Salarios de Sobreexplotación.

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Salarios de sobreexplotación y concentración del ingreso en la República
Dominicana
Por Airón Fernández1
“Los salarios que recibe la gran mayoría de los trabajadores
dominicanos son, comparados con el actual costo de la vida, muy
bajos, de sobreexplotación.”
En términos generales, la escuela económica marxista establece que el salario es el precio que se
paga por la fuerza de trabajo, entendiéndose esta como la capacidad del ser humano para
trabajar; dicho precio está determinado por el valor de los bienes y servicios indispensables para
mantener la capacidad física y mental del trabajador y el sostenimiento de su familia. No
obstante, se admite que hay fuerzas que pueden contrarrestar la indicada tendencia,
principalmente un ejército de desempleados de reserva, que provoca una sobrepoblación
relativa que presiona el salario a la baja, llegando este incluso a colocarse por debajo del valor de
la fuerza de trabajo. Según el marxismo, una parte de todo el trabajo rendido por el trabajador,
es usada por el capitalista para pagar la fuerza de trabajo, y la restante, llamada plusvalía, se la
apropia gratuitamente, siendo esta la esencia de la explotación capitalista. Se está así, según esta
teoría, ante la presencia de un salario de explotación.
I.
Partiendo de esta teoría, ¿cómo son los salarios de la Republica
Dominicana en la actualidad?
El Banco Central ha elaborado una canasta familiar (en lo adelante también se nombrará sólo
como canasta o cesta), compuesta por 305 bienes y servicios esenciales para el mantenimiento
de los hogares dominicanos. La misma sirve de base para construir el Índice de Precios al
Consumidor (IPC), o sea, para calcular la inflación. Es presentada en quintiles, lo que significa
que se divide el total de los hogares en cinco grupos de igual tamaño en función de su gasto
promedio. Por ejemplo, el quintil 1, corresponde al 20% de los hogares que perciben menores
ingresos; en tanto que el quintil 5, está formado por el 20% de los hogares que más ganan.
1
Economista, graduado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
1
Por lo tanto, si comparamos la canasta con el ingreso promedio y los salarios mínimos legales
nominales que perciben los trabajadores, se puede determinar en qué medida los salarios o
ingresos de los trabajadores cubren o no el costo de dicha cesta, si se produce un déficit o
superávit. El Gobernador del Banco Central sostiene que para calcular en qué medida los
ingresos o salarios cubren la canasta, se debe tomar en cuenta que al menos dos miembros de la
familia se encuentran trabajando; lo cual, dada la situación de nuestra economía, con un alto
desempleo crónico, entre otros factores, no siempre sucede; habiendo, en muchos casos, apenas
un miembro trabajando y percibiendo ingresos. Sin embargo, se asumirá este supuesto de dos
miembros trabajando por hogar, para comparar el costo promedio de la cesta con los ingresos
promedios para cada quintil de trabajadores, lo que implica dividir el total de trabajadores, tal y
como se hizo con la canasta, en cinco grupos de igual tamaño en función de su ingreso promedio.
Como se puede observar en la Tabla 1, el 80% de los trabajadores (quintiles 1, 2, 3 y 4) recibe un
ingreso promedio nominal que no logra cubrir sus necesidades básicas, donde resultan
relativamente más afectados los trabajadores que perciben menores ingresos, aquellos que se
encuentran en la base de la pirámide social. Es así como, por ejemplo, el 20% de los trabajadores
de menores ingresos, sólo alcanza a cubrir el 49% de la canasta, debiendo ser aumentado su
ingreso promedio en un 51% para igualar la misma. El hecho de que sólo el 20% de los
trabajadores que devenga un mayor ingreso promedio supere el costo de la cesta de bienes y
servicios (en un 17%), no hace más que poner en evidencia la enorme desigualdad en la
distribución de los ingresos en nuestro país.
Tabla 1:
Canasta Familiar Versus Ingresos Promedios Mensuales Nominales 2013,
por Quintiles de Ingresos
Valores en RD$
Costo
promedio de la
Quintiles
canasta familiar
por quintiles
1
2
3
4
5
12,105.0
17,452.8
21,570.8
28,342.4
56,603.2
Ingreso
promedio
mensual por
quintil
4,014.5
6,762.3
9,372.6
13,816.6
34,000.4
Ingreso
Aumento o
Ingreso con
Déficit o
promedio por reducción del
Déficit o
dos miembros
superávit en trabajador para ingreso para
superávit
trabajando
porcentaje igualar canasta igualar canasta
familiar
familiar
8,029.1 -4,075.9
-50.8%
6,052.5
50.8%
13,524.7 -3,928.2
-29.0%
8,726.4
29.0%
18,745.1 -2,825.7
-15.1%
10,785.4
15.1%
27,633.1
-709.3
-2.6%
14,171.2
2.6%
68,000.8 11,397.6
16.8%
28,301.6
-16.8%
Fuente: Elaborada con base en datos del Banco Central.
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Vale resaltar, que este análisis se hace tomando en cuenta que dos miembros del hogar trabajan;
por lo que, si se hace considerando que sólo un miembro labora, la situación, en su totalidad, se
torna más dramática, siendo así que todos los quintiles de ingresos registran un déficit abismal,
que en promedio supera el 200%.
Para fines de discutir y aprobar un reajuste o aumento de salarios, los representantes de los
trabajadores y los líderes empresariales toman como referencia los salarios mínimos legales del
sector privado, que son tres en función del tamaño de la empresa, si es grande, mediana y
pequeña: RD$6,880, RD$7,763 y RD$11,292, respectivamente. En la Tabla 2, se compara el
costo promedio de la canasta por quintiles en correspondencia con los salarios mínimos legales
vigentes al 2013, asumiendo lógicamente que el costo promedio de la cesta de los quintiles 2, 3 y
4 se asocia con los salarios mínimos legales de las empresas pequeña, mediana y grande,
respectivamente.
Como se puede observar en la referida tabla, ninguno de los salarios mínimos legales cubre la
canasta, todo lo contrario, registran un déficit promedio de RD$5,165.1; o sea, en promedio, un
30.4% por debajo de su costo. Vale resaltar que el salario mínimo legal de la empresa mediana
sólo cubre el 61.1% del costo de la cesta, para un déficit de RD$6,044.0; requiriendo así un
aumento de 39% para igualar el costo de la misma. Asimismo, el salario mínimo legal de las
empresas grandes (RD$11,292) sólo cubre un 74.5% de la canasta, para un déficit de 25.5%
(RD$5,758.4). En este sentido, es importante destacar que el Banco Central afirma, en una
reciente publicación, que el 63% de los trabajadores devenga un ingreso igual o menor que el
salario mínimo legal de las empresas grandes.
Tabla 2:
Canasta Familiar Versus Salarios Mínimos Legales 2013,
Empresas Pequeña, Mediana y Grande
Valores en RD$
Costo promedio Salario mínimo Salario mínimo
de la canasta legal de empresas legal con dos
Déficit o
Quintiles
familiar por
pequeña,
miembros
superávit
quintiles
mediana y grande trabajando
2
17,452.8
6,880
13,759.8
3
21,570.8
7,763
15,526.8
4
28,342.4
11,292
22,584.0
Fuente: Elaborada con base en datos del Banco Central.
-3,693.0
-6,044.0
-5,758.4
Déficit o
Salario por
Aumento del
superávit persona para ingreso para
en
igualar canasta igualar canasta
porcentaje
familiar
familiar
-26.8%
-38.9%
-25.5%
8,726.4
10,785.4
14,171.2
26.8%
38.9%
25.5%
3
II.
Otra mirada, evolución de los ingresos promedios reales
Cuando se compara el aumento del ingreso promedio nominal con el incremento de la inflación,
uno se percata de si el ingreso promedio real (que es el que verdaderamente debe importarle a la
gente, pues es este el que determina el poder adquisitivo o de compra de los ingresos de los
trabajadores) se ha mantenido, se ha reducido o si, en cambio, ha aumentado. Porque si sólo se
toma en cuenta el ingreso promedio nominal sin descontar el efecto de la inflación, se incurre en
lo que se llama en economía una ilusión monetaria, donde se crea una falsa ilusión de bienestar
(tal vez esto explica porque algunos líderes empresariales, conscientemente o no, han afirmado
sin ruborizarse que los salarios en nuestro país no son bajos). La siguiente gráfica muestra la
evolución de los ingresos promedios reales:
Como el ingreso promedio nominal en el período 2000-2013 sólo se multiplicó por 2.61 veces,
mientras que la inflación se multiplicó por 3.55 veces, el ingreso promedio real paso de ser, como
se aprecia en la Gráfica 1, en 2000, de RD$5,477.8, a tan sólo RD$3,974.6 en 2013. Dicho de otra
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manera, la capacidad de compra del trabajador dominicano se redujo, en promedio, un 26.7%; o,
lo que es lo mismo, los trabajadores en la actualidad se han visto forzados a consumir, en
promedio, un 27% menos de bienes y servicios que lo que lo que podían adquirir en 2000, hace
trece años. Para que el ingreso promedio real alcance el mismo nivel del año 2000, o sea, el
mismo poder adquisitivo de hace trece años, el ingreso promedio nominal del año 2013, debe
indexarse, es decir, reajustarse conforme al comportamiento de la inflación, en un 36.4%
Este deterioro del poder adquisitivo del ingreso promedio real coincide casi exactamente con el
déficit, que se calculó más arriba, del salario mínimo legal de las empresas pequeñas
(RD$6,880) con relación a la canasta familiar; el cual fue de un 26.8%. Y es muy similar al
déficit, que registráramos en un cálculo realizado también más arriba, del ingreso promedio
nominal del segundo quintil de trabajadores (RD$6,762.3) con relación al costo promedio de la
cesta correspondiente; en este caso, dicho déficit fue de 29%.
Los resultados anteriores demuestran que sólo vía indexación los salarios o ingresos mínimos
deben aumentarse en un 30.7%; esto sólo, se recuerda, para mantener la misma capacidad de
compra de hace trece años.
Estos resultados evidencian que los salarios que recibe la gran mayoría de los
trabajadores dominicanos son, comparados con el actual costo de la vida, muy
bajos, de sobreexplotación, ya que no alcanzan a cubrir ni siquiera las necesidades más
básicas de la gran mayoría de los trabajadores. De esta manera, la sociedad dominicana está
regida por lo que se ha dado en llamar un capitalismo salvaje, despiadado. Por lo tanto, cuando
cada vez más y más gente se queja de sus penurias, de que el dinero no le da para vivir, no es un
capricho o un cliché, como quieren hacer ver algunos; todo lo contrario, es una realidad objetiva.
Pero los salarios no sólo deben incrementarse porque haya inflación; es decir, para que estos
conserven su poder adquisitivo y no deteriorar así el nivel de vida de los trabajadores; sino que
hay otro factor, llamado productividad media del trabajo, que analizaremos a continuación.
III.
Productividad del trabajo y concentración del ingreso
La literatura económica ortodoxa y convencional, especialmente la Escuela Neoclásica de
Economía, postula que el salario real se determina por la productividad marginal real del
trabajador, es decir, por la variación del producto total real que se genera con la adición del
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último trabajador que se emplea. Mientras que la productividad media real se obtiene dividiendo
la producción real (PIB) entre el total de horas trabajadas durante todo el año. Por lo tanto, si la
productividad media real del trabajador es creciente en el tiempo, la productividad marginal real
también lo es, aunque sea en una fracción menor que la unidad con respecto al crecimiento de
aquella; debiéndose, en consecuencia, aumentar el salario de los obreros y empleados al menos
en una proporción del aumento de su productividad. (Ver Gráfica 2).
En el período 2000-2013, la productividad promedio de los trabajadores se incrementó en casi
en un 50%, lo que significa que el trabajador dominicano al 2013 es, en promedio, un 50% más
eficiente o más productivo que hace 13 años; mientras que, por otro lado, ya habíamos señalado
que su ingreso promedio real se redujo en un 26.7%; es decir, nada, absolutamente nada de su
aumento en productividad real, se reflejo en su ingreso real. (Ver Gráfica 2).
La brecha entre la productividad media real y el ingreso promedio real de los trabajadores se ha
venido ensanchando en la última década, después de la crisis bancaria y financiera de 20032004. En casi una década, en el período 2005-2013, el ingreso promedio real se ha estancado
(incluso se redujo en 1.5%), esto a pesar de que en dicho período el Producto Interno Bruto (PIB)
registró un crecimiento de 6% promedio anual (algo que nos repiten sin cesar, como cotorras, las
autoridades políticas y económicas); crecimiento que se reflejó en una productividad media del
trabajo, al 2013, un 31% superior a la que se registró en 2005. (Ver Gráfica 2).
6
Ante esta situación, cabe preguntar: ¿a dónde han ido a parar los incrementos de productividad
del trabajo? Para tener una clara idea que responda a dicha pregunta, es útil observar la
evolución de la participación de la remuneración de los trabajadores en el producto (en el PIB).
Cuando se observa el comportamiento del referido indicador, se advierte que la participación del
la remuneración del trabajo en el producto fue, en 2000, de 47.2%; es decir, de cada 100 pesos
que producía la economía, 47 correspondían a los trabajadores; mientras que, después de 13
años, en 2013, dicha participación se redujo significativamente, al ser de tan sólo un 24.3%; o
sea, en 2013, de cada 100 pesos generados por la economía, sólo 24 se usaban parar remunerar a
los obreros y empleados. Estos resultados evidencian que el tan cacareado crecimiento de la
economía en el periodo 2000-2013, del orden de 5% promedio anual, se originó con una fuerte
concentración del ingreso, favoreciendo fundamentalmente a los beneficios o ganancias del
capital. (Ver Gráfica 3).
7
IV.
-
En conclusión
En más de una década, se ha registrado un fuerte deterioro del poder adquisitivo de los
trabajadores dominicanos por dos vías: 1) la no indexación de los salarios e ingresos para
compensar el incremento de la inflación y, por ende, del costo de la vida; y 2) el
incremento de la productividad de los trabajadores ha sido acaparado por los capitalistas,
engrosando así sus ganancias.
-
Los bajísimos salarios existentes explican en gran medida porque en el período 20002012, la población en situación de pobreza y
vulnerabilidad, lejos de reducirse, se
mantiene o aumenta, y la clase media se reduce, tal como se afirma en el estudio del
PNUD: Perfil de estratos sociales en América Latina: pobres, vulnerables y clases
medias, publicado este año.
8
-
El crecimiento económico registrado en más de una década, no se traduce en mejoras de
la calidad de vida de los dominicanos, porque el modelo de crecimiento implementado
genera, entre otras cosas, una fuerte concentración del ingreso; es decir, el crecimiento
económico supone una estructura de distribución del ingreso muy desigual, que sólo
beneficia a unos pocos.
En el fondo, el mayor desafío de la sociedad dominicana es un cambio del modelo económico
implementado hasta ahora, por uno más productivo, incluyente y participativo, que priorice las
necesidades e intereses reales de la gran mayoría de la población; lo que incluye la definición y
ejecución de políticas fiscales, de impuestos y gastos, más redistributivas: con un gasto de
inversión social creciente y con la aplicación de impuestos más progresivos, que tiendan a gravar
a los que más tienen.
Sin menospreciar lo anterior, en lo inmediato se requiere de un sustancial aumento de los
salarios, tomando en cuenta la inflación y la productividad media acumuladas, que favorezca
principalmente a la parte de la población de menores ingresos, que es la gran mayoría.
Es así como tomando en cuenta la inflación acumulada en 2000-2013, el aumento salarial o,
mejor dicho, la indexación, no debe ser menor del 30.7%. Por otro lado, considerando,
conservadoramente, que sólo un tercio de la productividad promedio del trabajo de
dicho período se les asigne, con justicia, a los trabajadores, debe agregarse, tomando en
cuenta el ingreso promedio nominal del 2000, un incremento salarial no menor del
17.7%. En suma, el aumento total del salario debe ser de un 48.4%, tanto para su
indexación por inflación, como compensar parcialmente a los trabajadores por los incrementos
en su productividad. Vale aclarar, que no se está proponiendo, tomando en cuenta cuestiones de
factibilidad, que este aumento se aplique de golpe; pero si se pueden hallar simples fórmulas
para aplicarlo; por ejemplo, se podría aplicar en unos dos años: en el primer año, se indexaría el
salario por inflación y, en el segundo, se aumentaría para compensar los incrementos en la
productividad del trabajo.
Es responsabilidad del Gobierno y del Estado garantizar el cumplimiento de los derechos
económicos y sociales, reconocidos por la actual Constitución; entre los cuales, se encuentra que
todo trabajador tiene derecho a un salario justo y suficiente que le permita vivir con dignidad y
cubrir para sí y su familia necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales.
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Todo luce indicar que los representantes de los trabajadores, conscientemente o no, no han
hecho ni hacen los esfuerzos necesarios para defender real y efectivamente los intereses de los
obreros y empleados. Esta situación amerita que los trabajadores asuman conciencia de su
situación como clase, adopten nuevas formas de organización y participación más efectivas y se
movilicen permanentemente para defender sus legítimos intereses y, en lo inmediato, exigir del
Gobierno y de los empleadores mejores condiciones de trabajo, lo que incluye principalmente la
aplicación de un salario justo.
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