado uso del arbitrio judicial para
valorar las pruebas aportadas, y de los medios de defensa, ya que afirma que la responsable
obvió en estudiar y valorar los medios de prueba aportados en el juicio de origen y que, por
ello, considera que también violó el artículo 17 constitucional; además de que asegura que no
fundó ni motivó la causa legal del procedimiento.
Asimismo, refiere que la responsable razona de forma equivocada sobre el valor de los
medios de prueba, pues asegura que es de explorado derecho que primero debe de aplicarse la
ley y después los criterios jurisprudenciales, por lo que considera que las jurisprudencias y
tesis invocadas se encuentran superadas por el contenido de la ley procesal civil del Estado,
ya que sostiene que el numeral 298 de ese ordenamiento legal, reconoce como medios de
prueba, entre otros, la confesión, los documentos públicos y privados, declaración de testigos,
presunciones y demás medios que produzcan convicción, que asegura, la responsable dejó de
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aplicar o aplicó inexactamente.
Son inoperantes sus alegaciones.
Ello es así, porque encamina sus argumentaciones a poner en evidencia que la responsable no
estudió ni valoró los medios de convicción que aportó el actor, aquí quejoso, sin embargo, no
refiere cuál o cuáles fueron las pruebas que afirma dejó de estudiar la responsable, a saber,
confesional expresa, de posiciones o ficta, documentales, o de cualquier otra naturaleza,
menos aún el alcance probatorio de cada una de ellas, ya que se limita, de forma dogmática a
señalar: "... la responsable obvió en estudiar y valorar los medios de prueba aportados en el
juicio de origen ..."; por lo que no es factible estudiar el concepto de violación como es
planteado.
Sobre el particular, se cita la jurisprudencia emitida por el Segundo Tribunal Colegiado del
Sexto Circuito, que se comparte, consultable en el Tomo V, mayo de 1997, página 509, de la
Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que dice:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. SON INOPERANTES POR DEFICIENTES, SI OMITEN
PRECISAR EL ALCANCE PROBATORIO DE LAS PROBANZAS CUYA
VALORACIÓN ILEGAL SE ALEGA. Los conceptos de violación que se hacen consistir en
falta de valoración de pruebas rendidas en el juicio generador del acto reclamado deben
expresar no sólo las probanzas cuya estimación se considera ilegal, sino también deben
precisar el alcance probatorio de tales probanzas y la forma en que trascenderían éstas al fallo
en beneficio del quejoso, pues únicamente en dicha hipótesis puede analizarse si la omisión
de valoración de pruebas causó perjuicios al mismo y, por ende, determinar si es violatoria de
garantías individuales, de suerte tal que los conceptos de violación que no reúnan los
requisitos mencionados deben estimarse inoperantes por deficientes."
Por otro lado, refiere el abogado patrono del impetrante, que la responsable manifestó, sin
sustento legal, lo siguiente: "... discrepamos con la opinión vertida por el juzgador de origen,
toda vez que con independencia de que las pruebas aportadas a juicio merecieran pleno valor
probatorio por la forma en que se desahogaron, las mismas carecen de eficacia jurídica para
acreditar la causal de divorcio correspondiente al abandono del hogar conyugal, sin causa
justificada, no obstante que la parte demandada se hubiera allanado a las pretensiones de la
actora ..."; así como: "... En ese sentido, emerge de autos que el juzgador parte de una
premisa falsa al sostener, que como lo expresó el accionante, la demandada abandonó el
domicilio conyugal sin causa justificada desde el año mil novecientos setenta y nueve sin que
se haya reintegrado al seno familiar, cuando categóricamente se aprecia en lo que al caso
interesa, que en el hecho número dos del escrito inicial, la actora afirmó que después de
diversas pláticas y por así convenir a sus intereses tomaron la decisión de separarse por
mutuo acuerdo ..."; con lo que no está de acuerdo, pues considera que la sentencia que revoca
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el fallo definitivo carece de una interpretación ajustada a la ley, pues asegura que se aplicó de
forma inexacta la ley secundaria, y a la vez dejó de aplicar al caso concreto las disposiciones
del Código Civil y del de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, así como los
principios generales del derecho, pues afirma que para la procedencia de la causal de divorcio
prevista en la fracción VIII del artículo 404 de la ley sustantiva del Estado, se requiere la
comprobación de sus elementos, como es la existencia del matrimonio y la del domicilio
conyugal, así como la separación de los cónyuges del hogar por más de seis meses
consecutivos sin causa justificada, pero considera que los razonamientos expresados por la
responsable para revocar la sentencia materia de revisión, son inexactos, ya que refiere que
con las actuaciones del juicio de origen, se acreditan los elementos segundo y tercero de la
acción, en especial con la testimonial a cargo de ... que corroboraron que hubo hogar
conyugal y abandono injustificado del hogar, y que además de que los divorciantes no viven
juntos en su domicilio conyugal desde el año de mil novecientos setenta y nueve; también,
que la demandada en su confesional de posiciones aceptó que abandonó el hogar conyugal; y
que, con esas pruebas, valoradas entre sí, alcanzan plenamente su eficacia probatoria, ya que
asegura que a la parte demandada le correspondía acreditar o justificar el abandono del
domicilio conyugal y que, por el contrario, refiere que la demandada nunca justificó el
motivo de la separación del hogar conyugal, y que si no lo hizo, debe interpretarse a contrario
sensu, esto es, que abandonó el hogar de forma injustificada, aun con el consentimiento de su
representado pues, insiste, es injustificado; agrega, que desde el año de mil novecientos
setenta y nueve, se acabaron los principios de la familia, ante el desinterés, desamor e
indiferencia del actor, aquí quejoso, como de la demandada, ya que indica, ambas partes
refieren haber procreado con otras parejas sentimentales hijos fuera de matrimonio, que fue
acreditado con las partidas de nacimiento, lo que asegura, pasó por alto la responsable;
agrega, que a la parte actora sólo le compete demostrar la existencia del matrimonio y del
domicilio conyugal, así como la separación del cónyuge demandado por más de seis meses
consecutivos, y que toca al cónyuge abandonante haber tenido causa justificada para hacerlo
y que, en el caso, no existe prueba por parte de la demandada en ese sentido.
Sus alegaciones deben calificarse de inoperantes.
Para ello, se torna necesario indicar lo que la responsable argumentó para revocar la sentencia
que fue materia de la revisión oficiosa donde, en lo que aquí interesa, dijo:
"... Por principio de cuentas, es importante destacar que los presupuestos procesales tales
como la personalidad de las partes, la competencia del juzgado para conocer del negocio y la
vía ordinaria civil elegida por el actor fueron tratadas adecuadamente, y resulta innecesario
abundar sobre las consideraciones que al efecto estableció el Juez de origen. Por otro lado,
debe destacarse que ... demandó a ... por la disolución del vínculo matrimonial que los une,
haciendo valer para tal efecto la causal relativa al abandono del hogar conyugal sin causa
justificada, tal y como fue declarado por el a quo; es importante destacar que la demandada
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fue emplazada legalmente, quien contestó allanándose a las prestaciones reclamadas, así,
quienes integramos este órgano colegiado de segundo grado y en cumplimiento a la
obligación que impone el numeral 457 de la ley adjetiva civil de Jalisco, discrepamos con la
opinión vertida por el juzgador de origen, toda vez que con independencia de que las pruebas
aportadas a juicio merecieran pleno valor probatorio por la forma en que se desahogaron, las
mismas carecen de eficacia jurídica para acreditar la causal de divorcio correspondiente al
abandono del hogar conyugal sin causa justificada, no obstante que la parte demandada se
hubiere allanado a las pretensiones de la actora, pues según lo ha definido nuestro más Alto
Tribunal, ni los elementos de convicción ni la conducta desplegada por la contraria tienen el
alcance de subsanar las omisiones contenidas en la demanda principal, aunado a que en esta
clase de juicios se impone al accionante la obligación procesal de acreditar plenamente la
causal de divorcio en que sustentó su reclamación, cuando sólo por excepción puede
disolverse el matrimonio. En ese sentido, emerge de autos que el juzgador parte de una
premisa falsa al sostener que, como lo expresó la accionante, la demandada abandonó el
domicilio conyugal sin causa justificada desde el año de mil novecientos setenta y nueve, sin
que se haya reintegrado al seno familiar, cuando categóricamente se aprecia, en lo que al caso
interesa, que en el hecho número dos del escrito inicial, la actora afirmó que después de
diversas pláticas y por así convenir a sus intereses tomaron la decisión de separarse por
mutuo acuerdo y, como ya se dijo, al ser el matrimonio una institución de orden público es
indispensable que las causales que se invocan queden plenamente probadas, así, tenemos que
sólo los hechos están sujetos a prueba, por lo que el actor en su demanda debe expresar
aquellos en los que funda su petición numerándolos y narrándolos sucintamente con claridad
y precisión, tal y como lo establecen los artículos 267, 286 y 289 el enjuiciamiento civil del
Estado, por su parte el diverso 87 del ordenamiento legal antes citado, impone la obligación
de que las sentencias deben de ser claras, precisas y congruentes con la demanda y su
contestación, con las demás pretensiones que se deduzcan oportunamente y con las pruebas
recibidas en el pleito que tengan relación con los hechos sujetos a debate. Con lo anterior,
podemos concluir que de los hechos narrados por el actor no se actualiza el elemento
constitutivo de la causal de abandono del hogar conyugal, puesto que la separación del hogar
conyugal se produjo a consecuencia de un acuerdo mutuo y no existe entonces un abandono
sin causa justificada, por lo que es claro que no puede prosperar la causal de que se trata
debiéndose, por ende, revocar el fallo que se analiza a fin de absolver a la parte demandada
de las prestaciones que fueron reclamadas. Sirven de base para apoyar el criterio que
antecede las tesis jurisprudenciales que aparecen bajo el rubro: ‘DIVORCIO, DEMANDA
DE. NO PUEDE PROSPERAR SI EN ELLA NO SE EXPRESAN LOS HECHOS DE LA
CAUSAL EN QUE SE FUNDA. (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIAPAS). Ninguna
demanda de divorcio puede prosperar, si en ella no se expresan los hechos constitutivos de la
causal o causales en que se funde, debiendo numerarlos y narrarlos sucintamente, para que la
parte demandada tenga conocimiento de ellos y esté en condiciones de preparar su defensa,
en razón de que en caso contrario, se le dejaría al demandado en estado de indefensión al no
saber a qué circunstancia había de fijarse la litis.’. ‘DIVORCIO. LAS CAUSALES DEBEN
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PROBARSE PLENAMENTE. La institución del matrimonio es de orden público, por lo que
la sociedad está interesada en su mantenimiento y sólo por excepción la ley permite que se
rompa el vínculo matrimonial; por lo tanto, tratándose de divorcios necesarios es
indispensable que la causal o causales invocadas queden plenamente probadas.’.
‘DIVORCIO, ABANDONO DEL DOMICILIO CONYUGAL COMO CAUSA DE. Este
Alto Tribunal ha sostenido reiteradamente que para la procedencia de la causal de divorcio
por la separación de uno de los cónyuges de la casa conyugal, compete al actor demostrar
estos extremos: 1o. La existencia del matrimonio; 2o. La existencia del domicilio conyugal y
3o. La separación injustificada del cónyuge demandado, por más de seis meses consecutivos,
de dicho hogar.’. ‘DIVORCIO. ABANDONO DEL HOGAR. ACUERDO DE
SEPARACIÓN. Tanto en el abandono del domicilio conyugal sin causa justificada por más
de seis meses, como cuando la causal se funda en la separación justificada por más de un año,
en ambas situaciones, si la separación fue motivada por acuerdo mutuo entre los cónyuges
para vivir separados y posteriormente no se ha requerido al culpable para reintegrarse al
domicilio conyugal, no existe abandono de hogar y ninguna de las dos causales puede
configurarse.’. ‘ACCIÓN. NECESIDAD DE PRECISAR LOS HECHOS EN QUE SE
FUNDA. Los actores de un juicio, al ejercitar determinada acción y reclamar alguna
pretensión de los demandados, están obligados a precisar los hechos en que se fundan, a fin
de que tales demandados puedan preparar sus defensas y excepciones, así como aportar las
pruebas consiguientes para destruir los aludidos hechos; de no proceder en los términos
indicados, aun cuando en el curso del procedimiento lleguen a comprobarse hechos no
expuestos en la demanda, no puede fundarse una sentencia en ellos, por no haber sido materia
de la litis planteada.’. En ese orden de ideas, quienes integramos la Sala consideramos que la
acción puesta en ejercicio no fue demostrada por el actor y, en consecuencia, procede revocar
el fallo pronunciado por el a quo para declarar improcedente la acción intentada y absolver al
demandado de las reclamaciones formuladas por el actor, sin que se determine condena en
costas al no actualizarse ninguna de las hipótesis previstas por el artículo 142 de la ley
adjetiva civil de Jalisco y, fundamentalmente, por no haber mediado petición de parte
legítima."
Como se adelantó, son inoperantes sus alegaciones pues, si bien es cierto que de alguna
manera el abogado patrono del impetrante, trata de controvertir esa parte de la sentencia, lo
cierto es que no combate los argumentos torales con los que la responsable consideró revocar
la sentencia, a saber, que las pruebas aportadas por la parte actora carecían de eficacia
jurídica para acreditar la causal de divorcio por abandono del hogar conyugal sin causa
justificada, no obstante que la parte demandada se hubiera allanado a las pretensiones de la
parte actora, ya que señaló que nuestro más Alto Tribunal ha establecido, que ni los
elementos de convicción ni la conducta desplegada por la contraria, tienen el alcance de
subsanar las omisiones contenidas en la demanda principal y sostener que en esa clase de
juicios corresponde al accionante la obligación de acreditar plenamente la causal de divorcio,
y que sólo por excepción puede disolverse el matrimonio; además de precisar que, en el
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hecho número dos del escrito inicial, la actora había afirmado que después de diversas
pláticas y por así convenir a sus intereses, tomaron la decisión de separarse de mutuo
acuerdo, para concluir que de los hechos narrados por el actor no se actualizaba la causal de
divorcio de abandono del hogar conyugal; contra lo cual, el abogado patrono no formuló
argumento alguno; de ahí lo inoperante de sus alegaciones.
Sobre el particular, se cita la jurisprudencia emitida por este Tribunal Colegiado, publicada
en el tomo 72, diciembre de 1993, página 75, de la Octava Época, de la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, que dice:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES. LO SON CUANDO NO SE
COMBATEN LOS FUNDAMENTOS DEL FALLO RECLAMADO NI SE ESTÁ EN
ALGUNO DE LOS CASOS DE SUPLENCIA DE LA QUEJA PREVISTOS EN LA LEY.
Si en un juicio de amparo en materia civil, el quejoso omite controvertir y, por lo mismo,
demostrar, que las consideraciones medulares en que se sustenta el fallo reclamado son
contrarias a la ley o a la interpretación jurídica de la misma, sin que, por otra parte, se surta
alguna de las hipótesis previstas por el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo, en cuya virtud
deba suplirse la queja deficiente en favor del agraviado; los conceptos de violación resultan
inoperantes y debe negarse la protección constitucional solicitada."
En otro aspecto, refiere el abogado patrono del impetrante, que la responsable omitió,
oficiosamente en la revisión, considerar que el ejercicio de las acciones conforme a los
numerales 1o. y 2o. del Código Civil del Estado de Jalisco, procede en juicio aun cuando no
se exprese su nombre o se exprese equivocadamente, con tal de que se determine con claridad
la clase de prestaciones que se exijan del demandado y el título o causa de la acción; agrega,
que los hechos en los se fundó la demanda quedaron precisados en el escrito inicial, los que
da por reproducidos en obvio de repeticiones innecesarias y que de ellos se desprende que
existe otra causal de divorcio, que es la contemplada por la fracción I del artículo 404 del
Código Civil del Estado de Jalisco y, que asegura se refiere a la infidelidad sexual de ambos
consortes, lo que indica se hizo referencia en el punto cuatro de hechos de la demanda y, que
asegura fue demostrado mediante documentales públicas relativas a las actas de nacimiento
de los hijos de los divorciantes, que procrearon fuera de matrimonio y que no han sido
declaradas nulas, aunado a la confesión de la demandada en la contestación de demanda, la
que señala se allanó en todos sus términos y, que considera debe tomarse como presuncional
y que al relacionarla con las documentales antes citadas prueban, a su parecer, el adulterio y
se infiere que existió la infidelidad sexual, lo que afirma no tomó en cuenta la responsable al
realizar la revisión oficiosa, es decir, de que existía otra causa de divorcio invocada en los
hechos de la demanda, a pesar de que el abogado patrono reconoce que no se expresó por su
nombre, pero que sí se indicó la clase de prestación exigida a la demandada para la disolución
del vínculo marital.
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También refiere, que la responsable violenta en perjuicio de su representado los numerales
86, 87, 291, 295 y 298 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Jalisco,
porque asegura que no procedió al estudio y análisis de todo el material probatorio aportado
por las partes y que, por ello, no existe congruencia ni pronunciamiento de las pruebas
ofrecidas por la parte actora, ya que afirma quedaron intocadas por no entrar al estudio del
fondo, como fue de la causal de infidelidad sexual, ya que asegura que la responsable no
estudió los medios de convicción; además, asegura que la sentencia carece de la debida
fundamentación y motivación legal desde el momento en que se desatienden las normas
aplicables al caso.
Lo anterior, es inoperante pues, con sus alegaciones, combate cuestiones que no formaron
parte de la revisión de oficio llevada a cabo por la responsable, respecto de la sentencia
emitida por el Juez natural, en la que había decretado la disolución del vínculo marital de los
contendientes.
En efecto, el artículo 457 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco
dispone:
"Artículo 457. Las sentencias que se dicten en los juicios sobre nulificación, anotación,
rectificación, reposición y de convalidación de actas del Registro Civil, en los términos que
prevé el Código Civil, así como las que se pronuncien en los juicios de divorcio necesario o
de nulidad de matrimonio y siempre que hubiese prosperado, parcial o totalmente, la acción
ejercitada, serán revisadas de oficio, por la Sala que corresponda del Supremo Tribunal de
Justicia, con intervención del Ministerio Público, aun cuando se promueva apelación mientras
el tribunal examina la legalidad del fallo, quedará en suspenso de ejecución. El Juez que
pronuncie sentencia en los términos antes indicados, transcurrido el término que tienen las
partes para apelar las mismas, remitirá los autos y documentos originales, a la Sala que
corresponda la revisión de su sentencia. Cuando no exista promovido recurso de apelación,
las revisiones se tramitarán y resolverán por la Sala sin sustanciación alguna dentro del
término improrrogable de 30 días; en caso contrario, ésta la tramitará y resolverá juntamente
con la apelación interpuesta."
De la debida interpretación del precepto legal en cita, puede advertirse que la revisión de
oficio, comprende aquellas sentencias que se dicten sobre nulificación, anotación,
rectificación, reposición y de convalidación de actas del Registro Civil, así como las que se
pronuncien en los juicios de divorcio necesario o de nulidad de matrimonio, siempre que
hubiese prosperado, parcial o totalmente, la acción ejercida.
A fin de dar claridad a la naturaleza de la revisión oficiosa, se acude al Diccionario Jurídico
Mexicano del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de
México que, en sus página 2851 a 2854, dice:
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"Revisión de oficio: I. Es la facultad legal otorgada a las autoridades judiciales superiores
para examinar las sentencias o resoluciones dictadas por las inferiores en determinados
juicios que por su interés social o jurídico lo requieren, con el objeto de confirmar, reformar o
revocar dichas sentencias o resoluciones. II. La revisión de oficio no es propiamente un
recurso tal y como los códigos de procedimientos lo establecen tratándose de la revocación,
la queja o la apelación, ya que no es ninguna de las partes en litigio la que promueve
cualquiera revisión de sentencia o resolución judicial ante la autoridad superior, sino que es
ésta la que al revisar el expediente en su integridad y encontrar necesario introducir
modificaciones no contempladas o sugeridas por los interesados, pero cuyo análisis se
impone en alguna medida, procede a ello y obliga al inferior a pronunciar un nuevo fallo con
vista a las situaciones que encuentra irregulares o no ajustadas a la ley. Tampoco es un medio
de impugnación de los señalados en las leyes correspondientes, por idénticos motivos; esto
es, no son las partes que hayan intervenido en un proceso las que presentan alguna oposición,
sino el superior jerárquico, per se, quien confirma o revoca la sentencia o resolución
examinada, aun cuando por situaciones ajenas e independientes a aquellas por los cuales
hayan llegado a su conocimiento. Finalmente, tampoco se trata de una suplencia de queja en
sentido estricto, pues es sólo el examen de las diligencias procesales lo que la determina y de
ninguna manera el hecho de sustituir a la parte afectada lo que le da razón de ser desde el
punto de vista jurídico, porque toda suplencia implica ponerse en lugar del interesado y en la
revisión de oficio lo que sucede es que la autoridad, ante cierto interés determinado siempre
por la ley y no ad libitum, procura que una sentencia o resolución esté apegada a las
disposiciones legales; en suma, que se encuentre ajustada a derecho. III. La revisión de oficio
en el procedimiento civil se ajusta a reglas o características precisas, si así quiere
entendérsele; en primer lugar, porque solamente procede en los casos señalados por la
legislación; en segundo lugar, se abre siempre en la segunda instancia por tratarse de un
examen de actos de una autoridad inferior y en tercer lugar, su tramitación procesal se hace
en la forma establecida para la apelación ordinaria, en lo que resulte aplicable, en cuanto al
objetivo es que el tribunal superior proceda a la modificación de lo actuado en primera
instancia, haciéndolo saber así a las partes, sin que éstas puedan presentar alguna objeción.
En el CPC las reglas a que debe sujetarse la revisión de oficio son las siguientes: 1a.
únicamente procede en los juicios sobre rectificación de actas del estado civil de las personas
o sobre los juicios de nulidad de matrimonio por las causas expresadas en los aa. 241, 242,
248-251 del CC (el parentesco de consanguinidad no dispensado; el parentesco de afinidad en
línea recta; la existencia de matrimonio anterior al tiempo de contraer el nuevo; la falta de
formalidades esenciales; la continuación de una demanda de nulidad por los herederos); 2a.
atañe con exclusividad a las sentencias recaídas en los mencionados juicios y de ningún
modo en cualquiera otra clase de resoluciones dictadas por el inferior; 3a. debe darse
intervención al Ministerio Público para que manifieste en todo caso el interés social que se
encuentre inserto en la determinación de la autoridad inferior y pueda oponerse a la
tramitación que pretenda hacerse; 4a. la revisión podría tener efecto aun cuando las partes, al
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ser notificadas de ella, no expresaren agravios ni promovieren pruebas para oponerse o
ilustrar al superior; y, 5a. el tribunal examinará la legalidad de la sentencia pronunciada en
primera instancia, por cuya razón ésta no podrá ser ejecutada bajo ningún concepto y sus
efectos quedarán suspensos hasta en tanto se pronuncie nueva resolución modificatoria o
condenatoria de dicha sentencia (a. 716 Código de Procedimientos Civiles). En cuanto al
Código Federal de Procedimientos Civiles, las reglas que se siguen son: 1a. es la ley la que
establece la revisión forzosa de algunas resoluciones judiciales; en consecuencia, la
intervención del tribunal sólo tendrá lugar cuando así lo establezca un código o una ley en
particular; 2a. el objetivo de la revisión será estudiar el negocio en todas sus fases procesales;
únicamente cuando una ley restrinja dicha revisión a puntos determinados, podrá la autoridad
judicial que la lleve a cabo, reducirse a dichos puntos específicos haciendo caso omiso del
resto de la resolución o sentencia; 3a. hecha la revisión la autoridad judicial quedará facultada
para confirmar, reformar o revocar la sentencia del inferior y así lo hará saber a las partes y a
éste, mediante la notificación que proceda; y, 4a. en la tramitación de la revisión de oficio
deberán observarse las reglas del C. concerniente a la apelación en lo que resulten aplicables
(a. 258 CFPC). IV. En reciente reforma a la LA se modificó el contenido de las frs. II y IV
del a. 83 relativas al recurso de revisión, para establecer que procede éste contra las
resoluciones de los Jueces de Distrito o del superior del tribunal responsable, en su caso, en
las cuales: a) concedan o nieguen la suspensión definitiva; b) concedan o nieguen la
suspensión de oficio; c) modifiquen o revoquen el auto en que hayan concedido o negado la
suspensión definitiva; y, d) nieguen la revocación solicitada; e igualmente procede contra las
sentencias dictadas en la audiencia constitucional, por los Jueces de Distrito o por el superior
del tribunal responsable, en los casos a que se refiere el a. 37 de la propia ley; al recurrirse
tales sentencias deberán, en su caso, impugnarse los acuerdos pronunciados en la citada
audiencia. Se modificó asimismo el a. 91 que corresponde a los asuntos en revisión tanto por
el Tribunal en Pleno, como por las Salas de la SCJ o los Tribunales Colegiados de Circuito,
en el sentido de otorgarles la facultad de examinar los agravios alegados contra las
resoluciones recurridas y cuando estimen que son fundados, a efecto de tomar en
consideración los conceptos de violación cuyo estudio hubiese omitido el juzgador. Quedó
derogada la fr. IV del mencionado a. 91 que ordenaba en la revisión de una sentencia, su
revocación, cuando se encontrase que habían sido violadas las reglas fundamentales del
procedimiento de amparo o cuando el Juez de Distrito o la autoridad que hubiese conocido el
juicio en primera instancia incurriera en alguna omisión que dejara sin defensa al recurrente o
que pudiera influir en la sentencia que debería dictarse en definitiva. En tales casos debía
reponerse el procedimiento. También se repondría el procedimiento cuando apareciere que
indebidamente no había sido oída alguna de las partes que hubiere tenido derecho a intervenir
en el juicio conforme a la ley. De ahí la reforma a la fr. IV del a. 83 citado. Por último fue
modificado también el 94 para decir: ‘cuando alguna de las Salas de la Suprema Corte
Justicia o alguno de los Tribunales Colegiados de Circuito conozcan de la revisión
interpuesta contra la sentencia definitiva dictada en un juicio de amparo, de que debieron
conocer en única instancia conforme a los aa. 44 y 45, por no haber dado cumplimiento
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oportunamente el Juez de Distrito o la autoridad que haya conocido de él, a lo dispuesto en el
artículo 49, la Sala o el tribunal mencionado declarará insubsistente la sentencia recurrida ...
y se avocará éste al conocimiento del amparo, dictando las resoluciones que legalmente
procedan.’. V. Lo anterior nos lleva a formular unas breves consideraciones finales sobre las
causas para obtener la revisión, cuando una acción autónoma de impugnación no se puede
atacar por medio del recurso. Si estimamos la revisión como un recurso extraordinario
limitado a ciertas condiciones, cuando existe un interés superior de legalidad por sus efectos
legales, deberá atenderse entonces, al objeto de impugnación, el cual se sintetiza en la
seguridad de los derechos y en los valores jerárquicos de la justicia. Los elementos nuevos
que no se conocieron o fueron insuficientemente analizados obligan a la revisión con la
finalidad de corregir, por este medio, alguna falla o error que vaya en contra de un principio
elemental de justicia. Es aquí donde encontramos el fundamento de las recientes reformas a la
LA y la necesaria modificación de algunos conceptos que permitan un examen más profundo
y exhaustivo de aquellas cuestiones materia de un juicio que no hubiesen sido estudiadas en
su oportunidad. Carnelutti ha dejado como regla una manifestación que nos permite afirmar
el concepto de revisión. La nulidad, la modificación y la impugnación -indicó- han sido
considerados hoy remedios contra la injusticia del acto, por tanto actúan para sustituirlo tal y
como debió haberse realizado. Dentro de esta hipótesis el remedio puede estar constituido por
la ineficacia, por la modificación o por la impugnación. A este remedio se le da el nombre de
revisión. Creemos que con base en este pensamiento ha sido que nuestra SCJ ha integrado su
jurisprudencia en materia de revisión, al decirnos que toda revisión en materia de amparo,
sólo comprende aquellos puntos de una sentencia que hubieren sido recurridos, quedando el
fallo del Juez de Distrito firme, en la parte que no hubiese sido impugnada (tesis núm. 241,
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1985, p. 427). Y ha agregado en otra
tesis que: El requisito de procedencia del recurso de revisión en contra de las sentencias
dictadas por los Tribunales Colegiados de Circuito previsto por la fr. V del a. 8 de la LA,
consistente en que establezcan la interpretación directa de un precepto de la C. debe
entenderse, de acuerdo con las normas de la hermenéutica jurídica, que tales sentencias hagan
un análisis del contenido del precepto constitucional, para determinar su sentido, alcance e
inteligencia (reclamación en amparo en revisión núm. 4125 promovido por Alberto P. Rojas,
p. 428 del citado Apéndice). Y por último ha señalado: ‘La sentencia de la revisión debe
modificar el amparo liso y llano concedido al quejoso y señalar con claridad los efectos para
los que se otorga, cuando además de la correcta consideración fundamental efectuada por el
Juez a quo, éste produce otras consideraciones o afirmaciones que puedan inducir a error a la
responsable, así como a las autoridades encargadas de la ejecución de la resolución
reclamada.’."
Bajo esa perspectiva, puede afirmarse que no puede ser materia de la revisión de oficio, lo
que refiere el abogado patrono del impetrante, a saber, que la responsable debió advertir una
diversa causal de divorcio que asegura hizo valer en su escrito de demanda, pues no debe
perderse de vista que la revisión de oficio, sólo comprende la causal por la que el Juez del
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proceso decretó la disolución del vínculo, tal como lo dispone el numeral 457 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco.
Al respecto, se cita la tesis emitida por este Tribunal Colegiado (que tiene aplicación al caso,
debido a que la redacción del artículo 456 del Código de Procedimientos Civiles del Estado
de Jalisco, anterior a sus reformas, guarda similitud con el 457 del mismo Código de
Procedimientos en vigor), publicada en el Tomo VII, febrero de 1991, página 215, de la
Octava Época del Semanario Judicial de la Federación, que dice:
"REVISIÓN DE OFICIO DE LAS SENTENCIAS DE DIVORCIO. SUS LIMITANTES.
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO). De conformidad con el artículo 456 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, la revisión de oficio de la sentencia
de divorcio, sólo debe llevarse a cabo por ad quem en los casos en que se decreta ésta,
revisión que además está limitada a las consideraciones de la sentencia de primer grado que
fundan la determinación de disolver el vínculo."
En abundamiento a lo anterior, cabe indicar que el legislador de la localidad quiso dejar
establecido en el artículo 457 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, el
interés del Estado para que se analizaran, en una segunda oportunidad, todos aquellos fallos
donde se hubieran modificado de alguna manera las actas del Registro Civil, o cuando se
decretara la disolución del vínculo marital; ello, para dar mayor seguridad jurídica a la
solución de aquellos asuntos, como se apuntó en líneas que anteceden, donde se resolvieran
conflictos con respecto a las familias (nulificación, anotación, rectificación, reposición y de
convalidación de actas del Registro Civil), o bien, del estado civil de las personas (tratándose
de divorcio necesario o de nulidad de matrimonio), debido a la preocupación del Estado para
proteger el bienestar y la estabilidad de la familia.
De ese modo, resulta inconcuso, como se dijo, que sus alegaciones son inoperantes, al
combatir una cuestión que no formó parte de la litis de la revisión oficiosa.
Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Cuarto Circuito, que se comparte, consultable en el Tomo XX, agosto de 2004,
página 1574, de la Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que
dice:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES EN EL JUICIO DE AMPARO
DIRECTO. SON AQUELLOS QUE ATACAN CONSIDERACIONES AJENAS A LA
LITIS CONSTITUCIONAL. De la correcta interpretación sistemática de los artículos 76 bis,
77, 78, 158, 163 y 190 de la Ley de Amparo, en relación con el principio procesal de
congruencia que debe observarse en toda resolución jurisdiccional, se advierte que la litis
constitucional en el juicio de amparo directo se integra, por regla general, con la demanda de
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garantías y el informe justificado que rinda la autoridad responsable; por tanto, para que en la
ejecutoria que emita el Tribunal Colegiado se observe tal principio, deberá acotar su decisión
a lo que constituya la materia de la litis en el juicio uniinstancial, esto es, deberá existir
identidad jurídica entre lo resuelto por el tribunal y lo que es materia de la controversia en el
juicio de amparo, entendida ésta como las cuestiones de hecho y de derecho que se deben
ponderar para decidir si el acto reclamado resulta o no violatorio de garantías
constitucionales; en esa virtud, si el juicio de garantías se admite respecto de una sentencia
definitiva pronunciada en segunda instancia y el quejoso en la demanda de amparo formula
conceptos de violación dirigidos a combatir el fallo de primer grado, procede calificarlos de
inoperantes por no cuestionar las consideraciones que invoque el tribunal ad quem para emitir
aquélla, pues de no interpretarse así, se llegaría al absurdo de que el órgano jurisdiccional
federal se pronunciara sobre cuestiones que no formen parte de la contienda constitucional, lo
que indefectiblemente traería como consecuencia que se pronuncie una sentencia violatoria
del citado principio."
Dadas las consideraciones que anteceden, procede negar a la parte quejosa la protección
federal que solicitó, respecto de la sentencia reclamada a la Cuarta Sala del Supremo Tribunal
de Justicia del Estado de Jalisco.
Igual determinación se adopta, respecto de los actos atribuidos al Juez Noveno de lo Familiar
de esta ciudad, al no reclamársele los actos de ejecución por vicios propios.
Al respecto se cita la jurisprudencia sustentada por la entonces Tercera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, consultable en el Tomo VI, Parte SCJN, página 66, del
Apéndice de 1995, que dice:
"AUTORIDADES EJECUTORAS, ACTOS DE, NO RECLAMADOS POR VICIOS
PROPIOS.-Si la sentencia de amparo considera violatoria de garantías la resolución que
ejecutan, igual declaración debe hacerse respecto de los actos de ejecución, si no se reclaman,
especialmente, vicios de ésta.".
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
ÚNICO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a ... contra la sentencia definitiva de
fecha cinco de septiembre de dos mil siete, que dictó la Cuarta Sala del Supremo Tribunal de
Justicia del Estado de Jalisco, en el toca número ... y los actos de ejecución del Juez Noveno
de lo Familiar de esta ciudad.
Notifíquese; háganse las anotaciones pertinentes en el libro de gobierno; con testimonio de
esta resolución, vuelvan los autos al lugar de su procedencia y, en su oportunidad, archívese
este expediente.
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Así lo resolvió el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, por
unanimidad de votos de los Magistrados Rodolfo Moreno Ballinas, Gerardo Domínguez,
quien fue ponente y José Guadalupe Hernández Torres.
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