d’as del En la ciudad de La Plata a los mes de noviembre de dos mil dos, reunidos en Acuerdo Ordinario, los Se–ores Jueces de la Sala Segunda del Tribunal de Casaci—n Penal de la Provincia de Buenos Aires, doctores Fernando Luis Mar’a Mancini, Eduardo Carlos Hortel y Jorge Hugo Celesia, para resolver en la causa 1 ,, caratulada ³5(&8562 '( &$6$&,21 INTERPUESTO POR EL MINISTERIO PUBLICO FISCAL EN CAUSA 1 ´ seguida a NELSON DANIEL MANSILLA el recurso de casaci—n interpuesto a fs. 18/21 vta.; practicado el sorteo de ley, result— que en la votaci—n deb’a observarse el orden siguiente: HORTEL - CELESIA - MANCINI A N T E C E D E N T E S Vienen este los Tribunal presentes como autos a consecuencia consideraci—n de del de recurso casaci—n interpuesto por el se–or Fiscal General del Departamento Judicial Trenque Lauquen, doctor Arnoldo Natalio Mutolo, contra la resoluci—n de la C‡mara de y Apelaci—n Garant’as Departamento que Mansilla orden al delito en sobresee en al lo Penal imputado de robo del mismo Nelson Daniel calificado por haber sido cometido en despoblado y mediante efracci—n. Practicado el correspondiente sorteo de ley, y encontr‡ndose la causa en condiciones de ser resuelta, el Tribunal decidi— plantear las siguientes: C U E S T I O N E S Primera: ¢(V DGPLVLEOH HO UHFXUVR GH FDVDFLyQ interpuesto? Segunda: ¢4XpSURQXQFLDPLHQWRFRUUHVSRQGHGLFWDU" A la primera cuesti—n planteada, el se–or Juez doctor Hortel dijo: El presente oportuno recurso contra un es interpuesto sobreseimiento en dictado tiempo por una C‡mara de Apelaci—n y Garant’as en lo Penal, habiendo agregado el recurrente copia de la documentaci—n de que intenta valerse as’ como de la reserva de recurrir en casaci—n, por lo que el mismo cumple con los requisitos formales establecidos por los arts. 450 y 451 del C.P.P. Asimismo, y por imperio de lo dispuesto por el art. 452 inc. 3 de ese mismo texto legal, impugnante se encuentra legitimado para recurrir. el Por ello corresponde declarar admisible el recurso intentado (arts. 46 LQF \ LQF GHO C.P.P.). Voto por la afirmativa. A la misma cuesti—n planteada el Sr. Juez doctor Celesia dijo: Adhiero al voto del doctor Hortel en igual sentido y por los mismos fundamentos. As’ lo voto. A la misma cuesti—n planteada el Sr. Juez doctor Mancini dijo: Adhiero al voto del doctor Hortel en igual sentido y por los mismos fundamentos. As’ lo voto. A la segunda cuesti—n planteada, el se–or Juez doctor Hortel, dijo: I. Por resoluci—n de fecha 18 de octubre de 2001, la C‡mara de Apelaci—n y Garant’as en lo Penal del Departamento Nelson Judicial Daniel calificado por Trenque Mansilla haber mediante efracci—n. en sido Lauquen, orden al cometido sobresey— delito en de a robo despoblado y II. Contra dicho fallo interpone el se–or Fiscal General Departamento, doctor Arnoldo Natalio casaci—n entender aplicados err—neamente los recurso del mismo Mutolo, arts. de por 154, 210, \LQFGHO&33 Al respecto argumenta el letrado recurrente que HO 7ULEXQDO ³D TXR´ KD RPLWLGR valorar numerosos elementos de cargo, as’ como inobservado el art. 154 del rito que define la flagrancia. Sostiene aparece asimismo como que prematura. la Sobre resoluci—n el impugnada particular expone ³9HQWLODU D HVWD DOWXUD OR FRQFHUQLHQWH DO PpULWR GH la prueba hasta el momento reunida, deviene inapropiado procesalmente, toda vez que el art. 323 del ritual casos, habilita cuando el el sobreseimiento, delito no fue entre cometido otros por el imputado ±LQF -, esto indica, que el mismo ha de resultar, total y absolutamente ajeno al hecho, lo que en la especie no ocurre, merituando la prueba obrante, de conformidad con la norma contenida en el art. 210 GHODOH\´ Considera el quejoso que en autos debi— actuarse con mayor cautela dado que todav’a es posible acreditar la autor’a del imputado atento que no han vencido los cuando existiendo vehementes plazos del de la art. 282 semiplena comisi—n de del C.P.P., prueba o un delito m‡xime indicios se le ha UHFLELGR GHFODUDFLyQ DO LPSXWDGR SRU OR TXH ³Vi la investigaci—n no avanz— ni retrocedi—, s—lo por arte de magia podr’a pasar a sostenerse que el delito no lo FRPHWLy´ $ILUPDDGHPiVTXH³GHTXHGDUILUPHHOUHVROXWRULR recurrido, nos pudiŽndose, impedir‡ entre agotar otras la investigaci—n, medidas, acreditar no la compatibilidad que existe entre las huellas levantadas en el lugar del hecho ±fotografiadas al efecto- y el calzado que portaba el incuso al momento de ser DSUHKHQGLGR´ Concluye su exposici—n con citas doctrinarias y jurisprudenciales acerca de la naturaleza del sobreseimiento y el grado de certeza exigido para el dictado del mismo. III. A fs. 25/27 se expide la se–ora Defensora Oficial Adjunta ante el Tribunal de Casaci—n Penal, doctora Ana Julia Biasotti, quien solicita el rechazo de la pretensi—n por entender que la resoluci—n cuestionada no es susceptible de impugnaci—n habida cuenta que ha sido dictada durante la investigaci—n penal preparatoria, etapa en la que solamente procede el recurso de apelaci—n, siendo inadmisible el recurso interpuesto. Subsidiariamente plantea la insuficiencia del mismo toda vez que el recurrente ha omitido acompa–ar copia certificada de la totalidad de las actuaciones, incumpliendo de esa forma con el art. 451 del ritual. IV. A fs. 28/31 se expide el se–or Fiscal de Casaci—n, doctor Carlos Arturo Altuve, quien en primer lugar contesta las manifestaciones de la doctora Biasotti acerca de la admisibilidad formal del remedio intentado sosteniendo que el caso de marras se encuentra expresamente previsto como impugnable por la presente v’a, fundando sus dichos en los arts. 450 y 452 del C.P.P. Asimismo respecto de la procedencia del recurso expresa que los elementos de prueba colectados hasta el presente permiten sostener la intervenci—n del acusado en el evento criminoso. V. Atento el resultado de la cuesti—n primera deviene innecesario que conteste los planteos acerca de la admisibilidad del recurso. Dicho esto abordarŽ el tratamiento de la cuesti—n de fondo. Sobre ese t—pico adelanto que le asiste raz—n al recurrente. Ello es as’ toda vez que en autos ha sido HUUyQHDPHQWHDSOLFDGRHODUWLQFGHO&33 En efecto, ense–a la doctrina, que en la bœsqueda de la verdad real sobre la hip—tesis delictiva el juez debe ir transitando un camino en el que van produciendo diferentes estados intelectuales, los que en las distintas etapas del proceso se manifiestan en las diferentes resoluciones que adoptan los —rganos encargados del ejercicio de la jurisdicci—n. Dentro de esos diferentes estados est‡ la certeza, que es el que m‡s se aproxima a la verdad, toda vez que Žsta se encuentra fuera del intelecto del -XH](VWHHVWDGRLQWHOHFWXDOVHGHILQHFRPR³ODILUPH FRQYLFFLyQ GH HVWDU HQ SRVHVLyQ GH OD YHUGDG´ &DIIHUDWD 1RUHV ³/D SUXHED HQ HO SURFHVR SHQDO Ediciones DepaOPD%XHQRV$LUHV´ La certeza presenta una doble proyecci—n. A saber certeza positiva (firme creencia de que algo existe) y certeza negativa (firme creencia de que algo no existe). Es pac’fica la doctrina en que para el dictado del sobreseimiento es necesaria la certeza. Es cuando decir el el Juez o sobreseimiento debe Tribunal la tenga ser dictado certeza de la existencia de la causa en que se funda. En ese orden de ideas no aparece suficiente el argumento dado por la C‡mara de Apelaci—n y Garant’as en lo Penal del Departamento Judicial Trenque Lauquen acerca de la existencia de un œnico elemento de prueba en contra del acusado. En tal sentido expresa la se–ora Juez, doctora Bresillard, magistrado que lleva la voz de la mayor’a del Tribunal de mŽrito ³/HtGDV WRGDV ODV FRQVWDQFLDV GH OD ,33 1 TXH VH WLHQH D OD YLVWD entiendo que suficientes o no hay indicios elementos vehementes de para convicci—n sostener que VHDSUREDEOHPHQWHDXWRUGHOKHFKRLQYHVWLJDGR´ Es l—gico pensar que, si el mismo Tribunal se hace cargo de que existen elementos que incriminan a Mansilla, mal puede tener la firme convicci—n de que el imputado no cometi— el hecho. En consecuencia el sobreseimiento dictado aparece a todas luces prematuro. Asimismo la probabilidad o no que Mansilla sea el autor del hecho imputado, en esta etapa del proceso difiere como vengo sosteniendo de la certeza exigida por la ley. Al respecto no deja lugar a dudas la redacci—n GHO DUW LQF GHO ULWR TXH H[SUHVD ³(O GHOLWR no fue cometido SRUHOLPSXWDGR´ (QVHxD-RUJH$&ODULi2OPHGRHQVXREUD³7UDWDGR de Derecho Procesal Penal, EDIAR, Buenos Aires, 1964, T-,9 SJ TXH ³&XDOTXLHUD VHD OD FDXVDO TXH OR fundamente, procede vale por cuando decir, regla se general adquiere cuando no el certeza queda sobreseimiento acerca duda de acerca ella; de la extinci—n del ejercicio de los poderes de acci—n y de jurisdicci—n, o de la inexistencia de responsabilidad SHQDOGHOLPSXWDGRFRQUHVSHFWRDOFXDOVHGLFWH´ Entre la certeza negativa y la certeza positiva se encuentran la probabilidad e improbabilidad, estados que sirven para vincular o no a una personal al proceso, pero no para dictar un auto como el sobreseimiento que de quedar firme importar’a fulminar toda posibilidad del esclarecimiento de la verdad real y desnaturalizar el instituto de la investigaci—n penal preparatoria, cuando media en el caso sospecha razonable. A mayor abundamiento es dable se–alar que dada la naturaleza excepcional del sobreseimiento, el que por sus caracter’sticas se asimila a una sentencia absolutoria anticipada no puede alegarse la duda para VX GLFWDGR (O SULQFLSLR ³LQ GXELR SUR UHR´ HQFXHQWUD su ‡mbito de aplicaci—n luego de producido el debate. Asimismo corresponde revocar el sobreseimiento dictado, toda vez TXH HO ³D TXR´ QR GHVDUUROOD ODV razones para utilizados descartar por el se–or los elementos Juez de de convicci—n Garant’as para el dictado de la prisi—n preventiva, lo que constituye un cercenamiento inmotivado de las pruebas aportadas por el Ministerio Pœblico. Finalmente conclusi—n a hecho que, de la debo que como decir he que en arribado sostiene la nada cambia la precedentemente el se–ora Defensora Oficial Adjunta ante este Tribunal, el doctor Mutolo haya omitido acompa–ar con el recurso la totalidad de las copias certificadas de la causa, habida cuenta que las piezas arrimadas alcanzan para desvirtuar lo VRVWHQLGRSRUHO³DTXR´ Por todo resoluci—n lo expuesto recurrida por propongo cuanto se case sobresey— a la Nelson Daniel Mansilla en orden al delito de robo calificado por haber sido cometido efracci—n, disponiendo UHVROXFLyQ SRU HO el en despoblado dictado 7ULEXQDO de ³D mediante una TXR´ nueva GHELHQGR integrarse previamente con jueces h‡biles. Sin costas (arts. 461, 530, 531 y cctes. del C.P.P.). As’ lo voto. A la misma cuesti—n planteada el Sr. Juez doctor Celesia dijo: Adhiero al voto del doctor Hortel en igual sentido y por los mismos fundamentos. As’ lo voto. A la misma cuesti—n planteada el Sr. Juez doctor Mancini dijo: Aœn sin compartir las argumentaciones sobre las alternativas que puede presentar el estado de certeza, acerca de lo cual corresponder’an precisiones en orden a otras normas distintos conexas al art. momentos del proceso, 323 del C.P.P. lo cierto es y a que el acompa–o voto de mis colegas, en cuanto, HVHQFLDOPHQWH VHxDOD TXH HO ³D TXR´ QR DSOLFy DGHFXDGDPHQWH HO LQF GHO DUW GHO ULWR \D TXH no surge expuesta la posici—n subjetiva que permite el empleo de dicha norma, habiŽndose limitado el Tribunal recurrido, por intensidad mayor’a, probatoria al que an‡lisis de la carga sustentaba la de prisi—n preventiva apelada. Con ese alcance, adhiero al voto Juez se–or doctor Hortel. Con lo que se termin— el Acuerdo, dict‡ndose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, la Sala II del Tribunal R E S U E L V E: I. DECLARAR FORMALMENTE ADMISIBLE el recurso de interpuesto casaci—n Fiscal general a del fs. 18/21 vta. por Departamento el Judicial se–or Trenque Lauquen, doctor Arnoldo Natalio Mutolo. II. HACER LUGAR al recurso y CASAR la resoluci—n impugnada Mansilla por en cuanto orden al sobresey— delito de a robo Nelson Daniel calificado por haber sido cometido en despoblado mediante efracci—n, disponiendo el dictado de una nueva resoluci—n por el TrLEXQDO ³D TXR´ GHELHQGR LQWHJUDUVH SUHYLDPHQWH FRQ jueces h‡biles. Sin costas (arts. 461, 530, 531 y cctes. del C.P.P.). Reg’strese, notif’quese, y firme la presente l’brese oficio al Tribunal de origen con copia de la presente, a sus efectos. Oportunamente arch’vese. JB