M articulo

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A Efectos Legales
Sección elaborada por Garrigues
Los contratos de
arrendamiento financiero en
los procesos de refinanciación
El alto coste de los procesos concursales, así como la rigidez y lentitud de los mismos
ha supuesto que los operadores económicos se estén decantando más por los procesos
de refinanciación para afrontar la actual crisis empresarial. Conozca las principales cuestiones
fiscales a tener en cuenta en las operaciones de refinanciación sobre los contratos de
arrendamiento financiero
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Eduardo Abad Valdenebro
Estrategia Financiera
Socio de Garrigues
Paula Pérez Fernández
, Asociada
de Garrigues
Nº 261 • Mayo 2009
www.estrategiafinanciera.es
A
nte la actual crisis económica se observa
un notable incremento de los procedimientos judiciales de concurso de acreedores y de los procesos extrajudiciales de reestructuración empresarial comúnmente conocidos como
“refinanciaciones de deuda”.
Entre los citados procesos encaminados a superar
la crisis empresarial, los operadores económicos han
mostrado su preferencia, si ello resulta posible, por los
procesos de refinanciación como consecuencia de los
elevados costes económicos, la rigidez, la lentitud y los
riesgos de deterioro del crédito que conllevan los procesos concursales.
Paradójicamente, estos procesos extrajudiciales de
refinanciación de deuda no estaban regulados en nuestra legislación sectorial de insolvencias, si bien la saturación de los Juzgados de lo Mercantil, su generalización
y la demostración de que constituyen una herramienta
válida, fundamentalmente en términos de conservación
de valor, han llevado al Gobierno a promulgar, con carácter extraordinario, el Real Decreto-Ley 3/2009, de 27
de marzo, de medidas urgentes en materia tributaria,
financiera y concursal ante la evolución de la situación
económica, que tiene entre sus principales objetivos facilitar la reestructuración de las empresas que puedan
atravesar dificultades financieras.
Obviamente, los contratos de arrendamiento financiero también se han visto afectados por estas
operaciones de refinanciación, ante las dificultades de
los arrendatarios para seguir haciendo frente al pago
de las cuotas arrendaticias ante la actual situación
económica. Los pactos objeto de negociación más habituales entre las partes involucradas son, entre otros:
la novación del contrato de leasing para ampliar su
duración, o bien para establecer un período de carencia durante el que el arrendatario sólo satisface la carga financiera de la operación, o el ejercicio anticipado
de la opción de compra.
En estos casos, uno de los aspectos de especial interés para las partes involucradas consiste en que los
acuerdos alcanzados garanticen la continuidad de la
operación con los menores costes económicos y fiscales
para el arrendatario. Por ello, el presente artículo persigue recoger sucintamente las principales cuestiones fiscales que, en el ámbito de la tributación directa e indirecta, deberán ser tenidas en cuenta en las operaciones
de refinanciación de los mencionados contratos y, en
particular, en relación con los acuerdos más habituales
alcanzados por las entidades participantes.
Así, en materia de tributación directa, la principal
cuestión a considerar es el posible incumplimiento sobrevenido de los requisitos exigidos en la normativa del
Impuesto sobre Sociedades (“IS”) para la aplicación del
régimen fiscal especial de las operaciones de arrendamiento financiero y, por tanto, la posible pérdida del
citado régimen con la consiguiente regularización por
parte del arrendatario.
Por lo que se refiere al Impuesto sobre el Valor
Añadido (“IVA”), con carácter general, los acuerdos alcanzados en el marco de los procesos de refinanciación
no traen consigo implicaciones relevantes, salvo que se
acuerde el ejercicio anticipado de la opción de compra,
o que el arrendatario se comprometa formalmente a su
ejercicio.
En el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y
Actos Jurídicos Documentados (“ITPyAJD”), se plantearía el posible devengo de la modalidad de Actos Jurídicos Documentados (“AJD”) en la medida en que dichos
acuerdos se formalizasen en escritura pública, inscribible
en un Registro público y tuviera un contenido valuable.
NOVACIÓN PARA AMPLIAR SU DURACIÓN
En aquellos casos en los que la novación contractual consiste en la mera ampliación de la duración de la
operación de leasing, el importe de las nuevas cuotas a
satisfacer por el arrendatario financiero resultará inferior al de las acordadas en el momento inicial de la firma
del contrato.
Implicaciones en el ámbito de la tributación
directa
El Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre
Sociedades, aprobado por el Real Decreto Legislativo
4/2004, de 5 de marzo, regula, en su artículo 115, el régimen fiscal especial de las operaciones de arrendamiento
financiero, en virtud del cual, bajo el cumplimiento de
determinados requisitos, la entidad arrendataria podrá
amortizar aceleradamente el bien adquirido en arrendamiento financiero.
Así, a efectos fiscales, dicha entidad podría amortizar el bien adquirido en leasing al duplo (triple para
las empresas de reducida dimensión) del coeficiente
de amortización máximo previsto para el elemento
arrendado, según tablas de amortización oficialmente
aprobadas, siempre y cuando el importe de las cuotas
satisfechas a la entidad de leasing en concepto de la
recuperación del coste del bien sean, al menos, equivalentes al citado importe. Lo anterior supone para el
arrendatario financiero una menor carga impositiva inicial que revertirá posteriormente.
Cabe reseñar que, con carácter general, el incumplimiento sobrevenido de los requisitos previstos en la
norma trae consigo la pérdida del régimen fiscal especial, así como la obligación de regularización por parte
Ficha Técnica
Autores: Abad
Valdenebro, Eduardo; Pérez Fernández, Paula
Los contratos de arrendamiento financiero en los procesos de refinanciación
Fuente: Estrategia Financiera, nº 261. Mayo 2009.
Localizador: 50/2009
Resumen: Como consecuencia de la actual crisis económica, se observa un
notable auge de las operaciones de refinanciación. El presente artículo analiza las cuestiones fiscales más relevantes a considerar en los contratos de
arrendamiento financiero en el marco de estos procesos de refinanciación. En
particular, se plantea si la novación modificativa de las obligaciones originarias traería consigo el incumplimiento sobrevenido de los requisitos previstos
en la normativa del Impuesto sobre Sociedades para la aplicación del régimen
fiscal especial, así como las principales implicaciones fiscales en el ámbito de
la tributación indirecta cuando estos procesos de refinanciación afectan a las
operaciones de leasing inmobiliario.
Descriptores: A efectos legales, arrendamiento financiero, refinanciación,
Impuesto sobre Sociedades, leasing, concurso de acreedores.
Título:
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del arrendatario del beneficio fiscal aplicado con anterioridad, debiendo ingresar, en su caso, los intereses de
demora correspondientes(1).
Los principales problemas que, a efectos del IS, se
plantean como consecuencia de la renegociación de la
ampliación del contrato de arrendamiento financiero
en el marco de los procesos de refinanciación reside en
los siguientes aspectos: por un lado, el carácter modificativo o extintivo de la novación contractual y, por
otro, el cumplimiento del requisito relativo al carácter
constante o creciente del importe de las cuotas correspondientes a la recuperación del coste de los bienes
arrendados, pues, tal y como se ha señalado anteriormente, el alargamiento de los plazos conlleva que el importe de las nuevas cuotas sea inferior al de las iniciales,
lo que puede suponer un incumplimiento sobrevenido
de este requisito.
En cuanto a la primera de las cuestiones arriba apuntadas, esto es, si la renegociación de la
duración del contrato constituye una novación
extintiva o modificativa, existe una reiterada
jurisprudencia del Tribunal Supremo que sostiene
que la modificación de los plazos de vencimiento
de los contratos, en lo que se refiere a su prórroga, no
implica, con carácter general, una novación extintiva, a
menos que las partes expresamente pacten lo contrario.
En este mismo sentido, se ha pronunciado la Dirección
General de Tributos (“DGT”) en su Resolución de 23 de
junio de 1998, en la que se planteaba a dicho centro
directivo la segunda cuestión antes apuntada, esto es,
las implicaciones fiscales en el IS de la novación de un
contrato de arrendamiento por ampliación de su plazo,
motivado por una necesidad de refinanciación.
En este caso, la DGT concluyó, además, que se incumplía el requisito relativo al carácter constante o
creciente de la parte de las cuotas correspondiente a la
recuperación del coste del bien, por ser las cuotas correspondientes al segundo tramo del contrato inferiores
a las del primero.
Atendido a la actual situación de crisis y al auge de
estos pactos en las refinanciaciones de los contratos de
leasing con el fin de garantizar la viabilidad del negocio de los arrendatarios, creemos necesaria una interpretación más flexible de los requisitos previstos en la
normativa.
En primer lugar, resulta necesario acudir a la regulación originaria del régimen fiscal especial contenida
en la Disposición Adicional Séptima de la Ley de Disciplina e Intervención de las Entidades de Crédito y tener
en cuenta que la misma no limitaba la deducibilidad de
las cuotas correspondientes a la recuperación del coste
de los bienes al duplo del coeficiente de amortización
máximo, según tablas oficialmente aprobadas, por lo
que el requisito del carácter constante o creciente de
dichas cuotas era importante para impedir una mayor
aceleración fiscal de la amortización del bien en el caso
de las cuotas decrecientes, tal y como reconoce la propia Exposición de Motivos de la citada Ley(2). Sin embargo, dado que la redacción actualmente en vigor prevé
dicho límite, parece que el requisito al que nos venimos
refiriendo ha perdido, en parte, su razón de ser.
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A pesar de lo expuesto, la DGT ha confirmado recientemente el criterio recogido en la resolución de
1998. De hecho, con fecha 9 de febrero de 2009, dicho
centro directivo ha dictado una Resolución Vinculante en la que analiza la incidencia fiscal de un acuerdo
para ampliar un contrato de arrendamiento financiero
como consecuencia de las dificultades económicas por
las que atraviesa la entidad arrendataria, concluyendo
que si el importe anual de las cuotas de arrendamiento financiero que resulta después de la ampliación del
plazo es inferior a las precedentes, se incumple el requisito del carácter constante o creciente de las cuotas a
lo largo del período contractual y, en consecuencia, no
resultará de aplicación este régimen especial. Por tanto,
la entidad arrendataria estará obligada a regularizar su
situación tributaria en relación con el beneficio fiscal
aplicado en ejercicios anteriores en el sentido indicado
anteriormente.
En cualquier caso, cabría plantear la novación extintiva del contrato de arrendamiento financiero en
los casos en que haya transcurrido el plazo mínimo de
duración de los contratos (2 años para bienes muebles
y 10 años para bienes inmuebles), si bien sería preciso
sopesar las consecuencias que, en el ámbito de otros
impuestos, pudieran derivarse en este caso (i.e. impuestos indirectos), así como el análisis jurídico que esta resolución del contrato pudiera suponer para las partes.
Implicaciones en el ámbito de la tributación
indirecta
Los pactos que modifiquen la duración del contrato de leasing no alterarán el tratamiento de la operación en el IVA, en tanto en cuanto el arrendatario no
se comprometa formalmente a ejercitar la opción de
compra inherente a los contratos de arrendamiento
financiero(3).
Por tanto, la entidad de leasing repercutirá el citado
impuesto al tipo general del 16% sobre las nuevas cuotas (incluyendo la recuperación del coste de los bienes y
los intereses) a medida que éstas resulten exigibles.
Por otro lado, habría que analizar si la escritura
pública en la que, en su caso, se formalice la novación
contractual estaría sujeta a la cuota variable de la mo(1) En este sentido, el apartado 3 del artículo 137 del Texto Refundido de la
Ley del Impuesto sobre Sociedades establece que:
“El derecho a disfrutar de exenciones, deducciones o cualquier incentivo fiscal en la base imponible o en la cuota íntegra estará condicionado al cumplimiento de los requisitos exigidos en la normativa aplicable.
Salvo que específicamente se establezca otra cosa, cuando con posterioridad a la aplicación de la exención, deducción o incentivo fiscal se produzca
la pérdida del derecho a disfrutar de éste, el sujeto pasivo deberá ingresar
junto con la cuota del periodo impositivo en que tenga lugar el incumplimiento de los requisitos o condiciones la cuota íntegra o cantidad deducida
correspondiente a la exención, deducción o incentivo aplicado en periodos
anteriores, además de los intereses de demora”.
En concreto, la citada Exposición de Motivos señalaba lo siguiente:
“Así, se establece la desagregación de las cuotas de arrendamiento en un
componente de carga financiera y otro de recuperación del coste del bien
por la entidad arrendadora, que sería el equivalente al concepto de amortización en el caso de una adquisición definitiva. Se acepta el principio de que
ese segundo componente constituye un gasto amortizable para el arrendatario, pero se dispone que deberá ser de cuantía igual o creciente a lo largo
del período contractual, para evitar una anticipación de gastos amortizables a través de cuantías decrecientes.”
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Los contratos de arrendamiento financiero
en los procesos de refinanciación
dalidad de AJD, lo que se planteará de manera habitual
en las operaciones de leasing inmobiliario.
Con carácter general, las modificaciones contractuales relativas a los contratos de leasing sobre bienes
inmuebles que se documenten en escritura pública
quedarán sujetas a la cuota gradual del AJD, al tipo de
gravamen previsto en la Comunidad Autónoma correspondiente al inmueble (en la actualidad, 1% con carácter general), en la medida en que sea inscribible en el
Registro de la Propiedad, tenga contenido valuable y no
esté sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones,
ni a la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas u operaciones societarias. En este sentido, la DGT,
en su Resolución Vinculante de 28 de julio de 2008, ha
manifestado que la nueva escritura pública que documenta la modificación a la baja del contrato de leasing
queda sujeta al mencionado impuesto.
NOVACIÓN PARA ESTABLECER PERÍODOS DE
CARENCIA
En este caso, se acuerda el establecimiento de un
período durante el cual el arrendatario no tendría que
satisfacer el importe de las cuotas correspondientes a la
recuperación del coste de los bienes objeto de arrendamiento, permaneciendo inalteradas las restantes condiciones contractuales. También es posible añadir una carencia de intereses, pero, al no ser el supuesto habitual,
nos centraremos en el análisis del anterior.
Implicaciones en el ámbito de la tributación
directa
En sentido estricto, el establecimiento de un período
de carencia podría ser interpretado como un supuesto
de incumplimiento del carácter constante o creciente
de las cuotas y, por tanto, supondría la pérdida del régimen fiscal especial de las operaciones de arrendamiento financiero, así como la obligación de regularizar los
ajustes practicados a la base imponible del IS por dicho
concepto con anterioridad.
No obstante lo anterior, podría plantearse, junto a
los argumentos ya expuestos en el apartado anterior,
que la ausencia de cuotas en concepto de recuperación
del coste del bien durante el período de carencia implica
que, a efectos fiscales, no deba considerarse dicho período en el análisis del carácter constante o creciente y,
por tanto, que no estemos ante un incumplimiento de
los requisitos previstos en el artículo 115 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, siempre que, como consecuencia del establecimiento de un
período de carencia, no se incumpla el requisito relativo
a la duración mínima de los contratos.
Implicaciones en el ámbito de la tributación
indirecta
Desde el punto de vista del IVA, el arrendador deberá
repercutir el citado impuesto al tipo general del 16% sobre la carga financiera de la operación que resulte exigible durante el período de carencia acordado, en tanto en
Cabría plantear la novación extinta
del contrato de arrendamiento
financiero en los casos en que
haya transcurrido el plazo mínimo
de duración de los contratos
cuanto el arrendatario financiero no se haya comprometido formalmente a ejercitar la opción de compra.
Asimismo, sería preciso considerar si la escritura
pública en la que, en su caso, se formalice el acuerdo
relativo al período de carencia, quedaría gravada por la
cuota variable del AJD. Como se ha indicado anteriormente, ello dependerá de que el contenido de la misma
sea valuable y de su posibilidad de inscripción en un
Registro Público.
EJERCICIO ANTICIPADO DE LA OPCIÓN DE
COMPRA
Finalmente, es posible que el arrendatario ejercite
anticipadamente la opción de compra inherente a los
contratos de arrendamiento financiero con el fin de
adquirir el bien para ser ofrecido en garantía en otra
operación de refinanciación.
Implicaciones en el ámbito de la tributación
directa
Otro de los requisitos exigidos por el artículo 115
del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades va referido a la duración mínima de los contratos de arrendamiento financiero. Así, es preciso que los
contratos que tengan por objeto bienes muebles tengan
una duración mínima de dos años, mientras que el plazo
anterior se eleva a diez años cuando los contratos tienen por objeto bienes inmuebles o un establecimiento
industrial(4).
Si el ejercicio anticipado de la opción de compra se
produce antes del transcurso de la duración mínima de
los contratos, se incumpliría uno de los requisitos previstos en la norma y ello traerá consigo la pérdida del
régimen fiscal especial, así como la necesidad de regularizar el beneficio aplicado en el pasado.
(3) Cuando el arrendatario de la operación de leasing se comprometa formalmente a ejercitar la opción de compra, a efectos del IVA, la operación
se calificaría como entrega de bienes, devengándose en dicho momento el
citado impuesto sobre el importe de las cuotas pendientes que se correspondan con la recuperación del coste del bien arrendado.
(4) La finalidad del plazo mínimo exigido en el artículo 115 del TRLIS es
evitar prácticas abusivas consistentes en la realización de contratos de leasing de tan breve duración que permitieran de hecho una amortización
inmediata de los bienes financiados. Se trata, en definitiva, de limitar o
modular el beneficio fiscal que para el arrendatario supone el régimen fiscal
del leasing.
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Los contratos de arrendamiento financiero
en los procesos de refinanciación
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Implicaciones en el ámbito de la tributación
indirecta
Desde el momento en que el arrendatario se comprometa formalmente a ejercitar la opción de compra,
la operación de leasing se calificará, a efectos del IVA,
como entrega de bienes. De esta forma, en dicho momento, se devengará íntegramente el citado impuesto
sobre la parte de las cuotas correspondiente a la recuperación del coste de los bienes (no se incluirá la carga
financiera de la operación) pendientes de devengo y el
tipo de gravamen aplicable será el que corresponda a la
transmisión del bien arrendado.
En el caso de que el contrato de leasing tenga por
objeto una edificación, adicionalmente, habría que
plantear si la adquisición del mismo como consecuencia del ejercicio anticipado de la opción de compra
constituye una segunda entrega, exenta de IVA y, por
tanto, sujeta a la modalidad de Transmisiones Patrimoniales Onerosas (“TPO”) del ITPyAJD (salvo que sea
posible renunciar a la citada exención), o bien si puede incluirse en el supuesto de excepción a la exención
regulado en el artículo 20.uno.22 de la Ley 37/1992,
de 28 de diciembre(5), en cuyo caso no sería preciso
la renuncia.
En la medida en que el arrendatario tenga derecho
a la deducción total del IVA soportado, la cuestión anterior tendría escasa relevancia práctica, puesto que, con
independencia del criterio que se adopte, la adquisición
del bien inmueble por el arrendatario quedaría sujeta y no exenta al IVA y, por tanto, no sujeta a TPO. No
obstante, y para el caso de que se considerase que el
supuesto planteado no tiene cabida en el supuesto de
excepción antes aludido, no debe olvidarse la situación
existente en algunas Comunidades Autónomas de establecer un tipo incrementado del AJD cuando se produce
la renuncia a la exención en IVA.
La cuestión planteada no es, en modo alguna, pacífica, existiendo pronunciamientos en uno u otro sentido
tanto de la Administración, como de los propios Tribunales, si bien parece mayoritaria la postura a favor del
gravamen por TPO.
Así, la DGT ha considerado que las entregas de
edificaciones, cuando se efectúen mediante el ejercicio
anticipado de la opción de compra por el arrendatarioadquirente, constituyen operaciones, en todo caso, sujetas a IVA sin exención, y ello aunque dicho ejercicio
anticipado suponga, de hecho, que el contrato incumpla
el plazo de duración mínima fijado en la normativa del
IS. En concreto, como muestra de dicha postura, cabe
aludir a las Resoluciones de la DGT de 16 de diciembre
de 2002 y 25 de noviembre de 2003.
Por el contrario, la propia DGT en sus Resoluciones
Vinculantes de 19 de julio de 2006 y de 30 de mayo de
2007, el Tribunal Económico-Administrativo Central en
sus Resoluciones de 25 de enero de 1996 y 27 de julio
de 2005 y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en
sentencia dictada el 23 de enero de 2004, sostienen que
el ejercicio anticipado de la opción de compra no puede
considerarse como inherente al contrato de arrendamiento financiero(6), por lo que no resultaría de aplica-
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ción la excepción a la exención en el IVA de las segundas
y ulteriores entregas de edificaciones.
Por otro lado, la primera copia de la escritura que
documente el ejercicio de la opción estará, gravada por
el AJD, documentos notariales, al tipo general fijado en
la mayoría de los casos del 1%, salvo que, como se ha
indicado anteriormente, la Comunidad Autónoma en
la que se encuentre el inmueble haya previsto un tipo
incrementado para los supuestos en los que se haya
acordado la renuncia en materia de IVA.
La determinación de la base imponible de esta operación ha generado, asimismo, importantes controversias en los últimos tiempos. Así, frente a la práctica habitual, consistente en considerar como base imponible
el precio contractualmente fijado para el ejercicio de la
opción, algunas Comunidades Autónomas han llevado
a cabo actos de liquidación considerando como base
imponible el valor comprobado del inmueble a la fecha
de ejercicio de la opción.
Por el contrario, la DGT, entre otras, en sus Resoluciones Vinculantes de 5 de febrero y 11 de abril de 2007
y de 4 de julio de 2006, ha concluido que los contratos
de arrendamiento financiero que tienen por objeto bienes inmuebles deben documentarse en dos escrituras
públicas para su inscripción en el Registro de la Propiedad, a saber:
• U
na, por la constitución del contrato, que quedará
gravada por la cuota gradual por todas las cantidades correspondientes a las cuotas periódicas (la base
imponible incluye tanto la parte correspondiente a
la recuperación del coste o valor del bien inmueble,
como la parte de los intereses financieros).
• O
tra, por el ejercicio de la opción de compra, en la
que la base imponible debe limitarse a la cuantía por
la que se ejercite dicha opción de compra, sin que
deban incluirse las cuantías correspondientes a las
cuotas periódicas, puesto que ya se declararon en la
escritura pública de constitución del arrendamiento
financiero.
Asimismo, el TSJ de Cataluña en sus sentencias,
de 4 de abril de 2006 y de 27 de abril de 2007 dispone
que la base imponible a efectos de AJD en relación
con una escritura pública por la que se documenta
el ejercicio de la opción de compra establecido en un
contrato de arrendamiento financiero estará constituida exclusivamente por el importe del ejercicio de
la opción o por el valor residual del arrendamiento
financiero. 9
(5) Dicho precepto establece que la exención no extiende a las entregas de
edificaciones efectuadas en el ejercicio de la opción de compra inherente
a un contrato de arrendamiento, por empresas dedicadas habitualmente a
realizar operaciones de arrendamiento financiero. A estos efectos, el compromiso de ejercitar la opción de compra se asimilará a su ejercicio.
(6) Antes bien, concluye el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en la
sentencia citada que, como consecuencia de dicho ejercicio anticipado, se
desnaturaliza el contrato de arrendamiento financiero y resulta, por tanto,
inaplicable la excepción a la exención en el IVA.
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