Tribunal Superior de Justicia de Aragón (Sala de

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Tribunal Superior de Justicia de Aragón (Sala de lo Social).Sentencia
núm. 825/1999 de 27 septiembreAS\1999\3079
Tribunal Superior de Justicia de Aragón (Sala de lo Social).
Sentencia núm. 825/1999 de 27 septiembre
AS\1999\3079
DESPIDO IMPROCEDENTE:
trabajadores en incapacidad temporal: realización de actividades
compatibles con la enfermedad; indemnización y salarios de tramitación: salario regulador: aplicación
del percibido en el momento del despido: realización de jornada reducida por pacto habido entre las
partes; despido de trabajadores afiliados a un sindicato: audiencia del delegado sindical: supuestos.
PRUEBA TESTIFICAL:
informes de investigadores privados: valor probatorio.
Jurisdicción: Social
Recurso de Suplicación núm. 674/1999
Ponente: Ilmo. Sr. D. carlos bermúdez rodríguez
El TSJ desestima los recursos de suplicación interpuestos por ambas partes litigantes contra
la Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 1 de los de Zaragoza, de fecha 14-6-1999,
dictada en autos promovidos en reclamación sobre despido.
Rollo Núm.: 674/1999
SENTENCIA NUM. 825/1999
Ilmos. Sres.:
D. Juan Piqueras Gayó
D. Carlos Bermúdez Rodríguez
D. José Enrique Mora Mateo
En Zaragoza, a veintisiete de septiembre de mil novecientos noventa y nueve.
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, compuesta por los señores indicados
al margen y presidida por el primero de ellos, pronuncia en nombre del
Rey esta
SENTENCIA
En los recursos de suplicación número 674/1999 (Autos número 288/1999), interpuestos por la parte
demandante doña Francisca P. B. y por el demandado «Banco Santander Central Hispano Americano,
SA»; contra la Sentencia dictada por el Juzgado de lo Social núm. 1 de Zaragoza, de fecha 14 de junio
de 1999. Es Ponente don Carlos Bermúdez Rodríguez.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.Según consta en autos, se presentó demanda por doña Francisca P. B., contra «Banco de Santander
Central Hispano Americano, SA»; «Banco Central Hispano Americano, SA», sobre despido. Tramitado el
proceso en la instancia, se dictó la sentencia referida, cuyo Fallo es del tenor literal siguiente:
«Que debo estimar y estimo la petición subsidiaria de la demanda presentada por Francisca P. B.
contra "Banco de Santander Central Hispano Americano, SA" y en su consecuencia debo declarar y
declaro improcedente el despido combatido, condenando al demandado a que, a su elección, readmita al
demandante en las mismas condiciones que regían antes de producirse el despido, o a que le abone, en
concepto de indemnización, la cantidad de 8.385.510 pesetas (50.397,93 euros), y en todo caso a que le
abone los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido hasta la de la primera notificación de la
presente, a razón de 6.564 pesetas (39,45 euros), diarias, absolviendo al demandado del resto de los
pedimentos que contra él han sido deducidos».
SEGUNDO.Dicha resolución declara probados los siguientes hechos:
«I.-Francisca P. B. presta servicios para el actualmente denominado "Banco de Santander Central
Hispano Americano, SA" desde el 1-10-1966 con la categoría profesional de administrativa, en régimen
de media jornada, a petición propia, desde que lo solicitó en mayo de 1990, percibiendo un salario
mensual, por todos conceptos prorrateables, de 199.670 pesetas.
II.-Está afiliada al Sindicato Autónomo Solidaridad Aragón y en calidad de tal autorizó a dicho Sindicato
en octubre de 1996 a reclamar del Banco hoy demandado los vales del Economato Laboral del "Banco
Central Hispano" en Zaragoza, habiendo interpuesto el referido Sindicato distintas demandas en
reclamación de la entrega de tales vales en nombre de varios de sus afiliados, entre los que se
encontraba la actora, siempre representada por el Letrado a quien el Sindicato actor confirió poderes, y
que han alcanzado acuerdos previos conciliatorios desde 1997.
III.-Padece una anemia ferropénica de unos diez años de evolución habiendo estado en situación de
Incapacidad Temporal por tal dolencia en diversos y largos períodos, el último de los cuales va de
10-7-1998 al 7-4-1999.
IV.-Consiste la anemia ferropénica en el descenso de las reservas de hierro, con hipocromía, en el
paciente y los padecimientos clínicos producidos por tal enfermedad suelen ser astenia, disnea, cefaleas
opresivas, parestesias, irritabilidad, acúfenos y tendencia a las lipotimias, consistiendo el tratamiento en
tratar la causa de la ferropenia y la administración de hierro, siendo la enfermedad compatible con la
actividad física y el desarrollo de una vida normal, siendo recomendable el reposo en caso de producir la
sintomatología descrita con el fin de evitar la disnea y aumentar la astenia.
V.-Durante los días 23 y 27 de noviembre y 17 de diciembre de 1998, 17, 23, 25, 25 y 30 de marzo de
1999 fue objeto de seguimiento, fuera de su domicilio, por detectives privados, pertenecientes a agencia
autorizada, según encargo recibido del Banco empleador, quienes emitieron el informe que obra en autos
y se da en este lugar por íntegramente reproducido, con excepción de las imágenes gráficas que en el
mismo figuran.
VI.-En 17-4-1999, con efectos de tal fecha, le fue notificada carta de despido cuya copia obra en autos
y se da por reproducida, de la que se dio traslado al Comité de Empresa, más no, ni antes ni después, al
delegado sindical de Solidaridad Aragón.
VII.-Son ciertos los hechos descritos en el informe emitido por los detectives privados antes reseñado».
TERCERO.Los referidos recursos de suplicación han sido impugnado por las partes recurridas.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Recurso de la parte actora
PRIMERO.Al amparo del artículo 191 b) del Texto Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral, aprobado por
Real Decreto Legislativo 2/1995, de 7 de abril ( RCL 1995\1144 y 1563), pretende la parte actora en su
recurso la revisión de los hechos probados de la sentencia de instancia. Solicita, en concreto, se afirme
que el salario mensual que la demandante percibe por todos los conceptos asciende a 399.340 pesetas,
es decir, exactamente el duplo de lo que declara la sentencia, sin que se cite prueba alguna de la que así
resulte, por lo que tal pretensión debe ser rechazada.
SEGUNDO.-
11 de febrero de 2012
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Tribunal Superior de Justicia de Aragón (Sala de lo Social).Sentencia
núm. 825/1999 de 27 septiembreAS\1999\3079
Con base en el artículo 191 c) del Texto Refundido, de la Ley de Procedimiento Laboral, denuncia la
referida, parte la infracción del artículo 56.1 a) del Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los
Trabajadores, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo ( RCL 1995\997),
arguyendo que el salario regulador de la indemnización a percibir por consecuencia de la declaración de
improcedencia del despido debe ser el antes reseñado y no el de 199.670 pesetas adoptado por
sentencia.
La razón de la petición estriba en que este último es el correspondiente a una jornada de trabajo
reducida, no normalizada. Sin embargo, la cifra representa la retribución efectiva de la actora al tiempo
de su cese, y la reducción de jornada a su mitad, provocadora de la diferencia, no es accidental, sino
prolongada en el tiempo (data de 1990), consecuencia de expresa petición de ella y debidamente
aceptada por el Banco, por cuya razón las bases del cálculo realizado son correctas.
Numerosas Sentencias del Tribunal Supremo, como las de 14 de julio de 1983 ( RJ 1983\3790), 29 de
septiembre y 9 de octubre de 1989 ( RJ 1989\6551 y RJ 1989\7133), 31 de mayo, 15 de octubre y 7 de
diciembre de 1990 ( RJ 1990\4526, RJ 1990\7685 y RJ 1990\9760), fundamentan suficientemente la
conclusión de que el salario que debe servir de base para el cálculo de la precitada indemnización es el
que se devenga en el momento del despido y no otro distinto, porque la finalidad de la indemnización es
compensar los perjuicios económicos que experimenta el trabajador al privársele de su puesto de trabajo,
y éstos vienen representados por la pérdida del salario que recibía en tal momento.
TERCERO.El otro motivo de censura jurídica del recurso de la actora entiende vulnerados los artículos 14, 16 y 18
de la Constitución Española ( RCL 1978\2836 y ApNDL 2875), 4. 2 e), 17, 18 y 20, núms. 3 y 4, del
Estatuto de los Trabajadores, y 11.1 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial ( RCL
1985\1578, 2635 y ApNDL 8375), considerando discriminatorio el despido de aquélla y, por ende, no sólo
improcedente (como es calificado por el señor Juez de instancia) sino nulo.
La censura parece estar relacionada con los medios probatorios utilizados por el Banco demandado en
averiguación de las actividades de la demandante durante su incapacidad temporal. Más concretamente,
con el seguimiento mediante detectives, a cuyo informe se refieren los extremos e) y g) del relato
histórico de la sentencia, y en la limitada dimensión en que tuvo lugar posteriormente dicho medio
probatorio en el acto del juicio, ya que alguno de sus aspectos, como el gráfico (fotografías y vídeo), fue
rechazado. Siendo así, es de señalar que no resulta necesario siquiera acudir el artículo 90.1 de la Ley
de Procedimiento Laboral, cuando admite como pruebas los medios mecánicos de reproducción de la
palabra, la imagen y el sonido, para justificar lo inadecuado de la censura. Los informes de detectives,
ratificados posteriormente en el juicio, tienen la consideración de una mera prueba testifical según
constante doctrina jurisprudencial (Sentencias del Tribunal Supremo de 17 de junio de 1996 [ RJ
1996\5166] y 24 de febrero de 1992 [ RJ 1992\1055], entre otras), cuya pertinencia se inscribe sin
dificultad en las facultades de vigilancia y control empresarial del artículo 20.3 del Estatuto, siempre que
en su práctica se guarde el debido respeto a la dignidad e intimidad de la persona, según resulta de
aquellos artículos citados. Lo que en el caso concreto de autos está fuera de toda duda, pues se trata de
una investigación desarrollada en la vía pública o en recintos abiertos, como unos grandes almacenes.
En tal sentido, la Sentencia del Tribunal Supremo de 19 de julio de 1989 ( RJ 1989\5878).
Pero es que, además, si tal prueba se entendía impropia (aun en el reducido alcance que se le confirió
en la instancia), la parte debió consignar en acta su protesta contra la admisión, planteando después la
cuestión en esta alzada por la vía del artículo 191 a) de la Ley. No es la forma en que se ha hecho, que,
por todas las razones dichas y por la inutilidad del alegato para el efecto pretendido, aboca a la
desestimación del motivo.
Recurso de la parte demandada
CUARTO.El recurso de «Banco de Santander Central Hispanoamericano, SA» solicita en primer lugar por la vía
del artículo 191 b) de la Ley de Procedimiento Laboral la modificación del apartado b) del relato fáctico de
la sentencia, en el sentido de que la autorización en 1996 por parte de la demandante al Sindicato a que
está afiliada para formular determinada reclamación frente al Banco, no fue comunicada a este último.
Ha lugar a la adición toda vez que el escrito en que se plasma dicha autorización va dirigido
efectivamente al Sindicato, no a la entidad empleadora, cuyo conocimiento al tiempo de articularse el
despido en ningún modo consta.
QUINTO.-
Sobre la anterior base fáctica, la entidad demandada postula la aplicación indebida por la sentencia del
Juzgado del artículo 55.1, del Estatuto, en la medida que apoya la declaración de improcedencia del
despido litigioso en la falta de audiencia previa al Sindicato de afiliación de la actora.
Aunque intrascendente para la suerte final del recurso, como luego se verá, el razonamiento debe
compartirse, ya que el artículo en cuestión subordina el requisito de la audiencia a la constancia de la
afiliación para el empresario, desplazando en consecuencia la carga de la justificación cumplida de ese
dato sobre el trabajador. Lo que en el presente caso se traduce en la no exigibilidad del requisito
impuesto por el artículo 55, habida cuenta de que la autorización de que se hace eco el relato histórico de
la sentencia se entiende insuficiente, por sus concretas referencias objetivas y temporales, para los
referidos fines.
SEXTO.Ello no obstante, el recurso debe desestimarse. La causa legal que el Banco esgrime en su
comunicación de despido a la demandante es la transgresión de la buena fe contractual por razón de sus
actividades desarrolladas en situación de incapacidad temporal. Al respecto, es criterio jurisprudencial
consolidado (así, las Sentencias del Tribunal Supremo de 7 de julio de 1987 [ RJ 1987\103] o 26 de
enero de 1988 [ RJ 1988\55], entre otras) que «no toda actividad desarrollada durante la situación de
incapacidad laboral transitoria puede calificarse como conducta desleal sancionable con el despido, sino
sólo aquella que, dotada de suficiente gravedad e intencionalidad y a la vista de las circunstancias
concurrentes, en especial la índole de la enfermedad y las características de la ocupación, sea
susceptible de perturbar la curación del trabajador o evidencia la aptitud laboral de éste, con la
consiguiente simulación en perjuicio de la empresa».
En el presente caso, todo se reduce a las salidas de la demandante de su domicilio a media mañana,
desplazándose hasta unos grandes almacenes cercanos y empujando una silla de ruedas que porta a un
niño de corta edad. Se trata de un ejercicio leve que, como razona la sentencia recurrida, en modo
alguno se ha demostrado como contraindicado con la anemia ferropénica que determinó su incapacidad
temporal. Por consiguiente, no justificada la causa de despido, éste deviene improcedente como
acertadamente calificó la sentencia recurrida, no existiendo el quebrantamiento del artículo 55.4 del
Estatuto de que acusa el último motivo de censura jurídica del recurso interpuesto.
SEPTIMO.Las costas del recurso de la parte demandada son a su cargo (artículo 233.1 de la Ley de
Procedimiento Laboral). Debe decretarse la pérdida del depósito necesario constituido por dicha parte
para recurrir (artículo 202.4) y su ingreso en el Tesoro Público (artículo 227.3), quedando las cantidades
consignadas por la misma, afectas al cumplimiento de los fines que le son propios.
En atención a lo expuesto,
FALLAMOS
Desestimamos los recursos de suplicación interpuestos por las partes actora y demandada contra la
sentencia del Juzgado, confirmando la misma. Con imposición a la parte demandada de las costas de su
recurso, decretando la pérdida del depósito constituido para recurrir, el cual se ingresará en el Tesoro
Público, y quedando afecta la suma consignada por la misma al cumplimiento de sus fines legales.
Así, por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
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