¿Quién es el Hombre? ¿Es solo este cuerpo que vemos frente al espejo? ¿Cuál es su verdadera naturaleza y para qué ha nacido? Son algunas de las preguntas que, si hemos reflexionado en algún momento de la vida, llegaremos a hacernos. Antiguas enseñanzas que encontramos en el Egipto o la India milenaria, coinciden en que el hombre, así como el universo, están constituidos por 7 cuerpos, dimensiones o vehículos de expresión. En general, todo en la Naturaleza parece estar dividido en siete: 7 notas musicales, 7 colores, 7 días de la semana... Explicaremos muy brevemente estos 7 planos en el hombre, desde el más concreto hasta el más sutil. En primer lugar tenemos al CUERPO FÍSICO. Es el que mejor conocemos pues lo vemos diariamente frente al espejo. Es el que alimentamos, bañamos y vestimos, pero que es simplemente la cáscara que recubre otras realidades interiores. Luego encontramos al CUERPO VITAL O ENERGÉTICO. Este cuerpo vital es una corriente de energía, es una fuerza que nos recorre íntegramente y que nos permite movernos, hablar, expresarnos y manifestarnos con esas cualidades que nos hacen reconocernos como “seres vivos”. A continuación tenemos nuestro cuerpo psíquico o “CUERPO EMOCIONAL”. En él moran todas nuestras emociones, pasiones y sentimientos. El nos hace oscilar entre la ira más terrible y el sentimiento místico más elevado. Este es un cuerpo que si bien nosotros pensamos que manejamos y poseemos, en realidad, suele manejarnos y llevarnos. Cuando no lo conocemos bien, tampoco podemos gobernarlo completamente. Más adelante, nos encontraremos un tipo de “Mente”: nuestro “CUERPO MENTAL CONCRETO”, que se distingue por una capacidad propia de los humanos: el raciocinio, el poder manejar ideas. Se caracteriza por razonar en función de “lo que a mí me conviene”, “a mí me gusta” o “yo deseo”. Es una mente egoísta, no en un aspecto malo, sino en el sentido de que sólo atiende los requerimientos personales. Avanzando un poco más, hallaremos un “CUERPO MENTAL PURO”. Esta mente tiene más capacidad. Concibe no solamente la existencia de uno mismo, sino también la de otros seres. Concibe el altruismo, el desprendimiento; es capaz de generosos actos, de pensamientos nobles. Puede percibir los grandes ideales. Y dando otro paso, nos encontraremos con un “CUERPO INTUICIONAL” La Intuición no es para los antiguos “presentir”, sino una forma especial de conocimiento que no necesita razonar mucho porque “capta” las grandes ideas, las grandes verdades. Aquellas cuestiones que de tan sutiles e inefables, no caben ni en las palabras, ni en las definiciones, ni en los razonamientos. Y por último, un cuerpo tan sutil y especial, que muchas civilizaciones le han llamado el Espíritu, la Chispa Primordial, al que llamaremos “CUERPO DE VOLUNTAD”. No imaginemos que están aislados unos de otros. El uno tiene influencia sobre el otro. A veces, un desarreglo emocional nos enferma físicamente; una dolencia física nos desequilibra psíquicamente. Otras veces, una dolencia física o una carencia de vitalidad nos traba mentalmente. Al Cuaternario o conjunto de los cuatro primeros cuerpos: Físico, Vital, Emocional y Mental Concreto, llamaban “personalidad”, que en griego proviene de la palabra “máscara”, queriendo simbolizar el disfraz, la cobertura con la que se cubre el alma para poder aparecer en el Teatro de la Vida. Al conjunto de los tres cuerpos superiores: la Mente Pura, la Intuición, la Voluntad la llamaban “INDIVIDUALIDAD”, lo que es indiviso, lo que no puede partirse, lo que constituye una Gran Unidad. Es el Yo Superior, el Hombre Verdadero, el Ser Interior: Aquello que permanece, es eterno. Así, podríamos hablar de un hombre perecedero, en cuanto al cuaternario, y de un hombre Inmortal en cuanto a la Tríada. Esta Tríada aún no está completamente conquistada por el hombre, se encuentra en latencia. ¿Cómo podemos conocer y desarrollar mejor cada uno de estos planos? ¿Puede contribuir este conocimiento a una completa realización? ¿Cómo puede el hombre conquistar su Yo Superior, su realidad inmortal? Te invitamos a acercarte a la sabiduría de estas grandes civilizaciones a través de las actividades culturales de Nueva Acrópolis y a profundizarlas en el Curso de Metafísica & Filosofía. Podrás conocerte mejor a ti mismo y a los demás, descubrir tus potencialidades y descorrer algunos velos del gran misterio de la vida del hombre y el universo. Extraído de la Conferencia “El Hombre y sus cuerpos” Prof. Delia Steinberg Guzmán Directora Internacional de Nueva Acrópolis