Editorial SUMARIO Debutaron un día Javier Aldunate. “Una experiencia extrema”.. 2 Entrevista Gabriel Ruiz Tagle. “Maratón de Vida”................. 6 Columna Los peores enemigos del trotador. Por Hermógenes Pérez de Arce.......................... 10 Entrevista Tomás González. “Siempre supe que nací para la gimnasia”..................................... 13 Momentos Olímpicos “Si he de morir, que sea aquí y ahora”. Por Enrique Urrejola......................................... 16 Destacados Luisa Rivas. “Su pasión la transformó en virtud”. Por Alberto Achondo..................... 18 Consejo Profesional La importancia de las colaciónes. Por Dr. Norman MacMillan.......................................... 22 Artículo Pensamientos y emociones en los corredores. Por Rodrigo Cauas.............................25 Artículo Correr sano, correr feliz. Por Cristián Sieveking......... 26 Artículo Fractura por estrés. Claudio Rafols, Andrés Valladares y Marioly Solis....................................... 27 Artículo Vivirlo será siempre mejor que imaginarlo. Por Marcela Conejeros........... 28 Sociales Nueva York.............................. 28 Director Ejecutivo Francisco López A. Editor General Alberto Achondo. Comité Editorial Roberto Chávez. Oscar Teillery. Periodista Daniela Robin. Dirección de arte Marcela Conejeros. Edición Dialogo Publicidad y Marketing Ltda. Coronel 2330, Of 41. Providencia. [email protected] Santiago Runners Club [email protected] www.santiagorunners.cl Trascendente Gestión Acabo de tirar al papelero la Editorial que había escrito para esta edición, minutos atrás recibí la portada y no puedo dejar de comentarla, pues esta fotografía merece desde mi perspectiva portada y editorial. Reúne muchos elementos sublimes por los que corremos y somos, un instante de la maratón más emblemática del mundo, Nueva York en el Puente Verrazano a pocos minutos de la partida. Un gran atleta Chileno record Guinness de fondismo que acompaña y guía haciendo de lazarillo de un atleta no vidente cuyo rostro expresa asombro y felicidad, junto a ellos un importante hombre público del quehacer nacional que corre con nosotros. La alegría de partir entre 30 mil corredores después de tanta preparación y larga espera, el mejor de los momentos, glicógeno pleno – estanque lleno - las piernas livianas y el inicio de una nueva aventura que quedará en el recuerdo para siempre. El niño divino a flor de piel también los acompaña, basta observar sus rostros. La vida es solo una suma de instantes, somos afortunados en la mecánica de nuestra mente que graba aquellos instantes felices y en el tiempo desvanece y degrada aquellos amargos, al final de la tarde, la vida es solo una suma de instantes felices, como el de esta portada. Cada uno de los 56 corredores que conformó el grupo del Santiago Runners vivió una nueva aventura, Diego Eluchans pudo conocer y vivir el misterio que probablemente se preguntó por años, y finalmente saber porqué Ramón su Padre ha corrido 10 veces Nueva York. Enrique Urrejola es puro coraje, venció la adversidad y ni siquiera la grave lesión estructural que le aqueja lo pudo doblegar. Luisa Rivas ganó su categoría a muy pocas semanas de haber obtenido un campeonato Mundial Senior en Europa. Esta portada nos regala la alegría y felicidad de correr, donde comparten almas sin diferencias, cercanas al estado de pureza previo, el soplo divino. Un profesional doctorado en economía, ex Ministro y Presidente del Instituto Emisor de Chile, junto Erwin, el marciano y hombre de fe que devora kilómetros, loco de amor por lo que hace. Sin diferencias de naturaleza alguna, nuestros tres corredores comparten el asfalto del puente iluminados por el sol de esta mañana de otoño, tan lejos de sus cargos, de su importancia social, tan lejos de las valoradas y odiosas pertenencias terrenales, ligeros de equipaje emprendiendo un viaje encantador. La maratón nos da muchas oportunidades, conocernos en la intimidad de cada uno, desafiarnos, poner nuestros talentos en la ruta lógica, tener claridad del rumbo, escribir nuestro derrotero; postergar el ego privilegiando nuestra esencia en el yo íntimo para compartir con el corredor que nos acompaña en ese mismo plano, una experiencia escasa, rara y difícil de poder experimentar en otras instancias, y que es por lo demás, un ejercicio de sutil espiritualidad del Ser. Conmueve la alegría del atleta no-vidente a quien acompaña Erwin, pues siendo los ojos la ventana del alma, hasta ésta parece haberse abierto de par en par para quien la vida le ha privado de ver; la felicidad y sonrisa infantil de su rostro, su bandera Chilena en la mano y los globos a su espalda, constituye una imagen y un instante fantástico. Ello se logra solamente bajo ciertas y muy escasas oportunidades, corriendo una maratón es una instancia perfecta y única, aún para quien está impedido de ver, pero no para correr. El Directorio cumplió con lo programado hace un año. Llevar un número significativo de Runners a Nueva York, este logro más allá de ser un objetivo del Club, es un aporte a la vida de cada uno. Las acciones mensurables en el largo plazo, se juzgarán por lo que nuestros actos aporten a la humanidad, sin que ni títulos, patrimonios, cargos ni apellidos incidan. Así concluyamos y felicitemos a nuestros directivos, es sin duda el camino o la ruta válida de este grupo de corredores que hacen que ciertas cosas ocurran, notable y también trascendentemente. 2 Debutaron un día Por Javier Aldunate Mi primera maratón rema Javier Aldunate tiene 30 años y es ingeniero comercial. Es el mayor de tres hermanos y siempre le gustaron los deportes. Primero fueron el tennis y el fútbol, más tarde quiso probar con el atletismo, lanzamiento de bala y disco. Sin embargo nunca obtuvo grandes resultados y siempre evitó comenzar a correr. Se declara extremista y dice que cuando quiso mantener su peso comenzó a correr casi todos los días. una experiencia Trema Estoy en la cama sin poder moverme debido a las secuelas de mi primer maratón. Con una alegría enorme y lleno de orgullo por haber conseguido lo que todo corredor anhela: cruzar la meta. Todo comenzó a fines del 2005, cuando por un tema de salud comencé a correr - nunca lo había hecho porque lo consideraba aburrido - a los pocos meses ya estaba enviciado con el trote. Durante el 2006 comencé a participar en las distintas corridas que hay (7K y 10K) y luego de unos meses decidí correr en la media maratón del Pacifico en diciembre. Empecé a entrenar con un plan que bajé de Internet y con la ayuda del profesor de educación física del gimnasio. Todo iba bien hasta 4 semanas antes de la carrera cuando comencé con una tendinitis en la rodilla. Cambié el entrenamiento rápidamente y en vez de correr tuve que entrenar en bicicleta para no perder la forma; una vez a la semana trotar un largo rato. De esa forma pude llegar a la carrera y tener un buen desempeño, 1:35:40. Sin duda, este 3 “triunfo” en mi carrera como runner me abrió el apetito por un desafió mayor: correr una MARATON. En ese momento me hice todos los chequeos médicos y decidí que para tamaño desafió debía contar con una asesoría experta en el tema. Así comencé a buscar entre los distintos clubes de trote y me decidí por Santiago Runners, ya que cumplía con todos los requisitos necesarios: expertos en el tema, un espíritu de grupo y, lo más importante, una gran cooperación entre los distintos miembros. Con todos los elementos necesarios comencé mi entrenamiento con la antelación necesaria; alrededor de 7 meses. carrera, esperando que Pepe (mi hermano) El comienzo del Vía Crucis se diera cuenta de que el trayecto era para el otro lado, si no lo hacía iba a tener graves problemas. Menos mal Pepe es más pillo que yo y a los pocos metros me lo encuentro, lo que me produjo mucha tranquilidad. Venia en el 24k con un buen ritmo de carrera y comencé a sentir algunas molestias en la parte posterior del muslo e inmediatamente bajé un poco el ritmo. Se me vino a la mente la peor de mis pesadillas: no poder terminar la maratón después de tanto esfuerzo familiar. Me dije: “llego como sea”, cerré los ojos y seguí adelante, junto con eso comenzaba la bajada y pensé ahí me recuperaría, sin embargo eso no ocurrió y en el 27K sentí el primer calambre. Me aterré, ya que todavía quedaba mucha carrera. Paré un par de segundos para elongar, continué y comencé a imaginar que venia de vuelta a casa. Sin embargo aún me quedaba un tercio de camino y como el cuerpo no es tonto, comenzó a producir calambres en la otra pierna y en el 29K tuve que volver a parar para elongar. Continué corriendo, en esos momentos pensaba cómo voy a llegar y todavía me quedan 6K de subida. A estas alturas me había comido 3 power Gel tomado 2 litros de líquidos isotónicos y 2 plátanos y las La preparación para este desafío fue bastante rigurosa. Por supuesto, intenté cumplir todas las recomendaciones al pie de la letra. Todo fue bastante bien hasta 4 semanas antes de la carrera, pues empecé a sentir un cansancio mayor al común, tomé algunas vitaminas, pero no ayudaron a paliar el problema. Sin embargo, tenía que seguir a pesar de las dificultades y eso me ayudó a soportar lo que sería la carrera. Ya no podía parar, había invertido muchas horas de sueño en las mañanas entrenando, más de alguna discusión con mi señora que no comprendía esta locura, pero la aceptaba y respetaba. La carrera Esa mañana me desperté muy temprano, a las 4:50. Estaba muy ansioso y lleno de nervios, como un niño antes de su primer día de clases. Sabía que iba a ser la carrera más dura de mi vida, pero nunca pensé que iba a sufrir tanto. Me había preparado de la mejor forma posible, entrenamiento al pie de la letra, plan de carrera según la altimetria y mi hermano me acompañaba en bicicleta. El gran pero era una molestia en la rodilla que empezó los últimos tres días. La temperatura para ese día 30 °C, para la cual venía preparado con más de 6 botellas de bebidas. Estaba en la partida, listo para comenzar, con un precalentamiento adecuado, mentalizado para cumplir el plan al pie de la letra y encuentro al lado mío a Roberto Chávez. Conversé con él y me comentó que el circuito era al revés de lo que lo había planificado; esa fue la primera dificultad. Mentalmente comencé a recordar el circuito y cambié el plan de Comencé la carrera al ritmo planificado. Todos me decían que no me apurara porque en la primera vuelta uno se siente muy bien, pero el problema fue que en los primeros kilómetros no me sentía tan lleno de energía. No lo tomé en cuenta, ya que iba mentalizado a cumplir el plan de carrera, pero alrededor del 8K hice mi primer cambio. Bajé un poco el ritmo para aguantar mejor la segunda vuelta (eso era lo que yo creía). En el 11K me tomé el primer Power Gel para aguantar bien la subida que se venía, en la que me fue bastante bien e incluso pude volver al ritmo de carrera, eso sí el calor comenzó a ser muy fuerte. Pero no era problema, estaba bien abastecido. 4 “Ya no quedaba nada y al girar por Presidente Riesco se veía la meta esperando. Al pasar por ella vi 3:45:19, en ese momento me sentí muy emocionado y se me vinieron muchas cosas a la cabeza: mi familia, el entrenamiento, las adversidades y el poder lograr las metas, a Me sentí frustrado y comencé a caminar hasta que sentí un poco menos de dolor y pude continuar. Llegó el 35K, paré a elongar y afortunadamente pude seguir corriendo. Iba en plena subida con un calor insoportable, que se acrecentaba por las calles y edificios de la Municipalidad de Vitacura. En el 36K volví a parar, elongar y tuve que caminar una cuadra para poder tomar fuerzas y continuar corriendo. Pensaba cómo iba a poder llegar, pero me animaba solo y me decía: “ vamos un Kilómetro más”, el 37K y 38K. En el 39K me encontré con mi suegra, que me dio fuerzas para continuar. Ya sentía un cansancio enorme y lo único que me hizo seguir fue que imaginaba que Manquehue iba a ser de bajada y que mi familia me esperaba. En el 40K mi familia me dio una sorpresa y me encontré con mi señora e hija. Esto me entregó la convicción de que tenía que llegar aunque fuera gateando – y no estaba lejos de eso. Giré hacia Manquehue y se me produjo una gran decepción: también era de subida. Volví a parar, elongar y caminar. Saqué ánimo y me dije: “vamos que se puede”. Ya no quedaba nada, pero el cuerpo no respondía, volví a parar y comencé a caminar. Entonces, apareció una camioneta de la organización a unos 50 mts. de donde yo estaba, como esperándome. Pero mi amor propio fue más fuerte y continué corriendo. Ya casi iba llegando y por ningún motivo iba a abandonar ahora. Alcancé a visualizar el último desafío: el paso bajo nivel de Kennedy, que en esos momentos me pareció enorme. Una persona que estaba alentado, vio mi cara de desesperación y me gritó: “Mira el Piso!!!”. Le hice caso y logré pasar esa valla, ya no quedaba nada y al girar por Presidente Riesco se veía la meta esperando. Al pasar por ella vi 3:45:19, en ese momento me sentí muy emocionado y se me vinieron muchas cosas a la cabeza: mi familia, el entrenamiento, las adversidades y el poder lograr las metas, a pesar de que estas parezcan imposibles. LO LOGRÉ. Esta carrera fue distinta a las que uno acostumbra a leer en las revistas del club, con miles de personas corriendo y alentándote, la ciudad paralizada por el deporte. Aquí eran 154 inscritos y gente esporádicamente en las calles, pero el desafío era el mismo. También se puede destacar la buena organización y abastecimientos de la carrera. El gran pero fue la hora de partida, 8:30 AM . Después de esta gran experiencia no me queda más que agradecer a Margarita (mi señora), a toda mi familia y el gran apoyo que me han dado todos los runners durante mi tiempo en el club, transmitiendo toda la experiencia y siempre apoyándome durante la carrera. pesar de que éstas parezcan imposibles”. ema piernas no respondían. Llegó el 30K y tuve que volver a elongar. El problema era que cuando elongaba una zona comenzaba con los problemas en la otra pierna, en esos instantes lo único que me hacia seguir era que mi señora e hija me esperaban en la meta y el apoyo constante de Pepe. Ante tanta complicación, veía una sola meta: el siguiente kilómetro. Esta tónica se repitió en el 31K, 32K y 33K, hasta que llegue al 34K. Definitivamente, ya no podía caminar. 6 Entrevista Por Daniela Robin. Gabriel Ruiz Tagle, Presidente de Colo-Colo Maratón de Vida Empresario, maratonista y presidente del club de fútbol más grande de Chile. Visionario, comprometido y determinado a cimentar el futuro de Colo-Colo. Para Gabriel Ruiz Tagle la maratón más importante de todas ha sido vivir su propia vida, sorteando obstáculos, pendientes inclinadas y decisiones de gran envergadura. Sin embargo, cada paso es una nueva meta. 7 ¿Cómo se definiría Gabriel Ruiz Tagle a sí mismo? No es una definición fácil. En principio me definiría como una persona sencilla, creo yo. He tenido bastante suerte en mi vida, tanto en mi familia como en mi trabajo. He tenido la fortuna de tener éxito en todo lo que he emprendido. Pero todo lo he logrado con mucho esfuerzo. Por lo tanto, si tuviera que ponerlo en una sola frase, diría que soy un agradecido de la vida. De joven la verdad es que no. Es que nunca fui un atleta. Sí tengo una hermana que no está en los runners sino en otro grupo de trote y le ha ido bastante bien. Ha ganado categorías, etc. ¿Podríamos decir entonces que hubo un “gen” del deporte? (Ríe) Sí… puede ser que haya habido algún gen positivo en materia de trote. Yo, eso sí, subí cerros por mucho tiempo con un grupo de personas. Pero es complicado porque lo de las excursiones se dificulta menos a uno de mis hijos esto del trote ya le gustó y espero que los otros sigan el mismo camino. ¿Cómo es la interacción entre usted y los demás runners? Creo que esto tiene una característica única. Y es que todos los runners tienen diferentes ocupaciones, intereses y actividades. Sin embargo, todos se unen torno a una misma motivación: el amor al trote. Y eso genera amistades muy profundas. Pese a ser un grupo de personas ¿Cómo y cuándo empezó su afición al trote? Yo siempre trotaba, pero solo. Durante más o menos 15 o 20 años siempre lo hice solo y lo disfrutaba. Pero de un punto en adelante me di cuenta de que habían maneras mucho más organizadas de hacerlo, que incorporaban compañía y a la vez metas personales, además de disciplina. Y eso lo hacía mucho más atractivo como actividad, sobretodo porque el tema de la superación es algo que, al trotar solo, se relativiza demasiado. En cambio cuando uno forma parte de un grupo y comienza a participar en competencias organizadas, eso va generando metas personales, además de un ambiente de camaradería en torno a eso que lo transforma en algo mucho más profundo y rico que cuando se trata de una actividad aislada. ¿Cuál es su relación con los Santiago Runners? Corro con ellos. Soy un runner. Aunque tengo mucho que hacer. Soy Presidente de Colo-Colo además de estar involucrado en muchos otros negocios. Me mantengo bastante ocupado. Pero sobre correr, te diría que funciona como un motor que me permite seguir activo en todas mis obligaciones. No lo definiría como una terapia, pero el trote, mi vida como runner, es un estímulo, un desahogo, una carga positiva, que me permite mantener un ritmo de trabajo que de otra manera, estoy seguro, se me haría mucho más pesado. Remontémonos a su infancia. ¿Compartía usted alguna actividad deportiva con algún miembro de su familia? “Muchos runners entre sí son amigos de verdad, hacen actividades juntos, etc. Eso cultiva vínculos en las personas que no sé si otros clubes tendrán la capacidad de impulsar”. por el tema familiar. Con ellos ahora también hay trote. Mi hijo debutó recientemente en la maratón de Chicago, Estados Unidos, y le fue bastante bien. Incluso le dieron un premio en la última comida de los runners. Mi hijo, Tomás, está trotando conmigo, y otros dos que creo van en camino. Corrimos yo y mis hijos ahora último en una maratón realizada en el mes de Octubre donde hubo mucha humedad ambiental y una temperatura record de 35 grados. Una persona murió incluso y más de 500 personas necesitaron atención médica. A mí me fue bastante bien, llegué dentro de los primeros 40 en mi categoría. Pero incluso hubo en un momento en el que, por indicación de la policía, la carrera se suspendió. Sin embargo, ha sido, de las ya ocho maratones en las que he participado, la mejor experiencia, la más dura. Había que estar muy convencido para seguir adelante. Podríamos decir que el trote en mi familia está bastante internalizado. Lo que pasa es que para los jóvenes esto del correr es bastante sacrificado y no lo encuentran muy entretenido. Requiere mucha disciplina y entrenamiento. Por lo muy heterogéneo, muchos runners entre sí son amigos de verdad, hacen actividades juntos, etc. Eso cultiva vínculos en las personas que no sé si otros clubes tendrán la capacidad de impulsar. En otras actividades uno siempre está pensando en ganarle al de al lado. Pero acá no. Eso es importante porque compites contigo mismo y no con los demás. Por eso a nivel de grupo no se contamina en espíritu deportivo. Hay una tremenda riqueza humana porque están todos tratando de ganarse a sí mismos, y eso hace que las relaciones sean de mucha mejor calidad. ¿Cómo ve su vida sin el “combustible” del trote? Mucho más aburrida, sin duda. A estas alturas quiero ser franco: me costaría imaginarme sin poder trotar. Por esto es que uno hace propia la frustración de alguien que está lesionado y que no puede trotar. Porque uno, cuando ha estado lesionado, y se levanta un fin de semana a las 8 de la mañana sólo para darse vueltas, con hambre de trotar y sin poder hacerlo, es una frustración muy grande. Por eso 8 cuando uno sabe de alguien del grupo que tiene una lesión que no lo deja trotar y que va a pasar varias semanas o meses sin hacerlo, se entiende. Porque es como si a uno le quitaran algo que forma parte de sí. Por esto también es que uno se pone mucho más cauto consigo mismo, porque tienes tanto que perder… Yo tengo hijos menores a los que les gusta jugar fútbol. Yo no juego fútbol con ellos aunque soy presidente de un club de fútbol, porque me da pánico lesionarme. “Yo diría que una maratón es un recorrido que se asemeja mucho a la vida de una persona puesto que está llena de momentos difíciles, donde se pone a prueba la voluntad, a veces ¿Ha tenido lesiones importantes? el compañerismo”. El año pasado tuve un problema que me mantuvo con inconvenientes y del que estoy saliendo. Ahí aprendí, porqué en un primer momento, uno cree que todo le pasa a los demás, pero no a uno. Hay que aprender, como dicen, a oír al cuerpo y ser muy cuidadoso. Y su señora, ¿lo acompaña en el trote? Siempre cuando hay maratones fuera de Chile, yo la invito. Nos acompañamos. Ella debe ser una experta en observar maratones. Es probable que entienda incluso mejor que yo el funcionamiento de una maratón, ya que ha estado presente, desde una posición, privilegiada, en quizás algunas de las carreras más importantes del mundo. Ella además ha sido bien tolerante, porque esto te quita tiempo, pero te lo compensa. De todas maneras el apoyo familiar es bien importante a la hora de correr. ¿Qué significado tienen para usted las maratones? Es sorprendente como te conoces a ti mismo. Porque exploras tus capacidades, tus limitaciones. Una maratón se puede entender en diferentes planos: en un plano deportivo te pones a prueba en términos de disciplina, de técnica y entrenamiento. Superarse a uno mismo deportivamente. Es un desafío porque descubres hasta donde puedes llegar, o hasta donde pueden llevarte tus capacidades. Pero además hay un plano filosófico, donde yo aplico la dinámica de las maratones a la vida. Siempre hay gente que va más adelante de uno y que en el fondo es más que uno. Pero hay gente que va más atrás de uno. Hay gente que llega más lejos en la vida. Hay personas a las que les cuesta menos o más. Por otro lado, hay un tema con ir cumpliendo etapas. Hay momentos en que uno siente que está más cerca de la meta, veces en que uno debe tomar agua o aligerar el ritmo. Oxigenarse. Yo diría que una maratón es un recorrido que se asemeja mucho a la vida de una persona puesto que está llena de momentos difíciles, donde se pone a prueba la voluntad, a veces el compañerismo. Hay tramos que son más fáciles, en bajada, otros mucho más inclinados donde no sabes que habrá al otro lado de la pendiente, también momentos alegres, etc. El ir cumpliendo etapas en una carrera es algo muy aplicable a la vida misma, donde hay épocas más complicadas, otras más fáciles, etc. A mí me sirve mucho esto porque siempre que estoy bajo mucha presión, con gran cantidad de preocupaciones, me acuerdo de cuando iba en una maratón, en el kilómetro 25, y ya no quería más. Pero había que seguir. El trote enseña a pensar. El espíritu del deporte te ayuda, te forma. Pasemos al tema de la presidencia de Colo-Colo. ¿Fue algo deliberado o fortuito? (Guarda silencio por unos segundos) Esto demuestra que la vida da muchas vueltas. Yo nunca fui aficionado al fútbol y ahora soy presidente del club más importante de Chile. No es menor si piensas que en Chile hay siete millones de personas que se declaran hinchas de Colo- Colo. Es toda una institución. Ser presidente es una experiencia increíble, un gran desafío profesional. Lo bien o mal que lo hagamos nosotros repercute en la vida de muchas personas. Chile amanece diferente si ColoColo ganó o perdió. El ánimo de la gente se influencia de manera tremenda, y por eso la responsabilidad es igual de grande. Nosotros tenemos una gigantesca cobertura de prensa hacia todo lo que pasa en Colo-Colo. Hacer esto bien es muy importante, por lo que la dedicación el compromiso es clave. Desgraciadamente termina siendo muy absorbente, porque requiere dedicación completa. ¿Cómo llegó a usted a ser parte de ColoColo? Fue una suma de circunstancias, ha decir verdad. Desde que Colo Colo entró en quiebra hubo una sociedad que asumió la dirección del club. Yo me incorporé a esta sociedad. Y como soy muy inquieto empecé a meterme en la gestión, junto a otro runner, Raimundo Valenzuela, y no me preguntes cómo, pero terminé de presidente. Pero no le puedo echar la culpa a nadie, fue por voluntad propia. Podría explicarme, específicamente, en qué consiste su trabajo como Presidente de Colo-Colo? Ocurre que en el fútbol el presidente termina tomando decisiones que muchas veces no debiera tomar. Aún cuando en Colo-Colo tenemos una excelente administración, muy eficiente, fatalmente los problemas llegan directamente al presidente. La misión permanente es cerciorarse de que todo funcione. 9 ¿Cómo han tomado esta labor los hinchas? Mira, el fútbol es bastante cruel. Cuando gana el equipo, eres un héroe. Pero cuando pierde, puedes imaginar la palabra que sale de sus bocas. Esto es así. Pero creo que la gente se ha ido dando cuenta que el trabajo que hemos venido haciendo es serio, por ejemplo la remodelación del estadio, los triunfos, el tener un equipo que haya salido tres veces campeón –puede que salgamos una cuarta-, el cambio en la imagen del equipo, etc. Es bueno que la gente mire las cosas desde una perspectiva más amplia y que, espero, tenga un buen juicio de la gestión que hemos hecho. ¿Y cómo es la relación con los jugadores? Tengo mucha y muy buena relación con ellos. De hecho han estado varias veces en mi casa. Tienes que entender que una de las labores más importantes que hemos tenido que llevar a cabo es la de crear confianza, cosa que en el fútbol no existía. Y para eso es muy importante crear lazos. Ellos antes estaban acostumbrados a tener una relación de mucha distancia con los dirigentes. Una desconfianza basada en incumplimientos, etc. Pero creo que hemos avanzado bastante en el sentido que se está apreciando una forma honesta de relacionarse. Por supuesto que muchas veces hay diferencias de intereses, pero nos importa que ellos vean que la institución es sana y cumple sus compromisos. Hay un progreso, y con esto no quiero decir que todo sea perfecto, pero hemos avanzado. Por lo que escucho, intuyo que ser Presidente de Colo-Colo va mucho más allá de ser sólo un negocio… A ver, en términos prácticos, este es un pésimo negocio. Me ha significado dejar de lado cosas propias. Tener responsabilidad sobre temas respecto de los que no tengo control total. La retribución es más bien moral, porque si hablamos de negocios, la verdad es que es un pésimo negocio. Sin embargo tiene una cosa muy especial, que es la satisfacción personal que uno tiene con ciertos logros, sobretodo en el plano humanos. Cuando consigues que un jugador salga al extranjero y mejore sustancialmente su calidad de vida, ya que venía de una grave situación de pobreza, es tremendamente gratificante. Crear estas oportunidades es muy motivador. Cada mes recibimos en el camarín de Colo-Colo a tres o cuatro niños gravemente enfermos, que van a fallecer en un mes más. Pero los jugadores les firman una camiseta y se van felices y contentos, aunque les quede un mes de vida. Esa profundidad hace que uno sienta que aquí vale la pena hacer las cosas bien, más allá del sacrificio personal. ¿Cuál ha sido su logro más importante como Presidente de Colo-Colo? Creo que es aún prematuro hablar de logros. Hay metas, muchas más metas que logros. Metas en materia de seguridad, por ejemplo. Hoy estamos remodelando nuestro estadio, haciendo de éste un lugar mucho más confortable y seguro. En el plano humano hemos invertido muchísimo en la formación de jugadores jóvenes, tratando de introducir allí un elemento educador importante. Pero son cosas cuyos frutos no se ven en forma inmediata. Estamos asegurando el futuro de algo que estaba muy destruido, lo que eleva la probabilidad de un futuro más auspicioso, porque hay un balance positivo. ¿Cómo enfrentan ustedes la eventual salida de Claudo Borghi? Claudio es un entrenador joven, exitoso. Francamente sería muy difícil de reemplazar. Pero si necesitamos sustituirlo, querremos mantener el estilo. Con ello me refiero a un estilo de juego ofensivo, que es como le gusta el público. Pero Claudio es un personaje al que sin duda alguna nos costaría mucho reemplazar. ¿Lo reconocen en la calle? ¿Qué ha sido lo más difícil del cargo? Considero que lo más difícil ha sido acostumbrarse a cierto grado de notoriedad. Desde los 19 años he trabajado en mis cosas, en silencio, sin ninguna figuración pública. Súbitamente, hace un año, me vuelvo Presidente de Colo-Colo. Al principio creí que iba a poder esquivar la figuración pública, pero es absolutamente imposible. Pasar de que a nadie le importe lo que haces a estar sometido al juicio público es un cambio en la forma de vida. A veces uno va en auto y le gritan cosas, que saque al entrenador, que meta a un jugador, a favor o en contra. Siempre gritan algo. Quisiera que me hable de su relación con Claudio Borghi. Soy bien amigo de él. Es un personaje. Tiene también mucho mérito puesto que viene de un lugar modesto. Ha tenido éxito por sus propios medios. Pero es un personaje controvertido, sin duda. También ha estado bastante expuesto. La otra vez fui a comprar una camisa. Me acuerdo que elegí una azul y cuando me la estaba llevando, el vendedor me dijo que cómo era posible que yo siendo de Colo-Colo me llevara una camisa azul. Pasan ese tipo de cosas. Por último Don Gabriel, ¿Qué cree usted que diferencia a una persona que hace deporte de una que no? Primero, la salud. Si una persona hace deporte de forma sistemática, tiene la certeza de que con los años tendrá una mejor calidad de vida. Pero lo más importante es la limpieza espiritual. Eso es fundamental 10 La columna de Hermógenes Por Hermógenes Pérez de Arce LOS PEORES ENEMIGOS DEL TROTADOR ¿Las lesiones? ¿El cansancio? ¿Los reclamos de la señora (o del marido)? No: los perros. Yo no sé qué les ha pasado últimamente, pero están muy agresivos. Deben creer, como tantos otros chilenos, que así conseguirán una ley que les otorgue beneficios especiales, ahora que el cobre está a más de tres dólares y todos anhelamos hacer alguna “pasada” para aprovecharnos de eso. El otro día iba trotando por un camino costero, como lo hago hace años, y sentí que me había enredado en un alambre de púas, de modo que di unos saltos para que se desprendiera (bueno, yo los llamo “saltos”, pero muchos opinan que no dan para tanto). Pero no era ningún alambre, sino un perro negro, que sin decir “agua va” y en completo sigilo, me estaba mordiendo las piernas. Pues, así como dicen que “perro que ladra no muerde”, parece ser verdad que a veces “perro que no ladra muerde”. Cuando me di cuenta me volví a enrostrarle su proceder con gran severidad, pero gruñó y me mostró los dientes, de modo que preferí guardar silencio y aplicar la primera regla dictada por la experiencia ante el ataque de un perro: agacharse a recoger una piedra, aunque no haya ninguna piedra. Pues uno puede contar con que todos los perros se han encontrado alguna vez con tipos mucho más aguerridos que uno y que les han pegado unos tremendos peñascazos. Eso no se les olvida nunca. Entonces, lo normal es que si uno se agacha, aunque no sea aguerrido ni haya ninguna piedra, el perro se abstenga de proseguir su ataque. Y así fue en este caso. Pero lo concreto fue que resolví abandonar ese recorrido mientras no se termine la construcción de donde salió el perro. También un perro me obligó a modificar otro recorrido, mi favorito de Santiago, que es, como oportunamente informé al país a través de esta revista, por Charles Hamilton, en Los Dominicos. Ese trayecto termina en un “cul-de-sac”, como llaman los franceses y también los ingleses a una calle sin salida. Yo lo recomiendo (el dicho, no el recorrido) por razones de elegancia en el lenguaje y porque cuando uno lo emplea todos creen que ha vivido muchos años en Europa, cosa que, por lo menos en mi caso, es completamente falsa, pero cuando la gente la cree comienza a tratarme con más respeto. Bueno, justo a la entrada del “cul-de-sac” se instaló hace tiempo un perro que evidentemente se creía dueño de la calle sin salida y que se me abalanzó una vez, obligándome a una huída muy deshonrosa, a la cual sólo pude poner término agachándome a recoger una piedra. Estuve largo tiempo doblando por otra calle antes de llegar al “cul-de-sac”, pero por fortuna parece que alguna de esas personas que, en lugar de decir, como uno, “hay que hacer algo”, hacen algo, tomó cartas en el asunto y el perro desapareció. De modo que gracias a ese buen samaritano (o malo, si es que le ha “dado el bajo” al perro”) hace dos semanas he vuelto a tocar la pared del fondo del “cul-de-sac”. Tengo un amigo trotador (que es, entre paréntesis, muy bueno, y por cuya culpa me caí una vez, tratando de mantenerme a la par de él) al cual una jauría lo atacó en plena plaza de la Constitución, sin motivo aparente, y sin que siquiera fuera trotando. Tuvo que ponerse inyecciones contra la rabia durante muchos meses. Nunca supo por qué lo atacaron a él. Yo sostengo que se dieron cuenta de que era trotador, y de los buenos. Porque estoy seguro de que los perros nos tienen envidia. Varios corredores se han dado cuenta de eso y salen con un palo en la mano, especialmente cuando son extranjeros. Pero confieso que a mí me da vergüenza. Pero, claramente, los perros se han vuelto un problema. ¿No podría el Santiago Runners Club conseguir que dictaran una ley para solucionarlo? Pues esa ha sido siempre la manera de arreglar todo en Chile 13 Entrevista Por Daniela Robin Siempre supe que Tomás González es hoy el mejor gimnasta de la historia de Chile. Está orgulloso, pero reconoce lo difícil que ha sido el camino para llegar al lugar en que está hoy. Ha trabajado arduamente y no escatima en esfuerzos cuando se trata de compatibilizar su vida cotidiana con lo que más le gusta hacer. Tiene 21 años y una maleta llena de sueños que aún están por cumplirse. Tomás González, definitivamente, nació para la gimnasia. Tomás, ¿a qué edad partiste en la gimnasia? Partí a los seis años. Recuerdo haber visto los juegos Olímpicos de Barcelona, el ´92, me gustaba verlos por la televisión, vi la gimnasia y me entusiasmé. ¿Así de fácil tomaste la decisión? No, la verdad es que hubo más factores que influyeron. Mis padres, ambos, fueron gimnastas, sacaron medalla en sudamericanos. Mi mamá era profesora de educación física en mi colegio. En realidad, pensándolo bien, empecé de a poco. En el colegio hacía una extra programática de gimnasia, comencé a competir en campeonatos escolares. Luego mi papá me llevó a la Universidad Católica, porque ahí el entrenador era un ruso (Eugenio Belov). Todo esto a escondidas de mi mamá. ¿Tu mamá no quería que te dedicaras a la gimnasia? Nunca se opuso, pero tampoco quería que me dedicara a esto. Ella vivió como gimnasta en Chile y sabe perfectamente lo difícil que es en este país. No me motivaba mucho, pero – como ya dije antes – nunca se opuso rotundamente. Yo tenía 8 años cuando empecé a ir a la Católica y sólo duré una semana a escondidas de mi mamá. Se dio cuenta casi de inmediato. De ahí en adelante, con el apoyo de mis dos papás, empecé a entrenar más en serio. nací para la Gimnasia 14 ¿La gimnasia fue el único deporte que te interesó? ¿Cuándo obtuviste tu primer logro deportivo? Sí, es que empecé tan chico que no tuve tiempo de probar con otras disciplinas. Siento que lo mío siempre fue la gimnasia, siempre supe que estaba hecho para esto. A ese convencimiento hay que sumarle la influencia de mis padres, ambos ligados a este deporte. Fueron seleccionados y tuvieron la posibilidad de participar en un sudamericano. En realidad, ellos siempre me apoyaron en todo y gracias a ellos hoy estoy en este lugar. Con el tiempo a mi mamá se le quitaron los miedos y lo único que he encontrado en ella, es apoyo incondicional. Desde chico me fue muy bien en sudamericanos y en panamericanos. De hecho entré al circuito rápidamente. Pero uno de los que más recuerdo fue la World Cup en La Serena, el año 2004. Yo había entrado recién a la universidad y el primer semestre no estaba entrenando. Un mes antes comencé con la preparación y saqué medalla de bronce en suelo, lo que obviamente me motivó muchísimo. Ese mismo año había otra World Cup en Glasgow, Escocia. Ahí logré un segundo lugar en suelo y un tercero en salto, le gané a un rumano que más tarde ganó en los Juegos Olímpicos de Atenas. Todo esto significó para mí una tremenda prueba de que podía lograr grandes cosas. ¿Ese apoyo se extrapoló también a lo económico? Claro. En Chile es complejísimo dedicarse al deporte y al principio ellos costearon todos mis gastos de los campeonatos, que no siempre eran en Chile. Viajé a Argentina, Cuba y todo lo que eso implicaba corría por cuenta de mis padres. Después la Federación empezó a ayudarme con algunas cosas y ahora con el programa ADO, estoy más tranquilo. Es que en este país es muy difícil, porque acá tienes que sacar alguna medalla para que te empiecen a apoyar, al revés de lo que ocurre en otros países, donde comienzas desde pequeño para que el resultado sean las medallas. “Compatibilizar los estudios con el deporte ha sido difícil. Pero quiero estudiar, porque nada me asegura que en el futuro me sirva todo lo que he logrado hasta ahora” ¿En todos estos años de carrera, has tenido alguna lesión importante? He tenido tres lesiones grandes. El 2001, me quebré una vértebra y se me desplazó un poco. Ese mismo año tenía un panamericano y tuve que competir así, pero luego tuve que parar cerca de seis meses para cicatrizar la lesión. El 2005, estaba haciendo dorsales en una máquina con 12 kilos sobre mi cabeza, se desenganchó una parte de la máquina y el disco cayó sobre uno de mis dedos, se fracturó en pedazos. Fue terrible considerando que yo utilizo mucho las manos en mis ejercicios. La última fue el año pasado, me fracturé la clavícula y me limaron 8 mm de ésta. Esa lesión fue complicada porque tenía varios campeonatos agendados. Por suerte entrené y pude participar con buenos resultados. ¿Algún referente dentro de la gimnasia que te haya ayudado a seguir? Sí, un ruso que se llama Alexei Nemov. Tuve la oportunidad de competir con él y me fue bastante bien. Incluso presenté un ejercicio nuevo y me lo dieron, pero no le pusieron mi nombre porque influye que yo sea de Chile. De todas formas, lo agregaron el código de puntuación. ¿Cuál ha sido tu rival más fuerte? Lo tengo clarísimo. Un brasilero que se llama Diego Hipolito. Cuando éramos chicos competíamos y yo le ganaba, pero las situaciones fueron cambiando. Él tiene todo un sistema y yo, por otro lado, dejé de entrenar mucho tiempo. Él tenía todo a su favor y yo todo en contra. Finalmente, me superó y yo creo que me pasó el no tener un país apoyándome detrás, porque el caso de Brasil es al revés. Invierten mucho en el deporte y desde que los gimnastas son pequeños, acá no. Pero de a poco me estoy poniendo al día para alcanzarlo. ¿Alguna anécdota que recuerdes de todos tus viajes? Sí. Mi entrenador es cubano y necesita visa para todos los países. Para irnos a Escocia, llegamos a París y ahí nos dijeron que la próxima parada era Ámsterdam, para luego tomar otro vuelo y llegar a Escocia. El problema fue que mi entrenador necesitaba una visa clase B para pasar por Ámsterdam y no la tenía. Por suerte, en el aeropuerto se hizo lo posible y nos hicieron otro trayecto. Eso sí las maletas llegarían después. Yo iba vestido con ropa normal y llevaba en mi bolso la ropa para competir. Mi entrenador se bajó con buzo y mientras llegaban las maletas tuvimos que cambiarnos la ropa para que yo pudiera entrenar. Menos mal las maletas llegaron justo un día antes de la competencia. ¿ Cómo fue compatibilizar los estudios con esta actividad tan demandante? Uf! Fue complicado. El primer problema que tuve fue en el colegio. Yo tenía jornada en la tarde y me coincidía con los entrenamientos en la Católica, pero el colegio me apoyó y me cambiaron los cursos para la mañana, de manera que pudiera entrenar sin problemas. Pero en la universidad el terreno se puso más complicado. Yo estaba estudiando agronomía y en un ramo me coincidió la World Cup en La Serena con la prueba fijada y, más tarde, otra competencia en Escocia con la prueba recuperativa. En la universidad no me apoyaron para nada, incluso me pidieron que llevara los pasajes como evidencia de que estaría fuera de Santiago. ¡Como si estuviera mintiendo! ¿Qué crees que dicen ellos hoy? No sé, espero no verlos nunca más. El próximo año quiero entrar a kinesiología en otra universidad, que sí me prometió apoyo. Esto de compatibilizar los estudios con el deporte ha sido difícil. Pero quiero estudiar, porque nada me asegura que en el futuro me sirva todo lo que he logrado hasta ahora. ¿Y tu vida cotidiana dedicándote a la gimnasia? Tampoco considero que haya sido fácil. Siento que uno intenta tener una vida normal, pero no se puede por más que uno quiera. Es complicado, porque uno madura un poco antes, hay que dejar muchas cosas de lado. Mientras mis compañeros se preparaban para el viaje de estudios, yo me preparaba para los panamericanos. Tienes otras metas, más responsabilidad. Yo no me sentía en la misma parada que ellos. En cuarto medio en vez de preparar la PSU, yo entrenaba para los Juegos Olímpicos. Pero de todas formas siempre he tratado de compartir con mis amigos ¿Pololeas? Sí, pololeo hace tiempo. Al principio fue más complicado porque yo estoy constantemente viajando. Pero nos fuimos acostumbrando. ¿Nunca decaíste en tu objetivo de ser gimnasta? Cuando más pequeño nunca tuve problemas con la decisión, pero cuando fui creciendo empecé a enfrentar la desmotivación. Y no sólo por asuntos que tenían que ver con mi vida cotidiana, sino que también por las condiciones en las que entrenaba. Aparte en Chile no hay un sistema que te obligue a continuar para subir el nivel. De hecho, la mayoría de los gimnastas se retiran entre los 14 y los 18 años o bien se quedan estancados. Yo empecé tan chico, que viví todo ese período de indecisión. En el camino hubo tiempos en los que no entrené, estaba absolutamente desmotivado. ¿Por qué dejaste de entrenar si tenías tan claro el objetivo? Fueron varias razones aparte de la adolescencia. El 2002 mi entrenador regresó a Rusia, porque estaba molesto con el poco apoyo al trabajo del deportista. Tampoco era muy aceptado en el círculo de los entrenadores chilenos. Se aburrió y se fue. Yo me quedé sin entrenador hasta el año pasado. El problema es que ese tiempo que estuve sin alguien que dirigiera mi entrenamiento, era clave en mi preparación porque implica el cambio de juvenil a adulto en competencias. Lo intenté con otros entrenadores, pero no logré nada. ¿Cómo evalúas tu reciente desempeño, luego de estos problemas? A ver, hay que ser objetivo. Sé que mis resultados han sido buenos aun considerando todo el tiempo que estuve solo, pero creo que en ese tiempo podría haber mejorado mucho más y hoy, probablemente, estaría clasificado para los Juegos Olímpicos. Pero para haber hecho todo eso prácticamente solo, no bajé tanto mi nivel. Yo creo que lo que me permitió mantenerme fue la base que me entregó Eugenio Belov, que es un técnico muy destacado. ¿Cómo viviste la medalla de oro en Escocia, que te convirtió en el mejor gimnasta chileno? Fue muy emocionante y, definitivamente, lo mejor que me ha pasado en mi carrera deportiva. Uno en esto pasa por tantas cosas, que ver logros de esta magnitud es gratificante. En muchas ocaciones hasta mi mamá me ha dicho que me retire, para qué seguir sufriendo con un ambiente tan hostil, porque me ha pasado que no he podido competir porque la Federación ha estado sancionada y yo casi con los pasajes comprados. Es fuerte, he vivido situaciones difíciles, pero momentos como los de ahora en Glasgow, me hacen pensar que de verdad vale la pena. En los campeonatos a los que había viajado, siempre sacaba plata o bronce y ahora por fin un oro. Estoy orgulloso de ser el mejor gimnasta de Chile, es bonito pensar que voy a quedar registrado en la historia haciendo lo que más me gusta. ¿Cómo has tomado tu relación con los medios y este boom de Tomás González? Con mucha calma y sí, es verdad que he tenido que dar hartas entrevistas, pero también es cierto que un deporte como el mío no sale mucho en los medios. Al contrario, a mí me sirve poner en el tapete la gimnasia, porque en general no le dan mucha importancia. Por ejemplo, ahora saqué oro en una World Cup y salió sólo en un pequeño espacio en los medios. Cada logro es difícil que sea tomado en cuenta por la prensa. En otros países es distintos, cuando gané tuve que dar entrevistas en Escocia en inglés, pero acá nadie sabía mucho del tema. ¿Qué has aprendido de tu experiencia? Creo que lo más importante que he aprendido tiene que ver con la constancia, porque desde pequeño hay que dejar cosas de lado en beneficio de buenos resultados o de una participación. Aprendí a organizarme desde el principio, hay que planear bien todo para que las cosas salgan como uno quiere. Yo sé que todo eso me va a servir en algún momento, es decir, el día de mañana en lo que tenga que trabajar yo sé que voy a saber cumplir, porque soy constante, responsable. Creo que eso en otros países se valora mucho; cuando ven un currículum y se percatan de que eres deportista, inmediatamente hacen la relación con el resto de las características que trae consigo dedicarse a una actividad como esta. ¿Qué viene ahora para Tomás González? Estoy esperando la respuesta de la última posibilidad para participar en los Juegos Olímpicos. Como no clasifiqué, la organización da la posibilidad de postular a unos cupos que dan, pero es complejo porque casi siempre los entregan a países que no tienen representantes en los juego. Chile ya tiene varios y - en esas circunstancias - a mí me dejarían fuera. Si no resulta, me voy a preparar para las próximas Olimpiadas e incluso he pensado en irme a entrenar a otro país en el invierno, porque acá es complejo hacerlo con poca temperatura. Si me aprueban el programa tendré que pensar en otro lugar para poder tener una buena preparación. Será difícil, pero estoy dispuesto 16 Momentos Olímpicos Por Enrique Urrejola Kipchoge Keino, de Kenya, debutó en los Juegos Olímpicos de Tokio, en 1964, con un quinto lugar en los 5.000 metros. Después, en el período entre 1964 y 1968 se transformó en una estrella del fondo, protagonizando memorables duelos con el australiano Ron Clarke y el francés Jazy, alternándose entre ellos el récord mundial de 5.000 metros. “Si he de morir, ahora” que sea aquí y También brillaba en los 1.500 metros (una combinación que se da raras veces en la historia del atletismo), pese a que ésta última prueba parecía tener dueño. México, 1968. Los Juegos Olímpicos de México, debido la altitud de la ciudad, se caracterizaron por un dominio africano en las pruebas de fondo. Keino declina participar en los 10.000 metros en el primer día del atletismo, dejándole la difícil victoria a su compatriota Neftalí Temu. En los 5.000 metros, se presenta como amplio favorito. En la carrera, espera hasta la recta final para lanzar un devastador ataque, el cual es sin embargo resistido por el tunecino Gammoudi, y Keino debe conformarse con la medalla de plata. Le queda una sola posibilidad para el oro, los 1.500 metros, cuya final será el último día de los Juegos, pero aquí deberá enfrentar a un enemigo formidable… La gran esperanza blanca. En 1968, el norteamericano Jim Ryun estaba en la cúspide de su carrera. Récordman mundial en los 1.500 metros (3:33:1) y en la milla (3:51:1), el espigado Ryun se caracterizaba por un sprint final irresistible. Ryun había batido a Keino en Londres el año anterior, en una carrera de milla muy táctica. En México, tendría la desventaja de la altura, pero Keino, por otro lado, estaba cansado, por las sucesivas carreras de 5.000 y las eliminatorias de los 1500 metros que había debido soportar para llegar a esa final. La trampa keniata. En la final de los 1.500 metros, el keniata Ben Jipcho, a instancias de los dirigentes de su equipo, toma la punta y corre a un ritmo muy rápido. Jipcho va al sacrificio, para imponer una carrera rápida, dura, de modo de agotar a los blancos, y quitarle piernas a Ryun para su sprint final. Keino va cerca de Jipcho, y faltando dos vueltas de carrera, pasa a la punta, dispuesto a jugarse el todo por el todo. Ryun va unos 25 metros más atrás, y empieza a adelantar rivales. Keino corre valerosamente. Se dice a si mismo “si he de morir, que sea aquí y ahora”. La reacción de Ryun es algo tardía al iniciar su verdadero ataque a 600 metros de la meta. Keino no afloja jamás el paso (correrá los últimos 800 metros en 1:54). En la última curva, Ryun corre desesperadamente, pasando a los alemanes Norpoth y Tümmler, pero sin amenazar en absoluto a Keino, que entra a la recta final todavía con 20 metros de ventaja, sigue corriendo sin desarmarse, y vence finalmente con el impresionante tiempo de 3:34:39, récord olímpico. Ryun es segundo, bastante atrás, con 3:37:4, Tümmler es tercero. Ha sido el triunfo del coraje y de la inteligencia, entre dos corredores extremadamente talentosos. Keino obtendrá otra medalla de oro en Munich, 1972, venciendo al propio Ben Jipcho en los 3.000 con obstáculos. En los 1.500, será segundo, en memorable carrera, tras el finlandés Vasala. Ryun no tendrá otra oportunidad de luchar por el oro olímpico. Kip Keino es considerado el primer gran corredor keniata, y goza de gran prestigio en su país y en toda la comunidad atlética mundial 17 Artículo “Llevo más de 20 años compitiendo en deportes de alta resistencia y nunca había sufrido esta dureza. Han sido los peores dolores de mi carrera. Nunca había vivido algo parecido” Por Sergio Mujica Lance Amstrong, ciclista norteramericano, heptacampeón del tour de Francia después de terminar su primer maratón. NEW YORK ... NEW YORK Me han pedido que escriba sobre nuestra última aventura, la maratón de Nueva York. Difícil tarea, en todos los años que llevo corriendo todavía no conozco un solo corredor que pueda explicar con palabras lo que sintió y vivió durante la maratón, tampoco cuando cruzó la meta y mucho menos como cambió su vida de ahí en adelante. Es muy posible que de ahí provenga esa camaradería y el respeto que se genera entre los pocos que alguna vez han traspasado la barrera de los 42,2 K. En Diciembre de 2006 cuando les propusimos a los runners participar como club en el NYCM 2007, no pensábamos , ni en nuestras cuentas más alegres, que la convocatoria tendría una acogida tan amplia. Al final 57 runners, muchos acompañados por sus familias, llegaron a Nueva York con los correspondientes anti inflamatorios y cremas de todo tipo, las zapatillas, la polera amarilla y un cargamento importante de ilusiones, esperanzas, algunos temores y mucha alegría. Muy temprano, a las cinco a.m., todavía oscuro, aparecieron los buses para el traslado hasta Staten Island desde donde se observa a la distancia el imponente Verrazano, puente colgante de 1 300 mts de longitud que lleva ese nombre en homenaje al primer navegante europeo que entró a las aguas del río Hudson. La largada se dio recién pasadas las 10 a.m., entre los aplausos de los 40 mil inscritos, el infaltable New York.. New York de Frank Sinatra a todo volumen y la ovación de los espectadores, que llenan de emoción y sentimientos el ambiente. Mientras se avanza alcanzamos a desearnos suerte y un último abrazo con los runners que tenemos cerca. Quedan por delante 42,2 kms y cinco “ boroughs “o municipios de la ciudad, Staten Island, Queens, Brooklyn, el Bronx y Manhattan; cada uno con sus particularidades pero unidos en torno a esta fiesta mágica de la maratón que empuja a millones de New Yorkers con diversidad de coloridos, razas y etnias a salir de sus casas por muchas horas y tomar posturas en las veredas y balcones para apoyar a los atletas, con el aliento, un roce de manos o compartiendo generosamente frutas, agua y bebidas. Todo un espectáculo de lo que puede hacer un pueblo noble que agradece a sus visitas por esta fiesta que les llevan los deportistas en cada otoño. Para los maratonistas, probablemente los mejores anfitriones del mundo. En la versión 2007 participan 40 mil corredores, de los cuales 16.800 son mujeres. Solo 35.500 tendrán el honor de pasar por la meta y volver con su medalla a casa, la prueba es tan dura que son miles los quedan en el intento. De ese total, solo 170 chilenos y es la primera vez que acude un número tan alto, prueba cierta de la fuerza que va tomando nuestra actividad y del trascendente aporte a la difusión de la especialidad que tiene el Santiago Runners en el país. Los 57 Runners empiezan a correr y poco a poco avanzan los kilómetros entre bandas de música, coros de iglesias, aplausos y mucho afecto por todas partes. Hasta los policías y bomberos hacen sonar sus sirenas saludando a los corredores, mientras los helicópteros transmiten en directo desde el aire. Cada ciertos kilómetros están los puestos de apoyo con voluntarios que ofrecen agua, frutas, médicos, masajes, etc. Este año participaron 14 mil voluntarios que trabajaron gratuitamente en promedio ocho horas de un día Domingo y repartieron 75 mil lts de líquidos y 22 toneladas de frutas. Los médicos en el recorrido atendieron a 6.700 atletas durante la prueba, afortunadamente solo a un par de Runners, los que recuperados pudieron seguir corriendo. Como siempre, los problemas están cerca del kilometro 30, ahí donde el cuerpo se transforma para hacer frente a la enorme adversidad y la sobre exigencia a que está expuesto . Avanza el tiempo y cada paso nos sitúa más cerca de la añorada meta pero agrega más cansancio y dolor a los fatigados cuerpos , cerca del final, cuando faltan los últimos peores cinco kilómetros mientras se avanza por la hermosa quinta avenida, aparece el Central Park, falta todavía, pero la meta ya es una realidad, en este tobogán verde de subidas y bajadas hay que cuidarse, mantener el ritmo, dejarse llevar hasta el final por el aplauso incesante del público, los gritos de you look nice, go Chile … go y otros, incluso por ahí un …vamos chileno. De pronto en medio del verde amarillo otoñal con que el precioso parque homenajea a los participantes, se divisa a lo lejos la meta. En ese momento no importa cuantas maratones se hayan corrido antes, no importa con que tiempo, no importan los dolores, porque la emoción de sentir tan cerca la gloria transforma todo y todos pasamos la última línea con la garganta apretada y los ojos nublados buscando el abrazo de alguno de los nuestros para reconfortarnos y seguir la marcha hasta los puntos de encuentro mientras nos ponen en el cuello esas medallas que son trofeos del alma que nos recuerdan la grandeza y la fuerza que encerramos los seres humanos cuando nos proponemos una tarea por imposible que esta parezca. La maravillosa sensación del deber cumplido hará que en los próximos días todos recorran mil veces en los recuerdos cada metro del trazado y mientras los dolores van quedando en el olvido se empieza a dibujar en cada Runner la ilusión de un nuevo desafío en otro lugar del mundo que quiera acoger a estos valientes perseverantes que son capaces de derrotar las debilidades y los miedos para vivir con la gloria como compañera 18 Destacados Por Alberto Achondo Luisa Rivas, su pasión la transformó en virtud “Corrió sin cansarse como es su costumbre, disfrutando la corrida y cruza a la meta bastante adelante, no puede creer que la “Sí Papá yo te acompaño”. Era hora de recorrer el campo, verificar las aguas de riego y las labores del día que comenzaban a terminar. La rutina diaria de don Luís Alberto Rivas, agricultor de la zona del Maule, incluía el paseo por lugares críticos del campo de 200 hectáreas en el que trabajaba y de cuya producción vivía junto a su mujer y sus hijas. Luisa, la menor, se encantaba con esa rutina. El amor por la naturaleza era un factor común que los unía en la enseñanza y en la fluida comunicación que ambos tenían. La antigua casona de campo estaba a una distancia considerable del pueblo, de Cauquenes. Ambas hermanas asistían al Colegio Católico de Monjas de la Inmaculada Concepción. “Ser la menor no es fácil”, pensaba Luisa, mientras comenzaba el paseo de la mano de su Padre hacia la quebrada del agua. Su hermana mayor tenía una fuerte personalidad y su protagonismo no le daba espacio alguno; era entonces una mejor razón para estar en la rutina de Papá. Allí encontraba afecto, cariño, y una instancia de conversación que le permitía reafirmar su carácter y establecer el espacio que en casa difícilmente disponía. Terminaba la década del 50, las regiones estaban aisladas y las principales actividades que el Colegio organizaba eran eventos artísticos locales. Deporte llaman para subir al podium de premiación en un segundo lugar para su categoría” solamente se practicaba en clases de educación física. En el pueblo sólo era común el fútbol y los deportes criollos. Era costumbre que las niñas se reunieran entorno a eventos artísticos, Luisa – particularmente - practicaba ballet. Así transcurría la vida en ese lejano pueblo de la región del Maule. Ya habían llegado al portón del bajo donde la brisa era más fría y el sol se escondía antes que en el resto del predio. - Nos llamamos igual, Papá - comentaba Luisa mirando a su Padre hacia arriba mientras caminaba. - Mi mamá quería llamarme José Agustín, en cuyo caso yo te habría puesto Josefina - replicaba Papá con su sonrisa cariñosa. - ¿Qué quieres ser cuando grande hijita? – preguntó el hombre - Profesora, Papá. Me encanta enseñar. Enseño y ayudo a mis compañeras, así soy feliz. Ellas me lo agradecen y a mi me sirve para aprender mucho mejor todo lo que estudio – respondió Luisa. Pelluco, balneario costero cercano a Cauquenes, tiene un mar calmo y de aguas más templadas en época estival. Allí transcurre el verano de Luisa. Su pasión es nadar y hacer solitarios trotes por la playa; de personalidad algo retraída, nada escapa de su vista. Observa y registra todo en su memoria. Acompañada de cierto grado de timidez, aquellos largos trotes cada vez más extensos - son parte del desafío íntimo que su mente establece. Se refugia en el silencio, en juegos solitarios y observa como recabando gran información para dar pasos ciertos en todo lo que lleva a cabo; lo que inicia siempre lo termina. “Así eres tú hijita; habilosa. Todo lo que quieres, lo logras”, explicaba Don Luis a su niña delgada de tez morena y ojos que lo expresan todo. Ella jamás lo creyó, sólo 19 en plena madurez - ya adulta corroboraría lo asertivo del comentario de su Padre. Luisa nunca supo ni se detuvo a analizar el fuerte carácter que tenía bajo una dermis aparentemente frágil e insegura. Su educación católica, tradicional y antigua, coincidente con la tónica del ambiente familiar, muy común en esos años, hizo de esta niña recatada y tímida, una estudiante universitaria disciplinada y metódica en Concepción. Su primer año de universidad lo vivió en una ordenada casa de tres hermanas solteras; lograr su espacio propio y privacidad demoró algunos años. En su infancia y adolescencia ella creó un mundo interior rico, ordenado, abundante y hermoso, que sólo pudo proyectar al finalizar sus estudios de docencia en Inglés. Es a los 38 años, que Luisa Rivas comienza a correr. Muchos años dedicados a ser Mamá y a su trabajo de profesora en distintos colegios de Iquique y Santiago. Sus tres hijos ocupaban todo el tiempo libre. Colmados de cariño y afecto que también entrega y recibe en su tarea académica diaria. Correr cada vez más largo y establecer un nuevo desafío para mañana, la llena de una enorme energía. Le gusta correr metódicamente en su rutina – “me gusta Papá, soy plena y feliz corriendo. Siento tu mano y tu compañía”. Su primera carrera es un 7K donde tímidamente se acerca al mesón de inscripción y obtiene su número; debe verificar que éste no va en la espalda sino en el pecho. Muy sola se ubica en el último tercio de los corredores, esperando Casa de infancia de Luisa Rivas en Cauquenes. la partida. Corrió sin cansarse - como es su costumbre -, disfrutando la corrida. Cruza a la meta bastante adelante, no puede creer que la llaman para subir al podium de premiación en un segundo lugar para su categoría. Sólo sube cuando verifica que no es alcance de nombre, ya que no hay otra Luisa Rivas de la misma edad que haya corrido. La historia que sigue ya muchos la conocemos. Llena de triunfos, éxitos que todos esperamos, menos ella, pues corre por placer - lo pasa bien corriendo. Los runners la reciben bien y la acogen como a todo el que se incorpora. Calisto la mira y le asegura que tiene futuro por la arquitectura menuda de su cuerpo de corredor. “Esa flaca patuleca tiene fuelle” – me masculla Ulloa – con una sonrisa y en un tono de complacencia y satisfacción en subida al San Cristóbal, de una primera maratón de 4:20 hrs. en Santiago, a tiempos muy cercanos a las 3 horas en importantes eventos de 42,195 Kilómetros. Es en España, Sudamericanos e Italia donde obtiene primeros lugares y las medallas de oro sólo reservadas para los más grandes atletas del mundo senior. Últimamente, se adjudica el primer lugar en la Maratón de Nueva York en su categoría, el pasado 4 de noviembre de este año. En Luisa encontramos la fuerza y determinación que observaba don Luís 20 en sus paseos diarios en la rutina del campo Maulino, la disciplina en el método y el esfuerzo gratificante de su época universitaria, la alegría de vivir corriendo, hoy compartiendo ese espacio del yo íntimo que en la soledad forjó su mundo interior de infancia y adolescencia. Fragilidad, como la vida al desplomarse en un puente a oscuras, pero sólo aparente. Ella es fuerte y la vida apenas le sopló que hay que vivirla intensamente. En ella encontramos la belleza de quien no sabe de sus capacidades y sólo de trabajar duro bajo indicaciones y consejos de un Maestro – Roberto Niedman; la belleza de los que siguen con la obediencia de alumna de colegio religioso, talentos que se transforman en virtud con el trabajo bien hecho y que todos los Runners conocemos y experimentamos alguna vez. Para el Santiago Runners es un orgullo contar con una campeona mundial formada íntegramente entre nosotros. Orgullo y satisfacción también para su entrenador, quien en el anonimato estructuró de la greda un instrumento afinado, armónico, sólido y consistente. Para sus tres hijos y los cientos de alumnos que reciben su ejemplo y cariño y porqué no decirlo, para Don Luís - quien desde quizás dónde - se hace acompañar por su Luisa a la hora de recorrer el campo, verificar portones y aguas, y tener esa larga tertulia de sueños, juegos, ideales, y naturaleza para su adorada hija menor 22 Consejo profesional Por Dr. Norman MacMillan Clínica Las nieves Importancia de las colaciones en Nutricion Deportiva La mayoría de las personas distribuye su alimentación diaria en las tres comidas principales y tiene la idea que “comer a deshora” es una conducta nutricionalmente incorrecta. Para el deportista consumir raciones de alimentos cada 3 horas, es una necesidad. Esto implica generalmente desayuno, almuerzo y cena más una colación a media mañana y otra a media tarde. La ventaja de dividir las calorías diarias en 5 raciones (o incluso más, dependiendo de las horas que permanece despierto) radica fundamentalmente en la protección de la masa muscular. El balance entre producción y destrucción de proteínas es altamente dependiente de la concentración de aminoácidos y de glucosa de la sangre. Cuando comemos cada 3 horas, los niveles de aminoácidos se mantienen relativamente estables, lo que favorece el crecimiento y reparación de fibras musculares desgastadas. Cuando dejamos un lapso muy largo entre comidas, baja la concentración sanguínea de aminoácidos, pero también la de glucosa. El cerebro, que depende de este combustible en forma exclusiva, reacciona activando un mecanismo de emergencia por el cual se destruye músculo, liberando aminoácidos que entran al hígado y allí son transformados en glucosa para abastecer a las neuronas. Comer cada 3 horas entonces promueve la producción (síntesis) y evita la destrucción (catabolismo) del músculo. Las personas que comen con más frecuencia además mantienen un mejor control del apetito por lo que es también una estrategia recomendada para evitar el sobrepeso. Como el objetivo primordial para el deportista es proteger la musculatura, manteniendo un nivel de aminoácidos sanguíneos estable, se entiende que cada colación debería incluir algo de proteína. En la práctica esto implica por ejemplo una porción de leche o yogurt, un sándwich de pollo o quesillo o un puñado de nueces o maní Artículo Dr.Claudio Rafols, Traumatólogo Clínica MEDS Andrés Valladares, Kinesiólogo Clínica MEDS Marioly Solis, Profesora de Educación Física Gimnasio MEDS Cuando la sobrecarga ataca la tibia Las fracturas por estrés en los corredores son lesiones producidas por el microtrauma repetitivo, y ocurren más frecuentemente en la tibia y metatarsos. Sin embargo, esta puede no ser diagnosticada correctamente. Es común observar en los corredores la aparición de diversas lesiones en los músculos, tendones y huesos. Sin embargo, es en esta última área donde queremos centrarnos a raíz de las fracturas por estrés, las que se presentan como consecuencia de la sobrecarga de actividad deportiva, y su sintomatología puede asemejarse a un problema músculo-tendinoso, por lo que a veces puede no ser diagnosticada correctamente. La fractura por estrés es una falta de continuidad en el tejido óseo, grieta muy delgada que se puede producir en los huesos después de un uso repetido o prolongado, y entre los maratonistas o corredores, los sitios más comunes donde se produce es en la tibia (pantorrilla). Dentro de las causas están el practicar sobre superficies duras, el uso de técnicas inapropiadas de entrenamiento, calzado rígido, anormalidades biomecánicas, y un pobre acondicionamiento físico. La fatiga de los músculos en atletas mal entrenados crea un aumento del estrés tensil sobre el hueso, resultando la fractura por estrés. El tratamiento es usualmente conservador e incluye reposo, uso de anti-inflamatorios, kinesioterapia y un adecuado trabajo en gimnasio para retornar a la competencia. En muy pocos casos se requiere de cirugía. Tratamiento Kinésico La primera parte del tratamiento kinésico comprende el uso de Electroanalgesia (TENS) y medios para poder relajar la musculatura de los diferentes compartimientos de la pierna, como por ejemplo el uso de calor húmedo en éstos. Después se deben realizar ejercicios de elongación y cuando las molestias desaparezcan al trotar, se debe fortalecer los músculos tibiales, peroneos y tríceps sural. Siempre se debe aplicar frío después de cualquier ejercicio (tanto de elongación como de fortalecimiento o trote), por lo menos por 10 minutos. El uso de plantillas ortopédicas se convierte en un gran aliado en el caso de presentarse alguna alteración biomecánica en la postura y el trote. Tibia Peroné Fractura por estrés. Cuándo volver a la competencia No existen plazos fijos de retorno, cada recuperación es individual y todo dependerá de la consolidación de la fractura, sin embargo, esta podría fluctuar entre 6 a 12 semanas. En el trabajo post tratamiento kinésico, se debe recuperar y mejorar la condición cardiovascular del sujeto, y a la vez el fortalecimiento muscular y un adecuado trabajo de elongación. Es fundamental que el entrenamiento considere la progresión adecuada de las cargas, en cuanto a intensidad y volumen. Es por ello que se comenzará con marcha, para luego seguir con el trote a intervalos y finalmente a trote continuo Trabajo en gimnasio: Flexo-extensión del tobillo (subir y bajar en punta de pies) con peso corporal al principio de la recuperación, para luego acrecentar la carga progresivamente según la respuesta de cada individuo. Fortalecimiento de tibiales y peroneos con banda elástica de baja resistencia. Después se cambiará por otra de mayor resistencia. Para el trabajo con sobrecargas mayores (poleas con kilos) el sujeto debe presentar ausencia de signos de fractura, sean estos dolor o inflamación. Elongaciones de todo el tren inferior y principalmente de la pierna (gemelos, perineos, tibiales) Manteniendo cada posición por 20 a 30 segundos, repitiendo 2 a 3 veces cada posición. 28 Articulo Por: Marcela Conejeros Vivirlo siempre será mejor que imaginarlo “Te pasamos a buscar a las 7:30 a.m. en el estacionamiento de la bomba ESSO”. Llegué temprano así que tuve un poco de tiempo para seguir imaginándome cómo sería, cómo era el lugar, de qué edad eran todos, qué comeríamos, cómo y con quién dormiría. En fin, mi mente es muy imaginativa. Vi llegar las 4X4 de Alternativo-Aventuras y les hice señas. Se bajaron todos de a poco e inmediatamente me brindaron un acogedor saludo. Cargaron mis cosas y subimos a la Reserva Natural El Morado. Primera parada, Lo Valdes. Un refugio donde tomar un excelente desayuno para la caminata y una instancia para conocernos un poco más. Éramos siete, un grupo en el que rápidamente se generó empatía. Subimos un poco más, hasta donde debíamos bajarnos y comenzar las caminatas. Allí, nos esperaban los "cherpas”, que llevarían y traerían de vuelta todo nuestro equipaje. Mi imaginación obviamente se quedó corta. Las personas acogedoras, el lugar lleno de montañas y nieve. Un cielo azul despejado, un camino de constante y variada belleza. Nos implementaron con todo para empezar la caminata: bastones de apoyo, polainas para la nieve y los mejores consejos para llegar bien hasta el final. El camino de subida fue sorprendentemente hermoso pero algo agotador. Al llegar nos esperaba lo mejor... la vista del glaciar, la laguna y las montañas nevadas. Un pago con creces al esfuerzo. Sociales Santiago Runners Club Nueva York Instalamos las carpas y colchonetas especiales (implementos de alta calidad y tecnología que pueden ser adquiridos en SportOne) que nos otorgaron. Nos abrigamos un poco más con ropa de montaña. Una vez que terminamos todo, nos llamaron a cenar una rica comida preparada por nuestros guías. Muy sofisticado considerando que estábamos a 3.000 mts de altura (aprox.) y en plena montaña; ricas pastas con salsa Alfredo, excelente vino, mantel, copas y café a elección. La noche fue especial. Reunidos en un domo esperamos que saliera la luna llena, que más tarde iluminó todo el lugar. Conversamos, nos reímos, intercambiamos experiencias de montaña , etc., con un “pequeño cocktail” que incluía trago para mantenernos en calor, mientras disfrutábamos de ese paisaje nocturno inolvidable. La mañana siguiente, antes de salir a la caminata para observar más de cerca el glaciar y la laguna, nos levantamos temprano para tomar desayuno todos juntos. Mucho asombro, muchas fotos y mucha satisfacción. Al volver desarmamos el campamento y comenzamos a descender por la nieve. Todo fue muchísimo más rápido cuesta abajo. Llegamos a los autos felices y sabiendo que nos esperaba un almuerzo, en el mismo lugar donde desayunamos, para despedirnos y comentar todo lo vivido esos dos días. Una experiencia, un descanso a los sentidos, un espacio de camaradería. Y tal vez mis compañeros de viaje podrían agregar muchísimo más, pero... Definitivamente hay que vivirlo, atreverse. Música en tu camino www.tctmobile.com Pantalla color Mp3 Mp4 Micro SD Bluetooth Cámara USB