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Año XI
Número 11
Junio 2011
Os músicos
de Sobás
Buscando a
Santa Orosia en
Venecia
Los quebrantahuesos
de Santa Orosia
“Para Santa
Orosia creo que
este año irá bien”
O Zoque
a s o c i a c i ó n
Junio 2011 • número 11
c u l t u r a l
2
Sumario
Editorial..................................................................................................... 3
Flores el día de Santa Orosia
José Miguel Navarro López.......................................................................... 4
Los quebrantahuesos de Santa Orosia
Juan Carlos Ascaso Sarasa............................................................................ 6
Yebra de Basa y el ferrocarril
Jesús Castiella Hernández............................................................................ 9
Santa Orosia en tierras del Aranda y del Jalón
Ricardo Mur Saura.................................................................................... 14
Edita:
Postales
Jesús Castiella Hernández.......................................................................... 15
Os músicos de Sobás
José Ángel Gracia Pardo y Antonio Javier Lacasta Maza............................. 16
Pastorada Santa Orosia 2011................................................................... 19
“Para Santa Orosia creo que este verano irá bien”
José Juan Lanuza Til.................................................................................. 23
Colabora:
Visita episcopal a la parroquia de Yebra en 1678
Graciano Lacasta Estaún............................................................................ 27
Sarmientos
Enrique Satué Oliván (ilustración: Lacasta Clueca).................................... 34
Las Matas de Santa Orosia
José María Satué Sanromán....................................................................... 37
Ser la primera
Isabel Santolaria Fernández....................................................................... 40
Informe de visita técnica
Iglesia de San Julián de Escartín, abril 2007
Antonio García Cid................................................................................... 42
Santa Orosia-Sobrepuerto. Una propuesta de protección oportuna
Salvador Antón Clavé................................................................................ 47
Notorio fotográfico d´o dance de Yebra de Basa en 1923
Óscar Latas Alegre..................................................................................... 49
Buscando a Santa Orosia en Venecia
Mariano Pujalá Torralba............................................................................ 51
Noticias de O Zoque.................................................................................. 53
Reseñas bibliográficas................................................................................ 54
O Zoque
Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto
C./Las Roseras, s/n • 22610 Yebra de Basa (Huesca)
e-mail: [email protected]
© O Zoque, Yebra de Basa (Huesca) 2011. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, ninguna forma ni por ningún medio
sin el permiso previo por escrito de la Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto O Zoque.
O Zoque no se identifica necesariamente con las opiniones expresadas por sus colaboradores.
D.L.: HU-506-2000
Diseño: UTM Desarrollos
Foto de portada: Iglesia de Escartín
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Premios, dignidad y camino
ste año teníamos fácil el tema sobre el que iba a
tratar esta editorial. Ya lo sabréis. Salió en muchos
medios de prensa aragoneses. La asociación cultural
Ballibasa y Sobrepuerto ‘O Zoque’ ha recibido
este año el premio Félix de Azara en la categoría
de entidades sin ánimo de lucro que concede
anualmente a la Diputación de Huesca. El premio
reconocía nuestro trabajo por la defensa y mejora
del medio ambiente y el esfuerzo que durante los
últimos años venimos realizando en el Camino de
Santa Orosia. No nos cansaremos nunca de repetir
lo agradecidos que estamos por este galardón pero
¿es éste el premio con el que nuestra asociación se
debería contentar?
o respondo rápido. Aunque el capital económico y
humano sabéis que no es muy abundante en nuestra
asociación, sí lo es nuestro orgullo y nuestra dignidad.
El premio no supone pues para nosotros una meta,
sino un paso más para la consecución de un fin que
consideramos justo. Un paso más en el camino para
la construcción del Camino (de Santa Orosia), pero
también un camino para la rehabilitación de la ermita
de Ballarán, la continuación de la recuperación de
banderas como la de Barbenuta, la participación en
acciones globales como las del Fondo de Desarrollo
Rural Sostenible a cuyas reuniones fuimos invitados
y puntuales como las del Grupo de trabajo de
Sobrepuerto, la continuación de la organización
de cursos como el de la piedra en la construcción
tradicional, la realización de las jornadas culturales o
de esta misma revista.
l premio es en realidad un faro en nuestro camino.
Una guía de que lo que estamos haciendo está bien
y nos podemos sentir orgullosos de ello. El premio
supone un apoyo institucional que es de agradecer,
pero ese agradecimiento está a la misma altura del
que debemos a todas las asociaciones, empresas y
personas particulares que nos han apoyado cuando lo
hemos requerido, aun reconociendo la dificultad del
camino que emprendíamos. Eso les hace más dignos.
ay gente que disfruta cuando llega, sea como sea.
Nosotros disfrutamos caminando, sabiendo que
algún día llegaremos. ¡Qué afortunados de caminar
junto a vosotros!
c u l t u r a l
O Zoque
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Flores el día de Santa Orosia
José Miguel Navarro López
n 25 de junio cualquiera, muy pocas personas
de las que nos damos cita en el puerto, nos
fijaremos en algo más que no sea la procesión,
la Santa, el reencuentro con amigos y conocidos o las
evoluciones de los danzantes.
Sin embargo es una fecha ideal para dejarse
seducir por la riqueza botánica que atesora ese
pequeño pedazo de Pirineo. El año pasado, el que
esto escribe, pese a haberlo hecho muchísimas
veces antes en otras fechas, quiso hacer un pequeño
inventario de las especies vegetales que, el día que
el puerto se pone de gala para recibir a la mártir de
Bohemia, se ven únicamente en el tramo que va desde
O zoque de Yebra hasta la Ermita y su entorno más
inmediato. El camino de acceso al puerto, aún siendo
interesantísimo desde un punto de vista botánico, es
radicalmente distinto en ambientes y ecosistemas lo
que dará para otro artículo.
es básica para el crecimiento y fructificación de las
plantas. No acaba aquí la labor del humilde arizón.
Cualquier semilla que caiga en su interior gozará de
una protección inmejorable contra herbívoros merced
a sus afilados pinchos y pasará los primeros inviernos
de su vida en un microclima favorecido por la
estructura almohadillada, lo que la mantendrá varios
grados por encima de la que reina en la superficie del
suelo.
Salpicando aquí y allá, todavía veremos las últimas
Dactylorhizas sambucinas florecidas. Esta orquídea de
floración temprana, cuyo nombre genérico se podría
traducir por “la que tiene raíz como dedos y huele a
saúco” nos indica antiguos ámbitos forestales y suelos
acidificados, bien por la presencia del ganado, bien
por lixiviación del carbonato cálcico que forma la
roca madre. Las podemos encontrar de color amarillo
o granate.
Junto a ella, más pequeña pero igual de llamativa,
hay otra orquídea. Se trata de la Orchis ustulata, de
atractivo color blanco y morado. Si nos acercamos
con detalle veremos que las espigas florales están
compuestas por multitud de florecitas que recuerdan a
pequeños muñecos de papel como los que se recortan
para las inocentadas.
Algodón de turbera
(Eriophorum
angustifolium)
Lo primero que nos llamará la atención son
los erizones o arizones (Echinospartum horridum)
florecidos de un intenso color amarillo. Esta especie
es indicativo claro de suelos pobres, fuegos seculares
para la obtención de pastos y zonas expuestas
al viento. Una vez menguada, notablemente, la
cabaña ganadera, el arizón amplía sus dominios
comportándose como un “parche” que evita la
desaparición del poco suelo fértil, retiene la humedad
y algo muy importante; la familia de las leguminosas,
y esta especie pertenece a ella, son las únicas plantas
que son capaces de absorber el nitrógeno atmosférico,
sintetizarlo, mineralizarlo y aportarlo al suelo como
nutriente. Esta sustancia, cualquier agricultor lo sabe,
El barranco que nace en la fuente, en este tramo
todavía no tiene mucho caudal pero forma un
entorno húmedo en el que encontramos algunas
especies interesantísimas. Hay una pequeña colonia
de algodón de turbera (Eriophorum angustifolium),
especie propia de latitudes más septentrionales y
que, únicamente la altitud a la que nos encontramos,
explica su presencia testimonial.
Muy cerca, en un pequeño resalte pedregoso al
que no llega la humedad del barranco, encontramos
varios pies de otra orquídea, la Ophrys subinsectifera,
espectacular fruto de la evolución en forma de
diminuta flor que imita, a la perfección, un insecto.
No sólo son morfológicamente iguales, si no que emite
un aroma que es una copia perfecta de las feromonas
sexuales que usan las hembras de ciertos himenópteros
para atraer a los machos. Éstos, engañados, intentan
copular con la flor y los polinarios (unos saquitos que
contienen el polen), quedan agarrados a su cuerpo y
transportados a otras flores.
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Si seguimos subiendo por el barranco, encontraremos otra orquídea, de color granate intenso y de
porte robusto. Se trata de la Dactylorhiza majalis,
especie típica de ambientes húmedos y de montañas
de altitud media.
Gentianella
campestris
Siguiendo con esta interesantísima familia, dos
son las especies más abundantes ese día en el puerto.
La primera, blanca, abundantísima en la zona
situada entre la pista de acceso y el pinar es la
Platanthera bifolia. Esta orquídea, depende para
su polinización, únicamente de ciertas mariposas
nocturnas a las que atrae con un aroma que solo
exhala al caer el sol. Sus flores tienen un largo
espolón nectarífero al que sólo pueden acceder estos
insectos con su larga espiritrompa. Aún siendo muy
abundante, todos los años sufre el pisoteo de la gente
(si no es intenso la planta se recupera) y lo más grave,
los coches que, saliendo de las pistas y los caminos
trazados, se dispersan por toda la tasca machacando
colonias enteras (aparte de erosionar, contaminar y
molestar, claro).
La última representante de la familia de las
orquidáceas, también con abundante presencia,
aunque más dispersa, es la Gymnadenia conopsea, de
color rosa, y formas estilizadas, es planta indicativa de
suelos encharcados en primavera y secos en verano.
Aparte de las orquídeas, sin duda plantas llamativas
y fotogénicas, hay otras especies interesantes que
merece la pena reseñar. Un poco más abajo de la
fuente nueva situada detrás de la ermita, hay una
interesantísima colonia de Anthericum liliago, plantas
de delicadas flores blancas, de la familia de las liliáceas,
propias de bosques con suelos secos, pedregosos y
calizos. Al igual que la D. sambucina esta planta nos
está indicando que, hace siglos, donde ahora solo
vemos hierba, hubo un bosque, probablemente de
Pinus sylvestris y P. uncinata, que el hombre taló y
quemó para conseguir pastos. Quizá nuestros nietos
vean el Puerto de Sta. Orosia muy diferente a lo que
es hoy. Quizá, ya hay indicios muy claros al respecto,
si sigue disminuyendo la cabaña ganadera, el monte
sea dentro de varias décadas un espeso bosque.
Esto, no es bueno ni malo, es la evolución natural
del ecosistema. Muy cerca de esta colonia, también
donde afloran los conglomerados calizos veremos
algunos ejemplares de Erodium foetidum, pequeños
geranios muy fáciles de distinguir ya que, de sus
cinco pétalos, tres son blancos y los dos superiores
surcados por una red de venas granates.
También encontraremos, normalmente a la
sombra de los bojes, la Gentianella campestris. Este
género de plantas, dedicadas a Gencio, rey de Iliria,
antigua región situada a orillas del Adriático, en
el II a.C. y supuesto descubridor de las virtudes
medicinales de estas plantas, son especies adaptadas
a vivir en montaña. Unas son amarillas y otras, de las
que nos ocupamos, de un precioso azul cobalto. Antes
del día de Sta. Orosia, ya habrán florecido y estarán
a punto de fructificar la G. verna y la G. acaulis. Ésta
es de floración más tardía y, a diferencia de las otras,
sus flores salen agrupadas en el tallo, están formadas
por cuatro “petalos” en forma de cruz y su centro está
cubierto de pequeños “pelitos” erectos.
Por último, mencionar también por su abundancia, la Filipendula vulgaris, plantas altas y gráciles,
de la familia de las rosáceas, compuestas por hojas
basales imparipinnadas, tallos altos prácticamente
lisos y rematados en densas inflorescencias formadas
por flores blancas con tonalidades rojizas. Estas
flores, penden de tallitos muy finos (Filipendula =
que pende de un hilo).
Gymnadenia
conopsea
Hay más, muchas más. Leucanthemum,
Ranunculus, Ericas, Carlinas, Allium… el monte,
nunca es igual. Quizá es día no se a el más propicio
para andar por allí “de flores” pero, si entre la comida
y la actuación vespertina de los danzantes nos queda
un rato libre y no somos amigos de guiñotes o siestas,
nos sorprenderá la enorme variedad florística de este
enclave privilegiado de nuestro Pirineo.
O Zoque
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Los quebrantahuesos de Santa Orosia
Juan Carlos Ascaso Sarasa
Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos
Aporte de alimento
y lana a la pareja de
Santa Orosia
esde tiempos históricos se conoce la
presencia de dos unidades reproductoras
de quebrantahuesos en la zona de Oturia y
Canciás, que en la actualidad continúan regentando
estos territorios respectivamente. Este hecho es
conocido por las gentes de la zona que reconocen
la presencia del ave y comentan orgullosos sus
encuentros con su imponente silueta. Aunque
normalmente los quebrantahuesos se reproducen
en parejas, se han detectado algunos cambios en
sus formaciones en ambos territorios a lo largo de
Pollo de
quebrantahuesos
Oturia en el nido
los años. Concretamente la unidad reproductora de
Canciás está formada en la actualidad por un trío
(dos machos y una hembra) como en el 30% de
las conocidas en Aragón, mientras que la de Oturia
responde a la formación habitual de una pareja
(macho y hembra). Estas formaciones varían en el
paso del tiempo. Hace algunos años también la zona
de Santa Orosia estuvo regentada temporalmente por
dos machos y una hembra. Ésta es una de las parejas
sobre las que más actuaciones de conservación se han
realizado por ello nos vamos a centrar en este artículo
en la pareja de Santa Orosia-Oturia. Fueron las fotos
de Javier Ara, conocido fotógrafo local de naturaleza,
las que nos acercaron la presencia del quebrantahuesos
de Santa Orosia, que si bien habitaba tan cerca de
nuestras localidades, en estos años no dejaba de sonar
como un animal mítico, casi imposible de observar
y mucho más difícil de fotografiar. Conocíamos el
quebrantahuesos a través de los documentales de Félix
Rodríguez de la Fuente o de las escasas publicaciones
de libros y revistas de la época o bien por la famosa
cita de Francisco Umbral cuando decía: “El cielo nos
contempla por los ojos de acero y sangre de ese último
quebrantahuesos fiel a una península de locos. Que no
se nos muera. Que no se diga”. A partir de los años
90 con la aprobación del Plan de Recuperación del
Quebrantahuesos en Aragón, su figura comienza ser
más reconocida y aceptada entre la población, sobre
todo debido a las diferentes y repetidas campañas de
concienciación, conservación y a la profundización
en el conocimiento de su biología. En la actualidad
la figura del quebrantahuesos es todo un referente
en la zona y casi no hay nadie que no conozca su
silueta y disfrute de su aceptación y presencia. Los
historiales de reproducción de los quebrantahuesos
de Santa Orosia se conocen al menos desde el año
1983, aunque existen otros datos y referencias que
nos llevan hasta 1980. En un principio la pareja se
las desenvolvía por los roquedos del macizo de Santa
Orosia, muchas veces cerca de las ermitas, utilizaba
como rompederos las crestas más venteadas y rocosas
de la montaña y se alimentaba (entre otros) de los
restos de ganado ovino y caprino de los animales
que morían en el monte. El cambio de los usos del
suelo, el rápido abandono de la ganadería tradicional
y el creciente aumento del número de visitantes a las
ermitas de Santa Orosia y su entorno, hace que los
quebrantahuesos tengan que adaptarse y reubicarse.
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Por un lado abandonando sus habituales zonas de
nidificación desplazándose hacia otros lugares más
tranquilos y apartados y por otra parte obligándose
a desplazarse a los comederos para quebrantahuesos
situados casi siempre a kilómetros de distancia.
En la actualidad se desplazan a estos lugares casi
diariamente situados a más de 30 kilómetros en
línea recta. Además el quebrantahuesos se enfrenta
a la apertura de nuevas pistas forestales, trazado de
nuevos tendidos eléctricos con riesgo de colisión o
electrocución, con la consecuencia en los años 90
de la muerte de un ejemplar por electrocución en
las inmediaciones de San Julián de Basa. La pareja
se quedó sin un ejemplar temporalmente, pero en
unos años se volvió a recomponer. Posteriormente
un mayor acercamiento a la especie supuso a través
de la asociación ADEPA la creación de un comedero
temporal para la pareja que visitaban junto con otros
individuos cerca de Yebra de Basa. Ya en el año 198788, tras comprobar el fracaso en la reproducción y el
abandono del nido, se accede por primera vez a uno
de sus nidos, recuperándose una puesta doble (dos
huevos) por parte de la Guardería Forestal y personal
del antiguo ICONA, sin conseguir información
concluyente al respecto. En 1991 debido a los
fracasos repetidos en la reproducción se realizó
una vigilancia continuada del nido que no impidió
que se perdiese una vez más la puesta debido a la
imposibilidad de controlar todos los diversos accesos
al monte de Santa Orosia. Sin embargo en este caso
el hecho ayudó a conocer las causas de los abandonos
de la puesta en años anteriores y que se describe bien
en la monografía del antiguo ICONA del año 1992:
La pareja 4 vigilada durante 2 meses desde la puesta
en 1991, es sin lugar a dudas, el nido más conflictivo y
el único de los vigilados que ha fracasado. El problema
radica en un camino que pasa a 15 metros del nido y
que se dirige a una ermita muy visitada por turistas
y lugareños. Este trasiego provocó que los adultos
abandonasen hasta 13 veces el nido, a menudo durante
Descenso a un nido
para recogida de
muestras
largos períodos. Por ser una ermita muy conocida donde
se dirigen peregrinaciones de mucho arraigo popular, fue
imposible impedir el paso por el camino, limitándose los
vigilantes a informar a los transeúntes de la necesidad
de realizar el trayecto rápidamente y en absoluto
silencio. Esto hizo posible minimizar el efecto de las
molestias y que el pollo llegara a nacer. Finalmente
fueron unas maniobras militares las que hicieron
que la pareja abandonara la puesta definitivamente.
Posteriormente fueron observados algunos córvidos
entrando al nido posiblemente a devorar al pollito
recién nacido.
Durante estas décadas la pareja ha pasado por
muchos ciclos, altibajos, etc. y ha conseguido
colaborar en la perpetuidad de la especie aportando
al menos cuatro pollos a la naturaleza en los últimos
10 años. Dentro de los trabajos de seguimiento que
se realizan con la especie en Aragón, la pareja de
Santa Orosia ha sido una de las que más atención se
les ha prestado. Concretamente desde la Fundación
Marcaje del
pollo Oturia
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para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ),
la Asociación ADEPA, Agentes de Protección
de la Naturaleza (APN), etc. se han
realizado medidas de apoyo como
vigilancia de nidos, control de
nuevas
infraestructuras,
seguimiento del hábitat,
aportes de alimentación
suplementaria, lana para
la construcción de los
Quebrantahuesos
nidos, etc. Por su parte la pareja ha
en vuelo
aportado también una valiosa información sobre
la biología de la especie, su respuesta a los cambios y
alteraciones del hábitat, adaptabilidad, etc. todo ello
a través de los programas mencionados y también
gracias al marcaje de tres de sus pollos (conocidos
por ANA CRIS, OTURIA e INIESTA) y un adulto
(una hembra llamada TUCA). Los ejemplares
radio-marcados proporcionan información tanto
de los movimientos de los jóvenes y de la hembra
del territorio. A su vez, esto permitirá en su día
localizarles, en caso de que hayan sufrido algún
percance. Todo ello de cara a detectar la causa
de su muerte, etc. para posteriormente ponerse
a trabajar en la corrección del problema que lo ha
causado, contribuyendo así a un mejor conocimiento
general de la especie. Las inspecciones en los nidos
abandonados o fracasados han proporcionado
información sobre la puesta y causas de sus
abandonos. A través del descenso a los nidos cuando
han sido definitivamente abandonados, se procede
a la recuperación de muestras, restos y pruebas que
puedan facilitar algún tipo de información sobre las
Quebrantahuesos causas del abandono de la puesta que en este caso
adulto comiendo
concreto han sido debidas en principio a causas
naturales como por ejemplo huevos no fecundados,
etc. Durante varios años la FCQ ha realizado
campañas de aporte de alimentación suplementaria
y lana de oveja, de cara a favorecer su reproducción y
la construcción de sus nidos.
Con la iniciación de las obras de la carretera de
nuevo trazado Yebra-Fiscal se refuerza y se realiza un
estrecho seguimiento de la pareja por parte de los APN
y de la FCQ de cara a detectar cualquier incidencia
en la reproducción. El trasiego de maquinaria pesada,
las voladuras frecuentes y las obras podrían afectar al
quebrantahuesos, pero a la vez resulta necesario saber
en qué medida y grado para buscar posibles soluciones
al respecto. En la actualidad la carretera Yebra-Fiscal se
abre paso por el mismo corazón de dos territorios de
quebrantahuesos. En 2007 se llegaron a paralizar los
trabajos durante un corto espacio de tiempo (5 meses)
y en un punto muy concreto de la obra, en acuerdo
con el Ministerio de Fomento y Servicio Provincial de
Medio Ambiente consiguiendo que ese año el polluelo
saliese adelante. Posteriormente la falta de presupuestos
hace que las obras vayan muy lentas. En la última
década los quebrantahuesos se van adaptando a los
cambios sucedidos en el valle y consiguen ir sacando
adelante varios pollos (años 2004-2007-2008-2010).
Prueba del buen trabajo realizado por todos es la
reciente noticia de la formación de una nueva pareja
en el macizo de Santa Orosia, que viene a ocupar un
hueco entre las anteriores y que aunque en un principio
parece no haber realizado todavía su primera puesta,
esperamos que pronto nos sorprenda y pase a formar
parte oficialmente del listado de las nuevas parejas de
quebrantahuesos del Pirineo aragonés.
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Yebra de Basa y el ferrocarril
Jesús Castiella Hernández
ara comenzar hagamos un ejercicio de
regresión en el tiempo, como si de un
psicoanálisis se tratara, y situémonos en
las postrimerías del siglo XIX. En esos años la
llegada del ferrocarril a una localidad representaba
enganchar ésta a la industrialización y a todo lo que
llevaba consigo, pues era el medio de transporte que
revolucionaba la finisecular sociedad decimonónica
en su despertar a nuevos tiempos. Como ejemplo
conocido y cercano observemos la transformación
que se efectuó en la vida de la comarca serrablesa a
partir de 1893, con la llegada del ferrocarril a lo que
hoy se denomina Sabiñánigo, eclipsando al pueblo
homónimo. La vía férrea, discurriendo junto al
río Tulivana y al otro lado de los Capitiellos, hizo
surgir en su proximidad al denominado Sabiñánigo
Estación, marcando su desarrollo urbanístico e
industrial posterior, absorbiendo como mano de
obra a la población del entorno. Sin embargo, en esos
años de fervor e ilusión, con las cercanas puertas del
siglo XX entreabriéndose, las alternativas de posibles
trazados provinciales fueron diversas, si bien la
realidad distó mucho de lo soñado, dejando ancladas
algunas propuestas en el recuerdo y, más tarde, en el
olvido.
¿Quién ha dicho que el tren no pasa,
chuflando y echando humo por Vallibasa?
Hermoso pareado si se hubiera convertido en
realidad, pero solo se trata de un juego floral que se
queda adornando el titular de lo que me planteo hablar
en las siguientes líneas. Hoy, tras refrescar nuestra
curiosidad en las páginas de la hemeroteca oscense,
resaltan a nuestra vista algunas páginas de El Diario
de Huesca y La Crónica de Huesca, como pretexto
literario al planteamiento de poder conmemorar una
“supuesta efeméride” yebrana insólita y atemporal,
trayéndola hasta la actualidad para ejemplo para las
nuevas generaciones. Sin embargo, aunque desde la
perspectiva del tiempo transcurrido pensamos que
hubiera sido hermoso poder conmemorar en Yebra de
Basa tal efeméride como hecho real, el ejemplo servirá
para poner en jaque a sus moradores actuales para
seguir luchando por conseguir nuevas metas; la duda
que nos asalta es: ¿qué resonancia llegó a tener la idea
planteada en las altas esferas decisorias del poder…?
Unas breves pinceladas nos servirán para situar la
historia del ferrocarril hispano: el primer ferrocarril
español se construyó en 1835 en Cuba, entre La
Habana y Bejual; en la península será en 1848, con
la línea Barcelona-Mataró; en 1863 se inaugura la
línea Madrid-Zaragoza y el panorama ferroviario de
la provincia oscense puede personificarse en torno
a 1877, en que la línea de ferrocarril Zaragoza a
Barcelona por Lérida está consolidada plenamente
como Compañía de Ferrocarriles del Norte,
discurriendo su paso por la monegrina Grañén, que
abre su estación en mayo en 1883.
Leyendo las crónicas periodísticas desde 1879
podría parecernos que la provincia de Huesca iba ser
surcada por una red de líneas férreas que la colocarían
en primer plano en el mapa de la comunicación
moderna, pero nada más alejado de la realidad,
pues la cosa se quedó en vanas intenciones y sólo
la finalidad de unir España con Francia a través
del Pirineo se planteó con varias alternativas: una
de Huesca al Puerto de Somport (Canfranc); otra
de Huesca a Barbastro y Bielsa; y por último la de
Imagen del Heraldo
de Madrid.
Ferrocarriles
secundarios propuestos
por el ingeniero y por
la diputación
O Zoque
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Lérida a Salou y de ahí por el Valle de Arán o vía
Noguera Pallaresa. Será en 1880, cuando la Junta
Consultiva de Guerra desechó la idea de perforar el
Pirineo, tesis reiterada después por Cánovas, con lo
que las esperanzas aragonesas de abrirse al exterior
quedaron truncadas una vez más. Sin embargo,
una proposición de Ley presentada por diputados
y senadores aragoneses el 21 de abril de 1888, que
recibe su aprobación con fecha 9 de mayo siguiente,
garantizará su construcción, así como la obligación de
llevar a cabo un ramal desde Zuera que enlazara con
Turuñana; se salvaron así los intereses de la provincia
oscense. Habrá que esperar hasta bien entrado el
siglo XX, en 1928, para que se inaugure y vea la luz
el otro lado del túnel internacional de Canfranc, de
unos 8.500 metros de longitud.
desde una de esas líneas mencionadas, concretamente
desde la que partiendo de Huesca llegaba a Barbastro
y finalizaba en Graus, sería de donde podría partir
la que se idealizaba que continuaría hacia Aínsa y
Boltaña y que, después de atravesar diversos poblados
de Sobrarbe, la Dehesa de Fenés y el Valle de Basa
longitudinalmente, terminara en la actual estación de
Sabiñánigo.
Pero volvamos a recapitular los datos de la
hemeroteca desempolvada. En 1881 se hablaba de
la línea que uniría el Cantábrico (Pasajes) con el
Mediterráneo (San Carlos de la Rápita) y en 1889
el ingeniero Antonio Laquidiain estudió uno de
los proyectos de trazado desde Pasajes hasta Jaca,
pasando por Pamplona y Sangüesa; lamentablemente
en 1927 aún seguía el debate en la prensa oscense. En
1893 se vuelve a hablar de un proyecto de ferrocarril
de vía estrecha, realizado por Vicente Casañal, y cuyo
trazado sería desde Huesca por Barbastro y Graus;
éste, enlazando a la altura de Olvena con otro que
vendría desde Lérida y Fraga, atravesando la zona
de la Litera por Tamarite; a éste se le plantea una
variante céntrica, que consistiría en la construcción
de otro de vía estrecha que partiendo de Huesca,
y pasando por las inmediaciones de Sangarrén,
Grañén, Poleñino, Sariñena, Sena, Villanueva,
Alcolea, Chalamera, Ballobar y Velilla, terminara en
la huerta de Capuchinos de Fraga.
Discurría el año 1893, cuando la carretera que
hoy conocemos fue incluida en un Plan General de
Carreteras del Estado por ley de 28 de julio de 1893,
recibiendo la denominación de Itinerario 61, Carretera
de 3º orden de la Estación Férrea de Sabiñánigo a la
ribera de Fiscal. Dicho proyecto constructivo ya fue
objeto de atención del autor, en dos capítulos en estas
mismas páginas en años anteriores, bajo el título de
“Yebra de Basa y la carretera que le une al mundo”,
sin embargo volvemos a recordarlo porque parte de
la orografía por donde iba a discurrir el proyecto
debía ser común para la vía férrea, concretamente el
Puerto de Fenés. Dichos parajes fueron estudiados
topográficamente con profundidad y detenimiento en
1912 por Emilio Monterde, autor de la Memoria del
mencionado proyecto carretero, diciendo: el trazado
de la carretera se desarrolla por la solana del Valle de
Basa, de ahí por San Julián de Basa y tomando los
barrancos Zapatero y Fondanals para salir a Fanlillo
y el puerto de Fenés, siendo rara vez interceptado
por nieves, a diferencia del Cotefablo. Este mismo
argumento fue utilizado también por la Comisión de
ingenieros civiles y militares que se formó al efecto,
que en su apartado cuarto dice: Desde las Colladas
de Arbisa irá al puerto de Fenés, apoyándose en las
laderas, y de ahí descenderá a empalmar con la de
Jaca a El Grado, pasando por Fiscal.
Ante tan variopinta muestra de proyectos
férreos, surgen propuestas y movimientos políticos
influyentes que pretenden acercar a ciertas
poblaciones los afanes de modernidad y futuro que
podría representar este medio de comunicación,
no ya sólo durante su dilatada construcción, sino
cuando éste cumpliera su verdadero cometido. Como
uno de tantos planteamientos surge la idea de que
Estas premisas, pues, son la justificación, motivo
y armazón del presente artículo, por lo que las
siguientes líneas se van a centrar en recoger un detalle
curioso que bien pudo ser realidad. Sintiéndonos una
prolongación, como herederos de aquellas páginas
históricas de la prensa provincial, rescatamos alguna
de sus crónicas del olvido.
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Seguidamente, como justificación al título que
encabeza este artículo, nada mejor que transcribir
de forma extractada el texto de las crónicas que se
motivaron. El periódico oscense La Crónica de
Huesca, fechado el 1 de agosto de 1893, se hacía eco
de los estudios técnicos y reflejaba la estimación de
su costo por kilómetro, considerando para su cálculo
si podía aprovecharse, o no, la explanación de la
carretera construida:
Ha terminado sus trabajos la Comisión informante
nombrada para el estudio del proyecto de ferrocarriles
secundarios y he aquí lo que propone:
En el supuesto de que la vía sea de 75 cm., la
Comisión fija, de manera aproximada, el coste
kilométrico en 20.000 pts. Las obras de explanación
y de fábrica necesarias para sostenerla, incluyendo
la expropiación y demás gastos necesarios para llegar
a obtener la superficie de apoyo, pueden oscilar entre
5.000 pts, cuando el camino aprovecha una carretera
construida, ampliando las curvas y suavizando algunas
pendientes y hasta 40.000 si se ha de hacer todo nuevo
en terrenos ásperos.
(…) La Comisión termina su trabajo proponiendo
un plan que abarca en el grupo Nordeste los de Lérida
a Fraga y Fayón y de Barbastro a El Grado, Ainsa y
Boltaña con ramal de El Grado a Graus
Por otro lado, El Diario de Huesca de 23 de
agosto de 1893 ya vislumbraba la posibilidad de
compatibilizar las obras de la construcción del trazado
de la carretera con la vista puesta en las necesidades
técnicas del futuro ferrocarril:
De Graus a Sabiñánigo
Sobradamente tienen conocido nuestros paisanos, los
altoaragoneses, el interés que nos tomamos en la defensa
de cuanto afecta al bien general del país sufrido, que
desde, hace muchos años tiene entablada demanda
cerca de los poderes públicos, buscando los medios más
hábiles y oportunos para el mejor modo de protección
a los cuantiosos bienes generales que la actividad del
mismo produce. Nunca hemos tenido mayor suma de
satisfacciones que cuando defendíamos la necesidad de
buscar nuevas vías con que poder recorrer y exportar los
productos agrícolas e industriales del país; y prueba de
ello la tenemos dada en la manifestación de numerosas
iniciativas que la opinión pública ha aplaudido, y sigue
aplaudiendo con grata satisfacción para nosotros.
Los ferrocarriles secundarios constituyen poderoso
incentivo en el porvenir, y muy justo es que las poblaciones
donde el comercio y la industria dominan, sean las que
manifiesten iniciativas de entidad para ellas y para las
extensas comarcas agrícolas colindantes.
Nos hemos ocupado con extensión grande de
los ferrocarriles secundarios más importantes que
podrían construirse en la provincia de Huesca. Hemos
manifestado ideas propias, y también acogido en
nuestras columnas escritos de personas conocidas por
su significación y competencia. Fuimos los primeros en
decir que el primer ferrocarril de vía estrecha que quizás
se construyese sería el naturalmente iniciado desde
Huesca a Graus; así como creemos debe ser coetáneo el
de Huesca a Fraga. Pensamos en esto ahora como antes;
que los ferrocarriles de vía estrecha son más pertinentes
entre grandes poblaciones, que ellas les dan la vida,
como vemos sucede en las naciones del Norte de Europa.
Hoy nos encontramos con una excitación
razonada del Ayuntamiento de la villa de Graus,
dirigida a los demás pueblos de Sobrarbe, Fenés y
Valle de Basa, en la que se aducen datos interesantes
para probar la necesidad de la construcción de un
ferrocarril de vía estrecha desde dicha población a
Ainsa y Boltaña, hasta terminar en la actual estación
de Sabiñánigo, pasando indudablemente por Fiscal,
Dehesa de Fenés, y atravesando el fértil y hermoso
valle de Basa. Aparte de las razones de índole general
que se aducen, y que no hacen al caso por tratarse de
hechos de fuera de la provincia que siempre han de ser
de la competencia del Estado, la vía que propone es
complementaria y enclavada entre Monzón, centro de
entidad y calidad, y Sabiñánigo, emporio futuro de la
actividad de la parte más extensa y productiva de las
montañas alto aragonesas.
Hay más, todavía; creemos que en interés de la
compañía explotadora de la nueva vía del Canfranc,
y en los cálculos de todo hombre político que pretenda
ejercer influencia en el país, está la construcción, en
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término breve, de un trozo de carretera que partiendo
de la Estación de Sabiñánigo, atravesando el Gállego, y
subiendo por Yebra y todo el valle de Basa, y por Fenés,
termine en Fiscal. Y este trozo importantísimo que falta
por construir, puede hacerse ya de manera que las
pendientes, curvas y badenes de la carretera no sean
obstáculo serio a la colocación de raíles, en el día de
mañana, a tiempo venir. Constrúyase este trozo como
para asentar bien el futuro ferrocarril de vía estrecha,
y se verá cuan hacedero es luego el pensamiento
iniciado por la municipalidad gradense, porque de
tal suerte ya tendría salvada la dificultad primaria,
que es la de atravesar con éxito las altas vertientes
entre los ríos Ara y Gállego.
Apoyaremos el pensamiento en cuanto somos y
representamos, y, también, por el gran amor que
tenemos a aquellas desheredadas regiones de la honrada
montaña, digna, por sus méritos propios, y por su
hermosa tradición, de toda suerte de atenciones por
nuestra parte.
Las páginas del periódico están dispuestas al
sostenimiento de este proyecto evitando, y con el presente
trabajo podrán calcular los directamente interesados, el
alcance y proporciones que deseamos otorgar al asunto.
Terminen los municipios interesados su obra de
representación, y obren con la actividad y diligencia que
el caso requiere, excogitando medios directos. Al tronco,
y no a las ramas.
No finalizarán ahí las referencias encontradas,
pues el 10 de enero de 1905 El Diario de Huesca se
hizo eco de una publicación del madrileño Heraldo
de Madrid. Éste, en la primera página del domingo
8 de enero, recogía las propuestas del Plan de
Ferrocarriles Secundarios para Huesca, tanto las de
la Jefatura de Obras Públicas como de la Diputación
Provincial, y que pueden observarse en el plano
gráfico que ilustra el presente escrito. En él se recogen
las descripciones de las líneas propuestas, detallando
las estaciones que se incluirían en su trayecto, y
haciendo notar la influencia que se daba al tema
estratégico militar entre las argumentaciones
técnicas. De las tres líneas planteadas transcribimos
lo referido a la del Valle de Basa:
3ª - De Pasajes a Aínsa, por el Valle de Basa y Boltaña,
prolongación de la línea de Pasajes a Jaca.
Construida, en parte, la línea internacional de
Canfranc, que pasa por Jaca, y hallándose incomunicada
toda la zona norte de Aragón y Navarra con el mar
Cantábrico y con Francia, esta línea transversal por
el nordeste de España tiene gran importancia para
la explotación de las valles del Pirineo y del Aragón,
enlazando en Pamplona con la del Norte de Alsasua
y Zaragoza y evitando el gran rodeo de Alsasua para
dirigirse a la costa cantábrica. Tiene interés estratégico,
por unir las dos importantes plazas fuertes de Pamplona
y Jaca y facilitar el transporte de tropas en sentido
paralelo a la defensa, cubriendo el frente de ataque de
una invasión de la frontera francesa.
La longitud dentro de la provincia de Huesca es
de 108 kilómetros, con estaciones en Berdún, Santa
Cilia. Jaca, Sabiñánigo, Yebra, Bescós de Garcipollera,
Jánovas, Boltaña y Ainsa. Estos pueblos y los situados a
menos de diez kilómetros de la línea cuentan 23.047
habitantes.
En esta zona es de gran importancia la producción
de maderas, minerales y ganadería. El movimiento da
viajeros se calcula en 46.094; el tráfico, en 23.000
toneladas de mercancías y 50.000 toneladas de
minerales; el coste de cada kilómetro, en 60.000 pesetas,
y el producto líquido, en 270 000 pesetas, que representa
para el capital invertido el interés de 2’41 por 100.
Después de los párrafos precedentes, y
entresacando lo resaltado en negrita, dejemos volar
la imaginación para transportarnos en el tiempo y
dispongámonos a soñar, pues de haberse convertido
en realidad lo que sólo quedó en una anécdota sobre
el papel, la fisionomía del valle hubiera cambiado
-tal como muestro en el fotomontaje adjunto-, y
en algún cuaderno de viajes podríamos encontrar
la siguiente referencia de la entrada de la población
desde el actual enlace de la actual N-260:
… Nos recibe una flamante estación, la de Yebra de
Basa, rodeada de amplia playa de vías y apartadero para
trasiego y acopio de mercancías. En el edificio principal
destaca un zócalo de piedra de cantería labrada sobre
el que resaltan en su fachada ventanales en arco de
medio punto, todo ello cobijado con tejado de losa,
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respondiendo a la tipología constructiva tradicional de
la zona. Todo el complejo de edificaciones está orlado
con acacias frondosas, mecidas por la brisa, que cobijan
bajo su sombra los suspiros y arrumacos de las despedidas
de los viajeros apostados en los andenes.
Sobre la línea del horizonte, suspendido en la fachada
como un funambulista ocasional, el reloj verdoso marca
la inexorable hora de bienvenida al pasajero, presagio
del devenir del tiempo que le queda para la partida. A su
lado, como silueta inconfundible, descansa de su ajetreo
ocasional una campana dorada y resplandeciente a los
destellos del sol, de la que pende en el extremo inferior
del badajo una cadena, como elemento transmisor de
la orden de partida al maquinista mientras que, al
mismo tiempo, un ondear de la bandera roja en manos
del jefe de estación haría, a modo de saludo, su señal
de aprobación. Instantes después, con rítmico acorde
de respuesta, la máquina exhala un silbido agudo de
aprobación; un leve traqueteo y la nebulosa del humo
en su esfuerzo, rompen sobre el horizonte su estampa
bucólica … y así, en cada arribada, una vez más llega
el tren a Yebra de Basa, cargando mercancías, viajeros y
noticias recientes.
La carretera actual discurriría, durante gran
parte del trazado del valle, contigua a los raíles de
perspectiva paralela, confundida y huidiza, y que los
nativos habrían convertido en vereda para el paseo
ocasional de enamorados al atardecer. El conjunto
formaría una alameda interminable donde saborear
improvisados arrumacos, y desde la que se lanzarían
saludos efusivos a los forasteros en tránsito.
La esperanza sigue viva y latente, manteniéndose
las ganas de acercar el futuro a estas tierras. Hagamos
un esfuerzo para llevar a la práctica una de las
máximas del mayo del 68 francés, y al igual que
nuestros antepasados soñaron, soñemos y repitamos
una vez más: Seamos realistas, pidamos lo imposible.
Soñar no cuesta nada, ánimo yebranos…
Fotomontaje idílico recreado por Pablo Castiella Guerrero, sobre una fotografía del yebrano José Luis Sánchez,
de cómo hubiera resultado la vía férrea en las proximidades de Yebra de Basa, caso de haberse llevado a
cabo el proyecto de la línea de Pasajes a Ainsa, por el Valle de Basa y Boltaña. Se observa un convoy cargado
de mercancías aproximándose a la estación, ante la silueta recortada del pueblo y sus montes, cruzando un
hipotético paso a nivel en la carretera actual. En primer plano el eje pirenaico o N-260, de la Frontera
Francesa (Port-Bou) a Sabiñánigo.
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Santa Orosia en tierras
del Aranda y del Jalón
Ricardo Mur Saura
eguimos
rastreando,
pausada
pero
incansablemente, huellas orosianas a lo largo
de nuestra geografía aragonesa. Tras haberles
mostrado el año pasado las calles dedicadas a la
santa en Jaca, Sabiñánigo, Yebra de Basa, Zaragoza y
Burbáguena, este año hemos descubierto un par más,
en Alberuela de la Liena (Zaragoza) y San Mateo de
Gállego (Zaragoza).
Chodes, plaza e
iglesia de
San Miguel
(R. Mur)
A finales de febrero viajamos a las comarcas de
Valdejalón y Aranda para descubrir las imágenes de
la santa que guardan algunas de sus iglesias. Más
adelante lo haremos a Alberuela de la Liena, en el
Somontano oscense y a la villa de Sádaba, una de las
Cinco Villas.
CHODES
Chodes es un pequeño lugar situado a un tiro
de piedra de Morata de Jalón, con 146 habitantes
censados y una plaza ochavada difícil de olvidar para
quien visite la población.
La iglesia parroquial de San Miguel se encuentra
en uno de los cuatro puntos cardinales de dicha
plaza, empotrada y sin apenas destacar del conjunto
arquitectónico. Consta de nave única con cinco
tramos y capillas laterales, cabecera plana y coro alto
a los pies. Al igual que la plaza, es obra de Juan de
Marca. Hay buenos retablos: el mayor, dedicado a
San Miguel y en las capillas el del Sagrado Corazón,
el de San Ramón Nonato, el de la Virgen del Rosario
y el de la Divina Pastora.
Illueca, iglesia
de San Juan
Bautista.
(R. Mur)
En este último retablo, hay una imagen de Santa
Orosia. Es de estilo rococó, fechable a mediados del
siglo XVIII. Hay un relieve de la Divina Pastora en
el centro y, en el ático, otro de San Francisco de Asís.
A ambos lados hay imágenes de Santa Bárbara y del
Niño Jesús y, sobre el cuerpo un par de imágenes
de San Félix Cantalicio y Santa Orosia, ambas de
pequeñas proporciones y de la misma época que el
conjunto.
Ignoramos la razón de la presencia de nuestra
santa en aquella iglesia.
ILLUECA
Illueca, a unos 20 km. de Chodes, capital de la
Comarca del Aranda, es famosa por su monumental
castillo, el del Papa Luna, a cuyos pies se levanta la
iglesia parroquial de San Juan Bautista, mimetizada
en el entorno y ensombrecida por la mole castellana.
Se trata de un templo mudéjar, construido
durante el siglo XV y reformado y ampliado en el
XVII. Consta de nave única con tres tramos y capillas
laterales, con ábside poligonal y contrafuertes. Cubre
con bóveda de crucería sencilla pero profusamente
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decorado con yeserías barroco-mudéjares. En el lado
sur, a la altura de los antiguos pies, hoy ábside, se
levanta una torre de planta rectangular con escalera
de caracol. En el exterior quedan restos de decoración
en un paño de lazos de cuatro octogonal combinados
con cartelas.
Una de las capillas está dedicada a Santa Orosia.
El Padre Ramón de Huesca nos dice que “en lo
antiguo se celebraba su día con la mayor solemnidad
con Misa, Sermón y Procesión, la tenían por Patrona,
y recurrían a su patrocinio en todas las necesidades”
(1). Así lo testifica el ayuntamiento de la villa en su
carta al Doctor Alavés en 1694 (2). El origen de la
devoción hay que buscarlo en don Juan de Betés,
natural de Jaca y Beneficiado de esta iglesia illuecana.
El Padre Huesca nos sigue refiriendo que un siglo
más tarde “en el día sólo se dice una Misa rezada por
haberse deteriorado la fundación, la lámpara que arde
en la capilla de la santa se mantiene a expensas de la
devoción de los fieles y dura la costumbre antigua
de tomar algunas mujeres el nombre de Orosia, por
respeto a la Santa…” (3).
Visitamos la iglesia y comprobamos que continúan
tanto la capilla como la imagen de la santa, pero de
la devoción y el resto de detalles que nos cuentan los
referidos autores no quedan ni el recuerdo.
NOTAS
1. HUESCA, Ramón de: Teatro Histórico de las Iglesias del Reino de Aragón. Tomo VIII. De la Santa Iglesia de Jaca. Pamplona,
1802. Pág. 247 y 248.
2. ALAVÉS, Salvador Alberto: Vida de Santa Orosia. Libro I. Zaragoza 1701. Pág. 243.
3. HUESCA: ibídem.
Postales
Jesús Castiella Hernández
Iglesia parroquial de San Martín. Estilo Románico
siglo XII con añadidos del XVII y XVIII.
Latas (Huesca)
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Os Músicos de Sobás
José Ángel Gracia Pardo - Antonio Javier Lacasta Maza
n el Pirineo tradicional, hablar de “fiesta” era
sinónimo de hablar de lifara, hablar de ronda
y hablar de baile, eso sí, bajo la atenta mirada
del cura, responsable de que todo discurriera bajo
los cánones preestablecidos. Así pues, la víspera los
músicos llegaban ya al pueblo, muchas veces andando
“con el violín en as costillas” y otras en caballerías:
Basarán, fiestas de
1945. Primo José Gil
(guitarra) y Ángel
Villacampa (laúd)
- Nosotros hacíamos la ronda el víspera, y ya llegabas
al pueblo... Había pueblos que a lo mejor no habías
ido nunca y ya “te probaban” que decían. El víspera
ya ibas a cenar, y ya decían:
- ¡A ver qué tal son estos músicos, a ver qué tal tocan.
Hala, tóquenos una pieza, tóquenos un pasodoble!
- Y ya te hacían tocar. Ya después, al día siguiente,
pues ya te levantabas, almorzabas bien a base de
fritadas y costillas... y ¡hala!, a toca la misa de Pío X
(Félix Orduna, grupo “Monsón”, 1996).
Basarán, fiestas
de 1945. Ángel
Villacampa con la
guitarra y una moza
del lugar posando con
el laúd
En la misa dedicada al patrón, “por un regular”
eran los músicos los que con sus melodías y con la
ofrenda daban un toque distinto a la ceremonia; al
salir, una pequeña ronda-pasacalles con jotas servía
para acompañar al cura y al alcalde hasta sus casas.
A la hora de comer, cada casa invitaba a amigos
y familiares, algunos venidos desde lejos, intentando
agasajarlos con los mejores manjares que disponían,
quitándoselos normalmente de su propia dieta.
Pollos y corderos eran seleccionados a lo largo del año
para tan señalados días. “As dueñas” desarrollaban la
labor más fatigosa y a menudo menos reconocida,
la de preparar esas viandas que después, entre vino
y vino irían desapareciendo de los platos para dar
paso al folclore más popular: las jotas y cantos de
sobremesa. El amo ejercía de anfitrión procurando
que todo el mundo comiera y bebiera, ponderando a
la vez el “buen quehacer” de “a dueña” y sin perder la
oportunidad de “arreglar as mocetas” si la ocasión se
brindaba. Muchas bodas en este Pirineo se apañaron
en celebraciones como ésta, siendo los músicos
quienes frecuentemente informaban a los padres de
los posibles pretendientes con que se contaba en el
contorno.
Tras la copiosa comida y sobremesa, eran
otra vez los músicos quienes tomaban de nuevo
el protagonismo y comenzaban una ronda que a
menudo se alargaba hasta el anochecer, debiendo,
además de “tañer” su instrumento, “arrancarse”
a cantar cuando los rondadores “flojeaban” o se
acababa su repertorio. Todo estaba incluido en el
precio. “Fartos de zurrupar” a dueña les volvía a
entonar el cuerpo con una suculenta cena, pudiendo
llegar en condiciones al evento que todo el mundo
esperaba: el baile de la noche. Las mozas, todas juntas
en un lado de la era, cuchicheaban y se ruborizaban
al observar que los mozos, al otro lado, las miraban
con cierto aire de complicidad. Los críos, ajenos a los
guiños de los mayores, correteaban por entremedio
de los presentes como muestra de una emoción
incontenida. Los viejos, al fondo, remeraban una vida
que se les escapaba. A las 2 ó las 3 de la mañana,
el baile acababa y se marchaban a dormir...; para
los músicos era sólo un pequeño parón, pues al alba
debían acompañar a mozos y mozas en el rosario de
la aurora.
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Como hemos observado toda la fiesta giraba en
torno a estos personajes, los músicos, convirtiéndolos
así en pseudoestrellas de una sociedad austera y
reservada; así nos lo recordaba en 1997 Pedro
Antonio Burgasé Artero, “el Rubio”, violinista de
“Los Ciegos de Siétamo”:
Antonio Villacampa
Periel, 1956-57
- He estao en muchos pueblos, casi toda la montaña.
Por aquí bajo (por Huesca) pocos pueblos pero por
a montaña muchos. Porque nosotros, los pueblos de
olivero… no, no son tan buenos como los de allá
arriba, o no te trataban tan bien; como si allá, allá
paece que llegaba un Dios, los músicos. Aquí no,
aquí uno de más o músico, ¡hola! Por allá arriba,
allá riba te llevan así (gesticula) en todos los sitios,
en todos, sí... ¡y eso pasaba!
Y así en este gran escenario que suponía un
pueblo en fiesta subieron al tablado infinidad de
veces una de las formaciones que durante dos décadas
se entregaron a la a veces ingrata tarea de divertir a la
gente con su tañer: Os Músicos de Sobás.
Naturales todos del lugar de Sobás en Ballibasa,
empezaron su buen quehacer a los cinco años
de haber acabado la guerra, en 1941 (1). Fueron
sus integrantes iniciales Emeterio Sanromán de
Casa López, quien tocaba el violín y la guitarra,
Primo José Gil Periel de Casa Casbas (bandurria y
guitarra) y Ángel Villacampa Periel de Casa Cajal
(laúd y guitarra). Cuatro años más tarde, en 1948,
se unió Antonio Villacampa Periel, hermano de
Ángel, quien con sólo doce años ya “trastiaba” el
acordeón y la guitarra, siendo su principal misión
la de ir sustituyendo un rato a alguno de ellos y
así quedar libres para poder bailar alguna pieza. Su
primer acordeón fue de las denominadas diatónicas
o de botones, que se la regaló un primo lejano de
Muro de Fiscal (2). Más tarde compraría otra, ésta ya
cromática y con 125 bajos, por un precio de 22.000
ptas. El dinero lo consiguió mediante un préstamo
que le hizo Miguel Jal, sastre de Cortillas ya instalado
en Sabiñánigo y fundador de los famosos almacenes
“Casa Jal”, a devolver en 3 ó 4 años.
Ángel compró su primera laúd en Huesca. Más
tarde adquiriría otra en Jaca, que es la que actualmente
conserva. Por lo que respecta a Emeterio, éste se hizo
su propio violín: era carpintero mañoso a juzgar por
quienes lo conocieron. Al fabricar el instrumento
“se le olvidó poner el alma, y al tensar las cuerdas se le
chafaba. Lo solucionó haciendo un agujero por abajo y
poniéndole un taco. Sonaba más sordo y recio, pero le
iba bien” (Ángel Villacampa).
Los pueblos a los que acudían estaban repartidos
por toda la geografía del Viejo Aragón, siendo más
frecuentes las salidas a los lugares más inmediatos.
Según el “Cuaderno de apuntaciones” (libro donde
apuntaban lo relacionado con las actuaciones a
modo de registro), la relación de todos ellos, tal cual
aparece anotada, es la siguiente:
SOBREPUERTO: Basarán, Cortillas, Cillas y Bergua.
ORINAL DE CRISTO: Fablo, Espín y Fanlillo.
VALLE DE BASA: Sobás, Yebra, Allué, Osán,
Sanromán, Isún, Satué, Sardas y Latas.
GALLIGUERA: Aurín, Oros Bajo, Puente de Sardas y
El Puente.
GUARGUERA:
Binueste,
Caldearenas y Orna.
Nasarre,
Ordovés,
JACETANEA: Sasal, Pardinilla, Guasa, Espuéndolas y
Lerés.
Según entrevista mantenida con Ángel
Villacampa, más conocido como “Angelón de Sobás”,
aunque la formación era normalmente estable “lo
íbamos trampeando según fechas y nuestros trabajos,
combinándolo a nuestra manera”, pudiendo hacer
baile con otros músicos si la situación lo requería.
Así pasó en Latas, donde Angelón compartió
escenario con Hernando (de Sabiñánigo), o en El
Puente donde formó trío con dos conocidos músicos
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Desde 1944-45 Sobás contó con nuestros
músicos, y de ello se pudieron beneficiar los mozos
del lugar durante años. Ángel nos cuenta que dejaron
de tocar hacia 1963-64:
- “Lo dejamos justo en el momento en que empezábamos a ganar alguna perra. A última hora ya cobrábamos
cien duros, pero ya… uno que se fue a Zaragoza, los
otros a turnos en as fábricas…”.
Sirva esta breve exposición como reconocimiento
y homenaje a la labor realizada por estos músicos que
durante dos décadas animaron las salas, plazas y eras
de este austero Pirineo.
Fablo, salida de misa,
años cuarenta. Ángel
Villacampa, laúd
populares del momento: Mariano Laborda y Gella,
ambos naturales de Senegüé. En Nasarre, en la
inhóspita sierra de Guara y tras haber hecho noche
en Secorún (donde habían llegado después de un
día entero andando), hicieron baile con Emilio
Viñuales, músico de este pueblo de Serrablo con el
que sólo habían ensayado la noche anterior. Para
finalizar con esta pequeña muestra de músicos que en
alguna ocasión compartieron escenario con nuestros
protagonistas, señalaremos a Germán Pérez, músico
natural de Javierrelatre y recientemente fallecido, José
María Pérez Sanagustín, padre del anterior, y Alfonso
Villacampa, violinista de Yebra con quien Angelón
algún año amenizó la fiesta de Ordovés.
“Cuaderno de apuntaciones”. Cobrado en 1960
y 1961 por tocar en fiestas
(1) Anterior a ellos acudían a Sobas dos músicos de Badaguás: Andrés y Jesús.
(2) Como anécdota curiosa, Ángel nos comenta que cuando su hermano principió a tocar el acordeón diatónico, como nadie le
explicó cómo se cogía, comenzó haciéndolo al revés (los bajos con la mano derecha y la melodía con la izquierda)
Ángel Villacampa (laúd) y Hernández
(guitarra) en el Puente de Sardas
Ángel Villacampa Periel, diciembre de
2009, Sabiñánigo
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Pastorada de Santa Orosia 2011
Mayoral
Mayoral
1. Biembenido sía
iste seleuto auditorio
de o que pasa por o mundo
yo quio daros notorio
11.Esti año m’ha tocau a yo
estar mayoral d’iste danze.
¡Qué argüello y responsabilidá!
As garras me tremolan en iste tranze.
2. En o mío nombre y de os lanzantes
en primeras quereba agradezer
que estez con tanta atenzión
toa ista caterba chen.
12.No pensez que me trión
por ser o más pincho y agudo,
u como fizon en Agüero
pa trobar alcalde nuebo:
3. Que mamá siempre me ha dito
que o primero ye a educazión
pos si por algo me podez carrañar
no ye ixa a mía intenzión.
13.Toa ra billa se achuntó
y se alcordó que se abentase
ta l’aire un manzañón;
o cargo l’iba a quedar
pa o primero que lo pillase
4. Si ez parau cuenta
que a mía fabla ye un siñal aspra
Buen cabal!
Santa Orosia me entiende,
que yo le charro a ella
dende aíntro d’a mía alma.
5. Grazias tamién a os romeros
que de tantos lugars eis plegau
con o ropón y o palo
como tantos antepasaus.
6. Grazias a os cruzeros
que’n bienen de toda a Montaña
trayez a millor joya buestra
pa engalanar ista fiesta.
7. Y a os zereños banderistas
de ro Balle y Sobrepuerto.
Qué argüellosos nos sentimos
de que abandiez sin rangüello!
14.Grans istantes de tensión,
a manzana que marcha a pintacodas,
p’astí pasó un goliñón
y ascape l’en lebó t’a boca.
15.Hai que bier a o cochín
con a banda y o tocho de mando.
O bien que posa en as fotos
y lifaras, de cuando en cuando.
16.Os discursos no son o suyo,
No charra por no escañar-se,
Tot ro día foricando,
no sé si be d’estar uscando
a traza de salir d’a crisis
pero siempre con talante.
17.Ye honrau como él solo
y no’n cobra de comisions.
Tiendrá o boto mío pa cutio
si me dona ro zancarrón.
8. Memoranza pa os que iste día
con nusotros no puen estar
Santa Orosia se alcordará
de a fé que le eis tenido en bida.
18.Ya suena p’a Diputazión
y tamién pa ra Moncloa
de sustituto e Zapatons
que ya pai que tiene cansera
y se le han acachau asta as zellas.
¡Punto!
¡Punto!
Cantas
Rebadán
9. ¡Cuánto gozo, qué contento
de golber-nos a alcontrar
pa astí chuntos zilebrar
a fiesta e Santa Orosia!
19.¿Qué tal plantas, mayoral?
Fa días que no te bieba.
No te busas de azercar
por istos zinglos y catarreras.
10.Alas me das pa puyar
fuerzas d’ande yo no’n tiengo
y to por bier-le a cara
a ra Santa que más quiero
20.No pensez que paso pena
de no bier-te más a ormino
u tener-te en compañía
porque ya lo dize o dicho:
21.Tío que no regala
y astraleta que no corta
anque se pierdan poco importa.
22.Pero ya que estás aquí
prenzipiaré o mío treballo
echando-me un lamparazo,
que tamién os santos bebión
23.Aquí tiens a mía bota
y mientras en aiga una gota
enchuagaremos a gargamela
con a mía churrumela!
(beben)
24.Qué argüello estar repatán!
No sé cómo le irá a yayo
no be de parar de gramar
ixe moquero d’a manga
ya lo podeba abentar.
25.Cuatro consellos me ha dau
pa que no faga o zeneque:
Uno, que chile fuerte,
to sía que no esberreque.
26.Otro, que me acotrazíe bien,
no tenez más que bier-me.
Sobre to que no me dé a entender,
no me carrañen bustedes
27.O zaguero y más importante
que a Santa Orosia tienga presente.
Por ixo templaremos a guitarra,
como l’imos feito siempre.
Canta
28.Cuan yo rezo a Santa Orosia
y tamién a San Lorenzo
son trozicos d’a mía alma
os que salen d’o mío peito.
Mayoral
29.Alparziaremos d’o mundo
Asabelo o que cambea!
Ye pa tornar-se tarumba
d’as fatezas que tramena.
30.Agora que astí tos beigo
a toz un siñal rinchaus,
cofladizos en a mosquera
y refirmaus en a buxiquera;
31.bien royos y entiparraus
que pai que pa busotros
a crisis s’aiga acabau
O Zoque
a s o c i a c i ó n
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32.D’os euros to ro mundo charra.
Ya me direz como son
porque yo no’n beigo garra
ni anque lebe as antiparras.
33.Toz entrampaus asta as orellas
y a chen sin salir de casa.
No nos joriamos pero...
lo menos no se gasta.
34.Solo beigo que abundan
d’ixas botigas d’os chinos
paizen una imbasión
como en otoño os robellons.
35.Cualsiquier cosa puez trobar:
una furrufalla e cataticos.
De tot menos chinos
con a tufa plena e rizos..
36.U ropa a ra moda e Taiwán,
trafallons y trapicallos
que con toa a borrilla que sacan
plenan ambute de lana
ixos colchons d’antes más.
37.Abren n’a mañanada asta as tres,
domingos y fiestas de guardar.
Pero ixo, en Casa e Santiago
fa añadas lo iban imbentau.
38.Yo, con o mío ofizio
ya puedo estar tranquilo,
que no me lo quitarán.
¿Eis conozido bel pastor chino?
y a razón ye clara:
¿Cuán eis bisto minchar
as sopas de allo y as migas
armaus nomas con palillos?
¡Punto!
Repatán
39.En iste zentenario de Costa,
gran pensador aragonés,
me te miro y tos comparo
y beigo que tamién tú piensas
pero solo que en as mullers.
40.En poco más paras cuenta
si alcaso en comer y beber.
Le tiens fe a Santa Orosia,
pero más a San Miguel (gesto de beber).
41.Pocos te ganan a chandro
y ya estás contando os días
que te mancan p’a chubilazión.
Pos prenzipia a contar-ne atra bez
que a os años que te’n quedaban
les tiens que sumar-ne dos.
42.Pa ro unico que le baga
ye pa pasiar o goliñón
que aura le dizen mascota!!!
mercau en a Feria Biescas
y que le costó un riñón.
43.Ye un chabalín faldero
mui guito y conzietero.
Cuan yera solo un rayón
tanto cariño le cogión
que cuasi lo trataban d’a familia,
como a o cuñau.
44.Muito lo quereban
mientras no le crezión
os catirons en as bariellas.
Pero aura que ya ba armau
tal sofoco les ha entrau
que s’en tienen que ir de casa
45.y a o chabalín lo alcuentras
resopinau en o sofá
u acarrazau en o radiador,
y que d’allí no s’en ba.
46.Esti año no te han dau
cosa más que disgustos.
Denzima de toa ra crisis
ya no t’ejan ni fumar
echando a partida n’o bar.
47.O gubierno ye tot zerrino
en baxar o gasto n’o fumeque
y n’os mentideros se sentiba
que asta quereban quitar
o Miercoles de Zeniza.
48.Me se caye l’alma ta os pies
cuan beigo una colla e chen
en a puerta o bar toz pretos
que en be de fer botellón
los tiens en pleno ibierno
fendo astí ro “fumarrón”.
49.O gasto en tabaco baxará
pero no o d’os antigripals.
¡Punto!
Mayoral
50.Agora que fas memoranza
de ro ilustre Costa
tamién me quereba alcordar
de José Antonio Labordeta
nuestro aragonés más gran.
51.A mochila le pesaba masiau
Pa esnabesar por iste mundo
y marchó con Santa Orosia
a qui le dedicó unas coplas.
52.Aun resuenan en Yebra
os ecos d’o rezital
que con Carbonell y La Bullonera
a toz fizon cantar.
53.Yeran piors tiempos
con os grises y zebils
pero alegría no’n faltaba
y fuerza pa demandar
un Canto a ra libertá.
54.Toz unidos con as manos.
Toz una sola boz.
Un solo sentimiento:
nuestra tierra, Aragón.
55.Dende aquí nos queremos sumar
a ra iniziatiba popular
de que ixa biella canta
siga a nuestra representazión,
o nuebo Himno de Aragón.
¡Punto!
Mayoral
56.Y pa poder rematar
a chanzoneta y os dichos
yo tos encargo y suplico:
Si algo tos ha molestau,
que lo ejéis en l’olbido!
57.En nombre de ros presentes:
¡Orosia, lizenzia os pido,
pa podeles esplicar,
con a tuya grazia y ausilio,
58.a iste auditorio que está,
asabelo qu’atento y benigno,
con conzieto d’ascuitar
a tuya bida y prodigios!
MARTIRIO DE SANTA OROSIA
1er. LANZANTE:
Yo tos charraré d’a benida d’Orosia
dende Bohemia enta istas montañas:
59.¡De Bohemia yera Orosia
y d’Igipto natural,
pa onra d’ist’Alto Aragón,
ta Yebra se’n bino a coronar!
60.Llegó t’o monte de Yebra
y bido á un mesache sembrar:
- ¡Labrador, güen labrador!
¿me dirá qué ye o que sembra?
- ¡Trigo sembro, mi señora,
pos ye o propio d’ista demba!
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O Zoque
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61.Antonzes contesta Orosia,
biyendo benir o martirio:
-¡Mañana á punto e día
podrá usté segar o trigo!
71.Mandó o rei formar as tropas,
comenzipión a escalada.
En llegaus ta Cruz d’a Gualda,
luego bidon ande estaba.
62.O mesache se’n fue ta casa
y d’ixo no’n fizo miaja e caso.
¡Ya marchón n’a mañanada
os pastors con os ganaus!
72.¡O rei moro con a espata
esfilorchó as telarainas,
salió a joya guapisma,
d’espanto quedó chelada!
63.¡Ya ascape astí s’alcontrón
con que o trigo d’ixa demba
yera un sementero granau,
perfeuto pa ser segau!
64.¡Escopetiau se’n golbió un pastor
y ascape le’n dijo á l’amo!
¡Deseguida buscón peons!
¡Ascape subión a segar-lo!
2º LANZANTE:
Yo tos charraré d’a persecuzión qu’os
moros le fizon á ra debina Orosia:
65.¡Ya a pionada s’enzamarraba,
ya bidon pasar cozcoz
muita chen qu’en son de guerra
por Orosia preguntón!
66.-¿Por bel casual ha pasau
bella siñora puyando,
con donzellas y criaus
que l’iban acompañando?
67.-O diya que sembré ista demba
me pai que po astí pasón.
O rei moro enzenegau,
á esgrituziar emprendió:
68.-¡Empentaremos ta l’alto,
feremos güen resacau,
qu’ascape l’alcontraremos
t’andequiera aiga pegau!
69.Con l’animo acongojau
por ista persecuzión,
Orosia s’iba amagau
en l’ondo d’un cobachón.
70.¡Asta as mesmismas arañas
á efendé-la se’n binon!
¡Pa qu’Orosia s’ocultase
un gran enrejau le fizon!
3er. LANZANTE
Yo tos charraré d’o martirio d’Orosia
y d’os suyos acompañantes:
73. O monarca fue escarau,
qu’asinas l’entró a charrar:
- ¡A muerte yo te perdono,
si con yo te quiés casar!
74.Orosia con boz zereña
ascape le respondeba:
-¡Zien mil bezes yo quió ser,
zien mil bezes egollada,
antes que con bel rei moro
aiga de ser yo casada!
75.Antonzes aquel salbaje,
con muita rasmia y angluzia,
á l’umilde Santa Orosia
lastimosos golpes daba.
82.-¡Alza ixa losa, pastor!
Y astí no salió cosa.
-¡Alza ixa losa, pastor!
Y brotó una fuen de sangre.
-¡Alza ixa losa, pastor!
Y brincó una fuen d’agua.
5º LANZANTE:
Yo tos charraré d’o traslau d’os Restos
d’Orosia enta Yebra y enta Chaca:
83.Os Restos de Santa Orosia
Los guardó n’a suya mochila.
-¡A Capeza ejá-la en Yebra
y porta ro Cuerpo ta Chaca!
¡Enfilas o camín d’O Puente,
drecho por a Bal Estrecha,
asta llegar enta Guasa!
84.¡As campanas d’as ilesias
d’os lugars por ande pasaba,
en biyendo tan gran miragro,
por sí solas s’abandiaban!
76.Le matón á os suyos ermanos,
San Cornelio y San Azisclo,
pa bier si s’acotolaba,
y asinas palabra daba.
85.Elante O Portal d’as Monjas,
cantando as suyas grandezas,
o Cabildo y o Conzello
á nuestra Santa aguardaban.
77.Dimpués le cortón os pechos
con ixa espantosa espata.
Ya le cortan a capeza,
por tres bezes espadata.
86.Dende astí ent’a Catedral
marchón toz en prozesión
y en a izquierda d’o Sagrario
o Cuerpo d’Orosia ejón.
4º LANZANTE:
Yo tos charraré de cómo o pastor alcontró
os restos de Santa Orosia:
78.O Cuerpo d’Orosia esbrusau
y os d’os suyos acompañantes
astí quedón n’iste mon,
pa qu’as fieras los minchasen.
79.Mas n’iste Puerto tan gran
nomas un pastor abeba.
D’o zielo se’n bino un ánchel
pa rezibir aquella alma.
80.L’anchel le ijo á o pastor:
-¡Abrás de baxar ta Yebra,
dimpués te’n irás ta Chaca!
mas o pastor s’escusaba:
81.-¡Ya fa un rabaño e diyas
qu’o mío ganau no s’abreba,
astí no’n hay gota d’agua!
-¡Yo t’abrebaré o ganau,
y á tú no te faltará cosa!
87.O bentizinco e chunio
Se zelebra a suya fiesta,
s’enseñan as suyas reliquias
y Orosia a suya palabra da,
con os anchels. ¡Amen!
CULMINAZION D’OS ELOGIOS
Mayoral
88.¡Qué tos pai, oyentes míos,
qué bida tan miragrosa,
qué inozenzia, qué birtús,
y qué muerte tan dichosa!
89.¡Ánchels se’n bajón d’o zielo
que le trajon a corona,
y en a palma la subión
ellos mesmos enta a Gloria!
90.¡A Suprema Trenidá,
por a suya gran fortaleza,
le otorgó muitas grazias
y muchismas preferenzias!
O Zoque
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91.¡En ixas tronadas fieras
nos efiende de ra piedra,
d’ixas brutas abenidas,
d’os rayos y d’as zentellas!
92.¡En os partos perigrosos
ye asaber qué medianera,
y por ella merezemos
o benefizio de l’agua!
93.¡Ella cura endemoniaus,
ella á ros enfermos sana,
ella asiste á ro afligido
y á ro que con ferbor la clama!
Cantas
Mayoral
96.Prenzipiaré á espedir-me
por ixe Templo sagrau,
ixa fuen tan eliziosa
y por iste florido prau!
101.¡Orosia, Santa mía!
¡Mira-te ta tanta chen,
que de tan lejos binon,
agradeze-les a suya fe
y o gran esfuerzo que fizon!
97.¡Adiós á Cueba d’Orosia,
lugar d’o suyo martirio,
adiós á ixa Ilesia que fue
d’as suyas reliquias sagrario!
102.Os que escribimos y charramos
podébamos fer-lo millor
pero no tos quede a duda
que se fa con güena intenzión.
98.¡Adiós á o siñor Retor,
mui querido Mosen José,
y á o siñor Pedricador,
con clero y autoridades!
103.¡Grazias por a buestra atenzión,
de toz busotros yo m’espido!
¡Dios nos dé a Gloria Eterna
por os siglos de ros siglos!.
94.Te conozié n’iste Puerto
me prendé de tú y d’a Santa
dende antonzes siempre biengo
porque si no, algo me falta.
99.¡Pa rematar, Santa mía,
recordanza imos de fer
de toz os debotos tuyos
qu’en ista zaguer añada
ta la otro mundo se’n fuen!
95.Asinas yo tos espido
plantar fuerte y no reblar,
que otra añada n’ista fiesta
nos golbamos a alcontrar.
100.¡Asinas tamién quisiera
grazias dar á tanta chen,
que con tan grandisma fe
partizipó n’ista Fiesta!
ROMEROS
Galliguera:
Casa Satué de Arto
Arasilla
Arto
El Puente
Estallo
Fanlo
Ibort
Jabarrella
Lasieso
Latre
Orna
Puente Sardas
Rapún
Guarguera:
Casa Blasco de Sandiás
Abenilla
Alabés
Arraso
Artosilla
Belarra
Bescós
Ceresola
Fenillosa
Gésera
Lanave
Ordovés
San Esteban
Villacampa
Villobas
Yéspola
Valle Mangueta:
San Vicente
La Sotonera:
Alerre
Bohemia
Bergua
CRUCES
Espín
Orús
Fanlillo
San julián
Yebra
Sobás
San román
Isún
Sardas
Allué
Osán
Satué
Latas
Jabierre
Larrede
Olibán
Susín
Casbas
Bergusa
Ainielle
Otal
Bergua
Cortillas
Gavín
Yésero
Biescas
Puente Sardas
Sabiñánigo
Ceresola
Estallo
Fiscal
Chimillas
BANDERAS
Cortillas, Cillas y Sasa
Sobás
San Julián
El Puente
Escartín
Barbenuta
Gavín
Bergua
Yebra (grande, pequeña y de
los niños)
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“Para Santa Orosia creo
que este verano irá bien...”
José Juan Lanuza Til
l 19 de septiembre de 2010 fallecía en
Zaragoza una de las grandes personalidades
que ha dado Aragón en el último siglo. Se
trata, no hace falta decirlo, de José Antonio Labordeta.
Poeta, cantautor, escritor, político, comunicador…
no importa el orden de cualquiera de sus facetas.
Una persona buena de quien, las mujeres y hombres
que hemos vivido en la segunda mitad del siglo XX,
hemos sido contemporáneos. Ya hoy, y más dentro de
unos años, podremos decir a las nuevas generaciones
que nos sucedan: “Yo conocí a Labordeta”.
También Yebra de Basa, como comunidad
humana, como lugar testigo del paso del tiempo, ha
tenido la suerte de coincidir en el camino, aunque
fuese fugazmente, con Labordeta. Fue en un concierto
celebrado en Junio de 1976, y que hoy, ya forma parte
de la Historia de Yebra.
El concierto tuvo su origen en un acontecimiento
anterior digno también de tener en cuenta. Se trata de
la “1ª Semana Cultural” de Yebra de Basa, los días 1,
2, 3 y 4 de enero de 1976. Durante los tres primeros
días los actos consistieron en una proyección de
diapositivas de Fernando Biarge y charlas sobre la
Jacetania, el Alto Aragón y “la Iglesia en el mundo
actual”. El 4 de enero se programó una actividad
doble, con la actuación de José
Antonio Labordeta y una charla
de Alfonso Zapater. Aún podemos
consultar en el ayuntamiento de Yebra
el programa de las jornadas que se
remitió al Gobierno Civil de Huesca, y
la correspondiente respuesta en la que,
textualmente, se autoriza la “actuación
del poeta D. José Antonio Labordeta
Subías, que interpretará las canciones
según el programa presentado en la
Delegación Provincial de Información
y Turismo, salvo “Paisajes Urbanos,
días escolares” (...); en consecuencia
queda terminantemente prohibido bajo
su responsabilidad la interpretación de
cualquier otra canción no incluida en
el programa citado.” La cita precisa
pocos comentarios.
Tras la buena experiencia que
significó la semana cultural, en
alguna de las meriendas, cenas o
bailes que la juventud hacía en el
“Bar de Flora” (Bar La Cabaña), se
planteó la posibilidad de organizar un
concierto más amplio coincidiendo
con las fiestas de Santa Orosia. En
ese momento había un movimiento
autonómico efervescente, y aparte
de algunos políticos, los cantautores
son los que juntaban a la gente que
tenía sentimientos aragonesistas. “En
Yebra también queríamos encontrarnos
con todos”. Se vio con buenos ojos y
comenzó a organizarse todo.
La idea era realizar un concierto de música popular
aragonesa. En aquellos momentos el gran referente
era Labordeta que ya había publicado Cantar y
callar (1974) y Tiempo de espera (1975), y ese año
presentaría Cantes de la tierra adentro; junto a él La
Bullonera, que lideraban Javier Maestre y Eduardo
Paz, y que grabaría también ese año su primer disco
(La Bullonera). Los dos representarían a Aragón el
9 de mayo de ese 1976 en el histórico “Festival de
los Pueblos Ibéricos”. A estos cantautores se unían
también, en aquella época, Pilar Garzón, Ana Martín,
De arriba a abajo:
Campaña electoral
junio de 1977;
Labordeta a la
sombra de la
sabina; fotografía
del semanal del
Heraldo
O Zoque
a s o c i a c i ó n
Junio 2011 • número 11
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Tomás Bosque y Joaquín Carbonell que este año iba
a publicar su primer trabajo, Con la ayuda de todos.
Con Labordeta ya se había contactado a finales
de 1975, para la semana cultural, acudiendo varios
jóvenes desde Yebra a su casa de Villanúa. “El
Abuelo”(1) los recibió gustoso y ya prometió su
participación en las actividades de enero. Volver a
convocarlo no iba a ser problema. La idea era ampliar
la nómina de participantes y se hizo a través de la
periodista Lola Campos, muy vinculada entonces a
Labordeta y posteriormente directora del periódico
“Andalán”. Así quedó definitivamente cerrado el
cartel con la participación de La Bullonera y Joaquín
Carbonell.
Ese año las fiestas de Santa Orosia se programaron
con actos durante tres días: el 25, 26 y 27 de junio.
En la carta que se envía desde el ayuntamiento,
firmada por su alcalde, entonces Vicente Avellana,
al “SR. COMANDANTE DEL PUESTO DE LA
GUARDIA CIVIL DE SABIÑÁNIGO, Y DE LA
DEMARCACIÓN DE ESTE PUEBLO”, aparecen
detallados los actos que se desarrollarán el último día
de las fiestas:
“DIA 27.- A las 6 de la tarde, en la plaza de Santa
Orosia de esta Villa, GRAN FESTIVAL DE CANCIÓN
ARAGONESA: José Antonio Labordeta, Joaquín
Carbonell y La Bullonera. Tarde y noche, grandes bailes
como en días anteriores.”
A partir de entonces vinieron todos los
preparativos. Se pidieron posters para la ocasión al
“Seminario de Estudios Aragoneses” en Zaragoza, y
Fotografía tomada desde
Casa Arilla del concierto
de Yebra
copias del Anteproyecto del Estatuto de Autonomía
de Aragón de 1936; la idea, con estas últimas, era
venderlas a precio de coste antes del concierto en
alguna mesa en la calle. Y por supuesto, se solicitó
desde el ayuntamiento a “la autoridad” todos los
permisos pertinentes.
Publicidad apenas se hizo, unas simples cuartillas
en algunos edificios de la Universidad de Zaragoza.
Tampoco era necesario, la propia capacidad de
convocatoria de los cantautores hacía de altavoz en
estos conciertos.
Así llegó el día señalado. Se remataron los últimos
detalles como la ampliación del escenario que
utilizaba cada noche la orquesta, ese año como en
anteriores, la “Orquesta Internacional Gran Casino”.
Se decoró con ilusión por parte de todos y todas: se
puso un fondo con colchas granate, todo el entablado
se adornó con ramas de pino y se colocó una pancarta
con el texto: “Cantes da tierra nuestra. Sta. Orosia,
1976. YEBRA”. La hora de comienzo del concierto,
definitivamente autorizado, era las siete de la tarde.
Se cerró el paso por el callizo de “Mariamaza”.
Para recoger algún dinero se puso una mesa en medio
de la calle, a la altura de “Casa Pascual”, un poco más
arriba de la iglesia, allí donde estrecha la calle. Así
los asistentes, si querían, podían colaborar pagando
simbólicamente su entrada al concierto.
Las calles de Yebra comenzaron a llenarse de
gente, primero de la comarca y después, para sorpresa
de muchos, con gente “forastera”. La llegada de
autobuses, que nadie esperaba, resultó impactante. La
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O Zoque
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c u l t u r a l
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razón de esta afluencia estaba, como comentábamos,
en la propia convocatoria que significaba un concierto
de esas características y con ese cartel, pero también
la casualidad quiso acompañar al éxito de la jornada.
Esa misma mañana se había celebrado en Huesca una
manifestación contra el Trasvase del Ebro, convocada
por partidos de la izquierda aragonesa, y mucha
gente de la desplazada hasta allí decidió continuar
la fiesta reivindicativa subiendo a Yebra. También
se recuerda la presencia de “la televisión” filmando
desde el balcón de “Casa Mariamaza”, justo enfrente
del escenario, que se situaba en el lugar tradicional:
delante de “Casa O Chaqués” y “Casa Arilla”.
El ambiente era inmejorable, y la presencia de la
Guardia Civil inevitable. Además del despliegue de los
miembros uniformados, muchos de los y las asistentes
comprobaron como también había presencia de varios
policías y guardias civiles de paisano. De cualquier
manera, nada nuevo ni que no se esperase, por lo que
la fiesta seguía siendo completa.
Pero no todo acompañó. Durante todo el día
amenazaba tormenta (para cumplir con la tradición
de la Santa) y minutos antes de comenzar el concierto
comenzó a llover. Los equipos de sonido se guardaron
en el paso de “Casa Arilla”, al lado del escenario, y
la gente comenzó a refugirse en los bares y en las
casas más próximas. El recuerdo de muchos vecinos y
vecinas de Yebra es la de ver sus casas llenas de gente
desconocida. En algunos casos tan desconocida como
Joaquín Carbonell o Labordeta. Carbonell recuerda
que “vivía en Barcelona en aquellos días. Por lo tanto
tenía que coger el coche, un Citroën C8, y hacer carretera
hacia Aragón muy a menudo. Cargamos con Nicolás (su
hijo de un año) y llegamos hasta Huesca. Mi recuerdo es
que llovía. En Yebra aparcamos a la entrada de la plaza
y nos refugiamos en el coche y en una casa durante la
lluvia”.
Algún vecino también recordaba cómo unas
chicas, que se habían refugiado en su casa durante la
lluvia, desde la ventana “llamaron de todo a la Guardia
Civil…”
Para los organizadores la situación era delicada
y ya pensaban en la suspensión del concierto. La
climatología y sus nubarrones parecían una metáfora
del momento político que se vivía en aquel año
incierto y esperanzador. Alguno de los jóvenes
comentó: “Hasta el tiempo lo tenemos en contra”.
Pero finalmente, y siguiendo con la metáfora:
escampó (2).
Fotografía
tomada desde
Casa Arilla del
concierto de
Yebra
El comienzo del concierto se retrasó más de una
hora pero discurrió como estaba esperado. Duró más
de dos horas por lo que finalizó mucho más tarde
de las 9 de la noche, hora previamente solicitada.
Actuaron los cantautores y los Danzantes de Yebra.
Igual que había sucedido en mayo de ese mismo año
en la conmemoración en Caspe del 40 aniversario del
Anteproyecto de Estatuto de Autonomía de 1936.
A Eduardo Paz (La Bullonera), treinta y cinco
años después, el primer recuerdo que le viene de este
concierto es el de los Danzantes: “Nosotros entonces
nos movíamos en el mundo de la política, y yo desconocía
todo aquello. Nunca había visto el chiflo y el salterio, los
trajes de los danzantes… Me impresionó mucho”.
La calle estaba repleta. Había banderas de
Aragón, pancartas, puños en alto. Gritos y consignas
impensables hacía unos años y, aunque aún con miedo,
felizmente habituales en ese momento, “Democracia
y libertad”, “Amnistía”, “Aragón, autonomía,” “El
Pueblo, unido…”. Detrás del escenario, en un balcón
de “Casa Arilla”, colgaba una pancarta que rezaba
“ARAGON DEIXA DE PLORAR, YE TIEMPO
DE LUITAR”…
José Antonio
Labordeta
en Canfranc.
Imagen de Carles
Ribas publicada
en El País
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Cantaron todas las canciones significativas que el
público esperaba: Carbonell, Doña Peseta, Me gustaría
darte el mar, La Paca del Cañizar…; La Bullonera,
Venimos simplemente a trabajar, Me dicen que no
quieres, El bolero de Larrés…; Labordeta, La Vieja, No
cojas las acerollas, Coplas de Santa Orosia, Aragón… Y
el final apoteósico con el pueblo abrazado, las manos
en alto, y los cuatro cantautores entonando el Canto
a la Libertad, ese himno que José Antonio Labordeta
ha dejado como un legado imperecedero y universal.
Tras el concierto, los músicos cenaron en el “Bar
de Flora “acompañados y atendidos por los y las
jóvenes del pueblo. Costillas a la brasa con ensaladas
y porrón, de postre sopetas (melocotón con vino).
Labordeta ya había comentado que él no cobraría
por tocar, pero a pesar de eso se intentó aportarles lo
que se pudo. Con la mesa que se montó en la calle se
consiguieron 11.000 pesetas (66,11 euros), cantidad
considerable en aquellos tiempos, y se les entregó
para que las repartieran como ellos quisieran. Los
cantautores quedaron muy satisfechos.
Fotografía del recital
de Labordeta en Yebra
del libro Aragón
nuestra tierra, de Eloy
Fernández Clemente
La repercusión en la comarca fue grande. “Fue
sonau”. Sería uno de los primeros actos de este tipo
que se organizaba por la zona, y de los primeros en
Aragón tras la muerte de Franco. “Si no vais todos ta
cárcel, os faltará poco” se escuchó varias veces después
del concierto por la Val.
Muchos de los vecinos de Yebra fueron meros
espectadores, sorprendidos por esa “revolución” que
se montó en el pueblo para escuchar a unos cantantes
tan raros, que “aunque tenían buena voz (Eduardo
Paz) ni siquiera las jotas eran de las mejores”.
Para otras personas resultó un momento
inolvidable, un acontecimiento que quitó el miedo
a dar pasos firmes hacia la democracia, hacia una
sociedad libre y sin complejos donde entre todos y
todas se pudiera decidir un futuro sin escribir.
“Ese día la María
se pondrá el traje otra vez.
En Santa Orosia empezamos
y en San Miguel a beber.”(3)
PD: Este artículo es la suma de los recuerdos de Félix Bergua,
Graciano Lacasta, Rubén Villacampa, Gloria Estaún, Pepe Sánchez,
Joaquín Carbonell y Eduardo Paz. Gracias a todas.
1 Apodo cariñoso con el que ha sido conocido Labordeta durante prácticamente toda su vida pública.
2 Despejó el tiempo
3 Coplas de Santa Orosia de José Antonio Labordeta
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Visita episcopal
a la parroquia de Yebra en 1678
Graciano Lacasta Estaún
nos folios sueltos, intercalados al final del
libro más antiguo conservado de la Primicia
de la parroquia de Yebra, dan cuenta de los
gastos originados por cuatro visitas episcopales
realizadas entre 1678 y 1705. Consideramos de
interés dar a conocer la información contenida
en uno de ellos por su valor histórico y social. Se
trata de un documento único, porque de entre las
abundantes visitas de la máxima autoridad diocesana
recibidas en la parroquia, sólo en estos pocos casos
nos queda constancia detallada de los gastos que
ellas ocasionaron. Desconocemos si todas fueron tan
costosas económicamente. De las cuatro conocidas,
hemos escogido la que supuso el mayor gasto, por
contener también mayor información.
Desde el comienzo alertamos al lector del riesgo
que conlleva la lectura de un texto que nos traslada
a una época alejada de la nuestra por una distancia
superior a los trescientos años. Lejos de nuestro
propósito la pretensión de emitir un juicio gratuito
sobre el significado de unos gastos que a primera vista
resultan fastuosos. Los principios e intereses por los
que se regía aquella sociedad difieren tanto de los
nuestros que estamos obligados a ser sumamente
cautos a la hora de enjuiciarlos. No obstante, guiados
por el respeto y la imparcialidad, nos acercamos
al pasado movidos por la curiosidad que siempre
despierta el conocimiento de nuestra historia.
Convencidos de que alumbrar y escudriñar una
parcela de nuestro ayer, siempre ayuda a desenterrar
alguna de las múltiples raíces de las que se nutre
nuestra propia existencia. Aportaremos información
adicional sobre el contexto histórico en el que surgió
el texto, y comentaremos cuantos elementos puedan
facilitarnos su comprensión.
Sirvan estas líneas no sólo para satisfacer nuestro
anhelo de saber, sino, ante todo, como homenaje
a cuantos nos han precedido en la ya larga historia
del pueblo que un día nos vio nacer. Ellos fueron
tejiendo y construyendo con fe y tesón a lo largo de
siglos las calles y los caminos, las casas, los templos y
las ermitas, las tradiciones y el paisaje en el que hoy
nosotros nos movemos y respiramos.
1. Transcripción del documento:
Cédula del gasto de la Visita del Señor Obispo, año
1678, días tres
Libro primicia tomo
I página 92
De Huesca
Vino blanco: 2 cántaros a 10 sueldos:..........20 suel.
Clarete: 2 cántaros a 8 suel. 6 din...............17 “
Melones: 12 a 7 din.....................................7 “
Naipes: 2 barajas.........................................4 ”
Confitura de anís: 3 libras..........................12 ”
Pimienta: 2 libras a 3 suel............................6 ”
Canela: 2 onzas a 3 suel. 6 din.....................7 ”
Clavillos: 1 onza..........................................3 ” 6 d.
Pólvora: 2 libras..........................................6 ”
Perdigones: 8 libras a 1 suel. 2 din................9 ” 4 ”
Arroz: 8 libras a 10 din...............................6 ” 8 “
Bizcochos: 2 libras a 4 suel...........................8 ”
Piñones: 1 libra...........................................2 ”
Azafrán: ½ onza.........................................2 ”
Anís: ½ libra...............................................0 ” 2 “
Albarán de bodega y tienda..........................1 ” 5 “
Porte de todo esto.......................................18 ”
_________________________________________
Vino tinto: 17 ½ cántaros a 2 suel..............35 ”
Uvas: media arroba.....................................1 ”
Porte de todo esto.......................................26 ” 3 “
_________________________________________
Abadejo: 32 libras a 1 suel. 2 din...............35 ” 4 ”
Esquerola....................................................3 ”
Truchas: 15 libras......................................32 ”
Porte de todo esto.........................................5 ”
_________________________________________
Garbanzos: 1 almud....................................2 ”
Judias: 1 almud...........................................2 ”
Huevos: 16 docenas a 1 suel. 4 din..............24 ”
Peras: 20 docenas a 4 dineros . .....................6 ” 8 ”
Aceite: 12 libras a 1 sueldo.........................12 ”
Velas para luz al Sr. Obispo 4.......................7 ”
_______________
329 “ 11“
Lumbre para la cocina.................................2 sueldos
Leña para amasar: 2 cargas..........................3 ”
Leña para la cocina: 4 cargas........................6 ”
Trigo: 1 cahíz 9 cuart. a 40 real...............110 ”
Cebada: 1 cahiz 22 cuartales......................46 ”
Paja y caballerizas.....................................12 ” 9 d.
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2. ¿Qué era una Visita episcopal?
Panadería de
Yebra
Un carnero................................................36
Una oveja.................................................25
Tres borregas a 16 suel................................48
Pollos: 20 a 2 suel......................................40
Capones: 4 a 5 suel....................................20
Perdices: el coste de cazarlas........................20
Tocino: 6 libras a 4 suel.............................24
Queso: 4 libras a 1 suel................................4
Almendras: 1 almud....................................1
”
”
”
”
”
”
”
”
”
Nieve: una carga..........................................7
De traer la nieve..........................................2
Del que servía a la mesa...............................2
De la criada del Rector.................................8
Vagajes para subir al Puerto.........................6
Para el cocinero..........................................20
Para jabón..................................................1
”
”
”
”
”
”
”
e trataba de una inspección de la máxima
autoridad diocesana destinada a supervisar el
funcionamiento de la parroquia tanto en el aspecto
religioso como en lo relativo a las finanzas. Hay
que tener en cuenta que durante siglos la parroquia
ejerció la función de recaudar los impuestos,
mediante el viejo sistema de diezmos y primicias.
A veces la Visita era realizaba directamente por el
propio prelado, otras por un clérigo delegado de su
confianza. El Visitador revisaba el estado del templo,
ornamentos, pila bautismal, altares, reliquias, cálices
y demás jocalías. Y llevaba a cabo un riguroso control
y recuento de los bienes recaudados por la Primicia:
cantidad de cereales, lana, limosnas y donativos
recibidos, así como de los ingresos obtenidos con la
venta de dichos productos. El párroco presentaba,
a su vez, una relación pormenorizada de todos los
gastos requeridos para el mantenimiento de templos,
ermitas, adquisición de nuevos objetos sagrados y
demás artículos necesarios para el culto. Destacan
las compras de aceite para las lámparas y de cera
para iluminar la iglesia. Todos estos datos quedan
registrados en el libro llamado de la Primicia. Tras la
revisión, el Visitador deja constancia por escrito de
su conformidad con el estado de cuentas, señalando
irregularidades, deudas o aspectos a mejorar.
6 “
6 “
De la casa del Sr, Obispo........................100
De las camas de afuera..............................36
_______________
580 s. 9 d.
Es todo: 910 sueldos 8 dineros
Cabe a cada parte: 303 sueldos 7 dineros
El carácter marcadamente económico del
documento aconseja que recordemos el sistema
monetario vigente en el Reino de Aragón durante el
siglo XVII:
1 libra = 20 sueldos
1 sueldo = 12 dineros
El salario diario de un profesional artesano venía a ser
por esa época de 6 sueldos.
Medida de cereales: 1 cahíz =140 kilos = 24 cuartales
También eran objeto de examen los llamados
Quinque Libri, o cinco libros sacramentales,
donde quedaban registrados los nuevos bautizados,
confirmados, desposados, difuntos y la relación
completa de todos los fieles que cumplían cada
año con el precepto de confesar y comulgar por
Pascua. La Visita episcopal solía aprovecharse para
administrar el sacramento de la confirmación. Un
acto que en algunos casos debió prolongarse por
varias horas debido a su carácter masivo. Así en
la Visita del año 1708 se contabiliza en Yebra la
presencia de 189 confirmandos que acuden de otros
11 núcleos del contorno acompañados de sus padres.
La periodicidad de estas Visitas era de dos años y solía
ser frecuente que a una parroquia central acudieran
los rectores de las parroquias vecinas, trayendo sus
correspondientes libros parroquiales. Recordemos
que por esa época tan sólo en Ballibasa existían seis
parroquias: Orús, Sobás, Yebra, Allué, Osán y Sardas.
Así se justifica que la Visita se prolongara por varios
días, como sucede en el caso que nos ocupa.
3. Yebra en el año 1678
oblación: 234 habitantes. La lista
cumplimiento pascual los distribuye en:
del
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Varones de confesión y comunión: 94
Mujeres de confesión y comunión: 63
Varones de sola confesión: 12
Mujeres de sola confesión: 18
Varones y mujeres menores: 42
Ausentes: 5
Casas habitadas: 39 (Los datos corresponden al
año 1677 del que hay información más exacta).
Clérigos residentes en el pueblo: mossen Jusepe
Pérez (casa Pérez), mossen Pedro Lacasa, Capellán
de Sta. Orosia (casa Lacasa), mossen Jusepe Urús
(casa Capellán/Torre), mossen Francisco Saras (casa
Arnalda), mossen Thomás Cañardo (casa Cañardo),
mossen Orencio Bergua, Párroco (casa Abadía). A
los entierros son llamados los Curas de la balle y el
Capellán de Sta. Orosia que son ocho.
Llama la atención el número de personas de
fuera del pueblo que viven en Yebra en calidad de
sirvientes: María de Jaca, Juan de Xillue, Jusepe de
Jaca, Josef de Jaca, Pedro de Huesca, Juan de Francia,
Pedro de Alatruei, Orosia de Latas, Miguel de Arruaba.
En el último tercio del siglo XVII habitan en
el pueblo y ofrecen sus servicios los siguientes
profesionales y artesanos: Agustín Pérez, Miguel
Maza de Lizana y Domingo de Asso, notarios;
Domingo de Allué, Justicia del Valle de Bassa; los
doctores Carlos Casanaba, Esteban Marco, Juan
Antonio Pascual, Miguel Pradel y Domingo La
Puente, ejercen sucesivamente de médicos; Diego
de Cassas y Manuel Laplana, maestros boticarios;
Thomas de Rivera, organista; mosen Pedro de Fanlo
y Domingo Blanzaco, maestros de niños; Lorenzo
Sauseras y Juan de Lorau, cirujanos; Juan de Campo,
escultor; Miguel Escuer, sastre; Felipe Grasa, herrero;
Agustín Allué, pelaire; Domingo y Juan Jordán,
piqueros; Mathias de Orús, Martín Baleta y Juan
Gil, tejedores; Lorenzo Lafenestra, Zapatero; Juan de
Latas, Miguel Estaún y Martín Fenestra, ermitaños de
Santa Orosia.
La situación económica debió ser ese año, al menos para algunas familias, de extrema escasez de recursos. El libro de la Primicia da cuenta de un hecho
conmovedor que no se vuelve a repetir ni antes ni
después de esa fecha. Era habitual que los vecinos
recurrieran a la compra del trigo almacenado por la
Primicia cuando tenían necesidad de él para la elaboración de pan. Lo novedoso de este año es que muchos de los que acuden a comprarlo no pueden pagar
con dinero, y se ven obligados a entregar objetos de
su casa como prendas, hasta poder abonar el importe
en metálico. Se trata de pequeñas cantidades de trigo
Suelo de la sala de
Casa Pérez
-entre 6 y 18 cuartales (35/100 kg.). Así refleja este
hecho la siguiente anotación correspondiente a las
ventas del año 1678:
Se debe (trigo) con prendas que yo tengo, y son una
taza de pies, un vaso y dos cucharas, dos ollas de cobre,
un par de calzones finos, un bancal y un mantel... Se
advierta que del trigo que yo tenía en ser el año pasado,
y después lo presté, no he cobrado todo porque deben
los siguientes: Martín Jordán sobre una taza llana: 15
cuartales; Martín Pérez sobre una sábana y almirez:
18 cuartales; Orosia Laguardat sobre una olla de
cobre: 5 cuartales; Pedro Cañardo sobre tres cucharas
y un tenedor: 15 cuartales; Pedro Lardiés sobre unos
manteles: 6 cuartales; Mariqueta de Allué sobre un
cobertor: 2 cuartales; Juan Gil sobre un almirez:
6 cuartales; Martín Jordán debe cebada sobre una
cuchara: 16 cuartales (Folio 38).
Abundan las limosnas a Sta. Orosia de diferentes
pueblos de la comarca: Se cogió de la Varonía de Larrés
10 sueldos; se cogió de los de Senegüé 10 sueldos; dio
Javierre Latre 4 sueldos; se cogió en la procesión de la
Valle y otra luminaria de Sardas 12 sueldos; se recibió
de Sardas de casa de Orencio trigo: 3 cuartales; se recibio
de Serué por lo de la Veneración trigo: 3 cuartales.
La administración de los bienes de la Primicia era
controlada, en parte, también por los vecinos. Cada
año se nombraba a uno de ellos como primiciero, el
cual era responsable junto con el párroco de todos los
productos recogidos y de sus ventas. Ambos daban
cuenta una vez al año de su gestión ante los regidores
y vecinos que desearan asistir al pasacuentas. De
cada pasacuentas se levanta un acta firmada por los
presentes que se archiva en el libro de la Primicia.
Transcribimos los párrafos más significativos del acta
correspondiente al año vencido de 1678:
Pasaronse las quentas de la Primicia de Yebra a 19
dias del mes de Marzo del año 1679 en presencia de
los señores Rector, Jurados y Primiciero con asistencia de
otras personas de dicho lugar, y todas ajustadas se halla
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Sala de Casa Pérez
que tiene dicha primicia trigo en ser 27 cahizes. Al Sr.
Rector se le han pagado por las candelas de los años 77
y 78, y Predicador y Campanas del año 78 dos cahizes
y ocho quartales de trigo... Más quedó en memoria trigo
32 cahizes, 14 quartales y 2 almudes.
Más trigo en prendas 9 cahizes 3 almudes. Más
cebada en ser 5 cahizes y un quartal. Y en deuda
3 cahizes y 18 quartales. Con lo qual se dieron por
ajustadas estas quentas y se nombró primiciero para
el año de 79 a Domingo de Casbas. Yo moss. Orencio
Rector de Yebra otorgo las sobredichas quentas y las
firmo por el Primiciero y Jurados que no saben escribir
(Folio 39).
La Visita del año 1678
l prelado que visita este año la parroquia de
Yebra es D. Bernardo Matheo Sánchez del
Castellar. Era su primera visita al pueblo. El día 7 de
octubre administra el sacramento de la confirmación a
70 niños de Yebra y 4 de Sardas. Habían transcurrido
once años desde la anterior visita episcopal, de ahí
el elevado número de niños que debían confirmarse.
Actúa como padrino de confirmación mossen Miguel
López Rector de Sobás. El acta de confirmación
concluye con estas palabras: Siendo Rector de Yebra
Moss. Orencio Bergua de Sardas. Orencio Bergua es
el autor de la Novena a Sta. Orosia que todavía se
sigue rezando en nuestros días. Del documento
se deduce que otra de las labores que lleva a cabo
el obispo durante sus tres días de estancia en Yebra
es subir a visitar las ermitas y santuarios del Puerto
de Sta. Orosia. El texto dice expresamente: Vagajes
para subir al puerto. Recordemos que las obras de
construcción del actual santuario de la explanada se
habían concluido tan sólo nueve años antes.
No sabemos el motivo por el que tanto el párroco
como los regidores locales optaron por agasajar al
nuevo obispo con tanto esmero. Los tres días que
duró la Visita les supuso un gasto superior a los 900
sueldos. Una cantidad astronómica si pensamos
que en aquella época el precio de un pollo o de
una docena de huevos no superaba los 2 sueldos. O
que lo percibido por el arriero y las caballerías que
se desplazan a pie desde Yebra hasta Huesca para
hacer una parte de las compras, es de tan sólo 18
sueldos. Un cometido que le exigiría, como mínimo,
tres días. O que había familias en el pueblo que no
disponían de los 16 ó 18 sueldos que costaban los 6
cuartales (24 kg) de trigo necesarios para elaborar el
pan de cada día. Otro elemento de referencia puede
ser el coste de construcción de la recién inaugurada
iglesia del Puerto. La inscripción grabada en la base
de la pila de agua bendita, situada a la entrada de
dicho templo dice: …costó 1.115 libras..., esto es:
22.300 sueldos. Es cierto que el obispo representaba
entonces la máxima autoridad que podía visitar
el pueblo, por ostentar no sólo un poder religioso,
sino también político. Pero si lo que pretendían los
regidores locales era granjearse el favor del prelado,
es dudoso que lo lograran, pues los mandatos que
redacta el Visitador en el acta final suenan severos y
amenazantes. Veamos algunos de ellos:
- En todas las misas de días festivos, después del
ofertorio, el párroco deberá leer a los fieles el
Catecismo, bajo sanción de veinte sueldos por
cada vez que deje de hacerlo.
- Párroco y primiciero deberán cobrar todas las
deudas de la Primicia en el plazo de un mes.
Quienes no paguen pasados otros ocho días, que se
publiquen sus nombres y queden excomulgados.
- Siguiendo idéntico procedimiento, serán
igualmente sancionados quienes en adelante sean
remisos en el pago de los diezmos y primicias.
- Que se prohiba participar en los oficios divinos a
quienes no cumplan con las misas y aniversarios
debidos a sus familiares difuntos (II Libro
Sacramental, Folio 218s).
5. Análisis del documento
o debe extrañarnos que entre los gastos
contenidos en el balance destaquen los
derivados de la compra de alimentos. Tal predominio
de la gastronomía no viene más que a corroborar una
de las características de aquella sociedad, ya señalada
por el gran estudioso de nuestra tierra, don Manuel
Gómez de Valenzuela. En su interesante obra sobre
La vida en el Valle de Tena en el siglo XVI afirma que
para aquellas gentes los convites y comidas (más bien
comilonas) colectivas constituían uno de los principales
entretenimientos y placeres de su monótona vida
(p.262).
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Pasamos a desglosar los principales productos
reseñados en el balance.
La gastronomía:
Vino: 22,5 cántaros = 225 litros.
Carne: 1 carnero, 1 oveja, 3 borregas, 20 pollos, 4
capones, perdices y tocino 2 kg.
Pan: 1 cahíz + 9 cuartales de trigo 192 kg ↑≈ 135 kg
de harina ↑≈ 200 kg de pan.
Huevos: 16 docenas.
Pescado: 5 kg de truchas y 6,5 kg de bacalao.
Legumbres y cereales: 1 kg de garbanzos, 1 kg de
judías y 2,5 kg de arroz.
Fruta: 12 melones, 6 kg de uva y 20 docenas de peras.
Condimentos: confitura de anís, pimienta, canela,
clavillos, piñones, azafrán y anís.
Es evidente que el pan, la carne y el vino
constituyeron la base del menú degustado durante
aquellas tres jornadas. Trigo y carne eran productos
autóctonos. Aquél, cultivado en las propias fincas,
molido en el molino local, amasado y cocido en alguno
de los hornos existentes en cada casa. El trigo era en
aquella época uno de los productos más valorados.
Se utilizaba con mucha frecuencia como moneda
de cambio, en vez del dinero. Los constructores de
la iglesia de Yebra cobran sus trabajos a cambio del
trigo que recoge la Primicia durante doce años. Es
de suponer que los casi 200 kg. de trigo consumidos
durante la Visita se destinaron a elaborar pan, cuyo
consumo debió superar los 200 kilos. A tal fin se
adquieren también 2 cargas de leña para amasar.
Un segundo artículo que destaca en la dieta es
la carne. Desconocemos cuál sería el número de
comensales, pero sorprende el elevado consumo de
este alimento. Entre la proveniente de las cinco ovejas
y los 24 pollos bien pudo rondar los 110 kilos, sin
incluir la proporcionada por las perdices, que por lo
pagado a los cazadores -20 sueldos- es de sospechar
que fue abundante. Para este fin se compró en Huesca
pólvora y perdigones: 15 sueldos. La preparación de
esta carne sería, en gran parte, en forma de ‘asado’,
ya que la ausencia de patatas entre las compras indica
que este alimento todavía no se había popularizado
por esas fechas.
Más costoso resultaba el abastecimiento de vino,
un alimento de primera necesidad en la época, por
aportar calorías y energía. Aunque la toponimia y
la presencia de lagares de vino en algunas casas de
Yebra demuestran la existencia de viñas en el pueblo,
la calidad de sus caldos debía ser deficiente. De ahí
la necesidad de tenerlo que acarrear en odres de piel
a lomos de mulos desde el somontano oscense. En el
documento que nos ocupa predomina el vino tinto:
175 litros, cuyo coste resulta 4/5 veces más económico
que el de los otros 40 litros de vino blanco y clarete.
El acarreo del vino tinto, que se realiza por separado,
requeriría al menos dos mulos y más de dos días. El
precio de su transporte asciende a 26 sueldos
El pescado está representado por el bacalao/
abadejo, alimento cuaresmal por excelencia. Era
el pescado más asequible a los lugares alejados
de las zonas marítimas. Su salazón garantizaba la
conservación por largo tiempo. El gasto en este
alimento -35 sueldos- por la compra de más de 10
kilos es también elevado, similar al de las truchas,
que, según afirma Manuel Gómez de Valenzuela,
eran consideradas manjar muy delicado, y abundaban
en el río Gállego y torrentes adyacentes.
Llama la atención la escasa presencia de legumbres,
especialmente de un producto tan específico de la
zona como la alubia. Dentro de los parámetros en
que están representados el pan, la carne, el vino o las
16 docenas de huevos, tan sólo un almud (= 1 kilo)
de judías y otro de garbanzos parecen cantidades
insignificantes. Mientras que la fruta, a pesar de
la dificultad que pudiera suponer su transporte y
conservación, parece que estuvo abundante, como lo
demuestran los 12 melones, 6 kilos de uva y 20 docenas
de peras.
Para preparar las comidas se contrata a Miguel
Escuer, vecino del pueblo, que por las tres jornadas de
trabajo percibe una remuneración de 20 sueldos. A su
disposición se ponen 4 cargas de leña y lumbre, y hasta
siete especias diferentes, con las que condimentar las
viandas. Le ayudan un camarero, que servía la mesa,
y la criada del Rector.
Concluimos este apartado gastronómico
aludiendo a una compra para muchos llamativa: una
carga de nieve. El comercio de nieve y hielo, destinados
a enfriar las bebidas y mantener frescos los alimentos,
fue habitual durante siglos hasta la llegada de
nuestros actuales frigoríficos. La nieve comercializada
con este fin fue considerada por mucho tiempo como
un producto elitista, propio de las clases privilegiadas
o exclusivo de los grandes banquetes. Su compra en
nuestro caso, destinada a agasajar al prelado y su
comitiva, hay que interpretarla en este sentido. La
carga de nieve provendría del inmediato pozo nevero
localizado en el mismo término de Yebra, restaurado
en 2006. Sabemos con certeza que en 1678 se
encontraba en funcionamiento, ya que en 1624
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el concejo de Yebra obtuvo permiso para construir y
explotar un pozo de nieve. Y en 1672 se obligaba a los
vecinos del lugar a ir a los jornales de caminos, molino,
pozo y Yglesia.
El alojamiento
n añadido al documento que venimos comentando
indica el modo como fueron sufragados los 910
sueldos que costó la Visita de 1678. Por él sabemos
que la casa del Sr. Obispo, mencionada al final del
balance, fue Casa Pérez. En ella instalarían el prelado
y acompañantes su cuartel general. En su espaciosa y
elegante sala tendrían lugar los consabidos convites,
y alguna de sus entonces más lujosas habitaciones
serviría de aposento episcopal. Nada de extraño que
uno de los recintos de esta casa, que hasta hoy recibe
el nombre de Estudio, se convirtiera durante esos
tres días en despacho episcopal. Ese Estudio sería el
lugar habitual de trabajo de los sucesivos notarios,
miembros de la familia Pérez, que a lo largo de los
siglos XVII y XVIII ejercieron su profesión con el
título de Notario real de Yebra. La ocupación casi total
que esos días se hizo de Casa Pérez -cocina, bodega,
despensa, sala, dormitorios, estudio-, convertida en
Casa del Sr. Obispo, fue valorada en 100 sueldos, el
importe más elevado que figura en el balance.
Por el documento adjunto sabemos que para
completar el alojamiento de cuantos acudieron al
Paso a la alcoba en la
Sala de Casa Pérez
pueblo con motivo de la Visita se recurrió al alquiler
de camas en otras casas: 9 en casa de Eusebio, 2 en
casa de Capellán y una en casa de Juan d’Allué. Otro
elemento a considerar es el cobijo y cuidado de las
caballerías con las que se desplazarían el prelado y
los suyos. A este fin se destinan la Cebada: 1 cahiz 22
cuartales (267 kilos): 46 sueldos, y la paja y caballerizas:
12 sueldos 9 dineros, incluidos en el balance. Esta
cantidad de pienso consumido indica que el número
de caballerías desplazadas no debió ser reducido.
Los comensales
arecemos de datos precisos sobre el número de
invitados que asistieron a las comidas, pero por
el volumen de alimentos consumidos se diría que
fueron convites muy concurridos, y con comensales
de buen apetito. Junto al obispo viajarían varios
miembros de su curia. Al párroco de Yebra, que
actuaría de anfitrión principal, le acompañarían con
toda probabilidad los otros cinco clérigos locales y
los restantes cinco párrocos de Ballibasa. Estarían
presentes también los regidores del concejo, el
justicia, el primiciero y otras personas destacadas
del lugar: notario, médico, boticario, cirujano... No
debieron faltar, tras los postres, algunos momentos
de distensión lúdica, como indica la compra de naipes:
dos barajas. En estos casos también era costumbre
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repartir gratis entre los vecinos más pobres de la
localidad carne, pan y vino.
Forma de pago
l desglose final que cierra el balance distribuye
el gasto total en tres partes: cabe a cada parte
303 sueldos 7 dineros. Esas tres partes son: el párroco,
la iglesia y el lugar. El documento adjunto especifica
los artículos sufragados por el Rector hasta completar
el porcentaje que le corresponde. Para abonar la
porción que toca a la iglesia se recurre a los bienes de
la Primicia; así queda reflejado en el libro: del gasto
que se hizo en la Visita: 303 sueldos 7 dineros. Pero
la Primicia no debía disponer de fondos suficientes
para afrontar este pago y sólo aportó 222 sueldos.
Rector y primiciero tuvieron que hacer frente con sus
propios dineros al importe restante. De ahí que en
el pasacuentas de ese año se lea: Computado el gasto
con el provecho se halla que la Yglesia debe al Rector y
Primiciero 78 sueldos.
No está claro que el pueblo pagara su parte
proporcional tomando el importe de la caja común
del concejo. Más bien parece que unas cuantas
familias asumen ese gasto ofreciendo cada una
distintos servicios y productos. Así Jusepe Escuer, de
casa Eusebio, aporta bienes por un importe de 80
sueldos: cebada, camas, pollos, paja, caballerizas y un
carnero. Martín San Clemente, de casa Juan d’Allué,
se hace cargo del porte de Huesca, porte de Jaca, porte
de nieve, un capón, porte del Puerto, una cama y leña
para masar; total 43 sueldos. Casa Pérez se encarga
del hospedaje, garbanzos, jabón y almendras: 104
sueldos. Y así hasta otros nueve vecinos con distintas
aportaciones de menor grado.
Debemos suponer que cada uno ofrece a la
organización de la Visita aquellos bienes de los que
personalmente dispone. De los aportados por el
párroco se deduce que éste contaba por aquel entonces
con un rebaño propio de ovejas, un corral con pollos
y gallinas, huerto, fincas con producción de cereales
y una criada. Porque entre sus aportaciones figuran:
1 cahiz 9 quartales de trigo, 1 oveja y 3 borregas, 13
pollos, 1 capón, huevos, judías, queso y el trabajo de su
sirvienta: De la Criada del Rector 8 sueldos. Otra de sus
contribuciones dice así: De cazar perdices 20 sueldos.
Nada extraño que el rector fuera aficionado a la caza
y fruto de esta afición fueran las perdices que luego se
sirvieron en la mesa. No debe sorprendernos que la
parroquia poseyera fincas de cultivo; una relación de
1702 enumera hasta 19 campos y huertos propiedad
de la parroquia. En algún momento también se
menciona al pastor del Rector.
Reflexiones finales
1. Reconocemos la parcialidad de la visión aquí
dada sobre esta Visita episcopal, ya que casi
exclusivamente hemos analizado su aspecto más
material, olvidando lo que debió constituir su
objetivo primordial, es decir, el religioso, del que
apenas tenemos infomación.
2. La desmesura del gasto que supuso esta Visita
constituye con toda probabilidad un caso
excepcional. Las visitas posteriores experimentan
una considerable disminución del gasto. La
de 1680, en la que no participó el obispo, y el
Visitador permaneció también tres días, costó
503 sueldos, y en la de 1682 el gasto descendió a
392 sueldos.
3. Sería injusto, a la sola consideración de lo arriba
expuesto, no saber apreciar lo que de positivo
contenía aquella contribución de la institución
eclesial como elemento integrador y estructurador
de nuestra vieja sociedad. Aunque expuesta al
abuso inherente a todo poder, esa institución
eclesial fue la más cercana a unas gentes acosadas
por múltiples calamidades y casi del todo
abandonadas a su suerte.
4. La eclosión de fervor religioso vivido en esa época
nos ha dejado innumerables testimonios que
constituyen para nosotros una parte importante
de nuestro patrimonio cultural. Tal eclosión de
fervor, acompañado de obras que aún perduran,
debió surgir de una innegable fuerza y energía
internas que con frecuencia escapan a nuestra
sensibilidad actual.
5. Enorme el proceso de liberación y purificación
experimentado por la institución eclesial de
nuestros días, comparado con una época en la
que se le encomendaba labores tan ajenas a su
misión, como la recogida y administración de
impuestos, la representación de la autoridad
política más inmediata o el arbitraje casi exclusivo
de la moralidad pública.
6. Por fin, nuestra obligada gratitud a aquellos
laboriosos clérigos que, en medio de una sociedad
dominada por el analfabetismo, ellos aprendieron
a leer y escribir, legándonos un valioso testimonio
escrito gracias al cual hoy conocemos tantos
detalles de nuestro pasado.
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Sarmientos
Enrique Satué Oliván
Dicen que aguantaron hasta la plaga de la filoxera. En algunos sitios más… Y, en otros, aún quedan
viñas testimoniales y viñadores casi bíblicos. En el valle de Basa e, incluso, Sobrepuerto, aún tenemos
testimonios: toponimia que nos lo recuerda (as viñas, as viñazas…), algún lagar que otro y, sobre todo,
tradición oral e incluso el dance (mudanza viñetas del dance de yebra). Sirva esta estampa residual
como recuerdo al caldo que fermentó en estas montañas, bajo en grados, pero obligado para la salud y
la alimentación.
o conocí cuando desgranaba sus últimos años
en la soledad de la viña.
Vivía para ella y sus dedos se injertaban de sol a
sol en aquel costero pedregoso que bajaba desde la
ermita.
Nunca estaba parado, igual daba que fuese la
estación quieta que aquella en la que la savia de las
cepas sudaba para aterciopelar la bilis de la tierra.
Ése era el mosto que endulzó los últimos sorbos
de su vida. Él sin la azada de dos ganchos, la navaja, el
azufre mezclado con el vitriolo molido y la hoz enana
no era nada, ni siquiera brisa, el hollejo prensado
que da hasta la última lágrima de vino; sólo una cepa
vieja, olvidada por la familia en el yermo del pueblo
agotado.
Ignoro si influiría aquel lugar o si era cosa del
oficio, pero lo cierto es que siempre observé en él un
profundo fermento entre místico y artesano.
Nos vimos varias veces en aquel viñedo que había
pertenecido en algún tiempo a los monjes, sobre
el cascajo y la cerámica antigua que envolvía el pie
de las cepas, en aquel lugar decantado donde él se
empeñaba, año tras año, en criar un vino tan viejo
como la memoria del pueblo que se veía a lo lejos,
coronado de tejas pardas, al pie del Visaurín.
Durante aquellos encuentros descubrí que el
paisaje y él eran lo mismo, que latían al mismo
ritmo y que cuando a las novecientas cepas les hervía
la sangre, él se alteraba porque se daba cuenta de
que con su viña se iría también la madre del vino
de los antepasados. Eran los días en que él escribía
al afamado winemaker que conoció a través del
suplemento dominical del periódico.
Un día me enseñó con orgullo las cartas que
dejaban bien parado al joven experto formado en las
bodegas de Burdeos y Toscana. Éste le sugería con
sensibilidad que aguantara firme a pie de cepa, que
les hablase al oído, en las mismas yemas; que no
lo dudase, que él constituía todo un símbolo de la
resistencia frente a la globalización vitivinícola, que
la dignidad de la fruta, el color y la estructura, sólo
la suministraba el románico del viñedo, el material
vegetal autóctono, cuidado con sencillez monacal.
Que aguantase, que algún día acudiría para ver lo
que podía hacer por aquella viña que sacaba néctar
del cascajo de las montañas. En fin, que luchase por
aquella garnacha negra que, según cuentan, plantó
cara con mucha gallardía, al embate de la Filoxera.
Siempre que yo quería aprender de él, no entraba
en el pueblo, orillaba el coche en los almendros y
tomaba el sendero que subía primero al viñedo y,
acto seguido, a la ermita de la Virgen que se asoma
asombrada al Pirineo.
Allí estaba, con uno de esos trajes de pana raídos
por el sol hasta que cobran ese aire pardo y eremítico
que tiene la madera rugosa de las cepas.
De vez en cuando se encendía un cigarro y lo
paseaba entre los cien pasos de la ría como si se tratara
de un incensario, porque él decía que aquel humo
mataba cualquier pulgón. Esto era entre semana,
porque los días de fiesta lo hacía con una faria que le
subía el cartero.
Así discurría a diario su vida, aunque cuando acudí
para ver cómo tiraban de las yemas los últimos días
de abril, no lo encontré y supuse que debía andar por
casa ordenando la soledad esparcida desde hacía años.
Llegué a la viña y me detuve en medio de aquella
formación engañosa, de cepas apagadas que, en
realidad, guardaban dentro tanto fuego.
Posiblemente nunca, hasta aquel día, me había
fijado con tanto detalle en una cepa. Parecía escoria
retorcida de la que, misteriosamente, nacían ocho
yemas aterciopeladas, junto al arranque de los
sarmientos podados a últimos de febrero. Desde
aquella mañana, siempre me he preguntado cómo
unas cepas herrumbrosas como aquellas han podido
dar glucosa durante siglos, frente al aliento de la
nieve y a la oscuridad de las hoces del río.
Levanté la vista y me di cuenta de cómo aquel
panorama mortecino mentía; de cómo el trigal
que envolvía la viña, y que hasta agosto servía de
empalizada, ya tenía dos palmos; de qué forma los
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frutos de los almendros, plantados en las márgenes,
ya alcanzaban el tamaño de un piñón; de qué manera
los tres membrillos de las esquinas ya abrían sus
capullos sonrosados dispuestos a reencontrarse con el
vino nuevo en el poncho de Navidad; de cómo en el
muro sur de la caseta ya se abría algún pensamiento
azulado del tamaño de un pendiente; y de qué forma,
cinco fajos de sarmientos aguardaban el espectáculo
de la resurrección de la viña en las márgenes, mientras
se secaban para asar y endulzar la carne de las fiestas
y del día sacavinos.
Allí todo estaba, aparentemente, quieto, y la azada
de dos ganchos era testigo de ello, porque descansaba
entre los brazos de un almendro. Permanecía inerte,
colgada y agotada después de haber picado el suelo de
la viña cuando en marzo habían comenzado a retroceder los neveros. Seguramente, aguardaría así otro
año, a la intemperie, como todo lo que un día florece.
Entré agachado en la caseta, me senté en el banco
de piedra y recordé algunas de sus explicaciones
mientras repasaba y dibujaba los objetos con
tranquilidad.
Al parecer, hasta el final de los sesenta, cada casa
había tenido, al menos, una viña, pero luego, con
la despoblación, la concentración parcelaria y la
maquinaria, se acabó la cultura de la autosuficiencia,
se arrancaron las cepas y se comenzó a comprar el
poco vino que las menguadas familias y los nuevos
gustos sociales de la juventud requerían.
Sólo quedó a pie de cepa algún viejo solitario
como él, que no encontró mejor compañía que la de
la viña fiel donde, desde niño, había visto cómo el sol
lamía la figura de los seres queridos, hasta que, con
los años, poco a poco, se fueron yendo.
“Sopanvina no emborracha, pero alegra a la
vecina” –le decía su abuela, en aquel mismo asiento
que yo estaba, cuando para merendar, les daba una
tajada de pan con azúcar, remojada en vino.
Había que ver a aquella mujer en la vendimia, con
qué garbo se movía, agachada, entre las rías de cepas y
para los días del Pilar… Eran las jornadas en que ella
se vaciaba y dejaba su pulpa, porque luego sabía que
ninguna mujer, desde los tiempos de siempre, podía
pisar la uva si no quería que el vino se avinagrara.
Él me decía que vivir a pie de cepa equivalía a
estar en una continua lucha y que, por eso, a partir
de que los granos estaban de buen ver, su abuelo
dejaba colgada la chaqueta en una azada puesta de
pie en medio de la viña, y, si esto parecía poco, había
que dormir allí para hacer guardia, en el suelo de la
caseta, sobre un colchón de sarmientos.
Así ocurrió mientras la plaga de las rabosas, los
críos y los vecinos andaba repartida, porque cuando
con la emigración comenzaron a quedar tan pocas
viñas como los dedos de las manos, daba lo mismo
dormir en casa que junto a las cepas...
A veces, me contaba, que las familias pobres se
emparentaban por la necesidad de vino, y que como
ya se sabe que todas las calamidades vienen juntas,
rara era la vez que no se les avinagrara o todo acabase
en una riña.
Sin embargo, recordaba que la desgracia colectiva
más sonada fue aquella en que una noche a tres socios
se les marchó el vino porque un ratón se comió el
sebo con que éstos habían taponado la cánula del
lagar. “Entre García, Piquero y Patrón,/ pusieron el
vino juntos/ y se les comió el sebo el ratón” –recitaba
más de una vez con aire pícaro.
Lo eché en falta aquella mañana, pero su ausencia
también me sirvió para observar y revolver con
detalle todo lo que albergaba el interior del pequeño
edificio.
Apoyados en una pared oscura estaban el arado
empolvado y la collera para tirar de él; detrás de
la puerta, se adivinaban dos cuévanos de madera
que, hasta no hacía muchos años, habían servido
para transportar a lomo la uva; en una estantería
se apiñaban el azufre, el vitriolo, las tijeras y una
cajita de madera en la que se había escrito con letra
temblorosa que a quien cuidara de la viña, la titular
de la ermita le “aduyaría”. Pocas cosas más, alguna
vela, una garrafa vacía de vino, papeles de aluminio
apretujados para tapar alguna rendija, restos de
sarmientos quemados en un rincón; eso y un
calendario de El Mensajero de Padua en el que, mes
por mes, la misma mano trémula anotaba cuando la
merma de la luna permitía manipular con éxito las
cepas y el vino.
Anoté todos los detalles, incluso aquel llamativo
círculo del día uno de agosto, junto al que decía, “en
ayunas, un vaso de vino para quitar el dolor de cabeza
todo el año”. Tomé buena nota y me incorporé
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cuando un estrecho haz de luz caía sobre la cajita de
madera, allí donde él guardaba el gaviño que, bien
guiado, dando cortes correctos, azuzaba la sangre
adormecida de aquellas cepas.
Hice un dibujo detallado de aquella hoz diminuta
y revisé todo para que él no extrañase nada.
Lo hice a conciencia, pero sin sentido, porque él
ya no aclararía en julio los sarmientos; lo supe cuando
sus hijos me llamaron desde la ciudad para ofrecerme
El libro de la viña y todos los aperos.
Me quedé pálido, porque una vez más, el paisaje
emocional de estas montañas se había desdibujado.
Tomé entre mis manos una de las botellas que me
había regalado, miré su etiqueta y no pude evitar que
se me hiciera un nudo en la garganta. “Viña de la
Virgen. Añada 2000” –decía con letra manuscrita.
“Casa Périz. Denominación de origen: Sarmientos
del Visurín” –rezaba con letras mayúsculas al pie.
Ya no era vino nuevo. Lo abrí con cuidado, lo
olfateé y sentí los vapores telúricos de aquel cascajo
del pie de la ermita; efectivamente, tenía mucho
de románico y austero. Lo paladeé y me pregunté
qué milagros tendría que hacer el winemaker para
aterciopelar aquel vino tan franco, que no engañaba
de donde había salido.
Lo saboreé bien y dejé caer aquel jarabe, cocido
en la botica del cerro de la Virgen, por mi garganta.
Lo movía por la boca, mientras me replanteaba la
oportunidad de llevar al museo El libro de la viña.
Él me lo había enseñado como lo que era, como
un auténtico tesoro. Estaba forrado en piel, tenía
cincuenta y dos hojas y las doce últimas todavía
estaban en blanco, para que se continuara anotando
las vicisitudes del vino de la casa.
Comenzaba por dar cuenta de aquel año en que la
langosta se llevó toda la uva por delante y en que un
antepasado quiso dar fe de lo que, posiblemente,
podían ser los últimos días de la Humanidad.
Así comenzaba a desgranar racimos en
que se mezclaban las lunas, las pestes, las
sequías, los nacimientos y las muertes en
la familia, las guerras, la compra de los
toneles y la celebración de las cosechas;
todo en aquel odre, como si aquel
Libro de la viña, en realidad, reflejara
mucho más y se alargara por la
historia de la misma Humanidad; la
que se escribe a pie de cepa.
Paladeé el último sorbo y pensé
cómo iba a contestar a sus hijos.
Claro, les diría que agradecía la
confianza que habían puesto en
mí, que no había sitio en el museo
para los objetos de la viña, que
guardaran el libro como un tesoro
y que no me lo podía llevar, porque
aún tenía hojas en blanco; aquello,
y que el gaviño de su padre, por si
no se habían dado cuenta, estaba
intacto en una caja de madera,
con un escrito suyo, dentro de la
caseta.
Poco más puedo contar.
Bueno, lo dicho, que hundí a
conciencia el corcho y que, con
el pañuelo, limpie una glarima
de vino que se descolgaba por el
cuello de la botella.
Ilustración:
Lacasta Clueca
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Las Matas de Santa Orosia
José María Satué Sanromán
La mata de
Escartín
a amplia planicie, ligeramente inclinada, que
rodea la ermita de santa Orosia, está poblada,
entre otras plantas, por matas de boj, que
crecen aisladas en medio de la pradera; ahora son
de menor talla que en tiempos pasados, alternando
con los pinos, que se están extendiendo por la zona
espontáneamente, ofreciendo buenas sombras a
los visitantes en los calurosos días del verano. Esas
matas de boj han sido, y todavía siguen siendo,
aunque en menor escala, testigos mudos y directos
de la evolución social de las gentes que acudían
y siguen acudiendo el 25 de junio a la romería de
santa Orosia. Durante la guerra civil esta zona era el
límite territorial de ambos bandos, permaneciendo el
frente republicano casi dos años (1936-1938) en esta
divisoria, con el cuartel general ubicado en el edificio
de la ermita. En ese periodo las matas de boj fueron
prácticamente arrasadas y condenadas al fuego
para preparar las comidas y calentar a las tropas,
incluidos dos largos y fríos inviernos. Pasado este
episodio, fueron resucitando de sus cenizas y se han
ido recuperando poco a poco, sin llegar a alcanzar el
tamaño de las antiguas, sin duda por las dificultades
climáticas que derivan de su altitud, perdiendo la
batalla en favor de los pinos, hoy en día preferidos
por las familias y grupos.
Antiguamente cada lugar de Sobrepuerto, del
Basa, de la Guarguera o de la Galliguera, tenía su
gran mata de boj en los alrededores de la ermita,
donde se juntaban los respectivos vecinos el día
de la romería. Aunque todas eran parecidas, no
estaban numeradas, ni tenían etiquetas de reserva,
pero cada pueblo identificaba la suya sin titubear,
año tras año. En cuanto llegaban por la mañana, se
dirigían directamente a ellas, atando las caballerías
en sus ramas y depositando las viandas, portadas en
las típicas alforjas, en la sombra, a cuyo cuidado se
quedaba uno de los vecinos, bien por turno anual
(a redolín) o por simple acuerdo, con el fin de evitar
que las caballerías se enredasen o algún perro ‘visitara’
las meriendas. Mientras, el resto de los vecinos
participaba en los diferentes actos religiosos en honor
a la santa.
Una vez celebradas las distintas ceremonias
de la mañana (encuentro de cruces y banderas en
el Zoque, procesión conjunta hasta la ermita y
misa), incluida la veneración de las reliquias en el
exterior de la ermita, en presencia de los romeros
de la Guarguera y de los danzantes de Yebra, ante la
variada actitud de los fieles -unos atentos y devotos,
otros repartiendo sonrisas y saludos reprimidos
entre los parientes, amigos y paisanos-, se producía
una verdadera eclosión social en los alrededores,
un hormiguero humano moviéndose en todas
direcciones, charlando en grupos, siempre de pie,
manifestándose la alegría mutua de encontrarse un
año más. Algunos mozos aprovechaban el momento
para exhibir sus caballerías, enjaezadas especialmente
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para la ocasión, con aparejos adornados con dorados
clavos y coloradas mantas; otros lucían sus artes
y fuerzas ondeando las banderas al viento por la
inmensa pradera.
Después iban acudiendo todos a sus respectivas
matas, tras la acíaga mañana, sentándose en torno a
ellas para comer. Vaciaban el contenido de las alforjas
sobre un mantel (bota de buen vino, fiambrera con la
tortilla de patata y carne en conserva, jamón, queso,
longaniza, tortas o crespillos), para saciar el hambre y
‘presumir’ ante los demás del buen hacer de la dueña
de la casa. Entre bocados, hábilmente dosificados
por las clásicas navajas de mango de hueso (navallas
de pastor), y tragos de vino, iban saliendo toda clase
de temas, unos en broma, otros en serio, la mayoría
con buen humor, acorde con el tono festivo del
día, estropeado en muchas ocasiones por sonoras
tormentas.
Poco a poco se iban comentando todos los
asuntos de la redolada, primero con cierto orden
y modulada intensidad, que iba subiendo de tono
conforme se recuperaban las fuerzas y se trasvasaba
el vino de las botas a los estómagos, hasta terminar
en un alegre jolgorio. En cada corro se palpaba
el chistoso de turno y los diferentes intereses de
mozos y mayores, aquellos atentos a las evoluciones
de las mozas, éstos más preocupados por el futuro
de la casa, las conversaciones se mezclaban. Así,
los mozos no dejaban moza de la zona sin ‘repasar’
(dialécticamente se entiende): si había mejorado su
físico, si se le sabía de alguna relación sentimental,
con quién había festejado, a qué fiestas iba, etc. Sin
embargo, los amos eran más prácticos y directos,
tratando de ‘atar’ la boda de su heredero con una
buena moza (cuyas condiciones -ajustes- se habían
Alrededor de
las matas
pactado anteriormente, interviniendo padres y
novios), para que la casa siguiera adelante. Para
ello, disimuladamente, se ausentaban de la mata del
pueblo, como si fuesen a ‘aliviar aguas’ un poco más
allá, donde se producía el apalabrado encuentro.
Aunque actuasen con disimulo, a partir de ese
momento el noviazgo ya era del dominio público,
pues siempre había alguien detrás de las matas, que se
encargaba de propagar la noticia a los cuatro vientos.
En las fiestas se oficializaba el noviazgo ante los
vecinos, especialmente mozos y mozas, que tomarían
parte activa en la próxima boda, especialmente en
la despedida de solteros, y los más amigos como
espaderos. Encontrar una moza ‘aparente’ se convirtió
en preocupante a partir de 1940, pues preferían
marchar a servir a la ciudad, antes que casarse con el
heredero de una casa ‘buena’. “Antes sirvienta en una
capital, que dueña joven en casa buena”, decían.
Otras veces buscaban un criado, que les ayudase
en las duras faenas del estío. En junio se iniciaba el
periodo de más trabajo en los pueblos (siega de la
hierba, la del trigo, la trilla, el pastoreo del ganado
lanar y vacuno en los puertos…) y, especialmente en
las casas de mucha hacienda o si tenían hijos pequeños,
hacían falta ‘brazos’ para atender todas esas tareas. La
romería era un buen momento para contratar algún
sirviente, entre los numerosos mozos que acudían,
normalmente de casas humildes. No se usaba el
papel, bastaba con la palabra de las partes, cuyas
condiciones se sellaban con la conformidad de amos
y criados. En ocasiones lo hacían indirectamente, a
través de algún conocido, apalabrando al que podían,
ateniéndose a las consecuencias.
Además se efectuaba el recuento ‘a bulto’ de los
asistentes a la romería, comparado con años anteriores,
si había aumentado o disminuido la afluencia.
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También se contaban anécdotas del encuentro con
antiguos vecinos o conocidos, emigrados a otros lares:
a los centros fabriles de Sabiñánigo y Monzón, a las
ciudades, a Francia, etc.
Las matas soportaban en silencio el variado
repertorio, oyendo de todo, sin poder opinar;
las invocaciones a la santa apenas se percibían,
aparentemente brillaban por su ausencia, quedando
reducidas a las intenciones de cada cual, que
emanaban de su interior, sin bullicios ni alharacas.
Las matas más alejadas recibían periódicas ‘visitas’
de hombres y mujeres, para ‘aliviar’ sus necesidades
fisiológicas, ‘aguas mayores y menores’, grabando en
sus verdes hojas la evolución de las prendas interiores
a lo largo de los tiempos (suena a tontería, pero es
la realidad humana). Escarceos amorosos no tuvieron
que presenciar, porque la dispersión de las personas
por todas partes, no dejaba espacio a las intimidades.
No faltaba algún tenderete junto a los recios
muros de la ermita, que ofrecía café y licores para
los mayores, velas, vasos planos, navajas, caramelos
y chiflos para los pequeños, que esperaban como el
maná, de manos de sus padres o hermanos mayores.
Al menos unos dulces nunca faltaban en el fondo de
las alforjas, para ancianos y niños.
Charrín-charrán
transcurría
la
jornada,
algunos se ‘echaban una cabezada’ revueltos con
las alforjas, dando manotazos a los impertinentes
ataques de los tábanos y de las moscas; otros iban
pensando dedicatorias picaronas para entregarlas
disimuladamente al mayoral de los danzantes, que en
los brindis de la tarde sacaba los colores a más de un
mozo o moza, con la consiguiente contestación por
parte de los ‘afectados’. Algunos mozos se quedaban
con cierto resquemor, heridos en su orgullo por las
finezas de un forastero, pero el vino aplacaba las iras y
también el recital irónico de la pastorada, proclamada
con gracia por el mayoral, mezclando el romance de
la santa, con los temas de candente actualidad, que
siempre los había.
Las matas seguían inmóviles, con las caballerías
sujetas a sus ramas y las alforjas aligeradas de contenido,
contemplando el ir y venir de las gentes, como un
hormiguero en ebullición. En la actualidad, las viejas
matas, bajas y achaparradas, han perdido su antiguo
papel de punto de referencia social de cada lugar, ya
que la gente prefiere los pinos, como hemos dicho
antes, soportando estoicamente el rugir de los coches
y motos desde que se construyó la pista. Pero en sus
raices y tallos leñosos, restos vivos de las anteriores,
guardan todas estas curiosas y variadas vivencias de
tiempos pasados, acontecidas a su alrededor.
Avanzada la tarde vendrían las despedidas y
las últimas palabras de cada situación tratada, las
puntualizaciones de última hora…, terminando con
una expresión común: “Que tengamos salud para
vernos el año que viene”… Y todos iban marchando
por los distintos caminos y sendas, en grupos,
menos bulliciosos que a la mañana, con los mulos
enjaezados con las mantas coloradas, bajando la
cabeza para tomar algún bocado de hierba, cada vez
que aflojaban el paso, en dirección a los pueblos de
origen, todos lejanos, donde les estarían esperando
quienes no habían acudido al Puerto, al borde del
crucero, enramado con rosas y ramas de boj. En las
fechas siguientes, del recién estrenado verano, se irían
desgranando las cosas vistas y oídas el día de santa
Orosia, entre las personas de la casa, mientras se
segaba la hierba y comenzaba a dorar el trigo, el día
más importante de estas montañas, que dividía el año
en dos partes, como las añadas en la sementera…
Santa Orosia 1966
O Zoque
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Ser la primera
Isabel Santolaria Fernández
ace un tiempo mis amigos de O Zoque
me pidieron que escribiera sobre mis
experiencias en la montaña y, en concreto,
sobre las dos expediciones a montañas de ocho mil
metros en las que he participado. Alejandro insistió
en que hablase de mi experiencia como candidata
a ser la primera mujer aragonesa en alcanzar una
cima de ocho mil metros. Como muchos sabréis en
2008 (dos años después de mi última expedición a
Pakistán) Marta Alejandre consiguió ser la primera
después de alcanzar la cima del Dhaulagiri.
Me ha costado mucho pensar
en qué escribir porque cuando
recuerdo esas expediciones ése
no es un factor que me venga
rápidamente a la cabeza. Ahora
que estoy intentando con gran
dificultad conseguir financiación
para otra expedición sí que lo
recuerdo más porque entonces
fue más fácil conseguir esa
financiación, también es verdad
que no había crisis.
He de ser sincera y deciros
que, sobre todo en la segunda
expedición, sí que sentí la presión
de “tener que” hacer cima pero
en estas montañas, a veces, las
decisiones no las tomas tú sino esas
grandes moles, sus condiciones y
su meteorología.
Después de darle muchas vueltas a qué escribir,
tantas que casi no llego a entregar esta pieza de
pensamientos más o menos íntimos (no quiero
otorgarle el título de artículo porque no creo que lo
merezca), he decidido compartir con vosotros algún
momento vivido en la montaña, pero sobre todo
pensamientos y sensaciones que han ido añadiendo
pedacitos a la persona que un día José Luis y Carmen,
mis padres, trajeron al mundo.
Lo primero en lo que me he cuestionado es
porqué hago montaña y, a pesar de que me lo han
preguntado un millón de veces, lo primero que
me viene a la cabeza es porque sí, pero siempre he
pensado que una razón importante radica en que
me gusta ver el cielo (ya sé que puede sonar muy
romántico, pero es la pura verdad). La verdad es que
el lugar en el que me siento más libre, más cerca de
mí misma y de los demás son las montañas. Y no me
importa si son grandes o pequeñas, Punta Oturia o
una mole de ocho mil metros.
Me gusta sentir el cansancio, estar en contacto con
todo lo que me ata al mundo y que me hace sentir
que mi corazón late, la sensación de pelear por algo
para alcanzar lo que te propones, conocer tus límites
y superarlos, sentirte bien cuando lo consigues y
sacar fuerzas de donde no las hay cuando no. Y todo
ello con gran intensidad. Y sobre todo me gusta viajar
y conocer además de otras montañas, otras gentes.
Supongo que, básicamente, me gusta vivir porque,
a fin de cuentas, es eso de lo que se trata, digo yo.
Preguntándome por qué hago montaña
rápidamente veo todo lo que me da esta actividad.
Dejando aparte los condicionantes de la montaña
como son el frío insoportable en ocasiones, el calor
matador en otras, las caídas, el agotamiento, el dolor,
el miedo, pero también la altura, el entorno, el aire,
etc. Si pienso en lo que me da la montaña, lo primero
que me viene a la cabeza es la capacidad de luchar
por un objetivo. Creo firmemente que cuando haces
montaña esta capacidad se ve reforzada hasta el límite
de la cabezonería.
Gracias a Dios, los momentos duros y algún que
otro fracaso nos ayudan a conocer nuestros límites y
a saber renunciar a un objetivo para ir en pos de otro.
En esta lista de los “top ten” que me ha dado la
montaña, acto seguido y peleando fuertemente por
el primer puesto están los amigos. Soy una persona
muy afortunada en ese sentido, pero he de reconocer
que aquellas personas que se unen a ti dispuestas a
conseguir algo, aun sabiendo que a veces lo van a
pasar mal son muy importantes en mi vida.
Eso, además de en la montaña, lo he encontrado
en mis socias y compañeras de un proyecto vital
como es mi pequeña empresa, Atelier de Ideas. Y
también en la persona que hoy comparte mi vida
que, como no podía ser de otra manera, también
“tiene debilidad” por los espacios abiertos.
Explicar porqué hago montaña y qué me ha dado
podría escribirse en un documento que ocuparía los
próximos veinte números de O Zoque pero no os
quiero aburrir, sólo os pondré un ejemplo que creo
que ilustra lo que os cuento.
Junio 2011 • número 11
O Zoque
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Hace unos años me fui a escalar a Perú con dos
amigas, fue curioso, todos nos preguntaban si íbamos
solas porque no íbamos con ningún chico. Pero en
fin cuestiones de género a parte, en ese viaje me tocó
vivir una experiencia un tanto “al límite”.
Fuimos a escalar el Tocllarraju por la vía de los
franceses (por un camino que no es el normal) era
la primera vez en esa temporada que se escalaba y
todavía había mucha nieve. Esto ralentizó nuestra
marcha hasta el punto de que en la bajada, todavía
a seis mil metros, nos pilló la noche en medio de un
paso de grietas “interesantes”. Tuvimos que parar y
dormir allí.
Pasar una noche a esa altitud sin saco de dormir
os prometo que no es muy agradable, pero ahí
estábamos las tres haciéndonos agujeros en la nieve,
extendiendo las cuerdas para aislarnos un poco del frío
del hielo y consiguiendo reírnos de nuestra desgracia.
Tuvimos suerte y no hizo viento. Menos mal, si no,
no sé si tendría dedos para teclear estas palabras.
Cómo explicaros las sensaciones de compañerismo
que se viven cuando intentas hacer chistes en medio
de semejante momento para pasar mejor el trago.
Y si no puedo explicaros eso, ¿cómo os puedo
explicar que en medio de este lío en el que nos
habíamos metido fuimos capaces de admirar el cielo
del hemisferio sur?
Al día siguiente hicimos una bajada “gloriosa”
llegando de madrugada hasta Huaraz. No sé cuántas
horas anduvimos, ni cuánto desnivel llegamos a
hacer de bajada: algo más de tres mil metros, como
bajar de Santa Orosia a Yebra más de tres veces pero
sin haber dormido casi, ni comido nada y sin agua,
más o menos.
Cuando vives algo así te haces más fuerte, te
sientes más libre y sobre todo más unida a las personas
con las que has pasado el trago. Es como en la vida,
en los buenos momentos todo es más o menos fácil
pero es en los momentos difíciles donde las relaciones
humanas se ponen a prueba.
Tanta es mi necesidad por la montaña que hace
ya mucho tiempo decidí instalarme cerquita de todo
aquello que, como he dicho antes, me ata al mundo.
Hasta ese punto la montaña ha determinado mi vida
porque, montarse una empresa en un lugar como
Laspuña os prometo que es de todo menos fácil.
Quizás hubiera sido mucho más fácil desarrollar mi
carrera profesional en Zaragoza. Pero ahí estamos
luchando por alcanzar objetivos, conociendo
nuestros límites y superándolos. ¿Véis cómo esto de
hacer montaña es igualito que vivir? Como ya os he
dicho soy afortunada y no estoy sola en esto.
Por hacer montaña mi vida es como es y, de alguna
manera, a la montaña le debo mucho así que también
he intentado devolverle un poquito algo de lo que me
dio y eso lo he hecho intentando comprometerme con
la conservación, con la gestión y con la promoción de
este deporte. Aunque, la verdad, en el debe y el haber
todavía hay mucho que compensar.
En medio de todas estas reflexiones pensar en
que una vez pude ser la primera en algo pierde toda
la importancia. Ya en esos días decía que era muy
consciente de que eso era fruto de la casualidad, no
de que yo fuera mejor o peor que nadie.
En Aragón hemos tenido, y tenemos, grandes
montañeros y montañeras (de éstas menos que somos
pocas) ya en su día y antes que yo Ana Sesé, de Peña
Guara, lo intentó y no tuvo suerte, como os he dicho
a veces la montaña decide por ti. Para mí el reto ha
sido siempre, sobre todo, personal. Donde yo he
estado había también otras mujeres, el hecho de que
en nuestra comunidad autónoma no haya muchas
chicas que quieran ir a montañas de ocho mil metros
no me hacía mejor que el resto.
Para despedirme os contaré que vuelvo a
intentarlo, si la financiación en estos tiempos de crisis
me lo permite, claro. Que me voy rodeada de amigos
a disfrutar de lo que me rodee, de la gente, de la
montaña y volveré para contároslo y seguir haciendo
lo que más me gusta a ser posible rodeada de gente
a la que quiero. ¡Ah! Y volveré a llevarme, entre otra
suerte de “amuletos” y pequeños recuerdos, la medalla
de Santa Orosia, que siempre me da suerte…
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Informe de visita técnica
Iglesia de San Julián de Escartín, abril 2007
Antonio García Cid
Arquitecto del Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y Deporte. Sección de Cultura y Patrimonio
Ménsula
SITUACIÓN Y EMPLAZAMIENTO
DESCRIPCIÓN DE LA IGLESIA
- La comarca del Sobrepuerto se sitúa entre la Tierra
de Biescas y el Valle de Broto, se trata de una
zona muy montañosa atravesada por barrancos
y rodeada de elevados montes, en ella existen
varios núcleos o poblaciones hoy deshabitados,
siendo en general el acceso a los mismos bastante
dificultoso a través de pistas en deficiente estado.
La comarca ofrece un bello y pintoresco paisaje,
con buenas muestras de arquitectura popular.
- La localidad de Escartín se emplaza en la zona
norte y más elevada de la comarca del Sobrepuerto,
y es un caserío deshabitado en la actualidad.
- Se visita el lugar el día 24 de abril de 2007,
accediendo al mismo desde Oliván a través de
una pista forestal en mal estado durante unos
10km. hasta el cruce de Basarán, y desde aquí,
unos 7km. a través de otra nueva pista, también
en muy mal estado, durante aproximadamente
una hora.
- Escartín es un pueblo abandonado situado sobre
una hombrera del terreno en un entorno que
destaca por el aterrazamiento con numerosos
muros de piedra.
- La iglesia se encuentra en la zona más norte y alta
de la localidad.
- A la iglesia se accede desde una placeta cerrada en
la que además se encuentran otros edificios como
la escuela, abadía y cementerio. A dicha pequeña
plaza delimitada por muros y por las edificaciones,
se accede a través de portada con vano de medio
punto de grandes sillares en dovelas y jambas
cubierto con tejadillo a dos aguas.
- Según distintas fuentes existirían restos de
la antigua iglesia románica de los siglos XIXII, pero su aspecto actual es resultado de una
reconstrucción general llevada a cabo en el siglo
XVI.
- Se trata de una iglesia de planta rectangular,
con cabecera plana de tres ábsides o tres capillas
independientes cubiertas con bóvedas de medio
cañón, la central mayor que las laterales, y una
única gran nave cubierta con bóveda de cañón
apuntado con tres arcos fajones, también
apuntados, apeados en pilastras con basa
rectangular y decoradas con sogueados en las
aristas y con aves, caras humanas y de animales
y otros motivos en capiteles, e incluso en la clave
del arco central (destaca la pequeña pila del agua
bendita en la arista de la pilastra junto a la entrada).
Además existen capillas laterales cubiertas
también con bóvedas de medio cañón, dos en el
lado norte (la más cercana al ábside decorada con
nervio en el intradós de la embocadura apeado en
ménsulas), y una en el lado sur. En los pies, en el
último tramo de la nave, tiene un coro elevado de
entramado y viga de madera sobre pilar central
octogonal y ménsulas en extremos. El pavimento
de esta nave principal se cubre con grandes losas
de piedra, existiendo enterramientos según dictan
inscripciones existentes en las mismas losas. Los
muros interiormente presentan restos de varias
capas superpuestas de distintos revestimientos,
algunos de ellos con decoraciones pictóricas o
simulando despieces de fábricas, destacando el
tono azulado del color de al parecer el último
revestimiento.
- La portada de acceso al edificio se abre en el
muro sur con doble arquivolta, imposta y jambas
rectas no decoradas, y tímpano adintelado con
almendra apuntada decorada con pequeña cruz.
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Dicha portada se sitúa bajo atrio o lonja, que
constituye el cuerpo inferior de la torre, cubierta
con bóveda de medio cañón ligeramente peraltada
sobre imposta con canecillos. En este cuerpo o
piso inferior, además del vano sur abierto aun
actualmente, existe otro vano lateral con arco de
medio punto en el lado este, aunque actualmente
se encuentra cegado ya que se aprovechó el espacio
anexo para una pequeña dependencia; en esta
habitación se observa, en el muro sur de la iglesia,
un vano abocinado con derrame al exterior, ahora
cegado, con sillares bien trabajados en dovelas y
jambas.
La torre sobre el atrio, de un solo cuerpo, y de
apreciables distintas fábricas de piedra (sillarejo
inferior y mampostería superior), cuenta con dos
cuerpos inferiores de carácter más defensivo con
aspilleras, y en un cuerpo superior con dobles
vanos con arco de medio punto en fachadas sur
y este. Se accede desde el coro y cubierta a cuatro
aguas con pequeño vuelo en fachadas. En el lado
este, en un cuerpo intermedio, se observa un arco
apuntado con clave triangular, hoy cegado.
También en el lado sur, y adosada a la cabecera,
se levanta la sacristía, con acceso desde el ábside
meridional a través de vano adintelado (1753),
y con cubierta de medio cañón transversal
a la dirección de las de la nave y ábsides, y
con pavimento de pequeñas piezas de piedra
formando dibujo de un círculo con flor.
En la iglesia existen, como ya se ha descrito,
fábricas de sillares bien trabajados, buen sillarejo
y mampostería. Se trataría por tanto, según
distintos autores y los restos observados, una
iglesia con partes y restos románicos, siglos XIXII, como serían los niveles inferiores de la torre,
la portada al templo, la ventana en derrame del
muro sur, o la pila bautismal (hoy expoliada); y
ya del siglo XVI podrían datarse la estructura
general de la nave y cabecera, con sus elementos
decorativos, el recrecimiento de la torre, y la
sacristía; posteriormente se cubriría y cerraría en
pequeño cuarto entre el atrio y la sacristia.
En el exterior, el cementerio se ubica al sur de
la cabecera quedando delimitado por muro de
piedra que lo separa de la placeta de acceso al
conjunto.
DOCUMENTOS TÉCNICOS E
INTERVENCIONES ANTERIORES
No se tiene constancia documentada de alguna
intervención anterior.
INFORME
El objeto del presente informe es realizar un
Estudio Patológico del inmueble, en el que se
analizarán y describirán las lesiones o síntomas que
presentan los distintos elementos constructivos en
el estado actual, sus orígenes y causas, y su posible
evolución, así como las posibles reparaciones y
medidas preventivas aplicables.
En este informe se analizan y describen las
lesiones que más tengan que ver con un proceso de
degradación del edificio; en otro análisis posterior, se
podrá, ya con otra prioridad, realizar una propuesta
de reconstrucción, reparación o restitución de los
diversos elementos o partes de los mismos que se
encuentren deteriorados, degradados o simplemente
no situados en su ubicación original o desaparecidos.
ESTADO ACTUAL. LESIONES Y CAUSAS
A continuación se identifican, independizan,
describen y localizan las lesiones primarias y
secundarias detectadas, ya sean de tipo físico,
mecánico y/o químico, y en el análisis del proceso
patológico y demás datos disponibles, se enumeran las
posibles causas directas: mecánicas, físicas, químicas o
lesiones previas; e indirectas: de diseño, de ejecución,
del material o de mantenimiento.
1. En las cubiertas sobre las bóvedas, principalmente y
más acentuadas en la cubierta de la nave principal,
existen las siguientes lesiones: Vegetación parásita;
Rotura, desplazamiento y desprendimiento de
las losas de piedra de acabado; Deformación
y hundimiento del relleno y estructuras sobre
bóvedas; e interiormente humedades por filtración,
erosiones, degradación y desprendimiento de
piezas y de los revestimientos interiores de las
bóvedas. Aunque no inminente, existe riesgo real
de que peligre la estabilidad de la bóveda. Las
causas indirectas son el paso del tiempo y la falta
de mantenimiento junto con la ausencia de algún
elemento que garantizara la impermeabilización,
Aceitera
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Capillas
independientes
de la Iglesia
estanqueidad y estabilidad de la cubierta, y la
causa directa física el agente atmosférico lluvia.
2. Por otra parte, respecto a las cubiertas sobre
estructura de entramado de madera, se han
hundido la cubierta de la torre, y parcialmente,
la del cuarto de diezmos y primicias junto al
atrio; en los restos que se mantienen, existen las
siguientes lesiones: Rotura, desplazamiento y
desprendimiento del material de acabado o losas de
piedra; Deformaciones, desplazamientos y roturas
de los elementos de la estructura de madera,
con riesgo de nuevos hundimientos o caídas de
materiales; Humedades interiores generalizadas de
filtración. Las causas indirectas son, nuevamente,
el paso del tiempo y la falta de mantenimiento
junto con la ausencia de algún elemento que
garantice la impermeabilización y estanqueidad de
la cubierta, y la causa directa física, lógicamente, el
agente atmosférico lluvia.
3. Aunque es aceptable el estado general de los
elementos estructurales verticales o muros, se
aprecian algunas lesiones estructurales, como
grietas y deformaciones, en zonas localizadas
como: Las partes altas de la torre; la cabecera; y
la portada del muro sur. Por otra parte de manera
más generalizada se aprecian también: Ausencias
de material de agarre y rejuntado, desprendimiento
y/o rotura de piezas aisladas, suciedades, lavados
Altar Mayor
diferenciales y presencia de líquenes y vegetación
parásita.
4. Hay que destacar también, la existencia de
humedades de filtración y de capilaridad en zonas
inferiores y medias de los muros en la zona norte
de la iglesia (lesiones primarias físicas) y erosión y
degradación de materiales y elementos interiores
(lesiones secundarias mecánicas). La causa directa
de esta lesión es la humedad existente en el terreno,
además de la superficial o caída de las cubiertas,
ya que existe una causa indirecta y es el hecho de
que la cota interior del suelo del edificio es inferior
a la del terreno exterior en esa zona. Además,
exteriormente existe un exceso de vegetación
descontrolada anexa a las fachadas y muros del
edificio, incluida la placeta de acceso.
5. La portada de acceso a la placeta tiene un elevado
riesgo de desplome y derrumbe dado el estado
de desplome y desplazamiento que presentan los
sillares y piezas de sus dovelas y jambas además del
mal estado del muro en el que se enclava que ha
sufrido pérdidas y desprendimiento de materiales,
sobretodo de sus coronaciones. En consonancia de
esta situación, junto con el estado de abandono y
de ruinas generalizado de la población de Escartín,
también se encuentran en ruinas los otros edificios
que cierran dicha placeta, con verdadero peligro
de desprendimiento de elementos y materiales,
sobre todo de partes altas y restos de aleros, lo que
supone un riesgo para las personas que accedan al
lugar.
OTRAS LESIONES
A continuación se relacionan una serie de lesiones
que se entienden, o bien no suponen riesgo inminente
de derrumbe, o no contribuyen inicialmente a un
proceso de degradación del inmueble, o bien son los
efectos de una causa principal a eliminar en actuación
anterior, o bien se trata de elementos de acabado o
secundarios o desaparecidos en su totalidad.
6. Los distintos acabados interiores, revestimientos
y pinturas, de los paramentos, tanto verticales
como en las bóvedas, apreciables superpuestos,
han sufrido una gran degradación debido a las
humedades, encontrándose por tanto abundantes
desprendimientos, y en los que permanecen,
presencia de manchas, lavados diferenciales y
meteorización.
7. Los suelos formados por grandes losas, se
encuentran sucios, semicubiertos con restos de
materiales desprendidos o arrastrados por las
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humedades, y además presentan puntualmente
descolocaciones y hundimientos.
8. El coro se encuentra muy deteriorado, con su
estructura de madera presentando roturas y
deformaciones, resultando una estructura sin
condición alguna de seguridad para su utilización.
Además su barandilla de madera prácticamente
ha desaparecido, quedando solo resto de algunos
balaustres y del pasamanos.
REPARACIONES Y ACTUACIONES
PROPUESTAS
A continuación se realizan las propuestas de
reparación destinadas a la anulación de las causas de
las lesiones, y las destinadas a devolver a elementos o
unidades constructivas su funcionalidad constructiva
y aspecto original.
Las reparaciones deberían ser objeto de proyecto
de ejecución redactado y firmado por técnico
competente, y las obras destinadas a la ejecución
de las mismas deberán ser realizadas bajo dirección
facultativa de técnico.
Así mismo, todos los trabajos deberán contar
con las instalaciones de bienestar, de señalización,
de protección colectiva e individual y mano de obra
preceptivas exigidas por la legislación vigente aplicable
en materia de seguridad y salud. (Seguridad y salud:
los trabajos de demolición y demontaje se ejecutarán
siguiendo las oportunas medidas de seguridad y
utilizando los medios de protección necesarios
y se realizarán manualmente desde andamios
homologados).
Además se tendrán en cuenta las especiales
circunstancias y dificultades de accesibilidad que
supone la ubicación de la población donde se encuentra
el edificio.
1.-Reparación de las cubiertas sobre las bóvedas
consistente en: Apeos y apuntalamientos
estructurales interiores; Desmontado, clasificación
y acopio de las losas de piedra, limpieza y
eliminación de materiales de agarre y rellenos;
Refuerzo y zunchado de hormigón armado
sobre bóvedas; Relleno de hormigón aligerado;
Lámina impermeable y; Acabado de losa existente
recuperada o loseta de cantera con dimensiones
y acabado tradicionales de la zona, colocación
tradicional recibidas con utilización de morteros
pobres de cal o tasca y solapes en un mínimo
de tres losas seccionadas, el alero se resolverá
por vuelo simple de leras y cuchillos. Se prestará
especial cuidado en la ejecución y refuerzo de la
impermeabilización de puntos singulares como
son los encuentros con paramentos.
2.-Restitución de otras cubiertas que consistirá en:
Desmontado, clasificación y acopio de las losas
de piedra, eliminación de rellenos o materiales de
agarre; Desmontado, eliminación y sustitución
de los tableros, viguerío y cerchas de madera y
sustitución por otros similares en igual disposición;
Colocación de una lámina impermeabilizante
alveolada, con malla incorporada para agarre del
mortero, colocada en sentido perpendicular a la
pendiente y sujeta con fijaciones específicas bajo los
solapes, sobre la que se dispondrá de una capa de
mortero bastardo armada de acabado liso fratasado,
redondeada y con medias cañas en encuentros con
paramentos y hasta cubrir rozas, y finalmente;
Lámina impermeabilizante autoadhesiva con
acabado de arena, sobre emulsión imprimación
caucho-asfáltica (se prestará atención a solapes,
encuentros e introducción en rozas de paramentos
verticales), sobre la que se colocará; Acabado de
losa existente recuperada o loseta de cantera con
dimensiones y acabado tradicionales de la zona,
colocación tradicional recibida con utilización
de morteros pobres de cal o tasca y solapes en
un mínimo de tres losas seccionadas, el alero se
resolverá por vuelo simple de leras y cuchillos.
3.-Reparación de grietas: Desmontaje puntual de fábricas, por medios
manuales, con recuperación de elementos para
su limpieza y posterior reutilización (e prestará
especial cuidado con el material que forma parte
de lo que es pieza especial, como jamba, dintel,
arco, elemento decorativo, etc.). Cosido, sellado y
rejuntado de grietas: Limpieza de las superficies de
contacto con aire a presión, colocación de varillas
de acero inoxidable de diámetro 10mm., relleno
Aspecto exterior
de la iglesia
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con mortero epoxi de dos componentes, tapado de
grietas con piezas reutilizadas y rejuntado exterior
similar al de la zona con mortero de cal.
4.-Limpieza y rejuntado general de fábricas:
Limpieza preliminar de depósitos no adheridos al
substrato pétreo, mediante brochas y por soplado
con aire en juntas y superficies; y retacado y
reintegración de morteros perdidos o retirados
en juntas y faltas de volumen con mortero de cal
grasa apagada, con las mismas características de
disposición, textura y color que las existentes.
5.-Impermeabilización y drenaje muro norte:
Zanja de drenaje e impermeabilización perimetral,
a profundidad algo superior a la del suelo interior
del templo, y con evacuación directa, en las zonas
exteriores de muro en las que el terreno se encuentra
a una cota superior a la del suelo interior.
6.-Desbroce y saneado perimetral exterior: Limpieza
y desbroce de una banda continua y perimetral al
edificio, y de la zona de la placeta, tratamiento
antiraíces y acabado de grava-gravilla sobre lámina
separadora.
7.-Reparación de portada de placeta:
Desmontaje de fábricas en estado de estabilidad
precario, elementos sueltos y/o morteros
disgregados, por medios manuales, con
recuperación de elementos para su limpieza y
posterior reutilización. Se prestará especial cuidado
con el material ya que son piezas especiales, como
jambas y dovelas, elementos decorativos, etc.;
Reposición de piezas especiales reutilizadas y,
si es el caso, reproducción en piedra similar a la
existente, en dovelas y jambas, mediante reposición
y/o retacado de las piezas, aplomado del conjunto,
recibido con morteros de árido y resinas, saneado y
reposición de zonas disgregadas o perdidas, incluso
rejuntado final con morteros compatibles de cal
y arena hidráulicos entonados con pigmentos
naturales o similares a los existentes.
A continuación se relacionan otras propuestas
más destinadas a recuperación, reconstrucción y/o
reposición de distintos elementos deteriorados,
degradados y/o ausentes, así como las referidas a
los efectos o lesión en sí, que se entienden no objeto
detallado de este informe por tener menor grado de
prioridad respecto a otras, al no contribuir al proceso
de degradación o no ser causa directa o indirecta de
otras lesiones.
6.-Una vez eliminadas las humedades, sería
conveniente realizar un estudio detallado de las
distintas capas de revestimiento que se aprecian en
alguna zona, incluidos los restos de pinturas que se
aprecian, para una vez analizado, tomar decisiones
sobre posibles reposiciones o reproducciones.
Se procederá al repicado y eliminación de
revestimientos no adheridos o degradados, y en
su caso a su sustitución por otro revestimiento
de similares características compositivas y de
disposición.
7.- Se procederá a la limpieza de los pavimentos, y
al desmontado y recolocación o reposición de las
piezas de losas de piedra ausentes, deterioradas
o descolocadas, recibidas con mortero bastardo,
incluso rejuntado del resto.
8.-Respecto a el coro, se desmontarán los tableros y
las estructuras de madera y barandilla del mismo,
y se sustituirán por otras también de madera
idénticamente dispuestas y de similar despiece de
elementos.
Finalmente en otra propuesta, sería interesante el
valorar la posibilidad de reapertura de huecos o vanos
cegados, concretamente de la ventana del muro sur de
la iglesia y de los arcos del lado en los pisos inferiores
de la torre.
VALORACIÓN
En la valoración se tienen en cuenta las especiales
circunstancias y dificultades que suponen la ubicación
de la población de Escartín.
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Notorio fotográfico
d´o danze de Yebra de Basa en 1923
Óscar Latas Alegre
periodico poblicato en Madrid Heraldo
Deportivo, correspondién á ro 25 d’agosto
de 1923, conteneba, en a seuzión de
“Excursionismo” y en as planas 355-359, un amplo
reportache ilustrato clamato “Quince días en el Alto
Aragón” y que firmaban os aragoneses Santiago Víu
y Anselmo Solanes.
En dito reportache, se da cuenta d’o biache en
fierrocarril dende Uesca ro diya 15 de chunio y d’a
gambada feita dimpués dende Samianigo petenando
por tota ra bal de Tena:
Bien provistos nuestros morrales, preparados los
aparatos fotográficos y con buena dosis de alegría y
buen humor, salimos de Huesca, en ferrocarril, hasta
la estación de Sabiñánigo, punto en que, en realidad,
debía dar comienzo nuestra excursión.
O diya 25 de chunio de 1923, tornan d’a bal ta
puyar, antis de marchar, á ra romería de Santa Orosia:
“Nos animaba el deseo de asistir á la festividad de Santa
Orosia, en el puerto de su nombre”.
Dende astí os autors d’a coronica rezentan a suya
espedenzia en a puyada ta Puerto:
El día 25, sobreponiéndonos á las fatigas del día
anterior, nos levantamos á la hora convenida, con
ánimo de ascender los 700 metros que nos separaban
de la ermita de Santa Orosia (1615 metros) y gozar
del día más señalado del año para esos pueblos, ricos
en tradiciones y fuertes en su fe hacia su patrona. A la
claridad del crepúsculo empezamos á escalar las primeras
estribaciones de la montaña, que son penosas, tanto por
su pendiente, como por su poca amenidad. El sol nos
sorprendió al llegar á los primeros pinos, á partir de los
cuales el camino cambia de aspecto y se hace agradable
y pintoresco, deslizándose sobre profundos abismos y
pasando sobre la Peña del Aguila, gigantesca roca que se
encuentra á la mitad de su altura, próximamente.
A una altura de 1.500 metros llegan á faltar pinos,
que son sustituidos por un extenso prado natural, en
el que pastan gran cantidad de cabezas de ganado.
Después de dos horas de ascensión llegamos á la ermita
y nos dispusimos á no perder detalle de todas las típicas
ceremonias que habían de celebrarse y que la tradición
conserva año tras año.
Auto contino nos fablan d’a romería d’ixa añada
de 1923: “Poco á poco van llegando los habitantes
de los pueblos vecinos, con sus monturas vistosamente
enjaezadas, y reuniéndose en la «mata» de boj, que la
tradición señala á cada pueblo. Este es el lugar donde
Santa Orosia fué mártir de su fe, siendo degollada
por los infieles, en conmemoración de cuyo hecho se ha
levantado una ermita, donde sus patrocinados le rinden
solemnes cultos para demostrarle la devoción que por ella
sienten”. Y s’achunta ro siguién:
En el sitio donde ocurrió su muerte brota una
hermosa fuente, de tres caños, que arroja gran cantidad
de fresquísima é insuperable agua. Instalados en nuestro
matorral vimos formarse la procesión de los pueblos de
Sobrepuerto y ribera del Gallego, con sus veintiocho
cruces y cuatro banderas, que partió para reunirse con
otra que sube del Valle de Basa llevando la reliquia de
la Santa, conducida siempre por el pueblo de Yebra, al
que cabe el honor de guardarla, y que colocan, dándole
guardia, al extremo Sur del puerto.
Profes, no faltan as referenzias á ros danzes, á
l’adorazión d’a capeza y á ras mullers con l’esmo
trafucato:
Son muy típicos los danzantes de Yebra, que, con
sus vistosos trajes y provistos de dos palos cilíndricos,
ejecutan originales danzas al son del no menos curioso
instrumento llamado «chicoten» ó «salterio», que, por
su estructura, parece tener un origen árabe. Consta
de una caja de resonancia, de un metro de longitud
por 20 ó 25 centímetros de anchura, y se encuentra
provisto de cinco ó seis cuerdas gruesas, que vibran por
percusión, produciendo extraños sonidos, los cuales son
acompañados por los de una flauta que el mismo músico
sostiene con la mano izquierda. Ejecutando sus bailes
esperan los danzantes la llegada de la primera procesión,
que se une á la del pueblo de Yebra y resto del valle.
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Después de saludarse las banderas y
cruces se dirigen todos á la ermita, donde
tiene lugar una misa muy solemne; después
de ella se adora la reliquia, que es la cabeza
de la Santa, protegida por un estuche de
plata cerrado con un candado; acto seguido
la alegría se desborda y la cumbre de la
montaña se ve animada por gritos de júbilo
y salen á relucir bien preparadas comidas,
á las que se les hace el honor que merecen.
es agradable por la satisfacción de haber
pasado un día inmejorable”.
Durante la procesión pudimos ver
algunas «espirituadas» ó «endemoniadas»,
que acuden á Santa Orosia para que las
cure «sacándolas los demonios del cuerpo».
Causa impresión verlas saltar, gritar y
proferir insultos contra la imagen de la
Santa, la que destrozarían si sus familiares
las dejasen sueltas un momento. No nos
explicamos qué clase de enfermedad es la
que padecen; sufren frecuentes ataques y,
apenas pasados éstos, vuelven á dar saltos
y á forcejear, hasta que llegan á perder las
ropas y el calzado (hecho considerado por
muchos como salida de algún espíritu).
Anque toz istos comentarios son de
gran balura testimonial, por a calendata
en a que se fan, ta nusatros, lo más
siñalero de dito reportache son os tres
retratos de Santiago Viu que lo ilustran
y que traslatamos astí. Destacan en ixas
ilustrazions, como puede beyer-se, os
sombreros d’ala ampla que leban cuatro
d’os güeito lanzantes e que forman de
traza cruzata ros cuadros de danze. Puede
apreciar-se millor o feito en a foto en a
que danzan debán d’o disaparexito Zoque
d’a Benerazión, amanato á l’armita. B’ha
que parar cuenta que, sindembargo, toz
están atrapaziatos con o mesmo bestiu
tradizional, namás cambea ra traza d’o
sombrero, y que ro mayoral y o repatán
leban o sombrero autual. Asina que ¿ye
bella casolidá iste arringleamiento con
dos sombreros destintos u yera ra traza
cutiana de calar-se-los?
A coronica se remata con una breu
referenzia á ros ditos d’a pastorada:
“Durante toda la tarde los danzantes
recitan versos y brindan por los allí
presentes, terminando la fiesta con el día, y
verificándose el regreso que, aunque penoso,
Talmén atros retratos d’ista tremprana
epoca nos ilustren. Quede astí testimonio
fotografico d’os lanzantes de Yebra con
os suyos sombreros, en l’añada 1923,
unas d’as primeras instantanias que se
conserban d’ista antiga romería.
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Santa Orosia-Sobrepuerto.
Una propuesta de protección oportuna
Salvador Antón Clavé (1)
Catedrático de Análisis Geográfico Regional. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona
a existencia del proyecto de declaración
del paisaje protegido de Santa OrosiaSobrepuerto es una buena noticia. La
aprobación de la propuesta de protección -cuando se
realice- será un excelente anuncio. Tanto es así que
–tal como ha ocurrido en otros espacios protegidosse puede incluso pensar que, más allá de los límites
que inicialmente queden fijados, en el futuro
habrá demandas, por parte de propietarios y de
administraciones locales, de ampliación del espacio
protegido. No es sólo por la belleza y el carácter
simbólico y religioso de la montaña y tampoco es
únicamente por el significado natural, histórico y
cultural de Sobrepuerto, es sobre todo por el acierto
de asociaciones y publicaciones como O Zoque y de
particulares y administraciones municipales como
Yebra de Basa al impulsar una idea que sitúa Santa
Orosia y Sobrepuerto como un referente de lo que
inevitablemente debe ser, un lugar con sentido, un
espacio de referencia y un entorno natural valioso,
digno, protegido y equipado que sirva además como
revulsivo para la dinamización económica de los
municipios en los que está delimitado tanto en la
comarca del Alto Gállego como en el Sobrarbe.
No puede olvidarse, en este sentido, que, aunque
reciente, la experiencia acumulada evidencia que
la protección de los espacios de interés natural con
figuras específicas como la de paisaje protegido
o equivalentes conduce a establecer modelos de
desarrollo sostenibles que permiten:
1. Proteger y valorar los recursos naturales. La
existencia de una figura de protección facilita
que el conjunto de la sociedad sea consciente
de la importancia de los valores a conservar.
Además, el desarrollo de museos, centros de
interpretación, centros de educación ambiental
y otras instalaciones tiene un papel fundamental
en lo referente a la valoración de los recursos
además de las políticas específicas de protección
y mantenimiento de los recursos ambientales.
2. Contribuir al desarrollo económico y social.
La contribución de la protección del medio
natural al desarrollo territorial se ve facilitada
desde diferentes ámbitos de actuación. En primer
lugar, a través de la configuración de un modelo
territorial que permite el desarrollo de iniciativas
particulares y públicas en el marco de unos
esquemas de sostenibilidad precisos. En segundo
lugar, la protección de los valores ambientales
cataliza de forma directa la creación de actividad
a través de los propios equipamientos de gestión,
investigación, información y valoración de los
elementos del medio natural y humano de la zona.
En tercer lugar, no puede obviarse el hecho de
que la protección de un espacio genera una marca
de calidad ambiental que puede ser utilizada por
las iniciativas privadas para añadir valor a los
productos de su ámbito territorial, especialmente
los agrarios, ganaderos, forestales y artesanales, así
como también a los propios productos turísticos
y recreativos.
3. Cohesionar la sociedad implicándola en un
proyecto de futuro. Utilizar una figura de
protección ambiental como un instrumento de
intervención sobre el territorio puede fortalecer
la identidad común y, si se le dota de capacidad
e impulso en materia de gestión territorial,
puede convertirse en un elemento clave de
competitividad territorial en el futuro. Al mismo
tiempo, los instrumentos y organismos de gestión
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del espacio protegido sirven para animar a la
población hacia un proyecto de desarrollo sólido
que consolide una tendencia opuesta a la pérdida
de dinamismo económico y el despoblamiento.
agentes, planificación de funciones, segmentación de
la demanda y especialización productiva que eviten la
repetición reiterativa de ofertas y la indiferenciación
de los espacios que las sustentan.
4. Planificar y gestionar el territorio. Para llevar a
cabo una política de conservación y desarrollo
efectiva hay que tener capacidad para incidir de
forma satisfactoria en los usos y aprovechamientos
del territorio.
En términos generales, en cualquier caso, las
posibilidades de actuación en los espacios protegidos
son función de la fragilidad de los sistemas naturales
objeto de protección y de su potencial capacidad
de acogida de actividades, entre otros factores. La
zonificación establece el grado de desarrollo de las
diferentes funciones en el territorio protegido de
manera que los documentos normativos contemplan,
por lo tanto, las actividades permitidas, autorizables
y/o prohibidas. En relación a los usos turísticos y
recreativos, fundamentales en la actualidad por su
transversalidad y su capacidad dinamizadora, los
planes de uso público facilitan el disfrute de los
visitantes, ordenan la transmisión de los valores
del espacio protegido mediante su promoción,
garantizan su conservación y proporcionan la
seguridad requerida.
Es de interés, en este punto, señalar la especial
mención que la Estrategia Territorial Europea hace
del papel del patrimonio natural en los procesos de
desarrollo territorial. Plantea, en primer lugar, el
desarrollo local como resultado del aprovechamiento
del potencial endógeno de un territorio. En segundo
lugar, define como objetivo una gestión prudente
de la naturaleza y del patrimonio cultural e insiste,
en particular, en la necesidad de hacer una gestión
creativa de los paisajes naturales y del patrimonio
cultural. De hecho, en el actual contexto de
desmaterialización de la economía, el patrimonio
cultural y natural, incluidos sus intangibles, y su
uso recreativo y turístico se han convertido en un
elemento clave para el impulso del desarrollo local
y regional.
Tanto es así que en países como Francia, Alemania
o la propia España algunos de los instrumentos de
planificación y gestión de los espacios protegidos se
han convertido, de hecho, en planes integrados de
desarrollo. Los planteamientos conservacionistas
han evolucionado en estos países hacia posturas
que vinculan necesariamente la protección con el
desarrollo y, en especial, que asocian el desarrollo al
despliegue, en el propio espacio natural objeto de
protección y en su entorno, de actividades turísticas
y recreativas. Desde esta perspectiva, además, puede
plantearse el turismo en espacios naturales protegidos
como un instrumento estratégico para la puesta en
valor del territorio. Debe admitirse, en este sentido,
que el desarrollo del turismo en estos espacios así como
en sus entornos inmediatos deberá fundamentarse
en principios de integralidad, sostenibilidad y
endogeneidad y en estrategias de coordinación entre
Debe recordarse, en este sentido, que parte
del espacio de Santa Orosia-Sobrepuerto fue ya
catalogado en 1975 por el antiguo ICONA, que,
posteriormente, el borrador de la Red de Espacios
Naturales de Aragón consideró en 1989 como paraje
de interés natural la zona del Serrablo y Canziás y
que, más recientemente, Sobrepuerto y el puerto
de Otal-Cotefablo fueron catalogados como Lugar
de Importancia Comunitaria (LIC) y la Sierra de
Canziás-Silves como Zona de Especial Protección
para las aves (ZEPA) ambas categorías de protección
consideradas prioritarias por la Unión Europea
en el marco de la Red Natura 2000. La existencia
de un plan de protección integral y global para el
mantenimiento de servicios ambientales en forma
de Paisaje Protegido no hace sino, pues, confirmar
una tendencia acertada orientada, en el marco
de un equilibrio frágil y a menudo amenazado, a
disponer para este espacio de un proyecto de gestión
y planificación territorial basado en la preservación y
la valorización del patrimonio natural, que incorpora
la dimensión cultural y las actividades tradicionales y
que refleja el deseo creciente de reafirmar la identidad
cultural por parte de sus habitantes y de los visitantes
con lazos afectivos en el lugar. Una cultura que tiene
sus raíces en el propio paisaje a proteger y que se nutre
de las diversas tipologías de recursos que configuran el
patrimonio local así como de su apropiación íntima y
compartida por parte de la población.
(1) Director del equipo redactor del Estudio previo para
la ubicación de equipamientos y servicios en el futuro
Parque Natural de las Montañas de Prades realizado para
el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de
Cataluña en 2003
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Buscando a Santa Orosia en Venecia
Mariano Pujalá Torralba
l análisis de la distribución de las localidades
con culto a Santa Orosia en Italia muestra
una fuerte concentración de lugares en la
mitad norte del país, disminuyendo progresivamente
hacia la zona de Roma y siendo casi inexistente en el
sur. De hecho, allí sólo rastreamos la presencia de la
Santa en Frattamaggiore, en la meridional provincia
de Nápoles, y ello como consecuencia de que un
sacerdote de Lariano (lugar del que Santa Orosia
es patrona) llevó la devoción hasta allí en fecha tan
tardía como 1842.
Palacio Ca´Rezzonico
de Venecia
Dentro de las regiones del norte, es en Lombardía
donde más lugares con referencias hemos localizado:
130. Consideramos las localidades con iglesias
dedicadas, cuadros, esculturas o reliquias. A la región
de Lombardía la sigue el Véneto, con 106.
La refinada ciudad de Venecia es la capital del
Véneto, y esconde un par de sorpresas para el viajero
que siga las huellas de la santa montañesa. Por
añadidura, en la doble dimensión de santa popular
con patronazgo sobre las cosechas y los frutos de la
tierra; y como objeto de representación en las obras
de los mejores artistas. Empecemos por éstos.
El Museo del Settecento Veneziano, situado en el
palacio Ca´ Rezzonico (1), alberga una importante
colección de pintura, escultura y objetos de
decoración del Barroco, con obras de autores como
Tiépolo, Diziani o Rosalba Carriera. En un pasillo
de la primera planta, el que conduce a la biblioteca,
encontramos el cuadro “El martirio de Santa Eurosia”
(2), de la pintora Giulia Lama (1681-1747). Es una
obra pequeña, de 59 x 40 cm., probablemente boceto o
estudio compositivo para una obra mayor finalmente
no realizada. La autoría ha sido muy discutida,
inicialmente se atribuyó a Giovanni Battista Piazzeta
debido al indudable parecido del verdugo con el del
dibujo del Metropolitan de ese autor (3). La cercanía
estilística es fruto de una posible colaboración entre
los dos pintores, pertenecientes al mismo círculo
artístico. Del mismo modo, otro boceto de Piazzeta,
“Dama arrodillada con las manos en el pecho” (Museo
del Louvre) reaparece en el cuadro “La decapitación
de Santa Eurosia”, de Francesco Capella para la
iglesia de San Giacomo de Polcenigo, actualmente
conservado en el Museo Cívico de Udine.
El cuadro de Ca´ Rezzonico es representativo del
estilo de la pintora veneciana, que no evita la crudeza
El Martirio e Santa
Eurosia, Giulia Lama
de la escena del martirio. En medio de un potente
juego de luces y sombras, el fondo oscuro realza con
fuerza el colorido del vestido de la Santa y su sangre,
mientras el verdugo mira orgulloso e impasible al
espectador mostrando la cabeza recién cortada. Ante
la mirada interrogante del ejecutor, el cuerpo exánime
de la mártir parece querer levantarse aun con el brazo
apoyado en el suelo.
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La otra cara de la devoción orosiana, popular y
ligada a lo agrícola, lo encontramos en la pequeña
isla Vignole, distante unos kilómetros del centro de la
ciudad de Venecia. Se trata de una isla prácticamente
deshabitada, llena de huertos y casas de campo,
y atravesada por un canal. A pocos metros del
embarcadero donde nos deja el vaporetto de la línea
13 se alza el oratorio de la Asunción y Santa Eurosia
(4), levantado en el siglo XIX sobre las ruinas de uno
anterior.
El viajero curioso encontrará en la puerta de la
iglesia el número de teléfono de la parroquia, quizás
con fortuna se acerque el dueño de una casa vecina con
la llave del oratorio y pueda acceder al interior (5). Se
trata de un espacio pequeño, como una de nuestras
ermitas. Lo adornan un altar dedicado a la Asunción
y un par de cuadros, uno de ellos del martirio de
Santa Eurosia (6). Éste repite el modelo tradicional
italiano, con las manos y los pies ya cortados y la santa
esperando el golpe fatal del verdugo. Un ángel acude
ya con la corona y la palma del martirio, mientras un
rayo atraviesa el cielo, subrayando el patronazgo de la
Santa sobre los fenómenos atmosféricos.
Oratorio de la Asunción y Santa Eurosia
Artistas de primer nivel en palacios a la orilla
del Gran Canal, artistas anónimos en un oratorio
rodeado de huertas, en cualquier caso la sorpresa de
encontrar el rastro de la humilde santa montañesa en
la esplendorosa Venecia.
Interior del oratorio
Verdugo, Giovanni Battista Piazzetta
Martirio de Santa Eurosia. Oratorio de Isla Vignole
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Noticias de O Zoque
Firma convenio con Ibercaja
El día 7 de febrero de 2011 a las 11:00 horas, en las antiguas escuelas
de Yebra de Basa, se formalizó la firma del convenio correspondiente a
la 8ª Convocatoria Ibercaja de Ayudas para Proyectos Medioambientales
2011, y por la que la entidad aporta 10.000,00 euros para continuar con
los trabajos en el sendero de Santa Orosia. Esta convocatoria anual de
la entidad Ibercaja, tiene como finalidad brindar apoyo económico al
desarrollo de proyectos de carácter innovador y de calidad, incorporando
aspectos de sostenibilidad de los recursos naturales y de conservación
medioambiental en España.
Posteriormente a la firma del convenio hicimos una visita a las obras que
se están ejecutando en el camino para poder explicarles las actuaciones
pendientes de realizar.
Recuperación de la bandera Barbenuta
Los que seguís esta revista y las acciones de nuestra asociación conoceréis
que hace unos años se actuó en la recuperación de las banderas de varios
pueblos de la comarca que acudían a la Romería de Santa Orosia. Los
vecinos de Barbenuta contactaron con nuestra Asociación para ponernos
en conocimiento el penoso estado en que se encontraba su bandera, que
todavía mantenía su tela original.
Dada nuestra experiencia anterior, nos propusieron que les orientásemos
en los trámites a realizar para su recuperación. Así que O Zoque puso a su
disposición la tela con que se han confeccionado otras banderas y los distintos bocetos usados para ellas. Esperamos que este año la nueva bandera
confeccionada en hilo de oro dé un nuevo brillo a la fiesta de Barbenuta.
Caja Navarra.Tú eliges- Tú decides
Como muchos de vosotros sabéis, la entidad Caja Navarra tiene un
programa de colaboración en el que todos sus clientes pueden elegir a qué
proyecto quieren destinar los beneficios. También los particulares que lo
deseen pueden hacer aportaciones a cualquier proyecto sin tener que ser
clientes de la entidad.
Para todos aquellos que queráis conocer el proyecto presentado os
remitimos a las páginas web de Caja Navarra:
www.can.es y www.bancacivica.es
La asociación tiene presentado aquí el proyecto de rehabilitación del
camino de Santa Orosia y, por suerte, muchas han sido las personas que
hasta la fecha lo han apoyado seleccionándolo. Esto al final representa
que durante los últimos tres años, la entidad ha aportado al proyecto del
camino más de 13.000,00 €.
A todos ellos nuestro más sincero agradecimiento. Esperamos saber
responder a sus expectativas con nuestro trabajo en el Camino.
Obras sendero Santa Orosia
Continuando con los trabajos de recuperación y consolidación del sendero
de Santa Orosia esta vez se está actuando en la zona de la cascada, con la
consolidación del muro de acceso a la iglesia de las cuevas, lo que nos obliga
a transportar el material con medios aéreos.
Para esta actuación contamos con subvenciones de la Diputación Provincal de
Huesca (6.000,00 €) y de Departamento de Medio Ambiente del Gobierno
de Aragón (2.000,00€), así como colaboraciones de empresas privadas como
Bieffe Medital que aporta 500,00€.
En la fotografía se puede apreciar la dificultad que entraña el sitio donde
se tienen que dejar los materiales con el helicóptero, poniendo a prueba la
pericia del piloto.
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La Piedra en la Construcción Tradicional: Restauración, Cultura y Paisaje
El año pasado la Asociación organizó, gracias a la
colaboración de ADECUARA y la empresa MALLATA,
el primer encuentro de Asociaciones que trabajan e
intentan recuperar y mantener métodos tradicionales
de construcción, para poner en común experiencias
y poder mostrarles el trabajo realizado en esta zona
durante los últimos años.
En ella participaron asociaciones de la zona como
Amigos de Serrablo y Erata, y estuvieron presentes
representantes de otras instituciones de Cantabria,
Huesca, Graus, Tarragona y La Rioja.
Durante los días que duró el encuentro, se visitaron
diferentes lugares de la Comarca Alto Gállego donde
pudieron ver los resultados conseguidos con este tipo
de construcción (Lavadero de Satué, Iglesia de Rapún,
Ermita de San Ramón de Belarra, Pardina de Arraso,
Pozo nevero de Yebra de Basa), finalizando el encuentro
en Gillué con varias propuestas para continuar con este
tipo de encuentros de asociaciones.
Premio Félix de Azara 2010
El día 4 de febrero de este año, la asociación recogió el premio Félix de Azara
2010 en la categoría de entidades sin ánimo de lucro que concede anualmente
a la Diputación de Huesca. El premio reconoce nuestro trabajo en defensa y
mejora del medio ambiente y el esfuerzo que durante los últimos años venimos
realizando en el camino de Santa Orosia.
Por muchas veces que lo hagamos, no queríamos dejar pasar la oportunidad
de agradecer de nuevo este premio a la Diputación de Huesca por acordarse de
nosotros. Nos honran con él y nos empujan a continuar con nuestra tarea en la
defensa del medio ambiente.
Rehabilitación en la ermita de Ballarán
Este año se ha firmado un convenio con la Comarca Alto Gállego para continuar
con los trabajos de rehabilitación de la ermita de Ballarán, y por el que la entidad
aporta 2.000,00€.
Para proseguir con estos trabajos se solicitó colaboración, a través del
Ayuntamiento de Yebra de Basa, para que los técnicos del Departamento de
Cultura del Gobierno de Aragón realizaran un proyecto de rehabilitación de la
ermita y su entorno.
Dicho proyecto ya es una realidad y en él se plantea tanto la restauración integral
de la ermita como un estudio arqueológico de la zona. Esto, sin duda servirá
para establecer realmente los pasos a seguir y garantizar así una buena dinámica
de trabajo.
Reseñas bibliográficas
Mur Saura, Ricardo
Día de las cruces
Comarca Alto Gállego
2010
Severino Pallaruelo
O trasgresor piadoso
col: Chuanralla
Xordica
2010
José Miguel Navarro y Ramón Campo
Guía de flores pirenaicas para niños y niñas
Prames, Comarca Alto Gállego
2011
Ricardo Mur Saura
275 años de Presencia Escolapia en Jaca
2010
José Luis Carreras Delgado
Utilidad de la PET-TAC en oncología
Serie monografías Real Academia Nacional de
Medicina
2010
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