¿Des - Unión Europea?

¿Des - Unión Europea?
global
Franceses y holandeses, con su negativa a la Constitución, se apartaron
de los catorce estados que ya convalidaron este tratado, poniendo en
riesgo la suerte de los nueve procesos de ratificación que, vía votación
parlamentaria o referendo, están aún en camino.
ERIC TREMOLADA
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Catedrático e investigador
Derecho Internacional Público
Facultad de Finanzas,
Gobierno y Relaciones
Internacionales
eric.tremolada@uexternado.
edu.co
Cuando se hace referencia a la desconfianza y al distanciamiento entre la
ciudadanía y sus líderes, pensamos por lo general en países de la periferia.
Sin embargo, en los últimos días los estados europeos nos recuerdan que la
incoherencia política, la retórica y la falta de liderazgo no son una característica exclusiva del otrora tercer mundo.
Franceses y holandeses, con su negativa a la Constitución, se apartaron de
los catorce estados que ya convalidaron este tratado, poniendo en riesgo la
suerte de los nueve procesos de ratificación que, vía votación parlamentaria
o referendo, están aún en camino. Lo anterior, sumado al estruendoso fracaso
del Consejo Europeo de los pasados 16 y 17 de junio, invita a propios y extraños
a hacer una profunda reflexión sobre el futuro de la Unión Europea (UE).
Una organización internacional gubernamental (OIG), convertida en algo
más que un mercado común o una ambiciosa unión política, es el debate que
ocupa y ocupará a ciudadanos y líderes europeos por mucho tiempo. Estamos
frente a dos modelos de Europa que, aunque implícitos, se han evidenciado
con intensidad en las negativas de Francia y Holanda y en el reciente Consejo,
que no pudo ponerse de acuerdo en el monto total del presupuesto y mucho
menos en su distribución.
Posiciones contradictorias
Las posiciones entre los partidarios de ambos modelos no son nítidas, pero sí
resultan contradictorias. Chirac y Schröder, que con un presupuesto inferior
a 1% del PIB comunitario pretenden una Europa política más ambiciosa,
representan un europeísmo tardío. Mientras que el presidente francés intenta
mantener en sus términos la Política Agrícola Común ( PAC)1, el canciller
alemán trata de armonizar su actual política europea con la que se trazó
al comienzo de su mandato, esto es, acabar con la dilapidación de dinero
alemán en Bruselas.
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Por su parte, Tony Blair argumenta que los habitantes del continente no
están contentos ni con la dirección ni con la velocidad que lleva la UE. El
primer ministro británico, apoyado por holandeses y suecos, reclamó una
discusión sobre el futuro de Europa. Aprovechando la coyuntura, planteó una
revisión a fondo del sistema presupuestario y de la política agrícola común,
y aunque –a nuestro juicio– no le falta razón, pretender resolver semejante
discusión de fondo por fuera de la dinámica diaria de la UE fue condenarlo
al fracaso. Acaso ésta no fue la excusa justificada, pero sobre todo oportuna,
para quien empezó a presidir la Unión Europea desde el 1° de julio y pretendió,
sobre la base de una crisis política y económica, hacer un cambio de rumbo
al esquema integrador, defendiendo eso sí el controvertido cheque del que
es beneficiario el Reino Unido.
Completando los nefastos resultados del reciente Consejo Europeo, aquellos
estados que con entusiasmo desbordado se inclinaron por una ampliación
a diez miembros hoy rectifican y comunican desde Bruselas, en una forma
exageradamente breve, el freno en seco a futuras ampliaciones. Salvo –claro
está– respecto de Rumania y Bulgaria, que ya firmaron su adhesión, aunque
su ingreso puede retrasarse. Hasta qué punto esto les da la razón a los que
vienen pensando que la negativa franco–holandesa no sólo tiene que ver con
la Constitución sino con la ampliación, es la gran pregunta.
Como advierte Andrés Ortega en su columna en El País de Madrid del 20
de junio, de quien por cierto apropiamos el término «des-unión», el vacío que
significa no más ampliaciones puede cambiar el equilibrio de poder de la región,
sin perspectiva de crecimiento hacia los Balcanes, el Cáucaso y Ucrania; así
mismo se dificultarán, entre otras cosas, el nuevo estatus jurídico para Kosovo,
la tranquilidad del movido Cáucaso y el sueño de Yúshenko de entrar a la UE,
luego de que los europeos impulsaron a los ucranianos a la rebelión.
Un nuevo eje
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No se mencionó nada respecto de las negociaciones de adhesión de Turquía,
previstas para los primeros días de octubre; probablemente se postergarán hasta
nueva orden. Este panorama no es muy alentador para dicha nación, que muy
seguramente en esos días se verá enfrentada a la nueva canciller alemana,
la conservadora democristiana Ángela Merkel, quien se viene oponiendo
frontalmente a la entrada de Turquía a la UE y comparte con Blair la idea
Una organide modernizar la economía y cambiar las prioridades para Europa.
zación internacional
Parece que estamos presenciando el fin del eje franco–alemán
gubernamental (OIG),
y el nacimiento de uno nuevo entre británicos y alemanes, a
convertida en algo más que
menos que al finalizar el primer trimestre de 2007 llegue Eliseo
un mercado común o una
Nicolás Sarkozy, político francés de centro derecha, en sintonía
ambiciosa unión política, es el
con Blair y Merkel, constituyendo un liderato tripartito armónico,
debate que ocupa y ocupará
que obviamente se inclinaría por un modelo europeo sin mayores
a ciudadanos y líderes
ambiciones políticas.
europeos por mucho
tiempo.
Respecto de la Constitución, el Consejo optó por una pausa del
proceso de ratificación hasta junio del 2006. Seis países –Reino Unido,
Dinamarca, Portugal, Suecia, Irlanda y República Checa– ya suspendieron
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sus planes. Cuando concluya este receso, se habrá realizado un solo referendo
de los seis programados, el de Luxemburgo –el que fuera el país más europeísta–, que con 56,52% a favor y 43,48% en contra ratificó la Constitución
el pasado 10 de julio.
Sin pacto presupuestal, tampoco se realizará el referendo de Polonia, previsto inicialmente para octubre, y aún no se sabe si decidirán la ratificación
por esta vía o por la parlamentaria. Así, como mucho, sólo Estonia y Finlandia
ratificarán el texto por vía parlamentaria en el presente año. Por tanto, en el
2006 los 25 tendrán que plantearse cómo salvar el contenido de un tratado
ya inviable en los términos en los que se propuso, con dos negativas y siete
ratificaciones pendientes2.
La construcción europea se ha ido consolidando por etapas contenidas en
distintos tratados que conforman un derecho primario u originario complejo y poco legible, que se sustituiría por un nuevo tratado que compila,
sistematiza, completa y modifica parcialmente los anteriores, entre ellos los
de la Comunidad Europea y la Unión Europea, aclarando y renovando así
el marco institucional. Se destacan la inclusión de la Carta de los Derechos
Fundamentales, la figura del ministro de Asuntos Exteriores de la Unión y los
avances en materia de justicia, en asuntos de interior y en política exterior y
de seguridad común (Pesc). Pero este nuevo tratado, denominado Constitución
europea, que recoge todas las normas originarias, no es la ley fundamental
de la organización de un Estado, como muchos creen.
El modelo social
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Es evidente que existe un divorcio entre la Europa que se construye y la percepción de ésta por los ciudadanos, recelosos de la denominación de Constitución,
economía
del alcance de la definición del modelo social europeo y de la dimensión geoy finanzas
gráfica de la Unión. Sin embargo, esta tipología de OIG, que por su complejidad
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y forma de construcción (cesión paulatina o gradual de competencias estatales)
es inacabada, goza y seguirá gozando de un saludable espacio económico,
con una unión aduanera perfectamente armonizada, libertad de circulación
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de bienes, servicios y factores de producción (mano de obra y capital), y una
unión monetaria parcial, que permite inferir que por mucho tiempo
permanecerá siendo algo más que un vigoroso mercado común,
que no se ampliará más allá de los 27 y que no transitará hacia
cultura y sociedad
la integración política, a menos que surjan reales liderazgos
La construcción 112
europeísta en los estados miembros.
europea se ha ido
Mientras tanto, las discusiones girarán alrededor
consolidando por etapas
de las definiciones presupuestarias para el período
contenidas en distintos
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2007 – 2013, que toca el bolsillo de los estados ricos y
tratados que conforman
la sensibilidad de los pobres.
un derecho primario u
Notas
1. De cada diez euros que se gastan en el seno de la UE, cuatro se destinan a la
protección agrícola, de la que Francia y España son los más beneficiados.
2. Nos referimos a las negativas de Francia y Holanda, a los referendos pendientes de
Portugal, Irlanda, Dinamarca y República Checa, a las aprobaciones parlamentarias de
Suecia y Reino Unido y al indefinido proceso polaco.
originario complejo y
poco legible.
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