Editorial ¡jfflB f*W "Fides et Ratio"

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Editorial
¡jfflB f*W
"Fides et Ratio"
Encíclica de Juan Pablo II sobre las relaciones
entre Fe y Razón
Por: Lie. Jorge L. Navarro
El 14 de septiembre fiesta de
la Exaltación de la Santa Cruz, de
este año (1998) coincidiendo con
el vigésimo del Pontificado de
Juan Pablo II, se promulgó la
Encíclica "FIDES ET RATIO
SOBRE LAS RELACIONES ENTRE FE Y RAZÓN", un documento que viene a complementar
y a redondear varias de las
preocupaciones centrales de este
pontificado, que podemos situar
si recordamos particularmente la
REDEMPTOR HOMINIS, y la a
VERITATIS SPLENDOR.
1. Un hecho paradójico.
La publicación de la Fides
et Ratio, no fue totalmente una
novedad, ya que se sabía desde
hace algunos años que el Papa
tenía en mente un pronunciamiento sobre el tema. Ya en el
transcurso de este año habían
circulado algunas noticias sobre la
inminencia de la publicación. En
particular aparecieron algunos de
los temas alrededor del día 11 de
septiembre con motivo de la
canonización de Santa Teresa
Benedicta de la Cruz (Edith Stein),
la "doctora que llegó a santa", en
quién el Papa podía señalar un
modelo en la búsqueda de la
verdad.
Con todo, no ha pasado
desapercibido para algunos
medios americanos influyentes
que la publicación de la Fides et
Ratio, se presenta como un "hecho
paradójico".
Los diarios Los Angeles
Times, The New York Times y
Times, han dedicado un espacio a
la encíclica, con la que el Santo
Padre conmemoró los 20 años de
su pontificado, analizando sus
principales aspectos y citando la
opinión de destacados expertos.
Los Angeles Times, dijo: "Al
comienzo del siglo XX, casi todos
los intelectuales consideraban que
la Iglesia Católica era enemiga de
la razón y el progreso. A fines de
siglo, en cambio, ¿quién es el
gran defensor de la razón? El
obispo de Roma",
El New York Times dedicó
uno de los artículos de su primera
plana a la encíclica que refleja un
poco "las paradojas del pontificado" de Juan Pablo II, pues el
Papa, "juzgado por algunos como
un conservador", en su encíclica
demuestra su verdadera postura
"cuando exhorta a los teólogos a
buscar una más amplia libertad de
pensamiento".
Así mismo,
publicó extractos de la Fides et
ratio, a la que considera "un
amplio tratado filosófico" y "uno
de los más importantes pronunciamientos" del Papa.
Según otro diario, el Times,
el documento presenta la "suma
del pensamiento
teológico y
filosófico" del Pontífice.
2.- Una imagen profética.
Uno no tendría que alargar
demasiado la memoria para
recordar que hace unos cuantos
años se sostenía "a pie juntillas"
la irreconciliable oposición entre
razón y fe, entre filosofía y
teología, entre conocimiento
racional y revelación. La Iglesia,
según el cañón del historicismo
racionalista, representaba un
resabio de un pasado retrógrado
y recalcitrante, al cual la
modernidad con sus "luces" venía
a liquidar. Sobre las pretensiones
clericales, al hombre actual le
bastaba oponer la razón y la
ciencia. Sin embargo, para un
obervador
más
atento
la
"dogmática" positivista había sido
puesta a prueba a principios del
siglo XX:
las dos Guerras
Mundiales, el desarrollo de las
ideologías
totalitarias,
la
"incapacidad" de la racionalidad
científica para juzgar las
implicaciones morales del uso de
la tecnología, etc. todo eso que a
la postre llavará al declive de los
"paradigmas" de la modernidad
racionalista e ilustrada.
En 1936, cuando las
ideologías políticas estaban
rearmándose y a punto de
desencadenar
una de
las
manifestaciones más irracionales
del odio entre los pueblos, el poeta
americano, hombre de una gran
sensibilidad humana y poética,
T S Eliot, publicó Los Coros de
la Roca, un bellísimo poema en
el que se ponía de manifiesto que
el hombre moderno había
decidido construir "su casa", la
civilización moderna, prescindiendo del Templo. El hombre
moderno dejó de escuchar a la
Iglesia, a la Extranjera, como la
llama Eliot.
"Edificamos en vano
si el SEÑOR no edifica con
nosotros
¿Podréis regir la Ciudad si
el SEÑOR no esta con vosotros?
Miles de vigilantes dirigen
el tráfico
Pero no saben deciros ni
porqué habéis venido ni a donde
vais
efecto, resulta sorprendente que a
nombre de la fe y por exigencias
estructurales de la misma fe, la
Iglesia, a través de esa forma particular de presencia entre los
hombres que es su Magisterio,
salga en defensa de la razón.
La razón (moderna) afirmándose a sí misma negó la fe,
-el Acontecimiento cristiano como
dato objetivo de la realidad y de
la historia-, o al menos lo expulsó
de sus dominios; en esta aventura
la razón quedó atrapada y
sometida a las pretensiones de
poder del pragmatismo y de la
razón instrumental, de manera
que la razón autoreferida ha
terminado sometida al poder y
destruida como razón.
Ahí donde no hay
templo tampoco habrá moradas
Aunque tengáis refugios e instituciones
Alojamientos precarios donde se paga el alquiler
La fe, por el contrario, para
poder afirmarse en su valor
reclama una razón erguida y
libre, que la razón lo sea en la
totalidad de su apertura y
posibilidades. La fe no puede
eliminar o prescindir de la razón
so pena de hacerse incapaz de
interpelar radicalmente al hombre
y de traicionar el sentido religioso
del hombre, reduciéndolo a
fideísmo o a cualquier forma de
sentimentalismo religioso.
Cuando la Extranjera
pregunte ¿cuál es el significado
de esta ciudad?
¿Qué cosa responderéis? ¿Nos amontonamos para
sacarnos el dinero los unos a los
otros? O bien: "Esta es una
comunidad"
Y la
Extranjera
partirá y regresará al desierto.
Oh, alma mía, que
estés simpre despierta para la
venida de la Extranjera.
Que tu estés simpre
atenta a Aquella que sabe como
hacer las preguntas.
He traído a colación este
fragmento de Eliot porque a mi
modo de ver introduce muy bien
el significado de la Encíclica. En
La Extranjera, es un
símbolo de la trascendencia de la
verdad, una verdad que proviene
de allende los límites y las
fronteras de la experiencia
humana, es decir, del Misterio, y,
al mismo tiempo, es imagen de una
Presencia en medio de los
hombres por la cual el Misterio se
vuelve un dato objetivo para la
experiencia humana. La extranjera representa a la Iglesia. Eliot
en el párrafo arriba referido
concentra la fuerza de la
Extranjera, en el hecho de
interpelar, una y otra vez al
hombre: ¿cómo se puede construir la ciudad, sin el Señor?, sin
el significado último de la vida y
de la convivencia humana; ¿para
qué construimos la ciudad, para
crear cuartos de alquiler o para
levantar una morada? ¿Por qué
estamos juntos?, para usarnos
unos a otros o porque somos una
comunidad.
La Extranjera, dice Eliot,
sabe hacer las preguntas.
3.- El sentido religioso.
A lo largo de toda la Fides
et Ratio se insiste una y otra vez,
que existen ciertas preguntas que
brotan de la misma naturaleza
humana, que forman como la
entraña misma del corazón
humano, en cuya respuesta se
empeña y se^compromete.todo lo
humano, ¿quién soy? ¿de* dónde
vengo?, ¿a dónde voy?, ¿por qué
existe el mal?, ¿por qué vale la
pena vivir?.
En
estas
preguntas
coinciden cabalmente todas las
dimensiones del hombre ya que en
ellas el hombre expresa su
necesidad de comprender el
sentido de todo. Por tanto, en
ellas coinciden la religiosidad y la
racionalidad del hombre ya que
nacen de una misma fuente.
Ciertamente se puede
pensar que estas preguntas son
abstractas, que son elucubraciones. Por ello es importante
recordar que todas estas preguntas
se condensan en el imperativo:
"Conócete a ti mismo". En efecto,
sin este interés por mi propio yo,
cualquier otra pregunta parece
abstracta, sin calor y sin
significado;
las
preguntas
Editorial
fácilmente se disuelven en
preocupaciones secundarias.
Hace falta situar en este nivel la
dinámica por la cual el hombre se
dirige hacia la verdad, o sea por
amor a la propia humanidad, al
propio destino. Por ello, puede
afirmarse que si se eliminan de la
conciencia del hombre estas
interrogantes, cualquier respuesta
que la razón o la fe den, cualquier
propuesta de significado, carecería de valor. Exactamente como
la ha señalado R. Niehbur, "nada
hay más absurdo que la respuesta
a una pregunta que no existe".
El sentido religioso, como
lo define Giussani, coincide con
ese compromiso radical con la
vida de nuestro yo, que se
manifiesta en las preguntas
fundamentales. Estas preguntas
están presentes en cada hombre y
en cada cultura, tanto en Oriente
como en Occidente. Cada hombre
encuentra en su cultura y en sus
tradiciones propias los elementos
que le llaman a formularse de
manera nueva y personal estas
preguntas.
La búsqueda de la verdad
se activa en el impacto con la
realidad y, es en este impacto que
el hombre experimenta la
necesidad de encontrar una
respuesta a las interrogantes
fundamentales; por tanto no
estamos ante un problema para
eruditos o gente entrenada para
discutir o hablar de estas cosas,
sino ante una exigencia en la cual
se juega el deseo de felicidad, que
es la fuente de toda energía y de
toda acción humana. El hombre
busca la verdad tanto como la
felicidad, busca una felicidad no
ilusoria, y una verdad que colme
sus anhelos más profundos de
justicia, de bondad y de belleza.
Se subraya así la necesidad
de mantener despierta la
conciencia de que estas preguntas
existen y que el hombre para
afrontar esta necesidad profunda
de su persona dispone de la razón
y de la fe, como de dos alas con
las cuáles el espíritu humano
puede elevarse para la contemplación de la verdad.
La filosofía constituye uno
de los medios más importantes de
que dispone el ser humano para
esta búsqueda,
por esto la
Encíclica se concentra especialmente en esclarecer el valor que
la filosofía tiene para la fe y
también lo que la fe puede aportar
a la filosofía para que sin perder
su legítima autonomía puede
orientar la vida humana hacia
perfeccionamiento.
El Papa, hacia el final de la
Introducción, señala explícitamente el motivo que le mueve a
ocuparse de este tema, que por la
fe se restaura la dignidad de la
razón, "refirmando la verdad de
la fe podemos devolver al hombre
contemporáneo la auténtica
confianza en sus capacidades
cognocitivas y ofrecer a la
filosofía un estímulo para que
pueda recuperar y desarrollar su
plena dignidad".
La Encíclica de modo particular subraya el valor de la
filosofía para formular las
preguntas fundamentales y para
poner en marcha a la razón
humana.
4. Sólo el estupor conoce
En la Fides et Ratio
encontramos
la
siguiente
afirmación: "los conocimientos
fundamentales,
derivan
del
asombro
suscitado
por
la
contemplación de la creación: el
ser humano se sorprende al
descubrirse inmerso en el mundo,
en relación con sus semejantes
con los cuales comparte el
destino "
Aquí encontramos sintéticamente definidas las características de la racionalidad humana:
el asombro, la conciencia de la
realidad en su finitud y en su
condición de creatura, es decir de
su dependencia radical, la relación
con el mundo y con los demás
hombres con quienes comparte la
búsqueda y los afanes de la vida
hacia el Destino; factores todos
estos
que
entran
en
la
comprensión de la realidad.
El asombro es una conmoción, es una razón conmovida ante
una realidad que se presenta como
una promesa, es el estupor que
acompaña la forma originaria
como la razón toma conciencia de
la realidad; en la mirada de los
niños se conserva más viva esta
forma original de relación.
"El estupor absoluto -dice J,
Hershel- es para la inteligencia de
la realidad de Dios lo que la
claridad y distinción es para la
comprensión
de las
ideas
matemáticas.
Cuando estamos
privados de la capacidad de
maravillarnos, resultamos sordos
a lo sublime"
De suyo un signo de
deficiencia de la razón moderna
es la incapacidad para el
asombro, para conmoverse con la
realidad: el mismo documento
advierte que: "sin el asombro el
hombre caería en la repetitividad
y poco a poco, sería incapaz de
vivir una existencia verdaderamente personal"
La repetitividad, la rutina,
el aburrimiento, son síntomas de
una razón que precisamente ha
caído en el vacío de sentido.
El estupor, por el contrario,
colorea y da calor al conocimiento, impulsa a la razón a no
detenerse, a no conformarse con
lo ya adquirido e ir hasta el fondo
"El asombro, decía Aristóteles, es el inicio de la filosofía.
Con la audacia de la fe san
Gregorio de Nisa, irá más lejos,
para afirmar: "los conceptos crean
los ídolos, sólo el estupor
conoce".
La contemplación
de la
creación, a la que se alude arriba
sugiere dos cosas:
1. Que el valor de la razón
radica en reconocer el orden de
lo real; la razón, el conocimiento
no consiste en el poder, en el
domino sobre la realidad, sino en
la contemplación por la que se
encuentra el significado último de
las cosas, es decir, su origen y
fundamento.
2.- Que la condición esencial de las cosas es ser creaturas,
su ser es finito y contingente, y
por tanto, remite a algo que está
más allá de ellas, a algo que la
razón descubre y desea conocer.
La dinámica del conocimiento tiene la forma de un
encuentro, o si se quiere de un
doble encuentro: el encuentro del
hombre con las cosas que es una
vía a través de la cual se descubre
a sí mismo, en medio del mundo,
coexistiendo con las cosas. Y el
encuentro con los otros hombres
con quienes coexiste y convive.
El hombre es razonable,
estando abierto a la realidad en
todos sus factores, en todas sus
posibilidades. El hombre por la
razón es una apertura radical, es
decir apertura a todas las posibles
manifestaciones de lo real.
6. La razón ó los ídolos
Una de las observaciones
que más me sorprenden de este
documento reside precisamente en
que, contra la mentalidad común
que ha visto siempre en la Iglesia
un refugio al consevadurismo, que
encarna el miedo a la libertad, que
teme la libertad intelectual y por
ello la censura; en contra de esta
opinión que se ha arraigado
fuertemente, hoy la Iglesia pone
en evidencia lo contrario.
El racionalismo, si se le
mira con atención no proviene de
una declaración de confianza en
la razón, sino de una desconfianza. En la filosofía moderna la
razón vino a ser definida como el
modo de controlar y medir sus
propios conocimientos, es decir,
se elimino el ser como el objeto al
cual se ordena la inteligencia del
hombre. No el ser sino el
conocimiento es el objeto del
conocimiento humano.
De esta manera la razón
dejo de ser una apertura a lo real
para colocarse a sí misma como
medida de todas las cosas, la razón
debía imponer a la razón misma
los límites dentro de los cuales la
realidad podía ser pensada .
La Encíclica naturalmente
tiene un lado polémico: La
racionalidad moderna en su
momento puso en duda la
posibilidad de respuesta a las
preguntas fundamentales (relativismo), la razón optó por una
meta menos audaz, pero se
convirtió en una razón instrumental, una razón sólo de medios, es
decir una razón que se mueve solo
por la utilidad y por el poder.
La razón "absoluta" de la
modernidad, se sostuvo sobre el
relativismo de la verdad. El deseo
de la verdad que es inextinguible
del corazón del hombre se
convirtió en voluntad de poder y
el ímpetu que mueve al hombre a
la búsqueda del sentido de la vida
se transformo en voluntad de
autonomía, "voluntad de poder".
El hombre moderno, si la
interpretación de Kant es exacta,
se concibe a sí mismo como el que
ha conquistado la adultez, es decir
como uno que "no es conducido
por otro".
La Iglesia evidentemente
tenía que reaccionar ante tal
pretensión, ante todo porque no
corresponde con la verdad del
hombre. En efecto, la constatación
más sencilla que uno puede hacer
es que no se hace a sí mismo. La
pretensión
exorbitada
del
racionalismo y del voluntarismo
modernos no era sólo un atentado
contra la verdad de Dios sino
también contra la verdad del
hombre.
El hombre moderno sustituyo a Dios por el Poder, por la
Usura, por la Lujuria, como dice
también Elliot, se creó nuevos
ídolos a su imagen y semejanza, a
la medida de sus intereses creo la
Razón, la Raza, la Dialéctica.
De este modo la razón se
volvió esclava de las Ideologías,
no ya de sus propias ideas, sino
de las ideas que el Poder imponía
y ante el cual la razón claudicó.
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Por eso ha sido tan
clamoroso el abatimiento de las
Ideologías, cuyo símbolo máximo
fue para nosotros la caída del muro
de Berlín, abriéndose paso un
fenómeno nuevo y desconcertante, llamado ambiguamente
pos-modernidad.
La encíclica
quiere llamar precisamente la
atención sobre este complejo de
fenómenos sociales y culturales
que implica, en la gran variedad
de formas en que se manifiesta,
una profunda negación de la
razón, o para decirlo más
exactamente, la exaltación de lo
irracional, se enaltece lo efímero,
lo parcial, lo liviano. La posmodernidad en algunas de sus
manifestaciones hace un reclamo
explícito a un derecho a no pensar
con radicalidad, es decir á no
plantearse las preguntas fundamentales. El "carpe diem"
asumido hasta sus últimas
consecuencias, vivir el instante sin
ninguna perspectiva hacia atrás o
hacia delante, es decir, sin memoria y sin esperanza.
7. La razón ante el Misterio.
La razón humana se
descubre siempre insatisfecha ante
las respuestas que va descubriendo
y formulando en su recorrido
existencial hacia el significado de
todas las cosas. Esta insuficiencia,
si se mira con detenimiento revela
algo más que una deficiencia en
el conocimiento del hombre, no
es producto de un deficit, sino que
proviene de la superabundancia de
la realidad; la realidad desborda
por todos lados la razón.
En el extremo de lo que la
razón alcanza a comprender está
el Misterio, al cual la razón llega
recorriendo estrictamente, sin
claudicaciones ni apresuramientos, la realidad como un
signo, que remite a Otro. La
realidad como signo, no es sino
otro modo de decir creatura.
En este punto extremo de la
razón, la fe, dice Giussani, puede
surgir como "flor de gracia". La
razón ante el Misterio no puede
nada y, sin embargo, queda
todavía una posibilidad: que El se
revele, que nos muestre su Rostro.
Es la "hipótesis de la
revelación", una hipóteis a la cual
la razón no puede oponer nada y
no contradice en nada la
naturaleza de la razón.
En esta misma dinámica de
la razón se afinca la libertad, como
una energía indomable para
adherir a la totalidad de lo real..
El cor inquietum de San Agustín
("Nos hiciste para Ti; Señor, y
nuestro corazón está inquieto
hasta que descanse en t i " ) ,
decubre que el hombre es
ontológicamente una apertura y un
deseo infinito que nada puede
colmar. En esta insuficiencia se
asienta la libertad del hombre que
puede siempre buscar: " no es
esto, no es esto". O para decirlo
en palabras de Eugenio Móntale:
"Todas las cosas llevan escrito:
"más allá""
8. La fe: "Quien me ve a mi ve
al Padre"
En la dinámica de la
experiencia humana existe la fe,
como una forma razonable de
llegar al conocimiento de algo, de
hecho se habría que decir que este
es el método por el cual existe la
convivencia humana y la
civilización. La razón decubre que
en determinadas circunstancias
adherir al testimonio de otro es
razonable.
El cristianismo ha seguido
esta vía para manifestar la verdad
del hombre, del cosmos y de la
historia.
Esta es la "hipótesis" del
cristianismo: "El Verbo se ha
hecho carne". Es decir, la palara
eterna, que ha hecho todas las
cosas, el significado exhaustivo de
la vida, se ha hecho uno como
nosotros, entrando de este modo
en el campo de nuestra experiencia. La sabiduría tiene un
nombre y un rostro precisos, el
de Jesús de Nazaret.
Jesús revela al Padre, más
aún en Él llega a su plenitud un
proceso de develamiento del
Misterio, que Dios ubérrimamente
realiza a través de la historia de
un pueblo.
El pueblo judío es el testimonio en medio de los pueblos de
que Dios no ha adandonado al
hombre, que ha sido una Presencia constante para su Pueblo y
a través de su Pueblo para todos
los Pueblos..Dios el Dios vivo, no
es una realidad lejana e indiferente
a las vicisitudes humanas.
En la plenitud de los
tiempos "Quiso Dios con su
bondad y sabiduría revelarse a sí
mismo y manifestar el misterio de
su voluntad, por Cristo..."
La encarnación del Hijo de
Dios, tiene el carácter de
cumplimiento de una Promesa y
al mismo tiempo de una novedad
absoluta. La Encarnación del
Verbo es un misterio en el que se
Editorial
pone de manifiesto toda la
gratuidad de la revelación y de la
donación amorosa de Dios para la
salvación del hombre.
La revelación o sea el
encuentro con este hombre, Jesús,
es un acontecimiento de vida al
que la razón no puede objetar
nada, porque Dios se ha
manifestado haciéndose un
hombre particular que ha entrado
en la experiencia cotidiana de
cada hombre.
Admitir la razonabilidad de
este hecho es tan sencillo como
admitir el encuentro con un
amigo, con el cual se podía comer,
conversar, discutir. Y sin embargo, aquel hombre
era
exepcional, su vida, sus palabras
y sus obras, correspondían
excepcionalmente a las exigencias
más profundas del corazón del
hombre. Delante de Cristo, la
razón no pierde nada ni se anula
como razón, por el contrario, se
pone en juego toda la persona.
Se anula sí la autosuficiencia
de la razón, se ponen en crisis
aquellos criterios que implicita o
explícitamente desarraigan la vida
de su fundamento.
A partir de Cristo, la
búsqueda del sentido de la vida
consiste en sostener la relación con
una persona, el Misterio deja de
ser un enigma lejano e inaferrable
para el hombre y de pronto se
convierte en una cosa cercana y
familiar.
De este modo se hace
evidente la profunda e inseparable
unidad entre el conocimiento de
la razón y la fe. Esta unidad profunda está expresada en los
Proverbios: "El hombre medita su
camino, pero es el Señor quien lo
sostiene".
El hombre de fe no renuncia
a comprender el camino que está
recorriendo, ni a interrogarse por
las circunstancias que se le
presentan; la fe, de hecho, no hace
más fácil ni más cómoda la
existencia, pero la llena de
certezas. La certeza de que el
sentido último de la vida, no es
indiferente a ninguna de mis
circunstancias ni vicisitudes
personales, que nada de lo que
existe es superfluo para Dios, la
vida del hombre en su totalidad y
en cada uno de sus pasos esta
sostenida, por esta realidad
misteriosa que sin embargo
sabemos que tiene un Rostro
bueno, a Quien Jesús nos ha
enseñado a llamar Padre.
8. ¡No tengáis miedo!: Sapere
aude.
Otra paradoja para terminar.
Fides et Ratio, no hace sino
continuar aquel llamado que
impregna toda la solicitud pastoral de Juan Pablo II: ¡No tengáis
miedo!. ¡Abrid las puertas a
Jesucristo!.
Esta invitación y vehemente
solicitud ha alcanzado a la razón
humana, casi como un desafío,
"...así el pensamiento filosófico,
cuando acoje el requerimiento que
procede de la verdad del
Evangelio, nada pierde de su
autonomía, sino que siente cómo
su búsqueda es impulsada hacia su
más alta realización".
Por una curiosa paradoja
podría usarse la misma expresión
que sirvió de leit motiv a la
modermidad ilustrada: ¡sapare
aude!.
Con esta apertura a la
totalidad de la real: ¡No tengáis
miedo!, ¡Atrévete a conocer!
Hans urs Von Balthasar, guía seguro hacia Cristo
en los Umbrales del Tercer Milenio
Por. P. Eugenio Aldana C.C.R.
APÓSTOL,
TESTIGO,
El 29 de mayo
de 1988,TEÓLOGO
en la
Basílica de San Pedro, llena de
fieles que habían participado de la
ordenación sacerdotal de 60
nuevos sacerdotes, el Santo Padre
Juan Pablo II, al final de la misa,
anunció que tenía en mente crear
un grupo de nuevos cardenales.
En seguida nombró a los elegidos,
y al final de la lista, mencionó el
nombre de Hans Urs von
Balthasar. La Iglesia, con ese acto,
reconocía oficial y solemnemente
en ese momento, el valor de su
obra y lo indicaba como guía
seguro para los cristianos.
El birrete cardenalicio sería
impuesto a los nuevos cardenales
un mes después, en la fiesta de los
Santos Apóstoles Pedro y Pablo,
el 29 de junio. Tres días antes de
esa fecha, sorprendió a todos la
triste noticia que llegaba de
Basilea, la ciudad donde vivía el
P. Balthasar: él había muerto en
la mañana del 26 de junio, sin
haber, por consiguiente, recibido
el birrete cardenalicio.
En la obra de Von Balthasar hay fiereza por la verdad,
(Eugene Delacroix. "La Lucha de Jacob con el Ángel")
Cardenalato, pero que Dios quiso
que permaneciera hasta el final él
mismo: el servidor fiel sin
honores. "Pero lo que el Papa ha
querido expresar, continuaba
Ratzinger, con este gesto de
reconocimiento y de respeto,
permanece válido: que ya no sólo
en forma singular y privada, sino
la Iglesia, en su responsabilidad
o
El I de julio de aquel año de 1988 de oficio nos dice que Balthasar
el Cardenal Ratzinger, enviado fue un verdadero maestro de la fe,
personalmente por el Papa, un guía seguro hacia las fuentes
presidía los funerales del querido del agua viva, un testigo de la
difunto, celebrados en su ciudad Palabra, de la cual nosotros
natal de Lucerna, Suiza. En su aprendemos a Cristo y del cual
homilía el Cardenal dijo que podemos aprender la Vida"... y
Balthasar había aceptado con continuaba el Cardenal: "Oremos
mucha reticencia y sólo por al Señor para que nos dé la gracia
obediencia el honor del de mantener vivo en nosotros el
gran testimonio de éste su siervo
y de continuar su obra"1 .
"Mantener vivo en nosotros el
gran testimonio " de este siervo de
Dios. Esto es lo que ha procurado
hacer la UPAEP al realizar este
encuentro a los diez años de su
muerte. Presentar y suscitar el
interés por este "Padre de la
Iglesia entre los Helvéticos",
como lo llamó una vez otro
Cardenal, Henri de Lubac. Y
¿para qué mantener vivo su testimonio? Nos responde el mismo
Cardenal Ratzinger en la homilía
de sus funerales: Hans Urs von
Balthasar "nos ha enseñado a
creer"-. ¡Nos ha enseñado a creer!
A cada uno según su situación per-
sonal, para todo el que lo lee él es
como un puente hacia el corazón
de Dios, puente hecho de
obediencia, de humildad y de
amor; el P. Balthasar es como un
fuego ardiente que no puede no
comunicar su luz y su calor a los
corazones que se acercan a él. En
su obra existe un fuego que une a
Dios, como la llama del soldador
que une lo que está separado.
Nuestra vida moderna,
ciega y sorda ante el Eterno y
siempre vivo amor de Dios, tiene
necesidad, como San Pablo en el
camino a Damasco, de una
fulguración que le quite la ceguera
de los ojos para poder ver a
Cristo. Podemos decir que el P.
Balthasar es como un rayo, una
fulguración que Dios manda a ésta
nuestra época para abrir nuestros
ojos al misterio de Dios Amor,
para poder conocer cuál es "la
anchura y la longitud, la altura y
la profundidad... del misterio del
amor de Cristo" (cf. Ef 3,18s). La
obra del P. Balthasar rebosa de
estupor y de alegría porque Dios
haya amado hasta lo impensable
al hombre y haya enviado a Su
Hijo, se haya hecho hombre y haya
querido ir hasta el extremo 'amor
de la Cruz y del descenso a los
infiernos por amor nuestro,
mostrando en modo radicalmente
definitivo que Dios es Amor
Infinito, Abismo de Donación personal, Horno ardiente de Caridad
dispuesto a todo con el fin de
salvar a todo hombre.
El P. Balthasar nos quita
la ceguera, nos presenta los
misterios de la fe en modo
transparente, como dejándolos
expandirse en toda su hermosura.
A este propósito el Cardenal
Ratzinger continuaba en la homilía
de sus funerales. "Lo que
Balthasar
quería se puede
expresar en el mejor de los modos
con una frase de San Agustín:
«toda nuestra tarea en esta vida,
queridos hermanos, está en esto:
en el sanar los ojos del corazón,
de modo que éstos puedan ver a
Dios» "3.
Sanar los ojos, quitar las
vendas de ellos, enseñar a creer.
Así se expresó el Cardenal
Ratzinger sobre la misión de Von
Balthasar. Miles de interrogativos,
de dificultades para creer pasan
hoy por la mente del cristiano
constantemente, asediado por una
cultura cada vez más secularizante, la cultura llamada «de la
sospecha». A ello contribuye no
poco el estilo de estudio que se
lleva a cabo en numerosas
facultades de teología e incluso en
seminarios, de tipo racionalistacrítico y que les quita a los futuros
sacerdotes certezas fundamentales. Se experimenta, si uno se
aventura en ese tipo de estudio,
algo así como una fosa incolmable
entre la realidad del Señor y la
propia persona, una distancia que
hace imperceptible la fuerza viva
del Evangelio. Se ve a la Sagrada
Escritura como algo «sospechoso»
y entonces se le trata de
diseccionar con curiosidad como
para conocerla por dentro, sin
importar que se trate de una
realidad viva. Como para estudiar
con suspicacia un documento
más, entre tantos otros sobre la
religión; como comparando lo
narrado en la Biblia, como algo
común en las demás religiones, en
una especie de fenomenología de
la religión. La vida, palabra y
obra de Cristo son explicadas con
criterios racionalistas, como
destrozando en pedacitos cada
palabra del Evangelio, sometiéndola a análisis matemáticos,
olvidando que Él es el Hijo de
Dios Encarnado, cuya palabra es
potente, definitiva, viva y
fecunda. Balthasar estaría de
acuerdo con Dostoievski que
decía: "si me
demostraran
matemáticamente que la verdad
está fuera de Cristo, yo estaría de
la parte de Cristo". Simplemente
porque la verdad de Cristo no se
puede calcular ni controlar con la
matemática. Su llegada a este
mundo y su presencia en él son
una epifanía de la Gloria de Dios
que revela, que quita el velo y nos
muestra la esencia de Dios como
Amor, como Padre amoroso. "«El
Espíritu Santo, constata el P.
Balthasar, es una realidad que los
filólogos y los filósofos de las
religiones comparadas ignoran o
al menos 'ponen provisoriamente
entre paréntesis'»: el P. Balthasar
elimina el paréntesis, o más bien,
hace ver cómo el Espíritu Santo
mismo lo hace saltar"4.
Cuando empecé a leer al
P. Balthasar quedé fascinado
desde el primer momento por la
manera como explicaba las cosas,
por el amor que se desborda hacia
Cristo y hacia su obra, por la
transparencia de los misterios de
la fe que aparece en cada escrito.
No estaba acostumbrado a oír o a
leer a un teólogo tan docto en
términos tan llenos de fe y de
amor. En él la ciencia y la fe no
estaban peleadas; la razón y la fe
confluían en una admirable
armonía y unidad al servicio del
Misterio de Dios y de su obra en
el mundo; cuando se le lee, los
dogmas adquieren vida y carne en
¡ÍÍ^.^ÍC^
la propia yida, la Sagrada
Escritura se convierte en alimento
indispensable, en fuente que apaga
la sed de Dios, en objeto de
veneración, en alegre adoración
del Dios que ahí se revela, el
aprecio por los Padres de la Iglesia
y la Tradición empieza a florecer,
la realidad de la Iglesia se
convierte en algo muy vivo; en la
obra del P. Balthasar se percibe
un corazón que vibra de amor por
la Iglesia y por querer dar la vida
por ella, un esposo enamorado de
la Iglesia esposa, en la que cree
apasionadamente, a la que venera
y ama con pasión, no como una
entelequia sino en sus hombres
concretos, a veces tan llenos de
defectos.
de Dios, que culmina en Cristo.
La teología, decía él, es ante todo
adoración y obediencia al
Misterio. No quiere saber nada de
una teología "hecha en el
escritorio" como escribía en un
famoso artículo en 19485, cuyos
contenidos forzosamente serán
fríos, fragmentarios, que conducen sólo a la ciencia que infla, en
lugar de conducir a la caridad que
edifica. Para el P. Balthasar la
verdadera teología se hace de
rodillas, en el abismo de la
adoración.
Hans Urs von Balthasar
es, pues, un teólogo que enseña a
creer en Cristo, en el Padre, en el
Espíritu Santo y a quien lo lee le
hace sentirse en su casa, que es la
Iglesia. Cada vez son más los que
pueden dar testimonio de ello.
Enseña a amar, a amar tiernamente
a Dios, de quien descubre con los
ojos puros y penetrantes de su
gran fe, las entrañas de misericordia de su Corazón; y a amar al
prójimo, a quien no se puede
separar absolutamente de Dios,
para continuar así la obra de
Cristo. Quien lee con verdadera
atención al P. Balthasar no puede
quedar indiferente. O se le
rechaza, ya sea por una mirada
superficial, ya sea por prejuicios
racionalistas, o se cae de rodillas
pare adorar amando el misteno
que él en modo transparente hace
translucir. Su obra no es sólo fruto
de un poderosísimo intelecto, sino
ante todo de una humilde
adoración y contemplación de la
Gloria de Dios, de la Revelación
Su obra es inmensa, su
erudición es vastísima. "Ha
escrito más cosas de las que un
hombre normalmente puede leer
durante su vida" ha dicho Mons.
Henrici. "Un hombre como éste,
añade el Cardenal De Lubac, es
quizá el más culto de su tiempo. Y
si existe en algún lugar una
cultura cristiana, se encuentra en
él. La antigüedad clásica, las
grandes literaturas europeas, la
tradición metafísica, la historia de
las religiones,
los
múltiples
tentativos del hombre de hoy que
se busca a sí mismo - y sobre todo,
la ciencia sagrada, con Santo
Tomás, San Buenaventura,
la
patrística (toda entera), sin hablar
por ahora de la Biblia... - No hay
nada de grande que no encuentre
en este gran espíritu acogida y
vitalidad. Él llama a todos,
escritores y poetas, filósofos y
místicos, antiguos y modernos,
cristianos de todas las confesiones,
a que aporten su nota, porque
todas las voces le son necesarias
ERUDICIÓN ÚNICA, PERO
AL SERVICIO DE CRISTO Y
DE LA IGLESIA
para componer, para una mayor
gloria de Dios, la sinfonía
católica"4. Pero, continúa De
Lubac, cuando se encuentra el lector con Balthasar no se encuentra
"ante una pura
construcción
teórica. Balthasar... ¡no es un
fabricante
de libros ni un
manipulador de sistemas! Todo en
él lleva a la acción y ala decisión.
... todo en su obra está dispuesto
para llegar, sin detenerse en
nada, al «encuentro personal» con
Dios"7. Es pues, importante
subrayar que el P. Balthasar es,
ante todo, un hombre de Iglesia,
un
misionero,
un
anima
ecclesiastica que ha empeñado
toda su vida con un solo fin:
ayudar al aumento de la santidad
en la Iglesia a través del anuncio
del Evangelio especialmente ahí
donde es rechazado, olvidado o
desconocido.
Balthasar, siendo un
hombre
de
una
cultura
enciclopédica, de una erudición
singularísima, sabe muy bien que
todo eso no serviría de nada si no
hay en el hombre un corazón
convertido, si no hay una actitud
de fe simple, llana, sincera.
"Simplicidad efectiva: estas dos
palabras son indispensables, sin
ellas correríamos el riesgo de dar
una idea muy falsa de la meta a la
cual este teólogo nos conduce; en
efecto, él quiere ser teólogo sólo
porque quiere ser apóstol. Para
él, la misión de la teología... «es
derramar continuamente en la
práctica más humilde el pleno
sentido de la palabra revelada» "8.
Para el P. Balthasar lo único
necesario es, siguiendo a su gran
maestro, San Ignacio, la"mayor
Gloria de Dios" por puro amor
efímeros
sueños de fuga
de la realidad;
ésta debe ser
enfrentada
como Cristo el
Señor la enfrentó en su
obediencia al
Padre hasta la
muerte
en
Cruz. Nada le
importa más al
P. Balthasar
que arrancarnos del sueño,
de la ilusión de
alguna «falsa
eternidad»,
para
sumergirnos "en la
«verdadera
Ahí donde haya algo que aprender, lo asume para
temporalidad»,
su sinfonía católica.
la que consiste
gratuito, a cuyo homenaje el en el proceso de configuración,
hombre debe rendirse amoro- día tras día, con Cristo mediante
samente y lo puede hacer porque la sumisión «hie et nunc» a su
Cristo se ha hecho hombre para Evangelio "9.
poder hacernos capaces de este
homenaje. Así como Cristo asumió
Todo el esfuerzo de hacer
nuestra vida humana, nuestra vida teología en el P. Balthasar no es
temporal, y con ello introdujo en sino obediencia a una misión
el mundo la perfecta adoración recibida de Dios, y encaminada a
humana al Padre, la perfecta la adhesión concreta de quien lo
obediencia y glorificación del Pa- lee a Cristo y a su Iglesia. Sólo así
dre, con toda su vida, pasión y el P. Balthasar quiere ser teólogo,
muerte, así, el P. Balthasar, quiere sólo en la medida en que sus
que el cristiano no viva su fe escritos pueden ayudar a la
abstractamente, separada de santidad de la Iglesia, para ayudar
Cristo, sino que, toda'su vida sea a sus hermanos a adherir con todo
un vivir para Él , ya que a Él le el corazón a Cristo y a su obra.
debemos la vida, la vida eterna, y La teología está al servicio de la
que, por así decir, cada respiro decisión por Cristo. Para él
sea una imitación de Cristo, en la teología, santidad, oración,
temporalidad de cada día, en las contemplación,
predicación,
dificultades, en las angustias, así actividad pastoral, van siempre de
como también en las alegrías y la mano. Él mismo confiesa lo que
gozos de la vida. El P. Balthasar considera prioritario: "la acties radicalmente contrario a los vidad de escritor queda y quedará
siempre en la disposición de mi
vida un producto secundario y a
falta de algo mejor. AI centro está
un interés totalmente diferente: el
trabajo asiduo para la renovación
de la Iglesia, para la formación
de nuevas comunidades que unan
una vida cristiana radical según
los consejos evangélicos de Jesús
con la existencia en medio del
mundo... para donar una vida
nueva
a las
comunidades
existentes. Toda mi actividad de
escritor está sometida a esta
exigencia; si el escritor debiera
desaparecer
a causa de la
urgencia del trabajo a que me he
referido, no me parecería haber
perdido mucho, sino al contrario
haber ganado mucho. En el fondo
esto es evidente para quien está
al servicio de la causa de Jesús
que es, concretamente,
la
Iglesia ">°.
LA UNIDAD DE SU OBRA
La teología del P.
Balthasar, así como su vida interior es, como nuestras más
humildes fórmulas del Credo,
esencialmente trinitaria: la
perfectísima unidad en la
distinción personal de cada Persona. "Así, la teología
de
Balthasar se esfuerza por captar,
en todo, esta unidad. La «túnica
sin costuras» y el «golpe de la
lanza» le sirven como símbolos
para hacerla entender: «a cada
partición del misterio en aspectos
(epinoiai) que lo hacen accesible
al pensamiento, resiste finalmente
el misterio irreducible de la persona ineffabilis. De esta persona
brota, en su muerte, con el agua
y la sangre, toda la Iglesia, que,
con todas sus verdades, sus ritos,
wmMM
sus dogmas, es una emanación del
corazón que se parte en la muerte,
así como Orígenes lo ha entendido
quizá mejor que todos». En efecto,
el «golpe de la lanza del Gólgota
es en un cierto sentido el
sacramento del golpe de lanza
espiritual que hirió al Verbo e hizo
que Él se difundiera. La palabra
de Dios derramada en este mundo
es el fruto de esta única herida "".
Esta visión unitaria de la
obra de Dios en el mundo, la
revelación de Dios en Jesucristo
es la primera parte de su vasta
Trilogía. En ella el P. Balthasar se
esfuerza en hacernos captar la
belleza de Dios que arrebata. Es
un nuevo camino para hacer
teología. No se trata de hacer
apologética en el sentido extrincesista, sino de presentar la figura
objetiva de la Revelación,
Jesucristo, el enviado del Padre,
su obra en el mundo, la infinita
hermosura de su Ser en sí mismo
y de su plan al crear al hombre y
redimirlo; esta manifestación de
Dios arrebata a quien la ve; sucede
algo parecido cuando uno queda
arrebatado ante una obra de arte,
al escuchar alguna obra de Mozart
o de Bach, o ante una obra
maestra de arte o ante un paisaje
de la naturaleza. Uno no se
pregunta si es verdadero o falso.
Simplemente queda con el aliento
suspendido, arrebatado ante la
belleza de tal manifestación.
Cristo, al revelarnos las entrañas
del Padre ha hecho algo semejante.
Quien lo ve no puede no enamorarse, queda arrebatado en una
especie de ec-stasis, fuera de sí,
saltan en pedazos todas sus
objeciones, se adhiere con todo el
corazón. «Sólo el amor es digno
de fe» es una obrita en la que el P.
&MWM
Balthasar ha tratado de explicar
esto. Al estar el hombre arrebatado ante la «Herrlichkeit», ante
la Gloria, ante la Belleza de Dios,
por decir así, el hombre sale de sí
mismo, adhiere al Tú que lo
interpela en esa manifestación, y
así es posible que el Yo divino
actúe y penetre hasta lo más
profundo en el yo humano. De ese
modo, el cristiano no está llamado
a quedarse para sí mismo esa
contemplación, sino que es urgido
a comunicarla a los demás:
«contemplata
aliis
tradere»,
decían los antiguos, y por ello, al
haber adherido con todo el
corazón a Cristo, Éste lo reviste
de una misión en favor de los
hermanos, una obra que debe
continuar la suya, pero al interno
de Yo de Cristo. Sucede algo así
como lo que decía San Pablo:
«Vivo pero no soy yo, es Cristo
quien vive en Mí» (Gal 2,20). Así
como el Padre envía al Hijo así el
Hijo envía a los suyos a proseguir
la obra de la redención. (Cfr. Jn
17,18).
UN HOMBRE ARREBATADO
POR DIOS PARA SUS
PLANES
Para el P. Balthasar, pues,
la vida del cristiano se puede
resumir en una palabra: obediencia; y ésta a su vez se vincula
a otra noción: misión. Lo ha
mostrado él personalmente en cada
etapa de su vida. Desde el inicio,
el carácter abrupto y radical de su
vocación muestran que era un
hombre llamado ante todo a
obedecer, como él mismo lo relata: en 1927 hace un retiro
espiritual ignaciano cerca de
Basilea, y una tarde paseando por
el bosque llamado «Selva Negra»
mientras meditaba, recibe una voz
interior clara: «tú no tienes
necesidad de escoger nada, tu has
sido llamado; tú no servirás, sino
que se te utilizará, no tienes que
hacer proyectos, no eres sino una
pequeña piedra en un mosaico ya
construido
anticipadamente»12.
Tenía la convicción desde
entonces que él no debía disponer
de nada, sino dejar que Dios
dispusiera de él. Siente clara la
llamada a abrazar la vida religiosa
en la Compañía de Jesús, después
de haber efectuado brillantemente
profundos estudios sobre la
literatura y la filosofía alemanas;
él consideraba la Compañía su
«patria espiritual». Ahí conoció la
escolástica, y especialmente la
mejor tradición metafísica gracias
a su profesor Erich Przywara;
poco después, enviado a proseguir
sus estudios en Fourviére,
Francia, conoció a los Padres de
la Iglesia, gracias a su amigo
Henri de Lubac, y por otros
autores
católicos
contemporáneos, obras de santos y
místicos; ordenado sacerdote, se
dedicó intensamente a la difusión
de la cultura católica y al
apostolado universitario, siendo
capellán de la Universidad en
Basilea; en esos años, ya con un
universo teológico inmenso, lleva
a cabo un intenso diálogo con el
protestante Karl Barth. En 1940
un acontecimiento decisivo:
conoce a la protestante Adrienne
von Speyr, que estaba en
búsqueda de la verdad, y después
de un par de coloquios con ella,
ella abraza el catolicismo, siendo
bautizada por el mismo Balthasar
el I o de noviembre de 1940.
Balthasar mismo explica el
momento de esta conversión:
«Hacia el otoño de
1940...,
cuando Adrienne había apenas
regresado del hospital después de
un duro ataque
cardiaco,
hablamos en la terraza... sobre los
poetas católicos Claudel y Péguy,
que precisamente estaba yo traduciendo. Tomando fuerzas, me
explicó que deseaba también ella
ser católica.
Inmediatamente
hablamos acerca de la oración;
apenas le mostré que con la frase
«hágase tu voluntad» no proponemos a Dios nuestra
propia
obra, sino nuestra disponibilidad
a ser asumidos por su obra y
siempre comprometidos en ella,
fue como si hubiera yo tocado
inadvertidamente un interruptor
que de golpe enciende en la sala
todas las luces. Adrienne fue
librada de todos los obstáculos,
su oración comenzó a arrastrarla,
como un río que había sido
obstaculizado
durante
mucho
3
tiempo»' . La Providencia le
encomienda la fundación, junto
con Adrienne, de un Instituto
Secular, la «Comunidad San
Juan». Para cumplir esta misión,
pidió permiso de permanecer al
interno de la Compañía, lo cual le
fue negado. En obediencia a Dios,
después de un mes de retiro
espiritual, con gran dolor en el
corazón, debió dejar la Compañía,
su «patria espiritual». Ese doloroso
paso lo puso en una situación de
marginalidad en la Iglesia, pues
era visto con sospecha de parte de
los Obispos suizos, y pasó varios
años sin poder ejercer plenamente
el ministerio sacerdotal, hasta que
el Obispo de Coira lo aceptó en su
diócesis. Él había obedecido
«como siervo, no como empleado
por unas horas, sino como siervo
para toda la vida, no como uno
que después de servir un momento,
pretende como un señor una
compensación»14.
Al no estar
autorizado por ningún Obispo, no
podía ejercer plenamente el
ministerio sacerdotal. Fue una
época muy dura, vivida en la
obediencia a lo que Dios le pedía.
Es una época de profunda
soledad, como la de Cristo en la
Cruz, soledad ésta fecunda, que
funda la comunión de los santos,
la Iglesia, pues, cargando con
nuestros pecados, destruyó toda
barrera de división entre Dios y
el hombre y entre los hombres
entre sí, nos hizo su Cuerpo, su
Esposa. Balthasar, análogamente,
en su soledad, funda una especie
de «comunión» a través de la
misteriosa gracia que actúa en él,
en su obra de editor, de escritor y
de fundador. Él mismo escribía en
su obra «Catholisch», algo que él
mismo vivió: «Hay
ciertos
momentos en que un cristiano
solitario se vuelve fuente de una
nueva comunión, en un sufrimiento no percibido o incomprendido, cuyo uso él ofrece al
Señor. Hubo también, en la
historia de la Iglesia, tiempos 'en
los que la Iglesia no subsistía más
que en algunos individuos aislados
o en una familia' (San Agustín). Su
catolicidad se había, por así decir,
recogido totalmente en su raíz: es
la soledad de un Atanasio, o de
un Máximo el Confesor, o aún, la
soledad de algunos monjes que
continúan encarnando solos la
tradición de su fundador. Soledad
sin esperanza
terrestre
-el
crucificado no la poseía tampocoy que sin embargo «contra toda
esperanza», hace, de las piedras
mismas, hijos de Abraham»15. En
efecto, hoy por hoy, no hay mejor
comprensión y exposición del
cristianismo que la que nos ofrece
el P. Balthasar con su vida y su
obra de editor, fundador y
escritor. En su obra no hay ningún
complejo de inferioridad, hay
fiereza por la verdad, no
encontramos ninguna intimidación ante las incomprensiones
del mundo o las opiniones
corrientes, ninguna capitulación
para dulcificar la exigencia
cristiana evangélica. «La Iglesia,
ha escrito,
siguiendo
a S.
Jerónimo y a Newman, es 'como
la vara de Aarón que devora las
serpientes
de los
magos'»16.
Ningún teólogo ha pensado la
filosofía con tanta coherencia a la
luz de la Revelación. Nadie ha
dialogado con tanta profundidad
y sabiduría con el mundo
moderno: ateos, agnósticos,
idealistas, tecnócratas, pragmáticos, teólogos, filósofos,
protestantes, ortodoxos, budistas,
hinduístas, existencialistas, etc. Y
ahí donde haya algo que aprender
lo asume, como decíamos, para su
sinfonía católica.
LA MISIÓN DEL CRISTIANO
De la vastísima cantidad
de temas y variaciones sobre los
mismos que se encuentran en la
obra del P. Balthasar, quisiera
llamar la atención sobre algo que
él consideraba urgente: que los
cristianos tomásemos conciencia
de nuestra misión en el mundo,
como sal de la tierra. El cristiano
no puede encerrarse en sí mismo,
buscarse sólo a sí mismo y su
propia salvación. Dios lo ha
escogido para enviarlo al mundo,
en Jesucristo, el enviado del Padre. «Id, pues, y haced mis
discípulos a todos los pueblos»
(Mt 28,19).
WVIR ES VTVIR-PARA-OTRO
«Ninguno vive para sí
mismo, y ninguno muere para sí
mismo» (Rm 14,7) porque «Cristo
ha muerto y regresado a la vida
para ser el Señor de los muertos y
de los vivos», por lo tanto, «si
vivimos, vivimos para el Señor, si
morimos, morimos para el Señor»
(Rm 9,8). Para el P. Balthasar es
indispensable este no vivir-para-sí,
sino para Aquél que ha dado la
vida por nosotros, porque «uno ha
muerto por todos, por consiguiente todos hemos muerto. Pero
Él ha muerto por todos a fin de
que los vivos ya no vivan para sí
mismos, sino para Aquél que ha
muerto por ellos y ha sido
resucitado» (2 Cor 5, 14s): uno
por todos, uno ha muerto la
muerte de todos, el «por» significa
«en lugar de», a fin de que todos
ya no vivan para sí mismos, sino
que, liberados de su muerte, vivan
para Aquél Uno que una vez
muerto ya no muere más. El
Señor, pues, se ha expropiado de
sí mismo, «no considerando un
tesoro celoso su ser igual a Dios»
(Fil 2,6) se nos ha entregado
donando todo cuanto le es lo más
propio, su vida, y esto lo hace en
toda seriedad y hasta el final (Jn
3,1). Si Él obtiene la vida de
nuevo, la vive como "muerto-para", como donado-para en
la Iglesia y en la Eucaristía.
Todo esto es consecuente
con el centro de la doctrina
cristiana, el misterio de la
Trinidad: porque en Dios no hay,
en línea de principio, ningún «para
sí mismo», sino que la vida eterna,
absoluta, se realiza en la donación
al Otro. Objetaremos: para
poderse dar es necesario ser una
vez para sí. Pero no es verdad. El
ser del sí está únicamente al
interno del dar-se; de otra suerte
no sería un Dios, sino tres dioses,
mitología. En nuestro ámbito
humano no hay para tan gran
misterio ninguna analogía, sino
solamente el hecho que ninguno
se debe a sí mismo su existencia
física y espiritual; cada uno existe
únicamente «a partir de» otros,
debe su vida a otros y, al menos
en su necesaria referencia hacia
atrás, reconoce que su «por sí» (a
se) en su relación previa no puede
ser sino un «por otros» (ab alus).
vinculado a la esencia de Dios de
un modo mucho más íntimo, con
el fin de llegar, mediante un radical abandono de sí, al superior
señorío de Dios sobre toda cosa:
'todo os pertenece... el mundo, la
vida, la muerte, el presente, el futuro: todo es vuestro,
pero
vosotros sois de Cristo y Cristo es
de Dios' (I Cor 3, 22). Y aunque
nada esté más arriba de Dios, sin
embargo tampoco Dios pertenece
a sí mismo, sino Dios Padre
pertenece al Hijo, el Hijo al Padre y el Espíritu de ambos
pertenece a ambos.
El Cristiano está en el mundo, pero no debe ser «del mundo»
(Joseph von Führich. Los Discípulos de Emaús).
El vivir-para-nosotros y el
El ser de Cristo es, pues,
un «ser-para». Éste su ser-para no morir-para nosotros de Cristo es
de la
tiene otra meta fuera de aquélla la obra sacerdotal
del
echarse-encique mira a liberar a los hombres redención,
la culpa del
sus hermanos de la prisión del ma-por-nosotros
'para sí' y a llevarlos a la forma mundo, una obra que como tal es
de la libertad divina Es demasiado posible solamente en virtud de su
poco pensar que el hombre como filial ser-para-el-Padre. Del resto,
creatura proviene de Dios y por su vida por nosotros debe llevar a
tanto va a Dios, donde él pasa de su muerte por nosotros»17. Y con
la primera posición a la segunda ello nos libera, nos introduce en
a través del 'por sí'. Él debe ser mejor posibilidad: la libertad de
los hijos de Dios.
Debe ser claro hasta este
punto que el cristiano no vive para
sí, a ejemplo de Cristo. Se puede
estructurar este «desarraigo de sí
mismos» en favor de los otros
intentando explicar lo que sucede
en el misterioso mundo de la
gracia cuando toca un corazón
humano. Brevemente se puede
describir una fenomenología de la
libertad, que nos hará ver más
claramente la clave cristológica de
todo este proceso de vivir-para, y
de ahí trataremos de describir las
leyes de la existencia cristiana: la
expropiación por la fe y la oración
para la misión en y con Cristo;
liberar al mundo del pecado;
humanizar al mundo como tarea
de la evangelización; participar de
su fecundidad, todo para mayor
Gloria de Dios.
FENOMENOLOGÍA DEL
ENCUENTRO
Es muy iluminadora la
experiencia del niño al que se dice
"tú", en una llamada y un diálogo
de amor y que despierta al sujeto
adormecido hacia la conciencia al
mismo tiempo de sí mismo y del
mundo. En este acontecimiento
hay tres cosas:
- La conciencia que el ser
propio es indivisible de un
sentimiento de agradecimiento por el que uno se
siente como deberse a sí
mismo a otro: un reconocimiento ontológico que
puede, ciertamente, dirigirse
en primer lugar a la madre,
pero después se da cuenta
que también ella se debe a
otro, y así, hasta llegar a ONTOLOGÍA DE LA
concluir que todos nos LIBERTAD FINITA
debemos a una libertad
infinita, «la cual, entonces, es
«Estos tres aspectos o
una libertad que radical- momentos forman el núcleo de una
mente se dirige a mí y no es, ontología de la libertadfinita,la
pues, una que permanece eñ cual corresponde, sea a la
sí misma en una trascen- intuición fundamental
del
dencia inaccesible»18.
Aquinate (en su «distinción real»
de ser y esencia), sea a la intuición
En segundo lugar la del moderno personalismo, a la
conciencia que en el cual, sin embargo, es necesario
autodominio de la libertad se unir como fondo el desiderium
aferra lo más profundo y naturale visionis Dei de Agustín,
vasto del ser, pero que mi ya que todo recíproco despertar
sujeto no agota este ser intercreatural y todo deberse unos
(regalado), que, más aún, yo a otros intercreatural no se cierra
debo dejar libre este ser para en sí mismo, sino que remonta a
tantos otros sujetos, lo que un Ser Absoluto en el cual estos
me viene confirmado a partir actos y relaciones últimamente se
de mi primera y primordial fundan, que, es más, es idéntico a
experiencia del yo-tú. ellos. El espacio que uno siente
«Poseo mi incomunicable deber dejar para otros sujetos
subjetividad
solamente indefinidos, deber implícito en el
mientras hago espacio, en mi autodominio del propio sujeto,
ser, para otro sujeto; y como sería una «mala infinidad» si no
yo hago, junto con todo eso, existiese un Ser absoluto interperuna experiencia de la sonal. .. cuyo misterio puede ser
estructura del ser como tal, iluminado únicamente por la
hay en todo esto una imagen cristiana de Dios"... "La
«imagen» de la estructura raíz de esta consideración es,
trinitaria del ser absoluto»19. pues... fundamentalmente agustiniana (con inclusión de la
ontología tomista), sin embargo
- Finalmente, la conciencia
con la diferencia que la imago
de que en esta libre amorosa
Trinitatis es vista no primariallamada que me es dirigida
mente en el alma del individuo,
de parte de un tú, viene al
sino en la interpersonalidad. Aquí
mismo tiempo donada y
se descubre que las creaturas han
pedida una respuesta y que
sido realmente creadas en el Hijo.
en el don hay al mismo
Como el Hijo, ellas son primatiempo el don de una tarea y
riamente receptoras. La persona
que mi despertar como sujeto
que por la primera vez se dirige
libre me reviste con una
al niño representa sí al Padre,
«misión» con la que soy
pero siendo ella misma un ser que
solicitado a restituir mi
se ha recibido, puede ser solo un
libertad, pero no para
remontarse
al Padre. El
perderla, sino para verdaintercambio de palabra dirigida y
deramente después poseerla.
de respuesta, el juego de conjunto
del amor y del recíproco
conocimiento, que completa y
conforma a las dos personas, es
símbolo del Espíritu Santo»20.
LA IMAGEN ARQUETÍPICA:
EL HIJO ETERNO DEL
PADRE
Esto se desvela centralmente en la persona de Jesucristo
que recibe eternamente su Ser Divino del Padre y lo restituye
amorosamente en la unidad
perfectísima del Espíritu Santo,
testigo y glorificador del amor
mutuo entre el Padre y el Hijo.
Hemos, pues, mostrado que en
Dios no hay ningún «para sí»; el
Padre lo es sólo porque derrama
toda su Divinidad sobre el Hijo y
el Hijo lo es sólo porque se deja
engendrar, su ser es ser-recibido,
ser engendrado eternamente y
devolver agradecido, en la
alteridad filial su glorificación al
Padre gracias al «nosotros» común
divino de ambos, que es el
Espíritu. Si en Dios hay espacio
para el otro, si Jesús vino a la
tierra para abrir muchas moradas
en el cielo para que cupiéramos
en Él todos los hombres, entonces
hacia este centro convergen de
todas las direcciones los rayos de
la disposición de Dios de acoger a
«todos los hombres» (lTm 2,4s;
4,10, etc.) en el íntimo espacio de
su vida eterna trinitaria.
«natural» como un deber de fe y
de amor hacia la libertad del otro,
se perfecciona sobre el plano
«sobrenatural», donde a la
libertad humana (y en tal modo
inteligente) viene pedida una
última fe a una libertad y amor
absolutos»21.
EXPROPIACIÓN Y
PERSONALIZACIÓN
acontecimientos en modo que éste
suceda por coerción. El cristiano
debería insertarse en este proceso
en modo de salvar, en cuanto es
todavía posible, la libertad en su
desarrollo. Entonces podría
parecer visible también para todos
que existe solamente un único
verdadero compromiso: por los
hermanos, por el mundo. Es el
compromiso de Dios que da a su
Hijo para el mundo; el
compromiso de Cristo que puede
dar y retomar su vida, el
compromiso de los cristianos en
el sí al Señor; el compromiso del
hombre para el cual el hermano
tiene más valor que uno mismo»23.
Por lo tanto, cada uno ha
sido escogido y con ello ha sido
por así decir «personalizado», es
decir, juega un papel en el plano
de la salvación (analógicamente
como un personaje en una obra
La situación del cristiano
de teatro) y a la vez «expropiado»
es,
pues,
paradójica, explica
de su propio «yo» en favor de los
otros, ya que se trata de Balthasar, porque está enviado al
comprometerse precisamente en la mundo, está en el mundo, pero no
medida en que Dios se ha debe ser «del mundo». El cristiano
comprometido con el mundo. vive, para decirlo con San Pablo,
«Con el propio compromiso, el «en el reino del Hijo amado» (Col
cristiano vive en el compromiso de 1), en Cristo; el cristiano ha sido
Dios para la liberación del como transplantado, como cuando
mundo» y para ello «el cristiano se desarraiga una planta y se la
debe aprender sobre todo a ver a pasa a otro terreno para que ahí
los hombres y a las cosas con los eche raíces y dé fruto. El cristiano
vive sí en el mundo, pero a la vez
ojos de Dios»22.
en esa otra tierra, «en el reino de
Esta expropiación está los santos en la luz», en Cristo.
muy olvidada entre los cristianos «Refirámonos al cristiano. En él
que, ciegos ante el amor de Dios la tensión general entre naturaleza
y su compromiso, ante su «trabajo y espíritu es evidentemente
agotador» por nosotros mani- intensificada. Él es más radicalfestado en la Cruz del Señor, mente «desarraigado» de la
vivimos para nosotros mismos, «naturaleza»... en compensación,
sin darnos cuenta que le somos él es también mandado más
«Esos rayos hacen además posi- deudores de la nueva vida, que es radicalmente al mundo en geneble la entrega de sí en la fe a un la vida eterna de la que podemos ral. .. «Id a todo el mundo»... "A "
no
último significado que se dona a ya gozar. «El cristiano habría significa: realmente adentro,
24
solo
cercano
al
mundo»
.
Y
nosotros, significado que no debido siempre dar el ejemplo de
continúa
Balthasar,
preguntándose
podemos aferrar por nosotros y autoexpropiación; en efecto, con
del cual podemos solamente este acto inicia el Evangelio. cómo solucionar esta aporía:
dejarnos aferrar. Lo que tiene Ahora bien, otros han tomado en «¿Acaso no debería ser posible
inicio sobre el plano personal gestión este acto y dirigen los encontrar... un punto... en el cual
conocer a Cristo, su oración se
vuelve cada vez más desinteresada. Él reza por el perdón de
los pecados; ahí su propia culpa
está presente, es pesada y sin embargo como desaparecida: en
efecto, ahora la cosa más terrible
es que existe el pecado, sea quien
sea quien lo haya cometido. Reza
por la llegada del reino, por la
santificación del Nombre, por la
voluntad que debe ser hecha en
la tierra, por el pan que Dios debe
dar a todos y en primer lugar a
los hambrientos, por el alejamiento de la tentación y del mal,
sobre todo en aquéllos que se
hallan vencidos,
casi sin
esperanza, por las tinieblas.
personas con zapatos sucios y
vestidos sucios, mal olientes.
Balthasar escribía en La oración
contemplativa: «todo aquello de la
realidad divina de la que nosotros
Aquí los cristianos tienen podemos dar testimonio a los otros
todavía que aprender: la mayoría hombres, nuestros hermanos, nos
son burguesamente melindrosos, proviene de la contemplación: la
cuando se trata de su devoción de Jesucristo y de la Iglesia, de
privada... Su existencia, su nuestra misma contemplación. Sin
corazón, su oración, son un pan una personal participación no
en el que todos
deben podemos anunciar en modo
29
participar...
Si ellos son duradero y eficaz la contemmiembros de Cristo, la cabeza plación de Jesucristo y de la
puede disponer de ellos. Ellos Iglesia. Como quien no ha amado
están en servicio y la medida nunca, no puede tratar con
depende de la cabeza que se sirve pertinencia acerca del amor, o
de ellos, ellos deben saberse y hablar del más pequeño problema
sentirse totalmente compro- del mundo espiritual sin haber
metidos, ocupados, consumados. nunca conocido aquel mundo,
Y deben regular en tal sentido los igualmente un cristiano no puede
movimientos de su corazón, su ejercitar una acción apostólica si
Cuanto mejor el cristiano oración. Deben aprender a recitar no anuncia, como la «piedra» de
aprende a orar, tanto más su el Padre Nuestro honestamente y Pedro, lo que ha visto y oído: «no
corazón se vuelve desinteresado. conforme al sentido, es decir, en estamos fundados sobre la fe
Él debe hacer un singular el sentido de Cristo, y no prestada a fábulas humanas para
descubrimiento, que inicialmente restringirlo en cada frase en modo haceros conocer la potencia y el
lo sorprende y casi le es contrario al sentido, poniéndose advenimiento de Nuestro Señor
insoportable: lo que él considera a sí mismos en el centro. En el Pa- Jesucristo: sino, porque hemos
como su privada recámara dre Nuestro no aparece para nada sido los testigos privilegiados de
silenciosa, donde pensaba comu- el yo, sino solamente el nosotros. su Majestad. Él recibió, en
nicarse con Dios en la más com- En este nosotros, el yo está en efecto, de Dios Padre honor y
pleta soledad, tiene paredes sólo buenas manos, pero precisamente
gloria... Esta voz (del Padre), que
30
hacia el mundo, pero no hacia el por eso es anulado» .
venía del cielo, nosotros la hemos
cielo Cada uno en la Iglesia
escuchado, cuando estábamos
gloriosa puede ver ahí adentro. En
El P. Balthasar constata con Él sobre la montaña santa (2
el Apocalipsis todo sucede en cielo que se ha roto el equilibrio entre Pe 1, 16-18). Balthasar, comeny en la tierra como en una gran acción y contemplación y él tando este trozo en el libro citado
sala pública. Las oraciones de los quisiera restablecerlo. «Toda su continúa: «pero, hoy ¿quién habla
santos, visibles a cada uno, son obra tiene una dimensión del Tabor en los programas de
tomadas por los ángeles y suben contemplativa y este hecho, sobre acción católica? ¿Quién habla
como incienso ante el trono de todo, le confiere la profundidad y todavía de ver, de oír, de tocar
Dios. No hay nada de privado. el sabor... Balthasar ha podido
aquello que no puede ser
Cuanto más un amor es íntimo, relevar que la región de donde
predicado y hecho conocer con
personal, tanto más es público en han salido las más grandes obras
ninguna acción, por más llena de
el reino de Dios... No sólo el ha sido siempre la «región de la
celo que pudiese ser, sin haber
pavimento celestial es de cristal oración y de la contemsido
primero reconocido y
transparente, sino también todas plación»»31.
probado? ¿Quién habla de la
las paredes. En la casita de
inefable paz de la eternidad qué
Nazareth, cada uno tiene acceso
está fuera de todas las luchas de
Acerca
de
este
equilibrio
al corazón de la Virgen, también
roto entre acción y contemplación aquí abajo, pero también, al
•
mismo tiempo, de la inefable
debilidad e impotencia del amor
crucificado, cuyo «anonadamiento» hasta llegar a ser
«pecado»32 y «maldición»33 ha
hecho nacer todo tipo de fuerza y
de salvación para la Iglesia y la
humanidad?
Pero Balthasar es lapidario:
debe hacerse la contemplación
cristiana y ninguna otra: «todos
los abismos insondables en los
cuales la contemplación del
hombre podría
sumergirse,
cuando no son explícitamente o
implícitamente los abismos de la
vida trinitaria, divino-humana y
eclesial, o no son para nada
verdaderas profundidades o son
abismos demoniacos»35. Los
juicios más severos son contra los
falsos místicos, los que buscan
sublimidades fuera de la
Humanidad de Cristo y de la
Iglesia. «Ypara el más humilde y
el más modesto de los cristianos,
es siempre en la simplicidad del sí
de aceptación y de apertura, a la
imitación del sí dado por María a
la palabra, donde se desarrolla el
elemento contemplativo que el
Espíritu Santo ha puesto en lo
profundo de cada acto de fe»7,6.
alguien valoriza el valor de este
pedazo de tiempo y de historia que
le ha tocado vivir es él (el
cristiano), pues de su empeño en
él se derivan las condiciones
mejores para la vida eterna»37.
Y nadie piense que la
fecundidad del cristiano en su
tarea de mejorar el mundo está en
el mero factum, en el hacer, el
cristiano es siempre fecundo, aun
cuando esté, y su fecundidad es
quizá mayor, con-crucificado con
el Señor Jesús en el dolor y en el
sufrimiento. «La doctrina cristiana profundiza casi al infinito la
posibilidad de dar la propia vida
en una tarea, porque no solo el
esfuerzo externo, sino también los
sentimientos, la voluntad de
entrega, sobre todo el sufrimiento,
cuando no se puede hacer nada
más de activo, son insertados en
la obra, en la fecundidad»38.
en todo caso, también tener la
certeza de que si, hablando así,
habla en el Espíritu Santo de la
Iglesia como Esposa de Cristo y
comunidad de los santos o no más
bien por un subjetivo, no
caritativo y por lo mismo
absolutamente no eclesial puro
espíritu de crítica»39.
Nadie, pues, como el
cristiano puede colaborar en la
humanización de este mundo, tan
importante en nuestro tiempo de
materialismo y de tecnocracia. Y
en realidad para él la humanización verdadera está incluida en
la evangelización. «Quién es el
hombre que debe ser humanizado,
lo sabe solamente en el fondo el
cristiano que conoce el amor de
Dios por nosotros, su muerte y su
resurrección como «primogénito
de los que están muertos» (I Cor
15,20). Este hombre, amado por
Dios, no vive para la riqueza, el
Toda esta labor, el P. poder, la satisfacción y la
Balthasar la concibe como propia gloria... Esta «humanización» es,
de todo cristiano, sea laico o pues, inseparable, para el cristiano
consagrado o sacerdote. Para él de la evangelización: «Por cuanto
era importantísimo que los laicos le es posible, el cristianotienela
tomasen conciencia madura de su tarea de compenetrar las
pertenencia a Cristo y a la Iglesia. estructuras finitas con el espíritu
«Han pasado ya los tiempos en los infinito de amor y de redención,
cuales los laicos podían descargar aun cuando éstas opondrán siema esta
sus responsabilidades sobre el pre total resistencia
40
compenetración»
.
clero. El clero es cada vez más
HUMANIZACIÓN DEL
claramente la organización
MUNDO, PARTE INTEGRAL
auxiliar que debe educar y
El cristiano está, pues,
DE LA EVANGELIZACIÓN
conservar al pueblo de Dios... en mandado al mundo a humanizarlo
El interés del cristiano por justo espíritu cristiano. A talfinha y a evangelizarlo, mandado como
el mundo es evidente si se mira a recibido sus gracias particulares ovejas en medio de lobos, al
la historia. De hecho la cultura de ministerio, de magisterio y de descubierto, sin armas. «El crisoccidental la han hecho los gobierno. A ningún laico hoy es tiano es mandado al descubierto,
cristianos, con su dedicación al ya posible, acusando, iniciar una donde «debe permanecer firme
mundo pero en Cristo. El cristiano frase con «la Iglesia debería..», sin con el único «escudo de la fe», el
no desprecia esta vida, la dignifica preguntarse al mismo tiempo si él «casco de la salvación» y «la
y la ennoblece entregándosela al hace todo lo que debería hacer. espada del Espíritu, que es la
Padre a través de Cristo. «Si Pero, para expresarse así, debe, Palabra de Dios, con todo tipo de
oración y de súplica» como armas verdadera esperanza es escato- dada a una vida entendida
de defensa y de ofensiva. Se añade lógica y comunitaria. Hace parte puramente como respuesta al
después un «cinturón de la verdad de los «gemidos de la creación» amor de Dios, que se hace don,
de Dios en torno a los flancos» y que quiere, toda ella, tener parte en la confianza de que este amor,
las sandalias en los pies «para a la redención. En esta esperanza del cual tiene origen toda
estar dispuestos a anunciar el es superada la oposición entre fecundidad, sea bastante potente
evangelio de la paz»: ésta es toda vida presente y vida futura. Según como para recoger de este don
la armadura (panoplia) del la opinión de algunos Padres de nupcial, que no tiene otro fin que
cristiano, mediante la cual él es la Iglesia, también los santos en si mismo, y de atraer sobre la
«fortificado en el Señor y con su el cielo esperan en la plena y humanidad y sobre el mundo todo
fuerza potente» y es armado en definitiva redención del mundo. Y fruto que a Él sea agradable»44.
modo plenamente suficiente con- en efecto, se ve en las oraciones El verdadero amor cristiano vive
tra «los principados, contra las del Apocalipsis. Son prometidos de la oración. Cuando se ama se
potestades, contra los señores de un nuevo cielo y una nueva sierra. frecuenta a la persona amada. El
este mundo tenebroso» (Ef 6, Habrá un nuevo cielo cuando la cristiano igualmente debe
10-18). O bien, como dice el Señor tierra haya llegado al cielo. Y eso frecuentar a Dios, y eso sobre todo
a Pablo abofeteado por el enviado será entonces también la nueva en la oración. La adoración es la
de Satanás, «te basta mi gracia, tierra, en la que la voluntad de única respuesta adecuada a la
porque mi potencia se muestra Dios se cumple en la tierra como condescendencia de Dios con el
plenamente en la debilidad» (2 en el cielo. Así, la esperanza de hombre. «La oración de la Iglesia
Cor 12,9)4i. Sólo cuando está al los cristianos no corre lejos de la o individual, tiene, pues, posición
descubierto está verdaderamente historia, sino a través de la preeminente respecto a toda
protegido, goza de la protección historia, corre hacia el final»42.
acción: no primariamente como
divina prometida.
fuente psicológica de fuerzas («ir
La acción del cristiano está a llenar el tanque» dicen los
alimentada de la esperanza, contemporáneos), sino como un
acto de adorante glorificación que
aquella pequeña esperanza que
EL MOTOR DE LA VIDA
al amor es debido y en el cual se
permanece siempre pequeña y da
CRISTIANA ES LA VIDA DE
muestra originariamente
el
pequeños pasos sin desanimarse
FE-ESPERANZA-AMOR
tentativo de una respuesta
nunca, esperando siempre que el
COMO GLORIFICACIÓN
desinteresada y por tanto, el haber
mañana será mejor. «El pequeño comprendido la Revelación
GRATUITA DEL AMOR
paso de la esperanza está divina»45. Está preeminencia de la
GRATUITO DE DIOS
iluminado para aquél que en la oración y glorificación es
El cristiano trabaja por el obediencia de fe está expropiado. testimoniada unánimemente en la
mundo porque vive de la Él osa el paso sin preguntar si está Biblia y en la tradición. Cuando
esperanza que brota de la en exilio o en patria. Si se siente se le da preeminencia a la
contemplación de aquello que Dios en exilio, sabe que su paso se glorificación toda la vida se
ha hecho por el mundo, acerca a la patria y que la patria convierte en «alabanza de la
especialmente de su muerte en la no es otra cosa sino el exilio que gloria de su gracia» (Ef 1,6) y la
Cruz y de su Resurrección, con ha encontrado la patria»43.
tarea terrena se identifica, se
lo cual nos ha dado su mismo
compenetra totalmente con la
Espíritu. Y si el sacrificio redentor
La esperanza alimenta al misión cristiana. «Entonces es retiene dimensiones universales, al amor que es lo que definitivamente alizable en el cuadro de la acción
cristiano «no le viene en mente da forma al actuar del cristiano en aquella «oración continua» que
esperar para sí. por ejemplo, el mundo. El amor de Dios ha sido Pablo prescribe (I Tes 5,17), ...
llegar lo más rápido posible total y radical, absoluto, de tal en analogía a cómo un joven que,
después de la muerte a la visión manera que pide también una incluso en las más heterogéneas
de Dios, mientras los otros pueden respuesta total amorosa de parte ocupaciones,
lleva viva y
permanecer
tranquilos.
La del hombre, «la preeminencia
hay nada de negativo fuera del actitud de este gran mártir, como importancia La división de los
pecado, que sin embargo, es lo hizo el otro Ignacio (que tomó dones de vida, cuando el hombre
llevado en el corazón del Señor. tal nombre en honor del mártir), es dócil, es hecha por Dios. Pero
Todo sufrimiento, incluso la más el de Loyola, que escribe en las en cualquier condición cristiana
obscura noche de cruz, esta máximas: «Mi amor está viva, el fiel vive siempre referido
siempre envuelto en una alegría, crucificado». Ignacio de Loyola a la muerte y a la resurrección,
quizá no sentida, pero afirmada, no está prisionero, como el de porque toda la existencia del
conocida en la fe... Los cristianos Antioquía, porque Dios lo quiere cristiano es el tentativo de una
llevan al mundo el testimonio del vivo y activo, y así él derrama, respuesta de agradecimiento 'en
amor siempre más grande de Dios día a día, por amor a Cristo su la fe al Hijo de Dios, que me amó
y, si quieren, irradian tal amor en propia vida. El sentido literal con y se entregó por mi" (Gal 2,2o)»48.
el mundo. Su mandato es el que el primero ha entendido la
testimoniar, si es necesario con la llamada a la muerte, se ha
En la presente hora, en la
muerte, que el amor es superior a convertido para el segundo en la que nos acercamos al tercer
la muerte, es vida eterna. Ellos no exigencia de llenar cada momento milenio, Dios nos ha mandado a
buscan la muerte, aun cuando de la existencia con el completo éste su siervo, como un nuevo
conozcan el martirio. El cristiano compromiso de la vida. Lo que Moisés, que ha contemplado su
sabe que no se debe a sí mismo, y sobre todo importa no es la muerte Gloria y después, bajando del
por tanto, debe vivir de amor, física, sino el don cotidiano de la monte, nos acompaña en el
vivir y morir de amor, según la propia vida por el Señor y los desierto de la vida hasta la tierra
voluntad de Dios, ya sea como hermanos. Y en el hacerlo, prometida. Es un teólogo
Ignacio de Antioquía que va con aceptar desaparecer en la vida totalmente singular y que todavía
alegría hacia la muerte, y todo lo ordinaria.. En el 'mme et suscipe' no ha sido descubierto por las
que conocemos de él habla de una el segundo verbo implora al fuego facultades de teología y de
involuntaria y sin embargo
divino para que lo agreda, lo filosofía. Sin embargo, con el
amadísima carrera a la muerte...
rapte, lo disperse continuamente. tiempo su palabra se revela cada
«Dejad que yo sea pasto de las
Todo lo que yo soy y tengo: vez más poderosa y capaz de crear
fieras, por medio de las cuales me
libertad, memoria, intelecto, comunión y santidad dentro de la
es concedido alcanzar a Dios...
Iglesia. El Concilio Vaticano II,
Yo busco a Aquél que ha muerto voluntad, cuerpo y bienes,
el acontecimiento eclesial más
por nosotros; yo quiero a Aquél pertenece a ti, de ti viene y a ti lo
grande del siglo, ha emanado una
que por nosotros ha resucitado. restituyo, adminístralo más allá de
serie de textos que son un tesoro
mí
mismo
en
ti
y
en
compensación
El momento en que seré dado a la
luz está cercano.. Dejad que yo haz vivir en mí solo tu amor y tu «que no puede ser desarrollado en
alcance la pura luz. Habiendo gracia, esto me basta. Martirio un momento; dado que los
llegado allá, seré verdaderamente significa testimonio. Sea que Concilios son obra del Espíritu,
hombre. Dejad que yo imite la suceda una sola vez y en modo estos textos llevan en sí un
pasión de mi Dios... Ahora, en la definitivo con la pérdida de la vida contenido más espeso de lo que
plena posesión de mi vida, os corporal, sea que suceda una sola sus autores humanos hayan tenido
escribo que deseo ardientemente vez y en modo definitivo con la o- en la conciencia cuando los
morir. Mis deseos terrenos están frenda de toda la existencia en el escribieron. Y, cuando, con el
crucificados... ' (Carta a los voto de vivir según los consejos de pasar del tiempo, se querrá
Jesús, sea, en fin, que suceda una explotar este tesoro, nos daremos
Romanos 5-8 passim).
sola vez y en modo definitivo en la cuenta que quizá ninguna obra omuerte junto a Jesús en el frece tantos recursos para un tal
Pero si Dios no llama a bautismo pero en modo que esta trabajo, como la de Hans Urs von
todo cristiano a derramar su muerte y esta resurrección para la Balthasar». Así se expresaba el P.
sangre, como Ignacio de otra vida indefectible sean De Lubac. Y continuaba: «no hay
Antioquía, sin embargo, todos verdaderamente vividas (Rom ningún tema tratado por el
estamos llamados a asumir la 6,12s): todo esto no tiene mucha Concilio Vaticano II del cual esta
obra no trate en profundidad - y mundo, la historia, los hombres, estudios teológicos en América.
en la misma línea indicada por el el más allá y hasta los infiernos, a De la predicación dignísima de los
partir de esta sublime revelación, misterios de la Fe depende la
Concilio»49.
poniendo humildemente su obra renovación general del Conti«Dios merece más amor para «darle a Dios el mayor amor nente. No hay camino más diáfano
del que el mundo le da; los que merece» y a los hombres «el en el momento, que el aporte
hombres igualmente
tienen mayor amor que necesitan». Un vastísimo del carisma balthanecesidad de mayor amor del que solo amor, el amor trinitario, que sariano. Es un universo que
el mundo les da»50. Esta frase ha abrazado al mundo en Cristo engloba las tendencias teológicas
lapidaria del P. Balthasar puede es de lo que tiene necesidad el más
diversas,
reuniendo
resumir todo su intento. El mundo: «Donde está el amor magistralmente en sinfonía
mundo es "melindroso" con Dios, absoluto, ahí está también la católica lo antiguo y lo nuevo,
se queja de sus planes, se repliega realidad trinitaria: Dios ama a penetrado de ecumensimo
en sí mismo y lo rechaza, no le da Dios, en efecto, Dios tiene a Dios verdadero, católico, lleno de
el amor que merece. Balthasar como su prójimo; si el Dios espacio para la contemplación y
trata de conducirnos por la vía de Hombre ama al prójimo, entonces para la acción apostólica. La
la perfecta simplicidad: sanar ama también Él a su prójimo y con tendencia continental de promover
nuestros ojos paa arrebatarnos la misma caridad (es siempre Dios) la vivencia de la fe y de la caridad
ante la belleza de Dios, dejarnos con la que ama en Dios al Padre en pequeñas comunidades no
expropiar y usar para sus planes y al Espíritu. En el amor humano podría tener mejor alimento. La
y meditar profundamente en el de Cristo está intacta la caridad misión del p. Balthasar coincide
corazón esta acción y vinculación trinitaria. Así para los creyentes, con la llamada conciliar a
de Dios con el mundo. El ejemplo el amor cristiano es una puerta recuperar, profundizar y vivir el
de todo esto es María, la toda segura, a través de la cual misterio de la comunión.
santa, porque en ella todo fue un permanecen en contacto con la
sí total, perfecto y permanente a caridad divina y trinitaria»51. El
Ya existen voces que
Dios; a ella se le descubren las amor custodia el ser, el amor desde
sus
cátedras
en
entrañas de Dios el día de la cristiano es la puerta segura para universidades o en seminarios,
Anunciación y,
arrobada, que el intercambio y la vida en templos parroquiales o en
exclama su alegre y generoso trinitaria vivan entre nosotros. De comunidades laicales, en toda
«fiat», queda expropiada y
este amor el P. Balthasar fue un América, comienzan a difundir
colaborará paso a paso, hasta el
pregonero incansable, hasta el este mensaje. Lo hacen en el
Calvario, con el Redentor,
último de sus días, con su vida y silencioso arcano de lo que
guardando además y meditándolo
pertenece al corazón mismo de la
con sus obras.
todo profundamente en su
Verdad. Desde el Cono Sur hasta
corazón. Acogiendo este amor de
El concierto de voces las nieves del Norte hay personas
Dios, la Iglesia, el cristiano, a
que han bebido de este espíritu y
ejemplo de María, que es % congregado en torno al Sucesor se esfuerzan por comunicarlo con
Iglesia naciente, se vuelve una de Pedro en el último Sínodo de frutos espléndidos de Nueva
irradiación de su gloria y siembra América clama por una Nueva Evangelización. Su discreción es
continuamente semillas de fe, Evangelización continental y parte del mismo espíritu. Esta
esperanza y amor, alegría y buen propone muchos remedios. Se generosa oportunidad de que
humor, con la profunda sonrisa en destacan llamados fuertes a la Ustedes disponen ahora es signo
el corazón de quien se sabe amado santidad y al martirio. Se claro de un inicio que seguramente
y enviado a amar. Balthasar, vislumbran iniciativas de todo tipo llevará a muchos a decisiones muy
mejor que ningún otro, ha para el «Continente de la importantes. Esperamos que muy
desarrollado con implacable Esperanza» y se esperan las sabias pronto se promuevan iniciativas
coherencia la definición de Dios indicaciones del Santo Padre al diversas para que nuestros países
como Amor y ve todo: Dios, el respecto. En este contexto es clara pueden acoger este don de Dios a
la urgencia de renovar los
la humanidad.
El futuro de la catolicidad
dependerá en buena parte de la
acogida que hagamos de su obra.
Nos
corresponde
hacerla
fructificar.
14
Tu hai parole di vita eterna, p. 80
15
Catholoque, p. 68
16
17
Tu hai parole di vita eterna, p. 68s
TD II-II 421
19
TD II-II P. 421
20
TD II-II p. 421ss
18
21
TD II-II p. 422
22
CITAS
L'impegno del cristiano nel mondo
p. 85
23
Chi é il cristiano, p. 127-128
Chi é il cristiano p. 121-122
25
Chi é il cristiano p. 122
26
Cf. Chié...p. 122
27
Chi é... p. 123
2
*Chié...p.
123-124
24
1
2
En Communio italiana, 105, p. 18s
Ibidem, p. 16
3
Horn. 88, 6 PL 38, 542
Henri de Lubac, Paradosso e
Mistero della Chiesa, p. 142
4
5
"Teología y Santidad",^recogido en
el volumen titulado Verbum Caro.
6
Henri de Lubac, Paradosso...p. 137
7
Henri de Lubac, Paradosso...p. 137
8
Henri de Lubac, Paradosso...p. 147
9
Henri de Lubac, Paradosso, p. 147
10
// filo di Arianna attraverso la mia
opera p. 49
11
Henri de Lubac, Paradosso e
mistero della Chiesa p. 140
12
Por qué me hice sacerdote. Ed.
Sigúeme
13
Citado en Adrienne Von Speyr,
Mística Oggettiva, p. 20s
29
«Como Jesús todo en todos es puro,
toda su carne es una comida y toda su
sangre es una bebida. En efecto, cada
una de sus palabras es verdadera. Por
eso, pues, su carne es una verdadera
comida y su sangre una verdadera
bebida. En segundo lugar son un
alimento puro Pedro y Pablo y todos
los apóstoles, en tercer lugar sus
discípulos. Y así cada uno, según la
entidad de su compromiso o de la
pureza de su mente, puede llegar a ser
un alimento puro para su próximo.
Cada hombre tiene en sí un
determinado alimento. Si éste es bueno
y él lo saca y de los buenos tesoros de
su corazón saca cosas buenas, ofrece
a su próximo un alimento puro»
Orígenes, Homilía 7 al Lev.
30
Chié... p. 134-136
Henri de Lubac, Paradosso... p.
143
32
cf. 2 Cor 5,21
31
33
cf. Gal 3,13
34
Henri de Lubac, Paradosso p. 144
citado en Henri de Lubac,
Paradosso... p. 145
36
Henri de Lubac, Paradosso... p.
145
37
Chié... p. 126
u
Chié...p. 126
39
Chié...p. 132s
m
Chié...p. 132s
41
C/!/é...p. 119
n
Chié...p. 136s
43
Chié...p. 137s
35
44
45
46
47
Solo l'amore é credibile p. 110s
Solo l'amore é credibile p. 111
Solo l'amore é credibile p. 112
Solo l'amore é credibile p. 115
48
Cordula owerosia il caso serio, p.
127-133
49
Paradosso... p. 135
50
L'Institut Saint Jean p. 104
51
Adrienne von Speyr, Kostet und
Seht,p.3U
SMS^i^wQBf'*
Romano Guardini
Cristianismo y "Visión del Mundo"
Por. Massimo Borghesi*
Universidad de Peruggia, Italia
1.- LA VIDA Y LA OBRA
Romano Guardini nació en Verona, Italia,
el 17 de febrero de 1895.rAl año siguiente, en
1886, su familia se trasladó a Alemania, a la ciudad
de Maguncia, donde su padre fue Cónsul general
de Italia. Guardini asumirá la ciudadanía alemana
hasta 1911.
... _,
Tras múltiples vacilaciones, realizó
primero sus estudios universitarios en la ciudad
de Tubinga (1903), en donde estudiará química,
y después en la ciudad de Munich y Berlín (1904),
donde se ocuparía de la economía política.
Después de una profunda crisis religiosa, se hizo
estudiante de teología en 1905 en las ciudades de
Tubinga y Friburgo de Brisgovia.El 28 de mayo
de 1910 fue ordenado sacerdote en la ciudad de
Maguncia.
Se doctoró en teología en la Universidad
de Friburgo de Brisgovia con la tesis Die lehre
des hi. Bonaventura von der Erlósung. Ein
Beitrag zur Geschichte und zum System der
Erlósungslehre, publicada en 1922. En 1914
aparece el ensayo Gegensatz und Gegensátze.
Entwurf eines systems der Typenlehre, que
contiene la primera formulación de su antropología
filosófica, cuya temática retomará en 1925 en el
libro Der Gegensatz. Versuche zu einer
Philosophie des Lebendig-Konkreten. Esta obra,
profundamente original, desarrolla la idea de una
tensión «polar», de una dialéctica de los opuestos
que mueve a la existencia humana. La exigencia
que se encuentra de fondo en esta obra es la de
volver a encontrar al hombre en su concreción,
por encima de las simplificaciones y abstracciones
* Traducción del original italiano por Ramón Díaz Olguín.
"**»;.
£1 renacimiento de un movimiento católico, desde los
tiempos de la Kulturkampf.
kantianas y neoidealistas que dominaron el
pensamiento alemán de 1800. Escribe Guardini:
Esto es lo que sucede y lo que importa hoy: la realidad se
nos vuelve a hacer visible, después de haber vivido por
mucho tiempo de fórmulas. El mundo de las cualidades,
de las formas y de los fenómenos; el mundo de las cosas.
Y lo que cuenta por encima de todo es que estamos abiertos
en todo a las cosas; que las vemos, las sentimos, las
aferramos.2
Esta exigencia no fue sólo de Guardini,
sino que también fue propia de su tiempo. Como
escribirá Erich Przywara en Ringen der
Gegenwart (1929), las tendencias fundamentales
del período postbélico fueron fundamentalmente
tres: el regreso de la objetividad contra el
subjetivismo y apriorismo kantiano, tal como lo
documentaba la escuela fenomenológica con
Edmund Husserl y Max Scheler; la reacción contra el individualismo en nombre de la
«comunidad»; la búsqueda de lo «concreto» contra el racionalismo abstracto de tipo iluminista.
Estos tres factores incidieron, además, para un
replanteamiento de la experiencia religiosa y de
la misma imagen eclesial.
En efecto, la primera postguerra marcó
en Alemania la crisis del protestantismo liberal,
de donde surgió la reacción de Karl Barth y,
paralelamente, el renacimiento de un movimiento
católico [emarginato, in precedenza], desde los
tiempos de la Kulturkampf .En el piano intelectual
Przywara, Max Scheler, Theodor Haecker, Peter Wust, Karl Adam, Reinhold Schneider, Carl
Muth y su revista «Hochland», Guardini,
constituyeron las figuras más representativas de
este renacimiento. Este tuvo una relación parcial
con el surgimiento del «Movimiento de la
Juventud» (Jungendbewegung), donde la rebelión
hacia los ideales pasados, las exigencias
de significados y valores y el anhelo
neo-romántico hacia la naturaleza se
confundían entre sí de manera muchas
veces indistinta. La destrucción de la
guerra no fue sólo material, sino
también, principalmente, moral. Se
necesitaba, en el caso de los jóvenes,
plantear una gran obra educativa. A
esta tarea se encaminó, con entusiasmo
y determinación, Guardini.
docente de teología sistemática gracias a la tesis
Die Lehre von lumen mentis, von der gradatio
entium und von der influentia sensus et motus
und ihre Bedeutungfiirden Aujbau des Systems
Bonaventura -, sino también reflexiones sobre los
problemas con el interlocutor ideal hacia el que
estaban dirigidos. «Destinado a la juventud
católica», fue la dedicatoria que aparece en la
edición de Von Sinn der Kirche, de 1922. En
este texto se delinea el descubrimiento de la
dimensión eclesial en sus términos objetivos y
concretos, más allá de una imagen puramente
jurídica o sentimental:
Un acontecimiento de gran alcance se levanta: el despertar
de la Iglesia en las almas. [...] Esta regresa a la vastedad
cósmica de los primeros siglos y del medievo. La imagen
de la Iglesia, del Corpus Christi mysticum, tal como se
desarrolla en las epístolas de san Pablo a los Efesios y a
los Colosenses, adquiere una fuerza por completo nueva.
[...] No solamente colectividad, sino vida eclesial; no sólo
romanticismo espiritual, sino eclesial realidad
ontológica.3
Considerado desde 1924 el
líder espiritual del movimiento juvenil
Quickborn, fue elegido su presidente
en 1927. El Castillo de Rothenfels del
Meno se convirtió en su punto de
encuentro. Desde 1924 fue coeditor
de la revista Schildgenossen, fundada
en 1920 por Joseph Aussen. Los
"Un acontecimiento de gran alcance se levanta: el despertar de
ensayos que por entonces publicó no
la Iglesia en las almas"
fueron sólo síntesis de las lecciones que
impartió en la Facultad de Teología de
Las esperanzas eran demasiado grandes,
Bonn - donde a partir de 1922 fue nombrado
pero en ese entonces no parecían inmotivadas.
"Los escritos acerca de la
figura de Cristo"
SSSSSSSS.
s. vil)
En 1923 Guardini fue llamado a cubrir la cátedra
de «Filosofía de la religión y visión del mundo
(Weltanschauung) católica» en la Universidad de
Berlín. Mas, como esta cátedra no encontraba
lugar ni en la Facultad de Filosofía ni en la de
Teología, que era protestante, la solución fue que
Guardini fuera nombrado miembro de la Facultad
de Teología católica de la Universidad de Breslau
y, al mismo tiempo, nombrado huésped
permanente de la Universidad de Berlín.
Al principio, las dificultades fueron no
pocas. No solo el ambiente laico y protestante
miraba con desconfianza la nueva disciplina - ¡una
«visión del mundo» católica! - sino que también
su estatuto metodológico debía ser clarificado. Fue
Max Scheler, conocido durante el período de
Bonn, el que pudo indicar a Guardini el camino
que debía recorrer. Al comienzo los estudiantes
no fueron muchos. Hans Urs von Balthasar, que
fue su discípulo en aquel período, recordará cómo
los oyentes eran pocos. Eramos como seis o siete en un
seminario y leímos a Kierkegaard. Fue muy hermoso."
Sin embargo, el número creció muy pronto. En
el campo académico, los
ensayos y los libros de estos
años fueron, en gran
medida, el resultado de sus
lecciones. Antes del Der
Gegensatz había salido, en
1923, su ensayo programático Von Wesen Katholischer Weltanschauung. En
1927 aparecieron las Briefe
vom Comersee. Gedanken
uber die Technik, donde se
hace el análisis de la
situación presente, el paso
del período humanista al
mundo «abstracto» de la
técnicaydelaplanificación.
En el nuevo tiempo,
«tiempo de la pobreza»,
La fe será grande y templada y esconderá, bajo su límpida
frialdad un íntimo calor que le hará igual a la del cristianismo primitivo y del medievo.5
Sin embargo, el optimismo de fondo y la
espera cierta de un inminente renacimiento
cristiano cobraron nueva dimensión a partir de
los comienzos de los años 30's. En 1933 Adolf
Hitler sube al poder. Guardini elige comunicarse
con su auditorio a través del análisis de figuras
de poetas y pensadores que manifiestan una visión
radical de la existencia. Así surgen las
monografías dedicadas a Dostoievski (Der
Mensch und der Glaube. Versuche über die
religiose Existenz in Dostoievskiis Werk, Lipsia,
1932, reeditado como Religiose Gestalten in
Dostoievskiis Werk, Lipsia, le), Agustín (Die
Bekerung des Aurelius Augustinus. Der innere
Vorgang in seinen Bekentnissen, Lipsia, 1935);
Pascal (Christiches Bewusstsein. Versuche über
Pascal, Lipsia, 1935); Holderlin (Holderlin.
Weltbild und Frómmigkeit, Lipsia, 1939); Rilke
(Zu Rainer Maria Rilkes Deutung des Dasein.
Eine Interpretation der Duineser Elegien, Berlin,
totalitarismo nazi. La relación entre libertad y
1941) y Sócrates (Der Tod des Sokrates. Eine
poder se convierte en un tema esencial.
Interpretation del Platonischen" Schriften
Eutyphron, 'Apologie, Kriton und Phaidon, Berlín,
1943). La obra que aborda la visión panteísta del
mundo que está a la base del Nacionalsocialismo
es Welt und Person. Versuche zur christlichen
lehre vom Menschen, Würzburg, 1939.
Al mismo período pertenecen los escritos
acerca de la figura de Cristo y los relativos a la
«esencia» del cristianismo: Das Bild von Jesús
dem Christus im Neuen Testament, Würzburg,
1939; Der Herr. Bertrachtungen über die Person und das Leben Jesu Christi, Würzburg, 1937;
Das Wesen des Christentums, Würzburg, 1938.
En 1939, año en que comienza la segunda
guerra mundial, la cátedra de Guardini en la
Universidad de Berlín es suprimida por el régimen
nazi. Asimismo, es prohibida la actividad del
centro de Rothenfels una vez confiscado el castillo
- que ya había sido ocupado en parte desde 1933
por una sección del servicio voluntario
(Arbeitsdienst) del régimen - por actitud «hostil al
Estado». Guardini se retiró, hasta el final de la
guerra, en Mosshausen, en el Algau Suevo, a la
casa de su amigo Joseph Weiger.
En 1945, una vez terminada la guerra, es
llamado a cubrir la cátedra de Religionphilosophie
und Christliche Weltanschauung en la Universidad
de Tubinga. No obstante la invitación, también
rechaza la posibilidad de ir a Friburgo a ocupar
la cátedra que pertenecía a Martin Heidegger.
Respecto a éste último, también en 1945 forma
parte de la comisión que debía dar cuenta del
compromiso delfilósofocon el régimen nazi. Junto
con Guardini se encontraban en la comisión Karl
Jaspers, Nikolai Hartmann, Gerhard Ritter, Adolf
Lampe. En 1948 es llamado a ocupar la cátedra,
de igual título que la de Tubinga, en la Facultad
de Filosofía de la Universidad de Munich.
Los escritos de la postguerra reflexionan,
en términos críticos, sobre la experiencia del
Los escritos de Guardini de la postguerra reflexionan
críticamemte sobre la experiencia del totalitarismo nazi.
(cartel propagandístico de la Hitler Jugend)
Dedicado a un análisis del nazismo tenemos
el ensayo de 1946 Der Heilbringer in Mythos,
Offenbarung undPolitik, al que siguieron Freiheit,
Gnade, Schicksal. Drei Kapitel zur Deutung des
Dasein, Munich, 1948; Das Ende der Neuzeit,
Basilea, 1950; Die Machí, Würburg, 1951; así
como una large serie de ensayos que giran en
torno al tema del poder y de la técnica en la era
«postmoderna» reunidos, casi todos, en Sor ge um
denMeschen, Würzburg, 1961.
Sobre la filosofía de la religión tenemos
los ensayos Die Sinne und die religiose
Erkenntnis, Würzburg, 1952, y Religion und
Offenbarung, Würzburg, 1958.
La postguerra representó también para
Guardini el tiempo de los reconocimientos
oficiales.
En 1952 le es conferido el Premio de la
Paz de los editores alemanes, otorgado
anteriomente a Albert Zchweitzer y a Martin
Buber. La Facultad de Filosofía de la Universidad
de Friburgo de Brisgovia (1954), la Universidad
de Padua (1965), la Facultad de Letras y Filosofía
de la Universidad de Bolonia (en 1969, un año
después de su muerte) le conceden el doctorado
Honoris Causa. Recibe el reconocimiento de la
Moneda de Oro de la ciudad de Munich; del
Verdinenstorden, de Baviera (1958), de la Gran
Cruz al mérito de la República Federal Alemana
(1965). En 1962, en la ciudad de Bruselas se le
otorga el premio Erasmo.
el adjetivo católica? No hay una filosofía de la religión
católica, protestante y budista, sino sólo una verdadera
filosofía de la religión. Y, ¿qué era la «Katholische
Weltanschauung»? Existe una teología católica, es decir,
la penetración teórica de la revelación, tal y como la
expone su portadora, la Iglesia, pero, ¿existe también una
Weltanschauung católica? 7
La respuesta a las preguntas pedía para
Guardini, en primer lugar, la clarificación
preliminar sobre la diferencia entre cristianismo,
religiones, «visiones del mundo» y, en segundo
lugar, la formulación, de manera positiva, de cómo
esta distinción permite «ver» el mundo. Con ello
se planteaba, un problema: si el cristianismo no es
una Weltanschauung entre otras, ¿cómo puede
«ver» el mundo sin reducirse a una perspectiva
específica, parcial? La problemática no era fácil
de superar y el primero de ser consciente de ello
fue Guardini.
Ese mismo año, al comienzo del semestre
invernal, Guardini es obligado a suspender sus
lecciones, por cuestiones de salud, en la
Universidad de Munich. Muere en esta misma
ciudad el 1 de octubre de 1968.
Ante todo, se trataba de clarificar por qué
el cristianismo no podía ser asimilado a una «visión
del mundo» cualquiera. Semejante identificación
constituía, como es sabido, la solución propia del
historicismo alemán definalesdel siglo XIX. Pero
con ello el cristianismo fue reducido a «tipo»; el
De manera postuma fueron publicados Die
tipo cristiano al lado del islámico, budista, nórdico,
Existens des Christen, Paderbon,, 1976;
Theologische Briefe an einen Freund, Paderborn, etc.
1976; Wahrheit des Denkens und Wahrheit des
Guardini, que en su trabajo de 1925 Der
Tuns. Notizien und Texte 1942-1964,
Gegensatz
había elaborado un sistema del vivientePaderborn-Munich-Viena-Zurich, 1980; Berichte
6
concreto fundado sobre opo siciones polares y
über meinen Leben, Dusseldorf, 1984.
que daban lugar a un cuadro de tipologías, poseía
los instrumentos para poder distinguir el elemento
2.-CRISTIANISMO Y «VISION DEL MUNDO»
cristiano
de los posibles caminos «polares» que
(WELTANSCHAUUNG)
constituyen el tipo. Como escribe en el ensayo de
Guardini, como se ha dicho, fue llamado
1923, Vom Wesen Katholischer Weltanschauung:
en 1923 a ocupar la cátedra de «Filosofía de la
Puede mostrarse que el fenómeno de lo concreto sólo se
religión y visión católica del mundo» en la
puede
aprehender a través de una determinada estructura
Universidad de Berlín. El contenido de la
de
contrastes
típicos. Todo ser vivo lleva incluso dentro
disciplina fue, por su novedad, fuente de no pocas
de sí todas las diversas posibilidades típicas de la vida,
inquietudes para el autor. Como confesará
aun cuando sólo estén allí como tonos secundarios en el
después:
conjunto. Todo ser vivo es una «totalidad en potencia».
Pero el tono dominante reside siempre en un tipo concreto, y ello determina también la indole y la intensidad
La cosa hubiese estado clara si se hubiese tratado de
«Filosofía de la religión» a secas, pero, ¿qué significaba de su fuerza de visión. El individuo no puede realizar
'^£gjjj||P
jamás en sí las diversas posibilidades de ser y de obrar
más que hasta un límite determinado. Si va más lejos en
universalidad, pierde la tensión, la claridad y la energía
internas; se diluye su estructura esencial.8
Lo mismo vale al interior del catolicismo. También aquí existe una real tipología:
eclesiólogo del siglo XIX, autor de Die Einheit
in der Kirche y de la Simbolik y cuya obra era
conocida por Guardini. Para Mohler,la Iglesia
constituye una auténtica coincidentia oppositorum.
Tras sus pasos, Guardini recuerda en 1965 como
La visión del mundo que por ejemplo tenía Tertuliano es
distinta de la de J. M. Sailer, para mencionar a dos
moralistas cuyas posiciones son muy distantes entre sí.
La visión del mundo propia de Agustín es profundamente
distinta de la de san Ignacio de Loyola. Tomás de Aquino
ve las cosas de diferente manera que el cardenal Newman.
Todos ellos son indudablemente católicos, pero también
es indudable que son diferentes en el modo como el mundo
se les presenta. Y en seguida nos demos cuenta de que
prestaríamos un flaco servicio a estas personalidades y a
su obra si quisiéramos colocarlas a todas en la misma
línea. Esto no sólo sería falso, sino que destruiría además
cosas insustituibles, causarían un empobrecimiento del
mundo católico, que es tan rico.9
La «tipología» constituye, por lo tanto, la
modalidad propia del viviente concreto. A partir
de ella, es decir, del cuadro de las posibles
«tipologías», el historicismo había fundado, en
clave psicológica, la formación de las distintas
Weltanschauungen. A esta perspectiva Guardini
objetaba que
si se entiende por Weltanschauung aquella actitud
espiritual compacta y cerrada, aquella fijeza especial de
la mirada, aquel determinado matiz del alma que resultan
del predominio de un tipo particular - así se habla, por
ejemplo, de una visión estética o de una visión trágica
del mundo -, entonces no existe una Weltanschauung
católica. Lo católico no es un tipo situado junto a otros.
[...] Al igual que la vida misma, el catolicismo encierra
en sí todas las posibilidades típicas. Es posible mostrar
la existencia de todas ellas dentro de su ámbito. Existe
además una curiosa contraprueba de esto: las objeciones
de los adversarios se pueden disponer de una manera
concéntrica, por así decirlo, que se anulan entre sí. Esta
totalidad no procede de un sincretismo histórico - ¿cómo
podría surgir así algo vivo? - y no procede tampoco de
una técnica de organización. Proviene de una totalidad
esencial originaria.10
Detrás de esta lectura es posible captar la
influencia de Johann Adam Mohler, el más grande
"En la Iglesia vive realmente algo que supera la tensión que
corre en las estructuras"
Un largo camino reflexivo acerca de la estructura
(ontológica) de la vida me enseñó que toda la realidad
del hombre subsiste de acuerdo a ciertas estructuras
tipológicas y en base a ellas se puede clarificar. Cuando
no es delimitada prejuzgada en sentido
histórico,
sociológico, etc. lo anterior no ocurre en la Iglesia. Es
verdad que en ella se encuentran tipos de lo humano de
todo género, pero la Iglesia no se resuelve en ninguno de
ellos. Siempre ha habido el peligro de que uno u otro de
estos tipos tome la ventaja en la Iglesia y la absorba en
sí; la historia de las herejías narra la serie de estos
fenómenos, sin embargo, éstas nunca pudieron aplastar
a la Iglesia en su núcleo íntimo. En algún momento
pudieron reducirla o empobrecerla, pero quien conoce
la verdad de su historia sabe que su esencia ha
permanecido siempre completa y una. Lo cual quiere decir:
en ella existe algo que está por encima de todas las
estructuras y sus oposiciones. No se resuelve en ninguna
estructura porque las abarca a todas. Adolf von Harnack
encontró la justa expresión de todo esto, cuando habló
. jj^'-^agfiJj^fuJMjjjv
de coincidentia oppositorum en la Iglesia, aunque, a decir
verdad, entendía por esto sólo una confusión de
contradicciones. En la Iglesia vive realmente algo que comparable a la energía del átomo que reúne en sí todos
sus elementos -supera la tensión que corre entre las
estructuras hace posible una totalidad que, basada sobre
todas las concepciones sociológicas, no sería posible sobre
la tierra."
La totalidad eclesial, su forma, trasciende
las tipologías, las estructuras psicológicas que,
según el historicismo, se encuentran en la base
de las distintas «visiones del mundo»:
Se ha intentado situar el tipo del «hombre católico» al
lado del hombre protestante, budista, clásico, capitalista.
Esta yuxtaposición, y cualquier otra, es falsa. El «hombre
católico» no es un tipo.'2
Como una confirmación de esta convicción
tenemos el proyecto guardiniano, madurado
alrededor de los anos 30's, de escribir una
centrada sobre el Nirvana, con la religiosidad
antiguo germánica, para la cual lo que importa es
el mundo corpóreo en su placer presente. Se trata
de dos posiciones entre sí completamente distantes.
El budismo
responde a la pregunta de cuál es la relación entre religión
y cultura, eliminando desde lo religioso, incluso la
religión. Tanto la naturaleza como la cultura son
realidades inesenciales, carentes de valor.'5
En cambio, quien estudia
la actitud espiritual de los antiguos germanos, se queda
sorprendido al ver cuan tenue era la vida religiosa en el
norte. Lo religioso no parece haber tenido una
importancia especial en la existencia del antiguo
nórdico. '6
De ésta saldría tan sólo Der Tod des
Sokrates, publicada en 1943. Por lo que respecta
a la imagen de Buda, algunas anotaciones
contenidas enDerHerr son clarificadoras. Escribe
Guardini:
La religiosidad aparece tan sólo como
consagración de la existencia natural, de la cultura
del pueblo. De esta manera, nos encontramos
frente a dos «formas límite»: en el budismo, el
elemento religioso anula el elemento natural; en
la concepción nórdica, el elemento cultural-natural
remueve o absorbe el elemento religioso. Nos
encontramos frente a una contraposición que, en
realidad, es una antítesis dialéctica, donde los
opuestos se implican recíprocamente. Una posición
es el contravalor de la otra, es una posibilidad
inmanente a la vida del «mundo».
Sólo hay un personaje que nos podría inducir a establecer
una comparación con Jesús; es Buda. Este hombre
constituye un gran misterio. Vive en una libertad
atemorizante, casi sobre humana, en tanto que su bondad
es potente como una fuerza cósmica. Buda es el último
genio religioso del que el cristianismo debería ocuparse
tal vez.'4
Esas posiciones aparecen colectivamente como variantes
dentro de una relación básica constituida por una
oposición. Son simples posiciones relativas y simples
movimientos parciales dentro de lo mismo: la vida asentada
en el mundo. Así ocurre que toda aquella tensión que se
da entre lo religioso y lo cultural no rebasa una misma
unidad total, el «mundo».
Sin embargo, este «poder» de Buda no
significa que tenga una equivalencia con Cristo.
El budismo pertenece a la esfera natural de la
religiosidad, cuya dialéctica no es diferente a la
de la vida, que oscila entre la inmanencia y la
trascendencia. En el ensayo de 1931 Gedanken
über das Verhaltnis von Christentum und Kultur
Guardini pone en comparación la mística budista,
Aunque aquellas actitudes den lugar a violentos «contrastes» entre ellas, lo cierto es que, en lo decisivo, se
encuentran en un mismo plano. Tanto lo religioso como lo cultural son aquí factores parciales de un gran
todo: el «mundo».17
trilogía en la que se debían analizar la muerte de Buda,
la de Sócrates y la de Jesucristo en sus semejanzas, pero
también, ante todo, en sus diferencias.'3
Esta correlación, por la que religión y
cultura resultan polos de una misma totalidad,
implica, según Guardini, una interpretación pe-
culiar de la dimensión religiosa.Como escribe en
Religiose Erfharung und Glaube:
La experiencia religiosa puede ser profunda, fuerte,
incluso sublime; puede relacionarse con los valores
culturales del más alto rango y con los valores personales
más nobles; con las energías humanas más poderosas y
raras; sin embargo, permanece siempre como un elemento
del patrimonio inmediato del hombre, permanece en el
espacio del mundo inmediato, ella misma es mundo.1S
La tensión religiosa, que oscila siempre
entre fuga «del» mundo y su absolutización, entre mística y panteísmo, no escape de la
naturaleza, de la polaridad esencial de la vida.
Es el mundo que, en la mirada del mundo, aparece
como naturaleza cultura y, al mismo tiempo, como
símbolo de lo «numinoso», de lo sagrado. Escribe
Guardini:
Pienso que ese elemento numinoso inmediato al que se
dirige la experiencia religiosa es todavía una cualidad
del mundo. Pienso que el mundo no es sólo «así», sino
también «de otra manera»; no sólo «profano», sino también
«sagrado» en un sentido inmediato; no sólo «mundano»,
sino también «numinoso». El mundo es algo mucho más
poderoso de lo que alcanza a ver el racionalismo. En la
riqueza y en la totalidad en tensión de su significado, el
mundo es «naturaleza-cultura» mas lo «otro». Esa cualidad
de lo «no-terreno» o de la «sobremundanidad» de la que
habla la ciencia de la religión no constituye mas que la
otra cara de la misma totalidad del mundo, que es lo
«terreno» y lo «mundano». La duplicidad de esta impresión
es, precisamente, lo que constituye la tensión del fenómeno
del mundo y la que pone en movimiento dialéctico su
experimenter y pensar."
3.- MAS ALLÁ DEL «CIRCULO MÁGICO DE
LA EXISTENCIA»
La comprensión del mundo, tal como
emerge de la interpretación guardiniana, no
implica, pues, sólo la dimensión cultural, sino
también la religiosa. El momento religioso es el
que le confiere al mundo el carácter de totalidad
que de otra manera no podría tener. Con ello se
evidencia
la ambigüedad de todas las expresiones religiosas que
proviene de la intrínseca condición irredenta del mismo
elemento religioso.20
La dimensión religiosa, que por sí misma
debería introducir hacia «arriba», provocar una
«apertura» del espíritu hacia el Dios vivo, se
convierte, muy por el contrario, en aquello que
cierra.
La experiencia del mundo toma al mundo - que en verdad
es numinoso por derivación de Dios -como numinoso en
sí mismo y lo diviniza.21
El yo se hunde en el Uno-Todo impersonal. Por su parte, la liberación cristiana se coloca
en un plano muy diferente:
La acción redentora de Cristo se encuentra fundamentalmente más allá de la de Dionisio y Baldur. No trae la
liberación que la primavera trae contra el invierno y la
luz contra las tinieblas, sino que rompe el hechizo de la
totalidad de la naturaleza en el que se hallan insertos y
sometidos invierno y primavera, tinieblas y luz, vejez y
juventud, enfermedad y salud, privación y riqueza. Los
salvadores son la expresión de las exigencias de salvación
de la misma naturaleza, que a su vez contiene en si los
elementos de vinculación; el momento de la elevación al
mismo tiempo que el de la esencial caída. En cambio,
Cristo redime del encanto mágico de la naturaleza, tanto
de sus vinculaciones como de sus liberaciones de éstas,
de sus caídas como de sus elevaciones, para conducir
hacia una libertad que no proviene de la naturaleza, sino
de la soberanía de Dios.31
Rompe, desde la raíz, el «poder» que la
naturaleza ejerce sobre el hombre al sujetarlo con
el lazo de su propia condición mortal;
de este mundo que engloba todo en el poder mágico del
transcurrir y el repetirse, del olvidar y el no prevenir, ya
que nada es realmente lo que es, sino sólo una onda
dentro de la corriente, Cristo libera llamando a la persona y colocándola en su eterna responsabilidad. Cristo
levanta las diferencias absolutas.32
4.- SECULARIZACIÓN Y
WELTANSCHAUUNG
CHRISTLICHE
Por lo tanto, la posición cristiana se
configura como una ruptura de la constricción de
lo «idéntico», como la alteridad que libera de la
«identidad». Este juicio asume en Guardini un
significado particular a partir de la comprensión
de la secularización moderna. En Welt und Person se encuentra, al respecto, un juicio de gran
interés. Escribe Guardini:
con ello la conciencia cristiana se encuentra ante una
decisión extrema. El «mundo» se constituye de manera
cada vez más completa. Las esferas que la fe tenía como
reservadas directamente a Dios, van siendo insertadas
una tras otra en el mundo. Y de otra parte, el mundo se
cierra, cada vez, de manera más completa, en si mismo;
aparece cada vez más como una unidad autárquica,
sustancial, funcional, con un curso en sí mismo revestido
de sentido. No hace mucho tiempo que la decisión estaba
planteada en los siguientes términos: o un mundo
materialista o un mundo determinado por el espíritu; o
un mundo inclinado ante la utilidad, el goce y el poder o
un mundo determinado por la conciencia y dispuesto a
la superación ética; o un mundo irreligioso, «terreno», o
un mundo piadoso, penetrado por la religión; o un mundo
puramente profano y limitado por la muerte o un mundo
que sabe del más allá y está determinado por el más allá;
o un mundo positivista, en el que sólo tiene vigencia el
cálculo y la técnica o un mundo en el que existen el
entusiasmo religioso, la solemnidad, el misterio, el
milagro, y así sucesivamente... En estas contraposiciones,
la segunda de las posibilidades era identificada, sin más,
con la existencia cristiana y la primera con el mundo sin
revelación ni fe. Cada vez, empero, se muestra más
claramente lo falso de esta concepción. El mundo se hace
cada vez más completo, desarrolla cada vez momentos
más intensos, considerados tradicionalmente como
peculiares de la existencia cristiana y simultáneamente
rechaza cada vez con mayor decisión el cristianismo.33
Este proceso de «apropiación» de los
valores cristianos constituye, por parte del mundo,
la dirección de fondo de la modernidad. Como
decía en Das Ende der Neuzeit:
Aparece así, de manera límpida y clara,
el «no» del mundo, el «no» que viene de la realidad
de Dios y que impone sus «límites» al mundo.
Este todo, el mundo, sólo se me hará presente si tengo
conciencia de él como finito, delimitado, abarcado por
la nada.27
La nada procede de Dios, pero no
entendido de manera genérica, sino del Dios de
la Revelación, del Verbum caro.
Guardini, en el ensayo de 1946, Der
maní
Heilbringer in Mythos, Offenbarung und Politik,
reflexionando en la tragedia y en las ilusiones
provocadas por el Nacionalsocialismo, puso en
confrontación la figura de Cristo con la de los
«salvadores», es decir, aquellas figuras religiosas
en las que se cristaliza el ciclo cósmico de la
naturaleza. En la concepción totalizadora del
mundo el yo no es considerado persona, sino
una forma individual que forma parte del «Todo»
de la vida natural, una figura transitoria de un
proceso que, en sus ciclos, se repite siempre igual.
En esta experiencia dionisiaca, lo que el hombre
pide a sus «salvadores» es la de ser protegido de
la amenaza de la noche, del invierno, de la
cercanía de la muerte. Por eso la alegría del
regreso del sol, de la primavera, del don de la
salud, de la fuerza física e intelectual.
Los salvadores y sus mitos respectivos son formas
expresivas de este ritmo que atraviesa a la existencia
cósmica misma, del transcurrir de la única vida que se
desarrolla siempre de nuevo, de la única naturaleza a
través del nacimiento y la muerte, del florecer, fructificar
y marchitarse, el peligro y la salvación, la carencia y la
riqueza [,..].2S
Son redentores,
pero en cuanto insertos en el ritmo cósmico inmediato al que de esta forma confirman -. En última instancia,
son figuras exorcizantes. Esto se manifiesta en esa
atmósfera que envuelve a todas estas figuras: la
melancolía. En ellas se encuentra las cimas de la vida
pero, al mismo tiempo, también la angustia de la
decadencia, el horror de la destrucción, el ser devorados
por la muerte. En ellas triunfa la naturaleza y, con ésta,
la falta de sentido que todo hombre advierte y mediante
la cual abre sus ojos la persona. La piedad religiosa que
se dirige a estas figuras de salvadores representa un
abandono al ritmo de la naturaleza; pero precisamente
contra esto se levanta la protesta de la persona. Protesta
a nombre de su irrenunciable dignidad contra todos esos
salvadores, por mucho que la profunda plenitud de sus
vidas y la belleza de sus figuras puede impactar el
corazón.Ningún romanticismo del universo, ninguna
mística de la tierra y de la sangre puede confutar esta
voz.29
No obstante, esta legítima rebelión se
encuentra todavía dentro del horizonte naturalista
mítico, carente de toda posibilidad.
Frente a este proceso, por el cual el mundo
se convierte en el Todo, la auténtica
Weltanschauung, según Guardini,
En el ámbito de los mitos de los salvadores la persona
no tiene ningún espacio; incluso la piedad religiosa
hacia ellos significa, precisamente, abandonar la
presupone una superación del mundo24
reinvidicación de la persona sobre su individualidad
para no considerarse más que un árbol en el bosque o
hierba silvestre en los montes: onda en la corriente de la lo cual es posible sólo si existe - por usar una
vida, figura pasajera en el gran ciclo de las
expresión de Theodor Adorno transformaciones. Esto vale para todos los grados de la
piedad religiosa redentora, incluso en aquellas que se
un punto de vista sustraído, apenas sí como un solplo,
eleven desde el instinto a la más alta forma de
del círculo mágico de la existencia.25
30
civilización.
De esta manera nacen los «dioses», los
«númenes», poderes de la naturaleza a las que el
hombre se somete.
En Welt und Person, Guardini señala tres
formas de autoclausura del mundo: el panteísmo
moderno - desde Giordano Bruno hasta todo el
siglo XIX -, elfinitismo trágico de Nietzsche y
el budismo. Aunque en el caso de Buda se podría
dudar si él
Según Guardini, este es el momento en el que
el hecho histórico de la Revelación entra en el
mundo. Sólo en la relación con el acontecimiento
de Cristo, con el Dios «en» y por «encima» del
mundo es posible esa «distancia» del mundo que
es condición trascendental del conocimiento y de
la libertad. Mediante este nexo
aparece así una nueva posición con respecto al mundo;
una posición que está realmente «fuera de él»; es decir,
que es cualitativamente distinta e independiente. Y que a
la vez se encuentra realmente «dentro» de él; es decir,
que trasciende hacia dentro toda su realidad. El creyente
tiene una posición radicalmente distinta, una actitud frente
al mundo diferente de todas las relaciones religiosas
intramundanas, por muy diversas que éstas sean entre sí.
Y desde esta posición, el mundo queda relativizado de un
modo nuevo.26
quiso la autonomía; de si lo que lo acuciaba no fue, más
bien, la determinación de Dios y de la relación con Dios,
y que sólo acertó a exponerla en forma negativa. En este
caso, la ilusoriedad del mundo sostenida por él sólo se
convertiría en una forma auténtica de autonomía si un
occccidental «sin fe» desvinculara de su verdadero
sentido la estructura del mundo que Buda había pensado
«con fe», convirtiéndola en instrumento de su propia
voluntad de autonomía.22
Durante mucho tiempo esta actitud negativa apunta
únicamente al contenido mismo de la revelación, no a los
valores éticos, sean individuales o sociales, que se han
como fue el caso de Schopenhauer.
desarrollado bajo la influencia de aquélla. Por el
De esta forma, en las tres posiciones indicadas la
contrario, la cultura de la Edad Moderna sostiene que se
experiencia de la autonomía del mundo se lleva
basa precisamente en esos valores. Según su punto de
a cabo por medio del elemento religioso. La
vista - aceptado en gran medida por los estudios históricos
-,
los valores, por ejemplo, de la persona, de la libertad,
dimensión «numinosa» del mundo, que debería
responsabilidad
y dignidad individuales, del respeto
remitir al Dios creador, es lo que da fuerza y
mutuo y de la mutua ayuda, constituyen posibilidades
pathos a la totalización del mundo. Se trata de
innatas en el hombre, descubiertas y desarrolladas por
una empresa titánica, en la que
la Edad Moderna. Afirma esta tesis que es cierto que la
formación humana de los primeros tiempos del cristianismo
lo religioso se convierte en un medio para encerrar al cuidó de desarrollar esos gérmenes, al igual que la Edad
Media fomentó la vida interior y la práctica de la caridad.
mundo en sí mismo.La búsqueda religiosa, dirigida
No obstante, la autonomía de la persona hizo
propiamente a aquello que es distinto al mundo, es
conducida.por una usurpación de lo numinoso, al mundo posteriormente su aparición y se trata de una conquista
de orden natural, independiente del cristianismo.34
mismo y encerrada en él.23
De esta manera, la modernidad opera una
naturalización de la gracia, una «ontologización»
de lo sobrenatural. El encuentro, a primera vista
paradójico, entre Agustín y Pelagio, entre una
«filosofía de la interioridad» y un «naturalismo
ético», lo considera como privado del sentido del
pecado. Según Guardini, en este proceso, en el
que se consume la secularización moderna, se
encuentra un claro sentido de «deslealtad», porque
no es posible separar la percepción del yo y del
mundo introducido por el cristianismo, de la
mirada y la figura de Cristo:
tropezaba con elementos del patrimonio cristiano que,
sin embargo, se volvían contra él. En tal situación, ¿cómo
iba a tener confianza? Estas contradicciones se
desvanecerán. La época futura tomará en serio aquellos
aspectos en que se opone al cristianismo. Hará ver que
los valores cristianos secularizados no son sino
sentimentalismos, y el ambieme se hará transparente: lleno
de hostilidad y peligro, pero puro y sincero.36
Este «giro», a través del cual la obra de
Nietzsche asumió para Guardini un valor epocal,
verdadero punto de cambio entre modernidad y
«postmodernidad» hizo también claro el nexo
profundo e indisoluble que había entre Cristo, la
En realidad estos valores y actitudes están vinculados a doctrina y la praxis cristiana, nexo que el
la revelación que está en una relación específica con lo racionalismo presumía como algo completamente
que es humano por naturaleza. Procede de la liberalidad relativo. En cierta forma, la crítica de Guardini
de Dios, pero asume lo humano dentro de su armonía,
hacia Nietzsche lo condujo a Kierkegaard, a la
naciendo así la estructura cristiana de la vida. Como
forma como el filósofo danés hablaba de la
consecuencia, quedan libres en el hombre energías que
«esencia
del cristianismo». Como afirmaba en el
en sí son «naturales», pero que no se hubieran
desarrollado fuera de esa estructura. Aparecen en el
libro escrito sobre Pascal:
campo de la conciencia valores que, si bien son evidentes
en sí, solamente pueden ser descubiertos bajo esas
condiciones. Por tanto, la tesis de que estos valores y
actitudes en cuestión corresponden simplemente al
desarrollo de la naturaleza humana ignora el sentido real
de los mismos; más aun, desemboca digámoslo sin rodeos
- en un fraude que pertenece también, para quien vea las
cosas como son, al cuadro de la Modernidad.35
Esta «deslealtad» se manifestó
abiertamente como tal cuando, después de
Nietzsche, el occidente entró en el horizonte del
nihilismo. Entonces las certezas y los presupuestos
que estuvieron detrás de la secularización moderna
vinieron a menos en este nuevo contexto espiritual
y cultural. El cumplimiento de los valores propios
de la tradición humanista se reveló como
problemático. Con ello se evidenció la
«deslealtad»,
aquella doblez que consistió en negar de una parte la
doctrina y el orden cristiano de la vida, mientras
reivindicaba de la otra para sí la paternidad de los
resultados humano-culturales de esa doctrina y de ese
orden. Esto hizo que el cristianismo se sintiera inseguro
en su relación con la Edad Moderna: por todas partes
encontraba en ella ideas y valores cuyo abolengo cristiano
era manifiesto y que, sin embargo, eran presentados como
pertenecientes al patrimonio común. En todas partes
No es posible separar el «pensamiento cristiano de Dios»,
la «verdad cristiana», del Cristo concreto. La doctrina
cristiana es cristiana en tanto que aferrada, por así decir,
por los labios de Jesucristo; en tanto que se entiende
como viviendo en El, de su ser, de su obrar. No existe
una «esencia del cristianismo» que pueda ser separada
de Jesucristo [...], que pueda ser expresada en un sistema
conceptual autónomo. La esencia del cristianismo es El.
Es aquello que El es; aquello de lo que viene de El y a
lo que está dirigido; lo que vive en El y a su alrededor,
escuchado de su viva voz y leído en su rostro. En todo
esto se plantea al espíritu una afirmación y una pretensión
filosófica frente a la cual se desbarata lafilosofíapura:
la categoría última del cristianismo - y categoría significa
la condición a priori para toda predicación en una
determinada esfera - es el hecho particular e irrepetible
de la persona concreta de Jesús de Nazaret.37
En cambio, para el racionalismo moderno lo
que importa es la doctrina moral de Cristo y no
su figura, ya que lo universal no puede fundarse
sobre lo particular;
Lo totalmente inaudito consiste aquí en que lo histórico
e irrepetible posee un carácter normativo universal. La
individualidad de Jesús es la categoría básica del
cristianismo. Es imposible reducir la esencia de éste a
conceptos universales de tipo religioso, ético y mucho
menos social. La esencia del cristianismo es el Jesús
histórico. Todas las doctrinas, enseñanzas, criterios,
instituciones y órdenes del cristianismo reciben su carácter
propio únicamente de la cualidad concreta de lo que Jesús
de Nazaret es. Sólo porque él es el que enuncia una
doctrina o instituye un valor, recibe esa doctrina y ese
valor su determinación propia, esto es, cristiana.38
La distinción, fundamental, permite compren
der como
lo específico del cristianismo no es una estructura. Cuando
algo se intuye que es una estructura, se intuye también
que no pertenece a la esencia del cristianismo en cuanto
tal. Todas las estructuras existen tanto dentro como fuera
del cristianismo. Representan todas una posibilidad para
el cristianismo, pero también están contra él; son el punto
desde el cual se da la decisión frente al mensaje cristiano.39
La «trascendencia» del cristianismo respecto a
todas las posibles estructuras, junto con la
capacidad de inmanencia en ellas - una inmanencia
el «límite» del mundo a partir de la Nada que lo
rodea; antes bien, capta, con ojo claro, el valor
del ser, su orden cualitativo, la distinción Dioshombre-mundo. Estas verdades no son, de suyo,
objeto de una revelación, sino verdades racionales
que se ofrecen - o que deberían ofrecerse - a la
investigación filosófica. Sin embargo, sus
resultados no son por completo evidentes. Como
escribe en Lebendiger Geist:
Existen realidades, valores, exigencias, relaciones que,
de suyo, pertenecen al mundo. Por sí forman parte de ese
ámbito de la experiencia y del pensamiento que a mí, en
cuanto hombre, me resulta accesible sin más. En teoría,
esas realidades deberían dársenos de un modo pleno y
puramente natural. Pero de hecho no es eso lo que
ocurre.40
yt^gfrmte
"Lo específico del cristianismo no es
una estructura"
(Basílica de Rávena)
que dilata el horizonte de la naturaleza -, introduce en el yo una especie de «segunda
interioridad», constituye, como se ha visto, la
condición de posibilidad de la christliche
Weltanschauung. Lo que ésta ve no es solamente
Hay una
existencialidad del
pensamiento que
hace problemático el
objetivo teorético.
Realidades como
Dios, persona, espíritu, libertad, amor,
no emergen con
claridad.
El conocimiento natural no capta su esencia
de un modo puro, ni ve
su perfil con claridad,
ni
aprehende
su
contenido con integridad. Se encuentran en
la lejanía.
Están
encubiertos. El conocimiento sólo logra aprehenderlos en forma
desvanecida. Son desfigurados una y otra vez,
quedan devorados por
lo que los rodea. Se
colocan ante ellos otras
cosas que se les parecen y los confundimos con éstas. Así
confundimos, por ejemplo, la «persona» con el
«individuo», o con el «sujeto», o con la «personalidad»
(y esta última es la confusión más sutil). Si se quiere que
esas realidades lleguen a dársenos de manera efectiva,
de una forma plena y con claridad; si se las quiere fijar,
i
a fin de que el conocimiento pueda aprehenderlas con
fuerza, y la decisión pueda adoptar una actitud, entonces
es preciso que un contenido correspondiente de la
revelación las eleve, las haga libres, las cobije. No es
que ellas se revelen a sí mismas. El contenido de la
revelación es lo que viene «de arriba», lo que «no es de
este mundo». Pero son elevadas por verdades reveladas
correspondientes que mantienen con ellas una relación
de analogía.4'
m•••• ••••
problema de cómo la imagen de la existencia se ha
desarrollado sobre la base de distintas premisas religiosas
y populares de la historia, lo cual hubiera constituido
una parte de la Kulturwissenschaft), sino sobre todo del
problema de cómo el creyente en la revelación cristiana
ve el mundo.44
La christliche Weltanschauung perturba, de
esta manera, la autonomía de la cultura en su
sentido moderno.
No existe un saber totalmente independiente acerca de
las cosas del ámbito espiritual-personal. Los objetos
pertenecientes a ese ámbito son naturales. De suyo
pertenecen al campo de la filosofía, la psicología, la
sociología, etc. Pero sólo llegan a dársenos de una manera
inequívoca y plena cuando aparecen en la revelación y
son aprehendidas en la fe las realidades sobrenaturales
análogas a ellos. Y se siguen dando de manera pura tan
sólo mientras esa fe se mantiene firme. La claridad de
aquellos objetos aumenta y disminuye - presuponiendo
una idéntica fuerza natural de conocimiento - al ritmo de
la intensidad y la claridad de la vida de fe. Tan pronto
como ésta desaparece, los mencionados objetos recaen
en la penumbra que les es peculiar, se alejan y se
desvanecen.42
Así pues, la fe se convierte en la condición
de una auténtica, objetiva y no subjetiva «visión
del mundo». Guardini consideraba que de esta
forma se había abierto un espacio intermedio entre filosofía y teología desde el que se podía
«mirar» el mundo. Con ello, no había hecho otra
cosa que seguir y profundizar la indicación
metodológica que Max Scheler le había dado como
consejo al comienzo de su magisterio en Berlín.
En una conversación - que para mí fue muy rica en
consecuencias - [Scheler] me dijo: «usted debe realizar lo
que está contenido en la palabra Weltanschauung:
contemplar el mundo, las cosas, el hombre, las obras,
pero como cristiano consciente de su responsabilidad;
decir a nivel científico lo que ve».43
"Creer significa...ver con los ojos de Cristo"
Todo giraba, pues, alrededor del «ver», a la
visión (Anschauung), a la mirada.
Creer significa acceder a Cristo, colocarse en el mismo
punto de vista en que él se encuentra. Ver con sus ojos.
[...] Sólo el hombre creyente ve verdaderamente el mundo.
Lo ve como lo que es. Lo ve desde arriba y del todo.45
No se trataba, desde esta perspectiva de una
Un ver que es algo más que«demostrar».
doctrina de la Weltanschauung en el sentido de Dilthey,
Troeltsch, Jaspers, Max Weber y otros (es decir, sobre el Quisiera ayudar a los demás a ver con ojos nuevos. No
-
• :
-
demostrar,
sino ayudar a ver de manera
nueva.
Imaginemos, por ejemplo, que en una estancia vacía hay
un cuadro. Sólo con análisis químicos se podría demostrar
la delicadeza de los colores o con
documentaciones
históricas
probar que se trata de la obra de un
extraordinario maestro del color. Pero se puede abrir
también una ventana en la pared que se
encuentra
enfrente: entra la luz y los colores brillan. Entonces no
sirve de nada ninguna demostración. Se ve.46
CITAS:
1
Acerca de la vida y obra de Romano Guardini cf. GERL, H-B.,
Romano Guardini 1895-1968. Leben und Werk; Mainz, 1985;
traducción italiana: Romano Guardini. La vita el'opera; Brescia,
1989. Las referencias de las obras de Romano Guardini son tomadas
- allí donde existen o fueron conseguidas - de las obras traducidas
al castellano, indicando edición y página entre corchetes. Las demás
referencias son traducidas directamente del original italiano que
usa el autor del artículo [n.d.t.].
2
GUARDINI, R., L'opposizione polare. Saggioper una filosofía
del concreto - viviente; en Scritti filosofici, 2 vols.Milano, 1964;
vol.1, P. 265
3
GUARDINI, R., // senso de la Chiesa; en La realta de la
Chiesa; Brescia, 1973, pp. 1 y 31-32
4
Cento domendee von Balthasar; a cargo de KOLLER,E., en
«30 Giorni», n.6, junio de 1984; p. 13
5
GUARDINI, R., Lettere dal Lago di Como; 1959; p. 106
6
Para una bibliografía de Guardini hasta 1978 cf. MERCKER,
H., Bibliographie Romano Guardinis (1895-1968). Guardinis
Werke. Veróffenylichugen über Guardini Rezensionem; Paderborn,
1978. Entre los numerosos estudios sobre el pensamiento
guardiniano cf. LOPEZ QUINTAS, A., Romano Guardini.
Dialettica e antropología; Roma 1990.
'GUARDINI, R., Appunti da un'autobiografia; Brescia, 1986;
p. 51[Apuntes para una autobiografía; Encuentro, Madrid, 1992;
p.51]
8
GUARDINI, R., Natura della Weltanschauung cattolica; en
Scritti filosofici, vol. I; p. 288 [La esencia de la concepción
católica del mundo; en Cristianismo y sociedad; Sigúeme,
Salamanca, 1982; p. 23]
9
Op.cit. pp. 287-288 [op. cit. p. 22]
,0
Op. cit. p. 289 [op. cit. p. 23 -24]
11
GUARDINI, R., La Chiesa del Signore; en La realtá della
Chiesa; pp. 128-129
12
GUARDINI, R., Natura della Weltanschauung cattolica; p.
289 [op. cit. p. 24, nota 8]
13
GUARDINI, R., Carta a la Hermana Mary Louise de Marillac
(3/81963), citada en GERL, H-B, op. cit. p. 352. Relacionados
con este proyecto están los cursos universitarios «la muerte de
Buda. La interpretación budista del sentido de la existencia y su
significado para la comprensión del cristianismo» (semestre invernal
1937-1938). «El problema de la muerte. La respuesta platónica y
cristiana» (semestre invernal 1938-1939).
14
GUARDINI, R., Der Herr. Betrachtungen Über die Person
und das Leben lesu Christi; Würzburg, 1937; p. 384 [El Señor;
•¡HE
Espiritualidad, Buenos Aires, 1991; pp. 322-323]
15
GUARDINI, R., Rapporto tra cristianesimo e cultura; en
Natura-cultura-cristianesimo; Brescia, 1983; p. 123
[Pensamientos sobre la relación existente entre cristianismo y
cultura; en Cristianismo y sociedad; p. 132]
16
Ibid. [Ibid.]
17
Op. cit. pp. 124-125 [op.cit. p. 133] Cursivas nuestras
18
GUARDINI, R., Esperienza reliosa efede; en Fede-religioneesperienza, Brescia, 1984; pp. 78-79. Cursivas nuestras.
19
Op. cit. pp. 93-94
20
Op. cit. p. 92
21
Op. cit. p. 106
22
GUARDINI, R., Mondo e persona; en Scritti filosofici; vol.
II; P. 56 [Mundo y persona. Ensayo de una teoría cristiana del
hombre; Guadarrama, Madrid, 1963; p, 128-129]
23
Op. cit. pp. 57-58 [Op. cit. p.132]
24
GUARDINI, R., Natura della Weltanschauung cattolica; p.
282 [La esencia de la concepción católica del mundo; p. 17]
25
ADORNO, T.W., Minima moralia. Reflexionen aus dem
bescadigten Leben; Berlin-Frankfurt a. M.., 1951; trad. ital.
Minima moralia; Torino, 1954-1974; p.235
26
ROMANO G., Rapporto tra cristianesimo e cultura; p. 129
[Pensamientos sobre la relación existente entre cristianismo y
cultura; p. 137]
27
GUARDINI, R., Mondo e persona; p.52 [Mundo y persona; p. 121]
28
GUARDINI, R., // Sa
Ivatore nel mito, nella Rivelazione e nella política. Una riflessione
político-teológica; en Natura-cultura-cristanesimo; p. 268
29
Ibidem.
30
Op. cit. p. 269
31
Ibidem.
32
Op. cit. p. 270
33
GUARDINI, R., Mondo e persona; p. 63 [Mundo y persona; pp. 142-143]
34
GUARDINI, R., La fine dell'epoca moderna; Brescia, 1960;
pp. 113-114 [El ocaso de la Edad Moderna. Un intento de
orientación; en Obras completas, vol I; Cristiandad, Madrid,
1981 (reimpresión); p.110]
35
Op. cit. pp. 114-115 [Op.cit. pp. 110-111]
36
Op. cit. p. 121 [Op. cit. p. 116]
38
GUARDINI, R., Pascal; Brescia, 1972; pp. 49-50
38
GUARDINI, R., Rapporto tra cristianesimo e cultura; 128
[Pensamientos sobre la relación existente entre cristianismo y
cultura; p. 136]
39
GUARDINI, R., Mondo e persona, p.109
40
GUARDINI, R., Spirito vívente, en Natura-culturacristianesimo; pp. 100-101 [Espíritu viviente; en Cristianismo y
sociedad; p. 112]
41
Op. cit. pp. 102-103 [Op. cit. pp. 113-114] Subrayado nuestro.
42
Op. cit. p. 105 [Op. cit. pp. 115-116]
43
GUARDINI, R., Stationen und Rückblike; Würzburg, 1965;
p. 19
44
GUARDINI, R., Sprache-Dichtung-Deutung; Würzburg, 1962;
trad. ital. Linguaggio-poesia-interpretazione, Brescia, 1971; p.7
45
GUARDINI, R., Natura della Weltanschauung cattolica; p284 [La esencia de la concepción católica del mundo; p. 19]
46
GUARDINI, R., Vom Sinn des Gehorchens; en Auf dem
Wege; Mainz, 1923; p. 20
a?
Homilía del Emmo. Sr. Cardenal Norberto Rivera Carrera,
Arzobispo Primado de México, durante la Sta. Misa
en la XIX Peregrinación Universitaria a la Villa
16 de Noviembre de 1998
XXV Aniversario de la fundación de la
Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla
"Recobra la vista: tufe te ha curado".
Nos encontramos reunidos
en torno a nuestra Madre, la
Santísima Virgen de Guadalupe,
con el corazón agradecido por el
25 Aniversario de la fundación de
la Universidad Popular Autónoma
del Estado de Puebla y también por
la realización de la XIX Peregrinación Universitaria, que se ha
constituido en una tradición que
ha arraigado en el ánimo de miles
de jóvenes, quienes han venido a
postrarse en este santuario para
implorar las bendiciones celestiales y consagrar su vida, a través
de la cultura, al servicio de
nuestro pueblo.
La UPAEP ha nacido en un
momento histórico en el que la
universidad, no sólo en México
sino en todo el mundo, se veía
agredida en su mismo ser por el
asalto de doctrinas que negaban
la libertad de cátedra, la libertad
de investigación y con ello
aniquilaban la autonomía universitaria, sin la cual no podía responder a su vocación específica:
moldear el espíritu humano, como
se forja la espada, para que esté
siempre con el ánimo dispuesto
para la difusión y defensa de la
verdad.
EL PROGRAMA DE LA
IGLESIA ES LA VERDAD
SOBRE EL HOMBRE
La Iglesia no tiene un
programa de escuela universitaria,
ni de sociedad; sino que tiene un
programa de hombre. Por ello, la
substancia de los estudios universitarios consiste propiamente en
una relación creativa con la verdad
dentro de un sector elegido del
conocimiento de la ciencia. Por
eso, el resultado de dichos
estudios no puede limitarse a una
adquisición de nociones especializadas, sino que debe comportar
una peculiar madurez espiritual
basada en dicha profunda relación
con la verdad. Así pues la Iglesia,
que puede enorgullecerse de ser,
con pleno derecho, la Madre de
la Universidad, tiene su punto de
partida en la persona humana,
creada a imagen y semejanza de
Dios.
Dentro del Ideario de la
UPAEP está la afirmación sobre
la dignidad y trascendencia del
hombre, síntesis única de materia
y espíritu, dotado de inteligencia
y voluntad, sujeto libre y
responsable con una vocación
única e intransferible, que cumple
más allá del tiempo y de la historia.
Por ser portador de una dignidad
sagrada, es superior a todos los
demás seres materiales. Como persona es sujeto de derechos y
deberes anteriores a toda
sociedad, los cuales deben ser
reconocidos y protegidos por ella.
Social por naturaleza, el hombre
es capaz de transformar el mundo
en su provecho, de progresar, de
construir su sociedad y vivir
conforme a su propia dignidad. El
hombre está abierto a los valores
trascendentes como la Verdad, el
Bien, la Justicia,... a los que
naturalmente aspira y a los que
tiene derecho porque de ellos
depende su aténtica felicidad y
realización. La tensión por un
mundo mejor y más justo es una
noble aspiración
humana,
particularmente viva en los
jóvenes. Más para que llegue a ser
realmente eficaz debe basarse en
un correcto y completo
conocimiento del hombre: debe
poseer la verdad sobre el hombre.
LA RAZÓN Y LA FE: ALAS
PARA ELEVAR EL
ESPÍRITU.
El Santo Padre en su última
Encíclica sobre las relaciones entre la fe y la razón, nos dice que.
"La fe y la razón son como las dos
alas con las cuales el espíritu
humano se eleva hacia la
contemplación de la verdad. Dios
ha puesto en el corazón del
hombre el deseo de conocerle a Él
para que, conociéndolo y
amándolo, pueda
alcanzar
también la plena verdad sobre sí
mismo".
Hemos escuchado en el
Evangelio de San Lucas el pasaje
del ciego de Jérico que nos ayuda
a entender el drama de la
separación entre la fe y la razón:
este hombre tiene ojos y no ve, la
luz no significa nada para Él, su
mundo exterior es todo oscuro,
pero no ha sido creado para vivir
en un mundo así. Su interior se
rebela y en su interior percibe una
luz misteriosa cuando escucha las
maravillas que hace Jesús y sabe
que estás cerca de Él, y se atreve
a exclamar: Jesús, Hijo de David,
ten compasión de mi!.
No le importa que lo
intenten callar, grita aún más
fuerte hasta que el Señor le manda
acercar y le dice "¿qué quieres
que haga por ti?". El ciego vive
en esos momentos una transformación interior, ha recibido el don
de la fe, por lo que pide a Jesús:
"¡Señor, que vea!" y en ese
instante Jesús le ilumina también
los ojos corporales concediéndole
la visión diciéndole: "¡tu fe te ha
curado!". Así pasa con el mundo
universitario, que se deja iluminar
por la fe y en su empeño por la
conquista de la verdad, la fuerza
de la razón es potenciada por el
don de la fe.
El Santo Padre Juan Pablo
II, en la misma Encíclica Fides et
Ratio, nos dice las preguntas de
fondo que caracterizan la
existencia humana en su
recorrido: ¿quién soy?, ¿de dónde
vengo y a dónde voy?, ¿por qué
existe el mal? ¿qué hay después
de esta vida?. Son preguntas que
tienen su origen común en la
necesidad de sentido que desde
siempre acucia el corazón del
hombre: de la respuesta que se dé
a tales preguntas, en efecto,
depende la orientación que se dé
a la existencia humana.
En nuestro tiempo constatamos que la búsqueda de la
verdad última parece a menudo
oscurecida. La filosofía moderna,
dejando de orientar su investigación sobre el ser, ha
concentrado la propia búsqueda
sobre el conocimiento humano. En
lugar de apoyarse sobre la
capacidad que tiene el hombre
para conocer la verdad, ha
preferido destacar sus límites y
condicionamientos. La legítima
pluralidad de posiciones ha dado
paso a un pluralismo indiferenciado,
basado
en
el
convencimiento de que todas las
posiciones son igualmente válidas.
Este es uno de los síntomas más
difundidos de la desconfianza en
la verdad.
La Iglesia, convencida de la
competencia que le incumbe por
ser depositaría de la Revelación de
Jesucristo, quiere reafirmar la
necesidad de reflexionar sobre la
verdad y de su fundamento en
relación con la fe. En la base de
toda la reflexión que la Iglesia
lleva a cabo está la conciencia de
ser depositaría de un mensaje que
tiene su origen en Dios mismo (cf.
2Co 4, 1-2). El conocimiento que
ella propone al hombre no
proviene de su propia especulación, aunque fuese la más alta,
sino del hecho de haber acogido
en la fe la palabra de Dios (cf. ITs
2,13). Además del conocimiento
propio de la razón humana, capaz
por su naturaleza de llegar hasta
el Creador, existe un conocimiento que es peculiar de la fe.
Este conocimiento expresa una
verdad que se basa en el hecho
mismo de que Dios se revela, y es
una verdad muy cierta porque
Dios ni engaña ni quiere engañar.
VEN ESPÍRITU SANTO
Nos quedan pocos días de
este año dedicado a la persona del
Espíritu Santo. En este tiempo
hemos vivido un singular
Pentecostés que nos prepara para
entrar en el Nuevo Milenio. Ante
los ojos de nuestra fe se abre el
Cenáculo de Jerusalén, del que
salió la Iglesia y en el que la Iglesia
permanece siempre. Allí precisamente nació la Iglesia como
pueblo peregrino, como comunidad consciente de la propia
misión en la historia del hombre.
La Iglesia invoca en este tiempo
¡Ven, Espíritu Santo, llena los
corazones de tus fieles y enciende
en ellos el fuego de tu amor!.
¡Llena los corazones de tus fieles!
es la única súplica de un anhelo
misterioso y revelador: ¡cuál ha
de ser la medida del corazón
humano', si sólo Dios puede
llenarlo mediante su Santo
Espíritu!.
A través de los estudios
universitarios se abre ante ustedes
el maravilloso mundo de la ciencia
humana en sus múltiples ramas.
A la vez con esta ciencia del
mundo se desarrolla ciertamente
también su autoconocimiento. Este
es el tiempo en el que tienen especial fuerza el interrogante fundamental. ¿Con qué medida medir
al hombre? ¿Medirlo con la
medida de las fuerzas físicas de
que dispone? ¿O medirle con la
medida de los sentidos que le
permiten el contacto con el mundo
exterior? O bien, ¿medirlo con la
medida de la inteligencia que se
comprueba a través de diversos
test o exámenes?. La respuesta nos
la da la propia liturgia de
Pentecostés: "es necesario medir
al hombre con la medida del
Corazón"... El corazón, en el
lenguaje bíblico, significa la
interioridad espiritual del hombre,
significa en particular la
conciencia... Es necesario, pues,
medir al hombre con la medida de
la conciencia, con la medida del
espíritu abierto hacia Dios. Sólo
el Espíritu Santo puede "llenar"
este corazón, esto es, conducirlo
a realizarse a través del amor y la
sabiduría.
PEREGRINAR:
TESTIMONIO DE FE Y DE
AMOR
Llama la atención que en
una sociedad en la que los signos
religiosos y trascendentes han
perdido su fuerza, el Espíritu
Santo suscite en los corazones juveniles la fuerza del testimonio.
Porque eso es lo que significa el
peregrinar. Es una manera de
orar, de decir con el alma y con el
cuerpo que se transita por este
mundo hacia una realidad invisible, pero que atrae con gran
intensidad: el encuentro con la
felicidad, con el Bien, con la
Verdad. En una palabra: el
encuentro con Jesucristo: Camino,
Verdad y Vida.
En este día, como en el
primer Pentecostés, en el regazo
de Nuestra Madre de Guadalupe,
a quien se han consagrado en lo
personal y como comunidad
universitaria, queremos renovar el
amor primero con el que han
recorrido estos 25 años de
fidelidad a la verdad y de
compromiso con nuestro pueblo.
La expansión de la Universidad en
diversos lugares y en diversas
obras de carácter cultural y
educativo son el mejor fruto que
el Señor ha concedido en este
caminar. Sigan adelante, empeñen
cada día con mayor entusiasmo su
vida por la proclamación de la
Verdad. Quisiera terminar
pidiendo a nuestro Padre Celestial, a Jesucristo su Hijo, movidos
por el Santo Espíritu, por todos los
que han formado parte de esta
Universidad: alumnos, maestros,
empleados, padres de familia,
miembros del patronato y
benefactores, y que ya gozan de
la contemplación de la Verdad
Eterna. También por todos los que
ahora mismo forman parte del
sistema educativo de la UPAEP.
Para todos ustedes mi aprecio en
el Señor Jesús y mi cordial
bendición.
Basílica de Guadalupe, 16
de noviembre de 1998.
Hno. Humberto Alvarez Ruesga, marista.
Universidad de Monterrey
Síntesis personal de las valiosas aportaciones
recogidas en el Congreso organizado por la UPAEP
Puebla de los Angeles, Junio 15,16,17, y 18,1998.
JL/ A UNIVERSIDAD auténtica es centro incomparable de
creatividad en favor del ser humano, puesto que le
ofrece
J \ YUDA de gran calidad a fin de que pueda encontrar
respuesta adecuada, a los grandes interrogantes de su
existencia...
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NIVERSIDAD, su nombre lo dice: unifica y articula
saberes y hace unidad en la diversidad, sin someterse
a las exigencias de la cultura dominante.
ECESARIA claridad ha de tener acerca de su función
de educar: de formar personas, antes y más que
-simplemente- producir profesionistas, " licenciados"...
MPORTANTE tarea la suya: de ayudar a los jóvenes en
el discernimiento y de abrir horizontes y perspectivas
legítimas a sus inquietudes últimas y más hondas...
ELUCIDAD necesita para adaptarse a los rápidos cambios de la realidad, al considerarlos de trascendencia
para el futuro de la humanidad.
XPERIMENTAR -por la Docencia y la Investigaciónel gozo de buscar y descubrir y vivir la Verdad,
conscientes de poseerla ya completa en Jesucristo.
ECONOCIDA por todos podrá llegar a ser la Universidad, como "hervidero de cultura milenaria, como
foco irradiador y crisol donde se fragua la cultora
adveniente..."
ABERSE formadora de personas maduras, que alcanzarán su plenitud en el permanente desarrollo de sus
facultades, puestas al servicio de sus semejantes...
NTEGRARSE como presencia de Iglesia y centro de
sabiduría, en aquello en que está en juego el Hombre
mismo, en su búsqueda trascendente e integral, del
ser y la verdad.
ECIDIDA conciencia viva a tener, de la Comunidad en
la que la Universidad se encuentra inmersa, para
aprender de ella y con ella a trascender: buscando
más alia de los datos medibles...
CTUALIZA a sus Maestros como: Coordinadores de un
aprendizaje continuo, multidisciplinario y plurisensorial; como Animadores socioculturales y Terapeutas
del desarrollo de sus Educandos.
ECLARA a la Persona Humana en la Comunidad, como
su máximo horizonte y la ayuda responsablemente a
alcanzar la medida plena de su humanidad, en Cristo
paradigma del cristiano.
ACTUANDO así, la Universidad "de inspiración cristiana" se visualiza a la vez, en el corazón del mundo
y en el de la Iglesia: enseñando apasionadamente a los
hombres a ser humanos.
A EVANGELIZACIÓN no es optativa, sino honrosa
tarea misionera obediente al mandato de Cristo: "Vayan... y enseñen... lo que Yo les he enseñado."
NUNCIO es de Cristo, como "fuente de todos los valores" y actividad sagrada que inyecta en las venas del
mundo la vigorosa sabia del Evangelio.
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VANGELIZA presentando libremente -no sin dificultadlos diversos aspectos de la belleza, siempre antigua y
siempre nueva, que se hallan presentes en el rostro
de Cristo.
IDA Y AMOR como "civilización a construir en y
desde la Universidad"', aceptando y haciendopropia
la insistente invitación de Juan Pablo II, a todo el
mundo.
CEPTACIÓN del Señor Jesús, como poseedor del
"Supremo Doctorado en Humanidades " e Insuperable
Paradigma de toda grandeza humana verdadera.
ECESIDAD constitutiva humana, de poder saciarse,
sólo con la posesión del Dios personal, confesado por
Agustín de Hipona: "Nos hiciste para Ti, Señor y
nuestro corazón estará inquieto... "
ENEROSA sociedad la nuestra, que no se satisface con
sólo noticias periodísticas... Y cuyas legítimas aspiraciones deberán ser respetadas y no eliminadas...
SPECIFICIDAD de nuestra responsabilidad como
cristianos: ser conscientes de vivir el extraordinario
momento histórico, del final de una época y el
principio de otra...
A ESPLÉNDIDA geografía mexicana espera de nosotros:
ser la continuadores de la inmensa obra evangelizadora,
iniciada por doce sayales franciscanos...
MPLICA esto, la transmisión del Evangelio: comunicarlo... Para que la Cultura sea evangelizada y
transformada y... La Fe se haga Cultura en nuestra
Patria.
ETA... Y muchas más maneras diferentes... Tendremos
-si queremos- de expresar la Palabra, la que por ser
divina siempre será la misma.
SI EL MENSAJE será actual y, al inculturarse el
Evangelio traspasará los siglos, de manera comprensible y creíble para los humanos.
OMUNICARSE podrá el ser humano con Dios, su
Padre y su Creador, ya no más visto como "rival del
Hombre", sino como "el garante de su libertad y la
fuente de su felicidad."
MPORTANTE será el testimonio de la vida y que no
quede todo en mero discurso de palabras: Se hará
entonces palpable la experiencia desde el misterio de
la Fe.
PTARÁ la Evangelización por anclarse en el deseo
infinito de felicidad de todo ser humano, que acogerá
el don de la fe y en la Palabra revelada encontrará
su plenitud.
OTABLE Areópago moderno: la Cultura, en donde el
Evangelio se dejará oír como "Buena Noticia" para
ser recibida y vivida: la gracia le dará al ser humano,
lo que no le dio la evolución...
D EFINITAVEMENTE corresponde a la Universidad
E
coadyuvar en la construcción de la "Civilización del
Amor". Tiene para ello los mejores recursos... Y no
defraudará tal esperanza.
XCELENTE oportunidad para el ser humano, de
mostrarse responsable y Señor de su destino, mediante
el uso inteligente y oportuno del don de su libertad.
A VERDAD es que la Persona Humana es superior al
universo entero, dado que "el intelecto es la creación
más maravillosa de Dios", a decir de Etienne Gilson,
siguiendo a Sto. Tomás.
COGEMOS el don de la inteligencia y el progreso de la
ciencia, conscientes de que la sabiduría perfecciona el
conocimiento humano y humaniza sus conocimientos.
U
U
R
E
N
ULTURA es todo aquello que conforma el alma de una
nación... La Universidad crea cultura, al hacer un uso
serio de la razón humana, perfectamente adaptada a la
solución de los problemas.
RGE una contracultura capaz de superara la superficialidad... y la preocupante regresión que, a nivel
noético, se observa en la cultura actual y que mutila
al ser humano...
A UNIVERSIDAD fiel a la cultura de la Verdad y a una
Educación fundada en una sana filosofía: será de gran
ayuda para salir de la crisis cultural en que nos
encontramos...
ENDER puentes entre la Fe y la Cultura... Redimir a
las culturas antiguas y modernas del Continente Americano: es tarea de la Universidad "de inspiración
cristiana y católica".
NA Cultura nuestra, basada en la Verdad y en el Amor:
Una nueva cultura transida de Evangelio, que exprese
en palabras humanas el mensaje salvífico de Dios a la
Humanidad.
EDENCIÓN de Culturas: camino necesario, indispensable para la plena realización de las mismas: que
surgiendo del hombre, sean para el bien del hombre.
DECUADA Cultura de la Verdad y del Amor, que
promueve a todo el Hombre y se presenta como un
Humanismo Plenario, en la búsqueda de la verdad
que conecta con la fe.
S HORA de confiar en la fecundidad cultural de la fe,
capaz de desencadenar un proceso humanista, científico, que Heve al ser humano a la armonía existencial.
ECESITAMOS ser "Bilingües de manera especial": que
por igual hablemos las lenguas de los hombres... y el
"idioma de Dios."
•C' SPERANZA del ir al encuentro respetuoso de las culturas indígenas -ya sembradas del Verbo- para ayudarlas
L a abrirse a Jesucristo, quien plenificará sus almas...
OS HOMBRES seguirán siempre anhelando y buscando
la Felicidad: ésta se hallará en plenitud, cuando el
Evangelio sea percibido, recibido y vivido como
"Buena noticia".
MILENIO: nuevos problemas y retos que afronN UEVO
tar con propuestas originales, fruto de un dialogar
U
E
O
respetuoso y creativo con las diversas culturas...
N SANO reslismo y humildad para aceptar nuestros
humanos límites... E ir hacia el futuro sin pesimismos,
superando nuestros pensares egoístas...
L MOMENTO histórico conlleva el peligro de que la
mente quede prisionera de la superficialidad y no se
dé cuenta de las grandes necesidades del corazón y de
sus interrogantes decisivos.
AMOS a atrevernos a explorar caminos nuevos... a
despertar y salir del camino en el que la inteligencia
trabaja sólo a la mitad o menos de sus capacidades.
PTEMOS por ser fieles a nuestra generación y atender
a los problemas y angustias del hombre contemporáneo,
asistidos por la fuerza del Espíritu Sto. que actualiza
lo dicho por Cristo.
M ISTERIO de Salvación presente en n uestra historia
humana: Captación de la naturaleza sacramental del
Tiempo de la Iglesia, que nos lleva a vivir comprendiendo y dando gracias.
MPLICACIÓN de una forma cristiana de vida y de un
testimonio existencial, como argumento apologético
de lo más convincente.
A BUENA NUEVA del Evangelio llevada a todas las
culturas, en respuesta al general y omnipresente deseo
de Felicidad, que es la fuerza matriz universal...
S YA HORA de hacer lo que se debe: teniendo las ideas
claras y firmes, a la vez que el corazón flexible y
transparente, para no aceptar ser reproductores de
sistemas inhumanos.
OS TOCA hacer realidad para el mundo entero, que
"México es el nombre de una esperanza humana", al
vencer la conjuntura, más o menos generalizada,
contra la Vida y la Familia.
NQUIETOS ante los retos de la sociedad actual y atentos
a ver más a llá de nuestras propias necesidades, vamos
al encuentro del hombre cibernético, que como todo
ser vivo, es una totalidad en potencia.
PTAMOS, finalmente, por ser portadores de Futuro: por
el testimonio luminoso de nuestras vidas; y por ser
cuidadosos del tipo de Hombre que educamos y que
habrá de salir de nuestras aulas en ruta de Integridad,
i
sustentada ésta, en Quien es el camino, la Verdad y la
Vida: Cristo Jesús... y por lo mismo, sin preocuparnos
excesivamente: pues él es El Señor de la Historia.
E
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