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Informes de Maya Archaeology
EldescubrimientodePlande Ayutla, México
Luis AlbertoMartosLópez
H
ace treinta años, mayas lacandones de Lacanha’
informaron al arqueólogo Peter Schmidt de la existencia
de una gran ciudad en ruinas en la selva cercana a la
cooperativa agrícola de Plan de Ayutla, de reciente creación,
a unos 35 km. al noroeste de Bonampak (Figura 2). Schmidt
convenció a los lacandones de que lo guiaran al sitio. Tras una
larga caminata por veredas serpeantes y lodosas, llegó finalmente
al lugar que anda buscando. Ya en el sitio, pudo constatar la
existencia de dos grandes acrópolis, que se alzaban sobre colinas
naturales que habían sido terraceadas y desarrolladas por los
antiguos mayas. Schmidt (1976) escribió un breve informe, en el
que describe las características del sitio que más le llamaron la
atención: su gran extensión y la calidad y monumentalidad de su
arquitectura. Schmidt sugirió a los miembros de la comunidad
de Plan de Ayutla que llamaran al sitio Toyol Na, que en tzeltal
significa “Casa en las Alturas,” y persuadió a miembros de la
comunidad a informar oficialmente de la existencia del sitio
al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Ese
primer reporte, aunque breve, continúa siendo un documento
valioso. Además de ser la primera descripción oficial de
Plan de Ayutla, el informe de Schmidt incluía fotografía que
documentaban detalles estructurales que, en aquel entonces, se
hallaban en mejor estado de conservación que en la actualidad.
A pesar del entusiasmo que se expresa en el informe
preparado por Schmidt, el documento permaneció archivado
durante 28 años. Plan de Ayutla fue olvidado y abandonado a
la depredación de los saqueadores. No fue sino hasta febrero de
1994 que el arqueólogo Alejandro Tovalín, director del Proyecto
Bonampak, llevó a cabo otra visita oficial a Plan de Ayutla, a raíz
de la cual preparó un informe en el que manifestaba la urgente
necesidad de intervenir los edificios, pues muchos se hallaban
próximos al colapso (Ferrer Aguilar, 2002; Tovalín Ahumada y
Maya Archaeology
2
Figura 1. Estructuras 1 y 2 de la Acrópolis Norte de Plan de Ayutla (fotografía
de Charles Golden).
Ortiz Villarreal, 2003). Este informe, como el de Schmidt, fue
ignorado, para nuestra desgracia colectiva.
En octubre de 2001, miembros de la comunidad de Plan de
Ayutla solicitaron al Centro INAH de Chiapas que se enviara a un
arqueólogo para evaluar los trabajos hechos en el sitio. Miembros
de la comunidad habían cortado vegetación y retirado escombros
de la Acrópolis Norte, con el fin de atraer turistas. Una vez más se
envió a Tovalín, esta vez acompañado por el arqueólogo Arnoldo
González, director del Proyecto Palenque. Ambos produjeron
un nuevo informe, con base en su visita, dando una descripción
detallada de las Acrópolis Norte y Poniente, además de sugerir la
puesta en práctica de un programa de consolidación de emergencia
(Tovalín Ahumada y Ortiz Villarreal, 2003).
En octubre de 2002, Laura Pescador, entonces director
del centro INAH de Chiapas, me invitó a iniciar un proyecto
en Plan de Ayutla, por lo que llevé a cabo una breve visita al
sitio en noviembre de ese mismo año. Un año más tarde, en
noviembre de 2003, dio inicio la primera temporada de campo
de reconocimiento y consolidación. Posteriores temporadas de
campo marcaron el inicio del mapeo topográfico y de diversas
excavaciones, al tiempo que continuaron los trabajos de
reconocimiento, recorrido y de consolidación de edificios (Martos
López, 2005). Como resultado de estas labores, actualmente
tenemos una visión más amplia de lo que existe en este gran
asentamiento, que alguna vez tuvo una población considerable.
El entorno
Plan de Ayutla se ubica a 3.5 km. de la moderna comunidad
tzeltal del mismo nombre, en la municipalidad de Ocosingo,
en el corazón de lo que alguna vez fue la selva lacandona. A la
región se le conoce como Sierra de Jalapa y se ubica muy cerca
de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules. Geográfica y
2012
3 Traducción de “The Discovery of Plan de Ayutla, Mexico,” publicado en Maya Archaeology 1, editado por Charles Golden, Stephen Houston y Joel Skidmore, págs. 60-75;
Precolumbia Mesoweb Press, San Francisco. Esta traducción: www.mesoweb.com/es/articulos/Martos2012.pdf.
Santa Elena
Pomona
Palenque
Chinikiha
Chancala
Alvaro Obregon
San
Ped
ro
La Florida
Piedras Negras
La Mar
El Cayo
Pajaral
La Pasadita
Anaite II
Tecolote
El Chicozapote
Tonina
Anaite I
Yaxchilan
Retalteco
Plan de Ayutla
Us
um
ac
in
t
a
Nuevo Jalisco
Lacanha
Dos Caobas
Bonampak
El Chorro
Itzan
Ja
Figura 3. Vista hacia el sureste, a través de la Plaza Muku’l en la Acrópolis Oriente, con la Estructura 51 en su base (foto de Jorge Pérez de Lara).
te
ta
Altar de Sacrificios
Laguna Miramar
El Palma
Lacantun
0
10
20
30km
M
aya
Ayrchaeology
4 sites.
Figure
2. Map ofmostrando
the Usumacinta
area, showing
Plan
de Ayutla
and
nearby
Figura 2. Mapa del área del
Usumacinta,
la ubicación
de Plan de
Ayutla
otros
sitios
cercanos.
culturalmente, el sitio se encuentra en el corazón de la región
del Alto Usumacinta, zona de gran diversidad ambiental que,
durante el período Clásico (250-900), fue el escenario en el
que se desarrollaron centros dinásticos muy influyentes. La
región también fue testigo de guerras endémicas y de alianzas
de conveniencia política, por medio de las cuales las diversas
dinastías buscaron alcanzar una hegemonía política y económica
sobre sus vecinos (Demarest, 1992; Martin y Grube, 1995, 2000).
Plan de Ayutla está localizada estratégicamente para facilitar
el control de la región. Se encuentra en el centro de la zona de
influencia de centros políticos primarios, como Yaxchilán y Piedras
Negras, y muy cerca de sitios más pequeños, como Bonampak,
Lacanha’, La Mar y Nuevo Jalisco. Como resultado de ello, Plan
de Ayutla debió haber jugado un papel muy activo en la historia
regional y en las pugnas por alcanzar la hegemonía y el control
5 Luis Alberto Martos López
político de rutas comerciales que ligaban al valle de Ocosingo y la
región periférica a Palenque (Aliphat Fernández ,1994, 1996; Anaya
Hernández, 1999, 2001; Anaya Hernández et al., 2003).
El sitio
Plan de Ayutla cubre un poco más de 25 hectáreas y está
compuesto por 74 estructuras, distribuidas sobre tres colinas
naturales que fueron convertidas en acrópolis (la Norte, la
Oriente y la Poniente), y tres plazas principales (la Poniente,
la Central y la Oriente) subdivididas en siete plazas menores
(Ajk’ol, Yolil, Alan, Beja, Tut, Muku’l, y Tonná). Las plazas están
bordeadas por numerosos montículos, algunos de ellos muy
grandes, aunque sin arquitectura expuesta. Sin embargo, las
acrópolis presentan edificios bien conservados. Y aunque éstos
manifiestan una gran afinidad con los estilos arquitectónicos de
la región, también tienen elementos que imparten una fuerte
personalidad propia al sitio.
NORTH ACROPOLIS
36a
55
Las plazas
35
36
EL MIRADOR
36b
5
PLAZA
AJK’OL
B-1
6
12
1
15
10
B
7
19
2
B-2
11
8
13
14
16
9
3
18
E-2
17
4
D-1
D-2
37
20
D
52
PLAZA
YOLIL
21
38
b
26
30
33
34
C-2
C-3
51
39
b
d
24
C-1
a
c
23
PLAZA
TONNA’
D-3
C
PLAZA
MUKU’L
a
22
25
29
F-1
E-3
54
53
32
E-1
E
f
27
31
28
PLAZA
ALAN
e
42
WEST ACROPOLIS
59
56
58 57
EAST ACROPOLIS
40
41
43
49
44
PLAZA
BEJA’
PLAZA
TUT
48
50
47
46
45
0
20
40
60 m
0
4
8
12m
0
STR.6
8
16
16m
STR.5
STR. 25
STR.12
STR.10
STR.15
STR.1
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STR.7
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C
B
STR.2
STR.32
STR. 30
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A
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STR.3
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STR. 28
STR.34
STR.4
Figura 4. Mapa del sitio: (parte inferior, izquierda y derecha) detalles de la Acrópolis Poniente y de la Acrópolis Norte
(cortesía del Proyecto Plan de Ayutla).
Maya Archaeology 6
La Plaza Ajk’ol (que quiere decir “Plaza Superior,” en tzeltal,
idioma de la comunidad local) se halla entre la Acrópolis Norte
y la Poniente y constituye el extremo noroccidental del centro
ceremonial. Consiste en una plaza hundida, cerrada por todos
sus lados por seis estructuras, que mide 135 m de largo y 80
m de ancho en su extremo norte y 47 m en su extremo sur. La
Plaza Yolil (“Plaza Central”) parece ser una extensión de la Plaza
Ajk’ol. La separación entre ellas está marcada por un pequeño
edificio rectangular y dos escalones que corren a lo largo de un
eje noreste-suroeste. La Plaza Yolil, delimitada por la Acrópolis
Norte y la Poniente, mide 75 m de largo, 50 m de ancho en su
extremo norte y 90 m en su extremo sur. Alrededor de la plaza
se encuentran siete estructuras, cinco de las cuales se desplantan
por encima del nivel de la plaza sobre la primera terraza de
la Acrópolis Poniente. La más notable es la Estructura 18, una
extensa plataforma de 48 m de largo que pudo haber funcionado
como vía procesional o muro de la ciudad.
Recientes excavaciones en la Plaza Ajk’ol y en la Plaza Yolil
han revelado la presencia de grandes capas de arcilla. Parece ser
que, en un período anterior, el terreno estuvo inundado o bien
estuvo cruzado por barrancas, cuyo simbolismo pudo haber
influido en la ubicación del sitio de Plan de Ayutla: tres montañas
en mitad del agua, lo que evocaba un paisaje mítico relacionado
con el momento de la creación (Freidel et al., 1993:65-67, 139,
144-146; Taube 1998:433-444) La Estructura 39, una cancha para
el juego de pelota, limita la Plaza Yolil al sureste, como lo hace
la Plaza Alan al noroeste (Figura 15). La cancha para el juego de
pelota consiste en seis estructuras que definen un patio cerrado
de enormes proporciones, de 65 m de largo y una anchura de 14
m en el centro y 20 m en los extremos, orientado en un ángulo de
48 grados. El complejo entero, incluyendo las construcciones y el
corredor para el juego, cubre un área de 85 x 40 metros, haciendo
de esta la mayor cancha para el juego de pelota de la región del
Alto Usumacinta.
Excavaciones exploratorias revelaron la presencia de anchos
muros inclinados que, al igual que el corredor para el juego,
están cubiertos de piedras planas, siguiendo un patrón muy
similar al de la cancha de pelota de Toniná (Figura 16). En vez de
los tradicionales marcadores de cancha para el juego de pelota,
el centro del corredor de juego muestra un altar columnar sin
tallar, similar a los hallados en templos de Bonampak, Lacanhá y
la misma Plan de Ayutla (Figuras 7, 18-19). Este “marcador” es,
en realidad, una columna grande, de 1.1 m de largo por 52 cm de
diámetro, anclada en una cista circular, hecha de lajas de piedra
de tal manera que sobresalen sólo 45 cm de su longitud total por
encima del nivel del piso del corredor de juego. En el fondo de
la cista se halló una ofrenda que consistía en una orejera circular
7 Luis Alberto Martos López
de jade, una cuenta tubular del mismo material, y un diente
fosilizado de tiburón (probablemente de Carcharodon megalodon)
(Figura 17).
El corredor para jugar de la cancha ocupa el centro del sitio,
enclavado en mitad de las tres acrópolis y las plazas. Es posible
que el altar columnar/marcador para el juego de pelota hubiera
fungido como punto central y eje de la disposición de todo el
sitio y quizás se le considerara como un axis mundi (Eliade, 1959;
Wheatley, 1971). De hecho, el tamaño y la forma de la cancha, así
como la presencia del altar columnar, subrayan la importancia
que este complejo debió tener para los señores de la antigua
ciudad.
La Plaza Alan (“Plaza Baja”) se halla en el borde suroriental
del sitio. Comprende siete estructuras, y la cancha para el juego
de pelota la delimita en su parte norponiente. Puede decirse que
la Plaza Alan constituye una extensión de la Plaza Muku’l, dado
que se abre en esa dirección. La Plaza Alan mide 90 m de largo,
80 m de ancho en el lado que colinda con la cancha para el juego
de pelota y 60 m en su otro extremo.
Ubicada al sureste de la Plaza Alan, la Plaza Tut (“Plaza
Pequeña”) cubre un área de 50 x 20 metros. Similar a un patio
cerrado, esta plaza está definida por tres estructuras bajas y bien
pudo haber fungido como área de preparación para subir a la
Acrópolis Oriente. En el borde de la plaza que colinda con la
Acrópolis Oriente, se halló un entierro asociado con materiales
del período Clásico terminal.
La Plaza Beja (“Plaza del Arroyo”) toma su nombre de la
barranca que la atraviesa. Cubre un área de 80 por 40 m y está
definida por cuatro edificios que se extienden al suroeste de la
Plaza Tut, uno de los cuales parece haber sido una estructura
residencial.
La Plaza Muku’l (“Gran Plaza”) es la más grande de Plan
de Ayutla, colocada de manera prominente entre la Acrópolis
Norte y la Acrópolis Oriente (Figura 3). Mide 90 por 80 m y
está definida por cuatro estructuras, con la cancha para el juego
de pelota delimitando su lado surponiente. La plaza tiene una
extensión nororiental de 130 m por 120 m, que forma la Plaza
Tonna’ (“Plaza de las Casas de Piedra”), en la que hay cuatro
complejos residenciales. La plaza está delimitada al norte por
una colina natural, en cuya cima hay una plataforma coronada
por una estructura llamada “El Mirador” por su vista irrestricta
de las plazas a sus pies.
Acrópolis Norte
La Acrópolis Norte se eleva por encima de colinas naturales
que fueron niveladas y terraceadas. El complejo mide 180 m de
diámetro y alcanza una altura de 45 m. La terraza superior cubre
una superficie de 4,000 m2, sobre la cual se ubica un complejo
residencial tipo palacio, que consta al menos de 19 estructuras,
con numerosas habitaciones, espacios cerrados, pasajes, escaleras
y patios (Figuras 5-6). El énfasis se hace en el lado norte, en
donde una sucesión de habitaciones dispuestas en cuatro niveles
de terrazas recuerda la Acrópolis de Piedras Negras.
Las Estructuras 1, 2 y 3 son los edificios más prominentes de
la Acrópolis Norte y forman un complejo triádico que se levanta
por encima de su borde sur (Figura 1). Se trata de edificios
rectangulares grandes, con galerías abovedadas dobles. En tanto
que la galería anterior es muy angosta y posiblemente haya
fungido meramente como corredor, la galería posterior se divide
en una galería central y dos laterales (Figura 7). Considerando
las fachadas con tres entradas, cornisas volantes, frisos en
planos inclinados y decoraciones con mascarones de estuco, el
estilo recuerda a Palenque, sitio con el que Plan de Ayutla acusa
varias afinidades. Trabajos recientes dieron como resultado la
recuperación de grandes cantidades de fragmentos de estuco
decorativo de los frisos, incluyendo la representación de un dios
jaguar. Se hallaron dos cuartos adicionales entre las Estructuras
2 y 3, ambos cubiertos de escombro, patrón que enfatiza lo que
parece ser la creciente complejidad de la acrópolis a lo largo del
tiempo.
La Estructura 13 es uno de los edificios más notables de la
Acrópolis Norte. Ubicada en el borde oriental del complejo y de
una planta más o menos cuadrangular, mide nueve metros de
Figura 5. Escenas de la Acrópolis Norte de Plan de Ayutla (fotografías de Jorge Pérez de Lara).
Maya Archaeology 8
Figura 6. El complejo palaciego de la Acrópolis Norte consiste en
una gran multitud de cámaras interconectadas, dispuestas en cuatro
distintos niveles (fotografías de Jorge Pérez de Lara).
largo por nueve metros de ancho y tiene 11.5 metros de altura.
Los espacios interiores del edificio están definidos, en gran
medida, por dos galerías paralelas, ligadas por una estrecha
puerta en el extremo oriental. Lo que distingue estas cámaras
de otras en Plan de Ayutla y, de hecho, lo que las hace notables
entre todos los ejemplos de arquitectura maya, son sus bóvedas,
con una inusitada altura de ocho metros (Figura 8). Dentro de la
cámara anterior, Peter Schmidt halló un altar columnar que debió
haber estado en el centro del espacio, pero que posteriormente
fue movido por miembros de la comunidad. Otro aspecto notable
de estas cámaras es que sus muros estuvieron pintados de negro,
pigmento inusual para el interior de espacios entre los mayas del
período Clásico.
El enorme friso inclinado de la fachada externa de la
9 Luis Alberto Martos López
Estructura 13 está decorado con molduras escalonadas de
delantal, que dan al edificio su apariencia singular (Figuras
9–10). En el curso del trabajo de campo, se descubrió que el
edificio tenía dos cámaras abovedadas adicionales sobre las
cámaras inferiores. La primera de éstas, hacia el frente de la
estructura, tiene 2.83 m de largo, .75 m de ancho y 2.1 m de alto.
El espacio tras este mide 3.5 m de largo, .9 m de ancho y 2.7 m
de alto. La única forma para acceder a estas cámaras superiores
es por medio de una escalera interior, que discurre a lo largo
del muro medianero de las dos grandes bóvedas en las cámaras
inferiores. La presencia de estas galerías imparte una nueva
calidad al edificio, creando algo parecido a una torre, aunque no
puede descartarse la posibilidad de que las bóvedas superiores
constituyeran una solución arquitectónica al reto de edificar una
Figure 9. Structure 13 of the North Acropolis (photo by Patricia Carrillo).
Figura 7. La estrecha galería anterior de la Estructura 2 de la
Acrópolis Norte, con restos de un altar columnar roto hacia la mitad
de la fotografía (fotografía de Jorge Pérez de Lara).
Figura 8. Bóveda de ocho metros de alto en la Estructura 13 de la
Acrópolis Norte (fotografía de Jorge Pérez de Lara).
Maya Archaeology 10
Figura 9. La Estructura 13 de la Acrópolis Norte (foto de Patricia Carrillo).
11 Luis Alberto Martos López
construcción más alta, pero menos masiva, con el fin de evitar que
se colapsara.
El trabajo de campo llevado a cabo en 2009 reveló que la
cámara posterior de la parte superior de la estructura tiene un
complicado sistema de orificios y canales, lo que quizás permitía
llevar a cabo observaciones astronómicas. Resulta muy posible
que el edificio funcionara como observatorio del pasaje cenital del
sol en el solsticio de verano, fecha importante que marca el inicio
del calendario agrícola y la llegada de la estación de lluvias. El
día del solsticio, un observador que estuviera dentro de la cámara
posterior del nivel inferior habría podido ver tres rectángulos
iluminados en la parte superior de la bóveda. El descubrimiento,
en el interior de esta misma cámara, de tres grafittis (un señor
sentado en un trono, un señor con una barra ceremonial y una
imagen del edificio mismo) parecerían indicar la importancia de
la estructura como residencia del gobernante. Datos adicionales
sugieren que la Estructura 13 se construyó en el período Clásico
temprano.
En excavaciones practicadas en el patio oriental de la Acrópolis
Norte, se halló un pavimento asociado con una gran concentración
de cerámica de pasta fina, sobre todo Naranja Altar, Trapiche
Inciso, Tumba Negro sobre Naranja, Cedro Aflautado, Poite Inciso
Figura 11. La Estructura 25 de la Acrópolis Poniente (arriba), con el santuario
interno o fase constructiva anterior (a la derecha). Fotos de Jorge Pérez de Lara.
y Gris Tres Naciones, así como con tres figurillas de estilo Jonuta.
Las excavaciones practicadas en las plazas también arrojaron una
abundante colección de estos materiales, indicando que el sitio
estuvo ocupado durante el período Clásico terminal.
Acrópolis Oriente
La Acrópolis Oriente se ubica en el sector suroriental de Plan
de Ayutla y está construida sobre una colina natural, que mide
aproximadamente 130 m de largo por 100 m de ancho y alcanza
unos 32 m de altura. Aparentemente, el primer tercio de la
pendiente carece de muros de retén, con la salvedad del borde
sur, en donde pudo haberse construido una escalinata. Al pie
de esta probable escalinata se halló recientemente un entierro
asociado con piezas de cerámica de pasta fina, por lo que puede
fecharse en el período Clásico terminal. Del segundo tercio
de la colina hacia arriba pueden verse varios nivelamientos y
múltiples muros de retén; en la pendiente poniente, éstos llegan
a ser hasta de 1.8 m de alto. La plataforma superior cubre un área
de 1000 m2, sobre la cual hay cuatro montículos distribuidos en
torno a una plaza. La más importante de estas construcciones
es la Estructura 58, un gran edificio que debió haber tenido
interiores abovedados. Asociado con la plataforma superior
había un altar que marcaba la presencia de una tumba, que ha
sido saqueada.
Acrópolis Poniente
La Acrópolis Poniente es la más alta de Plan de Ayutla,
habiéndose edificado sobre una colina de 65 m de altura. A
diferencia de las otras acrópolis, no se alza sobre un promontorio
aislado, sino que forma parte de una cresta alargada que se
extiende hacia el suroeste. La pendiente natural está cubierta por
nueve terrazas escalonadas, reforzadas por muros de retén. La
terraza superior tiene un área de unos 3,000 m2, y sobre ella se
construyeron trece estructuras en torno a dos patios principales.
Las nueve terrazas y trece estructuras parecen aludir a la
numerología maya y su número no parece ser fortuito. En tanto
que la Acrópolis Norte parece haber sido predominantemente
un complejo residencial para la dinastía reinante, la Acrópolis
Poniente pudo haber tenido funciones más de corte ceremonial,
si bien éstas debieron haberse llevado a cabo en torno a la élite.
Los edificios se destacan por su proximidad, distribuyéndose
apretadamente en torno a pequeños patios.
De los edificios de este complejo, la Estructura 25 merece una
especial atención. Se trata de un edificio de doble galería, con tres
entradas hechas sobre una plataforma cruciforme, que alberga
un enorme santuario que recuerda a los templos del Grupo de
las Cruces, en Palenque (Houston, 1996; Schele, 1977; Schele y
Freidel, 1990:238-239). Aparentemente, el edificio tuvo dos fases
de construcción: en la primera, el santuario parece haber sido
una estructura independiente; posteriormente, tuvo lugar una
Maya Archaeology 12
Figura 12. La Estructura 31 de la Acrópolis Poniente (foto de Jorge Pérez de Lara.).
reconstrucción, convirtiéndose en el santuario de una estructura
mayor, orientada hacia el Este.
En el flanco oriental de la Acrópolis, se halla la Estructura 26,
que es una plataforma escalonada de grandes proporciones, con
una escalinata ahora destruida en su lado norte. Del templo que
la coronaba no quedan más que los cimientos. La Estructura 27
se construyó en planta rectangular, con dos galerías abovedadas
largas; sus tres entradas son similares en forma a las de la
Estructura 25 de Yaxchilán.
La Estructura 32 es un edificio atípico, con una plataforma
escalonada de cinco terrazas, con esquinas redondeadas. Es
evidente que tuvo una escalinata orientada hacia el oeste y
un templo pequeño, cuyos restos pueden observarse entre el
13 Luis Alberto Martos López
escombro de la base del edificio.
Pero la construcción más notable de la Acrópolis Poniente
es la Estructura 31 (Figura 12). Aunque no es ni la más grande
ni la más espectacular, parece haber sido la más importante,
dada su ubicación en el punto más alto y de mayor privilegio
de la acrópolis, así como por los mascarones que decoran
su plataforma y por el hecho de que muestra las únicas
inscripciones halladas en un edificio en Plan de Ayutla. Se trata
de una estructura rectangular con una sola entrada y una sola
galería, notable por su bóveda ojival. La plataforma sobre la que
se alza presenta tres terrazas escalonadas; las dos primeras son
rectangulares, presentan esquinas redondeadas y evidentemente
corresponden a una fase de construcción más temprana; la
Figura 13. Restos de decoración de estuco en el lado sur de la Estructura 31 de la Acrópolis
Oriente, en los que puede apreciarse la cabeza de un señor a la izquierda y un ala a la
derecha (foto de Jorge Pérez de Lara).
Figura 14. Inscripción en la fachada poniente de la Estructura 31 de la Acrópolis
Oriente: (dibujo a la izquierda) lo que queda de la inscripción (conforme a dibujos
de Stephen Houston, Simon Martin y Marc Zender); (fotografía arriba) glifos que
corresponden al pasaje de los dibujos, según se indica (foto de Jorge Pérez de Lara).
Maya Archaeology 14
tercera terraza presenta esquinas cuadradas. Sobre estas terrazas
se asienta la base del templo mismo; el friso de esta base alguna
vez estuvo adornado con mascarones de estuco policromo en sus
cuatro lados. Los de la fachada norte, a cada lado de la entrada,
están muy dañados y apenas retienen algunos elementos en
forma de follaje o de alas. El estuco modelado del poniente
también ha desaparecido casi por completo. En la fachada
oriental, sin embargo, se conserva la cabeza de una figura muy
estilizada, marcada quizás con los elementos diagnósticos
del signo calendárico Kaban y por otros que parecen ser alas,
plumas u hojas. El relieve mejor conservado se halla al sur, y su
motivo central es la cabeza de un señor que lleva un tocado con
una máscara celestial (Figura 13). Este personaje lleva también
orejeras compuestas por un disco, una voluta y un pendiente
en forma de hueso. Esta figura está flanqueada por alas, lo que
quizás lo identificaba como un “señor celestial.” En los bordes
del friso, extendiéndose a ambos lados del personaje, hay dos
bustos de señores que llevan complejos tocados con nudos
laterales. De estos individuos se extienden volutas que podrían
ser corrientes de aire que reforzarían el ámbito celestial de la
composición.
La fachada de la Estructura 31 es similar en apariencia a los
edificios de la Gran Acrópolis de Bonampak, con una moldura
basal y un friso decorado con pilastras de lajas de piedra dispuestas
en diferentes planos, lo que produce un juego de luces y sombras
(Angulo, 1988). Sobre el friso y a ambos lados de la entrada hay
orificios que bien pudieron haber servido de puntos de anclaje a
esculturas hechas de estuco, que ahora ya no existen.
Las inscripciones fragmentarias se ubican en las fachadas
laterales de la estructuras, incisas en estuco aplanado y pintadas
en rojo y azul. Aunque se conserva muy poco, es posible que
estos textos hayan sido de naturaleza dedicatoria y calendárica
que, como un tablero, ocupaban la sección central de las fachadas.
En la fachada oriental, sólo quedan cuatro fragmentos de glifos,
imposibles de identificar más allá de la base de un cartucho
calendárico. Es en la fachada poniente en donde se ha conservado
la mayor parte de la inscripción (Figura 14).
La parte baja de la misma es un texto sumamente inusual,
que ha sido estudiado por varios epigrafistas, mismos que no
han podido alcanzar un consenso sobre la naturaleza del mismo.
Sin embargo, Peter Mathews y Péter Biró se inclinan a pensar
que la inscripción podría ser temprana, de alrededor del año 375
(Biró, comunicación personal 2004). Esto encaja con la opinión de
Simon Martin (comunicación personal 2004) quien, en el curso
de una visita al sitio, sugirió que la inscripción representaba
una forma muy temprana de caligrafía, que quizás databa del
período Clásico temprano.
Frente a la plataforma de la Estructura 31 también hay
un pequeño adoratorio, elemento raro en la región del Alto
Usumacinta.
15 Luis Alberto Martos López
Plan de Ayutla y el Alto Usumacinta
En años recientes, se ha debatido mucho sobre la identidad
del sitio de Plan de Ayutla. Sin embargo, hasta en tanto no se
hallen más inscripciones en el sitio, no será posible resolver este
problema. Actualmente, hay dos posturas en relación con su
identidad. Dmitri Beliaev y Alexandr Safronov (2004, y como
se cita en Biró, 2004) han sugerido la posibilidad de que Plan
de Ayutla sea Ak’e, un importante reino cuya capital no ha sido
hallada, según estos autores. Sostienen que la identificación
de Ak’e con Bonampak no se ha comprobado de manera
satisfactoria y el tamaño comparativamente menor de este
último sitio sugiere que se trata de un sitio fundado en una fecha
relativamente tardía. Beliaev y Safronov sugieren que surgió una
dinastía en Ak’e, que fundó posteriormente una nueva ciudad
en Bonampak, conservando el mismo glifo emblema, de manera
similar a como los señores de Dos Pilas conservaron el mismo
glifo emblema de Tikal (Houston, 1993). El área de influencia de
Ak’e bien podría coincidir con la región de Plan de Ayutla. El
estudio del sitio podría arrojar información sobre la integración
política de la región en y alrededor de Bonampak y Lacanhá.
La segunda postura, originalmente postulada por Péter Biró
(comunicación personal 2004; ver también Biró, 2004), sugiere
que Plan de Ayutla fue Sak Tz’i’, importante centro que aún no se
ha identificado, y que estuvo involucrado en una serie de guerras
en contra de Piedras Negras, Yaxchilán, Bonampak, Lacanhá y
Toniná. Plan de Ayutla se ubica en el centro del posible territorio
de este reino, según lo han determinado Anaya Hernández,
Guenter y Zender (2003). En lo personal, me inclino por esta
posibilidad.
La Estela 26 de Piedras Negras, fechada en el año 628,
registra la captura de un personaje de Sak Tz’i’ y, ultimadamente,
los dos reinos fueron integrados políticamente: se asienta que fue
un gobernante de Sak Tz’i’ y no el rey de Piedras Negras el que
dio posesión a un sajal en El Cayo, satélite del segundo reino,
en el año 763 (Martin y Grube, 2000:143, 146, 151). Alrededor
del año 726, Sak Tz’i’ ejerció un dominio exitoso sobre la región
de Bonampak y Lacanhá pero, según se narra en el Dintel 2
de Bonampak, fue derrotada por las fuerzas combinadas de
Yaxchilán y Bonampak en el año 787. Sak Tz’i’ también cayó ante
Toniná alrededor de esta fecha (Martin y Grube, 2000:188-189).
Sin embargo, Sak Tz’i’ habría de recuperarse de estos
reveses. Durante el colapso maya, en tanto que la mayoría de las
ciudades del Alto Usumacinta iban cayendo una por una, Sak
Tz’i se mantuvo activa por un cierto tiempo. De hecho, la última
fecha proveniente de esta región alude al sitio: una estela, que
actualmente se halla en una colección privada y que data del
año 864 retrata a un sajal proveniente de un centro menor, que
participa en una conmemoración ritual del primer aniversario de
la muerte de su padre. El texto menciona explícitamente que este
sajal era vasallo del señor de Sak Tz’i’ (Martin y Grube, 2000:146;
Miller y Martin, 2004:191).
En ausencia de evidencia incontrovertible, sigue habiendo
importantes indicaciones que sugieren que Plan de Ayutla
fue el asiento dinástico de Sak Tz’i’. En primer lugar, hay que
considerar el tamaño y la complejidad del sitio. La Acrópolis
Norte incluye un complejo palaciego con numerosas cámaras
y espacios para una dinastía importante, así como un claro
énfasis en una arquitectura compleja y cargada de simbolismo,
distribuida en tríadas. En segundo lugar, si bien no hay
monumentos inscritos en el sitio, sí hay abundante evidencia
de saqueo. No hay una sola piedra que parezca un dintel o una
estela que no haya sido revisada por saqueadores buscando
inscripciones en su parte inferior. Esto lleva a la conclusión de
que los saqueadores sabían de la presencia de monumentos en el
sitio y estaban en busca de esculturas valiosas.
Finalmente, la gran cancha para el juego de pelota de Plan
de Ayutla, con sus enormes dimensiones y su céntrica ubicación
en el sitio, es una obra que sólo podría haber correspondido a
los requerimientos de una importante dinastía. De hecho, en
los tableros de Nuevo Jalisco, que actualmente se guardan en
Bonampak y que se dice fueron saqueados de Sak Tz’i’, hay una
referencia a K’ab Chan Te’, gobernante de Sak Tz’i’, quien se
autodenomina “Señor de Dos K’atunes, Jugador de Pelota” (Biró,
2004). Esto lo lleva a uno a pensar que el juego de pelota era de
vital importancia para los señores de este legendario sitio, lo que
resulta, asimismo, compatible con las grandes dimensiones de la
cancha para el juego de pelota de Plan de Ayutla. Pero dista mucho
de haberse hallado una respuesta a esta pregunta. Únicamente
mediante investigaciones más sistemáticas en Plan de Ayutla
podremos obtener los detalles necesarios para confirmar la exacta
identidad del sitio.
Figura 17. Ofrenda hallada en la cista del altar columnar.
Figura 16. Excavaciones en la cancha para el juego de pelota, mostrando las
lajas de piedra que cubrían el corredor de juego y las bancas laterales.
Figura 15. La cancha para el juego de pelota durante su excavación en 2008 (fotografía de Jorge Pérez de Lara).
Maya Archaeology 16
Figura 18. El altar columnar en el centro del corredor para el juego.
17 Luis Alberto Martos López
Figura 19. El altar columnar expuesto.
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