Lima, primero de diciembre del dos mil nueve.- LA SALA

Anuncio
 Lima, primero de diciembre del dos mil nueve.‐ LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa número dos mil seiscientos ochenta y siete‐ dos mil nueve, en audiencia pública de la fecha, realizada la votación correspondiente conforme a ley, emite la siguiente sentencia: 1. MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por el demandante, don Senefelder Humberto Jiménez Medina, contra la sentencia de vista de fojas trescientos setentidos, su fecha treinta de marzo del dos mil nueve, que revocando en un extremo y reformando en otro la apelada de fojas doscientos noventiseis, su fecha dieciocho de agosto del dos mil ocho, declara fundada en parte la demanda; en los seguidos con DHL Express Perú Sociedad Anónima Cerrada sobre indemnización por daños y perjuicios. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: La Corte mediante resolución de fecha cuatro de setiembre del año en curso, obrante en el cuadernillo formado en este Supremo Tribunal, ha estimado procedente el recurso sólo por la causal de infracción normativa de los artículos 18 inciso 1°, 22 inciso 3° y 20 del Convenio de Montreal de mil novecientos noventa y nueve; expresando el recurrente como fundamentos: a) que la infracción del artículo 18 inciso 1° del Convenio de Montreal de mil novecientos noventa y nueve se manifiesta cuando la Sala Revisora hace una interpretación errónea de dicho dispositivo toda vez que éste solo regula un extremo de la responsabilidad civil, que no es sino la responsabilidad objetiva, no es que la responsabilidad del transportista aéreo sólo se limite a este extremo de responsabilidad, sino que las otras modalidades, como la responsabilidad subjetiva o específicamente el daño moral, la pérdida de la chance, etc, generados a título de dolo o culpa (inexcusable), deben ser resueltas atendiendo a una debida interpretación del artículo 18.1 del citado Convenio; b) que la infracción del artículo 22 inciso 3° del Convenio de Montreal de mil novecientos noventa y nueve se presenta cuando el Superior Colegiado no hace una correcta interpretación de esta norma pues la aplicación de ésta corresponde sólo al supuesto de responsabilidad objetiva prevista en el artículo 18 del Convenio, que se genera por el solo hecho de que el daño de la carga se produzca durante el transporte aéreo, mas no a la responsabilidad subjetiva, la cual al deberse a un factor de atribución determinado, en este caso culpa inexcusable, de la cual sólo se exonera si demuestra que la negligencia, acción u omisión que generaron el daño o contribuyeron a que se perpetrara es de quien pide la indemnización o de la persona de la que proviene el derecho, cosa que no se ha hecho, es ilimitada; c) que la infracción del artículo 20 del Convenio de Montreal de mil novecientos noventinueve se evidencia cuando en la sentencia de vista se inaplica el citado artículo toda vez que la Sala concluye erróneamente que si bien la sociedad demandada DHL Express Sociedad Anónima Cerrada no está eximida de responsabilidad por el daño causado a la pintura “interior” del actor, no ha quedado plenamente probado que el resultado se deba atribuir a la parte demandada a título de negligencia inexcusable o con temeridad, cuando del tenor del artículo 20 expresamente refiere que es el Transportista quien debe probar que él no actuó con negligencia, que el daño se causó por la negligencia u otra omisión indebida de la persona que pide indemnización o de la persona de la que proviene su derecho, y no que el demandante pruebe la culpa inexcusable del transportista, aquí hay clara expresión del principio de reversión de la carga de la prueba; que por tanto, el pedido casatorio es revocatorio y pretende una revocatoria parcial, puesto que sólo cuestiona la decisión de la Sala Civil de revocar la sentencia del juez de la causa en el extremo del monto indemnizatorio que se ha reducido sustancialmente. CONSIDERANDO: PRI MERO.‐ Que, en principio, corresponde dejar establecido que, debido a que los tres agravios de infracción normativa denunciados por el impugnante tienen estrecha vinculación dado que todos están referidos a la existencia en el Convenio de Montreal de una responsabilidad subjetiva en el transportista internacional de carga, es menester realizar la labor casatoria analizando en conjunto las tres supuestas imputaciones de infracción normativa; de modo que el criterio que establezca esta Sala de Casación serán perfectamente aplicables a dichas tres denuncias. SEGUNDO.‐ Que de acuerdo al propio contenido de la fundamentación expuesta por el demandante recurrente, Senefelder Humberto Jiménez Medina, no es controvertible la aplicación al caso de autos, sobre indemnización por daños y perjuicios interpuesta contra DHL Express Perú Sociedad Anónima Cerrada derivada del deterioro ocasionado a una pintura del actor en el transporte aéreo internacional con destino a la ciudad de Tijuana, México, para participar de la Primera Bienal de las Américas Rafael Caduro, Tijuana dos mil seis, del “Convenio para la Unificación de Ciertas Reglas para el Transporte Aéreo Internacional” suscrito en la ciudad de Montreal Canadá con fecha veintiocho de mayo de mil novecientos noventa y nueve ratificado por el Perú mediante Decreto Supremo número 026‐2002‐RE; siendo su cuestionamiento su disentimiento en la interpretación que la Sala Revisora realiza sobre algunos artículos que el referido convenio establece. TERCERO.‐ Que esta Corte Suprema ya ha dejado establecido que los convenios internacionales están comprendidos dentro de la concepción de tratados, por cumplir con el requisito de comportar un acuerdo celebrado entre dos o más sujetos de derecho internacional destinado a producir determinados efectos jurídicos; de modo tal que, conforme al artículo 55 de la Constitución Política, según el cual los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional, el Convenio para la Unificación de Ciertas Reglas para el Transporte Aéreo Internacional, ratificado por el Perú mediante Decreto Supremo número 026‐2002‐RE, publicado en el Diario Oficial “El Peruano” el once de marzo del dos mil dos pero finalmente vigente a partir del cuatro de noviembre del dos mil tres, según comunicado publicado en la Separata de Normas Legales del diecinueve de noviembre del dos mil tres, rectificado por fe de erratas publicada el veintisiete de noviembre del mismo año, resulta perfectamente aplicable al caso de autos, tanto más si el propio Reglamento de la Ley de Aeronáutica Civil, aprobado por Decreto Supremo número 050‐2001‐MTC, establece expresamente en su artículo 264 que: “En el transporte aéreo internacional de pasajeros, equipaje y carga, la responsabilidad del transportista se rige por los instrumentos internacionales vigentes para el Perú”; consecuentemente, la responsabilidad en el transporte internacional, en el presente caso, de carga, se rige en primer orden por las normas internacionales contenidas en el citado Convenio para la Unificación de Ciertas Reglas para el Transporte Aéreo Internacional, llamado también Convenio de Montreal, y sólo, en cuanto no se opongan al referido convenio, las normas internas relativas a la responsabilidad contractual reguladas en el Código Civil y normas especiales de transporte. CUARTO.‐ Que en ese sentido, analizando el artículo 18 inciso 1° del Convenio de Montreal, corresponde señalar que dicho dispositivo establece que: “El transportista es responsable del daño causado en caso de destrucción o pérdida o avería de la carga, por la sola razón de que el hecho que causó el daño se haya producido durante el transporte aéreo”, regla de la cual se infiere que el criterio de imputación con la que el Convenio regula la responsabilidad del transportista es de carácter objetivo, el mismo que obedece precisamente al riesgo natural que existe en el servicio transporte aéreo del cual se sirve y obtiene beneficios el transportista pero del cual tiene que soportar también las consecuencias que desencadenen dicho riesgo; de modo tal que no se requiere analizar y menos probar si el transportista actuó con dolo o culpa sino que basta que se acredite que la destrucción, perdida o avería de la carga se haya producido durante el transporte aéreo. QUINTO.‐ Que ahora bien, establecido entonces que la responsabilidad objetiva es el criterio de imputación que opta el Convenio de Montreal respecto del transportista de carga, a continuación, en su artículo 22, titulado “Limites de responsabilidad respecto al retraso, el equipaje y la carga”, establece en sus incisos 1° y 2° los límites de la responsabilidad del transportista en caso de daños en el transporte de persona y daños en el transporte de equipaje, respectivamente; y, respecto al transporte de carga que es la relación material entre las partes que compete al presente proceso, establece en el inciso 3°: “En el transporte de carga, la responsabilidad del transportista en caso de destrucción, pérdida, avería o retraso se limita a una suma de diecisiete derechos especiales de giro por kilogramo, a menos que el expedidor haya hecho al transportista, al entregarle el bulto, una declaración especial del valor de la entrega de éste en el lugar de destino, y haya pagado una suma suplementaria, si hay lugar a ello. En este caso, el transportista estará obligado a pagar una suma que no excederá del importe de la suma declarada, a menos que pruebe que este importe es superior al valor real de la entrega en el lugar de destino para el expedidor”. (Resaltado de esta Suprema Sala). SEXTO.‐ Que conforme se puede apreciar, el Convenio de Montreal es expreso al establecer que la responsabilidad del transportista de carga se limita a la indemnización en la forma que allí se indica, lo que significa que los conceptos indemnizatorios que conocemos en nuestra legislación interna como lucro cesante, daño emergente, y daño moral se funden en dicha única indemnización; y no puede reclamarse éstos de modo diferenciado sino única y exclusivamente la precita indemnización. SETIMO.‐ Que hasta aquí esta Sala de Casación no encuentra ninguna regulación en el Convenio de Montreal que permita interpretar que éste también contempla la responsabilidad subjetiva del transportista de carga como lo sostiene el recurrente; y si bien es verdad el inciso 5° del citado artículo 22 del Convenio prescribe que: “Las disposiciones de los párrafos 1 y 2 de este Artículo no se aplicarán si se prueba que el daño es el resultado de una acción u omisión del transportista o de sus dependientes o agentes, con intención de causar daño, o con temeridad y sabiendo que probablemente causaría daño; siempre que, en el caso de una acción u omisión de un dependiente o agente, se pruebe también que éste actuaba en el ejercicio de sus funciones”; tal regulación excepcional, que en efecto conduce a contemplar la posibilidad de una responsabilidad subjetiva en el transportista internacional que quiebra la responsabilidad objetiva para efectos de eliminar las limitaciones de su responsabilidad que el Convenio contempla, pero que lo traslada a una responsabilidad sin limitaciones, haciendo aplicables las normas internas peruanas, es aplicable sólo a los casos previstos en los incisos 1° y 2° del artículo 22 del mismo Convenio, tal como la propia norma lo señala, los que están referidos, como ya se indicó, a los casos de daño por retraso en el transporte de personas ( inciso 1°) y daño en el transporte de equipaje, no para los daños derivados del transporte de carga previsto en el inciso 3°, que es la materia controvertida en el presente proceso. OCTAVO.‐ Que el recurrente estima que su interpretación de encontrar en el Convenio de Montreal regulación sobre responsabilidad subjetiva en el transportista de carga se sustenta en el artículo 20 del Convenio de Montreal, el mismo que prescribe: “Si el transportista prueba que la negligencia u otra acción u o misión indebida de la persona que pide indemnización, o de la persona de la que proviene su derecho, causó el daño o contribuyó a él, el transportista quedará exonerado, total o parcialmente, de su responsabilidad con respecto al reclamante, en la medida en que esta negligencia u otra acción u omisión indebida haya causado el daño o contribuido a él. Cuando pida indemnización una persona que no sea el pasajero, en razón de la muerte o lesión de este último, el transportista quedará igualmente exonerado de su responsabilidad, total o parcialmente, en la medida en que pruebe que la negligencia u otra acción u omisión indebida del pasajero causó el daño o contribuyó a él. Este Artículo se aplica a todas las disposiciones sobre responsabilidad del presente Convenio, incluso al párrafo 1 del Artículo 21”. NOVENO.‐ Que sin embargo, tal como se puede apreciar, el precitado artículo 20 contempla las causales de quiebre de la responsabilidad objetiva del transportista internacional que conducen a una exoneración total o parcial de su responsabilidad respecto de los daños existentes, debido a que dichos daños fueron consecuencia de actos realizados por la persona que pide la indemnización o de la persona de la que proviene su derecho, o contribuyeron al resultado, pero de ninguna forma se puede inferir de su texto que introduce la responsabilidad subjetiva en el transportista internacional como regla general y menos para el transportista internacional de carga. DÉCIMO.‐ Que en tal virtud, el Convenio de Montreal no contempla en sus artículos 18 inciso 1°, 22 inciso 3° y 20 ni en ninguno de sus demás artículos la responsabilidad subjetiva en el transportista internacional de carga; de tal forma que no se advierte infracción normativa de los referidos dispositivos, correspondiendo entonces desestimar el presente recurso de conformidad con el artículo 397 del Código Procesal Civil. DECISION: Estando a las consideraciones que preceden: Declararon INFUNDADO el recurso de casación obrante a fojas trescientos ochenta y cuatro interpuesto por don Senefelder Humberto Jiménez Medina, en consecuencia NO CASARON la sentencia de vista de fojas trescientos setenta y dos, su fecha treinta de marzo del dos mil ocho. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial "El Peruano", bajo responsabilidad; en los seguidos con DHL Express Sociedad Anónima Cerrada sobre indemnización por daños y perjuicios; interviniendo como ponente el Señor Juez Supremo Palomino García; y los devolvieron. SS. ALMENARA BRYSON TAVARA CORDOVA PALOMINO GARCIA CASTAÑEDA SERRANO ALVAREZ LOPEZ sg SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SENTENCIA CAS. NRO. 2687‐2009. LA LIBERTAD PAGE PAGE 1 
Descargar