Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 En Berlín viven muchos extranjeros, gente proveniente del mundo entero. Entre ellos hay también numerosos sordos. Algunos de ellos han vivido intensamente entre los sordos de sus países de origen, y tienen muy interesantes cosas que relatar al respecto. Con la idea de recoger relatos de esas personas para los lectores de www.cultura‐sorda.eu, decidí hacer entrevistarlas. Comienzo con Nazila Rasaie, una de mis colegas de la asociación de sordos donde trabajo desde marzo de 2007. Nazila es sorda, y viene de Irán. Vive desde hace algunos años en Berlín, donde colabora con distintos proyectos de la comunidad sorda de la ciudad. Hicimos la entrevista el 22 de agosto pasado, en la sede de la asociación. Toda la conversación se hizo en Lengua de Señas Alemana (DGS). A.O. Entrevista con Nazila Rasaie Nazila Rasaie Alejandro Oviedo: ¡Hola, Nazila! comencemos por presentarte. Por contar de ti, tu historia personal. Nazila Rasaie: Me llamo Nazila Rasaie. Vengo de Irán. Nací en una ciudad pequeña que se llama Abairan. Pero crecí, debido a la guerra, en otra ciudad, más grande, Shiraz. Mi mamá, buscando que me desarrollara del mejor modo, que tuviera posibilidades de comunicarme, me envió a un kindergarten de niños sordos, donde se comunicaban con señas. Yo aprendí rápido, comencé a entender todo. Mi mamá también quería aprender señas, y se esforzó por hacerlo, practicando, y poco después se comunicaba bien conmigo. Mi hermana, igualmente, quiso aprender las señas. A.O. Eres tú la única persona sorda en tu familia? N.R. Sí, soy la única sorda. Todos los demás son oyentes. A.O. Tu familia aprendió las señas ¿Cómo hicieron? ¿Tenían contacto con sordos? N.R. No. En el kindergarten había niños pequeños, entre 3 y 5 años. Nos comunicábamos en señas. Mi mamá, como otras madres, iba al kindergarten y aprendió rápido. A.O. Pero ¿de dónde aprendían ustedes las señas? N.R. La maestra nos enseñaba. Nos mostraba un color, por ejemplo, el rojo, y luego nos enseñaba la seña: ROJO, hasta que comprendíamos. O nos daba una Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 1 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 muñeca y nos decía: MUÑECA. Así nos iba mostrando a cada uno, como en un juego, hasta que comprendíamos. A.O. ¿Hay en Irán otros recursos para aprender la lengua de señas, como libros, diccionarios, etc.? N.R. Sí, hay algunos materiales, libros, pero no son muy útiles, creo yo. En los libros, con fotos o dibujos, es difícil aprender las señas. No aparece el movimiento. Es otra cosa cuando puedes aprender conversando con sordos. Aquí en Alemania hay materiales mejores, con videos. Son muy buenos. Cuando me vine de Irán no había todavía allá nada parecido. Con los niños sordos es otra cosa. Ellos aprenden las señas jugando en el kindergarten. Los padres aprenden con ellos, y luego los libros les sirven para repasar en la casa lo que aprendieron. A.O. ¿Tienen los niños sordos contacto con sordos adultos? N.R. En el kindergarten no. Solamente con otros niños pequeños. Pero en la escuela los más pequeños mirábamos a los mayores, y nos sorprendíamos de lo rápido que señaban, en comparación con nosotros, los pequeños. De ellos aprendíamos, mirando. A.O. Háblanos de la escuela de sordos en Irán. N.R. En Irán están juntos todos los sordos en las mismas escuelas, desde el primer grado hasta el bachillerato. Hay también algunos hipoacúsicos, junto con los sordos. Cada clase tiene su propio espacio, separado por nivel. Nazila Rasaie y Alejandro Oviedo, durante la entrevista A.O. ¿No hay escuelas integradas? N.R. No, los sordos y los oyentes tienen sus propias escuelas, separadas. A.O. ¿Y en el aula de la escuela para sordos, el maestro enseña en lengua de señas? N.R. Los maestros son oyentes, pero saben muy bien la lengua de señas, y la usan para enseñar en el aula. A.O. ¿Y cómo aprenden los maestros tan bien la lengua de señas? Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 2 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 N.R. Reciben un entrenamiento muy intensivo en la universidad. A.O. ¿No se mezcla la lengua de señas con el “persa señado”? N.R. No, se trata de verdad de lengua de señas. A.O. ¿Y esto es así en todo el país, o sólo en las escuelas de las ciudades grandes? N.R. Esta situación es la misma en todo el país. Sin embargo, en los primeros grados, desde el primero hasta el quinto, todas las clases se dan en lengua de señas. Pero más adelante, en los grados 6°, 7° y 8°, los maestros presionan mucho a los estudiantes para que aprendan a hablar, alternando con señas. Más adelante, en los grados 9°, 10° y 11°, se concentran casi exclusivamente en el habla, para aprender. Sí usan también las señas en esos niveles, pero más el habla. A.O. ¿Es decir, que a los niños más pequeños, en los grados iniciales, no se les entrena para que hablen? N.R. No. Eso viene luego, a partir del 6° grado. A.O. ¿Y con la escritura? N.R. Se alterna siempre entre las señas, el habla y la escritura. Pero los sordos entienden bien las clases habladas. Y si uno no entiende algo, levanta la mano y pregunta: “¿puede repetir?” Y entonces pueden usarse las señas. Para cada tema dictado se dedica un tiempo en señas, otro tiempo para hablar y otro para escribir. A.O. ¿Puede comparararse la manera en que escriben y leen los niños sordos con el nivel que tienen los niños oyentes? N.R. El nivel de los niños oyentes es más alto. No son iguales en eso. Un niño sordo de 15 años no lee igual que uno oyente de la misma edad. Comparándolos, yo diría que el sordo de 15 lee como uno oyente de 8 años. A.O. ¿Y cuando un niño sordo termina la escuela allá, cómo es su nivel de lectura? N.R. No puede leer todavía un libro y comprender todo. Puede leer un poco el periódico. Si alguien lo ayuda y le explica el significado de algunas palabras, puede entender entonces mejor. A.O. ¿Incluso si la explicación es en lengua hablada? N.R. En lengua hablada puede entender algo, no todo. Mejor si un intérprete le explica en lengua de señas. A.O. Ahora cuéntanos sobre lo que ocurre al finalizar la escuela ¿Si un niño sordo hace toda la escuela, qué título recibe? N.R. El título de bachiller. A.O. ¿Y ese título es idéntico al título de bachiller de un oyente? N.R. Son iguales, pero las pruebas no son las mismas. Los temas son iguales para sordos y para oyentes, pero el examen de los sordos es simplificado, está escrito con palabras más sencillas y fáciles de entender. A.O. ¿Pero van los sordos también a la universidad? Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 3 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 N.R. Al principio no. Ahora sé que hay muchos sordos estudiando en las universidades. A.O. ¿Hay también sordos profesionales? N.R. No conozco personalmente ninguno, pero sé que la situación ha mejorado mucho. Me han contado que algo así como 6 personas sordas han terminado la universidad. A.O. ¿Y alguno de ellos trabaja como maestro? N.R. No que yo sepa. Los maestros de sordos deben enseñar el habla, y los sordos no pueden hacerlo. Por eso los sordos no podrían ser maestros de sordos. A.O. Cuéntanos algo de ti, de tu venida a Alemania ¿Cuándo llegaste? N.R. Llegué aquí hace 4 años. Al principio fue muy difícil para mí, con la comunicación. Pero ya entiendo todo mucho mejor. Yo veía las señas alemanas y poco a poco las iba comprendiendo, conocía sus formas, pero no podía hacerlas igual. Eso tardó más tiempo. A.O. Y tu familia, ¿vino contigo? N.R. No, yo vine sola. Yo salí de Irán por razones políticas, por eso salí sola. Al principio fue muy difícil, pensé que no iba a poder acostumbrarme, pero luego, poco a poco, me he venido sintiendo muy bien en Alemania. A.O. ¿Cómo has resuelto tu situación para permanecer aquí? N.R. Estoy en Alemania como asilada política. Eso significa que me quitan mi pasaporte y me dan otro provisional, alemán. Cada seis meses debo ir a que me renueven mi visa. Y esto va a seguir así hasta que me acepten o me envíen de vuelta a Irán. A.O. No es una situación fácil ¿Cuánto tiempo debes estar todavía así? N.R. No, no es fácil, y uno nunca sabe cuándo terminará. Y tampoco me permiten, como yo desearía, hacer cursos para aprender un oficio, ni visitar otros lugares, ni trabajar. Yo sé que podría terminar con éxito cualquier curso que hiciera, por ejemplo, pero no me permiten hacer uno. Hay muchas personas sordas aquí que comienzan una formación para aprender un oficio y no pueden terminarla. Yo sé que yo sí podría, pero a mí no me lo permiten. A.O. Sabes de otros extranjeros sordos que estén en una situación similar a la tuya? N.R. Supongo que debe haber otros en Alemania, pero yo no conozco a ninguno. Conozco a otros iraníes, oyentes, con quienes en ocasiones me reúno. Puedo leer sus labios, y comunicarme con ellos. No puedo hacer eso con alemanes oyentes. Entonces no entiendo lo que hablan. Por eso para mí sigue siendo mejor encontrarme con sordos. Entonces las comunicación es fácil, en lengua de señas. Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 4 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 Dos obras abstractas de Nazila, ambas fechadas en 2005 (óleos sobre tela) A.O. Háblanos de las asociaciones de sordos en Irán. N.R. No es comparable a la situación en Alemania, por ejemplo. Allá es muy débil el movimiento sordo. No hay fuerza para desarrollar programas o nuevas ideas para los sordos. A.O. En algunos artículos que conozco se habla de las “casas de té” como una interesante modalidad de la organización de los sordos iraníes. En esos lugares (que son como los cafés de otros países) se reúnen sordos a conversar, y esos lugares sustituyen de alguna manera el rol de las asociaciones ¿Qué puedes contarnos acerca de eso? N.R. Creo que en Teherán, la capital, hay esas casas de té donde se encuentran los sordos, pero no tengo información acerca de otras ciudades. En otras ciudades que conozco no hay esas casas de té para sordos.Tampoco en otras ciudades que he visitado. A.O. ¿Y qué actividades realizan las asociaciones? ¿Hay encuentros sociales, deportivos, etc.? N.R. Naturalmente lo más importante de los encuentros es siempre el poder conversar. Hay muchas veces actividades deportivas, por ejemplo, y se convoca a los sordos de otros lugares. Se hace un programa, se reparte propaganda, y luego se encuentran muchos sordos en un parque, por ejemplo, y conversan y miran lo que se ha organizado. A.O. ¿Sobre qué temas se habla en esas reuniones? ¿Están los sordos allá interesados también sobre lo que pasa en el mundo, sobre el país? N.R. Sí, se discute mucho, pero siempre a partir de lo que otros sordos saben y cuentan. No hay, por ejemplo, discusiones a partir de lectura de periódicos o nada parecido. La lectura es aburrida, para los sordos, no forma parte de su cultura, y por eso siempre se habla sobre los temas que otros sordos traen. Para los sordos es difícil, la lectura. Comienzan a leer, y se encuentran con muchas cosas que no entienden, y por eso lo dejan rápido. A.O. ¿Cómo es la situación laboral para los sordos iraníes? N.R. Difícil, por la comunicación. Hay muchos sordos, también muchas mujeres, que pueden trabajar, pero la comunicación con los oyentes es una barrera. Las mujeres, por ejemplo, reciben en la escuela formación para trabajos como la elaboración de textiles. En ese trabajo no necesitan comunicarse con los demás Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 5 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 compañeros, ellas saben lo que deben hacer y lo hacen. Si el jefe viene, y tiene que aclarar algo, lo escribe, de modo sencillo, y la persona sorda entiende. Ese tipo de trabajo es posible para los sordos, sin problemas. El caso mío era diferente. Yo hacía trabajo de oficina, como secretaria. Para mí era más difícil. En este trabajo debía comunicarme todo el tiempo con los colegas a través de la lengua hablada, porque todos mis colegas eran oyentes. Yo era la única sorda. Y la primera persona sorda que ellos tenían cerca. A.O. ¿Estuviste mucho tiempo en ese trabajo? N.R. Cerca de tres años. A.O. ¿Y en todo ese tiempo, sólo te comunicabas con tus compañeros en lengua hablada? N.R. Durante el trabajo, sí. Pero durante las pausas para comer, algunos de mis compañeros me preguntaban con interés por las señas. Uno de ellos me pidió incluso que le enseñara, y llegó a aprender bastante. Eso ayuda mucho a los sordos, cuando además de hablar los oyentes saben algunas señas. Entonces los sordos comprendemos bien. A.O. ¿Y dónde aprenden los sordos sus oficios, en la escuela? N.R. Hay diferentes programas en la escuela. Uno de ellos es el bachillerato. Pero hay otros. Antes de terminar la escuela se puede ir en otra dirección y aprender un oficio. Uno puede aprender a hacer textiles, puede aprender a pintar, etc. A.O. ¿Y fue ese el caso tuyo también? N.R. Sí, yo aprendí en la escuela el oficio de tejedora, pero nunca trabajé en eso. No me gustaba. Decidí aprender el trabajo de oficina, por mi cuenta. A.O. ¿No existen leyes especiales en Irán para proteger a los discapacitados? En Venezuela, por ejemplo, existe por ley la obligación de que un porcentaje de la nómina de cada empresa debe darse a personas con discapacidad. Hay asimismo programas de financiamiento para que las personas discapacitadas puedan comprar su propia casa... N.R. En Irán está eso menos organizado. Es una cultura muy diferente. La gente permanece con sus familias. Si uno es pobre, no tiene otra posibilidad. Tiene que conformarse. A.O. ¿Y en el caso de niños sordos tan pobres que no pueden pagar la escuela? N.R. Las escuelas piden un cierto pago a las familias. Cuando la familia de un niño es tan pobre que no puede pagar nada, entonces el director exige de las familias que tienen más dinero que colaboren con una cantidad mayor, para cubrir los gastos de los más pobres. Así, por ejemplo, si en una escuela se pagan, por decir algo, 4 euros, y una familia no tiene nada de dinero, entonces se dividen esos cuatro euros entre varias familias con mejor situación económica, y así se cubre el gasto del que no puede pagar. A.O. ¡Eso es muy interesante! N.R. Mi familia, por ejemplo, no era pobre. Tampoco rica. Normal. Nosotros compartíamos con otras familias que no tenían lo que a nosotros nos sobraba. Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 6 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 A.O. Si comparas la situación de los sordos en Alemania con la de los sordos iraníes, ¿qué piensas? N.R. ¿No sé en qué piensas tú exactamente? A.O. Tomemos el caso de la escuela. En Alemania es gratuita y el estado paga totalmente los gastos de los niños. Todos van a la escuela. Pero luego, si se trata de hacer una formación o conseguir un trabajo, la situación es diferente. Muchos sordos aquí no pueden. En Irán, por lo que cuentas, es más fácil para los sordos aprender un oficio y buscar su lugar en la vida laboral. N.R. En Irán es distinto, sí. Allá se presiona para que todos los discapacitados terminen la escuela. Se adecúan los programas para ayudarlos. Aquí en Alemania es más difícil, cada quien debe decidir por su cuenta lo que quiere hacer: si quiere hacer el bachillerato, si quiere aprender un oficio, es cosa de cada quien. Otra diferencia entre los dos países es el dinero. Aquí en Alemania hay mucho dinero. En Irán hay menos. Eso es una diferencia importante. A.O. En Alemania, a pesar de las dificultades que hay por lo exigente del sistema educativo, hay muchos sordos que pueden hacerse independientes, que fundan sus negocios, que hacen carreras. En Venezuela no es así: ser sordo es allá casi siempre sinónimo de ser pobre, porque las posibilidades de conseguir su propia independencia económica son pocas. La educación es mala, la gente tiene un formación deficiente, y por eso consiguen casi siempre trabajos mal pagados. N.R. Creo que en Irán es como en Venezuela. Yo conozco los casos de algunos sordos que han logrado hacerse independientes económicamente, que tienen sus propios negocios, como tiendas, o también conozco a un sordo que es director de un banco. Esa gente es muy respetada. Pero no es el caso de la mayoría. Tengo un amigo, también, que es maestro de pintura, y todos sus alumnos son oyentes. El entiende muy bien la lengua hablada. La comunicación con los oyentes no es un problema para él. A.O. Vamos a cambiar el tema, y a hablar ahora un poco sobre ti. Eres pintora. Aquí en la asociación están varias de tus obras ¿Nos hablas de tus actividades aquí en Alemania? N.R. Antes aprendí a hacer otras cosas, además de pintar. Soy maquilladora, también. Aprendí a pintar en Irán. Hice para eso muchos cursos. Todos mis compañeros eran oyentes. Al principio tenía dificultades, y me daba mucha vergüenza, pero le escribía al instructor una carta explicándole mi situación, y diciéndole que hablara claro y mirándome, para poder entender lo que me decía. Por eso podía yo entender los cursos, y aprendí rápido. A.O. ¿Has expuesto tus trabajos en otros lugares? N.R. Aquí en Alemania tengo muy pocos contactos. La gente que me conoce personalmente, pues conoce mis cuadros. Pero nunca antes los he expuesto. El próximo mes de octubre voy a mostrar mis trabajos en una iglesia, aquí en Berlín. Me dedico mucho a pintar. Yo querría también trabajar, maquillando, por ejemplo, pero no me lo permiten. Fuera de eso trabajo aquí en la asociación, colaborando como secretaria. Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 7 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 Otro cuadro de Nazilla, “Desierto” (óleo sobre tela, 2006) A.O. Los cuadros que tienes aquí en la asociación son todos de pequeños formatos. ¿Siempre pintas así, o también pintas telas más grandes? N.R. Unas veces hago cosas grandes, otras pequeñas. Depende de lo que quiera hacer en cada momento. Tengo a veces fases en las que quiero hacer cuadros grandes, otras veces, pequeños. A.O. ¿Y el tema de la sordera, o el mundo de la sordera, se refleja de alguna manera en tus cuadros? N.R. Creo que no. Pinto cosas que siento, cosas acerca de mí misma. No creo que pueda encontrarse ahora una relación entre el mundo de los sordos y mis cuadros. A.O. Esta entrevista va a ser leída luego en español, por muchas personas sordas y oyentes. Creo que a ellos les va a sorprender leer cosas acerca de una sorda iraní, de un mundo que para nosotros es muy lejano. ¿Hay alguna cosa que quisieras decirles a esos lectores? N.R. Pues... no sé, no se me ocurre nada ahora. Supongo que me alegraría mucho saber qué piensan ellos de lo que lean sobre mí, pero no sé ahora qué podría yo decirles a ellos... me daría un poco de vergüenza, también. A.O. ¿Cuando llegaste a Alemania, tuviste dificultad para entender las señas de aquí? N.R. Mis contactos al principio fueron con muy pocas personas. Tenía una amiga sorda, alemana, que me puso en contacto con otros sordos. Algunas señas eran fáciles de entender... las señas para COMER, por ejemplo, se parecen mucho en Irán y en Alemania. O DORMIR. Eran tan parecidas que no me costó trabajo comprender. Mi amiga me prestó un libro, también, donde aparecían señas de Alemania, y con ese libro aprendí mucho, en la casa. A.O. ¿Y tus relaciones con otros sordos? ¿Fuiste bien recibida entre ellos? N.R. No puedo generalizar. Había muchos sordos que se interesaban en mí. “¿Ah, de Irán?” y conversaban conmigo. Otros me ignoraban, o me rechazaban. Creo que eso pasaba al menos con la mitad de la gente que conocía. Quienes conversaban conmigo me enseñaban más señas. Yo les preguntaba, me explicaban. Así pude aprender rápido. Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 8 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 A.O. ¿Qué tan rápido? N.R. Creo que en uno o dos meses estaba ya conversando sin problemas. A.O. ¿Te encontrabas con mucha frecuencia con sordos? N.R. Quizás unas cuatro veces por semana. Lo malo es que mientras más aprendía la Lengua de Señas Alemana más se me olvidaba la Iraní. A.O. ¿También se te ha olvidado el persa? N.R. Sigo escribiendo persa, siempre. Eso no se me ha olvidado. Pero sí la lengua de señas de mi país. A.O. Lo mismo me pasa a mí. Durante las visitas que he hecho a Venezuela, en los últimos años, mis amigos sordos me señalan cuántas cosas digo como extranjero, allá, porque uso señas alemanas sin darme cuenta... N.R. Es igual en mi caso. Pero si me encuentro con un sordo de Irán, poco a poco siento cómo regresa a mi mente la lengua de señas de mi país. Pero es algo que ocurre de modo muy lento. A.O. ¿Qué cosas extrañas de tu país, qué cosas no extrañas? N.R. Extraño a mi familia, por ejemplo. Pero hay cosas que no son fáciles para un sordo allá. En la calle, por ejemplo, cuando la gente te ve hablando en señas, te señalan, y se ríen, y hacen burlas de ti. Eso no pasa en Alemania. También ocurre en Irán, si te ven con los audífonos, comienzan a hablar de ti, “ah, el pobre sordo!” y algunos se ríen, te avergüenzan. Solamente cuando estás con otros sordos te liberas de esa presión. Yo, de pequeña, por ejemplo, me negaba a usar los audífonos, porque una vez la gente me hizo llorar en la calle, burlándose de mí. Por eso le dije a mi mamá que no quería llevar puestos los audífonos. A.O. Muy malo eso. Pero... N.R. Sí, es muy malo. A.O.... ¿es esa situación idéntica en el caso de personas con otras discapacidades? ¿Una persona en silla de ruedas, por ejemplo, o un ciego? N.R. Creo que eso pasa solamente con los sordos. Una persona en silla de ruedas es respetada. Puede ser que se burlen de ella cuando ya se haya ido, pero no lo hacen frente a ella. Y los ciegos son bastante respetados. Los ciegos reciben mucho apoyo del estado. Tienen asociaciones, hacen viajes, están muy bien apoyados. Los ciegos son los más privilegiados, y después vienen los demás discapacitados. Los sordos están en último lugar. Es interesante. Los sordos podrían dar mucho más de lo que dan. Pero no reciben ayuda. Los ciegos en cambio son en Irán gente importante. En Alemania todos los discapacitados, independientemente de su tipo de discapacidad, reciben ayuda, por ley y en las mismas condiciones, para resolver sus problemas. Una de las causas de esto es el prejuicio de la gente en Irán hacia los sordos. Cuando una persona no conoce sordos, no sabe cómo son. Pero después de conocerlos cambian su opinión. Lo mismo me pasó a mí en mi trabajo en Irán. Primero me eligieron por mi solicitud, sin saber que yo era sorda. Cuando lo supieron, no querían aceptarme. Pero yo los convencí. Estuve tres meses de prueba. Los demás compañeros me miraban con desconfianza. Yo me avergonzaba mucho. Pero poco a poco les fui mostrando que podía hacer mi trabajo al mismo Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 9 Entrevista a Nazila Rasaie. Alejandro Oviedo, Berlín, agosto de 2007 nivel de un oyente. Lo único que no lograba yo hacer era llamar por teléfono, pero todo lo demás, sí. Luego de un tiempo, de tanto demostrar que yo sí podía, comenzaron a respetarme. A.O. ¿Tienen servicio de intérpretes en Irán? N.R. No es algo que se haya podido iniciar. Hasta donde conozco, ese trabajo es siempre asumido por un amigo, por un familiar que conocen la lengua de señas y te acompañan para interepretar en el médico, en una entrevista de trabajo, etc. Pero que yo sepa no existen intérpretes oficiales todavía. A.O. ¿Y hay intérpretes de lengua de señas en la televisión? N.R. Antes de venirme había algo así como una hora semanal de noticias, el fin de semana, en la que se incluía una traducción en lengua de señas. Los sordos desearían que hubiera más tiempo y mayor número de programas con intérprete, pero no lo han logrado todavía. A.O. Nazilla, vamos ya a despedirnos de ti. Muchas gracias por toda esta interesante entrevista, y hasta pronto! Texto preparado para http://www.cultura‐sorda.eu en septiembre de 2007 10