SEGURIDAD VIAL Y EPILEPSIA U OTROS TRASTORNOS

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Sesión 23 de mayo de 2013
SEGURIDAD VIAL Y EPILEPSIA U OTROS
TRASTORNOS PATOLÓGICOS
(Se puede acceder directamente a cada documento, activando
la “ herramienta mano” sobre su epígrafe)
1 Normativa legal que establece las aptitudes psicofísicas necesarias
para obtener o renovar el permiso de conducir.
2 STS II de 23 de diciembre de 2002.
3a STS II de 26 de diciembre de 2011.
3b SAP de Valencia 4ª de 17 de enero de 2011.
4 Delitos de falsificación de documentos.
Aptitudes psicofísicas para obtener o renovar el permiso de conducir
Anexo IV del Reglamento General de Conductores aprobado por el Real
Decreto 818/2009, de 8 de marzo, y modificado por la Orden de
Presidencia del Gobierno 2356/2010, de 3 de setiembre.
Enfermedades y deficiencias que serán causa de denegación o de adaptaciones,
restricciones de circulación y otras limitaciones en la obtención o prórroga del permiso o
la licencia de conducción.
1. Capacidad Visual
Si para alcanzar la agudeza visual requerida es necesaria la utilización de lentes
correctoras, deberá expresarse, en el informe de aptitud psicofísica, la obligación de su
uso durante la conducción. Dichas lentes deberán ser bien toleradas. A efectos de este
anexo, las lentes intraoculares no deberán considerarse como lentes correctoras, y se
entenderá como visión monocular toda agudeza visual inferior a 0,10 en un ojo, con o
sin lentes correctoras, debida a pérdida anatómica o funcional de cualquier etiología.
Criterios de aptitud para obtener o prorrogar
permiso o licencia de conducción ordinarios
Exploración
Grupo 2: BTP, C1, C1
(1)
Grupo 1: AM, A1, A2, A,
+ E, C, C + E, D1, D1
B, B + E y LCC (art.
+ E, D, D + E (art.
45.1a) (2)
45.1b y 2) (3)
1.1 Agudeza
visual.
Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en
personas, vehículos o de circulación en permiso o
licencia sujetos a condiciones restrictivas
Grupo 1
(4)
Grupo 2
(5)
Se debe poseer, con o
sin corrección óptica, una
agudeza visual de, al
menos, 0,8 y, al menos,
Se debe poseer, si es preciso 0,1 para el ojo con mejor
con lentes correctoras, una agudeza y con peor
No se admiten.
No se admiten.
agudeza visual binocular de, agudeza
al menos, 0,5.
respectivamente. Si se
precisa corrección con
gafas, la potencia de
éstas no podrá exceder
de + 8 dioptrías.
Los afectados de visión
monocular con agudeza visual
en el ojo mejor de 0,5 o
mayor, y más de seis meses
de antigüedad en visión
monocular, podrán obtener o
prorrogar permiso o licencia,
siempre que reúna las demás
capacidades visuales.
Cuando, por el grado de
agudeza visual o por la
No se admite la visión
No se admite la visión
existencia de una enfermedad
No se admiten.
monocular.
monocular.
ocular progresiva, los
reconocimientos periódicos a
realizar fueran por período
inferior al de vigencia normal
del permiso o licencia, el
período de vigencia se fijará
según criterio médico. Espejo
retrovisor exterior a ambos
lados del vehículo y espejo
interior panorámico o, en su
caso, espejo retrovisor
adaptado.
No se admite la cirugía
No se admite la cirugía
refractiva (distinta de
refractiva (distinta de afaquia)
afaquia)
1.2 Campo
visual.
Si la visión es binocular, el
campo binocular ha de ser
normal. En el examen
binocular, el campo visual
central no ha de presentar
escotomas absolutos en
puntos correspondientes de
ambos ojos ni escotomas
relativos significativos en la
sensibilidad retiniana.
Se debe poseer un
campo visual binocular
normal. Tras la
exploración de cada uno
de los campos
monoculares, estos no
han de presentar
reducciones significativas
No se admiten.
en ninguno de sus
meridianos. En el
examen monocular, no se
admite la presencia de
escotomas absolutos ni
escotomas relativos
significativos en la
sensibilidad retiniana.
Si la visión es monocular, el
campo visual monocular debe
ser normal. El campo visual
central no ha de presentar
No se admite visión
monocular.
escotomas absolutos ni
escotomas relativos
significativos en la
sensibilidad retiniana.
No se admiten las
1.3 Afaquias y
monolaterales ni las
pseudofaquias.
bilaterales.
Ídem grupo 1.
No deben existir alteraciones
significativas en la capacidad
1.4 Sensibilidad de recuperación al
Ídem grupo 1.
al contraste.
deslumbramiento ni
alteraciones de la visión
mesópica.
1.5 Motilidad
palpebral.
Tras un mes de efectuada
cirugía refractiva, aportando
informe de la Intervención, se
podrá obtener o prorrogar el
permiso o licencia, con
período de vigencia máximo
de un año. Trascurrido un año
desde la fecha de la
intervención, y teniendo en
cuenta el defecto de refracción
prequirúrgico, la refracción
actual y la posible existencia
de efectos secundarios no
deseados, a criterio
oftalmológico se fijará el
período de vigencia posterior.
En caso de cirugía refractiva,
y trascurridos tres meses
desde la intervención,
aportando informe de la
intervención, se podrá
obtener o prorrogar el
permiso con período de
vigencia máximo de un año.
Trascurrido un año desde la
fecha de la Intervención, y
teniendo en cuenta el defecto
de refracción prequirúrgico, la
refracción actual y la posible
existencia de efectos
secundarios no deseados, a
criterio oftalmológico se fijará
el período de vigencia
posterior.
No se admiten.
No se admiten.
No se admiten.
Trascurrido un mes de
establecidas, si se alcanzan
los valores determinados en
los apartados 1.1 y 1.2
correspondientes al grupo 1,
el período de vigencia del
permiso o licencia será, como
máximo, de tres años, según
criterio médico.
En el caso de padecer
alteraciones de la visión
mesópica o del
deslumbramiento, se deberán
establecer las restricciones y
limitaciones que, a criterio
oftalmológico sean precisas
para garantizar la seguridad
en la conducción. En todo
caso se deben descartar
patologías oftalmológicas que
originen alteraciones incluidas
en alguno de los restantes
apartados sobre capacidad
visual.
Trascurridos dos meses de
establecidas, si se alcanzan
los valores determinados en
los apartados 1.1 y 1.2
correspondientes al grupo 2,
el período de vigencia del
permiso será, como máximo,
de tres años, según criterio
médico.
No se admiten ptosis ni
No se admiten ptosis ni
lagoftalmias que afecten a la lagoftalmias que afecten No se admiten.
visión en los límites y
a la visión en los límites y
No se admiten.
No se admiten.
condiciones señaladas en los condiciones señaladas en
los apartados 1.1 y 1.2
apartados 1.1 y 1.2
correspondientes al grupo 1. correspondientes al
grupo 2.
1.6 Motilidad
del globo
ocular.
Las diplopías sólo se
permitirán a criterio
oftalmológico siempre que no
se manifiesten en los 20º
centrales del campo visual y
no produzcan ninguna otra
sintomatología, en especial
fatiga visual. En las de
reciente aparición debe
transcurrir un período de, al
menos, 6 meses sin conducir. No se admiten.
En caso de permitirse la
obtención o prorroga del
permiso o licencia, el período
de vigencia máximo será de
tres años. Cuando la diplopía
se elimine mediante la
oclusión de un ojo se
aplicaran las restricciones
propias de la visión
monocular.
Las diplopías impiden la
obtención o prorroga.
Ídem grupo 1.
El nistagmus impide la
obtención o prórroga cuando
no permita alcanzar los
niveles de capacidad visual
indicados en los apartados
1.1 a 1.7 del grupo 1, ambos
inclusive, cuando sea
manifestación de alguna
enfermedad de las incluidas
en el presente anexo o
cuando, a criterio facultativo,
origine o pueda originar fatiga
visual durante la conducción.
El nistagmus impide la
obtención o prórroga
cuando no permita
alcanzar los niveles de
capacidad visual
indicados en los
apartados 1.1 a 1.7 del
grupo 2, ambos inclusive,
cuando sea
No se admiten.
manifestación de alguna
enfermedad de las
incluidas en el presente
anexo o cuando, a criterio
facultativo, origine o
pueda originar fatiga
visual durante la
conducción.
No se admiten otros defectos
de la visión binocular ni
estrabismos que impidan
alcanzar los niveles fijados en
los apartados 1.1 a 1.7 del
grupo 1, ambos inclusive.
Cuando no impidan alcanzar
los niveles de capacidad
visual indicados en los
apartados 1.1 a 1.7 del grupo
1, ambos inclusive, el
oftalmólogo deberá valorar,
principalmente, sus
consecuencias sobre la fatiga
visual, los defectos
refractivos, el campo visual, el
grado de estereopsis, la
presencia de forias y de
tortícolis y la aparición de
diplopia, así como la probable
evolución del proceso, fijando
en consecuencia el período
de vigencia.
Las enfermedades
1.7 Deterioro
progresivas que no permitan
progresivo de la
alcanzar los niveles fijados en
capacidad
los apartados 1.1 a 1.6
visual.
anteriores, ambos inclusive,
No se admiten.
No se admiten otros
defectos de la visión
binocular ni los
estrabismos.
Cuando los estrabismos u
otros defectos de la visión
binocular no impidan alcanzar
los niveles de capacidad
visual indicados en los
apartados 1.1 a 1.7 del grupo
1, ambos inclusive, y, debido a
su repercusión sobre
parámetros como la fatiga
visual, los defectos refractivos,
el campo visual, el grado de
estereopsis, la presencia de
forias y de tortícolis, la
aparición de diplopia o por la
probable evolución del
proceso, los reconocimientos
periódicos a realizar fueran
por período inferior al de
vigencia normal del permiso o
licencia, éste se fijará según el
criterio del oftalmólogo.
Cuando los estrabismos u
otros defectos de la visión
binocular no impidan alcanzar
los niveles de capacidad
visual indicados en los
apartados 1.1 a 1.7 del grupo
2, ambos inclusive, el
oftalmólogo deberá valorar
sus consecuencias sobre
parámetros como la fatiga
visual, los defectos
refractivos, el campo visual, el
grado de estereopsis, la
presencia de forias y de
tortícolis, la aparición de
diplopia y la probable
evolución del proceso, fijando
en consecuencia el período
de vigencia, que será en todo
caso como máximo de tres
años.
Las enfermedades y los
trastornos progresivos de
la capacidad visual
impiden la obtención o
prórroga.
Cuando no impidan alcanzar
los niveles fijados en los
apartados 1.1 al 1.6, y los
No se admiten.
reconocimientos periódicos a
realizar fueran por período
impiden la obtención o
prórroga.
1.8 Deterioro
agudo de la
capacidad
visual.
inferior al de vigencia normal
del permiso o licencia, el
período de vigencia se fijará
según criterio médico.
Cuando aún alcanzando los
niveles fijados en los
apartados 1.1 al 1.6
anteriores, ambos inclusive,
la presión intraocular se
encuentre por encima de los
Idem grupo 1.
límites normales, se deberán
analizar posibles factores de
riesgo asociados y se
establecerá un control
periódico a criterio
oftalmológico.
Tras una pérdida importante y
brusca de visión en un ojo,
deberá transcurrir un período
de adaptación de 6 meses sin
Idem grupo 1.
conducir, tras el cual se podrá
obtener o renovar el permiso
o licencia aportando informe
oftalmológico favorable.
Cuando los reconocimientos
periódicos a realizar fueran
por período inferior al de
vigencia normal del permiso o
licencia, el período de vigencia
se fijará según criterio médico.
Cuando los reconocimientos
periódicos a realizar fueran
por período inferior al de
vigencia normal del permiso,
el período de vigencia se
fijará según criterio médico.
No se admiten.
No se admiten.
2. Capacidad auditiva
Cuando para alcanzar la agudeza auditiva mínima requerida que se indica en el
apartado 2.1 sea necesaria la utilización de audífono, deberá expresarse la obligación de
su uso durante la conducción.
Exploración
(1)
Criterios de aptitud para obtener o prorrogar permiso o
licencia de conducción ordinarios
Grupo 2: BTP, C1, C1 + E, C, C
Grupo 1: AM A1, A2, A, B, B + E
+ E, D1, D1 + E, D, D + E (art.
y LCC (art. 45.1a) (2)
45.1b y 2) (3)
2.1 Agudeza
auditiva.
Las hipoacusias, con o sin audífono,
de más del 45 por 100 de pérdida
combinada entre los dos oídos
obtenido el índice de esta pérdida
realizando audiometría tonal, impiden
la obtención o prórroga del permiso o
licencia.
Las hipoacusias, con o sin audífono,
de más del 35 por 100 de pérdida
combinada entre los dos oídos
obtenido el índice de esta pérdida
realizando audiometría tonal,
impiden la obtención o prórroga del
permiso.
Adaptaciones, restricciones y otras
limitaciones en personas, vehículos
o de circulación en permiso o
licencia sujetos a condiciones
restrictivas
Grupo 1 (4)
Grupo
2 (5)
Los afectados de hipoacusia con
pérdida combinada de más del
45 por 100 (con o sin audífono) No se
deberán llevar espejo retrovisor admiten.
exterior a ambos lados del
vehículo e interior panorámico.
3. Sistema locomotor
Criterios de aptitud para obtener o Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en personas,
prorrogar permiso o licencia
vehículos o de circulación en permiso o licencia sujetos a
de conducción ordinarios
condiciones restrictivas
Grupo 2:
BTP, C1,
Exploración
C1 + E, C,
(1)
Grupo 1: AM A1, A2, A, C + E, D1,
B, B + E y LCC (art.
D1 + E, D,
Grupo 1 (4)
Grupo 2 (5)
45.1a) (2)
D+E
(art.
45.1b y 2)
(3)
3.1 Motilidad.
No debe existir ninguna
alteración que impida la
Ídem grupo Las adaptaciones, restricciones y Excepcionalmente, se admitirán
1.
otras limitaciones que se
dispositivos de cambio automático y de
posición sedente normal o un
manejo eficaz de los mandos
y dispositivos del vehículo, o
que requiera para ello de
posiciones atípicas o
fatigosas, ni afecciones o
anomalías que precisen
adaptaciones, restricciones u
otras limitaciones en
personas, vehículos o de
circulación.
impongan en personas, vehículos
o en la circulación se
determinarán de acuerdo con las
discapacidades que padezca el
interesado debidamente
reflejadas en el informe de aptitud
psicofísica y evaluadas en las
correspondientes pruebas
estáticas o dinámicas.
asistencia de la dirección con informe
favorable de la autoridad médica
competente y con la debida evaluación,
en su caso, en las pruebas estáticas o
dinámicas correspondientes. En todo
caso, se tendrán debidamente en cuenta
los riesgos o peligros adicionales
relacionados con la conducción de los
vehículos derivados de deficiencias que
se incluyen en este grupo.
Cuando no impidan la obtención o
prórroga y los reconocimientos
3.2 Afecciones
periódicos a realizar fueran por
No deben existir afecciones o Ídem grupo
No se admiten.
o anomalías
período inferior al de vigencia
anomalías progresivas.
1.
progresivas.
normal del permiso o licencia, el
período de vigencia se fijará
según criterio médico.
Cuando la talla impida una
posición de conducción segura o
no permita la adecuada visibilidad
No se admiten tallas que
del conductor, las adaptaciones,
originen una posición de
restricciones o limitaciones que se
conducción incompatible con Ídem grupo
3.3 Talla.
No se admiten.
impongan serán fijadas según
el manejo seguro del vehículo 1.
criterio técnico y de acuerdo con
o con la correcta visibilidad
el dictamen médico, con la debida
del conductor.
evaluación, en su caso, en las
correspondientes pruebas
estáticas o dinámicas.
4. Sistema cardiovascular
A efectos de valorar la capacidad funcional, se utilizará la clasificación de la New
York Heart Assotiation en clases de actividad física de la persona objeto de exploración.
En la clase funcional I se incluyen aquellas personas cuya actividad física habitual no
está limitada y no ocasiona fatiga, palpitaciones, disnea o dolor anginoso. En la clase
funcional II se incluyen aquellas cuya actividad física habitual está moderadamente
limitada y origina sintomatología de fatiga, palpitaciones, disnea o dolor anginoso. En la
clase III existe una marcada limitación de la actividad física habitual, apareciendo
fatiga, palpitaciones, disnea o dolor anginoso tras una actividad menor de la habitual.
La clase IV supone la imposibilidad de desarrollar cualquier actividad física sin la
aparición de síntomas en reposo.
Exploración
(1)
4.1
Insuficiencia
cardiaca.
Criterios de aptitud para obtener o prorrogar
permiso o licencia
de conducción ordinarios
Grupo 2: BTP, C1, C1 +
Grupo 1: AM A1, A2,
E, C, C + E, D1, D1 + E,
A, B, B + E y LCC
D, D + E (art. 45.1b y 2)
(art. 45.1a) (2)
(3)
Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en
personas, vehículos
o de circulación en permiso o licencia sujetos a
condiciones restrictivas
Grupo 1 (4)
No debe existir ninguna
alteración que afecte a la
dinámica cardiaca con
No debe existir ninguna signos objetivos y
alteración que afecte a la funcionales de
dinámica cardiaca con descompensación o
signos objetivos y
síncope, ni existir arritmias u No se admiten.
funcionales de
otra sintomatología
descompensación o
asociada. El informe
síncope.
cardiológico incluirá la
determinación de la fracción
de eyección que deberá ser
superior al 45 por ciento.
No debe existir ninguna No debe existir cardiopatía No se admiten.
Grupo 2 (5)
No se admiten.
No se admiten.
cardiopatía que origine
sintomatología
correspondiente a una
clase funcional III o IV.
que origine sintomatología
correspondiente a una clase
funcional II, III o IV.
No debe existir ningún
trastorno del ritmo cardíaco
No debe existir arritmia
que pueda originar una
maligna durante los
pérdida de atención o un
últimos seis meses que
síncope en el conductor, ni
origine o pueda originar
antecedentes de pérdida de
una pérdida de atención
4.2 Trastornos
atención, isquemia cerebral
o un síncope en el
del ritmo.
o síncope secundario al
conductor, salvo en los
trastorno del ritmo durante
casos con antecedente
los dos últimos años, salvo
de terapia curativa e
en los casos con
informe favorable del
antecedentes de terapia
cardiólogo.
curativa e informe favorable
del cardiólogo.
No debe existir ninguna
alteración del ritmo que
origine sintomatología
correspondiente a una
clase funcional III o IV.
4.3
Marcapasos y
desfibrilador
automático
implantable.
No debe existir
utilización de
marcapasos.
No debe existir ninguna
alteración del ritmo que
No se admiten.
origine sintomatología
correspondiente a una clase
funcional II, III o IV.
Ídem grupo 1.
No debe existir
implantación de
Ídem grupo 1.
desfibrilador automático
implantable.
4.4 Prótesis
valvulares
cardiacas.
No debe existir
utilización de prótesis
valvulares cardiacas.
Cuando existan antecedentes
de taquicardia ventricular no
Cuando existan antecedentes de sostenida, sin recurrencia tras
taquicardia ventricular, con
seis meses de evolución, con
informe favorable de un
informe favorable de un
especialista en cardiología que especialista en cardiología, se
avale el tratamiento, la ausencia podrá obtener o prorrogar el
de recurrencia del cuadro clínico permiso o licencia con
y una aceptable función
período de vigencia máximo
ventricular, se podrá fijar un
de un año. En todo caso, el
período de vigencia inferior al
informe deberá acreditar la
normal del permiso o licencia
fracción de eyección superior
según criterio médico.
al 40 por ciento y la ausencia
de taquicardia ventricular en
el registro Holter.
Ídem grupo 1.
No debe existir
antecedente de infarto
4.5 Cardiopatía
agudo de miocardio
isquémica.
durante los últimos tres
meses.
Ídem grupo 1.
No se admite la cirugía
Ídem grupo 1.
No se admiten.
Transcurridos tres meses
desde la aplicación del
Transcurrido un mes desde la
marcapasos, con informe
aplicación del marcapasos, con
favorable de un especialista
informe favorable de un
en cardiología, y siempre que
especialista en cardiología, se
se cumplan los demás
podrá obtener o prorrogar el
criterios cardiológico, se
permiso o licencia con un
podrá obtener o prorrogar el
período de vigencia establecido
permiso con un período de
a criterio facultativo.
vigencia máximo de dos
años.
Transcurridos seis meses desde
el implante del desfibrilador
automático, siempre que no
exista sintomatología, con
informe del especialista en
cardiología, se podrá obtener o
prorrogar el permiso o licencia
No se admite.
con un período de vigencia
máximo de un año. Los mismos
criterios se aplicarán en caso de
descarga, no permitiéndose en
ningún caso las recurrencias
múltiples ni una fracción de
eyección menor del 30 por
ciento.
Transcurridos seis meses
Transcurridos tres meses desde desde la colocación de la
prótesis valvular, con informe
la colocación de la prótesis
valvular, con informe favorable favorable de un especialista
en cardiología, y siempre que
de un especialista en
cardiología, se podrá obtener o se cumplan los demás
prorrogar el permiso o licencia criterios cardiológico, se
podrá obtener o prorrogar el
con un período de vigencia
permiso con un período de
máximo de tres años.
vigencia máximo de un año.
No se admiten. En caso de
padecer antecedentes de
infarto de miocardio, previa
prueba ergométrica negativa
No se admiten.
y con informe del cardiólogo,
el período de vigencia del
permiso será, como máximo,
de un año.
Transcurrido un mes desde una Transcurridos tres meses
de revascularización ni
la revascularización
percutánea.
intervención consistente en
cirugía de revascularización o de
revascularización percutánea, en
ausencia de sintomatología
isquémica y con informe del
cardiólogo, se podrá obtener o
prorrogar el permiso o licencia
con un período máximo de
vigencia de dos años, fijándose
posteriormente, previo informe
favorable del cardiólogo, el
período de vigencia a criterio
facultativo.
No se admiten. En caso de
padecer cardiopatía isquémica
No debe existir ninguna
que origine sintomatología
No se admite ninguna
cardiopatía isquémica
correspondiente a una clase
cardiopatía isquémica que
que origine
funcional II, con informe
origine sintomatología
sintomatología
favorable del cardiólogo, se
correspondiente a una clase
correspondiente a una
podrá obtener o prorrogar el
funcional II, III o IV.
clase funcional III o IV.
permiso o licencia con un
período de vigencia máximo de
dos años.
No deben existir signos
de afección orgánica ni
4.6
valores de presión
Hipertensión
Ídem grupo 1.
No se admiten.
arterial descompensados
arterial.
que supongan riesgo
vial.
Tras la corrección quirúrgica de
un aneurisma o disección y
transcurridos 6 meses de ésta,
aportando un informe favorable
del especialista en cardiología o
No deben existir
cirugía vascular, se podrá
obtener o prorrogar el permiso o
aneurismas de grandes
vasos ni disección
licencia por período de vigencia
4.7 Aneurismas aórtica. Se admite la
máximo de dos años. En el caso
de grandes
corrección quirúrgica,
Ídem grupo 1.
del aneurisma y cuando las
vasos.
siempre que exista un
características de éste no
resultado satisfactorio de
impliquen riesgo elevado de
ésta y no haya clínica de
rotura, ni se asocien a clínica de
isquemia cardiaca.
isquemia cardiaca, con informe
favorable de un especialista en
cardiología o cirugía vascular, se
podrá obtener o prorrogar el
permiso o licencia por período
máximo de vigencia de un año.
En caso de arteriopatía
periférica, se valorará la
posible asociación de
cardiopatía isquémica.
4.9
No debe existir
Enfermedades trombosis venosa
venosas.
profunda.
4.8
Arteriopatías
periféricas.
Ídem grupo 1.
desde una intervención
consistente en cirugía de
revascularización o de
revascularización percutánea,
en ausencia de
sintomatología isquémica,
con prueba ergométrica
negativa y con informe del
cardiólogo, con un período
máximo de vigencia de un
año, se podrá obtener o
prorrogar el permiso.
No se admiten.
No se admiten.
Tras la corrección quirúrgica
de un aneurisma o disección
y transcurridos 12 meses de
ésta, aportando un informe
favorable del especialista en
cardiología o cirugía vascular,
se podrá obtener o prorrogar
el permiso o licencia con
período de vigencia máximo
de un año.
No se admiten.
No se admiten.
No se admiten las varices
voluminosas del miembro
No se admiten.
inferior ni las tromboflebitis.
No se admiten.
5. Trastornos hematológicos
Criterios de aptitud para obtener o
prorrogar permiso o licencia de
conducción ordinarios
Grupo 2:
Exploración (1)
BTP, C1,
Grupo 1: AM A1, A2, A, B, C1 + E, C,
B + E y LCC (art. 45.1a) (2) C + E, D1,
D1 + E, D,
D + E (art.
Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en
personas, vehículos o de circulación en permiso o
licencia sujetos a condiciones restrictivas
Grupo 1 (4)
Grupo 2 (5)
45.1b y 2)
(3)
5.1 Procesos oncohematológicos.
5.1.1 Procesos
sometidos a
tratamiento
quimioterápico.
5.1.2 Policitemia
Vera.
No se admiten.
No se admite.
No se
admiten.
No se
admite.
No se admiten cuando en los
últimos tres meses se hayan
presentado anemia, leucopenia
5.1.3 Otros
o trombopenia severa o cuando
No se
trastornos
durante los últimos seis meses
admiten.
oncohematológicos. haya habido leucocitosis
mayores de 100.000 leucocitos
por µ l o trombocitosis mayores
de 1.000.000 plaquetas por µ l.
Transcurridos tres meses
desde la finalización del último
ciclo de tratamiento, con
informe favorable de un
hematólogo, y siempre que en
el último mes no haya habido
anemia, leucopenia o
trombopenia severas, se fijará
un período de vigencia de tres
años, como máximo, hasta
que transcurran diez años de
remisión completa, igualmente
acreditada con informe de un
hematólogo.
Si en los últimos tres meses
no ha existido un valor de
hemoglobina mayor de 20
gramos por decilitro,
aportando informe favorable
de un hematólogo, el período
de vigencia del permiso o
licencia será de dos años,
como máximo.
Cuando se den las
circunstancias señaladas en la
columna (2), presentado
además informes favorable de
un hematólogo, el período de
vigencia máximo será de dos
años.
Transcurridos tres meses desde la
finalización del último ciclo de
tratamiento, con informe favorable
de un hematólogo, y siempre que en
el último mes no haya habido
anemia, leucopenia o trombopenia
severas, se fijará un período de
vigencia de un año, como máximo,
hasta que transcurran diez años de
remisión completa, igualmente
acreditada con informe de un
hematólogo.
Si en los últimos tres meses no ha
existido un valor de hemoglobina
mayor de 20 gramos por decilitro,
aportando informe favorable de un
hematólogo, el período de vigencia
del permiso será de un año, como
máximo.
Con informe favorable de un
hematólogo, sólo se admitirán los
casos en que no se hayan
presentado anemia, leucopenia o
trombopenia severas en los últimos
tres meses. En estos casos, el
período máximo de vigencia será
anual y no se admitirá que los
últimos seis meses haya habido
leucocitosis mayores de 100.000
leucocitos o trombocitosis mayores
de 1.000.000 de plaquetas por µ l.
5.2 Trastornos no
onco-hematológicos.
5.2.1 Anemias,
leucopenias,
trombopenias y
poliglobulías.
5.2.2 Trastornos de
coagulación.
5.2.3 Tratamiento
anticoagulante.
No se admiten anemias,
leucopenias, trombopenias o
Ídem grupo
poliglobulías. severas o
1.
moderadas de carácter agudo
en los últimos tres meses.
No se admiten trastornos de
Ídem al
coagulación que requieran
grupo 1.
tratamiento sustitutivo habitual.
No se admiten aquellos casos
en que se hayan producido
descompensaciones en el
No se
admiten.
último año que hubieran
requerido de transfusión de
plasma.
En cualquiera de las
situaciones expuestas en la
columna (2), con informe
favorable de un hematólogo,
se podrá obtener o prorrogar
el permiso o licencia con
período de vigencia de, como
máximo, dos años.
En caso de requerir
tratamiento sustitutivo, con
informe favorable de un
hematólogo, en el que se
acredite el adecuado control
del tratamiento, se podrá
obtener o prorrogar el permiso
o licencia con período de
vigencia de, como máximo,
tres años.
En los casos incluidos en la
columna (2), con informe de
un hematólogo, cardiólogo o
médico responsable del
tratamiento, se podrá obtener
o prorrogar permiso o licencia
con períodos de vigencia de
dos años, como máximo.
En cualquiera de las situaciones
expuestas en la columna (2), con
informe favorable de un hematólogo,
se podrá obtener o prorrogar el
permiso con período de vigencia de,
como máximo, un año.
En caso de requerir tratamiento
sustitutivo, con informe favorable de
un hematólogo, en el que se acredite
el adecuado control del tratamiento,
se podrá obtener o prorrogar el
permiso o licencia con período de
vigencia de, como máximo, un año.
En caso de estar bajo tratamiento
anticoagulante, con informe
favorable de un hematólogo,
cardiólogo o médico responsable del
tratamiento, se podrá obtener y
prorrogar permiso con período de
vigencia de un año, como máximo.
No se permitirán los casos en los
que se hayan producido
descompensaciones que hubieran
obligado a transfusión de plasma
durante los últimos tres meses.
6. Sistema renal
Criterios de aptitud para obtener o Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en personas,
prorrogar permiso o licencia de
vehículos o de circulación en permiso o licencia sujetos a
conducción ordinarios
condiciones restrictivas
Grupo 2: BTP,
Exploración
C1, C1 + E, C,
(1)
Grupo 1: AM, A1, A2,
C + E, D1 , D1
A, B, B + E y LCC (art.
Grupo 1 (4)
Grupo 2 (5)
+ E, D, D + E
45.1a) (2)
(art. 45.1b y 2)
(3)
6.1
Nefropatías.
6.2
Transplante
renal.
No se permiten aquellas
en las que, por su
etiología, tratamiento o
Ídem grupo 1.
manifestaciones, puedan
poner en peligro la
conducción de vehículos.
Los enfermos sometidos a
programas de diálisis, con informe
favorable de un nefrólogo, podrán
obtener o prorrogar permiso o
licencia, reduciendo, a criterio
facultativo, el período de vigencia.
Los sometidos a transplante renal,
transcurridos más de seis meses
de antigüedad de evolución sin
problemas derivados de aquél,
No se admite el
con informe favorable de un
transplante renal.
nefrólogo, podrán obtener o
prorrogar permiso o licencia con
período de vigencia establecido a
criterio de facultativo.
No se admiten.
No se admite el
transplante renal.
Los sometidos a transplante renal,
transcurridos más de seis meses de
antigüedad de evolución sin problemas
derivados de aquél, en casos
excepcionales, debidamente
justificados mediante informe favorable
de un nefrólogo, podrán obtener o
prorrogar permiso con período de
vigencia máximo de un año.
7. Sistema respiratorio
Criterios de aptitud para obtener o
prorrogar permiso o licencia
de conducción ordinarios
Exploración
(1)
Grupo 2:
BTP, C1, C1
Grupo 1: AM, A1, A2, A, B, B + E, C, C + E,
+ E y LCC (art. 45.1a) (2) D1, D1 + E, D,
D + E (art.
45.1b y 2) (3)
Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en
personas, vehículos
o de circulación en permiso o licencia sujetos a
condiciones restrictivas
Grupo 1 (4)
No deben existir
disneas o
No deben existir disneas
pequeños
7.1 Disneas. permanentes en reposo o de
esfuerzos ni
No se admiten.
esfuerzo leve.
paroxísticas de
cualquier
etiología.
Los afectados de síndrome de
apneas obstructivas del sueño o
de trastornos relacionados con
éste, con informe favorable de
No se permiten el síndrome de
una Unidad de sueño en el que
apneas obstructivas del sueño, los
se haga constar que están
7.2 Trastornos
trastornos relacionados con éste, Ídem grupo 1.
del sueño.
siendo sometidos a tratamiento y
ni otras causas de excesiva
control de la sintomatología
somnolencia diurna.
diurna, podrán obtener o
prorrogar permiso o licencia con
período de vigencia máximo de
dos años.
7.3 Otras
No deben existir trastornos
Ídem grupo 1. No se admiten.
afecciones.
pulmonares, pleurales,
Grupo 2 (5)
No se admiten.
Los afectados de síndrome de
apneas obstructivas del sueño o
de trastornos relacionados con
éste, con informe favorable de
una Unidad de sueño en el que
se haga constar que están
siendo sometidos a tratamiento
y control de la sintomatología
diurna, podrán obtener o
prorrogar permiso con período
de vigencia máximo de un año.
No se admiten.
diafragmáticos y mediastínicos que
determinen incapacidad funcional,
valorándose el trastorno y la
evolución de la enfermedad,
teniendo especialmente en cuenta
la existencia o posibilidad de
aparición de crisis de disnea
paroxística, dolor torácico intenso u
otra alteraciones que puedan influir
en la seguridad de la conducción.
8. Enfermedades Metabólicas y Endocrinas
Exploración
(1)
8.1 “Diabetes
mellitus”.
8.2 Cuadros
de
hipoglucemia.
8.3
Enfermedades
tiroideas.
8.4
Enfermedades
paratiroideas.
Criterios de aptitud para obtener o
prorrogar permiso o licencia
de conducción ordinarios
Grupo 2: BTP, C1,
Grupo 1: AM, A1, A2,
C1 + E, C, C + E, D1,
A, B, B + E y LCC
D1 + E, D, D + E (art.
(art. 45.1a) (2)
45.1b y 2) (3)
Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en
personas, vehículos
o de circulación en permiso o licencia sujetos a
condiciones restrictivas
Grupo 1 (4)
Grupo 2 (5)
Los afectados de diabetes mellitus
tipo 1 y los de tipo 2 que requieran
tratamiento con insulina, aportando
informe favorable de un
Siempre que sea preciso el
endocrinólogo o diabetólogo que
tratamiento con insulina o
acredite el adecuado control de la
No debe existir diabetes No debe existir diabetes con fármacos
enfermedad y la adecuada formación
mellitus que curse con
mellitus que curse con hipoglucemiantes se deberá
diabetológica del interesado, en
inestabilidad metabólica inestabilidad metabólica aportar informe médico
casos muy excepcionales podrán
severa que requiera
severa que requiera
favorable que acredite el
obtener o prorrogar el permiso con
asistencia hospitalaria, ni asistencia hospitalaria, adecuado control de la
un período de vigencia máximo de 1
diabetes mellitus en
ni diabetes mellitus
enfermedad y la adecuada
año. Los afectados de diabetes tipo 2
formación diabetológica del
tratamiento con insulina tratada con insulina o
que precisen tratamiento con
o con fármacos
con fármacos
interesado. El período de
fármacos hipoglucemiantes, deberán
vigencia máximo será de
hipoglucemiantes.
hipoglucemiantes.
aportar informe favorable de un
cinco años, y podrá ser
endocrinólogo o diabetólogo que
reducido a criterio facultativo.
acredite el buen control y el
conocimiento de la enfermedad y el
período máximo de vigencia será de
tres años.
No deben existir, en el
último año, cuadros
repetidos de
No se admiten.
No se admiten.
hipoglucemia aguda ni Ídem grupo 1.
alteraciones metabólicas
que cursen con pérdida
de conciencia.
No deben existir
hipertiroidismos
Cuando no impidan la
complicados con
No deben existir
obtención o prórroga y los
síntomas cardíacos o
hipertiroidismos
reconocimientos periódicos a
complicados con
neurológicos ni
realizar fueran por período
No se admiten.
síntomas cardíacos o
hipotiroidismos
inferior al de vigencia del
sintomáticos, excepto si neurológicos ni
permiso o licencia, el período
hipotiroidismos
el interesado presenta
de vigencia se fijará según
informe favorable de un sintomáticos.
criterio facultativo.
especialista en
endocrinología
Cuando no impidan la
No deben existir
No deben existir
obtención o prórroga y los
enfermedades
enfermedades
reconocimientos periódicos a
paratiroideas que
realizar fueran por período
ocasionen incremento de paratiroideas que
No se admiten.
excitabilidad o debilidad ocasionen incremento inferior al de vigencia del
permiso o licencia, el período
muscular, excepto si el de excitabilidad o
debilidad muscular.
de vigencia se fijará según
interesado presenta
criterio facultativo.
informe favorable de un
especialista en
endocrinología.
No se permite la
enfermedad de Addison,
8.5
No se admiten las
el Síndrome de Cushing
Enfermedades
enfermedades
y la hiperfunción medular
adrenales.
adrenales.
adrenal debida a
feocromocitoma.
Los afectados de
enfermedades adrenales
deberán presentar un informe
favorable de un especialista
en endocrinología en el que
No se admiten.
conste el estricto control y
tratamiento de los síntomas.
El período de vigencia del
permiso o licencia será como
máximo de dos años.
9. Sistema Nervioso y Muscular
No deben existir enfermedades del sistema nervioso y muscular que produzcan
pérdida o disminución grave de las funciones motoras, sensoriales o de coordinación
que incidan involuntariamente en el control del vehículo.
Se define la epilepsia como la presentación de dos o más crisis epilépticas en un
plazo menor de 5 años. Por crisis epiléptica provocada la que tiene un factor causante
identificable y evitable.
Exploración
(1)
Criterios de aptitud para obtener o prorrogar
permiso o licencia
de conducción ordinarios
Grupo 1: AM, A1, A2, A, Grupo 2: BTP, C1, C1 + E,
B, B + E y LCC (art.
C, C + E, D1, D1 + E, D, D
45.1a) (2)
+ E (art. 45.1b y 2) (3)
No deben existir
enfermedades del sistema
nervioso central o periférico
que produzcan pérdida o
disminución grave de las
9.1
funciones motoras,
Enfermedades sensoriales o de
encefálicas,
coordinación, episodios
Ídem grupo 1.
medulares y del sincopales, temblores de
sistema
grandes oscilaciones,
nervioso
espasmos que produzcan
periférico.
movimientos amplios de
cabeza, tronco o miembros
ni temblores o espasmos
que incidan
involuntariamente en el
control del vehículo.
Adaptaciones, restricciones y otras
limitaciones en personas, vehículos
o de circulación en permiso o licencia sujetos a
condiciones restrictivas
Grupo 1 (4)
No se admiten.
Los afectados de epilepsias con
crisis convulsivas o con crisis con
pérdida de conciencia, deberán
aportar informe favorable de un
neurólogo en el que se haga
constar el diagnostico, el
No se permiten cuando
cumplimiento del tratamiento, la
Sólo se permiten cuando no
9.2 Epilepsias y hayan aparecido crisis
frecuencia de crisis y que el
han precisado tratamiento ni
crisis
epilépticas convulsivas o
tratamiento farmacológico
se han producido crisis
convulsivas de crisis con pérdida de
prescrito no impide la
otras etiologías. conciencia durante el último durante los diez últimos años.
conducción. El período de
año.
vigencia del permiso o licencia
será de dos años como máximo.
En el caso de ausencia de crisis
durante los tres últimos años, el
período de vigencia será de
cinco años como máximo.
Grupo 2 (5)
No se admiten.
Los afectados de
epilepsias deberán
aportar informe
favorable de un
neurólogo en el que
se acredite que no
han precisado
tratamiento ni han
padecido crisis
durante los diez
últimos años, no
existe ninguna
patología cerebral
relevante ni actividad
epileptiforme en el
EEG. El período de
vigencia del permiso
será de dos años
como máximo.
Los afectados de
epilepsias deberán
aportar informe
favorable de un
neurólogo en el que
se acredite que no
han precisado
tratamiento ni han
padecido crisis
durante los diez
últimos años, no
existe ninguna
patología cerebral
relevante ni actividad
epileptiforme en el
EEG. El período de
vigencia del permiso
será de dos años
como máximo.
Deberá aportarse
Deberá aportarse informe
informe favorable de
favorable de un neurólogo en
En el caso de crisis epilépticas
un neurólogo en que
que se haga constar el
repetidas sin influencia sobre
haga constar el
diagnóstico, cumplimiento del
la conciencia o sobre la
diagnostico, la no
tratamiento, en su caso, la
capacidad de actuar, se
existencia de otro tipo
frecuencia de las crisis y que el
deberá constatar que, al
de crisis y que no ha
tratamiento farmacológico
menos, ha transcurrido un año
precisado tratamiento
prescrito no impide la
sólo con este tipo de crisis y
durante el último año.
conducción. El período de
sin tratamiento
El período de vigencia
vigencia del permiso será de dos
del permiso será de
años como máximo.
un año como máximo.
En el caso de crisis epiléptica
provocada, debida a un factor
causante identificable, se
deberá aportar un informe
neurológico favorable que
acredite un período libre de
crisis de, al menos, un año e
incluya valoración
No se admiten.
No se admiten.
electroencefalográfica. Se
tendrán en cuenta otros
apartados de este Anexo.
En caso de lesiones
estructurales cerebrales con
riesgo aumentado, para el
inicio de crisis epilépticas,
deberá valorarse su magnitud
mediante informe neurológico.
En el caso de primera crisis o
única no provocada, se deberá
acreditar un período libre de
crisis de, al menos, cinco años
y sin fármacos antiepilépticos
No se admiten.
No se admiten.
mediante informe neurológico.
A criterio neurológico y si se
reúnen buenos indicadores de
pronóstico se podrá reducir el
período libre de crisis exigido.
En el caso de otras pérdidas
de conciencia se deberán
evaluar en función del riesgo No se admiten.
No se admiten.
de recurrencia y de la
exposición al riesgo.
En el caso de estas crisis
durante el sueño, el período de
vigencia del permiso o licencia
será como máximo de dos años,
con informe favorable de un
En el caso de crisis
neurólogo en el que se haga
convulsivas o con pérdida de
constar el diagnóstico, el
Sólo se permiten cuando no
conciencia durante el sueño,
cumplimiento del tratamiento, la
han precisado tratamiento ni
se deberá constatar que, al
ausencia de otras crisis
se han producido crisis
menos, ha transcurrido un
convulsivas y que el tratamiento
durante los diez últimos años.
año sólo con estas crisis y
farmacológico prescrito, en su
sólo durante el sueño
caso, no impide la conducción.
En el caso de ausencia de este
tipo de crisis durante los tres
últimos años, el período de
vigencia será de cinco años
como máximo.
En el caso de crisis
epilépticas repetidas sin
influencia sobre la
conciencia o sobre la
capacidad de actuar, se
deberá constatar que, al
menos, ha transcurrido un
año sólo con este tipo de
crisis.
En el caso de crisis
epiléptica provocada debido
a un factor causante
identificable se deberá
aportar un informe
neurológico favorable en el
que conste además un
período libre de crisis de, al
menos, seis meses. Se
tendrán en cuenta otros
apartados de este Anexo.
En el caso de primera crisis
o única no provocada, se
deberá acreditar un período
libre de crisis de, al menos,
seis meses mediante
informe neurológico.
En el caso de otras pérdidas
de conciencia se deberán
evaluar en función del riesgo
de recurrencia y de la
exposición al riesgo.
Si se produce una crisis
convulsiva o con pérdida de
conciencia durante un
No se admite la mediación
antiepiléptica.
cambio o retirada de
medicación se deberá
acreditar 1 año libre de crisis
No se admiten.
No se admiten.
una vez restablecido el
tratamiento antiepiléptico. A
criterio neurológico se podrá
impedir la conducción desde
el inicio de la retirada del
tratamiento y durante el
plazo de 6 meses tras el
cese del mismo.
No deben existir alteraciones
del equilibrio (vértigos,
9.3 Alteraciones inestabilidad, mareo, vahído)
Ídem grupo 1.
del equilibrio.
permanentes, evolutivos o
intensos, ya sean de origen
otológico o de otro tipo.
9.4 Trastornos
musculares.
9.5 Accidente
isquémico
transitorio.
No deben existir trastornos
musculares que produzcan Ídem grupo 1.
deficiencia motora.
No se admiten los ataques
isquémicos transitorios hasta
transcurridos, al menos, seis
meses sin síntomas
neurológicos. Los afectados
Ídem grupo 1.
deberán aportar informe
favorable de un especialista
en neurología en el que se
haga constar la ausencia de
secuelas neurológicas.
9.6 Accidentes
No deben existir accidentes
isquémicos
Ídem grupo 1.
isquémicos recurrentes.
recurrentes.
No se admiten.
No se admiten.
No se admiten.
No se admiten.
Cuando, excepcionalmente, y
con dictamen favorable de un
especialista en neurología, las
secuelas neurológicas no
Ídem grupo 1.
impidan la obtención o prórroga,
el período de vigencia del
permiso o licencia será como
máximo de un año.
No se admiten.
No se admiten.
10. Trastornos mentales y de conducta
Exploración (1)
10.1 Delirium,
demencia, trastornos
amnésicos y otros
trastornos
cognoscitivos.
10.2 Trastornos
mentales debidos a
enfermedad médica
no clasificados en
otros apartados.
10.3 Esquizofrenia y
otros trastornos
psicóticos.
10.4 Trastornos del
Adaptaciones, restricciones y otras
Criterios de aptitud para obtener o prorrogar permiso o limitaciones en personas, vehículos
licencia
o de circulación en permiso o
de conducción ordinarios
licencia sujetos a condiciones
restrictivas
Grupo 2:
BTP, C1, C1 +
Grupo 1: AM, A1, A2, A, B, B + E y LCC
Grupo
E, C, C + E,
Grupo 1 (4)
(art. 45.1a) (2)
D1, D1 + E, D,
2 (5)
D + E (art.
45.1b y 2) (3)
Cuando, excepcionalmente, y
con dictamen favorable de un
neurólogo o psiquiatra, no
No se admiten. impidan la obtención o prórroga,
el período de vigencia del
permiso o licencia será como
máximo de un año.
Cuando, excepcionalmente, y
con dictamen favorable de un
No deben existir trastornos catatónicos, cambios
neurólogo o psiquiatra, no
de personalidad particularmente agresivos, u otros
No se admiten. impidan la obtención o prórroga,
trastornos que supongan un riesgo para la
el período de vigencia del
seguridad vial.
permiso o licencia será como
máximo de un año.
No debe existir esquizofrenia o trastorno delirante.
Cuando, excepcionalmente, y
Tampoco se admiten otros trastornos psicóticos
con dictamen favorable de un
que presenten incoherencia o pérdida de la
psiquiatra o psicólogo, no
Ídem grupo 1. impidan la obtención o prórroga,
capacidad asociativa, ideas delirantes,
alucinaciones o conducta violenta, o que por
el período de vigencia del
alguna otra razón impliquen riesgo para la
permiso o licencia será como
seguridad vial.
máximo de un año.
No deben existir trastornos graves del estado de
Ídem grupo 1. Cuando, excepcionalmente,
No deben existir supuestos de delirium o
demencia. Tampoco se admiten casos de
trastornos amnésicos u otros trastornos
cognoscitivos que supongan un riesgo para la
conducción.
No se
admiten.
No se
admiten.
No se
admiten.
Ídem
estado de ánimo.
ánimo que conlleven alta probabilidad de
conductas de riesgo para la propia vida o la de los
demás.
10.5 Trastornos
disociativos.
No deben admitirse aquellos casos que supongan
Ídem grupo 1.
riesgo para la seguridad vial.
10.6 Trastornos del
sueño de origen no
respiratorio.
No se admiten casos de narcolepsia o trastornos
de hipersomnias diurnas de origen no respiratorio,
ya sean primarias, relacionadas con otro trastorno
mental, enfermedad médica o inducidas por
sustancias. Tampoco se admiten otros trastornos Ídem grupo 1.
del ritmo circadiano que supongan riesgo para la
actividad de conducir. En los casos de insomnio se
prestará especial atención a los riesgos asociados
al posible consumo de fármacos.
10.7 Trastornos del
control de los
impulsos.
No se admiten casos de trastornos explosivos
intermitentes u otros cuya gravedad suponga
riesgo para la seguridad vial.
Ídem grupo 1.
exista dictamen de un psiquiatra grupo 1.
o psicólogo favorable a la
obtención o prórroga, se podrá
reducir el período de vigencia del
permiso o licencia según criterio
facultativo.
Cuando, excepcionalmente,
exista dictamen de un psiquiatra
o psicólogo favorable a la
Ídem
obtención o prórroga, se podrá
grupo 1.
reducir el período de vigencia del
permiso o licencia según criterio
facultativo.
Cuando, excepcionalmente,
exista dictamen facultativo
favorable a la obtención o
Ídem
prórroga, se podrá reducir el
grupo 1.
período de vigencia del permiso
o licencia según criterio
facultativo.
Cuando, excepcionalmente,
exista dictamen de un psiquiatra
o psicólogo favorable a la
obtención o prórroga, se podrá
reducir el período de vigencia del
permiso o licencia según criterio
facultativo.
Cuando, excepcionalmente,
exista dictamen de un psiquiatra
o psicólogo favorable a la
obtención o prórroga, se podrá
reducir el período de vigencia del
permiso o licencia según criterio
facultativo.
No deben existir trastornos graves de la
10.8 Trastornos de la personalidad, en particular aquellos que se
personalidad.
manifiesten en conductas antisociales con riesgo
para la seguridad de las personas.
Ídem grupo 1.
10.9 Trastornos del No debe existir retraso mental con cociente
desarrollo intelectual. intelectual inferior a 70.
No debe existir
retraso mental
con un cociente No se admiten.
intelectual
inferior a 70.
Cuando el dictamen del
psiquiatra o psicólogo sea
favorable a la obtención o
No se admiten.
prórroga, se podrán establecer
condiciones restrictivas según
criterio facultativo.
Cuando, excepcionalmente,
No deben existir trastornos por déficit de atención
exista dictamen de un psiquiatra
cuya gravedad implique riesgo para la conducción.
10.10 Trastornos por
Tampoco se admiten casos moderados o graves
o psicólogo favorable a la
déficit de atención y
Ídem grupo 1. obtención o prórroga, se podrá
de trastorno disocial u otros comportamientos
comportamiento
perturbadores acompañados de conductas
reducir el período de vigencia del
perturbador.
agresivas o violaciones graves de normas cuya
permiso o licencia según criterio
incidencia en la seguridad vial sea significativa.
facultativo.
En los casos de retraso mental con cociente
intelectual entre 50 y 70, se podrá obtener o
prorrogar si el interesado acompaña un dictamen
favorable de un psiquiatra o psicólogo.
10.11 Otros trastornos
mentales no incluidos
en apartados
anteriores.
No deben existir trastornos disociativos,
adaptativos u otros problemas objeto de atención
clínica que sean funcionalmente incapacitantes
para la conducción.
Ídem grupo 1.
Ídem
grupo 1.
Ídem
grupo 1.
No se
admiten.
No se
admiten.
No se
admiten.
Cuando exista dictamen de un
psiquiatra o psicólogo favorable a
la obtención o prórroga, se podrá Ídem
reducir el período de vigencia del grupo 1.
permiso o licencia según criterio
facultativo.
11. Trastornos relacionados con sustancias
Serán objeto de atención especial los trastornos
inducidos por cualquier tipo de sustancia. En
antecedentes de dependencia o abuso, se podrá
licencia de conducción siempre que la situación
de dependencia, abuso o trastornos
los casos en que se presenten
obtener o prorrogar el permiso o
de dependencia o abuso se haya
extinguido tras un período demostrado de abstinencia y no existan secuelas
irreversibles que supongan riesgo para la seguridad vial. Para garantizar estos extremos
se requerirá un dictamen favorable de un psiquiatra, de un psicólogo, o de ambos,
dependiendo del tipo de trastorno.
Criterios de aptitud para obtener o prorrogar
permiso o licencia
de conducción ordinarios
Exploración (1)
Grupo 1: AM, A1, A2, A, B, B + E y
LCC
(art. 45.1a) (2)
Grupo 2:
BTP, C1, C1
+ E, C, C +
E, D1, D1 +
E, D, D + E
(art. 45.1b y
2) (3)
Adaptaciones, restricciones y otras
limitaciones en personas, vehículos
o de circulación en permiso o licencia sujetos
a condiciones restrictivas
Grupo 1 (4)
No se admite la existencia de abuso de
alcohol ni cualquier patrón de uso en el que
En los casos de existir antecedentes de
abuso con informe favorable a la obtención o
el sujeto no pueda disociar conducción y
11.1 Abusos de
consumo de alcohol. Tampoco se admiten Ídem grupo 1. prórroga, se podrá reducir el período de
alcohol.
vigencia del permiso o licencia según criterio
casos de antecedentes de abuso en los que
la rehabilitación no esté debidamente
facultativo.
acreditada.
No se admite la existencia de dependencia
En los casos de existir antecedentes de
de alcohol. Tampoco se admiten casos de
dependencia con informe favorable a la
11.2 Dependencia
antecedentes de dependencia en los que la Ídem grupo 1. obtención o prórroga, se podrá reducir el
del alcohol.
rehabilitación no esté debidamente
período de vigencia del permiso o licencia
acreditada
según criterio facultativo.
No se admite la existencia de trastornos
inducidos por alcohol, tales como
En los casos de existir antecedentes de
abstinencia, delirium, demencia, trastornos
11.3 Trastornos
trastornos inducidos por alcohol con informe
psicóticos u otros que supongan riesgo para
Ídem grupo 1. favorable a la obtención o prórroga, se podrá
inducidos por
la seguridad vial. Tampoco se admiten casos
alcohol.
reducir el período de vigencia del permiso o
de antecedentes de trastornos inducidos por
licencia según criterio facultativo.
alcohol en los que la rehabilitación no esté
debidamente acreditada.
Cuando, excepcionalmente y con informe
No se admite el consumo habitual de
médico favorable, el medicamento o
sustancias que comprometan la aptitud para
medicamentos indicados en (2) no influya de
11.4 Consumo
conducir sin peligro, ni el consumo habitual
manera negativa en el comportamiento vial
habitual de drogas
Ídem grupo 1.
de medicamentos que, individualmente o en
del interesado se podrá obtener o prorrogar
y medicamentos.
conjunto, produzcan efectos adversos
permiso o licencia, reduciendo, en su caso,
graves en la capacidad para conducir.
el período de vigencia según criterio
facultativo.
En los casos de existir antecedentes de
No se admite el abuso de drogas o
11.5 Abuso de
abuso de drogas o medicamentos, con
medicamentos. Si existe antecedente de
drogas o
Ídem grupo 1. informe favorable a la obtención o prórroga,
abuso, la rehabilitación ha de acreditarse
medicamentos.
se podrá reducir el período de vigencia del
debidamente.
permiso o licencia según criterio facultativo.
En los casos de existir antecedentes de
No se admite la dependencia de drogas o
dependencia de drogas o medicamentos,
11.6 Dependencia
medicamentos. Si existe antecedente de
con informe favorable a la obtención o
de drogas y
Ídem grupo 1.
dependencia, la rehabilitación ha de
prórroga, se podrá reducir el período de
medicamentos.
acreditarse debidamente.
vigencia del permiso o licencia según criterio
facultativo.
No se admite delirium, demencia,
alteraciones perceptivas, trastornos
En los casos de existir antecedentes de
psicóticos u otros inducidos por drogas o
11.7 Trastornos
trastornos mentales inducidos por drogas o
medicamentos que supongan riesgos para la
inducidos por
medicamentos, con informe favorable a la
seguridad vial. Tampoco se admiten casos Ídem grupo 1.
drogas o
obtención o prórroga, se podrá reducir el
de antecedentes de trastornos inducidos por
período de vigencia del permiso o licencia
medicamentos.
drogas o medicamentos en los que la
según criterio facultativo.
rehabilitación no esté debidamente
acreditada.
Grupo
2 (5)
Ídem
grupo 1.
Ídem
grupo 1.
Ídem
grupo 1.
No se
admiten.
Ídem
grupo 1.
Ídem
grupo 1.
Ídem
grupo 1.
12. Aptitud perceptivo-motora
La exploración de las aptitudes perceptivo-motoras se realizará a través de los
predictores establecidos.
Cuando, según criterio facultativo, mediante la entrevista inicial y/o a partir de los
predictores utilizados, se detecten indicios de deterioro aptitudinal que puedan
incapacitar para conducir con seguridad, se requerirá la realización de exploración
complementaria sistematizada para valorar el estado de las funciones mentales que
puedan estar influyendo en aquél. Incluso podrá requerirse la realización de una prueba
práctica de conducción.
Con carácter general, el psicólogo tendrá en cuenta las posibilidades de
compensación de las posibles deficiencias considerando la capacidad adaptativa del
individuo.
Criterios de aptitud para obtener o prorrogar
permiso o licencia
de conducción ordinarios
Exploración
(1)
Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en
personas, vehículos
o de circulación en permiso o licencia sujetos a
condiciones restrictivas
Grupo 2: BTP,
C1, C1 + E, C,
Grupo 1: AM, A1, A2, A, B, B +
C + E, D1, D1 +
E y LCC
E, D, D + E
(art. 45.1a) (2)
(art. 45.1b y 2)
(3)
Grupo 1 (4)
Grupo
2 (5)
No se admite ninguna alteración
que limite la capacidad para
12.1 Estimación adecuarse con seguridad a
Ídem grupo 1.
del movimiento. situaciones de tráfico que requieran
estimaciones de relaciones espaciotemporales.
Cuando, excepcionalmente, no impidan la
obtención o prórroga, se podrá limitar la velocidad
máxima según criterio facultativo.
No se
admiten.
Alteraciones que supongan la
incapacidad para adaptarse
adecuadamente al mantenimiento
de trayectorias establecidas.
Se podrá autorizar la conducción de un vehículo
automático, previa evaluación en las
correspondientes pruebas prácticas. En los casos
de obtención, se tendrá en cuenta la capacidad de
aprendizaje psicomotor. Se podrán establecer
condiciones restrictivas a criterio facultativo.
No se
admiten.
Cuando, excepcionalmente, no impidan la
obtención o prórroga, se podrá limitar la velocidad
máxima según criterio facultativo.
No se
admiten.
No se admiten.
No se
admiten.
12.2
Coordinación
visomotora.
Ídem grupo 1.
12.3 Tiempo de No se admiten alteraciones graves
reacciones
en la capacidad de discriminación o Ídem grupo 1.
múltiples.
en los tiempos de respuesta.
No se admiten casos en los que la
12.4 Inteligencia capacidad de organización espacial
Ídem grupo 1.
práctica.
resulte inadecuada para la
conducción.
13. Otras causas no especificadas
Cuando se dictamine la incapacidad para conducir por alguna causa no incluida en
los apartados anteriores, se requerirá una justificación particularmente detallada y
justificada con expresión del riesgo evaluado y del deterioro funcional que a juicio del
facultativo impide la conducción.
Criterios de aptitud para obtener o prorrogar permiso o
licencia de conducción ordinarios
Exploración
(1)
Grupo 2:
BTP, C1, C1
Grupo 1: AM, A1, A2, A, B, B + E y LCC (art. + E, C, C + E,
45.1a) (2)
D1, D1 + E,
D, D + E (art.
45.1b y 2) (3)
Adaptaciones, restricciones y otras
limitaciones en personas, vehículos o
de circulación en permiso o licencia
sujetos a condiciones restrictivas
Grupo 1 (4)
Grupo
2 (4)
13.1 Otras
causas no
especificadas.
No se debe obtener ni prorrogar permiso o licencia de
conducción a ninguna persona que padezca alguna
enfermedad o deficiencia no mencionada en los
apartados anteriores que pueda suponer una
incapacidad funcional que comprometa la seguridad
Ídem grupo 1.
vial al conducir, excepto si el interesado acompaña un
dictamen facultativo favorable. Igual criterio se
establece para trasplantes de órganos no incluidos en
el presente anexo.
Cuando no impidan la obtención o
prórroga y los reconocimientos
periódicos a realizar fueran por
período inferior al de vigencia
normal del permiso o licencia, el
período de vigencia se fijará según
criterio facultativo.
Ídem
grupo
1.
Significado de los números entre paréntesis:
(1) Aptitudes a explorar y evaluar en los conductores objeto del reconocimiento,
tanto si pertenecen al grupo 1 como al 2 (artículo 45).
(2) Aptitudes psicofísicas requeridas para obtener o prorrogar licencia o permiso de
conducción de las clases AM, A1, A2, A, B y B + E.
(3) Aptitudes psicofísicas requeridas para obtener o prorrogar permiso de
conducción de las clases BTP, C1, C1 + E, C, C + E, D1, D1 + E, D, D + E y otras
autorizaciones (artículo 45.1.b y 2).
(4) Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones a imponer en personas,
vehículos o de circulación para obtener y prorrogar licencias y permisos de conducción
de las clases AM, A1, A2, A, B y B + E sujetos a conducciones restrictivas.
(5) Adaptaciones, restricciones y otras limitaciones a imponer en personas,
vehículos o de circulación para obtener y prorrogar permisos de conducción de las
clases BTP, C1, C1 + E, C, C +E, D1, D1 + E, D, D + E y otras autorizaciones (artículo
45.1.b y 2).
Se modifican los apartados 1, 8 y 9 por el art. único de la Orden PRE/2356/2010, de 3 de septiembre.
Ref. BOE-A-2010-13946.
Última actualización, publicada el 10/09/2010, en vigor a partir del 11/09/2010.
Texto original, publicado el 08/06/2009, en vigor a partir del 08/12/2009.
Roj: STS 8792/2002
Id Cendoj: 28079120012002102481
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso: 334/2001
Nº de Resolución: 2167/2002
Procedimiento: RECURSO DE CASACIÓN
Ponente: MIGUEL COLMENERO MENENDEZ DE LUARCA
Tipo de Resolución: Sentencia
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a veintitrés de Diciembre de dos mil dos.
En el recurso de Casación por infracción de Precepto Constitucional, de Ley y quebrantamiento de
Forma, que ante Nos pende, interpuesto por Pedro Francisco y la CAJA GENERAL DE AHORROS DE
GRANADA, contra sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid (Sección Primera), con fecha
veinte de Noviembre de dos mil, en causa seguida contra Pedro Francisco por Delito continuado de falsedad
en documento mercantil, un delito continuado de apropiación indebida y otro de Estafa, los Excmos. Sres.
componentes de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que al margen se expresan se han constituido para
Votación y Fallo bajo la Presidencia del primero de los citados y Ponencia del Excmo. Sr. D. Miguel Colmenero
Menéndez de Luarca, siendo partes recurrentes el acusado Pedro Francisco y el responsable civil subsidiario
la CAJA GENERAL DE AHORROS DE GRANADA representados por los Procuradores Doña Gema de Luis
Sánchez y Don José Castillo Ruiz, respectivamente. Y como partes recurridas Lucía representada por la
Procuradora Doña María Salud Jiménez Muñoz; Benjamín , Marí Luz , Guadalupe y María Rosario
representados por el Procurador Don Juan Manuel Caloto Carpintero y José e Soledad representados por
el Procurador Don Carmelo Olmos Gómez.
I. ANTECEDENTES
Primero.- El Juzgado de Instrucción número tres de los de Madrid, incoó Procedimiento Abreviado con
el número 25/96 contra Pedro Francisco , y una vez concluso lo remitió a la Audiencia Provincial de la misma
ciudad (Sección Primera, rollo 25/96) que, con fecha veinte de Noviembre de dos mil, dictó sentencia que
contiene los siguientes HECHOS PROBADOS:
"El acusado, Pedro Francisco , mayor de edad y sin antecedentes penales, que venía prestando sus
servicios, como empleado de la CAJA GENERAL DE AHORROS DE GRANADA, desde el 17 de Octubre
de 1984 hasta el 3 de Marzo de 1990, en la sucursal del Paseo de la Castellana nº 13 de esta capital,
aprovechándose de esa condición, se apoderó, en su propio y exclusivo beneficio, de diversas cantidades
de dinero propiedad de varios clientes, que tenían depositada en él su confianza, por los importes y en las
fechas y forma siguientes: 1.- De un total de 61 millones de ptas., que le entregó Benjamín , para su ingreso
en la entidad bancaria, justificando el acusado su recepción mediante las correspondientes anotaciones en
las cartillas que, previamente había confeccionado él mismo, sobre un impreso original, estampando las
correspondientes firmas y sellos en los lugares destinados a las de los responsables autorizados para ello por
la entidad, sin correspondencia con cuenta bancaria alguna y a los solos efectos de provocar en el depositante
la errónea creencia de que su dinero se encontraba, en realidad, en esa cuenta. Así, esas entregas, se
efectuaron: a) en la oficina bancaria misma, en la que Pedro Francisco prestaba sus servicios: - en 11 de
Noviembre de 1989: tres imposiciones por importes de 7.000.000 de ptas., 8.000.000 de ptas. Y 18.000.000
de ptas. - en 22 de Febrero de 1990: una sola imposición de 3.000.000 ptas. b) en el despacho particular
del propio Benjamín , sito en la c/ DIRECCION000 nº NUM000 de esta capital, cuando Pedro Francisco
ya había sido despedido de la CAJA, aunque, ante Benjamín seguía aparentando que era empleado de
la misma, sólo que con otros cometidos, en situación de excedencia en la oficina de Madrid y dependiendo
directamente de los Servicios Centrales con sede en Granada, se produjeron, en 1990 y 1991, varias entregas,
en metálico, por un monto de otros 25 millones de ptas., que fueron, así mismo, anotados en la segunda
1
cartilla, confeccionada de la misma forma que la anterior.- 2.- Un total de 10.500.000 ptas., que le entregó
Bruno , hoy fallecido, esposo de Marí Luz y padre de Guadalupe y María Rosario , de la forma siguiente:
a) 5.000.000 de ptas., en la propia sucursal bancaria y contra la anotación que el acusado llevó a cabo,
dándole fecha de 15 Mayo de 1988, en una cartilla confeccionada en la misma forma de las anteriormente
referidas.- b) 5.500.000 ptas., el 21 de Octubre de 1992, contra las que el acusado entregó, en prueba de su
recibo, un impreso de la propia CAJA, por él cumplimentado y con membrete de la referida entidad.- 3.- Un
total de 20.000.000 de ptas., propiedad del matrimonio Millán , hoy fallecido, y Lucía , mediante el mismo
mecanismo de ocultación, abriendo Libretas y haciendo anotaciones en ellas, meramente aparentes, y a lo
largo de las siguientes distintas ocasiones: - 1.000.000 de ptas. que le fue entregado el 6 de Mayo de 1985,
como imposición en la libreta de ahorro del matrimonio Millán , y que Pedro Francisco ingresa en una cuenta
corriente suya de CAJA POSTAL.- 4.000.000 de ptas., provenientes de la cancelación de una cuenta anterior,
que el acusado ingresó mediante un cheque al portador, el día 7 de Agosto de 1985, en la cuenta que tenía
abierta, a su propio nombre, en la Agencia Urbana nº 12 de esta capital del BARKLAYS BANK.- 8.000.000
de ptas., con semejante origen y en la misma forma del supuesto anterior, mediante el cobro, también, de
un cheque al portador, el 8 de Febrero de 1986.- 2.000.000 de ptas., que el acusado obtiene mediante la
cancelación, el día 29 de Diciembre de 1986, de una cuenta de que eran titulares los Sres. Millán , simulando
la firma de éstos para llevar a cabo dicha cancelación.- 2.550.000, procedentes de cuenta cancelada el 9 de
Marzo de 1987, ingresadas mediante cheque al portador en la cuenta que Pedro Francisco tenía abierta, a
su nombre, en la Agencia Urbana nº 6 de Madrid del BANCO BILBAO.- 2.450.000 ptas.-, también resultantes
de la cancelación de una cuenta de Millán y su esposa, el día 9 de Marzo de 1989.- 4.- 13.050.000 ptas., que
entregaron al acusado, el día 17 de Diciembre de 1984, en las Oficinas de la CAJA GENERAL DE GRANADA,
el matrimonio formado por Antonio y Maite para la apertura de una Libreta de Ahorro a plazo. Libreta
que, al fallecimiento del Sr. Soledad , en 1990, Pedro Francisco solicitó a los hijos y herederos de dicho
Sr., José e Soledad , a fin de proceder a anularla para abrir una nueva a nombre de éstos últimos con la
trasferencia del depósito de la anterior. En 1992, cuando José y su hermana se interesan por el retraso en el
pago de los intereses que, desde un principio y hasta esa fecha, se habían venido recibiendo puntualmente,
y dado que no se les había facilitado nunca el original de la segunda cartilla, sino, tan sólo, una supuesta
fotocopia de la misma, comprueban que dicha Libreta no se corresponde con la existencia de cuenta alguna
pues el acusado, aprovechando la referida renovación, se había apoderado del dinero en ella depositado.- 5.22.000.000 de ptas., que le fueron entregados por Maite , el día 10 de Diciembre de 1990, en las oficinas de
entidad GESTAFIN, de la que era socio Pedro Francisco , y contra un justificante de la entrega, en nombre de
la referida entidad, dedicada a la gestión de activos financieros. Y cuando Marí Luz reclamó, a fines de 1992,
la devolución de su dinero más los intereses devengados por el mismo, Pedro Francisco le entregó diversos
talones contra varias cuentas corrientes de las que era titular en la propia CAJA GENERAL DE GRANADA,
BANCO NATWEST Y BANCO HISPANO AMERICANO de esta capital, cuyos importes, sumados, ascendían
a un total de 22.618.000 ptas., en concepto del principal y los supuestos intereses devengados hasta esa
fecha, y que no pudieron ser cobrados, a su presentación, por falta de fondos en las referidas cuentas.- El
acusado se apoderaba de todas las cantidades enumeradas ingresándolas en las diversas cuentas corrientes
de que disponía a su nombre en varias entidades bancarias, bien directamente o utilizando, como "puente"
para ello, la que también tenía abierta en la propia sucursal de la CAJA en la que trabajaba.- El día 2 de Marzo
de 1990, como ya quedó dicho, Pedro Francisco cesó como empleado de la CAJA GENERAL DE GRANADA,
a consecuencia del expediente disciplinario de despido que le fue incoado con motivo del descubrimiento de
una supuesta apropiación de cierta cantidad de dinero propiedad de otro cliente, Luis Alberto . Abiertas que
fueron diligencias en el Juzgado de Instrucción nº 31 de esta capital, por denuncia de la entidad contra su
empleado, posteriormente la CAJA se apartó de ese procedimiento, del mismo modo que llegó a un acuerdo
con Pedro Francisco , que retiró la demanda interpuesta contra el despido, a cambio de ese apartamiento
del procedimiento penal y reintegro, por la CAJA, de la cantidad distraída al referido cliente, un millón de
ptas.- El 5 de Diciembre de 1992, Pedro Francisco llevó a cabo un intento de suicidio en una habitación
de Hotel Condestable de Burgos, salvando su vida gracias a la intervención de los empleados del Hotel. Y,
tras recuperarse, procedió a declarar ante la policía reconociendo la comisión de los hechos aquí narrados,
declaración que ha venido ratificando sucesivamente ante el Juzgado de Instrucción y a lo largo de las sesiones
del presente Juicio.- El 4 de Enero de 1993, se llevó a cabo, con la oportuna autorización judicial, un registro en
el domicilio del acusado, ocupándose en él diversos impresos, libretas tampones y sellos de la entidad bancaria
para la que Pedro Francisco había trabajado, la CAJA GENERAL DE AHORROS DE GRANADA." (sic)
Segundo.- La Audiencia de instancia en la citada sentencia, dictó la siguiente Parte Dispositiva:
"FALLAMOS.- Que debemos condenar y condenamos al acusado, Pedro Francisco , como
responsable, en concepto de autor, de un delito continuado de Falsedad en documento mercantil y otro,
2
también continuado, de Apropiación indebida y Estafa, ambas continuidades delictivas en la relación concursal
del art. 71 C.P., con la concurrencia de la circunstancia genérica modificativa de la responsabilidad criminal,
atenuante de arrepentimiento espontáneo, a las penas de SEIS MESES Y UN DIA DE PRISION MENOR, con
sus accesorias de sus pensión de todo cago público y derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, y
500.000 PESETAS DE MULTA, sin arresto sustitutorio en caso de impago, por el delito de Falsedad, y SEIS
AÑOS Y UN DIA DE PRISIÓN MAYOR, con sus accesorias de suspensión de todo cargo público y derecho de
sufragio, durante el tiempo de la condena, por la continuidad delictiva de Apropiaciones indebidas y Estafas.Así como al pago de las costas procesales causadas, con inclusión de las de las Acusaciones Particulares,
y debiendo indemnizar a: - Benjamín , en 61.000.000 de ptas.- Marí Luz y Guadalupe y María Rosario ,
en 10.500.000 ptas.- Lucía , en 20.000.000 de ptas.- José e Soledad , en 13.500.000 ptas.- Silvia , en
22.000.000 de ptas.- Todas las referidas indemnizaciones incrementadas con el interés legal correspondiente,
desde las diferentes fechas de apropiación por el acusado, en la determinación a que se refiere el Fundamento
Jurídico Quinto de la presente Resolución, hasta esta Sentencia y, a partir de ella, con el establecido en el
art. 921 LEC, hasta su completa satisfacción.- Así mismo, la CAJA GENERAL DE AHORROS DE GRANADA,
como Responsable Civil Subsidiaria, responderá del pago de las referidas cantidades, si bien con exclusión
de 25 de los 61 millones otorgados a Benjamín y 5.500.000 de los 10.500.000 concedidas a Lucía .- Para el
cumplimiento de las penas, se le abona al condenado todo el tiempo que hubiere estado en Prisión provisional
por esta causa.- Se aprueba el Auto de insolvencia consultado por el Instructor.- No ha lugar a acordar la
deducción de testimonio interesada por las actuaciones contra Cecilia , por su declaración testifical prestada
ante este Tribunal en el acto del Juicio Oral." (sic)
Tercero.- Notificada la resolución a las partes, se preparó recurso de casación por infracción de Precepto
Constitucional, de Ley y quebrantamiento de Forma, por las representaciones de Pedro Francisco y de
la CAJA GENERAL DE AHORROS DE GRANADA, que se tuvieron por anunciados, remitiéndose a esta
Sala del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su sustanciación y resolución, formándose el
correspondiente rollo y formalizándose los recursos.
Cuarto.- El recurso interpuesto por la representación del recurrente Pedro Francisco se basó en los
siguientes MOTIVOS DE CASACIÓN:
1.- Al amparo del artículo 849.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por inaplicación del artículo 9.1
en relación con el artículo 8.1 del Código Penal de 1.973.
2.- Al amparo del artículo 849.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por inaplicación del artículo 9.4
del Código Penal de 1.973.
Quinto.- El recurso interpuesto por la representación del recurrente CAJA GENERAL DE AHORROS
DE GRANADA se basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACIÓN:
1.- Por infracción de preceptos constitucionales de conformidad con el artículo 5.4 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial.
2.- Por infracción de Ley, al amparo del artículo 849.2 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por error
en la apreciación de la prueba, basado en documentos obrantes en autos que acrediten la equivocación del
juzgador, sin resultar contradichos por otros elementos probatorios.
3.- Al amparo del artículo 849.1º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por aplicación indebida o
incorrecta de los artículos 21 y 22 del Código Penal.
4.- Al amparo del artículo 849.1º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por aplicación indebida de los
artículos 101, 103, 104 y 106 del Código Penal de 1.973 en relación con el artículo 921 4º y 5 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
5.- Al amparo del artículo 849.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por aplicación indebida de los
artículos 109 y 110 del Código Penal de 1.973 en relación con las costas.
Sexto.- Instruidos el Ministerio Fiscal, que impugnó la totalidad de los motivos de ambos recursos y las
representaciones de las partes recurridas; quedaron conclusos los autos para señalamiento de Fallo cuando
por turno correspondiera.
Séptimo.- Hecho el señalamiento para Fallo, se celebró la votación prevenida el día dieciséis de
Diciembre de dos mil dos.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO
3
Recurso de Pedro Francisco
PRIMERO.- El acusado fue condenado como autor de un delito continuado de falsedad en documento
mercantil a la pena de seis meses y un día de prisión menor y 500.000 pesetas de multa y como autor de un
delito continuado de apropiación indebida y estafa a la pena de seis años y un día de prisión mayor. Contra
la sentencia interpone recurso de casación que formaliza en dos motivos.
En el primero, al amparo del artículo 849.1º de la LECrim denuncia la inaplicación del artículo 9.1ª en
relación con el artículo 8.1ª del Código Penal de 1973, vigente al tiempo de ocurrir los hechos. Sostiene que
padece epilepsia, con el consiguiente deterioro mental que ello conlleva.
La jurisprudencia ha sido en general reacia a reconocer eficacia atenuatoria a los trastornos de la
personalidad o psicopatías, con mayor razón cuando no han sido calificados de graves. En la actualidad
tienen encaje en el artículo 20.1 pues se trata sin duda de anomalías o alteraciones psíquicas, por lo que es
necesario atender a sus características y a las peculiaridades del hecho imputado para precisar sus concretos
efectos. Tratándose de epilepsia, hemos entendido que, cuando la enfermedad está larvada, el enfermo es
perfectamente consciente de sus actos, apareciendo la disminución o carencia de frenos inhibitorios en los
estados crepusculares, precrepusculares o cuasicrepusculares ( STS núm. 945/1999, de 14 de junio), y que lo
que excluye la capacidad de culpabilidad en el supuesto de la epilepsia es que quien la padece haya actuado
en estado de crisis epiléptica, mientras que el simple padecimiento de la enfermedad no excluye, ni disminuye,
por sí mismo, la capacidad de culpabilidad ( STS núm. 724/1999, de 12 de mayo y STS nº 642/2002, de 17
de abril).
La vía casacional elegida impone el respeto a los hechos probados y en ellos nada se dice acerca de
la existencia de la enfermedad ni de su posible relación con los hechos. En la fundamentación jurídica se da
una respuesta expresa a la alegación del recurrente, y en ella afirma el Tribunal de instancia que no se ha
probado una repercusión psíquica relevante de la epilepsia en las facultades de conocimiento o en la libertad
del acusado ni tampoco la vinculación que pudiera tener con los actos defraudatorios enjuiciados.
Por lo tanto, no se recoge que el trastorno sea grave ni tampoco que en el momento de los hechos el
acusado estuviera en ninguno de los estados antes referidos, por lo que no resulta posible la apreciación de
la eximente incompleta postulada.
El motivo se desestima.
En el segundo motivo, también al amparo del artículo 849.1º de la LECrim, denuncia la inaplicación
indebida de la atenuante de preterintencionalidad del artículo 9.4ª del Código Penal de 1973. Dice el recurrente
que el pago de intereses a los perjudicados acredita que trataba de reparar el daño causado mediante la
devolución de parte de las cantidades adquiridas.
La esencia de la atenuante de preterintencionalidad radica en la causación de un resultado más grave
que el querido o buscado intencionadamente por el acusado. Es doctrina mantenida reiteradamente por
la jurisprudencia de esta Sala, que la preterintencionalidad no es atenuante aplicable, por regla general, a
los responsables de determinados hechos punibles entre ellos, los cometidos contra la propiedad -cfr. SS.
16-6-1972, 29-1-1976 y nº 1385/1992, de 9 de junio- pues no se concibe que en una infracción contra tal bien
jurídico, en que la cuantía total depende exclusivamente de la voluntad del acusado, se pueda causar un mal
de mayor gravedad que el buscado por el sujeto. Concretamente la declaración no aplicable al delito de estafa
se verificó en las SS. 10-6-1884 y 10-7-1927.
En los hechos probados de la sentencia no se contiene ningún dato que permita sostener que el acusado
se apropió de cantidades superiores a aquellas de las que deseaba apropiarse.
El motivo se desestima.
Recurso de la Caja General de Ahorros de Granada
SEGUNDO.- En el primer motivo del recurso, al amparo del artículo 5.4 de la LOPJ denuncia la infracción
de preceptos constitucionales, en concreto los principios de seguridad jurídica, de inmodificabilidad de las
resoluciones judiciales, de tutela judicial efectiva, de contradicción y defensa y principio acusatorio, pues ha
sido condenada como responsable civil subsidiario dándose la circunstancia de que a lo largo de todo el
proceso, hasta el trámite de calificación del Ministerio Fiscal, fue tenida como parte acusadora, decretándose
el paso de acusador a acusado de forma extemporánea.
4
Consta en la causa que la parte recurrente se personó en las diligencias, sin que en ningún momento se
procediera por el Juez de Instrucción a adoptar medidas cautelares civiles al amparo del artículo 785.8ª.b) de
la LECrim. Una vez que el Juez de instrucción dictó Auto ordenando continuar las actuaciones por los trámites
del procedimiento abreviado ( artículo 789.5.4ª de LECrim) el Ministerio Fiscal, al amparo de lo dispuesto
en el artículo 790 de la misma Ley interesó que se ampliara el anterior Auto con la finalidad de considerar
a la recurrente como responsable civil subsidiario, con solicitud de fianza y dejando sin efecto el escrito de
acusación que ésta había presentado. A ello accedió el Juez de Instrucción. Presentado escrito de acusación,
se acordó la apertura del juicio oral teniendo a la recurrente como responsable civil subsidiario.
La Ley de Enjuiciamiento Criminal, en el artículo 615 para el procedimiento ordinario y en el 785.8ª.b)
en el abreviado, en la redacción anterior a la reforma operada por la Ley 38/2002, de 24 de octubre, y en el
artículo 764 tras dicha reforma, prevé que el Juez de Instrucción adopte medidas cautelares para asegurar las
responsabilidades pecuniarias de los que pudieran resultar responsables civiles directos o subsidiarios. Tal
medida no se había adoptado contra la recurrente en la presente causa, y es por eso que el Ministerio Fiscal,
con carácter previo al escrito de acusación interesó la adopción de las mismas.
La personación de la recurrente en la causa, aun cuando fuera en el concepto de perjudicada, debe
entenderse solamente como una actuación de una parte en las diligencias orientadas a preparar la celebración
del juicio, pero no le confiere un derecho intangible a permanecer en ese concepto hasta el final de las
actuaciones, ya que las resoluciones adoptadas en esa fase no son por su naturaleza siempre irrevocables.
Las previsiones de los artículos antes citados están encaminadas a situar en el proceso al responsable civil,
directo o subsidiario, permitiéndole según los casos determinadas actuaciones, y asegurando desde ese
momento las responsabilidades pecuniarias que en ese momento se considera que le pudieran corresponder,
pero no implican una atribución inmodificable de posición procesal para el juicio oral, pues ésta dependerá
de la pretensiones contenidas en los escritos de acusación de las partes acusadoras en la medida en que
sean asumidas en la decisión judicial que acuerda la apertura del juicio oral. Ni tampoco su ausencia implica
la imposibilidad de dirigir la acción civil contra quien corresponda en concepto de responsable civil subsidiario.
Estas medidas son posibles con finalidad cautelar, pero no son requisito previo para la posibilidad de ser
traído al proceso como parte legitimada pasivamente en el trámite del juicio oral ( STS de 7 de julio de 1990).
Como se recuerda en la STS de 3 de diciembre de 1996, la ley no establece como requisito para el ejercicio
de la acción civil en las conclusiones provisionales que previamente haya existido una declaración formal de
responsabilidad civil subsidiaria que tenga la naturaleza de una condición de procedibilidad civil.
El momento preclusivo para determinar la posición que corresponde asumir en la fase de enjuiciamiento
es el correspondiente al auto de apertura del juicio oral, al resolver sobre los escritos de acusación
presentados. Es en estos escritos cuando la acusación viene obligada a concretar la identidad de las personas
civilmente responsables, sin que hasta ese momento contemple la ley la necesidad de realizar petición alguna.
Y es en el Auto de apertura del juicio oral cuando tal petición es resuelta por el órgano jurisdiccional. Así el
artículo 790.6 de la LECrim dispone que al acordar la apertura del juicio oral resolverá el Juez de Instrucción
sobre la adopción, modificación, suspensión o revocación de las medidas cautelares interesadas por el
Ministerio Fiscal o la acusación particular, tanto en relación con el acusado, como respecto a los responsables
civiles, a quienes, en su caso, exigirá fianza en los términos del artículo 615 de esta Ley, si no la prestare el
acusado en el plazo que se le señale.
En la presente causa, en el trámite previsto en el artículo 790 de la LECrim, el Ministerio Fiscal no
presentó escrito de acusación, sino que interesó la adopción de medidas cautelares contra la recurrente en
concepto de responsable civil subsidiario, dirigiendo la acción civil contra la misma en el escrito de acusación
y en las conclusiones definitivas. La recurrente pudo conocer debidamente la posición que le correspondía en
el juicio oral, y adoptar las medidas necesarias a su defensa con tiempo suficiente, por lo que no se aprecia
indefensión.
El motivo se desestima.
TERCERO.- El segundo motivo del recurso se formaliza al amparo del artículo 849.2º de la LECrim por
error en la apreciación de la prueba, realizando varias alegaciones en relación a las afirmaciones contenidas
en la sentencia impugnada. Sostiene que en ningún momento la entidad conoció ni consintió las ilícitas
actividades del acusado; que consta acreditado en el expediente laboral que el día 22 de febrero en que
según la sentencia recibió en las oficinas de la Caja 3.000.000 pesetas, estaba de baja laboral; que se
reprocha indebidamente a la entidad una cierta pasividad en su conducta de entidad bancaria; que se atribuye
a los perjudicados una mera condición de víctimas, cuando todos eran amigos del acusado y compartían
relaciones familiares y financieras; que se atribuye la cualidad de documentos a meras fotocopias de libretas o
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documentos bancarios, y que la sentencia da por probado un acuerdo inexistente entre el acusado y la Caja a
raíz de la denuncia de otro cliente que posteriormente fue archivada. Finaliza sus argumentaciones afirmando
que el motivo debe entenderse también como alegación de la vulneración de la presunción de inocencia, ante
la inexistencia de prueba de cargo para la responsabilidad civil fijada.
En lo que se refiere al aspecto del motivo por error en la apreciación de la prueba, los requisitos exigidos
por la jurisprudencia de esta Sala para que este motivo de casación pueda prosperar son los siguientes: 1) ha
de fundarse, en una verdadera prueba documental, y no de otra clase, como las pruebas personales aunque
estén documentadas en la causa; 2) ha de evidenciar el error de algún dato o elemento fáctico o material de
la Sentencia de instancia, por su propio y literosuficiente poder demostrativo directo, es decir, sin precisar de
la adición de ninguna otra prueba ni tener que recurrir a conjeturas o complejas argumentaciones; 3) que el
dato que el documento acredite no se encuentre en contradicción con otros elementos de prueba, pues en
esos casos no se trata de un problema de error sino de valoración, la cual corresponde al Tribunal; y 4) que el
dato contradictorio así acreditado documentalmente sea importante en cuanto tenga virtualidad para modificar
alguno de los pronunciamientos del fallo, pues si afecta a elementos fácticos carentes de tal virtualidad el
motivo no puede prosperar ya que, como reiteradamente tiene dicho esta Sala, el recurso se da contra el fallo
y no contra los argumentos de hecho o de derecho que no tienen aptitud para modificarlo ( Sentencias de 24
de enero de 1991; 22 de septiembre de 1992; 13 de mayo y 21 de noviembre de 1996; 11 de noviembre de
1997; 27 de abril y 19 de junio de 1998; STS nº 496/1999, de 5 de abril, entre otras).
El único documento que se designa en el motivo es el particular del expediente laboral del acusado en
el que consta que fue despedido el día 3 de marzo de 1990 y estuvo de baja laboral desde el 25 de enero,
fecha desde la que no volvió a trabajar. Este dato considera el recurrente que está en contradicción con la
afirmación de la sentencia según la cual el acusado recibió 3.000.000 pesetas de Benjamín en la misma
oficina bancaria. Del error deduce que debe excluirse la cantidad citada de la responsabilidad civil.
El motivo no puede ser acogido, pues no se aprecia contradicción alguna entre lo afirmado en la
sentencia impugnada y el contenido del documento designado en el motivo. Efectivamente, el hecho de que
el acusado se encontrara de baja laboral no significa que no continuara siendo empleado de la recurrente,
y es en ese concepto en el que recibe la cantidad antes expresada de la que se apropió; o que no pudiera
acudir a la oficina y recibir en ella el dinero del cliente, según se declara probado. Acerca de este extremo,
además, el Tribunal ha contado con otras pruebas como la testifical.
En lo que se refiere a la presunción de inocencia, debemos referir la impugnación de la recurrente a
la existencia de prueba sobre los hechos que, dando lugar a la responsabilidad penal, provocan que sea
declarada responsable civil subsidiaria, con las limitaciones contenidas en la sentencia y autos de aclaración,
que la refieren exclusivamente a los hechos cometidos por el acusado como empleado de la misma. es doctrina
reiterada que la alegación de la presunción de inocencia, aunque permite verificar la racionalidad del proceso
valorativo efectuado por el Tribunal de instancia, no autoriza a realizar una nueva valoración de la prueba. El
planteamiento de la recurrente y las alegaciones que se realizan en el desarrollo del motivo ponen claramente
de manifiesto la existencia de prueba de cargo, testifical y documental, acerca de la recepción de distintas
cantidades de dinero por parte del acusado en las oficinas de la recurrente y con destino a ser ingresadas en
cuentas de la misma a nombre de los depositantes, o bien, de cancelaciones y reintegros efectuados por el
acusado sobre cuentas de particulares en la Caja sin autorización de sus titulares. La recurrente procede a
una valoración de las pruebas practicadas que le conduce a conclusiones diferentes de las asumidas por el
Tribunal, lo cual aun cuando pueda entenderse legítimo como posición en la instancia, no puede ser atendido
en casación, pues como hemos dicho, no es procedente realizar una nueva valoración del material probatorio
que conoció directamente el Tribunal de instancia.
El motivo se desestima.
CUARTO.- El tercer motivo del recurso, al amparo del artículo 849.1º de la LECrim denuncia la aplicación
indebida de los artículos 21 y 22 del Código Penal de 1973. concreta su impugnación en dos alegaciones.
En primer lugar, que el acusado actuó sin conocimiento ni consentimiento y en beneficio propio, no actuando
como empleado de banca sino en nombre propio como gestor de patrimonios ajenos. Y en segundo lugar,
que en todo caso solo ha de estimarse que la Caja es responsable civil subsidiario de aquellos hechos, datos
y cuantías producidos en la relación de trabajo con la Caja.
La vía casacional elegida impone el respeto a los hechos probados y ello conduce ahora a la
desestimación del motivo en los dos aspectos antes referidos. En la sentencia impugnada, completada con los
autos de aclaración, se declara la responsabilidad civil subsidiaria de la recurrente exclusivamente respecto
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de aquellas cantidades que en los hechos probados se dice que fueron objeto de apropiación por parte del
acusado cuando actuaba como empleado de la entidad.
En cuanto al primer aspecto, en los hechos probados se declara como tal que el acusado, que prestaba
sus servicios como empleado de la Caja General de Ahorros de Granada, aprovechándose de esa condición,
se apoderó, en su propio y exclusivo beneficio, de diversas cantidades de dinero propiedad de varios clientes.
Y en la descripción concreta de los hechos, afirma que el acusado recibió varias cantidades de Benjamín
"para su ingreso en la entidad bancaria", entregadas en la misma oficina de la entidad; de Bruno , 5.000.000
pesetas en la propia sucursal contra anotación en una cartilla confeccionada en la forma que antes se describe;
de Lucía y su esposo, varias cantidades abriendo libretas y haciendo anotaciones en ellas; de Antonio y
espòsa, 13.050.000 pesetas para apertura de libreta de ahorro a plazo.
El artículo 22 del Código Penal de 1973, establecía la responsabilidad civil subsidiaria de entidades,
organismos y empresas por delitos o faltas en que hubiesen incurrido sus empleados o dependientes en el
desempeño de sus funciones o servicio. Cuando se trata de una entidad mercantil, la condición para que se
pueda establecer la responsabilidad civil subsidiaria es que los sujetos activos del hecho delictivo, actúen
y se desenvuelvan en su condición de empleados de la misma, ejecutando el hecho en el marco de sus
funciones, aunque sea extralimitándose en ellas ( STS nº 418/1993, de 24 de febrero), desapareciendo dicha
responsabilidad en aquellos casos en que la conducta delictiva no tuviera relación con aquéllas.
La descripción fáctica de la sentencia de instancia, que se ha recordado antes en lo sustancial, pone de
relieve que la conducta delictiva del acusado se ejecutó en el ámbito propio de sus funciones como empleado
de la entidad bancaria, pues los clientes que resultaron finalmente perjudicados realizaron las entregas de
dinero al acusado como tal empleado y con la finalidad de ser ingresadas en cuentas o libretas de la propia
entidad, y el apoderamiento de otras cantidades ingresadas en la entidad se llevó a cabo precisamente
aprovechando su condición de empleado de la misma.
El motivo se desestima.
QUINTO.- El cuarto motivo del recurso se formaliza al amparo también del artículo 849.1º de la LECrim
y en él se denuncia la aplicación indebida de los artículos 101, 103, 104 y 106 del Código Penal derogado en
relación con el artículo 921.4º y 5º de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Entiende el recurrente que no pueden
establecerse como indemnización el pago de intereses sino desde la firmeza de la sentencia. Entiende, pues,
que es incorrecto fijar el interés legal del dinero desde la entrega de las cantidades al acusado hasta la
sentencia y desde ésta, el fijado por el artículo 921 citado.
Las disposiciones contenidas en el artículo 921 de la Ley de Enjuiciamiento Civil derogada, en cuanto
establecen el interés legal del dinero incrementado en dos puntos para las cantidades a cuyo pago se condena
desde la sentencia de instancia, que se corresponden con lo dispuesto en el artículo 576 de la vigente, en la
que aparecen bajo la rúbrica "intereses de la mora procesal", atienden a evitar el perjuicio que pudiera suponer
la tardía entrega a quien corresponda de las cantidades a cuyo pago ya se ha condenado en una resolución
judicial. Pero tales previsiones no son incompatibles con la reparación de los perjuicios provocados por una
acción delictiva. A estos efectos, el artículo 101 del Código Penal derogado y el artículo 110 del vigente,
disponen que la responsabilidad civil comprende la restitución, la reparación del daño y la indemnización
de perjuicios. Cuando, como es aquí el caso, la conducta delictiva ha consistido en la apropiación de unas
cantidades destinadas a ser invertidas en unos productos financieros de interés determinado, nada se opone a
que el Tribunal de instancia, en su labor de valoración de la prueba, entienda acreditado un perjuicio económico
consistente en el interés pactado, o en su defecto el legal, sobre las cantidades apropiadas desde el mismo
momento en que pueda establecerse la realidad de la apropiación, pues desde entonces el perjudicado podía
haber percibido el interés que dejó de percibir precisamente a causa de la comisión del delito. Se evita de esta
forma, además, un enriquecimiento injusto. Así lo ha entendido esta Sala en las STS nº 95/1999, de 12 de
mayo de 2000; nº 605/1998, de 30 de abril, citadas en la sentencia de instancia y nº 715/1996, de 18 de octubre.
El motivo se desestima.
SEXTO.- En el último motivo de su recurso, también por la vía del artículo 849.1º de la LECrim, denuncia
la aplicación indebida de los artículos 109 y 110 del Código Penal derogado. Entiende la recurrente que no ha
existido condena en costas al responsable civil subsidiario, al no hacer expresa mención el fallo de la sentencia
a las mismas. Asimismo entiende que no debieron imponerse al acusado ni al responsable civil las costas de
las acusaciones particulares, al no haber sido concedidas totalmente las cantidades solicitadas. En todo caso,
entiende que deben reducirse a las acusaciones respecto de las cuales no se ha concedido la responsabilidad
civil en la misma extensión que solicitaban.
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Conforme a reiterada jurisprudencia de esta Sala, las costas del acusador particular han de
incluirse entre las impuestas al condenado, salvo que las pretensiones del mismo sean manifiestamente
desproporcionadas, erróneas o heterogéneas en relación a las deducidas por el Ministerio Fiscal, o a las
recogidas en la sentencia, habiéndose abandonado el antiguo criterio de la relevancia ( STS 1424/1997, de
26 de noviembre, que recoge un criterio jurisprudencial consolidado y reiterado en las de 15 de abril y 9 de
diciembre de 1999, STS 1429/2000, de 22 de septiembre, 1980/2000, de 25 de enero de 2001, 175/2001, de
12 de febrero y núm. 2002/2001, de 31 de octubre). Según esa misma doctrina jurisprudencial la regla general
es la imposición de las costas de la acusación particular, salvo los supuestos antes citados, exigiéndose el
razonamiento explicativo sólo en los casos en los que se deniegue su imposición ( STS núm. 175/2001, de 12
de febrero y STS núm. 1004/2001, de 28 de mayo), ( STS nº 560/2002, de 27 de marzo).
Es, por lo tanto, procedente, la imposición de las costas de la acusación particular.
Sin embargo, la legitimación de la recurrente en relación a las costas de la acusación particular solo
vendría justificada si se entendiera que la condena como responsable civil subsidiario alcanza al pago de esas
cantidades, lo cual no se contiene en el fallo de la sentencia. La responsabilidad civil alcanza a la restitución,
la reparación del daño causado y la indemnización de perjuicios ( artículo 101 del Código Penal derogado),
sin que alcance al resto de las responsabilidades pecuniarias declaradas en la sentencia que competen al
condenado como responsable criminalmente.
El motivo se desestima.
III. FALLO
Que debemos DECLARAR y DECLARAMOS NO HABER LUGAR a los recursos de Casación
por infracción de Precepto Constitucional, de Ley y quebrantamiento de Forma, interpuestos por las
representaciones de Pedro Francisco y la CAJA GENERAL DE AHORROS DE GRANADA contra Sentencia
dictada por la Audiencia Provincial de de Madrid (Sección Primera), con fecha veinte de Noviembre de dos
mil, en causa seguida contra Pedro Francisco por Delito continuado de falsedad en documento mercantil, un
delito continuado de apropiación indebida y otro de Estafa.
Condenamos a dichos recurrentes al pago de las costas ocasionadas en el presente recurso.
Comuníquese esta resolución a la mencionada Audiencia a los efectos legales oportunos, con
devolución de la causa que en su día remitió interesando acuse de recibo.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos, mandamos
y firmamos Joaquín Giménez García Miguel Colmenero Menéndez de Luarca Enrique Abad Fernández
PUBLICACION.- Leida y publicada ha sido la anterior sentencia por el Magistrado Ponente Excmo. Sr.
D Miguel Colmenero Menéndez de Luarca , estando celebrando audiencia pública en el día de su fecha la
Sala Segunda del Tribunal Supremo, de lo que como Secretario certifico.
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Roj: STS 9118/2011
Id Cendoj: 28079120012011101394
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso: 754/2011
Nº de Resolución: 1414/2011
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: CARLOS GRANADOS PEREZ
Tipo de Resolución: Sentencia
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a veintisiete de Diciembre de dos mil once.
En los recursos de casación por infracción de preceptos constitucionales, quebrantamiento de forma e
infracción de ley que ante Nos penden, interpuestos por el acusado D. Valeriano y por la entidad responsable
civil subsidiario OPEL ESPAÑA DE AUTOMOVILES S.L., contra sentencia dictada por la Sección cuarta de
la Audiencia Provincial de Valencia en causa seguida por delitos de conducción con consciente desprecio a
la vida de los demás, homicidio y lesiones, los componentes de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que
al margen se expresan se han constituido par ala votación y fallo bajo la Presidencia y Ponencia del Excmo.
Sr. D. Carlos Granados Perez, siendo también parte el Ministerio Fiscal, y estando el acusado y la entidad
responsable civil subsidiaria recurrentes representados por el Procurador Sr. Briones Méndez.
I. ANTECEDENTES
1.- El Juzgado de Instrucción número 3 de Sueca instruyó Sumario con el número 5/2006 y una vez
concluso fue elevado a la Sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia que, con fecha 17 de enero
de 2011, dictó sentencia que contiene los siguientes HECHOS PROBADOS: " PRIMERO.- El procesado
Valeriano , mayor de edad y sin antecedentes penales, el día 1 de diciembre de 2003 conducía el vehículo Opel
MAGNUN, matrícula 2729 CML, asegurado por la compañía ACE EUROPA INSURANCE, S.A.), y propiedad
de OPEL ESPAÑA DE AUTOMOVILES S.L., empresa para la cual trabajaba como delegado de post venta.
SEGUNDO.- Sobre las 18:40 horas, aproximadamente, a la altura de la salida de Torrente-Calicanto de
la A-7, el procesado circulando, en dirección a Alicante a gran velocidad, se aproximó al vehículo HYUNDAI
LANTRA matrícula D-....-DU , propiedad de Arsenio , que en ese momento efectuando un adelantamiento
reglamentario circulaba por el carril izquierdo de la vía, para sin respetar las mas mínimas cautelas sobre
distancia de seguridad entre dos vehículos, llego a alcanzarlo golpeándole su parte trasera. A pesar de
lo cual no disminuyó su velocidad, continuando circulando pegado a él, hasta el extremos que le golpeó
nuevamente, obligando con ello a su conductor, una vez logro concluir su maniobra de adelantamiento,
a apartarse dejándole paso, para seguidamente detenerse en el arcén, observando como el procesado
continuaba circulando con total normalidad por el carril de la izquierda como si no hubiera ocurrido nada, por lo
que ante ello opto por dar aviso a los servicios de emergencia indicando el número de matrícula del vehículo.Como consecuencia de estos hechos el vehículo Hyundai sufrió daños que han sido pericialmente tasado en
95 euros y el Sr. Arsenio sufrió lesiones consistentes en contusión en la clavícula izquierda y contractura de
hombro izquierdo, lesiones para cuya curación tan solo requirió una primera asistencia facultativa tardando el
curar 10 días, 7 de los cuales estuvo impedido para el desempeño de sus ocupaciones habituales. Que sin
embargo le han supuesto un periodo de baja laboral del día 1 de diciembre de 2003 al 18 de enero de 2004.
TERCERO.- El procesado tras el anterior incidente continuo circulando en dirección a Alicante,
accediendo a la AP-7 por el peaje de Silla, donde recogió el correspondiente ticket, hasta que llegó a la altura
del punto kilométrico 551-552, donde, tras parar en el arcén derecho de la autopista, efectuó un cambio de
sentido, comenzando seguidamente a circular en sentido contrario entro los dos carriles, a gran velocidad,
asumiendo las altas probabilidades de que dicha conducta pudiera concretarse en un resultado lesivo para la
vida e integridad física de los demás usuarios de la vía.
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Unos metros más atrás dos vehículos circulaban en dirección correcta, por ambos carriles al encontrarse
uno adelantando al otro, cuyos conductores al apercibirse de la maniobra comenzaron a realizarle ráfagas de
luces con el fin de llamar su atención Pese a ello el procesado no se detuvo, ni redujo su velocidad, por lo
ambos tuvieron que apartarse abriéndole paso por el centro.- Así concretamente uno de esos conductores era
Fabio , que circulaba por el carril derecho, a aborde del vehículo FORD TRANSIT, que tuvo que apartarse
a la derecha, llegando a circular por el arcén para evitar la colisión, que en ese momento estaba siendo
adelantando por otro vehículo cuyo conductor se desvió hacia la mediana permitiendo así que el procesado
pasara entre los dos vehículos.
CUARTO.- Así el procesado continuó circulando a elevada velocidad en sentido contrario, como si lo
hiciera con tal corrección por una vía rápida pese a que los numerosos que con él se cruzaba le advertían con
señales luminosas y acústicas, a las que el acusado hizo caso omiso, portando tan solo las luces de cruce y sin
poner las luces de emergencia, ni emplear ningún otro dispositivo para avisar al resto de usuarios de la vía de
su conducción contra sentido, ni efectuar maniobra alguna de evasión para eludir los vehículos que circulaban
e sentido correcto.- Los conductores que circulaban por la autopista se vieron obligados a efectuar maniobras
evasivas para eludir la colisión. Así lo hicieron Iván , que circulaba conduciendo un HYUNDAI LANTRA
D-....-DU , en el que viajaba como acompañante Belen , que ese momento se encontraba efectuando una
maniobra de adelantamiento y tuvo que acelerar para concluirla de forma precipitada y poderse apartar a su
derecha, dejándole así expedida la vía al procesado. Pascual , que viajaba en compañía de Evangelina
quienes circulaba normalmente por su derecha y los rebaso a gran velocidad por la izquierda. Jose Manuel ,
quien circulaba a bordo del vehículo CITROEN XSARA por el carril de la derecha, junto a otros dos vehículos
que le precedían, al que rebaso igualmente por su izquierda a la vez que estos por seguridad se desplazaban
hacia el arcén. Pedro Francisco , que circulaban conduciendo la furgoneta NISSAN, propiedad de la empresa
PROCOSGA, que en esos momentos se encontraba adelantando a un camión y quien para evitar colisionar
frontalmente con el procesado tuvo que acelerar inicialmente para concluir precipitadamente su maniobra para
acto seguido de un volantazo apartarse hacia su derecha. Basilio , que circulaba con el vehículo DAEWOO
LANOS, matrícula E-....-OC propiedad de Elias , quien al tratar de evitar el vehículo del acusado chocó
contra la mediana y posteriormente salió despedido de la calzada, si bien resulto ileso el vehículo sufrió daños
que han sido pericialmente tasados en 2.052 euros, que ya le han sido abonados.
QUINTO.- El procesado, pese a todo, continuó circulando por la autopista en contra dirección hasta
que, sobre las 19:15 horas, en el punto kilométrico 547 tramo Silla-San Juan, Término Municipal de Polinya de
Xúquer y partido Judicial de Sueca, en tramo recto, a nivel y de buena visibilidad, colisionó frontalmente con
el turismo marca Wolkswagen modelo Golf 1.9 TDI, matrícula R-....-RJ , conducido por su propietario Jesús
y en el que viajaba como ocupante su pareja Virginia . Que en ese momento se encontraba efectuando un
adelantamiento y no pudo evitar colisionar.- Como consecuencia del terrible impacto, Jesús , nacido el 21 de
febrero de 1978, falleció, siendo la causa principal de la muerte un traumatismo craenoencefálico severo, con
destrucción de centro vitales.- El fallecido era soltero, no tenía hijos y convivía con sus padre, Severiano y
Debora .- Como consecuencia de esta colisión, Virginia , nacida el 6 de febrero de 1982, sufrió las siguientes
lesiones: contusión en región deltoidea izquierda; Fractura estiloides cubital izquierda; Contusión en región
lateral del tórax izquierda; Contusión en región lateral del tórax izquierda, zona externa 1/3 superior de la
región femoral anterior izquierda, etc...).- Para la curación de estas lesiones requirió una primera asistencia
facultativa y posterior tratamiento médico consistente en férula PSOT de yeso, sling. Que tardaron en curar 365
días, durante los cuales estuvo impedida para el desempeño de sus ocupaciones habituales, quedándole las
siguientes secuelas: Trastorno por estrés postrauático crónico 3 puntos Depresión mayor (8 puntos) Cicatriz
de 2 por 3 cm, muy ligeramente pigmentada en 1/3 externo inferior de la región femoral anterior izquierda, que
le provoca un perjuicio estético muy ligero (0-1 puntos).- El vehículo propiedad del Sr. Jesús sufrió daños de
gran consideración, habiéndose tasado pericialmente el valor del vehículo en la cantidad de 13.010 euros.
SEXTO.- Tras el vehículo conducido por el fallecido Sr. Jesús también adelantando, circulaba Conrado
conduciendo el vehículo de su propiedad marca PEUGEOT 406, matrícula VO-....-VQ , que pudo evitar
la colisión pasando entre los vehículos, pese a lo cual hacerlo atravesando los restos del accidente, sufrió
su vehículo daños tasado pericialmente en 2.188,77 euros- Determinando, tanto la reparación como la
investigación del accidente su inmovilización, por lo que para atender a sus necesidades alquilo un vehículo
que le determino unos gastos de 2.853,60 #.
SEPTIMO.- Por auto de fecha 18 de diciembre de 2003 se adoptó como medida cautelar la privación
al acusado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores.
2
OCTAVO.- Al procesado durante el mes de octubre de 2005, tras la realización de ciertas pruebas que
pudieran apuntar a un problema de epilepsia le fue prescrito por el servicio de salud de Castilla-La Mancha
(SESCAM) el específico LAMOTRICINA que entre otras usos está indicado para el tratamiento de dicha
enfermedad. No consta sin embargo que en el momento de ocurrir los hechos padeciera cualquier tipo de crisis
que durante el desarrollo de los hechos antes descritos, le hicieron conducir de forma automática, privado
totalmente de conciencia y voluntariedad.
NOVENO.- En la causa constar efectuadas las siguientes consignaciones:
- 1.060 # consignados el día 4 de diciembre de 2003 por D. Ignacio , percibidos por D. Nemesio (D.
Severiano ) el día 29 diciembre de 2003.
- La compañía aseguradora ACE INSURANCE S.A. ha efectuando las siguientes consignaciones: 2.187
consignados el día 16 de febrero de 2005, percibidos por D. Conrado el día 26 de mayo de 2005; 25.242,94 #
consignados el día 28 de septiembre de 2005, percibidos por Dª Virginia el 24 de enero de 2006; 108.512,50
# y 13.010 # (121.522,50 #) consignados el día 28 de septiembre de 2005, percibidos por D. Severiano el
día 4 de marzo de 2006; 2.052 # consignados el día 28 de septiembre de 2005, percibidos por Elias el día
13 de marzo de 2006".
2.- La sentencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento: "FALLAMOS : En atención a todo
lo expuesto, visto además lo dispuesto por los artículos 24 , 25 y 120.3 de la Constitución , los artículos 1 y
2 , 10 , 15 , 27 a 34 , 54 a 58 , 61 a 67 , 70 , 73 y 74 , 110 a 115 y 127 del Código Penal , los artículos 142 ,
239 a 241 , 741 y 742 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y 248 de la Ley Orgánica del Poder Judicial , la
Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, ha decidido:
PRIMERO: CONDENAR al procesado Valeriano como criminalmente responsable en concepto de
autor de un delito de conducción con grave desprecio para la vida de los demás en concurso ideal con un
delito de homicidio, un delito de lesiones, una falta de lesiones y una falta de daños.
SEGUNDO: Apreciar la concurrencia de la circunstancias atenuante analógica de dilaciones indebidas.
TERCERO: Imponerle por tal motivo la pena de 13 años de prisión e inhabilitación especial para el
derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.
CUARTO: por vía de responsabilidad civil el procesado deberá abonar las siguientes cantidades: A D.
Severiano y Dª Debora la cantidad conjunta de 130.190 #; A Dª Virginia la cantidad de 25.767 #; A D.
Arsenio LA CANTIDAD DE 663.84 # , y; A D, Conrado la cantidad de 5.042,37 #.
QUINTO: En orden al pago de las anteriores cantidades se declara la responsabilidad civil subsidiaria
de la Entidad OPEL ESPAÑA DE AUTOMOVILES S.L. (hoy GENERAL MOTORS ESPAÑA, S.L.) y la directa
de la compañía ACE INSURANCE, S.A., para la cual además devengará el recargo prevenido por el artículo
20 de la Ley de Contrato de Seguro .
SEXTO: Se impone al procesado el pago de las costas procesales, incluidas las devengadas por la
acusación particular.
Para el cumplimiento de la pena privativa de libertad y responsabilidad personal subsidiaria que se
impone abonamos al acusado todo el tiempo que ha estado privado de libertad por esta causa si no lo tuvieren
absorbido por otras".
3.- Notificada la sentencia a las partes, se prepararon recursos de casación por infracción de preceptos
constitucionales, quebrantamiento de forma e infracción de Ley, que se tuvieron por anunciados, remitiéndose
a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su sustanciación y resolución,
formándose el rollo y formalizándose los recursos.
4.- El recurso interpuesto por el acusado D. Valeriano se basó en los siguientes MOTIVOS DE
CASACION: Primero.- En el primer motivo del recurso, formalizado al amparo del número 1º del artículo 849
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , se invoca infracción, por aplicación indebida, de los artículos 138 ,
147.1 , 148.1 y 384.1, todos del Código Penal , en relación a los artículos 386 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil y 20 del Código Penal del Código Penal . Segundo.- El segundo motivo del recurso, formalizado al
amparo del artículo 852 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial , se invoca vulneración del derecho a la presunción de inocencia que proclama el artículo 24.2 de la
Constitución . Tercero . - En el tercer motivo del recurso, formalizado al amparo del número 1º del artículo 849
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , se invoca infracción, por aplicación indebida, del artículo 21, apartado
3
6º, en relación con el artículo 66, apartado 1.2º, ambos del Código Penal . Cuarto.- En el cuarto motivo del
recurso, formalizado al amparo del número 1º del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , se invoca
infracción, por aplicación indebida, del artículo 21, apartados 5 º y 7º, en relación con el artículo 66, apartado
1.2º, ambos del Código Penal . Quinto y Sexto.- Los motivos quinto y sexto se remiten al recurso interpuesto
por la entidad responsable civil subsidiaria OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, S.L.
El recurso interpuesto por la entidad responsable civil subsidiario OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES,
S.L. se basó en los siguientes MOTIVOS DE CASACION: Primero.- En el primer motivo del recurso,
formalizado al amparo del artículo 859.3 º y 4º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , se invoca quebrantamiento
de forma por haberse negado el Presidente del Tribunal a que determinados testigos contestaran a preguntas
cuando no eran impertinentes y tenían importancia para el resultado del juicio. Segundo.- En el segundo
motivo del recurso, formalizado al amparo del número 2º del artículo 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ,
se invoca error en la apreciación de la prueba basado en documentos que obran en autos que demuestran la
equivocación del juzgador sin resultar contradichos por otros elementos probatorios.
5.- Instruido el Ministerio Fiscal de los recursos interpuestos, la Sala admitió los mismos, quedando
conclusos los autos para señalamiento del fallo cuando por turno correspondiera.
6.- Hecho el señalamiento para el fallo, se celebró la votación prevenida el día 20 de diciembre de 2011.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO
RECURSO INTERPUESTO POR EL ACUSADO D. Valeriano
PRIMERO.- En el primer motivo del recurso, formalizado al amparo del número 1º del artículo 849 de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal , se invoca infracción, por aplicación indebida, de los artículos 138 , 147.1 ,
148.1 y 384.1, todos del Código Penal , en relación a los artículos 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y 20
del Código Penal del Código Penal .
Se cuestiona el que el Tribunal de instancia hubiese entendido que el ahora recurrente hubiese actuado
con dolo y que hubiese rechazado que sufriera una alteración de la conciencia provocada por una crisis
epiléptica, y se afirma que esas inferencias no eran racionales.
El cauce procesal esgrimido exige un riguroso respeto a los hechos que se declaran probados y en
ellos se dice, entre otros extremos, que el ahora recurrente, el día 1 de diciembre del año 2003, sobre las
18:40 horas, cuando conducía un vehículo por la A-7 en dirección a Alicante, alcanzó a un vehículo que le
precedía, golpeándolo en su parte trasera y sin disminuir su velocidad, volvió a golpearle, continuó circulando
como si nada hubiese pasado y accedió a la AP-7 en el peaje de Silla, donde recogió el correspondiente
ticket, hasta que llegó a la altura del punto kilométrico 551-552 donde, tras parar en el arcén derecho de la
autopista, efectuó un cambio de sentido, comenzando a circular en sentido contrario entre los dos carriles,
a gran velocidad, asumiendo la alta posibilidad de que dicha conducta pudiera concretarse en un resultado
lesivo para la vida e integridad física de los demás usuarios de la vía, y continuó circulando pese a que los
numerosos conductores que con él se cruzaban le advertían con señales luminosas y acústicas a las que el
acusado hizo caso omiso, sin poner las luces de emergencia ni emplear ningún otro dispositivo para avisar al
resto de usuarios de la vía su conducción contra sentido ni efectuar maniobra alguna de evasión, provocando
colisiones y, tras varios kilómetros, sobre las 19:15 horas, a la altura del kilómetro 547, colisionó frontalmente
con un vehículo que circulaba correctamente por su dirección produciéndose el fallecimiento de su conductor
y graves lesiones a la acompañante.
También se dice en el relato fáctico que al ahora recurrente, en el mes de octubre de 2005, tras la
realización de ciertas pruebas que pudieran apuntar a un problema de epilepsia le fue prescrito por el Servicio
de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) el específico Lamotricina que entre otros usos está indicado para el
tratamiento de dicha enfermedad. No consta, sin embargo, que en el momento de ocurrir los hechos padeciera
cualquier tipo de crisis que, durante el desarrollo de los hechos antes descritos, le hiciera conducir de forma
automática privado totalmente de conciencia y voluntad.
El Tribunal de instancia, atendido este relato fáctico, califica los hechos enjuiciados como constitutivos
de delitos de conducción con consciente desprecio a la vida de los demás, homicidio y lesiones, alcanzando
la convicción, tras valorar los varios dictámenes médicos periciales emitidos y atendida la dinámica de los
hechos, que ello obedeció a una conducta libre y voluntaria, tomando la decisión de circular en contra dirección,
generando con ello un grave riesgo para la vida e integridad de los restantes usuarios de la vía, en una decisión
plenamente consciente y deliberada, que le lleva primero a situarse en el arcén para acto seguido girar en
redondo, lo que descarta cualquier tipo de error, como también lo descartarían las señales que a partir de ese
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momento le efectúan todos los vehículos con los que se cruza y las maniobras claramente evasivas que se
ven obligados a realizar, sin olvidar la anormalidad que ya de por sí manifiesta en su conducción al arrollar
deliberadamente, por dos veces, a un vehículo que le precedía, en la fase previa a su giro. Asimismo se señala
que en el informe elaborado por la Clínica Médico Forense no se admite la existencia de una crisis epiléptica y
que no se tiene una clara constancia de que pudiera padecer tanto la enfermedad como que de padecerla en
ese momento estuviera atravesando algún tipo de crisis la cual, en cualquier caso, no justificaría una conducta
tan compleja y prolongada como la que es hoy objeto de enjuiciamiento.
Y en orden a la cuestión esencial que se debate en el presente motivo -conducta dolosa o inconsciente-,
tienen declarado esta Sala, como es exponente la Sentencia 83/2001, de 24 de enero , que el conocimiento
de la posibilidad de que se produzca el resultado y la conciencia del alto grado de probabilidad de que
realmente se produzca caracteriza la figura del dolo eventual desde el prisma de la doctrina de la probabilidad
o representación, frente a la teoría del consentimiento que centra en el elemento volitivo -asentimiento,
consentimiento, aceptación, conformidad, o en definitiva "querer" el resultado- el signo de distinción respecto
la culpa consciente. Ambas constituyen las dos principales posiciones fundamentadoras del dolo eventual.
Esta Sala, en su evolución, ofrece un punto evidente de inflexión en la sentencia de 23 de abril de 1992
(conocida como "caso de la colza"), en la que se afirma que si el autor conocía el peligro concreto jurídicamente
desaprobado y si, no obstante ello, obró en la forma en que lo hizo, su decisión equivale a la ratificación del
resultado que -con diversas intensidades- ha exigido la jurisprudencia para la configuración del dolo eventual.
En la doctrina se ha demostrado convincentemente en los últimos tiempos que, a pesar de declaraciones
programáticas que parecen acentuar las exigencias de la teoría del consentimiento, el Tribunal Supremo desde
hace tiempo, se acerca en sus pronunciamientos, de manera cada vez más notable, a las consecuencias de la
teoría de la probabilidad. Ello no puede llamar la atención, pues esta evolución también se apercibe en la teoría
del dolo eventual". Añade dicha sentencia que "la jurisprudencia de esta Sala, sin embargo, permite admitir la
existencia del dolo cuando el autor somete a la víctima a situaciones peligrosas que no tiene la seguridad de
controlar, aunque no persiga el resultado típico. El dolo eventual, por lo tanto, no se excluye simplemente por
la esperanza de que no se producirá el resultado o porque éste no haya sido deseado por el autor.
En el supuesto que examinamos, como se declara en los hechos probados, el acusado asumió la alta
posibilidad de que la conducción en sentido contrario, además de un grave riesgo para los usuarios de los
vehículos que lo hacían correctamente, pudiera concretarse en un resultado lesivo para la vida e integridad
física de los demás usuarios de la vía, como así sucedió, por lo que tenía pleno conocimiento de la posibilidad
de que se produjera el resultado de homicidio y graves lesiones y el alto grado de probabilidad de que
realmente se ocasionaran. El dolo eventual fluye sin dificultad de los hechos descritos, rechazando el Tribunal
de instancia, con razonables argumentos, que el ahora recurrente condujera bajo los efectos de una crisis
epiléptica que determinara una conducción automática.
El motivo no puede prosperar.
SEGUNDO. - El segundo motivo del recurso, formalizado al amparo del artículo 852 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal y artículo 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial , se invoca vulneración del derecho
a la presunción de inocencia que proclama el artículo 24.2 de la Constitución .
Se alega que la deficiente inferencia del Tribunal de instancia ha vulnerado el derecho a la presunción de
inocencia ya que ante las alternativas posibles ha optado por la menos razonable y más perjudicial para el reo.
Ante las alegaciones del recurrente invocando el derecho a la presunción de inocencia, se hace
necesario verificar si se han practicado en la instancia, con contradicciones de partes, pruebas de cargo válidas
y con un significado incriminatorio suficiente para estimar acreditados los hechos integrantes del delito y la
intervención del acusado en su ejecución; pruebas que, además, tienen que haber sido valoradas con arreglo
a las máximas de la experiencia y a las reglas de la lógica, constando siempre en la resolución debidamente
motivada el resultado de esa valoración; todo ello conforme a las exigencias que vienen imponiendo de forma
reiterada la doctrina del Tribunal Constitucional ( SSTC 117/2007 , 111/2008 y 25/2011 , entre otras)
Reconocidos los hechos acaecidos, el invocado derecho a la presunción de inocencia se ciñe a si la
conducción fue voluntaria o determinada por una crisis epiléptica que se alega padecía el recurrente.
Así las cosas, estamos ante un supuesto de valoración probatoria que escapa al ámbito del principio
constitucional de presunción de inocencia, siendo de la competencia del Tribunal de instancia, que ha gozado
de una inmediación de la que carece esta Sala, y que ha ejercido la facultad que le confiere el artículo 741
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , acorde con la lógica y las máximas de la experiencia, sin que pueda
calificarse su convicción, a la que se ha hecho antes referencia, como arbitraria, y tiene declarado esta Sala,
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como es exponente la Sentencia 649/2003, de 9 de mayo , que el principio "in dubio pro reo" únicamente puede
estimarse infringido, en su aspecto normativo, cuando reconociendo el Tribunal sentenciador la existencia
de una duda sobre la concurrencia de alguno de los elementos integradores del tipo, opta por la solución
más perjudicial para el acusado pero no cuando, como sucede en el caso actual, el Tribunal sentenciador no
alberga duda alguna. El principio "in dubio pro reo" nos señala cual debe ser la decisión en los supuestos de
duda pero no puede determinar la aparición de dudas donde no las hay: existiendo prueba de cargo suficiente
y válida, si el Tribunal sentenciador expresa su convicción sin duda razonable alguna, el referido principio
carece de aplicación.
El motivo no puede prosperar.
TERCERO .- En el tercer motivo del recurso, formalizado al amparo del número 1º del artículo 849 de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal , se invoca infracción, por aplicación indebida, del artículo 21, apartado 6º,
en relación con el artículo 66, apartado 1.2º, ambos del Código Penal .
Se alega que la atenuante de dilaciones indebidas debió apreciarse como muy cualificada y para
sostenerlo se señala el tiempo transcurrido entre la petición que hizo la defensa del recurrente de un informe
forense sobre la amnesia sufrida, petición que se hizo en enero de 2004, y la emisión del mismo un año y diez
meses después; también se significa el tiempo que medio entre el recurso contra el auto de transformación
en procedimiento abreviado -24 de febrero de 2006- hasta el 5 de febrero de 2007 en que se dicta auto de
procesamiento; y, en tercer lugar, el tiempo transcurrido entre la revocación del sumario, interesada por el
Ministerio Fiscal para que unos peritos ratificaran el informe de otros, que fue desde el 2 de octubre de 2007
hasta que se emitieron esos dictámenes el 23 de abril de 2008 y 10 de julio de 2008.
El Tribunal de instancia, en el séptimo de los fundamentos jurídicos de la sentencia recurrida, expresa
las razones por las que procede apreciar la atenuante de dilaciones indebidas, si bien se rechaza que pueda
estimarse como muy cualificada ya que no se puede dejar de lado la complejidad que ha llegado a adquirir
la causa, no sólo de carácter procesal por el número de partes personadas sino de índole material, por el
número de personas afectadas y las necesarias pruebas de naturaleza procesal en orden no solo a determinar
la imputabilidad del procesado sino también la sanidad de las diferentes víctimas.
Ciertamente, como se señala por el Tribunal de instancia, la apreciación de la atenuante de dilaciones
indebidas, como ya se recoge en el artículo 21 del Código Penal , tras la reforma operada por Ley Orgánica
5/2010, requiere de una dilación extraordinaria e indebida que no guarde proporción con la complejidad de
la causa, y en el caso que examinamos no se aprecia esa mayor intensidad que supere la ya extraordinaria
dilación que permite apreciar la atenuante simple, especialmente cuando se trata de una tramitación compleja,
en la que es de significar la extensión y número de los dictámenes periciales médicos que se han emitido.
El motivo no puede prosperar.
CUARTO .- En el cuarto motivo del recurso, formalizado al amparo del número 1º del artículo 849 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal , se invoca infracción, por aplicación indebida, del artículo 21, apartados 5 º y
7º, en relación con el artículo 66, apartado 1.2º, ambos del Código Penal .
Se solicita la aplicación de una atenuante por reparación del daño causado.
También sobre esta solicitada atenuante se ha pronunciado el Tribunal de instancia rechazándola ya
que exige, como mínimo, que la reparación obedezca a un acto o a una conducta voluntaria del propio sujeto
o que al menos formal y procesalmente se le pueda atribuir a su persona, y no que pretenda aprovecharse
de la consignación que haya podido efectuar en nombre propio una compañía aseguradora en cumplimiento
de la relación contractual que le une con un tercero, todo ello con objeto de evitarse los recargos legalmente
previstos en el ámbito de los seguros.
Ciertamente, así se ha manifestado esta Sala, como es exponente la Sentencia 1006/2006, de 20 de
octubre , en la que se declara que desde una perspectiva subjetiva, la atenuante contempla una conducta
"personal del culpable". Ello hace que se excluyan:
1.- los pagos hechos por compañías aseguradoras en cumplimiento del seguro obligatorio.
2.- supuestos de constitución de fianza exigidos por el juzgado.
Y en la misma línea se pronuncia la Sentencia 218/2003, de 18 de febrero , en un caso parecido al
que ahora examinamos, en el que el recurrente sostenía que al haber sido indemnizados los perjudicados por
las aseguradoras procede la apreciación de la atenuante, a lo que esa sentencia responde declarando que
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ello carece totalmente de fundamento por cuanto la atenuante sólo se refiere a haber procedido el culpable a
reparar el daño ocasionado a la víctima, o disminuir sus efectos y que la relación de la Compañía de Seguros
con el perjudicado constituye un ámbito ajeno.
Así las cosas, el motivo no puede prosperar.
QUINTO y SEXTO .- Los motivos quinto y sexto se remiten al recurso interpuesto por la entidad
responsable civil subsidiaria OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, S.L.
Motivo que serán examinados al conocer del recurso interpuesto por el responsable civil subsidiario.
RECURSO INTERPUESTO POR LA ENTIDAD RESPONSABLE CIVIL SUBSIDIARIO OPEL ESPAÑA
DE AUTOMÓVILES, S.L.
PRIMERO .- En el primer motivo del recurso, formalizado al amparo del artículo 859.3 º y 4º de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal , se invoca quebrantamiento de forma por haberse negado el Presidente del Tribunal
a que determinados testigos contestaran a preguntas cuando no eran impertinentes y tenían importancia para
el resultado del juicio.
Se alega que el Presidente del Tribunal de instancia no dejó hacer determinadas preguntas o declaró
impertinentes la mayor parte de las preguntas realizadas a determinados testigos para acreditar otras hipótesis
o que el recurrente no encajaba en el perfil de un suicida o un conductor "kamikaze".
Examinada el video en el que se registra el acto del juicio oral puede comprobarse que la reiteración
de preguntas de las defensas a determinados testigos sobre el comportamiento personal y profesional del
acusado justificaba el que el Presidente del Tribunal, en uso de las facultades que la Ley le atribuye, declarara
impertinentes determinadas preguntas que venía a reincidir en lo que ya habían declarado otros testigos
y que de ningún modo puede sostenerse, como se pretende en el presente motivo, que al no autorizarse
tal reiteración se hubieran eliminado otras hipótesis sobre las causas que determinaron que el recurrente
condujera el vehículo como lo hizo.
Es doctrina de esta Sala, como tiene declarado la Sentencia 1120/2003, de 15 de septiembre , que si
bien el derecho a proponer y practicar prueba se integra el abanico de derechos que se concede en el artículo
24.2 de la Constitución española , no lo es menos que tales derechos no pueden ser considerados ilimitados,
y que en este caso, la ley procesal penal limita tal disponibilidad y ejercicio en lo que denomina "manifiesta
influencia en la causa", es decir, que tenga aptitud para variar o modificar el fallo, lo que ciertamente no se ha
producido en el supuesto que examinamos, ya que resultaban absolutamente irrelevantes una reiteración de
preguntas sobre algo que ya había sido contestado y que no podían alterar la convicción que pudiese alcanzar
el Tribunal sobre la conducta del recurrente, atendidas las demás pruebas practicadas.
El motivo debe ser desestimado.
SEGUNDO .- En el segundo motivo del recurso, formalizado al amparo del número 2º del artículo 849 de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal , se invoca error en la apreciación de la prueba basado en documentos que
obran en autos que demuestran la equivocación del juzgador sin resultar contradichos por otros elementos
probatorios.
Este motivo está relacionado con el anterior y se hace referencia al comportamiento, carácter y
personalidad del acusado.
Como documentos que se dicen acreditan que el Tribunal ha incurrido en error al apreciar que la
conducta del recurrente fue dolosa se señalan los siguientes: particulares del libro de familia en el que se
indica estado, matrimonio e hijos; declaraciones del IRPF sobre datos personales; certificado del Director de
General Motors España, S.L. sobre el traslado al área de Galicia y sobre las funciones que desempeña; sobre
su buen hacer y conducta profesional; certificado del Gerente de la Administración del parque de vehículos
de Opel sobre kilómetros que ha recorrido, multas que le fueron impuestas y el buen trato que ha dado
a los vehículos; certificado del director de personal de General Motors España sobre el tiempo que lleva
en la empresa y distintos trabajos desempeñados; informe de fecha 30 de junio de 2010 del doctor Fidel
que se refiere a antecedentes personales del recurrente señalando amnesia global transitoria de etiología
desconocida y sospechosa de origen epileptógeno vs. migraña acompañada y se indica que fue tratado con
lamotricina desde octubre de 2005; electroencefalograma practicado el 11 de mayo de 2005 en el que se
indica brotes de puntas izquierdo y que el diagnóstico es accidente de tráfico en el año 2003, amnesia del
episodio y como posibilidades etiológicas no se puede descartar comicialidad dados los hallazgos del EEG;
informe del Hospital General de Guadalajara sobre episodio de amnesia postraumática en el que se dice
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como conclusión lo siguiente: EEG de fondo normal y reactivo sobre el que se instauran pequeños brotes
puntiformes hemisféricos izquierdos, pero uno se configura como brote de puntas gran entidad.
Se solicita que los extremos que se recogen en los documentos señalados deberían incluirse en los
hechos que se declaran probados.
Este último motivo tampoco puede prosperar.
Ha señalado esta Sala en numerosas sentencias (1340/2002, de 12 de julio , entre otras), que este
motivo de casación exige, como requisitos, los siguientes: en primer lugar ha de fundarse en una verdadera
prueba documental, quedando excluidas las pruebas personales aunque estén documentadas en la causa; en
segundo lugar, que el documento sea literosuficiente, es decir, que evidencie el error cometido por el juzgador
al consignar algún elemento fáctico o material de la sentencia, por su propio contenido, sin tener que recurrir
a otras pruebas ni a conjeturas o complejas argumentaciones; en tercer lugar, que sobre el mismo extremo
no existan otros elementos de prueba, pues en ese caso se trata de un problema de valoración sometido a
las reglas generales que le son aplicables; y, finalmente, en cuarto lugar, que el dato o elemento acreditado
por el particular del documento designado por el recurrente tenga virtualidad para modificar alguno de los
pronunciamientos del fallo, pues si afecta a elementos fácticos carentes de tal virtualidad el motivo no puede
prosperar ya que, como reiteradamente tiene dicho esta Sala, el recurso se da contra el fallo y no contra los
argumentos de hecho o de derecho que no tienen aptitud para modificarlo.
Se precisa, pues, que el documento casacional goce de literosuficiencia y autonomía probatoria, es
decir, que por su propio contenido y condición tenga capacidad demostrativa autónoma sin necesidad de
acudir a conjeturas o argumentaciones ni precisar adición de otras pruebas.
Y eso, de ningún modo puede apreciarse en los llamados documentos designados en el presente
motivo, cuando el Tribunal de instancia ha podido valorar otras pruebas, especialmente otros dictámenes
periciales que descartan, como antes se dejó apuntado al examinar el otro recurso, que el acusado hubiese
conducido de forma automática, sin conciencia y bajo los efectos de una crisis epiléptica, como claramente
dictaminó, en el acto del plenario, el Médico Forense del Instituto de Medicina Legal de Valencia, atendidas,
asimismo, las circunstancias que concurrieron en la conducción del vehículo, sin que pueda neutralizarse la
convicción alcanzada por el Tribunal de instancia, al valorar las pruebas practicadas, por el comportamiento
profesional, personal y familiar del acusado.
III. FALLO
DEBEMOS DESESTIMAR Y DESESTIMAMOS LOS RECURSOS DE CASACION por infracción de
preceptos constitucionales, quebrantamiento de forma e infracción de ley interpuestos por el acusado D.
Valeriano y por la entidad responsable civil subsidiario OPEL ESPAÑA DE AUTOMOVILES S.L., contra
sentencia, de fecha 17 de enero de 2011, dictada por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ,
en causa seguida por delitos de conducción con consciente desprecio a la vida de los demás, homicidio y
lesiones. Condenamos a dichas partes recurrentes al pago de las costas ocasionadas en el presente recurso.
Comuníquese esta sentencia a la mencionada Audiencia a los efectos legales oportunos, con devolución de
la causa que en su día remitió, interesando acuse de recibo.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos, mandamos
y firmamosCarlos Granados Pérez Andres Martinez Arrieta Jose Manuel Maza Martin Juan Ramon Berdugo
Gomez de la Torre Alberto Jorge Barreiro
PUBLICACION .- Leida y publicada ha sido la anterior sentencia por el Magistrado Ponente Excmo. Sr.
D Carlos Granados Perez , estando celebrando audiencia pública en el día de su fecha la Sala Segunda del
Tribunal Supremo, de lo que como Secretario certifico.
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Roj: SAP V 7098/2011
Id Cendoj: 46250370042011100297
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Valencia
Sección: 4
Nº de Recurso: 90/2007
Nº de Resolución: 19/2011
Procedimiento: PENAL - PROCEDIMIENTO ABREVIADO/SUMARIO
Ponente: ANTONIO FERRER GUTIERREZ
Tipo de Resolución: Sentencia
AUDIENCIA PROVINCIAL
SECCIÓN CUARTA VALENCIA
ROLLO N° 90/07
SUMARIO N° 5/06
JUZGADO INSTRUCCIÓN N° 3 SUECA
SENTENCIA Nº 19/2011
Iltmos. Sres.
Presidente
Don Antonio Ferrer Gutiérrez
Magistrados
Don José Manuel Megia Carmona
Doña María José Julia Igual
En Valencia a diecisiete de enero de dos mil once.
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, integrada por los Iltmos. Sres anotados al
margen, ha visto en Juicio Oral y Publico la causa instruida con el numero 5/06 por el Juzgado de Instrucción N
° 3 de Sueca, por delito de homicidio, contra D. Luis Carlos , con DNI. NUM000 , nacido el 23 de Septiembre
de 1964, hijo de Enrique y de María Esther, vecino de Guadalajara con domicilio en la CALLE000 N° NUM001
, NUM002 NUM003 , sin antecedentes penales, cuya solvencia no consta y en situación de libertad por
esta causa, representado por la Procuradora Dª LIDON JIMÉNEZ TIRADO, y defendido por el Letrado D.
ESTEBAN ASTARLOA HUARTE-MENDIOCA.
Intervienen en calidad de responsable civil directo la compañía ACE INSURANCE, SA. representada
por el Procurador D. JUAN MIGUEL ALAPONT BETETA y defendida por el Letrado D. MANUEL DEL VALLE
FECED, y; como responsable civil subsidiario, OPEL ESPAÑA, SL. (hoy GENERAL MOTORS ESPAÑA,
SL.), representada por la Procuradora Dª. MARÍA LIDON JIMÉNEZ TIRADO y defendida por la Letrada Dª
ALMUDENA PELETEIRO.
Han sido partes acusadoras en el proceso, el Ministerio Fiscal representado por el ILTMA. SRA. Dª.
CARMEN CERDA; D. Humberto y Dª Santiaga , representados por el Procurador D. ALBERTO MALLEA
CÁTALA y defendidos por el Letrado D. AGUSTÍN FERRER OLASO; D° Antonia , representada por el
Procurador D. ALBERTO MALLEA CÁTALA y defendida por el Letrado D. JOSÉ LUIS SALAZAR ARJONA;
D. Plácido , representado por la Procuradora Dª LAURA LUCERA HERRAEZ y defendido por la Letrada Dª
MONTSERRAT JOVELLS MATEU, y; D. Jose Daniel , representado por la Procuradora Dª. MERCEDES
MONTOYA EXOJO y defendido por la Letrada Dª. ELISABETH TESCH y; ha sido Ponente el ILTMO. SR. D.
Antonio Ferrer Gutiérrez, quien expresa el parecer del Tribunal.
I. ANTECEDENTES DE HECHO
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PRIMERO.- En sesión que tuvo lugar el día 30 de noviembre y 15 de diciembre de 2010 se celebro ante
este Tribunal juicio oral y publico en la causa instruida con el numero 5/06 por el Juzgado de Instrucción N° 3
de Sueca, practicándose en el mismo las pruebas propuestas por las partes que habían sido admitidas.
SEGUNDO.- El Ministerio Fiscal en sus conclusiones definitivas califico los hechos como constitutivos
de un delito de conducción con consciente desprecio a la vida de los demás del artículo 384,1, un delito de
homicidio del articulo 138, en concurso ideal con un delito de lesiones previsto y penado en el articulo 147,1 y
148, 1 y una falta de lesiones del articulo 617,1 del Código Penal , como todos los anteriores, acusando como
responsable criminalmente del mismo en concepto de autor al procesado, sin la concurrencia de circunstancias
modificativas de la responsabilidad criminal; y solicito que se le condenara a la pena de 1 año y 9 meses
de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, multa de 12
meses con una cuota diaria de 15 # y privación del derecho a conducir automóviles y ciclomotores por tiempo
de 10 años por el primer delito, la pena de 13 años de prisión e inhabilitación especial para el derecho de
sufragio durante el tiempo de la condena, por el concurso y la pena de dos meses de multa con una cuota
diaria de 15 # por la falta, al pago de las costas procesales y a que, en concepto de responsabilidad civil,
abonase las siguientes cantidades: A D. Humberto y Dª. Santiaga , 12.947 # por los daños materiales en
el vehículo y 105.711,21# por la muerte de su hijo; A Dª Antonia , 23.900,20 # por las lesiones y 11.281,91
# por las secuelas; A D. Plácido , en la cantidad de 2.188,77 por los daños causados en su vehículo; A
D. Jose Daniel en la cantidad de 95 # por los daños (causados en su vehículo y 568,84 # por las lesiones,
y; A D. Eleuterio en la cantidad de 2.052 # por los daños causados a su vehículo. Con la declaración de
ACE INSURANCE, SA. como responsable civil directo y la de OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, SL. Como
responsable civil subsidiario.
TERCERO.- La representación de D. Humberto y Da Santiaga califico los hechos como constitutivos
de un delito de conducción con consciente desprecio a la vida de los demás del artículo 384,1, un delito de
homicidio del articulo 138, en concurso ideal con un delito de lesiones previsto y penado en el articulo 147,1 y
148, 1 y una falta de lesiones del articulo 617,1 en concurso ideal con una falta de daños del articulo 625 del
Código Penal , como todos los anteriores, acusando como responsable criminalmente del mismo en concepto
de autor al procesado, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal; y
solicito que se le condenara a la pena de 4 años de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio
durante el tiempo de la condena, multa de 12 meses con una cuota diaria de 150 # y privación del derecho a
conducir automóviles y ciclomotores por tiempo de 10 años por el primer delito, la pena de 15 años de prisión e
inhabilitación especial para el derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, por el concurso y la pena
de dos meses de multa con una cuota diaria de 15 #, al pago de las costas procesales y a que, en concepto
de responsabilidad civil, abonase las siguientes cantidades a sus representados: 30.000 # en concepto de
valor de reparación del vehículo siniestrado, subsidiariamente el valor venal del mismo, 13.010 #, mas los
restos por importe de 600 # así como el valor de afección del 30% por importe de 3.903 #, lo que totaliza
17.513 #; 119.149,92 # por la muerte de su hijo; 6.720,32 # por los gastos de sepelio. Con la declaración
de ACE INSURANCE, S.A, como responsable civil directo y la de OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, SL.
como responsable civil subsidiario. Aplicando al primero el recargo prevenido por el articulo 20 de la Ley de
Contrato de Seguro .
CUARTO.- La representación de D° Antonia califico los hechos como constitutivos de un delito de
conducción con consciente desprecio a la vida de los demás del artículo 384,1, y un delito de homicidio
del articulo 138, en concurso ideal con un delito de lesiones previsto y penado en el articulo 147,1 y 148,
1 y una falta de lesiones del articulo 617,1 del Código Penal , como todos los anteriores, acusando como
responsable criminalmente del mismo en concepto de autor al procesado, sin la concurrencia de circunstancias
modificativas de la responsabilidad criminal; y solicito que se le condenara a la pena de 4 años de prisión,
inhabilitación especial para el derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, multa de 12 meses con
una cuota diaria de 30 # y privación del derecho a conducir automóviles y ciclomotores por tiempo de 10 años
por el primer delito y la pena de 15 años de prisión e inhabilitación especial para el derecho de sufragio durante
el tiempo de la condena, por el concurso y a la pena de dos meses de multa con una cuota diaria de 15 # por
la falta, y a que, en concepto de responsabilidad civil, abonase las siguientes cantidades a su representada:
30.857,51 # por las, lesiones Con la declaración de ACE INSURANCE, SA. como responsable civil directo
y la de OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, SL. como responsable civil subsidiario. Aplicando al primero el
recargo prevenido por el articulo 20 de la Ley de Contrato de Seguro .
QUINTO.- La representación de D. Plácido califico los hechos como constitutivos de un delito de
conducción con consciente desprecio a la vida de los demás del artículo 384,1, un delito de homicidio del
articulo 138, en concurso ideal con un delito de lesiones previsto y penado en el articulo 147,1 y 148,1 y
2
una falta de lesiones del articulo 617,1 en concurso ideal con una falta de daños del articulo 625 y una
segunda falta de de daños del articulo 625 del Código Penal , como todos los anteriores, acusando como
responsable criminalmente del mismo en concepto de autor al procesado, sin la concurrencia de circunstancias
modificativas de la responsabilidad criminal; y solicito que se le condenara a la pena de 1 año y 9 meses de
prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, multa de 12 meses
con una cuota diaria de 15 # y privación del derecho a conducir automóviles y ciclomotores por tiempo de 10
años por el primer delito, la pena de 13 años de prisión e inhabilitación especial para el derecho de sufragio
durante el tiempo de la condena, por el concurso y la pena de dos meses de multa con una cuota diaria de
15 # por el concurso de faltas y la pena dos meses de multa con una cuota diaria de 15 # por la segunda
falta de daños, al pago de las costas procesales y a que, en concepto de responsabilidad civil, abonase las
siguientes cantidades a su representado: 2.188,77 por los daños causados en su vehículo y en 2.853,60 # por
el coste del vehículo de sustitución que tuvo que alquilar. Con la declaración de ACE INSURANCE, SA, como
responsable civil directo y la de OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, SL. como responsable civil subsidiario.
Aplicando al primero el recargo prevenido por el articulo 20 de la Ley de Contrato de Seguro .
SEXTO.- La representación de D. Jose Daniel califico los hechos como constitutivos de un delito
de conducción con consciente desprecio a la Vida de los demás del artículo 384,1 y una falta de lesiones
del articulo 617,1 del Código Penal , como todos los anteriores, acusando como responsable criminalmente
del mismo en concepto de autor al procesado, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la
Responsabilidad criminal; y solicito que se le condenara a la pena de 1 año y 9 meses de prisión, inhabilitación
especial para el derecho de sufragio durante el tiempo de la condena, multa de 12 meses con una cuota diaria
de 15 # y privación del derecho a conducir automóviles y ciclomotores por tiempo de 10 años por el delito y la
pena de dos meses de multa con una cuota diaria de 15 # por la falta, al pago de las costas procesales y a que,
en concepto de responsabilidad civil, abonase las siguientes cantidades a su representado: 95# por los daños
causados a su vehículo y en 2.244,64 # por las lesiones, adhiriéndose con carácter subsidiario a lo interesado
por el Ministerio Fiscal. Con la declaración de ACE INSURANCE, SA. como responsable civil directo y la de
OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, SL como responsable civil subsidiario. Aplicando al primero el recargo
prevenido por el articulo 20 de la Ley de Contrato de Seguro .
SÉPTIMO.- La defensa del procesado, D. Luis Carlos , en sus conclusiones definitivas solicito la
libre absolución de su defendido por entenderlo exento de responsabilidad criminal por concurrencia de la
circunstancia eximente del artículo 20, 1 ante la alteración síquica que padeció en esos momentos. Solicitando
con carácter subsidiario su aplicación como semi eximente. Solicitando con el mismo carácter la consideración
de las circunstancia del artículo 21, 5º de reparación o disminución del daño y del artículo 21, 6º analógica
cualificada de dilaciones indebidas.
OCTAVO.- La compañía ACE INSURANCE, SA. acepta su responsabilidad directa, habiendo de hecho
consignado la cantidad que entendió procedente, si bien impugna ciertas partidas de las reclamadas. OPEL
ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, SL. asume la responsabilidad civil subsidiaria que por tal concepto, le pudiera
derivar pero solicita se adapte a los perjuicios realmente causados.
II. HECHOS PROBADOS
PRIMERO.- El procesado Luis Carlos , mayor de edad y sin antecedentes penales, el día 1 de
diciembre de 2003 conducía el vehículo OPEL MÁGNUM, matrícula 2729 CML, asegurado por la compañía
ACE EUROPA (ACE INSURANCE, SA.) y propiedad de OPEL ESPAÑA DE ATUMOVILES, SL., empresa
para la cual trabajaba como delegado de post venta.
SEGUNDO.- Sobre las 18:40 horas, aproximadamente, a la altura de la salida de Torrente- Calicanto
de la A-7, el procesado circulando en dirección a Alicante a gran velocidad se aproximó al vehículo
HYUNDAI LANTRA, matrícula D-....-DF , propiedad de Jose Daniel , que en ese momento efectuando un
adelantamiento reglamentario circulaba por el carril izquierdo de la vía, para sin respetar las más mínimas
cautelas sobre distancia de seguridad entre dos vehículos, llego a alcanzarlo golpeándole su parte trasera.
A pesar de lo cual no disminuyó su velocidad, continuando circulando pegado a él, hasta el extremo que le
golpeó nuevamente, obligando con ello a su conductor, una vez logro concluir su maniobra de adelantamiento,
a apartarse dejándole paso, para seguidamente detenerse en el arcén, observando como el procesado
continuaba circulando con total normalidad por el carril de la izquierda como si no hubiera ocurrido nada, por lo
que ante ello opto por dar aviso a los servicios de emergencia indicando el número de matrícula del vehículo.
Como consecuencia de estos hechos el vehículo Hyundai sufrió daños que han sido pericialmente
tasados en 95 euros y el Sr. Jose Daniel sufrió lesiones consistentes en contusión en la clavícula izquierda
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y contractura de hombro izquierdo, lesiones para cuya curación tan solo requirió una primera asistencia
facultativa tardando en curar 10 días, 7 de los cuales estuvo impedido para el desempeño de sus ocupaciones
habituales. Que sin embargo le han supuesto un periodo de baja laboral del día 1 de diciembre de 2003 al
18 de enero de 2004.
TERCERO.- El procesado tras el anterior incidente continuo circulando en dirección a Alicante,
accediendo a la AP-7 por el peaje de Silla, donde recogió el correspondiente ticket, hasta que llegó a la altura
del punto kilométrico 551-552, donde, tras parar en el arcén derecho de la autopista, efectuó un cambio de
sentido, comenzando seguidamente a circular en sentido contrario entre los dos carriles, a gran velocidad,
asumiendo las altas posibilidades de que dicha conducta pudiera concretarse en un resultado lesivo para la
vida e integridad física de los demás usuarios de la vía.
Unos metros más atrás dos vehículos circulaban en dirección correcta, por ambos carriles al encontrarse
uno adelantando al otro, cuyos conductores al apercibirse de la maniobra comenzaron a realizarle ráfagas de
luces con el fin de llamar su atención. Pese a ello el procesado no se detuvo, ni redujo su velocidad, por lo
ambos tuvieron que apartarse abriéndole paso por el centro.
Así concretamente uno de, esos conductores era Braulio , que circulaba por el carril derecho, a bordo
del vehículo FORD TRANSIT, que tuvo que apartarse a la derecha, llegando a circular por el arcén para evitar
la colisión, que en ese momento estaba siendo adelantado por otro vehículo cuyo conductor se desvió hacia
la mediana permitiendo así que el procesado pasara entre los dos vehículos.
CUARTO.- Así el procesado continuó circulando a elevada velocidad en sentido contrario, como si lo
hiciera con total corrección por una vía rápida, pese a que los numerosos conductores que con él se cruzaban
le advertían con señales luminosas y acústicas, a las que el acusado hizo caso omiso, portando tan solo las
luces de cruce y sin poner las luces de emergencia, ni emplear ningún otro dispositivo para avisar al resto de
usuarios de la vía de su conducción contra sentido, ni efectuar maniobra alguna de evasión para eludir los
vehículos que circulaban en sentido correcto,
Los conductores que circulaban por la autopista se vieron obligados a efectuar maniobras evasivas para
eludir la colisión. Así lo hicieron Francisco , que circulaba conduciendo un HYUNDAI LANTRA D-....-DF , en
el que viajaba como acompañante Tomasa , que en ese momento se encontraba efectuando una maniobra
de adelantamiento y tuvo que acelerar para concluirla de forma precipitada y poderse apartar a su derecha,
dejándole así expedita la vía al procesado. Roque , que viajaba en compañía de Eloisa quienes circulaban
normalmente por su derecha y los rebaso a gran velocidad por su izquierda. Jesús Luis , quien circulaba a
bordo del vehículo CITROEN XSARA por el carril de la derecha, junto a otros dos vehículos que le precedían,
al que rebaso igualmente por su izquierda a la vez que estos por seguridad se desplazaban hacia el arcén.
Avelino , que circulaba conduciendo la furgoneta NISSAN, propiedad de la empresa PROCOSGA, que en
esos momentos se encontraba adelantando a un camión y quien para evitar colisionar frontalmente con el
procesado tuyo que acelerar inicialmente para concluir precipitadamente su maniobra para acto seguido de un
volantazo apartarse hacia su derecha. Onesimo , que circulaba con el vehículo DAEWOO LANOS, matricula
U-....-UT , propiedad de Eleuterio , quien al tratar de evitar el vehículo del acusado chocó contra la mediana
y posteriormente salió despedido de la calzada, si bien resulto ileso el vehículo sufrió daños que han sido
pericialmente tasados en 2,052 euros que ya le han sido abonados.
QUINTO.- El procesado, pese a todo, continuó circulando por la autopista en contra dirección, hasta
que, sobre las 19:15 horas, en el punto Kilométrico 547 tramo Silla-San Juan, Termino Municipal de Polinya de
Xúquer y Partido Judicial de Sueca, en tramo recto, a nivel y de buena visibilidad, colisionó frontalmente con
el turismo marca WOLKSWAGEN MODELO GOLF 1.9 TDI, matrícula Y-....-YL , conducido por su propietario
Nemesio y en el que viajaba como ocupante su pareja, Antonia . Que en ese momento se encontraba
efectuando un adelantamiento y no pudo evitar colisionar.
Como consecuencia del terrible impacto, Nemesio , nacido el 21 de febrero de 1978, falleció, siendo
la causa principal de la muerte un traumatismo craneoencefálico severo, con destrucción de centros vitales.
El fallecido era soltero, no tenía hijos y convivía con sus padres, Humberto y Santiaga .
Como consecuencia de esta colisión, Antonia , nacida el 6 de febrero de 1982, sufrió las siguientes
lesiones: Contusión en región deltoidea izquierda; Fractura estiloides cubital izquierda; Contusión en región
lateral del tórax izquierda; Contusión en región lateral del tórax izquierda; Herida contusa en zona externa 1/3
inferior de la región femoral anterior izquierda; Policontusiones (región mamaria izquierda, zona externa 1/3
superior de la región femoral anterior izquierda, etc.).
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Para la curación de estas lesiones requirió una primera asistencia facultativa y posterior tratamiento
médico consistente en férula PSOT de yeso, sling. Que tardaron en curar 365 días, durante los cuales
estuvo impedida para el desempeño de sus ocupaciones habituales, quedándole las siguientes secuelas.
Trastorno por estrés postraumótico crónico (3 puntos); Depresión mayor(8 puntos); Cicatriz de 2 por 3 cm.,
muy ligeramente pigmentada en 1/3 externo, inferior de la región femoral anterior izquierda, que le provoca
un perjuicio estético muy ligero (0-1 puntos).
El vehículo propiedad del Sr. Nemesio sufrió daños de gran consideración, habiéndose tasado
pericialmente el valor venal del vehículo en la cantidad de 13.010 euros.
SEXTO.- Tras el vehículo conducido por el fallecido Sr. Nemesio , también adelantando, circulaba
Plácido conduciendo el vehículo de su propiedad, marca PEUGEOT 406, matrícula NE-....-NZ , que pudo
evitar la colisión pasando entre los vehículos, pese a lo cual al hacerlo atravesando los restos del accidente,
sufrió su vehículo daños tasados pericialmente en 2.188,77 euros. Determinando, tanto la reparación como la
investigación del accidente su inmovilización, por lo que para atender a sus necesidades alquilo un vehículo
que le determino unos gastos de 2.853,60 #.
SÉPTIMO.- Por auto de fecha 18 de diciembre de 2003 se adoptó como medida cautelar la privación
al acusado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores.
OCTAVO.- Al procesado durante el mes de octubre de 2005, tras la realización de ciertas pruebas que
pudieran apuntar a un problema de epilepsia le fue prescrito por el servicio de salud de Castilla-La Mancha
(SESCAM) el especifico LAMOTRICINA que entre otras usos está indicado para el tratamiento de dicha
enfermedad. No consta sin embargo que en el momento de ocurrir los hechos padeciera cualquier tipo de
crisis que, durante el desarrollo de los hechos antes descritos, le hiciera conducir de forma automática, privado
totalmente de conciencia y voluntariedad.
NOVENO.- En la causan constan efectuadas la siguientes consignaciones:
- 1.060 # consignados el día 4 de diciembre de 2003 por D. Mario , percibidos por D. Juan Miguel
(D. Humberto ) el día 29 de diciembre de 2003,
- la compañía aseguradora ACE INSURANCE SA. ha efectuado las siguientes consignaciones; 2.187 #
consignados el día 16 de febrero de 2005, percibidos por D. Plácido el día 26 de mayo de 2005; 25.242,94 #
consignados el día 28 de septiembre de 2005, percibidos por Dª Antonia el 24 de enero de 2006; 108.512,50
# y 13.010 ,# (121.522,50#) consignados el día 28 de septiembre de 2005, percibidos por D Humberto el
día 4 de marzo de 2006; 2.052 # consignados el día 28 de septiembre de 2005, percibidos por D. Eleuterio
el día 13 de marzo de 2006.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS
PRIMERO.- Realmente no existe ninguna controversia en orden a la forma en que ocurrieron los hechos
antes relatados, salvo quizá en lo referente a la primera colisión, centrándose el debate fundamentalmente en
lo que afecta a la imputabilidad del procesado. Sin perjuicio de lo cual se ha practicado durante el plenario una
profusa prueba testifical que da cuenta de cómo ocurrieron los hechos, de las que a modo de conclusión puede
extraer que el procesado sin respectar las más elementales normas de circulación, tras literalmente arrollar el
vehículo conducido por el Sr. Jose Daniel , entro en la autopista de peaje para tras circular unos kilómetros
apartarse al arcén para efectuar una maniobra de cambio de dirección, comenzando seguidamente a circular
a gran velocidad, primero por el centro de la calzada, para luego pasar al carril izquierdo, como si circulara
con total normalidad por una vía rápida, es decir sin efectuar ningún tipo de señalización que advirtiera de
su presencia, llevando su alumbrado ordinario. Sin alterarse ni variar su trayectoria por el hecho de que los
restantes vehículos tuvieran que apartarse de forma precipitada y le hicieran todo tipo de señales acústicas
y luminosas. Así nos encontramos con la declaración del Sr. Jose Daniel , de cuya veracidad no tenemos
ninguna razón para dudar, dado que los vestigios objetivos no serán de una gran magnitud, pero existen,
poniendo con ello en evidencia que tal como relata fue alcanzado su vehículo, habiendo tenido la suerte, o
la habilidad, de no perder el control y ser capaz, pese a todo, de concluir su maniobra de adelantamiento y
apartarse para seguidamente dar aviso a las autoridades, lo que de hecho al llevar ambos vehículos la misma
dirección, solo que con velocidades diferentes, tampoco es extraño que puede ocurrir, ya que por ello no
necesariamente el alcance le forzaría o determinaría una alteración de la trayectoria, para seguidamente dar
cuenta a las autoridades facilitando la matrícula del vehículo del procesado, de lo que de hecho da cuenta
la propia Guardia Civil (agente NUM004 ), ya que no es sino tras el accidente mortal y dentro del curso de
sus investigaciones, que al constatar la colindando de la matricula se pasa a investigarlo, tal como lo declara
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el agente NUM005 , poniendo con ello en evidencia que esa loca carrera del procesado se inicia mucho
antes del momento en que inexplicablemente decide efectuar su cambio de dirección. Del que da cuenta el
testigo Sr. Braulio , que es uno de los primeros que se encuentra con el vehículo del procesado, o dicho
de otra manera uno de los primeros cuya vida pone en peligro, hasta el extremo de que tiene que apartarse
con el fin de evitarlo, ya que en ese momento estaba siendo adelantado por otro vehículo, cuyo testimonio
nos muestra como importante por poner en evidencia como y donde da la vuelta, sencillamente apartándose
al arcén para seguidamente sin efectuar señalización alguna girar comenzando a circular por el centro de
la calzada, siendo sus indicaciones lo que posteriormente le permite al agente NUM004 fijar ese punto en
el correspondiente atestado. Testimonios a los que debemos añadir los de los restantes usuarios de la vía,
que al margen de relatar la concreta situación de peligro que vivieron, así como, aun cuando se pretenda dar
otra lectura a sus testimonios, el hecho de que el procesado circulaba a elevada velocidad, sin llevar ningún
indicativo especial y sin efectuar maniobra evasiva alguna, así tenemos la declaración; de Francisco que
pone de manifiesto cómo tiene que apartarse precipitadamente tras concluir la maniobra de adelantamiento
que efectuaba, poniendo de manifiesto que circulaba a gran velocidad por el carril izquierdo, con su alumbrado
ordinario, del que no se aparto lo mas mínimo, extremo este ultimo; que viene a ratificar su acompañante
Tomasa ; Jesús Luis que relata cómo, tanto el cómo los vehículos que le precedían tienen que apartarse
para dejar paso al procesado, quien igualmente pone de manifiesto que parecía que iba circulando por una
carretera convencional, es decir, como si fuera por su carril, a gran velocidad; Avelino y Roque , que se
cruzan con él, siendo uno de los muchos usuarios que dan aviso a las autoridades, e insisten igualmente en
esa sensación ya puesta de manifiesto sobre su forma de conducir, y; el Sr. Onesimo , cuyo vehículo sufre
desperfectos, al perder el control por consecuencia de la maniobra evasiva que se ve obligado a realizar. Y
finalmente las declaraciones que presta la Sra. Antonia y el Sr. Plácido que relatan la forma en que ocurre
la fatal colisión, poniendo así en videncia la primera como al encontrarse adelantando en ese momento un
vehículo no pueden esquivarlo y chocan frontalmente causando con ello el fallecimiento de su pareja, y la del
segundo que circulaba a continuación y se ve sorprendido por la colisión, relatando como milagrosamente
logra esquivar la colisión pasando por encima de los restos de los vehículos implicados.
SEGUNDO.- Que los hechos antes declarados probados son legalmente constitutivos de un delito
conducción con consciente desprecio a la vida de los demás previsto y penado en el artículo 384,1º del Código
Penal , en su redacción anterior a la LO 15/2007 de 30 de noviembre, dado que tal como señala la STS
núm. 1464/05 de 17 de noviembre "un automóvil lanzado por una autovía en sentido de marcha contrario
al previsto , sorprendiendo por tanto a los conductores que discurren por ella con normalidad, constituye en
términos de experiencia corriente para cualquiera un foco de grave peligro actual, dada la previsible entidad
lesiva de las consecuencias de un choque o incluso de una maniobra evasiva de emergencia de probable
fácil producción en tales condiciones, y ello implica no solo temeridad manifiesta sino consciente desprecio
por la vida de los demás cuando dicha carrera se mantiene durante más de cinco kilómetros y la autopistas
presentaba una gran circulación". Sin poder olvidar que fue precisamente la generalización de conductas de
esta naturaleza en cierta época de nuestra historia reciente, lo que llevo al legislador la introducción de esta
figura agravada, tal como se encarga de poner de manifiesto el propio preámbulo de la LO 3/1989 de 21 de
junio que la introdujo, tal como nos recuerda la STS núm. 1209/09 de 4 de diciembre y la núm. 872/2005 de 1
de julio , que a su vez hace referencia a la núm. 561/2002 . Que es precisamente lo que ocurre en el supuesto
de autos en que el procesado en plena autopista del mediterráneo de forma deliberada efectuó un cambio de
sentido, comenzando a circular en contra dirección desde el kilómetro 551 al 547, en que si se detuvo, fue
porque lamentablemente un vehículo no pudo evitarlo, produciéndose una fuerte colisión por consecuencia de
la cual falleció su conductor, resultando la acompañante con graves lesiones, eso sin contar el gran numero de
conductores, cuya vida también coloco en situación de peligro, que se vieron obligados, con mayor o menor
fortuna, a efectuar maniobras evasivas.
Luctuoso resultado que nos obliga a valorar la responsabilidad en que haya podido incurrir por la referida
muerte y lesiones, respecto a lo cual la defensa niega, al margen de por la circunstancia eximente que pretende
construir, so pretexto de la inexistencia de dolo, mas al respecto baste traer a colación la STS núm. 561/02 de
1 de abril , según la cual si una persona crea, con su forma temeraria de conducir, un concreto peligro para
la vida o la integridad de las personas y lo crea con consciente desprecio para estos bienes jurídicos, debe
entenderse que se representa y admite la posibilidad de su lesión, puesto que los pone en peligro precisamente
por no los aprecia, representación y consentimiento que obliga a atribuirle, al menos, el dolo que la doctrina y
la jurisprudencia denominan eventual". Lo que no es mas que reflejo de una doctrina consolidada de nuestro
Tribunal Supremo, tal como recoge su sentencia núm 401/2008 de 10 de junio , haciendo mención a sus
sentencias de 24/1/2001 y 27/2/2004 , según la cual se viene admitiendo "la existencia del dolo eventual
cuando el autor somete consciente y voluntariamente a las víctimas a situaciones peligrosas que no tiene la
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seguridad de controlar, aunque no persiga el resultado típico ni lo prevea como consecuencia necesaria". Lo
que es de plena aplicación al supuesto de autos, en que no ya por el hecho objetivo de que se llegan a producir
esos resultados lesivos para la vida y la integridad física, sino por el mero hecho de circular a gran velocidad
por un autopista concurrida, como es la AP-7, lo que no se le escapa a cualquier persona que en alguna
ocasión haya sido usuario de la misma, sino que además lo evidencia el número de personas de alguna manera
afectadas por su comportamiento, todos los cuales le efectúan señales luminosos y acústicas poniéndole así
de manifiesto su anómalo proceder, por lo que no podemos menos que afirmar que, tal como alude la referida
resolución, debió en algún momento representarse la producción de ese resultado, pese a lo cual lo acepto
manteniendo su conducta, demostrando con ello un absoluto desprecio hacia dichos bienes jurídicos.
Al hilo de lo anterior podríamos plantearnos hasta que punto si en el tipo del artículo 384 del Código
Penal el elemento subjetivo esta constituido por el consentimiento, la voluntariedad de la acción y la aceptación
del resultado lesivo, es decir ese consciente desprecio a la vida de los demás, de producirse este resultado no
estaría ya está abarcado por la infracción de peligro. Lo que se encarga de rechazar la STS núm. 1464/2005
de 17 de noviembre , al señalar que el desvalor del resultado no está comprendido en el delito de peligro que
representa el artículo 384 CP ., admitiendo que es aceptable que el delito de resultado absorba al de peligro
en determinadas circunstancias, pero no que el segundo consuma al primero.
Lo que nos obligara, tal como solicitan las acusaciones, a sancionar no solo la situación de grave riesgo
para la vida de los usuarios de la vía que genero, sino además por los concretos resultados que determina
en su carrera, la cual debemos considerar que se inicia todavía en la A-7 cuando alcanza el vehículo Hyundai
conducido por el Sr. Jose Daniel , ya que aun cuando no posea este episodio por sí mismo, ni la gravedad, ni
la trascendencia que justificaría una condena de esta naturaleza, no por ello podemos dejar de manifestar que
demuestra con su comportamiento una conducción totalmente anormal, ya que no se trata de una mera colisión
por alcance, sino una conducta que al repetirla en dos ocasiones, y no demostrar la mas mínima reacción,
pese a que con ello literalmente aparto de su marcha al conductor que le precedía, continuando como si
nada hubiera pasado, evidencia un proceder deliberado que por su inmediatez con su decisión de comenzar a
circular en contra dirección, nos hace afirmar que no fue más que el preludio de ese comportamiento posterior,
de esa misma decisión de circular con un consciente riesgo para la vida de los restantes usuarios, que nos
hará englobarlo todo en ese delito de imprudencia que le ha sido imputado. Comenzando a partir de aquí a
valorar los diferentes delitos que han sido imputado por las distintas acusaciones en atención a los particulares
resultados, lo que nos llevara a admitir junto al referido delito del artículo 384, un delito de homicidio del
articulo 138 y un delito de lesiones del articulo 147,1 y 148, 1 ante el fallecimiento del conductor del vehículo
WOLKSWAGEN, Sr. Nemesio , y las graves heridas que sufrió su acompañante, Sra. Antonia , a lo que
demos añadir una falta de lesiones del articulo 617,1 ante las heridas que sufrió el conductor del vehículo
HYUNDAI, Sr Jose Daniel , y una falta de daños del artículo 625, ante los desperfectos que sufrió su vehículo.
Debiendo rechazar las otras dos faltas de daños sostenidas por las acusaciones particular, ya que aun cuando
realmente posean una muy relativa trascendencia practica, no podemos dejar de lado que estamos hablando
de conductas dolosas, es decir de daños producidos de forma directa y deliberada, no encontrando mas daños
de esta naturaleza que el que sufre el vehículo del Sr. Jose Daniel que es directamente arroyado, no negamos
que existen otros daños materiales, como son los producidos en los vehículos de los Srs, Eleuterio y Plácido
, mas estos no se producen por consecuencia de un acometimiento directo, sino que son consecuencias
indirectas de la imprudencia del procesado, y de la necesidad de esquivarlo que determina.
La anterior situación concursal es resuelta por las acusaciones considerando la existencia de un delito
de imprudencia, en concurso real con los delitos y faltas considerados en atención al resultado, que a su vez
formarían un concurso ideal para sancionar los resultados ocasionados a los ocupantes de un mismo vehículo,
lo que les lleva a entender la existencia de un delito del artículo 384, un delito de homicidio en concurso ideal
con un delito de lesiones, y una falta de lesiones en concurso con un falta de daños. Construcción que sin
embargo no podremos admitir, dado que tal como señala la STS núm. 1464/2005 de 17 de noviembre , pese a
la dicción literal del artículo 384 que alude a "con consciente desprecio para la vida de los demás", esta figura
entraña una unidad delictiva en el sentido de que existirá un sólo delito con independencia del número de vidas,
despreciadas o puestas en peligro. Añadiendo que desde el punto de vista del tipo subjetivo la referencia es
el dolo, de forma que si el conductor obrase con dolo directo de matar a alguien poniendo en peligro también
la vida de otras personas, indudablemente se trataría de un supuesto de concurso real. En cambio si el dolo
es eventual, es indudable que de darse el resultado habrá también una situación concursal, pero deberemos
plantearnos si este debe resolverse como si se tratara de un supuesto de dolo directo, es decir, si cabe aplicar
el concurso real de delitos, o si por el contrario ha de entenderse como un caso de concurso ideal o medial.
Postura esta última que entiende es la opción acogida mayoritariamente. Por esa consideración unitaria del
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delito que hace que aun cuando se haya producido esa muerte por una conducta integrable claramente en
el tipo comentado, no podemos desconocer que previamente se había igualmente conducido con consciente
desprecio para la vida de otros usuarios, no siendo posible, como hemos visto, por su propia definición legal,
descomponerlo. Posición que la referida resolución apoya en la STS núm. 2144/02 de 19 de diciembre que
implícitamente acoge idéntica postura, y que en el presenta caso se nos muestra de especial interés, dado
que de una manera similar a lo que ocurre en el supuesto de autos, se pretende justificar la conducta del
allí procesado mediante la alegación de una supuesta crisis epiléptica, no admitida por los médicos forenses,
en contraposición con el informe privado que a su instancia incorpora, al que ante la contradicción en que
incurren ambas pericias pretende darle un mayor valor so pretexto de la superior preparación de sus autores,
lo que rechaza nuestro alto tribunal.
Por lo que en definitiva cabra calificar los hechos como constitutivos de un delito de conducción con
grave desprecio para la vida de los demás del artículo 384, 1º (en su redacción anterior a la LO 15/2007 de
30-11 ), en concurso ideal del artículo 77, con un delito de homicidio del artículo 138, un delito de lesiones
del articulo 147,1 y 148,1, una falta de lesiones del articulo 617,1 y una falta de daños del artículo 625, todos
ellos del Código Penal .
TERCERO.- En aplicación de los artículos 27 y 28 del Código Penal , cabe considerar como
criminalmente responsable en concepto de autor al procesado.
CUARTO.- En orden a la eventual concurrencia de alguna circunstancia modificativas del
responsabilidad criminal, se alega por la defensa que el procesado en el momento de ocurrir los hechos sufría
una crisis epiléptica que le hacía totalmente inimputable. A este respecto hemos de señalar que no es un
hecho debatido que esta circunstancia pueda en alguna ocasión llegar a afectar a la imputabilidad del sujeto,
pero no siempre, dado que el mero padecimiento de la misma no justificara ningún tipo de exención ( STS
núm. 2167/02 de 23-12 ) sino que a la par es preciso demostrar que en el caso concreto, cuando el sujeto
actuó se encontraba bajo la influencia de un ataque o de una crisis ( STS núm. 198/06 de 27-2 ), ya que esta
enfermedad se caracteriza porque, con intervalos más o menos largos, ocasiona en el sujeto unos episodios
en los cuales se produce una total pérdida de conocimiento, de tal modo que en esos momentos, así como en
los que inmediatamente le preceden y le siguen, la conducta del enfermo es un hecho meramente mecánico
que no puede conceptuarse como comportamiento propiamente humano y que en su valoración jurídica va
mas allá de la aplicación de la eximente del artículo 20,1º para encuadrarse en la falta de acción u omisión,
pudiéndose considerar en cambio en los momentos que median entre dichos ataques, por su propio control
médico o sencillamente por permanecer en un estado larvario como un persona completamente normal ( STS
núm. 198/2006 de 27-2 ). Lo que hace que cobre un especial intereses la valoración de la prueba sobre la
realidad de los informes puedan obrar en la causa, en relación con los demás elementos que resulten de
los restantes medios probatorios, no solo con carácter general, sino especialmente en un supuesto como el
de autos, en que no se le diagnostica esa supuesta enfermedad hasta pasados aproximadamente dos anos
desde el suceso, y que la única crisis que según se nos alega habría padecido seria precisamente la que
según la defensa habría ocurrido el día de los hechos.
Lo que con carácter previo nos obligara a valorar la doctrina existente en orden a la carga de la prueba
respecto de este particular y su relación con la presunción de inocencia.
Constituye doctrina consolidada de nuestro Tribunal Constitucional, de la que por supuesto se hace eco
nuestro Tribunal Supremo, que la presunción de inocencia consagrada por el artículo 24, 2 de la Constitución ,
opera en el procedo penal imponiendo a los acusadores la carga de probar la perpetración de un hecho
delictivo por parte del procesado, que por tanto queda exonerado de probar su propia inocencia o falta de
culpabilidad, de suerte que solo podrá ser condenado sí su culpabilidad ha quedado demostrada mas allá de
cualquier duda razonable ( STC núm. 56/2003 de 24-3 y STC num 146/2003 de 14-7 ). Por lo que en definitiva
a la acusación le incumbe de forma directa la carga de probar los hechos constitutivos de cualquier infracción,
lo que supondrá que cualquier cumplimiento defectuoso de la misma determinara la absolución del sujeto,
aun cuando no se haya demostrado claramente su inocencia ( STC núm. 44/89 de 20-2 ). Existiendo de forma
paralela una reiterada doctrina constitucional ( STC núm. 1395/1999 de 9-10 , núm. 470/1998 de 1-4 ) que
indica que una vez el acusador ha dado cumplimiento a la carga que particularmente le incumbe, su posición
se iguala respecto a la del acusado, a quien a partir de ese momento pasa a incumbirle la carga de acreditar la
concurrencia de cualquier hecho impeditivo de la acusación, entre los que se incluiría cualquier circunstancia
modificativa de la responsabilidad. Por tanto la acreditación de la concurrencia cualquier atenuante o eximente
le incumbirá a quien la alega, en definitiva al propio acusado, debiendo quedar los hechos o elementos que
la determinan tan acreditados como el hecho nuclear mismo ( STS núm. 132/2008 de 12-2 y núm. 1454/2004
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de 1-12 ), de tal suerte que cualquier laguna en su cumplimiento perjudicara a quien pretendía su invocación,
sin que exista ningún tipo de presunción de inocencia llamémosle negativa o inversa, que suponga que baste
generar una duda sobre su eventual concurrencia para poder preconizar la inocencia del sujeto, dado que
partimos de una situación en la que el acusador ya ha dado cumplimiento a la carga que por su parte le
incumbía, de forma que admitir su existencia supondría tanto como imponerle a este además de la que
directamente le incumbe por su propia posición en el proceso, la carga indebida y hasta imposible de tener que
probar además de los hechos positivos integrantes del tipo penal imputado y de la participación del acusado, el
hecho negativo de la no concurrencia de cualquiera de las distintas causas de exención de la responsabilidad
que previene nuestra legislación ( STC núm. 1395/1999 de 9-10 ).
Por lo que partiendo de esta consolida doctrina, a la que por supuesto hemos de dar total preferencia,
aun cuando pueda encontrarse alguna sentencia aislada de una Audiencia Provincial, como la que logro
invocar la defensa, no podrá bastarnos para afirmar la concurrencia de una circunstancia modificativa el
hecho de que realmente ignoremos que ha podido llevar a realizar semejante conducta a una persona que
se nos presenta como un sujeto social y familiarmente integrado, que desarrolla una actividad profesional
de responsabilidad y prestigio, siendo tenido por sus superiores, incluso tras los hechos hoy objeto de
enjuiciamiento, como una persona responsable y digna de crédito. Así como que no responda al perfil de lo
que se viene conociendo como "un conductor suicida", ni que en principio parezca que no obedece a un intento
de suicidio, a pesar de la situación de estrés que por lo visto estaba atravesando por los problemas de índole
familiar que generaba su traslado profesional a otra Ciudad, ante el hecho de que pese a ser algo deseado
imponía un precitado desplazamiento. Ya que hemos de tener que una cosa es el móvil del autor y otro muy
distinta el dolo que lo anima ( STS núm. 78/2005 de 28 de enero ) que aquí como hemos visto residiría en
su decisión libre y voluntaria de comenzar a circular en contra dirección, generando con ello un claro riesgo
para la vida e integridad de los restantes usuarios de la vía, que claramente concurre, al obedecer su cambio
de dirección, tal como nos la describe el testigo que lo presencia, a una decisión plenamente consciente y
deliberada, que le lleva primero a situarse en el arcén para acto seguido girar en redondo, lo que descarta
cualquier tipo de error, como también lo descartarían las señales que a partir de ese momento le efectúan
todos los vehículos con los que se cruza, y las maniobras claramente evasivas que se ven obligados a realizar,
sin olvidar la anormalidad que ya de por si manifiesta en su conducción al arroyar deliberadamente, por dos
veces, a un vehículo que le precedía en la fase previa a su giro. Por lo que constatada la concurrencia de una
conducta deliberada, nos será totalmente intrascendente que fue lo que pudo en última instancia motivarla, o
que aspiraba a lograr con ello, ya que esto nunca podrá confundirse con el dolo, como elemento subjetivo del
delito, que en su formulación directa consiste en la voluntad dirigida a una finalidad, la de poner en peligro o
dañar el bien jurídico protegido, cor\ independencia del fin último que con ello pretendiera obtener el sujeto,
que o bien pertenecerá a la fase de agotamiento del delito, o bien se mantendrá en su esfera interna, pero
desde luego no será esencial, a diferencia de lo que ocurre con el dolo, en la subsunción del hecho en el tipo
subjetivo del delito ( STS núm. 876/2006 de 6 de noviembre y núm. 828/2006, de 21 de julio ).
QUINTO.- Sobre dicha premisa deberemos valorar el alegato de la defensa en orden a que la conducta
del procesado quedaría justificada porque este padece una epilepsia, habiendo realizado los hechos mientras
atravesaba una crisis focal compleja, las cuales poseen un carácter prolongado durante las cuales el sujeto
puede llegar a realizar actividades más o menos complejas; con un cierto automatismo, pero sin ser en modo
alguno consciente de lo que realiza. Diagnostico que funda en el informe pericial que elaboran los doctores
Amadeo y Vidal , debiendo hacer, abstracción en este sentido de las manifestaciones que efectúa la doctora
Adelaida , ya que aun cuando depusiera junto a los restantes peritos, en su día efectuó un informe muy
preciso y concreto centrado en valorar la idoneidad del procesado para conducir un vehículo de motor, y si
sufrió algún tipo de alteración, no adoptando ninguna conclusión terminante en orden a la existencia de algún
tipo de alteración patológica por falta de datos, limitándose posteriormente durante la vista a asentir ratificar
de una forma genérica las conclusiones de índole teórica formuladas por los mencionados peritos, también
propuestos por esa representación. Informes frente al que nos encontramos el elaborado por la Clínica médico
forense, que no admite la existencia de la referida crisis, entendiendo que no tiene una clara constancia de
que pudiera padecer tanto la enfermedad, como que de padecerla en ese momento estuviera atravesando
algún tipo de crisis, la cual en cualquier caso no justificaría una conducta tan compleja y prolongada como la
que es hoy objeto de enjuiciamiento.
Respecto a lo que debemos señalar que para resolver cuestiones de esta índole es necesaria la
posesión de una serie de conocimientos técnicos específicos que lógicamente este tribunal carece, lo que
hace imprescindible recurrir a profesionales que los poseen, que en estas materias vienen representados
por el médico forense, que en cuanto funcionario público adscrito de modo permanente al juzgado goza
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de unas garantías de imparcialidad de las que otros profesionales carecen. Lo que no significa que sus
informes posean un valor absoluto, sino que por el contrario están sometidos, como cualquier otra prueba, a
las reglas de valoración ordinaria, es decir que es susceptible de ser sometido a las reglas de la sana critica.
Mas a este respecto debe señalarse, que lo que no puede admitirse es que la cuestión quede reducida a
un mero expediente de determinar, ante las conclusiones contradictorias de dos o más profesionales, cuál
de ellos se pronuncia con más autoridad o conocimiento de causa, dado que de la misma manera que
no poseemos conocimientos específicos que nos permitan valorar directamente la cuestión, tampoco los
poseemos para poder determinar cuál de esos profesionales es mas autorizado o cual de ellos se pronuncia
con más propiedad. De tal suerte que la parte al objeto de hacer valer su posición, deberá llegar a individualizar
suficientemente elementos que nos permitan afirmar que ha incurrido en cualquier tipo de error en sus
apreciaciones, que ha desconocido algún medio probatorio o sencillamente que ha llegado a conclusiones
contrarias a la lógica y al sentido común, dado que si la cuestión queda reducida al mero expediente de elegir
entre dos o más informes contradictorios, por las referidas garantías de imparcialidad, y porque en definitiva
se trata del emitido por el perito designado con tal objeto por la Administración de Justicia, a sus conclusiones
nos deberemos atener. Que es precisamente lo que ocurre en el presente caso, en que la defensa ante
la frontal contradicción existente entre los informes, pretende que le demos preferencia al elaborado a su
instancia, sobre la base de la mayor autoridad y preparación de los propuestos por el frente a los médicos
forenses, lo que desde luego no podemos admitir, dado que tal como les reconoce la ya mencionada sentencia
numero 2144/02 hemos de reconocer que estos últimos por su formación académica y funcionarial poseen
una total idoneidad para emitir un informe de esta naturaleza, lo que de hecho incluso la propia parte parece
reconocer implícitamente, cuando cierto es que uno de sus peritos es un neurólogo, pero el segundo parece
ser especialista en medicina legal y forense en excedencia.
Consideraciones a las que debemos añadir que en el presente caso no se trataría simplemente de elegir
un informe ante la imposibilidad de determinar por ciencia propia cual es más acertado, sino que incluso nos
encontramos con una serie de circunstancias concurrentes en la gestación de ese informe, o en los datos de
índole objetiva en que se funda, que realmente nos hace cuestionarlo. Dando la impresión estos informes,
que no se explican realmente que es lo que pudo llevar a una persona del perfil del procesado a realizar
una conducta de esta naturaleza, por lo que presumen que si lo hizo es porque existe una base patológica,
pero sin que realmente llegue a encontrarse elemento objetivo alguno que nos permita afirmar que el día
que ocurrieron los hechos el acusado se encontraba bajo los efectos de una crisis. Así nos encontramos con
el primer informe que se elabora en la causa, a instancia también de la defensa, llevado a cabo por Doña
Adelaida (28/1/2004, f 389), quien por la propia naturaleza de los hechos, es decir sencillamente por la forma
de conducir, afirma que debió existir un problema de pérdida de conciencia que haría preciso un estudio mas
prolijo, pero a falta del mismo y sobre la base del reconocimiento que personalmente le lleva cabo, concluye
considerándolo como una persona totalmente normal y capaz. Tras lo cual nos encontramos con el informe
elaborado por Don Amadeo y Vidal quienes se fundan en la realización de tres pruebas diagnosticas
(dos EEG y polisomnografia nocturna llevadas a cabo los días 14/1/04, 27/2/04 y 9/5/07, respectivamente)
de los que no obtienen resultados significativos, así como en su exploración y fundamentalmente en lo que
les refiere el paciente que hace alusión a no acordarse de nada de lo ocurrido ese día, así como en el
hecho de haber sufrido episodios de desorientación y de "deja vu"; lo que realmente se nos presenta como
tremendamente subjetivo, sin llegar en ningún momento a objetivarse mínimamente, aun cuando con tal objeto
llego a declarar la mujer del procesado y personas cercanas a él, pero solo se nos llega a aludir como ejemplo
de esos problemas de desorientación al hecho de que pudiera perderse cuando corre por el campo ó lugares
por los que no está habituado, así como padecer en ocasiones fuertes migrañas, lo que le hace aislarse,
lo que no necesariamente tiene que guardar relación con esta enfermedad. A lo que añaden los doctores,
como fuente de conocimiento, el hecho de que desde el año 2005 el servicio de salud de Castilla la Mancha
(SESCAM) le haya recetado un especifico, Lamotrigina, que se emplea para el tratamiento de este tipo de
enfermedades, concluyendo que si se le ha prescrito este fármaco es porque padecerá esa enfermedad,
pero al respecto nos llama poderosamente la atención que en ningún momento se ha podido confrontar
ese diagnostico, no habiéndose siquiera intentado traer a juicio al doctor o doctores que lo efectuaron, y es
mas según la documentación que se nos aporta, ni tan siquiera podemos afirmar que estos especialistas
se pronunciara categóricamente al respecto, dado que en el informe que se nos aporta junto al escrito de
defensa, bajo el numero 5, suscrito por el Doctor D. Vidal , se nos dice "amnesia global transitoria de etiología
desconocida. Sospecha de origen epileptogeno vs migraña acompañada", lo que posteriormente no varía en
la documentación que aporta unos días antes de la celebración del juicio (escrito fechado 17/11/10) en el que
ahora otra especialista del SESCAMA, la doctora Crescencia , alude a que "como posibilidades etiológicas no
se puede descargar comicialidad, dados los hallazgos del EEG", es decir que en ningún momento los afirman
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categóricamente limitándose a sospechar o no descargar, y eso pese a que tuvieron ocasión de estudiar de
forma detenida el EEG en que directamente basan su diagnostico, a diferencia de los peritos que deponen
durante la vista, que tras una precipitada y simple vista de una copia remitida por fax de la referida prueba
concluyen ratificando su informe.
Dudas que hemos de poner en relación con las que ya de por si ponen de manifiesto, o se nos suscitan el
contenido del informe médico forense, así comenzando por este último punto, resulta significativo su afirmación
en orden a que el resultado de un EEG en el diagnostico de esta enfermedad no es concluyente de forma que
un resultado -llamémosle- positivo, no tiene porque necesariamente implicar la existencia de la enfermedad,
de la misma manera que uno negativo no tiene tampoco porque excluirlo, lo que hace razonable o ratifica
que los facultativos del SESCAM, a la hora de emitir su diagnostico se muestren prudentes, hablando de
probabilidad o de que no se puede descartar, pero no de certeza. A lo que hemos de añadir la conclusión
de los forenses en orden a que este de crisis efectivamente existen, pero no justifican una conducta tan
prolongada como la del procesado, ya que no podemos olvidar que la irregularidad de su conducción se inicia,
no en la autopista, desarrollándose exclusivamente durante los alrededor de cinco kilómetros que circula en
contra dirección, sino unos kilómetros antes, en que literalmente arrolla, cuando aun circulaba por la autovía,
al vehículo que le precedía, lo que nos hace pensar en un trecho ya mucho más largo, durante el cual además
debió discernir entre una serie de desvíos, incorporaciones, etc., para finalmente detenerse coger su ticket
del peaje y continuar su marcha, para poco tiempo después apartarse al arcén y girar en redondo, para tras
esquivar a los dos primeros vehículos con los que se cruza, que no olvidemos en ese momento circulaban en
paralelo, y al margen de la maniobra evasiva que ellos efectúan abriéndose hacia los extremos, el procesado
a su vez los esquiva pasando por el centro, lo que ya nos hace pensar en una serie de maniobras ya más
complejas y dilatadas en el tiempo que hacen cuestionar ese automatismo, a lo que hemos de unir que será
cierto que no existió interacción con los restantes vehículos, pero ello también puede calificarse como que
sencillamente ignoro las señales de alarma que emitieron los mismos. A lo que unimos que tras el accidente,
fue atendido por los servicios de urgencia, concretamente por una doctora del "SAMU" que declaro durante
la vista, y si bien pudo suscitar alguna duda la declaración del Guardia Civil que acudió al lugar del siniestro
y practico las primeras diligencias, al que se le dijo que no estaba en condiciones de declarar, luego dicha
facultativa se encargo de clarificarlo, dando la impresión de que sencillamente se impidió esa declaración
con objeto de que las diligencias policiales no entorpecieran su trabajo, afirmando por el contrario que se
encontraba poco colaborador, excluyendo por su forma de deponer que el procesado mostrara una actitud
pasiva, como de un autómata, o existiera algún otro indicio que nos pudiera hacer pensar que estaba en
ese momento atravesando una crisis de esta índole, como tampoco nos permite afirmarlo el resultado de la
atención médica especializada que recibe a continuación en un centro hospitalario, de la que no se extrae
indicio alguno que puede llevar a detectar cualquier problema de este índole. Lo que nos pone en contacto
con la afirmación que efectúan los forenses en orden a que una persona de su edad, de ser un enfermo
de esta índole es muy raro no que haya padecido con anterioridad, ni con posterioridad ninguna otra crisis,
dándose la circunstancia que la defensa no presenta una enfermedad que se manifiesta precisamente el día
del siniestro, que además no le es diagnosticada, con las reservas ya expuestas, hasta dos años después,
y que a lo largo de su vida solo le ha producido una crisis, que curiosamente coincide en el tiempo de un
forma estricta con los hechos objeto de las actuaciones. Por lo que nosotros, acogiendo la conclusión a la
que finalmente llegan los médicos forenses, podemos afirmar que ignoramos qué es lo que pudo llevar al
procesado a realizar estos hechos, pero desde luego lo que no podemos afirmar es que si los llevo a cabo
fue por consecuencia de que en esos momentos atravesaba ningún tipo de crisis, por lo que deduciéndose
de la propia dinámica de los hechos que ello obedeció a una conducta libre y voluntaria por su parte deberá
ahora asumir las consecuencias de sus actos.
SEXTO.- Por la defensa igualmente se nos alega como circunstancia atenuante la de reparación o
disminución del daño del artículo 21, 5º, la cual cabra rechazar de plano, dado que es cierto que por razones de
política criminal no se exige un especial arrepentimiento, o que obedezca esa reparación a unos fines elevados
de carácter moral, pero desde luego como mínimo será exigible que obedezca a un acto o a una conducta
voluntaria del propio sujeto, o que al menos formal y procesalmente se le puede atribuir a su persona, pero
desde luego no que pretenda aprovecharse de la consignación que haya podido efectuar en nombre propio
una compañía aseguradora en cumplimiento de la relación contractual que además le une con un tercero,
todo ello con objeto de evitarse los recargos legalmente previstos en el ámbito de los seguros (F. 168, 371,
721, 775, 784,785, 836, 900 y 906).
SÉPTIMO.- Se alega igualmente la atenuante de dilaciones indebidas, que aun cuando ha sido de muy
reciente incorporación a nuestro Código Penal (vigente 21,6°), con anterioridad era pacíficamente admitida
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por nuestra jurisprudencia tras su acuerdo plenario de 21 de mayo de 1999, por vía de la cláusula genérica
que incluía el primitivo número 6º, que daba acceso a cualquier circunstancia de análoga significación a las
restantes. Remediándose así de alguna manera la conculcación del derecho todo ciudadano a un proceso sin
dilaciones indebidas, a que la duración de la causa no exceda de lo prudencial y razonable, compensándole
siempre que este retraso sea injustificable y no pueda imputársele al propio acusado, ni a su actividad procesal,
mediante una atenuación de la pena que adecué la culpabilidad de los hechos, a la irregular tramitación de,
la causa, dado que esas incidencias posteriores, por la propia incertidumbre y limitación de derecho que
todo proceso supone, convertiría en excesivamente rigurosa la pena, que de no concurrir dicha circunstancia
hubiera sido procedente (STS 5/09 de 8-1, 932/08 de 10-12 ). Valorándose para su apreciación: la naturaleza
y circunstancias del litigio, es decir, las concretas circunstancias concurrentes; los márgenes ordinarios de
duración de los litigios de ese tipo; la conducta procesal concreta del demandante; el interés que arriesgue
el demandante y, las consecuencias que se siguen para los litigantes, y; la actuación del órgano judicial que
sustancia el litigio ( STS 960/08 de 26-12 , 940/08 de 18-12 )
Sin perjuicio de los concretos periodos a los que alude la defensa, no podemos negar que ya de
partida es tremendamente significativo que nos encontremos enjuiciando en el año 2010 unos hechos que
ocurrieron a finales del año 2003, lo que a priori nos hace afirmar la concurrencia de esta circunstancia de
atenuación, dado que excede con mucho lo que puede entenderse como la tramitación ordinaria de un proceso
de esta naturaleza, ahora partiendo de la base de lo extraordinario que por nuestra jurisprudencia ha sido
apreciarla como una circunstancia muy cualificada, reservándola para los supuestos de mas gravedad ( STS
690/05 de 3-6 ), se nos hace difícil calificarla más que como un mera atenuante, dado que no podemos dejar
de lado la complejidad que ha llegado a adquirir la causa, no solo de carácter procesal por el numero de
partes personadas, lo indudablemente hace que adquieran una cierta dificultad los necesarios traslados y
notificaciones, sino también de índole material, por el número de personas de alguna manera afectadas, por
estos hechos, cuyo testimonio se ha hecho preciso recabar, a lo que se ha de unir las necesarias pruebas de
naturaleza pericial, en orden no solo a determinar la imputabilidad del procesado, sino también la sanidad o
estado físico de las diferentes victimas, así como el importe de los danos materiales que pudieran haber sufrido.
Por lo que aun cuando sea cierto que en el curso de estas actuaciones podamos apreciar interrupciones o
periodos de inactividad difícilmente justificables, no por ello entendemos que podamos entender posean la
trascendencia y gravedad necesarias para atribuirle los efectos pretendidos.
OCTAVO.- Por virtud de los artículos 61 y siguientes del Código Penal y en particular de su articulo 66,
la pena asignada al tipo apreciado cabra individualizarla en 13 años de prisión, dado que al estar valorando
un situación concursal por aplicación del artículo 11 nos deberemos mover dentro de la pena prevista para
la infracción más grave en su segunda mitad, que en cualquier caso resultara más beneficioso que penarlas
por separado. Y dentro de este marco penologico (12 a 6 m - 15 a), nos deberemos mover dentro de la
primera mitad, ante la apreciación de una circunstancia atenuante (12 a 6 m- 13 a 9 m), respondiendo a un
límite próximo a su medio aunque sin llegar de él, ya que en cualquier caso nos parecen unos hechos de
una tremenda gravedad que merecen un duro reproche penal por lo irracional de la conducta, en la que una
persona sin ninguna causa que lo justifique, mínimamente decide de una forma gratuita colocar a un elevado
número de personas en una situación de grave riesgo, que el supuesto de autos se hace particularmente
destacable por el concreto número de personas afectados, una parte de las cuales vieron solo su integridad
comprometida, viéndose obligados a efectuar comprometidas maniobras evasivas, teniendo por otro lado
que lamentar que ello llego al extremo de causar el fallecimiento de una persona y graves heridas a otra,
que circulaban normalmente en su vehículo confiando en la normalidad del trafico y la facilidad que para la
circulación ofrece el trazado y disposición de la vía, sin olvidar las consecuencias materiales que igualmente
produjo.
NOVENO.- De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 116 y 123 del Código Penal y 240 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal , los criminalmente responsables de todo delito o falta lo son también por
las costas y civilmente para reparar e indemnizar los daños y perjuicios que con ellos causan. Por lo que
resultara procedente imponerle al procesado además el pago de una indemnización en reparación de los
daños personales y materiales que con su conducta produjo. Pago que a virtud del artículo 117 y 120 del
Código Penal cabra hacer extensivo, de un lado a la Compañía OPEL ESPAÑA, quien deberá responder
subsidiariamente, vista la relación de dependencia existente entre el procesado y esta entidad, así como que
de hecho en esos momentos conducía un vehículo de su propiedad cuyo uso se le cedió precisamente por
razón de dicha relación, y de otro lado a la Compañía ACE INSURANCE, quien responderá de manera directa,
por razón de aparecer como aseguradora del vehículo. Entidades estas que de hecho asumen su obligación
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de pago, aun cuando llegan a cuestionar el importe de las diferentes partidas reclamadas, lo que nos hará
preciso pasar a valorarlas.
DÉCIMO.- Por lo que se refiere al fallecido b. Nemesio , se reclaman por sus padres las siguientes
cantidades: 30.000 # en concento de valor de reparación del vehículo siniestrado, subsidiariamente e valor
venal del mismo, 13.010 #, mas los restos por importe de 600 # así como el valor de afección del 30% por
importe de 3.903 #, lo que totaliza 17.513 #; 119.149,92 # por la muerte de su hijo; 6.720,32 # por los gastos
de sepelio.
Cantidades que finalmente cabria dejar fijadas en las siguientes; por lo que se refiere al fallecimiento,
106.557 #, que no difiere de las que barajan las partes y que respondería, atendiendo al baremo vigente
actualmente, a la cantidad fijada para una persona de la edad del fallecido, que no estaba casado ni tenía hijos y
convivía con sus padres, incrementado en un 10% como factor de corrección, al estar en edad laboral; cantidad
a la que cabria añadir 6.720 # correspondientes a los gastos de sepelio, tal como aparece documentado al
folio 747.
Por lo que se refiere a los daños materiales debe tenerse en consideración que el concepto de valor
venal de un vehículo es fundamentalmente una construcción de las compañías aseguradoras cara a calcular la
rentabilidad o previsiones económicas de sus contratos, con vistas a regular sus relaciones internas, es decir
con sus asegurados, por lo que no es un concepto íntegramente traspolable a supuestos como el presente,
en que estamos tratando de reparar los perjuicios causados a un tercero, completamente ajeno a esa relación
contractual, que además ha sido víctima de un evento dañoso determinado de forma culpable por una persona
que, aun cuando no guarde relación alguna con ella, si que la guarda con la compañía, determinándole ello
además una directa obligación de pago. Por lo que debemos aspirar a reparar íntegramente sus perjuicios, no
a atender a las previsiones económicas o de rentabilidad de uno de los obligados, que funda dicho concepto en
la consideración estricta de la marca y antigüedad del vehículo, haciendo completa abstracción de su estado
real y del servicio que el mismo prestaba a su titular, así como el hecho de que con ese importe el perjudicado
difícilmente podrá adquirir uno equivalente o que le preste idéntico servicio, al no ser en modo alguno
coincidente con su precio de adquisición o de mercado. Lo que hace necesario que se complemente, bien con
aquellos gastos extras o diferencia económica que se nos justifique, o bien sencillamente, ante la dificultad
de hacerlo, que se complemente mediante un incremento porcentual, con una cantidad que prudencialmente
cubra esa diferencia, que perfectamente puede coincidir con la solicitada de su 30 %, pudiendo citar en apoyo
de estas consideraciones la STS núm. 833/99 de 28 de mayo , que incluso aplica un porcentaje superior.
Conclusiones que perfectamente nos podrían llevar incluso a admitir la reparación del vehículo, aun cuando su
importe sea superior a su valor venal, dado que esa diferencia en muchos casos la convierte en antieconómica,
peco solo cara a las previsiones económicas que las compañías aseguradoras hacen de sus contratos, ya
que en aras a dar respuesta a ese principio de integra reparación no cabria excluirlo de plano, si a los interés
del perjudicado conviene. Lo que desde luego debe matizarse, ya que dicho principio lo que nunca podrá
justificar es un enriquecimiento injusto de la parte, lo que determinara que deba valorarse hasta que punto
resulta razonable la reparación, así como, hasta que punto responde a un propósito serio y efectivo de llevarla
a cabo, lo que desde luego no podemos admitir se de en el presente caso, dado que la cantidad reclamada
por este concepto responde a un tanto alzado efectuado por el perito, no a un presupuesto pormenorizado que
evidencie una verdadera intención de hacerla y que la misma es viable, lo que en el presente caso a juzgar
por los reportajes fotográficos efectuados por la Guardia Civil se hace también difícil de admitir a juzgar por
el estado en que quedo el vehículo. Lo que supondrá la concesión por este concepto de 16.913 #, fruto de
añadir a la cantidad de 13.010 # en que fija el perito el valor venal, su 30%.
No debiendo computar además el importe de los restos, 600 #, ya que al haberse indemnizado el valor
del vehículo en cualquier caso deberá entenderse incluido en el.
Lo que supondrá la procedencia de conceder a D. Humberto y Dª Santiaga en total la cantidad
conjunta de 130.190 #.
UNDÉCIMO.- Por lo que se refiere a la indemnización correspondiente a la Sra. Antonia , resultara
procedente admitir el calculo efectuado por su representación, desde el momento que se basa en la aplicación
estricta del baremo correspondiente -según su petición-con el de la fecha del siniestro, si bien introduciendo
en el mismo la matización que se deriva del hecho de que, en congruencia a lo ya desarrollado con carácter
general, deberemos dar plena preferencia al informe elaborado por el médico forense (f 719), frente al
elaborado por la sicólogo Dª Ana que se aporta por esta parte, y del que se deriva un periodo de incapacidad
temporal superior, respecto al cual señalar que en aquel informe se recogen dos secuelas precisas y concretas
que contemplan el estado sicológico de la perjudicada, siendo en esta materia una cuestión muy delicada el
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decidir en qué momento el paciente se ha estabilizado de tal manera que ya no va a progresar, pasando de
ser un periodo de curación en el que por consecuencia del tratamiento recibido existe una mejoría periódica,
a una secuela en que ya no existe tal progresión o al menos lo es en un proporción muy lenta, que igualmente
nos impide considerarlo como tal incapacidad temporal. No existiendo reglas objetivas y precisas que nos
permitan discernir cuando se produce ese cambio de consideración, debiendo por tanto ceñirnos en este
aspecto al criterio medico, salvo que se objetive suficientemente algún elemento que nos permita afirmar que
ha existido algún tipo de error, lo que desde luego no podremos admitir haya ocurrido en el presente caso,
por lo que aun cuando no negamos que pueda estar recibiendo algún tipo de terapia incluso en la actualidadpor consecuencia de esas secuelas que le han sido reconocidas, lo que no podremos es considerarla en
si mismo determinante de un periodo sobreañadido de incapacidad temporal, al deber en este punto por la
consideraciones ya expuestas dar preferencia al criterio medico de nuestro perito.
Por lo que se refiere a la cuestión que plantea la representación de la compañía aseguradora,
no negamos que puede resultar a ojos profanos confusos y difíciles de distinguir los términos de stress
postraumatico y trastorno depresivo reactivo, pero aparecen contemplados en el baremo como categorías
independientes, y el médico forense tuvo ocasión durante el juicio oral de explicar la diferencia entre uno y otro
concepto, mostrándose categórico a la hora de excluir que respondan o supongan conceptos incompatibles y
excluyentes. Por lo que no cabra introducir modificación alguna a este respecto.
Por lo que en consecuencia cabra otorgarle las siguientes cantidades: 8.608,11 # por las lesiones
permanentes; 860,81 # como factor de corrección, y; 16.298,2 # por la incapacidad temporal que resultaría
de adaptar la cantidad que reclama por este concepto a los 365 días fijados por el médico forense. Lo que
en total supone la cantidad de 25.767 #.
DUODÉCIMO.- Por lo que se refiere al perjudicado D. Jose Daniel , según el informe médico
forense obrante al folio 353 de las actuaciones preciso para su curación diez días de los cuales siete fueron
inhabilitantes, procediendo por tal concepto concederle la cantidad que reclama el Ministerio Fiscal y a la
que parte se adhiere con carácter subsidiario, es decir 568,84 #, que realmente no se cuestiona. No siendo
admisible, como se pretende por la acusación particular con carácter principal, que sustituyamos el criterio
médico forense por los días de baja laboral que le fueron reconocidos (1-12-2003 al 18-1-2004), ya que
no podemos dejar de lado que uno y otro concepto son muy diferentes, estando llamados a desplegar sus
efectos en ámbitos muy distintos, lo que hace que respondan a necesidades y criterios valorativos igualmente
dispares, hasta el extremó de que el facultativo que otorga dicho periodo a la hora de valorar la cuestión, hace
completa abstracción del hecho de que pudiera en algún momento llegar a desplegar sus efectos dentro de
este ámbito ( STS núm. 129/07 de 22-2 ), por lo que no negamos que es un factor que puede llegar a ser
considerado, pero desde luego por sí mismo en ningún momento podrá llegar a desplazar el criterio médico
forense, máxime cuando se basa en la constatación de unas fechas en un mero impreso formulario creado
para dejar constancia en el ámbito laboral que le es propio, sin llegar en ningún momento a desarrollar la
enfermedad o razones que lo determinan, y menos aun a confrontarlo con los conceptos y valoraciones que
se contienen en el informe médico forense, a diferencia de lo que efectuó durante el acto de la vista el perito
judicial, que pese a la constatación de esas fechas no altero su criterio inicial, aun cuando se contuviera una
mención genérica a la necesidad de un tratamiento rehabilitados
Cantidad a la que cabra añadir 95 # en concepto de daños materiales del vehículo, desde el momento
que consta acreditada la realidad de estos, de un lado a través del reportaje fotográfico que efectúa la Guardia
Civil (f. 91 a 93), y de otro lado a través de la tasación pericial que de los mismos nos efectúa el perito Sr.
Luis Pedro .
Debiendo rechazar de plano el argumento sostenido por las defensas que llegan a cuestionar la realidad
de esta colisión, dado que no podremos negar que se trata, en orden a sus consecuencias, que no en orden
a la forma en que se produce, de una colisión de menor entidad, pero que pese a todo no podremos negar
que existió, dado que en primer término no tenemos duda alguna sobre la veracidad de las declaraciones que
presta este perjudicado al respecto, que además aparecen confrontadas por la Guardia Civil, que al investigar
el suceso principal relaciona ambas hechos confeccionando el correspondiente atestado, que nos remonta
a la fecha en que se producen recogiendo las manifestaciones y datos que le ofrece el perjudicado, del que
de hecho se objetivan fotográficamente unos daños compatibles con la forma de producirse el accidente,
que serán de escasa entidad, pero que existen, como después corrobora el perito que los valora, A lo que
hemos de unir la documentación medica que corrobora la existencia de unas lesiones o heridas igualmente
compatibles con el tipo de colisión que se nos describe.
Por lo que en definitiva cabra reconocer al Sr. Jose Daniel la cantidad total de 663.84 #.
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DECIMOTERCERO.- Finalmente nos resta valorar la indemnización procedente para el Sr. Plácido ,
no tanto la correspondiente a los 2.188,77 # en que han sido tasados sus daños (f. 529 y 708), dado que
tal como describe el propio perjudicado la colisión, o mejor dicho como pudo evitarla atravesando los restos,
hace que no resulte extraño ese importe. Sino en la cantidad qué se nos reclama por razón del alquiler de
un vehículo de sustitución, 2.853,60 f(f. 526 a 530). Cantidad que procederá admitir dado que dentro de esta
materia debe responderse a un principio de integra restitución, máxime cuando estamos hablando de hechos
de naturaleza dolosa, como es el presente, que no estaría tan constreñido como en un supuesto ordinario
de circulación de vehículos de motor. Dándose la circunstancia que se nos ha justificado el correspondiente
gasto, a lo que se añade la explicación que nos brinda en orden a su necesidad de un vehículo por razón de
su trabajo, aportándose de hecho una certificación de la Universidad para la que trabaja en la que se hace
alusión a su necesario desplazamiento entre distintas ciudades de nuestra geografía, sin olvidar que de hecho
el accidente ocurre en los alrededores de nuestra Ciudad, cuando tiene su domicilio y lugar de trabajo en
Cartagena, a lo que hemos de unir, frente al reproche que se le llega a efectuar en orden a porque no reparo
el vehículo con mas premura, su manifestación de que por exigencias de la investigación se le pidió que no
lo hiciera, lo que no llega a descartar de forma categórica el agente que dirigió la investigación, pero que en
cambio afirmo ser frecuente que se haga este tipo de peticiones.
Por lo que en total cabra reconocerle al Sr. Plácido la cantidad de 5.042,37 #.
DECIMOCUARTO.- Por último se nos solicita le sea impuesta a la compañía aseguradora el pago del
recargo prevenido por el artículo 20 de la Ley de Contrato de Seguro . A efectos de solucionar la cuestión
hemos de tener en consideración que tal como señala la STS, Sala 1º, Núm 313/10 de 12 de julio , la
exención del recargo se hace depender del cumplimiento de la obligación de pago o consignación en plazo
(tres meses siguientes a la producción del siniestro), y, además, cuando sean daños personales con duración
superior a tres meses o cuyo exacto alcance no puede ser determinado tras la consignación la cantidad
se declara suficiente por el órgano judicial a la vista del informe forense si fuera pertinente, siendo éste un
pronunciamiento que debe solicitar la aseguradora. Faltando estos presupuestos no cabrá aplicar a la conducta
desplegada por la compañía de seguros los efectos impeditivos de la producción de mora que contempla la
norma ( STS, Sala 1º, de 29 de junio de 2009, RC núm. 840/2005 , entre otras muchas). Hecha la consignación
en la forma y plazo previstos legalmente, la falta de pronunciamiento judicial sobre la suficiencia de la cantidad
no debe repercutir negativamente en la aseguradora que instó tal pronunciamiento y no recibió respuesta.
Sin embargo, el silencio judicial no justifica que la aseguradora se desentienda a partir de ese instante de
su deber de garantizar una rápida e íntegra satisfacción de los perjuicios ocasionados, por lo que, tan pronto
cómo tenga conocimiento de que el alcance de las lesiones y secuelas es mayor que el contemplado en un
primer momento, ha de proceder a pagar o consignar la diferencia, be lo contrario, y pese a la consignación
inicial en plazo, procede la imposición del recargo desde la fecha del siniestro.
Lo que en el presente caso nos habrá de llevar a declarar la total procedencia de imponer el pago del
referido recargo, dado que tal como se describe en el hecho probado noveno, observamos que restando la
consignación de una cantidad mínima que efectúa el Sr. Mario y percibe la representación del Sr. Humberto ,
la compañía aseguradora no efectúa consignación alguna hasta el mes de febrero de 2005, que percibe el Sr.
Plácido , no efectuando la siguiente consignación hasta el día 28 de septiembre siguiente, en que deposita
el grueso de las indemnizaciones para los perjudicados, por lo que ya de partida se habría superado con
creces el lapso de tres meses que previene el precepto. Lo que en modo alguno es justificable por la magnitud
o complejidad del siniestro, dado que aun cuando la compañía se persona en las actuaciones en fecha 23
de enero de 2004 y en la misma fecha solicita autorización para que se le permitan inspeccionar los daños
materiales de los vehículos a efectos de tasarlos (f363 y 371), no es hasta cerca de un año después en que pide
que se requiera a la representación de los perjudicados que cuantifiquen los daños (f. 721), y ello pese a que
no podemos olvidar que uno de los perjudicados falleció en el acto lo que le hubiera simplificado notablemente
efectuar algún tipo de consignación, como también el hecho de que desde el día 30 de noviembre de 2004
estaba el informe de sanidad de la Sra. Antonia y desde el día 20 de enero de 2004 el del Sr. Jose Daniel
, sin olvidar por supuesto la fecha en que solicito valorar los daños materiales, con lo que ha demostrado
una total falta de diligencia que le hará acreedor del referido recargo. Pese a lo cual no podremos negar
efecto liberatorio a sus distintas consignaciones, por lo que este recargo se deberá calcular desde la fecha
del siniestro hasta la fecha de la consignación en la cantidad coincidente.
DECIMOQUINTO.- De acuerdo con lo dispuesto en el 123 del Código Penal, las costas procesales se
entienden impuestas a los criminalmente responsables de todo, delito, o falta. Lo que supondrá la procedencia
de imponer al procesado el pago de las costas procesales, incluyendo en dicho concepto las devengadas por
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las distintas acusaciones particulares, desde el momento que en modo alguna cabe considerar su intervención
como perturbadora o inútil.
FALLAMOS
En atención a todo lo expuesto, visto además lo dispuesto por los artículos 24 , 25 y 120.3 de la
Constitución , los artículos 1 y 2 , 10 , 15 , 27 a 34 , 54 a 58 , 61 a 67 , 70 , 73 y 74 , 110 a 115 y 127 del
Código Penal , los artículos 142 , 239 a 241 , 741 y 742 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y 248 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial , la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia,
ha decidido:
PRIMERO: CONDENAR al procesado Luis Carlos como criminalmente responsable en concepto de
autor de un delito de conducción con grave desprecio para la vida de los demás en concurso ideal con un
delito de homicidio, un delito de lesiones, una falta de lesiones y una falta de daños.
SEGUNDO: Apreciar la concurrencia de la circunstancias atenuante analógica de dilaciones indebidas.
TERCERO: Imponerle por tal motivo la pena de 13 años de prisión e inhabilitación especial para el
derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.
CUARTO: Por vía de responsabilidad civil el procesado deberá abonar las siguientes cantidades: A D.
Humberto y Dª Santiaga la cantidad conjunta de 130.190 #; A Dª Antonia la cantidad de 25.767 #; A D.
Jose Daniel la cantidad de 663.84 #, y; A D. Plácido la cantidad de 5.042,37 #.
QUINTO: En orden al pago de las anteriores cantidades se declara la responsabilidad civil subsidiaria
de la Entidad OPEL ESPAÑA DE AUTOMÓVILES, SL. (hoy GENERAL MOTORS ESPAÑA, SL.) y la directa
de la compañía ACE INSURANCE, SA., para la cual además devengara el recargo prevenido por el artículo
20 de la Ley de Contrato de Seguro .
SEXTO: Se impone al procesado el pago de las costas procesales, incluidas las devengadas por la
acusación particular.
Para el cumplimiento de la pena privativa de libertad y responsabilidad personal subsidiaria que se
impone abonamos al acusado todo el tiempo que ha estado privado de libertad por esta causa si no lo tuvieren
absorbido por otras.
Así, por esta nuestra Sentencia, de la que se llevara certificación al rollo, lo pronunciamos, mandamos
y firmamos.
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CÓDIGO PENAL
De las falsedades documentales
Sección 1.ª De la falsificación de documentos públicos,
oficiales y mercantiles y de los despachos transmitidos por
servicios de telecomunicación
[Última modificación según el art. único.114 de la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio (BOE del 23)]
Artículo 390.
1. Será castigado con las penas de prisión de tres a seis años, multa de seis a
veinticuatro meses e inhabilitación especial por tiempo de dos a seis años, la autoridad
o funcionario público que, en el ejercicio de sus funciones, cometa falsedad:
1.º Alterando un documento en alguno de sus elementos o requisitos de carácter
esencial.
2.º Simulando un documento en todo o en parte, de manera que induzca a error
sobre su autenticidad.
3.º Suponiendo en un acto la intervención de personas que no la han tenido, o
atribuyendo a las que han intervenido en él declaraciones o manifestaciones diferentes
de las que hubieran hecho.
4.º Faltando a la verdad en la narración de los hechos.
2. Será castigado con las mismas penas a las señaladas en el apartado anterior el
responsable de cualquier confesión religiosa que incurra en alguna de las conductas
descritas en los números anteriores, respecto de actos y documentos que puedan
producir efecto en el estado de las personas o en el orden civil.
Artículo 391.
La autoridad o funcionario público que por imprudencia grave incurriere en alguna
de las falsedades previstas en el artículo anterior o diere lugar a que otro las cometa,
será castigado con la pena de multa de seis a doce meses y suspensión de empleo o
cargo público por tiempo de seis meses a un año.
Artículo 392.
1. El particular que cometiere en documento público, oficial o mercantil, alguna de
las falsedades descritas en los tres primeros números del apartado 1 del artículo 390,
será castigado con las penas de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce
meses.
2. Las mismas penas se impondrán al que, sin haber intervenido en la falsificación,
traficare de cualquier modo con un documento de identidad falso. Se impondrá la pena
de prisión de seis meses a un año y multa de tres a seis meses al que hiciere uso, a
sabiendas, de un documento de identidad falso.
Esta disposición es aplicable aun cuando el documento de identidad falso aparezca
como perteneciente a otro Estado de la Unión Europea o a un tercer Estado o haya sido
falsificado o adquirido en otro Estado de la Unión Europea o en un tercer Estado si es
utilizado o se trafica con él en España.
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