doi:10.3900/fpj.4.4.227.s EISSN 1676-5133 Comportamiento de la presión arterial tras una sesión de ejercicios resistidos Artículo Original Elisa Maria Rodrigues dos Santos Universidade Gama Filho (CEPAC) [email protected] Roberto Simão Universidade Gama Filho (CEPAC) Universidade Católica de Petrópolis [email protected] SIMÃO, R.; SANTOS, E.M.R. Comportamiento de la presión arterial tras una sesión de ejercicios resistidos. Fitness & Performance Journal, v. 4, n. 4. p. 227 – 231, 2005. RESUMEN: Estudios mostran que los ejercicios resistidos (ER) pueden influenciar en los efectos hipotensitos post-esfuerzo, principalmente en la presión arterial sistólica (TAS). Además, la literatura permanece con algunas controversias. El objetivo fue verificar el comportamiento de la TAS y la presión arterial diastólica (TAD) en reposo después de la realización del programa compuesto de tres series con cargas de 10 repeticiones máximas (10RM) en cuatro ejercicios. Seleccionamos nueve individuos, siendo cuatro mujeres y cinco hombres. Cada individuo participó tres vejes no consecutiva en el local del estudio. El la primera visita, fueron realizados teste de 10RM para verificación de las cargas en los ejercicios “lat pull down”, leg press horizontal, bíceps curl e mesa flexora. La segunda visita, hicimos un re-test para verificación de la fidedgnidade del test anterior. La tercera visita, individuos realizaron un calentamiento específico y después de dos minutos de pausa, empezaran la sesión de entrenamiento. Las pausas de recuperación entre las series y ejercicios también fueron marcadas en dos minutos. La TA fue aferida antes del entrenamiento en la tercera visita, con la utilización del método ausculta torio. Después de terminado la secuencia del ejercício, medimos la TA en ciclos de cinco minutos, con individuo en reposo total. Para el analicé dos datos, usamos ANOVA para medidas repetidas, con verificación posthoc de Tukey, verificándose la TAS y TAD post esfuerzo (p<0,05). No hubo diferencias significativas entre los valores de la TAS y TAD post esfuerzo, cuando comparadas a TAS e TAD en reposo. Pero, fue observado una tendencia a los efectos hipotensitos de la TAS cuando comparado medidas de reposo. En relación a TAD esa tendencia no fue observada. Nuestros resultados sugerem, que un entrenamiento de fuerza con un pequeño volumen, no será capaz de reducciones significativas de la TA post esfuerzo. Palabras clave: Hipotensión. Presión arterial sistólica. Presión arterial diastólica. Entrenamiento de fuerza. Dirección para correspondencia: Universidade Gama Filho – CEPAC. Rua Manoel Vitorino, 553 – Piedade – Prédio MR Térreo – Rio de Janeiro/RJ – CEP.: 20748-900 Fecha de Recibimiento: abril / 2005 Fecha de Aprobación: junio / 2005 Copyright© 2008 por Colégio Brasileiro de Atividade Física, Saúde e Esporte Fit Perf J Rio de Janeiro 4 4 227-231 jul/ago 2005 227 RESUMO ABSTRACT Comportamento da pressão arterial após uma sessão de exercícios resistidos Behavior of the blood pressure after a session of resistance exercise Estudos evidenciam que os exercícios resistidos (ER) podem influenciar no efeito hipotensivo pós-esforço, principalmente na pressão arterial sistólica (PAS). Contudo, a literatura permanece controversa. O objetivo foi verificar o comportamento da PAS e pressão arterial diastólica (PAD) em repouso após a realização de um programa composto de três séries com cargas para 10 repetições máximas (10RM) em quatro exercícios. Selecionamos nove voluntários, sendo quatro mulheres e cinco homens. Cada voluntário compareceu três vezes não consecutivas ao local do estudo. Na primeira visita, foram realizados testes de 10RM para verificação das cargas nos exercícios “puxada pela frente” no pulley, leg press horizontal, rosca bíceps e mesa flexora. Na segunda visita, realizouse um re-teste para verificação da fidedignidade do teste anterior. Na terceira visita, indivíduos realizaram um aquecimento específico e, após dois minutos de intervalo, iniciaram a sessão de treinamento. Os intervalos de recuperação entre as séries e os exercícios também foram estipulados em dois minutos. A PA foi aferida antes do treinamento na terceira visita, através do método auscultatório. Após o término da seqüência de exercícios, aferiu-se a PA em ciclos de cinco minutos, com o indivíduo em repouso total. Para análise dos dados, valeu-se da ANOVA para medidas repetidas, com verificação post-hoc de Tukey, verificando a PAS e a PAD pós-esforço (p<0,05). Não se verificaram diferenças significativas entre os valores da PAS e da PAD pós-esforço, quando comparadas à PAS e à PAD em repouso. Porém, observou-se uma tendência ao efeito hipotensivo da PAS quando comparada às medidas de repouso. Em relação à PAD, essa tendência não foi observada. Nossos resultados sugerem que um treinamento de força com um pequeno volume não será capaz de reduções significativas da PA pós-esforço. Palavras-chave: Hipotensão, Pressão arterial sistólica, Pressão arterial diastólica, Treinamento de força. It has been suggested that resistance exercise (RE) can influence on post-exercise hypotensive effect, mainly on systolic blood pressure (SBP). However, there’s not consensus in the literature. The aim of this study was to verify post-exercise systolic and diastolic blood pressure (SBP and DBP) responses, after a weight training consisted of three 10 repetitions maximum (10RM) sets in four exercises. Nine subjects were studied, consisting of four women and five men. Each subject turned up 3 nonconsecutive days in the testing place. On the first day, it was realized tests to determine the load associated with 10RM for the following exercises: pulley pull down, seated leg press, biceps curl and leg curl. On the second day, a re-tests was done to verify the reliably of previous test. On the third day, subjects performed a specific warm-up and after an interval of two minutes, they began the session. Recovery interval between sets and exercises also was set in two minutes. Rest blood pressure (BP) was measured before the sequences on the third day, by auscultatory method. After the sequences of exercises, BP was measured at 5-minute intervals, being the subject at rest. Data were analyzed using Two-Way Reapeated-Measure ANOVA followed by Tukey post-hoc test where appropriate (p<0.05), verifying post-exercise SBP and DBP. It was not observed significant differences between post-exercise SBP and DBP values, when compared to rest SBP and DBP. Nevertheless, a propensity to SBP hypotensive effect was observed when compared to rest measures. By the DBP, this propensity was not found Results suggest that low volume at RE does not reduce post-exercise BP.. Keywords: Hypotension, Systolic blood pressure, Diastolic blood pressure, Weight training. INTRODUCCIÓN Estudios epidemiológicos y clínicos están demostrando efectos benéficos de la práctica de actividad física sobre la presión arterial (PA) en individuos de todas las edades (SIMÃO et al., 2005). En Brasil, las condiciones cardiovasculares son la principal causa de muerte, y la hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo primario para enfermedades del corazón (SIXT et al., 2004). De esa forma, reducir a PA, es importante para la reducción del riesgo de enfermedades del corazón. La práctica de ejercicios podría auxiliar en esta reducción de PA en reposo, y con la continua práctica de actividades físicas, esa reducción tornarse-iba una respuesta crónica (FNS, 1998). Esos beneficios de la actividad física sobre PA hacen de ella una importante herramienta en la prevención y tratamiento de la hipertensión. Una metanálise de 54 estudios longitudinales randomizados controlados, examinando el efecto del ejercicio físico anaerobio sobre PA, demostró que esa modalidad de ejercicio reduce, en media 3,8mmHg y 2,6mmHg la presión arterial sistólica (PAS) y la presión arterial diastólica (PAD), respectivamente (PARISI et al., 1992). Bajadas de sólo 2mmHg en la PAD pueden disminuir sustancialmente el riesgo de enfermedades y muertes asociadas a la hipertensión, lo que demuestra que la práctica de ejercicio anaerobio representa importante beneficio para la salud de individuos hipertensos (SIXT et al., 2004). 228 Está siendo propuesto que el efecto del ejercicio aeróbico sobre PA se debe más al efecto agudo de la última sesión de ejercicio, que de las adaptaciones cardiovasculares al entrenamiento (MORICE et al., 2002). Por otro lado, son relativamente escasas las informaciones sobre el efecto hipotensivo tras los ejercicios resistidos (ER). Durante ese tipo de actividad, el valor de PA tiende a elevarse rápidamente, podiendo alcanzar valores importantes (POLITO et al., 2003). La magnitud de las cargas movilizadas, así como las masas musculares envueltas, parecen ser determinantes de ese gradiente. Sin embargo, solamente pocos estudios (POLITO et al., 2003; SIMÃO et al., 2005) evidencian que los ER tienen efecto hipotensivo, sobre todo en la PAS, y que la intensidad de los ER puede influenciar la duración del efecto hipotensivo tras el término de la actividad, pero no su magnitud. Sin embargo, el comportamiento de PA justo después de los ER permanece poco definido en la literatura. Algunos estudios demuestran reducciones (POLITO et al., 2003; SIMÃO et al., 2005) de PA tras los ER, pero otros datos no reportan alteraciones (ROLTSCH et al., 2001) o muestran aumento (O’CONNOR et al., 1993). Así, el objetivo de ese estudio fue a verificar el comportamiento de la PAS y PAD en reposo, tras los ER, en la realización de un programa compuesto de tres series con cargas para 10 repeticiones máximas (10RM) en cuatro ejercicios. Fit Perf J, Rio de Janeiro, 4, 4, 228, jul/ago 2005 MATERIALES Y MÉTODOS RESULTADOS La población fue seleccionada de forma sistemática intencional, y formada por nueve voluntarios, con edades entre 19 y 23 años, siendo cuatro mujeres (21 ± 0,8 años; 58,4 ± 4,4 kg; 165,5 ± 3 cm) y cinco hombres (20,6 ± 1,7 años; 76,5 ± 3,1 kg; 177,9 ± 3,4 cm). Todos eran individuos saludables, normotensos y tendrían que poseer experiencia previa en ER hay por lo menos 12 meses. Utilizamos como criterio de exclusión, el uso de cualquier medicamento que afectase a PA en reposo o durante el ejercicio, sustancias anabólicas o ergogênicas, ingestión de alcohol, además de problemas en los sistemas músculo-esquelético y articular que puedan intervenir en la perfecta ejecución de los ejercicios. Todos los voluntarios firmaron un término de consentimiento para la realización de los tests y respondieron al cuestionario PAR-Q. Esa investigación atendió a las normas de la Resolución n0 196/96, del Consejo Nacional de Salud. La muestra constituida para este estudio fue caracterizada como homogénea, presentando distribución normal en relación a los valores de las variables de edad, masa corporal, estatura, porcentual de gordura, masa delgada y IMC, en mujeres (21 ± 0,8 años; 58,4 ± 4,4 kg; 165,5 ± 3 cm; 19,2 ± 3,9%; 47,1 ± 3,7 kg; 22,2 ± 2 kg/m2), y en hombres (20,6 ± 1,7 años; 76,5 ± 3,1 kg; 177,9 ± 3,4 cm; 15,4 ± 2,4%; 60,1 ± 5,8 kg; 17,2 ± 2 kg/m2). Cada voluntario compareció tres veces no consecutivas al local del estudio. La primera visita, habían sido realizados las medidas antropométricas y los tests de 10RM (BAECHLE & EARLE, 2000) para verificación de las cargas para los ejercicios de “arrastrada por la frente” en el pulley, leg press horizontal, rosca bíceps y mesa flexora. La segunda visita, uno re-test para obtención de las cargas en 10RM fue realizado para verificación de la fidelidad del test anterior. La tercera visita, los individuos realizaron un calentamiento específico, de 15 repeticiones a 30% de la carga de 10RM y, tras el calentamiento, habían sido datos dos minutos de intervalo antes del inicio de la sesión de entrenamiento. Los ejercicios arriba citados habían sido realizados en tres series de 10RM estipuladas en dos minutos, con intervalos de recuperación entre las series y los ejercicios. La tercera visita, PA fue contrastada antes del inicio del trabajo, a través del método auscultatório (Tycos – Adult Size CE 0050). EL patrón de medida de PA siguió las recomendaciones de American Heart Association (PERLOFF et al., 1993). Uno evaluador experto realizó las medidas de reposo, siendo que la confiabilidad de la medida fue previamente contrastada antes de la realización del estudio. Para la medida de reposo, el sujeto posicionó el brazo izquierdo, relajado, en una superficie plana a la altura del hombro. La fijación del manguito en el brazo ocurrió con aproximadamente 2,5 cm de distancia entre su extremidad inferior y la fosa antecubital. Tras el manguito inflado, se puso en marcha el proceso de vaciamiento en una razón de 2mmHg por segundo, hasta distinguir el 10 y el 50 ruido de Korotkfoff, corresponsales a los valores sistólicos y diastólicos, respectivamente. El individuo permaneció sentado por cinco minutos antes del contraste. Tras el término de la secuencia de ejercicios, PA fue contrastada en ciclos de cinco minutos, con el individuo en reposo total, sentado confortablemente durante 60 minutos, terminando un total de 12 medidas. Además, los sujetos habían sido instruidos a no realizar la Maniobra de Valsalva durante la ejecución de los ER. Para análisis de los datos, se utilizó la ANOVA para medidas repetidas, con verificación post-hoc de Tukey, para conferir la PAS y la PAD post-esfuerzo. El tratamiento estadístico fue efectuado en relación al reposo y entre los valores de la PAS y de la PAD de la secuencia, adoptando p<0,05 como nivel de acepción. Fit Perf J, Rio de Janeiro, 4, 4, 229, jul/ago 2005 Los valores medianos para PAS y PAD obtenidos en el reposo y tras la secuencia de ejercicios están presentados en la tabla 1. No habían sido verificadas diferencias significativas entre los valores de la PAS y PAD postesfuerzo, cuando comparados a los obtenidos en reposo. Sin embargo, fue observada una tendencia al efecto hipotensivo de la PAS, cuando comparado a las medidas de reposo. En relación a la PAD, esa tendencia al efecto hipotensivo no fue observada. DISCUSIÓN Las respuestas de PA pueden ser diferenciadas en individuos normotensos e hipertensos, una vez que el efecto hipotensor post-ejercicio puede estar asociado al estado de salud de los individuos (FLECK et al., 1987). Existen evidencias de que los ejercicios aeróbicos son efectivos en la reducción de PA de reposo en hipertensos (TIPTON, 1991), y que las reducciones de PA tras el ejercicio son mayores en estos individuos (MACDONALD, 2002). Además, esa reducción de PA depende de la duración del ejercicio, pero independe de su intensidad. Un estudio de FORJAZ et al. (1998a) en cicloergómetro la 50% de VO2 de pico mostró que el ejercicio físico realizado durante 45 minutos provoca una caída más acentuada en PA que el ejercicio físico realizado durante 20 minutos. Un otro estudio, FORJAZ et al. (1998b) verificaron que el ejercicio físico realizado en 30, 50 y TABLA 1 - Valores medios da PAS e PAD, en cada medida, post el término de la sesión de ER. PAS PAD Reposo 118,2 74,7 5 Min. 125,8 77,1 10 Min. 116,9 75,3 15 Min. 116,7 77,8 20 Min. 114,8 77,8 25 Min. 113,2 77,6 30 Min. 114,4 77,8 35 Min. 114,6 77,8 40 Min. 114,1 77,8 45 Min. 113,9 77,6 50 Min. 114,7 77,2 55 Min. 113,6 77,6 60 Min. 114,3 77,3 MEDIDAS 229 70% del consumo máximo de oxígeno provoca caída semejante en PA en sujetos jóvenes normotensos. Ya BENNET et al. (1984) observaron que un periodo de ejercicio de 10 minutos no induce a una reducción en PA post-ejercicio, pero que períodos adicionales (cuatro períodos de 10 minutos) induce la una caída significativa en PA. Es posible que esa relación sea mantenida en los ER. HARDY & TUCKER (1999) realizaron un estudio con sedentarios e hipertensos, en el cual el levantamiento cartográfico ambulatorial de la presión arterial (MAPA) verificó reducción en la PAS y PAD, por 1 hora, tras una sesión de ER. Sin embargo, algunos estudios no pudieron demostrar cualquier efecto hipotensivo tras los ER. HILL et al. (1989) observaron una reducción de PA en hombres entrenados, inmediatamente tras los ER, sin embargo los valores presóricos alcanzaron los niveles pre-ejercicio en unos minutos y se habían mantenido durante los sesenta minutos de monitorización. Un estudio de ROLTSCH et al. (2001) no habían sido verificadas alteraciones importantes en PA tras los ER, en mujeres y hombres normotensos. En ese estudio, PA fue vigilada durante 24 horas por MAPA, lo que nos lleva a creer que es posible que los ER no provoquen reducciones importantes en PA durante un periodo prolongado. Otros estudios más recientes (SIMÃO et al., 2005; POLITO et al., 2003) demostraron un efecto hipotensivo en individuos normotensos, en decurso de los ER. POLITO et al. (2003) verificaron que los ER ejercen un efecto hipotensivo, sobre todo sobre la PAS, y que la magnitud de las cargas reveló una tendencia para mantener el periodo de reducción de la PAS. Ese estudio verificó cuál el efecto de dos secuencias de ejercicios realizados en diferentes intensidades, sin embargo con lo mismo volumen de entrenamiento, sobre las respuestas agudas tardías de la PAS y PAD. Habían sido analizados seis ejercicios: supino horizontal, leg press, arrastrada en el pulley, mesa flexora, desarrollo y rosca bíceps. Tras un test de 6RM para la determinación de las cargas máximas, en el segundo día habían sido realizadas tres series de 6RM de cada ejercicio, con intervalo de recuperación de 2 minutos entre series y ejercicios. El último día, fue aplicado el mismo procedimiento, sin embargo utilizándose doce repeticiones con carga correspondiente a 50% de 6RM. LA PAS y PAD habían sido contrastadas antes de cada secuencia e inmediatamente tras cada secuencia, en ciclos de 10 minutos, en reposo absoluto durante 1 h. Para PAS, la secuencia de doce repeticiones indujo una reducción significativa en un periodo no superior el 50 minutos, mientras la secuencia de 6RM ocasionó reducción en todas las medidas. Los resultados de ese estudio corroboran los resultados de FISHER (2001), en estudio con mujeres hipertensas y normotensas, tras la ejecución de 15 repeticiones de cinco ejercicios realizados en circuito la 50% de la carga de 1RM, en el cual registró a PA post-esfuerzo durante sesenta minutos y verificó reducción significativa solamente en la PAS. El estudio propuesto por SIMÃO et al. (2005) verificó las respuestas agudas tardías de la PAS y PAD a partir de la realización de tres secuencias de ER. Dos grupos habían sido divididos aleatoriamente, en G1 y G2. Primeramente, se comprobó la carga para la realización de 6RM de cada ejercicio. La secuencia de La G1 fue compuesta por los ejercicios: supino horizontal, leg press ladeado, “arrastrada por la frente” en el pulley alto, desarrollo por la frente en pie y rosca bíceps. La secuencia de G2 constaban 230 todos los ejercicios de G1, más el ejercicio mesa flexora. El segundo día, ambos los grupos realizaron tres series de 6RM de cada ejercicio, con un intervalo de recuperación de dos minutos entre las series y los ejercicios. El último día, doce repeticiones habían sido realizadas de cada ejercicio, con carga correspondiente a 50% de 6RM, siendo que G1 realizó los ejercicios en forma de circuito, terminando un total de tres pasajes, mientras que G2 los realizó asimismo que en el día anterior. PA fue contrastada antes de poner en marcha la colecta de los datos e inmediatamente tras el término de cada secuencia, durante 60 minutos. PA fue contrastada en ciclos de 10 minutos a través del MAPA. El primer grupo, el entrenamiento en circuito presentó reducciones significativas hasta 50 minutos y, para el entrenamiento de 6RM, esas reducciones fueron también de 50 minutos. El segundo grupo, el entrenamiento de 6RM ocasionó reducciones significativas en todas las medidas, mientras que el de 12 repeticiones ocasionó reducción hasta la 4ª medida. Es importante resaltar que no habían sido identificadas reducciones significativas en la PAD en ninguna secuencia de entrenamiento adoptado. Solamente la PAS sufrió reducción significativa post-esfuerzo. El presente estudio, a pesar de observar una tendencia al efecto hipotensivo de la PAS, cuando comparado a las medidas postejercicio entre sí, no habían sido verificadas diferencias significativas en relación a la PAS y a la PAD post-esfuerzo, comparando-las con las medidas de reposo. Para una discusión acerca de la no obtención de un efecto hipotensivo, hay que que algunos factores seamos considerados. El primer factor dice respeto a los posibles errores en la medida. Medidas obtenidas por el método auscultatório tienden a subestimar los resultados de PA en 30%, sin embargo, este es el método más viable y usual para la verificación de los valores de PA en los ER. Sin embargo, es importante que el individuo responsable por el contraste tenga experiencia, pues dificultades para distinguir los ruidos de Korotkoff pueden ocasionar errores (FARINATTI, 2003). Sonidos externos y movimientos con brazos, por ejemplo, pueden traer dificultades para la distinción de estos ruidos, ocasionando errores en la medida (RASMUSSEN et al., 1985). El volumen de ejercicio es un otro factor a ser considerado. En este estudio, la realización de tres series de 10RM, en cuatro ejercicios, puede no haber sido una sesión de ER con volumen adecuado para la obtención de uno efecto hipotensivo. Se debe considerar también que no todos los individuos consiguieron realizar las 10RM en la secuencia de ejercicios determinada. El efecto de la fatiga proporcionó una reducción en el número de repeticiones a cada nueva serie. Eso puede tener influenciado en los resultados obtenidos, corroborando los resultados evidenciados en la literatura sobre el efecto de la fatiga en una secuencia de ejercicios (SIMÃO et al., 2005). El estudio de Simão et al. (2005), además de los ejercicios realizados en el presente estudio, se habían realizado, también, el desarrollo en pie y el supino horizontal, es decir, hubo un mayor volumen de ejercicios, lo que puede tener acarreado el efecto hipotensivo verificado. Además, la intensidad de la carga fue mayor, ya que los ejercicios habían sido realizados con carga para 6RM y con carga correspondiente a 50% de 6RM, sin embargo con un número mayor de repeticiones (12 repeticiones), mientras que en el presente estudio, las cargas fueron de 10RM. Fit Perf J, Rio de Janeiro, 4, 4, 230, jul/ago 2005 Aparentemente, sesiones más intensas promoverían un periodo mayor de reducción de la PAS. Eso es corroborado en el estudio de Simão et al. (2005), en que el grupo G2 realizó un ejercicio más que G1, es decir, seis ejercicios, y presentó reducciones significativas en todas las medidas, mientras que, en el primer grupo, esas reducciones sólo fueron significativas hasta la 5ª medida. Esas reducciones, sin embargo, no fueron en la forma menos intensa. Los mecanismos concernientes al efecto hipotensivo post-ejercicio todavía no están totalmente esclarecidos, sin embargo, SENETIKO et al. (2002) mencionan que los mecanismos del sistema nervioso simpático, el efecto de los barorreceptores y la liberación de óxido nítrico son aspectos que pueden explicar la reducción de PA de reposo, aunque otros mecanismos desconocidos también estén implicados. Las hormonas circulantes también parecen terciar el efecto hipotensivo. Hormonas con potenciales vasodilatadores habían sido reportados por aumenten o se mantengan inalterados durante el efecto hipotensivo. Por otro lado, “agentes vasoconstrictores habían sido aumentados, disminuidos o inalterados tras el esfuerzo” (MACDONALD, 2002). LA posibilidad de ninguna de esas sustancias ser fundamental en el para el efecto hipotensivo es real. FLECK, S. J.; DEAN, L. S. Resistance-training experience and the pressor response during resistance exercise. Journal of Applied Physiology. n.63, p.116-120, 1987. FORJAZ, C. L. M. et al. A duração do exercício determina a magnitude e a duração da hipotensão pós-exercício. Arquivo Brasileiro de Cardiologia. v.70, n.2) p.99-104, 1998a. FORJAZ, C. L. M. et al. Post-exercise changes in blood pressure, heart rate and rate pressure product at different exercise intensities in normotensive humans. Brazilian Journal of Medicine and Biology Research. n.31, p.1247-1255, 1998b. Fundação Nacional de Saúde. 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