R 62 F 445 T 13 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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SALA CIVIL PRIMERA
Resolución N°: 62
Folio: 445
Tomo: 13
Santa Fe, 02
de Mayo de 2013.-
Y VISTOS: Estos caratulados “RUIZ, JUAN ANGEL C/ PROVINCIA DE
SANTA FE S/ AMPARO POR MORA” (Expte. Sala I Nº 207, Año 2012), venidos para
resolver el recurso de apelación deducido por el actor (v. fojas 50/53), contra la resolución
del 28.9.2012 emitida por el titular del Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil
y Comercial de la Primera Nominación que, a su turno, hizo lugar a la acción de amparo
interpuesta con costas a la demandada (v. fojas 41/48 vta.); y,
CONSIDERANDO:
1. Que, en la resolución puesta en crisis, el a quo -luego de reseñar los antecedentes
de la causa- dispuso “hacer lugar a la acción de amparo interpuesta, y ordenar a la
accionada a que en el término de quince (15) días hábiles administrativos contados desde la
notificación del presente, emita resolución en el recurso jerárquico interpuesto en sede
administrativa por la actora, bajo apercibimientos de ley. Costas a la demandada”.
Para así decidir, indicó: “Que en primer lugar debo señalar, y a los fines de
circunscribir el objeto de la presente acción de amparo, que conforme surge del escrito de
postulación la pretensión se encuentra destinada a que la accionada dicte el correspondiente
acto administrativo
por el que se resuelva el Recurso Jerárquico que tramita por
expediente administrativo N° 0101-0215352-6, interpuesto por la actora por retardación en
la resolución del reclamo presentado ante la Empresa Provincial de la Energía (exptes. 108-506-688 y 1-09-562-865), habiendo asimismo, interpuesto el último pronto despacho a
los fines del dictado de la resolución respectiva en fecha 11/07/2011. La demandada -por su
parte-, plantea la inadmisibilidad del amparo en virtud de la naturaleza del derecho que se
pretende tutelar; y en razón de que la vía judicial idónea es la laboral, atento que las
cuestiones relativas a los cargos del personal jerárquico de la EPE, se rigen por la ley de
Contrato de Trabajo (art. 22 Ley 10014). Que ello así, cabe señalar que sin perjuicio que la
accionada ha acompañado el expediente administrativo 00101-0215352-6 y sus agregados,
la misma no ha controvertido las circunstancias fácticas afirmadas por la actora en su
demanda. Es así que, finalmente, en fecha 11 de julio de 2011 la actora presenta otro formal
pedido de pronto despacho, esta vez bajo apercibimiento de interponer acciones legales
correspondientes; no existiendo constancias que a las fecha de interposición de la presente
acción de amparo se haya dictado la resolución respectiva. Hecho que es corroborado con
el escrito de responde por parte de la Provincia demandada, la que fuera de los argumentos
que expone en orden a la inadmisibilidad del amparo, en ningún momento refiere a que se
haya dictado el correspondiente pronunciamiento que resuelva el recurso jerárquico
formulado por la actora amparista. Que la parte demandada ha cuestionado la admisibilidad
del presente recurso de amparo con varios fundamentos. Liminarmente, debe repararse que
la parte actora pretende el despacho de una orden judicial que conmine a la Administración
a pronunciarse sobre un reclamo efectuado en el año 2011 respecto del cual, conforme lo
acreditó con copias, interpuso pronto despacho. Esto importa que mediante este recurso no
pretende el amparista que la autoridad judicial sustituya a la autoridad administrativa ni
ejercite un control de legitimidad del contenido de algún acto administrativo, sino
solamente que ésta ordene a la autoridad administrativa resolver una cuestión formalmente
propuesta, como forma de tutelar su derecho de peticionar a las autoridades, garantizado
constitucionalmente. Así las cosas, de un lado se advierte que la materia de fondo contenida
en el reclamo que la actora hizo en sede administrativa, resulta extraña e indiferente al
presente recurso de amparo. Cuestionó la Provincia demandada la admisibilidad de este
recurso de amparo, con fundamento en que no demostró la amparista la inexistencia de vías
ordinarias idóneas para idéntico fin. En este sentido, no se advierte -ni lo ha indicado la
parte demandada- cuál otra vía ordinaria alternativa -judicial o administrativa- se
presentaría apta para aprehender la pretensión introducida en este amparo. También, objetó
la Provincia demandada la admisibilidad del presente recurso por no configurarse un
supuesto de mora de la Administración en la resolución de una cuestión vinculada a la
materia laboral, manifestando que es la EPE la única entidad con competencia para
intervenir, resolver o encauzar el trámite y para el supuesto de existir retardo, valorar en su
oportunidad si el mismo es susceptible de provocar un perjuicio irreparable, como para
habilitar esta vía. Por el contrario, y siempre desde el plano de la admisibilidad, entiendo
que al menos en abstracto existe ilegalidad manifiesta a poco que se repare que el reclamo
interpuesto en sede administrativo no ha merecido respuesta alguna, por ende, no ha podido
el administrado obtener una decisión fundada que, aunque denegatoria, le permitiera el
acceso a la jurisdicción judicial. Y reitero, que el silencio (negativo) de la Administraciónsea que se lo entienda como un acto presunto o como puro hecho-, no puede ser
considerado más que una garantía en favor del administrado que constituye un remedio
excepcional para contrarrestar la actividad antijurídica de la Administración y poder
acceder a la vía jurisdiccional, pero nunca puede ser considerando un instituto regular de la
actividad administrativa, porque es violatorio del artículo 14 de la Constitución Nacional y
del art. XXIV de la Declaración de Derechos y Deberes del hombre, incorporado a la Carta
Magna por el artículo 72, inc. 22. El amparo promovido por Juan Angel Ruiz, entonces, es
admisible, aunque el ordenamiento jurídico santafesino no prevea expresamente el amparo
“por mora”. Porque sí lo hizo el constituyente nacional cuando previó en el artículo 43 de
CN reformada en 1994 el recurso de amparo tanto contra actos como contra omisiones de
autoridades públicas en que forma actual o inminente lesionen, restrinjan, alteren o
amenacen, con arbitrariedad o ilegalidad manifiestas, derechos y garantías reconocidos por
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la Constitución, tratados o leyes, ampliando – en virtud del principio de jerarquía
normativa- el marco objetivo que al recurso de amparo en la Provincia de Santa Fe le
imponía el artículo 17 de la Constitución Provincial; al punto que hoy puede sostenerse
que en la Provincia de Santa Fe, es posible promover un recurso de amparo contra
autoridad administrativa por falta de resolución expresa (omisión) y fundada cuando está
obligada a ello, siempre, por supuesto, que se configuren los restantes recaudos de
admisibilidad que tradicionalmente se han exigido para darle andamiento. Sorteado el
examen de admisibilidad, corresponde ingresar al de procedencia del recurso. Para ello, es
bueno señalar que hay un hecho afirmado en la demanda -que constituye el núcleo del
recurso de amparo- la existencia de la mora en resolver el reclamo interpuesto por el
amparista en relación al Recurso Jerárquico tramitado bajo N° 00101-0215352-6 (que tengo
a la vista). Más allá de los argumentos expuestos en cuanto que la presente acción debía
entablarse contra la Empresa Provincial de la Energía, en razón de la autarquía que la
misma posee para expedirse sobre la materia, lo cierto y concreto es que dicho recurso fue
incoado ante el Poder Ejecutivo, quién debió tomar los recaudos suficientes a fin de
imponerse de las actuaciones sustanciadas ante la Empresa Provincial de la Energía y dictar
el acto administrativo que entendiera pertinente, por lo que la falta de legitimación alegada
no puede ser acogida. La accionada no ha brindado ninguna explicación que
razonablemente justifique la razón por la que a la fecha no ha sido aún dictado el acto
correspondiente por la máxima autoridad del Poder Ejecutivo provincial, máxime que ha
acompañado los expedientes administrativos pertinentes, conforme cargo N° 413/12 de fs
32, de lo cual se infiere que los mismos se encontraban en su poder o bien contaba con los
medios para requerir su efectiva remisión, a los fines de abocarse a su tratamiento. Así las
cosas, la paralización y o falta de resolución sin causa justificada de las actuaciones, es
ilegítima -por antijurídica- pues importa la falta de respuestas expresa y oportuna al
administrado dejando de lado principios esenciales que rigen la función administrativa en el
Estado de Derecho y están orientados a la protección de los derechos humanos a través de
normas constitucionales, tratados internacionales, leyes y reglamentos. Corresponderá, en
consecuencia, hacer lugar al recurso promovido; con costas a la parte demandada (art. 251
CPCC).” (v. fojas 41/48 vto.).
2. Que, contra lo resuelto deduce recurso de apelación la demandada, sosteniendo
que le agravia “la resolución impugnada en cuanto entiende que se configura en el caso un
supuesto de mora de la Administración, y considerar que la falta de respuesta al reclamo
interpuesto por el actor en sede administrativa, supone una ilegalidad manifiesta. En
términos del sentenciante, la resolución que aquí se impugna, considera que “... la
paralización y/o la falta de resolución sin causa justificada de las actuaciones, es ilegítima
-por antijurídica- pues importa la falta de respuestas expresa y oportuna al administrado...”
En tal sentido, el a quo considera ilegítima la actuación de la Administración al no resolver
en el tiempo pretendido por el actor, su reclamo por pago de remuneraciones por
vacaciones no gozadas como vicepresidente de la Empresa Provincial de la Energía. En
relación a ello, de conformidad a los argumentos expuestos oportunamente en nuestro
escrito de responde, se destaca que en el caso de autos no ha mediado un accionar lesivo ni
una manifiesta ilegitimidad o arbitrariedad en el actuar de la Provincia de Santa Fe, puesto
que no se ha configurado la supuesta mora que se imputa a la misma; ello así, en virtud que
el ejercicio del derecho a peticionar a las autoridades -art. 14 de la Constitución Nacionalno fue ejercido regularmente por el actor. En tal inteligencia, resulta evidente la confusión
de aquel en la elección de la vía escogida para encauzar su petición, la que principia
interponiendo ante la Empresa Provincial de la Energía, un reclamo en los término del art. 1
de la ley N° 7234, vía que habilitaría a una futura demanda ordinaria contra la EPE, siendo
que en ninguna oportunidad efectuó reclamo administrativo alguno ante la Administración
provincial. Posteriormente, el Sr. Ruiz gira de modo abrupto su vía de petición inicial e
interpone un “recurso jerárquico” -prematuramente- en los términos del procedimiento
impugnativo del Dec. Acuerdo 10204/58, sin siquiera contar con un reclamo administrativo
previo que motive la interposición de aquél; esto es, el actor arbitrariamente, decide
modificar la vía seleccionada, e inicia su petición ante la Administración Pública utilizando
el último de los remedios previstos por la normativa aludida. En efecto, conforme expusiera
oportunamente, en nuestro ordenamiento local existen diversas vías a fin de efectuar y/o
encauzar un reclamo o planteo ante la Administración Pública. Así la vía prevista por la ley
N° 7234 -escogida originariamente por el actor- prevee un reclamo previo que se configura
como requisito de procedibilidad previo a la interposición de una demanda ordinaria; en
efecto, tal normativa regula el trámite que previamente debe cumplimentarse para
demandar ante los tribunales ordinarios a fin de dilucidar cuestiones ajenas a la materia
contencioso administrativa. Y aquella resultó ser la vía seleccionada inicialmente por el Sr.
Ruiz en el caso, y que calificó como “pronto pago”. Por otra parte, a fin de efectuar un
reclamo sobre materia determinada y/o impugnar un acto administrativo firme, el Decreto
Acuerdo 1204/58 instituye y reglamenta el trámite del agotamiento de la vía administrativa,
previo a interponer un recursos contencioso administrativo (Ley 11.330). Aquél, se
configura como el régimen básico en materia impugnativa (aplicable a toda gestión,
expediente o actuación administrativa), y que rige siempre que no exista uno especial. De
esta manera el procedimiento administrativo impugnativo del Dec. Acuerdo 10.204/58 -que
regula el remedio del recurso jerárquico-, resulta un presupuesto procesal del recurso
contencioso previsto por aquella normativa. Esas fueron precisamente las consideraciones
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que tuvo la Corte en “Tomas c. Pcia. De Santa Fe” en el que entendió que la finalidad
aceptable del amparo por mora era la de obtener un pronunciamiento expreso de la
Administración para luego acudir a la vía contencioso administrativa. En cambio, el
Tribunal ha omitido considerar, conforme dijimos al responder, que se trata de un personal
que no se encuentra comprendido en una relación de empleo público con estabilidad o, al
menos vinculado por una relación de contrato administrativo, sino de uno de naturaleza
política, por lo que nunca pudo articular su pretensión por la vía del recurso jerárquico y el
decreto 10204/58. Es decir, en virtud de la naturaleza del cargo del actor -personal
jerárquico de la E.P.E.-, su reclamo originario se encauzó por la vía signada por la
normativa estatutaria (art. 22 in fine de la ley N° 10.014, mod. por ley 12.700), optando
aquél por la vía del reclamo en términos de la ley N° 7234 no se comprende el motivo por
el que luego modifica -inexplicablente- la vía elegida, interponiendo un recurso jerárquico
totalmente improcedente en el caso, y utilizando los remedios impugnativos de una vía
administrativa que jamás fue iniciada. Así, puede advertirse que el recurrente ha desistido
de la vía de la ley 7234, interponiendo un recurso jerárquico que se transformaría entonces
en el simple reclamo previsto en el Dec. 10.204/58 para obtener un acto administrativo
expreso de la administración. Por tanto y dentro del régimen de la ley 7234 no es aplicable
la doctrina de la Corte sobre el amparo por mora, ya que no se opera una denegación tácita
sino la habilitación de la vía judicial que no es, precisamente, la contencioso administrativa.
De esa manera, la Administración no tuvo efectivo conocimiento de la reclamación de pago
de remuneraciones efectuada por el actor, ya que ante la interposición de un recurso
jerárquico, huérfano, irregular e injustificado, el Poder Ejecutivo no tuvo oportunidad de
dar respuesta y, en todo caso, reencauza el mismo y le da curso como simple reclamo
administrativo. Más aún, el Poder Ejecutivo recién tuvo oportunidad de tomar
conocimiento del reclamo, cuando iniciado el amparo judicial, requirió las actuaciones
administrativas del recurso jerárquico interpuesto, las que se encontraban en poder y/o en
trámite por ante la EPE , conforme la constancia acompañada por el mismo actor a f. 10 y
el informe del sistema informático de expedientes que se acompaña. En tal caso, el tiempo
transcurrido desde la interposición de aquel, no configura una mora ilegítima de la
Administración que habilite a un tribunal a emitir una orden judicial de pronto despacho
-por mora-, pues el peticionar, en tanto el recurrente no ejercitó los remedios que el
ordenamiento prevé para el caso de la mora en el trámite del Dec. 10.204/58. En efecto, la
decisión del a quo tampoco puede desnaturalizar la vía considerando trámites que fueron
desistidos por el propio actor en tanto luego optó por la vía del procedimiento impugnativo
del Dec. 10.204/58. Más aún, la orden judicial de expedirse en un plazo acotado -cual
pronto despacho- dirigida al Poder Ejecutivo, resulta excesiva, en tanto el sr. Ruiz ha
pretendido el pago de remuneraciones ante un ente autárquico -EPE- y un funcionario con
competencia inferior, y ello estaría sentado un precedente en el cual todas las actividades de
los entes autárquicos, podrían ser encomendadas al Poder Ejecutivo en tiempos legales que
no corresponden y por causas no habilitadas en el régimen legal. En modo alguno mi
mandante ha incurrido en mora, ni existe inactividad o incumplimiento de la
Administración que de modo manifiesto o arbitrario lesione, restrinja o impida el ejercicio
de derechos y garantías constitucionales del amparista. En esta instancia también advertir
que, conforme se sucedieron los reclamos mediante las vías administrativas seleccionadas y
la posterior interposición de un amparo judicial, evidencian la gravedad de las
consecuencias que puede derivarse de la incorrecta utilización de este último, y la
necesidad de que recupere su alta jerarquía, innecesariamente degradada por su inadecuada
utilización o admisión.” (v. fs. 50/53).
3. Que el mismo es concedido por el A Quo a fs. 54, en los términos del art. 10 de la
Ley 10456.
4. Que la actora presenta memorial a fs. 57/58.
5. Así planteados los antecedentes, la simple lectura del memorial de agravios (que
para mayor ilustración se transcribió casi en su totalidad) evidencia la ostensible falta del
levantamiento de la carga procesal de realizar una crítica razonada y concreta del
razonamiento fáctico-jurídico en el que basó su fundamentación la a quo.
Al respecto, bien se ha dicho que: “es sabido que la parte debe seleccionar del
discurso aquel argumento que constituya la idea dirimente y que forma la base lógica de la
decisión. Efectuada la labor de comprensión, le cabe demostrar cuál es el punto del
desarrollo argumental que muestra un error en sus referencias fácticas o en su
interpretación jurídica –dando las bases del distinto punto de vista- que lleva al desacierto
ulterior concretado en el veredicto. Cuando el litigante no formula su expresión de agravios
de esa manera, cae derrotado por su falta de instrumental lógico de crítica, antes que por
la solidez de la decisión que recurre” (CNCont. Adm. Sala 2°, 7-9-04).
Y, también se ha señalado, en distintas oportunidades, que la mera disconformidad
con la sentencia, por considerarla equivocada o injusta, o las generalizaciones y
apreciaciones subjetivas que no cuestionan concretamente las conclusiones de la sentencia
apelada no constituyen una expresión de agravios idónea, en el sentido de resultar apta para
producir la apertura de la presente instancia. En orden a ese objetivo, lo que se exige no es
la sola crítica entendida ésta como disconformidad o queja, sino una crítica calificada, una
crítica recursiva, la que para merecer dicho adjetivo debe reunir características específicas.
Es que, el concepto “de crítica razonada y concreta” exige al apelante una
exposición sistemática, tanto en la interpretación del fallo recaído, en cuanto al juzgado
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como erróneo, como en las impugnaciones de las consideraciones decisivas, debe
precisarse, parte por parte, los errores, omisiones y demás deficiencias que se atribuyen al
fallo recurrido, especificándose con toda exactitud los fundamentos de las objeciones, sin
que las afirmaciones genéricas y las impugnaciones de orden general reúnan los requisitos
mínimos indispensables para mantener la apelación, para desvirtuar una solución realmente
dotada de congruencia, no basta criticar aspectos de ella de modo aislado, pues aún erróneo
en detalle puede ser acertado en conjunto.
Por ello, “en el fondo, todo memorial es un discurso, esto es, el arte de convencer
ya que la argumentación es el acto comunicativo cuyo propósito es presentar razones para
justificar hechos, creencias o valores y su estructura es una serie de razonamientos que
buscan probar una tesis o proposición. Etimológicamente argumentación se relaciona con
argumento que procede de arguere (del lat., poner en claro) y debe distinguirse por el
prestigio de la razón más que de la opinión, debe encadenar una lógica de razones y
evidencias y superar la primera impresión sobre el asunto ya que su objetivo es convencer y
captar la atención del lector u oyente” (C.Civ.Neuquén, Sala II, fallo del 05/16/2006 in re
"Vicente, Alberto c/ Dallatorre, Alejandro y otros s/ cobro ejecutivo").
En tales condiciones, tal expresión de agravios incumple palmariamente con las
exigencias contenidas en el artículo 365 del C.P.C.C. vinculadas a la singularización de
los fundamentos, hechos o argumentos en los que finca la discrepancia que la recurrente
mantiene con respecto al fallo impugnado, consistiendo aquella en meras manifestaciones
genéricas que en modo alguno controvierten las específicas razones de rango jurídico en
cuya virtud la a quo viabilizara la resolución sub-exámine y, siendo ello así, deviene
procedente la aplicación del apercibimiento procesal contenido en dicha norma, debiendo
rechazarse el recurso interpuesto.
6. Que, sin perjuicio de ello y a mayor abundamiento, cuadra destacar que la
representación letrada del ente territorial demandado al expresar agravios dedica la mayor
parte de su escrito a brindar su particular interpretación sobre lo que según sus términos
sería una “equivocada” vía procesal administrativa seleccionada por el actor para
canalizar su reclamo.
Sin embargo, a poco que se examinan las actuaciones administrativas que en copias
certificadas lucen a fojas 87/194 de autos se advierte que ninguna de las autoridades que
fueron dando trámite a las mismas hasta el momento se dignó responder (rectius: rechazar
por las causas aludidas) el reclamo dando al menos, las razones que ahora esgrime la
apoderada de la Provincia de Santa Fe.
Antes bien, como afirmó el actor, luce inconcebible que deducido -bien o mal- el
pertinente recurso jerárquico por el accionante en 2.5.2011 tal sea la última actuación en
el expediente administrativo a la fecha de éste pronunciamiento y que la demandada en
lugar de responder siquiera lo que ahora manifiesta en la expresión de agravios se mantenga
en lo que se conoce jurídicamente como el “silencio administrativo”.
Silencio que dio pábulo al accionar judicial del administrado en la vía doctrinariojurisprudencial del “amparo por mora” de la Administración en expedirse y que, como bien
estimó el juez de la anterior instancia (mediante una argumentación sólida que no fue
criticada por la recurrente), contaba con sustento fáctico y jurídico.
A ésta altura de la fundamentación del presente no está demás recordar que ésta Sala
Ia. en un caso de similares características al presente tuvo ocasión de señalar que
“precisamente, la "Reglamentación para el trámite de actuaciones administrativas" (Decreto
Ley 10.204/58) que rige la cuestión que nos ocupa (pues es “de aplicación en todas las
reparticiones dependientes de la Administración Provincial”, conforme lo dispuesto en el
artículo 1º, ibídem), en su artículo 40º, específicamente prevé que “La confección de
informes, dictámenes, contestación de notas y todo otro diligenciamiento de
documentación de trámite normal que deban efectuar las reparticiones, cuando no
estuviera establecido expresamente otro término, será realizada por orden de entrada, en el
tiempo que requiera su estudio, dentro de un plazo de ocho (8) días como máximo.
Cuando por excepción, tal plazo sea excedido, la autoridad del organismo interviniente
dejará expresa constancia de las causas que motivaron dicha demora. Sólo se
considerarán situaciones de excepción y características especiales de los trámites
administrativos, los que se mencionan a continuación: a) TERMINOS: Para las actuaciones
cuyo cumplimiento requiera un tiempo mayor, la autoridad que lo ordene podrá fijar el
plazo dentro del cual deberán realizarse. A dicho fin se usará la palabra "TERMINO" y a
continuación la fecha límite autorizada para su confección. Esta inscripción será colocada
después del último párrafo, sobre el margen izquierdo. b) URGENTE: Se dará carácter de
URGENTE a la documentación que deba ser diligenciada en un término de cinco (5) días y
con prioridad sobre cualquier otra que no tenga esta calificación o la de MUY URGENTE.
c) MUY URGENTE: A la documentación que deba ser diligenciada dentro de las cuarenta
y ocho (48) horas, le será asignada la calidad de MUY URGENTE y se la atenderá con
prioridad sobre cualquier otra que no tenga este carácter. Esta calificación solamente podrá
otorgarla el funcionario o superior del organismo, o un funcionario de gobierno cuando
exceda el ámbito de su acción. d) PRORROGA: En los casos en que se hubiera señalado un
término para el diligenciamiento de una actuación, y quién deba informarla prevea que no
podrá darle cumplimiento dentro del mismo, inmediatamente comunicará por vía
independiente, para no detener el trámite, la imposibilidad de elevarlo en el término fijado,
juntamente con el pedido de prórroga, proponiendo correctamente la nueva fecha y
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fundamentando su pedido. e) RESERVADO: La autoridad que intervenga en la tramitación
de documentación administrativa, está facultada para asignarle el carácter de
RESERVADO, por la importancia de los informes y comunicaciones que deba tramitar,
cuando considere necesario evitar su divulgación. f) SECRETO: El carácter de SECRETO
del trámite será excepcional, pudiendo asignarlo solamente un funcionario de gobierno o
funcionarios expresamente autorizados para ello”. Y, por su parte, el artículo 56 de la
misma reglamentación, establece que “Se entenderá que existe una denegación tácita o
retardación en el trámite, cuando hubieran transcurrido treinta días desde que el expediente
o actuación respectiva se encuentra en estado de dictar resolución definitiva, sin que ésta
sea habida”. A lo que debe agregarse que la amparista “debía urgir el trámite
administrativo” como lo hizo atento a la grave consecuencia que reglamentariamente está
prevista por no hacerlo (artículo 65, ibídem, que prevé que “Toda gestión que se promueva
ante el Poder Ejecutivo o sus "Organismos descentralizados", en que los interesados dejen
pasar un año sin realizar actos tendientes a su diligenciamiento o resolución, se
considerará caduca por perención de instancia. La perención se opera por el simple
transcurso del tiempo, sin necesidad de declaración alguna”) (las cursivas y remarcados
nos pertenecen)” (fallo del 25.8.2011 in re “SERRALUNGA, ANA MARÍA NÉLIDA
C/CAJA DE JUBILACIONES Y PENSIONES DE LA PROVINCIA DE SANTA FE”
(Expte. Sala I Nº 111, Año 2011), espigado en el Libro de Protocolo al Tomo 10, Folio 181,
Resolución N° 134).
Como se ve el Decreto Ley 10.204/58 expresamente establece plazos para la
elaboración de “informes” y para el dictado de “resoluciones” que, como bien resolvió la
magistrada actuante, fueron excedidos ampliamente no solo según la “literalidad de las
normas aplicables” sino también respecto de toda pauta de “razonabilidad” que pudiera
entenderse aplicarse para extender los mismos a mérito de eventuales cúmulos de tareas u
otras razones de fuera mayor que, desde luego, tampoco son imputables a la amparista.
7. Ello así y conforme los fundamentos expuestos, corresponde no hacer lugar al
recurso de apelación deducido por la demandada imponiéndosele (en su carácter de
vencida) las costas de la instancia en esta Alzada (arg. artículo 251 C.P.C.C.).
Por ello, la SALA PRIMERA DE LA CÁMARA DE APELACIÓN EN LO
CIVIL Y COMERCIAL DE SANTA FE, RESUELVE: 1) No hacer lugar al recurso de
apelación deducido por la demandada imponiéndosele (en su carácter de vencida) las costas
de la instancia en esta Alzada (arg. artículo 251 C.P.C.C.); 2) Los honorarios de Alzada se
liquidarán en la proporción establecida en el artículo 19 de la ley 6767, modificada por la
ley 12.851, oportunidad en que se correrá vista a la Caja Forense.
Insértese, hágase saber, bajen.
VARGAS
SAUX
DE CÉSARIS
(En abstención)
PENNA
(Secretaria)
ABSTENCIÓN DE LA DRA. DE CESARIS:
Habiendo tomado conocimiento de estos autos
y existiendo votos totalmente concordantes de dos jueces, de conformidad al art. 26 de la
Ley 10.160 y a la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, me
abstengo de emitir opinión.
DE CÉSARIS
PENNA
(Secretaria)
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