LOS GAVILANES Está separado por 1,448 Kms con la carretera panamericana. El lugar fue descubierto por Edward Lanning en 1957 cuando estaba trabajando para Frederick Engel en el valle de culebras. Fue el mismo Lanning quien llamo la atención a David H. Kelley, quien desde un comienzo se intereso por dicho zona. En 1960 Duccio Bonavia recibe el encargo del entonces Director del museo botánico de la Universidad de Harvard; Paul C. Mangelsdorf para realizar trabajo de investigación; para luego considerarlo como dicha zona duna de los yacimiento s mas importantes del esclarecimiento de la antigüedad del maíz andino y su Asociación al desarrollo agrícola en el país, aportando, entre otros residuos vegetales, con cantidades significativas de maíz en forma de tuzas, granos, pancas, tallos, raíces, hojas y plantas completas. La edad que se estima del maíz encontrado en “LOS GAVILANES” es entre 2 200 y 2 700 años a.d.c. Alexander Grobman explica que el contexto es definitivamente pre cerámico y nos permite definir con toda precisión la presencia temprana del maíz en la costa Peruana, permitiendo de estas manera revelar nuevos aportes informativos para el estudio de la problemática del maíz en el Perú. Respecto al nombre que se da a dicho yacimiento; Duccio Bonavia sostiene que anteriormente habitaban abundantes “GAVILANES” que en la actualidad ya han desparecido. Este nombre se dio a partir del año 1977. El maíz huarmeyano posee una real y exacta ubicación dentro del contexto arqueológico pre –cerámico, y de esto es precisamente lo que se dice en el amplio estudio de un grupo de arqueólogos en el lugar denominado “LOS GAVILANES”; resaltando la figura del arqueólogo Duccio Bonavia quien aporto con sus estudios partes de la historia de Huarmey, con su trabajo trascendental publicado en 1982: “Pre cerámico peruano LOS GAVILANES mar, desierto y oasis en la historia del hombre”. En conclusión, el maíz de Los Gavilanes es a todas luces muy antiguo, su conexión racial con otros maíces pre cerámico del Perú ha quedado establecido fuera de toda duda, ya que se hace meja el grupo racial del callejón de Huaylas y al de Ayacucho. EL CASTILLO Yacimiento arqueológico perteneciente hacia la época del reino del gran chimú, esta ubicado a 1 kilometro al este de la ciudad, siguiendo el recorrido de la carretera de penetración al valle, este importante yacimiento, se encuentra atravesando por un momento bastante critico dado a que sus estructuraras arquitectónicas, constantemente son pisoteadas y profanadas por acción del hombre. Narra, Garcilaso de la Vega en sus “Comentarios Reales” que al enviar Pachacutec, a su hijo Yupanqui, a conquistar el reino del gran chimú, a los que Paramonga, Huarmey, Santa, Moche, pertenecían. Contaba con un ejercito de aproximadamente 30 000 hombres y el apoyo de los caciques del Rímac y Lunahuaná, vecinos, con quienes los Chimú libran cuentas batallas por problemas de tierras o sometimientos culturales. El inca Yupanqui después de librar duras batallas con los de Paramonga, a los que venció dado a que las huestes del inca, estaban capacitadas solamente para fines expansionistas políticos y militares, pidió ayuda a su padre Pachacútec, para enfrentar a los de huarmey, dado que la distancia entre Paramonga y Huarmey era de consideración y los guerreros de esta zona, contaba con fortificaciones estratégicas, para hacer frente a la lucha. Hoy las evidencias están muy cercanas si hablamos del “Castillo”, como familiarmente se le conoce, se trata de un Cementerio, ubicado sobre un pequeño promontorio que penetra entre los campos cultivados. El área que ocupa es de 200mts. Por 80mts y desde el cual se puede observar las ruinas del campanario, pedregal, Macahualca, Cuz-Cuz, Lecheral, la laguna, Manache y el puerto. Este importante cementerio, contiene tumbas construidas con adobe y; tenia además una gran cantidad de pequeños cuartos de diferentes tamaños, donde poseída de ajuar excepcionalmente rico, al parecer se trataba de los miembros del señorío del reino del “GRAN CHIMU” a los que huarmey pertenecía. Algunas de estas paredes tuvieron las paredes pintadas de Rojo (ocre ceremonial) sobre un enlucido muy fino está catalogado or los estudiosos como la única del valle, teniéndose como referencia la existencia de otra similar, pero mejor conservada en la localidad de huamba, pertenecientes también según las evidencias ala horizonte medio 2 – B y al intermedio tardío (Chimú). Este montículo es uno de los componentes del sitio arqueológico que más ha despertado la curiosidad de los investigadores y del cual se tienen mayores datos respecto a su arquitectura y elementos culturales presentes en su superficie. Presenta un área aproximada de 270 m. de largo por 60 m. de ancho Consiste en una construcción platafórmica construida en base a adobes sobre un promontorio rocoso, provista de un sistema de muros de contención verticales los que subían de grado en grado con delgados resaltos hacia la plataforma. La arquitectura presentan dos tipos de muro: de adobes y mampostería. En ambos tipos sobresalen vigas horizontales de madera colocadas regularmente distanciadas para formar hileras. Sobre la cima de la plataforma existen una serie de muros que corresponden a cuartos que presentan una disposición irregular y la mayoría de estos no presentan vanos de acceso que permitan el libre transito de un cuarto a otro. Los muros de adobes, en su mayoría, están enlucidos con una fina capa de barro y contienen restos de pintura de color rojo y blanco. El grosor de los muros alcanzan un ancho que va de 70 a 80 cm. y el máximo de 1.10 m. Los adobes son lisos y de forma rectangular de 30 a 35 cm. de largo por 20 y 25 cm. de ancho y 15 a 20 cm. de alto. Algunos adobes presentan marcas de improntas de pies, manos, y motivos geométricos. Para el caso de los muros de mampostería estas se limitan solo a la parte norte de la plataforma, en donde se puede apreciar que las piedras no son trabajadas y están colocadas en capas gruesas de argamasa de barro. Esta técnica de construcción es similar a la típica arquitectura Huari del sitio arqueológico de Conchopata. (Isbell, 2000). Estos ambientes presentan dimensiones de 1.5 x 1.5 y 3.2 x 3.15 m. En algunos casos los muros contenían nichos que estaban tapados por uno o varios dinteles de madera y solo tres de ellos presentaban un fino enlucido. Al parecer estos correspondían a nichos funerarios (según información de huaqueros de la zona), cuyos entierros encontrados allí representan a contextos funerarios laterales con ajuares modestos, mientras que los contextos principales se encontrarían en los recintos tapados en donde se encuentran los nichos. Los individuos fueron colocados en posición dorsal extendida (patrón típico de los Moche) y en algunos casos fueron enfardados en posición flexionada sentada (típico de entierro Huari). De acuerdo a la disposición irregular de los cuartos, la inexistencia de basura domestica y la cantidad considerable de tumbas profanadas nos hace suponer que el montículo del Castillo corresponde a una plataforma funeraria, diseño constructivo típico de la costa norte, sobre todo muy característico de la cultura Moche. Así mismo, la existencia de adobes marcados parece corroborar la presencia de los Moche en esta parte del valle de Huarmey. Sin embargo, no solo se evidencia una ocupación de los Moche si no también existen evidencias de la influencia de los Huari. LECHERAL Ubicado en la quebrada del mismo nombre, son dos montículos en forma piramidal, elaborados de muros de rocas de los cerros más cercanos de la zona. Mandinga Este complejo arqueológico está ubicado a 14 kilómetros de la ciudad de Huarmey. Consta de 4 plataformas ascendentes, en la primera se puede observar una plaza circunscrita, además de estas plataformas presenta una serie de patios delanteros. El Pedregal El pedregal es un complejo que consta de una pirámide con un frontis que mira hacia una plazuela cuadrangular y además de patios cercados que se unen a la pirámide. Bernapuquio Situado en las vertientes del pueblo de coris, donde abundan pastizales, y existe una densa neblina que hace que sea un lugar muy poco transitado y temeroso. Según las tradiciones de este pueblo se dice que en este lugar penan almas fatídicas, que son los mismos españoles y portugueses que andaban buscando el oro. El Maltino Llamado así a un cerro de arena ubicado a 5 Km. de la ciudad de Huarmey, al margen derecho de la panamericana norte. También conocido como cerro de oro ó de los tesoros, en donde han acudido hombres en búsqueda del tesoro escondido por los indios, el que se iba a pagar para el rescate de Atahualpa.