Comportamiento de la presión arterial tras una sesión de ejercicios

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doi:10.3900/fpj.4.4.227.s
EISSN 1676-5133
Comportamiento de la presión arterial tras
una sesión de ejercicios resistidos
Artículo Original
Elisa Maria Rodrigues dos Santos
Universidade Gama Filho (CEPAC)
[email protected]
Roberto Simão
Universidade Gama Filho (CEPAC)
Universidade Católica de Petrópolis
[email protected]
SIMÃO, R.; SANTOS, E.M.R. Comportamiento de la presión arterial tras una sesión de ejercicios resistidos. Fitness & Performance
Journal, v. 4, n. 4. p. 227 – 231, 2005.
RESUMEN: Estudios mostran que los ejercicios resistidos (ER) pueden influenciar en los efectos hipotensitos post-esfuerzo, principalmente en la presión arterial sistólica (TAS). Además, la literatura permanece con algunas controversias. El objetivo fue verificar
el comportamiento de la TAS y la presión arterial diastólica (TAD) en reposo después de la realización del programa compuesto
de tres series con cargas de 10 repeticiones máximas (10RM) en cuatro ejercicios. Seleccionamos nueve individuos, siendo cuatro
mujeres y cinco hombres. Cada individuo participó tres vejes no consecutiva en el local del estudio. El la primera visita, fueron realizados teste de 10RM para verificación de las cargas en los ejercicios “lat pull down”, leg press horizontal, bíceps curl e mesa flexora.
La segunda visita, hicimos un re-test para verificación de la fidedgnidade del test anterior. La tercera visita, individuos realizaron un
calentamiento específico y después de dos minutos de pausa, empezaran la sesión de entrenamiento. Las pausas de recuperación
entre las series y ejercicios también fueron marcadas en dos minutos. La TA fue aferida antes del entrenamiento en la tercera visita,
con la utilización del método ausculta torio. Después de terminado la secuencia del ejercício, medimos la TA en ciclos de cinco
minutos, con individuo en reposo total. Para el analicé dos datos, usamos ANOVA para medidas repetidas, con verificación posthoc de Tukey, verificándose la TAS y TAD post esfuerzo (p<0,05). No hubo diferencias significativas entre los valores de la TAS y
TAD post esfuerzo, cuando comparadas a TAS e TAD en reposo. Pero, fue observado una tendencia a los efectos hipotensitos de la
TAS cuando comparado medidas de reposo. En relación a TAD esa tendencia no fue observada. Nuestros resultados sugerem, que
un entrenamiento de fuerza con un pequeño volumen, no será capaz de reducciones significativas de la TA post esfuerzo.
Palabras clave: Hipotensión. Presión arterial sistólica. Presión arterial diastólica. Entrenamiento de fuerza.
Dirección para correspondencia:
Universidade Gama Filho – CEPAC. Rua Manoel Vitorino, 553 – Piedade – Prédio MR Térreo – Rio de Janeiro/RJ – CEP.: 20748-900
Fecha de Recibimiento: abril / 2005
Fecha de Aprobación: junio / 2005
Copyright© 2008 por Colégio Brasileiro de Atividade Física, Saúde e Esporte
Fit Perf J
Rio de Janeiro
4
4
227-231
jul/ago 2005
227
RESUMO
ABSTRACT
Comportamento da pressão arterial após uma sessão de exercícios
resistidos
Behavior of the blood pressure after a session of resistance exercise
Estudos evidenciam que os exercícios resistidos (ER) podem influenciar no efeito
hipotensivo pós-esforço, principalmente na pressão arterial sistólica (PAS).
Contudo, a literatura permanece controversa. O objetivo foi verificar o comportamento da PAS e pressão arterial diastólica (PAD) em repouso após a realização de um programa composto de três séries com cargas para 10 repetições
máximas (10RM) em quatro exercícios. Selecionamos nove voluntários, sendo
quatro mulheres e cinco homens. Cada voluntário compareceu três vezes não
consecutivas ao local do estudo. Na primeira visita, foram realizados testes de
10RM para verificação das cargas nos exercícios “puxada pela frente” no pulley,
leg press horizontal, rosca bíceps e mesa flexora. Na segunda visita, realizouse um re-teste para verificação da fidedignidade do teste anterior. Na terceira
visita, indivíduos realizaram um aquecimento específico e, após dois minutos de
intervalo, iniciaram a sessão de treinamento. Os intervalos de recuperação entre
as séries e os exercícios também foram estipulados em dois minutos. A PA foi
aferida antes do treinamento na terceira visita, através do método auscultatório.
Após o término da seqüência de exercícios, aferiu-se a PA em ciclos de cinco
minutos, com o indivíduo em repouso total. Para análise dos dados, valeu-se da
ANOVA para medidas repetidas, com verificação post-hoc de Tukey, verificando
a PAS e a PAD pós-esforço (p<0,05). Não se verificaram diferenças significativas
entre os valores da PAS e da PAD pós-esforço, quando comparadas à PAS e
à PAD em repouso. Porém, observou-se uma tendência ao efeito hipotensivo
da PAS quando comparada às medidas de repouso. Em relação à PAD, essa
tendência não foi observada. Nossos resultados sugerem que um treinamento
de força com um pequeno volume não será capaz de reduções significativas
da PA pós-esforço.
Palavras-chave: Hipotensão, Pressão arterial sistólica, Pressão arterial diastólica, Treinamento de força.
It has been suggested that resistance exercise (RE) can influence on post-exercise
hypotensive effect, mainly on systolic blood pressure (SBP). However, there’s not
consensus in the literature. The aim of this study was to verify post-exercise systolic
and diastolic blood pressure (SBP and DBP) responses, after a weight training
consisted of three 10 repetitions maximum (10RM) sets in four exercises. Nine
subjects were studied, consisting of four women and five men. Each subject turned
up 3 nonconsecutive days in the testing place. On the first day, it was realized
tests to determine the load associated with 10RM for the following exercises: pulley pull down, seated leg press, biceps curl and leg curl. On the second day, a
re-tests was done to verify the reliably of previous test. On the third day, subjects
performed a specific warm-up and after an interval of two minutes, they began the
session. Recovery interval between sets and exercises also was set in two minutes.
Rest blood pressure (BP) was measured before the sequences on the third day,
by auscultatory method. After the sequences of exercises, BP was measured at
5-minute intervals, being the subject at rest. Data were analyzed using Two-Way
Reapeated-Measure ANOVA followed by Tukey post-hoc test where appropriate
(p<0.05), verifying post-exercise SBP and DBP. It was not observed significant
differences between post-exercise SBP and DBP values, when compared to rest
SBP and DBP. Nevertheless, a propensity to SBP hypotensive effect was observed
when compared to rest measures. By the DBP, this propensity was not found Results
suggest that low volume at RE does not reduce post-exercise BP..
Keywords: Hypotension, Systolic blood pressure, Diastolic blood pressure,
Weight training.
INTRODUCCIÓN
Estudios epidemiológicos y clínicos están demostrando efectos
benéficos de la práctica de actividad física sobre la presión arterial
(PA) en individuos de todas las edades (SIMÃO et al., 2005). En
Brasil, las condiciones cardiovasculares son la principal causa de
muerte, y la hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo
primario para enfermedades del corazón (SIXT et al., 2004). De
esa forma, reducir a PA, es importante para la reducción del riesgo
de enfermedades del corazón. La práctica de ejercicios podría
auxiliar en esta reducción de PA en reposo, y con la continua
práctica de actividades físicas, esa reducción tornarse-iba una
respuesta crónica (FNS, 1998).
Esos beneficios de la actividad física sobre PA hacen de ella una
importante herramienta en la prevención y tratamiento de la
hipertensión. Una metanálise de 54 estudios longitudinales randomizados controlados, examinando el efecto del ejercicio físico
anaerobio sobre PA, demostró que esa modalidad de ejercicio
reduce, en media 3,8mmHg y 2,6mmHg la presión arterial sistólica (PAS) y la presión arterial diastólica (PAD), respectivamente
(PARISI et al., 1992). Bajadas de sólo 2mmHg en la PAD pueden
disminuir sustancialmente el riesgo de enfermedades y muertes
asociadas a la hipertensión, lo que demuestra que la práctica
de ejercicio anaerobio representa importante beneficio para la
salud de individuos hipertensos (SIXT et al., 2004).
228
Está siendo propuesto que el efecto del ejercicio aeróbico sobre PA
se debe más al efecto agudo de la última sesión de ejercicio, que
de las adaptaciones cardiovasculares al entrenamiento (MORICE
et al., 2002). Por otro lado, son relativamente escasas las informaciones sobre el efecto hipotensivo tras los ejercicios resistidos
(ER). Durante ese tipo de actividad, el valor de PA tiende a elevarse
rápidamente, podiendo alcanzar valores importantes (POLITO
et al., 2003). La magnitud de las cargas movilizadas, así como
las masas musculares envueltas, parecen ser determinantes de
ese gradiente. Sin embargo, solamente pocos estudios (POLITO
et al., 2003; SIMÃO et al., 2005) evidencian que los ER tienen
efecto hipotensivo, sobre todo en la PAS, y que la intensidad de
los ER puede influenciar la duración del efecto hipotensivo tras
el término de la actividad, pero no su magnitud. Sin embargo, el
comportamiento de PA justo después de los ER permanece poco
definido en la literatura. Algunos estudios demuestran reducciones
(POLITO et al., 2003; SIMÃO et al., 2005) de PA tras los ER, pero
otros datos no reportan alteraciones (ROLTSCH et al., 2001) o
muestran aumento (O’CONNOR et al., 1993).
Así, el objetivo de ese estudio fue a verificar el comportamiento
de la PAS y PAD en reposo, tras los ER, en la realización de un
programa compuesto de tres series con cargas para 10 repeticiones máximas (10RM) en cuatro ejercicios.
Fit Perf J, Rio de Janeiro, 4, 4, 228, jul/ago 2005
MATERIALES Y MÉTODOS
RESULTADOS
La población fue seleccionada de forma sistemática intencional,
y formada por nueve voluntarios, con edades entre 19 y 23 años,
siendo cuatro mujeres (21 ± 0,8 años; 58,4 ± 4,4 kg; 165,5 ±
3 cm) y cinco hombres (20,6 ± 1,7 años; 76,5 ± 3,1 kg; 177,9
± 3,4 cm). Todos eran individuos saludables, normotensos y tendrían que poseer experiencia previa en ER hay por lo menos 12
meses. Utilizamos como criterio de exclusión, el uso de cualquier
medicamento que afectase a PA en reposo o durante el ejercicio,
sustancias anabólicas o ergogênicas, ingestión de alcohol, además de problemas en los sistemas músculo-esquelético y articular
que puedan intervenir en la perfecta ejecución de los ejercicios.
Todos los voluntarios firmaron un término de consentimiento
para la realización de los tests y respondieron al cuestionario
PAR-Q. Esa investigación atendió a las normas de la Resolución
n0 196/96, del Consejo Nacional de Salud.
La muestra constituida para este estudio fue caracterizada como
homogénea, presentando distribución normal en relación a
los valores de las variables de edad, masa corporal, estatura,
porcentual de gordura, masa delgada y IMC, en mujeres (21 ±
0,8 años; 58,4 ± 4,4 kg; 165,5 ± 3 cm; 19,2 ± 3,9%; 47,1
± 3,7 kg; 22,2 ± 2 kg/m2), y en hombres (20,6 ± 1,7 años;
76,5 ± 3,1 kg; 177,9 ± 3,4 cm; 15,4 ± 2,4%; 60,1 ± 5,8 kg;
17,2 ± 2 kg/m2).
Cada voluntario compareció tres veces no consecutivas al local
del estudio. La primera visita, habían sido realizados las medidas
antropométricas y los tests de 10RM (BAECHLE & EARLE, 2000)
para verificación de las cargas para los ejercicios de “arrastrada
por la frente” en el pulley, leg press horizontal, rosca bíceps y
mesa flexora. La segunda visita, uno re-test para obtención de las
cargas en 10RM fue realizado para verificación de la fidelidad
del test anterior. La tercera visita, los individuos realizaron un
calentamiento específico, de 15 repeticiones a 30% de la carga
de 10RM y, tras el calentamiento, habían sido datos dos minutos
de intervalo antes del inicio de la sesión de entrenamiento. Los
ejercicios arriba citados habían sido realizados en tres series de
10RM estipuladas en dos minutos, con intervalos de recuperación
entre las series y los ejercicios.
La tercera visita, PA fue contrastada antes del inicio del trabajo, a
través del método auscultatório (Tycos – Adult Size CE 0050). EL
patrón de medida de PA siguió las recomendaciones de American
Heart Association (PERLOFF et al., 1993). Uno evaluador experto
realizó las medidas de reposo, siendo que la confiabilidad de
la medida fue previamente contrastada antes de la realización
del estudio. Para la medida de reposo, el sujeto posicionó el
brazo izquierdo, relajado, en una superficie plana a la altura del
hombro. La fijación del manguito en el brazo ocurrió con aproximadamente 2,5 cm de distancia entre su extremidad inferior y la
fosa antecubital. Tras el manguito inflado, se puso en marcha el
proceso de vaciamiento en una razón de 2mmHg por segundo,
hasta distinguir el 10 y el 50 ruido de Korotkfoff, corresponsales
a los valores sistólicos y diastólicos, respectivamente. El individuo
permaneció sentado por cinco minutos antes del contraste. Tras
el término de la secuencia de ejercicios, PA fue contrastada en
ciclos de cinco minutos, con el individuo en reposo total, sentado
confortablemente durante 60 minutos, terminando un total de 12
medidas. Además, los sujetos habían sido instruidos a no realizar
la Maniobra de Valsalva durante la ejecución de los ER.
Para análisis de los datos, se utilizó la ANOVA para medidas
repetidas, con verificación post-hoc de Tukey, para conferir la PAS
y la PAD post-esfuerzo. El tratamiento estadístico fue efectuado en
relación al reposo y entre los valores de la PAS y de la PAD de la
secuencia, adoptando p<0,05 como nivel de acepción.
Fit Perf J, Rio de Janeiro, 4, 4, 229, jul/ago 2005
Los valores medianos para PAS y PAD obtenidos en el
reposo y tras la secuencia de ejercicios están presentados
en la tabla 1. No habían sido verificadas diferencias
significativas entre los valores de la PAS y PAD postesfuerzo, cuando comparados a los obtenidos en reposo.
Sin embargo, fue observada una tendencia al efecto
hipotensivo de la PAS, cuando comparado a las medidas
de reposo. En relación a la PAD, esa tendencia al efecto
hipotensivo no fue observada.
DISCUSIÓN
Las respuestas de PA pueden ser diferenciadas en individuos
normotensos e hipertensos, una vez que el efecto hipotensor
post-ejercicio puede estar asociado al estado de salud de los
individuos (FLECK et al., 1987). Existen evidencias de que los
ejercicios aeróbicos son efectivos en la reducción de PA de reposo en hipertensos (TIPTON, 1991), y que las reducciones de PA
tras el ejercicio son mayores en estos individuos (MACDONALD,
2002). Además, esa reducción de PA depende de la duración
del ejercicio, pero independe de su intensidad. Un estudio de
FORJAZ et al. (1998a) en cicloergómetro la 50% de VO2 de
pico mostró que el ejercicio físico realizado durante 45 minutos
provoca una caída más acentuada en PA que el ejercicio físico
realizado durante 20 minutos. Un otro estudio, FORJAZ et al.
(1998b) verificaron que el ejercicio físico realizado en 30, 50 y
TABLA 1 - Valores medios da PAS e PAD, en cada medida, post el
término de la sesión de ER.
PAS
PAD
Reposo
118,2
74,7
5 Min.
125,8
77,1
10 Min.
116,9
75,3
15 Min.
116,7
77,8
20 Min.
114,8
77,8
25 Min.
113,2
77,6
30 Min.
114,4
77,8
35 Min.
114,6
77,8
40 Min.
114,1
77,8
45 Min.
113,9
77,6
50 Min.
114,7
77,2
55 Min.
113,6
77,6
60 Min.
114,3
77,3
MEDIDAS
229
70% del consumo máximo de oxígeno provoca caída semejante
en PA en sujetos jóvenes normotensos. Ya BENNET et al. (1984)
observaron que un periodo de ejercicio de 10 minutos no induce a una reducción en PA post-ejercicio, pero que períodos
adicionales (cuatro períodos de 10 minutos) induce la una caída
significativa en PA.
Es posible que esa relación sea mantenida en los ER. HARDY &
TUCKER (1999) realizaron un estudio con sedentarios e hipertensos, en el cual el levantamiento cartográfico ambulatorial de
la presión arterial (MAPA) verificó reducción en la PAS y PAD, por
1 hora, tras una sesión de ER. Sin embargo, algunos estudios
no pudieron demostrar cualquier efecto hipotensivo tras los ER.
HILL et al. (1989) observaron una reducción de PA en hombres
entrenados, inmediatamente tras los ER, sin embargo los valores
presóricos alcanzaron los niveles pre-ejercicio en unos minutos
y se habían mantenido durante los sesenta minutos de monitorización. Un estudio de ROLTSCH et al. (2001) no habían sido
verificadas alteraciones importantes en PA tras los ER, en mujeres
y hombres normotensos. En ese estudio, PA fue vigilada durante
24 horas por MAPA, lo que nos lleva a creer que es posible que
los ER no provoquen reducciones importantes en PA durante un
periodo prolongado.
Otros estudios más recientes (SIMÃO et al., 2005; POLITO
et al., 2003) demostraron un efecto hipotensivo en individuos
normotensos, en decurso de los ER. POLITO et al. (2003) verificaron que los ER ejercen un efecto hipotensivo, sobre todo sobre
la PAS, y que la magnitud de las cargas reveló una tendencia
para mantener el periodo de reducción de la PAS. Ese estudio
verificó cuál el efecto de dos secuencias de ejercicios realizados
en diferentes intensidades, sin embargo con lo mismo volumen
de entrenamiento, sobre las respuestas agudas tardías de la PAS
y PAD. Habían sido analizados seis ejercicios: supino horizontal,
leg press, arrastrada en el pulley, mesa flexora, desarrollo y rosca
bíceps. Tras un test de 6RM para la determinación de las cargas
máximas, en el segundo día habían sido realizadas tres series
de 6RM de cada ejercicio, con intervalo de recuperación de 2
minutos entre series y ejercicios. El último día, fue aplicado el
mismo procedimiento, sin embargo utilizándose doce repeticiones
con carga correspondiente a 50% de 6RM. LA PAS y PAD habían
sido contrastadas antes de cada secuencia e inmediatamente tras
cada secuencia, en ciclos de 10 minutos, en reposo absoluto
durante 1 h. Para PAS, la secuencia de doce repeticiones indujo
una reducción significativa en un periodo no superior el 50
minutos, mientras la secuencia de 6RM ocasionó reducción en
todas las medidas. Los resultados de ese estudio corroboran los
resultados de FISHER (2001), en estudio con mujeres hipertensas
y normotensas, tras la ejecución de 15 repeticiones de cinco
ejercicios realizados en circuito la 50% de la carga de 1RM, en el
cual registró a PA post-esfuerzo durante sesenta minutos y verificó
reducción significativa solamente en la PAS.
El estudio propuesto por SIMÃO et al. (2005) verificó las respuestas agudas tardías de la PAS y PAD a partir de la realización de
tres secuencias de ER. Dos grupos habían sido divididos aleatoriamente, en G1 y G2. Primeramente, se comprobó la carga
para la realización de 6RM de cada ejercicio. La secuencia de La
G1 fue compuesta por los ejercicios: supino horizontal, leg press
ladeado, “arrastrada por la frente” en el pulley alto, desarrollo
por la frente en pie y rosca bíceps. La secuencia de G2 constaban
230
todos los ejercicios de G1, más el ejercicio mesa flexora. El segundo día, ambos los grupos realizaron tres series de 6RM de cada
ejercicio, con un intervalo de recuperación de dos minutos entre
las series y los ejercicios. El último día, doce repeticiones habían
sido realizadas de cada ejercicio, con carga correspondiente a
50% de 6RM, siendo que G1 realizó los ejercicios en forma de
circuito, terminando un total de tres pasajes, mientras que G2 los
realizó asimismo que en el día anterior. PA fue contrastada antes
de poner en marcha la colecta de los datos e inmediatamente
tras el término de cada secuencia, durante 60 minutos. PA fue
contrastada en ciclos de 10 minutos a través del MAPA. El primer
grupo, el entrenamiento en circuito presentó reducciones significativas hasta 50 minutos y, para el entrenamiento de 6RM, esas
reducciones fueron también de 50 minutos. El segundo grupo,
el entrenamiento de 6RM ocasionó reducciones significativas en
todas las medidas, mientras que el de 12 repeticiones ocasionó
reducción hasta la 4ª medida. Es importante resaltar que no
habían sido identificadas reducciones significativas en la PAD en
ninguna secuencia de entrenamiento adoptado. Solamente la
PAS sufrió reducción significativa post-esfuerzo.
El presente estudio, a pesar de observar una tendencia al efecto
hipotensivo de la PAS, cuando comparado a las medidas postejercicio entre sí, no habían sido verificadas diferencias significativas en relación a la PAS y a la PAD post-esfuerzo, comparando-las
con las medidas de reposo. Para una discusión acerca de la no
obtención de un efecto hipotensivo, hay que que algunos factores seamos considerados. El primer factor dice respeto a los
posibles errores en la medida. Medidas obtenidas por el método
auscultatório tienden a subestimar los resultados de PA en 30%,
sin embargo, este es el método más viable y usual para la verificación de los valores de PA en los ER. Sin embargo, es importante
que el individuo responsable por el contraste tenga experiencia,
pues dificultades para distinguir los ruidos de Korotkoff pueden
ocasionar errores (FARINATTI, 2003). Sonidos externos y movimientos con brazos, por ejemplo, pueden traer dificultades para
la distinción de estos ruidos, ocasionando errores en la medida
(RASMUSSEN et al., 1985).
El volumen de ejercicio es un otro factor a ser considerado. En
este estudio, la realización de tres series de 10RM, en cuatro
ejercicios, puede no haber sido una sesión de ER con volumen
adecuado para la obtención de uno efecto hipotensivo. Se debe
considerar también que no todos los individuos consiguieron
realizar las 10RM en la secuencia de ejercicios determinada. El
efecto de la fatiga proporcionó una reducción en el número de
repeticiones a cada nueva serie. Eso puede tener influenciado en
los resultados obtenidos, corroborando los resultados evidenciados en la literatura sobre el efecto de la fatiga en una secuencia
de ejercicios (SIMÃO et al., 2005).
El estudio de Simão et al. (2005), además de los ejercicios realizados en el presente estudio, se habían realizado, también, el
desarrollo en pie y el supino horizontal, es decir, hubo un mayor
volumen de ejercicios, lo que puede tener acarreado el efecto
hipotensivo verificado. Además, la intensidad de la carga fue
mayor, ya que los ejercicios habían sido realizados con carga para
6RM y con carga correspondiente a 50% de 6RM, sin embargo
con un número mayor de repeticiones (12 repeticiones), mientras
que en el presente estudio, las cargas fueron de 10RM.
Fit Perf J, Rio de Janeiro, 4, 4, 230, jul/ago 2005
Aparentemente, sesiones más intensas promoverían un periodo
mayor de reducción de la PAS. Eso es corroborado en el estudio
de Simão et al. (2005), en que el grupo G2 realizó un ejercicio
más que G1, es decir, seis ejercicios, y presentó reducciones
significativas en todas las medidas, mientras que, en el primer
grupo, esas reducciones sólo fueron significativas hasta la 5ª
medida. Esas reducciones, sin embargo, no fueron en la forma
menos intensa.
Los mecanismos concernientes al efecto hipotensivo post-ejercicio
todavía no están totalmente esclarecidos, sin embargo, SENETIKO
et al. (2002) mencionan que los mecanismos del sistema nervioso simpático, el efecto de los barorreceptores y la liberación de
óxido nítrico son aspectos que pueden explicar la reducción de
PA de reposo, aunque otros mecanismos desconocidos también
estén implicados. Las hormonas circulantes también parecen
terciar el efecto hipotensivo. Hormonas con potenciales vasodilatadores habían sido reportados por aumenten o se mantengan
inalterados durante el efecto hipotensivo. Por otro lado, “agentes
vasoconstrictores habían sido aumentados, disminuidos o inalterados tras el esfuerzo” (MACDONALD, 2002). LA posibilidad de
ninguna de esas sustancias ser fundamental en el para el efecto
hipotensivo es real.
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Concluyendo, nuestros resultados sugieren que un entrenamiento
de fuerza con un pequeño volumen, no promovió reducciones
significativas de PA post-esfuerzo. Sesiones más intensas podrían
promover un efecto hipotensivo e influenciarían en su duración
tras el término de la actividad. Otros estudios deben ser realizados
para ratificar estos resultados y extenderlos a otros ejercicios,
incluyendo el control de variables potencialmente interventores,
como masa muscular, velocidad de ejecución, orden de los
ejercicios y entrenamiento aeróbico asociado.
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