Filosofía - IES Séneca

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Departamento de Filosofía
IES Séneca – Córdoba-
Filosofía
Filosofía y Ciudadanía
1º Bachillerato
Departamento de Filosofía
IES Séneca – CórdobaFilosofía
Tema
1:y Ciudadanía
La Filosofía, origen y características
1º Bachillerato
de la Filosofía como doctrina.
Departamento de Filosofía
IES Séneca – CórdobaFilosofía y Ciudadanía
1º Bachillerato
Departamento de Filosofía
1
IES Séneca – CórdobaFilosofía y Ciudadanía
1º Bachillerato
Departamento de Filosofía
IES Séneca – CórdobaFilosofía y Ciudadanía
1º Bachillerato
1.- La pregunta por el sentido de las cosas.
Decía Fiedrich Nietzsche, un filósofo alemán del siglo XIX que "El ser humano es un
animal enfermo" porque no le basta con procurarse la solución a sus necesidades vitales
inmediatas sino que además se pregunta por las cosas intentando buscar sentido a su vida
como a las cosas mismas.
Ese deseo de saber, la necesidad de atribuir un sentido a las cosas y a la propia vida que en un
principio aparecen indefinidas, posee tres rasgos característicos:
I.
Parece carecer de todo valor vital. Es en cierto sentido un "lujo de la naturaleza".
No sabemos que ningún otro animal lo haga como nosotros.
II.
Es algo problemático. A menudo nos encontramos en una situación de angustia al
no hallar respuestas que nos satisfagan o descubrir que las respuestas tenemos son
erróneas. No sabemos siquiera si existe una única y verdadera respuesta.
III. Es algo inevitable. Lo comporta la propia naturaleza humana tal como ahora está
constituida. El ser humano no puede dejar de pensar volviendo a una pura
animalidad. Es una ficción, una quimera creer que algo así pueda suceder.
Para Jean Paul Sartre, filósofo francés del siglo XX, "estamos condenados a ser libres", a
elegir una propuesta de sentido para nuestra vida y las cosas. Nuestra elección puede consistir
en delegar en una propuesta ajena, la que nos ha trasmitido nuestros padres, la escuela, la
sociedad, etc. pero deberíamos intentar construir por nosotros mismos observando todas esas
propuestas la nuestra propia: el sentido que nosotros le vamos a dar a nuestra vida y a las
cosas.
La filosofía es un tipo de saber que pretende responder esta pregunta aunque no es el único,
también lo es el mito, la religión o la ciencia. Pero será más adelante donde diferenciaremos
estos distintos tipos de saber y sus respectivas maneras de responder esta pregunta.
El hombre como todos los seres del universo, se encuentra en un mundo ya “dado”, anterior a
él y en el que hay cosas, seres, y en el que ocurren hechos, acontecimientos... a todo eso lo
llamamos naturaleza. Se trata de un mundo complejo, variable, cambiante, lleno de sorpresas y
casualidades, donde es difícil prever que es lo que va a ocurrir; los hombres, especialmente en
las culturas primitivas, expuestos a una naturaleza que no controlaban, se sentían a merced de
las tormentas o el viento, sin poder predecir su comportamiento.
2
Pero el hombre no es un ser más de los que habitan la naturaleza, con una vida prácticamente
programada, sino que es un ser capaz de ser consciente de todo eso que ocurre a su alrededor,
y que siente una necesidad de comprenderlo. Los hombres
necesitan entender el mundo a su alrededor y su papel en él,
el porqué de las cosas que pasan y que le pasan.
Así tenemos ya planteado
el problema: necesitamos
comprender la realidad, el mundo que nos rodea. Puede que
yo, personalmente, no lo necesite; o no sienta esa necesidad
ahora mismo, pero hay muchas personas que se hacen ese
tipo de preguntas -¿quiénes somos? ¿por qué hay desgracias?
¿hay más cosas que lo que vemos?- o hay momentos de
la vida en que nos las hacemos.
Los seres humanos se hacen estas preguntas movidos por la
admiración y reconociendo su propia ignorancia. Lo hacen
para huir de ésta y no por utilidad alguna. Veámoslo a través
de las citas de dos de los filósofos más importantes de la
antigüedad:
"Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración: al
principio, admirados por los fenómenos sorprendentes más comunes: luego, avanzando poco a poco y
planteándose problemas mayores, como los cambios de la Luna y los relativos al Sol y a las
estrellas, y la generación del Universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su
ignorancia. (Por eso también el que ama los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se
compone de elementos maravillosos.) De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro
que buscaban el saber
en vista del conocimiento, y no por utilidad alguna. Y así lo atestigua lo ocurrido. Pues esta
disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y relativas al
descanso y al ornato de la vida"
Aristóteles: Metafísica, 982 G 10-25
Estas preguntas se formularon por primera vez cuando ya existía casi todo lo necesario para la
vida. De la contemplación y admiración que producen las cosas inmediatas se pasó a cosas
cada vez más alejadas: de las aguas de la Tierra a las lluvias y tormentas, de la Tierra al cielo, a
las estrellas y al Sol y, de aquí, a las preguntas sobre la composición de las cosas o sobre el
origen del Universo. Las preguntas nacidas de la admiración son cada vez más complejas y
alcanzan ámbitos más alejados de lo inmediato y más amplios.
Las preguntas no están ya dirigidas a resolver las necesidades sino a explicar y calmar la
admiración, la perplejidad que nos produce lo que nos rodea. De modo que es el
reconocimiento de la propia ignorancia el motor de nuestro pensamiento, lo que le lleva a
tratar de conocer, a intentar encontrar la sabiduría.
"Pues he aquí lo que sucede: ninguno de los dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque ya lo es, ni
filosofa todo aquel que sea sabio. Pero a su vez los ignorantes ni filosofan ni desean hacerse sabios,
pues en esto estriba el mal de la ignorancia: en no ser ni noble, ni bueno, ni sabio y tener la ilusión de
serlo en grado suficiente. Así, el que no cree estar falto de nada no siente deseo de lo que no cree
necesitar"
Platón: Banquete, 203 D-204 B
Así el reconocimiento de la propia ignorancia está unido al deseo de saber. Es una ignorancia
que se pretende superar, abandonar y, en este sentido, se presenta como una posibilidad de
conocimiento para toda persona que sea capaz de sorprenderse por lo que le rodea.
2.- La respuesta, los discursos acerca de la
realidad
Para responder estas preguntas el ser humano ha elaborado
distintos tipos de discursos interpretativos de la realidad
que tienen en común intentar explicar lo que existe, lo que
ha existido o existirá con la intención de hallarle un sentido.
De esta manera buscan ser una descripción y dar una
explicación de la realidad con finalidades varias como poder
hacer predicciones sobre ella o bien indicar cuál es el
comportamiento correcto.
Los principales discursos interpretativos de la realidad que
se han dado a lo largo de la historia son los discursos
míticos, que incluyen el mito y la religión, y los discursos
racionales, que incluyen la filosofía y la ciencia. El hombre ha usado estos instrumentos para
comprenderse y comprender la naturaleza.
Los Mitos
Tradicionalmente el hombre ha confiado en lo que llamamos “los mitos”, relatos que tratan de
explicar el origen de todas las cosas que el hombre encuentra en la naturaleza, pero sobre todo
que tratan del origen del hombre mismo. En cualquier cultura de cualquier época encontramos
estos relatos, que transmitidos habitualmente de forma oral, configuran las creencias más
básicas de los hombres y mujeres que forman esa cultura.
Se trata de una forma de pensamiento antigua, arcaica, que se basa fundamentalmente en la fe,
la superstición, la imaginación y el valor de la tradición como prueba, y que tiene como
objetivo principal explicar los sucesos que ocurren alrededor de la vida de los hombres. Los
fenómenos regulares -como las estaciones del año o la sucesión de las fases de la luna-, las
edades de la vida de los hombres -la juventud, el matrimonio y especialmente la muerte- y los
fenómenos poderosos de la naturaleza -como las tormentas o las catástrofes-, son los temas
más habituales de los mitos. Con ellos el hombre busca entender lo que ocurre a su alrededor y
transmitir ese conocimiento a los suyos.
¿Cuales son pues las características de los Mitos?
Si nos centramos en los Mitos Griegos, éstos nos presentan un mundo caótico, desordenado,
donde las cosas ocurren sin más causa que la voluntad del dios de turno -caen rayos cuando
Zeus está enfurecido-; y se trata de una naturaleza sagrada, impregnada, preñada de dioses,
todo tiene su dios, las musas de las aguas que inspiraban a los artistas, Cronos para el tiempo y
Atenea para la sabiduría y la caza, y así un larguísimo etcétera. Los mitos siempre contenían las
explicaciones de los rituales y las celebraciones más importantes como forma de organizar las
relaciones entre los hombres y los dioses, en este sentido podemos decir que tenían un carácter
normativo. En los mitos se encuentra la legitimación para el orden social y las estructuras de la
sociedad, de manera que en ellos se justificaba la superioridad de la Aristocracia -las familias
ricas y poderosas que gobernaban las Polis- sobre el pueblo, dado que generalmente eran
estirpes mestizas - entre sus antepasados siempre había un dios o un héroe, que había
tenido un hijo con algún mortal-.
Por otro lado los mitos tienen la forma de un relato, generalmente un relato falsamente
histórico, que se refiere a un tiempo antiguo falso, que no ha existido y no se puede precisar
con hechos concretos. Este relato era transmitido de generación en generación de forma oral,
de manera que forman parte de la cultura de la comunidad, hablan sobre una comunidad y la
comunidad comparte unos mitos -y se define a si misma a través de ellos-; de esta forma
podemos decir que los mitos son etnocéntricos.
Los mitos dan una explicación de cómo es la realidad y el papel del hombre en ella, por lo que
una de sus principales características es que proporcionan una respuesta a la pregunta por el
sentido último de nuestra existencia -¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos? o ¿qué nos va a
pasar tras la muerte?-. De esta forma los mitos cumplen la función de satisfacer la necesidad
de trascendencia que tiene el hombre, y sobre todo, cubrir la necesidad de comprender y
comprendernos; comprender el mundo que nos rodea y comprender nuestro papel dentro de
ese mundo. Pero los mitos no son ciencia, no requieren de pruebas ni hechos para ser creídos,
su aceptación se basa sólo en la fe y en la identificación emocional con la comunidad a la que
pertenecemos, es decir, son irracionales y se basan en los sentimientos y no en los hechos y las
pruebas.
Resumiendo, los mitos son:
I.
relatos falsamente históricos que hablan del papel del hombre en el mundo, y su relación con la
realidad y con lo sagrado,
II.
nos presentan un mundo caótico gobernado por la voluntad y el capricho de los dioses, en una
explicación simplista e imprecisa,
III. su saber es irracional, está basado en la fe y en los sentimientos, y sólo respaldado por la fuerza
de la tradición,
IV. son fuente de legitimidad de las estructuras sociales de la comunidad.
Los tipos de discurso racional, la Filosofía y la Ciencia
Frente a los mitos surge una nueva forma de ver la realidad que los griegos antiguos llamaron
“logos” (que en griego significa “palabra”, pero que podemos traducir también por “ciencia”,
“explicación”, dado que es la raíz de donde sacan su nombre todas las ciencias -psicología es la
ciencia de la mente o la biología la ciencia de la vida-). La idea originaria es de unos pocos
pensadores griegos del siglo VII y VI a.C. que vivían en las colonias que los griegos estaban
instalando en las islas más alejadas del Egeo y la costa de lo que hoy es Turquía. Y esta ha sido
una idea bastante rara, porque en la historia de la humanidad muy pocas veces se ha dado este
paso; lo más habitual es que las distintas culturas usen el pensamiento mítico para comprender
el mundo y el papel del hombre en él.
Los primeros en elaborar discursos racionales sobre la realidad fueron los primeros filósofos.
La filosofía en sus inicios aparece como una nueva visión global del mundo contrapuesta al
discurso mítico. El discurso filosófico y el científico tienen muchas cosas en común y, de
hecho, filosofía y ciencia nacen juntas e indiferenciadas y se mantienen así hasta la revolución
científica de los siglos XVI-XVII.
En el discurso racional a diferencia del discurso mítico:
I.
Abandona el intento de explicar las cosas y los hechos por la acción de seres divinos
o sobrenaturales. Busca explicaciones naturales a los fenómenos de la naturaleza y
lo hace mediante teorías que interrelacionan conceptos. Por lo tanto,
II.
no es resultado de la revelación o la inspiración divina sino de la indagación
racional,
III. busca justificar sus afirmaciones a través de argumentaciones o razonamientos
(frente a la fe o la creencia), y
IV. no es un discurso dogmático sino crítico, que se caracteriza por revisar y contrastar
constantemente sus teorías.
A partir del siglo VII a.C. en Grecia se va a dar una
profunda transformación, el uso de la moneda y el
comercio, el desarrollo de la navegación y por ello el
contacto con otras culturas -como los Fenicios, los
Egipcios o los Persas-, el desarrollo de las colonias en lo
que hoy es Turquía o Italia, etcétera, van a ir,
progresivamente, limando el prestigio de la religión y los
mitos Olímpicos. La clase social de la aristocracia rural va
a ver cómo, progresivamente, su influencia se diluye frente
a la burguesía de comerciantes y artesanos; y los mitos
Homéricos empiezan a ser vistos como una forma
insuficiente de entender la realidad, como una educación
que no prepara para las nuevas formas de vida -y de
negocios- que están surgiendo, y se produce un fenómeno
de crítica a la sabiduría popular que representan estos mitos.
El fenómeno va a consistir, entre otras cosas, en la desacralización de las explicaciones
tradicionales, -ya no van a ser los dioses y lo sagrado la explicación dominante- adoptando una
postura crítica centrada en la constancia y permanencia de los fenómenos naturales. El mundo
ya no va a ser visto como un caos (en griego “desorden”) algo desordenado imposible de
abarcar, donde la única explicación posible es la arbitrariedad de la voluntad de los dioses; sino
más bien como un cosmos (en griego “orden”) donde los fenómenos, y especialmente la vida,
es fuente de regularidades y ciclos, y por tanto predecible. Cada noche vemos una Luna
distinta, pero cada 28 días se repite el ciclo completo; cada día hace un tiempo distintos, pero
cada año se repiten las estaciones con sus flores y sus frutos; y así en todo la naturaleza.
3. El origen histórico de la Filosofía.
En el siglo VIII a. c., en la Hélade (lo que hoy llamamos Grecia), las continuas guerras
reclaman la existencia de líderes, aumentando el prestigio y número de nobles. La institución
monárquica decae (los reyes de los que habla homero: los “basileis”), los nobles reclaman el
poder. Así, en las primeras ciudades helénicas, una clase aristocrática de terratenientes (los
upátridas) se apoderan del poder político y económico de la ciudad. Agrupados en gens o
familias, se consideraban descendientes de los dioses, lo que les servía para justificar sus
privilegios. Eran dueños de los terrenos cultivables y arrendaban los campos a otros
ciudadanos más pobres, que pagaban por ello.
Solamente los aristócratas podrían costearse el armamento necesario para estar presentes en
las continuas guerras, por lo cual sólo ellos luchaban en defensa de su ciudad, ganándose de
paso un gran prestigio.
La Grecia arcaica (VIII-VI a.C.) es pues una
sociedad
ARISTOCRÁTICA. Las leyes
defienden este statu quo (“estado de cosas”), y las
formas de conciencia, las formas de pensar,
justifican la organización social imperante.
La moral en el seno de una tal organización
social es una “moral de señores”. La “areté”
(virtud) se refiere a las cualidades guerreras
de la aristocracia. .. es bueno o virtuoso el
valiente, el orgulloso; la hombría, la piedad,
la templanza, el sentido del deber, el
sentido de la justicia; son las virtudes por
excelencia. Los nobles son eminentemente
ACTIVOS, son luchadores, competitivos.
Estas virtudes sólo adquieren valor si se realizan públicamente: entonces se alcanza la
gloria, prestigio, privilegios.
El vulgo, por el contrario es PASIVO, su felicidad ―a juicio de los nobles― consiste en una
especie de "narcolepsia", son feos, malos y cobardes, soberbios, rebeldes... La virtud, la areté
(entendida como las cualidades propias de un guerrero) no es algo que pueda enseñarse o
aprenderse, como señala PÍNDARO, la areté es algo exclusivo de la aristocracia: es don de la
divinidad, tiene carácter innato.
La religión o mitología de esta época es igualmente expresión y justificación de la estructura
social y su particular reparto de privilegios. Los dioses son reflejo del poder imperante: no son
mejores que los hombres, sólo más poderosos e inmortales, se reparten con sus luchas un
mundo ya creado...
La relación despótica y caprichosa de los dioses respecto a los seres humanos justifica la
relación de los aristócratas con el vulgo. Fiel reflejo de la estructura mítico religiosa, podemos
decir que las leyes son impartidas por la aristocracia sobre el pueblo con la misma
arbitrariedad con que los dioses imponen sus deseos sobre los hombres en general: el poder es
en última instancia el sustento de las leyes. El concepto de dike (justicia) está poco
desarrollado, y se aplica con desigual rasero a nobles y vulgo.
Los primeros filósofos, Tales y los Milesios.
La ausencia de una clase sacerdotal y de libros sagrados ―que permiten la crítica a la tradición
homérica―, el desarrollo económico ―que da lugar a una nueva clase social ociosa, con
tiempo para pensar― paralelo al desarrollo del comercio ―que propicia el contacto con otras
culturas―, van a permitir el surgimiento de la filosofía.
En el s. VI a.C. en Mileto, una próspera ciudad dedicada al comercio, Tales, Anaximandro
y Anaxímenes ―considerados los primeros filósofos― formulan una sencilla pregunta que
supone el comienzo de la filosofía y de la ciencia: ¿Cuál es el ‘arjé’ de la ‘physis’?
Lo esencial no es la respuesta, que nos puede, en la distancia de los siglos, parecer inocente y
trivial (para Tales el principio es el agua, para Anaximandro el apeiron ―lo indeterminado―,
para Anaxímenes el aire), lo esencial es la pregunta, porque supone un giro radical en el
intento de explicar el mundo.
La explicación racional (“logos”) surge en oposición a la tradición mítica. Si el mito se acepta
por tradición, la filosofía es siempre crítica. Si el mito ofrece explicaciones sobrenaturales de
los fenómenos, la filosofía busca explicar dichos fenómenos recurriendo a elementos y proceso
de la naturaleza (agua, aire, rarefacción y condensación, etc.). Si el mito recurre relatos
simbólicos, la filosofía utiliza razonamientos conceptuales. Si el mito, y esto será fundamental,
nos presenta los fenómenos de la naturaleza (la lluvia, el trueno...) como producto del capricho
de los dioses y por tanto “impredecibles”, la filosofía se sustenta en la creencia de que todo lo
que ocurre en la naturaleza lo hace según un orden (logos) inmutable, necesario según unas
leyes. Y es este supuesto lo que permite la aparición de la ciencia en tanto investigación y
descubrimiento de dichas leyes.
La pregunta por el arjé (=principio) es la pregunta por la causa de las cosas (su origen), es la
pregunta por la unidad de lo múltiple de la naturaleza (todo debe estar hecho de uno o
unos pocos elementos básicos: agua o apeiron o aire...), es la pregunta por la permanencia
en el cambio (las cosas cambian pero el arjé permanece como sustrato de esos cambios: al
igual que el agua puede ser hielo o vapor pero sigue siendo agua), es la pregunta por lo que son
las cosas verdaderamente, más allá de las apariencias.
Los filósofos griegos oponen la razón a los sentidos; mientras los sentidos nos muestran la
apariencia de las cosas, la pluralidad y el cambio, es la razón la que permite “ver” (descubrir) la
causa, la unidad, la sustancia (el “sustrato”, lo que permanece en un cambio) y la esencia (lo que
algo es verdaderamente) de la realidad.
Pitágoras de Samos
Pitágoras funda en CROTONA (Magna Grecia, es decir, el sur de Italia) una comunidad
de carácter místico-filosófico-político que conlleva una particular forma de vida: celibato,
obediencia, secreto..., cuyo propósito [influencia órfica] es la purificación del alma, para
librarla de la "rueda de las reencarnaciones ".
La doctrina del alma
Podemos atribuirla a PITÁGORAS, (o, al menos, a su época)... la influencia órfica es patente:
el alma es del "linaje de los dioses" (inmortal), y de la sustancia de los astros (ígnea). La forma
de vida determina su pureza y ésta la posterior elección de un cuerpo (así una vida impropia
nos hará elegir en la próxima reencarnación el cuerpo de un animal, por ejemplo).Cuando el
alma, ha sido totalmente purificada, se libera de la metempsícosis, se libera de la cárcel del
cuerpo, para volver a su origen.
La doctrina del número
Más propia de los pitagóricos ―aunque ya difícilmente atribuible a Pitágoras― es la doctrina
del número: según la tradición, los pitagóricos habrían observado la relación armónica
existente entre las longitudes de las cuerdas y la altura de los sonidos en la lira. Y entienden
que esta armonía está presente en el cosmos entero...
La música es la mejor expresión sensible de la armonía del cosmos. Esta catarsis purifica el
alma, en tanto ésta es también armonía, y además causa de la armonía del cuerpo, por lo que se
considera una auténtica medicina para éste (la enfermedad no es más que la pérdida de la
armonía corporal).
La armonía es musical y también numérica (sonidos-longitudes de cuerda). Los pitagóricos se
sorprendieron de las relaciones armónicas que encierran los números, llegando a decir, según
ARISTÓTELES, que "las cosas eran números". El número (o, la armonía numérica) será pues
el arjé para los pitagóricos. A los números aritméticos se les asocian números geométricos: el 1
es el punto, el 2 la recta, el 3 el plano, el 4 el tetraedro (volumen).
4. Sentido y necesidad de la Filosofía.
La necesidad de la Filosofía.
Aristóteles filósofo griego del siglo IV a. C. afirmaba que "Todos los seres humanos desean saber
por naturaleza".
Evidentemente necesitamos saber muchas cosas, se trata de conocimientos prácticos y útiles
que nos hacen más fácil y cómoda nuestra existencia. Actualmente, una gran parte de este
saber proviene de la ciencia. La investigación científica hace que aumente el conocimiento
general sobre el mundo y sobre nosotros mismos y, también, da lugar a la tecnología, que crea
una gran diversidad de artefactos que nos sirven para vivir mejor. Ahora bien, ¿Se acaba aquí
todo?, ¿Esto es todo lo que necesitamos saber? El saber práctico y de utilidad inmediata no
basta.
Si reflexionamos sobre lo que nos preocupa nos daremos cuenta que además hay otro tipo de
preguntas más generales que también nos inquietan profundamente y para las que no hay
respuesta científica, preguntas como ¿Quiénes somos?, ¿Qué hacemos en esta vida?, ¿Hay otra
vida más allá de ésta?, En mi relación con los demás ¿Todo vale?, etc.
Por lo tanto, el discurso filosófico responde a la necesidad humana de preguntarse sobre una
serie de cuestiones básicas y buscar una respuesta racional e ellas.
“Se trata, en primer lugar, de la cuestión de la apreciación justa de todo afán filosófico en el transcurso
de la historia. Con demasiada frecuencia se suele menospreciar su alcance: la filosofía, se afirma, no
es más que un conglomerado de especulaciones abstractas sin significación alguna para la vida; lo que
hace falta es estudiar las ciencias prácticas que nos suministran la base de la técnica en todos los
campos (no sólo la técnica del ingeniero, sino la del pedagogo y la del psicólogo), también en la
ciencia social, la economía y la política. Porque “Primum vivere, deinde philosophari” y el
“philosophari” no tiene importancia mayor para la vida. Otros consideran en cambio que esta idea,
hoy tan extendida, es fundamentalmente falsa y que, además, representa un error espiritual
peligroso. Y defienden que si se pretende limitar el saber y el conocimiento a su aspecto técnicopráctico, entonces bastará con saber cada vez cómo hay que hacer esto o aque"o. Pero con
anterioridad a la cuestión del “cómo”, se plantea la cuestión del “Porqué”. Ahora bien, la respuesta al
último porqué sólo la religión y la filosofía nos la pueden o(ecer. Como ya sabemos ambos son saberes
muy distintos, el primero nos da una respuesta irracional mientras que el segundo nos da una
respuesta racional. El hombre siempre utilizará su razón y, cuando no lo hace de forma consciente y
filosófica, lo hace, sin duda, en forma inconsciente y con diletantismo. Esto se aplica también, sin
excepción, a todos los que se creen emancipados de cualquier filosofía. La filosofía es un saber
inevitable y necesario; las cuestiones filosóficas están muy ligadas a la existencia y a la vida del
hombre.”
L. Kolakovski: El hombre sin alternativa
¿Somos todos filósofos?
Las preguntas filosóficas aparecen de forma más
o menos natural cuando nuestra inteligencia se
ha desarrollado adecuadamente y ha alcanzado
un cierto grado de madurez.
"Alrededor de los catorce años mucha gente comienza a
pensar por su cuenta en problemas filosóficos: sobre
aque"o que realmente existe, si podemos saber algo, si
una cosa es realmente buena o mala, si la vida tiene
algún significado, si la muerte es el final. Se ha escrito
mucho sobre estos temas durante miles de años, pero la
materia prima filosófica proviene directamente del
mundo y de la relación que tenemos con él, no de los
escritos del pasado. Esta es la razón de que estos
problemas se los planteen aque"os que nunca han leído
nada"
Thomas Ángel: ¿Qué significa todo esto?
Así pues, en cierto sentido de la palabra todos los seres humanos somos filósofos, porque
todos nos quedamos perplejos ante el gran interrogante que es nuestra vida. El filósofo inglés
contemporáneo Stephen Toulmin afirma:
"De mal o buen grado, todos hemos nacidos filósofos, igual que hemos nacido críticos, morales,
pensadores políticos e incluso científicos"
Podemos filosofar porque la llama de la filosofía está viva en nosotros, como seres capaces de
pensar libre y racionalmente.
Claro está, además existen los filósofos en el sentido académico del término, personas que han
estudiado la filosofía que se enseña en la universidad. Ello implica el aprendizaje de una serie
de conceptos y de métodos, así como el estudio de las ideas más importantes de la historia de
la filosofía.
Pasar del saber común a la Filosofía.
"Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos; o, permitirnos decir, si e"os no son conscientes de
tener problemas filosóficos, tienen, en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La mayor parte de estos
prejuicios son teorías que inconscientemente dan por sentadas, o que han absorbido de su ambiente
intelectual o de la tradición.
Puesto que pocas de estas teorías son conscientemente sostenidas, constituyen prejuicios en el sentido
de que son sostenidas sin examen crítico, incluso a pesar de que puedan ser de gran importancia para
las acciones prácticas de la gente y para su vida entera.
Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los
hombres necesitan que haya quien examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías.
Este es el inseguro punto de partida de toda ciencia y toda filosofía. Toda filosofía debe partir de las
dudosas y a menudo perniciosas concepciones del sentido común acrítico. Su objetivo es el sentido
crítico e ilustrado: una concepción más próxima a la verdad y con una influencia menos perniciosa
sobre la vida humana.
[…] Todos los seres humanos son filósofos porque, de una manera u otra, todos adoptan una actitud
ante la vida y la muerte"
Karl R. Popper: Como veo la filosofía, Pág. 64
Todo el mundo participa, como punto de partida, de las interpretaciones existentes en su
sociedad que toma acríticamente como verdaderas es lo que se denomina prejuicios o saber
común.
En la medida en que somos conscientes de nuestra propia ignorancia las ponemos en tela de
juicio sometiéndolos a la crítica desde la razón. Cuestionar lo que tenemos delante, nosotros
mismos, nuestra propia vida parece remover los cimientos sobre los que ésta se asienta y pone
de manifiesto la necesidad de construir un nuevo fundamento, una nueva comprensión que
permita llevar un nuevo modo de existencia justificado y crítico.
Las nuevas ideas a las que lleguemos no se pueden sustraer a la crítica, convertirse en dogma o
ideología, perder su espíritu filosófico. Se ha de aceptar su provisionalidad y su constante
revisión según vayamos avanzando en nuestra experiencia y nuestros conocimientos. Este es el
reto que la filosofía nos propone: una forma diferente de mirar el mundo y nuestra propia vida.
Así, el discurso filosófico nos puede ayudar a vivir intelectual y moralmente sin una
concepción cerrada y dogmática del mundo. Esto se debe a que aquello que es
característico de la filosofía es la forma de hacer las preguntas y la manera de contestarlas.
Siempre que nos encontramos ante un discurso filosófico hallaremos una argumentación
lógica, la defensa razonada de determinados puntos de vista y no la simple afirmación de una
creencia, sin ningún tipo de fundamento. Cuando alguien filosofa da razones, más o menos
plausibles, a favor o en contra de una cierta opinión. Y en cualquier caso, esta persona está
dispuesta a escuchar las razones del contrario y rectificar, si es necesario, su opinión inicial. Se
trata de reflexionar con profundidad sobre algunas cuestiones atendiendo y sopesando las
razones de unos y otros.
El sentido de la Filosofía.
La etimología de la palabra filosofía nos da una pista sobre su sentido y función. Esta palabra
proviene del griego “philosophía”, que significa aproximadamente, "amor a la sabiduría",
"tendencia al conocimiento". Ante aquel que dice de sí mismo que es sabio o experto o
dominador de una materia, el filósofo es tan sólo aquel que anhela el saber, el que, aceptando
que no sabe nada con seguridad, se esfuerza por adquirir más sabiduría o conocimiento teórico
y práctico a la vez.
"La palabra griega filósofo (philosophos) se formó en oposición a sophos. Es decir, amante del
conocimiento, a diferencia de quien, en posesión del conocimiento, se denominaba sabio. Este sentido
de la palabra perdura hasta hoy: la búsqueda de la verdad -no la posesión de la verdad- es la esencia
de la filosofía […] Filosofía quiere decir hacer camino. Sus preguntas son más esenciales que sus
respuestas, y cada respuesta se convierte en una nueva pregunta"
Karl Jaspers: Introducción a la filosofía
Esta idea de la importancia de la capacidad de formular preguntas que tiene la filosofía
también aparece destacada en el siguiente texto del filósofo y matemático inglés Bertrand
Russell:
“De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real
incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va p or la vida
prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las cree
ncias
habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarro"ado en su
espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón.
Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio, los
objetos habituales no suscitan problema alguno, y las posibilidades
no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento
en que empezamos a filosofar, ha"amos, por el contrario, como
hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los objetos
más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos
dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de
decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que
suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan
de la tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas
son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo
arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz
nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar”
B. Russell": Los problemas de la filosofía
5. Las disciplinas filosóficas.
A pesar de que es difícil separa los temas dentro del discurso de los filósofos, debido
fundamentalmente a su “tensión hacia la globalidad”, si que es cierto que tradicionalmente y
académicamente se distinguen diferentes doctrinas filosóficas. Sobre todo a nivel académico,
como distintas “asignaturas” dentro de los estudios de Filosofía, o como forma de organizar los
tratados de Filosofía, se suele utilizar la metodología de identificar cuál es el problema o la
pregunta que se trata de responder.
El núcleo duro: la Metafísica y la Lógica.
El eje central o núcleo duro del discurso y el quehacer de los Filósofos está compuesto de dos
problemas: ¿Qué hay? por un lado, y ¿Cómo lo sé? por otro, y a cada una de ellas le
corresponde una de las doctrinas: la Ontología, o ciencia acerca de la realidad, “lo que hay”, el
Ser, y la Epistemología, o Teoría del Conocimiento, la ciencia acerca de la verdad.
La Ontología se ocupa de intentar responder a las preguntas sobre lo real: ¿qué hay?, ¿cuáles
son los principios que rigen la realidad?, ¿hay un destino o todo lo que ocurre es por azar?,
¿cómo funciona el mundo, por magia o por leyes mecánicas? La Epistemología, sin embargo se
centra no en el problema de lo que hay sino de como podemos llegar a saberlo, haciendo
preguntas como: ¿que método es el mejor para llegar saber las cosas?, ¿cómo se que lo que se es
verdadero?, ¿puedo llegar a saberlo todo o hay límites que no puedo traspasar?
Por otra parte, la Filosofía tiene una herramienta fundamental, el razonamiento, y por tanto la
Lógica, que es la ciencia que se ocupa de los razonamientos válidos, lingüísticamente
expresados. La Lógica estudia las condiciones para que un razonamiento sea válido, la
estructura que tiene, las consecuencias que podemos extraer de ellos. La Lógica es algo así
como las Matemáticas, pero que no se limita a los números, a las cantidades, y como las
Matemáticas, es usada como herramienta por otros científicos y filósofos.
Las preguntas sobre el ser humano.
Otro gran grupo de las doctrinas filosóficas son las que giran en torno al problema de quiénes
somos, si somos alma o sólo cuerpo, o la unión de ambas, también podemos preguntarnos por
nuestra naturaleza, por si somos buenos o malos, para que nos entendamos, etcétera. Así,
hablaríamos en general de Antropología Filosófica en general cuando nos preguntamos en
general sobre el hombre, pero esta se concreta en otras doctrinas como la Ética, la Política
o la Estética.
La Ética es la reflexión filosófica acerca de si el hombre es bueno, acerca de las condiciones
para que lo sea o la pregunta sobre, si acaso, debiéramos serlo. La Ética discute sobre
conceptos como el bien, el deber, la justicia, los derechos humanos, etcétera. Mientras que la
Política, en sentido filosófico, se centra en la pregunta acerca de la convivencia humana; ¿por
qué vivimos en sociedad?, ¿cómo nos organizamos?, ¿que formas de gobierno son justas y
cuáles no? Por último, la Estética es la reflexión filosófica acerca de la Belleza, sobre las obras
de arte, sobre si el arte debe ser bello o cuando hablamos de arte hablamos de otra cosa, y
temas así.
Las Filosofías “especiales”
Cuando la Filosofía se convierte en “metadiscurso”, cuando la Filosofía centra sus preguntas
sobre otras formas de conocimiento, entonces surgen otras disciplinas filosóficas como la
Filosofía de la Historia, la Filosofía del Lenguaje, la Filosofía de la Ciencia, la
Filosofía del Derecho, etcétera. Cada una de ellas se centra en analizar los presupuestos
teóricos, conceptos y métodos que emplean, así como los resultados y teorías a los que llegan
los especialistas de estas ramas del saber. Además es muy importante el estudio de la
Historia de la Filosofía, como reflejo de la Historia de la propia humanidad y como otra
forma de entender los hombres de épocas pasadas.
Para que nos entendamos, aunque la Filosofía puede considerarse como una única disciplina
racional, dentro de ella podemos encontrar distintos enfoques que se refieren a problemas o
preguntas distintas; y estos enfoques se relacionan entre si de esta forma: En un lugar central
encontramos a la Metafísica y a la Lógica, y adyacentes todas las reflexiones acerca del ser
humano, por un lado, y las reflexiones sobre los distintos saberes por otro.
Filosofía del Derecho
Metafísica =
Antropología Filosófica
Filosofía de la Ciencia
Ontología +
Etica
Filosofía del Lenguaje
Epistemología
Estética
Filosofía de la Historia ...
Lógica
Política
«Dos cosas "enan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes cuanto más reiterada
y persistentemente se ocupa de e"as la reflexión: el cielo estre"ado que está sobre mí y la ley moral
que hay en mí.»
Immanuel Kant
6. La Filosofía y su Historia.
Hacemos aquí un breve repaso de la historia de la filosofía en Occidente que se ve con más
detalle a lo largo del segundo curso de bachillerato.
6.1. Filosofía Antigua.
El paso del mito al logos: el nacimiento de la filosofía.
El nacimiento de la filosofía en Occidente se produce en el siglo VI a. C. en la Antigua Grecia,
en concreto, en la ciudad de Mileto situada en la costa jonia (actualmente en Turquía)
Los primeros filósofos critican el discurso mítico como forma de explicación de la realidad y lo
sustituyen por el discurso racional. Es lo que tradicionalmente se denomina el paso del mito al
logos. En realidad se trataba de trasladar el impulso racionalizador que había surgido del
intento de ordenar el nuevo espacio político y social creado entorno a la polis (ciudad-estado)
a la investigación de la naturaleza (physis) La polis democrática de Mileto había sustituido la
fuerza y el linaje como herramienta en la toma de decisiones de los asuntos públicos por la
argumentación y la palabra (logos). Destacan en este período Thales, Anaximandro y
Anaxímenes de Mileto, Pitágoras de Samos, Empédocles de Agrigento, Leucipo y
Demócrito de Abdera, etcétera. Pero sobre todo hay que destacar la polémica entorno a si
la realidad es cambiante como decía Heráclito de Éfeso o si por el contrario es pura
inmovilidad, como sostenía Parménides de Elea, que marcará toda la reflexión cosmológica
del siglo siguiente.
Estos filósofos, denominados presocráticos, hubieron de enfrentarse al reto de buscar las
primeras explicaciones sobre el origen del universo (cosmogonía) y su actual estructura y
funcionamiento (cosmología) con la sola arma de la razón y la observación de los hechos que
sucedían a su alrededor. Así, como un mismo saber indistinto, surgieron la filosofía y la ciencia.
La ilustración griega: Del siglo de Pericles al imperio de Alejandro.
En el siglo V a. C. la ciudad de Atenas se convierte en la polis que reúne mayor poder político y
económico. Pericles amplía la democracia a todos los que poseen el estatus ciudadanos y la
convierte en la forma de gobierno donde el poder de la palabra cobra la mayor importancia.
Reunidos en asamblea en la plaza pública (ágora) los ciudadanos debaten los asuntos de la
ciudad sintiéndose plenamente implicados en su gestión e identificados con ella. De esta
manera la filosofía da un giro antropológico pasando de la investigación natural a centrar su
reflexión sobre el ser humano y su vida en sociedad (ética y política)
En todos los ámbitos del saber y de las artes Atenas alcanza su máximo esplendor cultural y se
convierte en centro de atracción para los intelectuales de todas las poleis de Grecia. Estos
recién llegados, a los que se les denominará sofistas, se convertirán en los primeros
profesionales de la enseñanza de la filosofía. Poseedores de un saber enciclopédico ofrecen
aquellos conocimientos de carácter humanístico y práctico que necesitaban los ciudadanos
para poder intervenir en la asamblea con garantías de éxito.
Opuesto a su pensamiento aparece un ateniense carismático Sócrates (470-399 a. C.) que
frente a las ideas relativistas y convencionalistas que defendían los sofistas en ética y política
busca encontrar las definiciones de conceptos universalmente válidas sobre las que fundar la
moralidad y la vida propia. Su intención no es convencer mediante discursos grandilocuentes
como hacían los sofistas, sino que, a través de un diálogo personal, intenta ayudar a sus
interlocutores a que descubran las verdades por sí mismos.
Es en esta época en la que aparecen los dos filósofos con mayor peso en toda la antigüedad y
que más influencia tienen en toda la filosofía posterior:
Platón (427-347 a. C.), que fue discípulo de Sócrates, vive desde muy joven la inestabilidad
política de las Guerras del Peloponeso que enfrentaban la democrática Atenas y la militarista
Esparta. De familia aristocrática critica la democracia convertida en el siglo IV a. C. en
demagogia por acción de la segunda generación de sofistas. Buscando unos principios
inmutables sobre los que asentar un orden político estable para la polis desarrolla su Teoría de
las Ideas que sirve de base para el primer gran sistema filosófico de la antigüedad.
Aristóteles (384-322 a. C.), discípulo de Platón y preceptor de Alejandro Magno, parte de la
crítica a la teoría de las Ideas de su maestro para construir su propia propuesta filosófica que se
constituye en el segundo gran sistema de la antigüedad y proporciona las principales teorías de
la ciencia que se mantendrán hasta la revolución científica de los siglos XVI-XVII.
El helenismo y la búsqueda de la felicidad.
Con el Imperio de Alejandro Magno la
cultura griega se difunde por todo el mundo
conocido pero las poleis pierden su
independencia. La decadencia política de
Atenas y la crisis de la democracia hace que
los ciudadanos ya no se sientan identificados
con una acción de gobierno que ahora es
protagonizada por funcionarios y burócratas
dependientes de los centros de poder del
imperio.
Impotente ante la nueva política la filosofía
gira hacia preocupaciones más personales e
individualistas. Las nuevas escuelas filosóficas tienen como objetivo principal la búsqueda de la
felicidad y para ello proponen un ideal de sabio. Ahora ya no se trata de diseñar un proyecto
común para la sociedad (política) sino de encontrar un modo de vida que permita el "vivir
bien" en pequeños grupos o individualmente. Surgen así las escuelas helenísticas: el
estoicismo, el epicureísmo, el cinismo y el escepticismo.
Mientras la filosofía continúa desarrollándose en Atenas la ciencia se desplaza hacia Alejandría
cuyo museo-biblioteca será el mayor centro científico de la antigüedad. En él trabajarán
científicos como Euclides, Arquímedes, Ptolomeo, Galeno e Hipatia..
De Roma al fin del mundo antiguo.
Con la helenización de Roma las escuelas filosóficas griegas se instalaron también en la capital
del nuevo imperio alcanzando un gran desarrollo y numerosos adeptos, entre ellos el mismo
emperador Marco Aurelio. Sin embargo, con el tiempo, los romanos no entendieron bien la
pluralidad de escuelas que fue visto como caos y falta de verdad, lo que les llevó
progresivamente hacia el escepticismo, el irracionalismo y la religión. Poco a poco se fue
produciendo un acercamiento entre las distintas escuelas quedando marginada y perseguida la
escuela epicúrea.
En la ciencia, exceptuando el núcleo de Alejandría, se limitan a traducir obras o a hacer
"summas" en las que se recopila todo lo que los antiguos sabios creyeron ver o anotar. Así se
abandona la investigación natural y cada vez es mayor el interés por sucesos de carácter mágico
o sobrenatural.
En el final del mundo antiguo el desfondamiento del orden social romano lleva a un progresivo
acercamiento de la filosofía a la religión. Ya no se entiende la serenidad del sabio y se busca la
salvación trascendente, es una época de miedo a la razón.
Con el Edicto de Milán (año 313 d. C.) y el reconocimiento de la libertad de culto cristiano la
Iglesia se convertirá en el nuevo poder que monopolizará la cultura y la administración estatal.
Su férreo control ideológico irá persiguiendo todas aquellas ideas que no concuerden con lo
afirmado en la Biblia y de esta manera las escuelas griegas irán desapareciendo o
manteniéndose sólo en algunas elites cultas.
6.2. Filosofía Medieval.
Los orígenes de la Filosofía Medieval, la Patrística.
La Edad Media va desde la caída de Roma el año 476 d. C. hasta el Renacimiento, ya en el siglo
XV. Es un milenio que se suele calificar como teocéntrico, es decir, que Dios es el centro de la
vida intelectual. Se pasa del predominio de un discurso racional al predominio de un discurso
religioso. El pensamiento se ocupa de la relación entre la fe cristiana y la razón, más
concretamente, se estudia la adaptación de la filosofía griega a los dogmas cristianos. La tutela
religiosa de la cultura queda reforzada por el hecho que la Iglesia es la única institución estable
en medio de los constantes conflictos políticos que debilitan el poder civil. Por ello, el saber y
la creación cultural se refugian en los monasterios sobretodo durante los primeros siglos.
Los primeros pensadores cristianos (la apologética o también llamados “los padres de la
Iglesia”, la Patrísitica) rechazan frontalmente todo aquello que no sea cristiano y, en concreto,
la filosofía. Esto se explica, por un lado, por la necesidad de defenderse frente a las
persecuciones y herejías; de otra, la razón griega es asimilada al paganismo y, por tanto, al error
y la falsedad. La única verdad es la revelada por Dios.
Pasada esta fase, a la razón se le da el papel de instrumentos válido al servicio de la fe.
Agustín de Hipona (354-430), uno de los padres de la Iglesia, hace la primera gran síntesis
entre cristianismo y pensamiento griego, en concreto, con el platonismo, ya que era la filosofía
que tenía más influencia de ideas religiosas y más posibles puntos de contacto con el
cristianismo.
La Filosofía del Islam.
En el año 529 el emperador Justiniano clausura las escuelas filosóficas de Atenas y los filósofos
se marchan a Oriente llevándose las obras clásicas y desplazando así la principal actividad
cultural y científica. En los textos que se producen allí la filosofía de Platón y Aristóteles se
fusiona cosa que provocará equívocos en su interpretación cuando en el siglo XIII sean
recuperados en Occidente.
Mientras tanto, en el siglo IX-X, el pensamiento cristiano ha fijado su credo básico y para
transmitirlo funda la escolástica formada por las escuelas monacales primero y después las
catedralicias que darán lugar a las primeras universidades. En ellas se reinicia poco a poco la
reflexión y el debate filosófico aunque siempre dentro de los límites del credo cristiano.
En el siglo XIII la recuperación de parte de la obra Aristóteles de manos del filósofo árabe
Averroes (1126-1198) causa un gran impacto en la universidad de París. Se genera una gran
controversia pues se encuentran con una explicación meramente racional, que no recurre en
ningún momento a la revelación, de todas las cuestiones que acucian al ser humano. En un
primer momento las ideas de Aristóteles se persiguen por heréticas pero Tomás de
Aquino (1225-1274), un monje y filósofo dominico, adapta el pensamiento aristotélico al
cristiano proporcionando la segunda gran síntesis entre éste y el pensamiento griego. Tal
éxito tendrá que su síntesis, denominada aristotélico-tomista, que se convertirá en el libro de
texto oficial durante el renacimiento y en el nuevo dogma de fe cristiano.
El declive del pensamiento teocéntrico, el Nominalismo.
Sin embargo a lo largo del siglo XIV cada vez surgen más voces reclamando una separación
entre razón y fe, filosofía y religión, y reivindicando la autonomía de cada una de ellas. El
ejemplo más relevante es la filosofía nominalista de Guillermo de Ockham (1295-1350) Se
inicia un proceso de secularización de la cultura y se abandona todo intento de racionalizar la
fe, es decir, se reconoce que la razón es una vía diferente de conocimiento que la fe. La
experiencia como modo de conocimiento va obteniendo cada vez más importancia en
detrimento del valor tradicionalmente atribuido a la deducción y a la autoridad, hecho que
contribuirá decisivamente al impulso de nuevo de la ciencia.
6.3. Filosofía de la Edad Moderna.
Filosofía renacentista.
El pensamiento renacentista se ve enmarcado por la crisis del sistema escolástico y el intento
de recuperar el pensamiento antiguo. En él el ser humano ocupa el centro de reflexión e
interés lo que hace que se considere al renacimiento
un período antropocéntrico. Además ofrecerá
nuevos planteamientos en el terreno de la política,
la religión y la ciencia.
El Renacimiento humanista ve en el medievo una
Edad de Tinieblas y su admiración hacia la cultura
greco-romana le lleva al intento de volver al
universo cultural de la antigüedad clásica. Se trata
de recuperar sus obras y traducirlas lo más fielmente
posible. No sólo las menos conocidas de Platón o Aristóteles, sino también las de otros
autores y corrientes, como las del helenismo o la ciencia alejandrina, que habían estado
olvidadas o censuradas. Sin embargo, se acabará rompiendo con toda autoridad, sea Platón,
Aristóteles o los pensadores cristianos.
En el terreno de la política sobresale Maquiavelo (1469-1527) quién funda el pensamiento
político moderno al describir la conducta efectiva de los reyes y príncipes renacentistas,
mostrando como hay gobernantes que no tienen escrúpulos y usan cualquier medio para
garantizar la finalidad que les conviene. El interés por la organización y el funcionamiento de
la sociedad hace resurgir la literatura utópica, es decir, las descripciones de sociedades
imaginarias más o menos felices y sin discriminaciones.
En el terreno de la religión el hecho fundamental es la Reforma protestante y la aparición de
diversas confesiones cristianas enfrentadas. Frente a la jerarquización y unidad eclesiástica de
épocas anteriores se plantea la necesidad de retornar a los orígenes del cristianismo.
En el terreno de la ciencia se produce la revolución científica de los siglos XVI-XVII que
llevará al abandono de la visión del universo basado en las teorías de Aristóteles y a una
progresiva separación de ciencia y filosofía. En la astronomía Nicolás de Copérnico
(1473-1543) propone el heliocentrismo frente al geocentrismo aristotélico. Galileo Galilei
(1564-1642) desarrolla una nueva física caracterizada por el valor de los datos empíricos y la
formulación matemática. Al final del siglo XVII la física de Isaac Newton (1642-1714)
completa la revolución científica y consolida la ciencia moderna.
Filosofía moderna.
La filosofía moderna se planteará como cuestión previa a toda reflexión sobre la realidad el
análisis del conocimiento humano, sus posibilidades y sus límites, es decir, se constituye en
una crítica del conocimiento.
Se parte de una idea clave, la idea del mundo como representación. Nuestro conocimiento no
es una copia fiel e idéntica de la realidad sino una representación de ella. Se toma conciencia del papel del
sujeto y su mediación en el acto de conocer.
Cuatro
movimientos
filosóficos, desde distintos
presupuestos, se suceden profundizando y avanzando, en
esta reflexión:
El racionalismo moderno de René Descartes (15961650) inaugura la modernidad. Ya no es suficiente la fe en
la revelación o la autoridad como criterio de verdad, ni
silogismo aristotélico como método de conocimiento. Hay
que encontrar un nuevo criterio de verdad y nuevo método
sobre el que asentar de manera firme la filosofía y la nueva
ciencia. Puesto que la información que nos proporcionan
los sentidos no es siempre fiable propondrá un criterio de
certeza racional ("no aceptar nada que a mi razón no se
muestre clara y distintamente") y tomará como modelo de método el del saber matemático.
Como contrapunto a esta visión racionalista aparece el empirismo moderno que afirma que la
fuente de todo conocimiento es la experiencia. La mente, al nacer, es como una hoja en blanco
que, poco a poco, se va rellenando con la información que nos proporcionan los sentidos. Su
representante más radical David Hume (1711-1776) afirma que el conocimiento no puede ir
más allá de las impresiones de los sentidos y reduce así el conocimiento científico a una mera
creencia basada en la costumbre y el hábito.
Immanuel Kant (1724-1804) (idealismo trascendental) da un paso más allá y consigue
superar ambas tendencias afirmando que el conocimiento es
una síntesis entre la información que nos
proporcionan los sentidos y las formas innatas que
para ordenarla le aplica el ser humano. De esta
manera no podemos saber como es el mundo
independientemente de estas formas que
empleamos para procesar el material que recibimos
de los sentidos.
Por último, G.W.F. Hegel (1770-1831) (idealismo
absoluto) nos proporciona el último gran sistema
filosófico. Su mérito consiste en situar una razón,
que hasta ahora había sido abstracta, en su devenir
histórico. El conocimiento humano se sitúa en la
historia y avanza en la medida que intenta superar
las contradicciones que se va encontrando, es la
razón dialéctica, que avanza negándose y
superándose a sí misma.
Paralelamente a esta reflexión sobre el conocimiento, el pensamiento ilustrado, finales
del siglo XVII y siglo XVIII (el siglo de las Luces), establece la autonomía de la razón, su
carácter crítico y tolerante que asociada a la idea de progreso impulsa y hacen avanzar
espectacularmente las reflexiones que sobre la religión, la política y la ciencia se iniciaron en el
Renacimiento. John Locke (1632-1704) establece los conceptos básicos del futuro
liberalismo. En Francia se publica la Enciclopedia siendo el objetivo que los seres humanos
salgan de las tinieblas de la ignorancia y empiecen a pensar por ellos mismos. Jean Jacques
Rousseau (1712-1778) a través de su idea de la soberanía representativa y Montesquieu
(1689-1755) a través de su idea sobre la división de poderes establecen las bases de las
democracias modernas. Estas serán las ideas en la que se base la Revolución francesa y la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (1789).
6.4. Filosofía contemporánea.
Es el fin de los grandes sistemas y la emergencia de pluralidad de movimientos de muy distinto
signo que suponen una crítica, una revisión y una reacción frente a la visión especulativa y
sistemática de la filosofía de Hegel.
En el siglo XIX destacan los denominados filósofos de la sospecha. Se busca la interpretación
del sentido de las creaciones culturales (filosofía, religión, arte, etc.), ver la relación entre lo
que la conciencia expresa en estos productos y lo que está
latente y simulado detrás.
Karl Marx (1818-1883) ve detrás de la ideología dominante
los intereses de clase de los grupos de poder que buscan
perpetuarse. La ideología intenta ocultar que orden social es
injusto y presentarlo como un orden natural e inmutable.
Friedrich Nietzsche (1844-1900) ataca la moral
occidental y cristiana porque falsea la existencia auténtica,
vivida y decidida individualmente. Afirma que los valores de
la sociedad bienpensante son convenciones vacías y rechaza
que haya otro mundo (el cielo de la religión) que dé sentido
a este mundo terrenal. Detrás de la moral cristiana se oculta
la incapacidad de algunos para vivir la vida en plenitud.
Sigmund Freud (1856-1939) descubre la cara oculta de
la mente humana el inconsciente. Detrás
de la racionalidad y la inteligencia se oculta una mente
en continuo conflicto que pretende conciliar los deseos
biológicos e irracionales con los imperativos
interiorizados de la conducta moral y social.
En el siglo XX aparecen nuevas y complejas corrientes
filosóficas. Uno de los rasgos que poseen en común y que
caracterizan la filosofía contemporánea es su reflexión
sobre el lenguaje. Las más importantes son la Filosofía
Analítica,
el
Existencialismo,
el
Estructuralismo y la Escuela de Frankfurt.
.
7. Utilidad y funciones de la Filosofía.
Utilidad de la Filosofía.
Hegel, en el prólogo a una de sus obras, recuerda que el filósofo siempre fue considerado por el
pueblo como un holgazán, pues nada era más inútil que su saber. Pero eso no deja de ser un
prejuicio popular. La utilidad de la filosofía no es tan patente como lo puede ser una ciencia de la
naturaleza como la física y todas las aplicaciones tecnológicas que lleva consigo. Se puede decir
que la utilidad de la filosofía no es utilitaria: “La filosofía no brota por razón de utilidad, pero
tampoco por sinrazón del capricho”, decía Ortega y Gasset.
La experiencia filosófica es la actitud cognoscitiva por excelencia, porque es esencial a la
razón humana la búsqueda de las razones, de los porqués, tal como nos lo muestra la
curiosidad inagotable de los niños, o nuestra necesidad de conocer por qué nos suceden ciertas
cosas. Buscamos comprender, dar sentido a nuestra vida, saber cómo podríamos ser más
felices y cosas por el estilo, sin las cuales estaríamos desorientados. Filosofar no solamente es
útil, sino que es inevitable, porque desde que el ser humano existe no ha dejado de hacerse
preguntas cuyas respuestas no pueden ser suministradas por las ciencias únicamente, sino por la
actitud filosófica.
Funciones de la Filosofía.
A grosso modo, podemos distinguir tres grandes funciones de la filosofía, a saber:
a) Función lógica: la filosofía fomenta el desarrollo de la inteligencia lógica y del
pensamiento abstracto. Es una especie de gimnasia mental. Lo que no se ejercita, se atrofia.
b) Función orientadora: la filosofía no sólo piensa el mundo que es, sino también en los
mundos posibles, es decir: en el que podría ser. Desde muy antiguo los filósofos han imaginado
utopías para mejorar la sociedad y la vida individual (aunque a veces es peor el remedio que la
enfermedad). Quedamos en que la filosofía propone fines por alcanzar, mundos posibles por
realizar. Como ejemplo podría valer la Revolución Francesa, en la que tuvieron mucha
importancia filósofos como Montesquieu, Voltaire, Rousseau... Gracias a dicha Revolución se
pasó del régimen político absolutista, al resurgimiento de la democracia, y no sólo en Francia,
esas ideas han terminado por imponerse en Europa, aunque todavía estamos muy lejos de
realizar el ideal revolucionario de: igualdad, libertad y fraternidad. ¿Es eso deseable?
c) Función crítica y autocrítica: la filosofía
es como una niña respondona que
continuamente insiste en encontrar problemas
allí donde los demás no ven otra cosa que
normalidad. Analiza los diferentes discursos,
políticos, artísticos, científicos, culturales, etc..
e indica los prejuicios que están a la base de
sus afirmaciones. Por ejemplo, se pregunta por
la actitud racista ¿qué hay a la base del
racismo? Y responde: un prejuicio ¿cuál?
Responde tú.
Por otra parte, su función autocrítica consiste en no aceptar como válida ninguna idea que no
tenga suficiente justificación racional, e intenta estar siempre alerta frente a prejuicios que se
filtran en las diferentes visiones filosóficas. Por ejemplo, Aristóteles justificaba la esclavitud y la
inferioridad de la mujer. Hoy en día ningún filósofo admitiría tal cosa, ¿por qué?
En definitiva, la filosofía realiza una labor crítica respecto a los prejuicios dogmáticos y las
ideologías encubiertas, y en último término cumple una función inapreciable: liberar al
pensamiento y al ser humano mismo. Pensar nos hace libres, dejar que otros piensen por nosotros
nos hace animales de carga.
8. Diferencias entre la Filosofía y otros saberes.
La filosofía no es una ciencia, sino un saber holístico (de totalidad) que intenta comprender la
realidad desde la perspectiva de la máxima generalidad posible. Esto se expresa en el tipo de
preguntas que se hace:
¿Qué es la realidad?
¿Qué es la verdad?
¿Qué es la vida?
¿Qué es la justicia?, etc.
Diferencias entre Filosofía y Ciencia.
Por ciencia podemos entender una práctica guiada por diversos métodos, cuyo fin es elaborar
un discurso que se pretende verdadero sobre parcelas concretas de la realidad. Por ejemplo,
la física estudia, entre otras cosas, la velocidad de los cuerpos, la aceleración de partículas, etc..
Mientras que las ciencias tienen cada una de ellas objeto de estudio específico, la filosofía se
ocupa, en general, de la totalidad de lo existente intentando encontrar un sentido único.
Aunque es cierto que la filosofía ha sufrido también un proceso de especialización similar al de
las ciencias de la naturaleza y las formales. Pero aunque la filosofía tenga campos de estudio
diverso, siempre los aborda desde un punto de vista holístico. Por ejemplo, la gnoseología se
pregunta: ¿Qué es el conocimiento? ¿Cuáles son sus límites?
¿Cuál es su origen? Las ciencias, a la hora de saber qué es el conocimiento, investigan aspectos
concretos como los enlaces neuronales, diversas zonas del cerebro, etc.
Otra de las diferencias entre filosofía y ciencia, es que la segunda (Ciencia) busca la verdad
objetiva y lo más exacta posible, pero esas verdades a las que llega la ciencia terminan siendo
sólo probables, porque investigaciones posteriores pueden refutar las teorías anteriores (Ej.:
el geocentrismo es refutado por el heliocentrismo). En la actualidad las pretensiones de la
filosofía son más modestas, dudando incluso de que pueda existir la verdad objetiva. La filosofía
busca más la coherencia de los argumentos y la comprensión de la realidad, que la verdad
absoluta.
En cuanto a los intereses u objetivos, la ciencia busca explicar los
fenómenos naturales y predecirlos. En este sentido Augusto
Comte, filósofo positivista del s. XIX, dijo que el lema de la
ciencia era: “saber para prever”. Así, las teorías y leyes de
las ciencias van encaminadas al dominio e
instrumentalización de la naturaleza. En cambio, la
filosofía busca, como ya hemos dicho,
comprender, por ejemplo, la naturaleza, pero
no pretende dominarla, sino dejarla ser
tal cual es.
La relación entre ciencia y filosofía es de complementariedad: los primeros filósofos
griegos (presocráticos) fueron llamados “Físicos” porque se interesaron por la investigación de la
Physis = naturaleza. Así que en los orígenes de la filosofía no se hacía la distinción entre
ciencia y filosofía. A partir del Renacimiento, con la llamada Revolución Científica iniciada por
Galileo Galilei (1564- 1642), las ciencias van separándose de la filosofía y constituyéndose
como saberes autónomos basados en la experimentación y la matematización. Sin embargo, a
finales del siglo XIX se produjo una crisis profunda en la Física llegando a un límite fronterizo
con cuestiones metafísicas.
Actualmente, la filosofía no puede ignorar las contribuciones de las diversas ciencias, por
el contrario, debe pensar a partir de ellas tomando en consideración los datos científicos. Ahora
bien, las
ciencias no deben ignorar tampoco la actividad crítica de la filosofía y la importancia de su
aportación, como, por ejemplo, las reflexiones de la epistemología (filosofía de la ciencia) o de la
ética.
Tanto la filosofía como la ciencia se rigen por los principios de la lógica y son críticas frente a
las afirmaciones que no se pueden justificar racionalmente.
Diferencias entre Filosofía y Religión.
La religión, en general, pretende responder a la pregunta por el sentido de la vida, y explicar
cómo y cuándo surgió y para qué. En estas preguntas coincide con el interés que diversos
filósofos han manifestado al emprender su labor. Sin embargo, la religión, al contrario que la
filosofía, no responde a esos interrogantes desde un punto de vista meramente racional, sino que
apela a la tradición (a los diversos libros sagrados), a la fe y la creencia, en definitiva, al mito.
La filosofía, al contrario, mantiene una constante actitud crítica frente a toda tradición y
creencia, no se conforma con lo que otros han dicho, y sigue reflexionando y preguntándose:
¿Existe un ser supremo? ¿Si existiera, podríamos llegar a conocerlo? ¿Cuál es el origen de las
religiones?, etc.
Por otra parte, la religión, no se conforma con establecer una serie de creencias, sino que trata de
organizarlas racionalmente y construir un sistema coherente para justificar racionalmente la fe.
A este intento de racionalización del mito se le llama Teología ("natural" o "racional". Existe
también una Teología Dogmática que se limita a establecer el conjunto de creencias básicas que
el creyente debe compartir) La diferencia entre Teología y Filosofía consiste básicamente en que
la Teología parte de indiscutibilidad de una serie de creencias, mientras que la Filosofía, como ya
hemos dicho, intenta poner en cuestión cualquier principio indemostrado. Es crítica.
Diferencias entre Filosofía y Literatura.
Se suele decir que la filosofía y la literatura son diferentes porque tienen objetivos distintos. La
literatura tiene por objeto la creación o recreación de diversas situaciones,
independientemente de que sean fantásticas o se correspondan con algún tipo de realidad.
Pretende generar en el lector una serie de emociones, un goce estético. En cambio, se dice que
la filosofía tiene por objeto la verdad. Sin embargo, a partir de la crisis de las ciencias naturales
y sociales a primeros del s. XX, y el consiguiente escepticismo respecto a los conceptos de
realidad y verdad, parece que la filosofía no se diferencia tanto de la literatura, porque si la
verdad es una ilusión, y lo que realmente existe son múltiples puntos de vista e interpretaciones,
entonces no se sabe muy bien dónde está la frontera. Es más, muchos sostienen en la actualidad
(entre otros Rorty) que la filosofía es un género literario más entre otros géneros, y que por
ejemplo la novela, menos sistemática y esencialista, nos abre más a la comprensión de la
existencia y evita los peligros del dogmatismo propios de algunos sistemas filosóficos.
La diferencia entre ambas, por otra parte,
tampoco es una cuestión de estilo, porque hay
escritores filosóficos (Camus) y filósofos con
un estilo muy literario (Nietzsche). Lo que sí
parece cierto, es que la literatura nos presenta
hechos, personajes, imágenes, etc. privilegiando
la imaginación y el ámbito de lo posible y
alternativo, y la filosofía tradicionalmente ha
intentado
argumentar,
ofrecer
razones,
valiéndose más de la lógica, buscando
sistematizar su discurso.
9. ACTIVIDADES.
ACTIVIDAD Nº 1.
“ Querida Sofía:
Muchas personas tienen distintos „hobbies‟. Unas coleccionan monedas antiguas o sellos; a otras les gustan las
labores, y otras emplean la mayor parte de su tiempo libre en la práctica de algún deporte.
A muchas les gusta también la lectura. Pero lo que leemos es muy variado. Unos leen sólo periódicos o “ cómic”‟,
a algunos les gustan las novelas, y otros prefieren libros sobre distintos temas, tales como la astronomía, la fauna
o los inventos tecnológicos.
Aunque a mí me interesen los caballos o las piedras preciosas, no puedo exigir que todos los demás tengan los
mismos intereses que yo. Si sigo con gran interés todas las emisiones deportivas en la televisión, tengo que tolerar
que otros opinen que el deporte es aburrido.
¿Hay, no obstante, algo que debería interesar a todo el mundo? ¿Existe algo que concierna a todos los seres
humanos, independientemente de quiénes sean o de en qué parte del mundo vivan? Sí, querida Sofía, hay algunas
cuestiones que deberían interesar a todo el mundo. Sobre esas cuestiones trata este curso.
¿Qué es lo más importante en la vida? Si preguntamos a una persona que se encuentra al límite del hambre, la
respuesta será 'comida'. Si dirigimos la misma pregunta a alguien que tiene frío, la respuesta será
'calor'. y si preguntamos a una persona que se siente sola, la respuesta será 'estar con otras personas'.
Pero con todas esas necesidades cubiertas, ¿hay todavía algo que todo el mundo necesita? Los filósofos opinan
que sí. Opinan que el ser humano no vive sólo de pan. Es evidente que todo el mundo necesita comer. Todo el
mundo necesita también amor y cuidados. Pero aún hay algo más que todo el mundo necesita. Necesitamos
encontrar una respuesta a quién somos y por qué vivimos.
Interesarse por el porqué vivimos no es, por lo tanto, un interés tan fortuito o tan casual como, por ejemplo,
coleccionar sellos. Quien se interesa por cuestiones de ese tipo está preocupado por algo que ha interesado a los
seres humanos desde que viven en este planeta. El cómo ha nacido el universo, el planeta y la vida aquí, son
preguntas más grandes y más importantes que quién ganó más medallas de oro en los últimos juegos olímpicos de
invierno".
J. GAARDER: "El mundo de Sofía". Editorial Siruela, pp. 13-14
1. Resume con tus propias palabras las ideas principales del texto.
2. Según lo que acabas de leer, “necesitamos encontrar una respuesta a quiénes somos y por qué vivimos”.
¿Tienen otros animales esa necesidad? ¿Por qué?
3. Teniendo en cuenta las ideas expresadas por el autor del texto, ¿podría aparecer la Filosofía en una civilización
con una economía de subsistencia? Justifica tu respuesta.
4. ¿El anhelo por conocer aparece en toda cultura y época o es sólo propio de algunos occidentales? Apoya tu
respuesta en datos.
5. ¿Qué formas concretas ha adoptado, a lo largo de la historia, la tendencia humana hacia el conocimiento?
ACTIVIDAD Nº 2.
1. Elige dos mitos actuales de la moda, canción, cine, deporte, etc. Analiza cuánto hay en ellos de fundamento
auténtico y cuánto de magnificación.
2. Explica qué función desempeñan estos mitos en nuestra sociedad..
ACTIVIDAD Nº 3
“La inmortal Perséfone era hija de Zeus y Deméter, diosa de la agricultura y de la fecundidad. Hades, dios del
mundo subterráneo, amaba a Perséfone, pero ésta le era esquiva. Con la complicidad de Zeus, Hades
raptó a su amada para desposarla y vivir con ella en los infiernos. Cuando Deméter lo descubre, cae en el
desconsuelo. Los campos, entristecidos con ella, se niegan a dar fruto. Entonces el hambre y la muerte azotan al
género humano.
Alarmado, Zeus ordena a Hades devolver a Perséfone al Olimpo. Pero ésta ha comido una granada, fruto de
las moradas subterráneas, lo que la obliga a permanecer parte del año con su esposo, aunque la otra parte del
año puede volver con su madre.
Desde entonces, la primavera anuncia la llegada de Perséfone junto a Deméter. La apoteosis de su estancia
en el Olimpo coincide con las cosechas del verano. En cambio, el campo otoñal se cubre de melancolía por el
regreso de Perséfone a las cavernas de los difuntos, y la muerte se enseñorea de la vegetación en invierno”.
Lee el mito de Perséfone y explica:
¿Qué pretende explicar sobre las estaciones del año?
¿Cómo se lleva a cabo dicha explicación?
ACTIVIDAD Nº 4
TEXTO A
“En primer lugar existió el Caos. Después Gea (Tierra) la de amplio pecho, sede segura de todos
los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de la tierra de anchos
caminos existió el tenebroso Tártaro. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses
inmortales, que afloja los miembros y cambia de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la
sensata voluntad en sus pechos.
Del Caos surgieron Erebo y la negra Noche. De la noche a su vez nacieron el Éter
y el Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Erebo.
Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la
contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses.
También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de los dioses, y a las
Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago
(mar) de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio.
Luego, acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a
Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febo de áurea corona y
a la amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más
terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre".
TEXTO B
“La génesis del orden del mundo se inicia a partir de una materia primordial a la que llama lo "Ilimitado". El
origen del mundo se debe a la "separación de los contrarios" provenientes de esa masa original. En alguno de sus
puntos apareció un núcleo esférico, en el cual la sustancia "caliente" se movió hacia afuera, mientras que lo
"frío" se concentró en el centro. Aparecen aquí tres de los elementos de costumbre: el fuego, el aire y la tierra; el
cuarto, el agua, aparece ya cuando la tierra húmeda se ha secado parcialmente por los fuegos del cielo y los
mares se retiran a sus lechos (...) Finalmente, el sol, la luna y las estrellas se formaron cuando la esfera de las
llamas explotó por la presión interna de la evaporación".
1. En estos textos, dos autores griegos intentan explicar el origen del cosmos. ¿Qué diferencias encuentras entre uno
y otro? ¿Cuál es mítico y cuál filosófico?
2. El Logos surge en Grecia en el siglo VI a. de C. ¿Por qué en Grecia y no en cualquier otra civilización
contemporánea a la misma? Para contestar adecuadamente a esta pregunta deberás buscar información sobre
los factores que explican el origen social de la Filosofía.
3. El primer registro fiable de saber racional del que tenemos noticia es la predicción de un eclipse de sol,
realizada por Tales de Mileto en el año 585 a. de C. Sin embargo, desde mucho tiempo antes babilonios y egipcios
eran capaces de predecir eclipses ¿Por qué, entonces, la predicción de Tales supuso esa revolución intelectual,
qué tuvo de novedosa? Habrás de investigar y reflexionar sobre la intención de unos y otros para responder
adecuadamente.
4. ¿Por qué diferentes razones la aparición del Logos no supuso la desaparición del mito y de la
religión?
ACTIVIDAD Nº 5
“Que no se trata de una ciencia productiva, es evidente ya por los primeros que
filosofaron. Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la
admiración; al principio admirados ante los fenómenos sorprendentes más comunes; luego
avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la luna y los
relativos a sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pero el que se plantea un problema
o se admira, reconoce su ignorancia. (Por eso también el que ama los mitos es en cierto modo
filósofo; pues el mito se compone de elementos maravillosos). De suerte que, si filosofaron para
huir de la ignorancia, es claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por
alguna utilidad. Y así lo atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando
ya existían casi todas las cosas necesarias y las relativas al descanso y al ornato de la vida. Es,
pues, evidente que no la buscamos por ninguna otra utilidad, sino que, así como llamamos
hombre libre al que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a ésta como la única
ciencia libre, pues ésta sola es para sí misma. ” [Aristóteles: Metafísica I, 2, 982b]
1. ¿Qué es lo que impulsa a los hombres a filosofar?
2. ¿Qué problemas pueden ser esos “mayores”?
3. Para empezar a saber algo necesitamos reconocer ¿qué?
4. ¿Qué crees que es el saber mítico? ¿Y el saber filosófico?
5 . ¿Qué tienen en común el saber mítico y la filosofía?
6. ¿Para qué filosofamos?
7. ¿Qué es necesario para que surja la filosofía?
8. ¿Por qué la filosofía es una “ciencia libre”?
9. ¿Qué piensas de todo esto?
ACTIVIDAD Nº 6
“Tras quedar admirado León del talento y elocuencia de Pitágoras, le preguntó en
qué arte confiaba más, a lo que éste le replicó que no conocía arte alguna, sino que era
filósofo. Asombrado León por la novedad de la denominación, le preguntó quiénes eran
los filósofos y en qué se diferenciaban de los demás. Pitágoras le respondió que la vida
de los hombres se parece a un festival celebrado con los mejores juegos de toda Grecia,
para el cual algunos ejercitaban sus cuerpos para aspirar a la gloria y a la distinción
de una corona, y otros eran atraídos por el provecho y lucro en comprar o vender,
mientras otros, no buscaban el aplauso ni el lucro, sino que acudían para ver y observar
cuidadosamente qué se hacía y de qué modo. Así también nosotros, como si hubiéramos
llegado a un festival célebre desde otra ciudad, venimos a esta vida y naturaleza;
algunos para servir a la gloria, otros a las riquezas; pocos son los que, teniendo a todas
las demás cosas en nada, examinan cuidadosamente la naturaleza de las cosas. Y estos se
llamaron amantes de la sabiduría, o sea filósofos, y así como los más nobles van (a los
juegos) a mirar sin adquirir nada para sí, así en la vida la contemplación y el
conocimiento de las cosas sobrepasa en mucho a todo lo demás” [ Heráclides Póntico.
Cicerón : Tusculanias. V.3, 8-10]
1.
2.
3.
4.
5.
¿Con qué compara Pitágoras la vida de los seres humanos?
¿Qué clases de personas distingue?
¿Con quiénes las podríamos asociar?
¿Cómo define a los filósofos?
¿Qué clase de vida es mejor según Pitágoras?
ACTIVIDAD Nº 7
"Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos; o, permitirnos decir, si ellos
no son conscientes de tener problemas filosóficos, tienen, en cualquier caso,
prejuicios filosóficos. La mayor parte de estos prejuicios son teorías que
inconscientemente dan por sentadas, o que han absorbido de su ambiente intelectual o de
la tradición.
Puesto que pocas de estas teorías son conscientemente sostenidas, constituyen
prejuicios en el sentido de que son sostenidas sin examen crítico, incluso a pesar de que
puedan ser de gran importancia para las acciones prácticas de la gente y para su vida
entera.
Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los
hombres necesitan que haya quien examine críticamente estas extendidas e influyentes
teorías.
Este es el inseguro punto de partida de toda ciencia y toda filosofía. Toda filosofía debe
partir de las dudosas y a menudo perniciosas concepciones del sentido común acrítico. Su
objetivo es el sentido crítico e ilustrado: una concepción más próxima a la verdad y con
una influencia menos perniciosa sobre la vida humana.
[…] Todos los seres humanos son filósofos porque, de una manera u otra, todos
adoptan una actitud ante la vida y la muerte" [Karl R. Popper: Como veo la filosofía,
Pág. 64]
1. ¿Qué quiere decir Popper al afirmar que todos somos filósofos?
2. ¿Sabrías mencionar algún problema filosófico?
3. ¿Qué podemos entender por "prejuicios”?
4. ¿Qué origen pueden tener los prejuicios? ¿Son necesarios? ¿Son útiles o peligrosos?
5. ¿Cuál es el papel del filósofo profesional según Popper?
6. ¿Qué significa la expresión "sentido común acrítico"?
7. ¿A qué otra expresión la opone Popper y cómo lo caracteriza?
ACTIVIDAD Nº 8
“No hay ninguna oposición ni separación tajante entre ciencia y filosofía. La contraposición
se da, más bien, entre la frivolidad, la superstición y la ignorancia, por un lado, y la tendencia
al saber, el empeño esforzado y racional por comprender la realidad, por otro. Este esfuerzo se
plasma en la curiosidad universal, el rigor, la claridad conceptual y la contrastación empírica*
de nuestras representaciones. En, la medida en que estos ideales se realizan parcial y
localmente, hablamos de ciencia. En la medida en que solo se dan como aspiración todavía no
realizada, hablamos de filosofía. Pero solo en su conjunción alcanza la aventura intelectual
humana su más jugosa plenitud.” [MOSTERIN, Jesús. Ciencia viva. Reflexiones sobre la
aventura intelectual de nuestro tiempo. Madrid: Espasa, 2001. (Pags 38-39)
1. Según Mosterín ¿filosofía y ciencia son dos ámbitos radicalmente separados?
2. ¿Cuál es la verdadera contraposición?
3. ¿En dónde estaría realmente la diferencia entre ambas?
5. ¿Deben, según Mosterín, separarse?
ACTIVIDAD Nº 9
“El que quiera ser filósofo debe ejercitarse en el ejercicio libre de su razón y no en un ejercicio
imitativo y, por así decirlo mecánico [...] Todo pensador construye, por así decirlo, su propia
obra sobre las ruinas de otro; pero nunca sucede que una obra llegue a estar terminada en
todas sus partes. Por ello, y fundamentalmente, nadie puede aprender filosofía, porque ésta
nunca está dada... Quien desee aprender a filosofar debe considerar todos los sistemas de
filosofía únicamente como historia del uso de la razón y como objeto de ejercicio de su propio
talento. El verdadero filósofo, como pensador autónomo, debe hacer un uso libre y personal de
su razón, no un uso esclavo e imitativo” [Kant: Crítica de la Razón Pura]
Analiza el texto. Di cuál es la idea fundamental y detecta y comenta cada idea diferente
que aparezca. Para finalizar, da tu propia opinión.
NOTA:
Estos son unos apuntes realizados con materiales de Javier García Aparicio, Miguel Pineda Ortega
y José Vidal González Barredo, compilados por Miguel Pineda para su uso en clase y “colgados”
.en su página web www.elprofedetica.es Se ha utilizado también la página web
www.bipedosimplumes.es de Ana Rosa Moya Escobar (especialmente, para las actividades).
Tienen carácter no comercial y todo el material empleado tiene licencia Creative Commons de
“compartir igual” y con reconocimiento. Todas las imágenes empleadas tienen esta misma
licencia.
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