PROYECTO CARRO HIDRAULICO MAYRA ALEJANDRA BARRAGAN CAMPOS JEIMY VIVIANA GARZON SIERRA CHRISTIAN FABIAN ALONSO PROYECTO UNIVERSIDAD ESCUELA COLOMBIANA DE CARRERAS INDUSTRIALES INGENIERIA AMBIENTAL BOGOTÁ D.C 2015 CARRO HIDRAULICO OBJETIVOS Construir un carro hidráulico con propulsión a base de agua introduciéndole aire mediante una válvula de presión. Calcular la cantidad de agua y presión necesaria para generar la propulsión del carro así establecer el recorrido correcto para cumplir con el salto. Realizar un salto sobre unas rampas situadas, teniendo en cuenta el ángulo y distancia de las rampas. ANTECEDENTES La energía hidráulica se basa en aprovechar la caída del agua desde cierta altura. La energía potencial, durante la caída, se convierte en cinética. El agua pasa por las turbinas a gran velocidad, provocando un movimiento de rotación que finalmente, se transforma en energía eléctrica por medio de los generadores. Es un recurso natural disponible en las zonas que presentan suficiente cantidad de agua, y una vez utilizada, es devuelta río abajo. Su desarrollo requiere construir pantanos, presas, canales de derivación, y la instalación de grandes turbinas y equipamiento para generar electricidad. Todo ello implica la inversión de grandes sumas de dinero, por lo que no resulta competitiva en regiones donde el carbón o el petróleo son baratos. Sin embargo, el peso de las consideraciones medioambientales y el bajo mantenimiento que precisan una vez estén en funcionamiento centran la atención en esta fuente de energía. La fuerza del agua ha sido utilizada durante mucho tiempo para moler trigo, pero fue con la Revolución Industrial, y especialmente a partir del siglo XIX, cuando comenzó a tener gran importancia con la aparición de las ruedas hidráulicas para la producción de energía eléctrica. Poco a poco la demanda de electricidad fue en aumento. El bajo caudal del verano y otoño, unido a los hielos del invierno hacían necesaria la construcción de grandes presas de contención, por lo que las ruedas hidráulicas fueron sustituidas por máquinas de vapor con en cuanto se pudo disponer de carbón. Desde finales del siglo XIX, se comenzó a estructurar el sistema energético colombiano, se identificó el potencial que se tenía para generar electricidad a partir de la fuerza del agua. Hoy, después de más de 122 años desde que se instalaran las primeras plantas hidroeléctricas en Santander, Antioquia y Cundinamarca, esta fuente de generación continúa dominando el mercado energético nacional como una de las más limpias y económicas. El aprovechamiento de una oferta hídrica de más de 2.084 km3 para la generación de electricidad, le ha permitido a Colombia consolidarse como el quinto país más competitivo en generación energética, por encima de importantes economías como Brasil, Estados Unidos o Gran Bretaña. Una de las claves para alcanzar esta posición, entre más de 146 países, es la actual composición del parque de generación, en el cual las plantas hidroeléctricas grandes y pequeñas participan con un 63% del total de la capacidad instalada nacional, la cual actualmente supera los 14.000 MW. En condiciones normales, cuando la demanda alcanza más de 9.000 MW, las centrales hidráulicas pueden producir hasta el 80% de la energía necesaria. La poca planeación en una época de sequía inminente, como ocurrió en 1992 durante el fenómeno de El Niño, además de los problemas políticos y económicos de la industria de generación eléctrica, se convirtieron en los factores decisivos para que el Gobierno optara por reestructurar este sector. Con esta reforma, el Estado pasó de administrar estas empresas a vigilar y regular las operaciones dentro de la industria, que desde ese entonces adoptó un modelo de mercado de competencia minorista y permitió la entrada de privados. Esta transformación permitió que Colombia desarrollara un sector más robusto, ahora conformado por grandes jugadores, que en general han sabido trabajar para tener un negocio preparado para afrontar los eventuales fenómenos naturales a los que el país está expuesto, al respaldar sus operaciones hídricas con centrales de generación térmica para evitar que los embalses se sequen en temporadas de verano. “Con las reformas contempladas en la Constitución de 1991 y posteriormente con la Ley de Servicios Públicos y la Ley Eléctrica de 1994, se le dio entrada a los privados a una industria en la que el Estado era el único actor. Gracias a estas modificaciones el sector energético comenzó vivir un segundo tiempo muy positivo en su historia. Pasó de estar en crisis a convertirse en una de las bases de la economía y desarrollo nacional”, dijo Germán Castro Ferreira, director ejecutivo de la CREG una entidad adscrita al Ministerio de Minas y Energía y que está encargada de la regulación económica de los servicios públicos. En el exterior, La primera central hidroeléctrica se construyó en 1880 en Northumberland, Gran Bretaña. El principal impulso de la energía hidráulica se produjo por el desarrollo del generador eléctrico, seguido del perfeccionamiento de la turbina hidráulica y debido al aumento de la demanda de electricidad a principios del siglo XX. En 1920 las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la producción total de electricidad. A principios de la década de los noventa, las primeras potencias productoras de energía hidroeléctrica eran Canadá y Estados Unidos. Pero uno de los más importantes es Isaac Newton, quien gracias a los conocimientos, formulaciones e inventos de Galileo, Bacon, Descartes entre otros baso sus teorías. Basados en la mecánica podemos conocer las leyes de Newton: 1. ley de inercia; todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él. 2. ley de fuerza; el cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime. 3. ley de acción reacción; con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria. Afirmando esto, las leyes de Newton aplicamos la teoría para inventar un carro hidráulico, haciendo referencia a la primera y tercera ley de Newton, combinándola con la de aerodinámica la cual se denomina como la ciencia que trata las corrientes de viento aplicadas a un cuerpo y que en nuestro caso ayuda en la adherencia para lograr más velocidad y maleabilidad del mismo.