Síntesis de la relatoría del seminario “Paisajes culturales”

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TALLER “PAISAJE CULTURAL”
RELATORÍA MESA: “¿QUÉ ENTENDER POR PAISAJE CULTURAL?”.
Autoría Relatoria: Laurence Maxwell Ilabaca
Lugar: Centro Patrimonial Recoleta Domínica
Organización:
• Unidad de Geoinformación del Patrimonio (UGP) del Centro Nacional de
Conservación y Restauración (CNCR). Dirección de Biobliotecas Archivos y
Museos (DIBAM).
•
Consejo de Monumentos Nacionales
•
Centro Cultural de España
Institución Invitada: Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
MESA: “¿Qué entender por paisaje cultural?”
Fecha: 24 de Abril de 2008.
Silvia Fernández Cacho, Doctora en Historia. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
(IAPH). Consejería de Cultura, Junta de Andalucía
En Andalucía, al encontrar una villa romana la pregunta es si este patrimonio arqueológico
es un bien del pasado o del presente. Ya que el patrimonio cultural es siempre
contemporáneo, aunque tenga valores patrimoniales del pasado, por consiguiente el tema
que lleva asociado es el de la gestión actual de aquello.
El concepto palimpsesto no describe bien lo que ocurre realmente en la morfología del
paisaje, ya que sugiere que se han borrado los restos de las sociedades previas. Pero lo
que ocurre es que no hay una estratificación limpia de las edades humanas: el pasado
forma parte del presente, no queda absolutamente sepultado, se convive cotidianamente
con él. El tiempo está presente en los paisajes culturales.
El paisaje es siempre cultural, y se pueden distinguir paisajes singulares precisamente por
su valor cultural. La definición que se maneja a partir del Convenio Europeo del Paisaje,
elaborado en Florencia el año 2000, afirma que paisaje cultural es cualquier parte del
territorio cuyo carácter sea resultado de la interacción de factores naturales y humanos, y
que la población lo perciba como singular. Sin embargo, a esta definición le falta la
dimensión del tiempo, que si se incluye en la recomendación 95 del Consejo de Europa de
1995.
Juan Carlos Skewes Vodanovic, Antropólogo, Doctor Universidad de Minnesota, Profesor
Titular Instituto de Ciencias Sociales, Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad
Austral de Chile
Existe un ensamblaje entre lo humano y lo no humano, lo humano debe ser entendido
como parte del entorno, lo que es, en cierto modo, una visión materialista, lo que puede
ser denominado como un metabolismo socioambiental. Hablar de “paisaje cultural” es una
redundancia, ya que el paisaje siempre es un conjunto de interacciones entre el topos y
sus habitantes, una síntesis simbiótica entre seres humanos y naturaleza. El ser humano
siempre está localizado, en un paisaje, que es una realidad física, con límites precisables,
aunque sujetos al observador.
El paisaje es también una realidad histórica, en que se enlazan procesos de
transformación humanos y no humanos.
Esto tiene una dimensión ecológica (por ejemplo en la aparición y desaparición de
especies), una dimensión social (el caso de las migraciones es un ejemplo), y una
dimensión simbólica (cuando se cargan de significado los hitos).
Los paisajes no existen al margen de la historia, luego estos nos abren una serie de
interrogantes que se despliegan en el nivel de lo histórico, de lo cultural, lo político y lo
crítico.
En la constitución del paisaje hay desigualdades, por ejemplo entre quienes asumen los
riesgos y los que gozan de los privilegios.
Paisaje cultural, sin embargo, es un concepto ambiguo, que se confunde con ambiente y
con territorio, pero donde se puede establecer un enfoque transdisciplinario, hay distintas
trayectorias que se encuentran en un paisaje, al que se pueden aplicar herramientas
altamente sofisticadas, que pueden modelar la visión paisajística y predecir los efectos
que las intervenciones sobre el paisaje pueden provocar, y por lo tanto, orientar las
políticas públicas.
Franz Kroeger Claussen, Geógrafo, Doctor(c) en Urbanismo en la Universidad Politécnica de
Cataluña
Existió una primera forma de entender el paisaje en que primaba la representación y la
interpretación, donde un observador mira de manera intencionada, con una mirada
holística, la relación entre hombre y naturaleza. Hay un observador, una distancia y un
ángulo. Donde existe un conocimiento unificado. Luego ocurre un quiebre, que hace
proliferar los observadores, las distancias y los ángulos. Aparece así el Paradigma cenita,
opuesto al Pensamiento Lateral. El Paradigma Cenital es la visión científica , material,
donde el observador ejecuta la acción de ver, con una visión vertical, donde prima el
modelo simbólico y territorial.
En el pensamiento Lateral, en cambio, prima lo subjetivo, lo inmaterial, el observador
ejecuta la acción de mirar, con una mirada horizontal, el modelo es fenomenológico,
elaborando atlas eclécticos y narraciones.
En un punto intermedio entre estos modelos aún persisten paradigmas integradores,
como los elaborados por Goethe y Humboldt.
Un segundo quiebre puede entenderse en la aparición del concepto de paisajes
culturales, donde no es posible estudiar por separado los elementos, sujeto, cultura y
espacio.
DEBATE (En esta sección del documento se ha optado por no identificar los autores de las opiniones, con
objeto de entregar una pauta de referencia de las ideas expuestas en el debate como ejercicio de un
colectivo, evitando eventuales omisiones, inexactitudes o atribuciones que pudieran no interpretar a un
participante. Representan, además, opiniones particulares e individuales y no atribuibles a todos y cada uno
de los participantes)
•
Hay una sobre escritura, una convivencia de escrituras.
•
Lo que está escrito antes no forma parte del texto actual, hay una estratigrafía.
•
•
El palimpsesto, visto desde la arqueología, es la mezcla de las distintas etapas,
vistas todas juntas. El paisaje no es un objeto.
El ciudadano es un lector del paisaje.
•
Las cosas se resignifican, el significado no es estático.
•
Hay una dicotomía entre la mirada académica y la mirada del ciudadano común. El
paisaje es una construcción social y cultural, pero su gestión se da desde el ámbito
del poder.
•
En el concepto paisaje cultural hay una dimensión muy fuerte de lo ideológico y lo
político, no está definido sólo desde el saber, sino desde el ámbito de la toma de
decisiones y de la ideología.(se pone como ejemplo la Costanera Norte)
•
La idea de paisaje cultural recoge la mirada subjetiva del hombre común, pero no
es las imágenes europeas que tenemos en la mente, aquí hay una mayor
dispersión.
•
Las poblaciones locales le dan a las cosas otros nombres, aunque permanece en el
imaginario la importancia del lugar, pero no lo que era verdaderamente. La
intervención publica siempre es la más dañina. Hoy la resistencia civil es muy
importante para la defensa de ciertos paisajes culturales y el patrimonio, la
administración pública consigue menos frente a los intereses económicos que las
asociaciones civiles.
COMENTARIO (La metodología incluyó un comentarista de la Mesa de intervención post-debate)
Fernando Ramírez Morales, Profesor de Historia, docente Departamento de Ciencias
Históricas, Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile
Estamos bajo el alero del Estado, estamos solos, lo que aquí faltan son los que
construyen cotidianamente paisaje cultural. Faltan los grafiteros, los vecinos de
Valparaíso. No estamos haciendo un ejercicio diletante y una política del Estado que no
considere al todo. El paisaje es histórico, pero ¿por qué aquí no están los historiadores?
Como dijo Silvia, se trabaja desde el presente, pero hay que asumir que seguimos
construyendo desde arriba. El concepto paisaje cultural se construye desde un contexto, y
el actual es un contexto de mercado, lo que es limitante respecto del concepto de bien
común.
El actual es un “Estado Suicida”, no quiere estar presente: concesiona, vende, licita.
La función respecto del patrimonio cultural es una tensión respecto del territorio. El Estado
es un militante del mercado.
Debe haber un cambio en la normativa legal., debemos hacer una propuesta para una
institucionalidad conflictiva con el contexto.
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