FLUJO Y TRANSPORTE DE CONTAMINANTES A TRAVÉS DE BARRERAS DE LIMOS PAMPEANOS COMPACTADOS Franco M. Francisca (1), Dr. Ing. Civil (1) Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Universidad Nacional de Córdoba (FCEFyN UNC), y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Dirección: FCEFyN – UNC, Av. Vélez Sarsfield 1611, CP 5016, Córdoba, Argentina Email: [email protected], Tel. ++54-351-5353800 int. 836 RESUMEN Los suelos de la provincia de Córdoba presentan valores de conductividad hidráulica demasiado elevados para ser usados como barreras en rellenos sanitarios, aún con una compactación adecuada. Durante años se ha investigado sobre diferentes posibilidades de mejoramiento o estabilización de estos suelos con el propósito de lograr condiciones y comportamientos adecuados para la contención de líquidos residuales y lixiviados que se producen en los rellenos sanitarios. En general, las mejoras propuestas han consistido en optimizar compactaciones y el agregado de materiales arcillosos o polímeros sintéticos. Sin embargo, hasta el momento los trabajos desarrollados dentro del campo de la geotecnia, sólo han concentrado esfuerzos en estudiar comportamientos mecánicos o hidráulicos de estos suelos. En este trabajo se presentan las ventajas de considerar la contribución de mecanismos acoplados incluyendo aspectos mecánicos, hidráulicos, biológicos y químicos. En particular, se demuestra la necesidad de considerar el flujo de contaminantes a través de una barrera compactada como un mecanismo de reacción, difusión y advección (RDA). Los principales resultados obtenidos permiten corroborar que la estimulación microbiana nativa y la incorporación de materiales reactivos puede ser una alternativa mejoradora para la construcción de barreras de suelo compactado de baja conductividad hidráulica. 1. INTRODUCCIÓN El crecimiento poblacional y las actividades industriales desarrolladas por el hombre provocan que millones de toneladas de residuos municipales e industriales sean arrojados anualmente a la atmósfera, a las corrientes de aguas y/o enterrados, contaminando el ambiente o el ecosistema. La industrialización y el crecimiento económico, especialmente el producido a partir del Siglo XX, dieron como resultado la producción y necesidad de disposición de una gran variedad residuos. En muchos casos, la disposición final de estas sustancias en el ambiente provoca la contaminación de los recursos naturales, por lo que se transforman en una problemática geoambiental de fundamental importancia. Estos contaminantes afectan el ecosistema y 1 eventualmente tienen un impacto adverso en la salud de las personas y en el ambiente en general (Sharma y Reddy 2004). Los residuos sólidos urbanos (RSU) representan un gran problema para las ciudades en la actualidad debido a la cantidad de residuos generados y a la falta de conciencia de la población sobre la necesidad de una correcta disposición de los mismos para la preservación de los recursos naturales de una región. En muchos casos existen tratamientos inadecuados de los RSU, quema indiscriminada en basurales, lixiviados que no reciben ningún tipo de tratamiento, presencia de animales que se alimentan de los RSU, proliferación de vectores y ejecución de tareas informales conocidas como “cirujeo”. Junto con esto, se debe mencionar el impacto que estos basurales producen sobre el paisaje. Ante este panorama resulta de fundamental importancia el estudio de sistemas de gestión para el tratamiento de los residuos y líquidos lixiviados generados, lo que define un espacio donde la Ingeniería cuenta con inigualables posibilidades para proveer soluciones. La principal preocupación al momento de la construcción de un relleno sanitario es la posible migración del lixiviado generado a través del subsuelo hacia la zona vadosa, pudiendo eventualmente alcanzar la napa freática. En la actualidad, esa migración se controla interponiendo barreras de baja conductividad hidráulica, las cuales consisten usualmente en múltiples capas de arcilla compactada, filtros granulares y geosintéticos (geomembranas o revestimientos geosintéticos con arcillas) (Daniel 1993, Petrov y Rowe 1997, Touze-Foltz et al. 2006, Musso et al. 2013). El principal objetivo de una barrera de contención es prevenir o reducir la migración de contaminantes al ambiente (Figura 1), como así también dirigir los fluidos propios del residuo hacia una zona de captación. Las barreras inferiores en general son diseñadas en la actualidad como barreras simples compuestas cuando se trata de un relleno sanitario de RSU. La Figura 2 muestra las principales capas que componen esta barrera, donde los espesores y especificaciones técnicas de cada capa dependen de las regulaciones locales. Infiltración Externa Relleno Sanitario NF Residuos Infiltración Zona no Saturada Zona no Saturada NF NF Pluma Contaminante Agua Subterránea Agua Subterránea a) b) Figura 1. Migración de contaminantes al ambiente: a) Sin de barrera de contención; b) Con barrera de contención. 2 El estudio de la conductividad hidráulica del suelo resulta de fundamental importancia ya que la contribución de la barrera geológica de la barrera inferior de un relleno sanitario (Figura 2) debe cumplir funciones de contención y aislación de los líquidos y sustancias contaminantes que se generan en los residuos. Para alcanzar una conductividad hidráulica suficientemente baja, se utilizan frecuentemente arcillas compactadas o mezclas de arcillas con suelos locales. En particular, el agregado de una cantidad baja de bentonita (5 a 10% en peso seco) permite obtener la conductividad hidráulica especificada por la mayoría de las regulaciones internacionales para la construcción de barreras de impermeabilización (k<10-7 cm/s) (Mitchell y Jaber 1990, Kayabali 1997, Manasero et al. 2000, Nieva y Francisca 2007). Sin embargo, debido a las condiciones controladas de laboratorio en las que se realizan los ensayos, rara vez estos resultados pueden extrapolarse al campo y, menos aún, un ensayo de corta duración puede considerarse representativo de la variaciones que se produzcan en el tiempo de vida útil de un relleno sanitario. Figura 2. Principales capas de una barrera de contención inferior de un relleno sanitario. Resulta de interés particular poder evaluar no sólo la capacidad de contención de líquidos sino también analizar el transporte de contaminantes dentro de la capa drenante y la barrera geológica. Además, también resulta necesario contemplar la posibilidad de que el mismo sea modificado por posibles mecanismos de interacción fluido-partícula y por la actividad de microorganismos en los poros del suelo (Singal e Islam 2008, Francisca et al. 2010, Montoro y Francisca 2011). 2. COMPORTAMIENTO DE LOS LIMOS LOÉSSICOS DEL CENTRO DE ARGENTINA Los suelos loéssicos de Argentina constituyen el principal depósito de su tipo en Sudamérica, cubriendo más de 600.000 km2 de superficie. Estos suelos pueden conservar su estructura generada al depositarse (loess primario) o sufrir retransporte o alternación in-situ (loess secundario o loessoides). Los depósitos recientes son principalmente primarios, ML y CL-ML de 3 acuerdo a la clasificación unificada de suelos, mientras que los más antiguos son suelos arcillosos y limosos subsaturados, CL a CH (Rocca et al. 2006, Rinaldi et al. 2007). Las principales características y propiedades ingenieriles de los suelos limosos del centro de Argentina han sido presentados por Reginatto (1970), Rocca et al. (1995), Clariá y Rinaldi (1998), Terzariol y Abbona (1999), Francisca (2007) y Rinaldi et al (2007). La Figura 3 muestra la distribución geográfica de estos sedimentos cuaternarios en Argentina. Brasil Océano Pacífico Argentina Océano Atlántico Figura 3. Distribución de los limos loéssicos en Argentina. Las flechas indican la dirección predominante de los vientos responsables del transporte eólico. Estos sedimentos forman parte del paquete sedimentario conocido como “Formación Pampeana”, el cual se encuentra por encima de un basamento cristalino identificado a distinta profundidad en distintos lugares, en la ciudad de Córdoba entre 100 y 600 metros bajo el cauce del Río Suquía (Reginatto 1970). Los sedimentos loéssicos que pertenecen a esta formación están compuestos predominantemente por partículas limosas depositadas eólicamente durante el período cuaternario, aunque es posible que a grandes profundidades haya estratos de fines del terciario. El paquete sedimentario de la “Formación Pampeana” está compuesto principalmente por loess primarios y secundarios. Los loess primarios constituyen mantos no estratificados, de distintos espesores, los secundarios, o limos loessoides depositados por la acción de aguas corrientes o 4 estancadas, no forman mantos de espesor uniforme siguiendo la forma del relieve, sino que se acumulan en el fondo de depresiones (Rocca et al. 1995). El loess que compone la formación Pampeana está formado principalmente por cenizas y vidrios volcánicos meteorizados y productos de la descomposición de las rocas. Estos suelos presentan una estructura abierta compuesta por macroporos. La fábrica del suelo se encuentra compuesta por una fracción granular unidas entre sí a través de materiales cementantes (sales, partículas de arcilla, carbonatos y silicatos) (Rinaldi et al. 2001, Terzariol 2009). En el caso del loess, la estabilidad y resistencia de la masa de suelo es altamente dependiente de la resistencia de las uniones y contactos entre partículas (Francisca y Arrúa 2007). La alteración de los contactos disminuye la resistencia y aumenta la deformabilidad de la masa de suelo (Redolfi 1980). Esta falla local en los contactos entre granos produce un desmoronamiento o colapso de la estructura del loess. Usualmente se atribuye el colapso a dos factores: a) un incremento en el estado tensional, en donde las tensiones entre partículas exceden la resistencia de los contactos, y b) una disminución de la resistencia de los contactos debido a la saturación del suelo, el cual solubiliza las uniones salinas y produce expansión de los puentes de arcilla. La ruptura de los vínculos entre partículas, la disolución de sales e hidratación de los puentes de arcilla producen un aumento notable en la deformabilidad del suelo (Reginatto y Ferrero 1973, Moll y Rocca 1991). Este fenómeno se manifiesta en una disminución notable de la rigidez y del módulo de deformación del mismo (Zeballos et al. 1999). En general, en los proyectos de ingeniería geotécnica y geotecnia ambiental relacionados con la construcción de barreras de suelo compactado, se utiliza siempre por cuestiones económicas los materiales locales. Es frecuente encontrar entonces que las barreras de suelos compactadas sean construidas con limos loéssicos, a pesar de que en muchos casos no permite alcanzar valores de conductividad hidráulica adecuados, aún en estado compactado. Debido a ello, se requiere estabilizar el suelo mediante la adición de bentonita (Francisca et al. 1998, Nieva y Francisca 2007). Existen numerosos factores que controlan y/o afectan la conductividad hidráulica. Estos en general están relacionados con propiedades intrínsecas del suelo, tales como porosidad, densidad aparente, grado de saturación, tamaño de partícula, estructura, etc. (Mitchell y Soga 2005). La Figura 4 muestra el efecto de la energía de compactación y la humedad de amasado en la conductividad hidráulica de los limos loéssicos, mientras que la Figura 5 presenta resultados experimentales que muestran la influencia de la estructura del suelo y la compactación relativa en la conductividad hidráulica. 5 Figura 4. Influencia de la energía de compactación y humedad de amasado en la conductividad hidráulica de los limos loéssicos de Argentina Figura 5. Influencia de la micro estructura del suelo y compactación relativa en la conductividad hidráulica de los limo loéssicos de Argentina. 6 Para que los suelos loéssicos puedan ser considerados aptos para la construcción de una barrera inferior en un relleno sanitario deben alcanzar una conductividad hidráulica inferior 1 x 10-7 cm/s. Esta valor debe alcanzarse independiene mente que se trate de un suelo natural compacado o mezclado con arcillas. En la Figura 6 se muestra el histograma de conductividades hidráulicas de los limos loéssicos compactados estabilizados con bentonita y permeados con agua deionizada. En el eje horizontal se muestran los valores del logaritmo de la conductividad hidráulica y en los ejes verticales el % acumulado y las frecuencias. Estos resultados demuestran que sólo el 22,5 % de los limos loéssicos compactados tendrían un valor de conductividad hidráulica igual o inferior a 1 x 10-7 cm/s. Para el caso de las muestras compactadas y estabilizadas con bentonita este porcentaje asciende al 71,8 % (se logra llegar al 99% si sólo se consideran mezclas de limo con un contenido de bentonita mayor a 6% y muy buenas condiciones de compactación). Se puede ver a partir de esta comparación la ventaja incorporar bentonita en los limos loéssicos para lograr conductividades hidráulicas menores a lo establecido como límite por la normativa internacional para las barreras inferiores en los rellenos sanitarios. Limo Limo-bent. Limo Limo-bent. 80 16 14 12 10 60 8 40 6 Frecuencia % Acumulado 100 4 20 2 0 0 -5 -5,5 -6 -6,5 Log (k) -7 -7,5 -8 Figura 6. Comparación de histogramas del logaritmo de la conductividad hidráulica, para el caso de los limos compactados y mezclas compactadas de limo-bentonita. Sin embargo, no sólo la estructura porosa o esqueleto del suelo y la naturaleza del fluido son relevantes sino también debe prestarse atención a las interacciones posibles entre ambos ya que en muchos casos puede ser el fenómeno que controle el desplazamiento de los fluidos dentro de los poros (Mitchell y Soga 2005). Este último caso resulta de fundamental importancia cuando el suelo contiene porcentajes de arcilla significativos, en particular si se trata de minerales con alta superficie específica como en el caso de las bentonitas, o si se incorpora algún material reactivo capaz de modificar el estado del contaminante disuelto (e.g. adsorberlo, transformarlo, precipitarlo, degradarlo, secuestrarlo, etc.). 7 3. TRANSPORTE DE CONTAMINANTES EN SUELOS LOÉSSICOS 3.1 Flujo de líquido El flujo de líquidos a través de un medio porosos está gobernado por la ley de Darcy, la cual relaciona la velocidad de Darcy o caudal específico (v) con el gradiente hidráulico (ih) mediante la conductividad hidráulica (k), de la siguiente manera: i (1) Donde H es la altura de presión total y x es la longitud del camino de flujo. Por otro lado, la conductividad hidráulica se encuentra íntimamente relacionada con las propiedades de los suelos y los fluidos permeantes, y existen varias ecuaciones que explican dicha relación; entre ellas se destaca la ecuación teórica de Kozeny-Carman: k p e3 3 1 S k 0Tm 2 S 02 1 e (2) Donde p es el peso unitario del permeante, μ la viscosidad del permeante, k0 un factor de forma de los poros, Tm es la tortuosidad de flujo, S0 es la superficie mojada por volumen unitario de partículas, e es la relación de vacíos y S es el grado de saturación del suelo. En la literatura, en general se considera que la ecuación de Kozeny-Carman es aplicable solamente a suelos de granos gruesos (tamaños superiores a limos). Esta ecuación falla en la predicción del comportamiento hidráulico de suelos arcilloso debido a las interacciones de tipo doble capa (fuerzas Coulómbicas) entre las cargas negativas de las caras de las partículas de arcilla y los cationes en solución (iones de intercambio). Sin embargo hay experiencias publicadas en las que la ecuación en cuestión es empleada con éxito en la predicción de la permeabilidad de suelos del tipo de arcillas con la consideración de que la superficie específica debe ser determinada con mucha precisión (Schaap y Lebron 2001, Chapuis y Aubertin, 2003). La conductividad hidráulica de los limos loéssicos compactados, permeados tanto con agua como lixiviado de RSU, muestra un buen ajuste lineal con la función de la relación de vacíos e3/(1+e), cuya dependencia teórica ha sido demostrada mediante la ecuación de Kozeny-Carman (Figura 7). Similares relaciones pueden obtenerse para el caso de muestras de limo con distintos contenidos de bentonita. A partir de estos resultados se puede decir que la ecuación de KozenyCarman representa en forma adecuada la dependencia entre la conductividad hidráulica y la relación de vacíos para los limos loéssicos compactados. Sin embargo, como puede observarse muy pocos ensayos arrojaron valores inferiores a 1x10-7 cm/s, en coincidencia con lo mostrado en las Figuras 5 y 6. En la Tabla 1 se resumen los principales factores que afectan la conductividad hidráulica de los suelos. 8 Figura 7. Influencia de la función de la relación de vacíos en la conductividad hidráulica de los limos compactados. Tabla 1: Factores que afectan la conductividad hidráulica del suelo (Montoro y Francisca 2011). Conductividad Hidráulica Factor Cambio del factor Viscosidad relativa Relación vacíos de Gradiente hidráulico Tipo de permeámetro Cambio en k Referencia < 1 orden de magnitud < 1 orden de magnitud Gnanapragasam et al. (1995), Jarsjö et al. (1997) ~ 1 orden de magnitud ~ 2 órdenes de magnitud Schenning (2004), Muhammad (2004) > 3 órdenes de magnitud < 1 orden de magnitud Muhammad (2004) N/A Como máximo un orden de magnitud Daniel et al. (1985), Kodikara et al. (2002), Muhammad (2004) En los últimos años se han realizado numerosos trabajos determinando la influencia de diferentes variables la conductividad hidráulica de medios porosos. En términos generales, la conductividad hidráulica del suelo decrece significativamente con el contenido de finos (Sivapullaiah et al. 2000). En general, cuando la fracción arcillosa es mayor a 5% a 7%, la misma controla el comportamiento hidráulico del suelo (Santamarina et al. 2001). Por debajo de este contenido de finos, la fracción granular gruesa y el grado de “bentonificación” son los dos principales factores que controlan el flujo hidráulico en mezclas de suelo-bentonita (Abichou et al. 2004). Entre otras contribuciones significativas, merece destacarse el trabajo de Ruhl y Daniel (1997), quienes determinaron el efecto de la presencia de lixiviado de residuos sólidos en la permeabilidad de 9 barreras de suelo compactado. Jo et al. (2001) determinaron cuál es el efecto de la concentración iónica, valencia, pH, tamaño del ión hidratado y prehidratación de los suelos con agua y con otras sustancias químicas en la conductividad hidráulica. Kolstad et al. (2004) realizaron ensayos para cuantificar las consecuencias de la presencia simultánea de varias especies iónicas en el fluido permeante. Finalmente, Jo et al. (2005) realizaron ensayos para determinar la influencia del tiempo de contacto fluido-partícula en la conductividad hidráulica de una barrera. Cuando los suelos tienen un importante contenido de finos, los fenómenos de interacción con las moléculas de agua se tornan muy importantes (Mitchell y Soga, 2005). La modificación en la química de los fluidos dentro de los poros del suelo, puede acarrear un cambio de varios órdenes de magnitud en los valores de permeabilidad. La concentración iónica, la valencia de los iones, y el tipo de ion presente generan cambios en los espesores de las doble capas difusas que se forman alrededor de las partículas finas. Gleason et al. (1997), Petrov y Rowe (1997), Aringhieri y Giachetti (2001), Lee y Shackelford (2005) reportan aumentos entre 2 y 5 órdenes de magnitud en la permeabilidad de muestras de bentonitas sódicas y arenas mezcladas con diferentes porcentajes de bentonita, cuando se cambia el fluido permeante por soluciones monoiónicas con concentraciones entre 0.25 M y 1 M. Jo et al. (2001) encontró que la permeabilidad aumenta con la valencia iónica, reportando cambios más importantes cuando se cambia de valencia +1 a valencia +2 que cuando el cambio es de valencia +2 a +3, siendo más importante los cambios a medida que se aumenta la concentración de electrolitos. Cuando en la solución permeante existe presencia simultánea de más de una especie iónica se verifica un incremento en la permeabilidad con el aumento de la concentración iónica (Kolstad et al. 2004, Muhammad 2004). Además, existen evidencias contundentes que demuestran que a corto plazo, la presencia de altas concentraciones salinas como las encontradas en los líquidos lixiviados de los RSU provocan aumentos de conductividad hidráulica (Nieva y Francisca 2009), mientras que a largo plazos otros mecanismos tales como desarrollo microbiano dentro de los poros del suelo deben ser considerados. Al desplazarse el agua dentro de los poros del suelo se producen arrastre de iones (flujo químico). El flujo hidráulico puede además resultar como consecuencia de otro tipo de flujo. Por ejemplo el flujo eléctrico moviliza iones los cuales poseen agua adsorbida que es también desplazada provocando un flujo hidráulico. Esta asociación de flujos es conocida como flujos acoplados o indirectos. Una revisión de los flujos directos y acoplados que tienen lugar en una masa de suelo puede verse en Mitchell y Soga (2005). 3.2 Flujo químico Cuando los contaminantes no interactúan con el medio poroso pueden ser transportados por gradientes de concentración o gradientes hidráulicos. En el primer caso, los contaminantes disueltos se desplazan del lugar de mayor concentración al de menor concentración dando lugar 10 a la difusión molecular. En el segundo caso, el flujo hidráulico produce el arrastre de iones disueltos dando lugar al fenómeno denominado advección. El transporte de masa por unidad de área debido a mecanismos de difusión y advección unidimensional en un medio homogéneo, isótropo, saturado y que sigue la ley de Darcy puede calcularse como (Sharma y Reddy 2004): F ne ne e (3) Donde F es la masa total transportada, ne es la porosidad efectiva, ve es la velocidad efectiva, C es la concentración y DL* es el coeficiente de dispersión hidrodinámico o coeficiente de mezcla. A partir de la conservación de masa en un volumen elemental se puede demostrar que: F ne (4) t Donde t es el tiempo. Luego, reemplazando la ecuación (3) en (4) se obtiene la ecuación diferencial que representa el transporte de iones disueltos en medios porosos, conocida como modelo de advección-difusión (Ogata 1970, Bear 1972, Freeze y Cherry 1979): e (5) t La ecuación (5) considera que no se producen reacciones en el soluto. En el caso de que dentro de una barrera ocurran reacciones que alteren las concentraciones iónicas con el tiempo, se debe introducir en la ecuación diferencial un término adicional que contempla la tasa de producción o consumo de masa (r), como sigue (Sharma y Reddy 2004): e r ne t (6) En el caso de que exista adsorción de iones en la fracción arcillosa del suelo, se produce un atraso en la percolación y transporte de iones a través de una barrera. Por lo tanto, el tiempo necesario para que el centro de masa de una pluma contaminante atraviese una barrera aumenta considerablemente, resultando esto en un retardo en el transporte del contaminante (Carro Pérez y Francisca 2013). La Figura 8 presenta la solución de la ecuación diferencial de transporte de masa unidimensional en medios no reactivos, en medios adsorbentes y cuando ocurre además biodegradación de los compuestos contaminantes. 11 (a) (b) Figura 8: Transporte de masa por una inyección continua en una barrera de suelo compactado. a) Variación en la distancia, b) concentración relativa de contaminantes en el efluente que atraviesa la barrera. DA=difusión+adveccion, A=adsorción, P=precipitación/biodegradación 3.3 Mecanismos de oclusión La disminución de la conductividad hidráulica de un suelo a lo largo del tiempo es el resultado de la obturación de los canales de flujo. Dicho fenómeno puede tener bases físicas, químicas o biológicas o, más comúnmente, una interacción de todas estas variables. En general es posible que ocurran diferentes mecanismos de oclusión, siendo la biológica y la física las más significativas. Dentro de los posibles mecanismos de colmatación, en las barreras de limos loéssicos compactados permeadas con lixiviados, la colmatación biológica y la precipitación 12 química de carbonato de calcio podrían afectar la conductividad hidráulica. Sin embargo, la precipitación de carbonatos en general no alcanza a producir cambios significativos de porosidad. Los cambios en la conductividad hidráulica producto de una reducción de los vacios disponibles para el flujo tanto por precipitación de carbonatos como biocolmatación pueden analizarse en términos de la reducción en la relación de vacíos, de acuerdo a la ecuación teórica de KozenyCarman, de la siguiente manera: 3 1 e0 e f (7) kr k0 1 e f e0 Donde kr es la relación de conductividades hidráulicas, k es la conductividad hidráulica, e representa la relación de acíos y los subíndices “0” y “f” simbolizan los estados inicial y final (corto y largo plazo), respectivamente. Nótese que ef incluye el efecto de la precipitación química y/o la biocolmatación. kf La oclusión física puede llevarse a cabo de tres maneras: a) debido a una fase sólida, b) debido a una fase líquida, inmóvil y no miscible, y c) debido a una fase gaseosa. El desplazamiento y atrapamiento de partículas finas ha sido extensamente estudiado (Mitchell y Jaber 1990, Ng y Lo 2010, Stuyt y Dierickx 2006); mientras que la disminución de los canales de flujo debido a una fase líquida no miscible o a la formación de burbujas de gas dentro de la matriz sólida ha adquirido una mayor importancia en los últimos años consecuentemente con el aumento de la contaminación con sustancias orgánicas (Oberdorfer y Peterson 1985, Kohnle et al. 2002, Montoro y Francisca 2013). Dentro de la oclusión química existen dos variables principales a considerar: la composición de la matriz sólida y la del fluido en contacto con la misma, las cuales llevarán a la disolución o precipitación de los componentes. Los procesos de colmatación química más estudiados y con mayores impactos son la precipitación de carbonato de calcio (CaCO3) (van Gulck et al. 2003) y de óxido férrico (Fe2O3); aunque la precipitación de hidróxidos, sulfatos y sulfuros metálicos ha adquirido mayor auge en los últimos años (Stuyt et al. 2005). Ensayos en muestras de limos loéssicos compactados y mezclas de limo-bentonite compactados mostraron que la conductividad hidráulica de las muestras presentan una dependencia insignificante con el tiempo, cuando fueron compactadas y permeadas con agua destilada (líneas continuas en la Figura 9). Por el contrario, las muestras compactadas y permeadas con lixiviado o soluciones con nutrientes exhibieron una reducción notable de la conductividad hidráulica con el tiempo de permeado (Figura 9). Francisca y Glatstein (2012) y Glatstein y Francisca (2014) demostraron que la porosidad inicial de las mezclas compactadas de limo-bentonita tiene una baja influencia en la conductividad hidráulica luego de 24 meses de ensayo. Además se puede observar que existe una influencia también pequeña del contenido de bentonita en la conductividad hidráulica a largo plazo cuando los especímenes son compactados y permeados con lixiviado y solución de nutrientes. En estos casos, la disminución de la conductividad 13 hidráulica con el tiempo, evaluada a través de la ecuación (7), resultó en una conductividad hidráulica relativa entre 10-2 y 10-1. Estos resultados confirman la importancia de las propiedades físicas, químicas y microbiológicas de los líquidos en la conductividad hidráulica final esperada para barreras de suelo compactados. Figura 9: Variación de la conductividad hidráulica con el tiempo de permeado cuando se utiliza agua destilada (líneas continuas) y lixiviado de RSU (símbolos) como fluidos permeantes. La presencia de nutrientes (carbono, nitrógeno y fósforo) es en general responsable de la formación y estimulación del crecimiento de levaduras y colonias bacterianas que bloquean parcialmente los poros del suelo (Rebata-Landa y Santamarina 2006). La disminución de la conductividad hidráulica debido a la bioactividad puede relacionarse a la presencia de biofilms y a los distintos mecanismos asociados de biooclusión controlados por el tamaño relativo de los microorganismos respecto a los tamaños de los poros y los canales de flujo (Francisca y Glatstein 2010) (Figura 10). 10 m 30 m 10 m Figura 10: Interconexión entre partículas a diferentes escales y micrografías de los microorganismos detectados en el líquido recolectado en los puertos de salida de las muestras ensayadas con lixiviado. 14 Los mecanismos de oclusión biológica (MacLeod et al. 1988, Vandevivere 1995) consisten principalmente en la adhesión de microorganismos específicos a las partículas del suelo. Luego de producida la adhesión, el continuo crecimiento y multiplicación celular, conjuntamente con la excreción de Exopolisacáridos (EPS), generan una envolvente biológica de las partículas del suelo (conocida también como biofilm) que reduce de manera continua el volumen poral. Sin embargo, la biocolmatación de los medios granulares no queda completamente explicada por este modelo, ya que en muchos casos la disminución de la conductividad hidráulica no es proporcional al aumento de colonias bacterianas o al contenido de materia orgánica en la muestra. La presencia de bacterias específicas, dependiendo de composición química de los fluidos percolantes y del medio granular, promovería entonces la precipitación química y aumentaría la generación de gases dentro de la muestra a través de reacciones biomediadas. Existen varios modelos teóricos y empíricos que pueden usarse para estimar la influencia de los microorganismos en la disminución de la conductividad hidráulica (Figura 11). Estos modelos consideran diferentes mecanismos, los cuales se asocian con la presencia de un crecimiento uniforme de biofilm (Vandevivere 1995, Seki y Miyazaki 2001, Thullner et al. 2002), mecanismos de oclusión por agregados celulares (Ives y Pienvichitr 1965, Clement et al. 1996) y el desarrollo de colonias aisladas en las partículas de suelo (Thullner et al. 2002). En la Figura 11 se muestran los modelos de Vandevivere (1995), Seki y Miyazaki (2001) y Thullner et al. (2002) implementados por medio del ajuste de mínimos cuadrados, y el modelo de Clement et al. (1996), el cual no contiene parámetros empíricos o de ajuste. Las tendencias obtenidas muestran una buena correlación entre los resultados experimentales y los valores predichos con los modelos de biofilm de crecimiento uniforme. Las menores kf, representadas por vectores de flujo, se observan a medida que aumenta la fracción de los poros ocupado por la biomasa, debido a que el biofilm restringía el flujo del líquido dentro de los poros de la barrera de suelo compactado. Las reacciones químicas que modifican la conductividad hidráulica pueden resumirse en la generación biogénica de gases (CH4, CO2, N2 según el ciclo metabólico) y la formación de sustancias de baja solubilidad (carbonatos, sulfuros, sulfatos, hidróxidos). La formación de estos últimos promueve la precipitación de compuestos metálicos (MgCO3, CaSO4, ZnS, (K,Na,NH4)Fe3(SO4)2(OH)6 (jarosita) (Watling 2006), CuS, FeOOH, Cr(OH)3, entre otros). La Figura 12 muestra la calibración de la ecuación de reacción, advección, difusión a través de una barrera de suelo compactado en la cual se ha incluido un residuo siderúrgico que debido a la modificación del pH de la solución produce la precipitación de metales. La figura muestra la evolución del pH del líquido con el tiempo de permeado y la concentración de metales en el efluente a la salida de la barrera. Se observa que mientras el pH>8 la concentración de metales a la salida es nula. Si se satura la capacidad de neutralización acida del material de la barrera conteniendo el residuo siderúrgico, se produce una repentina liberación de los metales precipitados al resolubilizarse los mismos, lo cual se manifiesta en el pico de concentración observado a los 40 años en la simulación mostrada en la Figura 12. El tiempo al cual se satura la 15 capacidad de neutralización de pH de una barrera con residuos siderúrgicos depende del pH al ingreso de la barrera y del contenido de material reactivo (escoria). Figura 11. Influencia de la fracción volumétrica de los espacios porales ocupados por microorganismos en la relación de conductividades hidráulicas (Francisca y Glatstein 2010). 14,0 1000 pH 12,0 800 Concentración Metal 10,0 700 600 8,0 500 6,0 400 C (mg/L) pH (UpH) 900 pH solubilización 300 4,0 200 2,0 100 0,0 0 20 40 60 80 0 100 Tiempo (días) Tiempo (años) Figura 12: Modelación del transporte de metales en barreras reactivas considerando la precipitación de metales. 16 En la realidad, los mecanismos descriptos precedentemente ocurren naturalmente y simultáneamente. Al acumularse lixiviado en el fondo de una celda de un relleno sanitario, se produce flujo de líquido debido al gradiente hidráulico. Al mismo tiempo, el líquido lixiviado que se acumula presenta importantes concentraciones de diferentes contaminantes, por lo que se produce desplazamiento de los mismos debido tanto al gradiente de concentración como al desplazamiento del líquido por el flujo hidráulico. Estos iones en solución interactúan con la fracción arcillosa de la barrera de suelo compactado, produciéndose intercambios iónicos resultando en la adsorción de algunos elementos químicos y produciendo un retraso en el desplazamiento de los mismos. En la barrera se puede incluir, tanto en el filtro granular superior como mezclado con el suelo-arcilla compactado, distintos materiales capaces de reaccionar con los contaminantes. Un ejemplo de ello es la incorporación de residuos siderúrgicos en la barrera, lo cual permitió demostrar mediante experimentos físicos y numéricos que ello favorece notablemente la retención de iones metálicos debido a la precipitación de los mismos al incrementar el pH de la barrera y la capacidad de neutralización acida de la misma. Finalmente, la presencia de microorganismos produce a largo plazo que las colonias de bacterias y biofilms desarrollados reduzcan el espacio poral disponible para el flujo o desplazamiento de líquido dentro de la barrera, lo cual contribuye a reducir la conductividad hidráulica mejorando el comportamiento y seguridad de la barrera. Si se consideran de manera acoplada los mecanismos de flujo hidráulico, reacciones químicas y efectos producidos por los microorganismos dentro del suelo es posible lograr nuevos diseños con mayor seguridad para la construcción de barreras inferiores en rellenos sanitarios. Los medios porosos no son medios inertes por lo que resulta necesario en la actualidad incorporar en los análisis de ingeniería geoambiental los mecanismos biológicos que afectan el comportamiento del suelo (Mitchell y Santamarina 2005, Francisca 2011). La inoculación de bacterias y levaduras en los líquidos de compactación permitiría reducir significantemente la conductividad hidráulica de las mezclas de limo-bentonita compactadas. En general se observó una disminución de la conductividad hidráulica con el tiempo de dos órdenes de magnitud, entre los especímenes compactados con agua destilada y aquellos compactados con la solución de nutrientes. La presencia de biomasa en el líquido de compactación disminuyó la conductividad hidráulica en el largo plazo aún más que lo que disminuyó debido al agregado de bentonita. Como estos efectos podrían ser reversibles en caso de las condiciones ambientales se constituyan en un factor limitante para el desarrollo microbiano (Glatstein y Francisca 2014), su contribución no debería ser considerada en el diseño de barreras aunque proporcione una seguridad adicional. La adsorción de iones y precipitación de metales también ayuda a mejorar la seguridad de la barrera, y si bien la adsorción de iones es selectiva y la precipitación/disolución de iones depende del pH del líquido, es posible evaluar experimentalmente el comportamiento de los materiales que constituyen la barrera y sus agregados estabilizantes (arcillas, escorias o residuos siderúrgicos, etc.). Debido a ello, en este último caso si se recomienda incorporar su efecto en los modelos de transporte de contaminantes. De esta manera, a través de la contribución de la 17 ingeniería geotécnica, la química y la biología resulta posible diseñar en la actualidad barreras reactivas aislantes para la contención o aislamiento de líquidos lixiviados de menor espesor y mayor eficacia en la retención de contaminante (Figura 13). Ingeniería geotécnica + química + biología Aumenta la seguridad de la barrera Residuos Filtro y dren Residuos Suelo+arcilla compactada k < 10-7 cm/s Terreno Natural Filtro y dren Geomembrana Residuos Suelo+arcilla compactada k < 10-7 cm/s Filtro y dren Geomembrana Arcilla + microorganismos+ material reactivo Terreno Natural Terreno Natural Considera Dispersión + Advección Considera Dispersión + Advección + Retardo + Biocolmatación Figura 13: Diseños alternativos de barreras aislantes para rellenos sanitarios considerando sólo mecanismos de flujo y transporte de contaminantes e incorporando efectos de adsorción, precipitación y biocolmatación. AGRADECIMIENTOS El autor agradece profundamente el soporte recibido por Adriana Velazquez, Matías, Facundo y Melissa Francisca; a la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (FCEFyN-UNC) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET); a los colaboradores del Grupo de Investigación en Medios Porosos y Flujos Subterráneos (IMPAS) de la FCEFyN-UNC, Dr. Ing. Marcos Montoro, Dr. Ing. Daniel Glatstein, Dr. Ing. Magalí Carro Pérez, Ing. Gustavo Bogado, Dr. Ing. Pedro Arrúa, Dra. Telma Musso, Mg. Ing. Pablo Nieva, Mg. Ing. Germán Van de Velde, Ing. Diego López, Ing. Gustavo Pesca, Lic. Rodrigo Ruiz, Lic. Carolina Boaglio, Mg. Ing. Daniel Panique y Dra. Leticia Tarrab; a los profesores Dr. Ing Víctor Rinaldi, Dr. Ing. Carlos Santamarina, Mg. Ing. Ricardo Rocca, Dr. Ing. Emilio Redolfi y Mg. Ing. Roberto Terzariol por sus ricos comentarios que ayudaron a generar, en distintos momentos, nuevas ideas que permitieron al autor lograr los avances logrados en estos años; a las agencias que financiaron los trabajos SECyT-UNC, CONICET, MINCyT-Cordoba, FONCyT y Fundación Hermanos Agustín y Enrique Rocca. 18 REFERENCIAS Abichou T., Benson C.H., Edil T.B. (2004). “Networ model for ydraulic conducti ity of sand-bentonite mi tures”. Can. Geotech. J. 41 (4): 698 – 712. Aringhieri R., Giachetti M. (2001). Effect of Sodium Adsorption Ratio and Electrolyte Concentrations on the Saturated Hydraulic Conductivity of Clay – Sand Mixtures, European Journal of Soil Science, 52, 449 – 458. Bear J. (1972). Dynamics of Fluids in Porous Media. Dover Publications Inc. New York. Carro Pérez M.E., Francisca F.M. (2013). Arsenic Entrapment in Reactive Columns of Residual Soils. J. Environ. Eng – ASCE, 139(6), 788-795. apuis, R. P. y Aubertin, M. 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