El aprendizaje grupal como modelo académico en el posgrado Alejandro Torres Valenzuela, E. Patricia Herrera Gutiérrez y Jesús Hernández Tinoco* Introducción Para alcanzar niveles deseables y sostenibles de desarrollo económico y social se requieren altas tasas de crecimiento y fortalecimiento de la producción, y también de un reparto alto de los beneficios (Beristain, 1994), y dentro de las variables fuertemente asociadas a estas situaciones se encuentra la inversión en capital humano. Esto hace que no se cuestione el que la educación y la capacitación formen parte esencial de una estrategia para el logro de tal fin; todo parece apuntar a que la sociedad mexicana ha comenzado a concebir y construir otro modelo organizacional de la institución educativa y de la empresa que tenga como finalidad y eje la mejora de la calidad. La importancia de la educación en el nuevo escenario de globalización comercial y competitividad internacional es obvia. Estamos entrando en un modelo productivo planetario basado sobre todo en la inteligencia cultivada. Más aún, podría hablarse de una etapa civilizatoria en la cual es fundamental el conocimiento (CEPAL-UNESCO, 1992). El análisis comparativo de los problemas, características y desafíos de dos sistemas educativos sumamente competitivos como lo son el japonés y el estadounidense, permite plantear la hipótesis de que el sistema de educación superior de México se enfrenta al gran reto de mejorar su calidad sin ser socialmente excluyente, y para lograr esto debe cambiar su organización universitaria desde una vertical y tradicional hacia una horizontal y participativa, con el fin de que la vinculación con los sectores social o productivo sea el nuevo eje de un aprendizaje más activo y de una organización académica de mayor apertura (Mungaray et al. 1994). Por otra parte, Pablo Latapí (1994) compara los tres sistemas educativos del TLC, encontrando un gran desfasamiento de nuestro país con respecto a Canadá y Estados Unidos, proponiendo entre otros puntos elevar la calidad de la enseñanza universitaria en sus funciones básicas-docencia, investigación y difusión de la cultura- lo que también nos refuerza para revalorar nuestro esquema de educación nacional. Si bien no podemos negar que el crecimiento de nuestro Sistema Educativo Nacional ha permitido mejorar la dinámica del país, también es cierto que la estructura burocrática, las luchas políticas, los programas sexenales que parten casi de cero, como si no existiese nada las disociaciones entre las relaciones dentro del mismo, entre otros factores, han impedido la formación adecuada de profesionales. El discurso académico en la formación de profesionales; tanto oficial como institucional contiene una serie de palabras estelares tales como: "formar profesionales aptos [...] críticos comprometidos con la sociedad [...] de excelencia etcétera." ¿Realmente es así? ¿Tienen conocimientos de punta? ¿Cuentan con la práctica necesaria? ¿Sus destrezas y habilidades son adecuadas? ¿Tienen capacidad crítica? ¿Se les ha enseñado a asumir una responsabilidad social? Éstas y otras interrogantes difícilmente podrán responderse afirmativamente si en el sistema educativo aflora la burocracia, la verticalidad en las decisiones, el autoritarismo, etcétera, y es específicamente en el aula donde la mayor parte de esos fenómenos se despliegan con más fuerza. En este escenario se tienen figuras intocables como la del docente, el director, y otras que simbolizan el poder, la autoridad, el conocimiento, que asumen el papel de primer actor, dejando a los alumnos papeles secundarios, en ocasiones sumamente pequeños, que los conduce a una pasividad y una falta de desenvolvimiento en la escena, y cuando enfrentan a la realidad o tratan de evitarla no desarrollan el nivel esperado. Se han buscado a lo largo del tiempo nuevas metodologías pedagógicas. Pero no se ha encontrado ni probablemente se encuentre una ideal, aunque existen propuestas que por su sustento teórico-metodológico pueden substituir a aquellos métodos tradicionales que han demostrado ineficacia en los diferentes sistemas educativos. Louis Not (1983) ubica tres significados del término "tradicional", respecto a los métodos pedagógicos: a) de acuerdo al proceso, se basan en la transmisión del conocimiento en oposición a la construcción del saber; b) con base en el contenido, utilizan la tradición constituida, y c) de acuerdo al origen, métodos antiguos con respecto de modernos. Por todo esto se propone un modelo académico para el posgrado desarrollado en esta segunda mitad del siglo por iniciativa de Enrique Pichon Riviére, el llamado "grupo operativo". En él, en lo que toca a la enseñanza - ya que se utiliza también como método terapéutico - se trabaja sobre un tópico de estudio dado, pero mientras se desarrolla, hay un adiestramiento en los distintos aspectos del factor humano; su eje es el pensar, que se establece en una espiral dialéctica que hace intervenir activamente al pensamiento, lo que ocasiona cambios de conducta en las diferentes áreas, esto es, aprendizaje; este modelo permite que se puntualice sobre la temática y los contenidos fundamentales, es decir, no deja de lado la información que deberá ser pertinente y de frontera, pero por otro lado la constante interacción entre los elementos grupales permite una reflexión y un análisis que le hace consciente de sus alcances y limitaciones, por lo que participa directamente en su formación como ser humano y como profesionista. La conceptualización de grupo El estudio de los grupos ha llamado la atención de un sinnúmero de disciplinas. Michael Olmsted (1962) sitúa dos tradiciones en el estudio de los grupos; a) externa y b) interna. En la primera, que pertenece a la vieja tradición sociológica e histórica del pensamiento social, el grupo se concibe como piedra angular de la sociedad, la cual es el objetivo final de estudio; el grupo es analizado desde fuera, como una célula en el organismo social, por lo que la mayor preocupación de estudio es us características básicas y sus funciones dentro de unidades social más amplias. La segunda tradición, evidentemente más reciente, concibe a los grupos como sociedades y valiosos objetos de estudio pues constituyen ambientes importantes del comportamiento individual; deriva más de la psicología que de la sociología. Anzieu (1961) distingue cinco categorías fundamentales al describir los grupos: a) La muchedumbre. Cuando los individuos se hallan reunidos en gran número (varios centenares o millares) sin haber tratado explícitamente de reunirse, como los vacacionistas en una playa. b) La banda. Cuando los individuos se reúnen voluntariamente, ya por el placer de estar juntos o por la búsqueda de lo semejante. c) El agrupamiento. Cuando las personas se reúnen en número pequeño, mediano o elevado, con reuniones de mayor o menor frecuencia, y con un relativo apego a los objetivos en el intervalo entre ellas. Según el ámbito de sus actividades pueden adoptar nombres particulares: • Intelectual y artístico: academia, capilla, círculo, club, escuela, etcétera. • Religioso: capítulo, concilio, cónclave, cofradía, congregación, etcétera. • Político, social, corporativo: alianza, gremio, bloque cámara, partido, sección, etcétera d) El grupo primario, pequeño, o reducido. Presenta las siguientes características • Número restringido de miembros, de tal manera que cada uno tenga una percepción individualizada de los demás. • Prosecución en común y de manera activa de los mismos objetivos, asumidos como objetivos del grupo. • Relaciones afectivas que pueden llegar a ser intensas entre los miembros (simpatías, anti-patías, etc.) y que pueden constituir subgrupos de afinidades. • Firme interdependencia de los miembros y sentimientos de solidaridad. • Diferenciación de papeles entre los miembros. • Constitución de normas, de creencias, de signos y de ritos comunes, esto es, el lenguaje y el código del grupo e) El grupo secundario es un sistema social que funciona regido por instituciones (jurídicas, económicas, políticas, etcétera.) dentro de un segmento particular de la realidad social; es una "sociedad" o una "asociación", según persigan o no fines lucrativos. Dentro del aspecto educativo, en función del aspecto de formación de las personas, además de ubicarlo dentro de las clasificaciones anteriores podemos definir al grupo como "un proceso desencadenado por los cruces anudamientos deseantes entre miembros singulares reunidos temporoespacialmente para impulsar ciertas finalidades comunes” (De Brasi,1990). El aprendizaje Ante cualquier reflexión, ya sea científica, filosófica y, en este caso, pedagógica, subyace la concepción del hombre y una hipótesis acerca de la esencia y el origen del conjunto de los procesos asociados a su desarrollo como especie. De esta manera es posible que el proceso de conocimiento humano tenga su fundamento en las necesidades materiales que los hombres resuelven a partir de las relaciones sociales, y por esto la realidad social opera como factor determinante en el desarrollo del conocimiento; emergen desde allí diversas modalidades de interpretación de lo real, y así se pueden explicar las diferentes concepciones del mundo, del hombre, de la cultura, etcétera. Tales concepciones van haciendo historia, una historia social, en la que se encuentran luchas y contradicciones dadas por los intereses sociales. Bajo esta. perspectiva entendemos al ser humano como un sujeto configurado en un sistema vinculado entre la necesidad-satisfacción en donde las necesidades, de acuerdo con Pichon Riviére, cumplen su destino de gratificación o frustración; esto se lleva a cabo en el interior del sujeto pero la fuente de la gratificación es el exterior, de aquí que la necesidad aparece como fundamento motivacional de toda experiencia de contacto, de todo aprendizaje, de todo vínculo; la satisfacción es eminente- mente social, con carácter vincular. La necesidad remite al objeto, por lo que se somete a la determinación del mismo; el objeto se inscribe en el sujeto, configurando su interioridad, y lo constituye a partir de la terminación de aquello que aparecerá a como más subjetivo: la necesidad misma (Panpliega, 1980). Mowrer y Kluckhohn, citados por Bleger, enumeran cuatro proposiciones "mínimas esenciales" de una teoría a dinámica de la personalidad: a) La conducta es funcional, esto es, tiene una finalidad: la de resolver tensiones. b) La conducta implica siempre conflicto o ambivalencia. c) La conducta siempre debe ser comprendida en función del campo o contexto en el que ocurre. d) Todo organismo vivo tiende a preservar un estado de máxima integración o consistencia interna. La conducta y la personalidad se desarrollan bajo la organización de un proceso dinámico que permiten una modificación más o menos estable; esas modificaciones dan lugar al proceso de aprendizaje, el cual, tradicionalmente, se ha cargado de intelectualismo, pero éste es sólo una parte del aprendizaje total. El cambio que implica el aprendizaje puede ocurrir en todas las áreas de la conducta o bien en algunas de ellas. El aprendizaje grupal El fundamento del aprendizaje se establece en tres elementos esenciales: información, emoción y producción, que giran alrededor del concepto de cambio implícito en el aprender (Bauleo, 1982). Centrarse en el primero es establecer una relaci6n entre el educador y una "memoria" que registra y devuelve, con una negación total del contexto, y propicia la formación de alumnos pasivos, irreflexivos. De ninguna manera podemos ignorar lo que se encuentra alrededor del proceso grupal que es el contexto, el cual apunta en dos extremos: uno seria la ecología del aprender, es decir, la situación ambiental para que éste se desarrolle, y el otro, en estrecha relación con el primero, hace referencia a lo que Goldmann denomina conciencia real y conciencia posible. El contexto establece dos circunstancias: una externa, en la que están presentes factores económicos y socio-culturales generales, y la forma en que se particularizan en la enseñanza (problemas de la sociedad en la cual se desarrolla el aprendizaje, y modelos que aquella tiene de éste). Desde este enfoque, el alumno pone en movimiento frente a la información su afectividad, pudiendo ocasionarle dos respuestas: que dicha afectividad sea golpeada por la información, creándole una serie de respuestas defensivas, rechazándola fuertemente, originando una pasividad frente al cambio esperado, y por otro lado esto puede ser el motor para la búsqueda de nueva información y, por ende, promoviendo cambios de conducta deseables y esperados. La producción en el aprendizaje - tercer elemento - constituye la posibilidad de crear nuevos elementos transformando lo dado, o propiciando que lo dado se convierta en instrumento de búsqueda, de esta manera el aprendizaje no es sólo la asimilación de la información sino la posibilidad de utilizarla. El grupo operativo, de acuerdo al iniciador del método, "es un conjunto de personas con un objetivo común", al cual intentan abordar operando como equipo; tiene propósitos, problemas, recursos y conflictos que deben ser estudiados y atendidos por el grupo mismo a medida en que van apareciendo; su examen se efectuará en relación con la tarea y en función de los objetivos propuestos (Bleger, 1964). En la enseñanza el grupo operativo trabaja sobre un tópico de estudio dado, pero mientras lo desarrolla, se adiestra en los distintos aspectos del factor humano, desde el rompimiento de conductas estereotipadas como es la percepción de la imagen idealizada del profesor, ya que lo más importante no es disponer de una información acabada sino poseer los instrumentos para resolver problemas que se presentan en dicho campo, “hay una gran diferencia entre el saber a cumulado y el utilizado; el primero enajena incluso al sabio-, el segundo enriquece la tarea y al ser humano.” La organización de la enseñanza en grupos operativos exige que se desarmen y rompan una gran cantidad de estereotipias, que se vienen repitiendo y sirven como defensas contra la ansiedad, pero que paralizan el proceso dialéctico de enseñanza y aprendizaje. No se debe fomentar ninguna falsa imagen, ni de profesores ni de estudiantes, y hay que transmitir la información sobre el nivel en que la misma se halle sin dejar de presentar los hechos dudosos, contradictorios e irresueltos. La técnica operativa de la enseñanza modifica substancialmente la organización y administración de la misma, tanto como los objetivos que se desean alcanzar. Problematiza en primer lugar, la enseñanza misma, promueve la explicitación de las dificultades y conflictos que la perturban o distorsionan. Es un instrumento de trabajo y no constituye una panacea que resuelva todos los problemas. Y dado que el término aprender se halla muy contaminado de intelectualismo, ya que se le ha relacionado siempre con una operación intelectual de sólo almacenar información, se debe reconceptualizar el término tomando en cuenta una verdadera concepción de la totalidad del proceso y considerar que no se debe únicamente almacenar la información, sino que ésta debe ser incorporada como instrumento para volver a aprender. El pensar lo debemos considerar como el eje del aprendizaje, por lo que durante el proceso aparecerán ansiedades y confusiones; éstas se deben incluir en el proceso de pensar, y por lo tanto del aprendizaje; no se debe tener temor de que ellas aparezcan ni evadirlas, sino que deben ser afrontadas desde la perspectiva del grupo mismo, bajo su propio contexto, alcances y limitaciones por lo que no sólo se aprende a pensar sino a observar y escuchar, a relacionar las propias opiniones con las ajenas, a admitir que otros piensen de diferente modo, y a formular hipótesis en una tarea de equipo. El grupo operativo reconceptualiza el esquema de referencia, entendido como el “conjunto de experiencias, conocimientos y afectos con los que el individuo piensa y actúa”, participando de esta manera en la organización y estructuración de la personalidad del individuo; el dinamismo y la plasticidad de dicho marco de referencia es condición necesaria para el aprendizaje y los esteorotipos se transforman en una barrera. En la dinámica desarrollada en la línea de funcionamiento grupal se puede decir que existen tres momentos: En el primer momento aparecen confusos los objetivos del grupo, aunque se hayan explicitado apararentemente bien; la tarea tampoco queda clara – este momento se puede denominar indiscriminación -; la participación de los integrantes está basada en una perspectiva individual y no grupal; no hay integración, se añoran experiencias o vivencias anteriores. La referencia a otro grupo y no al presente es habitual, por lo que cada integrante, si se acerca a dialogar sobre el tema, lo hará al nivel de sus experiencias anteriores, haciendo caso omiso al presente, y los otros actuarán sólo como escuchas o discutiéndole lo expresado como situaciones bipersonales. Los papeles tienen una significación “prestada”: algunos son integrantes, otro es coordinador, otro observador; no hay intercambio de papeles y las conductas son estereotipadas; este momento tiene las características de la indiferenciación y por lo tanto los elementos básicos de todo grupo, como la interacción, la conciencia de interacción y la finalidad, no se visualizan. El segundo momento llamado de discriminación o de diferenciación es el del esclarecimiento básico de dos papeles: coordinador e integrante. Comienza a despuntar la tarea manifiesta y la tarea latente, y los integrantes comienza a identificar el “para que” de la reunión y otro tipo de expectativas; es ahora cuando se visualizan los miedos al cambio- miedo al ataque y pérdida. En este momento se percibe claramente la resistencia al cambio, lo que crea un círculo vicioso armado sobre los miedos y con base en comportamientos arcaicos; en este periodo se observa también la posibilidad de elementos como pertenencia al grupo y pertinencia ala tarea ya que están enunciados los elementos básicos (papeles y tarea). Por último aparece el tercer momento que podemos denominar de síntesis, en el se empiezan a lograr experiencias integradoras al alcanzarse unidades de síntesis, producto de la tarea que conlleva a lo que se ha denominado momento de productividad, de insight, o de depresión, según la visión técnica. Además el grupo ya experiment6 la conjunción entre la verticalidad y la horizontalidad, elementos que le permiten no sólo una integración actual sino también una perspectiva histórica, la renovación de viejos esquemas o expectativas, su aplicación actual y de ahí las modificaciones necesarias. La verticalidad permite ver a cada integrante el ajuste de su historicidad al presente, su movimiento actual y su participación en el grupo. Lo horizontal le permite al grupo hacer consciente su interaccionar, su estructuración y el desarrollo del tema. El alcanzar este estadio es sólo un. momento, que luego se va a alternar o suceder con los otros momentos, ya que debido a la espiral dialéctica sucede la aparición de los otros momentos aparentemente iguales pero en un nuevo nivel. De tal manera, el aprender aparece después de la resolución de lo grupal. De aquí resulta operativa la elaboración del sistema relacional o interpersonal como paso previo al abordaje de un tema, que nos lleva. a una serie de complejos nucleares a resolver: a) La elaboración de un sistema relacional es también un aprendizaje. b) De lo anterior se deduce que es necesario ubicar y evaluar ese aprendizaje, que a su vez tiene o no tiene relación con el tema. c) El aprendizaje de una tarea es el que se logra con su resolución. Pero la misma tarea puede servir para su resolución, y entonces la tarea aparece como objeto y como medio. d) La información, la emoción y la producción van a ser de características diferentes en los momentos de aprender una tarea o de la tarea para aprender. e) El cambio resultante del proceso del aprendizaje va a tener como determinantes a la interrelación de los elementos. En relación con este último punto, en el grupo cada miembro está estructurado biposicionalmente y tratará de asumir la posición que le dé placer y de inducir en los demás la posición que le da displacer; así presenta las conductas manifiesta-significante y latente-significado, que se interrelacionan con las de los otros elementos, lo que permite o no que se cumpla con la tarea. Cada individuo o emergente está sometido a una quíntuple presión: la presión lateral sintáctica de los otros miembros del grupo, la presión vertical de la estructura individual, de la tarea, de la presencia del coordinador y de la estructura institucional y social donde el grupo está inserto. El emergente es la expresión que relaciona la tarea y procede del aprendizaje y la experiencia grupal. El grupo elabora emergentes y consiguientemente experiencias grupales de signo positivo o avances; los contenidos latentes, que representan las resistencias individuales frente a la fusión en lo colectivo y aun dentro de lo colectivo, son exponentes de las dificultades ante el proceso intelectual como efectivo de los contenidos latentes de los miembros del grupo, de los mensajes grupales -emergentes- que a manera de retroalimentación suscitan otras tantas experiencias que recrean otra secuencia nueva de experiencias. TABLA 1 Características que debe tener la educación en una sociedad ideal Conclusiones La sociedad participativa exige obviamente una educación con el mismo carácter pero que también sea plural (tabla 1, adaptada de Corona, 1994), por lo que las instituciones responsables del posgrado deben impulsar cambios que eleven su competitividad en materia de recursos humanos, que reconsideren su tamaño y las formas de operación de sus estructuras académico-administrativas que permitan inducir procesos de aprendizaje y den respuestas adecuadas y de calidad a las necesidades del entorno social y productivo; estas propuestas deberán contar con un mayor enfoque hacia mejorar el aprendizaje. Es prioritario deshacernos del mito de que el aprendizaje se da por acumulación y repetición de la información. Hay que encontrar nuevas formas de aprender desaprendiendo, de aprender transformando y trascendiendo los conflictos, para introyectar nuevos y mejores valores y permitir habilidades y destrezas acordes con el ámbito de desarrollo profesional mediante una nueva, concepción de ]a participación individual en la acción colectiva. Deben respetarse los diferentes ritmos de aprendizaje, el derecho a hablar y ser escuchado, a ser respetado y valorado como una pieza fundamental en la tarea asignada. La didáctica ha considerado al grupo como objeto de enseñanza y no como sujeto de aprendizaje. El grupo operativo no es sólo la suma de sus miembros sino una unidad que se manifiesta como una totalidad dinámica y que constituye una estructura emergente de la interacción de los mismos y que, a su vez, introduce cambios de conducta, en sus integrantes proporcionando una integración unitaria del mundo y del cuerpo y con éste se controlan las tensiones y se impide la irrupción traumática de situaciones y hechos nuevos. La tarea de aprender y el tema correspondiente enfocan la atención directa. del grupo y su coordinador, y la relación entre tarea, objetivo y los implicados en la misma se verifica a través del análisis del esquema de referencia y la graduación de las ansiedades que esto implica. La información que se debe asimilar constituye el contenido manifiesto, mientras que dicho esquema de referencia es el contenido latente. El grupo operativo trabaja partiendo de cierta información, y ésta le llega de maneras distintas; puede ser aportada directamente en forma intelectual, y en este caso el grupo reconstruye la totalidad partiendo de lo aportado fragmentariamente por sus miembros, y se examinan las dificultades en virtud del fraccionamiento, omisiones y distorsiones. Conforme el grupo reconstruye la información, al mismo tiempo la enriquece, y cuando la aprende, ya es superior a la originariamente impartida. Referencias Anzieu, D. y J-Y. Martín, La dinámica de los grupos pequeños. Kapeluz, p. 16, Argentina, 1971. Bauleo, Armando, Ideología, grupo y familia. Primera edición. Folios Ediciones, p. 17, México, 1982. Beristain, J., "Educación y capacitación para el desarrollo ". Comercio Exterior, vol. 44, núm, 3 p. 192, marzo de 1994, Bleger J., Temas de psicología (entrevista y grupos). Ediciones Nueva Visión, p, 57, Argentina, 1964. Bleger, J., Psicología de la conducta. 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