San Salvador, a las doce horas con cincuenta y un minutos de

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185-2008
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce
horas con cincuenta y un minutos del día diez de febrero de dos mil diez.
El presente proceso de hábeas corpus, ha sido solicitado por la señora Juana del
Carmen Moncada de Reyes, a favor del señor Denys Alejandro Reyes Moncada, contra
actuaciones del Juez Especializado de Instrucción de la ciudad de Santa Ana.
Analizado el proceso y considerando:
I- La peticionaria al fundamentar su pretensión reclama que se han violentado las
garantías constitucionales del favorecido, específicamente las reglas del debido proceso en
relación a los plazos procesales, ya que su hijo –el señor Reyes Moncada- fue detenido el
cuatro de abril de dos mil ocho, la audiencia especial de imposición de medidas se celebró el
día diez del mismo mes y año; la Audiencia Preliminar se señaló para el día dos de octubre
de dos mil ocho, pero fue suspendida por no haberse trasladado al imputado a la celebración
de la misma, reprogramándose para el día catorce de noviembre del mismo año; en la fecha
señalada, la Fiscalía solicitó la suspensión de la audiencia por no contar con elementos de
prueba que había ofrecido con su acusación, por lo que el juez instructor difirió la
celebración de la misma hasta el día tres de febrero de dos mil nueve.
Considera que el juez instructor ha transgredido lo dispuesto en el artículo 275 del
Código Procesal Penal que señala la obligación de solicitar a la Cámara de Segunda
Instancia prórroga del plazo de instrucción, cuando se exceden los seis meses establecidos
para la misma. Más aún, cuando dicha autoridad señala que la Ley Contra el Crimen
Organizado y Delitos de Realización Compleja permite hacer una aplicación diferente a la
de la disposición legal señalada “sin mayor explicación”. Esta actuación judicial ha
incumplido la ley, y principios procesales como el de pronta y cumplida justicia. Por ello,
existe una desmesurada dilatación del proceso, lo que violenta las garantías constitucionales
del favorecido y torna ilegal su detención provisional.
II.- Tal como lo ordena la Ley de Procedimientos Constitucionales, se procedió a
nombrar como Juez Ejecutor al licenciado Juan Marlon Rojas, quien en su informe
básicamente expresó: "La Sala de lo Constitucional ha reconocido la posibilidad de que
existan prórrogas justificadas en la etapa de instrucción del proceso penal sin por ello
vulnerar derechos constitucionales del procesado, lo que a su vez podría generar, si el juez
lo estimare conveniente, una ampliación del plazo previsto por ley para la duración de la
detención provisional”. Asimismo, relaciona jurisprudencia de esta Sala sobre la atribución
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de la Corte Suprema de Justicia de vigilar porque se administre una pronta y cumplida
justicia, concluyendo que debe continuar la causa según su estado.
III.- En atención a lo planteado por la peticionaria se hará una relación de la
jurisprudencia emitida por esta Sala sobre las denominadas dilaciones indebidas dentro de
un proceso penal, a efecto de verificar si en la actuación de la autoridad demandada
concurre este vicio y tiene incidencia en la libertad física del favorecido.
Se aclara que no constituye parte de la competencia de esta Sala en materia de
hábeas corpus verificar y controlar el mero cumplimiento de los plazos dispuestos por el
legislador en un proceso penal; sin embargo, sí es competencia de este Tribunal tutelar al
particular frente a dilaciones indebidas advertidas en la instrucción de un proceso de esa
naturaleza, cuando los mismos supongan una incidencia directa en el derecho fundamental
de libertad.
En este caso, el análisis de constitucionalidad a efectuarse se justifica a partir de la
situación de detención provisional que mantiene el beneficiado, pues debe atenderse
siempre el carácter de temporalidad que tiene la medida cautelar de detención provisional, la
cual no puede prolongarse injustificadamente.
Respecto a ello, en la sentencia del HC 95-2006 de fecha 27/06/2007, esta Sala
sostuvo que el plazo establecido en el artículo 274 del Código Procesal Penal para la etapa
de instrucción, garantiza la agilidad en el trámite del proceso penal, sobre todo cuando se ha
decretado detención provisional en contra del imputado; por lo que su prolongación más allá
del mismo puede significar una demora injustificada que transgrede la seguridad jurídica y
el derecho de libertad física de aquél.
Debe tenerse claro que la detención provisional, como medida cautelar propiamente
dicha, persigue asegurar la eficacia de una resolución definitiva, es decir implica su sujeción
a un proceso específico con el propósito de garantizar las resultas del mismo; pero su
misma naturaleza cautelar exige que no puede mantenerse indefinidamente, debiendo estar
siempre sujeta a plazos máximos de duración, tal circunstancia define su carácter de
temporalidad. Este carácter temporal implica que la imposición de la medida debe reducirse
al mínimo, pues en la instrucción de un proceso penal debe prevalecer la presunción de
inocencia a favor del procesado.
Adicionalmente, debe decirse que el artículo 6 del Código Procesal Penal, regula
plazos máximos que, debe entenderse, atienden a circunstancias especiales o complejas de
instrucción de un proceso penal, pero es de tener en cuenta que la medida cautelar de
detención, como se expuso, debe conservar su carácter temporal, debiendo estar sujeta a
plazos máximos de restricción, es decir, la restricción de libertad debe ser en principio
excepcional, mínima y proporcional al hecho que se ventila y a los intereses o derechos
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afectados por su aplicación; esto último, en virtud de la presunción de inocencia que le
proporciona un carácter excepcional a la medida y que implica que el acusado sea
considerado inocente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente establecida.
Lo anterior, no contraría la jurisprudencia emitida por esta Sala, en cuanto a que los
plazos de instrucción en el proceso penal -v .gr. sentencias pronunciadas en los HC 2432002 y HC 45-2006 de fechas 21/03/2003 y 12/01/2007, respectivamente- pueden ser
prorrogados, sin que ello, por sí mismo vulnere derechos constitucionales del procesado,
siempre y cuando la resolución que así lo decida, se encuentre debidamente motivada, a fin
de que las partes posiblemente afectadas, conozcan las razones para realizar la prórroga.
En ese sentido, se afirma que no toda prórroga en la tramitación de un proceso,
genera afectaciones con trascendencia constitucional; por lo cual para calificar el concepto
de plazo razonable o dilación indebida y según jurisprudencia de esta Sala -véase sentencia
pronunciada en el HC 49-2000 de fecha 22/03/2001- se deben tener en consideración los
siguientes elementos: (1) la complejidad del asunto: ya sea la complejidad fáctica del litigio,
es decir, la necesidad de realizar distintas pruebas; y la jurídica o las propias deficiencias
técnicas del ordenamiento; (2) el comportamiento del recurrente; puesto que no merece el
carácter de indebida una dilación que haya sido provocada por el propio litigante y; (3) la
actitud del Juez o Tribunal, referida a si las dilaciones en el proceso obedecen a la
inactividad del órgano judicial, que sin causa de justificación, dejó transcurrir el tiempo sin
impulsar de oficio el procedimiento, sin emitir una resolución de fondo, u omitió adoptar
medidas adecuadas para conceder la satisfacción real y práctica de las pretensiones de las
partes.
Este criterio tiene a su base la consideración que constitucionalmente no se puede
sostener que exista un derecho al cumplimiento de los plazos establecidos por el legislador,
pues lo que existe es un derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable; entender lo
contrario, implicaría elevar las dimensiones temporales establecidas en las normas
procesales, a categoría constitucional, situación que bajo ninguna óptica sería aceptable.
Por tanto, no basta la presencia de una dilación en el cumplimiento de los plazos
procesales, sino que ésta debe tener la característica de carecer de una causa que la
justifique; es la casuística la que determina frente a excesos en los plazos procesales, la
existencia o no de violaciones constitucionales como la alegada en el presente proceso.
De lo hasta acá expuesto, es dable colegir que las dilaciones indebidas dentro del
proceso penal, inciden de manera directa en el derecho de defensa en juicio del procesado,
puesto que le impiden obtener -con la celeridad que el caso específico amerite- un
pronunciamiento que, definiendo su posición frente a la ley y a la sociedad, ponga término
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del modo más breve, a la situación de incertidumbre y de restricción de la libertad que
comporta el enjuiciamiento penal.
Visto así, la autoridad judicial debe procurar no exceder injustificadamente los
procesos penales a través de los denominados "plazos muertos", ya que su existencia
vulnera el derecho de defensa en juicio, al no permitir al procesado –ante el estado de
suspensión del proceso- hacer uso de las armas de defensa que se encuentran a su alcance.
IV.- Expuestos los fundamentos jurídicos y jurisprudenciales base de esta resolución
es procedente pasar al estudio del caso concreto, y así consta:
a) Al folio 1, solicitud fiscal de audiencia especial de imposición de medida cautelar
contra el favorecido, de fecha siete de abril de dos mil ocho.
b) Al folio 70, auto dictado por el Juez Especializado de Instrucción de Santa Ana, a
las diecinueve horas del día siete de abril de dos mil ocho mediante el cual se señalan las
once horas con treinta minutos del día diez del mismo mes y año para la celebración de la
audiencia especial para discutir la procedencia o no de la medida cautelar solicitada en
contra del señor Reyes Moncada.
c) Al folio 78, acta de audiencia especial de imposición de medida cautelar, de las
once horas con treinta minutos del día diez de abril de dos mil ocho, en la que se decretó la
detención provisional del favorecido y se otorgó un plazo de cuatro meses a la
representación fiscal para concluir las investigaciones y presentar la acusación o el dictamen
correspondiente.
d) Al folio 120, dictamen acusatorio presentado por la agencia fiscal, de fecha ocho
de agosto de dos mil ocho.
e) Al folio 167, auto dictado por la autoridad demandada, a las quince horas del día
once de agosto de dos mil ocho en el que se señala para la celebración de la Audiencia
Preliminar las nueve horas del día dos de octubre de dos mil ocho.
f) Al folio 169, auto dictado por la misma autoridad a las quince horas y veinte
minutos del día uno de octubre de dos mil ocho, en el que deja sin efecto la fecha señalada
para la Audiencia Preliminar por no ser posible el traslado del imputado a la sede judicial y,
ordena su celebración a las catorce horas del día catorce de noviembre de dos mil ocho,.
g) A folio 172, acta de Audiencia Preliminar en la que a petición de la representación
fiscal se aplaza la misma, debido a no contarse con todos los elementos probatorios
solicitados durante la etapa de instrucción, y se señala para efectuarla las catorce horas del
día tres de febrero de dos mil nueve.
V.- De la relación cronológica expuesta, se concluye que de conformidad con el
artículo 17 de la Ley Contra el Crimen Organizado y Delitos de Realización Compleja,
desde la fecha en que se decretó la detención provisional en contra del favorecido –diez de
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abril de dos mil ocho- a la fecha en que se presentó el dictamen de acusación fiscal en su
contra –ocho de agosto de dos mil ocho- no se ha excedido el plazo de seis meses señalado
en dicha disposición legal; ahora bien, respecto a los aplazamientos que ha sufrido la
celebración de la Audiencia Preliminar, desde la fecha inicial en que se programó –dos de
octubre de dos mil ocho- hasta la fecha que, de acuerdo a la certificación remitida por la
autoridad demandada, es la última programada de la que esta Sala tiene conocimiento –tres
de febrero de dos mil nueve- sí se ha excedido el plazo dado al juez instructor para su
celebración –sesenta días hábiles después de recibida la acusación-, según lo dispuesto en el
artículo 18 de la misma ley.
Lo anterior, no necesariamente implica –como ya antes se indicó en el apartado III
de la presente decisión- que exista violación constitucional, por lo que el juicio de
constitucionalidad debe necesariamente circunscribirse a las siguientes situaciones:
En relación al comportamiento de la autoridad jurisdiccional señalada, en el presente
caso no ha existido lo que en la jurisprudencia de este Tribunal se ha dado en denominar
"plazos muertos", puesto que las actuaciones jurisdiccionales no llevan a considerar que la
ampliación del plazo señalado para la celebración de la Audiencia Preliminar haya sido
ocasionado por un incumplimiento del juzgador en la programación de dicha diligencia, ya
que como se ha dicho, la primera ocasión en la que se ordenó su práctica se encontraba
dentro del plazo estipulado en el artículo 18 de la Ley Contra el Crimen Organizado y
Delitos de Realización Compleja y sufrió retrasos, en primer lugar por la ausencia del
acusado derivada de la imposibilidad de su traslado desde el Centro Penitenciario hacia la
sede del Juzgado, y luego producto de una solicitud fiscal debido a que cierta prueba de
carácter científica –análisis de comparación de ADN- no había sido remitida por la
Institución encargada de emitir sus resultados, tal como se hizo constar en el acta
relacionada al folio 172 “ya que dichos resultados y comparaciones son necesarias para
llegar al esclarecimiento de estos hechos y beneficiar o agravar la situación de los
imputados; por lo que este tribunal gestionará a las instituciones correspondientes para
que envíen los resultados (…) ya que se trata de cuatro homicidios consumados y tres en
grado de tentativa, siendo el mismo complicado (…)”. Además, en la misma diligencia, el
juez señalado aclaró, producto de recurso de revocatoria interpuesto por la defensa sobre la
reprogramación de la audiencia, que no se trataba de una ampliación del plazo de
instrucción que refiere el artículo 275 del Código Procesal Penal, sino que era una
aplazamiento de la audiencia considerando la solicitud fiscal y “se está dejando hasta esa
fecha por tener ya saturada la calendarización de audiencia de este Tribunal”.
En relación a la primera explicación, esta Sala considera que la autoridad judicial
relacionó los motivos que razonablemente permiten justificar el exceso en el plazo para la
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reprogramación de la Audiencia Preliminar, así como la permanencia de la medida cautelar
de la detención provisional hasta la celebración de la misma. La necesidad de contar con
ciertos elementos probatorios para resolver la situación jurídica del procesado, por la
complejidad del caso puesto a su conocimiento -cuatro homicidio consumados y tres
homicidios en grado de tentativa- permite identificar una causa que habilita la decisión
adoptada por dicha autoridad, toda vez que hubo un pronunciamiento de la representación
fiscal solicitando la suspensión de la audiencia y su reprogramación en el lapso de dos
meses debido a la necesidad de obtener la prueba relacionada, la que –según él- requería
dicho plazo. Adicionalmente, ello no ha representado un exceso en el término establecido en
el artículo 6 del Código Procesal Penal sobre la permanencia de la medida cautelar de
detención provisional.
En cuanto a la explicación judicial sobre la saturación de la agenda de programación
de audiencias, esta Sala considera que esa circunstancia por sí misma, no tiene la entidad
suficiente para justificar exceder el plazo de la instrucción; sin embargo, por lo dicho en el
párrafo precedente y de la lectura del acta en la que se ordenó el aplazamiento de la
Audiencia Preliminar –folio 172- se advierte que la representación fiscal solicitó dos meses
adicionales para obtener el resultado de la prueba de comparación de ADN debido a que al
tratarse de multiplicidad de delitos de homicidio y a la carga laboral del Laboratorio
encargado de realizar dicha diligencia, ese plazo permitiría la incorporación de tal material
probatorio; plazo que es coincidente con el otorgado por la autoridad judicial para la
celebración de la Audiencia Preliminar -se suspendió el catorce de noviembre de dos mil
ocho y se reprogramó para el tres de febrero de dos mil nueve-.
Por ello, luego de haber analizado los elementos más importantes que se deben tener
en cuenta para calificar a una dilación como debida o indebida, esta Sala determina que el
tiempo en el que el favorecido ha estado restringido de su libertad en la etapa de instrucción
del proceso penal, que es la cuestionada por la solicitante en el presente hábeas corpus, ha
sido razonable y como consecuencia no han existido dilaciones indebidas o injustificadas,
que contraríen el derecho a la jurisdicción reconocido en nuestra Constitución, el que no
puede entenderse desligado al tiempo en que debe prestarse por el Órgano Judicial, sino que
ha de ser comprendido en el sentido de que se otorgue por éste dentro de los razonables
términos temporales en que las personas lo reclaman, pues existe la obligación
constitucional de satisfacer dentro de un plazo razonable las pretensiones y resistencias de
las partes o de dictar sin demora la sentencia y realizar su ejecución; exigencia contenida
adicionalmente en el artículo 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y
9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; por lo que no se puede generar
el cese de la restricción al derecho de libertad del favorecido.
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Por las razones expuestas, y de conformidad con los artículos 11 inciso 2° y 18 de la
Constitución, 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 9.3 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 71 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, esta Sala RESUELVE: a) No ha lugar el hábeas corpus solicitado por
haberse comprobado que no existe la violación constitucional alegada contra el derecho
fundamental de la libertad del señor Denys Alejandro Reyes Moncada, debiendo continuar
la causa según su estado; b) Certifíquese esta resolución y remítase junto con la certificación
del proceso penal al Juzgado Especializado de Instrucción de la ciudad de Santa Ana; c)
Notifíquese; y d) Archívese.
---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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