San Salvador, a las doce horas con cuarenta y un minutos de

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13-2008
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce horas
con cuarenta y un minutos del día siete de mayo de dos mil diez.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus se ha iniciado por solicitud de la
señora Blanca Lidia Lovo de Castillo, a favor de Mario Ulises Castillo, quien está siendo
procesado en el Juzgado de Instrucción de Ciudad Delgado, por el delito de agresión sexual
en menor e incapaz.
Analizado el proceso y considerando:
I.- Expone la pretensora que en el proceso penal instruido contra el beneficiado se han
violentado las garantías constitucionales del debido proceso, seguridad jurídica y legalidad,
pues la detención provisional se ha prolongado once meses y quince días, lo cual excede el
plazo de instrucción establecido en la ley procesal penal, tal exceso en el plazo se produce en
razón de que la audiencia preliminar ha sido suspendida en cuatro ocasiones, habiéndose
programado la última vez para el día dos de abril de dos mil ocho. Con relación a esto último
cita jurisprudencia de esta Sala, para el caso las sentencias dictadas en HC 121-99 y HC 26399, en las cuales se reconocen violaciones constitucionales ante reiteradas prórrogas del plazo
de instrucción.
La solicitante señaló también que solicitó al referido juzgado audiencia especial de
revisión de medidas; sin embargo, dicha sede judicial resolvió tal requerimiento sin celebrar
la respectiva audiencia y con la sola vista de autos, con un formato que para ese efecto lleva el
tribunal, en el cual indicó que “… HASTA ESE MOMENTO LAS CIRCUNSTANCIAS DE
LA DETENCIÓN NO HAN CAMBIADO, POR LO QUE ES IMPROCEDENTE EL
OTORGAMIENTO DE MEDIDAS SUSTITUTIVAS A LA DETENCIÓN…” (Sic). Por lo
anterior, la impetrante considera que la referida decisión no está debidamente fundamentada,
pues no se hizo referencia a los presupuestos de la apariencia de buen derecho, ni al peligro en
la demora.
II.- Conforme a la Ley de Procedimientos Constitucionales se nombró a la Jueza
Ejecutora licenciada Claudia Patricia Cruz Roldán, quien informó que los plazos para la
celebración de la audiencia preliminar no se han cumplido debido a dos motivos, el primero
porque la Sección de Traslados de Reos no pudo llevar al imputado a la audiencia en una de
las fechas señaladas, y el segundo aplazamiento se debió a la inasistencia del fiscal del caso.
En todo caso, señaló la Jueza Ejecutora, el calendario de audiencias del tribunal se encuentra
muy saturado debido a la carga de trabajo. Respecto a la detención provisional, consideró que
existen los arraigos familiares y sociales, así como la posibilidad de una fianza personal o
económica, siendo procedente el cambio de la medida cautelar.
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III.- En la certificación del proceso penal con referencia 142-7-2007, remitida por el
Juzgado de Instrucción de Ciudad Delgado, desde el folio 28 al 169, consta lo siguiente:
a. Acta de audiencia inicial celebrada el día 24/04/2007, en la cual se ordena la
instrucción formal del proceso con la medida cautelar de detención provisional en contra del
favorecido.
b. Auto de instrucción de fecha 26/04/2006 en el cual se ratifica la medida cautelar de
la detención provisional contra el beneficiado y se señala el día 12/07/2007 para celebrar
audiencia preliminar. Se deja constancia que existe un error en el año consignado en la
referida resolución.
c. Actas de suspensión de audiencia preliminar realizadas en las siguientes fechas:
12/07/2007, 13/09/2007, 19/10/2007 y 14/01/2008; las primeras dos y última se frustraron
debido a la incomparecencia del favorecido quien no fue trasladado por falta de personal de la
Sección de Traslado de Reos de la Corte Suprema de Justicia y la tercera debido a la
incomparecencia del agente fiscal del caso.
d. Actas de audiencia especial de revisión de la medida cautelar celebradas los días
14/06/2007, 13/09/2007 y 14/01/2008 en la cual se ratificó la detención provisional impuesta
contra el señor Mario Ulises Castillo.
e. Acta de audiencia preliminar celebrada a las once horas y cuarenta y cinco minutos
del día 02/04/2008, en la cual se decretó auto de apertura a juicio contra el favorecido por el
delito de agresión sexual en menor e incapaz y se ratificó la medida cautelar de detención
provisional.
Por otra parte, se deja constancia que este tribunal solicitó al Jefe de la Sección de
Traslado de Reos de la Corte Suprema de Justicia informara sobre los motivos por los cuales
omitió realizar el traslado del favorecido a las audiencias preliminares señaladas los días
12/07/2007, 13/09/2007 y 14/01/2008.
Al respecto consta al folio 18 el oficio número 63 de fecha 19/03/2010, suscrito por el
Jefe de Traslado de Reos y Menores, Región Metropolitana, señor Ronal Astul Hernández
Quintanilla, mediante el cual comunica a esta Sala que de acuerdo con los registros de dicha
dependencia, se solicitó el traslado del favorecido por el Juzgado de Instrucción de Ciudad
Delgado en las siguientes fechas: el 12/07/2007 para audiencia preliminar, pero “…no se
realizó por insuficiencia de personal nos encontrábamos trabajando con banda en el Tribunal
3º de Sentencia de San Salvador” (sic); el 13/09/2007 para audiencia preliminar “…la cual no
se realizó la diligencia por estar trabajando con banda en el Tribunal 4º de Sentencia de San
Salvador” (sic); el 19/10/2007 para llevar a cabo audiencia preliminar, la cual afirma “…se
realizó y quedó depositado en el Centro Penal de Mariona” y por último, el día 14/01/2008, el
favorecido fue solicitado para realizar la referida audiencia, pero “…esta sección no pudo
realizar la diligencia por insuficiencia de personal” (sic). Finalmente indicó que debido a “…
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la problemática que se tiene, mi persona le sugiere que se nos provea de más personal para
poder cubrir todos los requerimientos judiciales que nos solicitan” (sic).
Para fundar sus aseveraciones el mencionado Jefe de Traslado de Reos y Menores,
señor Ronal Astul Hernández Quintanilla, anexó copias de informes detallados de todas las
diligencias judiciales que se suspendieron en la región metropolitana en las fechas arriba
señaladas, así como los motivos justificativos para no efectuar cada uno de los requerimientos
de traslado del señor Mario Ulises Castillo, los cuales se deben a la falta de personal de la
referida sección.
IV. Vista la pretensión es necesario aclarar que no constituye parte de la competencia
de esta Sala en materia de hábeas corpus verificar y controlar el mero cumplimiento de los
plazos dispuestos por el legislador en un proceso penal; sin embargo, sí es competencia de
este tribunal tutelar al particular frente a dilaciones indebidas advertidas en la instrucción de
un proceso de esa naturaleza, cuando los mismos supongan una incidencia directa en el
derecho fundamental de libertad.
En este caso, el análisis de constitucionalidad a efectuarse se justifica a partir de la
situación de detención provisional que ha sufrido el beneficiado, pues debe atenderse siempre
el carácter de temporalidad que tiene la medida cautelar de detención provisional, la cual no
puede prolongarse injustificadamente.
Respecto a ello, en la sentencia de HC 95-2006 de fecha 27/06/2007, esta Sala sostuvo
que “…si bien el plazo de la fase de instrucción ha sido contemplado por el artículo 274 del
Código Procesal Penal, el cual dispone que la duración máxima del plazo de instrucción no
excederá de seis meses a partir del auto de instrucción, por lo que, claramente se trata de un
término legal, el respeto a dicho plazo, cuando el procesado se encuentre detenido, es una
exigencia legal con relevancia constitucional, pues ha sido establecido con el fin de agilizar la
tramitación del proceso penal, y por ende evitar su prolongación más allá de lo requerido, ya
que extender el proceso por un tiempo mayor que el fijado por la ley, cuando el imputado se
encuentre en detención, puede significar una demora injustificada que transgreda la seguridad
jurídica y llegue a restringir el derecho de libertad personal -del indiciado- de manera
desproporcionada, y, por tanto, contraria a la Constitución…”
En consonancia con la anterior jurisprudencia, debe tenerse claro que la detención
provisional, como medida cautelar propiamente dicha, persigue asegurar la eficacia de una
resolución definitiva, es decir implica su sujeción a un proceso específico con el propósito de
garantizar las resultas del mismo; pero su misma naturaleza cautelar exige que no puede
mantenerse indefinidamente, debiendo estar siempre sujeta a plazos máximos de duración, tal
circunstancia define su carácter de temporalidad. Este carácter temporal implica que la
imposición de la medida debe reducirse al mínimo, pues en la instrucción de un proceso penal
debe prevalecer la obligación, y la idea en el juzgador, en virtud de la presunción de
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inocencia, de que el imputado es inocente en tanto no se establezca legalmente su
responsabilidad penal. En razón de ello, las autoridades judiciales, independientemente de la
existencia de elementos que dificulten la tramitación expedita de un proceso penal, deben
tramitar el proceso con apego a los plazos legales, y con mayor razón si el inculpado se
encuentra en estado de detención provisional.
a. Con relación al caso sometido a análisis es preciso señalar que se mantuvo al
favorecido privado de su libertad en el marco de un proceso penal que denota una
paralización prolongada de la fase de instrucción, pues entre el 26/04/2007, fecha del
respectivo auto de instrucción, al día 02/04/2008 en el cual se celebró finalmente la audiencia
preliminar, no se realizó ninguna actividad probatoria que justificara ese tiempo de
instrucción del proceso, ya que los elementos de prueba propuestos por la Fiscalía General de
la República fueron recabados incluso antes de la fecha señalada en el auto de instrucción
para celebrar la audiencia preliminar, es decir antes del 12/07/2007. Sin embargo, esta Sala
advierte que la demora en el plazo de instrucción atiende a las frustraciones de la audiencia
preliminar ocurridas durante la tramitación de proceso penal en las siguientes fechas:
12/07/2007, 13/09/2007, 19/10/2007 y 14/01/2008; las primeras dos y última debido a la
incomparecencia del favorecido por no haber sido trasladado por la Sección de Traslado de
Reos y la tercera por la inasistencia del fiscal del caso.
Al respecto es preciso indicar que esta Sala en resoluciones anteriores ha justificado la
prórroga de los plazos contenidos en el Código Procesal Penal, dada la complejidad de los
casos en cuestión; sin embargo, no puede avalar un abuso excesivo de ese comportamiento
sobre todo cuando se encuentren personas bajo la medida cautelar de detención provisional. Si
bien en este caso la responsabilidad no recae directamente en la autoridad judicial demandada,
pues la audiencia preliminar se aplazó en tres ocasiones por falta de personal para efectuar el
traslado del favorecido, las cuales han sido justificadas por el Jefe de Traslado de Reos y
Menores, Región Metropolitana; y en una ocasión debido a la incomparecencia del fiscal del
caso, ello no significa que las propias deficiencias operativas del sistema judicial y carcelario
se deban trasladar o las deban asumir los particulares.
Acotado lo anterior debe decirse que el derecho a la jurisdicción reconocido en nuestra
Constitución, no puede entenderse desligado al tiempo en que debe prestarse por el Órgano
Judicial, sino que ha de ser comprendido en el sentido de que se otorgue por este dentro de los
términos razonables en que las personas lo reclaman, pues existe la obligación constitucional
de satisfacer dentro de un plazo razonable las pretensiones y resistencias de las partes o de
dictar sin demora la sentencia y realizar su ejecución; exigencia contenida adicionalmente en
los artículo 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 7.5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
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Respecto al plazo razonable, debe decirse que la doctrina considera que el derecho de
defensa en juicio incluye el derecho de todo imputado a obtener un pronunciamiento en el
cual se defina su posición frente a la ley y a la sociedad dentro de un término razonable, a
efectos de resolver de forma rápida la situación de incertidumbre y de restricción a la libertad
que sufra a causa de un proceso penal. Los parámetros para considerar cuando un plazo es
razonable han sido reiterados por la jurisprudencia de esta Sala, estos consisten en verificar si
hubo “plazos muertos”, es decir, períodos de inactividad del juez que no estén justificados y
que alarguen el proceso; tomando en cuenta además la complejidad del caso y el
comportamiento de las partes (verbigracia las resoluciones HC 106-2003, del 03/10/2005, HC
41-2007, de fecha 10/09/2008, entre otras). Por ello los tribunales deberán lograr una
administración de justicia rápida dentro de lo razonable, evitando así que los procesos se
prolonguen excesivamente por los motivos antes señalados; idea que subyace a la exigencia
constitucional del respeto a la dignidad humana, por cuanto cada persona tiene derecho a
liberarse del estado de incertidumbre que implica una acusación penal mediante una
resolución que defina su situación frente al proceso penal.
En el presente caso, el cumplimiento de la medida cautelar de detención provisional
durante un plazo de instrucción que duró once meses y siete días, contados a partir de la fecha
del auto de instrucción – 26/04/2007– hasta el día de la celebración de la audiencia preliminar
– el 02/04/2008–, dejó de ser válida, pues ya no cumplía con los fines del proceso ya que su
duración, en principio, se encuentra en función del proceso penal, cuyo objeto debe asegurar
de manera provisional. En tal sentido, la medida cautelar de detención provisional, en esos
términos, desatendió los parámetros constitucionales exigibles para este tipo de medida,
impuesta a quien aún se le presume su inocencia.
Por otra parte, si bien es cierto en el presente caso no se rebasaron los plazos máximos
previstos en el artículo 6 del Código Procesal Penal, debe decirse que tales términos atienden
a circunstancias especiales o complejas de la instrucción de un proceso penal, pero es de tener
en cuenta que la medida cautelar de detención provisional, como se expuso en el párrafo
precedente, debe conservar siempre su carácter temporal y ello implica que no puede
mantenerse indefinidamente y sin justificación alguna, debiendo estar siempre sujeta a plazos
máximos de duración, es decir, la restricción de libertad debe ser en principio excepcional,
necesaria y proporcional al hecho que se ventila y a los intereses o derechos afectados por su
aplicación; esto último –como ya se indicó – en virtud de la presunción de inocencia que le
proporciona un carácter instrumental y provisional a la medida y que implica que el acusado
sea considerado inocente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente establecida.
En consonancia con lo anterior, al haberse limitado el derecho de libertad del
favorecido durante el exceso del plazo de instrucción debido a la imposibilidad de su traslado
para celebrar audiencia preliminar incidió también en el derecho de defensa en juicio del
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mismo, pues la paralización del proceso penal le impidió obtener un pronunciamiento que
definiera su situación jurídica con mayor celeridad y le obstaculizó también hacer un uso
oportuno de los mecanismos de defensa que pudieran desvirtuar la pretensión fiscal, en tanto
se postergó reiteradamente el momento procesal correspondiente para ello.
Es así que la dilación del proceso penal en la fase de instrucción debido a la
imposibilidad de trasladar al favorecido a las audiencias preliminares no son motivos que
justifiquen la situación de incertidumbre y la prolongación de la restricción del derecho de
libertad del señor Mario Ulises Castillo.
En el presente caso esta Sala reconoce que hubo un exceso del plazo de instrucción en
virtud de las frustraciones de la audiencia preliminar que produjeron a la vez la prolongación
de la detención provisional del favorecido por igual término, lo que en el caso particular
desnaturalizó el fin de dicha medida cautelar; pero dicha paralización del proceso penal no
puede ser atribuida ni al Juzgado de Instrucción de Ciudad Delgado, así como tampoco al Jefe
de la Sección de Traslado de Reos y Menores de la Región Metropolitana. Respecto al
primero por haberse corroborado que dicho tribunal actuó de manera activa y diligentemente
al solicitar el traslado del beneficiado para realizar la respectiva audiencia preliminar, y con
relación al Jefe de Traslado de Reos por cuanto alegó y demostró no tener los recursos
humanos y materiales suficientes para satisfacer las demandas judiciales del traslado del
favorecido en las fechas requeridas por el mencionado juzgado.
De tal forma que la violación constitucional generada por la imposibilidad de llevar a
cabo la audiencia preliminar dentro del plazo razonable, aconteció por causas ajenas a la
actividad del Juez.
En ese sentido, esta Sala estima procedente reconocer la violación constitucional al
derecho de defensa en juicio, seguridad jurídica y presunción de inocencia por no haberse
procesado al favorecido en un plazo razonable, lo que incidió en su derecho de libertad física
por cuanto cumplió detención provisional durante el exceso del plazo de instrucción, demora
que desnaturalizó la finalidad que persigue dicha medida cautelar; quedando expedita
únicamente la jurisdicción ordinaria, en caso que el favorecido estime conveniente promover
el juicio indemnizatorio que corresponda, en el que se determinará la responsabilidad del
Estado a que hubiese dado lugar las violaciones ahora reconocidas.
Por otro lado, el referido reconocimiento de violaciones a derechos constitucionales no
produce automáticamente la libertad del señor Mario Ulises Castillo, en tanto que su
detención provisional se ratificó en la audiencia preliminar y se decretó auto de apertura a
juicio, siendo esta última providencia la que fijó su condición posterior frente al proceso
penal, decisión que no ha sido sometida a control constitucional; sumado al hecho que en el
caso en cuestión no se excedieron los plazos máximos fijados por ley para la detención
provisional.
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b. Respecto al alegato de la solicitante relacionado con las audiencias especiales de
revisión de medidas cautelares celebradas con vista de autos y en formato especial, vale decir
que se celebraron diferentes audiencias especiales para ese efecto, una a petición de la defensa
técnica, y tres de forma oficiosa cada vez que se frustró la celebración de la audiencia
preliminar.
En efecto, esta Sala ha constatado que dos de las referidas audiencias especiales
señaladas de oficio por el Juzgado de Instrucción de Ciudad Delgado están asentadas en
formatos pre elaborados que para tal efecto. Sobre este punto, debe decirse que tales
audiencias tienen como objeto la revisión periódica de la medida cautelar de detención
provisional, tal como lo prescribe el artículo 307 del Código Procesal Penal. En dichas
audiencias es imprescindible la oralidad e inmediación de las partes y del juez, quien está
obligado a escuchar las intervenciones de las primeras y resolver congruentemente cada uno
de los requerimientos que se le expongan, los cuales están orientados a la modificación o la
continuidad de la medida cautelar que se discute. Este debate se imposibilitaría cuando existe
un formato previamente elaborado por el tribunal cuyos espacios son llenados de manera
mecánica, sin atender a las especificidades de cada caso y los planteamientos realizados por
las partes.
Es así que en las actas de las audiencias de revisión de medidas cautelares celebradas
de oficio los días 13/09/2007 y 14/01/2008, la Jueza de Instrucción de Ciudad Delgado estimó
mantener la medida cautelar de detención provisional, por considerar que la comprobación de
los arraigos no había sido presentada por la defensa, lo que determinaba la aplicación de la
regla de la variabilidad de las condiciones que motivaron la adopción de la medida. Al
respecto, es importante señalar que en ambas actas se trata exactamente del mismo texto en el
que constan las idénticas consideraciones. Situación que se produjo a pesar que la defensa
técnica presentó los arraigos del imputado el día 14/07/2007, los cuales fueron recibidos por
el tribunal en esa misma fecha y constan del folio 66 al 99 de la certificación del proceso
penal 142-07-2007.
Especial mención merece el acta de audiencia especial celebrada el 23/07/2007 a
efectos de revisar la medida cautelar, la cual consta agregada al folio 140 de la referida
certificación, en virtud que se asentaron en la misma datos y nombres de otros imputados
procesados por el delito de homicidio agravado tentado.
De tal manera que el formato pre - elaborado utilizado en dos ocasiones por el Juzgado
de Instrucción de Ciudad Delgado implicó en el presente caso que la decisión tomada en
audiencia especial estuviera carente de motivación, pues se mantuvo la medida cautelar de
detención sin fundamento en sus razones y sin análisis de los argumentos de las partes,
aduciéndose aspectos ajenos a las particularidades del caso, y ello también implica
vulneración al derecho de defensa y así deberá declararse en esta sentencia.
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Es de subrayar que dentro de la función jurisdiccional con apego riguroso a la ley y a
la Constitución se debe estimular suficientemente el debate y la discusión entre las partes,
máxime cuando la situación jurídica de restricción de libertad de una persona está en situación
incierta y debe determinarse cabalmente y con sometimiento a todas las garantías procesales y
constitucionales.
Con fundamento en los artículos 2 y 12 inciso 1º de la Constitución, así como los
artículos 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el 7.5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, esta Sala RESUELVE: a) ha lugar el hábeas corpus
solicitado a favor de Mario Ulises Castillo; b) declárase la violación constitucional a los
derechos de defensa en juicio, a la seguridad jurídica y presunción de inocencia por no haber
sido procesado el favorecido dentro de un plazo razonable lo que incidió directamente en su
derecho de libertad física; c) declárase violación al derecho de defensa en juicio por falta de
motivación de las resoluciones emitidas por el Juzgado de Instrucción de Ciudad Delgado en
las cuales se denegó la modificación de la medida cautelar de detención provisional en
audiencia especial celebradas los días 13/09/2007 y 14/01/2008; d) continúe el favorecido en
la situación jurídica en la que se encuentre, a quien le queda expedito el derecho de promover
ante el tribunal competente y conforme a la legislación aplicable, el juicio que corresponda
para requerir la indemnización por daños y perjuicios sufridos a causa de las violaciones
constitucionales indicadas; e) certifíquese la presente resolución y remítase junto con la
certificación del proceso penal 142-07-2007 al Juzgado de Instrucción de Ciudad Delgado; f)
notifíquese; y g) archívese.
---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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