EJERCICIO F ~ S I C OY PATOLOG~A Prólogo OSTEOARTICUL 1. Introducción a conceptos deportivos 2. Definición, prevalencia y etiopatogenia de las enfermedades osbeoarticulares con mayor presencia en el mundo occidental 3. Efecto del deporte y del ejercicio físico sobre las enfermedades osteoarticulares 11 .l 4. Normas específicas de prescripción de ejercicio físico en distintas enfermedades osteoarticulares a) Artritis reumatoide b) Espondilitis anquilosante c) Artrosis d) Dolor de espalda e) Osteoporosis f) Fibromialgia reumática 5. Prescripción de ejercicio fisico adaptado a la enfermedad o&eoarticular a) Ejercicio de resistencia aeróbica b) Ejercicio de fuerza c) Ejercicio de flexibilidad d) Nuevas perspectivas de ejercicio físico adaptado a la patología osteoarticular e) Hábitos higiénicos posturales en patología osteoarticular Bibliografía 1 .I I( ! i I I .I El deporte es un fenómeno social que ha movido pasiones en las personas desde la época antigua, no hay más que recordar el papel que el deportista tenía en la Grecia clásica y los honores que recibían tanto él como su ciudad. En la actualidad sigue manteniéndose esta situación, pero además, en las sociedades desarrolladas, un número creciente d e personas, y con un cada vez mayor abanico de edades, se incorpora a su práctica por muchos motivos, entre ellos el mejorar su salud. Esta mejora del estado de salud procurada por el deporte y el ejercicio se da tanto en su vertiente de promoción d e la salud como en la prevención y recuperación d e la enfermedad. Todo ello hace que tanto los pacientes como los médicos se preocupen cada día más en conocer los conceptos generales y los beneficios que el ejercicio físico aporta al cuerpo y acercarse a sus bases fisiológicas. En este sentido, el presente texto cobre la faceta d e divulgación general que se propone con una explicación sencilla y comprensible de lo qué es y debe ser el ejercicio físico en la patología osteoarticular. En la consecución d e este objetivo, aparte de las explicaciones ofrecidas, también ayudan de forma notable las tablas y figuras que lo acompañan, muchas de ellas basadas en recomendaciones de organizaciones con reconocido prestigio científico o métodos de probada eficacia terapéutica. Tras una introducción general, que nos muestra los principales conceptos que debemos conocer como recursos energéticos según el tipo de esfuerzo, conceptos de entrenamiento, conocimientos que hay que tener a la hora d e prescribir o realizar ejercicios d e acuerdo con su repercusión cardiovascular, y en qué categoría se encuadra cada tipo d e deporte practicado o que podamos recomendar a nuestros pacientes, algo muy necesario para no incurrir en riesgos evitables. También nos orienta en lo que es una sesión de ejercicio, en el volumen y en la frecuencia recomendable según la condición personal del que lo practica. seguidamente, la autora nos guía por la definición, concepto y prevalencia de las principales enfermedades reumáticas para situar de forma adecuada el tema y a continuación nos adentra en el efecto del deporte y del ejercicio físico sobre las enfermedades osteoarticulares. En los diferentes apartados, el lector encontrará datos útiles sobre los efectos del ejercicio en cuanto a mejorar la forma física y capacidad cardiovascular de los pacientes, gasto de energía, mejora de la movilidad, control del dolor, aumento de la fuerza, ganancia de masa ósea y demás efectos beneficiosos sobre la salud, todo ello organizado de una forma clara y precisa para cada una d e las enfermedades seleccionadas. I 1 1 l I 1 l I 1 + I A continuación, en el capítulo de normas específicas de prescripción del ejercicio físico en las distintasenfermedades osteoarticulares, se expone de forma más detallada el cómo, cuántoy qué deporte O ejercicio hacer según la clase funcional y la situación de cada paciente o enfermedad. Los conceptos son claros e incluyen muchas de las actividades al uso en nuestra población general. Finalmente, en la última parte se dan normas de las diferentes modalidades de ejercicios: de resistencia, de fuerza, de flexibilidad, y una serie de nuevas perspectivas sobre el ejercicio físico y hábitos higiénicos posturales muy útiles en patología osteoarticular. En resumen, se puede decir que la lectura es rápida y fácil, se obtienen ideas claras y de ayuda sobre los beneficios que el ejercicio y la cada vez más compleja actividad deportiva ofrecen a nuestra población. La situación de salud basal y de preparación que cada una de estas actividades requiere y las recomendaciones adaptadas a cada tipo de enfermedad existentes en la literatura o recomendadas por los expertos y las sociedades científicas. Dr. Eugenio de Miguel Reumatólogo. Servicio de Reurnatología Hospital Universitario La Paz Madrid ~NTRODUCCIÓN A CONCEPTOS DEPORTIVOS I l i El deporte está considerado como uno de los fenómenos sociales más importantes del mundo contemporáneo. Apareció como consecuencia de la institucionalización y la reglamentación de diferentes formas Iúdicas tradicionales y se convirtió rápidamente en un medio indispensable de una mejor utilización del tiempo libre, teniendo un grado d e presencia importante en nuestras vidas. La magia del deporte nos atrae, tanto a espectadores como a practicantes. Esta atracción existe porque en el deporte volcamos mucho entusiasmo e ilusiones y hasta alguna frustración, es decir, parte de nuestras vidas. Por decirlo así, el deporte es una representación d e la vida cotidiana, aunque en forma de juego (19, 28, 58). Los estudios realizados desde la perspectiva funcionalista para entender por qué la gente se introduce en el mundo de la práctica deportiva nos indican que son las habilidades y características d e las personas, la influencia de la familia y amigos; la existencia de oportunidades, experimentar éxito y divertirnos, lo que nos incita a la práctica deportiva. Pero sin duda, el valor sobreañadido o asociado de la práctica deportiva con el de salud o buena forma física, como un bien u objetivo a perseguir, para afrontar mejor nuestro trabajo o actividad cotidiana, es lo que está en la base de la indicación o prescripción de ejercicio físico en personas sanas y con enfermedades crónicas (19, 28, 58). La salud que perseguimos no sólo es la física, sino la salud mental, o la fortaleza para afrontar las situaciones difíciles. resistir la presión y sobreponerse a las dificultades, lo podemos conseguir con un deporte planificado y bien prescrito. Cada día más investigaciones nos hablan de los efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre diferentes sistemas orgánicos, de su ayuda en la prevención de distintas enfermedades, especialmente las de tipo cardiovascular, y como coadyudante al tratamiento farmacológico y no farmacológico de otras (20, 66). Es por esto que el concepto d e prescripción d e ejercicio ha empezado a primar, sobre todo en el ámbito médico, como un proceso por el cual a una persona sana o enferma se le recomienda un régimen de actividad física individualizado y adecuado a sus necesidades, a diferencia del concepto clásico d e prescribir o recetar un fármaco, un tratamiento o un procedimiento (58). El ejercicio físico se ha visto que es muy efectivo en los procesos en los que hay daño articular; éste se ofrece tanto como alternativa terapéutica, mejora de los resultados farmacológicos, arma precisa en la prevención de estas enfermedades reumáticas y, lo más importante, el mejor "bastón" para mejorar su calidad de vida. Para poder realizar esta prescripción, en el ámbito de la medicina del deporte hay que repasar unos conocimientos básicos de la adaptación del organismo al esfuerzo físico y conocer los diferentes sistemas por los que el organismo capta energia en función del esfuerzo físico. 1.1. SISTEMAS ENERGÉTICOSY UTILIZACIÓN SEGÚNEL ESFUERZO El organismo está diseñado para moverse y poder realizar todo tipo de actividades con los fines más diversos; para esto el cuerpo humano es una central de energía sofisticada que produce energía y permite así que sus células funcionen (41). Durante la realización de ejercicio se desencadenan en el organismo una serie de modificaciones fisiológicas, tanto de forma inmediata como permanente, y también de forma diferente según se trate de un individuo de vida sedentaria o de una persona entrenada regularmente (6, 37), destinadas a: Disponer de 7-12 kilocalorías de energía necesaria para la contracción muscular (gracias al desdoblamiento de ATP en ADP) (37). Ofrecer más oxígeno al músculo que realiza el esfuerzo, actuando a su vez sobre la recogida de oxígeno de los alvéolos del aire inspirado y su posterior transporte por la sangre a los tejidos (2, 26, 62). La principal fuente de energía para la contracción del músculo es el ATP. Esta molécula de ATP a través de transformaciones energéticas se convierte en energia cinética. La energía se obtiene cuando el ATP es hidrolizado en ADP y fosfato inorgánicoy se utiliza en las proteínas miofibrilares en el complejo actina-miosina a través de cuatro sistemas energéticos (4, 10, 59, 60). a) Sistema del fosfágeno: Una de las fuentes inmediatas de obtención de energía mediado por la enzima creatinquinasa y el sistema de la adenilciclasa (4, 37, 38.60). b) Glicólisis anaerobia: Siendo la glucosa el substrato, la formación neta de ATP se limi- Figura 1. Posibilidades de suministro de energía en función del tiempo. ta a dos moléculas de ATP por cada molécula de glucosa; la utilización de 180 g de glucógeno, en ausencia de oxígeno, nos va a permitir disponer de 3 ATP de manera inmediata. Las reservas de glucógeno se acumulan principalmente en dos sitios: hígado y músculo (4, 8,36, 37.38, 55). C) Fosforilación oxidativa: A través de esta vía, la más generosa energéticamente de las tres, se obtienen 39 ATP en presencia de oxígeno útil (3 ATP por la glucogenolisis y 36 de la propia oxidación aeróbica de las mitocondrias) para la oxidación de 180 g de glucógeno (4, 8, 24, 37, 38). 2 .... ; ................................................................................................................................ Minuto y medie a tres minutos 30 reg a 1 minuto y medio Mar de tres minutos d) Oxidación d e los ácidos grasos: Por medio de este sistema energético, puramente aeróbico, se oxidan los ácidos grasos que se hallan almacenados en el organismo en forma de triglicéridos (tres moléculas de ácidos grasos y una de glicerina) (32, 36). Los substratos energéticos utilizados varían con el esfuerzo físico. No es solamente la sucesión de una serie de sistemas energéticos que "se encienden" y "se apagan", sino más bien una mezcla continua con superposición de cada modo de transferencia energética con predominio de un tipo de fuente energética (32). Basándonos en la duración del esfuerzo realizado, podemos establecer cuatro diferentes grupos: Ejercicios de menos de treinta segundos. La energia se obtiene predominantemente del sistema del fosfágeno. Esta fuente energética es mínima en personas de edad avanzada (38). Aunque todos los deportes requieren de la utilización de los fosfatos de alta energía, muchas actividades dependen casi exclusivamente de este medio de transferencia, tales como el fútbol americano, la halterofilia, determinadas modalidades del atletismo, el béisbol y el voleibol (32). Ejercicios de treinta segundos a minuto y medio. La energia predominante en este caso es la glicólisis anaerobia (32, 38). Tal Metabolismo anaeróbico es el caso de las carreras de 400 metros o 410 metros vallas. Ejercicios de minuto y medio a tres minutos. Donde la predominancia energética de la glicólisis anaerobia deja paso a la fosforilización oxidativa (32.38). En este grupo se incluye las pruebas de 800 metros, 1.500 metros, e inclusive de 3.000 metros. 8 Ejercicios de más de tres minutos, Donde prácticamente toda la energía la mas de la fosforilización oxidativa y de la oxidación de 10s ácidos grasas (32, 38). Este es el sistema energético predqminantemente utilizado en maratón o pruebas ciclistas de ruta. 1.II.CONCEPTOS DE ENTRENAMIENTO: Todas las actividades que realiza el organismo sirven de estímulo para el mantenimiento o mejora del funcionamiento de sus células, de tal forma que cuantas más actividades realiza, mayor grado de funcionamiento adquiere en la etapa de crecimiento y menor grado de declinación se produce en la etapa de involución o envejecimiento. Hipócrates de Cos ya lo indicaba en su "Corpus 1 Metabolismo aer6bico Hippocraticum": "Todas aquellas partes del cuerpo que tienen una función, si se usan con moderación y se ejercitan en el trabajo para el que están hechas, se conservan sanas, bien desarrolladas y envejecen lentamente, pero si no se usan y se dejan holgazanear, se convierten en enfermizas, defectuosas en su crecimiento y envejecen antes de hora" (58). En la actualidad sabemos que 10s efectos de la actividad física son múltiples y abarcan tanto al individuo en general como a diferentes sistemas tanto cardiovasculares como musculares, metabólicos, etc. Uno de los efectos de la actividad es la mejora de las cualidades físicas (41). Las cualidades físicas básicas son el conjunto de aptitudes de la persona que la posibilitan fisiológica y mecánicamente para la realización de cualquier actividad física. De forma general, se consideran cuatro las cualidades físicas básicas: la resistencia, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad (31, 43). A) La resistencia: es la capacidad psicofísica de una persona para resistir la fatiga. Figura 2- Las cualidades físicas básicas y su modificación con la edad en un individuo sano sedentario % Como máximo individual ciencias biológicas, psicológicas y pedagóración tras una estimulación eficaz con el fin de poder soportar de nuevo una carga parecida. gicas. Estas guías y reglas que sistemáticamente dirigen el proceso global d e entreQue iexista~ unai variedad ~ de i ~ 3. ~ ~ ~de cargas así namiento se conocen como ~ y continuidad, ~ ~~~d~~ellosse~ relacionan~ como repetitividad ~ ~ sin olvidar- ~ nos d e la periodificación, individualidad, entre sí y garantizan la aplicación correcta alternancia. modelación y regeneración (13, de todo el proceso de entrenamiento, aun21* 22, 31, 43). que son variables para cada autor (31). Dentro d e estos principios hay dos aspec1.111. PRESCRIPCION DE EJERCICIO: tos, unos de carácter pedagógico como la participación activa, evidencia, accesibiliSe entiende como componentes del entrenadad y sistemática, y otros d e carácter biolómiento las magnitudes que determinan o gico, tales como: dosifican el propio entrenamiento y que van a constituir las parcelas fundamentales d e toda 1. Que el nivel d e estimulación de la carga prescripción d e ejercicio y dentro d e ellas sea adecuado. Éste tiene que superar el debemos distinguir tipo, sesión, volumen, umbral d e movilización o umbral crítico de frecuencia e intensidad de ejercicio (13, 41). entrenamiento del deportista d e lo contrario Resistencia V e l o c i d a d -----#Fuerza Flexibilidad I i i i - no tendría efecto el entrenamiento. B) La fuerza: es la capacidad de superar o contrarrestar fuerzas mediante la actividad muscular. gresar con posterioridad, hacia la condición física específica, dentro del marco d e un proceso d e entrenamiento a largo plazo (31,43). C) La flexibilidad: es la cualidad física básica que, con base en la movilidad articular, extensibilidad y elasticidad muscular, ofrece el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones diversas, permitiendo al individuo realizar acciones motoras con la mayor agilidad y destreza posibles. El entrenamiento se define como un proceso planificado y complejo, que en el caso del ejercicio consiste en organizar la cantidad y la intensidad del ejercicio para que las cargas progresivas estimulen los procesos fisiológicos d e supercompensación del organismo, favorezcan el desarrollo de las diferentes capacidades Y así Promover Y consolidar el rendimiento deportivo. Es decir, entrenamiento es igual a adaptación biológica (13). D) La velocidad: es la capacidad motriz para realizar actividades motoras en condicio. nes dadas en el tiempo mínimo. En ninguna actividad física estas cualidades aparecen de forma pura y aislada, sino más bien interrelacionadas entre sí. Cada vez que se realiza un ejercicio se precisa siempre d e una fuerza, se ejecuta con una velocidad determinada con una amplitud (flexibilidad) dada y en un tiempo (resistencia) también determinado (31.43). La evolución y desarrollo de las mismas van a conformar en principio la condición física general d e la persona, para evolucionar y pro- Esta adaptación biológica, fruto del entrenamiento, va a ejercer unos efectos en el organismo humano tanto d e forma inmediata (variaciones bioquímicas y morfofuncionales después de la ejecución del ejercicio) como de forma permanente o como efectos acumulativos (variaciones que aparecen después d e un largo periodo de entrenamiento) (13, 21, 22). 2. Que sea tenida en cuenta la relación entre la estimulación y el periodo de descanso posterior. Es necesario un cierto tiempo d e recupe- a) Tipo de ejercicio: Los tipos d e deportes pueden ser clasificados según muy diferentes variables pero desde el punto d e vista d e prescripción de Cuadro 1. Modalidades de ejercicios en referencia a intensídad y tipo d e trabajo. Según clasificación d e deportes. JH Mitchell Co-Chairman. B. Maron. Co-Chairman and SE Eptern Co-Chairmain. J. A m Colleg Cardiol 1985;6: 1189-1 190. (46). CLASIFICACI~N 1. DEPORTES DE MODERADA O ALTA REPERCUSI~N CARDIOVASCULAR 1 1 i ! 1 La teoría y metodología de entrenamiento tiene sus propios principios basados en las l Deportes aeróbicos con participación muscular dinámica: Atletismo (pruebas de fondo), baloncesto. balonmano, ciclismo de ruta, esquí de fondo, fútbol, hockey hielo, hierba y patines, rugby, tenis y triatlón. 11. Deportes anaeróbicos con participación muscular mixta (isornétrica y dinámica): Atletismo (velocidad), artes marciales: karate, judo, badminton, ciclocross, esquí alpino, fútbol americano, natación sincronizada, motocross, pentatlón moderno, squash, waterpolo y voleibol. 111. Deportes aeróbico-anaeróbicocon participación muscular mixta: Bicicleta de montaña, boxeo, ciclismo pista, patinaje velocidad, piragüismo y remo. 1 l TIPOS Y CARACTER~STICAS l. 2, DEPORTESDE MODERADA REPERCUSI~N CARDIOVASCULAR 3. DEPORTES DE LIGERA O BAJA REPERCUSIÓN CARDIOVASCULAR l. Deportes aeróbicos con participación muscular dinámica: Treking. II. Deportes anaeróbicos con participación muscular isornétrica: Motociclismo, surf y vela. Bolos, golf, tiro con arco. I Cuadro 2. Clasificación de tipos d e deporte en función del grado de destreza (34). GRUPO EJEMPLOS DESTREZA 1 De nivel bajo e intensidad constante Caminar, correr, pedalear 2 De nivel medio e intensidad medianamente constante Nadar, esquiar, remar, patinar 3 De nivel alto e intensidad altamente variable Baloncesto, fútbol, deportes de raqueta ejercicio resulta más práctico clasificarlos en función de la intensidad y el tipo d e trabajo realizado (57, 58): Este tipo de clasificaciones a veces son insuficientes y conviene recalificar los deportes según el grado de destreza necesario para su realización (41). b) Sesión de ejercicio: Toda sesión de ejercicio debe ser estructurada en tres segmentos indispensables para la realización de un ejercicio con las mejores garantías y con el fin de evitar efectos adversos. Estos segmentos son: a) el calentamient o (donde el organismo se prepara progresivamente para el trabajo a realizar); b) parte principal del ejercicio (con unas características que posteriormente se van a desarrollar), y C) vuelta a la calma o periodo d e enfriamiento (13, 41). C)Volumen del ejercicio: Es el componente cuantitativo de la planificación deportiva. La noción de volumen implica la cantidad total de actividad ejecutada en el entrenamiento. Son partes integrantes del volumen de entrenamiento tanto el tiempo y duración del ejercicio como la distancia recorrida, la carga indicada y el número de repeticiones de un ejercicio (13). Es muy importante que sea lo suficientemente adecuadacomo para producir gasto calórico de unos 1.200 kilojulios. Esto se puede conseguir: Con ejercicios cortos de 5-10 minutos a intensidades mayores del 90% del VO, máx. 1 I La frecuencia cardiaca es la meior forma de determinarla, ya que guarda relación con el VO, máx. La frecuencia cardiaca máxima declina con la edad y tiene diferencias individuales. Sus valores los obtenemos de la prueba d e esfuerzo o de la fórmula Fc. máx.= 220-edad (41). El American College Sport Medicine recomienda intensidad basada en: Con esfuerzos a intensidades más bajas pero con una duración d e 20 a 60 minutos (41). En este caso se debe empezar realizand o sesiones d e 12-15 minutos, hasta llegar a los 20 minutos. En las personas muy desentrenadas se pueden iniciar pausas d e descanso para posteriormente irlas reduciendo a medida que mejora el estado d e forma física (41). - M)-90%frecuencia cardiaca máxima. 50-85% del VO, máx. o frecuencia cardiaca d e reserva. - 40-50% del VO, máx. con nivel d e forma física muy bajo (12, 13, 41, 50). - d) Frecuencia del ejercicio: Por frecuencia del ejercicio nos referimos a las unidades d e entrenamiento semanales (13). Así: La intensidad se puede prescribir también, entre un porcentaje mínimo y máximo de la frecuencia cardiaca máxima, utilizando el siguiente algoritmo: Cuadro 3. Pautas genéricas d e sesiones d e entrenamiento semanales. Límite mínimo: (Fc d e reserva x 0,5) + Fc sentado. Límite máximo: (Fc d e reserva x 0.85) + Fc sentado. Fc d e reserva= FC max- FC sentada (12, 13, 41, 50, 51). NIVEL Principiantes Avanzados Alto nivel Si esto mismo lo referimos en función d e los METS (MET= cantidad d e oxígeno consumid o por sujeto en reposo) que presenta un paciente, podríamos indicar lo siguiente: Podemos establecer entonces cuatro zonas d e intensidad d e entrenamiento basadas en la frecuencia cardiaca (12, 13). - Cuadro 4. Tabla indicativa de intensidad d e ejercicio en función de la frecuencia cardiaca. Pacientes con <3 METS deben realizar sesiones múltiples cortas diarias. - Pacientes con 3-5 METS deben realizar 1 a 2 sesiones a la semana. - Pacientes con >5 METS sería aconsejable la realización de 3-5 sesiones a la semana (12). e) Intensidad del ejercicio: La intensidad es el componente cuantitativo del entrenamiento, pudiéndose considerar Figura 3. Ejemplo de una sesión d e entrenamiento ajustado a la frecuencia cardiaca de una persona de 20 años (11). 1 (este tipo de ejercicio conlleva a mayores riesgos) SESIONES 415 sesiones 6/8 sesiones 8/12 sesiones también como la cantidad de trabajo d e entrenamiento realizado por unidad d e tiempo. Es el componente más difícil d e prescribir y d e determinar. Los factores que lo delimitan son: nivel d e forma física, presencia d e medicación, riesgo de complicaciones, preferencias individuales y objetivos del programa (13). t i zona Tipo de intensidad Frecuencia cardiacalmin. 1 baja 120-150 1 2 media 150-170 I 3 alta 170-185 1 4 máxima >185 t DEFINICIÓN, PREVALENCIA Y ETIOPATOGENIA DE LAS ENFERMEDADES OSTEOARTICULARES -CON MAYOR PRESENCIA EN EL M U N D O OCCIDENTAL - - - Existen en la actualidad más d e 100 enfermedades reumáticas que varían en los grados d e afectación articular y sistémica. Dentro de ellas se engloban un conjunto d e enfermedades crónicas con diferentes grados d e afectación articular y en órganos y sistemas. Las articulaciones más frecuentement e afectadas son: manos, muñecas, pies, rodillas, caderas, columna cervical y lumbar (35). La patología base consiste en una inflamación de la articulación desencadenada por erosiones, desgarros o desgastes, por lo que aparece una dificultad para movilizar la articulación y dolor que puede afectar finalmente a la musculatura adyacente (35). En cualquiera d e los casos nos encontramos ante un paciente con una enfermedad crónica (con afectación articular y sistémica), con necesidad d e tratamiento farmacológico continuado no curativo y con tendencia a producir incapacidades o limitaciones. Todo esto afecta al aspecto psicológico del paciente, haciéndole perder la autoestima y confianza. Por tanto, el plan terapéutico d e estos pacientes no sólo deberá incluir una prescripción farmacológica adecuada, sino también una prescripción de ejercicio, unas recomendaciones higiénico posturales y unas adaptaciones y ayudas técnicas para cada tipo de patología (35). Estos procesos reumáticos presentan una alta incidencia y prevalencia en todo el mundo, lo que les convierte en un problema sanitario d e primer orden, con implicaciones sociales y económicas evidentes (47). Tal y como describen Minor y Kay (35), los dos tipos más comunes de enfermedades articulares son la artrosis u osteoartritis y la artritis reumatoide. Otras, con elevada presencia en la población mundial, son la espondilitis anquilosante, osteoporosis, dolor lumbar y la fibromialgia reumática. La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria sistémica autoinmune, d e etiología desconocida, con elevada prevalencia en la población general y que cursa como una poliartritis crónica destructiva con inflamación d e la membrana sinovial como d e la articulación. En su patogenia participan respuestas tanto de inmunidad innata como adaptativa, debido a una producción aumentada d e algunas citoquinas proinflamatorias. La formación de un tejido invasivo derivado de la producción d e sinoviocitos activados (pannus) destruye el cartílago y el hueso a través de la producción de las metoproteasas (18, 49). Esta destrucción del cartílago impide la movilidad y facilita la vulnerabilidad d e la articulación ante cualquier lesión e inclusive con la actividad cotidiana. Todo este proceso facilita la aparición de deformidades articulares posteriores, sobre todo en articulaciones periféricas con distribución más o menos simétrica y dentro d e un curso variable. Las articulaciones más frecuentemente afectadas son la interfalángicas proximales, meta- carpo-falángicas, tarso-metatarsianas, caderas, columna cervical, codos y hombros (47,49). Para su diagnóstico es necesario cumplir un mínimo d e cuatro criterios durante al menos seis semanas, d e entre los siguientes: rigidez matutina, artritis d e tres o más áreas articulares, artritis en las articulaciones d e la mano, artritis simétrica, nódulos reumatoideos, factor reumatoide positivo (80%) y alteraciones radiológicas típicas (erosiones o descalcificaciones óseas inequívocas) (47). Figura 4. Imagen de una articulación normal y otra con los efectos de la osteoartrosis. Tomado de Anderson B, Burke E, Pearl B. Estar en forma. El programa más eficaz para ganar fuerza, flexibilidad y resistencia. E d Integral 2003. 5" Ed. Barcelona. La espondilitis anquilosante es un proceso inflamatorio del raquis d e causa desconocida, incluido dentro d e las espondilopatías y que afecta principalmente al esqueleto axial (cadera, hombros, articulaciones sacroiliacas y columna vertebral), y con menos frecuencia a las articulaciones periféricas y estructuras extrarticulares (la manifestación más frecuente es la uveítis anterior aguda) (25, 47). La artritis reumatoide es relativamente frecuente, llegando a afectar al 1% d e la población (47). Artrosis es el término utilizado habitualmente en nuestro medio para designar la degeneración del cartílago y las demás alteraciones que se derivan de ella (a veces se utilizan como términos equivalentes las expresiones osteoartritis, osteoartrosis o enfermedad articular degenerativa), siendo la segunda causa d e incapacidad permanente, después (34). d e las enfermedades cardiovascu~~res La artrosis n o es una enfermedad sistémica, sino el resultado d e un grupo heterogéneo d e factores mecánicos y biológicos que desestabilizan el acoplamiento normal entre la degradación y la síntesis d e los condrocitos d e la matriz extracelular del cartílago articular y del hueso subcondral. Esto produce manifestaciones clínicas, cambios patológicos y signos radiológicos comunes (7,34,47) (figura 4) Todos estos factores conllevan un desgaste del cartílago que produce roces, dificultad y dolor al movimiento, realizando un feedback negativo porque conlleva dolor (15). Entre los factores que conducen a la degeneración articular tenemos los genéticos, ambientales, metabólicos y traumáticos. El conjunto d e varios factores, asociado a cambios bioquimicos en el cartílago articular y membrana sinovial, y en conjunción con fac- con una prevalencia del 0,3-1,2% y una incidencia anual del 0,03%. Es mayor en mujeres que en hombres y más en zonas urbanas que en zonas rurales (18). La prevalencia d e la artrosis en España es d e un 4% y sus principales factores d e riesgo son la edad, el sexo, la obesidad y la carga genética (7). Artiwlad6n normal Mmbdnorul Artiuiladón wteoarbiüca tores genéticos, conllevan al desarrollo y a la evolución de la enfermedad. Algunos autores han llegado a postular el porcentaje d e contribución de los diferentes factores d e riesgo en el desarrollo d e la enfermedad atribuyendo un 40% a la carga d e trabajo, un 55% a la participación deportiva y un 15% al sobrepeso corporal (7.47). La osteoartrosis tiene una alta incidencia y afecta a millones d e personas anualmente, siendo la más frecuente causa d e artritis en Estados Unidos. En este país la padecen el M)% d e los mayores d e 50 años, cifra que alcanza el 70-80% por encima d e los 75 años (47). Enfermedad de distribución universal, Esta enfermedad presenta una alta relación con el antígeno d e histocompatibilidad HLA27 (90% de los pacientes). En la columna cursa con la formación d e un tejido d e granulación d e carácter inflamatorio en la médula ósea subcondral, con osificación endocondral secundaria (sindesmofitos) que sigue creciendo y acaban formando un puente entre los cuerpos vertebrales, Ilegand o a la anquilosis d e la articulación (47). La evolución d e la enfermedad produce una disminución d e la flexibilidad d e la columna, desapareciendo la lordosis lumbar y aumentando la cifosis dorsal. El aumento d e la cifosis dorsal, el dolor costal y la calcificación d e estas estructuras, nos lleva a una limitación d e la movilidad d e la caja torácica y puede afectar al sistema respiratorio (47). La prevalencia d e esta enfermedad en Estados Unidos alcanza a 129 pacientes por cada 100.000 habitantes (47). Podemos definir osteoporosis como una enfermedad sistémica del esqueleto que se caracteriza por una acentuada pérdida d e masa ósea en el esqueleto, ya sea por una disminución d e la formación ósea o por un aumento d e la resorción normal del mismo. D e cualquier modo, el resultado es una debilidad ósea y menor resistencia del hueso a soportar cargas, lo que conlleva a fracturas, que afectan sobre todo a columna, cuello femoral y radio y ante traumatismos desproporcionadamente pequeños. Algunos autores denominan osteoporosis a la simple pérdida d e masa ósea, mientras que otros prefieren designar a este fenómeno "osteopenia" reservando el término de osteoporosis para las situaciones en que ya se han establecido las fracturas. Por tanto, la existencia de osteoporosis supondría por definición, la existencia de osteopenia (5, 34) (figura 5). Figura 5. Imagen de la evolución natural del fémur. Tomado de Anderson B, Burke E, Pearl B. Estar en forma. El programa más eficaz para ganar fuerza, flexibilidad y resistencia. Ed Integral 2003. 5" Ed. Barcelona. @ 19.34 iM @ cree que puede ser debido a un déficit de vitamina D con un hiperparatiroidismo secundario. La pérdida es de hueso trabecular y cortical y afecta más a cadera y vértebra. Secundaria: En algunos tipos como la diabética o la corticoidea, el factor predominante es un déficit de formación ósea y, por tanto, se beneficiará del ejercicio físico como herramienta terapéutica. La osteoporosis se encuentra relacionada con la edad, sexo femenino, historia familiar positiva, menopausia prematura, no haber tenido hijos, consumo excesivo d e tabaco y alcohol y dietas pobres en calcio (5, 34). Las razas blanca y amarilla son las que más padecen de osteoporosis, siendo un hallazgo raro en la raza negra. Las denominadas involutivas, postmenopáusica o tipo I y senil o tipo II, se consideran hoy como uno de los problemas más importantes de la salud a nivel mundial (48). Podemos decir que la incidencia y prevalencia dependen, en gran parte, de los criterios que se tomaron para definir la enfermedad, así hay trabajos que señalan que más d e un 50% de las mujeres a los 50 años presentan alteraciones radiológicas vertebrales sugerentes d e osteoporosis (48). Mediante estudios realizados con biopsia ósea en individuos fallecidos de accidente se encontró osteoporosis en un 25% de las mujeres y en un 15% de los hombres mayores de 45 años. Mediante estudios radiológicos de columna vertebral, la prevalencia de la osteoporosis vertebral aumenta con la edad y varía según las zonas de estudio, así en Estados Unidos y en mujeres mayores de 65 años la prevalencia de fracturas vertebrales es de un 27% (48). e--@: z 2 Fémur Secd6n transversal del femur Dentro de la osteoporosis podemos encontramos con diferentes tipos, tales como (34): Involutiva: Debida a la edad. Postmeno~ausiao tipo 1: Por aumento del turnover óseo secundario a la deprivación gonadal; la pérdida es mayor en hueso trabecular y afecta sobre todo a vértebra y muñeca. Senil o ti00 II. Por exceso de la pérdida fisiológica de masa ósea debida a la edad. Se Esto la ha llevado a ser uno d e los problemas de salud d e mayor importancia en los últimos años, aunque no por l o referido a la enfermedad ósea en sí, sino a las consecuencias que acarrea a las personas que la padecen, estamos hablando de las fracturas óseas. Su importancia recae en la gran incidencia y al gran coste sanitario anual, convirtiéndose en un serio problema de salud pública (5). El dolor lumbar o dolor de espalda afecta al 70-80% de la población general en algún momento de la vida. En la mayoría d e los casos (90%)se debe a trastornos mecánicos de la columna lumbar. La duración media de un episodio de dolor lumbar es de 4 a 6 semanas; si persiste durante más tiempo hablamos de dolor de espalda crónico. La causa es generalmente benigna y el grado de discapacidad muy variable (3, 34). Afecta a individuos de todas las edades con una predilección por las personas en la cuarta, quinta y sexta décadas de su vida. Tiende a producirse de manera aguda y por lo general después de alguna clase de esfuerzo físico (9). En las sociedades donde las personas realizan trabajos más físicos y no permanecen tanto tiempo o sentadas, los problemas de espalda prácticamente son nulos (3). Se desconoce la causa exacta del dolor, pero probablemente se debe a una irritación nerviosa que afecta a los músculos, fascias, articulaciones facetarias, periostio o ligamentos de la región lumbar (9). Los pacientes con lumbago tienden a quejarse de dolor limitado a la parte baja d e la espalda. Por lo general es bilateral, no existe irradiación a las caderas o por debajo d e las rodillas y no hay parestesias generalmente. Los pacientes a menudo se quejan de limitación de la movilidad y de dificultades para realizar la vida diaria (9) Los síntomas se pueden resumir, por tanto, del siguiente modo: Dolor: debe identificarse su localización y referencia a extremidades inferiores, si irradia a pierna, talón o pie indica irritación de las raíces nerviosas L4, L5 ó Si; si no lo hace por debajo de la rodilla, es un síntoma común de dolor de espalda mecánico, pero no ciático. El dolor mecánico varía también con la postura y la actividad. Parestesias: referidas al área de distribución de la raíz nerviosa afecta, pudiendo ser muy molestas y único síntoma. Rigidez: secundaria al dolor y espasmo muscular. Síntomas urinarios: indican compresión nerviosa de la cola de caballo secundaria a prolapso central de un disco intervertebral, y debería considerarse una urgencia quirúrgica. Trastornos intestinales: el estreñimiento puede ser secundario a compresión medular, aunque es relativamente infrecuente (34). La fibromialgia reumática es una enfermedad que cursa con dolor, rigidez en el cuello, hombros y caderas y fatiga muscular, sin afectación inflamatoria articular, y que se caracteriza por dolor generalizado durante tres meses y dolor a la palpación en once o más de dieciocho puntos hipersensibles específicos, que se sitúan en la base del cuello, flexura de los codos, caderas y rodillas. Otros signos clínicos han estado asociados a la FM, como son las alteraciones del sueño, fatiga crónica, rigidez matinal, ansiedad y depresión (47). La etiología d e esta enfermedad es desconocida, sin embargo se cree que factores ambientales y genéticos juegan un papel importante en la enfermedad. El diagnóstico puede resultar complicado, ya que dentro d e los síndromes que cursan con dolor en partes blandas se solapan diferentes enfermedades que presentan síntomas y signos comunes o bien pertenecen a una misma entidad con distintas manifestaciones, como puede ser el síndrome de fatiga crónica y el síndrome de dolor rniofascial (47). Afecta principalmente a mujeres en un 80% entre 20 y 55 años, con una prevalencia que alcanza al 1% de la población en los Estados Unidos (47). La importancia de esta dolencia radica en la limitada calidad de vida que presentan estos pacientes. EFECTO DEL DEPORTE Y DEL OERCICIO F~SICO SOBRE LAS ENFERMEDADES OSTEOARTICULARES Por actividad física entendemos cualquier movimiento corporal realizado por los músculos esqueléticos que produce un gasto d e energía. La actividad física está presente en todo lo que una persona hace durante las 24 horas del día, salvo dormir o reposar (67). Deporte, sin embargo, es la categoría del ejercicio físico que lleva implícita la competición con otras personas o con uno mismo. En el deporte, el sujeto hace trabajar a su organismo en los entrenamientos, con el objetivo d e llevar los límites d e su capacidad de esfuerzo un poco más lejos y rendir cada vez más en las competiciones (67). Forma física se define como el conjunto de atributos que las personas tienen o adquieren y que se relacionan con la capacidad para realizar actividad física, siendo el resultado d e su conducta. Es la capacidad para hacer frente a todas las actividades que se realizan durante las 24 horas del día, o la capacidad para realizar trabajo físico (67). Es importante haber expuesto estas definiciones para que tengamos en cuenta que los efectos de la actividad física y el deporte van a producir efectos dispares sobre las enfermedades osteoarticulares. Sin embargo, no quedará duda alguna, después de lo que vamos a mostrar, sobre los efectos beneficiosos, d e una buena forma física para afrontar estas enfermedades. Los objetivos del ejercicio físico en la artritis reumatoide, son principalmente restaurar la movilidad articular, controlar el dolor y aumentar la fuerza muscular, además d e obtener beneficios generales para la salud (47). Diversos estudios muestran que el ejercicio físico d e tipo aeróbico, especialmente las variedades de bajo impacto o exentas d e impacto, es bueno y deseable para los pacientes con artritis reumatoide. Además, cada vez existen más evidencias d e que el entrenamiento cardiovascular contribuye n o sólo a la forma física, sino también al incremento d e la autosuficiencia y a la disminución y control del dolor y la rigidez articular con un aumento del rango del movimiento articular. Los estudios han demostrado que los pacientes con artritis reumatoide y con una mala condición física pueden participar en programas d e ejercicio aeróbico de baja intensidad sin exacerbar su enfermedad. Los pacientes mejoran su estado funcional, su energía cotidiana y diversos aspectos subjetivos que podrían tener un impacto positivo sobre la calidad d e vida (40, 47). ción respiratoria, aumentando la movilidad y flexibilidad de la columna y controlando el dolor (47). Por esto, el ejercicio físico es una d e las piedras angulares en el tratamiento y control d e la espondilitis anquilosante. N o obstante, para obtener los beneficios deseados, es importante que el paciente sea persistente en su realización y sea instruido sobre el tipo d e ejercicio, siendo deseable un adecuado control y seguimiento por un especialista (47). Es importante tener en cuenta que la artrosis es un proceso evolutivo, no un proceso adquirido, por tanto, toda actuación sobre los factores de riesgo puede modificar el curso d e la enfermedad. El ejercicio físico puede contribuir a mejorarla o empeorarla (47). En la artritis reumatoide hay que tener en cuenta que la enfermedad activa puede perjudicar la función articular para la práctica del ejercicio y que a su vez puede verse agravada por el propio ejercicio, por lo que es necesario combinar periodos d e ejercicio con reposo, modificaciones en el puesto d e trabajo e incluso el cambio d e ocupación, y tenerlo en cuenta a la hora de prescribir el tipo d e ejercicio y deporte a realizar por el paciente (47). El ejercicio produce ventajas en los pacientes con artrosis y puede retrasar la necesidad d e tomar analgésicos, porque ayuda a reducir el dolor y la rigidez, además de aumentar la flexibilidad, la fuerza muscular, la tolerancia y la sensación de bienestar. Por otra parte, el ejercicio ayuda a reducir el peso y a mantenerlo como factor d e riesgo de desarrollo d e la artrosis (63). En los pacientes con espondilitis anquilosante, el ejercicio es fundamental para mantener y recuperar la flexibilidad d e la columna vertebral y del resto d e articulaciones afectadas (53). Los objetivos que persigue una prescripción pautada de ejercicio físico en un paciente con espondilitis anquilosante, son conseguir el mantenimiento d e la máxima movilidad esquelética, prevenir las deformidades y mantener la capacidad aeróbica, además de obtener beneficios generales sobre la salud (47). El ejercicio físico se ha demostrado efectivo en el control d e los síntomas d e estos pacientes, mejorando la evolución de la propia enfermedad, así como la capacidad física y la resistencia aeróbica, beneficiando la fun- ' petición y con cargas d e repetición, alteraciones anatómicas previas no corregidas, cirugía o meniscectomía previas, rotura previa del ligamento cruzado anterior d e la rodilla, la mala rehabilitación o el reintegro prematuro a la práctica deportiva y comenzar tardíamente la práctica d e deportes de riesg o (7, 47). N o obstante, el riesgo de osteoartritis va asociado al alto nivel d e competición y depende d e la frecuencia, el tipo y la intensidad del ejercicio (47). Lo que no se ha encontrado han sido diferencias entre hombres y mujeres, entre el riesgo d e padecer artrosis y la práctica deportiva intensa (47). N o obstante, es preciso destacar que, aunque en los diversos estudios reseñados, se establece una relación entre el deporte y los factores de riesgo mencionados, algunos autores han encontrado una relación tan clara, si se estudian conjuntamente otros factores d e riesgo n o directamente relacionados con la práctica deportiva, como son la edad, la masa corporal, la ocupación y los años d e práctica (47). Al riesgo d e padecer artrosis con el ejercicio contribuyen además de la intensidad, el tipo d e ejercicio a realizar, los deportes que soportan más cargas, los deportes de equipo y pista (baloncesto, balonmano, fútbol, rugby, tenis), presentan más riesgo cuando se practican intensamente, presentando, por tanto, menos riesgo su práctica recreacional (47). Aunque n o existen indicios importantes d e los beneficios del ejercicio en la artrosis, el análisis d e ensayos clínicos ha indicado que los ejercicios de la cadera o la rodilla benefician a algunos pacientes. Un estudio ha revelado que los pacientes que seguían un programa d e ejercicios d e resistencia o aeróbic sufrían una menor invalidez, dolor y tenían una mejor capacidad para realizar tareas físicas que los grupos controles. El paciente debería esforzarse por hacer con frecuencia sesiones d e ejercicio guiado por fisioterapeutas o instructores acreditados (63). Los deportes que presentan menos riesgo d e padecer artrosis son la carrera, el ciclismo y la natación, problema que también aumenta con la práctica intensa. De todos ellos, la natación es el deporte con menos riesgo osteoarticular (47). El deporte está incluido en todos los estudios epidemiológicos como un factor d e riesgo en el desarrollo d e la artrosis, debido a diversos mecanismos relacionados con su práctica, tales como el deporte d e alta com- La localización d e la afectación articular en la artrosis va a estar en relación con las cargas a las que se someten las articulaciones con los distintos deportes que realizamos. En los deportes de fuerza como la halterofilia, las arti- culaciones más afectadas son la columna y las rodillas. En el rugby se afecta la rodilla principalmente. En el fútbol y en la carrera d e fondo, las articulaciones más afectadas son la cadera, la rodilla y el tobillo. En la gimnasia. el hombro, el codo, la cadera y la muñeca. En el boxeo, las articulaciones carpo-metacarpiana y metacarpo-falángicas. Finalmente, en el ciclismo, el tobillo y la rodilla (47). El mismo Wolf ya anticipó en 1892 que la inactividad por la falta de presión y tensión que el músculo transmite al hueso daba lugar a la osteoporosis por desuso (14). De todos los factores que influyen en el desarrollo del esqueleto (mecánicos, hormonales y nutricionales), los mecánicos son los más importantes y sobre los que más se puede incidir ya que dependen de la actividad fisica e influyen en el remodelamiento óseo, haciendo que el esqueleto se vaya adaptando a sus cargas y necesidades. Hay varios estudios que demuestran una estrecha relación entre la cantidad de masa ósea y la práctica de ejercicio físico, tales como que para un mismo individuo la masa ósea del lado dominante es mayor que en el lado no dominante (5, 34, 42). Del mismo modo, estudios recientes sugieren una estrecha relación entre la cantidad de masa ósea y el índice de masa magra. Por otra parte, el tipo de ejercicio parece ser un factor trascendental ya que se ha visto que ejercicios demasiado intensos (atletas) pueden ocasionar osteopenias y fracturas de estrés, así, una carga continua y aumentada sobre un hueso justifica su mayor densidad, como demuestra el aumento de masa ósea a nivel del calcáneo en maratonianos y obesos (34.42). En lo que respecta a la dieta y su relación con el ejercicio, se ha visto que la asociación de un suplemento adecuado de calcio incrementa significativamente la masa ósea (34.42). Parece ser que el ejercicio regular puede retrasar la edad en que comienza la pérdida decir, la realización de ejercicio físico influye en la región o regiones sometidas a carga, tomando el trabajo isométrico como alternancia Útil para aumentar la masa ósea en determinadas localizaciones (5). de masa ósea y también, el momento en que la osteopenia es lo suficientemente significativa como para hacerse clínica. Sin embargo, no hay pruebas concluyentes que afirmen que un programa de ejercicio pueda sustituir a la terapia hormonal como tratamiento preventivo en premenopáusicas (34). Todo esto nos demuestra que el hueso de los buenos deportistas es más fuerte, pero lo es a nivel de los huesos sometidos a mayor carga, no siendo diferente en el resto del esqueleto (14). El mecanismo aceptado para explicar la adaptación del tejido óseo a las fuerzas que debe soportar, sugiere que las deformidades producidas por estas fuerzas de tensión, compresión o cizallamiento son captadas por las células óseas, los osteocitos, que originan la respuesta para la adaptación correspondiente. La aplicación de la fuerza desplaza el líquido intersticial en el interior de los canalículos óseos, produciendo una deformidad mecánica en las paredes celulares o induciendo un cambio de potenciales en las mismas. En ambos casos se provoca la liberación de sustancias (citoquinasa, prostaglandinas, factores de crecimiento, óxido nítrico) que modifican la actividad de los osteoblastos (5). Son numerosos los autores que han orientado sus investigaciones al análisis comparativo de los efectos que diferentes disciplinas deportivas tiene sobre la masa ósea de los deportistas, en función de su mayor o menor repercusión sobre la densidad de masa ósea y su implicación con la carga o impacto de la misma, tales como (5,14, 34): Matsumoto y cols., Courteix y cols., Fehling y cols., Taafee y cols., Henderson, White, Eximan, Martin, Del Río y Roig, Lewis y Modelsky, Orwoll y cols., Heinrich y cols., Curl, Aloia y cols., Bellver y Pujol, Nilsson y Westlin y Jones y cols. Según nos muestran estos autores, los deportes de mayor impacto son los más recomendables para disminuir el riesgo de padecer osteoporosis en el futuro, siendo la natación la menos aconsejada en estas edades para el aumento de la densidad de masa ósea. Por otro lado, es importante señalar el carácter locorregional que tiene la práctica de actividad física sobre el sistema esquelético, es Pero en el campo de la salud ósea es de mucho mayor interés conocer qué pasa con el resto de la población cuando practica deporte o cualquier actividad fisica general, y si el ejercicio puede mejorar la masa ósea cuando está disminuida o, si por lo menos puede conservarla. En un estudio en el que se midió la actividad por medio de un cuestionario, no se observaron diferencias en la cortical de los metacarpianos entre mujeres activas e inactivas de 60 a 69 años (17). Sin embargo, sí se encontraron diferencias en el estudio realizado por Block y cols. sobre el pico de masa ósea tras un programa de ejercicios vigoroso de 6 horas durante dos años, especialmente en la masa ósea lumbar (14). Los estudios realizados en los años noventa corroboraron los trabajos anteriores en el sentido de la estrecha relación existente entre la respuesta ósea y el grado de cumplimiento en la actividad fisica. Destaca el bajo nivel de practicantes en los niveles de ejercicio vigoroso a partir de los 50 años de edad; además, los hombres hacen de 2 a 3 veces más de ejercicio vigoroso que las mujeres (14). , Sobre el entrenamiento de fuerza y su repercusión sobre la masa ósea, distintas investigaciones han visto que es aconsejable empezar con entrenamientos de fuerza a intensidades bajas y con muchas repeticiones para ir aumentando progresivamente hasta conseguir mantener un entrenamiento de fuerza lo suficientemente intenso como para que tenga repercusión sobre la masa ósea (30). l La cuestión más importante es si el incremento de la actividad física puede reducir las pérdidas óseas relacionadas con la edad, cuestión que ha sido abordada por un cierto número de investigaciones. Margulies y cols. informaron que el contenido mineral óseo de la tibia se incrementaba con 14 semanas de entrenamiento físico intenso en 268 hombres jóvenes. Sin embargo, el entrenamiento fue tan intenso que muchos experimentaron fractura de estrés (40). Esto indica que en el lado contrario una actividad física muy vigorosa puede ocasionar, o incrementar, desarreglos menstruales. Los trastornos del ciclo menstrual, particularmente la amenorrea, ocasionan una disminución de la masa ósea y un mayor número de fracturas de estrés (14). Diversos estudios realizados en mujeres han puesto de manifiesto que las mujeres postmenopáusicas sanas que hacen ejercicio tienen mayor masa ósea, aumentos del calcio corporal total, disminución de las pérdidas óseas y aumento de la densidad ósea (40). En estas edades, cobra mayor importancia el estar sujeto a un ritmo de vida activo que a uno pasivo, de tal forma que la realización de un ejercicio físico regular podría reducir el riesgo de fractura (Deal, 1997), por este motivo se hace especialmente importante en edades avanzadas el aconsejar la inclusión en los programas de prevención y tratamiento de la osteoporosis a través de la actividad física (5). Existen estudios que demuestran que la densidad de masa ósea está relacionada directamente con el ejercicio, con un aumento significativo de la densidad de masa ósea en mujeres con estilo de vida activo, principalmente durante los años de la menopausia (Stillman y cols., 1986) y esta actividad puede disminuir el riesgo de fractura, no sólo manteniendo la masa ósea, sino también estimulando las habilidades neuromusculares que pueden ayudar a deducir las caídas y el impacto que éstas producen en el hueso (5). Smith y cols. informaron de incrementos no significativos en el contenido mineral óseo y en la relación entre el contenido mineral óseo y la anchura del radio después de tres años de ejercicio en mujeres de la tercera edad (edad media de 82 años); los anteriores parámetros declinaron en el grupo control, y la diferencia entre los grupos era significativa. De igual manera, el contenido mineral óseo del calcáneo de mujeres (edad media 72 años) que entrenaron durante 9 meses, no mejoró significativamente, pero sí fue bastante más alto que el grupo control al final del estudio (40). La investigación sobre la inmovilización y la ingravidez indica la importancia que tiene el estrés mecánico en el mantenimiento del sistema esquelético. La comparación de los efectos de las actividades en las que se soporta peso y la natación muestra que el hecho de que el sistema esquelético tenga que soportar peso da como resultado un efecto significativo en el mantenimiento del mineral óseo de la columna y la cadera (40). Por tanto, las actividades en las que se soporta peso tales como caminar, correr y jugar deportes de raqueta son más efectivas para mantener la integridad del cuello del fémur y de la columna, que otras actividades en las que no se soporta peso o las de impacto bajo pueden ayudar a fortalecer o proteger el hueso a través del aumento de la fuerza del músculo (40). Todavía no ha sido delineada la relación específica entre el tipo, la intensidad, la duración y la frecuencia del ejercicio y la respuesta ósea. No obstante, parece que 2 ó 3 horas de entrenamiento a la semana pueden reducir o revertir significativamente la pérdida mineral de hueso en el envejecimiento de la mujer (40). Se atribuye a Willian Gowers el mérito de ser el primero en reconocer la importancia de la actividad física en el tratamiento y prevención del dolor de espalda en la zona lumbar (16). No sólo el reposo en cama no es efectivo, sino que hoy en día numerosos expertos creen que provoca el deterioro de los sistemas muscular y cardiovascular (3). Para fortalecer la espalda existen dos zonas básicas que deben ejercitarse que son los músculos inferiores de la espalda y los músculos abdominales. Fortalecer los músculos y los ligamentos de la parte inferior de la espalda otorgará a la columna la resistencia que necesita para un funcionamiento sin lesiones. Unos músculos abdominales fuertes reducen el estrés en la parte inferior de la espalda, al repartirse la carga (3). También es posible la aparición de la lumbalgia en los deportistas que compiten, aunque es relativamente raro. Sin embargo, cuando ocurre, puede incapacitar a un deportista o limitar su capacidad para competir con efectividad durante un espacio de tiempo significativo (40). Como la mayoría de los deportistas están bien entrenados, con buen tono en los músculos abdominales y en los paravertebrales, pocos experimentan lumbalgia por sobrecarga postural (el tipo más común en la población general). Los problemas lumbares en los deportistas bien entrenados tienden más bien a estar relacionados con el deporte que practican (40). En los deportes de contacto como el fútbol, rugby, baloncesto, hockey y fútbol americano, el traumatismo directo puede ser causa significativa de lumbalgia (40). Los deportes que requieren entrenamiento de pesas significativo hasta el esfuerzo máximo, tales como el fútbol americano, el culturismo y la halterofilia, pueden aumentar la carga sobre la columna lumbar y predisponer al deportista a problemas lumbares (40). Los objetivos del ejercicio físico en la fibromialgia reumática son principalmente conseguir la reducción del dolor, mejorar la fatiga, disminuir el impacto sobre las actividades de la vida diaria y controlar los cuadros clínicos asociados: mejorar el ciclo vigiliasueño, disminuir la ansiedad y la depresión, además de obtener beneficios generales sobre la salud (47). El ejercicio físico aeróbico se ha demostrado efectivo en el control de los síntomas de los I l j i ! pacientes con fibromialgia, disminuyendo el impacto sobre las actividades de la vida diaria, reduciendo los puntos sensibles, mejorando la capacidadfísica y la resistencia aeróbica, mejorando la fatiga, controlando el dolor y mejorando la depresión y la ansiedad (47). Es importante tener en cuenta que el ejercicio no se ha demostrado tan efectivo en los pacientes con síndromes solapados, como el síndrome de fatiga crónica, llegando incluso a empeorar los síntomas, por lo que se hace un diagnóstico correcto y un programa de ejercicios individualizado y supervisado. El temor de los pacientes al empeoramiento de los síntomas con la práctica del ejercicio ha llevado a complicar la puesta en marcha de dichos programas (47). Esto no significa que el ejercicio físico sea la panacea y la cura para todos los enfermos afectos de fibromialgia; cada paciente es un caso distinto, pero sí se ha detectado que es junto con el tratamiento con antidepresivos, infiltraciones y terapias psicológicas, la mejor forma de aliviar los síntomas que acompañan a esta enfermedad (47). NORM u ESPEC~FICAS DE PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO F~SICO EN DISTINTAS ENFERMEDADES OSTEOARTICULARES En los últimos años, y dentro del ámbito de la reumatología, se está asistiendo a un cambio espectacular sobre los planteamientos de la implicación terapéutica del ejercicio físico y el deporte sobre las enfermedades osteoarticulares. El ejercicio es una actividad beneficiosa para el enfermo reumático, ya que como consecuencia de su afectación articular. tiende a ser menos activo. La realización de ejercicio físico de forma regular va a servir para mejorar su capacidad cardiaca y respiratoria (especialmente en la espondilitis anquilosante), así como, a nivel psicológico, para aumentar su autoestima, disminuir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo, mejorar el equilibrio emocional y aumentar la distracción. Por lo que respecta al aparato locomotor, el ejercicio físico disminuye la rigidez muscular y articular debido a una serie de factores, tales como el aumento de la movilidad articular, la mejorar de la fuerza y resistencia muscular y la mejora de la flexibilidad (34). Según señalan Minor y Kay (34). la indicación de la realización de ejercicio en un enfermo con afectación reumática va a estar determinada tanto por la afectación sistémica y locoregional de la enfermedad, como por su respuesta al ejercicio, ya que un ejercicio inadecuado o mal practicado puede originar lesiones o agravar otras preexistentes. Por este motivo, y sobre todo en enfermos reumáticos, debe haber una adecuación perfecta entre la actividad física que se va a desarrollar y el estado del aparato locomotor, con el fin de que el resultado sea favorable; siendo por tanto fundamental la existencia de una técnica correcta de progresión y ejecución del gesto deportivo. La posibilidad de existir una afectación d e la función cardiaca y pulmonar, además d e la posible presencia de vasculitis, obliga a que todo paciente reumático que se inicia en el ejercicio sea valorado por un médico especialista, tanto desde el punto de vista del aparato locomotor como cardiovascular (34). Antes de la prescripción de ejercicio físico es conveniente realizar un reconocimiento médico deportivo, donde se incluvan las siguientes pruebas: un historial médicodeportivo de actividades deportivas previas e historial médico de las articulaciones afectadas y tratamiento mantenido, un examen físico detallado, un electrocardiograma d e 12 derivaciones, prueba de esfuerzo máxima o submáxima (dependiendo del nivel d e forma física del paciente) monitorizada electrocardiográficamente y con control d e la tensión arteria1 para cada escalón d e esfuerzo, analítica de sangre y orina, un test de awreciación wsicolóaica del dolor con el fin d'e determinar el pgtencial para la práctica deportiva, pruebas d e fuerza muscular, determinación de la flexibilidad y un análisis de la estática de la marcha (1, 23, 34, 67). La prescripción de ejercicio deberá ser personalizada considerando la historia clínica del paciente y de la articulación afectada, el grado de deterioro, la movilidad actual y anterior, el estado de los músculos satélites, el número de brotes inflamatorios en la articulación, la situación actual de la misma, etc. Se habrá de realizar un programa detallando las actividades físico-deportivas indicadas, así como el ritmo e intensidad d e ejecución. Se valorará el uso de ortesis rigidas o semirigidas para las correcciones biomecánicas d e tobillo y rodilla. Además, como en toda prescripción de ejercicio, es aconsejable realizar una exhaustiva fase previa d e calentamiento de las articulaciones y músculos que van a ser sometidos a esfuerzo físico (34). Cuando se prescribe ejercicio físico en pacientes reumáticos, Bolware y Byrd (8) y Minor y Kay (34), aconsejan una serie d e dos por el fisioterapeuta. Incorporar la práctica d e ejercicio a la rutina diaria. Éste se realizará con calentamiento previo y ejercicios d e estiramientos posteriores, incluso en épocas d e actividad inflamatoria. recomendaciones que en muchos casos son coincidentes con la práctica d e actividad física en personas sanas; éstas son las siguientes: 1. Se deben de usar prendas cómodas y amplias, y que no oprima, para facilitar la realización del ejercicio. El calzado debe ser flexible, con suela gruesa y adherente y con capacidad d e absorción d e la carga. Los calcetines deben d e ser de algodón grueso y que permitan transpirar. A modo de resumen, exponemos en el cuadro 5 las normas generales de prescripción de ejercicio en enfermedades reumáticas. La prescripción d e ejercicio, una vez tenidos en cuenta estos consejos previos, debe estar adaptada a la enfermedad d e base del paciente, tal como exponemos a continuación: 2. En lo que respecta al ejercicio, éste será regular. constante y progresivo en intensidad y duración, así como d e bajo impacto. Hay que evitar posturas estáticas mantenidas en el tiempo. Es mejor comenzar con programas a intensidades muy pequeñas y d e muy poca duración, inclusive se puede dividir el plan de ejercicio en varias sesiones a lo largo del día. Los objetivos serán a corto plazo, no a largo. A) ARTRITIS REUMATOIDE: En la artritis reumatoide los ejercicios deben d e hacer énfasis en la mejora del movimient o o flexibilidad d e la articulación, la fuerza 3. En cuanto al tipo de ejercicio hay que elegir uno apropiado al paciente y pautado en intensidad, duración y frecuencia. Se debe d e controlar el pulso y el tiempo de recuperación, y cesar el ejercicio si se nota dolor, fatiga o mareo. N o realizar ejercicio que provoque dolor persistente durante más d e dos horas en cualquier parte del cuerpo. Lo ideal es hacer el ejercicio al aire libre; si se hace en espacios cerrados, éstos deben estar bien ventilados. Por otra parte, la Asociación Americana d e Reumatología ha dividido a los pacientes en cuatros clases según su capacidad funcional para realizar deporte (3, 33, 34): Clase 1 v 2: En general pueden realizar cualquier tipo d e ejercicio a excepción d e aquellos que representen un estrés importante para la rodilla o articulación afectada, tales como los de alto impacto como correr sobre asfalto o aeróbic con steps (figura 6).Pueden ser adecuadas las gimnasias suaves, máquinas d e ejercicio. bicicleta, remo, trotar o andar sobre superficies no duras. Cuadro 5.- Normas generales d e prescripción d e ejercicio físico en enfermedades reumáticas. según e l Colegio Americano d e Medicina del Deporte 4. En lo que respecta a los momentos álgidos de la enfermedad, se debe evitar la ingesta d e analgésicos que puedan enmascarar el dolor mientras se realiza el ejercicio, además se corre el riesgo de producir un fallo renal agudo por inhibición d e las prostaglandinas. En caso de fase de alta incidencia d e inflamación de alguna articulación, habrá que evitar los ejercicios que representen una carga importante para la misma. Realizar en estos casos ejercicios en descarga, moviendo suavemente la articulación hasta llegar al final del recorrido natural d e ella o a través d e estiramientos realiza- d e la musculatura adyacente y la resistencia aeróbica. Esto se obtendrá para la flexibilidad a través d e ejercicios de estiramientos adaptados, la fuerza por medio d e ejercicios con bandas elásticas, isométricos y diferentes tipos d e gimnasias, y la resistencia mediante ejercicios aeróbicos d e moderada intensidad y medio o bajo impacto (3). 1 1 i TIPOS DEPORTESIEJERCICIOS PAUTA Aeróbicos: Para aumentar el consumo máximo de oxígeno, pico máximo y resistencia. Deportes que utilicen músculos grandes como andar, bicicleta, piscina, gimnasia acuática y danza sin impacto. 4040% de la Fc. max. 3-5 díaslsemana 20-30 minlsesión Realizando un aumento progresivo de la sesión de trabajo y con calentamiento previo Fuerza: Para aumentar la contracción máxima y la potencia Circuitos' de entrenamiento de fuerza sin peso, máquinas de fuerza, isométricos, bandas elásticas, Pilates El límite de peso vendrá determinado por la tolerancia al dolor 2-3 series de 10 repeticiones 2-3 díaslsemanas (20-40 min) Flexibilidad: Para aumentar el rango de las articulaciones y descender las lesiones asociadas Stretching 1-2 sesiones por día Funcionales: Para mantener las actividades de la vida diaria, vuelta al trabajo y mejorar la calidad de vida. Todos aquellas ejercicios específicos que mejoren el equilibrio, destreza, resistencia, coordinación. psicomotricidad, respiración y relajación. Figura 6. Aeróbic con steps. B) ESPONDlLlTlS ANQUILOSANTE: En estos pacientes el ejercicio es fundamental para mantener y recuperar la flexibilidad de la columna vertebral y del resto de articulaciones (53). Estos pacientes deben realizar ejercicios de flexibilidad de la columna, caja torácica y articulaciones afectadas, para evitar o corregir la cifosis dorsal y el flexo de las caderas (53). Clase 2 v 3: Pueden realizar bicicleta, empezando con un nivel bajo y continuo como 25 minutos a 25-75 vatios, 3 veces por semana. D e s ~ u é sde varias semanas (5 ó 6), pueden auientar la intensidad y disminuir la duración. También pueden andar e incluso correr suavemente, comenzando por 15-30 minutos a paso cómodo y después de varias semanas (5 ó 6). pueden ir aumentando el tiempo y la rapidez de la marcha. Clase 3 v 4: La natación y el remo evitan la sobrecarga de articulaciones de extremidades inferiores. El entrenamiento isométrico es posible en estas fases ya que en él se encuentra restringido el movimiento articular y, por tanto, no se produce dolor. La hidrocinesiterapia y la gimnasia acuática también son aplicables en estadios avanzados, ya que, al perderse el efecto de la gravedad, el paciente experimenta alivio del dolor, relajación muscular y mejora de la movilidad. Esta técnica favorece una potenciación de la musculatura de forma progresiva, ya que, además de la resistencia que proporciona la propia agua, se puede aumentar utilizando objetos como tablas o aletas que favorezcan la realización de los movimientos. Otro factor importante a tener en cuenta es la temperatura del agua, que al estar templada disminuye la rigidez muscular producida por el agua fría. También podrían estar indicados otros métodos de rehabilitación con poleas o bandas elásticas y pesas de poca carga, que eviten el trabajo de la articulación contra la fuerza de la gravedad (3, 33, 34). También se pueden beneficiar de la hidrocinesiterapia y la gimnasia acuática para aumentar el arco de movimiento de la espalda. No están indicados los ejercicios en suelo que produzcan dolor e impacto en el esqueleto axial (53). En este caso no se pueden olvidar los ejercicios respiratorios para mejorar la inspiración y mantener las vías aéreas libres y permeables. Los movimientos básicos son los ejercicios musculares (diafragmáticos y costales), ya que con ellos mejoran la tos y la expectoración, además de facilitar el drenaje postural. Una buena opción sería a través del método Pilates y del Tai-chi (52, 56). C) ARTROSIS: El ejercicio, en esta enfermedad, desempaña un importante papel en la protección de la articulación porque incrementa la fuerza muscular y mejora el flujo sanguíneo en la articulación, la nutrición del cartílago y el rango de movilidad articular (7). Por este motivo, fortalecer la musculatura próxima a la articulación (el cuádriceps en la rodilla o abductores o extensores en la cadera) con ejercicios isométricos es también beneficioso. El empleo de calzado adecuado pude ayudar a mitigar el dolor d e las articulaciones de las extremidades inferiores. En ocasiones se puede aprovechar para corregir alteraciones de la alineación incorporando al calzado unas sencillas cuñas laterales. El calor y el frío aplicados de diferente forma pueden ser útiles para el dolor ocasionado por la artrosis (7). Los tres mejores tipos de ejercicios para pacientes con artrosis son los que mejoran el arco de movimiento d e la articulación, de fuerza resistencia y los de resistencia. 1. Para mejorar el arco de movimiento de la articulación, los ejercicios de flexibilidad aumentan el número de movimientos de la articulación y el músculo. En general, se trata de ejercicios d e estiramiento. Los mejores ejemplos son el Yoga y el Tai-chi, que se centran en la flexibilidad, el equilibro y la respiración apropiada. Así mismo, disminuyen los niveles de estrés, ayudan a reducir la presión arteria1 y pueden tener incluso efectos beneficiosos en los niveles de colesterol (17, 39). 2. Los ejercicios isométricos (contraer el músculo contra una resistencia sin producir desplazamiento) son una muy buena opción para mejorar la fuerza resistencia de los músculos adyacentes a las articulaciones artrósicas. El entrenamiento isométrico aumenta la fuerza muscular mientras que quema grasas y ayuda a mantener la densidad ósea. Algunos expertos animan a los pacientes a hacer hincapié en reforzar los músculos de las piernas como primer paso del tratamiento, incluso antes de tomar analgésicos. El problema es que los pacientes, al disminuir el dolor por el consumo de fármacos que actúan sobre el dolor, pueden usar en exceso las rodillas, las cuales no tienen el tejido muscular lo suficientemente fuerte como para proteger a las articularciones de daños posteriores (23). 3. También son importantes los ejercicios de resistencia aeróbica para el aparato cardiovascular, para ayudar a controlar el peso y mejorar la funcionalidad general del organismo. Hay que tener en cuenta que se trata de una enfermedad degenerativa de las articulaciones y que el sobreúso desgastará más la articulación. Por tanto, los ejercicios más indicados serán los aeróbicos, que facilitan quemar grasa y, por tanto, disminuir el peso; teniendo como resultado la disminución de la sobrecarga articular. Esto puede reducir la inflamación en algunas articulaciones al disminuir el peso del cuerpo y producir menor impacto. Hacer ejercicios d e bajo impacto también ayuda a estabilizar y a sostener la articulación (los pacientes con artrosis deberían evitar los deportes de alto impacto, como lo son el jogging en asfalto, el tenis en cemento y el squash). Es beneficioso ir en bicicleta (mejor la estática), y muy recomendable nadar, gimnasia acuática o gimnasias suaves para las personas con artrosis (15, 34, 64). D) DOLOR DE ESPALDA: Se atribuye a Willian Gowers el mérito de ser el primero en reconocer la importancia de la actividad física en el tratamiento y prevención del dolor y lesiones lumbares. Tal y como señalan Foster y Fulton, Gowers creía, en 1904, que el lumbago estaba causado por la inflamación del tejido conectivo de los músculos lumbares y sugería que el lumbago y el reumatismo muscular en general podían ser cortados de raíz en su comienzo mediante ejercicios activos. Así, desde hace casi un siglo, los ejercicios son una forma estándar de tratamiento en el cuidado y prevención del dolor y lesiones lumbares (16). La clave para eliminar el dolor de espalda es prevenir su aparición; entre los factores involucrados están la educación sobre el cuidado de la espalda y la disposición corporal, técnicas apropiadas de levantamiento, cambios en el puesto d e trabajo a favor de la ergonomía, control de peso, ejercicio y reducción del estrés (3). Los pacientes con dolor lumbar suelen tener una condición física deficiente, lo que implica la existencia de poca fuerza, mala flexibilidad y baja resistencia de los músculos de la región lumbar, abdominal y pélvica. Además de estar desentrenados, también suelen presentar problemas de sobrepeso. En estos casos, el ejercicio sirve para mejorar y corregir estas deficiencias (16). Describir un programa de ejercicios para el tratamiento y prevención del dolor lumbar es una tarea difícil, ya que además de conocer el ejercicio físico, es necesario conocer otra serie de factores, tales como las distintas causas del dolor lumbar y saber seleccionar las pruebas de capacidad funcional más adecuadas y fidedignas para poder prescribir los ejercicios específicos que el paciente necesita. Una correcta prescripción incluye no sólo la selección de los ejercicios específicos, sino que además se tiene que dar información detallada al paciente de aspectos tan relevantes como la frecuencia, duración y progresión de los mismos, estableciendo un seguimiento con el fin de evaluar la efectividad del programa propuesto y valorar la posible reincorporación laboral O a la práctica deportiva (16). Para fortalecer la espalda existen dos zonas básicas que deben ejercitane, que son los músculos inferiores de la espalda y los músculos abdominales. Fortalecer los músculos y los ligamentos de la parte inferior de la espalda otorgará a la columna la resistencia que necesita para un funcionamiento sin lesiones. Unos músculos abdominales fuertes reducen el estrés en la parte inferior de la espalda al repartirse la carga (3). Los ejercicios que estiran la parte inferior de la espalda y los músculos de las piernas son altamente beneficiosos.Al reducir o eliminar la rigidez de estos músculos, los estiramientos pueden aliviar la tensión que contribuye al dolor de espalda. Los músculos flexibles y relajados poseen una mejor condición para mantener los movimientos dinámicos a los que está sujeta la espalda (3). Piense en los músculos abdominales y en los de la espalda como una sola unidad. Desarrolle estos músculos para aumentar la condición física de todo el cuerpo y aminorar los problemas de espalda. Preste más atención a los estiramientos y al fortalecimiento de la espalda y de los abdominales, y conseguirá que la sección media de su cuerpo esté en forma (3) Para recuperar unos niveles adecuados de fuerza muscular, flexibilidad y resistencia, y así disminuir el dolor lumbar, el paciente debe de seguir un programa pautado de ejercicio físico que tendrá en cuenta los siguientes aspectos: cir dolor lumbar si no se realizan adecuadamente. Sin embargo, son los más usados entre la población atlética porque buscan mejorar la fuerza del tronco y su rendimiento (figura 8). C) Los que usan máquinas específicas para mejorar la resistencia. Para realizar estos ejercicios es necesario usar aparatos que pueden producir efectos indeseados por mal uso o conservación. Sin embargo, son muy utilizados en centros de rehabilitación y gimnasios. El grado de sujeción y elasticidad que se proporciona a la columna es dependiente de la fuerza muscular; unos músculosflexibles y fuertes resisten el espasmo doloroso y la tensión crónica. Los individuos que poseen niveles altos de fortaleza muscular están menos predispuestos a lesiones de espalda. Los pacientes con dolor de espalda crónico han demostrado niveles disminuidos de fuerza de flexión del tronco, en la extensión del tronco, en la inclinación lateral y en la rotación del tronco, cuando se compara con sujeto sano (16). Figura 7. Ejercicios de abdominales con la fuerza de la gravedad. La mayoría del déficit de fuerza que se encuentra en la zona lumbar depende de los músculos extensores del tronco, y esto adquiere mayor significado cuando normalmente son más potentes que los flexores. De este modo, los ejercicios de fortalecimiento suelen incidir en los músculos que participan en la extensión del tronco, principalmente erectores de la columna lumbar. En caso de lesión radicular con pérdida de fuerza en la musculatura de extremidad inferior, también se trabaja ésta (16). Figura 8. Ejercicios de abdominales que usan barras y pesas para crear resistencia. Es por esto que nuevos métodos de entrenamiento o gimnasias, como el Pilates, tienen en cuenta estos aspectos y se perfilan como los nuevos métodos de ayuda a la mejora de la patología lumbar. Sirva como ejemplo algunas figuras de ejercicios de Pilates para mejorar la resistencia abdominal (52, 56) (figuras 9a y 9b). Con respecto a la flexibilidad, la mayoría de los pacientes con dolor lumbar han demostrado una limitación significativa en el rango Figura 9a. Ejercicio de abdominales (método Pilates) con aparatos. Para Foster y Fulton (16). los tipos de ejercicios que ayudan a aumentar la fuerza de los músculos extensores lumbares se pueden clasificar en función del modo por el cual proporcionan resistencia a los músculos ejercitados: a) Los que usan la fuerza de gravedad con e l propio cuerpo. Son los denominados ejercicios libres y que aprovechan la fuerza de la gravedad de la cabeza, extremidades superiores e inferiores (figura 7). b) Los que usan barras y pesas para crear resistencia. En este tipo de ejercicios se les suma una resistencia sobreañadida como barras y pesas. Tienen posibilidad de produ- Foster y Fulton estudiaron las limitaciones que presentaban estos ejercicios, resumiéndolo en lo siguiente: los músculos extensores lumbares, para aumentar la fuerza no tienen que aumentar la resistencia vencida sino que tienen que aumentar el número de abdominales realizados y cambios en la disposición, los ejercicios lumbares sólo deben ser realizados compensatoriamente a los abdominales realizados y en casos muy determinados y que la limitación principal de los ejercicios previamente mencionados es que fallan en la estabilización efectiva de la pelvis, necesaria para minimizar la contribución de los músculos extensores de la cadera, principalmente isquiotibiales y glúteos, realizando éstos la mayoría del trabajo (16,34). ! I mantenimiento prolongado de posturas. Otros estudios apoyan el uso de ejercicios de resistencia que incluyan también los músculos abdominales (16, 34). Figura 9b. Ejercicios de abdominales (método Pilates) libres. El dolor de espalda, a través de un aumento de la inactividad, a menudo conducen a una pérdida de la forma aeróbica, de forma que la inactividad puede predisponer a una pérdida total de condición y ganancia de peso, aumentando el riesgo y reincidencia de lesión. El aumento de peso muchas veces conduce a desplazamientos inadecuados de la columna lumbar, especialmente en hombres, al producirse el mayor acúmulo graso en la zona abdominal. El ejercicio aeróbico puede prevenir muchos de estos efectos y mejorar la salud global, pudiendo considerarse como una medida general importante en el tratamiento y prevención del dolor lumbar (16, 34). I 1 total de varios movimientos de tronco y pelvis, y frecuentemente con contracturas en los isquiotibiales. Presentan niveles bajos de recorrido articular total en la flexión-extensión del tronco, inclinación lateral y rotación (16). Está indicado un adecuado nivel de ejercicios de estiramientos que flexibilicen y den movilidad a la columna, sin sobrecargarla y facilitar alteraciones lumbares (16). Dentro de ellos tenemos ejercicios de stretching, que producen muy buenos resultados sobre las molestias lumbares (52, 56) (figura 10). Una función importante de la musculatura del tronco es el mantenimiento de la postura, su sobrecarga prolongada causa fatiga de la musculatura extensora; para ello es necesario presentar un grado adecuado de resistencia aeróbica. Diversas fuentes han recomendado el uso de ejercicios para aumentar la resistencia de estos músculos, así como para prevenir lesiones y aliviar el dolor ocasionado por el Figura La actividad aeróbica de caminar, bicicleta, natación, se inicia después de que el programa de fortalecimiento esté planeado con una frecuencia de 3-4 veces por semana, durante 20 minutos (34). ratorios y disminuir la rigidez de la caja torácica, mejorar la función cardiovascular, el equilibrio y estática del paciente, ayudar a mantener una buena postura con fortalecimiento de la musculatura abdominal, prevenir los dolores y las deformidades vertebrales y aumentar el arco de movilidad articular de los segmentos vertebrales que presenten rigidez (34, 42). Dentro del conjunto de medidas se deben evitar movilizaciones forzadas de las articulaciones, sobre todo las rotaciones y la carga excesiva de pesos en el miembro correspondiente, así como no practicar ejercicios que incluyan saltos o torsiones vigorosas y excesivas que puedan provocar fracturas; de la misma forma, se deben evitar los esfuerzos intensos, los movimientos sin protección, levantar pesos en posiciones forzadas, etc. (34, 42). Los programas de ejercicio para pacientes osteoporóticos deben ir encaminados en tres áreas diferentes de actuación tales como terapéutica, rehabilitadora y preventiva tanto de actitudes posturales, prevención de caídas y actividad física y deportiva (34, 42). E) ml - Ejercicios de stretching (postura del gato) La corriplicación más temida de la osteoporosis sonI las fracturas localizadas con más frecuenci,a en cuello femoral, columna lumbar y muñeca. Debido a la mayor fragilidad del hueso osteoporótico, estas fracturas se pueden colnsiderar como espontáneas, ya que se produc:en con mínimos traumatismos, movimientos bruscos, o con un simple tropiezo o resbalón. Una mayor práctica de actividad física realizada de forma continuada, dentro de límites moderados y formando parte de un estilo de vida más activo, sirve de estímulo para el remodelado óseo y, por tanto, mejora la protección frente a la fractura osteoporótica (34, 42). 1 i El objetivo que persigue la práctica de ejercicio físico regular y pautado en la osteoporosis se puede resumir en lo siguiente: eliminar el sedentarismo, mejorar la capacidad respiratoria al mejorar la fuerza de los músculos respi- Dentro del planteamiento terapéutico, el dolor agudo, generalmente producido por una fractura, exige reposo total durante 1 ó 2 semanas como máximo para evitar el efecto de la inmovilización sobre la pérdida de masa ósea. Éste se complementará con medidas adecuadas que eviten las contracturasy la tensión unidimensional excesiva sobre el hueso. Además, puede ser útil la aplicación de calor superficial y masajes suaves (34, 42). Sin embargo, el dolor crónico debe ser tratado con medidas que corrijan la postura y ejercicios adaptados individualmente teniendo en cuenta los objetivos y las normas generales. Por lo que respecta al programa de ejercicio físico, la National Osteoporosis Foundation recomienda, para el tratamiento y prevención de la osteopenia y la osteoporosis, la práctica regular de actividad física aeróbica, en sesiones de 45-60 minutos de duración y durante 4 días por semana (34). teniendo en cuenta fortalecer los músculos abdominales y extensores de la espalda, contraindicar ejercicios que conlleven riesgo de caída, realizar ejercicios en medio acuático para mejorar la movilidad articular, fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la dieta con vitamina D y calcio. El tratamiento rehabilitador debe ir encaminado a mantener o devolver el mayor grado de capacidad funcional e independencia al paciente osteoporótico, cumpliendo unos objetivos y normas generales. Cuentan, además, con otras herramientas útiles, como la termoterapia, electroterapia, mesoterapia, mecanoterapia, hidroterapia, etc. (34, 42). Cualquier programa de rehabilitación debe incluir la enseñanza y práctica de ejercicios abdomino-diafragmáticos con potenciación de la musculatura abdominal y movilización del diafragma. Así conseguiremos una respiración coordinada toracocostal alta, con relajación de la musculatura ce~icotorácicaa la vez que se moviliza el aire residual de las bases pulmonares (34, 42). Las medidas preventivas deben ir encaminadas fundamentalmente a evitar la complicación más temida, que son las fracturas localizadas con más frecuencia en cuello de fémur, columna vertebral y muñeca (fractura de Colles) (34,42). Para ello, hemos de insistir en unos hábitos higiénicos posturales (que exponemos en otro apartado), prevención de caídas (con ejercicios de equilibrio, mejora de las barreras arquitectónicas y normas en domicilio) y una prescripción pautada de ejercicio físico. La prescripción de actividad física en edades avanzadas debe hacerse con precaución, ya que es en estas edades, cuando más riesgo de complicaciones se puede producir. Los ejercicios con carga o de impacto son los que más favorecen a la masa ósea, pero se debe tener presente que estos tipos de ejercicios pueden llegar a estar contraindicados para un colectivo de edad avanzada, donde el riesgo de fractura es mayor debido a la osteoporosis y a la disminución de las habilidades neuromotoras. Aunque se dé prioridad a los ejercicios de fuerza, es conveniente que éstos se realicen de forma adaptada (5). Otros autores recomiendan el trabajo aeróbico como posible alternativa para contrarestar los efectos de la osteoporosis. además de los muchos beneficios que aportan estos ejercicios a nivel del sistema cardiorrespiratorio, etc.) (5). Por lo indicado anteriormente, se pueden prescribir diferentes protocolos de ejercicios o actividades físicas en función de las características óseas y la condición física inicial de las personas que van a tomar parte en un programa preventivo contra los riesgos de la osteoporosis, de esta forma (5, 34) se pueden dividir en: a) Grupos de personas que presentan (después de un reconocimiento médico previo y una densitometría ósea) una buena constitución ósea y no están afectados por la osteoporosis. Este colectivo estará capacitado para ejercitarse con un trabajo de impacto, es decir, un protocolo de ejercicios donde se incluirán, entre otros, ejercicios de saltos y recepciones pero en suelo blando y en una parte de la sesión, así como ejercicios de fuerza muscular, insistiendo en las zonas más proclives a padecer fracturas (cadera, columna vertebral, etc.). El programa de actividad, en resumen, para este tipo de paciente osteoporótico deberá incluir al menos cuatro clases diferentes de ejercicios. Éstos se deberán realizar en sesiones de 45-60 minutos, durant e 4 días a la semana y alcanzando niveles aeróbicos adecuados. Por lo que respecta a la frecuencia cardiaca, se puede alcanzar hasta el 70-80% de la frecuencia cardiaca máxima para el individuo. b) Grupos de personas donde los signos osteoporóticos están instaurados. Los ejercicios de fuerza cobrarán un mayor protagonismo y se alternarán con ejerci- cios de resistencia aeróbica, variando de intensidades. El trabajo de fuerza podrá realizarse en circuitos, donde cada miembro del grupo se ejercitará de forma independiente y acorde con sus posibilidades. Se utilizará el trabajo de fuerza isométrica para incidir sobre zonas concretas del sistema esquelético cuando la localización de la patología lo requiera. Los ejercicios de resistencia aeróbica podrán ser caminar, trote suave, etc. siendo la intensidad de éstos progresiva. En este caso, el plan de ejercicios que se introducirá muy paulatinamente en las primeras semanas, incluirá ejercicios respiratorios, isométricos y de relajación, durante 15, 5 y 5 minutos, respectivamente. Al cabo de un mes de efectuar estos ejercicios con regularidad se puede empezar a introducir ejercicios de corrección de deformidades y abdominales durante 510 minutos, junto con las anteriores series. Es muy aconsejable el repetir los ejercicios respiratorios e isométricos al comienzo y al final de la sesión. Con este programa, a los 6 meses se estará en condiciones de ejecutar una gran cantidad de ejercicios recomendados y con una duración aproximada de 10 minutos de ejercicios respiratorios, 5 de isométricos, 15 de abdominales y terminar con 5 minutos de isométricos, 5 de respiratorios y de relajación, al año podrá empezar con ejercicios aeróbicos como la bicicleta ergométrica, trote suave y otro tipo de ejercicios. Los resultados obviamente van a estar directamente relacionados con la motivación y el cumplimiento de cada individuo. C) Grupo de personas que se han visto afectadas por alguna fractura ósea o cuyo riesg o de padecerla es alto. Para éstos, siguiendo a Bellver y Pujol (1997), habrá que tener en cuenta unas consideraciones especiales, es decir, se deberá vigilar principalmente la posibilidad de caídas con la práctica de una actividad. Los ejercicios en el agua constituyen alternativas segu- ras, puesto que el individuo se concentra en el ejercicio sin riesgo de caer. Cuando se trata de ejercicios en el agua no se hace referencia a la práctica de la natación con sus estilos, sino a la posibilidad del trabajo en piscina en bipedestación a diferentes profundidades. Con este tipo de ejercicios, también se pueden ver beneficiados aquellos individuos con sobrepeso que presenten osteoporosisy que la práctica fuera del medio acuático les puede resultar perjudicial, debido a sus deficiencias motoras. Esta alternativa acuática puede eliminar los factores desfavorables que producen la inactividad o inmovilidad en este tipo de colectivo (5, 33). Otros deportes que también son altamente aconsejables, pero al exigir de técnicas especiales para su ejecución, material y equipo adecuado (generalmente costoso), instalaciones concretas y otros inconvenientes, hacen más dificil su práctica. Se tratan del golf, badminton, esquí de fondo, tiro con arco o pistola, tenis, ping-pong, equitación, etc. Todos ellos desarrollan la capacidad, la coordinación, habilidad y reflejos, pero exigen experiencia anterior y conocimiento de la técnica. Otros juegos válidos son la caza, pesca, baile de salón, bolos, petanca, yoga, Tai-chi, etc. (34). Si es importante conocer los ejercicios que deben realizarse, más importante quizás es sabercuáles son los que están contraindicados. En general, deben evitarse los ejercicios forzados en cualquier movimiento articular que puedan facilitar la aparición de una fractura, tales como las rotaciones forzadas en hombros, muñecas, caderas y columna (42, 46). En el cuadro 6 se reflejan los ejercicios aconsejables y no aconsejables en la osteoporosis, según los criterios de Parreño Rodriguez (42). A modo de resumen, las normas de prescripción de ejercicio físico para la osteoporosis indicadas por el Colegio Americano de Medicina del Deporte, son las expuestas en el cuadro 7 (1, 27, 34) F) FlBROMlALGlA REUMÁTICA: todas ellas. Es por esto que trabajan de manera meditativa la atención de la mente y En la fibromialgia se recomienda sobre todo el ejercicio aeróbico, aunque también se hayan obtenido beneficios con programas de ejercicio de fuerza. Los ejercicios con cargas deben realizarse a baja intensidad, evitando las cargas repetitivas, ya que el ejercicio de alta intensidad y el esfuerzo muscular repetitivo puede empeorar o desencadenar los síntomas (47). la respiración consciente de modo coordinad o y armonizando mente, emoción y cuerpo, y por ende mejorando el estado mental del enfermo con fibromialgia reumática (61). Si se realizan además con música, los resultados son esperanzadores tanto en la astenia como en la fatiga crónica. Cuadro 6. Deportes aconsejables y n o aconsejables en la osteoporosis. I r Deportes no aconsejables Deportes aconsejables Marcha Esquí náutico y de velocidad Esquí de medio fondo Surf Golf Fútbol Cicloturismo Baloncesto Tiro con pistola Voley Tiro con arco Judo y artes marciales Caza Automovilismo Pesca Motorismo Ping-pong Atletismo: saltos Tenis Remo Las actividades recomendadas incluyen la marcha, la bicicleta estática, la natación en agua caliente, la gimnasia acuática y las gimnasias suaves. El programa debe ser progresivo e individualizado. Podemos incluir trabajo de fuerza con bajas cargas y pocas repeticiones y estiramientos pasivos de la musculatura implicada. Tanto el ejercicio como el descanso juegan un papel importante en su tratamiento (47). Bolos Petanca y deportes tradicionales Cuadro 7.- Normas de prescripción de ejercicio para osteoporosis del Colegio Americano de Medicina del Deporte (1,27). TIPOS DEPORTESIEJERCICIOS PAUTA Aeróbicos: Mantienen y mejoran la capacidad funcional Marcha Footing Natación, gimnasia acuática Ciclismo 40-70°% Fc max. 3-5 diaslsemana 20-30 min/sesión Fuerza: disminuyen el riesgo d e complicaciones Mancuernas, bandas elásticas. Ejercicios isométricos Máquinas de musculación Ejercicios en suelo Pilates 50% de 1 repetición máxima o ; d e 3 repeticiones máximas. 2-3 series de 8 repeticiones 2 diaslsemanas (20-40 min) Flexibilidad mantienen y mejoran la movilidad articular Estiramientos, stretching Ejercicio sentado Tai-chi 5-7 díaslsem Funcionales: mantienen las actividades de la vida diaria Equilibrio Destreza Resistencia Coordinación Psicomotricidad Respiración Relajación ! I , El ejercicio también ayuda a combatir el aumento de peso y la osteoporosis que puede resultar de tomar corticosteroides como tratamiento farmacológico, pero asegúrese de no excederse con el ejercicio y de descansar y dormir lo suficiente. Los ejercicios de estiramiento son muy importantes en esta enfermedad, para evitar espasmos musculares y ayudar a aliviar la tensión y de los músculos. El tipo de estiramiento debe de ser como el que se realiza en yoga o antes de una clase de ejercicio aeróbico. Además de estiramientos es importante mantener un programa de actividad aeróbica, aumentándolo gradualmente, que puede incluir natación y el uso de bicicletas ergométricas. Es importante comenzar muy despacio y aumentar la actividad gradualmente hasta llegar a 20 minutos de actividad aeróbica a paso moderado, de tres a cuatro veces a la semana (61). I El uso de las gimnasias suaves como el Chikung, el Tai-chi chuan o el yoga, y hasta el propio método Pilates, basan su atención en la respiración como piezas fundamentales de PRESCRIPCIÓN 1 9 DE EJERCICIO F~SICO ADAPTADO A LA ENFERMEDAD OSTEOAüilCULAR A) EJERCICIO DE RESISTENCIA AERÓBICA (12, 17, 23, 36, 29, 34, 50, 58) Respecto a los tipos de ejercicios que mejoran la resistencia cardiovascular y de más fácil aplicación en todo tipo de pacientes, la carrera a pie es el más solicitado y extendido, por no necesitar de grandes equipaciones, sin rivales, no necesitar del conocimiento de técnicas especiales y la intensidad y duración pueden graduarse con facilidad. Otras modalidades de ejercicio con una buena relación coste/beneficio son la bicicleta ergométrica, el remoergómetro y la marcha (sin embargo, con ésta no se consigue un gasto calórico alto). La natación, y en especial la gimnasia acuática, son los mejores deportes para mejorar la resistencia con elevada afectación articular o elevado peso. En los pacientes con dolor lumbar, la actividad aeróbica de caminar, bicicleta, y natación, se debe de iniciar después del programa de fortalecimiento de la zona lumbar. El programa de mejora de la resistencia aeróbica se planeará con una frecuencia de 3-4 veces por semana y durante, como mínimo, 20 minutos. Pero no todos los deportes se pueden realizar a una intensidad constante, por esto adjuntamos un cuadro indicativo de distintos deportes que son útiles para mejorar la resistencia cardiovascular pero clasificados en función de una serie de variables d e intensidad y nivel de destreza (cuadro 8) Para realizar este entrenamiento aeróbico e incrementar la resistencia cardiovascular, es necesario observar algunas normas básicas con el fin de evitar lesiones y que el trabajo no sea extenuante y nos obligue a abandonar su práctica. Se utilizará cualquier tipo de ejercicio en el que se pongan en acción grandes masas musculares: andar-andar trotar, trotar-correr, correr en terreno blando, bicicleta estática, excursionismo, etc. Lógicamente, la intensidad, duración, etc., de estas actividades estarán adaptadas a la edad y condición física de cada uno. Se controlarán periódicamente las pulsaciones, las cuales conformará con exactitud el índice de esfuerzo que se está realizando. Progresivamente se irá comprobando cómo la frecuencia cardiaca no aumenta y, sin embargo, se realiza la misma cantidad de ejercicio, esto es un síntoma d e adaptación cardiovascular al esfuerzo. B) EJERCICIO DE FUERZA Deberán evitarse todos aquellos esfuerzos mantenidos que eleven la frecuencia cardiaca por encima de las 160 pulsaciones /min o en función de la frecuencia cardiaca máxima menos la edad, o teniendo en cuenta la frecuencia cardiaca de reserva. Esto se tendrá que tener especialmente en cuenta en las personas que inician la realización d e un deporte. El entrenamiento para aumentar la fuerza ha experimentado un notable incremento en su popularidad durante la pasada década. Los atletas de elite ya la habían empleado para mejorar su fuerza y tamaño muscular y ahora los deportistas aficionados lo usan para mejorar su condición física. Si la actividad elegida para la mejora de la resistencia es la marcha o carrera habrá que vigilar que el terreno por donde se practica no sea excesivamente duro y que el calzado que se utiliza sea el adecuado. Esto evitará problemas en las extremidades inferiores. Hay un determinado número d e personas que a pesar de seguir todos los consejos y normas que se dan para la realización correcta de una actividad física, no logran progresar con el ritmo que ellos quisieran. Entre las causas de esto están el peso corporal elevad o y la falta de coordinación. Una buena opción son los deportes acuáticos. Cuadro 8.- Clasificación de distintos deportes que ayudan a mejorar la resistencia cardiorrespiratoria 1 GRUPO 2 3 1 MODALIDAD 1 UTILIDAD 1 EJEMPLOS pueden a una intensidad constante y de gasto energético bajo. Deseables para un control más preciso de la intensidaddel esfuerzo Caminar Correr Bolos Tiro con arco Bicicleta estática Remoergómetro Actividades en las que la tasa de gasto energético está altamente relacionada con la destreza, pero pueden proporcionar una intensidad constante para el paciente También en la etapa inicial del entrenamiento físico, teniendo en cuenta el nivel de destreza Ciclismo Esquí de fondo Golf Patinar Gimnasia suave Baile Actividades en las que la destreza y la intensidaddel esfuerzo son altamente variables Proporciona interacciónde grupo y variedad en el ejercicio Baloncesto Fútbol Deportes de raqueta Hockey hierba 1 (17,23, 29, 30, 34, 45, 54): Su campo de aplicación ha sido muy amplio usado en diferentes actividades como: i l 5 i 1. Tratamiento de lesiones deportivas. 2. Control d e peso. 3. Osteoporosis. 4. Mejora d e la condición física. 5. Tratamiento de las lumbalgias. 6. Disminuir los factores d e riesgo cardiovascular 7. Control de estrés y ciertas alteraciones psicológicas. Se piensa que el entrenamiento para aumentar la fuerza es uno de los pilares básicos en los que se debe basar todo programa bien compensado para mejorar la condición fisica. Los parámetros usuales del ejercicio aeróbico (intensidad, duración y frecuencia) se emplean también cuando se realiza un programa d e ejercicios para el desarrollo d e la fuerza y resistencia muscular. Existe una amplia gama d e programas d e métodos, equipamiento, metodología y ejercicios para aumentar la fuerza. Los sistemas d e entrenamiento de la fuerza se pueden clasificar en isométricos, isotónicos, isocinéticos y formas de ejercicio pasivo. En el ejercicio de fuerza isométrico o contracciones estáticas, el músculo mantiene una longitud constante cuando se aplica una resistencia, no produciéndose ningún cambio en la posición articular. Estos ejercicios están especialmente indicados en algunos pacientes con osteoporosis. Se define como ejercicio d e fuerza isotónico aquel que se realiza a tensión constante. Estas contracciones dinámicas se producen a l o largo d e una amplitud de movimiento contra resistencia. N o se fija la velocidad y éste se divide en fase concéntrica y excéntrica. Hay una variedad d e métodos y equipamientos para el ejercicio isotónico: 1) pesas; 2) resistencias fijas; 3) utilización d e cables y poleas; 4) máquinas d e resistencia constante y variable; 5) aparatos que emplean una resistencia elástica, hidráulica o robótica. Las bandas elásticas son muy adecuadas para trabajar la fuerza de resistencia en estos pacientes. Se define como ejercicio d e fuerza isocinético como la contracción realizada a una velocidad constante con una resistencia variable. La velocidad de movimiento es controlada y la resistencia es proporcional a la fuerza ejercida en cada punto a lo largo del recorrido articular completo. Todos estos ejercicios de fuerza, independientemente del tipo y del método utilizado se deben realizar guardando unas normas generales para que no produzca perjuicio en la salud del paciente o deportista y tales rnmn. 1. Realizar al principio más entrenamiento general. 2. Realizar calentamiento previo. 3. A l finalizar el ejercicio y entre series realizar ejercicios d e estiramiento. 4. Empezar siempre por ejercicios que ejerciten los grandes grupos musculares. 5. Hay que trabajar siempre agonista y antagonista. 6. Los incrementos d e carga d e trabajo se harán de forma piramidal. A continuación se exponen figuras d e ejercicios d e musculación, adecuados para el paciente con enfermedad osteoarticular, para trabajar diferentes grupos musculares tanto con pesas como con bandas elásticas, e incluso ejercicios isométricos para los pacientes con osteoporosis en estado avanzado: Figura 10. Ejercicios de pectorales, brazos y hombros con bandas elásticas. Figura 1 1. Ejercicios d e abdominales y de parte superior e inferior d e la espalda con bandas, con el peso del cuerpo y máquinas. Figura 12. Ejercicios de piernas con bandas, con el peso del cuerpo y máquinas. Figura 13. Ejercicios isométricos i Un buen programa de entrenamiento de fuerza-resistencia de la zona lumbar y para realizar durante un total de 12 a 20 semanas, con una frecuencia de una o dos veces por semana, sería el siguiente: 1. Musculatura de la pared anterior del abdomen, con tres tipos de ejercicios: Elevación de las piernas con fijación de la parte superior del cuerpo. Trabaja sobre todo la parte inferior del recto anterior del abdomen, de forma isométrica, aumentando el tono muscular de la pared abdominal. Si se realiza flexionando las piernas sobre las caderas, además, intervienen el cuádriceps y el psoas iliaco, que tracciona sobre la lordosis lumbar, y para evitar que ésta sea excesiva, conviene elevar la cabeza y los hombros al realizarlos. Elevación del tronco con fijación de las extremidades inferiores. Se trabaja en condiciones más dinámicas, con la porción superior del recto anterior del abdomen y con mayor esfuerzo, por tanto más eficazmente. Al flexionar y elevar el tronco en decúbito supino y con las extremidades bloqueadas y extendidas, el cuádriceps y el psoas iliaco ayudan a la musculatura abdominal. Si se flexionan las piernas se reduce la intervención del psoas; si, además, las piernas están elevadas verticalmente, se excluye también la participación del cuádriceps. No se deben realizar sobre un plano inclinado, ya que se crea una fuerte tracción lumbar. Elevaciónsimultánea de tronco y piernas. Como regla general no se deben emplear esfuerzos máximos, recomendándose ejercicios con un número de repeticiones de 6 a 10 por serie. 2. Musculatura lateral del tronco: Realizar de pie flexionando el tronco hacia ambos lados, con distintas posiciones de brazos y piernas, trabajando músculos oblicuos y transversos. Sentado con las piernas separadas y estiradas, inclinando lateralmente el tronco, trabajando también oblicuos y transversos. Tendido lateralmente, elevando lateralmente el tronco. Colgado de una espaldera, balanceándose lateralmente con las piernas flexionadas o extendidas. Tendido en prono con las caderas apoyadas en un plinto y los pies sujetos en las espalderas, flexionando el tronco lateralmente. Además de transversos y oblicuos, se trabajan los lumbares. C) EJERCICIO DE FLEXIBILIDAD (23, 39, 44): Muchos fisioterapeutas, entrenadores de atletismo y médicos deportivos, consideran la flexibilidad como uno de los objetivos primordiales de los programas de acondicionamiento de los atletas y de todo tipo de paciente que realiza un programa de acondicionamiento físico regular y con especial importancia para los enfermos afectos de patología osteoarticular. La flexibilidad puede definirse como el arco de movimiento de una articulación o de una serie de articulaciones y depende de los músculos, los tendones, los ligamentos y las estructuras óseas. Pero hay veces que existe más arco de movimiento en una articulación por su solicitación específica en el deporte en relación con el conjunto de las articulaciones. Sobre la flexibilidad influyen diversos factores como: A) Aparato cápsulo-ligamentoso. B) Tono muscular: la hipertonía de un individuo hipertónico no consigue relajar su musculatura y le impide realizar todo el movimiento en su amplitud. C) El contacto con partes blandas: un exceso de volumen limita la amplitud de los movimientos. D)La edad los niños son más elásticos. E) El sexo: las mujeres son más flexibles. Fl La temperatura ambiental y e l clima: en días fríos y húmedos disminuye la flexibilidad. G ) Grado y tipo de actividad desarrollada: un grado adecuado de ejercicio logra mayores niveles de movilidad. H) Estado emocional: el estrés aumenta la contracción del músculo. Los tres principales métodos, entre otros, y que nos van a permitir mejorar la flexibilidad son el estiramiento balística, el estiramiento estático y la facilitación propioceptiva. El estiramiento estático es el preferido, por ser el más simple y fácil de aprender. Al realizar los ejercicios de estiramiento deben involucrarse las articulaciones de todo el organismo tales como las caderas, rodillas, tobillos, hombros y columna, y se deben de elegir el número suficiente y precedido de un calentamiento. Para que su práctica sea inocua es necesario tener en cuenta unas normas de realización, tales como: 1) El estiramiento no es un concurso; cada uno debe de llegar a su nivel. 2) El mejor método es la sensación producida por el estiramiento mantenido. 3) Cuando uno realiza un estiramiento y siente sensación de tirantez, entonces se mantiene la postura hasta que disminuye el dolor; entonces es cuando se vuelve a estirar y se mantiene otros 15-30 segundos. Así es como se debe de realizar. Si tenemos sensación de tirantez excesiva, no lo estamos haciendo bien. Este es el principio de estiramiento más importante y principal. 4) Es muy importante mantener relajado el resto del cuerpo. 5) La respiración debe de ser lenta, profunda y rítmica. 6) El estiramiento no es un ejercicio y, por tanto, no hay que sufrir para mejorar. 7) Si se hace entrenamiento de fuerza, el estiramiento debe ser intercalado entre cada serie. A continuación se exponen figuras de ejercicios de estiramientos de diferentes grupos musculares: Figura 14.- Ejercicios de estiramiento de los músculos de las piernas. Figura 15. Ejercicios de estiramiento de los músculos laterales del tronco y de la cadera Figura 16. Ejercicios de estiramiento de los músculos gemelos y dorsiflexores. l D) NUEVAS PEWECTIVAS DE EJERCICIO HSIco ADAPTA- A LA PATOLOG~AOSTEOARTICULAR: Como ya hemos indicado anteriormente, el uso de las gimnasias suaves como el Chikung, el Tai-chi chuan o el yoga, y hasta el propio método Pilates, basan su atención en la respiración como piezas fundamentales de todas ellas. Es por esto que trabajan de manera meditativa la atención de la mente y la respiración consciente de modo coordinado y armonizando mente, emoción y cuerpo, y por ende mejorando el estado mental de muchos enfermos. El método Pilates ha sido de gran ayuda para muchas personas, no sólo porque mejora el aspecto corporal del que lo practica sino porque además ayuda a pensar positivamente, aumentar la vitalidad, mejorar el equilibrio y conseguir una sensación de bienestar (52, 56, 61). El método Pilates fue concebido originalmente por Joseph H. Pilates, nacido en Alemania en 1880 y que dedicó toda su vida al estudio de la fisiología humana y las distintas formas de reforzarla y mejorarla. El objetivo es conseguir una mente equilibrada y corregir cualquier debilidad física. Se basa en el conceoto de fuerza constituido por los abdomiAales, región lumbar, las nalgas y la cara interna de los muslos (52, 56, 61). Los beneficios del método Pilates suponen mejoras en la elasticidad, la alineación del cuerpo, la atención mental, la gestión adecuadada del estrés y las formas y posturas corporales (52, 56.61). A continuación exponemos imágenes de un programa básico de Pilates (figura 18). La gimnasia acuática, así como los ejercicios físicos efectuados en el agua, son al mismo Figura 18. Ejercicios básicos de Pilates. Figura 17. Ejercicios de estiramiento de la parte baja de la espalda, parte superior de la misma y los hombros. I FLEXI~N ABDOMINAL ALTA RODAR LAS CADERAS BALANCEO DE LA PELVIS HOMBROS Posició~NEUTRAL O BASICA tiempo muy tonificantes y suaves, lo que les hace adecuados para muchos pacientes. Las ventajas de este tipo de ejercicio las podríamos resumir en las siguientes (33): 1. En las personas con artritis, la gimnasia acuática produce una disminución de la fuerza de gravedad y hace que los movimientos resulten menos dolorosos. 2. La gimnasia acuática puede modificar las posturas incorrectas. 3. El impacto en el suelo con el movimiento dentro del agua se amortigua. El agua también ejerce un efecto de masaje terapéutico. 4. Durante la fase de elevación, los vasos sanguíneos se dilatan al disminuir la presión de agua y en la fase de inmersión, los vasos se contraen. Esto es muy útil para los trastornos linfáticos y los problemas de retorno venoso. 5. El movimiento del agua activa también el drenaje linfático. A continuación exponemos imágenes de gimnasia acuática (figura 19). E) BITO OS HIGIÉNICOS POSTURALES EN . - PATOLOG¡A OSTEOARTICUKR (14,34,42) Las actitudes e higiene posturales intentan corregir las posiciones cifóticas e hiperlordóticas forzadas que producen compresiones en los bordes anteriores de los cuerpos ver- tebrales, causando dolor y fracturas por aplastamiento. Estas lesiones son las culpables de la clínica dolorosa y del cambio en la localización del centro de gravedad, lo que aumenta el riesgo de caída. Autores como Farrerons Minguela, Parreño Rodríguez y Rapado y Díaz Curiel enumeran una serie de normas, que se describen a continuación y se exponen en forma de figura, con el fin de evitar estas complicaciones: ! I ! 1 En bipedestación, apoyar un pie alternativamente en un taburete y bascular la pelvis para relajar la musculatura. En sedestación, utilizar una silla recta, dura, con respaldo poco inclinado, no excesivamente baja, y con los apoyabrazos a una altura adecuada para no forzar la postura. Sentarse con las caderas en ligera flexión y los pies apoyados en el suelo o en un peque60 soporte manteniendo la espalda y el cuello en línea recta y un poco adelantada con respecto a las caderas, la espalda debe estar totalmente apoyada en el respaldo. En decúbito, utilizar colchón duro y almohada baja. La postura ideal es el decúbito supino con apoyo debajo de las rodillas, manteniéndolas en ligera flexión. En decúbit0 lateral, flexionar también las rodillas o al menos la que queda por encima. El decúbito prono es el menos aconsejable. Para levantar un peso del suelo, flexionar las caderas y rodillas manteniendo la Figura 19. Ejercicios básicos de gimnasia acuática. 11 ! espalda erguida vertical o en ligera flexión, sin rotaciones y con la musculatura abdominal contraída. Mantener el objeto lo más cerca posible del cuerpo. mente y aprovechando el propio peso del cuerpo como fuerza adicional. De todas formas, es preferible apoyar la espalda en el objeto y empujar con las piernas. Para coger objetos situados a una altura superior a la cabeza, utilizar una escalerilla que permita tener el objeto a la altura del pecho, cargando el peso sobre las rodillas, que estarán en ligera flexión. Las actitudes e higiene posturales correctas e incorrectas las podemos ver resumidas en la figura 20. El traslado de objetos pesados se hará sujetándolos con ambas manos pegadas el pecho o bien sobre la cabeza, apoyados sobre la cresta ilíaca, colgados a la espalda como una mochila o bien repartiendo el peso en ambas manos. Objetos demasiados pesados será preferible empujarlos o arrastrarlos que Ilevarlos a cuestas. Empujar supone una sobrecarga menor para la columna que arrastrar. Se habrá de empujar con los pies separados y uno más adelantado que otro, contrayendo los abdominales activa- También es importante realizar ejercicios de corrección postura1tanto en posición de pie como sentada: Sentado en silla dura, vascular la pelvis con contracción de abdominales y espalda recta. mantener esta postura durante 15 a 20 segundos y relajar. Repetirlo en sesiones de 5 a 10 minutos. En bipedestación, la espalda totalmente apoyada en una pared y los pies separados de la misma 25 a 30 cm. Repetir el ejercicio y pauta como en la posición sentada. Fisura 20. Hábitos hiqiénicos posturales