Intervención social con penados. Éxito de las medidas alternativas

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TRABAJO FIN DE GRADO
Título
Intervención social con penados. Éxito de las medidas
alternativas en alcohólicos, drogadictos y enfermos
mentales
Autor/es
Silvia Villar Sáenz de Santa María
Director/es
Carmen Ruidíaz García
Facultad
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Titulación
Grado en Trabajo Social
Departamento
Curso Académico
2012-2013
Intervención social con penados. Éxito de las medidas alternativas en
alcohólicos, drogadictos y enfermos mentales, trabajo fin de grado
de Silvia Villar Sáenz de Santa María, dirigido por Carmen Ruidíaz García (publicado por la
Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia
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titulares del copyright.
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El autor
Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2013
publicaciones.unirioja.es
E-mail: [email protected]
INTERVENCIÓN SOCIAL CON PENADOS.
ÉXITO DE LAS MEDIDAS ALTERNATIVAS EN
ALCOHÓLICOS, DROGADICTOS Y ENFERMOS MENTALES
AUTORA: SILVIA VILLAR SÁENZ DE SANTA MARÍA
TUTOR ACADÉMICO: CARMEN RUIDIAZ GARCÍA
Curso 2012 -2013
Grado en Trabajo Social
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
“…Por cada trabajador social un policía
menos en las calles…”
Pilar Criado
Resumen
Este trabajo trata de demostrar la eficacia rehabilitadora que tienen las suspensiones de
condena y las medidas de seguridad para drogadictos, enfermos mentales y alcohólicos,
en oposición a ingreso en prisión; así como señalar la importantísima labor que tienen
los trabajadores sociales con este colectivo siendo los encargados de la reinserción y
reeducación de penado. Como compensación a este beneficio penal, el sujeto queda
condicionado a que se someta al tratamiento que el Juez considere, siendo más eficaces
estas medidas que el propio ingreso en prisión ya que en este caso los tratamientos son
opcionales, por lo que la patología de penado puede persistir una vez fuera. Este trabajo
analiza estas medidas penales, el perfil y patologías de los penados, así como la
intervención social que realizan los trabajadores sociales en su proceso de rehabilitación
y reinserción social.
Palabras Clave: Intervención social, medidas alternativas, rehabilitación,
consumidores, enfermos mentales
Abstract
This piece of work aims to show the effectiveness of the cancellation of prison
sentences and the security measures in rehabilitating drug addicts, alcoholics and people
with mental disorders in contrast to prison punishment. In exchange for penal benefits,
criminals are subjected to take part in the treatment which the Judge considers the most
appropriate for them. However, these treatments are not mandatory but optional for
those who are imprisoned prisoners. Thus, their illness might not have been overcome
when they are released. In order to achieve the objective stated, this essay analyses
those penal measures as well as the profile and the pathologies of convicts. Besides, it
will also be reviewed the importance of the social intervention carried out by social
workers, who are responsible for retraining and reintegrating convicts into society
Key Words: Social interventions, alternative measures, rehabilitation, customers,
mentally disable.
INDICE
Pág.
1. Introducción…….................................................................................................. 1
2. Marco teórico-conceptual……………………………………………………….. 3
2.1
Delincuencia, consumos y enfermedades mentales……………………… 3
2.2
Aplicación de las penas suspensión de condena y medidas de
seguridad en el sistema penal español. …………………………………… 5
2.2.1
Regulación legal de las suspensiones de condena
y medidas de seguridad en el sistema penal español. ……………......5
2.2.2
Evaluación de la aplicación de las suspensiones de condena y
medidas de seguridad en nuestro sistema penal como alternativa
a la prisión.…………………………………………………………. 11
2.3
Eximentes y atenuantes de responsabilidad criminal………………….... 12
2.4
Perfil de los condenados con medidas alternativas a la prisión………… 15
2.4.1
Patologías predominantes………………………………………..… 15
2.4.2
Perfil social de los penados………………………………………… 20
3. Intervención social con penados en medio abierto……………………………. 24
3.1
Intervención del Trabajador Social en suspensiones de condena
y medidas de seguridad……………………………………………….… 24
3.1.1
Relación terapéutica entre penado y profesional………………….. 24
3.1.2
Relación con otros profesionales en trabajo multidisciplinar……… 27
3.1.3
El Trabajo Social como agente de conexión entre los
usuarios, los recursos y el tribunal sentenciador…………………… 29
3.1.4
Intervención específica con el juez sentenciador…………………... 29
3.1.4.1
Plan individual de intervención y seguimiento social……… 29
3.1.4.2
Informes de seguimiento…………………………………… 31
3.1.4.3
Incidencias…………………………………………………. 31
3.2
Programas de tratamiento……………………………………………… 32
3.3
Estrategia metodológica realizada……………………………………... 35
4. Conclusiones…………………………………………………………………… 37
5. Bibliografía…………………………………………………………………… 40
1. INTRODUCCIÓN
Este documento plantea ser una reflexión acerca de las medidas alternativas al ingreso
en prisión cuestionadas estos últimos meses a causa del anteproyecto de reforma de la
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Las medidas estudiadas
son las suspensiones de condena y medidas de seguridad para sujetos inmersos en el
mundo de la drogadicción, alcoholismo o con enfermedades mentales.
El objetivo principal del documento es demostrar, a través de una sistematización de la
práctica, la eficacia rehabilitadora que tienen estas medidas frente al ingreso en prisión;
así como demostrar la importante y esencial labor que realizan los trabajadores sociales
con estos penados, siendo los que encargados de guiar a los penados a alcanzar los
objetivos de reinserción y reeducación social para así evitar la reincidencia en el delito.
La prisión para este tipo de sujetos, realiza funciones opuestas a la rehabilitación y
reinserción que la Constitución española de 1978 cita en su artículo 25.2, siendo en
muchos casos la estancia en prisión un acontecimiento negativo en la consecución de
los objetivos de los tratamientos de desintoxicación, deshabituamiento de sustancias y
tratamientos psiquiátricos y psicológicos. Siendo su evolución más favorable en medio
abierto, a través de una medida alternativa, guiado por un profesional de la ayuda social
como es el trabajador social.
La metodología llevada a cabo en este documentos ha sido, principalmente la
experiencia personal vivía por la autora del mismo durante sus dos años de prácticas en
el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas de La Rioja. En primera
persona vivenció la intervención social que se realizaba en él, observó y analizó las
realidades sociales y necesidades de este colectivo, así como estudio la legislación
penal.
Para argumentar y contrastar la verdadera eficacia de estas medidas, la autora se ha
apoyado de una investigación realizada por ella, de todos los expedientes con estas
medidas dados en baja durante el año 2012 con tratamiento de desintoxicación,
deshabituación y psiquiátrico. Las variables que se recogieron en este estudio fueron:
1
situación familiar, social y laboral antes y después de la medida, patologías y
tratamientos impuestos en sentencia, así como finalización con éxito o revocación de la
medida. Por último se ha realizado una revisión documental de material relacionado
con: legislación penal, patologías mentales, sustancias tóxicas, adicciones, etc.
En la primera parte de este documento se encuentra una descripción del marco teóricoconceptual, analizando las suspensiones de condena y medidas de seguridad, los
eximentes y atenuantes de responsabilidad criminal, así como las patologías y perfil
predominante de los penados.
Tras ello, en la segunda parte del documento, se muestra una reflexión de la
intervención social que realizan los trabajadores sociales penitenciarios tanto con los
penados, con el resto de profesionales y con los Jueces y Tribunales. Para finalizar en el
último punto se incluyen unas reflexiones personales acerca de la importancia de la
labor social que realizan estos profesionales en cuanto a la rehabilitación y reinserción
de los penados.
2
2. MARCO TEORICO-CONCEPTUAL
2.1
DELINCUENCIA, CONSUMOS Y ENFERMEDADES MENTALES
Para comenzar este trabajo es necesario definir y aclarar algunos de los términos que
serán utilizados a lo largo de todo el texto. El tema principal del proyecto es demostrar
la eficacia rehabilitadora que tiene para drogadictos, alcohólicos y enfermos mentales
ciertas medidas alternativas a la prisión. Estas medidas permiten al penado cumplir su
condena en medio abierto, es decir, sin ingresar en prisión, siempre bajo supervisión del
Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas1.
Delincuente es toda aquella persona que comete un acto ilícito tipificado como delito
por el Código Penal español de 19952. Estos tras verse sometido al veredicto del Juez,
se verán obligados a cumplir la condena que se les ha establecido según la tipología del
delito y las características personales del propio penado. Una vez sentenciados
coloquialmente estos sujetos pasan a denominarse penados o condenados.
El grupo de penados que vamos a estudiar en el presente documento poseen unas
características sociales, psicológicas y biológicas que los diferencian del resto de
penados. Estos están cumpliendo condena en medio abierto, a través de una medida de
seguridad o una suspensión de condena, porque penalmente son considerados
inimputables totales o parciales, al haberles aplicado un atenuante o eximente de
responsabilidad criminal según los artículos 20 y 21 del Código Penal.
1
El Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas (SGPMA) es una unidad administrativa
dependiente de la Administración Penitenciaria, configurada como equipos multidisciplinares en los que
se integran los servicios sociales penitenciarios, teniendo encomendado el cumplimiento de las penas y
medidas alternativas a la privación de libertad. En el vigente código penal aparecen estas medidas en
diferentes secciones, siendo estas las siguientes:
- La pena de trabajos en beneficio a la comunidad, recogido en el artículo 49 del Código Penal.
- Suspensiones de condena, recogido en la sección 1º del capítulo III del título III del Código Penal.
- Sustituciones de condena, recogido en la sección 2º del capítulo III del título III del Código Penal.
- Las Medidas de Seguridad se encuentran recogidas en el título IV del Código Penal.
2
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del código penal. Publicado en BOE núm. 281 de 24 de
Noviembre de 1995.
3
Cabe diferenciar desde el punto de vista criminológico a aquel que es un simple
consumidor, de aquel es un auténtico dependiente (toxicómano o alcohólico). Según
Leganés Gómez (2010)3, el primero llega a delinquir incluso sin consumir, es decir, el
consumo es algo accidental en el camino hacia el delito. Mientras que por el contrario,
el segundo llega al delito porque sufre una gran dependencia patológica a estas
sustancias, de forma que de no haber sido adicto no hubiera cometido el delito.
Leganés establece una relación entre el consumo de drogas, alcohol y la consecución de
delitos, cabiendo distinguir diferentes tipos de delincuencia al asociar estos factores.

Delincuencia inducida: es aquella que se produce a causa de la intoxicación
producida por el consumo de drogas o alcohol. Viene determinada por los
efectos que produce la intoxicación en el individuo: depresión, excitación,
euforia, obnubilación, etc.
Los delitos varían según el carácter del sujeto y la sustancia que haya ingerido,
predominado los delitos contra las personas, contra la libertad sexual, contra el
orden público, contra la seguridad de tráfico o contra la propiedad entre otros.

Delincuencia funcional: Es la que realiza un drogodependiente o alcohólico (se
suele dar más en los primeros al tratarse de una sustancia ilegal de elevado
precio en el mercado) con el fin de conseguir los recursos económicos
necesarios para financiarse el consumo. La frecuencia de esta delincuencia está
determinada por la dependencia del sujeto a dicha droga y por la capacidad de
pagársela por sus propios medios.
Los delitos más comunes son aquellos lucrativos, como son los delitos contra el
patrimonio, hurto, robo, delitos de malversación o delitos de falsedades.

Delincuencia relacional: Genera actividades delictivas relacionadas con el
consumo de drogas y, facilita dicho consumo, es decir, aquellos delitos por
cultivar o elaborar sustancias ilegales, así como el tráfico de drogas por
consumidores.
3
Leganés Gómez S. (2010). “Drogas, delincuencia y enfermedad mental”, Sección Jurídica. Valencia.
Revista Española de Drogodependencia.
4

Tráfico de drogas por no consumidores: incluye a aquellos sujetos que sin ser
consumidores de drogas se dedican al narcotráfico.
Socialmente siempre ha sido considerado el consumo de drogas o alcohol como la raíz
de la mayor parte de los delitos. Esta popularización fue demostrada gracias a un
estudio realizado por el Gobierno Vasco, en el que se observó que alrededor de la mitad
de los delitos cometidos en esta región están directamente relacionados con drogas ya
sean estas legales o ilegales, siendo el delito contra la seguridad de tráfico el más común
a causa del consumo del alcohol4.
La otra de las patologías que se van a tratar en este trabajo son las enfermedades
mentales y su relación con la consecución de delitos. Muchos de estos sujetos son
legalmente inimputables al considerar que su situación mental les impide comprender la
ilicitud de sus actos.
Todo no es o blanco o negro, por lo que se dan casos en los que el sujeto es considerado
semiimputable, ya que a veces las anomalías o trastornos que sufre el individuo no son
suficientes para excluir la culpabilidad, pero si tienen la capacidad de reducirla.
Como veremos más adelante muchas de las enfermedades mentales están directamente
relacionadas por un consumo abusivo de sustancias tóxicas durante un largo periodo de
tiempo.
2.2 APLICACIÓN DE LAS PENAS SUSPENSIÓN DE CONDENA Y MEDIDA DE
SEGURIDAD EN EL SISTEMA PENAL ESPAÑOL
2.2.1 Regulación legal de las suspensiones de condena y medidas de seguridad en
el sistema penal español.
Según el artículo 25.2 de la Constitución Española de 1978, “las penas privativas de
libertad deben orientase hacia la reeducación y la reinserción social…”, pero este
derecho fundamental se encuentra lejos de alcanzarse según nuestra realidad
4
El Gobierno Vasco, en un estudio realizado en su Comunidad, observo que el 25,24%de los delitos
cometidos estaban relacionados con drogas ilegales, mientras que otro 26,53% tenía relación con el
consumo de una droga legal como es el alcohol.
5
penitenciaria, siendo un grupo vulnerable los reclusos con problemas de drogadicción,
alcoholismo o enfermedades mentales.
Este perfil de personas requiere de estructuras especiales de tratamiento, que alcanzan
más eficacia rehabilitadora bajo control externo que dentro de prisión, ya que aquí es
prácticamente imposible alcanzar las metas de socialización y reinserción propuestas
para todo penado.
A pesar de las posibilidades de tratamiento que ofrecen las prisiones para paliar los
efectos negativos que produce el consumo de drogas (programa de intercambio de
jeringuillas, tratamiento con metadona, deshabituación y desintoxicación así como
reincorporación social), así como tratamientos específicos para enfermos mentales;
estudios demuestran que el éxito de los tratamientos y la reincorporación social de los
penados se observa más candente en los casos en los que el tratamiento ha sido
realizado fuera de prisión.
Para dar solución a esta realidad penitenciaria, se aprobaron e implementaron las
medidas alternativas al ingreso en prisión, permitiendo el cumplimiento de la condena
en medio abierto.
Las suspensiones de condena y las medidas de seguridad, surgieron así para evitar los
efectos perjudiciales del ingreso en prisión de delincuentes primarios, sabiendo que en
muchas ocasiones la cárcel tiene un efecto contrario a los fines de la misma, pudiendo
ser el comienzo de una larga carrera delictiva para muchos de ellos, al no concluir los
objetivos de socialización marcados para evitar la reincidencia y la exclusión social.
El organismo que tiene encomendado la ejecución de las penas y medidas alternativas a
la privación de libertad es el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas,
dependiente de la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias.
SUSPENSIONES DE CONDENA Y SU REGULACIÓN EN EL CÓDIGO PENAL
Las suspensiones de condena se encuentran recogidas en el Código Penal de los
artículos 80 al 87. Tal y como establece el Código Penal, la suspensión de condena se
refiere a dejar sin efecto durante un periodo de tiempo aquellas penas privativas de
libertad no superiores a dos años. Es un beneficio que se aplica a algunos penados bajo
petición del abogado defensor, relacionado con el principio constitucional que se
6
encuentra en el artículo 25.2 donde dice que “las penas privativas de libertad y las
medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y la reinserción social…”
dándose casos en los que por necesidad del penado es más beneficioso en lo referido a
la reinserción social el cumplimiento de la medida en medio abierto.
Los jueces o tribunales podrán dejar en suspenso la ejecución de las penas privativas de
libertad no superiores a dos años mediante resolución motivada. El plazo de suspensión
será de dos a cinco años para las penas de libertad inferiores a dos años, y de tres meses
a un año para las penas leves. Este será fijado por los jueces o tribunales ateniendo a las
circunstancias personales del delincuente, las características del hecho y la duración de
la pena.
Según el artículo 81 del Código Penal “las condiciones necesarias para dejar en
suspenso la ejecución de la pena son las siguientes:
o Que el condenado haya delinquido por primera vez. A tal efecto no se tendrán en
cuenta las anteriores condenas por delitos imprudentes ni los antecedentes penales
que hayan sido cancelados, o debieran serlo, con arreglo a lo dispuesto en el
artículo 136 del Código Penal.
o Que la pena o penas impuestas, o la suma de las impuestas, no sea superior a dos
años, sin incluir en tal cómputo la derivada del impago de la multa.
o Que se hayan satisfecho las responsabilidades civiles que se hubieren originado,
salvo que el Juez o Tribunal sentenciador, después de oír a los interesados y al
Ministerio Fiscal, declare la imposibilidad total o parcial de que el condenado
haga frente a las mismas.”
Existe una excepción, según el artículo 87 del Código Penal, a este artículo para
delincuentes que, a pesar de no reunir los requisitos anteriores, se les acuerda el
beneficio de la suspensión de la ejecución de penas privativas de libertad no superiores
a cinco años en los casos en que se hubiese cometido el hecho delictivo a causa de su
dependencia a sustancias señaladas en el artículo 20.2 del Código Penal.
Para que se aplique el beneficio de la suspensión de condena a penas no superiores de
cinco años, según expone el artículo 87.1 del Código Penal es condición necesaria que
centros o servicios debidamente homologados acrediten que el condenado se encuentra
7
deshabituado o sometido a tratamiento para tal fin en el momento en el que el Juez
decida la suspensión.
Este es el motivo por el que muchos abogados aconsejan a sus clientes someterse a
tratamiento de desintoxicación antes de iniciar el proceso judicial para así poder ser
sentenciados bajo este precepto.
La suspensión de la ejecución de la pena siempre quedará condicionada a que el reo no
delinca durante el plazo de suspensión, así como en caso de que se halle sometido a
tratamiento de deshabituación no abandone este hasta su finalización. Otras de las
medidas5 a las que puede estar condicionada dicha suspensión según el artículo 83 de
código penal son:
1. Prohibición de acudir a determinados lugares.
2. Prohibición de aproximarse a la víctima, o a aquellos familiares u otras personas
que determine el Juez o Tribunal, o de comunicarse con ellos.
3. Prohibición de ausentarse sin autorización del Juez o Tribunal del lugar donde
resida.
4. Compadecer personalmente ante el Juzgado o Tribunal, o servicio de la
Administración que éstos señalen, para informar de sus actividades y
justificarlas.
5. Participar en programas formativos, laborales, culturales, de educación vial,
sexual y otros similares.
6. Cumplir los demás deberes que el Juez o Tribunal estime convenientes para la
rehabilitación social del penado, previa conformidad de este, siempre que no
atenten contra su dignidad como persona.
Si el sujeto delinquiera durante el plazo de suspensión fijado, el Juez o Tribunal
revocará la suspensión de la ejecución de la pena. En el caso que el sujeto durante el
plazo de suspensión infringiera alguna de las obligaciones o deberes impuestos, excepto
5
En cumplimiento del RD 840/2011 de 17 de junio el Servicio de Gestión de Penas y Medidas
Alternativas solo es competente en ejecutar las sentencias que impongan algunos de los deberes u
obligaciones previstos en el art. 83.1.5ª y 6ª del Código Penal o la condición de tratamiento y demás
requisitos previstos en el art. 87, o sea: “ Participar en programas formativos, laborales, culturales, de
educación vial, sexual y otros similares” y “Cumplir los demás deberes que el juez o tribunal estime
convenientes para la rehabilitación social del penado, previa conformidad de este, siempre que no atenten
contra su dignidad como persona…”
8
la condición de sometimiento a tratamiento ya que ésta revoca directamente la
suspensión, previa audiencia de las partes se podrá: sustituir la regla de conducta
impuesta por otra distinta, prorrogar el plazo de suspensión sin que puede exceder de
cinco años, o revocar la suspensión de la ejecución de la pena.
Tal y como expone el artículo 85 del Código Penal, revocada la suspensión se ordenará
la ejecución de la pena inicial de prisión.
En cambio sí ha transcurrido el plazo de suspensión fijado sin haber delinquido el
sujeto, y cumplidas, en su caso, las reglas de conducta fijadas por el Juez o Tribunal, se
acordará la remisión de la pena. En el supuesto de no haber finalizado el tratamiento
pero sí el periodo de suspensión, el Juez o Tribunal acordará la remisión si se ha
acreditado la continuidad del tratamiento del reo.
MEDIDA SEGURIDAD Y SU REGULACIÓN EN EL CÓDIGO PENAL
Las medidas de seguridad aparecen recogidas en el Capítulo I y II del Título IV en el
Código Penal. Según el artículo 95 del CP, serán aplicadas por el Juez o Tribunal,
previos informes que estime conveniente, en los supuestos en los que el sujeto haya
cometido un hecho previsto como delito y que de las circunstancias personales del
sujeto pueda deducirse un pronóstico de comportamiento futuro que revele la
probabilidad de comisión de nuevos delitos.
Por ello la medida de seguridad no pretende castigar como hace la pena ni compensar
por el delito cometido, sino que solamente interviene para prevenir futuros delitos en
quien es posible que lo pueda volver a cometer.
Según el artículo 96 del CP las medidas de seguridad que se pueden imponer son
privativas y no privativas de libertad.
Son medidas privativas de libertad:
o El internamiento en centro psiquiátrico.
o El internamiento en centro de deshabituación.
o El internamiento en centro educativo especial.
Son medidas no privativas de libertad:
o La inhabilitación profesional.
9
o La expulsión del territorio nacional de extranjeros no residentes
legalmente en España.
o La libertad vigilada.
o La custodia familiar. El sometido a esta medida quedará sujeto al cuidado
y vigilancia del familiar que se designe y que acepte la custodia.
o La privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores.
o La privación del derecho a la tenencia y porte de armas.
A la hora de aplicar las medidas de seguridad el Juez deberá concordar las
características personales, sociales y psicológicas del penado con la medida que se le va
a imponer, es por ello por lo que si se le declara exento de responsabilidad criminal la
medida será acorde a dicha eximente completa o incompleta. Por ejemplo en casos de
exentos conforme al artículo 20.1 de CP, es decir, por anomalía o alteración psíquica, se
le decretara una medida de internamiento para tratamiento médico o de educación
especial.
A pesar de que los tratamientos médicos (psiquiátrico, de deshabituación, centro
educativo especial) son medidas privativas de libertad según el artículo 96.2, los Jueces
para adaptar la condena en la medida de lo posible a la realidad social del penado, y
atendiendo a la peligrosidad del mismo, establece como medida de seguridad el
tratamiento médico acorde a su patología de forma ambulatoria a través de la libertad
vigilada. En el artículo 106.1k del CP se expone que se obligará al penado a través de
una libertad vigilada a seguir tratamiento médico externo, o a someterse a un control
médico periódico.
Como expone el artículo 97 del CP durante la ejecución de estas medidas el Juez o
Tribunal sentenciador podrá adoptar alguna de las siguientes decisiones: mantener la
ejecución de la medida de seguridad impuesta, decretar el cese de cualquier medida de
seguridad impuesta en cuanto desaparezca la peligrosidad criminal del sujeto, sustituir
una medida de seguridad por otra que estime más adecuada, dejar en suspenso la
ejecución de la medida en atención al resultado ya obtenido de su aplicación.
Según el artículo 100 del CP en caso de quebrantamiento de una medida de seguridad de
internamiento dará lugar a que el Juez o Tribunal ordene el reingreso del sujeto en el
10
mismo centro del que se hubiese evadido o en otro que corresponda a su estado. En caso
de que se trate de otras medidas el Juez o Tribunal podrá acordar la sustitución de la
quebrantada por la de internamiento si ésta estuviese prevista para el supuesto de que se
trate y si el quebrantamiento demostrase su necesidad.
No se considerará quebrantamiento de la medida la negativa del sujeto a someterse a
tratamiento médico o a continuar un tratamiento médico inicialmente consentido. No
obstante se podrá acordar la sustitución del tratamiento inicial o posteriormente
rechazado por otra medida de entre las aplicables al supuesto de que se trate.
2.2.2 Evaluación de la aplicación de las suspensiones de condena y medidas de
seguridad como alternativa a la prisión.
La diferencia entre las medidas de seguridad y las suspensiones de condena a efectos
prácticos son mínimas, pero cabe resaltar que para el sujeto siempre es más beneficioso
la aplicación de la primera, puesto que en caso de que ocurran incidencias en el
cumplimiento, en una medida de seguridad el Juez podrá modificar los deberes y
obligaciones establecidas o podrá continuar con los mismos. Por el contrario en caso de
que concurran incidencias en el cumplimiento de una suspensión de condena, la medida
suspendida inicialmente (la privativa de libertad), deberá cumplirse de forma completa.
Según el artículo 98.2 del CP corresponde al SGPMA redactar los oportunos informes
acerca de la situación y la evolución del condenado, su grado de rehabilitación y el
pronóstico de reincidencia o reiteración delictiva. En la actualidad y en cumplimiento
del R.D. 840/2011 de 17 de junio el SGPMA ha dejado de tener la competencia para
gestionar las medidas de seguridad pero continúa tramitando las que ya estaban
gestionándose antes de la entrada en vigor del Real Decreto.
Pero el legislador no ha establecido qué organismo debe ejecutar a partir de entonces las
medidas de seguridad, por lo que los Jueces pueden ser reticentes a decretar estas
medidas por los problemas que conlleva su ejecución.
En este sentido hemos observado que los Jueces actualmente sentencian suspensiones de
condena a sujetos que, claramente, se les podría haber aplicado una eximente completa
o incompleta, y de este modo los Jueces se aseguran un seguimiento profesional
11
riguroso por parte del SGPMA, ya que por la reforma R.D.840/2011 de 17 de junio se
aprecia un vacío legal en la ejecución de estas medidas.
2.3 EXIMENTES Y ATENUANTES DE RESPONSABILIDAD CRIMINAL
Para poder aplicar alguna de las medidas expuestas es necesario que al delincuente se le
aplique un eximente o atenuante de responsabilidad criminal. Estos preceptos se
encuentran recogidos en la legislación penal en los artículos del 19 al 21. Los grados de
imputabilidad son establecidos a través de un informe médico forense.
Se considera que toda persona que ha cometido un acto ilícito, ha cometido este
comportándose como un agente libre y racional, a sabiendas en todo momento de las
consecuencias de sus actos, con intención de hacerlo así como con las facultades
necesarias para no hacer lo que hacía si lo hubiese precisado. Según Charco ML (2010)6
podemos decir que “la imputabilidad consiste en un determinado grado de normalidad
en las facultades psíquicas de la persona, que le permite conocer que su comportamiento
es ilegal y actuar de acuerdo con dicha comprensión.”
Por lo que cuando una persona comete un acto catalogado como delito estando privada
de sus capacidades psíquicas de conocimiento y de voluntad, o solamente alguna de
ellas, dicha persona es inimputable y está exenta de responsabilidad criminal, ya que no
es culpable de su acción.
En la misma línea la ley atiende aquellos casos en los que el delincuente por diversas
causas ha cometido el hecho bajo ciertos efectos que limitaban parcialmente su
autonomía, siendo estos atenuantes de su responsabilidad criminal. Como atenuante se
entiende a la circunstancia que disminuye la responsabilidad criminal del sujeto.
En el artículo 20 del Código Penal aparecen las causas de inimputabilidad, es decir,
aquellos supuestos que eximen de responsabilidad criminal. Los tres primeros epígrafes
de este artículo se refieren a factores individuales del sujeto que denotan condiciones
psíquicas anormales (enajenación mental, drogadicción y alteración de la percepción).
6
Charco, Mª L. (2010). Curso sobre Violencia de Género. Ministerio de Justicia. Cáceres.
12
Estos tres preceptos son los que se aplican en las medidas de seguridad, y su
articulación completa es la siguiente:
“Quedan exentos de responsabilidad criminal:
1º) El que al tiempo de cometer la infracción penal, a causa de cualquier anomalía
o alternación psíquica, no pueda comprender la ilicitud del hecho o actuar
conforme a esa comprensión.
El trastorno mental transitorio no eximirá de pena cuando hubiese sido provocado
por el sujeto con el propósito de cometer el delito o hubiera previsto o debido
prever su comisión.
2º)
El que a tiempo de cometer la infracción penal se halle en estado de
intoxicación plena por el consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas,
estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras que produzcan efectos análogos,
siempre que no haya sido buscado con el propósito de cometerla o no se hubiese
previsto o debido prever su comisión, o se halle bajo la influencia de un síndrome
de abstinencia, a causa de su dependencia de tales sustancias, que le impida
comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión.
3º) El que, por su sufrir alteraciones en la percepción desde el nacimiento o desde
la infancia, tenga alterada gravemente la conciencia de la realidad.”
En estos casos hablaríamos de eximente completa.
Según Pérez Matesanz (2011) en un trabajo inédito junto con Ruiz Rodríguez P 7.
exponen que “ente la responsabilidad plena y la exención total o completa de la
responsabilidad existen estados intermedios en los que se dan circunstancias que
atenúan la responsabilidad y por lo tanto disminuye su sanción penal.” Se refiere a las
eximentes incompletas, atenuantes o atenuantes analógicas.
En el artículo 218 del Código Penal aparecen recogidas cuales son las circunstancias
atenuantes de la responsabilidad criminal. Todos estos preceptos no son apreciables para
7
Pérez Matesanz R. y Ruiz Rodríguez P. (2011). Trabajador Social e Imputabilidad. Logroño, Estudio
inédito.
8
Artículo 21 del Código Penal
Son circunstancias atenuantes:
1ª. Las causas expresadas en el capítulo anterior (art.20 CP), cuando no concurrieren todos los requisitos
necesarios para eximir de responsabilidad en los respectivos casos.
2ª. La de actuar el culpable a causa de su grave adicción a las sustancias mencionadas en el número 2º del
artículo anterior.
13
aplicar una medida de seguridad o una suspensión de condena, únicamente son los que
se recogen el art. 21.1º, 21.2º y 21.7º.
En los casos en los que no concurran todos los requisitos para eximir de responsabilidad
se puede aplicar la eximente de forma incompleta (artículo 21.1º). La aplicación de la
eximente incompleta conlleva una rebaja en la pena de prisión.
Para el resto de circunstancias que atenúan la responsabilidad criminal y que recogen el
art. 21 desde la 2º a la 7º se denominan atenuantes y su aplicación permite la reducción
de la cuantía de la condena de prisión.
Por regla general para aplicar una medida de seguridad el texto legal permite a los
Jueces aplicar eximentes completas, incompletas o un atenuantes. Cuando a un sujeto se
le aplica una eximente completa, a ser considerado como inimputable se le decreta
directamente una medida de seguridad. Mientras que si se le aplica una eximente
incompleta la legislación permite aplicar una medida de seguridad junto una pena
privativa de libertad. En primer lugar se comenzará a ejecutar la medida de seguridad, y
tras su finalización el Juez obligará el cumplimiento de la pena privativa de libertado o
suspenderá esta, si con el cumplimiento de pena de prisión se pone en peligro la
rehabilitación conseguida con la medida de seguridad.
En las suspensiones de condena la pena inicial siempre es privativa de libertad, pero se
suspende su ejecución por un periodo de tiempo y con unas obligaciones que ha de
cumplir el penado durante ese periodo.
3ª. La de obrar por causas o estímulos tan poderosos que hayan producido arrebato, obcecación u otro
estado pasional de entidad semejante.
4ª. La de haber procedido el culpable, antes de conocer que el procedimiento judicial se dirige contra él, a
confesar la infracción a las autoridades.
5ª. La de haber procedido el culpable a reparar el daño ocasionado a la víctima, o disminuir sus efectos,
en cualquier momento del procedimiento y con anterioridad a la celebración del acto del juicio oral.
6ª. La dilación extraordinaria e indebida en la tramitación del procedimiento, siempre que no sea
atribuible al propio inculpado y que no guarde proporción con la complejidad de la causa.
7ª. Cualquier otra circunstancia de análoga significación que las anteriores.
14
2.4 PERFIL DE LOS CONDENADOS CON MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA
PRISIÓN
2.4.1 Patologías predominantes
Para que a un penado se le aplique una medida de seguridad o una suspensión de
condena (art. 87 del Código Penal) debe acreditarse que sufra alguna de anomalía o
alteración psíquica, que posea alguna alteración en la percepción desde el nacimiento o
desde la infancia o que, en el momento de cometer el delito se hallase bajo los efectos
del consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias
psicotrópicas y otras que produzcan efectos análogos en el organismo.
ALCOHOL Y DROGAS
La legislación española no tiene una regularización precisa en lo referido a algunas
cuestiones sobre drogas, por lo que se adhiere a los tratados internacionales para
catalogar estas sustancias, incluyendo por lo tanto prácticamente todas las drogas de uso
recreativo.
Estas sustancias aunque actúan en el organismo de diversas formas, pudiendo ser sus
efectos estimulantes, depresivos, narcóticos o alucinógenos; el daño integral que
producen siempre es el mismo, produciendo síntomas similares como dependencia o el
síndrome de abstinencia.
La dependencia según el DMS-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales”9 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría es un patrón desadaptativo
de consumo de sustancias que conlleva un deterioro o malestar clínicamente
significativos. Se caracteriza por la necesidad de consumir cantidades marcadamente
crecientes de sustancia para conseguir la intoxicación o el efecto deseado. A su vez
dicho manual define la abstinencia como la presencia de un síndrome específico de una
sustancia debido al cese o reducción de su consumo prolongado y en grandes
9
El DMS-IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, actualmente ha sido
modificado por el DSM-V, publicado el 18 de mayo del 2013 en Estados Unidos, pero hasta mediados de
2014 se estima que no estará traducido a otras lenguas y publicado en otros países.
15
cantidades, causando al sujeto un malestar clínicamente significativo o un deterioro de
la actividad laboral y social o en otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Hay drogas legales, socialmente admitidas y promovidas y otras ilegales. Entre las
legales destacamos al tabaco, el café, las bebidas alcohólicas, por el contrario las como
drogas ilegales englobamos al resto de sustancias como la marihuana, la cocaína, la
heroína, las anfetaminas, etc.
La legislación las entiende en relación a su clasificación general, es decir, a la hora de
aplicar el precepto legal los Jueces aplicaran las medidas diferenciando su adicción al
alcohol o al resto de drogas; es por lo que en este epígrafe se habla de bebidas
alcohólicas y de drogas en general. Como medidas, los tribunales, obligan al penado a
someterse a tratamiento de deshabituación o de desintoxicación conforme las
características de cada sujeto.
El alcohol generalmente tiene efecto depresor del sistema nervioso central, inicialmente
lo que produce en el cuerpo es excitación, euforia, locuacidad, pero a medida que pasa
el tiempo se producen cambios en el estado de ánimo, sedación y pérdida de reflejos.
A largo plazo el consumo abusivo de alcohol repercute negativamente en el organismo
produciendo en algunos casos cirrosis, pancreatitis, problemas circulatorios, accidentes
cerebro-vasculares, alteraciones neurológicas, trastorno de ansiedad, de ánimo y de
sueño entre otros.
Otro de los efectos que produce el consumo frecuente de alcohol es la dependencia, o
alcoholismo. El alcoholismo es una enfermedad condicionada por la exposición
continuada del cuerpo al consumo de alcohol. Está caracterizada por el deseo insaciable
de beber dicha sustancia, pérdida de control para no seguir bebiendo después que se
comienza. En los periodos de menor exposición el cuerpo se siente expuesto al
síndrome de abstinencia.
16
Aragón y Miquel (1995)10, citan que según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
“Alcohólicos son aquellos bebedores excesivos cuya dependencia al alcohol ha
alcanzado un grado tal que presentan notables trastornos mentales o interferencias con
su salud mental o física, con sus relaciones interpersonales y su funcionamiento social y
económico, o bien tienen signos claros de la tendencia a orientarse hacia tales síntomas.
Es por eso, entonces, que tales personas requieren tratamiento”
A la hora de hablar de drogas, según el jurista y criminólogo Leganés Gómez (2010)
las drogas ilegales más consumidas en España siguen siendo el hachís, cocaína, éxtasis
y heroína. Esta última sigue en reducción a favor del aumento de la probabilidad de
consumo de cocaína.
Los efectos que tienen estas sustancias en el organismo dependen del tipo de droga que
se consume pero por lo general actúan como depresores del sistema nervioso central,
producen mayor sociabilidad en unos mientras que en otros la misma sustancia puede
provocar aislamiento. Otros efectos a corto plazo pueden ser: alteración del sentido del
tiempo, alteraciones de la percepción, crisis de ansiedad, estados de pánico, paranoias o
alucinaciones.
Un consumo abusivo de estas sustancias prolongado en el tiempo puede producir en el
organismo dependencia, problemas respiratorios, dificultad de concentración, pérdida
de memoria, falta de interés por la cosas, brotes psicóticos, o incluso trastornos
psiquiátricos y cardiovasculares.
Por tanto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), define drogadicción
como: “un estado psíquico y a veces también físico producido por la interacción entre
un organismo vivo y un fármaco o sustancia, caracterizado por comportamientos o
reacciones que incluyen el uso compulsivo de la sustancia, continuo o periódico, para
provocar sus efectos psíquicos y a veces para evitar el malestar determinado por su
ausencia.” Así se puede concluir por tanto que toxicómano o drogadicto es aquella
persona que presenta una adicción al consumo de sustancias adictivas, drogas.
10
Aragón, C. y Miquel, M. (1995). “Alcoholismo”. En: A. Belloch, B.Sandíny F. Ramos (Eds.). Manual
de psicopatología. Madrid. McGraw-Hill.
17
ANOMALÍAS O ALTERACIONES PSÍQUICAS
Según del DSM-IV y el CIE-10 no existe una definición clara que especifique los
límites del concepto “trastorno mental”, por lo que el trabajo se centrará directamente en
algunas de las enfermedades más comunes en penados con medidas de seguridad y
suspensiones de condena. Estas enfermedades han sido extraídas del estudio realizado
por la autora del documento durante todo el curso académico 2012-2013 de los
expedientes de bajas del 2012 en el SGPMA de suspensiones de condena y medidas de
seguridad. En muchos de los casos, las alteraciones psíquicas, son la consecuencia de un
consumo abusivo de sustancias tóxicas o alcohol durante periodos prologados de
tiempo.
Siendo, según CIE-1011 la clasificación y explicación de los trastornos son los
siguientes:
o
Trastornos del humor afectivos:
 Trastorno bipolar: “Trastorno caracterizado por la presencia de episodios
reiterados (es decir, al menos dos) en los que el estado de ánimo y los
niveles de actividad del enfermo están profundamente alterados, de forma
que en ocasiones la alteración consiste en una exaltación del estado de
ánimo, aumento de la vitalidad y del nivel de actividad (manía o
hipomanía) y en otras, en una disminución del estado de ánimo, un
descenso de la vitalidad y de la actividad (depresión).
Los episodios de manía comienzan normalmente de manera brusca y se
prolongan durante un período de tiempo que oscila entre dos semanas y
cuarto a cinco meses (la duración mediana es de cuatro meses). Las
depresiones tienden a durar más (seis meses), aunque rara vez se
prolongan más de un año, excepto en personas de edad avanzada.”
o Trastorno esquizofrénico y otros trastorno psicóticos
11
La explicación clínica y científica de las patologías mentales ha sido extraída del CIE-10, Clasificación
Internacional de Enfermedades, décima versión de la Organización Mundial de la Salud.
18
 Trastorno esquizofrénico paranoide: “Es el tipo más frecuente de
esquizofrenia en la mayor parte del mundo. En el cuadro clínico
predominan las ideas delirantes relativamente estables, a menudo
paranoides, que suelen acompañarse de alucinaciones, en especial de tipo
auditivo y de otros trastornos de la percepción. Las ideas delirantes y
alucinaciones paranoides más características son: ideas delirantes de
persecución, de celos, genealógicas, de tener una misión especial o
transformación corporal, voces alucinatorias que increpan al enfermo o
alucinaciones olfatorias, gustativas, sexuales, etc.
El curso de la esquizofrenia paranoide puede ser episódico, con remisiones
parciales o completas, o crónico.”
 Trastorno delirante: “Grupo de trastornos caracterizado por la aparición de
un único tema delirante o de un grupo de ideas delirantes relacionadas
entre sí que normalmente son muy persistentes, y que incluso pueden durar
hasta el final de la vida del individuo.
El contenido del tema o conjunto de ideas delirantes es muy variable. A
menudo es de persecución, hipocondriaco o de grandeza, pero también
puede referirse a temas de litigio o de celos o poner de manifiesto la
convicción de que una parte del propio cuerpo está deformada o de que
otros piensan que se despide mal olor o que se es homosexual. Lo más
característico es que no se presente otra psicopatología, pero pueden
aparecer de modo intermitente síntomas depresivos y, en algunos casos,
alucinaciones olfatorias y táctiles.”
o Retraso mental: “Trastorno definido por la presencia de un desarrollo mental
incompleto o detenido, caracterizado principalmente por el deterioro de las
funciones concretas de cada época del desarrollo y que contribuyen al nivel
global de la inteligencia, tales como las funciones cognoscitivas, las del
lenguaje, las motrices y la socialización. El retraso mental puede acompañarse
de cualquier otro trastorno mental.”
o Trastorno de los hábitos y de control de impulsos: “Están caracterizados por
actos repetidos que no tienen una motivación racional clara y que generalmente
19
dañan los intereses del propio enfermo y de los demás. El enfermo suele decir
que el comportamiento se acompaña de impulsos a la acción que no pueden ser
controlados, como por ejemplo ludopatía, piromanía, cleptomanía, etc.”
o Tanto el “Trastorno del comportamiento” como el “Trastorno de la
personalidad” son categorías generales de trastorno mentales, por lo que no
tienen una definición precisa al englobar a multitud de patologías de
sintomatología similar.
2.4.2 Perfil social de los penados
Este apartado será cumplimentado con los datos extraídos de la investigación12 realizada
por la autora del documento, Silvia Villar, así como del análisis documental. De la
revisión de 48 expedientes dados de baja durante el año 2012 en el Servicio de Gestión
de Penas y Medidas Alternativas de La Rioja con tratamientos de desintoxicación y
deshabituación de sustancias, así como tratamientos psiquiátricos, se han extraído las
siguientes conclusiones:
En lo referido al sexo de los penados predominan los varones siendo el 93,75% del total
de los penados, mientras que las mujeres representan el 6,25%. Las medidas aplicadas a
las mujeres son medidas de seguridad por anomalías o alteraciones psíquicas y los
delitos cometidos están directamente relacionados con la violencia.
Un estudio de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas13 muestra
que el toxicómano actual es policonsumidor, mezcla hasta cuatro tipos de drogas:
alcohol, hachís, cocaína y heroína. Esto supone que el 50% de los drogodependientes
son policonsumidores y la edad media de consumo se encuentra comprendida entre los
25 y los 45 años. Según Proyecto Hombre la edad media de inicio en el consumo de
drogas son los 28,7 años, comprobando que cada vez más se retrasa el inicio de
12
La investigación fue realizada durante el curso 2012-2013, de todos los expedientes causados en baja
en el año 2012 en el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas de La Rioja, de las medidas de
suspensiones de condena y medidas de seguridad con tratamientos para patologías de drogas, alcohol y
enfermedades mentales.
13
Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (2008). Informe de la encuesta
domiciliaria sobre alcohol y drogas en España (2007/2008).
20
consumo. En cambio al hablar de cannabis el ratio de edad en la que más índice de
consumo se produce es entre los 14 y 18 años. Los datos de este estudio coinciden con
el perfil de los penados del SGPMA de La Rioja.
El 73,33% de las patologías mentales que sufre el penado están directamente
relacionadas con el consumo abusivo de sustancias. El Juez aplica las eximentes o
atenuantes conforme el trastorno mental, obligándole a someterse a tratamiento
psiquiátrico, pero tras la valoración del profesional social se detecta que el origen de
esta patología está asociado al binomio enfermedad mental-consumo de sustancias.
También existe una directa relación entre la patología del penado y el delito que ha
cometido, así por ejemplo comprobamos como el 83,33% de los delitos de hurto han
sido cometidos por toxicómanos. La dependencia que este colectivo sufre les hace
cometer delitos contra el patrimonio para poder financiarse el consumo de sustancias.
Estas personas a causa de la drogadicción suelen encontrarse en riesgo de exclusión
social, sin medios económicos a causa de su inestabilidad tanto laboral como social,
todo ello unido al elevado precio que tienen estas sustancias en el mercado a causa de su
ilegalidad conlleva al sujeto a verse inmerso en el mundo de la delincuencia funcional,
evitando así las consecuencias negativas que en su organismo manifiesta el síndrome de
abstinencia.
Otra de las relaciones que se han comprobado es aquella que relaciona los delitos contra
la salud pública con drogodependientes. Al igual que el caso anterior los sujetos para
abastecerse de estupefacientes llegan incluso a comercializar con ellos, siendo
incautados con grandes cantidades de droga que superan límites de consumo personal
permitidos, este tipo de delincuencia se denomina relacional. El 100% de los delitos
contra la salud pública han sido cometidos por toxicómanos.
Por otro lado existe también un binomio entre los delitos relacionados con violencia
(delito de lesiones, delito de maltrato, abuso sexual, quebrantamiento, delito contra los
agentes de la autoridad, etc.) con patologías mentales y alcoholismos, siendo el
porcentaje de estos 73,91%.
21
El estudio también se ha centrado en analizar las circunstancias socio-familiares en el
que se encuentra inmerso el penado, estos datos han sido extraídos de los informes
sociales remitidos por las trabajadoras sociales a los Tribunales, de los penados que han
finalizado con éxito la medida penal. Por circunstancias socio-familiares se entiende a
las relaciones que el penado establece con los miembros de su familia, con su núcleo
cercano de amistades, así como su situación laboral.
En lo referido a las relaciones familiares el estudio revela que el 37,5% de los penados
tenía malas relaciones con los miembros de su familia, siendo estas conflictivas o nulas.
Tras el proceso penal estas se han visto mejoradas sustancialmente. Únicamente en el
6,25% de los casos no se han conseguido mejorar estas relaciones, siendo malas,
negativas o tóxicas para el penado.
En cambio alrededor del 56,25% de los casos, a pesar de su situación tanto penal como
patológica, el sujeto seguía manteniendo buenas relaciones con su familia desde el
comienzo de la medida. A nivel familiar las consecuencias psicosociales se caracterizan
por una mayor irritabilidad por parte del enfermo, lo cual fomenta la aparición de
peleas, malos tratos, abandono de la familia e incluso la separación en muchos de los
casos. En estos casos a pesar de ello, se observa como la familia aporta seguridad y
sirve de vínculo de unión entre el penado y la sociedad.
En cuanto a los vínculos sociales encontramos como el 34,38% de los casos ha
cambiado de grupo de amigos al ser estos consumidores o perjudiciales para su
rehabilitación. En los casos en de enfermos mentales su grupo social es muy reducido e
incluso en ocasiones inexistente, siendo infructuosos los esfuerzos de los trabajadores
sociales para socializar al individuo, ya que la enfermedad mental conlleva cierta
incapacidad para las relaciones sociales y tienden al aislamiento.
Para concluir reseñar que gracias a la medida judicial, la inmensa mayoría de los
penados, a causa de la normalización de su situación y resocialización han mantenido o
conseguido un nuevo puesto de trabajo, alcanzando con ello sentimientos de pertenencia
y de satisfacción personal.
Leganés Gómez (2010) expone, sirviéndonos de ejemplo la toxicomanía, que no es el
paro lo que conduce a las drogas sino que la drogodependencia es la que produce el
22
paro. Es decir, que personas socialmente integradas comienzan a consumir, provocando
desestructuración social que conlleva a una situación conflictiva que desemboca en paro
y marginación social.
23
3
INTERVENCIÓN
SOCIAL
CON
PENADOS
EN
MEDIO
ABIERTO
3.1 INTERVENCIÓN DEL TRABAJADOR SOCIAL EN SUSPENSIONES DE
CONDENA Y MEDIDAS DE SEGURIDAD
La elaboración de la exposición que a continuación se expone, ha sido posible gracias a
la experiencia práctica vivenciada en primera persona por la autora del documento,
Silvia Villar.
3.1.1
Relación terapéutica entre penado y profesional.
El trabajador social dentro del Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas
cobra un papel protagonista en el tratamiento con penados al ser el organismo
especializado en perseguir la inserción social de estas personas, así como paliar las
quiebras producidas en éstos y sus familias, mediante mecanismos de protección y
asesoramiento que permitan superar la desigualdades iniciales y los problemas añadidos
sin que exista discriminación por su situación penal. (Arce Villanueva, 2000: 63)14. Esto
puede considerarse como el objetivo principal de la intervención social de los
trabajadores sociales.
Alguna de las innumerables funciones que tienen los trabajadores sociales
penitenciarios en el ámbito de medidas alternativas a la prisión son las siguientes:

Gestionar las penas y medidas alternativas a la prisión.

Conocer la realidad social de los penados, en referencia a su familia de origen y
adquirida, redes sociales, gestión del tiempo libre, estudios, trayectoria y
ocupación laboral, salud y patologías, tratamientos médicos, etc.

Acercar la situación social de los penados a los Jueces a través de la redacción
de los Informes Sociales, y
Planes Individuales de Intervención y
Seguimiento15.
14
T. Fernández García y C. Alemán Bracho (2008) “Introducción al trabajo social”, Ciencias Sociales,
Alianza Editorial, pag.535
15
El Plan Individual de Intervención y Seguimiento, se denominará P.I.I.S.
24

Informar al penado sobre el P.I.I.S para conseguir mayor eficacia en la
consecución de las reglas de conducta impuestas y objetivos planteados.

Seguir y supervisar las medidas penales (suspensiones y medidas de seguridad) a
través de entrevistas de seguimiento.

Dar constancia a los Jueces de la realidad social y del cumplimiento de las reglas
de conducta impuestas mediante los informes de seguimiento.

Mantener contacto directo y continuo con todos los entes sociales encargados de
los tratamientos externos de los penados.

Realizar una atención individualizada tanto a los penados como a las familias de
estos.

Paliar y ayudar a solucionar las necesidades de los individuos, pudiendo ser
estas: familiares, laborales, sociales, institucionales, etc.

En caso de incidencias, dar aviso de estas al Juez, argumentado el motivo de las
mismas.

Avisar a los sujetos de todas las modificaciones de su situación penal
(revocación de la medida, cambio de regla de conducta, etc.)
La labor del trabajador social gira en torno al cumplimiento y acatamiento de la pena
impuesta. Asímismo lucha a favor de la integración y reinserción social de los penados,
la reeducación en valores y la estabilización social, para evitar al máximo la
reincidencia delictiva y la recaída en consumos y adicciones. Esta actuación sirve de
interés tanto al propio penado como a la sociedad, ya que el éxito de la reinserción
favorece a la población y a la comunidad en general.
La intervención el trabajador social de instituciones penitenciarias debe realizarse
conforme a los principios y deberes éticos tanto del Trabajo Social como de la
Secretaría General de Instituciones Penitenciarias16.
La actuación e intervención del trabajador social siempre ha de ser conforme a lo
dispuesto en la Constitución Española y las leyes vigentes en el momento, para asegurar
así las mismas oportunidades a todos. Por otro lado, debe actuar conforme el principio
de neutralidad e imparcialidad en las actuaciones. Por ello el profesional se debe
desvincular de todo interés personal, familiar o corporativo en su actuación. En el caso
16
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias obliga a todo sus trabajadores a actuar conforme
el código deontológico establecido por este órgano.
25
de que exista una relación directa con un profesional este debe delegar su labor
terapéutica en otro compañero.
Otro de los principios del trabajador social en su intervención con los penados, es el de
equidad e igualdad de trato. Debiendo tratar a todos por igual sin discriminación por
raza, etnia, origen, creencia… actuando con proporcionalidad y así garantizar en todo
momento que las medidas que adopten sean ajustadas a los fines que se persiguen con
ellas.
La actividad de los trabajadores sociales con penados en medidas alternativas a la
prisión es individualizada. Cada expediente se estudia individualmente y en caso de
necesidad se solicita ayuda a otros profesionales (psicólogos, otros trabajadores
sociales, médicos, terapeutas…) para realizar así un trabajo más concreto y eficaz.
Siempre con responsabilidad en la toma de las decisiones ya que van a repercutir
directamente en la vida de las personas, siendo siempre meditadas, contrastadas y
dirigidas hacia la mayor rehabilitación posible.
Toda esta actividad tiene como metodología principal la “intervención mínima
profesional”, es decir, se ayudará individualmente al sujeto en sus necesidades pero esta
intervención va a ser la mínima posible, para no crear una dependencia entre el penado
y el profesional y que sea este el que dirija su vida y así compruebe las consecuencias
de sus actos. Ya que lo que se quiere conseguir es que el penado adquiera las
competencias precisas para ser un sujeto social inmerso con éxito en la comunidad.
Esta actividad no es única, sino que el trabajador social se tiene que mostrar flexible y
con un amplio abanico de recursos ya que cada penado precisa de una intervención y
tiene una personalidad y habilidades de confrontación a las dificultades diferentes.
El técnico interviene directamente en el aprendizaje de las competencias y habilidades
personales y sociales de los penados como: resolución de problemas, toma de
decisiones, resistencia a la presión interpersonal o de los medios de comunicación, de
incremento de autocontrol y la autoestima, incremento del afrontamiento adaptativo
para el manejo del estrés y la ansiedad, así como habilidades asertivas en generales.
26
La actuación del profesional sirve de patrón de ejemplo para el penado, por lo que la
acción que emprenda el trabajador social debe ser meditada y concienciada al ser una
conducta objeto de imitación y ejemplaridad. Por otro lado el trabajador social siempre
actúa de buena fe y sin ocultar nada al penado, para así ganar la confianza de este y que
las decisiones acordadas sean abiertas y aceptadas por el objeto protagonista de la
actuación.
El secreto profesional es uno de los pilares básicos de actuación, dando constancia a
todos los sujetos que de todo lo que se hable en las entrevistas nunca va a ser sabido
(excepto los datos precisos para comunicar al Juez a través de los informes) así el
profesional crea un vínculo de sinceridad y confianza con el penado. De este modo el
progreso de este será mayor, ya que el profesional podrá trabajar aspectos y necesidades
que sin esta confianza mutua nunca hubiera detectado.
Toda esta labor terapéutica, además de gestora de la medida, sirve como oportunidad de
cambio para los penados. Les permite redireccionar su vida teniendo la oportunidad,
gracias a la ayuda de los profesionales de los Servicios de Gestión de Penas y Medidas
Alternativas, de retomar el rumbo de su vida, alcanzando una estabilidad social, familiar
y laboral, abandonando los consumos y estabilizándose en sus patologías mentales; todo
ello hace que terminen abandonando la carrera delictiva. Esto no se hubiese podido
alcanzar sin: por un lado la medida alternativa a la cárcel y por otro sin la labor
terapéutica de los trabajadores sociales.
3.1.2
Relación con otros profesionales en trabajo multidisciplinar.
Dada la peculiaridad que entrama la ejecución penal de medidas alternativas a la
privación de libertad, los trabajadores sociales que desempeñan su trabajo en los
servicios sociales externos a la prisión, necesitan de la continua colaboración de todos
los agentes implicados en el proceso (entidades públicas, privados y ONGs).
Como ya se ha expuesto en el marco teórico, una de las características de este tipo de
sanciones penales, es la obligación por parte del penado de someterse a los programas,
tratamientos o medidas que el Juez estime oportunos para la rehabilitación del infractor.
Estas medidas pueden ser de desintoxicación o deshabituación de sustancias, así como
de tratamiento psiquiátrico.
27
A no ser que el Juez en sentencia especifique el organismo en que debe someterse a
tratamiento, el penado tras la primera entrevista con el trabajador social deberá elegir,
bajo asesoramiento del profesional, el organismo al que quiere adjuntarse a tratamiento.
Desde este momento, el trabajador social se pone en contacto con los terapeutas,
médicos, trabajadores sociales o psicólogos encargados de tratar y gestionar el
tratamiento del penado. La comunicación entre ellos será telefónica y constante y en
caso de extrema necesidad se concretarán reuniones personales, creando un clima de
confianza, colaboración y coordinación, a través del cual, ambas partes del proceso
magnifican el éxito de sus actuaciones.
Según lo establecido en sentencia, en cuanto a la temporalidad de los informes, el
trabajador social a la vez que realiza el seguimiento de la causa penal, requiere a los
agentes implicados en los tratamientos o programas que le remitan un informe
profesional de la evolución del penado, para así poder enviar un informe de seguimiento
al Juez.
Por otro lado reseñar que, como profesional de ayuda y emergencia que es el trabajador
social, en multitud de ocasiones se ve inmerso en operaciones de gestión y
asesoramiento a penados en cuanto a ayudas de emergencia social, invalidez, gestión de
alojamientos o vales de para el comedor social, etc. Es por ello, por lo que los
trabajadores sociales, precisan de una amplia agenda de recursos sociales, con los que
poder colaborar para aportar al usuario una red de ayuda que consiga satisfacer las
necesidades que se aprecian en la intervención social.
Así es como el trabajador social penitenciario, trabaja directamente con trabajares
sociales de base, médicos de centros de salud, directores o encargados de ONGs,
responsables de residencias de ancianos, así como todos aquellos que puedan paliar las
necesidades de los penados.
Por último, el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas, es un organismo
estatal compuesto por trabajadores sociales, psicólogos, juristas y funcionarios. Todos
ellos, cada uno con sus funciones, son los encargados de ejecutar las medidas
alternativas a prisión, por lo que para un eficaz y eficiente trabajo es necesario la
28
completa colaboración de todos ellos. Existiendo una comunicación constante, ayuda
mutua, empatía ante el trabajo y sobre todo no solapamiento de la funciones de cada
profesional.
3.1.3
El Trabajo Social como agente de conexión entre los usuarios, los
recursos y el tribunal sentenciador.
El Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas como órgano encargado de
ejecutar estas medidas, se visualiza como el ente de conexión entre los Jueces y
Tribunales, el penado y el resto de agentes implicados en el proceso.
Los penados son el eje sobre el que gira toda labor penal y el trabajador social es el
encargado de unir todas las piezas necesarias para que la pena se cumpla. Así es por lo
que este profesional, a través de los Planes Individuales de Intervención y Seguimiento,
sus informes de seguimiento y finales acerca a los Tribunales y Jueces la realidad social
y evolución de los penados.
3.1.4
Intervención específica con el juez sentenciador.
El trabajador social, como profesional de Instituciones Penitenciarias, es el encargado
de ejecutar directamente junto con el penado la condena impuesta por el Juez a través de
la resolución judicial. El Juez delega en este profesional la responsabilidad de hacer
cumplir la condena en su totalidad, de velar por el bienestar del penado y de informar de
cualquier cambio en lo referido a la ejecución penal o social.
La relación que existe entre estos dos profesionales se materializa a través de informes
que el trabajador social manda al juez, siendo estos los siguientes:
3.1.4.1 Plan individual de intervención y seguimiento social.
Una vez recibida en el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas la
resolución judicial, se cita al penado para realizar una primera entrevista en la que se va
a realizar la primera toma de contacto. En esta entrevista se explica al sujeto la medida
29
penal impuesta y las obligaciones que debe cumplir en contraprestación al no
internamiento en prisión.
Estas entrevistas exhaustivas se enfocan en la problemática real del penado, en casos de
problemáticas con las drogas, en profesional enfocará la entrevista hacía consumos,
grupos de iguales, ocio… en cambio sí por el contrario la raíz del delito es la patología
mental del sujeto, la entrevista inicial se enfocara hacía antiguas crisis, relaciones
familiares, tratamientos, etc.
Las áreas de estudio principales en las que se centra la entrevista, a pesar de las
peculiaridades de cada caso, giran entorno a ejes comunes como son: situación familiar
(tanto de origen como adquirida), relaciones sociales y de ocio entre sus iguales,
estudios, situación laboral, salud y consumos.
Una vez recabada toda la información social del penado el trabajador social procederá a
confeccionar el Plan Individual de Intervención y Seguimiento, que será comunicado al
órgano jurisdiccional competente para la ejecución sin perjuicio de su inmediata
ejecutividad.
Respecto a la duración estimada de los programas, al realizar el P.I.I.S se deberán tener
en cuenta que los programas que tengan una duración predeterminada se llevarán a cabo
conforme a esa duración; por el contrario aquellos que no tienen una duración
establecida o predeterminada (como es el caso de programas de drogodependencia,
alcoholismo o salud mental), en el P.I.I.S la duración estimada se cumplimentará como
“según su evolución”.
En el P.I.I.S se recoge el estudio y valoración de la situación de los condenados, los
recursos de intervención necesarios, los objetivos de intervención propuestos, la
confección de la intervención propiamente dicha, así como el plan de seguimiento
propuesto.
Según el artículo 15.2 del Real Decreto 840/2011, de 17 de Junio17, “en caso de que las
circunstancias del condenado hagan necesario modificar alguna de las obligaciones
17
Real Decreto 840/2011, de 17 de junio, por el que se establecen la circunstancias de ejecución de las
penas de trabajo en beneficio a la comunidad y de localización permanente en centro penitenciario, de
determinadas medidas de seguridad, así como de la suspensión de la ejecución de las penas privativas de
libertad y sustitución de penas.
30
inicialmente impuestas, se realizará la propuesta en el plan de intervención y se estará a
la espera de lo que resuelva el órgano jurisdiccional competente para ejecución”.
3.1.4.2 Informes de seguimiento.
A lo largo de toda la medida penal, el penado debe acudir al SGPMA para someterse a
control profesional. La temporalidad de las entrevistas de seguimiento las marcará el
trabajador social conforme a la evolución del mismo, pudiendo ser desde quincenales
hasta trimestrales.
En estas entrevistas a través del diálogo fluido, el profesional comprueba la evolución
en su rehabilitación para así poder dar constancia al Juez.
Además de ello el profesional requiere, a los agentes externos encargados del
tratamiento, un informe trimestral en que los terapeutas constaten la realidad del penado
en lo referido a su evolución en el tratamiento.
Una vez recabada toda la información, el trabajador social informará al órgano
jurisdiccional competente para la ejecución sobre la observancia de las reglas de
conducta impuestas cuando así lo solicite o con la frecuencia que éste determine y, en
todo caso, cada tres meses conforme al Código Penal.
Asímismo, informarán cuando las circunstancias personales del condenado se
modifiquen, cuando se produzca cualquier incumplimiento de las reglas de conducta
impuestas y cuando haya finalizado el cumplimiento de las obligaciones impuestas.
Una vez finalizada la pena (ya sea por finalización de la regla de conducta o por
finalización del tiempo establecido en sentencia) el trabajador social redactará un
informe final.
3.1.4.3 Incidencias.
Cuando se de alguna incidencia18 en la ejecución de los programas o en la intervención
con los profesionales del SGPMA, el penado deberá ser citado para valorar el porqué de
su actuación.
18
La información recogida en al apartado de “incidencias” ha sido extraída íntegramente del Manual de
Procedimiento, gestión administrativa, Metodología de Intervención en Violencia de género. Para
Servicios de Gestión de Penas y Medidas de Alternativas (suspensiones y sustituciones de condena). Se
ha utilizado este manual porque la metodología de actuación es la misma.
31
Las incidencias deben ser resueltas, discerniendo de la gravedad de estas y de si afectan
o no al cumplimiento del programa, el trabajador social se verá obligado a tomar alguna
de las siguientes actuaciones:
 Que se continúe con el P.I.I.S.
 Que fuese necesaria la realización de un nuevo Plan de Intervención, por falta
de adecuación del recurso o del programa propuesto a las características
personales del penado.
 Que se considere que la incidencia pueda suponer un incumplimiento de la
regla de conducta impuesta, dando aviso al Juez. Cuando esto suceda se
interrumpirá la participación del penado en el programa o intervención.
Son consideradas como incidencias graves, y por tanto se deberá dar aviso al Juez:
cualquier ausencia injustificada a las sesiones del programa/tratamiento, el
incumplimiento reiterado y manifiesto de las instrucciones del terapeuta, o cualquier
otra conducta que el terapeuta valore como muy grave.
En caso de medidas de seguridad según el artículo 100 del Código Penal, no se
considera como incidencia la negativa del sujeto a someterse a tratamiento médico a
continuar con el tratamiento médico inicialmente consentido.
Se entenderán como causas justificadas de ausencia aquellas que coincidiendo
temporalmente con la realización de la intervención/programa, requieran de la presencia
del penado y ésta no pueda llevarse a cabo en ningún otro momento: casos de
fallecimiento o enfermedades graves de los familiares, alumbramiento de la esposa o
pareja, así como aquellas circunstancias importantes y comprobadas de análoga
naturaleza a la anteriormente descritas.
3.2 PROGRAMAS DE TRATAMIENTO
Como se ha desarrollado a lo largo del documento, todo aquel penado objeto de una
medida alternativa de prisión de las estudiadas a lo largo del texto, en los casos de las
suspensiones de condena y las medidas de seguridad ejecutadas por el Servicio de
32
Gestión de Penas y Medidas Alternativas19, se ve obligado a someterse a tratamiento o
programa según su necesidad patológica.
Las obligaciones legales a las que se ve sometido el penado, además de las de no
delinquir, es el deber de someterse al tratamiento impuesto por el Juez en la sentencia.
Estos son de muy diversa índole según las características del sujeto y la tipología
delictiva. Se pueden citar los siguientes:

Tratamiento de desintoxicación de drogas o alcohol, de modo ambulatorio o
interno en comunidad.

Tratamiento de deshabituación de drogas o alcohol, de modo ambulatorio o
interno en comunidad.

Tratamiento de salud mental ambulatorio o interno en centro cerrado.

Tratamiento para ludopatías.

Programa de violencia de género.

Programa para delitos de índole sexual.

Programa educativo terapéutico.

Programa de educación vial.

Programa de violencia filioparental.

Programa de violencia doméstica.
Como se puede observar la temática y variedad de programas y tratamientos es amplia y
variada lo que permite encajar a los penados según sus características y realidades
sociales, consiguiendo un índice de éxito futuro en el programa superior.
El Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas únicamente lleva a cabo los
“programas”. Estos en su mayoría son realizados por un psicólogo penitenciario y
poseen una duración de 9 meses, con una sesión semanal. La dinámica metodológica de
las sesiones es la terapia en grupo como vía principal, ya que, este método de
intervención permite y aportar al penado mayor reflexión, concienciación y meditación
19
Me refiero a las ejecutadas por el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas puesto que en el
caso de las suspensiones de condena, existen supuestos en los que el Juez no obliga al penado a someterse
a ningún tratamiento o programa, únicamente ser valorado y supervisado por este servicio y en otras
ocasiones se aplica la suspensión de condena sin ninguna restricción.
33
y permite la ayuda muta. Científicamente está demostrado que es más eficaz la
intervención en grupo que la individual. En casos excepcionales los programas se
realizan de forma individual.
Las medidas que realmente son objeto de estudio en este trabajo (conforme a su eficacia
rehabilitadora) son aquellas que se realizan a penados cuyas patologías predominantes
son el alcoholismo, drogadicción y trastornos mentales. Estos son los “tratamientos” de
deshabituación y desintoxicación de sustancias y/o de salud mental, siendo su gestión y
ejecución externa a Instituciones Penitenciarias. Los organismos que llevan a cabo
acabo estos programas son entes públicos o privadas así como ONGs.
Para tratar los trastornos mentales de penados, el Servicio de Gestión de Penas y
Medidas Alternativas, da la opción al penado de seguir tratamiento en la red pública de
Salud Mental, así como en instituciones sanitarias privadas.
Por otro lado, los casos de alcoholismo, se permite el tratamiento en las unidades de
Salud Mental así como en instituciones privadas o ONGs como Proyecto Hombre,
Asociación Riojana de Ayuda al Drogadicto u otras de índole similar. Por último, a
penados con problemas de drogadicción, se les deriva a entidades especializadas en
dichos tratamientos como Proyecto Hombre, ARAD u otras similares.
El tipo de tratamiento es establecido por el Juez en la sentencia o auto, según la
eximente o atenuante que se le haya aplicado. Para establecer dicho tratamiento se vale
del asesoramiento del médico forense.
El régimen de tratamiento puede ser en medio ambulatorio o en casos extremos a través
de tratamiento interno. Me refiero a casos extremos, puesto que este tipo de tratamiento
es similar en cuanto a forma a un ingreso en prisión, alejándonos por tanto del fin
principal de estas medidas alternativas, que es el cumplimiento de la pena y la
reinserción social de los sujetos a través del medio abierto y de las oportunidades que
este ofrece.
Por otro lado, el juez también establece el tipo de tratamiento a tratar en caso de
consumos, pudiendo establecer tratamiento de desintoxicación o de deshabituación.
34
Según Proyecto Hombre la diferencia en estos tratamientos es que por ejemplo los
primeros se refiere a eliminar del organismo todo rastro de sustancia (droga o alcohol) y
prevenir una recaída en el consumo; mientras que un tratamiento deshabituador de
sustancias se refiere, además de no consumir, cambiar el estilo de vida tanto a nivel
personal, familiar y social.
Socialmente es más beneficioso para el sujeto el sometimiento del penado a un
tratamiento de deshabituación ya que no solamente trabaja la desintoxicación sino que
además refuerza otras esferas sociales y personales del penado, que se encuentran
debilitadas o directamente no existen. Siendo el éxito futuro mayor en este tipo de
intervención.
3.3 ESTRATEGIA METODOLÓGICA REALIZADA
Para realizar este trabajo de sistematización de la práctica me he ayudado de diversas
técnicas de recogida de datos, entre las que destacó la observación participante,
investigación directa y revisión documental.
Durante los dos años de prácticas en el Servicio de Gestión de Penas y Medidas
Alternativas de La Rioja a través de la observación participante he podido reflexionar
acerca de la intervención social que en él se realiza. Gracias a la confianza depositada
por parte de Rebeca Pérez, mi tutora en el centro de prácticas, he podido intervenir
directamente con los penados. De este modo he conocido cómo se realiza el trabajo
social dentro del ámbito penitenciario externo, cuales son las funciones del profesional,
su metodología de trabajo, su día a día con los penados, etc.
Por último a través de la observación directa y la escucha de los relatos de los penados,
ya sea en las entrevistas iniciales o en las de seguimiento, he conocido y comprendido la
realidad social de este grupo tan vulnerable de la población. Escuchando en primera
persona sus vivencias con las drogas, sus recaídas, sus frustraciones, la situación
familiar y social en la que se encuentran inmersos, etc.
La segunda de las técnicas utilizadas para poder cumplimentar esta sistematización de
las prácticas ha sido la realización de una investigación directa de los expedientes en
bajas del 2012 de suspensiones de condena y medidas de seguridad.
35
Del total de expedientes que han sido dados en baja en año 2012 me han servido de
muestra aquellas suspensiones de condena con programas y tratamientos diferentes a
Violencia de Género, por lo que he utilizado los expedientes de penados con
tratamientos psiquiátricos, de deshabituación o desintoxicación de drogas y alcohol, así
como todas las medidas de seguridad, obteniendo finalmente un total de 48 expedientes.
Las variables que se recogieron en este estudio fueron: situación familiar, social y
laboral antes y después de la medida, patologías y tratamientos impuestos en sentencia,
así como finalización con éxito o revocación de la medida.
Por último, para elaborar un trabajo más exhaustivo y profundo, he realizado una
revisión documental de proyectos, libros, informes, tesis, etc, sobre la temática
estudiada. También he analizado e interiorizado la legislación penal en cuanto a
medidas alternativas de prisión y el procedimiento de gestión administrativa de las
penas de suspensión de condena y medidas de seguridad.
36
4
CONCLUSIONES
El sistema penal español, al igual que ocurre en muchos otros de los países
desarrollados, está confeccionado hacia un doble objetivo. Por un lado debe suponer un
castigo a todas aquellas personas que han cometido un acto delictivo, y por otro lado
debe dirigirse hacia la reeducación y reinserción social de los penados dotándoles de
las habilidades necesarias para incorporarse de nuevo en la sociedad y erradicar al
máximo el circulo de delincuencia en el que se encuentran inmersos.
Dentro de las cárceles los profesionales actúan directamente para paliar las carencias y
necesidades presentes en cada uno de ellos. La población reclusa concentra un elevado
ratio de enfermedades mentales, toxicomanías, alcoholismos, individuos con
desestructuración familiar y social, largas trayectorias de delincuencia familiar, etc, por
lo que la labor que con ellos se realiza es esenciar para limar al máximo estas barreras
sociales.
Pero no hay que olvidar que el castigo penal de estos es la privación de libertad, por lo
que el sometimiento a tratamientos médicos o programas terapéuticos es opcional para
los penados, lo cual es un hándicap hacía rehabilitación del penado, puesto que se ha
comprobado la verdadera eficacia de estos.
Además de ello, se comprobó como por ejemplo para toxicómanos, alcohólicos o
enfermos mentales, el cumplir condena en prisión, en vez de solucionar sus problemas
en muchos casos los agrava todavía más. Es por ello por lo que la legislación penal se
adaptó a esta realidad, creando las medidas alternativas a la prisión, para penas leves o
para penados con características concretas. Una nueva visión de sanción, donde el
penado en medio abierto cumple condena por el daño causado, así como bajo mandato
judicial debe someterse a tratamiento y programa terapéutico.
Así es como nacieron, y a lo largo del tiempo se ha ido demostrando como estas penas
son más eficaces que el propio ingreso en prisión, por lo que se deberían promover y
publicitar más. A pesar del siglo en el que nos encontramos, está socialmente mal visto
dotar de este tipo de beneficios penales a sujetos que han cometido delitos, siendo una
37
de las consecuencias directas de esta publicidad negativa el endurecimiento de Código
Penal propuesto por el Gobierno. Los organismos públicos, deberían acercar a la
sociedad la realidad de los penados y el porqué de estas medidas. No todo es blanco o
negro, por lo que se debería conocer las crudas realidades de muchos de ellos, el motivo
por el que han cometido el delito (a causa de la dependencia, de la patología, etc.). Ya
que corrientes sociales y populistas en contra de las medidas alternativas a la prisión
pueden provocar políticas restrictivas en este sentido ante el clamor popular.
El estudio realizado en el Servicio de Gestión de Penas y Medidas alternativas
demuestra cómo el 66,66% de los penados han conseguido finalizar la medida con
éxito, mientras que el 14,58% del total de los penados no finalizaron la medida y
terminaron en prisión a causa de un abandono de tratamiento siendo las recaídas
consideradas normales dentro del proceso de rehabilitación de desintoxicaciones.
Podemos concluir que estas medidas sí son realmente eficaces.
Gracias al análisis de mi experiencia en las prácticas en el SGPMA puedo ensalzar y
afirmar la gran labor que realizan los trabajadores sociales en este campo social, siendo
muchos de los éxitos en la rehabilitación gracias a estos y al apoyo que prestan a los
penados. Cabe destacar también que la eficacia de las medidas en muchas ocasiones va
de la mano de las cualidades, perfil y habilidades de los profesionales. Por ejemplo, los
trabajadores sociales que guardan distancia con los sujetos, marcando autoridad pero a
la vez compromiso y vocación hacen que la intervención sea más fructífera; mientras
que en aquellos que muestran un perfil amigable y con baja autoridad el número de
revocaciones es más elevado por abandono de programa o por delinquir de nuevo.
Tras la realización de este documento en el que he analizado la legislación penal, las
patologías predominantes, el perfil de los penados, así como la intervención que
realizan los profesionales, me han surgido, desde mi punto de vista algunas propuestas
de mejora en este campo.
En primer lugar los Jueces deberían estar asesorados y apoyados además de por el
informe forense del médico, por un equipo técnico compuesto por trabajadores sociales
y psicólogos, ya que las sentencias en muchos casos no se adaptan perfectamente a las
necesidades del penado. He comprobado a través de la investigación como en
38
ocasiones los jueces sentenciaban tratamiento psiquiátrico sin descubrir o analizar el
porqué de estos desajustes mentales, siendo el trabajador social del SGPMA el que a
través de su intervención descubrió una adicción a drogas o alcohol persistente durante
muchos años.
Por lo que considero que con una eficaz y profesional valoración social antes del juicio,
las medidas aplicadas a los penados estarían más acertadas y dirigidas hacia las
verdades necesidades de los penados, siendo por tanto el índice de fracaso menor.
Por otro lado considero más eficaces los tratamientos de deshabituación que los de
desintoxicación, ya que los primeros trabajan la rehabilitación en todos los aspectos de
la vida del sujeto no solo en lo referido a la adicción de sustancias. Es por ello por lo
que considero que debería haber mayor acuerdo por parte de los jueces a la hora de
establecer el tratamiento a prescribir.
El balance final de este trabajo es una experiencia personal muy gratificante, donde he
que aprendido a gestionar el tiempo, he desarrollado habilidades de investigación,
análisis y síntesis, así como he sido capad de superar las tensiones y frustraciones que
me han surgido durante el desarrollo de este documento.
Ahí luchar por la felicidad y la adaptación social de todos los seres humanos, y muy
especialmente los delincuentes, ya que ellos necesitan una segunda oportunidad y
aprender de sus errores.
“Sabes mi nombre, pero no mi historia.
Has oído lo que he hecho, pero no lo que he pasado.
Sabes dónde estoy, pero no de dónde vengo.
Me ves riendo, pero no sabes lo que yo he sufrido.
Deja de juzgarme, saber mi nombre no implica conocerme.”
Anónimo
39
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Real Decreto 840/2011 de 17 de Junio, por el que se establecen las circunstancias de
ejecución de las penas de trabajo en beneficio a la comunidad y de localización
permanente en centro penitenciario, de determinadas medidas de seguridad, así como de
la suspensión de la ejecución de las penas privativas de libertad y sustitución de penas.
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AGRADECIMIENTO
Quiero agradecer a Rebeca Pérez Matesanz, tutora de prácticas en el Servicio de
Gestión de Penas y Medidas Alternativas, por sus conocimientos, dedicación y apoyo
prestado.
42
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