360282. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLIII, Pág. 1996. REMATES, PREFERENCIA DE CREDITOS EN LOS. Cuando no existe más que un acreedor, según el certificado de gravámenes, y cuando no existe controversia sobre la preferencia entre varios acreedores, es claro que bastan los datos de aquel certificado, para tener, o no, por buena, la postura hecha por un acreedor, y resolver el punto de plano; mas cuando existen varios acreedores de diversa índole, y existe discusión y la duda consiguiente, sobre la prelación de los créditos, es necesaria la decisión de esa controversia, mediante el procedimiento que la ley establece; por lo cual la declaración de licitud o ilicitud de una postura, no debe basarse en un juicio previo sobre la preferencia de los créditos, materia cuya resolución debe recaer en un procedimiento contradictorio y especial, ni tampoco apoyarse en un precepto general, dictado para los casos en que sólo existe un acreedor, en los que la ley faculta al que ha obtenido una sentencia de reconocimiento de su crédito, para hacer postura, con la exclusiva garantía del mismo. Fuera de este caso no debe aceptarse una postura si no está garantizada en efectivo, precisamente para no prejuzgar sobre la preferencia de créditos, dejando sin efecto, de una plumada, los derechos de otros acreedores que pudieran ser privilegiados, ya que al fincarse y aprobarse el remate, necesariamente se tendrán que mandar tildar los registros relativos a los otros embargos que se hubieren hecho en la finca. El artículo 529 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Yucatán, corrobora esta tesis cuando dice: que la segunda y ulteriores ejecuciones producen su efecto, en lo que resulte líquido después de hecho el pago al primer embargante, salvo el caso de preferencia de derechos, ya que si ésta debe decidirse en la forma que establece la ley, debe regir la regla general contenida en la primera parte del propio precepto, y atenderse al orden de los embargos, según el certificado de gravámenes, por lo que siendo el orden de los embargos trabados en determinado inmueble, el indicado en el certificado de gravámenes, no puede, quien no acredite ser el primer embargante, hacer lícitamente postura con su crédito, y al no estimarlo así la autoridad responsable, aplica indebidamente ese precepto, violando en perjuicio de los acreedores preferentes, las garantías constitucionales. Amparo civil en revisión 3411/31. Rocel Benito y coags. 6 de marzo de 1935. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. -1-