Presentación - Universidad Autónoma del Estado de México

Anuncio
Presentación
Desde finales del siglo XX las transformaciones ocurridas en la
estructura económica mundial, como resultado del cambio de
modelo económico, generaron importantes modificaciones tanto en
las formas de organización como en los procesos productivos, con
lo que se favoreció el surgimiento de nuevas exigencias y necesidades
para los gobiernos, empresas y territorios, para no quedar fuera de la
dinámica económica que ofrece un mundo globalizado.
En este contexto han surgido nuevos temas de discusión que
aportan elementos de análisis a los modelos teóricos vigentes,
entre ellos, el de la competitividad y la flexibilidad que demandan
el fortalecimiento de los espacios locales con el fin de avanzar en el
desarrollo de los ámbitos subnacionales, lo que sin duda se reflejará
en el desarrollo de los países, a mediano plazo. Es innegable
considerar visiones del desarrollo más complejas e integrales desde
dentro del territorio. De esta forma, debemos entender al desarrollo
como “…un proceso sostenible de crecimiento y cambio estructural
en el que las comunidades están comprometidas en aumentar el
empleo, reducir la pobreza, mejorar el nivel de vida de la población
y satisfacer las necesidades y demandas de los ciudadanos”1, es decir,
el desarrollo endógeno.
Para ello es necesario que la teoría y la práctica se unan con el
fin de analizar e interpretar las dinámicas, cambios e instrumentos
dentro de los territorios que permitan a su vez fortalecerlos y llevarlos
a mejores estadios de crecimiento y desarrollo que se reflejen en el
grueso de su población. Sobre este punto, creemos que el trabajo
de investigación debe estar vinculado y enfocado al análisis de las
regiones, en nuestro caso, el Estado de México, con el propósito
de entender la complejidad de su dinámica económica y definir
escenarios de crecimiento posibles.
1
A. Vázquez Barquero (2005), Las nuevas fuerzas del desarrollo, Antoni Bosch, España.
[7]
8
Paradigma Económico
En este contexto, surge en la Facultad de Economía de la
Universidad Autónoma del Estado de México el interés por crear una
revista que sirva de espacio de difusión y discusión académica y que
sea una alternativa, por lo menos en el Estado de México, para los
estudios del desarrollo, específicamente del desarrollo local y regional.
Éste es el móvil que dio origen a Paradigma Económico, revista de economía
regional y sectorial.
Paradigma Económico tiene la finalidad de publicar resultados
de estudios e investigaciones que den cuenta no sólo de la situación
económica regional y sectorial, sino también que permitan conocer
todos aquellos aspectos relacionados como la tecnología, las
organizaciones, la infraestructura, las políticas públicas y las propias
instituciones. No debemos olvidar que en la medida en que contemos
con regiones fortalecidas se tendrán también países más fortalecidos y
competitivos.
La expresión gráfica del logotipo de Paradigma Económico representa en las tres plecas horizontales a los tres sectores productivos
de un país. El gráfico que los cruza es la expresión del análisis
económico, cuyo fin es observar los datos que se generan en la
actividad económica de los tres sectores, para proyectar un panorama
de análisis y discusión.
La revista es un espacio abierto a la crítica, la reflexión y el
planteamiento científico que recibe colaboraciones de acuerdo con los
lineamientos planteados en las instrucciones para colaboradores.
Por tales razones, Paradigma Económico inicia un trabajo que
pretende contribuir al esfuerzo académico en la búsqueda de mejores
alternativas para la región, el estado y el país.
Laura Elena del Moral Barrera
Contenido
3
Editorial
7
Presentación
9
Un modelo empírico de crecimiento económico y de la nueva geografía
económica urbana en México considerando a la frontera norte
Alejandro Díaz Bautista
40
Globalización y convergencia económica:
Un análisis empírico para los países de América Latina
Inmaculada Álvarez Ayuso, Sonia de Lucas Santos, Mª Jesús Delgado Rodríguez
60
Globalización, Estado y nueva geografía productiva
Armando Kuri Gaytán
79
Factores de localización de la industria del vestido
en México, 1988-1998: Un análisis regional
Marco A. López, Isabel Angoa, Luis A. Jerónimo
111
Competitividad, aprendizaje tecnológico y sistemas de calidad
entre los procesadores de aguacate de Uruapan, Michoacán
María de la Luz Martín Carbajal, Carlos Garrocho Rangel
163
Efecto del progreso técnico sobre el crecimiento y el desarrollo humano
María Teresa Herrera Rendón-Nebel
190
Has Economic Integration Increase or Decreased the Homogeneity
of Rural and Urban Mexican Consumers
David J. Molina
207
Políticas de desarrollo rural y estrategias institucionales
provinciales. Experiencias en Argentina
Silvia Gorenstein, Martín Napal, Mariana Olea
239
Colaboradores
Editorial
La revista Paradigma Económico ha quedado integrada en su primer
número por ocho artículos en los que se aborda la problemática
regional y sectorial en diferentes contextos. En el primer artículo,
Alejandro Díaz Bautista presenta el estudio “Un modelo empírico de
crecimiento económico y de la nueva geografía económica urbana en
México considerando a la frontera Norte”; el autor se centra en uno
de los problemas fundamentales de nuestra época: el crecimiento y
desarrollo de las regiones en México considerando a las instituciones
y la nueva geografía económica urbana.
El estudio sobre “Globalización y convergencia económica: un
análisis empírico para los países de América Latina”, presentado en
coautoría por Inmaculada Alvarez Ayuso, Sonia de Lucas Santos y
Ma. Jesús Delgado Rodríguez, presenta un análisis empírico sobre
la convergencia para América Latina durante el periodo 1970-2005,
el interés se centra en el papel desempeñado por la globalización, en
donde esta variable se analiza a partir de índices económicos, políticos
y sociales. Para llevar a cabo este objetivo se utiliza la metodología
de panel de datos y se aplican los conceptos de beta-convergencia
y sigma-convergencia. El estudio concluye que la globalización
económica y social ha acelerado el proceso de convergencia en renta
per cápita, mientras que la globalización política no muestra un
impacto significativo sobre este proceso.
Armando Kuri Gaytán intenta relacionar el proceso de globalización económica contemporánea con los cambios que, por un lado,
se han producido en las funciones del Estado nacional y, por el otro,
con los registrados en el ámbito de la geografía de la producción. Para
ello se parte del sistema económico-social fordista y su Estado de
bienestar, que al agotarse luego del éxito conseguido durante la segunda
posguerra, da lugar a un nuevo tipo de organización productiva más
flexible –el posfordismo– acorde con los requerimientos de la creciente
internacionalización económica. Asimismo, se plantea el análisis de
[3]
4
Paradigma Económico
las consecuencias que esto ha tenido en la dinámica regional y local,
así como en la creación de nuevos espacios industriales o en la
readaptación de los existentes.
En relación con el estudio presentado por Marco A. López, Isabel
Angoa y Luis A. Jerónimo denominado “Factores de localización de la
industria del vestido en México, 1988-1998: un análisis regional”, los
autores intentan determinar los factores que explican la localización
de las empresas dedicadas a la confección de prendas de vestir en
cinco regiones de México, a través de un modelo de regresión lineal
múltiple. El periodo de análisis –1988-1998– corresponde a la etapa de
liberalización comercial provocada por la firma del tlc, que convirtió
a la industria de la confección en una de las ramas más dinámicas de
la manufactura mexicana, aumentando sus exportaciones y el número
de trabajadores ocupados. Los resultados revelan la importancia
de las economías de aglomeración como factor determinante de la
localización de esta actividad en las regiones.
En la misma dinámica, el trabajo de María de la Luz Martín
Carbajal y Carlos Garrocho Rangel explora la influencia de la norma
de calidad internacional, Codex Alimentarius, sobre la competitividad
empresarial de las firmas procesadoras de aguacate ubicadas en
Uruapan, Michoacán, y muestran la forma en que su competitividad
en el mercado internacional ha dependido de la creación y fortalecimiento de sus capacidades y habilidades tecnológicas.
Por otra parte, María Teresa Herrera Rendón-Nebel introduce
una serie de reflexiones encaminadas a dar respuesta a los siguientes
cuestionamientos: ¿qué combinación de elementos permite alcanzar
simultáneamente crecimiento económico y desarrollo sustentable?,
¿es posible que los criterios de elección del progreso técnico sean
la fuente de desequilibrios intersectoriales, desarrollo interrumpido
y minimización de libertades humanas? Su respuesta se centra en
los efectos que el progreso técnico tiene sobre: I) el crecimiento
intersectorial, II) creación y distribución del ingreso, III) desarrollo
humano. Finalmente propone un criterio de elección del progreso
técnico adaptado a los modelos de distribución de ingreso y empleo
existentes en economías emergentes.
Editorial
5
En el artículo “Has Economic Integration increase or decreased
the Homogeneity of Rural and Urban Mexican Consumers” David
J. Molina proporciona un criterio a priori para la selección de la
función de distribución que más apropiadamente explica el gasto del
consumidor antes de que se compute el coeficiente de Gini. Utiliza
datos de los hogares mexicanos antes y después del Tratado de
Libre Comercio de América del Norte y la crisis del peso a mediados
de los noventa para demostrar cambios en el comportamiento del
consumidor.
Finalmente, Silvia Gorenstein, Martín Napal y Mariana Olea dan
a conocer las políticas aplicadas en el medio rural en Argentina en
las últimas décadas, las cuales se inscriben en las recomendaciones
de los organismos financieros y de cooperación internacional
para paliar la pobreza rural. Este objetivo pretende ser alcanzado
a través de medidas que estimulen la integración competitiva de
la pequeña agricultura familiar a los mercados globalizados, la
creación de empleos en actividades no agrarias y el fortalecimiento
del capital social en las comunidades locales. En este contexto, se
intentan examinar estas líneas de intervención a partir del análisis
de diferentes casos provinciales, profundizando en la dimensión
institucional de las propuestas.
Alma Rosa Muñoz Jumilla
Directora editorial
Colaboradores
Alejandro Díaz-Bautista es doctor en Economía por la Universidad
de California, Irvine. Economista por el itam, profesor-investigador
de Economía en el Departamento de Estudios Económicos, coordinador de la Maestría en Economía Aplicada (mea) del colef. Ha sido
distinguido por el conacyt como Miembro del Sistema Nacional de
Investigadores, nivel II. Durante 2008 “Visiting Research Fellow and
Guest Scholar 2008”, del Centro de Estudios México-Estados Unidos
de la Universidad de California, San Diego (ucsd).
Dirección en México: Blvd. Abelardo L. Rodríguez 2925, Zona
del Río, BC, 22320, México.
Dirección en Estados Unidos: P.O. Box “L”, Chula Vista, CA,
91912-1257, USA. correo electrónico: [email protected], adiazbau@
hotmail.com, http://www.geocities.com/adiazbau/
Sonia de Lucas Santos es doctora en Ciencias Económicas y Empresariales
por la Universidad Autónoma de Madrid, donde actualmente ejerce
su labor docente e investigadora en la categoría de profesor ayudante.
Licenciada en Economía y en Administración y Dirección de Empresas
por la Universidad Carlos III de Madrid. Sus líneas de investigación
principales son el análisis de los ciclos y la convergencia económica
en renta per cápita y en productividad. Con aplicación de técnicas
de datos de panel, análisis factorial, análisis bootstrap y técnicas de
desagregación temporal, etc. Colabora con diversos investigadores tanto
de la Universidad Autónoma de Madrid como de otras universidades,
participando en proyectos financiados por instituciones, como el
Instituto de Estudios Fiscales, la Comunidad de Madrid, la Universidad
Autónoma de Madrid, entre otras.
[ 239 ]
240
Paradigma Económico
Inmaculada Álvarez Ayuso es doctora en Ciencias Económicas y
Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, estudió
Licenciatura en Economía en la Universidad Carlos III de Madrid,
así como maestría en Economía Europea en el Instituto Ortega y
Gasset. Es profesora ayudante doctor en la Universidad Autónoma
de Madrid. Colabora con grupos de investigación nacionales e
internacionales en proyectos financiados por la Comunidad de
Madrid, el Ministerio de Fomento, el Instituto de Estudios Fiscales
y la Universidad Autónoma del Estado de México. Ha publicado
en revistas científicas españolas (Revista de Economía Aplicada, Revista
Hacienda Pública, entre otras).
Ma. Jesús Delgado Rodríguez es doctora en Ciencias Económicas
y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid.
Actualmente es profesora titular del Departamento de Economía
Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos e investigador asociado
del Instituto de Estudios Fiscales (Madrid) y del European Policies
Research Centre (Glasgow, Reino Unido). Ha publicado numerosos
libros y artículos en revistas científicas españolas (Revista de Hacienda
Pública y Revista de Economía Aplicada, entre otras), forma parte de
distintos equipos de investigación nacionales e internacionales
y ha realizado proyectos de investigación con financiación de la
Comunidad de Madrid, el Ministerio de Fomento y la Comisión
Europea. Sus áreas de especialización son la economía regional,
infraestructuras y crecimiento y eficiencia.
Armando Kuri Gaytán Es profesor de carrera en el área de Historia
Económica de la Facultad de Economía de la unam, en donde ha
impartido, además de las materias del área básica, cursos en el núcleo
terminal, tiene estudios de licenciatura en Economía y de maestría
en Docencia Económica por la unam, y de maestría en Desarrollo
Latinoamericano por la Universidad Internacional de Andalucía
(uia), así como de maestría y doctorado en Historia Económica por
la Universidad Autónoma de Barcelona (uab); actualmente prepara la
versión final de su tesis doctoral.
Colaboradores
241
Marco Antonio López Martínez, licenciado y maestro en Economía por la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor investigador
de la buap. Correo electrónico: [email protected]
María Isabel Angoa Pérez, licenciada en Economía y maestra en
Estudios Urbanos por El Colegio de México. Profesora investigadora
de la buap. Correo electrónico: [email protected]
Luis Ángel Jerónimo Bonilla, estudiante de la Licenciatura en Economía
de la buap. Becario del Proyecto Interinstitucional buap-umu,
financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional
para el Desarrollo. Correo electrónico: [email protected]
Carlos Félix Garrocho Rangel, maestro en Desarrollo Urbano
(El Colegio de México, 1987) y doctor en Geografía Social
(Universidad de Exeter, Inglaterra, 1992). Investigador asociado en el
departamento de Geografía de la Universidad de Glasgow (Escocia,
1988) y egresado del Programa para Ejecutivos y/o Directores en
Administración de Calidad (The Association for Overseas Technical
Scholarship, Tokio-Yokohama, Japón, 2002). Profesor-investigador de
El Colegio Mexiquense desde 1986 y profesor invitado en diversos
programas de excelencia, entre otros, del Programa de Doctorado
en Estudios Urbanos y de Medioambiente de El Colegio de México.
Coordinador Académico de El Colegio Mexiquense (1994 a 1997).
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1992
(actualmente es Investigador Nacional Nivel II), realiza investigación
sobre la estructura policéntrica del área metropolitana de Toluca y la
organización espacial de su sistema comercial y de servicios.
María de la Luz Martín Carbajal, doctora en Ciencias Sociales por
El Colegio Mexiquense, A.C., maestra en Economía y Gestión del
Cambio Tecnológico en la Universidad Autónoma Metropolitana,
Unidad Xochimilco. Entre sus publicaciones más recientes en coautoría
se encuentran “Competitividad Empresarial, Normas de Calidad e
Innovación Tecnológica el caso de los procesadores de aguacate de
Uruapan, Michoacán” en Innovación y Competitividad Urbano-Regional
242
Paradigma Económico
en México, Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología y El Colegio
de San Luis (2008); y, “A successful experience of innovation in the
automotive industry: the Tremec-Chrysler Case”, en Connecting
People, Ideas and Resources across communities”, Purdue University
Press, Estados Unidos (2007).
María Teresa Herrera Rendón-Nebel profesora de tiempo completo
de la Universidad Autónoma del Estado de México. Ha trabajado
como investigadora y académica en diferentes universidades tanto
nacionales como internacionales dentro de las que se encuentran:
Universidad de Fribourg, Suiza, Universidad Iberoamericana de
León Guanajuato, ITESM Campus Puebla y Toluca; doctora en
Ciencias Económicas y Sociales por la Universidad de Fribourg en
Suiza, maestría por el Instituto Gerzensee en Suiza y Licenciatura en
Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es
miembro del Sistema Nacional de Investigadores, del Jacques Maritain
International Institute, Rome, así como de la Human Development
and Capability Approach Association, Harvard. Sus principales
tópicos de investigación son: Tipo de cambio real y sus determinantes
fundamentales; progreso técnico y desarrollo humano.
David J. Molina es profesor adjunto de la Universidad del Norte de
Texas. Obtuvo su doctorado (Ph.D.) de Texas A& M. Ha realizado
estudios en la Universidad del Norte de Texas, la Universidad Estatal
de Nuevo Mexico, y la Universidad Estatal de Luisiana; investigador
adjunto del Colegio de la Frontera Norte en Monterrey. Sus
publicaciones constan de 29 artículos, 3 libros, 14 capítulos, entre
otros; ha generado aproximadamente 300 mil dólares en concesiones;
participa en numerosas presentaciones en reuniones de negocios y
ha atestiguado ante el Congreso de los E.E.U.U. Además de conducir
investigaciones para éste y la Legislatura de Texas. Asimismo, tiene
contacto con los ministros de Comesa en África; fue presidente de la
Asociación de Estudios Fronterizos.
Silvia Mirta Gorenstein es licenciada y magister en Economía por el
Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur;
Colaboradores
243
realizó estudios de especialización en Planificación Regional, Posgrado,
Desarrollo Económico y Planificación, Instituto Latinoamericano
de Planificación Económica y Social (ilpes)/Comisión Económica
para América Latina (cepal-Naciones Unidas), Santiago de Chile,
investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (Conicet), docente-investigadora categoría I en el Programa
de Incentivos Universidades Nacionales, Profesora Asociada en
la cátedra Economía Regional de la Licenciatura en Economía del
Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur;
directora de la Maestría en Desarrollo y Gestión Territorial (ciclo
Universidad Nacional del Sur) y profesora invitada en programas de
posgrado en el país y exterior.
Competitividad, aprendizaje tecnológico
y sistemas de calidad entre los procesadores
de aguacate de Uruapan, Michoacán
Ma. de la Luz Martín Carbajal/Carlos Garrocho Rangel
Resumen
Este trabajo explora la influencia de la norma de calidad internacional,
Codex Alimentarius, sobre la competitividad empresarial de las firmas
procesadoras de aguacate ubicadas en Uruapan, Michoacán; muestra
cómo su competitividad en el mercado internacional ha dependido
de la creación y fortalecimiento de sus capacidades y habilidades
tecnológicas. Para lograr estos objetivos, se examina, primero, qué son
las capacidades y las habilidades tecnológicas y cómo se evalúan; luego
se analiza cuál es su naturaleza y origen y por qué las normas de calidad
constituyen un proceso de aprendizaje tecnológico. Posteriormente
se establece una idea precisa de lo que constituye la competitividad
empresarial de los procesadores de aguacate ubicados en Uruapan,
Michoacán, y finalmente se aclara cómo su competitividad ha
dependido de la creación y fortalecimiento de sus habilidades
tecnológicas internas y de sus relaciones externas para cumplir con las
normas internacionales de calidad, lo cual les ha permitido ingresar
exitosamente al mercado internacional.
Palabras clave: Competitividad empresarial, aprendizaje tecnológico,
sistemas de calidad, procesadores de aguacate.
Abstract
In this paper we explore the influence of the norm of international
quality Codex Alimentarius, about the managerial competitiveness
[ 111 ]
112
Paradigma Económico
of avocado firms located in Uruapan, Michoacán, and we show
how its competitiveness on the international market has depended
on the creation and strengthening of his technological capabilities.
To achieve these goals we examined, first, what they are the
technological capabilities and skills, and how they are evaluated;
then how is it analyzed which is its nature and origin and why the
quality norms are a technological learning process. Subsequently, we
established a precise idea of what is the managerial competitiveness
of the avocado processors located in Uruapan, and finally we
explain how the avocado processors competitiveness has depended
only on the creation and accumulation of internal technological
capabilities and its external linkages in order to fulfill with the Codex
Alimentarius, which have allowed them to enter successfully to the
international market.
Introducción
Actualmente, el comportamiento y preferencias de los agentes en
el mercado han llevado a las empresas a incluir en sus procesos de
gestión y producción sistemas de aseguramiento de calidad, con los
cuales no sólo garantizan que sus productos cumplen con los criterios
específicos del intercambio comercial a nivel internacional sino
también certifican sus habilidades productivas y organizacionales.
Con las normas de calidad para los bienes manufacturados se
pretende generalizar los atributos de excelencia de, por ejemplo,
partes y componentes de productos globales de alta tecnología tales
como automóviles, equipos electrónicos y de telecomunicaciones,
entre otros, pero también asegurar la calidad de los servicios, de
las entregas a tiempo y de la fabricación de artículos originales y a
la medida. De la misma forma, para los bienes agrícolas frescos o
procesados es necesario que los productores o fabricantes cumplan,
por un lado, con determinadas reglas de inocuidad de los productos,
lo que implica también observar las recomendaciones de los manuales
de buenas prácticas agrícolas, y por el otro, con reglamentos de
empaque, etiquetado, transporte y comercialización.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
113
En consecuencia, puesto que esos mecanismos de asegu-ramiento
de la inocuidad y/o la calidad agrícola o manufacturera promueven
las relaciones comerciales, constituyen una forma de expresión de la
competitividad empresarial.
En este sentido, a partir de principios de la década de los ochenta
del siglo pasado se popularizó la idea de que la competitividad
deriva de la formación y acumulación de capacidades o habilidades
tecnológicas de las firmas. Desde el punto de vista de la literatura
sobre este tema, las habilidades tecnológicas constituyen el potencial
con que cuenta una empresa para producir un bien determinado, y
se caracteriza por la existencia de vínculos que relacionan, al menos,
dos procesos centrales: el aprendizaje tecnológico y la innovación
tecnológica, con algunos acervos tangibles (aquellos que se relacionan
con la capacidad de producción o con los componentes de un sistema
que incluyen al capital fijo, los productos y diseños especiales, los
insumos específicos, la organización y los procesos de producción), e
intangibles (los cuales abarcan la información, los conocimientos, las
prácticas, las experiencias, los vínculos y las estructuras institucionales
dentro de las firmas y entre ellas).1 De la suma de ambos acervos
resulta la producción de bienes y servicios para los mercados local,
nacional e internacional.
En este contexto, los objetivos de este trabajo son: 1) explorar
la influencia de la norma de calidad internacional, Codex Alimentarius,2
sobre la competitividad empresarial de las firmas procesadoras
La literatura sobre este tema es muy amplia, pero habría que destacar, cuando
menos, los siguientes trabajos: Penrose, 1959; Richardson, 1972; Smith, 1984; Teece, 1986;
Cohen y Levintal, 1990; Prahalad y Hammel, 1990; Leonard-Barton, 1992; Unger, 1993a;
Lall, 1993; Teece y Pisano, 1994; Nonaka, 1994; Nonaka y Takeuchi, 1995; Bell y Pavitt,
1995; Rosembloom y Christensen, 1998; Kim, 1999; Casanueva, 2001; Figueiredo, 2002;
Best, 2002; Tacla y Figueiredo, 2002; Dutrénit, 2003; Vera-Cruz, 2003; Arias, 2003, Arias y
Dutrénit, 2004.
2
El Codex Alimentarius o código de los alimentos es una colección internacional de
estándares, códigos de prácticas, guías y otras recomendaciones relativas a los alimentos,
su producción, prácticas de transporte y seguridad alimentaria, cuyo objetivo es proteger al
consumidor. Este código se actualiza por la Comisión del Codex Alimentarius en conjunto
con la Food and Agriculture Organization (FAO) (http://www.codexalimentarius.net;
fecha de consulta 20 de junio de 2007).
1
114
Paradigma Económico
de aguacate ubicadas en Uruapan, Michoacán; y, 2) mostrar que
su competitividad en el mercado internacional ha dependido de
la creación y fortalecimiento de sus capacidades y habilidades
tecnológicas.
Esta investigación se basa principalmente en el estudio de caso de
cuatro empresas mexicanas procesadoras de aguacate y la influencia
de la competitividad empresarial en la formación de capacidades
tecnológicas de dichas firmas. Los estudios de caso se desarrollaron
a finales de 2006 y, con una misma guía de entrevista, se realizaron
conversaciones con expertos, dueños de las empresas, directivos
y gerentes generales y de planta, ubicados en Uruapan, Michoacán.
Estas empresas presentan varios atributos: son las principales
productoras mexicanas de aceite de aguacate, guacamole y cosméticos;
representan 25% de las ventas al exterior de productos de aguacate
a nivel nacional y 36.5% en Michoacán;3 son firmas con diferentes
grados de madurez tecnológica; y, presentan diferentes grados de
integración y diversificación, además de que tienen subsidiarias en
Estados Unidos, las empresas de la muestra compiten en el ámbito
internacional pues su mercado es preferentemente el extranjero, ya
que en México la cultura del consumo de productos procesados de
aguacate es incipiente.
El trabajo se divide en cuatro secciones. Como el ingreso de
las empresas procesadoras de aguacate al mercado internacional ha
dependido del desarrollo de habilidades tecnológicas, examinaremos,
en la primera sección, qué son las capacidades y las habilidades
tecnológicas y cómo se evalúan. Luego, puesto que el desarrollo
y acumulación de estas capacidades y habilidades desencadena un
proceso de aprendizaje tecnológico, en la segunda sección exploramos
cuál es su naturaleza y origen. En la tercera sección analizamos por
qué las normas de calidad constituyen un proceso de aprendizaje
tecnológico, ya que mediante éste, las empresas perfeccionan el
uso productivo del conocimiento externo y la experiencia interna,
con cuyos mecanismos las firmas generan nuevos conocimientos
3
Según información de Sedagro, Unidad Morelia.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
115
y llevan a cabo innovaciones tecnológicas de procesos, productos
y organizacionales. Las respuestas a esas preguntas contribuirán a
establecer, en la cuarta sección, una idea precisa de lo que constituye
la competitividad empresarial de los procesadores de aguacate
ubicados en Uruapan, Michoacán. De esta forma, quedará claro que
su competitividad ha dependido de la creación y fortalecimiento de
sus habilidades tecnológicas internas y de sus relaciones externas
para cumplir con las normas internacionales de calidad, lo cual les ha
permitido ingresar exitosamente al mercado internacional.
3. Capacidades tecnológicas y su forma de evaluación
El concepto de capacidades tecnológicas en el sentido empresarial
no es sino una de tantas manifestaciones de las ideas sobre la
competitividad. Desde este punto de vista es el resultado de la noción
de progreso, y ambas –capacidades tecnológicas y competitividad–
provienen de una concepción cuantitativa y a veces cualitativa de la
competitividad y la globalización. Por su naturaleza, la competitividad
empresarial es el potencial o esfuerzo tecnológico con que cuenta una
empresa para producir un bien determinado (o la coordinación de los
recursos internos de la firma en cuanto a la inversión, la producción
y vinculación) para la formación de capacidades tecnológicas. Por su
origen, estas habilidades surgen del conocimiento y de las acciones de
diversos mecanismos de aprendizaje tecnológico puestas en marcha
por las empresas, aspecto que analizaremos en la segunda sección.
En los textos sobre la formación y acumulación de las capacidades
tecnológicas existen varios referentes que hemos organizados en seis
tipos: 1) los estudios que aluden a la capacidad organizacional de la
firma basada tanto en fuentes endógenas como exógenas (Penrose,
1959/1972; Chandler, 1962; Richardson, 1972); 2) los análisis que
indican la manera en que la firma percibe las oportunidades y
necesidades creadas por el crecimiento poblacional, el ingreso y el
cambio tecnológico y emplea los recursos existentes de una manera
más rentable para lograr su crecimiento estratégico (Chandler, 1962);
3) las investigaciones sobre la organización interna de la empresa
116
Paradigma Económico
(Richardson, 1972; Pavitt, 1971, Unger, 1993); 4) los que exploran
las capacidades de absorción e innovadoras de las firmas (Cohen y
Levintal, 1990; Kim, 1999; Figueiredo, 2002; Tacla y Figueiredo,
2002); 5) los que comparan la forma de coordinación de los
recursos internos de la empresa con la administración estratégica del
conocimiento y el aprendizaje tecnológico (Leonard-Barton, 1992;
Kim, 1999; Dutrénit y Vera-Cruz, 2001; y, 6) los que establecen
la influencia del medio ambiente económico en la creación de
capacidades tecnológicas (Bell y Pavitt, 1995; Dutrénit, 2003; VeraCruz, 2003, Casanueva, 2001; Arias, 2003).
Las primeras nociones sobre las capacidades tecnológicas
aluden a la destreza organizacional de la firma basada tanto en
fuentes endógenas como exógenas y son definidas como servicios
o habilidades productivas (Penrose, 1959/1972; Chandler, 1962;
Richardson, 1972). En sus postulados, Penrose (1959/1972) hizo
hincapié en que la empresa es a la vez una organización y un acervo
de recursos productivos, humanos y materiales, y, en ese sentido,
enfatizó incluso el potencial endógeno de la firma para crecer con
base en los servicios productivos que ésta posee. De este modo la
modernización de la empresa penrosiana proviene de fuentes tanto
internas como externas (Pavitt, 2001).
De igual forma, con respecto al segundo referente sobre los
estudios de capacidades tecnológicas, Chandler (1962) sostuvo que el
crecimiento estratégico de la firma resulta de la forma en que percibe
las oportunidades y necesidades creadas por el crecimiento de la
población, el ingreso y el cambio tecnológico al emplear los recursos
externos existentes de una manera más rentable; mientras, Pavitt
(1971) indicó que la capacidad tecnológica significa esencialmente la
habilidad para resolver problemas científicos y tecnológicos, y para
rastrear, evaluar y explorar los desarrollos científicos y tecnológicos.
Por su parte, con respecto al tercer tipo de estudios señalado
arriba, Richardson (1972) estableció que las capacidades tecnológicas
de la firma radican en su organización interna, es decir, en el conocimiento generado por su experiencia y sus habilidades productivas. A
esas ideas sobre capacidades organizacionales prevalecientes desde
finales de los años cincuenta y principios de los setenta, Cohen y
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
117
Levintal (1990), Kim (1999), Figueiredo (2002) y Tacla y Figueiredo
(2002) añadieron nuevos atributos a las habilidades productivas de la
empresa al establecer que las firmas poseen capacidades de absorción
e innovadoras. Las primeras son un elemento sustancial que estimula
las capacidades de las firmas, pues constituyen la habilidad de las
empresas para captar información que proviene del exterior y sus
aptitudes para asimilarla y aplicarla para fines comerciales (Cohen y
Levintal, 1990), o bien se refieren a la pericia que la empresa adquiere
a través del proceso de aprendizaje (Kim, 1999). Es decir, para que
éste sea efectivo, es necesaria cierta capacidad de los miembros de la
empresa para captar el funcionamiento de determinada maquinaria
y/o proceso de producción, para lo cual se requiere una base de
conocimiento existente y determinado esfuerzo tecnológico.4
Así, para quienes exploran las capacidades de absorción e
innovadoras de las firmas, cuarto referente sobre la literatura que
aborda las capacidades tecnológicas, éstas representan el conjunto
de procedimientos y recursos de la empresa para resolver problemas
técnicos y organizacionales de manera particular, con lo cual se
convierten en capacidades dinámicas (Dosi, 1988). En esencia, las
capacidades dinámicas constituyen la destreza de una firma para
resolver problemas técnicos y organizacionales, y también una habilidad
para mantenerlas sin que sea posible para las firmas competidoras
copiarlas. En este caso, autores como Prahalad y Hammel (1990) habían
propuesto ya el concepto de competencias clave, que se expresan en las
habilidades y los conocimientos de las personas para fabricar productos
clave de acuerdo con la actividad específica de la firma. Este tipo de
competencias se forman por el aprendizaje colectivo en la organización,
pero especialmente el dirigido a coordinar las habilidades productivas e
integrar diversas tecnologías.
4
La base de conocimiento, esencial en el aprendizaje tecnológico, se relaciona
con el cúmulo de saberes de la empresa y su influencia en el proceso y naturaleza del
aprendizaje para incrementar el conocimiento futuro, pero los esfuerzos tecnológicos
tienen que ver con las aptitudes y disponibilidad de los miembros de la organización
para resolver problemas. Usualmente el aprendizaje sobre la forma de resolver problemas
se construye con la práctica, aprender haciendo (Lundvall, 1992), lo cual requiere tiempo
y esfuerzo dirigidos a solucionar las dificultades que surgen en el proceso de producción
antes de tratar de abordar problemas más complejos.
118
Paradigma Económico
De la misma forma, Teece y Pisano (1994) asignaron nuevas
características a la formación de capacidades tecnológicas empresariales al agregar que éstas constituyen no sólo habilidades tecnológicas
diferenciales y acervos tangibles e intangibles, sino que comprenden
rutinas organizacionales que integran la base de las capacidades
competitivas de la firma en un negocio particular.
Por otra parte, con respecto al quinto tipo de estudios sobre
capacidades tecnológicas, se comparan la forma de coordinación
de los recursos internos de la empresa con la administración
estratégica del conocimiento y el aprendizaje tecnológico. En este
sentido, Leonard-Barton (1992; 1995) afirmó que una capacidad
tecnológica, que denomina central, es un sistema de conocimientos
interrelacionados que incluyen cuatro subsistemas interdependientes:
1) conocimiento y destreza de los empleados; 2) sistemas técnicosfísicos -depósito dinámico de conocimiento y una capacidad
tecnológica, respectivamente-; 3) sistemas administrativos; y, 4)
valores y normas –es decir, los mecanismos para controlar y agilizar la
creación de conocimiento. La interrelación particular entre esas cuatro
dimensiones puede ser la base de la ventaja competitiva, por lo que su
administración juega un papel esencial en el funciona-miento de ese
sistema de conocimiento.
Este sistema compuesto de subsistemas interdependientes es
similar a la matriz de capacidades tecnológicas creada y propuesta por
Lall (1992) y Bell y Pavitt (1995), en el sentido de que las empresas
poseen, por lo menos, un par de subsistemas de conocimientos
expresados en: 1) un cúmulo de conocimientos y capacidades
tecnoló-gicas; y, 2) esfuerzos tecnológicos o mecanismos para agilizar
la creación de saberes que pueden representarse en tres funciones:
inversión, producción y vínculos con la economía o actividades de
apoyo, como describimos en el cuadro 1.
Ahora, si las capacidades tecnológicas resultan de la interacción
entre la estructura de incentivos con el capital humano, los esfuerzos
tecnológicos y los factores institucionales, tal como lo propuso Lall
(1992), el esfuerzo tecnológico se representa por las habilidades
tecnológicas de una firma en actividades de innovación a partir de
las funciones de inversión, producción y vínculos con la economía, el
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
119
cual varía según la industria a la que pertenece, su tamaño, su nivel de
desarrollo y sus estrategias comerciales e industriales.5 Como consecuencia, tal como adelantamos en la introducción, al tomar a las
capacidades tecnológicas como el potencial (o esfuerzo tecnológico)
con que cuenta una empresa para producir un bien determinado
(Bell, 1984; Bell y Pavitt, 1993; 1995), se han creado marcos
metodológicos para evaluarlas en el ámbito de las firmas industriales
a través de las tres funciones mencionadas (inversión, producción y
apoyo), pero además por medio de tres tipos de habilidades: básicas,
intermedias y avanzadas.
Esta clasificación de capacidades está sujeta, según Lall (1992)
al grado de complejidad tecnológica. Es por esa razón que las
habilidades se agrupan en básicas, intermedias o avanzadas. Las
primeras son simples o rutinarias porque se apoyan en la experiencia;
las segundas son intermedias pues dependen de las capacidades
de búsqueda por parte de la empresa para emprender proyectos de
adaptación o duplicación de tecnologías existentes; las terceras son
avanzadas debido a la actitud de las empresas ya sea para promover
proyectos innovadores o riesgosos o para dar comienzo a planes
de investigación; aunque también dependen de las habilidades de la
empresa para generar y administrar el cambio técnico.
5
Las capacidades de inversión son las habilidades necesarias para identificar
necesidades, preparar y obtener la tecnología necesaria, diseño, equipo y staff. Las
capacidades de inversión determinan los costos de capital de un proyecto. De acuerdo con
Lall (1993), las capacidades de inversión se dividen en preinversión y ejecución de productos.
Las capacidades de producción van de las habilidades básicas como control de calidad,
operación, mantenimiento a un rango más avanzado de adaptación, mejora, investigación,
diseño e innovación. Cubren procesos y productos así como el monitoreo y control de
funciones incluyendo la ingeniería industrial. Las habilidades involucradas determinan
no sólo cómo las tecnologías dadas operan y se mejoran sino los esfuerzos dentro de la
empresa para absorber tecnologías utilizadas por otras firmas (Lall, 1993). Las actividades de
apoyo (Bell y Pavitt, 1995) son una ampliación de lo que Lall (1993) denomina capacidades
de vinculación. Mientras para Lall (1993) éstas constituyen las habilidades necesarias para
transmitir información, habilidades y tecnología a proveedores de materiales, subcontratistas,
consultores, servicios de otras empresas, e instituciones de tecnología y no sólo afectan
la eficiencia productiva de la empresa sino la difusión de tecnología en la economía y la
profundidad de la estructura industrial, ambos necesarios para el desarrollo industrial, para
Bell y Pavitt (1995) las actividades de apoyo se relacionan con el desarrollo de vínculos y los
servicios que prestan los proveedores de bienes de capital.
120
Paradigma Económico
Las consideraciones anteriores llevan a describir el esquema
metodológico que se ha utilizado en la literatura para determinar
las capacidades tecnológicas en las empresas industriales y que
se muestran en el cuadro 1. En las columnas se señalan las
capacidades tecnológicas a nivel de la empresa de acuerdo con las
funciones de inversión (preinversión y ejecución de productos,
toma de decisiones y control o diseño e implementación de
proyectos); de producción (ingeniería de procesos, de productos e
industrial; organización de procesos y producción y centrado en el
producto); y actividades de apoyo o vínculos con la economía. Los
renglones, por su parte, muestran el grado de complejidad tecnológica
medido por el tipo de actividad del cual surge la capacidad tecnológica
(básica, intermedia y avanzada). La ordenación de las capacidades
según el tipo de función tecnológica y de habilidad se basa en el
supuesto de que existe una capacidad básica de las funciones en cada
categoría principal que debe ser adquirida por la empresa, a través
de la experiencia, para asegurar su operación comercial exitosa.
Si una firma, por sí misma, no puede decidir sobre sus planes de
inversión o selección de equipo o no le es posible alcanzar los niveles
mínimos para operar eficientemente en los ámbitos de control de
calidad, mantenimiento de equipo o mejora en costos, entre otros, es
probable que no pueda competir en un mercado abierto; aunque las
capacidades básicas centrales crecen en la medida en que la empresa
realiza tareas más complejas (Leonard-Barton, 1992).
Es decir, las habilidades desarrolladas por una firma le permiten,
por una parte, utilizar de manera efectiva el conocimiento tecnológico
con el objetivo de asimilar, adaptar, usar y modificar las tecnologías
existentes; por otra, mediante ellas pueden crear nuevas tecnologías
y desarrollar nuevos productos y procesos en respuesta a los cambios
del medio ambiente económico (Lall, 1992).
De esta forma, la ventaja de una empresa tecnológicamente
madura –aquella cuyos productos y procesos se estandarizan y las
innovaciones incrementales en la manufactura le permiten sólo
pequeños aumentos en la productividad–, se halla en sus habilidades
para identificar el grado de especialización que puede alcanzar en
determinadas actividades tecnológicas debido a su experiencia y
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
121
esfuerzos para elegir tecnologías que complementen sus capacidades.
Es por esta razón que antes de que alcance la madurez, las firmas
varían en el dominio de las diversas funciones, es decir, de inversión,
producción y de apoyo.
Por otra parte, una de las funciones más importantes hoy en día
para la formación de capacidades tecnológicas es la creación y manejo
de nexos empresariales, de tal forma que en la literatura reciente sobre
la creación de capacidades también se puede encontrar el concepto
de habilidades para el desarrollo de vínculos, que aquí denominamos
capacidades relacionales, ya que constituyen la destreza de las firmas
para establecer relaciones con otras y con algunos agentes de un
sistema de innovación (Rosenbloom y Christensen, 1998; Best, 2002;
Dutrénit, 2003).
Procesos y organización
de la producción
Centrado en el producto
Producción
Función tecnológica
Proveedores de bienes
de capital
Actividades de apoyo
Desarrollo de vínculos
• Desarrollo de nuevos • Diseñobásicodeprocesos • Innovación de procesos e • Innovación de productos
componentesysistemas
e IyD
IyD relacionada
e IyD
de producción
• Innovaciones
organizacionales radicales
Avanzadas
Fuente: Elaboración propia con base en Lall (1993) y Bell y Pavitt (1995).
• Búsqueda, evaluación y • Ingeniería de detalle e
• Mejora de procesos
seleccióndetecnologías
instalación de plantas
Licenciamiento de
y fuentes tecnológicas • Evaluación del ambiente
nueva tecnología
• Negociación
Proyectos programados y
Cambios
• Proyectos globales de
Administración
organizacionales
administración
• Capacitación
Intermedias
• Acuerdos de
• IyD para especificaciones
colaboración para el
y diseño de nuevas
desarrollotecnológico
plantas y maquinaria
• Licenciamiento de nuevas • Transferencia de
• Innovaciones
tecnologíasdeproductoy/o
tecnología a
incrementales por
ingeniería inversa
proveedores y
ingeniería inversa y
• Diseño incremental de
clientes para elevar la
diseños originales de
productos
eficiencia, calidad y
plantas y maquinaria
proveeduría local
• Monitoreo activo y
• Estudios de viabilidad
• Mejora del layout de planta • Adaptaciones menores de • Búsqueda y absorción • Imitación de nuevos
estudios de viabilidad
y planeación Ingeniería
y manutención
acuerdo con el mercado
de nueva información
tipos de procesos y
• Elección de tecnología/
simple y complementaria • Adaptaciones menores
Mejoras incrementarles en
proveniente de los
maquinaria
fuentes tecnológicas y
Equipo estándar
la calidad de los productos
proveedores,clientese • Adaptación simple de
proyectosprogramados
instituciones locales
diseñosyespecificaciones
existentes
Básicas
• Proyectos iniciales
• Operaciones de rutina y
• Duplicación de
• Obtención de insumos • Duplicación de
• Construcción básica
mantenimiento básico de
especificaciones y diseños
disponibles de los
componentes de
• Construcción de plantas
las instalaciones
fijos
proveedoresexistentes
plantas y maquinaria
de producción simples
• Mejora de la eficiencia de • Rutinización del control de • Venta de productos a
la experiencia en las tareas
calidad para mantener los
clientes nuevos y
existentes
estándaresyespecificaciones
existentes
existentes
Preparación e
implementacióndeproyectos
Inversión
Toma de decisiones
y control
Capacidades • Establecimiento de
deproducción
contratos
básicas
• Seguridad
y desembolso
financiero
Capacidades
\Función
tecnológica
Cuadro 1
Clasificación de las capacidades tecnológicas según tipo de capacidad y función tecnológica
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
123
Es decir, las ventajas competitivas de una empresa ya establecida o
de reciente creación están asociadas con el cambio técnico, pero la
esencia de tal ventaja radica en sus habilidades para identificar y
establecer acuerdos estratégicos y, de esta forma, desarrollar nuevos
procesos y productos dentro de un sistema de redes. En este sentido,
la competitividad de una firma está relacionada con sus habilidades
para cambiar sus estrategias organizacionales y de vinculación, no
precisamente sus tecnologías (Rosenbloom y Christensen, 1998).
De igual forma, el concepto de capacidades no se reduce a una
empresa sola sino que se extiende a otras o a un conjunto de firmas,
pues las redes son un instrumento que puede estimular la creación
de sus recursos (Best, 2002). En consecuencia, las capacidades de una
empresa se construyen mediante la interdependencia mutua, a través
de relaciones interempresariales, que involucran de manera sincrónica
la coordinación de recursos internos y el tipo de articulaciones entre
empresas y otros agentes como universidades, centros de investigación
y organismos gubernamentales.
Ahora bien, el quinto referente para estudiar la forma en que se
construyen las capacidades tecnológicas es aproximarse al proceso de
coordinación de los recursos internos de una firma relacionado con la
administración estratégica del conocimiento y el aprendizaje tecnológico
(Figueiredo; 2002; Dutrénit, 2003; Arias, 2003; Vera-Cruz, 2003). En
efecto, la formación de capacidades tecnológicas o innovadoras se
relaciona con aquellas cualidades propias para crear, cambiar o mejorar
los productos y procesos, y radican en las habilidades de las empresas
para modificar la tecnología, en el conocimiento, en la experiencia y
en el establecimiento de acuerdos organizacionales (Figueiredo, 2002);
pero también está ligada a la administración del conocimiento dentro
de la firma, a las características de las bases de ese conocimiento6 y a los
problemas asociados con la desigual profundidad del conocimiento en
las diferentes áreas de una empresa (Dutrénit, 2003; Arias y Dutrénit,
El concepto de base de conocimiento se utiliza en dos sentidos 1) el cúmulo de
saberes tácitos en una firma, y 2) la base de conocimiento en determinado campo
tecnológico, por esa razón, se considera que la empresa posee un conjunto de bases de
conocimiento (Dutrénit, 2003).
6
124
Paradigma Económico
2004).7 Aunque Bulgerman et al. (1995) hacen hincapié más bien en la
gestión y organización estratégica de la innovación sin poner atención
en el origen de las mejoras tecnológicas, es decir, en la formación de
habilidades y su naturaleza.
Asimismo, el sexto rasgo predominante en la literatura sobre la
formación de capacidades tecnológicas empresariales considera que
las habilidades para crear nuevas tecnologías y desarrollar nuevos
productos y procesos responden a los cambios del medio ambiente
económico (Vera-Cruz, 2003; Arias, 2003, Casanueva, 2001).8 En la
7
Dutrénit estudia el caso de Vitro Envases de Norteamérica, empresa transnacional
que ha desarrollado capacidades tecnológicas avanzadas en varias funciones técnicas,
tiene IyD, patenta; compite por debajo de la frontera tecnológica y está en proceso de
construcción de sus primeras capacidades tecnológicas centrales. Arias y Dutrénit (2004)
estudiaron el nivel de acumulación local de capacidades tecnológicas que es posible
alcanzar por subsidiarias de Delphi Corp en México. Para tal efecto adaptan la matriz de
capacidades tecnológicas de Bell y Pavitt (1995) e identifican tres etapas de acumulación
de capacidades tecnológicas: i) ensamble simple de pocos componentes (1979-1988);
ii) ensamble complejo de familias de productos (1989-1994); y, iii) diseño de productos
(1995-2002). En dichas etapas de acumulación de capacidades tecnológicas la línea de
negocio avanzó desde la adquisición de capacidades tecnológicas operativas básicas en
las diferentes funciones técnicas en la primera etapa, a capacidades innovadoras básicas,
intermedias y avanzadas en las dos fases de acumulación posteriores. Sin embargo, la
adquisición de habilidades en las diferentes funciones técnicas ha sido desigual, pues en la
segunda y tercera etapa se observan diferencias en los niveles de acumulación alcanzados.
Las diferencias en cuanto a la acumulación de capacidades tecnológicas en las tres etapas
se asocian al menos con cuatro factores: las estrategias globales de la industria automotriz
relacionadas con el producto, las decisiones de localización global de las actividades de
diseño, las características de la acumulación interna y las trayectorias de los productos. No
obstante, la instalación de la línea de negocios de sensores y actuadores en 1995 ha jugado
un papel muy importante en la acumulación de capacidades innovadoras intermedias y
avanzadas en la tercera etapa, lo que se refleja en el desarrollo de habilidades por parte de
los ingenieros mexicanos quienes las adquirieron para fabricar productos y manejar procesos
tecnológicamente más avanzados.
8
En este sentido, Vera-Cruz (2003) estudió la formación de capacidades tecnológicas de
la cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma analizando los diferentes mecanismos de aprendizaje
tecnológico desarrollados por la cervecería como respuesta a la intensa actividad exportadora.
A partir de ésta cambiaron rápidamente algunos aspectos del comportamiento tecnológico de
esa empresa y también aquellos relacionados con mejoras en el desempeño del negocio a través
de la solución de problemas no resueltos en el pasado. También como respuesta a cambios en
el contexto económico, Arias (2003) analiza a una firma mexicana productora de cuero para el
sector automotriz; y Casanueva (2001) exploró la evolución de los esfuerzos tecnológicos de
Vitro como una respuesta a las políticas de exportación de la economía mexicana.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
125
mayoría de esos análisis un resultado común es la velocidad con la cual
las empresas implementan estrategias de acumulación de capacidades
tecnológicas, debido a que el comportamiento tecnológico está
arraigado en costumbres y rutinas que permiten o impiden a las
empresas responder de manera rápida o lenta a estímulos externos.
De tal manera que los esfuerzos innovadores de las empresas se
dirigen a realizar adaptaciones tecnológicas cuando se requiere, por
ejemplo, incrementar las importaciones, en un intento para dominar
la ingeniería de producción de manera más rápida.
Para concluir este apartado, es necesario señalar que de acuerdo
con las evidencias mostradas sobre el origen de las capacidades
tecnológicas, parece que surgen principalmente por dos causas:
primero, el conocimiento y, más adelante, el aprendizaje tecnológico.
Fundamentadas en ambas dimensiones, las capacidades tecnológicas
son el potencial con que cuenta una empresa para producir un bien
determinado.
Sin embargo, del examen de las capacidades tecnológicas empresariales surgen particularidades en la denominación conceptual, pues
en la literatura especializada se califican con diferentes nociones de
acuerdo con algunos elementos generales que es necesario subrayar.
Primero, para realizar sus respectivos análisis, algunos autores toman
en cuenta los cambios en el contexto mundial, regional o de un país
debido a las modificaciones en las políticas económica e industrial
ligadas, por ejemplo, a las actividades exportadoras, dinámica que
contribuiría a explicar los ajustes en el comportamiento tecnológico de
una o varias empresas. Segundo, la conducta de una firma, ya sea activa
o pasiva, se explica por las costumbres, instituciones y rutinas que le
permiten responder a diferentes velocidades (lenta o rápidamente)
a presiones externas, o incluso internas, como en el caso de Dutrénit
(2003), quien considera la desigualdad de la profundidad de las bases
del conocimiento de las diferentes áreas de una misma empresa.9
Por ejemplo, en una empresa con diferentes departamentos el proceso de
construcción y acumulación de capacidades tecnológicas sigue trayectorias distintas para
funciones tecnológicas específicas, aun dentro de la misma empresa. En consecuencia, los
procesos de aprendizaje que se siguen a lo largo del tiempo juegan un papel sustancial en
la acumulación de capacidades tecnológicas.
9
126
Paradigma Económico
Aunque existen varios referentes para abordar el tema de las
capacidades tecnológicas, no hemos encontrado en la literatura
especializada un intento por evaluar dichas capacidades acordes con
la adopción de sistemas de calidad sanitaria y fitosanitaria, tema que
abordaremos a partir de la cuarta sección.
2. Naturaleza y origen de las capacidades tecnológicas
En el apartado anterior mencionamos que por su origen, las
capacidades tecnológicas surgen del conocimiento y acciones de
diversos mecanismos de aprendizaje tecnológico puestas en marcha
por las empresas. Pues bien, al observar las definiciones presentadas
anteriormente sobre capacidades tecnológicas empresariales surge
ese par de componentes implícitos en la formación de las aptitudes
tecnológicas: uno es el aprendizaje, otro, el conocimiento.
La preponderancia del tema en la literatura sobre capacidades
tecnológicas muestra que el aprendizaje tecnológico es la acumulación
de experiencias que conforman los acervos tangibles e intangibles
de las empresas (Villavicencio y Arvanitis, 1994) a través de dos
momentos: la adquisición de conocimientos externos e internos y la
socialización y codificación de saberes (Tacla y Figueiredo, 2002). Al
considerarlo de manera general, el aprendizaje es concebido como un
fenómeno que reúne mecanismos de interacción y regulación tácitos
en donde el conocimiento es ante todo producto de la vinculación
continua entre actores sociales (Villavicencio y Arvanitis, 1994);10
y es, además, la habilidad para hacer uso efectivo del conocimiento
10
Aunque en algunos estudios de caso se considera que el aprendizaje es un proceso
interactivo que ocurre preferentemente en la relación entre productores o proveedores y
clientes a través de la cooperación tecnológica (Andersen, 1991). También respecto del
concepto de formación de capacidades tecnológicas, Dutrénit (2000) identifica dos enfoques:
el primero se concentra en el proceso de aprendizaje individual necesario para construir
una base mínima de conocimientos y emprender una actividad innovadora; mientras el
segundo, al tomar en cuenta los procesos de aprendizaje organizacional, la coordinación del
aprendizaje y la integración del conocimiento, analiza la adquisición de capacidades clave/
competencias estratégicas en las empresas ubicadas en los países industrialmente avanzados.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
127
tecnológico con el fin de asimilar, adaptar, utilizar y modificar las
tecnologías existentes (Vera-Cruz, 2003; Arias, 2003; Dutrénit, 2003;
Tacla y Figueiredo, 2002).
En gran medida, el proceso de aprendizaje es esencial para la
formación de capacidades tecnológicas porque muchas innovaciones
surgen en las empresas. Es decir, las firmas desarrollan esas capacidades
a través de esfuerzos internos los cuales podrían incrementarse por la
interacción de las empresas con organizaciones locales y extranjeras
o ser inducidas por los incentivos del gobierno, aunque también su
desarrollo se puede obstaculizar por ciertas regulaciones (Kim, 1999).
Por ejemplo, los miembros de una empresa utilizan acervos intangibles: información, conocimiento, habilidades, experiencias, vínculos
y estructuras institucionales intra e interempresa para ejecutar funciones tecnológicas de inversión, producción o vinculación, según el
tipo de actividad del cual surgen las capacidades tecnológicas que Lall
(1992) y Bell y Pavitt (1995) clasifican como básicas, intermedias o
avanzadas. En este sentido, como observamos en la sección anterior,
Tacla y Figueiredo (2002) señalaron que el aprendizaje tiene dos
significados: uno se refiere a la trayectoria temporal a lo largo de la
cual se reúnen las capacidades tecnológicas con diferentes velocidades
y distintas direcciones; mientras el otro tiene que ver con los procesos
de vinculación a través de los cuales los individuos adquieren conocimiento y lo convierten en saber organizacional.
Valga señalar que el aprendizaje ocurre en dos niveles, individual
y organizacional, al mismo tiempo que en dos dimensiones: explícita
y tácita. El aprendizaje organizacional no es la suma del aprendizaje
individual, más bien, es un proceso creador de conocimiento que
se distribuye a través de la organización y es comunicable entre sus
miembros; tiene validez consensual y está integrado en la estrategia
y administración de la organización de la firma. Por consiguiente, el
conocimiento individual es una condición necesaria para que surja
No obstante, según la autora, estas perspectivas son débiles; mientras la primera no pone
suficiente atención en los aspectos gerenciales y organizacionales necesarios para utilizar
de manera estratégica el conocimiento, la segunda sólo se enfoca en explicar cómo se
acumularon inicialmente dichas capacidades estratégicas.
128
Paradigma Económico
el organizacional, pero no suficiente, pues sólo una organización
efectiva podría trasladar el aprendizaje individual en organizacional
(Choo, 1999).
El aprendizaje es pues un proceso con el que las empresas
adquieren, crean y difunden un nuevo conocimiento en las dimensiones explícita y tácita. La primera es el conocimiento codificado y
transmisible en un lenguaje sistemático y formal y puede adquirirse en
forma de libros, especificaciones técnicas o diseños.11 La dimensión
tácita, en cambio, es una colección de saberes generales, pero también
especializados, es decir, el conocimiento.
De acuerdo con lo anterior, se ha postulado que la organización
crea conocimiento, explícito y tácito, a través de un proceso dinámico
que experimenta tres diferentes tipos de transformación: socialización,
externalización e internalización. La socialización ocurre cuando los
individuos comparten el conocimiento tácito a través de la capacitación, de ahí el conocimiento ahora explícito se combina en un
nuevo contexto. La externalización (transformación de conocimiento
tácito en explícito) se realiza cuando un individuo articula los fundamentos de su conocimiento tácito; mientras que la conversión de
conocimiento explícito en tácito –internalización– sucede cuando un
nuevo conocimiento explícito se comparte con individuos de otras
empresas y, por lo tanto, se utiliza de manera amplia extendiendo
así su propio conocimiento tácito. De esta forma, las capacidades
tecnológicas empresariales no son una colección de conocimiento
explícito, más bien, son una mezcla entre éste y el tácito (Nonaka,
1994; Nonaka y Konno, 1998).
Por ejemplo, una firma puede ser propietaria de determinado
tipo de conocimiento explícito, como planos o procesos de operación
estandarizados, pero sólo es útil cuando la destreza de los miembros
de la empresa les permite utilizarlo, por eso, la competitividad
empresarial radica en las dificultades que enfrentan los competidores
Dutrénit (2001) clasifica al conocimiento tácito en no codificable o codificado
verbalmente, pero no documentado, y conocimiento explícito establecido en materiales
escritos, expresiones gramaticales y matemáticas, especificaciones, diseños, manuales,
equipo y software, entre otros.
11
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
129
para copiar las capacidades dinámicas, ya que el conocimiento
productivo no se puede concretar únicamente con la transmisión de
información. No obstante que el conocimiento relevante para una
firma se pueda codificar y entender, la dificultad de reproducirlo
se convierte en un problema de transmisión de información, pues
copiar y transmitir conocimientos es imposible en ausencia de la
transferencia de personas.
Con las dos secciones anteriores, hemos establecido las referencias
teóricas que no permitirán, en los siguientes apartados, mostrar las
capacidades tecnológicas generadas por las empresas procesadoras de
aguacate debido a la influencia de las normas sanitarias y fitosanitarias
internacionales tales como el Codex Alimentarius.
3. Normas de calidad y aprendizaje tecnológico
De acuerdo con los conceptos anteriores, es posible tratar el tema de
las normas de calidad manufacturera y de inocuidad para los productos
agrícolas desde diferentes enfoques, aunque aquí reflexionamos sobre
dos puntos de vista complementarios: como una forma de aprendizaje
tecnológico (Villavicencio y Salinas, 2002), lo cual implicaría tomar
en cuenta diferentes formas de conocimiento; o bien como una
institución internacional para reducir la incertidumbre en el comercio
de bienes manufactureros o agrícolas procesados.12
Como forma de aprendizaje tecnológico, con los sistemas de
aseguramiento de calidad tanto en la manufactura como en el sector
agrícola se intenta perfeccionar el uso productivo del conocimiento
exógeno y la experiencia endógena, elementos con los cuales la
empresa crea nuevos conocimientos y lleva a cabo procesos de
innovación tecnológica y organizacional. Algunos mecanismos
externos con que cuenta una empresa para generar conocimiento
Brunsson y Jacobsson (2000) estudiaron la cuestión de la expansión contemporánea
de los estándares como una forma de regulación y de control del orden global en el mundo
moderno, en el cual tanto los individuos como las organizaciones siguen los mismos
estándares que facilitan la coordinación, la cooperación y la competencia a escala global.
12
130
Paradigma Económico
tienen que ver con la adopción tanto de sistemas de aseguramiento
de calidad y elaboración de manuales de producción como la
adopción y adaptación de normas ISO. Para Villavicencio y Salinas
(2002) estas normas favorecen la combinación de los diversos tipos
de conocimiento que posee una empresa y su aplicación permite
el aprendizaje tecnológico al momento en que los miembros de una
firma sistematizan y codifican las mejores prácticas productivas.
Es decir, el aprendizaje tecnológico genera cambios en las rutinas
productivas y organizacionales y sus modificaciones se relacionan
con los mecanismos de coordinación e interacción intraempresa
e interempresa; la firma aprende en la medida en que almacena,
administra y moviliza un conjunto de experiencias, habilidades y
conocimientos.
Por ejemplo, el desarrollo de relaciones interempresa o encadenamientos productivos para la exportación de productos agrícolas,
principalmente procesados, ha contribuido a la creación internacional
de reglas para la fabricación de esos bienes y la supervisión del
conjunto de fases sucesivas de una línea de producción. Normas
como la ISO 22000 (publicada en septiembre de 2005) y fitosanitarias
son, por lo tanto, una referencia de las características y atributos
que debe cumplir un producto para ser considerado de calidad. La
construcción de estos estándares implica un proceso de codificación
de lo que las empresas consideran conocimientos óptimos y las
mejoras prácticas productivas que se convierten en rutinas o
instituciones. Así, los estándares de calidad son, en buena medida,
dispositivos que hacen que la firma busque conocimiento operacional
para solucionar sus problemas organizacionales (Juran y Gryna, 1995;
Thompson y Strickland, 2001).13
13
Algunas herramientas adicionales que se utilizan en el sector manufacturero
para asegurar la calidad son: 1) el control total de calidad, 2) el control estadístico de
procesos, 3) el kaizen –alude a la filosofía japonesa de la mejora continua de la calidad
de los productos-, 4) el kanban –se refiere a la forma en que se concatenan los procesos
productivos dentro de la fábrica-, 5) el sistema justo a tiempo, 6) los círculos de calidad
y 7) la selección de proveedores (Laudoyer, 1995; Badia, 1998; Aoki, 1990). Se trata de
por lo menos siete subsistemas complementarios y entrelazados para asegurar de manera
permanente la calidad de la producción.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
131
También los hábitos individuales, aun los colectivos, refuerzan las
reglas productivas y son a la vez fortalecidos por ellas. Desempeñan
un papel esencial al proporcionar a los miembros de la corporación,
una estructura cognitiva para interpretar datos, fijar hábitos o
rutinas y transformar, así, información en conocimiento útil. Para
algunos autores como Wikström y Normann (1994) el conocimiento
útil es también generativo, operativo y reflexivo,14 productivo o
representativo. Mientras el conocimiento productivo es un enfoque
general de gestión organizacional basada en el aprendizaje y creación
de valor que integra la experiencia de los individuos en la empresa
y está orientado hacia la práctica, el generativo tiene que ver con el
resultado de la creación del nuevo conocimiento durante la solución
de problemas. Éste se utiliza después en los procesos productivos o
de servicios y, a partir del generativo se crea un tipo de conocimiento
aplicado que se concreta en los productos.15 El generativo y
productivo surge, además, de la experiencia de las empresas en la
incorporación de los conocimientos del entorno, de los ciclos cada
vez más cortos de los productos, de las ofertas a los clientes y de
las posibilidades que surgen de las nuevas tecnologías para hacer
productos más avanzados. En este sentido, crece la función generativa
y se desarrollan nuevas formas en la empresa para identificar, recibir y
absorber conocimiento externo (Wikström, 1995).
Por otra parte, el operacional se refiere a las formas prácticas de
aplicar metodologías, pues abarca el conocimiento sobre las diferentes
El conocimiento reflexivo concierne a la forma de pensar o actuar de las personas.
Éstas lo usan para considerar detenidamente sus propios planes de acción, y la relación de
ambos con los demás agentes que intervienen en una situación determinada.
15
Por ejemplo, un taladro es conocimiento explícito derivado de los procesos de
conocimiento de una compañía manufacturera; luego otros procesos en la compañía
transfieren conocimiento explícito al cliente lo que podría denominarse procesos
representativos. Como resultado de estos procesos el conocimiento se coloca a disposición
de los clientes para que ellos, a su vez, realicen sus propios procesos creadores de valor
(Wikström y Normann, 1994). El resultado de los procesos productivos es conocimiento
adaptado al cliente, es decir, que más tarde puede manifestarse en forma de una oferta
concreta al comprador, por ejemplo máquinas adaptadas, sistemas a la medida o incluso
formas de cooperación. Es importante destacar además, que los tres tipos de procesos
ocurren simultáneamente y con la influencia de cada uno de ellos sobre los demás.
14
132
Paradigma Económico
técnicas y procedimientos que pueden combinarse y utilizarse como
alternativas para solucionar problemas. Es importante diferenciar el
conocimiento operacional de las habilidades o destrezas; el primero
consiste en saber cómo se deben realizar las operaciones, mientras
que la habilidad consiste en saber realizar dichas operaciones en el
tiempo requerido y con los parámetros de calidad establecidos.16
Así, la aplicación de normas de calidad también se relaciona con
el conocimiento operativo cuyo origen se encuentra en el percepcional,
abstracto y experimental (cuadro 2): el conocimiento operativo está
orientado a la resolución de problemas prácticos, es decir, de la
combinación de transformaciones elementales que cambian el
estado del mundo en formas bien establecidas. En consecuencia,
el conocimiento operativo no considera problemas de aprendizaje
interno, ni de interacción con los demás agentes del entorno.
Cuadro 2
Conocimiento según su origen, propósito y tipos utilizados en la innovación
Origen del conocimiento \
Propósito
Propósito
Conocimientoreflexivo
Conocimiento operativo
Percepcional o relacionado
con el mundo natural
Experienciasgenerales
Casossobreexperienciasoperativasconcretas
Conocimiento científico y teoría de la
ingeniería
Abstractoorelacionado con
el conocimiento científico
o now how
Reglasdepensamiento
o acción
Reglas que se aplican a categorías operativas
Ubicación del conocimiento específico sobre
disponibilidad de equipo, materiales, instalaciones y servicios
Experimental o relacionado
con el producto final
o know why
Hipótesissobreformas
de actuar
Hipótesis sobre experiencias operativas
Ideas sobre nuevos productos
Desempeño operativo
Competencia productiva
Relacionadosconlapráctica
del diseño o know what
Reglas prácticas
Criterios de diseño y especificaciones,
conceptos de diseño, diseño basado en la
experiencia y capacidades, experiencia
práctica
Fuente: Elaboración propia con base en Faulkner et al., (1995) y Lundvall, (1996).
16
Hay otro tipo de conocimiento, el instrumental, que se refiere al dominio de la variedad
de instrumentos disponibles para la aplicación de las técnicas y operaciones, sus ventajas y
desventajas, la forma en que deben construirse para cumplir con su cometido. Al igual que el
caso anterior, debe distinguirse entre este tipo de conocimiento y las habilidades instrumentales,
que consisten en saber elaborar y aplicar los instrumentos de manera eficiente.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
133
También el conocimiento útil, generativo u operativo se puede
relacionar con el know-how, es decir, con las habilidades o capacidades
del individuo para realizar algo productivo (Lundvall, 1996). En la
medida en que el conocimiento se vuelve más complejo, se pueden
desarrollar formas de cooperación o redes industriales. Por tal razón,
el know-how se hace cada vez más importante pues se refiere a quienes
tienen el conocimiento científico y tecnológico y, por ende, pueden
influir en la conducta tecnológica de las empresas. El know-how se
desarrolla en su forma más compleja sólo con años de experiencia a
través del aprender haciendo y al interactuar con otros expertos en el
mismo campo, además, se facilita su desarrollo si entre los mercados
de productos estandarizados y las jerarquías (integración vertical
u horizontal) existen formas intermedias o redes industriales de
proveedores o usuarios que lo hagan posible.
Por otro lado, la implementación de normas de calidad puede
explicarse también a través del institucionalismo, si se toma en
cuenta que las instituciones son un conjunto de reglas que articulan
y organizan las interacciones económicas, sociales y políticas entre
los individuos y los grupos sociales; en particular, son un mecanismo
que modera la interacción entre los agentes y está formado por reglas
informales –leyes y reglamentos– y formales –reglas no escritas y
convenciones– para crear orden y reducir la incertidumbre en el
intercambio; son limitaciones creadas por los individuos y dan forma
a la interacción humana y, por consiguiente, constituyen un incentivo
para el intercambio (North, 1991). Es así como el sistema de normas
ISO o el Codex Alimentarius, conforman una institución.
Ahora bien, para el sector agrícola –particularmente los productos
básicos, procesados o semiprocesados– se han creado normas sanitarias
y fitosanitarias que regulan la inocuidad de los alimentos al aplicar
la metodología del análisis de riesgos. Estas normas surgieron del
Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias
(MSF), negociado durante la Ronda de Uruguay y entraron en vigor
en 1995 (Larach, 2003). Con este acuerdo se aplican las normas del
Codex Alimentarius sobre inocuidad de los alimentos procesados; en
particular, se emplea el enfoque del Sistema de Análisis del Riesgo y
de los Puntos Críticos (haccp, por sus siglas en inglés).
134
Paradigma Económico
De las interpretaciones anteriores sobresalen dos puntos complementarios: el aprendizaje tecnológico y las instituciones. Son
complementarios y se vinculan estrechamente entre sí porque, si se
considera que las normas de calidad son una institución que establece
de manera precisa las formas de producción para el intercambio
comercial de bienes que se pretende sean competitivos, esas reglas
se han extendido aun al sector agroindustrial y de alguna forma han
impulsado a las firmas de ese sector económico a efectuar cambios en
sus procesos de producción y en el diseño, empaque, almacenamiento
y transporte de sus productos, al tiempo que las impulsan a iniciar el
aprendizaje tecnológico y, por lo tanto, a la formación de capacidades
tecnológicas, como analizamos en la siguiente sección.
4. Resultados de la investigación: Competitividad
empresarial de los procesadores de aguacate
Actualmente existe una demanda significativa de productos libres de
conservadores en algunos países de Europa (Francia, Italia, España y
el Reino Unido) y en otros como Estados Unidos y Canadá, evidente
por la gran cantidad de productos naturales y aceites que compiten
en el mercado. En especial los europeos tienen un gusto particular
por el aceite de aguacate debido a sus propiedades nutricionales,
aunque su consumo se ha desarrollado más lentamente en Estados
Unidos (Swisher, 1988). Este aceite se utiliza en forma más amplia
en la industria cosmética y se ha calculado que las ventas al menudeo
de este mercado representan casi 40 mil millones de dólares anuales,
además de caracterizarse por un crecimiento rápido y constante. Por
ejemplo, el mercado de cosméticos en Estados Unidos representó
entre 16 y 18.5 mil millones de dólares para el periodo 1990-1993 y
demandó casi 100 millones de dólares de materias primas (Market
Studies, 1998). No obstante, aunque los datos anteriores representan
al total de la industria cosmética en el mundo, dan una idea del
potencial del uso del aceite de aguacate en dicha industria.
Sin duda son cuatro los principales centros de producción de
aceite de aguacate y otros productos procesados de la fruta a nivel
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
135
mundial: México, concentrado en la elaboración de guacamole y
aceite; Estados Unidos, enfocado en la fabricación de guacamole,
aceite comestible y sopas enlatadas; Sudáfrica, dedicada a la transformación del aguacate en aceite; e Israel, que es el más diversificado
pues produce pulpa, aceite y subproductos como champús, cremas
y sopas (Bioplus, 1998).
El destino principal de las ventas mexicanas de productos
procesados de aguacate es el mercado de Estados Unidos; durante
1997 las exportaciones de México a ese país sumaron 11,825 t
–aproximadamente 21 millones de dólares– las cuales incluyeron
guacamole, pasta y aceite, demandados principalmente por instituciones, restaurantes y cadenas de supermercados (Market Asia,
1995). Incluso, en la información estadística nacional para los
procesadores se ha reportado que en el periodo 2001-2005 91% de la
producción de pulpa de aguacate tanto de empresas mexicanas como
firmas estadounidenses que operan en México se exportó a Estados
Unidos.
Ahora bien, cerca del 10% del total de la producción nacional
de aguacate que no cumple con los requerimientos del mercado se
destina a la producción de aceite y pulpa.17 Al respecto, la Sedagro
sólo reporta datos para las ventas externas de aceite en los años 2002,
2003 y 2005 cuyo volumen de exportación total para esos años fue de
13,420.33 toneladas.
Debido a la influencia de los sistemas de calidad (normas sanitarias
y fitosanitarias) y con el propósito de incrementar su competitividad
en el mercado internacional, las empresas procesadoras de productos
derivados del aguacate: aceite, guacamole o cosméticos, han generado
diversos tipos de conocimiento, mecanismos de aprendizaje tecnológico similares y creado capacidades de inversión, producción y
apoyo o vinculación para administrar el cambio tecnológico en sus
respectivas ramas económicas y que se analizan detalladamente en las
siguientes secciones.
17
Entrevista con el Ing. Rito Mendoza, presidente de la Comisión Michoacana del
Aguacate (Coma).
136
Paradigma Económico
Aunque algunas habilidades son generalizables y otras no, su
acumulación responde a la implementación de dichos sistemas y,
con ello, al mercado de destino y el uso del producto. El desarrollo
y acumulación de habilidades de gestión más frecuentes entre los
procesadores de aguacate han dependido del mercado de destino
porque, con excepción de los fabricantes de cosméticos, el resto de los
empresarios exportan el aceite y guacamole a Estados Unidos, Canadá,
Europa –principalmente Alemania, Francia, España, Inglaterra y
Holanda–, Japón y China.
Además, el impulso para la creación de habilidades diferentes
obedece también a la utilización del producto. Nuestra evidencia
indica que la gestión del cambio tecnológico para la fabricación de
aceites comestibles para aderezo y el guacamole –productos que
requieren vida de anaquel más larga–, se ha concentrado en la
adaptación de maquinaria y equipo ya existente; mientras que la
administración de las innovaciones para la fabricación de aceite crudo
como materia prima para la industria farmacéutica ha requerido de
actividades creativas de inversión y producción no sólo operativas e
innovativas básicas sino también intermedias y avanzadas.
Con este elemento, sistemas de calidad sanitaria y fitosanitaria,
particularmente las normas señaladas en el Codex Alimentarius, describiremos de manera general las principales regulaciones marcadas por dichas
normas, al mismo tiempo que exploramos los mecanismos de aprendizaje tecnológico generados por las firmas para su cumplimiento y,
por ende, el uso del producto y el mercado de destino; posteriormente,
examinamos cuáles han sido las innovaciones resultantes de esos
mecanismos; y, por último, recuperamos esa información para hacer
un recuento y comparación de las capacidades desarrolladas por los
fabricantes de aceite, guacamole y cosméticos.
5. Regulaciones del Codex Alimentarius
Las regulaciones sanitarias y fitosanitarias que rigen al sector procesador
del aguacate provienen, en general, del Codex Alimentarius (CCA); de
manera particular las regulaciones que deben cumplir las empresas
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
137
productoras de aceite, pasta o guacamole surgen de las exigencias
sanitarias del mercado de destino.18 En consecuencia, en esta sección
describimos brevemente las especificaciones de esa norma general
para establecer, posteriormente, su influencia sobre el aprendizaje y la
formación de capacidades tecnológicas de las empresas y, por lo tanto,
su propensión a la innovación de procesos y productos.
Las medidas del CCA abarcan regulaciones para todos los
alimentos, ya sean elaborados, semielaborados o sin elaborar; contenidos permisibles de residuos de plaguicidas, aditivos y contaminantes,
incluidos los contaminantes ambientales y las sustancias tóxicas
naturales presentes en alimentos; prácticas de higiene y de fabricación,
que abarcan las disposiciones sobre manipulación y envasado del
sistema de análisis de peligros y puntos críticos de control (HAPPCC);
requisitos de nutrición y etiquetado; sistemas oficiales de inspección
y certificación de importaciones y exportaciones de alimentos, así
como protocolos para la evaluación de la inocuidad de los alimentos
obtenidos por medios biotecnológicos.
Derivadas del CCA existen tres normatividades específicas
para el sector procesador de aguacate y que constituyen una fuente
de innovaciones y la creación de capacidades tecnológicas básicas,
intermedias y avanzadas: los principios generales de higiene de los
alimentos, la norma para grasas y aceites comestibles no regulados
de manera individual y la norma general para los contaminantes y las
toxinas presentes en los alimentos.19
Otro par de normas que rigen al sector son: i) el Acuerdo sobre la Aplicación
de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), el cual constituye una fuente adicional de
medidas sanitarias y fitosanitarias y obliga a los países miembros de la OMC a emplear
esas medidas para proteger la vida y la salud humana, animal y vegetal. Con respecto a las
medidas sobre inocuidad de alimentos se requiere que los miembros de la OMC basen
sus medidas nacionales en las normas, directrices y otras recomendaciones internacionales
adoptadas por la CCA; y, ii) la norma ISO 22000, norma de carácter privado publicada en
septiembre de 2005, que especifica los requisitos para implementar un sistema de gestión
de la inocuidad de los alimentos en la cadena alimentaria, con el objetivo de proporcionar
productos finales que cumplan tanto las normas acordadas con el cliente como los de las
reglamentaciones mundiales sobre inocuidad de los alimentos.
19
La inocuidad de los alimentos se asegura principalmente mediante el control en el
punto de origen, en la planificación y formulación del producto y la aplicación de prácticas
18
138
Paradigma Económico
Cuadro 3
Factores de la competitividad empresarial de los procesadores de aguacate
según tipo de regulación, conocimiento y aprendizaje tecnológico desarrollado
Tipo
de regulación
Tipo de conocimiento
y aprendizaje tecnológico
Tipo de conocimiento
y aprendizaje tecnológico
Envase y etiquetado
Know how/why/what
Individual y colectivo
Capacitación
Know why
Individual y colectivo
Salud e higiene del personal
Know why
Individual y colectivo
Prácticas sanitarias
Know why
Individual y colectivo
Medidas para proteger el producto
Know what/how
Individual y colectivo
Instalaciones
Know what/how
Individual y colectivo
Estructura interna y mobiliario
Know what/how
Individual y colectivo
Equipo y recipientes
Know what/how
Individual y colectivo
Aditivos alimentarios
Know how/why
Individual y colectivo
Consideraciones tecnológicas
Know how/why/what
Individual y colectivo
Fuente: Elaboración propia.
La primera establece guías obligatorias para el etiquetado de los
productos, salud e higiene del personal, prácticas sanitarias para
controlar la contaminación procedente del aire, suelo, agua y
fertilizantes, entre otros contaminantes, y a partir de las cuales
las empresas han desarrollado habilidades de gestión básicas e
intermedias para el cambio tecnológico en funciones de inversión,
producción y vinculación.
Por otra parte, aunque la segunda norma, aplicable a las grasas
y aceites comestibles, y la tercera para contaminantes y toxinas
presentes en los alimentos son obligatorias para los productores de
cualquier tipo de alimentos, es fundamental para los fabricantes
de aceite y guacamole ya que mediante ellas se regulan los límites
máximos permisibles para el uso de aditivos alimentarios, colores,
aromas, antioxidantes y sus sinérgicos, metales pesados y residuos de
plaguicidas en los productos.
de higiene durante la producción, elaboración (incluido el etiquetado), manipulación,
distribución, almacenamiento, venta, preparación y uso, junto con la aplicación del Sistema
de HACCP (CAC, 1997).
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
139
Según la información provista en las tres secciones anteriores,
podemos resumir, en el cuadro 3, el tipo de conocimiento generado
en las empresas según las regulaciones del Codex Alimentarius. Para
el cumplimiento de este código las empresas han hecho uso de las
tecnologías base del sector, es decir, las operaciones físicas y químicas
de producción, además del conocimiento derivado de la experiencia
de los miembros de las firmas; enseguida examinamos los mecanismos
de aprendizaje tecnológico desarrollados por las empresas.
6. Mecanismos generales de aprendizaje tecnológico
La adopción de sistemas de calidad impulsan el aprendizaje tecnológico puesto que al procesar bienes agrícolas las empresas utilizan
productivamente tanto el conocimiento y la información que proviene
de su ámbito externo como la experiencia dentro de la firma para
crear nuevos conocimie ntos y generar innovaciones de procesos,
productos y administrativas. En el caso de las empresas procesadoras
de aguacate, para la generación de mecanismos de aprendizaje y
el desarrollo de relaciones interempresa para la exportación de
productos agrícolas procesados, han influido las reglas internacionales
para la fabricación de esos bienes y la supervisión del conjunto de
fases sucesivas de las líneas de producción. En este marco, el Codex
Alimentarius es una referencia común para los productores sobre
las características y atributos que debe reunir un producto para ser
considerado de calidad en el mercado internacional.
Seguir esta norma ha implicado que las procesadoras de aguacate
se involucren en un proceso de codificación de lo que ellas consideran
conocimientos óptimos y las mejoras prácticas productivas que a
su vez se han convertido en rutinas. Tal es el caso de las empresas
que elaboran aceite pues han documentado en manuales el proceso
de manufactura o bien las firmas guacamoleras que han adoptado las
disposiciones sobre manipulación y envasado del sistema de análisis
de peligros y puntos críticos de control (happcc) para producir
guacamole.
140
Paradigma Económico
Por otro lado, hay diversas maneras de considerar los mecanismos
de aprendizaje tecnológico: ocurre por la interacción de empresas
proveedoras con las usuarias de los productos; es la activación de experiencias de vigía tecnológica para obtener información, negociación de
contratos y transferencia de tecnología, mantenimiento y adaptación
del equipo y capacitación, además del diseño de nuevos productos
y procesos productivos. Dichas experiencias son acumuladas por
los actores de la organización productiva y se han acrecentado a
partir de los vínculos entre las firmas y las diversas instituciones y
organizaciones del entorno, principalmente las internacionales.
De esta forma el cumplimiento de regulaciones referentes al etiquetado, salud e higiene del personal, prácticas sanitarias, protección
del producto, capacitación, instalaciones, estructura interna del mobiliario, equipo y recipientes, así como el uso o restricción de aditivos
alimentarios (mencionados en el cuadro 3), originaron que las
empresas emprendieran una variedad de mecanismos de aprendizaje
para administrar el cambio tecnológico. Es decir, un conjunto de
tareas que se relacionan con las operaciones de producción rutinarias
o bien con actividades de innovación básicas e intermedias vinculadas
con las funciones de producción, inversión y apoyo. Con este orden
de ideas en el cuadro 4 resumimos los medios prácticos de las
empresas para aprender.
En la esfera de las operaciones de inversión básicas, las actividades de aprendizaje permiten cambios relativamente menores en
la planta. Por ejemplo, tareas como el acondicionamiento de zonas
limpias para evitar la contaminación, la construcción de laboratorios
de microbiología para controlar la calidad del producto y la edificación
de plantas según especificaciones de las normas para las instalaciones
y la estructura interna del mobiliario y recipientes, son acciones a
través de las cuales las empresas han acumulado conocimientos,
experiencia y habilidades y con ellas las firmas alcanzan mejoras
en la infraestructura productiva, razón por la cual se incrementa su
participación en el mercado internacional.
Por su parte, las labores de producción básica, como mejora en
los tiempos y movimientos, rutinización de los procesos de control
de calidad para mantener los estándares y especificaciones del pro-
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
141
ducto, así como el diseño de programas para el mantenimiento de la
maquinaria y equipo de limpieza y conservación de la planta también
constituyen mecanismos de aprendizaje primarios que a través de
la experiencia han permitido a las empresas mantener el proceso de
fabricación del aceite, guacamole y cosméticos.
Cuadro 4
Procesadores de aguacate: mecanismos generales de aprendizaje tecnológico
• Acondicionamiento de zonas limpias para evitar la contaminación
• Adquisición y adaptación de instrumentos de medición y control para vigilar temperatura y humedad en
el proceso productivo
• Adquisición y adaptación de maquinaria y equipo existente para lograr la inocuidad o mantener la
temperatura adecuada del producto
• Adquisición de empaques
• Construcción de laboratorios de microbiología para vigilar y controlar la calidad del producto
• Construcción, adaptación y rediseño de planta según especificaciones
• Diseño de programas de capacitación para el personal operativo en cuanto a la protección de los
alimentos contra la contaminación y la manipulación inocua de los productos, además de otros programas
de limpieza y mantenimiento de la planta
• Diseño y desarrollo de etiquetas
• Mejora de layout para evitar contaminación cruzada
• Modificación de proceso productivo para eliminar materia de desecho
• Participación en ferias nacionales e internacionales de proveedores de maquinaria, equipo, etiquetas e
ingredientes
• Programas de supervisión para vigilar el origen de los contaminantes
• Programas de capacitación internos y externos a la firma
• Rediseño del proceso productivo de acuerdo con el tipo de aguacate para producir aceite
• Reformulación de productos para eliminar aditivos, cierto tipo de antioxidantes y sus sinérgicos, colores,
metales pesados
• Relación con clientes a través de medios de información
• Relación con proveedores para investigar formas de mejorar la vida de anaquel del producto
• Vinculación con institutos de investigación para establecer el valor nutrimental del producto e informarlo
en las etiquetas
• Vinculación con proveedores para diseño de etiquetas y con empresas para el trueque de ingredientes
• Vinculación con proveedores de servicios de corte de aguacate
Fuente: Elaboración propia.
Asimismo, las operaciones de vinculación tales como la participación
en ferias de proveedores de maquinaria, equipo, envases, etiquetas e
ingredientes son una actividad que consiste en asistir a las principales
ferias de la industria alimenticia y cosmética con el objetivo de
observar las tendencias de ambas industrias, reunirse con clientes y
proveedores de maquinaria y productos químicos o ingredientes
inofensivos para el consumo humano; establecer nuevas relaciones
de negocios y monitorear las tendencias del sector de alimentos.
Lo anterior ha permitido a las empresas acumular conocimiento
tecnológico externo que se utiliza para generar nuevas ideas sobre la
142
Paradigma Económico
mejora de procesos y fortalecer su posición competitiva frente a los
competidores mediante el monitoreo o benchmarking.
Además, las relaciones interempresa son un mecanismo de aprendizaje utilizado principalmente por los productores de guacamole,
al desarrollar en común actividades productivas informales con otras
firmas como el trueque o préstamo de ingredientes para la elaboración
de productos o la negociación de contratos de maquila o proveeduría
con otras firmas, especialmente en el caso de los aceites y productos
de limpieza personal.
De igual manera, las relaciones con otras firmas son también un
mecanismo de aprendizaje puesto que los procesadores reciben de
los clientes información sobre tendencias nacionales y mundiales en
el consumo de productos procesados del aguacate y las exigencias
sanitarias de cada país. En el largo plazo, las tareas de operación básica
han ayudado a las firmas a fortalecer la secuencia de acumulación de
capacidades tecnológicas, además de crear bases para la diversificación
de nuevos productos y mercados.
Con frecuencia los elementos básicos de la tecnología existente
incorporados en nuevas plantas o instalaciones de producción se
mejoran o adaptan a situaciones específicas de tal manera que, al
realizar esos cambios, las empresas se involucran en un proceso
creativo, muchas veces complejo, que abarca desde el conocimiento
relacionado con el mundo natural y el experimental, hasta el
articulado con la práctica del diseño, y que se unen en la utilización
de experiencias operativas concretas, ubicación del conocimiento
específico sobre disponibilidad de equipo, materiales, instalaciones
y servicios, desempeño y la aplicación de determinados criterios
de diseño y sus especificaciones, respectivamente. Aun con esas
tecnologías ya establecidas, la productividad de las nuevas plantas
depende de la fortaleza de las capacidades básicas generadas por las
firmas y disponibles para administrar el cambio técnico.
Así pues, las habilidades de los empresarios para mejorar la
tecnología transferida es importante para los proyectos de innovación
básicos ya sean de inversión, producción o vinculación, pues los
gastos para nuevas instalaciones de producción incluyen un amplio
rango de proveedores de bienes de capital, de productos y de sus
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
143
ingredientes, envases, etiquetas y de servicios de ingeniería o de
administración de proyectos, entre otros, por lo que las empresas
han participado activamente para la gestión tecnológica pues, además
de controlar las decisiones sobre la elección de tecnología y su
implementación, interactúan con sus proveedores para desarrollar
diseños y especificaciones de etiquetas, envases y productos generando
una parte significativa del cambio tecnológico al incorporar modificaciones en la fabricación de mercancías o a éstas mediante la
reformulación de sus componentes.
En este sentido, las empresas procesadoras de aguacate desarrollaron varios mecanismos de aprendizaje a fin de realizar actividades
innovadoras básicas. Respecto a las tareas de inversión, el monitoreo
de productos competidores y la adaptación de instrumentos de
medición y control para vigilar temperaturas y humedad en el proceso
de producción; con estos elementos de aprendizaje que si bien
derivan del cumplimiento de regulaciones internacionales, las firmas
supervisan, por una parte, la tendencia en el consumo de los bienes
producidos o el proceso de fabricación de los productos.
Por otra parte, el proceso creativo básico en la manufactura de
bienes implica también utilizar múltiples mecanismos de aprendizaje.
En este caso, la mejora en la disposición de maquinaria y equipo
dentro de la planta (layout), o en la reformulación de productos, son
tareas de aprendizaje que mantienen a las empresas en el mercado
internacional. La reformulación de productos consiste en obtener
nuevos bienes de acuerdo con las exigencias sanitarias de los países
consumidores de guacamole o aceite de aguacate y es un mecanismo
de aprendizaje tecnológico que permite mostrar que las firmas han
acumulado un importante nivel de experiencia en el área de diseño.
Adicionalmente, han originado ideas basadas en el conocimiento
previo adquirido a partir de su vinculación laboral con la industria
alimenticia, farmacéutica y cosmética. Asimismo, la reformulación
de la composición de los productos constituye una fuente de
aprendizaje tecnológico pues permite a las firmas mejorar algunos
productos –mediante la sustitución de ingredientes modificados
genéticamente como el azúcar o almidones o para eliminar aditivos,
determinados antioxidantes y sus sinérgicos, colores y metales pesados–
144
Paradigma Económico
o bien, debido a la experiencia, desarrollar otros novedosos como
saborizantes y aderezos a partir de la materia prima restante del
proceso de producción del aceite por prensado.
En este proceso creativo es muy frecuente la participación de
diferentes clientes internacionales. En efecto, muchas innovaciones
tienen como fuente principal a la mayoría de los comercializadores o
clientes internacionales quienes informan sobre tendencias generales
de las normas sanitarias. Es importante destacar lo anterior debido a
que las empresas han aprendido las exigencias de esas normas, pero
en especial de sus clientes a través de la interacción a fin de mejorar
los productos.
Sin embargo, las empresas no establecen programas de desarrollo
de proveedores por dos razones: Primero, dada la naturaleza de los
productos que fabrican utilizan aguacate no exportable (con manchas,
roña o enfermedades de la piel). Segundo, en las compañías integradas
verticalmente existe desarrollo de proveedores en la medida en que
éstos son parte del mismo grupo empresarial, aunque contablemente
se administren de manera independiente. Por ejemplo, existen dos
empresas que pertenecen a una misma familia: una vende, mediante
contratos mensuales, aceite crudo de aguacate a otra que produce
cosméticos.
Las empresas han establecido vínculos más bien informales con
institutos de investigación en la búsqueda de tecnologías alternativas
a fin de producir pulpa de aguacate inocua, adaptar la maquinaria
existente para despulpar fruta o bien para elaborar etiquetas y envases.
En este caso, es frecuente que científicos de instituciones públicas
locales acudan con algunas empresas para ofrecer sus servicios; así
surgieron métodos para establecer el valor nutrimental del aceite
de aguacate e indicarlo en las etiquetas de los envases, exigencia
establecida en las respectivas normas internacionales.
Además, considerando que para mantener y respaldar la
competitividad empresarial se requiere que el cambio técnico continúe
con inversiones posteriores en la planta; las empresas las generaron de
tres maneras: I) al incorporar mejoras incrementales en la maquinaria
existente y que han introducido en las instalaciones mediante
proyectos de inversión subsecuentes; II) modificar y, en consecuencia,
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
145
mejorar los productos; y, III) adaptar materiales y componentes
existentes o desarrollar sustitutos para los que ya se utilizan. Aunque
las actividades tecnológicamente creativas de las empresas tienen
un papel central durante las fases de procesos de inversión y
posinversión, la interacción de las firmas con otras empresas o con
institutos de investigación ha tenido un efecto significativo sobre el
proceso de cambio tecnológico.
Algunas de esas interacciones involucran la colaboración informal
entre proveedores y clientes en el intercambio de conocimiento,
información y habilidades acumuladas durante el diseño y uso de los
insumos de producción. De esta forma, un componente importante
del cambio tecnológico en la industria procesadora de aguacate es la
estructura de interacción entre las firmas, y entre éstas y otros agentes.
En particular, las regulaciones sanitarias y fitosanitarias y, por lo tanto,
los comercializadores y clientes internacionales, han impulsado a
fabricantes de guacamole y aceite a realizar mejoras en la fabricación
de los productos y en el aprovechamiento de insumos; aunque las
firmas utilizan también sus propias capacidades para generarlos; esto
ocurre porque existen habilidades de gestión tecnológica en las firmas
que no se limitan únicamente a las transacciones de mercado.
Lo anterior implica actividades de aprendizaje que generaron
capacidades de inversión intermedias en cuanto a la compra de
maquinaria y equipo existente como cámaras de congelación para
mantener la temperatura de los productos en planta o de maquinaria
de alta presión para fabricar productos inocuos, sin utilizar aditivos o
conservadores.
Por otro lado, los programas de capacitación interna y externa
tanto para el personal operativo como para el de mayor nivel jerárquico,
son un mecanismo de aprendizaje que originó capacidades de inversión
intermedias y que las empresas desarrollan de manera continua
mediante, por ejemplo, el traslado de trabajadores a instituciones de
educación superior (como la unam y el ipn), para recibir cursos de
microbiología capacitación en cuanto a la manipulación inocua de los
productos.
Al mismo tiempo, las empresas han articulado acciones de
aprendizaje para desarrollar capacidades de producción intermedias
146
Paradigma Económico
al realizar cambios administrativos tales como la creación de nuevos
departamentos para control de calidad de los productos y, por ende,
la contratación de personal especializado en las áreas de química y
bioquímica, el rediseño del proceso productivo de acuerdo con el tipo
de aguacate utilizado para fabricar aceite o bien eliminar de manera
automática la materia de desecho; el establecimiento de programas de
supervisión y vigilancia para detectar el origen de contaminantes; y el
diseño, construcción y mantenimiento preventivo y correctivo de la
maquinaria y equipo o bien su adaptación.
Por los mecanismos de aprendizaje tecnológico antes descritos
las empresas han generado innovaciones tecnológicas que se analizan
enseguida.
7. Innovación tecnológica
De manera general, tanto la innovación tecnológica en las empresas
procesadoras de aguacate como la dinámica mediante la cual organizan
la difusión y creación de conocimientos, ocurren a nivel interno, además
de que las firmas adquieren, en diferentes momentos, conocimientos
provenientes del ambiente externo.
Podríamos admitir que si la innovación es un proceso complejo
y heterogéneo del cual surgen nuevos productos económicamente
significativos, también es la realización de cambios incrementales
mediante cuatro fases sucesivas: 1) identificación de un problema;
2) evaluación de alternativas; 3) toma de decisiones; y, 4) puesta en
marcha de la innovación; actividades fundamentales en la creación
de habilidades de gestión del cambio tecnológico. Por esta razón,
es posible suponer que la innovación tecnológica se refiere a la
creatividad de los miembros de la empresa que actúan directamente
en el proceso de producción, en la creación de un producto o en el
cambio administrativo. Así, hemos clasificado a las innovaciones
en tres tipos de mejoras: con las primeras se modifican técnicas
y equipos, pero también son la reorganización de una planta;
las nuevas técnicas de producción son las modificaciones a las
mercancías exigidas por los clientes; mientras que las administrativas
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
147
se componen de cambios que influyen sobre políticas de las firmas,
pero en mayor medida en la asignación de recursos; en contraste con
las innovaciones organizacionales que teóricamente suponen cambios
completos en una empresa y en sus redes de trabajo como el sistema
kanban.
En el cuadro 5 resumimos las innovaciones tecnológicas
clasificadas en procesos, productos y administrativas. En todos
los casos, las mejoras según el tipo de productos que ofrecen son
incrementales, es decir, han mejorado o ampliado las operaciones
físicas básicas al adaptarlas a las necesidades de la producción o bien
se manifiestan por la transferencia o compra de maquinaria y equipo
avanzado; mientras que las innovaciones de producto se componen
de los cambios realizados en los bienes que manufacturan esas firmas,
evidentes por la reformulación de productos de acuerdo con las
exigencias del cliente.
La mejora en los procesos de producción y en la composición
de los productos son aspectos relevantes para la permanencia de las
empresas en el mercado; para garantizar su estabilidad en el ambiente
globalizado, las firmas han basado sus prioridades de administración
del cambio tecnológico en la satisfacción de los clientes, lo cual
implica un cambio cultural en su interior. Al respecto, se ha creado
un conjunto de saberes colectivos en donde los integrantes de las
firmas están motivados para actuar con la suficiente comprensión
de las metas y actividades que deben emprender las empresas para la
satisfacción de sus respectivos clientes. En consecuencia, el ambiente
y la cultura, traducidos en innovaciones administrativas, son también
componentes determinantes en la interacción interna y externa de
las firmas debido a que las condiciones para su desarrollo se han
adaptado para los propósitos de producción previstos y, además, son
congruentes con el aprendizaje, la interacción y la cooperación.
A continuación se presenta información detallada que
alude a las mejoras tecnológicas ligadas a las regulaciones y a los
mecanismos de aprendizaje que se desencadenaron para efectuar
las innovaciones señaladas en el cuadro 5. Es decir, al tomar en
cuenta las definiciones sobre la innovación consideremos que
ante la influencia del ambiente externo las empresas han activado
148
Paradigma Económico
mecanismos de aprendizaje tecnológico que a su vez influyen en su
cultura, realizando mejoras incrementales para satisfacer su mercado.
Es una espiral en la que no hay precisamente una relación biunívoca
entre el ambiente externo, definido por las regulaciones sanitarias, los
mecanismos de aprendizaje, la cultura, las innovaciones y el mercado.
En otras palabras, las exigencias de las regulaciones fitosanitarias
no desencadenaron un mecanismo de aprendizaje único y, por lo
tanto, las innovaciones de procesos, productos o administrativas no
surgieron como consecuencia de éste mecanismo ni de un único
impulso del ambiente externo.
Fuente: Elaboración propia.
• Creación de alianza para la comercialización del aceite para ingesta
• Creación de nuevos departamentos como microbiología y contratación de personal especializado
• Controles de calidad estrictos del producto y la materia prima
• Reducción de costos al obtener la materia prima en puerta o por la
vinculación con empresas de corte
• Monitoreo puntual de precios de exportación y benchmarking
• Contratos de distribución y conocimiento de los canales de distribución en la región en donde exportan
• Implementación de sistemas para mejorar el conocimiento sobre las
tendencias del mercado internacional
• Programación de cursos de capacitación del capital humano
Productos
Administrativas
Guacamole con nuevos ingredientes no modificados genéticamente
Guacamole inocuo y sin conservadores
Fabricación de empaques o compra con proveedores extranjeros
Fabricación de empaques de acuerdo con las especificaciones del cliente
o apropiados para el cuidado del producto
• Creación de departamento de microbiología para la certificación de calidad
• Creación de sistemas de información comercial
• Reducción de costos al obtener la materia prima en puerta o por la
vinculación con empresas de corte
• Implementación de programas de reclamaciones por parte de los clientes para detectar y corregir problemas
• Monitoreo puntual de precios de exportación y benchmarking
• Contratos de distribución y conocimiento de los canales de distribución
en la región en donde exportan
• Implementación de sistemas para mejorar el conocimiento sobre las
tendencias del mercado internacional
• Programación de cursos de capacitación del capital humano
•
•
•
•
Fabricación de saborizantes
Fabricación de aceite con nuevos ingredientes
Diseño y fabricación de etiquetas
Producción de aceites extra virgen, virgen, refinado y crudo
•
•
•
•
Procesos
Guacamole
Adaptación de bandas transportadoras de materia prima
Adaptación de mezcladoras para el guacamole
Compra de máquinas selladoras para bolsas y para llenar tarros
Compra de maquinaria de alta presión
Adaptación de máquina despulpadora automática que sustituye el despulpado manual
• Cámaras de almacenamiento del producto terminado
•
•
•
•
•
• Modificación del proceso de refinación de aceite
• Diseño y construcción de planta, maquinaria y equipo para producir
aceite por prensado
• Construcción de hornos de secado
• Adaptación de maquinaria para hacer más eficiente el proceso de
obtención de aceite por centrifugación
• Adaptación alternativa de maquinaria para obtener pulpa de aguacate
inocua
• Automatización del proceso de empaque
Aceite
Cosméticos
• Creación de departamento conjunto de adquisiciones y contabilidad
con empresa del mismo grupo
• Esquema de participación interempresa para compartir recursos humanos especializados
• Implementación de sistemas para mejorar el conocimiento sobre las
tendencias del mercado internacional
• Programación de cursos de capacitación del capital humano
• Artículos de limpieza personal según requerimientos del cliente
• Envases
• Adaptación de fases del proceso de producción (calderas y destiladoras)
para fabricar jabones, cremas y champús
Cuadro 5
Innovaciones tecnológicas de procesos, productos y administrativas según tipo de productor
150
Paradigma Económico
De esta forma, en el cuadro 6 mostramos de manera resumida el tipo
de regulación según el Codex Alimentarius, el aprendizaje tecnológico
dividido en mecanismos de inversión, producción y vinculación y, por
último, las innovaciones separadas en mejoras de procesos, productos
y administrativas.
Los requerimientos sobre envase y etiquetado que obligan
a proporcionar información a los consumidores sobre el valor
nutrimental de los productos así como evitar el desarrollo de
microorganismos en los productos durante su preparación o
almacenamiento, originaron mecanismos de inversión, producción
y vinculación en cuanto a la adquisición de empaques que no se
producen en México –empaques cilíndricos– y la participación de
las empresas en ferias de proveeduría; además de la adaptación de
tecnología de producción –despulpadora automáticas– para sustituir
el proceso manual de despulpado del aguacate; por añadidura, en lo
que a mecanismos de vinculación se refiere, el aprendizaje se relaciona
con la articulación interempresa para diseñar y desarrollar etiquetas
–lo que a sus vez implicó la relación con institutos de investigación
para establecer el valor nutrimental de los productos e indicarlo en las
etiquetas–, además, la creación de nuevas fórmulas para alargar la vida
de anaquel de los productos.
Cuadro 6
• Inversión: adaptación y rediseño de planta; diseño de programas de capacitación del
personal operativo; diseño de programas de limpieza y mantenimiento de la planta
• Producción: mejora del layout
• Inversión: compra de maquinaria para refrigeración
• Producción: mejora del layout para evitar la contaminación cruzada; acondicionamiento de zonas limpias para evitar la contaminación
• Inversión: compra de maquinaria (refrigeradores para conservar el producto); asistencia a ferias de proveedores nacionales e internacionales de maquinaria y equipo
• Producción: adaptación de instrumentos de medición y control para vigilar
temperatura y humedad en el proceso productivo; adaptación de maquinaria y
equipo existente (despulpadora de aguacate); mejora del layout (separación del
laboratorio de microbiología para evitar la contaminación cruzada; modificación
de proceso productivo para eliminar materia rechazada (colocación de bandas
transportadoras más anchas); reformulación de productos (sustitución de ingredientes que posiblemente hubieran sido genéticamente modificados como
azúcar o almidones)
• Vinculación: relación con proveedores
Salud e higiene del personal
Medidas para proteger el
producto
Prácticas sanitarias
Capacitación
Aprendizaje tecnológico
• Inversión: adquisición de empaques; participación en ferias de proveeduría de
maquinaria, equipo y etiquetas
• Producción: adaptación de tecnología producción para lograr la inocuidad del
producto
• Vinculación: diseño y desarrollo de etiquetas; relación con proveedores para investigar formas de mejorar la vida de anaquel del producto; relación con empresas vidriera, mexicanas; relación con institutos de investigación para establecer el
valor nutrimental del producto e informarlo en la etiqueta
• Inversión: capacitación en cuanto a protección de alimentos contra la contaminación y manipulación inocua de los productos
Tipo de regulación
Envase y etiquetado
Mecanismo
• Proceso: programa de capacitación para la protección de los alimentos y la
manipulación inocua durante su elaboración; sistematización de capacitación
en la planta
• Administrativas: programas de capacitación para el personal operativo in situ;
programas de capacitación para personal de mayor nivel fuera de la planta
• Proceso: programas de mantenimiento y limpieza de la planta
• Proceso: mejora del layout (traslado de laboratorios de microbiología, comedor, instalaciones sanitarias fuera de la planta); acondicionamiento de la planta
con cuartos limpios y cámaras de refrigeración
• Administrativas: sistema de monitoreo; sistematización de capacitación en la
planta
• Proceso: compra de cámaras de refrigeración; mejora de maquinaria y equipo existente; mejoras incrementales al equipo existente; administración en la
compra de insumos
• Administrativas: creación de un programa de proveedores certificados de materia prima e ingredientes; traslado de laboratorio de microbiología fuera de
planta; sistematización de capacitación en la planta
• Procesos: compra de maquinaria de alta presión para lograr un producto inocuo y sin conservadores; adquisición de maquinaria para congelamiento
• Productos: diseño y fabricación de etiquetas; productos reformulados; diseño,
fabricación y/o compra de envases; compra de empaques y envases con proveedores nacionales y estadounidenses
• Administrativas: administración en la compra de insumos; capacitación; sistema de monitoreo
Innovación, transferencia de conocimientos y vinculación
Procesadores de aguacate: innovaciones tecnológicas según regulaciones y mecanismos de aprendizaje
Innovación, transferencia de conocimientos y vinculación
• Inversión: adquisición de maquinaria y equipo; diseño y construc- • Proceso: edificación de planta de acuerdo con las normas sobre instalaciones; construcción de
ción de maquinaria y equipo; diseño y construcción de planta; rerebanadoras, hornos y prensas; compra de maquinaria de alta presión para la producción inocua de
diseño del proceso productivo de acuerdo con el tipo de aguacate
guacamole; adaptación de máquina despulpadora de aguacate; mejora del layout
para producir aceite
• Administrativas: administración en la compra de insumos; sistema computarizado de monitoreo de
información económica y vigía tecnológica; sistematización de información; creación de sistema
de información; sistematización de capacitación en la planta
• Inversión: Construcción de planta según especificaciones
• Proceso: construcción de planta de producción de aceite de aguacate por prensado
• Producción: Adaptación y/o mejora de maquinaria y equipo exis- • Administrativas: sistema de monitoreo; administración en la compra de insumos
tente
• Vinculación: Relación con clientes; relación con proveedores
• Inversión: búsqueda de proveedores de tecnología
• Procesos: compra de maquinaria y equipo
• Producción: adquisición de equipo de medición y control para vigi- • Administrativas: sistema de monitoreo; administración en la compra de insumos; sistema compular temperaturas, humedad, aire; compra de maquinaria para produtarizado de monitoreo de información económica y vigía tecnológica; sistematización de informacir aceite; compra de maquinaria y equipo de refrigeración; compra
ción; creación de sistema de información
y adaptación de instrumentos de control
• Inversión: compra de maquinaria y equipo para lograr la inocuidad • Producto: elaboración de guacamole con ingredientes certificados de no haber sido modificados
del producto y eliminar aditivos; participación en ferias nacionales e
genéticamente; guacamole con especificaciones de los clientes en cuanto a ingredientes; guacamole
internacionales para contratar proveedores
sin antioxidantes, color, aroma, metales pesados; diseño y elaboración de etiquetas de acuerdo con
• Producción: reformulación de productos para eliminar aditivos,
la norma sobre etiquetado
cierto tipo de antioxidantes y sus sinérgicos, colores, metales pesados
• Vinculación: relación con clientes a través de medios de información; relación con proveedores para diseño de etiquetas; relación
con empresas para el trueque de ingredientes
• Inversión: programas de capacitación; programas de supervisión y • Proceso: mejora de maquinaria y equipo existente; mejoras incrementales al equipo existente •
vigilancia para detectar el origen de los contaminantes
Producto: adaptación de empaques
• Producción: construcción de laboratorios de microbiología para • Administrativas: administración en la compra de insumos; sistema computarizado de monitoreo
controlar la calidad del producto
de proceso, información económica y vigía tecnológica; alianza para la distribución de productos;
creación de sistema de información; sistematización de capacitación en la planta
Aprendizaje tecnológico
Mecanismos
Fuente: Elaboración propia con base en Codex Alimentarius. Principios Generales de Higiene de los Alimentos CAC/RCP 1-1969, Rev 4 (2003); norma Codex para Grasas y Aceites Comestibles no
Regulados por Normas Individuales CODEX STAN 19-181 (Rev. 2-1999) y entrevistas con empresas procesadoras.
Consideraciones
tecnológicas
Aditivos alimentarios
Equipo y recipientes
Estructura interna
y mobiliario
Instalaciones
Tipo de regulación
Continuación...
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
153
El vínculo del tipo de regulación –envase y etiquetado– con los
mecanismos de aprendizaje generó innovaciones en los procesos,
productos y administrativas. En relación con las primeras, los
productores adquirieron maquinaria de alta presión para lograr
productos inocuos, y para congelar los productos. Las innovaciones
de producto, por su parte, se generaron a partir del diseño y
fabricación de etiquetas y envases o al adquirirlos con proveedores
nacionales o extranjeros. Una innovación de producto relevante es
la reformulación de las mercancías al sustituir ingredientes dañinos
o genéticamente modificados, lo cual implicó mejoras en la compra
de insumos e implantación de sistemas de vigilancia de ingredientes
adquiridos para producir guacamole.
Por su parte, las regulaciones sobre capacitación, salud e
higiene del personal y prácticas sanitarias propagaron mecanismos
de aprendizaje de inversión y producción dentro de la empresa. En
efecto, la capacitación del personal operativo es una actividad que
implicó el diseño de programas de entrenamiento relacionados
con la manipulación del producto y esquemas de limpieza y
mantenimiento de la planta; para el personal especializado representa
su desplazamiento a centros de investigación públicos y privados
para recibir entrenamiento sobre química orgánica –especialmente
para evitar el desarrollo de microorganismos en los productos.
Asimismo, los mecanismos de aprendizaje tecnológico con respecto
a la producción, son evidentes al mejorar la disposición de los
departamentos dentro de la planta. Por ejemplo, separar el laboratorio
de microbiología del interior de la planta de producción para evitar la
contaminación cruzada.
En conjunto, con estos tres tipos de regulaciones se concibieron
innovaciones de proceso y administrativas. Las más importantes
son la capacitación bimestral dentro de la empresa; la creación de
cuadrillas de monitoreo para vigilar que en el proceso no se genere
contaminación del producto y el acondicionamiento de cuartos
limpios y cámaras de refrigeración in situ.
154
Paradigma Económico
Conclusiones
El principal objetivo de este trabajo fue examinar la influencia de
las normas de calidad sanitarias y fitosanitarias en la competitividad
empresarial de las firmas procesadoras de aguacate, es decir, sobre
la formación de su capacidades tecnológicas. Uno de los principales
factores que han influido en este grupo de empresas para ingresar
al mercado externo es el cumplimiento de normas sanitarias y
fitosanitarias sobre la fabricación de alimentos procesados, pues las
normas públicas y privadas internacionales son estrictas respecto a
la inocuidad de los productos agrícolas procesados para el consumo
humano. Por esta razón, los fabricantes de aceite, guacamole y
cosméticos (jabones, champú o cremas, entre otros) desarrollaron
gradualmente habilidades de gestión organizacional dando por
resultado la acumulación de capacidades tecnológicas básicas e
intermedias, porque las empresas procesadoras de aguacate han
adaptado maquinaria y equipo utilizados en otras industrias o
bien la adquieren para obtener productos totalmente inocuos; sus
habilidades se concentran en el producto elaborado de acuerdo con
procesos de producción que permitan obtener una mercancía libre
de microorganismos dañinos para la salud humana o que conservan
todas las propiedades del aguacate para el uso del aceite crudo en la
industria farmacéutica.
Por lo anterior, los procesadores desarrollaron habilidades
innovadoras al encontrar nuevos usos para un producto agrícola que
les han permitido industrializarlo o agregarle valor para competir en
el mercado internacional. Así pues, las actividades más importantes,
fuente de generación de capacidades avanzadas, podrían relacionarse
con el diseño de nuevos procesos y productos.
El diseño de nuevos procesos para la elaboración de productos
derivados del aguacate es una actividad en la cual algunas empresas
han puesto un gran interés desde hace varios años y consiste en
desarrollar formas más eficientes de trabajar en la extracción del aceite
de aguacate (virgen, extra virgen y crudo), el despulpado de la fruta y
la producción de guacamole inocuo, que se manifiestan en la calidad
del producto y la rapidez del proceso. Los nuevos procesos son, para
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
155
el aceite, el tipo de extracción por medio de prensas, que asegura la
permanencia de moléculas del aceite utilizado para la fabricación de
medicamentos, atributo que, por el contrario, no asegura la extracción
por centrifugación y refinación a altas temperaturas. Por su parte, las
empresas fabricantes de guacamole en diferentes presentaciones han
hecho hincapié en lograr un producto inofensivo para el consumo,
y durable; por lo tanto, tiene un proceso totalmente automatizado
que consiste en despulpar el aguacate y mezclar la pulpa con algunos
ingredientes en máquinas de alta presión para asegurar la inocuidad
y estabilidad del producto. Estos trabajos son relativamente recientes
y su diseño puede dar origen a que las firmas generen capacidades
distintivas en el futuro; sin embargo, a la fecha no existen vínculos
con universidades, centros de investigación u otras instituciones para
trabajar en el procesamiento del aguacate y en otros relacionados con
el medio ambiente.
De esta forma, el diseño de nuevas técnicas para el procesamiento
de aguacate podría considerarse como una capacidad innovadora
avanzada si se estrechan los vínculos tanto con los centros de investigación y universidades para realizar junto con ellos investigación básica
y aplicada con lo cual se podría generar un cambio en las empresas.
Por otro lado, el diseño de nuevos productos es una actividad
constante de los procesadores de este sector que en parte se debe a
su tendencia a la innovación: desarrollo de nuevos subproductos
como saborizantes elaborados a partir del bagazo restante después
de la extracción del aceite; o la generación de nuevos productos al
diversificar el giro de cosmética al área gourmet; o bien la variación
en los ingredientes del guacamole de acuerdo con las peticiones de
los clientes. Es importante destacar lo anterior ya que la mayoría de
las empresas manufacturan sus productos y agregan otros nuevos que
cumplen con las especificaciones del cliente.
Esta capacidad en diseño se podría considerar en el análisis como
avanzada, ya que en este caso si bien teóricamente se señala que
el diseño de productos nuevos involucra investigación, desarrollo,
innovación y un manejo audaz en la administración del cambio técnico,
en el caso de las actividades de los empresarios entrevistados lo que les
permite diseñar procesos y productos nuevos es su experiencia en otros
156
Paradigma Económico
empleos relacionados con la extracción de aceites y/o las habilidades
o destrezas generadas al construir plantas nuevas; pero no han
alcanzado el nivel de capacidad tecnológica distintiva ya que aún esta
habilidad no les permite competir estratégicamente en el mercado,
pero sí se constituye en una capacidad tecnológica originaria.
Por otra parte, las actividades de vinculación avanzadas o
metacapacidades existen en el subsistema de procesadores de
manera incipiente ya que los empresarios acuden a instituciones
de investigación para buscar la creación de nuevos productos o la
diversificación en la composición química de sus ingredientes. Aunque
esta capacidad innovativa de apoyo avanzada es latente, no se han
concretado principalmente por la falta de vínculos estrechos con los
agentes del sistema sectorial como son las universidades, centros de
investigación, organizaciones de promoción gubernamental o privadas
y asociaciones.
Quedó así determinado que las habilidades tecnológicas básicas
e intermedias de los procesadores de aguacate se han desarrollado de
manera interna, no obstante, existe la posibilidad de que se generen
capacidades avanzadas cuando estas empresas estrechen sus relaciones
con el sistema sectorial de innovación en el que están insertas.
De esta manera, la relación entre las regulaciones, el aprendizaje y
la formación de habilidades tecnológicas es ahora clara. Los estándares
de calidad se combinan con los diversos tipos de conocimiento que
posee un productor y su aplicación permite el aprendizaje tecnológico
en el momento en que los miembros de las empresas sistematizaron
y codificaron las mejores prácticas productivas. Es decir, el aprendizaje
tecnológico generó cambios en las rutinas productivas y organizacionales
de los procesadores con lo cual se acumularon capacidades innovativas
básicas e intermedias. Así, la mayoría de los procesadores aprenden
en el momento en que han almacenado, administrado y movilizado
un conjunto de experiencias, habilidades y conocimientos difundidos
por los institutos de investigación, universidades, asociaciones y
fundaciones. Así, las normas de calidad son una institución y un factor
importante para la competitividad de las empresas porque con ellas se
ha reducido la incertidumbre en el comercio de bienes agrícolas.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
157
Bibliografía
Andersen, E. (1991), “Techno-economic paradigms as typical
interfaces between producers and users”, Journal of Evolutionary
Economics, vol. 1, No. 2, pp.119-144.
Aoki, M. (1990), La estructura de la economía japonesa, Fondo de Cultura
Económica (FCE), México.
Arias, A. y G. Dutrénit (2004), “Acumulación de capacidades
tecnológicas locales de empresas globales en México: el caso del
Centro Técnico de Delphi Corp.”, Revista Iberoamericana de Ciencia,
Tecnología, Sociedad e Innovación, no. 6, http://www.oei.es, mayo –
agosto.
Arias, A. (2003), “Mecanismos de aprendizaje y capacidades
tecnológicas: el caso de una empresa del sector curtidor”, en
Aboites, J. y G. Dutrénit (coords.) (2003), Innovación, aprendizaje
y creación de capacidades tecnológicas, Universidad Autónoma
Metropolitana, Unidad Xochimilco y Miguel Ángel Porrúa,
México.
Badia, G. (1998), Calidad: enfoque ISO9000, Ediciones Deusto, España.
Bell, M. y K. Pavitt (1995), “The development of technological
capabilities”, en Trade, technology, and international competitiveness,
Economic Development Institute of the World Bank, Estados
Unidos.
Bell, G. y K. Pavitt (1993), “Technological accumulation and industrial
growth: contrast between developed and developing countries”,
Industrial and Corporate Change, Oxford University Press, volumen
2, número 2.
Bell, M. (1984), “Learning and the Accumulation of Industrial
Technological Capacity in Developing Countries”, en Fransman,
M. y K. King (eds.), Technological Capability in the Third World,
Macmillan, Londres, pp. 187-209.
Best, M. (2002), “Regional growth dynamics regional growth
dynamics: a capabilities perspective”, en Pitelis. Ch. (compilador),
The growth of the firm. The legacy of Edith Penrose, Oxford University
Press, Nueva York.
158
Paradigma Económico
Bioplus (1998), Aguacate, http://www.bioplus.com.mx/aguacate.htm
(Fecha de consulta 12 de marzo de 2007)
Brunsson, N. y B. Jacobsson (2000), A world of standards, Oxford
University Press, Inglaterra.
Burgelman, R., et al. (1995), Strategic Management of Technology and
Innovation, 2ª edición, McGraw-Hill, México.
CAC (1997), Código internacional para el recomendado y revisado de
prácticas-principios generales de higiene de los alimentos, (http://
www.alimentosargentinos.gov.ar/programa_calidad/Marco_
Regulatorio/normativa/codex/rcp/1-1997.PDF, fecha de consulta
16 de octubre de 2007)
Casanueva, C. (2001), “The Acquisition of Firm Technological
Capabilities in Mexico’s Open Economy, The Case of Vitro”,
Technological Forecasting and Social Change, núm. 66, pp. 75–85.
Chandler, A. (1962), Strategy and Structure: The History of American
Industrial Enterprise, MIT, Press, Cambridge, MA.
Choo, C. W. (1999), La organización inteligente, Oxford University Press,
México.
Coase, R. (1937), “The Nature of the Firm”, en Williamson, O, y S.
Winter, The Nature of the Firm: Origins, Evolution, and Development,
Oxford University Press, (1992), México, pp. 18-75.
Codex Alimentarius (1999), Manual de Procedimientos, Organización
Mundial de la Salud y FAO (http://www.codexalimentarius.net/
web/index_es.jsp (fecha de consulta 16 de octubre de 2007)
Codex para Grasas y Aceites Comestibles no Regulados por Normas
Individuales CODEX STAN 19-181 (Rev. 2-1999) (www.
codexalimentarius.net/download/standards/74/CXS_019f.pdf,
fecha de consulta 16 de octubre de 2007)
Cohen W. y D. Levinthal (1990), “Absorptive capacity: a new
perspective on learning and innovation”, Administrative Science
Quarterly, núm. 35, pp. 128-152.
DiMaggio, W. y W. Powell (1991), The new institutionalism in organizational
analysis, The University of Chicago Press, Chicago, IL.
Dosi, et al. (1988), “The nature of innovative process”, en Technological
Change and Economic Theory, Pinter Publishers, Londres.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
159
Dutrénit, G. (2003), “Retos de la administración del conocimiento
en la construcción de las primeras capacidades centrales. Un
estudio del caso del Grupo Vitro”, en Aboites, J., y G. Dutrénit
(coordinadores), Innovación, aprendizaje y creación de capacidades
tecnológicas, UAM-X, Miguel Angel Porrúa, México.
Dutrénit, G. (2001), “El papel de las rutinas en la codificación del
conocimiento en la firma”, en Análisis Económico, vol. XVI, núm.
34, UAM-A, México.
Dutrénit, G. (2000), Learning and Knowledge Management in the firm:
from Knowledge Accumulation to Strategic Capability, Edward Elgar
Publishing, Cheltenhan.
Dutrénit, G. y A. Vera-Cruz (2001), “Aprendizaje, conocimiento
y capacidades tecnológicas”, Monografía núm. 2 del proyecto
Aprendizaje Tecnológico y Escalamiento Industrial: Generación
de Capacidades de Innovación en la Industria Maquiladora de
México, COLEF/FLACSO/UAM, México.
Faulkner, W., J. Senker, L., Velho (1995), Knowledge Frontiers, Public sector
research and industrial innovation in biotechnolohgy, engineering ceramis, and
parallel computing, Clarendon Press, Oxford.
Figueiredo, P. (2002), “Learning processes features and technological
capability-accumulation: explaining inter-firm differences”,
Technovation, núm. 22, pp. 685-698.
ISO 22000 (2005), Nuevo estándar mundial de seguridad alimentaria, SGS,
Infocalidad, (http://www.qsinnovations.com/iso22000espanol.
htm, fecha de consulta 15 de noviembre de 2007)
Juran y Gryna (1995), Análisis y planeación de la calidad, McGraw-Hill,
México.
Keohane, R. (1984), After Hegemony: Cooperation and discord in the world
political economy, Princeton University Press.
Kim, L. (1999), “Building Technological Capability for
Industrialization: Analytical Frameworks and Korea’s
Experience”, Industrial and Corporate Change, vol. 8, núm. 1, Oxford
University Press. pp. 111-136.
Krasner, S. (1983), International Regimes, Cornell University Press.
160
Paradigma Económico
Lall, S. (1993), “Technological capabilities”, en Salomon, J.J., et al.
(eds.), (1994), The Uncertain Quest: Science, Technology and Development,
UN University Press, Tokio.
Lall, S. (1992), “Technological Capabilities and Industrialization”,
World Development, vol. 20, núm. 2, pp. 165-86.
Larach, A. (2003), “El acuerdo sobre la aplicación de medidas sanitarias y
fitosanitarias: contenido y alcance para América Latina y el Caribe”,
CEPAL, Serie Comercio Internacional, 39, Santiago de Chile.
Laudoyer, G. (1995), La certificación ISO9000: Un motor para la calidad,
CECSA, México.
Leonard-Barton, D. (1995), “A Dual Methodology for Cases Studies”,
in G. Huber y A. Van de Ven (eds), Longitudinal Field Research
Methods, pp. 38-64,
Leonard-Barton, D. (1992), “Core Capabilities and Core Rigidities:
a Paradox in Managing New Product Development”, Strategic
Management Journal, núm. 13.
Lundvall, B. (1996), “The Social Dimension of the Learning
Economy”, DRUID, Working Paper, núm. 96-1.
Lundvall, B. (1992a), (editor) National Innovation Systems: Towards a
Theory of Innovation and Interactive Learning, Pinter, Londres.
Lundvall, B. (1992b), “User-producer relationships, national systems
of innovation and internalization”, en Lundvall, B. A., (editor),
National systems of innovation, Pinter, Londres.
Market Asia (1995), “Agribusiness Information. World Market for
Avocado”. RAP. Market Information Bulletin, núm. 10, http://
fintrac.com/rap/bulletins/market/avocado.html.
Market Studies, Inc. (1998), U.S. Cosmetics and Toiletries Market,
http://www.marketstudies.com/cos989/hihglts.htm.
Nonaka, I. y N. Konno (1998), “The concept of ‘ba’: Building a
foundation for knowledge creation”, California Management Review,
vol. 40, núm. 3, pp. 40-54.
Nonaka, I. y H. Takeuchi (1995), The knowledge-creating company: How Japanese
companies create the dynamics of innovation, Oxford University Press.
Nonaka, I. (1994), “The Knowledge-Creating Company”, en Neef, D.,
G. Siesfeld y J. Cafola, The Economic impact of knowledge, Resources for
the knowledge based economy, Laurence Prusak, Series editor.
Competitividad, aprendizaje tecnológico... / Martín Carbajal-Garrocho Rangel
161
Noth, D. (1991), “Institutions”, The Journal of Economic Perspectives, vol.
5, núm. 1, pp. 97-112.
Pavitt, K. (2001), “Public Policies to Support Basic Research: What
Can the Rest of the World Learn from US Theory and Practice?
(And What They Should Not Learn)”, Industrial and Corporate
Change, vol. 10, núm. 3, pp. 761-779.
Pavitt, K. (1971), “La empresa multinacional y la transferencia
de tecnología”, en Dunning, J., (coompilador), La empresa
multinacional, Fondo de Cultura Económica, México, pp. 72-103.
Penrose, E. (1959/1972), The Theory of the Growth of the Firm, Basil
Blackwell, Oxford.
Prahalad, C. y G. Hamel (1990), “The Core Competence of the
Corporation”, Harvard Business Review, núm. 68, núm. 3, mayoJunio.
Richarson, G. (1972), The organization of the industry, EBSCO
Publishing.
Rosenbloom, R. y C. Christensen (1998), “Technological discontinuities,
organizational capabilities, and strategic commitments”, en Dosi,
G., D. Teece y J. Chytry (editores), Technology, Organization, and
Competiiveness, Oxford University Press, Gran Bretaña, pp. 215-246.
Smith, A. (1984), “Technological capability in oil refining: Sierra
Leone”, Progress Report to International Development Research Centre,
Ottawa, ON, Canadá.
Strange, S. (1988), States and Markets, Pinter Publishers, Londres.
Swisher, H. (1988), “Avocado Oil. From Food Use to Skin Care”,
Journal of the American Oil Chemists’ Society, vol. 65.
Tacla, C. y P. Figueiredo (2002), “Aprendizagem e Competências
Tecnológicas na Indústria de Bens de Capital: O Caso da
Kvaerner Pulping do Brasil”, Simpósio de Gestão da Innovação
Tecnológica, Brasil, 6 a 8 de noviembre.
Teece D. y G., Pisano (1994), “The dynamic capabilities of firms:
An introduction”, International Institute for Applied Systems Analysis,
(IIASA), Austria.
Teece, D. (1986), “Capturing value from knowledge assets: the new
economy, markets for know-how, and intangible assets”, California
Management Review, vol. 40, núm. 3.
162
Paradigma Económico
Thompson, A. y A. Strickland (2001), Administración estratégica, Mc
Graw-Hill, México.
Unger, K. (1993), “Productividad, desarrollo tecnológico y
competitividad exportadora en la Industria Mexicana”, Economía
mexicana, Nueva época, núm. 3, México.
Vera-Cruz, A. (2003), “Apertura económica, exportaciones y
procesos de aprendizaje. El caso de la Cervecería CuauhtémocMoctezuma”, en Aboites, J.aime y G. Dutrénit (coords.),
Innovación, aprendizaje y creación de capacidades tecnológicas, Universidad
Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco y Miguel Ángel
Porrúa, México.
Villavicencio, D. y M. Salinas (2002), “La gestión del conocimiento
productivo: las normas ISO y los sistemas de aseguramiento de
calidad”, Revista Comercio Exterior, vol. 52, núm. 6.
Villavicencio, D. y Arvanitis, R. (1994), “Transferencia de tecnología
y aprendizaje tecnológico. Reflexiones basadas en trabajos
empíricos”, El trimestre económico, vol. LXI (2), núm. 242, pp. 257279.
Wikström, S. (1995), “The customer as co-producer”, European Journal
of Marketing, vol.30, núm. 4, pp. 6-19.
Wikström, S. y Normann, R. (1994), Knowledge and value: a new perspective
on corporate transformation, Routledge, Londres.
Efecto del progreso técnico
sobre el crecimiento y el
desarrollo humano
María Teresa Herrera Rendón-Nebel
Resumen
Desde una perspectiva del progreso técnico para el caso de economías
emergentes ¿qué combinación de elementos permiten alcanzar
simultáneamente crecimiento económico y desarrollo sustentable?,
¿pudiera ser que los criterios de elección del progreso técnico fueran
la fuente de desequilibrios intersectoriales, desarrollo interrumpido y
minimización de libertades humanas?
El objetivo del presente artículo es introducir una serie de
reflexiones encaminadas a dar respuesta a los cuestionamientos
arriba señalados, a través de un estudio en torno a los efectos del
progreso técnico sobre: 1) el crecimiento intersectorial, 2) creación y
distribución del ingreso 3) desarrollo humano. Esto nos permitirá al
final proponer un criterio de elección del progreso técnico adaptado
a los modelos de distribución de ingreso y empleo existentes en
economías emergentes.
Palabras clave: Progreso técnico, crecimiento y desarrollo humano,
crecimiento económico, distribución del ingreso, eficiencia social.
Código JEL: O11, O33, O34.
[ 163 ]
164
Paradigma Económico
Abstract
From the standpoint of technical progress in an emerging economy,
which combination of factors may achieve both economical
growth and sustainable development? Can we identify some sort of
technical progress which lead to intersectorial disequilibrium, hold
back development and restrain human freedom? The goal of this
paper is to introduce a series of reflections to find a path between
both questions, by studying the effects of technical progress on 1)
intersectorial growth rates, 2) wealth creation and distribution and
3) human development. This shall lead us to propose a criterion of
choice for technical progress adapted to the income distribution and
employment pattern of emerging economies.
Kee words: Technical progress, Human development, Growth.
Claves JEL: O11, O33, O34.
Introducción
El presente trabajo está dividido en tres grandes partes: en la primera
describimos los diferentes determinantes del crecimiento subrayados
por la teoría, dentro de los cuales existe el progreso técnico. Después,
particularizamos en el concepto y la tipología de esta variable y
proponemos algunas líneas de investigación a seguir dentro de este
campo. Más adelante, vemos las posibles formas de medir el impacto
del progreso técnico sobre el crecimiento. En la segunda elaboramos
una revisión del papel del progreso técnico dentro de las teorías
de desarrollo y subrayamos la importancia de ampliar el análisis
de los efectos de los diferentes tipos de progreso técnico sobre el
desarrollo, introduciendo algunas variaciones a los supuestos de
base comúnmente empleados. Observamos empíricamente algunas
persistencias históricas de desequilibrio, resaltando la inestabili-dad en
los ritmos de crecimiento intersectoriales y en la distribución de ingreso
y el empleo, considerando el caso de México, particularmente.
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
165
En esta sección introducimos algunas posibles medidas del
impacto del progreso técnico sobre el desarrollo humano. En la
tercera parte resaltamos la necesidad de crear un nuevo criterio de
elección, aplicando dos conceptos recientes en la literatura científica;
el de eficiencia técnica, social y el enfoque de capabilidades.
Este artículo introduce una serie de trabajos por publicar en
torno a las ideas arriba señaladas.
1. Crecimiento económico y progreso técnico
¿Qué elementos permiten el logro simultáneo de crecimiento
económico y desarrollo sustentable, que tengan como fin último el
desarrollo humano?
Para tratar de responder a este cuestionamiento nos enfocamos
primero al crecimiento económico y sus componentes, después
analizaremos elementos de desarrollo sustentable y finalmente
daremos algunas líneas de investigación a seguir ligadas a estos
tópicos.
1.1 Crecimiento económico
Las teorías del crecimiento desde Smith y Ricardo hasta las actuales
de crecimiento endógeno con capital humano, se han formulado
la siguiente pregunta: ¿cuáles son las variables que contribuyen al
crecimiento económico de un país? La respuesta depende del enfoque
teórico que se elija. La teoría neoclásica afirma que la relación de
las variables que intervienen en el proceso de crecimiento puede ser
expresada a través de la función neoclásica de producción:
Yt=F λ(αt)(K t, Lt, T t, K tH) (1.1)
Donde (K) es el capital, (T) la tierra, (L) el trabajo, el capital humano
(KH) y el progreso técnico (λ), Y es el nivel de producción agregado y
t el tiempo.
166
Paradigma Económico
El crecimiento económico depende de estas cinco variables, pero
¿cuál es el peso atribuido a cada una de ellas?
Los trabajos de Maddison (1991, 1992) permiten ver la aportación de cada una de las variables sobre el crecimiento del pib (ver
cuadro 1 y 2).
El cuadro 1 representa las tasas de crecimiento y productividad
de cada uno de los factores de producción. Para el caso de México,
de 1940 a 1950, una de las principales variables que contribuía al
crecimiento económico era el capital (K) con 3.1. Después de este
periodo la ponderación cambia y la productividad del trabajo se
convierte en una de las principales fuentes de crecimiento.
El cuadro 2 señala las fuentes de crecimiento para varias naciones
desarrolladas; en los tres países de la muestra: Francia, Alemania, y
Japón, la productividad del capital es mayor, en otras palabras, su
participación al crecimiento económico es más importante en relación
con el resto de los insumos.
Uno de los elementos a resaltar es que el peso atribuido a cada
uno de los factores de producción dados por la ec. 1.1, son diferentes
entre países. Para el caso mexicano, economía con un bajo nivel
de ingreso, la productividad de la mano de obra es más elevada en
relación con la productividad del capital, excepto para el primer
periodo de la muestra. Estos datos difieren de los del cuadro 2,
correspondientes a economías con un alto nivel de ingreso, donde el
factor de producción más importante es el capital.
Cuadro 1
Fuentes de crecimiento para México de 1940 a 1985
Periodo
Renovacióndelstock
de capital neto fijo
Tierra
Empleo
Factoresdeproducción
combinados
PIB
PTFa
PLb
PCc
1940-50
2.7
4.4
3.6
3.5
6.0
2.4
2.3
3.1
1950-60
5.0
1.7
2.0
2.8
6.1
3.2
4.0
1.0
1960-70
6.4
3.8
2.4
3.9
6.5
2.5
4.0
0.1
1970-80
7.5
0.2
4.1
5.3
6.6
1.2
2.4
-0.9
1980-85
2.4
2.9
1.7
2.1
1.6
-0.5
-0.1
-0.8
Fuente: Maddison A., y Associates (1992),The Political Economy of Poverty, Equity and Growth,
Brazil and Mexico, World Bank, Oxford University Press, p. 146.
PTF: Productividad total de los factores; b) PL: Productividad del trabajo; c) PC: Productividad
del capital.
167
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
Cuadro 2
Fuentes del crecimiento en otros países
(tasas promedio de crecimiento anual)
País
Francia
Fuente de crecimiento :
Trabajo (insumo)
Capital (insumo)
Crecimiento total de los insumos
Crecimiento en la productividad
Crecimiento de la producción total
Alemania
Fuente de crecimiento :
Trabajo (insumo)
Capital (insumo)
Crecimiento total de los insumos
Crecimiento en la productividad
Crecimiento de la producción total
Japón
Fuente de crecimiento :
Trabajo (insumo)
Capital (insumo)
Crecimiento total de los insumos
Crecimiento en la productividad
Crecimiento de la producción total
1913-50
1950-1973
1973-87
-0.17
0.65
0.48
0.67
1.15
0.18
1.84
2.02
3.02
5.04
-0.25
1.49
1.24
0.92
2.16
0.38
0.62
1.00
0.28
1.28
0.15
2.27
2.42
3.50
5.92
-0.49
1.28
0.79
1.01
1.80
0.36
1.21
1,57
0.67
2.24
2.57
2.93
5.44
3.83
9.27
0.67
2.28
2.95
0.78
3.73
Fuente:Maddison,A.(1991). DynamicForcesinCapitalistDevelopment:ALongRunComparative
View, Oxford University Press.
Otro elemento interesante a destacar es que el progreso técnico no
está considerado en estas mediciones, al igual que el capital humano.
En realidad, son pocos los trabajos empíricos capaces de medir
con precisión estas variables. Algunos esfuerzos en esta línea de
investigación usan el residuo de Solow para capturar los efectos del
progreso técnico, pero los trabajos que intentan medir los del capital
humano sobre el crecimiento son muy escasos, particularmente en
México. Sin embargo, a pesar de la escasez empírica en materia de
progreso técnico (λ), la literatura económica tiene un vasto número
de trabajos dedicados al estudio de esta variable, algunos de los cuales
abordaremos en el siguiente apartado.
Hasta aquí hemos visto que el crecimiento económico puede ser
medido por los incrementos anuales del pib y que este crecimiento
depende de los factores de producción señalados en la ec. 1.1, tierra,
trabajo, capital, capital humano y progreso técnico. Sin embargo, estos
168
Paradigma Económico
resultados son macroeconómicos y no permiten ver cuál es el impacto
del crecimiento sobre la distribución del ingreso, o bien cuál es el nivel
de vida, o de libertad del que gozan los individuos en estas economías.
En otras palabras, no nos es posible conocer el grado de desarrollo
del país. Para observar estas variables es necesario recurrir a otro tipo
de indicadores más desagregados. En esta dirección, proponemos en
adelante hacer un análisis intersectorial, particularizando los efectos
del progreso técnico.
1.2 Progreso técnico, concepto y tipología
En materia de progreso técnico, sin duda la referencia principal es
atribuida a Schumpeter. A pesar de que antes de él ya encontramos
referencias a los procesos de innovaciones, como en Ricardo (1821,
cap. 2 y 41), Mill (1848, libro 1:cap. 6 secc. 2 y 3; cap. 7, secc. 4; libro
4: cap.4, secc. 6); Marx (1894, vol 3, cap.4 et 5); Pigou (1920); Wicksell
(1934, vol 1, 163-164); Schumpeter continúa siendo la referencia
principal (Blaug, 1963).
Schumpeter considera que el progreso técnico está ligado
estrechamente al desarrollo, considerándolo como una variable
endógena al sistema: “By development therefore, we shall understand
only such change in economic life as are not forced upon it from
without but arise by its own initiave, from within…” (Schumpeter
2002: 63).
Blaug (1963) estima que Schumpeter y los autores arriba citados,
definen al progreso técnico como cualquier cambio en los métodos
de producción de una empresa; independientemente de los nuevos
métodos que hayan sido ensayados antes.
En los años treinta, siguiendo a Blaug, la atención se centra
en definir el progreso técnico en función de la clasificación de las
innovaciones, es decir, si son ahorradoras de mano de obra, de capital
o neutras. En los años setenta el interés se localiza en el mecanismo
que explica el sesgo sistemático, o ausencia, en la inclinación hacia el
ahorro de factores del cambio técnico, como es el caso del progreso
técnico estudiado por Hicks (1957) y Salter (1960).
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
169
La evolución en el estudio del progreso técnico debate cómo
definir al progreso técnico, si en función de los cambios en los
procesos productivos o en función de la clasificación de los tipos de
progreso técnico. Blaug (1963), en relación con este punto, decía: “no
se ha llegado a ningún consenso sobre estas cuestiones. En realidad
hay mucha confusión sobre el estado analítico de la teoría”.
Como vemos, la noción del progreso técnico ha sido objeto de
innombrables discusiones y debates académicos desde David Ricardo
Ruben hasta nuestros días (Blaug, 1963; Kennedy, 1972 y Rosenberg,
1976, Fagerberg, et al., 2006).
A pesar de los debates antes mencionados, existen ciertos puntos
de acuerdo plasmados adecuadamente en la definición otorgada
por Biscay, definiendo al progreso técnico como: “el resultado de
las innovaciones, la puesta en marcha de la implantación de una
nueva innovación que permite mejorar los métodos de producción
y aumentar la productividad; manifestándose a través de cambios en
máquinas y en nuevas organizaciones de trabajo. El Progreso técnico
es factor de crecimiento” (Biscay, 2007).1
Otro de los puntos de acuerdo, es que existen diferentes tipos
de progreso técnico; según la clasificación de Allen (1967:236-257),
podemos clasificar al progreso técnico en dos grandes grupos: el
incorporado que se presenta cuando existen cambios en las unidades
de los factores de producción: Labor-saving-technical-change
( lstc ) y Capital-saving-technical-change (cstc ) entre otros, y el
no incorporado: factors-augmenting-technical-change (fatc ), que
se presenta cuando la eficacia de ambos factores de producción se
incrementa; el labor-augmenting-technical-change (latc ), también
conocido como el progreso técnico neutral de Harrod2, donde la
eficacia del trabajo aumenta mientras la del capital no sufre cambios y
el capital-augmenting-technical-change (catc ).
Esta definición es la que adoptaremos de aquí en lo sucesivo, cada vez que
hablemos de progreso técnico.
2
Es importante señalar que desde nuestro punto de vista, las teorías de crecimiento
endógeno limitan el análisis de los efectos del progreso técnico al suponer que la única
forma posible de éste es la forma Harrod-Neutral-Technical-Change.
1
170
Paradigma Económico
En cuanto a su papel dentro de las teorías de crecimiento, el
progreso técnico puede jugar un rôle pasivo o activo. Tal argumento
ha dividido a la teoría en dos grandes grupos: Por un lado, están
las teorías clásicas de crecimiento, quienes otorgan un rôle pasivo al
progreso técnico (Ricardo, 1819 (ed.) 1960; Harrod, 1939; Domar,
1942; Solow, 1956; entre otros). Por otro lado se encuentran las
teorías de crecimiento endógeno, las cuales postulan que el progreso
técnico juega un papel activo en materia de crecimiento (Schumpeter,
1934, (ed.) 2002; Solo R., 1966; Dixit y Stiglitz, 1977; Romer, 1986;
Lucas, 1988; Rebelo, 1991 y Aghion y Howitt, 1992). Recientemente,
encontramos también los enfoques: Neo-schumpeterianos, kaldorianos,
structuralistas y evolucionistas que hacen hincapié en la naturaleza
desequilibrante del cambio económico debida al progreso técnico o
las innovaciones (Fagerberg, et al., 2006:568).
Las teorías actuales de crecimiento endógeno están de acuerdo en
que el progreso técnico es una variable fundamental y que contribuye
en una gran proporción al crecimiento económico de las naciones
(Guellec, 2001:59).
Sin embargo, cabe señalar que la diversidad de los progresos
técnicos no es considerada dentro de los modelos de crecimiento.
Hasta los años ochenta, redujeron el debate histórico sobre el
concepto del progreso técnico al considerarlo sólo bajo la forma de
cambios en las técnicas de producción y suponer que únicamente
existe un tipo de progreso técnico de la forma Harrod-NeutralTechnical-Change, dejando a un lado cualquier análisis posible en
torno al resto de los progresos técnicos existentes; somos partidarios
de que el progreso técnico es importante en materia de crecimiento
y desarrollo, pero consideramos puede ser fuente de desequilibrio
bajo ciertos supuestos; creemos necesario analizar ampliamente sus
efectos incluyendo sus diferentes tipos observando su efecto sobre
el crecimiento, creación y distribución de ingreso y sobre el empleo
sectorial, elementos que pudieran resolver la dicotomía existente entre
crecimiento y desarrollo.
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
171
1.3 Progreso técnico y efecto ingreso
La literatura tradicional postula que todo cambio en el progreso
técnico tiene un efecto ingreso. El progreso técnico de la forma
Harrod-Domar-Tecnical-Change permite continuar la senda de
crecimiento, esto es, el efecto ingreso es positivo relativamente al
crecimiento agregado.
Sin embargo, ¿qué sucede con el crecimiento sectorial? según
Rybczynski (1955:337-338), la presencia de un choque técnico en
un sector en los que se divide la economía en su modelo, aumenta la
dotación de uno de los factores de producción (T o K), esto debería
generar crecimiento en el sector donde se produce el cambio, a su vez
esto impulsa, vía la demanda, el crecimiento del resto de los sectores,
dando como resultado un crecimiento económico generalizado.3
Ahora bien, qué sucede si analizamos los efectos de cada uno de
los progresos técnicos enumerados por Allen modificando ciertas
condiciones de base, como la condición del equilibrio en el mercado
de trabajo y la hipótesis implícita de la elasticidad ingreso de la
demanda de los bienes comerciables. ¿Es posible que bajo ciertas
condiciones el efecto ingreso sea negativo? Si esto es posible, al menos
desde un punto de vista teórico, no hay crecimiento intersectorial
como no habría efecto demanda, provocando desequilibrios
intersectoriales, sin alcanzar el crecimiento generalizado.
Un análisis estricto y detallado sobre los efectos de diferentes
tipos de progreso técnico sobre el crecimiento es obligatorio. Para
realizar un análisis más preciso sobre este aspecto y que hemos
trabajado en los últimos dos años se sugiere ver a Herrera, (2003,
2008a).
Dentro de las principales conclusiones en esta línea, encontramos
que no todo progreso técnico permite un efecto ingreso, el efecto
final depende del tipo de progreso técnico que se presente, es decir,
si el progreso técnico es del tipo incorporado (labor-saving-technical3
El lector apreciará que el tipo de progreso técnico en el modelo de Rybczynski
cambia en el número de factores empleados mientras que el modelo de Harrod es de
tipo neutral.
172
Paradigma Económico
change; capital-saving-technical-change) o del tipo no incorporado
(factor augmenting-technical-change; o el neutral de Harrod o neutral
de Solow) y de la dinámica de otras variables macroeconómicas, tales
como el mercado de trabajo y la elasticidad ingreso de la demanda
de los bienes de exportación.4 Desde un punto de vista teórico, es
posible tener un efecto ingreso negativo generando disparidades en el
ritmo de crecimiento intersectorial.
2. Eficiencia técnica como medida de progreso técnico
¿Todo progreso técnico tiene un efecto ingreso positivo o negativo?
Si éste fuera el caso ¿Cómo podemos capturar estos efectos?
La literatura más reciente basada en las aportaciones de Farrel
(1957), pregona que el indicador de productividad comúnmente
utilizado no proporciona la información deseada, de aquí que
proponga calcular una frontera de eficiencia técnica. Farrel
comprueba, basándose en datos de la agricultura, que existen
diferentes resultados posibles cuando se calcula la frontera óptima de
producción. Esto es, en la estimación de la función de producción,
uno puede admitir la posibilidad de que existe una ineficiencia
productiva cuando la producción total es menor que la máxima
producción obtenida dados los factores de producción. Farrel
(1957:253) decía: “the problem of measuring the productive efficiency
of an industry is important to both the economic theorist and the
economic policy maker…the relative efficiency of different economic
systems are to be subjected to empirical testing, is essential to be able
to make some actual measurement of efficiency. Equally, if economic
planning is to concern itself with particular industries, is important
to know how far a given industry can be expected to increase its
output by simply increasing its efficiency, without absorbing further
resources.”
4
Los efectos del progreso técnico sobre el crecimiento intersectorial, la distribución
del ingreso, el empleo y los precios relativos son analizados en un documento que está por
publicarse, titulado: Progreso técnico y el efecto sobre los precios relativos.
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
173
Existen diversos trabajos de investigación que han continuado
con las ideas de Farrel, Lovell (1996), Millan J., y Aldaz N. (2004)
entre otros, su objetivo común es construir una frontera de eficiencia
técnica con el fin de medir la eficiencia relativa de las empresas; las
que están cercanas a la frontera de eficiencia son más competentes y
más alejadas son menos eficientes.
Lo que hemos buscado en esta línea de investigación, es ver si el
efecto del progreso técnico sobre el crecimiento pudiera ser estimado
a partir de los aportes en materia de eficiencia técnica, con el fin
de poder ver si el impacto del progreso técnico sobre el ingreso es
positivo o negativo. Esto es, si formando una frontera óptima de
eficiencia, dado un progreso técnico cualquiera, el impacto positivo se
reflejaría a través de las empresas que se acerquen más a esta frontera
de eficiencia mientras que las más alejadas serían las empresas cuyo
efecto ingreso es negativo.
Sin embargo, queda todavía por evaluar si a nivel teórico
pudiéramos sustentar este tipo de evaluaciones sobre el impacto de
progreso técnico sobre el crecimiento. Por otro lado, lo que hemos
encontrado es que la metodología propuesta por Farrel, captura el
impacto del efecto de los progresos técnicos neutros, pues como él
mismo lo dice: “…is important to know how far a given industry can
be expected to increase its output by simply increasing its efficiency,
without absorbing further resources (Farrel, 1957:253)”, así pues, ya
que no hay cambios en las dotaciones de los factores de producción
consideramos que la técnica sería menos precisa en la evaluación de
los progresos técnicos incorporados.
En cuanto a la comprobación empírica de un trabajo de tal índole,
éste requiere de una infraestructura como la del inegi. En nuestro
caso, hemos intentado hacerlo de forma práctica en este ámbito; los
resultados son interesantes pero no conclusivos dada la muestra tan
reducida a la que se pudo tener acceso.5
5
Este proyecto fue subsidiado por la Secretaría de Investigación y Estudios
Avanzados de la Universidad Autónoma del Estado de México (Herrera, 2008b).
174
Paradigma Económico
3. Desarrollo sustentable y progreso técnico
Considerando que el ingreso es un elemento importante de
crecimiento pero no la única variable que permite alcanzar desarrollo
sustentable y maximización de libertades, aún se necesita definir
importantes interrelaciones entre crecimiento, ingreso, distribución
del ingreso, desarrollo sustentable y eficiencia social.
En la primera parte hemos visto la importancia del progreso
técnico en materia de crecimiento y por lo tanto en la creación de
ingreso, sin embargo, ¿todo progreso técnico permite desarrollo?
En los últimos años el desarrollo ha sido asociado a la
performacia de una serie de indicadores que van desde: nivel de
ingreso per cápita, calorías per cápita, indicadores de pobreza, acceso
a la educación, índices de natalidad y mortalidad, entre los más
importantes.
El indicador de pobreza ha sido abordado frecuentemente en
los trabajos más recientes, ya sea medido a través de la canasta básica
o del ingreso percibido. Los estudios en esta área subrayan que la
brecha entre pobres y ricos es más pronunciada, mientras los niveles
de pobreza aumentan afectando a los países que disponen de un
bajo nivel de ingreso. Sin embargo, Sen considera que no solamente
es necesario examinar el nivel de ingreso de las personas sino su
capacidad para ejercer su libertad, es decir, la capabilidad de éstas.
No podemos negar que el ingreso sea un elemento importante
de crecimiento, pero como Sen (1970, 1981) y Ravaillon (2001,
2005), entre otros, señalan no es la única variable y aún se necesita
definir importantes interrelaciones entre crecimiento, ingreso,
distribución de éste y eficiencia social, (Ranis, 2004) en materia de
desarrollo.
Así pues, el progreso técnico como generador de crecimiento y
de ingreso es también importante, pero su importancia en términos
de desarrollo está ligada a otros elementos. En cuanto a los efectos
del progreso técnico en el desarrollo, encontramos algunos autores
como Sen (1962, 1975), Prebisch (1971), Rosenberg (1976) y Todaro
(1994), junto con los partidarios de las teorías de desarrollo que han
hecho hincapié en que muchos países en vías de crecimiento adoptan
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
175
progresos técnicos en sus procesos productivos no adaptables a su
realidad económica, inhibiendo así su proceso de avance. Mientras,
autores como Sen (1981), Ravallion (2001, 2003, 2005), Assidon
(2000), entre otros, resaltan la importancia de contar con métodos,
que evalúen aspectos latentes sobre el desempeño económico de un
país, especialmente aquellos que acentúen la eficiencia social.
En 1962, estudiando el caso de la India, Sen menciona en
su libro Technical Choices, que en este país coexisten dos sectores
de producción con niveles de productividad y progreso técnicos
distintos, así también un sector dinámico que produce alta tecnología
y que absorbe poca mano de obra en su proceso productivo, ya
que utiliza un progreso técnico de la forma capital-intensive, en un
contexto donde hay labor-abundant.
Esto es, la adaptación del progreso técnico en la India genera
desempleo y un crecimiento intersectorial desequilibrado. En otras
palabras, es un país que tiene tasas de crecimiento positivas pero que
subsiste con un desequilibrio macroeconómico sin cumplir con los
objetivos de desarrollo sustentable y equitable.
Por su parte, Rosenberg (1976) menciona que México, en los
años de industrialización, importaba tecnología de Estados Unidos,
la cual permitía ahorrar mano de obra en el proceso productivo e
intensificar capital. Esta forma de tecnología era óptima para ese
país ya que existía escasez de mano de obra, y se requería fabricar
máquinas que intensificaran el capital y así ahorrar mano de obra.
Sin embargo, México contaba con abundante mano de obra y
escasez de capital, de tal forma que la importación de tecnología
estadounidense generaba un progreso técnico que ahorraba mano de
obra e intensificaba capital, dentro de un contexto completamente
diferente en cuanto a la dotación de los factores de producción
(Rosenberg, 1976).
¿Qué tipo de progreso técnico es establecido en cada país?
Según datos presentados por Heston, Summer y retomados por
Bhagwati (1984), muestran que las naciones más avanzadas emplean
un labor-saving-technical-change en sus procesos productivos y los
países menos avanzados capital-saving-tecnical-change, para ello
comparan los ratio K/L entre los diferentes países. Como vemos, los
176
Paradigma Económico
resultados de este autor contradicen las conclusiones de Rosenberg, lo
que nos permite subrayar la necesidad de contar con datos empíricos
más relevantes.
Los avances en esta línea de investigación nos han llevado a las
siguientes conclusiones preliminares: En México coexisten simultáneamente diversos tipos de progreso técnicos. Las empresas pequeñas
y medianas con mayor participación de capital mexicano, emplean
maquinaria que intensifica más la mano de obra en los procesos
productivos (utilizan maquinaria menos avanzada) relativamente a
las empresas transnacionales o con mayor participación de capital
extranjero (quienes utilizan maquinaria más avanzada) (Herrera,
2008b). Sin embargo, cuando se compara una empresa instalada
en México y una empresa extranjera en países desarrollados, la
proporción K/L es claramente la señalada por Hestor y Summer.6
4. Crecimiento sectorial, distribución
del ingreso y empleo en México
¿Pudiera ser que un mal criterio de elección del progreso técnico,
genere disparidades en los niveles de crecimiento intersectoriales, en
la distribución del ingreso e interrumpa el proceso de desarrollo?
En términos empíricos y en materia de crecimiento económico
y absorción de empleo, el efecto positivo del progreso técnico
debería generar incremento en el crecimiento medido por las tasas de
crecimiento del pib, esto a su vez, se supone que aumenta el nivel de
ingreso generalizado y el empleo. Sin embargo, cuando observamos
países como México, vemos que esto no se cumple, ni en los años de
mayor crecimiento económico (1945 y 1965). El sector secundario en
México, el más dinámico en la economía, crece a una tasa promedio de
8% entre 1950 y 1970, y su participación en el pib es de 28% promedio
anual entre 1970 y 2004. Dentro de este sector, sólo la manufactura
participa con 22.7% en el pib (dato promedio de 1970-2004).
6
Cabe señalar que estas conclusiones son parciales, ya que la muestra tomada no es
significativa.
177
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
Cuadro 3
Crecimiento sectorial en México de 1940-2004
1940-1950 1950-1960 1960-1965 1965-1970 1970-1975 1975-1978 1985-1990 1990-1996 1996-2004
pib
6.7
5.6
7.1
6.9
6.6
4.2
1.7
3.3
3.5
Sector primario
5.8
4.5
4.7
2.7
1.7
3.8
2.9
1.9
2.2
Sector secundario 2.5
6.5
8.6
9
7.1
6.6
0.08
2.5
2.6
Sector terciario
5.6
7
6.8
6.9
1
-0.06
1.8
3.75
-
Fuente: Cálculos del autor (INEGI, varios años).
Gráfica 1
Distribución intersectorial del ingreso por trabajador (1940-1996)
Fuente: Cálculos del autor con base en los datos de inegi.
En cuanto al empleo, el sector secundario capta únicamente 23.7%
de la población económicamente activa (pea) (dato promedio 19702004). Mientras que el sector primario, participa en el pib con 9.3%
y absorbe 27.35% de la pea (Herrera 2003: apéndice). En cuanto al
crecimiento y a la distribución ingreso vemos que la tendencia de
crecimiento de largo plazo, en países como México es hacia la baja
desde 1970, mientras que las disparidades en el nivel de crecimiento
intersectorial y en la distribución del ingreso han aumentado (ver
gráficas 1, 2 y cuadro 3).
En el Estado de México en particular, tenemos cifras semejantes
en 1999, la participación del sector manufacturero en el pib fue de
32.4%, en 2000 de 32.73%, en 2001 de 32.09%, 2002 de 31.16%,
2003 de 30.34% y 2004 de 30.02%.
Los datos anteriores nos permiten ver que el sector secundario
y especialmente el manufacturero son pilares de crecimiento
económico en nuestro país. Sin embargo, a pesar de los montos de
inversión que se requieren para su funcionamiento, no generan el
suficiente empleo.
178
Paradigma Económico
En materia de distribución de ingreso, mientras más crece el
sector secundario la brecha en la distribución intersectorial del
ingreso aumenta, particularmente entre el sector primario y resto de
los sectores, mientras que la tasa de absorción del empleo cae en este
sector.
Gráfica 2
Distribución intersectorial del ingreso por trabajador (1990-2004)
Fuente: Cálculos del autor con base en datos del inegi.
Mientras que el sector más precario de la economía, el primario cuenta
con las tasas de crecimiento más bajas en el periodo, es el que absorbe
la mayor parte de la pea en relación con el sector secundario.
Este aspecto es muy importante, ya que nuestro país cuenta
con abundante mano de obra y escasez de capital, pero el sector
económico más dinámico, no es capaz de generar la suficiente
demanda de trabajo que requiere la economía.
Empíricamente, vemos que en México el sector de la producción
que más capta recursos es el sector de la manufactura, sin embargo,
es el sector que menos mano de obra absorbe (ver la tendencia del
sector secundario en la gráfica 3). La pregunta sería si este sector,
que es el más dinámico de la economía, está empleando progresos
técnicos adaptados a su contexto macroeconómico.
El progreso técnico tiene diversas variantes y su elección puede
o no mejorar el nivel de crecimiento de las empresas y generar un
efecto ingreso positivo traducido más tarde en aumento del bien-estar
generalizado. Como vimos anteriormente, existen disparidades importantes en el nivel intersectorial de ingreso afectando particularmente
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
179
al sector rural que representamos a través del sector primario. Pudiera
ser que estas disparidades y desequilibrio sean el resultado de una
mala elección del progreso técnico. De aquí que, establecer criterios
de elección del progreso técnico para las empresas, sea vital en el
proceso de desarrollo sustentable de cualquier país.
La tarea a largo plazo es lograr un uso eficiente de estos factores
de producción y elegir un progreso técnico adaptado a sus realidades
económicas capaz de generar desarrollo humano.
¿De qué depende el efecto final en el desarrollo y en el bienestar? ¿Depende del aumento en el ingreso? La condición ingreso
no es la única condición. En 1981, Amartya Sen inauguró el debate
sobre la eficiencia social, mostrando que existen diferentes grados
de mejoras en los indicadores de bien-estar; la calidad de vida, el
analfabetismo y la longetividad a nivel internacional, aun cuando
estos países tienen el mismo nivel de ingreso. Igualmente muestra
que algunos países con bajo ingreso, en relación con otros, pueden
alcanzar mejor desempeño económico. Es decir, que para evaluar
el grado de desarrollo de un país es necesario contar con otro tipo
de indicadores que se alejan de los convencionales de crecimiento
usados hasta nuestros días.
Gráfica 3
Población Económicamente Activa Intersectorial (1940-2004)
Fuente: Cálculos del autor con base en datos del inegi.
Empíricamente, podemos apreciar que México
periodos de auge y de contracción del pib, aquél
proceso de industrialización en México. Donde no
importantes es en la tendencia de desequilibrio
ha pasado por
coincide con el
hay oscilaciones
en el ritmo de
180
Paradigma Económico
crecimiento intersectorial, y en las grandes diferencias en lo que
pudiéramos llamar la distribución sectorial del ingreso y en la poca
absorción de la mano de obra aun en los periodos de crecimiento
más elevado. La primera gran disparidad del ingreso sectorial se
puede apreciar a finales de los años cuarenta; un incremento en este
intervalo se aprecia claramente a partir de 1992 y la tendencia de las
disparidades va en aumento.
5. Eficiencia social, progreso técnico y desarrollo
No podemos negar que el ingreso sea un elemento importante de
crecimiento, pero como Sen (1970, 1981) y Ravaillon (2001, 2005),
entre otros, subrayan, no es la única variable y aún se necesitan
definir importantes interrelaciones entre crecimiento, ingreso,
distribución del ingreso y eficiencia social (Ranis, 2004) en materia
de desarrollo.
Como vimos para el caso de México, aun en los periodos de
mayor crecimiento económico y mayor ingreso existen importantes
desviaciones de la eficiencia en la distribución del ingreso. Así,
bajo este hecho, es necesario buscar indicadores alternativos de
desarrollo.
De los trabajos iniciados por Sen en 1981, se han derivado
algunos esfuerzos encaminados a medir el grado de eficiencia social
que podríamos usar como un indicador de desarrollo. Estos trabajos
intentan aplicar las aportaciones iniciales de Farrel en el área de
desarrollo sustentable y bien-estar, entre ellos están los trabajos de
Ravillon, 2005, 2001, Gouyette y Pestieau, 1999, Moore et al., 2000.
Gouyette y Pestiaeu llevaron a cabo un estudio con el fin de medir el
grado de eficiencia del gasto gubernamental para reducir la pobreza.
Estos dos autores tomaron como muestra a los países miembros de
la ocde llegando a las siguientes conclusiones: existe una correlación
negativa entre el gasto gubernamental y los niveles de pobreza. Para
la construcción de su frontera de eficiencia utilizan regresiones de
estas dos variables, y presentan gráficas de pobreza e inequidad en
los países miembros de la ocde contra el gasto social. Sus resultados
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
181
demuestran ciertas ineficiencias, por ejemplo, en el caso de Bélgica
y Francia con el mismo nivel de gasto social (26% del pib), muestran
que Francia es más ineficiente que Bélgica y que dos tercios de la
pobreza en aquélla son explicados por la ineficiencia del gasto
social. Moore et al., (2000) por su parte, se concentran en estudiar la
eficacia de convertir los recursos materiales nacionales en desarrollo
humano.
Estos trabajos forman parte de una amplia literatura encaminada
a estudiar la eficiencia social de una economía, esto es, analizan las
desviaciones medidas por un indicador social observado –esperanza
de vida, mortalidad infantil, tasa literaria– de su frontera de eficiencia,
típicamente identificado por el residuo de una regresión de un
indicador en control, tal como el ingreso promedio, el gasto público o
el seguro social (Ravaillon 2005: 273).
Estos trabajos intentan determinar qué tanto los resultados
sociales podrían mejorar con un uso más eficiente de los recursos
económicos existentes.
Según Ravaillon (2005), las fuentes de ineficiencia social pueden
provenir de dos causas: las políticas sociales, como lo propone Sen
(1981) o bien la distribución del ingreso.
Si aceptamos la hipótesis de que el progreso técnico provoca
ineficiencia en la distribución del ingreso tenemos una buena razón
para estudiarlo en detalle; suponemos que no todo tipo de progreso
técnico permite un efecto ingreso, que el efecto final depende del
tipo de progreso técnico que se presente, es decir, si el progreso
técnico es del tipo incorporado (labor-saving-technical-change;
capital-saving-technical-change) o del tipo no incorporado (factor
augmenting-technical-change; o el neutral de Harrod o neutral de
Solow) y que es posible, bajo ciertos supuestos, que el efecto de
progreso técnico sobre el ingreso, la distribución del ingreso y el
empleo sea negativo.
¿Son efectivamente los progresos técnicos inadaptados para las
economías con un bajo nivel de ingreso y estas inadaptaciones son el
origen de los desequilibrios macroeconómico y sociales?
Ahora bien, si el efecto del progreso técnico sobre el ingreso
puede ser representado por la eficiencia productiva, ¿cómo conciliar
182
Paradigma Económico
la idea de una frontera de eficiencia productiva, con una frontera de
eficiencia social que cumpla con las características de maximización
de libertad?
Ranis, en su artículo titulado “Human Development and
Economic Growth”, dice
the recent literature has contrasted Human Development, described
as the ultimate goal of the development process…this debate has
broadened the definitions and goals of development but still needs
to define the important interrelations between human development
(HD) and economic growth. To the extent that greater freedom and
capabilities improve economic performance, human development
will have an important effect on growth. Similarly, to the extend that
increased incomes will increase the range of choices and capabilities
enjoyed by households and governments, economic growth will enhance
human development (Ranis, 2004:1).
Con el fin de dar una respuesta a estos cuestionamientos, desarrollamos dos tipos de criterios de elección de progreso técnico, el primero
llamado “Income distribution criterio” y el segundo Capabilitiesenhancing-technical-choices-criterio” (Herrera, 2008a). El primer
criterio desarrolla la idea de que el impacto del progreso técnico
puede conducir a desequilibrios intersectoriales, mala distribución del
ingreso y desempleo. El segundo pretende ser un criterio alternativo
para la elección del progreso técnico con un objetivo de desarrollo
humano descrito con más detalle en el siguiente apartado.
6. Criterio de elección del progreso técnico
Sen aborda, en 1957 y 1959, los posibles criterios de elección del
progreso técnico para países en desarrollo. En este estudio, analiza
cuatro tipos de criterios: The Rate of Turnover Criterion (Polar, J.,
1943); The Social Marginal Productivity Criterion (Kahn, A. 1951),
The Reinvestment Criterion (Galenson y Laibenstein) y The Time
Series Criterion (Ver Sen 1957). Sin embargo, después de esta fecha
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
183
no encontramos en su obra indicios de una reflexión posterior sobre
este aspecto. En la línea de estos estudios, nos proponemos prolongar
esta reflexión de Sen sobre el progreso técnico incluyendo sus
aportaciones más recientes resumidas en el enfoque de capabilidades.
Para ello buscamos asociar los efectos del progreso técnico
medidos a partir de la frontera de eficiencia productividad, después
observar a qué nivel de eficiencia social corresponde y qué grado de
libertad permite, basándonos en el enfoque de capabilidades.
A fin de medir la eficiencia social proponemos usar la
responsabilidad como proxy de agencia.
Cuando menos responsable es la persona, menos social es el
tipo de progreso técnico, o menos desarrollo humano permite, y
viceversa.
Con este proxy buscamos medir el grado de respuesta eficaz que
posee una persona al enfrentarse a una nueva situación, ya que en éste
se conjuntan elementos de bienestar como: educación, salud, bienes
de subsistencia, oportunidades sociales, entre otros, consideramos que
podría ser un buen proxy de agency. Medir la responsabilidad parece
ser un camino extremadamente eficaz para abordar, en una forma
integrada, estos diferentes espacios de capabilidades.
En esta parte hemos avanzado a nivel teórico construyendo un
modelo que representa una relación inversamente proporcional entre
la responsabilidad y el progreso técnico, de tal manera que el impacto
del progreso técnico sobre el individuo puede ser negativo o positivo,
si el progreso técnico tiene efectos negativos en la persona, entonces
el grado de responsabilidad reflejado será muy bajo y viceversa (ver
para más detalles Herrera, 2008ª, 2008c).
Prácticamente, se emprendió un proyecto de investigación encuestando a obreros directos de empresas ubicadas en el corredor
Lerma-Toluca. Los resultados de esta primera muestra piloto son
interesantes: los obreros directos (mano de obra poco calificada, sin
educación o con nivel primaria) trabajando en empresas medianas
y pequeñas que implantan progresos técnicos de la forma Capitalsaving-technical-change, emplean maquinaria obsoleta y tienen
condiciones laborales precarias; poseían un nivel de responsabilidad
muy bajo.
184
Paradigma Económico
Los obreros directos más calificados (con un nivel de estudios
de secundaria a preparatoria) trabajando en empresas que utilizan
progresos técnicos de la forma Labor-saving-technical-change, cuentan con tecnología más avanzada, y mejores condiciones laborales;
y con un nivel de responsabilidad superior (ver Herrera, 2008c),
descubriendo una fuerte correlación entre nivel de responsabilidad y
nivel de educación de los obreros (ver Herrera, 2008c); estos datos
son preliminares y es necesario continuar con la investigación antes
de dar resultados concluyentes.
Conclusiones
A lo largo de este trabajo, hemos tratado de ver la interrelación
existente entre crecimiento, desarrollo y desarrollo humano tomando
como común denominador el progreso técnico. El crecimiento debe
generar desarrollo y el fin último de este proceso tiene que ser el
desarrollo humano, vía la elección del progreso técnico.
Así también, hemos subrayado los retos y las dificultades que
hallamos al analizar los efectos del progreso técnico dentro del
crecimiento y el desarrollo y el desarrollo humano, las interrelaciones
entre estas tres categorías no son evidentes.
El primer problema se presenta al momento de intentar definir
al progreso técnico. La segunda dificultad es establecer el tipo de
progreso técnico que se presenta en cada sector de la economía,
donde, como vimos, coexisten diferentes tipos de progreso técnico.
Después observamos que en función del progreso técnico que
se presente y bajo ciertos supuestos de base puede ser que el efecto
de progreso técnico sea negativo. Aquí las teorías de crecimiento
solucionan el problema asumiendo en los modelos, que el progreso
técnico que se presenta es de la forma Harrod-Domar-TechnicalChange, sin embargo, lo que hemos constatado en uno de los
proyectos de investigación, es que pudieran coexistir diferentes tipos
de progreso técnico simultáneamente (proyecto realizado en la zona
industrial-Lerma-Toluca), (Herrera, 2008b).
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
185
Apoyados en nuestra pregunta inicial ¿Qué elementos permiten el
logro simultáneo de crecimiento económico y desarrollo sustentable,
que tengan como fin último el desarrollo humano?
¿Pudiera ser que un mal criterio de elección del progreso
técnico fuera la fuente de desequilibrios intersectoriales, desarrollo
interrumpido y minimización de libertades humanas?; acerca de esto
observamos que la literatura tradicional afirma que todo progreso
técnico tiene un efecto ingreso positivo. Sin embargo, hemos
cuestionado esta afirmación, suponemos que el efecto de progreso
técnico puede ser negativo. Teóricamente hemos tratado de proponer
un análisis de los efectos del progreso técnico en el crecimiento
sectorial, la distribución de ingreso y el empleo. Tal análisis nos
permite comprobar una de las hipótesis de base, es decir, que el
progreso técnico genera bajo ciertas condiciones, desequilibrios
intersectoriales, mala distribución del ingreso y una baja absorción
del empleo.
Empíricamente, constatamos para el caso de México, que los tres
sectores de la economía crecen a ritmos distintos, que existe una gran
disparidad en la distribución del ingreso sectorial, particularmente
entre el sector primario y resto de los sectores, y una caída en la
tasa de absorción del empleo en el largo plazo. Como vimos en el
apartado III, en México existen disparidades importantes en el
nivel intersectorial del ingreso afectando particularmente al sector
rural que representamos a través del sector primario. El sector de la
producción que más capta recursos es el sector de la manufactura,
sin embargo, es el sector que menos mano de obra absorbe (ver
gráfica 3). Pudiera ser que estas disparidades y desequilibrios sean
el resultado de una mala elección del progreso técnico. De aquí que
insistamos en que un estudio detallado de los efectos del progreso
técnico sea necesario.
Si aceptamos la idea de que el efecto ingreso es negativo, y
consideramos los diferentes tipos de progreso técnico existentes,
entonces habría que endogeneizar los diferentes tipos de progreso
técnico en los modelos de crecimiento, a fin de estudiar sus efectos de
largo plazo y por el otro analizar y abordar simultáneamente bajo qué
condiciones el progreso técnico permite desarrollo humano.
186
Paradigma Económico
Para este segundo punto, es necesario encontrar las variables que
intervienen en el proceso de desarrollo humano del individuo.
Todos estos elementos desarrollados nos llevarían a diseñar
políticas económicas de innovación más adaptadas a la realidad
económica de los países, considerando que el progreso técnico
tiene diversas variantes y su elección puede o no mejorar el
nivel de crecimiento de las empresas y puede o no generar un efecto
ingreso positivo traducido más tarde en un aumento del bien-estar
generalizado.
Con el fin de profundizar en este último punto, proponemos
crear nuevos criterios de elección del progreso técnico encaminados
no sólo a alcanzar objetivos de crecimiento sino también de desarrollo
sustentable y humano. Estos nuevos criterios de elección de progreso
técnico tienen que estar acordes con las realidades económicas de
los países en vías de desarrollo y que consideren al trabajador en su
dimensión humana. Actualmente estamos desarrollado dos nuevos
criterios de elección uno llamado Income distribution criteria y
el segundo, basado en el enfoque de capabilities donde usamos
la responsabilidad como proxy de agency, llamado CapabilitiesEnhancing-Tecnical-Choices-Criteria.
Bibliografía
Assidon, E. (2000), Les théories économiques du developpement, La
Decouverte, Paris.
Aghion, P. y Howitt, P. (1992), “A Model of Growth through
Creative Destruction“, en Econometrica, vol. 60, núm. 2, marzo,
pp. 323-351.
Allen, R.G.D. (1967), Macro-Economic Theory, England: Macmillan St.
Martin´s Press.
Bhagwati, J. N. (1984), “Why Are Services Cheaper in the Poor
Countries?”, en The Economic Journal, vol. 94, núm. 374, junio,
pp. 279-286.
Biscay (2007), http://www.skyminds.net/economie/20_progres_
technique.php
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
187
Blaug, M. (1963), “Survey of the theory on process-innovation”, en
Economica, pp.13-32.
Dixit, A. y Stiglitz, J.E. (1977), “Monopolistic Competition and
Optimum Product Diversity“, American Economic Review, vol. 7,
núm. 3, junio, pp. 297-308.
Domar, E.D. (1942), “Expansion et Croissance”, repris dans AbrahamFrois g. (éd.), Problématiques de la croissance, Economica, París.
——— (1946), “Capital Expansion, Rate of Growth and Employment”,
Econometrica, 14, pp. 137-147.
Fagerberg, J., Mowery D. y Nelson, R. (2006), Handbook of Innovation,
Oxford University Press, London.
Farrel, M. J. (1957), “The Measurement of Productive Efficiency”,
en Journal of the Royal Statistical Society, vol. 120, núm. 3, series A,
pp. 253-290.
Guellec, D. (2001), Les Nouvelles Théorie de la Croissance, ed. La
Découverte, Paris.
Gouyette, C. y Pestieau, P. (1999), “Efficiency of the Welfare State”,
en Kyklos, vol. 52, núm. 4, noviembre, pp. 537-553.
Harrod, R.F. (1939), “An Essay in Dynamic Theory”, Economic Journal,
49, pp. 14-33
Herrera-R-Nebel, M.T. (2003), La volatilidad del tipo de cambio real y sus
determinantes fundamentales. Un aspecto teórico partiendo de la experiencia
estructural de la economía mexicana, tesis de doctorado, Fribourg, Suiza.
——— (2008a), “Capabilities-enhancing-technical-choices como
alternativa para alcanzar un desarrollo sustentable y equitable.
Un análisis teórico”, en Flores Crespo y Nebel Mathias (2008),
Desarrollo como libertad de capabilidades para AL, Fondo de Cultura
Económica/PNUD.
——— (2008b), “Estudio sobre el progreso técnico óptimo para
la mediana industria en México. Aplicación de capabilitiesintensive-technical-choices como alternativa para lograr un
desarrollo sustentable y equitable”, Reporte final de proyecto de
investigación uaem, núm. 2370/2006U, junio, 2008.
——— (2008c), “Eficiencia técnica versus eficiencia social”, reporte
final de proyecto de investigación, PROMEP núm, 103.5/07/2572,
octubre, 2008.
188
Paradigma Económico
Hicks, J. R. (1932), The Theory of Wages, Macmillan.
inegi (1994, 2006), Estadísticas históricas de México, 3 ed, S.P.P. México.
Kennedy, CH. (1972), “Surveys in Applied Economics: Technical
Progress”, The Economic Journal, pp.12-72.
Lucas (1988), “On the Mechanics of Economic Development”,
Journal of Monetary Economics, Elsevier, vol 22(1), pp. 3-42.
Lovell, C. A. (1996) “Applying Efficiency Measurement Techniques to
the Measurement of Productivity Change”, Journal of Productivity
Analysis, 7(2-3), pp. 329-340.
Maddison, A. (1991), Dynamic Forces in Capitalist Development: A Long
Run Comparative View, Oxford University Press.
Maddison A. y Associates (1992), The Political Economy of Poverty, Equity
and Growth. Brazil and Mexico, World Bank, Oxford University Press.
Millan J., y Aldaz N. (2004), “Efficiency and Technical Change in the
temporal Intersectorial DEA”, Journal of Productivity Analysis, 21
(1), pp. 7-23.
Moore, M., et al., (2000), “Polity Quality: How Governance Affects
Poverty”, Working Paper no. 99, University of Sussex, Institute
of Development Studies.
Prebisch, R. (1971), Change and Development- Latin-America’s Great
Task. Report submitted to the Inter-American Bank, ed. Praeger,
Washington, D.C.
Ranis, G. (2004), “Human Development and Economics Growth”, en
Center Discussion Papers, núm. 887, Yale University.
Ravallion, M. (2005), “On Measuring Aggregate “Social Efficiency”,en
World Bank, 1818 H Street NW, Washington DC.
——— (2003), “Measuring aggregate welfare in developing countries:
How well do national accounts and surveys agree?”, en Review of
Economics and Statistics,vol. 85, núm. 3, marzo, pp. 645-652.
——— (2001a), “Growth, Inequality and poverty: Looking beyond
averages”, en World Development, vol. 29, núm. 11, febrero, pp.
1803-1815.
——— (2001b), “On Assessing the Efficiency of the Welfare State:
A Comment”, Kiklos, vol. 54, pp. 115-124.
Rebelo, S. (1991), “Long-Run Long-Run Policy Analysis and LongRun Growth,” Journal of Political Economy, 99(3), pp. 500-521.
Efecto del progreso técnico... / María Teresa Herrera Rendón-Nebel
189
Ricardo, D. (1960), The Principles of Political Economy and Taxation, Dent
and Sons, London.
Romer (1986), “Increasing Returns and Long Run Growth”, en Journal
of Political Economy, vol.94, núm. 5, octubre, pp. 1002-1237.
Rosenberg, N. (1976), Perspectives on Technology, Cambridge University
Press.
——— (1971), The Economics of Technological Change: Selected Readings,
Harmondsworth: Penguin Books.
Rybczynski, M. (1955), “Factor Endowment and Relative Commodity
Prices”, en Economica, vol. 22, núm. 88, noviembre, pp. 336-341.
Salter, W. (1960), Productivity and Technical Change, University of
Cambridge, Great Britain.
Schumpeter, J. (2002), The Theory of Economic Development, Cambridge:
Harvard University Press, 1a ed, 1934.
Sen, A. (1981), “Public Action and the Quality of Life in Developing
Countries”, Oxford Bulletin of Economics and Statistics, 43,pp. 287–319.
——— (1975), Employment, Technology and Development: A Study prepared
for the International Labour Office within the framework of the World
Employment Programme, Oxford Clarendon Press.
——— (1970), Collective Choices and Social Welfare, Holden-Day, San
Francisco, and Oliver and Boyd, Edinburgh.
——— (1962), Choice of Techniques, Oxford, Basil Blackwell.
——— (1959), “Choice of Capital-Intensity Further Considered”, en
Quarterly Journal of Economics, vol. 73, núm. 3, agosto, pp. 466-484.
——— (1957), “Some Notes on the Choice of Capital-Intensity in
Development Planning”, en Quarterly Journal of Economics, vol. 71,
núm. 4, noviembre, pp. 561-584.
Solo, R. (1966), “The Capacity to Assimilate an Advanced
Technology”, American Economic Review, vol. 56, pp. 91-97.
Solow (1956), “A Contribution to the Theory of Economic Growth”,
en Quarterly Journal of Economics, vol. 70, núm. 1, pp. 65-94.
Todaro, M. (1994), Economic Development, ed. Logman, Londres.
Factores de localización de la industria
del vestido en México, 1988-1998:
Un análisis regional
Marco A. López, Isabel Angoa y Luis A. Jerónimo
Resumen
En este artículo se determinan los factores que explican la localización
de las empresas dedicadas a la confección de prendas de vestir en
cinco regiones de México, a través de un modelo de regresión lineal
múltiple. El periodo de análisis, 1989-1999, corresponde a la etapa de
liberalización comercial provocada por la firma del tlc, que convirtió
a la industria de la confección en una de las ramas más dinámicas de
la manufactura mexicana, aumentando sus exportaciones y el número
de trabajadores ocupados. Los resultados revelan la importancia
de las economías de aglomeración como factor determinante de la
localización de esta actividad en las regiones.
Palabras clave: localización, industria de la confección, economías
de aglomeración, región.
Clasificación jel: L2, L67.
Abstract
This article examines the factors that explain the location of
employment of Mexican apparel industry, using a model of multiple
linear regression, in five regions. The period of analysis, 19891999, corresponds to the stage of commercial liberalization, after
implementation of the North American Free Trade Agreement (nafta),
became the industry in one of the most dynamic branches of the
Mexican manufacture, increasing their exports and employment. The
[ 79 ]
80
Paradigma Económico
results reveal the importance of the economies of agglomeration like
determining factor of the location of this activity.
Keywords: location, apparel industry, economies of agglomeration,
regions.
jel codes: L2, L67.
Introducción
La localización de la actividad económica ha sido abordada por la
teoría económica, la economía industrial, la economía de la empresa,
la geografía económica, entre otras. La pregunta clave que gira en
torno a estos estudios es, ¿qué factores inciden en las decisiones de
localización de las empresas?
Encontrar una respuesta a esta cuestión, implica considerar aspectos de diversa índole: factores económicos puros (ligados directamente
a la función de producción), factores económicos cualitativos como
las comunicaciones, la capacidad para atraer trabajadores calificados,
los estímulos oficiales, el entorno empresarial; así como factores no
económicos como la infraestructura educativa, sanitaria, las posibilidades laborales del cónyuge, la vivienda, entre otros.
Para el caso de la industria, las teorías de localización han puesto
el acento en el peso relativo que generan los costos de transporte en el
costo final, lo que explicaría la ubicación de algunas actividades cerca
de las materias primas, o el emplazamiento cerca de los mercados a
los cuales dirigen su producción, o en un punto intermedio (Polése,
1998: 281). Sin embargo, los teóricos del costo de transporte aceptan
que la tendencia actual es inducir a las aglomeraciones, ya que la
dispersión se da cuando el costo de transporte es alto.
A partir de estas consideraciones, el objetivo de este artículo
es determinar qué factores explican la localización de las empresas
dedicadas a una rama particular de la economía mexicana: la industria
de la confección de prendas de vestir. El estudio se realiza a partir
de la agrupación de 403 municipios de 28 entidades federativas, en
cinco regiones (frontera, norte-este, norte-centro, centro y sur),
aplicando un modelo de regresión lineal múltiple. El periodo de
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
81
análisis, 1988-1998, corresponde a la etapa en la que la liberalización
comercial, provocada por la firma del Tratado de Libre Comercio con
América del Norte (tlc), permitió que la industria de la confección
se convirtiera en una de las ramas más dinámicas de la manufactura
mexicana, aumentando sus exportaciones y el número de trabajadores
ocupados (Gereffi y Bair, 2003).
En estrecho contacto con el desarrollo teórico sobre la localización industrial, en este documento se plantea la hipótesis de que la
localización de las firmas que conforman la industria de la confección
en México se explica por los siguientes factores:
• Costos de la mano de obra: la industria de la confección se implantará
en lugares donde los salarios sean relativamente bajos.
• Economías de aglomeración: la rama de la confección se establecerá
en zonas donde previamente exista presencia de empresas de la
confección (parques o clusters industriales), ya que al ubicarse
cerca de establecimientos de la misma rama, se presentan ventajas
comparativas como la capacitación de mano de obra o redes de
información.
• Educación: la industria de la confección prefiere ubicarse en
lugares donde los niveles educativos predominantes son primaria
o incluso secundaria.
• Servicios municipales: este factor se explica por mecanismos que
faciliten trámites para abrir nuevas empresas.
• Urbanización: la rama se localizará en municipios que no son
completamente urbanos (en términos del tamaño poblacional).
• Industria complementaria: será un factor importante de localización
la existencia de una industria o servicios complementarios para la
confección (industria textil, servicios de reparación y mantenimiento,
profesionales, entre otros).
El artículo se estructura en seis apartados. En la primera parte, se
realiza un breve recorrido por algunas de las teorías que explican los
factores que inciden en la localización industrial. La segunda se centra
en una revisión de trabajos realizados por autores mexicanos en torno a
la localización de la industria del vestido en México. El tercer apartado
ofrece un panorama general de la industria de la confección en México,
82
Paradigma Económico
considerando su importancia en el entorno internacional y su estructura
interna. En el cuarto apartado, se detalla la metodología empleada en
este documento. Los resultados del estudio se muestran en el quinto
apartado. En el último apartado se desarrollan las conclusiones.
1. Localización industrial: nuevos paradigmas
El crecimiento económico mundial experimentado en las década
de los sesenta y setenta, se caracterizó por intensos procesos de
relocalización de los grandes corporativos, en el marco de lo que se ha
denominado la nueva división internacional del trabajo1, hechos que
acentuaron la importancia del estudio de los patrones de localización
de la actividad económica. Las teorías normativas2 no fueron suficientes para explicar el comportamiento de las corporaciones y los
nuevos espacios industriales y proporcionar herramientas para la
formulación de políticas públicas para el territorio. El resultado fue la
aparición de nuevos paradigmas explicativos.
La teoría del comportamiento empresarial, por ejemplo, se desarrolló a partir de los setenta, enfatizando los aspectos no racionales, el
comportamiento organizacional y las decisiones sub-óptimas asumidas
por las direcciones de las empresas, lo que significó una división del
trabajo en cuanto a las tareas de concepción, producción y realización.
Los estudios empíricos enfatizaron el significado del tamaño de la
empresa como variable explicativa de la decisión locacional (Temple,
1994; Chapman y Walker, 1991). Para esta teoría, los costos de una
firma industrial se afectan por su localización, por lo que el objetivo
consiste en minimizar los costos totales.
1
La división internacional del trabajo se caracteriza por firmas que separan
geográficamente etapas del proceso de producción en la economía mundial, para explotar
las diferencias en los costos de producción. De esta manera, las firmas organizan sus
actividades en la cadena global de valor (Marin, 2005).
2
Modelos de localización espacial como el de A. Weber, que dominó el campo de
estudio de la localización industrial hasta la década de los sesenta, puede considerarse
como deductivo, por ofrecer un conjunto de proposiciones básicas para la localización
espacial, al tiempo de ser normativo, por predecir el producto óptimo bajo un conjunto de
condiciones y supuestos.
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
83
Actualmente, la evidencia indica que existen dos tendencias
que se observan con mucha fuerza en el mundo actual, por un
lado la concentración de las empresas en unas cuantas regiones
o localizaciones, y por otro, la especialización de las regiones o
territorios en unas cuantas actividades industriales. Esto induce
al análisis de distritos industriales, lo que lleva a referirnos a los
conceptos de economías de aglomeración.
Hoover (1948), Isard (1975) y Marshall (1890) fueron pioneros en
identificar la generación de beneficios potenciales para las empresas,
por localizarse en una determinada área geográfica.
De acuerdo con Marshall,
Existen tres aspectos adicionales a considerar en la localización de una
industria. La primera es que la concentración de firmas en una sola
localización ofrece un mercado de mayor tamaño a trabajadores de
calificaciones específicas. La segunda, que las industrias localizadas en
una sola área geográfica pueden absorber la producción de insumos
especializados no transados internacionalmente. La tercera que las
firmas agrupadas en una localización pueden generar cambios en las
funciones de producción (o tecnologías) debido a los efectos externos
(externalidades) de la información provista por estas firmas. Estos
aspectos y sus efectos son denominados las economías de aglomeración
resultantes de la agrupación de firmas produciendo en una misma área
geográfica (citado por Tello, 2006:39).
La literatura internacional actual subraya la importancia de las
economías de aglomeración3 las ventajas económicas de la concentración (Fujita y Thisse, 2002). La distinción más importante se
3
Tradicionalmente se clasifican las economías de aglomeración en economías
internas de escala, economías de localización y economías de urbanización. Las primeras
se refieren a la empresa o fábrica individual. Por su parte, las economías de localización
se entienden como las ventajas que obtiene la empresa de una industria concreta, debidas
al número y funciones de otras de esa misma industria localizadas en un área específica
(eslabonamientos hacia adelante y hacia atrás con otras industrias). Finalmente, las
economías de urbanización se refieren a las economías de que disfruta una empresa debido
al nivel general de actividad económica en una zona específica (Richardson, 1978:233-234).
84
Paradigma Económico
encuentra entre las economías de urbanización –las ventajas generales
de la gran ciudad– y las economías de localización –relacionadas con
los reagrupamientos de industrias o de actividades conexas4 en una
misma ciudad o región.
Krugman (1991), por su parte, abona al estudio de las causas por
las que las empresas deciden aglomerarse en ciertas regiones, al plantear
un modelo en el que la concentración está ligada a externalidades de la
demanda. Lo que se explica por la interacción entre los rendimientos
crecientes, los costos de transporte y la demanda.
Krugman señala dos factores que explican la aglomeración:
• Un centro industrial (aporta un mercado concentrado de trabajadores
e insumos).
• Flujos de información (facilitan la expansión de la tecnología).
Respecto al segundo punto, Porter (1990) argumenta, basado en
evidencia empírica, que la aglomeración propicia la competencia,
y que ésta, a su vez, fomenta la innovación al forzar a las firmas a
innovar o desaparecer. De esta manera, la presión competitiva de una
aglomeración de industrias incrementa la productividad de la misma.
Podemos concluir que las economías de aglomeración consisten
en disminuciones progresivas de los costos y en un incremento del
número de industrias que impulsan el aumento de la población en una
región.
Considerando los aportes teóricos mencionados, podemos
identificar los siguientes factores de localización: disponibilidad de
insumos, congregación de mano de obra, concentración y derrames
de conocimiento, efecto de mercado local y acceso a servicios al
productor.
La primera fuente hace referencia a la disponibilidad de insumos
de manera económica y conveniente, la segunda, a un acervo
4
Al respecto, Mas sugiere que “la competitividad industrial depende tanto de
actividades industriales como de los servicios ligados a ellas. La disponibilidad de
una amplia oferta de servicios al productor puede considerarse como parte de esa
infraestructura económica regional que fomenta el crecimiento” (citado por Martínez y
Rubiera, 1999:5).
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
85
de mano de obra capacitada o no, la tercera a la transmisión de
conocimientos, la cuarta a concentraciones de demanda que permiten
acceder a economías de escala en la producción y por último, fácil
acceso de servicios complementarios a la industria (servicios de
mantenimiento o financieros, entre otros), factor que se explica a
partir de los procesos de organización del proceso productivo, donde
la subcontratación gana terreno.
2. Estudios empíricos en torno a la localización
de la industria del vestido en México
Los estudios de caso respecto a los factores que explican la
localización de la industria del vestido en México son escasos; resalta
como común denominador la coincidencia en el uso extensivo de
la mano de obra, principalmente femenina, joven, abundante y de
alta calificación, como el factor más relevante en la explicación de
su distribución espacial (Basalto y González, 2002). Fuentes y Pérez
(1996), en el estudio denominado Factores de localización de la industria
maquiladora: El caso de Yucatán, México, mencionan que se requiere
ser “virgen” en términos de la calificación, así como heredar una
tradición artesanal para la misma, lo que implica alta precisión y
cuidado en las prendas.
Respecto a la industria maquiladora, se plantea la necesidad de
la cobertura del Estado para emprender sus actividades. Así, en los
estudios realizados por Juárez (2002), la infraestructura y los servicios
subvencionados son un factor de gran importancia. Asimismo, el
interés de los gobiernos estatales por mejorar las estadísticas en
términos de empleo, han desencadenado una ardua competencia
a nivel estatal para atraer empresas de este ramo, lo que permite
el crecimiento de las exportaciones y del empleo, así como el
desarrollo urbano de las ciudades, no en atención a las necesidades
de la población sino de las empresas maquiladoras. De ahí, que para
Alvarado (2000), las actividades ligadas a la confección, se localicen de
acuerdo con el tamaño de las regiones.
86
Paradigma Económico
3. Panorama general de la industria de la confección mexicana
A pesar de que en este documento, por razones de orden técnico se
considera al sector de confección de prendas de vestir en su conjunto,
es conveniente mencionar que los establecimientos pueden orientarse
hacia el mercado interno5 y hacia la maquiladora.
Los establecimientos para mercado interno toman sus insumos
del mercado nacional y el producto final lo comercializan en el
mercado doméstico, aunque algunos también exportan una pequeña
cantidad de su producción.
Por su parte, la maquiladora se define como “…los establecimientos industriales registrados bajo el Decreto de la Industria
Maquiladora de Exportación en México y tienen permitido importar
insumos, materias primas y personal calificado para ensamblar o
manufacturar, parcial o completamente un producto y ser reexportado
al país de origen (parcial o totalmente), libre de impuestos, excepto
del valor agregado realizado en México, siempre que mantengan las
reglas de origen…” (Carrillo, 2001).
Cabe hacer notar que la diferencia entre un establecimiento
maquilador y uno para mercado interno, no radica en el país de origen
de la inversión o capital, ya que existen maquiladoras con capital
nacional total o parcial, donde la proporción es casi la misma entre las
maquilas mexicanas y extranjeras (Carrillo 2001).
Una vez aclarado el punto, la idea es analizar el lugar de la
confección mexicana a nivel mundial.
Aunque en los inicios de la década de los noventa México no
figura en el escenario internacional como un importante representante
de la industria del vestido, (mercado dominado claramente por el
bloque asiático: China, Hong Kong y Corea), resalta el hecho de que
sólo unos años después, en 1999, ya ocupa la cuarta posición en las
exportaciones mundiales de prendas de vestir, con una participación
de 8.63 billones de dólares, incluso arriba de Corea y la India (ver
gráficas 1 y 2).
5
De aquí en adelante utilizaremos el concepto “para mercado interno” al referirnos
a las industrias o trabajadores de esta clase de empresas.
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
87
Gráfica 1
Participación de los principales exportadores de ropa, 1990
Fuente: Centro de Estudios para la Competitividad (2004). CRECE, Consultoría y reingeniería
en la competitividad empresarial, S.C.
Gráfica 2
Participación de México en las exportaciones mundiales de ropa, 1999
Fuente: Centro de Estudios para la Competitividad (2004). CRECE, Consultoría y reingeniería
en la competitividad empresarial, S.C.
Para entender el comportamiento de la industria de la confección
dentro del territorio nacional, es importante analizar su estructura
interna, la cual ofrece una idea más clara de lo que representa esta
industria en la base económica de México. Cabe mencionar que la
información que se presenta a continuación en algunos casos, no
cuenta con datos de años posteriores a 1994 (sobre todo de maquila
en particular), ya que para entonces no se levantaban encuestas
especiales a estos establecimientos.
88
Paradigma Económico
Gráfica 3
Porcentaje de los establecimientos de la confección en México, según tamaño, 1994-1999
Fuente: Centro de estudios para la competitividad 2004. CRECE, Consultoría y reingeniería en
la competitividad empresarial, S.C.
En la gráfica 3, podemos apreciar la participación de acuerdo con el
tamaño de los establecimientos de la confección. Se observa claramente
que un gran porcentaje de los establecimientos son micro y pequeños,
que representan un poco más de 85% del total de los establecimientos
para todos los períodos. Sin embargo, observamos también que los
establecimientos grandes y medianos han aumentado su participación,
pasando de cerca de 5% en 1994, a más de 9% para 1999.
Gráfica 4
México: Número de establecimientos maquiladores y contribución porcentual
al total de establecimientos de la confección, 1994-1999
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI. Estadísticas sectoriales de la industria textil y
del vestido.
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
89
En la gráfica 4 se observa la cantidad de maquiladoras respecto al total
de establecimientos dedicados a la confección en México. Se aprecia
una tendencia al aumento del número de maquilas de confección, que
alcanza poco más de 200% para el período 1994-1999, acompañado
de un aumento del porcentaje que éstas representan en el total de
establecimientos dedicados a la confección en México. Con lo anterior,
podemos afirmar que un gran número de las llamadas grandes
empresas de la confección, están orientadas a la exportación de sus
productos vía maquila. Esta afirmación se sustenta en las teorías de
localización, ya que la presencia de grandes empresas origina que las
empresas medianas, pequeñas, e incluso algunas micro, se instalen cerca
de estas grandes empresas, por lo que se presentarán aglomeraciones
industriales, que podrían derivar en clusters, en algunas regiones.
En lo que respecta al empleo, sabemos que la industria de
la confección, ya sea en la modalidad de maquila o no maquila, ha
servido como detonante del empleo en México, por lo que analizar
la situación respecto a este factor es crucial para el propósito de este
documento.
Gráfica 5
México: Personal ocupado en la industria de la confección y participación porcentual
de la maquiladora de prendas de vestir en el total de la industria, 1988, 1993 y 1998
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI. Estadísticas Sectoriales de la industria textil y
del vestido.
En la gráfica 5, podemos observar la cantidad de trabajadores que
laboran en los establecimientos de confección de prendas de vestir
(maquilas incluidas). Se aprecia un aumento de poco más del 100%
para los tres puntos en el tiempo, por lo que, a pesar de la crisis de
90
Paradigma Económico
1994, la industria de la confección se restablece y repunta en términos
de este factor. Por otra parte, también podemos observar el porcentaje
que representa el empleo de la maquila de prendas de vestir en el
total para la rama de la confección. Aquí se muestra un aumento de
la participación del empleo de la maquila, que para 1998 representa
poco más de la mitad para este tipo de establecimientos.
Ahora bien, para entender cómo se encuentra distribuida la
confección dentro del territorio nacional, utilizamos la información
del cuadro 1, que cuenta con datos a nivel estatal para tres periodos.
En éste podemos observar que Puebla es el estado que concentra
los mayores porcentajes de personal ocupado en la industria de la
confección, y aunque en el Distrito Federal sigue existiendo un alto
porcentaje de personal ocupado en esta rama, se observa una caída
a través del tiempo, que pasa de 27% en 1988, a poco más del 10%
para 1998, lo que podría ser explicado por la idea de desplazamientos
industriales hacia zonas más ventajosas.
Cuadro 1
Porcentaje de personal ocupado dedicado a la confección,
por entidad federativa, 1988, 1993 y 1998, (México = 100%)
1988
1993
1998
Aguascalientes
Entidad federativa
5.0
4.2
4.5
Baja California Norte
3.5
2.1
3.4
Baja California Sur
0.2
0.3
0.3
Campeche
0.1
0.6
0.1
Coahuila de Zaragoza
4.4
5.1
7.4
Colima
0.0
0.1
0.1
Chiapas
0.5
0.8
0.4
Chihuahua
6.2
2.4
3.8
Distrito Federal
27.7
19.7
10.8
Durango
5.9
6.4
6.2
Guanajuato
2.8
3.8
5.0
Guerrero
1.1
1.1
0.9
Hidalgo
2.7
4.2
4.3
Jalisco
4.2
3.9
4.3
México
8.1
8.3
7.5
Michoacán de Ocampo
0.5
0.8
0.7
Morelos
0.3
0.8
0.7
Nayarit
0.1
0.1
0.1
Nuevo León
6.7
6.3
3.7
Oaxaca
0.3
0.7
0.9
Puebla
6.8
10.8
13.5
Querétaro de Arteaga
2.2
2.3
2.6
Quintana Roo
0.1
0.2
0.2
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
91
Continuación...
1988
1993
1998
San Luis Potosí
Entidad federativa
0.8
1.5
1.0
Sinaloa
0.1
0.5
0.1
Sonora
3.0
1.8
3.8
Tabasco
0.2
0.2
0.1
Tamaulipas
1.5
2.0
3.4
Tlaxcala
1.4
2.1
2.8
Veracruz de la Llave
1.0
1.8
2.4
Yucatán
2.1
4.6
4.5
Zacatecas
0.4
0.4
0.6
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI. Estadística
sectorial de la industria textil y del vestido.
4. Metodología
El común denominador de la mayoría de trabajos que se preguntan
por los factores que inciden en la localización empresarial, es la
ausencia de un modelo teórico válido universalmente. Ello obliga
a plantear modelos específicos, en los que se intenta recoger las
características del objeto de estudio y del entorno social y económico
del ámbito geográfico. Es así que, para alcanzar el objetivo de este
trabajo, se plantea un modelo específico de localización para la
industria de la confección en México.
La metodología empleada se sustenta en una investigación
documental y estadística de fuentes especializadas sobre el sector
“confección de prendas vestir”. Para ello, se utiliza información de los
dos últimos Censos Generales de Población y Vivienda, 1990 y 2000,
y de los Censos Económicos de 1989 y 1999, todos a nivel municipal.
Para homologar las ramas de la confección entre los Censos
Económicos de 1989 y 1999, se utiliza la Clasificación Mexicana
de Actividades y Productos (cmap); la desagregación para la rama
confección basada en esta clasificación, se presenta a continuación:
Sector 3. Industrias manufactureras incluye los establecimientos
maquiladores
Subsector 32. Textiles, prendas de vestir e industria del cuero
Rama 3220. Confección de prendas de vestir
92
Paradigma Económico
Para regionalizar, se tomaron en cuenta sólo los municipios con más
de 500 trabajadores ocupados en la rama de confección de prendas de
vestir, dejando fuera a aquellos en los que la presencia de la industria
del vestido es limitada; así se tomaron dos criterios de regionalización.
El primero, la proximidad de los municipios a Estados Unidos, con
el fin de explicar la integración de la rama del vestido al mercado
norteamericano. El segundo, definir los principales ejes carreteros,
haciendo cortes para los estados más cercanos (distancia en km.) uno
del otro. De este proceso se obtuvieron cinco regiones: frontera (35
municipios), norte-este (77 municipios), norte-centro (86 municipios),
centro (179 municipios) y sur (26 municipios). Con estas regiones se
abarcan 403 municipios de 28 entidades con presencia de industria
de la confección, abarcando gran parte del territorio nacional, (ver
anexo) se cubre más del 90% del total del personal ocupado para la
rama de la confección en todo el país.
En cuanto a las variables, en este documento se propone la
inclusión de una variable endógena en términos del personal ocupado
dedicado a la confección, y se presentan seis grupos de variables
exógenas: geográficas, costos de producción, educación, servicios de
apoyo a la producción, población y aglomeración.
Como variable endógena se tomará el cociente de localización
(qlvestido88 y qlvestido98),
( E1 j / Ej )
Q1 j = ----------------------------( E1 / Es )
Donde:
Q1J=Cociente de localización del sector de actividad 1 en la región j
E1j =Empleo del sector de actividad 1 en la región j
Ej =Empleo total en la región j
E1 =Empleo del sector de actividad 1 en el conjunto de regiones
Es =Empleo total en el conjunto de regiones
que compara el número de empleos de que dispone una actividad en
una región dada, respecto a un número de referencias, generalmente,
el empleo en todo el sistema estudiado (Polése, 1998).
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
93
Un cociente de localización superior a 1 significa una concentración más que proporcional del empleo de una actividad económica
“x” al interior de la región.
Por su parte, el primer grupo de variables exógenas se refieren a
aspectos geográficos y se dividen en:
• dumcer88 y dumcer98, una variable dummy de cercanía para 1988
y otra para 1999. Esta es una variable que nos dice la existencia
de regiones centro-periféricas. Se mide a través de una variable
dummy que toma el valor de 1 si un municipio hace frontera con
algún otro que tenga más de 500 personas ocupadas en la industria
de la confección, y cero si no lo hace.
• Cinco variables dummy para cada una de las regiones propuestas y
para cada año de estudio, con lo que se intenta medir la significancia
estadística de la regionalización, además de la importancia que
representa cada una de las regiones como polos de atracción de
nuevas empresas del ramo.
El segundo grupo se refiere a los aspectos relacionados con los costos
de producción. Las variables son:
• Cinco variables para diferentes niveles de salario en cada año de
referencia, con lo que se pretende responder a la hipótesis de que
la industria de la confección se caracteriza por bajos salarios, sobre
todo en las regiones del centro.
• Las variables ip88 e ip98 introducen el índice de productividad de
la mano de obra para 1988 y 1998
PIBij
POij
IPtr = ---------------PIBir
POir
Donde:
PIBij = Producto interno bruto de la actividad i del área j
POij = Población ocupada en la actividad i del área j
PIBir = Producto interno bruto de la actividad i del total de la región j
POir = Población ocupada en la actividad i de la región j
94
Paradigma Económico
El tercer grupo de variables se refiere a diferentes niveles de instrucción:
• Se cuenta con dos variables que representan niveles de instrucción
bajos.
Para el siguiente grupo se utilizan variables relacionadas con los
servicios de apoyo a la producción.
• En este grupo de variables se cuenta con cuatro variables relacionadas
con servicios de apoyo para la industria de la confección, como
presencia de servicios financieros o profesionales.
La finalidad de este grupo es comprobar que la industria de la
confección de prendas de vestir se ubica en lugares donde existen
servicios que le sirven de apoyo a la producción.
• Para el grupo de variables poblacionales, se introduce una sola
varia-ble que se define como logpot88 y logpot98, las cuales se
realizan con el logaritmo de la población total de cada municipio.
Se espera que esta variable sea significativa, ya que la hipótesis es que
la confección se ubica en zonas con poca urbanización.
Para terminar con los grupos, se incluyen dos variables para
explicar la aglomeración. La primera de ellas nos ayudará a verificar
la hipótesis de que actualmente las industrias de la confección se
localizan en regiones donde ya existe esta clase de industrias, es decir,
las empresas de la confección prefieren ubicarse en un entorno con
determinado nivel de concentración de la rama, tomando como
referencia las economías de localización.
• Esta es la variable cd88 y cd98, que se define como el coeficiente
de distribución para el personal ocupado de prendas de vestir a
nivel municipal.
Pcr
CD = ------------Pr
Donde:
Pcr=participación relativa del personal ocupado dentro del territorio
por municipio
Pr =participación territorial del municipio respecto al total de territorio
Este índice muestra en porcentajes el nivel de concentración
95
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
La segunda variable es la presencia de la industria textil complementaria, medida en términos del cociente de localización para
los textiles de 1988 y 1998, es decir qltextil88 y qltextil98. Esta
variable sigue el razonamiento de economías de aglomeración de
Richardson (1978), de empresas del mismo sector o “afines” en el
mismo lugar, es decir, las llamadas economías de localización, nos
dirá si efectivamente existen encadenamientos productivos de las ramas
complementarias de la confección: si la industria de la confección
utiliza insumos de la industria textil, el coeficiente tendrá signo
positivo y será estadísticamente significativo. Sin embargo, la evidencia
nos dice que en México. antes de 2000, el paquete completo no estaba
fuertemente presente, por lo que es posible que esta variable presente
un signo negativo en la mayoría de modelos a estimar.
Con las variables planteadas se intentará probar las hipótesis
propuestas al inicio de este documento.
5. Resultados: Estimación de modelos globales
A fin de mostrar los resultados obtenidos del análisis de regresión
para los modelos estimados en cada año, se utilizará una nomenclatura especial (asteriscos) para señalar los diferentes niveles
de significancia estadística de las variables, y que el lector pueda
identificarlos fácilmente.
*** = significancia estadística al 99%
*** = significancia estadística al 95%
*** = significancia estadística al 90%
Cuadro 2
Estimación del modelo global (Variable endógena qlvestido 88)
Variable
Coefficient
t-Statistic
Prob.
DUMFRON88
1.864036
1.217357
0.2242
DUMNORCEN88
0.759936
0.493077
0.6222
DUMNOR88
0.868557
0.548302
0.5838
DUMCENTRO88
0.421309
0.282137
0.778
DUMSUR88
0.523481
0.316039
0.7521
96
Paradigma Económico
Continuación...
Variable
Coefficient
t-Statistic
Prob.
DUMCER88
0.013517
0.033365
0.9734
QLTEXTL88**
-0.172311
-2.545236
0.0113
SAL1-2(88)*
7.370946
3.521837
0.0005
SINSECCOMP88***
11.48711
1.877948
0.0611
LOGPOT88*
-1.500081
-5.648508
0.0000
IU88***
3.73343
1.726274
0.0851
CD88*
0.075886
5.038795
0.0000
R-squared
0.18674
Prob(F-statistic)
0.0000
403
Observaciones
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Económico 1989 y Censo General de Población
y Vivienda 1990.
En el cuadro 2 se muestran los resultados obtenidos al estimar el
modelo global para 1988, utilizando las variables más importantes en
términos relativos e incluyendo todas las variables dummy geográficas
con el objetivo de explicar la fuerza que ejerce cada región como
factor de localización, sin embargo, como se puede observar, ninguna
de las variables geográficas fueron estadísticamente significativas,
por lo que para este período, decidir la localización de la industria
de la confección no estaba en función de las ventajas que generaban
pertenecer a alguna región específica. De igual forma, la variable de
cercanía no muestra significancia estadística, por lo que la relación
centro-periférica no es factor relevante para la localización del vestido.
Entre las variables estadísticamente significativas, destaca el
nivel salarial, que mide el personal que gana entre uno y dos salarios
mínimos, ésta resulta significativa con el signo positivo esperado y un
coeficiente de 7.3; lo anterior indica que, si en general, más empresas
deciden pagar esos sueldos (digamos un incremento del 1%) entonces
el cociente de localización, es decir, la proporción de trabajadores
dedicados a la confección en cada región aumentaba en poco más
del 7% respecto al total del sistema. Otra variable importante
es la educación, en donde el número de personas sin secundaria
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
97
completa es significativa al 90% (con las reservas que este nivel
representa) además, el signo negativo corrobora la hipótesis de que
la concentración de la actividad se incrementa en aquellas regiones
con bajos niveles de instrucción, el coeficiente de 11.4 muestra un
cambio relativamente alto de la proporción del personal ocupado que
se dedica a la actividad de la confección respecto a los incrementos
de la población con estudios truncos en secundaria. Por otra parte, la
variable de población presenta un coeficiente de -1.5 lo que muestra
una preferencia por zonas menos densamente pobladas, es decir, que
los incrementos en la población reducía en una fracción el número
de trabajadores dedicados a la actividad de la confección. Aunado a
esto, la localización era más fuerte para regiones donde existen ciertos
servicios complementarios a esta industria, así lo reflejan los resultados
para la variable de servicios personales y de mantenimiento.
Es importante señalar que para 1988, había una incipiente
preferencia (coeficiente 0.075) por lugares donde la rama de la
confección se encuentra previamente instalada (signo positivos) así
lo muestra la variable que mide el coeficiente de distribución, además
de ser estadísticamente significativo al 99%. Por otro lado, se observa
que la presencia de industria textil complementaria no es un factor
de atracción para el vestido, ya que la variable qltextil88 presenta
signo negativo y su coeficiente reduce en términos marginales (-.17) la
presencia de personal ocupado dedicado al vestido; lo anterior podría
referirnos a que para esos años, ya existía presencia de maquiladoras
dedicadas a la exportación (a pesar de que no había un registro de
éstas) de escasos procesos de paquete completo9 y encadenamientos
productivos.
La medida de bondad de ajuste R-cuadrada es de sólo 18%, lo
cual indica que únicamente se explica una fracción relativamente
pequeña de la localización de la confección, sin embargo, esto en
lugar de representar un obstáculo para nuestro estudio resulta muy
valioso, ya que como veremos más adelante, para el periodo de 1998
el conjunto de variables aumentarán en términos del valor de sus
coeficientes y por lo tanto en el poder de la explicación global.
9
Se refiere al encadenamiento productivo fibras-textil-vestido.
98
Paradigma Económico
Cuadro 3
Estimación del modelo global sin considerar regiones
(Variable endógena qlvestido 88)
Variable
Coefficient
t-Statistic
Prob.
QLTEXTL88*
-0.184796
-4.702846
0.0000
SAL1-2(88)*
7.210001
3.312462
0.0010
SINSECCOMP88*
15.44108
3.306105
0.0010
OBRAPUBLICA88*
0.018991
1.673522
0.0950
LOGPOT88*
-1.626742
-6.267177
0.0000
IP88*
1.668403
2.857081
0.0045
IU88*
3.451438
6.484433
0.0000
SERPERYMANTEN88***
3.30913
1.88416
0.0603
CD88*
0.061439
3.058107
0.0024
R-squared
0.214144
Prob(F-statistic)
0.000000
Observaciones
403
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Económico 1989 y Censo General de Población
y Vivienda 1990.
Tomando en cuenta los resultados arrojados por el modelo global del
cuadro 2, se realizó un nuevo modelo (global) en el cual, la mayoría
de variables resultaran significativas y la medida de bondad de ajuste
fuera relativamente más alta, además, se eliminan las variables de
dummy que reflejan la importancia de pertenecer a una región y no
a otra, ya que como se ha visto, para 1988 la región no fue relevante
como factor de atracción para la confección.
Así, se presenta el cuadro 3, donde lo primero que salta a la vista
es que seis de las siete variables incluidas en el modelo presentan una
significancia estadística del 99 %, al igual que modelo del cuadro 2 la
variable relacionada con el nivel de instrucción: secundaría incompleta
y la de sueldos de entre uno y dos salarios mínimos, esta última,
presenta un valor (coeficiente de 7.2) similar al del modelo anterior,
pero la variable del nivel de instrucción aumenta tanto en el valor
de significancia a 99% como en el coeficiente (de 11.4 a 15.4), así se
reafirma la importancia que para la industria del vestido representaban
99
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
los bajos salarios y la poca instrucción de los trabajadores. Es
importante señalar que los signos al igual que los coeficientes de
las variables de población, complemento de industria textil y previa
presencia de industria de la confección son relativamente iguales
al modelo 2. Además, para este modelo se incluyó la variable que
mide la productividad del trabajo en la confección, el cual arroja un
signo positivo (esperado), un coeficiente de 1.6 que incrementa el
número de trabajadores en el vestido en esa magnitud al aumentar la
productividad en un punto porcentual, así, se relaciona positivamente
con buenos niveles de rendimiento en el trabajo.
A continuación se presentan los resultados obtenidos para los
modelos correspondientes a 1998.
Cuadro 4
Estimación del modelo global (Variable endógena qlvestido 98)
Variable
Coefficient
t-Statistic
Prob.
DUMFRON98*
3.943543
2.49202
0.0131
DUMNORCEN98*
4.151705
2.613718
0.0093
DUMNOR98*
3.249757
1.989571
0.0473
DUMCENTRO98*
3.172725
1.972956
0.0492
DUMSUR98*
3.823441
2.352433
0.0191
DUMCER99
0.132558
0.773399
0.4398
QLTEXTIL98*
-0.117346
-5.182543
0.0000
SAL1-2(98)*
4.655599
3.910095
0.0001
SINPOSPRI98*
6.067207
3.262889
0.0012
HUELGAS98*
0.001358
2.107107
0.0357
SEREDU98*
4.96172
5.73009
0.0000
SERGOBIER98*
6.062561
5.026312
0.0000
CD98*
0.040009
4.314471
0.0000
LOGPOT98*
-1.473428
-6.756996
0.0000
IP98*
0.111865
0.661043
0.5090
R-squared
0.584469
Prob(F-statistic)
0.00000
Observaciones
403
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Económico 1999 y Censo General de Población
y Vivienda 2000.
100
Paradigma Económico
En el cuadro 4 se pone en evidencia la importancia de la región
como factor de localización para la confección, es decir, para 1998
el concepto de espacio reviste una mayor importancia que al final
de la década de los noventa y por lo tanto, ubicarse en una región
específica juega un papel relevante para la atracción de nuevas
empresas dedicadas a la confección, así, se puede observar que cada
una de de las variables regionales son estadísticamente significativas
y la región norte-este es la que se presenta como mejor foco de
atracción para los nuevos puestos de trabajo en el vestido (coeficiente
de 4.15) esto podría explicarse por la importancia que comenzaba
a mostrar la zona de La Laguna y Gómez Palacio como importante
productor de pantalones de mezclilla hasta convertirse en lo que en
nuestros días se conoce como la capital del blue jeans. Asimismo, el
resto de las regiones presentan coeficientes relativamente altos, éstos
se encuentran entre 3.1 y 3.9 por lo que es indudable que cada región
cuenta con ventajas comparativas respecto a las otras, lo cual hace
que resulten más o menos atractivas para la industria. Por su parte, al
igual que para 1988, la variable que mide la relación centro-periferia
(dumcer98) no genera una importancia alguna en la decisión de
localización. Del mismo modo, la variable que mide la productividad
del trabajo en la confección deja de ser estadísticamente significativa,
lo que podría explicar que, a través del tiempo, las economías de
localización externas a la empresa son más importantes que las
internas a la industria, esto es, las condiciones generadas en el entorno
de la empresa serán tomadas con mayor peso que las realizadas al
interior de la misma.
Por otra parte y al igual que para 1988, las variables relacionadas
con niveles educativos bajos (sin secundaria) y salarios bajos (entre
uno y dos salarios mínimos) presentan coeficientes relativamente altos
y superiores a los de 1988, 6.0 para el nivel de instrucción y 4.6 para
el salario, así, la hipótesis de localizarse en regiones con población de
bajo nivel de educación y donde se paguen bajos salarios se reafirma
en el lapso de 10 años. De igual forma, el valor del coeficiente de la
variable de población es relevante y con signo negativo, por lo que
la tendencia a ubicarse en municipios no tan urbanizados también
permanece. Las aglomeraciones y la presencia de industria textil
101
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
complementaria resultan significativas y con los signos esperados,
sin embargo, el valor de los coeficientes son relativamente bajos, por
lo que se puede hablar de un nivel de concentración industrial de la
misma rama incipiente, al igual que la escasa utilización de insumos
nacionales, ya que, al igual que en 1988, la variable que mide la
integración de la cadena fibra-textil-vestido qltextil98 presenta signo
negativo.
De igual forma, los resultados para las variables de servicios
indican que, a pesar de que se prefieren municipios no altamente
poblados, es importante que sí cuenten con servicios como los de
gobierno, ya que esta variable presenta un coeficiente relativamente
alto (6.06) lo que indica un importante cambio en la cantidad de
trabajadores dedicados a la confección respecto a regiones que
provean de una mayor cantidad de servicios de gobierno.
Finalmente, es notable el aumento que sufre el poder de explicación
del modelo respecto al obtenido en 1988 el cual alcanzó únicamente
18% hasta llegar a 58% para 1998, por lo que, es evidente que a lo
largo del tiempo, la localización de la actividad de la confección se
afianza en variables que al final de la década de los ochenta tenían una
importancia incipiente y otras que no representaban ningún factor
de atracción (variables espaciales) sin embargo, se vaticinaban en un
futuro como piezas clave en la toma de decisión para localizarse en
una región y no en otra.
Cuadro 5
Estimación del modelo global sin considerar regiones
(Variable endógena qlvestido 98)
Variable
Coefficient
t-Statistic
Prob.
DUMFRON98*
5.160845
3.610295
0.0003
DUMNORCEN98*
5.554919
3.903444
0.0001
DUMNOR98*
4.535575
3.074522
0.0023
DUMCENTRO98*
4.676452
3.299864
0.0011
DUMSUR98*
5.066511
3.425606
0.0007
QLTEXTIL98*
-0.111046
-4.982868
0.0000
SAL1(98)*
373.5857
3.660159
0.0003
SINPOSPRI98*
8.287679
4.594996
0.0000
SEREDU98*
4.766995
5.353167
0.0000
SERGOBIER98*
5.974195
4.626498
0.0000
102
Paradigma Económico
Continuación...
Variable
Coefficient
t-Statistic
Prob.
CD98*
0.045266
4.789097
0.0000
LOGPOT98*
-1.465525
-7.373545
0.0000
R-squared
0.566388
Prob(F-statistic)
0.00000
Observaciones
403
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Económico 1999 y Censo General de Población
y Vivienda 2000.
Posteriormente se realizó una nueva estimación que se presenta en
el cuadro 5, en el que se eliminan aquellas variables que resultaron
estadísticamente no significativas (índice de productividad y cercanía),
y se cambia la variable sal1-2(98) por la de población que gana sólo
un salario mínimo (sal1(98)). Los resultados muestran que todas
las variables y el modelo de manera global son estadísticamente
significativos a un nivel del 99% y que el poder de explicación es
del 56%.
Dos factores resultaron de suma importancia para la localización:
por un lado, las variables que miden la importancia de pertenecer a
una región específica presentan coeficientes relativamente altos,
superiores a la estimación del cuadro 4, obteniendo coeficientes
que se encuentran entre 4.5 para la zona centro y 5.5 para la región
norte-este, por lo que se reafirma la importancia de la región de La
Laguna y Gómez Palacio como factor de atracción para la industria,
sin embargo, más allá del valor del coeficiente, queremos hacer
hincapié en la relevancia que ha tomado a través del tiempo el factor
espacial para la toma de decisiones en la localización de actividades
industriales. La segunda variable de importancia es la que mide
a la población que gana un salario mínimo, en este caso, resulta
contundente el valor del coeficiente, ya que éste alcanza un valor de
373.58, lo que nos indica un incremento de más de 350 trabajadores
dedicados a la confección en la región, si 1% de las empresas deciden
instaurar pagos por un salario mínimo al día, así, las zonas que pagan
salarios por debajo de un salario mínimo, fungirán como factor de
gran atracción para nuevos establecimientos del vestido.
103
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
De igual forma, las variables relacionadas bajo nivel de instrucción, población, industrias textiles complementarias, y servicios,
presentan signos esperados y son estadísticamente significativas, por
lo que los resultados obtenidos del cuadro 4 se fortalecen.
A continuación se presenta un modelo que considera las cinco
regiones propuestas en este documento para los dos años de estudio,
con el fin de conocer las diferencias en cuanto a los factores de
localización por regiones.
6. Estimaciones por regiones 1989
Cuadro 6
Estimación de un modelo general por región
(variable endógena qlvestido89)
Región
Frontera
Región
Norte-Este
Región
Norte-Centro
Región
Centro
Región
Sur
Variable
Coefficient
Coefficient
Coefficient
Coefficient
Coefficient
1.45
***-1.35
0.31
0.178
0.05
SAL1-2(89)
1.70
**15.11
1.52
**7.79
-7.76
IP89
3.13
*12.66
1.09
*2.49
-1.47
DUMCER89
11.20
-5.43
0.65
*30.87
**51.14
SERPERYMANTEN89
SINSECCOMP89
***19.64
7.07
1.00
-1.84
-0.85
LOGPOT89
***-2.76
*-2.08
*-2.66
*-1.34
***-1.19
QLTEXTL89
-0.69
0.06
-1.09
*-0.14
**-0.24
CD89
0.47
0.17
***1.67
*0.06
**0.86
R-squared
0.266366
0.376258
0.207044
0.218399
0.651016
Prob(F-statistic)
0.245711
0.00002
0.009328
0
0.00341
Observaciones
35
77
86
179
26
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Económico 1989 y Censo General de Población
y Vivienda 1990.
El cuadro 6 presenta la estimación de un modelo común para cada
una de las regiones. Como se puede apreciar, para la región frontera
únicamente las variables de población (con signo negativo) y los
servicios de mantenimiento resultaron significativos aunque con
un nivel de significancia del 90%. Por su parte, la región norte-este
presenta como principales factores locacionales las variables que
104
Paradigma Económico
miden la productividad del trabajador dedicado a la actividad de la
confección, ya que ésta presenta el mayor coeficiente, esto muestra
un incremento del personal dedicado al vestido de alrededor de 12
personas más respecto del total del sistema como consecuencia del
aumento de 1% en el nivel de productividad, del mismo modo los
municipios con niveles bajos de población aparecen como factores
importantes de localización. Con un nivel de significancia del 95%
la variable que mide los pagos de entre uno y dos salarios mínimos
resulta importante con un coeficiente de 15.1; por último, la
cercanía de municipios con presencia de confección es significativa
al 90% y presenta signo negativo, lo cual indica que para la región
norte-centro, el concepto centro-periferia no es un factor relevante
para la industria.
Para la región del norte-centro, sólo dos factores resultaron
significativos para explicar la localización de la actividad de la
confección. Éstos son, por un lado, la variable de población con su
característico signo negativo y por otro, el coeficiente de distribución,
con signo positivo, por lo que se puede decir que para esta región
el factor aglomeración resulta importante para la llegada de más
trabajadores de la confección.
La región del centro es la que presenta el mayor número de
variables significativas: personas que ganan entre uno y dos salarios,
la variable sin secundaria completa, el índice de productividad (con
signo positivo), población, al igual que la de complemento textil, así
como el coeficiente de distribución. De esta manera, para la región del
centro tenemos lugares no urbanos con un alto predominio de niveles
bajos de educación ya que como vemos es la variable que presenta
el coeficiente relativo más alto cercano a 31, donde además existe
previa concentración de la rama del vestido y con valores positivos de
productividad del trabajo.
En cuanto a la región sur, el mayor coeficiente (51.4) lo tiene
la variable que representa niveles bajos de instrucción, es decir, sin
secundaria completa, que indica la preferencia por lugares donde los
niveles de educación son bajos, además de poco urbanizados, con
alguna presencia de industria del vestido previamente establecida y
nulo vínculo con la cadena fibra-textil-vestido.
105
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
A continuación se presenta información que ilustra el modelo
general para las regiones en 1998.
Cuadro 7
Estimación de un modelo general por región
(variable endógena qlvestido98)
Región
Frontera
Región
Norte-Este
Región
Norte-Centro
Región
Centro
Región
Sur
Variable
Coefficient
Coefficient
Coefficient
Coefficient
Coefficient
DUMCER99
0.03
***0.71
0.34
0.00
-0.74
QLTEXTIL99
-1.86
**-0.08
0.10
*-0.10
0.05
SAL1-2(99)
4.89
5.10
*10.15
*4.93
6.73
SINPOSPRI99
3.38
*15.15
3.60
*11.33
15.54
HUELGAS99
-0.01
**-0.00
0.00
0.00
0.00
SERGOBIER99
*21.85
***6.35
*12.27
*5.10
-8.43
SERPROFE99
17.28
***-17.69
0.94
-13.40
**-48.19
CD99
0.48
**0.19
**0.09
*0.04
**0.23
LOGPOT99
-1.12
*-0.82
*-1.04
*-0.50
-0.08
IP99
-0.83
***1.65
-0.19
-0.09
1.30
R-squared
0.622648
0.642573
0.545198
0.550609
0.680469
Prob(F-statistic)
0.001205
0.0000
0.00000
0.0000
0.0099
Observaciones
35
77
86
179
26
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo Económico 1999 y Censo General de Población
y Vivienda 2000.
Iniciando con la región frontera, se encontró que sólo la variable
relacionada con los servicios de gobierno era estadísticamente
significativa. Sin embargo, debemos tomar este resultado con reservas,
debido a la pérdida de grados de libertad en el modelo, al contar con
pocos municipios.
Contrario a lo que ocurre en la región frontera, en la norte-este
sólo una variable (sal1-2(98)) no resultó significativa, con énfasis
en las variable educación sin secundaria y servicios del gobierno,
las cuales exhiben los coeficientes más altos del modelo, lo que
complementa el resultado de la variable servicios profesionales, que
106
Paradigma Económico
resulta negativo al 90% de significancia, donde no son requeridos
altos niveles de escolaridad.
Para la región norte-centro, las variables de uno a dos salarios
mínimos y de servicios de gobierno, son las que presentan coeficientes más grandes y las que son significativas al 99%. Resulta
igualmente importante la concentración (con signo positivo) y la
población (con signo negativo), por lo que tal parece que el patrón
que se estableció para las regiones de 1988 tiende a repetirse con
mayor fuerza, el único cambio es la inclusión de la variable que
representa los servicios de gobierno.
La región centro presenta como principal factor de localización
el bajo nivel de educación, además del nivel salarial, los servicios
de gobierno, la concentración y la población. Contrario a lo que
pudiera pensarse, esta región que cuenta con municipios con
amplia tradición textil en Puebla y Tlaxcala, no muestra indicios de
encadenamientos productivos entre la industria de la confección y la
textil, ya que la variable que representa esto (qltextil98), muestra
signo negativo y es estadísticamente significativa al 99%. Lo anterior
permitiría plantear la existencia de una proporción mayor de
maquiladoras en la región.
Finalmente, en la región del sur, los únicos factores locacionales
relevantes parecen ser la concentración, lo que habla de la
importancia del factor aglomeración, hecho que puede explicarse por
la transformación de la base económica de la zona sur, a partir del
quiebre de la industria del henequén, que originó la instauración y
crecimiento de las maquiladoras.
Conclusiones
A partir de los resultados arrojados en este estudio, queda clara
la importancia del sector de la confección dentro de la base
económica de México, ya que representa una parte importante de
las exportaciones mundiales de ropa, además de ser una actividad
generadora de empleos.
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
107
Los modelos globales para el año 1988 presentaron coeficientes
de determinación relativamente bajos. Sin embargo, las variables más
significativas concuerdan con las hipótesis de este trabajo, esto es,
salarios y niveles de educación bajos, alta productividad del trabajo
y ubicación de esta actividad en zonas no urbanizadas. Sin embargo,
para 1998, la productividad pierde fuerza como factor de localización,
lo que muestra que la industria toma en cuenta, con mayor fuerza,
factores externos a la industria. Se puede decir que la industria de la
confección en “general”, ha alcanzado un cierto nivel de madurez
y preferirá entornos menos densamente poblados, donde exista
previamente presencia de confección, y los niveles educativos sean
relativamente bajos para pagar bajos salarios, además de la presencia
de servicios de gobierno y complementarios a la industria.
En cuanto a las regiones, podemos mencionar que el común
denominador de la localización de la confección está, sin duda,
condicionado por los bajos niveles salariales y de escolaridad, y
por la presencia de economías de localización, esto es, las ventajas
obtenidas por la localización de empresas de la misma rama en un
área próxima.
Las hipótesis planteadas en este documento se comprobaron para
los costos de la mano de obra, las economías de aglomeración, los
niveles de educación, la urbanización, y actividades complementarias,
salvo para la industria textil complementaria, que sólo se comprobó
para la región norte-centro, en 1998.
En conclusión, es evidente que las diferencias entre regiones,
abren la posibilidad de estudios posteriores minuciosos a su interior.
Bibliografía
Alonso, L.E. (1999), “El discurso de la globalización y la nueva
desigualdad regional”, Estudios Regionales, nº 54.
Alvarado, C. (2000), “La microindustria del vestido en la Zona
Metropolitana de la Ciudad de México”, Investigaciones Geográficas,
Boletín del Instituto de Geografía, unam, núm, 45, pp. 149-166.
108
Paradigma Económico
Anselin, Luc (1955), “Local indicators of spatial association”, –LISA–.
Geographical Analysis.
Asuad Sanen, Normand E. (2001), “Economía regional y urbana”,
Colección pensamiento económico, Fomento editorial BUAP, México.
Ballance, Robert (1987), “International industry and business”,
Londres Allen and Unwin.
Bartink J., Timothy (1985), “Business location decisions in the United
States: estimates of the effects of unionization, taxes, and other
characteristics of states”, Journal of Business and Economics Statistics,
vol. 3, núm. 1.
Basalto, A. y S. González (2002), “La mano de obra femenina de Los
Altos de Jalisco como factor de localización para la industria
maquiladora de exportación. El caso de la industria textil”, Carta
Económica Regional, 1 de abril.
Carrillo, Jorge (2001), “Maquiladoras en México: evolución industrial y
retraso sindical”, Cuadernos del Cendes, año 18, número 47, Caracas.
Chapman, K. Y Walker D. (1991), “Industrial location”, Oxford
Blackwell.
Fujita M. y Thisse, J. F. (2002), “Economics of Agglomeration: cities,
industrial location and regional growth”, Cambridge University Press,
Inglaterra.
Fujita, M., Krugman, P. y Venables, A. J. (1999), “The Spatial Economy:
Cities, Regions and International Trade”, The MIT Press, Cambridge.
García, A. y Pérez, S. (1996), “Factores de localización de la industria
maquiladora: El caso de Yucatán, México”, Sección de Ecología
Humana, Centro de Investigación y Estudios Avanzados, Instituto
Politécnico Nacional, CINVESTAV Unidad Mérida, Yucatán,
México.
Gereffi Gary, Bair Jennifer (2003), “Los conglomerados locales en
las cadenas globales: la industria maquiladora de confección
en Torreón México”, Revista Comercio Exterior, vol. 53, num. 4,
México, pp 338-355.
Glaeser, E. Kallal, H. Scheinkman J. y Shleifera (1992), “Growth in
Cities”, Journal of Political Economy.
Hanson, G. H. (1997), “Increasing returns, trade and the regional
structure of wages”, Economic Journal.
Factores de localización de la industria... / López-Angoa-Jerónimo
109
Hanson, G. H. (1996), “Localization Economies, Vertical Organization
and Trade”, American Economic Review.
——— (1998), “Regional adjustment to trade liberalization”, Regional
Science and Urban Economics.
Hoover, E. M. (1948), Localización de la actividad económica, Fondo de
Cultura Económica, México, Traducción de The Localization of
Economic Activity, Mc Graw Hill, Nueva York.
Israd, W. (1975), Introduction to Regional Science, Prentice-Hall,
Englewood Cliffs (N.J.), Estados Unidos.
Juárez, H. (2002), La industria maquiladora de confección de prendas de
vestir en México, Centro de Investigación y Estudios de Posgrado,
Facultad de Economía-BUAP, Puebla, México.
Krugman, P. (1991), “Increasing returns and econcomics geography”,
Journal of Political Economy.
Krugman, P. y Livas Elizondo, R. (1996), “Trade policy and third
world metropolis”, Journal of Development Economics.
——— (2004), La industria del vestido en México, Centro de Estudios
para la Competitividad, México.
Lemelin, A. y Polése M. (1993), “La localización del empleo en los
países en desarrollo”, Estudios demográficos y urbanos, núm. 23.
Marin, D. (2005), “A New International Division of Labor in Europe:
Outsourcing and Offshoring to Eastern Europe”, Munich
economicas, Discussion paper 2005-17 September Department
of Economics, University of Munich, Alemania. Disponible en
http://epub.ub.uni-muenchen.de
Marshall, A. (1820), Principles of Economics, Mc Millan and Co., Londres.
——— (1927), “Industry and Trade”, Mc Millan, Londres.
Martínez, Santiago y Rubiera, F. (1999), Patrones de convergencia regional
en los servicios de la economía española, Documento de trabajo núm.
1. Laboratorio de Investigación del Sector Servicios, Servilab,
Madrid, España.
Montimore M. (1999), “Industrialización a base de confecciones en la
cuenca del Caribe ¿un tejido raído?”, revista de la CEPAL, núm. 67.
Polése, Mario (1998), “Economía urbana y regional (introducción a
la relación entre territorio y desarrollo)”, Libro universitario regional,
Costa Rica.
110
Paradigma Económico
Porter, M. E. (1990), La ventaja competitiva de las naciones, Plaza & Janés,
Barcelona.
Richardson, G. B. (1996), Elements of Regional Economics, Peguin Books,
Harmondsworth.
Richarsond, Harry (1978), Economía urbana y regional, Ed.Alianza,
España.
Rosenthal, Stuart (2003), The microempirics of agglomeration.
Scott, Allen J. (1982), “Locational Patterns and Dynamics of
Industrial Activity in the Modern Metropolis”, Urban Studies, 19.
Sobrino, Jaime (1987), Localización de la industria mecánica en México,
Tesis para obtener el grado de maestro en desarrollo urbano,
Colegio de México.
——— (2000), Programa para la competitividad de la cadena fibra-textilvestido 20001-2006, Secretaría de Economía, México.
Tello, M. (1996), “Las teorías del desarrollo económico local y la
teoría y práctica del proceso de descentralización en los países
en desarrollo”, Departamento de Economía y CENTRUM
Católica, Julio 1996. Disponible en: http://www.pucp.edu.pe/
departamento/economia/images/documentos/DDD247
Temple, M. (1994), Regional economics, Nueva Cork St. Martin´s press.
inegi (2000), La producción, salarios, empleo y productividad de la industria
maquiladora de exportación 1988-1999, México.
inegi (1991), Censo industrial 1989. México.
inegi (2001), Censo industrial 1999. México.
inegi (1990), Censo de Población y Vivienda: resultados definitivos, México.
inegi (2000 ), Censo de Población y Vivienda: resultados definitivos, México.
inegi (2001), La industria textil y del vestido en México 2000, México.
inegi (2003), La industria textil y del vestido en México 2000, México.
Globalización y convergencia económica:
Un análisis empírico para los países
de América Latina
Álvarez Ayuso Inmaculada, Sonia de Lucas Santos, Ma. de Jesús Delgado Rodríguez
Resumen
El trabajo presenta un análisis empírico sobre la convergencia
para América Latina durante el periodo 1970-2005 centrando el
interés en el papel desempeñado por la globalización, analizando
este variable a partir de índices económicos, políticos y sociales.
Para llevar a cabo este objetivo se utiliza la metodología de panel
de datos y se aplican los conceptos de beta-convergencia y sigmaconvergencia. El estudio concluye que la globalización económica y
social ha acelerado el proceso de convergencia en renta per cápita,
mientras que la globalización política no muestra un impacto
significativo sobre este proceso.
Palabras clave: Convergencia condicionada, globalización, crecimiento económico.
Códigos JEL: H7, O57, F43.
Abstract
The paper presents an empirical analysis on convergence for Latin
America during the period 1970-2005 and focusing on the role
played by globalization. This variable was estimated from economic
indicators, political and social. To carry out this objective we use
panel data methodology and apply the concepts of beta-convergence
and sigma-convergence. Results show that social and economic
globalization have accelerated the process of convergence in per
[ 40 ]
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
41
capita income, while political globalization does not show a significant
impact on this process.
Key words: Conditional convergence, Globalization, Economic
growth.
JEL Codes: H7, O57, F43.
Introducción
Los organismos internacionales han prestado una importante atención
al tema de la convergencia económica y a los impactos de la globalización sobre los países en vías de desarrollo. Establecer la existencia
o no de convergencia sigue constituyendo una cuestión sin resolver,
entre otras razones porque tras instrumentarse distintas políticas de
ajuste y estabilización e intensificar las reformas estructurales no se
registra una clara tendencia hacia la reducción de las brechas que
separan a los países ricos de los más pobres (De Long, 1988, Barro,
1991). La globalización supone una integración cada vez mayor del
comercio mundial y los mercados financieros. Hasta ahora gran parte
de la discusión se ha centrado en expresar la preocupación por su
posible influencia en la permanencia de las enormes y persistentes
desigualdades en los niveles de renta per cápita, siendo todavía
reducido el número de trabajos realizados y que, en general, se han
dedicado a estimar sus efectos sobre el crecimiento económico
(Dreher, 2006a y Loayza et al., 2004).
El artículo contribuye a esta literatura incorporando al análisis
de convergencia en los países de América Latina la influencia de la
integración económica, política y social. En este contexto, su estudio
es de especial relevancia, ya que es una región relativamente atrasada y
ha mostrado dificultades de inserción en la economía global1 (Cuervo,
2003, Elías, 2001). Además, el limitado número de estudios sobre el
proceso de convergencia en América Latina ha ofrecido resultados
contradictorios que hacen difícil valorar el papel desempeñado por
La vulnerabilidad del sistema financiero latinoamericano ante los movimientos de
capitales se evidenció con las consecuencias del “efecto tequila” en 1995 y de manera
indirecta con la crisis financiera asiática de 1997.
1
42
Paradigma Económico
los distintos factores condicionantes de este proceso. Mientras que
en el trabajo de Dobson y Ramlogan (2002), los resultados muestran
una clara ausencia de convergencia absoluta y condicional para los
países latinoamericanos analizados para el periodo 1970-1998, en
el de Galvao y Reis (2007), los resultados respaldan la hipótesis de
convergencia condicionada para el periodo 1951-1999.
En este marco de análisis, es importante contrastar los resultados
para la convergencia en América Latina por un periodo más amplio
y actual que los hasta ahora realizados, incorporando una variable
muy atractiva como es la globalización y que recientemente se ha
incorporado en los análisis económicos. Para llevar a cabo este trabajo
se utiliza un panel de datos de 16 países latinoamericanos para el
periodo 1970-2005 y se plantea un modelo de efectos fijos, que captan
diferencias no observables entre países.
El resto del artículo se organiza como sigue: La segunda sección
describe las variables utilizadas; a continuación se presenta la metodología y los resultados obtenidos en el análisis de los países de América
Latina; finalmente se discuten las principales conclusiones.
1. Datos y variables de globalización
¿Cuáles son los determinantes del crecimiento a largo plazo?, ¿por qué
difieren las tasas de crecimiento entre las distintas economías?, son
interrogantes que se sitúan en el centro de la teoría del crecimiento y
del estudio de la convergencia, y que nos llevan a plantear la existencia
de diferencias en renta entre países. La medición de la convergencia
no ha representado un problema metodológico serio ni constituido
tema de debate; la controversia surge al identificar y ponderar las
fuentes de la convergencia y en la posibilidad de aislar los efectos de
cada variable en la dispersión del PIB per cápita y la velocidad a la que
éste crece.
A los factores clásicos de convergencia, los trabajos recientes
han empezado a incorporar nuevas variables. En este artículo se
ha centrado el interés en analizar el papel de la globalización como
factor condicionante del proceso de convergencia. La importancia e
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
43
interés que ha suscitado esta variable empieza a ser recogido en los
trabajos empíricos, aunque éstos todavía son escasos. Hasta ahora las
investigaciones que trataban de aproximar una medida de globalización
utilizaban los flujos comerciales y de capitales, así como el grado de
apertura comercial como indicadores de este proceso (Beer y Boswell,
2001, Mah, 2002). Este tipo de literatura se ha enriquecido con la
publicación de indicadores de globalización basados en la compilación
de una amplia gama de indicadores económicos, políticos y sociales
que permiten ofrecer una perspectiva más depurada de este proceso.
Entre ellos se encuentran los trabajos de A.T. Kearney/Foreign Policy
Magazine (2002) y el realizado por Dreher (2006). Este último ha sido
utilizado en este trabajo al ser el único disponible para el periodo que
se analiza en esta investigación.2
El estudio de Dreher (2006b) en el que se analizan 123 países
para el periodo 1970-2005, mide el grado de integración global de
las economías a través de una serie de variables conformadas en tres
grandes grupos:
• Integración económica: aquí se consideran aspectos como el volumen
de comercio exterior o los flujos, tanto en salidas como entradas,
de inversión directa exterior, existencia de barreras al comercio o
al movimiento libre de capitales.
• Integración social, grupo en el que se recogen datos sobre turismo y
viajes internacionales, tráfico telefónico internacional, transferencias
personales de dinero, número de usuarios de Internet, de servidores
de Internet, de restaurantes McDonald y de tiendas IKEA.
• Integración política, que incluye aspectos como la pertenencia a
organismos internacionales, contribuciones a las misiones de
paz de Naciones Unidas, ratificación de tratados multilaterales y
número de embajadas.
La información de esas variables es transformada en índices sobre
la escala de 1 a 100, donde este último es el máximo valor y 1 el
mínimo. Cuanto mayor es el índice, mayor el grado de globalización
2
También ha sido criticado el método de estimación utilizado por A.T. Kearny/
Foreign Policy (Véase Lockwood, 2004).
44
Paradigma Económico
en cualquiera de los aspectos analizados. En la tabla 1 se presentan los
resultados para 2005 y el cambio que ha experimentado ese indicador
en el periodo 1970-2005, años en los que se dispone de información
para cada uno de los países analizados.
Los datos empleados sobre PIB per cápita están expresados
en dólares internacionales (PPP-dólares) de 1990. Las series están
disponibles desde 1970 hasta 2005 para los 16 países estudiados
y han sido obtenidos de la base de datos económicos publicada por
the Conference Board and Groningen Growth and Development
Centre (2008).
Para completar este análisis descriptivo y contribuir al entendimiento de cómo ha sido la evolución de los países en el periodo
estudiado se compara la situación de cada variable analizada. América
Latina está marcada por explosiones de crecimiento que, en su
mayoría han terminado en crisis y largos periodos de estancamiento,
lo que durante la mayor parte del periodo analizado se ha traducido en
una actividad económica débil. Una forma interesante de analizar este
proceso es utilizar mapas en los que visualmente puede compararse
los niveles alcanzados por cada economía al comienzo del periodo
(1970) y al final (2005). En la figura 1 se presenta la situación de los
países en cuanto al resultado obtenido en el índice de globalización,
diferenciándolos según el índice alcanzado: medio y alto; en las figuras
2, 3 y 4 se presenta el resultado del índice de globalización económica,
política y social, por último, la figura 5 muestra las diferencias en pib
per cápita obtenidas de la base de datos utilizada y distribuidas en
nivel bajo, medio y alto.
La comparación de resultados que ofrecen el índice de
globalización total muestra en general una evolución positiva de
esta región. Podemos comprobar que los países estudiados han
experimentado importantes avances en sus procesos de integración
económica, social y política. En el primer caso destacan los avances
de Colombia, Chile, Ecuador y Perú. Las economías que en mayor
medida intensifican su integración política son: Colombia, Perú, Brasil
y México. Por último, en cuanto a la integración social sobresalen
Perú, Bolivia, República Dominicana y Jamaica. El caso de Perú es
de especial interés ya que es el único en lograr avances significativos
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
45
en los tres indicadores. En el caso contrario se encuentra Guatemala
que muestra una evolución negativa en el indicador social, seguido de
Uruguay y Barbados que apenas han experimentado cambios en este
indicador en el periodo analizado.
Estos resultados positivos referidos al proceso de globalización y
a la integración de las economías latinoamericanas con la internacional
no tienen un reflejo tan favorable cuando la variable que se analiza
es el pib per cápita. La comparación de este indicador a comienzo
y finales del periodo, muestra que han aumentado el número de
países dentro del grupo de menor nivel. Aunque este resultado está
relacionado con que se han aproximado los niveles de renta de los
países de América Latina, este acercamiento se ha producido hacia el
grupo de nivel de pib per cápita bajo, sin que ningún país aparezca en
el grupo de pib per cápita alto en 2005.
23
121
62
62
Brasil
Barbados
65
65
74
68
62
México
Perú
Trinidad y Tobago
Uruguay
Venezuela
Fuente: Dreher (2006). http://globalization.kof.ethz.ch/
73
Jamaica
179
60
52
Ecuador
56
R. Dominicana
Guatemala
84
65
Costa Rica
98
52
39
202
63
49
86
68
116
85
63
Chile
Colombia
55
48
57
Bolivia
63
Integración económica
1970-2005
55
Integración económica 2005
Argentina
Países América Latina
47
50
45
39
48
49
42
46
47
62
48
52
54
37
36
53
Integración política 2005
83
63
21
114
117
33
35
104
99
56
123
81
45
123
52
63
Integración política
1970-2005
Tabla 1
Indice de globalización de los países de América Latina, 1970-2005
155
64
52
71
23
75
57
47
29
62
50
31
45
74
14
68
2
18
112
10
563
-0.9
66
122
62
38
21
1
58
17
87
88
Integración social
1970-2005
Integración social 2005
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
Figura 1
Índice de globalización total
Fuente: Elaboración propia, siguiendo el método de estratificación de Natural Breaks.
En 1970 Nivel Bajo: 0-29.555, Medio: 29.555-38.261 y Alto: 29.555-45.955
En 2005 Nivel Bajo: 0-52.658, Medio: 52.658-58.863 y Alto: 58.863-69.634
Figura 2
Índice de globalización económica
Fuente: Elaboración propia, siguiendo el método de estratificación de Natural Breaks.
En 1970 Nivel Bajo: 0-31.494, Medio: 31.494-39.792 y Alto: 39.792-53.216
En 2005 Nivel Bajo: 0-59.618, Medio: 59.618-68.460 y Alto: 68.460-85.134
47
48
Paradigma Económico
Figura 3
Índice de globalización política
Fuente: Elaboración propia, siguiendo el método de estratificación de Natural Breaks.
En 1970 Nivel Bajo: 0-25.040, Medio: 25.040-37.047 y Alto: 37.047-74.867
En 2005 Nivel Bajo: 0-31.002, Medio: 31.002-63.788 y Alto: 63.788-88.262
Figura 4
Índice de globalización social
Fuente: Elaboración propia, siguiendo el método de estratificación de Natural Breaks.
En 1970 Nivel Bajo: 0-25.454, Medio: 25.454-32.137 y Alto: 32.137-39.823
En 2005 Nivel Bajo: 0-39.448, Medio: 39.448-50.333 y Alto: 50.333-62.022
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
49
Figura 5
pib per cápita
Fuente: Elaboración propia, siguiendo el método de estratificación de Natural Breaks.
En 1970 Nivel Bajo: 0-3.103, Medio: 3.103-5.661 y Alto: 5.661-10.672
En 2005 Nivel Bajo: 0-5.968, Medio: 5.968-12.207 y Alto: 12.207-23.233
2. Metodología y resultados
En este apartado se presenta la evidencia alcanzada en la contrastación
de la hipótesis de convergencia para los países de América Latina
estudiados y la influencia que sobre este proceso ha tenido la
globalización. Comenzaremos ilustrando el proceso de convergencia
en estos países presentando un análisis descriptivo de la tendencia para
el periodo donde se dispone de información sobre el pib per cápita: el
periodo 1970-2005. La gráfica 1 muestra los resultados de este análisis.
En él se aprecian claras dificultades para alcanzar una convergencia
absoluta entre estos países, ya que aunque algunas de las economías
con menor renta per cápita en 1970 (República Dominicana)
presentaron una mayor tasa de crecimiento que economías de mayor
renta per cápita (Venezuela), en otros casos la trayectoria ha sido la
opuesta: países de elevada renta (Trinidad y Tobago) han crecido a
mayores tasas que países que partían de menores rentas (Bolivia).
50
Paradigma Económico
Gráfica 1
Convergencia del PIB per cápita en América Latina, 1970-2005
Fuente: Estimación propia a partir de Total Economy Database (2008)
Se subraya la heterogeneidad de países y trayectorias que forman este
grupo y el interés por utilizar otras medidas de convergencia que
completen la evidencia sobre éstos. Una de las formas más utilizadas
en la literatura sobre convergencia para analizar la evolución de las
desigualdades está relacionada con el concepto de convergencia
sigma3 (σ-convergencia). Las economías convergen en sentido σ
cuando la dispersión de su producto per cápita tiende a disminuir:
st < st –T
donde st representa la desviación típica del logaritmo de la productividad
entre los N países que componen la muestra durante el periodo t:
1
(1)
s t = ------ s [ln y i,t - m N i = 1,..., N países
t = 1, ..., T años
Siendo mt la media muestral de ln( yi,t ).
N
i=l
3
En Sala-i-Martin (1996) se define con detalle este concepto.
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
51
El análisis de la convergencia sigma consiste en dibujar la senda
temporal del índice de dispersión, en nuestro caso la desviación
típica del producto per cápita. La tendencia temporal de σt describe
la evolución del grado de desigualdad y por tanto, permite contrastar
la hipótesis sobre si se ha reducido la dispersión de la renta de las
economías de América Latina a lo largo del tiempo. La gráfica 2
presenta la trayectoria del valor de la desviación estándar de los
logaritmos naturales del pib per cápita de los países estudiados desde
1970 a 2005. Su análisis sugiere la velocidad del ritmo de acercamiento
o distanciamiento de la renta per cápita. Podemos diferenciar dos
períodos: 1970-1987 y 1987-2005. El primero comprende el esfuerzo
de la reconversión de la economía mundial y el periodo de mayor
crecimiento. Durante estos años las economías de América Latina se
acercaron a un ritmo acelerado, y para 1987 habían llegado al punto
de la menor distancia nunca antes registrada. La segunda etapa,
1987-2005, va desde los años posteriores al estallido de la crisis de
la deuda y las reformas, hasta comienzos del siglo xxi, cuando ya los
cambios estaban bien implantados, se había culminado el proceso
de apertura, y avanzado en las privatizaciones. Durante estos años,
la desviación estándar creció y las economías se distanciaron. Ni el
empuje de la globalización ha podido cambiar el signo de la tendencia.
Gráfico 2
Convergencia-sigma en PIB per cápita en América Latina
Fuente: Estimación propia a partir de Total Economy Database (2008).
52
Paradigma Económico
Tal y como se expone en el apartado anterior, los países de América
Latina han aumentado su grado de globalización, participando intensamente del comercio mundial y los mercados financieros. Para
profundizar en las implicaciones de este proceso, en este trabajo se
trata de incorporar la influencia de la globalización como variable que
explica la trayectoria del crecimiento del producto en esta región.
La estimación de ecuaciones de convergencia condicional puede
mejorar la comprensión sobre el comportamiento de las economías
de América Latina permitiendo predecir si la tasa de crecimiento
de cada país está inversamente relacionada con la distancia que se
encuentre de su propio estado estacionario. La existencia de este tipo
de convergencia es compatible con el mantenimiento de dispersión
entre países obtenido en el análisis de la convergencia sigma.4 En este
trabajo se trata de contrastar la hipótesis de convergencia condicional,
recogiendo la existencia de estados estacionarios heterogéneos a través
de la consideración de efectos fijos inobservables en la ecuación de
convergencia. Además, este análisis de convergencia económica de
tipo neoclásico ofrece la posibilidad de enriquecer el modelo a fin
de determinar qué variables, aparte del capital privado y el trabajo,
explican el mecanismo de convergencia. Las investigaciones que han
seguido esta línea de trabajo incorporan distintas variables relevantes
(incluidas las políticas públicas) que permiten diversas implicaciones
sobre los factores que podrían alterar la velocidad de convergencia.
En este artículo se han estimado ecuaciones de convergencia bajo
especificaciones ligeramente diferentes que permitirán ampliar la
evidencia disponible y recabar información sobre la globalización
como posibles factores condicionantes de este proceso.
El trabajo se ha centrado en el estudio de la convergencia beta
condicionada. En este caso se analiza si aquellos países que parten de
menores niveles iniciales de renta experimentan mayores ganancias
Para valorar el alcance de la convergencia sigma debe tenerse en cuenta que
es posible que la reducción o aumento de la dispersión se deba a la aproximación o
alejamiento de la media de los valores más cercanos a ella, manteniéndose las distancias de
los extremos, es decir, el recorrido de la variable.
4
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
53
incorporando las condiciones estructurales de cada economía. Para
ello, se estima la ecuación (2) considerando tasas de crecimiento
bianuales (T=1); en ésta se analiza la relación entre el crecimiento
de la renta per cápita entre t y t-T correspondiente al i-ésimo país,
y
ln ------y , y el nivel inicial de la misma, ln( yit –T ).
( )
it
it - T
ln ( y it / y t-T )
---------------------------------= a i - b ln( y it-T ) + Y 1 ln(IG t ) + u i,t,t-T (2)
T
donde b = (1 – e–lT)/T , IG recoge los índices de globalización
utilizados (económico IGE, social IGS y político IGP) y l representa
la velocidad de convergencia. Para confirmar la existencia de
convergencia se requiere obtener b>0.5
La tabla 2 recoge los resultados obtenidos con cinco especificaciones de este modelo; se parte de la ecuación básica de convergencia
y se incorporan efectos fijos cada una de estas economías para
recoger la existencia de estados estacionarios heterogéneos (columna
1). A continuación, se realiza la estimación misma introduciendo
alternativamente los distintos indicadores de globalización como
regresores adicionales en la ecuación de convergencia, con el objetivo
de analizar su contribución a este proceso (columnas 2-4). Por
último se hace una estimación que incorpora los tres indicadores de
globalización (columna 5).
En Islam (1995) se implementa el modelo de Mankiw, Romer y Weil (1992)
en el contexto de datos de panel, destacando el hecho de que hace posible recoger las
diferencias no observables entre países en forma de “efectos fijos”, lo que evita el posible
sesgo originado por un problema de variables omitidas.
5
0.21175
0.220213
0.185917
0.214227
0.226717
0.211288
0.215048
0.210243
0.205358
0.201319
0.187558
0.216163
0.192506
0.244015
0.215424
0.204676
ln(yit-1)
ln(IGEi,t)
ln(IGPi,t)
ln(IGSi,t)
Velocidad de convergencia λ
Test F Efectos Individuales
Test Hausman
Test F de Wald
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
Modelo de datos de panel
Convergencia con índice
Convergencia con índice
de globalización económica (II)
de globalización política (III)
-0.045 (-3.64)
-0.023 (-2.11)
0.032 (3.64)
----0.0005 (0.06)
----0.044
0.023
F(15,542)=2.72
F(15,542)=2.16
χ2(2)=10.36
χ2(2)=4.1**
F(15,542)=8.64
F(15,542)=2.16**
Efectos fijos
0.43487
0.212427
0.441586
0.221736
0.380463
0.186883
0.42556
0.214947
0.438335
0.227477
0.426254
0.212176
0.425362
0.21611
0.415662
0.211408
0.418528
0.206263
0.415446
0.202386
0.384545
0.188768
0.429857
0.216996
0.40593
0.19332
0.465585
0.245252
0.430212
0.216255
0.432955
0.205514
() entre paréntesis aparecen los t-statistics.
* Parámetro significativo al 90%, ** al 95%. ***Parámetro no significativo.
Convergencia condicionada
(I)
-0.023 (-2.11)
------0.023
F(15,543)=2.23
χ2(1)=3.84**
F(15,543)=4.33**
0.446638
0.451899
0.399962
0.448976
0.460344
0.44159
0.433934
0.427248
0.434119
0.424038
0.40156
0.450602
0.427792
0.486172
0.447629
0.446169
Convergencia con índice
de globalización social (IV)
-0.047 (-3.6)
----0.03 (3.31)
0.045
F(15,542)=2.78
χ2(2)=10.73
F(15,542)=7.54
Tabla 2
Regresión de convergencia para América Latina, 1970-2005
0.342362
0.333569
0.280878
0.334756
0.346337
0.330023
0.322649
0.311463
0.321776
0.31334
0.280202
0.336472
0.31327
0.366558
0.335763
0.339132
Convergencia con los tres índices
de globalización (V)
-0.049 (-3.74)
0.025 (1.68)*
-0.009 (-1.008)
0.011 (0.76)
0.049
F(15,541)=2.74
χ2(3)=12.20**
F(15,541)=6.23
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
55
Se trata de un modelo dinámico, ya que el regresor es la propia
variable dependiente en el periodo inicial. Siguiendo a Arellano y
Bond (1991), se utiliza el “estimador de variables instrumentales
óptimo en dos etapas” o “estimador generalizado de momentos en
dos etapas”.6 Al tratarse de un panel para los 16 países estudiados
se ha comprobado inicialmente que es necesario controlar los
efectos específicos de cada país aplicando el contraste F de efectos
individuales. El resultado obtenido permite rechazar la hipótesis
nula de igualdad en dichos efectos, por lo que se ha optado por
estimar la ecuación mediante un panel de datos. El test de Hausman
corrobora la existencia de correlación entre los efectos individuales y
los regresores, por lo que una estimación de variables instrumentales
se aplica sobre el modelo transformado en desviaciones ortogonales,
equivalente al estimador “intra-grupos”, manteniendo las propiedades
de eficiencia y consistencia cuando el modelo, al igual que en el caso
que nos ocupa, es de “efectos fijos”. A través del contraste de Wald se
puede observar la significatividad conjunta del modelo.
En las estimaciones realizadas se comprueba que el valor de beta
es negativo, lo que indica que los países de menor renta han tendido
a crecer con mayor rapidez que los de mayor renta. El valor de este
coeficiente en la primera estimación es de 0.023, es decir, que cada
año se elimina 2.3% del diferencial de renta con respecto al promedio
de este grupo. Este valor para el coeficiente de convergencia, o
pendiente de la recta de la ecuación, está en línea con los resultados
estándar de la literatura sobre convergencia (Mankiw, Romer y Weill,
1992). A continuación, las estimaciones realizadas con los indicadores
de globalización permiten sacar conclusiones de los efectos de este
proceso sobre los países de América Latina. De los tres indicadores de
globalización utilizados sólo los que recogen la integración económica
y social parecen tener un efecto positivo y significativo para disminuir
las disparidades en renta e influyen favorablemente sobre la velocidad
de convergencia al aumentar el valor de la beta hasta 0.044 y 0.045
6
La ecuación propuesta se ha estimado mediante datos de panel utilizando para ello
la programación en MATLAB.
56
Paradigma Económico
respectivamente. Por el contrario, la integración política en estos países
no ha tenido influencia sobre este proceso. En la última columna
(5) se incorporan los tres indicadores de globalización; en este caso,
únicamente el indicador de globalización económica es positivo y
significativo. No obstante, un problema potencial de esta estimación
puede derivarse de la alta correlación entre estos tres indicadores. A
pesar de esto, el coeficiente de la beta aumenta hasta 0.049.
En suma, esta demostración corrobora que existe convergencia
condicionada entre los países de América Latina, siendo éste un
proceso favorecido por la integración económica y social que han
experimentado estas economías a nivel mundial. Este artículo aporta
evidencia a favor de los efectos positivos de la globalización sobre
la convergencia basada en el argumento de que las economías
atrasadas que se integran con las más avanzadas aceleran su tasa de
crecimiento y por tanto su nivel de ingreso converge hacia el del
líder (Dollar, 2001).
Conclusiones
La evidencia empírica sobre el proceso de convergencia en América
Latina todavía no es muy extensa y en ella se encuentran resultados
contradictorios. Este trabajo ha tratado de aportar nueva evidencia
que se añada a este debate incorporando un aspecto de actualidad
que comienza a tenerse en cuenta en este tipo de estudios: la
intensificación de la globalización en las economías latinoamericanas,
utilizando un periodo más amplio y actual que los habitualmente
empleados hasta el momento. Para ello se maneja información sobre
las diversas facetas de la globalización: económica, social y política,
que se incorpora en la ecuación de convergencia estimada como
factor condicionante del estado estacionario.
Los análisis realizados muestran dificultades para reducir la
dispersión de los niveles de renta entre estas economías, que además
han aumentado en la última década. Este primer análisis se completa
con la estimación econométrica de la convergencia condicionada
que verifica la existencia de una relación negativa entre el nivel del
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
57
producto inicial y la tasa de crecimiento negativo al incluir los efectos
fijos individuales. Los resultados de la ecuación de convergencia que
incorporan los indicadores de globalización ponen de manifiesto que
la relación globalización económica y social en el periodo 1970-2005
afecta positiva y significativamente a la tasa de crecimiento real anual
del pib per cápita. Esta observación es congruente con los trabajos
realizados hasta el momento sobre el impacto de la globalización
en el crecimiento económico (Dreher, 2006a). Por el contrario,
no se encuentran resultados concluyentes sobre el impacto de la
globalización política en estas economías.
El análisis se desprenden claras implicaciones en el debate sobre
los efectos de la globalización para países en desarrollo y apoya a
aquellos analistas que consideran que el efecto neto es positivo.
El caso de Latinoamérica es relevante para ilustrar el análisis de las
implicaciones de la globalización en países en desarrollo. El trabajo
también plantea interrogantes fundamentales dadas las dificultades
para reducir las diferencias en renta que existen entre estas economías
y sugiere profundizar en el estudio de los factores que explican su
dinámica de crecimiento. Otra posible extensión de este estudio
es la consideración de lo endógeno de las variables explicativas,
aspecto particularmente importante en este tema de estudio. Por
ello, una próxima línea de investigación podría ser la utilización del
método gmm (estimador del Método General de los Momentos).
Este estimador tiene la ventaja de solucionar el problema endógeno
de las variables explicativas a la vez que considera los efectos fijos
específicos de cada país.
Referencias
A.T. Kearney/Foreign Policy Magazine (2002), Globalization Index,
http://www.foreignpolicy.com.
Barro, R. (1991), “Economic growth in a Cross Section of Countries”,
Quaterly Journal of Economics, 106, 2, pp. 407-443.
Beer, L. y Boswell T. (2001), The effects of globalization on inequality: a
cross-national analysis, Halle Institute Occasional Paper.
58
Paradigma Económico
Cabrera, Castellanos L.F. (2002), Convergence and Regional Economic
Growth in México: 1970-1995, MPRA Paper, núm 4026, http://
mpra.ub.uni-muenchen.de
Cáceres, R. y O. Núñez (1999), “Crecimiento económico y divergencia
en América Latina”, El trimestre económico, fce, 66, pp. 4.
Chiquiar, D. (2005), “Why Mexico´s regional income convergence
broke down”, Applied Economics, 77, pp. 257-275.
Cuervo, L. M. (2003), “Evolución reciente de las disparidades
económicas territoriales en América Latina”. Serie Gestión Pública
41, ILPES/CEPAL, Santiago de Chile.
De Long, B. (1988), “Productivity growth, convergence and welfare:
comment”, American Economic Review, 78, pp. 1138-1154.
Diaz-Bautista, A. (2000), “Convergence and Economic Growth in
Mexico”, Frontera Norte, 13(24), pp. 85-110.
Dobson, S. y C. Ramlogan (2002), “Convergence and divergence in
Latin America, 1970-1998”, Applied Economics, 34, pp. 465-470.
Dollar, D. (2001), Globalization, inequality and poverty since 1980,
Development Research Group, Banco Mundial
Dreher, A. (2006a), “The influence of globalization on taxes and
social policy: An empirical análisis for OECD countries”,
European Journal of Political Economy, 22, pp. 179-201.
Dreher, A. (2006b): “Does Globalization Affect Growth? Evidence
from a new Index of Globalization”, Applied Economics 38, 10:
1091-1110. Updated in Dreher, Axel, Noel Gaston and Pim
Martens (2008), Measuring Globalization-Gauging Consequences, (New
York: Springer).
Elías, V. (2001), “Convergencia económica en América Latina: 19601995”, Mancha Navarro, T. et al., (dirs. y coords.), Convergencia
económica e integración. La experiencia en Europa y América Latina.
Madrid, Ediciones Pirámide.
Galvao A.F. y F.A. Reis Gomes (2007), “Convergence or divergence
in Latin America? A time series analysis”, Applied Economics, 39,
pp. 1353-1360.
Islam, N. (1995), “Growth Empirics: A Panel Data Approach”,
Quarterly Journal of Economics, 110, pp. 1127-1170.
Globalización y convergencia económica... / Álvarez-De Lucas-Delgado
59
Loayza, N., Fajnzylber P. y Calderón C. (2004), Economic growth in Latin
América and the Caribbean: Stylized facts, explanations, and forecasts,
Documentos de trabajo, Banco Central de Chile Nº 265.
Lockwood, B. (2004), “How robust is the Kearney/Foreign Policy
Globalization Index?”, The World Economy, 27, pp. 507-23.
Mah, J.S. (2002), “The impact of globalization on income distribution:
the Korean experience”, Applied Economics Letters, 9, pp. 1007-9.
Mankiw, N.G., D. Romer y D.N.Weil (1992), “A Contribution to the
Empirics of Economic Growth”. Quarterly Journal of Economics,
107, pp 407-437.
Parish, A. y M. Shibata (2004), “Does trade liberalization accelertate
convergence in per capita incomes in developing countries?”,
Journal of Asian Economics, 15, pp. 33-48.
Sala-i-Martin, X. (1996), “Regional Cohesion Evidence and Theories
of Regional Growth and Convergence”, European Economic Review,
40, pp. 1325-1352.
The Conference Board and Groningen Growth and Development
Centre, Total Economy Database, January 2008, http://www.
conference-board.org/economics”.
Globalización, Estado
y nueva geografía productiva
Armando Kuri Gaytán
Mientras que el capitalismo global prospera…
el estado-nación, tal y como se creó en la Edad
Moderna de la historia, parece estar perdiendo su
poder, aunque, y esto es esencial, no su influencia.
Manuel Castells
Resumen
El ensayo intenta relacionar el proceso de globalización económica
contemporánea con los cambios que, por un lado, se han venido
produciendo en las funciones del Estado nacional y, por el otro,
con los registrados en el ámbito de la geografía de la producción.
Para ello se parte del sistema económico-social fordista y su Estado
de bienestar, que al agotarse luego del éxito conseguido durante
la segunda posguerra, da lugar a un nuevo tipo de organización
productiva más flexible –el postfordismo– acorde con los requerimientos de la creciente internacionalización económica. Asimismo,
se plantea el análisis de las consecuencias que esto ha tenido en la
dinámica regional y local, así como en la creación de nuevos espacios
industriales o en la readaptación de los existentes.
Palabras clave: Estado, globalización, fordismo, postfordismo,
ciudad global, geografía de la producción.
Clasificación jel: D2, O3, O4.
[ 60 ]
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
61
Abstract
This article attempts to link the contemporary process of economic
globalization with the changes that, on one side, have been taking place
in the National State functions and, on the other side, with those
recorded in the geography of production. This parted from the Fordist
economic-social system and its welfare state, which after been drained
with the success achieved during the Second Postwar, leads to a new
form of a more flexible productive organization -The Postfordismand according with the requirements of the growing economic internationalization. Also, there is the analysis of the consequences that this
has had on the local and regional dynamics, as well as the creation of
new industrial spaces or retro fitting of the existing ones.
Key words: State, globalization, fordism, postfordism, global city,
geography of production.
Jel codes: D2, O3, O4.
Introducción: Estado y globalización
Si bien es cierto que con la mayor integración de los mercados que
ha supuesto la globalización1, el Estado nacional pierde influencia en
el diseño y ejecución de su política económica interna, también lo es
que conserva su papel en muchos otros terrenos. Entre los cambios
que el proceso de internacionalización trajo consigo, el del Estado ha
sido de los más importantes en la medida que ha visto que su antiguo
papel central durante el auge del keynesianismo debe adaptarse a una
nueva realidad que le asigna todavía un rol importante –dado que
sigue controlando muchas de las variables socioeconómicas–, pero
quizá lejos ya de la centralidad anterior.
1
Un intento de análisis comparativo del proceso globalizador durante el siglo XX en
términos del comercio mundial, la integración financiera y la evolución de la IED, entre
otros factores, puede verse en Kuri (2007).
62
Paradigma Económico
En lo político-militar, aunque con cambios, mantiene sin duda su
vigencia, pero es en lo económico-social en donde se han presentado
las mayores transformaciones, particularmente en su capacidad para
incidir en la estrategia de desarrollo económico interno, puesto que
ésta se encuentra en mayor medida determinada por la dinámica
del mercado mundial. Ello es así desde los años setenta en que
el crecimiento económico de la posguerra llegó a su fin, ante la
incapacidad de las políticas keynesianas para detener la inflación y
seguir generando crecimiento y empleo.
La nueva etapa que a partir de entonces comenzó, en la que las
fuerzas del mercado mundial tendieron a fortalecerse e integrarse
cada vez más, permitió la creación de una economía global
interdependiente, lo cual llevó a muchos autores a plantear que la
relación de ésta con los Estados nacionales era del tipo del juego
suma cero, pero no todos estuvieron de acuerdo. Por ejemplo Sassen
(1999), quien forma parte de este último grupo, señala que uno de
los papeles del Estado frente a la economía global es el de negociar
el espacio de acción entre las leyes nacionales y los actores foráneos
(empresas y organizaciones supranacionales), y que desregulación,
privatización o liberalización comercial y financiera son términos
que describen ese proceso de negociación, pero el problema es que
sólo reflejan la parte en que el Estado deja de regular la economía,
sin registrar la forma en que va a participar en el nuevo marco que
permite a la globalización avanzar.
Es en esta perspectiva que la autora concluye “la globalización
no sólo tiene que ver con flujos comerciales y de inversión
cruzando fronteras, sino también con el traspaso de funciones
desde el gobierno nacional a instituciones privadas transnacionales,
así como con el desarrollo al interior de los Estados nacionales de
los mecanismos necesarios para asegurar los derechos del capital
global” (Sassen, 1999: 159).
Más allá de interesantes aspectos de índole político-ideológica,
legal, o de soberanía nacional en torno al Estado que exceden el
marco del presente ensayo, buena parte del debate respecto a su
papel en la economía se debe a que se han polarizado en extremo las
posiciones. Es claro que no se trata de usar un esquema del tipo de
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
63
“todo o nada”, sino de entender en su justa dimensión los cambios
que cada etapa del capitalismo ha traído consigo, y en este caso las
fases históricas por las que atravesó a lo largo del siglo xx. En este
sentido, resulta evidente que la política económica interna sigue
siendo importante, pero está lejos de ser el “todo” como lo fue
durante la época fordista. Actualmente, con la apertura comercial y la
integración de los mercados, esa política se ve bastante condicionada
por las señales que emite el mercado mundial.
Una de las zonas más sensibles, y en la que quizá se puede
apreciar con mayor claridad la idea del todo o nada, es la del mercado
interno que fue el referente fundamental de la etapa fordista, pero
que dejó de serlo y ha tenido que compartir el papel con el mercado
exterior en las últimas tres décadas. Lo que ha sucedido es una
gradual reconfiguración de la escala geográfica en que las relaciones
comerciales, al igual que las productivas, se habían desarrollado: de una
articulación nacional, dichas relaciones han transitado rápidamente a
articularse con otras en los niveles supra e infranacional. Esto refleja,
por otro lado, el carácter histórico del proceso, en tanto forma parte
de la reestructuración capitalista a nivel global y regional de cara al
siglo xxi (Scott, 1998).
1. Los años dorados del fordismo
La reestructuración de la economía mundial que permitió la transición
a la etapa global se ubica, como se ha señalado, a comienzos de los
años setenta con la ruptura del sistema monetario-financiero diseñado
en Bretton Woods y la consiguiente pérdida de su capacidad para
controlar a las economías nacionales, el cual fue uno de los elementos
clave del período de auge fordista. En el terreno social lo más
destacable fue la fortaleza del Estado de Bienestar y su desgaste aun
antes del tránsito hacia la globalización.
Pero lo central de dicha reestructuración fue haber provocado
cambios radicales en la economía mundial que afectaron aspectos
clave como la organización industrial, la producción de tecnología,
la dinámica de los mercados y el manejo de las políticas económicas
64
Paradigma Económico
tanto a nivel internacional, como nacional y regional. Una forma de
explicar tales transformaciones es a partir del cambio en el patrón de
organización industrial llamado fordista, que prevaleció en los años
de la posguerra (1945-1970), por otro conocido como postfordista ya
entrada la década de los setenta (Hirst y Zeitlin, 1991).
El largo periodo de crecimiento ininterrumpido que vivió el
capitalismo entre 1950 y 1970 representó el nivel más alto alcanzado
por el sistema de producción en masa, cuyos inicios se dieron a
comienzos del siglo xx y que cristalizó en la gran empresa corporativa
con sus economías internas de escala. Los sectores clave fueron el
automotriz, el acero, los bienes de equipo, la refinación de petróleo,
etc. Las principales industrias ensambladoras fueron las que lideraron
el proceso de crecimiento de las economías nacionales debido a los
fuertes “encadenamientos hacia atrás” con muchos proveedores de
insumos y de servicios (Scott, 1998).
No obstante la efectividad de la producción en masa para
mantener el crecimiento, así como del fordismo en la gestión de las
relaciones laborales, su dinámica no pudo impedir la gran depresión
económica de los años treinta. Los programas gubernamentales
de apoyo e incentivo estatal económico y social, con los que se
enfrentaron las secuelas tanto de la crisis del 29 como de la Segunda
Guerra Mundial, se transformaron en el Estado del Bienestar
keynesiano, cuya actuación creó las condiciones para el boom de la
posguerra, al proporcionar lo mismo un marco macroeconómico que
un contrato social 2 generadores de estabilidad.
Del mismo modo que este período representó la culminación
de la producción en masa, también lo fue “del fenómeno de la
economía nacional como una estructura social distintiva” (Scott,
1998: 20), sin que ello signifique –ni mucho menos– la desaparición
de ninguna de las dos, sino sólo una pérdida de protagonismo junto
con importantes cambios cualitativos en su funcionamiento a partir
de los años setenta.
2
“…y el que sean los Estados los garantes de ese contrato da contenido social y
político a la contraposición entre una economía mundializada y unos contratos sociales
nacionales…” (Tugores, 2000).
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
65
Los rasgos esenciales de la llamada “edad de oro” vivida por el
capitalismo entre 1950 y 1973 fueron los siguientes:
a) Una afortunada aplicación de políticas liberales en el comercio
mundial
b) Una activa participación del gobierno en el fomento de la demanda
interna
c) Junto con una elevada demanda, la inflación fue relativamente
baja; y
d) Una reserva de posibilidades de crecimiento que permitieron a
Europa y Japón responder a la expansión de la demanda
A diferencia de los años treinta en que el capital salió de Europa hacia
EE.UU., durante la posguerra el proceso se invirtió no sólo debido
a los recursos gubernamentales del Plan Marshall, sino también por
flujos de capital privado que fueron atraídos a partir de la creación
de la comunidad europea. Así, si en 1950 el monto de capital privado
norteamericano era de 1,700 millones de dólares, para 1973 ya llegaba
a los 40 mil millones de dólares. Estos recursos sirvieron para elevar
la competitividad europea mediante la transferencia tecnológica del
líder en productividad del momento (Maddison, 1991).
Si lo anterior permite ubicar el marco macroeconómico en el que
se desarrolló el fordismo, las principales características de su sistema
productivo fueron las siguientes:
a) Producción masiva y altamente estandarizada para grandes mercados
b) Fuerte división del trabajo y clara separación entre las labores de
concepción y ejecución al interior de la empresa
c) Papel dominante de la gran empresa tanto en la producción como
en la innovación tecnológica
d) Uso de maquinaria especializada y de la cadena de montaje
e) Economías de escala y predominio de fuerza de trabajo no calificada
f) Petróleo barato como factor energético clave
El funcionamiento del modelo descansaba en la incesante búsqueda
por reducir los costos unitarios mediante las economías de escala,
así como en la constante ampliación del mercado de bienes
estandarizados, lo que a su vez propiciaba nuevas inversiones en
66
Paradigma Económico
tecnología que reducían costos, ampliaban mercado, etc. El petróleo
era estratégico para el proceso productivo de las ramas más dinámicas
como la metalmecánica, la automotriz, la química y los bienes
de consumo durable. El Estado, por su parte, proporcionaba la
infraestructura necesaria y un importante gasto social que atenuaba
las desigualdades provocadas por la dinámica del modelo.
2. La crisis y el postfordismo
El fordismo tuvo su esplendor en los años cincuenta y sesenta,
colapsándose en la década siguiente en paralelo con los shocks
petroleros de 1973-74 y 1979-80, que si bien contribuyeron de
manera importante a su caída, no fueron la causa esencial. La crisis
fordista se remonta a fines de los años sesenta y no sólo tiene
que ver con problemas por el lado de la demanda, sino también,
y de manera muy importante, con el funcionamiento del modelo
en cuanto a variables clave como la productividad y la tasa de
ganancia, lo que tuvo consecuencias en la producción al buscar los
empresarios mayor rentabilidad en el plano internacional, así como
una crisis del Estado de Bienestar debido a la generalización de las
políticas de austeridad (Lipietz y Leborgne, 1990).
Al final de la “edad de oro” confluyeron diversos elementos
que interactuaron recíprocamente, entre los que destacan: el ya
mencionado desplome de Bretton Woods, la presencia de fuertes
expectativas inflacionarias y la multiplicación de los precios del
petróleo. Esto provocó la erosión de los excepcionales factores
que impulsaron el crecimiento económico, lo que no se debió ni a
errores políticos ni a mala suerte, sino más bien a un “agrupamiento
desacostumbrado de acontecimientos infortunados” (Maddison, 1991:
128) que a la larga eran inevitables.
Lo anterior implicó una lenta transición hacia nuevas formas
de organización industrial que buscaron superar las contradicciones
básicas del fordismo, pero que provocaron importantes cambios en
el funcionamiento del modelo construido en torno de la tecnología
de producción en masa y de empleos con poca o ninguna calificación.
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
67
Se comenzó a hablar del postfordismo como el nuevo modelo
organizativo y de acumulación que permitía un sistema descentralizado
con pequeños bloques productivos y una gran variedad de bienes, lo
que implicó el despliegue de un nuevo paradigma tecnológico y la
necesidad de una fuerza laboral más calificada, así como un tipo de
organización del trabajo menos jerárquico y más cooperativo.
La incertidumbre sobre la evolución de la tecnología y los
mercados por parte de las grandes firmas a fines de los años setenta
fue un factor que alteró el entorno competitivo a lo largo de la década
siguiente, caracterizada por una creciente competencia mundial y por
nuevos desarrollos tecnológicos que provocaron un acortamiento
en los ciclos del producto, así como un aumento en los costos de
Investigación y Desarrollo Tecnológico (I+D).
Debido a ello, no sorprendió que en las grandes firmas disminuyeran
significativamente los niveles de integración vertical y crecieran con
gran rapidez las colaboraciones con pequeñas y medianas empresas
(pymes) a través del proceso de subcontratación. Así, al iniciar los años
ochenta, los rasgos del modelo industrial descentralizado, que durante la
producción masiva permanecieron al margen, comenzaron a dominar el
entorno del mercado, al contar los pequeños productores con muchos
más recursos. En efecto, éstos tuvieron acceso a un pool de experiencias
tecnológicas y de mercado, así como a una gran gama de posibilidades de
cooperación con las que pudieron compartir los altos costos de acceso a
las tecnologías de punta para mantenerse innovadores.
Todo lo anterior permitió hablar cada vez más del postfordismo
como la forma idónea de organización productiva y cuyas principales
características fueron las siguientes:
• Segmentación de la demanda por consumo y, por lo tanto, menor
estandarización de los productos
• Flexibilidad en la organización industrial debida al uso de las
tecnologías de la información como factor clave
• Fuerza de trabajo de mayor calificación y polivalente
• Descentralización de funciones dentro de la gran empresa, lo que
lleva a una desintegración vertical
• Papel más importante de pymes por subcontratación y por crecientes derrames tecnológicos
68
•
•
Paradigma Económico
Predominio de las economías de diversificación sobre las de
escala; y
Mayor importancia de las instituciones como actores del desarrollo
económico tanto a nivel mundial, como regional y local.
Estos rasgos intentaron responder a las contradicciones del fordismo
conformando un patrón coherente de producción y regulación
alternativo, algo que autores como Tödtling (1994) cuestionan, aunque
sin negar las ventajas de la flexibilidad y la diversidad. A pesar de esta
disputada transición fordismo-postfordismo, conviene subrayar, como
señalan este autor y Alburquerque (1995), que las formas extremas de
producción descritas no se hallan en forma pura en la realidad, sino
mezcladas entre sí e inclusive con otras.
Si bien el postfordismo podría ser visto como la alternativa al fordismo, resulta un tanto simplificador caracterizarlo sólo por oposición
a éste o centrarse únicamente en los cambios al nivel de la demanda
y del mercado (Hirst y Zeitlin, 1991), puesto que su funcionamiento
entraña cambios de mucha mayor profundidad de entre los que
interesa destacar aquí los relativos a la tecnología y al territorio.
En cuanto a los primeros, la flexibilidad que caracteriza a la actual
era está determinada por la revolución tecnológica encabezada por
las tecnologías de la información y cuya influencia va más allá de la
esfera de los productos como ocurrió durante el fordismo, llegando a
alcanzar a los procesos productivos en su conjunto.
Respecto a los rasgos espaciales, la dinámica fordista determinó
una integración territorial vertical-jerárquica, así como una fuerte
concentración urbana que motivó la competencia interempresarial y,
finalmente, la formación de economías de aglomeración y de polos
industriales (Alburquerque, 1995). Asimismo, significó la creación de
un sistema de desarrollo regional del tipo centro-periferia al interior
de cada país, que tuvo su auge en los años sesenta, basado en el papel
jugado por los polos industriales.
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
69
3. Globalización y nueva geografía productiva
A principios de la década de los setenta, los procesos de crecimiento,
innovación tecnológica y de formación en el mercado laboral fueron
decisivos en la reestructuración industrial que llevó a muchos
sectores a adoptar la producción flexible tanto en la manufactura
como en los servicios. Es también el momento en que el patrón de
localización, dominante hasta entonces en el mundo desarrollado
sufrió importantes fisuras, de las cuales surgieron los llamados nuevos
espacios industriales3 (Scott, 1998).
Sobre los cambios territoriales asociados a la especialización
flexible, el ya clásico trabajo de Piore y Sabel (1984) sugiere una suerte
de retorno a ciertas tradiciones preindustriales en que las instituciones
políticas regionales serían las encargadas tanto de proveer la
infraestructura necesaria para atraer a la inversión externa, como
de gestionar eficazmente las capacidades locales de competencia y
cooperación. Para lograrlo, “esta nueva ruptura industrial daba toda la
importancia, por una parte, a la profesionalidad de la mano de obra,
y por otra, a la innovación descentralizada y a la coordinación…entre
las empresas; dos características ya señaladas en la atmósfera social
del distrito industrial” (Benko y Lipietz, 1994: 31).
Sin embargo, estas tesis que tanta influencia tuvieron en la
segunda mitad de los años ochenta, también recibieron fuertes críticas
como por ejemplo, la de ser la “nueva ortodoxia” fabricante de
mitos, por su visión apologética y su perspectiva simplista del cambio
histórico. En efecto, pese a reconocer que la especialización flexible
está lejos de ser algo trivial y que, por el contrario, implica cambios
importantes, Amin y Robins (1994) cuestionan que signifique una
ruptura y el inicio de una nueva era de acumulación.
Estos autores plantean que los procesos de reestructuración
además de contradictorios han tenido efectos centrífugos, por lo que
sus repercusiones en términos espaciales no sólo tienden hacia las
3
Los rasgos innovadores de algunos de estos nuevos espacios industriales se abordan
con mayor amplitud en Kuri (2006).
70
Paradigma Económico
aglomeraciones localizadas, sino también hacia el “espacio global de
flujos” de la red transnacional, procesos que no ven claramente cómo
se articularían. Además de la rica polémica que despertó, de esto se
desprende que la investigación en torno al entrecruzamiento de la
dinámica local con la global ya estaba entre las prioridades de algunos
de los geógrafos económicos más importantes desde hacía tiempo.
Van a ser precisamente Amin, junto con Thrift (1994) quienes
definan, desde una perspectiva geográfica, al proceso de globalización
a partir de los siguientes elementos:
1. Una estructura financiera crecientemente centralizada que se ha
convertido en una gran fuerza independiente de la esfera productiva
y que la domina.
2. Una estructura del conocimiento cada vez más importante que se
ha transformado en factor clave de la producción y cuyas relaciones
con la educación y los medios de comunicación son muy estrechas.
3. La transnacionalización de la tecnología que ha sido central en la
dinámica de los sectores industriales basados en el conocimiento
como las telecomunicaciones, la química y la industria aeroespacial
entre otras.
4.La cada vez más acelerada tendencia de los oligopolios a globalizar
sus actividades como un modo de enfrentar el avance tecnológico,
la movilidad del capital y la revolución en las comunicaciones y
transportes.
5. El auge de una diplomacia económica transnacional y la
globalización del poder del Estado como formas paralelas de
desarrollo a la internacionalización productiva y financiera.
6. El auge relativo de los flujos migratorios internacionales que
implican una gran diversidad cultural y un fuerte proceso de
des-territorialización y de cambio de identidades, todo lo cual es
facilitado por mejores comunicaciones a nivel mundial.
7. Finalmente, y como resultado de los rasgos destacados, se tiene el
surgimiento de una nueva geografía global en donde las fronteras
parecieran haberse desdibujado, a la vez que los flujos de todo tipo
han crecido aceleradamente.
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
71
Pese a que el despliegue de estos rasgos ha llevado a muchos
autores a plantear la existencia de “un solo mundo” y del “fin de la
geografía”, así como de la caducidad del Estado-Nación, la realidad
es que los pueblos, las comunidades, los distritos, las ciudades y
las regiones siguen teniendo sus propias historias de desarrollo
económico y social, así como sus ingredientes culturales específicos y
su organización política distintiva.
Los procesos de desarrollo local y regional, lejos de ser inhibidos
por la globalización, han cobrado una mayor fuerza durante las
últimas décadas, dado que “los mercados globales en los que el
capital y la producción se mueven libremente a través de las fronteras
funcionan precisamente debido a las diferencias entre localidades,
naciones y regiones” (Gray, 2000: 78). Por tanto, esta multitud de
relaciones que vinculan y hacen interactuar a realidades de diverso
tipo, es uno de los aspectos de la globalización que más destacan en el
ámbito del análisis geográfico-territorial y que subyace en la dialéctica
de la compleja relación entre lo global y lo local.
En efecto, el cruce entre el intenso proceso globalizador de
los últimos años, por un lado, y la persistencia de tal diversidad de
realidades, por el otro, han dado como resultado un “nuevo mosaico
global de economías regionales” (Scott, 1998: 47) que tiene como
unidad básica a las grandes áreas metropolitanas. Estas regiones
dinámicas ya fueron centrales en el desarrollo capitalista de los siglos
xix y xx, pero actualmente su importancia se ve acrecentada tanto por
la progresiva porosidad de las fronteras político-económicas, como
por el ascenso al desarrollo de antiguas áreas marginadas.
Lo anterior lo prueba el hecho de que las principales áreas
metropolitanas no sólo siguen creciendo de manera muy importante,
sino que lo hacen inmersas en una gran división espacial del trabajo
como elemento clave de las cadenas comerciales interregionales que
cruzan el mundo. Su papel en el nuevo mosaico global de regiones, es
el de núcleo central de una serie de espacios geográficos densamente
desarrollados.
Un mapa esquemático que represente la geografía contemporánea
de la nueva economía mundial, podría plantearse como una compleja
estructura de nodos con sus interconexiones que enlazarían a las
72
Paradigma Económico
principales regiones de los países de la tríada (EE.UU., Europa y
Japón), que serían el corazón del sistema, con las regiones periféricas
y subsidiarias de Asia, África y América Latina, en donde estarían los
países de reciente industrialización o de ingreso medio.
No obstante, habría que matizar, ya que las generalizaciones de
todo esquema con frecuencia impiden apreciar claramente la realidad y
en este caso sería la diferenciación interna en cada uno de los espacios
económicos, ya que así como en las áreas metropolitanas de gran
desarrollo hay enclaves de baja calificación en la fuerza de trabajo y
menores salarios, también en las regiones atrasadas se encuentran
recursos humanos profesionales, con altos niveles de ingreso. De aquí
que “con la gran difusión de la organización productiva flexible, algunas
ciudades del centro y de la periferia convergen notablemente desde el
punto de vista de la estructura económica y del mercado de trabajo local.
Por el contrario, ciudades que comparten la misma situación geográfica
en el centro pueden diferir radicalmente una de otra si su origen se basa
en diferentes tipos de industrialización” (Scott, 1994: 117).
Otra forma de acercarse al análisis de esta nueva geografía del
poder, como la llama Sassen (1999), es enfocando los territorios en los
que el proceso globalizador se materializa en instituciones y procesos
específicos. En términos de territorialidad, esto significa que ver a la
globalización como creadora de un espacio económico que excede
la capacidad reguladora del Estado, es sólo una parte del problema; la
otra parte es la manera desproporcionada en que están concentradas
las instituciones que permiten el funcionamiento –financiero, legal,
gerencial, etc.– de las empresas multinacionales en las grandes áreas
metropolitanas.
Los cambios en las tres últimas décadas en la composición de
la economía mundial, han destacado la importancia de las grandes
ciudades sobre todo en la dinámica de los servicios y las finanzas,
aunque también en buena medida en la tecnología. Son estas
ciudades globales (Sassen, 1994) las que permiten la combinación
de dos tendencias contrarias: por un lado, la dispersión global de
las actividades económicas y, por el otro, la integración global bajo
condiciones de mayor concentración. En suma, las ciudades globales
se han constituido en:
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
73
a) Centros de comando en la organización de la economía mundial
b) Sitios clave para la localización de las actividades financieras y de
servicios especializados a la empresa; y
c)Lugares decisivos en la dinámica de estos sectores, así como
también para la generación de innovaciones.
Cabe señalar que esta tendencia contradictoria presente en la dinámica
de las ciudades globales, refleja en buena medida el entrecruzamiento
entre lo global y lo local, en tanto que la globalidad se compone de
lugares concretos y éstos a su vez requieren de la aldea global para
proyectar sus valores específicos al mundo.
Conclusión: Los trilemas de la globalización
frente a un Estado acotado
En la medida que el proceso globalizador ha implicado más una
nueva división internacional del trabajo que una globalización
del poder estatal, ello ha traído como consecuencia nuevas reglas
del juego entre los diversos actores sociales, lo que ha provocado
importantes cambios entre los que destacan, por un lado, la carencia
de estructuras de gobierno mundiales capaces de gestionar una cada
vez más compleja realidad y, por otro, una pérdida de relevancia en el
margen de acción de los Estados Nacionales, como consecuencia de
la contradicción entre un acelerado proceso de internacionalización
económica y unas políticas públicas que conservan un fuerte
componente nacional.
Ejemplo de lo primero sería la crisis financiera que estalló
durante el último trimestre de 2008 en Estados Unidos, extendiéndose con celeridad entre fines de ese año y principios del actual
a casi todo el mundo sin que los organismos internacionales
encargados de gestionar las finanzas mundiales (Fondo Monetario
Internacional y Banco Mundial), pudieran reaccionar con algún
programa a nivel global para enfrentar la crisis. Por el contrario, han
sido los Estados Nacionales de manera individual quienes enfrentan,
en sus respectivos países, las consecuencias de la crisis como han
74
Paradigma Económico
podido, sobretodo inyectando recursos a empresas y bancos en
problemas y/o incrementando la inversión en infraestructura y en
el gasto social para atacar la recesión y el desempleo, medidas que
por cierto constituyen un viraje radical de las bases mismas de la
no intervención estatal en las que se sustentó el modelo neoliberal
durante las últimas tres décadas.
Pero más allá de lo crucial que puede resultar el cambio de
paradigma económico propiciado por la crisis financiera –tema que
sin duda afectará la interrelación entre lo global y lo nacional, pero
que rebasa los marcos del presente ensayo indagar–, lo que interesa
destacar aquí es la falta de correspondencia entre las necesidades del
sistema mundializado y las herramientas de gestión que esta crisis
ha hecho más que evidente. En efecto, la rigidez de los organismos
financieros internacionales ha impedido su pronta reacción, lo
que permitió tomar la iniciativa a los Estados Nacionales, pero no
olvidemos que éstos han dejado de gestionar muchos campos en las
últimas décadas ante la presión de la ola globalizadora.
Es precisamente a este último punto a lo que se refiere la paradoja
de Rodrik (1998), que no es otra cosa que una situación en que las
capacidades relativamente disminuidas del Estado se van a presentar
justo en el momento en que más se requeriría de ellas para hacer
frente a las tensiones que provoca la globalización. Un ejemplo de ello
podría ser el trilema del tipo de cambio, en el que la libre movilidad
de los capitales a nivel mundial dificulta la aplicación de una estrategia
económica nacional. En este caso particular el mencionado trilema
se presenta entre la globalización del capital, el tipo de cambio fijo y
una política monetaria con fines internos, ya que no se pueden tener
las tres cosas a la vez, debiéndose renunciar al menos a una de ellas
(Obstfeld, 2000).
Una forma alternativa de presentar el trilema es la búsqueda de
alguno de los tres objetivos siguientes: mayor integración económica,
regulación pública y soberanía nacional. Se afirma que su resolución
dependerá de lo que se decida privilegiar. Así, por ejemplo, Friedman
y los economistas conservadores ponderan los beneficios de la
integración y la necesidad de la soberanía; los proteccionistas
modernos enfatizan la soberanía y la necesidad de la intervención
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
75
pública; mientras que los llamados “utópicos internacionalistas”,
resuelven el trilema privilegiando la acción pública y la integración
(Summers, 1999). Es en este último grupo en el que se podría inscribir
el proceso de integración europeo, ya que se ha sacrificado parte de la
soberanía nacional.
Por otro lado, pero en el mismo sentido de marcar diferencias
respecto al control de la política económica entre una etapa y otra,
se afirma que bajo el patrón oro los gobiernos eran libres de hacer lo
que quisieran para defender sus monedas, mientras que actualmente
ya no gozan de esa libertad, debido a que las políticas internas ya no
tienen la autonomía de antes y se ven afectadas por las reacciones de
los mercados internacionales.4
En suma, es indudable que van a ser muchos los aspectos
relevantes, paradójicos y polémicos del proceso globalizador, tanto en
lo económico, como en lo social y político. El Estado, en la medida
que tiene relación con todos ellos, se convierte en un actor clave en
la dinámica de dicho proceso, del que se han podido derivar algunas
ideas centrales, entre las que destacan las siguientes:
1. Se plantearon las modificaciones en el sistema productivo capitalista
a partir de la transición del régimen de producción fordista al
postfordista, señalando cómo la organización de la producción masiva
desde principios del siglo xx permitió, nada más superada la depresión
de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial, alcanzar un largo
y sostenido crecimiento económico de dos décadas que muchos
autores han calificado como la “edad de oro” del capitalismo.
2. Ello se debió a que, luego del fin de la guerra, las condiciones
macroeconómicas y sociales generadas por el Estado de bienestar
keynesiano, permitieron a la gran empresa corporativa liderar ese
periodo de auge. Sin embargo, cuando hacia fines de los años
sesenta tales condiciones se comenzaron a deteriorar, las señales
de la crisis hicieron su aparición y con ellas también las de la gran
empresa fordista, lo que marcó el momento de una transición hacia
formas de producción alternativas que algunos llamaron flexibles
o postfordistas.
4
Eichengreen citado por Summers (1999).
76
Paradigma Económico
3. Asimismo, y en el marco de la globalización contemporánea
posterior a la crisis de los años setenta, se analizó la pérdida de
protagonismo del Estado nacional en la formulación y ejecución
de las políticas públicas a favor de organismos supranacionales, lo
que se ejemplificó con el “trilema de una economía abierta” entre la
integración económica, la regulación pública y la soberanía nacional.
No obstante, se constató que el Estado-Nación ha conservado su
importancia en otros terrenos como en el militar y el político.
4. En el mismo sentido, se destacó que a la articulación nacional de
las relaciones económicas –predominante durante el fordismo–, se
ha superpuesto en las últimas décadas del siglo xx otra articulación
en los niveles supra e infranacional, aunque ello ha estado lejos de
provocar fenómenos de globalización política equiparables a los
del ámbito económico.
5. Finamente, un aspecto que sólo fue esbozado pero que –por su
relevancia– tendrá que ser ampliado a futuro, es el de los rasgos
geográficos de la globalización, una de cuyas manifestaciones
centrales tiene que ver con cómo las grandes ciudades han
incrementado su importancia en el funcionamiento del capitalismo
contemporáneo, lo que sin duda es debido a que ahí se realizan
algunas de sus actividades principales como las relacionadas con las
finanzas, la innovación tecnológica y los servicios especializados a
las empresas, además de ser los espacios en los que se materializa el
encuentro de las redes de conocimiento locales con las globales.
Bibliografía
Alburquerque, Francisco (1995), “Competitividad internacional,
estrategia empresarial y papel de las regiones” EURE, Revista
Latinoamericana de Estudios Urbano Regionales, vol. XXI, núm.
63, Instituto de Estudios Urbanos, Universidad Católica de Chile.
Amin, Ash y Nigel Thrift, (1994) “Living in the global” y “Holding
down the global” en A. Amin y N. Thrift (Eds.), Globalization,
Institutions, and Regional Development in Europe, Oxford University
Press, NY.
Globalización, Estado y nueva geografía productiva / Armando Kuri Gaytán
77
Amin, Ash y Keith Robins, (1994), “El retorno de las economías
regionales. Geografía mítica de la acumulación flexible” en
George Benko y Alain Lipietz (Eds.)
——— (1994), Las regiones que ganan, distritos y redes. Los nuevos
paradigmas de la geografía económica, Ediciones Alfons el Magnánim,
Valencia, España.
Castells, Manuel (1997), La era de la información, vol. 1, La sociedad red,
Alianza, Madrid, España.
Gray, John (2000), Falso amanecer, Los engaños del capitalismo global,
Paidós, España.
Hirst, Paul y Jonathan Zeitlin (1991), “Flexible specialization versus
Post-fordism: theory, evidence and policy implications” en
Economy and Society, GB, vol. 20, núm. 1, february.
Kuri, Armando (2006), “Innovación tecnológica y sistemas
productivos locales” en Economía unam, México, vol. 3, núm. 7,
enero-abril.
——— (2007), “La globalización ayer y hoy” en Globalización y bloques
económicos: mitos y realidades, J. L. Calva (coord), Agenda para el
desarrollo, vol. 1, Cámara de Diputados, Miguel A. Porrúa y unam,
México.
Lipietz, Alain y Danielle Leborgne (1990), “Nuevas tecnologias,
nuevas formas de regulacion: algunas consecuencias espaciales”
en F. Alburquerque, C. A. de Mattos y R. Jordán (Eds.) Revolución
tecnológica y reestructuración productiva: impactos y desafios territoriales,
Grupo Editor Latinoamericano, Argentina.
Maddison, Angus (1991), Historia del desarrollo capitalista. Sus fuerzas
dinámicas. Una visión comparada a largo plazo, Ariel, Barcelona.
Obstfeld, Maurice (2000), Globalization and Macroeconomics, NBER
(National Bureau of Economic Research), Reporter, Washington.
Piore, Michael y Charles Sabel (1984), The second industrial divide, Basic
Books, N.Y.
Rodrik, Dani (1998), “Introduction” Journal of Economic Perspectives,
vol. 12, núm. 4, USA.
Sassen, Saskia (1994), Cities in a world economy, Pine Forge, Thousand
Oaks, Calif., USA.
78
Paradigma Económico
——— (1999), “Embedding the global in the national” in Smith,
David A., D. J. Solinger y S. C. Topik, States and Sovereignty in the
Global Economy, Routledge, Londres.
Scott, Allen J. (1994), “La economía metropolitana: organización
industrial y crecimiento urbano” en George Benko y Alain Lipietz
(Eds.), (1994), Las regiones que ganan, distritos y redes. Los nuevos
paradigmas de la geografía económica, Ediciones Alfons el Magnánim,
Valencia, España.
——— (1998), Regions and the World Economy, Oxford University Press,
GB.
Summers, Lawrence H. (1999), “Reflections on Managing Global
Integration” Journal of Economic Perspectives, vol. 13, núm. 2, USA.
Tödtling, Franz (1994), “The uneven landscape of innovation poles:
local embeddedness and global networks” en Ash Amin y Nigel
Thrift (Eds.), (1994) “Living in the global” y “Holding down the
global” en A. Amin y N. Thrift (Eds.), Globalization, Institutions, and
Regional Development in Europe, Oxford University Press, NY.
Tugores, Joan (2000), Hacia una economía política de la globalización,
Universidad de Barcelona, mimeo.
Has Economic Integration Increase
or Decreased the Homogeneity of
Rural and Urban Mexican Consumers
David J. Molina*
Resumen
Los economistas, comenzando con Pareto (1897), han utilizado la
distribución de ingresos como medida del bienestar. Recientemente,
los investigadores han puesto su atención en la distribución de gastos.
Este estudio se agrega a esta creciente literatura al proporcionar
un criterio a priori para la selección de la distribución que más
apropiadamente explica el gasto del consumidor antes de que se
compute el coeficiente de Gini. Utiliza datos de los hogares mexicanos
antes y después del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
y la crisis del Peso a mediados de los noventa para demostrar cambios
en el comportamiento del consumidor.
Abstract
Economists, beginning with Pareto (1897), have utilized income
distribution as a measurement of welfare. Recently, researchers have
turned their attention to the distribution of expenditures. This study
adds to this growing literature by providing an a priori selection
criterion for consumer expenditure share distributions before
computing the Gini coefficient. It uses Mexican household data prior
and after the North American Free Trade Agreement and the Peso
Crisis of The mid-nineties to show changes in consumer behavior.
*
The author would like to thank Sara Balderas for the diligent work in grouping the
data into the different commodity groups.
[ 190 ]
Has Economic Integration Increase... / David J. Molina
191
Key words: Expenditure Distribution, Kappa Criterion, Betal I,
Beta II, Gini Coefficient.
JEL Classifications: D01, D11, D30
Economists, beginning with Pareto (1897), have utilized income
distribution as a measurement of welfare. Recently, researchers
have turned their attention to the distribution of expenditures. The
arguments for analyzing expenditure distributions ranges from
understating the impact of taxes on consumption (Garner, 1993) to
the “estimates of income inequality are not particularly informative
summary of statistics of the distribution of well-being” (Slesnick,
p.678, 1994). In the study of income distributions there is a long
standing debate on whether to use an inequality measure that is based
on a particular distribution or one that is distribution-free (Silber,
1999). At present, those studying expenditure distributions have
primarily taken the approach that the inequality measure should be
a distribution-free measurement (Attanasio et al. (2004), Del Rio and
Ruiz-Castillo (2001), Garner (1993), Wang (1995), Yitzhaki (1994), ),
with Basmann et al. (1984) and Scott and Rope (1993) being some
notable exceptions. Ryu and Slottje (1999), in advocating the use of
parametric distributions, point to several benefits of estimating the
Lorenz curve in this manner. These benefits include the ability to
summarize thousands of observation points with a few parameters,
the ability to estimate the density function at any point, an enhanced
ability to construct inequality measures, and the ability to formulate
possible “laws” that would otherwise not be possible to detect. The
purpose here is to show that the use of a parametric distribution
to analyze expenditure behavior may provide evidence of some
plausible structural changes in the consumer behavior. Scott and
Rope (1993) indicate that choosing a density function “may be helpful
in identifying patterns in expenditure distributions” (p. 6). Their basic
argument is that perhaps there may be similar behavior for certain
expenditures even across demographic groups. In this paper I add
to this argument by showing that the Gini coefficient along with the
stability of the underlying distribution being used provides important
192
Paradigma Económico
information concerning changes in consumer behavior. I focus my
attention not on the distribution of actual expenditures but on the
distribution of expenditure shares. Previous research has only looked
at the distribution on actual expenditures and the method used
here is clearly valid for such approach. Such analysis would provide
information on the appropriate parametric functional form for
expenditure inequality and it is left to a further study. The purpose of
using the shares is that the information obtained would more likely
provide evidence of expenditure habits rather than emphasizing the
expenditure abilities of the consumer. I use the consumer expenditure
surveys in Mexico1 to review the expenditure share distribution on 24
categories of urban and rural consumers during a period that includes
the signing of the North American Free Trade Agreement (NAFTA).
In the next section I present a technique for establishing an ex-ante
expenditure technique to determine the “appropriate” functional
distribution for either the actual expenditure or the expenditure shares
as well as two Gini coefficients that are used here. In the third section
I present the results for the Mexican consumer. In the final section I
present some concluding remarks.
1. Ex-Ante Expenditure Distribution Analysis
and the Beta I and the Beta II Gini Coefficient
Many of the frequently used income distribution belong to a group
known as the Pearson family of distributions that have the common
property that their density functions, p’s, are the solutions to the
following differential equation (Kendall and Stuart, 1977):
1
dp (x)
a+z
-------------- ------------------ = ---------------------------------------2
p (x)
dx
c 0 + c 1x + c 2x
(1)
1
I use data from de Mexican Consumer Survey conducted by INEGI known as
ENIGH.
Has Economic Integration Increase... / David J. Molina
193
Among them there is Beta I (Thurow, 1970), Beta II (Basemann et
al., 1984), Gamma (Salem and Mount, 1974), Logistic (Johnson
and Kotz, 1970), Log-normal (Aitchison and Brown, 1957), Pareto
(Pareto, 1897), and the Weibull (Johnson and Kotz, 1970) to name
a few. Elderton (1969) developed an ex ante test to select among
the Peasron family of distributions, known as the κ criterion, that
is a transformation to a real line based on whether the roots of
the underlying quadratic function have equal or opposite signs or
whether they are complex.2 Simply put, the κ criterion checks to see
if the hypothetical variance, skewness and kurtosis of a given Pearson
family distribution intersect with the empirical measurements of the
data under consideration. Consequently, the first raw moments (µ′i)
and the first three moments about the mean (µi) must be computed
for every expenditure category as presented in equations (2a-c)
µ2 = µ′2 - (µ′1)2,
(2.a)
µ3 = µ′3 - 3µ′1µ′2 + 2 (µ′1)3, and
(2.b)
µ4 = µ′4 - 4µ′1µ′3 + 6 (µ′1)2 µ′2 - 3(µ′1)4.
(2.c)
Following Elderton (1969, p. 45) we can define the κ criterion as
b1 (b2 + 3)2
k = --------------------------------------------------------,
4(4b2 - 3b1) (2b2 - 3b1 - 6)
where
(3.a)
µ23
b1 = ----------and
µ3
(3.b)
µ24
b2 = ----------.
µ22
(3.c)
Details of the Kappa Criterion can be found in Elderton (1969) and its use in
income distribution selection can be found in Basnmann, Hayes and Slottje (1994) or Jewell,
McPherson, and Molina (2004). The Kappa criterion is also used to establish the appropriate
distribution of the behavior of international stock returns (Erruza et al., 1996).
2
194
Paradigma Económico
The κ criterion establishes 4 grand regions. The first (I) is the negative
region κ < 0. The next region (II) is zero (κ = 0), followed by the
region (III) between zero and one (0 < κ <1). Finally the fourth
region (IV) is above one (κ > 1). Hirschberg and Slottje (1996) and
Hirschberg et al. (1989) show that the Beta I distribution is found
in region I, the Double Exponential, the Gumble, the Logistic, and
the Student’s t belong in region II. Chi-Square is the only distribution
exclusively in region III. The Beta II is the only distribution to be
exclusively in region IV. Several distributions can be found in regions
III and IV: Lognormal, the Pareto, and the Weibull. The Gamma
distribution can occur in all regions so for it the κ criterion is not a
useful a priori test. It is worth nothing that the Beta I distribution has
the characteristic of being the one distribution in region I and that,
with the exception of the gamma distribution, does not intersect with
any of the other distributions.
The purpose of choosing the appropriate distribution, as Scott
and Rope (1993) pointed out, is to fined whether the pattern of
expenditure behavior has changed. Combining this information with
the Gini coefficient it provides information about the homogeneity
of the rural and urban consumers that the Gini coefficient alone
could not. For instance, if the Gini coefficient differences remain
the same for the rural and urban consumers but the underlying
distribution is altered between the two geographical regions that will
indicate that the dispersion has not changed but that the underlying
pattern of the distribution has. Similarly, should the Gini coefficient
change but the underlying distribution does not that would imply
that while the dispersion has changed the underlying expenditure
pattern has not been altered. Recalling that I am only using the
expenditure shares these differences are significant. In the case where
the dispersion does not change but the underlying distribution does,
implies that the percentage that consumers are spending on the good
on average has not changed but within the group (e.g. rural or urban)
the variance, skewness and kurtosis have been altered considerably.
Similarly, the Gini coefficient not changing much but a change in the
underlying distribution implies a change in the variance, skewness
and kurtosis.
195
Has Economic Integration Increase... / David J. Molina
In the next section is clear that only two regions of the κ criterion
apply for the expenditure shares of the urban and rural Mexican
consumer. These two regions are the first one (I) (i.e. the negative
region κ < 0) and the fourth one (IV) (i.e. κ > 1). Two very common
distributions are included in these regions: The Beta I and the Beta II
distributions. Hence, I provide below the Gini coefficient for each of
these two distributions.
The Beta I distribution use here is from Thurow (1970)):
Y
1
F (u; p,q) = ---------------------------∫u
B(p,q) u = 0
p-1
(1 - u) q - 1 du
The Gini coefficient for this distribution can be found in Jewell,
McPherson and Molina (2004):
G Beta I
G(p + q)G( p + 21 ) G(q + 21 )
= ------------------------------------------------------------------G (p + 1)G(q) G( 21 )G(p + q + 21 )
The Beta II distribution used here can be found in Molina and Cobb
(1992)3:
1
a-1
1
u
F (u; a,b) = ---------------------- ∫ -------------------- du
B(a,b)u = 0 (u+1) b + a
Molina and Cobb (1992) show that Gini Coefficient for this
distribution is:
G(a + b)G( a + 21 ) G(b + 21 )
G Beta I = ----------------------------------------------------------------------------(1+
G( 21 )G(a + 1)G(b)G( 21 )G(a + b + 21 )
2a
2 b -1
)
3
Note that in Molina and Cobb(1992) this distribution has a K, making it a three
parameter distribution. Here only two parameters are used and so this distribution does
not have a K. More importantly, the Gini coefficient is unaltered.
196
Paradigma Económico
2. Results
There is clear evidence that income distribution has deteriorated in
Mexico after the implementation of NAFTA (Attanasio and Szekely,
1998, Bouillion et al., 2003, and Molina and Peach, 2005). McKenzie
(2006) has shown that the Mexican consumer reduced their
consumption on durables and nonessential goods after the 1995 peso
crisis. The question to be addressed here is whether the period that
includes the implementation of NAFTA as well the Peso Crisis has
had a long term impact on the behavior of consumers as observed by
the distribution of expenditures shares. The data used here is similar
to the US consumer expenditure survey. The surveys are conducted
by INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografia e Informática
1992–20024). The title of the surveys is “Encuesta Nacional de
Ingresos y Gastos de los Hogares” (ENIGH), or the National
Survey of Income and Expenditures of Households. It has been
conducted every two year starting in 1992 (prior to this date it had
been produced sporadically, see Molina and Peach, 2005). It includes
on average about 10,000 households and includes household income
and expenditure data as well as estimates of many other variables
including educational attainment and employment characteristics of
the population.5 The two demographic groups analyzed are the urban
and the rural consumer. The 24 commodities used are: 1) food and
beverages consumed at home, 2) food and beverages consumed
outside of home, 3) tobacco, 4) public transit, 5) household
cleaning items, 6) personal hygiene, 7) education, 8) recreation, 9)
communications, 10) use and maintenance of private transportation,
11) mortgage, 12) rent, 13) alcoholic drinks, 14) conservation fees,
15) gas and electricity, 16) clothing and shoes, 17) household items,
18) medical expenses, 19) household appliances, 20) furniture, 21)
home repair, 22) electronic appliances, 23) inter-city public transit, 24)
private transportation.
The Survey for 2004 was available at the time of the writing of this document,
however, certain changes in the sampling and new variable construction made it difficult
to construct consistent data set.
5
see Peach and Molina (2002) for more details on this data.
4
Has Economic Integration Increase... / David J. Molina
197
Table 1 presents, for both rural and urban consumers, the region
of the κ criterion for each of the 24 expenditure share categories for
each survey between 1992 and 2002. In reviewing Table 1, it is clear
that all commodities fall in one of two of the regions described above.
That is the first one (I) (i.e. the negative region κ < 0) and the fourth
one (IV) (i.e. κ > 1). Consequently, the two Beta distributions (I and
II) are applicable here. The fact that only two of the four regions are
the only ones found is in itself a very interesting result. For instance,
this could imply that neither regions (II) or (III) are useful for finding
appropriate distribution functions for expenditure shares. In addition,
with the exception of the gamma distribution, there is no overleaping
distribution in these two regions. Consequently, this implies the
Mexican consumer patterns are very distinct between the different
commodities and levels of integration. Below we will analyze the
significant of this finding.6
The results from Table 1 are also interesting in that it shows
that for commodities such as food (whether at home or away), use
of maintenance of private transportation, rent, medical expenses,
home repair, and private transportation the Beta I distribution is
always the preferred no matter what year it was or whether it was a
rural or urban setting. Hence, the Mexican consumer has a very stable
distribution for this type of goods no matter location or level of
economic integration. It is interesting that for these basic consumer
goods there is such stability. On the other hand, only personal hygiene
and mortgage payment was better estimated using a Beta II regardless
of year or setting. This result is also intriguing since while these are
generally considered basic goods they clearly are different based on
income and taste. Finally, it is interesting in all the other commodities
neither one of the two regions was consistently the best underlying
distribution, yet when comparing with the data in Table 2, the Gini
coefficients do not change considerably regardless of the appropriate
underlying distribution. Recalling the discussion in the previous
6
Unfortunately, many more estimations with different years and other consumers
must be done before such generalization can be done for consumers other than the
Mexican consumer.
198
Paradigma Económico
section, this implies that while the underlying variance, skewness, and
kurtosis has changed the dispersion itself as measured by the Gini
coefficient does not. This is a fascinating result in that it implies that
while the consumers remain with similar inequalities, the location of
the mode has changed. In other words, where most of the consumers
are found has changed yet their dispersion has not.7
The data presented in Table 2 are the Gini coefficients for the 24
expenditure shares. The Gini coefficients in bold are the ones obtain
from the Beta II distribution, while the others are for the Beta I. The
first observation of Table 2, is that in most cases the consumers in the
urban region are more homogenous in terms of their expenditure shares
than the consumers in rural areas. This is an interesting since what these
means is that consumers in rural areas have a greater dispersion in their
expenditure shares than in their counterparts in the urban area. The
amount of expenditure in food at home is among the most homogenous
of all commodities. Other expenditure categories where consumers have
similar amount spend on them are: household cleaning supplies, gas and
electricity, clothing and shoes, and household items. Commodities where
the share amount spend by the household differ considerably are all the
others (food and beverages consumed outside of home, tobacco, public
transit, personal hygiene, education, recreation, communications, use and
maintenance of private transportation, mortgage, rent, alcoholic drinks,
conservation fees, medical expenses, household appliances, furniture,
home repair, electronic appliances, inter-city public transit, and private
transportation).
Looking at changes between the first year presented here (1992)
and ten years later (2002) several observations are worth noting.
For a few commodities the Urban consumer expenditure shares
dispersion has been consistently been decreasing in the period after
the implementation of NAFTA. These commodities are food away
from home, use and maintenance of private vehicles, and electronic
appliances. This is an interesting finding since the implementation
of NAFTA was supposed to increase access to global markets and
7
This is an intriguing result that most be analyzed but remains out of the scope of
present work and is left for future research
Has Economic Integration Increase... / David J. Molina
199
all of these three are the types of goods that generally increase with
increased economic integration. It is also interesting to note that
the dispersion of expenditure shares has consistently decreased for
communication devises even before the NAFTA period for the
urban consumer and with one exception for the rural consumer.
Interestingly, the dispersion of expenditure shares for hygiene
products has increased for urban consumers. Finally, it is worth
noting that in almost all cases the dispersion of expenditure shares
among urban consumers is less than for the rural consumer with a
logical notable exception: inter-city public transit.
Concluding Remarks
I have presented here a method that can be used to provide an ex ante
analysis to select the distribution that best fits the expenditure share
of different commodities. I find that for the Mexican Consumer,
only two of four regions are applicable. More interestingly, these
are regions that, other than the gamma distribution, do not have
overlapping distributions. These two regions imply that both the
Beta I and the Beta II distribution are appropriate distributions to
represent the expenditure shares. This result supports the hypothesis
suggested by Scott and Rope (1993) who suspected that certain
commodities could be explained best by one distribution regardless
of the type of consumers. Our result here not only supports their
hypothesis, it adds the fact that level of economic integration
also does not impact the underlying distribution for several basic
commodities. In addition, the urban consumer appears to be spending
their expenditure shares more evenly than the rural consumers and
in some instances the dispersion has been steadily decreasing the ten
years period studied here. This result would lead one to conclude that
the rural areas are seeing a large disparity in expenditure distributions.
This result suggests that perhaps some external factor is increasing
the dispersion of expenditures in the rural area. Future research could
perhaps focus on whether the remittances have had a greater impact
in the living standards in the rural area.
1998
2000
2002
1992
1994
1996
1998
2000
2002
year
1992
1994
1996
1998
Urban
Urban
Urban
Rural
Rural
Rural
Rural
Rural
Rural
location
Urban
Urban
Urban
Urban
1994
1996
Urban
Urban
Urban
Year
1992
Location
κ1
-44.374
-49.743
-47.3959
-53.8032
κ13
-0.03915
-0.00375
-0.00081
-0.01579
-0.00424
-0.00251
-0.03046
-0.06395
-0.1129
-0.14785
-0.04969
-0.04964
κ2
-192.515
-46.6333
-71.0525
-624.319
κ14
-8.45389
-6.04845
-6.84745
-8.53566
-5.34519
-5.74012
-11.1355
-11.688
-28.433
-16.8114
-14.7285
-8.46856
κ3
4.99781
6.04007
4.129298
9.237896
κ15
113.1887
340.3887
892.2216
64.37885
91.88256
222.3531
-565.759
-22.0841
-297.803
125.5964
4424.472
179.7408
κ4
11.36835
4.220208
4.214791
12.26104
κ16
-46.1656
137.781
-26.6786
6.356105
2.718143
39.71145
-4.96507
-3.38659
-4.87798
-3.25985
-7.25437
204.1764
Table 1
-30.7981
-49.9762
-50.5749
57.7755
κ17
5.400792
2.919997
4.857015
3.4263
9.364157
4.238955
5.093623
8.831935
-251.935
9.592259
13.15981
-277.115
κ5
-7.85395
-15.9118
-14.1273
-10.4434
κ18
1.848046
1.919962
1.74186
1.551173
1.543633
1.326151
2.684344
1.523885
3.595198
2.472491
2.692845
3.278971
κ6
Kappa Criterion
κ7
-22.2737
-159.665
107.4969
-23.9476
κ19
133.8108
-5.20906
-6.07535
-9.4937
-2.41935
-3.13687
-93.8648
6.493353
112.5995
-18.2735
-6.46348
-8.71629
κ8
-51.0924
-139.082
-39.9848
60.67607
κ20
10.27543
3.319475
6.650172
26.38343
8.443752
13.77986
-40.9415
48.32537
-88.6435
95.20591
87.07501
155.7613
κ9
-26.1108
-18.6587
-25.4316
-21.5129
κ21
2.16817
6.633449
11.05761
772.0395
7.789887
-63.4251
239.1374
-13.0621
-363.003
1351.991
38.30302
-60.6632
κ10
-23.4174
-146.291
-36.1838
-36.5112
κ22
-2.99504
-2.37016
-4.77361
-49.814
-6.08441
-6.83465
-7.73097
-3.78466
-10.4804
-14.8746
-12.2689
-6.64339
κ11
-155.332
25.30833
57.8895
-86.0389
κ23
4.427667
-42.0377
-15.4614
-10.407
-15.4302
-20.2132
5.466432
-5313.64
-116.686
921.4926
86.33977
105.2238
κ12
-38.14
-26.9428
-37.335
-62.6815
κ24
Continuation...
-2.79278
-4.4949
-3.15319
-3.96546
-3.19702
-4.17962
-39.5416
-46.595
-376.493
-51.2287
-51.8455
-73.7021
2000
2002
1992
1994
1996
1998
2000
2002
Urban
Urban
Rural
Rural
Rural
Rural
Rural
Rural
-154.08
-57.9953
-99.9827
-2879.76
-281.63
1504.568
-44.4011
-30.321
κ13
75.44419
18.38254
58.02943
60.86714
46.72025
43.1048
-300.229
-1032.79
κ14
69.2751
2.469075
1.391153
1.823238
2.543571
5.380168
-82.2778
3.410644
κ15
-7064.47
1.794273
1.487702
2.440993
1.493529
2.493019
2.724446
1.688303
κ16
388.7739
11.15064
498.4168
9.191911
20.61225
-40.7835
15.84278
-21.3301
κ17
-28.3058
-20.6224
-260.933
-34.4424
-129.798
-194.579
-9.29778
-9.3298
κ18
22.60333
-32.0134
-11.159
271.4128
-16.7321
-32.8091
-26.6071
-62.8557
κ19
-41.0358
-20.8606
-40.6863
-26.6711
-24.7921
-25.5013
-66.8471
-17.7067
κ20
-22.414
-27.0007
-23.5072
-25.3665
-18.8685
-16.5151
-20.7863
-25.7955
κ21
747.6157
-12.5073
-28.373
-43.2848
25.09501
-11.2024
-29.7247
-19.2321
κ22
130.0241
33.16527
35.29263
383.6845
404.5126
-122.938
-31.6903
-36.2352
κ23
-16.9892
-15.0941
-18.0475
-22.5743
-22.6597
-13.2161
-39.6148
-30.3717
κ24
1) food and beverages consumed at home, 2) food and beverages consumed outside of home, 3) tobacco, 4) public transit, 5) household cleaning items, 6) personal hygiene,
7) education, 8) recreation, 9) communications, 10) use and maintenance of private transportation, 11) mortgage, 12) rent 13) alcoholic drinks, 14) conservation fees,
15) gas and electricity, 16) clothing and shoes, 17) household items, 18) medical expenses, 19) household appliances, 20) furniture, 21) home repair, 22) electronic appliances,
23) inter-city public transit, 24) private transportation.
Year
Location
Continuation...
Urban
Urban
Location
Rural
Rural
Rural
Rural
2000
Year
1992
1994
1996
1998
Urban
1998
2002
Urban
Urban
1994
1996
Rural
Urban
2002
Rural
2000
1992
Rural
Rural
1996
1998
Rural
Rural
1992
1994
Location
Year
0.978727
0.981319
0.981448
0.982853
GX13
0.4635
0.457141
0.470315
0.460066
0.469414
0.488283
0.521217
0.491442
0.537178
0.505422
0.512219
0.545627
GX1
0.987284
0.97287
0.987655
0.998233
GX14
0.838126
0.863929
0.883959
0.897991
0.876796
0.876305
0.919267
0.941729
0.932644
0.948857
0.953576
0.93267
GX2
0.543879
0.53913
0.512709
0.53967
GX15
0.958636
0.959478
0.9444
0.953615
0.930689
0.862855
0.974316
0.95329
0.976542
0.953742
0.922792
0.873526
GX3
0.532641
0.527413
0.509838
0.504407
GX16
0.633699
0.56954
0.640966
0.560751
0.57798
0.57781
0.798278
0.753166
0.794501
0.762262
0.754175
0.673779
GX4
0.867595
0.869684
0.864363
0.840215
GX17
0.431781
0.401148
0.418253
0.402598
0.440326
0.444679
0.43368
0.423479
0.538309
0.426279
0.451285
0.553341
GX5
0.840473
0.843854
0.848184
0.859501
GX18
0.40555
0.41355
0.403479
0.38997
0.419254
0.435422
0.40222
0.399958
0.462306
0.446044
0.459033
0.506899
GX6
0.928875
0.954767
0.925458
0.937612
GX19
0.72556
0.736086
0.746754
0.741039
0.771244
0.751398
0.929333
0.742719
0.774557
0.791308
0.793782
0.820051
GX7
Table 2
Gini Coefficients for 24 Commodities
0.953695
0.949667
0.946077
0.949745
GX20
0.75136
0.730008
0.764611
0.777905
0.754307
0.810598
0.945203
0.898117
0.947361
0.938923
0.915332
0.946638
GX8
0.979893
0.975032
0.971322
0.976246
GX21
0.574921
0.613045
0.651179
0.729761
0.749749
0.846892
0.840012
0.839527
0.920954
0.895128
0.902483
0.954363
GX9
0.949278
0.961339
0.950863
0.927742
GX22
0.755762
0.769048
0.778277
0.803271
0.795169
0.815217
0.891337
0.867827
0.890593
0.902965
0.9149
0.918959
GX10
0.890126
0.868451
0.854311
0.867253
GX23
0.55885
0.88017
0.87368
0.88102
0.87496
0.88604
0.88324
0.90044
0.92954
0.87377
0.86014
0.89065
GX11
0.989213
0.987245
0.986677
0.990579
GX24
Continuation...
0.90256
0.88205
0.89114
0.90449
0.90813
0.91357
0.98683
0.98684
0.995
0.98948
0.99161
0.9937
GX12
Rural
Urban
Urban
Urban
Urban
Urban
Urban
2002
1992
1994
1996
1998
2000
2002
0.982256
0.966497
0.973852
0.980638
0.991216
0.969824
0.985438
0.969218
GX13
0.900236
0.842841
0.848616
0.867031
0.874197
0.872484
0.978122
0.97682
GX14
0.939635
0.444726
0.446242
0.460317
0.473481
0.517695
0.877385
0.515678
GX15
0.511386
0.46111
0.500171
0.489692
0.469174
0.448391
0.495876
0.501851
GX16
0.833325
0.788377
0.844527
0.874733
0.85642
0.845942
0.81478
0.823204
GX17
0.849255
0.800755
0.838876
0.845258
0.834663
0.83565
0.870406
0.838468
GX18
0.889089
0.887977
0.903842
0.914077
0.914282
0.907819
0.947348
0.928753
GX19
0.952639
0.931374
0.936521
0.946428
0.931597
0.933925
0.972878
0.948069
GX20
0.968523
0.973206
0.973904
0.973903
0.970058
0.966898
0.97464
0.981914
GX21
0.883315
0.884687
0.91899
0.932019
0.891986
0.88453
0.954537
0.930558
GX22
0.873655
0.892441
0.891177
0.884031
0.874651
0.854513
0.870621
GX23
0.976084
0.978448
0.982503
0.978198
0.971116
0.990925
0.987747
GX24
1) food and beverages consumed at home, 2) food and beverages consumed outside of home, 3) tobacco, 4) public transit, 5) household cleaning items, 6) personal hygiene,
7) education, 8) recreation, 9) communications, 10) use and maintenance of private transportation, 11) mortgage, 12) rent 13) alcoholic drinks, 14) conservation fees,
15) gas and electricity, 16) clothing and shoes, 17) household items, 18) medical expenses, 19) household appliances, 20) furniture, 21) home repair, 22) electronic appliances,
23) inter-city public transit, 24) private transportation
Rural
location
2000
year
Continuation...
204
Paradigma Económico
References
Aitchison, J. and J. A. Brown (1957). The Lognormal Distribution.
Cambridge, Massachussetts: Cambridge University Press.
Attanasio, Orazio; Battistin, Erich; Ichimura, Hidehiko (2004), What
Really Happened to Consumption Inequality in the US? National Bureau
of Economic Research, Inc, NBER Working Papers: 10338
Attanasio, Orazio P., and Miguel Szekely (1998). Household Savings and
Income Distribution in Mexico. Inter-American Development Bank,
Office of the Chief Economist, Working Paper no. 390.
Basmann, R.L., D.J. Molina, and D.J. Slottje (1984). “Variable Consumer
Preference, Economic Inequality and the Cost-of-Living Concept:
Part One.” In Advances in Econometrics, Vol. 3, R.L. Basmann and
G.F. Rhodes, Jr. (eds), Greenwich, Connecticut: JAI Press Inc.
Bouiloon, Cesar Patricio, Arianna Legovini, and Nora Lustig.
“Rising Inequality in Mexico: Household Characteristics and
Regional Effects.” The Journal of Development Studies 39, no. 4
(2003): 112–133.
Del Rio, Coral and Javier Ruiz-Castillo (2001). “Intermediate
Inequality and Welfare: The Case of Spain, 1980-81 to 1990-01,”
Review of Income and Wealth, 47(2):221-237.
Elderton, W. P. (1969). Frequency Curves and Correlations, Cambridge at
the University Press, 3rd edition.
Errunza, Vihang; Hogan, Kedreth, Jr.; Mazumdar, Sumon C. (1996).
“Behaviour of International Stock Return Distribution: A Simple
Test of Functional Form,” International Review of Economics and
Finance, 5(1): pp. 51-61
Garner, T. I. (1993). “Consumer Expenditures and Inequality: An
Analysis Based on Decomposition of the Gini Coefficient,” The
Review of Economics and Statistics 75(1): 134-38.
Hirschberg, J. G., D. J. Molina, and D. J. Slottje. 1988-89. “A Selection
Criterion for Choosing Between Functional Forms of Income
Distribution.” Econometric Reviews 7:183-197.
Hirschberg, J. G. and D. J. Slottje (1994). “Remembrance of Things
Past: The Distribution Earnings across Occupations and the
Kappa Criterion,” Journal of Econometrics 42: 121-130.
Has Economic Integration Increase... / David J. Molina
205
Jewell, T., M. McPherson, and D. J. Molina (2004). “Testing the
Determinants of Income Distribution in Major League Baseball,”
with Michael McPherson and Todd Jewell, Economic Inquiry, 42(3)
pp. 469-482.
Johnson, N. and S. Kotz (1970). Distributions in Statistics Continuous
Univariate Statistics. New York: Wiley.
Kendall, Sir M., and A. Stuart (1977). The Advanced Theory of Statistics,
Vol. 1. MacMillan Publishing.
McKenzie, D. J. (2006). The Consumer Response to the Mexican Peso
Crisis, Economic Development and Cultural Change, 55(1):139-172.
Molina, D.J. and S. Cobb (1992). “The Effect of Maquiladoras on
Income Distribution on the Texas-Mexican Border” in Research in
Economic Inequality, Daniel Slottje (ed). JAI Press, 1992, pp. 169-191.
Molina D. J. and J. Peach (2005). “Mexico’s Changing Distribution of
Income?” The Journal of Economic Issues 39(2), pp. 419-27.
Pareto, V. (1897). Cours d’economique politique, Vol. 2, Part I, Chapter 1,
Lausanne.
Peach, J. and D. J. Molina (2002). “Income Distribution in Mexico’s
Northern Border States,” Journal of Borderland Studies, 17(2),
pp. 1-19.
Ryu, H. K., and D. J. Slottje (1999). “Parametric Approximations of
the Lorenz Curve,” in Handbook of Income Inequality Measurement,
edited by J. Silver, Boston: Kluwer.
Salem, A.B.Z. and T.D. Mount (1974).”A Convenient Descriptive
Model of Income Distribution: The Gamma Density,”
Econometrica 42:1115-1127.
Scott, Stuart and Daniel J. Rope (1993) “Distributions and
Transformations for Family Expenditures,” Proceedings of the
Section on Social Statistics, American Statistical Association: 741-746
Silver, J. (1999). Handbook of Income Inequality Measurement. Boston:
Kluwer.
Slesnick, D.T.(1994). “Consumption, Needs and Inequality,”
International Economic Review, 25(3):677-703.
Thurow, L. 1970. “Analyzing the American Income Distribution.”
American Economic Review 60:261-269
206
Paradigma Económico
Wang, H. (1995). “Income and Expenditure Inequality of Elderly
Households: An Analysis Using the Gini Coefficient,” in Family
Economics and Resource Management Biennial, (ed.) Sherman
Hanna, published by American Association of Family
and Consumer Sciences. pp: 179-184.
Yitzhaki, S. (1994). “Economic distance and overlapping of
distributions,” Journal of Econometrics, 61: 147-159.
año 1 núm. 1 julio-diciembre 2009
Universidad Autónoma del Estado de México
M. en C. Eduardo Gasca Pliego
Rector
M.A.S.S. Felipe González Solano
Secretario de Docencia
Dr. Sergio Franco Maass
Secretario de Investigación y Estudios Avanzados
Dr. en C. P. Manuel Hernández Luna
Secretario de Rectoría
Facultad de Economía
Dra. Laura Elena del Moral Barrera
Directora
L. en E. Joel Martínez Bello
Subdirector Académico
Act. Aurora Soledad Fuentes Domínguez
Subdirectora Administrativa
M. en E. Leobardo de Jesús Almonte
Coordinador de Investigación y Estudios Avanzados
Dr. en Com. Luis Alfonso Guadarrama Rico
Secretario de Planeación y Desarrollo Institucional
L. en R.E.I. Esmeralda Herrera Romero
Coordinación de Planeación y Desarrollo Institucional
M. A. E. Georgina María Arredondo Ayala
Secretaria de Difusión Cultural
L. en R.E.I. Jeanett Campos Chávez
Responsable de la Coordinación de Difusión Cultural
Lic. Yolanda E. Ballesteros Sentíes
Secretaria de Extensión y Vinculación
Dr. en C. Jaime Nicolás Jaramillo Paniagua
Secretario de Administración
Profr. Inocente Peñaloza García
Cronista
Dr. Hiram Raúl Piña Libien
Abogado General
L. en Com. Juan Portilla Estrada
Director General de Comunicación Universitaria
C.P. Alfonso Octavio Caicedo Díaz
Contralor Universitario
Paradigma Económico. Revista de Economía Regional y
Sectorial es un órgano académico semestral de difusión
científica de la Facultad de Economía de la Universidad
Autónoma del Estado de México, abierta al debate. Las
ideas manifestadas en los artículos son responsabilidad
exclusiva de los autores. Se autoriza la reproducción y/o
la utilización de los materiales haciendo mención de la
fuente. Reserva de derechos al uso exclusivo del título
número 04-2008-052814520500-102 expedido por la
Dirección de Reserva de Derechos del Instituto Nacional
del Derecho de Autor. Oficinas: Facultad de Economía,
Cerro de Coatepec. S/N, Ciudad Universitaria. Toluca,
México. C.P. 50110. Tels: (722) 214 94 11 y 213 13 74
ext 171. Correo electrónico: [email protected].
Tiraje: 500 ejemplares.
L. en E. Sandra Ochoa Díaz
Coordinación de la Licenciatura en Economía
M.D. N. Noelly Karla Sarracino Jiménez
Coordinación de la Licenciatura en Relaciones
Económicas Internacionales
Act. Guillermo López Flores
Coordinación de la Licenciatura en Actuaría
Act. María de Lourdes Casas Hinojosa
Jefa de Control Escolar
L. en E. Ma. Guadalupe Ramírez Pareja
Jefa del Departamento de Servicio Social
L. en E. Esteban Felipe Sánchez Torres
DepartamentodeApoyoProfesionalySeguimientodeEgresados
Comité editorial
Miguel Angel Díaz Carreño
Pablo Mejía Reyes
Sergio Miranda González
Ryzard Rozga
Portada: Alejandra Santana Castro
Coordinación editorial: Programa Editorial de la uaem.
Formación:ElizabethVargasAlbarrán.Cuidadoeditorial:
Ma. del Socorro Zepeda Montes.
Políticas de desarrollo rural y estrategias
institucionales provinciales.
Experiencias en Argentina *
Silvia Gorenstein, Martín Napal** y Mariana Olea***
Resumen
En las últimas décadas, las políticas aplicadas en el medio rural en
Argentina se inscriben en las recomendaciones de los organismos
financieros y de cooperación internacional para paliar la pobreza
rural. Este objetivo pretende ser alcanzado a través de medidas que
estimulen la integración competitiva de la pequeña agricultura familiar
a los mercados globalizados, la creación de empleos en actividades
no agrarias y el fortalecimiento del capital social en las comunidades
locales. En este contexto, se intenta examinar estas líneas de
intervención a partir del análisis de diferentes casos provinciales,
profundizando en la dimensión institucional de las propuestas.
Palabras clave: Desarrollo rural, estrategias provinciales de
desarrollo rural, Argentina, institucionalidad del desarrollo rural.
Código JEL: D1, P25, G2.
*
Este artículo se basa en la ponencia “Enfoques y políticas de desarrollo en
territorios rurales de Argentina. Una lectura comparada de experiencias provinciales”,
presentada en el IX Seminario Internacional de la Red Iberoamericana de Investigadores
en Globalización y Territorio (RII), Querétaro, 20-23 de mayo 2008. Sus contenidos
reflejan resultados de estudios y actividades en el marco del proyecto PGI-UNS: “Sistemas
productivos locales, territorios rurales y ciudades intermedias”.
**
Tesista, Maestra en desarrollo y Gestión Territorio, sede Universidad Nacional del
Sur, [email protected].
***
Becaria del Conicet, docente del Departamento de Economía de la Universidad
Nacional del Sur, [email protected].
[ 207 ]
208
Paradigma Económico
Abstract
In the last decades, the policies applied in the rural areas in
Argentina follow the recommendations of the international
financial organizations in order to reduce rural poverty. They
include measures that stimulate the competitive integration of the
familiar farmers to the global markets, the creation of non farm
rural employments and the strengthening of social capital in the
local communities. In this context, we try to examine these lines of
intervention through an analysis of different provincial cases, taking
a closer look at the institutional dimension.
Key Words: Rural development; rural development strategies,
Argentina, Rural development institutionality.
Introducción
En las últimas décadas las orientaciones de las políticas aplicadas
en el medio rural en Argentina se inscriben, tal como ocurre en la
mayor parte de los países latinoamericanos, en las recomendaciones
de los organismos financieros y de cooperación internacional
para paliar la pobreza rural. Se trata de estimular la integración
competitiva de la pequeña agricultura familiar a los mercados
globalizados; impulsar, simultáneamente, la creación de empleos en
actividades no agrarias para facilitar las estrategias pluriactivas de
estos sectores, y, por su parte, promover y fortalecer el capital social
en las comunidades locales.
Este trabajo intenta examinar estas líneas de intervención a partir
del análisis de diferentes casos provinciales. Las experiencias elegidas
tienen en común la búsqueda de opciones para la reconversión
competitiva de los pequeños productores agropecuarios (ppa) y, más
en general, de las áreas y comunidades donde se asienta la población
rural vulnerable. El análisis profundiza en la dimensión institucional
de las propuestas, desde el plano discursivo al operativo.
Un par de observaciones respecto a esta perspectiva analítica:
La evaluación de resultados de los programas-proyectos de apoyo
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
209
económico a los ppa, escapan a los alcances de este trabajo.1 Aquí
interesa centrar la discusión en algunos de los temas que constituyen
los ejes de reflexión teórica reciente en torno al desarrollo rural, que
pueden encuadrase en tres interrogantes básicos: 1) ¿cuáles son las
problemáticas que se conectan bajo la inspiración del nuevo discurso
del desarrollo rural o, el más reciente, del desarrollo territorial rural
(dtr)? 2) ¿cómo se plasman estos temas en la construcción de una
estrategia de desarrollo para estos territorios? 3) y, en particular, ¿de
qué modo se expresan en el terreno institucional?
El presente estudio se organiza en cuatro secciones. En primer
lugar se discuten en forma sintética los principales elementos
conceptuales que encuadran la ejecución de las políticas de desarrollo
rural. Posteriormente se analiza la visión global, y enfoques
asociados, de la estrategia de desarrollo rural formulada en los
casos examinados. La tercera sección se concentra en las propuestas
institucionales de estas estrategias y sus principales desafíos a la luz
de los condicionantes existentes en los ámbitos rurales. Por último, se
plantean algunas reflexiones.
1. Nuevas políticas de desarrollo rural
Existe consenso entre los especialistas sobre el contexto transicional
que atraviesan los organismos de cooperación internacional, en
la búsqueda de un nuevo paradigma de desarrollo y combate a la
pobreza.2 Dos cuestiones básicas se plantean a este nivel. Primero,
cierta valorización del papel del Estado en la promoción del
desarrollo, atenuando la influencia del rol del mercado, tal como se
caracterizó el período inspirado en el Consenso de Washington.
Segundo, el nuevo abordaje de la dimensión social y política de los
Esta línea de análisis puede verse en Gorenstein et al., 2009.
No sin ironía, P. Salama (2006) da cuenta de los grandes lineamientos que se
desprenden de los organismos internacionales al describir la evolución desde “los diez
primeros mandamientos” del Consenso de Washington a los objetivos del milenio, en
los cuales se integra en el primer lugar la reducción drástica de la pobreza (disminuir los
valores absolutos existentes en 1990 a la mitad en 2015).
1
2
210
Paradigma Económico
procesos de cambio económico, bajo la creciente influencia de ciertas
vertientes teóricas del institucionalismo.
La literatura más reciente utiliza la expresión Post-Consenso
de Washington para caracterizar estos cambios tenues, en el cual la
temática del capital social ocupa un papel destacado. Según el Banco
Mundial:
El capital social se refiere a las instituciones, relaciones y normas que
conforman la calidad y cantidad de las interacciones sociales de una
sociedad. Estas relaciones permiten a los actores movilizar recursos
y lograr metas comunes, que pueden beneficiar a la sociedad en su
conjunto o a un determinado grupo.
Desde la perspectiva de las políticas de desarrollo rural, tal como se
analiza más adelante, se trata de promover el capital social de estas
comunidades a fin de aumentar su capacidad de emprender proyectos.
Y esto es especialmente válido en lo que concierne a los programas
para la superación de la pobreza.
Ahora bien, el rescate del concepto de capital social3 es uno de
los aspectos al que hacen referencia las nuevas visiones en torno al
desarrollo territorial al subrayar la necesidad de adquirir capacidad
socioterritorial, aprovechando las tradiciones y conocimientos existentes
en territorios concretos. Asumiendo que el resurgimiento de esta
noción obedece a la necesidad de analizar cómo interactúan las fuerzas
sociales con los procesos económicos, Caravaca et.al. señalan que:
debe ser entendido como capacidad organizativa y aptitud social para el
desarrollo, determinando la habilidad y la facilidad de las gentes y de los
grupos para trabajar juntos por un objetivo común. Se diferencia así de
otros factores de desarrollo por su carácter relacional puesto que sólo
existe cuando se comparte (Caravaca et al., 2005:17) .
Frente al alcance y difusión generalizada de la noción de capital social, hay autores
que recuerdan que el conjunto de procesos cubierto por el concepto no es nuevo, dado
que ha sido estudiado bajo otras etiquetas en el pasado (por ejemplo, Portes (1998) alude al
comienzo de la sociología –citado en Durston (2002). Yendo un paso más, Espinoza (1998
–citado en Durston,2002) señala que estas “nuevas” ideas constituyen, más bien, un concepto
sensibilizador que dirige la atención a la importancia de la sociabilidad pero no la explica.
3
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
211
Esta interacción también se vincula con la noción de sistema de
innovación (nacionales o regionales) creados por el entramado de
agentes que interactúa y, en esencia, va “acumulando” conocimiento
(Pérez, 2001).
La existencia de una forma comunitaria o colectiva de capital
social, más allá de su expresión en las relaciones de confianza y
reciprocidad entre individuos –articulados en redes interpersonales–
debe expresarse en instituciones complejas, con contenido de
cooperación y gestión. En este sentido, Durston (2002) subraya la
sinergia que puede darse entre la institucionalidad del capital social y el
Estado.4 El capital social gubernamental se asocia a las funciones del
Estado de garantizar, entre otros, la seguridad jurídica de la propiedad
y los contratos, la autonomía y legalidad de las organizaciones y
asociaciones civiles, así como los marcos para la resolución de
conflictos. En sociedades “saludables”, este capital gubernamental
establece sinergia con el capital social “civil”, constituido por las
normas, valores, redes, asociaciones y organizaciones, a partir de un
aceptable nivel de cooperación entre ambas instancias (Evans, 1996,
citado en Díaz Albertini Figueras J., 2006).
La cuestión anterior se vuelve clave a la hora de implementar
políticas ascendentes (bottom-up) dado que la ausencia de “sinergia
institucional” puede bloquear tanto el planteo de las iniciativas por
parte de la sociedad civil como la receptividad de los programas
inducidos desde los poderes públicos. Siguiendo a Moyano (2006), en
el marco de los procesos de desarrollo las relaciones del Estado con
la sociedad civil plantean:
dos cuestiones diferentes: de un lado, la capacidad del Estado para
inducir capital social en zonas donde la sociedad civil está débilmente
“… todo parece indicar que la interfaz entre las instituciones estatales y la sociedad
civil en América Latina y el Caribe, como en otras regiones, está atravesada por vínculos
socioculturales de todo tipo. Una interfaz es la zona de intercambio entre dos o más
sistemas. En nuestro contexto, la interfaz se da entre el sistema estatal, el sistema del
mercado y el de la sociedad civil —y dentro de éste en el sistema de partidos políticos. En
el mundo real, los intercambios de información, servicios y bienes ocurren en esta interfaz
en todos los ámbitos: no hay país en que los actores principales de la sociedad civil no
interactúen con el Estado.” (Durston, op.cit.: 43)
4
212
Paradigma Económico
articulada, y de otro, su función ante situaciones en las que la sociedad
civil está bien dotada de asociaciones que reclaman canales adecuados
de interlocución con los poderes públicos (Moyano, 2006:111).
Un debate paralelo que atraviesa esta discusión refiere a los
procedimientos o modos de intervención de la autoridad pública. En
esta dirección, el discurso descentralizador alude a la participación
de las sociedades locales, en el marco de interrelaciones Estado y
sociedad civil reguladas por normas que no inhiban las tendencias y
dinámicas participativas. La visión del proceso de descentralización5,
algo distante del esquema normativo de los ochenta y los noventa
asociado a la necesidad de disciplinar (ajustar) el Estado del Bienestar,
aparece naturalmente vinculada al proceso político para repartir mejor
los recursos públicos existentes. La descentralización, entonces, es una
condición necesaria, para el desarrollo local. Con palabras de Gallicchio,
“son un par inseparable” si bien “uno es más mediado por la política,
mientras que el otro, siendo un proceso político, permite avanzar en
mayor integralidad, participación y mejor uso de recursos” (Gallicchio,
2005: 93).
Cada uno de estos temas es objeto de una amplia y diversa
discusión en la literatura especializada reciente, y su tratamiento excede
los objetivos del presente trabajo; aquí sólo interesa rescatar, aunque
brevemente, tres inferencias analíticas relacionadas con el proceso
de formulación de estrategias de desarrollo rural que a continuación
se discuten.
En primer lugar, la que podría rápidamente traducirse en
cuáles son las características de la sociedad civil? Moyano Estrada
(2006) –retomando observaciones de Graciano de Silvia (2002)
relativas a sociedades rurales en países periféricos– introduce un
argumento interesante respecto al protagonismo de la sociedad
En la utilización del término descentralización cabe contemplar cuatro acepciones
diferentes: políticas que traspasan la toma de decisiones a niveles subnacionales del
gobierno central (desconcentración); políticas que delegan la toma de decisiones a
entidades públicas autónomas (delegación); políticas que traspasan la toma de decisiones
al sector privado (tercerización) y políticas que traspasan la toma de decisiones a los
gobiernos locales (devolución).
5
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
213
civil, advierte sobre los riesgos de adoptar políticas inspiradas en
países con una sociedad civil autónoma y articulada, como el caso
de la Unión Europea6, en lugares donde tales estrategias pueden ser
monopolizadas por oligarquías locales y sus redes de clientelismo.
La segunda cuestión, ¿cuánta legitimidad social?: es decir, cuánta
confianza en el gobierno que promueve el diálogo y consenso
para determinadas estrategias y políticas territoriales. Numerosas
experiencias a nivel local pueden asimilarse a situaciones donde el
aparato gubernamental es poco eficiente e incluso corrupto, cultura
que impregna a las propias organizaciones civiles y que deriva en la
captura de fondos públicos por parte de ciertos grupos de poder
local como señala Manzanal, “el modelo de política clientelística,
significativamente presente en ámbitos locales”, no sólo reduce y
condiciona la libertad de acción de actores y organizaciones sino que
contribuye al “descreimiento social, el desinterés por participar y, en
definitiva, a la desmovilización” (Manzanal, 2006:41). Buena parte de
los documentos provinciales, examinados en este trabajo, subrayan
esta problemática.
En tercer y último lugar, ¿cuáles instrumentos?: es decir, cómo se
opera entre diferentes niveles de gobierno y centros no jerarquizados
de decisión, ya para definir un conjunto de objetivos y estrategias
prioritarias de desarrollo, o para implementar las acciones previstas
inclusive su financiamiento. La literatura reciente, a la que se suma
el recetario de los organismos de cooperación internacional, alude
a pactos y/o contratos territoriales que explicitan la colaboración
entre las partes. Pero, más allá de las habituales referencias a los
pactos territoriales italianos o de otros países europeos, hay poca
sistematización y análisis sobre estos formatos en contextos rurales y,
más específicamente, en países de América Latina.7
La referencia habitual es el Programa LEADER.
Un ejemplo interesante es el de los pactos encuadrados en el Sistema Boliviano de
Productividad y Competitividad (SBPC). Sobre la base de cadenas productivas y la identificación
de sus cuellos de botella (infraestructura, comercialización, empleo, etc.), se establecen acuerdos
entre o con productores, gobiernos municipales, prefecturas y gobierno central, abarcando
aspectos relativos a tecnología y asistencia técnica, capacitación, servicios a la producción,
servicios financieros, infraestructura productiva , etc. (Galindo Soza, 2005:30).
6
7
214
Paradigma Económico
2. Territorios rurales provinciales:
del diagnóstico a la estrategia de desarrollo
2.1 Algunas notas sobre el contexto
Desde la década de los noventa los programas públicos nacionales y
provinciales implementados en el medio rural han desarrollado distintas
acciones (capacitación, asistencia técnica y pequeños financiamientos),
orientadas a promover y sostener la inserción productiva y/o laboral de
los pequeños productores y trabajadores rurales.8
En general, han promovido emprendimientos vinculados con
producciones intensivas, con bajos requerimientos en inversiones
y extensiones de tierra que, más o menos rápidamente, permiten la
generación de ingresos alternativos a los beneficiarios. Al mismo
tiempo, como son actividades comparativamente intensivas en mano de
obra, garantizan la absorción de fuerza de trabajo familiar disponible
(hijos, familiares sin remuneración), con un costo de oportunidad casi
nulo, dadas las escasas alternativas de empleo (parcial o total) en sus
entornos rururbanos.9
El alcance limitado de estas políticas, los problemas relacionados
con las frecuentes interrupciones y/o restricciones de recursos,
así como la superposición de las lógicas de intervención de las
áreas responsables de su implementación y, por lo tanto, la falta de
coordinación, han sido señaladas en diversos estudios (Manzanal,
2005; Red Internacional de Metodología de Investigación de Sistemas
Desde estructuras ad-hoc en el ámbito de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentos (sagpya), con unidades ejecutoras en las provincias o bien por parte
del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (inta), a través de sus estaciones
experimentales distribuidas por todo el país, se llevaron adelante unos pocos programas,
de carácter transitorio y una clara orientación compensatoria. Dos de ellos- prodernea y
prodernoa- asumieron interesantes criterios para dar respuestas específicas a diferentes
situaciones socio-territoriales.
9
Esta noción alude al espacio de contacto entre el campo y la ciudad donde se
intercalan diversas formas de organización territorial, algunas vinculadas con lo urbano
y otras con lo rural, y en los cuales tienen más posibilidades de desarrollarse procesos y
fenómenos de la neoruralidad (trabajos, actividades, habitat, etc.) Gorenstein et al., 2007.
8
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
215
Productivos (rimisp), 2006, Lattuada et al., 2005, entre otros). Sintéticamente, las críticas se centran, por un lado, en las limitaciones de
estos programas para resolver problemáticas estructurales de su
población objetivo (acceso a la tierra, relaciones laborales, entre las
más importantes) y, por otro lado, la magnitud y continuidad de los
recursos requeridos para enfrentar la resolución de los niveles de
pobreza y su tendencia creciente a lo largo de las últimas décadas.
El cambio de rumbo económico que se produce en el país a
partir del año 2001 reinstala, entre otros aspectos significativos, la
discusión sobre el desarrollo rural. En la esfera pública, además
del proceso de fortalecimiento institucional del Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria (inta), la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Pesca y Alimentos (sagpya) promueve y financia la
elaboración de diagnósticos provinciales, estudios transversales y
debates sectoriales con el objetivo de encuadrar “la acción pública
con un sentido de mediano y largo plazo y, de esa forma mejorar su
contribución al desarrollo económico, social, institucional y ambiental
de las provincias y de comunidades rurales del país” (rimisp-Centro
Latinoamericano para el Desarrollo Rural, 2006:5).
Se podría afirmar, entonces, que la actual etapa se caracteriza
por la uniformización del discurso público en torno al desarrollo
territorial rural. Los lineamientos dominantes, tal como ocurre
en la mayor parte de los países latinoamericanos, remiten a las
recomendaciones de política de los organismos internacionales
para paliar la pobreza rural, entre los que se destacan (Banco
Interamericano de Desarrollo, 2005; rimisp-Centro Latinoamericano
para el Desarrollo Rural, 2006): estimular la conexión de los ppa a los
sectores dinámicos de la agricultura en el sentido de su integración
competitiva en mercados globalizados; impulsar, simultáneamente,
la creación de empleos en actividades no agrarias a fin de fortalecer
las estrategias pluriactivas de los sectores de la agricultura familiar.
Estos lineamientos ponen el acento, a su vez, en el protagonismo de
las organizaciones de la sociedad civil, la descentralización municipal
como instrumento potencialmente efectivo para la implementación de
planes y programas de DTR y la reconstrucción y fortalecimiento de
partenariatos público-privados.
216
Paradigma Económico
¿Cómo se motorizan estos procesos? o, una pregunta más
específica, ¿hay un modelo de gestión institucional para inducir este
cambio de rumbo?
Existe cierto consenso en torno a la idea de que los programas
públicos mencionados más arriba constituyen una plataforma válida
a la hora de pensar en un tejido institucional que acompañe y facilite
el proceso.10 Entre los argumentos se alude al proceso de aprendizaje
social que se ha dado en estos años, encuadrando una dinámica
que fortalece las relaciones de confianza y la organización de los
beneficiarios de estos programas así como la formación de técnicos.
Otra línea argumental refiere a la contribución política de estos
programas a la “visibilidad” de la problemática de la pobreza rural;
también como antecedente técnico en la implementación de políticas
diferenciadas en este ámbito (Caballo, 2001; Soverna, 2005; citados en
Manzanal 2005).
Este contexto, sin embargo, está muy lejos de instalar al
desarrollo rural como política de estado. Tal como se analiza a
continuación, la revitalización política del discurso del DTR involucra
diferentes debates no sólo referidos a las competencias y acciones de
los organismos específicos del Estado nacional, sino también las que
son propias de los Estados y las sociedades rurales provinciales y sus
capacidades reales de acción.
2.2 Tres dimensiones de las lecturas agro-rurales provinciales
Las experiencias provinciales en las que se basan las reflexiones
siguientes11 se han ido construyendo desde el aparato público
10
Por ejemplo, el documento final del 2º Foro de la Agricultura Familiar realizado
en el año 2006 señalaba que debería concretarse la integración de todos los programas
orientados a estos sectores y ejecutados desde la SAGPyA, en una nueva estructura
operativa y espacio institucional.
11
Los documentos provinciales contienen una aproximación diagnóstica que tiene
el foco en los pequeños productores agropecuarios (PPA), trabajadores y población rural
vulnerable, contemplando aspectos sectoriales, demográficos, ambientales, institucionales,
entre los más importantes.
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
217
(provincial-nacional) y traducen, de algún modo, las estrategias
centradas en el combate a la pobreza como eje de las políticas de
desarrollo rural. Estos procesos se inscriben en escenarios socioproductivos heterogéneos (ver cuadro 1) y, quizás lo más significativo,
es que se plantean en condiciones muy desiguales en relación con
la capacidad institucional para articular una estrategia o visión
para el territorio rural, de coordinación con instancias superiores
de gobierno y, más en general, de concretar perspectivas viables y
sostenibles en el futuro.
Una rápida revisión de la información revela el amplio rango
de problemáticas presentes abarcando desde la tenencia de la
tierra, disponibilidad de agua y otros condicionantes ambientales, la
competencia en el uso del suelo por la irrupción de otros cultivos
(pampeanización)12, el vaciamiento de pequeñas localidades, acceso
a educación y salud, entre otros. En las provincias de mayor rezago
económico, como La Rioja, Jujuy, Formosa, y Chaco, la población
rural se asienta en pueblos, pequeñas ciudades y en áreas dispersas;
más del 25% de los hogares se ubican bajo la línea de `pobreza, y
la tasa de mortalidad infantil más que duplica la media nacional: En
varias localidades y departamentos de Formosa, Chaco, a su vez, los
hogares receptores de planes sociales superaban 50% en 2005. El
nivel de asistencia social era semejante en distintos departamentos de
la provincia de Catamarca (Soverna, 2007; Gatto, 2007).
Pero más allá de estos elementos, cuál o cuáles son las visiones
que guían las lecturas de estas realidades provinciales? En el esquema
siguiente se sistematizan las tres dimensiones analíticas que interesan
en este trabajo porque, de algún modo, constituyen el prisma bajo el
cual se elaboran las propuestas y lineamientos de las políticas rurales
provinciales.
12
Este término alude a la expansión de uno de los principales cultivos extensivos
que se desarrollan en la pampa húmeda (soja) en zonas agrícolas extra-pampeanas.
218
Paradigma Económico
Cuadro 1
Visiones y enfoques en las lecturas agro-rurales provinciales
Desarrollo rural
Sistemas productivos locales
Territorio
Competitividad territorial
Empoderamiento, movilización social
Visión sistémica (Complejos–tramas)
Base productiva de subsistencia –cadenas de valor local
Instrumental (regiones agroecológicas, administrativas, etc.)
Construcciónsocio-política(procesosparticipativosderegionalización)
Fuente: Elaboración propia
I) La visión global: el desarrollo rural
El primer elemento a destacar es la adopción de la perspectiva del
desarrollo local endógeno. Como la noción de desarrollo localrural o, más recientemente, el dtr13 no se apoya en un modelo claro,
permite que en su nombre se planteen estrategias y lineamientos
que, muchas veces, pueden entrar en tensión. Por un lado, estímulo
a nuevas producciones con proyección en mercados globales y, por
otro, estrategias para fortalecer bases productivas de subsistencia
(agricultura y/o actividades rurales) “resistiendo” a las dinámicas de
marginación social y territorial.
En otros términos, la visión centrada en la creación de condiciones
de competitividad en los territorios agro-rurales, presente en las
áreas de formulación de políticas agropecuarias de la mayor parte
de las provincias (también a nivel nacional), supone la utilización
de incentivos para mejorar la situación en los mercados mundiales
y/o desarrollar productos con demanda internacional. Durante
los últimos años, varias producciones intensivas o no tradicionales
han sido estimuladas desde esta óptica, de manera general o
por medio de medidas específicas (programas de productos/
tramas, zonas agro-productivas). Así, las líneas de apoyo a los
pequeños agricultores combinan otras que apuntan a determinadas
13
Esta noción aparece en los documentos provinciales más recientes, mencionando
los criterios y definiciones difundidas a partir del trabajo del rimisp (2006, sagpya).
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
219
producciones o actividades agrícolas, encuadrando la doble finalidad
de incrementar su competitividad y generar condiciones para la
agricultura familiar. Entre otros casos, el programa ProMendoza es
elocuente en este sentido; el énfasis está puesto en la configuración
de un espacio organizativo que promueva la inserción competitiva
de las producciones provinciales y que participe e interactúe con
las instancias públicas nacionales y provinciales responsables de la
política sectorial y rural.
Este tipo de soluciones, sin embargo, pueden entrar en conflicto.
Las políticas de incentivo fiscal a “nuevas” producciones (con
mercados externos potenciales), que se está implementando en
numerosas provincias extra-pampeanas, generan competencia en
el uso del suelo agrícola con producciones familiares tradicionales
(huertas, pequeños rodeos, granjas, etc.). También se registran efectos
sobre estos sectores por la vía de la dotación/disponibilidad de un
recurso estratégico como el agua, profundizando los efectos del
proceso de “pampeanización”.14 En otros casos, paradójicamente, el
esquema de asistencia orientado a los pequeños productores se ha
convertido en un subsidio indirecto para los nodos de ciertas tramas
productivas (cunicultura, otros pequeños animales) o han generado
circuitos productivos informales (fiscales, condiciones de calidad) que
atentan sobre la competitividad global de la trama (Gorenstein et al.,
2006a; Gutman et al., 2004).
La segunda línea interpretativa del enfoque del DTR pone el
acento en la capacidad de movilización, organización y autogestión
de las comunidades rurales.15 Es decir, los lineamientos de política
Entre otros, el caso de Catamarca ilustra este tipo de situaciones: las nuevas
producciones (olivo, vid, cítricos, y hortalizas), promovidas por incentivos fiscales del
gobierno provincial, combinadas con la agricultura extensiva de granos, amplían la frontera
agrícola, con una disminución importante de las pequeñas explotaciones (Cruz, 2004).
En La Rioja, la política de incentivo fiscal (Ley de Desarrollo Económico 2021) tiene
derivaciones en el tipo y calidad del sistema de riego al que pueden acceder los pequeños
agricultores, desplazados de las ventajas del nuevo sistema de irrigación por los sectores de
la agricultura moderna. (Salomón, 2003).
15
Como señala Klein (2005, 33): “formas activas de identidad que les den al pueblo
localmente organizado, un mayor poder de participación en la toma de decisiones. Es lo
que se denomina “empoderamiento” (empowerment)”.
14
220
Paradigma Económico
se centran en los productores y poblaciones rurales en términos de
su potencial para la generación de lazos sociales y acción colectiva.
Las propuestas económicas tienen su origen en planteamientos
diversos (economía social, solidaria, comunitaria, popular) si bien,
a grandes rasgos, coinciden en las formas de producción en la que
participan pequeños productores y/o familias rurales asociadas, y en
un accionar público que debe incentivar estos espacios de autonomía
donde se puedan afirmar solidaridades locales. De algún modo, estos
enfoques conciben una política pública capaz de acompañar, orientar
y promover la resistencia a la marginación social y económica. Esto
no significa, sin embargo, la ausencia de proyectos locales ligados a
mercados externos.16
II) Los sistemas productivos locales
Otro aspecto que parece central en estas lecturas es la interpretación
de las estructuras productivas locales. Más allá de la utilización
generalizada de nociones de uso difundido (cluster, sistemas productivos locales; cadenas de valor local), lo que aquí interesa destacar son
los elementos contemplados en el diseño de propuestas de política
económica para la integración de la pequeña producción rural.
Se distinguen, al menos, dos enfoques en la visualización de los
sistemas productivos locales. Uno, parte de las dinámicas y lógicas
globales (sistémicas) de acumulación, asociadas a la noción de
complejo agroalimentario (caa) o el concepto más reciente de trama,
centrando en el análisis de los factores y/o problemas que traban
la inclusión de los sectores de la pequeña agricultura familiar, así
como la funcionalidad o no de esta articulación para el conjunto del
complejo. Dicho de otro modo, el centro de la cuestión está puesto en
el problema del poder, particularmente el de los nodos o núcleos de
los caa donde intervienen marginalmente estos pequeños productores
16
Véase, por ejemplo, la sistematización de experiencias en la publicación periódica
del Grupo Chorlaví, rimisp, www.rimisp.org
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
221
o, desde otro lugar, participan los trabajadores agrícolas. Con este
enfoque, entonces, se visualizan los factores y/o problemas que traban
la inclusión de estos actores con miras a la aplicación de instrumentos
para solucionarlos y/o identificar nuevas alternativas, proyectos,
actores o socios para avanzar en su reconversión. Desde el diagnóstico
de diferentes tramas, por su parte, se pueden identificar las opciones
con mayor impacto regional y social (Gorenstein et al., 2006 b).
El otro enfoque se “para” desde una mirada diagnóstica
diferente, poniendo el acento en los sectores que operan a nivel de
subsistencia pero que constituyen la única fuente de ingreso de los
pequeños productores y/o pobladores rurales.17 Esta base local de
baja productividad no impediría el desarrollo de mejores posibilidades
económicas de anclaje territorial. Es decir, independientemente del
tipo de actividades y/o productos, se asume implícitamente que la
proximidad espacial se traduce en economías externas asociadas a
las interdependencias (no deliberadas) y, por lo tanto, al beneficio de
las condiciones “pasivas” de “eficiencia colectiva”. En esta dirección,
los atributos valorizados para la pequeña producción agrícola y/o
rural suelen combinar lo artesanal con contenidos ambientales,
direccionando acciones públicas para acompañar/promover estos
procesos de construcción de “especificidad” y, al mismo tiempo, la
dimensión “activa” (interdependencias deliberadas) de la eficiencia
colectiva (Campolina Diniz et al., 2006: 102).
Sobre este tipo de propuestas giran, entonces, varias de las
estrategias provinciales formuladas. No cabe aquí una discusión
pormenorizada en torno a las mismas, aunque sí plantear una
problemática global en relación con el contexto del desarrollo rural.
En palabras de Wilkinson, y como expresión de un aprendizaje de
varios años en el marco de la discusión de políticas agroalimentarias
y rurales:
Al respecto, resulta ilustrativa la reflexión de Gatto (2007; 329) en relación con los
sectores de subsistencia en las provincias rezagadas y el rol compensador que ejercieron
en la década de los noventa durante la fuerte crisis y desplazamiento que experimentan los
sectores transables de las mismas.
17
222
Paradigma Económico
El desafío en América Latina ha sido aplicar este conjunto complejo de
nuevos enfoques que en principio apuntan al potencial competitivo del
“pequeño”, enraizado en lazos de solidaridad y complementariedad en
su contexto social y territorial, a las realidades de sus economías rurales
y locales, tan marcadas por la pobreza y por la marginalidad (Wilkinson,
2003:8).
III) La dimensión territorial
Como se ha analizado en la sección anterior, se están planteando
cambios en la teoría y la práctica dominante en materia de desarrollo
rural. En el marco de estas nuevas ideas, el territorio se asocia a
un proceso de “construcción social” desde el cual se estructuran
acciones, surgen las iniciativas de proyectos colectivos o individuales;
y, más en general, se produce una dinámica que progresivamente
convierte a la proximidad física en proximidad social.
Desde esta perspectiva, las Estrategias de Desarrollo Rural
Provinciales (edrp) asumen, en general, los principios globales del
discurso “localista” en relación con la necesidad de construir una
“atmósfera” democrática, solidaria, y con una fuerte identidad local.18
El proceso de formulación de las mismas se ha encuadrado, con
mayor o menor intensidad, en el funcionamiento de ciertas instancias
de participación social.19
La expresión “identidad” puede ser entendida en dos sentidos. Uno, en referencia
a un elemento diferenciador del territorio respecto a otro lugar, que puede ser de carácter
histórico, cultural, político, paisajístico, entre otros. Otra, hace a la forma en que los
agentes individuales experimentan su situación de ser habitantes de ese lugar. En tal
sentido, la referencia local de los actores, es decir su identidad territorial, les lleva a realizar
acciones colectivas con objetivos que pueden ser económicos, sociales, políticos, etc. Esta
segunda acepción es la que subyace en los documentos provinciales analizados.
19
La mayor parte de las provincias han adoptado regionalizaciones previas, efectuadas
desde ámbitos de implementación de política siguiendo criterios diferentes y, muchas
veces, combinados (agro-ecológicos; homogeneidad productiva; delimitación geográfica,
ejes de interconexión y provisión de servicios). Sólo en tres provincias -Entre Ríos, Jujuy y
Chaco- la regionalización forma parte del proceso de definición de la estrategia.
18
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
223
Al respecto, una breve observación a la luz del aprendizaje
que surge de numerosas prácticas desarrolladas, durante los últimos años, en diversos territorios (urbanos, rurales, regionales,
provinciales). La visión de la herramienta participativa suele convertirse en un objetivo en sí mismo. En otros términos, con el
esfuerzo inicial de implementar esta práctica en el territorio se tiene
la impresión de que la “política” está cubierta, más que la idea de
un proceso de construcción de una nueva cultura política basada en
la profundización de mecanismos democráticos. Pero, además, la
organización y gestión de este tipo de política en cualquier situación
local trasciende la magnitud y disponibilidad de los recursos que
podrían afectarse de ajustarse a los resultados del propio proceso.20
En este sentido, es simultáneamente simbólico y preocupante el
proceso de relativa desconexión o distanciamiento de las ambiciones
locales o, más peligroso aún, la posibilidad de que el “desgaste” de
este valioso instrumento de gestión lo invalide como camino para
recrear consensos y experiencias colectivas. 21
3. La dimensión institucional de las estrategias
de desarrollo rural provinciales
Los objetivos institucionales de las edrp dan cuenta de un conjunto
heterogéneo, que abarca desde la formación de capital social22 hasta
la mejora de la capacidad de gestión de los organismos públicos y
coordinación de las políticas (Soverna, 2007).
No sin ironía, Kiink (2001) recuerda que C. Furtado fustigaba a los planificadores,
durante el período de la planificación centralizada, argumentando que no sólo se trataba
de elaborar el “documento-plan” sino de contar con “la chequera”.
21
A la luz de ciertos resultados en pequeños y medianos centros rurales bonaerenses,
puede señalarse que buena parte de las experiencias participativas instrumentadas en
estos años no se completaron con éxito. En diversos casos, ello se debió a la limitación
de fuentes de financiamiento adecuado para la cartera de proyectos específicos gestados
en este tipo de instancias. En otros casos, los procesos no llegaban a formular proyectos o
líneas específicas de acción.
22
Entendido, en la mayor parte de los casos, como redes y organizaciones a través de
las cuales los pequeños productores y pobladores rurales asumen compromisos colectivos
y pueden acceder a recursos productivos y otras decisiones.
20
224
Paradigma Económico
Esto lleva a los dos temas comprendidos en esta sección, por un
lado, los esquemas institucionales propuestos en las edrp y, por otro
lado, a las limitaciones para avanzar en la dirección señalada.
3.1 Gobernabilidad de lo rural
En la estructura pública provincial ligada a las problemáticas
agro-rurales (producciones, pequeños productores, trabajadores,
poblaciones) se pueden diferenciar dos situaciones. Una, propia de
la visión tradicional de lo rural (vinculado a lo agropecuario) que
ostenta la marca del modelo extensionista centralizado.23 La segunda,
es receptiva del nuevo discurso de lo rural (ampliado), reconociendo
áreas y competencias diferenciadas para la atención de los pequeños
productores agropecuarios y trabajadores rurales.
Estas características se entrecruzan con la iniciativa más reciente
en torno a la formulación de la edrp donde, de acuerdo a propuestas
de los actores movilizados en este proceso y/o de los lineamientos
proyectados, pueden plantearse redefiniciones. En este sentido, las
propuestas sugieren la creación o refuncionalización de estructuras
descentralizadas, siguiendo el paradigma dominante de las actuales
políticas de desarrollo, y en consonancia con ciertas características
políticas e institucionales de la provincia. En rasgos estilizados,
pueden definirse dos tipos de soluciones organizacionales:
• centrada en las funciones y competencias de unidades ejecutoras
territoriales del estado provincial; descentralización operativa;
• construcción de entidades con diferentes niveles de participación
socio-territorial, trascendiendo la esfera del aparato público
provincial; governance territorial.24
En un interesante análisis sobre los enfoques que durante los últimos 50 años han
guiado el accionar del INTA en relación con la agricultura familiar, Carballo (2007:74)
asocia este modelo institucional con el período (“desarrollista”) cuando “La extensión
rural se constituye como servicio nacional centralizado”.
24
Entendida como modalidad específica de organización de la acción colectiva
basada en la construcción de asociaciones y coaliciones de actores públicos y privados
orientados a resolver un objetivo definido en conjunto.
23
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
225
A continuación se presentan, brevemente, aspectos básicos de cada
uno de estos esquemas
I) Descentralización operativa
En general, estas propuestas se apoyan en el modelo extensionista
tradicional replicando, en la órbita del gobierno provincial, unidades
operativas territoriales –agronomías de zona, oficinas distribuidas
según regiones agroecológicas–, concebidas como delegaciones
técnicas para ejecutar y monitorear acciones. El esquema de
intervención territorial, por su parte, pivotea sobre una organización
escalonada (gobiernos locales y consejos regionales de planificación)
para efectuar la descentralización y articulación de las acciones
(coordinaciones zonales) y otra, más local, encargada de la ejecución
de las políticas (unidades ejecutoras locales). En algunos casos, a su
vez, combinan otras dotaciones institucionales existentes (Fondo
Especial del Tabaco, Subsecretaría de Recursos Naturales y Medio
Ambiente, Instituto de Colonización, entre otros).
Las provincias de Formosa y Mendoza, por su parte, cuentan con
organismos especialmente dirigidos a la atención de los sectores de
la agricultura familiar y, en general, al desarrollo rural. En el primer
caso, el Instituto paippa (Instituto Provincial de Acción Integral para
el Pequeño Productor Agropecuario) coordina políticas originadas
en diversas áreas del gobierno provincial (salud, educación, riego,
agricultura familiar, etc.) en los territorios rurales donde interviene. En
el organigrama del gobierno de la provincia de Mendoza, el Instituto
de Desarrollo Rural está concebido como un “nexo” entre el sector
público y privado en materia agropecuaria y rural (generación de
información, asistencia para reconversión productiva, competitividad,
educación rural, ordenamiento territorial, etc.).
En el marco de esta institucionalidad, las propuestas sugieren
la necesaria articulación de los actores sociales involucrados. No
obstante, a diferencia de los casos que se analizan a continuación, la
idea subyacente es mejorar el esquema imperante desde una óptica
centrada en la descentralización operativa.
226
Paradigma Económico
II) Governance territorial
En este conjunto de experiencias se plantea un gradiente de
situaciones según las características y funciones de las instancias
participativas propuestas. El Consejo Regional, Foro Comarcal,
Agencia de Desarrollo u otra organización de corte territorial prevista
en la edrp, aparece como una “idea fuerza” cuyo contenido y alcance
están ligeramente esbozados. Así, las organizaciones sugeridas
transitan desde el ejercicio de ciertas funciones descentralizadas de
gobierno hasta la articulación de los actores públicos y privados para
la representación política de los mismos. Lo que sí queda nítidamente
planteado es el objetivo que se persigue: una base institucional capaz
de proporcionar interlocutores legítimos y representativos para un
proceso interactivo de gestión del dr.
Silveira Bandeira (2006), al analizar los procesos políticos de
asociación regional en Brasil, permite una mejor identificación de
este tipo de organizaciones señalando que desempeñan, básicamente,
dos roles:
• Instancias de articulación de actores, es decir, “organizaciones
puentes” entre muchas entidades diferentes. Este tipo de
organización es definida en la bibliografía citada por este autor,
como entidad cuya función principal es la de posibilitar que los
actores con perfiles e intereses diferentes cooperen en el sentido
de formular e implementar soluciones conjuntas para problemas
complejos. Desempeñan un rol importante al ejercer influencia
sobre la formulación de políticas públicas relevantes para la región
en la que actúan.25 En este marco, la “dotación” de capital social
regional es especialmente relevante en la medida que hace a las
características de la organización social que facilitan o dificultan la
cooperación entre los actores del territorio.
Siguiendo la terminología de la literatura internacional, se trata de acciones de
advocacy desarrolladas por diferentes organizaciones y coaliciones con objetivos de diferente
tipo: incluir nuevos temas en la agenda gubernamental, alterar la posición de acciones en
la jerarquía de prioridades, influenciar sobre las características de determinadas políticas
públicas, etcétera.
25
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
•
227
Instancias de representación, debate y deliberación. Refiere, entonces,
al otro papel relevante que es el ejercicio de representación. En tal
sentido, la actuación de un consejo regional (CR) debe permitir la
formulación consensuada de propuestas y demandas a los diferentes
órganos de la administración gubernamental. La entidad debe
garantizar representatividad y legitimidad de los intereses ligados a
la región y aunque participen entidades de la administración pública,
los elementos más importantes de su actuación son promover
la interacción entre los actores regionales, para crear consensos,
articular demandas y formular proposiciones.
Entre las propuestas institucionales provinciales se observa, en primer
lugar, un fuerte ruido en torno a la naturaleza de las organizaciones
(representativa u organización puente) que se sugieren. No hay una
reflexión estratégica en torno al perfil de las entidades regionales/
locales que deberían nuclear a la población rural.
Entre las experiencias que de algún modo reflejan una combinación
de este tipo, se puede mencionar el caso de Entre Ríos con la creación
de un Consejo Provincial de Políticas de dtr y Consejos Locales de dr.
Cada uno de estos consejos se constituye en ámbito de participación
de las instituciones y organizaciones de representación de la agricultura
familiar, junto a otras ligadas a las poblaciones rurales (escuelas, salud,
etc.), actuando como “un espacio deliberativo” y ejerciendo funciones
de intercambio, coordinación general, programación y control de las
acciones estratégicas vinculadas al desarrollo (Viscay, 2006:24) En Jujuy,
por su parte, se propone la creación de una agencia de desarrollo como
órgano de diseño y ejecución de políticas de desarrollo para la provincia.
En su organización comprende varias instancias y niveles de decisión, así
como distintas formas de representación de lo público y lo privado.26
26
En la Agencia de Desarrollo de Jujuy (ADJ) estarían garantizadas tres cuestiones
referidas al tipo de participación política de los actores públicos y privados. Primero, que
las definiciones políticas sobre el diseño del Plan Operativo Anual (POA) se discuten y
acuerdan en la Asamblea Provincial donde están representados todos los actores. Segundo,
que las definiciones financieras sobre el POA se discuten en un directorio donde están
representados lo público y lo privado, así como lo territorial. Por último, la ejecución del
POA se realiza a través de las agencias territoriales que se constituyen de igual manera que
la ADJ (Martínez, 2006).
228
Paradigma Económico
En la provincia de Buenos Aires se plantea la instalación de
foros como órganos participativos y de capacitación organizacional,
aprovechando la herramienta para la transferencia de tecnologías,
tratamiento de temáticas específicas, localizadas y transversales
(emergencia agropecuaria, inundaciones, seguro social de los pequeños y medianos productores, rejuvenecimiento de las explotaciones
y actividades agro-rurales; género, etc.). En Córdoba, asimismo, se
delinean tres instancias de representación y deliberación de los actores
vinculados a la problemática: Mesa de Concertación Provincial, las
comunidades regionales creadas por ley, y dos tipos de consejos, uno
Regional de Desarrollo Rural que al parecer seguiría la regionalización
ya instalada por la Ley de las Comunidades Regionales mientras
que los consejos territoriales estarían asociados a la regionalización
por características agroecológicas homogéneas. En ambos casos se
trataría de entes cuyos integrantes representarían a los gobiernos
municipales de la comunidad regional, y a las organizaciones rurales,
con funciones deliberativas, de control de gestión pública e incluso
con competencias en la asignación de recursos presupuestarios
para el mejoramiento de la infraestructura pública (Becerra et al.,
2006:112). En la provincia de Chubut el esquema institucional
contempla el nivel comarcal (Foro Productivo Comarcal) con la
asistencia y coordinación provincial, integrando un conjunto amplio
y heterogéneo de actores de base territorial tanto públicos (de los
distintos niveles y poderes), como de las organizaciones productivas,
sociales, académicas y otras.
A modo de conclusión: en relación con los dos modelos
institucionales descritos, una reflexión en torno a sus diferencias. Se
podría sugerir que el esquema de descentralización operativa apunta
a mejorar la respuesta pública, suponiendo que la mayor y mejor
accesibilidad de los pobladores rurales se plasma en condiciones para
el desarrollo. En el de governance, en cambio, mientras se apunta a
un objetivo similar respecto a la accesibilidad del accionar público, la
movilización de los mecanismos de la democracia participativa sugiere
el reconocimiento de la necesaria combinación de estas fuerzas para
que se concrete cualquier proceso de desarrollo.
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
229
3.2 Dilemas y desafíos
Ya se ha señalado que lo local, sus capacidades endógenas (institucionales, económicas, etc.), se ha impuesto como marco de referencia
de las políticas rurales y, entre otros aspectos, de las propuestas
descentralizadoras de las mismas. En este sentido, los discursos
institucionales provinciales –revisados en este trabajo–, apuntan a
un esquema organizacional capaz, por un lado, de flexibilizar ciertas
prácticas operativas del aparato público (provincial y local) y, por el
otro, de generar un mayor grado de consenso y participación en la
aplicación de las políticas.
Estos objetivos no siempre son abordados de manera de resolver
el necesario trade-off entre ejecutividad y participación. Por un lado,
mientras la propuesta alude a la participación de las sociedades
locales (rurales) el análisis del entramado institucional refiere
mayoritariamente a sus marcadas debilidades en los territorios donde
se pretende intervenir. Por otra parte, el concepto de flexibilidad en
la aplicación de las políticas está vinculado a un acercamiento hacia
el beneficiario27 que, en la mayor parte de los casos, se resuelve con
la descentralización operativa a niveles regionales e incluso locales
aunque el arreglo institucional propuesto no siempre garantice el
logro de este objetivo.
Respecto a lo anterior, resultan oportunas las reflexiones de
Pabón Balderas sobre la dupla descentralización-participación:28
En muchos casos, la descentralización o sus tentativas se han
tratado de armar sobre estados quebrados y sobre voluntades
políticas debilitadas para encarar estos procesos de descentralización
lo que ha conducido a procesos a medio elaborar o con medias
Es decir, que cuanto más cercano está el nivel de ejecución de los destinatarios
de la política, mayor será el grado de adaptación de la misma a las necesidades reveladas.
Nótese que es una deducción asimilable a un precepto que surge del enfoque neoclásico
donde se postula la causalidad descentralización=eficiencia.
28
Este trabajo refiere a los desafíos de la cooperación internacional para la
descentralización en América Latina y condensa resultados de múltiples experiencias, con
énfasis en el caso de Bolivia.
27
230
Paradigma Económico
verdades cuyos impactos no son tan alentadores (…). Sin lugar a
dudas, un elemento esencial del discurso y de las tentativas prácticas
de descentralización se halla en el tema de la participación social
y aquí nuevamente existe todavía un largo camino que recorrer
mejorando las prácticas existentes y creando otras prácticas más
realistas. Las experiencias reflejan caminos polarizados en cuanto
a la participación social que se expresan en aquellos discursos
maximalistas de la participación y aquellos que sólo enmascaran
renovados procesos de exclusión. Tal vez, el concepto más esquivo
y de difícil ejecución pasa por el de participación estratégica que
se manifiesta en un ámbito donde no todo debe ser consultado,
debiendo construirse también una capacidad operativa y ejecutiva
para tomar algunas decisiones (Pabón Balderas, 2005: 299-300,
subrayado propio).
El hilo argumental de estas reflexiones pone el acento en la
constitución de una arquitectura política con visión estratégica y,
en este marco, la “carga” discursiva en torno a la participación
social se ajusta a las realidades concretas de las debilidades sociales
e institucionales (públicas y privadas) imperantes en escenarios
periféricos. La revisión de los documentos provinciales muestra
algunas pistas en torno a esta línea de análisis. En efecto, con mayor o
menor profundidad, refieren a tres tipos de limitaciones para encarar
las propuestas de la edrp:
• La capacidad pública para conducir-acompañar la implementación
de las políticas, asociada a la escasa o nula disponibilidad de
infraestructuras, recursos materiales y humanos especializados y
orientados al desarrollo rural. En esta dirección se plantean, por
un lado, condicionantes del presupuesto público y de instalación
política de la problemática de los pequeños productores y
trabajadores rurales. Por otro lado, los relativos a la construcción
territorial sugerida por los nuevos lineamientos de política. Por
su parte, además de las condiciones de alta voluntad política y
densidad institucional que deberían garantizarse para sostener
un proceso de interacción permanente, se plantean limitantes de
orden instrumental. Entre ellos, la cuestión no menor relativa a la
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
•
•
231
delegación de responsabilidades de ejecución en un conjunto de
técnicos que responde a lógicas institucionales heterogéneas;
La articulación institucional (público-público y público-privada)
y coordinación de esfuerzos. Se alude, con frecuencia, a la
multiplicidad de organismos y diversidad de procedimientos
implementados por instituciones que no están coordinadas, aun
dentro de la misma estructura del gobierno provincial (e incluso
nacional). Otro problema planteado en esta dirección es la
proliferación de organizaciones locales de productores con escaso
grado de representatividad y poder de negociación, estimuladas
por el financiamiento de programas nacionales, en desmedro de
asociaciones de representación provincial;
Las restricciones y debilidades de las organizaciones de la
sociedad civil, esto es, los otros actores de la participación social y
política. En este listado se suelen integrar a las organizaciones de
productores gestadas desde la implementación de los programas
de asistencia a pequeños productores y familias rurales, así como
las originadas en iniciativas provinciales-municipales28 y/o de
las Organizaciones No Gubernamentales (ONG).29 Entre los
obstáculos identificados se destacan problemas de naturaleza
política, es decir, la cuestión de la construcción de poder local en
28
Las experiencias son muy diversas y, desde una aproximación muy general, dan
cuenta de tres tipos de impulsos originarios. Por un lado, las que devienen de procesos
largos y accidentados de construcción organizacional, atravesando las sucesivas crisis de
las localidades rurales de las provincias que, en sus orígenes, han sido motorizadas por
organizaciones religiosas, fundaciones y/o agencias internacionales u otras entidades
comunitarias. Por otro lado, aquellas inducidas por los programas de desarrollo rural
nacionales en combinación o no con otros provinciales–locales. Por último, las asociativas
que, en general, responden al agrupamiento de pequeños y medianos productores en
rubros específicos (lechería, apicultura, pequeña ganadería, horticultura, etc.). Hay, a su
vez, diferentes menciones a organizaciones públicas locales y asociaciones de municipios.
29
Entre estas últimas se combinan objetivos y accionares que abarcan desde el acceso
a la educación, salud, producción de autoconsumo y, en general, el fortalecimiento del
sistema de vida rural, pasando por las que se dedican a la capacitación en torno a temas
productivos, ambientales, sociales u otros, hasta las que poseen objetivos exclusivamente
económicos (reconversión productiva, nuevos mercados, integración agroindustrial;
financiamiento alternativo; comercialización, etc.).
232
Paradigma Económico
el marco de un entramado de instituciones intermedias con baja
capacidad de convocatoria de los habitantes de zonas rurales (en
comparación con los habitantes urbanos) y, más en general, la baja
motivación organizativa de los pequeños productores y pobres
rurales. Otra problemática señalada alude al carácter informal de
muchas de las instituciones rurales –no tienen “presencia” jurídica–
lo cual bloquea, entre otras, alternativas de financiamiento y
transacciones potenciales. La baja capacidad de gestión es también
subrayada entre las debilidades institucionales.30
Los obstáculos y condicionantes asociados de las organizaciones
rurales tienen implicancias sobre los rumbos de cambio de la
institucionalidad pública esbozados en las edrp. Naturalmente,
resultan más significativos en el caso de las propuestas basadas en
mecanismos de governance territorial. y, por consiguiente, inciden
en las posibilidades de avanzar en la construcción de instancias
de articulación y consenso como la comisión/mesa, foro u otra
organización semejante. Es importante reconocer, sin embargo, que
estos instrumentos de la Estrategia Provincial pueden operar como
espacios organizativos de maduración y/o fortalecimiento de las
diferentes iniciativas que aglutinan productores y pobladores en torno
a temas productivos, ambientales, sociales u otros que hacen a las
sociedades rurales.
Más allá de la heterogeneidad de los esquemas organizacionales
descritos, una última cuestión que cabe colocar en este análisis es el de
la densidad institucional. Aunque es difícil establecer reglas generales,
no cabe duda que este requisito, propio de los enfoques de desarrollo
endógeno, es quizás más complejo en el caso del desarrollo rural.
En efecto, la “lejanía” o “dispersión” de las comunidades rurales
puede perturbar procesos de proximidad organizacional, afectando la
Los resultados de la encuesta a instituciones realizada en la provincia de Mendoza,
por ejemplo, revelan que las organizaciones de la sociedad civil denotan capacidad de
gestión deficitaria, con fuertes falencias financieras y en la dotación de recursos (humanos,
técnicos y de información).
30
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
233
configuración y resultado de las políticas públicas. Nótese, que buena
parte de las experiencias exitosas relatadas en la literatura incluyen
centros urbanos medios en tanto sedes de las organizaciones con
raíces e intereses en la región en su conjunto.
Reflexiones finales
Con la recuperación económica post-crisis (2001-2002) aparecen
nuevas señales en materia de desarrollo rural. Sin que pueda hablarse
de un salto sustancial en el accionar orientado a los sectores de la
pequeña producción y las áreas rurales empobrecidas, se perfilan
algunos cambios en el contexto de los Programas de Desarrollo Rural
(pdr). Entre ellos, la construcción de un proceso de formulación de
estrategias indicativa de dtr provincial de alcance parcial (no todas
las provincias) y encuadrado en un accionar intergubernamental
(nacional-provincial) tenuemente formalizado.
Desde una perspectiva conceptual, este proceso incorpora
la heterogeneidad y diversidad espacial como encuadre para la
movilización de los agentes presentes en el medio rural, incluyendo
las instituciones y organismos públicos próximos e implicados en la
realidad de estos espacios. De este modo, la falta de entendimiento
entre las diferentes instituciones (públicas y privadas) y niveles
(nación, provincia, municipio) con competencia en el territorio,
así como la desconexión entre las actuaciones, se visualizan como
problemáticas importantes. La orientación en torno al fortalecimiento
institucional contempla, entonces, la búsqueda de modalidades
organizativas y mecanismos de gestión que contribuyan a despejar
esta conflictividad.
En esta dirección, las políticas territoriales (rurales, urbanas,
asociaciones municipales, etc.) más recientes muestran una marcada
adscripción a la fórmula contractual (pactos y/o contratos), garantizada a través de leyes o resoluciones de carácter público. La idea de
fondo se puede resumir en la intención de favorecer intervenciones
que estimulen, con incentivos financieros y servicios, la cooperación
de los actores locales (públicos y privados), a modo de poner en
234
Paradigma Económico
funcionamiento proyectos integrados de desarrollo local sometidos
a procedimientos de verificación por parte de instancias superiores
del gobierno.
¿Cómo se construye esta narrativa desde las edrp examinadas en
este trabajo?
La arquitectura institucional propuesta condensa dos tipos de
fórmulas. Una, que apunta a resolver la operatividad del accionar
público orientado a los territorios y pobladores rurales. Otra, centrada
en un proceso de construcción de consensos, formalizando instancias
de articulación de actores provinciales vinculados a las problemáticas
rurales.
Un balance global sobre la viabilidad de ambos esquemas destaca,
sin embargo, serios condicionantes y desafíos: la baja capacidad
organizacional (pública y de la sociedad civil); una “ingeniería” social
que descansa en el accionar centralizado e individual de los técnicos
de los programas rurales; los escasos recursos públicos provinciales
destinados al desarrollo rural; deficiente calificación de los recursos
humanos a involucrar; debilidades propias de las organizaciones de
los pequeños productores (conformación legal, representatividad,
etc.) y, más en general, de los pobladores rurales. Ello se traduce en
alianzas débiles que más temprano que tarde inciden en la calidad y
sostenibilidad de los procesos de construcción colectiva.
Bibliografía
Becerra, V. et. al. (2007), Diagnóstico y estrategia de desarrollo rural de la
provincia de Córdoba, Buenos Aires, proinder.
Banco Interamericano de Desarrollo (2005), “Perfil Avanzado.
Política de Desarrollo Rural”, documento de circulación.
Disponible en: http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.
aspx?docnum=607298. [Accesado el 14 de diciembre de 2007].
Blanes, J. (2005), “Descentralización. Un área de posibilidades y de
conflictos. Lecciones del caso boliviano” en Blanes J. y Pabón
Balderas E. (Comp.), La descentralización en América Latina, logros y
desafíos. El papel de la cooperación europea, La Paz, cebem.
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
235
Brandăo C., E. Monteiro da Costa y M. da Silva Alves (2006), “Construir o espaço supralocal de articulaçăo socioproductiva e das
estratégias de desenvolvimento. Os no vos arranjos institucionais”,
en Campolina Diniz C. y M. Crocco (Org.) Economia regional e
urbana. Contribuçoes teóricas recentes, Belo Horizonte, Editora UFMG.
Campolina Diniz, C.; Santos, F. y M. Crocco (2006), “Conhecimento,
inovaçăo e desenvolvimento regional/local”, en Campolina Diniz
C. y Crocco, M. (Org.) Economia regional e urbana. Contribuçoes teóricas
recentes. Belo Horizonte, Editora UFMG.
Caravaca, I., González, G. y R. Silva (2005), “Innovación, redes,
recursos patrimoniales y desarrollo territorial” en Revista EURE,
vol. XXXI, núm. 94, pp 5-25.
Carballo, C. (2007), “Cincuenta años de agricultura familiar y
desarrollo rural en el INTA”, en Revista Interdisciplinaria de Estudios
Agrarios, núm. 26 y 27, pp.63-93.
Codutti, R. (2005), Diagnóstico agrario y rural de la provincia de Formosa,
Buenos Aires, proinder.
——— (2004), Estrategia de desarrollo rural de la provincia del Chaco,
Buenos Aires, proinder.
——— (2005), Estrategia de desarrollo rural de la provincia de Catamarca,
Buenos Aires, proinder.
Díaz-Albertini, Figueras J. (2006), “Capital social, organizaciones
de base y el Estado: recuperando los eslabones perdidos de la
sociabilidad” en Sonkel, M. et. al. (org.), Capital social y reducción de
la pobreza en América Latina y el Caribe, Santiago de Chile, cepal.
Durnston, J. (2002), El capital social campesino en la gestión del desarrollo
rural. Díadas, equipos, puentes y escaleras, Santiago de Chile, cepal.
Fiorani, F. (2006), Provincia de La Rioja. Estrategia de desarrollo rural
provincial identificada, Buenos Aires, proinder.
Galindo Soza, M. (2005), “El proceso de la descentralización en
Bolivia y la cooperación internacional” en Blanes J. y Pabón
Balderas E. (comp.), La descentralización en América Latina, logros y
desafios. El papel de la cooperación europea, La Paz, cebem.
Gallicchio, E. (2005), “El desarrollo económico local. Estrategia
económica y de construcción del capital social”, en Blanes J. y
Pabón Balderas E. (comp.) La descentralización en América Latina,
logros y desafìos. El papel de la cooperación europea, La Paz, cebem.
236
Paradigma Económico
Gatto, F. (2007), “Crecimiento económico y desigualdades territoriales:
algunos límites territoriales para lograr una mayor equidad” en
Kosacoff, B. (ed.), Crisis, recuperación y nuevos dilemas. La economía
argentina 2002-2007, Buenos Aires , cepal.
Gobierno de la Provincia de Mendoza (2003), “Plan de Desarrollo
Rural de la Provincia de Mendoza”, Mendoza. Disponible en http://
www.economia.mendoza.gov.ar/ informes/ plandesarrollorural.
(Accesado el 4 de enero de 2008).
Gorenstein, S., M. Napal y A. Barbero (2009), “Desafíos del
desarrollo rural en la Argentina: una lectura desde un territorio
de la pampa húmeda” en Revista Economía, Sociedad y Territorio, vol
IX, núm. 29, pp. 119-143.
Gorenstein, S., M. Napal y M. Olea (2007), “Territorios agrarios y
realidades rururbanas. Reflexiones sobre el desarrollo rural a
partir del caso pampeano bonaerense”en Revista EURE, vol
XXXIII, núm. 100, pp. 91-114.
Gorenstein, S., A. Barbero y M. Estrada (2006a), “Innovación,
instituciones y governance. Un estudio enfocado a sistemas agroalimentarios localizados en el sur pampeano”, ponencia presentada
en el IX Seminario de la Red Iberoamericana de Investigadores
en Globalización y Territorio, 16 al 19 de mayo, Universidad
Nacional del Sur.
Gorenstein, S. et al. (2006 b), Diagnóstico sobre la situación agraria y rural
de la Provincia de Buenos Aires, Documento de trabajo proinderDirección de Desarrollo Rural Ministerio de Asuntos Agrarios de
la provincia de Buenos Aires. Buenos Aires, proinder.
Graciano da Silva, J. (2002), “El desarrollo local en contextos de
gobalización” en Revista Internacional de Sociología, csic, Córdoba,
núm. 27, pp. 171-187.
Gutman, G.; M. Iturregui, M. y A. Filadoro (2004), Propuestas de
formulación de políticas para el desarrollo de tramas productivas regionales.
El caso de la lechería caprina en Argentina”, cepal, Serie Estudios y
Perspectivas, Buenos Aires.
Klein, J. (2005), “Iniciativa local y desarrollo: respuesta social a la
globalización neoliberal”en Revista EURE, vol. XXXI, núm. 94,
pp. 25-39.
Políticas de desarrollo rural... / Gorenstein-Napal-Olea
237
Klink, J. (2001), A Cidade-regiăo. Regionalismo e reestructuracăo no grande
ABC paulista. San Pablo, DP&A Editora.
Lattuada, M. et. al. (2006), “Limitantes al desarrollo territorial rural en
contextos de políticas sectoriales neutras o negativas” en Manzanal,
M; Neiman, G. y M. Lattuada (comps.) Desarrollo rural. Organizaciones,
instituciones y territorios, Buenos Aires, Ediciones ciccus.
Manzanal, M. (2006), “Regiones, territorios e instituciones de
desarrollo rural” en Manzanal, M; Neiman, G. y M. Lattuada
(comps.) Desarrollo rural. Organizaciones, instituciones y territorios,
Buenos Aires, Ediciones ciccus.
Manzanal, M. et al. (2006), ”Territorios e instituciones en el desarrollo
rural del norte argentino” en Manzanal, M; Neiman, G. y M.
Lattuada (comps.) Desarrollo rural. Organizaciones, instituciones y
territorios. Buenos Aires, Ediciones ciccus.
Manzanal, M. (2005), “Modelos de intervención de los proyectos
de desarrollo rural en Argentina a partir de 1995”. rimispsagpya. Disponible en www.rimisp.org/getdoc.php?docid=3480.
(Accesado el día 4 de diciembre de 2007).
Martinez, L. (2006), Plan quinquenal de desarrollo rural de Jujuy, Buenos
Aires, proinder.
Menedín, F. (2005), Programa de desarrollo rural de la provincia de Chubut,
Buenos Aires, proinder.
Moyano Estrada, E. (2006), “Capital social y desarrollo en zonas
rurales” en Manzanal, M; Neiman, G. y M. Lattuada (comps)
Desarrollo rural. Organizaciones, instituciones y territorios, Buenos Aires,
Ediciones ciccus.
Nussbaumer, B. (2005) Estudio de diagnóstico de la macroregión centro sur de
la provincia de Entre Ríos, Buenos Aires, proinder.
Pérez, C. (2001), “Cambio tecnológico y oportunidades de desarrollo
como blanco móvil” en Revista de la cepal, núm. 75, pp. 115-136.
Pabón Balderas, E. (2005), “Desafíos para la cooperación en los
procesos de descentralización en América Latina” en Blanes J. y
Pabón Balderas E. (comps.) La descentralización en Amèrica Latina,
logros y desafìos. El papel de la cooperación europea, La Paz, cebem.
RIMISP-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (2006):
“Propuesta para una estrategia de desarrollo rural de la Argentina”,
mimeo. Buenos Aires, sagpya.
238
Paradigma Económico
Silveira Bandeira, P. (2006), “Mesorregioes como escala para políticas
regionais: articulaçao de atores e gestao territorial” en Campolina
Diniz C. y Crocco, M. (Org.), Economia Regional e Urbana.
Contribuçoes teóricas recentes. Belo Horizonte, Editora ufmg.
Salama, P. (2006), “La apertura revisitada: crítica teórica y empírica al
libre comercio”en Cuadernos del cendes, año 22, núm. 60, tercera
época, pp. 1-24.
Salomón, J. (2004), Diagnóstico integral agrario y rural de la provincia de La
Rioja, Buenos Aires, proinder.
Soverna. S. (2007), El desarrollo rural en Argentina: Situación de las políticas
provinciales, Buenos Aires, proinder-sagpya.
Viscay, L. (2005), Provincia de Entre Ríos. Formulación participativa de la
estrategia de desarrollo rural”, Buenos Aires, proinder.
Wilkinson, J. (2003), “Oportunidades y desafíos para la pequeña
producción en el nuevo cuadro de dominación del sistema
agroalimentario en América Latina”, presentado al VII Congreso
Internacional ALACEA, Lima, 6 y 7 de noviembre, cpda/ufrrj.
World Bank: sección capital social. Disponible en http://www.
worldbank.org/poverty/wdrpoverty/scapital/home.htm
(Accesado el día 14 de diciembre de 2007).
Un modelo empírico de crecimiento económico
y de la nueva geografía económica urbana
en México considerando a la frontera norte
Alejandro Díaz-Bautista
Resumen
El presente estudio se centra en uno de los problemas fundamentales
de nuestra época: el crecimiento y desarrollo de las regiones
en México considerando las instituciones y la nueva geografía
económica urbana. El estudio se ocupa de revisar la literatura
teórica del crecimiento y desarrollo económico, y en particular por
algunos de los desarrollos teóricos y empíricos que han tenido lugar
recientemente en el campo del crecimiento y desarrollo regional
mexicano. De igual forma, el estudio aborda los fundamentos
teóricos y empíricos en el cual las instituciones y el saldo migratorio
juegan un papel importante en el proceso de integración regional en
México. Finalmente, se realiza un análisis empírico del crecimiento
y desarrollo regional de largo plazo para los estados de México,
considerando a la frontera norte, introduciendo variables de
corrupción dentro de las instituciones, junto con el capital humano
regional y la inversión extranjera directa.
Palabras clave: Crecimiento y desarrollo económico, geografía
económica, migración, integración regional, capital humano, inversión
extranjera directa.
Códigos JEL: J24, J61, O14, O47.
[9]
10
Paradigma Económico
Abstract
This study focus in one of the most relevant problems of our
times: The Growth and the Regional development of the Mexican
regions considering the institutions and the New Urban Economic
Geography. This study deals with the reviewing of the theoretical
literature of economic growth and development, particularly by
some of the theoretical and empirical developments that have taken
place recently in the Mexican regional growth and development.
At the same time, the study addresses the theoretical and empirical
foundations in which institutions and net migration plays an
important role in the regional integration process of Mexico.
Finally, we performed a long-term empirical analysis of the regional
growth and development for the states of Mexico, regarding the
northern border, introducing variables of corruption within the
institutions, along with the regional human capital and Foreign
Direct Investment.
Key words: Economic growth, Economic development,
Economic geography, Migration, Regional integration, Human
Capital, Foreign direct Investment
JEL-codes: J24, J61, O14, O47.
1. Introducción al crecimiento económico regional La mayor parte de los recientes estudios de investigadores mexicanos
coinciden en que el desarrollo y crecimiento económico regional
en México ha sido distorsionado y desigual a lo largo del siglo xx y
principios del xxi. El estudio del crecimiento económico regional
es relativamente nuevo dentro de la economía mexicana. Unas de
las preguntas claves dentro de la economia regional mexicana son
las siguientes. ¿Por qué algunas regiones en México amplían sus
economías y mejoran sus estándares de vida, mientras que otras han
caído?, ¿por qué unas regiones son ricas y otras pobres?, ¿por qué
unas crecen más que otras? ¿cuáles son los factores determinantes del
crecimiento diferenciado?
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
11
Alejandro Díaz-Bautista, Noé Arón Fuentes y Sarah Martínez
(2003) tratan de dar cuenta a estas preguntas, explicando mediante
las dos corrientes de pensamiento dominantes en el campo, las
teorías/modelos de convergencia y divergencia económica. Estos
investigadores presentan diversos estudios sobre estas teorías
aplicadas al caso mexicano y sus implicaciones respecto al desempeño
económico de las regiones de México. Se presentan los modelos
de convergencia condicional al impulsar procesos de aprendizaje
tecnológico, mejoramiento del capital humano e incremento de
la productividad de la formación doméstica de capital. De igual
forma, se comparan resultados de modelos para el caso mexicano
y a nivel internacional.
Por otra parte, algunos autores mexicanos piensan que el
crecimiento de las exportaciones, además de sustentar una mayor
expansión de la economía, se beneficia del mejor desempeño
económico. Lo anterior ocasiona un círculo virtuoso de crecimiento
al interactuar recíprocamente los diferentes sectores económicos. Esta
relación de simultaneidad dificulta el poder definir una causalidad
estricta entre el crecimiento de las exportaciones y el del resto de la
economía. Un enfoque teórico que sustenta las ideas anteriores es
aquel relacionado con el análisis kaldoriano del crecimiento económico.
Kaldor hace referencia a los efectos sobre el resto de la economía de
una expansión en el sector manufacturero. En este sentido, Ocegueda
Hernández (2003), analiza el estudio de los efectos de las exportaciones
sobre el crecimiento económico para el caso mexicano.
Considerando lo anterior, es importante investigar las bases
de la teoría del crecimiento económico regional; esta teoría se
basa en explicar, mediante un conjunto reducido de factores, los
procesos de diferenciación regional.2 Las escuelas de pensamiento
tradicionales como la clásica, neoclásica y keynesiana; conceden
especial importancia a la movilidad de factores (capital y trabajo)
y han sido la piedra angular mediante la cual se ha generado el
2
¿Porqué algunas regiones se vuelven ricas y otras pobres? Esta es una de las
preguntas fundamentales de la economía regional a nivel mundial.
12
Paradigma Económico
desarrollo teórico y el diseño de políticas regionales en las últimas
décadas en todo el mundo.
Los pensadores económicos clásicos Adam Smith y David
Ricardo reconocieron el papel de la tecnología y las instituciones
en el crecimiento, pero piensan que la agricultura, el crecimiento
de la fuerza laboral y la formación de capital eran los factores más
importantes en la función de producción.
El teorema de la convergencia de los factores de precio y el de
igualación precio factor ha sido una herramienta para los teóricos
regionales comerciales desde que Eli Heckscher y Bertil Ohlin
realizaron sus contribuciones seminales en 1919 y 1924. El paradigma
de Heckscher-Ohlin discute que los países exportan las materias
donde utilizan los factores intensivos y bien dotados en su región,
mientras que importan las materias intensivas en factores en donde
se encuentran mal dotados. Esta forma de producción y exportación
puede fomentar el desarrollo de un país.
El crecimiento de los factores primarios de producción como el
capital y el trabajo son un componente dominante en el aumento del
producto regional y es esencial en explicar modelos del mismo para
los economistas clásicos. La mayoría de éstos antes de la primera
mitad del siglo xx tratan a las instituciones como un factor exógeno
sin explicarlo.
La teoría general de J. Maynard Keynes, con toda su insistencia
respecto a la relación del crecimiento con el dinero, las finanzas y
las expectativas, sirve con eficacia para explicar los eventos antes
de 1936, sin embargo considera al mercado como ser creador del
crecimiento y de los ciclos, y no considera a las instituciones como un
factor importante en el desarrollo económico regional. La economía
keynesiana fue desarrollada por Roy F. Harrod y J. Hicks (quienes
estaban en Oxford), con la adopción subsecuente del programa de
investigación por los keynesianos de la Universidad de Cambridge
(Nicolás Kaldor, Joan Robinson, Richard Goodwin). Estas dos
instituciones conforman la escuela de pensamiento que se le conoce
como “Oxbridge”que dio lugar a la revolución keynesiana enfocada al
crecimiento económico. Hay tres partes importantes del programa de
investigación de Oxbridge: el desarrollo de las teorías del acelerador
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
13
en el multiplicador keynesiano del ciclo considerando al ahorro,
el desarrollo de ciclos endógenos vía mecanismos no lineales y,
paralelamente el desarrollo del crecimiento de tipo keynesiano. El lazo
del acelerador en el multiplicador fue introducido por Roy F. Harrod en
su teoría de ciclos, y después re-adaptado en la teoría del crecimiento.
Sin embargo, aunque estos modelos amplían las estructuras no lineales
de los modelos del multiplicador-acelerador, carecen de la referencia
de las instituciones como determinante del crecimiento.
La teoría de la causalidad acumulativa de Gunnar Myrdal surge de
la idea de que el crecimiento regional es un proceso desequilibrado, y
contempla un mayor desarrollo en una de las regiones que no impulsa
el de las regiones colindantes, sino su mayor empobrecimiento
relativo, atrayendo para sí inversiones y recursos más productivos.
Lo anterior explica la mayor polarización geográfica de la economía,
justificando una tendencia natural a la divergencia en ingreso por
habitante entre las regiones.
Para finales de los años cincuenta surgen las teorías neoclásicas
del crecimiento, para entenderlas es necesario comenzar con el
modelo simple de crecimiento. Considere la producción de una
empresa Y, en función de tres variables: el capital, K, el trabajo, L, y
el conocimiento o la eficacia del trabajo, A, así podemos observar la
siguiente función:
a
1-a Y = K (AtL)
0<a<1
[1]
Los exponentes a y (1-a) miden la contribución relativa de los dos
factores en las entradas de información, capitales y eficacia de
la función de producción. Sumando a la unidad los exponentes
es muestra del supuesto de retornos a escala constantes en la
producción.
La teoría neoclásica del crecimiento, en la tradición de Solow
(1956), está basada en los supuestos de mercados competitivos,
donde todos los factores de la producción serían recompensados
según su contribución marginal social a la producción. El modelo de
Solow (1956) exhibe retornos constantes a escala en la producción
y una productividad marginal decreciente en dos factores, los cuales
14
Paradigma Económico
incluyen el trabajo homogéneo y del capital físico. El aumento en la
relación capital-trabajo aumentan la cantidad de capital por trabajador,
la productividad y el ingreso per cápita. El índice de la inversión y
las tasas de crecimiento de la mano de obra, exógena al modelo, son
determinados por el ahorro y la tasa de crecimiento de la población
respectivamente. Aumentando el índice de la inversión más allá del
crecimiento de la población (y por lo tanto mayor mano de obra),
ocasiona que la relación capital-trabajo de transformación nos lleve a
un mayor nivel de crecimiento económico.
El modelo neoclásico del crecimiento predice que convergerán
las tasas de crecimiento de varias regiones en el largo plazo. En un
ambiente de mercado libre, cada país tendrá acceso a las tecnologías
similares y los factores altamente móviles en la producción serán
utilizados en las regiones capaces de generar más rentas. Las regiones
más pobres (dado su posición inicial) están en una mejor situación
para explotar los aumentos de capital puesto que tienen un nivel
relativamente bajo de capital-trabajo en la relación de transformación.
Mientras que las regiones con altos índices de crecimiento de la
población deben exhibir un desarrollo per cápita más lento del
producto regional. Las críticas principales a la teoría neoclásica son
a causa del especial hincapié en los conceptos de economías a escala
y externas, en la ausencia de cambio tecnológico, en los rendimientos
decrecientes del capital, y en las economías externas. Todos sus
críticos se apoyaron en una contrapropuesta basada en un enfoque
de demanda, tipo keynesiano. Estos críticos desarrollaron modelos
como el de crecimiento acumulativo (Hirshman, 1958), y de polos
de crecimiento y ciclos de desarrollo (Hansen, 1950). Estos modelos
suponen que en las regiones existen diferentes dotaciones de recursos
productivos y de otros factores económicos y extraeconómicos, y
sostienen que las relaciones inter-regionales son responsables de
disparidades económicas y tratan de explicar que éstas se agravan, en
vez de corregirse. En el cuadro 1 se muestran las principales teorías y
exponentes del crecimiento económico regional.
Smith, Ricardo, Marx,
Heckscher-Ohlin
Keynes y Postkeynesianos
(Kaldor, Robinsón, Piero Sraffa, L.
Pasinetti, P. Garegani, M. Kaleki),
y los Neokeynesianos.
Neoclásicas de crecimiento y movilidad
de factores ( Solow, Ramsey, Swan).
(Von Thünen, Castells, Krugman,
Fujita, Venables y Porter)
Nuevas teorías neoclásicas del
crecimiento o crecimiento endógeno
(Mankiw, Romer, Barro, Lucas).
KEYNESIANO
NEOCLÁSICO
NUEVA ECONOMÍA
GEOGRÁFICA
URBANA
ENDÓGENO
Teorias,modelosyprincipalesexponentes
CLÁSICO
Escuela
Externalidades en los sistemas de la
producción, instituciones, conocimiento y
el trabajo.
Producción flexible, sistemas complejos y
nuevo espacio industrial.
La reestructuración de los sistemas de la
producción y del trabajo
(Ciclos largos, multiplicador y acelerador
con dependencia del camino);
División del trabajo
Hipotesis
Supuestos
El crecimiento de largo plazo depende de la acumulación de capital
físico, de capital humano, de las instituciones y de conocimientos.
Explicadas endógenamente en función de expectativas de ganancias,
externalidades y rendimientos crecientes.
Competenciamonopolística,costosdetransporte,rivalidad,organización
socio-técnica,condicionesdelosfactores,migraciónlaboral,condiciones
de demanda y clusters y aglomeraciones Industriales.
El crecimiento en el largo plazo depende del progreso tecnológico,
rendimientos constantes y rendimiento decreciente del capital.
Tambiéndependedelatasadeincrementopoblacionalydepreciación
del capital.
El crecimiento depende de la tasa de ahorro. Concurrencia imperfecta
y rendimientos crecientes.
Lacorrientepostkeynesianadesarrolladainicialmentepordiscípulosy
seguidoresdeKeynesfueunareaccióncriticarespectoalaortodoxiade
la síntesis neoclásica
El crecimiento depende de la tasa de crecimiento de la población.
Cuadro 1
Resumen de los modelos de crecimiento y desarrollo economico regional
16
Paradigma Económico
Una de las áreas más interesantes de la economía regional contemporánea, que surge después de la teoría neoclásica, es la nueva
geografía económica. Esta literatura económica fue retomada por
Krugman (1995) y se refiere a la ubicación de la actividad económica
regional considerando un modelo de competencia monopolística
para explicar las disparidades regionales del crecimiento. Krugman
menciona que la aparición de la actividad económica no es al
azar, pero sí caótica. Krugman utiliza modelos basados en los
principios del caos, y de la dinámica no lineal. En su modelo de alta
tecnología incluye variables como los sistemas del transporte y de
comunicaciones y sus costos. La literatura de la geografía económica
se ha centrado en los costos de transporte, el conocimiento
tecnológico y su crecimiento, una vez ocurrida una aglomeración en
la actividad económica. De igual forma, Porter (1990) nos muestra las
ventajas de la ubicación de la actividad económica regional en clusters
industriales, siendo las aglomeraciones regionales las mayores fuentes
del crecimiento de las naciones.
La nueva geografía económica ofrece la promesa de combinar
las teorías económicas regionales con una fundación teórica más
rigurosa. Sin embargo, el papel de las instituciones queda fuera de los
modelos. Krugman, Fujita y Venables (1999) vuelven a los modelos
de la naturaleza tipo evolutivos para ver qué estrategias emplean los
agentes para transformar y fomentar el crecimiento regional. Este
tipo de modelos estudia la economía como sistema complejo de
desarrollo basado en supuestos de redes no lineales adaptantes que
las caracteriza en los procesos económicos, y analiza las estructuras
que emergen al aplicarse a la economía. El juego científico económico
se centra en modelar a los autómatas celulares para entender cómo
las reglas simples que gobiernan el comportamiento de células
individuales pueden afectar el comportamiento de sus vecinos más
cercanos produciendo nuevos modelos de aglomeraciones para la
economía regional.
Por otro lado, se presenta otra línea de investigación donde cada
vez más se observa la débil movilidad de los factores (capital y trabajo),
y la nueva noción de las instituciones en el proceso de transformación
social, dando paso a una nueva aproximación al desarrollo regional
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
17
que se denomina como el enfoque endógeno. Consecuentemente,
el modelo de crecimiento endógeno se centra en el análisis de los
factores institucionales regionales, mientras que los modelos de
crecimiento neoclásico y keynesiano atribuían un papel secundario a
los factores institucionales, considerando como relevantes únicamente
los costos laborales, y las economías a escala. Explícitamente se
endogeniza el papel de las instituciones y del cambio técnico en el
modelo. Recordemos que la teoría tradicional del crecimiento trató
este fenómeno como exógeno al modelo. Finalmente, al igual que
el modelo neoclásico, el de crecimiento endógeno resalta el lado
de la oferta de la economía regional. Por su interés en la evolución
cualitativa de los recursos locales, tanto humanos como empresariales
y de capital, y en la efectividad local de las instituciones a nivel
local, el modelo de crecimiento endógeno parece apuntar hacia una
intervención activa. En este aspecto es similar al keynesiano, que tenía
más confianza en el papel del gobierno y de la inversión autónoma
empresarial que en los mecanismos automáticos del mercado; aquél
atribuye más importancia a las instituciones locales que a las políticas
regionales implementandas desde el centro. Sus seguidores promueven
una autonomía administrativa más generosa de las regiones, al igual
que programas de desarrollo regional y estatal.
2. El crecimiento económico regional y la convergencia
La literatura reciente sobre crecimiento económico y convergencia acuña
dos términos que han acabado por popularizarse dentro del campo de
la economia regional mexicana. Estos dos términos son la convergencia
beta y sigma; cada uno de ellos corresponde con una definición de
convergencia real. Así, por ejemplo, considerando la variable del pib
real per cápita, para un conjunto dado de economías (países, regiones o
estados), y para un período determinado (normalmente un número de
años lo suficientemente largo como para poder hablar de crecimiento a
largo plazo), se dice que existe convergencia si se obtiene una relación
inversa entre el crecimiento medio anual del pib per cápita y el nivel de
pib per cápita del año inicial.
18
Paradigma Económico
De los estudios empíricos realizados en los últimos años sobre el
área de la convergencia se observa un hecho estilizado del crecimiento,
donde los grupos de economías considerados como homogéneos o
similares, en virtud de algún tipo de criterio económico/institucional,
presentan el fenómeno de convergencia real a largo plazo. Lo anterior
es una manifestación del llamado fenómeno de convergencia relativa
o condicional donde existe convergencia sólo entre conjuntos de
economías que comparten una serie de variables o entre aquellos que
pertenecen a un club de la convergencia.
En este caso se dispone de dos líneas teóricas bien definidas,
relacionadas con el modelo de crecimiento neoclásico de Solow
(1956) y con el de catch-up tecnológico de Abramovitz (1986),
que conducen a la misma predicción. Se puede observar cierta
convergencia, pero sólo entre grupos de economías con una serie
de rasgos en común (convergencia condicional). Si suponemos dos
países con características económico-institucionales similares y un
nivel tecnológico mundial dado, en el caso del modelo neoclásico, lo
que sucede es que el país más atrasado (que se caracteriza por tener
un menor stock de capital per cápita) crece más que el avanzado
porque, por la ley de los rendimientos decrecientes, la productividad
marginal de su stock de capital será mayor que la del país avanzado
(es decir, (K/L)P < (K/L)R, PMgKP > PMgKR); debido a que en el
país atrasado es mayor la rentabilidad del capital.
En el modelo de catch-up tecnológico, uno de los supuestos
explícitos es que las dos economías tienen niveles institucionales
y tecnológicos diferentes (funciones de producción distintos),
de suerte que la difusión internacional de la tecnología debido a
las instituciones, desde el país líder hacia el país seguidor es lo que
explica que se dé convergencia. En definitiva, en el primer caso
el fenómeno de la convergencia se explica a partir de la ley de los
rendimientos decrecientes aplicados al capital, en tanto que en el
segundo se produce por el efecto de la difusión internacional de
los conocimientos, tratándose en los dos casos de un fenómeno de
convergencia condicional.
La literatura teórica sobre la relación entre instituciones, política
económica y crecimiento a largo plazo ha despertado un notable
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
19
interés en los últimos años. Sin embargo, si algo destaca en este
tipo de estudios, es la gran dispersión de enfoques y líneas teóricas
existentes. North (1993) ha definido a las instituciones como
cualquier restricción socialmente impuesta sobre el comportamiento
humano. La definición, dentro de la economía regional mexicana,
de la naturaleza y efectos de las instituciones en el crecimiento y
convergencia regional es extremadamente importante. En México,
las restricciones socialmente impuestas y las instituciones limitan
la actividad económica, un desarrollo exitoso de políticas públicas
necesita de un mejor entendimiento de las dinámicas del cambio
económico considerando a las instituciones, si es que se desea
que dichas políticas tengan los resultados necesarios. Aun cuando
todavía existe un largo camino que recorrer para obtener dicho
modelo, la estructura que está desarrollándose en la nueva economía
institucional mexicana sugiere políticas de crecimiento radicalmente
diferentes de aquellas propuestas por economistas tradicionales de
desarrollo mexicanos.
En el enfoque de Olson (1996), se denominan instituciones
estables a aquellas que garantizan los derechos individuales a
la propiedad y el cumplimiento de los contratos a través de las
generaciones. Un ejemplo serían los países industrializados con
economías desarrolladas, las cuales pueden ser el prototipo de
régimen institucional que permite alcanzar un máximo desarrollo a
largo plazo.
Esta hipótesis ya ha sido sometida a contraste desde las primeras
regresiones de convergencia efectuadas por Barro y Sala-i-Martin
(1991). Por ejemplo, Barro (1991), para una muestra mundial de
países, utilizó como variables proxy de la inestabilidad políticoinstitucional del número de revoluciones y golpes de estado durante
el período analizado (1960-1985), y el número de asesinatos por cada
mil habitantes y año, obteniendo una relación negativa entre ellas y el
crecimiento per cápita para el periodo 1960-1985.
Mankiw, Romer y Weil (1992) en su estudio sobre la contribución
de la educación al crecimiento económico, mencionan que el modelo
neoclásico de Solow incluyendo al capital humano, provee una
guía satisfactoria del proceso de conocimiento en el crecimiento
20
Paradigma Económico
económico entre las naciones del mundo. Se reporta que 80% de las
variaciones internacionales del ingreso per cápita se puede explicar
por el modelo de Solow aumentado con la educación. Para México se
ha comprobado empíricamente la convergencia entre los estados de
nuestro país. La mayoría de los estudios existentes sobre el tema para
México ha encontrado evidencia de algún tipo de convergencia entre
las regiones del país, algunos trabajos sobre convergencia realizados
en los últimos años son los de Esquivel (1999), Díaz-Bautista (2000),
Messmacher (2000) y Díaz-Bautista (2003).
Los resultados empíricos para nuestro país muestran cierto
grado de convergencia. Para la relación entre la tasa de crecimiento
del pib per cápita y el nivel original del pib (Esquivel, 1999) muestra
evidencia de un proceso de convergencia de 1.6% entre 1940 y
1995. Mientras que Messmacher (2000) menciona que existe cierta
evidencia empírica a favor de un proceso de convergencia de 1970
a 1980, mismo que se acelera en el periodo 1980-1985. Sin embargo,
el proceso se revierte durante el periodo 1985-1993 y se vuelve
a observar una débil evidencia de convergencia durante los años
noventa. La regresión de convergencia, para el periodo 1970-1999,
proporciona escasa evidencia de que se hayan cerrado las disparidades
regionales de ingreso durante todo este período. Al controlar con las
diferencias interregionales en capital humano Díaz-Bautista (2000)
obtiene evidencia empírica que muestra un proceso de convergencia
entre los estados de México para el periodo 1970-1995. Mientras que
al controlar con las diferencias interregionales en el capital humano,
las instituciones, índices de desarrollo humano y el ser una región
fronteriza, Díaz-Bautista (2003) obtiene evidencia empírica que
muestra un proceso de divergencia entre los estados de México para
el periodo 1970-2001.
3. Evidencia empírica del modelo endógeno
con instituciones en México
Siguiendo la metodología endógena de Mankiw et al. (1992) y Barro y
Sala-i-Martin (1995), el modelo estándar de crecimiento se deriva de la
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
21
actividad de producción utilizando dos insumos (el capital y trabajo).
La producción3 en cualquier punto t está dada por:
Y ( t) = K (t ) a H (t) b ( A (t) L(t)) 1 - a - b [1a]
Las variables del lado derecho de la ecuación en el tiempo (de aquí
en adelante las variables con puntos serán representativas de esta
descripción)4 se detallan mediante:
k (t ) = S k (t)A( t) 1 - a - b k(t) a h(t ) b –(n(t) +d) k(t )
h(t) = S h (t) A( t) 1 - a - b k(t) a h (t ) b –( n( t)+d) k (t )
A (t) = I (t)W(t)
h I (t) = p 0 + S j p j h V j (t )
W (t) = g ( t)W(t )
L(t) = n(t )L(t)
[2]
Bajo el supuesto de retornos decrecientes en factores reproducibles,
el sistema de ecuaciones se resuelve para obtener los valores de estado
estable de k* y h* definidos por:
1-b
b
1
ln k* (t) = ln A(t) + ---------------- ln sk (t) + ---------------- ln sh (t) – ---------------- ln(g(t)+n(t)+d)
1-a-b
1-a-b
1-a-b
[3]
a
1-a
1
ln h* (t) = ln A(t) + ---------------- ln sk (t) + ---------------- ln sh (t) – ---------------- ln(g(t)+n(t)+d)
1-a-b
1-a-b
1-a-b
Donde Y, K, H y L son producción, capital físico, capital humano y trabajadores,
respectivamente, α es la elasticidad parcial de la producción con respecto al capital físico,
β es la elasticidad parcial de la producción con respecto al capital humano y A(t) es el nivel
de eficiencia económico y tecnológico. Se puede asumir que este nivel de eficiencia, A(t),
tiene dos componentes: la eficiencia económica I (t) la cual depende de las institucioness
y políticas económicas, y el nivel de progreso tecnológico Ω (t), como en (Cellini et al.,
1997). Así, I (t), puede ser escrito como una función logarítmica lineal de las variables
institucionales y de políticas económicas, mientras que Ω(t) se asume crece a una tasa g(t).
4
Como en la literatura tradicional de crecimiento k = K/L, h = H/L, y = Y/L,
que muestran la razón capital-trabajo, producción de capital humano y producción por
trabajador promedio, respectivamente; sk and sh son la tasa de inversión en capital físico y
humano espectivamente, u d es la tasa de depreciación. Suponemos retornos decrecientes
en factores reproducibles (α + β <1) .
3
22
Paradigma Económico
Sustituyendo estas dos ecuaciones en la función de producción y
tomando sus logaritmos obtenemos la expresión para el estado estable
de la producción en su forma intensiva.5 Aquí utilizamos el promedio
de años de escolaridad de la población económicamente activa como
proxy del capital humano. El estado estable de la producción en su
forma intensiva puede ser descrito de la siguiente manera:
h y *(t) = h W (t) + p O + S j p j h V j (t)
b
a
+ ------------- h sk (t) + ------------- h h* (t)
1-a
1-a
[4]
a
– ------------- 1n(g(t) + n(t) + d)
1-a
Sin embargo, el estado estable del stock de capital humano no es
observado. La expresión para h* como función del capital humano
real6 es:
- Y Δln(h(t) / A(t)
ln h * (t) = ln h(t) + 1--------------Y
[5]
La ecuación [4] podría ser una especificación válida en el análisis
empírico entre estados sólo si éstos estuviesen en sus estados estables
correspondientes o si las desviaciones del mismo son independientes
e idénticamente distribuidas. Si las tasas de crecimiento incluyen
dinámicas fuera del estado estable, entonces, estas dinámicas
transitivas deberán ser modeladas explícitamente. Una aproximación
lineal de estas dinámicas, similar a la de Mankiw et al. (1992), puede
ser expresada como:
5
Lo último puede ser expresado ya sea como función de sh (inversión en capital
humano) y las otras variables o como función de h* (el stock de capital humano del estado
estable) y las otras variables.
6
Sabemos que ψ es función de (α,β) y n+g+d.
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
23
a
b
Δh y(t) = -f(l)ln( y(t-1)+f(l) ------------ h sk (t) + f(l) ------------ h h(t)
1-a
1-a
1-Y b
a
+sj pj f(l)h Vj(t) + --------- --------- Δh h (t) - f(l) -------Y 1-a
1-a
(
[ 6]
)
f(l)
ln(g(t)+n(t)+d)+ 1- ----------- g(t) + f(l)(p0 + h W(0) + f(l)g(t)t
Y
donde l = (1 - a - b) (g (t) + n(t) + d ).
Incluyendo las dinámicas de corto plazo a la ecuación [6] nos da:
Δln y(t) = a o - f ln y(t-1)+a 1ln s k(t)+a 2ln h(t) - a 3n(t)
+ a 4t + sj aj+4 ln Vj + b 1 Δln s k (t) + b 2 Δln h(t)
[7]
+ b 3 Δln n(t) + sj bj+4 Δln Vj + e (t)
La ecuación [7] representa la forma funcional genérica estimada empíricamente en el presente estudio, incluyendo la variable institucional.7
Las estimaciones de los coeficientes del estado estable, así como
los parámetros de la función de producción, pueden ser obtenidos
mediante los coeficientes estimados en esta ecuación al compararlos
con la ecuación [6]. La ecuación [7] es importante debido a que se
puede analizar la relación entre el crecimiento económico y las
instituciones mediante una proxy de corrupción en las instituciones
y otras variables económicas siguiendo el estudio de Mauro (1995).
Se efectúa un análisis econométrico donde el cambio de crecimiento
Donde ∆ ln y (t ) es el cambio en el logaritmo del ingreso per cápita, ln y(t-1) es el
logaritmo de ingreso en el período t-1, sk (t) representa la tasa de inversion en capital, ln
h(t) es el logaritmo del capital humano promedio; n(t) es el crecimiento de la población, t
es un periodo de tiempo, Vj es la variable institucional, los cambios en variables se reflejan
en ∆ ln sk (t ), ∆ ln h(t ), ∆ ln n(t ), ∑ j ∆ ln V j y ε(t) es el término de error.
7
24
Paradigma Económico
económico se encuentra condicionado sobre la corrupción, controlando
con el nivel de capital humano, el índice de desarrollo humano y
el crecimiento de la población utilizando regresiones de mínimos
cuadrados generalizados y variables instrumentales.
Las variables empíricas que se utilizan en el estudio se construyen
de la siguiente manera: El crecimiento es el incremento porcentual
anual del pib per cápita ponderado sobre el período 1970-2001. La
producción inicial es el pib per cápita en 1970 y el período final del
estudio para el año 2001 que proviene de las estimaciones de inegi en
sus reportes y en la página electrónica del organismo. La información
sobre la producción y población se obtuvo de las estadísticas del
inegi, mientras que sobre índices de desarrollo humano provienen
del United Nations Development Programme, Human Development
Report y del Banco Mundial en sus estudios: World Development
Indicators del Banco Mundial, World Development Report 1997:
The State in a Changing World. Todos los datos están dados en pesos
internacionales corrientes. Para el capital humano se utiliza un proxy
utilizando la proporción de la población que cursa la educación básica
y secundaria, con estadísticas disponibles en la sep y el inegi en sus
páginas electrónicas.
La variable de corrupción viene del estudio de World Bank,
Helping Countries Combat Corruption y World Bank Anticorruption
in Transition, además del estudio de Transparencia mexicana,
indicadores de corrupción y buen gobierno. La variable de corrupción
se refiere a ésta dentro de instituciones y se calculó mediante un índice
de burocracia en los trámites realizados dentro de las instituciones a
nivel nacional, por entidad federativa. El índice utiliza una escala que
va de 0 a 100, donde entre menor sea éste, se tiene menor corrupción
durante la transacción del trámite realizado. En el índice se muestra
que la ciudad de México es la entidad con mayor corrupción y
Colima el estado con menor corrupción en términos institucionales
de trámites burocráticos. De igual manera, se construye una variable
dummy por región norte fronteriza.
25
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
La ecuación a estimar empíricamente será la siguiente:
ln y(t) = β0 + β1 PIB per capita inicial+ β2 capital
humano + β3 Índice de Desarrollo Humano + β4
variable institucional + β5 variable frontera + ε
[8]
Se realizan cuatro estimaciones donde se evalúan las regresiones
controlando con la variable de corrupción, la variable de corrupción
y la educación primaria, la variable de corrupción y la de educación
primaria y secundaria y finalmente la variable de corrupción, las
variables educativas y la variable del índice de desarrollo humano. Se
muestra que el crecimiento del ingreso per cápita está relacionado
al nivel de educación, al desarrollo humano y a las instituciones
presentes en los diversos estados del país. Se puede pensar que algunas
variables tienen un efecto de doble causalidad entre ellas, por lo que
el método econométrico es de mínimos cuadrados generalizados con
instrumentos para el periodo 1970-2001. En el cuadro 2 se muestran
resultados empíricos de regresiones tomando en cuenta la corrupción
dentro de las instituciones.
Cuadro 2
Regresión del ingreso per cápita entre las regiones de México, condicional
a las instituciones, una variable de región fronteriza y capital humano
mediante mínimos cuadrados generalizados con instrumentos
Variable dependiente
Constante
Log PIB 1970
Corrupción en instituciones
Tasa de crecimiento del producto per cápita 1970-2001
0.6029
(4.873)
-0.1609*
(-3.240)
-0.00706
(-1.385)
0.634
(4.235)
-0.149*
(-2.543)
-0.007064
(-1.364)
-1.00757
(-0.387)
1.011
(1.435)
-0.197
(-1.866)
-0.0081
(-1.453)
-1.356
(-0.501)
-1.463
(-0.547)
0.270
0.106
27.97
5.36
0.274
0.107
28.05
3.52
0.282
0.109
28.23
2.65
Capital humano a nivel primaria
Capital humano a nivel secundaria
Índice de desarrollo humano
Variable de frontera norte
R Cuadrada
S.E. de la regresión
Log Likelihood
F Statistic
*Significancia a un nivel de 5%.
(Estadísticos t en paréntesis).
1.04
(3.61)
0.018*
(5.06)
-0.011*
(2.89)
-5.281
(0.213)
-0.091
(-0.315)
-2.18*
(2.05)
-0.096*
(2.209)
0.482
0.07
41.75
6.8
26
Paradigma Económico
El resultado de la regresión por mínimos cuadrados generalizados
para la República mexicana efectivamente muestra una β con el signo
negativo esperado y estadísticamente significativo (al 95%). Para el
periodo 1970 a 2001, el parámetro de convergencia condicional es
significativo y negativo. Los resultados indican que las regiones de
México llegarán a un determinado ingreso de largo plazo al considerar
las variables de corrupción y de capital humano y que se tiene cierta
evidencia de divergencia al considerar la variable dummy fronteriza.
En este periodo, México tuvo tasas de crecimiento de ingreso per
cápita negativas y un menor porcentaje de la población que fue
a primaria y secundaria (de los 5 a los 14 años). Considerando el
modelo tradicional de convergencia absoluta afirmamos la existencia
de ésta que marca una relación inversa entre el nivel inicial y la tasa
de crecimiento del ingreso per cápita e indica por tanto que los
estados más pobres de la república tienden a alcanzar a los más ricos,
tomando en cuenta el capital humano de cada estado y observando
que los primeros están creciendo más que los segundos.
La tendencia en las diferencias en corrupción, muestra una
convergencia significativa, al considerar ciertos niveles de educación y
el Índice de Desarrollo Humano. Sin embargo, el resultado importante
es el de largo plazo donde se puede afirmar que en los años 19702001, se observa una tendencia de divergencia en el nivel de ingreso
per cápita promedio, condicional a la variable de corrupción, la cual
aún se ha reflejado en la tasa de convergencia del pib per cápita. La
corrupción tiene un efecto negativo con el crecimiento de este
ingreso en los estados de la República mexicana para el periodo 19702001; por cada 100 pesos que se incrementa el ingreso, por lo menos
uno de ellos es dedicado para actividades de corrupción dentro de la
tramitología burocrática mexicana.
4. Evidencia empírica para México del modelo
de la nueva geografía económica urbana
Las obras de Von Thünen (1826) y Alfred Weber (1909) son clásicas
dentro del estudio de la economía urbana regional. El alemán Von
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
27
Thünen es considerado por diversos autores como el padre de las
teorías de la economía de la localización, su obra puede ser definida
como un punto de ruptura con el pensamiento económico de su
tiempo, especialmente la escuela clásica inglesa. Una característica
de su obra, contrariamente a la mayoría de los economistas de su
época, es que sus análisis estaban basados en observaciones empíricas
espaciales de la influencia de las ciudades y su entorno, la localización
de los cultivos y el transporte, y cómo éstos influencian los precios de
la renta y de los salarios. En su trabajo se hace referencia a los factores
que afectan la ubicación de varios tipos de producción agrícolas para
abastecer a un determinado centro de consumo. El problema de la
localización se plantea entonces, a través de la determinación de
ciertas zonas óptimas que, de acuerdo con las diferentes distancias
y pesos de los productos, se distribuyen alrededor del mercado a
modo de círculos concéntricos. Por otro lado, a Weber le interesa el
problema de la localización de la industria, considera en su modelo
tres factores generales de localización: los regionales, de costos
de transporte y distancia, y el factor local general de la fuerza de
aglomeración. La interrelación da lugar al emplazamiento óptimo para
la actividad industrial.
Krugman (1997) utiliza el modelo de Dixit y Stiglitz (1977)
para tener una teoría más unificada de la localización y la estructura
espacial económica, a lo que se le describe como la nueva geografía
económica urbana. Fujita, Krugman y Venables (1999) desarrollan
los modelos teóricos de las aglomeraciones y resumen los elementos
principales de la nueva geografía económica urbana donde se
encuentran los modelos de las economías de la aglomeración y
la concentración espacial regional; basados éstos en la tradición
germánica, destacan el papel de la distancia debido a los costos de
transporte, por lo que para observar con mayor detalle la relación
empírica entre la inversión extranjera y el crecimiento económico
regional con la presencia de efectos de aglomeraciones, se plantea un
modelo empírico que relaciona el crecimiento económico D=ΔYjt
en la región j para el tiempo t, con la inversión extranjera n, con un
número de variables explicativas donde se incluye la distancia D y las
aglomeraciones urbanas A,
28
Paradigma Económico
ΔYjt = bo + b1Aj t + b2 Dj t + b3 n j t + b4 Xt
[9]
En la ecuación anterior, A y D son los efectos de aglomeración urbana
y de la distancia respectivamente. La distancia se mide por el número
de kilómetros por carretera de la capital del estado a la frontera con
los Estados Unidos al ser el principal socio comercial y por el número
de kilómetros de la capital del estado a la ciudad de México por ser
el principal mercado del país. Mientras que la aglomeración urbana
regional por estado se mide por la densidad de población en habitantes
por kilómetro cuadrado y por el porcentaje de la población urbana.
Los datos de distancia provienen de la publicación Las carreteras en
México. De igual manera X denota variables observables que pueden
afectar la inversión extranjera, la aglomeración urbana y el crecimiento
económico regional. Entre las variables podemos encontrar la
migración y las remesas. La migración (M) es una de las variables a
considerar en el análisis de las aglomeraciones urbanas; en México tiene
efectos de desplazamiento de personas desde las zonas rurales hacia
las urbanas, en respuesta a una combinación de complejos factores de
atracción y repulsión. México se está convirtiendo cada vez más en un
mundo urbano, a medida que los campesinos se desplazan hacia las
ciudades y aglomeraciones urbanas en busca de empleo, oportunidades
educacionales y niveles de vida más altos. La variable de migración que
se utiliza en el estudio es el saldo neto migratorio por estado en el año
2000 proporcionado por el inegi. La variable de remesas son obtenidas
de Banxico y conapo y se definen como familiares en millones de
dólares corrientes para 1995 y 2003 por entidad federativa.
Para mostrar el efecto de las aglomeraciones industriales, comerciales y de servicios se incorpora el número de establecimientos en
la industria de la transformación por estado para el sector industrial,
comercial y de servicios para diciembre de 2000.
De igual manera se incluye una variable de capital humano como
indicador de las características educativas de la población por entidad
federativa y el porcentaje de la población de 15 años en adelante con
estudios de primaria o más por estado. El crecimiento económico es
el incremento porcentual anual del pib per cápita ponderado sobre el
periodo 1994-2000. La producción inicial es el pib per cápita en 1994 y
29
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
el periodo final del estudio para 2000 que proviene de las estimaciones
de inegi en sus reportes y en la página electrónica del organismo.
Finalmente, la inversión extranjera directa (ied) se mide por la
inversión realizada por entidad federativa de registro en millones de
dólares de 1994 a 2000 proporcionada por la Dirección General de
Inversión Extranjera de la Secretaría de Economía.
El método econométrico de estimación propuesto es el de mínimos
cuadrados en dos etapas dado que las variables se determinan de manera
simultánea. A continuación se muestran los resultados empíricos.
Cuadro 3
Regresión del modelo de la nueva geografía económica urbana
considerando a la IED y las remesas por estados de México
Variable Dependiente: CRECIMIENTO DEL INGRESO PER CÁPITA
Método: MCDO con Variables Instrumentales
Coef.
Error Est
t-Stat
Prob.
C
Variable
44.12766
18.10161
2.437
0.024
AGLOMERACIÓN
-0.000634
0.008929
0.070
0.944
DISTANCIA DF
-0.000898
0.002276
0.394
0.697
DISTANCIA FRONTERA NORTE
-0.008203
0.003109
2.638*
0.016
IED
-0.000207
0.001421
0.145
0.885
POBLACIÓN URBANA
0.353880
0.208008
1.701
0.105
REMESAS 1995
-0.011723
0.029916
0.391
0.699
REMESAS 2003
0.002654
0.013615
0.194
0.847
CAPITAL HUMANO
-0.665219
0.438280
1.517
0.145
SALDO MIGRATORIO
1.970146
0.676797
2.910*
0.009
R-squared
0.6589
Adjusted R-squared
0.4436
S.D. dependent var
9.8308
S.E. of regresión
7.3329
Sum squared resid
1021.68
Prob(F-statistic)
0.01
Nota: * Estadísticamente significativo.
Los resultados del análisis econométrico de las aglomeraciones
urbanas y regionales desde una perspectiva económica enfocada a la
inversión extranjera y al crecimiento económico mediante técnicas
econométricas, muestra que la densidad de población y las remesas
no son significativas para explicar al crecimiento económico en el
periodo de estudio, sin embargo, se observa que el porcentaje de la
población urbana tiene cierto efecto en el crecimiento de las regiones
30
Paradigma Económico
aunque estadísticamente no es significativo. Esto demuestra cierta
evidencia a favor de los modelos de las aglomeraciones y de la nueva
geografía económica con concentración espacial regional.
El estudio de la inversión extranjera por regiones en México
basada en las teorías de la nueva geografía económica urbana y la
tradición germánica relacionada con el crecimiento económico de la
economía urbana regional, muestra que la distancia a la frontera de
México con los Estados Unidos es estadísticamente significativa.
Esto demuestra la importancia de los costos de transporte y
del comercio para explicar el crecimiento económico regional por
estados en México. El saldo migratorio regional también muestra la
importancia de la población migrante en el crecimiento económico
estatal mexicano. Se comprueba que en nuestro país la migración
tiene efectos de desplazamiento de personas desde las zonas rurales
hacia las urbanas, en respuesta a los factores de atracción y repulsión
en torno a las regiones y aglomeraciones urbanas con mayores
oportunidades de crecimiento económico.
Conclusiones finales
La introducción de nuevas teorías del desarrollo económico regional ha
consolidado nuestra capacidad de análisis de la economía de la región.
El presente estudio describe las principales escuelas de pensamiento
enfocadas el crecimiento económico regional. Los últimos veinte años
traen una profunda reestructuración de la economía regional y el papel
de individuos y gobiernos locales. Romer (1993) destaca el papel de
las instituciones en facilitar el uso de ideas mediante externalidades
positivas en la sociedad y discute que la economía regional se debe
enfocar en el papel de las ideas e innovaciones.
El estudio demuestra que el gobierno y la corrupción se ligan
muy de cerca en México y esto diferencia a las regiones del país en
términos de crecimiento. La corrupción se apodera del buen gobierno,
y el mal gobierno la produce mayormente; esto puede tener efectos
negativos en el crecimiento económico de México y la convergencia
entre las regiones.
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
31
La distancia de las capitales de los estados a nuestro principal
mercado de exportación es una variable de importancia para explicar
el crecimiento económico regional. Es evidente que el tlcan con
Canadá y los Estados Unidos, la política exportadora y los acuerdos
comerciales con otros países, no resuelven en el mediano y largo
plazo los retos estructurales económicos regionales, pero mantiene
en el corto plazo el ritmo de crecimiento de las regiones de México.
El modelo regional se enfrenta a una transformación de la geografía
urbana de centro y periferia en la medida que se tienen cambios
regionales en la periferización de las ciudades primarias y las regiones
de la frontera norte. El tlcan cambia la dinámica del crecimiento
regional urbano debido al efecto de las exportaciones. La migración
en las regiones de México y la cercanía con los centros de comercio
y de exportación van a determinar la nueva geografía económica.
El crecimiento regional mexicano debe estar basado en el enfoque
de la sustentabilidad social integrando las expectativas y demandas
del conjunto de la sociedad urbana regional, mediante un análisis de
interdisciplinaridad e intersectorialidad conforme a un enfoque de
crecimiento regional balanceado.
Los resultados econométricos no muestran una clara relación
entre el crecimiento económico regional en México y las remesas de
inmigrantes. A partir del análisis econométrico anterior podemos
concluir en la necesidad de profundizar en una investigación que
mida los impactos de las remesas de los inmigrantes y que plantee
políticas que potencien el impacto de esas remesas. Los temas a
investigar deben incluir impactos de las remesas sobre el desarrollo
local y comunitario, porque se puede pensar que éstas tengan un
efecto de financiamiento de las pymes y de pequeños proyectos de
infraestructura física. Se deben incluir los impactos sociales de las
remesas: éstas tienen relación con los efectos sobre los ingresos de
las familias a nivel urbano y rural, la pobreza, la educación y salud. De
igual manera, analizar los efectos multiplicadores de las remesas sobre
el ingreso y el empleo en los diversos sectores de las economías.
32
Paradigma Económico
Bibliografía
Abramovitz, M. (1986), “Catching-up, Forging Ahead, and Falling
Behind”, Journal of Economic History, vol. 46, nº 2, pp. 385-406.
Bardhan, P. (1997), “Corruption and Development: A Review of
Issues”, Journal of Economic Literature, Vol. XXXV (September):
pp. 1320-1346.
Barro, Robert J. (1989), “Economic Growth in a Cross Section of
Countries.” National Bureau of Economic Research Working
Paper #3120 (1989).
Barro, Robert J. (1990), “Government Spending in a Simple Model
of Endogenous Growth.” Journal of Political Economy, 98, pp.
S103-S125.
Barro, Robert J. y Sala-i-Martin, X. (1990), “Economic Growth and
Convergence Across the United States”, Working Paper 3419,
NBER, August.
Barro, Robert J. (1991), “Economic Growth in a Cross Section of
Countries,” Quarterly Journal of Economics, Vol. CVI (May), pp.
407-43.
Barro, Robert J. y Sala-i-Martin, X. (1991), “Convergence Across
States and Regions”, Brookings Papers on Economic Activity, 1,
pp. 107-182.
Barro, Robert J. y Xavier Sala-i-Martin (1992), “Convergence” Journal
of Political Economy, 100(2): pp. 223-251.
Barro, Robert J. y Lee, J. (1993), “International Comparisons of
Educational Attainment.” Journal of Monetary Economics, 32 : pp.
363-394.
Barro, Robert J. y Jong-Wha Lee, (1994), “Sources of Economic
Growth (with comments from Nancy Stokey)” CarnegieRochester Conference Series on Public Policy 40: 1-57.
Barro, Robert J. and Sala-i-Martin, Xavier (1995), Economic Growth,
New York, McGraw Hill.
Barro, Robert J. (1996), “Democracy and Growth.” Journal of Economic
Growth 1 pp. 1-27.
Barro, Robert J. (1997), “Determinants of Economic Growth:
A Cross-Country Empirical Study” Harvard Institute for
International Development Discussion Paper #579.
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
33
Bassols Batalla, Ángel (1992), México: Formación de regiones económicas,
unam, México.
Caselli F, Esquivel G. and Lefort F. (1996), “Reopening the
convergence debate: a new look at cross-country growth
empirics”, Journal of Economic Growth, 1, pp. 363-389.
Castells, Manuel (1995), La ciudad informacional. Tecnologías de la
información, estructuración económica y el proceso urbano-regional, Madrid:
Alianza Editorial.
Castells, Manuel y Peter Hall (1998), Tecnópolis del mundo. La formación
de los complejos industriales del siglo XXI, Alianza Editorial, Madrid.
Castillo, Ramón, Alejandro Díaz-Bautista y Edna Fragoso (2004),
“Sincronización entre las Economías de México y Estados
Unidos: El Caso del Sector Manufacturero”, en Revista Comercio
Exterior de Bancomext, vol. 54.
Cellini, R. (1997), “Growth Empirics: Evidence from a Panel of
Annual Data”, Applied Economic Letters, 4, pp. 347-351.
Conapo (2004), Estadísticas de la página web del organismo.
Data Bases, Foreign Broadcast Information Service (FBIS). United
States Government. IPU Parline Database. http://www.ipu.org/
parline . Data Base. http://www.ifes.org/eleccal .Political
De la Fuente, A. (1995), “Inversión, catch-up tecnológico y
convergencia real”, Papeles de Economía Española, núm. 63, pp.
18-34.
Delgadillo Macías, Javier y Alfonso Iracheta Cenecorta (coord.)
(2002), Actualidad de la investigación regional en el México Central, Plaza
y Valdés Editores, El Colegio Mexiquense, El Colegio de Tlaxcala,
unam, México.
De Long, Bradford and Lawrence H. Summers (1993), “How
Strongly do Developing Economies Benefit from Equipment
Investment?”, Journal of Monetary Economics 32(3): pp. 395-415.
De Long, J. Bradford (1988), “Productivity Growth, Convergence,
and Welfare: Comment,” American Economic Review, vol. 78, núm.
5, pp. 1138-54.
De Long, J. Bradford and Lawrence H. Summers (1991), “Equipment
Investment and Economic Growth,” Quarterly Journal of Economics,
vol. 106, núm. 425, pp. 445-502.
34
Paradigma Económico
Díaz-Bautista, Alejandro (1999), “ Convergence , Human Capital
and Growth”, Working artículo DTE 7/99, Departamento de
Estudios Económicos, El Colegio de la Frontera Norte, México.
——— (2000), “Convergence and Economic Growth in Mexico”,
Frontera Norte, ISSN-0187-7372, vol. 13, pp.85-110, juliodiciembre.
——— (2002), “The Role of Telecommunications Infrastructure
and Human Capital in Mexico’s Economic Growth, 77th Annual
Conference of the Western Economic Association, Seattle, WA.
July 1.
——— (2003), Los determinantes del crecimiento económico: Comercio
internacional, convergencia y las instituciones, El Colegio de la Frontera
Norte y Editorial Plaza y Valdez.
Díaz-Bautista, Alejandro, Noé Arón Fuentes, y Sarah Martínez
(Compiladores) (2003), Crecimiento con convergencia o divergencia en las
regiones de México: Asimetría centro periferia, El Colegio de la Frontera
Norte y Editorial Plaza y Valdez, México.
Díaz-Bautista, Alejandro (2006), “Un modelo de crecimiento
económico, instituciones, integración económica e inversión
extranjera directa de México con los Estados Unidos”, en
Convergencia, revista de Ciencias Sociales, núm. 41 / mayo-agosto,
pp. 117-139.
Dixit, A.K. y J.E. Stiglitz (1977), “ Monopolistic Competition
and Optimum Product Diversity”, American Economic Review,
67(3):297-308.
Dowrick, Steve y Duc-Tho Nyugen (1989), “OECD Comparative
Economic Growth 1950-85: Catch-Up and Convergence”,
American Economic Review, vol. 79, núm. 5 , pp. 1010-30.
Easterly, William (1993), “How Much Do Distortions Affect
Growth?” Journal of Monetary Economics, 32(2): pp. 187-212.
Esquivel, Gerardo (1999), “Convergencia Regional en México”, El
trimestre económico, vol. LXVI, octubre-diciembre, México.
Fujita, M., Krugman, P. y Venables, A. (1999), The Spatial economy,
cities, regions and international trade. The MIT press. pp. 1-23.
Guía Roji ( 2003), “ Las carreteras de México”, publicación de la Guía
Roji de México.
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
35
Hansen, Alvin H. (1950), “A Contribution to the Theory of the Trade
Cycle”, Oxford: Oxford University Press.
Harrison, Ann (1995), “Openness and Growth: A Time-Series, CrossCountry Analysis for Developing Countries”, NBER Working
Paper #5221.
Hirschman, A. D. (1958), The Strategy of Economic Development, New
Haven, Conn.: Yale University Press.
Human Development Index (2001), United Nations Human Development
Report 1996-2001, Oxford, Oxford University Press.
inegi, VIII, IX, X, XI Censo General de Población y Vivienda.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática,
México. 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y datos de la página
electrónica.
Krugman, P. (1991), Geography and Trade, Cambridge, Mass.: MIT
Press.
——— (1995), Development, Geography and Economic, Theory. M.I.T.
Press.
——— (1997), La organización espontánea de la economía: The Selforganizing economy. Antoni Bosch Edts.
Katz, Issac, M. (1999), La constitución y el desarrollo económico de México,
1a. edición, Cal y Arena.
Kauffman, Daniel (1997), “Corruption: the Facts.” Foreign Policy, 107,
pp. 114-131.
Keynes, John Maynard (1936), The General Theory of Employment,
Interest, and Money London: Harcourt Brace.
Keefer, Philip y Knack, Stephen (1997), Why Don’t Poor Countries Catch
Up? A Cross-National Test of an Institutional Explanation, Economic
Inquiry 35: 590-602.
Knack, Stephen y Philip Keefer (1995), “Institutions and Economic
Performance: Cross-country Tests Using Alternative Measures.”
Economics and Politics, 7 (3), pp. 207-227.
Krugman, Paul (1999). “The roll of Geography in Development”.
Annual Bank Conference on Development Economics, 1998.
The World Bank, Washington, D.C.
Lucas, Robert E. (1988), “On the Mechanics of Economic
Development.” Journal of Monetary Economics 22 : pp. 3-42.
36
Paradigma Económico
Mankiw, N. Gregory y David Romer, (1991), “New Keynesian
Economics”. Cambridge: MIT Press.
Mankiw, N. Gregory, David Romer y David N. Weil (1992), “A
Contribution to the Empirics of Economic Growth”, Quarterly
Journal of Economics 107,(2): pp. 407-437.
Mankiw N. Gregory (1995), “The growth of nations”, Brookings Papers
on Economic Activity, 1:1995, pp. 275-326.
Mauro, Paolo (1995), “Corruption and Growth” Quarterly Journal of
Economics 110, (3): pp. 681-713.
Mauro, Paolo (1997), “Why Worry About Corruption?”, Economic
Issues 6, Washington IMF.
Mauro, Paolo (1998), “The Effects of Corruption on Growth,
Investment, and Government Expenditure”, IMF Working Paper
96/98, IMF’s Policy Development and Review Department.
Messmacher, Miguel (2000), “ Desigualdad regional en México. El
efecto del TLCAN y otras reformas estructurales”. Documento
de Investigación No.2000-4, Dirección General de Investigación
Económica, Banco de México, diciembre, pp. 1-33.
Murphy, Kevin M., Andrei Shleifer y Robert W. Vishny (1991), “The
Allocation of Talent: Implication for Growth” Quarterly Journal of
Economics 106(2): pp. 503-530.
Myrdal, Gunnar (1957), Economic Theory and Underdeveloped Regions,
Londres: Duckworth.
Myrdal, Gunnar (1968), Asian Drama: an Inquiry into the Poverty of
Nations, New York: Twentieth Century Fund.
North, Douglass C. (1990, 1991), Institutions, Institutional Change, and
Economic Performance, Cambridge: MA: Cambridge University
Press.
——— (1993), Institutions and Productivity in History, Washington
University.
——— (1994), Institutional Change: A Framework of Analysis,
Washington University.
——— (1997), “Prologue.” In John N. Drobak and John V. C. Nye,
eds. The Frontiers of the New Institutional Economics, San Diego:
Academic Press.
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
37
Ocegueda Hernandez, Juan Manuel (2003). Análisis kaldoriano del
crecimiento económico de los estados de México, 1980-2000.
Comercio Exterior, volumen 53, núm. 11, México.
Olson M. (1996), “Big Bills Left on Sidewalk: Why Some Nations are
Rich, and Others Poor”, Journal of Economic Perspectives, vol. 10,
núm. 2, pp. 2-24.
Organization for Economic Cooperation and Development (1995),
Assessing Structural Change: Lessons for the Future, Paris: OECD.
Porter, Michael (1990), “ The Competitive Advantage of Nations”,
The Free Press.
Porter, Michael E. (2000). “Location, competition and economic
development: Local clusters in a Global Economy”. Economic
Development Quarterly, february.
Quah Danny T. (1993), “Empirical cross-section dynamics in
economic growth”, European Economic Review, 37, pp. 426-34.
——— (1996), “Convergence Empirics Across Economies with
(Some) Capital Mobility”, Journal of Economic Growth 1: pp. 95-124.
Rodrik, Dani (2000), “Institutions for High-Quality Growth: What
They are and How to Acquire Them”, NBER Working Paper No.
W7540.
Romer Paul M. (1990), “Human capital and growth: theory and
evidence”, Carnegie-Rochester Conference Series on Public
Policy, 32, pp. 251-86.
——— (1990), “Endogenous Technological Change”, Journal of
Political Economy 98, S71-S102.
——— (1993), Two Strategies to Economic Development: Using
Ideas and Producing Ideas, Proceedings of World Bank Annual
Conference on Development.
——— (1993), «Idea Gaps and Object Gaps in Economic Development»
Journal of Monetary Economics, 32(3): pp. 543-573.
——— (1994), “The Origins of Endogenous Growth”, Journal of
Economic Perspectives, 8(1), pp. 3-22, Winter.
Sachs, Jeffrey D. (1997), “Nature, Nurture, and Growth”, The
Economist, 14 June, pp. 19-21.
38
Paradigma Económico
Sachs, Jeffrey D., y Andrew M. Warner. (1997), “Sources of Slow
Growth in African Economies”, Journal of African Economies, 6 (3),
pp. 335-376.
Sachs, Jeffrey D. y Andrew Warner, (1995), “Economic Reform
and the Process of Global Integration (with comments and
discussion” Brooks Papers on Economic Activity 1 1-118.
Sala-i-Martin, Xavier (1994), Apuntes de crecimiento económico, Antoni
Bosch Editor, Barcelona.
——— (1996), “The classical approach to convergence analysis”,
Economic Journal, 106, pp. 1019-1036.
Sala-i-Martin, Xavier (1997), “I Just Ran Two Million Regressions”
AEA Papers and Proceedings 87: 178-183
Secretaría de Educación Pública, (2002), Estadisticas Educativas y
Website: http://www.sep.gob.mx.
Secretaria de Economía (2002), Estadísticas del organismo, Dirección
General de Inversión Extranjera.
Schleifer, A. and Vishny, R. (1993), “Corruption”, The Quarterly Journal
of Economics 108(3), pp. 599-617.
Smith, Adam (1776), An Inquiry into the Nature and Origins of the Wealth
of Nations, New York: Modern Library, 1937.
Solow, R.M. (1956), “A Contribution to the Theory of Economic
Growth”, Quarterly Journal of Economics, february, pp. 65-94.
Solow, R.M. (1957), “Technical Change and the Aggregate Production
Function”, Review of Economics and Statistics, 39, pp. 312-320.
Summers, R. y Heston A. (1991), “The Penn World Table (Mark 5):
An Expanded Set of International Comparisons, 1950-1988”,
Quarterly Journal of Economics, may 1991, pp. 328-368.
Summers, R. y Heston A. (1995), “Penn World Tables 5.6”, University
of Toronto, http//cansim.epas.utoronto.ca:5680/pwt/pwt/.html.
Tanzi, V. (1998), “Corruption Around the World: Causes, Consequences,
Scope, and Cures”, IMF Staff Papers. 45 (4), december, 1998: pp. 559-94.
Transparencia Internacional (2001), “Encuesta Nacional de Corrupción
y Buen Gobierno”.
Transparency International (2000), “Press Release: Transparency
International Releases the Year 2000 Corruption Perceptions
Index”, Berlin, September 13, 2000.
Un modelo empírico de crecimiento económico... / Alejandro Díaz Bautista
39
Transparency International (2001), “The Integrity Pact (TI-IP). The
Concept, the Model and the Present Applications. A Status
Report”.
unesco, Statistical Yearbook. Various Years. United Nations, Paris.
United Nations, International Financial Yearbook, 1979 and 1994. United
Nations, New York.
United Nations Development Programme, Human Development Report,
Various Years, New York: Oxford University Press.
Von Thünen, Johann Heinrich (1826), Der isolirte Staat in
Beziehung auf Landwirthschaft und Nationalökonomie, oder
Untersuchungen über den Einfluss, den die Getreidepreise,
der Reichtum des Bodens und die Abgaben auf den Ackerbau
ausüben, vol. 1, 1826 .
——— (1850), Der isolirte Staat,etc., vol II, Der naturgeässe
Arbeitslohn und dessen Verhältnis zum Zinsfuss und zur
Landrente, Part 1, 1850.
——— (1863), Der isolirte Staat, vol II. and III. 1863.
Weber, Alfred (1968), Theory of the location of industries. Chicago,
University of Chicago Press.
World Bank (1997), World Development Report 1997: The State in a
Changing World, Washington, D.C.: Oxford University Press for
the World Bank. Washington D.C.
World Bank (1997), Helping Countries Combat Corruption, The Role
of the World Bank, (PREM), Washington D.C.
——— (1999), “Anti-Corruption Strategy for Revenue Administration”,
PREM Note No. 33, October, Washington D.C.
——— (2000), “Anticorruption in Transition”. A Contribution to the
Policy Debate. Washington D.C.
Descargar