Suprema Corte de Justicia de la Nación Se sustituye la denominación de garantías individuales por la de derechos humanos. Se cambia el término “individuo” por “persona”. En vez de otorgar derechos humanos, ahora los reconoce. No sólo reconoce los derechos humanos consagrados en la Constitución, sino también aquellos contenidos en los tratados internacionales de los que México sea parte. Incorpora el principio pro personae. Introduce la obligación para todas las autoridades del país, en el ámbito de su competencia, de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos. Hace patente la obligación de prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos. Introduce la prohibición de no discriminación por motivo de preferencias sexuales. Incorpora la finalidad en la educación que imparta el Estado, fomentar el respeto a los derechos humanos. Cambia la denominación de “hombre” a “persona”. Se constitucionaliza el derecho a solicitar “asilo” por persecución de tipo político y el “refugio” por causas de carácter humanitario. Se añade el respeto a los derechos humanos en las bases sobre las que se organiza el sistema penitenciario. Se regula con mayor detalle la suspensión de derechos humanos. Se reconoce el derecho de previa audiencia en caso de expulsión a las “personas extranjeras”. Se adiciona la obligación del Estado de respetar, proteger y promover de derechos humanos al dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales. Se deroga la facultad de investigación por violaciones graves de derechos humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Se establece la obligación a toda autoridad de responder a las recomendaciones que realicen los organismos de protección de derechos humanos, tanto a nivel federal como local. Se establece que la autoridad deberá fundar, motivar y hacer pública la negativa, cuando no acepte o cumpla con las recomendaciones que emitan los organismos de protección de derechos humanos, previa comparecencia ante la Cámara de Senadores o en su recesos ante la Comisión Permanente o las legislaturas de las entidades federativas. Se reconoce la autonomía de los organismos públicos de protección de derechos humanos, tanto federal como estatales. ¡Gracias! Lic. Israel Trujillo Vieyra [email protected]