Katharina Schroth, nacida el 22 de febrero de

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Historia de la ortopedia respiratoria de
SCHROTH
Katharina Schroth, nacida el 22 de
febrero de 1894 en Dresden, padeció
en su juventud escoliosis y, como a
todos los escolióticos, la deformidad
de su cuerpo le produjo un gran sufrimiento psíquico, porque asimismo
tenía que llevar un corsé ortopédico
que, además, no aportó el éxito deseado, ya que limitaba su actividad física.
Para aliviar este sufrimiento no
existía entonces ningún tratamiento
activo adecuado. Su único anhelo era
volver a tener una columna recta y
poder vivir sin corsé.
Una pelota de goma con una abolladura que podía volver a hincharse
inyectándole aire le dio la idea y la
ayudó a tomar la resolución de cambiar su cuerpo aplicando este principio. Esta abolladura de la pelota de
figura 1. Gimnasio al aire libre en Meissen, en el año 1924. Katharina Schroth (30 años),
con sus pacientes. El ejercicio que realiza una paciente en el centro del grupo (marcado
con una flecha) no se practicaba en esta institución.
PARTE A
Fundamentos teóricos del
método de Schroth
I. La distribución del tronco en tres secciones,
incluidos los hombros y el cuello
De la observación práctica realizada en individuos con deformaciones
posturales se ha llegado a la conclusión de que resultaba muy útil dividir
el tronco en tres secciones que, de caudal a craneal, serían las siguientes:
a) región lumbar de la columna vertebral y pelvis;
b) región torácica y costillas;
c) región cervical y escapular (incluida la cabeza).
rior del rectángulo intermedio. Su
división craneal se sitúa a la altura
de los hombros. La lordosis cervical está fuera de la sección superior
del tronco. Dado que la región cervical de la columna vertebral pertenece a ésta, desde el punto de vista
funcional, se puede considerar que
esta división, prolongada cranealmente, llega hasta el comienzo del
hueso occipital.
En el caso de un cuerpo sano, cada
una de estas tres secciones puede compararse fácilmente con un bloque imaginariamente rectangular.
a) El rectángulo caudal, por ejemplo,
formado por la pelvis, la región
lumbar de la columna vertebral y el
hipogastrio o bajo vientre, incluido
el ombligo hasta la altura de las
costillas inferiores.
b) El rectángulo situado justo encima
del primero está formado por la
caja torácica y la región del epigastrio o abdomen superior. La línea
inferior de separación corresponde
al talle (vértebra torácica 12). La
separación superior se sitúa en la
zona de las axilas, es decir, aproximadamente a la altura de la tercera
vértebra torácica.
c) El tercer bloque está limitado caudalmente por la separación supe-
Estos tres bloques se hallan superpuestos y alineados perpendicularmente. De esta manera, el cuerpo está equi-
Figura 6. vista frontal.
Tratamiento funcional tridimensional de la escoliosis
ancho es consecuencia del encorvamiento de la espalda. Su delimitación
caudal corresponde a la delimitación
craneal de la «cuña de la pelvis y la
región lumbar». La delimitación supe-
rior forma una línea imaginaria que se
extiende desde la «parte anterior estrecha» bajo el pezón, atraviesa las axilas
y asciende hasta el tercio inferior del
omóplato.
Postura incorrecta
Postura correcta
Sobrecorrección
Figura 8. Forma corporal patológica.
cuña de los hombros y el cuello
cuña toracocostal
cuña de la pelvis y la región lumbar
Figura 9. vista lateral.
36
Forma patológica
Forma normal
FUNDAMENTOS TEÓRICOS DEL MÉTODO de SCHROTH
Figura 10. Vista lateral de una inversión
vertebral: en este caso las curvas fisiológicas de la columna vertebral están
invertidas, presentando una disposición
de lordosis torácica (el término ocasional de «espalda hueca» o «lordosis total»
implica que una considerable porción de
la región lumbar es también lordótica y
sólo el segmento lumbosacro es cifótico).
Figura 11. Vista lateral de una espalda
plana (hipolordótica): en las espaldas
hipolordóticas las oscilaciones fisiológicas de la columna vertebral se hallan
reducidas.
37
Tratamiento funcional tridimensional de la escoliosis
3. cuña cuello-espalda
2. cuña
pecho-costillas
1. Cuña lumbares-ilíaco
Figura 12. Vista lateral de una
columna vertebral normal.
38
Figura 13. Vista lateral de una columna vertebral
cifótica torácica con hiperlordosis lumbar por
decaimiento postural, etc. Los «ángulos rectos»
marcados indican la dirección de la corrección.
v. La respiración como elemento moldeador en
el tratamiento de la escoliosis
Los movimientos que se producen
al respirar tienen una importancia crucial en el tratamiento de la escoliosis.
Y es que dado que la respiración es asimismo un proceso mecánico, nos concentramos en las fuerzas que se activan
durante la misma.
Por una parte se trata de fuerzas
activas, que actúan a través de la musculatura del aparato locomotor; por
otro, hay fuerzas pasivas, en parte el
pulmón, en parte las derivadas de la
elasticidad del esqueleto con sus partes
articuladas. Las fuerzas pasivas luchan
constantemente para hacer reversible
un cierto cambio de forma impuesto.
En el caso de los ejercicios especiales
para el tratamiento de la escoliosis,
esto es lo que sucede continuamente.
Por eso debemos aplicar una forma de
trabajar muy selectiva, que active
constantemente los músculos debilitados, especialmente la fibra muscular
debilitada del diafragma, hasta lograr
que ésta alcance un equilibrio armónico con la musculatura demasiado desarrollada.
A la hora de describir fisiológicamente los movimientos respiratorios,
se suele diferenciar entre la respiración
costosternal y la abdominal, si bien
debe quedar claro que ninguno de
estos tipos se da completamente por
separado.
En el tratamiento de la escoliosis
no se debe llevar a cabo únicamente la
respiración torácica o la abdominal,
dado que la posición, modificada por
la escoliosis, de costillas y tórax, exige
más bien un proceso tridimensional,
con objeto de ensanchar las partes hundidas del tronco y aplanar las que estén
arqueadas, tal y como está previsto en
el concepto en el que se basan los ejercicios respiratorios del sistema
Schroth. En cada parte de estos ejercicios respiratorios debe actuar imperiosamente el diafragma, que es guiado
en la dirección correcta sobre todo
mentalmente, para poder completar el
ciclo respiratorio. Se trata de un proceso de aprendizaje que pretende lograr
movimientos automáticos guiados por
la imaginación del objetivo que se pretende alcanzar. No obstante, dicho
ciclo respiratorio completo sólo se
puede alcanzar si previamente se ha
logrado estabilizar la pelvis, enderezándola y corrigiéndola ortopédicamente. Por ello resulta muy útil separar la idea teórica de los movimientos
reales, de modo que el paciente pueda
comprender con toda claridad los múltiples problemas de tipo mecánico que
surgen durante el proceso.
La respiración intercostal es posible
gracias a que las costillas, unidas a la
columna vertebral a través de dos arti-
VI. El prototipo de respiración escoliótica
En el paciente escoliótico suele
detectarse cuando respira en posición
de descanso, e incluso por lo general
cuando respira profundamente, un prototipo de respiración asimétrica, originada por el tórax deformado por la
escoliosis (figura 31).
Según Schmitt (1985), en un cuerpo sano se produce, por contracción de
la musculatura intercostal, un tirón
axial de las costillas en dirección a la
cabeza de las mismas, mediante el cual
y si la respiración es simétrica, se estabiliza además la columna vertebral.
En caso de un cuerpo escoliótico,
es decir, de respiración asimétrica, este
tirón sobre las vértebras es unilateral y
aumenta su rotación, ya que la fuerza
de empuje de las correspondientes costillas está cada vez más dirigida contra
los cuerpos vertebrales en el lado cóncavo, y en el convexo, a través de las
articulaciones costotransversales, contra la apófisis transversa.
También el diafragma se ve afectado por la escoliosis, dado que sus puntos de arranque (costillas) están dislocados. Así pues, funciona conforme a
una «pauta escoliótica retorcida».
De este modo, cuando ya existe
una torsión de las vértebras torácicas,
la respiración asimétrica refuerza la
deformidad. Cada inspiración y espiración empeoran la postura escoliótica y
figura 31. Prototipo de respiración escoliótica.
Sección transversal del tórax deformado por la escoliosis (de Weiss, Reúma, 9).
A la izquierda: Prototipo de respiración escoliótica que refuerza la torsión (modificado de Henke). Las flechas indican las direcciones en que se dirige el aire en el caso de
pacientes con escoliosis idiopática.
A la derecha: Prototipo de respiración escoliótica corregido según SCHROTH. Las flechas
muestran la dirección en la que se dirige el aire según los principios de la respiración
desrotatoria.
PARTE b
Teoría fundada en la
práctica
I. La influencia ejercida sobre los «bloques
cuneiformes del tronco» producidos por la
escoliosis, con objeto de restablecer el equilibrio
original «rectangular» de los mismos
1. Planos y ejes del cuerpo humano
La figura 34 muestra un esbozo de
los tres planos (tres direcciones, tres
dimensiones) que conforman el espacio en el que el cuerpo puede desplazarse, así como los ejes en torno a los
cuales el cuerpo puede girar.
1. El plano sagital (saggita, flecha) se
extiende desde la parte posterior
del cuerpo, a través de éste hacia
delante y lo divide en dos partes.
2. El plano frontal (front, frente) parte
de un lado del cuerpo y lo atraviesa hasta el otro lado.
3. El plano transversal u horizontal es
perpendicular a los dos anteriores.
4. El eje sagital va desde la parte posterior, a través del cuerpo y hasta la
parte anterior del mismo. El cuerpo
gira en torno a este eje en el plano
frontal (por ejemplo, en la derecha
hacia arriba, y en la izquierda hacia
abajo).
Eje longitudinal (6)
Plano frontal (de lado a lado) (2)
eje frontal (5)
Eje sagital (4)
Plano sagital (1) (de dorsal a ventral)
Plano transversal (3) (discurre en forma
horizontal)
Figura 34.
teoría fundada en la práctica
Figura 74.
figura 73. Una almohadilla bajo la cadera del lado de la gibosidad costal tiene
como consecuencia la elevación de la
misma y empeora la curva lumbar. Bajo
esta cadera sólo sería necesario colocar
una almohadilla en caso de atrofia unilateral de los glúteos, por ejemplo en
pacientes con poliomielitis, para compensar la falta de musculatura en los glúteos, hasta lograr una posición horizontal
de la pelvis. Cuando se realizan ejercicios
para escoliosis de cuatro curvas es con
frecuencia necesario usar una almohadilla bajo esta cadera, cuando la protuberancia lumbar está muy ensanchada, con
objeto de lograr un equilibrio horizontal de ambos lados de la pelvis.
modo que la cadera del lado convexo
esté en la parte más exterior del asiento, y a continuación ejercer una tracción hacia atrás y hacia abajo. El brazo
del lado cóncavo se apoya sobre el respaldo para ensanchar ese lado, mientras que la carga se apoya sobre la
cadera del lado cóncavo.
figura 75. En escoliosis de tres curvas, la
pierna del lado de la gibosidad costal se
retrasa un par de centímetros, con objeto
de rotar esta cadera hacia atrás.
89
Tratamiento funcional tridimensional de la escoliosis
protuberancia
occipital externa
esternocleidomastoideo
esplenio
esplenio
trapecio
vertebra prominente
espina escapular
deltoides
fascia
acromion
Ángulo inferior
del omóplato
dorsal ancho
redondo mayor
fascia infraespinosa
romboides mayor
apófisis espinosa de la
vértebra torácica xii
apófisis espinosa
de las vértebras
lumbares i y ii
M. oblicuo externo
del abdomen
apófisis posterior de la
fascia toracolumbar
trígono lumbar
facies dorsal
del sacro
Figura 120.
110
cresta ilíaca
semiespinoso de la cabeza
esplenio de la cabeza
longísimo de la cabeza
recto posterior
menor de la cabeza
recto posterior
mayor de la cabeza
oblicuo superior de la cabeza
oblicuo inferior de la cabeza
semiespinoso de la cabeza
multífido cervical
semiespinoso cervical
iliocostal
cervical
trapecio
semiespinoso
cervical
longísimo
cervical
iliocostal
torácico
romboides
superior
sacroespinoso
semiespinoso
torácico
serrato
anterior
espinoso
torácico
iliocostal
lumbar
dorsal largo
tendones accesorios
del dorsal largo
multífido
lumbar
elevadores cortos
de las costillas
elevadores largos
de las costillas
multífido lumbar
fascia torcolumbar
lámina anterior
intertransversos
laterales
oblicuo externo
del abdomen
sacroespinoso
fascia toracolumbar,
lámina posterior
dorsal largo
iliocostal
lumbar
Figura 121.
111
teoría fundada en la práctica
Longísimo de la cabeza
Tratamiento funcional tridimensional de la escoliosis
figura 122. Esqueleto escoliótico (vista posterior)
Los nervios de los músculos situados en el
plano más profundo (los músculos dorsales autóctonos) proceden directamente de
la médula espinal y la sustentan directamente: m. erector de la columna (m. iliocostal, m. dorsal largo, m. espinoso), mm.
rotadores, mm. intertransversos.
Si se compara con las fotos anteriores se
ve claramente hasta qué punto estos músculos situados más en el interior están
retorcidos y desplazados en un cuerpo
escoliótico, lo que forzosamente irrita
los nervios. Es perfectamente factible que
mediante una desrotación gimnástica del
tórax contra la pelvis y el cinturón escapular se consiga volver a liberar estos
nervios comprimidos, y además hiperelongados, de modo que el paciente vuelva a
sentirse mejor y desaparezcan sus dolores.
112
figura 123. Esqueleto escoliótico (vista
anterior)
da en el suelo, se desplaza el talón
hacia atrás y hacia abajo. La pierna
que queda delante se coloca en ángulo
recto, y el tronco se inclina (sin doblarse) hacia delante, siguiendo la línea de
la pierna que queda atrás. El peso del
cuerpo se carga sobre la cadera del
Tratamiento funcional tridimensional de la escoliosis
figura 155. Chica de 11 años con escoliosis
idiopática de tres curvas: curva cervical
hacia la izquierda, torácica hacia la
derecha y lumbar hacia la izquierda. La
carga del cuerpo descansa sobre la pierna
derecha. La curva lumbar discurre verticalmente hasta el sacro. Con frecuencia
se describe esta forma de escoliosis como
de una curva.
figura 156. Chica de 15 años con escoliosis
de cuatro curvas producida por un equilibrio estático defectuoso (agravado por
el acortamiento de la pierna izquierda
por luxación de cadera). Curva cervical
hacia la izquierda, torácica hacia la
derecha, lumbar hacia la izquierda y
lumbosacra hacia la derecha. El peso del
cuerpo descansa sobre la pierna izquierda.
terapia de rehabilitación. Los siguientes ejemplos de ejercicios muestran
cómo las fuerzas extraordinariamente
sutiles pero efectivas, activadas por los
ejercicios de tratamiento de la escoliosis de Schroth, logran modificaciones
muy positivas para el paciente. Estos
ejercicios pueden llevarse a cabo en
muy diversas posiciones de partida,
pero siempre deben tener como objetivo desrotar todos los segmentos del
tronco desplazados del centro de gravedad ya sea lateral o sagitalmente y
volver a situarlos en torno al eje cen-
tral, es decir, eliminar la descompensación estática.
El peso del cuerpo debe por lo
general descansar sobre ambas piernas
si se está de pie, y respectivamente
sobre ambos lados de los glúteos cuando se está sentado, dado que si cargamos el peso sobre la pierna del lado
cóncavo, como lo requiere la escoliosis de tres curvas, la cadera bajo la
gibosidad costal aún sobresale más
hacia fuera. No existe un esquema fijo.
Lo más importante en todos los ejercicios es lograr desplazar la zona lumbar
134
IX. Objetivos de la terapia de SCHROTH
Para niños y jóvenes
a) Corrección de la postura escoliótica descompensada.
b) Estabilización del mantenimiento
postural corregido, mejorando la
capacidad de mantener la postura.
c) Mantenimiento de la corrección
incluso durante la realización de
las actividades cotidianas mediante
el aprendizaje de una conciencia
postural correcta.
d) Detención del empeoramiento de la
desviación.
e) Corrección cosmética de la forma
del cuerpo.
f) Mejora de la función respiratoria
mediante ejercicios respiratorios
de gran intensidad y con metas
muy concretas.
g) Aumento de la capacidad de rendimiento cardiopulmonar y reducción del riesgo de padecer enfermedades.
h) Mejora del estado psíquico del
paciente y su actitud hacia la enfermedad que padece por medio de
procesos dinámicos de grupo en la
clínica Katharina Schroth. Los
conocimientos adquiridos permiten
al paciente tener una mayor seguridad a la hora de afrontar su escoliosis.
Para adultos
a) Incremento, respectivamente conservación de la capacidad de rendimiento cardiopulmonar.
b) Mejora de la función pulmonar
mediante entrenamiento respiratorio muy concreto y movilización
costal activa.
c) Reducción del dolor o eliminación
del mismo mediante la aplicación
de ejercicios de fisioterapia activos
y pasivos basados en las características especiales de cada paciente.
d) Entrenamiento postural.
e) Detención del empeoramiento de la
desviación.
f) Corrección cosmética de la figura
g) Mejora de la actitud psíquica del
paciente frente a su padecimiento.
Tanto para los jóvenes como para
los pacientes adultos, la meta debe ser
integrar los principios de corrección
del método de Schroth en la realización de las actividades cotidianas.
PARTE c
Manual de ejercicios
I. Ejercicios de ventilación
Por ejercicios de ventilación se
entiende el intercambio intensivo que
se produce en el sistema de conducción aérea y en el sistema respiratorio
(bronquios y alveolos).
La cantidad de aire inspirada puede
determinarse con ayuda del espirómetro, observando la cantidad de aire
espirado. Existen diversos valores
stándar muy concretos correspondientes a las diversas estaturas. Tras una
inspiración profunda, el aire espirado
es conducido a través de un tubo a un
espirómetro que indica el volumen de
aire espirado. Es obvio que en un tronco deformado por la escoliosis y con
restricción de movimientos respiratorios en la caja torácica, este volumen
respiratorio está muy reducido al inicio. Por eso, al principio medimos la
capacidad respiratoria tres veces,
introduciendo pequeñas pausas entre
las mismas. De los tres resultados
tomamos el valor intermedio como
cifra de comienzo. El volumen respiratorio es determinado diariamente de
esta forma. La mejora de los resultados
constituye un aliciente para intensificar los movimientos respiratorios.
Muchos pacientes con escoliosis presentan al inicio unos valores muy desiguales, por lo que su capacidad de
rendimiento presenta una gran dependencia en un momento determinado.
Asimismo, muy a menudo observamos con cuánta motivación se intenta mejorar los valores de la capacidad
respiratoria lo más rápidamente posible, que, por cierto, no dependen únicamente de la función de los movimientos del aparato respiratorio, sino
también en gran medida de la capacidad general de rendimiento que, en el
curso de una terapia de varias semanas, oscila indefectiblemente. A continuación se explica la realización de los
ejercicios de tal manera que se comprenda por qué los valores correspondientes a la función respiratoria pueden asimismo disminuir entretanto.
Esta reacción es una indicación muy
importante para el terapeuta, en el sentido de que hay que hacer más pausas
entre los ejercicios.
Transcurridas varias semanas de
tratamiento, los pacientes observan
con gran alegría en sus propios cuerpos que su capacidad de rendimiento
en la vida cotidiana (paseando, subiendo escaleras, en los juegos con movimiento, etc.) ha aumentado considerablemente.
La capacidad de espiración se
puede aumentar de infinitas maneras,
ya que a la espiración prolongada
sigue la inspiración profunda, que
introduce una mayor concentración de
oxígeno en la sangre. Así, se puede
II. Ejercicios en la espaldera
Sus efectos se observan sobre todo
en el aparato locomotor pasivo de la
columna vertebral (estratos fibrosos),
constituyendo así la base del trabajo
muscular fisiológico, efectivo únicamente tras la correspondiente corrección del aparato locomotor pasivo.
Los ejercicios que se describen a continuación se han clasificado en cuatro
subgrupos:
I. Ejercicios de suspensión. Con
efectos predominantes sobre el
aparato locomotor pasivo, estirando la musculatura acortada y aplanando la gibosidad costal. Tras los
ejercicios de suspensión se sacuden
fuertemente las manos, los brazos
y las piernas para relajarlos. Los
ejercicios de suspensión están contraindicados en caso de padecer un
deslizamiento vertebral rotatorio,
en cuyo caso el paciente puede realizarlos de pie, en el suelo, «imaginándose» que está suspendido.
II. Ejercicios de movilización. Tienen
por objetivo mantener, recuperar y
mejorar la capacidad de movimiento de las articulaciones, sobre todo
las de la columna vertebral, el tronco y la cintura escapular, reconduciendo el cuerpo a la postura corregida, pero no para solucionar, por
ejemplo, anquilosamientos estructurales.
III. Ejercicios de modelación. Ejercen
un efecto desrotador sobre el tronco y la cintura torácica o escapular
mediante la «respiración desrotatoria» que debe realizarse paralelamente, efectuando los correspondientes movimientos contrarios.
Además, tienen un efecto estabilizador, proporcionado por la contracción llevada a cabo al final.
IV. Ejercicios de fortalecimiento y
estiramiento. Consisten en ejercicios musculares isométricos, así
como de fuerza, que van precedidos de un ejercicio de modelación,
realizados en posición desrotatoria.
Entre los diversos ejercicios deben
introducirse pausas dirigidas, efectuadas en posición corregida y con respiración controlada.
También se eligen diversos ejercicios de varios subgrupos, para evitar
que las manos se cansen demasiado
pronto.
Todos los ejercicios tienen varias
finalidades, y por tanto se suelen considerar varios de los aspectos antes mencionados, es decir, que los ejercicios tienen un efecto combinado inseparable.
III. Ejercicios con ayuda de una silla y una mesa
Aquí debemos diferenciar entre los
siguientes grupos:
I. Ejercicios de movilización. Mediante
ellos se mejora la movilidad de las
vértebras entre sí, así como la postura del tronco, de la zona escapular y
de la cabeza.
II. Ejercicios de moldeado. Realizados
junto con la respiración desrotatoria posibilitan una mejor postura
del tronco, la zona escapular y la
cabeza. Se realizan en aquellas
posiciones de partida en las que la
respiración no se ve dificultada y
puede conducirse libremente hacia
las correspondientes zonas del
cuerpo. La imaginación del paciente juega aquí un papel muy importante para lograr la desrotación.
III. Ejercicios de fortalecimiento y
estiramiento. Sirven para consolidar el resultado de los ejercicios
desrotatorios. Consisten sobre todo
en fuertes contracciones musculares
isométricas iniciadas tras la corrección de moldeado y llevadas a cabo
durante la fase de espiración.
Casi todos los ejercicios que presentamos a continuación contienen dos
o tres de los aspectos antes mencionados, que deben combinarse para reforzar el efecto de moldeado.
En caso de no contar con instrucciones para realizar los ejercicios respiratorios, será el paciente el responsable
de los mismos. Es importante recordar
que no conviene nunca ejercer presión.
Es muy recomendable hacer los ejercicios lentamente, de modo que se puedan introducir muchas correcciones.
A cada ejercicio sigue una pausa
que también puede emplearse para
efectuar un ejercicio respiratorio.
I. Ejercicios de movilización
Se realizan en combinación con los
ejercicios de moldeado.
1. Trazado sagital de
círculos con el tronco en
posición de jinete
De frente al respaldo de la silla,
sentarse con los glúteos lo más alejados posible del mismo. Asir el respaldo con las palmas de las manos hacia
fuera y elevando los codos, manteniéndolos hacia fuera y la espalda erguida
(figura 213).
Cifosis. Elevar el tronco, adelantándolo en dirección al respaldo. Al
mismo tiempo, realizar una tracción
hacia atrás con la nuca. Volver a la
posición de partida durante la fase de
espiración. Seguir trazando círculos
sagitales consecutivos con el tronco,
IV. Ejercicios sobre el suelo
Los siguientes ejercicios se han
dividido en varios subgrupos:
I. Ejercicios de movilización para
lograr una mayor flexibilidad.
II. Ejercicios de moldeado realizados
en la mejor posición de partida
para que la respiración desrotatoria
resulte lo más eficaz posible.
III. Ejercicios de estiramiento y
refuerzo. Tienen por objeto mantener y reforzar las zonas desrotadas
del tronco en la posición corregida,
mediante contracciones isométricas o resistencia.
También aquí hay que decir que no
hay que hacer una distinción radical
entre los ejercicios de los distintos subgrupos, sino que más bien se obtienen
mejores resultados combinándolos.
I. Ejercicios de movilización
1. Inclinar el tronco
hacia delante
(figura 238)
No es recomendable en caso de
cifosis postural de sedestación o gran
protuberancia lumbar. El ejercicio se
realiza sentados con las piernas abiertas y la espalda erguida.
Cifosis. Estirar los brazos por encima de la cabeza, así como el tronco,
elevando para ello los brazos durante
la fase de inspiración y tirando hacia
arriba de la pelvis, inclinándolo de
forma pronunciada hacia delante,
figura 238.
hacia arriba y en sentido oblicuo. No
es necesario llegar con las manos a los
pies, porque la parte delantera no debe
estrecharse. Al espirar, el tronco oscila
de nuevo hacia la posición vertical. Así
se produce un movimiento oscilante
hacia arriba, hacia delante y de nuevo
a la posición de partida, durante el cual
el talle se alarga.
Escoliosis. Al estirarse hacia arriba, los movimientos deben concentrarse en las zonas cóncavas del cuerpo,
bajo la gibosidad costal y en el lado
cóncavo y la parte delantera plana. Al
V. Ejercicios para las vértebras cervicales
Los pacientes con escoliosis también pueden hacer los ejercicios para
las vértebras cervicales primero hacia
la derecha y luego hacia la izquierda.
Lo importante es que el cuerpo esté
elongado y en posición corregida desde
abajo y hasta los hombros. La mejor
posición de partida es sentarse en una
silla o en el suelo con las piernas cruzadas y ante el espejo. La correcta
posición de la cabeza ayuda mucho a la
nuca (figura 278). En caso de cifosis
cervical, así como de vértebras cervicales en posición oblicua, hay que tener
cuidado y asegurarse de que la cabeza
se eleve desde el centro. Para más
información al respecto véase el capítulo sobre la cifosis cervical.
Lig. nuca
figura 278.
1. Desarrollar un sexto sentido
sobre la correcta posición
de la cabeza
(figuras 279 y 280)
a) La barbilla se desplaza hacia delante en sentido horizontal y a continuación hacia atrás. Mientras lo
hace, el paciente «observa» interiormente el contorno de su nuca y
su pecho. Si se hace rápidamente,
se logra una cierta relajación de las
vértebras cervicales.
b) Respiración: al inspirar, retirar
hacia atrás la barbilla, así como la
nuca, manteniéndola atrás y estira-
figura 279.
VI. Ejercicios con una cinta elástica
Las cintas elásticas Deuser, diseñadas por el masajista del mismo nombre
y disponibles en tiendas de artículos de
deporte (al menos en Alemania), son
extraordinarias para los ejercicios descritos a continuación, que forman parte
del grupo de ejercicios de estabilización ortopédica tridimensional según
Schroth, especialmente diseñada para
combatir vicios posturales, cifosis y
escoliosis. Estos ejercicios pueden
realizarse asimismo con una o varias
cintas elásticas de otro tipo. Hay que
tener en cuenta que, a veces, estas
cintas tienen un mayor o menor
nivel de resistencia según el color de
las mismas.
Si es necesario, también se puede
utilizar un cinturón, en cuyo caso
estos ejercicios tendrían además el
efecto corrector de los ejercicios isométricos de tensión muscular, mientras que realizados con cinta elástica
sirven de ejercicios de resistencia o
contrapeso. Lo mejor es trabajar con
dos cintas.
También aquí se puede aplicar el
siguiente principio: los ejercicios de
moldeado se realizan durante la fase de
inspiración, y los de refuerzo muscular, siempre en la fase de espiración.
Uno debe tomarse tiempo para
hacer el ejercicio de la forma más ade-
cuada, a ser posible supervisando la
postura y los resultados en el espejo.
Entre un ejercicio y el siguiente hay
que introducir pausas tumbados boca
arriba, boca abajo o de lado, utilizando
almohadillas de corrección, mientras
se elonga la columna lo más posible.
Los pacientes con vicios posturales
o enfermedad de Scheuermann realizarán los ejercicios de forma paralela, es
decir, con la misma fuerza a izquierda
y a derecha, y con el cuerpo recto,
mientras los afectados de escoliosis
deberán seguir las instrucciones que se
indican más adelante. A modo de
pequeña ayuda se pueden utilizar dos
almohadillas de corrección fijadas en
tablillas, que pueden colgarse de cualquier listón de la espaldera. Para desrotar la pelvis, por ejemplo, una vez
sentados en cuclillas, se puede colocar
la rodilla del lado de la gibosidad costal contra la tablilla a la que se ha fijado la almohadilla. La otra rodilla se
coloca directamente junto al listón.
Lo mejor es fijar un espejo detrás
de la espaldera con objeto de poder
observarse bien mientras se hacen los
ejercicios. De cuando en cuando se
puede cerrar los ojos y «recrear» mentalmente el resultado de cada ejercicio.
Fijar la cinta elástica en la parte
más alta de la espaldera.
Tratamiento funcional tridimensional de la escoliosis
1. El «nudo corredizo
del tranvía»
(figuras 296 y 297)
Ponerse de cara a la espaldera, con
los pies paralelos y las piernas ligeramente abiertas (en forma de V invertida, vistas desde arriba). Colgar de un
listón una almohadilla de corrección
delante de la rodilla del lado de la
gibosidad costal.
figura 296.
234
a) Con las manos se coge la cinta a
izquierda y derecha del nudo corredizo, casi sentándose en cuclillas.
Todo el peso del cuerpo tira hacia
abajo y estira ambos lados del tronco.
b) Para relajarse, se hace cuatro veces
un movimiento de balanceo hacia
abajo con los glúteos, con los
codos doblados y con la parte plana
del pecho hacia la espaldera. Los
pacientes con dorso plano deben
mantenerse en el centro.
figura 297.
a) Pasar una vara o una percha gruesa
a través de la cinta a la que se ha
hecho un nudo corredizo y colocarse de cara a la espaldera.
b) Abrir los brazos para asir la vara
con las manos muy abiertas.
Colocar los pies paralelos y las
piernas formando una pequeña V
invertida (vistas desde arriba).
Bajar hasta casi sentarse en cuclillas (con almohadilla de corrección). Al inspirar se arquea la zona
figura 298.
figura 299.
lumbar y el lado cóncavo hacia
atrás, llenándolas de aire. Permanecer en esta posición y espirar.
Volver a inspirar aplicando la respiración desrotatoria. Durante la
siguiente espiración se contraen
fuertemente el abdomen y la gibosidad costal delantera. Permanecer
todavía un rato agachados. En la
siguiente inspiración se trabaja
sobre todo para corregir la cadera
situada bajo la gibosidad costal.
Esperar hasta que el diafragma
haya descendido, y en la siguiente
espiración desplazar ambos codos
hacia atrás y girar la parte cóncava
figura 300.
235
manual de ejercicios
2. Ejercicio con una vara
transversal
(figuras 298-300)
VII. Ejercicios de corrección de la curva
lumbosacra y posturas pélvicas incorrectas
Las siguientes explicaciones se
refieren a las figuras;, por ello y para
simplificar, se habla de derecha y de
izquierda en relación con ellas.
Situarse de pie con las piernas formando una pequeña V invertida y
entre dos espejos, con el muslo
izquierdo girado hacia fuera.
1. Con una fuerte presión de la mano
derecha sobre un lado del muslo
(contra el trocánter mayor), se
mete hacia dentro la pelvis. La
mano izquierda, por el contrario,
presiona contra la protuberancia
lumbar izquierda, girándola hacia
delante, hacia arriba y hacia dentro
(figura 361). La misma meta puede
alcanzarse con una resistencia isométrica lateral (mesa o trozo de
madera contra la parte exterior del
muslo izquierdo) y una contratracción manual en la zona lumbar
(figura 362).
También utilizamos un tablón de
madera (véase figura 590), colgado
de la espaldera como objeto que
ofrece una cierta resistencia a la
cadera sobresaliente con la que se
ejercita. En el espejo tras la espaldera, el paciente observa su corrección y la estabiliza con una tensión
muscular isométrica.
2. Mantener la postura descrita ante-
figura 361. Ejercicio con ayuda de la mano:
movimientos contrarios entre la pelvis y
la cintura.
riormente como posición de partida. A continuación se procede a
realizar los ejercicios respiratorios:
las costillas libres del lado derecho
se mueven lateralmente, hacia la
cabeza, mientras se baja conscientemente el diafragma del lado derecho, imaginándose cómo se ensan-
VIii. La problemática del tratamiento de la
escoliosis
«Nunca deberíamos menospreciar
el valor del error. El error que conduce a la comprobación resulta provechoso.»
Alexander von Willers
Observación. Para poder diferenciar inmediatamente los ejercicios adecuados de los contraproducentes se
procedió a marcar con una cruz los
incorrectos.
1. Torsiones y flexiones
laterales y hacia atrás
del tronco
Cada escoliosis se compone de una
suma de posturas incorrectas que han
desembocado en una forma incorrecta.
Por esta razón no basta con corregir
figura 387.
figura 388.
simplemente una postura viciada, dado
que el resto que quedara sin corregir
pondría en peligro el resultado final.
Debe evitarse cualquier flexión del
tronco, sea hacia delante, hacia un lado
o hacia atrás, porque todas ellas agravan la deformidad ya existente de
la columna. La figura 387 muestra la
radiografía de una niña de 4 años con
una malformación cuneiforme de sus
vértebras, desde la X torácica hasta la I
lumbar, lo que le produce una curva
principal muy baja. La desviación de
la curva lumbar con respecto al plano
vertical es de 19°. La figura 388 muestra una radiografía de control realizada
medio año después.
La desviación de las vértebras lumbares respecto a la línea vertical es
ahora de 30°. Es decir que con respec-
figura 389.
Tratamiento funcional tridimensional de la escoliosis
figura 558. Sentados en una silla,
con ambos pies superpuestos apoyados en el último listón de la
espaldera.
a) Un elástico fijado en el poste
izquierdo se coloca alrededor
de la rodilla derecha. La tensión
de la pierna derecha se produce
en aducción y rotación hacia
fuera.
b) El segundo elástico fijado al
poste izquierdo se coloca en
torno a la rodilla izquierda. La
tensión de la pierna izquierda se
produce una vez se ha metido
hacia dentro la cadera izquierda en flexión y aducción, hacia
el hombro derecho (activación
del músculo psoas). El tercer elástico se coloca alrededor de la
protuberancia lumbar. La pelota
ejerce resistencia en la concavidad izquierda, que debe ser superada por medio de la respiración
desrotatoria. Una vez finalizadas las correcciones en la fase de
inspiración, se «aprieta» y se tira
hacia abajo del listón superior
que se agarra con las manos
durante la fase de espiración.
figura 559. Sentados en una gran
pelota hinchable (de 65 cm de diámetro) con un tablón de corrección de la cadera situado a la
derecha y el elástico alrededor
de la rodilla izquierda.
Ejercicio: Efectuar un tirón con
la rodilla izquierda hacia dentro y hacia arriba. Al mismo
tiempo, el listón agarrado con
los brazos muy abiertos se «aprieta» con fuerza, tirando de él
hacia abajo.
Observación: Esta paciente no se
ha dado cuenta de que la parte
izquierda de su espalda se desplaza hacia fuera lateralmente. En
este ejercicio sería asimismo
importante que todo el tronco
se alineara hacia la derecha por
encima de la protuberancia lumbar. Así, a la derecha sólo habría
que hacer el ejercicio de contratracción del hombro.
360
figura 561. Tumbados del lado
donde esté la protuberancia
lumbar y con una almohadilla
bajo ésta, colocada tan arriba
que la parte lumbar casi parezca
derecha. Antes de efectuar esta
deflexión pasiva, la paciente desrota la protuberancia lumbar
manualmente, hacia delante.
La rodilla que queda arriba se
apoya en una banqueta formando un ángulo, la pierna que
queda abajo está estirada. El
talón de la pierna que queda
abajo sujeta un elástico que ha
sido colocado alrededor de la
rodilla de la pierna de arriba.
Un segundo elástico es sujetado
por la mano y el brazo (estirados) que quedan abajo, en el
suelo. El elástico ha sido colocado alrededor de la parte inferior del antebrazo (codo) del brazo que queda arriba. Ejercicio: Corrección por medio de
la respiración desrotatoria y tirón a la derecha efectuado con el brazo. En la fase de
espiración, la pierna que queda abajo hace presión contra el suelo. La cadera que está
apoyada en el suelo debe desplazarse hasta detrás de la almohadilla (desrotación pélvica). La rodilla izquierda se tensa contra el elástico y contra la banqueta en flexión y
aducción. El paciente debe permanecer tumbado y en sentido «vertical», no puede inclinarse ni hacia delante ni hacia atrás. Por eso, también la cadera derecha debe ajustarse un poco hacia atrás, con objeto de centrar la pelvis, es decir que la desrotación pélvica en torno al eje fronto transversal (tensión ventral, y respectivamente dorsal) es
efectuada tras una óptima desrotación de la zona lumbar y la pélvica. Para ello hay
que procurar que la zona lumbar adopte una postura fisiológica correcta.
361
manual de ejercicios
figura 560. Sentados sobre una
gran pelota de goma hinchable
y con las piernas abiertas apoyadas en el suelo, divergentes y formando un ángulo, éstas proporcionan la base de sujección para
poder realizar este ejercicio. Se
coloca un elástico alrededor
del tronco y se fija en la parte
delantera a un listón y al tablero transversal. La pelota se sitúa
en la zona de la hipolordosis, en
este caso entre los omóplatos.
Allí es oprimida hacia atrás.
Asimismo, el aire es dirigido a
esta zona cuando se practica la
respiración desrotatoria. El
segundo elástico se coloca alrededor de la nuca, que debe estirarse hacia arriba. El tablero
transversal se «presiona» y empuja hacia abajo tirando de los
dos lados del mismo durante la
fase de corrección realizada
mientras se inspira.
manual de ejercicios
IX. Nuestros pequeños auxiliares que sirven de
apoyo a la corrección de la terapia
figura 569. Camilla para la noche. Tamaño: 50 x
100 cm. A la altura de la pelvis se debe fijar una
correa a izquierda y derecha.
figura 570. Elevación de las patas de la mesa por
medio de «alzas» de madera, fáciles de meter y
sacar. Son muy útiles para permitir que un
paciente bastante alto coma derecho.
figura 571. Soporte para el antebrazo.
Diseñado para pacientes cuyo lado
cóncavo sea extraordinariamente
pronunciado, como apoyo suplementario durante las comidas y el tiempo libre (por ejemplo, para ver la televisión). Debe colocarse junto a la
silla como apoyo adicional.
Patrón correspondiente al corte y
confección de una almohadilla en
forma de cuña (figura 574)
do de colores lavable. Para el cierre
basta con cinta adhesiva estrecha.
Relleno. Arroz u otro tipo de cereal.
Material. Para la parte interior usamos cretona y para la exterior un teji-
Es indispensable proceder en este
orden:
367
PARTE d
Documentación
I. Control fotográfico y radiológico
La «isla»
(figuras 597-599)
En casos de decaimiento postural o
de enfermedad de Scheuermann con
tendencia a desviación escoliótica de
la columna vertebral, se constata a
menudo junto a la zona amenazada de
la columna un hueco producido por
insuficiencia muscular, de modo que
la breve línea de apófisis vertebrales
situada en el medio sobresale como
una «isla». Una columna vertebral
puede tener más de una «isla» de este
tipo.
Nosotros consideramos esto como
una señal de que el cuerpo amenaza
con torcerse. Al revés podemos observar que algunas escoliosis muestran
una «isla» durante los ejercicios, lo
cual indica que la escoliosis está en
período de regresión.
La isla puede observarse en las
figuras 597-599.
figura 598. paciente de 10 años.
figura 597. paciente de 16 años.
II. Evaluaciones estadísticas de los resultados
del tratamiento
En la clínica Katharina Schroth se
compararon en cada caso los diagnósticos (resultados) documentados antes
y después del tratamiento, y asimismo
se preguntó a los pacientes cómo se
sentían subjetivamente, obteniendo un
resultado general favorable. Ahora que
ya se dispone de resultados completos
de algunos estudios realizados para
averiguar el efecto del «tratamiento
tridimensional de la escoliosis según
Schroth», procedemos a continuación
a elaborar un informe al respecto.
Figura 650. De este diagrama de barras se desprende
que el número de pacientes
(fracción inferior punteada) afectados de escoliosis
muy pronunciada que acuden a nuestra clínica para
realizar el tratamiento es
considerablemente mayor
que el de pacientes con escoliosis leves (fracción superior rayada).
1. Cambios en la capacidad vital
Ya en la tercera edición en alemánde este libro se informaba acerca de
2.013 pacientes escolióticos que en el
intervalo de 2 años habían sido sometidos a un primer tratamiento en la clínica Katharina Schroth. En el 93% de los
casos se logró un aumento de la capacidad vital de estos pacientes, que por
término medio oscilaba entre 400 y 600
3
cm . No obstante, en aquel período no
se efectuó una comprobación estadística garantizada (figura 650).
518 pacientes
= 25,74%
459 pacientes
= 22,80%
426 pacientes
= 21,17%
112 pacientes
= 5,56%
21 pacientes
= 1,04%
3
hasta 200 cm
reducida
constante
3
hasta 400 cm
Aumento de la capacidad vital
3
hasta 600 cm
PARTE e
Generalidades
I. El tratamiento en la clínica Katharina
Schroth de Sobernheim (Alemania)
El 1 de agosto de 1995, la clínica
Katharina Schroth fue adquirida
por la sociedad Asklepios Gmbh. A
continuación se construyó una moderna clínica cuya dirección postal
es: Asklepios-Katharina -SchrothKlinik, Korczakstrasse 2, D-55500
Bad Sobernheim.
1. Determinación de las
transformaciones patológicas
por medio de fotografías y
mediciones
Al inicio, a la mitad y al término
del tratamiento, los pacientes son
fotografiados por los cuatro lados,
siempre en 1as mismas condiciones,
con los troncos a1 descubierto,
utti1izando los mismos lugares y
ángulos para situar el objetivo e idéntica limitación. Además, al inicio y al
término del tratamiento se determinan
la altura, el peso y los valores espirométricos. El médico de la clínica realiza un reconocimiento clínico general
y, si es necesario, una exploración
radiológica.
siempre que sea posible al aire libre.
Como introducción a los ejercicios se
lleva a cabo una gimnasia de calentamiento en grupo, al son de la música,
dado que este tipo de ejercicios activan
la respiración y la circulación. Los distintos grupos trabajan alternativamente
durante dos horas, dirigidos por un(a)
fisioterapeuta, utilizando diversos aparatos (espalderas, sillas, mesas, vigas,
anillas, varas y banquetas reposapies).
Dicho entrenamiento es supervisado y
corregido individualmente por el/la
terapeuta. La realización de los ejercicios es controlada y apoyada con la
ayuda de espejos.
3. Masajes, relajación
Por lo general, los pacientes reciben un masaje en la espalda dos veces
por semana, y en casos especiales también masaje del tejido conjuntivo. Una
vez al día se practica en grupo un ejercicio de relajación de todo el cuerpo en
la correspondiente posición corregida
individual.
4. Horas de descanso
2. Ejercicios de ortopedia
respiratoria
Se realizan individualmente y en
grupos, por la mañana y por la tarde,
Para garantizar el éxito del tratamiento es fundamental respetar ciertas
horas de descanso diario. Si el tiempo
lo permite, el descanso tras el almuer-
II. Cómo integrar las medidas ortopédicas en el
entorno del hogar
Los cambios ortopédicos de los
movimientos cotidianos aprendidos
durante el tratamiento (posición ideal
para estar tendidos, sentados, de pie,
andando, etc.) deberían practicarse a
diario y con regularidad, con objeto de
que la mejoría se mantenga y se hagan
progresos. Hay que reservar un tiempo
determinado del día para integrar los
ejercicios en las actividades cotidianas. Diariamente se debería practicar
alrededor de una hora, lo cual quiere
decir que se pueden realizar también
dos sesiones de media hora o tres de 20
minutos. Por supuesto, el aire puro,
también por las noches, es importante.
(Fumar, que durante el tratamiento esta
prohibido, tampoco debería hacerse en
casa.) Antes de dormir se debería pensar bien cuál es la postura ideal, y si es
necesario cambiar la habitual. La sensación de estar tumbado en la postura
ideal debería automatizarse de tal
modo que, y sabemos por experiencia
que esto es posible, el durmiente se
despierte si ha adoptado una postura
incorrecta (por ejemplo, dandose la
vuelta y colocándose del lado de la
gibosidad), se vuelva a colocar bien y
siga durmiendo.
Quizá resulte útil recordar que
mucha gente suele dormir muy cómodamente de espaldas a la pared. Por
eso, dado el caso, se podría invertir la
posición del cabecero y los pies de la
cama, de forma que por la noche se
reposara más tiempo sobre el lado cóncavo, pero sin olvidar las almohadillas
de corrección colocadas bajo la protuberancia lumbar, con objeto de evitar
que la curva lumbar se acentúe más.
Tampoco durante el día se deben adoptar posturas que favorezcan esta curvatura, por ejemplo recostados y arqueando la espalda para leer, o bien
dejandose «caer» en la gibosidad, en
lugar de enderezarse, mientras se está
de pie. Lo mejor es que el paciente utilice gafas para leer cuando lo hace
tumbado sobre la espalda. Muchos de
los progresos alcanzados con la fisioterapia pueden neutralizarse negativamente por las numerosas posturas cotidianas erróneas adoptadas por descuido. El profesor debería ofrecer al niño
con escoliosis la posibilidad de sentarse derecho y de tal manera que pueda
mirar de frente durante la clase. Si se
sienta en una esquina de la clase, su
escoliosis puede empeorar rápidamente.
Siempre que sea posible, debería
utilizar su imagen (en el caso de escaparates o la silueta que proyecta la
sombra) para supervisar la postura que
adopta en cada momento, ya sea cuando esta sentado, de pie o andando. El
mejor es el ejercicio entre dos espe-
III. indicaciones y contraindicaciones
a) lndicaciones:
1. Escoliosis, cifoescoliosis, escoliosis paralítica.
2. Espalda cóncava, síndrome de
Scheuermann (cifosis de adolescentes), deterioro postural.
3. Espalda encorvada y contraída,
lordosis, lumbago producido por
alteraciones estáticas.
b) lndicaciones relativas:
4. Gibosidad de Pot y posterior a la
curación de una tuberculosis ósea
en la columna vertebral, tras una
fractura por compresión de la
columna vertebral, como tratamiento anterior o posterior en el
caso de operaciones de la columna
vertebral.
Contraindicaciones: enfermedades
descompensadas de la circulación,
osteoporosis, tuberculosis pulmonar y ósea, parálisis espásticas,
recesión de un lóbulo pulmonar,
demencia.
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