Teletransporte cuántico

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ESTUDIO SOBRE EL TELETRANSPORTE CUÃNTICO
• Introducción
Teletransporte es el nombre dado por los escritores de ciencia−ficción al hecho de que un objeto o persona se
desintegre en un lugar, mientras que aparece una réplica perfecta en otro. Como sucede, habitualmente no
se explica en detalle, pero la idea parece ser que el objeto original es escaneado de forma que se extrae toda la
información que contiene, y entonces esta información se transmite a la nueva localización donde se
construye la réplica, no necesariamente del material original, pero si del mismo tipo de átomos, ordenados
con el mismo patrón que el original. Una máquina de teletransporte puede ser análoga a una de telecopia
(conocidas como fax), excepto que puede trabajar sobre objetos tridimensionales, además de con
documentos, produce una copia exacta y puede destrozar el original en el proceso de escaneado. Algunos
escritores de ciencia ficción consideran dispositivos que preservan el original, y todo se complica si se aplica
a una persona, pues aparece una
duplicada de la otra, en otro lugar, sin embargo en la mayorÃ-a de los casos se supone que el original se
destroza, funcionando como un supersistema de transporte, no como un replicador perfecto de cuerpos.
2. El Teletransporte En Star Trek. Fallos De La Serie
El teleportador es uno de los elementos emblemáticos de Star Trek. En efecto, la Enterprise es una nave
preciosa... pero su aerodinámica deja bastante que desear. Los mismos elementos que la convierten en una
eficaz nave de espacio profundo impiden que pueda posarse sobre una superficie planetaria. PodrÃ-a
pensarse entonces en el empleo de lanzaderas que llevaran a cabo está tarea, lanzaderas que, por cierto,
existen en la serie. Pero hay que reconocer que abordar por sorpresa una nave romulana o rescatar a Kirk y
a Mc Coy de la superficie de Rurapente utilizando lanzaderas podrÃ-a convertirse en algo más semejante al
famoso rescate fallido que intentaron los americanos durante la crisis de los rehenes en Teherán que a una
operación exitosa. Era necesario un procedimiento que permitiera mover a la tripulación a otras naves y a
las superficies planetarias sin demasiados problemas. Y la respuesta a este desafÃ-o fue el teleportador.
Todo el mundo ha visto alguna vez a un teleportador en funcionamiento. El sujeto se sitúa dentro de un
área en la que existen 6 elementos circulares. A continuación, aparece un campo anular que delimita el
volumen de espacio que va a ser teleportado. Una vez establecido ese campo de protección, se procede a la
desmaterialización del individuo separando los átomos que lo forman y extrayendo la información de su
posición y de su estado. Estos átomos se van introduciendo en un buffer exactamente en la misma posición
en la que han sido extraÃ-dos o
desmaterializados del cuerpo. Cuando dicho buffer está completo (es una especie de copia de seguridad,
puesto que el proceso requiere de la existencia de varios de estos buffer que se van pasando entre sÃ- la
materia extraÃ-da), se envÃ-a a través de un campo que confina está materia con destino al punto de
recepción de la teleportación. Una vez allÃ-, se procede a la restauración del individuo combinando la
información contenida en el buffer con los átomos transportados de modo que se recupera a la persona
según su estructura original... pero en el punto de destino.
Este procedimiento de teleportación resulta muy espectacular, pero en cuanto se analiza mÃ-nimamente se
descubre que está lleno de dificultades. De hecho, es sin duda uno de los elementos más incoherentes
dentro del universo de la Star Trek, y el que más problemas ha dado. A lo largo de la serie hemos podido
contemplar fallos del teleportador absolutamente espectaculares, como por ejemplo, el de aquel episodio en
el que entraba un Kirk en el teleportador y debido a un fallo salÃ-an dos, uno de los cuales era bueno y el
otro malo. Ya es duro justificar la aparición de dos copias del mismo individuo, pero intentar explicar la
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dualidad del bien y del mal en las mismas es simplemente excesivo. Otro célebre episodio en el que
aparecen problemas con el teletransportador fue aquel en el que Riker desciende a la superficie de un planeta
y debido a un malfuncionamiento de la máquina aparecen dos copias del mismo, una de las cuales quedo
abandonada sobre la superficie... Lo cual no deja de ser curioso, porque el principio de funcionamiento del
teleportador se basa en el transporte de la materia descohesionada. Es decir, si soy transmitido y mÃ- masa
corporal está formada, pongamos por mil átomos, si mis mil átomos son escaneados, metidos en un
buffer, determinada su posición, y enviados a la superficie del planeta y como resultado del proceso
aparecen dos copias mÃ-as, no serÃ-a descabellado preguntarse «¿y los 1.000 átomos "del otro yo"..
¿De dónde han salido?, ¡Porque a la maquina solo entraron 1000 átomos, pero en la salida hay 2000!.
Bueno, incoherencias de la serie aparte, la teleportación de por sÃ- es un proceso con muchos problemas. El
primero, y uno de los que en principio la serie no ha sido capaz de dar solución sin necesidad de recurrir a
un Deus ex Machina absolutamente descarado, es la existencia del principio de incertidumbre de Heisenberg.
Heisenberg demostró que es imposible conocer al mismo tiempo la posición y la cantidad de movimiento de
una partÃ-cula a nivel cuántico: se podrÃ-a conocer una o la otra, pero nunca las dos. Esto significaba que
si se escaneasen todos los átomos que forman parte de nuestro cuerpo existirÃ-a una clara imprecisión, y
el resultado de dicho escaneo no se corresponderÃ-a al cuerpo que habÃ-a sido originalmente explorado. En
la serie los guionistas eran perfectamente conscientes de la existencia de este principio de incertidumbre y
resolvieron el problema mediante la introducción del llamado Compensador Heisenberg, un mecanismo
prodigioso que, una vez activado, hace que el principio de incertidumbre poco menos que desaparezca
durante el proceso de escaneo...
Otra dato curioso del mecanismo de la teleportación es la energÃ-a de desmaterialización. Nosotros
mantenemos una existencia fÃ-sica tangible porque existe una energÃ-a que une nuestros átomos.
Evidentemente si queremos desmaterializar algo tendremos que eliminar esa energÃ-a, para poder ir
recogiendo cada átomo e introducirlo en el buffer. Se han hecho estudios y resulta que la energÃ-a de
desmaterialización asociada a un cuerpo humano seria la
asociada a una explosión atómica de un megatón de potencia, con lo cual, resulta que cada operación del
teletransportador equivaldrÃ-a en términos energéticos a la detonación de 6 bombas de hidrógeno
dentro del radio de acción de la máquina. Tampoco resulta despreciable el volumen de información
asociado a está operación. En efecto, la determinación de la posición, la velocidad, el estado y el tipo de
cada uno de los átomos que forman parte de nuestro cuerpo, equivaldrÃ-a a unos 1028 bits de información,
una cantidad de datos astronómica, sin duda. Además, todo este volumen de información habrÃ-a que
compactarlo de algún modo dentro del famoso buffer de transferencia y enviarlo al lugar de destino, para,
una vez allÃ-, utilizar esa inmensa cadena de información para la reconstrucción de nuestro cuerpo.
Por último, resulta relativamente sencillo concebir el proceso de desmaterialización y materialización del
buffer desde el origen en la nave hasta el destino. Sin embargo, desde mÃ- punto de vista uno de los grandes
problemas del teleportador es que no solamente se utiliza para transportar a alguien desde la nave, sino que
es posible recoger remotamente a una persona y enviarla de vuelta a la nave. ¿Qué significa esto? Pues
que los escaners de la máquina (el radio de alcance del teleportador es de unos 70.000 kilómetros),
¡tienen la capacidad de discriminar en el espacio la posición de un átomo a 70.000 kilómetros de
distancia!. Esto resulta, como mÃ-nimo, un punto bastante curioso.
Dicho todo esto podrÃ-amos considerar una vez más que, como tantas otras cosas en la serie, la
teleportación es bonita pero imposible. No obstante, los hechos en cierto modo han venido a desmentir una
vez más está creencia. Como comentamos más arriba, el principio de la incertidumbre de Heisemberg
dice que no se puede conocer a la vez y con absoluta precisión la posición de un objeto y su cantidad de
movimiento. Debido a esto, es imposible
un escaneado perfecto, pues siempre existirÃ-an imprecisiones en el proceso. Sin embargo, en 1993 un
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equipo de investigación echó por tierra está idea asentada utilizando una caracterÃ-stica fundamental de
la mecánica cuántica: el entrelazamiento.
3. El Entrelazamiento
¿En qué consiste el entrelazamiento? Intuitivamente es bastante fácil de entender. Supongamos que
tenemos un dado. Nosotros podemos arrojar ese dado y si el mismo no está cargado, cada vez obtendremos
un resultado aleatorio. Imaginemos ahora que tenemos no un dado, sino dos, y que dichos dados han sufrido
un proceso de entrelazamiento cuántico. ¿Qué sucederÃ-a?. Pues que cada vez que arrojásemos ambos
dados, obtendrÃ-amos el mismo resultado en los dos. Lo más importante no es esto, sino que el tiempo que
tardarÃ-a la información en pasar de un dado a otro serÃ-a "0", es decir, la información cambia
instantáneamente en el átomo que se encuentra entrelazado con respecto al átomo original. Esto resulta
sumamente importante y siempre ha despertado una gran expectación puesto que como mÃ-nimo, el
entrelazamiento cuántico parece estár en la base de la creación de un
Sistema de Comunicaciones Instantáneo.
Esta propiedad cuántica fue descubierta por Einstein, Rosen y Poldoski hacia 1935. Normalmente a las
partÃ-culas que la exhiben se las conoce como pares ERP. ¿Cómo puede utilizarse el entrelazamiento
cuántico para producir un mecanismo de teleportación? Imaginemos que tenemos un fotón de luz y
cogemos una propiedad del mismo como puede ser su polarización. Supongamos que tenemos en principio
solo cuatro polarizaciones posibles; llamémoslas Arriba, Abajo, Izquierda y Derecha. El truco, por asÃdecirlo, de la teleportación cuántica, consiste primero en la creación de un par de fotones ERP. Nosotros
sabemos que de acuerdo con la propiedad de entrelazamiento que tienen, lo que le sucede a un fotón le
sucederá automáticamente al otro. El problema es que de acuerdo con el principio de incertidumbre
nosotros no podemos mirar en qué estádo se encuentra el fotón, porque en el mismo momento en que lo
hagamos lo destruiremos.
¿Cómo solucionamos esto? Supongamos que queremos transportar un determinado fotón, y que tenemos
dos fotones entrelazados que pueden estár tranquilamente situados en extremos diferentes de la galaxia. No
existe ningún tipo de limitación en cuanto a la distancia que los separe, sabemos que lo que afecte a uno de
ellos va a afectar automáticamente al otro. El truco de la teleportación consiste en que en lugar de intentar
medir las propiedades de cada uno de estos fotones, cosa que sabemos que es imposible debido a
Heisemberg, los combinamos y medimos la polarización de cada uno de ellos con respecto al otro. ¿Qué
significa esto? Nosotros con está estrategia no estámos midiendo en realidad las propiedades del fotón,
con lo cual no estámos vulnerando el principio de incertidumbre de Heisenberg. Lo que miramos es la
polarización relativa del fotón de referencia respecto del fotón a transportar, sin conocer en ningún
momento su valor exacto. Está medida es lo que se conoce como "estado de Bell" y la información de la
misma se transmite al punto de destino por métodos convencionales, como pueda ser una señal de radio.
¿Cuál es el paso siguiente?. La alteración derivada de la
combinación del fotón que queremos transportar con el extremo del par ERP que tenemos en el origen se
ha transmitido instantáneamente desde el mismo al punto de destino. Sin embargo, el que está en el punto
de destino no sabe lo que ha sucedido, no tiene modo de saber cual es el estádo de Bell asociado a esa
alteración. Cuando llega la información de la medida del estádo relativo de ambos fotones por el canal
convencional, el señor que está en el punto de destino puede aplicar la transformación correspondiente
para obtener un fotón que tenga exactamente las mismas caracterÃ-sticas del que utilizamos en el punto de
origen... y la teleportación del fotón ha concluido.
Llegados a este punto cualquiera se preguntará "¿pero no estamos hablando de teleportación?, ¡y
ahora me estamos diciendo que solo hemos averiguado la polarización del fotón de origen y ni siquiera
hemos transportado esa información por encima de la velocidad de la luz, sino que necesitamos transmitirla
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por un canal convencional para recrear al fotón original ...!.
El truco consiste en que en realidad lo que se están transfiriendo son todas las caracterÃ-sticas del fotón
de origen, no solo la polarización, de modo que el fotón que obtenemos como salida en el punto remoto es
una copia idéntica del mismo. Esto es debido a que tiene las mismas propiedades y la misma función de
estádo: a nivel cuántico, no hay manera de distinguir el fotón que entró del fotón que salió.
Se ha demostrado que la teleportación cuántica implica automáticamente la destrucción del fotón que
se introduce en el teleportador. Es decir, no existe lo que se denomina la clonación cuántica, que nos
servirÃ-a para vulnerar el principio de incertidumbre. ¿En qué consistirÃ-a esto? Muy sencillo, yo no
cojo un objeto, lo pongo en un lado, lo envÃ-o al otro, y tengo dos objetos idénticos como en el caso de
Kirk y Riker. En la teleportación cuántica se ha demostrado que esto es imposible porque el objeto que se
transmite resulta destruido por el proceso de transferencia y no puede ser duplicado
La teleportación cuántica a nivel fotónico es un hecho. A dÃ-a de hoy, existen muchos laboratorios en el
mundo donde han conseguido la teleportación de fotones de un sitio a otro a una distancia arbitrariamente
grande, y como curiosidad, para la creación de los pares ERP se utiliza un láser que incide sobre un cristal
de Borato de Bario Beta!, con lo cual uno descubre que frases de Star Trek como los Cristales de Dilitio, en
el mundo real tampoco están tan separadas de la realidad.
Existe asÃ- mismo un laboratorio francés que ha conseguido entrelazar cuánticamente átomos, con lo
cual podemos considerar que la teleportación de los mismos se encuentra ya casi a la vuelta de la esquina.
No es descabellado prever que la teleportación de moléculas más o menos complejas pueda tener lugar
dentro de los próximos 10 años. Lo que pueda venir después de este hito, es algo que lógicamente no
conocemos...
¿Pero, cuáles son los problemas asociados a la teleportación cuántica? Uno de los más importantes es
lo que se conoce como decoherencia. ¿Qué es la decoherencia? La decoherencia es la perturbación de
la fuente de origen debido a cualquier tipo de actuación externa, por ejemplo, la radiación térmica
procedente de la cámara en la cual tiene lugar la experiencia. Este fenómeno puede alterar el estado
cuántico de los pares ERP y hacer que la
teleportación no tenga lugar. De hecho, el porcentaje más alto de teleportación que se ha conseguido a
dÃ-a de hoy está en un 80% de los casos. ¡Imaginad si se transmiten tan sólo el 80% de los átomos de
vuestro cuerpo cuando este entra por el teleportador, lo que podrÃ-a salir por el otro lado!. La decoherencia
es un problema importante, cuya magnitud crece conforme aumenta el número de átomos que queremos
transportar a través de este procedimiento.
Otro problema que ya hemos comentado es el del volumen de información asociado a este proceso.
Transmitir un fotón es relativamente sencillo. Un átomo es bastante más complicado pero tampoco tiene
unas limitaciones de información excesivamente complejas . Existen estudios bastante avanzados para
intentar la transmisión remota de un virus. Pero para la teleportación del mismo, el más sencillo que
podamos concebir, ¡se necesita la friolera de
108 bits de información! Si nos vamos ya a la teleportación de un gramo de materia, estámos hablando de
1024 bits de datos y eso ya no hay hoy en dÃ-a ordenador capaz de procesarlo.
El último gran obstáculo que podrÃ-amos plantear con respecto a la teleportación, es un problema más
bien de carácter filosófico. Evidentemente si yo transmito una botella de agua a Alfa de Centauro y la
botella aparece allÃ-, nadie se va a plantear si la botella tiene mente o no tiene mente: es solo un conjunto de
átomos ordenados de una determinada manera. Sin embargo, si soy yo el que entra en el teleportador,
afirmar que mÃ- mente es el resultado
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exclusivamente de un proceso cuántico resulta algo, como mÃ-nimo, arriesgado, sin entrar ya en
consideraciones como la de la existencia del "alma" que preocupan a tantos de los habitantes de este planeta,
o al hecho de que técnicamente se ha cometido un asesinato en el origen al desmaterializar al original. El
pensar que cuando nosotros nos introduzcamos en un teleportador, la persona que va a salir por el otro lado
vamos a ser nosotros mismos, ciertamente invita a la reflexión a la hora de utilizar un sistema de transporte
de este tipo.
Es fascinante el descubrir cómo una serie como Star Trek, que en principio no tendrÃ-a por qué tener un
soporte cientÃ-fico excesivo, (ni creo que fuera la intención de los creadores de la misma el que lo tuviera),
por determinadas circunstancias parece haber conseguido que la fÃ-sica vaya siguiendo en cierto modo los
caminos que ha ido abriendo a lo largo de los años. No creo que ninguno de los aquÃ- presentes lleguemos
a ver en nuestra vida un motor de curvatura. Tampoco creo que lo vean nuestros hijos, ni posiblemente los
hijos de nuestros hijos. Pero ciertamente la posibilidad de que un motor de este tipo o un teleportador exista
es algo que hoy en dÃ-a ya no puede ser absolutamente descartado. Y eso siempre invita a la esperanza y a la
ilusión de que algún dÃ-a, quizás, consigamos alcanzar esas estrellas que nos miran desde lo alto.
El texto en cursiva es parte de la conferencia "Factor Warp y Teletransporte: ¿Ciencia ficcion o Realidad?"
impartida por D. Cristobal Pérez−Castejon Carpena, en la Espatrek 2000, el Sabado 23 Septiembre 2000 y
cuyo contenido puede encontrarse aquÃ-: http://personales.ya.com/ergosfera/articulos/warp.htm
• Experiencias realizadas sobre el teletransporte
Un experimento reciente demuestra que la teletransportación es posible, Anton Zeilinger de la Universidad
de Insbruck y sus colaboradores han conseguido trasnmitir el estado cuántico de un fotón. ¿Que significa
esto? Lo que han hecho los fÃ-sicos de la universidad de Innsbruck es hacer una copia exacta de un fotón
(son las partÃ-culas constituyentes de la luz).Es decir han transmitido todas las caracterÃ-sticas del estado
cuántico del fotón, formandose otro fotón en el mismo estado cuántico, es decir una COPIA EXACTA.
Además este transporte se hace hacia los lugares más apartados que nos podamos imaginar, sin restricción
alguna. Por ejemplo a la hora de teletransportarnos será un proceso análogo, pasar de estar en Madrid y
aparecer en Getafe, como teletransportarse dentro de la tienda de un jefe de una tribu del Congo. Para explicar
cómo lo han hecho deberÃ-amos entrar en consideraciones de profundo carácter cuántico.
Este experimeto será explicado más adelante, en el último apartado de este trabajo.
Hace dos años, un grupo internacional de seis cientÃ-ficos, incluyendo a C.H. Bennet, corfirmaron las
intuiciones de la mayorÃ-a de los escritores de ciencia ficción, mostrando que el proceso de teletransporte es
posible, pero sólo si se destruye el original. Sin embargo otros cientÃ-ficos plantearon experimentos para
demostrar el teletransporte en objetos microscópicos, como átomos o fotones. Los defensores de la ciencia
ficción deben de comprender que de momento no es posible realizar el proceso con una persona, por una
variedad de razones técnicas y también porque no se debe de violar cualquier ley de la fÃ-sica.
Hasta hace poco tiempo este proceso no era tomado en serio por los cientÃ-ficos, a causa de que habÃ-a que
violar el principio de indeterminación de la Mecánica Cuántica (Esta teorÃ-a fÃ-sica supone que todas las
partÃ-culas se comportan simultáneamente como partÃ-culas y como ondas), que prohibe que se extraiga
toda la información de un objeto mediante cualquier medida. De
acuerdo con este principio, cuanto más exactamente se escanea un objeto, más se perturba por el proceso,
hasta que se llega a un momento en el que el estado del objeto original ha sido "reventado", sin haber llegado
a extraer información suficiente como para hacer una réplica. Este es un sólido argumento contra el
teletransporte: si no se puede extraer información suficiente de un objeto para lograr una réplica perfecta,
podrÃ-a parecer que no se puede lograra una copia igual. Pero los seis cientÃ-ficos lograron un método
para conseguirlo, usando un hecho paradójico de la Mecánica Cuántica, el efecto
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Einstein−Podolsky−Rosen. En resumen, consiste en escanear parte de la información de un objeto A, que se
desea teletransportar, mientras que el resto de la información no escaneada se lleva a otro objeto C, vÃ-a el
efecto EPR, que no ha estado previamente en contacto con A. Posteriormente, aplicando a C un tratamiento
dependiente de la información obtenida mediante el escaneado, es posible el manipular C para dejarlo en el
mismo estado que tenÃ-a A antes de ser escaneado. En el
proceso se efectúa el teletransporte, no la réplica.
Como se muestra en la figura, la parte no escaneada de la información se lleva de A a C, a través de un
objeto intermedio B, que interactúa primero con C y luego con A. El efecto EPR, se estableció hacia el
año 1930, cuando apareció un artÃ-culo de Albert Einstein, Boris Podolsky y Nathan Rosen. Hacia 1960,
John Bell mostró que un par de partÃ-culas mezcladas, que han estado en contacto, pero que posteriormente
se apartan de forma que no interactúan directamente, pueden exhibir individualmente un corportamiento
aleatorio con una gran correlación, que no se puede explicar mediante la estadÃ-stica clásica.
Experimentos con fotones y otras partÃ-culas han confirmado estas correlaciones, proporcionando una fuerte
evidencia de la validez de la Mecánica Cuántica. Otro hecho bien conocido acerca de la correlación EPR
es que nos e puede enviar un mensaje controlable y con significado completo. En el fenómeno de
teletransporte cuántico permite enviar exactamente la parte de información de un objeto que es demasiado
delicada para ser escaneada y enviada por métodos convencionales.
Comparación teletransporte−fax
La siguiente figura compara la transmisión convencional mediante fax, con el teletransporte cuántico. En
un fax, se procede al escaneado, extrayendo información parcial y quedando intacto después del proceso.
La información escaneada se envÃ-a a la estación receptora, donde se imprime, por ejemplo, enpapel, para
producir una copia del original. En el teletransporte cuántico dos objetos B y C se ponen primeramente en
contacto y entonces se separan.
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El objeto B es recibido por la estación de envÃ-o, mientras que el C lo es por la receptora. En la estación de
envÃ-o el objeto B es escaneado a la vez que el objeto original A que se ha de teletransportar. La
información escaneada se envÃ-a a la estación receptora, y se usa para aplicar un tratamiento al objeto C,
llevando a C a ser una réplica exacta del estado original A.
El grupo de investigadores de la Universidad de Innsbruck en Austria, ha dado cuenta, el 11 de Diciembre de
1997 del primer experimento que verifica el teletransporte cuántico. Otro equipo, en Roma, encabezado por
Franceso De Martini, ha publicado otro experimento análogo. Ninguno de los dos grupos ha logrado mandar
un coche a la Luna o a un compañero a Ruanda. Estos investigadores han demostrado que es posible
transferir las propiedades de una partÃ-cula cuántica como un fotón) a otra, aunque se encuentren en
lugares opuestos de la galaxia.
¿Qué falta para que se pueda hacer con seres humanos? Sabemos que todas las cosas que nos podamos
imaginar están formadas por partÃ-culas cuánticas, incluyendo al hombre. El principal problema con el
que se encuentra el teletransporte de seres humanos es que una persona está formado por un número
enorme de partÃ-culas elementales diferentes, por tanto se necesitarÃ-a gran cantidad de datos para codificar
toda la información que se va a teletransportar, con los avances tecnológicos de hoy en dÃ-a esto se antoja
muy difÃ-cil, sin embargo, es un sueño que cada vez se acerca más a la realidad.
Sin embargo, todavÃ-a nos encontramos con diversas preguntas, que seguramente coincidirán con alguna de
tus dudas... Si teletransportamos el cuerpo de una persona, ¿nos dejaremos atrás su mente? ¿Qué
ocurre con la materia en este proceso? ¿A partir de que materia prima se forma la copia exacta en el segundo
estado?
4. El experimento austrÃ-aco
El número de enero de 1998 de la revista Nature informaba que un grupo de cientÃ-ficos austrÃ-acos ha
conseguido teletransportar un fotón.
Los fisicos de la Universidad de Innsbruck han teletransportado un fotón, la más sencilla de las partÃ-culas
subatómicas, consiguiendo pasarlo del punto A al punto B sin desplazarlo por el espacio y de forma
instantánea. Han demostrado de forma experimental lo que hasta ahora era una consecuencia de la
mecánica cuántica postulada teóricamente hace cinco años.
Bouwmeester y sus colegas de universidad colocaron un fotón en la plataforma de lanzamiento de su
sistema. Apretaron el botón correspondiente y, en el mismo instante; apareció en la plataforma de llegada
un fotón con las mismas própiedades qué el original. En la plataforma de lanzamiento ya no quedaba
nada. En apariencia, el fotón ha viajado −sin desplazarse, porque el tiempo de viaje es nulo− de un punto a
otro. En realidad, el fotón original ha desaparecido y otro fotón situado lejos ha adquirido exactamente sus
mismas propiedades: se ha convertido en el original. Que el fotón original debe desaparecer es una
consecuencia inmediata de la teorÃ-a cuántica.
Cuando Max Planck propuso su primera formulación de la ecuación fundamental de la mecánca
cuántica, en el año 1900, no era, sin duda, capaz de comprender la revolución a la que acababa de
someter a la ciencia fisica. Pero la fórmula de Planck era de aplicación inmediata para comprender la
entonces naciente fÃ-sica del átomo. Al mismo tiempo que se desarrollaban los experimentos de la fisica
nuclear y atómica, se fueron perfilando las fórmulas teóricas −−el proceso continúa tódavÃ-a, como
demuestran los trábajos de teletransporte de los austriacos −− y, ya en 1927, el joven alemán Werner
Heisenberg
demostró el concepto que lleva su nombre: principio de indeterminación de Heisenberg.
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Según este, en el mundo de la cuántica, la realización de cualquier medida modifica el estado fisico del
objeto sometido a la medición. Por lo tanto, no queda más remedio que resignarse a no conocer nunca
todos los parámetros del sistema estudiado si pretendemos conservar éste.
En su formulación más clásica, el principio de indeterminación de Heisenberg establece que nunca
podrán conocerse, al mismo tiempo, la posición de un electrón y la velocidad a la
que viaja. O se sabe dónde está o se sabe cómo de deprisa se mueve; o una cosa o la otra, nunca las dos a
la vez.
Pero para teletransportar un fotón resulta imprescindible conocer todas sus caracterlsticas. AsÃ-, según
Heisenberg, el mismo proceso de medida supone la destrucción de ese fotón: Lo que los austriacos han
conseguido es transferir a distancia estas caracterÃ-sticas a otro fotón, que se convierte en una réplica
exacta del original. Esta demostración del grupo de fÃ-sicos abre un nuevo campo experimental. Su
aplicación más inmediata está dentro de la propia mecánica cuántica: el teletransporte cuántico puede
ser un ingrediente crÃ-tico de los nuevos sistemas de
medida en esta rarna capital de la fisica.
Pero entre el teletransporte de partlculas súbatómicas y el de atomos −incluso el del más séncillo, el
hidrógeno− media un abismo. Quizá, de todas las maneras, en no mucho tiempo se
consiga también este viaje sin desplazamiento para los átomos. Pero el viaje a través de la nada de los
cuerpos complejos −una persona, por ejemplo− continúa todavÃ-a, y seguro que por mucho tiempo, como
juego de la imaginación en la ciencia−ficción.
Además, una curiosa paradoja se presenta cuando se imagina desde estos presupuestos cientificos el salto de
los seres humanos en tiempo cero de un punto a otro. El experimento
austriaco demuestra que el fotón original desaparece y que se transfieren sus cualidades a otro fotón
preexistente.
Para teletransportar a una persona habrÃ-a que conocer absolutamente todos los estados cuánticos de todas y
cada una de sus partÃ-culas. El mero hecho de medirlas supondrÃ-a su
desaparición y, con ellas, la desaparición del individuo: se transferirÃ-a la información a la materia
existente en otro lugar y, en consecuencia, la nueva persona serÃ-a exactamente la misma que la original.
Para finalizar este estudio, adjunto un recorte de prensa que recogÃ-a el experimento austrÃ-aco.
ÃNDICE:
• INTRODUCCIÓN
• EL TELETRANSPORTE EN STAR TREK. FALLOS DE LA SERIE
• EL ENTRELAZAMIENTO
• EXPERIENCIAS REALIZADAS SOBRE EL TELETRANSPORTE
− Comparación teletransporte−fax
• EL EXPERIMENTO AUSTRÃACO
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