instituto latinoamericano de planificación económica y social

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T e x to s
del
INSTITUTO LATINOAMERICANO
DE
PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL
EL SUBDESARROLLO
LATINOAMERICANO
Y LA
TEORIA DEL DESARROLLO
por
OSVALDO SUNKEL
con la colaboración de
PEDRO PAZ
m
sig lo
ve in tiu n o
e d ito res
900028263
- BIBLIOTECA CEPAL
mexico
esparta
argentina
m
________________________
siglo veintiuno editores, sa
CERRO DEL AGUA 248. MEXICO 20. D.F,
siglo veintiuno de españa editores, sa
EMLD RUBÍN 7. MADRID 33 .ESRAÑA
siglo veintiuno argentina editores, sa
A/. PERO952.BS-AS.ARGENTINA
primera edición, 1 9 7 0
novena edición, 1 9 7 6
© siglo xxi editores, s. a.
derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho en méxico
printed and made in mexico
ÍN D IC E G E N E R A L
PRÓLOGO
1
INTRODUCCIÓN
3
PRIMERA PARTE: LOS CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
1. Introducción
15
2. Los antecedentes
17
a] £1 desarrollo como tópico de la posguerra, 17; b] Conceptos simila­
res, 22
3. Enfoques
actuales
29
a] £1 desarrollo como crecimiento, 29; b] El subdesarrollo como etapa, 32;
c] £1 desarrollo como u n proceso de cambio estructural global, 34
SEGUNDA PARTE: EL MARCO HISTÓRICO DEL PROCESO DE v
DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
1. Desarrollo y subdesarrollo
43
2. La revolución industrial en marcha:
1750-1850
46
3. Auge del centro: 1850 a 1913
50
4. Centro y periferia
59
5. Transformaciones estructurales en la periferia: 1850-1913
62
6. Crisis en el centro: 1913-1950
69
7. Transformaciones estructurales en la periferia: 1913-1950
73
TERCERA PARTE: LA TEO RÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
c a p ít u l o
i : e l pr o b l e m a
del
m étodo
y
la
t é o r ía
del
desarro llo
81
1. Objetivos
81
2. La posición metodológica implícita
81
3. Contraste con otras posiciones
86
4. La aplicabilidad de la economía convencional
90
INDICE g e n e r a l
VI
5. Características del método adoptado (histórico-estructural)
94
6. La teoría convencional y el análisis del desarrollo
97
CAPÍTULO II: EL PENSAMIENTO CLÁSICO
1. La escuela clásica
98
9 8
a] Características generales de la “visión” clásica, 98; b] Algunos aspectos
de la economía inglesa en el siglo xvin, 99; c] Contraste entre la econo­
mía clásica inglesa y la economía política del período inmediatamente
interior, 101; d] Confrontación entre la economía clásica inglesa y la es­
cuela fisiocrática, 104; e] El contenido ideológico de la economía clási­
ca, 107
2. El modelo de crecimiento de David Ricardo
ni
a] Primera presentación, 112; b] Segunda presentación, 120
c a p ít u l o
iii
:
el
p e n s a m ie n t o
m a r x is t a
1. El pensamiento de Marx
>39
>39
a] Campos que abarca el pensamiento marxista, 139; b] Método, 140;
c] La concepción materialista de la historia, 147; d] Visión, 156
2. Un modelo marxista del crecimiento económico
»59
a] Introducción, 159; b] Identificación y relaciones entre las variables,
161; c] Análisis del ciclo económico, 171; d] U n modelo marxista global
y su equivalente en la terminología moderna, 175; e] Versión formal de
un modelo marxista de crecimiento económico, 186; f] Apéndice. Las va­
riables del modelo y el esquema contable de insumo-producto, 196
c a p ít u l o
iv :
el
p e n s a m ie n t o
n e o c l á s ic o
1. El pensamiento de Alfred Marshall
201
201
a] Introducción, 201; b] La visión de Marshall, 201; c] Algunos elementos
de los cuales depende la visión de Marshall, 203; d] Contraste entre la
visión de Marshall y el desarrollo de su obra analítica, 205
2. El modelo de crecimiento de Meade
207
a] Introducción, 207; b] Los supuestos básicos del modelo, 208; c] La
ecuación fundam ental del crecimiento, 211; d] Posibilidades acerca de la
tasa de crecimiento, 214; e] ¿Qué camino seguir?, 218
c a p ít u l o
v
:
el
p e n s a m ie n t o
k e y n e s ia n o
1. El pensamiento de Keynes
a] Aspectos generales de la visión, 221; b] Rasgos generales de la econo-
221
221
INDICE GENERAL
VII
mia de la época, 225; c] Contenido de la Teoría general, 231; d] Con­
frontación entre la teoría keynesiana y el pensamiento económico de su
época, 239
2. Dos modelos poskeynesianos de crecimiento económico; Domar y
Harrod
245
a] Objetivos, 245; b] El modelo de crecimiento de Domar, 247; c] El mo­
delo de crecimiento de Harrod, 253; d] Comentarios finales, 267
CUARTA PARTE: U N ENSAYO DE INTERPRETACIÓ N DEL DES­
ARROLLO LATINOAMERICANO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I! EL PERÍODO MERCANTILISTA
271
(
15OO-1750)
1. Conquista e institucionalización (1570-1750)
275
275
a] Situación existente, 275; b] El impacto externo, 277
2. El apogeo del mercantilismo colonial (1570-1650)
279
aj Estructura interna, 279; b] El funcionamiento del modelo colonial, 282
3. Crisis y cambios estructurales e institucionales (1650-1750)
CAPÍTULO II: LA ÉPOCA DEL LIBERALISMO
(
1750- 1950)
1. El término del período colonial y la organización e instituciona^ lización de los estados nacionales (1750-1870)
289
297
297
a] Los cambios externos, 297; b] L a independencia como proceso, 298;
c] Cambios en la estructura interna, 299; d] La situación a mediados del
siglo xtx, 303
2. El auge del liberalismo
306
a] El impacto externo, 306; b] El funcionamiento del modelo de creci­
miento hacia afuera y sus limites, 310; c] Elementos condicionantes de
la capacidad de diversificación del crecimiento hacia afuera, 317; d] Al­
gunos casos de crecimiento hacia afuera, 321; e] Las economías del tipo
C: Perú y México, 339
3. La crisis del liberalismo (1914-1950)
a] El impacto externo, 344; b] La crisis m undial de 1929 y sus conse­
cuencias, 346; c] La reacción interna, 349; d] La mecánica del proceso
de sustitución de importaciones, 355; e] La industrialización por sustitu­
ción de importaciones y la diversificación de la estructura socioeconómi­
ca, 361; f] Los límites al proceso de industrialización por sustitución de
importaciones, 366
344
VIII
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE DE CUADROS
3
8*
d e g r á f ic a s
382
ÍNDICE DE AUTORES
383
ín d ic e
PRÓLOGO
Este lib ro es re su lta d o d e la e x p erien cia e investigación acu m u lad as en casi u n a
década, d u r a n te la cu al se d ic ta ro n cursos sob re el proceso d e d e sarro llo econó­
m ico d e A m érica L a tin a , ta n to en la sede de la c e p a l y d e l i l p e s en S antiago
de C hile, com o e n p rácticam en te todos los países d e la región, in clu id as m uchas
universidades. P a rtic ip a ro n e n dichos cursos — q u e se fu e ro n re n o v a n d o y en ­
riq u e cien d o en fo rm a co n stan te— fu n cio n ario s d e to d o el c o n tin e n te, d ire c ta
o in d ire cta m e n te relacio n ad o s con la p o lític a y p lan ificació n d el d esarro llo eco­
nóm ico y social, así com o estu d ian tes y p erso n al d o cente y d e investigación de
las universidades.
L a c o n tin u a discusión y el p e rm a n e n te co n ta c to con este g ru p o latin o a m e ­
ric an o ta n am p lio , a le rta y crítico, fu e ro n elem entos d e te rm in a n te s d e la o rie n ta ­
ció n y enfo q u e d ad o s al tra b a jo . Se a d v e rtía u n a disociación p ro fu n d a e n tre los
conceptos, in strú m en to s y análisis d e la te o ría d e l desarro llo elab o rad o s e n
los países centrales, y la re a lid a d q u e e n fre n ta b a n los p a rtic ip a n te s d e esos cursos
com o planificadores, investigadores, profesores o alu m n o s universitarios. D e
a h í la necesidad d e e x a m in a r las teorías estu d iad as con e sp íritu crítico y tam b ién
de ensayar, com o a lte rn a tiv a teórica, u n a in te rp re ta c ió n d e l su b d esarro llo la ti­
noam ericano. A dem ás, se tr a ta d e u n esfuerzo p o r e n riq u e c e r y precisar los a p o r­
tes teóricos d el p en sam ien to económ ico d e la reg ió n, q u e recib ió u n vigoroso
im p u lso d u ra n te las ú ltim a s décadas con las in te rp re tacio n e s d e la c e p a l y de
la llam a d a escuela e stru c tu ra lista la tin o a m e ric an a . Las características d e esta
o b ra se exp lican , en g ra n p a rte , p o r el hech o d e hab erse e la b o ra d o e n e l estim u­
la n te m ed io in te le c tu a l d e l i l p e s y la c e p a l . L as raíces p ro fu n d a s q u e tien e n
estas in stitu cio n es e n la re a lid a d socioeconóm ica d e A m érica L a tin a , se e n ri­
q u ecen co tid ia n a m e n te p o r sus funciones d e investigación, asesoría y capacitación.
E l diálogo y d e b a te c o n tin u o con n u estro s colegas y las a u to rid a d e s d e estas
in stitu cio n es h a n p e rm itid o tra d u c ir esa re a lid a d e n las orien tacio n es y co n te n i­
d o d e l libro .
A dem ás, p a ra a b a rc a r u n cam po ta n am p lio com o el q u e cu b re esta o b ra se
tu v o la fo rtu n a d e c o n ta r con e l in terés y la co lab oración d e num erosos espe­
cialistas. D e o tro m o d o h u b iese sid o a tre v im ie n to o im p ru d e n c ia in te n ta rla .
Es im posible d a r a q u í la lista co m p leta d e todos los especialistas q u e leyeron los
sucesivos b o rrad o res y b rin d a ro n con fra n q u e z a críticas, com entarios y sugeren­
cias. C o n to d o , d eb e destacarse la colab o ració n e x tre m a d am en te en tu sia sta y
valiosa d el p ro feso r Sergio B agú, q u ie n revisó con c u id a d o las p artes n y iv, corrig ió m uchos errores y su g irió m ejo ram ien to s sustanciales. L os profesores G us­
tav o B eyh au t, M arcos K ap lan , C la u d io Véliz y Sergio V illalobos a p o rta ro n
agudas observaciones con referen cia al análisis h istó rico. E n tre los econom istas
q u e tu v ie ro n la p aciencia d e le e r d e te n id a m e n te los textos se reconoce u n a d e u d a
especial p a ra con los profesores A ndrés B ian ch i, C arlos H u rta d o y P e d ro Sainz.
M
PRÓLOGO
s
Es d e ju stic ia reco n o cer q u e este lib ro se debe sobre to d o a l a p o rte d e u n
calificado g ru p o d e colaboradores. E n p rim e r lu g a r debem os m en c io n a r al p ro ­
fesor O ctav io R o d ríg u ez, q u ie n co n trib u y ó a su concepción in ic ia l y p a rtic ip ó
e n su elab o ració n ; si n o h u b ie ra d e b id o alejarse p re m a tu ra m e n te p a ra desem ­
p e ñ a r labores docen tes y d e investig ació n en la U n iv ersid a d d e M ontevideo,
sería u n o d e los coau to res d e l lib ro . P a tric io O re lla n a y R e n a to J u lio ay u d aro n
n o sólo con g ra n eficien cia e n la p re p a ra c ió n d e u n volum inoso m a te ria l esta­
dístico y b ib lio g ráfico (q u e n o p u d o in co rp o rarse a l lib ro , p e ro q u e está d ispo­
n ib le e n u n a serie d e d o cu m en to s m im eografiados),1 sin o adem ás a p o rta ro n con
gen ero sid ad in fo rm ació n e id eas a diversas p artes d e la obra. M aría T e re sa
M artín ez tu v o la p acien cia y eficacia necesarias p a ra re escrib ir b o rrad o res h a sta
lleg ar a la versión d e fin itiv a , m o stra n d o siem pre su ad m ira b le e sp íritu d e co­
laboración.
P o r ú ltim o , n u e s tra g ra titu d m ás p ro fu n d a a l p ro fesó r G reg o rio W ein b e rg
q u ie n colab o ró e n e l a ju ste y red acció n fin al d el texto, y c o n trib u y ó tam b ié n
con observaciones d e fo n d o d e la m ay o r im p o rtan cia.
A u n cu a n d o ésta h a sido en g ra n m ed id a, p o r lo q u e se lleva expresado, u n a
em presa colectiva, la resp o n sa b ilid a d fin a l p o r el lib ro es e n te ra y exclusiva­
m en te n u estra. P o r consiguiente, casi p arecería ocioso a d v e rtir q u e los p u n to s
de vista su stentados e n esta o b ra n o co n stituyen necesariam en te la o p in ió n
oficial d el In stitu to .
OSVALDO SUNKEL Y PEDRO PAZ
E l marco histórico d el proceso d e desarrollo y d e subdesarrollo. A nexo estadístico (38 pp.),
Santiago de Chile, mimeografiado, 1967.
B ibliografia sobre la evolución histórica ¿le Am érica la t in a (tomos 1, u y ni, con un total
de 3 18 pp.), u p e s , Santiago de Chile, mimeografiado, 1968.
Antecedentes cuantitativos referentes al desarrollo d e Am érica L atina (tomos I y □ , con un
total de 398 pp.), upes, Santiago de Chile, mimeografiado, 1968.
1
CLP e s ,
INTRODUCCIÓN
1
Este lib ro consta de c u a tro p artes: u n análisis d e los conceptos d e d esarro llo y
subdesarro llo ; u n a in te rp re ta c ió n d e l m arco externo d el d esarro llo y d e l subd esarro llo en A m érica L a tin a ; u n estu d io crítico d e la ev olución d e las p rin c i­
p ales co rrien tes d e l p en sam ien to económ ico, y u n a in te rp re ta c ió n d el proceso
de su b d esarro llo latin o a m e ric an o . C a d a u n o d e estos trab ajo s co n stitu y e u n a
u n id a d , es d ecir, p o d ría n p u b licarse p o r sep arad o ; sin em bargo, se p re firió reu n irlo s en este v o lu m en p o rq u e están asociados p o r sus tem as y el e n fo q u e u tili­
zado, y su ap reciació n c o n ju n ta re su lta p o r ello m ás conveniente.
Los vínculos q u e re la c io n a n los c u a tro ensayos son, p o r u n a p arte, el enfo­
q u e o m é to d o d e análisis em p le a d o e n todos ellos; p o r o tra, la sistem ática p re ­
ocupació n p o r la p e rtin e n c ia d e los conceptos e in stru m e n to a n a lític o d e la
te o ría d e l d esarro llo y d e las in te rp re ta cio n e s q u e existen sobre el su b desarrollo
la tin o a m e ric a n a A m bos d en o m in ad o res com unes re su lta n a su vez m e jo r ilu ­
m inados a través d e l p rism a d e los aspectos conceptuales, teóricos e históricos
(in tern o s y ex ternos) tra ta d o s en las c u a tro p a rte s d el lib ro .
E l p ro p ó sito ú ltim o d e estos ensayos de in te rp re ta ció n d e l d e sarro llo y del
su b d esarro llo es c o n trib u ir a la co m p ren sió n d e la e stru c tu ra y fu n c io n am ien to
d e n u estras sociedades y, sobre to d o , d e l proceso d e su tran sfo rm ació n estru ctu ral.
L a p a rte i d e l lib ro se h a d e stin a d o a in d a g a r el c o n te n id o d e las nociones
d e desarro llo y subd esarro llo , h a sta lleg ar a conceptos q u e p erm itiesen ta n to
ap re h e n d e r las características d e la e stru c tu ra y fu n c io n a m ie n to d e las econo­
m ías d e A m érica L a tin a y d e su proceso h istó rico d e tran sfo rm ació n , com o in te ­
g ra r org án icam en te las v inculaciones e n tre éstas y la econom ía in tern ac io n al.
Fue necesario p a ra ello p asar rev ista a los orígenes d e estos conceptos, a sus a n ­
tecedentes, a las nociones q u e c u m p lie ro n o c u m p len u n p a p e l sim ila r a l que
a h o ra desem p eñ an las d e d e sa rro llo y su b d esarro llo (riqueza, evolución, p ro ­
greso, crecim iento, in d u strializació n , etc.). Se h ace adem ás u n a clasificación de
los en foq u es actuales d e l concep to d e d e sa rro llo (el d esarro llo com o crecim ien­
to , com o estado, e ta p a o situ ació n , y com o cam bio estru c tu ra l global). Esta
clasificación re s u lta ú til p a ra o rd e n a r desde u n p u n to d e vista m etodológico,
la copiosa lite ra tu ra a c tu a l sobre el tem a. A l fin a l d e esta sección se se ñ ala n las
características fu n d a m e n ta le s q u e d istin g u e n el e n fo q u e h istó rico -estru ctu ral
em p lead o e n este tra b a jo .
L a p a rte n ex a m in a e l proceso d e la R e v o lu c ió n In d u s tria l y busca d e te r­
m in a r, sobre to d o , e n q u é fo rm a se e x te n d ió y p ro p a g ó p o sterio rm en te a las
regiones periféricas d e l m u n d o . C om ien za co n e l e x am en d e los p rin cip ales
an te ce d en te s d e la R ev o lu ció n In d u s tria l e n el p e río d o 1750-1850. E stu d ia en
seguida las características d e l p e río d o d e auge d e l c e n tro e n tre 1850 y 1915 y las
[3]
4
IN TRO DUCCIÓ N
repercusiones de éste en la periferia. Por últim o, muestra el significado para
las econom ías periféricas latinoam ericanas del cam bio de Inglaterra por Es­
tados U nidos com o centro económ ico principal, y del período de crisis que
sufre el sistema económ ico internacional entre 1913 y 1950 . Este análisis sirve
de antecedente al exam en crítico de la teoría d el desarrollo, por cuanto revela
la naturaleza del proceso histórico de desarrollo de aquellos países en que
surgió e l pensam iento económ ico m oderno y alcanzó su más alta y elaborada
expresión. Por otra parte, presenta las condiciones históricas externas en m e­
dio de las cuales se fu e reorganizando la econom ía latinoam ericana como
consecuencia de la expansión de la econom ía capitalista industrial durante
los siglos x ix y x x .
E n la parte n i se exam ina críticam ente la teoría del desarrollo. Se apunta
hacia las principales insuficiencias d e la teoría económ ica convencional para
explicar el subdesarrollo. Sin embargo, ello n o puede llevar a desechar el
pensam iento recibido; antes bien, exige estudiarlo profunda y críticamente,
para evaluar qué tien e de perm anente y válido, para desentrañar los aspectos
susceptibles de readaptación y perfeccionam iento, para señalar sus omisiones
y lim itaciones. Así, se com ienza por dilucidar algunos problemas relativos al
m étodo que utiliza la teoría económ ica convencional, a la luz de las exigencias
m etodológicas que plantea el estudio del desarrollo. En seguida se estudian
las cuatro principales fuentes d el pensam iento económico: clásico, marxista,
neoclásico y keynesiano. A l m ism o tiem po se trata de dar una expresión formal
al pensam iento de cada escuela, con el objeto de apreciar qué instrumentos y teo­
rías parciales son adecuados para formalizar y enriquecer analíticam ente la
concepción d el subdesarrollo latinoam ericano. Pero com o tales teorías e ins­
trumentos sólo pueden ser captados y com prendidos en su contexto histórico,
debe contrastarse su coherencia form al con la realidad que les dio origen y que
trataron de explicar y plasmar en su m om ento. Esta confrontación perm ite
evaluar la aplicabilidad de los instrum entos existentes a una realidad histó­
rica distinta.
En la parte rv y últim a se presenta un ensayo interpretativo de la evolución
histórica de América Latina, utilizando el concepto de desarrollo com o cambio
estructural global, los antecedentes históricos relativos al marco internacional
y los resultados d el exam en crítico de la teoría económica. Se busca desentra­
ñar la dinám ica de las estructuras y el funcionam iento de la econom ía latino­
americana, señalando tanto sus elem entos com unes com o la diversidad que el
proceso de subdesarrollo adquiere en cada país o grupo de países. La singula­
ridad d el subdesarrollo latinoam ericano deriva de dos grandes vertientes his­
tóricas: una, cuyos antecedentes deben rastrearse en el pasado colonial, el que
incluye las formaciones históricas, más o m enos m odificadas, que tienen su
origen en las sociedades precolombinas; la otra, el “gran im pacto” externo que
experim entó a partir de la segunda m itad del siglo x ix, al incorporarse por
entero al nuevo sistema económ ico internacional. Por esta razón, la inter­
pretación distingue dos grandes períodos: el m ercantilista ( 1500 - 175 0 ) y la
época del liberalism o ( 1750 - 1950 ). En e l primero se estudia la conquista e
institucionalización d el sistema colonial, su apogeo y la crisis y los cambios
estructurales e institucionales que experim enta en su decadencia. En el según-
IN TRO DUCCIÓ N
S
do se parte del fin del período colonial y de la organización e institucionalización de los estados nacionales; se prosigue con el estudio de la fase d e auge
del liberalism o, presentando los aspectos más generales d el m odelo de creci­
m iento hacia afuera, así com o los más particulares que emergen del exam en
de algunos países, y finalm ente se discute la época de crisis del liberalism o,
acentuándose especialm ente el análisis de la industrialización por sustitución
de im portaciones, la diversificación de la estructura socioeconóm ica que gene­
ra y los lím ites de dicho proceso de industrialización.
II
El proceso de subdesarrollo de las diversas sociedades latinoam ericanas presenta
rasgos com unes y a la vez diferencias estructurales susceptibles de ser identifi­
cadas y precisadas analíticam ente. Ambas características se pueden expresar
m ediante una tipología a través de la cual los rasgos com unes se m anifiestan
en la especialidad histórica de los procesos económ icos diferenciados que expe­
rimentaron los países latinoam ericanos. El tip o de análisis que se realiza se
apoya en la bien conocida interpretación de la c e p a l , que .tiene el m érito
de captar los aspectos más relevantes d el proceso de desarrollo económ ico de
los países latinoam ericanos, destacando sobre todo sus rasgos comunes. Por
ejem plo, el llam ado m odelo de crecim iento hacia afuera señala« los vínculos
existentes entre e l crecim iento económ ico y la expansión d el sector exportador
que se dio en casi todos los países de América Latina. N o obstante, para captar
lo específico de cada caso histórico particular resulta revelador exam inar las
condiciones preexistentes al auge del crecim iento hacia afuera, así com o las ca­
racterísticas concretas de la actividad exportadora. D e esta manera, se podrá
comprobar que los diversos tipos de su econom ía dependen de cada situación
preexistente y de sus formas de vinculación con el sistema económ ico interna­
cional en expansión.
El estudio de la situación preexistente requiere un análisis histórico de las
econom ías y sociedades que se configuran a partir de las sociedades precolom­
binas y de las repercusiones que sobre las mismas tuvo la expansión d el capi­
talismo comercial. Sobre la base de este trasfondo histórico, la vinculación de
las econom ías latinoam ericanas con el mercado m undial en e l siglo x ix se estu­
dia tom ando com o eje una categoría de análisis fundam ental: la capacidad de
diversificación del sector exportador. Estos dos elem entos perm iten precisar la
tipología de m anera que pueda detectar las características estructurales que se
configuran en las diversas econom ías de la región durante el período de expan­
sión hacia afuera, las que a su vez delim itan e l marco estructural que condi­
ciona su ulterior proceso de industrialización en la etapa d el llam ado proceso
de sustitución de im portaciones.
En síntesis, los esfuerzos para lograr una interpretación de la realidad lati­
noam ericana que llegue a u n mayor grado d e concreción, debería conducir
a la elaboración de una tipología que id en tifiq ue los trazos com unes e indique
al m ism o tiem po con cierta concreción y rigor sus evidentes particularidades
estructurales, las cuales condicionan evoluciones diferenciadas y, por consi­
guiente, políticas de desarrollo diferenciadas tam bién.
6
INTRODUCCIÓN
Una hipótesis de trabajo fundamental en la elaboración de la tipología y
en la explicación del proceso de cambio de las economías y sociedades de Amé­
rica Latina, consiste en concebir el subdesarrollo como parte del proceso his­
tórico global de desarrollo; tanto el subdesarrollo como el desarrollo son dos
aspectos de un mismo fenómeno, ambos procesos son históricamente simultá­
neos, están vinculados funcionalmente y, por lo tanto, interactúan y se condicio­
nan mutuamente, dando como resultado, por una parte, la división del mundo
entre países industriales, avanzados o “centros”, y países subdesarrollados, atra­
sados, o “periféricos”; y, por otra parte, la repetición de este proceso dentro
de los países subdesarrollados en áreas avanzadas y modernas, y áreas, grupos y
actividades atrasadas, primitivas y dependientes. El desarrollo y el subdesarrollo
pueden comprenderse, entonces, como estructuras parciales pero interdependientes, que componen un sistema único.
Esta concepción del desarrollo se -fue formando a la luz del análisis histó­
rico de la realidad latinoamericana y del examen crítico de los diferentes con­
ceptos de desarrollo usuales en la literatura económica y sociológica. De allí
que en la primera parte del texto se pase revista al origen de este concepto, a
sus antecedentes, a las nociones que cumplieron o cumplen un papel similar
al que ahora desempeñan las de desarrollo y subdesarrollo (riqueza, evolución,
progreso, industrialización, etc.) y, finalmente, se realice una clasificación de
los enfoques actuales del concepto de desarrollo (el desarrollo como crecimien­
to; como estado, etapa o situación, y como cambio estructural global). Esta
clasificación, aun cuando arbitraria, resulta útil para ordenar desde un punto
de vista metodológico, la copiosa literatura actual sobre el desarrollo. Al mis­
mo tiempo, señala las características que distinguen al enfoque postulado.
El enfoque estructural en que se apoya este concepto de subdesarrollo, su­
giere que el conjunto de elementos que en ciertas teorías se dan como causas
del subdesarrollo —el bajo nivel de los ingresos y ahorros, la inestabilidad, el
desempleo y el subempleo, y la especialización en las exportaciones primarias,
el atraso tecnológico, etc.— constituyen más bien los resultados del modo de
funcionar de un sistema subdesarrollado. Dada la forma en que las estructuras
económicas, sociales y políticas se vinculan dentro de un sistema, queda defi­
nida la manera de funcionar de éste mediante un proceso, el cual a su vez ori­
gina los resultados que el sistema genera. Se desprende de lo anterior que
esta manera de enfocar el subdesarrollo se apoya en las nociones de estructura,
sistema y proceso. En lo que respecta al análisis del subdesarrollo, estas cate­
gorías analíticas parecen ser más fructíferas que las de la teoría económica
convencional.
A estas alturas conviene adelantar una apreciación preliminar sobre cómo se
concibe el funcionamiento de un sistema subdesarrollado. En general, un
conjunto de estructuras vinculadas entre sí por ciertas leyes de funcionamiento
(estructura económica, social, política, cultural, etc.), configuran un sistema,
en este caso, subdesarrollado. A su vez, cada estructura es un conjunto de
elementos u objetos relacionados entre sí también por ciertas leyes (por ejem­
plo, la estructura económica será el resultado de la forma en que se articulan
los recursos naturales, el capital, la mano de obra, la tecnología, los mecanis­
mos de financiamiento, etc.). En consecuencia, el funcionamiento de un siste­
INTRODUCCIÓN
7
ma estará determinado por la manera como Se combinan las estructuras según
sus leyes de funcionamiento, o sea, según las formas de vinculación y de in­
teracción de las diferentes estructuras. Ese sistema se modifica por efecto de
influencias externas significativas que generan cambios en la estructura econó­
mica (por ejemplo, establecimiento de un sector especializado de exportación),
en la estructura social (formación de nuevos grupos sociales), en la estructura
política (nuevas formas de participación y de organización institucional, etc.).
Los cambios que surgen en las distintas estructuras van creando nuevas formas
de vinculación entre ellas y paulatinas modificaciones, lo que se traducirá en
una nueva manera de funcionar del sistema y, por consiguiente, en otros resul­
tados.
Así, estos resultados surgen como consecuencia de las influencias externas,
de las características de las estructuras internas y de las nuevas formas de
funcionar del sistema. Este conjunto de elementos estructurales de tipo interno
y la naturaleza de sus vinculaciones con el exterior, definen la estructura glo­
bal de un sistema subdesarrollado y, en consecuencia, constituyen el marco de
referencia dentro del cual se manifiesta el subdesarrollo y su proceso de trans­
formación estructural.
Aun cuando muy general, este análisis sugiere interesantes elementos para la
interpretación de la realidad latinoamericana, por cuanto permite a) identificar
los principales períodos en la evolución histórica de los países subdesarrollados, períodos en los cuales cambian los tipos de vinculación externa; b) seña­
lar cuáles son los elementos comunes o rasgos más generales de los diversos
países latinoamericanos teniendo en cuenta las repercusiones de sucesivos im­
pactos externos, y c) precisar las diferencias estructurales que se manifiestan
entre los distintos países del área y aun entre regiones de un mismo país.
Lo anterior se puede apreciar en el siguiente ejemplo. Durante la segunda
mitad del siglo xix y primeras décadas del actual, los países latinoamericanos
experimentaron un flujo importante de capital de la economía inglesa, una
significativa incorporación de mano de obra, la creación de sectores especiali­
zados de exportación, la incorporación de nuevas vías de comercio, cambios
importantes en su estructura social y política de tipo liberal, etc. Sin embargo,
estos elementos comunes adquirieron características específicas en los distintos
países. El sector especializado de exportación fue minero, ganadero, de agri­
cultura extensiva, de tipo de plantación, etc., según las características particu­
lares de las situaciones preexistentes en cada país; la mano de obra incorporada
a ese sector exportador fue indígena, esclava, inmigrante o proveniente de
otras zonas del país, dependiendo de la naturaleza de la actividad exportadora
y, sobre todo, de la disponibilidad y características de la mano de obra exis­
tente. Por otro lado, la tecnología, la organización de las empresas exporta­
doras, la productividad de la mano de obra, las formas de participación del
Estado, la distribución del excedente proveniente del sector exportador, etc.,
también tendieron a diferenciarse en función de las condiciones existentes al
momento de producirse el nuevo tipo de vinculación externa. Cada uno de
los elementos señalados indican que, aun cuando el proceso general presenta
rasgos comunes, se generan simultáneamente diferencias estructurales significa­
tivas entre los distintos sectores exportadores y los diferentes países de la región,
8
INTRODUCCIÓN
creándose p o r lo m ism o bases p reex isten tes diversas p a r a e l u lte rio r proceso
de su stitu ció n d e im p o rtacio n es.
D e esta m a n e ra al id en tificarse p erio d o s cu a lita tiv a m e n te d iferen tes e n la
evolución h istó ric a la tin o a m e ric a n a , señalarse los elem en to s com unes m ás ge­
n erales d e los países, e in d icarse co n c ie rta precisió n las d iferencias m ás im p o r­
ta n te s e n tre ellos, se o b tie n e u n a base p a ra la fo rm u lac ió n d e la tip o lo g ía a
q u e se hizo referencia.
E sta fo rm a d e e n c a ra r e l su b d esarro llo se basa, a p a rte d e los elem entos ya
señalados, en las categorías d e c e n tro y p e rife ria q u e ap arecen fo rm u lad o s e n
el Estudio económico de América Latina, 1949 d e la c e p a l . E l ensayo d e
in te rp re ta c ió n n o es p o r e llo u n a a lte rn a tiv a d e l análisis q u e hizo la c e p a l
del proceso d e su b d e sa rro llo d e la región. Es m ás b ie n u n in te n to d e d a r m ayor
especificidad a los procesos p a rtic u la re s de su b d esarro llo d e los d iferen tes p a í­
ses, in tro d u c ie n d o m a y o r c o n te n id o h istó ric o concreto.
III
L a necesidad d e fo rm u la r u n a tip o lo g ía d e l su b d esarro llo latin o a m e rican o y la
concepción d e l d e sa rro llo d e la cu al se p a rtió , d ie ro n lu g a r a u n esfuerzo de
in te rp re ta c ió n q u e sugiere alg u n as ideas o hipótesis d e tra b a jo q u e p o d ría n
ser significativas p a ra los estu d io s sob re la re a lid a d la tin o a m e ric an a a q u e
a c tu a lm e n te se e n c u e n tra n avocadas las ciencias sociales.
E l análisis d e l p e río d o m e rc a n tilista m u e stra q u e la clasificación d é las
sociedades p reco lo m b in as e n tre sociedades d e a g ric u ltu ra ex ced en taria, socie­
dades d e a g ric u ltu ra d e subsistencia y regiones d e a b u n d a n te s recursos n a tu ­
rales y escasa p o b la c ió n e n d e te rm in a d a s áreas vacías, co n stitu y en u n p rim e r
paso fru c tífe ro p a r a estab lecer la tip o lo g ía m en cio n ad a, ilu stra n d o a l m ism o
tie m p o la fo rm a com o se org an izó u lte rio rm e n te la sociedad colonial. Las
categorías d e c en tro y p e rife ria co lo n ial, y la clasificación in d ic ad a , ilu stra n
sobre varios aspectos d e las sociedades d e la época y, sobre todo, m u e stran p o r
q u é M éxico y P e rú fu e ro n d u ra n te la c o lo n ia los cen tro s económ icos, sociales
y ad m in istrativ o s d e l sistem a m ercan tilista. E ste análisis sugiere ig u a lm e n te el
carácter ca p ita lista m e rc a n til m ás q u e fe u d a l d e la colonización, lo q u e signi­
fica u n e lem en to a d ic io n a l e n la p o lém ica sobre este tem a q u e se desarro lla
ac tu a lm e n te e n A m érica L a tin a .
P o r su p a rte , e l ex am en d e la crisis d e l p erío d o m erc a n tilista in d ic a ría q u e
el proceso d e la in d e p e n d e n c ia se ex p lica m ás p o r la d ecadencia d e l sistem a
co lo n ial d u ra n te la m ay o r p a rte d el siglo x v m q u e p o r la in flu en cia, al n iv el
d e la conciencia social, d e la R ev o lu ció n francesa y d e la In d e p e n d e n c ia d e
Estados U n id o s, com o se señ ala con frecu encia e n la h isto rio g rafía trad ic io ­
n al. A l m ism o tiem p o , se ap re c ia q u e la crisis d e l sistem a m e rc an tilista n o
sólo es consecuencia d e la p é rd id a d e in flu e n c ia q u e sufre E sp añ a a m anos d e
In g la te rra , sin o ta m b ié n d e las m odificaciones estru ctu rales q u e se v a n gestan­
d o en la p ro p ia colonia. L a tip o lo g ía a p u n ta ta m b ié n h a cia las razones p o r
las cuales la in d e p e n d e n c ia p ro ced e m ás rá p id a m e n te e n unos países q u e en otros.
E n el análisis d e l m o d e lo d e crecim ien to h acia a fu e ra se u tiliza u n a cate­
g o ría a n a lític a q u e p e rm ite id e n tific a r las diferencias específicas e n tre los pro-
INTRODUCCIÓN
9
cesos d e los d iferen tes países, lo q u e fa c ilita u n a m ay o r especificidad e n el
estu d io d el u lte rio r proceso d e in d u strializació n . E sta categoría — la cap acid ad
de diversificación d e l sector e x p o rta d o r— p o sib ilita e x a m in a r con e l m ism o
m étodo y e n fo q u e casos d e d esarro llo h a c ia a fu e ra ta n d iferen tes com o los d e
A rg entin a, B rasil, C u b a , C h ile, M éxico y P e rú y p e rm ite a p re c ia r las d ife re n ­
tes repercusiones d e l sector e x p o rta d o r a l d iv ersificar sus estru ctu ras económ i­
cas, sociales y p o líticas. E l proceso d e cam bio e stru c tu ra l d u ra n te este perío d o ,
dep en d e fu n d a m e n ta lm e n te ' d e la c a p acid ad d e diversificación d e la actividad
ex p o rta d o ra y d e las m o d alid ad es d e reacció n d e la eco n o m ía n acio n al. L a
capacid ad d e diversificación d e p e n d e rá d e u n a serie d e elem entos, e n tre los
cuales se in d ic a n los siguientes: e l p e río d o d u ra n te el cu al el sector e x p o rta d o r
se e n c u e n tra e n ex p an sió n ; la tecn o lo g ía d e la ac tiv id ad e x p o rta d o ra , q u e d e­
te rm in a la fo rm a e n q u e se c o m b in a n los factores, la p ro d u c tiv id a d d e los
m ism os y e l v o lu m e n d e l excedente; las form as p a rtic u la res d e u tilizació n d e
los insum os y d e los servicios fin an ciero s com erciales, d e tra n sp o rte , d e energía,
de com unicaciones, etc.; las can tid ad es y e stru c tu ra s d e em pleo; la distribu-,
ción d e l ingreso y las características d e la d e m a n d a u lte rio r q u e ésta genera;
la localización y d im e n sió n espacial d e la ac tiv id ad e x p o rta d o ra (enclave pe­
tro le ro vs. g a n a d e ría extensiva, p o r ejem p lo ); y las form as de o rg a n iza r la
pro d u cc ió n y los sistem as d e p ro p ie d a d (n acio n al o e x tra n je ra ) d e la em presa
ex p o rta d o ra .
L a reacció n in te rn a , a su vez, d e p e n d e rá d e la situ a ció n p reex isten te, la
cual es p ro d u c to d e l proceso h istó ric o a n te rio r y d e la m a n e ra en q u e in flu y e
el E stad o a l tr a ta r d e o b te n e r u n a m ay o r p a rtic ip a c ió n e n el excedente gene­
ra d o e n el sector e x p o rta d o r. L a c ap acid ad d e l E stado p a ra c a p ta r p a rte del
exceden te y el d e stin o q u e le d a rá d e p e n d e rá n d e la e stru c tu ra sociopolítica
q u e el E stad o re p re se n ta , d e las ideologías y p o líticas q u e in sp ire n su acción,
d e la eficacia y n a tu ra le z a d e l a p a ra to estatal y d e las características d e la
buro cracia q u e lo a d m in istra y com pone.
Es ju sta m e n te la categ o ría a n a lític a d e la c ap acid ad d e diversificación de
la a ctiv id ad e x p o rta d o ra , lo q u e p e rm itió d a r u n segundo paso e n el in te n to
de establecer tipos d e econom ía q u e ilu s tre n e in d iq u e n m ás p recisam ente las
diferencias, e n alg u n o s casos m u y significativas, e n tre los países latin o am e ric a­
nos. D esde este p u n to d e vista, p u e d e consid erarse q u e p e rm ite e n riq u e c e r el
análisis m ás g en eral d e A m érica L a tin a e n su c o n ju n to q u e realizó la c e p a l
en el lla m a d o m o d elo d e crecim ien to h a c ia afuera.
L a fo rm a e n q u e se d ife re n c iaro n las d istin ta s econom ías latin o am erican as
a l in flu jo d e su a c tiv id a d e x p o rta d o ra co n stitu y e u n a p ro p ia d o p u n to d e p a r­
tid a p a ra e x a m in a r e l orig en , la p ro fu n d id a d y el d in a m ism o d el u lte rio r
proceso d e in d u strializació n . E n este ú ltim o p roceso, la n a tu ra le z a d e los estí­
m ulos ex te rn o s — p rim e ra g u e rra m u n d ia l, crisis d e l 30, segunda g u e rra m u n ­
d ial— se h a n an alizad o en las in te rp re ta cio n e s q u e ex isten sobre el proceso
de su stitu ció n d e im p o rtacio n es. Sin em bargo, n o se h a p ro fu n d iza d o suficien­
te m en te e n el e stu d io d e las condiciones in te rn a s q u e se g estaron en el p erío d o
an terio r, y q u e d e te rm in a n en b u e n a m e d id a las d iferencias e n c u a n to a la
in iciació n o co n tin u a c ió n , el din am ism o , el g rad o d e diversificación y los lím i­
tes d el proceso d e su stitu c ió n d e im portaciones.
10
INTRODUCCIÓN
Por último, el enfoque utilizado en la interpretación del desarrollo latino­
americano sugiere que los fenómenos de la dependencia y la marginalidad, a
los que tanta importancia se atribuye ahora, constituyen, el primero, una ca­
racterística inherente a las estructuras de un sistema subdesarrollado, y el se­
gundo, un resultado “normal” de la forma en que actualmente opera dicho
sistema.
Las consideraciones anteriores se han referido especialmente al análisis del
proceso histórico de subdesarrollo en América Latina. Conviene dedicar igual­
mente algún espacio a señalar la intención y naturaleza de la otra parte funda­
mental de este libro: el examen de la teoría del desarrollo.
Destaca en esta parte el contraste entre las posiciones metodológicas habi­
tuales en la teoría económica convencional y el método histórico estructural
aquí empleado. Ello revela que una aprehensión cabal del pensamiento eco­
nómico existente exige examinarlo críticamente y no sólo desde el punto de
vista de su rigor y coherencia interna. Dicha aproximación crítica se lleva
a cabo mediante la categoría analítica de “visión”, tomada de Schumpeter.
Esta categoría permite estudiar como un todo relativamente integrado las cua­
tro fuentes primarias del pensamiento económico: clásicos, marxistas, neoclá­
sicos y keynesianos. Al mismo tiempo, la “visión” también permite precisar
conceptualmente las características principales de cada uno de estos pensa­
mientos y sus diferencias en lo relativo a método, a la situación histórica de la
cual surgieron, al trasfondo cultural y filosófico en el que cada corriente
de pensamiento está inmerso y al instrumental analítico y formal que aportan.
La importancia de esta manera de estudiar la teoría económica reside en
que lleva a contrastar constantemente la propia teoría con la realidad histórica.
Es posible así entender en forma más apropiada la teoría y apreciar cómo percibe
la realidad. De esta manera se logra una vivencia de cómo la teoría crea co­
nocimiento respecto de una situación o proceso histórico. Esa vivencia deja
como resultado un método de investigación de la realidad, que es en definitiva
el principal instrumento para lograr una. interpretación del subdesarrollo.
IV
Parece oportuno finalmente señalar algunas de las principales insuficiencias de
este libro. La más importante consiste en que la investigación histórica sobre
el subdesarrollo latinoamericano alcanza hasta las primeras décadas de este
siglo en lo que se refiere al ensayo de una tipología diferenciada. El período
del modelo de crecimiento hacia afuera fue estudiado país por país y no sólo
en sus aspectos económicos, sino también — aunque con menos profundidad—
en los sociales y políticos. U n análisis similar para el período posterior im­
plicaba examinar las diferencias específicas de los procesos de industrialización
o de sustitución de importaciones en cada uno de los países del área, lo que
hubiera permitido continuar con la tipología. De esta manera, aun cuando la
última parte del libro es sólo un ensayo de carácter preliminar, sugiere algunas
ideas que pueden resultar novedosas, como las señaladas anteriormente, y
constituye una aplicación del método histórico-estructural a la interpretación
de la realidad latinoamericana. La falta de investigación más concreta para
INTRODUCCIÓN
ii
los periodos más recientes significa, entre otras cosas, lo siguiente: a) el proceso
de industrialización o de sustitución de importaciones está tratado en forma
muy general y no añade elementos teóricos-analíticos al tratamiento que sobre
este período ha realizado la c e p a l ; b) no se examinan, ni con el método pro­
puesto, n i con un estudio histórico concreto, los principales problemas actuales
del subdesarrollo latinoamericano; aun cuando estos últimos estuvieron pre­
sentes en todo el proceso de la elaboración del ensayo, no se trata explícita­
mente, y esto dificulta apreciar el valor explicativo que pudiera tener tanto el
método de interpretación como la tipología planteada, y c) el intento de esta­
blecer la tipología queda trunco, justamente en los momentos en que se torna
necesario avanzar con él para examinar si este últim o es capaz de dar respuestas
adecuadas a los problemas que plantea el subdesarrollo de América Latina.
Desde el punto de vista del método de investigación científica, llegar en el
análisis hasta el período actual es un paso necesario para poder reformular y
enriquecer la tipología que se plantea para los períodos anteriores a modo de
hipótesis de trabajo. El reexamen de dicha tipología a la luz de los principales
problemas actuales, los que a su vez debieran ser revelados con el enfoque
histórico-estructural, permitiría mediante un proceso de sucesivos mejoramien­
tos, lograr una tipología más precisa, conceptualmente más rica y de mayor
rigor analítico, y esto podría significar un enriquecimiento en la interpretación
del subdesarrollo de nuestros países. En síntesis, aun cuando la última parte
pueda parecer formalmente bien lograda, debe reconocerse su carácter de ensa­
yo preliminar e inconcluso.
Otra insuficiencia general del texto consiste en la ausencia de un análisis
expreso del pensamiento de la c e p a l , ya que este últim o constituye el con­
junto de ideas más sistemático y conocido sobre los problemas del desarrollo
latinoamericano. Dicho análisis sería necesario para sistematizar ciertos aspec­
tos conceptuales que aparecen un tanto dispersos y principalmente para pro­
fundizar y darle contenido específico a algunas de sus ideas más generales.
El libro presenta también una cierta falta de unidad, particularmente en
relación con la parte ni, sobre la teoría del desarrollo económico. De haberse
incluido un análisis crítico del pensamiento de la c e p a l , éste podría haber
servido para fortalecer el nexo entre esa parte y el ensayo de interpretación
histórica que se realiza en la parte rv. La falta de unidad se debe a que en el
ensayo histórico no se llegó a una formalización de los distintos tipos de eco­
nomía que se presentaron en los diferentes períodos. Es decir, si la tipología
hubiera estado acompañada de la construcción de modelos con variables macroeconómicas especificas para cada una de las partes que componen la tipologia, se hubiera podido apreciar mejor el nexo que debe existir entre los
instrumentos analíticos y la interpretación de la realidad.
En las últimas páginas de la parte iii se sostiene que la concepción o visión
latinoamericana del desarrollo de la región requiere ser instrumentada, for­
malizada y enriquecida utilizando, entre otras cosas, el instrumental teórico
existente; de allí que no sólo se estudian las escuelas de pensamiento, sino el
modelo de crecimiento que estaría implícito en cada una de ellas, dándoles
una expresión formal en los aspectos más vinculados con la teoría del desarro­
llo. Debe señalarse que, durante la investigación, se realizaron esfuerzos por
INTRODUCCIÓN
elaborar m odelos explicativos del subdesarrollo en los distintos períodos histó­
ricos, esfuerzos que resultaron estériles dado el carácter formal de este intento.
Parece ser que la manera de lograr una form alización adecuada d el subdesarro­
llo latinoam ericano consistiría en obtener, primero, una tipología que perm ita
precisar y especificar formas de funcionam iento particulares para cada tipo
de econom ía e inm ediatam ente después traducir esto en un m odelo formal para
cada tipo de econom ía o sistema socioeconóm ico concreto.
A pesar de las insuficiencias señaladas, particularm ente en avanzar con la
tipología hasta el presente y en la elaboración de los m odelos formales consi­
guientes, parece oportun o publicar los resultados ya logrados en el estado actual
de la investigación. Subsanar las insuficiencias indicadas requiere un ingente
esfuerzo y un largo período de investigación que cubra los diversos tipos de
economías y sociedades latinoam ericanas en las últim as décadas. Entre tanto,
la discusión y crítica de estas ideas por los estudiosos de nuestra realidad per­
m itirían quizá avanzar con m ayor rapidez y con mayor rigor en la interpreta­
ción de los procesos particulares de subdesarrollo de los diversos países de
América Latina.
P R IM E R A P A R T E
LOS CONCEPTOS DE D ESARRO LLO Y SUBDESARROLLO
1 . INTRODUCCIÓN
Desde hace ya casi dos décadas el problem a del desarrollo y del subdesarro­
llo económ ico constituye u n o de los más frecuentes e im portantes tópicos de
discusión en los principales foros internacionales. O tro tanto viene ocurriendo
desde hace algunos años en los m edios académicos, principalm ente en -lo s cam­
pos de la econom ía y de las ciencias sociales. La producción intelectual sobre
e l tema ha llegado a ser tan vasta que ya n o parece posible siquiera mantenerse
al día en la literatura correspondiente. Podría parecer ocioso entretenerse con
una discusión conceptual; sin embargo, los autores que han prestado atención
al tema convienen en que los conceptos em pleados son insatisfactorios.
E l lenguaje corriente utiliza diversos términos com o sinónim os para carac­
terizar un cierto tipo de naciones: países poco desarrollados, o en vías de des­
arrollo, países pobres, países no-industrializados, de producción primaria, países
atrasados y dependientes, etc. T érm inos imprecisos y vagos, si se quiere, desde
un p unto de vista estrictam ente académico, ya que tienen connotaciones dife­
rentes; pero transparentes en realidad, para el*buen entendedor, sobre el tipo
de país aludido.
El problem a fundam ental consiste en que el fenóm eno que se procura des­
cribir em pleando estos conceptos es extrem adam ente com plejo, tiene innum e­
rables facetas im portantes y se puede exam inar tam bién desde ángulos m uy di­
versos. En este trabajo se acepta por eso la hipótesis de que la problem ática
del subdesarrollo económ ico consiste precisamente en ese conjunto com plejo e
interrelacionado de fenóm enos que se traducen y expresan en desigualdades
flagrantes de riqueza y de pobreza, en estancam iento, en retraso respecto de
otros países, en potencialidades productivas desaprovechadas, en dependencia
económ ica, cultural, política y tecnológica.
Los conceptos utilizados para identificar u n país tienen necesariamente al­
guna de estas facetas com o principal elem ento de referencia. H ay quienes pre-'
fieren hablar de “países pobres”, y consideran por lo tanto las otras expresiones
com o meros eufemismos, porque tienen del subdesarrollo u n concepto donde
prevalecen los aspectos relativos a la distribución del ingreso, tanto entre países
ricos y pobres com o entre ricos y pobres dentro de cada país. Q uienes hablan
del “subdesarrollo” tienden a concebir e l fenóm eno com o una situación es­
tructural e institucional característica, com o una etapa en el proceso histórico
de desarrollo. Los que prefieren la expresión “países en vías d e desarrollo”
acentúan más bien las posibilidades de aprovecham iento d el potencial produc­
tivo de una sociedad. Poner el acento sobre la “dependencia” es preocuparse
esencialm ente por las características que adquieren las relaciones económicas,
tecnológicas y políticas entre los países desarrollados y subdesarrollados. Cuan­
do se prefiere, por últim o, la expresión “países no-industrializados” se acentúa
im plícitam ente la im portancia especial atribuida a la industrialización en el
proceso d e desarrollo.
[> 5l
i6
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
C a d a co n cep to d estaca así u n aspecto p a rtic u la r d e la p ro b le m á tic a d e l des­
a rro llo , y d e esa m a n e ra co n stitu y e d e h e c h o u n diag n ó stico d e las causas b á­
sicas y d e la p o lític a d e desarro llo , p u e sto q u e el co n cep to p reju zg a e n qué
sen tid o se d e b e a c tu a r p a ra alcan zar el desarro llo.
D estacar, p o r ejem p lo , la p o b reza e n tre todos los aspectos, conduce a u n a
p o lític a d e d esarro llo q u e p o n d rá u n a c e n to p a rtic u la r sobre la re d istrib u c ió n
in te rn a c io n a l e in te r n a d e l ingreso. E l subdesaxrolk>-xcm cebida-CQ m n-jertado
o situ ació n e stru c tu ra l e in stitu c io n a l, lleva a sostener q u e el su b ra y ad o d e la
políticá" d e désafroIIo d é b e p o n e rs e e n e l cam bio d e las estru c tu ras e in stituciones q u e se p resu m e d e te rm in a n ese estado o situ ació n . C u a n d o se destacan
com o características básicas las p o ten cialid ad es desaprovechadas d e los rec u r­
sos h u m a n o s y n a tu ra le s, el a cen to d e la p o lític a de d esarro llo se vuelca hacia
la ed u cació n y la fo rm ació n d e m a n o d e o b ra calificada, así com o a la aplica­
ción d e la tecnología m o d e rn a . C u a n d o e n cam bio se insiste sobre los p ro b le ­
m as d e la d e p en d en cia, la p o lític a te n d e rá a m o d ificar las form as trad icio n ales
d e v in cu lació n e n tre países y a l fo rta le c im ie n to d e l sistem a n acio n al.
L a p re fe re n cia p o r u n o u o tro con cep to in lp lica, pues, la existencia d e u n a
concepción p re d e te rm in a d a d e l fenóm eno, q u e se tra d u c e e n u n diagnóstico
d e la o las causas básicas d e l p ro b le m a y establece p referencias e n c u a n to a
las p rio rid a d e s d e la p o lític a d e desarro llo . E sa concepción ap rio rístic a es, en
cie rta m ed id a, el p ro d u c to d e la p osición ideológica y d e l m éto d o a n a lític o d e l
observador, así com o ta m b ié n d e l co n o cim ien to co n creto q u e p u e d a te n e r d e
dichos problem as.
N o carece d e sen tid o , p o r lo ta n to , realizar u n esfuerzo d e aclaració n siste­
m ática p a ra sab er q u é e n tie n d e n p o r d e sa rro llo -eco n ó m ico diferen tes escuelas
d p ppnsam ípnto, y señalar^eT jsén tid o q u e a d q u irirá el concep to en este lib ro;
ta l exam en es p a rtic u la rm e n te im p o rta n te p o rq u e su e m p leo es " m u y reciente
y fue m o d ifican d o sen sib lem en te s u sen tid o . Y esto n o sólo d u r a n te las ú ltim as
décadas, cu an d o su u so se h a g eneralizado, sin o desde m u c h o antes, e n la ter­
m inolo g ía económ ica q u e le sirv ió com o an teced en te. E n re a lid a d , u n concepto
com o el e x a m in a d o e n c ie rra to d a u n a g ra n d e fin ició n d e la p ro b lem átic a fu n ­
d a m e n ta l d e la época, d e cóm o h a sid o racio n alizad a y p la n te a d a en el te rre n o
d el p en sam ien to social, com o así ta m b ié n resp ecto d e l p e n sa m ie n to económ ico
y d e las p o líticas concretas.
P a ra a c la ra r el c o n te n id o p ro fu n d o q u e el concepto d e d e sarro llo tu v o al
p rin c ip io c u a n d o su uso se p o p u la riz ó en los años in m e d ia ta m e n te posteriores
a la seg u n d a g u e rra m u n d ia l, y e l q u e a d q u irió en la a ctu a lid ad , así com o
p a ra ilu s tra r la in te ra c c ió n h istó ric a e n tre la concepción d e u n fenóm eno, la
re a lid a d concreta y el p e n sa m ie n to d e la época, se tra ta rá d e in v estig ar p rim e ­
ram en te cu ál es la co n n o tació n , se n tid o y n a tu ra le z a q u e al concepto a h o ra se
atrib u y e, p a ra c o te ja rlo e n seg u id a con sus antecedentes históricos; p a ra ello
se p ro ced erá a u n análisis c o m p arativ o d e térm in o s q u e ex p resaro n ideas sim i­
lares y fu e ro n usados p o r c o m e n te s d e p en sam ien to b ie n definidas, e n d e te r­
m inado s períodos d e los siglos x ix y xx.
Se com ienza, p o r consig u ien te, con u n a referencia al su rg im ie n to d e l tem a
d e l d esarro llo com o u n tó p ico d e p re p o n d e ra n te a c tu a lid a d p o lític a e n la pos­
g u erra. Se c o n tin ú a lu e g o con u n ex am en d e sus anteced en tes a través d e las
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
»7
nociones d e riq u eza, evo lu ció n y progreso, p ro p ia s d e la g ra n ex p an sió n d e la
econom ía e u ro p e a d u r a n te los siglos x v m y x ix b a jo el signo d e l liberalism o.
Sigue u n a ap reciació n d e los conceptos d e in d u stria liza ció n y crecim iento, fru to
el p rim e ro d e los esfuerzos d elib erad o s d e ciertos países p a ra p a rtic ip a r en el
proceso d esen cad en ad o p o r la R ev o lu ció n In d u s tria l; y el segundo, d e las p o lí­
ticas destin ad as a so lu c io n a r los p ro b lem as d e l d esem pleo e n econom ías capi­
talistas m a d u ra s. M ás a d e la n te se d isc u te n , desde id én tico p u n to d e vista, las
co rrientes d e p en sam ien to o en fo q u es actu ales sobre el concepto d e d esa rrollo.
El ex am en d e cad a u n o d e esos conceptos se realiza desde el á n g u lo d e h T r é a h d a d h istó ric a co n creta q u e refleja, d e l p e n sa m ie n to económ ico de la época y
d el p en sam ien to social o filosófico co rresp o n d ien te.
E ste análisis c o n c e p tu a l tie n e g ra n im p o rta n c ia práctica; p erm ite a p reciar
el desaju ste q u e existe e n tr e u n a p ro b le m á tic a co ncreta y ac tu al, cad a vez m e­
jo r conocida, y los esquem as d e p e n sa m ie n to h eredados d e l pasado p a ra su
in te rp re ta c ió n y p a ra fu n d a m e n ta r la acción p o lítica, q u e cada vez aparecen
com o m ás insuficientes.
2. LOS ANTECEDENTES
a) El desarrollo"' como tópico de la posguerra
Al fin aliz a r la seg u n d a g u e rra m u n d ia l, en 1945, se co m p letab an tres décadas
catastróficas en la h is to ria m o d e rn a : la p rim e ra g u e rra m u n d ia l, e n tre 1914 y
1918; la d écad a d e 1920, caracterizad a p o r el desem pleo, la in fla ció n y desajus­
tes económ icos m u y graves e n la eco n o m ía in te rn a c io n a l, p rin c ip a lm e n te en
E u ro p a , y p o r el auge excep cio n al d e la econom ía n o rtea m e rica n a; la década
d e 1930, sig n ad a p o r la g ra n d ep resió n ; y la d e 1940, p o r la seg u n d a g u erra
m u n d ia l.
E sta ú ltim a g u e rra , si b ie n fu e el re su lta d o d e factores económ icos, políticos
e históricos m u y p ro fu n d o s, q u e n o co rresp o n d e a n aliz ar a q u í, fu e encarad^,
p o r p a rte d e las p o ten cias aliadas, e n n o m b re d e ciertos p rin cip io s con los
cuales se b u scab a d e ste rra r d e la faz d e l m u n d o los gran d es pro b lem as q u e éste
h a b ía viv id o d u ra n te las décadas a n terio res: la g u e rra, e l desem pleo, la m iseria,
la discrim in ació n ra c ia l, las desig u ald ad es políticas, económ icas y sociales. T a n ­
to e n la p rim e ra D eclaració n In te ra lia d a d e 1941, com o e n la C a rta d el A tlá n ­
tico, d el m ism o añ o , se expresa q u e las p o ten cias sig n atarias co n sid eran q u e
el ú n ic o fu n d a m e n to cierto d e la paz reside e n q u e todos los ho m b res libres del
m u n d o p u e d a n d is fru ta r d e se g u rid a d eco nóm ica y social, y, p o r lo ta n to , se
com p ro m eten a b u scar u n o rd e n m u n d ia l q u e p e rm ita a lcan zar esos objetivos
u n a vez fin alizad a la g u e rra . D ichos p ro p ó sito s fu e ro n reafirm ad o s en la D e­
claración d e las N aciones U n id as, firm a d a p o r re p resen ta n tes d e veintiséis n a ­
ciones e n 1942, y e n las conferencias d e las c u a tro gran d es p o ten cias realizadas
en 1943 e n M oscú y T e h e rá n , y e n 1944 e n D u m b a rto n O aks y Y alta. E n las
últim as dos conferencias aq u ello s pro p ó sito s se c o n cre ta ro n en los prim eros
bosquejos d e la fu tu r a org an izació n d e las N acio nes U n id as, establecida e n la
C onferen cia d e San F rancisco, e n a b ril d e 1945.
E n la C a rta d e las N aciones U n id a s, a d o p ta d a e n esa ocasión, los propósi­
i8
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
tos d e d esarro llo económ ico y social q u e d a ro n e x p líc ita m e n te reconocidos c u an ­
d o se ex p resa q u e los p u eb lo s d e las N acio n es U n id a s e sta b a n “decididos a
p ro m o v e r el prog reso y m e jo ra r sus niveles d e v id a d e n tro d e u n a lib e rta d
m ayor”, “a e m p le a r las in stitu cio n es in te rn a c io n a les p a ra la p ro m o ció n d e l
avance económ ico y social d e tod o s los p u eb lo s”, “a lo g ra r la co o p eració n in ­
te rn a c io n a l necesaria p a ra resolver los p ro b lem as in te rn a c io n a les d e o rd en
económ ico, social, c u ltu ra l o d e c a rá c ter h u m a n ita rio , y p a ra p ro m o v er y esti­
m u la r e l re sp e to a los d erechos h u m a n o s y las lib e rta d e s fu n d a m e n tales d e
todos, sin d istin c ió n d e raza, sexo, len g u a o re lig ió n ” .
P a ra llev ar a d e la n te estos p ro p ó sito s d e creación d e u n n u ev o o rd e n in te r­
n a cio n a l e n el á re a d e los p ro b lem as económ icos y sociales, se establecieron
d u ra n te esos años u n a serie d e organism os especiales e n d e te rm in a d a s áreas d e
la activ id a d económ ica y social.1
Estos y o tro s o rganism os in te rn a c io n a les d edicados a actividades m ás espe­
cíficas y técnicas, co n stitu y e n u n a m an ifestació n m u y co n creta d e los pro p ó sito s
y p o líticas q u e la m a y o ría d e los países d eseab an e m p re n d e r a m ed iad o s d e la
décad a d e 1940; p ro d u c to , a s u vez, d e transfo rm aciones p ro fu n d a s d e las re la ­
ciones in tern acio n ales, la a p a ric ió n d e n u ev as form as d e organización p o lític a
y eco nóm ica n a c io n a l, cam bios e n la e s tru c tu ra social y d e p o d e r e n las p o te n ­
cias d o m in a n te s y e n las ex colonias, etc.
D e los p rin c ip io s g enerales y d e los p ro p ó sitos concretos e n u n ciad o s p a ra
las d iferen tes o rganizaciones in te rn a c io n a les se d e sp re n d e n las tareas q u e , en lo
económ ico, se p re v e ía n p a ra la p o sg u erra: reco n stru cció n d e las áreas devas­
tad as p o r la c o n tie n d a , reo rg an izació n d e l com ercio y las finanzas in te rn a c io ­
n ales y ad o p ció n d e p o líticas d e p le n o e m p le o e n los países in d u stria le s. Estas
preocu p acio n es re fle ja b a n d ire c ta m e n te los p rin c ip a les pro b lem as q u e h a b ía
vivido e l m u n d o e n los añ o s a n te rio re s y to d as ellas ex p resa b an tareas d e en v er­
g a d u ra m u n d ia l.
D esde luego, e l c o n flic to b é lic o afectó n o sólo los p aíses in d u strializad o s
sino ta m b ié n las áreas n o -in d u strializad as d e E u ro p a , vastas regiones d e Á frica,
d el M ed io O rie n te y d e A sia. P o r o tra p a rte , la crisis d e la eco n o m ía in te rn a ­
cio n al, q u e se in ic ió a p a r tir d e la p rim e ra g u e rra m u n d ia l, se ag ravó d u ra n te
el la rg o p e río d o d ep resiv o p o r e l q u e atrav esó la eco n o m ía eu ro p e a d u ra n te la
décad a d e 1920 y se p ro p a g ó , co n graves repercusiones p a ra to d o el m u n d o , a
ra íz d e la g ra n d ep resió n . E sta crisis económ ica p ro d u jo u n a grave desocupa1 El Fondo Monetario Internacional (fmi), cea el objetivo de facilitar la expansión y cre­
cimiento equilibrado del comercio internacional, para contribuir a promover y mantener altos
niveles de empleo e ingreso real, al desarrollo de los recursos productivos de los países miem­
bros, y la estabilidad cambiaría; el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (birp),
para ayudar a la reconstrucción y desarrollo de los estados miembros, proporcionándoles recur­
sos de inversión para propósitos productivos a fin de estimular el crecimiento a largo plazo
del comercio internacional y de los niveles de vida; la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (sao), con el propósito de contribuir a la elevación
de los niveles de nutrición y de vida y a mejorar las condiciones de la población rural; la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesoo),
para que contribuya a la paz y la seguridad, promoviendo la colaboración entre las naciones
por medio de la educación, la ciencia y la cultura, para estimular el respeto universal por
la justicia, por la ley y por los derechos humanos y libertades fundamentales de todos; la
Organización Mundial de la Salud (oms), cuyo objetivo t* lograr que todos los pueblos
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
*9
ción y caída del ingreso en los países centrales y, en virtud de la contracción
del comercio mundial y de la interrupción de los flujos internacionales de ca­
pital, provocó efectos similares en los países proveedores de materias primas.
Las tareas planteadas en los primeros años de la posguerra fueron por
consiguiente, y en forma primordial, la reconstrucción y solución de los pro­
blemas inmediatos de abastecimiento de los países devastados por la guerra, así
como la revitalización del sistema económico internacional, basado sobre polí­
ticas de pleno empleo en los países industrializados.
No obstante las declaraciones de principios antes indicadas, las tareas fun­
damentales se concebían en la práctica como esfuerzos transitorios, los que
quedarían superados una vez que se llevase a cabo la reconstrucción de las
áreas afectadas por la guerra y fuese restablecida la normalidad en las condicio­
nes económicas y de comercio mundiales.
Las preocupaciones de los países integrantes de las Naciones Unidas y de
los organismos del sistema tuvieron que comenzar a responder, sin embargo,
desde muy temprano, a una serie de nuevas exigencias, de orden más perma­
nente; estas preocupaciones respondían indirectamente a los enunciados de
progreso económico y social, en cuyo nombre se hizo el esfuerzo bélico, y cons­
tituían la expresión de un nuevo, importante y creciente grupo de países, que
comenzaba a manifestar sus intereses en el foro mundial creado por las Nacio­
nes Unidas y sus organismos especializados.
De los cincuenta y un países que participaron en la creación de las Naciones
Unidas en la Conferencia de San Francisco, sólo unos diez o doce podían consi­
derarse países desarrollados e industrializados; de los restantes constituían una
proporción mayoritaria los latinoamericanos, que no habían sufrido en sus
territorios los efectos destructivos del conflicto bélico mundial. Sin embargo, su
situación económica quedó profundamente afectada por el fenómeno; de un
lado, las importaciones de bienes de capital y de materias primas estratégicas
tuvieron que limitarse seriamente debido a la reorientación de la actividad
industrial en los países centrales hacia la producción bélica; de otro, los pre­
cios de los productos de exportación de los países latinoamericanos fueron man­
tenidos a niveles bajos para facilitar el esfuerzo de la producción bélica y evitar
presiones inflacionarias en las potencias aliadas. Además, los países latinoame­
ricanos habían sufrido muy intensamente, hacía pocos años, los efectos de la
gran depresión.
A raíz de las dificultades ocasionadas a estos países por las limitaciones en
los abastecimientos externos durante ambas guerras mundiales, como consecuen­
cia de las políticas de control de cambios y de proteccionismo industrial provo­
cadas por la gran crisis, y debido también a influencias ideológicas, muchos
obtengan el nivel más alto posible de salud, entendiendo la salud como un estado de com­
pleto bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de la enfermedad
y la debilidad; la Oficina Internacional del Trabajo (orr), creada ya en 1919, y asociada
a las Naciones Unidas en 1946, y cuyos principios confirman que todos las safes humanos,
independientemente de su raza, creencia o sexo, tienen el derecho de buscar su bienestar
material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, de seguridad eco­
nómica y de igualdad de oportunidades (Naciones Unidas, Lar NseisMi Unidas al alcance
de todos; la estructura, funciones y obra de ¡a Organización y los organismos especializados
desde 1945 hasta iy¡8 , segunda edición, Nueva Yode, 1960).
so
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
países d e la reg ió n se e n c o n tra b a n , a m ediados d e la d écad a d e 1940, en los
com ienzos d e vigorosos p ro g ram as d e in d u strializa ció n e inversión e n infraes­
tru c tu ra , d ific u lta d o s severam en te p o r las lim itaciones im puestas a la im p o r­
tació n d e m aterias p rim as y bienes d e c a p ita l.2
L as políticas d e in d u stria liz a c ió n e inversiones básicas, así com o las m edidas
d e re d istrib u c ió n d e l ingreso m e d ia n te la creación d e in stitu cio n es d e seg u rid ad
social, fu e ro n in flu id a s ta n to p o r las experiencias d el New deal, e n Estados
U nidos, com o p o r los regím enes existentes en A le m an ia e Ita lia q u e, a través
d e u n a p o lític a d e lib e ra d a d e gastos público s y d e p revisión social, tu v ie ro n
considerable é x ito e n la e lim in a c ió n d e l desem pleo; o tra in flu e n c ia im p o rta n te
fu e la e x p erien cia socialista d e in d u strializació n p la n ific a d a de la econom ía so­
viética. F in alm en te, E stados U n id o s, p re o c u p a d o p o r los pro b lem as d e abas­
tec im ie n to de p ro d u c to s estratégicos p ro v en ien tes d e l á rea la tin o am erican a ,
pro m o v ió tam b ién , c o n ju n ta m e n te con- los países d e A m érica L a tin a , la in ­
tensificación d e la p ro d u c c ió n ag ríco la e incluso la d e ciertas in d u stria s b á­
sicas p a ra q u e estas econom ías p u d ie ra n c o n tin u a r fu n c io n a n d o n o rm a lm e n te.
L a p o lític a económ ica e n m uchos países d e A m érica L a tin a re sp o n d ía al
convencim iento q u e los p rin c ip io s d e elevación e ig u alació n d e los niveles de
vida proclam ad o s p o r las N acio n es U n id a s n o p o d ría n alcanzarse, en vastas
regiones d e l m u n d o , sim p lem en te a través d e la reco n stru cció n económ ica de los
países afectados p o r la g u e rra , la p ro m o ció n d e políticas d e p le n o em pleo en
los países d esarro llad o s y la re e stru c tu rac ió n d e u n a econom ía in te rn a c io n a l
“n o rm a l”, d e l tip o d e la q u e ex istió an tes d e la p rim e ra g u e rra m u n d ia l. Su
exp erien cia les señ alab a, p o r el c o n tra rio , q u e se re q u e ría u n esfuerzo d elib erad o
de in d u stria liz a c ió n y d e re d istrib u c ió n d e l ingreso.3
L a in flu e n c ia d e la p resió n ejercid a p o r los países latin o a m erican o s e n e l sen­
tid o q u e u n a d e las tareas p erm an en tes y fu n d a m en ta les d e las N aciones U n id a s
d eb ía ser el d esarro llo económ ico de las zonas atrasadas d e l m u n d o , se traspare n ta , a u n q u e en fo rm a a te n u a d a , e n las resoluciones q u e d ie ro n v id a a las
com isiones económ icas reg io n ales d e las N aciones U n id as. E n efecto, el C onsejo
Económ ico y Social d e la O rg an izació n d ecid ió crear, e n 1946, las C om isiones
Económ icas p a ra E u ro p a y p a ra A sia y e l L e ja n o O rie n te, am bas con el o b jetivo
fu n d a m e n ta l d e p a rtic ip a r e n m ed id as d estin ad as a favorecer u n a acción con­
c erta d a e n la reco n stru cció n económ ica d e los países devastados, elev ar el nivel
de la activ id ad económ ica, y m a n te n e r y re fo rzar las relaciones económ icas d e
estas regiones, ta n to e n tre sí com o con los d em ás países d e l m u n d o .
2 Naciones Unidas, D esarrollo económico en países seleccionados: planes, programas y
organismos, volumen 1 (1947) y volumen 11 (1950), Departamento de Asuntos Económicos,
Nueva York.
2 L a opinión prevaleciente en Am érica Latina se expresó claramente en la resolución
adoptada por la Tercera Conferencia de los Estados Americanos miembros de la Organiza­
ción Internacional del T rab ajo (ciudad de México, 1946), que en sus considerandos señala
“ que entre los países de Am érica Latin a es indispensable, para alcanzar niveles de vida más
altos, un m ejor equilibrio en las estructuras económicas, el aumento del comercio interna­
cional, y a l mismo tiempo una m ayor independencia económica” ; y en su parte resolutiva
solicita la ayuda de las Naciones U nidas y sus organismos especializados para que se estudien
"los métodos más eficaces para facilitar el proceso armónico de la industrialización de los
países latinoamericanos, indispensable para su bienestar social” .
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
si
Al establecer en 1948 la Comisión Económica para América Latina, aparte
del objetivo de ayudar a resolver los problemas económicos urgentes suscitados
por la guerra en esta región, se señala que “ . . . la Comisión dedicará especial­
mente sus actividades al estudio y a la búsqueda de soluciones a los problemas
suscitados por el desajuste económico mundial en América Lati na. .
En las
discusiones previas a la creación de la c e p a l se señaló, en efecto, que se habla
prestado insuficiente atención a la necesidad de acción internacional en la
esfera del desarrollo económico, y que existía una tendencia a ver los problemas
de los países subdesarrollados desde el ángulo de los países altamente desarro­
llados de Europa y América; además, se subrayó que el problema fundamental
de los países de América Latina era su necesidad de lograr una tasa acelerada
de recuperación de los efectos de la guerra, de desarrollo económico y de indus­
trialización.4
La atención prestada a los problemas del desarrollo económico y la indus­
trialización en las áreas menos desarrolladas del mundo fue convirtiéndose, en
virtud de una serie de factores, en la preocupación central de las Naciones Uni­
das en los años siguientes. Desde luego, con el avance del proceso de descolo­
nización, numerosos nuevos países subdesarrollados de Africa y Asia comen­
zaron a exponer sus necesidades de desarrollo económico y social. Por otra
parte, en la medida que los problemas urgentes de abastecimiento y recons­
trucción en los países devastados por la guerra comenzaban a ser superados,
que el comercio internacional adquiría nuevo impulso por esa misma razón, y
por la amenaza de nuevos conflictos bélicos, comenzaban a desaparecer los pro­
blemas que preocuparon inicialmente y surgía así, como el desafío fundamental
del mundo de posguerra, la elevación de los niveles de vida en las áreas menos
desarrolladas. Finalmente, con el recrudecimiento de las tensiones políticas a
partir de 1947, tanto por las dificultades entre los países capitalistas y socialistas,
como por la desintegración de los grandes sistemas coloniales, algunos países
industrializados iniciaron programas especiales de ayuda a las áreas subdesarrolladas y a las colonias, tales como el programa del Punto Cuarto de Estados
Unidos y el Plan Colombo del R eino Unido, que vinieron a sumarse al esfuerzo
de asistencia técnica y de ayuda financiera emprendido en los primeros años de
la posguerra por las Naciones Unidas y sus organimos especializados.
Como puede apreciarse por estas referencias, son los problemas e inquietu­
des que comienzan a manifestarse en los países subdesarrollados —especialmente
en los de América Latina— los que van perfilando la problemática del desarro­
llo económico y dando nuevo contenido a ese concepto, que ahora expresa la
preocupación que despierta en ciertos países su dependencia del comercio inter­
nacional, en virtud de la especialización en la exportación de materias primas;
refleja también las aspiraciones de reafirmación de la independencia política y
económica de los nuevos países que han dejado de ser colonias; alude al bajísimo nivel de vida que prevalece en la mayoría de los países y de la población
mundial, y a los violentos desniveles entre éstos y los de los países industria­
lizados; traduce la convicción de las naciones rezagadas que el camino para
■4 Naciones Unidas, R eport o f the A d H oc Committee on Proposed Econom ic Commission
for Latín Am erica, Economic and Social Council, T h ird Year, Sixth Session, Supplement
W 7, Nueva York, 10 de diciembre de 1947.
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
o b te n e r m ejores niveles d e v id a es la in d u stria liz a c ió n y, e n g en e ra l, la ap lica­
ción d e la técnica m o d e rn a a l esfuerzo p ro d u c tiv o y al ap ro v ech am ien to de
recursos ociosos; re v e la e l co n v en cim ien to d e q u e la aceleración d e l ritm o d e p ro ­
greso económ ico y social re q u ie re cam bios e n la e s tru c tu ra p ro d u c tiv a y u n
esfuerzo d e lib e ra d o d e la c o m u n id a d n a c io n a l e in te rn a c io n a l p g ra lo g rar
esos fines.
C o m o p u e d e apreciarse, se tr a ta d e u n co n cep to m u y a m p lio y com plejo,
con num ero sas y su tiles im plicaciones, q u e sería in g e n u o y peligroso tr a ta r de
e n c a ja r en el “z ap ato c h in o ” d e u n a d e fin ic ió n p recisa y rig u ro sa; c u a lq u ie r
in te n to d e h acerlo c o n s titu irá u n a d efo rm ació n, p u es eq u iv a le in e lu d ib le m e n te
a d e sta c a r a lg u n o d e sus m ú ltip le s aspectos e n d e trim e n to d e otros. L as nocio­
nes d e d esarro llo y su b d e sa rro llo — y sus eq u iv alen tes— so n conceptos com ple­
jos, q u e re fle ja n situ acio n es reales ta m b ié n e stru c tu ra lm e n te com plejas; estas
nociones v ie n e n a c o n s titu ir alg o así com o u n m ín im o c o m ú n d e n o m in a d o r de
las p reo cu p acio n es p re d o m in a n te s d e la época en nuestro s países, ta l com o o tras
nociones sim ilares c u m p lie ro n esa fu n c ió n e n otro s lugares y períodos.
A h te esta re a lid a d h istó rica, q u e e l co n cepto d e su b d esarro llo a h o ra refle­
ja, cabe p re g u n ta rse q u é resp u esta ofrece e l p e n sa m ie n to económ ico. ¿Q ué
conceptos p u e d e n e n c o n tra rse e n é l q u e co rresp o n d an a la n u e v a situ ac ió n p la n ­
ta d a y ofrezcan, a trav és d e u n a fo rm u la c ió n a n a lític a rig u ro sa, u n a te o ría q u e
p ro p o rc io n e los elem en to s p a r a fo rm u la r p o líticas adecuadas a esta n u ev a si­
tuación?
H a y sin d u d a u n a serie d e n o ciones q u e c u m p lie ro n , o cu m p len , u n p ap el
sim ila r a l q u e a h o ra d e se m p e ñ a n las d e d e sa rro llo y su b d esarro llo , y q u e n o
es d ifíc il e n c o n tra r e n la evolu ció n d e l p en sam ien to económ ico. L o s conceptos
de riq u e z a , evolución, progreso, in d u stria liz a c ió n y crecim iento, q u e correspon­
d e n a d istin ta s épocas h istóricas, y a la co n sig u ien te ev o lu ció n d e l p en sam ien to
económ ico, e x p resan sin d u d a p reo cu p acio n es sim ilares a las q u e se a d v ierten
e n la id e a d e d esarro llo . P e ro u n an álisis co m p a ra tiv o d e esos conceptos, exa­
m inad o s desd e el p u n to d e v ista d e la re a lid a d h istó ric a co n creta d o n d e surgie­
ro n , d e la escuela d e p e n sa m ie n to económ ico q u e in te g ra n , y la visión c u ltu ra l
g en e ra l a q u e p u e d e n ser asim iladas, p e rm ite a p re c ia r q u e ex isten n o tab le s dife­
rencias e n tre esas n o ciones y e l n u e v o co n cep to; adem ás p e rm ite v erific ar q u e
las escuelas d e p e n sa m ie n to económ ico co rrespondientes a cada u n a d e esas
nociones — y las p o líticas d e d e sa rro llo q u e d e ellos se d eriv an — e n m odo
a lg u n o se a ju s ta n a la n u e v a ta re a d e l desarrollo.
b] Conceptos similares
Se co m enzará p o r c o te ja r e l co n cep to d e d esarro llo con el d e riqueza, funda,
m e n ta l e n e l p e n sa m ie n to d e los au to re s clásicos. L a fam osa o b ra d e A dam
S m ith — cuya p u b lic a c ió n en 1776 sie n ta las bases d e la escuela clásica-— se
titu la Una investigación de las causas y naturaleza de la riqueza de las naciones. Según J . S. M ili, p rin c ip a l sistem atizad o r d e l p en sa m ie n to clásico, y q u ie n p u ­
blica su o b ra fu n d a m e n ta l e n 1848, la riq u e z a es el in d ic a d o r d e la p ro sp e rid a d
o decad en cia d e las naciones. P a ra esta c o rrien te d e pen sam ien to , e l concepto
d e riq u e z a se re fie re e n fo rm a d ire c ta a l p o te n cia l p ro d u c tiv o d e u n a co m u n i­
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
*3
d ad , q u e se tra d u c iría e n “a q u e l c o n ju n to m á x im o d e bienes q u e u n p aís p u ed e
o b ten er, d a d a la n a tu ra le z a d e s u suelo, su c lim a y su situ a c ió n respecto de
otros países”.
E n tre los clásicos, esta id e a v a asociada a u n a d e te rm in a d a m a n e ra d e p e r­
c ib ir el fu n c io n a m ie n to d e la sociedad, co n ceb id a com o u n c o n ju n to d e in d i­
viduos o u n id a d e s económ icas q u e se c o m p o rta n según u n a serie d e leyes y
p rin cip io s in m u ta b le s, q u e d e fin e n el fu n c io n a m ie n to d e l sistem a o m ecanism o
económ ico. L a riq u e z a es, p a ra ellos, e l p ro d u c to d e u n a sociedad o rg anizada
ju ríd ic a e in stitu c io n a lm e n te d e acu erd o c o n la filosofía d e l d erec h o n a tu ra l.
E sta concepción está e strech am en te re la c io n a d a con la filosofía in d iv id u a lista
y lib e ra l d e l D erech o y d e l E stad o q u e se d ifu n d e d u ra n te el siglo x v m ; basada
sobre e l sistem a d e la lib re c o n c u rre n cia económ ica, sistem a q u e descansa a su
vez sobre los p rin c ip io s d e la lib e rta d in d iv id u a l, d e la p ro p ie d a d p riv a d a, d e
la sucesión p riv a d a d e los m edios m ate ria le s d e p ro d u cc ió n (tie rra y capital),
y d e la lib e rta d d e los c o n tra to s.5 O d ic h o co n p ala b ra s d e H icks: "L os p rin c i­
pios liberales, o no -in terv en cio n istas, d e los econom istas clásicos (S m ith, R i­
cardo), n o e ra n , e n p rim e r lu g a r, p rin c ip io s económ icos; e ra u n a ap lica ció n a
la econo m ía d e p rin c ip io s cuyo cam p o d e ap lic a c ió n se su p o n ía m u c h o m ás am ­
p lio ” .6 esta concepción tie n e su base h istó ric a p rin c ip a lm e n te e n el siglo x v m ,
q u e p resen cia los com ienzos d e la R ev o lu ció n In d u stria l, q u e se m a n ifie sta p o r
u n a g ra n m u ltip lic a c ió n d e p e q u e ñ o s talleres y em presas, u n a g ra d u a l liberalización d e l o rd e n económ ico m e d ia n te la ab o lició n d e la se rv id u m b re e n las
áreas ru ra le s y la d e stru c c ió n d e los grem ios artesan ales e n la c iu d a d y las res­
tricciones im p u estas a la n o b leza y a l m o n a rc a ab so lu to con e l su rg im ie n to d e
cuerpos legislativos rep resen tativ o s d e la n u e v a clase b u rg u esa en ascenso.
E l co n cep to d e riq u e z a c o n tie n e p o r lo ta n to ciertas co n notaciones deriv a­
das, n o o b sta n te el tie m p o tra n sc u rrid o , d e las circu n stan cias y d e l p en sam ien to
d e la época q u e le d io orig en . L a id e a d e riq u e z a se refiere, e n efecto, a u n a
situ ació n p o te n c ia l ó p tim a q u e p o d ría lle g a r a alcanzarse, o a la q u e se te n d e ría
com o lím ite , si la sociedad se o rg an izara d e a c u e rd o con u n o rd e n in d iv id u a ­
lista “n a tu r a l”, d e m a n e ra ta l q u e n a d a o b stacu lizara u n ap ro v ec h am ien to
ó p tim o d e los recursos d e q u e d isp o n e. E sta afirm ació n se re fie re u n ila te ra lm e n ­
te a los recursos p ro d u ctiv o s disp o n ib les, y a la in sta u ra c ió n d e u n o rd e n econó­
m ico, social y p o lític o u tó p ic o o fin a l q u e d a r ía com o resu ltad o , p o r la m ecá­
nica n a tu r a l d e su fu n c io n a m ie n to , u n estad o o situ a c ió n ó p tim a y m áx im a . L a
id e a d e d esarro llo se c e n tra , e n cam b io , e n e l proceso p e rm a n e n te y acu m u la tiv o
de cam b io y tra n sfo rm a c ió n d e la e stru c tu ra económ ica y social, e n lu g a r d e
referirse a las condiciones q u e re q u ie re e l fu n c io n a m ie n to ó p tim o d e u n d e te r­
m in a d o sistem a o m ecanism o económ ico.
Evolución es u n a id e a q u e tie n e u n o rig e n y u n a c o n n o ta ció n esen cialm ente
biológicos, e im p lic a la n o c ió n d e secuencia n a tu r a l d e cam bio, d e m u ta c ió n
g ra d u a l y esp o n tá n e a ; d e hecho, es u n co n cep to d e riv ad o d e las teo rías ev o lu ­
cionistas (L am arck, L yell y sob re to d o D arw in ) y coincide e n cierto m o d o con
la ex p an sió n d e la eco n o m ía c a p ita lista d u ra n te e l siglo x ix .
s A dolf W agner, L es Fondem ents d é FEconom ie Po litiqu e, yol. x, 1904, pp. 1 a 8.
« J . R . Hicks, Essays in W orld Economics, O xford University Press, Londres, X959, p. xiL
*4
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
L a concepción ev o lu cio n ista d e l proceso económ ico es d e fu n d a m e n ta l im ­
p o rta n c ia p a ra la c o rrie n te d e p e n sa m ie n to económ ico neoclásico q u e se in ic ia
después d e 1870, y q u e se p ro lo n g a h a sta n u estro s días, p u e s ju stific a e l m étodo
de análisis m a rg in a l d e l e q u ilib rio g e n e ra l y p a rc ia l q u e caracteriza a esta
escuela. Si e l proceso d e ev o lu ció n económ ica se concibe com o u n proceso d e
m u ta c ió n g ra d u a l, e sp o n tá n e a y c o n tin u a , si com o ex p resa el ep íg rafe d e la
o b ra cu m b re d e A lfred M a rsh a ll ( 1890) —natura non facit saltum — entonces
dicho proceso p u e d e ex am in arse e n té rm in o s d e variaciones in fin ita m e n te p e­
q u eñ as d e elem entos p arciales d e l sistem a. Es la base y ju stific ac ió n d e l caeteris
paribus, el su p u esto q u e to d o lo dem ás p erm anece co n stan te cu an d o se alte ra
u n a d e las variables, p ila r fu n d a m e n ta l d e l in stru m e n ta l a n a lític o neoclásico
p arcial y general, m icro y m acroeconóm ico.
L a id ea de d e sa rro llo n o c o m p a rte la n o ció n d e n a tu ra lid a d y- esp o n tan e id ad
qu e e n c ie rra la concepción evolucionista, n i la d e m u ta c ió n g ra d u a l y co n tin u a .
P o r el c o n tra rio , el d e sa rro llo exige tran sfo rm aciones p ro fu n d a s y delib erad as,
cam bios estru ctu rales e in stitu cio n ales, u n proceso d isc o n tin u o d e d eseq u ilib rio s
m ás q u e d e e q u ilib rio . E xiste, pues, u n a d iscrep an cia m etodológica fu n d a m e n ta l
e n tre lo q u e re q u ie re el análisis d e l d e sa rro llo y lo q u e ofrece la teo ría n e o ­
clásica.
O tro con cep to m u y estre c h a m en te asociado a l a n te rio r e n esta m ism a escuela
de p en sam ien to es la n o ció n d e progreso d e sa rro lla d a e n la seg u n d a m ita d d el
siglo x v m y q u e tu v o u n o d e sus m ás caracterizados expositores en C o n d o rat;
se in tro d u c e así u n a n o ta o p tim ista y secularizadora; p o r o tro la d o está ligada
d irectam en te a la ap licació n d e la cien cia a las actividades p ro ductivas, a la
in co rp o ració n d e n u ev as técnicas y m étodos y, e n g eneral, a la m o d ernización
de las in stitu cio n es sociales y d e las form as d e vida. E l auge d e l capitalism o
en el siglo x ix estuvo estrech am en te v in c u la d o a este tip o d e fenóm enos; ta n to
es así, q u e la in n o v a c ió n técn ica se co ncebía com o la fu erza m o triz d e l c a p ita­
lism o y como u n fen ó m e n o in h e re n te a la m ecánica d e este sistem a. P e rm itía ,
p o r lo ta n to , q u e e n e l p la n o teórico, los econom istas neoclásicos se despreocu­
p a ra n d e las leyes d e la d in á m ic a d e l sistem a, y co n c e n tra ra n su a ten ció n sobre
el co m p o rta m ie n to d e las u n id a d e s económ icas in d iv id u ales, y el p a p e l q u e
corresp o n d ía a los m ercados y a l sistem a d e precios com o in stru m e n to d e asigna­
ción d e los recursos p ro d u c tiv o s y d e las rem u n eracio n es a los factores p ro ­
ductivos.
E l con cep to d e pro g reso q u e esta c o rrie n te p re su p o n e im p líc itam en te en su
visión o p tim ista d e l d e sa rro llo ca p ita lista , es sin d u d a p a rte d e la id e a d e des­
a rro llo , p u esto q u e é sta se re fie re ig u a lm e n te a la p re o cu p a ció n p o r e l a d e lan to
técnico y la ap licació n d e nuevos m éto d o s p a ra el m e jo r a p ro v e ch a m ien to del
p o ten cial p ro d u ctiv o ; p e ro n o co m p arte co n e lla la m ism a visión o p tim ista y
a u to m á tic a q u e le p e rm itía su p o n e r q u e e n e l a d e la n to técnico resid ía la causa
fu n d a m e n ta l d e l av an ce económ ico. Se p re o c u p a adem ás seriam e n te p o r los
efectos q u e e l avance técn ico tien e, desde e l p u n to d e vista d e la cap acid ad de
acum u lació n , sob re la d istrib u c ió n d e l ingreso y la asignación d e recursos, as­
pectos u n ta n to aje n o s a la id e a d e progreso.
U n co n cep to m ás recien te, asociado estrecham ente a la teo ría m acroeconóm ica, es el d e crecimiento. E n cierto m odo, es sim ilar al co n cep to d e evolución,
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
*5
p o r lo m enos e n lo q u e se refiere a l aspecto d e m u ta c ió n g ra d u a l y c o n tin u a
q u e le es in h e re n te ; ta m b ié n in c o rp o ra e l d e progreso, e n e l se n tid o d e a c e n tu a r
la im p o rta n c ia fu n d a m e n ta l d e las in n ovaciones técnicas e n e l proceso d e cre­
cim ien to . S in em b arg o, com o surg e d e teo rías q u e tie n e n su o rig en e n la p reo cu ­
p ació n p o r las d ificu ltad es q u e e n fre n ta el cap italism o m a d u ro e n las décadas
de 1920 y 1930, n o c o m p a rte la v isión o p tim ista d e la e x p a n sió n d e l cap ita lis­
m o in h e re n te a las n o ciones d e evolu ció n y progreso, p ro p ias d e la escuela neo­
clásica. L a te o ría d e l crecim ien to nace, e n efecto, d e la p reo cu p ació n p o r las
crisis y e l desem pleo, y la a p a re n te te n d e n c ia a l estan cam ie n to d el sistem a capí,
talista. T a l p ro b le m á tic a exige u n an álisis d e l c o m p o rta m ie n to d e c o n ju n to
d el sistem a económ ico, com o lo h ic ie ro n los clásicos, y lleva a destacar la im p o r­
ta n cia d e la acción d e lib e ra d a d e la p o lític a económ ica p a ra m a n te n e r u n ritm o
expansivo q u e asegure la o cu p ació n p len a.
L a p reo cu p ació n p o r el crecim ien to d e l ingreso, d e la cap acid ad p ro d u ctiv a
y d e la ocu p ació n , co n stitu y en e v id en tem en te el n úcleo esencial d e la tem ática
d e l desarro llo ; p ero su m éto d o d e análisis m acro d in ám ico e stá esencialm ente en
la m ism a lín e a d e las escuelas clásica y neoclásica. P o r consiguiente e n las teorías
d e l crecim ien to n o a p arecen las ideas d e d iferen ciació n d el sistem a p ro d u ctiv o , de
cam bios in stitu cio n ales, d e d e p e n d e n c ia e x te rn a y otras p ro p ias d e l desarrollo.
D esde el p u n to d e v ista d e la te o ría y d e l análisis d e l crecim ien to , u n país
su b d esarro llad o se concibe com o u n a situ a c ió n d e atraso, d e desfase con res­
pecto a situaciones m ás avanzadas; com o si se tr a ta r a de u n a c a rre ra e n la cual
u n o s están m ás ad e la n ta d o s y o tro s v a n q u e d a n d o rezagados, p ero d o n d e todos
co m piten e n u n a m ism a p ista, p e rsig u ie n d o u n a m ism a m eta, con idénticas
reglas d e ju e g o p a ra todos y sin relaciones d e n in g u n a especie entre los com pe­
tidores. Los rankings d e países e n fu n c ió n d e su ingreso p o r h a b ita n te cons­
titu y e n la m e jo r ilu stra c ió n g ráfica d e esta n o c ió n im p líc ita e n e l e n fo q u e del
crecim iento.
Las nociones d e su b d esarro llo y d esarro llo co n d u cen a u n a apreciació n m uy
diferen te, p ues según ellas las econom ías d esarro llad as tie n e n u n a conform ación
estru c tu ra l d is tin ta d e la q u e caracteriza a las su b d esarrolladas, ya q u e la estruc­
tu ra d e estas ú ltim a s es e n m e d id a sig n ificativ a u n a re su lta n te d e las relaciones
q u e ex istiero n h istó ricam en te y p e rd u ra n a c tu a lm e n te e n tre am bos g rupos de
países. M a n te n ie n d o el sím il d e p o rtiv o se tra ta ría m ás b ie n d e co m petidores
d e género d ife re n te , q u e c o rre n p o r pistas d e d iversa n a tu ra le z a, con objetivos
disím iles y co n d istin ta s reg las d e ju eg o , p e ro im puestas e n g ra n m e d id a p o r
u n o d e los g ru p o s d e com petidores; en o tra s p alab ras, los m ecanism os d e acu­
m u lació n , d e avance tecnológico, d e asignación d e recursos, d e re p a rtic ió n del
ingreso, etc., son d e d ife re n te n a tu ra le z a e n u n o y o tro caso; y ex isten v in c u la­
ciones e n tre los dos g ru p o s q u e tie n d e n a favorecer a u n o d e ellos e n beneficio
del o tro.
E l co n cep to d e industrialización es e n re a lid a d , d e n tro de esta fam ilia de
nociones, el a n te c e d en te m ás in m e d ia to d e l d e d esarro llo económ ico. E l desarro­
llo d e la in d u s tria fu e el aspecto m ás lla m a tiv o y d in á m ic o ta n to en los países
avanzados com o e n los su b d esarro llad o s, d e m a n e ra ta l q u e d u ra n te alg ú n
tie m p o e l d e sa rro llo in d u s tria l se consideró incluso sin ó n im o de d esarro llo
económ ico. N o es u n proceso q u e se h ay a d a d o n ecesariam ente y en form a
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
86
esp o n tán ea, n i h a sid o p o r lo g e n e ra l g ra d u a l n i arm ó n ico ; se tra d u jo d e hecho
en la ex p a n sió n a c elerad a d e u n a p a rte d e l sistem a económ ico y d e esa m an e ra
im p u lsó u n cam bio e s tru c tu ra l e n d ic h o sistem a.
L a n o c ió n d e in d u stria liz a c ió n , con ceb id a com o u n proceso d e lib erad o , tien e
anteced en tes m u y an tig u o s. N ace g en eralm en te com o re su lta d o d e l atraso re la ­
tivo d e d e te rm in a d o s países fre n te a o tro s q u e h a n avanzado su stan cialm en te
en el proceso d e in d u stria liz a c ió n , y p o stu la u n a p o lític a p ro tec cio n ista fre n te
a las p o ten cias ind u striales. E s e l caso d e Estados U n idos, a m ediados del
siglo p a sa d o y, p o ste rio rm e n te , d e A le m a n ia y d e J a p ó n fre n te a l crecim ien to
y ex p a n sió n geográfica d e l p o te n c ia l in d u s tria l d e In g la te rra . T ie n e sus ex p o ­
n en te s p rin c ip a le s e n H a m ilto n 7 en E stados U nidos, e n L ist8 y e n la escuela
histó rica alem an a.
E n el siglo x x e l re tra so e n la ev o lu ció n d e l cap italism o e n R u sia , y la revo­
lu c ió n p o lític a re g istra d a e n ese país, p o sib ilita n la creación d e u n a econom ía
socialista p la n ific a d a , d e d ic a d a fu n d a m e n ta lm e n te a la o rg anización acelerada
de u n a eco n o m ía in d u s tria l. M a rx y L e n in — sobre to d o este ú ltim o — son los
p rin cip ales e x p o n en tes d e l p e n sa m ie n to económ ico q u e se p ercib e d e trá s de
estos esfuerzos p o r c o n stitu irse e n u n a p o te n c ia in d u s tria l m o d ern a.
E l a tra so d e A le m a n ia e I ta lia e n su d e sa rro llo in d u s tria l fre n te a las dem ás
poten cias eu ro p eas — consecuencia e n p a rte d e la p rim e ra g u e rra m u n d ia l y
d el p e río d o d e d e sa ju ste eco n ó m ico p o ste rio r— im p u lsa a los regím enes nazi
y fascista resp ectiv am en te, a e stim u la r e n fo rm a co nsiderable la in d u stria , ta n to
p a ra convertirse e n p o ten cias bélicas com o p a ra lo g ra r u n elev ad o g ra d o d e
autosuficiencia.
E n A m érica L a tin a , com o y a an tes se señaló, la d écad a d e 1930 es ta m b ié n
u n p e río d o d e im p o rta n te s esfuerzos e n m a te ria d e in d u strializ ac ió n . L a base
h istó rica d e esta p o lític a es la necesid ad d e d iv ersificar las econom ías d e la
reg ió n p a ra su p e ra r la d e p e n d e n c ia e x te rn a ; c o n stitu y ó su im p u lso m ás in m e­
d ia to la crisis d e 1930, q u e in d u c e a los p aíses m ás im p o rta n te s d e l áre a a u n
proceso acelerad o d e su stitu c ió n d e p ro d u cto s m an u fa ctu rad o s d e im p o rtac ió n .
Las p o líticas anticíclicas y p ro teccio n istas d e países in d u stria les, así com o la
in flu e n c ia ideológica d e l socialism o, d e l New Deal, e l fascism o y el nazism o,
in flu y e n c o n sid erab lem en te so b re las m ed id as d e in d u strializ ació n q u e se a d o p ­
ta n e n A m érica L a tin a .
E s u n h e ch o h istó ric o irre fu ta b le q u e las sociedades d o n d e se alcanzaron
niveles d e v id a y d e c o n fo rt m ás elevados y u n m e jo ra m ie n to d e las o p o rtu n i­
dades sociales, son las q u e atra v e sa ro n p o r u n a g ra n ex p an sió n d e su a ctiv id ad
m a n u fa c tu re ra , u n a R e v o lu c ió n In d u s tria l y la co n sig u ien te tran sfo rm ació n in ­
teg ral d e su v id a social. Sólo u n p e q u e ñ o n ú m e ro d e países y u n a escasa p ro ­
p o rció n d e la p o b la c ió n m u n d ia l h a n e x p e rim e n ta d o ese proceso y alcanzado
niveles elevados d e v id a. E n co n traste, m ás d e la m ita d d e la p o b la ció n m u n ­
d ia l se d e b a te e n m ed io d e u n a m iseria sim ila r o p e o r a ú n d e la q u e prevalecía
en E u ro p a h ace doscientos años. Y sin em bargo, en m ed io d e esa m iseria, en
los sectores v in cu lad o s d ire c ta o in d ire c ta m e n te a las actividades ex p o rta d o ras
Alexander Ham ilton, Works, H . C. Lodge, N ueva York, 12 vols., 1904.
8 Federico List, Econom ía nacional, trad. castellana y prólogo de M anuel Sánchez Sarto,
Fondo de Cultura Económica, M éxico, 1948.
7
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
*7
o in d u stria le s d e los países su b d esarro llad o s — p rolongaciones am bas d e la R e ­
volución In d u s tria l en las econom ías periféricas— alg u n o s g ru p o s sociales al­
canzan niveles d e v id a sim ilares o m ás elevados q u e e n los p ro p io s países in d u s­
triales. E sto se re fle ja e n u n a a g u d a d e sig u a ld a d en la d istrib u c ió n d e l ingreso
personal, e n p eq u eñ o s islotes sociales y regionales d e g ra n riq u e za e n m edio
de u n m a r d e e x tre m a pobreza; se h a estim ad o q u e e l ingreso m ed io d e l 5 p o r
cien to d e la p o b la c ió n d e m ás alto s ingresos es so veces m ay o r q u e el ingreso
m ed io d e l 50 p o r cien to d e la p o b la c ió n d e m enores ingresos en A m érica L a tin a .9
L o a n te rio r rev ela q u e la R ev o lu ció n In d u s tria l p ro d u jo efectos p ro n u n c ia d a ­
m en te desiguales n o sólo e n tre los países d o n d e se o rig in ó y aquellos a los q u e
se pro p ag ó , sin o in clu so , e n e l caso d e estos últim os, e n tre las regiones y los
sectores económ icos y sociales v in cu lad o s a las econom ías in d u stria le s céntricas
y el re sto d e l sistem a. L a R ev o lu c ió n I n d u s tria l y la n a tu ra le z a asim étrica de
sus efectos, co n stitu y en co n to d a ev id en cia u n a d e las cuestiones centrales d e la
tem ática d e l su b d esarro llo . E n efecto, p a ra lle g ar a co m p re n d e rla e n to d a su
co m p lejid ad y consecuencias conviene e fe c tu a r u n estu d io d e la R ev o lu ció n I n ­
d u strial, ta n to e n su fase d e gestación y d e sa rro llo in ic ia l e n In g la te rra , e n tre
175° Y 1®5° a p ro x im a d a m e n te, com o e n su fase de p ro p a g ac ió n a todas las
áreas d e l m u n d o ; d u ra n te esta ú ltim a se g e sta ro n p o r u n a p a rte las condiciones
q u e p e rm itie ro n a o tro p e q u e ñ o g ru p o d e países — E stados U nidos, C anadá,
A u stralia y N u ev a Z elan d ia— lle g a r a niveles d e v id a m u y elevados y a u n
d esarro llo m u y avanzado, m ie n tra s la g ra n m ay o ría, p o r o tra , a d q u iría la con­
form ació n característica d e l su b d esarro llo .10
E n to d o caso, e l c rite rio d e id e n tific a r la in d u stria liza ció n con e l d esarro llo
y los elevados niveles d e v id a, c laram en te p e rc e p tib le e n la re a lid a d h istó rica
m o d ern a, llevó a los países subd esarro llad o s, lu eg o d e la seg u n d a g u e rra m u n ­
d ial, a in sistir sobre p o líticas d elib erad as d e av ance in d u stria l. P o r entonces se
te n d ió a a sim ilar co n d em asiad a fac ilid a d la in d u strializ ació n al desarrollo.
A u n q u e cad a d ía p arece m ás e v id e n te q u e n o es estricta m en te correcto, n o d e ja
de ser cie rto q u e el progreso in d u stria l, e n m a y o r o m e n o r m ed id a, siem pre
estuvo asociado al d esarro llo económ ico, y q u e ta m b ié n lo estuvieron, a m ed ian o
o a larg o plazo, alg u n a s d e sus secuelas típicas: la u rb an iz ac ió n , la m onetización
d e las transacciones económ icas, el tra b a jo asalariado, la sindicación, la segu­
rid a d social, la m ay o r in d e p e n d e n c ia in d iv id u a l d e n tro d e la sociedad, la red u c­
ción e n el ta m a ñ o d e las fam ilias, e l tra b a jo fe m e n in o re m u n era d o , la elevación
de los niveles m edios d e v ida, las m ayores o p o rtu n id a d e s sociales, económ icas
y políticas, etcétera.
M uchos países d e A m érica L a tin a c u e n ta n y a con u n a ex p e rie n cia d e m ás de
tres décadas d e u n a p o lític a d e d e sa rro llo b a sa d a fu n d a m e n ta lm e n te en la in d u s­
trialización; a lo la rg o d e este p erío d o , se p re se n ta ro n m u ch as d e las secuelas
típicas d e l proceso q u e se a c a b a n d e e n u m e ra r. T a m b ié n es cierto q u e se lo­
g ra ro n tasas d e crecim ien to d e l ing reso p o r h a b ita n te re lativ a m e n te elevadas
9 c e p a i ., E l desarrollo económico d e Am érica L atina en la posguerra, N ueva York, no­
viembre, 1963, p. 55 y cuadro 54.
10 E l análisis pormenorizado del proceso originario de la Revolución Industrial y de su
propagación internacional, con efectos tan disimiles en uno y otro grupo de países, se efec­
túa en la parte n de este libro.
s8
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
en alg u n o s países; n o o b stan te, la d ista n c ia q u e sep ara el n iv el m edio d e vida
d e l h a b ita n te la tin o a m e ric a n o d e los p re d o m in an te s e n los países avanzados, n o
parece hab erse re d u cid o , y h a sta es posible q u e se h ay a d ista n c iad o .11 Sin e m b a r­
go, esta com p aració n , d e suyo significativa, n o es la q u e m ás interesa.
L os resu ltad o s d e l esfuerzo realizad o d u ra n te las ú ltim a s décadas d eb e n a n a ­
lizarse a la lu z d e los p ro b lem as q u e se p re te n d ía n s u p e ra r con e l esfuerzo d e
d esarro llo in d u stria l. L a in d u stria liz a c ió n h a significado, sin lu g a r a d u d as, u n a
diversificación m u y im p o rta n te d e la e stru c tu ra p ro d u c tiv a; sin em bargo, n o se
o b tu v o e l efecto e sp erad o d e esta d iv ersificación en c u a n to a re d u c ir la d e p e n ­
d encia e x te rn a d e las econom ías latin o am erican as, y tam poco se lo g ró o b te n e r
a través d e este cam b io e stru c tu ra l u n a cap acid ad d e crecim iento autosostenido.
£1 h ech o es q u e d u ra n te la ú ltim a década, c u a n d o las condiciones d el m ercado
in te rn a c io n a l d e p ro d u c to s básicos d e ja ro n d e ser favorables a A m érica L a tin a ,
las econom ías d e la re g ió n h a n v e n id o re d u c ie n d o su ritm o d e crecim ien to h asta
niveles apenas su p erio res al crecim ien to d e la p o b lació n . P o r o tra p a rte , si b ie n
los niveles m edios d e v id a h a n e x p e rim e n ta d o in crem en to s sustanciales e n m u ­
chos países, n o es m en o s c ie rto q u e las condiciones d e v id a d e la g ra n m ayoría
d e la p o b lació n c o n tin ú a n sien d o e x tre m a d a m en te p recarias. E n re a lid a d , el
proceso d e in d u stria liz a c ió n n o consiguió, d ire c ta m e n te n i a través d e sus efectos
indirectos, p ro p o rc io n a r niveles d e v id a razonables p a ra am plios sectores d e la
po b lació n . Los in d icad o res d e la d istrib u c ió n d el ingreso rev elan q u e n o se
p ro d u je ro n cam bios im p o rta n te s, p o r lo m enos d u ra n te la ú ltim a década. Los
índices d e las condiciones sociales de la p o b lació n , p o r su p a rte , c o n tin ú a n acu ­
sando deficiencias abism ales e n m a te ria d e n u tric ió n , consum o d e m an u fac tu ras
básicas, salu d , v iv ie n d a y educació n . L a especialización d e las econom ías la ti­
noam ericanas en la e x p o rta c ió n d e u n o s pocos p ro d u c to s básicos c o n tin ú a
siendo la característica fu n d a m e n ta l d e su com ercio e x terio r.
Estos hechos, q u e se v ie n e n reco n o cien d o e n fo rm a creciente, h a n pu esto
en d u d a la esperanza d e q u e el proceso d e in d u strializ ac ió n tu v ie ra com o conse­
cuencia u n rá p id o y g en eralizad o m e jo ra m ie n to d e las condiciones d e v id a .12
Y p o r o tro lado o rig in a ro n respuestas d e tip o p ragm ático: se in te n sific aro n los
esfuerzos d e d esarro llo “social", acen tu án d o se la o rie n ta c ió n d e los recursos
hacia áreas com o viv ien d a, salu d , y educación, p a ra p ro c u ra r u n a m ejo ra direc­
ta d e las condiciones d e v id a d e la p o b lació n a través d e la ex p an sió n d e esos
servicios; acentúase ta m b ié n la p reo cu p ació n p o r el crecim ien to dem ográfico;
se d a u n a n u ev a im p o rta n c ia al logro d e la m o dernización y al a u m e n to de
la p ro d u c tiv id a d , así com o a las condiciones de v id a e n las áreas ru rales; se
tra ta d e im p u lsa r la p lan ificació n , y se p ro c u ra a m p lia r los pro g ram as d e coope­
ración in te rn a c io n a l.
P o r o tra p a rte , ta m b ié n su rg en respuestas in telectuales. Así e n el m u n d o
académ ico, q u e p erm an eció d u ra n te la rg o tiem p o poco m enos q u e insensible
an te los pro b lem as d e l su b d esarro llo , se in ten sifican las investigaciones sobre
estos tem as y p ro life ra n las in stitu cio n es interesadas ta n to en los países centrales
1 1 L . J . Zimmerman, Países pobres, países ricos, trad. de Francisco González Aram buru,
Siglo X X I Editores, México, 1966, cap. 11.
12 Osvaldo Sunkel, “ E l trasfondo estructural de los problemas del desarrollo latinoam eri­
cano", en E l Trim estre Económ ico, México, enero-marzo, 1967, núm. 133.
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
*9
com o en los periféricos. Se fu e ro n d e sa rro lla n d o asi in terp reta cio n es y teorías
acerca d e la p ro b le m á tic a p la n te a d a ; p o r e llo es con v en ien te a n a liz ar los enfo­
ques q u e a h o ra se u tiliz a n y las posiciones q u e se a d o p ta n e n m a te ria d e política
del desarrollo.
3.
ENFOQUES ACTUALES
E l análisis d e conceptos h istó ric a m e n te eq u iv alen tes al d e d esarro llo económ ico
p e rm itió o b serv ar cóm o ca d a u n o d e ellos re fle ja , e n re a lid a d , u n a c o rrien te
d e pen sam ien to . M u e stra a l m ism o tie m p o cóm o se asocian ta n to a la p ro b le­
m átic a co n creta q u e cad a c o rrie n te tr a ta d e ex p resar, com o a l tra sfo n d o filosó­
fico y c u ltu ra l d e n tro d el cu al se d e sa rro lló la m ism a. E ste en fo q u e filosófico
g en eral y la p ercep ció n d e su m arco c u ltu ra l, p o d ría d en o m in a rse “visión” ; y
e n ésta co n v en d ría d estacar dos aspectos: el ideológico y el m etodológico.
T o d a c o rrie n te d e p en sam ien to , e n efecto, im p lic a u n a visión d e l d e b e r ser,
u n a asp iració n , u n ele m e n to p rospectivo; e n sum a, u n a ideología. Y p o r o tra
p a rte llega a conclusiones p o r e l em p leo d e d e te rm in a d o m éto d o d e análisis.
P o r consig u ien te, si se desea re a liz a r u n e stu d io d e los p rin c ip a le s en foques
actuales d e l d e sa rro llo será n ecesario e x a m in a r dichas posiciones desde un
p u n to d e vista ideológico y ta m b ié n m etodológico, in d isp en sa b le p a ra d e­
fin ir cad a p osición en c u a n to a los objetivos, m etas y aspiraciones q u e se
su pone d e b e rá satisfacer el d esarro llo ; es d ecir, e l d e sarro llo concebido en su
sen tid o ideológico o prospectivo. Y p a ra lo g ra rlo d eb erá tenerse u n a perfecta
c la rid a d respecto d e l m é to d o a n a lític o a u tiliz a r e n el ex am en d e l desarrollo.
L a circu n stan cia d e q u e n o se realice este tip o d e análisis o se descuiden estos
aspectos, n o im p lic a au sen cia d e u n a p osición ideológica y m etodológica fre n te
a estos p roblem as. C om o y a se h a visto, la ad m isió n d e c u a lq u ie r co n cepto im ­
p lica necesariam en te a d o p ta r u n a d e te rm in a d a posición. Y la ú n ic a fo rm a
d e q u e ésta a d q u ie ra v e rd a d e ra se rie d a d y o b je tiv id a d es a d m itirla d e m odo ex­
p lícito , p a ra así p o d e r escoger e n fo rm a p e rfectam en te consciente la id eología y
el m étod o q u e co rresp o n d en a la posición a d o p ta d a p o r cada observador. C olo­
carse e n u n a posición p re su n ta m e n te “ n e u tra l”, negándose a precisarla, n o lleva
a u n a m ay o r o b je tiv id a d sino, p o r e l c o n tra rio , p u e d e c o n d u c ir a ac ep tar, d e
m a n e ra a c rític a o in consciente, las posiciones im p lícitas en a lg u n a d e esas co­
rrien tes d e p en sam ien to ex isten tes.18
D esde el p u n to d e v ista an te s e n u n c ia d o , p arece p u es con v en ien te clasificar
en tres las p rin c ip a le s ten d en cias e n tr e las q u e se p re o c u p a n a ctu a lm en te del
desarrollo , las q u e lo co n cib en com o crecim ien to , las q u e lo p ercib en com o u n
estado o eta p a , y las q u e en fo can el d e sa rro llo com o u n proceso d e cam bio
e stru c tu ra l global.
a] El desarrollo como crecimiento
L os au to res q u e co n cib en el fen ó m en o d el d e sa rro llo com o u n proceso d e cre­
cim iento , su elen d e fin ir el n iv el d e d esarro llo e n térm in o s d e ingreso p o r h a b i­
18
Este tema se desarrolla in extenso en el capitulo 1 de la parte m .
3<>
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
ta n te , y el proceso d e d e sa rro llo e n térm in o s d e tasa d e crecim iento. E l ingreso
p o r h a b ita n te es p a ra esta escuela e l in d ic a d o r, o m ed id a, m ás ad ecu ad o p a ra
d e fin ir el n iv e l y ritm o d e d esarro llo . E ste m ism o c rite rio llev a ta m b ié n a esta­
blecer n ó m in as d e países o rd e n a d o s según s u n iv el d e in greso m ed io p o r h a b i­
tan te, d e d o n d e se d e d u c e en seg u id a q u e aq u ello s q u e e stá n p o r en cim a d e
cierto lím ite a rb itra ria m e n te escogido se rá n considerados países desarrollados, y
poco d esarro llad o s los q u e está n p o r d e b a jo d e l m ism o.
Q u ien es c o m p a rte n estas id eas h a n estado, p o r lo g en e ra l, m u y influ en ciad o s
p o r las m o d ern as teo rías m acro d in ám icas, c o rrie n te an g lo sajo n a d e riv a d a fu n ­
d a m e n ta lm e n te d e Keynes, a la q u e y a se h izo an tes re fe re n cia y se an aliza
d e ta lla d a m e n te e n la p a rte in . E ste n o ta b le econom ista, q u e vivió e n m ed io d e
u n a p ro fu n d a y p ro lo n g a d a d e p re sió n económ ica, u n a d e cuyas m anifestaciones
era u n d esem pleo m asivo sin preced en tes, v eía la re a lid a d d e su época e n fu n ció n
d e la necesid ad d e su p e ra rlo .14 P o n e e l acento, p o r consiguiente, so bre la in ­
flu e n c ia q u e p o d ría te n e r u n a p o lític a d e gastos pú b lico s co m pensatorios p a ra
p o n e r e n m o v im ien to u n sistem a económ ico, algunas d e cuyas características
p rin c ip a le s e ra n la d eso cu p ació n d e recursos h u m a n o s y la cap acid ad p ro d u c ­
tiva ociosa. C o m o su an álisis es a co rto plazo, K eynes n o co nsidera e l efecto
de la in v ersió n so b re la c a p a c id ad p ro d u c tiv a ; p o r lo dem ás, el ciclo te n ía p re ­
cisam ente com o consecuencia d e ja r ociosa u n a c o n sid erab le p ro p o rc ió n d e la
ca p acid ad p ro d u c tiv a in sta la d a . S in em b arg o , c u a n d o se a n aliz an las caracte­
rísticas d e l ciclo económ ico y sus efectos a la rg o plazo, el sistem a p arece p resen­
ta r u n a te n d e n c ia a a h o r r a r q u e excede los estím ulos a in v e rtir, d e m a n e ra ta l
q u e e l n iv e l d e gastos tie n d e a ser in fe rio r a l n ecesario p a r a o b te n e r u n estado
l e ocu p ació n p le n a d e los factores p ro d u ctiv os. A lgunos a u to re s posteriores
com enzaron a p reo cu p arse d e l v ín c u lo q u e p o d ría e x istir e n tre los estím ulos a
la inv ersió n , el cre c im ie n to d e l in g reso y la ocu pación. D o m a r observó, e n efec­
to, q u e si las in v ersio n es se m a n tie n e n estacionarias, n o se agrega d e m a n d a
efectiva ad icio n al; e n ta n to q u e , sim u ltá n e a m en te , d ich a s inversiones g e n eran
cap acid ad p ro d u c tiv a ad icio n al, creán d o se así u n d e se q u ilib rio e n tre d em an d a
y o fe rta globales. E n o tra s p alab ras, p a ra q u e exista u n a ex p an sió n d e la d em an ­
d a efectiva es in d isp e n sa b le q u e la in v ersió n d e ca d a p e río d o sea m ay o r q u e la
del p e río d o a n te rio r; sólo u n in c re m e n to d e la in versión g en e ra in crem en to s d e
la d e m a n d a efectiva. E n cam b io , c u a lq u ie r n iv el d e inversión, m ay o r o m e n o r
q u e e n años p recedentes, co n stitu y e u n a a m p lia ció n d e la c ap ac id ad p ro d u c ­
tiva.1* E n consecuencia, u n a eco n o m ía d e b e m a n te n e r u n a tasa creciente d e
in v ersió n p a ra e v ita r u n a te n d e n c ia a l desem p leo a la rg o p lazo y d e b e alcanzar
u n n iv e l d e te rm in a d o p a ra q u e e l crecim ien to d e la in v ersió n p o sib ilite ad ic io ­
nes d e ca p a c id ad p ro d u c tiv a e in c re m e n to s d e la d e m a n d a efectiva co in cid en ­
tes, d e ta l m o d o q u e n o se p ro d u z c a n p resiones in fla cio n arias o deflacio n arias.
L a p re o c u p a c ió n fu n d a m e n ta l d e la te o ría d e l crecim ien to se c e n tra p o r e llo
so bre la in flu e n c ia q u e tie n e la in v ersió n sob re e l crecim ien to d e l in g reso , el
e q u ilib rio d in á m ic o y la o cu p ació n .
N o o b sta n te e l o rig e n ta n p reciso y p a r tic u la r d e las teo rías d e l crecim ien to
*4 Véase parte m, capitulo v, "El pensamiento keyneslano".
18 Véase más adelante el capítulo v de la tercera parte, sobre él pensamiento keyneslano
y los modelos de Harrod y Domar.
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
Si
y la a b so lu ta c aren cia d e p reo cu p acio n es sob re e l desarro llo , e sta c o rrie n te d e
id eas h a e je rc id o g ra n in flu e n c ia so b re el an álisis y las p o lític as d e d esarrollo.
E llo se d e b ió e n g ra n p a r te a l a cen to q u e p o n e so b re la in v ersió n , y esto p e rm ite
asociarla fácilm en te con la escasez d e cap itales co n sid erad a c o m ú n m en te com o
el p ro b le m a básico d e los países su b d esarro llad o s; e n efecto, la te o ría d e l cre­
cim ie n to co n stitu y e d e este m o d o u n a e x p licació n d e l n iv el d e su b d esarro llo y
d e la le n titu d d e l proceso d e d e sa rro llo d e b id o a la fa lta d e capitales. P o r o tra
p a rte , las teo rías d e l crecim ien to asig n a ro n u n p a p e l fu n d a m e n ta l a l E stad o en
la p o lític a económ ica, y a sea p a ra q u e e stim u le las inversiones p riv ad a s o realice
nuevas inversiones p ú b licas, o p a ra q u e m a n te n g a , e n g eneral, u n n iv el de
gastos pú b lico s elevados, seg ú n la situ ació n d e la d e m a n d a efectiva. E sta
n u ev a concepción d e l p a p e l d e l E sta d o tu v o im p o rta n c ia p a ra ju stific a r la am ­
p lia c ió n d e las activ id ad es y fu n cio n es d e l secto r p ú b lic o e n las econom ías
subdesarro llad as. F in a lm e n te , e l m é to d o m acroeconóm ico u tiliz a d o p o r la teo­
ría d e l crecim ien to re p re se n tó u n av ance co n sid erab le so b re e l m icroeconóm ico, p u es p e rm itió d estacar, d e n tro d e u n a v isión d in á m ic a y d e c o n ju n to del
sistem a económ ico, alg u n as d e las cuestiones cen trales d e l desarro llo : el nivel
co m p arativ o d e ingresos, e l r itm o d e crecim ien to , e l p a p e l d e l sector p ú b lic o , etc.
N um erosos son los au to res q u e a d o p ta n com o p u n to d e p a r tid a las teorías d el
crecim ien to p a ra a n a liz a r aspectos d e l d e sa rro llo y casi todos ellos c e n tra n su
ate n c ió n so b re cuestiones relacio n ad as co n la in v ersión; tem as tales com o d e­
te rm in a r la tasa d e in v ersió n , e l fin a n c ia m ie n to e x te rn o , los criterio s d e p rio ri­
d a d e n la asig n ació n d e recursos, la m ovilización d e los a h o rro s in tern o s, etc.,
co nstituyen la p re o c u p a c ió n fu n d a m e n ta l d e q u ie n es p ie n sa n e n el d esarro llo
com o si fu e ra u n p ro b le m a d e crecim iento.
P o r c ie rto q u e este tip o d e p e n sa m ie n to tie n e u n a in flu e n c ia m u y decisiva
sobre los m odelos q u e se u tiliz a n p a r a la e la b o ra c ió n d e p la n es e n los países
subdesarrollados. E stos p la n e s lla m a n sistem áticam ente la ate n c ió n sobre la
necesidad d e in c re m e n ta r la s inversiones y d is trib u irla s d e c ie rta m a n e ra p a ra
lo g rar u n d e te rm in a d o ritm o d e crecim ien to d e l ingreso p o r h a b ita n te . Se des­
taca la e la b o ra c ió n d e proyectos y p ro g ram as concebidos com o esfuerzo d e in ­
versión y d e a u m e n to d e la p ro d u cció n , y la o b te n c ió n d e recursos financieros
ta n to in te rn o s com o e x te m o s p a r a so lv e n ta r el m ay o r n iv e l d e inversión. E n
estos plan es, y e n to d a la b ib lio g ra fía v in c u la d a a e sta concepción, p rá c tic a m en te
se ig n o ra n los aspectos relacio n ad o s co n la p ro d u c tiv id a d d e las inversiones,
las condiciones in stitu cio n ales, sociales, p o lític a s y c u ltu ra le s q u e in flu y e n sobre
el efecto y e l g ra d o d e u tilizació n d e la c a p a c id ad p ro d u c tiv a d e los recursos
h u m a n o s y d e los n a tu ra le s, así com o las consecuencias d e dichas inversiones
sobre las condiciones d e v id a d e la p o b lació n , la d istrib u c ió n d e l ingreso, la
co n cen tració n re g io n a l d e la ac tiv id a d económ ica, etcétera,
T a m p o c o se p ro c u ra p recisar las consecuencias q u e te n d rá el a u m e n to de
las inversiones so b re la e stru c tu ra económ ica, p o lític a y social. Se adm ite, en
efecto, q u e h a y u n sistem a económ ico q u e fu n c io n a ta l com o lo su p o n e n la teo­
r ía neoclásica y keynesiana. E l p ro b le m a d e estos países ap arece así red u c id o
casi e n te ra m e n te a l d e u n a m a y o r c ap acid ad d e acu m u lació n , y su d esa rro llo
q u e d a ría aseg u rad o c o n la elevación d e las tasas d e a h o rro e inversión.
C u a n d o d ic h o p ro n ó stic o im p líc ito n o se cu m p le, com o o c u rre con m u ch a
32
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
frecuencia, ello se a trib u y e a q u e el sistem a económ ico es, e n a lg ú n sen tid o ,
“a n o rm a l”, o se p re te n d e q u e p re se n ta desviaciones con respecto a cóm o d eb e­
r ía ser el sistem a. L a reacció n d e l econom ista fre n te a d ic h a situ a ció n tie n d e
a a tr ib u ir tales p roblem as, in stitu cio n ales o políticos, a la fa lta d e liderazgo,
cu an d o n o a situ acio n es v in cu lad as a a ctitu d es y valores, cuestiones todas q u e
escapan a l á m b ito d e l econom ista y, p o r consiguiente, n o le corresponde con­
siderar.
E sto im p lica u n a posició n m eto d o ló g ica sim ilar a la q u e ap arece en las
escuelas clásica y neoclásica, es decir, el m ism o tip o d e m ecanicism o q u e con­
cibe a l sistem a económ ico e n térm in o s d e d e term in a d a s fuerzas q u e p ro d u cen
ciertos e q u ilib rio s a través d e m ercados, q u e fu n c io n a n to ta l o p a rc ialm e n te en
fo rm a lib re y p e rm ite n q u e se efectú en d ichos procesos d e ajuste. Si surgen
razones d e tip o in stitu c io n a l, u o tras, q u e o b staculizan el fu n c io n a m ie n to d el
m ecanism o económ ico, o q u e d isto rsio n en sus efectos, entonces ya n o se tra ta ­
ría d e u n p ro b le m a económ ico y p o r co n sig u ien te d eb e ser tra n sfe rid o al ám ­
b ito político .
P o r o tra p a rte , el p ro b le m a d e l su b d esarro llo se en fo ca com o u n proceso de
p erfeccio n am ien to desde form as p rim itiv a s d e activ id ad d e l sistem a económ ico
hacia form as m ás m o d e rn a s y p erfectas, com o las q u e id e alm e n te ex isten en
los países d esarrollados. D esde e l p u n to d e vista p ro sp ectiv o o ideológico esta
c o rrie n te a d m ite e n re a lid a d q u e el o b jetiv o d e l d e sa rro llo es lleg a r a te n e r el
m ism o tip o d e sistem a económ ico, social y p o lítico q u e el ex isten te en los países
d e a lto g rad o d e d esarro llo , es decir, im p líc itam e n te, consiste e n c o n ceb ir el
desarro llo com o u n proceso d e avance h a c ia e l cap ita lism o m a d u ro .
E n síntesis, q u ien es co n sid eran e l d esarro llo com o u n proceso d e crecim ien­
to, lo e n c a ra n tá c ita m e n te a p a r tir d e u n a te o ría d e sa rro lla d a y perfeccionada
acorde co n los re q u isito s ideológicos y m etodológicos d e econom ías cap italistas
avanzadas. P e ro com o ex iste ev id e n te m e n te u n a rela c ió n e n tre in v ersió n y cre­
cim ien to (m acroeconóm ico) y e n tre “eficiencia” y crecim ien to (m icroeconom ía)
en to d o sistem a económ ico, p arecería q u e d ich a te o ría es ta m b ié n ad ecuada
p a ra in te rp re ta r la p ro b le m á tic a d e l subdesarrollo. Se p a rte , e n consecuencia,
de u n m o d elo o te o ría a b stra íd a d e c ie rta re a lid a d , con d e te rm in a d a s p reocu­
paciones e ideales, y lu eg o se tr a ta d e p e rc ib ir la re a lid a d d el su b d esarro llo a
la lu z d e a q u e lla teo ría.
b] El subdesarrollo como etapa
E n c o n tra ste con la n o ció n d e l d e sa rro llo com o crecim iento, q u e es u n enfo­
q u e e n te ra m e n te d ed u ctiv o , h a y o tra c o rrie n te d e p en sam ie n to q u e , sin a p a r­
tarse d em asiad o d e su c o n te n id o ideológico y m etodológico, procede e n cierto
se n tid o e n fo rm a inversa, es d ecir, a d o p ta la v ía in d u c tiv a. Se tra ta d e autores
q u e observaron o b je tiv a m e n te las características q u e , co n frecuencia, p resen tan
las econom ías su b d esarro llad as y h a n c e n tra d o luego su a te n c ió n con p referencia
sobre a lg u n a d e ellas, c o n v irtié n d o la en seguida en el p ila r d e su in te rp re ta ció n
d el su b d esarro llo y e n la base d e su e strateg ia d e desarrollo.
Se h a señalad o , p o r ejem p lo , q u e se tra ta ría d e econom ías d o n d e existe u n
exced en te generalizad o d e m a n o d e o b ra (W . A rth u r L e w is ); países cuya es­
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
33
tru c tu ra p ro d u c tiv a se e n c u e n tra escasam ente div ersificada (C olín C lark ); po­
blaciones q u e carecen d e las actitu d es, m otivaciones, valores y rasgos d e p e r­
so n alid ad q u e p e rm ite n d e sa rro lla r la in ic ia tiv a y el “ lo g ro " perso n al (M e
C lellan d , H ag en ); u n a situ ació n d e m ercados insu ficientes d e riv a d a d e la escasa
p ro d u c tiv id a d p rev alecien te c u a n d o fa lta c a p ita l (“el círculo vicioso d e la
pobreza” d e R o sen stein -R o d an y N urk se); fa lta d e capacidad p a ra to m a r deci­
siones d e inversió n a u n cu a n d o existen o p o rtu n id a d e s y recursos (H irs c h m a n );
tasas m u y aceleradas d e crecim ien to dem ográfico q u e im p lica n poco o n in g ú n
a h o rro n e to d isp o n ib le p a ra a celerar el proceso d e ac u m u lació n p ro d u ctiv a
(L eibenstein , N elson), etc.
P a rtie n d o d e u n a d e estas caracterizaciones d e l su b d esarro llo , concebida
com o “el” p ro b le m a d e l su b d esarro llo , se e la b o ra ro n teoríás q u e ex p lic an el
estado o e ta p a d e subdesarro llo ; y d e estas teorías, a su vez, se e x tra e n las co­
rresp o n d ien tes conclusiones respecto d e la p o lític a a seguir. N u rkse, p o r ejem ­
plo, p a rtie n d o d e la observación d e Lew is sob re el excedente d e m a n o d e o b ra
y d e la d e R o sen stein -R o d an sob re la n ecesidad d e u n esfuerzo m asivo y sim u l­
tán eo d e inversiones q u e p e rm ita ap ro v ech ar las econom ías ex tern as y c rea r u n
m ercado p a ra im p u lsa r e l d esarro llo , lig a am bos fenóm enos p a ra d em o stra r
cóm o d ic h o esfuerzo m asivo d e inversiones p u e d e realizarse ap ro v ech an d o el
excedente d e recursos H um anos y sig u ien d o u n a p o lític a d e d e sa rro llo e q u ili­
brado. H irsc h m a n , p o r su p a rte , p ro p o n e u n a estrategia d e d esarro llo d esequi­
lib ra d o , a fin d e fo rzar decisiones q u e d e o tro m o d o n o se to m a ría n , etc.
A este m ism o c u e rp o d e teo rías parciales d e l subdesarrollo, concebidas com o
explicaciones d e u n a e ta p a o situ a c ió n p a rtic u la r, corresp o n d en ta m b ié n algu­
nos esfuerzos d e g eneralización, com o la te o ría d e l d u alism o sociológico de
Boeke, y los en fo q u es d e R o sto w y d e G erm an i, q u e co nciben e l d esarro llo
com o u n a secuencia d e etap as h istóricas q u e son, p o r lo g eneral, las m ism as q u e
p u e d e n observarse en la evolu ció n d e los países a c tu a lm e n te desarrollados. Se
p a rte d e ciertas características, o d e a lg ú n rasgo .p a rtic u la r, d e sociedades lla­
m adas p rim itiv as, trad icio n ales, d u a le s o su b d esarrolladas, p a ra d em o strar, o
m ás b ie n p a ra se ñ a la r d escrip tiv am en te, cóm o a través d e diversas etapas de
su p eració n d e esas form as p rim itiv as, trad icio n ales o p recarias d e la e stru c tu ra
social, y d e u n cam b io d e actitu d es, d e valores y d e p o lític a se p u e d e lleg ar a la
sociedad m o d ern a, e q u iv a le n te a la d e los países d esarrollados e industrializados.
Este tip o d e e n fo q u e h a su scitad o ta m b ié n n um erosos esfuerzos y políticas
recientes e n m a te ria d e desarro llo , concebidos todos com o esfuerzos d e moderni­
zación. T rá ta s e d e p ro g ram as com o el d esarro llo d e la co m u n id ad , la ra cio n a ­
lización d e la a d m in istra c ió n p ú b lic a , los esfuerzos p o r in tro d u c ir la p re o cu p a ­
ción p o r la p ro d u c tiv id a d en la em p resa y, en generad, el h in c a p ié e n la rac io n a­
lización o m o d ern izació n en el se n tid o d e los valores, actitudes, in stitu cio n es y
organizaciones de las sociedades desarrolladas.
E n los au to re s q u e sig u en estas form as d e análisis de los pro b lem as d e l desa­
rro llo , se observa, e n g eneral, q u e este proceso es concebido com o u n a sucesión
de etap as q u e se re c o rre n desde la m ás p rim itiv a o tra d ic io n a l a la m ás desarro­
lla d a o m o d ern a, p a sa n d o p o r v arios niveles o estadios in term ed io s q u e tien e n
d eterm in ad as características. Se p o d ría a firm a r entonces q u e la n o ta co m ú n de
estos au to res en c u a n to a m éto d o es, p o r u n a p a rte , la aplicación d e esta se­
34
CONCEPTOS DE DESARROLLO V SUBDESARROLLO
cuencia descriptiva com o forma de analizar el proceso de desarrollo, y por la
otra, el carácter parcial de las teorías, en el sentido de asignar el carácter de
variable causal básica a una de las características del subdesarrollo. En cuanto
al contenido ideológico subyacente en esta escuela, se trata tam bién, como en el
caso anterior, de concebir el desarrollo de las sociedades subdesarrolladas com o
el cam ino hacia e l tipo de sociedad que se concibe, im plícita o explícitam ente,
com o ejem plo o ideal: la m oderna sociedad industrial.
El enfoque anterior, que perm ite lo que podría denom inarse “teorías d el
subdesarrollo”, representa de todos m odos un avance considerable con respecto
al enfoque del desarrollo com o crecim iento, puesto que incorpora al análisis
—com o elem ento central— algunas características destacadas de las economías
subdesarrolladas. Además, n o se lim ita a los aspectos económ icos sino que con­
sidera igualm ente los de orden institucional y social com o variables importantes
en el análisis. Sin embargo, cuando se exagera la preponderancia de alguna de
las características del subdesarrollo en detrim ento de las restantes, y se trata ais­
ladam ente la variable escogida com o elem ento causal unívoco del proceso, se
cae en una visión parcial y mecanicista, que si bien puede ilum inar algunas
facetas del fenóm eno, n o logra integrarse com o un elem ento de la explicación
del proceso en su conjunto.
Por la misma razón las explicaciones del tip o “sucesión de etapas” — en cada
una de las cuales prevalece una de las características d el fenóm eno— resultan
descriptivas y sin capacidad analítica para explicar el paso de una etapa a otra,
es decir, el proceso de cam bio estructural .16
c] E l desarrollo cómo un proceso de cam bio estru ctu ra l global
Muchos países de América Latina vienen realizando desde hace varias décadas
esfuerzos importantes de m ejoram iento económ ico y social; se avanzó considera­
blem ente en materia de industrialización, así com o tam bién en la realización
de inversiones de infraestructura. Se hicieron progresos im portantes en m ate­
ria de planificación, y se llevaron a cabo am plias actividades de racionalización
y de modernización en la adm inistración pública, en el sector empresarial, en
ciertas áreas rurales, en los servicios sociales. Además fueron considerables las
inversiones para la expansión de los servicios educativos, de salud y vivienda.
N o obstante, es de todos conocido que en estos países n o se llegó todavía a
un proceso de crecim iento acum ulativo y acelerado; además siguen prevalecien­
d o muchas de las características que en la discusión inicial de la problem ática
del desarrollo se consideraron com o aspectos esenciales del subdesarrollo, tales
como la dependencia externa, la desigualdad económ ica, social y cultural, la
falta de participación social de grupos significativos, la inseguridad y desigual­
dad de oportunidades, etc. Aparte de esta realidad, y n o obstante los esfuerzos
realizados, tam bién se viene observando en la últim a década una tendencia ha­
10 U n a buena síntesis del con jun to de teorías qu e conciben e l desarrollo com o una etapa
o sucesión de etapas, y qu e H iggins denom ina “ teorías del subdesarrollo” , pu ed e encontrarse
en B. H iggins, Econom ic D evelopm ent: Principies, Problem s and Policies, N orton , N u eva
Y ork. 1959, parte 4.
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
35
cia el estancamiento del proceso de industrialización y crecimiento de los países
latinoamericanos.17
Acentúase así en años recientes un esfuerzo de crítica con respecto a los su­
puestos de los modelos y teorías analíticas en uso. Se avanzó en el conocimiento
de la realidad latinoamericana, apreciándose cada vez mejor sus desviaciones
con respecto a los supuestos de las teorías que informaban las políticas seguidas.
Éste ha sido particularmente el caso de la crítica de los programas de estabili­
zación aplicados en diversos países de la región durante la última década. Se
acentuó el hincapié sobre los aspectos estructurales de las economías latinoame­
ricanas, entendiendo por ello principalmente el legado de instituciones econó­
micas, sociales, políticas y culturales heredadas de períodos históricos anteriores,
procurando concebir su evolución no sólo en términos de una unidad política
y geográfica aislada, sino con consideración explícita del contexto internacional
en que se originaron.
Concretamente se ha señalado que los esfuerzos de inversión y de industria­
lización, por ejemplo, no lograrán los efectos esperados, o deseados, cuando
prevalecen en algunos sectores de la economía, como en la agricultura, estruc­
turas e instituciones que dificultan el avance tecnológico, el mejoramiento de
la productividad y la utilización eficiente de los recursos, y que tienden a agu­
dizar la concentración del ingreso y la desigualdad de oportunidades. Se ha
observado igualmente que los sistemas educacionales no están orientados hacia
la formación de mano de obra calificada que pueda participar adecuadamente
en el proceso productivo. Por otro lado, también se ha insistido sobre el hecho
de que la forma característica que ha tomado el sistema tributario de nuestros
países no permite que se haga, a través de la política fiscal, una contribución
sustancial al mejoramiento de la distribución del ingreso. Ante el éxito relativa­
mente escaso de los esfuerzos realizados desde el punto de vista del cambio estruc­
tural y el mejor conocimiento que se tiene sobre estos y otros aspectos de la
estructura económica e institucionaf de nuestras economías y sociedades, se ha
venido insistiendo cada vez más en la necesidad de transformaciones profundas,
de reformas estructurales, que permitan que el funcionamiento y expansión del
sistema económico produzca como resultado un proceso más dinámico y más
justo. A través de la obra realizada principalmente por la g e p a l y por diversos
autores individuales vinculados en una u otra forma a esta institución, se ha lle­
gado a identificar así en los últimos años una corriente de pensamiento latino­
americano sobre estos asuntos, denominada “estructuralista”. Ésta pone el acento
de la política de desarrollo sobre un conjunto de reformas estructurales, en la
función del Estado como orientador, promotor y planificador, y en una reforma
y ampliación sustancial de las modalidades de financiamiento externo y del
comercio internacional. Esta corriente de ideas tuvo probablemente su culmi­
nación política en 1961, en la Carta de Punta del Este y en la concepción ini­
cial —y nunca realizada— de la Alianza para el Progreso. En esa ocasión, en
efecto, los gobiernos latinoamericanos, dentro de un nuevo esquema de coopera­
ción internacional multilateral con Estados Unidos, expresaron su decisión de
17 CEPAi., E l desarrollo económico d e Am érica L atina en la posguerra, Naciones Unidas,
Nueva York, 1963.
36
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
im p u lsa r y re a liz ar ese c o n ju n to d e políticas, u tiliz a n d o la p lan ific ac ió n com o
in stru m e n to p a ra p lasm arlas e n la re a lid a d .
Se h a h ech o e v id e n te e n los ú ltim o s años q u e los p ropósitos, ta n to in te rn o s
com o in tern acio n ales, p la n te a d o s e n esa ocasión n i siq u ie ra h a n sid o e m p re n ­
didos, lo fu e ro n e n fo rm a m u y su p erficial y tím id a, o c u a n d o se .lle v a ro n ade­
la n te n o b rin d a ro n resu ltad o s satisfactorios. M uchos países, incluso, h a n a b a n ­
d o n a d o e x p líc ita m e n te su a d h esió n fo rm a l a los p o stulados entonces afirm ados,
y parece cada vez m ás n o to rio q u e las p o líticas d e re fo rm a e stru ctu ra l, así com o
los esfuerzos d e p la n ific a c ió n q u e h a b ía n estad o vigentes e n A m érica L a tin a
en años recientes p ie rd e n im p u lso y n o lo g ra n trad u cirse e n realid ad es políticas
concretas y eficaces.
E n los ú ltim o s años, y com o consecuencia d e u n a c ie rta fru stra ció n d e las
políticas de d esarro llo n acio n ales y d e la co operación in te rn a c io n a l, los espe­
cialistas h a n llegado a u n a p ercep ció n cad a vez m ás c la ra d e q u e ese c o n ju n to de
políticas y d e m ed id as fu e ro n esbozadas a p a r tir d e m odelos dem asiad o sim plis­
tas y u n ilaterales. P o r ejem p lo , n o h a b ía u n a concepción d e e strateg ia p o lítica
q u e to m a ra d e b id a m e n te e n c u e n ta las fuerzas con las .cuales se p o d ía c o n ta r
p a ra llevarlas a cabo, así com o los g ru p o s q u e p re su m ib le m e n te se o p o n d ría n
a ellas; tam p o co se p e rc ib ía c la ra m e n te la n a tu ra le z a estratég ica d e las v in c u la­
ciones económ icas sociales, p o líticas y cu ltu rale s ex tern as. L a percep ció n de
estas form as d e in te rin flu e n c ia s in te rn a s y e x tern as evidentes e n tre las condi­
ciones p o líticas y económ icas, q u e se e x p resan co n cretam en te p o r las caracterís­
ticas estru ctu rales d e u n a sociedad, h a im p u lsad o a alg u n o s a p e n sa r e n la n e­
cesidad d e e stu d iarlas o rg án icam en te co n u n a visión d e to ta lid a d q u e incluya
n o sólo los elem entos económ icos e in stitu cio n ales q u e se re fie re n d e m a n e ra
d irec ta a tales aspectos, sin o q u e consid ere tod os los dem ás factores n acionales e
in tern acio n ales v in cu lad o s a la e stru c tu ra social y p o lític a q u e tie n e n u n a in ­
flu en cia decisiva so b re la fo rm a d e a c tu a r d e l E stad o y d e la sociedad e n su
c o n ju n to .18
P o r o tra p a rte , to d o esto llev ó a u n a posición a u to c rític a a la p ro p ia escuela
estru c tu ra lista , la q u e se p la n te a ta n to a l n iv e l m etodológico com o a l ideoló­
gico. Se c o m p re n d ió q u e e l estru c tu ra lism o n o e x a m in a b a la re a lid a d la tin o ­
am eric a n a com o u n a to ta lid a d q u e se ex p lic a a sí m ism a com o p ro d u c to d e su
evolu ció n h istó rica, sin o q u e la c o n tra sta b a con los supuestos d e los m odelos
de crecim ien to o d e las teo rías parciales d e l su b d esarro llo . D e h echo, e n el
análisis q u e su ste n ta b a la p lan ificació n , la in te g ra ció n económ ica, las reform as
estru ctu rales y las d em ás p roposiciones d e la p o lític a d e d esarrollo, se recaía en
el em p le o d e l p ro p io m é to d o a n a lític o q u e , p o r o tro lad o , se c ritic ab a en sus
supuestos fu n d am en tales.
L o a n te rio r p la n te a la ta re a d e d e fin ir u n m é to d o satisfactorio p a ra exam i­
n a r la re a lid a d d e l d e sa rro llo latin o a m e ric an o , cuyas exigencias d e b e n consistir
en en fo carla desde u n p u n to d e v ista e stru c tu ra l, h istó rico y to taliza n te, y m ás
18 L as implicaciones politico-institudonales de algunas de las estrategias del desarrollo
más populares (Nurkse, Rosentein-Rodan, Hirschman, Lewis) se analizan en W . F . Illchm an,
y R . C. Bhargava, "Balanced Thought and Economic Growth” , en Econom ic D evelopm ent
an d C ultural Change, T h e U niversity ot Chicago Press, U niversity o f Chicago, núm. 4,
ju lio de ig 6 6 .
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
37
p re o cu p a d o p o r e l análisis y la ex p licació n q u e p o r la descripción, esto es, n o
se tra ta d e d e sc u b rir la evo lu ció n d e las econom ías y d e las sociedades la tin o ­
am ericanas p o r e tap as y com o e n tid a d e s aisladas, ajen as a las relaciones in te r­
nacionales, sin o m ás b ie n d e e x p lic a r d ic h o proceso d e cam b io in c o rp o ra n d o
todas las variab les socioeconóm icas in te rn a s y e x te rn as q u e se consideren p e rti­
nentes, fo rm u lad as en fu n c ió n d e u n esq u em a an alítico explícito.
U n esq u e m a a n a lític o a d ecu ad o p a ra e l estu d io d e l d esa rro llo y d e l subd esarro llo d eb e re p o sa r p o r consiguiente, so b re las nociones d e proceso, d e es­
tru c tu ra , y de sistem a. N o se a d m ite q u e e l su b d e sa n o llo sea u n “m o m e n to ”
e n la evolu ció n c o n tin u a (en fo q u e d e l d e sa rro llo com o crecim iento) o discon­
tin u a (en fo q u e d el d esarro llo com o sucesión d e etapas) d e u n a sociedad econó­
m ica, p o lític a y c u ltu ra lm e n te a islad a y a u tó n o m a ; p o r e l c o n tra rio , se p o stu la
basándose so b re la observación h istó ric a sistem ática,19 q u e e l su b d esarro llo es
p a rte d e l proceso h istó ric o g lo b al de d esarro llo , q u e ta n to e l su b d esarro llo com o
el d e sarro llo son dos caras d e u n m ism o proceso h istó ric o u n iv ersal; q u e am bos
procesos son h istó ric a m e n te sim u ltán eo s; q u e están vin cu lad o s fu n cio n alm en te ,
es decir, q u e in te ra c tú a n y se c o n d icio n an m u tu a m e n te y q u e su ex p re sió n geo­
gráfica co n creta se observa e n dos g ran d es d u alism os: p o r u n a p a rte , la división
del m u n d o entre los estados n acio n ales in d u striales, avanzados, desarrollados,
“centros”, y los estados n acionales subd esarro llad o s, atrasados, pobres, p eriféri­
cos, dep en d ien tes; y p o r la o tra , la d iv isió n dentro d e los estados n acionales e n
áreas, g ru p o s sociales y actividades avanzadas y m o d ern as y e n áreas, g ru p o s
y actividades atrasadas, p rim itiv a s y d ep en d ien tes.20
E l d e sa rro llo y el su b d esarro llo p u e d e n com prenderse, entonces, com o es­
tru c tu ra s parciales, p e ro in te rd e p e n d ie n tes, q u e co n fo rm an u n sistem a único.
L a característica p rin c ip a l q u e d ife re n c ia am bas estru ctu ras es q u e la d esarro ­
llada, en v irtu d d e su c a p acid ad en d ó g en a d e crecim iento, es la d o m in a n te , y la
sub d esarro llad a, d a d o el c a rá c ter in d u c id o d e su d in ám ica, es d e p e n d ie n te ; y
esto se ap lica ta n to entre países com o dentro d e u n país.
E l p ro b le m a fu n d a m e n ta l d e l d esarro llo d e u n a e stru c tu ra su b d esarro llad a
aparece así com o la n ecesidad de su p e ra r su estad o d e d e p en d en cia, tra n sfo rm a r
su e stru c tu ra p a ra o b te n e r u n a m ay o r cap acid ad a u tó n o m a d e crecim iento y
u n a re o rie n ta ció n d e su sistem a económ ico q u e p e rm ita satisfacer los objetivos
d e la respectiva sociedad. E n o tro s térm in o s, el d esarro llo d e u n a u n id a d p o lí­
tica y geográfica n a c io n a l significa lo g ra r u n a creciente eficacia e n la m a n ip u la ­
ción cread o ra d e su m ed io a m b ie n te n a tu ra l, tecnológico, c u ltu ra l y social, así
com o d e sus relaciones con o tras u n id a d e s políticas y geográficas.21
E l p la n te a m ie n to a n te rio r im p lic a u n a re o rie n tació n d e la p o lític a de desa- —
rro llo ta n to e n lo in te r n o com o en las relaciones in tern acio n ales; p a ra ser efi­
caces y p erm an en tes los re o rd e n a m ien to s de esta n a tu ra lez a, sólo p u e d e n basar10 Véase parte n y parte iv.
20 U n enfoque de este tipo queda sugerido en un brillante aunque poco conocido ensayo
de J . R . Hicks, "N ational Economic Development in the International Setting” , en Essays in
W orld Economics, Oxford University Press, Londres, 1959, p. 16 1.
2 1 Esta definición constituye una elaboración y am pliación de la utilizada p or N . G irvan
y O. Jeffeison, “ Los ordenamientos institucionales y la integración económica del Caribe y de
Latinoam érica” , en Desarrollo Económ ico, octubre-diciembre de 1967, Buenos Aires, pp.
329-331-
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
se en la participación social, política y cultural activa de nuevos grupos sociales
antes excluidos o marginados, y esa participación debe hacerse presente tanto
en la formulación de los objetivos de la sociedad como en la tarea de alcanzar­
los. Se trata, en últim o término, de procesos en los cuales nuevos grupos so­
ciales, que fueron “objeto” del desarrollo, pasan a ser “sujeto” de ese proceso.
En nuestros países, sólo grupos minoritarios participan y se benefician de
los esfuerzos de desarrollo, a veces muy importantes, que se han llevado a cabo,
y esto cuando los sectores marginados crecen en número absoluto y a veces
incluso en proporción relativa. El desarrollo, por el contrario, ha sido conse­
guido generalmente mediante un proceso intencionado donde algunos de los
grupos socioeconómicos, hasta entonces marginados, han participado en forma
creciente, tanto en la definición de los objetivos como en las tareas concretas
y en los beneficios del proceso. Como las posibilidades de acción social están
condicionadas en forma importante por la naturaleza de las vinculaciones ex­
ternas económicas, políticas, tecnológicas y culturales,22 el grado de participa­
ción se relaciona directamente a la dependencia, pues se supone que a un mayor
grado de participación social y política — formal o no— corresponde un mayor
grado de autonomía nacional. Por este motivo la definición de desarrollo des­
taca explícitamente el grado de control que el Estado-nación tiene sobre esas
influencias externas tan significativas.
Por otra parte, esta forma de concebir el desarrollo pone el acento en la
acción, en los instrumentos del poder político y en las propias estructuras del
poder; y éstas son, en últim o término, las que explican la orientación, eficacia,
intensidad y naturaleza de la manipulación social interna y externa de la cul­
tura, los recursos productivos, la técnica y los grupos sociopolíticos. Desde este
punto de vista, se hace resaltar igualmente la importancia decisiva que adquie­
ren el fortalecimiento y enriquecimiento de la cultura nacional — otro aspecto
de la participación— por su carácter determinante en relación con la natura­
leza de las aspiraciones sociales. Del mismo modo se acentúan los aspectos rela­
cionados con la capacidad de investigación científica y tecnológica, por ser ele­
mento determinante —junto con la estructura del poder— de la capacidad de
acción y manipulación tanto interna como de las vinculaciones externas del país.
Esta posición metodológica significa también que el desarrollo es algo que
algunos grupos de la sociedad desean, producto de la acción de agentes socia­
les y, por consiguiente, es necesario identificar a quiénes interesa el desarrollo
y para qué; así como precisar a quiénes perjudica y por qué, de manera tal
que los grupos sociales que persiguen la meta del desarrollo puedan precisar
sus estrategias de acción.
Se reconoce, desde luego, que esta posición metodológica tiene un sentido
valorativo o ideológico, es decir, que implica una concepción a priori sobre lo
que debe ser. T al como se hizo en oportunidad del examen de las diversas es­
cuelas de pensamiento, también en este caso fue necesario precisar el método
y la ideología de quienes conciben el desarrollo como cambio estructural glo­
bal. Lo novedoso quizá en esta posición metodológica es justamente que no
22 H. Myint, "A n Interpretation o f Economic Backwardness” , en O xford Econom ic Papers,
núm. 2, junio, 1954, pp. 150 -151.
CONCEPTOS DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
39
acepta la neutralidad de las ciencias sociales, y que afirme, por el contrario,
que ésta siempre tiene un sentido valorativo si aspira a ser ciencia para la acción.
Sentado este enfoque, y justam ente para m antener la objetividad científica, fue
preciso, y de hecho es la única manera de llegar a tal objetividad, realizar el
esfuerzo de definición precedente para que dicha postura ideológica quede per­
fectam ente explícita.
Esta concepción difiere, por lo tanto, d e las corrientes que conciben el desa­
rrollo como crecim iento o com o sucesión de etapas, y que ponen el acento de la
política de desarrollo, y aun exclusivam ente, en los requisitos técnicos de la ex­
pansión económ ica. Es evidente que una estrategia de cam bio social también
tiene su expresión y su lógica estrictam ente económica; pero ésta bien puede
conducir a que una m enor tasa de crecim iento del producto por habitante sig­
n ifique más desarrollo qu e otra tasa d e expansión del ingreso, si esta últim a
no incorpora las aspiraciones y necesidades n i beneficia a los grupos en cuyo
nombre se pretende realizar el desarrollo. En efecto, en econom ías dependien­
tes de exportación de tip o “enclave”, es decir, con una actividad exportadora
d e elevada densidad de capital y escasas vinculaciones — o formas m uy especia­
les de vinculación— con el resto del sistema económ ico nacional, com o ocurre
con ciertas actividades mineras o agrícolas de plantación, puede producirse el
fenóm eno del crecim iento sin desarrollo .23 Esto significa que el desarrollo debe
medirse en términos de indicadores económ icos, sociales y políticos que expre­
sen la dirección y m agnitud del cam bio, y que las políticas de desarrollo no
deben formularse en función de los requisitos tecnicoeconóm icos de una deter­
m inada tasa de crecim iento postulada a p rio ri, sino de acuerdo con la viabili­
dad de determ inadas políticas y de los requisitos tecnicoeconóm icos de las mis­
mas, de donde resultará cierta tasa de crecim iento.
En síntesis, el concepto de desarrollo, concebido com o proceso de cambio
social, se refiere a un proceso deliberado que persigue com o finalidad últim a
la igualación de las oportunidades sociales, políticas y económicas, tanto en el
plano nacional com o en relación con sociedades que poseen patrones más eleva­
dos de bienestar material. Sin embargo, esto n o significa que dicho proceso de
cam bio social tenga que seguir la misma trayectoria, n i deba conducir necesa­
riam ente a formas de organización social y política similares a las que prevale­
cen en los países actualm ente industrializados o desarrollados de uno u otro
tipo. La posición adoptada im plica, en consecuencia, la necesidad de exam inar
y buscar en la propia realidad latinoam ericana y en las influencias que ésta
sufre, por el solo hecho de coexistir con sociedades desarrolladas, el proyecto de
nación, las estrategias y políticas de desarrollo y las formas de organización que
habrán de satisfacer las aspiraciones de los grupos en cuyo nom bre se realiza
la tarea de desarrollo.
Por otra parte, este enfoque im plica el uso de un m étodo estructural, his­
tórico y totalizante, a través del cual se persigue una reinterpretación d el pro­
2 3 W . Demas, T h e Economics of D evelopm ent in Sm all Countries, w ith Special R eference
to the Caribbean, Me G ilí, 1955, pp. 8-10. R . W. Clower, G. Dalton, M. Horwitz, A. A.
Walters, Groyth W ithout D evelopm ent, an Econom ic Survey of L iberia, Northwestern University Press, Evanston, Illinois, 1966, prim era parte.
CO N CEPTO S DE D ESAR R O LLO Y SU BDESARRO LLO
40
ceso d e
d e s a rro llo
de
lo s p a ís e s la tin o a m e r ic a n o s , p a r t i e n d o
de
c ió n d e s u e s tr u c tu r a p r o d u c tiv a , d e la e s tr u c tu r a s o c ia l y d e
a q u é lla ;
de
la
in flu e n c ia
e c o n ó m ic a y s o c ia l, y d e
d e riv a d o s d e
de
la
e s tru c tu ra
lo s c a m b io s e n
la s tr a n s f o r m a c io n e s
que
s o c ia l y
de
la s e s tr u c tu r a s
o c u rre n
v in c u la c io n e s e n t r e e so s p a ís e s y lo s p e rifé ric o s .
en
lo s
poder
una
c a ra c te riz a ­
p o d e r d e riv a d a d e
so b re
la
p ro d u c tiv a s y
p a ís e s
c e n tra le s
p o lític a
de
y
poder
en
la s
SE G U N D A P A R T E
EL MARCO HISTÓRICO DEL PROCESO
DE DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
1. DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
L a d iv is ió n d e l m u n d o e n tr e u n
c id a
p a rte
v id a , y
de
la
la
p o b la c ió n
m a y o ría d e
lo s
p e q u eñ o g ru p o d e
m u n d ia l,
p a ís e s q u e
c ió n m u n d ia l y d o n d e im p e r a n
y
donde
ab arca
p a ís e s q u e a b a r c a u n a
p re v a le c e
a
la
u n
e n o rm e
e le v a d o
m a y o ría
c o n d ic io n e s d e v id a m u y
re d u ­
n iv e l
de
la
de
p o b la ­
p re c a ria s , es u n
fe n ó ­
m e n o re la tiv a m e n te re c ie n te e n la h is to ria d e la h u m a n id a d .
1 7 5 0, h a c e a p e n a s d o s s ig lo s , l a p o b la c ió n d e l m u n d o v iv ía a ú n , y e n
H a c ia
su
a b ru m a d o ra
m a y o ría , e n
c o n d ic io n e s
z a d a s p o r d ife re n c ia s f u n d a m e n ta le s
s a b id o
que,
d e l s ig lo
con
xvi y
la
fo rm a c ió n
de
e l c o n s ig u ie n te
lo s
auge
d e E u r o p a se e s tu v o o p e ra n d o
un
t a l e s .1
h a c ia
e ra
T a m b ié n
es c ie rto
d e l m a q u in is m o , y a
d e m e rc a d o .
N o
que
e x is tía n
p o r el
auge
g e n e r a l s e g u ía
m e rc a n til,
se e s tim a
a n u a l .2
que
L a
y
en
de
de
In g la te rra
y
de
la
de
la
y
Es
p a rtir
re g io n e s
de
c a p i­
v ís p e ra s d e
la
e c o n o m ía s
c le ro
y
a lg u ­
re g io n e s e n r iq u e c i­
e u ro p e a
a g ríc o la s
v iv ía
y
a
del
m undo
n iv e le s
en
cercan o s
E s to q u e d a r e f le ja d o e n lo s e le v a d o s ín d ic e s d e m o r t a l i d a d
e l e sc a so c re c im ie n to d e m o g rá fic o
1650 y
e n tre
c ie rta s
n o b le z a , e l a lto
c iu d a d e s y
p o b la c ió n
a
a c u m u la c ió n
E s c o c ia v e r d a d e r a s
u n a s c u a n ta s
a c tiv id a d e s
c a ra c te ri­
m e rc a n tile s
c o lo n ia l, e n
p ro c e so
no
del m undo.
m e d ia d o s d e l s ig lo x v m , e n
en
e l re s to
d e p e n d ie n d o
e x is te n c ia
im p e rio s
c o m e rc io
o b s ta n te , c o n la e x c e p c ió n
a lo s d e s u b s is te n c ia .
y d e n a ta lid a d
m o d e rn o s
del
de
la s d iv e rs a s re g io n e s
im p o r ta n te
n o s fu n c io n a rio s y c o m e rc ia n te s d e
das
m a te ria le s
e n tre
a c tiv id a d
que
re g is tra
e l p e río d o :
1 7 5 0 l a p o b l a c i ó n m u n d i a l c r e c í a a l 0 .3 p o r c i e n t o
m a n u fa c tu re ra , p o r s u
p a rte , se lim ita b a
a
la
p ro d u c c ió n
a r te s a n a l d e te x tile s , y e n e s c a la r e d u c id a a la d e p r o d u c to s m e tá lic o s .
E l tra n s ­
p o rte
pues
se
re a liz a b a
e s e n c ia lm e n te
por
agua
(v ía s
m a rítim a
e x is tía n
fo rm a s e c o n ó m ic a s d e tr a n s p o r te
te rre s tre
y
P rá c tic a m e n te
m a n u fa c tu re ra
p eso .
ju n to
e n e rg ía y tra n s p o rte .
m uy
re d u c id a s , q u e
b ie n e s d e
p lio
que
cuando
L a
e ra n
lu jo , p o d ía n
la
n o c ió n
la
a c tiv id a d
y
ta m b ié n
v ia ja r y
la s
ú n ic a s
por ende
en
la
época,
lo s
d o c u m e n ta d o s , e x p re s a n
g e n e r a r n iv e le s
e s ta b a n
que
de
v id a
e le v a d o s
hechos
se
no
de
re s trin g id a s a m in o ría s
p o s e ía
h is tó ric o s
que
g ra n d e s
lo c a liz a b a
p rin c ip a l fu e n te
del
la
co n su m o
a lg o
a n te s
m ás
de
am ­
m a y o ría . A u n
p re d o m in a n te s e n
s itu a c io n e s
la s
m in e ra
c o n o c im ie n to
del m undo
p a ra
y
d is fru ta b a n
te n e r u n
lo c a l q u e
flu v ia l)
p a r a b ie n e s d e g ra n v o lu m e n
c o n s titu ía la
p r e c is a r lo s n iv e le s d e v i d a
c iu d a d e s
c o n o c id o s y b ie n
el agua
e d u c a c ió n y la c u ltu r a
re s trin g id a y
n o s e a p o s ib le
ta s r e g io n e s
d ía n
to d a
a lo s r ío s , y c a n a le s p u e s to q u e
y
la s d is tin ­
m e n c io n a d o s ,
en
m odo
m asas
de
la
a lg u n o
po­
p o b la c ió n
m u n d i a l .3
1 H e n ri P iren n e, H isto ria económ ica y social d e la E d a d M edia, trad. d e Salvador E chavarriá y M a rtí Soler-V inyes, M éxico, f c e , 1952, pp. 183- 184.
2 N aciones U nidas, T h e D e term in a n te s a n d C onsequences o f P o p u la tio n T ren d s, Nueva
York, 1963.
2 P a ra am p liar lo expresado, y con p articu la r referen cia a F ran cia, sobre todo en fun ción
de la relación en tre precios y salarios véase R ég in e P em o u d , H isto ire d e la B ourgeoisie en
France, E d itio n s du Seuil, P arís, 1960, p . 377.
[45]
E L M A R CO H ISTO R ICO
44
C ie n
1850, se a d v ie rte u n
a ñ o s m á s ta rd e , h a c ia
la
p o b la c ió n
c a m b io s ig n ific a tiv o .
m u n d ia l, se h a b ía
e le v a d o
E l rit­
0 .9 p o r c i e n t o
m o d e c re c im ie n to
de
a
d u r a n te e l p e río d o
1800- 1850, e s p e c ia lm e n te c o m o c o n s e c u e n c ia d e l a u m e n to d e l
r itm o d e m o g rá fic o d e lo s p a ís e s e u ro p e o s e n p le n o p ro c e s o d e R e v o lu c ió n I n d u s ­
tria l.
P o r o tr a p a r te , a lg u n o s p a ís e s h a b ía n
v id a e n fo rm a n o ta b le , e n
E s ta d o s
U n id o s ,
por
ta n to
e je m p lo ,
h a b ría
a lc a n z a d o
1837; F ra n c ia e n
h a b r ía lle g a d o a e sa c ifra e n
u n
in g re s o
é p o c a s a n te rio re s .
por
h a b ita n te
(e n
1832; e l R e in o U n id o
1852; A le m a n ia e n
1886; e Ita lia
1 9 0 9 . E n lín e a s g e n e r a le s p o d r í a d e c ir s e q u e lo s p a ís e s q u e h o y d í a s e d e n o ­
en
m in a n
in d u s tria liz a d o s o d e s a rro lla d o s h a b r ía n
h a b ita n te
150 y
e n tre
lo s a c t u a le s
170 d ó la r e s e n
p a ís e s s u b d e s a r r o lla d o s
A lre d e d o r d e
c ie n to
de
m e d ia d o s d e
se a c e n tu ó
lo s
p a ís e s
(d ó la re s
m ás
ta n to
e s ta ría
ta n te ;
en
o tra s
p a la b ra s ,
m ado,
en
el
o rd in a ria
c ie n te s
m uy
m ás
tra n s c u r s o
lo s
ú ltim o s
tra s c e n d e n c ia
n iv e le s
p re s e n te
o s c ila
una
en
to rn o
re la c ió n
del
ú ltim o
dos
s ig lo s
de
a h o ra
s ig lo ,
d e b ió
que
v id a ,
de
m e n te
del
s ig lo
re v o lu c ió n
p ro d u c c ió n
c io n e s
es
una
de
ese
nuevos
tip o s
de
se
un
la
de
que
e s tru c tu ra
e x c e d e n te
c a p ita l,
la
a p lic a c ió n
y, en
la
cada
m a y o r,
al
s o c ia le s
p ro d u c tiv id a d ;
vez
g e n e ra l,
c ie n tífic o s
tra n s fo rm a c io n e s
de
dando
por
y
el
lu g a r
se
la
c a p a c i­
s im p le ­
u n
m ucho
en
y
y
s o c ia l.
E n
de
de
d e s a rro llo
p ro d u c tiv o .
y
e n e rg ía
la
E n
que
p ro c e so
m ás
tra n s fo rm a ­
u tiliz a c ió n
v ez, p o s ib ilita
a
c re ­
tra ta
fu e n te s
te c n o ló g ic a s
su
y
n iv e le s
fu n d a m e n ta l­
en
p o lític a
c re a c ió n
p ro c e so
e s to , a
fu e
m a n ifie s ta
nuevas
m á s .®
e x tra ,
In d u s tria l,
a c o n te c im ie n to
la
o
de
lo s a u to r e s , a p a ­
N o
c u ltu ra l,
por
5
e le v a d o s
de
h a b i­
tra n s fo r­
m a n tie n e n
In d u s tria l
se
in s titu c io n a l,
fu n d a m e n ta lm e n te
1 a
tra n s fo rm a c ió n
u n
p a ís e s
por
ha
R e v o lu c ió n
h u m a n id a d .
es
p rin c ip io s
de
la
s o c ia l,
p ro d u c tiv a s
tra ta
de
d ó la re s
lo s
fe n ó m e n o
a lc a n c e n
la
de
se
de
a lg ú n
m a y o ría
una
fa b ril;
ta re a s
y
d e c ir,
1 .5
a
re s ta n te s
la
1 500
lo s
re la c ió n
R e v o lu c ió n
es
50 p o r
u n
300 d ó la re s
1
de
fu e
con
de
per capita
200 o
lo s
a c tiv id a d
la s
s u s ta n c ia l a u m e n to
h a b i­
p o r h a b ita n te
p a ís e s
que
re v o lu c ió n
de
a
se
la
b ie n e s
té c n ic a s
té rm in o
xvm .
de
in a n im a d a
de
de
e x p re sa
c a c ió n
por
de
un a
fe n ó m e n o
a c u m u la c ió n
a u té n tic a
p ro fu n d a s
e c o n ó m ic o
m e d ia
por
época
e l in g re s o
lo s
pocos
ta n to
p ro d u c tiv a ,
y
d e l d e s a rro llo
a m p lio ,
re n ta
m e d ia
m is m a
d ife re n c ia
m e d io
a
en
L a
dad
la
esa
p ro d u c irs e
unos
en
e v id e n te m e n te
m e d ia d o s
re n ta
p a ra
que
p ro m e d io
re c e n
una
una
a lre d e d o r
e l in g re s o
a c u e rd o
a
u n a
década
c u y a s p r im e r a s m a n ife s ta c io n e s , d e
m e n te
te n id o
ta l e x tre m o
que
b ie n
p a ra
m e d io s
p re c a rio s ;
la
d e s a rro lla d o s
s u b d e s a rro lla d o s
D u ra n te
h a b ría n
d ra m á tic a m e n te , a
1 9 5 2 -5 4 ) , e n
de
a lc a n z a d o
1850, m ie n tra s q u e
1 0 0 d ó l a r e s .4
ta n te d e a lre d e d o r d e
de
s u s n iv e le s m e d io s d e
1 9 5 2 -5 4 ) d e a l r e d e d o r d e 2 0 0 d ó l a r e s e n e l a ñ o
d ó la re s d e
lo
in c re m e n ta d o
q u e o tr o s c o n s e r v a b a n lo s d e
a p li­
ú ltim o
g en eran
la
un
c a p ta c ió n
a c e le ra d o
de
a c u m u la c ió n .
L a
R e v o lu c ió n
p lic a rs e
o
de
y
In d u s tria l
c o m p re n d e rse
re g io n e s
v u e lv e d e n tr o
a is la d a s ,
de
u n
no
s ó lo
en
com o
s is te m a
es,
s in
e m b a rg o ,
té rm in o s
E u ro p a
e c o n ó m ic o
de
un
p a ís e s
n o ro c c id e n ta l.
y
p o lític o
p ro c e so
a is la d o s ,
E n
m u n d ia l
que
com o
re a lid a d ,
que
pueda
ex­
In g la te rra ,
se
v in c u la
* S. Kuznets, S ix I n d u r e s o n E conom ic G row th, G lencoe, F re e Press, 1959, p. 87.
8 Véase, p o r ejem p lo, las estim aciones d e J . L . Z im m en nan , op. cit., 1966.
d esen ­
aque-
E L M A RCO H ISTO R ICO
lío s
p a ís e s
y
re g io n e s
d e p e n d ie n te s ;
p ro c e so
lo s
de
o tra
de
a
In d u s tria l
Por
la
e x c e d e n te ,
á re as
en
lo s
y
la
suponen
el
lo s s e g u n d o s . P o r
la
R e v o lu c ió n
te o ría s
capaces
de
am bos
ta n to
se
e x p lic a n
tip o s
El
unas
a
la
de
m ita d
In d u s tria l
a lg u n o s
g e n erar
la
del
c re c ie n te
o tra s
en
In d u s tria l
del
por
la
R e v o lu c ió n
es o b v io
h is tó ric o
y
a
la
y
s o c ie ­
R e v o lu c ió n
d e s a rro lla d o s
es, c o m o
de
re s u lta d o
c o n ju n to
en
u n
el
del
re v e la
g ru p o s
lo s
de
que
p a ís e s ,
c e n tr o s , s is te m a s
c re c im ie n to
e n to n c e s
d in á m ic o ,
que
la s
v in c u la d a s
y
y
im p líc i­
lo s p r im e r o s y n o
en
su
c o n s ig u ie n te
p e rm itirá
in te rre la c io n e s
así com o
d e l s ig lo
y,
xvm , no
m e d ia d o s d e l x ix
c o m ie n z a
p a ís e s
sus
a
en
e l o rd e n
avance
a g ríc o la
de
que
la
se
R e v o lu c ió n
p re p a ra ra
el
por
se
en
fo rm a
c la ra ,
e s tru c ­
por
lo
e v o lu c ió n .
£1
y
e s tu d ia r
su
la s
e v o lu c ió n
In d u s tria l,
n o ro c c id e n ta l
In d u s tria l d a
y
E s ta d o s
in d u s tria l
d u s tria l v a
in te g ra d a
U n id o s
a c tu a lm e n te
se
e fe c to ,
de
la
c re a n d o
s id e ra b le s
p e rife ria .
m o d e rn a
c re a n d o , d e sd e
donde
de
N o rte a m é ric a ;
esa
e x p o rta c ió n
g ra n
que
hoy
lo s
y
p o r c u a n to
p a ís e s
una
an­
c e n tu ria
y
la
en
a b ie rta
a lg u n a s
ta m b ié n
la
en
e s te
de
que
la s
p o s i­
tra n s fo r­
p ro c e so .
p asad o
h a s ta
e l p re s e n te ,
tie n e
e n o rm e
e n o rm e
de
en
E u ro p a
s ig n ific a d o
e x p a n s ió n
la
de
R e v o lu c ió n
in te rn a c io n a l c a d a
fo rm a
va
R e v o lu ­
a n a liz a r
in s titu c io n a l
así
que
e l c u a l la
d e c is iv a
o rig in a rio s
e c o n o m ía
p a rtic ip a r
de
la
e c o n o m ía
p ro c e so
de
c o rrie n te s
te c n o ló g ic o s
m e d id a
im ­
c re c ie n te
lo s
la
In ­
vez
m ás
p a ís e s
que
s u b d e s a rro lla d o s .
al
im p o rta n te s
de
a
e x p a n s ió n
p e rife ria
a p o rte s
A
en
e n to n c e s ,
c o m ie n z a n
c o n s id e ra n
que
p e río d o s
s u s fr u to s m á s v is ib le s y e s p e c ta c u la re s
lo s p a ís e s s u b d e s a r r o lla d o s d e
e c o n o m ía
e
d ic h o
E n e l p e r ío d o q u e s ig u e , d e s d e m e d ia d o s d e l s ig lo
la R e v o lu c ió n
la
p re c is a m e n te
com o
p a ra
fa ses
a
s ig n ific a tiv o
s o c ia l, ju r í d ic o
te rre n o
que
d u ra n te
Es
p ro d u c e n
d iv e rs a s
re m o n ta n
c ie rto
In g la te rra .
m is m o
el
es m en o s
m a n ife s ta rs e
p rin c ip a lm e n te ,
p asa
o ríg e n e s
es e l p e río d o
en
fo rm a n
de
am bos
c re a n d o ,
In d u s tria l
que
el
s ó lo
e c o n o m ía s
d e s a rro llo ,
in te rre la c io n e s
d ic h a s
d u ra n te
E n
de
por
p a ís e s
fu n c io n a lm e n te
sus
p o rq u e
p a ís e s
ex­
C o n trib u y e ro n ,
la s
e n tre
a u to s u s te n ta r
e s tá n
tra n s fo rm a c io n e s
p a ra
al
y
a p ro v e c h a m ie n to
p ro c e so
p e rife ria . Se c o m p re n d e
s is te m a s
a
y
g ra n d e s
m a c ió n
el
p a ís e s
g e n e ra c ió n
lo s ú ltim o s d o s s ig lo s n o
p e río d o
b ilita n
la
y
im p o r ta n te
e l p ro c e so .
d e e sa é p o c a h a s ta
c ió n
y
in s titu c io n a lm e n te
s im u ltá n e a m e n te
a d q u irie ro n
d e s ta c a r. S i b ie n
te rio re s
de
p e rifé ric a s .
n e c e s id a d e s
su s e s tru c tu ra s
de
R e v o lu c ió n
fe n ó m e n o
p o rta
m e rc a d o s
á re as
c o lo n ia le s
m a n e ra
tra v é s
c o n v e n c io n a le s
ab arcó
de
fo rm a s c o n c re ta s q u e
d u ra n te
á re a s
de
I n d u s tr ia l s ó lo h a y a o c u r r id o e n
ra d ic a lm e n te
la
a
e l c o n tr a r io , e l a n á lis is
In d u s tria l
tu r a s
de
de
la s
e
la s
d u ra n te
y s is te m a s d e p e n d ie n te s e n
a n á lis is
de
d is ta n c ia m ie n to
la s
en
tra n s fo rm a n d o
a p e rtu ra
a
re s p e c tiv a s
c e n tro s.
h e c h o d e q u e la R e v o lu c ió n
s o c io e c o n ó m ic o s
sus
c o n trib u y e ro n
In d u s tria l
e s tru c tu ra l
s u b d e s a rro lla d o s p ro d u c id o
lo
con
hum anos
p e rifé ric a s
c o n s ig u ie n te ,
ta m e n te
y
R e v o lu c ió n
a d a p ta r
la s
sí
v in c u la c io n e s
n a tu ra le s
p a rte ,
dades
de
u n
re c u rso s
e n tre
d ic h a s
m is m o
tra c c ió n
45
é s to s
y
su
c o m e rc ia le s
de
c re an
im p o rta n c ia ,
la s c a r a c te rís tic a s d e
c a p ita lis ta
d e s a rro llo
fa c to re s
o
que
s in o
a lte ra n
de
s ig n ific a
su
a s o c ia r
lo s
in d u s tria liz a c ió n ,
ta m b ié n
p ro d u c tiv o s
d e s a rro lla n
c o m e rc io
y
a
a
lo s
a c tiv id a d e s
e s tru c tu ra
e x te rio r, in flu y e n
tra v é s
de
p a ís e s
no
con­
de
la
p ro d u c tiv a s
de
p ro d u c tiv a ,
so b re
la
con­
e s tru c tu ra
E L M A RCO H ISTO R ICO
46
s o c ia l y
p o lític a ,
s o c ia le s ;
en
y
esa
y e l p ro c e so d e
to s
de
un
de
p a rte ,
p a ís e s
de
lo s
g lo b a l.
m a n e ra
g ru p o
de
un
c ie rto
de
p a ís e s
de
D ic h a
Se
c o m p re n d e rá ,
te x to
en
c o n c e b id o
s u b d e s a rro lla d a ,
de
la
e s ta r e n
la
la
s in o
base
h is tó ric o
a p re c ia c ió n
s ó lo
h e re d a d o
ta c ió n
y
de
una
la
el
ser
la
un
p a ís e s
e c o n ó m ic a s
c e n tro
re s u lta d o s
por
la
y
in d u s tria liz a d o s
c o n s titu y e n
e n tre
con
y
de
e c o n o m ía
te o ría
del
e le m e n ­
y
p e rife ria
d iv e rs o s :
o tra ,
te o ría
c o n s titu y e
p o lític a
de
d ic h a s
u n
p o r
g ru p o
d e s a rro llo
el
apoyo
y
en
la
lo s
fase
p a ís e s
donde
de
D ic h a s
p o s te rio r
de
se
o rig in ó ,
c re c im ie n to
In g la te rra
que
p a ra
del
eso s
lo
de
re a liz a r
una
que
la
in te rp re ­
p rin c ip a lm e n te
a la R e v o lu c ió n
en
la
a n á lis is
d e s a rro llo
de
d e riv a n
con­
d e b e ría
c o n s titu y e
E s te
a c e p ta d o
te o ría s
del
a n á lis is
vez,
te o ría s
s ig u ie ro n
a c e le ra d o
su
a n á lis is
e c o n o m ía ,
d e n tro
p a ís e s .
p a rtid a
la s
g e n e ra lm e n te
d e s a rr o llo .
é s ta
de
de
d e la e x p e r ie n c ia r e c o g id a d e lo s p ro c e s o s q u e
a
e s to s
el
cada
D ic h o
que,
de
p u n to
tie n e
de
e c o n o m ía s
in te rn a c io n a l.
e c o n ó m ic a
el
que
in d iv id u a l
s u b d e s a rro llo
de
p re c is a m e n te
la
tra s c e n d e n c ia
e s tu d io
e s tu d io
la
p o lític a
de
y
la
de
de
debe
com o
com o
de
c rític a
hem os
de
p o lític a s
lo s
p e rife ria
p ro c e so
d e s a rro lla d o s ,
c o n s e c u e n c ia ,
no
e v o lu c ió n
fu n d a m e n ta c ió n
tria l
la s
de
a s o c ia c ió n
m is m o
p a ís e s
p u n to ,
d e s a rro llo
s u b d e s a rro lla d o s .
h is tó ric o
tip o
p ro c e so
e s ta
un
h a s ta
e l p ro c e so
s u b d e s a rro llo
m is m o
c o n fo rm a ría
una
d e te rm in a n ,
m e d id a
e s e n c ia l,
p a ís e s
In d u s­
así
com o
e x p e rim e n ta ro n
d u r a n t e e l ú l t i m o s ig lo . E n la m e d id a e n q u e e l s u b d e s a r r o llo d e lo s p a ís e s d e la
p e rife ria se c a ra c te riz a
to
d ife re n te s ,
esas
p o r e s tru c tu ra s , in s titu c io n e s y
te o ría s
ap arecen
es in s o s te n ib le e l e n fo q u e q u e
y c o n tin u o , y
fa se s
cada
que
vez
s e m e ja n te ,
de
y
fa c to re s
que
u
o tro
E l
d e s a rro llo
n a c io n a l.
una
Por
d esd e
e s te
titu y e
u n
L a
e l p ro c e so
de
e ta p a s
av an zad as.
de
un
e s tu d ia r,
a
de
que
re s u lta d o s
p o r
e je m p lo ,
d e d e s a rro llo es u n ilin e a l
o
tra ta rs e
s im u ltá n e o
m o d e rn a
fu n c io n a m ie n ­
a s í,
tra d ic io n a le s
L e jo s
fe n ó m e n o
c a p ita lis ta
ta m p o c o
e c o n o m ía
el
en
p u n to
puede
el
c o n c e b irs e
c e rra d a ,
c o n tra rio ,
la s
es
p rim itiv a s
de
de
conduce,
u n
a
p ro c e so
p ro p a g a c ió n
p o r
e n te ra m e n te
c a p ita l
p e rifé ric a s ,
así
en
d e c ir,
re la c io n e s
e le m e n to
e c o n o m ía s
tra n s fo rm a rs e
del
p asan d o
y
b ie n
p re c is o
p ro b a b le m e n te
fo rm a n -la s
2.
m ás
e c o n o m ía
es
va
m odos de
d e s a ju s ta d a s ;
y
c o n d ic io n e s
d is tin to s
en
uno
m e d io .
a fe c ta
yen
la
é l se
supone q u e
m o d e rn a s
c o n s is te
e v o lu c ió n
que
en
m ás
c la ra m e n te
e s to s
com o
e c o n ó m ic a s
p a ra
com o
sus
e le m e n to
de
re fe re n c ia
de
qué
p ro c e so
el
c o n s titu ­
m a n e ra
y
del
se
con­
a p titu d e s
m o d e rn o s. P o r
h is tó ric o
p a ra
u n
e s tric ta m e n te
in te rn a c io n a le s
p o s ib ilid a d e s
v is ta , e l a n á lis is d e l p ro c e s o
fu n d a m e n ta l
com o
fe n ó m e n o
e x p lic a r
s is te m a s in d u s tr ia le s d in á m ic o s y
de
p a ís e s
u n
p a ra
c o n s ig u ie n te ,
d e s a rro llo
exam en
de
la
cons­
te o ría
d e s a rro llo .
1 7 5 0 -1 8 5 0
L A R E V O L U C IÓ N IN D U S T R IA L E N M A R C H A :
e x tra o rd in a ria
e x p e rim e n ta n
to s
que,
en
el
por
c o rre n
la s
p e rio d o
e x p a n s ió n
e c o n o m ía s
de
c o m o d id a d
e n tre
que,
g e s ta c ió n
y
m e d ia d o s
p a ra
a
p a rtir
in d u s tria le s ,
y
triu n fo
s im p lific a r,
d e l s ig lo
xvni y
de
la
tie n e
de
segunda
sus
la
m ita d
a n te c e d e n te s
R e v o lu c ió n
p o d ría
fija rs e
m e d ia d o s
del
d e l s ig lo
m ás
xnc,
in m e d ia ­
In d u s tria l;
en
lo s
c ie n
x ix .
N o
se
la p s o
años
tra ta ,
que
d esd e
E L M A RCO H ISTÓ R ICO
lu e g o ,
de
hacer
47
aquí
u n
e s tu d io
p ro fu n d o
y
e x h a u s tiv o
del
fe n ó m e n o
R e v o l u c ió n I n d u s t r i a l ; s o b r e e s te p e r ío d o y s o b r e e s te f e n ó m e n o
d a n te
y
m e n te
b á s ic o s
p o n e n te
m ás
U no
de
o rig in a d a
por
ta le c im ie n to
de
d e b id o
e m p re sa
y
de
b ie n
por
ra íz
de
la s
de
im p o rta n te s
en
la s
que
la s
una
á re as
o v in o .
de
y
re n o v a c ió n
E s to s
nuevos
e s tim u la d o s
la
té c n ic a
de
D e s a p a re c ió
en
de
la
p a ra
e s te
el
m odo
a lim e n tic io s ,
c o m u n a le s
e s te
d e s tin a d a s
s is te m a
n ib le
y
te rc e ra
al
tra d ic io n a l
y s ig n ific ó
e n c o n tra b a
la
p a s to re o
p e rm itió
ta m b ié n
p o s ib ilid a d
de
en
com o
de
así
del
te x tile s
ganado
ta m b ié n
en
la
de
la
la
la
con­
c o m e rc ia n te s
de
lo s
a n tig u o s
in tro d u ­
de
tra d ic io n a ­
e s to s
la
e x p a n s ió n
de
L a
m e d ie v a l
la s
ru ra l
o rg a n iz a c ió n
á re a
que
del
p ro ­
tie rr a s
d e s tru c c ió n
del
de
ganado
h o rta liz a s y
p ie rd e n
p o b la c ió n
c a m b io s
s o c ia l.
c u ltiv o
con
a ld e a .
m is m a
com o
n ú m e ro
se
o
fa v o ra b le s ,
c o n s id e ra b le
nueva
de
de
e x ig ió
el
xvm ,
a g ro p e c u a ria
in g le s a
T odos
s is te m a
de
s ig lo
a c tiv id a d e s
c o n g ra n o s, o tra
a m p lia c ió n
por
o rg a n iz a c ió n
a u m e n ta r
tra d ic io n a l
e l d e s p la z a m ie n to
s u s te n to
la
tip o
m anu­
des­
m e d ia d o s
ru ra l.
so b re
p rin c ip a l­
s o c ia l,
del
m uchos
la
fo r­
m e rc a n til
a c tiv id a d
c u ltiv o s y
b a rb e ch o ;
una
la
e c o n ó m ic a s
p ro d u c to s
d is p o n ib le s
d e la s tre s fa ja s p a r a le la s d e c u ltiv o : u n a
d u c to s
así
y
nuevo
p re s tig io
p ro p ie ta ria
e x p lo ta c ió n
de
de
po­
y
a c tiv id a d
re a liz a d a s p o r fa m ilia s
m a te ria
la
la
c o m ie n z o s
h a c ia
que
fin a n c ie ro s
u rí
b u rg u e s ía
en
c la s e
re p e rc u s io n e s
la d e m a n d a
p a s to re o
de
c o n d ic io n e s
de
im p o rta n te s
n a c ie n te
te x tile s ,
tie rra
en
p o r ra z o n es
p ro p ie ta rio s ,
por
ta n to
ex­
m o d e rn a .
m e rc a n tile s ,
de
al
com o
in te rn a c io n a l
e m p re sa s
la
tra n s ­
e n riq u e c im ie n to
in c o rp o ra c ió n
c a p ita l
la s
fa b ril,
re c u rso s
y
lo s
im p u ls a ro n
e c o n o m ía
de
E l
de
p rin c ip a l­
c o n d ic io n e s
c o m e rc io
lu c ra tiv a s
en
la
la s
la
p o lític a s
e x p o rta c io n e s
la s a d q u is ic io n e s d e
adem ás
de
e n c o n tra b a
s o c ia le s
al
a n te rio re s .
s ig n ific ó
o p o rtu n id a d e s
de
de
a c u m u la c ió n
a g ro p e c u a ria . Y a sea
de
E l in c re m e n to
la s
la
tra b a s
re n o v a ro n
e v o lu c ió n
á re as
y
la
abun­
a lg u n o s
que
p ro d u c c ió n
g e s ta c ió n
la
re c u rso s
s u s ta n c ia le s in n o v a c io n e s
y
es
épocas
c o lo n ia l,
p ro d u c e
te r ra te n ie n te s ,
tu v ie ro n
de
la
g ra n d e s, c o m e rc ia n te s
trá fic o
auge
se
e n riq u e c id o s .
le s ,
de
s is te m a
de
una
p o lític o , a sí c o m o
del
nuevas
de
to d o ,
In d u s tria l,
p ro d u c tiv a s ,
p ro c e so
de
in g le s a
v e n ta jo s a s
se c u e n c ia d e
je ro n
a p e rtu ra
lo s
so b re
R e v o lu c ió n
a c tiv id a d e s
In d u s tria l
re v o lu c io n e s
la s
del
c e n tu ria
del
al
com o
ru p tu ra
pués
a
la
m e rc a n tilis ta
fa c tu re ra
d e s a rro llo
R e v o lu c ió n
la
in s titu c io n a l, s o c ia l y
d iv e rs a s
c a r a c te riz a d o
la
m e n te
y
d e s ta c a r,
a
lo s e le m e n to s e s e n c ia le s e n
s ib ilita ro n
p o lític a
en
auge
In te re s a
c a ra c te riz a ro n
o rd e n
té c n ic a s
e x tra o rd in a rio
la
que
lo s c a m b io s d e
fo rm a c io n e s
de
b i b l i o g r a f í a .6
e x c e le n te
fe n ó m e n o s
hay
de
d is p o ­
ya
no
tra b a jo
a g ríc o la .
E s to s c a m b io s in s titu c io n a le s y s o c ia le s e n
ñados
de
im p o r ta n te s
in n o v a c io n e s
té c n ic a s
la
en
a g ric u ltu ra
la
e s tu v ie ro n
g a n a d e ría
y
en
la
acom pa­
a g ric u l-
« Puede consultarse en tre m uchos otros: H . E . Fried laen d er y J . Oser, H istoria económ ica
de la E uropa m oderna , trad. de F loren tin o M. T o m e r , M éxico, f c e , 1957, p arte 1; Fredericlc L . N ussbaum , A H isto ry o f th e E conom ic J n stitu tio n s o f M odern E u ro p e, Nueva York,
F . S. C rofts and Co., 1937’ ó - R en ard y G . W eulersse, H istoria económ ica de la E uropa m o ­
derna, Buenos Aires, E d ito rial Argos, 1949; H . E . Barftes, H istoria d e la econom ía d e l m u n d o
occidental, M éxico, u t e h a , 1955; P au l M antoux, L a R evo lu ció n In d u stria l en e l siglo X V I I I ,
M adrid, A guilar, 1962; H. L . Beales, T h e In d u stria l R e v o lu tio n , 175 0 -1850 : A n In tro d u cto ry
Essay, Nueva York, A. M . K elly, 1958.
E L M A RCO H ISTÓ R ICO
48
tu ra ;
se
in tro d u c e n
en
s a n id a d
a lim e n ta c ió n
h ig ie n e ,
a g ric u ltu ra , se
p o ra c ió n
te n
de
la
a lg u n o s
e s ta s
m ano
la
nuevos
o b ra
de
ru ra l,
tiv id a d
de
E l
in te rn o
p a ra
com o,
a rte s a n a l
y
ro ta c ió n
c r ía , s e le c c ió n ,
en
b asad o s
p rin c ip a lm e n te
e s tim u la n
un
in c o rp o ra c ió n
c u a n to
so b re
tu b é rc u lo s ,
fu e rte
de
a
la
la
in c o r­
que
se
de
de
to d o s
e le v ó
m o v im ie n to
nuevas
e l d e s a rro llo
e x p a n s ió n
la
(workshops),
tie rra s ,
o tra s
p e rm i­
e s to s
m ig ra to rio
la
fo rm as
u tiliz a c ió n
de
fe n ó m e n o s,
s u s ta n c ia lm e n te
la
y
e n tre
s u s ta n c ia le s
re ú n e
p a rte , d e
en
re o rg a n iz a
u n
d u ra n te
la
g ra n
c u ltiv o
la
y
p ro d u c ­
m e d ia d o s
del
c a n a liz a r la
la
fa se m e rc a n tilis ta
p ro d u c c ió n
de
que
o
E s to
de
lo s
de
a
in ­
n a tu ­
p re v a le c ía .
E l
en
ca­
ta lle re s
q u ie n e s
tra b a jo ,
h iz o
p re v ia ,
fa m ilia r
a rte s a n o s
lu g a r
h a c ia
e l m e rc a ­
e x te rio r.
m a n u fa c tu re ra
ru ra l,
im p o r ta n te
un
p a ra
m e rc a d o
in d iv id u a l
y
p rin c ip a lm e n te
ta n to
el
m e d id a
m e c á n ic a
la n a
a c tiv id a d
tra b a jo
g ru p o
e n e rg ía
p a ra
en
el
p ro c e d ió
te x tile s d e
e s p e c ia lm e n te ,
d o m é s tic a ,
p rim a ,
g a n a d e ría
de
c o m e rc ia n te , s u rg id o
donde
m a te ria
de
p ro d u c c ió n
m uy
c o m e rc ia n te
é l, p o r s u
la
in g le s a
m o d ific a c io n e s
p ita lis ta
n is tra
la
a m p lió
q u e e l c a p ita lis ta
ra le z a
de
ganado;
a g ríc o la .
c o n s e c u e n c ia
a g ric u ltu ra
e s tím u lo
tro d u je ra
c u ltiv o s ,
de
c ie n tífic o s
del
fin e s d e l x v iii.8
d e l p ro c e so q u e
do
ra c io n a l
s is te m a s
la s y a c u ltiv a d a s y
p r o d u c t o s .7 C o m o
la
nuevos
p ro d u c c ió n
nuevos
y
p ro c e d im ie n to s
m ás
tra n s fo rm a c io n e s
de
m á s in te n s iv a
s ig lo x v n
p rim e ra
in c o rp o ra n
in te n s ific a r la
T odas
de
y
s u m i­
e n c a rg á n d o se
m e rc a d o s
in te rn o s
y
ex­
te r n o s .®
D u ra n te
una
ra c te rís tic a s
veen
de
e n e rg ía
p rim e ra
un
y
p rin c ip a lm e n te
n ic a s
s ig n ific a tiv a s
a
in tr o d u c ir s e
y
u n ifo rm a n
e l d e s a rro llo
v a c ió n
agua
en
la
y
un a
e s te
la s
que
á re as
el
segunda
fa se ;
in d e p e n d iz a r
se
e s tim u la n
la
c o n c e n tra c ió n
u rb a n a
en
y
del
c o m e rc ia n te
E l
c a p ita lis ta
d e s a rro llo
del
vapor y
d e l m e ta l
p a ra
m in e ría
la
in n o v a c io n e s
la
s io n a
una
el
ta m b ié n
E l
del
e n tre
p ro d u c c ió n
p u ls a
al
de
tra n s fo rm a c ió n
a
una
de
la
v e rd a d e ra
tra n s p o rte
en
y
la
te rre s tre
e m p re sa
re v o lu c ió n
y
en
m a rítim o
v a p o r.
la
de
o b ra
u n
la
té c ­
s ó lo
c o m ie n z a n
que
re m p la z a n
m e c á n ic o s ,
E s ta
ú ltim a
la
v e c in d a d
E s to s
del
y
in n o ­
del
c a m b io s
a rte s a n o
c a p ita lis ta .
de
la
m á q u in a
e s tím u lo
lo s
o rg a n iz a c ió n
a lto s
de
d iv e rs a s
h o rn o s
vapor
in d u s tria l
m o d e rn a ,
de
c o n s id e ra b le
p ro m o v ie n d o
m á q u in a
m a n u fa c tu re ra
lo s
m ano
tra n s fo rm a c ió n
m e ta lú rg ic a ,
en
p ro ­
in n o v a c io n e s
de
ca­
que
fe rro v ia rio .
p a rtic u la rm e n te
de
la s
lo s
te la re s
a p lic a c ió n
lo s m e ta le s y
fu n d a m e n ta l
g ra n
lo s
e n e rg ía
s ig n ific a n
in d u s tria
s o b re s a le n
de
de
la
la
la
m á q u in a s
e m p re sa rio
m a rítim o
c u a le s
la s
de
p e rm ite n
fe rro v ia rio ,
c arb ó n
de
tra n s p o rte
tra n s p o rte
a ce ro . E l u so
d e s a rro llo
y
y
L as
m a n u fa c tu ra
m á q u in a
tra n s p o rte
la s
la
a d q u ie re
c a n a le s
p rim a
p o r e je m p lo
del
y
a le d a ñ a s .
de
tra ta
la
río s
m a te ria
e l a b a s te c im ie n to
y , p o s te rio rm e n te , e l d e s a rro llo
o b re ro
la
lo s
ru ra le s
h um ana, com o
de
m a n u fa c tu re ro
son
d e s a rro llo
p e rfe c c io n a m ie n to
s ig n ific a
pues
ta n to
de
p a ra
a c tiv id a d
d e s a rro llo
d is p e rs o
tra n s p o rte , e n
p ro v ie n e n
m ás
fa se,
p ro c e so
y
que
d a
y
oca­
im ­
lu g a r
tra n s p o rte s .
e s ta b a
lim ita d o ,
h a s ta
c o m ie n z o s
del
t Véase Fried laen d er y Oser, op. cit., p arte i, caps, n y m .
8 Zim m erm an, op. cit., p. 188.
9 Sobre la transform ación de las form as d el tra b a jo , véase los capítu los p ertin en tes de G .
R enard y G . W eulensse, op. cit., y F reid laen d er y Oser, op. cit., capítu los IV y v.
E L M ARCO HISTÓRICO
s ig lo
x ix ,
m e tá lic o
a
de
c o n s titu y e
a u m e n ta r
cuya
b ie n e s
49
a lto
una
d e c id id a m e n te
q u illa
p a ís e s se
e s ta b a
h a b ía
v a lo r
p rim e ra
la
lu c io n a
por
d e s a rro lla d o
por
r á p i d o p o r t i e r r a .10 L a
te rn a ,
que
p e rm ite
c o m b u s tib le ,
g a c ió n
G ra c ia s
tra s la d a r,
e n tre
m e n to s
m a te ria s
y
g e n e ra c ió n
b ie n e s
y
de
re g io n e s
hecho
en
la
m á q u in a
e n e rg ía
a
re v o lu c ió n
de
en
g ra n
e s c a la ,
de
en
a p ro p ia d a s
e n tre
peso
y
p a ra
y
al
b a ra to
y
c o m b u s tió n
in ­
c o n s id e ra b le m e n te
en
se
v o lu m e n ,
de
n a c io n e s
la
hace
p ro d u c ir
R e v o lu c ió n
g ra ­
a p lic a c ió n
p o s ib ilid a d
re g io n e s
tra n s fo rm a r la
su
tra s c e n d e n c ia
la
c ie rto s
in te rn o
d e v a p o r re v o ­
tra n s p o rte s
g ra n
su rg e
m a d e ra ,
en
re la tiv a m e n te
a h o rra r
lo s
de
b a rc o
que
v e le ro
p e rm ite
A unque
de vapor de
y
E l
pues
tra n s p o rte
ya
e n o rm e
de
m odo
re g io n e s
p e rm itirá
de
b ie n e s
e s te
del
tra n s p o rte
c a m b io
d is ta n te s ,
v o lu m e n .
á rb o le s .
te rre s tre
el
m ayor
e s ta
y
in n o v a c ió n
carg a
lo s
s is te m a
tra n s p o rte
p rim e ra
de
peso
d e c a n a le s , la m á q u in a
nuevo
e x c e d e n te s
c o m e rc ia r,
ta n te s . E s te
el
p rim a s ;
de
de
im p o rta n te
d e s a rro lla r
un
n e ta
a m p lia re d
vez
de
s ig n ific a tiv a
ta m a ñ o
in n o v a c ió n
s ig n ific a
m a rítim a .
el
un
fu n d a m e n ta lm e n te
p e rm itió
u n id a d
m uy
c a p a c id a d
lim ita d a
c ia s a l a c o n s t r u c c i ó n d e u n a
fe rro c a rril
por
y
nave­
p o s ib le
com o
a li­
a m p lia r
la
d e te rm in a d o s
c erca n a s
y
d is ­
I n d u s tr ia l in g le s a ,
que
p o s te r io r m e n te se r e p ite c o m o f e n ó m e n o n a c io n a l e n o tro s p a ís e s e u ro p e o s y ta m ­
b ié n e n
la
E s ta d o s U n id o s , e n
c re a c ió n
D esd e
de
el
un
s is te m a
p u n to
de
v is ta
lo s fe n ó m e n o s b á s ic o s d e
que
se
m e n te
de
da
en
c ie n d o
que
nuevos
d e p re c ia c ió n
e q u iv a le ,
lo s
en
de
e x p a n s ió n
in te rn a c io n a l
p u ra m e n te
la
R e v o lu c ió n
lo
e c o n ó m ic o
e c o n ó m ic a s
que
im p lic a
de
re a lid a d ,
a
a
una
dada
un
una
la
uso
el
c a p a c id a d
a lte rn a tiv o
ganado.
E s to
v e c h a m ie n to
lo s
p ro c e so s
de
de
p ro d u c tiv a .
com o
b ie n e s
adem ás,
c o s to
tra n s p o rte ,
m e n to
del
m á q u in a
c ió n
p a rte
de
com o
la
de
D esd e
b ie n e s
el p u n to
a c e le ró
10 Sobre
B a m es, op.
1950 , trad.
cap ítu lo n ,
a
la
lo
p ro d u c ir
y
de
la d o ,
c ie rta
el
p ro d u c e
se
ha
el
com o
s is te m a
c u a l e l esfu erzo
energía,
p o d ía
en
de
b ru ta
de
la
e s p e c ia l
hum ano
d e d ic a rs e
uso
aum en­
no
la s
tie n e n
s e m illa s
y
de
ú ltim o ,
y
el
lo c a liz a r
h a s ta
e n to n c e s
p o r
e n te ro
y
a p ro ­
fa c ilita
lo s
así
m e ta le s
en
el
g ra n
p ro p o rc io n a d a
p a ra
de
ú til.
c o n s ta n te ,
p a ra
c o n s id e ra b le s
P or
casi
ta s a
p ro d u c c ió n
el
p ro d u ­
v id a
c a p ita l
e c o n ó m ic o
la
la
su
to ta l
con
re d u c c io n e s
m a y o r fle x ib ilid a d
b ie n e s
p ro lo n g a d o
o c u rre
te rre s tre .
en
c o n s tru ir
re b a ja
te c n o ló g ic a ;
s e ñ a la d o ,
in a n im a d a ,
u n a
e s p e c ífic a ­
b ie n e s
en
de
d u ra d e ro s,
in v e rs ió n n e ta
com o
a lg u n o s
a p lic a c ió n
a u m e n to
e s p e c ific id a d
in n o v a c ió n
so b re
p e río d o
in v e rs ió n
e s to s
co n su m o ,
e
e n e rg ía
con
de
m a rítim o
v a p o r, p e rm itió
d e s tin a d o
o tro
que
ya
ta n to
m a n u fa c tu re ra ,
d u c c ió n
tria l
uso
de
una
a c u m u la c ió n
s ig n ific ó ,
de
a rtíc u lo s
in tr o d u c e
lo s
Por
h a c ia
la
c o n s id e ra b le
por
á re a s y
te c n o ló g ic o ,
es p o s ib le
p a r te c re c ie n te d e la m is m a q u e d a d is p o n ib le c o m o
ta r
y
m a te ria le s
p ro d u c c ió n
que
o tra s
In d u s tria l re p o sa n
c o n se rv a rse d u r a n te
m e d io s
h a c ia
in te g ra d o .
s ig n ific a , p o r e je m p lo , q u e
puedan
b ie n e s ,
de
p ro c e so
a c tiv id a d e s
lo s m e ta le s , e s to
p ro d u c c ió n
E s to
la s
u n
e c o n ó m ic o
la
au­
por
la
p ro d u c ­
en
a
buena
la
p ro ­
s e rv ic io s .
v is ta
p ro fu n d a
de
la
e s tru c tu ra
tra n s fo rm a c ió n
ya
p ro d u c tiv a ,
la
m a n ife s ta d a
en
R e v o lu c ió n
la
a c tiv id a d
In d u s­
a g ro ­
e l d esarrollo d el transporte, consúltese Fried laen d er y Oser, op cit., cap ítu lo v in ;
cit., cap itu lo XI, y W . A shw orth, B reve historia d e la econom ía internacional 1850 de M anuel Sánchez Sarto y otros, M éxico, Fondo d e C u ltu ra E conóm ica, 1958,
apartad o m .
E L M A RCO H ISTO R ICO
5°
p e c u a ria ,
nes
de
uso
del
L a
tu ra
p rin c ip a lm e n te
c a p ita l
y
s u e lo
e
la
sada
en
so b re
h a c ia
lo s
dos;
é s to s
y
u rb a n o
a c tiv id a d
L a
de
a n te rio re s
a
m ie n to ,
y
cam po
lo s
c o n d ic io n e s
o tra s
b ase
qne
n a c io n e s ,
fu e n te s
de
L a
ya
y , p o r la
ra sg o s
m ás
de
un
de
s o c ia l
la
que
por
que
e s to
se
a c tiv id a d
n e c e s a ria s
u n
a g ro ,
s o c ia l
la
ba­
ru ra l
a rte s a n a l
c a m b io s
u n a
a
en
p ro fu n ­
p a rte ,
de
p ro p ie d a d
e m p re sa rio
e ra
u n
p e r­
c a p ita lis ta
p re c is a m e n te
re q u ie re
la
el
y
c re a c ió n
su
o rg a n i­
c o n tin u a
flo re c im ie n to
de
la s
c iu d a d e s ,
de
lo s
fra n c e sa
c o m e rc ia r
c o m e rc io
m e rc a d o s
1789
de
p ro c e so :
R e v o lu c ió n
In g la te rra
p o lític o s ,
el
y
y
s in
u n a
la
o tra
y
c a p ita lis ta
la
la s
que
la s
con
e le m e n to s
ré g im e n
con
p rin c ip a le s
m a n u fa c tu ra d o s .
que
se
dos
en
c re a c ió n
in te rfe re n c ia s
de
in s ­
fo rta le c i­
e x is te n te s
com o
h is tó ric o
In d u s tria l
del
c la s e
re fle ja
la n u e v a b u rg u e s ía e n
c o n s titu y e n
c o n s o lid a c ió n
e s ta
c la s e
p ro d u c to s
fe n ó m e n o
la
así
y
sus
la
y
p e río d o s
c o n d ic io n e s
s o c ia le s
re s id ía
e x ig e n c ia s d e
en
la
p a ra
es
e s ta
a c u s a d a m e n te
lib r e m e n te
e x te rio r
la s
de
a rte s a n a le s
el
d esd e
e x p a n s ió n
g re m io s
en
fo rta le c im ie n to
fin a n c ie ra ;
Üe
re la c io n e s
p e rm ita n
el
p e rfila n d o
c o m e rc ia l
so b re
p a ra
m is m o ,
v e n ía
la s
s im u ltá n e a
m is m o
p o r
acceso
de
c o n s o lid a c ió n ;
casi
c re a c ió n ,
fu n c ió n
el
e s tru c ­
e m ig ra c ió n
a c tiv id a d
d is o lu c ió n
e x p a n s ió n
fo rm a
la
o tra , d e
cuya
s ig n ific ó ,
f o r m a m á s a c a b a d a la s a s p ir a c io n e s y
ceso d e
fu e rte
o c a s io n ó
s in
la
del
o rg a n iz a c ió n
la
que
R e v o lu c ió n
la
s a la rio s y
c o n s id e ra b le
ju ríd ic a s
en
té rm in o ,
con
c la s e
p re c is a m e n te
y
la
de
de
re o rg a n iz a c ió n
ta m b ié n
b ie ­
e m p re sa .
c o n d ic io n e s
son
y
tra n s fo rm a c ió n
p ro d u c tiv o s
nueva
la
tra n s fo rm a c ió n
una
lu e g o ,
nuevos
in te n s ific a r
n a tu ra le s .
una
s e rv id u m b re
fa b ril
In d u s tria l
una
so b re
L as
in g le s a
de
la
una
p ro v o c ó
té c n ic a s ,
p e rm itie ro n
e s tim u la n d o
p ro d u c c ió n
te n e r in flu e n c ia
titu c io n a le s
el
de
nuevas
re c u rso s
ta m b ié n
la
ú ltim o
fa c to re s
R e v o lu c ió n
a m p lia c ió n
p asa
lo s
L a
en
en
nuevos
e je m p lo ,
re m u n e ra d o
s o n a l d e lo s m e d io s d e
z ar la
c u ltiv o
por
u r b a n o s .11
p rim e ro ,
de
al
c a m p e s in a ,
s ig n ific a ro n ,
p ro p ie ta rio
que
c re c ie n te ,
a ld e a
c e n tro s
p ro le ta ria d o
de
o rg a n iz a tiv a s
a s i,
fo rm a
la
m a n u fa c tu re ra
in tro d u c c ió n
In d u s tr ia l im p lic ó
s o c ie d a d ;
d e s tru y e n d o ,
la
fo rm as
in c o rp o ra r
R e v o lu c ió n
de
por
nuevas
d e s a rro lla b a
caras,
m ás
c a p ita lis ta
una,
en
p ro ­
en
con
e c o n ó m ic o s ,
m o d e r n o .12
3 . AUGE D E L C E N T R O : 1 8 5 O A 1 9 1 3
La
R e v o lu c ió n
e ra
en
p a ra
la
a c u m u la r,
m a c io n e s
p e río d o
de
y
de
en
la
es,
en
en
d a m e n te d e sd e
e
in s ta n c ia ,
p o b la c ió n
p o lític o ,
su
In g la te rra ,
p e ro
in c lu s o
E s ta d o s
el
c a ra c te riz a d a
in d e fin id a ,
e c o n ó m ic o ,
a n te s re s e ñ a d o , a lc a n z a n
B é lg ic a ,
ú ltim a
h u m a n id a d ,
fo rm a
o rd e n
p rin c ip a lm e n te
B a jo s
In d u s tria l
h is to ria
s o c ia l
c o m ie n z o
por
y
p ro d u c c ió n .
c u ltu ra l
d esd e
ta m b ié n
F ra n c ia ,
en
E l
de
una
m ayor
y
c u lm in a c ió n
U n id o s .
su
L as
A le m a n ia ,
p e río d o
tra n s fo r­
o c u rrid a s
m e d ia d o s d e l
que
va
nueva
c a p a c id a d
en
s ig lo
lo s
el
x ix ,
P a ís e s
a p ro x im a ­
1850 h a s ta la p r im e r a g u e r r a m u n d ia l, se c a ra c te riz a p o r u n
c re ­
c im ie n to n o ta b le d e la p o b la c ió n y d e la e c o n o m ía d e e so s p a ís e s , q u e se tr a d u c e
en
u n
a p re c ia b le
m e jo ra m ie n to
de
la s
c o n d ic io n e s
de
v id a .
u Fried laen d er y Oser, op. cit., p. 2*3 y gráfica 9.
12 E . J . H obsbaw m , T h e age o f revo lu tio n , 1 J 89 -1848 , Nueva York, M en tor, 1964.
EL M A RCO H ISTÓ R ICO
L a
a c e le ra c ió n
a p re c ia rse
en
la r q u e e n
la
m illo n e s
la
y
la h is to ria
m u n d ia l
no
ya
no
de
la
p a rtir
In d u s tria l,
v u e lv e n
la
a
d e m o g rá fic o
h is tó ric a
h a b ía
p e rso n a s. A
R e v o lu c ió n
m ie n to
in c re m e n to
p e rs p e c tiv a
to d a
de
del
su
p o b la c ió n
5*
y
en
c o n s e c u e n c ia
de
la s
de
la
de
esa
su p erar
época,
p o b la c ió n
e l tra n s p o rte , q u e
d e fic ita ria s ,
g ra n d e s
com o
h a m b ru n a s
p e rm itió
así co m o
que
una
de
d e s ta c a r
que
la
fu e rte
de
p o b la c ió n
a c e le ra c ió n
en
x v iii,
de
a lre d e d o r
con
a
lo s
de
c re c i­
a n te rio re s
de
s e ria m e n te
y
en
la s á re a s e x c e d e n ta r ia s
a
la s
en
el cam po
de
la
ta s a d e
m o rta lid a d
m undo.
S in
c re c im ie n to
la
m e d ic in a ,
que
e m b a rg o ,
p ro d u jo
es
p o b la c io n a l
p re c is o
d u ra n te
el
s ig lo x ix se o b s e rv a p re c is a m e n te e n la s á re a s d o n d e se o r ig in a y d if u n d e la
v o lu c ió n
In d u s tria l,
es
d e c ir,
E u ro p a
así
com o
ta m b ié n
A m é ric a
del
e s tá d e te rm in a d a
la s
á re a s
en
lo s
p rin c ip a lm e n te
s u b d e s a rro lla d a s ;
p a ís e s
e n tre ta n to
d e s a rro lla d o s
com o
p o r la
d ic h o
e x p a n s ió n
ritm o
c o n s e c u e n c ia
de
del
de
la
dem o­
p o b la c ió n
c re c im ie n to
descen so
R e­
N o rte ,
A m é r ic a L a tin a y O c e a n ía . S ó lo e n e s ta c e n t u r ia la a c e le r a c ió n ' d e l r it m o
g rá fic o
el
p ro d u c tiv o s
del
el
su
m u n d ia l c o m o
a fe c ta b a n
m e d io s
700
de
a lb o re s
a c e le ra r
p e río d o s
que
lo s
c ie n tífic o s
re d u c c ió n
la
m e d ia d o s d e l s ig lo
c ifra
c ie rto s
en
debe
seña­
d e la p o b la c ió n
p la g a s
s ig lo s
im p o r ta
c o in c id e
d e s p la z a r a lim e n to s d e
un
s o s te n id o
y
dos
re s p e c to
c o m ie n z a
en
re v o lu c ió n
d e s c u b rim ie n to s
h i g i e n e , e tc ., p e r m i t i e r o n
in c re m e n to
L a
la
m u n d ia l
o b serv arse ,
p o b la c ió n .
ú ltim o s
al
h u m a n id a d , y h a s ta
lo g ra d o
la h is to ria , d is m in u c io n e s a b s o lu ta s d e l v o lu m e n
c re c im ie n to
lo s
g e o g rá fic a ;
se
de
en
a te n ú a
la
ta s a
de
n a t a l i d a d . 13
E l rá p id o
pañado
por
h a b ita n te ;
a s í,
c re c ió e n
se
de
N ó te s e
que
en
G ra n
que
casos v a n
por
50 %
un
re g is tra b a
caso
lo
in c re m e n to
a u m e n to s
e n tre
B re ta ñ a
d ic h o s
le ra m ie n to
a
un
re g is tra n
E u ro p a
y
v in c u la d o
E s ta d o s
a
o tro
a
el
p a ís e s
en
el
120
del
U n id o s .
in g re s o
to d a v ía
re a l
m ayor
In d u s tria l
s e c to re s
se
en
ta le s
p ro d u c c ió n
(V éan se
fe n ó m e n o
por
por
de
g ra n
de
la s
del
e s tu v o
de
ocupado
e l m is m o
p e río d o
por
c ie n to ;
h a b ita n te
en
jo m a d a
in g re s o
ta m b ié n
e s p e c ia l
tra v é s
com o
la
1 y
2 .) Y
e n v erg ad u ra:
la
lo s
tra b a jo ,
por
de
de
e s to
re v o lu c ió n
u n
lo s
lo s d iv e rs o s
to d o
el
45 % .
to d o s
de
p ro d u c c ió n
en
en
u n
r e a l .14
m a n ife s tó
a
por
h o m b re
de
la
acom ­
in g re s o
1910, es
en
m e ta lú rg ic a
c u ad ro s
130
al
1870 y
e n tre
p ró d u c c ió n ;
en
la
m e d io s
re a l
c o n s id e ra b le s re d u c c io n e s
la
e u ro p e o s
n iv e le s
in g re s o
o rd e n
in c re m e n to ,
in c re m e n to
a c e ro y o tro s v in c u la d o s
lo s
lo s
1900, e n ta n to q u e d u r a n te
del
R e v o lu c ió n
de
en
en
F ra n c ia
uno
d ic h o
c o n s id e ra b le
se
en
in c re m e n to s
la d o , la
que
p o b la c ió n
1850 y
A le m a n ia
e q u iv a le
la
s u s ta n c ia le s
e je m p lo ,
acom pañados de
P o r o tro
a u m e n to s
de
m uy
carb ó n ,
p a ís e s
e s tu v o
en
ace­
fu e rte s
lo s
de
m uy
tra n s ­
p o rte s .
C om o
c ió n
vocó
ya
se
in d ic ó , u n a
In d u s tria l e n
en
el
s is te m a
e l s ig lo
de
x ix
tra n s p o rte ,
p r iin e r o , la s c ifra s d e l c u a d r o
el
d e s a rro llo
fe rro v ia rio
fu e
en
13 N aciones U nidas, op. cit.
1 * W . A shw ort, op. cit., p. 39.
la
c o n s e c u e n c ia s
la
fu n d a m e n ta le s
e x tra o rd in a ria
ta n to
te rre s tre
3 e x p re sa n
la
segunda
m ita d
e n o rm e
del
de
la
tra n s fo rm a c ió n
com o
m a rítim o ;
im p o rta n c ia
s ig lo
x rx ,
por
que
su
R e v o lu ­
que
p ro ­
p a ra
el
a d q u irió
p a rte ,
el
CO N CEPTO S DEL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
5*
CUADRO 1
c a r b ó n : p r o d u c c ió n m u n d ia l y p r in c ip a le s p a ís e s p r o d u c t o r e s ,
1 8 6 0 -1 9 6 0
(Promedios anuales en millones de toneladas métricas)
E stados
U nidos
Gran
B retaña
1 8 6 0 -6 4
16.7
8 4 .9
1 8 6 8 -6 9
33
107
1 8 7 0 -7 4
44
1 8 7 5 -7 9
Año
Francia
A lem a n ia
T o ta l
m u n d ia l
1 5 .4
132
14
34
209
123
15
42
251
54
136
17
50
290
1 8 8 0 -8 4
85
159
20
66
374
1 8 8 5 -8 9
117
168
22
78
442
1 8 9 0 -9 4
156
183
26
94
533
1 8 9 5 -9 9
192
205
31
121
643
1 9 0 0 -0 4
286
230
33
157
827
1 9 0 5 -0 9
393
260
36
203
1048
1 9 1 0 -1 4
474
274
40
247
1232
1 9 1 5 -1 9
545
247
24
244
1269
1 9 2 0 -2 4
521
240
34
249
1 280
1 9 2 5 -2 9
548
227
52
316
1488
1 9 3 0 -3 4
388
223
50
265
1251
1 9 3 5 -3 9
408
233
47
351
1488
1 9 4 0 -4 4
555
209
10
444
1821
1 9 4 5 -4 9
553
201
46
233
1 560
9 .8
W . S. W oytinsky y E. S. W oytinsky, W o rld P opu la tio n a n d P roduction, T re n d s and
O u tlo o k, Nueva Y o rk , T h è T w e n tie th C entury F u n d , 1953, p. 868. P ara 1860-64 los datos
provienen de W illia m Ashw orth, B reve historia d e la econom ia internacional, 1850 -1950 , trad,
fu en te:
de M an uel Sánchez S a n o y otros, M éxico, Fon d o d e C u ltu ra E conóm ica, 1958, p. 36.
EL M ARCO H ISTÓ R ICO
53
CUADRO 2
acero:
p r o d u c c ió n
m u n d ia l
y
p r in c ip a l e s
p a ís e s
pro d u cto res,
1 8 7 0 -1 9 5 0
( E n m illo n e s d e to n e la d a s m é tric a s )
Año
T o ta l
m u n d ia l a
E stados
U nidos
R ein o
U nido
1870
0 .7
b
0 .2
b
0 .2
1875
1 .9
0 .4
0 .7
0 .2
0 .3
1880
4 .4
1 .3
1 .3
0 .4
0 .7
1885
6 .3
1 .7
1 .9
0 .5
1.2
1890
1 2 .4
4 .3
3 .6
0 .7
2 .2
1895
1 6 .9
6 .2
3 .3
0 .9
4 .0
1900
2 8 .3
1 0 .4
5 .0
1.6
6 .6
1905
4 5 .2
2 0 .3
5 .9
2 .3
10.1
1910
6 0 .5
2 6 .5
6 .5
3 .4
1 3 .7
1913
7 6 .5
3 1 .8
7 .8
4 .7
1 8 .9
1918
7 8 .6
4 5 .2
9 .7
1.8
1 5 .0
1923
7 8 .5
4 5 .7
8 .6
5 .3
6 .3
1928
1 1 0 .5
5 2 .4
8 .7
9 .5
1 4 .5
1929
1 2 0 .5
5 7 .3
9 .8
9 .7
1 6 .2
1930
9 5 .0
4 1 .4
7 .4
9 .4
1 1 .5
1931
6 9 .5
2 6 .4
5 .3
7 .8
8 .3
1932
5 0 .7
1 3 .9
5 .3
5 .6
5 .7
1933
6 8 .0
2 3 .6
7 .1
6 .6
7 .6
1935
9 9 .3
3 4 .6
10.0
6 .3
1 6 .4
1940
1 4 2 .0
6 0 .8
1 3 .4
4 .4
1 9 .0
1945
1 1 2 .5
7 2 .3
1 2 .0
1 .7
0 .3
1950
8 7 .6
1 6 .6
8 .7
8 .7
12.1
Francia
A lem ania
a E x c l u i d a C h i n a y d e s d e 1945 M a n c h u r i a ,
b M e n o s d e 1 0 0 0 0 0 to n e la d a s .
f u e n t e : W . S. W o y tin s k y y E . S. W o y tin s k y , W orld P o p u la tio n a n d P roduction, T ren d s and
O u tlo o k, N u e v a Y o rk , T w e n t i e t h C e r itu r y F u n d , 1953 , o p . cit., p . 118 .
CO N CEPT O S D EL D E SAR R O LLO ECONOM ICO
CUADRO 3
DESARROLLO FERROVIARIO EN ALGUNOS PAÍSES, 1 8 4 0 - 1 9 0 0
(M illa s d e v ia s a b ie r ta s a l tr á n s ito )
A lem ania
Francia a
R e in o U nido
E stados U nidos
A ño
1840
2 820
838
360
341
1850
9 020
6 620
1 890
3 640
1860
30630
10430
5 880
6980
1870
53 400
15 5 4 0
9 770
11 7 3 0
1880
84 393
17 9 3 5
14500
20690
1890
161 397
2 0 .0 7 3
22 700
26750
1900
194262
21855
25 000
32 330
a E xcluyendo los ferro carriles eléctricos de servicio local.
f u e n t e : G . D . H . C olé, In tro d u c ció n a la historia económ ica, 17 5 0 -1950 , M éxico, F on d o de
C u ltu ra Económ ica, 1963.
tra n s p o rte
m a rítim o
ta m b ié n
c o m o la in tro d u c c ió n d e
e x p e rim e n tó
la h é lic e m e tá lic a
a
p a rtir
1839 y , p o s te rio rm e n te ,
de
s is te m a s d e r e f r ig e r a c ió n
1 8 7 4 .15
E l e le m e n to
e l e m p le o d e
lo s
ta l vez
p ro m e d io , tre s v e ce s la
de
tra n s p o rte m a rítim o
y
u tiliz a c ió n
de
de
en
cada
s e rie
de
de
e llo s
p o d ía
re m p la z o
de
E l c o n s id e ra b le in c r e m e n to
in n o v a c io n e s
en
la
la
p ro c e so
de
d e m o g rá fic o
u rb a n iz a c ió n
d e la p ro d u c c ió n
b io s te c n o ló g ic o s e n
y
que
de
en
E n
la s
p rin c ip a le s
n a v e g a c ió n
a
lo s p a ís e s
e llo s
se
a
m un­
p o te n ­
v e la
por
de
L o s re c u rso s
to d o
e llo
con
nuevos
re c u rso s
de
la
p ro d u c tiv o s
p o b la c ió n
y
con
re s ta b a n
im p o rta n te
a
L a s in v e rs io n e s
p ro d u c c ió n
ta m b ié n
cam ­
e l d e sa rro ­
o tra s
la
e c o n o m ía
re g io n e s
del
e u ro p e a s
c o n s id e ra b le d e la d e m a n d a d e a lim e n to s y d e m a te ria s
a g ríc o la s
de
la
e c o n o m ía
re c u rso s h u m a n o s a l a g ro , y
la
e l c re c i­
tra s c e n d e n ta le s
en
de
el
c o n ju n ta m e n te
e u ro p e a
p re s e n ta b a n
lim ita d o -
n e s im p o r ta n te s p o rq u e , e n tr e o tra s co sas, e l d e s a rr o llo in d u s tr ia l y la
c ió n
es
com o
c e n tra le s , a sí c o m o
re g is tra b a ,
te rre s tre y m a rítim o , p o s ib ilita ro n
e fe c to , e l c r e c im ie n to
s ig n ific a ro n u n a u m e n to
p rim a s .
in d u s tr ia l, a s o c ia d o
e l tra n s p o rte
a p ro v e c h a m ie n to
m undo.
lle v a r,
c a p a c id a d
c o n la e le v a c ió n d e lo s n iv e le s m e d io s d e v id a d e e sa p o b la c ió n , y
llo
de
ig u a l d e s p la z a m ie n to , y
e l c re c im ie n to
la s flo ta s m e r c a n te s d e
de
d o ta d o s
m e tá lic o d e v a p o r.
ra p id ís im o
m ie n to
por
carn e, a p a rtir d e
e s ta
uno
b a r c o d e v e la d e
e l p ro c e so
b a rc o s
e l tra n s p o rte d e
s ig n ific a tiv o
carg a d e u n
c ia s m a r ítim a s , a s í c o m o
el b a rc o
m ás
v a p o r, p u e s
E l c u a d r o 4 in d ic a
u n a m a y o r v e lo c id a d .
d ia l d e
la
e s p e c ia lm e n te p a r a
b a rc o s
fu n d a m e n ta le s ,
1836, e l c ru c e d e l A tlá n tic o
1838, la g e n e ra liz a c ió n d e l u s o d e b a rc o s m e tá ­
lo s p r im e r o s b a rc o s d e v a p o r e n
lic o s
tra n s fo rm a c io n e s
en
de
m a te ria s
se d irig ía n
la
a g ric u ltu ra
p rim a s
p a ra
la
p re d o m in a n te m e n te
d u s tria l y u rb a n o , d e m a n e ra ta l q u e e l a b a s te rim ie n to
15 Friedlaender y Oser, op. cit., pp. 166 y 167.
se
e x p a n s ió n
h a c ia
de
u rb a n iz a ­
o rie n ta b a
en
p a rte
in d u s tria l.
e l d e s a rro llo
in ­
a lim e n to s y m a te ria s
E L M A R C O H IST Ó R ICO
p rim a s
a g ríc o la s
dem anda de
m a rítim o
c ió n
de
y
55
te n d ía
a
q u e d a r re z ag a d o
eso s p ro d u c to s .
te rre s tre
fre n te
a
la
c o lo s a l e x p a n s ió n
L o s c a m b io s r a d ic a le s e n
p o s ib ilita n
a lim e n to s y m a te ria s
e n to n c e s
p rim a s
en
s u p e r a r la s
lo s
p a ís e s
lo s m e d io s d e
lim ita c io n e s
e u ro p e o s
de
la
tra n s p o rte
a
la
p ro d u c ­
in c o rp o ra n d o
nue-
4
cuadro
TONELAJE DE LOS BARCOS DE
100
1886, 1914, 1920
O MÁS TONELADAS POR PRINCIPALES PAÍSES,
(E n m ile s d e to n e la d a s b ru ta s )
1886
19 14
País
Barcos
de vapor
y m o to r
Veleros
Gran Bretaña e
Irlanda
Estados Unidos
Japón
Italia
Francia
Alemania
6162
496
78
195
738
604
3 249
1587
32
705
319
806
fuente:
vos
re c u rso s
n a tu ra le s
de
d o n d e e x is te n
en
S o b re la
c a p ita l
365
1038
o tra s
com o
a p o rta c ió n
m e n te
b ritá n ic a ,
R e in o
U n id o
en
hu m an o s,
v o lu m e n
re s to
un
la
fo rm a rse
m ita d
una
p o d ría
del
m undo.
un
tra s la d o
de
la
que
del
id e a
de
a lc a n z a
del m undo.
se e le v a d u r a n te
to ta l
la
c ifra
de
la
. . .
124
282
253
con
d e l in g re s o
S i E s ta d o s
U n id o s ,
e c o n ó m ic o
n a c io n a l d e
la
por
e je m p lo ,
de
re c u rso s
e u ro p e a
nuevas
p ro d u c ti­
h a c ia
la s
el 4
el
e x tra n je ra ,
p e río d o
1865
n a c io n a l
fu e ra
p ro b a b le m e n te
b ru ta
m a g n itu d
in v e rs io n e s
que
in v e rs ió n
in g re s o
e s to s p a ís e s , s ó lo
m u n d ia l, d e s tin a ra
de
zonas
p rim e r
e s p e c ia l­
1914, e l
a
de
la
m e­
la s p r im e r a s d o s d é c a d a s d e l p r e s e n te
re p re s e n ta
la s
d e s a rro llo
in te re s a e x p lo ta r.
D u ra n te
in v e rs ió n
e x tra o rd in a ria
c o m p a rá rs e la
E l
m a siv o
e c o n o m ía
q u e r e a liz a n a c t u a lm e n te lo s p a ís e s in d u s tr ia le s .
tro
220
1475
c a p ita l, es in te r e s a n te s e ñ a la r, e n
que
4 p o r c ie n to d e s u
a l 7 p o r c i e n t o . 1® E s t a
y
re g io n e s
d e re c u rso s d e
el
in v ie rte
tró p o li; p ro p o rc ió n
c ie n to
Veleros
18111
14574
2 996
2118
2 963
419
238
397
325
'
re c u rs o s n a tu r a le s fa v o ra b le s q u e
lu g a r, e l e x tr a o r d in a r io
s io n e s
Veleros
18 892
4 430
1 708
1430
1922
5135
e l re s to d e l m u n d o o c a s io n a
vos, ta n to
p a rte
Barcos
d e vapor
y m o to r
E nciclopedia británica, Chicago, B en to n , 196s , vol. x x , p . 548.
áre as e n
s ig lo
Barcos
d e vapor
y m o to r
Jp20
in g le s a
de
e s te
d ire c ta s ,
e n tre
u n a
esa
época.
de
v o lu m e n
p ré s ta m o s
te rc e ra
de
y
P a ra
in v e r­
c ré d ito s
D ic h a c ifra es in f e r io r a l
F ra n c ia
a c tu a lm e n te
p o r c ie n to
lle g a
c o n s titu y e
de
su
al
1 por
1 p o r c ie n to .
el
p rin c ip a l
cen­
in g re s o
n a c io n a l
a
la
1« G . M . M eier y R . E . Bald w in , D esarrollo económ ico: teoría, historia y política , trad.
de Ja v ie r Irastorza, E d ito rial A guilar, M adrid, 1964. F ried laen d ér y Oser, op. cit., p. 374
dicen q u e: “ E l volum en de la inversión ex terio r inglesa subió de u n prom edio d e unos
8500000 dólares en 1875-79 a unos 900000000 d e dólares en 1910- 13. E n vísperas de la
p rim era g u erra m u n d ial la inversión ex terio r an u al ascendía aproxim ad am ente a la m itad
del ah o rro nacional. L a inversión ex terio r total ascendía a unos veinte m il m illon es de dóla­
res, o sea, la cu a rta p a rte d e la riqueza n ario n al”.
CO N CEPTO S DEL D ESARR O LLO ECONÓM ICO
5«
a y u d a e x tra n je ra , e llo
re p re s e n ta ría
una
de
ayuda
e x te rn a
e in v e rs io n e s e x te rn a s q u e
n a l d e l p ro g ra m a d e la A lia n z a p a r a
L a
e s tru c tu ra
fic a tiv a s ;
sum a
de
la
in v e rs ió n
1914, e s ta b a
cerca
30 m il m illo ­
de
se c o n te m p la ro n
e x tra n je ra
c o n s titu id o
c o m o m e ta
dece­
c a ra c te rís tic a s
s ig n i­
e l P ro g re so ,
se o b s e rv a , p o r e je m p lo , q u e
tá n ic a , e n
anual de
5 0 p o r c ie n to lo s 2 0 m i l m illo n e s d e d ó la r e s
n e s d e d ó la re s , c if r a q u e e x c e d e e n
ta m b ié n
tie n e
e l c a p ita l e x tra n je ro
en
30 p o r
u n
c ie n to
de
por
p ro p ie d a d
p ré s ta m o s
b ri­
a
go­
b ie r n o s , 4 0 p o r c ie n to p o r b o n o s d e e m p re s a s f e r r o v ia r ia s y d e s e rv ic io s p ú b lic o s
y s ó lo
a lre d e d o r d e
s ig n ific a
de
que
una
25 p o r c ie n to
un
p ro p o rc ió n
in v e rs io n e s e x tr a n je r a s
m enzaban
a
m uy
re a liz a d a
d e s a rro lla rs e
nuevas
en
in v e rs io n e s
c o n s id e ra b le
por
G ra n
a c tiv id a d e s
to d a
B re ta ñ a
de
d i r e c t a s .17
p riv a d a s
de
esa
en
g ig a n te s c a
la s
á re a s
e x p o rta c ió n ,
se
E s to
m asa
donde
o rie n tó
co­
h a c ia
o b r a s d e i n f r a e s t r u c t u r a y d e c a p i t a l s o c ia l b á s ic o .
T a m b ié n
de
e s ta s
es d e g ra n
in v e rs io n e s
U n id o s ,
C anadá,
im p o r ta n c ia
e x tra n je ra s
A u s tra lia ,
y
a b u n d a n te ,
b a jís im a
p a ra
de
d e n s id a d
de
e l c u ltiv o d e
la
p o b la c ió n
rro llo
una
s in o ,
donde
el
L a
m a g n itu d
b ié n
si la s
el
de
o b ra
m ig ra c ió n
de
e u ro p e o .
m ig ra c io n e s
con
e m ig ra ro n
de
E u ro p a
s u p r o c e s o d e e x p a n s i ó n .19
p e río d o s ,
b a ja
a
su p erar
c o n s id e ra b le
a lg u n o s
el
del
caso s, in c lu s o
1 por
ritm o
una
Irla n d a ,
a lre d e d o r d e l 3 p o r c ie n to
puede
d e m o g rá fic o
c ie rto s
p e río d o
que
la s c if r a s
p o b la c ió n
n a tu ra l.
que
en
15
por
c ie n to
del
in m ig r a n te s .
Y
com o
ya
de
se
á re as
la
D esd e
de
ha
la
la
la
de
ba­
por
una
a g ríc o la s
o b v io ,
es
el
d esa­
ta m b ié n
d e c ir,
un
te rc e ra
p a rte
de
de
e s to
de
la
la
com o
com enzaban
de
lo s
eso s
p a ís e s
h a b ita n te s .
n iv e le s
la
una
y,
en
A sí,
m á x im o s
del
c re c i­
p a ís e s re c e p to re s ,
p o b la c ió n
e s ta b a
c ie rto s
s ig n ific ó
su p erab a
de
U n id o s
m asa
que
a lc a n z ó
v is ta
o rig e n
a lc a n z ó , e n
to ta l;
que
de
es
ta m ­
1930, 62 m illo n e s d e
u ltra m a r
ta s a
de
E s ta d o s
la
p a ís e s
d el n ú m e ro
e x a m in a n d o
a b s o lu ta s s in o
e m ig ra c ió n
e m ig ra c ió n
e l p u n to
s e ñ a la d o
lo s
d e m o g rá fic o
p o b la c ió n ,
de
e s ta m o s
1820 y
p o b la c ió n
a b s o lu ta
p e río d o s ,
1914 u n a
o b serv arse
a lre d e d o r
la s
de
E n tre
c re c im ie n to
de
es
a p re ­
o b ra
a lim e n ta c ió n
h u m an o s,
v is ta d e
h a c ia
re d u c c ió n
de
re c u rso s
a lg u n o s p a ís e s la
de
la
e sc a sa , e x ig ió
de
la
c ie n to
en
m ie n to
d u ra n te
E n
re c u rso s
C om o
del
c o n la d e a q u e llo s q u e r e c ib ie r o n e se a p o rte .
p e rso n a s
de
r e a l i z a d a .18
in v e rs ió n
ta n to
lo s
e x tra o rd in a ria m e n te
de
m ano
re q u e ría n
E s ta d o s
puede
c a r a c te riz a d a s
e x is tía n
que
h a c ia
C om o
h a b ía
re g io n e s
donde
in d u s tria l
e ra
la s d o s te rc e ra s p a r te s
A rg e n tin a .
te m p la d o
d esd e el p u n to
c o m p a ra m o s
a
in te rn a c io n a l
a la
la s
s ó lo
p e ro
c lim a
y
á re a s d o n d e
c o n tra rio ,
p o b la c ió n ,
a p o rte c o m p le m e n ta rio
im p re s io n a n te n o
por
h a c ia
m ás de
fu n d a m e n ta lm e n te
Z e la n d ia
fu e
d e s a rro llo
m ano
c o n s id e ra b le
no
p ro d u c to s d e
y
la
a g re g a r q u e
d irig ie ro n
N ueva
c ia rs e e l c a p ita l e x tr a n je r o
ra ta
se
a rg e n tin a
c o n s titu id a
m ig ra c ió n
e u ro p e a
y
por
se
r í R a g n a r N urkse, “T h e P rob lem o f In tern atio n al In vestm ent T od ay in th e L ig h t o í
N ineteenth-century exp erien ce”, en T h e E conom ic Jou rn a l, L ondres, d iciem bre, 1954, pp. 744-758.
18 r . N urkse, op. cit.
19 E n tre 1861 y 1920, período d u ran te e l cu al se intensifica el proceso m igratorio, su
núm ero se elevó a 46 m illones. D ebe señalarse, sin em bargo, qu e estas cifras son bru tas, es
d ecir, n o se d ed u jeron en ellas los em igrantes q u e posteriorm ente regresaron a sus países
de origen; p o r consiguiente la cifra n eta es considerablem ente m en o r qu e la ind icada. B .
T h o m as, M igración internacional y desarrollo económ ico, P arís, u n e s c o , 1961.
CUADRO
5
PRINCIPALES PAÍSES DE EMIGRACIÓN E i n m i g r a c i ó n : EMIGRANTES e INMIGRANTES
(1861-1920)
y p o b l a c ió n t o t a l
(1860 y 1920)
(E n m ile s d e p e rso n a s)
E m igran­
tes
1860
Población
total
1920 b
País o zona
de inm igración
7 047.5
29 100.0
42 800.0
Estados Unidos
Alemania
2 254.5
38 100.0
60 800.0
Italia
8 382.5
25 000.0
España y Portugal
4985.0
15 600.0 d
País 0 zona
d e em igración
1861-1920
Islas británicas
Población
a
In m ig ra n ­
tes
c
Población
Población
total
b
1860
1920
28 593.0
31 400.0
105 700.0
Canadá
5 138.0
3 100.0
8 800.0
38 000.0
Argentina
4 879.0
1 400.0
8 500.0
21 300.0 d
Brasil
3 481.0
Australia
1 823.0
1 200.0
5 400.0
Nueva Zelandia
1 394.0
100.0
1 200.0
1861-1920
30 600.0
Datos sobre em igrantes: Naciones Unidas, Factores d eterm inantes y consecuencias de las tendencias demográficas, Nueva York,
1953, p . 106.
D atos sobre inm igrantes: W illiam A shw orth, A short history o f th e in te m a tio n a l econom y, 1850 -1950 , Londres, Longm ans, 1958, p. 177.
D atos sobre población: G . D . H . Colé, Introducción a la historia económ ica, M éxico, f c e , 1963, p p . 220 ss.
fu en tes:
a
b
c
d
E m igración a u ltram ar procedente de Europa,
Cifras aproximadas.
Se incluye m igración en tre países am ericanos. Los datos de A ustralia han sido ajustados para su p rim ir la m igración intern a,
P oblación de España solamente.
CO N CE PTO S D E L D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
5»
c o n c e n tró ta m b ié n
en
lo s p a ís e s h a c i a d o n d e
se d irig ió
la
in v e rs ió n
e x tra n je ra .
(E l c u a d r o 5 i l u s t r a e s ta s c o n s id e ra c io n e s .)
L a
e x p a n s ió n
in d u s tria l
en
In g la te rra
y
o tro s
p a ís e s
e u ro p e o s
s ig n ific ó
s ó lo la tr a n s f o r m a c ió n r u r a l y la d e c a d e n c ia d e c ie rta s á re a s , s in o ta m b ié n
c o rp o ra c ió n
del
re s to
de
d e l c o n tin e n te a l n u e v o
fo rm a c io n e s p r o f u n d a s
m ie n to
hum ano.
p ro c e so
de
e s to
h a c ia
ro p a .
E n
z a c ió n
y
i)
la
p e rm itió
trib u c ió n
de
la
la s
tiv a * i n c a p a z
de
a b so rb er
tra b a ja r;
tra n s fo rm ó
m e rc a d o
m asas
en
la
de
la
in m ig ra n te s
y
u n
con
el
zonas
tra s la d o
so b re
to d o
a m p lio s
m ás
y
de
de
de
con
de
lo s
re ­
D e
e s te
ru ra le s
m uy
dem andas
m ayor
lo s
la s
re d u c id a
p o b la d o re s
e ra
de
a
a g ríc o la s .
h o m b re
a u m e n to
á re a s
p o b la c ió n
lo s
la s
tra n s ­
d e s p la z a ­
p o b la c ió n
re c u rso s
p o r
p e rifé ric a s
ta m b ié n
a q u e llo s
e c o n ó m ic a
del
h a c ia
así
c o n s ig u ie n te
m ayor de
p ro d u c tiv id a d
d e m o g rá fic o
el
supe­
d e riv a d a s
in g re s o s
en
p ro d u c tiv id a d ,
p o b la c io n a l o rig in a d o
p ro c e so
a c tiv a
tu v o
una
p o r su
E u­
y
de
in d u s tria li­
h a b ía
o b ra
de
po r
e fe c to s
quedado
e le v a d o
A m é ric a
una
s ie n d o
nueva
de
de
p o s itiv o s :
s in
de
la s
de
sus
esa
p ro d u c tiv a
p o te n c ia s
c o n su m id o re s,
p ro d u c to s
h a b ita n te s
con
re d is ­
p ro d u c ­
en
c o n d i­
in m ig ra c ió n
d e s tin a d a
a c re c e n ta d a
de
al
5 ) esas
e u ro p e as;
u n a
p a ís e s
c o lo c a ­
la
e s tru c tu ra
L a tin a ,
a c tiv id a d
e l c o n tro l d ire c to
n u m e ro so s
una
m uy
re g io n e s
s ig u ie ro n
s ig u ie n te s
que
d e l e m p le o , c o m o c o n s e c u e n c ia d e
p o rc e n ta je
de
lo s
m asa
p ro v o c a d a
v a ria s
m ano
b a jo
a d q u is itiv a , d e
a lg u n a s
re d is trib u c ió n
fo rm a
tra s la d a
un
2) en
e u ro p e o , y
p a c id a d
la
n u e v a e s tru c tu ra
p o b la c ió n
se
fu e
m e tró p o lis
la
de
y
ru ra l.
de
c io n e s
te m p la d o
c a p ita lis ta
a le ja r d e
c ió n d e n tr o
m undo,
c re c ie n te , e l e x c e d e n te
E u ro p a
de
re la tiv a m e n te
del
a b a s te c e r e n
E u ro p a
ru ra l,
d e fin itiv a ,
e s e n c ia l
tra n s fo rm a c ió n
P a ra
en
d e n s id a d
c re c im ie n to
e u ro p e a s
in te rn a c io n a l, p ro v o c a n d o
o rg a n iz a c ió n
re g io n e s d o n d e
s ín te s is :
p ro d u c tiv id a d
su
c lim a
lo
p e rm itió
d e l p ro c e so d e
e c o n o m ía s
“ v a c ia s ”
d e m o g rá fic a ,
m ig ra to rio
E u ro p a
rio r;
una
re la tiv a m e n te
d e n s id a d
en
T rá ta s e ,
p a ís e s e u ro p e o s c o n
g io n e s
la s
c o m e rc io
no
la in ­
ca­
4)
o rig e n ;
bue­
n a p a r te d e e sa m a sa , c o n u n a c a p a c id a d d e a h o rro a u m e n ta d a , e n v ia b a re m e sa s
p e rió d ic a s
a
re g re sa ro n
a
sus
fa m ilia re s ;
sus
p a ís e s
de
5)
un
p o rc e n ta je
o rig e n
s ig n ific a tiv o
tra s la d a n d o
c o n s ig o
de
lo s
lo s
in m ig ra n te s
a h o rro s
de
v a rio s
lu s tro s .
L as
in n o v a c io n e s
p re s ió n
del
p u ls a d o ra s d e la
ta m ie n to d e
In g la te rra
a
Puede
p a rte
e s te
de
u ltra m a r.
tra n s fo rm a c io n e s
c o n s titu y e ro n
in flu e n c ia
por
ú ltim o ,
en
fo rm a
p a ís e s
Los
del
lo s
im p o rta n te
e u ro p e o s,
que
20 w . Ashworth, op. cit.
b a rc o
la
no
s in o
p a re ce n
en
la
a g ric u ltu ra
p rin c ip a le s
s ig n ific a tiv a
de
20
d e v a p o r, y
en
d iv e rs o s
a
u n
y
fu e n te s
es e l n o ta b le
lib ra s
a c o n te c im ie n to s
p asad o
m ig ra to rio
p rim e ro s
p ru e b a el h ech o d e
que
s ig lo
la s
te rre s tre s ; e l v a lo r d e
1825, e ra
en
a 5 lib ra s e n
b a ja d o
p ro c e so
lo s
O tra
U n id o s ,
m e d ia d o s
e s tim u la ro n
E n
e m ig ra c ió n .
E s ta d o s
a ñ a d irse ,
a
la s
p o b la c io n a l
lo s tr a n s p o r te s m a r ítim o s y
ese v a lo r h a b ía
g is tra d o s
te c n o ló g ic a s ,
c re c im ie n to
ab ara­
p a s a je
e s te rlin a s ;
la
im ­
d esd e
1863
en
3 e n b a r c o d e v e l a .20
p o lític o s
p a ís e s
y
re lig io s o s
e u ro p e o s,
re ­
ta m b ié n
e m ig ra c ió n .
s ó lo
o p e ra ro n
ta m b ié n
p re v a le c e r
fa c to re s
fa c to re s
h a s ta
de
a lre d e d o r
e l g ru e s o d e e sa e m ig ra c ió n
de
e x p u ls ió n
a tra c c ió n
c o n s is ta
por
por
lo s
de
1880, y
en
m ano
de
así
de
lo
o b ra
E L M A R CO H ISTO R ICO
59
n o c a lific a d a d e o r ig e n r u r a l; a p r o x im a d a m e n te a p a r t i r d e e s a fe c h a c o m ie n z a n
a
p re v a le c e r o tro s
lo s
y
p a ís e s
de
a c tiv id a d e s
des
de
P or
o tra
fa c to re s , c o m o
in m ig ra c ió n
a g ríc o la s
tra b a jo
p a ra
p a r t e , lo s
e
y
la
con
a c e le ra c ió n
e llo
in d u s tria le s ,
p e rso n a s
n iv e le s
con
de
que
de
de
c o n s titu ía n
a lg u n a
v id a
d e l p ro c e so
e l c re c im ie n to
lo s
p a ís e s
m a n , e l in g re s o p o r h a b ita n te
p a ra
E s ta d o s
A le m a n ia e I ta lia
d ic h a
1860
(e n
C anadá
y
en
280 p a ra
U n id o s ,
c ifra e r a
o p o rtu n id a ­
e ra n
b a s ta n te
A u s tra lia ;
en
supe­
Z im m e r-
1953) se e s tim ó
de
en
p r o f e s i o n a l .21
o
m ig ra to rio ; s e g ú n
p a ra
260, 160 y
de
té c n ic a
“ v a c ío s ”
d ó la re s
450
c re c im ie n to
c iu d a d e s , s e rv ic io s
in te re s a n te s
c a lific a c ió n
r io r e s a lo s d e lo s p r o p io s p a ís e s d e o r ig e n d e l f l u j o
de
sus
430
en
In g la te rra ,
115 re s p e c tiv a m e n te .
P o r ú lti­
m o , u n e le m e n to i m p o r t a n t e e s e l h e c h o d e q u e se t r a t a b a , e n g e n e r a l, d e p a ís e s
y
de
s o c ie d a d e s q u e
m o ; e s to
m ic o
a b ría
s in o
ta m b ié n
p re v a le c ie n te s
g ra ro n
4.
se
e s ta b a n
fo rm a n d o
en
en
la s
lo
s o c ia l,
e x p a n d ie n d o
a n tig u a s
re la tiv a m e n te
s o c ie d a d e s
in g r e s a r a la c la s e d ir ig e n te
con
ascen so
m ás
no
fá c ile s
e u ro p e a s.
C on
m ucho
d in a m is ­
s ó lo e n
y
lo
rá p id a s
to d o ,
s ó lo
econó­
que
la s
pocos
lo ­
p re e x is te n te .
C E N T R O Y P E R IF E R IA
C om o
c o n s e c u e n c ia
de
p a ís e s
lo s
fin e s
del
en
s ig lo
de
p le n a
x ix
un
la
e x tra o rd in a ria
R e v o lu c ió n
p e río d o
a m p litu d
de
auge
Según
c ie rto s c á lc u lo s , e l v a lo r d e
lo s 5 5 0 o
a
a lre d e d o r
o s c ila b a e n
m e n te
del
h a c ia
de
la
c o m e rc io
p o r su
re c u rso s
p e rife ria ,
p ro d u c tiv o s
se
o b serv a
in te rn a c io n a l
v o lu m e n , p o r s u
s in
a
p re c e ­
d iv e rs id a d
y
su
g e o g rá fic a .
a p ro x im a b a
d esp u és,
tra n s fe re n c ia
In d u s tria l
d e n te s e n la h is to ria d e la h u m a n id a d
se
y
a lo s i n m ig r a n te s p o s ib ilid a d e s d e
to m o
se h a b ía
de
a
la s
e x p o rta c io n e s
6 0 0 m illo n e s d e
1 8 6 7 -6 8 , e l
v a lo r
to ta l
lo s 5 m i l m illo n e s d e
d u p lic a d o
d ó la re s ;
de
la s
de
c in c u e n ta
e x p o rta c io n e s
d ó la re s , c ifr a
a l f in a liz a r e l s ig lo ;
que
a
su
1913 lle g a b a
en
1820,
m u n d ia le s , h a c ia
m enos
años
m u n d ia le s
v e z p rá c tic a ­
ya
a
cerca
de
2 0 m i l m i l l o n e s d e d ó l a r e s .22
L a e x p a n s ió n
d e l c o m e rc io m u n d ia l re s p o n d e a u n
re la c io n e s e n tr e p a ís e s ; tr á ta s e f u n d a m e n ta lm e n te d e
de
a lim e n to s
o rig in a rio s
y
de
m a te ria s
la
p rim a s
R e v o lu c ió n
desd e
la s
In d u s tria l,
p ro d u c to s m a n u fa c tu ra d o s y d e c a p ita l d e
h a c ia
re g io n e s q u e
E l auge
de
a l a u m e n to e n
ban
se in c o rp o ra b a n
la s e x p o r ta c io n e s
la lín e a d e
tra d ic io n a lm e n te ,
dual de
nuevos
v e rd a d era
s in o
p ro d u c to s
s e c u e n c ia
en
la
de
a
e x p o rta c ió n
que
en
es
así
ta m b ié n
a
o
de
flu jo
d e fin id o d e
e x p o rta c io n e s
h a c ia
de
en
de
la
p e rife ria
e l p ro d u c to
c o n s e c u e n c ia
huevos
e
en
no
que
del
H ay
de
de
E u ro p a
se
se
debe
s ó lo
e sp e c ia liz a ­
s u rg im ie n to
g ra ­
en
una
p ro d u c to s ,
la d e m a n d a e n
té c n ic a s
p a ís e s
in te rn a c io n a l.
in te rn a c io n a l.
de
lo s
e x p o rta c io n e s
lo s p a ís e s in d u s tr ia liz a d o s
ta m b ié n
de
b ie n
flu jo
p e rifé ric a s
u n
e c o n o m ía
in c o rp o ra c ió n
in n o v a c io n e s
á re as
de
p a ís e s
e l c o m e rc io
f u n d a m e n ta lm e n te a la d iv e rs ific a c ió n
com o
la
lo s
y
p a tró n
u n
y
re a lid a d
e llo
se
debe
lo s p a ís e s in d u s tr ia le s
in s titu c io n a le s .
T odo
e llo
se
desarrollo económ ico, UNESCO, París, 1961.
22 W . S. W oytinsky y E . S. W oytinsky, W o rld com m erce a n d governm ents, T re n d s and
O u tlo o k, N ueva Y ork, T h e T w e n tie th C entury F u n d , 1955, p. 39.
21 B . T h o m a s, M igración internacional y
CO N CEPTO S D EL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
6o
tra d u c e
se
a
su
vez
p ro d u c e n
s e ria s
en
en
lo s
d ific u lta d e s
la
a m p lia c ió n
p a ís e s
de
de
c é n tric o s
la
y
c o n s e rv a c ió n
en
gam a
el
p a ra
y
tip o s
tra n s p o rte
su
tra s la d o
la
e c o n o m ía
de
de
a
m a n u fa c tu ra s
b ie n e s
la rg a s
que
que
o fre c ía n
d is ta n c ia s :
c arn e,
trig o , b a n a n o s , e tc é te ra .
A l
in g re s o
a p a ric ió n
la s
de
de
in v e rs io n e s
una
p rim e ra
m e n te
guay
d iv e rs o s
d is tin to s
d e g ra n o s, re fle ja
d e s a rro llo
a g ríc o la
c io n e s d e
guano
se
a c e n tú a
ta le s c o m o
p a ís e s
d o r.
en
P e rú
en
la n
d e l C a rib e
y
de
s a litre
de
v id a
e x p a n s ió n
de
a lg u n o s
de
D e sp u é s, h a c ia
c ie rta s
L a
en
C e n tro a m é ric a ,
fin e s
a c tiv id a d e s
la
m in e ra s ,
p ro d u c c ió n
g ra n
e x p a n s ió n
p rim e ra
d e l s ig lo
así
y
ta n to
de
del
c o m e rc io
d e p re s ió n
m u n d ia l.
P e ro
e s tru c tu ra le s
c re c im ie n to
de
c o m ie n z o s d e l s ig u ie n te .
n ó m ic o
ta d a s
de
por
segunda
lo s p a ís e s
la
g u e rra
L as
e l d e s a rro llo
e fe c to s
so b re
el
e l d e s a rro llo
m á s a d e la n te .
de
a n a liz a r
en
ta n to
la e s tru c tu ra
qué
A n te s d e
fo rm a
ta n ta
ese
ta ra n
y
tie n e n
s o c ia l,
nuevos
la
com o
io s
E cua­
la
no
d iv e r­
e s tim u ­
fe rro so s,
la s
de
la
auge
la
que
e le v a r
y
de
la
esp e­
de
a c o n te c im ie n to s
se
so b re
e fe c tu a rá
lo s
1850 y
p a ís e s
1913, y
fu n d a m e n ta le s
p o lític a .
qué
ra z o n es
e l c o m e rc io
p e rifé ric a .
tip o
E l
p e rm itie ro n
exam en
y
de
de
in c o rp o ra r
s u s ta n c ia lm e n te
c a p a c id a d
a trib u y e
e x te rio r y
te c n o ló g ic o
g e n e r a r a sí e x c e d e n te s
la
m uy
im p o rta n te s
a n á lis is
tra n s fo rm a c io n e s
e c o n o m ía
a fe c ­
por
C o n v ie n e , p o r
eso s
e n tre
e x a m in a r p o r
c u ltu ra l
eso s re c u rso s
de
ese
y
y
eco­
in te rn a c io n a l
d e l c e n tro ,
que
des­
x ix
p ro c e so
p e río d o
tu v o
s o c ia l y
h a b ía
1930
que
re p e rc u s ió n
c re c ie n te
un
en
m o d i­
s ig lo
el
de
m e rc a d o
p e ro
a
p ro fu n d a m e n te
c ris is
de
se
por
20,
del
el
in te rn a c io n a l.
e l e fe c to
o rig in a
la
el
tra n s fo rm a c io n e s d e
y
c u a le s
d u ra n te
d e s a rro lla
c o n s e c u e n c ia s
p e rife ria ,
p ro d u c tiv o s ,
e x p a n s ió n
se
in te rru m p id a
década
la s
g ra n
so b re
com o en
so b re
p o lític o
re c u rso s
lo s r e n d im ie n to s
fin a n c ia r u n a
a
que
fin a n c ie ro
la
p ro c e so
im p o rta n c ia
I n d u s tr ia l s e ñ a ló
dad
de
e c o n ó m ic a
R e v o lu c ió n
in s titu c io n a l,
y
e l c e n tro
lo s p a ís e s in d u s tr ia le s , c o n
e x tra o rd in a rio
e x tra n je ra s
p ro d u c c ió n
a
tra d ic io n a le s ,
1914 c o m ie n z a n
1913, q u e d a n
de
en
la
de
p o r c o n s ig u ie n te ,
e l s is te m a
p a ís e s
de
ya d esd e
por
in te rn a c io n a l,
in v e rs io n e s
den
p a rtir
e n c a r a r e s te a n á lis is , c o n v ie n e
e s te e n f o q u e
y
n o rte a m e ­
p re s e n te ,
aunque
fin e s
en
d e te n im ie n to la s
lo s
de
y
C o lo m b ia
fe rro so s
d e n tro
S í in te re s a s e ñ a la r p o r a h o r a
p e rifé ric o s e l p e río d o
en
a
m u n d ia l,
d e l c a p ita lis m o
c o m e rc io
ta n to , e x a m in a r c o n
p a ra
al
e x p o rta ­
del banano, en
del
in te rn a c io n a l
c o n d ic io n e s
T rá ta s e ,
fa c to re s p ro d u c tiv o s y s o b re
lo
típ ic a s
e c o n o m ía
g u e rra
m u n d ia l.
c ia l e n
la
c e n tra le s ,
p rim e ra
U ru ­
p o s te rio rid a d ,
e u ro p e o
B ra s il,
in te rn a c io n a l,
v ís p e ra s d e la g r a n
c o n d ic io n e s
y
d e b id o
la s
tro p ic a le s
c o m ie n z o s
d u ra n te
A rg e n tin a
C on
de
p o s te rio r­
M é x ic o ;
m á s a d e la n te
m e ta le s
y
la
y
p e tro le ra .
h a c ia
el
C h ile .
en
L a tin a ,
c arn es
m a n u fa c tu re ra m a s iv a e n
c u lm in a
la s
y
c o n su m id o r
com o
m u n d ia l,
fic a rs e
de
a m p lia ro n
p ro d u c to s
g u e rra
e n v u e lto
zo n as, se
en
del
p asad o
p ro d u c c ió n
A m é ric a
la n a ,
P a ra g u a y
e s ta s n u e v a s
lu e g o
a
de
c o rre sp o n d e
in te rn a c io n a l
d e e s ta s a c tiv id a d e s e n
m e d id a ,
de
m u n d ia l
c o m e rc io
re fie re
e l c a f é , e l a z ú c a r , e l c a c a o , e tc ., y
ta m b ié n
la
y
se
n iv e le s
s ific a c ió n in d u s tr ia l y la
y
que
del
e x p o rta c io n e s
c ie rta
y
lo s
la
lo
la s
e l d e s a rro llo
y,
en
a
e l p a n o ra m a
P or
de
e u ro p e o
d e l a u m e n to
ric a n o ,
en
e x tra n je ra s .
fa se , e l a u g e
p rin c ip a lm e n te
ra íz
p ro d u c to s
p a ís e s
la
la
o rla
p ro d u c tiv i­
que
p ro d u c tiv a .
a
la s
p o s ib ili­
L a
R evo­
E L M ARCO H ISTÓ R ICO
lu c ió n
In d u s tria l, e n te n d id a
e l m o n ta je
su
de
e s te
de
a lg o
F ra n c ia
y
re p ro d u c e
re z a g a d o s,
de
el
y
la s
e x p a n s ió n
U n ió n
fu e n te s
en
fo rm a
p ro c e so
de
la
c a p a c id a d
tra n s fo rm a c io n e s
de
E n
de
la
té c n ic a s
e
aunque
a lg u n o s
to d o s
y
o rd e n
re c u rso s
E s ta d o s
en
el
in s titu c io n a le s
que
U n id o s ,
d e s a rro llo
p a rte ,
lo s
in d u s tria l
re c u rso s
p re s a ria l p a r a
E n
vés
un
la s
c iu d a d e s .
que
im p u ls a r d ic h o
lo s p a ís e s
de
en
fin a n c ie ro s
A p o rtó
que
a g ríc o la
es
p e rm ite
la
p ro fu n d as,
a b a s te c e r
de
al
p e rm itió ,
o b ra
por
E s ta d o
que
lo
o
así
re c ie n te ­
e llo
ta m b ié n ,
tra n s firie ro n
m ás
con
e x ig ía
m enos
al
s e c to r
en
em ­
d e s a rr o llo .
p e rifé ric o s , la
s e c to r
se
in g le s a ;
y
in d u s tria l;
m uy
en
den­
a c o m p a ñ a ro n ,
a c tiv id a d
a lim e n to s y m a te ria s p rim a s , a sí c o m o s u m in is tr a r la m a n o
el
p e rm ite n
e le v a c ió n
In d u s tria l
e x c e d e n te
s e c to r
que
de
e v id e n te m e n te
e s to s c a s o s , l a
del
y
p a ís e s
R e v o lu c ió n
g e n e ra c ió n
p ro d u c tiv a
d iv e rs o
de
s im ila r,
A le m a n ia
S o v ié tic a .
p rin c ip a le s
de
a c u m u la c ió n
B é lg ic a , p o s te r io r m e n te
m e n te J a p ó n
por
lo s c a m b io s
de
c o n te x to s y c ir c u n s ta n c ia s d iv e rs o s , e n
aunque
una
com o
m e c a n is m o
p ro d u c tiv id a d , se
tro
61
p e n e tra c ió n
e s p e c ia liz a d o
de
de
la
R e v o lu c ió n
e x p o rta c ió n ,
c o n fo rm a
In d u s tria l
u n
a
tra ­
c re c im ie n to
de
n a tu r a le z a d if e r e n te ; e n e s to s c a s o s , s o b r e l a b a s e p r e e x is t e n te d e e c o n o m ía s c o n
n iv e le s
de
nueva
o rg a n iz a c ió n
a c tiv id a d
a lta
c o n c e n tra c ió n
una
a c tiv id a d
con
que
ha
a d q u ie re
p a ís y
s id o
un a
g en erad o r d e
m asas
e llo
que
liz a rs e p a r a
L a
la
ra m a s
a p re c ia rs e
de
de
m asa
si se
de
re c u rso s
p e río d o s .
p o te n c ia le s
a c tiv id a d e s
p ro d u c tiv a s
c o n s id e ra b le m e n te
E l
nes
a n á lis is
el
la
a n te rio r
e x c e d e n te
si
lo s
s u g ie re
e c o n ó m ic o
C om o
p e ro
b e n e fic ia
s ie m p re
e le v a c ió n
d e te rm in a d a s
e c o n ó m ic a ;
e le v a
in g re s o
al
c a p ita l
re g io n e s
in g re s o s
m uy
c o n c e n tr a d o s ,
e x c e d e n te s
que,
p o te n c ia lm e n te ,
s e c to r
del
e x p o rta d o r,
c o n s titu y e
por
pueden
u ti­
p ro d u c tiv a .
que
c re an
m a g n itu d
p a rte
el
se
del
p rin c ip a lm e n te
a
de
n a tu ra le s
c o n s e c u e n c ia
esa
a lg u n a
te c n o lo g ía ,
re c u rso s
de
de
e s to s
la s
y o tro s h a n
e so s in g re s o s
h u b ie ra n
e s to s
de
T rá ta s e
c ie rto s
a c tiv id a d
la
se
en
fa z
p a ís ,
in te rn o s ,
in g re s o s
P o r o tra
que,
n a c ió n .
del
c o m o A r g e n tin a , U r u g u a y , B ra s il, C h ile
p ro lo n g a d o s
de
d e s a rro lla
m o d e rn a
o rg a n iz a c ió n .
c a p a c id a d
re cu erd a
se
de
la
lo s
d e la
b a jo s ,
e x te rn o
e x p lo ta c ió n
s o c ia le s
im p o rta n te s
e x p a n s ió n
la
c o n c e n tra d a :
g ru p o s
d is p o n e
c o n s id e ra b le
puede
e fic ie n te
g e o g rá fic o
m uy
c ie rto s
y
so b re
m uy
e l a p o rte
d e te rm in a d a
in g re s o
a lg u n a s
e l ú n ic o
p ro d u c tiv id a d
c a p ita l
fa v o re c id a
el
a
a
de
d escan sa
fo rm a
y
s ó lo
de
que
s u s ta n c ia lm e n te
e x tra n je ro
y
e c o n ó m ic a m e d ia n te
in v e rtid o
m is m o s
p a ís e s ,
s e c to re s
e x p o rta d o re s
e x p o rta c io n e s
v e n id o
c o n s titu y e ro n
en
el
p o d ría n
que
re a liz a n d o
una
m asa
d e s a rro llo
haber
p a ís e s
d u ra n te
de
de
o tra s
tra n s fo rm a d o
m is m o s .
dos
p re g u n ta s
g en erad o
en
el
fu n d a m e n ta le s :
s e c to r
¿Por
e x p o rta d o r
no
qué
se
ra z o ­
d e s tin ó ,
e n m a y o r p r o p o r c ió n , a b e n e f ic ia r o tr a s á re a s g e o g rá fic a s d e l p a ís , o tro s g ru p o s
s o c ia le s y
o tra s
e s tru c tu ra le s
o rig e n e n
zaro n
su
L as
a c tiv id a d e s
que
to d a v ía
e c o n ó m ic a s ? , y
c o n se rv a n
e l tip o d e d e s a rro llo
p ro c e so
d e e x p a n s ió n
s e c c io n e s q u e
s ig u e n
lo s e le m e n to s c o n d ic io n a n te s
de
la
c id a d
a c tiv id a d
de
e x p o rta d o ra .
d iv e rs ific a c ió n
del
¿ h a s ta
m uchas
de
qué
p u n to
n u e s tra s
la s
c a ra c te rís tic a s
e c o n o m ía s
tie n e n
su
e x p o r t a d o r a tr a v é s d e l c u a l e s to s p a ís e s c o m e n ­
e c o n ó m ic a ?
e s tá n
fu n d a m e n ta lm e n te
e x te rn o s d e
Los
la
fa c to re s
e x c e d e n te
d e d ic a d a s
al
m a g n itu d , d in a m is m o
d e te rm in a n te s
g en erad o
en
el
in te rn o s
s e c to r
exam en
y
de
n a tu ra le z a
de
la
e x p o rta d o r,
capa­
y
la
6*
CO N CEPTO S D E L D E SAR R O LLO ECONOM ICO
p e rs is te n c ia
de
la s
c a ra c te rís tic a s
e s tru c tu ra le s
tu y e n e l p rin c ip a l o b je tiv o d e la p a rte
5.
T R A N S F O R M A C IO N E S
E l e fe c to q u e
y de
g ra n
tu v o
e l d e s a rro llo
d iv e rs o s p u n to s d e
tu v o
im p o r ta n te s
v id a d
can
a
son
v is ta .
so b re
á re a s
E l c u ltiv o d e
o
a ltu ra s
banano, en
la
p ro d u c to s
s u p e rio re s
c a m b io ,
de
la
o rg a n iz a c ió n
a
re c u rso s
de
u n a
re g ió n
de
u n
e s p a c ia l
d e te rm in a d o
nueva
a c tiv id a d
re la tiv a
puede
re g io n a l
que
lo
i 5 0 0 m e tro s
ta m b ié n
p a ís
que
la s z o n a s c o s te ra s d e
lo s p a ís e s
tro p ic a l, y
u n
tro p ic a le s .
la g a n a d e r í a y lo s c e r e a le s , p e r m i t e n
d e c lim a
te m p la d o y d e
c a ra c te riz a , e n
lín e a s
g ra n
c lim a
lo c a liz a rs e
ja n te s .
en
e x te n s ió n .
S e a p re c ia
re g io n e s
de
en
u n
p a ís
E se
á re as,
donde
e fe c to
buena
o
de
que
se
y
Si el á re a
ta d o r a es m u y e x te n s a , e llo d a r á
c o m u n ic a c io n e s
n a c io n a l,
d re n a je
p e ro
de
la
que
la
b a b le m e n te , e n
E n
to d o
c ip a lm e n te
g e n era
que
p u e rto
el
re g ió n
a c tiv id a d
p a ís e s
carg a
v ía
caso , trá ta s e
ta m b ié n
e s to s
la d a r
una
h a c ia
d e te rm in a d a
n ic a r la
in te rn a s
fé rre a
cuya
del
con
lo s
p a ís
c a ra c te rís tic a
m uy
han
h e re d a d o
su
d e e x p o rta c ió n .
en
de
un
de
a
la
la
la
u n
de
tra ta s e
de
s ó lo
con
lo s
p u e rto
lo s
el
e x p o r­
de
el
s is te m a
de
s in
e s ta b le c e r
una
a c tiv id a d
p ro ­
p u e rto .
o rie n ta d o
p ro d u c to s
que
de
p e rm ite
u ltra m a r.
de
p rin ­
de
una
com u­
E s to
tra n s p o rte
e x p o rta d o ra :
á re a
tra n s ­
te rrito rio
c o n s is tirá ,
s is te m a s
e x p a n s ió n
d esd e
un
p u e rto ,
c o n su m id o re s
de
c re c im ie n to
v a s ta re d
fo rm a
lle v a r
en
de
so b re
in v ie rte n
a c tiv id a d
in fra e s tru c tu ra
el
se
s u s ta n c ia l d e l
m in a
es
d e te rm in a d a s
que
la
de una
si se
s e n tid o ,
la
en
e x p o rta d o ra
p e c u lia r
p e río d o
s o lo
L a m a g n itu d
b á s ic o
p a rte
h a c ia
c e n tro s
una
p rá c tic a m e n te
de
sem e­
c u a lq u ie ra
in flu e n c ia
h a d a
fu n c ió n
m in e ra le s
g e o g rá fic o s
de
p re s e n ta r
c o m u n iq u e
se
s itu a d a
v a lo riz a c ió n
c re a c ió n
re g io n e s ;
y
e x p o rta c ió n ,
in c o rp o ra rs e
a c tiv id a d
m in e ro
c o n c e n tra d a
c r e a r la s c o n d ic io n e s
re g io n e s
d e s a rro llo
y
lo c a lid a d
p ro d u c to ra
esa
que
un
e x te rio r,
o
d ic h a s
p a ra
de
a
com o
re g io n e s
c o n s id e ra b le
a b arca r u n a
d iv e rs a s
e n tre
la
s o c ia l
debe
lu g a r a la
s ie m p re
de
in fra e s tru c tu ra
p a ra
que
p o d rá
te n d e rá
p ro d u c c ió n
c o m u n ic a c io n e s
m in e ra ,
que
en
c a p ita l
lo s r e c u r s o s e x te r n o s
d e
e c o n ó m ic a .
ig u a lm e n te
del
e x te n s iv a s ,
lo s d e p ó s ito s d e
de
del
zonas
y c a r a c te r ís tic a s d e la s á re a s
a c tiv id a d
m a n ifie s ta
tie n e
o rie n ta c ió n
d e l s e c to r e x p o rta d o r.
p o rte s y
nueva
re q u ie re
g e n e ra l, se d ifu n d e
a c c id e n te s
e l p ro d u c to
deben
c u ltiv o
in c o rp o ra c ió n
que
en
p a rte la m a g n itu d
la
lo c a lid a d e s ,
m a g n itu d
p a rte
lo c a liz a
re g io n a l,
re g io n e s
e l tip o ,
se
que
o
in te n s a
e l d e sa rro ­
E l
tro p ic a l,
a lta m e n te
a c ti­
tra s c e n ­
que
P o r c o n tra s te , e l d e s a rro llo
fo rm a
in a c c e s ib le s , y a
e s ta m a n e ra
la
la
g ra n
zonas
a c tiv id a d e s
la d o
c o rd ille ra n a s
q u e s e a é s te , c o n d ic io n a e n g r a n
de
L as
p o r su
g e n e ra le s , p o r s u
a v e ce s e n lu g a re s re la tiv a m e n te
s u e le n
de
c o b ra n
de
a p ro x im a d a m e n te .
e x ig e
d esd e
o rig in a n , e x p li­
e c o n ó m ic a
m u y h ú m e d a s y c a lu ro s a s , d e m o d o q u e e s te c u ltiv o , p o r lo
en
m a g n itu d
a n a liz a rs e
c o m o e l c a fé , p o r e je m p lo , im p lic a
lo s
c o n s ti­
d e l s e c to r e x p o r ta d o r
o
n a tu ra le s
re g io n e s d e c lim a
aunque
e x te rio r
1 8 5 0 -1 9 1 3
P E R IF E R IA :
s e c to re s e x p o r ta d o r e s
lo s
zonas
de
llo d e d e te rm in a d a s á re a s e n
e s ta r a
LA
e c o n o m ía s
e l p ro d u c to , y
la s
c o m e rc io
A s í, p o r e je m p lo , e l d e s a r r o llo
ra íz d e l d e s a rro llo
d e n c ia .
de
s o b re la s
e fe c to s
e c o n ó m ic a ;
c u á le s
v id a
ESTRUCTURALES E N
d in a m is m o
del
iv .
tra s ­
p ro d u c to ra
al
c a rg a tra n s p o rta d a h a c ia e l in te rio r
EL M ARCO H ISTÓ R ICO
es d e
escasa
tra rs e
en
63
im p o r ta n c ia
lo s
p u e rto s
g u ie n te ,
d esd e
p e ro
v o lú m e n e s d e
o
lo s
c iu d a d e s
la
en
un
b a jo
O tra
de
de
o
u n
n ic a c ió n
ta le s .
con
P or
nueva
aquí
y
s e rv ic io s ,
p a rte ,
o
buena
de
la
c o rrie n te
de
de
d e s a rro llo
que
de
lo s
su
en
de
p a ra
la
d e s a rro llo
e s to s
p a ís e s
se
e s tru c tu ra l,
en
lo s
u n
de
de
c e n tro s
de
la
D esd e
u n
el
d e s a rro llo
p u n to
de
v is ta
tiv a , e l d e s a r r o llo d e l a
tie n e
una
g ra n
e x p o rta d o ra
un
y
s ig n ific a c ió n .
p rim a ria ,
c o n d ic io n a
s is te m a
ya
E n
la
m e d id a
del
m undo
o b te n id o s
el
s e c to r
tiv a s .
a
del
y
la
en
que
la
p ro d u c to s
e c o n o m ía .
la
una
a m p lia
d e c a d e n c ia
p ro c e so
c ie n te s e n
la
p ra
c re ad o
que
fa c ilitó
que
to d a
en
u n
e x p o rta c ió n ,
del
c o n d ic io n e s , y
la tiv a
dor
en
p o d ía
s a lv o
c re ó
de
que
m e rc a d o s
es
en
p a ra
tra n s p o rte s
y
d e s a rro lla d o
escasas
a lta m e n te
la
a c tiv id a d
p a rte
s u s ta n ­
c o m u n ic a c io n e s ,
y
a c tiv id a d e s
p e rm itía
co­
o b te n e r
con
lo s
del
re c u rso s
d e te rm in a b a
d im e n s io n e s
de
eso s
de
b ie n e s ,
de
e c o n o m ía s
m o tiv ó
y
que
p e rsp e c ­
la
re a lid a d ,
la
en
a lg u n o s
casos:
cuando
de
ta m a ñ o
s ig n ific a tiv o ;
la
el
a
in d u s tria l
cuando
la s
con­
s e c to re s
D e
e s ta
sus
b ie ­
de
e fi­
com ­
lib re c a m b is ta
vez,
s ig n ific ó
e l n iv e l d e
o b v io
e x p a n s ió n
lo s
poder
su
m a n u fa c tu ra
a c tiv id a d
de
u n a
de
o b te n e r
con
Es
tie n e
e x te rio r.
p o lític a
p e ro
y
b ie n e s
re la tiv a m e n te
con
una
e x p o rta c ió n .
e s p e c ia le s ,
to d o ,
el
p u d ie ro n
in te rn a c io n a l;
c o m p e tía , e n
e s p e c ia liz a d o
con
de
en
a d q u irié n d o lo s
E s to
in te rc a m b io
c irc u n s ta n c ia s
p rim a s
c a p ita l
lo s
n e c e s id a d e s
p re p o n d e ra n te
m a te ria s
y
c o m p e titiv o
P o r c o n s ig u ie n te ,
s a tis fa c e r la s
fo rm a
e x p o rta d o r.
d e s a rro lla rs e ;
im p o rta n c ia
tu v ie s e
ese s e c to r.
m a n u fa c tu re ra
s e c to r
p ro d u c ­
p a ís se e s p e c ia lic e e n la e x p o r ta c ió n d e u n o s d e te r m i­
re v e la
co n su m o
s e c to r
de
fe n ó m e n o
c re c ie n te
a c tiv id a d
d u c tiv id a d
m e n te
su
tu v o c o m o
im p o rta c ió n .
e c o n o m ía s
e x p o rta d o re s
p ro d u c c ió n
m i­
d e l s e c to r e x p o r ta d o r
e s te
de
re q u e rid o s
de
e x p a n s ió n
fin a n c ia b a n
a lto s in g re s o s s e o b tie n e n
m a n u fa c tu ra d o s
una
e c o n o m ía
sum o
nes
p a ís e s
se
s ó lo
m a n e r a , lo s p a ís e s
n u e s tro s
re p re s e n ta
que
e s ta s
de
de
a c tiv id a d
e s ta
b á s ic o s
m a n u fa c tu ra d o s
en
re la tiv a m e n te
e
la
de
e le v a d a p r o d u c tiv id a d
de
re d
de­
m ie n tra s
e l m o d e lo e x p o rta d o r, ta m b ié n
qué
L a
c a p i­
m a g n itu d .
s e c to ria l d e
m in e ra ,
la
e s tru c tu ra
E l hecho de que u n
nados
o
com u­
la s
e x p o rta c ió n
asi u n
m a n u fa c tu ra d o s
b á s ic o
de
por
a g ríc o la
e x p o rta c ió n
s e c to r
c o n s id e ra b le
e s tru c tu ra
b a n c a rio
b ie n e s
in d u s tria l
la
E x p lic a
sea
adem ás
fin a n c ie ro
m e rc ia le s lig a d a s
re s to
de
de
e c o n o m ía , b a s a d o s o b re
c ia l d e l in g re s o g e n e r a d o
e x ig e
u rb a n o
re a l­
c o m e r­
de
en
a g ric u ltu ra
s ig n ific a b a
Se g en eró
fu e
p ro c e so
tip o
g ra c ió n , a lg u n a s v e ce s d e s d e e l in te r io r y o tra s d e s d e e l e x te r io r , q u e
c o n s e c u e n c ia
p u e rto s
tra n s p o rte
p ro d u je ra
a c tiv id a d e s
a c tiv id a d e s
im p o r ta d a s
c o n s i­
e x p o rta d o r
c iu d a d e s -p u e rto s , y
nuevas
in c ip ie n te s .
lo s
de
e s tim u la ro n
in s ta la rs e
la s
en
s e rv ic io s
concen­
e x p o rta c ió n ,
c o n s titu c ió n
que
m uchas
a
a
P or
in s ta la d a .
re o rg a n iz a c ió n
m a n u fa c tu ra s
in d u s tria s
tip o
e fe c to ,
sea, e n
p a ís e s ,
c a p ita le s .
fu n d a m e n ta lm e n te
u rb a n a s,
te n d ie ro n
e s to s
v o lú m e n e s
p a rte
e s te
a n te s
E n
in d ire c ta m e n te , la
a rte s a n ía s re g io n a le s e
en
c iu d a d e s
c a p a c id a d
de
e x te rio r, o
el
g ra n d e s
a c tiv id a d e s
a c e le ra d o
de
la s
se c a ra c te ric e n , d a d a
in d u s tria l.
el m u n d o
o tra
de
tie n d e ,
en
quedan
que
u tiliz a c ió n
m uy
o
e x tra e n
c a ra c te rís tic a s
d e s a rro llo
te rm in ó , d ire c ta
la
de
n o ta s
c ia l, f in a n c ie r o
p o b la c ió n
im p o rta c ió n
D e
a m p lia c ió n
u rb a n iz a c ió n
m e n te
se
A m é ric a L a tin a
g ra d o
la s
c re a c ió n
la
e x p o rta c ió n
in te rio r
c a p ita le s .
fe rro v ia rio
por
el
pues
de
que
en
n a c io n a l
lle g ó
del
a
s e c to r
p ro ­
e s ta s
d ifíc il­
te n e r
re ­
e x p o rta ­
c o n c e n tra c io n e s
u rb a -
64
CONCEPTOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO
ñas
a d q u irie ro n
o rig in ó
se
tra ta b a
de
de
s o c ia le s
tra n s p o rte ,
lo
la
de
por
es
se
nados
p e río d o s .
de
en
y
E l
la
v is ta :
la
que
lo s
n a tu ra le s
en
de
el
p ro p ie d a d
y
la
a
de
una
al
e fe c to
e m p le o
tro p i­
d e te rm i­
banano
m asa
un
n iv e le s
en
e s ta c io n a le s
de
en
p e re n n e s
cacao,
del
A cerca
m a n tie n e
c o n s id e ra b le
y
c afé
de
lo s
de
subem -
en
aquí no
de
la
in c id e n c ia
p a ra
n i­
de
a lg u n o s
fis c a l.
v io le n ta s
b á s ic o s .
a c tiv id a d e s
e s ta b le c e n
e x p o rta d o ra
d ire c ta
e x p o rta d o ra ,
y
a c tiv id a d e s
es
la
debe
Y
es
e x p o rta d o ra s
así
y
el
so b re
s in o
e s to
p ro p ie d a d
de
e n te n d e rs e
d esd e
p ro p ie d a d
e x te rn o ,
m a n e ra ,
e l s ig lo
so b re
lo s
ta m b ié n
ta n to
m ás
im p o rta n te s
el
a n a liz a d o
de
del
que
de
de
lo s
g ru e so
o
en
de
de
por
lo
ha
la s
c a p ita l
in v e r­
y
en
que
g e n eral co m o
de
la
se
in fr a e s tru c tu ra
a flu ía
lim ita ,
por
ta le s
com o
lo
el
que
ra sg o
a c tiv id a d
la g a n a d e ría , d e l trig o , d e l c a c a o , e n
e x tra n je ra
ser­
re p re -
e x p o rta d o re s
lo s re c u rs o s p r o d u c tiv o s
en
v is to
fin a n c ia m ie n to s
e x tra n je ra
s e c to re s
un
p a rte
se
in fra e s tru c tu ra
d ire c ta
re c u rso s
a tra e
en
C om o
el
to ta l
lo s
de
n a c io n a le s
m u n d ia l
tra n s fo rm a
lo s g o b ie r n o s ,
p a sa d o , p re s e n ta n
in v e rs ió n
se
p riv a d a
n a tu ­
p u n to s
n a c io n a le s .
m e rc a d o
o b ra s
re c u rso s
dos
p ro p ie ta rio s
in c o rp o ra c ió n
que
re d u c id a
o b serv a
n a c io n a l d e
s e rv ic io s
a
in v e rs ió n
se
lo s
la tin o a m e ric a n a s .
e l p e río d o
la
e n tre
e n tre
la
a b a s te c e r
p ré s ta m o s
re la tiv a m e n te
la
que
e c o n o m ía s
que
p ro p ie d a d
p ro p ie d a d
a c tiv id a d
la s
la
e x p o rta d o ra ; es e l c a so d e l c afé , d e
A q u í,
la
que
de
d u ra n te
c a r a c te rís tic o la
e tc .
a
s ó lo
la s
e c o n ó m ic o
a c tiv id a d
re c u érd ese
la s
ta n to
e s ta
y
la
fin a n c ia m ie n to
d u ra n te
a z ú c a r,
d e l s is te m a
y
p ro d u c to s
de
fu n d a m e n ta lm e n te
D e
fre c u e n te s
de
e x p o rta d o r
eso s re c u rs o s p ro d u c tiv o s
L a tin a
p ro p o rc ió n
p a ís e s .
s e c to r
m o d e rn a s
la s
in e s ta b ilid a d
casos
c o n s is tía e n
en
p o r
m u n d ia le s
fin a n c ie ro , c a m b ia rio
p u n to ,
de
el
s ig n ific a c ió n
se d e s a rro lla ro n
del
a z ú c a r,
en
dos.
a n te rio re s ,
v o lc a b a n
u n a
o
A m é ric a
u rb a n o s,
e s to s
del
c o s to
ta m b ié n ,
s itu a c io n e s :
c u ltiv o s
flu c tu a c io n e s
p ro v o c a d a
e n tre
p ro d u c tiv o s ,
e x tra n je ra
p a rá g ra fo s
y
d is trib u c ió n
s io n e s e x tr a n je r a s
s e n tó
dos
el
m u n d i a l e s .28
e x p o rta d o ra
com o
y
o c u p a c ió n .
lo s
cuando
in c id e n c ia
re s p e c to
la
s e ñ a la r
m e rc a d o s
a b a s te c e n
g ra n
p rim e r
de
es la
la
m uchos
re c u rso s
c o n s id e ra b le
se
que
a p ro p ia c ió n
S o b re
que
p ro d u c to s
lo s
T rá ta s e
a s ó lo u n a
e x tra n je ro s
v ic io s
e n tre
s o b re e l s is te m a
a s p e c to
de
flu jo
im p o r ta n te s
e c o n o m ía .
se re d u c e n
ra le s ,
de
e x p o rta d o ra
m e d ia n o s ;
c ris is
e s ta c io n a le s
im p o r ta n te s
e s tru c tu ra le s
re la c ió n
c u a n to
O tro
de
y
o tro , e l d e
flu c tu a c io n e s
in e s ta b ilid a d
p ro d u c tiv o s
d e l e fe c to
g ra v e
cabe
y
n a tu ra l;
o b s e rv a c io n e s
a c tiv id a d
en
a c tiv id a d
e le v a d a
g u e rra s
e s tru c tu ra
la
el año;
e x p e rim e n ta n
m ás
e s tre c h a
s e c to re s
de
c re a n , s im u ltá n e a m e n te ,
de
que
p ro d u c tiv a s
de
la
m in e ría ,
c u ltiv o
y
y
una
p ro te c c ió n
casos
o c u p a c ió n ,
e c o n o m ía
in te rre la c io n e s
re s to
la
una
la
e le v a d o s
d e s e m p le a d o s .
fu e n te
v a ria c io n e s
una
de
te n ía
a lg u n a s
n iv e l
g ra n d e s
la
e m p le o
O tra
en
en
p ro d u c e n
p le a d o s
L as
n iv e l
en
cuando
in g re s o s
c u a le s
hacer
el
e s ta b le s d u r a n te
in tr o d u c e n
v e le s
com o
so b re
del
de
re p re s e n ta b a
im p o r ta n te
e je m p lo
e m p le o
c a le s ,
que
e x p o rta d o r
e s ta b ilid a d
caso,
s o b r e lo s
e s p e c ia le s ,
T a m b ié n
s e c to r
c o n s id e ra b le s ;
im p o rta n te s
p ro d u c to s
c irc u n s ta n c ia s
y
d im e n s io n e s
g ru p o s
g e n e ra l,
p a rte
a
tra n s p o rte
la
y
23 E n la p arte iv, cap ítu lo n , sección 3, p árrafo /, se analiza en d etalle la “capacidad
d iversificante” del sector exportador.
EL MARCO HISTÓRICO
65
la s c o m u n ic a c io n e s , a s í c o m o
d esd e
fin e s
m e n te
de
E n
e s to s
tiv o
del
de
d e l s ig lo
la s
e x tra c tiv a s ,
casos
p a re c e ría
que
d e te rm in a n
p re s e n te
s ig lo
c a rá c te r;
en
in e s ta b ilid a d
p asad o
m ic a s
en
y
de
e c o n o m ía
décadas
a
de
del
la
en
lu g a r a
d e s a rro llo
d e c is iv a
so b re
p a rtic u la rm e n te
de
re c u rso
n a tu ra l
en
m anda
in te rn a c io n a l,
a p ro p ia c ió n
la
la
de
de
de
la
su
que
de
in d íg e n a s
de
p ro c e so
a p ro p ia c ió n
fu e rz a
tie rra .
de
en
de
tra b a jo
m uy
escasa
p a ra
el
en
de
in te g ra d a s
se
la
p ro p ie d a d
de
la
a b a s te c e r
u n a
e s ta ta l o
v a lo r
de
de
p ú b lic o
de­
la
L a tin a .
to d a v ía
no
poder de
E n
e s to s
p a rte
de
la
y
e s te
e n to n c e s
A m é ric a
p ro p ie d a d e s , y
una
c re c ie n te
tie rra s e n
s u b s is te n c ia .
e n tre
tu v o
p ro p ie d a d
re a liz a ra
en
ese
p ro y e c ta
p ro d u c c ió n .
e x p o rta c ió n
se
h a s ta
s u b s id ia ria s
la
del
m a n te n im ie n to
p rim a s
e m p re sa s
fa se d e
de
d in á ­
C o n fo rm e
a u m e n to
casos, d e
la s n u e v a s
m ás
u n id a d e s
m a d u ra s
de
la
d e l s ig lo
e m p re sa s
m a te ria s
de
casos
d o m in io
fin e s
m e rc a d o .
te rrito ria le s
o tro s
a g ric u lto re s
p e rm itía
h a c ia
e s tru c tu ra
E l
n u m e ro so s
á re a s
m u n id a d e s
p e s in o s c o m o
la
e x te n s io n e s
p ro d u c tiv o ;
o
de
p o te n c ia l
en
in c o rp o ra d a s a l p ro c e so
de
c a m b ia n d o
su b ra y a
la
p ro d u c tiv a s
c o n fo rm a c ió n
g ra n d e s
casos, tra tá b a s e
in c lu y e n
c o m ie n z o s
se
e c o n o m ía s
fo rm a c ió n
o rg a n iz a ­
A
va
sus
la
e x tra n je ra .
y
c u a le s
la s
el
S ó lo
p o s te rio r­
C e n tro
e x a m in a r la d is trib u c ió n
te n e n c ia
h iz o
de
en
la s
d ire c ta
g ra n d e s
que
a c tiv id a d e s
fu n c ió n
p riv a d a
a lg u n o s
de
el
lo s
m o d e rn a
p ro d u c c ió n
re g is tra d o
lu g a r c o n v ie n e
E l
en
y
te c n o ló g ic o
p re s e n te ,
fin a le s
banano
p ro d u c tiv o .
e n tre
c o n c e n tra rs e e n
p ro d u c to s
in te rn a c io n a l, d a
segundo
in flu e n c ia
v e n ta
tip o
p ro c e so
c a p ita lis ta
c o m e rc ia liz a c ió n .
del
p riv a d a
de
fa c to re s ,
lo s p a ís e s s u b d e s a r r o lla d o s
n a c io n a le s .
E n
la
p rim e ra s
del
de
la s
in v e rs ió n
c a p ita lis m o
d iv e rs o s
re o rg a n iz a c ió n
filia le s e n
E n
del
de
a g lu tin a rs e y
la
so b re e l p la n o
o
d e s a rro llo
la s
la
y
com o
e x ig e n c ia s
c o n fig u ra c ió n
s u frió
a
hubo
v e rtic a l, es d e c ir, d e sd e
p rá c tic a m e n te
p ro c e so
el
d u ra n te
te n d ie ro n
fo rm a
la
b a n c a rio
a c tiv id a d e s
p re d o m in a
que
v irtu d
que
d e l s is te m a
p asad o , e n
co­
ú ltim o s ,
d ic h o s
el
cam ­
e x p u ls ió n
del
re s to .
L a s re g io n e s
g ra to rio s
en
de
im p o rta n te s ,
A rg e n tin a ,
p o b la c ió n
p ro c e so
U ru g u a y ,
d esd e
el
re g io n e s
d e n s id a d
que
sur
se
de
tro p ic a le s
de
p o b la c ió n
tra d u jo
B ra s il
p a ra
en
y
p o s ib ilita ro n
in m ig ra c ió n
de
C h ile —
tra b a ja r
en
y
la s
flu jo s
e u ro p e a
en
el
m i­
— com o
tra s la d o
p la n ta c io n e s ,
de
así
por
e je m p lo e n P e r ú , B ra s il, y d iv e rs o s p a ís e s c e n tr o a m e r ic a n o s y d e l C a r ib e .
E n
m ano
zonas
de
p e rm ite
p re v ia m e n te
o b ra
u n a
in te n s iv a
p re c is o
p e rm itie ra , p o r
una
e x p o rta c ió n , y
s o lu c io n ó
e s te
m in ifu n d io ,
m o d e rn a
lo s
con
p e río d o s
p ro c e so
fo rm a s
de
que
de
de
la
de
c re a r u n a
p a rte ,
por
o b ra d is p o n ib le p a ra
se
el
la
o
d e s a rro lla r
p ro b le m a
p e rm itió
a c tiv id a d
la
la s
de
y
ru ra l
en
E n
e s to s
d e s a rro llo
com o
“p la n ta c ió n ” .
c re a c ió n
la
de
del
la
m anó
es,
por
s e c to r
s e ñ a la d a ,
del
la
la
p o b la c ió n .
E n
y
de
p ro p ie d a d
que
y
de
de
lo s
de
c o m p le jo
o b ra
la tifu n d io -
n e c e s a ria
e x p o rta d o r
el
o tra s
la s
de
com o
e x p o rta d o ra
c o n s ig u ie n te ,
com o
c u ltiv o s
m ano
la s fo rm a s
a c tiv id a d
de
re q u ie re n
e s ta c io n a le s
de
v o lu m e n
cosech a; u n a
casos
que
p e rm a n e n te s
im p o r ta n te
fu n c io n a lm e n te
s u b s is te n c ia
y
p o b la c ió n
la b o re s
la
c u ltiv o s
flu c tu a c io n e s
p ro p ie d a d
z a fra o
c o n s is tió
in te g ra r
re c o le c c ió n .
de
de
de
fu e rte s
o tra , m a n te n e r u n
m o d e rn iz a c ió n
h a c ie n d a ”
por
e s trú c tu ra d e
lo s p e r io d o s d e
o rg a n iz a c ió n
d e s a rro llo
c a ra c te riz a d o s
im p o r ta n te re a g ru p a tíó n
e s to s c a so s, e r a
de
p o b la d a s ,
y
el
que
p a ra
p ro p io
o rig in a
“ e c o n o m ía s
CONCEPTOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO
66
L as
v id a d
m o d ific a c io n e s
e x p o rta d o ra
a
e s tru c tu ra le s
la
que
se
g en erad as
a lu d ió
ya
por
en
lo s
la
e x p a n s ió n
p á rra fo s
u n e fe c to im p o r ta n te s o b re la d is tr ib u c ió n d e l in g re s o .
e x is tía
y
una
o fe rta
c o n s ta n te
ra d o
en
escasa, c o m o
n e ra s
y
e l g ru e so
A
y
m e d id a
que
te n d ie ro n
a
o tro s
s e c to re s
É s ta s
nados
en
se
de
a g ríc o la s
cuando
in g re s o s
de
la
m ano
lo s
lo s
de
de
la
la
la
dado
e tc .
g en eral d e
lo s
tu v o
p o rm e n o riz a rs e
y
de
se
sus
fa c to re s
de
v is ta
de
lo s
que
a u m e n to
en
lo s
a n te s
que
d e s a rro llo
que
re v ir­
el
de
que
s in
de
nuevas
h a c ia
la s
e c o n ó m ic a
cada
caso, o
e s p e c ífic o s
de
que
de
la
esa
que
lo
re la tiv a
p ro d u c to
ta n to ,
de
com o
de
al
se
c o n v ie rte
e l s e c to r
c ita .
E n
lo g ía
y
m is m a
h a c ia
e l e x te rio r, e
p o rta n te s
de
de
fa c to re s
tru c tu ra
s o c ia l,
re c u rs o s
n a tu ra le s
e l p u n to
fo rm a,
caso,
m a rg in a le s ,
p ro v o c a b a
a c tiv id a d e s
de
n u e s tro s
en
cada
la
dependen
y
d e ta lle
c o in ­
p ro ­
tie n e d e sd e
p ro d u c ­
P e ro
u n
p ro ­
el
e s tru c tu ra
de
la
p a ís e s
p a ís ,
s in g u la riz a n
en
re ­
e x p lo ta c io n e s
e x p o rta d o re s .
p ro fu n d id a d
ig u a lm e n te
la
dem anda
e x p lic a tiv o s se
s is te m a
a n te rio re s
v is ta
e
en
ín d o le
el
la s
m ás
lo s
re ­
c o n ju n to
de
p a ra
de
y
la
b ie n
e n c u e n tra n
en
de
la s
d e s a rro llo
del
de
e s te
que
e s ta b le c e r
in s u m o s
c a m b io s
e c o n o m ía
la
en
h a b ría
te c n o ­
a p e rtu ra
d in a m is m o
de
a p ro p ia c ió n
e x p o rta d o r.
l a te c ­
la
c o n ju n to
c a ra c te rís tic a s
s is te m a ,
su
q u e sus­
su
e v o lu c ió n ,
de
a
c a ra c te rís tic a s
la
fo rm a s
s e c to r
la s
ta le s
re fie re
e x p o rta c ió n ;
de
p a rte , u n
la s
fa c to re s
se
lo s
de
o tra
en
de
dem anda
p e c u lia rid a d e s
P or
lo
m is m o s ;
in v e s tig a r
e x te rn a .
d e l d in a m is m o
en
lo s
in tr o d u c e
y
d e te n im ie n to
ta n to
p rin c ip a l
p re c is o
que
p o lític o
al
con
n a tu ra le s ,
e x p o rta d o r
s e ría
o rg a n iz a c ió n
del
de
en
s e c to re s
a n a liz a r
tip o
en
v a ria b ilid a d
lo s
cada
re c u rso s
que
la
en
e x a m in a r
e m p le a d a
fo rm a s
tra n s fo rm a c io n e s
de
o
ú ltim o
tra n s fo rm a c ió n .
por
d is p o n ib ilid a d
a b u n d a n c ia
c a m b io s y
d e s a rro llo
d e te rm i­
e s te
á re a s
m a n u fa c tu ra s
de
a u m e n to
c o n tra c c ió n
e m b a rg o ,
d e s a rro llo
en
la
e x p o rta ­
u n
in g re s o s
a
ru ra l
e s tru c tu ra
h is tó ric o s
p ro d u c id o s
h a b ría
tra ta ría ,
n o lo g ía
y /o
e s p e c ífic o s
d in á m ic a
d esd e
in ­
p ro p ie ta rio s
p ro d u jo
e x is tía n .
el
la
a c tiv id a d
de
ya
s e c to re s ;
a q u í p u e s to
fa c to re s
e lla ,
p o b la c ió n
e fe c to s
la
poder
que
im p o rta c io n e s
so b re
por
o tro s
cuando
a rte s a n ía ,
e x p o rta c ió n
al
de
e x p u ls ió n
de
c irc u n s ta n c ia s
s u lta d o s
com o
de
e ra n
g en erad o s
de
m a­
p ro p ie ta rio s
p ro p ie ta rio s
re c u rso s
en
con
in g re s o s
p o b la c ió n
in g re s o
c o rrie n te
e l s u rg im ie n to
Se
o b ra
to d a s
E l e n fo q u e a d o p ta d o re v e la , s in e m b a rg o , la s ig n ific a c ió n q u e
tiv a ,
de
e x te n s iv a s
p e ro
de
lo s
g e n erad o s
re la c io n a d o s
de
de
h ab erse
nueva
de
el p u n to
y
m anos
fu n d a m e n ta lm e n te
p rin c ip a lm e n te
m in o rita rio s
E l exam en
puede
e n o rm e s
d ire c ta m e n te
pudo
la
d u c tiv a s
del
s u s ta n c ia l
b a ja
gene­
e llo s r e la c io n a d a s , s ig ­
a g ro p e c u a ria s
cuando
ta s a
a d ic io n a l
C uando
e le v a ro n ,
en
casos,
la s d e s ig u a ld a d e s d e
im p lic a b a
d e c a d e n c ia
la
p a rte
se
quedó
am bos
una
lo s
lo s n iv e le s
fe n ó m e n o
ceso.
s a la rio s
a
a c ti.
la s e c o n o m ía s d o n d e
ta n to , u n a
in g re s o
la s a c tiv id a d e s
de
g en erad o
E n
a c u m u la rs e
d e b ie ro n
g ru p o s
d u c c ió n
c id e n
el
la s e x p lo ta c io n e s
n iv e le s
d e l in g re s o
e x tra n je ro s ,
en
E n
y, p o r lo
to d o
la
tu v ie ro n
a l e x te rio r.
c o n s id e ra b le
no
lo s
p ro d u c tiv o s .
v e rs io n is ta s
d o ra
o b ra
p rá c tic a m e n te
p o r e je m p lo
U ru g u a y ,
re c u rso s
tie ro n
re a le s ,
de
a u m e n to d e in g re s o s p a r a s u s p r o p ie ta r io s .
A rg e n tin a
lo s
s a la rio s
de m ano
lo s s e c to re s e x p o r ta d o r e s , y e n
n ific ó u n
e ra
de
a b u n d a n te
de
a n te rio re s ,
d e im ­
la
de
es­
lo s
F in a lm e n te ,
que
in v e s tig a r
67
EL MARCO HISTÓRICO
c ó m o se u tiliz a ro n
lo s
in g re s o s
d e s tin a rlo s a l c o n su m o , a la
s e c to re s
L a
d e l s is te m a
c a ra c te riz a c ió n
to re s
s e ñ a la d o s ,
a g re g a r,
cada
L as
p a ís e s
de
e c o n ó m ic o
del
y
p o d ría
una
de
el
re p a rtic ió n
p le o
y
del
la
e c o n ó m ic a ,
re s p e c tiv a
e s tru c tu ra
tiv a s
c a m b ia n
e je m p lo ,
la
im p o r ta n c ia
por
A
se
el
m e d id a
c o n tro l
de
lo s
de
n iz a d o
m ás
y
la
en
la
y
de
m e rc a d o s
tru c tu ra
a
e s ta
c e s a ria s
ta m b ié n
e c o n ó m ic a
p a ra
p o rta d o ra
en
p a ís e s
en
el
fo rm a
in m ig ra c ió n
y
c la s e
ru ra l.
c u ltiv o s
m e d ia
de
la
so b re
la
p ro d u c­
tra n s fo rm a c ió n
en
fo rta le c im ie n to
de
en
la
su
d e s a p a ric ió n
tie rra s
que
p a ra
ta m b ié n
a
su
p a rtic ip a c ió n
vez,
en
p a ra
lo
eso s
de
y
la
de
la
g ru p o s
u n
u n
so b re
la
la
E s ta d o
a
poseen,
a p a ra to
£1
con
lo s
te rra te ­
s e c to re s
a
en
D e
lo s
e s ta
te n g a
acceso
c re a r
una
in fra e s ­
g ra n
m e d id a
d e s tin a d a s
p ro d u c tiv a
o rg a ­
v in c u la c ió n
E s ta d o
c o n trib u y e
a fia n ­
m e jo r
lo s m e r c a d o s e x te r n o s .
el
e s ta ta l'
p ro p ie d a d
e x p o rta c ió n .
con
p ú b lic a
a c tiv id a d
a g ríc o la
fo rta le c im ie n to
a se g u re
fa c ilita
que
que
a d m in is tra c ió n
e x p o rta c ió n
ru ra le s ,
fo rm a c ió n
a s o c ia c ió n
ap o y arse
c a p ita l,
de
en
e c o n ó m ic a s , p o lític a s , in s titu c io n a le s
com o
re s s in
tie rr a .
d ire c ta o
de
la
in d ire c ta
dem anda
C uando
d e n s id a d
e x p o rta c ió n
ta le s
lo s
c re a
el
de
d in e ro ;
con
d e m o g rá fic a ,
nuevas
capas
la
y
g e n e ra l,
a c tiv id a d
p ro d u c to s
la
c re c im ie n to
a
ju ríd ic a s
y
de
la
fo rm a c ió n
de
la
la s
m ano
de
de
e s ta
o b ra
en
de
el
m a n e ra , e l d e s a rro llo
la s
s e c to re s
de
v in c u la d a s
e ra
e x te rio r,
y
e x p o rta c io n e s
in c o rp o ra c ió n
ru ra le s
p o b la c ió n
e x p o rta d o ra ,
a g ríc o la s
in q u ilin o s , m e d ie ro s , m in if u n d is ta s ,
C u a n d o la d e n s id a d d e
c o n tra ta r
m u n e ra r en
y
ru b ro s
la s
la
c o lo n iz a c ió n , p e r m itie r o n
e le v a d a
ta d o r,
n e c e s a r io
o
em ­
de
a c tiv id a d e s
e x tra n je ro s ), y
n e c e s a rio s
y
c o n d ic io n e s
u n a
auge
de
de
d ire c ta
u n a
c re a c ió n
d is p o n ib ilid a d
v in c u la c ió n ,
e x p a n s ió n
de
re g io n e s
p ro d u c e
del
ra m a s
lo s
ne­
ex­
e s p e c ia l.
R e la c io n a d o
a lg u n o s
y
la
n a tu ra le s
de
c o n d ic io n e s
la
d is tin ta s
nuevas
e s to s
d e l in g re s o ,
la s
de
p ro p ie ta rio s
de
por
fa c ilite
puede
in te rn a c io n a le s
a s e g u ra r la s
en
m o d ific a ­
c a ra c te rís tic a s
su rg e n
im p o rta n te s
te rra te n ie n te
p o d e ro so ,
c re an
d is trib u c ió n
in c id e n c ia
la
s e c to re s d e
e x p re sa
que
n ie n te s re c u rs o s fin a n c ie ro s
se
en
de
por
la s
una
a lg u n a s , se
(n a c io n a le s y
se
re c u rso s
c la s e
in te re s e s e x tr a n je r o s ;
m a n e ra
que
m a n ifie s ta
d e s a rro llo
p o d e ro so
z a m ie n to
re la tiv a
s u p u e s to ,
v a lo ra c ió n
o
fa c ­
o c u rrid o
p ro d u c tiv a
m a n ifie s to
p ro d u c c ió n ,
c la s e s
c o n tro la n
re la tiv a m e n te
de
c o n v in ie ra
o tro s .
o rig e n
o
de
p ro p ie d a d , la
que
su
p a ra
o tro s
c e n tra le s .
c o n ju n to
p ro c e so
e s tru c tu ra
la
de
tie n e
la
p u e s ta s
la
p o s ib ilita e l fo rta le c im ie n to
a d q u ie re n
e c o n o m ía s
del
del
de
d e sa p a re c e n
o
de
la s
c irc u n s ta n c ia s
e s p a c ia l d e
que
g ru p o s
d e b ilita m ie n to
P or
y
en
fu n c ió n
c o n c re ta
e x p e rim e n ta
tie n e n ,
s o c ia l
d e te rm in a d o s
o
y
in c lu s o
en
sea
s e c to r e x p o r ta d o r , e n
d e te rm in a d a s
c o n s id e ra d o ,
s o c ia l.
o tra s
e s tru c tu ra
en
e s tru c tu ra
su b e m p le o
o
d e s a rro llo
e x p lic a c ió n
que
re g io n a l o
e l s e c to r e x p o rta d o r, y a
e l p ro p io
l a t i n o a m e r i c a n a s .24
p e río d o
a c tiv id a d
la
u n a
tra n s fo rm a c io n e s
d u ra n te
de
que
e c o n o m ía s
c io n e s p ro f u n d a s d e
la
o tro s
en
en
n a c io n a l
p ro c e so
p e rm itir
la s
g en erad o s
in v e rs ió n
al
peones
escasa, e n
lim ita d o s
o c u rre
tie rr a s
s e c to r
y
en
p o lític a s
a
en
lo s
e x p o r­
tra b a ja d o ­
c a m b io , se h iz o
a
la
que
e ra
de
la
a c tiv id a d
n e c e s a rio
re ­
e x p o rta d o ra
24 E l ensayo de in terp retació n del d esarrollo latin oam ericano q u e se realiza en la p arte iv
constituye, precisam ente, u n esfuerzo p o r proyectar e l análisis en los sentidos indicados.
CONCEPTOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO
68
c re ó
s e c to re s
a s a la ria d o s
de
a rre n d a ta rio s ,
u n
m e rc a d o
m o n e ta rio
P o r
p a rte ,
o tra
re la c io n a d a s
el
la
in m ig ra c ió n
a s a la ria d o s
p o s ib ilita ro n
g e n eró
la
u n
s e c to r
fo rm a c ió n
de
c re c im ie n to
con
de
la
d e riv a d a
la s
a c tiv id a d e s
a c tiv id a d
de
lo s
e x p o rta d o ra ,
d e l c re c im ie n to
de
la s
s e rv ic io s
y
la
u rb a n o s
e x p a n s ió n
de
c iu d a d e s ,
o ri­
g ra n d e s
u n a c la s e m e d ia u r b a n a .
s e c u e n c ia
del
p a rtic u la re s
c re to
de
ra d o
con
P a ra
d e l p e rfil q u e
im p a c to
que
la s
de
la
in flu y e n
en
m o d ific a c io n e s
la
c io n e s e n
s itu a c ió n
cada
caso
a se g u ra r
s e r n e c e s a rio
cada
que
lib e rta d
de
la
e s to
la s
c o m e rc io d e
V a le
e fic a c ia
p e rm itie ra
e s , %a
p ro d u c to s
el
E n
e s tru c tu ra
o tra s
en
la
s o c ia l,
depende
de
p a la b ra s ,
e s tru c tu ra
p re e x is te n te ,
del
la
m o d e lo
s o c ie d a d
d ic h o
p e rm ite
de
com o
lo s
el
c a p ta r
con­
fa c to re s
exam en
p ro d u c tiv a ,
c re c im ie n to
m a n e ra
p ro c e so
ta l
tu v o
acceso
com o
a l m e rc a d o
de
de
la s
una
de
que
que
a
la s
con­
com pa­
tra n s fo rm a ­
re c u rso s
ta n to
eh
fa c to re s
e s tru c tu ra
a c tiv id a d e s
h a c ia
e s te
a fu e ra
tip o
de
c o rre sp o n d er
lo s
in te rn a c io n a le s ,
c re a c ió n
d e s a rro llo
de
a l lib re
tra n s a c c io n e s
d e c ir,
caso.
o c u rre n
e s p e c ífic a
la
e x p o rta d o ra ,
p ro d u c id a s .
o rg a n iz a r la
p o s ib le ;
a d q u ie re
a c tiv id a d
e c o n ó m ic a y s o c ia l fa v o r a b le
n o s).
a s im is m o ,
lo s
el cam po.
d ire c ta m e n te
E l a n á lis is c o n c r e to
fu e ra
con
en
lo s s e rv ic io s p e r s o n a le s
g in a ro n
ru ra le s ;
q u ie n e s
que
(c a p ita l y
p o lític a
se
a
la
re fie re
y
al
re c u rso s
in s titu c io n a l
e c o n ó m ic a s
una
p ro d u c tiv o s
lo
d e b ió
d e s a rro llo
y
hum a­
ju ríd ic a
d e n tro
de
u n
que
m a rc o
c a p ita lis ta lib e ra l.
E se
m a rc o
A m é ric a
com o
e s tru c tu ra l
L a tin a
d esd e
c o n s e c u e n c ia
c ió n
fra n c e sa
y
de
la
de
in s titu c io n e s
a n te s
la
d e l g ra n
in flu e n c ia
in d e p e n d e n c ia
E n
e fe c to ,
p a ís e s
de
d esd e
lo s
a lb o re s
la tin o a m e ric a n o s
lib e rta d
e s ta ta l
en
de
la
c o n tra to , d e
p ro p ie d a d
a
re e s tru c tu ra c ió n
co sas,
p a ra
m a siv o
m e d ia n te
su
p o lític a
te rrito ria l
p a rte
d e s p o jo
de
p re d io s );
E s ta d o
en
la s
su
un
m ás
b ra n ta m ie n to
de
o b ra
que
en
d e la s tie r r a s
tie rra s
p o lític a
de
su
la
de
p o lític a
p o lític a
fin a n c ia d o r
d e l m o v im ie n to
d e e s ta m a n e r a , la s b a s e s d e l o r d e n
g ra c ió n
a
la
p a n s ió n
y
auge.
U na
e c o n o m ía
d u a lid a d
c a p ita lis ta
del
m ano
c a ra c te riz a ,
por
p a ra
lo
ta n to ,
m uchos
ju ríd ic o s
y
la
o b s ta n te , e n
to d o
e s te
p ro c e so
in te rn a c io n a l;
d o n a c ió n
a
la s
in te rv e n c ió n
N o
en
la
y
e n tre
v e n ta
a
p ro d u c c ió n
c o n s o lid a c ió n
c re d itic ia
(a m b a s
c re c im ie n to
o b ra
tra n s ­
e c o n ó m ic o
(in m ig ra c ió n ,
c re a r u n
m e rc a d o
A m é ric a
p a ra
se e n c o n tra b a
la
en
y
de
de
e x p a n s ió n .
a lg u n o s p a ís e s d e A m é ric a
de
o b r e r o , e tc .) .
que
R e v o lu ­
in d íg e n a s ;
in s titu c io n a l n e c e s a rio
c e n tra l
la
p e n s a m ie n to
se d e s tin a r á n
c o m u n id a d e s
de
el
época.
e c o n o m ía
que
a
a d o p ta rs e
(c o n q u is ta ,
d e la s c o m u n id a d e s c a m p e s in a s
b a ra ta , re p re s ió n
a
en
e x p o rta c ió n ,
c o n ta c to s
a b s te n c ió n
en
la
fis c a l, s u
im p o r ta n te
o tro s ,
lo s
c a ra c te riz a n
a
de
c o n s titu c io n a le s
n a c i o n a l y d e lo s e x p o r ta d o r e s ) ; y , p o c o d e s p u é s , e n
L a tin a
de
a c tiv o d e p r im e r p la n o
in g re s o
de
el
que
c o n fo rm a n d o
v in c u la d o
y
c o m ie n z a n
p riv a d a ,
e tc .,
v e n ía
in te rn a c io n a l e n
c o n c e p to s
de
e x p o rta r;
fo rm an
x ix
y
b a jís im o p re c io d e g r a n
y d o n a c ió n
a g e n te
se
a c tiv id a d e s
p e n s a m ie n to
lo s p a ís e s d e l c e n tr o
la p rá c tic a e l E s ta d o es u n
o tra s
s ig lo
e c o n ó m ic a ,
la s
e l c a p ita lis m o
m o d e rn o s
a c tiv id a d
de
N o rte a m é ric a
lo s
filo s o fía lib e r a l a sí c o m o
de
del
del
de
n u e v a s n a c io n e s in d e p e n d ie n te s c o n
ju ríd ic a s
auge
o rg a n iz a c ió n
en
que­
de
m ano
L a tin a
s e n tó ,
su
p le n a
su
fase d e
s o c ia l
in te ­
ex­
re s u lta n te .
EL MARCO HISTÓRICO
El
o rd e n
en
la s
lib e ra l
c a p ita lis ta
re la c io n e s
e n tre
la s r e la c io n e s e n tr e
p le m e n to
d e n tro
ta n to
en
la s
á re a s
com o
la s
de
tip o
de
una
to d o
ta b a
el
de
de
a c tiv id a d e s
ru ra le s
de
lim ita b a
se c a ra c te riz a b a n
lib re
c o n tra to
lin a je ,
E s ta
la
con
m e d ia n e ría ,
en
la
o rg a n iz a c ió n
p o s ib ilid a d
de
p le n a
e x c e d e n te
crisis en e l c e n tr o :
E l
e x tra o rd in a rio
te g ra d a
al
a
tra v é s
d e s a rro llo
m enos
d ia l.
ya
que
E s to s
d esd e
e c o n ó m ic o
de
tra s
de
la
fin e s
1870
A
lo s
la
o tra s ,
la
de
no
se
tra b a jo
se
tra ­
im p o rta c ió n ,
la s
re la c io n e s
d e fin id a s
del
com o
por
el
p e río d o
por
p a rte ,
y
el
in q u i-
c o lo n ia l.
una
in te rn a c io n a l,
p ro d u c tiv a
ta le s
e c o n o m ía n a c io n a l
a se g u ra b a ,
e c o n o m ía
de
p ro d u c to s
ta le s
h e re d ad a s
com ­
o c u rre
e x te rio r
y
c a m b io ,
de
a s o c ia c ió n
s o c ie d a d
y
e x p a n s ió n
p a ís e s
m a n ife s ta rs e
la
la
un
que
re la tiv a
de
un a
por
la
o tra ,
in te rn a .
e c o n o m ía s
se
época
de
fu e ro n
la
que
que
te n ía
c o m ie n z a
lo s
fen ó -
g u e rra
m un-
a
o b serv arse
p rin c ip a lm e n te ,
G ra n
a
in ­
in c o rp o ra n d o
por
p rim e ra
c o n s e c u e n c ia ,
c e n tra le s
in te rn a c io n a l
in te rr u m p id o s
p ro c e so
es
la s
e c o n o m ía
p e rife ria
q u e d aro n
en
con
y
de
de
m o d e rn o ,
pasad o ,
la s
m u n d ia l,
que
la
d e l 23
a l 36
m ie n tra s
p o r c ie n to , e n
in te rn a c io n a l
de
esa
de
B re ta ñ a
a lre d e d o r
al
o tra
la
la
por
p a rte ,
m a n u fa c tu ra s
de
p a rte
la
la
in d u s tria
la
de
com o
d e d ic h o
y
la
la
c e n tro
de
d e c lin ó
G ra n
c o m e rc io y
la
por
c re c ía
13 a l
e n tre
en
en
16 p o r
lo s
el
co­
B re ta ñ a
re ­
E s ta d o s U n id o s
p ro p o rc ió n
U n id o s
In g la te rra
v a lo r
14
al
In g la te rra
p asad o
m ie n ­
del
p a rtic ip a c ió n
E s ta d o s
de
1913,
del
U n id o s
que
p a rte
en
a le m a n a
g u e rra
de
ta l
n o rte a m e ric a n a
su
s ig lo
p a rtic ip a c ió n
ta m b ié n
la
E s ta d o s
te rc e ra
re c to ra
del
40 p o r c ie n to d e l to ta l m u n d ia l e n
25 Ashworth, op. cit.
de
p rim e ra
c ie n to
la
de
m a n e ra
re d u jo ,
d e c lin a r
m e d ia d o s
te rc e ra
v ís p e ra s
a
de
de
se
p o s ic ió n
com enzó
una
17
de
p o r c ie n to , y
h a c ia
in d u s tria l
In g la te rra ,
p ro p o rc ió n
d is m in u ía
ta m b ié n
P or
c re c im ie n to
la
p a rtic ip a c ió n
que
d is m in u y ó
de
re p re s e n ta b a
a lre d e d o r d e
15 p o r c i e n t o .
ta s a s
d u p lic a n d o
In g la te rra
m u n d ia l;
dor de un
y
fo rm a c ió n
re la c io n a n
s ig lo
m e d id a
el 8
B re ta ñ a
a
v e n ía n
la p s o
p re s e n ta b a
s ó lo
de
in d u s tria le s ,
m e rc io
de
de
com o
E n
d e n tro
a c tiv id a d
auge
im p o rta n c ia
ta n to
e l m is m o
c ie n to .
cual
se
m a n u fa c tu ra
c ie n to , e n
p a ís e s
la
d e l s ig lo
A le m a n ia
en
de
c a p ita lis m o
la
m ín im o .
el
c a p ita l
e x te rio r
e s to
u rb a n a s,
con
p o r in s titu c io n e s
la
la
de
e x p o rta c ió n
al
en
a c tiv id a d e s
y
en
P e ro
m u n d ia l.
H a c ia
y
de
fa c to re s
de
de
p ro g re s iv a
c o m ie n z a n
fin e s
re d u c c ió n
la
del
de
com o
s is te m a .
e s ta s ú ltim a s y s u
re la c io n e s
c o m e rc io
fo rm as
de
así
p ro p io
1 9 1 3 -1 9 5 0
p e río d o
1850, y
de
por
s a tis fa c to ria m e n te
c e n tra le s ,
del
m e rc a d o s
p ro d u c c ió n
p a rtic ip a c ió n
6.
p a rtir
el
d in e ro , s in o
dual
la s
lo s
ta n to
la
en
a
s e rv id u m b re
de
e l m á x im o
p a ra
fre c u e n c ia
y el pago
d e n tro
d e te rm in a d a s
e l p ro te c c io n is m o
fo rm a
e x tra e r
en
acceso
de
o p e ra
lo s
tr a d ic io n a l p re e x is te n te ;
e fe c to ,
lib e rta d
tr a b a jo y d e o rg a n iz a c ió n
y
y
n e c e s a ria m e n te e n tr e
E n
lib re
e s ta b le c e
p e rife ria
m o d e rn a s
com o
c a p ita lis ta ;
p le n a
la
p ro d u c tiv o
a rte s a n a l.
p o lític a
se
de
se e s ta b le c e n
m undo
se
m o d e rn o
p a ís e s
d e l s is te m a
a se g u ra r
es d e c ir,
lo s
la s
d ic h a s re la c io n e s n o
a le n ta b a
69
en
s e n s ib le m e n te ,
de
G ra n
a u m e n tó
el
al
c o m e rc io
d esd e
a lre d e ­
1870, a 27 p o r c ie n to e n
1 9 1 3 .a ®
CONCEPTOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO
7o
T a m b ié n
la
e c o n o m ía
p o b la c ió n
2 7 .5 m i l l o n e s d e
de
p o b la c ió n
g la te rra
lle g a b a a 4 2 .
L a
débese
en
del
g la te rra
h a b ía
a
peso
p e rd e r
la s
to d o
la
de
la
re la tiv o
nuevas
en
U n id o s
del
en
y
y
m a te ria s
p rim a s
p ro d u c to s
E s ta s
la
in te rc a m b io
de
de
la
m a n u fa c tu ra d o s
te n d e n c ia s ,
p rim e ra
g u e rra
que
la
segunda
p a ra
lo s
g u e rra ,
en
e c o n o m ía
e u ro p e a ,
la
g ra n
m e d ia d o s
d e l s ig lo
n a m ie n to
m e rc io
a
la
am enaza
lo s
a
o b je tiv o s
la
E s to s
aún
m e n ta b a
la
m e rc a d o
L a
de
la
de
u n
p ro p a g a c ió n
la
y
de
14 p o r c ie n to e n
a
m u n d ia l v o lv ió
de
la
to ta l
en
u n
de
fa c to re s
de
el
y
que
c ris is
de
y
fo rja n d o
el
fa v o re c ía
la
de
la
lle v ó
lo s
a
del
d ific u lta n d o
que
h a b ía
co­
fre n te
m uchos
de
go­
c a m b io ,
hu m an o s,
que
del
fu n c io ­
flu jo
tip o s
p ro ­
base
lib re
el
re c u rso s
o p e ra ro n
la s
d esd e
n a c io n a le s
a n tic íc lic a s
in te rn a c io n a l
por
e s tru c tu ra le s
e c o n o m ía s
y
a
tre s
1930 y , p o s te rio r­
de
p e rm itía
c o n tro l
la s
1920, e l e s ta n c a ­
1930 d e s tru y ó
y
la s
a n te rio re s
d u ra n te
de
c a m b io s
que
e m p le o
e c o n o m ía
b á s ic o s
p ro v o c a d o s
década
de
o ro ,
c a p ita l
de
so b re
p ro p o r­
in te rc a m b io
décadas
m u n d ia l
d e l d e s e m p le o
que
E s ta d o s
e c o n o m ía
U n id o s
al
la
en
dos
g u e rra s
im p o rta n c ia
la
y
la
p e rs e g u ía n
s e ria m e n te
p re v a le c id o
m ás
c re c e r s u s ta n c ia lm e n te
in c lu y e n d o
C anadá,
que
1926; e n
e s ta b iliz a rs e
y
in te rn a c io n a l.
c o n s e c u e n c ia d e
p a ra
a c e n tu a ­
In g la te rra
im p o rta c io n e s ),
19 p o r c ie n to e n
com o
m u n d ia le s ,
de
e c o n o m ía
n o rte a m e ric a n a ,
(e x p o rta c io n e s
1913, a u m e n tó
la s
d is m in u ía
1 5 .5 p o r c i e n t o , p e r o
a
la
c a p ita le s
p a rtic u la rm e n te
te n d e n c ia
m u n d ia l
de
e x p a n d ía n
m u n d i a l .26
m ás
la , i n f l u e n c i a
ta je se re d u jo
to d o s
tip o
g u e rra
fa c to re s ,
m ás
son
del
c ris is
p ro te c c io n is ta s ;
p o lític a s
c o m e rc io
tra s c e n d e n c ia
a b a n d o n a r e l p a tró n
fin a n c ie ro s
de
p ro te g e r
in te rn a c io n a le s
n a c io n a le s ,
p rim e ra
de
su
te n d ía n
p o r p ro d u c to s
d esd e
p ro v o c a ro n
p a tró n
de
In ­
de
c re c ie n te
in te rn a c io n a l q u e se v e n ía
m u n d ia l
de
se
u n a
c o n s id e ra b le m e n te
c ris is m u n d i a l
el
n e c e s id a d
p e río d o
p a rtic ip a c ió n
c o m e rc io
g ra n
a d o p ta r p o lític a s
fu n c io n a m ie n to
h a s ta
ro n
un
m o v im ie n to s
in ic ia c ió n
el
de
L a
in te rn a c io n a l,
m u n d ia l.
b ie rn o s
de
x ix .
que
p a rte ,
p e rfila n d o
m u n d ia l,
y
c re c ie n te
y
in d u s tria liz a d o s .
d e s a ju s te s
la o rg a n iz a c ió n e c o n ó m ic a
m o n e ta rio
o tra
in ic ia le s
fu n d o s en
s is te m a
q u ím ic a
p a ís e s
lo s
lo s a ñ o s
g u e rra
y
tra n s fo rm a rs e
a c e n tu a ro n
p rim e ra
la
in te rn a ­
in d u s tria l
B re ta ñ a c o m e n z ó a
v e n ía n
g u e rra
la
y
P or
se
de
de
del
se
L a
m e n te ,
p ro d u c c ió n
ya
re p a ra c io n e s
m ie n to
de
nueva
In ­
in d u s tria le s .
É s ta s
la
h a c ia
m a n u fa c tu ra s ,
tra d ic io n a le s .
p ro d u c to s m a n u fa c tu ra d o s
e n tre
de
p ro d u c to s
p ro d u c c ió n
la
e ra
de
e l 'c o m e r c i o
c o m e rc io
y
la
lin e a s
m u n d ia l,
p o s te rio re s .
en
que
de
e lé c tric a
p e rife ria ,
m illo n e s ,
su
de
A le m a n ia .
23
de
de
In g la te rra
de
cu ad ro
v irtu d
c ió n d e l trá fic o in te r n a c io n a l d e G r a n
tra d ic io n a l d e
B re ta ñ a
del
a c tiv id a d e s
u n a . s e rie
d e n tro
U n id o s
de
76 m illo n e s , m ie n tr a s
G ra n
p a rte
im p o rta n c ia
p o b la c ió n
E s ta d o s
de
de
c re c ie n te
la
d iv e rs ific a c ió n
m e ta lú rg ic a ,
E s ta d o s
la
1850
de
e ra
g ra n
m a n u fa c tu ra s
in d u s tria s
en
a
m a n u fa c tu ra s
de
y
re fle ja
en
im p o r ta n c ia
c o n c e n tra d o
de
m u n d ia le s
la
p a rte
s u rg im ie n to
c o m e rc io
p a ís e s
m ie n tra s
n o rte a m e ric a n a
d e c lin a c ió n d e
d e riv a d o
de
am bos
h a b ita n te s
1900 la
c io n a l
de
n o rte a m e ric a n a ;
a u -/
A sí,
en
a lc a n z ó
el
u n
1937 e se p o rc e n ­
la
e n tre
segunda
el
22 y
g u e rra
el
32
26 P ara u n a exposición m ás porm enorizada d el proceso de crisis en el C en tro, véase “E l
pensam iento keynesiano” (p arte m , cap ítu lo v) y d e sus repercusiones en la p eriferia véase
“L a crisis del liberalism o 1914- 1950” (p arte iv, cap ítu lo n , sección 3).
EL MARCO HISTÓRICO
p o r c ie n to
7*
1948.
a p a rtir d e
L a
p re p o n d e ra n c ia
que
e n e l c o m e rc io m u n d ia l la r e f le ja la o r ie n ta c ió n
ric a
L a tin a ;
una
con
E s ta d o s
U n id o s ,
pa;
o tro
m in a r
ta n to
la s
E l
p ro p o rc ió n
m ie n tra s
o c u rre
con
G ra n
el
d écad as;
en
m e n ta b a
con
b ie n
e c o n o m ía
una
del
e fe c to ,
la
im p o rta n c ia ,
en
a m b a s, s in o
en
de
c u a n tita tiv a
su
to r,
hacer
n o ta r
de
su
c o m e rc io
de
d o ta c ió n
en
la
son
de
hace
E u ro -
a
a m e ric a n a s
en
p re d o ­
en
y
con
G ra n
la s
su
B re ta ñ a , y
en
c o n s is te
c u a rta y
una
p re c is a m e n te
re sa s e ñ a la r q u e , si b ie n
en
E s ta d o s
in d u s tria liz a d o s y d e s a rro lla d o s
te rc e ra
es
p a rte
liq u id e z
a lc a n z a
la
que
sus
4
al
en
el
por
c o e fi­
n a tu ra le z a
del
cosas,
s a b id o ,
en
es e x tra ­
U n id o s
de
fa c ­
G ra n
d u ra n te
o tra s
E s ta d o s
p a rte
de
ta n to
e n tre
en
con­
la s e x p o rta c io n e s
é s to s
in g le s a s .
Por
U n id o s
ta m b ié n
de
c o n s titu ía n
o tra
p a rte ,
de
d e l m u n d o , ta m b ié n
s ó lo
se
a lc a n z a b a
a d v ie rte
en
la s e x p o r ta c io n e s
a g ríc o la s .
uno
la
p rim e r
c ie n to
en
E s ta d o s
p ro d u c to s
U n id o s
s ó lo
en
a d q u ie re
75 p o r c ie n to d e l c o n s u m o
d ife re n c ia d e re c u rs o s a g ríc o la s
u n a
a
m ás
s ó lo
U n id o s
tra n s fo rm a c ió n ,
1937 u n
c o m p le ­
no
el
en
es b ie n
en
te rc e ra
e x p o rta c io n e s
en
con
6 por
é s ta , c o m o
s in
p re s ta
E s ta d o s
o rig e n ,
a b u n d a n te
se
c o n s titu y e
e x te rio r
n a c io n a l,
en
u n
ú ltim a s
im p o rta c io n e s
fu n d a m e n ta l
tie n e
b á s ic o s
c o n s titu ía
una
re la c ió n
im p o rta c io n e s
M ie n tra s u n a
la s
cada
E n
p a ra
la s
que
e v id e n te
c o m e rc io
in g re s o
d ife re n c ia
e c o n o m ía s
el
c ie n to ;
de
d u ra n te
hace
m u n d ia l
s ig n ific a c ió n
b ritá n ic a ,
se
que
c o n tra s te
1936, d e
a lim e n to s
q u e e n tre
E llo
su
e c o n ó m ic o
n o rte a m e ric a n a
que
por
d iv e rs ific a d a
e s to s p r o d u c to s
de
de
20
al
p ro d u c to s
L a
la
re c u rso s n a tu ra le s ;
a m p lia ,
e l 5 p o r c ie n to .
h e d ió
A m é­
se
con
p a sa ro n
e n o rm e
p e rifé ric a s
1 8 7 0 -1 9 0 9
la p s o
c ie n to
E s ta
12 p o r c i e n t o , e n
im p o rta c ió n
to ta l d e
p a ís e s
c o m e rc io
s is te m a
e c o n o m ía
é s to s .
c o e fic ie n te
am bas
de
la
p a ra
el
tr a s te c o n la s itu a c ió n in g le s a .
n o rte a m e ric a n a s
con
c o n trib u c ió n
n a c io n a l,
e x p o r t a c i ó n .27
o rd in a ria m e n te
u n
del
u n a
e c o n o m ía s
c u a lita tiv a ,
a lc a n z a b a n
in g re s o
del
tie n e
fu n c io n a m ie n to .
a l 26 p o r
s ó lo
e x te rio r
su d is tin ta
s ó lo
e s to s
e x tra n je ra s , d o n d e
p e rifé ric o s ,
y
la
que
1944- 1953» e l
p e río d o
c ie n te
en
e fic ie n te
a lc a n z a b a n
de
de
im p o rta n c ia
g ra v e d a d
la s
p a ís e s
ta m b ié n
e x p o rta c io n e s
de
c o m p e titiv a
p a ra
cabe
de
c o n tra s te
lo s
re q u e rid a
c ie n to
le
in v e rs io n e s
c e n tro
fu n c io n a m ie n to
la
el
decae
in te rc a m b io
B r e ta ñ a h a c ia E s ta d o s U n id o s
e x p lic a r
B re ta ñ a
la s
del
E s ta d o s U n id o s
n o rte a m e ric a n a s .
d e s p la z a m ie n to
d esd e
c re c ie n te
a d q u iriría
d e l c o m e rc io e x te r io r d e
lo s
E n
d e fin itiv a
p a ís e s
es u n o
m ás
de
el
n o rte ­
in te ­
avan zad o s,
lo s p r in c ip a le s ,
s i n o e l p r i n c i p a l , e x p o r t a d o r m u n d i a l d e m a t e r i a s p r i m a s y p r o d u c t o s b á s i c o s .28
A n te s
de
p e rifé ric o s
e x a m in a r
tie n e
el
el
e fe c to
p re d o m in io
que
de
p a l m e rc a d o m u n d ia l d e m a te ria s
que
ta m b ié n
la
e c o n o m ía
in te g ra d a s
y
p o rta n c ia .
C om o
la n z a
de
m u n d ia l,
a b ie rta s
pagos
en
p o rta c io n e s
al
c o n s e c u e n c ia
por
d ic h a s
que
e c o n o m ía s
y
de
se
so b re
c o m e rc io
la
e x te rio r
n o rte a m e ric a n a
p ro p ia
in te rn a c io n a l,
la s
a tra v ie s a n ,
a g ríc o la s b a s a d a
el
e c o n o m ía
de
lo s
com o
p a ís e s
p rin c i­
p r im a s y p r o d u c to s b á s ic o s , c o n v ie n e s e ñ a la r
e u ro p e a
c o m e rc io
so b re
la
g u e rra s
so b re
e fe c tú a
u n a
to d o
u n a
rá p id a
y
e c o n o m ía
in g le s a ,
a n te s
su fre n
m o d ific a c io n e s
de
d ific u lta d e s
la s
d esp u és
p o lític a
en
de
la
de
s u s titu c ió n
m o d e rn iz a c ió n
segunda
de
la
ta n
de
im ­
la
ba­
g u e rra
de
im ­
a g ric u ltu ra
27 Sim ón Kuznets, “Q u an titativ e aspects o f th e econom ic grow th o f nation s”, en Econom ic
D e ve lo p m e n t a n d C u ltu ra l C hange, Chicago, ju lio de 1960.
28 W oytinsky y W oytinsky, op. cit., pp. 119- 121.
CONCEPTOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO
7*
e u ro p e a;
en
la
d u ra n te
lo s
p ro d u c tiv id a d
p ro p io s
re c u rso s.
Por
la s im p o r ta c io n e s d e
áre as
ú ltim o s
que
c o lo n ia le s
o
o tra
e u ro p e as
c o m ie n z a n
c e p to
con
a
c a m b io
de
á re a s
d in a m is m o
m e rc io
ta n
que
le n to
g ra n
del
c o lo n ia s
la s
la s
lo s
p ro d u c to s
L a tin a
de
e n fre n ta
a n te s
e s ta s
a tra v ie s a n
débese
de
la
e le v a d o s , la
c ió n
que,
p a ís e s
su
com o
en
la
el
el
la s
sus
la s
del
de
e c o n o m ía s
M ercad o
re s to
h a c ia
C om ún
m undo,
E s ta d o s
in tro d u c e
lo s
flu jo s
p e rife ria .
p rim e ra
u n a
en
ex-
de
de
c a p ita l
m u n d ia l,
d ic h o s
re fle ja
de
dem anda
y
nuevas
la s
la
la s
p a rte , e n
de
s ó lo
la
dem anda
casi
ta m b ié n
de
lle g a
que
a
m uy
le n to
en
co­
p e río d o .
p ro d u c to s
el
caso
que
s in o
de
ta m b ié n
e l in g re s o
por
b a s ta n te
se
re d u c e
al
de
lo s
de
A m é­
p ro d u c to s
n iv e le s
b ie n e s
e x c lu s iv a m e n te
es
p a ra
c o lo n ia le s ,
eso s
al
re la tiv a ­
e s te
el hecho
m e d id a
re ­
p ro d u c to s ;
de
e x p o rta c io n e s
p ro d u c to s
y
c irc u n s ta n c ia s
e x te rn a
c o m p le ja s ;
no
á re as
así co m o
obedece
s a b id o ,
la
in flu e n c ia
P o r o tra
de
de
y
e x tra o rd in a rio
c re c im ie n to
lo s m e r c a d o s d e
décadas
U n id o s
m o d ific a c io n e s
A l
g u e rra
e ta p a
v a ria d a s
g ra n
c o n su m id o re s
b ie n
y
la
causas
c re c im ie n to
es
re c ie n te s ,
con
con
in te n s ific a r
m o d a lid a d e s
la s e c o n o m ía s c e n tr a le s d u r a n t e
e u ro p e as
e la s tic id a d -in g re s o
y
a
a lim e n to s , d e sd e
e c o n ó m ic a ,
y
ú ltim a s
c o m p e te n c ia
e c o n o m ía s
lo s
d e ra b le m e n te
de
re d u c id o
a
a lim e n tic io s n o rte a m e ric a n o s .
h a b ita n te
m ás
m u n d ia l
b á s ic o s , s ig u e
d u ra n te
p e rife ria
la s p r o p ia s
y
d iv e rs a s
e u ro p e a s,
c e n tra le s
la d e p ro d u c to s a lim e n tic io s , tie n e
la
e x tra o rd in a rio s
c re c ie n te
ta m b ié n
p rim a s
c o m e rc io
flu c tu a c io n e s v io le n ta s
e s p e c ia le s p o r q u e
ric a
u n id a d
c o m e rc ia le s
p a ís e s
E l c re c im ie n to re la tiv a m e n te
la
a p u n ta
años
e c o n ó m ic o
re la c io n e s
in e s ta b ilid a d
b á s ic o s d e
en
al
m e d id a
a d o p ta n d o
e c o n o m ía s
c a r a c te riz a b a ,
y de
y
una
c e n tro
de
e n tre
e x te rio r d e
m e n te
su
en
hum anos
p o lític a
b á s ic o s , m a te r ia s
b a rre ra s
in c re m e n to s
en
c o lo n ia le s .
c a rá c te r
fu n d a m e n ta le s
c u rso s
la s
o b tie n e n
a b a s te c e rs e
e s ta
e s tru c tu ra r
E l d e s p la z a m ie n to
el
se
F in a lm e n te ,
a u m e n ta
sus ex
p a rte ,
a n tig u a s
p re fe re n c ia le s .
que
años
p e rm ite
p ro d u c to s
la s
a cu e rd o s
E u ro p eo ,
le s
c o n s i­
la
p o b la ­
p a ís e s
in d u s ­
tria liz a d o s .
E n
p u n to
n o m ía s
lo s
ú ltim o s
e fe c to ,
zado
por
el
a
la
dem anda
in d u s tría le s
el
p a re ce
d e c e n io s
c a rá c te r
in n o v a c ió n
d in a m is m o
de
la
en
una
gunos
casos
la
p rim a s
de
a d q u ie re n
c a n tid a d
lo s
dem anda
de
de
m a siv a
ha
q u e se v a n a c u m u la n d o e n
la
te c n o lo g ía
pueden
o tra
lo s
por
la
u n id a d
de
de
p a rte ,
d e p ó s ito s
com o
de
ha
su
en
a p ro v e c h a m ie n to
fin a l se
aún
to ta lm e n te
fu e n te
en
d e l m e rc a d o
p ro d u c to
m a te ria l
eco­
d e s p la ­
fu n d a m e n ta le s
in s u m o s ;
s u s titu ir
la s
d u ra n te
m o d e rn a ;
a c tu a l
c o n q u is ta
dado
de
c re c ie n te
c a m b io s
p rim a s
m enor
d e s a rro llo
fo rm a
c a p ita lis ta
p ro v o c a d o
ta l q u e
P or
de
e c o n o m ía
m a te ria s
s in té tic o s
im p o r ta n c ia
el
en
lo s p r e c io s h a c ia
E llo
m odo
n a t u r a l .29
c re c ie n te
la
p ro p o rc io n a lm e n te
m a te ria le s
o rig e n
de
fu n c ió n
m in e ra le s ,
c o n c e n tra d o
a p lic a c ió n
te c n o ló g ic a .
c a d a v ez m á s e fic ie n te , d e
q u ie re
p ro d u c to s
c o m p e titiv o
la c o m p e te n c ia
la
en
de
h a b erse
de
m ás,
la s
en
re ­
a l­
m a te ria s
a b a s te c im ie n to
usado,
o
c h a ta rra ,
lo s p a ís e s in d u s tr ia le s c o m o c o n s e c u e n c ia d e l d e s u s o
a q u e s o n r e d u c id o s lo s b ie n e s d u r a d e r o s m a r g in a d o s p o r e l p r o c e s o e c o n ó m ic o .
E l escaso
a n te s
d in a m is m o
re se ñ a d o s,
la s
que
c a ra c te riz a ,
e x p o rta c io n e s
de
com o
la s
c o n s e c u e n c ia
e c o n o m ía s
2» g a tt , T ren d s in In te rn a tio n a l T ra d e, G in eb ra, 1958.
de
lo s
fe n ó m e n o s
s u b d e s a rro lla d a s
(s a lv o
EL MARCO HISTÓRICO
el
caso
re fle ja
y
en
7.
del
en
la
p e tró le o )
el
le n to
escasa
y
a m p lia c ió n
m o d ific a c io n e s
ú ltim a s
d écad as,
p le o
n o
nuevos
lo s
e x is te n te s .
e fe c to s
D u ra n te
un
al
cuando
fa c to r d e
lo s
n iv e le s
de
s e c to r e x p o rta d o r;
su
c o m e rc io
p ro d u c tiv o s
re la c io n e s
so b re
se
e x p o rta c ió n
1 9 1 3 -1 9 5 0
P E R IF E R IA :
la s
e x te rio r,
de
c e n tro -p e rife ria
la
e s tru c tu ra
en
la s
p ro d u c tiv a
lo s p e r ío d o s d e c ris is , lo s s e c to re s e x p o r ta d o r e s
se
p re s ió n
s ió n d e la p o b la c ió n r u r a l s o b re la
dos
LA
s ig n ific a tiv o s
p o r e je m p lo , a c tiv id a d e s
s e n s ib le m e n te
de
s e c to re s
e x p e rim e n ta ro n
d e s e m p le o ;
re p re s e n ta
in e s ta b ilid a d
de
ESTRUCTURALES E N
que
y g en eran
p a ra liz a n ,
fu e rte
de
tu v ie ro n
e n A m é ric a L a tin a .
c o n tra e n
la
d e s a rro llo
T R A N S F O R M A C IO N E S
L as
se
73
y
tra ta
s o c ia l
s e c to re s
ta n
in g re s o
de
de
que
se
a g ríc o la s , e l d e s e m ­
c o n s id e ra b le
m in e ra s , s a lv o
tie rra . D e
a lg u n o s
de
com o
e x is ta
una
cuando
g ra n
to d o s m o d o s la c o n tra c c ió n
lo s
d iv e rs o s
g ru p o s
e llo s
s u e le n
d is p o n e r
s o c ia le s
de
p re ­
a fe c ta
v in c u la ­
c o n s id e ra b le
in flu e n c ia y p o d e r d e p re s ió n s o b re e l a p a r a to
e s ta ta l. L a c a íd a d e l in g re s o y /o
del
in te rv e n c ió n
del
E s ta d o
a c tiv id a d
lo s
s e c to re s
e m p le o ,
p ro p ó s ito
en
de
el
caso
s o s te n e r
el
ta d o re s , g e n e r a lm e n te
d u c to s
de
de
una
de
s e rie d e
p ro d u c e n
u n
d iv is a s
y
te n te
que
lim ita b a
tu ra s
p a ra
in d u s tria
im p o rta c io n e s
de
de
con
lo s
p a ís e s
c a p a c id a d
de
en
un
a n te rio r,
e s ta
de
lo
la
p a ra
la s
de
b ase
c ió n
en
se
ta d o ra
g en eró
d ire c ta
so b re
E l
80
un
p a ís e s
de
una
la
fe n ó m e n o
de
m ayor
m asa
c re a c ió n
de
E s to
ta m b ié n
a
la
que
ro m p e
d u ra n te
la s
e x p o rta c io n e s
en
e l in g re s o
im p o rta d a s
y,
por
ta m b ié n
p a ís e s ,
c o n tro l
lo
u n
s ig n ific ó
de
au­
aun
e x te rn o ,
en
a u m e n to
ta n to ,
y
la
por
tie m p o ,
in te rn o . Y , c o m o
fa v o re c ió
m un­
n o rm a lm e n te
e s to s
a
e x is ­
m a n u fa c ­
d e d ic a rs e
A l m is m o
de
p a rte
b ie n e s
g u e rra s
y
la
adop­
lo s
de
por
b é lic a
s o m e tid o s
en
se
e q u ilib rio
dos
a b a s te c e r
p ro ­
p o r su
e n tre
el
la s
p e rife ria .
q u ed aro n
que
lim ita d a s
p e rm itie ra
la
re d u c c ió n
n a c io n a l
p ro d u c c ió n
de
una
p re c io s
p ro d u c c ió n
c irc u n s ta n c ia s
in d u s tria
c re a d o
a u m e n to
de
la
de
de
m a n te n im ie n to
m a n u fa c tu ra d o s ,
im p o rta c io n e s
s e v e ra m e n te
p a ís e s
con
de
el
e x p o r­
e l caso
del
u n
p re c io
e s tím u ­
n a c i o n a l .80
la
h u b ie s e n
p a ra
lo s
de
de
im p o r ta c io n e s .
m a n u fa c tu ra s
p ro d u c c ió n
la s
p re s e n tó
lo s
vez
re la c ió n
se
in c re m e n to
c o m b in a c ió n
de
la s
a
su
con
d e l g o b ie rn o
p o lític a
p ro d u c to s
la
e x p o rta c ió n
im p o rta n te
E l d e s a rro llo
a n te rio r
de
a
de
p a rte
e s ta
im p o rta d a s .
c o n s id e ra b le
p re c io s
p e rm itió
re la tiv o
fo rm a
en
tra n s p o rte
m e n ta ro n
lo s
re s tric c ió n
d e s a rro lla d o s
m a n u fa c tu ra d o s
cuando
c o in c id e
im p o rta r
q u ed aro n
p ro d u c to s
po r
C om o
p o s ib ilid a d e s
s im ila r
y
a d q u is ic ió n
e m p le o
p a ra
la
in g re s o s
la
im p o r ta n te
la s
c o m p e tir
la s
de
m a n u fa c tu ra s
s itu a c ió n
d ia le s ;
fa lta
la s
p ro v o c a
c o lo c a d o s .
m e d id a s d e
c a m b io
n a c io n a le s
U na
no
in g re s o y d e
d is p o n ib ilid a d
ta n
n iv e l
m e d ia n te
e x p o rta c ió n
n iv e le s d e
m in e ro ,
la
n a c i o n a l só k >
a lg u n a s
la
p ro d u c c ió n
ta m a ñ o
y
en
c o n s id e ra b le
de
c ie rta s
e ra
p o s ib le
a c tiv id a d e s
m a n u fa c tu re ra .
a q u e llo s
de
donde
in g re s o s
a c tiv id a d e s
in d u s tria liz a c ió n
si d u ra n te
in d u s tria le s
y
la
tu v o
que
D io s e
a
una
a c e le ra rs e
Véase una explicación más detallada en la parte iv, capítulo n.
e s ta
a c tiv id a d
m a n u fa c tu re ra s
c o m ie n z a
la
e ta p a
s irv ie s e n
s itu a ­
e x p o r­
in flu e n c ia
s u b s id ia ria s .
en
A m é ric a
CONCEPTOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO
74
L a tin a
a
p a rtir
lu e g o
de
flic to
b é lic o .
ya
en
la
de
c ris is
una
la
C on
p rim e ra
1930, y
de
g u e rra
se
p o s te rio rid a d
p o lític a
d e lib e ra d a
m u n d ia l,
re fu e rz a
a
la
com o
segunda
p rá c tic a m e n te
re c ib e
re n o v a d o
c o n s e c u e n c ia
g u e rra
en
m u n d ia l
to d o s
im p u ls o
d el segundo
lo s
se
con­
tra n s fo rm a
p a ís e s
de
A m é ric a
L a tin a .
P or
lo
que
se
re fie re
in d u s tria l,
é s te
das
e s tru c tu ra
de
ceso
la
se
lig e ra ,
tie n d e
a
que
p ro v e e n
m a n u fa c tu re ra .
el
acceso
D esd e
el
e l p u n to
y
por
v is ta
la
fo rm a
s u s ta n c ia l
D esd e
el
Por
u tiliz a r
c a p ita l,
E n
del
en
id é n tic o
se h a
b asad o
chos
se
e sp e ra b a ,
el
p a ís e s
m e c a n iz a c ió n
s u c e s iv a s
p a rtic ip a c ió n
de
se
la
e l p ro c e so
de
la
la
ta n to ,
y
m ie n tra s
puede
a v e n tu ra rse
n ific ó ,
en
lo
y a es n o to ria , n o
casos,
una
p o r
com u­
c o m e r­
la
a c tiv i­
a c tiv id a d
p ro d u c ­
tie n d e
s e c to r
m anu­
n e c e s id a d
s e c to r
en
im p o rta n te :
la
e s ta ta l
de
debe
in d u s tria l,
in n o v a c ió n
e
con
en
am ­
c re ce r
o b s ta n te
fo rm a
a lta m e n te
in c lu s o
u n a
n o
g e n erad o r
tie n d e ,
que
a
el
de
ocu­
c re c ie n te ,
in te n s iv a s
re m p la z o
u tiliz a c ió n
en
de
la
p ro p o rc io n a l­
tie n d e
n iv e l
en
de
de
e s tim u la r
re a liz ó ,
h a s ta
ú ltim o s
años
el
m ás
s e c to r
tu v o
que
de
la
com o
lo s
P or
la
la
in g re s o s ;
del
o tra
ú ltim a
o b serv a
p o r
m o­
u n a
cual
p a rte ,
década,
en
m u­
c re c ie n te
m a n u f a c t u r e r o .32 P o r
c u id a d o s o
p re lim in a r
no
y
la
e s tru c tu ra
d e n tro
se
c a ra c te riz a d a
de
excedan
u n a
p ro p ie d a d
p ro te c c ió n
se
en
que
im p o rta c io n e s .
te n d e n c ia
que
a
e s to s
d iv e rs ific a c ió n
es m e n o s c ie rto
a p ro v e c h a m ie n to
p ro d u c tiv a s
c o n c e n tra r la
exam en
c o n c lu s ió n
el
u n id a d e s
e x tra n je ra
u n
un a
que
s u s titu c ió n
n a c io n a l,
re a liz a
com o
a lg u n o s
de
e m p re sa
se
de
p ro p io
s ig n ific a tiv o
p ro p ie d a d ,
in s ta le n
e le v a d o
L a tin a
tra n s p o rte ,
la
del
a c tiv id a d
un
de
in d u s tria liz a c ió n
e m p re sa
A m é ric a
de
el
s u rg id a s
im p o rta n te s ,
o rg a n iz a c ió n
de
p ro ­
fu n c io n e s .
la
c o in c id a n
n a c io n a l,
a c tú a
el
in d u s tria
la
o b r a .81
de
que
y
a
m ás
de
d e riv a ­
e s te
e x p a n s ió n
d e s a rro llo
a m p lia c io n e s ,
in s ta la d a ,
m ano
y
la
s e c to ria l
te c n o lo g ía
e l s e c to r in d u s tr ia l y
p ro c e so
de
u n a
p a ra
d e s a rro llo
que
p rin c ip a le s
m a te ria
ta m b ié n
nuevas
fa se s,
fin a n c ie ro s ,
a g ríc o la s
com o
s e n tid o
so b re
in s u m o s
m o m e n to
lo s m e r c a d o s
en
del
d is trib u c ió n
tra n s fo rm a c ió n
el
es,
e x ig e
d e s a rro lla d o
m ie n tra s
por
e m p le o ,
m e rc a d o
m o n o p o lis ta e n
de
e s tru c tu ra
te c n o lo g ía
d im e n s ió n
e c o n ó m ic o
el
c iu d a d e s
y
u n a
e s p a c ia l
de
p rim e ra s
s ó lo
e s tru c tu ra
del
de
la
la
v is ta
p ro d u c tiv a
sus
n e c e s a rio s
s ig n ific a
o
p a u ta s
d esd e
la s
no
tra b a jo
d e s a rro lla r
la s
d e c re c ie n te
de
de
de
que
a
de
de
c o n tra río ,
fo rm as
c u a n to
d e rn a
el
hace
c a p a c id a d
m e n te
no
to m o
in fra e s tru c tu ra ;
y
p u n to
d e c ir,
d u ra n te
p o lític o
e x ig e n c ia
re o rie n ta r
p a c io n e s .
a
de
es
la s
in fra e s tru c tu ra
in d u s tria l
la
d in a m is m o ,
en
re g io n a l
s e g u ir
c o n s titu y e n
la
poder
d e s a rro llo
fa c tu re ro ,
su
al
a
m enos
m e rc a d o s
d iv e rs ific a r e l s is te m a
p lia r
lo
ta m b ié n
y
en
p o r
e n e rg ía ,
dad
re p e rc u s ió n
p re e x is te n te ,
c o n c e n tra rs e
c ia l
a
la
g en eral
a n te rio re s , y a q u e
n ic a c io n e s ,
tiv a ,
a
en
c irc u n s c rib ió ,
p e río d o s
s in o
tie n d e
e s te
de
sus
lo
c o n s e c u e n c ia s ,
p ro c e so ,
si
b ie n
a c tiv id a d
p ro d u c tiv a
re s u lta d o
u n a
s ig ­
que
a te n u a c ió n
81 F . H . Cardoso y J . L . R eyn a, “ Industrialización , estru ctu ra ocupacion al y estratificación
social e n A m érica L a tin a ” , en C uestiones d e sociología d e l desarrollo d e A m érica L a tin a , E d .
U niversitaria, Santiago.
82 O svaldo Sunkel, "P o lític a n acio n al de d esarrollo y d ependencia ex tern a” e n E studios
Internacionales, vol. i, nú m . i , Santiago, a b r il de 1967.
EL MARCO HISTÓRICO
s ig n ific a tiv a
c ia l
la
de
de
lo s
la
c a ra c te rís tic a s
el
c a rá c te r
p a re c e
e c o n ó m ic a
de
la
típ ic a s
que
d e ra m e n te
del
s e c to r
c ie rta s
c a ra c te rís tic a s
p e río d o
que
de
p ro c e so
o
de
si
si
se
ta m p o c o
e x c lu y e n te s
c re c im ie n to
rig o r,
en
que
a
a fu e ra
a
el
la s
a lg u n a s
de
o tra s
s o m e ra m e n te
n u e s tro s
p a ís e s ,
tra n s fo rm a n d o
v e rd a ­
de
la
se
en
s in o
de
que
o b serv aro n
s e c to re s
fo rm a
c re a c ió n
s is te m a ,
que
a lg u n o s
en
d e s a rro lla rs e
s e n tid o ,
s u s ta n ­
c o n s id e ra b le
e x a m in a d o
e s tá
in te g ra r
en
e le v a c ió n
su p erar
puedan
a lg ú n
s im ila re s
h a c ia
p e rm itió
d e s a rro llo
c o n trib u y e
u n a
re d u c c ió n
in d u s tria liz a c ió n
m a n e ra
tra ta ,
n i
u n a
E n
de
e s te
ta l
s o c ia l,
o
ta m p o c o
s u b d e s a rro llo .
el
e c o n o m ía s
e fic ie n te ,
y
m a y o ría
así
p re g u n ta rs e
nuevo
el
de
com o
a d q u irió
sus
y
v id a
e x te rn a ,
p e rtin e n te
d in á m ic a
d e s ig u a ld a d
n iv e le s
d e p e n d e n c ia
75
un
tie n e
d u ra n te
e x p o rta d o re s
p ri­
m a rio s .
T odas
rís tic a
de
e s ta s
m o d ific a c io n e s
e s to s
p a ís e s ,
d e l c re c im ie n to
C uando
m anda
h a c ia
la s
se
d o ra s
m in e ra s ,
y
te n c ia
cuando
se
el
b ié n
la
c re c im ie n to
esa
e c o n o m ía
m in e ro ,
en
la
de
to re s
de
Por
s e rv ic io s
o tro
a
ser,
g ru p o
b ase
la
e m p re sa rio s
se
a d v ie rte n
L as
g ra v e
en
el
la
de
v ig o r
c u a le s
así
com o
de
del
con
d e n tro
m ás
d e s e m p le o
la
y
ta m b ié n
u n
d e b ilita m ie n to
a c tiv id a d
del
c o m e rc io
se
E l
p a ra
apoyan
a lg u n o s
e s ta
d e s a rro llo
in te ré s
lo s
a s a la ria d o s ,
la s
p o lític a s
p a ís e s
de
la
y
A m é ric a
así
su
en
L a tin a
sec­
g ru p o
com o
p a ra
a lia n z a
de
L a
lo s
de
a
lo s
n a c io n a l
ta n to
d e lib e ra d a s
im p o r­
e x te rio r.
in d u s tria
in m e d ia to
acen­
s in d ic a le s .
re d u c id o
a c tiv id a d ,
de
de
al
a
o rig e n
m a n ife s tó
c re c ie n te
o rg a n iz a c io n e s
fo rta le c ió
de
se
p ro v o c a d o
la
ta m ­
m o d e lo
lig a d o s
b ie n
y
con
s u b s is ­
ú ltim o
del
que
fo rm a c ió n
c ie rta s
de
g e n e ra liz a d o ,
o b re ra
de­
e s te
te rra te n ie n te s
e ra
la
e x p o rta ­
el
pasa
nuevo
c o n s titu y e
la
in d u s tria liz a c ió n
d esd e
m e d ia d o s
de
p o lític a s
de
p o d e r,
lo s
s in o
su
a n te s
s e ñ a la d a s
g ru p o s
m ás
a n te rio r
no
tra d ic io n a le s
b ie n
c o m ie n z a
p o s ic ió n
im p lic a n ,
y
a
su
h a c e rse
h e g e m ó n ic a
s in
e m b a rg o ,
s u s titu c ió n
con
ra d ic a l
n e c e s a rio
lo s
nuevos
que
sec­
o b re ro s.
tie n e
lo s
hace
el
C h ile ,
o b je tiv o
tra n s fo rm a c io n e s
s o c ie d a d
se
el
en
p o p u la re s
com o
c o m p a rta n
m e d io s y
E s ta s
y
d e s e n v o lv ía
un
g ru p o s
d e
c o m p ro m e tió
que,
o rg a n iz a c ió n
m anos
d e b ilita m ie n to
e je rc ic io
de
y
1930.
de
g ru p o s
c a ra c te ­
c o lo n ia
e c o n o m ía s
e x p o rta c ió n ;
a c tiv id a d
in d u s tria l
se
en
la
a c tiv id a d e s
h a c ia
de
lo s
e x p a n s ió n
tra n s fo rm a c io n e s
u n
to re s
m odo,
que
s o c ia l
de
c o n tra c c ió n
la s
a b s o lu to
la
de
en
de
in te rn a c io n a le s
e x p o rta d o r,
c o rre s p o n d ie n te s .
de
década
eso s
la
e s te
la
C uando
e je m p lo
cuyas
o b re ro s
e ta p a s
en
c a m p e s in a d o
m e rc a d o s
p ro c e so
haber
de
so b re
que
en
e s tru c tu ra
la s
p e río d o s
a g ríc o la s
m a n te n ía n
re la c io n a d o s
la d o ,
e m p re s a rio s
s e c to re s
u n
p a rtid o s
p a re c e
la
a
d e s e m p le o
p rá c tic a m e n te
s e c to r
casos, p o r
e x te rn a
lo s
a fu e ra ,
del
del
s e c to re s
de
por
fu e rte
e x p o rta c ió n .
a lg u n o s
c ris is
de
p o d e r,
e s tim u la ro n
a lg u n o s
so b re
re m o n ta
p a sa ro n
u n
re tra c c ió n
h a c ia
de
c ris is
y
ta n c ia
una
d e b ilita m ie n to
de
tu a ro n
o rig in ó
de
se
a fu e ra .
tra ta b a
p o s ic ió n
in flu y e r o n
o rig e n
e x p o rta c io n e s
e x te rn a ,
caso,
cuyo
en
e fe c to s
s e c to re s
e v id e n te
la s
e s tru c tu ra s
in m e d ia to s
e x p o rta d o re s
la
fo rta le c im ie n to
so b re
y
v u ln e ra b ilid a d
de
lo s
la s
de
s e c to re s
del
la
p o d e r,
p o lític a
s u c e s iv a s
la s
de
c ris is
e c o n o m ía s
e m p re s a ria le s
la
e c o n o m ía
e c o n ó m ic a .
y
a
tra v é s
L a
de
y
fa lta
la s
la tin o a m e ric a n a s ,
a s a la ria d o s
re ía -
CONCEPTOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO
7®
donados
con
ra c te rís tic a
ra d a
de
una
a c c ió n
m a n u fa c tu ra s
m a
c a m b ia d o ,
por
conceder
p a r te , e s ta
del
que
p o lític a
de
de
que
d e s a rro llo
de
la
de
c o m ie n z a n
a
se
le g is la c ió n
de
de
y
s o c a v a r la s
la s
la b o ra l
y
v iv ie n d a
y
con
fa c to re s
b ases y
m o d e lo
o tra
in d u s ­
la s
la
a c ti­
a c c ió n
o rie n ta c io n e s
ta m b ié n
a
y
en
h a c ia
tra v é s
e n tie n d e
la
de
una
de
la
c re ad ó n
lo s
s e rv i­
in d u s tria liz a c ió n ,
y
de
c a ra c te rís tic a
d u ra n te
la s
ú ltim a s
p la n te a n
s u s titu c ió n
ta m b ié n
so b re
dadas
m o v im ie n to s
fo rm a
que
de
p o lític a s
a
por
a m p lia c ió n
la
e c o n ó m ic o s , s in o
a lia n z a s
la
in d e p e n d ie n te
se
de
fe n ó m e n o s
el
P or
apoyo
nuevas
p o lític a s
s id o
s is te ­
p o p u la r.
la tin o a m e ric a n a s
a p arec e n
el
a p u n ta
é s ta
ha
del
fin a lm e n te
d iv is a s .
com o
m e d ia
por
fu e rz a s
m e n c io n a r,
c o n tin u a r
de
de
o
e s tim u la r
por
así
e s ta s
c la s e
im p o rta c io n e s
d e s c rita s
e c o n o m ía s
s ó lo
lo s
de
por
im p o rta c ió n
c o n tro l
fu n d a m e n ta lm e n te
y
ca­
d e lib e ­
p ro d u c tiv a .
de
e c o n ó m ic a
s o c ia l;
así co m o
ú ltim a m e n te
la
re a liz a
p o lític a
de
en
p o lític a
s o c ia l,
acaban
in fr a e s tru c tu ra
la
c u o ta s ,
p o r
c re d itic ia ,
s u s te n ta c ió n
a
p o r
d is trib u c ió n
in te n d o n a d o
p a rte ,
que
la
a n te s
se tr a ta
la
en
s u s titu c ió n
a lg u n a s
to d o ,
N o
de
o
de
e s p e c ia lm e n te ,
lib e ra l,
p o lític a
fu n d a m e n ta lm e n te
a s ig n a c ió n
la
una
re s tric c io n e s
d e v a lu a c ió n
o
p o lític a
en
e x p re sa
de
p o lític a
de
la
in g re s o
p o s ib ilid a d
nes.
m enos
p re v is ió n
se
de
C on
la
a m p lía
y e d u c a c ió n
p ro c e so
o p in ió n
m a n ifie s ta
p o lític a
lo
por
esfu erzo
m e d ia n te
o
del
s a lu d
se
sea
ta rifa s
la
a fu e ra ,
se
tra v é s
e fe c tu a rse
b ase
c irc u n s ta n c ia s
d as.
que
s a la rio s y
s is te m a s
ya
u n
tra n s fo rm a n
h a c ia
p o lític a
a
de
al
s ig n ific a
o rg a n iz a d a ,
re d is trib u c ió n
E l
co n su m o ,
por
o b re ra
e s ta
c re a
la
se e n c o n tra b a ,
c la s e
y
e le v a c ió n
a c titu d
E s ta d o
la s
c re c im ie n to
p rio rid a d e s
C o n fo rm e
de
de
por
in d u s tria le s
c io s d e
m a n u fa c tu re ra ,
de
p ro te c c io n is ta
p o lític a
tria liz a c ió n ,
v id a d e s
la
a c tiv id a d
p ro c e so
in d u s tria liz a c ió n ;
fu e rte
de
la
del
lo s
déca­
dudas
de
de
del
a c e rc a
im p o rta c io ­
s itu a c io n e s
que
se
que
s u s te n ta b a
ese m o d e lo .
Si
m ás
b ie n
es
g ra n d e s
m enos
que
que
c re c ie n te s
p o rq u e
v ie n e
la
que
á re a,
tie n d e
d e s a rro llo
d id a
c ie rto
del
a
e x p a n s ió n
a g o ta rs e
decayendo.
e c o n o m ía
n e c e s id a d e s
e s to s
la
a lc a n z ó
no
de
ú ltim o s
ritm o s
en
lo s
L a
p o lític a
expande
lo s
s e c to re s
so b re
d im e n s io n e s
ú ltim o s
se
s e c to re s
in d u s tria l,
y
añ o s,
de
de
ra p id e z
in g re s o s
a u m e n ta n
en
lo s
p a ís e s
m odo
ritm o
que
hace
m e d io s
el
c ris is
s u fic ie n te
fo rm a
en
no
re d is trib u tiv a
con
to d o
c o n s id e ra b le s ,
y
en
p a ra
y
en
es
de
la
m e­
a te n d e r
b a jo s ,
s u s ta n c ia l
lo
la s
ta m b ié n
té rm in o s
a b s o lu to s .
E l
c ió n
p ro c e so
de
in d u s tria liz a c ió n
c re c ie n te
de
la s
b a jo s
ra d o
in g re s o s
así u n a
a
la
m asa
m asas
e sfera
no
ru ra le s
de
la
p o p u la r e n
p a re ce
a c tiv id a d
p ro c e so
de
a lc a n z a d im e n s io n e s c o n s id e ra b le s y n o
de
p a rtic ip a c ió n
c o n s titu y e
m ayor
L a
s e c to r
un
el
in c a p a c id a d
ru ra l,
m e d io s
p ro c e so
im p o r ta n te
p a rtic ip a c ió n
p a ra
p a rc ia l
u rb a n o s
p re s ió n
la
p o lític a
por
a u m e n ta ro n
y
de
e c o n ó m ic o
de
la
lo s
n u e s tra s
la
s e c to re s
m o d e rn a ;
y
p o lític a
en
s o c ia l.
en
e c o n ó m ic a
e c o n o m ía s
in d u s tria liz a c ió n
o rg a n iz a d o s ,
lo s
in c o rp o ra ­
u rb a n o s
se
ha
a lg u n o s
de
E s te
s e n tid o
s o c ia l.
de
tra n s fo rm a r
y
una
in g re s o s
p ro v o c a n d o
casos
una
ni
e le m e n to
y
p a ra
de
gene­
acceso
el
s u s titu tiv a
c o n s id e ra b le m e n te
o b re ro s
lo s
te n e r p o s ib ilid a d e s
o rie n ta r
con
c o n s e g u id o
de
in c re m e n ta rs e , q u e
p a re c e
p o lític o ,
y
e c o n ó m ic a
e le m e n to
d e m o stra d a
c o m b in a d a
re d is trib u tiv a
pos
en
haber
d e s p la z a d a s
de
una
su
p o lític a
lo s
g ru ­
d is p a rid a d
EL MARCO HISTORICO
c re c ie n te
de
e n tre
la s
d is p o n ib ilid a d e s
eso s p ro d u c to s
e le m e n to s
en
tic ip a n
del
su
de
a lg u n o s
del
en
la d o ,
p ro c e so
una
de
la s
de
E n
la
in g re s o
ritm o
de
la
m odo
a lia n z a
u rb a n o s
y
del
lo s
É s te
que
lo s
d ic h a s
que
dem anda
uno
se
de
han
que
una
m e rm a
a lc is ta s
lo s
m a n i­
g ru p o s
e v ita r
p re s io n e s
la
s id o
d ife re n te s
lo g ra ro n
y
h a
in fla c io n a ria s
e c o n ó m ic a
e s ta n c a m ie n to
a g u d iz a
d io s
p re s io n e s
re a l,
a lim e n tic io s
u rb a n a .
p a r­
de
d e se m b o c a ro n
in fla c io n a ria s .
el
c ris is l a
p ro d u c to s
m e d id a
in d u s tria liz a c ió n
d is m in u c ió n
de
p o b la c ió n
fu e rte s
p o r c o n s ig u ie n te , se
hace
la
n e g o c ia c ió n
el
g ra v e s s itu a c io n e s
P o r .o tro
de
p a ís e s .
p ro c e so
p a rtic ip a c ió n
en
p o r p a rte
e s e n c ia le s
fe s ta d o
77
s e c to r
la
lu c h a
del
por
e x is tió
la
de
la s
in g re s o .
lo s
e x p o rta c io n e s
década
se
E n
d is trib u c ió n
e n tre
o rg a n iz a d o s
ru ra l,
ú ltim a
c re c im ie n to
que
o b re ro s
del
d u ra n te
tra d u je ro n
e s ta s
del
d u ra n te
el
p e río d o
c o n d ic io n e s ,
in g re s o ;
e m p re s a rio s ,
de
e s te
s e c to re s
m e­
e x p a n s ió n
in ­
lo s
de
y
en
d u s tria l.
E s to s
c a c ió n
hechos
te n d rá n
s a tis fa c to ria
ú ltim o s
años
en
que
de
lo s
A m é ric a
la s p o lític a s d e
d e s a rro llo
y
en
por
la
o tra ,
lo s
ser
to m a d o s
im p o r ta n te s
L a tin a .
en
c u e n ta
c a m b io s
E n
a lg u n o s
casos
apoyándose, p o r u n a
s e c to re s
p o p u la re s
p a ra
o b te n e r
p o lític o s
se
tra tó
p a rte , e n
m a rg in a d o s ;
u n a
de
e s to s
ú ltim o s
ria ,
in d u s tria le s .
de
ta m b ié n
se
re s ta b le c e r
tra d ic io n a le s
tria le s
in te re s a ,
e n sa y a ro n
el
y
la
E s ta s
p a ís e s d e
A m é ric a
e c o n o m ía
s o c ia lis ta ,
to d a v ía
la
no
m u n d ia l.
b ié n
de
del
el
han
y
quedado
de
do
s itu a c ió n
una
c ia
e fic a c ia
de
la
m ás
un
que
d iv e rs a s
del
de
en
la
re a liz a r
que
de
de
fo rm a
eso s
en
h a s ta
se
n o to rio ,
y
se
a h o ra
s in
p ro p ó s ito s
y
e m b a rg o
al
a n te s
m anu­
s itu a c ió n
de
se
c re c im ie n to
g ru p o s
que
s ó lo
m a rg in a d o s
va
del
c re an ­
s is te m a
e c o n ó m ic o
C om o
co n secu en ­
e s to s
que
y
ú ltim o s
se
lle g a r
m e re c e
s ie m p re
ta m ­
ra z o n es
e s ta
carece.
en
c o m e r­
p ro d u c to s
lo s
s o c ia l,
una
d in á ­
p e rife ria .
ritm o
e s tru c tu ra le s
no
el
c irc u n s ta n c ia s
dé
e x tra ­
de
avanzadas
la s
lo s
la
de
d is tin to s
de
a m p lia r
e n te ra m e n te
in te n ta ro n
c a m b io s
el
am bas
e c o n ó m ic a
p ro fu n d o s
buenos
de
in d u s ­
s u m a m e n te
p o r
de
de
lo s
ta m b ié n
la tin o a m e ric a n o ,
a p re m ia n te
que
p a ra
v is ta
p a ís e s
b ie n
tra ta
e m p re sa rio s
en
c a p ita lis ta s
c o n c ie n c ia
o
o tro s
se
s e c to re s
m u n d ia l
e x te rio r
e x p a n s ió n ,
de
lo s
E n
e x p o rta c io n e s
lo s
p re s e n c ia
a c e le ra c ió n
to m a
del
c o n te x to
e c o n o m ía s
p a ra
p o lític a
Es
en
e l p u n to
p e c u lia rid a d e s ,
en
y
lo s
de
d e fin ic ió n
s ig n ific a tiv o
la s
c o m p le m e n ta c ió n
d e s a rro llo .
d e ta lle ,
a p o rte
in c o rp o ra d o s
e x ig e
un
la s
le s
a g ra ­
tra d ic io n a le s .
de
de
de
se
re fo rm a
c u a le s
de
a lia n z a
c o m e rc io
a c e le ra d a
c re c ie n te
la
un
n o ta b le
d in a m is m o
im p o r ta n te s
d e c is ió n
n ific a c ió n
con
y
e s ta s
c a m b io s
en
d e s a rro llo ;
tie n e
e c o n ó m ic o -s o c ia l
una
p a rc ia lm e n te
p ro c e so
una
una
de
p ro c e so
c a p ita lis ta ,
d esd e
una
e x p o rta d o re s
d e n tro
adecuadas
p a n o ra m a
de
fa se
de
la s
b ase
e x p o rta d o re s ,
caso
en
b ie n
p re s e n ta n
c o n te x to
d e m o g rá fic o
u n
si
u n a
o p o rtu n id a d e s
D e n tro
en
en
y
so b re
com o
ap arecen
aunque
to d o ,
s e ñ a la d a s , ta m p o c o
o frec e
la
to d a v ía
re p re s e n ta
C on
se e n c u e n tra n
f a c tu ra d o s ,
que
g ru p o s
s is te m a
e s te
e c o n o m ía
lo s
m e d ia n te
te rra te n ie n te s
L a tin a ,
auge
c io
lo s
en
s itu a c io n e s ,
o rd in a rio
m ic o ,
del
a
tra d ic io n a le s ,
in c o rp o ra c ió n ,
tra ta ría s e
con
nuevas
p rin c ip io ,
m ás
d in a m is m o
m o d e rn o s:
m a n u fa c tu re ro s
en
a lia n z a s
lo s
e l s e c to r e m p re s a ria l,
a
to d o , la
que
en
re o rg a n iz a r
o fre c e p r in c ip a lm e n te la s re f o r m a s e s tr u c tu r a le s y , s o b re
casos
e x p li­
re g is tra d o s
ser
fu e ro n
años
tra d u je ro n
a
la
p la ­
a n a liz a d o
lle v a d o s
a
78
la
CONCEPTOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO
p rá c tic a .
c a ra c te riz a
senso
que
que
la
q u iz á
re a lid a d
n a c io n a l
a lia n z a s
s o c ia l
P o r e llo
la
so b re
la s
s u s te n te n ,
re g ió n
no
deba
e x tra ñ a r la
la tin o a m e ric a n a :
ta re a s
en
del
fo rm a
p a re c e ría
no
d e s a rro llo
e fic a z ,
e x ig ir.
la s
s in g u la rid a d
fa c ilita
y
n i
m e d id a s
la
s iq u ie ra
de
que
c re a c ió n
la
p o lític a
a c tu a lm e n te
de
u n
con­
fo rm a c ió n
e c o n ó m ic a
de
y
TERCERA
PARTE
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
CAPÍTULO I
EL PR O BLEM A D EL M É TO D O Y L A T E O R ÍA D EL D ESAR R O LLO
1 . OBJETIVOS
E l
p ro p ó s ito
p a rte
n i
p re ta r
su
es
la
del
a n á lis is
lo g ra r
un
e v o lu c ió n
es n e c e s a ria
m ite n
en
su
un
e v o lu c ió n
tá c ito
que
se
la tin o a m e ric a n a
se
d e riv a n
¿no
hay
e c o n o m ía
¿para qué
p o rq u e
es
es n e c e s a rio
s irv a
re a liz a
e c o n o m ía
la
b)
c ie n tífic o ,
que
que
te ó ric a ? ,
de
h is tó ric a ? , y
¿ p o r e s p íritu
re c o n o c im ie n to
la
e c o n ó m ic o
adecuado,
p ro p u e s to
e la b o ra c ió n
la
e sp e c ific id a d
te ó ric a ? ;
de
o b je tiv ó
e s ta
in te rp re ta r
p e n s a m ie n to
te ó ric o
h is tó ric a
r e a l i d a d . " 'D fe" é s t e
qué
del
m a rc o
dos
b ase
y
o
te o ría s
in te rp r e ta c ió n
conocer
u rg e n te
la
a c tu a r
a)
¿por
que
y
p e r­
o
e x p lic a rla
e la b o ra c ió n
re a lid a d
so b re
o
y
te ó ric a
p a ra
se
a c tu a r
c o n ju n to
de
re a liz a
so b re
a
e lla
p ro b le m a s
p re d o m in a n te s
lo s
a c tu a lm e n te
p a rte
n,
la
e v o lu c ió n
de
d ic h a
e la b o ra c ió n
en
la s
de
la
s o c ie d a d
p re c is a m e n te
te o ría
p a ra
tra ta
de
un
te o ría
a lu d e
m e n te
en
C on
de
re s u lta
caso
de
c o n d ic io n a m ie n to
tipo
al
e s ta
te o riz a c ió n
n o a m e ric a n o
de
re g ió n :
re s p e c to
p re ta c ió n
el
a
la
en
que
buscan,
p a ra
de
la s
la s
de
a d v ie rte
que
p e n s a m ie n to
sesgo
d ic h o
lo g ra r
d ire c c ió n ;
id e o ló g ic o
por
s in o
del
la
del
su
se
es
la
c a rá c te r
n e c e s id a d
que
se
la
d ife ­
de
no
p re s e n tó
dé
en
una
s ó lo
se
de
la
e s p e c ific id a d
s e ñ á la rs é
p o lític a
que
h is tó ric a ­
e s te
e c o n ó m ic a ,
de
e s to s
so b re
p e n s a m ie n to
esfu erzo
e c o n ó m ic o
la
una
p a ís e s
s u b d e s a r r o l l o .1
a c tu a r
un
u n
p e n s a m ie n to
del
p ro p o n e
c o n s ig u ie n te
d e m o stró
o b v io
que
d e s a rro llo
s u p e ra c ió n
se
el
d e p e n d ie n te .
puede
te n d e n c ia s
si
c irc u n s ta n c ia s
in d u s tria liz a c ió n
a llí la
que
e x p o rta d o ra
la s
tu v o
Es
d e l s u b d e s a rro llo
c a ra c te rís tic a s
d e lib e ra d o
la
e la b o ­
c o n c re ta
in n e c e s a ria
a
com o
de
L a tin a .
in flu ir so b re
o b je tiv o
d e te rm in a d a
in a d e c u a d a ;
g e o g rá fic o ,
e c o n o m ía
in s e rta
de
la tin o a m e ric a n a
s e g im d a “ p H g ü ñ tá ;
se
p ro p ia
e ta p a s
h is tó ric a
s e ría
s e m e ja n te
e m b a rg o ,
A m é ric a
e s tru c tu ra
la
S in
s itu a c ió n
te ó ric a
fu e se
p rim e ra s
d e s a rro lla d o s .
re n te , y p o r e llo
e s p e c ífic a
d e te rm in a d a
la tin o a m e ric a n o s
h is tó ric a s
p a ís e s
p a rtir
por
e lla ?
C o n re s p e c to a la p rim e r a p re g u n ta , y a d m itid o e l s u p u e s to d e q u e la
ra c ió n
e s ta
in te r­
a p re h e n d e r
la tin o a m e ric a n a
e s ta
en
p a ra
p re g u n ta s :
m o d e lo s
p re c is o
y
de
P or
con
el
ta n to
se
re a lid a d
que
la ti­
in te r­
y
en
c o n tie n e
un
d e te rm in a d o .
2 . LA POSICIÓN METODOLÓGICA IM PLÍC ITA
L as
re s p u e s ta s
ló g ic a
to
im p líc ita
e c o n ó m ic o
a
la s
que,
e s tá
p re g u n ta s
en
pocas
a n te rio re s
c o n tie n e n
p a la b r a s , c o n s is te
h is tó ric a m e n te ^ c o n d ic io n a d o .
en
una
p o s ic ió n
a d m itir q u e
E l
a lc a n c e
m e to d o ­
pj p p n s a m ie n ^ -
p re c is o
de
e s ta
i E n la p arte n se abord an el tip o de desarrollo qu e se pretende alcanzar y los conceptos
de d esarrollo y subdesarrollo de los cuales se parte.
[8i]
L A T E O R ÍA D EL D E SA R R O LLO ECONÓM ICO
82
a firm a c ió n
por
y
su
se p a ra d o
L a
p la n te a m ie n to
qué
n e c e s id a d
s ig n ific a
de
d e l ’? l T r f t ó f r c i g á d
¿ iT g e n e ra l.
En
una
ta n
com o
o tra s
te n d rá n
una
en
el
e n tre
el
no
e llo s
d e te rm in a r
son
o
o rig in a l,
que
se
e l o b je to
y
el
de
lo s
del
c o n c e p to s
(le y e s e c o n ó m ic a s )
que
de
e s ta
E n
capaces
la
id e a
c ie n c ia s s o c ia le s
c ie n c ia esd e s ­
m e d ia n te
que
la s
p a la b ra s
p ro c e so
y
de
de
de
la s
le y e s;
in te rp re ­
Schum -
e c o n ó m ic o
g e n e ra le s
son
sob re
la s
le y e s
tie m p o .
e v o lu tiv a
apoya
de
e x p re s a rla s
p e r m a n e n te s , la s
en
e x a m in a n d o
p re g u n ta s .
e c o n ó m ic o
lim ita d a
a lc a n c e
pueden
te ó ric a
a d m ite
h is tó ric a
se
esas
c ie n c ia e c o n ó m ic a , y
p ro c e so
a p lic a b ilid a d
In c u e s tio n a b le m e n te
g e n e ra le s
la
p a la b ra s , se
n a tu ra le z a
de
e la b o ra c ió n
e s ta s r e g u la r id a d e s
p e t e r : ^“ L a
una
d e r ó5T g¿o d e
c u b r ir " re g u la rid a d e s
p e ro
o rd e n a d o
cada
lim ita
re la c io n e s
fo rm u la r
lo s
eco­
n o m i s t a s ” .2 !
r~ E n
u n 'S e n t i d o
“ . . . e l p ro b le m a
el
g ra d o
de
re la c ió n
que
de
d ic h o
c u a c ió n
L a
i)
m is m o s
ii)
d id a
le y
de
e s ta
L a
d e p e n d e n c ia
E n
la
lo s
c ie rta s
in flu e n c ia
la
se
de
te o ría
de
v ie n e
v e n ta s
te o ría
de
m ita d
n e o c lá s ic o
c ió n
por
d e s p la z a d a ,
iv)
A
e s tru c tu ra
n e o c lá s ic o
c o n c e p to
re la tiv o
re s u lta
y
d e fin ir
v á lid a
depende
e c o n ó m ic a s
queda
la
puede
in v a lid a d a
m ita d
del
a lim e n ta c ió n
c lá s ic a
de
lo s
de
la
c o n su m id o re s
dem anda
la s
x ix ,
so b re
la
una
lu e g o ,
de
su a d e­
a p re c ia rse
son
a
avances
a
de
lo s
m o rta li­
a p lic a b ilid a d .
in a p lic a b le
m é to d o s
de
de
que
en
la
in te rd e p e n d ie n te s ;
lo s
adem ás
lo s
p u e s to
ta s a
p ie rd e
re s u lta
d e b id o
e m p re sa s,
por
s ig lo
s a la rio s
lo s
a c e n tu a n d o
de
c lá s ic a la
que
la s
e c o n o m ía
in n o v a c io n e s
ese
s u p u e s to .
D e
s ig lo
g en era
del
x ix
fu tu ro
te n d e n c ia
del
tie n d e
una
hecho,
del
a l e s ta d o
te c n o ló g ic a s
d e l p ro c e so
del
re s p e c to
la
que
F u rta d o :
de
de
m e­
in te r­
p u b lic id a d
s e rie
de
fa c to re s
p s i c o s o c i a l e s ,: 4
in v a lid a
segunda
es
le y e s
segunda
n a tu ra le z a a c u m u la tiv a y d e lib e ra d a
ló g ic a
el
el
h is tó ric a s .
s a la rio s
la
c o n v e n c io n a l
de
s o c io ló g ic o s y
iii)
la
que
d e l s u p u e s to
de
d u ra n te
p re fe re n c ia s
p ro m o c ió n
de
vez
en
de
es
s e a ” .3 E n t e n d i e n d o , d e s d e
que
su
p a la b ra s
e je m p lo s :
m a n e ra ,
la s
a
la s
a l e c o n o m is ta
c o n c re c ió n —
c o n d ic io n e s
h ie rro
te o ría
p re s e n ta
c u a lq u ie ra
a p lic a b ilid a d
re d u je ro n
que
de
in te rp re ta r
se
“ c o n c re c ió n ”
c ie n c ia s m é d ic a s
dad. D e
y
de
a lg u n o s
L a
p o d ría n
que
— o
d e te rm in a d a s
de
se
v a lo r e x p lic a tiv o ,
lim ita d a
tra v é s
la s
g e n e ra lid a d
g ra d o
a
s im ila r
m e to d o ló g ic o
un
el
m o d e rn o
auge
g ra n
s is te m a ,
s is te m a
e s ta c io n a rio
p ro p e n d e n
del
de
de
m a n e ra
al
el
que
v irtu d
lím ite ,
in n o v a c ió n
en
ta l
e s ta d o
en
u n
c a p ita lis m o
o p tim is m o
e c o n ó m ic o
a
la
te c n o ­
d u ra n te
la
p e n s a m ie n to
la
p re o c u p a ­
e s ta c io n a rio
queda
¡
m e d id a
que
la
in d u s tria
c re c ie n te m e n te
p a ra
in c o rp o ra r
c o n o c id o
com o
m o d e rn a
m o n o p ó lic a ,
esa
nueva
se
c o m ie n z a
re fo rm u la
re a lid a d
second best,
que
y
una
a
en
c a ra c te riz a rs e
p a rte
s o s te n e r,
s itu a c ió n
lu e g o
el
por
una
p e n s a m ie n to
de
a d m itir
m o n o p ó lic a
el
puede
2 Josep h A., Schu m peter, H isto ry o f E conom ic A nalysis, O xford U niversity Press. Nueva
York, 1954, p. 34.
3 Celso Furtad o, D esenvolvim ento e Subdesenvolvim ento, E d ito ra F on d o d a C u ltu ra, R io
de Ja n e iro , 1961, p. 20. L a cita es transcripción de la versión castellana: Desarrollo y subdesarrollo, trad. de A na O ’N eill, E udeba, Buenos A ires, 2^ ed„ 1965, p. 14.
E L PR O BLEM A D E L M ÉTO D O
ser
m ás
e fic ie n te
c u m p le n
to d a s
que
la s
O tro
e je m p lo
y
en
e s p a c io
el
c u e n c ia
te rra ,
una
s o lu c ió n
c o n d ic io n e s
v)
po
83
que
del
m u e s tra
tie n e n
d u ra n te
p re o c u p ó
la s
fa ses
la
c ie rta s
“ m a lth u s ia n is m o -n o
de
d e l ritm o
m ano
de
de
o b ra
que
de
la d o
la s
“ e x p lo s ió n
d e m o g rá fic a ”
p la n te a e l p ro b le m a
de
p o b la c ió n
vi)
la
y
E l
y
e c o n o m ía
la
de
lo s
te o ría
d is tin to s ,
se
un
e x p lic a b le s
en
n u a m e n te
p o d ría
p e río d o
L a
n a l,
la s
sea
c lá s ic o
de
s o c ia le s
p ro d u c to
é se m e d io —
o tra s , y
P a ra
ra c ió n
de
o
y
s in o
de
ta m b ié n
te ó ric a
de
un
m e d io
la
de
c o n v ie n e
re a lid a d
o tra s
que
c o n d ic io n a d o
E s ta
com unes
com o
c o n c e p c ió n
con
le c tu a l
de
y
a g ra ria ,
e s to s
a u to re s
p u la re s
la
re d is trib u c ió n
y
la
en
se
p e rife ria ,
el
R econocer
p ro c e so
que
el
e
del
de
c ie rta s
por
la
de
in s titu c io n e s
4 J, A., Schumpeter, op. cit. p. 4 1 .
una
la
en
in g e ­
c lá s ic a
(sic)
te o riz a c ió n
con
es
E l
del
o rig i-
e c o n ó m ic a
a n a lític o
y
es
p e rso n al
p re fe re n c ia
la
de
él
en
so b re
e s tá
no
m o d ific a c ió n
pues
que
.
en
L a tin a ,
d ic h a
tie n e
re a li­
a s p e c to s
a u to re s
a c tiv id a d
in te ­
n e c e s id a d
de
in d u s tria liz a c ió n , re fo r m a
la s
s o c ia le s ,
e s te
la
se
re a lid a d
c o n s tru y e ,
e x p re sa n
L a
p o r
re la c io n e s
p a rtic ip a c ió n
p ro g ra m a s
e x p u e s to
de
se
pen­
e la b o ­
d e c ir,
A m é ric a
c a m b ia r
cepa l
L a tin a :
es
s ó lo
de
de
o rie n ta d a
e s ta
m o d ific a r la
c o n c re ta
la
n u e s tro
de
a c c ió n ,
de
te n d e n c ia ,
com o
que
o b je to
la tin o a m e ric a n o
e c o n ó m ic a ,
d e s a rro llo ,
p e n s a m ie n to
co sas
v o lu n ta d
A m é ric a
in g re s o ,
y
s itu a c ió n
p e n s a m ie n to
s itu a c ió n
e c o n ó m ic o
de
u n a
c ie n c ia
su
n e c e s id a d
e s te
la
com o
d e t e r m i n a d a ” .4
la
in s titu c io n e s
in te g ra c ió n
de
de
la tin o a m e ric a n a
d e n tro
s itu a c ió n
— y
p ro d u c tiv o
g e n io s ”
o b serv ad o r
c o n d ic io n a d o .
p a la b ra s ,
s itú a
“ ...el
v a ria c ió n
to ta lm e n te
M a rx ).
de
la
d ife re n te
+
“ c o rre c ta ”
"b u rd o s
de
re ­
m a q u in a ria s )
p o rq u e
c o m e n z a r re c o n o c ie n d o
adem ás
e
ver
p o s tu la
p a rtir
F u rta d o
o b te n e r c a m b io s e n
c e n tro
a
e l p e n s a m ie n to
P re b is c h
p a ra
+
c o n c e p to s
no
K.
com ­
lla m a d a
p o r e l exceso
p ro c e so
sea
lo s
p ro p ó s ito s
que
la
c o n s tru c c io n e s
M ili,
sujeto
p e rs p e c tiv a
v a lo r q u e
L a tin a . E n
S.
dado
h is tó ric a m e n te
e la b o ra r,
dad.
s o c ia l
una
p re te n d e
e s tá
lo s
sea,
c o n d ic io n a
p u n to
so b re
R ic a rd o , J .
de
d e ja n
m a n e ra
p rim a s
del
escasez
e m p le o .
de
e n g lo b a n
m o d e rn a
del
de
s u rg ie ro n , y
c o n fu s ió n
o
+
se
n a tu ra le z a
u n a
a
y
re d u c ­
la
s u b d e s a rro lla d a s
d e fin e n
m a te ria s
que
d e fin ic ió n
re fe rid a
d esd e
e s tá
ju ic io
la
en
de
g e n e ra l,
lo
v e rla s
lo
+
n o m b re
la
D .
á re a s
se
d in á m ic a
x ix , la
p a ís e s ,
se­
In g la ­
M a lth u s
F in a lm e n te ,
se
tie m ­
la
E n
su
p re o c u p a c ió n
s o c ia le s
el
en
c e n tra le s , y
c ie rto s
la s
(m a q u in a ria s
h is to ric id a d
u n
a c l a r a r e s te
A m é ric a
se
la
eñ
e s to
p a ra
s a m ie n to
p a rte
p re g u n ta ,
a d m itir
c ie n c ia s
m is m o
c re e rse ,
en
en
" c a p ita l”
de
d e l s ig lo
m a lth u s ia n a s .
s a la rio s
fu n c ió n
(A . S m ith ,
segunda
im p lic a
a d v e rtirs e
p ro b le m a s
m is m o
p ro d u c to
en
In d u s tria l,
p a ís e s
no
\
h a lla rs e
s o c ia le s q u e
m ita d
lo s
la n a ta lid a d , la
la s c o n d ic io n e s h is tó r ic a s c o n c r e ta s
“e rró n e a ” , o
en
m a n ifie s ta
m o d e rn a
B a jo
R e v o lu c ió n
la s e g u n d a
a
c o n c e p to
(fo n d o
e c o n ó m ic a
e x is te n c ia s ).
que
c o n s ig u ie n te s
c lá s ic a
la
p re o c u p a c io n e s
del
que,
p o d ría
y lo s p r o b le m a s
en
d e l c o n tro l d e
c o n te n id o
cuando
p e rfe c ta .
lim ita d a
e c o n ó m ic a s ,
d e m o g rá fic o
com enzaba
de
p e rfe c ta
c o m p e te n c ia
a p lic a b ilid a d
p o b la c ió n
c re c im ie n to
p le ta m e n te
de
m a lth u s ia n is m o - n e o m a lth u s ia n is m o ” .
g e n e ra b a ; e l a u g e d e l c a p ita lis m o
c ió n
c o m p e te n c ia
le y e s
in ic ia le s
p o r el exceso d e
de
m o d e lo
lib r o
de
lo s
e n tre
g ru p o s
el
po­
e tc é te ra .
e s tá
h is tó ric a m e n te
L A T E O R IA D EL D E SA R R O LLO ECO NÓ M ICO
84
c o n d ic io n a d o , y s e ñ a la r su s p u n to s
a m e ric a n o s ,
no
son,
h is to ric id a d
del
s u je to
y
debe
de
e n c o n tra rse
d e s c u b rir
c a m e n te d e
L a
en
m a n e ra
" . . . p a ra
a p re c ia r
un
m e re c e
p re c e d id o
p o rc io n a
la
o
d e fin id o
esfu erzo s
p rim a
c ie n tífic a ^
a
L o g rad o
lu g a re s , c o n
n o m b re s
se
re a liz a n
a p arecen
en
la
el esq u em a o
v is ió n
m o d e lo
g in a l, a sí c o m o
y
el
tra b a jo
com o
v a c ió n
nes
y
de
e m p íric a
se
y
d e s a fía n
a
por
nuevas
e lim in a rá
s u p e r v iv ie n te s
g re s iv a m e n te ,
C on
se
p a ra
de
c o h e re n c ia
de
la
p u n to
de
de
p a rtid a ,
e lla
por
por
d e fin ic ió n .
d o n d e q u ie ra
m a
hay
una
e n tra
en
h e m o s e s ta d o
s u m in is tra d o s
com o
a c to
lo s
b ie n , p a r a
se h a c e c la ro q u e
hecho,
el
por
que
E lla
la s v e m o s
ancha
el
un
de
la s
en
d ifíc ilm e n te
de
y
o ri­
hechos,
c ie n tífic o s
donde
el
o
a
la
o b ser­
v e rific a c io ­
m o d e lo s
c ie n ­
con
a p lic a rá n ,
lo s
p ro ­
p e n s a m ie n to
que
e s ta rá
e s tá
d e c is i­
in m e rs o
e n tre
el
en
p ro c e so .
p re a n a lític o
c o m ie n z a
con
v is ió n
id e o ló g ic a
co sas
que
S c h u m p e te r “ . . . a h o ra
c o g n o s c itiv o
e s ta
en
es o b v io
v is ió n ,
id e o lo g ía
a c to
ta l
d esd e
d ife re n c ia rs e
que
c o n s tru ir
c o n ju n to
c o h e re n te ,
en
a n a lític o
la s
de
r ig u r o s o s " .6
s o c ia le s
la
re c o p ila n
in te ra c c ió n
s u frir
m o d e lo
el
re c o n o h a c e rlo
o tro s
m o d e lo s
se
en
ocupen
al
d a to s
Los
se
e la B b -
su
se
al
de
e s ta
p ro ­
c o n s is te
m is m a
c u a le s
m ás
d e s e a r v e rla s
puede
p a rte ,
ta re a s .
de
pueda
que
a ~ Ia
P e ro
re c ib ir,
lo s
co sas, y
p in tu ra
p a ra
y
v ez p a la b ra s d e
p is o ,
que
d e s c o n fia r d e
p re a n a lltic o
p ro c e so s
E l tra b a jo
la
m o tiv o s
vez
que
p ie z a p a r a
p rim e r
v is ió n
im p lic a
haya
y
e m p le a r o tr a
h a b la n d o .
n u e s tra
cada
a n a lític o
S c h u m p e te r,
re c íp ro c a m e n te
a
que
fa c ilita r
p ro d u c ir
dar
nuevas
o rig in a l,
c o g n o s c itiv o
fa c to re s
a
de
que
ta re a
c o n c e p to s
p ro v is o rio
s u c e s iv a s a
una
la b o r
y
s o m e te n
d e p u ra c ió n
a p ro x im a c io n e s
in flu id o
in v e s tig a d o r. O
del que
v is ió n
así
a
s ig u ie n te
o b je tiv o
p re v io
m a n ip u la c ió n
re a liz a r
p a tro n e s
v a m e n te
D e
la
P or
re la c io n e s
L a
C on
o rd e n a d o .
la
la
su s e le m e n to s
p a ra
a p re n d e
p ro c e so
in d e p e n d e n c ia
e s te p ro c e s o
el
de
uno,
p a rte ,
o tro s .
te ó ric o
m u tu a m e n te
h is tó ri­
p rim e ro
p re a n a lltic o
qué
c u ad ro
e v e n tu a lm e n te
tra b a jo
la
puede
tra ta n d o
esfu erzo
p rim e ra
ta l
ta re a s .
tífic o s s o n , p o r c o n s ig u ie n te , e l p r o d u c to
e le m e n to s
o
o tra
el
p re a n a lític o
“ ...la
cada
dos
in te rm in a b le
el
p a la b ra s ,
m a n e ra
de
com o
a n a l í t i c o ” .5
in ic ia l,
de
da
c o h e re n te s ,
c o g n o s c itiv o
o tra s
lle g a rá n
u n
c ie n tífic a ,
te n d re m o s
c o g n o s c itiv o
p e rc ib id o s , y se
a g re g a rá
ta m b ié n
te ó ric o ,
p ro d u c to
a c to
paso
o rig in a l;
la tin o ,
c o n d ic io n a d o
se
p ro b le m a ,
o tra s
é ñ ‘u n esq u em a
lo s y a
a p arece
S c h u m p e te r,
esfu erzo
v is ió n
s im u ltá n e a m e n te
a
E n
un
el
a c to
e s te
a u to re s
fu n d a m e n ta r
fu n d a m e n ta c ió n
e la b o ra c ió n
fe n ó m e n o s
a trib u id o s
c im ie ñ to ^ lM h ip u Ia c T ó n
h e c h o s a d ic io n a le s
de
por
c o n c e p tu a liz a r la
a
c u a lq u ie r
p a ra
e s te
de
o tro s
p a ra
in e q u ív o c a .
a n a lític o s .
n e c e s a ria m e n te
el de
E s ta
in v e s tig a d o r
s ig u ie n d o
s e ñ a la r
con
s u fic ie n te s
e c o n ó m ic a .
m is m o
el
m enos
c ie n tífic a ,
m a te ria
v e rb a liz a r o
sus
p ro c e so
poder
d e n o n jin a rá r “ v is ió n ”
rá a ó n
el
c o n ta c to
ra z o n es
c ie n c ia
m o m e n to s
c o n ju n to
n u e s tro s
la
m as
e la b o ra c ió n
de
s u p u e s to ,
de
en
qué
m a n e ra :
va
por
de
es
com o
c ie rto
la
la s
m a te ria le s
á n g u lo ,
fo rm a
casi
v em ó s;
com o
la
y
fo r­
d esea­
m o s v e r la s ” .7
C o n v ie n e
n id o
a n a liz a r
id e o ló g ic o ,
B Ib id ., p . 4 1.
« Ib id ., p. 48.
7 Ib id ., p. 48.
ya
con
que
m ayor
d e ta lle
c o n s titu y e n
la
el
c o n c e p to
m a te ria
de
“ v is ió n ”
y
p rim a
e s e n c ia l
del
su
c o n te ­
p ro c e so
EL PR O BLEM A D EL M ÉTO DO
d e l c o n o c im ie n to
al
de
no
c ie n tífic o . P a r a e llo se p u e d e a s im ila r e l c o n c e p to
“ c o n c e p c ió n
es
u n
sa b e r,
p o s itiv a . E s
je to , a
del
no
u n a
la s
es
p rin c ip io s
que
é s te
se
lo s
re s o lu c ió n ,
in te rp r e ta rs e
c ita s ,
eso s
buena
s o c ie d a d
en
p rin c ip io s
e l s u je to
no
en
c ó d ig o
se
que
ric a
de
de
la
o
c o m o la
te n c ia
A un
n u tre n
es
un
d ifíc il
por
sesgo
el
de
b in a c io n e s .
e x is te n c ia
a ce rc a
del
p ru e b a
ta
de
la s
en
haber
en
fo rm a
c o n c e p to
c ie n c ia s
de
de
u n
en
la
v is ió n
D io s ,
veces
puede
fin itu d
E s to s
que
o tra ;
sus
e s to
del
in d u c c ió n
e n u n c ia d o s
es
in e x is ­
no
m undo
E n
o
con­
lo s
m é­
sus
com ­
de
la
u n iv e rs o ,
s u s c e p tib le s
p u n to
de
e x c lu y e
m is m o
que
v is ­
que
m e to d o ló g ic a s ,
lo
o
p a rte ,
m enudo
a
y
son
n o
a
del
el
que
c lá s ic o s ,
a ce rc a
in fin itu d
ú ltim o
no
o
e t c .” 8
c o h e re n c ia
d esd e
te ó ­
p a rte
c u e s tio n e s
lo s
a c u e rd o
o
com o
p rin c ip io s
de
de
n e c e s id a d e s
e llo
lo s
la
de
o
la
de
c o n tie n e
re fu ta rs e
p e ro
con
s o c ie d a d .
e n u n c ia d o s
s u p u e s to
así
e x is te n c ia
s in
la
c o n te n e r
e tc .
v id a ,
é s ta
re s o lv e r
la
la
aun­
de
c o n ju n to
tra v é s
de
u n a
d e d u c c ió n ,
so b re
c u ltu ra
c o n c e p c ió n
p o rq u e
o
que
la
a
v is ió n ,
c o tid ia n a ,
c o n c e p c ió n
la
de
e x p lí­
del m undo,
a
p rin c ip a lm e n te
m ás
la
es
d e m o s tra rs e
Por
causa
o
la
a
casi
fre c u e n te ­
c o n te m p la tiv a
e x p líc ita
en
adem ás,
ver
h o m b re s,
p e ro
u n
de
m u e rte , la
sea
cuál
el
puede
re la c io n a d a
p en sad o r
d e c ir,
lib e rta d ,
p o s itiv a s .
que
y
p a rte
v a lo re s ,
la
id e a s , h e c h o s
no
la
com ún
fís ic o
L a
de
y de
im p o s ib le s
n i pueden
v is ió n
y,
lo
suuna
veces
c o n d u c ta
en
es
c o tid ia n a
m uchas
la
por
ju ic io s
v id a
u n
É s ta
m o ra le s ,
e x p líc ito s
fo rm u la c ió n
a
es
una
de
p o s itiv o , y
el
a v a le n
p ro b a r,
p o s itiv o .
la
v is ió n
o
y
e l p ro c e so
c o n c e p c ió n
del
c o n o c im ie n to
del m undo
que
m á s a m p lio , c o m o ú n ic a f u e n te d e l c o n o c im ie n to
c ie n c ia
d u c tiv o , in d u c tiv o
p ro c e so
c ie n c ia
c o n d u c ta
e x p líc ito .
la
ín tim a m e n te
e s p iritu a l
c o n te n id o
p o s itiv a ,
s e n tid o
de
de
de
c o n d u c ta .
in e q u ív o c a
p ro b le m a s
e m p íric a
de
la
r e a c c io n a .. .
del m undo
e s tá
im p líc ito ,
ilu s tr a r s e a s í: u n a v is ió n
s u s e n tid o
m undo
es
lo
la s r e la c io n e s e n tr e
o
e l lib e ra lis m o
so b re
L a s re la c io n e s e n tr e
den
la
“ v is ió n ”
del
que
de
c re e n c ia s
o b ra
hum ana
in fo r m a
e je m p lo ,
o
c o n tie n e
la
una
c ie n c ia
s e n tid o
en
e s tím u lo s
de
de
c o n c e p c ió n
m odo
a
in s tig a d o re s
m undo
id e a l o
puede
d e te rm in a d a
un
u n
s ie m p re , e s tá n
de
v id a
in e x is te n c ia
c o n o c im ie n to
una
p rin c ip io
Por
o
de
c o n c ie n c ia
que
s is te m a s
la
fre c u e n c ia
la
de
o
de
la
n a tu ra le z a
del
id e o ló g ic o
con
a firm a c io n e s
to d o s
la
re a lm e n te
de
c u ltu ra
e stim a c io n e s
p re c is a r
que
ra z ó n
p rin c ip io s
v is ió n , p o r e je m p lo
v is ió n
dan
a c rític a s ,
s u je to
E sa
e l c ó d ig o
cuando
la
fu so , y
la s
de
fo rm u le
v iv e .
d e l s e n tid o
de
s e n tid o
p a rtic u la rid a d e s
c re e n c ia s
lo s
c o n c e p c ió n
p rá c tic a , c o n
“una
el
fo rm u le
p a rte
el
a firm a c io n e s a c e rc a d e
un
en
que
rá p id a s ,
té rm in o s
‘i n c o n s c i e n t e ’
m e n te
que
una
en
s e n tid o ,
f r e c u e n te : la s s im p a tía s y a n tip a tía s p o r c ie rta s
re a c c io n e s
c o m o h e c h o s d e la n a tu ra le z a
en
e s te
c o n o c im ie n to
de
v e ce s s in
p e rso n a s,
m undo”. E n
s e rie
s itu a c ió n b a s ta n te
o
»5
c o n c re to
com o
p ro d u c to
de
y su s c o m b in a c io n e s ).
de
e la b o ra c ió n
la
in v e s tig a c ió n
E s to
c ie n tífic a ,
puede
donde
v is ió n n o s ó lo p a r tic ip a e n e l p ro c e s o m is m o , s in o
la
c ie n tífic o
to m e
la
pue­
c ie n c ia , e n
c ie n tífic o s u p e r a e l
p o s itiv a
ilu s tra rs e
(m é to d o s
pen san d o
c o n c e p c ió n
del
de­
en
el
m undo
o
q u e lo p re c e d e y lo p e rs ig u e .
8 F . Engels, A n ti-D ü h rin g , trad. de M anuel Sacristán Luzón, E d ito rial G rijalv o , M éxico,
1964, p . x .
86
L A T E O R ÍA D EL D E SA R R O LLO ECONÓM ICO
L o p re c e d e , p o r q u e c o m o v is ió n g e n e r a l d e la r e a lid a d , la c o n c e p c ió n d e l m u n d o
in s p ira o m o tiv a la m is m a in v e s tig a c ió n
tic o d e S c h u m p e te r ) ; e s l a m a te r ia
c ie n tífic o .
con
la
L o p e rs ig u e , p o r q u e
m a rc h a
y
lo s
p o s itiv a
la v is ió n
re s u lta d o s
(e l a c to
c o g n o s c itiv o p re a n a lí-
p r im a e s e n c ia l d e l p ro c e s o
de
la
se
irá
p ro p ia
d e l c o n o c im ie n to
re c o n s tru y e n d o
in v e s tig a c ió n
v is ió n se ir á re fin a n d o , a d q u ir ir á m a y o r v ig o r y p r o f u n d id a d .
de
re a firm a r
la
v is ió n , p u e d e
o rig in a l.
c o n v ic c ió n
h a c e rle
F in a lm e n te ,
p o s itiv a ,
en
o p c io n e s
a n te
fie s ta
c a rá c te r
el
cuyo
del
dudar
la
e lla
v is ió n
tra n s c u r s o
la s
in v e s tig a d o r
de
c u a le s
tie n e
van
que
y
a ce rc a
in c lu s o
p e n e tra
se
in s p ira d o r
e
en
el
al
la
de
a
donde
de
la
o
su
v is ió n
in v e s tig a c ió n
in n u m e ra b le s
s ie m p re
v is ió n
de
neg ar su
p ro c e so
la
adem ás
v e ro s im ilitu d
in v e s tig a d o r
d e c is io n e s
c o n d ic io n a n te
re fo rm u la n d o
E s te p ro c e s o p u e ­
lle g a r
p ro p io
p re s e n ta n d o
a d o p ta r
de
puede
y
p o s itiv a ;
se
m a n i­
c o n c e p c ió n
del
m undo.
L o
a n te rio r
tie n e
S c h u m p e te r d e s c rib e
c ie n tífic a .
por
o b je to
re la tiv iz a r,
la s re la c io n e s
e n tre
en
la
c ie rta
v is ió n
y
m e d id a ,
S e g ú n é l, l a id e o lo g ía p e n e t r a d e s d e e l p u n t o
de
d u ra n te
to d o
e l p ro c e so
c ie n c ia s s o c ia le s .
d e l c o n o c im ie n to
P o r s u p u e s to
que
la
c ie n tífic o ,
p re s e n c ia d e
id e o lo g ía y
s ig u ie n te s ,
pues
en
é s to s
p re d o m in a
en
en
la s
con­
e ta p a s d e l
p ro ­
c ie n tífic a ; e s m u c h o m á s d e c is iv a s u p re s e n c ia e n
lo s
p re se n ­
u n a
d e s e m p e ñ a p a p e le s d is tin to s
en
d iv e rs a s
¡o
c e p c ió n d e l m u n d o
que
tra v é s d e
se e n c u e n tra
c eso d e e la b o ra c ió n
p aso
la s
com o
e la b o ra c ió n
p a rtic u la rm e n te
u n a
en
fo rm a
de
p a rtid a , a
la v is ió n o a c to c o g n o s c itiv o p r e a n a lític o ; p e r o e n r e a lid a d
te
la
e l p ro c e so
c a m b io
e l p rim e r
el
esfu erzo
a n a lític o .
P r e c is a r la s re la c io n e s e n tr e
p e rm ite
la
v is ió n
y
e l p ro c e so
de
e la b o ra c ió n
. .d a rs e c u e n t a d e q u e c u a n d o , s e g ú n e l p r o g r a m a
c ia se m e c e e n la ilu s ió n d e n o
m undo,
e l c ie n tífic o
c e p c ió n d e l m u n d o
re c o n o c id a c o m o
c o rre
v ig e n te
ta l.
Y
no
el
en
te n e r n a d a q u e v e r c o n
rie s g o
de
s o m e te rse
s u s o c ie d a d , ta n to
m e n o s im p o rta n te
c ie n ­
n in g u n a c o n c e p c ió n
in c o n s c ie n te m e n te
m ás
c ie n tífic a
p o s itiv is ta , la
p e lig ro s a
es m a n te n e r,
a
a
c u a n to
p esar de
del
la
con­
que
no
esa
in ­
trin c a c ió n , la d is tin c ió n e n tr e c o n o c im ie n to p o s itiv o y c o n c e p c ió n d e l m u n d o ” . 9
L o s c rite rio s h a s ta a q u í a n a liz a d o s e x ig e n re c o n o c e r, d e m a n e r a e x p líc ita , q u e
n u e s tr o p e n s a m ie n to
lid a d
c a m b ia rla e n
c io n a m ie n to
se
ta m b ié n
d e A m é ric a L a tin a
pueda
d e te rm in a d o s
h is tó ric o
lo g ra r
a m e ric a n a ;
m ie n to
de
por
u n
el
e
c o n tie n e u n a
u n a
v is ió n q u e
c ie rta m a n e ra y
s e n tid o s y fo rm a s .
id e o ló g ic o
c o n o c im ie n to
A h o ra
d e l p e n s a m ie n to ,
o b je tiv o
o
c ie n tífic a d e
la
de
e x p líc ito
e la b o ra c ió n
de
que
re a ­
es n e c e s a rio
b ie n , re c o n o c e r e l c o n d i­
ta m p o c o
c ie n tífic o
c o n tra rio , e l re c o n o c im ie n to
es la g a ra n tía
n o s h a c e p e rc ib ir la
c o m p re n d e r
u n
s ig n ific a
la
de
re a lid a d
d ic h o
que
no
la tin o ­
c o n d ic io n a ­
c o n o c im ie n to
o b je tiv o
y re le v a n te .
g . C O N T R A S T E C O N O T R A S P O S IC IO N E S
L a
p o s ic ió n
que
se
h a
d e s a rro lla d o
s u g ie re
u n a
c u e s tió n
b á s ic a :
qué
m é to d o
d e b e a d o p ta rs e c u a n d o se a d m ite q u e la r e a lid a d es c a m b ia n te y se a d v ie rte q u e
e l s u je to d e l c o n o c im ie n to in te g r a e s a r e a lid a d y e s tá c o n d ic io n a d o p o r e lla .
9 ibid.,
p. x iii.
M ás
E L PR O B L E M A D EL M ÉTO DO
37
a d e la n te , se in te n ta d a r u n a re s p u e s ta ; m a s p a r a q u e
c la ra m e n te
c o n v ie n e c o n tr a s ta r la
con
p o d e la te o r ía e c o n ó m ic a .
S o b re
g id o
por
de
una
p re o c u p a c ió n
e lla q u e d e
e x p re s a d a b ie n
o tr a s p o s ic io n e s m e to d o ló g ic a s
to d o , p o r c u a n to n u e s tr a
e l m é to d o
en
s í m is m o ,
en
el cam .
no
ha
su r­
p re c is a m e n te
del
p o s ic ió n
s in o
c o n tr a s te e n tr e la s n e c e s id a d e s m e to d o ló g ic a s d e l a in v e s tig a c ió n
d e l su b ü e sa rro -
11o l a t i n o a m e r i c a n o y l a d i r e c c i ó n q u e e n e s t e c a m p o s i g u e l a t e o r í a
c o n v e n c io n a l, ta l c o m o e n g e n e r a l se e n s e ñ a y a p lic a e n
P o r e c o n o m ía c o n v e n c io n a l se e n te n d e r á , e n
lo
que
s ig u e , la s te o ría s n e o c lá ­
s ic a y k e y n e s ia n a , c a r a c te r iz a d a s p o r n o p o n e r s u f ic ie n te m e n te e n
s u p u e s to s
que
e s tru c tu ra
tir
so b re
u tiliz a n
en
su
e la b o ra c ió n
te ó ric a , s o b re
e c o n ó m ic a , s o c ia l e in s titu c io n a l.
a n á lis is
p a rc ia le s ,
u tiliz a r
de
to d o
A s im is m o , se
p re fe re n c ia
e c o n ó m ic a
A m é ric a L a tin a .
un
c la r o to d o s lo s
lo s
re la tiv o s
d is tin g u e n
a
por
in s tru m e n ta l
la
in s is ­
e s e n c ia l­
m e n te e s tá tic o , y a d e m á s , p o r u n a c o n c e p c ió n d e la d in á m ic a e c o n ó m ic a b a s a d a
so b re
una
n o c ió n
m e c á n ic a
se d is tin g u e n e n tr e e llo s e n
del
tie m p o ,
donde
S e le a tr ib u y e a la e c o n o m ía e l c a r á c te r d e
a
p asad o ,
c e n tr a r la s e x p lic a c io n e s s o b re
lo s
p re s e n te
y
fu tu ro
“ c o n v e n c io n a l” p o r s u
a s p e c to s m á s
s ó lo
t.
fu n c ió n d e u n a v a ria b le
b ie n
a p a re n te s
te n d e n c ia
del
fu n c io n a ­
m ie n to d e l s is te m a e c o n ó m ic o ; p o r e je m p lo , e s tá m á s p r e o c u p a d a p o r lo g r a r u n a
e x p l i c a c i ó n , h a s t a <en s u s
a n te s
que
E s te tip o
m ie n to
una
ip e jo r
m e n o re s
d e ta lle s ,
id e n tific a c ió n
y
so b re
la
fo rm a c ió n
e s c la re c im ie n to
del
de
lo s
p ro b le m a
p re c io s ,
del
v a lo r.
d e a n á lis is es n e c e s a rio y ú til p a r a e x p lic a r la m e c á n ic a d e l f u n c io n a ­
de
lo s
m e rc a d o s,
p e ro
m u é stra se
in s u fic ie n te
p a ra
d e s e n tra ñ a r
la s
r e la c io n e s s o c ia le s q u e g e n e r a la a c t iv id a d e c o n ó m ic a .
E n e s te s e n tid o , a l c o lo c a r
e l c o n c e p to d e u tilid a d e n e l c e n tr o d e la e x p lic a c ió n
d e la
da, en
re a lid a d se p o n e
a l c o n su m id o r a n te
u n
e s p e c tro
te o ría d e la d e m a n ­
de
b ie n e s
c u a le s tie n e d e te r m in a d o tip o d e p re fe re n c ia s , y d e a llí s u rg e u n a
da
in d iv id u a l e n
c ió n
té rm in o s d e u tilid a d .
s o c ia l c o n c r e ta
fre n ta n
e m p re sa
c u m p le
el p ap el de
h o m b re s, o
que
e s tá
una
E s te a n á lis is p a rc e la
d e trá s d e l a c to
c o n s u m id o r, y
donde
in te rm e d ia rio
m á s b ie n , e n tre
in te g ra n
s is te m a .
y
que
de
h o m b re s
e s tru c tu ra y
de
e l b ie n
u n a
d u c c ió n y p o r c o n s ig u ie n te n o
se lo g ra
yes e
e l s is te m a
que
a
fu n c io n e s
p a rte
o
m u tila
de
la
que
g ru p o s
se
re a liz a
s o c ia le s
re la ­
s ó lo
e n tre
d e fin id o s
d e n tro
d e l p ro c e s o s o c ia l d e
e c o n ó m ic o
lo s
se e n ­
tra n s a c c ió n
e s p e c ífic a s
c a p ta r e l p ro c e so
a
una
c o m p ra , d o n d e
s o c ia l
p e rte n e c ie n te s
d esem p eñ an
o
o b je to
re la c ió n
D e e s ta m a n e r a se a n a liz a s ó lo u n a
in te ra c c io n e s h a c e n
v e n ta
fre n te
c ie rta d e m a n ­
de
la
un
p ro ­
s o c ia l g lo b a l c u y a s le ­
a d q u ie ra
ta l
o
cual
d ire c ­
c i ó n .10
E s te c a r á c te r d e la e c o n o m ía
c h o q u e lo s e c o n o m is ta s d e
a p lic a c ió n
d e l m é to d o
c o n v e n c io n a l se d e b e , e n
b u e n a m e d id a , a l h e ­
la e s c u e la n e o c lá s ic a se m o s tr a r o n
d e d u c tiv o
p e rm ite o b te n e r, m e d ia n te u n a
a
la
c ie n c ia
e c o n ó m ic a .
p a rtid a rio s d e
E l m é to d o
c a d e n a d e r a z o n a m ie n to s ló g ic o s , la s
la
d e d u c tiv o
co n secu en ­
10 Ciertos aspectos d e esta insu ficien cia de la econom ía convencional inclu so son recono­
cidos p o r destacados econom istas neoclásicos. Com o señala Oskar M orgenstem : “ . . . e s preciso
advertir qu e se ha establecido aq u í una condición ocu lta y fun d am ental: n i los individuos n i
las empresas deben cooperar, fo n n a r co alicio n es.. . Es precisam ente esta lim itació n la que
tanto a le ja el m odelo de la realidad , ya qu e ese género de cooperación es esencial en la vida
económ ica” . (“L ím ite a l em pleo de las m atem áticas en la ciencia económ ica”, en R ev ista de
E conom ía y E stadística, 30 y 40 trim estres, Córdoba, A rgentina, 1964, pp. 93-94.)
88
L A T E O R ÍA D EL D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
c ia s q u e s e d e r i v a n d e u n
p a rtie n d o
ló g ic a .
la
de
una
C om o
o
es
g n o s e o lo g ía ,
p rin c ip io d a d o .
v a ria s
p re m is a s
a m p lia m e n te
c rite rio
que,
c o n o c id o
en
el
fo rm a o c u lta
o
la
por
cam po
S a m u e ls o n , e n e l p ro c e s o d e d u c tiv o
p re m is a s , e n
S e tr a ta d e d e m o s tra r u n a a se v e ra c ió n
m e d ia n te
a p lic a c ió n
p a rte
de
la
de
de
e c o n o m ía ,
deben
le y e s
se
s e r e x tra íd a s
de
ocupan
ta m b ié n
la s c o n c lu s io n e s se h a l l a n
im p líc ita , y
la s
q u ie n e s
c o m p a rte
c o n te n id a s
de
la
de
en
la s
é s ta s m e d ia n te
e l a n á lis is ló g ic o .
E n l a e c o n o m ía e s te m é t o d o c o n s is te e n d e d u c i r le y e s e c o n ó m ic a s a p a r t i r d e
a priori,
s u p u e s to s
o s e a s u p u e s to s a h is tó ric o s y a trib u id o s e n
c o n d u c t a h u m a n a .11
S i e l m é to d o
se a p lic a
t a n la s r e g la s d e l a ló g ic a , la s le y e s q u e s e d e d u c e n t e n d r á n
P or
rigor
m é to d o
c ie n tífic o ,
a
la
Y p a ra
re a lid a d , la
h a c e rla
p a rtir
c o n d u c ta
e s ta
ú ltim a
v a ria r
en
re la c ió n
c io n a l, e s ta d is to rs ió n
E n
a se g u ra n
d a d , s in
el
c o n d u c ta
a se g u ra
que
hum ana
se d a
a
la
en
que
n in g ú n
a s é p tic o
h a y a n in g ú n
de
re s q u ic io
s u p u e s ta .
s u p u e s ta ;
e c o n o m ía
E n
m as
p a ra
p u ra ,
p a ra
n a tu ra le z a
pueda
c u a lq u ie r s itu a c ió n
vez
d e s c u b ie rto
a z te c a , y
v a lid e z
en
h is tó ric a
en
c o n c re ta .
Por
a firm a c ió n
dad.
b ie n ,
de
la
p u ra
en
ló g ic a ;
p ro b le m a
de
de
la
con
e c o n o m ía
la
a b s o lu ta
ló g ic a
o b je tiv i­
id e o lo g ía
que
se d e d u c e n
a h is tó ric a s ,
en
con
tie n e n
v a li­
p ro c e so d e d e ­
c o n s id e ra d o
c o m p o rta m ie n to ,
in h e re n te
será
v á lid o
que
lo s
s ó lo se p o d r á d e m a n d a r u n a
a c tu a l, la
a c tu a lid a d .
la
m is m a
la
e c o n o m ía
c o n v e n c io n a l
in g le s a d e l s ig lo x ix , la
Es
d e c ir,
v a lid e z ,
por
e s ta
le y
e je m p lo ,
sociedad
c u a lq u ie r
d is tin g u e
el a c u e rd o
la s
le y e s
s o b re la re a lid a d , y q u e
e c o n ó m ic a s
e lla s s e a n
puedan
o no
e n tre
validez
d e l p e n s a m ie n to
la a p lic a b ilid a d se re fie re a la a d e c u a c ió n e n tr e la
que
re g la s
puede
conven­
te n d rá
que
y en
la
c u a l­
h is tó ric o .
L a v a lid e z y e l r ig o r r e f le ja n
s ig u ie n te ,
te o ría
e je m p lo , si se s u p o n e
que
q u e d o s m á s d o s so n c u a tro , v á lid a e n
q u ie r m o m e n to
A h o ra
n o rte a m e ric a n a
s u b d e s a rro lla d a s
el cam po
c o n d u c ta
b ie n d e te r m in a d o c u a n d o e l p re c io b a je ; y e s ta d e d u c c ió n
la s o c ie d a d
á re as
la
p e n e tr a r la
re a l, s o n
e s te
g a s to s y lo s in g re s o s s o n c o n s ta n te s , s e d e d u c e
m a y o r c a n tid a d d e u n
la
o tr a s p a la b r a s , a la s le y e s se lle g a p o r u n
hum ana, una
s e ría v á lid a p a r a
a
in filtra
adecuadas
la s
d u c c ió n ló g ic a , y c o m o se p a r te d e c ie r to c o m p o r ta m ie n to
la
se
c ie n tífic a .
c u a lq u ie r c o n d u c ta h u m a n a
d e z p o r sí m is m a s .
v a lo r
re s u lte n
a un
m é to d o ,
in s titu c io n a l q u e
s e r d e d u c id a s
por donde
E s te
c o rre sp o n d er
s o c ia l e
c o n s titu y e s ó lo u n
la
de
m odo
s e e n t i e n d e q u e la s le y e s e c o n ó m ic a s , p u e s t o
in d e p e n d e n c ia d e
a
“ r ig o r y v a lid e z ” .
ju ic io
e s te
debe
m e d io
c o n d u c ta
o in a d e c u a c ió n
cam po
d e e la b o ra c ió n
validez
hum ana
s u p u e s ta
un
q u e la s le y e s e c o n ó m ic a s p u e d a n
e l p ro c e so
Por
una
q u e la s le y e s d e d u c i d a s d e
re a l;
a p lic a d a .
de
p o r s e r c ie n tífic o ,
e l a n á lis is .
hum ana
a
a la
es, s i se r e s p e ­
se e n t i e n d e q u e e s ta s le y e s e c o n ó m ic a s se d e r i v a n , d e a c u e r d o
p re c is a m e n te
en
ad hoc
fo rm a
a d e c u a d a m e n te , e s to
te o ría y la
b rin d a r
a p lic a b le s , e n
o
no
nad a
aplicabili-
y
c o n s ig o
re a lid a d .
a lg ú n
m is m o ;
P or con­
c o n o c im ie n to
a fe c ta rá
su
v a lid e z .
11 Esos supuestos (m axim izad ón d e la u tilid ad , m in im izad ó n de costos, etc.) qu e in fo r­
m an la elaboración teórica de la econom ía neoclásica y keynesiana surgieron del com porta­
m ien to de u n a clase so d al concreta, en In g laterra, d u ran te el períod o de la R ev o lu d ó n I n ­
d ustrial, y fueron considerados com o características inh eren tes a l com portam ien to hu m ano
en toda la historia. E l análisis d etallad o de estos supuestos se realiza en la sección relativ a a l
pensam iento d ásico.
EL PR O BLEM A D EL M ÉTO D O
»9
A s í, d e to d a s la s le y e s o in s t r u m e n t o s q u e se h a y a n d e d u c i d o c o n r i g o r y te n g a n
v a lid e z , a lg u n a s
b le m a
serán
a p lic a d a s
re s id e , e n to n c e s ,
a p lic a b le
D e
a
una
en
s itu a c ió n
e s ta p o s ic ió n
n e c e s a rio s s e g ú n
una
esas
e s p e c ífic a
le y e s
e
y
o tra s
que
la s s itu a c io n e s
la
ta re a
de
la
c o n c re ta s ;
p o r lo
o b te n id o
e s ta p o s ic ió n m e to d o ló g ic a a d m ite
d e m á s d ic h o s
a p lic a n d o
su s v a ria n te s , s e g ú n
la v a lid e z y a h is to r ic id a d d e
la s le y e s e c o n ó m ic a s — q u e , c o m o
a d e c u a c ió n
s ic ió n
m e to d o ló g ic a m e n te
ñanza
de
la
e c o n o m ía .
la
te o ría
[c o n d u c ta ] d e u n
in g e n u a ,
L a
del
p e ro
[te o ría
c o m u n is ta , c o m o lo s o n a la d e
de
c a m b i o . . .” , 12 p u e d e
de
de
s e n tid o
c a m b io , s ó lo p u e d e
la s r e g la s
es e q u ip a r
de
a p arece
lo s
un
a s e rs ió n
de
com o
com o
son
g ru ­
en
la
po­
en se­
“ . . .la s g e n e r a liz a ­
ta n
p o s ic ió n
a p lic a b le s
de
de
a
la
una
s o c ie ­
una
s o c ie ­
e s te
e n te n d id o
fe n ó m e n o
con
É s ta es u n a
a c tú a d e n tro
p e rso n a s y g ru p o s q u e
f o r m a n p a r te d e u n s is te m a s o c ia l; la
v is to , s ó lo
ló g ic a —
e je c u tiv a d e
e l v a lo r,
un
la
veces
R o b b in s :
una
p o rq u e
s e r c o n s id e ra d o
u n a r e la c ió n d e c a m b io p a r tic ip a n
se
d e d u c tiv o .
se h a
de
m uchas
p re c io s ]
h o m b re q u e
in te rp r e ta rs e
e s ta
lo s
el a u to r o
h is tó ric a .
a is la d o o a la d e la a u to r id a d
dad
carece
que
c o n o c id a a firm a c ió n
v a lo r
n o m b re
a
c u a lq u ie r s itu a c ió n
dad
cuando
ser
la d o e s tá n , p o r e je m p lo , q u ie n e s c o n fu n d e n
d e l p e n s a m ie n to
la a p lic a b ilid a d d e la s m is m a s e n
de
p ro ­
in s tru m e n to s
e l m é to d o
D e un
c io n e s
E l
puede
c ie n c ia e c o n ó m ic a
p o s d e a u to re s c o n s id e ra d o s .
p u e d e s ig n ific a r la
no.
in s tru m e n to s
“ c a j a d e i n s tr u m e n to s ” , e n t r e lo s c u a le s e s c o g e r á e l o
c o n s id e ra n “ n e u tra le s ” p o r h a b e rs e
P e ro
s itu a c ió n
cuál de
d e te rm in a d a .
se in fie r e
a l e c o n o m is ta c o n u n a
a
ju z g a r
tip o ,
com o
aun
v a lo r
s o c ia l.
E s d e c ir, e n
c o m p ra n
y venden, y
n a tu r a le z a e s p e c ífic a q u e
a d o p ta
esa re la ­
c ió n d e c a m b io d e p e n d e d e la e s tr u c t u r a y f u n c io n a m ie n to d e d ic h o s is te m a .
A lg u n o s d e s ta c a d o s e c o n o m is ta s tie n e n u n a p o s ic ió n e n c o n tr a d a c o n
a la a n te rio r; lu e g o d e h a c e r u n a
se p r e o c u p a n
c o n s titu y e
en
q u ie n
a
p r e m is a s .. . ” ; s in
e m b a rg o ,
e x p líc ita
que
a d m ite n
c ió n
e m p í r i c a .13
D e
la d e
e s ta
la
c io n a lm e n te
d a to s
nua.
c ie rta s
c a ja
y
p asa
a
es s in
que
ra z o n a m ie n to
de
de
ser,
en
de
la
de
c a m b io ,
ser
y a p lic a b ilid a d ,
e je m p lo , e n
e s te s e n ti d o , lo
d e d u c tiv o
de
e c o n ó m ic a
v a lid e z
la
de
por
lo s
m e d ia n te
de
en
fo rm a
la s
a
la
o rig in a le s
la
o b serv a ­
s e r s im p le m e n te
d e s c u id o
in s tru m e n to s
“ h ip ó te s is
no
en
“ . . .lle v a r
s u p u e s to s
d e ja
o b te n e r
d e d u c tiv o
e n ce rra d a s
u n iv e rs a l, c o n
e llo
r e f u t a d a (s)
ya
p e rm ite
(c o n firm a c ió n )
c ie n c ia
e n te n d ie n d o
p u e d a (n )
de
r e l a t i v a (s)
c o n c e b ib le
su
“ o p e ra a
lo s
aunque
c o n d i c i o n e s i d e a l e s ” .14
duda
un
avance
C o m o e x p re sa e l p ro p io
c o n ju n to
la
buen
re s p e c to
v a lid e z
“ . . .e l r a z o n a m ie n to
d e riv a d a s
re fu ta c ió n
in s tru m e n to s
e n tre
la s c o n s e c u e n c ia s
fo r m u la c io n e s
ta re a
de
U n
que
m a n ifie s to
el
s ig n ific a tiv o s ” ,
e m p íric o s ,
É s te
poner de
m a n e ra , la
s o la m e n te b a jo
m a n ifie s ta
p o s ib ilid a d
c re a r u n a
a p lic a b ilid a d ,
d is tin c ió n
e s p e c ia l d e e s ta ú ltim a .
S a m u e ls o n ,
n o s a u to riz a s in o
a te n c ió n
c la ra
e la b o ra c ió n
c o m p a ra d o
con
la
S a m u e ls o n , s ig n ific a
p o s ic ió n
u n
m e to d o ló g ic a
esfu erzo
te ó r ic a , lo s te o r e m a s s ig n if ic a tiv o s
in g e ­
p o r se p a ra r del
en
d iv e rs o s
cam ­
12 L io n e l R o b b in s, Ensayo sobre la naturaleza y significación d e la ciencia económ ica, trad.
de D an iel Cossfo V illegas, M éxico, Fondo d e C u ltu ra E conóm ica, 1944, p. 43.
13 P a u l Sam uelson, F u n d a m en to s d e l análisis económ ico, trad. de U ros B asic, Ed. E l A te­
neo, Buenos A ires, 1957, p. 12.
1 < Ib id ., p. 4.
L A T E O R ÍA D EL D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
90
p o s d e la s re la c io n e s e c o n ó m ic a s .
M á s a ú n , S a m u e ls o n re c o n o c e q u e
casos — e l e sq u e m a d e
g e n e r a l w a lra s ia n o ,
e q u ilib rio
que
tra d ic io n a lm e n te se to m a n
m ía
te ó ric a ,
e x c lu y e n
su
com o
c o n te n id o
e s d a b le m e n c io n a r lo s g u s to s , la
m u c h o s o tro s .
c o n s ta n te s e n
h is tó ric o .
p o r
la
e la b o ra c ió n
“ E n tre
ta le s
te c n o lo g ía , e l m a rc o
p o lític o
puede
ser
ta n
a m p lio
o
ta n
e s tre c h o
com o
lo
ric a
c a ra c te riz a n
a
la
hay
econo­
— d ic e —
nada
de
fu n ­
E n re a lid a d , to d o
c o n s id e re m o s
n e c e s a rio
s is te m a p u e d e n h a c e rs e
v a ria b le s d e o tro s m á s a m p lio s , s i a s í f u e r a c o n v e n ie n te .”
a a q u e llo s q u e o p in a n
de
e in s titu c io n a l, y
S in e m b a r g o , e s e v id e n te q u e , ló g ic a m e n te , n o
p a r a a lc a n z a r lo s f in e s p r o p u e s to s , y la s c o n s ta n te s d e u n
a lg u n o s
lo s h e c h o s
c o n s ta n te s
d a m e n t a l e n lo s lím it e s tr a d i c i o n a l e s d e l a c ie n c ia e c o n ó m ic a .
s is te m a
en
e je m p lo —
Y
a g re g a:
“en
c u a n to
q u e c ie rto s g ra d o s p a r tic u la r e s d e c e rte z a y v a lid e z e m p í­
la s
re la c io n e s
c o m p re n d id a s
d e n tro
de
lo s
lím ite s
tra d ic io ­
n a l e s d e l a t e o r í a e c o n ó m i c a , n a d a m e j o r q u e d e j a r l e s l a t a r e a d e d e m o s t r a r l o ” .15
4 . L A A P L IC A B IU D A D D E L A E C O N O M ÍA C O N V E N C IO N A L
P la n te a d a s
la s
d is tin ta s
p o s ic io n e s
de
la
e c o n o m ía
c o n v e n c io n a l
en
c u a n to
a
m é to d o , c o n v ie n e p r e g u n ta r s e c ó m o h a s id o y c ó m o p u e d e s e r u s a d a , e n la p r á c ­
tic a ,
la
e c o n o m ía
te ó ric a
c o n v e n c io n a l
por
p a rte
de
u n
e c o n o m is ta
la tin o ­
a m e ric a n o .
D e un
la d o , se h a
c o n v e rtid o e n
te o ría d e
la
a s ig n a c ió n
la d ire c c ió n d e la e c o n o m ía d e l b ie n e s ta r m á s re c ie n te .
p lo s
de
e s ta
o rie n ta c ió n :
s o c ia lis ta , lo s
tra b a jo s
in n u m e ra b le s
a rtíc u lo s
c ió n
de
el
tra b a jo
so b re
c rite rio s
E s to s a p o r te s h a n
so b re
p re c io s
p rio rid a d
en
te c n o lo g ía s , c r e c im ie n to
que
e s ta
com o
la
de
s e rv id o p a r a
lo s e sfu e rz o s d e p la n if ic a c ió n
m a n e ra
L ange
re c u rso s, q u e
en
una
L e o n t i e f ,18 C h e n e r y , S o l o w , S c i t o w s k y , e t c . ;
d e p ro y e c to s , s e le c c ió n d e
b r a d o , e tc .
de
de
p la n ific a c ió n
u n
la s
e c o n o m ía
así
in v e rs io n e s ,
e q u ilib ra d o
o
en
e l c o n tin e n te ,
p ro b le m a
de
com o
e v a lu a ­
d e s e q u ili­
f u n d a m e n ta r te ó ric a m e n te , e n
se re a liz a n
es
E x is te n n u m e ro s o s e je m ­
p a rte ,
e n ca rá n d o se
a s ig n a c ió n
de
in te rs e c to ria l
d e re c u rso s.
D e o tr o la d o , p o r la d in a m iz a c ió n d e la te o r ía k e y n e s ia n a d e l in g re s o , se h a
o b te n id o
una
v a s ta m o d e lís tic a
so b re
e l c re c im ie n to
e c o n ó m ic o , c o n v irtié n d o s e
e n u n a te o ría d e la a s ig n a c ió n in te r te m p o r a l d e re c u rs o s e n la m e d id a q u e b u s c a
e s ta b le c e r c u á le s
to ta l
deben
s e r lo s
(y a v e c e s ó p tim o ) d e
te o ría c o n v e n c io n a l h a
e sfu erzo s
de
in v e rs ió n
lo s r e c u rs o s p r o d u c tiv o s .
s e rv id o
p a ra
que
E s ta
a se g u re n
o tra
f u n d a m e n t a r lo s e s f u e r z o s
el
e m p le o
d ire c c ió n
de
en
la
p la n ific a c ió n
g lo b a l.
E n
a m b o s casos, la
s u p u e s to s
de
te o r ía e c o n ó m ic a c o n s e rv a c o m o b a s e d e
ra c io n a lid a d
de
la
te o ría
c o n v e n c io n a l,
ya
que
s u s te n ta c ió n
é s to s
lo s
c o n s titu y e n
1® ib id ., p. 9.
16 L os trabajo s de L e o n tie f y Sam uelson, si bien tien en un p u n to d e contacto po r lo que
a l m étodo se refiere, presentan d iferencias im portantes en lo qu e respecta a la aplicabilid ad
del in stru m en tal p o r ellos creado. L eo n tief no plantea e n sentido lato un e q u ilib rio teórico, n i
tam poco pretende qu e ese eq u ilib rio lleve a l óp tim o de J a teoría convencional; de esta m anera
creó un instrum ento ú til p ara el análisis y la planificación. P o r otro lado, Sam uelson n o p ro ­
d u jo instrum entos operativos para la p lan ificación ; siem pre está presente en él la búsqueda
del óp tim o d e la teoría.
EL PR O BLEM A DEL M ÉTO DO
e l tra s fo n d o
d e l c o m p o rta m ie n to
d e l s is te m a
e x ig e n c ia
p o lític o
e c o n ó m ic o .
de
e c o n ó m ic a s
que
lo s
Y
m is m o s ,
id e a l, n e c e s a rio
D ebe
no
9»
a c tú e n
m a n tie n e
p a ra
ú ltim a
c o n s e c u e n c ia
que
com o
in s ta n c ia , e x p lic a
de
e s to s
c o n s ta n te
se p u e d a
la
s u p u e s to s , o
u n
m a rc o
suponer que
la s
m e c á n ic a
m e jo r,
d is tin ta s
que
m uchas
d ire c ta m e n te
a u to m á tic o
y
u n id a d e s
veces
el
re la c io n a d a s
p la n ific a d o r
con
puede
e l ó p tim o
p la n te a rs e
e c o n ó m ic o
de
que
pueda
d a rse
en
lo s m e r c a d o s , p o r
m e ta s
que
se
m e ta s
la
c o n v e n c io n a l; e n e s te c a s o r e m p la z a lo s s u p u e s to s d e c o m p o r ta m ie n to
te
por
in s titu c io n a l
“ ra c io n a lm e n te ” .
a g re g a rse
e s té n
que, en
com o
te o ría
y e l a ju s ­
d e riv a n
de
a lg u n a c o n s id e r a c ió n e m p ír ic a o p o l í ti c a y u s a , p o r ta n t o , lo s g r a d o s d e l i b e r t a d
d e l m o d e lo d e p la n ific a c ió n
eso s g ra d o s d e lib e r ta d
p a ra
a lc a n z a rla s .
s ig n ific a n
m e d id a s d e
P o r s u p u e s to
que
lo s e m p le o s d e
p o lític a e c o n ó m ic a b ie n
c o n c re ta s
y d e fin id a s .
N o
o b s ta n te
nal en
que
p a rte
d el esq u em a
la p r á c tic a s irv ió d e p u n to
A m é ric a L a tin a , se m o s tró
te ó ric o
que
e l s u b d e s a rro llo .
c o n c e p tu a l d e
apoyo
in s u fic ie n te
b u sc a in te rp r e ta r la
q u e e x p lic a n
de
la
e l p u n to
de
d e l s is te m a y
ú ltim o
e c o n o m ía
lo s e s fu e rz o s d e
d esd e
e v o lu c ió n
E s to
a
p o r c u a n to
c o n v e n c io ­
p la n ific a c ió n
v is ta
d e s e n tra ñ a r
e x is te
en
d e l e c o n o m is ta
una
la s
causas
e v id e n te
in ­
a d e c u a c ió n e n tr e la s h ip ó te s is b á s ic a s d e d ic h o e s q u e m a c o n c e p tu a l y la r e a lid a d
que
se
L a
p re te n d e
a p re h e n d e r
d ife re n c ia
e n tre
la s
c o n v e n c io n a l p o r p a r te
riv a
del hecho
p rim ir
al
que
s is te m a
in a d e c u a c ió n
la
te o ría .
de
a p lic a c ió n
d e l p la n ific a d o r, d e
e l p rim e ro
una
e n tre
m e d ia n te
p o s ib ilid a d e s
d is p o n e
ra c io n a lid a d
te o ría
de
que
y re a lid a d
u n
c ie rto s
é s te ,
no
en
ú ltim a
in s ta n c ia ,
g ie n d o e l c o m p o rta m ie n to re a l.
ta l
com o
e lla ,
y
e s tá
que
dada,
d e riv a
ra c io n a lid a d
en
de
“ re a l”
lo g ra r
o p e ra n d o
a p arec e
te o ría s
que
es
con
s o lo ,
to d a
no
la
de
im ­
en
L a
el
caso
lib e rta d , q u e
re c u rso s
c o rri­
tr a d u c ir la re a lid a d ,
ra c io n a lid a d
fo rm ad a s
que
o tro , d e ­
p a ra
p ro d u c e .
e v id e n c ia
a s ig n a c ió n
a p re h en d a n
la
e c o n ó m ic a
lib e rta d
u s a r g ra d o s d e
m e jo r
e s tru c tu ra le s
n e c e s a ria m e n te
te o ría
de
E n c a m b io , e l te ó ric o d e b e
c o n d ic io n e s
no
una
la
g ra d o s
d e l p la n ific a d o r, ju s ta m e n te p o r e sa p o s ib ilid a d d e
s ig n ific a ,
de
la d o , y d e l te ó ric o , d e
e x is te n te
h is tó ric a m e n te .
p o s tu la
la
e c o n o m ía
en
E sa
conven­
c io n a l.
Pueden
o frec e rse
te o ría y re a lid a d ;
n u m e ro so s
lo s q u e
e je m p lo s
s ig u e n
a lu d e n
que
a
la
m u e stra n
la
in a d e c u a c ió n
in a p lic a b ilid a d
de
c ie rta s
e n tre
te o ría s
p a rc ia le s .
i)
do
L a te o r ía c o n v e n c io n a l e x p lic a
la
dem anda
d e c is io n e s
en
la
in d iv id u a le s
es a p lic a b le e n
la
p ro d u c tiv id a d
e n tre
e l caso d e la
fo rm a c ió n
m a rg in a l
in g re s o
y
“h a c ie n d a
d e s u tilid a d
L a
te o ría
c lic o ; p e r o
no
c o n v e n c io n a l e x p lic a
p u e d e h a c e rlo
con
d e l s is te m a
g e n eran
e l c re c im ie n to d e m o g rá fic o
iii)
L a
te o ría
e c o n ó m ic o
la s
no
s is te m a
v o lu n ta rio ,
p a te rn a ­
fric c io n a l y
e s tru c tu ra l d e riv a d o
la
m ano
in tr o d u c c ió n
dem anda
en
te o ría
de
de
de
o b ra
c a m b io s
de
la
a d ic io n a l
c í­
in c a ­
que
te c n o ló g ic o s ;
de
co n su m o
de
p re fe re n c ia , c ie rta
E n
la
la
u n
o fe rta ,
E s ta
b ie n e s
lo s g u s to s .
de
ab so rb er
y
la
a d e m á s d e la in d e p e n d e n c ia d e la s fu n c io n e s in d iv id u a le s
c o n s ta n c ia e n
c o n v e n c io n a l
p a ra
y
d e l tra b a jo .
tra b a jo ;
e l d e s e m p le o
e l d e s e m p le o
p a c id a d
lo s s a la r io s f u n d a m e n t a n ­
tra b a jo ;
tra d ic io n a l”, d o n d e
lis ta d e c o m p o r ta m ie n to r ig e la s r e la c io n e s d e
ii)
de
del
l a a c t u a lid a d , lo s g u s to s c a m b ia n
im p lic a ,
rá p id a m e n te
por
L A T E O R ÍA D EL D E SA R R O LLO ECONÓM ICO
9*
e l c o n o c im ie n to d e n u e v o s p r o d u c to s , lo s m é to d o s d e p u b l i c i d a d
v e n ta s
d o r;
con
que
adem ás, com o y a
iv)
L as
del
en
c á lc u lo
d esem p eñ a
v)
en
e je rc e n
una
s e c to re s
e llo s
L a
le
papel
im p o rta n te
E n
en
casi
la
en
a s ig n a
la
son
p a ís e s
la
el
c o n s u m i­
in te rd e p e n d ie n te s ;
s u b d e s a rro lla d o s ,
ta s a
te o ría
y lo s p la n e s d e
so b re
de
in te ré s
no
m o n e ta ria
c o n v e n c io n a l;
p a ís e s s u b d e s a r r o lla d o s
s u g ie re n
que
la
e f ic a z m e n te a lo s e s tím u lo s d e l m e r c a d o ;
te o ría n e o c lá s ic a s u p o n e la
e c o n ó m ic o .
co n su m o
im p o rta n te s ,
el p ap el que
o f e r ta a g ríc o la g lo b a l n o re s p o n d e
vi)
de
p s ic o s o c ia l
strictu sensu;
e c o n ó m ic o
N u m e ro s o s e s tu d io s re a liz a d o s e n
s is te m a
p re s ió n
se s e ñ a ló , la s p a u ta s
in v e rs io n e s
dependen
no
la s e m p re s a s
to d o s
lo s
g e n e ra c ió n
y
p re s e n c ia d e
p a ís e s
u n
“ e s ta d o
e l g o b ie rn o
d is trib u c ió n
del
g e n d arm e ”
tie n e
en
el
a c tu a lm e n te
in g re s o ,
en
el
un
m o n to
y
o r ie n ta c ió n d e la s in v e rs io n e s , e n la a c tiv id a d p r o d u c tiv a , y e n e l e s ta b le c im ie n to
de
m e d id a s
le y e s
de
Los
lid a d
la
p o lític a
e je m p lo s
de
i)
de
e c o n ó m ic a
c ie rta s
que
se e n u m e r a n
te o ría s
té rm in o s d e la
c ic lo
fu n c ió n
en
im p lic a n
una
fra n c a
a lte ra c ió n
de
la s
de
a
c o n tin u a c ió n
ilu s tra n
so b re
la
in a p lic a b i-
g e n e ra le s .
L o s m o d e lo s d e l tip o
b rio , e n
s u p u e s to s
que
c o m p e te n c ia .
H a rro d
y D o m a r e x p lic a n
e l c re c im ie n to
a d e c u a c ió n d e la s d e c is io n e s d e
d e l d e s a ju s te
m a x im iz a c ió n
e n tre
o
esas
d e c is io n e s .
m in im iz a c ió n
a h o rro
P e ro
im p líc ito s
en
en
en
e q u ili­
e in v e rs ió n ; y e l
am bos
el
casos,
lo s
c o m p o rta m ie n to
d e lo s a g e n te s e c o n ó m ic o s s ir v e n d e f u n d a m e n t o a la s d e c is io n e s d e la s u n id a d e s
e c o n ó m ic a s .
E n
una
e c o n o m ía
s u b d e s a rro lla d a , e l
c re c im ie n to
de
a lg u n o s
to re s e s tra té g ic o s — e l s e c to r p ú b lic o , e l m a n u f a c tu r e r o y e l e x te r n o —
c a m b io s s ig n ific a tiv o s e n
vez in flu y e n
ta m b ié n
ta m ie n to
la e s t r u c t u r a s o c ia l e in s ti t u c io n a l g lo b a l, lo s q u e
s o b re s u c re c im ie n to .
E s te c a m b io , q u e n o
s o c ia l y p o lític o , m a l p u e d e
im p líc ito e n
s e r e x p lic a d o
la s d e c is io n e s d e in v e r s ió n .
s ó lo
D e e s ta
a su
es e c o n ó m ic o
ú n ic a m e n te
por
m a n e ra
sec­
d e te rm in a
s in o
e l c o m p o r­
puede
d a rse
u n p r i m e r m o m e n to e n q u e la s in v e r s io n e s e n lo s s e c to re s e s tr a té g ic o s a p a r e z c a n
com o
m e ro s c a m b io s
d u c c ió n ,
lo
que
c u a n tita tiv o s , e n
g e n e ra ría
e fe c to s
té rm in o s d e
e c o n ó m ic o s
d e te rm in a d o
a u m e n to s
c o n o c id o s.
c u a n tita tiv o s , c u a n d o lle g a n
a
e s tru c tu ra y fu n c io n a m ie n to
d e l s is te m a ; y e s to s ig n ific a q u e , e n
to , lo s c a m b io s c u a n t i t a t i v o s s e
tra d u c e n
en
n iv e l, g e n e r a n
d e l n iv e l d e
P e ro
e s to s
p ro ­
c a m b io s
m o d ific a c io n e s
c ie rto
en
la
m om en­
c a m b io s c u a lita tiv o s , o se a , e n
m o­
d i f i c a c i o n e s d e l a e s t r u c t u r a .17
ii)
de
ro .
L a
te o ría
e c o n ó m ic a
m o n o p o liz a c ió n
que
S in e m b a rg o , in c lu s o e n
titiv a co n rá p id o
g re so
c o n v e n c io n a l
se v ie n e
te o ría
en
c re c im ie n to d e la p ro d u c c ió n
a la s r e s ta n te s .
E s te
é s ta s
se
tra n s fie re n
e
p ro c e so
la
p a rc ia lm e n te
in te n s a
de
a
p ro c e so
in c o rp o ra c ió n
c a p a c id a d
e c o n ó m ic a
p a ís e s
m adu­
e c o n o m ía c o m p e ­
d e s p la z a m ie n to
lo s
el
c a p ita lis m o
una
c re c ie n te
e s tru c tu ra
ta m b ié n
del
que, en
a d q u ie re n
c o n d ic io n e s c a d a v e z m á s m o n o p ó lic a s e n
d e s a rro lla d o s , y
s ó lo
el seno
se d e m u e s tra
té c n ic o , la s e m p r e s a s i n n o v a d o r a s
s a lo ja r d e l m e rc a d o
hoy
a n a liz a
a d v irtie n d o
va
de
de
p a ra
p ro ­
de­
c re an d o
lo s p a ís e s
s u b d e s a rro lla d o s
17 E n la p arte iv se exam in an los cam bios estructurales irreversibles qu e se introd u cen en
el sistem a d e relaciones socioeconóm icas com o consecuencia del crecim iento de determ inados
sectores claves, en situaciones históricas concretas; se trata de u n análisis dinám ico, de n atu rale­
za com pletam ente d istinta, a la concepción m ecánica y ahistórica de la d inám ica qu e utiliza
la econom ía convencional.
E L PR O BLE M A D EL M ÉTO DO
93
a tra v é s d e la s filia le s d e la s g r a n d e s e m p re s a s d e l c e n tr o , d e
de
f á b r i c a , p a t e n t e s , e tc ., y
d e l c e n tro
te m a tiz a r
y de
de
la s d iv e rs a s
la
p e rife ria .
S a lv o
a s p e c to s
p a rc ia le s
del
g e n e ra lm e n te
ig n o ra
d e l d e s a rro llo
iii)
e s te
fo rm a s d e
a lg u n o s
esfu erzo s
p ro b le m a ,
la
te
p a ra
in te n ta n
e c o n ó m ic a
una
m a rc a
c a p ita le s
s is ­
c o n v e n c io n a l
e x p lic a c ió n
adecuada
y s u b d e s a rro llo .
C on
re s p e c to
a la
in fla c ió n
que
se
s a rro lla d o s , la te o r ía c o n v e n c io n a l o fre c e u n a
m o n e ta rio s ,
so n , e n
e n tre
a is la d o s , q u e
te o ría
p ro c e so , fu n d a m e n ta l
la v e n ta d e
a s o c ia c ió n
d e s c o n o c ie n d o
que
e l f o n d o , e l r e s u l t a d o “d e
c o rre s p o n d ie n te s
m e c a n is m o s
lo s
d e s a ju s te s
p re s io n e s
de
p re s e n ta
en
n u m e ro so s
e x p lic a c ió n e n
m o n e ta rio s
in fla c io n a ria s
p a ís e s
subde-
té rm in o s p u ra m e n ­
de
e s to s
s is te m a s
e s tru c tu ra le s
y
de
lo s
p ro p a g a c ió n .
E s to s e je m p lo s s ó lo p r e t e n d e n
m o s tr a r e l d e s a ju s te
d e la
te o ría
c o n v e n c io n a l
c o n r e s p e c to a l a r e a l i d a d d e lo s p a ís e s s u b d e s a r r o lla d o s ; p e r o e s n e c e s a r io l le v a r
e l a n á lis is h a s ta su s ú ltim a s
ju s te ; y
e s to
ap arece
en
c o n s e c u e n c ia s , p r e g u n tá n d o s e
e l á m b ito
d e l p ro b le m a
la
ra z ó n
de
ta l
desa­
m e to d o ló g ic o .
L a e c o n o m ía c o n v e n c io n a l u s a e l m é to d o d e d u c t iv o q u e , p o r s í s o lo , e s in c a ­
p a z d e p r o d u c ir c o n o c im ie n to .
N os en señ a cóm o
p ro c e d er a
p a rtir
de
d e te rm i­
n a d a s h ip ó te s is c la v e s , p e r o n a d a n o s d ic e s o b r e c ó m o f o r m u l a r e s ta s h ip ó te s is ; o
d ic h o
con
p a la b ra s
de
S w eezy:
“ . . .d e b e
h a c e r a b s t r a c c i ó n y d e q u é n o h a c e r ” .18
uno
d e c id ir e n
a lg u n a
fo rm a
de
qué
E n e s te s e n tid o , p o d e m o s e s ta r d e a c u e r ­
d o c o n S a m u e ls o n e n q u e n o es p re c is o a d o p ta r d e te r m in a d a s h ip ó te s is g e n e ra le s
p re v ia s , ta le s c o m o
ser ta n
a m p lio
s is te e n
te sis, a
o
la s d e
ta n
la e c o n o m ía c o n v e n c io n a l; q u e
e s tre c h o c o m o
p re te n d e r a p lic a r u n
una
re a lid a d
que no
lo
cu erp o de
se a ju s ta
te o ría b a s a d o s o b re
a
a d m ite
a d e c u a d a m e n te , se p u e d e c a e r e n
la
p o s ib ilid a d
de
in fe rir
" . . .s is te m a
le y e s
rig o r, e se e n fo q u e
p re te n d e
puede
g ra v e
con­
d e te rm in a d a s
la
a p a rtir d e u n a
p o s ic ió n
h ip ó ­
e c o n ó m ic a s
te o ría q u e
m e to d o ló g ic a
in d e p e n d ie n te s
lid a d h is tó r ic a c o n c re ta , m e d ia n te s u p u e s to s d e c o m p o r ta m ie n to
E n
L o
e lla s .
C u a n d o se p r e te n d e in te r p r e ta r la re a lid a d
re fle ja
un
c o n s id e re m o s n e c e s a r io ” .
n eg ar su
p ro p ia
h is to ric id a d ;
no
la
in g e n u a
que
de
re a ­
una
fija d o s
a priori.
es in c a p a z
de
en­
te n d e r q u e e l s u p u e s to d e r a c io n a lid a d n o es s ó lo u n r e q u is ito d e la e la b o r a c ió n
te ó ric a , s in o q u e d e riv a d e la o b s e rv a c ió n d e l c o m p o rta m ie n to r e a l e n
h is tó ric a
d e f i n i d a .19
C uando
lo s
c lá s ic o s
n ó m ic o , lo c o n c ib e n f u n c io n a n d o
c á n ic a , q u e
así
lo
según
u n a
v is ió n
del
c ie r ta s le y e s s e m e ja n te s a
hacen
en
p a rte ,
p o rq u e
el
P e ro
la
e c o n o m ía
fu n c io n a m ie n to
en
n e o c lá s ic a ,
la
re a l
é p o c a s u g ie re
c o n sa g ra d a
a
de
la
la s d e
e la b o ra r
h is tó ric a
que
la
o rig in ó , se e n c u e n tr a
h ip ó te s is b á s ic a s y s u s itu a c ió n
h is tó ric a , la
a n te
una
y
p rim o rd ia lm e n te
a
y
p e rm ite
la
in ­
p a r­
e l tie m p o d e la
d is o c ia c ió n
c u a l g e n e ra liz a e n
m e­
e lla s ;
in s tru m e n to s
s e g u id a
se t r a t a r a d e u n a d is o c ia c ió n e n tr e d ic h a s h ip ó te s is y la h is to r ia e n
h a c e q u e la e c o n o m ía n e o c lá s ic a se d e d iq u e
eco­
la
e c o n o m ía
e s ta v is ió n
c ia le s d e a n á lis is d e r iv a d o s d e la v is ió n c lá s ic a , y d is ta n c ia d a e n
s itu a c ió n
u n a e ta p a
m undo
o p e r a n p a r a h a c e r c o m p a tib le s la s a c c io n e s in d iv id u a le s e n tr e
c o n c e p c ió n d e l m u n d o d o m in a n te
fe rirla .
a d o p ta n
e n tre
com o
sus
si
g e n e r a l. E s to
p e r f e c c i o n a r lo s
i 8 p . Sweezy, T eo ría d e l desarrollo capitalista, trad . de H ern án L abord e, Fondo d e C u ltu ra
Económ ica, M éxico, 1958, p . s i .
1® AI respecto véase m ás ad elan te el análisis d el pensam iento clásico.
L A T E O R ÍA D E L D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
94
in s tru m e n to s d e
u n
a n á lis is o r ig in a d o s
in s tr u m e n ta l m e c a n ic is ta
de
p o r la
tip o
5.
C A R A C T E R ÍST IC A S D E L M É T O D O A D O P T A D O
E l
a n á lis is
n ó m ic a s ,
re la tiv o
s u g ie re
a
la
la
lim ita d a
n e c e s id a d
v is ió n
e s tá tic o ,
a
e s ta b le c e r
en
el
tie m p o
h ip ó te s is
de
cóm o
la c ie n c ia e c o n ó m ic a .
N o
o b s ta n te , q u e d a
de
la s
s ig n ific a tiv a s
c io n e s h is tó ric a s c o n c r e ta s ; e n o tr a s p a la b r a s se re c o n o c e
je to
en
rig o r
p l a z o .20
c o rto
(H IS T Ó R IC O -E S T R U C T U R A L )
a p lic a b ilid a d
de
c lá s ic a , p r o d u c ie n d o
p a rc ia l y
le y e s
p a ra
la h is to ric id a d
ecos itu a ­
del ob­
p o r re s o lv e r e l p ro b le m a
S e p r e te n d e re s o lv e r la d is c u s ió n tra d ic io n a l s o b re e l m é to d o e n
a d m itie n d o
q u e é s te d e b e s e r a b s tr a c to
e in d u c tiv o .
M á s a ú n , e l d e n o m in a d o
a p lic a d o
a la
e c o n o m ía
conduce
a
e h is tó ric o
e c o n o m e tría ,
s e a p o y a s o b re la s s ig u ie n te s e ta p a s d e
e s tim a c ió n , v e rific a c ió n
(m é to d o
d e d u c tiv o )
y
que
p re d ic c ió n .
pueden
a
la
la
p re te n d e
p rim e ra
c o n firm a rs e
c ie n tífic a ” , q u e
se r la
s ín te s is
m o­
E n p o c a s p a la b r a s , e s te m é to d o
e la b o ra c ió n
L a
la e c o n o m ía
vez, es d e c ir, d e d u c tiv o
“m é to d o d e in v e s tig a c ió n
la
d e r n a d e l c o n flic to tr a d ic io n a l s o b re e l m é to d o .
o
c ie n tífic a :
e ta p a
id e n tific a c ió n ,
fo rm u la
re fu ta rs e ,
y
la s
la s
h ip ó te s is
dos
s ig u ie n te s
c o n tr a s ta n ta le s h ip ó te s is c o n la r e a lid a d m e d ia n te la o b s e r v a c ió n e m p ír ic a
to d o in d u c tiv o ).
c ió n ,
s ig n ific a
P e r o e s ta fo r m a d e re s o lv e r e l p ro b le m a , c o m o
en
el
fo n d o
s ó lo
la
h is tó ric a y e l m é to d o d e d u c tiv o d e
la
h is to r ia , la s u c e s ió n
de
c o n e l m é to d o
conoce
que
d e d u c tiv o .
E n
que
to ta lid a d , e n
lo n
P
de
Im ic o s , s i n o
que
que
fa c to re s
im p lic a
p ro c e so .
U na
de
la
p a ís , n o
p a rte
nunca
e l to d o ;
e c o n ó m ic o d e
p re n d e rlo
es la
y p o r lo
una
su
h ip ó te s is
p re v ia
a c u e rd o
p o s ic ió n
in g e n u a ;
h ip ó te s is
p re v ia ,
des­
e
in ­
d ic e n .
te n d rá
com ponen
c o n c e p c ió n
e
e s a h i-j
que
c a p ta rla ! i
se e x p lic a n
lo s
í
_____ _
to ta liz a n te
no
in s titu c io n a le s
s ig n ific a
a
lo s
la
econó-
d im e n s io n e s d e l p ro c e s o
puede
s e r e x p lic a d a
a s í, p o r e je m p lo , n o
la tin o a m e ric a n a
d e s a rro llo .
una
ta n to
id e a c e n tra l d e
una
e s c u e la
o b serv ar
s u c e s ió n .
s in
de ser de
la
s o c ie d a d
T am poco
com o
c o n c e b irlo , e n
c o n c e p c ió n
su
un
en
se
in te ra c c ió n
20 V é a s e e l a n á l is is r e l a t i v o a l p e n s a m i e n t o n e o c lá s ic o .
u n
u n a re g ió n
puede
a is la d a ,
e x p lic a r la
c e n tro
p e rife ria ; y a u n
p ro c e so e n
to ta liz a n te .
fo rm a
se p u e d e
c o n s id e ra r
la
a p r e h e n d e r la s c a r a c te rís tic a s d e
e l p ro c e so g lo b a l d e
s is te m a
en
la
c o n c e b irlo s c o m o fa c e ta s o
e c o n o m ía
se p u e d e n
u n a
te o ría , é s ta
que
s o c ia le s , p o lític o s
in d u s tria liz a rs e , c o n d ic io n a e l m o d o
con
la
de
E n s u m a , s e t r a t a d e l a s r e l a c i o n e s e n t r e e s t r u c t u r a s , s is -
p o r su s re la c io n e s c o n
c ia liz a c ió n
una
lo s h e c h o s
su s in te rre la c io n e s y
s is te m a .
nueva
im p lic a
h ip ó te s is p re v ia n a d a
to d o , c o n v ie n e s u b r a y a r q u e
/c a m b io d e u n
d a to s
p r o c e s o ,a t r a v é s d e
1 y u x ta p o s ic ió n d e
[te m a y
tra v é s d e l tie m p o , s in
de
Im p lic a
P o rq u e si la h is to ria d e b e s e r e n te n d id a , si p u e d e j
e l s e n tid o
u n o s a lo s o tr o s e n
e m p íric o
(m é ­
y u x ta p o s i­
e s e n c ia d e l m é to d o h is tó ric o -e s tru c tu ra l es q u e
p ó te s is p r e v ia s e a to ta liz a n te .
ser a p re h e n d id a co m o
m é to d o
v e rd a d , é s ta es u n a
c u a lq u ie r e la b o ra c ió n
c o n s titu y e la
del
una
e llo s a lg u n a h ip ó te s is y e la b o r a r la d e
v e r s a m e n te , q u e lo s d a to s s in u n a
L o
sum a
la e c o n o m ía c o n v e n c io n a l.
hechos a
s o b r e lo s m is m o s , p a r a i n f e r i r d e
com o
de
f o r m u la r ta le s h ip ó te s is .
s í, s ó l o
con
que,
d e n tro
s in
d e s ta c a r o
de
al
u n
re la c io n a rla
a n a liz a r
podem os
e l to d o
s in o
esp e-
s o c ia l.
el 1
com - :
É s ta l
EL PR O BLEM A DEL M ÉTO D O
L o d ic h o
95
e n m o d o a lg u n o s ig n ific a q u e
p e c to s d e la
to ta lid a d ;
ta l c o n c e p c ió n
e s to p o s e r ía p o s ib le
dada
la
in c lu y a
c o m p le jid a d
to d o s lo s
s o c ia l y la n e c e s id a d d e l a a b s tr a c c ió n e n e l p ro c e s o d e l c o n o c im ie n to
E n
o tra s p a la b ra s , e s n e c e s a rio q u e
e s té n
c o n te n id o s
en
m e n tp s in c lu id o s e n
la s
la
p a r te s d e s ta c a d a s , s in o
c a te g o ría s
c o n c e p c ió n
ta m b ié n
d ic h o c o n
p a la b ra s d e J e a n
es e l to d o
y se e n c u e n tra
la s p a r te s , o
esenciales
a s p e c to s c la v e s d e
del
e n fo q u e
to ta liz a n te d e b e n
la s n o
en
el
to d o
re a lid a d ,
Los
p o d e r e x p lic a r n p
to d o , la
...
la
e le -
s ó lo
la s
to ta lid a d .
P a u l S a r tr e : “ . . .e l h o m b r e e n c u e n t r a
a sí m is m o
c ie n tífic o .
la
to ta liz a n te .
e s e n c ia le s y , s o b re
as­
d e l fe n ó m e n o
el fo n d o
c a te g o ría
O
que
fu n d a m e n ta l
d e l s e r h i s t ó r i c o , y d e l p e n s a m i e n t o d e e s t e s e r , e s l a c a t e g o r í a d e t o t a l i d a d . . . ” 21
E s te c a r á c te r to ta liz a n te d e la
te o ría y d e
la s h ip ó te s is b á s ic a s s o b r e
la s q u e
se a p o y a , n o d e b e c o n fu n d irs e c o n e l c o n c e p to d e te o r ía g e n e r a l, fr e c u e n te e n
e c o n o m ía c o n v e n c io n a l
(Z e u th e n , p o r e je m p lo ) ; e n é s ta , c u a n d o se h a b la d e
r í a g e n e r a l, s e p r e te n d e d e s ig n a r c o n e s te n o m b r e u n
capaces d e
e s ta
e x p lic a r, e n
to ta lid a d
p e c to
que
c o n ju n to , la
es a p re h e n d id a
d e l m a rc o
en
in s titu c io n a l,
c a r a c te riz a n , s e g ú n
to ta lid a d
fu n c ió n
de
p o lític o , e tc .,
M a rs h a ll,
la
cu erp o d e
d e l m e c a n is m o
c ie rto
n ú m e ro
d e l s is te m a
e s tru c tu ra
del
te o ría s p a rc ia le s
e c o n ó m ic o ;
de
p e ro
c o n s ta n te s
e c o n ó m ic o ,
s is te m a
la
te o ­
re s­
c o n s ta n te s
e c o n ó m ic o
c lá s ic o .
P e r o e s ta e s tr u c tu r a o m a r c o in s titu c io n a l n o es e l m is m o e n c u a lq u ie r m o m e n to
h is tó ric o ;
por
e s to
p re c is a m e n te
n in g u n a
te o ría
e x p lic a r la r e a lid a d d e u n a v e z p a r a s ie m p re .
re a lid a d
e s tá tic a ,
s in o
la
re a lid a d
com o
to ta liz a n te
S u fu n c ió n
to ta liz a c ió n
puede
p re te n d e r
n o es a p re h e n d e r u n a
que
o b je tiv a m e n te
se
re ­
p ro d u c e a sí m is m a d e m a n e ra p e rm a n e n te ; o lo q u e es lo m is m o , tr a ta d e c a p ­
ta r, e n
la
c o m p le jid a d
de
lo s h e c h o s , e n
qué
fo rm a
a lo s o tr o s d a d a s s u s m ú ltip l e s in te r a c c io n e s d e n t r o
c ió n
se
lo g ra
p o r e l a n á lis is d e
lo s e le m e n to s
E s n e c e s a rio a d v e r tir ta m b ié n
e x c lu y e n te
con
re s p e c to
a
la
que
te o ría
la
é s to s s e
de
u n
e s e n c ia le s
p o s ic ió n
e x p lic a n
p ro c e so .
de
la
m e to d o ló g ic a
c o n v e n c io n a l.
E n
e fe c to ,
lo s
E s ta
unos
c a p ta ­
to ta lid a d .
a d o p ta d a
no
se
no
es
d esco n o ce
q u e la te o r ía c o n v e n c io n a l p u e d a e la b o r a r c o n o c im ie n to ; s ó lo se d e s ta c a q u e , e n
la
m a y o ría d e
lo s
casos, se
tra ta
de
u n
c o n o c im ie n to
a s p e c to s p a rc ia le s d e la r e a lid a d , p o r c u a n to la
no
p o s ic ió n
e s e n c ia l y
h a c e q u e te n g a u n c a r á c te r f u n d a m e n ta lm e n te in s tru m e n ta l.
d o lo q u e
se c o n s id e ra es e l d e s a rro llo , se tr a ta
re fe rid o
m e to d o ló g ic a
a
im p líc ita
S in e m b a rg o , c u a n ­
d e e x p lic a r u n
fe n ó m e n o
e s tre ­
c h a m e n te v in c u la d o a l c a m b io s o c ia l; y é s te e s h i s t o r i a q u e s e e s tá h a c i e n d o
a sí
m is m a , y
e s tá
h a c ie n d o .
p o r e llo , n o
puede
D e sd e e l á n g u lo
de
ser a p re h e n d id o
la
te o ría
s in o
com o
d e l d e s a rro llo , y
to ta lid a d
en
que
fu n c ió n
de
se
lo
ex­
p u e s to h a s ta a q u í, la h is to r ic id a d d e l o b je to d e la c ie n c ia e c o n ó m ic a tie n e c o m o
re s p u e s ta
un
e n fo q u e
to ta liz a d o r
o
a c titu d
to ta liz a n te
en
lo
que
a
m é to d o
r e s p e c t a .22
21 Je a n P a u l Sartre y otros. M arxism o y existencialism o, trad . d e Ezequiel d e Olaso, B u e ­
nos A ires, E d ito ria l Su r, 1963, p. 23.
22 E sta categoría de totalid ad se refiere a l o b jeto d el conocim iento; a pesar de sus puntos
de contacto n o es exactam ente la m ism a categoría q u e ad m ite e l m étodo m arxista; p ara éste
" la totalid ad n o puede ser aprehendida salvo q u e e l su jeto del conocim iento sea é l m ism o una
totalid ad, de ta l m anera q u e para pensarse, d ebe pensar e l o b jeto com o t o t a li d a d ..." “En
la sociedad m oderna, sólo las clases rep resentan este p u nto d e vista d e la totalid ad como
su jeto.” G eorge Lukács, “R osa L u xem bu rg, M arxiste” en H isto ire
e t Conscience de Classe,
trad. de K . Axelos y F . Bois, P arís, L es É ditions d e M in u it, 1960.
L A T E O R ÍA D EL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
96
H a s ta a q u í n o h a q u e d a d o re s u e lto e l d ile m a q u e p la n te a la h is to ric id a d d e l
s u je to d e la c ie n c ia e c o n ó m ic a , o
n e tre
to d a
la
e la b o ra c ió n
p re e s ta b le c id o s , y a
sea
sea, la
c ie n tífic a
c o n s c ie n te
y
o
p o s ib ilid a d
la
o rie n te
que
de
e l sesg o id e o ló g ic o
a n te m a n o
in c o n s c ie n te m e n te .
f o r m a d e re s o lv e r e s te p r o b le m a a
h a c ia
pe­
re s u lta d o s
S c h u m p e te r
s u g ie re
la
. .la s re g la s d e p r o c e d im ie n to q u e a p lic a m o s
e n n u e s tr o tr a b a jo a n a lític o e s tá n c a si ta n e x e n ta s d e in flu e n c ia id e o ló g ic a c o m o
la v is ió n e s tá s u je t a a e s a i n f l u e n c i a . . . E n sí m is m a s e s ta s r e g la s — m u c h a s d e la s
c u a le s n o
la
son
id e o lo g ía
im p u e s ta s
(o q u e
lo
p o r la
son
Y , lo q u e es ig u a lm e n te
m uy
p rá c tic a
c ie n tífic a
en
p o c o )—
son
e fe c tiv a s
m uy
im p o r ta n te , e lla s tie n d e n
cam pos
la r, y e lla s p r o d u c e n
del
e s te
e fe c to
a u to m á tic a m e n te , y
E s su v irtu d
con
por
id e o ló ­
p a rtic u ­
in d e p e n d e n c ia
de
lo s
i n v e s t i g a d o r ” .23
E s to , e n re s u m id a s c u e n ta s , s ig n ific a q u e
liz a n te
in flu id o s
a c u sa r e rro res.
a e x p u l s a r lo s e r r o r e s
g ic a m e n te c o n d ic io n a d o s d e la v is ió n d e la c u a l p a rtim o s .
d eseo s
no
p a ra
d e n tro
de
un
esq u em a
c o h e re n te ,
es n e c e s a rio
es
d e c ir,
o r d e n a r la v is ió n
a ju s ta d o
a
la s
to ta ­
re g la s
de
la
ló g ic a ; u n a v e z h e c h o e s to , c o n tr a s t a r lo c o n lo s d a to s d e la r e a lid a d , r e f o r m u la r lo y d a r le
n u e v a m e n te
c o h e re n c ia ; y a sí p o r a p ro x im a c io n e s
s u c e s iv a s .
fu e rz o a n a lític o , s e g ú n S c h u m p e te r, es la ú n ic a g a r a n tía c o n tra
de
e r r o r d e riv a d a s d e l c o n d ic io n a m ie n to
s o c ia l q u e
padece
E s te
es­
la s p o s ib ilid a d e s
e l s u je to
del
cono­
el
sesgo
c im ie n to .
S in
e m b a rg o ,
id e o ló g ic o ,
a lg u n a
la
p ro p o s ic ió n
ta m p o c o
m e d id a
en
lo
la
de
e lim in a .
s e le c c ió n
S c h u m p e te r,
E l sesgo
del
que
id e o ló g ic o
in s tru m e n ta l
s in
duda
re d u c e
ta m b ié n
c ie n tífic o
e s tá
p re s e n te
e m p le a d o
p a ra
c e p tu a liz a r o f o r m a liz a r la v is ió n , y d u r a n te e l p ro c e s o d e v e rific a c ió n
A sí, la
c o n c e p tu a liz a c ió n
d e te rm in a d a s
e s ta b le c e
e s ta d ís tic a s ,
c a te g o ría s
a g ru p a d as
de
c ie rta
e n e l p ro c e s o d e v e rific a c ió n , es d e c ir, la
v e rific a c ió n d e la te o ría .
P o r e je m p lo , e n
de
la
E ngel com o
te o ría
de
dem anda;
s u m o y d e l in g r e s o , y se c a l c u la n
re la c ió n
e n tre
in g re s o
y
a n a lític a s
m a n e ra
te o ría
y
u tiliz a d a s
lo s p la n e s d e d e s a r r o llo
se c o n s tru y e n
la
y
hacen
e m p íric a .
p e rm ite n
e la b o ra r
en
s e g u id a
c o n d ic io n a lo s d a to s , y é s to s , la
c o e fic ie n te s d e
co n su m o
que
en
con-
s e rie s
e la s tic id a d
e s p e c ífic a .
se u s a
e s ta d ís tic a s
que
S in
la
del
le y
con­
“ c o n fir m a n ” la
e m b a rg o ,
es
p ro ­
b a b le q u e la s p e rs o n a s q u e f o r m a n p a r te d e u n a e c o n o m ía d e s u b s is te n c ia — q u e
n o so n n i c o n su m id o re s n i p e rc e p to re s d e
se
a u to a b a s te z c a n , y
m ie n to
que
supone
c o n s e c u e n c ia
sos y
que,
de
un
la
por
le y
in g re s o s , e n
c o n s ig u ie n te ,
de
E n g e l,
p ro c e d im ie n to
de
en
aunque
su
e l s e n tid o
caso
no
fo rm a lm e n te
im p u ta c ió n
de
e x is ta
así
e s ta d ís tic a
la
el
te o ría —
c o m p o rta ­
p a re z c a
ad hoc
de
com o
in g re ­
co n su m o s.
E n
ú ltim o
té r m in o , e lim in a d o s lo s ra s g o s m á s g ro s e ro s y
to s d e r iv a d o s d e l a id e o lo g ía d e
p e te r , se lle g a a u n
m o d e lo
o
a cu e rd o
te o ría
que
a l p ro c e d im ie n to
aún
c o n tie n e
un
lo s e r r o r e s y d e fe c ­
s u g e rid o
sesgo
p o r Schum ­
id e o ló g ic o
que
n o p u e d e e lim in a rs e ; lo ú n ic o q u e p u e d e y d e b e h a c e rs e , es to m a r c o n c ie n c ia d e
él y tr a ta r d e h a c e rlo
N o
o b s ta n te
la
e x p líc ito .
e x is te n c ia
de
u n
sesgo
te o ría s p ro d u c e n c o n o c im ie n to c ie n tífic o .
se p o d ría n
te n e r v a ria s
e x p lic a c io n e s
23 J. A. Schumpeter, op. cit., p. 43.
id e o ló g ic o
re s id u a l,
R e s p e c to a u n
a lte rn a tiv a s ,
e s to s
m o d a le s
o
fe n ó m e n o d e te rm in a d o ,
ig u a lm e n te
v á lid a s
p a ra
lo s
EL PR O BLEM A DEL M ÉTO DO
d is tin to s
p ro c e so
97
g r u p o s s o c ia le s q u e
de
e la b o ra c ió n
se s ie n ta n
c ie n tífic a
in te rp re ta d o s
haya
s e g u id o
p o r e lla s , s ie m p r e
to d o s
lo s
p aso s
a n te s
que
el
s e ñ a la d o s .
L a c o n f r o n ta c ió n d e e s ta s d iv e rs a s a lte r n a tiv a s r e v e la r á q u e la s á re a s d e d e s a c u e r­
d o son de
tip o
v a lo ra tiv o , y q u e e l a v e n im ie n to s ó lo
m is m a v ía , q u e e s la p o lític a .
una
p o s ic ió n
id e o ló g ic a
e s té
N o
m ás
se p o d r ía
o b s ta n te es p ro b a b le
cerca
de
e x p re sa r
que
o b te n e r p o r esa
en
c ie rto s
e l m o v im ie n to
p e río d o s
o b je tiv o
de
la r e a lid a d q u e o tr a p o s ic ió n .
6.
L A T E O R ÍA C O N V E N C IO N A L Y E L A N Á L ISIS D E L DESARROLLO
D e
la
so b re
p o s ic ió n
la
m e to d o ló g ic a
u tiliz a c ió n
n o a m e ric a n o .
de
la
a d o p ta d a
te o ría
se
pueden
c o n v e n c io n a l e n
e x tra e r
el
a lg u n a s
a n á lis is d e l
c o n c lu s io n e s
d e s a rro llo
d e l d e s a rro llo d e la re g ió n , q u e
r e q u ie re se r in s tru m e n ta d a , fo rm a liz a d a
q u e c id a ;
u tiliz a r
p a ra
e llo
es
p re c is o
te ó ric o
e x is te n te .
a u to re s
re p re s e n ta tiv o s
con
el fin
nados
la
m e n to s y
c a m e n te
te o ría
la v is ió n
y
de
la
— e n tre
p ro p ó s ito ,
la s
en
d e s a rro llo .
e l m é to d o
a n á lis is
s ig u e ,
de
p a ra
se
si n o
se
la s
e s ta
s itú a
y e n ri­
in s tru m e n ta l
e s tu d ia n
p e n s a m ie n to
a lg u n o s
e c o n ó m ic o
lo s a s p e c to s m á s r e la c io ­
p e rm ite
a p re c ia r
fo rm a liz a r y
en
s u g ie re
g e n e ra l,
a l m is m o
te o ría
que
re s p e c to
es
c rític o
qué
in s tru ­
e n riq u e c e r
a n a líti­
tie m p o , n o
sean
de
h is tó ric a m e n te .
tru m e n to s q u e e m p le a c a d a u n a d e
el
conven­
que
la
S im u ltá n e a m e n te ,
ló g ic a
de
c o n o c e rla s e n
lo s
su
fo r m a l; p e r o c o m p r e n d e r la s e x ig e c o n tr a s ta r e s te a s p e c to f o r m a l c o n
la
in d ic a rá
p o s ib le
d io
o rig e n
y
tra ta ro n
a p lic a b ilid a d
de
lo s
de
e x p lic a r.
in s tru m e n to s
S ó lo
e s ta
e x is te n te s
c o m p re n s ió n
a
una
re a lid a d
in s ­
a s p e c to
que
le s
se
u tilid a d
s e r c a p ta d a s o c o m ­
c o h e re n c ia
p e rm ite
te o ría
s e n tid o
d esco n o ce
p e rtin e n te s .
L a
e lla s , s ó lo
la
en
la p o s ic ió n m e to d o ló g ic a in d ic a q u e ta le s te o ría s n o p u e d e n
p re n d id a s
el
la tin o a m e ric a n o .
a d o p ta d o
p o lític a
de
que
co sas—
a s u s id e a s , e n
E s te
a p lic a b ilid a d , p e ro
in c o r p o r a r la s p a r te s
o tra s
e s c u e la s
a p ro p ia d a s
d e l d e s a rro llo
e c o n o m ía
lo
p rin c ip a le s
expresión formal
del
que
b u sc a ju z g a r s u
de
e s te
de
te o ría s p a rc ia le s s o n
E l e n fo q u e
c io n a l,
C on
de dar una
con
la ti­
S e re c o n o c e , p a r a c o m e n z a r, q u e e x is te u n a v is ió n la tin o a m e ric a n a
re a lid a d
la
h is tó ric a
d is tin ta .
É s te
es
el
p ro p ó s ito
que
se
p e rs ig u e
p r in c ip a le s e s c u e la s d e l p e n s a m ie n to
E l c o te jo e n tr e
con
el
e c o n ó m ic o
lo s m o d e lo s f o r m a le s , q u e
e x te n s o
a n á lis is
q u e se e fe c tú a e n
ta m b ié n
se
in c lu y e n , y
c rític o
de
la s
e s ta p a r te
n i.
la s
c o rrie n te s
d e p e n s a m ie n to d o n d e s u rg e n , es u n a c o m p ro b a c ió n d e la n e c e s id a d d e l tip o
e n f o q u e s u g e rid o .
riq u e z a
so b re
el
E n
c o n c e p tu á l y
te ló n
de
e fe c to , e l m o d e lo
a n a lític a
fo n d o
de
en
cada
la
de
m uy
lim ita d a
m e d id a
c o rrie n te
h is tó ric o , e l m o d e lo p a s a a s e r u n a
y p o r ta n to
f o r m a l s ó lo
de
que
le
c o n te n id o
p ro y e c ta
p e n s a m ie n to .
c o n s tru c c ió n
u tilid a d .
se
a d q u ie re
p u ra m e n te
S in
y
de
re a l y
c o m p re n d e
e s te
e n c u a d re
f o r m a l y m e c á n ic a ,
CAPÍTULO II
EL PENSAMIENTO CLASICO
1 . L A E S C U E L A C L Á S IC A
a]
Características generales de la “visión” clásica
E l p e n s a m ie n to c lá s ic o s e d e s a r r o lla e n t o m o a u n a “ v is ió n ” q u e , p o r v e z p r im e ­
ra , ap arece co n u n
a u to r
y
en
a lto g ra d o d e s is te m a tiz a c ió n
g en eral
to d a
la
e s c u e la
c lá s ic a ,
e c o n ó m ic o o p e r a p o r “ p r u e b a
y e rro r” .
por
m e rc a d o s y
lo s d a to s
c io n e s
que
o fre c e n
s u c e s iv a s .
Si
lo s
b ie n
cada
en
o b r a d e A . S m i t h .1
la
p a rte n
de
la
id e a
el
L a s d e c is io n e s in d iv id u a le s se
son
in d iv id u o ,
c o m p a tib iliz a d a s
cuando
to m a
ta le s
por
E s te
s is te m a
o rie n ta n
a p ro x im a ­
d e c is io n e s ,
s e g ú n s u p ro p io in te ré s , c o n trib u y e s in s a b e rlo a o b te n e r u n a
e n c u a n to a l tip o y c a n tid a d d e
que
s o lu c ió n
b ie n e s q u e c o n v ie n e p r o d u c ir .
o b ra
d e fin id a
Es com o
si u n a
“ m a n o in v is ib le ” o r ie n ta r a e s ta s d e c is io n e s in d iv id u a le s ; e n e l a p a r e n t e d e s o r d e n
d e la
v id a
e c o n ó m ic a
hay
un
s is te m a e c o n ó m ic o a c tú a d e
y q u e fo rm a p a rte
d e su
o rd e n
con
c ie rto
lo s r e s u lta d o s
de
un
m e c a n is m o
e s ta o p e r a c ió n
s in o q u e o b e d e c e n a d e t e r m i n a d a s le y e s; e n
ta le s
re s u lta d o s .
P or
e llo
e x is te
á m b ito
fo rm a c ió n
de
p re d ic c ió n .
c o n s titu irá
e c o n ó m ic o
L a
te o ría
c o n c e b id o c o m o
v is ió n
e c o n ó m ic o
la
c lá s ic a
g lo b a l,
no
s in o
in s titu c io n a le s , s i c a d a
según
por
le
del cual
el
es in h e re n te ,
re n ta
de
cóm o
g lo b a l
un
s ó lo
la
el c u al o p e ra
ta n to
o tra s p a la b ra s , se p u e d e n
a n tic ip a r
c ie n c ia
b a sa d o so b re
tie r r a , lo s
o p e ra
la
e x p lic a tiv a
que
in v e s tig u e
la s
la s le y e s q u e d e s c u b r a ,
e n u n c i a r le y e s s o b r e
p re c io s
re a lid a d .
del
no
e l s is te ­
e rrá tic o s ,
una
lo
D e e s ta m a n e ra , se p o d r á n
lo s s a la r io s , l a
q u e s e r á n v e rd a d e r a s ré p lic a s d e
le y e s
v irtu d
que
son
p a ra
r e g u la r id a d e s d e l m e c a n is m o e c o n ó m ic o , y
h a g a p o s ib le la
en
m e c a n is m o
n a tu ra le z a .
S e p o s tu la p u e s la e x is te n c ia d e
m a e c o n ó m ic o ;
n a tu r a l s u b y a c e n te ,
a c u e rd o
de
lo s
b ie n e s ,
E l c o n ju n to
fu n c io n a m ie n to
de
la
e tc .,
e s ta s
del
s is te m a
del
s is te m a
to d o .
c o n c ib e
ta m b ié n
la
in d iv id u o
u n
m e c a n is m o
fo rm a
puede
com o
d e c id ir
de
é s te
o p e ra c ió n
o p e ra .
lib re m e n te
Si
en
lo h a c e c o n e l c rite rio d e o b te n e r u n a v e n ta ja m á x im a p a r a
no
lo s
hay
tra b a s
m e rc a d o s
y
s í, se o b t i e n e n v e n ­
ta ja s m á x im a s p a r a to d o s ; e n o tr a s p a la b r a s , la f o r m a d e o p e r a r d e l m e c a n is m o
e c o n ó m ic o c o n d u c e a
un
re s u lta d o
ó p tim o .
D e e s te m o d o
la
p ro d u c c ió n
se v a
o r ie n ta n d o h a c ia la o b te n c ió n d e l m o n to m á x im o d e p r o d u c c ió n p o s ib le ; o d ic h o
c o n p a la b r a s d e A . S m ith , h a c ia
p a ís
puede
a d q u irir,
dada
la
“ . . .a q u e l c o n ju n to
n a tu ra le z a
de
su
m á x im o
s u e lo ,
su
de
c lim a
b ie n e s
y
su
que
un
s itu a c ió n
r e s p e c t o a o t r o s p a í s e s ” .2
1 E n este sentido se considera satisfactoria la periodización utilizad a po r J . A. Sclium peter
en su H istory o f E conom ic A nalysis, O xford U niversity Press, Nueva York, 1954, qu ien sitúa
el periodo clásico e n tre 1790 y 1870.
2 Adam Sm ith, L a riqueza d e las naciones, trad. de G ab riel F ran co , F on d o d e C u ltu ra
Económ ica, M éxico, 1958, p. 92; e l tex to de esta d ta h a sido ligeram en te m odificado.
[98]
E L PEN SAM IEN TO CLÁSICO
E n s ín te s is , se p u e d e
v is ió n
c lá s ic a :
por una
99
a firm a r q u e
p a rte , a
dos son
la s c a r a c te rís tic a s
p esar d e q u e
en
e s e n c ia le s d e
a p a r ie n c ia la s
a c c io n e s
u n id a d e s e c o n ó m ic a s s o n d e s o r d e n a d a s , se e n tie n d e q u e e l c o n ju n to
c io n e s o b e d e c e
a
s e r e x p re sa d a s
por
mecanismo
c ie rto
re s u l­
p a ra
É s ta
es
lo g ro d e
una
la
s ín te s is d e
p re a n a lític ó
d ic h a ; y c o m o
p ro d u c c ió n
lo
que
que
m is m a .
v is ió n
E n
ta l, e s ta v is ió n
¿D e
c lá s ic a
qué
e s te
no
depende
d o b le
la s s e c c io n e s
q u e e s tá n e n
b]
c o n s titu y e
la
que
e s te
la
v is ió n
e n to n c e s ;
una
m ás
c a r á c te r m e c a n ic is ta
s ig u ie n te s se
c lá s ic a ,
e la b o ra c ió n
d e riv a d e
e x a m in a n
la m e d id a
ne­
fa c tib le .
o
la
del
a c to
p ro p ia m e n te
m in u c io s a
o b s e rv a c ió n
p re c is a m e n te ,
y
sea,
c ie n tífic a
c o n fro n ta c ió n
f o r m a e x c lu s iv a d e
la b a se m is m a d e la v is ió n
p o r
de
qué
la
e n tre
re a li­
tie n e
la
o p tim is ta ?
a lg u n o s
de
lo s e le m e n to s
o b je tiv o s
c lá s ic a .
Algunos aspectos de la economía inglesa en el siglo xviii
S i b ie n e s c ie rto
d e la
que
re a lid a d , e n
la v is ió n
p a rte
se
E l p e n s a m ie n to c lá s ic o
rá n e o
de
d e l s ig lo
fu e
a d m ite
m á x im a
p re c ed e
te o ría y re a lid a d , n i ta m p o c o e n
dad
se
e n e l s e n tid o q u e e l s is te m a e c o n ó m ic o se a ju s ta e n
el
c o g n o s c itiv o
p a rte ,
de
ta le s c a ra c te rís tic a s q u e , si se lo d e ja o p e r a r lib r e m e n te , lle v a a o b te n e r u n
c e s a ria
o tra
d e e s ta s a c ­
re g u la rid a d e s , s u s c e p tib le s
tie n e
óptimo,
por
p re s e n ta
la s
m e c a n is m o
ta d o
le y e s ;
que
la
de
la
e ta p a
xviii
a n te s
que
es
de
e s te
no
so b re
in g lé s q u e
ascen so
del
y p rim e ra m ita d
c o n c e b id a
1776; y lo
de
c lá s ic a
apoya
de
una
de
sus
p rin c ip a lm e n te
c a p ita lis m o
d e l x ix .
S in
c lá s ic a
S c h u m p e te r,
cuando
la
n o s in te re s a
in d u s tria l
en
e m b a rg o , “ la
d ic h a
A Dissertation on the Origin of Languages,
e n to n c e s la v is ió n
o b s e rv a c ió n
m in u c io s a
c a ra c te rís tic a s .
es c o n te m p o ­
In g la te rra :
v is ió n ”
de
La riqueza de las naciones
p e río d o .
m ás, seg ú n
d e riv a
a lg u n a s
v is ió n
p u b lic a d a
in d u s tria , o
ya
a p arec e
en
c o n te n id a
en
1 7 6 7 .3 ¿ C ó m o s u r g e
en
p o r lo
e s tá
fin e s
A . S m ith
m enos
la
in d u s tria
en
e l s e n tid o m o d e r n o d e la p a la b ra , a ú n n o se h a b ía d e s a rro lla d o ? ¿ C ó m o p o d ía la
e c o n o m ía
en
L a
u n
que
s u g e rir
la in d u s tria
re s p u e s ta
a
A .
S m ith
s e m e ja n te
te x til in g le s a a ú n
adecuada
es
que
la rg o p ro c e so q u e c u lm in a e n
c o n tie n e
la
se g e s ta ro n
la
xviii
cuando
con
In d u s tria l
una
e c o n o m ía d e
la s
e l p e río d o
lo s
g ra n d e s
in v e n to s
p ro d u c id o ? 4
R e v o lu c ió n
M uchas de
d u ra n te
v is ió n ,
se h a b ía n
e l s ig lo
lo s ra s g o s e s e n c ia le s d e
c a p a z d e s u g e r ir ta l v is ió n .
m o d e rn o
no
fu e
m e rc a d o
in s titu c io n e s
d e l c a p ita lis m o
p re c e d id a
por
o rg a n iz a c ió n e c o n ó m ic a
típ ic a s
y, p o r lo
ta n to ,
d e l c a p ita lis m o
c o m e rc ia l y
fin a n c ie ro
y s o n , p o r c o n s ig u ie n te , a n te r io r e s a l s ig lo x v m .
E n
m a te ria
de
d e re c h o
c a m b ia rio ,
c a m b io , s u rg e n d e s d e la E d a d
a lg u n a s
in s titu c io n e s
com o
M e d ia , p u e s p ro v ie n e d e la le tr a d e
la
le tra
fe ria , q u e
de
se
3 J . A. Schu m peter, op. cit., pp. 181 ss.
* L as p rin cipales innovaciones tecnológicas tuvieron la siguiente cronología: 1769: telar
h id ráu lico /de A rkvm ght; 1770: h ilad o ra d e H argreaves; 1779: h ilad o ra d e Com pton; 1785:
te la r m ecánico de C artw right; 1790: cardadora de C artw right; 1795: tela r d e Ja cq u a rd ; 1803: te ­
las de H arrock. Véase E ncyclopaedia B ritannica, Chicago, B en to n , 1963, vol. ía , p p . 544 y 308.
P a ra un análisis porm enorizado véase la im p o rtante ob ra A history o f T echnology, vol. iv,
T h e in d u stria l revo lu tio n , c. 1 7 5 0 - c . 1850 , O xford U niversity Press, Nueva Y ork y L o n ­
dres, 1958.
L A T E O R IA D EL D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
loo
e m p ie z a a
usar cuando
e l c o m e rc io
e u ro p e o
se re a liz a
en
fe ria s
p e rió d ic a s .
E l
a p a r e c im ie n to d e la le tr a d e c a m b io es s im u ltá n e o a l d e o tro s in s titu to s ju ríd ic o s ,
com o
la
( clearing ) .
c o m p e n s a c ió n
P o r su
p a rte ,
la
e x is te n c ia
de
fe ria s
in d ic a
e l g r a d o in c ip ie n te d e d e s a rr o llo d e l c a p ita lis m o c o m e rc ia l y fin a n c ie ro , p o r q u e
r e v e la q u e lo s p e r ío d o s d e tr a n s a c c io n e s s o n o c a s io n a le s , v a le d e c ir , n o
v ía u n a
L a
b ase se g u ra y
g ra n
p e rm a n e n te
tra n s fo rm a c ió n
p a ra
d e l s is te m a
de
m e rc a d o
d e riv a
e s ta
v ie rte n
en
m e jo ra
d e l s is te m a
de
c o tid ia n a s .
de
c e n tu r ia , la s c o m p ra v e n ta s , q u e
E l
a u m e n to
m e rc a d o
c ré d ito s y e l d e s a r r o llo
c ré d ito
se
encauza
c asi d e fin itiv o s
de
la
a p a re ja d a
c re a c ió n
a
de
tra v é s
a c c io n e s
aún,
la s
(C o m p a ñ ía s , d e
p rin c ip a le s
lo s
la s
c o rrie n te s
In d ia s
río d o
de
a u g e d e l c a p ita lis m o
H o la n d a , c o m o
b ie n e s y e n
su
y
c o m e rc io
D u ra n te
bancos
su
xvn
el
p ro c e d im ie n to s
(B a n c o
e
de
s o c ie d a d e s
in g le s a ).
a c titu d
M ás
re s p e c to
és, p o r lo
ta m b ié n
en
la
títu lo s
e l s ig lo
y
h o la n d e s a
fin a n c ie ro ;
lo s
la s p r im e r a s
e l s ig lo x v n
h e g e m o n ía
de
n a c io n a le s
a p arecen
re c o n s id e ra n
c o m e rc ia l y
c o n s e c u e n c ia d e
con­
del
d iv e rs ific a c ió n
O rie n ta le s
E n
c o lo n iz a c ió n d e l
p e rió d ic a s , se
in s titu c io n e s
p rim e ro s
re lig io s a s
c o b r o d e in te r é s p o r p r é s ta m o s a p la z o s .
de
v o lu m e n
la
de
H o la n d a y B a n c o d e In g la te rra ), a la p a r q u e
por
del
e ra n
m e c a n is m o s fin a n c ie ro s .
ju ríd ic a m e n te
con
s u s ta n c ia l
tra e
to d a ­
d e l e n s a n c h a m ie n to
d e l c o m e r c io m u n d i a l c o n lo s d e s c u b r im ie n to s y a c tiv id a d e s d e
s ig lo x v i; d u r a n te
hay
la s d e c is io n e s e c o n ó m ic a s .
a s is te
e l c o m e rc io
del
ta n to , e l p e ­
al apogeo
m a rítim o
de
e l d e v a lo re s m o b ilia r io s .
E s ta s itu a c ió n
h is tó ric a in te re s a p a r a
e x p lic a r , p o r c o n tra s te , la s c a ra c te rís ti­
c a s d e la e c o n o m ía d e l s ig lo x v m , q u e s ir v e n d e p u n t o d e p a r t i d a p a r a l a v is ió n
c lá s ic a .
D u ra n te
e l s ig lo x v m
g ra n
p a rte
to s m a n u f a c tu r a d o s .
E l hecho q u e
ca, p o r lo
p a rte , s u
te rra
y
m enos en
F ra n c ia
com o
p ro d u c ir, a d e m á s d e
H a s ta
el
s ig lo
d e l c o m e rc io
p o s te r io r d e c a d e n c ia
p a ís e s
h e g e m ó n ic o s ;
lo s a g ríc o la s , p r o d u c to s
xvm
la
m u n d ia l c o n s is te
H o la n d a fu e s e s ó lo u n
p ro d u c c ió n
y
e s to s
su
en
p ro d u c ­
p a ís c o m e rc ia l e x p li­
s u s titu c ió n
ú ltim o s
por
e ra n
In g la ­
capaces
de
m a n u fa c tu ra d o s .
m a n u fa c tu re ra
la
re a liz a b a n
p rin c ip a l­
m e n te a r te s a n o s to d a v ía s u je to s a la s e s tr ic ta s r e g la m e n ta c io n e s d e lo s g re m io s , y
e s ta b a d e s ti n a d a a s a tis f a c e r d e m a n d a s e s p e c ífic a s y n o
E n
el
s ig lo
xvn
u n a fu n c ió n
la
fig u ra
del
u n
c o m e rc ia n te -e m p re s a rio
e c o n ó m ic a n u e v a ; m e d ia n te e l s u m in is tr o
v eces, a d e la n to s s o b re e l p re c io , c o n tro la y o r ie n ta
a r te s a n a l d o m é s tic a ,
pu es, co m o
u n
p rin c ip a lm e n te
in te rm e d ia rio
e n tre
ru ra l.
lo s
E l
m e rc a d o
se
d e m a te ria s
g ra n
im p e rs o n a l.
g e n e ra liz a
p a rte
de
la
y
y
el g ra n
y, a
p ro d u c c ió n
c o m e rc ia n te -e m p re s a rio
a rte s a n o s
c u m p le
p rim a s
ap arece,
c o m e rc ia n te
e x p o r­
ta d o r.
E l
hecho
s ig n ific a tiv o
es
que,
d u ra n te
el
s ig lo
xvm ,
fa c tu re ra se d e s tin a y a p r in c ip a lm e n te a la v e n ta d e n tr o
s o n a l;
lis ta .
se c u m p le
N o
así
uno
de
lo s
re q u is ito s
de
la
la
de
p ro d u c c ió n
a p a re c e to d a v ía , c o n c a rá c te r g e n e ra l, e l s e g u n d o
d is o c ia c ió n
e n tre
e l p ro d u c to r y
q u e d e riv a rá d e la
c o n c e n tra c ió n
la
de
p ro p ie d a d
de
p ro d u c c ió n
un
lo s
lo s a r te s a n o s e n
de
m anu­
m e rc a d o
im p e r­
in d u s tria l
c a p ita ­
lo s r e q u is ito s :
in s tru m e n to s
de
la
tra b a jo ,
t a l l e r e s .5
6 L a concentración se p erfila ya en p arte en e l siglo xvn i, p ero com o fenóm eno general
sólo aparece en el x ix , com o consecuencia de la m ecanización.
E L PEN SAM IENTO CLASICO
E n
c u a n to
101
a la lib e rta d
d e c o n tr a to , s ó lo
e l s i g l o x i x ,6 p e r o
te rra , d u ra n te
ya
en
a p arece e n
e l x v in
s ó lo e n e l g r a n c o m e rc io , s in o ta m b ié n
en
e x is tía
p a rte
de
su
la
se
ha
tra n s fo rm a d o
m e rc a d o .
en
sus
e l re s u lta d o
de
la
a c c ió n
c]
no
m a n u fa c tu re ra .
e l s ig lo x v m
m ás
s ig n ific a tiv o s
d e l s is te m a e c o n ó m ic o
in d iv id u a l y
ra c io n a l d e
en
u n a
c o m ie n z a
es e l q u e
e c o n o m ía
a
p ro d u c to re s
te c n o lo g ía tr a s m itid a d e g e n e r a c ió n
en
de
a p arec e r com o
y
c o n s u m id o re s
a to m iz a d o s , m á s q u e la r e p e tic ió n d e a c to s p r o d u c tiv o s b a s a d o s e n
y o rie n ta d o s p o r u n a
In g la ­
c o n tra to
L a e c o n o m ía in g le s a , y p a r te d e la e u r o p e a ,
s e c to re s
E l fu n c io n a m ie n to
de
a c tiv id a d
E s te c u a d r o p e c u lia r d e la o rg a n iz a c ió n p r o d u c tiv a e n
e s tá d e trá s d e la v is ió n d e A . S m ith .
p le n itu d , e n
lib e rta d
la c o s tu m b re
g e n e r a c ió n .
Contraste entre la economía clásica inglesa y la economía política del periodo
inmediatamente anterior
Q u e la e c o n o m ía p o lític a c lá s ic a in g le s a d e p e n d e e n
e c o n ó m ic o
fro n ta
de
con
la
el
época
se
p e rc ib e
p e n s a m ie n to
con
e c o n ó m ic o
c u e n t a , s im u ltá n e a m e n te , lo s la z o s d e
e c o n ó m ic o
e c o n o m ía
al que
c o rre sp o n d en .
c lá s ic a y e l s is te m a
tilis m o y la s itu a c ió n
del
cada
sea , se
e c o n ó m ic o
d e l s ig lo
S o m b a rt h a lla m a d o
O
xvn
p e río d o
aun
tra ta
de
cuando
a n te rio r,
c o n s tru c c ió n
d e l s ig lo
y
te ó ric a
y
del
la
con.
tie n e n
con
c o n fro n ta r, d e
xvm ;
se
se
en
e l s is te m a
u n
la d o , la
el
m e rc a n ­
o tro
y p rin c ip io s d e l x v m .
a l m e rc a n tilis m o
p r i m i t i v o ” ,7 e s t a e x p r e s i ó n
a lg u n a m e d id a d e l s is te m a
m a y o r c la rid a d
s u g ie re
que
m e rc a n tilis ta p u e d e n s e r c o n c e b id a s
“ la
e c o n o m ía
p o lític a
la s d o c tr in a s q u e
“ . . .c o m o
lo s
fru to s
de
un
o t r a d e c a m b i o ” .8
E u r o p a p a s a b a d e u n a e c o n o m ía n a tu r a l a
d e l c a p ita lis m o
c o n s titu y e n
e l s is te m a
tie m p o
P e ro
en
que
a d ife re n c ia
d e la é p o c a e n q u e e s c rib ió A . S m ith , e s ta e c o n o m ía d e c a m b io s ó lo se e x te n d ía ,
y aún
m e n te
la
a q u í d e m a n e r a in c ip ie n te , a l s e c to r m a n u f a c tu re r o .
en
el g ra n
p ro d u c c ió n
y
d e s a rro llo
la
del
c o m e rc io ,
c o n se c u e n te
e x p a n s ió n
c ie ro , q u e c re c ía e s p e c ia lm e n te e n
to rn o
a u m e n to
p ro te g id o p o r e l p o d e r d e
ca
en
su rg e
e s ta é p o c a
e c o n ó m ic a c o n c r e ta
com o
que
una
puede
p o r la
del
a un
Se b asab a
e s p e c ia liz a c ió n
c a p ita lis m o
c o m e rc io
c o m e rc ia l
que
in d ic a
y
in te rn a c io n a l e n
lo s e s ta d o s n a c io n a le s .
d o c trin a
p rin c ip a l­
g e o g rá fic a
rá p id o
L a e c o n o m ía
la s
b ases
a fia n z a r e l p o d e r d e l E s ta d o
y
de
de
la
la
de
fin a n ­
p o líti­
p o lític a
b u rg u e s ía
c o m e rc ia l.
E n
c in c o
p u n to s
puede
s in te tiz a rs e
lo
e s e n c ia l d e
p o n d e n a o tr a s ta n ta s s itu a c io n e s c o n c re ta s d e la
e s ta
época de
d o c trin a
que
c o rre s­
a u g e d e l c a p ita lis m o
m e r c a n t i l .9
i)
E l
b ie n e s ta r
de
u n
p a ís
depende
de
la
m asa
de
su
p o b la c ió n
y
de
in c re m e n to .
L a
p o b la c ió n
de
lo s
e s ta d o s
n a c io n a le s
que
se
fo rta le c e n
s ig lo x v ii e r a e s c a s a y s u g r a n m a y o r ía e s ta b a a r r a i g a d a a l a
a
p rin c ip io s
del
tie rra , y a se a c o m o
6 E n 1813 se d etoga la ley qu e p erm itía a los ju eces de paz fija r salarios; en 1814 se dero­
gan los reglam entos sobre el aprendizaje.
7 C£. W . Stark , H isto ria d e la econom ía en su relación con el desarrollo social , trad . d e
R u b é n P im en tel y Jo sé M an uel Sobrino, M éxico, Fondo de C u ltu ra Econ óm ica, 1961, p . 27.
8 l b id , p. 27.
8 L a caracterización es de R osch er; en este sentido véase W . Stark, op. cit., p. 20.
su
IOS
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
propietarios, por su condición de siervos, o de hecho. Dada la reducida movi­
lidad rural-urbana de la población, la migración hacia las ciudades aparece
como condición necesaria para el desarrollo del comercio y de la manufactura.
Situada en su época, esta idea revela que el aumento de población se vislumbra
como una forma de superar el aislamiento característico de las economías dominiales cerradas, y pasar a una etapa más elevada de la vida económica. Petty,
por ejemplo, afirma que “si todo e l... pueblo de Irlanda y el de las Tierras
Altas de Escocia se trasladara al resto de la Gran Bretaña... el Rey y sus súb­
ditos, por ese hecho, serían más ricos y poderosos”.10
ii) El bienestar de una nación depende de la masa de metales preciosos que
tenga a su disposición.
Esta idea es reconocida generalmente como la más característica e impor­
tante del sistema mercantilista. A raíz de la crítica del mercantilismo que A.
Smith hizo en su Riqueza de las naciones, se admite sin más examen que esta
idea se origina en el modo vulgar, o sea, el modo del comerciante, de ver la
riqueza, que la considera como un acervo de bienes. En verdad, sólo los clási­
cos definen la riqueza como un concepto de flujo, de producción por período,
y sólo con ellos nace el concepto moderno de producto social. Sin embargo, debe
señalarse que la importancia que los mercantilistas atribuyen a la acumulación
de oro y plata no deriva de encararla sólo como "almacén de valor”; muy por
el contrario, este acento se origina en la necesidad de ampliar el medio circu­
lante en una economía que deja de ser natural y se transforma rápidamente en
economía de cambio. Así, dice Lau (1717): “S i... [el oro] está encerrado
en cofres, no es sino una basura muerta e inútil; y mientras mayor cantidad
permanezca estéril... más, en consecuencia, se debilitarán y obstaculizarán todo
comercio y tráfico”.11
iii) Debe activarse al máximo el comercio exterior para obtener un saldo
favorable en la balanza comercial para así conseguir abundancia de oro y plata.
Este punto se vincula al anterior. Como Inglaterra, Francia y Holanda no
poseían una producción significativa de metales preciosos, el medio de obte­
nerlos era lograr una balanza comercial favorable. La monetización de la eco­
nomía nacional exigía alcanzar una acumulación de medios de pago a costa
de las existencias de otras naciones. En otras palabras, el comercio internacio­
nal permitía redistribuir la dotación mundial de metales preciosos, a la sazón
insuficiente para los países considerados en su conjunto.
iv) El comercio y la industria contribuyen más al bienestar nacional que
la agricultura.
William Petty señaló que “hay mucho más que ganar de la manufactura que
de la agricultura, y más del comercio que de la manufactura”,12 esta frase indica
las posibilidades reales de la actividad económica durante el siglo xvii. Durante
la etapa de expansión colonial, el comercio producía grandes ganancias; lo
principal del intercambio estaba constituido por bienes agrícolas y productos
artesanales de consumo suntuario y, sólo subsidiariamente, productos de las in­
10 Cf. Ibid., p. 22.
11 Cf. Ibid., p. 23.
12 c f .
Ibid., p .
25 .
EL PENSAMIENTO CLASICO
cipientes actividades manufactureras. Entre éstas, algunas ramas como la me­
talurgia, se hán liberado de las rigideces impuestas por las regulaciones gre­
miales y producen mayores beneficios que la agricultura, aún sometida a una
organización de tipo feudal y a procedimientos técnicos tradicionales.
v)
El Estado es el encargado de lograr el bienestar nacional mediante una
política económica que asegure el cumplimiento de tales principios.
La expansión del comercio, base de la acumulación de capitales que está
en el origen de la Revolución Industrial, sólo en el siglo xix se transforma en
un intercambio regular de flujos periódicos de producción. Durante el siglo
xvii el comercio implica grandes riesgos y exige protección, lo que requiere
una intervención estatal directa que la asegure. El fortalecimiento de los es­
tados nacionales cumple entonces un papel importantísimo en el desarrollo
del capitalismo comercial y financiero, lo cual se refleja en la ampliación del
mercado, tanto al superar la fragmentación política predominante durante la
Edad Media, como por reservar el mercado de la metrópoli y las colonias a
los productores y comerciantes nacionales. Ejemplos de esta tendencia lo cons­
tituyen las Leyes de Navegación inglesas (1651 y 1660) y las tarifas protectoras
de Colbert en Francia (1664 y 1667).
En síntesis, la diversificación de la estructura productiva y el consecuente
enriquecimiento de las naciones se hace en el siglo xvn en tomo al comercio
y a la manufactura. Como aquél no pierde aún su carácter ocasional y a la
ventura, exige la protección del Estado nacional, a la par que lo fundá y lo for­
talece. Pero una expansión persistente del comercio y de la manufactura exige
la monetización de la economía nacional. La economía política mercantilista,
adecuada a esta situación concreta, trata de estructurar un conjunto de normas
del Estado concebidas para promover la economía de mercado y, en especial,
para incorporar volúmenes crecientes de metales preciosos al sistema económico.
La visión clásica puede ser entendida más fácilmente si la confrontamos
con el pensamiento mercantilista, cotejo que, por lo demás, los mismos clásicos
se encargan de hacer.
Libertad de producción y libertad de mercado son los postulados de la eco­
nomía clásica que sustituyen a los del sistema mercantil, propios de una etapa
de transición durante la cual el Estado constituía una pieza esencial del des­
arrollo de la actividad comercial. A medida que la producción manufacturera
se va convirtiendo en parte fundamental de las exportaciones inglesas, se inicia
la etapa durante la cual la manufactura se transforma en la actividad diná­
mica de la economía. El postulado de la libertad de producción aparece en
condiciones históricas que permiten que se generalice la posibilidad de produ­
cir manufacturas para el mercado. Esa situación histórica está relacionada tam­
bién con el postulado de la libertad de mercado; la manufactura tiende a
transformar el comercio internacional en un intercambio regular de flujos pe­
riódicos. Las restricciones gremiales y una cambiante protección estatal tendían
a hacer del comercio una actividad errática e insegura, lo que limitaba la ex­
pansión y consolidación de la burguesía mercantil y manufacturera. El libre
cambio se transforma así en bandera de la economía política, y en especial
de la economía política inglesa, país cuya manufactura se encuentra en una
situación ventajosa frente a la de las demás naciones europeas.
io 4
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
Pero desde el punto de vista teórico ¿en qué se traducen estos postulados o
aspiraciones? En otras palabras ¿cómo se sustituye al Estado como orientador
y racionalizador de la actividad productiva? ¿Cómo se asegura los buenos re­
sultados cuando la actividad productiva global no se orienta consciente y deli­
beradamente?
La respuesta a estas preguntas sugiere que el mecanicismo es un rasgo esen­
cial y definidor de la visión clásica, y cuya idea básica consiste en admitir que
.. la vida económica está dominada por una ley concreta, pero soberana, de
acuerdo con la cual los hombres, aunque sólo desean servir a sus propios inte­
reses, al mismo tiempo, automáticamente, promueven el bienestar común”.13 A
medida que el trabajo teórico basado sobre esta visión pretende transformar la
realidad, se hace necesario integrarla con un contenido optimista: la ley natu­
ral del funcionamiento de la economía produce el mejor resultado para la
sociedad en su conjunto, toda vez que se le permita actuar libremente. En este
sentido dice A. Smith: “Cada individuo en particular se afana continuamente
en buscar el empleo más ventajoso para el capital de que puede disponer. Lo
que desde luego se propone es su propio interés, no el de la sociedad; pero
estos mismos esfuerzos hacia su propia ventaja le inclinan a preferir, de una
manera natural, o más bien necesaria, el empleo más útil a la sociedad como
tal”.14
Se advierte, pues, con más claridad que el doble carácter mecanicista y opti­
mista de la visión clásica está vinculado a las condiciones de la economía in­
glesa de la segunda mitad del siglo xvm, y a la intención de los economistas
clásicos de acelerar el cambio de la estructura de dicha economía, en el mismo
sentido en que se venía realizando.
d] Confrontación entre la economía clásica inglesa y la escuela fisiocrática
Se puede avanzar más aún en la comprensión de este vínculo si se cotejan las
ideas de la economía clásica inglesa y la escuela fisiocrática; o dicho de otra
forma, la existencia de un vínculo entre realidad y teoría —perceptible a través
de la visión— para el caso de Inglaterra, parecerá más convincente si se com­
prueba cómo una estructura económica distinta a la inglesa produce en Fran­
cia, y aproximadamente por los mismos años, una economía política peculiar.
La fisiocracia, escuela que gira en torno a la figura de François Quesnay, goza
durante un breve lapso, entre 1755 y 1780, de fama e influencia. El esquema
analítico de Quesnay es, en verdad, bastante rico; contempla el tratamiento
de la población, salarios, interés y capital, dinero y la formación de los pre­
cios.15 Sin embargo, desde nuestro punto de vista, lo que interesa es la teoría
del produit net, pieza analítica esencial de la fisiocracia, que permite situar
históricamente esta corriente de pensamiento.
Como observa Schumpeter, la afirmación de Marshall que “el hombre no
puede crear las cosas materiales”, es muy antigua en economía; los fisiócratas
13 Ibid., p. 40.
14 A. Smith. op. cit., p. 400.
15 Cf. J. A. Schumpeter, op. cit., pp. 232 sr.
EL PENSAMIENTO CLÁSICO
105
dieron a este principio un tratamiento analítico; siguiendo a Cantillon, deri­
varon de tal concepción su teoría del produit net.16 En lo fundamental, esta
teoría consiste en admitir que sólo la tierra es capaz de crear valores en un
sentido estricto, que sólo la agricultura puede producir una renta más allá de
los costos; o con palabras de Quesnay: “el suelo es la única fuente de riqueza”.17
El produit net constituye el fundamento de la teoría de la distribución de
la fisiocracia, que trata de demostrar cómo la producción de un período se dis­
tribuye entre los distintos grupos sociales que participan en el proceso produc­
tivo. Tanto la teoría del produit net como la de la distribución que de ella
deriva encuentran una formulación bastante precisa en el famoso Tablean
économique que a continuación se glosa en parte, por lo menos en lo que más
interesa a los efectos de este análisis.
“Ya se sabe que, según los fisiócratas, la sociedad se divide en tres clases:
primera, la cíase productiva, es decir, la clase realmente activa en la agricultura,
la de los arrendatarios y trabajadores del campo que son productivos porque
su trabajo suministra un excedente: la renta; segunda, la clase que se apropia
de dicho excedente, a saber: los terratenientes y quienes de él dependen, el
príncipe y, en general los funcionarios pagados por el Estado, y en fin, la Iglesia
mientras se apropia del diezmo (por brevedad indicaremos en adelante la
primera clase como “colonos” y la segunda como terratenientes); tercera, la cla­
se industrial o estéril (improductiva), que es estéril porque, según los fisió­
cratas, no añade a las primeras materias suministradas por la clase productiva
más valor que el que consume en los medios de subsistencia dados por esta
misma clase productiva. El Cuadro de Quesnay está hecho para mostrar cómo
el capital total de un país (en este caso de Francia) circula entre esas tres clases
y sirve para la reproducción anual.
”E1 Cuadro supone, desde luego, el sistema de arriendo, y por tanto el
gran cultivo, en el sentido que podían tener esas palabras en tiempo de Ques­
nay. Se introduce en todas partes: Normandía, Picardía, Isla de Francia y al­
gunas otras provincias francesas le servían de ejemplo. Por eso el arrendata­
rio es el verdadero jefe de la agricultura, representa en el Cuadro a toda
la clase productiva (agrícola) y paga al propietario de la tierra una renta en
dinero. Quesnay atribuye al conjunto de los arrendatarios una colocación de
fondos o inventarios de 10000 millones de libras, cuya quinta parte (o sea
2 000 millones) representa el capital de explotación que es necesario rempla­
zar anualmente. Quesnay para hacer esa estimación, se refiere de nuevo prin­
cipalmente a las haciendas mejor cultivadas de las provincias citadas.
’’Además, Quesnay supone para simplificar: primero, que los precios son
constantes y la reproducción simple; segundo, que no existe la circulación en
el seno de una misma clase, y que tiene en cuenta, exclusivamente, la circula­
ción entre clase y clase; tercera, que todas las compras, que se hacen entre
clase y clase, durante el año de explotación, se reúnen en una suma total única.
Por último, hay que recordar, que en tiempos de Quesnay, en Francia como
en el resto de Europa, en diverso grado, la industria doméstica, propia de la
familia campesina, constituía la parte más considerable de todas las necesida16 J. A. Schumpeter, op. cit., p. 237.
i" F. Quesnay, Oeuvres, Ed. Oncken.
io6
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
des, aparte de la del alimento, y por eso Quesnay muy naturalmente considera
la industria doméstica como parte integrante de la agricultura.
”E1 punto de partida del Cuadro es la recolección total, el producto de los
frutos anuales del suelo, y por esa razón figura en lo alto del Cuadro la ‘re­
producción total’ del país, en particular de Francia. El valor del producto
bruto se valúa según los precios medios de los productos del suelo en las na­
ciones comerciantes, y alcanza a 5 000 millones de libras, suma que expresa,
aproximadamente, según las evaluaciones estadísticas que podían hacerse en­
tonces, el valor en moneda del producto agrícola bruto de Francia”.18
Es fácil encontrar el nexo entre la teoría del produit net y la realidad obje­
tiva si se identifica la visión subyacente; ésta aparece concentrando la atención
en las relaciones entre la clase productora (arrendatarios) y la clase propietaria
(terratenientes). De este modo, el esquema refleja una organización económica
y social cuya característica central es la apropiación de un excedente (produit
net) por parte de la clase propietaria, es decir, por la nobleza. Esta clase ab­
sorbe el excedente de producción logrado con el trabajo de las masas rurales
y organizado por los arrendatarios, lo que le permite utilizar el trabajo de
sirvientes y lacayos para su lujo y financiar, para los mismos fines, la compra
de productos artesanales y de la manufactura en general. De esta manera, como
la producción manufacturera francesa del período anterior a la Revolución se
orienta esencialmente hacia bienes suntuarios, sugiere la idea que sus trabaja­
dores son una “clase estéril”, similar a la de los criados domésticos. Así, dice
Quesnay: “.. .Hoy en día... la producción y el comercio de la mayoría de
esos artículos (manufacturas) está casi aniquilado en Francia. Por largo tiempo,
los fabricantes de lujos han seducido a la nación; nos hemos entregado nosotros
mismos a una industria que nos es extraña”. Y más adelante: “La producción
de mercancías de artesanía y de industria para el uso de la nación son sólo
objeto de gastos... ” “La clase estéril. . . trabaja únicamente para el consumo.” 19
La idea de la esterilidad de la manufactura aparece como totalmente incom­
prensible para A. Smith, pues la manufactura inglesa tenía características comple­
tamente distintas a la francesa ya que se insinuaba como un sector sumamente
dinámico y ligado a la expansión comercial. En Francia, en cambio, dicho
sector estaba destinado básicamente a la producción de artículos de consumo
para la clase privilegiada; la legislación proteccionista de Colbert mostróse
incapaz de hacerlo progresar más allá de límites muy estrechos.
Pero las dos posiciones tienen algo en común. La posición librecambista
de la economía clásica inglesa revela el deseo de impulsar el desarrollo de la
industria mediante el abastecimiento de materias primas y alimentos baratos,
así como también por la expansión de las exportaciones; y en este punto apa­
rece la “intencionalidad” de la visión clásica. Algo similar sucede con la fisio­
cracia: su programa de reforma agraria, el proyecto de impuesto único (aplicable
a las rentas de los propietarios) y su apoyo al libre cambio, forman un conjunto
coherente de políticas que tienden a liberalizar la economía y favorecer a los
18 Friedrich Engels, A nti-D ühring, Buenos Aires, Claridad, 1967, trad. de José Verdes M.,
pp. 254 y 255. Como se sabe, el capitulo x de la segunda parte, de donde se tomó esta cita,
es de Marx.
1» F. Quesnay, op. cit., p p . 195, 345 y 391.
EL PENSAMIENTO CLASICO
107
arrendatarios rurales. Surge de este modo la misma idea de la existencia de
un “orden natural” y el mismo alegato en favor del laissez-faire que se advierte
en la economía clásica inglesa. Sin embargo, el sistema de economía política
sobre el cual se fundamenta esta “intencionalidad” está concebido a partir de y
para una nación agrícola, es decir, es un pensamiento que, de un lado, sugiere
el anden régime, y de otro, propone la base teórica de una nación de empre­
sarios rurales capaces de producir una transformación de la agricultura en un
sentido semejante al que se venía realizando en algunas provincias. “Las venta­
jas de la agricultura dependen... de la acumulación de la tierra en grandes
fincas, valorizadas al máximo por ricos hacendados... No nos representamos
al hacendado como un labrador que trabaja el suelo con sus manos: es un em­
presario que da órdenes.” 20
En lo que respecta al comercio internacional, se espera del libre cambio lo
opuesto que en Inglaterra: mejores precios agrícolas y no alimentos (wage
goods) más baratos: “ ...Este ministro [Colbert] ...trastornó el orden econó­
mico total de una nación agrícola. El comercio exterior de cereales se suspendió
para permitir al obrero que viva más barato; la venta de trigo dentro del reino
se entregó a una política arbitraria que impidió el comercio entre las provin­
cias. Los protectores de la industria... por un error de cálculo, arruinaron a
sus ciudades y provincias mediante una insensata disminución del cultivo del
suelo: todo tendía a la destrucción.. .” 21
Se ve entonces cómo la fisiocracia parte de una idea de “orden natural”
similar a la que posteriormente fue incorporada a la visión que sirve de fun­
damento a la economía política clásica inglesa; y cómo la fisiocracia concibe
una transformación del marco institucional de la economía francesa, que pro­
pugna, como los clásicos ingleses, el laissez-faire y el libre cambio. Pero al mis­
mo tiempo se observa que esa idea y su transformación se conciben, a partir
de y para una economía donde la agricultura es el sector clave y fuente princi­
pal de generación de excedente. De esta manera, el marco de análisis elaborado
por la fisiocracia obedece a las condiciones objetivas señaladas y también se lo
concibe para fundamentar analíticamente las medidas de política económica
que interesan a un grupo social determinado.
e] El contenido ideológico de la economía clásica
De las consideraciones que anteceden, así como del análisis del modelo de
David Ricardo, se desprende que la economía política clásica integra un
sistema teórico de “ley natural”, es decir, un sistema que concibe la existencia
de un orden natural tanto en el mundo físico como en el social.
El reconocimiento de la posibilidad de entender el orden existente en el
mundo social y determinar las leyes que lo rigen, traduce una posición episte­
mológica que podría designarse como “racionalismo sociológico”; desde luego
que esta última expresión tomada de Schumpeter, es una designación muy ge­
neral, pues abarca tanto una posición epistemológica según la cual hay una
20 F. Quesnay, op. cit., p. 219.
21 F. Quesnay, op. cit., p. 343.
io 8
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
adecuación entre el objeto y la razón que así puede captarlo, como también
una postura que admite la existencia de un orden tan sólo en la razón, ".. .pero
que la propia razón nos concita a admitir para evitar una realidad divergen­
te. . . ” 22 Ésta es la posición típica de los reformadores sociales.
Como podrá percibirse hay elementos que permiten inferir que debajo de
la visión clásica subyace una actitud del segundo tipo. Tales elementos son,
de un lado, los vínculos de esta escuela con el utilitarismo, y del otro, las medi­
das de política económica propiciadas por sus representantes, así como las luchas
mantenidas para lograr su aplicación.
Cuando se considera únicamente la obra económica de los autores de la
escuela clásica —y en especial, cuando se rastrea su aporte al análisis econó­
mico— puede pensarse que la posición epistemológica implícita es del primer
tipo, puesto que admite la existencia de un orden económico, una mecánica
económica objetiva que la razón debe descubrir, usando para ello un método
esencialmente deductivo. Sin embargo, si se inserta la visión clásica dentro del
conjunto de la obra de los autores de esta escuela, surge con bastante claridad
que la posición epistemológica implícita es del segundo tipo. Se advierte que
la economía clásica forma parte de un sistema normativo, de un sistema conce­
bido como orden natural y óptimo, y que concita a transformar el mundo real
en el sentido del mundo ideal.
Por lo que respecta a A. Smith, es sabido que su Teoría de los sentimientos
morales 23 precede a La riqueza de las naciones, y donde se encuentra la concep­
ción del homo economicus, concepto cuya definición y comportamiento se
fundamenta tanto sobre la realidad objetiva como sobre el terreno del qué debe
ser, es decir, una ética que se supone conveniente adoptar.
Pero lo que aquí principalmente interesa es el vínculo de la economía pólítica clásica con el utilitarismo. Bentham, James Mili y J. S. Mili fueron a la
vez grandes economistas y eminentes utilitaristas; en cuanto a Ricardo, aunque
careció de grandes preocupaciones fuera del campo de la economía, estuvo
estrechamente vinculado a James Mili.
A la luz del utilitarismo del siglo xix, principalmente del de Bentham, el
sistema de la economía política clásica aparece con bastante nitidez como in­
tegrando un sistema normativo. Se enuncia el principio de la máxima felicidad
para el mayor número partiendo del criterio de una psicología humana simpli­
ficada, exactamente igual a la que sirve de fundamento al análisis económico
clásico. Las recomendaciones en materia de política pretenden lograr la orga­
nización económica más adecuada a esa psicología y, por lo tanto, el máximo de
bienestar factible. Es claro que dicha psicología humana simplificada, si bien
no aparece ni se concibe como idéntica a la real, encuentra sostén en parte de
la situación de la época. Como dice Schumpeter, está asociada a la mentalidad
de los negocios y a la filosofía de la vida del empresario; en este sentido, es
22 j . A. Schumpeter, op. cit., pp. t i 3 ir.
23 Su título completo ya es de suyo sugestivo: T h e Theory o f M oral Sentiments; or A n
Essay towards an Analysis o f the Principies by tvhich M en N aturally Judge Conceming th e
Conduct and Character, First o f their Neighbours, and afterward o f themseives (se cita según
la cuarta edición, Londres, 1792); u n a síntesis del contenido de esta obra puede hallarse en
J. A. Schumpeter, op cit., p p . 129 ss.
EL PENSAMIENTO CLASICO
109
decir, como parte de un sistema normativo cuyo patrón de juicio es el hombre
de negocios, la economía política clásica puede concebirse como una teoría que
expresa la mentalidad de una clase.
Por otro lado, es notorio que la actuación política de David Ricardo res­
ponde a los objetivos de la burguesía industrial en ascenso, cuyos intereses
defiende abiertamente. En general, los autores de la escuela clásica abogan
por medidas de política económica que, insertadas dentro del contexto de una
sólida construcción teórica, constituyen el conjunto de normas de acción del
“liberalismo económico”, bandera del mencionado grupo social; este conjunto
de normas apunta a la liberalización del sistema económico que en la práctica
se logra establecer a lo largo del siglo xix.
Una serie de luchas y éxitos del liberalismo económico se registran, en los
campos habitualmente conocidos como política laboral, comercial, monetaria
y fiscal.
Por lo que respecta a Inglaterra, la liberalización del mercado de trabajo
adquiere forma jurídica al derogarse la ley que permitía a los jueces de paz
fijar salarios (1813), y al abolirse los reglamentos sobre el aprendizaje (1814);
este primer paso es seguido por una legislación laboral que se desarrolla en
tres direcciones principales.24
La primera, constituida por la legislación fabril, gira en torno de la pro­
tección del trabajador industrial, especialmente de las mujeres y los niños, como
también la reducción de la jornada de trabajo. Es evidente que, por lo menos
respecto a la reducción de la jomada de trabajo, las luchas obreras contradicen
la lógica del liberalismo económico, por cuanto durante los conflictos que cul­
minan con la conquista de la jomada de 10 horas, la teoría económica es, en
muchos casos, puesta al servicio de los intereses de la burguesía industrial.25
La segunda se refiere al derecho de agremiación de la clase trabajadora.
En Inglaterra, el período clásico se caracteriza por el predominio de los prin­
cipios liberales, expresados por las prohibiciones o trabas impuestas a las aso­
ciaciones de trabajadores. Si bien las diversas leyes que impedían la agremiación
o sindicalización fueron derogadas en 1824, una legislación completa sobre
los sindicatos sólo se logra durante el período 1871-1875.
La tercera gira en tomo a las leyes de pobres, cuyo hecho fundamental es
la promulgación del Poor Law Amendment Act, de 1834, que “limita la asis­
tencia a los pobres a su manutención en las casas de trabajo (work houses) y
prohíbe, en principio, la asistencia fuera de estas casas; la idea básica es que
los desempleados capaces de trabajar... deben ser alimentados, pero que se los
debe mantener en condiciones semiprimitivas” 26 Esta ley, según Schumpeter
fue apoyada en forma casi unánime por los economistas, en verdad incorpora,
de un lado, el principio malthusiano de la población, del cual se deriva que
24 Ibid., p. 401.
25 Sobre el papel de la teoría económica y de los economistas que se opusieron a la re­
ducción de la jom ada de trabajo, véanse K arl Marx, E l capital, trad. de W . Roces, Fondo
de C ultura Económica, México, 1964, y H . E. Friedlaender y J. Oser, H istoria económica de la
Europa moderna, trad. de F. M. T o rn er, México, Fondo de C ultura Económica, 1957,
parte,
en especial los capítulos vn, vm y x.
2« J. A. Schumpeter, op. cit., p. 401.
no
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
la solución “racional” del problema del desempleo y de la mendicidad sólo
puede hallarse en la libre actividad del sistema económico; y de otro lado, in­
corpora el principio de la “libertad natural”, es decir, “la confianza en la habi­
lidad de los individuos para actuar con energía y racionalidad, para cuidar
responsablemente de sus propios intereses, para encontrar trabajo, y para aho­
rrar, teniendo en cuenta la vejez o los períodos difíciles. Esto es, por supuesto,
sociología benthamiana y, por lo tanto, mala sociología”.27
La defensa de los intereses de la burguesía industrial y comercial por parte
de los economistas clásicos ingleses culmina en el terreno de la política comer­
cial o, dicho con más rigor, en la lucha por implantar el libre cambio. Estos
economistas sentaron las bases teóricas de la argumentación en favor de la liber­
tad de comercio, extendiendo su noción de óptimo económico a las relaciones
económicas internacionales, y crearon la teoría de las ventajas comparativas. A
partir de esta premisa lograron imponer en la opinión pública inglesa ideas
librecambistas, cuya validez se admitía para cualquier tiempo y lugar. Además,
los economistas clásicos, participaron abiertamente en las discusiones de la
política cotidiana no sólo con los argumentos que aparecen en sus grandes
obras, sino con la redacción de panfletos y documentos fuertemente polémicos.
Así, encontramos en Thomas Tooke al redactor de la Merchants Petition de
1820, y en Richard Cobden y John Bright a los héroes de la Anti-Com-Law
League, cuyas luchas culminaron con la derogación de las leyes de granos, en
1848.a8
En materia de política monetaria, la lógica de la posición del liberalismo
económico lleva a la defensa del patrón oro automático. En pocas palabras, se
entiende por patrón oro automático un sistema monetario donde cualquier
medio de pago es convertible en oro, y donde cualquier persona puede mone­
tizar o desmonetizar oro y exportarlo o importarlo según sus deseos.29 Como
fácilmente se comprende, tal sistema “vincula la tasa de cambio y el nivel de
precios de cada país con la tasa de cambio y el nivel de precios de todos los
países que siguen el sistema. Es extremadamente sensible a los gastos del go­
bierno, y aun a actitudes o políticas que no implican gastos directamente, por
ejemplo, a la política exterior, a ciertas políticas impositivas y, en general, a
todas aquellas políticas que precisamente violan los principios del liberalismo
económico”.30 Dicho de otra forma, el patrón oro automático asegura el buen
funcionamiento del sistema de libre cambio, a la par que impone al gobierno
un control sobre su política de gastos.
En general, los economistas fueron decididos partidarios de semejante sis­
tema. En lo que respecta a la política económica concreta, en Inglaterra el
patrón oro se impuso de hecho en el siglo xvm, se interrumpió durante las
guerras napoleónicas, y se restableció pocos años después de Waterloo.
Respecto a la política fiscal, la lógica del liberalismo económico encuentra
27 J. A. Schumpeter, op. cit., p. 402.
28 Sobre el tema, véase el “Discurso sobre la cuestión del lib re cambio”, de K arl Marx,
en Critica de la economía política, traducción de Javier Merino, E ditora Nacional, México,
1961, pp. 411 a 427.
28 J. A. Schumpeter, op. cit., pp. 405-6
30 J. A. Schumpeter, op. cit., p. 406.
EL PENSAMIENTO CLÁSICO
111
su manifestación concreta en las llamadas “finanzas gladstonianas”; desde el
punto de vista de la visión clásica y de su formalización analítica, aparece como
evidentemente ventajosa la remoción de todo obstáculo fiscal a la actividad
privada. Este principio general se traduce, en primer término, en la recomen­
dación de una política de gastos públicos mínimos, lo que implica, por un lado,
la máxima reducción de las funciones del Estado, y por el otro, la racionali­
zación de las restantes.
Una segunda consecuencia del mismo principio general se refiere a la polí­
tica impositiva. En esta materia se pretende obtener los ingresos del Estado
de manera tal que el comportamiento económico difiera lo menos posible del
que existiría si no hubiese impuesto alguno; de donde la máxima “impuestos
únicamente sobre los ingresos”. Más aún, “puesto que el beneficio y la pro­
pensión a ahorrar son considerados de enorme importancia para todas las cla­
ses... los impuestos deberán interferir lo menos posible en las ganancias netas
de los empresarios. De esta manera, en lo que concierne a los impuestos direc­
tos, éstos no deberán ser progresivos. . . En lo que respecta a los impuestos
indirectos, el principio de menor interferencia lo interpretó Gladstone en el
sentido que los mismos deben recaer sobre un número reducido de artículos
importantes, dejando el resto libre de toda tributación”.31 Por último, las fi­
nanzas gladstonianas siguen el principio del presupuesto equilibrado, admitido
como requisito para mantener el equilibrio monetario del sistema.
Se observa, pues, que los economistas clásicos defienden un conjunto de nor­
mas de política económica cuya característica central es la coherencia que tienen
entre ellas, y a la vez con los elementos teóricos por ellos elaborados. Por otra
parte, parece evidente que tal conjunto de normas coinciden, en líneas generales,
con los intereses de la burguesía industrial en ascenso, y, lo que es más impor­
tante, que su adopción constituye una sucesión de éxitos políticos de dicho
grupo social. Desde este punto de vista la teoría económica clásica revela su
carácter ideológico, esto es, aparece como una elaboración teórica al servicio
de los intereses de la burguesía.
La afirmación anterior en modo alguno pretende significar que la teoría
clásica deba considerarse errónea; de hecho “. . . el intermezzo liberal estuvo
en todas partes, pero de manera más espectacular en Inglaterra, asociado a un
desarrollo económico... sin precedentes”.32 Y aunque no se puede afirmar
que la adopción de las normas del liberalismo económico sea la única causa
de ese desarrollo, es indudable que el mismo estuvo estrechamente vinculado
a la remoción de las trabas que impedían la plena utilización de las energías
de la clase empresarial. En este sentido, y teniendo en cuenta las condiciones
históricas de la época, la teoría clásica aparece como válida; por otra parte, la
propia teoría contribuyó, en alguna medida, a transformar dichas condiciones.
2 . EL MODELO DE CRECIMIENTO DE DAVID RICARDO
El objetivo aquí propuesto es describir de manera sencilla cómo los diversos
s r J. A. Schumpeter, op. cit., p. 404.
«2 Ibid., p. 396.
113
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
instrumentos de análisis de Ricardo constituyen un todo coherente, concebido
para explicar el mecanismo que conduce el sistema económico a lograr un
estado estacionario.
La primera parte, primera presentación, constituye un paso intermedio
hacia el logro de ese objetivo: mostrar cómo, dados los supuestos con los cuales
opera Ricardo, el sistema económico deberá llegar necesariamente a tal estado.
Las consecuencias de política que se derivan de este modelo, la “visión”
desde la cual parte y la ideología que encierra se tratan en otra parte de este
mismo libro.
a] Primera presentación
i] La función de producción y el crecimiento del producto
Como se observa en la introducción a La riqueza de las naciones, Adam Smith
se aparta de la práctica de los viejos economistas ingleses de considerar la ri­
queza de una nación como un fondo acumulado; como los fisiócratas, Smith
mide la riqueza por lo que puede producirse durante cierto lapso.
Al uso de los clásicos, Ricardo también concibe la riqueza como producción
por período. El concepto de flujo que utiliza para medir la riqueza (o el
grado de evolución) de una economía es el de producto, concepto que, en su
nomenclatura, es perfectamente similar al moderno; se lo define “como el valor
de mercado de los bienes finales producidos durante un período determinado”.ss
Según observa Adelman,34 cuando se usa el producto como índice del grado
de desarrollo, automáticamente se hace de la función de producción el centro
de todo el análisis, pues el producto depende de la dotación de factores y del
modo de combinarlos.
No hay ninguna duda respecto a cuáles son los factores productivos que
Ricardo toma en cuenta para su análisis; como los demás clásicos, reconoce la
existencia de tres factores, trabajo (L), tierra (T) y capital (K). Se dice 35 que
fue J. B. Say quien por primera vez distinguió claramente L, T y K y los trató
por separado. Sin embargo, tal diferenciación está sin duda presente en Adam
Smith cuando divide el precio de las mercancías y el ingreso social en salarios,
ganancias y rentas; también en Ricardo,36 cuando considera que el principal pro­
blema de la economía consiste en determinar las leyes que regulan la distribu­
ción del producto de un país entre rentas, ganancias y salarios.
Menos nítida es la forma como se supone que estos factores productivos se
combinan. La dificultad deriva de la circunstancia que Ricardo no trata siste­
máticamente la teoría de la producción, es decir, en ningún lugar de su obra
33 G. Meier y R. Baldwin, Economic Developm ent, John Wiley & Sons, Nueva York, 1963,
p. 27.
34 Irm a Adelman, Theories of Economic Growth and D evelopm ent, Stanford University
Press, Stanford, 1961, p. 8.
35 E. Cannan, Historia de las teorías de la producción y distribución, trad. d e Javier M ár­
quez, Fondo de C ultura Económica, México, 2» ed., 1948, p. 55.
36 D. Ricardo, Principios de economia política y tributación, trad. de Ju an Broc B., Nelly
Wolff y Julio Estrada M., Fondo de C ultura Económica, México, 1959, p. 5.
EL PENSAMIENTO CLASICO
»>3
agrupa los elementos de una teoría de la producción; al contrario, adapta la
forma de la función de producción según el argumento que se propone como
objeto inmediato de análisis.
Así, en algunas partes de su obra la discusión admite implícitamente que
los factores productivos se combinan de acuerdo a un espectro de técnicas dado,
mientras que en otras el análisis subraya la influencia de los cambios técnicos
sobre la evolución de la economía. Con todo, el tratamiento del cambio tecno­
lógico es un problema menor. Sin hacer la menor violencia al pensamiento
de Ricardo, se puede investigar la trayectoria que sigue el producto social cuan­
do la tecnología está dada y considerar, por separado, cómo se altera dicha
trayectoria cuando hay cambios en la técnica. Ése es el procedimiento que
aquí se sigue; el argumento se desarrolla admitido el supuesto de que no hay
cambios técnicos, supuesto que se levanta en el ítem 7.
Seguir tal procedimiento implica en verdad adoptar el enfoque de la econo­
mía moderna en materia de teoría de la producción: la función de producción
se define para una técnica dada y, por separado, se investigan las formas como
puede modificarse dicha función debido a la introducción de nuevas técnicas.
Como ya se ha señalado, ello no significa modernizar el pensamiento de Ri­
cardo, alterándolo, sino que por el contrario, permite captar con precisión cuál
es su pensamiento, a partir de las afirmaciones relativas de la teoría de la
producción que se encuentran dispersas en los Principios.
Adelman,37 por ejemplo, define la función de producción ricardiana me­
diante la expresión: Y = f ( K , T, L, S), donde Y es el producto social, S la
tecnología y las demás son variables ya definidas. La inclusión de la tecnología
como variable en la función de producción la induce a considerar que los fac­
tores —según Ricardo— en ningún caso se combinan entre sí en proporciones
fijas. Afirma: “Comúnmente se imputa a Ricardo el supuesto de que, con una
tecnología dada, hay coeficientes fijos de producción. Esta interpretación, sin
embargo, no parece hacerle justicia”.88 Para Adelman, pues, la función de pro­
ducción es tal que hay sustituibilidad imperfecta entre los tres factores produc­
tivos, o, lo que es lo mismo, presenta productividades marginales decrecientes
de cada uno de esos factores.
Estas características de la función de producción no sólo son incompatibles
con diversas afirmaciones de Ricardo, sino que impiden ver con claridad lo
esencial de su pensamiento: la tendencia al estado estacionario que deriva de
la dificultad del sector agrícola de alimentar una población creciente.
Suponiendo en primera instancia la ausencia de cambios técnicos, se puede
definir con precisión en qué forma se combinan los factores productivos, a
saber:
i) en la producción industrial, habrá coeficientes fijos entre capital y tra­
bajo y, además, rendimientos constantes a escala. Combinando estas dos afir­
maciones se concluye que existirá una relación constante entre el factor combi­
nado capital-trabajo y la producción industrial;
ii) en la producción agrícola, trabajo y capital deben combinarse en propor­
ciones fijas entre sí, aunque pueden combinarse en proporciones variables con
87 Irm a Adelman, op. cit., p. 46.
88 Ibid., pp. 46 y 47.
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
li4
la tierra. No es difícil expresar con precisión el contenido de esta afirmación:
unidades sucesivas del factor combinado K-L, aplicadas a una cantidad fija de
tierra, producen cada vez menos unidades marginales de producto, es decir, los
rendimientos decrecientes en la terminología moderna, y el margen intensivo
en la terminología de Ricardo. Unidades sucesivas de K-L aplicadas a tierras
cada vez menos fértiles, producen cada vez menos unidades margiifales de pro­
ducto, esto es, el margen extensivo, que no tiene equivalente moderno, puesto
que en la escuela neoclásica se supone la homogeneidad de cada uno de los fac­
tores de producción; sin embargo, puede ser asimilado el caso de los rendimien­
tos decrecientes a escala.
Como se verá, interpretar de esta forma la teoría de la producción de Ricar­
do, no sólo es compatible con sus afirmaciones sino permite examinar adecua­
damente la operación del mecanismo económico.
Sin embargo, para obtener mayor claridad y precisión en dicho examen, es
conveniente formalizar la función de producción tal como la entiende Ricardo,
para los cambios técnicos que se excluyen del análisis.
La función de producción de un bien industrial cualquiera se puede expre­
sar como sigue:
ecuaciones que deben cumplirse simultáneamente. En ellas Pt indica el monto
producido del bien considerado; K t y L{, las cantidades de capital y trabajo em­
pleadas en su producción; a y b son, respectivamente, los coeficientes técnicos
unitarios de capital y trabajo. Por ejemplo, b indica cuánto trabajo se requiere
para producir una unidad de producto; el monto total de trabajo utilizado (Z,4),
dividido por el requerimiento unitario de trabajo (b), da como resultado el
monto total de producción (P4). Una consideración similar es válida para
el coeficiente a.
El hecho que las dos ecuaciones representativas de la función de producción
de un bien industrial cualquiera —y de cada uno de esos bienes— deban cum­
plirse simultáneamente, indica que los recursos se combinan entre sí en propor­
ciones fijas y que habrá una relación constante entre el uso de factores (o del
factor combinado K-L) y el nivel de producción que se obtiene de dicho uso.89
Para el sector agrícola, Ricardo también postula la existencia de proporcio­
nes fijas en el uso de capital y trabajo; una unidad de este factor combinado
K-L puede ser aplicada a cantidades variables de tierra.
Considerando que existe un solo tipo de tierra y, además, que ésta se en­
cuentra totalmente ocupada —es decir, en el caso del margen intensivo— la
relación que se postula es tal que unidades sucesivas de K-L aplicadas a una
cantidad fija de tierra homogénea rinden cantidades marginales de producción
cada vez menores.
K.
a
®9 Igualando las ecuaciones se obtiene:
= —, que expresa en qué proporción se combi­
nan los recursos.
L f-------b
EL PENSAMIENTO CLASICO
*15
Estas condiciones pueden expresarse de la siguiente manera:
pa= C r1-“
Pa = í£. T*-a
cuyas ecuaciones deben cumplirse simultáneamente. En ellas Pa indica el monto
del bien agrícola considerado; K a, La y T las cantidades de capital, trabajo y
tierra empleadas en su producción.
La forma de cada una de estas ecuaciones implica que en el sector agrícola
opera la ley de rendimientos decrecientes. El hecho que deban cumplirse si­
multáneamente hace que se respete la condición que capital y trabajo deben
combinarse en proporciones fijas. La elección de exponentes iguales depende
de una elección arbitraria de unidades: el trabajo se mide de manera tal que la
proporcionalidad entre este factor y el capital se expresa: La — Ka.w Como es
obvio, las ecuaciones elegidas pueden tener otras formas; bastaría que indiquen
rendimientos decrecientes y constancia en la proporción en que capital y traba­
jo se combinan en la producción agrícola.
Considérese ahora que en la economía se producen sólo dos bienes: un bien
industrial (Pt) y un bien agrícola (P„); o, alternativamente, que Pt y Pa son ín­
dices de quantum de la producción (producto) industrial y agrícola. Si en un
año determinado los recursos se usan plenamente, al año siguiente el producto
sólo podrá crecer si aumenta la dotación de factores productivos. Aún más, si
la cantidad de tierra está dada, el producto no podrá crecer salvo que aumen­
ten la fuerza de trabajo y la disponibilidad de capital.
En lo que respecta al sector industrial, esta situación se expresa como sigue:
AP« = / r ( A L t)
funciones que deben cumplirse simultáneamente. La relación precisa entre el
incremento de los factores productivos y el incremento del producto industrial
no se hace explícita. Lo que se quiere subrayar, por la simultaneidad de estas
funciones implícitas, es que el producto industrial sólo puede crecer si el capital
y el empleo crecen simultáneamente y en proporciones definidas. El capital
adicional sólo aumenta el producto industrial si hay mano de obra disponible
para operarlo; e inversamente, no se contratará mano de obra adicional, salvo
que ésta pueda ser efectivamente utilizada en la operación de bienes de capital.
Otro tanto se puede afirmar respecto del incremento del producto agrícola,
que se expresa por medio de las siguientes simultáneas:
40 En efecto, igualando las ecuaciones se obtiene:
n6
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
A Pa = fa (AKa)
A Pa = 1” (AL.)
Para laeconomía en su conjunto, el crecimiento delproducto
dependerá
por lo tanto delcrecimiento de capital y trabajosegún las funciones.
AP = f (AK)
AP = j" (A L)
La simultaneidad de las mismas indica una vez más que para el incremento
del producto social es necesario que capital y trabajo crezcan simultáneamente.
Del simple hecho que ambos deban crecer para que el producto aumente, se
deriva que la acumulación permanente es requisito del crecimiento permanente
del producto social. Si se admite que la acumulación ha de cesar, forzosamente
habrá que admitir que el producto social llegará a un máximo, indicativo de
que la economía alcanzó el estado estacionario.
ii] La acumulación de capital
Ricardo define el capital como “aquella parte de la riqueza de una nación que
se emplea en la producción y comprende los alimentos, vestidos, herramientas,
materias primas, maquinaria, etc., necesarios para dar efectividad al trabajo”.41
Se observa asi que el capital es concebido como un conjunto de bienes físi­
cos,42 cuya existencia hace posible la producción.
El capital se divide en fijo y variable; capital fijo son las máquinas, herra­
mientas y materias primas; y capital variable es el fondo de salarios, el cual, con­
siderado en su aspecto real, está constituido por el stock de bienes que la co­
munidad mantiene para la subsistencia de la masa de asalariados.
Obsérvese que esta división del capital en fijo y variable en nada altera las
consideraciones del ítem que antecede. En efecto, se supone que para una tec­
nología dada ambos tipos de capital se combinan en proporciones fijas. Esta
proporcionalidad se puede concebir admitiendo que cada máquina y/o herra­
mienta define sus propios requerimientos de mano de obra, los que, a su vez,
definen las necesidades de capital variable.
El capital aumenta por medio del mecanismo del ahorro.
Repárese que no se consideraba la posibilidad que la canalización de los
ahorros hacia la inversión fuese entorpecida por problemas tales como el del
atesoramiento,43 lo que se ahorra se invierte, “porque nadie acumula sino con
el propósito de hacer productiva su acumulación”.44
La acumulación se concibe regulada por “la capacidad de ahorrar y el deseo
de ahorrar”.45 La expresión “capacidad de ahorrar” sugiere la idea de Ricardo de
que la acumulación depende de la existencia de un excedente económico; el
41
42
York,
43
44
46
D. R icardo, op. cit., p. 72.
Joseph A. Schum peter, History o f Economic Analysis, O xford University Press, Nueva
1954, pp. 646-647.
I. Adelman, op. cit., p. 52.
D. Ricardo, op. cit., p. 93.
I. Adelman, op. cit., p . 53.
EL PENSAMIENTO CLASICO
»17
excedente económ ico, “ingreso n e to ” e n la n o m e n c la tu ra d e R icard o , es la p a rte
d e l p ro d u c to social q u e excede la necesaria p a r a m a n te n e r la fuerza d e tra b a jo
a l niv el d e subsistencia. Si los d em ás factores p e rm an ecen constantes, el a h o rro
au m e n ta con el in c re m e n to d e este ex cedente.
Es o b v io q u e u n a p a rte d e l ingreso n e to d e b e rá destinarse a satisfacer el con­
sum o d e te rra te n ie n te s y capitalistas. E sta p a rte d e p e n d e rá d e las decisiones de
consum o y a h o rro d e estos g rupos, las q u e a su vez e sta rá n d e term in ad a s p o r la
tasa d e beneficio.
C o n tra ria m e n te a lo q u e sucede en la concepción d e A d am S m ith, R ic a rd o
concibe la ex isten cia d e u n a relació n d ire c ta e n tre a h o rro y tasa d e beneficio;
los m otivos q u e tie n e n los in d iv id u o s p a ra la acu m u lació n “d ism in u irá n con
cad a d ism in u ció n en las g anancias, y lleg arán a l p u n to d e detenerse si las u ti­
lidades se sitú a n a u n n iv e l ta n b a jo q u e n o les p ro p o rc io n e n u n a com pensa­
ció n a d ecu ad a p o r todos los sinsabores in h e re n te s a su o cu p ación, y a los riesgos
q u e p o r fuerza e n c o n tra rá n a l e m p le a r su c a p ita l en fo rm a p ro d u c tiv a ” .40
E n síntesis, lla m a n d o P -w L al ingreso n eto , d o n d e P es el p ro d u cto , L el
em pleo y w la tasa d e salario de subsistencia; lla m a n d o r a la tasa d e beneficio
y r a la tasa (m ínim a) de ben eficio capaz d e c u b rir los riesgos d e la inversión
p ro d u ctiv a , c u a lq u ie ra d e las siguientes expresiones es satisfactoria p a ra re p re ­
se n ta r la te o ría d e la a c u m u lació n d e R ic a rd o :
AK = k ( r , P — w L )
A K — fe (r — r , P — w L )
E n dichas expresiones d eb e cu m p lirse q u e b K [b (P — w L ) > o y q u e h K jh r >
> o (o b ie n q u e & K jb (r — r) > o); esto in d ic a q u e c u a n d o el ingreso n e to o la
tasa d e ben eficio lleg an a cero la a c u m u lació n cesa.
C abe, pues, e x a m in a r la te n d e n c ia d e estas v ariables; e n rig o r a esta a ltu ra
del análisis b a sta con c o m p ro b a r cu ál es la ten d en cia d e la tasa d e beneficio: si
ésta tie n d e a cero, la a c u m u lació n te n d e rá a cesar, p u d ién d o se desde luego con­
je tu ra r q u e la eco n o m ía se o rie n ta rá h acia el estado estacionario.
iii] L a tasa d e b en efic io y su te n d e n c ia
P a ra p ecisar co n rig o r q u é e n tie n d e R ic a rd o p o r beneficios, conviene h ace r re ­
feren cia a algunos elem en to s d e la te o ría d e la d istrib u c ió n d e l p erío d o clásico.
D u ra n te d ic h o p e río d o se a d m ite la ex isten cia d e u n c u a rto agente p ro d u c­
tivo, e l em presario. A l m ism o tie m p o se reconoce con m e n o r o m ay o r c larid ad
q u e el em p resario recibe, d u ra n te la gestión d e los negocios: i) lo q u e m ás tard e
M a rsh a ll lla m a ría w ag es o f m a n a g e m e n t ; ii) u n a p rim a d e riesgo; y iii) intereses,
p o r la p a rte d e l c a p ita l q u e le p ertenece. H a b ía , pues, base a n a lític a p a ra d ife­
re n c ia r e n tre los beneficios o g a n a n c ia d e l em presario, id en tificán d o lo s con los
w ages o f m a n a g em e n t, y los intereses o re m u n e ra ció n del c ap ital.47
D. Ricardo, op. cit., p. 94.
*1 J . A. Schumpeter, op. cit., p. 646.
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
S in em bargo, a u n p a ra J . S. M ili cúyos son esta clasificación y el h in c a p ié
h ech o sobre los wages of management, los intereses c o n stitu y en la p a rte signi­
ficativ a d e los re n d im ie n to s d e l em presario.
Es q u e p a ra los clásicos el c a p ita l se e n tie n d e com o stock d e bienes, y los
beneficios com o e l r e to m o n e to d e d ic h o stock. Los intereses n o se conciben
com o e l pago p o r p réstam os d e d in ero , sino com o u n a p a rte d e l re to m o d e los
bienes d e cap ital, la p a rte d e los beneficios q u e se p ag a al p restam ista q u e desea
evitarse la m o lestia d e la g estió n d e l negocio.
A dviértase, pues, q u e al d a r los beneficios u n carácter resid u al, desde u n p u n ­
to d e v ista an alítico , e n e sta concepción se en g loba el co n cepto de interés; am bos
pasan a ser aspectos b a jo los cuales se p re se n ta u n m ism o tip o d e rem u n eració n ,
la d e l cap ital. E sta m a n e ra d e co n sid erar los beneficios la d efin e especialm ente
R icard o . Su fo rm a d e concebirlos com o u n residuo, p roviene, se dice, de la
form a com o los e n c a ra el h o m b re d e negocios, p a ra q u ie n aparecen com o la d i­
ferencia q u e c u a d ra la c u e n ta d e p é rd id a s y ganancias.48
E l carácter re sid u a l d e los beneficios es fácil d e p e rc ib ir e n u n a activ id ad
in d u stria l, dad as las características d e la fu n c ió n d e p ro d u cc ió n an te s ex a m in a­
das. Supóngase q u e u n a m á q u in a , asociada a la c a n tid a d re q u e rid a d e trab a jo ,
com o hipótesis 100 h o m bres-año, rin d e n x ooo u n id a d es d e p ro d u c to d u ra n te el
m ism o p erío d o . Supóngase q u e el em p resario (y p ro p ie ta rio ) gasta en salarios
500 u n id a d e s d e su p ro d u cció n ; le q u e d a rá u n ben eficio d e 500 un id ad es. Si los
salarios se elevan a 600 u n id ad es, e l ben eficio q u e d a rá re d u c id o a 400 u n id ad es.
E l ejem p lo a n te rio r sugiere q u e los beneficios y, p o r consiguiente, la tasa d e
beneficio (beneficios sobre c a p ita l), estarán vinculados a los salarios; en alg u n a
fo rm a d e p e n d e rá n d e l n iv e l d e la tasa de salario. U n a com p ren sió n m ás p re ­
cisa d e la re la c ió n q u e existe e n tre tasa d e beneficio y d e sa lario exige p e n e tra r
en v arios in stru m e n to s d e análisis y e n la fo rm a d e o p e ra r d el m ecanism o eco­
nóm ico e n su c o n ju n to . S in em bargo, la am p liació n d e d ic h o ejem p lo p o d rá
a c la ra r en b u e n a m e d id a p o r q u é, según R icardo, la tasa d e salario te n d e rá a
su b ir y en consecuencia, la tasa d e b en eficio te n d e rá a b a ja r.
S upóngase u n a eco n o m ía d e cam b io d o n d e se p ro d u c e n u n b ie n agrícola y
u n b ie n in d u stria l, en las condiciones técnicas d e p ro d u cció n an tes indicadas.
Supóngase q u e los precios relativ o s (valores) d e los bienes son p ro p o rcio n ales
a la c a n tid a d d e tra b a jo e m p le a d a en p ro d u cirlos. S upóngase q u e los salarios,
en térm in o s d e b ien es agrícolas, se m a n tie n e n al nivel d e subsistencia.
E n u n m o m e n to d e te rm in a d o las condiciones son tales q u e la em presa in ­
d u stria l d e l e je m p lo a n te rio r p a g a salarios p o r u n v a lo r d e 500 u n id a d es del
b ie n in d u stria l, q u e d a , pues, u n b eneficio d e o tras 500 un id ad es. A dm ítase a
c o n tin u a c ió n q u e la sociedad acu m u la, a la p a r q u e la p o b lació n crece y es em ­
p lead a p ro p o rc io n a lm e n te a la acu m u lació n realizada; significa esto q u e en u n
segu n d o m o m e n to h a b r á m ás em presas (o m ayores em presas) in d u striales y
agrícolas. E n las in d u striales, p u esto q u e h ay re n d im ie n to s constantes a escala,
la c a n tid a d d e tra b a jo im p lic a d a e n u n a u n id a d d e p ro d u c to n o h a b rá variad o ;
p e ro e n las agrícolas la c a n tid a d de tra b a jo co n te n id a en u n a u n id a d d e p ro ­
48
ibid., p p .
658 - 65 J .
EL PENSAMIENTO CLASICO
**9
d u c to h a b r á a u m e n ta d o p u esto q u e e n este sector o p e ra n los re n d im ien to s
decrecientes.
C om o los precios relativ o s so n p ro p o rcio n ales a la c a n tid a d d e tra b a jo , en
el segundo m o m en to h a b r á n v a ria d o a fav o r d e la ag ric u ltu ra . E n o tra s p a la ­
bras, si los salarios, q u e se d e stin a n a c o m p ra r b ienes agrícolas, in su m ía n e n la
h ip o té tica em presa 500 u n id a d e s d e p ro d u c to in d u stria l, d e b e rá n in su m ir en
la n u ev a situ ació n , p a ra c o m p ra r la m ism a c a n tid a d d e u n p ro d u c to agrícola
encarecido, m ás d e 500 u n id a d e s d e b ienes in d u striales, digam os 600 u n id ad es.
L os beneficios d e la em p resa se re d u cen , pues, a 400 u n id a d es, q u e sobre u n
v alo r in v a ria b le d e los bienes d e c a p ita l (se su p o n e q u e la p ro d u c ció n d e los
bienes d e c a p ita l re q u ie re la m ism a c a n tid a d d e tra b a jo ) re su lta n e n u n a tasa
de beneficio m e n o r q u e antes.
Si se acep ta q u e la co m p eten cia ig u a la d ic h a tasa en todas las actividades y
em presas, se concluye q u e la tasa d e ben eficio d e la econom ía será m en o r e n el
segundo m o m en to . A sim ism o, a d m itid o q u e este proceso se re p ite , se concluye
q u e la tasa d e ben eficio te n d rá u n a te n d e n c ia d ecreciente.
iv] El resultado del mecanismo económico
Los ítem s q u e an te c e d en p e rm ite n h a c e r u n a p rim e ra descripción d el desenvolvi­
m ie n to d e l sistem a económ ico, ta l com o lo concibe R icard o .
T e n ie n d o e n c u e n ta la fu n c ió n d e p ro d u cció n (ítem 1), se co m prende q u e
el crecim ien to d e l p ro d u c to d e p e n d e d e l a u m e n to d e la d o ta c ió n d e factores, si
se considera q u e la d o ta c ió n d e tie rra es fija, p a ra q u e el p ro d u c to a u m en te se
re q u ie re q u e a u m e n te n la c a p acid ad in sta la d a y la m a n o d e o b ra em pleada;
con tecnolo g ía co n stan te, c a p ita l y tra b a jo se c o m b in a n e n pro p o rcio n es fijas,
de d o n d e se d eriv a q u e el crecim ien to d e l p ro d u c to estará co n d icio n ad o p o r la
acu m u lació n , la q u e a su vez d e p e n d e d e l ingreso n e to y d e la tasa d e b en efi­
cio (ítem 2); com o ésta tie n d e a decrecer, d e b id o a l alza d e los salarios (ítem 3),
cu an d o alcance el v a lo r d e cero y / o valores m u y bajos q u e n o com pensen el
riesgo d e la inversión, cesarán la a c u m u lació n y el crecim iento. L a econom ía
llegará, pues, a u n estado estacionario.
C om o se ve, el a rg u m e n to h a sid o d esarro llad o a contrario sensu; se tra ta
h asta el m o m e n to d e p e rc ib ir q u e la p resió n d e u n a p o b lació n creciente sobre
u n sector agrícola q u e p ro d u ce co n re n d im ie n to s decrecientes hace q u e se re ­
q u ie ra cada vez m ás tra b a jo p a ra o b te n e r u n id ad es adicionales d e alim entos. E l
alza co nsig u ien te d e los salarios in flu y e sobre los beneficios, co m p rim ie n d o
la tasa d e b eneficio h a sta u n n iv el ta l q u e cesa la acu m ulación.
P e ro e l m ecanism o económ ico a través d el cu al la econom ía llega a u n esta­
do estacio n ario n o h a sid o ex am in ad o . Su ex am en re q u ie re , com o paso previo,
la consideració n de los in stru m e n to s d e análisis d e R ic a rd o q u e a ú n n o se h a n
te n id o e n cu en ta, a sab er: la te o ría d e l v a lo r y d e l d in ero , la te o ría de la p o b la ­
ción y d e los salarios, y la te o ría d e la re n ta d e la tierra .
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONOMICO
120
b] Segunda presentación
i] Los demás instrumentos de análisis de Ricardo
a) La teoría del valor y del dinero. Los clásicos, to m a n d o a J . S. M ^ l com o u n a
o p in ió n re p resen tativ a,4® e n te n d ía n q u e e l v a lo r es la razó n d e cam b io e n tre dos
bienes. Su con cep to de v a lo r es, pues, p erfectam en te sim ilar a l co ncepto m o d er­
n o d e p recio relativo.
P a ra R icard o , lo q u e re g u la los precios relativos d e los bienes es la c a n tid a d
d e tra b a jo re q u e rid a p a ra su p ro d u cció n . M ás precisam ente, concluye q u e, en
condiciones d e co m p eten cia y a la rg o plazo, los precios relativos se a ju sta n de
ta l fo rm a q u e la razó n d e c am b io e n tre los bienes es p ro p o rc io n a l a la c a n tid a d
d e tra b a jo in su m id a e n la p ro d u c c ió n d e la u n id a d m a rg in a l d e cad a u n o d e
ellos.
R ic a rd o to m ó esta te o ría d e A d a m S m ith . Según S ch um peter, S m ith presen­
ta tres teorías d e l v alo r: la d e la c a n tid a d d e tra b a jo , la d e la d esu tilid a d d el
tra b a jo y la d e l costo d e p ro d u cció n . A p esar d e q u e esta ú ltim a es la m ás refin a­
d a, R ic a rd o a d m itió q u e es ap licab le la reg la según la c u a l la c a n tid a d d e tra ­
b a jo g o b ie rn a e l v alo r, al m enos com o a p ro x im ació n , n o sólo a u n a econom ía
d o n d e el tra b a jo es el ú n ic o fa c to r lim ita d o — caso q u e ilu stra el fam oso, ejem ­
p lo d e S m ith d e los cierro s y castores— sin o ta m b ié n a las econom ías m ás com ­
plejas, d o n d e la tie rra es escasa y se u san bienes d e c a p ita l e n la producción.
N o se tra ta d e d is c u tir a q u í la validez d e esta teo ría. P e ro a u n ad m itie n d o
q u e el v a lo r d e u n b ie n es p ro p o rc io n a l a la c a n tid a d d e tra b a jo in su m id a en
p ro d u c irlo , q u e d a e n p ie el p ro b le m a d e m ed ició n d e l valor. P u esto q u e el va­
lo r es u n a razón, los au to res e n g en eral reconocen q u e el v alo r d e cam b io (precio
relativ o ) de u n b ie n n o p u e d e serv ir d e standard in v a ria n te p a ra m e d ir las va­
riacio n es en los valores d e cam b io d e o tro s bienes; R ic a rd o ta m b ié n lo recono,
ce. M ás a ú n , critica a A d am S m ith p o r h a b e r elegido el tra b a jo com o m edida
del v a lo r (m ás p recisam en te, la c a n tid a d d e tra b a jo q u e se p u e d e co m p ra r con
u n b ien, lo q u e d ifie re d e la c a n tid a d d e tra b a jo co n ten id o ), p u e sto q u e el tra ­
bajo es u n b ie n com o tan to s otros.
S in em bargo, su te o ría d e l v a lo r tra b a jo lo h a b ilita p a ra e n c o n tra r este
standard in v a ria n te : si el v a lo r d e u n b ie n lo d e te rm in a la c a n tid a d d e tra b a jo
in su m id a en p ro d u c irlo , se tr a ta d e e n c o n tra r u n b ie n cuyos re q u erim ien to s d e
m a n o de o b ra n o cam b ien (o casi n o cam bien) con el tiem po. “D ebe e n te n d e r­
se q u e las lib ras y chelines d e sus ejem plos nu m érico s h acen el p a p e l d e ta l
m ercancía.” 50
Es q u e R ic a rd o , com o los p rin cip ales clásicos, a p lica al p ro b le m a d e l valor
de la m o n ed a (al p ro b le m a d e su p o d e r d e com pra) la te o ría g en eral d e l valor.
Se e n tie n d e enton ces q u e la m o n e d a te n d rá ta m b ié n u n “p recio n o rm a l” a largo
plazo, d e te rm in a d o p o r e l costo e n tra b a jo p a ra p ro d u c ir (u o b te n er) los m e­
tales preciosos.
Se ve, pues, q u e, d e n tro d e la concepción d e R icard o , los bienes a d q u ie re n
49 Ibid., p. 589.
6 0 Ibid., p. 59 1.
EL PENSAMIENTO CLASICO
181
valo r abso lu to .31 E n efecto, si u n a lib r a vale (es p ro d u c id a p o r) 10 horas-hom ­
bre y u n b ie n c u a lq u ie ra vale 100 lib ras, d ic h o b ie n vale a su vez i ooo horasho m b re. Estos valores absolutos d e los bienes — 100 lib ras o i ooo horas-hom bre
en n u e s tro ejem plo— p u e d e n crecer o d ecrecer sim u ltá n ea m e n te, c o n d ic ió n sui
generis p a r a los precios relativos; d ic h a im p o sib ilid ad n o se a trib u y e a estos
precios, sin o a las razones de cam bio.
L a p a la b ra p recio te n d rá , pues, p a ra lo q u e sigue, este sen tid o preciso: p re ­
cio n o rm a l o a la rg o plazo, e q u iv a le n te d e v alo r. T a l e q u iv a len cia exp resad a
e n otros térm inos, significa a d m itir e l su p u esto q u e “a m e d id a q u e la econom ía
se d esarro lla y crece el p ro d u c to n acio n al, n o v a ria rá n los precios m o n e tario s de
aquellos b ien es cuyos re q u e rim ie n to s d e tra b a jo p o r u n id a d d e l b ie n p e rm a n e ­
cen constan tes. Los precios m o n etario s d e los b ienes cuyos re q u erim ien to s de
tra b a jo p o r u n id a d d e l b ie n a u m e n ta n o se re d u c e n v a ria rá n p ro p o rc io n alm en te
al cam b io e n sus re q u e rim ie n to s d e tra b a jo ”.52
L a ad m isió n d e ta l su p u esto n o significa ig n o ra r la in flu e n c ia d e la c a n tid a d
d e d in e ro sobre los precios m o n e ta rio s d e los bienes. E n efecto, R ic a rd o ad o p ta
u n a fo rm a d e la te o ría c u a n tita tiv a d e l d in e ro q u e, p a ra nuestros propósitos, se
p u e d e sin tetizar así: “e n p rim e r lu g a r [adm ite] q u e la c a n tid a d d e d in e ro es u n a
variable in d e p e n d ie n te , en p a rtic u la r, q u e la m ism a v a ría in d e p e n d ie n te m e n te
d e los precios y d e l v o lu m e n físico d e las transacciones; e n seg u n d o lu g ar, q u e
la velocidad d e circu lació n es u n d a to in stitu c io n a l q u e n o v a ría o v a ría m uy
len tam e n te , p e ro qu e, d e c u a lq u ie r m an e ra , es in d e p e n d ie n te d e los precios y
del v o lu m e n d e transacciones; en te rc e r lu g ar, q u e las transacciones — o m e jo r
dich o , la p ro d u c c ió n — n o está n relacio n ad as a la c a n tid a d d e d in e ro , y sólo
d e b id o a l azar am bas v a ria rá n ju n ta s ; e n c u a rto lu g a r, q u e las variaciones e n la
c a n tid a d d e d in e ro , salvo q u e sean ab sorbidas p o r variaciones e n la p ro d u cció n
[que se den] en la m ism a d irección, a c tú a n m ecánicam ente sobre todos los p re ­
cios, in d e p e n d ie n te m e n te d e cóm o u n a elevación e n la c a n tid a d d e d in e ro es
usad a y co n q u é sector d e la eco n o m ía se co m u n ica e n p rim e r l u g a r . . . y
an álo g a m e n te e n relació n a u n a d ism in u c ió n ”.58
A d m itie n d o esta teo ría, p a ra su p o n e r q u e los precios monetarios d e los bie­
nes v a ría n p ro p o rc io n a lm e n te a l cam b io en sus re q u e rim ie n to s d e tra b a jo , se
d e b e rá a d m itir, a fortiori, q u e la c a n tid a d d e d in e ro v a ría e n la m e d id a nece­
saria p a ra q u e e llo suceda,54 p u esto q u e la p ro d u cc ió n d e bienes y d e m etales
preciosos n o están relacio n ad as e n tre sí (sólo d e b id o a l azar am bas v a ria rá n
ju ntas).
E n síntesis, R ic a rd o a d m ite q u e e l v a lo r d e u n b ien , cuya im agen ex acta es
e l p recio n o rm a l (o a la rg o plazo), es p ro p o rc io n a l a la c a n tid a d d e tra b a jo
in su m id a en p ro d u c irlo . C o n e l fin d e d e sc rib ir q u é sucede d e l la d o d e la eco­
n om ía, ig n o ra n d o q u é sucede d e l la d o m o n e ta rio , a d o p ta u n a te o ría d el d in e ro
y los supuestos adicionales re q u e rid o s p a ra q u e los precios m o n etario s re p re ­
sen te n ex actam en te a los valores d e los bienes.
tu ib id ., p. 59 1.
5 2 G . M eier y R . B aldw in, op. cit., p. 29.
6 3 J . A. Schumpeter, op. cit., p. 703.
6 4 G . M eier y R . Baldw in, op. cit., p. 29.
122
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
(3) La teoría de la población y de los salarios. Los dos in stru m e n to s d e análisis
utilizad o s d u ra n te el p e río d o clásico p a ra la ex p licación de los salarios aparecen
en R ic a rd o . Ellos son: e l teo rem a d e l m ín im o d e subsistencia a largo plazo, y
la d o c trin a d e l fo n d o d e salarios p a ra las desviaciones a co rto plazo.
E n c u a n to a l m ín im o d e subsistencia, cabe observar e n p rim e r lu g a r q u e e n
rig o r n o se tra ta d e u n a te o ría , en e l se n tid o d e l análisis fu n d a m e n ta l d e l fenó­
m eno , sino m ás b ie n d e u n teo rem a de eq u ilib rio . O , com o dice S chum peter,55
n o se tra ta d e u n a te o ría p o rq u e to d a te o ría q u e b u sq u e e x p lic ar los salarios
re q u ie re a p e la r al in s tru m e n ta l de o fe rta y d em an d a. Y los ricard ian o s n o in ­
cluyero n este in stru m e n ta l e n la ex p licació n d e los normáis a la rg o plazo, a u n ­
q u e sí h ic ie ro n q u e los precios fu e ra n ex p líc ita m en te d ete rm in a d o s a co rto p la ­
zo p o r este m ecanism o.
R ic a rd o ad m ite, pues, q u e a larg o p lazo la tasa d e salario tie n d e a l m ín im o
de subsistencia. M ás a ú n , sucede q u e R ic a rd o ad v ierte q u e si n o acep ta q u e los
salarios tie n d e n h a c ia a q u e l “p recio necesario q u e p e rm ite a los tra b a ja d o re s .. .
su b sistir y p e rp e tu a r s u raza, sin in c re m e n to n i d ism in u c ió n ”, 56 el niv el d e sa­
larios a larg o p lazo se h ace in d e te rm in a d o .57 C om o u n a exigencia de su análisis
se ve llev ad o a reco n o cer q u e, a la rg o plazo, la tasa d e salarios tie n d e al m ín i­
m o d e subsistencia, d e fin id o com o e l n iv el d e salarios (w) c o m p a tib le con u n a
p o b la c ió n constante, esta te n d e n c ia se ju stific a p o r el h ec h o d e q u e to d a tasa d e
salario su p e rio r h ace crecer la p o b lació n , lo q u e a su vez tie n d e a d e p rim ir
n u ev am en te los salarios, e inversam ente.
R e sta p re g u n ta r q u é tasa es ésta y e n q u é u n id a d es se expresa. A l respecto
R ic a rd o parece h a b e r e n te n d id o q u e u n m ín im o físico d e subsistencia, com pues­
to p o r w age goods, es in so sten ib le, te n ie n d o e n cu e n ta los hechos. A d m ite entonces q u e la te n d e n c ia es h a c ia u n “m ín im o social d e subsistencia” , concepto
q u e to m a de T o rre n s, p a ra q u ie n este m ín im o significa “ u n a d e te rm in a d a ” can­
tid a d d e bienes esenciales y o b jeto s q u e, p o r la n atu ra le z a d e l clim a y h áb ito s
d el país, son necesarios p a ra m a n te n e r a l tra b a ja d o r” .58 E l m ín im o d e subsisten­
cia d ep e n d e , pues, d el clim a y h á b ito s d e l p aís considerado, y tie n d e a crecer
a través d e l tiem po. Sin em bargo, p a ra p erío d o s su ficien tem en te cortos, p u e d e
expresarse en térm in o s físicos y trad u cirse en u n a canasta d e bienes agrícolas.
E n lo q u e se refiere a l co rto plazo, R ic a rd o y sus seguidores a d o p ta ro n u n a
fo rm a especial d e l in s tru m e n ta l d e o fe rta y d em an d a, la d o c trin a d e l fo n d o d e
salarios.
E n re a lid a d , ésta es u n a fo rm a su m a m e n te b u rd a d e l in stru m e n ta l d e
o fe rta y d em an d a, y se p u e d e e n u n c ia r com o sigue: se su p o n e q u e a corto
plazo h a y u n solo tip o d e tra b a jo d e c a lid a d h o m ogénea y c a n tid a d fija, es
decir, q u e n o h ay e n tra d a s n i salidas d e la fuerza d e tra b a jo p o r variaciones
en las edades lím ite o hechos sem ejantes; adem ás, q u e todos los obreros q u e
co m po n en la fuerza d e tra b a jo ofrecen e l to ta l d e sus servicios c u a lq u ie ra q u e
«> J . A . Schumpeter, op. cit., p. 663.
86 D. Ricardo, op. cit., p. 7 1.
6 7 J . A. Schumpeter, op. cit., p. 664.
5 8 R . Torrens, Essay on the E xtern al C om Trade, 18 15 , pp. 58-63; a pu d J . A . Schumpeter,
op. cit., p. 665.
EL PENSAMIENTO CLÁSICO
i¡¡3
sea la tasa d e salario. O d ic h o e n o tro s térm in o s: la o fe rta d e tra b a jo es p er­
fectam en te inelástica.
D el la d o d e la d e m a n d a , a co rto plazo, o m ás precisam ente, a n te u n a d e­
cisión co n creta de p ro d u c ir, el em p resario n o hace sino g astar en salarios u n a
sum a fija (“u n a su m a e n té rm in o s reales”); en el m o m e n to d e to m a r d icha
decisión, el e m p resario n o p u e d e g astar m ás q u e esa sum a y, adem ás, se supone
q u e n o g a sta rá m enos, p o rq u e n o d e ja rá c a p ita l ocioso.
P u esto q u e e n u n m o m e n to d e te rm in a d o la c a n tid a d d e tra b a jo es u n
d a to (E), p u e sto q u e la su m a a g a sta r en tra b a jo ta m b ié n es u n d a to (F) y
puesto q u e e n e q u ilib rio o ferta y d e m a n d a vd e b e n igualarse, se tie n e u n a
ecuación q u e d e te rm in a la tasa m e d ia d e salario:
E sta tasa es la ú n ic a q u e e q u ilib ra a co rto plazo el m ercado d e tra b a jo ; si
la tasa efectiva fuese m ay o r h a b ría desem pleo, y si fuese m e n o r h a b ría de­
m an d a insatisfecha.
D esde lu eg o q u e esta d o c trin a n o describe e l m ecanism o d e ajuste; h ay q u e
con sid erar u n a serie d e decisiones d e los em presarios (períodos de m ercado)
en las cuales el fo n d o d e salarios y la fuerza d e tra b a jo n o v arían , y al cabo
d e las cuales la tasa d e salario se a ju sta a la m a g n itu d necesaria p a r a q u e haya
e q u ilib rio a co rto plazo. E n o tras p a la b ra s la expresión W =
ta u n a co n d ició n d e e q u ilib rio , y n o u n a d efin ición.
£
-represen-
y) La teoria de la renta de la tierra. D e ac u e rd o con las ideas d e R icard o ,
la re n ta de la tie rra nace d e u n a circu n stan cia básica: su escasez. Se p u ed e
co m p re n d e r fácilm en te esta te o ría p a rtie n d o d e la hipótesis d e q u e la tie rra es
a b u n d a n te , p o r co n sig u ien te sólo se o cu p a n tierras d e p rim e ra c a lid ad (tipo
A); estas tierras, a l co m binarse con u n a u n id a d d e c a p ital-trab a jo , rin d e n
10 tonelad as p o r h a d e p ro d u c to . Supóngase q u e el p recio d e l b ie n agrícola
sube, d e ta l m a n e ra q u e se o c u p a n tierras d e tip o B; el n u ev o p recio será
tal que, c u ltiv a n d o estas tierras, q u e rin d e n só lo 9 to n elad as p o r h a, se logra
p a g a r e x actam en te la re m u n e ra ció n d e m ercad o al c a p ita l y a l tra b a jo .
Los em presarios q u e o c u p a n las tierras d el tip o A g a n an , pues, en estas
condiciones, u n “ex ced en te” d e l m o n to d e u n a to n e la d a p o r ha. Sin e m b ar­
go, los nuevos em presarios, co m p itie n d o p o r las tierras m ejores, ofrecerán
p a g ar u n a re n ta a los p ro p ie ta rio s, d e tal, fo rm a q u e este excedente será fi­
n a lm e n te tran sferid o a la clase ociosa d e los terraten ien tes.
E l d escrito es el d e n o m in a d o “caso d e l m arg en extensivo” . M u estra cóm o
se o rig in a la r e n ta p o r e l h e ch o d e te n e r q u e c u ltiv a r tierras cad a vez m enos
fértiles. P e ro ta m b ié n se p u e d e c o n stru ir u n ejem p lo sencillo p a ra ilu stra r
el “caso d e l m a rg e n in ten siv o ” ; e n este caso m u estra cóm o ta m b ié n se o rig in a
u n a r e n ta p o r el h echo de te n e r q u e a p lic a r cad a vez m ás u n id a d es de ca­
p ita l-tra b a jo a u n a d o tació n fija d e tie rra .
L a r e n ta aparece, pues, com o el p ag o h echo a los terra ten ien tes, pago q u e
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONOMICO
184
ig u a la la tasa d e beneficio d e los em presarios, en el em p leo d e u n id a d e s ig u a­
les d e c a p ita l-trab a jo e n tie rra s d e calidades diversas,®9 o b ien e n tierras d e
la m ism a calidad.
ii] El mecanismo económico a largo plazo
E l o b je tiv o d e este íte m es m o stra r cóm o las teorías parciales q u e se acaban
d e d e sc rib ir son piezas d e u n a sola te o ría g eneral, te o ría ésta d e stin a d a a ex ­
p lic a r e l fu n c io n a m ie n to d e l sistem a económ ico a larg o plazo, el ca m in o q u e
recorre a través d e l tie m p o y su aju ste fin a l a u n a situ ació n estacionaria.
C o m o éste es u n proceso d e aju ste d in ám ico , c a p ta rlo n o es d e n in g u n a
m a n e ra sim ple. C on v ien e entonces co n ceb ir e l fu n c io n a m ie n to d e u n a eco­
n o m ía h ip o té tic a y sim p lificad a, esto es, d e scrib ir ta l aju ste m e d ia n te u n
ejem p lo n u m érico re la tiv o a u n a eco n o m ía su m am en te sencilla.
Se h a cu idado, sin em b arg o , q u e e n ta l ejem p lo estén in clu id as todas las
teorías parciales a q u e an tes se h izo referen cia. P o r o tra p a rte , algunas d e las
sim plificaciones se e lim in a n e n el ítem 7, d e fo rm a ta l q u e el m ecanism o eco­
nóm ico q u ed e fin a lm e n te d escrito d e ac u e rd o con la concepción d e R icard o .
Se su p o n e la existencia d e u n a econom ía co m p u esta p o r los sectores in ­
d u stria l y agrícola, e n cuya a ctiv id ad p ro d u c tiv a se u tiliz a n tres factores:
tra b a jo (L), d e calid ad h om ogénea; tie rra (T ), d e c a lid a d h o m ogénea y can­
tid a d lim ita d a ; y c a p ita l (K), com puesto ú n ic a m e n te p o r c a p ita l circu lan te,
el q u e g ira u n a sola vez p o r p erío d o .
A cerca ¿ e l u so d e l tra b a jo , las funciones d e p ro d u c ció n d e am bos sectores
son las q u e siguen:
Pt =
10
Pa =
10
La0-5;
d o n d e P f expresa la c a n tid a d p ro d u c id a d e l b ie n in d u stria l; P a la c a n tid a d
p ro d u c id a d e l b ie n ag ríco la (o b ie n índices d e la p ro d u c c ió n d e esos dos sec­
tores): y d o n d e L ( y L a ex p resan , respectivam ente, la c a n tid a d d e tra b a jo
em plead o e n la in d u s tria y en la a g ric u ltu ra , m e d id a e n hom bres-año u o tra
u n id a d a rb itra ria .
A dem ás, se su p o n e q u e la econom ía se e n c u e n tra en u n estado estacionario,
en e l cu al la tasa re a l d e salarios (w) está al niv el d e subsistencia y es d e
0.2 u n id ad es d e l b ie n agrícola, y e l em p leo e n la a g ric u ltu ra es d e 400 u n i­
dades d e tra b a jo (La — 400).
Estos d ato s y supuestos básicos, co m binados a lo p o stu la d o p o r las d i­
versas teorías parciales ya ex am in ad as, p e rm ite n calcu la r los valores d e e q u i­
lib rio q u e to m an las variab les d e la econom ía considerada:
G. Meier y R. Baldwin, op. cit.t p. 30.
EL PENSAMIENTO CLASICO
«5
VARIABLES Y /O
DATOS
Periodo
Pa
200
Pa
.4
Pi
10
0.2
fe
400
la
La
1
r
u n id a -
0.8
0.25
des d e
320
Pa
R
80
400
Pa
L a o b ten ció n de dichos valores d eriv a d e las siguientes consideraciones:
a) L a v a ria b le L a -(em pleo en la a g ric u ltu ra ) es tra ta d a com o u n d a to ; se
sabe q u e , e n u n a situ ació n in ic ia l de e q u ilib rio a la rg o plazo (estado
estacionario), el em p leo en la a g ric u ltu ra es' de 400 u n id a d e s d e tra b a jo
(La — 400). H a b id a c u e n ta la fu n c ió n de p ro d u cció n de este sector, la
p ro d u c c ió n será d e 200 u n id a d e s de b ienes agrícolas (Pa = 200).
b) C om o se sabe, los precios n o rm ales serán p ro p o rcio n ales a la c a n tid a d
de tra b a jo u tiliz a d a en la p ro d u c c ió n d e la u n id a d m a rg in a l d e cada
b ien.
E l p recio d e l b ie n in d u s tria l (o el ín d ice d e precios d e la p ro d u cc ió n
d e este sector) será pt = 10, ya q u e, d e acuerdo a la fu n c ió n d e p ro ­
d u cció n respectiva, se re q u ie re n 10 u n id a d es de tra b a jo p a ra p ro d u c ir
u n a u n id a d c u a lq u ie ra d e d ic h o b ien .
(P< =
Li
10
.". p a ra Pt — i ,L { = 10)
E l p recio d e l b ie n agrícola (o e l ín d ic e d e precios d e la p ro d u cció n
d e este sector) será pa = 4. E n efecto, la c a n tid a d d e tra b a jo u tiliz a d a
e n la p ro d u c c ió n d e la u n id a d m a rg in a l d e d ich o b ie n esta rá d a d a p o r
P a ra P<¡ = 200; este v a lo r es d e 4 u n i­
el v a lo r de la d e riv a d a
d ades d e tra b a jo
5 Pa
bLa ~
0
10 • 0.5 _ 5 _ 1
L a 0.5 — 20 — 4
.
8L„
8 Pa
c) E l sa la rio de subsistencia, o salario d e e q u ilib rio a largo plazo, ta m b ié n
es tra ta d o com o u n d a to (51 = 0.2). Se sabe, pues, q u e los asalariados
está n g a n a n d o 0.2 u n id a d e s d el b ie n agrícola com o re m u n e ra c ió n a n u a l
(o p o r p eríodo).
P o r d efin ició n , la tasa n o m in a l de salarios es el p ro d u c to d e esta tasa
re a l p o r el p recio d e los b ienes q u e, e n u n se n tid o físico, co m ponen
la re m u n e ra ció n d e los tra b a ja d o res. Se te n d rá , pues, q u e W = 0.8, pues­
to q u e W = w • pa = 0.2 • 4 =r 0.8 u n id a d e s m onetarias.
D e d o n d e se d e sp ren d e ta m b ié n q u e el m o n to to ta l d e salarios paga­
dos e n la a g ric u ltu ra será d e 320 u n id a d e s m o n e taria s (S„ = 320), ya q u e
La • W — 400 • 0.8 = 320.
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
d) Se a d m ite q u e la co m p eten cia h a ig u a la d o la tasa d e beneficio e n todas
,
las actividades y em presas q u e co m p o n en el sistem a económ ico. P o r lo
ta n to , p rev alecerá en la ac tiv id a d in d u stria l la tasa d e b en eficio d e
la econom ía en g en eral. E l b eneficio p o r u n id a d d e p ro d u cció n in d u s­
tr ia l es, p o r d efin ic ió n , la d iferen cia e n tre el in g reso p o r u n id a d y el
gasto p o r u n id a d . E n la a ctiv id ad in d u s tria l te n d rá el v a lo r d e Pt — 10
W = 10 — i o - o . 8 = 2. A d m itid o el supuesto q u e sólo se o p era con
c a p ita l c irc u la n te (fondo d e salarios), y q u e éste g ira u n a vez p o r período, se re q u e rirá m a n te n e r com o existencias la c á n tid a d d e 10 • W = 10
• 0.8 = 8 u n id a d e s m o n e ta ria s p o r u n id a d p ro d u c id a . A dem ás, con­
sid e ra n d o el carácter lin e a l d e la fu n c ió n d e p ro d u c ció n d e la in d u s­
tria , se d e riv a q u e es in d ife re n te ca lc u la r la tasa d e beneficio d e d ic h o
secto r com o e l cociente e n tre beneficios to tales y c a p ita l to tal, q u e
com o el cociente e n tre ben eficio p o r u n id a d so b re c a p ita l p o r u n id a d .
L a tasa d e b en eficio q u e p rev alecerá e n u n a situ ació n d e e q u ilib rio
com o la q u e se e x a m in a q u e d a , pues, d eterm in ad a :
2
r = — = 0.25
8
0
Ba
e) P a ra la a g ric u ltu ra , se c u m p lirá q u e — — = 0.25. O sea, el m o n to to-
A®
ta l d e beneficios q u e o b te n g a en esta a ctiv id ad (B a), d iv id id o p o r el
c a p ita l u tiliz a d o e n la m ism a (Ka), será ig u a l a la tasa d e b en eficio d e
e q u ilib rio (r = 0.25) d e la econom ía. P o r o tro lado, se sabe q u e el
m o n to de salarios pagados a los o b reros agrícolas es d e Sa = 320 u n id a ­
des m o n etarias. C om o, p o r hipótesis, la econom ía sólo o p e ra con ca­
p ita l c irc u la n te q u e g ira u n a vez p o r p eríodo, este m o n to o m asa de
salarios será ig u a l a l fo n d o d e salarios q u e, a su vez, es to d o el c a p ital
em pleado. E l c a p ita l to ta l d e la a g ric u ltu ra es, pues, K a — 320 u n id a ­
des m onetarias.
Se sigue q u e e l flu jo a n u a l d e beneficios generados e n este sector
es de Ba = K a • r = 320 • 0.25 = 80 u n id a d es m onetarias.
f) L a ecuación d e b alan ce Pa • p9 = Sa -|- Ba R sin tetiza los flu jo s d e
ingresos y gastos d e la ac tiv id a d ag rícola com o u n to d o . E l p rim e r
m iem b ro re p re se n ta el to ta l d e los ingresos y /o d e las ventas, y e l se­
g u n d o , los com p o n en tes d e los costos d e la p ro d u c ció n agrícola d e esta
econom ía sim p lificad a: salarios, beneficios y r e n ta d e la tie rra (R ).
L os datos ya o b ten id o s y la ecuación a rrib a e n u n c ia d a p e rm ite n , sin
m ás, calcu lar el m o n to d e d ic h a re n ta : R = .4 0 0 u n id ad es m o n etarias.
Estos valores q u e a d q u ie re n las variab les e n u n p erío d o 1, resum idos en
la p á g in a 125, co n stitu y en u n a versión co n creta d e q u é se e n tie n d e , e n la eco­
n o m ía clásica, p o r u n estad o estacionario.
L a p rim e ra característica d e ta l estado es q u e los valores m ism os d e las
variables, se su p o n e se h a n estad o re p itie n d o y se seg uirán re p itie n d o p e río d o
tras p erío d o . D ich o con o tras p alab ras: todas las variab les d e la econom ía
tie n e n u n c o m p o rta m ie n to estacionario.
EL PENSAMIENTO CLÁSICO
1*7
E ste carácter d e l c o m p o rta m ie n to su p u esto p a ra las diversas variables d e­
riv a d e l h ech o d e q u e el estad o estacio n ario se concibe com o u n a situ ació n de
e q u ilib rio a co rto y a la rg o plazo.
E l p recio d e l b ie n agrícola pa = 4, p o r ser u n p recio d e e q u ilib rio a
co rto plazo, e n el sen tid o clásico (y ta m b ié n u sual) d e la te o ría económ ica,
hace q u e la o fe rta agrícola d e 200 u n id a d e s p o r perío d o , sea exactam en te
ig u al a las ventas d e las em presas agrícolas, esto es, q u e sea ex actam en te ab ­
so rb id a p o r la d e m a n d a . T a m b ié n p o r su p a rte el p recio d e l b ie n in d u s­
tria l p t = 10, es u n p recio de e q u ilib rio a c o rto plazo. A m bos son precios
norm ales, o d e e q u ilib rio a la rg o plazo, p u e sto q u e sucesivos ajustes d e la
econom ía h a n p e rm itid o q u e e n ellos se ex p rese la ten d e n c ia n a tu ra l, es­
p o n tá n e a y necesaria, q u e los p recios d e los b ienes sean p ro p o rcio n a les a la
c a n tid a d d e tra b a jo u tiliz a d a en su p ro d u cció n .
T a m b ié n en c u a n to a la tasa d e sa la rio se observa u n e q u ilib rio a corto
y a larg o plazo. L a tasa n o m in a l d e salario, W = 0.8, asegura q u e o fe rta y
d e m a n d a d e tra b a jo se ig u a le n e n ese m ercado, o sea, u tiliz a d a la n o m en cla­
tu r a ric a rd ia n a , e l fo n d o d e salarios d e to d a la econom ía es totalmente u tili­
zado e n la c o n tra ta c ió n d e trab ajad o res; p o r o tro lad o , es d e ta l m a g n itu d
q u e se lo g ra e m p le a r a todos los tra b a ja d o res disponibles, p ag an d o a cada
u n o 0.8 u n id a d e s m o n e ta ria s p o r p erío d o .
E ste sa la rio m o n e ta rio p e rm ite a su vez q u e cada tra b a ja d o r com pre
0 .8 /4 = 0.2 u n id a d e s d e l b ie n ag ríco la (wage goods). E n esta rem u n e ra ció n
re a l se m an ifiesta el e q u ilib rio a la rg o p lazo d e l m ercad o d e tra b a jo : d e u n
la d o sien d o 0.2 u n id a d e s de Pa e l sa la rio d e subsistencia, esto es, el salario
q u e asegura q u e la p o b lació n n o v ariará, n o h a b rá cam bios e n la o fe rta d e
trab a jo ; d e o tro lad o , d ic h a tasa d e salario re a l sólo es c o m p atib le con u n a
tasa d e b eneficio ta l q u e asegure q u e n o h a b rá a cu m u lació n y, p o r esta vía,
que la d e m a n d a d e tra b a jo tam p o co v ariará.
T a m b ié n la tasa d e beneficio es d e e q u ilib rio a co rto y a la rg o plazo. A
co rto plazo p o rq u e e q u ilib ra a h o rro e inversió n , ig u alán d o lo s a l niv el d e cero;
a la rg o plazo p o rq u e d esestim u la to ta lm e n te la acu m u lació n , aseg u ran d o la
constancia e n la d o ta c ió n de recursos, la q u e a su vez se m an ife sta rá e n la
re p etició n d e flu jo s iguales d e p ro d u c c ió n e ingresos. A sí p o r ejem plo, se re ­
p e tirá p e río d o tras p e río d o u n a p ro d u cció n d e 200 u n id a d e s d e l b ie n agrícola,
y los flu jo s d e ing reso generados e n la a g ric u ltu ra d e 320, 80 y 400 u n id ad es
m onetarias, q u e se p a g a rá n , respectivam ente, a títu lo d e salarios, beneficios y
re n ta de la tie rra . D e m a n e ra sim ilar, com o c o n tra p a rtid a a u n flu jo de
p ro d u cció n in d u stria l cuyo m o n to se ig n o ra — p ues n o in te resa a los efectos de
este análisis— se g e n e ra rán en d ic h o sector flujos d e ingresos b a jo la form a
de salarios y beneficios. Se observará, fin alm en te, q u e e n el estad o estaciona­
rio la co n stan cia d e los precios asegura la co n stancia d e l p o d e r ad q u isitiv o
de los flujos d e ingresos, ya sean éstos percib idos com o salarios, beneficios
o rentas.
Q u ed a, pues, caracterizad o el estad o estacio n ario, m e d ia n te los valores q u e
to m a n las variab les d e u n a econom ía h ip o té tic a e n u n p e río d o in icia l a rb i­
tra rio , el p e río d o 1. E xcluidos los derivados d el azar, ¿qué factores p o d rá n
h a ce r q u e esa econom ía salga d e la situ a c ió n a q u e h a llegado?
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
128
D esde luego, n o se p u e d e e sp erar q u e la p o b lació n , p o r ser u n a v ariab le
en d ó g en a d e l m odelo, p u e d a o rig in a r c u a lq u ie r cam bio; e l niv el d e subsis­
ten cia d e la tasa de sa la rio asegura q u e n o a u m e n ta rá n i d ism in u irá.
E n cam bio, e l avance técnico sí p u e d e h a c e r v a ria r la situ ació n . P o r ejem ­
plo, si se a lte ra n las técnicas p ro d u ctiv as en la ac tiv id a d in d u stria l, d e ta l
m an era q u e se red u zcan los re q u e rim ie n to s d e tra b a jo , e l efecto in m e d ia to
será el a u m e n to d e los beneficios y d e la tasa d e beneficio, con el consecuente
estím u lo a la acu m u lació n .
Se p u e d e p e n sa r q u e los cam bios e n los gustos co n stitu y en o tra fu e n te de
alteració n d e la situ a c ió n an te s descrita. C am bios q u e p u e d e n entenderse
ta n to e n las preferen cias p o r los d istin to s b ienes (cam bios au tó n o m o s e n la
d em an d a), com o en las “preferen cias in te rte m p o ra les” (v . gr., m ayores deseos
de a h o rra r a u n a m ism a tasa d e beneficio).
P a ra m o v er la eco n o m ía d e la situ ació n e n q u e su p u estam e n te está, se h a
op tad o , p o r razones d e sim p licid ad , p o r este ú ltim o tip o d e m odificación. Se
a d m ite q u e la p o b la c ió n (los em presarios) se hace m ás a h o rra d o ra , decid ien d o
a u m e n ta r la cap acid ad p ro d u c tiv a estim u lad a p o r la tasa d e b en eficio d e 0.25,
q u e an tes e ra in su fic ie n te a ese efecto. E n resum en, se su p o n e q u e los em ­
presarios agrícolas decid en , d e sus beneficios d e 80 u n id a d e s m on etarias, des­
tin a r $ 5 0 .4 4 a la acu m u lació n , re tirá n d o lo s d el consum o. Es decir, q u e el
fo n d o d e salarios em p le a d o p o r este sector, q u e e n el p e río d o 1 e ra d e
F =zSa = 320, se hace, e n el p e río d o in m e d ia ta m e n te p o sterio r, d e F + AF =
320 -|- 50.44. É sta es la ú n ic a alteració n exógena q u e se p ro d u ce en la eco­
nom ía. N u ev am en te, y p a ra sim p lificar,
p o r el m o m en to se d eb e a d m itir
adem ás q ue:
i) e l tra b a jo se sigue d istrib u y e n d o , com o antes, e n tr e los dos sectores
(La — 400); y q u e
it) los precios d e los bienes n o v a ría n a co rto plazo.
C o n estos elem entos es p o sib le o b te n e r, p a ra el p e río d o 2,
las v ariab les q u e se sin te tiz a n a co n tin u a c ió n :
los valores de
VARIABLES Y /O DATOS
P e rio d o
Pa
Pa
Pi
1
400
200
4
10
2
400
200
4
10
W
0.2
u n id a ­
des d e P a
0.2 u n id a ­
d es d e P a;
0 . 0 1 2 6 1 u n i­
d ad es de P f
W
r
«a
K
R
0.8
0 .2 5
320
20
400
0 .9 2 6 1
0 .0 8
3 7 0 .4 4
2 9 .5 6
400
L a o b ten ció n d e dichos valores d eriv a d e las siguientes consideraciones:
12 9
E L P E N S A M IE N T O CLÁSICO
a) Las variables L a = 400, Pa ~ soo, pa = 4, p{ = 10 provienen directamen­
te de los supuestos relativos al período 2 antes anotados.
b) La tasa nominal de salario en la agricultura, será:
W = F + ^ - =
L„
« ^ L = 0 .9 , 6 ,
400
Cabe observar que este fondo de salarios de $ 370.44 es el empleado
por los empresarios agrícolas. Es, pues, sólo una parte de la demanda
total de trabajo, la que se vincula
con sólo una parte
de la oferta de
trabajo, aquella que es absorbida por la agricultura {La — 400). Admitir que W — 0.9261 unidades monetarias es el salario nominal de
toda la economía, implica que los empresarios industriales también
aumentaron su demanda de trabajo, y en una proporción tal que están
pagando exactamente el salario nominal de 0.9261. Ello explica, a su
vez, que el trabajo se siga distribuyendo como antes entre los dos sec­
tores: tal distribución se concibe como un resultado de la competencia
entre todas las empresas, industriales y agrícolas, en el mercado de
trabajo.
c) Admítase como elemento del razonamiento, que cada trabajador des­
tina 0.8 unidades monetarias a la compra de bienes agrícolas y 0.1261
unidades monetarias a la compra de bienes industriales. De los prime, . . , °-8
0.9261 — 0.8
ros adquirirá -------= 0.2 unidades, y de los seg u n d o s,-------------------- =
_
4
10
0.1201
= --------- = 0.01261 unidades. Si así fuese, el salario en términos reales
habrá aumentado en relación al período anterior cuando cada trabaja­
dor sólo pudo disponer de 0.2 unidades de bienes agrícolas para su
consumo.
Por otro lado, admitiendo tal hipótesis, se puede comprender qué
hay por detrás del supuesto de la invariabilidad de los precios de los
bienes en el período 2. Los trabajadores, cuando compran bienes in­
dustriales, sustituyen a los anteriores demandantes de estos bienes. La
demanda agregada por productos industriales y agrícolas en el período
2 no ha variado, razón por la cual tampoco han variado los precios
relativos. Dichos precios, que en un primer momento simplemente se
habían supuesto constantes, aparecen ahora como los precios de equi­
librio a corto plazo del nuevo período. Para simplificar, por lo tanto,
se admite que el salario monetario tuvo el poder adquisitivo antes
indicado; y esto permite explicar la constancia de los precios de am­
bos bienes.
d) Conocidos la tasa nominal de salario, el precio del bien industrial, y el
carácter lineal de la función de producción de este sector, es posible
calcular la tasa de beneficio que se obtendrá en este sector durante
el período 2, por un procedimiento análogo al seguido para calcularla
en el período 1.
El beneficio por unidad habrá sido: pi — xo • W = 10 — 0.9261 X
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L LO ECO N O M ICO
130
X 10 = o-739;
capital por unidad: 10 • W = 0.9261 X *« = 9.261: y
0-739
la tasa de beneficio: r — — g " — °-®- Suponiendo que la competencia
aún a corto plazo, iguala esta tasa en todas las actividades y empresas,
r = 0.08 habrá sido también el porcentaje de ganancias obtenido en la
economía durante el período 2.
e) El monto de salarios pagado por la agricultura (Sa — 370.44) se conoce
en virtud del supuesto que se refiere a la inversión realizada por los
empresarios agrícolas y, finalmente, el monto de los beneficios obteni­
dos en la agricultura (Ba — 29.56) y de la renta de la tierra (R — 400)
se obtienen por procedimientos análogos a los utilizados para su cálcu­
lo en el período 1.
Los valores que adquieren las variables en el período 2 caracterizan, en
conjunto, una situación de equilibrio a corto plazo. Se entiende que dicha
situación es de equilibrio porque los mercados se han ajustado, aun dentro
del período. Por otro lado, el equilibrio se considera a corto plazo porque
hay fuerzas inherentes al sistema económico que suscitarán una tendencia
al cambio. Se observa, en primer lugar, que el producto real no cambió; no
pudo cambiar porque capital y trabajo se combinan en proporciones fijas, y
la mano de obra disponible es la misma en ambos períodos. En segundo lu­
gar, se observa que el ingreso real de los terratenientes no varió de un período
al otro, mientras que el de los trabajadores aumentó y el de los empresarios
se redujo. Ello sólo constituye una razón para aguardar cambios en el pe­
ríodo inmediatamente posterior. Sin embargo, hay razones que justifican esta
tendencia al cambio, mucho más próximas al espíritu ricardiano: una, la
brusca caída de la tasa de beneficio; y la otra, la elevación de la tasa de sala­
rio por sobre el nivel de subsistencia.
La modificación de las variables económicas dependerá de la influencia
que la nueva tasa de beneficio tenga sobre la inversión, así como de la in­
fluencia que la nueva tasa de salario tenga sobre la oferta de mano de obra.
Para facilitar el análisis, supóngase que la nueva tasa de beneficio no es­
timula nuevas inversiones durante una serie de períodos, pero tampoco una
desinversión; asimismo, que el mayor poder adquisitivo de los asalariados no
influye en forma inmediata sobre la población. Pasarán, pues, una serie de
períodos durante los cuales las variables relevantes de la economía adquieran
el mismo valor que en el período 2.
Supóngase además que al cabo de cierto lapso la tasa de salario, que está
sobre el nivel de subsistencia, actúa sobre la tasa de mortalidad, de esta
manera aumenta la población y la oferta de trabajo. Mas para evitar el exa­
men de un complicado proceso de ajuste a través de varios períodos, supón­
gase que el aumento de la fuerza de trabajo es exactamente el necesario para
que la economía alcance un nuevo estado estacionario. Por hipótesis, esto
debe reflejarse en un aumento del empleo en la agricultura, que utiliza ahora
441 unidades de trabajo.
En el período final (/), las variables adquirirán los siguientes valores:
E L P E N S A M IE N T O CLASICO
13»
VARIABLES Y /O DATOS
Periodo
1
W
La
Pa
Pa
Pi
W
400
200
4
10
0.2 unida­
0.8
r
Ba
R
0.25
320
80
400
0.08
370.44
29.56
400
0.19
370-44
70-56
441
des de P0
2
400
200
4
10
0.2 unida­
des de P0; 0.9261
0.01261 uni­
dades de Pt
f
441
210
4.2
10
0.2 unida­
0.84
des de Pa
a) Dado el empleo en la agricultura registrado en el período / (La = 441),
la producción de dicho sector será durante este período de 210 unida­
des (P0 = ,2 io ).
b) En el nyevo estado estacionario, los precios estarán en su nivel “nor­
mal”; como en la industria no han variado los requerimientos de tra­
bajo por unidad de producto, el precio respectivo se conservará al nivel
anterior (p* = 10); en la agricultura, dados rendimientos decrecientes,
se requerirá más trabajo en la producción de la unidad marginal, ra­
zón por la cual el precio respectivo se elevará a pa = 4.2, es decir,
r 8 Pa __ 1 0 x 0 . 5
5
. 8 La
21
i
1 bLa L™
" 21 - - 5 Pa ~ 5 ~ 4'2 .
c) El fondo de salarios no se ha alterado desde el período 2. En la agri­
cultura, la tasa nominal de salarios estará dada por el cociente entre
el fondo de salarios utilizado en dicho sector y el empleo del mismo:
441
-------
La tasa real de salario se obtendrá dividiendo esta tasa nominal por el
promedio ponderado de los precios de los bienes que los trabajadores
adquieren. Como se supone que la economía vuelve al estado estacio­
nario en el período /, y que el salario de subsistencia no ha cam­
biado, los w a g e g o o d s serán en dicho período solamente bienes agrícolas.
_
W
0.84
P«
4-2
Se tie n e p or lo tanto, q u e w = — •— --------= 0.2.
Se ad vierte en-
tonces que los valores de W y pa son compatibles con el valor que w
( = 0.2 unidades de Pa) debe adquirir en un estado estacionario.
d) La tasa de beneficio puede calcularse por el procedimiento ya utili­
zado: en la industria, el ingreso por unidad producida será
L A T E O R ÍA D E L D E SA R R O L L O EC O N Ó M IC O
de 10 — 8.4 = 1.6 unidades monetarias. Admitido el supuesto que sólo
se opera con capital circulante, el que gira una vez por período, el
capital unitario requerido será de 0.84 X 10 = 8.4. La tasa de bene­
ficio que, dada la linealidad de la función de producción, prevalecerá
en la industria, y que, dada su igualación por la competencia, preva1.6
lecerá en toda la economía, será, pues, de r = —— = 0.19.
8.4
e) Conocida r, será fácil calcular el monto global de los beneficios obte­
nidos en la agricultura. En este sector:
B
r= — •*a
Ba = r • K a = 0.19 X 37°-44 = 7°-56
f) Finalmente, la renta de la tierra se obtiene por medio de la ecuación de
balance:
R = Pa • pa — Sa — Ba = 210 X 4.2 — 370.44 — 70.56
R = 441:
El cuadro incluido en la p. 131
contiene los valores quehan tomadolas
variables a lo largo de f periodos. En particular, sus valores en el período
f caracterizan una nueva situación estacionaria, para la cual son válidos los
mismos comentarios hechos a propósito del período 1. Lo importante ahora
no es volver sobre una descripción de las características del estado estacio­
nario, sino comprender por qué la economía tiende inevitablemente hacia tal
estado, esto es, comprender el mecanismo económico a largo plazo. Para ello
sólo son relevantes los períodos 1 y /; los períodos intermedios caracterizan
una forma de ajuste a través del tiempo muy simplificada y que se podría
alterar sin que varíe por eso lo esencial del análisis.
Comparando los valores de las variables en los períodos 1 y /, se observa
en primer lugar que la tasa de beneficio disminuyó (de un 25 % a un
10 %). Al final del período 1, como se suponía, las preferencias se alteraron
autónomamente, de tal forma que con una tasa de beneficio del 25 % se deseó
ahorrar e invertir. Pero, también por hipótesis, estas preferencias son tales
que a una tasa del 19 por ciento la acumulación ya no es deseada, por consi­
guiente cesa, cesando así el crecimiento. Este fenómeno, generalizado, explica
por qué el estado estacionario es inevitable.
Ahora bien, ¿qué hace que a largo plazo la tasa de beneficio disminuya
inevitablemente? La comparación entre los períodos 1 y / puede servimos para
obtener una explicación satisfactoria. En el primer período un empresario
determinado paga salarios que, en términos reales, son de 0.2 unidades del
bien agrícola. En el último período, los salarios que paga no han cambiado
en términos reales —si se emplea la expresión “salario real” en su acepción
moderna, esto es, como cantidad física de bienes. Pero la misma cantidad de
bienes implica en el período f más trabajo que en el período 1; su significa­
ción real —real en el sentido ricardino—, vale decir, entendida como valor o
trabajo incorporado, es ahora mayor que antes. En otras palabras, el trabajo es
más caro en el período /, puesto que cuesta más trabajo producir los bienes que
E L P E N S A M IE N T O CLASICO
»33
componen la canasta del asalariado, los bienes agrícolas. Esta alza en los
salarios (en su valor) es la que está por detrás de la caída en la tasa de
beneficio.
Pero ¿cómo se manifiesta concretamente esta alza en los salarios? ¿Cómo
determina la caída en la tasa de beneficio? Ella se expresa a través del cambio
de los precios relativos. En efecto, en el período i los precios relativos eran
— = 10-, o sea, que con una unidad de bienes industriales se compraban en
pa
4 -a
dicho período 2.5 unidades de bienes agrícolas; mientras en el período f ellos
Pi
10
son — = ----- , o sea, que la misma unidad de Pt se cambia ahora por 2.38
Pa
4-8
unidades de Pa. El efecto de este encarecimiento relativo de los bienes agríco­
las sobre la tasa de beneficio se puede advertir a través de la expresión:
pi — b • w p a
r = -—-— —
que generaliza la forma de calcular dicha tasa, ya utilizada
O * fJ) p a
varias veces. En ella,
es el ingreso por unidad de producción industrial:
b • w • p a es el gasto por unidad de Pit puesto que b es el requerimiento
técnico unitario de trabajo y que w • pa es el salario nominal; si se supone
que sólo se emplea capital circulante y que éste gira una vez por período,
b • w • pa es, simultáneamente, el capital por unidad. Puesto que el numera­
dor representa el beneficio unitario, el cociente será, pues, la tasa de beneficio.
Si entre dos situaciones de equilibrio a largo plazo no hubo cambios en
las técnicas productivas ni en el quantum físico del salario de subsistencia,
pt y w permanecerán constantes. Un incremento de pa significará, pues, una
caída de la tasa de beneficio, ya que pa está precedido de signo negativo en
el numerador y de signo positivo en el dominador de la expresión anterior.
Esto es exactamente lo que se verifica al comparar los períodos 1 y f:
10—10-0.2 - 4
to • 0.2 • 4
10—
8
n — ----------------------- =
10 —10 • 0.2 • 4.2
10 • 0.2 • 4.2
8 2
= — = 0.25
8
10 — 8.4
1.6
i = ------ = 0.19
8.4
8.4
rf = ------------------- — = —
Se ve así que la tasa de beneficio disminuye por una reducción del nu­
merador y un aumento del denominador. La primera traduce el encareci­
miento de los gastos corrientes, del contenido en trabajo de dichos gastos;
el segundo traduce un aumento de los requirimientos de capital, del valor
del capital circulante que se necesita mantener como existencia por unidad
de producto.
Desde el punto de vista analítico, el centro de la concepción de Ricardo
es su teoría de la distribución; más precisamente, su procedimiento consiste en
explicar la evolución a largo plazo del sistema económico como un corolario de
la teoría de la distribución.60 Entonces se hace necesario comprobar, fundados
en el análisis que antecede, qué cambios se verifican en la distribución del ingre­
60 D. R icardo, op. cit., preám bulo.
L A T E O R IA D E L D E SA R R O L L O EC O N O M IC O
>34
so a través del tiempo y cómo estos cambios reflejan las características y ten­
dencias del sistema económico a que acabamos de hacer referencia.
La distribución del ingreso puede ser examinada: i) desde el punto de
vista de la relación de los ingresos ganados por cada factor productivo, entre
sí o con el ingreso total; y ii) desde el punto de vista de la evolución del
monto absoluto de cada tipo de ingreso.
i)
Desde el primer punto de vista, la teoría de Ricardo hace referencia
únicamente a la relación entre beneficios y salarios. La ley establece que
dicha relación disminuirá con el proceso de crecimiento, lo que sólo es otra
forma de considerar la tendencia del sistema económico hacia §1 estado esta­
cionario. Ello se observa claramente en nuestro ejemplo simplificado pues,
como se muestra a continuación, en el mismo la tasa de beneficio representa
simultáneamente la relación beneficios/salarios.
En efecto, como se observa en la expresión incluida en la página 131 para la
tasa de beneficio (r), dicha tasa se define como beneficio por unidad producida
(numerador) sobre capital por unidad producida (denominador); pero este úl­
timo es, dados nuestros supuestos, idéntico a la masa de salarios que debe pagar­
se por unidad producida. La expresión mencionada representa entonces la
relación beneficio por unidad producida/salario por unidad producida, como
en la industria hay coeficientes técnicos fijos, representa también la relación
beneficios del sector industrial/salarios del sector industrial. ¿Representará igual­
mente la relación beneficios/salarios de toda la economía? Para ello es condición
necesaria y suficiente que la relación beneficios/salarios de la agricultura sea
idéntica a la del sector industrial. Se observa desde luego que esta igualdad se
cumple, puesto que en cualquiera de los períodos registrados en el cuadro de la
página 128
B°
— r. Lo importante, sin embargo, es percibir qué fenómeno
económico está detrás de este hecho.
En el período 1, la producción (y venta) de la unidad marginal del bien
agrícola, es decir, la producción de la unidad número 200, genera un ingreso
8La
W = 4.0.8 = 3.2 por
de 4 (puesto que p = 4) e implica un gasto d e ----------§P ^200
concepto de salarios. El capital requerido para producir esta unidad marginal
es también de 3.2. Se comprueba, pues, que al producir la unidad maiginal del
bien agrícola, se obtiene un “excedente” de 4 — 3.2 = 0.8; “excedente” que
relacionado al capital requerido en la producción de esa unidad, se obtiene
una tasa de r200 — 0.8/3.2 = 0.25.
En síntesis, se tiene que:
r 200 .
pa
*°
•W
«n
4 - 3-2
—S7------------= --------------= °-25
SP.800
8PoS0°
.w
38
Expresado de otro modo, al invertir (en salarios) para producir la unidad
marginal del bien agrícola, se obtiene una tasa de beneficio que es exactamente
la tasa de equilibrio de la economía.
E L PE N S A M IE N T O CLASICO
>35
Pero el “excedente” q ue se obtiene en la producción (y venta) de cualquiera
de las unidades intram arginales d el bien agrícola, es mayor que el que se ob­
tiene en la producción de la unidad m arginal. Así, en la producción de la uni­
dad núm ero 100 se obtiene:
pa
r
bLa
• W = 4 — 2 • o .8 = 2.4
*
bPa100
excedente tres veces m ayor que el obtenido al producir la unidad núm ero 200 .
E llo no significa, sin embargo, que en algunas empresas agrícolas se logre
una tasa de beneficio superior a 0 .2 5 ; la com petencia se encarga de igualar d i­
cha tasa en todas las actividades y empresas. En este caso, se com pite por el uso
de las tierras transfiriendo a sus propietarios una parte del excedente, a títu­
lo de renta. Se entiende entonces, con más precisión, por qué la renta de la tie­
rra se define com o el pago hecho a los terratenientes que iguala la tasa de bene­
ficio de todos los empresarios.
Si se llam a R 100 a la renta generada en la producción de la unidad núm e­
ro 100 del bien agrícola, se tendrá la expresión:
p
1 a*
r 100 .
bLa
— • W — R 1W
vbPaiw
r> ion
>
bLa
bpa"
w
o, expresado en valores,
r•100.
4 — i -6 — 2
7;--------- = 0.25
1.6
Compárense ahora las expresiones para r200 y para r100. En ambos casos el
numerador representa e l beneficio por unidad, y el denom inador, el salario por
unidad. Para todas las unidades producidas la relación tiene el m ism o valor y,
en consecuencia, ése será el valor de la relación beneficios d el sector agrícola/
salarios del sector agrícola. R elación que, a su vez, predom ina en el sector in­
dustrial y, por lo tanto, en toda la econom ía.
La sola observación de los valores que adquiere r en los períodos l y f, mues­
tra que la relación beneficios/salarios tiende a dism inuir, lo que n o es sino otra
forma de considerar la tendencia de la econom ía al estado estacionario, enfo­
cando esta vez dicha tendencia desde el punto de vista de la distribución (rela­
tiva) del ingreso.
ii)
En cuanto a la evolución del m onto absoluto de cada tipo de ingreso, de
la teoría de R icardo se deduce que en un proceso de crecim iento la masa de sa­
larios y el m onto de las rentas de la tierra tenderán a crecer; d e esta teoría
no se desprende, sin embargo, ningún com portam iento forzoso para el m onto
de los beneficios.
A este respecto, obsérvese en primer lugar qué sucede con los salarios, según
el ejem plo inserto en el cuadro de la página 164 . Éstos han aum entado de 320
ij6
L A T E O R ÍA D E L D E SA R R O L L O E C O N Ó M IC O
unidades monetarias en e l período l, a 370.44 unidades monetarias en el perío­
do /. Esto revela una tendencia de carácter general: la masa de salarios aum enta
necesariamente con e l crecim iento d el producto, puesto que dicho crecim iento
im plica tam bién necesariam ente e l uso d e más mano d e obra y el pago de ma­
yores salarios (en valor).
Con referencia al m onto absoluto de las rentas d e la tierra, éste también
aum enta en el ejem plo antes citado (de 400 a 441 unidades monetarias), au­
m ento que a su vez refleja una tendencia d e carácter general. A l crecer e l pro­
ducto, deberán utilizarse tierras m enos productivas (o las mismas tierras más
intensivam ente), pasando a generarse rentas en adición a las que ya se venían
generando.
El m on to global de los beneficios dism inuye en nuestro ejem plo, de 80 u n i­
dades monetarias en el período l, a 70.56 unidades en el período f ; sin embargo,
en este caso, tal com portam iento n o deriva de la lógica del conjunto de teorías
parciales que hem os exam inado. En el contexto de estas teorías, se puede con­
cebir indistintam ente que, ante un crecim iento d el producto, el m on to de los
beneficios experim ente una reducción, un aum ento o permanezca constante.
A l considerar la teoría de la acum ulación, se afirmó que ésta depende de la
tasa de beneficio y d el ingreso neto. Según se ha visto, la tendencia decreciente
de la tasa de beneficio justifica por sí sola la tendencia de la econom ía hacia el
estado estacionario. Cabe preguntar, sin embargo, cóm o puede esperarse que
evolucione e l ingreso n eto a m edida que crece el producto, y cuál pueda ser la
influencia de esta evolución sobre el proceso de acum ulación.
E l ingreso n eto se define: Yn = P — w L .
Considerando sim ultáneam ente con esta expresión la ecuación de balance
P = R -j- B
w Lf& se desprende que Y n =z R
B.
Se sabe que el m onto absoluto de las rentas de la tierra (R ) tenderá a crecer
con el increm ento del producto. Pero com o n o se puede predecir el comporta­
m iento de los beneficios (B ), tam poco se puede decir a priori q ué influencia
tendrá el ingreso neto sobre el proceso de acum ulación.
D e lo anterior n o debe inferirse, sin embargo, que la distribución d el ingre­
so entre los distintos grupos sociales carezca de significación desde el punto de
vista d el proceso de crecim iento. Ricardo adm ite que la clase empresarial es la
que, esencialm ente, realiza e l esfuerzo de ahorro, m ientras que la clase percep­
tora d e las rentas de la tierra gasta sus ingresos en consum o suntuario. E l au­
m ento de estas rentas, q ue se produce necesariamente com o consecuencia del
proceso de crecim iento, se logra a expensas del aum ento de los ingresos de los
demás grupos sociales, y en especial del grupo empresarial. Queda claro enton­
ces que es_ta m anera d e considerar la evolución d el m onto absoluto d e cada
tipo de ingreso justifica la adopción de determ inada política tributaria ,«2 ten­
diente a gravar las rentas y el consum o de bienes suntuarios.
s i Válida para un estado estacionario como el correspondiente a las situaciones 1 y /, pues
p ara determ inar la masa de salarios se está utilizando el salario d e subsistencia, w 82 Sobre este tema, véase el docum ento relativo al pensam iento clásico.
E L PE N S A M IE N T O CLASICO
•37
iii] Dos calificaciones al análisis que antecede
El m ecanism o económ ico a largo plazo ha sido descrito sobre la base de un
ejem plo hipotético referido a una econom ía sum am ente sencilla. En particu­
lar, esta sim plificación h a sido m uy notable si se la refiere al proceso de acumu­
lación, al crecim iento poblacional y al progreso técnico.
En cuanto al proceso de acum ulación h u bo que admitir, para sim plificar el
análisis, que en e l período 2 se realizó un a inversión, y que ninguna nueva in ­
versión volvió a realizarse. Sim ultáneam ente se supuso que la población y la
fuerza de trabajo se m antuvieron durante este tiem po al m ism o nivel que esta­
ban en el período 1 , cam biando por primera (y única) vez en el período f, pero
lo suficiente para que ningún nuevo cam bio tuviese lugar en la econom ía. Se
supuso, además, la ausencia de progreso técnico.
Se observa, pues, la necesidad de levantar estos supuestos para verificar si la
econom ía sim plificada de nuestro ejem plo m antiene, al proceder así, su carác­
ter de “econom ía ricardiana”.
Conservando por ahora el supuesto de tecnología constante, realicemos en­
tonces una primera calificación del análisis que antecede. E l p unto de partida
de dicho análisis fue suponer que un estím ulo exógeno produce efectos sobre la
inversión. La nueva inversión a su vez produce — a través del alza de los sala­
rios— una dism inución en la tasa de beneficio suficiente para desalentar cual­
quier inversión adicional durante el lapso que dura el ajuste de la econom ía
{periodos 2 a / — 1 ). D icha inversión n o puede, sin embargo, tener com o resulta­
do un aum ento del niv el del producto, pues en la econom ía n o hay m ano de
obra adicional que pueda ser em pleada.
En el período f la población y la fuerza de trabajo aumentan; e llo perm ite
que la inversión realizada al in ic io d el período 2 surta efecto sobre el producto,
a la par que hace que la tasa d e salario retorne a su nivel norm al. En la nueva
situación del período /, la tasa de beneficio sigue siendo insuficiente para es­
tim ular la inversión; com o la tasa d e salario está al n ivel de subsistencia, se
concluye que n o hay estím ulos endógenos al cambio: la econom ía alcanzó un
estado estacionario.
D e nuestro ejem plo se deriva, pues, una trayectoria de la econom ía según la
cual la tasa de crecim iento d el producto es cero entre los períodos 1 y (f — 1 ),
tiene un valor positivo y arbitrario entre los períodos ( / — 1 ) y /, y vuelve a
valer cero del período f en adelante.
D esde lu ego q u e la econom ía, tal com o la entiende Ricardo, n o funciona
de manera tan radicalm ente sim plificada; tam bién es cierto que su forma de
crecim iento n o obedece al tipo preciso que se acaba de describir. E l análisis
incluido en el ítem 6 más b ien está destinado a sugerir que la acum ulación es
continua siempre que la tasa de beneficio sea mayor que cero (o mayor que su
n ivel m ínim o), y que la población y la fuerza de trabajo aum enten toda vez
que la tasa de salario esté sobre el n ivel de subsistencia. Sin embargo, esta
consideración más realista de las fuerzas que tienden a im pulsar y a frenar el
crecim iento n o altera, esencialm ente, las características del m odelo ricardiano
en lo que respecta a la forma de este crecim iento. En esencia, “el progreso nor­
m al de la econom ía hacia el estado estacionario está marcado por períodos tran-
LA T E O R IA D E L D E SA R R O L L O EC O N Ó M IC O
138
sitoríos de equilibrio, durante los cuales los salarios se m antienen en el nivel
de subsistencia y la población permanece constante”. Empero, puesto que du­
rante estos períodos el “ingreso n eto” de la econom ía es positivo y la tasa de
rendim iento de la inversión es mayor que r, estos equilibrios temporales n o pue­
den persistir. Se realizan nuevas inversiones, lo que aum enta la dem anda de
mano de obra, haciendo a su vez que los salarios se eleven por encim a del nivel
de subsistencia. C om o resultado, la población aum enta. Entretanto, el aum ento
temporal en los salarios dism inuye la tasa de utilidades. Esto conduce a una
m enor tasa de acum ulación de capital.
“C uando la oferta de m ano de obra iguala a la dem anda, se obtiene una
nueva situación de equilibrio. Los salarios vuelven a descender hasta el nivel
de subsistencia; esto aum enta la tasa de utilidades por encim a de r. En conse­
cuencia, se produce un n uevo estím ulo para la acum ulación de capital, y se
inicia un proceso sem ejante al antes descrito.” 63
Es necesario destacar que, desde un punto de vista analítico, lo verdadera­
m ente esencial en el pensam iento de R icardo es su concepción de un conjunto
de teorías parciales coherentes entre sí y capaces de explicar el m ecanism o que
conduce a la econom ía hacia el estado estacionario. Cabe preguntarse, sin em ­
bargo, si levantando el supuesto de la ausencia de progreso técnico tal mecanis­
m o deja de operar, lo que nos lleva a una segunda calificación del análisis que
antecede.
A este respecto R icardo reconoce que la marcha de la econom ía hacia el
estado estacionario puede verse contrarrestada “. . .a intervalos repetidos por las
mejoras en la m aquinaria em pleada para la producción d e los artículos nece­
sarios, así com o por los descubrim ientos científicos registrados en e l sector agrí­
cola, . . . ” 64 El progreso técnico, sobre todo el de la agricultura, puede paralizar
el efecto de la ley de rendim ientos decrecientes, contrarrestar su incidencia so­
bre los salarios y, por este mecanism o, sobre la tasa de beneficio, concibiéndose
períodos de continuo crecim iento del producto.
A l instrum ental analítico se agrega en este punto una ley empírica. En el
período clásico, y más especialm ente en la obra de Ricardo, n o se concibe un
progreso técnico sostenido capaz de servir de base de sustentación a un creci­
m iento continuo de la econom ía. En especial en lo que se refiere a la agricul­
tura, se adm ite que el progreso técnico en este sector “está tam bién sujeto a
rendim ientos decrecientes ” ,«5 que su paralización conducirá a la larga al estado
estacionario.
Ésta es la concepción de R icardo respecto del crecim iento económ ico, enfo­
cada desde un p u n to de vista esencialm ente analítico. E l encuadre histórico de
esta concepción, su trasfondo ideológico y sus im plicaciones de política económ i­
ca son temas de otro trabajo.
«3 1. Adelman, op. cit., pp. 55-56.
64 D. Ricardo, op cit., p. 9a.
65 I. Adelman, op. cit., p. 45.
C A PÍTU LO I II
EL PENSAMIENTO MARXISTA
1.
E L PENSAMIENTO DE M ARX
a] Campos que abarca el pensamiento marxista
D ifícil resulta expresar en pocas páginas e l am plio espectro de ideas que abar­
ca el pensam iento marxista. A grandes rasgos podría afirmarse que las contri­
buciones de M arx están presentes principalm ente en tres campos: la filosofía, a
través d el m aterialism o dialéctico; las ciencias sociales, m ediante el m aterialism o
histórico, y finalm ente, el análisis específico del sistema capitalista.
E n el cam po de la filosofía, que sólo se puede esbozar aquí someramente, su
contribución significa el planteam iento de una nueva concepción d el m undo,
el m aterialism o dialéctico, que es el p u n to de partida de la evolución del pen­
sam iento de M arx y puede ser considerada com o la unión de la dialéctica, com o
m étodo de análisis, y del m aterialism o, com o concepción de la realidad. La
condición de discípulo de H egel del joven M arx es bien conocida, y de ahí
deriva su posición inicialm ente idealista, que tuvo un vuelco definitivo luego
d e su crítica al carácter idealista de la dialéctica hegeliana, crítica basada sobre
el análisis m aterialista de la filosofía de Feuerbach; y se expresa en sus obras
Contribución a la critica de la filosofía del derecho de Hegel y La cuestión ju­
dia, publicadas en 1844 . La nueva concepción que se va form ando durante los
años posteriores de la misma década se expresa en varias obras adicionales, d e
entre las cuales pueden destacarse; Manuscritos económicos y filosóficos ( 1844 ),
La Sagrada Familia ( 1845 ) y La ideología alemana ( 1845 -46 ), escritas en colabo­
ración con Engels; las tesis sobre Feuerbach ( 1845 ) y el im portante libro La
miseria de la filosofía ( 1847 ). Los puntos fundam entales abordados en todas
estas obras son los siguientes: la teoría m aterialista d el conocim iento; e l con­
cepto de praxis; la concepción del hom bre com o ser social y no individual, y
finalm ente la concepción de la sociedad com o proceso histórico de la praxis.
T odos estos puntos están estrecham ente relacionados entre ellos, de m odo que
n o es posible exam inarlos y juzgarlos por separado.
La concepción del m undo im plícita en la filosofía d el m aterialism o dialéc­
tico alcanza una form ulación más precisa en el m aterialism o histórico, o con­
cepción m aterialista de la historia, o sociología marxista; esta teoría aparece
formulada por primera vez en forma sistem ática en La contribución a la critica
de la economía política ( 1859 ). C om o se observará más adelante en el parágra­
fo c), se trata de lograr una explicación d el desenvolvim iento de la historia
hum ana aplicando u n m étodo determ inado y estudiando la realidad histórica.
El m aterialism o histórico puede ser considerado com o la visión o el m arco
conceptual, que posteriorm ente perm itirá a M arx realizar su análisis d el siste­
[•39]
140
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L L O EC O N Ó M IC O
ma capitalista. Este análisis se fue gestando a través de una serie de pu b licad o,
nes parciales, que culm inan con su obra principal, E l capital, cuyo primer tom o
aparece en 1867 , y los dos últim os, publicados por Engels en 1885 y 1894 res'
pectivam ente, después de la m uerte de Marx en 1883 .
En E l capital se encuentra un análisis más com pleto de la forma de funcio­
nam iento del sistema capitalista, tem a que se exam ina con mayor profundidad
en el acápite i i i -b : “U n m odelo marxista de crecim iento económ ico”. Para ello
M arx crea nuevos conceptos tales com o capital constante, com posición orgánica
del capital, plusvalía, etc., totalm ente distintos de los utilizados en obras ante­
riores, com o alienadón, praxis, determ inism o, voluntarism o, etc. Esto n o signi­
fica que haya m odificado su concepción del m undo sino que, cuando trabaja
en distintos niveles de abstracción o de concreción, necesita nuevos concep­
tos, que a su vez tienen su propia ley de desarrollo. Así, por ejem plo, el
marco general ofrecido por el m aterialism o histórico está basado sobre concep­
tos que poseen un elevado n ivel de abstracción (m odo de producción, rela­
ciones de producción, superestructura, etc.); en cam bio para analizar un sis­
tema real, existente en un m om ento determ inado de la historia, se necesitan
otros conceptos adecuados para captar la especificidad de ese m om ento histó­
rico singular (cuota de ganancia, tasa de plusvalía, capital variable, etc.); esto
explica la diferencia entre los conceptos utilizados, que n o responden, como
erróneam ente se ha dicho alguna vez, a dos diferentes concepciones del m undo.
b] M étodo
Para el exam en del pensam iento marxista im porta hacer referencia im plícita
al problem a del m étodo, puesto que constituye una de sus principales contri­
buciones al desarrollo de las ciencias sociales. Por otra parte, el m étodo u ti­
lizado por M arx es diam etralm ente opuesto al de la mayoría d e las corrientes
de pensam iento de la econom ía política; se tendrá oportunidad de apreciar
tal diferencia cuando se realice el análisis del m étodo m arxista y luego se
confronte con el enfoque de otras corrientes.
E l m étodo utilizado por M arx será descrito partiendo, esencialm ente, de
su obra cumbre, E l capital.
En forma sim plificada y descriptiva, y para lograr una primera aproxim a­
ción, se podría sostener que el m étodo em pleado por el pensam iento marxista
es crítico, histórico, dialéctico y totalizante.
Es critico en un sentido m uy específico; parte del análisis crítico del cono­
cim iento existente a la luz de una realidad histórica concreta, pero al mismo
tiem po adm ite los aportes de dicho conocim iento al desarrollo del pensa­
m iento y de los nuevos conceptos. N o se trata de elaborar una teoría en
forma abstracta alejada de las que existen para explicar ciertos aspectos de
la realidad y, en función de esa nueva teoría, criticar las existentes; antes
bien, se parte del conocim iento existente, se lo critica a la luz de la realidad
que ese conocim iento trata d e explicar, y durante este m ism o proceso crítico
se va estructurando el nuevo pensam iento.
Desde este punto de vista, se puede señalar una diferencia im portante
entre el mecanismo crítico q u e se sigue de la econom ía clásica y del pensa­
E L P E N S A M IE N T O M A R X IST A
141
m iento marxista. C om o ya se tuvo oportunidad de apreciar, la econom ía
clásica form a su cuerpo d e teoría a partir de u n m étodo esencialm ente de­
ductivo y abstracto y adm itiendo supuestos a p rio ri en p unto a comporta­
m iento. U n a vez elaborada la teoría, con su coherencia lógica, se critica el
pensam iento m ercantilista a partir de sus m ism os supuestos, o sea, que la
crítica parte de una teoría previam ente form ulada y n o de una teoría que
se va perfilando a través de las críticas a los errores y lim itaciones que pu­
diera contener e l mercantilism o.
En cam bio, e l pensam iento m arxista parte de una crítica de la econom ía
clásica a la luz de la realidad de la época; tom a algunos d e sus conceptos, los
som ete al tamiz de la crítica, trata d e desentrañar sus incoherencias, inade­
cuaciones, errores, y finalm ente selecciona los conceptos que puedan ser­
virle para form ular un nuevo pensam iento. Por ejem plo, en el análisis del
valor que realiza M arx es evidente la influencia del pensam iento ricardiano
sobre el valor de uso y de cambio; su crítica a las concepciones de Ricardo
le perm ite precisar las interrelaciones entre valor d e uso, valor de cambio
y Valor, y por tanto mostrar cóm o el valor de cam bio n o puede poner en
evidencia las m últiples relaciones sociales que se establecen com o consecuen­
cia d e la producción e intercam bio de mercancías. En este sentido, se puede
observar que m uchos de los conceptos económ icos que aparecen en E l capital
fueron tomados d e la econom ía clásica inglesa, pero con un contenido gene­
ralm ente distinto y form ando parte d e u n conjunto de ideas más orgánicas
sobre el cam bio social.
La característica histórica de este m étodo tam bién presenta algunas sin­
gularidades, pues n o sólo se trata de un análisis histórico de tipo descriptivo;
en realidad, el elem ento histórico dentro d el m étodo m arxista cum ple un
papel fundam ental, ya que perm ite desentrañar los elem entos esenciales del
análisis d e un proceso. Para tener un criterio más claro de qué significa esto,
conviene señalar que e l m étodo m arxista tiene relaciones m uy estrechas con
lo que podría denom inarse m étodo histórico-estructural, puesto que, com o
éste, descansa tam bién sobre los conceptos de sistema, estructura y proceso.
A unque n o corresponde exam inar aquí estos conceptos, sucintam ente po­
dría sostenerse que un sistema está constituido por un conjunto de estructuras,
las cuales están vinculadas entre sí por leyes o reglas, que ponen en eviden­
cia las interrelaciones existentes entre dichas estructuras. E l análisis histórico,
por consiguiente, debe explicar e indicar cuáles son los elem entos fundam en­
tales o esenciales de una estructura, así com o tam bién señalar cuáles son las
estructuras esenciales o fundam entales de un sistema. Esto se debe al hecho
que los elem entos integrantes de un a estructura tienen una génesis u origen,
y una cierta ley de funcionam iento y evolución. Otro tanto sucede con las
estructuras que conform an un sistema; éstas tienen tam bién una génesis y
una cierta ley de funcionam iento, lo que va a determ inar precisamente la
m anera o m odo de ser del sistema. Se trata, por tanto, de observar, a través
d el análisis histórico, en q ué consiste la génesis y la evolución de los elem entos
que com ponen una estructura, y de las estructuras que integran u n sistema.
Q uizá u n ejem plo ayude a com prender e l papel que cum ple dentro de
esta corriente, el análisis histórico; cuando M arx analiza el proceso de cir­
142
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L L O EC O N Ó M IC O
culación de mercancías establece una serie de relaciones a través de las cua­
les puede darse el proceso de cam bio. Así, puede presentarse un cam bio de
mercancías por mercancías, o sea la relación M-M; el proceso puede aparecer
tam bién com o un intercam bio de una mercancía por otra, pero m ediante
dinero, lo que significaría un proceso que se identifica com o M-D-M; se puede
presentar asim ism o un proceso donde una persona, que posee una cierta can­
tidad de dinero, contrate materias primas y fuerza de trabajo para elaborar
una mercancía que venderá luego en el mercado, quedándose nuevam ente con
un m onto en dinero; este proceso de cam bio puede traducirse com o D-M-D.
Si se analizan las relaciones M-M, M-D-M, D-M-D, podría pensarse que se
trata de una mera construcción lógica y formal, es decir, las distintas com bi­
naciones que, desde un estricto p unto d e vista lógico, se pueden establecer
entre el dinero y la mercancía, o sea, entre D y M. Pero el análisis histórico
revela que la primera m anifestación del proceso de cam bio es el trueque; en
otras palabras, la primera relación M-M n o es solam ente un requisito de ca­
rácter lógico formal, sino que, en realidad, es una respuesta de la historia a
la génesis del proceso de cam bio, que com enzó sim plem ente com o una rela­
ción de trueque de mercancías.
A m edida que se expande y diversifica e l proceso de cambio, se tom a
necesario que una de las mercancías cum pla el papel de com ún denom inador
de valor, es decir, que cualquier bien pueda expresar su valor en unidades de
dicha mercancía; ésta, a su vez, deberá tener una aceptación generalizada para
poder servir com o m edio de pago, y pasa así a satisfacer la función de d i­
nero. E n una primera instancia dicha mercancía sirve para satisfacer necesi­
dades de alim entación, vestuario, etc.; toma la forma, por ejem plo, de ganado,
sal, pieles, etc.; pero sirve tam bién com o m edio de pago, precisamente por
su aceptación generalizada. D e esta manera, el desarrollo d el proceso de cam­
bio exig e que su forma originaria de trueque se transforme en un nuevo
sistema donde un productor individual com ienza con una mercancía, la in ­
tercambia por una m ercancía-dinero (ganado o pieles en u n primer m om ento,
y m etales preciosos más adelante) y con ella adquiere bienes en la cantidad
o con la calidad que estim a necesarias para satisfacer sus necesidades de
consum o.
E l desarrollo del proceso de cam bio va acom pañado del surgim iento de
un grupo social — los comerciantes— que posee parte significativa del dinero
de una sociedad. C on dich o dinero, el comerciante-empresario que se va
form ando contrata materias primas, bienes de capital y fuerza de trabajo para
producir otras mercancías, con el único objeto de transformarlas después en
dinero y, más precisamente, en una suma superior de dinero a la previam ente
invertida en el proceso de producción y circulación que expresa la secuen­
cia D-M-D.
Este somero análisis d el desarrollo histórico del proceso de cam bio revela
que las relaciones de cam bio n o son arbitrarias; por el contrario tienen una
secuencia necesaria. La génesis d el proceso se revela con la relación de true­
que; luego aparece una mercancía que pasa a desem peñar las funciones de
dinero, cuya acum ulación perm ite en otro m om ento histórico producir mer­
cancías para el mercado. D urante este proceso emergen grupos y relaciones
EL PE N S A M IE N T O M A R X IST A
143
sociales que contribuyen a perfilar la naturaleza de las estructuras y del sis­
tem a dentro del cual se realiza el intercam bio. D e esta manera se advierte
que las relaciones que pueden establecerse por las distintas com binaciones
entre M y D en m odo alguno constituyen vinculaciones de tip o formal; por
otra parte, la naturaleza concreta de estas relaciones derivan d el análisis his­
tórico, que perm ite descubrir los grupos sociales y las estructuras más sig­
nificativas d el proceso de cambio.
Otro elem ento im portante dentro de la concepción del m étodo marxista
es su carácter dialéctico. La categoría principal de la dialéctica es la contra­
dicción. Se supone que el desarrollo social se m anifiesta a través de con­
tradicciones, o más precisamente, que la realidad se desarrolla m ediante contra­
dicciones. A quí, en la teoría de las contradicciones, la dialéctica cree des­
cubrir la fuerza m otora y la fuente de todo proceso de cam bio o de todo
desarrollo; en esta categoría está la clave de todos los demás principios y
categorías d el desarrollo dialéctico: la transformación de los cambios cuanti­
tativos e n cambios cualitativos; la interrupción de la gradualidad; los cambios
a través de saltos; la negación del m om ento in icial del desarrollo y la nega­
ción de esta misma negación; la repetición, en un plano superior, de ciertas
facetas y rasgos del estado inicial. Esta manera de concebir el desarrollo o
los procesos de cam bio distingue a la dialéctica de las concepciones evolucio­
nistas corrientes y de la lógica formal.
La enum eración anterior es apenas una sim ple descripción de las catego­
rías o elem entos que integran la dialéctica, y con ella en m odo alguno se
pretende explicar su sentido, apenas se señalan algunos de sus rasgos princi­
pales. En verdad es d ifícil lograr una aprehensión de la dialéctica apelando
al recurso de enunciar estas categorías; ello llevaría a un conocim iento for­
m al, superficial y descriptivo de su contenido. E l m ism o m étodo sugiere que
la dialéctica n o puede ser captada por un a m era form ulación de los elem entos
que la com ponen; es necesario verla en funcionam iento. Esto significa en este
caso, revelar las características del m étodo aplicándolo a algunos problemas
concretos en el cam po de la econom ía; para ello se recurrirá a un ejem plo
que ilustre sobre un aspecto particular del m étodo dialéctico: la relación en­
tre los cambios cuantitativos y los cualitativos; expresado con otras palabras,
cóm o ciertos cam bios cuantitativos se convierten en cualitativos cuando el
proceso alcanza determ inado nivel.
A l respecto puede servir de ilustración el vínculo entre la tasa de inver­
sión y la de crecim iento del ingreso. Las fórmulas recibidas de la econom ía
neoclásica y poskeynesiana señalan que un aum ento en la tasa de inversión,
si se suponen constantes los demás elem entos, se traduce en una elevación
de la tasa de crecim iento d el ingreso; sucesivam ente podrán aparecer aumentos
cada vez más considerables de la inversión, los que generarán los aumentos
correspondientes del ingreso. Esta relación está expresando sim ples cambios
cuantitativos globales. Ahora bien, un análisis más profundo muestra que,
por ejem plo, n o puede darse un aum ento rápido e ininterrum pido de la
inversión industrial sin que ocurran otras alteraciones im portantes en el fun­
cionam iento d el sistema económ ico. El aum ento persistente de la producción
industrial significará sim ultáneam ente que el grupo de empresarios indus­
>44
L A T E O R IA D E L D E SA R R O L L O E C O N Ó M IC O
tríales adquirirá más poder económ ico, el que puede transformarse luego
en un m ayor poder político y expresarse introduciendo una serie de cambios
cualitativos en la p olítica económ ica. A m edida que estos grupos industria­
les ganan influencia presionarán en favor de m odificaciones en la política
comercial, cambiaría, tributaria, de gasto público, etc. Llegará un m om ento
en que pasa a ser dom inante el sector industrial em ergente y entrará en con­
tradicción con los grupos tradicionales provenientes del sector agrícola, del
comercio im portador, etc.; en este m om ento e l cam bio cuantitativo se trans­
forma en cualitativo. La naturaleza de las contradicciones que se originan,
las características de los cambios que se generan, los resultados que tiene
este proceso, etc., no pueden ser exam inados n i aprehendidos con un análisis
m eram ente cuantitativo; estos aspectos, los más relevantes en el exam en de
un proceso social, son de naturaleza esencialm ente cualitativa.
Otro ejem plo utilizable podría ser el de una persona que aum enta sus
ingresos, en un prim er m om ento, si los ingresos adicionales n o son signifi­
cativos, el carácter de sus compras no cambiará sustancialm ente, aunque sí
la cantidad; si el aum ento d el ingreso persiste, y se duplica o triplica, se
m odificará d e m odo fundam ental la com posición d el gasto y adquirirá bienes
diferentes y por otros m otivos. Con el increm ento del ingreso se habrá pro­
ducido un cam bio cuantitativo, aunque acom pañado de un cam bio cualita­
tivo: adquisición de bienes y servicios distintos que satisfarán necesidades d i­
ferentes y en función de estím ulos u objetivos distintos. U n aum ento sustan­
cial del ingreso de una persona probablem ente signifique su incorporación
a un nuevo grupo social, lo qu e puede tam bién im plicar una m odificación
de su escala de valores, de su forma de apreciar y juzgar la sociedad, etc., y
esto a su vez se traducirá en un nuevo patrón de com portam iento. U n aná­
lisis que se detenga únicam ente sobre los aspectos cuantitativos n o estará
en condiciones de señalar las peculiaridades d el cambio en el com portam iento
de este perceptor de ingresos. Además, y com o ciertos hábitos que influyen
decisivam ente sobre el patrón de com portam iento son rígidos, los mayores
niveles de ingreso harán qu e esta persona entre en contradicción con algunas
de sus pautas anteriores, ya que su nueva situación existencial — vinculación
con otro grupo social, aspiraciones por alcanzar diferentes formas de satisfacer
necesidades, etc.— , estarán presionándolo constantem ente para provocar cam­
bios cualitativos en sus hábitos o pautas de conducta tradicionales.
Otro aspecto im portante del m étodo m arxista lo constituye su carácter
totalizador. C uando se exam inó el problem a del m étodo se aludió al signi­
ficado de un m étodo totalizador, señalándose que n o .s ó lo deben considerarse
los elem entos económ icos para estudiar cóm o funciona u n sistema, sino tam­
bién sus aspectos sociales y políticos y sus m utuas interrelaciones. E l análisis
de la totalidad culm ina con el exam en de las m últiples interacciones que
existen entre e l todo y la parte; una parte n o puede ser analizada indepen­
dientem ente del todo dentro d el cual está insertado; a su vez sólo es in teli­
gible el todo cuando se analizan las partes que lo com ponen, en sus interre­
laciones y en su sucesión.
Pero e l m étodo m arxista es totalizante en un sentido más am plio. Cuan­
do al tratar el m étodo aparecieron las relaciones entre e l sujeto y el objeto
E L PE N S A M IE N T O M A R X IST A
145
d el conocim iento, se observó la diferencia entre los m étodos planteados por
Schumpeter y por el pensam iento marxista, señalándose que en este últim o
el sujeto pertenece al objeto, está inmerso en el objeto; se indicó al mismo
tiem po que para que el sujeto pueda captar al objeto, el sujeto debe ser él
m ism o tam bién una totalidad, es decir, debe considerarse a sí m ism o como
parte del objeto. Estas relaciones entre sujeto y objeto com o totalidad n o es­
tán tratadas sólo desde el punto de vista de las relaciones entre teoría y rea­
lidad, es decir, entre la teoría elaborada por el sujeto y la realidad que cons­
tituye el objeto d e dicha elaboración teórica. La diferencia, dentro de la
concepción marxista, consiste en que antes de analizar la relación sujeto-obje­
to, es decir, entre teoría y realidad, conviene exam inar las interacciones entre
teoría y praxis. N o hay tal dualidad sujeto-objeto, ya que el sujeto es parte
del objeto, antes bien existen interacciones entre teoría y práctica. D e allí
que el pensam iento marxista sostenga que el sujeto es una totalidad sólo en
tanto esté al servicio de una clase que quiere cambiar el m undo, o sea, la
teoría logra captar la realidad siem pre y cuando sea una teoría basada sobre
la práctica sociopolítica de una clase y sirva para actuar sobre esa realidad.
Éste es el sentido que tiene la conocida expresión de M arx cuando discute las
tesis de Feuerbach: “ . . . L o s filósofos n o han hecho más que interpretar el
mundo de diferentes maneras; ahora bien, im porta transformarlo ” .1 En otras
palabras, el sujeto sólo puede generar conocim iento relevante cuando desea
cambiar el m undo. El análisis de estas relaciones entre teoría y praxis escapan,
desde luego, al ám bito de este trabajo; sólo se señalan para establecer las d i­
ferencias entre el m étodo m arxista y e l sugerido por Schum peter sobre las
relaciones entre el sujeto y el objeto, y el tip o de totalidad que este últim o
sugiere.
Por otra parte, el carácter totalizante d el m étodo im plica el em pleo de
categorías universales. Así, por ejem plo, las relaciones entre plusvalía y capi­
tal variable, que definen la tasa de plusvalía aplicada al análisis del sistema
capitalista, encuentran su equivalente en los conceptos de tiem po de trabajo
excedente y tiem po de trabajo necesario, que definen la tasa de explotación,
concepto aplicable a distintos sistemas sociales: esclavitud, feudalism o, capi­
talismo.
Las categorías de tiem po de trabajo excedente, tiem po de trabajo nece­
sario, relaciones de producción, estado de las fuerzas productivas, etc., son
categorías universales en el sentido que, aplicadas a una situación histórica
singular, perm iten apreciar sus características específicas; aplicadas a otra
circunstancia, dichas categorías pueden brindar respuestas que ilustren sobre
las diferencias entre esos m om entos históricos.
La naturaleza totalizante del m étodo m arxista no adm ite las sim plifica­
ciones que realiza la econom ía convencional, que — según los seguidores de
ese m étodo— im piden com prender la naturaleza real de algunos de los fenó­
menos que aparecen en la vida económ ica y social de un sistema. T óm ese, a
títu lo de ejem plo, el acto de compra de un bien, que constituye al mism o
1 Citado por Rodolfo M
ondolfo, Marx y marxismo, estadios
H. Alberti, México, Fondo de Cultura Económica, 1960 , p. 18 .
histórico-criticos,
trad. de M.
146
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L LO ECO N Ó M ICO
tiem po una venta y presupone su producción. La econom ía convencional
fundam enta la compra m ediante la teoría del consumidor; este análisis en­
frenta al consum idor con los bienes en el mercado, y su com portam iento per­
m ite establecer determ inadas funciones de utilidad; dadas estas funciones, el
ingreso y los precios relativos, el consum idor decidirá adquirir ciertas canti­
dades de cada bien. Por otro lado, analizando el origen de la p’roducción, la
econom ía convencional enfrenta al productor con un bien que dem anda el
mercado; el empresario analiza condiciones de costo, y dado un precio, esta­
blece la cantidad q u e producirá y ofrecerá.
Este análisis vincula al consum idor y al empresario, cada uno por sepa­
rado, con cosas o bienes, pero oculta las relaciones sociales que se establecen
com o consecuencia precisamente de la producción y compraventa de dicho
bien; así, por ejem plo, para producirlo el empresario contrata fuerza de tra­
bajo, vale decir, establece una relación social entre éste y sus obreros; pero
esta relación social se m aterializa m ediante una serie de m ecanismos tales
com o la fijación de una jornada de trabajo, salario m ínim o, el otorgam iento
de prestaciones sociales, obligaciones tales com o pagar con regularidad, el
derecho de exigir cierta calidad en e l trabajo, etc. Estas relaciones tampoco
son independientes de la existencia de sindicatos más o m enos poderosos o
de una participación del Estado que puede estar inclinado a beneficiar al
empresario o al trabajador; de esta m anera se observa que la contratación
de fuerza de trabajo, que sólo constituye u n o de los numerosos actos que es
necesario realizar para producir un bien, genera una sucesión de relaciones
sociales bastante com plejas entre obrero y empleador, la organización sindical
y el Estado, entre éste y el empresario, etcétera.
Asimismo, el empresario deberá adquirir bienes de capital y materias pri­
mas, y por el solo hecho de hacerlo, entra ya en contacto con otros em pre­
sarios. La forma que adquiera esta vinculación dependerá a su vez de las
características y estructura d el mercado de bienes de capital y materias pri­
mas, de las regulaciones que existan por parte del Estado para la adquisi­
ción de tales bienes, y en especial cuando éstos son importados (política cam­
biaría, fijación de cuotas de im portación, etc.); todo esto nuevam ente sugiere
una am plia gama de relaciones sociales que derivan de u n o de los actos nece­
sarios para la fabricación de un bien.
Por otro lado, cuando se quiere vender ese producto, entran en contacto
empresario y consumidor; ahora bien, no es indiferente que dicho consum i­
dor tenga altos o bajos ingresos, porque los mercados están diferenciados y
se producen ciertos tipos de bienes para cada uno de los grupos según sus
ingresos. N o son las características cualitativas del bien considerado las que
inducirán al comprador a adquirirlo o sustituirlo por otro, sino fundam en­
talm ente la distribución de ingresos, el grupo social donde está insertado, los
hábitos y gustos, etc. Este patrón d e dem anda condicionará la estructura
productiva y genera una diferenciación en la producción y en los mercados.
Por lo tanto, el análisis tendrá que hacerse más totalizante com o al m ism o
tiem po más específico; para e llo será preciso superar el análisis que sólo toma
en cuenta el com portam iento de un individuo aislado, cualquiera que sea su
nivel de ingreso y su ubicación entre los distintos estratos de una sociedad.
EL PE N S A M IE N T O M A R X IST A
>47
La teoría convencional generalm ente hace abstracción de problemas tales
com o la distribución del ingreso o la in fluencia de los factores sociopolíticos
en la determ inación del com portam iento económ ico; en cambio, en el aná­
lisis marxista esas interrelaciones aparecen explícitas, y por consiguiente, un
somero exam en de la adquisición de un bien deberá vincularse a las m en­
cionadas consideraciones de carácter general. Los ejem plos presentados sólo
pretendieron ilustrar las diferencias entre el carácter parcial y formal de la
teoría convencional y la naturaleza totalizante y dialéctica d el pensam iento
marxista.
C onviene recalcar, finalm ente, que el exam en por separado de las carac­
terísticas del m étodo m arxista — crítico, histórico, dialéctico y totalizante—
constituye un recurso expositivo para sim plificar su presentación, ya que, en
rigor, cada una de esas características, en el sentido sugerido por esa corriente
de pensam iento, im plica necesariam ente la presencia de las restantes. Esta
advertencia resulta necesaria, por cuanto el m étodo m arxista es harto com ­
plejo y su captación cabal no se logra sólo con su descripción sino aplicán­
d o lo al análisis concreto.
c] La concepción materialista de la historia
i] Las relaciones de producción
E n econom ía, el concepto de proceso se vincula principalm ente a una suce­
sión de actos hum anos que se realizan com o consecuencia de la producción
y distribución de bienes y servicios. Así, cuando se habla d el proceso productivo de una empresa, en realidad se piensa en la sucesión de actos nece­
sarios para obtener una cantidad definida de cierto producto; por ejem plo,
arar, abonar, rastrear, sembrar, cosechar, etc., pueden concebirse com o actos
que integran e l proceso productivo de una empresa agrícola. Pero en verdad,
una sucesión de actos hum anos, o para sim plificar, una actividad hum ana, se
presenta com o un proceso cuando ella se repite constantem ente. En el acto
de producir, la repetición definirá de m anera precisa cuál es la sucesión de
actos requeridos para alcanzar e l objetivo deseado. Por proceso se entiende,
pues, una sucesión de actos o actividades hum anas que se repite constante­
m ente. Pero la producción es un proceso que se efectúa no sólo a nivel de
la empresa sino tam bién d e la sociedad en su conjunto; esto aparecerá más
claro si se lo vincula a la idea de “flujo circular” o estado estacionario, tan
com ún en la teoría económ ica cuando se pretende analizar el sistema econó­
m ico en su conjunto. E l estado estacionario se concibe com o la repetición
periódica de flujos iguales de producción de cada bien. Aceptar la idea de
la producción social com o un proceso, n o im plica, sin embargo, adm itir una
sociedad que produce siempre los mism os flujos de bienes físicos, sino sim­
plem ente concebir qu e la producción social es una actividad hum ana que se
repite en forma perm anente, aun cuando esos flujos n o sean exactam ente
iguales durante cada período.
Esta concepción de la actividad económ ica com o un proceso de produc­
ción y de distribución perm ite suponer la existencia de u n cam po de estu­
148
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L L O E C O N Ó M IC O
dios específico para la ciencia económ ica. Con la presencia de procesos, se
pueden adm itir regularidades susceptibles de ser investigadas y traducidas en
leyes, que describan en abstracto la operación real de dichos procesos.
Por el hecho de vivir en sociedad, los hom bres se relacionan entre sí, aun­
que algunas de estas relaciones puedan concebirse com o fortuitas, cuando ellas
resultan de una actividad hum ana reiterada — esto es, cuando perfilan un
proceso— tienden a caracterizar “tipos determ inados de reacciones constantes
de los hombres los unos frente a los otros ” ; 2 tales relaciones se denom inan
relaciones sociales.
La educación, por ejem plo, considerada como un proceso, se traduce en
una serie de actos que se repiten; de ellos surgen relaciones características
entre profesores y alum nos, tales com o la trasmisión de conocim ientos, con-'
trol y evaluación de los conocim ientos adquiridos, etcétera.
D entro del conjunto de las relaciones sociales se destacan las relaciones so.
cíales de producción, qu e se establecen com o consecuencia de un tipo de
actividad hum ana específica, la actividad productiva. Por ejem plo, los obre­
ros de una empresa se vinculan entre sí y con sus administradores y propie­
tarios; pero la división social del trabajo hace que eátas relaciones n o sólo
se establezcan en el ám bito de cada empresa, sino tam bién entre individuos de
diversas unidades productivas. En cualquiera de estos ámbitos, caracteriza a
las relaciones de producción que “esas relaciones siem pre están ligadas a las
cosas ” ,3 o sea, a los bienes económ icos, sean éstos de consum o o m edios de
producción (capital y materias primas). Así, las relaciones entre obreros y
empresarios derivan d el trabajo necesario para producir bienes o servicios, las
relaciones entre terratenientes e industriales de la compraventa de insumos,
etc. Según el m arxism o, la forma específica que adoptan las relaciones de
producción en un a sociedad determ inada dependerá, esencialm ente, del tipo
básico d e vinculación que se establezca entre hombres y cosas, lo que a su vez
es función d el régim en de propiedad .4
La propiedad feudal, por ejem plo, de naturaleza m uy variable según épo­
cas y lugares, pero caracterizable en general por la repartición entre distintas
personas de nuda propiedad y usufructo, determ ina relaciones com plejas
entre e l señor feudal y los siervos, expresados en una serie d e derechos y
obligaciones recíprocas que se establecen en el acto de vasallaje: trabajar las
tierras d el señor feudal, cederle parte de la propia producción, prestarle cier­
tos servicios, etc., en reciprocidad el señor feudal se obliga a dar protección,
administrar justicia, etc. En cambio, la propiedad plena que existe en el
sistem a capitalista determ ina otras obligaciones recíprocas entre propietario
y obreros, com o las d e pagar salarios y prestar determ inados servicios.
Producción y distribución integran la actividad económica; y así como
la actividad productiva origina relaciones d e producción, de la distributiva
2 Oskar Lange, M oderna economía política. R ío de Janeiro, Fundo de C ultura, S. A., 1962.
p. *0.
a Ibid. p. ao.
* P ara facilitar la exposición se prescinde, p o r ahora, del hecho de que las relaciones de p ro ­
ducción tam bién dependen del estado de las fuerzas productivas sociales, como se explicará
más adelante.
EL PE N S A M IE N T O M A R X IST A
»49
surgen las de distribución; pero con la diferencia que éstas dependen ente­
ram ente de aquéllas; o dicho con palabras de Marx: “La estructura de la
distribución está enteram ente determ inada por la estructura de la produc­
ción. L a m ism a distribución es un producto de la producción, no sólo en
lo que respecta al objeto, ya que sólo se puede distribuir e l resultado de la
producción, sino tam bién en lo que respecta a la forma, ya que la manera
precisa de participar en la producción, determ ina las formas particulares de
la distribución, esto es, la forma com o el productor participará en ella.” 8
ii] Las fuerzas productivas sociales
Por fuerzas productivas sociales se entiende e l conjunto de “los métodos
técnicos de producción, los m edios de producción y, en especial, los instru­
m entos de trabajo, la experiencia de los hom bres para servirse d e los m edios
de producción y, por últim o, los mismos hom bres que poseen esa experien­
cia y esa aptitud ” .6
Traducida esta definición a la term inología em pleada por la teoría eco­
nóm ica convencional, para un cierto período histórico y para la sociedad en
su conjunto, las fuerzas productivas constituyen el acervo de recursos pro­
ductivos y de conocim ientos técnicos, es decir, incluyen las tecnologías cono­
cidas, el acervo de recursos naturales y de capital, así com o tam bién la dispo­
nibilidad de fuerza de trabajo, consideradas sus calificaciones.
Sin embargo, el concepto de fuerzas productivas abarca, en rigor, m ucho
más que la sim ple suma de un acervo de recursos y las diversas formas cono­
cidas de combinarlos. Los m edios de producción y el conocim iento tecnoló­
gico los crea el hombre, pero éste, al crearlos, está conform ando al m ism o
tiem po sus aptitudes. Las fuerzas productivas son, por lo tanto, el resultado
de la actividad del hom bre frente a la naturaleza, es decir, de la relación
que él establece con e l m undo que lo rodea; pero al transformar el m undo
m aterial se opera una transformación en el hom bre mism o, que lo capacita
para transformar nuevam ente el m undo material. En consecuencia, definir
las fuerzas productivas en un m om ento determ inado, oculta el hecho básico
que ellas son un resultado de la relación d el hombre con la naturaleza e
igualm ente oculta el carácter activo de esta relación, que asegura que las fuer­
zas productivas sociales estén siem pre m odificándose.
iii] La adecuación necesaria entre las relaciones de producción y las fuerzas
productivas: el modo de producción
Si las relaciones de producción son las establecidas com o consecuencia de la
actividad productiva, siempre estarán vinculadas de alguna manera a las
fuerzas productivas sociales, puesto que la actividad productiva no es otra
cosa que estas fuerzas en operación o funcionam iento. E n este sentido sos­
5 c . M arx, Critica de la economía política, trad. de Javier M erino, México, Ed. Eclinal,
1961, p. 22* (versión ligeram ente modificada).
6 O. Lange, op. cit., p. 22.
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L LO EC O N Ó M IC O
150
tiene Marx: “Estas relaciones sociales que contraen los productores entre sí,
las condiciones en que cam bian sus actividades y tom an parte en el proceso
conjunto d e la producción variarán, naturalm ente, según el carácter de los
m edios de p ro d u cció n .. . Las relaciones sociales en que los individuos pro­
ducen, las relaciones sociales de producción, cambian; por tanto, se transfor­
m an, al cambiar y desarrollarse los m edios m ateriales d e producción, las fuer­
zas productivas. Las relaciones de producción forman en su conjunto lo que
se llam an las relaciones sociales, la sociedad, y concretam ente una sociedad
con un determ inado grado de desarrollo histórico, una sociedad de carácter
peculiar y distintivo “ .7
Ya se indicó qu e la form a q ue adquieren las relaciones de producción
estará determ inada por la naturaleza de las relaciones que se establezcan
entre los hombres a través d e las cosas, es decir, por el régim en de propiedad.
D e donde podría señalarse que el régim en de propiedad se adecuará durante
cada etapa, al grado de desarrollo de las fuerzas productivas, y que a la vez
servirá com o principio organizativo del conjunto de las relaciones de produc­
ción. U n ejem plo sencillo quizá pueda servir para aclarar la idea que existe
una adecuación entre el estado de las fuerzas productivas y el régim en de
propiedad. C om enta Plejanov que, entre los indígenas de Norteamérica, la
caza de bisontes estaba rigurosam ente reglamentada; antes de la aparición
de las armas de fuego, la posición de las flechas en el cuerpo d el anim al de­
cidía a quién correspondía cada parte; la piel, por ejem plo, a aquel cuya
flecha hubiera penetrado más cerca d el corazón. Con el posterior em pleo
de las armas de fuego (y puesto que n o era posible identificar las balas de
cada cazador), la distribución de los bisontes derribados pasó a hacerse en
partes iguales.
Las fuerzas productivas con las correspondientes relaciones de propiedad
y de producción, constituyen e l modo de producción. C on posterioridad a
M arx se han distinguido cinco m odos de producción, q u e corresponden apro­
xim adam ente a otros tantos períodos de la historia humana: com unism o pri­
m itivo, esclavitud, feudalism o, capitalism o y socialismo; cada u n o d e ellos
constituye un todo equilibrado, en el sentido que a u n cierto grado de des­
arrollo d e las fuerzas productivas corresponden relaciones d e producción que
se adecúen a ellas y u n régim en de propiedad que le sirve com o base o centro
de organización.
En rigor, esta correspondencia es sólo aproxim ada, por cuanto existen
períodos de transición durante los cuales la estructura productiva todavía no
se alteró por entero, superponiéndose por tanto dos o más m odos d e pro­
ducción; además, porque durante cierta época, caracterizada por u n determ i­
nado m odo de producción, pueden subsistir vestigios de la estructura pro­
ductiva anterior, y por consiguiente, rasgos d el m odo d e producción corres­
pondiente. Pero si se tom a en cuenta la form a d e producción predom inante,
se observará q u e existe un vín culo necesario entre las relaciones d e produc­
ción y el grado d e desarrollo de las fuerzas productivas, de aquí que el m odo
7 K arl Marx, Trabajo asalariado y capital, Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, s. f.,
p . 29 .
EL PENSAM IENTO M ARXISTA
*5*
de producción pueda concebirse com o “u n todo interiorm ente equilibrado”.
D e esta manera la m oderna sociedad industrial capitalista n o puede conce­
birse dentro del m arco d e las instituciones feudales, n i éstas tampoco con el
desarrollo tecnológico de una sociedad tribal, etc. El equilibrio interior del
m odo de producción se expresa en la llam ada primera ley fundam ental de la
sociología marxista, o ley de la correspondencia necesaria entre las relaciones
de producción y el carácter de las fuerzas productivas.
iv] L a conciencia social y la superestructura
La mayor parte de los individuos que participan en las relaciones económicas,
sobre todo las de producción, n o tienen conciencia de la naturaleza y carac­
terísticas d e las mismas. L enin sostiene al respecto que “ . . . En todas las for­
maciones sociales más o m enos complejas, y sobre todo en la form ación social
capitalista, los hombres, cuando entran en relación unos con otros, no tienen
conciencia de las relaciones sociales que se establecen entre ellos, de las leyes
que presiden al desarrollo de esas relaciones, etc. Ejemplo: el cam pesino que
vende su trigo entra en “relación” con los productores m undiales d el trigo
en el mercado universal, pero sin tener conciencia de ello, sin tener concien­
cia de las relaciones que se establecen a consecuencia de tales cambios o
ventas ” .8
Pero jun to a las relaciones económ icas existen otras relaciones sociales ori­
ginadas por actividades hum anas distintas de la económica. Por ejem plo, se
establecen vínculos entre los hombres com o consecuencia de la vida familiar,
la actividad estatal, las costumbres y principios morales, las normas jurídi­
cas, etc., acerca de los cuales las personas adquieren conciencia.
C on la tom a de conciencia de las relaciones sociales en las que participan,
surgen ideas sobre estas relaciones; ideas que expresan entonces la forma en
que tom an conciencia y sirven de base para enjuiciar esas relaciones. Por
ejem plo, de la vida fam iliar surgen vínculos q u e están en la base de las ideas
sobre m oralidad familiar: deberes recíprocos entre los cónyuges, obligación
de alim entar a la fam ilia, deber de adoptar e l dom icilio d el m arido, etc.,
muchas de las cuales encuentran su expresión jurídica en el derecho de fam i­
lia; de las relaciones derivadas de la actividad estatal, surgen ideas que tien­
den a justificar el ejercicio de la coerción por parte de los poderes públicos,
la exigencia de la lealtad para con el Estado, la contribución a su sosteni­
m iento, etc.; de las relaciones jurídicas, ideas sobre la equidad, justicia, dere­
chos y obligaciones, etc. Este conjunto de ideas morales, políticas, religiosas,
artísticas, filosóficas, científicas, etc., constituye la concepción d el m undo o
ideología para el marxismo.
Pero además de un conjunto de ideas sociales, los hombres, por vivir en
sociedad, tienen una serie de actitudes psicológicas con respecto a las relacio­
nes sociales: La desconfianza de ciertos grupos sociales acerca d e la actividad
d el Estado, e l respeto a la jerarquía, la divinización de ciertos sím bolos de
8 V. I. Lenin, Materialismo y empiriocristicismo, trad. de Asis de Rodas, Buenos Aires,
Ed. El Q uijote, 1946, pp. 359-360-
>5*
LA TEO R ÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
poder o de riqueza, etc., son algunos ejem plos de tales actitudes. E l conjunto
de estas actitudes sociopsicológicas se conoce como psicología social.
La ideología y la psicología social configuran lo que se denom ina con­
ciencia social. A quí parece oportuno señalar que la conciencia social no es
caracterizable para toda la sociedad en un determ inado m om ento de la his­
toria. T a n to las ideas sociales como las actitudes sociopsicológicas varían entre
las diversas clases y grupos sociales; más aún, cuando la sociedad sufre trans­
form aciones profundas, la divergencia entre la conciencia social de los di­
versos grupos es m uy acentuada. Pero durante los períodos de estabilidad de
un determ inado sistema la conciencia social de la clase dom inante tiende a
predom inar en la sociedad considerada en su conjunto.
En su C ontribución a la critica de la economía política M arx indica que,
así com o las relaciones de producción guardan un n exo necesario con el es­
tado de las fuerzas productivas, la conciencia social está determ inada por las
relaciones de producción. “El conjunto de estas relaciones de producción
constituye la estructura económ ica de la sociedad, la base real sobre la cual
se eleva una superestructura jurídica y política, y a la que corresponden for­
mas sociales determinadas de conciencia .” 9
Desarrollos posteriores del m arxism o han establecido diferencias entre con­
ciencia social y superestructura. Por superestructura se entiende aquella parte
de la conciencia social indispensable para conservar determ inado m odo de
producción y, en especial, para m antener el régim en de propiedad que lo
caracteriza. Los m odos de producción se clasifican en no-antagónicos y an­
tagónicos, según sea social o privada la propiedad de los m edios de produc­
ción; los modos de producción antagónicos — esclavitud, feudalism o y capita­
lismo— se caracterizan por la división de la sociedad en clases, las que a su
vez quedan determ inadas por la forma de participación de sus miembros en
el proceso productivo. En general, se distingue entre la clase de los propie­
tarios de los m edios de producción y la desprovista de ellos, en cuya diferen­
cia de intereses se m anifiesta e l antagonism o del m odo de producción.
La superestructura aparece entonces com o aquella parte de la conciencia
social que es esencial para que la clase dom inante m antenga sus privilegios;
en especial, el derecho positivo y las ideas jurídicas, éticas, políticas, filosóficas
y religiosas en torno a las cuales se construye y sostiene dicha superestructura,
constituyen una pieza clave para la conservación del régim en de propiedad
y de los privilegios que im plica.
v] L a form ación social
Por form ación social se entiende el conjunto integrado por el m odo de pro­
ducción y la superestructura correspondiente; pero com o la superestructura
se define com o aquella parte de la conciencia social necesaria para la conser­
vación del m odo de producción, se infiere que una form ación social consti­
tuye “un todo interiorm ente equilibrado, armonioso, un hecho histórico do­
tado de existencia objetiva ” .10
® Karl Marx, op. cit., p. 7.
10 O. Lange, op. cit., p. 37
EL PENSAM IENTO M ARXISTA
*53
A los cinco m odos de producción ya indicados, corresponden otras tantas
formaciones sociales, que definen, de manera más o m enos aproximada, cinco
épocas históricas sucesivas: la com unidad prim itiva, esclavista, feudal, bur­
guesa y socialista; en todas ellas se encontrará úna adecuación entre el modo
de producción y la superestructura. C uando se pasa de una form ación social
a otra, el cam bio en el m odo de producción estará inevitablem ente acompa­
ñado de una alteración de la superestructura porque opera la segunda ley
fundam ental de la sociología marxista, o “ley de la correspondencia necesaria
entre la superestructura y la base económ ica”.
Com o tam bién ya se señaló, el efecto de esta ley n o im plica necesariamente
la transformación de toda la conciencia social. Así, en la conciencia social de
una form ación social determ inada, se encontrarán elem entos de la superestruc­
tura propia de dicha form ación social, ju nto a elem entos correspondientes a
las superestructuras de otras anteriores. Más aún, en un m om ento dado, se po­
drán hallar en la conciencia social elem entos n o sólo de las superestructuras
de formaciones sociales anteriores, sino tam bién gérmenes de la superestructura
por venir.
Las dos leyes fundam entales de la sociología m arxista a las que ya se hizo
referencia, expresan las condiciones de equilibrio interno de una form ación so­
cial determinada; cuando las condiciones que ésta define dejan de existir, com o
ocurre cuando se difunden ideas sociales que corresponden a una form ación
social futura, o se advierte una inadecuación parcial entre relaciones de produc­
ción (base económ ica) y fuerzas productivas, se tiene un indicio que la for­
m ación social puede modificarse.
vi] L a ley d el desarrollo progresivo de las fuerzas productivas y la transforma­
ción de los regímenes sociales
¿Qué provoca, en últim a instancia, desajustes en una form ación social? ¿Qué
im pulsa a la ruptura del equilibrio interno de una form ación social y su trán­
sito hacia una nueva? La respuesta a estas interrogantes parece ser el carácter
dinám ico inherente a las fuerzas productivas sociales. C uando transforma la
naturaleza, e l hom bre crea a su alrededor un “terreno artificial” que significa,
por un lado, la posibilidad de utilizar nuevos instrumentos de trabajo, y por
otro, com o consecuencia precisamente de su utilización, crea en él aptitudes
nuevas, que lo estim ulan para crear nuevos instrumentos de trabajo y de este
m odo am plía el “terreno artificial”, lo que a su vez im plica el surgim iento de
nuevas aptitudes, y así sucesivamente. Trasladado al lenguaje de la econo­
m ía convencional, puede sostenerse que el acervo de m edios de producción y
de conocim ientos técnicos es acum ulativo, puesto que los conocim ientos adqui­
ridos tienden a trasmitirse y n o se pierden, y además, porque la solución de
problemas técnicos suscita y resuelve nuevos problemas técnicos; de esta ma­
nera se m ultiplica con este proceso acum ulativo el potencial productivo de
la sociedad.
Este creciente d om in io del hom bre sobre la naturaleza es entendido como
un proceso necesario y se traduce en la llam ada “ley del desarrollo progresivo
de las fuerzas productivas”; por lo tanto, al operar esta ley com promete nece-
•54
LA TEO R ÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
sanam ente, en cierto m om ento, e l equilibrio interno de las formaciones so­
ciales.
A m edida que, partiendo de una situación de equilibrio o ajuste, se observa
un programa en las fuerzas productivas, se advertirá un desajuste entre estas
y las relaciones de producción predom inantes. El efecto de la primera ley fun­
dam ental de la sociología m arxista hace que las relaciones de producción se
alteren, adaptándose a las fuerzas productivas que se han transformado; asimis­
mo, surgirá un desajuste entre las relaciones de producción y la superestructura,
pero al operar la segunda ley fundam ental de la sociología marxista hace que
esta últim a se transforme, adaptándose a los requerim ientos de las nuevas rela­
ciones de producción. D e esta m anera se com pleta el proceso; aparece una
nueva formación social, com o un todo interiorm ente equilibrado. O sea, y ex­
presado con palabras de Marx, “D urante el curso de su desarrollo, las fuerzas
productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de pro­
ducción existentes, o lo cual n o es más que su expresión jurídica, con las rela­
ciones de propiedad en cuyo interior se habían m ovido hasta entonces. D e for­
mas evolutivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de estas fuer­
zas. Entonces se abre una era de revolución social. El cam bio que se ha pro­
ducido en la base económ ica transforma más o m enos lenta o rápidam ente toda
la colosal superestructura ” .11
Se infiere, pues, que el estím ulo principal para la transformación de las for­
maciones sociales surge del desarrollo de las fuerzas productivas, porque el pro­
ceso de cam bio n o se inicia sólo al n ivel de las fuerzas productivas, sino debido
a que los hombres en apariencia poseen una capacidad especial para adaptarse
rápidam ente a nuevas condiciones en su actividad productiva, mientras que en
general las relaciones de producción y de propiedad form an hábitos y rutinas
de más lenta m odificación. Además, las ideas sociales y las actitudes sociopsicológicas vinculadas a las relaciones sociales, tienden a adquirir la forma de há­
bitos ideológicos y sociopsicológicos de carácter marcadamente conservador.
Esta tendencia a la inercia de las relaciones de producción y de propiedad,
así com o de la superestructura, explica que ellas sólo se adapten a la transfor­
mación de las fuerzas productivas en la exacta m edida que e llo sea necesario,
dada la operación de las dos leyes fundam entales de la sociología marxista. Esto
a su vez* explica la supervivencia, en una nueva form ación social de elem entos
de las relaciones de producción y de la superestructura de formaciones sociales
anteriores. Por ejem plo, en la form ación social burguesa, y sobre todo en la
agricultura, subsisten muchas veces residuos de relaciones d e producción feuda­
les; asimismo, en su conciencia social aparecen elem entos de superestructuras
anteriores, tales com o hábitos políticos, religiosos y m orales de tipo paterna­
lista.
Debe observarse tam bién que, com o resultado de una misma transforma­
ción de la base económ ica, la superestructura n o adquiere características u n i­
formes en todos los casos. “Las mismas relaciones de producción crearon en
Inglaterra una superestructura que tom ó la forma del puritanism o y dieron
origen en Francia, en cuanto a la superestructura, al m aterialism o y al m ovi­
11 Karl Marx,
op. cit., p . 7.
EL PE N S A M IE N T O M A R X IST A
>55
m iento de los librepensadores; en verdad era diferente e l fondo histórico, com o
se dice, sobre el cual se había constituido la nueva superestructura .” 12 En
consecuencia, puede encontrarse en una misma form ación social con gran di­
versidad de elem entos en la conciencia social, y más aún, con notables variantes
en la superestructura, según el país considerado.
vii] E l carácter dialéctico .del desarrollo social
El proceso de cam bio antes descrito puede ser entendido com o un proceso nu­
trido por el surgim iento de una serie de contradicciones en el seno de la for­
m ación social, a las cuales sigue una adaptación de la sociedad, que tiende a
elim inar tales contradicciones; un proceso de este tipo puede denom inarse
dialéctico.
El carácter dialéctico del desarrollo social puede apreciarse en tres niveles.
En primer lugar, por el surgim iento de contradicciones en la interacción recí­
proca entre el hombre y la naturaleza; cuando crea m edios de producción el
hombre engendra sim ultáneam ente estím ulos para nuevas formas de conducta,
que lo llevan a alterar el “terreno artificial” para poder ejercer así tales formas
de conducta; pero en la m edida que lo logra, se crean otros estímulos, con nuevas
alteraciones del “terreno artificial”, y así sucesivamente. En segundo lugar, sur­
gen contradicciones entre las fuerzas productivas que se han alterado, y las pre­
cedentes relaciones de producción; contradicción que desaparece cuando las
relaciones de producción se adaptan a las nuevas condiciones. Por últim o, apa­
recen contradicciones entre la nueva base económ ica y la superestructura pre­
térita, la que se supera por la adecuación de dicha superestructura.
Esta presentación, planteada a un n ivel m uy general, parece válida para
todas las formaciones sociales; sin embargo, tales contradicciones adoptan ca­
racterísticas especiales en las formaciones sociales fundadas sobre modos de pro­
ducción antagónicos. Estas sociedades están divididas en clases y, entre ellas, la
clase de los propietarios está interesada en conservar las relaciones de produc­
ción vigentes y m uy especialm ente el régim en de propiedad. D e esta manera
— según Marx— aparece una clase interesada en el progreso de las fuerzas pro­
ductivas y de la sociedad en su conjunto, y otra interesada en m antener las re­
laciones de producción y de propiedad que dificultan ese progreso. La contra­
dicción entre las fuerzas productivas que se han transformado y tienden a se­
guir transformándose y las relaciones de producción que las obstaculizan, así
com o la contradicción entre las relaciones de producción que se vislumbran
y la superestructura predom inante adquiere la forma de lucha de clases.
En la m edida que la clase interesada en el cambio adquiere conciencia de
su papel histórico, crea sus propias ideas sociales y actitudes sociopsicológicas;
surgen entonces los gérmenes de una nueva superestructura, que coexiste con
los elem entos de la conciencia social vigente. C on esta escisión de la conciencia
social, la lucha de clases adopta la forma de lucha ideológica, enfrentam iento
entre ideologías que traducen concepciones del m undo y tablas de valores ra­
dicalm ente opuestas.
12
o . Lange, op. cit., p. 47.
156
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L L O EC O N Ó M IC O
Por lo general, la ideología de la d ase que postula la transformación del
orden social se transforma en la base programática de nuevas agrupaciones p o ­
líticas; la lucha ideológica, en el p lano político, surge entre estas nuevas agru­
paciones y el Estado existente, que representa los intereses d e la clase privile­
giada. En la m edida que esta clase controla el Estado, aprovecha en su favor
el poder para conservar la organización de la sociedad que está en vías de
transformarse. El em pleo del poder estatal para conservar tal cual la forma­
ción social da a este proceso de cam bio un carácter explosivo; a m edida que
las contradicciones se agudizan, la lucha de clases se transforma de lucha
ideológico-política en lucha armada, en abierto proceso revolucionario.
La lucha de clases, forma de manifestarse de contradicciones profundas,
desembocaría así, según esta concepción, en una revolución social, por m edio
de la cual se rom pe violen ta y rápidam ente la organización de un régim en so­
cial caduco, dando paso a un nuevo régim en social.
d] Visión
Su carácter exp lícito diferencia fundam entalm ente la “visión” de M arx de la de
otras corrientes de pensam iento. Su contenido de clase aparece expresado con
claridad com o una concepción del m undo y un enfoque analítico puestos al
servicio de la clase obrera; tal actitud puede ser apreciada en toda la obra de
Marx, sobre todo, en e l M anifiesto comunista, redactado en colaboración con
Engels en 1848.13
Desde su punto de vista, esta visión es en cierta m edida optim ista, puesto
que sostiene que e l sistem a capitalista será remplazado, com o consecuencia de
sus contradicciones, por u n sistem a socialista; en éste, que sería u n sistema n o
antagónico, quedaría elim inada una de las contradicciones fundam entales que,
en op in ió n de M arx, contiene e l sistem a capitalista. Asim ismo, al sostener
que este cambio de sistema es inevitable, queda de m anifiesto el carácter opti­
mista de la visión.
En contraste con la naturaleza m ecanicista u organicista de otras concep­
ciones, el m arxism o atribuyó un carácter dialéctico al desarrollo social, que
puede examinarse considerando básicam ente tres posiciones:
i] E l materialismo económico
En rigor es ésta una posición que sólo puede contribuir, com o contraste, a este
análisis, pues n o es una posición marxista, sino más bjen antimarxista; encara
el m aterialism o histórico com o “una hipótesis para fines de elaboración”, hipó­
tesis que sería “com patible con cualquiera filosofía o creencia y, por lo tanto,
n o debería estar ligada a ninguna en particular — no necesita n i le son sufi­
cientes el hegelianism o n i el m aterialism o ” .14 El m aterialism o histórico se trans­
forma así en m aterialism o económ ico, en el sentido que sería el interés econó13 Karl Marx y Friedrich Engels, M anifiesto del Partido Comunista, Moscú, Ediciones en
Lenguas Extranjeras, s. f.
i-* J. A. Schumpeter, Historia do análise económico, Edición Fundo de C ultura, R ío de
Janeiro, 1964, p. 74.
E L PE N S A M IE N T O M A R X IST A
157
m ico de los grupos el m otor de la historia. La dialéctica deja de ser una con­
cepción del m undo, o se la ignora com o tal, y opera exclusivam ente en e l plano
de la lucha de clases. D e esta manera “. . .la gran visión de un desarrollo inm i­
nente del proceso económ ico que, por operar a través de la acum ulación, en
cierta forma destruye la econom ía así com o la sociedad del capitalism o compe­
titivo y provoca una situación insostenible que, a su vez, origina otro tipo de
organización social ” .16
ii] L a ortodoxia m arxista
Aparece com o una posición contraria a la del m aterialism o económ ico; n o ad­
m ite el predom inio d el factor económ ico, sino la funcionalidad de las relacio­
nes de producción y de la superestructura con respecto a las fuerzas producti­
vas; pero esta funcionalidad significa más bien la dinám ica d e una totalidad,
que es la form ación social. Por lo tanto, la categoría de totalidad es una cate­
goría esencial del proceso dialéctico a través d el cual se m ueve la sociedad; y
este carácter dialéctico del desarrollo social traduce n o ya la defensa de intereses
económ icos de grupo, com o pretende e l m aterialism o económ ico, sino el m odo
de ser de la sociedad, considerada com o una totalidad que se realiza a través de
contradicciones que aparecen y desaparecen en todos los niveles, y n o sólo en
el económ ico. Las ideologías, por ejem plo, son ideologías de clase, y com o tales
influyen decisivam ente sobre el cam bio social a través de la pra xis de estas clases.
iii] E l “ revisionism o” actual
Esta corriente aparece en parte vinculada a la discusión sobre si existe una
dialéctica de la naturaleza, o sea, si la dialéctica es una exigencia del objeto,
sea éste social o no. La posición ortodoxa es afirmativa; al respecto sostiene
Garaudy: “D e la biología a la física, com o escribe Bachelard, las ciencias de
la naturaleza no han cesado de ejercer sobre nuestros viejos hábitos de pensa­
m iento una presión creciente hasta constreñim os a abandonar, en cierto nivel,
la lógica tradicional. Esto ha obligado a los investigadores a recurrir a otros
m odelos que a aquellos que obedecían a las leyes de la lógica tradicional y a
los principios del m ecanicism o. Pero si se verifica una hipótesis de estructura,
si se revela com o eficaz, si nos da poder sobre las cosas ¿cómo concebir que no
haya ninguna relación real entre esta estructura concebida y la estructura en
sí? ¿Cómo un pensam iento dialéctico nos daría poder sobre un ser que n o fuera
dialéctico en ninguna m edida ? 16
Pero tal discusión en apariencia se relaciona con la aplicación de la dialéc­
tica a toda la historia hum ana. Desde este 'punto de vista, parecería que quie­
nes adm iten que el carácter dialéctico es inherente al objeto, cualquiera que
éste sea, social o de la naturaleza, se inclinan a suponer una forma de m ovi­
m iento del objeto con independencia de su exam en; la dialéctica se convierte
así en u n apriori.
35 Ibid.j p. 76.
1« J. P. Sartre, R. G araudy y otros, M arxism o y existencialismo, trad. de Ezequiel de Olaso,
Sur, Buenos Aires, 1963, p. 53.
*58
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L L O EC O N Ó M IC O
En cambio, la posición "revisionista” parece más bien propensa a constituir
“ una antropología estructural e histórica ” ,17 integrando, en e l plano epistem o­
lógico, las categorías marxistas de totalidad y praxis, y la teoría m arxista de
la alienación. Asim ism o, para los seguidores de esta posición, la ortodoxia en
materia de marxismo, pasa a identificarse por e l m étodo em pleado .18
T am b ién parece oportuno señalar aquí e l origen de esta visión. En términos
generales, las fuentes d el pensam iento m arxista se encuentran, por un lado, en
la filosofía alemana; por otro, en el socialism o francés o socialism o utópico y,
finalm ente, en la econom ía clásica inglesa. Se señaló antes la influencia de la
filosofía hegeliana sobre las primeras obras de M arx y, fundam entalm ente, en
el surgim iento del m aterialism o dialéctico. Por otro lado, además de la activi­
dad política de M arx dentro del m ovim iento socialista, cabe destacar su crítica
a lo que consideraba socialism o utópico y sus esfuerzos por elaborar el socialis­
m o científico com o alternativa. Finalm ente, surge con bastante evidencia si se
analizan las últim as obras d e M arx, la profunda influencia que tuvo la econo­
m ía clásica inglesa, n o sólo por haberle brindado una mayor concreción a su
análisis del sistema capitalista, sino tam bién por el abundante em pleo que hizo
de uña cantidad de conceptos repensados y reelaborados a partir d el pensa­
m iento clásico de la época.
A pesar de lo señalado, cabe preguntarse: ¿puede concebirse el m aterialism o
histórico com o una visión o contiene por lo m enos una visión? Desde el punto
de vista analítico parece evidente que el m aterialism o histórico es algo más
que una visión; sin duda, n o es un acto cognoscitivo preanalítico, com o plantea
Schumpeter, sino un a concepción basada sobre un estudio de datos y hechos
históricos concretos, y som etidos al tratam iento analítico; en otras palabras,
no es una preconcepción sobre el funcionam iento de la sociedad, sin o más bien
un m odelo de cam bio social, con cierto grado de elaboración y coherencia
interna .19 Desde este p u n to de vista, la concepción m aterialista de la historia,
o m aterialism o histórico, n o es un a visión, pero podría sostenerse al m ismo
tiem po que contiene una visión. Esta visión es explícita; está basada sobre un
estudio de la sociedad desde un punto de vista histórico, y al m ism o tiem po
ofrece un marco de análisis más general para com prender el m odo de ser de
un sistem a particular.
C on todo, cabe preguntarse si el m aterialism o histórico posee una visión
subyacente. En realidad, e l concepto de visión es una categoría utilizada a par­
tir de una posición m etodológica que en buena m edida se apoya sobre las
ideas d e Schumpeter. Pero, desde el punto d e vista m arxista, n o se trata de
com prender el m undo o la realidad, sino se trata de transformarlo; para esta
corriente de pensam iento, el p un to de partida de la elaboración teórica — en
cuanto puede producir algún conocim iento esencial— n o es ninguna visión o
concepto sim ilar, sino la tom a d e conciencia de sí de una clase, que al teorizar
17 J. P. Sartre, Critica de la razón dialéctica, trad. de M anuel Lamana, Losada, Buenos
Aires, 1963, pp. 10 y 147.
18 George Lukács, “¿Qué es el marxismo ortodoxo?” en H istoire et Conscience de Classe,
trad. de K. Axelos y J. Bois, París, Les Édidons de M inuit, 1960.
18 Sin embargo, la posición ortodoxa p o r a trib u ir a priori u n carácter dialéctico al objeto,
podría considerarse si estuviese basada sobre u n acto cognoscitivo preanalítico.
E L PE N S A M IE N T O M A R X IST A
159
se capta a sí misma para cam biar revolucionariam ente la organización social.
El procedim iento ulterior para com prender las interrelaciones entre teoría y
realidad n o serían por lo tanto las aproxim aciones sucesivas de Schumpeter,
sino más bien una investigación acerca de la interacción entre teoría y práctica,
con el gradual enriquecim iento de ambas.
Pero además de todas estas observaciones parece lícito tratar de situar his­
tóricam ente al m aterialism o dialéctico. Para que éste existiera, fue necesario
un desarrollo histórico bastante im portante d el m aterialism o y de la dialéctica
com o conceptos filosóficos; su un ión en una nueva síntesis y a la vez superación
de éstas, tuvo com o consecuencia el m aterialism o dialéctico. Por lo tanto es
lícito sostener que el m aterialism o dialéctico n o pudo haber surgido sin un
previo desarrollo de la dialéctica y del materialismo; y para usar la expresión
de Sartre, “. . .el pensam iento dialéctico se ha vuelto consciente de sí mismo,
históricam ente, desde com ienzos del siglo pasado. . . ” ,20 es decir, el pensam iento
m arxista sólo es concebible, juzgado desde su propio m étodo, en ciertas cir­
cunstancias históricas que le dan origen en e l plano d el conocim iento. Es po­
sible intentar entonces su ubicación histórica, ya que el m aterialism o dialéctico
d eb ió nacer en una época dada, cuyas características en el plano de la cultura
y de la vida social sugieran su aparición.
Ahora bien, la ubicación histórica d el pensam iento marxista puede hacerse,
com o cuando se analiza otras corrientes de pensam iento, refiriéndolo a la si­
tuación económ ica, política y social d el período, a la influencia de un am biente
o herencia cultural; y por últim o,- tam bién a la influencia de las intenciones
mismas de Marx.
En cuanto al prim er criterio, en diversas partes se hizo referencia a la situa­
ción histórica concreta durante las primeras tres cuartas partes del siglo xix,
al surgim iento del m ovim iento obrero y a la im portancia de la lucha de clases,
sobre todo en Inglaterra; 21 en cuanto al segundo, ya se indicó la influencia de
H egel y Feuerbach, por un lado, y d el socialism o premarxista y de la econom ía
clásica inglesa, por otro; y por lo que hace a la intencionalidad, se señaló tam­
bién cóm o la propia escuela atribuye explícitam ente a su pensam iento un carác­
ter de clases.
2 . U N M O D EL O M A R X IST A D E C R EC IM IE N T O E C O N Ó M IC O
a] Introd ucción
E l objetivo de este trabajo es efectuar una breve presentación de algunas de
las ideas de M arx y derivar, a partir de ellas, un m odelo de crecim iento eco­
nóm ico.
En líneas generales se pueden destacar, en el campo de las ciencias sociales,
dos contribuciones principales de Marx: una teoría del cam bio social y un
análisis crítico d el funcionam iento del sistema capitalista.
1.
En su teoría del cam bio social M arx establece una ley del desarrollo his­
tórico de la hum anidad; aunque n o universalm ente admitida, es una de las po­
s o J . p . Sartre, Critica de Ja razón dialéctica, op. cit., p . u .
21 Véase parte u y parte 111.
i6o
LA T E O R ÍA D E L D E SA R R O L LO EC O N Ó M IC O
cas que logra vincular, dentro de un m ism o contexto teórico, elem entos econó­
micos, políticos, sociales, jurídicos, etc. En otras palabras, esta teoría constituye
una concepción totalizante, una concepción sociológica en sentido lato y, por
tanto, integra en forma orgánica la sociología, la econom ía, la psicología social,
el derecho, etc. Engels ya había observado: "Así com o D arw in descubrió la ley
del desarrollo de la naturaleza orgánica, M arx descubrió la ley del desarrollo
de la historia h u m a n a . . . el grado de desarrollo económ ico alcanzado por una
época dada son la base sobre la cual han surgido las instituciones del Estado,
las concepciones legales, el arte e inclusive las ideas sobre religión del pueblo
en cuestión y a cuya luz deben ser, pues, explicados en vez de a la inversa,
com o había sido el caso hasta el m om ento ” .22 Se conoce esta teoría com o
“concepción m aterialista de la historia” o “sociología m arxista”, y consiste fun­
dam entalm ente en el em pleo de un concepto filosófico — el m aterialism o dia­
léctico— para investigar los hechos y las causas del desarrollo histórico de las
sociedades. La observación y el estudio históricos basados en esta concepción,
perm iten distinguir diferentes formaciones sociales en la evolución de la h u ­
m anidad: com unidad prim itiva, esclavitud, feudalism o, capitalism o y socialismo.
Estas formaciones sociales coinciden por lo general (aunque no mecánicamente)
con ciertos períodos históricos .23
A pesar de constituir esta teoría u n o de los más interesantes aportes de M arx
al desarrollo de las ciencias sociales contemporáneas, sigue siendo casi desco­
nocida en el ám bito del pensam iento social no-marxista; por lo demás, confor­
ma el marco general dentro del cual M arx desarrolla su análisis del sistema
capitalista. En cam bio, el análisis d e este sistema y las conclusiones o form ula­
ciones de sus tendencias constituyen la parte más conocida del pensam iento
marxista y tam bién el objeto de la mayor parte de las críticas.
2.
La otra contribución de M arx se refiere al funcionam iento del sistema
capitalista; o expresado con sus propias palabras, las leyes particulares que ri­
gen e l “m odo de produción capitalista”. Sólo con propósitos didácticos 24 se
pueden considerar dos niveles de abstracción cuando se exponen dichas leyes:
nivel global y nivel sectorial .25 E l análisis global aquí presentado estará acom­
pañado de una traslación a la term inología actual de la teoría económ ica. Por
otra parte, cuando M arx divide la econom ía entre un sector que produce bienes
de capital y otro que produce bienes de consumo, plantea un esquema de repro­
ducción sim ple y un esquem a de reproducción am pliada que representan gra­
dos sucesivos de aproxim ación a la realidad. Se partirá de estos esquemas sec­
toriales para la ulterior elaboración d e u n m odelo de crecim iento económ ico
en equilibrio.
U na parte im portante del pensam iento de M arx pretendió explicar las cri22 F. Engels, “En los funerales de M arx” en Erioh Fromm, M arx y su concepto del h o m ­
bre, trad. de Julieta Campos, Fondo de C ultura Económica, México, 1962, p. 267.
23 Como excede los fines aquí propuestos se esboza sólo u n a presentación simplificada de
esta teoría del cambio social.
24 Estas finalidades didácticas no sólo exigen una presentación sencilla y clara, sino tam bién
una presentación acorde con la nom enclatura que los economistas conocen o están acostum­
brados a manejar.
25 El distingo entre "nivel global” y “nivel sectorial” corresponde a categorías analíticas
de la lógica formal; está, p o r lo tanto, en abierta contradicción con la lógica dialéctica.
E L PE N S A M IE N T O M A R X IST A
161
sis periódicas que, a su juicio, constituían síntomas de las profundas y progre­
sivas contradicciones internas d el sistema capitalista. La creciente intensidad
de estas crisis intensificaría la lucha de clases, y esto conduciría al colapso final
de la sociedad capitalista y luego a su ulterior rem plazo por un sistema so­
cialista.
Se pueden destacar tres aspectos significativos en el tratam iento que M arx
da a las crisis económ icas del sistema capitalista: 26 la teoría del ejército indus­
trial de reserva, la tendencia decreciente de la cuota de ganancia y los esquemas
de reproducción. En seguida se explica el contenido de las variables marxistas
que se utilizarán, y luego se presenta una versión sim plificada de la explicación
que ofrece M arx de las crisis del sistema capitalista.
b] Identificación y relaciones entre las variables
i] Identificación de algunas variables marxistas
Capital variable y capital constante: en la nom enclatura actual el capital varia­
ble (v) sería identificado com o el total pagado por sueldos y salarios (remune­
raciones al factor trabajo); en cierta m edida sería equivalente al fondo de sala­
rios ricardianos. Con todo, existe una diferencia, puesto que en la teoría de
los clásicos sobre los salarios, excepción hecha de Ricardo, ese fondo total a
largo plazo sería u n salario de subsistencia, y no se precisa si el m ism o es de
naturaleza social o si es u n salario de subsistencia fisiológica. Si vinculam os
esto a las relaciones entre dicha teoría de los salarios y las variaciones en ma­
teria de población, parecería que la teoría d e los salarios de los clásicos o su
salario de subsistencia tendría más bien una connotación fisiologista. Para Marx,
en cambio, el capital variable o salario que recibe el obrero, tiene más bien
una característica social estimada en términos equivalentes al total de los bie­
nes necesarios para que la fuerza de trabajo se reproduzca, pero que lo haga
con un determ inado n ivel de desarrollo histórico, es decir, con la misma cali­
ficación técnica; esto incluiría, entre otras cosas, gastos en educación, gastos en
cierto tip o de vivienda obrera, gastos en vestim enta, los que variarán según sea
el clim a de una u otra región, etc. En definitiva, se trata de una reproducción
de la fuerza de trabajo, pero en un determ inado nivel histórico concreto. Este sa­
lario de subsistencia o capital variable lo expresaría una canasta de bienes que
haría posible la reproducción de esta fuerza de trabajo; al expresar esta canasta
de bienes por las horas-hombre necesarias para producir estos bienes, obtendría­
mos el valor de la fuerza de trabajo. M arx trata de demostrar así, cóm o aunque
el salario pagado al obrero sea igual al valor en horas-hombre de los bienes nece­
sarios para su reproducción, la jornada de trabajo es superior a este valor d e
la fuerza de trabajo. En otras palabras, y suponiendo que la cantidad de bienes
necesarios para la reproducción de la fuerza de trabajo se logre m ediante seis
horas-hombre de trabajo y la jornada laboral sea de doce horas, se observa que
aun cuando el empresario pague al obrero el valor de la fuerza de trabajo, le
a» En realidad, hay sólo u n tratam iento global, pero con fines analíticos se plantea desde
tres enfoques distintos, aunque interrelacionados.
L A T E O R ÍA D E L D E SA R R O L L O EC O N Ó M IC O
queda un rem anente de horas-hombre (en este caso, seis horas). Este tipo de
variable es el que M arx em plea para explicar la aparición de un trabajo exce­
dente del cual se apropia el empresario y que al m ism o tiem po le sirve de ele­
m ento clave para explicar el origen del valor. D e esta manera, intenta demos­
trar que la única fuente de valor existente en el proceso productivo, es la fuerza
de trabajo, de donde la necesidad de utilizar el concepto horas-Kombre com o
m edida para expresar el valor.
E l capital constante (c) consiste en la depreciación y las materias primas.
Joan R obinson sostiene que e l capital
. .Es constante en el sentido de que no
añade más al valor d el producto de lo que pierde en el proceso de produc­
ción, siendo e l valor nuevo q ue se agrega debido a la fuerza de trabajo com ­
prada por el capital variable. El equipo fijo contribuye. . . solam ente por lo
que respecta a su desgaste y depreciación ” .27 Hasta el m om ento, se trató de
dar una versión m oderna d el capital constante y del capital variable; sin em­
bargo, convendría utilizar algunas citas de M arx para profundizar en las rela­
ciones que él establece entre capital constante y variable. C uando explica las
características d el proceso productivo, M arx sostiene que “ . . . e l obrero añade
al objeto sobre el que recae el trabajo, nuevo valor, incórporándole una deter­
m inada cantidad de trabajo. . . D e otra parte, los valores de los m edios de pro­
ducción absorbidos reaparecen en el producto como parte integrante de su va­
lor; así, por ejem plo, los valores del algodón y los husos reaparecen en el valor
del hilo. Por tanto, el valor de los m edios de producción se conserva al trans­
ferirse al producto. Esta transferencia se opera al transformarse los m edios de
producción en producto, es decir, durante el proceso de trabajo ” .28
A l tratar de demostrar M arx que los m edios de producción (materias pri­
mas, m aquinarias y equipos) n o pueden transferir al producto más valor que
el que pierden durante el proceso productivo, agrega el siguiente ejemplo:
“ . . . el carbón que se quem a en la m áquina desaparece sin dejar rastro, al igual
que el aceite con que se engrasan las bielas. Los colorantes y otras materias
auxiliares desaparecen también, pero se m anifiestan en las cualidades del produc­
to. Las materias primas forman la sustancia del producto, aunque cam biando de
forma materias primas y materias auxiliares pierden, por tanto, la forma inde­
pendiente con que entran, com o valores de uso en el proceso de trabajo. N o acon­
tece así con los m edios de trabajo en sentido estricto: un instrum ento, una m áqui­
na, un edificio o jardín, un recipiente, etc., sólo prestan servicios en e l proceso de
trabajo m ientras conservan su forma prim itiva, y m añana vuelven a presentarse
en e l proceso de trabajo bajo la m ism a forma que tenían ayer. Conservan su
forma independiente frente al producto lo m ism o en vida, durante el proceso
del trabajo, que después de m uerto. Los cadáveres de las m áquinas, herramien­
tas, edificios, jardines, etc., no se confunden jamás con los productos que con­
tribuyen a crear. Si recorremos todo e l período durante el cual prestan servicio
uno de estos m edios de trabajo, desde el día en que llega al taller hasta el día
en que se lo arroja, inservible ya, al m ontón de chatarra, veremos que a lo
27 Joan Robinson, Introducción a la economía marxista, trad. de Carlos M edina, México,
Siglo X XI Editores, 1968, p. 26.
28 K arl Marx, E l capital, trad. de Wenceslao Roces, Fondo de C ultura Económica, México,
1965, t. 1, p. 150.
E L PE N S A M IE N T O M A R X IST A
largo de este período su valor de uso es absorbido íntegram ente por su tra­
bajo y su valor de cam bio se transfiere por tanto íntegram ente tam bién al
producto. Si por ejem plo la m áquina de h ilar tiene 10 años de vida, su valor
total pasará al producto decenal durante un proceso de 10 años. . . .Los medios
de producción sólo transfieren u n valor a la nueva forma del producto en la
m edida en que, durante e l proceso d e trabajo, pierden valor bajo la forma de
su antiguo valor de uso. El m áxim o de pérdida de valor que en el proceso de
trabajo pueden experim entar está lim itado, evidentem ente, por la m agnitud
prim itiva de valor con que entran en el proceso de trabajo o por el tiem po de
trabajo necesario para su propia producción. Por tanto, los m edios de produc­
ción no pueden jamás añadir al producto más valor que el que ellos mismos
poseen independientem ente del proceso de trabajo al que sirven ” .29
En otro pasaje de E l capital, M arx trata de explicar por qué se denom ina
capital constante y capital variable, a lo que, em pleando la nom enclatura m o­
derna, corresponde al valor de las materias primas y la depreciación por un
lado, y e l total de la rem uneración al trabajo, por el otro. En efecto, sostiene
que “ . . . al exponer las diversas funciones que desem peñan en la form ación del
valor d el producto los diversos factores del proceso de trabajo, lo que hemos
hecho en realidad ha sido definir las funciones de las diversas partes integran­
tes del capital en su propio proceso de valorización. . . Los m edios de produc­
ción, de una parte, y de otra la fuerza de trabajo n o son más que dos diversas
modalidades de existencia que el valor originario del capital reviste al desnu­
darse de su forma de dinero para transformarse en los dos factores del proceso
de tr aba j o . . . C om o vemos, la parte de capital que se invierte en m edios de
producción, es decir, en materias primas, materias auxiliares e instrum entos de
trabajo, n o cam bia de m agnitud de valor en el proceso de producción. T en ien ­
d o esto en cuenta, le doy el nom bre de parte constante de capital, o más con­
cisamente, capital constante. . . En cam bio, la parte de capital que se invierte
en fuerza de trabajo cambia de valor en el proceso de producción. Además de
reproducir su propia equivalencia, crea un rem anente, la plusvalía, que puede
tam bién variar, siendo más. grande o más pequeño. Esta parte del capital se
convierte constantem ente de m agnitud constante en variable. Por eso le doy
el nom bre de parte variable del capital, o más concisam ente, capital variable.
Las mismas partes integrantes del capital que desde el punto de vista del pro­
ceso de trabajo distinguíam os com o m edios de producción y fuerza de trabajo,
son las que desde el punto de vista del proceso de valorización se distinguen
en capital constante y capital variable ” .80
Plusvalía (p); La plusvalía está constituida por las utilidades netas, e l interés
y la renta. En términos de nom enclatura actual se podría sostener que la plus­
valía constituye el ingreso de los propietarios de los medios de producción, o en
otros términos, es la diferencia entre el producto neto y lo pagado en concepto
de salarios. T am b ién aquí sería conveniente señalar que en términos de valor,
tal com o utilizó M arx este concepto, la plusvalía, constituiría un trabajo exce­
dente, o sea, la parte de la jornada de trabajo que rebasa el valor de la fuerza
29 Ibid., p. 155.
so ibid., p. 158.
164
L A T E O R ÍA DEL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
de trabajo, com o se señaló en el ejem plo anterior. Las relaciones entre capital
constante, capital variable y plusvalía, podrían explicarse m ejor m ediante un
caso h ipotético sim plificado, acerca del proceso productivo, que expresase estas
variables en horas-hombre com o m edida d el valor. En este sentido se supondrá
que existe un proceso productivo determ inado pafa elaborar un bien cualquie­
ra, para el cual se requieren materias primas por valor de 10 horas-hombre
(vale decir, las materias primas se elaboran con un insum o de 10 horas-hombre de
trabajo); la depreciación de los bienes de capital alcanza a 10 horas-hom­
bre; y para producir este bien se requieren 30 horas-hombre de trabajo. Por
consiguiente, el valor total d el bien producido sería igual a 50 horas-hombre.
A dm itido esto, supóngase tam bién q ue e l valor de esas 30 horas-hombre de tra­
bajo es igual a 15 horas-hombre (o sea los sueldos y salarios pagados serían
equivalentes a un a canasta de bienes para cuya producción se necesitan 15 ho­
ras-hombre). Este valor total de 50 horas-hombre estaría integrado por el ca­
pital constante igual a 20 horas-hombre, com puesto por 10 de materias primas
y 10 de depreciación q ue ingresaron en el proceso productivo y que aparecen
incorporadas sin m odificación en el valor del producto; el capital variable
igual al valor de la fuerza de trabajo o sea 15 horas-hombre; y com o el valor
total del producto es e l equivalente a 50 horas-hombre, quedaría un excedente
de 15 horas-hombre que serían igual a la plusvalía.
Gráficamente, este proceso puede percibirse de la siguiente manera:
ii] R elaciones entre las variables
Para poder asim ilar el contenido de las variables marxistas a la teoría econó­
mica actual, necesarias son algunas aclaraciones. En primer lugar, recuérdese
que M arx utilizó estas variables para explicar cómo durante el proceso de pro­
ducción el trabajo es la única fuente de valor, y al m ism o tiem po cóm o parte
de ese valor creado se distribuye entre los propietarios de los m edios de produc­
E L PEN SAM IENTO M A R X IST A
165
ción y los obreros o asalariados. En segundo lugar, se debe distinguir e l con­
cepto de capital constante en sus dos com ponentes: depreciación y materias
primas o producción interm edia. Supóngase que el capital constante (c) es igual
a las materias primas (m) más la depreciación (d), o sea, c = m -j- d. L uego de
estas aclaraciones previas, pueden ya establecerse las siguientes relaciones:
P rod u cto n eto (YN o P N ). C om o es sabido, el producto n eto es igual a la
suma de los valores agregados, vale decir los ingresos pagados a los factores de
producción. Com o estos ingresos están divididos para M arx en plusvalía y ca­
pital variable, o sea los ingresos a la propiedad d e los m edios de producción
y los ingresos al factor trabajo, tenem os que
YN =
PN =
p -f v
Por otra parte, si se sabe que el p ro d u cto b ru to (YB o PB) es igual al pro­
ducto neto más la depreciación, se tiene:
YB — PB = p + v +
d; o bien PB = p
v + c — m
Para facilitar el entendim iento de este desarrollo, conviene recordar que
Marx, en realidad, consideraba com o producto bruto lo que ahora se denom i­
na valor bruto de la producción ( VBP), o sea, el valor bruto de la produc­
ción será igual a la plusvalía más el capital variable y el capital constante.
T raducido esto a térm inos actuales, significa que el valor bruto de la produc­
ción es igual a las materias primas o insum os interm edios más el valor agre­
gado y la depreciación:
VBP = c -f- v + p
Con los conceptos de capital constante, capital variable y plusvalía, Marx
establece tres relaciones de im portancia para su razonamiento; la tasa de
explotación o tasa de plusvalía (é), la com posición orgánica del capital (n)
y la tasa de utilidades o cuota de ganancia (t).
L a tasa de explotación (e) o cuota de plusvalía, es la relación entre plusvalía
y capital variable; en otras palabras, es la relación existente entre el ingreso
que perciben los propietarios de los m edios de producción y los ingresos que
percibe el factor trabajo. H ay diferencia entre tasa de explotación y cuota
de plusvalía puesto que el concepto de tasa de explotación es más general,
dado que este últim o concepto es aplicable a cualquier sistem a social, m ien­
tras que la tasa de plusvalía es la forma específica que adquiere la tasa de
explotación en el sistema capitalista, en el cual la plusvalía queda com o un
excedente o beneficio y el capital variable asum e la form a específica de pago
de un salario.
Por otra parte, esta relación sería representativa, según la term inología
moderna, de un coeficiente de distribución del ingreso, es decir, precisamente
de distribución funcional del ingreso. Así, por ejem plo, la tasa de explotación
de un sistema feudal m ediría la relación que existe entre el trabajo que el
siervo o e l colono realiza en las tierras del señor feudal, y la parte de su
propia producción que transfiere al señor por un lado y la producción que
166
L A T E O R ÍA D EL D E SA R R O L LO ECONÓM ICO
le queda por el otro. Esta relación en la época feudal adquirió numerosas
variantes y ellas dependían de una serie de razones históricas concretas y defi­
nidas, de aquí que esas relaciones fueran diferentes en distintos países o
lugares, y al m ism o tiem po otras las formas d é prestación de servicios, de
trabajo o d e entrega d e parte de la producción al señor feudal,- cuando no
al representante de la m onarquía; todo dependía de las singularidades de
cada región. Las relaciones establecidas dentro del sistem a feudal fueron bas­
tante complicadas; se basaban en ciertas normas consuetudinarias y al mismo
tiem po dependían de las características de la distribución de la tierra, como
así tam bién del poder relativo que tenía e l señor feudal con respecto al m o­
narca u otros señores feudales. En cam bio, esa m ism a relación dentro d el sis­
tem a capitalista adquiere formas más sim plificadas, puesto que la tasa de explo­
tación se transforma en tasa de plusvalía y la producción se distribuye com o
plusvalía (que está representada por utilidades, beneficios, intereses, etc.),
y com o capital variable (pago m onetario en sueldos y salarios al factor tra­
bajo). Si bien la tasa de explotación o la tasa de plusvalía puede expresarse
en términos m onetarios, o sea en e l total de ingresos m onetarios correspon­
dientes a los propietarios d e los m edios d e producción y los correspondientes
al factor trabajo, M arx establece esta relación en térm inos de horas-hombre.
D e esta manera logra expresar esta relación com o una división d e la jom ada
de trabajo entre el tiem po que un hom bre trabaja para sí m ism o y e l que
trabaja para el propietario de los m edios d e producción. A l tiem po de tra­
bajo que el obrero destina para sí, M arx lo denom ina “trabajo necesario”;
en cam bio a las horas-hombre que e l obrero trabaja para el propietario de
los m edios d e producción las denom ina “trabajo excedente”. U n ejem plo per­
m itirá apreciar cóm o se traduce una determ inada tasa de explotación en
una división de la jom ad a de trabajo entre la parte que e l obrero trabaja
para sí y la parte q ue destina a l propietario de los m edios de producción.
$
Así, por ejem plo, si la tasa de explotación es igual a —
P
(— =
6
— ) y la jor­
nada de trabajo es de 11 horas, el obrero trabajará 5 horas para él y las
6 restantes para su empleador; expresado d e otro m odo: si durante las 11
horas de trabajo, pongam os por caso, se producen 22 pares de zapatos, e l obrero
produce 10 para él y 12 para el empresario .*1
M arx expresa de esta m anera las relaciones entre e l tiem po de trabajo
necesario y el tiem po de trabajo excedente, y el contenido concreto que, para
él, tendría la cuota d e plusvalía o tasa de explotación: “. . .durante una eta­
pa d el proceso d e trabajo, el obrero se lim ita a producir el valor de su
fuerza d e trabajo, es decir, el valor de sus m edios de subsistencia. Pero, como
ax L a transform ación d e la tasa d e explotación en una división d e la jo m a d a de tra b a jo
se puede dedu cir fácilm en te construyendo u n sistem a d e dos ecuaciones con dos incógnitas:
t - 1
»
5
Si se resuelve este sistem a de ecuaciones se tien e qu e v — 5 y p — 6; la jo rn ad a de tra b a jo de
j 1 horas se distribuye en tre lo q u e correspondería a v y a p .
E L PEN SAM IENTO M A R X IST A
167
se desenvuelve en un régim en basado en la d ivisión social d el trabajo, no
produce sus m edios de subsistencia directam ente, sino en forma de una mer­
cancía especial, h ilo por ejem plo, es decir, en forma de u n valor igual al
valor de sus m edios de subsistencia o al dinero con que los compra. La parte
de la jornada de trabajo dedicada a esto será mayor o m enor según el valor
norm al de sus m edios diarios de subsistencia, o lo que es lo mism o, según
el tiem po de trabajo que necesite, un día con otro, para su producción. Si el
valor de sus m edios diarios de subsistencia viene a representar una m edia de
6 horas de trabajo materializadas, el obrero deberá trabajar en prom edio 6
horas diarias para producir ese valor. Si n o trabajase para el capitalista
sino para sí, com o productor independiente, tendría forzosamente que tra­
bajar, suponiendo que las demás condiciones no variasen, la m ism a parte
alícuota de la jornada, por térm ino m edio, para producir el valor de su fuerza
de trabajo, y obteniendo con él los m edios de subsistencia necesarios para su
propia conservación y reproducción. Pero, com o durante la parte de la jor­
nada en que produce el valor diario de su fuerza de trabajo, digam os 3 che­
lines, no hace más que producir u n equivalente del valor ya abonado a
cam bio de ella por el capitalista; com o por tanto, al crear este nuevo valor,
no hace más que reponer el valor del capital variable desembolsado, esta
producción de valor presenta el carácter de una mera reproducción. La parte
de la jornada de trabajo en que se opera esta reproducción es la que yo
llam o tiem po de trabajo necesario, dando el nombre de trabajo necesario
al desplegado durante ella. N ecesario para el obrero, puesto que es indepen­
diente de la forma social de su trabajo. Y necesario para el capital y su
m undo, que no podría existir sin la existencia constante del obrero. . . La
segunda etapa del proceso de trabajo, en que el obrero rebasa las fronteras
del trabajo necesario, le cuesta, evidentem ente, trabajo, supone fuerza de
trabajo desplegada, pero n o crea valor alguno para él. Crea la p lu sv a lía .. .
esta parte de la ornada de trabajo es la que yo llam o tiem po de trabajo
excedente, dando el nom bre de trabajo excedente (surplus labour) al tra­
bajo desplegado en ella. Y, del m ism o m odo que para tener conciencia de lo
que es el valor en general, hay que concebirlo com o una sim ple m ateria­
lización de tiem po de trabajo, com o trabajo m aterializado pura y sim ple­
m ente, para tener conciencia de lo que es la plusvalía, se la ha de concebir
com o una sim ple m aterialización de tiem po de trabajo excedente, com o tra­
bajo excedente m aterializado pura y sim plem ente. L o único que distingue
unos de otros los tipos económ icos de sociedad, v, gr.: la sociedad de la
esclavitud de la del trabajo asalariado, es la forma en que este trabajo ex­
cedente le es arrancado al productor inm ediato, al o b rero..." 32
Otra relación que establece M arx alude a la com posición orgánica del
capital (n), que es igual a la relación entre el capital constante y e l capital
c
variable, o s e a ,.n = —-. Esta relación es representativa de una cierta tecno­
logía; por supuesto que es una tecnología m edia para la sociedad en su conjunto,
puesto que esta relación variará de una industria a otra e incluso, dentro de una
32 k . Marx, E l capital, ed. cit., pp. 163 y 164.
i68
L A T E O R ÍA DEL D E SA R R O LLO ECONÓM ICO
misma rama industrial entre empresa y empresa; desde luego tam bién variará en­
tre sector y sector. Son de todos conocidas las distintas características técnicas de
la producción en cada uno de los sectores, por ejem plo, la producción m inera re­
querirá una masa de materias primas y de capital im portante con relación a la
cantidad de m ano de obra ocupada en esas actividades. En el sector servicios,
la relación adquiere otras características por cuanto el contenido de mano
de obra es m ucho más im portante en este proceso productivo específico. D e
todas maneras, se puede establecer, con fines analíticos, una relación entre
la com posición orgánica del capital existente en cada uno de los sectores,
en cada una de las industrias y, con una adecuada ponderación, llegar a la
com posición orgánica d el capital para toda la econom ía. Esta relación la lla­
ma com posición d e l capital, por cuanto el capital desem bolsado en general
es igual a lo que el em presario gasta en adquirir las materias primas más
los bienes de capital o la depreciación, y lo que gasta en contratar m ano de
obra; luego la relación entre c y v será una com posición que determ ina cóm o
está distribuido el capital entre sus distintos com ponentes. Esta com posición
es orgánica porque im plica una m anera definida y concreta de com binar los
factores productivos. Dados una técnica o un n ivel de conocim iento tecnológico,
los factores productivos deberían combinarse de una m anera m uy específica, o
sea, tantas unidades de trabajo por unidades de capital, y esto significa
tam bién una determ inada cantidad de materias primas que requerirá el pro­
ceso productivo. Por supuesto estas relaciones pueden m odificarse si existe
alguna variación d el precio relativo entre los bienes de capital, las materias
primas y el precio del trabajo. Sin embargo, estas variaciones de precios rela­
tivos n o aparecen consideradas en e l análisis que efectúa M arx por cuanto
adm ite un supuesto básico en todo el análisis que se realiza en E l capital: que
el valor es siempre ig u a l al precio. Este supuesto significa, por ejem plo, que el
salario nunca es inferior o superior al valor de la fuerza de trabajo y, por
otro lado, que el precio que tiene determ inado bien en el mercado es igual
al valor m onetario de las horas-hombre necesarias para producir dicho bien,
más las horas-hombre contenidas en las materias primas y en el desgaste del
capital. La com petencia perfecta que existiría en el sistema económ ico exp li­
caría el hecho que los precios sean iguales a los valores. M arx utiliza la com­
posición orgánica del capital para mostrar los efectos que los cam bios de
esta com posición producen sobre la dem anda de m ano de obra, o sea, cómo
al evolucionar l a ' tecnología, una com posición orgánica d el capital creciente
significa que cada vez se necesita m enos m ano de obra para una masa deter­
m inada de capital. En otras palabras, de acuerdo a la term inología moderna
diríam os que cada vez se em plean técnicas más intensivas en capital. Esto
significa que, analizando la tendencia de la com posición orgánica d el capital,
se puede observar que se utiliza cada vez m enos m ano de obra para canti­
dades determinadas de producción y esto im plica, por su parte, que el ejér­
cito industrial de reserva o masa de desocupados tiende a ampliarse. Sin em­
bargo, cuando la acum ulación crece sustancialm ente puede presentarse una
dism inución de la masa de desocupados. En este sentido tal vez convenga
recordar algunas frases de M arx relativas al contenido de la com posición
orgánica del capital y su tendencia; señala com o una ley del desarrollo del
EL PEN SAM IENTO M A R X IST A
169
sistem a capitalista la tendencia creciente de la com posición orgánica d el capi­
tal:
. .La com posición d el capital puede interpretarse en dos sentidos.
A tendiendo al valor, la com posición del capital depende de la proporción
en que se divide en capital constante o valor de los m edios de producción y
capital variable o valor de la fuerza de trabajo, suma global de los salarios.
A tendiendo a la materia, a su funcionam iento en el proceso de producción,
los capitales se dividen siempre en m edios de producción y fuerza viva de
trabajo; esta com posición se determ ina por la proporción existente entre la
masa de los m edios de producción em pleados, de una parte, y de otra la
cantidad de trabajo necesaria para su e m p le o .. . doy a la com posición de
valor, en cuanto se halla determ inada por la com posición técnica y refleja
los cam bios operados en ésta, el nom bre de com posición orgánica d el ca­
pital. . . Los numerosos capitales invertidos en una determ inada rama de
producción presentan una com posición, más o menos diversa. La m edia de
sus com posiciones individuales arroja la com posición del capital global de
esta rama de producción. Finalm ente, la m edia total de las com posiciones
medias de todas las ramas de producción, da la com posición del capital social
de un país. . . ” 33
A su vez M arx utiliza la com posición orgánica del capital para explicar
la producción creciente d el trabajo y esto tam bién refleja una com posición
orgánica del capital creciente; significa una evolución tecnológica que, entre
otras cosas, genera una creciente productividad del trabajo. En efecto, Marx
sostiene: “ . . .e l volum en creciente de los m edios de producción comparado
con la fuerza de trabajo que absorben, expresa siempre la productividad
creciente d el trabajo. Por consiguiente, el aum ento d e ésta se revela en la
dism inución de la masa de trabajo, puesta en relación con la masa de m edios de
producción m ovidos por e l l a . . . Este cam bio operado en la com posición técnica
d el capital, este increm ento de la masa de m edios de producción, comparada con
la masa d e la fuerza de trabajo que la pone en m ovim iento, se refleja, a su vez,
en su com posición de valor, en e l aum ento d el capital constante a costa del capi­
tal variable ” .84
Para Marx, la com posición orgánica del capital perm ite analizar las rela­
ciones entre este indicador y la acum ulación dentro d el sistema capitalista
de producción. En este sentido dice: “. . .un aum ento de volum en del capital
invertido en el proceso de p rod u cción .. . funciona com o base para am pliar
la escala de la producción y los m étodos a ésta inherentes de reforzamiento
de la fuerza productiva del trab ajo.. . Así, pues, aunque el régim en de
producción específicam ente capitalista presuponga cierto grado de acum ula­
ción del capital, este régimen, una vez instaurado, contribuye de rechazo a
acelerar la acum ulación. Por tanto, con la acum ulación de capital se desa­
rrolla el régim en específicam ente capitalista de producción, y el régim en
específicam ente capitalista de producción im pulsa la acum ulación de capital.
Estos dos factores económ icos determ inan, por la relación com pleja del im ­
pulso que m utuam ente se im prim en, ese cam bio que se opera en la com po­
33 ib id ., p. 5 17 .
34 lb id ., pp. 525 y 526.
L A T E O R ÍA D EL D ESAR R O LLO ECO NÓ M ICO
170
sición técnica del capital y q ue hace que el capital variable vaya reducién*
dose continuam ente a m edida que aum enta el capital constante . . . ”35
La tasa de u tilid a d es o cuota d e ganancia la define M arx com o una rela­
ción entre la plusvalía y el capital constante más el capital variable, o sea,
que t — — —— . C om o se verá más adelante, lo que M arx llam ó “ley de la
C ~}” V
tendencia decreciente de la cuota de ganancia” es com patible con los supues­
tos relativos a un a com posición orgánica d el capital creciente y a una tasa
de explotación constante. En efecto, M arx sostiene: “. . . [el] increm ento gra­
dual d el capital constante en proporción al variable tiene com o resultado
un descenso gradu al d e la cuota general d e ganancia, siempre y cuando
permanezca invariable la cuota de plusvalía, o sea, el grado de explotación
del trabajo por e l ca p ita l. . . ,,3e Estas tendencias son criticadas incluso por
algunos autores marxistas, porque no resulta evidente que en el sistema capi­
talista haya una tendencia bien definida en términos que la tasa de utilidades
sea decreciente y la tasa de explotación o cuota de plusvalía sea constante.
Este supuesto oscurece el análisis y conduce a la conclusión que la cuota
de ganancia es decreciente, lo que parecería erróneo. En otras palabras, n o
se puede establecer claram ente que la tasa de explotación sea constante;
luego, ante un supuesto de com posición orgánica d el capital creciente, se
obtendría un com portam iento errático de la tasa de utilidades.
Expresadas estas relaciones de acuerdo a la term inología actual se trata
de vincular la com posición orgánica del capital y la tasa de utilidades con el
coeficiente tecnológico de capital por hom bre ocupado y, además, con el ren­
dim iento del capital, respectivam ente. D ebe recordarse que estos dos últim os
conceptos están unidos al volum en de capital em pleado (stock), y n o al flujo
de sus servicios (depreciación). Según Joan R obinson, M arx parece haber
advertido estas diferencias, pero su term inología las oscurece; para salvar
estas am bigüedades se pueden utilizar com o conceptos similares a la compo­
sición orgánica del capital y a la tasa de utilidades, los de capital por hom bre
ocupado y rendim iento m edio del capital, respectivam ente. E l ren dim ien to
m edio d el capital será igual a la relación entre la plusvalía (utilidades, rentas,
intereses, beneficios) y el capital de operación. El ca p ita l d e operación es
igual al valor del capital fijo más el capital circulante utilizado por el em ­
presario en el proceso productivo durante un período determ inado. Necesa­
rias son algunas aclaraciones sobre cóm o pasar de los conceptos de flujos
(materias primas, depreciación, capital variable) al concepto de capital de
operación que es un stock.
Para calcular el capital de operación a partir de estos flujos se procede
de la siguiente manera:
a) Si el pago de los sueldos y salarios y las compras de materias primas,
por ejem plo, se realizan cada dos meses, el total anual de estos con­
ceptos se dividirá por seis;
35 Ib id ., p. 528.
36 Ib id ., t. n i, p. 214.
EL PEN SAM IENTO M A R X IST A
17*
b) Si la depreciación es de un 1 0 %, debe m ultiplicarse la depreciación
por 10 para obtener el stock de capital fijo.
Si se sum an a) más b) se obtiene el capital de operación; o lo que es lo
mism o se habrán transformado los conceptos de flujos en u n stock.
U na vez identificadas y definidas las variables que utilizó M arx en parte
de su razonam iento, se tratará de presentar su argum entación en to m o a las
crisis económ icas del sistema capitalista, utilizando, hasta donde ello sea po­
sible, conceptos de la teoría económ ica moderna.
c] A nálisis d e l ciclo económ ico
D urante un período singnificativo la teoría económ ica estuvo preocupada
por dar una explicación del ciclo económ ico. Sólo con el pensam iento keynesiano, que aportó una política anticíclica, esta preocupación quedó relegada
a segundo plano; por e llo resulta interesante destacar las ideas de M arx en
to m o a la trayectoria cíclica de la econom ía. En este sentido, y com o ya se
expresó, se pueden señalar, con fines analíticos, tres formas de explicación
d el ciclo utilizando el instrum ental de la teoría marxista.
i] L a teoría d el ejército in du strial d e reserva
Pretende señalar cóm o la desocupación oscila en función de los desajustes que
se producen entre el volum en de m ano de obra disponible y el que dem anda
un determ inado, m onto de capital. E n efecto, la desocupación (ejército in ­
dustrial de reserva) tiende a contraerse y expandirse com o consecuencia del
aum ento y ulterior dism inución d el ritm o de acum ulación y tam bién por el
cam bio técnico, ya que e l volum en de m ano de obra perm anece relativa­
m ente constante. C uando e l volum en de capital es considerable, y por lo tanto
la dem anda de trabajo excede la oferta de m ano de obra, el n ivel de desocu­
pación se reduce y por consiguiente aum entan los salarios. Por otro lado, la
elevación de los salarios com prim e las utilidades, rentas e intereses (plusvalía),
y esto a su vez hace dism inuir e l ritm o de acum ulación o inversión, e induce
a los capitalistas a incorporar técnicas de producción ahorradoras de m ano
de obra. D e esta manera, el ejército industrial de reserva (alim entado por
el increm ento vegetativo de la población) aum enta en relación al volum en
de capital, debido a la caída d el ritm o de acum ulación. Además, la natu­
raleza d el cam bio tecnológico (técnicas intensivas en capital), reduce el volu­
m en de ocupación por unidad de capital, circunstancia que a su vez produce
u n segundo efecto acum ulativo que am plía el n ivel de desocupación; de esta
forma, la desocupación aum enta y por lo tanto dism inuyen los salarios reales.
La reducción de los salarios reales y la incorporación de nuevas técnicas
producen, llegado cierto punto, un aum ento de las utilidades, y por lo
tanto una m ayor acum ulación.
Esta m ayor acum ulación am pliará nuevam ente la dem anda de trabajo,
reducirá la desocupación y elevará los salarios, y así sucesivam ente. A dm itido
este m ecanism o resulta que las crisis constituyen un síntom a y a la vez una
L A T E O R ÍA D E L D ESAR R O LLO ECONOM ICO
172
característica d el sistem a capitalista. Así, los continuos cambios d el nivel
de ocupación y de los salarios reales afectan directam ente los intereses de
una clase (clase trabajadora) dentro del sistema. Esto intensificaría la lucha
de clases en grado creciente, constituyéndose así en una de las principales cau­
sas de presión para el cam bio d el sistema.
O portuno es aclarar que el desem pleo que analiza M arx es com pletam ente
distinto d el desem pleo involuntario keynesiano: este últim o es cíclico y a
corto plazo y lo genera un déficit de la dem anda efectiva, creándose así
capacidad ociosa de los bienes de capital. D e lo exam inado se deduce que
Marx, al igual que los clásicos, desarrolla su análisis a largo plazo y además
supone que no hay desocupación d e los bienes de capital.
ii] T en den cia decreciente de la tasa o cuota de ganancia
Marx refutó la teoría de la población de los clásicos y la reform uló e n función
de su teoría del ejército de reserva. Com o se verá más adelante, esto tiene
com o consecuencia vincular la acum ulación, la tasa de ganancia y el ejército
de desocupados a la explicación de las crisis, sin tener que adm itir el estado
estacionario. C om o es sabido, en la teoría clásica, la dism inución en la
tasa de beneficios lleva al cese de la acum ulación y, por consiguiente, al estado
estacionario. La tasa o cuota d e ganancia se define com o la relación entre
la plusvalía y el capital variable más el capital constante; y esta misma
relación puede establecerse en función de la tasa de explotación y de la com­
posición orgánica de capital. E n efecto:
t = - t v -J- c
P_
v
V
c
V
V
D e lo anterior se deduce que una com posición orgánica del capital cre­
ciente, y suponiendo constantes todos los demás elem entos, genera una tasa
de ganancia decreciente; asimismo, una tasa de explotación creciente significa
una tasa de ganancia tam bién creciente. D e donde se desprende la existencia de
interrelaciones entre la acum ulación, e l ejército de desocupados y la tasa de ga­
nancia. Así, por ejem plo, una tasa de ganancia creciente estim ula la acum ula­
ción y dependiendo cual sea la com posición orgánica del capital, esa acum u­
lación ofrecerá em pleo en un a m agnitud dada que, contrastada con el ejército
de desocupados, explicaría las variaciones en la tasa de salarios y, en consecuen­
cia, de la plusvalía. Estas interrelaciones se analizarán más adelante cuando se
describa el m odelo global marxista.
El hecho que el estado estacionario desem peñe un papel im portante en la
argum entación de los clásicos y, sobre todo, en Ricardo, indujo a M arx a pen­
sar que hasta los mism os teóricos del capitalism o reconocían la existencia de un
lím ite al crecim iento del sistem a capitalista. En general, e l lím ite es alcanzado
E L PEN SAM IENTO M A R X ISTA
‘ 73-
cuando la acum ulación cesa por la caída de la tasa d e beneficios; esta caída y
la de la tasa de acum ulación explican así que la trayectoria a largo plazo d el
sistema conduzca al estado estacionario. Además, en la teoría de la población
de los clásicos la presencia de u n salario de subsistencia asegura que la pobla­
ción n o crece y, por lo tanto, se m antiene constante al igual que los flujos de
producción. M arx introduce el concepto del ejército de reserva y sostiene ade­
más que la plusvalía, o excedente que se obtiene en el proceso productivo, ga­
rantizan la presencia de la acum ulación, al m ism o tiem po que la propensión a
acum ular es una característica del empresario capitalista; de esta manera el sis­
tema n o llega a un estado estacionario sino que crece perm anentem ente, aunque
a través de continuas crisis. Las variaciones en la tasa de ganancia y sus efectos
sobre la acum ulación, pasan a constituir así un elem ento teórico im portante
para explicar los ciclos, cuyo proceso tendría esta secuencia: el aum ento de la
tasa o cuota de ganancia acelera la acum ulación, esto se traduce en u n aum ento
de la dem anda de trabajo, lo q u e a su vez genera una dism inución en el ejér­
cito de reservas; esta dism inución atenúa la presión de la oferta de trabajo, lo
que genera un aum ento en los salarios. E l alza de los salarios presiona hacia
un decrecim iento de la plusvalía y, en consecuencia, hacia una dism inución de
la tasa de utilidades. D e esta m anera se llega a una baja en la acum ulación, lo
que significa que dism inuye la dem anda de bienes de „capital; aum entan por
consiguiente los stocks de bienes de capital y decrece la dem anda de bienes de
inversión, tanto en el sector productor d e bienes de capital com o en el productor
de bienes de consum o. Este proceso origina una reducción en la demanda de
trabajo, lo que conduce a un aum ento en el ejército de reserva o, lo que es lo
mismo, a un exceso de la oferta de trabajo en relación a la dem anda presentán­
dose entonces un descenso de los salarios. La baja de salarios significa una re­
ducción en los ingresos, y por consiguiente una m enor dem anda de bienes de
consum o, lo que genera una dism inución de la dem anda de bienes de capital
en el sector que produce bienes de consumo. Este proceso proseguirá hasta que
la caída en los salarios llegue a tal n ivel que genere un aum ento de la plusvalía
en algunas industrias, lo que perm ite que éstas increm enten su dem anda de
bienes de inversión; se producirá así u n aum ento en la plusvalía y, por consi­
guiente, en la acum ulación, y así sucesivamente.
Por supuesto que para exponer esta secuencia se om itieron una serie de pa­
sos interm edios, y esta om isión empobrece, en alguna m edida, el análisis hecho
por MarxD e todas maneras se trata de mostrar la im portancia que tienen las varia­
ciones en la tasa de ganancia para explicar las crisis.
La hipótesis de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es una de las
más discutidas entre las enunciadas por Marx.* Si bien es cierto que sostuvo que
a largo plazo existe esa tendencia, al m ism o tiem po señaló una serie de fuerzas
que podían contrabalancearse o contrarrestarla hasta elim inar la caída de la
tasa de ganancia. Esas fuerzas actuarían sobre la com posición orgánica d el ca­
pital y la tasa de acum ulación, dism inuyendo la primera y aum entando la se­
gunda; creando así una presión hacia el ascenso de la tasa de ganancia. Las
fuerzas contrarrestantes serían:
a) Abaratam iento del capital constante, vale decir, que m anteniendo sin m o­
>74
L A T E O R ÍA D EL D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
dificación el capital variable y la tecnología, la com posición orgánica de) capital
dism inuye.
b) A um ento en la intensidad de la explotación, que puede traducirse en una
am pliación de la jom ad a de trabajo, en una racionalización o una mayor inten­
sidad del proceso de trabajo, lo que conduciría al aum ento de la plusvalía y,
por consiguiente, al increm ento de la tasa de ganancia.
c) D epresión de los salarios a niveles inferiores al valor de la fuerza de tra­
bajo. M arx considera este elem ento com o poco im portante, puesto que los sala­
rios los fija el mercado, y en consecuencia, la rem uneración al trabajo en con­
diciones de com petencia n o puede m antenerse m ucho .tiem po por debajo de su
valor.
d ) La presencia de un ejército de reserva creciente posibilita la existencia
de industrias con u n a com posición orgánica de capital baja (técnica intensi­
va de m ano de obra) y una tasa de plusvalía relativam ente elevada, lo que sig­
nifica que estas industrias pueden lograr una tasa de ganancia superior y, por
consiguiente, presionar para q u e la tasa de ganancia prom edio tienda a elevarse.
e) El intercam bio com ercial con otros países perm ite obtener materias pri­
mas y alim entos baratos y, en otros casos, bienes de capital a precios inferiores
a los existentes en la econom ía nacional. V ale decir, si se m antienen iguales las
demás variables, se logra u n aum ento en la tasa de ganancia. Sweezy agrega
otros factores que actuarían en forma directa sobre la tasa de ganancia y pre­
sionarían en favor de un aum ento o dism inución de la misma. Así, por ejem ­
plo, la presencia de sindicatos bien organizados y la acción del Estado en bene­
ficio de los obreros (lim itación de la jom ad a de trabajo, seguro contra el des­
em pleo, legalización de convenios colectivos, etc.), intervienen directam ente para
deprim ir la tasa de ganancia. Por otra parte, la existencia de organizaciones
empresariales, la exportación de capitales hacia regiones donde se logra una tasa
de ganancia más elevada, la form ación de m onopolios y las facilidades que éstos
tienen para discrim inar mercados o im poner precios, la acción d el Estado a tra­
vés de algunas m edidas, tales com o la adopción de tarifas proteccionistas, cuotas
de im portación, tipos de cam bio diferenciales, ciertos gastos públicos, exenciones
tributarias a empresas que se quiere estimular, etc., influyen sobre la tasa de
ganancia, elevándola.
C om o podrá verse más adelante, este aspecto teórico parecería redundante,
puesto que no agrega n ingú n elem ento de im portancia para las teorías o con­
clusiones generales que elaboró Marx, y por otra parte podría entrar en
contradicción con algunos de sus supuestos. N o obstante, interesan más las interrelaciones por él establecidas entre la tasa o cuota de ganancias, acum ulación,
salarios, ocupación y tecnología para explicar las crisis, antes que señalar deter­
m inada tendencia de la tasa d e ganancia.
iii] Esquem as d e reproducción sim p le y am pliada
Marx, basándose en el T ab lea u É conom ique de Quesnay, establece los esquemas
de reproducción sim ple y am pliada, para mostrar ciertas interrelaciones en el
proceso productivo que explicarían la existencia de u n equilibrio, en el sentido
q u e las decisiones de producción coinciden con las demandas que se generan
E L PEN SAM IENTO M A R X IST A
>75
en el sistema. M arx sostiene que el sistema capitalista carece de los mecanismos
necesarios para hacer que las dem andas coincidan exactam ente con las decisio­
nes de producción; esta disociación entre la dem anda y la oferta es esencial
entre los argumentos que explican las crisis de realización, las que se traducen
en producción no vendida.
Las crisis de realización pueden ser de dos tipos: las de subconsum o, que significan un acopio de producción que n o vende el sector que produce bienes de
consum o y, por otro lado, las crisis de desproporción, que im plican acum ulación
de existencias de materias primas y de bienes de capital, generada porque son
distintos los empresarios que dem andan materias primas y bienes de capital y
aquellos qu e los producen. C on respecto al subconsumo, M arx sostiene qu e allí
radica una contradicción im portante del sistem a capitalista, puesto que la pro­
ducción carece de objetivos salvo que se la encauce hacia una m eta precisa de
consumo. A l respecto, afirma qüe el capitalism o trata de am pliar la producción,
pero sin preocuparse por el consum o que es lo único, a su juicio, que puede
darle sentido. La presencia de un a fuerza productiva y de una capacidad de
producción crecientes se traducen en un aum ento im portante de la producción
de mercancías que después deben convertirse en dinero; por otra parte, la opo­
sición a los increm entos salariales significa una lim itación d el consum o de los
obreros a niveles de subsistencia, de m anera tal que durante el proceso surge
una tendencia a la superproducción de bienes de consumo, lo que caracterizaría
las crisis de subconsum o com o parte d e la crisis de realización. D e esta m ane­
ra, la capacidad productiva de la sociedad capitalista, siempre creciente, se es­
trella contra el lím ite im puesto por el bajo poder de consum o de los obreros.
El enfoque m oderno del ciclo económ ico, basado en la teoría keynesiana de
déficit de dem anda efectiva o en las teorías del subconsum o, tiene estrecha afi­
nidad, e incluso podría pensarse que tiene su origen en esta línea de explicación
que M arx dio de las crisis del sistema. Es evidente que el objetivo de estas teo­
rías es totalm ente distinto, puesto que tanto las teorías keynesianas com o las
modernas del subconsum o persiguen e l propósito de dotar, a quienes tom an
decisiones, de instrum entos de política económ ica, señalando los elem entos que
perm itan atenuar las variaciones cíclicas de la actividad económ ica. M arx, por
su parte, pretende desentrañar aquí el origen de las crisis, las que conducirán al
colapso final del sistema capitalista, colapso, en su opinión, inevitable .®7
Finalm ente, y puesto que el esquema de reproducción am pliada establece
las condiciones del crecim iento en equilibrio, dicho esquem a contendrá, im plí­
citam ente, u n m odelo de crecim iento que aquí interesa exam inar y al cual se
tratará de dar una form ulación concreta.
A continuación se presenta el razonam iento de M arx en términos de un m o­
d elo global y su equivalente en la term inología moderna.
37 Véase P . M . Sweezy, T eoría d e l desarrollo capitalista, trad. de H ern án L abord e, Fondo
de C u ltu ra Económ ica, M éxico, 2a ed., 1958, en especial en e l cap. x i, la discusión sobre el
derrum be del sistem a ca p italista y las diversas interpretaciones qu e surgen en tre los m arxistas
con respecto a esta situación.
J76
LA T E O R ÍA DEL D E SAR R O LLO ECO N Ó M ICO
d] Un m odelo m arxiste g lo b a l y su eq u iva len te en la term inología m oderna 38
El pensam iento de M arx es altam ente polém ico, en parte por el tono que el
m ism o M arx d io al enunciado de sus teorías, en parte por el conocim iento su­
perficial que de ella se tiene y tam bién, en gran m edida, por las dificultades
conceptuales para aprehender el significado del instrum ental teórico utilizado.
Con la forma de presentar este m odelo m arxista se pretende facilitar la com­
prensión de esas ideas expresándolas, en la m edida de lo posible, en térm inos
de la nom enclatura q u e actualm ente usan los econom istas. Es en este sentido
que, luego de la presentación del m odelo, se trata de analizar un problema a la
luz de dicho m odelo y del instrum ental keynesiano.
El m odelo propuesto respeta los principales supuestos utilizados en E l capi­
ta l relativos a com petencia perfecta, econom ía cerrada y sin gobierno, y cons­
tancia en los precios de las mercancías, los que a su vez son equivalentes a su
valor. La constancia en los precios se to m a necesaria cuando se señalan las
tendencias de cambios reales en las variables, por cuanto un cam bio en los pre­
cios relativos haría m odificar la expresión m onetaria de la com posición orgánica
del capital en casos en que n o se hubiere alterado la proporción real de sus
com ponentes. D e esta manera, cambios en la com posición orgánica d el capital
expresan m odificaciones en la tecnología y en la estructura productiva de la
econom ía.
Para facilitar la com prensión del m odelo se presentan, a la izquierda, las va­
riables marxistas y, a la derecha, sus equivalentes aproxim ados expresados en la
nom enclatura moderna. El sentido de las flechas utilizadas es el siguiente:
— *
t
constancia de las variables
tendencia al ascenso d e las variables
tendencia al descenso de las variables
i
1. p = Y N -
v
C o m o ya se v io a n te s , la p lu s v a lía c o n ­
siste e n la s u tilid a d e s n e ta s , e l in te r é s y
la r e n t a ; e n co n se c u e n c ia , la p lu sv a lía
p u e d e e x p re sa rse c o m o la d ife r e n c ia e n ­
tre e l in g re so n e to y e l p a g o d e sa la rio s.
la . t = p r — w
E s ta e c u a c ió n r e f l e ja e l o r ig e n d e l e x ­
c e d e n te , e l q u e es ig u a l a la d ife re n c ia
e n tr e la p ro d u c tiv id a d m a rg in a l d e l t r a ­
b a jo
(p ro d u c to -in g re so
m a rg in a l)
y
el
sa la rio d e e q u ilib r io q u e se p a g a a cad a
o b r e r o ; si se p a g a e l s a la rio d e su b siste n ­
cia , la e c u a c ió n se ría la sig u ie n te :
Ib . s = p r - w .
38 P o r “term inología m oderna” se entiend e la actualm ente utilizada en los m edios aca­
démicos.
E L PEN SAM IENTO M A R X IST A
*77
Gráficamente, esta situación se represen­
ta asi:
En la gráfica se puede entender con ma­
yor claridad el concepto de excedente
que aquí se asimila a la plusvalía. Así,
pr constituye la productividad de un tra­
bajador adicional, es decir, lo que ese
trabajador produce y w lo que redbe;
utilizando el análisis marxista, sería la
parte de la cual se apropia el capitalis­
ta, o bien, la parte no pagada del ingre­
so que genera cada trabajador adicional.
le. S = Y - L - vi ó S = Y
w.
Esta ecuación refleja el excedente
que genera toda la economía, el que sería
igual al ingreso neto menos el total de
la remuneración al trabajo (L • w) ■Grá­
ficamente, correspondería a la superficie
sombreada, siendo L 0 • t¡7 la superficie
que expresa el total de lo pagado al tra­
bajo. Si para simplificar se supone que
en una economía cerrada y sin gobierno
sólo se produce un bien, por ejemplo,
trigo, Y sería el volumen total de produc­
ción de trigo, W sería la cantidad de tri­
go entregada a los trabajadores para su
consumo y S la parte del trigo produci­
do por los trabajadores (L ) que queda
en poder de los propietarios de los me­
dios de producción. Con este ejemplo
parece quedar claro el concepto de plus­
valía utilizado por Marx.
2. YN = p + v
2a. Y - W + R donde W — w • L
Como ya se lleva explicado, el ingreso neto es igual a la suma de los valores
Aquí se define R como cualquier ingreso que no constituye pago al factor
178
agregados, o sea, igual a la plusvalía (uti­
lidades netas, interés y renta) más el ca­
pital variable (remuneración al trabajo).
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
trabajo. Si el ingreso que reciben los pro­
pietarios de los medios de producción
coincide con el excedente que se genera
en el proceso productivo durante un pe­
ríodo, se tendrá que:
2b. S = R
Dada una situación en la que no exis­
ta acumulación, o sea, que todo el exce­
dente S lo consumen los propietarios de
los medios de producción, la ecuación
2b. expresaría la situación en la cual el
ingreso es igual al gasto.®9 Llamando C
al consumo total, se tendría:
2c. C =
W + R = YN
Esta expresión refleja una situación
estacionaria en la que los flujos de pro­
ducción se repiten constantemente.
Como antes se explicó, n es la compo­
sición orgánica del capital, la que Marx
supone creciente debido a la utilización
de técnicas ahorradoras de mano de obra.
Este coeficiente nos indica distintas
combinaciones entre el factor capital y
el factor trabajo, o sea, sería un coefi­
ciente representativo de la tecnología que
se adopte. Si bien es cierto que este coe­
ficiente no es exactamente igual a la
composición orgánica del capital, se pue­
de afirmar que es el que más se le ase­
meja, y además, que ambos se mueven
en el mismo sentido. De esta manera,
salvo serias distorsiones de un período a
otro en el precio de los bienes de capital
y de las materias primas, este coeficiente
será creciente admitido el supuesto marxista que se utilizarán técnicas intensivas
en capital. En otras palabras, a través
del tiempo el progreso técnico se ma­
nifiesta en técnicas que ponen a dispo­
sición de cada trabajador un mayor vo­
lumen de capital. Esto a su vez se tra­
duce en un aumento de la productividad,
39 Aquí se ad m ite, tácitam ente, qu e los
asalariados consum en todo su ingreso.
EL PENSAMIENTO MARXISTA
179
y si los salarios se mantienen relativa­
mente constantes, estas técnicas, en defi­
nitiva, redundan en un mayor excedente
o mayor ingreso para los propietarios
de los medios de producción.
jR
v
e es la tasa de explotación, que Marx
supone constante y representa la rela­
ción entre plusvalía y salario. P. Sweézy
y J. Robinson afirman que e no es
constante y que, antes bien, crece junto
con n, lo que daria un comportamiento
errático a la tasa o cuota de ganancia
como ya se vio.
4a. e — --------- >
W
La tasa de explotación expresa la re­
lación entre los ingresos de los propie­
tarios de los medios de producción y ios
ingresos del factor trabajo. Según Marx,
esta relación se mantiene constante, y
dividiendo ambos términos por Y, se
obtiene:
El numerador representa la partici­
pación del ingreso de la propiedad so­
bre el ingreso total, y el denominador
el del trabajo. Si esta relación se man­
tiene constante, el supuesto implícito de
Marx admite que la distribución funcio­
nal del ingreso no cambia. Este supuesto
es aparentemente contradictorio con el
del empobrecimiento de la clase traba­
jadora, si se considera que al aumentar
el ingreso total, manteniéndose constan­
te la parte que de él corresponde a los
trabajadores, necesariamente se incre­
mentará el total pagado en salarios. En
efecto, la creciente composición orgáni­
ca del capital significa un aumento de la
productividad del trabajo, por lo cual
al mantener constante la distribución del
ingreso, cada trabajador o cada horahombre recibe un mayor ingreso, pero, al
mismo tiempo, genera un mayor exceden­
te para el propietario de los medios de
producción. Desde este punto de vista,
cada trabajador aumentaría su nivel de
ingreso real. Ahora bien, si se supone que
el número de personas que componen la
fuerza de trabajo ocupada crece con ma­
yor rapidez que el número de propieta­
rios de bienes de capital, el ingreso por
hombre de los propietarios aumentará
i8o
L A T E O R ÍA D EL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
más rápidamente que el ingreso por hom­
bre de los trabajadores ocupados; de
donde puede sostenerse un proceso de
empobrecimiento relativo. Por otra parte,
aun cuando los salarios suban por el
aumento de productividad, un crecimien­
to de la fuerza de trabajo superior a su
demanda generará desocupación o subocupación crecientes. De esta manera,
puede llegarse a una situación donde toda
la clase obrera (ocupados, desocupados y
subocupados) disminuya su participación
en el ingreso, o bien, su ingreso por hom­
bre se reduzca con la consiguiente baja de
su nivel de vida, y esta última situación
puede ser compatible con un aumento en
los salarios reales en la fuerza de trabajo
ocupada. En todo caso, el supuesto de
constancia de la tasa de explotación no
es imprescindible para la mayor parte
de los argumentos esbozados por Marx,
y surge más bien como un requisito ló­
gico para sostener la caída de la tasa de
ganancias. De todas maneras, esta última
puede ser constante, caer o crecer, o bien,
puede disminuir con un e constante, con
e que crezca menos que lo que aumenta
n, o con una caída en e. Por tanto, este
supuesto sería innecesario para explicar
las leyes de funcionamiento del sistema
capitalista.
5a. I í — _
1
----
v -j- c
El sentido de la flecha, en esta ecua­
ción, refleja el supuesto que la tasa de
utilidades es decreciente, supuesto que
destaca la herencia de la economía clá­
sica en el pensamiento de Marx, ya que
el mismo es común a todos los econo­
mistas clásicos. En realidad, esa dismi­
nución en la tasa de utilidades correspon­
dería a una disminución en la tasa de
interés, disminución ésta que fue una
realidad concreta antes y durante la épo­
ca en que escribieron los economistas
clásicos. Para analizar la coherencia ló­
gica de este supuesto, siempre dentro
r se define aquí como el rendimiento
del capital y expresa la relación entre
el ingreso de la propiedad (R ) y el ca­
pital (K) . Este concepto tiene mayor
semejanza con lo que antes se definió
como el rendimiento medio del capital
y sería la relación entre la plusvalía y el
capital de operación. También se vio
antes cómo puede traducirse el capital
constante y el capital variable en el capi­
tal de operación a la luz de las tasas de
rotación. Para seguir con la asimilación
de los supuestos de Marx, se admite que
la tasa de rendimiento de capital (r) es
EL PENSAMIENTO MARXISTA
181
de las variables marxistas, se establece la
siguiente relación:
5b. ------ = _
P_
^
v
El numerador de la primera expresión
es la composición orgánica del capital
que, como se ha visto, tiene una tenden­
cia creciente. Por otra parte, el denomi­
nador es la tasa de explotación que se
mantiene constante. Así, simplificando v
en ambos miembros, queda la relación
entre c y p que, en virtud de los supues­
tos señalados, necesariamente debe ser
creciente,
A
4
t
5c.
c
v
C-j- V
P ^
P
p
— -I------
1
— —
t
igual a la tasa de utilidades que define
decreciente, aunque si bien es cierto que
ésta no es exactamente igual a la tasa de
utilidades que define Marx, por lo menos
es uno de los conceptos que más se le
aproximan, y que, además, se puede sos­
tener razonablemente que se mueven en
la misma dirección, admitido el supuesto
que los hábitos de pagos y de gastos se
conservan constantes o, lo que es lo mis­
mo, las tasas de rotación son constantes.
Para analizar con mejor detalle este coe­
ficiente, recurriremos a un artificio ma­
temático, el que consiste en multiplicar
R
y dividir por L y por Y la relación -— .
K
O sea:
A
R i
55. _
íL
K f. ~ i~ K
Y
T
R
y
c
v
A la derecha de la ecuación tenemos
P
P
la relación — , que es la inversa del coe-
Si — es creciente y — es constante,
puesto que es la inversa de la tasa de
explotación que es constante, la suma de
estos dos elementos será creciente como
se indica en el lado derecho de esta re­
lación.
c -|- v
Como ---------- es la inversa de la tasa
P
de utilidades, que es creciente, queda
demostrado que el supuesto de Marx que
la tasa de utilidad es decreciente, es
perfectamente coherente desde el punto
de vista lógico con los supuestos por él
sostenidos. Esta explicación de la tasa
de ganancia no considera los efectos de
la demanda efectiva sobre la misma y
explica muy poco acerca de los efectos de
variaciones en los precios y en las con­
diciones de mercado sobre la plusvalía.
L
K
H
ficiente de tecnología que era creciente,
puesto que se utilizaban técnicas de capi­
tal intensivo. Por esta razón, y como antes
se vio, la productividad del trabajo debe
ser creciente siempre que se suponga, co­
mo lo hace Marx, que no existe capaci­
dad ociosa en los bienes de capital. Por
otra parte, como la distribución del in­
greso no cambia, el coeficiente R ¡Y per­
manece constante.
De esta manera, para que el rendimien­
to del capital sea decreciente, la caída
en el coeficiente L ¡K debe ser mucho
más intensa que el aumento en la pro­
ductividad media del trabajo, que refleja
el coeficiente YJL.
Esta presentación formal del m odelo global marxista expresado en térmi­
nos de la nom enclatura moderna, condujo finalm ente al análisis de la tasa
de rendim iento de capital que se asim iló a la tasa de utilidades de Marx. Para
Marx la tendencia decreciente de la tasa de ganancia es una de las hipótesis
que explican las crisis del sistema capitalista. D e este análisis se podrían ex­
traer ciertos elem entos analíticos que, llegado el caso, puedan servir para
i8*
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
explicar la ausencia de crisis en e l sistema capitalista o bien para evitarlas.
Para lograr este últim o objetivo, si la tasa de rendim iento del capital crece, o
por lo m enos perm anece constante, se tendrá un elem ento que evitará el sur­
gim iento de las crisis d el sistema.
Para este análisis se utiliza la siguiente versión de la tasa de rendim iento:
R
L (pm*°— w)
~K ~
K
Y— W
~
K
A dm itido el supuesto de constancia de la tasa de explotación
(e =
R
— ),
la relación entre salarios y productividad n o experim entará cambios ya que
Pm
= i
e
W
Por otra parte,
R
e
y
i+e
siendo e =
L (pm— w)
Lw
41
Pm—W
V)
W
de donde se deduce que:
42
R
~K
K
iPm—w)
Con estas transformaciones pueden exam inarse los siguientes casos:
i]
Presencia de acum ulación sin cam bios técnicos. La productividad perma­
necerá constante, y en función de los supuestos del m odelo, la tasa de salarios no
debe variar para que sea constante la de explotación. Pero la acum ulación se
traduce en un aum ento de la dem anda de trabajo; por lo tanto en este caso
deberá crecer la oferta de trabajo a un ritm o bien determ inado. Es decir, para
%LrPr
L
40 p m = ------------- , se em plea esta form a para expresar la productividad m edia, con el propósito de considerar las variaciones de productividad p ara d istintos niveles de actividad u
ocupación ( ¿ r ).
41 Y — R + W
Y
i
Y
—=t-l
.'. — = constante
EL PEN SAM IENTO M A R X IST A
que
p
no varíe cuando existe acum ulación sin que se incorporen cambios técw
nicos — lo que m antiene invariable la productividad— la tasa de salarios deberá
permanecer constante; y eso últim o sólo puede suceder cuando aum enta la
oferta de trabajo. Las posibilidades de increm entar esta oferta surgen cuando
existe fuerza de trabajo desocupada, un ejército industrial de reserva o subem pleo; otra posibilidad es incorporar a la fuerza de trabajo la mano de obra
disponible en econom ías de subsistencia (como ocurre con el sector rural en
algunos países subdesarrollados). Así, el crecim iento de la producción n o será
consecuencia de acum ulación con cambios técnicos, sino de haberse incorpora­
do fuerza de trabajo procedente del sector rural y capital del m ism o tipo.
Esta acum ulación desencadena una serie de repercusiones que m odifican el
proceso, lo que a su vez exige un tratam iento teórico que u tilice un instrum en­
tal dinám ico; no obstante, para una versión sim plificada, y utilizando ins­
trumental de la estática com parativa, el razonam iento anterior puede expre­
sarse de la siguiente manera:
Situación
Si
_
S2
W, ‘
WZ
1
Situación 2 (con acumulación)
El aum ento de la oferta de trabajo de O f 1 a 0 /3 perm itió increm entar la
ocupación de L x a L 2, lo que representaría el volum en de m ano de obra incorporada del sector rural. Asim ism o, la igualdad
s
_*
W1
=
s
—
W¡¡
i ndi ca una mis-
ma tasa de explotación para ambas situaciones.
E lim inando el supuesto de constancia de la tasa de explotación se aprecia
que el rendim iento del capital y, por consiguiente, la tasa de utilidades, están
R
estrecham ente vinculados a los cam bios de salarios. En la relación — =
L
—
184
L A T E O R ÍA D EL D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
L
(p m — zo), se tiene que, com o no hay cambios técnicos — y p m permanecen
A
R
inalterados, por lo que — aum entará (dism inuirá) cuando w se reduzca (inK
cremente). Las variaciones de salarios, a su vez, estarán en función de las carac­
terísticas institucionales del mercado de trabajo (com petitividad, regulaciones
estatales, poder de negociación de em pleadores y sindicatos obreros, m ovili­
dad, diferenciación, transparencia, etc.), y de la m agnitud de la dem anda y
oferta. Luego, dada cierta rigidez en las características institucionales de este
mercado, las variaciones en la oferta de trabajo tendrán repercusiones sobre
los salarios y, por lo tanto, sobre la tasa de utilidades. Com o se advierte, posee
sobresaliente im portancia considerar los efectos que tienen, sobre la oferta
de trabajo, la presencia de subocupación, la posibilidad de transferir m ano de
obra desde el sector rural, desde la población n o activa, etcétera.
2]
A cum ulación con cam bios técnicos. Se supone que todo cam bio técnico que
se incorpore al proceso productivo se reflejará en un aum ento de la produc­
tividad de la m ano de obra. Para analizar las repercusiones que tiene la acu­
m ulación acompañada de innovaciones tecnológicas se usará la relación:
R
L
R
C om o prim er paso deben examinarse los efectos que sobre — tienen varia­
rá
L
ciones en — y p m, siendo constante la tasa de salarios. Es fácil apreciar que,
A
salvo cambios técnicos en la adm inistración y distribución de lo
toda innovación que aum ente la productividad irá acom pañada de
L
ción d el coeficiente tecnológico — (o, em pleando variables usadas
K
con un aum ento de la com posición orgánica del capital). Ahora
L
salario constante, si la reducción de — es mayor que el aum ento de
K
R
tividad, — dism inuirá y viceversa. O sea:
K.
producido,
una reducpor Marx,
bien, con
la produc-
>M £ I
L_
~K l
<M í í
j?
D e lo anterior se deduce que para que — aum ente o por lo m enos se
K
m antenga sin variación, sólo se podrá aum entar o dejar constante la tasa de
salarios, cuando el aum ento de la productividad sea mayor que la dism inución
L
t
L I
L
de — (pm > ~ ¡7 )• Asim ism o, cuando la reducción de — sea m ayor que el
K
' K ¿
a
increm ento de la productividad, sólo se podrá introducir este cam bio técnico
EL PEN SAM IENTO M A R X IST A
con una dism inución d e salarios para evitar una reducción de — ; la posibilidad
K.
de aminorar los salarios nom inales se torna d iiicil de alcanzar por las caracte­
rísticas institucionales del m ercado de trabajo (presencia de sindicatos, leyes
que establecen salarios m ínim os, etc.), salvo se usen expedientes indirectos
tales com o aum entos en el n ivel de precios superiores a la elevación de sala­
rios o m ediante la incorporación de m ano de obra subocupada que permanece
al margen de los mercados de trabajo con regulaciones institucionales. Estos
dos útlim os procedim ientos n o parecen ser totalm ente ajenos a la realidad
de ciertos países subdesarrollados donde, durante ciertos períodos, e l proceso
inflacionario significaba aum entos de precios superiores a los reajustes de
salarios y al m ism o tiem po, donde se advierte una fuerza de trabajo con
relaciones laborales denom inadas ‘‘n o capitalistas", al margen d e los mercados
de alta productividad, que dan origen a u n creciente grupo de población en
condiciones de subsistencia (población m arginal, según la nom enclatura usa­
da por algunos sociólogos).
T o d o lo anterior revela la im portancia que revisten las características del
mercado de trabajo sobre la tasa de utilidades y, por consiguiente, sobre la
acum ulación y el crecim iento de la econom ía; en especial cuando el pro­
greso técnico no se traduce en aum entos sustanciales de la productividad. Si
esta últim a crece de manera significativa, y la oferta de trabajo aum enta con
lentitud, puede presentarse una situación en la cual aum enten los salarios y
sim ultáneam ente la tasa de utilidades; cabe suponer que sea ésta la situación
que se registra durante ciertos períodos en las econom ías capitalistas maduras.
Este razonam iento es quizá el que indujo a Kaldor a pensar que la teoría
marxista era aplicable a las econom ías subdesarrolladas, con abundancia de
m ano de obra, hasta un nivel de crecim iento a partir del cual la teoría keynesiana serviría m ejor para explicar el funcionam iento del sistema capitalista,
en econom ías altam ente desarrolladas, con escasez d e m ano de obra. Kaldor
señala al respecto: “ . . . la fórm ula m arxista indica el lím ite m ínim o bajo
el cual n o puede caer la tasa de salario en relación al producto per capita,
y la keynesiana indica el m áxim o sobre el cual n o puede subir la tasa de
salarios en relación a la escasez o superabundancia de tr a b a jo .. . E l esquema
marxista es aplicable en las primeras etapas y el esquema keynesiano en las
etapas posteriores del desarrollo capitalista ” .48
Frente al análisis realizado por Kaldor, cabe destacar dos hechos. En pri­
mer lugar, que el m odelo marxista fu e concebido para explicar el capitalism o
prem onopolista y que dicho m odelo fue desarrollado posteriorm ente por T/»nin
para e l capitalism o m onopolista. En segundo lugar, la vinculación e inter­
dependencia de las econom ías a través d e l‘com ercio internacional, hace nece­
sario analizar el sistema capitalista en su conjunto, considerando tanto los
países con escasez de m ano de obra com o los que tienen abundancia de ella.
En consecuencia, el análisis de Kaldor, aun cuando interesante, resulta parcial
y n o incluye las relaciones económ icas y financieras entre los países desarro­
llados y subdesarrollados.
48 Jbid.,
pp. 256 y
257.
186
LA T E O R ÍA DEL D E SA R R O LLO ECONÓM ICO
e] Versión form al d e un m o d elo m arxista de crecim iento económ ico
i] Introducción
Luego de haber desarrollado un m odelo económ ico m arxista a n ivel global,
se presenta ahora un m odelo sectorial basado en la desagregación de la acti­
vidad económ ica en dos sectores: el sector que produce bienes de capital y el
que producé bienes de consumo. El primer paso m etodológico consiste en el
desarrollo del esquem a de reproducción sim ple que establece las condiciones
de equilibrio de u n estado estacionario, es decir, de un estado en el cual n o
existe acum ulación o inversión neta y donde los flujos de producción se repi­
ten período tras período. A partir de este esquema de reproducción sim ple
se analiza el de reproducción am pliada, para derivar de éste un m odelo de
crecim iento. La presentación de este m odelo se apoya principalm ente en el
presentado por Ivo Moravcik ,44 quien a su vez se basó sobre el trabajo del
econom ista francés L eón Sartre. Sartre aplicó este m odelo para lograr un es­
quem a que le perm itiese analizar las fluctuaciones cíclicas y el estancam iento
m ediante su confrontación con las posibilidades de un crecim iento ininte­
rrumpido. A su vez, Moravcik utilizó este m odelo para dar una im agen teórica
de los intentos soviéticos de form ular una “hipótesis de trabajo” del plan
general de 1928, visión teórica que se basó sobre los esquemas de reproducción
de Marx.
En este trabajo sólo se tratará de aislar aquellos elem entos que permitan
elaborar un m odelo de crecim iento en equilibrio. Este equilibrio se refiere a
la adecuada proporción de la distribución de las inversiones entre bienes de
capital-capital y bienes de capital-consumo; com o así tam bién al equilibrio
que debe existir entre la parte de los ingresos que se traducen en demanda
de bienes de consum o y la producción de estos mism os bienes. Por consiguien­
te, este particular concepto de equilibrio deja de lado la discusión teórica
sobre crecim iento equilibrado y desequilibrado.
Se cree qu e este m odelo aportará algunos instrum entos de análisis útiles
ya que — como es general en los m odelos de crecim iento— contiene un coe­
ficiente representativo del ahorro y un coeficiente de capital; pero además in ­
troduce explícitam ente un coeficiente representativo de la distribución del in ­
greso y plantea las condiciones de eq uilib rio en la producción de bienes de
capital que producen otros bienes de capital y bienes de capital que pro­
ducen bienes de consum o, aspectos éstos que n o suelen ser tratados en los
m odelos convencionales de crecim iento económ ico.
ii] E squem a de reproducción sim p le
El prim er paso para la presentación del esquema de reproducción sim ple
consiste en dividir la econom ía en dos sectores: el sector A que produce bienes
de capital y el sector B que produce bienes de consumo.
** Ivo M oravcik, ‘‘T h e M arxian M odel o f G row th and the G eneral P lan o f Soviet E conom ic D evelopm ent” , en K iklo s, vol. x iv , 1961, fase. 4, pp. 548 ss.
EL PEN SAM IENTO M A R X IST A
187
Dentro de cada sector existe una determ inada tecnología, la que puede
representarse por la relación entre el capital constante y el capital variable,
o sea, por la com posición orgánica del capital. Con la letra n se denotará
Q
esta relación, es decir, n = — ; ésta refleja condiciones tecnológicas y de escasez
v
relativa de factores. Puede variar entre los dos sectores, entre varias industrias
o entre empresas. Por razones de sim plicidad se supone una misma com posi­
ción orgánica del capital para la econom ía com o un todo. Cabe hacer notar
que la com posición orgánica puede cambiar aun cuando las relaciones reales
entre capital y trabajo n o se m odifiquen; por ejem plo, si la distribución del
ingreso, entre ingreso del trabajo e ingreso de la propiedad, cambia debido a
variaciones en los precios relativos de los factores. Por este m otivo, en el m o­
delo sería conveniente operar con la relación capital-trabajo en lugar de la
com posición orgánica del capital. Sin embargo, el problem a de la hom ogeneización y sus dificultades estadísticas harían sum am ente com plejo el uso de esa
relación .45 A pesar de lo anotado, se usa un coeficiente capital-producto com o
función de la com posición del capital; éste será, pues, el coeficiente que re­
fleja las condiciones tecnológicas y de distribución de ingresos y se define:
v
+
P
Cabe observar que, contrariam ente al coeficiente capital-producto utilizado
en la teoría económ ica que relaciona un stock con un flujo, el coeficien­
te k relaciona dos flujos: el capital constante (numerador) y e l ingreso o
producto n eto (capital variable o salarios más plusvalía o ingreso de la pro­
piedad).
Otra relación im portante es la ya definida tasa de explotación e, represen­
tativa de la distribución del ingreso:
e = — ;46
v
tam bién para sim plificar se tom a un solo valor de e para la econom ía com o
un todo.
Seguidam ente, se expresa al capital variable v y a la plusvalía p com o fun­
ciones de e, n y c:
— siendo n = - v
V—
C
—
n
4® E sta afirm ación d ebería enunciarse sólo en el co ntexto de la discusión sobre la evolución,
validez y aplicabilid ad de la teoría del valor. Esto, obviam ente, está fu era del m arco d entro
del cual se pretende d esarrollar este modelo.
P
v
46 Com o se vio, — se d efine com o tasa de plusvalía, y corresponde a la tasa de explo-
tación en el sistema capitalista.
i88
L A T E O R IA D E L D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
P=
siendo e —
e • v , y rem plazando v por — , se tiene:
La relación capital-producto o coeficiente capital, k, tam bién puede ser
expresada en función de n y e :
c
c
ec
k — ----------; rem plazando v por — y p p o r -------- se tiene
v -f- p
n
n
n
k =
ec
e + i
Con las transformaciones llevadas a cabo y designando el capital constante
d el sector A con la letra a y e l del sector B con la letra b, se plantean las
siguientes ecuaciones d el valor bruto de la producción (producto bruto según
la term inología d e M arx) d e cada sector:
Sector A: a-
ae
n
n
be
Sector B : b
VBP a
VBP b*7
Las ecuaciones anteriores expresan el valor bruto de la producción de
cada uno de los sectores, ya que a es e l capital constante que, com o se sabe,
está constituido por la depreciación y las materias primas insum idas por este
/I
sector, — es el capital variable o sea e l total de la rem uneración al trabajo
pagado por el sector
y
ae
es la plusvalía constituida por los ingresos de la
n
propiedad. En definitiva, la sum a de estas variables equivale a la suma de los
valores agregados (incluida la depreciación) y las materias primas insumidas
por cada sector, lo q u e n o es sino el valor bruto de la producción sectorial.
D e las ecuaciones anteriores se puede deducir qué condiciones deben cum ­
plirse en una situación d e eq uilibrio estacionario. En tal situación el valor
bruto de la producción del sector A (sector que produce medios de produc­
ción y materias primas, o sea el capital constante) deberá ser igual a los
insum os de capital constante d e los dos sectores, o sea a los insum os de bienes
de capital y de materias primas de toda la econom ía. Algebraicamente:
47 £ n e l apéndice se colocan estas ecuaciones en u n esquem a co n tab le de insum o-producto,
-dando así una versión m ás conocida d el significado d e las variables q u e se utilizan.
E L PEN SAM IENTO M A R X IST A
189
a
ae
n
n
= a + b;
luego,
a
b = ----n
ae
n
T am b ién se obtiene la m ism a condición de equilibrio analizando los bienes
d e consum o, en térm inos de su dem anda y oferta globales. Así, el valor bruto de
la producción d el sector B (sector que produce bienes de consumo) debe ser
igual al valor m onetario de la dem anda por esos bienes, que es igual al in­
greso neto de los dos sectores, cuando n o hay acum ulación.
b
be
a
O sea, 6-1----- + ------- = ■
n
n
n
ae
b
n
n
be
La expresión de la izquierda constituye e l valor bruto d e la producción
d el sector B , o sea, el valor m onetario de todos los bienes d e consum o produ­
cidos en la econom ía durante e l período (oferta). La expresión de la dere­
cha representa los ingresos netos generados en la producción de los dos sec­
tores (dem anda). Sim plificando la expresión anterior queda:
q u e es la expresión a la que se lleg ó antes. Esta condición de equilibrio
puede interpretarse en términos de dem andas netas intersectoriales: la dem anda
de bienes d e capital y materias primas d el sector que produce bienes de con­
sum o debe ser igual a la dem anda d e bienes -de consum o d el sector que pro­
duce bienes de capital.
Necesario es subrayar que el esquema d e reproducción sim ple desem peña
en el contexto d el pensam iento m arxista u n papel totalm ente distinto al del
estado estacionario dentro del pensam iento clásico. En este últim o, tal estado
se concibe com o la situación a la q ue realm ente tiende el sistema económ ico;
en cambio, el esquema de reproducción sim ple es tan sólo un paso m etodológico
previo al tratam iento del esquem a de reproducción am pliada. Más aún, la con­
cepción de u n estado estacionario com o resultado real d el funcionam iento de la
econom ía es incom patible con la sociología marxista; la concepción materialista
de la historia sostiene la posibilidad de u n desarrollo económ ico y social ininte­
rrumpido, el que se da por la sucesión de distintas form aciones sociales.
iii] Esquem a de reproducción a m pliada
A continuación se trata el esquem a de reproducción am pliada para establecer
la condición de equ ilib rio en una econom ía en crecim iento, es decir, en una
econom ía donde existe acum ulación o inversión neta positiva y un producto que
crece período a período.
L A T E O R ÍA DEL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
ig o
El paso siguiente en el desarrollo del m odelo consiste en introducir una ter­
cera relación representativa de la propensión a ahorrar o tasa de acum ulación,
la que se designa con /, y se defin e com o la fracción o parte de la plusvalía que
se ahorra. A dm itiendo que el ahorro de ios asalariados es igual a o, es decir,
que éstos consum en todo su ingreso, se deriva que, en una econom ía en proceso
de crecim iento, i > / > 0 .
E l ahorro, entonces, se expresará:
cef
n
aef
bef
- + ------n
n
- =
y en consecuencia, e l consum o de los propietarios de los m edios de producción,
o sea, la parte de la plusvalía que se destina al consum o, será:
ce( i
—
f)
ae( i
n
—
f)
b e ( i — f)
n
n
Se supone tam bién que e l ahorro se traduce en inversión. Ahora bien, una
parte de la inversión de cada sector se destina a increm entar los bienes de ca­
pital fijo y el stock de materias primas con que operan esos bienes. Otra parte
se destina a increm entar los fondos em pleados en el pago de salarios. A la pri­
mera parte de la inversión corresponderá un aum ento del capital constante, y a
la segunda, un aum ento d el capital variable. Además, se ha supuesto que la
com posición orgánica d el capital, n , es la m ism a en toda la econom ía y perma­
nece constante. Se puede entonces determ inar de qué m anera la inversión afecta
al capital constante y variable en el proceso de crecim iento.
La inversión se destina a capital constante y variable en la proporción n a i .
D ividien d o num erador y denom inador de la razón ra/i por (n -f- i), se obtiene:
n
n
« + i
i
i
n -}- i
En consecuencia, el efecto de la inversión sobre el capital constante podrá
expresarse:
(
cef
n
aef
bef
n
cef
— ) • -----------= -(-------L - j --------- ! _ ) ----------— ____ L_
n
n-f-i
n
n
n-f-i
n-f-i
Y de m odo sim ilar, el efecto de la inversión sobre el capital variable, será:
cef
(-— ) •
n
i
= (
7» -f - i
-
aef
+
n
bef
- )
i
- =
n . n - f - i
cef
—
n (n -f-i)
E L PEN SAM IENTO M A R X IST A
>9 ‘
En función de lo anterior, se pueden enunciar las ecuaciones del valor bruto
de la producción de los dos sectores de la siguiente manera:
Sector A:
a
ae ( i — f)
aef
aef
1 _ q----------- i------ = VBPÁ
a ^--------¡-------1------ '-L q
n
n
n-}-i
zi (n q- i)
Sector B:
b
be f i — f)
bef
ó q --------1------- i------ — q-------- i-----|
n
n
n q- i
bef
n (n - f i)
= VBP b
a a e ( i — f)
aef
Cabe observar que la suma de los térm inos — , ---------------- y --------------------de
n
n
n fn -j- i)
la primera ecuación, equivale a la dem anda de los bienes de consum o que el
bef
sector A realiza al sector B. Asim ism o, la suma de los térm inos b y
corresn -j-i
ponde a la dem anda de bienes de capital y materias primas que el sector B
efectúa al sector A.
Se entiende que habrá equilibrio si la dem anda del sector A por bienes pro­
ducidos en el sector B es igual a la dem anda d el sector B por bienes producidos
en el sector A . En otras palabras, si las dem andas netas intersectoriales son
equivalentes: o, lo que es lo m ismo, si las ofertas excedentes de los dos sectores
son iguales entre sí.
En térm inos de las variables utilizadas tal eq uilibrio se expresa por la si­
guiente ecuación:
A la misma ecuación se puede llegar por otros dos caminos:
— igualando la dem anda de bienes de consum o de toda la econom ía al valor
bruto de la producción del sector productor de bienes de consumo, o sea:
a
a e ( i — /)
aef
—-q----------¡-------
n
n
n (n + i)
b
b e ( i — f)
n
n
b
b e f i — f)
bef
l l - l -----------'
1-------1------n
n
= b +
n (n -f- i)
bef
bef
+ — — + ■
n-j-i
n (r a - ( - i )
— igualando la dem anda por bienes de capital y materias primas de toda la
econom ía al valor bruto de la producción del sector A, o sea:
aef
a - i-------------- 1- M
n-f-i
bef
a a e f i — f)
= -------------1-------n -f i
n
n
aef
n-f-i
aef
1------------------n(n-f-i)
Sim plificando los términos com unes de estas dos ecuaciones, se llega a la
misma condición de equilibrio que se planteó con anterioridad:
a
— +
n
a e f i — f)
i
— +
n
aef
bef
= b + ------ —
n(ra-f-i)
n-j-i
iga
L A T E O R IA D E L D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
A
p a rtir d e
e s ta
ú ltim a
c a p ita l c o n s ta n te e n tr e
e c u a c ió n
se d e riv a
la
p ro p o rc ió n
de
e q u ilib rio
del
l o s d o s s e c t o r e s : 48
a
ns 4- n 4- nef
b
n e ^ - n - \ - e - \ - i — nef
Esta proporción de equilibrio entre el capital constante de los dos sectores,
tiene especial significación e importancia: establece en qué proporción deben
distribuirse las inversiones que incrementan el capital en el sector A y las que
10 hacen en el sector B (esto es, la proporción de equilibrio entre máquinas que
producen máquinas o bienes de capital-capital y máquinas que producen bie­
nes de consumo). Así, por ejemplo, si esta relación es, digamos, de 0 .7 , sería
necesario que por cada 100 de inversión en máquinas que producen bienes
de consumo, se invirtiesen 70 en máquinas que producen bienes de capital.
Es importante destacar que en la mayoría de los modelos de crecimiento no
se encuentran respuestas a este tipo de problema.
Como se desprende de la fórmula, la proporción de equilibrio que vincu­
la el capital constante de los dos sectores depende exclusivamente de la com­
posición orgánica del capital n; de la tasa de explotación e (o distribución
del ingreso entre el ingreso del trabajo y el ingreso de la propiedad) y de la
tasa de acumulación / (o propensión media al ahorro de los propietarios
de los medios de producción). Como se recordará, se admitió la constan­
cia de n, e y /.
Si se satisface la condición de equilibrio anterior, la economía crecerá de
un período al siguiente en la forma que se explica a continuación. Se ad­
vierte que sólo se muestra el crecimiento del capital constante del sector A,
pero puede demostrarse fácilmente que el mismo análisis es aplicable respecto
11 crecimiento del capital constante del sector B. Asimismo, como el producto
bruto y neto de cada sector es proporcional a su capital constante, resulta fácil
analizar el crecimiento del producto o ingreso sectorial o aun global.
A continuación se analiza cóm o se da el crecim iento en equilibrio del ca­
pital constante d el sector A. Se empleará el subíndice com o indicativo del
período al que se refiere la variable a; t, sin embargo, no representa un período
a
48
o e (1 — f)
aef
1---------------------------------- 1
n
n
=
n (n 4-1)
b ef
b -)------------
n -4 1
M u ltiplicand o am bos m iem bros p o r n y sacando facto r com ún en a y en b, tenem os:
ef
nef
a - [r - j - e ( 1 - / ) + ------------ ] = & (n + ------------ )
n 4 -1
n 4- 1
a
despejando — y sacando común denominador en (n 4- 1), se tiene:
b
n (n 4- 1) 4- n e f
o
" 4 '
n24 n4 ti e /
b
(n + *) + (" + l ) e (> — f ) + e f
ne4.n4.e4-i_ n e /
" 4-i
EL PEN SAM IENTO M A R X IST A
*9$
arbitrario, sino qu e debe referirse al tiem po m edio de m aduración de las in ­
versiones.
E l capital constante d el sector A e n el período t (at) se hará en el período
t -(- i igual a:
€L* C f
/ W-4—1 4* í? f \
at + i = at ^------—— = at \ — — ^
; |
n+ 1V »+>
/
D e lo anterior se desprende que el crecim iento en equilibrio d ei capital cons­
tante d el sector A puede expresarse por m edio d e la siguiente ecuación de
diferencias finitas de prim er orden:
_
.
( n + i + c/ \
a* + 1 = { — n + i
)'* '
y también:
(
at = I
\
n+ t + e/ \
i
I •
»+ »
/
La tasa de crecim iento en equilibrio de a, será pues:
4»
r—. U —
n -f-1
La presentación d el m odelo nos conduce a un a expresión de la tasa d e cre­
cim iento en equilibrio (r) del capital constante del sector A , com o una fun­
ción de tres variables: la com posición orgánica del capital (n), la tasa de explo­
tación (e) y la tasa de acum ulación (f).
Esta m ism a tasa puede expresarse en función de k — pues com o se sabe,
n es equivalente a k ( a i)— y d e las otras dos variables qu e se acaban de
citar (e y f). Otra expresión para r será entonces:
,=
a
.
*(« + 0 + i
A continuación se levanta el supuesto d e constancia de f, k y e con objeto
de exam inar algunas de las formas relevantes com o puede darse e l crecimiento:
P rim er caso;
f — variable
k y e — constantes
48 E sta tasa se ob tien e d e la siguiente m anera:
L A T E O R IA DEL D E SAR R O LLO ECO NÓ M ICO
*94
En la ecuación de la tasa de crecimiento
,=
a
___
k (e+ 0 4- *
se observa que / aparece solamente en e l numerador, por lo que dicha tasa
crece (decrece) según que la propensión a ahorrar aum ente (disminuya)
Segundo caso;
A— variable
e y f — constantes
En la expresión r = ^ ^
ef
— la variable A (que tiene valor positivo)
sólo aparece en el denominador; r aumentará (disminuirá) siempre que A dis­
minuya (aumente).
Tercer caso:
e — variable
A y / — constantes
En este caso, como la variable e figura en el num erador y denominador,
conviene examinar su influencia sobre r a través del examen de la derivada
dr
M ediante la regla de función de función obtenemos:
de
i
'
de
kf + f
(ek -f- A -j- i)2 '
Como los valores de los coeficientes y de la variable e son positivos, e l valor
de la derivada será positivo, por lo que r crece (decrece) según que e aumente
(disminuya). En otras palabras, la tasa de crecimiento aumenta si la participa­
ción de quienes reciben ingresos provenientes de la propiedad crece, es decir,
cuando se da una distribución regresiva del ingreso (aumento de la tasa de
explotación e).
Finalmente, se analizarán algunos de los factores económicos, tecnológicos)
políticos, etc., que explican cambios en los valores de las variables que se utili­
zan en el modelo.
El valor de k, puede variar debido a:
i) cambios en la estructura de la demanda que generarán cambios en la
estructura de la producción, que harán que algunos sectores o industrias
c
aumenten su producción y otros la disminuyan. La relación — • — = A
varía de una industria a otra e incluso de empresa a empresa. Si la pro­
ducción de esas empresas o industrias varía, tam bién variará su parti­
cipación dentro de la producción total. Como A de toda la economía
EL PEN SAM IEN TO M A R X IST A
»95
es u n prom edio ponderado (por la producción) de los k de cada sector
o industria, los cambios en los niveles d e producción de éstos se tradu­
cirán en variaciones d el k global;
ii) cam bios en la dotación d e recursos;
iii) incorporación de nuevas técnicas o nuevos métodos de organización de
la producción;
iv) variaciones en el grado de capacidad ociosa d el capital o de otros facto­
res de la producción. Estas variaciones pueden generarse por déficit de
dem anda o por interrupciones de la producción originadas por con­
flictos entre em pleadores y trabajadores.
E l valo r de e (tasa de explotación), representativo de la distribución d el in ­
greso, puede variar en función de:
i) el grado de organización y cohesión de los trabajadores, por u n lado, y
de los empresarios, por el otro, lo que dará una idea d el poder de n e­
gociación entre estos dos grupos en la distribución del producto social;
ii) la organización institucional del Estado y su influencia sobre la distri­
bución d el ingreso;
iii) la naturaleza de la propiedad d e los m edios de producción;
iv) cam bios en la escasez relativa entre el trabajo y otros recursos. Estos
cam bios pueden ser generados por aum entos de la fuerza de trabajo
o por la incorporación de nuevas técnicas productivas. (Por ejem plo,
técnicas o procesos de organización que ahorren trabajo u otros re­
cursos.)
E l valo r d e f (coeficiente de acum ulación o propensión m edia a ahorrar de
los propietarios de los m edios de producción), puede variar debido a:
i) variaciones en el n iv el de ingreso y en su distribución;
ii) cambios en los patrones de consum o de los propietarios. Este compor­
tam iento puede analizarse considerando el com portam iento con res­
pecto al ahorro de distintos sectores institucionales (por ejem plo:
personas, empresas nacionales, empresas extranjeras, gobierno, sector ex­
portador, etc.). Por otra parte, deben considerarse los cambios en el
com portam iento respecto a l consum o com o consecuencia d el “efecto
dem ostración”;
iii) cambios en la tasa de interés y variaciones en la acum ulación de activos
líquidos.
Finalm ente, cada una de estas variables puede estar al m ism o tiem po
sujeta a las influencias de la política gubernam ental. Sólo a títu lo de ejem plo,
se m encionarán algunas de las m edidas políticas que afectarían el valor de
dichas variables:
i) regulación de la jom ad a de trabajo;
ii) prom oción de las investigaciones que aceleren el progreso tecnológico o
adapten a las necesidades d el país técnicas importadas;
ig6
L A T E O R ÍA D E L D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
iii) alcances d e las m edidas de política m onetaria, comercial, crediticia,
fiscal, agraria, industrial, externa, etcétera;
iv) naturaleza de la legislación laboral;
v) distintos grados de regulación de los m ecanismos d el mercado por parte
d el Estado, etcétera.
f] A pén dice. L as variables d el m o d elo y el esquem a contable d e insum o.producto
i] E squem a de reproducción sim p le
Se parte de las siguientes relaciones entre variables:
Y N = v -f- p
VBP ■= v -f- p + c
producto o ingreso neto
valor bruto de la producción
C
€ C
C om o se vio en el m odelo, a l remplazar v por — y p por —— , se obtiene la
siguiente expresión del valor bruto de la producción:
c
ec
VBP = c + - + , ——
n
n
D ividida la econom ía en dos sectores: el sector A que produce bienes de
capital y materias primas, y el sector B que produce bienes de consumo, se deno­
m ina al capital constante de dichos sectores con las letras a y fe respectivamente.
A continuación se desagrega el capital constante en térm inos de sus dos
com ponentes: depreciación (d ) y materias primas (m). Algebraicam ente, c = m -f- f d ; denotando con dA la depreciación del capital del sector A y con d B la del
sector B; se tiene:
a — m l t + dÁ
a ~ ffijj -f- dg
donde m u y % constituyen las materias primas insum idas por los sectores A
y B respectivam ente. Se han colocado los subíndices habituales en el cuadro de
transacciones intersectoriales o esquem a contable de insum o-producto. Es fácil
apreciar que
= 0 y m ^ = 0, ya que el sector B sólo produce bienes de con­
sumo, que se destinan en su totalidad a dem anda final.
E L P E N S A M IE N T O M A R X IS T A
»97
C on estas especificaciones, se construye el siguiente cuadro d e transacciones:
N.
D estin o
D em an da final
D em anda in term edia
Origen
Sector A
Sector A
mn
Sector B
------
V a lo r
a g r e g a d o
T o ta l
insumos
deprecia­
ción
sailarios
(ca p ita l
variable)
renta,
intereses,
benefi­
cios,
(plu sva­
lía)
Valor bruto
de la
producción
Sector B
mu
Consum o
Inversión
%
Valor bru to
d e la
producción
-f- d B
------
— -
VBPj.
a b ae be
"—1r * T1 -1I
n n n n
VBP b
m 12
dA
a
b
n
n
ae
be
n
n
VBPÁ
VBP b
Véase ahora la condición de eq uilib rio estacionario. Para e llo e l valor bruto
de la producción d el sector A , debe ser igual a los insum os de capital y materias
primas de toda la econom ía. Algebraicam ente:
m n + ¿a H
n
1--------- — mn +
+ mia
n
sim plificando en (m n -f- d Á) se tiene:
a
ae
m12 + “ B — —n---- 1----- n-pero com o m 12 -f- d B = b , queda:
dB
198
L A T E O R ÍA D E L D E SA R R O LLO ECONÓM ICO
que es la ecuación representativa de la condición de reproducción sim ple (equi­
librio estacionario) presentada en e l m odelo.
T am b ién se puede llegar a la m ism a ecuación, haciendo que e l valor bruto
de la producción d el sector B sea igu al a la dem anda de bienes de consum o de
ambos sectores. Algebraicam ente se tiene:
m iv + d* +
b
be
a
ae
n
n
n
n
b
be
sim plificando en (----- ¡
) y haciendo m 12
n
n
.
b
n
. be
n
d s = b;
se obtiene la expresión ya conocida:
ó = ii]
ae
n
E squem a d e reproducción a m pliada
Se parte de las ecuaciones del valor bruto de la producción de los dos sectores
en q u e se divid ió la econom ía en el esquem a de reproducción am pliada: sec­
tor A , productor de bienes d e capital y materias primas, y sector B , productor
de bienes de consum o.
a
ae(i-f)
aef
aef
Sector A: a A----------- !-------- ^-----— A-------- — A-------— !— - = VBP,
«
n
n + i
n (n -|-i)
b
be(i-f)
bef
bef (
bef
Sector 15: b 4----------- 1---------i-------1-------------— ---------;— —
n
n
n+ 1
»(n-f-i)
= VBP b
Recuérdese que:
aef
bef
y
es el increm ento de capital constante de los dos sectores;
n+ i
n -}- i
aef
bef
------------------ y — ----------- es el increm ento de capital variable de los dos secn (n + i) 1 n (n + i)
r
tores, o sea, e l increm ento salarial requerido para poner en funciona­
m iento los nuevos bienes de capital;
ae ( i —/)
be(i~f)
,
, ,
.
,
,
----------------— y — -— ~ es e l consum o d e los propietarios de bienes de pron
n
ducción de los dos sectores.
C om o en la reproducción sim ple, se expresa a y b en términos de materias
primas y de depreciación d el sector A y £ respectivamente:
a = m lx + dA
b ” 1^12 “1“
Hechas estas aclaraciones se construye el cuadro de transacciones intersecto­
riales que se presenta a continuación:
E L PEN SAM IEN TO M A R X IST A
>99
Como se vio, una de las formas que perm iten obtener la condición de equili­
brio en el esquema de reproducción ampliada (en una economía en crecimien­
to), requiere que el total producido por el sector A sea igual a la demanda que
los dos sectores reclaman para reponer el capital depreciado, para incrementar
too
L A T E O R ÍA D E L D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
sus equipos y para las materias primas insum idas en el proceso productivo.
Algebraicam ente se tiene:
L A
m ii +
I
«a +
1
a
^
— — - +
— 7—
, ae i 1' f )
—
n (» 4-i)
n
, aef
— m ix +
,
aet
n
-j- nt12 -j- d a -f- (— - —
n
n + i
|—
b e f,
— ) ■
n
—
n
n-fi
aef
sim plificando en (rou - \ - d A -\---------), se obtiene:
n -j-i
«
n
aef
,
, ae(i-f)
---- —-—- _|--------
_)
n ( n -j-i)
—m.^24*« b -j-
n
bef
n+t
4 - d B = b, se tiene:
pero com o
a
( ae(i-f)
n
t
n
aef
^
bef
n (n -)- i)
n-(-i
que es la condición de eq uilib rio d el m odelo.
Otra de las formas de lograr la situación de equilibrio consiste en igualar el
valor bruto de la producción d el sector B a l total de la dem anda de bienes de
consum o por parte de los dos sectores. A lgebraicam ente, se expresa de la si­
guiente manera:
m
, (*£
a -f,
m 12 -{-
aef
n
t
b
n
bef ■
n
,
bef
, be i 1 ' f )
n ( n - \ - 1)
n
i
n
b
(
a
n
1
bef
t
b
,
bef _
n -f - 1
t ae(i-f)
n
n
t be(i-f)
n
beli-f)
sim plificando en (--------- 1----- --------- - -)-------------------- y considerando que m 12 4' n
n (n -j- i)
n
'
-\-d s = b ; se llega nuevam ente a la ecuación representativa de la condición de
equilibrio en una econom ía en expansión:
bef
a
ae(i-f)
aef
n + i
n
n
H(n+i)
Ésta es la condición planteada en el m odelo y a partir de la cual se llegó a
establecer la proporción de eq uilibrio d el capital constante entre los dos sectores:
a
n 2 + n -f- nef
ne 4 - n 4 - e 4 - 1 - nef
CAPÍTULO IV
EL PENSAMIENTO NEOCLASICO
1.
E L PENSAMIENTO DE ALFRED MARSHALL
a] Introducción
La econom ía d el período neoclásico — entre 1870 y 1914 aproxim adam ente— se
caracteriza por el desarrollo de instrum entos de análisis cuyo objetivo es elaborar
aspectos parciales d e la concepción teórica del período clásico. C om o dice Schumpeter: “ . . . es perfectam ente obvio que todos los líderes d e aquel tiem po, tales
com o Jevons, W alras, M enger, M arshall, W icksell, Clark, etc., percibieron e l pro­
ceso económ ico tal com o J. S. M ili o aun A . Sm ith, es decir, n o agregaron nada
a las ideas d el período precedente respecto de qué sucede en el proceso econó­
m ico y cóm o, en líneas generales, este proceso funciona; o d ich o con otras pala­
bras, apreciaron la tem ática del análisis eonóm ico, la suma total de las cosas que
debían ser explicadas, tal com o Sm ith o M ili las habían visto, y todos sus es­
fuerzos trataban de explicarlas en forma más satisfactoria ” .1
L a visión neoclásica es, pues, exactam ente la m ism a que la d e los clásicos;
el acto cognoscitivo preanalítico que esta escuela perfecciona analíticam ente
es el m ism o de la escuela clásica, y está tom ado de esta escuela. Sin embargo,
la visión en M arshall tiene ciertas y determ inadas características de gran u ti­
lidad para situar históricam ente el pensam iento económ ico del período.
Por consiguiente, parece un procedim iento lícito em plear e l pensam iento
de este autor para tales fines. Por un lado, M arshall es reconocido com o el
autor más notable del período; Schum peter, por ejem plo, llam a a la etapa
1870- 1914 , por lo que a Inglaterra se refiere, la “era m arshalliana”. Por otro
lado, su obra es considerada com o la gran labor de síntesis del pensam iento
económ ico precedente; según Glassbum er, “M arshall es reconocido com o el sintetizador de las diversas corrientes de pensam iento económ ico del siglo x ix ” .8
b] L a visión de M arshall
Justificado M arshall com o representante d e la escuela neoclásica, se exam ina­
rá en qu é consiste su visión, aunque, en realidad, hacerlo es fácil, porque él
m ism o se encarga d e definirla: "Si el lib ro [se refiere a sus P rin cipios de
econom ía ( 1890)] presenta algún carácter especial, puede decirse que se debe
1 J . A. Schu m peter, op. cit., p. 892.
2 B . G lassb u m er, “A lfred M arshall o n E conom ic H istory and H isto rical D evelopm ent”,
en T h e Q uarterly J o u rn a l o f E eonom ics, noviem bre de 1955, p . 577.
[aoi]
202
L A T E O R ÍA D E L D E SAR R O LLO ECO NÓ M ICO
más bien a la im portancia que otorga a la aplicación d el principio de conti­
n u id a d . . . ” 3
La adopción de este principio significa adm itir q u e e l m undo económ ico
se encuentra en proceso de cambio; y este proceso queda d efin id o por sus
características, q u e se estudian a continuación.
En prim er lugar: "La evolución económ ica es gradual. Su progreso se
ve a veces detenido o perturbado por catástrofes políticas; pero sus m ovi­
m ientos hacia adelante n o son nunca repentinos, ya que, incluso en el m undo
occidental y en Japón, están basados en costumbres parcialm ente conscien­
tes e inconscientes. Y aunque u n inventor o u n organizador, o bien u n finan­
ciero d e genio excepcional, pueda parecer que haya m odificado la estructura
económ ica de un p ueblo casi d e un solo golpe, aquella parte de su influencia
que n o haya sido m eram ente superficial y transitoria n o habrá hecho, en
realidad, sino llevar a térm ino un gran m ovim iento constructivo que había
estado ya largo tiem po en preparación. A quellas m anifestaciones de la na­
turaleza que aparecen más frecuentem ente y que son tan ordenadas que pue­
den observarse atentam ente y ser estudiadas a fondo, constituyen la base del
trabajo económ ico, lo m ism o qu e de los demás trabajos científicos; mientras
que las de carácter espasmódico, poco frecuentes y difíciles de observar, se
reservan generalm ente para u n exam en posterior; e l lem a N a tu ra non facit
saltu m es especialm ente apropiado para una obra so b r e , los -fundamentos de
la econom ía ” .4
E n segundo lugar es u n proceso ascendente, en el sentido de qu e e l problem a
económ ico se d efine com o un a adaptación d e m edios y fines, en la cual se en­
cuentran soluciones cada vez más racionales. Así por ejem plo, d e la tierra (me­
dio) se debe obtener producción agrícola (fin). Introducir la rotación en los
cultivos perm ite obtener m ayor producción con la m ism a tierra, lo que a su
vez im plica un grado de racionalidad creciente en la solución de los problem as
técnicos y económicos.
C abe observar que n o prevé lím ite alguno para este grado de racionalidad
creciente en la esfera d e los problem as tecnológicos; con todo cabría pregun­
tarse si, a pesar d e los estím ulos evidentes de la innovación sobre e l m onto de
las inversiones, la escasez de ahorros n o podría suspender esta tendencia ascen­
dente del proceso económ ico, es decir, si n o podría detenerse el crecim iento.
A este respecto, M arshall supone qu e a m edida q u e se progresa, e l hom bre
"Es m enos egoísta y, por tanto, está más inclinado a trabajar y a ahorrar con
el fin de asegurar a su fam ilia un futuro bienestar, y existen ya señales de un
porvenir todavía m ejor, en q ue todos estarán dispuestos a trabajar y ahorrar a
fin de aum entar la riqueza pública y las oportunidades de u n m ayor bienestar
para todos ” .5 Parecería, por tanto, que la racionalidad creciente se aplicara
n o sólo a la solución de los problem as técnicos, sin o tam bién a las acciones
mismas de los hombres.
A l definir com o ascendente e l proceso de cam bio M arshall concluye: “N o
8 A. M arsh all, P rincipios d e econom ía, trad. d e E m ilio d e F igu eroa, E d. A guilar, M a­
d rid , 1948, p . xx.
* Ib id ., p p . xxv-xxvi.
« Ib id ., p . 565
E L PEN SAM IEN TO NEOCLASICO
803
hay m otivo para creer q ue estamos próxim os a alcanzar un estado estacionario
en e l cual n o habrá nuevas necesidades im portantes que satisfacer, n i más cam­
po para invertir los esfuerzos presentes encam inados a proveer necesidades
futuras, y en el cual la acum ulación de riqueza dejará de ser recompensada.
T od a la historia de la H um anidad dem uestra q ue sus necesidades crecen a la
par que su riqueza y su ciencia ” .6
E n tercer lugar es u n proceso arm ónico, en el sentido m uy preciso que be­
neficia a todos los grupos sociales. Si b ien M arshall adm ite que el crecim iento
d e la población puede presentar problem as por lo q u e corresponde al nivel
de vida d e la clase obrera, considera al m ism o tiem po que ellos pueden ser
resueltos por m edio de la educación. C on una política adecuada en este sen­
tido, se asegura el aum ento d el m on to absoluto de los ingresos de terrate­
nientes, capitalistas y asalariados, aunque n o se m enciona la forma de la par­
ticipación relativa de los ingresos de cada grupo.
c] A lgu n os elem entos d e los cuales d ep en d e la visión de M arshall
H asta ahora la nom enclatura usada es prácticam ente la de M arshall, pero para
facilitar el encuadre histórico de su visión, conviene traducirla a otra más
adecuada; u n proceso gradual, ascendente y arm ónico, define en realidad una
visión organicista, optim ista y d e clase.
Para m ejor entender las características que definen una visión organicista
conviene confrontarla con el m ecanicism o clásico. En e l sistema ricardiano,
el proceso de ajuste d el sistem a económ ico conduce al estado estacionario, y
se explica prim ordialm ente en térm inos de oferta y dem anda. Si la tasa de
salario está por encim a d el niv el de subsistencia, hay una fuerza — el exceso
de oferta originado por el crecim iento de la población— que la hace volver
a aquel nivel. La dem anda creciente por bienes agrícolas es la fuerza que, al
operar sobre una oferta agrícola som etida a rendim ientos decrecientes, explica
la elevación de sus precios relativos. E l ajuste surge porque opera en los mer­
cados este tip o de fuerzas, hasta que ellos alcanzan ü n resultado fin a l que es
el estado estacionario. Estas fuerzas tien en d e com ún, con las estudiadas por la
mecánica, su carácter aditivo, y además, porque tienden autom áticam ente a
encontrar una posición de equilibrio; esto es lo que se h a dado en llam ar una
"analogía m ecánica”.
En cam bio M arshall adopta un a “analogía orgánica ” ,7 según ésta la econo­
m ía crece com o un organism o vivo; en el sistem a económ ico se registran cambios
de naturaleza cualitativa; las fuerzas que operan a largo plazo n o poseen carác­
ter aditivo n i tienden a n inguna situación de equilibrio. E l hecho de haber
adoptado esta analogía n o es casual; guarda estrecho vínculo con el am plio des­
arrollo de las ciencias biológicas de la época. Es decir, cuando se define la vi­
sión m arshalliana com o organicista, se-está adm itiendo u n a herencia cultural,
reconociendo la influ encia del desarrollo científico de la época, en especial la
de las obras de D arw in y de Spencer, a quienes cita en form a reiterada.
6 Ib id., pp. 187- 188.
7 Véase “ M echan ical and B io lo g ical A nalogies in Econom ics”, en M em orials
M arshall, ed. A . C. P igu. cf. B . G lassb u m er, op. cit., p. 579.
o f A lfre d
804
L A T E O R IA D EL D E SA R R O LLO ECONOM ICO
E l carácter o p tim ista de la visión destaca los vínculos d el pensam iento marshalliano con un periodo histórico definido, y en especial, con e l gran progreso
económ ico que lo caracterizó. D urante la segunda m itad d el siglo x ix se ob­
serva un prodigioso avance tecnológico, un enorm e aum ento de la producción,
una revolución en los sistemas de transporte, etc. Además, este progreso no
está acom pañado por un em pobrecim iento general d e los sectores asalariados,
ni siquiera por la conservación de los salarios al nivel de subsistencia, sino
por u n alza persistente en e l poder adquisitivo real d e los trabajadores. D e
aquí que el optim ism o de la visión m arshalliana tenga bases en la realidad
concreta y, en especial, en e l “éx ito en los negocios” de su propio país. Su
com placencia con el orden existente se advierte cuando se exam ina su concep­
ción de la historia universal, que para M arshall es un largo proceso durante
e l cual "la sociedad pasó de u n estado más prim itivo a u n o m enos prim itivo”,
proceso que culm ina en la Inglaterra de su época, merced a una organización
económ ica que alcanzó u n m áxim o de racionalidad.
La pretendida arm onía del proceso de cam bio social que postula M arshall,
en realidad oculta una posición de ciase; este punto d e vista en general lo im ­
pugna el carácter esencialm ente analítico d e su obra fundam ental — los P rin ­
cipios— donde sólo se aspira alcanzar una sistem atización de diversas teorías
parciales con una m ayor coherencia y rigor lógico d el que hasta entonces se
había logrado.
Pero si además de los P rin cipios se considera el conjunto de la obra de este
autor, se hace más fácil adm itir, en su visión, la existencia de un p unto de vis­
ta de clase. En efecto, una concepción que concluye que la sociedad capitalista
de la segunda m itad d el siglo x ix es la sociedad definitiva, dentro de cuya es­
tructura el progreso puede darse indefinidam ente, más bien parece expresar
una posición ideológica que u n a posición científica.
Por otro lado, a pesar d el hecho innegable que los P rin cipios logran un
alto n iv el de coherencia lógica, superior al alcanzado por la m ayor parte de
quienes contribuyeron a la elaboración analítica clásica y neoclásica, aparecen
nutriendo n o la visión m arshalliana sin o la visión m ecanicista clásica, que,
como ya se señaló, contiene elem entos ideológicos m uy precisos acerca d el papel
de la burguesía industrial.
Estos dos argum entos parecen suficientes para corroborar que la visión sobre
la que se apoya el trabajo analítico de M arshall — la propia, o la clase im plí­
cita en los Principios— contiene elem entos ideológicos pertenecientes a los sec­
tores sociales que dirigen y más directam ente se benefician con la expansión
del sistem a capitalista.
Es frecuente que quienes atribuyen a la escuela neoclásica una posición ideo­
lógica, sostengan que la teoría subjetiva del valor — pieza analítica clave de
esta escuela— fue creada para refutar la teoría marxista d el valor, y la teoría
de la explotación derivada de ella. N o corresponde aquí participar en la con­
troversia entre teoría subjetiva y objetiva d el valor; pero con independencia a
la misma, y a los efectos de mostrar e l contenido ideológico de la elaboración
neoclásica, basta m encionar que el elem ento básico de la teoría subjetiva del
valor — el concepto de utilidad— es, en su origen, un concepto tom ado d e la
filosofía utilitarista. C om o tal, el concepto de utilidad im pregna a la econom ía
EL PEN SAM IEN TO NEOCLASICO
205
neoclásica d e u n contenido ideológico, en cuanto atribuye una psicología hu­
m ana sim plificada (la q ue se supone posee el hom bre de empresa) al hombre
en general y a las unidades económ icas en especial .8
d] Contraste entre la visión de Marshall y el desarrollo de su obra analítica
Es conveniente hacerse la pregunta sobre q u é relación existe entre los instru­
m entos d e análisis q ue desarrolló y /o sintetizó M arshall y la visión d e la cual
parte. Estos instrum entos están contenidos en sus Principios y abarcan funda­
m entalm ente los siguientes campos: la teoría d el consum idor (libro 111); la
teoría de la producción y d e la empresa (libro rv); la teoría d el equilibrio par­
cial (libro v); la teoría de la distribución funcionál (libro vi).
Estas contribuciones expresan la esencia d el m ecanicismo; están destinadas
a dar coherencia a una visión preexistente y n o apuntan en dirección de la ana­
logía orgánica sin o más bien en la de la analogía mecánica.
E n concreto, la teoría d el consum idor es el fundam ento lógico d e la teoría
de la dem anda de bienes; la teoría d e la producción, d e la oferta d e bienes; la
teoría d el equ ilib rio parcial describe la operación de los mercados y e l proceso
de ajuste hacia una situación d e equilibrio; la teoría d e la distribución funcio­
nal presenta e l m ecanism o de oferta, dem anda y equilibrio en los mercados de
factores productivos; por consiguiente, en la práctica, la contribución marshalliana continúa la lín ea de la visión clásica.
¿Cómo se relaciona e l desarrollo de tales instrum entos, de carácter esencial­
m ente parcial y estático, con la visión que, m anifiestam ente, les sirve de fun­
damento? Pues porque el uso d e instrum entos parciales y estáticos adquiere
sentido en una econom ía donde e l cam bio es gradual; o en otras palabras, los
supuestos de los m odelos estáticos — constancia en los niveles de ingreso, gustos
y costumbres, tecnología, marco institucional y político, etc.— sólo pueden con­
cebirse com o válidos cuando se adm ite que la econom ía n o está sujeta a cam­
bios bruscos, sino a un desarrollo len to y gradual. En otras palabras: “los ele­
m entos fundam entales sujetos a continuos cambios sólo pueden ser incluidos en
la condición ceteris paribus, sin violentar al m undo real, si se considera im pro­
bable que en la naturaleza se produzcan saltos ” .9 Por lo tanto, el enfoque está­
tico de los cuerpos centrales d e teoría que construyó o sintetizó Marshall
encuentra su justificación en e l carácter paulatino que atribuyó al desarrollo
económ ico.
¿Significa esto que M arshall pretendió insertar estos cuerpos parciales de
teoría dentro de un m odelo más general, explicativo del cambio? En efecto, así
es con relación a sus Principios; declara que constituyen una primera aproxi­
m ación a la realidad, pero ésta sólo podría ser cabalm ente com prendida si se
la estudia con instrum entos de análisis capaces de registrar el cambio. En este
sentido com pletó su obra in icial con dos volúm enes adicionales, Industry and
Trade ( 1917 ) y M oney, Credit and Commerce ( 1923); sin embargo, los logros
de estas obras en m ateria de una teoría d e los procesos de cam bio son extrem a­
8 Sobre e l contenido ideológico qu e en cierra el concepto d e u tilid ad véase J o a n R obin son ,
Filosofía económ ica, trad. d e Jo a q u in a A guilar, E d . G redos, M adrid, 1966, cap. n i.
» B . G lassbum er, op. cit., p. 585.
L A T E O R ÍA D E L D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
*o6
dam ente pobres; se trata, en esencia, de trabajos históricos y descriptivos que
n o contienen instrum entos que puedan considerarse constitutivos d e u n a teoría
del desarrollo .10
La analogía organicista d e M arshall, de esta manera, se ha m ostrado estéril
desde e l p u nto de vista d e la teoría del desarrollo; o dicho con mayor vigor,
por lo qu e se refiere a l instrum ental de análisis necesario para la teoría de cre­
cim iento, éste se ha seguido desarrollando basado sobre la elaboración neoclá­
sica, pero n o por vía de la analogía orgánica, sino de la analogía m ecánica. Y
contrariam ente a la o p in ió n de Marshall, para q uien “L a M eca d el econom ista
se halla en la biología econ ó m ica .. .” ,11 la m oderna teoría d el crecim iento gira
en to m o a m odelos llam ados dinám icos en buena parte de inspiración neoclá­
sica. C om o observa Sam uelson ,12 la dinám ica económ ica com prende íntegra­
m ente la estática económ ica, característica d el período propiam ente neoclási­
co; en otras palabras, u n m od elo estático es u n caso especial, al cual se puede
llegar adm itiendo supuestos adecuados sobre e l com portam iento de ciertas va­
riables de u n m odelo dinám ico. C on todo, en el pensam iento económ ico clási­
co, neoclásico y keynesiano la estática precede a la dinám ica, por haberse ido
construyendo lo más com plejo a partir de lo m ás sim ple.
La deuda más evidente que tien e la m odelística d el crecim iento con la ela­
boración neoclásica está en la incorporación de instrum entos d e análisis: la
función de producción y la teoría de la distribución en el m odelo de M eade,
por ejem plo. Sin em bargo, en los m odelos m odernos de crecim iento llam ados
“neoclásicos” (M eade, Sam uelson, Solow) tam bién subsisten elem entos de la vi­
sión marshalliana.
E l carácter gradual de la évolu ción económ ica parece corresponder al aná­
lisis m oderno de procesos de crecim iento en equilibrio ; en otras palabras, así
com o la factibilidad d el análisis estático de M arshall exige que se cum pla e l
principio Natura non facit saltum, la aplicabilidad de los m odelos dinám icos
d e crecim iento en equ ilib rio exige que en el m undo real n o se produzcan cam­
bios bruscos.
E l carácter ascendente de la evolución económ ica tiene su equivalente m o­
derno en el tratam iento otorgado al progreso técnico, tanto por considerársele
variable exógena, al uso neoclásico, cuanto por el papel que se le atribuye com o
m otor fundam ental y requisito sine qua non del crecim iento.
Por últim o, e l carácter armónico y /o e l contenido ideológico de la visión
m arshalliana reaparece en la “asepsia” de los m odelos “neoclásicos” de creci­
m iento; con ellos se pretende construir tipos ideales, esto es, trabajar en e l camp o de la econom ía pura, lim b o de los justos donde n o caben los juicios de
valor, y donde, por supuesto, difícilm ente cabe el estudio de las relaciones so­
ciales concretas que se registran durante los procesos de cambio.
10
Ib id ., p.
579.
11 A. Marshall, op. cit., p. xxvi.
12 P . Sam uelson, F u n d a m en to s d e l análisis económ ico, trad. de U ros B acic, E d. E l A teneo,
Buenos Aires, 1957, p. 8.
E L PEN SAM IEN TO NEOCLASICO
2.
Í07
E L MODELO DE CRECIM IENTO DE MEADE
a] Introducción
E l análisis dem uestra que el pensam iento neoclásico aportó un conjunto de teo­
rías que, en líneas generales, poseen u n carácter m icroeconóm ico, estático y
parcial:
M icroeconóm ico, porque están basadas sobre e l análisis d el com portam iento
de las unidades económ icas, análisis que se realiza a partir de ciertos supuestos
sobre este com portam iento. D e este m odo, e l análisis d el com portam iento d el
consum idor individual fundam enta la teoría de la dem anda, y e l de la empresa
individual fundam enta la teoría de la oferta. A lgunas teorías — com o las de la
inversión y el interés— tienen a veces u n tratam iento agregativo, pero en el fond o aparece siem pre la actuación de unidades económicas: la oferta de ahorros,
por ejem plo, se asienta sobre las opciones individuales entre consum o presente
y futuro.
Estático, porque están destinadas a investigar situaciones de equilibrio y n o
procesos de ajuste. L a teoría walrasiana d el equ ilibrio general, por ejem plo,
muestra q u é precios deben prevalecer para que todos los mercados estén sim ul­
táneam ente en equilibrio, pero n o es adecuada para indicar cuáles son los m o­
vim ientos precisos de los precios capaces de conducir, a través d el tiem po, a tal
situación de equilibrio.
Parcial, porque buena parte de las teorías se preocupa por analizar qué suce­
de en un solo mercado cuando todas las variables se suponen dadas, excepto el
precio y la cantidad d el bien cuyo m ercado se exam ina.
Sin em baigo, los econom istas m odernos formados en la tradición neoclásica
han tratado de aplicar este instrum ental a problem as dinám icos. Samuelson,
por ejem plo, señala que el instrum ental neoclásico, esencialm ente •jstático, es de
utilidad, porque representa un caso especial de los m odelos dinám icos, y un
paso m etodológico en dirección de estos m odelos.
U n in ten to de aplicación d el instrum ental estático al análisis dinám ico se
encuentra en M eade, q u ien dice textualm ente:
“H asta hace m uy poco la m ayor parte d e los sistemas clásicos han sido dise­
ñados para responder a problemas de estática com parativa — es decir, para com­
parar dos econom ías en equ ilib rio estático idénticas entre ellas con excepción
de u n elem ento, de numera tal qu e pueda ser exam inado e l efecto últim o de
este cam bio específico en las condiciones d e la econom ía sobre los valores
de equilibrio de las demás variables relevantes. E n este libro se exam inará un
m odelo clásico de u n sistem a económ ico extrem adam ente sim ple, de tal manera
qu e perm ita observar el proceso d e cam bio dé las variables a través d el tiem po,
en vez de comparar dos posiciones estáticas . " 18
En otras palabras, su objetivo es adecuar instrum entos d e análisis de carác­
ter neoclásico a la investigación d el crecim iento económ ico. A l respecto, desta­
ca que una econom ía puede crecer por tres razones: porque aum enta el stock de
J . E . M eade, A Neo-Classical T h e o ry o f E conom ic Groxuth, G . A lien & U nw in L td ., L o n ­
dres, 1960, p . 1.
*o8
L A T E O R IA D EL D E SA R R O L LO ECONÓM ICO
capital, porque aum enta la población, o porque el progreso técnico perm ite ob­
tener mayor producción con un a dotación dada de factores.
Su p u n to de partida es, pues, u n o bastante com ún, expresar cuáles son los
condicionantes del crecim iento desde un ángulo estrictam ente técnico; pero
lim ita el estudio d el cam bio, con esas variables fundam entales del crecim iento,
al caso de una econom ía de com petencia atom ística perfecta.
b] L o s supuestos básicos d e l m o d elo
La determ inación precisa d e las características de u n a econom ía de ese tipo se
realiza a través d e los supuestos d e l m odelo que, reagrupados a los efectos de
facilitar el análisis, se puede resum ir com o sigue:
i) se trata de una econom ía cerrada y sin gobierno;
ii) hay com petencia perfecta en todos los mercados;
iii) la función de producción es tal que presenta rendim ientos constantes a
escala para cada n ivel d e conocim iento tecnológico;
iv) se produce un solo bien, q ue es a la vez de consum o y d e capital;
v ) n o se utiliza capital circulante;
v i) en la producción se em plean sólo tres factores, capital (K), trabajo (L)
y tierra (N ), que son perfectam ente hom ogéneos y divisibles, e im per­
fectam ente sustituíbles entre sí.
Los supuestos considerados hasta el m om ento sugieren los siguientes co­
mentarios:
a) Los supuestos (iii), (v) y (vi) definen en conjunto la función de produc­
ción. Si por un m om ento se adm ite que n o hay cambios técnicos, ésta se puede
expresar así:
Y = f ( K , L , N)
donde y es el producto, bruto o neto, según la convención que se adopte. El
n ivel que alcance el producto dependerá d el volum en de recursos utilizado.
La relación funcional entre niv el de producto y volum en de recursos que
aquí aparece en form a im plícita, deberá ser tal que si todos los factores aum en­
tan proporcionalm ente, e l producto aumentará en la m ism a proporción (rendi­
m ientos constantes a escala).
b ) Los supuestos (i), (iv) y (vi) indican que existen los siguientes mercados:
el de capital, el de trabajo, el de tierra y el d el bien de consumo: el supuesto
(ii) indica de q ué tip o son estos mercados.
c) Si se agregara e l supuesto que la tecnología y dotación de factores están
dadas de una vez para siempre, el sistema económ ico quedaría perfectamente
caracterizado. Se podría concebirlo funcionando y determ inando el valor de las
variables económicas: precios y cantidades transadas. La com petencia asegura­
ría que las cantidades transadas fuesen las m áxim as factibles, y que la distribu­
ción d el ingreso correspondiera a la escasez relativa de los factores. Se concibe,
pues, agregando e l supuesto de tecnología dada y dotación fija de factores
productivos, la caracterización d e un estado estacionario o, alternativamente,
de un sistema de eq uilib rio general d e tip o walrasiano.
EL PEN SAM IEN TO NEOCLASICO
209
La caracterización de situaciones de esta ín d ole constituye e l em pleo habi­
tual de los instrum entos neoclásicos de análisis. M eade, sin embargo, introduce
un séptim o supuesto distinto al m encionado en (<?), pues su objetivo no es exa­
m inar las condiciones de un equilibrio final y definitivo del sistema económ ico,
sino analizar el proceso d e crecim iento d e un sistema económ ico com petitivo,
cuando aum entan los recursos o m ejoran las técnicas productivas. Como en
verdad es extrem adam ente d ifícil exam inar el crecim iento dadas las m últiples
formas que podría adoptar, agrega el supuesto de que e l sistema en crecim iento
se m antiene en equilibrio.
Planteado en forma tan general, significa este supuesto que e l crecim iento
se da sin la presencia n i la influencia d e fenóm enos tales com o las crisis y ciclos
económ icos. La producción es, e n cada período, la m áxim a que perm ite la do­
tación de recursos que, por lo tanto, se usan plenam ente. La ausencia de pre­
siones inflacionarias asegura q ue n o habrán desviaciones en el sistema de precios
capaces de distorsionar la asignación de los recursos.
Pero consideraciones de carácter tan general com o las m encionadas permiten
concebir varios “caminos de crecim iento”. D e ahí que el supuesto que la eco­
nom ía en crecim iento permanece en equilibrio se especifique m ediante los si­
guientes supuestos adicionales:
v ii) El precio m onetario del b ien único no varía, y su mercado permanece
en equilibrio;
v iii) Los factores productivos perm anecen siem pre plenam ente ocupados.
Los supuestos (vii) y (viii) sugieren los siguientes comentarios:
d)
La invariabilidad del precio m onetario del bien único que se produce en
la econom ía, es equivalente a la invariabilidad d el n ivel de precios de una eco­
nom ía donde se producen m uchos bienes; se excluye, pues, la posibilidad de la
existencia de situaciones inflacionarias o deflacionarias. Por otro lado, el su­
puesto (vii) indica que e l m ercado del bien permanece en equilibrio, o dicho
con otras palabras, q u e durante cada período se igualan oferta y dem anda.
Los equilibrios sucesivos d el m ercado del bien único a un precio m onetario
210
L A T E O R ÍA D EL D E SAR R O LLO ECONÓM ICO
constante n o im plican que la cantidad de eq u ilibrio sea la m ism a en cada pe­
ríodo; por el contrario, lo que se pretende exam inar es justam ente u n proceso
donde la producción aum enta y donde, por lo tanto, la cantidad d el bien único
que se transa es mayor en cada período. Los ajustes sucesivos d el mercado de
dicho bien pueden concebirse m ediante el análisis de la gráfica de la p. 209.
La dem anda (D x D x) y oferta (O x O x) d el período 1 determ inan el precio
de equilibrio p y la cantidad de equilibrio C¿i, en los períodos 2 , 3 y sucesivos,
las dem andas y ofertas respectivas determ inan un precio m onetario de equilibrio
(p ) invariable, y cantidades de equ ilib rio (Q 2, Q¿, etc.) cada vez mayores.
Mas, para que e l precio m onetario del bien único n o varíe, cuando aum en­
tan las cantidades transadas, es necesario que, ceteris paribus, aum ente la can­
tidad d el dinero. T a l supuesto exige, pues, la adm isión de un supuesto adicio­
nal: la existencia d e una autoridad m onetaria que altera la cantidad de dinero
con “previsión y precisión” tales que el precio m onetario d el bien de consumo
no cam bia .14
e)
El supuesto relativo a la ocupación plena de los factores productivos (viii)
im plica que tam bién en los mercados de factores hay una sucesión de eq u ili­
brios m ientras se da e l crecim iento, equilibrios todos ellos de pleno em pleo. En
cuanto a los mercados d e trabajo y de tierra estos equilibrios se logran m ediante
el ajuste de la tasa m onetaria de salario y de la renta m onetaria por unidad de
superficie. Es decir, se adm ite que estos dos precios son perfectam ente flexibles,
para que de este m odo quede asegurado que nunca hay exceso de oferta o de­
m anda en ambos mercados.
E l p leno uso d el capital ya acum ulado, dentro de un período, queda asegu­
rado por el hecho de que este factor puede com binarse en proporciones variables
con los demás factores, de acuerdo a las conveniencias de los empresarios y te­
niendo en cuenta el precio de cada factor. A m ayor plazo la flexibilidad de la
tasa de interés asegura la com patibilidad de las decisiones de ahorro e inversión
y, asimismo, el ajuste d el stock de capital al m onto exactam ente deseado o pla­
neado (lo que im plica e l uso p len o de dicho stock).
Por razones expositivas, parece conveniente sim plificar los com entarios que
se incluyen en (d ) y (e). A los efectos d el análisis d el proceso m ism o de cre­
cim iento que se trata a continuación basta concebir que la econom ía crece en
14 M eade concibe qu e la tasa d e interés es e l instrum ento utilizad o p o r la autoridad m o­
n eta ria p ara m antener constan te e l p recio m on etario d el bien ; y en ta l sentido expresa: “E l
m ecanism o debe ser d el siguiente tip o. S i el precio d el bien d e consum o tien de a caer, se
dism inuye la tasa de interés (o m ás generalm ente, se fa cilitan las condiciones en q u e nuestros
em presarios privados pueden a d q u irir fondos m onetarios p ara gastar en la adquisición d e nu e­
vas m áquinas), de ta l form a qu e aum en ten los ingresos d e quienes producen bienes de cap ital
y, a través del m u ltip licad o r, los ingresos d e quienes producen bienes de consum o h asta el
grado necesario p ara in crem en tar e l gasto m on etario en bienes de consum o, en la m edida
necesaria p ara im pedir cu alq u ier caid a en su precio m onetario. D ebe im aginarse qu e estas
m ayores (o m enores) facilid ades m on etarias son m anipulad as con previsión y precisión tales
que nu nca se produce u n a b a ja (o alza) a p re d ab le en e l precio m on etario d el bien de con­
sum o” . (Op. cit., p. 3.)
/ P a ra un análisis del tip o de m ecanism o concebido, véase e l tra b a jo “ U n m odelo sim p lifi­
cado d el sistem a keynesiano”, d el m ism o autor, inclu id o en L a n u e va ciencia económ ica, R e ­
vista de O ccidente, M adrid, 1955.
211
EL PEN SAM IENTO NEOCLASICO
equilibrio y que ello significa: equilibrio de todos los
período, precio m onetario invariable para el bien único,
los factores productivos.
Finalm ente, se incluyen dos supuestos, n o esenciales
d el sistema, con el ún ico objeto de sim plificar e l análisis
mercados durante cada
y precios flexibles para
para la caracterización
en su etapa inicial:
ix) la depreciación se da por “evaporación”, esto es, por e l solo transcurso
del tiem po, e independientem ente de su utilización anterior; cada año
se pierde u n porcentaje fijo del stock de capital;
x ) la tecnología avanza con el tiem po.
c] L a ecuación fu n dam en tal d e l crecim iento
T om ando en consideración el supuesto (x) la función de producción se redefine, expresándose así:
Y = f (K , L , N , t)
donde la nueva variable, t, representa el tiem po, en cuyo transcurso, se supone,
m ejoran las técnicas em pleadas en e l proceso productivo.
C om o se adm ite que los factores se usan plenam ente, durante un período el
n ivel del producto dependerá d e la cantidad de recursos que haya disponibles;
en el período siguiente, dependerá d e la nueva dotación de recursos y d el avan­
ce técnico logrado.
Lo anterior se sigue directam ente de los supuestos d el m odelo. Planteado
en otros térm inos y puesto que la dotación de tierra se supone dada, lo anterior
significa que, para que haya crecim iento d el producto (AY), es necesario qué
aum ente la dotación d e capital (AK), de m ano de obra (AL), y /o mejore la
tecnología.
Considérese, en prim er lugar, la relación que existirá entre crecim iento del
producto (AY) y aum ento de la fuerza de trabajo (AL) cuando capital y tecno­
logía sean constantes.
La parte superior de la gráfica siguiente representa la relación que se supone
habrá en la econom ía entre producto y em pleo, siempre y cuando n o mejore la
técnica n i aum ente e l capital. C on dicha relación, para u n n iv el de em pleo L 1(
el nivel de producto será Y ít a L% corresponderá Y¡t, etc.
D e una sim ple observación de la gráfica se desprende la relación:
ab
de la cual se sigue que: ab =
tg a(L 2 — L i).
Pero L 2 — ¿ i es el increm ento del em pleo, AL; ab es aproxim adam ente
igual al increm ento de producto (Y¡¡ — Y% = AY) y tg a es la derivada de la
gy
------en el p un to (Lj; Y{). Cabe entonces adm itir
función de producción
5L
que para increm entos pequeños en e l em pleo se cum ple la relación:
5Y
_
«12
L A T E O R IA D EL D E SARR O LLO ECONÓM ICO
o, en otras palabras, de u n increm ento en el em pleo (AL) se obtiene un incre­
m ento del producto (AY), aproxim adam ente igual al producto d e ese incremen\
( jy
~8L~ ^ ) ‘
La m ism a relación se puede deducir de la parte inferior de la gráfica, donde
está representada la función derivada de la función d e producción' Y — f (L):
a un increm ento del em pleo AL = L 2 — L x, corresponde un increm ento d el pro­
ducto igual al área L x L x c L¿, pero dicha área es aproxim adam ente igual al
área L x L [ L '2 L?; el increm ento de producto se puede expresar, pues:
A Y = L x L x (AL)
5 y 15
de donde se deduce que, siendo L x L { e l valor de
m ento d el producto podrá expresarse:
AY =
bL
• AL.
16 Se trata de la d iferen cial total de la fun ción de producción.
para L = L 1( el incre­
EL PEN SAM IENTO NEOCLASICO
* 13
C om o se sabe, si la econom ía es com petitiva, la función d e productividad
m arginal del trabajo representada e n la parte inferior de la gráfica, es a la vez
la función de dem anda de trabajo. Y más aún, en com petencia, las empresas
pagarán ^una tasa de salarios (w) igual a la productividad m arginal d el tra­
bajo (------ ). En el ejem plo de la gráfica (p. 212 ), w tendrá u n valor igual a
8L
L x L x cuando el n ivel de em pleo sea de L x.
Podrá decirse por lo tanto que, para increm entos pequeños en el em pleo,
e l crecim iento del producto resultante obedecerá a la expresión:
AY =
w . AL.
M ediante u n razonam iento sim ilar al anterior, y suponiendo que entre
un periodo y el siguiente sólo varíe la dotación de capital, se concluye que el
aum ento de producto correspondiente podrá expresarse:
AY =
v . AK.
donde v representa la productividad m arginal d el capital.
Por últim o, el producto podrá crecer porque se adoptan técnicas más efi­
cientes. Es adm isible que de un año al otro la dotación de recursos n o cambie
y que, sin em bargo, el producto aum ente. AY' indica cóm o crece e l m onto del
producto por el solo transcurso del tiem po y el consecuente avance técnico,
iin que sim ultáneam ente haya aum entado la cantidad de recursos productivos.
Ahora bien, para increm entos pequeños com probados de u n año al otro,
puede aceptarse que el crecim iento del producto sea igual a la suma d e estos
tres efectos. Indica, pues, M eade que el aum ento del producto en un período
cualquiera puede expresarse:
AY = v A K -f- w. A L + AY'.
Esta m ism a relación puede enunciarse de una manera más ú til a los efectos
d el análisis. D ividien do por Y, se obtiene:
A r. = ” A* + ^ A L + é L
y
y
' y
M ultiplicando y dividiendo por K y por L , respectivam ente, al primer y se­
gundo térm inos del segundo m iembro, se obtiene:
.
AY
donde: _
AY
vK
Y
Y
AK
= y; —
AK
AL
= k; —
K
w .L
1
AY'
= l; —
Y
AL
AY'
L
Y
= r;
son, respectivam ente, la tasa d e crecim iento d el producto, de acum ulación, de
crecim iento poblacional y de progreso técnico.
Se ve entonces que en esta últim a función la tasa de crecim iento del pro­
ducto se expresa com o dependiente de las tasas de crecim iento d e los factores
L A T E O R ÍA D EL D ESAR R O LLO ECONOM ICO
*14
y de progreso técnico, y además de las variables
(/¿k
u/ 9
y — — Estas dos varia­
bles adquieren u n significado m uy preciso si se considera que v y w son, respec­
tivam ente, las rem uneraciones unitarias de capital y trabajo. Los productos
v . K y w . L estarán, pues, expresando el total de utilidades y el tota) de salarios,
v.K
w. L
y las variables — - — — XJ y — —— =
representarán la participación rela­
tiva de empresarios y asalariados en e l ingresó social.
C on la nueva nom enclatura, la ecuación anterior tomará la forma:
y
=
Uk
-j-
Ql
+
r
la qu e indica que la tasa de crecim iento del producto real (y) depende de la
proporción que d el ingreso absorben .las utilidades (¡7), de la proporción de
salarios (Q) , de la tasa de acum ulación (k), de la tasa de crecim iento poblacional (Z) y de la tasa de progreso técnico (r).
Finalm ente, restando l a ambos m iem bros de la ecuación anterior, se obtiene
la ecuación fundam ental del m odelo:
y — l = z U k — l ( i — Q) + r
y
— l indica, aproxim adam ente, el crecim iento del ingreso real por habitante.
Ésta es, por lo tanto, una expresión de la tasa de desarrollo (o de increm ento
de bienestar) de la econom ía, la que depende de las mism as variables antes se­
ñaladas: proporción de utilidades y d e salarios, y tasas de acum ulación, de cre­
cim iento poblacional y d e progreso técnico.
d] P osibilidades acerca d e la tasa de crecim iento
La ecuación fundam ental d el crecim iento expresa de manera sintética qué con­
dición se debe cum plir para que haya crecim iento en equilibrio. N o indica, sin
embargo, cuál será la tasa precisa de.increm ento del ingreso por habitante, n o
dice si será una tasa constante, o creciente, o si, por el contrario, e l crecim iento
se desacelerará hasta llegar a cero.
E l valor que tom e la tasa d e crecim iento dependerá d el valor que adquieran
las variables, y d e los supuestos respecto a los parámetros técnicos y de compor­
tam iento que se incluyan al dar form ulaciones específicas al m odelo.
A q u í interesa exam inar sólo dos de esas posibilidades (ítems 4 .1 y 4 . 2). Su
consideración está destinada a obtener u n planteam iento formal de la concep­
ción neoclásica d el crecim iento económ ico que aclare la descripción que de la
m ism a se hace en el análisis relativo al pensam iento neoclásico en general.
4 .1
Siguiendo la tradición d el pensam iento neoclásico, M eade adm ite que
el progreso técnico y e l crecim iento poblacional pueden ser tratados com o va­
riables exógenas; por lo tanto es lícito adjudicar valores arbitrarios a ‘T ’ y a
“r" en la ecuación de crecim iento, ya que estas variables se conciben com o in­
dependientes de los fenóm enos económicos.
Supóngase una econom ía sin crecim iento poblacional n i progreso técnico;
esto es, una econom ía para la cual se cum ple que l = o; r = o. La ecuación:
E L PEN SAM IENTO NEOCLASICO
y - l = U k - ( i - Q ) l +
r
tomará en este caso la forma especial: y — U k
Pero, com o se sabe: U =
V^
Y
k = —J —
K
A su vez, el increm ento de capital (AK ) es, por definición, igual a la inver­
sión (7), lo que se expresa: AK = I
Pero la condición que el crecim iento se d é en equilibrio exige la igualdad
de ahorro (A) e inversión en cada período, ahorro que puede expresarse com o
el producto de la propensión (m edia y marginal) a ahorrar (s) con el ingreso:
I = A ~ sY
Se sigue, pues, que: AK = s Y
v.K
sY
de donde la ecuación d e crecim iento podrá escribirse: y = — - — • ■— - —
Y
K.
y = v. s
Si h a de haber equilibrio, el crecim iento de u n a econom ía com petitiva en
la que no varíe la población n i haya progreso técnico, deb e darse a una tasa
igual al producto de la productividad m arginal d el capital por la propensión
a ahorrar. E l cafnino preciso que siga esta econom ía dependerá de los supuestos
que se adm itan respecto a dicha propensión.
U na prim era posibilidad sería considerarla constante.
Si la propensión a ahorrar es constante (s — T¡, la econom ía crecerá a una
tasa decreciente hasta alcanzar u n estado estacionario.
En efecto, dadas las características de la función d e producción, y sin cam­
bios técnicos, si se com binan cantidades crecientes de capital con una dotación
fija de los demás recursos productivos, se obtendrán cantidades marginales cada
vez menores de producto. E n otras palabras, la productividad m arginal del
capital y /o su rem uneración (v) será decreciente. L a tasa de crecim iento de
equilibrio resultará, pues, de m ultiplicar una propensión a ahorrar constante (s)
por una productividad d el capital cada vez m enor (v). C uando dicha produc­
tividad se convierta en cero o, alternativam ente, cuando se haga tan pequeña
que desestim ule cualquier ahorro, cesará todo crecim iento, se alcanzará un
estado estacionario.
U n a segunda alternativa podría ser considerar que la propensión a ahorrar
varía con e l tiem po.
Desde luego, e l resultado fin al a l qu e llegue la econom ía será el m ism o que
en el caso anterior; la productividad decreciente del capital asegura que, en
algún m om ento, cesará la acum ulación, y se detendrá el crecim iento .16
La trayectoria que siga en e l tiem p o la econom ía hasta alcanzar e l estado
estacionario, dependerá de cóm o varíe la propensión a ahorrar. Si ésta es de­
is U n ejem p lo sen cillo puede ilu stra r am bos casos. Si, d ada la constancia d e los demás
factores, la fu n d ó n d e productos se expresa: Y = ioKOfi, la productivid ad d el ca p ital será
»y
5
= ---------- D ich a productividad b a ja rá de i a 0.5 y a 0.05 cu and o e l stock d e capital
bK
0-5
K
aum en te d e 25 a 100 y a 10000, respectivam ente.
L A T E O R ÍA DEL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
2i 0
creciente — hipótesis razonable dado el carácter decreciente de la productivi­
dad del capital— su tendencia refuerza la de la variable v; el rum bo de la
econom ía será entonces el de la desaceleración, y la tasa de crecim iento del
producto será m enor año tras año, hasta alcanzar el valor de cero.
En cam bio, si la propensión a ahorrar es creciente, su increm ento podrá
com pensar exactam ente el decrecim iento de la productividad m arginal del ca­
pital, en cuyo caso el producto social crecerá a una tasa constante hasta alcanzar
un tope, llegado al cual dicha tasa alcanzará a ser de cero; o bien no logrará
compensar el decrecim iento de la productividad del capital, en cuyo caso la
trayectoria hacia el estado estacionario se hará con tasas de crecim iento d el pro­
ducto cada vez menores; o bien superará el decrecim iento de la productividad
del capital, con lo que la trayectoria de la econom ía será la de la aceleración,
hasta alcanzar un estado estacionario.
Se ve entonces que, adm itidos los supuestos del m odelo y atribuyendo valor
cero a las variables exógenas í y r, inevitablem ente se concluye que la econom ía
alcanzará un estado estacionario. La trayectoria que recorra la econom ía hasta
alcanzar dicho estado, de aceleración, desaceleración o crecim iento sostenido, de­
penderá del valor que se atribuya a ciertos parámetros de com portam iento, y
en especial a la propensión a ahorrar.
4 .2
Adm ítase que n o hay cambios técnicos (r = o) y que la función de pro­
ducción de la econom ía es la que sigue:
Considerando sólo la existencia de dos factores: trabajo y capital, la tasa de
crecim iento del producto podrá expresarse:
Y
hK
Y
K
ÒL
L
Y
AL
-j— = / y sustitu-
H aciendo, en la ecuación anterior, —— = y, ——
Y
K
yendo
y — — por sus valores se obtiene:
de donde
•l
o aun, considerando el valor de Y en la función de producción:
y = a • í - f (i — 6 )1
Restando l a ambos miembros, se obtiene:
*17
EL PEN SAM IENTO NEOCLASICO
— l z= a k -j- l — a i — i
y — i = ak — al
y
ecuación que expresa la tasa de crecim iento d el producto por habitante (apro­
xim adam ente), descartando el progreso técnico y considerando una función de
producción sim plificada, donde los recursos naturales se conciben com o forman­
do parte del Gapital.
Ahora bien, si n o hay crecim iento, en e l sentido de aum ento d el bienestar,
cuyo indicador es (y — i), se tendrá:
a k — a 1= o
ak — al
k = l
Es fácil concebir que, si no hay cambios técnicos, la econom ía tenderá a una
“situación” de equilibrio dinám ico, donde la acum ulación marchará al mismo
ritm o que e l crecim iento poblacional. En efecto, si la tasa de acum ulación (k)
es superior a la tasa de crecim iento poblacional (/) se producirá una tendencia
a la caída de la rem uneración d el capital, comparada con la rem uneración del
trabajo. D icha caída desestim ulará la acum ulación hasta que, ceteris p a rib u s, el
aum ento de la oferta de m ano de obra produzca una caída relativa de los sala­
rios. Y así hasta que se logre un equilibrio donde la rem uneración unitaria del
capital y del trabajo tengan u n com portam iento estacionario, asegurado por
una tasa de crecim iento poblacional y de acum ulación constantes e iguales.
A contrario sensu se llega pues a concebir e l funcionam iento de una eco­
nom ía en eq uilibrio dinám ico, cuyo producto social crece con una tasa cons­
tante, y cuyo producto por bastante se m antiene sin m odificación; condiciones
éstas que se expresan sintéticam ente, m ediante la igualdad de las tasas de
acum ulación y de crecim iento poblacional.
T am bién a contrario sensu, se concluye que el progreso técnico es condición
del crecim iento, enten d id o com o aum ento del bienestar y /o d el ingreso por ha­
bitante.
El análisis realizado en el ítem 4.1 muestra que el crecim iento de una eco­
nom ía com petitiva, donde n o haya progreso técnico n i aum ento de la población,
puede realizarse por varios caminos, pero encontrará necesariam ente un tope o
nivel m áxim o del producto social, y a la inversa, sólo puede asegurar la conti­
nuidad d el crecim iento u n progreso técnico constante que com pense la caída de
la productividad m arginal d el capital.
Asim ism o, el análisis realizado en el ítem 4.2 revela que en una econom ía
com petitiva con crecim iento poblacional y sin progreso técnico, e l equilibrio
dinám ico se expresará por una tasa de crecim iento del producto igual a la tasa
de acum ulación y a la tasa de aum ento de la población. E l producto por habi­
tante tendrá un com portam iento estacionario, indicando que se llega necesaria­
m ente a un lím ite de bienestar que n o podrá ser sobrepasado salvo que se lo ­
gren mejorar las técnicas productivas.
218
L A T E O R IA D EL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
e] ¿Qué cam ino seguir?
El parágrafo que antecede m uestra claramente que, a partir de la ecuación fun­
dam ental de M eade, se pueden obtener innum erables trayectorias de crecim iento
con e l solo arbitrio de atribuir ciertas condiciones (y /o valores) a las variables
exógenas; posibilidades q ue se m ultiplican alterando ciertos datos básicos del
m odelo. Asi, cada tipo de fun ción de producción, aun conservando la hom oge­
neidad de grado uno, hace variar la elasticidad de sustitución de los factores
productivos, lo q ue a su vez influye sobre la productividad m arginal de cada
u n o de ellos.
Otra infinidad de posibilidades puede derivarse de la m odificación de los
supuestos; el propio M eade, en su T eo ría neoclásica d e l crecim iento económ ico,
exam ina algunas de las que pueden obtenerse por esa vía. Así por ejem plo,
en el capítulo v da u n tratam iento alternativo al progreso técnico, y en e l ca­
p ítu lo v i incorpora el análisis de las rigideces de las funciones de producción,
rigideces qu e provienen de la existencia de bienes de capital fijo.
L a pregunta q u e surge es entonces q ué cam ino tomar. Es decir, qué varia­
bles pueden ser razonablem ente consideradas com o exógenas, qué valores atri­
buirles, qué elem entos considerar com o datos y qué supuestos levantar, para
aproximarse por vía deductiva a un m odelo capaz de captar en su especificidad
el fenóm eno del desarrollo.
Es*claro que M eade n o presenta ninguna indicación precisa en este sentido;
afirma, de manera general, que es necesario “m odificar y extender [su m odelo]
por muchas vías d e forma que lo haga relevante para m uchos de los problemas
del crecim iento en el m undo real ” .17
E l análisis del m odelo ya realizado, asociado a la afirm ación que antecede,
pone d e m anifiesto e l carácter de la econom ía de inspiración neoclásica y la
insuficiencia del m étodo preconizado.
En efecto, n o se trata de descubrir la form a objetiva com o opera la realidad,
la ley d el m ovim iento d el objeto m ism o, sin o de establecer m odelos relevantes
"para m uchos de los problem as d el crecim iento”, considerados en form a aislada.
Por otro lado, n o se busca llegar a tales m odelos por aproxim aciones sucesivas
hacia lo que es específico de cada proceso particular de desarrollo (o crecimien­
to), sino “m odificar y extender p o r m uchas trías” la concepción central de la
que se parte. Los m odelos así obtenidos se destinan, pues, a servir de cotejo
con la realidad, n o para explicarla. L a econom ía llam ada “pura” se desarrolla
por vía de la lógica a partir de u n cuerpo central que se pretende puro en su
lógica m isma. Se busca construir tipos ideales partiendo de un tipo ideal más
general, en cuya base se encuentra, com o elem ento clave, la racionalidad del
com portam iento d e las unidades económicas. La econom ía se transforma, pues,
en e l estudio d el com portam iento económ ico racional, esto es, en u n capítulo
de la praxiología.
Expresado con otras palabras, a la econom ía política n o se le asigna la tarea
de descubrir lo esencial (lo necesario) d el proceso de desarrollo tal com o obje­
tivam ente se m anifiesta en la realidad, para entonces captar lo esencial en la
especificidad de cada proceso de desarrollo particular; se le asigna más bien
ir J. E. Meade, op. c it., Prefacio.
EL PEN SAM IENTO NEOCLASICO
819
la tarea de describir el crecim iento en condiciones ideales, y en el caso de
M eade, el crecim iento en equilibrio d e una econom ía com petitiva, para, arran­
cando de este m odelo ideal, establecer por vía deductiva un instrum ental de
análisis, u n conjunto de m odelos qu e puedan confrontarse con la realidad cuan­
do tal com paración le sea requerida al econom ista. Así por ejem plo, Meade
señala cóm o aun deben ser investigadas “condiciones que h e discutido insufi­
cientem ente: econom ías de producción en gran escala, econom ías externas, for­
mas de m ercado distintas de las de com petencia perfecta y otros aspectos ” .18
Surge entonces claram ente cuál es e l carácter d el m étodo em pleado por la
econom ía de origen neoclásico: a partir de u n m odelo m uy general se propone
marchar, levantando supuestos, hacia m odelos que, sin perder su “validez”, ten­
gan grados crecientes de “realism o”.
La insuficiencia d e este m étodo se discute e n otra parte d el libro. Com o
quiera que sea, tal insuficiencia se hace m anifiesta cuando se confrontan los
supuestos d el m odelo de M eade, que llevan a exam inar las condiciones de un
crecim iento que se da a través de sucesivos equilibrios, con los procesos reales
de crecim iento, donde e l desequilibrio, la inestabilidad y las contradicciones
son inherentes al proceso m ism o .19
Por otro lado, esta insuficiencia n o sólo se m anifiesta en el punto de partida,
esto es, en e l m odelo general que sirve de base a las elaboraciones analíticas
ulteriores; estas mismas se realizan dentro del cam po convencional de la econo­
m ía. En la práctica, tales elaboraciones apuntan a la investigación de procesos
de crecim iento en equilibrio, levantando supuestos que casi siem pre correspon­
den o a la función técnica de producción, o al avance técnico o a los tipos de
mercado. En efecto, “lo que se acostumbraba llam ar teoría d el equilibrio a
largo plazo se h a transformado, en la econom ía m oderna, en la teoría d el cre­
cim iento ” .20
,
Consideradas las críticas que anteceden es lícito preguntarse qué utilidad
ofrece e l estudio del m odelo de M eade y, en general, el estudio de la contribu­
ción neoclásica a la teoría del desarrollo y /o del crecim iento. La respuesta es
que este estudio tiene enorm e significación desde el p unto de vista de los
economistas de los países subdesarrollados.
E llo deriva, en prim er lugar, d el hecho de que, en la práctica, el estudio
de la econom ía de estos países y la interpretación de su evolución se basa en
gran m edida sobre la m oderna m odelística d el crecim iento.
En segundo lugar, q ue los intentos de planificación en estos países, y en es­
pecial en los de América Latina, encuentran su fundam ento conceptual, m u­
chas veces inconsciente, en dicha m odelística. Por tanto, el estudio de la con­
cepción e instrum ental neoclásicos constituye u n o de los requisitos previos para
volver a enfocar críticam ente los planes de desarrollo, básico a su vez para la
evaluación objetiva de los esfuerzos de planificación realizados.
18 Ib id .
19 M eade, a l referirse a l supuesto q u e los m ercados de factores se aju stan p o r m edio del
m ecanism o de precios, ad m ite qu e "estos supuestos, de hecho significan qu e nosotros estam os
ignorando todos los problem as dinám icos im plicados p ara asegurar qu e nu estra econom ía n o
abandona su trayectoria de crecim iento en eq u ilib rio ” (op. cit., p. 4).
20 J . R . H icks, en H a h n & M atthew s, T h e E conom ic J ournal, d iciem bre de 1964, p . 781.
220
L A T E O R IA DEL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
Finalm ente, la relevancia del estudio dé la contribución neoclásica a la teo­
ría del desarrollo deriva de consideraciones m etodológicas. Los esfuerzos de
teorización que se realicen en el sentido de captar la especificidad d el proceso
(o de cada proceso) de desarrollo, deben arraigarse, de un lado, en el estudio
d e las características históricas concretas de dicho proceso; y del otro, en una
reelaboración crítica de la teoría existente, crítica realizada tanto desde el punto
de vista de su coherencia interna y de sus características m etodológicas, cuanto
desde e l punto de vista de su contenido y alcance histórico. La crítica, desde
este segundo punto de vista es, sin embargo, objeto de otro análisis referido
al pensam iento neoclásico en general.
CAPÍTULO V
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
1. E L P E N S A M I E N T O D E K E Y N E S
a] A spectos generales de la visión
i] T eoría económ ica d e K eynes y teoría económ ica keynesiana
El estudio del pensam iento keynesiano se realiza, por una parte, m ediante un
exam en de la vida y obra de Keynes y, por la otra, por un análisis de los m o­
delos de crecim iento de D om ar y de Harrod. D e esta manera, parece más fácil
llegar a las raíces mismas del pensam iento keynesiano, particularm ente en lo
que se refiere a su visión, y estudiar a la vez su aporte analítico a la teoría
del crecim iento económ ico. Com o se verá más adelante, Keynes en realidad no
elaboró un m odelo de crecim iento, puesto que su enfoque fue fundam ental­
m ente estático y a corto plazo; pero, al m ism o tiem po, el instrum ental analítico
por él aportado fu e am pliam ente utilizado por numerosos econom istas para la
elaboración de una vasta gam a de m odelos de crecim iento económ ico .1
Para los propósitos de este trabajo conviene distinguir lo que diose en lla­
mar “la nueva econom ía” 2 o “revolución keynesiana” 8 de la obra d e Keynes
propiam ente dicha, pues sólo de esta manera se podrán definir e l condiciona­
m iento histórico y las bases ideológicas d e su teoría. En efecto, la ulterior ela­
boración de la teoría keynesiana n o pone en claro los supuestos sociopolíticos
sobre los que está basada; antes bien, constituyen prolongaciones o im plicacio­
nes lógicas de dicho cuerpo de teoría. El avance o perfeccionam iento de las
teorías de Keynes en el cam po de la política económ ica, principalm ente de la
política fiscal, m onetaria y de gastos públicos, sigue igual proceso. Sin embargo,
por el hecho de que la obra de Keynes significó un mayor acercam iento entre la
teoría y la realidad, aunque sin apartarse de los elem entos claves del m étodo
de la escuela neoclásica (la noción d e equilibrio, los supuestos “maximizadores"
en el com portam iento de consum idores y empresarios, etc.), encontró amplia
aceptación en los m edios académicos y sus m edidas de política se convirtieron
en un elem ento im portante para asegurar la estabilidad y el crecim iento. N o es
extraño, por tanto, que los econom istas poskeynesianos y neoclásicos tengan
1 Véase al respecto el excelen te estudio de F . H . H ah n y R .C .O . M atthew s, “T h e T h eo ry
o f E conom ic G row th: a Survey”, en E conom ic J ournal, núm . 296, d iciem bre de 1964, pp.
779 a 90 2 2 Seym our E . H arris (Ed .), T h e N ew E conom ics: K eynes’ in flu e n ce on T h e o ry a n d P ublic
P olicy, E d. A. K nopf, Nueva York, 1948.
S K . K u rih a ra , E conom ía P ostkeynesiana, trad. de Jesú s R u iz de Cenzano Losa, Ed. Aguila r, M adrid, 1964; Jo a n R obin son , Filosofía económ ica, trad. de Jo a q u ín A guilar, E d. Gredos,
M adrid, 1966, cap. iv.
[221]
L A T E O R ÍA D EL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
varios puntos de contacto en orden al instrum ental teórico utilizado y a las
m edidas de política sugeridas, a pesar de las diferencias que los separen.
U n a contribución im portante de Keynes fue precisam ente la dosis de realis­
m o qu e sus teorías aportaron al tratam iento de los problemas d e la época, so­
bre todo si se los compara con la esterilidad demostrada por la teoría neoclá­
sica com o guía para la acción política; esta guía, que se hizo particularm ente
necesaria cuando e l sistema económ ico — a partir de la primera guerra m un­
dial— , dejó de operar con eficacia y com enzó a presentar desajustes globales
cada vez más graves. La ausencia de una guía de acción práctica se explica por
el tip o de teorización neoclásica, que al preocuparse por la m icroeconom ía, es
decir, por e l consum idor y la empresa individual, poco podía aportar al conoci­
m iento sobre qué deb ía hacer e l Estado para asegurar el adecuado funciona­
m iento del sistema económ ico. D e esta manera, la necesidad de disponer de
una orientación práctica se transformó en la necesidad de superar la microeconom ía; superación que n o podía lograrse m ediante la teoría d el equilibrio
general, ya que es una generalización del análisis m icroeconóm ico basada sobre
supuestos bastante lim itados, y cuando se pretende hacerla más representativa
d el funcionam iento de u n a econom ía, se transforma en u n sistema d e infinitas
ecuaciones y variables. Parece obvio, pues, que por ese rum bo n o se obtendría
orientación alguna que perm itiese actuar con eficacia en el cam po de la p olí­
tica económica; de aquí que e l reto m o de Keynes a la tradición clásica, que
utilizaba básicam ente variables m acroeconómicas para el análisis, significó un
punto capital en toda su elaboración teórica. Esto al m ism o tiem po im plica
disponer de variables mensurables, sintéticas, m anejables y susceptibles de ser
transformadas en instrum entos útiles para la política económ ica.
Por últim o, otro aporte significativo de los instrum entos de análisis keynesianos surge de su am plia utilización para las teorías d el crecim iento económ i­
co, cuyo centro de análisis es el n ivel de ingreso y el m ercado de ahorro-inver­
sión, aspectos que precisam ente desem peñan un papel estratégico dentro de la
argum entación teórica keynesiana.
ii] Características de la "visión”
En líneas generales podría afirmarse que la “visión”, o acto cognoscitivo preanalítico del pensam iento de Keynes, es mecanicista, optim ista y de clase.
E l carácter m ecanicista d e su visión se advierte al analizar el m étodo y la
naturaleza del instrum ental teórico por él utilizado para demostrar o defender
sus hipótesis. En cuanto al m étodo, podría sostenerse que, en esencia, es el
mismo del pensam iento clásico y neoclásico, es decir, la aplicación de la lógica
formal al análisis de la realidad. Keynes, a la par que u n crítico severo de la
econom ía neoclásica, fu e al m ism o tiem po u n o de sus discípulos más brillantes;
esto explica quizá la profunda influen cia que ejerció sobre el pensam iento eco­
nóm ico existente. Asim ism o, debe advertirse que el mensaje im plícito en la
T eoría general estaba dirigido principalm ente a los economistas neoclásicos;
más aún, la T eoría general resulta casi incom prensible para cualquiera que
carezca de un conocim iento más o m enos sólido de las bases teóricas de la eco­
EL PEN SAM IENTO KEYNESIANO
2 2 3
nom ía neoclásica .4 Por otra parte, revela e l carácter m ecanicista de la concep­
ción keynesiana el hecho que trabaja con variables que se pueden agregar o
desagregar, utiliza el concepto de eq u ilibrio com o un elem ento clave del aná­
lisis, no establece vinculaciones explícitas o teóricas entre variables económicas
y variables sociopolíticas, se basa constantem ente sobre la utilización del ceteris
paribus, etc. Si se la contrasta con la econom ía clásica y neoclásica se tendrá
oportunidad de desentrañar este carácter de la concepción keynesiana, y se per­
cibirán mejor, de este m odo, los estrechos puntos de contacto que existen entre
ambas teorías en cuanto al m étodo.
El carácter o p tim ista de la “visión” es uno de sus aspectos más evidentes.
La profunda fe de Keynes respecto al funcionam iento y perdurabilidad del sis­
tema capitalista, es u n rasgo que reaparece en tóda su obra y explica su opti­
m ism o sobre el funcionam iento del sistema; pero hay que añadir que n o peca
de la ingenuidad del optim ism o neoclásico, tantas veces desm entido por la rea­
lidad. En efecto, Keynes reconoció que algunas de las fallas existentes en el
funcionam iento del sistema podían solucionarse con una adecuada política
económ ica. En síntesis, el sistema n o era contradictorio p e r se sino que sus con­
tradicciones eran el producto de una falta de racionalidad y de la poca in teli­
gencia e im aginación puestas para obtener m edidas de política que corrigiesen
los eventuales desajustes en el funcionam iento d el m ism o .5 D e allí su preocu­
pación por dotar a los ejecutores de políticas de los instrum entos operativos
indispensables para actuar; d e a llí tam bién su esfuerzo por derribar los m itos
del pensam iento neoclásico que postulaban la inacción. Las siguientes palabras
de Keynes son reveladoras d el optim ism o con que contem pló al sistema capi­
talista; “D e una m anera concreta, n o veo razón para suponer que el sistema
existente em plee m al los factores de producción que se utilizan. Por supuesto
que hay errores de previsión; pero éstos n o podrían evitarse centralizando las
decisiones. C uando de 10 m illones de hom bres deseosos de trabajar y hábiles
para el caso están em pleados 9 m illones, n o existe nada que perm ita afirmar
que el trabajo de estos 9 m illones esté m al em pleado. La queja en contra del
sistema presente n o consiste en que estos 9 m illones deberían estar empleados
en tareas diversas, sino en que las plazas debieran ser suficientes para el m illón
restante de hombres. E n lo que ha fallado el sistema actual ha sido en deter­
m inar el volum en d el em pleo efectivo y n o su dirección ” .6
4 E n este sentido resulta m uy significativo el com ienzo de la T e o ría general: “ D irijo este
lib ro especialm ente a m is colegas econom istas, au n qu e espero sea com prensible p ara quienes
no lo son. Su p rin cip a l o b je to es ocuparse de las d ifíciles cuestiones de la teo ría, y sólo se­
cu nd ariam en te de sus aplicaciones prácticas; p orqu e si la econom ía ortodoxa está en desgra­
cia, la razón d ebe buscarse no en la superestructura, q u e h a sido elaborad a con gran cuidado
po r lo qu e respecta a su consistencia lógica, sino eil la fa lta d e claridad y generalid ad de
sus prem isas. P o r ta l m otivo n o podré cu m p lir m i deseo de persuad ir a los econom istas que
estudien o tra vez, con in ten ció n crítica, algunos de los supuestos básicos de la teoría, más
qu e p o r m edio de argum entos sum am ente abstractos, asi com o valiéndom e a m enudo de la
co n tro v ersia .. . N o puede exagerarse la im p o rtancia del asunto a discusión; y si m is exp lica­
ciones son correctas, a quienes prim ero d ebo convencer es a m is colegas econom istas y no al
p ú blico e n g eneral”. J . M . Keynes, T eo ría general d e la ocupación, e l interés y e l dinero,
trad. de E . H o m ed o , Fondo de C u ltu ra Econ óm ica, M éxico, 1965, p. 9.
s Ib id ., p. 335.
6 Ib id ., pp. 339 y 334.
224
L A T E O R ÍA DEL D ESAR R O LLO ECONÓM ICO
El contenido d e clase del pensam iento de Keynes puede desentrañarse con­
siderando tres aspectos: algunos rasgos de su vida personal, sus críticas a lo
que den om in ó el colectivism o y algunas de sus m anifestaciones explícitas, don­
de se considera com o un m iem bro destacado de la burguesía inglesa.
Su exitosa trayectoria nos da la im presión de estar frente a un prototipo del
empresario m oderno, del financista de éxito, del consejero de Estado brillante
y realista, d el polem ista dem oledor, d el académico distinguido, de un ser do­
tado de inteligencia y poder creativo poco com ún, etc .7 Pero en n ingún mo­
m ento se advierten en él indicios de lo que podríam os llam ar un “reformador
social”, com o ocurre con los grandes econom istas d el siglo anterior: Ricardo,
Marx, el m ism o M arshall, etc. Es bastante significativo que Keynes haya rehu­
sado afiliarse al Partido Laborista británico porque, según sus palabras, éste
era un partido p olítico de clase, clase que n o era la suya. En este sentido, es­
cribió Keynes en 1925 : “ . . . e n prim er lugar, es un partido d e clase, y de una
clase que n o es la m ía. Si yo tengo que defender intereses parciales, defenderé
los m íos. C uando llegue la lucha de clases com o tal, m i patriotism o com o tal,
m i patriotism o local y m i patriotism o p e r so n a l.. . estarán con mis afines. Yo
puedo estar in flu id o por lo q u e estim o que es justicia y buen sentido; pero la
lucha de clases m e encontrará del lado de la burguesía educada . . . ” 8 Conse­
cuente con esta posición fue m iem bro del Partido Liberal, rechazando por tanto
la filosofía política de conservadores y laboristas; de los conservadores decía
que era e l partido de la inacción, conducidos por hombres “ . . . incapaces de
distinguir las nuevas m edidas para salvaguardar el capitalism o de lo que ellos
llam an b o lch ev iq u ism o .. . ” ® Argum entaba que un liberal progresista era supe­
rior a un laborista por m ejor que éste fuera, por cuanto “ . . . puede desarrollar
su política sin tener que entonar alabanzas a las tiranías de los sindicatos, a las
bellezas de la lucha de clases o al socialism o de Estado doctrin ario . . . ” 10
Las críticas de Keynes al libre cam bio y su posición favorable a un mayor
intervencionism o estatal en la inversión no lo llevaron a defender ninguna for­
ma de socialism o. En efecto, Keynes considera que la propiedad estatal de los
medios de producción n o es lo que puede solucionar los problemas de funcio­
nam iento del sistem a capitalista; la intervención estatal, aun cuando sea deci­
dida, debía ser indirecta. “El Estado tendrá que ejercer una influencia orien­
tadora sobre la propensión a consum ir, a través de su sistema de impuestos, fi­
jando la tasa de interés y, quizá, por otros medi os . . . Creo, . . . que una socia­
lización bastante com pleta de las inversiones será el único m edio de aproximar­
se a la ocupación plena; aunque esto no necesita excluir cualquier forma,
7 Sobre la vida de Keynes pueden consultarse las siguientes obras: R . H arrod, L a vida de
J o h n M aynard K eynes, trad . de A. R am os O liveira y M . M o n teforte T o le d o , rev. p o r F . M.
T o m e r y C ristóbal L a ra B eau tell, Fon d o de C u ltu ra Económ ica, M éxico, 1958: R . H eilbron er.
Los filósofos de la vid a m aterial, trad. de A rm ando L ázaro R os, Ed. A guilar, M éxico,
1956,
cap. ix ; D. D illard, L a teoría económ ica d e J o h n M aynard K eynes, trad. de Jo sé D íaz G arcía,
E d. A guilar, M adrid, 6» ed ., 1964; y la m ayoría de ios textos sobre histo ria d el pensam iento
económ ico m oderno.
* T. M . Keynes, Essays in P ersuation, H arcou rt, B race & Co., N ueva Y o rk , iq * 2, p. 424,
C f. D . D illard , op. cit., p. 327.
® Ib id ., p. 327, en D illard , op. cit., p. 327.
10 Ib id ., p. 342, en D illard , op. cit., p. 328.
E L P E N S A M IE N T O K E Y N ESIA N O
225
/
transacción o m edio por los cuales la autoridad pública coopere con la inicia­
tiva privada. Pero fuera de esto, no se aboga francamente por un sistema de
socialism o de Estado que abarque la mayor parte de la vida económ ica de la
com unidad. N o es la propiedad de los m edios de producción la que le conviene
al Estado asumir. Si éste es capaz de determ inar el m onto global de los recursos
destinados a aum entar esos m edios y la tasa básica de rem uneración de quienes
los poseen, habrá realizado todo lo que le corresponde. Además, las medidas
indispensables de socialización pueden introducirse gradualm ente sin necesidad
de romper con las tradiciones generales de la sociedad . " 11 Más aún, Keynes
m anifiesta una vigorosa oposición al colectivism o, que se pone de m anifiesto en
la actitud adoptada para con el sistem a im plantado en la U n ió n Soviética; en
este sentido afirma: “ . . . D e l la d o económ ico n o puedo percibir que el com u­
nism o ruso haya aportado ninguna contribución a nuestros problemas econó­
m icos de interés intelectual o valor científico. N o creo que contenga, n i hay
posibilidades que contenga, n in gú n fragm ento de técnica económ ica ú til que
n o pudiéram os aplicar, si quisiéramos, con igual o mayor éxito, en una sociedad
que conserva todas las h u e l l a s . . . de los ideales burgueses británicos ” .12
Otro factor que revela el contenido de clase del pensam iento de Keynes lo
constituye el hecho de haber tratado en forma despectiva la obra de M arx, sin
haber profundizado nunca en ella; así, escribía en 1925 : “ . . .E l socialism o marxista tendrá que constituir siempre u n prodigio para los historiadores de la
opinión, que n o podrán explicarse cóm o una doctrina tan ilógica y tan obtusa
puede haber ejercido una influencia tan poderosa y duradera sobre la m ente
de los hombres y, a través de ellos, sobre los acontecim ientos históricos ” .13
Y en e l m ism o año opinaba: “ . . . C ó m o puedo aceptar la D octrina qu e rige
com o Biblia, por encim a d e toda crítica, un m anual de econom ía anticuado
[El capital] que yo sé que n o sólo es significativam ente erróneo, sino que ade­
más carece de interés y n o tiene aplicación al hom bre m od ern o . . . ” 14
b] R asgos generales d e la econom ía de la época
El sistema económ ico nacional e internacional que se estaba consolidando desde
el siglo xviii , y que alcanzó su apogeo durante la segunda m itad d el x ix , sufrió
profundos trastornos durante la época en que vivió Keynes. Fue un período de
guerras, crisis y revoluciones y tam bién de total desajuste de un sistema econó­
m ico que descansaba fundam entalm ente sobre el predom inio del capitalism o
liberal; la dom inación d el m undo por parte de algunos países capitalistas avan­
zados, encabezados por Inglaterra; un sistema m onetario internacional que des­
cansaba sobre el patrón oro; y un vigoroso crecim iento de la producción y del
comercio internacional a largo plazo, aun cuando experim entase variaciones
cíclicas.
Com o resultado de sucesivos efectos derivados de los cambios políticos y so­
ciales que caracterizan el período, se produce la desorganización del sistema d e
11
12
13
14
Keynes, T eoría general d e la ocupación, el interés y e l dinero, op. cit., p p . 33a y 333.
Laissez-faire a n d co m u n ism , p. 64. Cf. D . D illard , op. cit., p. 33a.
Jbid., pp. 47 y 48, D . D illard , op. cit., p. 33a.
Ib id ., p. 99, en D . D illard , op. cit., p. 331.
226
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
comercio mundial, a la que siguen transformaciones institucionales y tecnoló­
gicas del sistema productivo, cambios en los limites geográficos de los países,
crisis del colonialismo, etc. Así, y en trágica sucesión, se registran la primera
guerra mundial; los problemas provocados por la inflación, desocupación y
reparaciones de guerra en Europa; la concentración de las empresas y la conso­
lidación de una estructura monopólica; la gran depresión del año 1930, crisis
que afecta con mayor o menor profundidad a cada país en particular y al sistema económico mundial en general; este tumultuoso período culmina, por úl­
timo, con la segunda guerra mundial.
La primera guerra mundial tuvo efectos muy amplios y profundos debido
al número de países participantes en el conflicto, al volumen de los ejércitos
y a la magnitud de lo destruido. La producción quedó señaladamente afectada
pues algunos sectores debieron acelerar su ritmo de producción —por ejemplo
la metalurgia— al mismo tiempo que la producción agrícola disminuyó consi­
derablemente, debido en parte a la movilización de millones de campesinos para
las necesidades bélicas. Como consecuencia, los países en guerra debieron recu­
rrir al abastecimiento de países extranjeros neutrales, lo que modificó las co­
rrientes financieras tradicionales y las de intercambio comercial.
La mayor destrucción se registró en los países invadidos, tales como Francia,
Bélgica, algunas regiones de Rusia y de Italia, etc. Sin embargo, algunos países
beligerantes, como Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos casi no sufrieron
destrucción dentro de los límites de sus fronteras, y muy particularmente este
último país. Como Estados Unidos participó además en la guerra en forma
menos directa, movilizando una proporción harto reducida de su población, y
contaba además con un enorme potencial productivo, que lo transformó en el
gran abastecedor de material bélico y estratégico de sus aliados, este proceso
condujo a un gran endeudamiento de los beligerantes con Estados Unidos.15
Los países neutrales de Europa, como Suiza, Holanda y los países escandinavos,
también aumentaron su producción ya que también fueron abastecedores de
productos alimenticios, materias primas, etc. La balanza comercial de Estados
Unidos logró importantes excedentes y ya por entonces este país logró almace­
nar cerca de la mitad de la existencia mundial de oro. Por otra parte, Rusia
se convirtió en un Estado socialista en 1917, aislándose del resto del mundo
durante casi 20 años; con esto se cerraba un importante mercado y se agotaba
una fuente tradicional de aprovisionamiento de materias primas.
Terminada la guerra, se planteó el problema de la reconstrucción de las
regiones devastadas y la reorganización política de Europa, como así también
el de las reparaciones que debía pagar Alemania y la cuestión de las deudas
contraídas por los beligerantes europeos con Estados Unidos. Todo esto pro­
vocó un desajuste financiero de proporciones, que gravitó indudablemente so­
is La deuda de los países beligerantes europeos con Estados Unidos alcanzaba, en 1920,
a 225 mil millones de dólares, cuando en vísperas de la guerra sólo llegaba a 26 m il millones.
Francia, por ejemplo, alcanzó en igs 8 a una deuda de 300 mil millones de francos, diez veces
la deuda de 1913; la deuda británica en pre y posguerra pasó de 17 a 197 mil millones de
francos oro, la de Alemania pasó de 6 a 168 mil millones de francos oro. (Préstamos de E.U.
para pagar reparaciones.) Tomado de J. A. Lesourd y C. Gérard, Historia económica mundial,
trad. de Miguel Izard, Ed. Vicens-Vives, Barcelona, 1964, cap. 16, pp. 324-388.
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
887
bre las relaciones internacionales y el restablecimiento económico de Europa,
y en parte fue causa de los serios desequilibrios monetarios que afectaron a
varios países europeos y particularmente a Alemania.
Durante los primeros años de la década de 1920, los países europeos experi­
mentaron la primera recesión de posguerra, en seguida surgieron los procesos
de hiperinflación, todo ello acompañado de graves conflictos sociales. No obs­
tante, entre 1925 y 1929, Europa y, sobre todo Estados Unidos, experimentan
una recuperación, seguida de una gran prosperidad. El caso más notable es
Francia, país que a pesar de haber sido uno de los más afectados, logró recu­
perarse con gran vitalidad; así, en 1929, se había convertido en el primer pro­
ductor mundial de mineral de hierro, en el segundo de automóviles, en el ter­
cero en la fundición de acero, etc. Alemania agobiada bajo el peso de las repa­
raciones y de una inflación galopante entre 1921 y 1923, empezó a reorganizar
su economía a partir de 1925, principalmente a través de un esfuerzo por racio­
nalizar su producción industrial mediante acuerdos que estableció la repartición
de los mercados; se constituyeron por entonces aproximadamente 2 000 cárteles;
además pudo hacer frente y atenuar el pago de las reparaciones gracias a prés­
tamos por 3 500 millones de dólares otorgados por los países anglosajones. De
esta época data la consolidación de las grandes empresas sobre la que se basó
la recuperación de la economía alemana y también la base económica sobre la
que se apoyó el régimen nazi.
Por otra parte, Inglaterra perdía terreno, a pasos agigantados, dentro del
contexto del comercio mundial, a la vez que Estados Unidos lo ganaba. Ingla­
terra no logró modernizar su industria, declinaron sus exportaciones, y después
fue sacudida por una de las huelgas más prolongadas que registra la historia
del movimiento obrero: la huelga del carbón en 1926. A pesar de todos estos
inconvenientes logra recuperarse entre 1927 y 1929.
El proceso de concentración de la producción y de los mecanismos financie­
ros, así como la “cartelización”, avanzó rápidamente en todos los países indus­
triales y en las grandes empresas que operaban en el mercado internacional. En
general perseguían el propósito de limitar la producción pues se temía una
crisis de sobreproducción. Por ejemplo, en 1922 se firma un acuerdo entre
productores de caucho, bajo influencia británica; en 1926 se llega a un convenio
entre Francia y Alemania respecto de la producción de potasa; el mismo año se
establece el “cártel” europeo del acero, que se complementó con otros de tubos,
rieles, etc.; en 1926 se establece también el “cártel” del cobre de Estados Uni­
dos, etcétera.16
En el año 1929 comienza la crisis más impresionante y de mayor duración
de los últimos tiempos. El tema ha sido suficientemente estudiado, por lo tanto
sólo se señalarán algunos de sus aspectos, particularmente aquellos que puedan
ser ilustrativos con respecto a la visión de Keynes y las medidas de política
económica que propuso. En este sentido conviene señalar dos ingredientes im­
portantes de la crisis: la sobreproducción y los violentos desajustes del crédito
y de los valores bursátiles.
En lo que respecta a la sobreproducción, la guerra permitió que algunos pal­
ie lbid., p.
331 .
228
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
ses, como Estados Unidos y Japón, aumentaran su capacidad productiva y
su producción para satisfacer las enormes necesidades de los países beligeran­
tes durante la guerra y el período de reconstrucción. Por otra parte, ciertas
colonias y países periféricos incrementaron su producción exportable de mate­
rias primas y alimentos, y ante la imposibilidad, por falta de divisas, de adqui­
rir productos manufacturados, instalaron algunas industrias textiles y metalúr­
gicas. Al mismo tiempo, culminaron los esfuerzos de reconstrucción de los paí­
ses europeos. Todos estos constituyen los principales elementos explicativos de
la sobreproducción.
Por otra parte, el auge económico impulsó una expansión colosal del cré­
dito, el que llegó a transformarse en una fuente inagotable de medios de pago
nacionales e internacionales; pero esta expansión del crédito fue mucho más
allá de las posibilidades productivas, convirtiéndose por tanto en un proceso
fundamentalmente especulativo. El exceso de crédito y la proliferación de em­
presas bursátiles, con frecuencia artificiales, eran particularmente intensos en
Estados Unidos, país que se había convertido en el principal banquero del
mundo.17 También en el mercado interno, el crédito ilimitado creó una ver­
dadera madeja de deudas privadas, que alcanzaba al 184 por ciento del ingreso
nacional.18 Se especulaba con los valores bursátiles, que subían constantemente,
y se obtenían créditos para nuevas compras de valores, lo que hacía que éstas
siguieran subiendo, y así, en forma sucesiva se constituía un círculo vicioso.
El 19 de octubre de 1929 se produjo el crash de la Bolsa de Nueva York,
donde los valores bursátiles salían a la venta a precios cada vez más bajos sin
que encontrasen comprador. El derrumbe de estos valores afectó a las empresas.
Los particulares no lograban pagar sus compras hechas a crédito y por consi­
guiente limitaban su demanda al mínimo; los bancos dejaron de otorgar cré­
ditos; las fábricas se encontraron con grandes existencias de bienes sin compra­
dores y de materias primas que no se podían manufacturar. En estas condicio­
nes las empresas comenzaron a despedir gran parte de su personal, y al cabo
de un corto período, cerca de 12 millones de obreros quedaron sin trabajo; el
resto de la población activa lo hacía recibiendo salarios extremadamente bajos;
como consecuencia a su vez de la desocupación y los bajos salarios, las compras
de consumo disminuyeron sustancialmente.
La crisis se propagó de Estados Unidos a Europa, donde se extendió da­
das las condiciones desfavorables existentes en varios de esos países. Alema­
nia, desde la guerra, vivía gracias a los créditos otorgados por Estados Unidos
e Inglaterra; cuando éstos cesaron cayó bruscamente la producción al mismo
tiempo que la desocupación creció de manera violenta. Las exportaciones ale­
manas bajaron y varios bancos alemanes quebraron, a pesar de la ayuda reci­
bida de otros bancos de Londres y París. La crisis también afectó a Inglaterra
aunque sin la violencia de Alemania en 1932; el número de desocupados alcan17 Como disponían de fondos por el rembolso de las deudas de guerra, los bancos norte­
americanos otorgaban créditos considerables a Europa; desde 1921 a 1928 Estados Unidos
invirtió 8 500 millones de dólares en el extranjero y sus deudores continuaban pidiendo prés­
tamos para pagar los intereses de préstamos anteriores. Ibid., p. 333 .
18 Actualmente la deuda privada total en Estados Unidos alcanza aproximadamente al 60
por ciento del ingreso nacional, y su elevado nivel causa cierta preocupación.
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
229
zaba a a y 5.5 millones, respectivamente. Francia, país que recurrió en menor
medida al crédito externo, que estaba relativamente menos industrializada y
cuya industria sólo parcialmente vivía de las exportaciones, también entró en
crisis, con una multiplicación de quiebras, aunque sin alcanzar los aspectos
catastróficos que adquirió en Estados Unidos, Alemania y, en menor medida,
Inglaterra. Por último, las colonias y los países subdesarrollados, cuya economía
estaba subordinada a su sector exportador de materias primas, sufrieron la cri­
sis con bastante intensidad ya que sus exportacionés sufrieron enérgicas reduc­
ciones.19
La década de 1930 se caracterizó por experimentos de política económica
destinados a superar la grave situación creada por la crisis; es lo que ocurrió
en el caso Roosevelt, con el llamado New Deal, en Estados Unidos; el Frente
Popular en Francia; los ministerios de unión nacional de Inglaterra; y los re­
gímenes fascistas de Mussolini en Italia, Hitler en Alemania, etc. También al­
gunos países subdesarrollados registran cambios políticos como consecuencia de
los serios desajustes provocados por la crisis. Aun cuando estas experiencias
presentan una diversidad de aspectos en función de las características estructu­
rales de cada economía y de las doctrinas políticas predominantes en cada una
de ellas, pueden observarse algunos elementos comunes; el principal es la ma­
yor participación del Estado en la vida económica del país. Las personas y las
empresas, duramente afectadas por la crisis, estaban dispuestas a aceptar una
mayor ingerencia estatal en la vida económica y social, aun cuando de este modo
se limitara, en mayor o menor medida, el capitalismo liberal. Estas diversas
experiencias tuvieron éxito en el campo económico; disminuyó la desocupación,
el sistema financiero y de comercialización tendió a normalizarse, la producción
tornó a crecer y en 1938 ya superaba ligeramente los niveles de 1929.
Sin embargo, las nuevas soluciones no fueron fáciles de llevar a cabo en toda
su amplitud, una vez que se superó la fase crucial de la depresión. Así, por
ejemplo, el New Deal de Roosevelt fue aplicado por organismos estatales en
su momento considerados muy poderosos, y cuyas atribuciones cercenó, en 19351936, la Suprema Corte; los estados corporativos italiano y alemán debieron
recurrir en muchos casos a la violencia interna para poder llevar a cabo sus
planes; y la experiencia francesa, por su lado, mostraba un proceso durante el
cual el gobierno iba perdiendo autoridad y decisión para actuar sobre la econo­
mía. Por otra parte, una dificultad importante para la normalización de los
problemas internacionales económicos y políticos debe señalarse en el hecho
que se buscaron soluciones particulares y nacionales, en menoscabo de las posi­
bilidades de cooperación internacional y de acción conjunta. Quedó esto de­
mostrado por el fracaso de la Conferencia Económica de 1933 y luego el de la
Sociedad de las Naciones.
Finalmente, conviene recordar que estas experiencias económicas tuvieron
como factor fundamental el rearme y la preparación para una nueva guerra.
Así, por ejemplo, la economía del Tercer Reich se organizó para proveerse de
material bélico; las economías de Estados Unidos, Inglaterra, Italia y Francia,
aunque en menor medida, también dedicaron importantes recursos al rearme;
19 Véase parte iv.
2 gO
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
la URSS, una vez estabilizada su situación política interna, igualmente destinó
parte de su aparato productivo a la producción bélica. Este proceso estuvo
acompañado de una serie de situaciones que, si bien no pueden considerarse
causas de la segunda guerra mundial, constituyen antecedentes importantes;
así la Guerra Civil de España, la invasión de Etiopía, el conflicto entre China
y Japón, y sobre todo las graves crisis diplomáticas provocadas por'la política
expansionista de los regímenes alemán e italiano. Estos elementos contribu­
yeron a que la mayor parte de los países adoptaran una política de intenso
rearme.
La segunda guerra mundial fue aún más desastrosa que la primera; cerca
del 90 por ciento de la población mundial estuvo comprometida directa o in­
directamente en ella. Las tropas alemanas ocuparon Europa; Asia y Oceanía
fueron ocupadas en parte por los japoneses, y África del Norte fue escenario
de intensos combates.
Esta vez la economía de guerra se organizó rápidamente y con mayor efi­
cacia. Desde el punto de vista económico la guerra significó un cambio sustan­
cial de la producción; creció rápidamente la de minerales, petróleo, siderurgia,
carbón, nuevos tipos de alimentos, etc.; ciertos países periféricos como Ca­
nadá, parte de América Latina, la India y otros, proveen de insumos y alimen­
tos a los países beligerantes, y a la vez dan un mayor impulso a sus producciones
mineras y metalúrgicas, y también en parte a la manufactura; asimismo, el
conflicto genera un progreso técnico vertiginoso.20 Como consecuencia de lo
señalado, el conflicto bélico enriqueció a todos los países alejados del campo
de batalla, y muy particularmente a Estados Unidos, que casi alcanza a duplicar
su ingreso real por habitante durante la guerra; varios de los países que depen­
den económicamente de Inglaterra y Estados Unidos acumularon durante la
guerra créditos considerables en libras y dólares, como ocurrió con algunos
países periféricos, en especial Argentina, India, Egipto y Canadá; Inglaterra,
tradicionalmente acreedora y proveedora de capitales hacia estos países, quedó
como deudora. El total de la deuda externa de Gran Bretaña, de 7 000 millo­
nes de libras esterlinas en 1939, pasó a 19 600 millones en 1944, por lo que tuvo
que enajenar parte importante de sus bienes en el extranjero para cumplir con
sus obligaciones y compromisos. Japón y Alemania fueron privados de sus te­
rritorios de ultramar y quedaron librados básicamente a sus recursos internos
y, en especial, a la calidad de sus recursos humanos.
Los trastornos que generó la segunda guerra mundial hicieron necesarios
ciertos reordenamientos en la economía internacional. Los países afectados tra­
taron de centrar sus esfuerzos en la reconstrucción, mientras que otros trataban
de convertir su economía de guerra en economía de paz. La experiencia de la
20 En el afio 1944 se lograron cifras récord de producción. En acero Alemania alcanzó 25
millones de toneladas y Estados Unidos 89 millones. Gran Bretaña produce desde septiembre
de 1939 a julio de 1944, 102 m il aviones, 25 mil tanques, 45 m il cañones; Estados Unidos,
entre 1941 y 1944, produce 248 mil aviones, 729 millones de obuses. Se desarrolló especial­
mente la química: Alemania producía en 1944 6 millones de toneladas de gasolina sintética.
Estados Unidos que fabricaba 16 mil toneladas de caucho sintético en 1939, pasa a elaborar
760 mil en 1944, multiplicando asimismo las aplicaciones del nylon, materiales plásticos y
magnesio. Ibid., pp. 337 -338 .
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
231
anterior posguerra y el recuerdo de la crisis del 30 hicieron temer un retomo
de los espectros de la sobreproducción y la desocupación. Se empezó a hablar
con preferencia de “pleno empleo” antes que de retomo al libre comercio; así
surgieron planes (el de Keynes y el de White por ejemplo) para equilibrar la
producción, regular el comercio internacional, poniendo particular interés so­
bre cómo debía financiarse el flujo de comercio. Los problemas derivados de
las deudas en la segunda guerra, de las reservas financieras para proveer liqui­
dez internacional, así como la convertibilidad voluntaria y la posibilidad de
hacer frente a la inflación constituyen cuestiones de trascendental importancia,
que todavía hoy siguen siendo una preocupación fundamental en las discusiones
en tomo a las relaciones económicas internacionales.
c] Contenido de la Teoría general
Como pudo apreciarse en la sección anterior, dos de los problemas económicos
centrales de la época en que vivió Keynes, y que le preocuparon de manera
preferente, fueron: a) los desajustes monetarios y financieros, y fe) las fluctuacio­
nes económicas y la desocupación. No es coincidencia, por lo tanto, que su
contribución fundamental al pensamiento económico moderno lo haya realizado
precisamente en el campo de la teoría del dinero y los precios y en el de la
ocupación. El examen que sigue se limita a estudiar estas principales contribu­
ciones de Keynes, procurando mostrar cómo cada uno de los elementos de am­
bas teorías conforman un cuerpo de teoría general coherente, adecuado para el
análisis de los problemas de su época. No se pretende, por consiguiente, eva­
luar ni abarcar toda la compleja y profunda obra de Keynes, ni explicar cada
uno de los conceptos e instrumentos analíticos que desarrolló; ello es parte
habitual de la formación del economista contemporáneo, y por lo demás ha
sido profusamente analizado y explicado.21
i] La teoría keynesiana del dinero y los precios
La crítica fundamental de Keynes a la teoría cuantitativa del dinero —uno de
los pilares del pensamiento económico de la época—, consistió en señalar que
era un caso particular, que sólo se cumple en determinadas situaciones y por
consiguiente no tiene aplicación general. Por ello, propone la siguiente re­
formulación: “Mientras haya desocupación, la ocupación cambiará proporcio­
nalmente a la cantidad de dinero; y cuando se llegue a la ocupación plena, los
precios variarán en la misma proporción que la cantidad de dinero”.22
La teoría cuantitativa se asienta sobre una serie de supuestos simplificadores
que Keynes critica porque a su juicio existen elementos claves dejados de lado
por tales supuestos, y que influirán sobre los acontecimientos económicos pro­
vocando un comportamiento diferente al que sugiere la formulación convencio2 1 Véanse A. Hansen, Guia de Keynes, trad. Martha Chávez y H. Fernández; f o e , Mé­
xico, 2a. ed., 1962. Introducción a Keynes, f c e , México, 1964. Dillard, op. cit. Análisis crí­
ticos de Keynes pueden encontrarse en: H. Hazlitt, Los errores de la nueva ciencia económica,
trad. de Jesús Ruiz de Cenzano, Ed. Aguilar, Madrid, 1961; J. Robín son, Ensayos de economía
poskeynesiana, trad. de Domingo A. Rangel y Martha Chávez D., f c e , México, 1959.
22 j . M. Keynes, op. cit.
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
23*
nal de la teoría cuantitativa. Entre estos elementos Keynes señala los siguientes:
a) la demanda efectiva no cambia en la misma proporción que la cantidad de
dinero, en virtud de la preferencia por la liquidez; b) puesto que los recursos
productivos no son homogéneos, los rendimientos son decrecientes y no cons­
tantes a medida que la ocupación se expande en forma gradual; c) como no
existe movilidad perfecta de los recursos, algunos bienes alcanzarán una si­
tuación de inelasticidad en su oferta aunque existan recursos ociosos dis­
ponibles para producir otros bienes; d.) la tasa de salarios tenderá a subir
antes que se haya alcanzado la ocupación plena, y e) no todas las remunera­
ciones de los factores cambiarán en igual proporción que la demanda efectiva.
Estos aspectos no los trata la teoría cuantitativa por cuanto los supuestos
simplificadores sobre los que se apoya le permite establecer relaciones directas
entre las variaciones de la cantidad de dinero y los cambios en el nivel gene­
ral de precios. Para incorporarlos, según Keynes, la teoría del dinero y de
los precios debe contestar, primero, cómo responde la demanda efectiva
a cambios en la cantidad de dinero; y segundo, cómo se dividen los efectos
de las variaciones en la demanda global entre cambios en la producción real
y en los precios. Además, debe señalarse que los elementos mencionados no
son independientes en sentido estricto; por ejemplo, la proporción en que se
dividen los efectos de un crecimiento en la demanda efectiva entre un aumento
de la producción y un alza de los precios, puede afectar la forma en que la
cantidad de dinero se relaciona con la magnitud de la demanda efectiva.
La relación entre el nivel de demanda efectiva y la cantidad de dinero,
corresponde aproximadamente a lo que la teoría cuantitativa denomina “ve­
locidad-ingreso del dinero”. Pero esta última relación —siempre según Keynes—
poco o nada explica, por cuanto como depende de factores complejos y varia­
bles, no existen razones que justifiquen su constancia. “El uso de este tér­
mino oscurece, en mi opinión, el carácter real de la causación y sólo ha
conducido a confusiones.” 23
Con la ayuda de un sistema de elasticidades, se puede expresar algebraica­
mente algunos de los aspectos principales de las ideas de Keynes en torno a la
teoría del dinero y los precios.
Partiendo de M • ~ — Y, como una formulación simplificada de la teoría
cuantitativa, donde:
M = cantidad de dinero (oferta monetaria)
— = velocidad-ingreso del dinero .'. I = demanda de dinero pata tran­
sacciones en relación al ingreso
Y = ingreso nacional.
Y remplazando Y por D, donde D = demanda efectiva, se tiene:
M ■~ = D
23
Ibid.,
p. 287.
*33
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
En este contexto, si ~ es constante, los precios (p) cambiarán en la misma
proporción que la cantidad de dinero, a condición que:
6p
p
8p D
ep — — - = —— • — sea igual a la unidad (ep = i);
8D
8D p
~ ir
ep es la elasticidad del nivel de precios en respuesta a cambios en la demanda
efectiva o, en otras palabras, en qué medida el nivel de precios se modifica
ante variaciones en la demanda. Como es fácil apreciar, esta elasticidad estará
íntimamente vinculada a las características de la elasticidad de oferta de la
economía.
A su vez, ep será igual a la unidad, siempre y cuando e0 sea igual a cero, o
bien ew =. i, donde
bD
~0 ~
80
D
e° ~ ~b¡r ~ ~bD ' o
D
significa la elasticidad de la producción y de la ocupación con respecto a la
demanda efectiva, es decir, expresa las variaciones en la producción, y por con­
siguiente en la acupación como respuesta a cambios en la demanda global D.2i
La condición e„ = o evidencia que la producción no presenta reacción alguna
ante cambios en la demanda efectiva. La elasticidad de la tasa de salarios con
8JE D
= i significa
respecto a la demanda efectiva es ew — ----- • —. La condición
bD
W
que la tasa de salarios nominales crece en la misma proporción que la demanda
efectiva.
1
En resumen, cuando — es constante, y si un incremento de la demanda efec­
tiva no provoca efectos sobre la producción, en tanto que los salarios suben
proporcionalmente, entonces la elasticidad de la producción e0 es cero y la elas­
ticidad de los salarios nominales ew es i. Como e0 = o, los precios (al mismo
tiempo que los salarios) se elevarán en proporción directa a los cambios en la
demanda, es decir, ep será igual a la unidad. Sólo para este caso, según Keynes,
serán válidas las conclusiones de la teoría cuantitativa.
Si ~ no es constante, será necesario una nueva elasticidad:
l
ed =
bD
M
• —
bM
D
24 Keynes supone equivalentes las variaciones de la ocupación y de la producción por­
que a corto plazo no habría variaciones en el capital y la técnica. Además, “ .. .mediremos
los cambios que ocurran en la producción corriente con referencia al número de hombres
em pleados... ponderándose los trabajadores calificados de acuerdo con su retribución". Ibid.,
p. 48.
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
234
que relacione los cambios porcentuales en la demanda efectiva ante variaciones
porcentuales en la cantidad de dinero. Si ed — i, el coeficiente — será constante
y la demanda efectiva o ingreso cambiará en proporción a las variaciones en la
cantidad de dinero.
En el razonamiento de Keynes la relación básica establece que ev
e0 ~ i,
y admite que esta relación será estable cuando ew = o. Si ew > o, habrá en­
tonces presión para que aumente ep y disminuya e0 en proporción tal que se
mantenga la relación ep -)- e0 = i.
Corresponde ahora ocuparse de la relación fundamental de la teoría cuan­
titativa, es decir, la reacción del nivel general de precios ante cambios en la
cantidad de dinero. Keynes enuncia esta relación a través de la elasticidad de
los precios con respecto a la cantidad de dinero:
8p . M
e ~ ——
—.
8M P
Esta elasticidad también se puede expresar en función de las elasticida­
des ed y ep;
bD M
bP D
e — ----- — ----- -------bM D
bD p
e = ed - e P.
Como se observa, e contiene las relaciones entre la elasticidad de la demanda
efectiva con respecto al dinero (ed), y la elasticidad de los precios con respecto
a la demanda efectiva (eP); el enunciado de la teoría cuantitativa convencional
implica que e = i; pero esta situación sólo puede cumplirse cuando ed = i y
ep = 1 ; y esto último significa a su vez que e0 — o y ew — i.
Con este análisis y con estos instrumentos Keynes trató de demostrar que
sólo en un caso especial se presentan las condiciones que supone la teoría cuan­
titativa en particular, y las teorías de los clásicos en general; y ofrece, mediante
su conjunto de elasticidades, una “teoría general" del dinero y los precios, a
cuyo respecto sostiene: “.. .Así nos acercamos a una teoría más general, que in­
cluye como caso particular la teoría clásica que conocemos bien”.25
Según Keynes, la demanda efectiva no cambia siempre en la misma propor­
ción que la cantidad de dinero, por cuanto parte de éste se puede guardar como
saldo ocioso debido al efecto de la preferencia por la liquidez. Los supuestos
de racionalidad de la economía clásica implican que no se mantienen saldos
ociosos en la posición de equilibrio de las funciones ahorro-inversión, que se
alcanza a través de las variaciones de la tasa de interés. Keynes cuestiona este
supuesto y sostiene que las personas guardan dinero en forma de saldos líquidos
para especulación y previsión; cuando se atesora, sólo una parte del incremento
de dinero se traduce en un aumento de la demanda efectiva. Este último fenó­
meno se expresa por la elasticidad ed —
25
Ibid.,
p . 10 .
y sólo cuando ed =
i se
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
235
cumplen los supuestos de la teoría cuantitativa sobre la inexistencia de saldos
ociosos, es decir, sólo se demanda dinero para transacciones.
La teoría cuantitativa analiza las relaciones entre los movimientos en la
cantidad de dinero (oferta monetaria) y las reacciones en el nivel general de
precios; estas variaciones son proporcionales sólo si se admiten los supuestos
de inexistencia de saldos ociosos y presencia de pleno empleo. Mediante la
elasticidad (e), que expresa las relaciones entre oferta monetaria y nivel de
precios, pero que lleva implícitas las vinculaciones entre la demanda efectiva
que descansa sobre los valores de las elasticidades ed y ep : e — ep • ed. En con­
secuencia, la elasticidad (e) sería la expresión algebraica de una forma gene­
ralizada de la teoría cuantitativa del dinero, puesto que sus relaciones son vá­
lidas existan o no saldos ociosos y/o desocupación.
Se tratará ahora de analizar, dentro del contexto keynesiano, los efectos de
cambios en las principales variables de su teoría del dinero y de los precios.
Las repercusiones de cambios en la cantidad de dinero sobre la demanda
efectiva, se manifiestan a través de su influencia sobre la tasa de interés. El
efecto cuantitativo puede derivarse de: a) la función de la preferencia por la
liquidez, que indica cuánto debe bajar (subir) la tasa de interés para que el
dinero adicional sea absorbido (ofrecido) por los ahorradores; b) la función de
la eficacia marginal del capital, que determina cuánto aumenta (disminuye) la
inversión por una disminución (aumento) en la tasa de interés; y finalmente,
c) el multiplicador de la inversión (inverso de la propensión marginal a aho­
rrar), que indica el incremento (decremento) en la demanda efectiva generado
por un aumento (disminución) en la inversión.
Ahora bien, la parte del incremento de la demanda efectiva que se traduce
en un aumento de la producción (ocupación), dependerá de la situación con­
creta de la economía por lo que corresponde al nivel de ocupación de los
recursos, la disponibilidad de insumos específicos y, en general, la elasticidad
de la oferta. Por lo tanto, si hay elasticidad de oferta infinita y recursos des­
ocupados, todo incremento en la demanda efectiva se reflejará en un aumento
correlativo de la producción y el empleo, permaneciendo constante el nivel
de precios; en este caso la elasticidad e0 será igual a 1 y la elasticidad ep igual
a cero.
Por otra parte, si hay ciertas rigideces estructurales en la producción, la
oferta global de la economía puede permanecer constante a pesar de la dispo­
nibilidad de recursos desocupados y de la presencia de demanda insatisfecha;
en este caso límite, todo aumento de la demanda efectiva sólo genera un in­
cremento correspondiente en el nivel de precios; las elasticidades respectivas
serán: e„ = o y ep = 1. Lo mismo ocurrirá con iguales valores de estas elasti­
cidades, cuando se alcanza la situación de pleno empleo, ya que en este caso
todos los recursos estarán ocupados y salvo cambios tecnológicos, que sólo se
manifiestan a mediano o largo plazo, no habrá posibilidades que la producción
se expanda.
Conviene subrayar que los casos analizados constituyen aspectos extremos,
puesto que la realidad normalmente presenta situaciones intermedias en las
cuales i > e0 > o y 1 > ep > o. El valor analítico y poder explicativo de
estas elasticidades es, por lo tanto, limitado, pues sólo, constituyen un reflejo
236
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
cuantitativo de complejos problemas económicos de cada economía en particu­
lar. Por consiguiente, siempre se mantienen las interrogantes sobre qué causas
explican los diferentes valores que pueden alcanzar las elasticidades.
Las relaciones entre cantidad de dinero, inversión, demanda efectiva, nivel
de ingreso, ocupación y nivel de precios constituyen un punto de partida, para
el tratamiento de los problemas de inflación y deflación.
Al respecto Keynes sostuvo que: “. . . l a deflación hace bajar la ocupación
y los precios; la inflación sólo puede elevar los precios, no la ocupación. . . ” 26
La expresión enuncia lo que él llamó “asimetría” a partir del nivel crítico de
pleno empleo.
Por una parte, la deflación se caracteriza por una disminución de la de­
manda efectiva por debajo del nivel de pleno empleo, con descenso en la ocu­
pación y los precios; este resultado es consecuencia de admitir que los factores
de producción, y en especial la mano de obra, pueden resistir a una reducción
en sus remuneraciones monetarias. Si los salarios nominales bajaran ilimitada­
mente, supuesto clásico que asegura el pleno empleo, un nivel de demanda
efectiva inferior al de ocupación plena, no provocaría desempleo y la asime­
tría desaparecería. Pero en opinión de Keynes, este supuesto no tiene asidero
en los hechos.
Por otra parte, cuando un crecimiento de la demanda efectiva deja de
traducirse en incrementos de producción porque se alcanza el nivel de pleno
empleo, o existen "embotellamientos” en niveles inferiores, el aumento de la
demanda efectiva sólo se traducirá en alza de los costos y se habrá alcanzado
una situación de inflación “auténtica”. En opinión de Keynes, hasta que se
alcance este punto, el efecto de la expansión monetaria —vía incrementos de
demanda efectiva— es sólo cuestión de grado, y no hay momento previo en el
cual se pueda trazar una línea definida para afirmar que están operando las
condiciones de inflación “auténtica”. Es probable que cada aumentó de la can­
tidad de dinero anterior a esos niveles críticos, en la medida que incrementa
la demanda efectiva, se traduzca en una elevación de los costos y precios y
también en un aumento del nivel de empleo y producción.
ii] Teoría de la ocupación
Para los clásicos, la desocupación era consecuencia de un estado de desequi­
librio en el mercado de trabajo. Se alcanza la ocupación plena a medida que
se recupera el equilibrio, al que tienden automáticamente las fuerzas del mer­
cado cuando hay flexibilidad para aumentar o disminuir los salarios reales.
Para Keynes, la disminución de la desocupación no se produce en forma tan
automática; de un lado, porque hay desocupación involuntaria, incluso en una
situación de equilibrio; del otro, porque hay rigideces en los salarios reales
ante variaciones en los nominales y, finalmente, porque el volumen de ocu­
pación influye sobre el nivel de demanda efectiva.
La primera de las críticas se desenvuelve en función de la llamada oferta
26 Ibid., p . 279 .
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
237
de trabajo keynesiana.2T (Véase gráfica, curva W0AO.) Si ésta, por lo menos
hasta el punto (A) es infinitamente elástica, y la demanda (DD ) se encuentra
con ella antes del punto (A), cuando deja de ser infinita, habrá una desocu­
pación involuntaria (Lx — L0) al nivel de salario (JV0), aunque el mercado
esté en posición de equilibrio (W0; L0). Esta rigidez en la oferta de trabajo se
atribuye, por lo general, a las reticencias de los sindicatos para aceptar salarios
nominales por debajo de cierto nivel.
Pero la médula del ataque keynesiano a los clásicos —su segunda critica—,
alude a la rigidez que muestran los salarios reales como elemento de ajuste en
el corto plazo, puesto que están determinados, no sólo por los convenios entre
trabajadores y empleadores, o sea, por los ajustes de salarios nominales, sino
también por otros factores, tales como variaciones en el nivel de precios, en el
tipo de cambio, en la política fiscal, etc.28
Keynes señala, en tercer lugar, que de acuerdo a los principios de la teoría
clásica —para la cual los precios están determinados por el costo marginal y
los salarios nominales influyen fundamentalmente sobre dicho costo—, a una
caída de los salarios monetarios debería seguir una disminución análoga de
todos los precios, de este modo los salarios reales permanecerían inalterados.
Si los salarios reales no cambian, las relaciones entre el precio del trabajo y
el de los demás factores permanecerán invariables, como también las relaciones
entre el precio de los productos de elevada intensidad de mano de obra y el
de los productos que emplean menos mano de obra, o sea que, con una ofer­
ta de trabajo en términos de salarios reales, es imposible aumentar el volumen
de ocupación, salvo que se incremente la demanda de trabajo. A su vez, la de­
manda de trabajo sólo puede crecer con el aumento de la demanda efectiva
de bienes y servicios, ya sea por el incremento de las inversiones o por dismi­
nución de la capacidad instalada ociosa, y esto siempre que exista la flexibi­
lidad de oferta. En otras palabras, según el esquema keynesiano, el incremento
de la demanda de bienes y servicios es lo que permitirá aumentar la demanda de
trabajo. Por consiguiente, el problema de la desocupación deja de ser un
fenómeno explicable en términos de los desajustes del mercado de trabajo
27 W. Leontief, "Postulates, Keynes’ General Theory and the Classidsts”, en S. Harris (ed.),
op. cit.
28 j . M. Keynes, op. cit., cap. 19.
*38
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
y en cambio pasa a plantearse en función de los factores determinantes del
nivel y variaciones de la demanda efectiva.
El análisis poskeynesiano admite la posibilidad que existen salarios reales
flexibles al hacerlos depender de las variaciones de la demanda efectiva pro­
ducida como consecuencia de los cambios en la relación entre el nivel de pre­
cios y el de los salarios monetarios. Así, por ejemplo, frente a un aumento
de los salarios reales, debido a una reducción más que proporcional del ni­
vel de precios respecto del de salarios nominales, se producirá en el sistema
económico un exceso de demanda en relación a la oferta de bienes y servicios,
lo que provocará a su vez un alza del nivel de precios y el consiguiente ajuste
del salario real. Por lo tanto, el problema esencial planteado alude al com­
portamiento de la demanda efectiva respecto de la relación entre los precios
y los salarios nominales.29
Otro elemento que Keynes incorpora a su análisis es la cantidad de dinero;
cuando ésta permanece constante y disminuye el nivel de precios, aumentará
la cantidad real de dinero a disposición del público. Si los individuos ajustan
sus necesidades de liquidez a un nivel más bajo de precios, la necesidad de
dinero de la colectividad disminuirá, y para llegar a una nueva posición
de equilibrio será necesario que disminuya la tasa de interés. Pero Keynes
observa que antes de esperar que ocurra la reducción de la tasa de interés
vigente como resultado de una complicada serie de efectos, sería más opor­
tuno rebajarla inmediatamente y en forma deliberada por una decisión de
política económica.
Para completar el esquema keynesiano es preciso, por último, incorporarle
los efectos que tienen las variaciones en los gastos públicos y en la tributación,
especialmente importante por tratarse de instrumentos de política económica
que él consideraba de mucha eficacia.
Los gastos públicos actúan a través del multiplicador, pues elevan el in­
greso en una cantidad mayor que la gastada por el gobierno, y cubre la dis­
paridad producida entre la parte del ingreso que no se consume (ahorro ex
ante) y la inversión privada. Este mayor nivel de demanda efectiva hará
aumentar la producción y, como lógica consecuencia, la ocupación; este gasto
tendrá mayor repercusión sobre la actividad económica en la medida que se
destine una mayor proporción para utilizar recursos ociosos.
Un gobierno que desee estimular un mayor nivel de empleo puede adoptar
una política económica que combine el gasto, el endeudamiento público inter­
no y la tributación. La combinación del gasto con el endeudamiento se su­
pone no altera la propensión al consumo sino que simplemente transfiere
ahorros al sector público con los que éste incrementa la inversión; sin embargo, aumenta el consumo porque la inversión adicional origina ingresos más
elevados a través del multiplicador, lo que conducirá a mayores gastos de con­
sumo.
Por otra parte, si se reducen los impuestos, y no varían los gastos públicos
ni la propensión a consumir, se estimula el consumo, y junto con él la inver­
so O. Lange, Price Flexibility and Employment, Bloomington, Indiana, Principia Press,
1945; y D. Patinkin, “Price Flexibility and Full Employment", en American Economic Revine,
septiembre 1948, vol. xxxvm, núm. 4 .
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
*39
sión, lo que conduce a un aumento de la ocupación; pero también la pro­
pensión al consumo puede sufrir variaciones como consecuencia de cambios
en la distribución del ingreso, que a su vez puede ser alterada por la política
de gastos e ingresos públicos, la política de salarios, etc.
Como puede apreciarse, el análisis de Keynes conduce finalmente a iden­
tificar un conjunto de eficaces instrumentos de política económica, fácilmente
operables por parte del Estado, mediante los cuales se podría alcanzar un
nivel tal de demanda efectiva que asegure la reactivación de una economía
desarrollada, con capacidad ociosa, hasta alcanzar una situación de equilibrio
de pleno empleo.
d] Confrontación entre la teoría keynesiana y el pensamiento económico de su
época
En esta sección se examinan algunas importantes semejanzas y diferencias entre
el pensamiento keynesiano y la economía clásica, la neoclásica, algunas teorías
parciales, asi como también la economía marxista.
Ante todo es necesaria una aclaración preliminar: Keynes considera como
economistas clásicos a todos los economistas anteriores a él, y por consiguiente
abarca dentro de esta denominación tanto los clásicos como los neoclásicos.30
Ya se indicaron las diferencias en punto a “visión”, enfoque, método, etc.,
existentes entre el pensamiento clásico y el neoclásico.31 Por otra parte, es
necesario recordar que durante la segunda mitad del siglo xix se produce una
ruptura en la tradición de la escuela clásica, que había dominado, tanto en
Inglaterra como en el Continente Europeo, sin mayor discusión de sus principios
ni de sus recomendaciones de política, pero a partir de entonces, la economía
neoclásica, que surgió principalmente en el Continente Europeo, se dedica al
estudio del consumidor, de la empresa individual y del equilibrio general
microeconómico. Simultáneamente aparece el pensamiento marxista, que ex­
pone una violenta crítica al funcionamiento del sistema capitalista y a las teo­
rías más difundidas, aun cuando parte importante de su instrumental analítico
haya sido heredado del pensamiento clásico. Si bien la economía neoclásica y
el pensamiento marxista surgieron en una misma época, se ignoraron mutua­
mente, esto en gran parte debe haber influido sobre el origen de muchos malos
entendidos surgidos entre ambas escuelas.
i] Economía clásica y keynesiana
Puede afirmarse que el hincapié principal de las críticas de Keynes a lo que él
llamó escuela clásica se refiere más bien al pensamiento neoclásico. Puede
80 " ‘Los economistas clásicos’ fue una denominación inventada por M arx,' para referirse
a Ricardo, James Mili y sus predecesores, es decir, para los fundadores de la teoría que cul­
minó en Ricardo. Me he acostumbrado, quizá cometiendo un solecismo, a incluir en ‘la
escuela clásica’ a los continuadores de Ricardo, es decir, aquellos que adoptaron y perfec­
cionaron la teoría económica ricardiana, incluyendo (por ejemplo) a J. S. Mili, Marshall, Edgeworth y el profesor Pigou.” J. M. Keynes, op. cit., p. 15.
31 Véanse los capítulos relativos al pensamiento clásico y al pensamiento neoclásico, asi
como los modelos de Meade y de David Ricardo.
240
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
sostenerse q u e la te o ría keynesian a y la clásica están m ás cerca d e la realid ad ,
y p e rm ite n a c tu a r sob re ella e n fo rm a m ás co h eren te q u e la econom ía neo­
clásica. E n efecto, e l p e n sa m ie n to d e A d am S m ith, R ic a rd o , etc., estaba p ro ­
fu n d a m e n te arra ig a d o en la re a lid a d con creta y v in cu lad o a u n a clase en as­
censo: la b u rg u esía in d u s tria l inglesa. E l p en sam ie n to d e Keynes tam b ién
aparece v in c u la d o a e sta m ism a clase, p e ro cu an d o ella se e n c o n tra b a e n un
sistem a en crisis, c ircu n stan cia q u e la p re d isp o n ía a revisar sus p atro n es tra d i­
cionales de co n d u cta, y p e rm itie n d o así la in te rv en c ió n d e l E stado. P o r consi­
g u ien te , lo q u e a p rim e ra v ista aparece com o u n a d iferen c ia im p o rta n te en tre
estas dos corrien tes d e p e n sa m ie n to — laissez-faire c o n tra in terv e n ció n estatal— ,
refle ja en b u e n a m e d id a los intereses d e u n a m ism a clase q u e debe hacer
fren te a situaciones histó ricas d iferentes.
O tra sem ejanza e n tre K eynes y los clásicos se ad v ierte e n su c o m ú n p reo cu ­
pació n p o r los p ro b lem as socioeconóm icos contingentes, lo cual los obligó a
crear y u tiliz a r u n in s tru m e n ta l d e análisis q u e estuviese en condiciones d e
c a p ta r los aspectos g enerales d e la e stru c tu ra y fu n c io n a m ie n to d e l sistem a; en
o tras palab ras, u n in s tru m e n ta l m acroeconóm ico. D e n tro de esta sem ejanza
hay, sin em b arg o , u n a d ife re n c ia im p o rta n te : el in stru m e n ta l m acroeconóm ico
keynesiano es a co rto plazo y g en eralm en te estático, m ien tras q u e en cam bio
el clásico es a la rg o p lazo y fu n d a m e n ta lm e n te d in ám ico . P o r o tra p a rte , los
factores in stitu cio n ales y políticos q u e fo rm a n el m arc o d e n tro d el cual se
desenvuelve la teo ría ap arecen en fo rm a m u ch o m ás e x p líc ita en el pensam ien­
to clásico q u e e n el de Keynes; éste, e n cam bio, in c o rp o ra los ad elan to s a n a ­
líticos logrados p o r la econom ía neoclásica en p u n to a u n a m ayor precisión
de los conceptos y categorías d e análisis y u n a m e jo r id en tificació n de las
v ariab les utilizadas. P o r ello, su tra ta m ie n to d e la te o ría d e l d in e ro y la ex p li­
cación d e los d e te rm in a n te s d e la tasa d e in terés es m ás consistente y coh eren te
q u e e n el p en sam ien to clásico.
U n a d iferen cia im p o rta n te e n tre la econom ía keynesiana y la clásica a p a ­
rece en las m edidas d e p o lític a . L as finanzas glad sto n ian as —d isc u tid a s ya en
la sección re la tiv a a l p e n sa m ie n to clásico— a d m itía n u n a p a rtic ip a c ió n m ín im a
d e l E stad o en la v id a económ ica, sin p e rju ic io d e q u e éste in te rv in ie ra de
hecho p a ra crear las condiciones necesarias p a ra la ex p an sió n d e la econom ía
inglesa; esta sugeren cia sobre la actu ació n d e l E stado es p erfectam en te com ­
p a tib le con las necesidades d e l sistem a d u ra n te la p rim e ra m ita d d el siglo x ix,
c u an d o la b u rg u esía in d u s tria l e ra su p rin c ip a l elem en to im pulsor. E n cam bio
Keynes, q u ie n vivió u n a época d e p ro fu n d o s d eseq u ilib rio s y d e creciente p a r­
ticip ació n d el E stado, ad v ierte q u e d ich a in g eren cia es esencial p a ra lo g ra r la
ocupació n p len a y la estab ilid ad ; p a ra ello, com o se h a visto, d e b e ría llevarse
el niv el d el gasto o la inv ersió n p ú b lic a al n iv el q u e lo g re el p le n o em pleo,
sin g e n e ra r presiones in flacio n arias o d eflacionarias. D esde el p u n to d e vista
de los ingresos d el g o b iern o , ya n o se tra ta , com o en la escuela clásica, q u e
éstos sean m ínim os p a ra n o e n to rp e c e r la in ic iativ a p riv ad a, sino q u e d eb en
esta r estrech am en te ligados al c o m p o rta m ie n to d e los perceptores d e ingreso
con respecto al consum o y al ah o rro . Se hace h in c a p ié en los im puestos
directos, p o rq u e in flu y en m ás d ire c ta m e n te sobre el niv el d e gastos d e los con­
sum idores, y p o r ta n to , sobre la d e m a n d a efectiva. E l p en sam ien to clásico,
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
com o ya se vio, aboga p o r los im puestos indirectos, q u e in te rfie re n m enos con
el co m p o rta m ie n to p rivado. L as ideas de Keynes sobre la p o lític a d e l E stado
h a n sido d esarro llad as p o sterio rm en te p o r lo q u e se conoce com o p o lític a fiscal
com pensato ria, q u e usa com o in stru m en to s d e análisis los m u ltip licad o res d e l
gasto p ú b lic o y d e los im puestos y crea m ecanism os estabilizadores au to m á ­
ticos.
A dem ás Keynes ab o g a p o r u n a activa p a rtic ip a ció n d e las a u to rid ad es m o­
n e ta ria s e n la p o lític a económ ica, cuyo p a p e l sería re g u la r el c ré d ito y la
c a n tid a d d e d in ero , te n ie n d o p resen te la p referen cia p o r la liq u id ez y la efica­
cia m a rg in a l d e l cap ital, d e m a n e ra ta l q u e la tasa d e interés y la eficacia m a r­
g in a l d e l c a p ita l se ig u alen en u n p u n to q u e d e te rm in e u n nivel d e inversión
d e p le n o em pleo. E sto difiere, p o r supuesto, d e l tra ta m ie n to d e la escuela
clásica, p a ra la cu al sólo se d e m a n d a d in e ro p a ra transacciones y el n iv el ó p ­
tim o d e la tasa de in te ré s q u e d a establecido p o r el lib re ju eg o d e oferentes y
d em an d a n te s d e fondos en el m e rcad o d e capitales.
ii] Economía neoclásica y keynesiana
A u n c u a n d o Keynes d esarro lló u n a vigorosa crítica a la escuela neoclásica,
am bos tie n e n im p o rta n te s p u n to s d e contacto. A l an a lizar el carácter m ecanicista d e la v isión keynesiana, ya se in d ic ó q u e su m é to d o n o d ifiere su stancial­
m e n te d e l d e los neoclásicos; el tip o de in stru m e n ta l sólo se d istin g u e p o r el
h in c a p ié d e Keynes sobre la m acro eco n o m ía y d e los neoclásicos sobre la m icroeconom ía. C om o el neoclásico, ta m b ié n el análisis keynesiano es básicam ente
estático, a u n cu an d o su in stru m e n to sirvió com o p u n to d e p a rtid a p a ra url
considerab le avance u lte rio r d e la d in á m ic a económ ica; en efecto, la m ayor
p a rte d e las teorías d e l crecim ien to se ap o y an sobre d ic h o in stru m e n ta l teó­
rico. P o r o tra p a rte , si b ie n Keynes critica el carácter p arc ia l de la econom ía
neoclásica, n o la desecha sin o qu e, p o r el c o n tra rio , d e m u estra u n a co n stan te
p reo cu p ació n p o r fo rm u la r u n a te o ría g en eral en la cual los casos abordados
p o r clásicos y neoclásicos serían sólo u n a p a rte , y p o r consiguiente estarían
englobados e n su teo ría general.
U n a d iferen cia im p o rta n te e n tre estas dos escuelas se ad v ierte e n su m a n era
d e a p re c ia r cóm o fu n c io n a el m ercad o d e tra b a jo y los supuestos q u e utiliza
p a ra e x p lic a r la desocupación. P a ra el p en sam ien to neoclásico y clásico la
desocup ació n es p ro d u c to d e u n d ese q u ilib rio e n el m erca d o d e tra b a jo gene­
ra d o p o r la v iolación d el lib re ju e g o e n tre la o fe rta y la d e m a n d a de tra b a jo
(sindicatos, asociaciones p atro n ales, fijació n d e salarios y o tra s in terferencias
d el E stado, com o la reg u lació n de la jo m a d a d e tra b a jo , etc.). E n otras p ala­
bras, la lib re co n cu rren cia en el m ercado de tra b a jo aseg u raría la ausencia de
desocupación; m ás a ú n , la d esocupación sería u n a decisión v o lu n ta ria q u e
a d o p ta el tra b a ja d o r c u a n d o el n iv el de sa la rio alcanza niveles suficientem ente
bajos com o p a ra q u e la d e su tilid a d d eriv ad a d e te n e r q u e tra b a ja r sea supe­
rio r a la u tilid a d q u e g e n e ra ría d ic h o salario, o sea, h a b ría desocupación vo­
lu n ta ria p o rq u e la u tilid a d m a rg in a l d e l ocio es su p e rio r a la u tilid a d m ar­
g in a l lo g rad a con el salario. Keynes se a p a rta rad icalm en te d e estas ideas, pues
su p o n e q u e el salario m o n e ta rio se fija in stitu c io n alm e n te; q u e p o r b a jo q u e
242
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
sea e l salario m onetario, las personas estarían dispuestas a trabajar si n o tien en
otra alternativa, lo que se traduce en el hech o d e que parte d e la oferta d e tra­
bajo sea in fin itam en te elástica. D e esta m anera, si la curva d e dem anda d e
trabajo intersecta a la d e oferta en cualquier pu n to in term ed io d e la parte in fi­
nitam ente elástica, se tendría una situ ación d e eq u ilib rio , p ero con desem pleo
in volun tario; K eynes dem uestra así q u e es teóricam ente factib le, y bastante
frecuente en la realidad, u n a situ ación d e desem pleo con eq u ilib rio , in clu so
estable. E sto revela e l carácter m ás realista d e la econom ía keynesiana que
incorpora a l análisis u n aspecto d e la realid ad q u e m al p od ía ignorarse: la
presencia d e sindicatos y la participación d el E stado en e l m ercado d e trabajo.
C om o ya se v io , la teoría d e l d in ero y d e los precios d e K eynes constituye
u n en foq u e m ás general q u e la teoría cu an titativa con ven cion al, ya q u e ésta
n o tom a en consideración e l desem pleo y la preferencia p or la liq u id ez. E l
efecto d e u n aum ento d e la cantidad d e d in ero sería n u lo si éste se atesora, o
n o se incorpora al proceso d e la circulación económ ica. E l pensam iento neo­
clásico y clásico, q u e supone u n com portam iento racional d e los agentes econó­
m icos, considera irracional e l atesoram iento; en cam bio K eynes sostien e que,
dadas ciertas exp ectativas y determ inadas condiciones d e m ercado, es perfecta­
m ente racional atesorar d in ero. E ste com portam iento se exam in a m ediante la
fu n ción d e la preferencia por la liq u id ez.
A u n cuando algunas d e las teorías parciales d e K eynes encuentran perfecta
ubicación dentro d e l co n texto d e su Teoría general, y ciertas teorías clásicas
y neoclásicas puedan incorporársele com o casos especiales, n o pued e aceptarse
que haya integrado en un esquem a glob a l coherente todos lo s aspectos prin­
cipales d e la econom ía p o lítica . L a Teoría general adolece así d e algunas
om isiones im portantes: n o trata en form a sistem ática lo s efectos que genera
la estructura m onopólica; tam poco se considera sistem áticam ente e l sector ex ­
terno, excep to para e l an álisis d e los efectos que tien en las exportaciones e
im portaciones sobre e l n iv el d e ingreso; tam poco ofrece u n tratam iento d ife­
renciado para países con d istin to s n iveles d e desarrollo, es decir, la teoría
general n o está en con d icion es d e transform arse en u n instrum ento d e análisis
ú til para e l caso d e los países cuya característica esen cial es e l subdesarrollo
y la dependencia; esto es en parte consecuencia d e otra d e las lim itacion es d el
an álisis keynesiano, su carácter ahistórico, estático y a corto plazo.
E n e l cam po d e la teoría pura, si se consideran en con ju n to la econom ía
clásica y la neoclásica y se u tiliza e l análisis m acroeconóm ico, se pued e lograr
u n m odelo m ás general q u e contenga tan to la teoría keynesiana com o la clá­
sica y neoclásica. E sto es precisam ente lo que lograron H icks y M od iglian i,83
qu ien es elaboraron un m od elo dond e, planteando supuestos especiales, se logra
una versión sim plificada d el m odelo keynesiano; y a l m ism o tiem po, alterando
esos supuestos e in trod u cien d o otros, se logra u n a versión tam bién sim plificada
d el m odelo clásico. E stos trabajos, adem ás d el interés académ ico que despier­
tan y d el avance q u e sign ifican para u n a m ejor com prensión tan to d e l pensa­
82 J. R. Hicks, "Keynes y los clásicos: una posible interpretación”, en W. Fellner y B. F.
Haley (ed.), Teoría de la distribución de la renta, trad. de J. A. Castellano Marco, Ed.
Aguilar, Madrid, 1961, pp. 994-406. F. Modigliani, "Liquidity preference and the theory of
interest and money”, en Econometrica, núm. ía, 1944, pp. 45 -88.
EL PENSAM1EN fO KEYNESIANO
*43
m ien to keynesiano com o d el clásico, sirven com o im portante p u n to d e apoyo
en favor d e la h ip ótesis qu e la teoría neoclásica y keynesiana — por su m étodo
e instrum ental— n o d ifieren sustancialm ente. M ás aún, en la teoría d el creci­
m ien to económ ico, los m odelos derivados d e l pensam iento n eoclásico (M eade,
von N eum ann, etc.), y lo s derivados d el pensam iento keynesiano (H arrod,
D om ar, K aldor, etc.), tien en m ucha sim ilitu d y varios p untos d e contacto; en
su aspecto form al todos estos m odelos tien en com o p rin cip al elem en to com ún
la sigu ien te relación: e l crecim iento d e l ingreso depende d e la propensión al
ahorro y d e la productividad m arginal d el cap ital.
iii] La economía keynesiana, el ciclo y el subconsumo
C uando apareció la Teoría general, parte d e la b ib liografía económ ica estaba
dedicada a encontrar u n a exp lica ció n a las fluctuaciones cíclicas q u e acom pa­
ñaron e l d esen volvim ien to de las econom ías m aduras. Estas teorías ten ían
com o característica básica e l ser parciales; recurrían a dos o tres causas prin­
cipales y sus efectos sobre la econ om ía só lo se referían a unas pocas variables
d el sistem a; otras proponían exp licacion es apelando a elem entos exógenos al
sistem a econ óm ico, algunas tan peregrinas y risueñas com o la teoría d e las
m anchas solares« K eynes supera, en su citad o lib ro, todas estas teorías parcia­
les; en é l la exp licación d el ciclo económ ico se transform a en u n a exp licación
d el n iv el d el ingreso y d e l em pleo. D e esta m anera, el an álisis d e las flu ctu a­
ciones d e l ingreso y d e la ocupación pasa a ser e l n ú cleo cen tral d e la contro­
versia en to m o a l ciclo económ ico. E l ca p ítu lo 22 d e la Teoría general — “N o­
tas sobre e l c id o económ ico”— persigue precisam ente ese propósito, ya que no
es otra cosa q u e u n eslabón entre su teoría y e l tratam iento convencional que se
daba al d d o económ ico.
K eynes sostiene q u e las variad on es d el n iv el d e la in versión constituyen
lo esen d a l d el c id o económ ico, las q ue a su vez dependen d e las fluctuaciones
c id ica s d e la e tica d a m arginal d e l ca p ital. E sta ú ltim a es u n a fu n d ó n d el
com portam iento d e lo s em presarios, q u e en ú ltim a in sta n d a depende d e sus
expectativas sobre la ren tab ilid ad d e una inversión, dada una cierta tasa de
interés. P or otro lad o, la tasa d e in terés es relativam ente estable y n o consti­
tuye una fuerza generadora d e fluctuaciones d d ic a s, aunque puede estim ular
la inversión cuando ésta es su fid en tem en te baja. L a propensión a l consum o
tam bién es relativam ente estable y por lo tan to n o constituye u n elem en to sig n i­
ficativo en la e x p lica d ó n d e las flu ctu ad on es cíclicas. D e esta m anera, d e las tres
variables in dependientes q u e determ inan e l volum en d e em pleo y d e ingreso,
dos son relativam ente estables — la tasa d e interés y la propensión a l consu­
m o— , p or lo tan to la etica d a m arginal d el cap ital desem peña en e l c id o el
p ap el p rin d p a l. A un cuando esta ú ltim a tuviese a largo plazo u n a tendencia
secular a d ism inu ir, com o resultado d e u na cred en te abundancia de bienes
d e cap ital, la in estab ilid ad a corto plazo es, para K eynes, la característica m ás
destacada d e la eficacia m arginal d el cap ital. P ero n o es ésta la única fuente
d e las flu ctu a d o n es d d ic a s; debe considerarse tam bién e l pap el de otras va­
riables im portantes d e la Teoría general; así, por ejem plo, si las in id a tiv a s de
los em presarios n o varían sustandalm ente, una p o lítica m onetaria desacertada
244
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
o u n nivel de gastos púb lico s in a d e c u a d o p u e d e n transform arse en fuentes de
variaciones cíclicas. Estos ejem plos in d ic a n q u e la ex p licación d e Keynes es
d e c a rá c ter m ás g en eral q u e las p recedentes teorías d el ciclo y, al m ism o
tiem p o , in te g ra u n to d o coherente.
A lgo sim ilar a la discusión sobre la te o ría del ciclo sucedió con las teorías
parciales d e l subconsum o; las h ipótesis d e Keynes relativas a la insuficiencia
d e d e m a n d a efectiva p u e d e n considerarse com o u n a teo ría d e l subconsum o,
con la significativa d iferen cia d e q u e la d e m a n d a efectiva es sólo u n a pieza en
su c u e rp o g en eral d e teo ría. D e esta m an e ra , n u e v am en te la discusión sobre el
sub co n su m o se tra n sfo rm a e n u n a discusión sobre el n iv el d e p ro d u cció n , de
em p leo y d e ingreso. U n a excepción e n este m ism o se n tid o la constituye la
te o ría m arx ista d e l subconsum o, ta m b ié n in sertad a d e n tro d e u n m arco teórico
más general.
iv] Economía keynesiana y economía marxista
L a d iferen cia e n tre la eco n o m ía keynesiana y la m arx ista es p ro fu n d a , y la*
m e n ta b le m e n te K eynes ig n o ró casi p o r com pleto a M arx. Esto nos privó de
u n a discusión q u e, co n seg u rid ad , h a b ría alcanzado m atices in teresantes p o r
agudez, b rillo y p ro fu n d id a d d el p en sam ien to d e Keynes. Sus referencias a la
econom ía m a rx ista son m arg in ales, superficiales y despectivas; esta a c titu d q u e ­
d a p u e sta en evid en cia cu a n d o co m p ara las ideas d e M a rx con las d e u n oscuro
com erciante y fin an cista d e ideas socialistas lla m a d o Silvio Gessell: “creo q u e
el p o rv e n ir a p re n d e rá m ás d e Gessell q u e de M a rx ” .33
Q u izá la d ife re n c ia m ás n o ta b le e n tre am bos pensam ientos se e n cu en tra
con relació n a l m éto d o ; el keynesiano, d eriv a d o d e la econom ía clásica y neo­
clásica es esencialm ente fo rm al, ahistórico, y p a rc ial en el se n tid o d e n o ser
to ta liz a n te . Formal, p o r c u a n to el d esarro llo d e su ra zo n am ie n to sigue gene­
ra lm e n te los m ism os proced im ien to s q u e los d el m ecanicism o clásico y n e o ­
clásico; así p o r ejem p lo , se u tiliz a n co n stan tem en te y sin u n a d e fin id a a c titu d
crítica, el con cep to d e e q u ilib rio , el ceteris paribus, los supuestos d e com pe­
tencia, la p ro p ie d a d a d itiv a d e las v ariables q u e utiliza, etc. El c arác ter a his­
tórico d e l p e n sa m ie n to k eynesiano q u e d a p u e sto en ev idencia p o r el hecho q u e
la Teoría general p re te n d e establecer leyes q u e tie n e n rig o r y validez con
in d e p e n d e n c ia d e su in serció n e n u n co n te x to histó rico concreto. Y es parcial,
e n el se n tid o in d icad o , p o r c u a n to el análisis se desenvuelve en e l cam po
p u ra m e n te económ ico sin v in c u la rlo teó ricam ente, e n fo rm a ex p lícita, a las
v ariables sociológicas, p o líticas, in stitu cio n ales, etc. E n el ú ltim o c a p ítu lo ' de
la Teoría general se p u e d e o b serv ar q u e p a ra Keynes los pro b lem as sociales
— filosofía social, com o él los llam a— a b o rd a n ú n ic a m e n te la desigual d istri­
b u c ió n d e la riq u e z a y d e los ingresos y las consecuencias de la desocupación.
Su filosofía social se red u ce, p o r ta n to , a e v ita r el desem pleo y a lo g rar u n a
d istrib u c ió n m ás e q u ita tiv a d e los ingresos m e d ia n te la p a rtic ip a c ió n d e l Es­
tado , sin a b o rd a r e l p ro b le m a d e la p ro p ie d a d d e los m edios d e pro d u cció n
n i o tro s q u e están e n la base d e la d istrib u c ió n d e l ingreso.
38 Keynes, op. cit., p. 314.
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
*45
E l pen sam ien to d e M arx, com o se vio e n la sección respectiva, u tiliz a en
cam bio u n m éto d o dialéctico, h istó rico y to talizan te; p o r ello, y en c u a n to a
m étodo, el p en sam ien to keynesiano y el m arx ista son fran cam en te antagónicos.
P o r o tra p a rte , m ien tras Keynes se co nsidera e x p lícitam en te n o sólo u n p o r­
tavoz sino u n m iem b ro d e la b u rg u esía in d u s tria l inglesa, el c o n te n id o d e clase
d e l p en sa m ie n to m a rx ista ta m b ié n es ex p lícito p e ro con la d iferen cia q u e
expresa los d e la clase o brera.
N o o b sta n te el an tag o n ism o señ alad o se p u e d e n e n c o n tra r algunas sim ili­
tudes, en p a rtic u la r la u tilizació n q u e am bos h acen d e l in stru m e n ta l m acroeconóm ico.34 P o r lo dem ás, los esquem as de re p ro d u cc ió n de M arx, q u e p re ­
te n d e n e x p lic a r las crisis d e realizació n d e l sistem a ca p italista — pro d u cció n
n o v en d id a ta n to de bienes d e c a p ita l y m aterias prim as, así com o ta m b ié n
de consum o— m u ch o se asem ejan a la te o ría d e l d éficit d e d em an d a efectiva de
Keynes.
2 . DOS M O D ELO S PO SK EY NESIA N O S D E C R EC IM IE N T O EC O N Ó M IC O : D O M A R Y HARROD
a] Objetivos
C o n la p resen taéió n d e estos m odelos se tra ta d e in d ic a r q u é in stru m en to s
an alíticos d e las teorías d e l crecim ien to d erivadas d e l p en sam ien to keynesiano
son ap ro p iad o s p a ra fo rm alizar y e n riq u e c e r a n a lític am en te la concepción e
in te rp re ta c ió n d e l d esarro llo la tin o am erican o . E n otras palabras, a través de
u n e n fo q u e crítico se tra ta de ju zg ar la a p lic a b ilid a d d e p a rte d e ese in stru ­
m e n ta l teó rico p a ra el análisis d el d e sa rro llo económ ico d e nuestro s países.
P a ra lo g ra r d ic h o p ro p ó sito se e x a m in a rá n los m odelos d e D o m ar y d e H a rro d
com o represen tativ o s d e l p en sam ien to keynesiano e n el ám b ito d e la teo ría del
crecim iento. P e ro n o sólo se p re te n d e e stu d ia r estos m odelos p o r su coherencia
fo rm al sin o ta m b ié n p o r su ap licació n p a ra el análisis d e la re a lid a d q u e les
d io origen , p u e sto q u e el o b jetiv o p a ra el cu al dichos au to res ela b o ra ro n esos
m odelos fue co n sid erar los pro b lem as d e desem pleo, in e sta b ilid a d y creci­
m ie n to d e l ingreso e n las econom ías cap italistas m ad u ras. D o m ar y H a rro d
p re te n d ie ro n lo g ra r u n in stru m e n ta l q u e les p erm itiese tr a ta r an a lític am e n te
el em pleo, el ingreso y la estab ilid ad , su p e ra n d o el estrecho m arco d e la es­
tá tica co m p arativ a y d e l co rto p lazo p a ra e n c u ad rarlo s en u n co n tex to d in á ­
m ico y a la rg o plazo.
E n efecto, desde u n p u n to de vista fo rm al, D o m ar d esarro lla u n a im p lica­
ción d el m o d elo keynesiano, m o stra n d o q u e si p u ed e darse u n e q u ilib rio de
p le n o em pleo, éste será necesariam en te d in ám ico . P o r o tra p a rte , com o el p ro ­
blem a d e la in e sta b ilid a d tam poco p u e d e ser a p re h e n d id o con in stru m en ta l
de corto plazo, H a rro d busca a d ecu ar in stru m e n to s de análisis q u e p erm itan
rev iv ir la tra d ic ió n d e l p en sam ien to clásico — tra d ició n q u e B aum ol llam a
magnificent dynamics— , e n el sentido q u e co n esos in stru m en to s sea posible
e stu d ia r la evolución d e la econom ía re a l y d e sc u b rir sus tendencias a largo
plazo.
34 véanse los modelos de crecimiento marxista y poskeynesianos.
346
I A TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
L a diferencia form al entre am bos consiste en q u e D om ar trata d e establecer
cu ál d eb e ser e l m on to d e la inversión para q u e pueda haber crecim ien to sos­
ten id o y equilibrado; m ientras q u e H arrod adopta e l p rin cip io d e l acelerador
— com o com portam iento d e lo s em presarios—, para fundam entar u n a teoría de
la inversión capaz d e exp licar e l crecim ien to d el ingreso y la in estab ilid ad .
L a situ ación histórica a la q u e estos m odelos se vin cu lan , así com o la “visión ”
o concepción d el m undo a la que están relacionados se tratan, por separado,
en u n trabajo rela tivo a l pensam iento keynesiano.
E stos m odelos d ifieren d el m odelo neoclásico, d estin ad o a exam inar la evo­
lu ció n d e u n sistem a económ ico que, por h ip ótesis, se m antiene en eq u ilib rio ,
en e l sen tid o q u e m uestran q u e es p osib le tratar e l d eseq u ilib rio, y pueden
elaborarse m odelos q u e estén en con diciones d e lograr cierta form alizad ón de
u n sistem a económ ico in estab le d onde aparecen tendencias expansivas y de­
presivas.
P arte im p ortante d e la m od elística actu al d el crecim ien to económ ico se
basa, fundam entalm ente, sobre lo s aspectos form ales d e lo s m odelos d e D om ar
y d e H arrod, desconociendo lo s aspectos d e la realid ad q u e estos m odelos
trataron d e expresar; d e esta m anera se subrayan sus sim ilitu d es form ales y
ocultan sus diferencias teóricas.
E l h in cap ié desm edido p u esto sobre lo form al conduce a plantear una sola
ecuación ex p licativ a d e l crecim ien to d el ingreso, ecu ación q u e pasó a llam arse
“e l m odelo d e H anod-D om ar”. L a presentación — e in clu so e l titu lo “D om ar
y H arrod”— , pretende, en tre otras cosas, hacer ju sticia a lo s aportes teóricos
d e am bos autores, q u e si b ien es cierto trataron problem as sim ilares, lo s abor­
daron con teorías diferen tes.
L os dos m odelos adquieren esp ecial sign ificad o si se considera que la ela ­
boración d e planes d e desarrollo en A m érica la tin a estuvo parcialm ente ins­
pirada en este tip o d e m odelos. E n efecto, la desagregación sectorial d el m o­
d elo d e D om ar h a servido para fundam entar, e n parte, lo s esfuerzos d e p la­
n ificación , encarándose a ésta com o u n problem a d e asignación in tersectorial
d e recursos, d an d o a la vez elem entos para elaborar ciertos criterios d e p rio­
ridad en las inversiones, d e evaluación d e proyectos, d e selección d e tecn olo­
gías, e t c A sim ism o, estos m odelos se traducen en u n a teoría d e asignación
intertem poral d e recursos, fundam entando asi las tareas d e p lan ificación glob al.
P u esto q u e estos m odelos están presentes en algu na m edida en la form ulación
d e p lan es en A m érica L atin a, con vien e hacer ex p lícita la realidad q u e les d io
origen y m ostrar la d isociación q u e pudiera ex istir en tre esa realidad y la
d e los países latinoam ericanos. D e ah í, pues, la im portancia q u e puede al­
canzar e l estu d io d eten id o d e estos m odelos, tan to desde u n p u n to d e vista
a n a lítico com o desd e e l p u n to d e vista d e su con ten id o h istórico e id eológico
(tratados en e l trabajo relativo a l pensam iento keynesiano). Su consideración
desde este d ob le p u n to d e vista- es necesaria para esclarecer lo s fundam entos
conceptuales d e estos planes, con d ición p revia a su vez para u n a evaluación
ob jetiva d e lo s esfuerzos d e p lan ificación .
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
247
b] El modelo de crecimiento de Domar
i] Introducción
C om o es sabido, u n elem en to esen cial d e la concepción d e K eynes, presente
desde sus prim eros trabajos, es la id ea q ue e l sistem a cap italista tien d e a pro­
d u cir u n exceso d e ahorros,88 exceso q u e con stitu ye e l e je d e su exp licació n de
las crisis económ icas.
A l im plem entar an alíticam ente esta concepción, K eynes desvía su exam en
d el resultado a l q u e llegaría e l sistem a económ ico a largo p lazo si prevaleciesen
determ inadas condiciones, para centrarla en la investigación d e los cortos pla­
zos con q u e está hecha la realidad.86 Se en tien d e por lo tan to q u e su obra
considere com o dados y constantes lo s sigu ien tes elem entos: “ . . . l a hab ilid ad
ex isten te y la cantidad d e m ano d e obra d isp on ib le, la calid ad y cantidad d el
eq u ip o d e que puede echarse m ano, e l estado d e la técn ica, e l grado d e com ­
petencia, lo s gustos y hábitos d e los c o n su m id o r e s..." 37
D om ar pretende, com o en gen eral los llam ados poskeynesianos, exten d er
e l sistem a d e K eynes, d e form a q u e se obtenga u na "teoría m ás com prensiva
d el producto y d el em pleo, que an alice las fluctuaciones a corto p lazo situán­
dolas en un cuadro d e crecim iento a largo plazo”.88
E n concreto, en u n análisis de tip o keynesiano se p on e d e relieve qu e para
lograr u n n iv el de ingreso d e p len o em pleo, se requiere u n m on to d efin id o d e
in versión. P ero ta l tip o d e análisis se refiere a problem as a corto plazo, exa­
m inando lo s efectos q u e la inversión tien e sobre la generación d el ingreso e
ignorando sus efectos sobre la capacidad productiva.
A un dentro d e u n con texto keynesiano, e l resultado d e l an álisis cam bia
si se consideran sim ultáneam ente e l efecto d e la inversión sobre e l ingreso y
sobre la capacidad productiva. Supóngase, por ejem p lo, q u e durante u n añ o
determ inado se realiza una inversión I d e p len o em pleo, inversión ésta q u e se
agrega a la capacidad in stalad a (m adura) e l prim er d ía d e l añ o siguiente; y
q u e durante este segundo añ o se genera e l m ism o n iv el d e ingreso real y m o­
netario q u e en e l año anterior. L o q u e se com prueba, entonces, en e l añ o a,
es que e l ingreso n o creció a pesar d el aum ento en las existen cias d e capital.
Si así fuese, alguna o algunas d e estas cosas tendrán qu e suceder: i) e l nuevo
cap ital n o se em plea; ii) e l n u evo cap ital desplaza parte d el antiguo; iii) el
nu evo cap ital desplaza m ano d e obra.88 T od as estas h ip ó tesis im p lican des­
em pleo d e cap ital, trabajo o am bas cosas, d e m anera q u e para m antener el
p len o em p leo es necesario q u e e l in greso crezca durante e l añ o 2.
D ich o d e u n a m anera m ás general, s i se parte d e u n n iv e l d e ingresos de
88 J. A. Schumpeter, History of Economic Analysis, Oxford University Press, Nueva York,
»954- P- »»7»»# Ibid., p. 117*.
87 J. M. Keynes, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, tarad, de Eduardo
Homero, Fondo de Cultura Económica, México, 1958, p. 235 .
86 G. Meier y R. Baldwin, Economic Development, John Wiley & Sons, Nueva York, 1962,
p. 100.
88 Evsey D. Domar, "Crecimiento y ocupación", en El Trimestre Económico, nóm. 90,
México, abril-junio, 1956, p. 180.
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
248
p len o em pleo, se re q u ie re q u e d u ra n te cada p erío d o sucesivo h ay a inversión
p a ra q u e se p u e d a m a n te n e r el p le n o em pleo; p e ro esta in v ersión d eb e poseer
características tales q u e el gasto q u e g en era p e rm ita a b so rb e r el m ay o r p ro ­
d u c to q u e se p u ed e lo g ra r con u n m ay o r stock d e c a p ital. E ntonces, el m a n ­
te n im ie n to d el p le n o em p leo re q u ie re q u e la in versión se e x p a n d a p e río d o
tras p erío d o , d e d o n d e a su vez se sigue q u e el ingreso ta m b ié n d e b e rá prose­
g u ir el m ism o proceso d e expan sió n .
Se concluye, pues, q u e la consideración sim u ltá n e a d e l efecto d e la in v e r­
sión sob re el ingreso y sobre la c a p acid ad p ro d u c tiv a conduce a la conclusión
que, p a ra q u e h ay a e q u ilib rio d e p le n o em pleo, éste d e b e rá ser necesariam ente
dinám ico.
ii] Los supuestos del modelo
El análisis se hace sob re la base d e l c o n ju n to d e supuestos q u e a co n tin u a ció n
se d eta lla n :
i) Se considera u n a econom ía c e rra d a y sin g o b ierno;
ii) se p a rte d e u n n iv el d e ingreso d e p le n o em pleo;
iii) se tra ta d e u n sistem a económ ico cuyos ajustes son autom áticos, sin re­
zagos e n el tiem p o ;
iv) se o p e ra co n los conceptos d e ingreso, a h o rro e in v ersió n netos, esto es,
d e d u c id a la d ep reciació n ;
v) se ad m ite q u e la p ro p e n sió n m e d ia a a h o rra r es ig u a l a la p ro p en sió n
m a rg in a l a a h o rra r o, lo q u e es lo m ism o, q u e la fu n c ió n consum o es
lin e a l y p asa p o r el orig en ;
vi) se con sid era q u e la p ro p e n sió n a a h o rra r y la rela ció n pro d u cto -cap ital
m a rg in a l so n constantes;
vii) p o r ú ltim o , “se d a p o r sen tad o u n n iv el g en eral d e precios co nstantes”.40
Estos supuestos lo g ra n c o n c e n tra r la a te n c ió n sobre los aspectos considera­
dos im p o rta n te s d e la econom ía, con lo c u a l se e v ita u n a com plicación in n e ­
cesaria d e l análisis, y e n especial, el su p u e sto sobre la con stan cia d e l nivel d e
precios “ ...d e s d e el p u n to d e vista t e ó r i c o ... m ás que. necesario, es u n a co­
m o d id ad , pues e l e stu d io p o d ría llevarse a d e la n te ta m b ié n su p o n ie n d o u n nivel
d e precios ascendente o d escen d en te” .41
iii] La ecuación fundamental de Domar
D o m a r rep re se n ta a la inversió n p o r I, y p o r s la rela ció n p ro d u cto -cap ital
m arg in a l. M ás co n cretam en te, s rep re se n ta el a u m e n to a n u a l d e p ro d u c to q u e
se o b tie n e con u n a in v ersió n a d ic io n a l d e u n d ó la r, o sea, es la razó n e n tre el
a u m e n to d e l p ro d u c to re a l q u e se lo g ra con u n a in versión y el v a lo r d e esa in ­
versión (— —). P e ro cabe s u p o n e r q u e la o p e ra ció n d e nuevas em presas se
realiza, e n a lg u n a m ed id a, a expensas d e las ya existentes. Si esto fuese así, la
4« Ibid., p. 179.
41 Ibid., pp. 179-180.
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
*49
ca p acid ad p ro d u c tiv a n o a u m e n ta rá e n I s , sin o e n u n m o n to m en o r, h a b id a
c u e n ta q u e la n u e v a in v ersió n co m p ite con las a n te rio res ta n to e n los m ercados
de bienes com o e n los d e factores prod u ctiv o s. P a ra c o n sid erar este efecto se
d e fin e 8. E l p ro d u c to 78 in d ic a e n q u é m o n to p u e d e a u m e n ta r e l p ro d u c to re a l
com o consecuencia d e la in v ersió n I, co n sid eran d o la ca p ac id ad q u e g an an
las nuevas p lan tas, y la p é rd id a d e cap acid ad en las ya existentes. Se concluye
así q u e 5 será m e n o r o, a lo sum o, ig u al a s.
U n a in v ersió n c u a lq u ie ra I o rig in a entonces u n a u m e n to p o ten c ia l d el
ingreso re a l d e 7.8 ; e l p ro d u c to re p re se n ta la o fe rta a d icio n al agregada d e la
econom ía.
P o r e l la d o d e la d e m a n d a o p e ra e l m u ltip lic a d o r keynesiano. Si a es la
p ro p en sió n m ed ia y m a rg in a l a a h o rra r, el m u ltip lic a d o r será — . U n au m en to
a
d e la inversió n A I g e n e ra rá u n a u m e n to d el ingreso d e (A I) — ; esta exp resió n
a
re p resen ta, pues, la d e m a n d a a d ic io n a l ag reg ad a d e la econom ía.
Supóngase q u e d u r a n te el a ñ o cero la econom ía está e n e q u ilib rio d e plen o
em pleo, y q u e d u ra n te e l a ñ o u n o se realiza u n a in v ersión I q u e m a d u ra e n el
m ism o añ o , e n v ir tu d d el su p u esto d e au sen cia d e rezagos. E ntonces, d u ra n te
el a ñ o u n o la cap acid ad p ro d u c tiv a a u m e n ta rá e n 7.8 o, lo q u e es lo m ism o, la
oferta agreg ad a a u m e n ta rá ese a ñ o e n 7.8. P u esto q u e h a b ía e q u ilib rio el a ñ o
a n te rio r, para que se conserve el equilibrio es necesario q u e la d e m a n d a agre­
g ad a (A 7) — a u m e n te en el m ism o m o n to q u e la o fe rta agregada,
a
E n otras p alab ras, si se p a rte d e u n a situ ació n in icial d e e q u ilib rio , su
m a n te n im ie n to re q u ie re q u e en c u a lq u ie ra d e los períodos sucesivos la oferta
agregada y la d e m a n d a agreg ad a a u m e n te n e n e l m ism o m o n to :
— (A7) =
a
78.
E sta ú ltim a es la ecuación fu n d a m e n ta l d e l m odelo d e D om ar. E xpresa
la co n d ició n q u e d eb e p rev alacer p a ra q u e h ay a e q u ilib rio d u ra n te u n p e­
río d o c u a lq u ie ra dados los supuestos m encionados.
M u ltip lic a n d o am bos m iem bros d e d ic h a ecu ación p o r a, y dividiéndolos
p o r 7, se o b tien e:
E sta n u e v a fo rm a q u e a d q u ie re la m ism a ecu ación p e rm ite p e rc ib ir la con­
dición d e e q u ilib rio , con in d e p e n d e n c ia d e l h ech o q u e se le re fie ra a u n p erío ­
d o específico; sólo m u e s tra q u e la in v ersió n d eb e crecer a u n a tasa a n u a l ig u al
a a8. D ich a cond ició n se expresa a h o ra d ic ie n d o q ue, p a ra q u e haya e q u ilib rio ,
la in versió n d e b e crecer con u n a tasa a n u a l y p o rc e n tu a l constante, e ig u a l al
p ro d u c to d e la p ro p e n sió n a a h o rra r p o r la relació n p ro d u cto-capital.
Es o b v io q u e si la in v ersió n crece y, p o r o tro lado, es to ta lm e n te a p ro ­
vechada, el ingreso ta m b ié n estará creciendo. E n otras p alab ras, el re q u isito
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
850
para que la in versión crezca a u n a tasa constante es a l m ism o tiem po un
req u isito para q u e crezca e l ingreso real. F ácil es com probar que, adm itidos
los supuestos antes indicados, e l ingreso crecerá con la m ism a tasa que la
inversión (a • ó). ,
E n efecto, e l aum ento d e l ingreso generado por u n aum ento d e la inver­
sió n es: AY =
— (A /). Por in tegración se ob tien e: Y =
— • I. D ivid ien d o
m iem bro a m iem bro la prim era expresión por la segunda, se concluye que
AY
Y
A1
~
I
y tam bién que
AF
- y " — « • 8‘
La condición d e eq u ilib rio dinám ico se puede expresar, por lo tan to, m e­
d ian te una “tasa d e in terés com puesto” a la q u e debe crecer el ingreso.
E l p ropio D om ar42 presenta u n ejem plo que contribuye a aclarar la ex­
p osición qu e antecede. Sean 0.25 y 0.12, respectivam ente, los valores d e los
parám etros 8 y a. Sea Y — 150 m illon es e l n iv el d e ingreso in icia l. E ste in ­
greso generará u n ahorro de 150 X 0.12 = 18 m illon es, d e donde se concluye
que, para que haya p len o em pleo, la in versión tam bién tendrá q u e ser de
18 m illon es. Pero esta inversión aum enta la capacidad productiva en 18 m i­
llon es, por lo q ue, para q u e ésta sea em pleada, e l ingreso deberá crecer en
150 X 0 1 2 X o*25 — 4-5 m illon es. E l crecim iento relativo d el ingreso deberá
ser:
150 X 0.12 X 0 25
----------------—
=r 0.12 X 0-25 = 0 * 8 = 0.03.
C om o a y 8 se consideran constantes, para cu alq u ier añ o sucesivo deberá
darse que
Y X 0.12X0.25
------------= 0.12 X 0.25 = 08 = 0.03.
O sea, la con d ición d e eq u ilib rio dinám ico ex ig e q u e el producto crezca
e l 3 por cien to anual.
iv) El dilema de las economías capitalistas
T a l com o lo percibe D om ar, só lo un crecim iento con tin u o puede resolver el
d ilem a d e una econom ía capitalista; este d ilem a queda p lan tead o por e l hecho
d e q u e si n o hay inversión su ficien te se produce desem pleo; pero si la hay, será
necesario in vertir m ás en e l fu tu ro, d e ta l form a que la dem anda aum ente y
se pueda aprovechar la capacidad productiva expandida.
Para ilustrar este d ilem a se p lan tea e l sigu ien te ejem plo. Supóngase una
econom ía cerrada y sin gobierno, donde la relación producto-capital, q u e se
<2
Ibid., p. 185.
EL PENSAMIENTO XEYNESIANO
*5*
m antiene constante, es d e 8 = 0.5 y la propensión a ahorrar (m edia y mar­
g in a l), tam bién constante, es d e a = 0.2; la inversión tien e u n p eríodo d e
m aduración d e un afio; e l stock de cap ital a l p rin cip io d e l período cero
(K0) es d e 200 unidades m onetarias. D urante d ich o p eríod o la capacidad
productiva (Ka) se usa totalm en te, o en otras palabras, e l producto real efec­
tiv o (y ) es ig u a l a l producto d e p len a capacidad (Y).
E n e l período cero e l in greso alcanzará a 100 unidades
m onetarias
Y = Y — 100 y e l consum o a 80 unidades m onetarias C = (1 — a) • Y = 80;
la inversión será 1 = 20; la capacidad ociosa Y — Y — o.
Si durante los períodos 1, 2 y 3 la inversión es exactam ente ig u a l a la
realizada durante e l períod o cero, se tendrán lo s valores que se in d ican en e l
sigu ien te cuadro:
t
Periodo
(año)
K
Stock
de capital
7
Producto
de plena
capacidad
0
200
100
1
220
110
2
240
260
120
5
150
Y
Producto
real
efectivo
(C + l)
0
C
Capacidad Consumo
ociosa
( = 0.8 V)
100
100
0
10
100
100
20
50
80
80
80
80
1
Inmersión
exógena
20
20
20
20
L a situ ación puede percibirse gráficam ente, com o se in d ica a continuación:
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
Tanto en el cuadro como en la gráfica se aprecia que el volumen de in­
versión fue insuficiente, puesto que se ha generado una capacidad ociosa de
10 unidades monetarias en el período i, que aumentó a 20 en el período 2,
y a 30 en el período 3 .
En consecuencia, para que exista equilibrio de pleno empleo la inversión
deberá crecer a una tasa tal, que el ingreso que genere sea capaz de absorber la
A/
producción de plena capacidad. Deberá cumplirse que - y - = a -8.
En este ejemplo,
— 0.5 • 0.2 = 0. 1 .
Partiendo de los datos del período 0, y si la inversión crece a dicha tasa
para los períodos siguientes, se tendrán los valores que aparecen en el cuadro
que sigue:
t
Periodo
(año)
K
Stock
de capital
Y
Producto
de plena
capacidad
Y
Producto
real
efectivo
(C + I)
100
110
121
1 3 3 .1
0
1
2
200
220
242
100
110
121
3
2 6 6 .2
1 3 3 .1
Gráficamente, se tendrá:
0
C
Capacidad Consumo
ociosa
(= 0.8 Y)
0
0
0
0
/
Inversión
exógena
88
20
22
9 6 .8
2 4 .2
80
1 0 6 .4 8
2 6 .6 2
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
253
En el cuadro y en la gráfica puede apreciarse que una tasa de crecimiento
de la inversión de 0.1 genera precisamente el ingreso necesario para absorber
la producción resultante del uso pleno de la capacidad instalada que se ex­
pande.
Como se analizó, el mantenimiento del equilibrio exige que el monto
absoluto de la inversión y del ingreso real aumenten anualmente; la pregunta
que aquí se plantea es entonces saber si una economía capitalista será capaz
de producir oportunidades de inversión suficientes para que ésta pueda ex­
pandirse constantemente. T al es el problema que se plantea a largo plazo,
el que se identifica como “problema del crecimiento”.
Pero no es éste el único problema. Según el enfoque de Domar —y el
mismo también ilustra el espíritu keynesiano de su modelo— no hay nin­
guna fuerza intrínseca al funcionamiento de una economía capitalista que
permita que ésta crezca de acuerdo a la tasa de equilibrio o, dicho en otros
términos, que la inversión sea exactamente la requerida para alcanzar el equi­
librio.
Cuando la inversión es insuficiente, se genera una demanda insuficiente,
con desaprovechamiento de la capacidad instalada y la consecuente tendencia
a reducir la inversión (o bien el ritmo de crecimiento de la inversión). Expre­
sado de otra forma, ante una inversión insuficiente, la recuperación del equi­
librio exigiría invertir más (o a mayor ritmo), pero la tendencia intrínseca de
la economía es a invertir menos (o a menor ritmo), generándose, pues, un proce­
so depresivo que tiene tendencia a autorreforzarse.
En el caso inverso, cuando la inversión es excesiva, se genera una de­
manda también excesiva que presiona sobre la capacidad instalada. La solu­
ción sería reducir la inversión (o su ritmo), pero como los empresarios ad­
vierten que su equipo produce al máximo de su capacidad y que sus inven­
tarios se reducen, buscan invertir más (o á mayor ritmo), generándose una
tendencia inflacionaria que también tiende a autorreforzarse.
Se llamará "problema de la inestabilidad" al que acaba de plantearse en
los párrafos anteriores. Ambos problemas, tanto el del crecimiento como el
de la inestabilidad, serán tratados nuevamente a la luz del modelo de Harrod.
c] El m odelo de crecimiento de H arrod
í] Introducción
Como observa Ackley,43 Harrod se propone un objetivo más ambicioso que
Domar. Éste, al reformular el modelo keynesiano, reconoce la existencia de los
problemas del crecimiento y de la inestabilidad, delimitándose analíticamente.
En cambio Harrod busca establecer instrumentos de análisis capaces de describir
el carácter cíclico del crecimiento de economías a las cuales es inherente el des­
equilibrio y trata al mismo tiempo de captar las tendencias a largo plazo de tales
economías.
Como paso previo, sin embargo, se hace necesario precisar los conceptos de
43
G. Ackley, Macroeconomic Theory, Macmillan, Co., Nueva York, 1963, p. 518.
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONOMICO
354
a h o rro e in v ersió n , co nsiderados ex -an te y ex-post. P a ra la c la ra d elim ita c ió n
d e dich o s conceptos, se s u p o n d rá la ex isten cia d e u n a e co n o m ía e n la cu al, a l
p rin c ip io d e u n p erío d o , las em presas p la n e a n p ro d u c ir 8 ooo u n id a d e s d e
bienes d e consum o y g ooo u n id a d e s d e b ienes d e c a p ita l fijo. Estos plan es se resu­
m en p o r m ed io d e la ecu ació n ( i) :
( i)
P ro d u cció n = P ro d u c c ió n b ien es con su m o -f- P ro d u c ció n bienes c a p ita l fijo
10 ooo
=
8000
-f-
s o 00
A dem ás, se su p o n e q u e las em presas e n c u e n tra n factores disp o n ib les y realizan
los plan es d e p ro d u c c ió n an te s m encionados. L a ecu ació n (1) a n te rio r, p o r
consiguiente, d e ja d e ser re p re se n ta tiv a d e los p la n es d e los p ro d u cto res, y
p asa a ser re p re se n ta tiv a d e la p ro d u c c ió n efectiva realizad a.
P o r hipótesis, e l c o m p o rta m ie n to d e las fam ilias es ta l q u e g a stan e n con­
sum o el 70 % d e l in g reso p ercib id o . D e l la d o d e l gasto se te n d rá pues:
(g)
In g reso =
C o m p ras b ien es con sum o 4 - A h o rro
10000 =
7000
-j-
3 000
D a d a la ig u a ld a d n ecesaria e n tre p ro d u c to e ingreso, fin aliza d o e l p e río d o
p ro d u c tiv o q u e a q u í se tra ta , se c u m p lirá q u e :
P ro d u cció n
P ro d u c c ió n
b ienes consum o 4 - b ien es c a p ita l fijo =
(3)
8 000
4-
C o m p ras
bienes consum o 4 . A h o rro
=
g 000
7 000
4.
3 000
O , lo q u e es lo m ism o
(3-a)
P ro d u c c ió n
P ro d u cció n
C om pras
A h o rro = b ien es c a p ita l fijo 4 . b ien es consum o — bienes consum o
3000
=
aooo
4-
8000
—
7000
A h o ra b ien , la d ife re n c ia e n tre la p ro d u c c ió n y la co m p ra d e bien es d e con­
sum o d e fin e la v a ria c ió n d e existencias d e b ien es d e consum o.
(4)
P ro d u c c ió n
C o m p ras
b ienes co n su m o — b ienes con su m o =
8000
—
7000
V ariació n
existencias bienes consum o
=
1000
A d m itie n d o q u e la p ro d u c c ió n d e b ien es d e c a p ita l fijo se v ende to ta lm e n te ,
y ta m b ié n p o r d e fin ic ió n , ten d rem o s:
(5)
P ro d u cció n
C o m p ras
V a ria ció n existencias
b ienes c a p ita l fijo = b ienes c a p ita l fijo 4 - bien es c a p ita l fijo
2 000
=
2 000
4*
0
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
*55
P o r su stitu c ió n d e los conceptos d efin id o s p o r las ecuaciones 4 y 5 e n la
ecuación 3-a, obtenem os:
V a ria c ió n
V ariación
C o m p ras
existencias
existencias
A h o rro = b ien es c a p ita l fijo -|- b ienes c a p ita l fijo -f- bienes consum o
(6)
3 000
=
s 000
-f-
0
+
1
0
0
0
o aun,
(6-a)
A h o rro =
C o m p ras b ien es c a p ita l fijo 4* V ariació n existencias
3 000 =
8 000
4*
1000
É sta es la ig u a ld a d ex-post, d e d e fin ic ió n o co n tab le, q u e se c o m p ru e b a a l
re aliza r las cu en tas n acio n ales d e u n p e río d o d e te rm in a d o . E n ellas se v erifica
q u e las em presas c o m p ra ro n (v en d iero n ) s 000 en b ienes d e c a p ita l fijo , y q u e
sus in v e n ta rio s a u m e n ta ro n e n 1 0 0 0 , s in q u e p u e d a saberse si d ic h o a u m e n to
lo d e searo n o n o las em presas, si fo rm ó o n o p a rte d e sus p la n e s d e ex p an sió n
d e la p ro d u cció n .
L a inv ersió n ex-ante, p la n e a d a o deseada, se d efin e:
(7)
In v e rsió n ex -an te =
C o m p ras
V ariación
b ien es c a p ita l fijo 4- d eseada existencias
Y la in v e rsió n ex-post o realizad a, se d e fin e :
(8 )
-
In v ersió n ex-post = C o m p ras b ien es c a p ita l fijo 4 - V ariació n existencias
3000
=
so o o
4~
1000
O ta m b ié n ,
(8-a)
(8 - b )
In v e rsió n
C o m p ras b ien es
V ariació n
V ariac ió n n o
e'x-post =
c a p ita l fijo 4 - d esead a existencias 4 - d esead a existencias
In v e rsió n
ex-post =
In v e rsió n
V ariació n n o
ex-ante (deseada) 4 - deseada existencias
D e m a n e ra sim ilar, se p u e d e co n ceb ir q u e d e l to ta l d e l a h o rro ex-post, re a ­
liz ad o o c o n ta b le , u n a p a rte la co n stitu y a el a h o rro ex-ante, deseado o p lan e ad o ,
y o tra e l a h o rro forzoso. L as em presas, p o r ejem p lo, p u e d e n d is trib u ir p a rte
d e sus d iv id e n d o s en fo rm a d e acciones, fo rzan d o d e esta m a n e ra e l a h o rro d e
sus accionistas. E ntonces:
(9)
A h o rro ex-post =
A h o rro ex-ante
(deseado) 4 - A h o rro forzoso
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONOMICO
*56
Podemos ahora redefinir la ecuación (6-a) en la forma que sigue:
( 10)
Ahorro ex-post =
3 ooo
( 10-a)
Ahorro
Ahorro
ex-ante 4 - forzoso =
3 OOO 4 ”
0
Inversión ex-post
3 ooo
Variación no
Inversión ex-ante 4 - deseada existencias
2 OOO
+
1 OOO
Para no complicar el razonamiento dejamos de lado los inventarios de ma­
terias primas e insumos intermedios; sin embargo, la variación no planeada de
existencias puede referirse tanto a bienes de consumo como a bienes de capi­
tal fijo e insumos intermedios.
La ecuación ( 10-a) junto con la ( 10), muestra que la igualdad ex-post
entre ahorro e inversión se da de manera necesaria pues deriva de las defini­
ciones adoptadas; y al mismo tiempo que no necesariamente el ahorro deseado
será igual a la inversión deseada.
En el ejemplo, el ahorro y la inversión, considerados ex-post, tienen ambos
un monto de 3 000 unidades monetarias. El ahorro ex-post es, en virtud de las
hipótesis enunciadas, igual al ahorro ex-post, lo que equivale a decir que los pla­
nes de ahorro se realizaron. En cambio la inversión ex-ante sólo es de 2 000,
mientras que la inversión ex-post es de 3 000. Esta desigualdad deriva del hecho
que las empresas en conjunto desearon invertir 2 000, pero como algunas de
ellas no consiguieron vender toda su producción, tuvieron que invertir 1 000
para un aumento no deseado en los inventarios. Resulta así una desigualdad
entre ahorro ex-ante e inversión ex-ante (3 000 > 2 000), situación que refleja
la circunstancia que los planes de los empresarios no produjeron los resultados
esperados. Cabe pensar, pues, que en el período o los períodos siguientes los
empresarios alterarán sus planes, decidiéndose, por ejemplo, a reducir el nivel
de la producción y, en consecuencia, el nivel del ingreso generado. Este fenó­
meno será estudiado en los ítems que siguen.
í¿] Los supuestos del modelo
El análisis se realiza sobre la base de dos supuestos fundamentales, que el pro­
pio autor se encarga de enunciar.
El primer supuesto se refiere al ahorro, y consiste en admitir que el ahorro
de un año (At) es una proporción definida del ingreso del mismo año (Yt); lo
cual se puede expresar: A t = a Y t donde a es la propensión media y marginal
a ahorrar. La proporcionalidad entre el ahorro y el ingreso se refiere tanto a
magnitudes planeadas como realizadas, en virtud que Harrod “supone que los
planes de ahorro siempre se realizan ” .44
Este primer supuesto sobre el ahorro permite considerar como conocidas va­
rias magnitudes macroeconómicas; desde luego, el ahorro planeado y realizado, que en este contexto son una misma cosa, y también la inversión realizada
que, como se sabe, es igual al ahorro ex-post.
44
W. Baumol, Economic Dynamics, Macmillan Co., Nueva York, 1959, p. 38.
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
*57
El segundo supuesto explícito se refiere a la inversión. Según él, la inversión
planeada de un período cualquiera es una proporción del aumento del ingreso
verificado durante ese período. Simbólicamente
Jt = g <Yt -
Ym )
Se advierte pues que es ésta una variante del principio de aceleración,
y en ella se denomina g la “relación”.
Es importante observar que g no expresa una relación técnica entre produc­
ción adicional (Yt — Ft- i) y capital adicional (I t). Se trata más bien de un
parámetro de comportamiento que indica cuánto desean invertir los empresarios
ante un aumento del ingreso. La ecuación anterior es pues una ecuación de
demanda de bienes de inversión, y define la demanda agregada de los em­
presarios.
El razonamiento que está por detrás de este supuesto se basa en buena me­
dida en la distinción entre stock de capital y flujo de inversión. Las necesi­
dades de existencias de capital variarán aproximadamente en proporción al vo­
lumen global de producción mientras que la demanda del flujo de inversión
variará aproximadamente en proporción al ritmo de crecimiento de la produc­
ción, es decir, el flujo requerido será mayor cuanto más rápido crezca el pro­
ducto.
Además cabe observar que ésta es una variante de la teoría de la aceleración
que puede ser considerada insostenible desde un punto de vista lógico.4® En
efecto, ella implica que los bienes de capital deben ser producidos simultánea­
mente con los bienes (producto adicional) para cuya producción son requeri­
dos. No obstante, el procedimiento por el cual se introduce este supuesto evita
innecesarias complicaciones del análisis, pudiendo aducirse que la aparente in­
coherencia puede ser evitada introduciendo algún tipo de rezago en la función
que define el comportamiento de los empresarios como demandantes.
i i i] La tasa garantida de crecimiento del producto
Fácil será determinar cuál es la condición de equilibrio de la economía sobre
la base de los dos supuestos antes mencionados y utilizando un razonamiento a
contrario sensu.
El primer supuesto se puede expresar diciendo que la inversión realizada
es una proporción definida del ingreso, es decir, significa que si el ingreso es
positivo habrá cierto monto de inversión realizada. El segundo supuesto indica
que la inversión deseada es una proporción definida del aumento del ingreso,
o sea, para que haya algún monto de inversión deseada es necesario que el in­
greso crezca. En resumen, habrá inversión realizada; y habrá inversión deseada
si el ingreso aumenta. La condición de equilibrio exige que la inversión reali­
zada y la planeada sean iguales. Dado el ingreso y, en consecuencia, la inversión
realizada, habrá equilibrio si el ingreso crece a una tasa que permita que los
empresarios deseen invertir precisamente ese monto. Cuando el ingreso crece
a una tasa tal que los empresarios .desean invertir precisamente el monto que se
« G. Ackely, op. cit., pp. 491-492.
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
*58
está invirtiendo, se dice que crece a una tasa garantida, o requerida, o de equi­
librio.
También es fácil determinar a qué tasa debe crecer la economía para que
se mantenga el equilibrio, esto es, cuál es el valor preciso de la tasa garantida,
admitidos los supuestos antes mencionados.
Consideremos sucesivamente las siguientes cuatro ecuaciones:
(1)
Ct = ( i - a ) Y t
(2)
I t = g ( Y t - Y t_ i)
( 3)
Vt = Ct + l t
( 4)
Vt = Yt
La primera expresa la demanda de bienes de consumo; deriva directamente
del supuesto relativo al ahorro, puesto que si se ahorra durante un período una
proporción a del ingreso del mismo período, a fortiori se consumirá una propor­
ción ( i — a) de ese ingreso.
La segunda expresa el supuesto relativo a la inversión; indica cuál es la
demanda agregada de los empresarios.
La tercera expresa que las ventas del período t (Vt) serán iguales al monto
que los consumidores decidan comprar (Ct), más el que los empresarios decidan
comprar (It).
Por último, la cuarta es una condición de equilibrio; impone que la pro­
ducción (Yt) sea igual a las ventas (Vt), o dicho en otras palabras, que la
producción logre ser totalmente canalizada hacia las ventas, sin aumento o re­
ducción de existencias.
De esas cuatro ecuaciones, obtenemos:
(x-o)Ft+ g
=
g ( ? t - Y t_1) = Yt - Y t ( i - a )
g ( Y t - Y t. l) = Yt ( i - i + a)
g (Yt - Y t_ 1) = a Y t
La expresión de la tasa garantida, G„ = — • a, indica que, para que haya
g
equilibrio, la economía debe crecer a una tasa anual y constante igual al pro­
ducto de la propensión a ahorrar por el inverso de la relación.
Es conveniente detenemos en el examen de la tasa garantida, para así perci­
bir cómo, cumplida la condición de equilibrio expresada por dicha tasa, subyace una teoría de la demanda global y de la oferta global.
El supuesto explícito en la ecuación (2) indica que para que haya inversión
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
«59
deseada es necesario que el ingreso crezca. Más precisamente, nos dice que la
inversión deseada en el período t (It) es:
(2) i t = g (Y t -
y
m )
Es decir, si los empresarios estaban durante el período (t — i) produciendo
a plena capacidad de sus máquinas, comprarán máquinas en el período í si el
ingreso de dicho período aumenta; la expresión anterior revela, pues, el compor­
tamiento de los empresarios como demandantes de máquinas.
Por otro lado, los empresarios son considerados como productores. Entre
ellos una parte produce máquinas; para que esas máquinas producidas (Irt) sean
demandadas o compradas es necesario que la decisión de producción de estos
empresarios coincida con la decisión de aumento de equipos de otros empresa­
rios que las demandan. Este equilibrio entre oferta y demanda de máquinas
se expresa:
El supuesto relativo al ahorro se sintetiza mediante la ecuación:
<i-a)
At = aYt
Ahora bien, si imponemos como condición que A t — It = Irt, estamos admi­
tiendo que se han demandado (comprado) bienes de consumo por el monto de
la producción de tales bienes (Ct- = Crt). En efecto, la producción total (pro­
ducto y /o ingreso: ( Yt) menos la producción de máquinas (Jrt) es por definición
igual a la producción de bienes de consumo (Crt — Yt — Jrt). Y el ingreso ( Yt)
menos el ahorro (At = / rt) es por definición igual a las compras (demanda) de
bienes de consumo.
(Ct = Yt - A t = Y t - I rt).
Igualando las ecuaciones (2) y (i-a), obtenemos:
a Y t = g (Yt — F ,_i) / .
Se ve entonces que el crecimiento del ingreso a la tasa garantida (G„) ex­
presa una situación de equilibrio donde la producción, tanto de bienes de con­
sumo como de bienes de inversión, logra venderse.
En especial, la tasa garantida asegura el pleno uso d e la capacidad produc­
tiva, en el sentido de que las máquinas producidas son incorporadas al proceso
producido (compras) por los empresarios. La tasa garantida es pues una
tasa “requerida" o de plena capacidad (del capital) como la de Domar; pero
deducida de acuerdo al comportamiento de los empresarios como demandantes
de bienes de capital, y no de acuerdo a los efectos de la inversión sobre la ca­
pacidad productiva.
En otras palabras, el razonamiento anterior significa que “lo primero” en
la economía son las decisiones de producción. Al decidir cuánto producir, los
*6o
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
empresarios no tienen la seguridad de lograr vender toda su producción, al
adoptar estas decisiones, de un lado generan los ingresos de los consumidores
que, a través del gasto en consumo, se transforman en demanda para parte de
la producción; y del otro, genera adiciones a la capacidad productiva, cuya
utilización (compra) depende del crecimiento del producto que se decidió pro­
veer. Es decir, las decisiones de producción generan una demanda por esa
producción. Sin embargo, hay una sola decisión de producción que genera la
demanda necesaria para permitir vender justamente el monto producido; esta
decisión se expresa a través de la tasa garantida o de crecimiento del ingreso en
equilibrio.
Un ejemplo concreto puede contribuir a aclarar lo que antecede; así consi­
deraremos que los dos parámetros de comportamiento fundamentales, la pro­
pensión a ahorrar y la relación, adquieren los siguientes valores a = 0.2; g = 2.
Además, supondremos que en un período cualquiera (t — 1) se produjo un
ingreso de plena capacidad de Y , ^ = 855.
Prim er caso:
En el período siguiente (periodo t), los empresarios deciden producir 800
de bienes de consumo (Crt) y 200 de bienes de capital (/«). La producción que
realizan es, pues:
Y t = Crt + Irt
1 000 = 800 -f- 200
Si tal es la decisión de producción de los empresarios, generarán un nivel
de ingreso de Yt = 1 000, de donde la demanda de bienes de consumo será:
Cf = < i - a ) E #
Ct = 0.8 • x 000 = 800
Se comprueba entonces que la producción de bienes de consumo será total­
mente vendida.
A su vez, la demanda de bienes de inversión será:
I t = g ( Y t - Y t_ 1)
I t = 2 (1 000 — 855) = 290
Como la producción de bienes de inversión es sólo de 200, los empresarios
estarán presionando sobre los inventarios de los productores de dichos -bienes.
Cabe observar que la decisión de producción antes anotada es compatible
con el equilibrio entre oferta y demanda (agregadas) en lo que respecta al mer­
cado de bienes de consumo, pero no en lo que respecta al mercado de bienes
de inversión. En consecuencia, habrá un desequilibrio entre oferta global y de­
manda global, que puede expresarse en términos de tasas de crecimiento. En
efecto, la tasa efectiva de crecimiento (G) es:
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
G =
861
1 OOO — 855
1 000
-----------------------------
0 .1 4 5
Y la tasa garantida:
rL r » = 1 • a
nGw = ------0 ,8 0.1
S
2
O sea, esta situación podrá describirse diciendo que la tasa efectiva de creci­
miento es mayor que la tasa garantida (F > G w) , o bien que la inversión realizada es menor que la inversión deseada (7rt < It).
Segundo caso;
Admitamos que, por sus expectativas, los empresarios proceden de acuerdo
al siguiente plan de producción:
Y t — Crt + ¡rt
900 = 720
180
Si así fuese, al generar un ingreso de 90o, la demanda de bienes de consu­
mo será:
Ct = < i - a ) Y (
Ct = 0.8 • 900 = 720
Con lo que se consigue vender todos los bienes de consumo producidos.
En cambio, la demanda de bienes de capital, que en este caso será de
I t = g ( Y t — J'í-i.)
I t = 2 (900 — 855) = 90
resultará insuficiente con respecto al m onto producido de estos bienes (7rt = 180).
En términos de tasas de crecimiento, tendremos:
Yt Y,
900 — 855
G = —---------—- = 0.05
9° °
Gw = 0.1
En otras palabras, la acumulación de máquinas en inventario (máquinas no
vendidas, ociosas) podrá expresarse diciendo que la tasa efectiva de crecimiento
es menor que la tasa garantida (G < G„), o bien que la inversión realizada es
mayor que la inversión deseada (7rt > 7t).
x6s
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONOMICO
Tercer caso;
Si el plan de producción de los empresarios fuese
Yt = f'rt + Irt
950 = 7 6 0 +
igO
generarían un ingreso de 950, el que a su vez determinaría una demanda de
bienes de consumo de:
C, = ( i - a ) Y t
Ct = 0.7 X 95° = 76o
También en este caso la producción de bienes de consumo logra venderse
en su totalidad; cabe observar que en todas las hipótesis estudiadas se admite
el acierto en la producción de estos bienes, lo que revela, como ya quedó demos­
trado, que dicho acierto deriva necesariamente de los supuestos sobre los que
se apoya el modelo.
La demanda por bienes de inversión será:
/ f = g(Ft - y f_1)
/ , = 2 (950 — 855) = 190
Contrastando esta demanda con el monto de la producción (oferta) de bienes
de inversión, se verifica que dicha producción logrará ser exactamente absor­
bida por las ventas.
Como puede advertirse, la decisión de producción examinada en este tercer
caso es compatible con el equilibrio entre oferta y demanda (agregadas), tanto
en el mercado de bienes de consumo, como en el mercado de bienes de capital
fijó. En este caso:
Yt — Yt_ 1
G=
Yt
— 855
8
950 —
G = ---------------=
o.x
„
950
Gw = 0.1
O sea, el acierto en las decisiones de producción se expresa diciendo que
la tasa efectiva de crecimiento es igual a la tasa garantida (G = Gw), o lo que
es equivalente, que la inversión realizada es igual a la inversión deseada
(Irt =
/*)•
Entonces es evidente que la producción sólo logrará ser total y exactamente
vendida si los empresarios aciertan en sus decisiones de producción. Este acierto
se verificará si deciden aumentar el producto a la tasa garantida Gw. Nada
asegura, sin embargo, que tal acierto se produzca; es más, sólo debido al azar
las decisiones de producción serán compatibles con dicha tasa. La pregunta que
surge es qué sucede si la tasa efectiva de crecimiento no es igual a la tasa garan­
tida, problema que será objeto de análisis en el ítem que sigue.
iv\ La inestabilidad de las economías capitalistas
Como dice Baumol, “hasta aquí el argumento puede ser deducido de nuestras
dos premisas. Sin embargo, en este punto Harrod tácitamente introduce un
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
tercer supuesto que interesa al comportamiento de los empresarios”.48 Más pre­
cisamente, para saber qué caminos puede seguir la economía, se hará necesario
conocer concretamente cuáles serán las decisiones de producción de los empre­
sarios ante diversas situaciones.
La teoría implícita de la oferta es como sigue: si durante un período
cualquiera los empresarios consiguieron vender el monto exacto de su produc­
ción, repetirán en el período siguiente la tasa de crecimiento de la producción
(producto) de ese período. Si no consiguieron vender la producción (si hubo
acumulación no deseada de existencias), reducirán en el período siguiente la
tasa de crecimiento del producto. Si en el período considerado no consiguieron
satisfacer la demanda (si hubo desacumulación de existencias) aumentarán en
el período siguiente la tasa de crecimiento del producto. Se puede observar
que este supuesto de comportamiento de los empresarios como productores
(oferentes) se refiere a decisiones relativas a mantener o modificar tasas de cre­
cimiento y no montos absolutos de producción.
Para el estudio de la trayectoria (time.path) de la economía, conviene exa­
minar por separado cada una de estas tres hipótesis de comportamiento.
Primer caso;
Al decidir e l 'quantum de producción los empresarios determinan un cre­
cimiento excesivo del ingreso, en el sentido que la tasa efectiva es mayor qué
la tasa garantida. Es decir, sus decisiones son tales que G > Gw.
De acuerdo al supuesto antes mencionado, en este caso el crecimiento del
ingreso tenderá a acelerarse en los períodos subsecuentes:
G t
<
G t+ 1
< G<+a < Gí+3
Esta situación caracteriza la fase ascendente del ciclo. La producción real
va creciendo aceleradamente, con mucha precisión sobre la capacidad productiva
y una tendencia al alza en los precios.
La operación de la economía en su fase expansiva puede ser mejor enten­
dida mediante la reconsideración del ejemplo contenido en el primer caso estu­
diado en el ítem anterior.
El aumento de la producción decidida por los empresarios, de 855 a 1 000
es, por hipótesis, totalmente absorbido. Los consumidores compran 800 de
bienes de consumo, y los empresarios compran más de 200 bienes de inver­
sión, digamos 250, a expensas de las existencias de los productores de estos
bienes; esto caracteriza una presión excesiva sobre la capacidad productiva.
Si ésta es la situación, en el período siguiente los empresarios se verán estimu­
lados a aumentar aún más la tasa de crecimiento del producto. Este tipo de
decisión es el que explica el carácter altamente inestable de la economía, tal
como la ve Harrod. Desde un punto de vista macroeconómico, la producción
es excesiva, puesto que con ella se genera una demanda mayor que la que
puede satisfacer esa misma producción. No obstante, desde el punto de vista
(microeconómico) de los productores de máquinas, la producción es insufi­
W. Baumol, op. cit., p. 48.
264
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
ciente, ya que ven reducirse sus existencias. La recuperación del equilibrio macroeconómico exigiría que la producción (o su tasa de expansión) se redujese,
lo que está en contradicción con el comportamiento microeconómico esperable,
el que tiende a acentuar el desequilibrio y no a reducirlo.
Cabe ahora examinar el mecanismo que tiene esta expansión acelerada de
la producción. Admítase, para argumentar, que las empresas de nuestro ejem­
plo compran durante un período arbitrario (i -f- 3) un monto determinado de
bienes de inversión, pero no logran emplear tal capacidad adicional, en vir­
tud de que no encuentran mano de obra disponible para operarla. Cabe pensar
entonces que en el período siguiente (í -+- 4), se produzca un desajuste entre
la producción y la demanda de máquinas. Los productores de bienes de capital
expandirán la producción de acuerdo a una tasa aún mayor, mientras que los
demandantes de estos bienes, por hipótesis, no desearán realizar nuevas com­
pras pues disponen de capacidad oeiósa.
Si fuese así, en el período (f -j- 5) 1° 5 productores de máquinas reducirán
la tasa de crecimento de su producción, y hasta puede concebirse incluso que
reduzcan el monto absoluto de dicha producción. D e cualquier manera, si
Gí+6 < G „ , esto es, si la tasa efectiva de crecimiento del producto global es
menor que la tasa garantida, se entrará en la fase descendente del ciclo, durante
la cual el crecimiento del ingreso tenderá a desacelerarse en los períodos su­
cesivos:
Gf+s > Gf+6 >
G t+ 7. ..
Segundo caso;
Como se acaba de ver, la fase descendente del ciclo se caracteriza, en su
punto de partida, por un monto de ingreso insuficiente, en el sentido que
G < G„.
Con el propósito de examinar el comportamiento de la economía en esta
fase, conviene retomar el ejemplo expuesto en el segundo caso examinado en
el ítem anterior;47 allí, G t = 0.05 < G„ = r.o, lo que traduce el hecho que
parte de la producción de máquinas (/rt = 180) no pudo venderse
< /* — / , = 90).
Se advierte entonces que, desde un punto de vista macroeconómico, la pro­
ducción es insuficiente, puesto que con ella no se logra generar toda la demanda
necesaria para absorber esa misma producción. Sin embargo, desde el punto
de vista (microeconómico) de los productores de máquinas esta producción es
excesiva, puesto que ven aumentar sus existencias. Las nuevas decisiones de
estos empresarios se reflejan entonces en sucesivas reducciones de la tasa global
de crecimiento del producto.
¿Cómo se puede concebir que se detenga la fase descendente del ciclo?
Admitamos que el monto absoluto de la producción viene reduciéndose, reduc­
ción que se opera tanto en la producción de bienes de consumo como en la de
bienes de capital. Admítase que esta última, en un periodo cualquiera (t -j- 3)
es de 20, y que durante el mismo la depreciación efectiva del equipo es de 40.
47 En el análisis que sigue se toma nuevamente el periodo t como periodo base, esto es,
como punto de partida de la fase depresiva.
265
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
Admítase además que el comportamiento de los empresarios es tal que deciden
reponer el equipo desgastado, para lo cual harán una demanda de máquinas
mayor que la producción de ese período. (I t — 40 > I rt — 20.) Se puede pensar
que los empresarios, estimulados por esta demanda excesiva, aumenten la pro­
ducción de máquinas durante el período siguiente. Si este aumento hace que la
tasa efectiva del crecimiento global de la producción (producto) sea mayor
que la tasa garantida, esto es, si G{+4 > G w, se entrará en la fase ascendente
del ciclo, durante la cual el crecimiento del ingreso tenderá a acelerarse:
G (+4 < G t+ 5 < G f+ <¡48
Tercer caso;
Supongamos que, como se examina en el tercer caso del ítem anterior, la
decisión de producir de los empresarios en el período t es tal que consiguen
vender exactamente el monto reducido (Gt = G w). Si así fuese, de acuerdo al
supuesto antes enunciado, repetirán en el período (t + 1) la tasa de crecimiento
de la producción (producto) del período t; de esta manera lograrán generar el
nivel de demanda exactamente requerido para vender toda la producción del
período (í -f- 1). Repetirán por lo tanto en el período (t -f- 2) la tasa de creci­
miento del producto, y así sucesivamente:
Gt =
G, +1 = Gt+2 —G(+3 =
.... —
G w.
Expresado de otra manera, los supuestos del modelo hacen que, si se acierta
en la producción, en el sentido que la tasa efectiva de crecimiento es igual a la
tasa garantida, la economía tendrá una trayectoria ( time-path) de equilibrio,
es decir, crecerá a una tasa sostenida y de equilibrio equivalente al producto
de la “relación" por la propensión a ahorrar.
Los dos primeros casos aquí examinados ponen de manifiesto el carácter
inestable del sistema económico y caracterizan lo que antes se llamó “problema
de la inestabilidad”. En efecto, si no hay acierto en las decisiones de producción
—y no existen razones para suponer que dichas decisiones deban ser necesaria­
mente correctas—, aparecerán desequilibrios en la economía, desequilibrios
éstos que poseen características explosivas y tienden a autorreforzarse. Pero aun
admitiendo que las decisiones de producción sean acertadas, cabe preguntar si
la economía será capaz de crecer indefinidamente a una tasa constante, lo que
nos lleva al análisis del "problema del crecimiento”.
y]
L a tendencia al estancamiento en las economías maduras
Para la consideración de la tendencia a largo plazo (tendencia secular) del
sistema económico, es necesario introducir un nuevo concepto, el de tasa natural
de crecimiento (G„).
48 Cabe observar que en la hipótesis anterior, el “suelo” o punto mínimo
ingreso en la fase depresiva lo da la inversión de reposición. Un análisis más
esta fase se encuentra en J. R. Hicks, A Contribution to the Theory of the
Oxford University Press, Oxford, 1950, y también en R. Harrod, “Supplement
Theory”, en Economic Essays, Macmillan Co., Londres, 1952.
del nivel de
detallado de
Trade Cycle,
on Dynamic
*66
LA TEORÍA DEL DESARROLLO ECONOMICO
Es fácil concebir que en un momento determinado haya un límite para el
producto social, límite que a su vez está condicionado por la magnitud de la
fuerza de trabajo, por las disponibilidades de capital, recursos naturales y tecno­
logía. Este producto máximo o de plena utilización de todos los recursos pro­
ductivos puede identificarse con el concepto de óptimo económico de la econo­
mía del bienestar. Dicho con palabras de Baumol, tal nivel de producto es
"presumiblemente el que se podría obtener en condiciones de pleno empleo,
con los recursos y el trabajo utilizados con tanta eficiencia como es posible’’.48
Concíbase ahora este límite cambiando en el tiempo; se tendrá así la noción
de tasa natural de crecimiento, tasa a la que potencialmente puede crecer el
producto, teniendo en cuenta el crecimiento poblacional, el flujo de innovacio­
nes, y la acumulación de equipo compatible con ambas cosas. Expresado de
otra manera, se la concibe como una tasa límite, un techo de pleno empleo,
la tasa potencial máxima de crecimiento que, “dado el pleno empleo, se puede
lograr con el crecimiento de la fuerza de trabajo y el ritmo de progreso
técnico”.80
Obsérvese que la tasa natural de crecimiento (G„), es una tasa de pleno
empleo de todos los recursos que contrasta con la garantida (Gw), que es una
tasa “requerida” para la plena utilización de un stock de capital creciente.
Harrod puntualiza que estas tasas no son necesariamente iguales o, dicho con
mayor precisión, que no hay ningún mecanismo inherente al funcionamiento
del sistema económico que tienda a igualarlas. Precisamente el análisis de la
desigualdad de ambas tasas permite advertir si una economía tendrá una ten­
dencia al estancamiento a largo plazo (estagnación secular) o bien si tendrá una
tendencia secular al auge, con la presencia de presiones inflacionarias.
El primer caso se da cuando la tasa garantida es mayor que la tasa natural
de crecimiento del ingreso (Gw > G„). Como se sabe, la fase expansiva del
ciclo se caracteriza por el hecho de que la tasa efectiva de crecimiento es superior
a la tasa garantida (G > G „) y, además, porque tiende a ser cada vez mayor
que esta última. Supóngase que la economía se encuentra en una fase expan­
siva, con G > G„. Si la tasa natural de crecimiento, G„, es inferior a Gw, la
tasa efectiva G no podrá mantenerse mucho tiempo sobre G„. La economía
empieza a crecer aceleradamente, pero pronto encuentra el techo de pleno
empleo dado por Gn; surgen dificultades para encontrar mano de obra dispo­
nible, escasez de materias primas y otros cuellos de botella. La tasa efectiva de
crecimiento baja entonces por debajo de G„, iniciándose la fase descendente del
ciclo. En el nuevo movimiento de recuperación, la economía encuentra rápi­
damente el techo impuesto por G„, y así sucesivamente. A largo plazo la eco­
nomía se caracteriza entonces por movimientos ascendentes de corta duración
y faltos de vigor, y depresiones prolongadas, con una tendencia crónica al
subempleo de los recursos productivos.
La descripción que antecede podrá parecer paradójica, “puesto que a
primera vista, se puede suponer que sea auspicioso que los empresarios traten
de impulsar la economía a una tasa mayor que la permitida por sus conW. Baumol, op. cit., p. 53 .
60 D. Hamberg, Economic Growth and Instability, W. W. Norton & Co., Nueva York,
»956. P- 96-
EL PENSAMIENTO KEYNESIANO
*67
diciones fundamentales”.®1 En otras palabras, si el limite de recursos impues­
to por G„ es bajo con respecto a las aspiraciones empresariales de expandir
la economía en la fase ascendente del ciclo, ¿por qué se produce una tenden­
cia al subempleo crónico de esos mismos recursos?
Será conveniente reformular la explicación anterior, para percibir en térmi­
nos de montos absolutos de inversión qué caracteriza a la estagnación secular.
Como se ha visto decir que G < Gw es equivalente a decir que la inversión
realizada es mayor que la inversión deseada (7rt > It: véase p. 261). Ahora
bien, si Gw excede a G„, la tasa efectiva, G, tenderá a ser crónicamente inferior
a G„. Ello significará pues que la inversión realizada tenderá en forma per­
sistente a exceder la inversión deseada; en otras palabras, la economía presen­
tará tendencias a producir una demanda efectiva insuficiente; más precisa­
mente —admitidos los supuestos de Harrod— habrá una tendencia a generar
una demanda de inversión (inducida por el acelerador) menor que la pro­
ducción de bienes de inversión. Esto último significa que se producirá una
acumulación no deseada de existencias de bienes de capital, lo que desde
luego equivale a decir que habrá subocupación de este recurso. La escasez de
demanda efectiva a que se hizo referencia estará también en la base del desem­
pleo crónico de la mano de obra y demás recursos productivos.
Recapitulando, la estagnación secular no se caracteriza por la inexistencia
del ciclo, sino por un movimiento cíclico de fase depresiva prolongada y
fase expansiva breve y carente de vigor; y por una tendencia crónica al sub­
empleo de los recursos, lo que implica un crecimiento del ingreso real menor
que el potencialmente posible.
Como podrá verse en el capítulo relativo al pensamiento keynesiano, la
teoría de la estagnación secular es la que fundamentalmente nos interesa,
puesto que ella constituye un elemento importante de la visión keynesiana,
según la cual lo esencial en las economías capitalistas maduras es su ten­
dencia a generar un exceso de ahorros. Sin embargo, conviene incluir una breve
referencia a la situación opuesta, esto es, a la situación en que la tasa natu­
ral de crecimiento excede la tasa garantida. Cuando G„ > G„, la tasa efectiva
de crecimiento (G) podrá mantenerse persistentemente sobre la tasa garantida,
sin verse limitada por el techo impuesto por la tasa natural (G„). En términos
de montos absolutos de inversión, la inversión realizada 7rt tenderá a ser per­
sistentemente inferior a la inversión deseada (7t), o lo que es lo mismo, habrá
tendencia a generar un exceso de demanda efectiva. El ciclo, por lo tanto, se
caracterizará por “un optimismo subyacente: las fases expansivas serán vigo­
rosas y prolongadas, y las depresivas, relativamente breves y bien contenidas.
De esta forma, todas las tendencias básicas apuntan hacia (la existencia de)
un trend inflacionario”.82
d] Comentarios finales
Como se ha visto, tanto el modelo de Harrod como el de Domar concluyen
que, para que haya equilibrio, es necesario que el ingreso crezca a una
51 R. Harrod, Toteareis a Dynamic Economics, Macmillan Co., Londres, 1949, p. 88.
52 D. Hamberg, op. cit., p. 101.
268
LA TEORIA DEL DESARROLLO ECONOMICO
tasa definida. Es sen cillo advertir que esta conclusión depende de los supuestos
adoptados, y en especial d e la form a adm itida para la función ahorro. A
decir verdad, hacer que e l ahorro dependa únicam ente d el nivel d el ingreso,
revela la concepción keynesiana subyacente en tales m odelos. Si com o es ha­
bitual en las form alizaciones de corte clásico y neoclásico, se introducen la
tasa de interés y e l n ivel de precios com o variables explícitas, pueden obtenerse
m odelos en los cuales e l crecim iento n o es una condición sine qua non del
equilibrio .88
H em os exam inado tam bién e l carácter altam ente inestable de la econom ía,
considerada a la luz del m odelo de Harrod. L a exclusión d el tratam iento
de algunos mercados puede influir de m anera decisiva para que el m odelo pre­
sente ese carácter inestable; se puede concebir, por ejem plo, que en una situa­
ción de superproducción, una baja en la tasa de interés estim ule la inversión y,
por esta vía, se increm ente la dem anda efectiva, y se reduzca el exceso de
oferta. Com o dice Baum ol, “ésta es una característica de los m odelos basados
sobre el principio de aceleración, los qu e habitualm ente suponen que a la
razón capital-producto deseada n o la afectan los precios y la tasa de interés,
y tratan al capital y al producto com o si éstos fueran items hom ogéneos,
cuya com posición es poco significativa para el análisis “ .54
Por otra parte, se h a visto q u e en e l m odelo de H arrod la inestabilidad del
sistema económ ico depende en forma directa d el com portam iento que se
supone tendrán los empresarios, considerados com o productores u oferentes.
En verdad, a p rio ri n o se puede afirmar si los empresarios, cuando venden
toda su producción, decidirán repetir la producción d el período anterior, o la
tasa de crecim iento d el producto del período anterior, o si adoptarán otro
com portam iento. Si se supone, por ejem plo, que repiten la producción d el
periodo anterior y se conservan los supuestos relativos a la dem anda global,
se obtiene un m od elo en el cual el m antenim iento d el equilibrio exige la
constancia d el ingreso; d e m anera similar, si se altera el com portam iento
atribuido para los casos en que se verifica acum ulación o desacum ulación de
existencias, se puede atenuar o aun elim inar el carácter de inestabilidad que
posee el modelo.
Los com entarios qu e anteceden se hicieron desde u n p unto d e vista estric­
tam ente formal. Este tip o de m odelos — y en especial el de Harrod— busca
adecuar los instrum entos de análisis para alcanzar cierto grado de formalización de las tendencias a largo plazo del sistema económ ico, tendencias éstas
que se encaran com o e l resultado de una forma cíclica de crecim iento; es
evidente entonces que los supuestos se establecen paja alcanzar esos objetivos.
U n juicio para determ inar en q ué grado tales objetivos se han logrado, escapa
a las posibilidades d el presente trabajo. Obsérvese, sin embargo, que los
tipos de “tendencia secular” caracterizados en el ítem que antecede, son insu­
ficientes para explicar el caso de algunas econom ías latinoamericanas, donde
parece coexistir una tendencia inflacionaria crónica, con la presencia tam­
bién crónica de subem pleo (estructural) de los recursos productivos.
53 A titulo de ejemplo véase el capítulo relativo al modelo de Meade.
5* W. Baum ol, op. cit., p. 5 5 .
CUARTA PARTE
U N E N S A Y O D E IN T E R P R E T A C IÓ N
L A T IN O A M E R IC A N O
D E L
D ESA R R O LLO
INTRODUCCIÓN
Las partes anteriores fueron preparando e l terreno para el ensayo de inter­
pretación d el desarrollo latinoam ericano qu e aquí se emprende. E n la Intro­
ducción se defin ió el enfoq u e histórico, estructural y totalizador sobre el
que se basa la investigación. E n la parte i se llegó a definir e l concepto de
subdesarrollo en función de u n sistem a característico con una estructura
determinada: la de la econom ía exportadora dependiente. E l desarrollo quedó
definido, por tanto, com o el proceso de cam bio social que tiende a superar
aquella estructura. En la parte n se analizó la R evolución Industrial, antece­
dente inm ediato d el desarrollo de las econom ías industriales maduras, y e l
proceso histórico de form ación de la econom ía
internacional moderna; se
sugirió a llí q ue ése era e l m arco externo determ inante de la estructuración
y del proceso de transformaciones internas de las econom ías subdesarrolladas
de la periferia. L a parte m exam inó, críticam ente, la evolución d el pensa­
m iento económ ico, contrastándola con el proceso histórico del cual emer­
gió dicha teoría y con la form ación d e la econom ía exportadora dependiente,
es decir, con la estructura d el subdesarrollo. E llo perm itió apreciar que el
mecanism o d el crecim iento económ ico, tal com o lo concibe la teoría en sus
diversas form ulaciones, constituye u n p un to de partida general insustituible
para e l análisis d el proceso d e desarrollo, pero q ue su utilidad para elaborar
estrategias d e desarrollo en casos concretos depende de reform ulaciones bá­
sicas d e m étodo, d e en foq ue y d el instrum ental analítico. Provistos así de
m étodos, conceptos, antecedentes históricos e instrum ental teórico, se llega en
seguida al ensayo de interpretación d el subdesarrollo latinoam ericano.
Es im portante subrayar, au nq ue lo d ich o ya debiera haberlo puesto en
claro, que no se trata aquí d e escribir la historia económ ica y social de
América Latina; antes bien, se pretende interpretarla, recurriendo a un
enfoque global y al arsenal an alítico de las ciencias sociales. E n tal sentido,
con este trabajo n o culm ina una investigación, sino qu e por e l contrario,
sólo se presenta la versión prelim inar de una ambiciosa hipótesis d e trabajo.
N o obstante el elevado niv el d e abstracción y de generalidad d el análisis,
la hipótesis d e trabajo aquí expuesta parece poseer algunas virtudes intere­
santes, lo que recom ienda su presentación a pesar de su grado relativam ente
escaso de elaboración. Por lo demás, si resultara aconsejable su perfecciona­
m iento posterior, éste es el m om ento para q ue e l debate crítico lo decida y
aporte, llegado el caso, nuevas orientaciones, pues la tarea tendrán que im ­
pulsarla equipos de investigadores de diversas disciplinas, en diferentes paí­
ses y regiones d e América Latina.
D e cualquier manera, se estim a qu e este ensayo ayuda a com prender y
sugiere posibles explicaciones d e algunos fenóm enos y tendencias im portantes
y persistentes; perm ite entender la unidad básica que caracteriza la historia
[*71 ]
272
INTERPRETACIÓN DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO
socioeconóm ica y política de América Latina, y a la vez comprender la diver­
sidad de tipos y procesos que se dan dentro de ese marco común; apunta
hacia la necesidad d e interpretar e l proceso d el subdesarrollo latinoam e­
ricano com o una parte del proceso universal de form ación de las relaciones
económ icas internacionales; insinúa posibilidades ciertas para el trabajo m ultidisciplinario y convergente d e economistas, sociólogos, especialistas en ciencia
política, historiadores y otros científicos sociales; abre plurales y prom isorios
rumbos de investigación tanto d e tip o general com o concretos y específicos; y
sobre todo, puesto qu e es el propósito principal de esta investigación, ayuda
a pensar en términos de la form ulación de estrategias de desarrollo.
Según se ha señalado ya en la Introducción, se supone que la variable
estratégica d el proceso de transformación estructural en la periferia es la natu­
raleza de sus vinculaciones con el centro, así com o los cam bios que ocurren
en e l centro y las reacciones q ue ello origina en la estructura socioeconóm ica
de los países periféricos. C onvendrá analizar entonces la evolución d el desa­
rrollo latinoam ericano según los principales períodos por los que atravesó
la historia económ ica de Europa y, posteriorm ente, la de Estados U nidos,
a partir del m om ento en que com ienzan a influir sobre Am érica Latina. En
este sentido, se establecerá una periodización que abarca desde e l primer im ­
pacto de la civilización europea sobre América hasta e l presente, dividiendo
ese lapso en dos grandes etapas .1
La primera, desde la llegada de españoles y portugueses a Am érica hasta
m ediados del siglo xvm ; corresponde a los períodos de la conquista y la co­
lon ia y a la form ación y funcionam iento d e un sistema m ercantilista de
relaciones entre la m etrópoli y sus colonias. E l segundo período se inicia du­
rante la segunda m itad d el siglo x v in prolongándose hasta los años poste­
riores a la segunda guerra m undial; durante el mism o, las" relaciones entre
América L atina y las potencias económ icas predom inantes se establecen dentro
del marco de una concepción liberal de las relaciones económ icas entre paí­
ses, o más precisamente, entre Estados-naciones. Finalm ente, alrededor de
1950 se inicia un n uevo período de naturaleza distinta de los anteriores, y
por consiguiente d e gran significación desde el punto de vista d el desarrollo
en la periferia.
El período m ercantilista a su vez, se concibe, d ividido en tres subperíodos. El
primero, que abarca algo más de la m itad inicial d el siglo x v i, está caracterizado
en su esencia por el proceso de conquista y por el asentam iento de las ins­
tituciones jurídicas, sociales, económ icas y políticas sobre las que se habría de
apoyar, posteriorm ente, el funcionam iento d el régim en colonial mercantilista.
Se trata de una etapa relativam ente breve durante la cual se definen las vincu­
laciones con la m etrópoli y se establecen las instituciones internas adecuadas
1 Conviene aclarar que la división de la historia iberoamericana en dos grandes etapas,
y sus respectivos subperíodos, plantea el problema de la fijación de limites más o menos
arbitrarios; se admite, desde luego, que esos límites deben tomarse sólo como convenciones
analíticas simplificadoras que permiten estudiar las fases de formación, apogeo y decadencia
de determinados sistemas y estructuras, pues se entiende que la historia es u n proceso con­
tinuo donde los elementos que configuran un determinado periodo trascienden los límites
arbitrarios que requiere el investigador para su análisis.
CUADRO 6
RELACIONES ENTRE CENTRO Y PERIFERIA
Periodo
M ercantilista
(1500-1750)
Liberal
0750-1950)
Evolución del centro
Potencia dom inante
Capitalism o comercial
España
Portugal
H olan d a
\
Sistema de relaciones
centro-periferia
Evolución de la
periferia
M ercantilism o
C onquista e institucionalización (1500-1570)
Apogeo (1570-1650)
Crisis y cambios
(1650-1750)
colonial
1750-1850
Bases revolución
industrial
In glaterra
Liberalismo
A ntecedentes in d ep en ­
dencia (1750-1820)
Institucionalización es­
tados nacionales
(1820-1870)
1850-1913
Apogeo revolución
industrial
Inglaterra
Estados U nidos
»
E uropa (Alemania,
Francia, Bélgica,
H olanda)
Apogeo liberalism o
(imperialismo)
Apogeo (desarrollo h a­
cia afuera) (1870-1913)
1913-1950
Crisis capitalism o
m aduro
Estados U nidos
Crisis liberalism o
Industrialización
por
sustitución de im p o rta­
ciones (1913-1950)
Auge neocapitalism o
Estados U nidos
Neocapitalism o
Crisis modelo industria­
lización p o r sustitución
de im portaciones
Establecim iento sistema
socialista
URSS
Socialismo
Creación sociedades so­
cialistas
(Actual
1 9 5 0 ...)
874
INTERPRETACIÓN DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO
para cum plir las funciones coloniales dentro d el Im perio. E l otro subperíodo
cubre la segunda m itad d el siglo x v i y la prim era del siglo xvii y representa
la etapa durante la cual el m odelo m ercantilista funciona con eficacia. El
últim o subperíodo, que corresponde a la segunda m itad d el siglo xvii y a la
prim era del siglo x v u i com prende una fase en cuyo transcurso el régim en
m ercantilista pierde eficacia, entra en crisis y se in icia e l proceso de su de­
cadencia y transformación.
D urante el período siguiente, e l d el liberalism o, tam bién pueden distin­
guirse tres subperíodos principales. El prim ero abarca desde m ediados d el si­
g lo x v m hasta m ediados d el siglo xix; desde 175 0 hasta la independencia
se va produciendo u n a gradual y progresiva liberalización dentro d el marco de
los im perios español y portugués y, además, un aum ento d e las relaciones con
otras naciones. A partir de la independencia, este proceso se consolida y se
inician los primeros esfuerzos para la form ación de estados -nacionales, y
para crear las condiciones de funcionam iento de un m odelo de relaciones eco­
nóm icas internacionales de naturaleza liberal. E l segundo subperíodo, que abar­
ca desde aproxim adam ente 18 70 hasta alrededor de la prim era guerra m undial,
coincide con la edad de oro del capitalism o liberal, con la época en que el
m odelo liberal, o sea el llam ado "m odelo de crecim iento hacia afuera” d e los
países latinoam ericanos, está en p len o apogeo. El tercer subperíodo que co­
rresponde al de crisis de la era liberal, abarca desde la prim era guerra m un­
dial, pasa por la gran depresión de la década de los 30 , y llega hasta el
quin qu en io posterior a la segunda guerra m undial.
Puede aventurarse la hipótesis q ue desde alrededor d e 1950 se in icia un
nuevo período, diferente al anterior, debido, por una parte, a cambios pro­
fundos en el sistema d e relaciones económ icas y políticas internacionales, o sea,
en las vinculaciones extem as de América Latina; y por otra, al hecho que
las últim as décadas se han caracterizado tam bién por im portantes cambios
internos de la estructura económ ica, social y política, tanto en los países indus­
trializados com o en los de la periferia.
Para mayor claridad, los períodos m encionados se presentan en e l cuadro
adjunto, donde se hacen corresponder las épocas más significativas de la evo­
lución d e la periferia, con las d el proceso de desarrollo d el capitalism o m oder­
no. Desde luego q ue este cuadro debe entenderse sólo com o una manera de
ilustrar la im portancia que, desde e l punto de vista de la periferia, adquiere la
naturaleza de las transformaciones observadas en la evolución histórica del ca­
pitalism o, así com o tam bién, aunque éste n o sea tem a qu e aquí se analice, la
trascendencia qu e la propia aparición y evolución de la periferia tuvo sobre
e l desarrollo del capitalism o.
CAPÍTULO I
EL PERÍODO MERCANTILISTA ( 1 5 0 0 -1 7 5 0 )
1.
CONQUISTA E INST1TUCIONALIZAGIÓN
(1570-1750)
a] Situación existente
Cuando llegan los descubridores españoles y portugueses a América, esta región
estaba poblada por una cantidad relativamente importante de aborígenes; según
las diversas estimaciones, la cifra fluctúa entre 15 y 30 millones de habitantes.
Esta población no estaba repartida de una manera uniforme por el territorio
ni correspondía tampoco a una sola sociedad, o a un solo nivel de civilización;
el mayor número se concentraba en tomo al Imperio azteca, que cubría apro­
ximadamente el área de México y buena parte de Centroamérica, y el Imperio
incaico, que comprendió en el momento de su apogeo desde Colombia hasta
el valle Central chileno, incluyendo Ecuador, Perú, Bolivia y el norte de
Argentina.1
En estas áreas se habían desarrollado sociedades relativamente avanzadas ca­
racterizadas por una estructura social y económica diversificada. La base del
sistema la constituía una agricultura de tipo “excedentario”, es decir, una
actividad agropecuaria que ya había logrado un nivel de productividad supe­
rior a las necesidades de subsistencia de los propios productores rurales, y de
tal manera organizada que dicho excedente se transfiere a otros sectores de la
población. Una agricultura “excedentaria" implica un nivel tecnológico de
cierta significación, como el uso del riego y de ciertos instrumentos agrícolas
simples; también requiere una estructura social con una dase dirigente no di­
rectamente productiva que atiende la organización y funcionamiento del sistema
y establece las normas e instituciones que garantizan su permanencia.
Este tipo de sociedades exige además una cierta actividad comerdal, encar­
gada del traslado del excedente rural para abastecer los sectores urbanos, que
poseen ya una importancia considerable, puesto que desde las dudades se di­
rige el proceso económico y la organización política del Imperio.8 Esto permite
a su vez la aparirión de una serie de actividades económicas urbanas, particu­
larmente los servicios y la producdón artesanal. Lo anterior implica que existe
una cierta estratificación social y un Estado; organizado este último de manera
tal que asegura la existencia y supervivencia de la sociedad mediante la per­
manente y segura obtención y distribución del excedente agrícola.
1 Véanse, entre otros, a Clarence H. Haring, El imperio hispánico en América, traducción
de H. Pérez Silva, Solar-Hachette, Buenos Aires, 1966; John H. Parry, T he Spanish Theory
of Empire in the Sixteenth Century, Cambridge, 1940; Angel Rosenblat, La población in­
dígena y el mestizaje en América, Ed. Nova, 1954, cuyas estimaciones se reproducen en el
cuadro siguiente, y J. E. Hardoy, Ciudades precolombinas, Buenos Aires, Ed. Infinito, 1964.
a J. E. Hardoy, Ciudades precolombinas, Buenos Aires, Ed. Infinito, 1964.
t*75]
INTERPRETACIÓN DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO
*76
CUADRO
7
POBLACIÓN DE AMÉRICA HACIA
1492
I. Norteamérica, al norte del río Grande
II. México, América Central y Antillas
México
Haití y Santo Domingo (La Española)
Cuba
Puerto Rico
Jamaica
Antillas Menores y Bahamas
América Central
III. América del Sur
Colombia
Venezuela
Guayanas
Ecuador
Perú
Bolivia
Paraguay
Argentina
Uruguay
Brasil
Chile
Población total de América en 1492
fu e n te :
1 000 000
5 600 000
4500 000
100 000
80 000
50 000
40 000
30 000
800 000
6 785 000
850 000
350 000
100 000
500 000
2 000 000
800 000
280 000
300 000
5 000
1 000 000
600 000
13 385 000
Angel Rosenblat, La población indígena y el mestizaje en América, voL
población indígena: 1498- 1950“, Buenos Aires, Ed. Nova, 1954.
I,
“La
Junto a las áreas que abarcaban los imperios azteca e incaico se desarrolla­
ban, en otras áreas de América, sociedades cultivadoras de agricultura de sub­
sistencia: los tupíes, guaraníes, tainos, mapuches, chibchas, muiscas, etc. Estas
sociedades se encontraban en un grado de evolución social inferior, no habían
llegado a formas de organización productiva que permiten la existencia de un
sector que dirija un sistema social con instituciones diferenciadas y específicas.
Se trata más bien de sociedades agrícolas tribales donde la diferenciación de
funciones era muy escasa y la organización social es rural y generalmente de tipo
comunitario. Estas sociedades, aunque de muy diferente grado de desarrollo
entre ellas, se caracterizaban por una agricultura de escaso o ningún excedente,
y representaban una reducida proporción de la población de América.
Existía un tercer grupo de poblaciones de naturaleza aún más primitiva
que se encontraban en etapas de evolución caracterizadas por las actividades
recolectoras y cazadoras. En general eran pueblos nómadas que no habían al­
canzado la etapa de los cultivadores sedentarios, son pueblos tales como los
puelches, alacalufes, patagones, charrúas, etc.,' que habitaban extensas áreas
EL PERÍODO MERCANTILISTA
*77
(pampas, Chaco, Brasil oriental, etc.) con recursos naturales apropiados a sus
actividades.
En síntesis, a com ienzo del siglo x v i existían tres situaciones principales en
América Latina: a) sociedades de agricultura excedentaria, relativam ente avan­
zadas y una organización sociopolítica com pleja, que incluía la gran mayoría
de la población de América Latina,® y que se extendían desde M éxico y parte
de Centroam érica hasta las regiones andinas de Suramérica; b) sociedades de
agricultura de subsistencia, d e carácter fudam entalm ente tribal, con una orga­
nización social sim ple y repartidas e n grupos d e población relativam ente redu­
cidas, y e ) regiones de abundantes recursos naturales y una densidad de pobla­
ción escasísima, formada por grupos nóm adas de tribus básicamente recolectoras
y cazadoras; estas regiones se denom inan en lo que sigue “áreas vacías”.
b] E l impacto extem o
Para comprender m ejor los cam bios en la situación existente a la llegada del
conquistador, es preciso tener en cuenta las concepciones y prácticas políticas
y económicas entonces vigentes en Europa y qu e inspiran la organización de
los im perios español y portugués .4 Para e llo debe recordarse que en la época
se gestaba una concepción del Estado y una práctica política cuyas funciones
y propósitos estaban orientados hacia la organización de un sistema de política
económ ica qu e condujera a l enriquecim iento y fortalecim iento d e la m etrópo­
li. Los recursos necesarios para realizarla se trataban de obtener por m edio
de la tributación, de una política comercial destinada a lograr un balance fa­
vorable en el intercam bio y m ediante un a política d e expansión territorial .6
Esta últim a tendía a facilitar la apropiación de recursos naturales adicionales
y a crear una situación caracterizada por un a abundante disponibilidad de
m ano de obra; de esta m anera se buscaba fom entar la extracción de m etales
preciosos y / o el cultivo de productos de gran valor en el comercio internacio­
nal. La política comercial, por su parte, procura controlar en forma exclusiva
y excluyem e e l com ercio entre la m etrópoli y las colonias, para transferir a los
comerciantes m etropolitanos el excedente generado en las colonias en virtud
de la instalación y expansión de las nuevas actividades productivas; la tribu­
tación persigue el m ism o fin en beneficio directo del Estado.
El carácter m ercantilista qu e España y Portugal atribuyen a la organización
del Imperio am ericano puede servir com o elem ento ordenador de la gran va­
riedad de instituciones im plantadas y políticas adoptadas. Por supuesto que
la concepción m ercantilista n o aparece explícitam ente formulada en ese m o­
m ento, sino que se va generando en la m edida que afronta la tarea formidable
y sin precedentes de organizar concretamente la vida social en las colonias, y
América va revelando al conquistador cuáles son sus recursos naturales, su po3 Ángel Rosenblat, op. cit.
4 La historia de España en los siglos anteriores al descubrimiento, particularmente la in­
fluencia de los árabes, su rechazo y derrota por los castellanos y el proceso de fusión cultural
y de unión política que le siguió, constituyen antecedentes de vital importancia para compren­
der el proceso de formación del Imperio. Una breve y brillante exposición se encuentra en
J. H. Parry, The Spanisk Seabome Empire, Londres, Hutchinson, 1966, pp. 27 -37 .
6 Véase parte ni, cap. n.
*78
INTERPRETACIÓN DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO
blación, sus posibilidades. E n este sentido, el descubrim iento d e fabulosas ri­
quezas en m etales preciosos fu e un factor im portante en la orientación que las
m etrópolis habrían de im prim ir a sus políticas coloniales.
Va gestándose así u n a política destinada a producir, extraer y enviar a Es­
paña y Portugal e l m áxim o excedente posible d e m etales preciosos y productos
de valor en el m ercado europeo y, en consecuencia, a organizar su captación, su
producción y su transferencia a la m etrópoli. C um plida la etapa d e apoderam ien to del oro y la plata existentes entre la población americana — acervo
acum ulado de m etales preciosos qu e rápidam ente se agota— se plantea la ne­
cesidad de organizar la producción minera; esto se logra a través de un sistema
productivo basado sobre la explotación de los recursos naturales que interesan
a la m etrópoli y de los recursos hum anos necesarios, y posibilitando una reor­
ganización de las actividades agropecuarias para asegurar la alim entación que
requieren los trabajadores d e las m inas y plantaciones, así com o tam bién los
propios conquistadores.
Se necesita además u n sistem a de controles d e la producción d e metales
preciosos y productos d e valor, y de su com ercio y transporte, tanto dentro del
dilatado Im perio com o para asegurar su transferencia desde las colonias hasta
la m etrópoli. T am b ién es preciso garantizar una participación im portante al
Estado m etropolitano en los frutos de la explotación m etalífera, así com o crear
condiciones q ue posibiliten la existencia de personas interesadas en organizar
la producción colonial. En síntesis, trátase d e institucionalizar nuevas m odali­
dades y condiciones d e apropiación de los recursos naturales, de regímenes de
trabajo, de tributación y de comercio. R especto de este ú ltim o existe n o sólo
una concepción m ercantilista com o principal elem ento explicativo, sino además
la amenaza por parte d e otros intereses; el corso y la piratería son, en efecto,
fenóm enos im portantes y perm anentes que acom pañan a la explotación colo­
n ia l particularm ente durante los siglos x v i y xvii.
N o obstante la uniform idad que en su esencia reviste el im pacto colonial,
las diversas regiones d e los im perios y la naturaleza d e sus vinculaciones con las
m etrópolis presentan, con el tiem po, una im portante diversidad de caracterís­
ticas. Esto depende, básicam ente, de la actividad exportadora que se desarrolla
en cada región y de las condiciones q u e encontró e l conquistador. La organi­
zación colonial española en América se centra en to m o a los dos im perios pieexistentes, el azteca y el incaico, d onde se conjugaba una situación d e abun­
dancia de m etales preciosos, d e recursos hum anos para explotarlos, y una
agricultura excedentaria q u e perm itía el sustento de la m ano d e obra y del
colonizador.
N o ocurre los m ism o en las regiones m enos pobladas o despobladas de los
territorios españoles y portugueses, donde se encuentran civilizaciones más atra­
sadas d el tipo d e agricultura de subsistencia, o aun m ás rezagadas, com o las
com unidades recolectoras nóm adas. C uando en estas áreas faltan las riquezas
mineras, la conquista y organización de la sociedad colonial persigue tres pro­
pósitos principales. Por un a parte, asegurar la ocupación de todo e l territorio
colonial, a fin d e evitar su posible d om in io por potencias im periales rivales.
Por otra, la necesidad de desarrollar algún tipo de producción de interés e
im portancia para e l abastecim iento d e las principales áreas coloniales; cuando
EL PERÍODO MERCANTILISTA
*79
se analiza el funcionamiento del modelo mercantilista colonial se puede obser­
var, en efecto, la formación de “centros” y “periferias” dentro del territorio
colonial de América. Y finalmente, desarrollar la exportación de productos
no minerales de gran demanda en Europa, tales como el azúcar, cacao, café,
palo de brasil, tabaco, cuero, etc., en colonias vinculadas más directamente a las
respectivas metrópolis, tales como las del Caribe, Venezuela y Brasil.
2 . EL APOGEO DEL MERCANTILISMO COLONIAL (1570-1650)
a] Estructura interna
El análisis más detallado de la estructura y funcionamiento de la sociedad co­
lonial durante el periodo de apogeo del mercantilismo correspondiente a la
segunda mitad del siglo xvi y primera del xvn, conviene referirlo al tipo de
sociedades y economías preexistentes que se llamaron de “agricultura excedentaria” y que corresponde fundamentalmente a los imperios azteca e incaico.
Este es el tipo de sociedades, por lo que se lleva expuesto, que se ajusta con
mayor facilidad al sentido, concepción y propósito de la política imperial, ya
que en este caso coinciden formas de organización social y niveles culturales
relativamente avanzados con disponibilidad de alimentos, recursos humanos y
una dotación abundante de minerales de oro y plata.
Un primer problema principal que debió resolverse fue la creación de con­
diciones para que determinados individuos organizaran la producción de me­
tales preciosos, considerando que la fuerza de trabajo debía ser alimentada de
alguna manera. Para asegurar el usufructo y explotación de los reclusos mi­
nerales y de la población indígena, se adoptaron instituciones tales como la
encomienda y la mita, los repartimientos y mercedes de tierras y las reduccio­
nes a pueblos.6 Todas ellas persiguieron el fin fundamental de otorgar al
encomendero y otros agentes productivos los recursos naturales y la fuerza
de trabajo, asegurándoles además el acceso a la producción agrícola para ali­
mentarla. La Corona participó directamente en la producción de metales pre­
6 Las instituciones mencionadas pueden describirse de la siguiente forma: La encomienda
tenía como finalidad proveer mano de obra para la producción; existían dos tipos de enco­
mienda: la de servicios y la de tributos. Según la primera, el indio tenia la obligación de
prestar ciertos servicios al encomendero sin retribución monetaria, mientras que la segunda
impone al indigena la obligación de entregarle productos al encomendero. Mucho se ha dis­
cutido si la encomienda es una institución de tipo feudal similar a la servidumbre, pero hay
entre ellas diferencias porque el encomendero carecía de ciertos derechos característicos del
señor feudal, así el derecho de administrar justicia. Muchos historiadores han confundido
en una sola institución la encomienda y las concesiones de mercedes de tierra, pero en rea­
lidad son diferentes; la encomienda incluía generalmente las tierras de los indios encomen­
dados, pero el encomendero no tenía la propiedad de la tierra, la que seguía perteneciendo
al Rey. Las concesiones de mercedes de tierra eran otorgadas por los gobernadores a perso­
nas que adquirían su dominio y podían, por lo tanto, donarlas, venderlas o trasmitirlas por
causa de muerte; el encomendero carecía de estas atribuciones y sólo tenía el derecho a parte
de los frutos del trabajo de los indígena^ mientras durase la encomienda.
La mita (o cuatequil en México) era, también, otro mecanismo para movilizar la mano
de obra indígena y consistía en la obligación que tenían los pueblos de indios de proporcio­
nar cierta cantidad de sus miembros aptos para realizar trabajos, que les eran impuestos
INTERPRETACIÓN DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO
ciosos explotando m inas por adm inistración; además, se aseguró una participa»
ción indirecta d e la producción, estableciendo diversos tributos, entre otros, el
q u in to real. Se crearon tam bién im puestos de aduanas — el almojarifazgo— , y
al com ercio interno — la alcabala— ; ju n to a estos gravámenes se adoptaron
una serie de prohibiciones legales destinadas a cum plir los propósitos de la
política mercantilista: supresión o elim inación d el com ercio entre las colonias,
dentro de cada colonia y entre las colonias y otras m etrópolis, con el fin de
proteger la m anufactura, artesanía y agricultura de España y Portugal y evi­
tarles la com petencia de otros productores, sean éstos coloniales o d e otras
naciones.
Por otra parte, se establecen ciertas instituciones para asegurar la transfe.
ren d a de las riquezas de A m érica a España, que fortalecen e l m onopolio del
comercio, que consiste básicam ente en reservar el intercam bio a los comercian­
tes autorizados por la Casa d e Contratación, utilizando d e m odo exclusivo los
puertos privilegiados (Sevilla y Cádiz en España, La H abana, Veracruz, Portob ello y Cartagena e n América) y e l sistema de las flotas y galeones, y ferias. D e
esta m anera se com pletaba e l control total de los m etales preciosos y de los
demás productos que, en m enor m edida, se traficaban entre la Península Ibé­
rica y América. C om o puede verse, se trata de un conjunto de instituciones
que regulan la propiedad, la producción, el com ercio y la distribución del
flu jo productivo y com ercial d e las colonias.
D esde el p unto de vista d e la estructura productiva, esta política posibili­
tó el desarrollo de una actividad d e exportación, generalm ente extractiva o d e
productos agrícolas tropicales, y d e actividades agrícolas y ganaderas destinadas
a producir los alim entos e insum os necesarios para la explotación de las m i­
nas o plantaciones; además existía una agricultura de subsistencia. Surgía tam­
bién una nueva agricultura comercial, basada principalm ente en la incorpora­
ción de productos traídos desde Europa así com o en el desarrollo de la
ganadería, y cuyo destino prim ordial era abastecer la población urbana, for­
mada por la burocracia colonial, que incluía la adm inistración civil, eclesiás­
tica y las fuerzas m ilitares, y además por las personas que desem peñaban acti­
vidades comerciales, artesanales y d e servicios. En algunas ciudades, sobre todo
en M éxico y Lim a, surgieron grupos de altos ingresos al influjo de las activi­
dades del com ercio exterior e interior y de especulaciones con dinero y crédito;
los mineros, hacendados y encom enderos residentes en las ciudades constituían
otro grupo im portante. A la nueva estructura productiva corresponde una
durante un plazo determinado; formalmente los indios recibían un salario por su trabajo,
aunque este sistema significaba una especie de esclavitud temporal. La mano de obra así
obtenida era utilizada en la minería o en obras públicas. La mita también se empleó para
brindar los recursos financieros a los encomenderos, quienes debían pagar tributos al Rey y
mediante el alquiler de la mano de obra que tenían a su caigo lograban estos recursos.
Para permitir el eficiente funcionamiento de la mita se obligó a la población indígena,
diseminada por los campos, a concentrarse en aldeas con autoridades locales que se respon­
sabilizaban del cumplimiento de la mita; esta institución fue llamada reducción a pueblo.
Además de las recopilaciones y comentarios de leyes de Indias hay una copiosa bibliogra­
fía. Véanse, por ejemplo, el ya citado libro de C. H. Haring; Silvio Zavala, Ensayos sobre la
colonización española en América, Buenos Aires, 1944; José Ma. Ots Capdequi, Instituciones,
vol. xiv de Historia de América, Barcelona, Salvat, 1959.
EL PERIODO MERCANTILISTA
cierta estructura social integrada, en el sector urbano, por los grupos burocrá­
ticos, m ilitares, eclesiásticos, comerciantes, propietarios rurales y m ineros, arte­
sanos y servidumbre; en el sector rural, por los hacendados y empresarios de
minas, las órdenes religiosas rurales, los agricultores y trabajadores de las
minas.
La estructura social urbana es la que en realidad presenta mayor diversifi­
cación e interés. Sus diversos grupos cum plen diferentes funciones: la buro­
cracia civil y m ilitar, que constituye un núcleo im portante y fuerte, representa
los intereses de la m etrópoli en la colonia; e l clero cum ple una serie de tareas
de tipo educacional, religioso y adm inistrativo convenidas entre la Corona y
la Iglesia; los com erciantes constituyen un grupo m enos num eroso aunque
im portante por su situación estratégica en relación con e l com ercio exterior;
por su parte los propietarios de la tierra, m ineros y encom enderos, organizan
y controlan la producción.
Entre los grupos sociales mestizos, indígenas y negros, qu e constituyen la
abrumadora mayoría de la población rural, se recluta el personal ocupado en
los servicios urbanos, principalm ente en el servicio dom éstico y en parte de las
actividades artesanales. L a burocracia, e l clero, los comerciantes, los dueños
de la tierra, m ineros y encom enderos, son e n general españoles o descendien­
tes de españoles; en este sentido existe una correspondencia entre la diferen­
ciación racial y la diferenciación social. Convendría apuntar tam bién q u e los
encom enderos y, en general, los hacendados o propietarios d e la tierra son más
urbanos que rurales, tanto por su form ación y sus orígenes en la m etrópoli,
com o por el hecho de residir generalm ente en predios urbanos, y porque con
frecuencia son a la vez funcionarios, m ilitares y comerciantes. En la organiza­
ción de la estructura social de las colonias españolas im porta señalar q u e la
ciudad es el centro principal de la com unidad desde donde se ejercen las prin­
cipales funciones políticas, sociales y culturales. En este aspecto, por lo de­
más, no se hace sino trasladar a A m érica las concepciones y tradiciones españo­
las, y particularm ente castellanas, de la ciudad corporativa fortificada, centro
d el poder p olítico y m ilitar, y eje de la vida social y cultural. En Brasil, en
cambio, el principal centro de gravitación durante la m ayor parte de la colo­
nia no es la ciudad sino el campo, por basarse su evolución en actividades
recolectoras al com ienzo y, posteriom ente, en la plantación.
Las principales instituciones qu e regulan la vida de la colonia y a través
de las cuales se ejerce la autoridad im perial son e l Estado y la Iglesia. Por lo
que hace al Estado, en el Im perio español existía una adm inistración repre­
sentada por la jerarquía monarca-virrey-gobernador; y además, una represen­
tación algo más am plia de grupos e interesas diversos de la m etrópoli en el
Consejo de Indias, las Reales A udiencias y la Casa de Contratación. Por otra
parte, en las colonias existen instituciones com o el C abildo y, posteriorm ente,
el Consulado que cum plen la función d e representar los intereses de los prin­
cipales grupos dom inantes o dirigentes de la colonia ante el poder ejecutivo
y ante la m etrópoli en general: el Consulado a los comerciantes, y e l C abildo a
los principales residentes de las ciudades im portantes de la colonia.
A la Iglesia corresponde, por acuerdo entre la Corona y la Santa Sede, la
función evangelizadora de los indígenas; y ju n to a la tarea religiosa, la Iglesia
INTERPRETACIÓN DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO
tiene un papel aducacional y algunas responsabilidades administrativas tales
como los registros de nacimientos, de defunción, de administración de los ce­
menterios, etc. En general, podría afirmarse que la Iglesia justifica, en términos
ideológicos, la razón de ser del Imperio y el ejercicio del dominio de España
sobre América; en efecto, sobre los objetivos de evangelización, civilización y
educación se asienta la base moral del Imperio. Por otra parte, la Iglesia ejerce
cierto control sobre la aristocracia colonial, tan propensa a olvidar que el po­
der superior emanaba de la Corona. Además, debe señalarse que, en general,
durante la dinastía de los Austria, existe una estrecha compenetración entre
Iglesia y Estado.
Para realizar este conjunto de funciones, la Iglesia dispone de una serie de
recursos, algunos de los cuales obtiene por tributación, como por ejemplo el
diezmo, otros mediante la adquisición o cesión de tierras para el desarrollo
de actividades agrícolas y artesanales, y finalmente, por las donaciones de re­
cursos y de tierras que hacen los particulares (donaciones, manos muertas,
compras de bulas, legados, etc.). La Iglesia cumple con su función educativa,
realizada principalmente por algunas congregaciones religiosas, un papel inno­
vador muy importante entre la población indígena y mestiza, mediante el
fomento y desarrollo de nuevas actividades y cultivos agrícolas y de algunos
oficios artesanales. En determinadas regiones, y en ciertos casos, la Iglesia logra una cierta independencia en virtud de sus actividades productivas y de
otro orden que realiza; de esta manera, suscita una disputa por hombres y por
tierras, ya que la propia Iglesia se transforma en uno de los principales agen­
tes productivos y de acumulación.
b] El funcionamiento del modelo colonial
En el modelo español se destacan los núcleos centrales de la sociedad colonial
(México y Perú), que aparecen como una superposición sobre sociedades pre­
colombinas relativamente avanzadas, de agricultura excedentaria, y donde se
trabajaba el oro y la plata. Esa sociedad se proyecta también, aunque en forma
más restringida, sobre los grupos humanos del segundo tipo, las economías de
subsistencia; y en forma más limitada aún, a las áreas vacías.
Para las sociedades cuyos centros se encuentran en el Imperio incaico y en
el Imperio azteca, la llegada del conquistador significa desde un punto de vista
político y social, remplazar los grupos dirigentes nativos por una burocracia
civil, militar y religiosa española. En cuanto a la estructura productiva, sig­
nifica la expansión de una nueva actividad, la minería; para ello es preciso
crear una situación de amplia disponibilidad de hombres y, por consiguiente, se
requiere un excedente de producción agrícola para alimentar esa fuerza de tra­
bajo. De ahí se deriva una transformación importante en la agricultura exis­
tente, ya que no sólo hace falta abastecer la fuerza de trabajo minera sino
también la nueva población urbana. Esta nueva población, de origen ibérico,
trae un patrón de consumo distinto al prevaleciente, lo que impulsa a intro­
ducir una serie de nuevos cultivos (trigo, arroz, centeno, avena, caña de azú­
car, café, algodón, numerosas frutas y hortalizas), así como ganadería (vacu­
nos, ovinos, porcinos, aves, caprinos).
EL PERÍODO MERCANTILISTA
FLU JO S REALES Y M O N ETARIOS E N TR E CENTRO Y P E R IF E R IA C O LO N IA L
T IP O
C
*■
FLU JO S
REALES
284
INTERPRETACIÓN DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO
D esde el p unto de vista de las necesidades de liquidez de la econom ía me­
tropolitana, de las entradas fiscales de la Corona y del propio dinam ism o del
m odelo m ercantilista, e l sector m ás im portante y estratégico era, desde luego,
la producción m inera. La producción de oro y plata significaba la creación
de un flu jo m onetario correspondiente al ‘‘q uinto real” que se paga al gobierno
y que se envía a la m etrópoli. Significa además el gasto de una parte de la
riqueza m inera producida, en las compras de alim entos al sector agrícola y en
otras adquisiciones hechas al comercio. Estas transacciones se refieren por su­
puesto a las compras que realizan los propietarios y encom enderos de los bienes
que n o se producen dentro d el com plejo m inero-agropecuario de la encom ienda
o com unidad indígena.
Adem ás d el trueque, surgen, así flujos m onetarios hacia el sector agrícola
n o tradicional y hacia el sector comercial; com plem entados éstos por otra co­
rriente directa a la. m etrópoli constituida por las transferencias que enviaba a
España, ya sea a sus fam iliares o para la adquisición de propiedades, títulos,
etc., los encomenderos y los españoles que trabajaban e n las minas. Las com­
pras que la m inería hace e n el sector agrícola posibilitan las adquisiciones por
parte de la agricultura de productos im portados a través del comercio; y a su
vez las compras de la m inería al sector comercial constituyen una fuente de
ingresos m onetarios para el comerciante que los utiliza para proveerse tanto
de productos agrícolas com o de productos im portados. Éstos se venden a la
burocracia y los grupos dom inantes agrícolas y mineros; el excedente que que­
da en poder d el com erciante le perm ite pagar sus im puestos y hacer remesas
a la m etrópoli, com o ocurre con los m ineros y propietarios agrícolas. C on los
recursos que obtiene de los otros sectores, el sector burocrático compra pro­
ductos agrícolas, en tanto que el sector agrícola contribuye con sus tributos
al m antenim iento del gobierno y al envío de las remesas correspondientes de la
adm inistración colonial a la m etrópoli.
C om o puede percibirse, la producción m inera regula la m onetización del
sistem a y, por consiguiente, el n ivel del ingreso m onetario, el volum en de las
transacciones comerciales, el m onto de las recaudaciones tributarias, las trans­
ferencias de m etales preciosos a la m etrópoli y el n ivel de las importaciones.
Además, se observa cóm o las instituciones que regulan la propiedad, la produc­
ción, la disponibilidad de m ano de obra, el com ercio y la distribución, conducen
todas a que la m ayor parte de la producción m inera vaya a parar finalm ente
a España o Portugal.
Este análisis del funcionam iento de las econom ías coloniales predom inan­
tes debe com plementarse. T a n to en el caso de M éxico o en el de Perú (centros
coloniales que, en adelante, se denom inarán econom ías de tipo C), se trata
en verdad de dos subsistemas coloniales; ambos dependen d e la m etrópoli,
pero de ellos a su vez dependen, dentro de América, las áreas y regiones que
se han denom inado econom ías de subsistencia y áreas vacías (que, en adelan­
te, se. identificarán com o econom ías de tip o S y de tipo V, respectivamente).
Así, de M éxico depend e Centroamérica, y de Perú, el conjunto de los países
suramericanos. Por otra parte, N ueva Granada y las islas del Caribe, están
ligadas más directam ente a España, por tratarse d e áreas con las cuales se esta­
blece la vinculación más directa d e las flotas; es el caso de La H abana en el
EL PERÍODO MERCANTILISTA
Caribe; y de Cartagena y Portobello, donde se centraliza el com ercio de las
colonias españolas de Suramérica.
Si para ilustrar este criterio tomamos el caso d el sistema colonial que tiene
su centro en el V irreinato de Lim a, regiones com o Chile, Ecuador y e l N or­
oeste argentino, corresponderían aproxim adam ente al tip o S d e econom ías de
subsistencia .T En estas regiones se establecen e l gobierno, la burocracia y las
fuerzas armadas m etropolitanas, que, para su consum o, requieren u n a evolu­
ción de la agricultura de subsistencia, en el sentido de transformarla, por lo
menos en parte, en agricultura excedentaria. Esto posibilita, a su vez, el desa­
rrollo de cierta actividad comercial, particularm ente en lo referente a productos
agropecuarios que interesan a L im a y al A lto Perú: cueros, sebo, trigo, vino,
aceite, m uías, etc. D e esta manera, se establece un tipo de econom ía caracte­
rizado por una burocracia central relativam ente fuerte; una agricultura que
se divide en agricultura de subsistencia y agricultura excedentaria, y en parte
incluso exportadora; y una actividad comercial, que vincula esta econom ía con
el Virreinato que es el centro colonial.
Por otra parte, en las áreas vacías (econom ía de tipo V) com o el R ío de la
Plata, se establece una burocracia m ilitar y adm inistrativa con el fin de lim i­
tar el contrabando y la penetración de las otras potencias en el territorio colo­
nial. En este caso, las formas d e vinculación se dan a través d el financiam iento
de la burocracia colonial por parte d el V irreinato, y de un pequeño intercam ­
b io comercial entre el área y e l resto d el Virreinato. C onviene señalar que el
tip o V corresponde a la Pam pa argentina y a Uruguay, ya que el interior
argentino, particularm ente e l noroeste, es un a econom ía d e tip o S, vinculada
al A lto Perú por la producción y abastecim iento de alim entos e insum os para la
actividad minera.
D e la descripción d el funcionam iento de los principales subsistemas de la
colonia, se desprende que los sectores generadores dé u n excedente susceptible
de traducirse en acum ulación, son principalm ente la m inería y la agricultura;
este excedente, que se define com o e l valor de la producción m enos e l de los
salarios e insumos, se utiliza para e l pago d e im puestos, gastos de consum o d e
los propietarios, inversiones y remesas a la m etrópoli.
E l proceso d e acum ulación, es decir, de am pliación de la capacidad produc­
tiva, se produce principalm ente en la m inería y en la agricultura, com o una
consecuencia de la política m inera y de la dem anda de productos agrícolas
originada por la expansión urbana y de la m inería. La acum ulación se traduce
en una am pliación de la cantidad ocupada de fuerza de trabajo y /o en un au­
m ento en la jo m a d a de trabajo, tanto en las m inas com o en la agricultura. En
cuanto a los lím ites de la acum ulación, no había topes extem os, ya que la ca­
pacidad de absorción de m etales preciosos* y d e circulante era prácticam ente
ilim itada por parte de la m etrópoli, dada la colosal expansión de la produc­
ción y el com ercio en Europa y por tratarse de productos que sirven com o d i­
nero. E l lím ite, por el escaso cam bio tecnológico de la época, estaba dado por
la disponibilidad y ley d e los recursos m inerales y por la oferta de m ano de
7 Los actuales territorios de Colombia y Paraguay dependían administrativamente del
Virreinato del Perú, pero sus vinculaciones económicas con él eran débiles.
286
INTERPRETACIÓN DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO
obra. La cantidad de mano de obra que podía incorporarse a la minería
dependía del trabajo requerido por la agricultura de subsistencia y la produc­
ción de alimentos para la población urbana y minera. De hecho, la agricultura
debía aumentar el excedente disponible de alimentos, y para ello introducir
cambios técnicos, aumentar la jomada de trabajo y/o reducir el nivel de sub­
sistencia.
Las necesidades de mano de obra en la agricultura y en la minería produ­
cen fuertes migraciones internas y procesos de concentración de la población
indígena (reducciones a pueblos); la utilización intensiva de esa mano de
obra —principal forma de capital disponible— y la reasignación del recurso
tierra a la producción de nuevos productos de consumo y exportación, agríco­
las y ganaderos, perjudicó los sistemas de irrigación, la organización del trabajo
comunal y el equilibrio ecológico de los cultivos tradicionales, y empujó así
a la población rural no incorporada al sistema productivo de una agricultura
de subsistencia hacia tierra de inferior calidad, o al vagabundaje. Entre otros
factores bien conocidos, éste es de la mayor importancia para explicar la ca­
tastrófica merma de la población indígena durante el siglo xvi.
Estas consideraciones revelan que el impacto extemo no es una simple su­
perposición paralela, o un enclave aislado respecto del resto del sistema, sino
que produce un cambio profundo en la situación preexistente, reacondicionándola estructuralmente para que se integren en forma funcional dentro del
nuevo esquema los elementos que éste requiere, y se expulsen o marginen los
que no puede absorber.
En relación con el grado de aprovechamiento de los recursos productivos,
y en función de lo que se acaba de exponer, es evidente que los recursos mine­
rales se explotaron al máximo compatible con la disponibilidad de mano de
obra, la que a su vez estaba determinada por la productividad de los hombres
que trabajaban las tierras, en el sentido de la capacidad que ellos tuvieron
para generar un excedente que permitiese mantener la mano de obra en la
minería. Por lo menos esto es lo que ocurre en las economías coloniales cen­
trales de tipo C, es decir, donde hay actividad minera. En cambio en el caso
de las economías de tipo S, el grado de utilización dependía principalmente del
nivel de demanda que sobre ella ejercía la economía de tipo C, es decir, en
función del nivel de actividad de la minería en aquellas economías.
Con respecto a la distribución del ingreso total, la parte correspondiente a
salarios consistía fundamentalmente en la alimentación y se pagaba en especie;
era, desde otro punto de vista, el consumo necesario para mantener la fuerza
de trabajo en la agricultura y la minería. La diferencia entre el ingreso total
o producto total, y los salarios no monetarios, constituía el excedente de am­
bos sectores, que equivalía al ingreso monetario, el que a su vez era igual al
valor de la producción minera. Este excedente la población no indígena lo uti­
lizaba en transferencias a la metrópoli, impuestos tanto para el Estado como
para la Iglesia, consumo y atesoramiento.
Durante la segunda mitad del siglo xvi y la primera del xvn, la estructura
económica y social se diversifica y diferencia con respecto a los tipos iniciales
de ese período, basados sobre las tres formas de sociedades preexistentes.
Los efectos del funcionamiento y apogeo del modelo mercantilista se ma­
EL PERÍODO MERCANTILISTA
*87
nifestaron en las sociedades centrales de agricultura excedentaria (tipo C) por
una diferenciación de la estructura productiva donde pueden distinguirse va.
rias actividades: la agricultura (que se dividió en agricultura de subsistencia
y comercial), la minería, el comercio y el Estado. Desde el punto de vista de
la estructura social, la agricultura de subsistencia y la minería mantienen una
gran masa indígena de campesinos y trabajadores mineros al nivel de subsis­
tencia. Por otra parte, aparece el germen de los que posteriormente llegarán
a ser los grandes propietarios de tierras y los grupos urbanos compuestos de co­
merciantes, burocracia y artesanado; y entre estos sectores predomina la buro­
cracia civil, militar y religiosa, por tratarse precisamente de los pincipales
centros administrativos del Imperio. Este tipo de sociedad se da principalmen­
te en México y Perú.
El tipo S corresponde a las economías que se encuentran en la periferia
de estos dos centros coloniales y donde no existían recursos minerales abun­
dantes. En cambio, en esas economías hay, además de una agricultura de sub­
sistencia, otra de tipo comercial, que se orienta hacia el abastecimiento del
mercado interno y se especializa además en la producción de alimentos e insumos que se exportan hacia los centros coloniales.,
El desarrollo de ciudades importantes en las sociedades coloniales centrales
con población europea abundante y creciente, de altos ingresos, significaba
una demanda dinámica de harina de trigo, vino, aceite y otros productos habi­
tuales en la vida urbana española. Esto posibilitó el desarrollo, en los propios
centros coloniales, pero particularmente en algunas áreas dependientes, como
Chile y el noroeste argentino, de una explotación agropecuaria de productos
alimenticios europeos organizada en forma de haciendas agrícolas y ganaderas.
Éste es uno de los orígenes de los sectores latifundistas y de la institución so­
cial de la hacienda, que tan importante papel desempeñará posteriormente en
la sociedad latinoamericana.8 A medida que el comercio entre centro y peri­
feria colonial adquiere importancia, se desarrollan en América actividades co­
merciales.
A esta estructura económica corresponde una estructura social donde pre­
valecen los grupos formados por comerciantes y burocracia que también depen­
den del centro colonial respectivo; existe, por otro lado, el gran propietario
agrícola, así como una masa campesina de subsistencia relativamente menos
importante y más escasa que en las economías antes descritas.
Para estos dos tipos de economía, el apogeo del modelo corresponde funda­
mentalmente a la segunda mitad del siglo xvi y primeras décadas del siglo xvii;
en tanto que hacia mediados del siglo x v ii se comienza a apreciar una aguda
decadencia en la producción de minerales, cuya crisis es entonces consecuencia
del decrecimiento de la producción de plata y oto en el Virreinato del Perú y su
periferia, que representaba a comienzos de la centuria más de dos tercios del
total producido en América. La minería mexicana mantuvo su nivel de pro­
ducción durante ese período y posteriormente, durante el siglo xvin, experis Si bien es cieno que el latifundio se extendió ampliamente durante la colonia, debe
señalarse que a ese proceso se superpuso otro de apropiación en gran escala de la tierra después de la independencia y, particularmente, durante a segunda mitad del siglo xix y prin­
cipios del xx.
288
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
m entó una considerable expansión que llevó a invertir su im portancia relativa
con respecto a Perú.
D esde com ienzos de la colon ia se insinúa otro tipo de econom ía, basada
en la exportación d e productos agrícolas de plantación, tales com o el azúcar, el
cacao, el café y el tabaco, que experim enta una im portante expansión durante
el siglo x v i i i . Se trata de una variante d e las econom ías d e tipo S (que se de­
nom inará tipo SP), que por encontrarse en áreas tropicales, particularm ente
en las islas del Caribe, V enezuela y Brasil, están en condiciones de desarrollar
una actividad exportadora con productos que tam bién interesan desde el punto
de vista de la política mercantilista. En estos casos, surge ju n to a la agricul­
tura d e subsistencia, otra com ercial d el tipo plantación o hacienda. Se desa­
rrolla tam bién una actividad comercial y, presente siempre, la burocracia colo­
nial. Desde el p u n to d e vista de la estructura social, existe un pequeño y
poderoso grupo dirigente form ado por hacendados y dueños d e plantaciones;
u n grupo relativam ente d éb il de comerciantes y burócratas; y aparece un nue­
vo y num eroso grupo social: la población esclava.
E l tip o V de sociedad, que se desarrolla principalm ente en áreas o espacios
vacíos, com ienza a experim entar un cam bio sustancial a través d el funciona­
m ien to de la sociedad colonial; particularm ente por desarrollarse allí la gana­
dería ovina y bovina. Aparece una actividad agropecuaria com ercial basada
casi exclusivam ente en la ganadería de exportación (cueros, carne salada, sebo)
y q u e además produce para el p equeño mercado interno. E n consecuencia, se
fortalece y am plía considerablem ente en este sistema la actividad comercial, y
se atenúa la im portancia d el control burocrático y m ilitar tradicional. Desde
e l p u n to de vista de la estructura social, y dado el tipo de actividad agrope­
cuaria extensiva con escasa población que se desarrolla, prevalecen en esta
sociedad los ganaderos y hacendados, m uchos de los cuales son en realidad ha­
bitantes rurales. Los grupos m edios están integrados por comerciantes y buró­
cratas, y hay una ausencia casi total de fuentes de aprovisionam iento d e m ano
de obra barata, com o las q ue aparecen en los tipos ya analizados.
Esta forma de sociedad corresponde casi exclusivam ente a A rgentina y U ru­
guay; en e l prim er caso el desarrollo de la ganadería y de su actividad comer­
cial d e exportación posibilitará luego la creación d e un n úcleo económ ico y
social fundam ental e n Buenos Aires, cayendo en decadencia la periferia inte­
rior tradicional, caracterizada por una estructura agrícola de subsistencia y
com ercial vinculada a la econom ía del A lto Perú.
C om o síntesis, convendría exam inar rápidam ente las características esencia­
les, o los resultados y síntom as del funcionam einto d e la sociedad colonial. Esto
llevaría a incorporar por lo m enos los siguientes elementos:
j ) dependencia total de la m etrópoli tanto en e l sentido económ ico y m i­
litar com o en el cultural y político;
2)
especialización m uy grande en la producción y exportación de minerales
preciosos y de algunos productos agrícolas tropicales, particularm ente en los
países d el tip o C y SP; los tipos S y V desarrollaron una estructura productiva
más diversificada com o consecuencia de su com ercio con los centros colo­
niales;
5 ) extrem a desigualdad en térm inos de ingreso, prestigio y poder, en la so­
*89
E L P E R IO D O M E R C A N T IL IS T A
ciedad colonial, con una gran diferenciación entre los distintos grupos y esta­
mentos de esa sociedad y con un elem ento im portante de discrim inación ra­
cial entre e l blanco — español y criollo— por una parte, y el mestizo, el
indígena, el negro y todas sus com binaciones, por la otra;
4 ) extraordinaria expansión de la dem anda de fuerza de trabajo, lo que
llevó a su m áxim a explotación y, entre otras causas, a una verdadera catástro­
fe demográfica y a la im portación de m ano de obra esclava, y
5 ) extrem ada burocratización caracterizada por una gran rigidez jurídica y
adm inistrativa, con un poder centralista y burocrático casi absoluto.
§ . CRISIS Y CAM BIOS ESTRUCTURALES E INSTITUCION ALES 1 6 5 O -1 7 5 O
Desde la segunda m itad del siglo x v i i y durante todo el x v i i i se observan fenó­
m enos que alteran tanto las bases del funcionam iento de la econom ía colonial
en su m odelo mercantilísta, com o la propia fortaleza y predom inio del Im perio
español en e l exterior.
Com o puede apreciarse con claridad en los cuadros y gráficas que se acom­
pañan, la producción de oro y plata, com o así tam bién e l com ercio y exportación
de minerales desde América a España, com ienzan a decaer vertiginosam ente hacia
m ediados del siglo x v i i , debido a la aguda crisis de la m inería peruana, según ya
se indicó. Esto era consecuencia del agotam iento de las vetas superficiales de alta
ley, de las dificultades técnicas que presentaba la excavación en profundidad, de
la irregularidad en el abastecim iento de m ercurio para la aleación y de la cre­
ciente escasez de m ano d e obra. C om o la producción de estos metales cum ple
una función absolutam ente estratégica en la sociedad colonial, tanto en sus núcuadro 8
AMÉRICA HISPÁNICA: EXPORTACIONES DE METALES PRECIOSOS DEL SECTOR PRIVADO HACIA ESPA­
ÑA Y RETORNO EN IMPORTACIONES DE MERCADERÍAS HACIA AMÉRICA
(1561-1650)
(En m aravedís)
Periodos
1561-1570
1571-1580
1581-1590
1591-1600
1601-1610
1611-1620
1621-1630
1631-1640
1641-1650
Remesas del
sector privado
8 785 013 780
8 644 594 950
16 926 041 700
21 877 063 200
18 332 536 500
19 385 941 950
19 104 861 600
10 800 147 600
8 651 508 300
Importación de
mercaderías
1565 000000
2 995 000000
3 915 000000
5 100 000 000
4 100 000 000
9 305 000 000
5 300 000 000
2 900 000 000
1660000 000
fuente: Alvaro Jara, Tres ensayos sobre economía minera hispanoamericana, Santiago, Uni­
versidad de Chile, 1966, con datos de Pierre Chaunu y E. J. Hamilton.
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
*9°
cíeos centrales com o en los dependientes, su decadencia significa la crisis eco­
nóm ica d e las colonias y lleva, en últim o término, a una alteración d el funcio­
nam iento de estas econom ías.
cuadro 9
IMPORTACIONES ESPAÑOLAS DE ORO FINO Y PLATA DESDE AMÉRICA EN KILOGRAMOS
Períodos
:
Oro
1503-1510
—
4965
1511-1520
—
9153
1521-1530
144
4889
1531-1540
86 194
14466
1541-1550
177 573
24 957
1551-1560
303 121
42620
1561-1570
942859
11531
1571-1580
1 118 592
9429
1581-1590
2 103 027
12 101
1591-1600
2 707 629
19451
1601-1610
2213 631
11764
1611-1620
2 192 255
8856
1621-1630
2 145 339
3 890
1631-1640
1 396 760
1240
1641-1650
1056431
1549
1651-1660
443 257
469
16886 815
181533
Total
fu e n te
Plata
Earl Hamilton, American Treasure and the Price Revolution in Spain, Cambridge,
Harvard Press, 1934, citado por Shepard B. Clough.
T he Economic Developm ent of Western Civilization, Nucva York, McGraw-Hill,
»959-
E L P E R IO D O M E R C A N T IL IS T A
agi
CUADRO 10
LOS CICLOS DEL ORO Y DE LA PLATA EN AMÉRICA HISPÁNICA
(Importancia relativa de la exportación metalífera, expresada en porcentajes)
Peso (según Ham ilton)
Periodo
1503-1510
1511-1520
1521-1530
1531-1540
1541-1550
1551-1560
1561-1570
1571-1580
1581-1590
1591-1600
1601-1610
1611-1620
1621-1630
1631-1640
1641-1650
1651-1660
fuente:
Valor (segtín A. Jara)
Oro
Plata
Total
Oro
100.00
0.00
100.00
100.00
0.Û0
100.00
100.00
0.00
100.00
100.00
0.00
100.00
97.00
12.50
15.00
15.00
3.00
3.00
87.50
85.00
85.00
97.00
98.00
98.25
98.50
98.67
98.75
99.10
99.20
99.20
99.89
100.00
99.69
69.92
59.90
59.86
12.84
9.25
6.34
7.99
5.99
5.11
- 2.47
0.31
37.18
40.10
40.14
87.16
90.75
93.46
92.01
94.01
94.89
97.63
98.79
97.86
98.44
100.00
2.00
1.75
l .¿0
1.33
1.25
0.9b
0.80
0.80
0.11
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
1.21
100.00
2.14
1.56
100.00
Plata
Total
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
100.00
Alvaro Jara, Tres ensayos sobre economía minera hispanoamericana, ed. cit.
Por otra parte, e llo im plica que los grupos m ineros tradicionales, en condi­
ciones de controlar el sistema, pierden gravitación y poder, y que tanto desde el
punto de vista económ ico, com o desde el punto de vista social, adquieren im ­
portancia, y posteriorm ente predom inio, sectores y actividades económ icas al­
ternativas respecto d e la m inería. T rátase d e las actividades agrícolas y gana­
deras, qu e se estuvieron gestando y am pliando sobre la base d e las dem andas del
mercado urbano y m inero y de las exportaciones de productos tropicales, colo­
rantes vegetales, etc. Estas actividades en expansión significan el fortalecim ien­
to de los hacendados, plantadores, ganaderos y colonos, tanto en e l plano eco­
nóm ico com o en el social y político. Sin embargo, las posibilidades de incre­
m ento de nuevas actividades, de intensificación d el comercio, d e fom ento de
algunas producciones hasta entonces prohibidas, com o m uchas manufacturas
artesanales, se ven entorpecidas por la estructura burocrática colonial predom i­
nante y por e l sistema m ercantilista establecido en ¿pocas anteriores, cuyo fin
era im pedir esta diversificación productiva y e l consiguiente aum ento d el co­
mercio. Surgen así conflictos entre los grupos criollos y mestizos, por un lado,
*92
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L LO L A T IN O A M E R IC A N O
HISPANOAMÉRICA: EXPORTACIONES DE METALES PRECIOSOS DEL SECTOR PRIVADO — RETORNO
EN IMPORTACIONES DE MERCADERÍAS IACIA AMÉRICA (1561-1650)
MILES DE MILLONES DE
MARAVEDIES
fuente:
Alvaro Jara, Tres ensayos sobre economía minera hispanoamericana,
ed.
cit.
y la adm inistración española por e l otro, tanto dentro de cada colonia como
entre centro y periferia coloniales que se m anifiestan en últim o térm ino en d ifi­
cultades entre las colonias en su conjunto y la m etrópoli; estas dificultades van
acum ulando presiones en favor de la m odificación de la política mercantilista
que se traduce en una serie de m edidas que van lim itando, reduciendo o elim i­
nando, las trabas institucionales a la producción, al com ercio y a la exportación.
£1 cam bio en la política colonial n o es sólo la consecuencia de los conflictos
y presiones que surgen desde las colonias, sino tam bién de la decadencia y d ifi­
cultades por las que atraviesa España. En parte, esa crisis se debe a la depresión
de la m inería en las colonias, de cuyos ingresos en gran parte había llegado a
depender. E llo ocasiona persistentes problemas financieros qu e se pretende re­
mediar, entre otras m edidas, con la em isión de m onedas con un creciente conte­
nid o de cobre (vellón); las ventas de tierras, títulos nobiliarios y cargos públi­
cos; la exigencia de donaciones y préstamos a personas, ciudades y corporacio­
nes; los aum entos de la tributación; el pago en dinero a la Corona por toda
suerte de favores, privilegios o concesiones. A los m encionados cambios de po­
lítica, provocados sobre todo por la crisis financiera, seguirán muchos otros,
293
E L P E R ÍO D O M E R C A N T IL IS T A
CUADRO 11
AMÉRICA HISPÁNICA: EXPORTACIONES DE MERCADERÍAS Y METALES PRECIOSOS, 1503-1660
(E n m aravedís)
P eriodos
Tesoros
1503-1505
1506-1510
1511-1515
1516-1520
1521-1525
1526-1530
1531-1535
1536-1540
1541-1545
1546-1550
1551-1555
1556-1560
I ef I-1565
1566-1570
1571-1575
1576-1580
1581-1585
1586-1590
1591-1595
1596-1600
1601-1605
1606-1610
1611-1615
1616-1620
1621-1625
1626-1630
1631-1635
1636-1640
1641-1645
1646-1650
1651-1655
1656-1660
266 974 885
367 306 425
537 999 075
446 938 425
60376 650
467 296 650
742 603950
1 772 051 400
2 229 302 250
2 478 919 950
4439 488 950
3 599 549 325
5 043 390 975
6 363 546 975
5 757 974 050
7 763 373 450
13 218 575 400
10 724 683 725
15 832 788 125
15 492 825 225
10 981 479 600
14 132 343 150
12 096 542 250
13 550 607 000
12 154 805 325
11 229 536 925
7 699 884 300
7 341 570900
6139 711 125
1 512 501 975
3 282 195 150
1 512 501 975
Mercaderías
830 000 000
735 000 000
770 000 000
2 225 000 000
2 635 000 000
1 280 000 000
2 400 000 000
2 700 000 000
1 600 000 000
2 500 000 000
3 505 000 000
5 800 000 000
2 700 000 000
2 600 000 000
2 900 000 000
—
1 350 000 000
310 000100
—
—
Movimiento
global
266 974 885
367 306 425
537 999 075
446 938 425
60 376 650
467 296 650
742 603 950
1 772 051 400
2 229 302 250
2 478 919 950
4 439 488 950
3 599 549 325
5 873 390 975
7 098 546 975
6 527 974 050
9 988 373 450
15 853 575 400
12 004 683 725
18 232 788 125
18 192 825 225
12 581 497 600
16 632 343 150
15 601542 250
19 350 607 000
14 854 805 323
13 829 536 925
10 599 934 300
7 341 570 900
7 543 711 125
1 822 502 075
3 282 195 150
1 512 501 975
fuente: A lv a ro J a r a , Tres ensayos sobre economía minera hispanoamericana, ed. cit., c o n d a to s
d e P ie r r e C h a u n u y E . J . H a m ilto n .
*94
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
AMÉRICA. HISPÁNICA: EXPORTACIONES DE MERCADERÍAS Y METALES PRECIOSOS EN VALOR
(1505-1660)
Escala semilogaritmica
M
ILLONESDE
MARAVEDIES
derivados d el rem plazo de la dinastía d e los Habsburgos por los Borbones en
1700 .
La influencia liberal sobre el pensam iento de la nueva dinastía española,
las dificultades q ue experim enta España, la presencia cada vez más amenazante
de otras potencias en expansión com o Inglaterra, H olanda, Francia y la deca­
dencia de España com o potencia m ilitar, conducen finalm ente a cambios en
su política que atenúan y desvirtúan e l rígido marco institucional q u e definía
la organización de la colonia en términos de un régim en m ercantilista centra­
lizado.
Se trata en general de m edidas destinadas a facilitar y estim ular la produc­
ción y el comercio en América y en España, y entre ambos, com o consecuencia
del rem plazo de la vieja concepción del m ercantilism o m etalista por otra que
E L P E R IO D O M E R C A N T IL IS T A
295
descansaba más sobre la idea d e la producción y el com ercio d e bienes. Así,
después del T ratado de U trech ( 1713 ) los ingleses obtienen el privilegio del
“A siento”, o sea, el m on opolio de la trata d e negros. En 1740 , com o conse­
cuencia de la lim itación e irregularidad de las flotas, se autorizan los barcos
de registro, un perm iso a barcos individuales para comerciar en los puertos
coloniales. En el añ o 1764 se establecen barcos de correo con recorridos bim en­
suales a las A ntillas y al Plata. En 1765 se abre a todos los puertos de España
el com ercio con América. En 1775 se perm ite a muchos puertos d e América
el com ercio con España. En 1776 se crea e l V irreinato d el R ío de la Plata y en
1778 culm ina este proceso con la abolición form al de las flotas y, unos años
antes, con e l levantam iento d e las prohibiciones a la producción y al comercio
entre las colonias. Por otra parte, se autoriza tam bién el com ercio con neutra­
les y sus colonias, es decir, con potencias qu e n o están en guerra con España.
Entre éstas se destacan por su im portancia Francia, sobre todo por sus colonias
del Caribe, y la nueva república independiente d e Estados U nidos d e N orteam é­
rica. D ebe señalarse, por últim o que, com o consecuencia de la expansión d e las
demás potencias coloniales, y n o obstante estas m edidas, florece el contrabando.
El progresivo debilitam iento d el control centralizado de la C orona sobre las
colonias; la creciente diversificación social y prosperidad económ ica de estas
últimas; los privilegios económ icos, sociales, políticos y adm inistrativos d el es­
pañol frente al criollo, que se tom ab an cada vez más irritantes e insoportables
para una clase progresivamente más poderosa, independiente y culta; todo esto
fue acum ulando tensiones que tuvieron oportunidad de manifestarse com o con­
secuencia d e la crisis de la m onarquía española y la invasión de España por
los ejércitos d e N apoleón.
Com o las colonias españolas eran una dependencia directa d e la Corona, la
desaparición d el m onarca legítim o y su rem plazo por u n usurpador, da lugar
en América al establecim iento de Juntas de G obierno q u e asumen las funciones
de la Corona, sin desconocer los vínculos legales y morales con e l R ey. La
instalación d e estas Juntas en representación d el trono, tendrá en definitiva
consecuencias profundas, pues coincide con influencias externas de tip o polí­
tico, ideológico y cultural derivadas d e los políticos y econom istas liberales es­
pañoles d el siglo x v m , d e la R evolución francesa y de la independencia norte­
americana, y con presiones internas acum uladas en las colonias, que se expresan
principalm ente a través d e algunos organismos relativam ente representativos y
de autogobierno, particularm ente el Cabildo. Este conjunto d e elem entos con­
duce finalm ente a la independencia y por tanto al rom pim iento d el vínculo
político q ue u n ía a las colonias con España.
En el caso d e Suramérica n o carece de interés destacar qu e los m ovim ientos
em ancipadores em piezan desde las áreas coloniales periféricas y avanzan hacia
el centro colonial respectivo. Los primeros levantam ientos se producen en 1808
en Q uito y Caracas; e l m ovim iento cobra fuerza posteriorm ente en Buenos
Aires ( 1810 ), la región m ás ligada por intereses, com ercio y capitales a Ingla­
terra, la nueva potencia im perial dom inante en ascenso; se traslada a C hile,
que tam bién ya tien e contactos con ella, y desde aquí se propaga, finalm ente,
hacia Perú, donde con gran dificultad se enfrenta al centro colonial español,
sede d el Virreinato.
296
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L LO L A T IN O A M E R IC A N O
Según los tipos que antes se han descrito, el proceso em ancipador comienza,
pues, en las econom ías y sociedades del tipo V y S, dirigiéndose hacia las de
tipo C, donde el proceso se hace más d ifícil y costoso; en las economías de tipo
SP la independencia sólo se alcanza tardíamente, tales son los casos de Cuba
y R epública D om inicana.
CAPÍTULO II
LA ÉPOCA D EL LIBERALISM O
( 1750 - 1950 )
1. EL TÉRMINO DEL PERÍODO COLONIAL Y LA ORGANIZACIÓN E INSTITUCIONALIZACIÓN
DE LOS ESTADOS NACIONALES ( 1750- 1870 )
a] L os cam bios externos
Si bien España experim enta un cierto resurgim iento durante el siglo xviii, se
acentúa su decadencia com o potencia im perial debido, en parte, al fortaleci­
m iento de la econom ía británica y su auge y expansión com o nueva potencia
im perial dom inante. Éste es el resultado de un largo proceso durante el cual
H olanda com ienza a desplazar a España en el siglo xvii en virtud de su expansión
comercial y financiera; al m ism o tiem po Gran Bretaña, en el xviii, va superando
a España y, además, en parte a H olanda, com o potencia m arítim a y comercial.
N o se trata sim plem ente del rem plazo de una m etrópoli por otra; e l signifi­
cado es más profundo. En efecto, con la decadencia española queda superado
el m ercantilism o com o concepción predom inante respecto de la forma de orga­
nización económ ica y política de los estados. C on el apogeo de Gran Bretaña
se va consolidando decisivam ente una nueva ideología, el liberalism o. En 1776
Adam Sm ith publica su famosa obra, que constituye, por una parte, un recio
ataque al pensam iento m ercantilista, y por otra, la más influyente expresión
sistem ática y coherente d el nuevo pensam iento de la econom ía liberal y de la
sociedad individualista y utilitaria .1
En consecuencia, el desplazam iento del Im perio español, com o sistema pre­
dom inante en el m undo, por el Im perio británico, representará no sólo un
remplazo del país dom inante, sino tam bién cambios profundos en los sistemas
económ icos y políticos, en las concepciones ideológicas y en las políticas con­
cretas. Los principales acontecim ientos políticos que van señalando la profunda
m odificación que ocurre en el m undo son la independencia de Norteam érica
en 1776 y la R evolución francesa en 1789 , y e l surgim iento, com o consecuencia
precisamente de ambos acontecim ientos, de los dos primeros estados nacionales
republicanos.
Desde el punto de vista económ ico el traslado del centro de gravedad de
España a Inglaterra tam bién tiene una significación profunda; ello es efecto
del hecho que durante la segunda m itad del siglo xviii, y en forma coincidente
con la expansión comercial del Im perio británico, tiene lugar en Inglaterra la
primera fase de la R evolución Industrial. Es una época durante la cual se re­
gistran profundas transformaciones en la agricultura inglesa, a la vez que se
inicia la expansión de la actividad m anufacturera .2
Véase parte m, "El pensamiento clásico”.
2 Véase parte n, sección 2.
1
[897]
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
La ruptura fin al y definitiva d el sistem a im perial español, es decir, la inde­
pendencia de las colonias entre 1810 y 1824,13 sucede dentro de este marco de
profundas transformaciones y cambios radicales tanto económ icos com o políticos
y culturales en el m undo exterior con el cual está vinculada América Latina.
b] L a indepen den cia com o proceso
Com o indicado queda, el sistem a m ercantilista español entra en crisis, en gran
m edida, por las presiones derivadas de la propia expansión y diversificación
de la econom ía durante el siglo xvrn, por la creciente influencia de potencias
coloniales rivales, así com o tam bién por la crisis d el Estado español. C om o
consecuencia de dichas presiones internas y externas, e l m odelo m ercantilista
se fue atenuando y transform ando considerablem ente durante las últim as déca­
das del siglo x v iii. Sin embargo, e l proceso de la independencia americana en
realidad n o se in icia hasta q u e e l rey legítim o es rem plazado por u n usurpador
im puesto por los ejércitos de N apoleón. E n virtud d e este hecho p olítico ex­
terno, se establecen en las colonias Juntas d e G obierno, qu e representan la
autoridad del m onarca depuesto, Juntas q ue se instalan en la periferia de los
virreinatos y n o en los centros coloniales d e América. Los virreyes, por su parte,
procuran m antener la organización d el Im perio am ericano concentrando el po­
der en sus manos. Las Juntas de G obierno en la periferia d e los centros colo­
niales representan, por consiguiente, una primera afirm ación de independencia
y revela el conflicto latente entre los virreinatos y sus dependencias administra­
tivas dentro d e América.
Por otra parte, las Juntas de G obierno, que in clu ían tanto a los criollos
com o a los m ilitares y a la alta burocracia española, se convirtieron m uy rápi­
dam ente en el lugar donde se ponían d e m anifiesto los conflictos entre criollos
y españoles, antagonism os q u e antes se dirim ían en los centros coloniales — Lim a
y M éxico— o en España. D e esta m anera la sustitución de la suprem a autori­
dad m onárquica por las Juntas de G obierno, trasladó al plano local los con­
flictos de intereses tradicionales entre colonia y m etrópoli, entre centro y peri­
feria colonial y entre sus representantes. Por otro lado estos enfrentam ientos
internos de laig a data se reflejan en los intentos d e golpes m ilitares realistas
con los que se procura superarlos y restablecer la autoridad de España en la
periferia colonial. La derrota d e los golpes y gobiernos realistas significa en el
fondo la form ación de gobiernos nacionales independientes, lo que a su vez
inaugura el proceso d e la reconquista española, que procede desde los centros
coloniales con el apoyo de los ejércitos q u e España envía a M éxico y la Gran
C olom bia después de las guerras napoleónicas y con e l sostén de grupos locales
de terratenientes realistas.
E n e l caso d e A m érica d el Sur, la reconquista abarca todo e l territorio del
Im perio pero nunca logra dom inar la situación en las provincias d el R ío de
la Plata; éstas, apoyadas en Inglaterra y localm ente en sectores criollos que se
radicalizan com o consecuencia d e la m ism a lucha con las tropas realistas,
m antienen su independencia. Basado sobre ese p u n to d e apoyo se r em id a el
com bate por la liberación de la periferia colonial y, en seguida, con e l sostén
8 En icí-t, con la batalla de Ayacucho, culmina en América del Sur la guerra emancipadora.
L A É PO CA D E L L IB ER A LISM O
299
d e los ejércitos nacionales qu e avanzan desde Venezuela y C olom bia y revelan
un proceso sim ilar, se logra la conquista del bastión colonial español, el Virrei­
nato del Perú.
Esta forma de apreciar el proceso d e las guerras de independencia sugiere
que éstas incluían, por lo m enos en cierta forma, elem entos d e una guerra
interna en América entre los centros coloniales y sus áreas periféricas; contaban
estas últim as con el apoyo d el nuevo sistema im perial británico en expansión,
con el cual ya habían desarrollado, desde el siglo x víii, lazos comerciales y fi­
nancieros im portantes, particularm ente en el Caribe y en las provincias d el R ío
d e la Plata; d e donde e l consiguiente surgim iento y expansión de grupos inter­
nos interesados en la transformación d el sistem a m ercantilista español en otro
abierto al com ercio libre.
E l proceso em ancipador adquirirá por ello significado diferente para el de­
sarrollo futuro d e las distintas áreas coloniales. En la organización de un nue­
vo m odelo de desarrollo e n las antiguas colonias tendrá m ucha influencia el
grado de vinculación qu e establecen con Inglaterra, y tam bién el hecho de ha­
ber sido antes centros d e la adm inistración colonial o áreas periféricas. E n las
nuevas relaciones externas influirán significativam ente los recursos naturales
de cada una de esas áreas, e l tip o de productos q ue Inglaterra im portaba du­
rante esa fase de su expansión industrial, así com o tam bién la situación geo­
gráfica por lo que a las vías d e com unicaciones marítimas se refiere.
E n las nuevas naciones independizadas, el proceso d e la em ancipación ad­
quiere especial significado para aquellos países d onde la independencia provocó
levantam ientos de distintos contenidos sociales y regionales, con participación
masiva d el pueblo y de los diversos sectores en la contienda, en particular des­
de e l p u n to de vista de la transform ación de la estructura social, la política
interna y la propiedad de la tierra. En estos casos, además de las transforma­
ciones sociales consiguientes, la promesa d e repartir las tierras fue una de las
formas utilizadas para obtener el apoyo d e la población, tanto en el bando
realista com o en el patriota.
c] Cam bios en la estructura interna
La primera interrogante q u e se plantea después d e la independencia es qué
form a de organización p olítica habrían d e darse los territorios liberados de la
dom inación im perial española; en este sentido se plantean desde el com ienzo
una serie de alternativas. L a primera, y una d e las más importantes, consistía
en saber si se m antendría la integridad política form ando un solo Estado, o si,
por el contrario, las diversas divisiones adm inistrativas y regionales que cons­
tituían e l territorio colonial español se organizarían constituyendo num erosos
estados nacionales independientes.
E l ideal integracionista de B olívar n o se basaba sólo sobre una concepción
determ inada por la historia d e la colonia y por la unidad que ésta conservó
durante varios siglos d e dom inación española, o por el ejem plo de la fusión de
las trece colonias inglesas e n un solo Estado independiente en Am érica d el
Norte; se basaba tam bién sobre un a apreciación de la im portancia que podría
tener llegar a constituir una gran nación latinoam ericana. Pero además se
goo
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
asentaba sobre el hecho de que la vida colonial había creado vinculaciones de
tipo económ ico y comercial bastante im portantes entre las distintas divisiones
administrativas que otrora constituían el Im perio español; registró desarrollo.
Sin embargo, prevaleció, com o factor determ inante de los acontecim ientos, la
existencia de núcleos y caudillos locales, apoyados en estructuras socioeconóm i­
cas propias, que se habían afirm ado y am pliado durante e l período colonial y
consolidado durante las guerras de la independencia. Existían por ello reales
conflictos de intereses, en especial entre los centros coloniales y sus áreas perifé­
ricas, y sobre todo entre el V irreinato del Perú y los países del Pacífico y del R ío
de la Plata. H ubo, pues, causas profundas que explican e l fracaso de los esfuer­
zos de unidad y la creación de una pluralidad de estados nacionales. A l nuevo
Im perio predom inante en la econom ía internacional y en el m undo de las
ideas y de la política, es decir, el británico, tam bién le cupo una influencia
im portante en la balcanización de las antiguas colonias al fomentar el comercio
y los contactos directos de cada región con la m etrópoli.
Im puesta esta alternativa por la gravitación de las estructuras creadas en
torno a los diversos núcleos poblacionales durante la vida colonial, y por la
influencia externa, la gran tarea que entonces se les plantea a estos países es
la institucionalización de estados nacionales. E l período que abarca desde co­
mienzos del siglo x ix , luego de la independencia, hasta después de m ediados
de la misma centuria, aparece com o una época de experim entación y ensayo, de
asentam iento de nuevas organizaciones de poder. La estructura económ ica, so­
cial y política creada durante el período colonial, las nuevas formas de vincu­
lación externa, así com o la influencia cultural e ideológica de la época, son los
principales elem entos que perfilan este proceso en los distintos países.
Entre los factores más im portantes que explican las dificultades que encon­
traron, durante este período, los países latinoam ericanos, para poder organizar
su vida nacional independiente pueden señalarse: el grado de coherencia que
alcanzó la estructura social durante la colonia; la diversificación económ ica
correspondiente; el hecho de tratarse de centros coloniales o áreas periféricas
y los mismos; la facilidad para establecer nuevas vinculaciones comerciales y
financieras con el m undo británico; la profundidad mism a que alcanzó el pro­
ceso em ancipador en función del grado de participación popular.
M ientras en ciertos casos la organización institucional del nuevo Estado se
alcanza con relativa rapidez, en otros, las décadas que siguen a la independen­
cia constituyen períodos durante los cuales predom inan el caudillism o y la
anarquía que sólo podrán superarse bien entrada la segunda m itad del siglo.
En seguida se hará un a breve referencia a algunos de- los elem entos que condi­
cionan la organización de los nuevos estados nacionales desdé el punto de vista
del cam bio estructural.
Los sistemas de ideas predom inantes en la época tuvieron una influencia
im portante sobre las concepciones que prevalecían entre quienes participaron
en la tarea de organización de los estados nacionales. Desde el punto de vista
político, la influencia principal proviene de las ideas de la R evolución fran­
cesa así com o de la independencia de Estados U nidos de Norteamérica; se
trata fundam entalm ente de la concepción liberal individualista que destaca,
entre otras cuestiones esenciales, las libertades personales, la soberanía nació-
LA ÉPOCA D E L LIB ER A LISM O
301
nal, la forma de organización republicana, la igualdad ante la Ley, la repre­
sentación y participación democráticas, etc. Si bien en térm inos generales puede
afirmarse que esta concepción predom inaba am pliam ente en e l pensam iento de
quienes organizaron la vida nacional, sin embargo, se suscitaron algunas intere­
santes controversias sobre si e l régim en liberal debería ser republicano o m o­
nárquico, unitario o federal, etc. D e todas maneras, la concepción ideológica
liberal influyó en forma decisiva sobre el cuerpo legal que se fue estructurando
en torno a los esfuerzos de organización de la com unidad nacional.
En la práctica, sin embargo, el sistema jurídico sólo operó parcialm ente
de acuerdo con aquellas normas, disposiciones y concepciones; la realidad de
las naciones latinoam ericanas le im puso serias distorsiones. En lo que se re­
fiere a la libertad in dividual y a la igualdad entre las personas, y a todo
lo que descansa sobre estos preceptos, e l nuevo sistema liberal se aplica en
realidad sólo a una parte d e estas sociedades, los grupos dom inantes naciona­
les. Las relaciones entre los m iembros de estos estratos sociales así com o las
vinculaciones entre estos grupos y e l m undo exterior encuadran perfectamente
dentro de las nuevas normas d el laissez-faire. N o obstante, siguen predom i­
nando las instituciones y formas de dom inación social que se habían id o esta­
bleciendo, durante la colonia, entre las clases oligárquicas y los grupos mes­
tizos, indígenas y negros. Esto ocurría particularm ente en las áreas rurales, a
través de instituciones com o la hacienda, el inquilinaje, etc.; y es éste un
hecho de im portancia prim ordial, que conviene subrayar, porque es un legado
de nuestra historia colonial que determ ina rasgos de la estructura social que
se mantendrán, en m uchos casos, hasta nuestros días .4
En síntesis, las nuevas formas de organización social tienen gran influencia
sobre la estructura form al de los nuevos estados nacionales; sirven además
para regular y establecer normas respecto de las relaciones entre determ inados
grupos de esta sociedad y otros similares en e l resto del m undo. Las nuevas
formas de organización jurídica n o logran sustituir relaciones sociales que se
habían arraigado e integrado en la propia forma de producir y en la organi­
zación de la vida social derivadas d el m od elo m ercantilista colonial.
Los cambios que se producen en la estructura social de las jóvenes nacio­
nes son la consecuencia de una serie de elem entos. En efecto, en los dife­
rentes países latinoam ericanos se consolidaron, a lo largo de la vida colonial,
sistemas sociales más o m enos diferenciados e integrados, lo que dependía
principalm ente de la evolución del sistema productivo y del hecho de haber
sido centro o periferia colonial. Los diversos tipos de estructura social exis­
tentes durante el período em ancipador sufren, a lo largo de la primera mitad
del siglo x ix , transformaciones im portantes en algunos casos. En este sentido
debe destacarse la influencia de las p ropias‘guerras de independencia: en cier­
tas regiones, com o las provincias del R ío de la Plata, el objetivo se alcanzó
con rapidez; en otras, la independencia provocó verdaderas y prolongadas
guerras civiles. En consecuencia, en estos últim os casos, la estructura social
preexistente sufrió transformaciones más profundas y radicales.
4 Oportuno parece recordar aquí que este legado de instituciones de la colonia se ex­
tiende y fortalece en ciertos países y regiones, no obstante el nuevo ordenamiento juridico,
entre 1830 y 1850, a fines del siglo xix y hasta en pleno siglo xx.
jo s
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
O tro hecho n u evo q u e introduce u n a variante im portante en la estructura
social de la colonia es la aparición y / o fortalecim iento de nuevos grupos,
particularm ente los im portadores y com erciantes extranjeros, sobre todo in ­
gleses. Éste es u n elem ento significativo en los países que ya habían desarro­
llado desde antes d e la em ancipación vinculaciones d e alguna im portancia
con Inglaterra, las q u e se fortalecen y am plían durante e l proceso d e la in d e­
pendencia y posteriorm ente. E n países com o A rgentina y Chile, e l comercio
d e exportación e im portación pasa en gran parte de m anos criollas o espa­
ñolas a m anos inglesas, com o consecuencia de la apertura de los puertos, exi­
gida por Gran Bretaña com o condición para el reconocim iento de los nuevos
estados.
Dadas las nuevas vinculaciones externas, la apertura hacia e l m undo y la
existencia de un a determ inada estructura social interna, com ienzan a perfi­
larse tam bién durante este período las dos principales corrientes políticas que
habrían de ser protagonistas fundam entales en el escenario p olítico de estas
naciones durante e l siglo x ix : liberales y conservadores.
Los liberales influidos por las ideas predom inantes en Europa y Estados
U nidos, y ajenos con frecuencia a la realidad d e sus propios países, consti­
tuyen en parte u n grupo intelectual y qu e en parte tam bién representa los
intereses d e los exportadores agrícolas y m ineros, así com o los vinculados al
com ercio y las finanzas exteriores, que en gran m edida están en m anos in ­
glesas.
Los conservadores expresan los intereses que tratan de m antener un m o­
d elo q ue podría denom inarse “m ercantilista-nacional”, u n a prolongación d el
sistem a colonial lu ego d e la independencia política. Se apoyan sobre la pro­
pia burocracia form ada durante el período colonial; sobre los comerciantes
privilegiados durante e l m ism o y los grandes propietarios y hacendados tradi­
cionales, cuya form a de organización paternalista dentro de la hacienda apa­
rece com o incom patible con las concepciones liberales d e contrato, de trabajo,
d e igualdad ante la ley y d e libertad individual.
C om o consecuencia de la diversidad de concepciones, intereses y situacio­
nes descritas nada fácil es definir con claridad las políticas seguidas durante
este período; com o ya se lleva señalado, es una época d e profundas transfor­
m aciones y de anarquía; hay altibajos y cambios violentos en la situación
política durante todas estas décadas. Así, por ejem plo, se propugna la liber­
tad de comercio; las inversiones extranjeras; la apertura de los puertos; las
garantías a la persona y a la propiedad, sobre todo de los extranjeros; y, en
general, todas las m edidas que tienden a facilitar la existencia de u n Estado
liberal en condiciones de vincularse adecuadam ente a otros estados naciona­
les. Pero al m ism o tiem po, perduran ciertas tradiciones proteccionistas y el
Estado fom enta algunas actividades nacionales, tales com o la fabricación de
determ inados insum os y pertrechos para las fuerzas armadas e importantes
obras de infraestructura, particularm ente referidas a ferrocarriles, puertos y
cam inos.
El resultado d e estas concepciones conflictivas es u n com prom iso en el
q u e la nueva realidad y las estructuras e instituciones preexistentes definen
e n qu é grado una de las políticas predom ina sobre la otra. En general, se
LA ÉPO CA D E L L IB E R A L ISM O
3«>3
favorece el desarrollo d e las actividades exportadoras, e l com ercio, la inm i­
gración y los contactos con todo el m undo; a la vez que se adoptan medidas
de fom ento d e la inversión interna, d e expansión d e la infraestructura, e
incluso diversas formas d e proteccionism o, aun cuando esto últim o probable­
m ente sea más el resultado de una im periosa necesidad d e acopiar recursos
fiscales que de una determ inada concepción política.
C om o h a quedado esbozado, el período que abarca la primera m itad
d el siglo x ix tiene diversa significación en los distintos países de la región,
según sea la capacidad y velocidad con q ue organizaron sus estados naciona­
les y lograron superar el período de caudillism o y anarquía. E n las naciones
q u e estabilizaron rápidam ente su nueva situación, este período significa una
im portante diversificación productiva, con la aparición y desarrollo d e una
serie d e nuevas actividades; tam bién es un período de notable expansión del
com ercio exterior y durante el cual se forman grupos de empresarios nacio­
nales y extranjeros.
d] L a situación a m ediados d e l siglo x ix
O e acuerdo a lo anterior, las ideologías predom inantes y las instituciones
formales creadas durante la época son bastante similares en las distintas par­
tes de Am érica Latina, puesto q u e la influencia externa es decisiva. La es­
tructura económ ica y social, en cam bio, m uestra diferencias im portantes pues
expresa, en buena m edida, el proceso d e su form ación en e l período colonial
así como las transformaciones q ue sufre durante e l proceso d e independencia
y las décadas q u e siguen.
Las políticas responden en parte a las ideologías e instituciones, y por
tanto a la in fluencia externa antes señalada; por otra parte, reflejan la pro­
pia estructura económ ica y social creada desde, la época colon ial y transfor­
m ada en la prim era m itad d el siglo xnc. E n lo relacionado con las vincula­
ciones externas, las políticas responden por e llo a la concepción ideológica
predom inante, en cam bio la estructura social preexistente influye decisiva­
m ente en las políticas internas.
E n relación con las nuevas vinculaciones externas, tal vez la diferencia
más im portante surja sim plem ente d el hecho d e q ue se establecen en períodos
diferentes en los distintos países. E n el con o sur, donde ya existen desde
antes d e la independencia, florecen am pliam ente en el siglo x ix y desde m uy
temprano; en cam bio en los ex centros coloniales y en los países d el Pacífico,
se crean con len titu d a lo largo de varias décadas. Por ello, en estos casos,
sigue existiendo u n Estado relativam ente anárquico durante buena parte del
período; por otro lado, trátase de países apartados de las vías de com unica­
ción más accesibles y n o parecen disponer d el tipo d e recursos productivos
que corresponde a las exigencias d el m ercado m undial de la época. Los paí­
ses del Caribe se m antienen, en general, dentro d e su condición colonial; su
vinculación directa con España es m ucho m ayor por razones económ icas y
geográficas.
T o d o lo que se ha señalado hasta ahora adquiere singular relevancia si
se proyecta su significado sobre los im portantes acontecim ientos que afecta­
3<>4
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L LO L A T IN O A M E R IC A N O
rán a estos países en la segunda m itad del siglo x ix . Según se in d icó en la
parte j i , durante ese período la econom ía internacional experim entará una
expansión extraordinaria, propagándose a los países de América L atina bajo
la forma de una intensa corriente de recursos externos de capital y de po­
blación; de este m odo se expandieron considerablem ente las actividades de
exportación de productos primarios y las vinculadas a ellas. U n o de los fac­
tores determ inantes de la in fluencia que tendrán esos acontecim ientos reside
precisam ente en la naturaleza de las econom ías y sociedades entonces exis­
tentes; y por ello interesa precisar algo más los fenóm enos reseñados, parti­
cularm ente en relación con los diversos tipos de econom ía que llegaron a
formarse a mediados d el siglo x ix , en vísperas del período de “desarrollo ha­
cia afuera”.
En los países que en el pasado constituyeron centros coloniales con eco­
nom ías del tipo C (Perú y M éxico) se m antiene una estructura económ ica
que descansa fundam entalm ente sobre una actividad agraria, dividida entre
una agricultura de subsistencia, una incip iente agricultura tropical exporta­
dora y un sector agropecuario destinado a los mercados internos. Por otra
parte, la actividad m inera, que entró en decidida decadencia en el A lto Perú,
se ha recuperado en M éxico. C on la independencia estos países dejan de ser
centros coloniales, y por consiguiente núcleos administrativos y m ilitares de
gran poder; e igualm ente se atenúa la im portancia preponderante que tu­
vieron durante la colonia com o núcleos comerciales de exportación e impor­
tación. Después de las guerras emancipadoras sobreviene un período de anar­
quía que se prolonga m ientras una aristocracia fraccionada, acaudillada por
personajes de diverso origen y significación, produce una sucesión de cambios
de gobierno y de estatutos jurídicos. Estas facciones plantean algunas veces
controversias de fondo; es el caso del conflicto entre federales y unitarios
que reflejaba con frecuencia conflictos de intereses profundos derivados de
la estructura regional d e las respectivas economías. T am bién se dieron con­
flictos puram ente formales, com o los suscitados entre republicanos y monár­
quicos, por ejem plo, que reflejaban más bien las am biciones de ciertos cau­
dillos, en especial de algunos m ilitares triunfantes en las guerras de inde­
pendencia.
U n grupo de países de la periferia de los centros coloniales en el sur y en
Centroamérica, con econom ías del tipo S, continúa basando su actividad
económ ica principalm ente en una agricultura de subsistencia bastante am­
plia y en el desarrollo d e algunas lim itadas actividades de agricultura tropi­
cal de exportación. La mayor parte de estos países — B olivia, Ecuador, Co­
lom bia y los centroamericanos— que n o desarrollaron nuevas e importantes
actividades productivas n i establecieron estrechas vinculaciones con una nueva
m etrópoli, tam bién caen en un anárquico proceso bastante prolongado, si­
m ilar al de Perú y M éxico. En casi todos estos casos contribuyen a intensi­
ficar la anarquía guerras com o la de C hile contra la Confederación PeruanoBoliviana ( 1836- 1839), y las sucesivas agresiones externas que sufrió M éxico
( 1846- 1848, 1862).
C hile es un caso particular y se aparta de este grupo precisamente porque
logró desarrollar una actividad agropecuaria de tipo comercial relativam ente
LA É PO CA D E L L IB E R A L ISM O
3°5
im portante a la vez que actividades mineras de significación. Por otro lado,
vivió durante la colonia, e incluso buena parte d e su vida independiente, en
perm anente conflicto con los araucanos; participó activam ente en las guerras
de la independencia y e n otras posteriores; todo esto contribuye a la conso­
lidación d el Estado, tanto en su aspecto adm inistrativo-burocrático com o en
el m ilitar, sobre la base de la aristocracia terrateniente tradicional que con­
serva gran parte de su poder. Estos factores de tip o económ ico, social y
burocrático-militar heredados, puesto que las guerras de la independencia no
alcanzan una repercusión profunda y generalizada sobre la estructura social
y económ ica chilena, explican la capacidad u n tanto excepcional en el pano­
rama latinoam ericano, que revela C hile para constituirse, en forma relativa­
m ente rápida, en un Estado nacional viable a partir de 1830. Sobre este hecho
influye m ucho la existencia de vinculaciones económicas con un nuevo cen­
tro externo, Inglaterra, su rápida consolidación y am pliación con posterio­
ridad a la independencia. L a estructura social en que se apoya la nueva
nación se basa fundam entalm ente sobre la actividad de los exportadores
agrícolas d el centro, los exportadores m ineros del norte y los comerciantes,
particularm ente los ingleses de Valparaíso, así com o la burocracia y el aparato
estatal controlado^ por los sectores conservadores .6
El grupo de países d el tipo SP, que incluye a Brasil, Cuba, Venezuela,
R epública D om inicana, H a ití y otros, caracterizados porque durante la co­
lonia desarrollaron la agricultura tropical m ediante una forma de organiza­
ción especial, la plantación, m antienen en general esa situación o sus vincu­
laciones económ icas tradicionales. En todas estas econom ías, el m odelo mercantilista de explotación productiva a través d el sistema d e plantación con­
serva su vigencia durante el siglo x ix en virtud de la creciente dem anda de
sus productos de exportación: azúcar, cacao, café, algodón, tabaco, etc. Por
consiguiente, para ese grupo de países el período de transformación descrito
en esta sección carece d el m ism o significado e im portancia que tuvo para
los otros, por cuanto n o se producen transformaciones radicales internas ni
cambios sustanciales en la forma d e vinculación externa.
El caso de los países d el Plata, A rgentina y Uruguay, es más bien similar
al de C hile, aunque su estructura social y económ ica interna es diferente, pues
se trata d e países d el tip o V. Desde e l p un to de vista de su estructura eco­
nóm ica, se caracterizan por ir evolucionando en el sentido d e una actividad
pecuaria de creciente im portancia, especialm ente, en las regiones de la Pam­
pa y dentro de u n cuadro general de notable escasez d e m ano de obra. Ar­
gentina tiene u n período anárquico relativam ente breve y organiza en forma
bastante rápida u n gobierno estable, si b ien sólo constituye un Estado na­
cional sólido a partir de 1862. L a base d e esta estabilidad debe buscarse en
las actividades económ icas que vienen am pliándose desde la época anterior
a la independencia, y que generan una estructura social dom inante formada
por ganaderos y comerciantes, fortalecida además por una vinculación estre­
cha con Gran Bretaña. Con todo, A rgentina presenta algunos problemas en
5 Claudio Véliz, "La mesa de tres patas”, en Desarrollo Económico, núm. 1 -2 , Buenos Aires,
abril-septiembre de 1963.
IN T E R P R E T A C IO N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
su evolución qu e derivan principalm ente d e l hecho que está constituida por
un nuevo centro, Buenos Aires y la Pampa, y u n sector tradicional, d el tipo
S, en e l noroeste.
Este conjunto de cinco tipos de países, con estructuras productivas, dis­
ponibilidad de recursos, grado d e estabilidad política, d e organización ins­
titucional y formas de estructura social diferentes entre s!, expresan e l cua­
dro que, en grandes rasgos, presenta Am érca Latina a m ediados d el siglo xix;
es consecuencia de la evolución experim entada en los siglos anteriores, y a su
vez constituye la base sobre la cual se insertarán las nuevas formas d e vincu­
lación externa q u e se expanden considerablem ente a partir d e m ediados d el
siglo x ix . Este proceso, ju n to con los diversos tipos d e estructuras internas
preexistentes, determ inarán a su vez la form ación d e nuevos tipos estructu­
rales y sus correspondientes proceso» d e desarrollo a lo largo de la segunda
m itad d el siglo x ix y primeras décadas d el actual; es e l período denom inado
de “crecim iento hacia afuera”, qu e dará lugar tam bién a características es­
tructurales en los diversos tipos de econom ías q u e dejarán marcadas, en
forma decisiva, estas sociedades y econom ías hasta el presente.
2.
E L AUGE D EL LIB ERA LISM O
( 18 70 - 1914)
a] E l im p a cto ex tern o •
En la parte n se exp uso e l extraordinario auge que experim entó la econom ía
d el centro durante la segunda m itad d el siglo x ix y las transformaciones que
ello im plicó en m ateria de población, niveles de ingreso, producción indus­
trial, innovaciones técnicas, etc. T am b ién se reseñó la propagación d e la R e­
volución Industrial desde e l centro h a d a las áreas periféricas y e l resultado
de este proceso en lo que respecta a la form adón de u n sistema económ ico
m undial. En consecuenda, basta recapitular brevem ente algunas cuestiones
esendales que aquí interesa destacar.
E n prim er lugar, debe recordarse que el apogeo de la econom ía inglesa
desde com ienzos d el siglo x ix y el de las econom ías continentales de Europa
y Estados U nidos h a d a fines de ese siglo, va acom pañado d e nna expansión
extraordinaria en la producción industrial, de un su stan d al aum ento en e l
ingreso total de esos países y e n los niveles de vida d e sus habitantes. Es
tam bién e l período d e más rápido crecim iento d e la población europea y
asim ism o d e una dram ática aceleración d el proceso d e urbanizadón. Este
proceso es, en parte, el resultado de la concentración d e recursos q u e la eco ­
nom ía europea transfiere a los sectores urbanos, para favorecer y acelerar el
desarrollo industrial; una d e cuyas consecuencias es u n aum ento considerable
del mercado d e productos alim enticios y d e materias prim as para la indus­
tria. Por otro lado, la urbanizadón y la industrialización determ inan un
drenaje de recursos productivos — capital y m ano d e obra— d e los sectores
primarios de la econom ía europea y particularm ente d el sector agrícola.
Dadas las lim itaciones físicas existentes para am pliar en form a económ ica
6 V éase p a rte n , secciones 5, 4 y 5.
LA ÉPO C A D E L L IB ER A LISM O
307
las áreas cultivadas en Europa, e l aum ento d e la superficie destinada a la
cría de ganado lanar y las dificultades institucionales para la m odernización
rural, los costos y precios d e alim entos y m aterias primas industriales de ori­
gen agropecuario tienden a subir. Por otra parte, una am plia existencia de
recursos naturales, excepcionalm ente favorables para la explotación agrope­
cuaria extensiva en Oceanfa y N orte y Suramérica, y el establecim iento desde
fines d el siglo x v m y com ienzos d el x ix de una am plia red internacional de
transportes, com unicaciones y d e vinculaciones financieras y comerciales, per­
m iten a las econom ías céntricas apoyarse cada vez más sobre la explotación
de nuevos y más productivos recursos naturales en ultram ar para abastecer
sus crecientes necesidades d e alim entos y materias primas.
La expansión m asiva d e este progreso es posible en virtud de fundam en­
tales transformaciones en la tecnología d el transporte — tanto terrestre com o
m arítim o— qu e ocurren durante e l siglo x ix . E l auge de los ferrocarriles
desde la prim era m itad d e la centuria constituye u n paso trascendental en
el abaratam iento d el transporte terrestre de productos d e gran masa, volu­
m en y peso, con la ventaja, sobre e l transporte por canales, d e una mayor
flexibilidad geográfica. A lgo después se producen tam bién innovaciones sus­
tanciales en e l transporte m arítim o: barcos de casco m etálico, adopción de
la hélice y perfeccionam iento del m otor de vapor d e com bustión interna. Esta
revolución tecnológica de los transportes terrestres y m arítim os abarata sustancialm ente los costos d el transporte internacional e interno.
Sim ultáneam ente con la transformación tecnológica d e los m edios de trans­
porte, e l notable crecim iento d e las m igraciones internacionales, el aum ento
extraordinario de las corrientes d e comercio, y la expansión d e los flujos
financieros, se produce u n a gran am pliación d e los m edios de com unicación,
cuya base se encuentra nuevam ente en una innovación tecnológica, el telé­
grafo, que se extien de en forma im presionante por e l territorio d e los países
europeos y norteam ericano, y posteriorm ente d e otros países; lu ego com ienza
a interconectarse internacionalm ente m ediante cables subm arinos que se tien­
den en form a creciente a través d e los océanos desde fines d el siglo x ix.
C om o consecuencia d e la expansión d e la econom ía y d e la sociedad cen­
tral, y d e las innovaciones tecnológicas señaladas, se com ienza a producir des­
de comienzos d el siglo x ix un traslado cada vez mayor d e recursos productivos
de los países d el centro hacia los periféricos; esta transferencia masiva de
recursos d e capital y d e población se acentúa en form a notable durante la
segunda m itad d el siglo; llega asi a representar probablem ente u n o d e los
períodos d e la historia en qu e la m ovilidad internacional d el capital y d e la
m ano d e obra alcanzan su p u n to m áxim o. E n la parte n se reseñó con bas­
tante d etalle este conjunto d e factores y su principal consecuencia: un flore­
cim iento extraordinario d e l com ercio y las finanzas internacionales. Durante
la segunda m itad d el sig lo x ix y primeras décadas d el siguiente se configura
d e esta m anera u n sistem a económ ico internacional integrado, qu e forman
las econom ías centrales y periféricas, estrecham ente interrelarionadas entre
ellas en virtud de una transferencia m asiva d e recursos productivos y de tec­
nología, y la expansión d el comercio, los transportes, las com unicaciones y los
Sujos fin an cien ».
308
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
Desde el p u n to de vista d el com ercio exterior de los países periféricos,
este período se caracteriza por un notable increm ento de las exportaciones
de productos primarios; ello significa en ciertos casos el desarrollo de nuevas
actividades productivas, com o ocurre con el salitre, el trigo, la carne, el ba­
nano y, posteriorm ente, con el petróleo y otros minerales; en otros, se trata
de la expansión de actividades existentes en las cuales cam bia la dim en­
sión de la actividad exportadora com o consecuencia de innovaciones tecnoló­
gicas y de organización (azúcar, cacao, tabaco, café).
Las exportaciones m encionadas n o inician sim ultáneam ente su período de
auge; ciertos productos, tales com o la carne, el trigo y el salitre, comienzan
su im pulso exportador en fecha relativam ente temprana, alrededor de la dé­
cada de 1870 ; determ inados productos tropicales, en especial el banano, sólo
em piezan su etapa exportadora masiva a principios d el presente siglo; los pro­
ductos minerales y e l petróleo, por su parte, experim entan su mayor expan­
sión durante las primeras décadas d el siglo actual. Esta secuencia va asociada
al increm ento y transformación de la dem anda externa derivada d e los cam­
bios de los niveles de vida y en las estructuras productivas, las innovaciones
tecnológicas en e l transporte y la conservación de bienes, com o tam bién del
desarrollo de nuevas actividades y productos en los países céntricos.
A u n cuando los precios y cantidades exportadas de los diversos productos
experim entan fluctuaciones violentas, es sum am ente acentuada la tendencia
al crecim iento de la producción y de las exportaciones; n o obstante, en épocas
más recientes la curva d e crecim iento tiende a declinar. T om ada en su con­
jun to, la tendencia d el com ercio de materias primas durante el siglo x ix y
hasta la primera guerra m undial es más dinám ica que la tendencia del co­
mercio m undial d e productos manufacturados, situación que, com o es bien
conocido, se invirtió radicalm ente en épocas más recientes.
A l analizar la repercusión que el auge de la econom ía internacional tuvo
en los países periféricos, debe considerarse que el flu jo de recursos produc­
tivos que em ana d el centro n o se reparte proporcionalm ente entre los dis­
tintos países de la periferia. D e hecho, una parte abrumadora de los recursos
de capital y de la em igración se dirige hacia Estados U nidos, Australia,
N ueva Zelandia, Canadá, A rgentina y Uruguay, países que se caracterizan,
según la clasificación aquí adoptada, com o países d el tipo V, o sea, áreas
vacías.
T am b ién es im portante para apreciar este período, tom ar en cuenta que
durante la expansión a que se hace referencia, las econom ías centrales atra­
viesan por cam bios estructurales de bastante significación. U n o de ellos, y
que interesa sobre todo destacar, se que entre 1870 y la primera guerra m un­
dial, el papel protagónico que había correspondido a Inglaterra durante todo
el siglo x ix com ienza a ser com partido, en virtud de su crecim iento extra­
ordinario y su m anifestación en el terreno internacional, por econom ías de
Estados U nidos y A lem ania, principalm ente. Estas econom ías, en contraste con
la británica, asentaron su gran expansión sobre u n profundo cam bio de la es­
tructura de la empresa industrial. M ientras en Inglaterra el desarrollo indus­
trial se había producido fundam entalm ente sobre la base de pequeñas y m e­
dianas empresas, y sólo excepcionalm ente por m edio de grandes unidades pro­
LA É PO CA D E L LIB ER A LISM O
S°9
ductivas, en Estados U nidos, en A lem ania y en alguna m edida tam bién en otros
países europeos, y posteriorm ente en la propia Inglaterra, la expansión indus­
trial se m anifiesta en un intenso proceso d e concentración y de integración
horizontal y vertical de las empresas. Este fenóm eno está asociado con trans­
form aciones de tip o tecnológico que lleva a la producción en gran escala,
así com o tam bién a introducir principios racionales de organización y adm i­
nistración. T am b ién contribuyen al proceso d e concentración las violentas
fluctuaciones y crisis que experim entan las econom ías centrales, todo lo cual
facilita la absorción d e las empresas m edianas y pequeñas por parte de las
grandes, y sobre todo por organizaciones financieras y bancarias.
Las transformaciones en la im portancia relativa de los países centrales y
en las características de sus empresas tienen notables im plicaciones para las
econom ías periféricas. D urante sus fases iniciales la expansión de la actividad
exportadora de los países latinoam ericanos se hizo sobre la base de unidades
productivas de propiedad nacional; e l capital extranjero adoptaba la forma
del interm ediario o com erciante exportador e im portador, y tam bién de ban­
cos que financiaban el com ercio exterior y, en cierta m edida, la producción.
Los gobiernos realizaban las obras de infraestructura, y en general las obras
públicas, recurriendo a empréstitos externos.
H acia fines del siglo pasado, y sobre todo en el presente, la actividad
exportadora se,caracteriza porque e l capital extranjero aparece en la explo­
tación mism a de los recursos naturales, .en la actividad productiva, en las
obras de infraestructura y en e l proceso de transformación y transporte hacia
los países centrales. Este im portante fenóm eno, que explica muchas diferen­
cias de tip o institucional entre sectores exportadores de distintos países lati­
noamericanos, está vinculado indudablem ente al proceso de concentración y
a la forma de organización de la gran empresa a que ya se hizo referencia.
E l conjunto de factores y elem entos señalados com o im portantes en el
proceso de expansión de las econom ías centrales a fines d el siglo x ix , tiene
un notable significado para explicar el crecim iento de las econom ías de A m é­
rica Latina durante este período. L a distinta secuencia con que aparecen
los productos en el com ercio internacional, significa que los países exporta­
dores respectivos inician su proceso de expansión en fases más tempranas o
tardías, y por consiguiente dichos países experim entaron durante mayor o
menor tiem po e l auge de la actividad exportadora y su influencia transfor­
madora sobre el resto del sistema. Las diferencias en la forma de organizar
institucionalm ente la actividad exportadora y que adopta la participación del
capital privado extranjero en la producción y exportación, tendrá tam bién
im portantes consecuencias desde el p unto de vista de la estructura económica,
social y política del país. La transferencia del centro de gravitación econó­
m ica desde Inglaterra hacia un país con una estructura económ ica distinta,
com o EE. U U ., tam bién tiene alcance considerable para los países latinoam e­
ricanos. La significación y consecuencias de estos aspectos se advertirán con
más detalle cuando más adelante se exam inen los principales tipos de m odelo
de crecim iento hacia afuera.
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
b] E l fu n cion am ien to d e l m o d elo d e crecim iento h a d a afuera y sus lim ites
Antes d e entrar al análisis d e los diversos tipos de procesos generados en Am é­
rica L atina com o consecuencia d el im pacto expansiónista de la econom ía in ­
ternacional sobre las distintas situaciones preexistentes, parece oportuno exa­
m inar brevem ente la naturaleza general d el proceso d e crecim iento hacia
afuera.
E l colosal auge d e la econom ía internacional durante la segunda m itad
d el siglo pasado aparece, desde e l p un to d e vista d e los países latinoam erica­
nos, com o una expansión d e sectores exportadores ya existentes o com o e l
surgim iento d e nuevas actividades exportadoras. E n e l prim er caso, e l incre­
m ento d e la dem anda externa y e l interés p or los recursos naturales d el país
exportador, se presenta inicialm ente com o la instalación, en e l país, de agen­
cias q ue representan a empresas extranjeras; estas agencias comerciales d e los
países centrales estim ulan la am pliación y m odernización d e la actividad ex­
portadora ofreciendo comprar la producción y facilitando m aquinarias, he­
rramientas, insum os y recursos financieros. T am b ién con frecuencia e l em ­
presario extranjero se asocia directam ente al empresario nacional, ya sea com o
socio comercial o en la propia actividad productiva.
G uando se trata d e desarrollo de nuevos productos de exportación, gene­
ralm ente ya existen en e l país conocim ientos acerca d e esa actividad produc­
tiva y los recursos respectivos; tam bién u n a explotación precaria y esporá­
dica de los mismos. E l empresario extranjero, que conoce las posibilidades
técnicas de explotación, las condiciones d el m ercado, y posee vinculaciones
financieras apropiadas, se asocia con e l propietario nacional o adquiere la
propiedad o concesión de los recursos, e in icia así su explotación sobre nue­
vas bases. En efecto, la actividad exportadora se reorganiza m ediante nueve»
métodos productivos y formas de organización.
Esta fase d el proceso va seguida, o acom pañada, d e inversiones ett la in­
fraestructura económ ica requerida para la expansión d el sector exportador,
sobre tod o la construcción d e los m edios d e transporte, particularm ente puer­
tos y vías férreas, y otros m edios d e com unicación. Esta tarea la cum plió e l
capital privado extranjero en algunos casos, y en otros, e l sector público m e­
diante fin an dam ien to por m edio de em préstitos extranjeros según la época
y la naturaleza d el sector exportador.
C om o puede apreciarse, el desarrollo de la actividad exportadora moderna
requería, en un a u otra form a, u n significativo aporte d e financiam iento ex­
terno así com o tam bién un aporte d e capaddad empresarial y, con frecuen­
cia, incluso m ano d e obra especializada. E n u n prim er m om ento se observa
de este m odo u n alza considerable d e la tasa d e inversión y d el correspon­
dien te financiam iento exterior, al m ism o tiem po que una con trib u d ón exter­
na de recursos hum anos. Se in icia d e este m odo u n proceso d e crecim iento
de la capaddad productiva y d e la producrión d el sector exportador, lo que
provoca u n aum ento en e l volum en d e em pleo y una masa d e ingresos mayor
de la que antes se generaba.
A raíz d el aum ento d e las inversiones, d e la actividad productiva y del
em pleo en el sector exportador, se produce u n aum ento en el ingreso total
L A ÉPO C A D E L L IB ER A LISM O
Si»
que accede e l aum ento in icial generado directam ente e n la actividad expor­
tadora, puesto qu e se producen efectos m ultiplicadores sobre el resto d el sis­
tem a económ ico.
£1 sector exportador dem anda m an o d e obra, d e este m odo afecta el m er­
cado de trabajo. L a influen cia sobre e l resto d e l sistem a económ ico depen­
derá de las condiciones d e este m ercado de trabajo y de la m agnitud y carac­
terísticas de dicha dem anda en e l sector exportador. Por otra parte, los nue­
vos em pleos q ue crea este sector pueden significar un n ivel d e ingresos m one­
tarios mayor q u e e l q u e prevalecía en las actividades preexistentes, en cuyo
caso el gasto de ese ingreso m onetario adicional puede prom over una suce­
sión de gastos e ingresos en el resto d e l sistema económ ico, y particularm ente
en la actividad agrícola, ya que el sector asalariado utilizará una elevada pro­
porción d e su ingreso m onetario para adquirir alim entos.
La actividad exportadora requerirá, para su expansión, u n a diversidad de
insum os de materias primas y servidos. Y además puede favorecer o n o la
in stalad ón de capaddad productiva para generar los servicios y las materias
primas que necesita su fu nd onam ien to. C om o depende d el tip o de organizad ó n y proceso productivo, de la naturaleza d e la tecnología, d e las caracte­
rísticas espádales d e la actividad económ ica y d e otros elem entos.
La actividad exportadora genera tam bién los ingresos correspondientes a
la remuneraciórf d e los propietarios d el capital. E l grado de concentración
o dispersión d e las unidades productivas d el sector exportador, la nadonalidad de sus propietarios, la propensión a ahorrar y a im portar d e dichos gru­
pos, e l grado d e com plejidad tecnológica d e las inversiones en el sector ex­
portador en relación a l niv el alcanzado por la actividad m anufacturera del
país, la rentabilidad relativa d e las empresas exportadoras respecto de otras
actividades en el país y en otros países, son algunos de los factores principales
q ue definen la proporción consum ida y ahorrada d el ingreso d e los sectores
propietarios, y la parte d el ahorro q u e se reinvertirá en la actividad exporta­
dora, en otras actividades en el p ropio país, o alternativam ente en remesas al
extranjero. Estos elem entos influirán tam bién sobre la proporción del con­
sum o d e estos sectores q u e se abastece desde fuentes nacionales o externas.
Finalm ente, e l ingreso generado en la actividad exportadora posibilitará
una am pliación d e la base tributaria tradicional de estas econom ías: e l co­
m ercio exterior. A sí, ya sea por la v ía de los im puestos a la exportación o
por la d e los derechos aduaneros, los ingresos fiscales tenderán a crecer en
la m edida q ue se expanden e l volum en y valor d el com ercio exterior; y esto
significó en muchos casos u n aum ento considerable de las recaudaciones tri­
butarias, y por consiguiente una am pliación d e la capacidad de gastos y de
contratación d e em préstitos d el sector público. Por otro lado, la m agnitud de
los recursos fiscales derivados del auge d el sector exportador dependerá fun­
dam entalm ente d e la estructura y organización institucional d el sector pú­
blico. E n los países q ue carecían d e u n a estructura social vertebrada y cohe­
rente es probable q ue la expansión d el sector exportador significara relativa­
m ente poco desde e l p u n to d e vista d e las recaudaciones fiscales; lo que tam­
b ién puede ocurrir cuando la actividad exportadora está enteram ente e n m a­
nos d e u n sector propietario nacional, q u e a su vez controla el aparato d el
312
IN T E R P R E T A C IÓ N D E L D E SA R R O L L O L A T IN O A M E R IC A N O
Estado, y por consiguiente tiende a m antener en u n m ínim o e l gravamen a
sus propias actividades. Por e l contrario, cuando por u n lado exista una es­
tructura económ ica y social interna consolidada y relativam ente fuerte y un
aparato estatal b ien organizado que la representa adecuadam ente, y por el
otro, un sector exportador donde predom inan los propietarios y empresarios
extranjeros, bien puede perm itir que e l Estado procure captar «una propor­
ción elevada del excedente d el sector exportador.
D e este m odo, el Estado siem pre aparece, en form a directa o indirecta y
en mayor o m enor m edida, com o un sector que absorbe parte de los recursos
generados por la actividad exportadora. Esto tam bién significa que se encon­
trará en una posición más favorable para am pliar sus servicios y la infraes­
tructura económ ica y social; por eso e l Estado representa un m ecanism o de
redistribución d e los recursos que capta d e la actividad exportadora.
Así com o la m agnitud de los recursos captados en la actividad exporta­
dora depende de la estructura sociopolítica y adm inistrativa preexistente y
d e la naturaleza d el sector exportador predom inante, tam bién la orientación
que recibirá la acción y e l gasto d el Estado dependerán en gran m edida de
esos elementos; en algunos casos, el gasto fiscal adicional se destinará princi­
palm ente a expandir la infraestructura d el sector exportador; en otros se
orientará hacia la expansión de la infraestructura urbana y de ciertos servi­
cios para mejorar las condiciones de vida de los grupos sociales dirigentes.
Es interesante señalar qu e incluso cuando las recaudaciones del Estado
n o se expandan, el sector p úb lico am plió algunas veces su capacidad de gasto.
A los sectores exportadores les interesaba comprometer al sector público en
la realización de obras d e infraestructura que facilitaran la expansión de las
exportaciones; m ediante sus vinculaciones financieras en el exterior obtenían
empréstitos para el Estado, o garantizados por éste, a fin de utilizarlos en la
am pliación de la infraestructura. Esto con frecuencia significó la creación de
una fuerte deuda externa cuyos servicios financieros el Estado no siempre es­
tuvo en condiciones de cum plir; particularm ente cuando las recaudaciones
públicas dependían de los ingresos derivados de u n comercio exterior que
oscilaba intensam ente, ya sea por las fluctuaciones de los mercados interna­
cionales o por variaciones im putables a factores m eteorológicos com o ocurre
con los productos agrícolas.
A partir d el análisis anterior fácil será apreciar que la influencia de la
expansión del sector exportador sobre e l resto del sistema productivo fue, en
general, bastante significativa; sin embargo, esa im portancia es variable según
las características de la actividad exportadora y la estructura económ ica, social
y política preexistentes. D e esta manera se abre u n abanico de posibilidades
entre los casos extrem os cuando se logra aprovechar al m áxim o la influencia
transformadora de la actividad exportadora sobre el resto del sistema produc­
tivo, y cuando e l sector exportador constituye un auténtico enclave que tiene
escasísima vinculación directa o indirecta con la econom ía sobre cuyo territo­
rio se ha inserto.
Cualquiera qu e sea la consecuencia diversificadora que el sector exportador
tiene sobre e l resto d el sistema, aspecto sobre el cual se volverá en seguida con
más detalle, se puede apreciar que el m odelo de crecim iento hacia afuera con­
LA ÉPOCA D E L L IB ER A LISM O
3 *3
figura un tipo de sistema económ ico caracterizado por determ inados hechos
fundam entales. En primer lugar, e l n ivel y expansión d el ingreso dependen
en forma considerable, a corto plazo, d e las variaciones en el mercado inter­
nacional d el producto de exportación, y a largo plazo, d e la naturaleza y ten­
dencias de dich o m ercado y de la tasa d e crecim iento de la capacidad pro­
ductiva en el sector exportador; a su vez esto ú ltim o depende de ciertas ca­
racterísticas de los recursos naturales sobre los que se basa la actividad ex­
portadora, de las innovaciones tecnológicas que en ella se introduzcan y de la
posición relativa respecto a fuentes de abastecim iento alternativas que el cen­
tro tenga en otras áreas d el m undo. Luego, e l n ivel de ocupación tam bién
estará determ inado en forma significativa por la actividad de exportación, así
com o por e l gasto público, el que a su vez depende básicam ente de los in ­
gresos que percibe del com ercio exterior.
El ritm o de acum ulación del sistem a productivo tam bién estará condicio­
nado por el dinam ism o de la actividad exportadora; la inversión en este ú lti­
m o sector dependerá directam ente de la naturaleza y perspectivas de los mer­
cados externos; las inversiones privadas internas tendrán un mayor estím ulo
en la m edida que e l sector exportador constituye un m ercado im portante y
en expansión, y en tanto e l sector pú blico m antenga un nivel de gastos que
contribuya a conform ar u n mercado interno atractivo para el em presario na­
cional; por últim o, las inversiones públicas dependerán en buena medida de
los ingresos que el Estado logre captar de la actividad exportadora.
Por lo que se refiere a las posibilidades de estim ular la inversión privada
interna com o consecuencia del auge en la actividad exportadora o de la ex­
pansión del gasto público, es im portante considerar la capacidad com petitiva
de la industria nacional respecto de las im portaciones. E l desarrollo de un
sector exportador que com pite con éx ito en los mercados internacionales sig­
nifica, desde el p unto de vista de la econom ía exportadora, que se ha desarro­
llado una actividad que tiene ventajas comparativas y por consiguiente costos
reales relativos m enores que el resto de las actividades económ icas d el país;
por consiguiente, las im portaciones pagadas con las divisas que genera el
sector más productivo de la econom ía, esto es, el sector exportador, resulta­
rán en principio más baratas que la producción nacional alternativa. Sin
embargo, los precios relativos de las im portaciones respecto a la producción
nacional estarán afectados por los costos de transporte del producto im por­
tado, por la política tarifaria d el país y por la situación cambiaría.
Los costos de transporte de ciertos bienes im portados constituyen una pro­
tección natural para e l desarrollo de la producción nacional; esto ocurre con
parte im portante de los productos agrícolas perecederos y con la mayoría de
los servicios de infraestructura. Por consiguiente, un sector de la actividad
agrícola nacional estará protegido y, por lo tanto, recibirá un estím ulo como
consecuencia de la aceleración en otro sector de la econom ía, com o por ejem ­
p lo el sector exportador. Por lo m ismo, una pujante exportación exige que se
cree una infraestructura acorde.
La política tarifaria dependerá principalm ente de la existencia de un gru­
p o de empresarios y productore
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