¿por que no se incluye al farmaceutico en los equipos

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EDITORIAL TECNICA
Farm Hosp 1996; 20 (2): 129-131
¿POR QUE NO SE INCLUYE AL FARMACEUTICO
EN LOS EQUIPOS MULTIDISCIPLINARES DE
ATENCION AL ANCIANO INSTITUCIONALIZADO?
Actualmente el porcentaje de personas mayores en nuestra comunidad, por distintos motivos,
está aumentando. La población de personas mayores de sesenta y cinco años supera el 15% de los
habitantes. Se está consiguiendo que las personas vivan más años, pero ¿cómo los viven?
Muchos bien, pero otros muchos presentan minusvalías importantes tanto desde el punto de
vista físico como psíquico, y además muchos de ellos presentan graves problemas socioeconómicos.
El planteamiento de su atención nunca puede ser aislado, ya que distintos profesionales
tendrán que trabajar con un objetivo común de mejorar y/o mantener la calidad de vida del anciano.
Veamos un ejemplo de atención. Nos fijaremos en la atención del anciano demente, enferme dad cuya prevalencia en el ámbito de las personas mayores de sesenta y cinco años es del 13,77%,
aumentando a un 30-40% en la población anciana ingresada en residencias (1). En el caso de una
personas mayor empieza a desarrollar una demencia, a lo largo del desarrollo y evolución de la
enfermedad y hasta el momento de su muerte, habrán intervenido para atenderle distintos profesio nales y además habrá vivido en distintos lugares.
Actualmente se intenta mantener al anciano en su domicilio todo el tiempo que sea posible.
Para ello los servicios sociales están desarrollando ayudas a domicilio, están creando centros de
día, en algunos casos con programas especializados en demencia y otros tipos de alternativas a la
institucionalización. Sólo en aquellos casos de gran deterioro necesitan un recurso como la resi dencia, de forma que la residencia de ancianos se debe entender actualmente como un centro de
atención del anciano que, además de presentar un problema social, presenta un deterioro grave de
su estado físico y/o psíquico.
Cuando un anciano ingresa en una residencia, es decir, el anciano se encuentre institucionalizado, se plantea la necesidad de distintos tipos de cuidados. El doctor Francisco Gacía, en el
VII Curso de Geriatría celebrado este año en San Sebastián, contempla la participación de nueve
profesionales diferentes en la atención del anciano demente institucionalizado (1):
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El médico/a.
El enfermero/a.
El auxiliar de enfermería.
El trabajador social.
El psicoterapeuta.
El fisioterapeuta y el terapeuta ocupacional.
El animador sociocultural.
El capellán/asistente religioso.
En la mayor parte de las intervenciones en las que se profundiza en la atención al anciano ins titucionalizado (insisto en que no debemos olvidar que la tendencia actual es mantener a las perso nas mayores en su entorno, a poder ser en su domicilio, e ingresar sólo aquellas con alto grado de
deterioro en instituciones cerradas para poder ser correctamente asistidas), se contempla la aten ción de distintos especialistas tal y como lo hace el doctor García. ¿Por qué no se habla del far macéutico como parte integrante de ese equipo? ¿Será que no presenta este anciano problemas espe cíficos e importantes relacionados con nuestra actividad? ¿Será que no conoce este equipo la cola boración que puede recibir un profesional farmacéutico?
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Están claramente descritos los problemas que, relacionados con el uso de la medicación,
aparecen con el paso de los años (2), problemas agravados y muchas veces incontrolados si
además ese anciano presenta algún tipo de deterioro específico. Algunos de ellos son:
— Pluripatología.
— Polifarmacia.
— Modificaciones farmacocinéticas.
— Aumento de interacciones medicamentosas.
— Aumento de reacciones adversas.
— Diferente respuesta del organismo aun manteniendo mismas concentraciones de medi camento.
— Incumplimiento terapéutico.
— Etc.
Además en el anciano demente se da una dificultad añadida en la gestión de sus propios
medicamentos, dificultad en el entendimiento de las pautas terapéuticas, etc., que dificulta aún
más el cumplimiento del tratamiento.
A la propia residencia de ancianos se le plantean problemas concretos de organización
y de gestión de todos los medicamentos y material sanitario necesarios para sus usuarios, dán dose la circunstancia de que no todos los residentes tendrán el mismo grado de autonomía. A
algunos habrá que gestionarles la medicación desde el principio hasta el final y a otros bas tará con que se les prepare y explique cómo deben tomarlo. En cualquier caso requerirá de
una atención individualizada, atención que será consecuencia de una valoración interdiscipli nar donde se definirán los objetivos del equipo con esa persona, de forma que vaya mejoran do o cuando menos manteniendo la calidad de vida.
La participación activa del farmacéutico en ese equipo multidisciplinar puede ayudar a
mantener y/o prevenir discapacidades en el usuario. Será más fácil para el equipo multidisci plinar lograr sus objetivos con una persona que ayude a usar los medicamentos de forma indi vidualizada y que colabore en la detección de problemas que aparezcan en el anciano que ten gan que ver con la medicación. En ocasiones se pueden detectar efectos secundarios de medi camentos que comprometan la autonomía del residente.
En este equipo la colaboración no se limitaría sólo a aspectos relacionados con el uso
de medicamentos (4), sino que se ampliaría a temas que en el anciano adquieren gran impor tancia y para los que el profesional farmacéutico está ampliamente preparado. Algunos de
estos temas son:
— Elaboración y el seguimiento de protocolos para la atención del anciano incontinente.
— Elaboración y el seguimiento de protocolos para la valoración nutricional (3).
— Elaboración y el seguimiento de protocolos para el tratamiento de las úlceras por
presión.
— Mantenimiento de una política de antibióticos en las residencias asistidas, ya que al
ser instituciones cerradas empieza a ser un problema el uso de antiinfecciosos.
— Selección y protocolización del uso de materiales sanitarios en general.
— Labores de prevención, como las campañas de vacunación, etc.
No se debe olvidar tampoco el papel organizativo que desempeña un profesional farma céutico dentro de la propia residencia. El anciano que residía en ella hasta ahora era capaz
de acudir a su médico y de gestionarse su propia medicación. Al aumentar la discapacidad, el
anciano se hace más dependiente y necesita no sólo que se le gestione la medicación, sino tam bién que se le controle su administración. Esto crea un serio problema en la residencia, ya que
en pocos años muchos ancianos necesitan esta atención y es difícil con los recursos de que se
dispone gestionar, preparar y administrar correctamente la medicación a los ancianos. Ello
conlleva muchas horas y es difícil hacerlo ágilmente, respetando la autonomía de las perso nas con el personal de que dispone la residencia.
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A un farmacéutico hospitalario, y mejor si estuviera formado específicamente en este tipo
de atención, le resulta fácil la gestión, cuenta con los conocimientos suficientes en dispensa ción y en informática para adaptarlos a esta población y para facilitar la integración de la
ficha farmacoterapéutica del anciano. Por tanto, bastaría una adecuación de sus conocimien tos en este campo para poder iniciar esta actividad con garantías.
La atención al anciano discapacitado abre un campo importante de atención farmacéu tica no sólo cuando éste se encuentra viviendo en una residencia de ancianos, sino también
cuando el anciano está en su domicilio o acude a centros de día.
Como conclusiones podríamos indicar lo siguiente:
1. El aumento constante de plazas para ancianos discapacitados hace aumentar la crea ción de residencias asistidas y la transformación de residencias para válidos en asistidas.
2. El ancianos discapacitado presenta unas características específicas que hacen nece saria la atención farmacéutica.
3. Esta atención farmacéutica es básica en las residencias asistidas de ancianos.
4. La participación del farmacéutico en el equipo multidisciplinar de atención al ancia no en una residencia asistida implica un importante papel siempre que, al igual que los otros
profesionales que participan, tenga los suficientes conocimientos y aptitudes para el trabajo
en equipo.
5. Mientras no exista formación específica en este campo, el farmacéutico de hospital
es el que recibe y tiene una formación más adecuada para realizar este trabajo.
DRA. M. ISABEL GENUA
Servicio de Atención Farmacéutica. Fundación MATIA.
Donostia (San Sebastián)
BIBLIOGRAFIA
1.
2.
3.
4.
García F. Perfil del cuidador, profesional y humano. Anciano con demencia. Tarea de todos, terreno
de nadie. ¿Lugar de encuentro? Ed. Fundación Matia Donostia. Servicio de Atención Farmacéutica,
1995: 311-23.
Iñesta A, et al. Atención farmacéutica geriátrica. Monografía de Divulgación n.° 12. Ed. Ministerio
de Sanidad y Consumo. Madrid, 1993.
Genua M I. Alimentación en ancianos institucionalizados. Ponencia presentada en los XIV Cursos
de Verano de la Universidad del País Vasco, 1995.
Hepler C D, Strand L M. Oppotunities and responsibilities in pharmaceutical care. Am J Hosp Pharm
1990; 47: 533-43.
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