4.8 Lijado: Lijar o pulir la superficie de madera suele ser el paso

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4.8 Lijado:
Lijar o pulir la superficie de madera suele ser el paso final en casi cualquier trabajo de talla, a no ser que se
quiera dejas la huella de la gubia. Conseguir una superficie lisa, sin irregularidades, será condición
indispensable para el acabado posterior.
El proceso de pulido empezará por eliminar las imperfecciones más grandes que hayan podido quedar tras la
talla y escofinado. Bastará recurrir a papel de lija.
Para el lijado de superficies planas no es buena idea aplicarla directamente con nuestras manos. La presión no será
uniforme, se deteriorará a mayor velocidad, y en general el trabajo será más complicado. La mejor opción es
utilizar un taco de madera en torno al cual colocaremos la hoja de papel de lija. Los dedos quedarán separados de
la madera, y podremos aplicar una presión uniforme en toda la superficie del papel. Cuando cortemos una hoja de
papel de lija siempre es mejor rasgarla apoyándola en el canto de una madera. Si empleamos herramientas
cortantes como por ejemplo tijeras o un cúter acabaremos dañando su filo. Una vez preparada la hoja de papel de
lija entorno a un taco de madera procuraremos lijar siempre siguiendo el sentido de la veta de la madera. Los
resultados serán mejores. Cada pocas pasadas deberemos quitar el polvo que se va a ir acumulando entre los
granos de la hoja de papel de lija. Si no lo hacemos irá perdiendo eficacia, se embota. El procedimiento es sencillo
pues bastará con golpear ligeramente el taco de madera contra el canto de la mesa de trabajo para que el polvo
de madera se desprenda. Los papeles más gruesos se utilizan solamente para eliminar superficies muy rugosas. El
papel de lija de tipo medio se utiliza en superficies ya lisas que debemos empezar a pulir. El papel fino se utiliza
para afinar la superficie.
4.9 Teñido, protección y encerado. En realización:
Se ha dado una mano aguada del tinte de color roble dorado con el fin de darle un tono más cálido a la
madera de abedul. Posteriormente se ha cerrado el poro de la madera a base de frotarla con una manopla de
pita. Para protección se ha utilizado el más antiguo sistema de protección de la madera respetando el aspecto
natural de la misma: el encerado; consistente en aplicar a la superficie una capa de cera de abejas o cera
virgen, frotándola fuertemente para que se fluidifique e impregne la madera. Con el tiempo el encerado fue
perfeccionándose, dando lugar a las ceras comerciales, en las que la cera se mezcla o se disuelve en aceite y
aguarrás o esencia de trementina, formando una preparación fluida que se aplica con brocha, frotándola
fuertemente después de seca. Este sistema facilita el encerado y mejora la calidad y aspecto del mismo. El
encerado se aplica especialmente a las maderas que se acaban en su color natural, sin teñido, pero en este
caso el tinte es tan tenue que prácticamente se puede considerar color natural. Con este tipo de acabado se
obtienen superficies de un tacto suave y un moderado brillo mate muy agradable.
4.10 Acabado final. Pátinas de envejecimiento. Pendiente de realizar:
Se piensa en la posibilidad de patinar la pieza. En todo caso queda pendiente de realizar, posiblemente se
realizará a base de cera, betún de Judea y aceite de trementina. . Para realizar el envejecimiento habrá que
hacer pruebas. Si se quiere aclarar, se hará una mezcla con más disolvente y menos betún, si quiere oscurecer
más disolvente.
La función de la cera es muy importante, pues aparte del efecto conseguido, retrasa mucho el secado de la
pátina y permite quitar con un trapo todo lo que queramos hasta lograr los claroscuros que más nos agraden.
La pátina podrá aplicarse con brocha gorda y rápidamente o con trapo, extendiendo y retirando el sobrante. Se
dejará secar y cuando esté prácticamente seco, se espolvoreará talco sobre toda la figura y con una brocha
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