EDUCACIÓN LUNES 17 DE NOVIEMBRE DE 2014 A 11 Conferencia Mundial sobre Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS): La conciencia medioambiental se desarrolla al interior de la sala de clases La escuela básica Lo Narváez de Olmué es uno de los dos establecimientos en Chile certificados en EDS por la Unesco. Desde prebásica tiene un taller de medio ambiente donde los alumnos aprenden sobre cultivo de lombrices y mantención de huertos, entre otras cosas. nes políticas y los incentivos financieros no son suficientes para alcanzar el desarrollo sostenible. Para hacerlo necesitamos cambiar nuestra forma de pensar y de actuar como individuos y sociedades”, indicó la directora general de la Unesco, Irina Bokova, al explicar por qué la organización centró su misión en las generaciones que actualmente se están formando. Bokova dijo estar contenta porque los profesores formalmente comprometidos con los planteamientos de la EDS suman más de un millón en todo el mundo. Solo en Japón son más de 800 los colegios certificados por la Unesco en este sentido. Estrategias exitosas Pero aunque se ha avanzado, en la conferencia también El programa Observando la Arena, de República Dominicana, “invita a alumnos de 7° básico a 4° medio a poner en práctica el método científico. Se les enseña a medir y analizar los cambios que sufre el entorno costero para comprender cómo afecta el cambio climático”, comenta Franklin Tejeda, asistente de proyectos de la Unesco. se planteó que los desafíos aún son muchos: se necesita de una mayor capacitación para los profesores, sistemas para medir la eficiencia de este tipo de enseñanza y mayor compromiso político, advirtió el ministro de Educación de Japón, Hakubun Shimomura. De ahí que representantes de 25 países fueran invitados a desplegar “posters” con información sobre experiencias exi- Presencia chilena Chile fue una de las 150 naciones que participaron en la Conferencia Mundial sobre Educación para el Desarrollo Sostenible. El país —que cuenta con dos escuelas formalmente certificadas por la Unesco en esta materia: la escuela básica de Rabuco, en Hijuelas, y la escuela básica Lo Narváez, de Olmué— fue representado por María Elena Ponton, del equipo de currículum del Mineduc, quien moderó un taller dedicado a los niños como agentes de cambio que se organizó en conjunto con Suazilandia. “La participación de Chile en este evento supone una instancia de inspiración, además de motivación para seguir aprendiendo. Buscamos de esta forma enfrentar los desafíos que en esta materia nos impone el país”, comentó Ponton a “El Mercurio”. Otros chilenos en la conferencia fueron el jefe del Área de Arquitectura del Departamento de Infraestructura Escolar del ministerio (que cuenta con su propia certificación verde), además de un representante de la Red Campus Sustentable. tosas que han desarrollado en sus escuelas u organizaciones. La idea fue mostrar lo factible que es replicar este tipo de iniciativas a través de acciones concretas. Mientras el proyecto Observando la Arena, de República Dominicana, capacita a alumnos de doce centros educativos para observar y elaborar estrategias para cuidar las playas de su país, en Holanda un grupo de profesores y estudiantes trabajan en una plataforma en línea en la que despliegan información sobre actividades verdes. “Tenemos tantos datos, que incluso generamos filtros. Se pueden buscar iniciativas por edad, cercanía o tema”, explica Hans Lodder, representante del sitio Groen Gelinkt. En Namibia, el centro de educación NaDeet “trabaja de lunes a viernes enseñando un curso extracurricular sobre cómo cocinar aprovechando la luz del sol. Contamos con hornos solares en los que hacemos carnes exquisitas”, cuenta la coordinadora Victoria Keding. Allí participan tanto niños como apoderados. La propuesta de la Sociedad de Vida Silvestre y Medio Ambiente de Sudáfrica consiste en invitar a escolares a reconocer ciertos insectos en los riachuelos a su alrededor y generar un informe usando los mapas interactivos de Google, sin necesidad de imprimir. “Según la información que se vaya recopilando, se puede ver qué tanta contaminación existe”, cuenta Jim Taylor, director de la organización. El objetivo final es crear una base de datos conjunta. Y es que la EDS aboga por eso, cree Lesley Jones, de la Fundación de Educación Ambiental de Dinamarca. “Es más que saber distinguir cuáles son las energías renovables. Consiste en crear vínculos que nos ayuden a dilucidar cómo es que el trato a la Tierra afecta muchos aspectos de nuestra vida: al gobierno, la economía y la sociedad como un todo. Es un conocimiento que nos permite hacer juicios con mayor fundamento”, precisa. El proyecto Observando la Arena, de República Dominicana, capacita a los alumnos para observar y elaborar estrategias para cuidar las playas de su país, entre las que destacan Laguna y Navajo. Concurso Intel Global Challenge realizado en la UC Berkeley, Estados Unidos: Equipo chileno gana premio por iniciativa que convierte el celular en un laboratorio Utilizando distintas aplicaciones enseñan conceptos de física y química a través de la experimentación. Exhibición: “Yo fotografío mi barrio” de visita en Recoleta Las fotografías seleccionadas en el concurso “Yo fotografío mi barrio”, que organiza el Museo Nacional de Bellas Artes, salen de ese museo para visitar las comunas cercanas. El concurso, que invita a escolares de básica y media a mirar a través de la cámara su identidad y el patrimonio cultural que los rodea, este año se centró en el tema “Juegos y juguetes que nos unen e identifican”. De las fotos recibidas de todo el país que reflejaron cómo se juega en Chile y a qué, se seleccionaron 150 que fueron exhibidas en el MNBA hasta el mes pasado y que ahora se podrán ver, hasta el 8 de diciembre, en la Corporación Cultural de Recoleta (Inocencia 2711). ALEXIS IBARRA O. Pocos conocen la cantidad de sensores que un teléfono inteligente tiene: acelerómetros, giroscopios, magnetómetros, brújula, sensores de luminosidad y proximidad y el GPS, que da una coordenada geográfica, entre otros. Tres estudiantes de la Universidad de Chile pensaron en ellos para crear Lab4U, una iniciativa que tiene como objetivo que las tabletas y los teléfonos inteligentes se conviertan en verdaderos laboratorios para la enseñanza de la ciencia en los colegios. Su idea los llevó a ganar la final regional del concurso Intel Global Challenge y, con ello, el pase a la final mundial que se realizó este mes en la Haas School of Business de la Universidad de California, en Berkeley. Tras competir con otros 26 equipos de 20 países, los jóvenes lograron el primer lugar y un premio de US$ 50 mil que usarán para perfeccionar su herramienta. “Cerca del 88% de los colegios en Latinoamérica no tienen un laboratorio de ciencia y algunas universidades también carecen de equipamiento científico. Queríamos buscar una solución a este problema que consistiera en crear un laboratorio de bajo costo”, dice Komal Dadlani (25), LAB4U “El palín en lo más alto”, de José Carlos Rivera, ilustró el afiche. La cámara del celular capta la muestra de distintas concentraciones de una solución. En este caso, el teléfono opera como si fuera un colorímetro y espectrómetro. INTEL MNBA n Isidro Lagos y Komal Dadlani, fundadores de Lab4U, junto a Rodolfo Ávila, business developer de la compañía. quien fundó Lab4U junto a Álvaro Peralta e Isidro Lagos. Así encontraron en el teléfono inteligente un aliado que les permitía llevar la experimentación a las salas de clase. “Hasta el momento hemos creado dos aplicaciones orientadas a la enseñanza media y que se usan para el aprendizaje de química y física”, aclara Dadlani. Hacer esto mismo en un laboratorio tradicional necesita de equipos que cuestan cientos o miles de dólares. Uno de estas aplicaciones es SpectroCell, que utiliza la cámara del celular como un sensor espectrofotométrico, que sirve para analizar la concentración de una solución a través de la densidad ópti- ca. Con ello pueden hacer experimentos que requerirían de un colorímetro o un espectrómetro profesional. La otra aplicación se llama Lab4Physics y se utiliza para la enseñanza de conceptos físicos como la aceleración, la gravedad y el magnetismo. Por ejemplo, atan un elemento pesado a un extremo del celular que está en una mesa. Luego, sueltan el objeto provocando que el celular se deslice rápidamente. La aplicación grafica los datos de su movimiento y los estudiantes pueden interpretar los resultados. También quieren usar el micrófono para hacer experimentos relacionados con ondas y sonidos, y ya está en preparación la aplicación Lab4U MicroWorld, que convierte al teléfono en un microscopio al añadirle un lente con un costo cercano a un dólar. Con ello logran aumentos de hasta 40X. Desde hace varios meses vienen realizando pilotos en los colegios San Ignacio El Bosque (Providencia), Santa Joaquina de Vedruna (Puente Alto) y en el Liceo Bicentenario de Talagante. “Lo encontré divertido, dinámico e innovador... Creo que uno aprende más con la experimentación que al leer un libro, tomando los datos reales y no sacándolos de un texto”, dice Fabián Padilla, estudiante de segundo medio del Liceo Bicentenario. Los próximos pasos son crear material educativo para el uso de las aplicaciones en clase y una plataforma colaborativa donde los profesores pueden compartir experiencias y materiales. Y si bien hoy las aplicaciones se pueden descargar gratis desde Google Play, en el futuro esperan cobrar por la licencia o bien por un servicio de suscripción. PROYECTO OBSERVANDO LA ARENA A los ocho años, los alumnos de la escuela Lawthorn de Ayrshire (Escocia) aprenden sobre matemáticas calculando cuántas veces llueve en un mes, qué tan seguido se prenden las luces en su casa y con qué frecuencia se abre la llave de agua en su clase. Con estos datos crean gráficos que comparten unos con otros. La información también les ha permitido sacar conclusiones en clases de historia y geografía. “Si el Amazonas desaparece, tendremos 40% menos de oxígeno en la atmósfera. En 15 años podríamos perder territorios del tamaño de Inglaterra”, cuenta Mackenzie Smith. Este estudiante de enseñanza básica es entusiasta respecto del enfoque medioambiental de su colegio: en lenguaje se plantan árboles para fomentar la lectura bajo su sombra, en ciencias se enseña sobre la huella de carbono y en consejo de curso se les invita a pensar en alternativas sustentables para ayudar a la comunidad, cuenta. Al modelo le ha ido tan bien, que durante la Conferencia Mundial sobre Educación para el Desarrollo Sostenible de la Unesco (EDS), el establecimiento escocés fue una de varias escuelas destacadas por su trabajo en pos del cuidado del planeta. En el evento —celebrado la semana pasada en Japón, ante la presencia de más de mil personas— se reconocieron estas iniciativas y se dio cierre a lo que Naciones Unidas bautizó como la Década de la EDS, período que comenzó en 2005 y cuyo objetivo fue concienciar a la población en torno a la importancia de adquirir actitudes más ecológicas. Durante estos primeros diez años, el mensaje estuvo especialmente destinado a los jóvenes, algo que en el congreso se vio reflejado a través del paseo constante de niños enseñando a los asistentes sobre reciclaje, cambio climático y consumo sustentable. “La tecnología, las regulacio- Luego de diez años desde que la Unesco pidió enfatizar este tema, la organización dio a conocer ejemplos de colegios que se adaptaron para transmitir una actitud de vida más ecológica a sus alumnos. Visitas constantes a la costa y un sitio web con actividades y talleres sobre energías renovables son ideas fáciles de replicar. PROYECTO OBSERVANDO LA ARENA Desde Aichi-Nagoya, Japón TOMÁS FERNÁNDEZ n MARGHERITA CORDANO F.