Artículo - Santiago Runners

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Editorial
SUMARIO
Debutaron un día
Javier Aldunate.
“Una experiencia extrema”.. 2
Entrevista
Gabriel Ruiz Tagle.
“Maratón de Vida”................. 6
Columna
Los peores enemigos del
trotador. Por Hermógenes
Pérez de Arce.......................... 10
Entrevista
Tomás González. “Siempre
supe que nací para la
gimnasia”..................................... 13
Momentos Olímpicos
“Si he de morir, que sea
aquí y ahora”. Por Enrique
Urrejola......................................... 16
Destacados
Luisa Rivas. “Su pasión la
transformó en virtud”. Por
Alberto Achondo..................... 18
Consejo Profesional
La importancia de las
colaciónes. Por Dr. Norman
MacMillan.......................................... 22
Artículo
Pensamientos y emociones
en los corredores. Por
Rodrigo Cauas.............................25
Artículo
Correr sano, correr feliz.
Por Cristián Sieveking......... 26
Artículo
Fractura por estrés. Claudio
Rafols, Andrés Valladares y
Marioly Solis....................................... 27
Artículo
Vivirlo será siempre mejor
que imaginarlo.
Por Marcela Conejeros........... 28
Sociales
Nueva York.............................. 28
Director Ejecutivo
Francisco López A.
Editor General
Alberto Achondo.
Comité Editorial
Roberto Chávez.
Oscar Teillery.
Periodista
Daniela Robin.
Dirección de arte
Marcela Conejeros.
Edición
Dialogo Publicidad y
Marketing Ltda.
Coronel 2330, Of 41.
Providencia.
[email protected]
Santiago Runners Club
[email protected]
www.santiagorunners.cl
Trascendente Gestión
Acabo de tirar al papelero la Editorial que había escrito para esta edición, minutos atrás recibí la portada y no puedo
dejar de comentarla, pues esta fotografía merece desde mi perspectiva portada y editorial.
Reúne muchos elementos sublimes por los que corremos y somos, un instante de la maratón más emblemática del
mundo, Nueva York en el Puente Verrazano a pocos minutos de la partida. Un gran atleta Chileno record Guinness
de fondismo que acompaña y guía haciendo de lazarillo de un atleta no vidente cuyo rostro expresa asombro y
felicidad, junto a ellos un importante hombre público del quehacer nacional que corre con nosotros. La alegría de
partir entre 30 mil corredores después de tanta preparación y larga espera, el mejor de los momentos, glicógeno
pleno – estanque lleno - las piernas livianas y el inicio de una nueva aventura que quedará en el recuerdo para
siempre. El niño divino a flor de piel también los acompaña, basta observar sus rostros.
La vida es solo una suma de instantes, somos afortunados en la mecánica de nuestra mente que graba aquellos
instantes felices y en el tiempo desvanece y degrada aquellos amargos, al final de la tarde, la vida es solo una suma
de instantes felices, como el de esta portada.
Cada uno de los 56 corredores que conformó el grupo del Santiago Runners vivió una nueva aventura, Diego Eluchans
pudo conocer y vivir el misterio que probablemente se preguntó por años, y finalmente saber porqué Ramón su Padre
ha corrido 10 veces Nueva York. Enrique Urrejola es puro coraje, venció la adversidad y ni siquiera la grave lesión
estructural que le aqueja lo pudo doblegar. Luisa Rivas ganó su categoría a muy pocas semanas de haber obtenido
un campeonato Mundial Senior en Europa.
Esta portada nos regala la alegría y felicidad de correr, donde comparten almas sin diferencias, cercanas al estado
de pureza previo, el soplo divino. Un profesional doctorado en economía, ex Ministro y Presidente del Instituto Emisor
de Chile, junto Erwin, el marciano y hombre de fe que devora kilómetros, loco de amor por lo que hace. Sin diferencias
de naturaleza alguna, nuestros tres corredores comparten el asfalto del puente iluminados por el sol de esta mañana
de otoño, tan lejos de sus cargos, de su importancia social, tan lejos de las valoradas y odiosas pertenencias terrenales,
ligeros de equipaje emprendiendo un viaje encantador.
La maratón nos da muchas oportunidades, conocernos en la intimidad de cada uno, desafiarnos, poner nuestros
talentos en la ruta lógica, tener claridad del rumbo, escribir nuestro derrotero; postergar el ego privilegiando nuestra
esencia en el yo íntimo para compartir con el corredor que nos acompaña en ese mismo plano, una experiencia
escasa, rara y difícil de poder experimentar en otras instancias, y que es por lo demás, un ejercicio de sutil espiritualidad
del Ser.
Conmueve la alegría del atleta no-vidente a quien acompaña
Erwin, pues siendo los ojos la ventana del alma, hasta
ésta parece haberse abierto de par en par para quien
la vida le ha privado de ver; la felicidad y sonrisa infantil
de su rostro, su bandera Chilena en la mano y los
globos a su espalda, constituye una imagen y un
instante fantástico. Ello se logra solamente bajo ciertas
y muy escasas oportunidades, corriendo una maratón
es una instancia perfecta y única, aún para quien está
impedido de ver, pero no para correr.
El Directorio cumplió con lo programado hace un año.
Llevar un número significativo de Runners a Nueva York,
este logro más allá de ser un objetivo del Club, es un
aporte a la vida de cada uno. Las acciones mensurables
en el largo plazo, se juzgarán por lo que nuestros actos
aporten a la humanidad, sin que ni títulos, patrimonios,
cargos ni apellidos incidan. Así concluyamos y felicitemos
a nuestros directivos, es sin duda el camino o la ruta válida
de este grupo de corredores que hacen que ciertas cosas
ocurran, notable y también trascendentemente.
2
Debutaron un día
Por Javier Aldunate
Mi primera maratón
rema
Javier Aldunate tiene 30 años y es ingeniero comercial. Es
el mayor de tres hermanos y siempre le gustaron los
deportes. Primero fueron el tennis y el fútbol, más tarde
quiso probar con el atletismo, lanzamiento de bala y disco.
Sin embargo nunca obtuvo grandes resultados y siempre
evitó comenzar a correr. Se declara extremista y dice que
cuando quiso mantener su peso comenzó a correr casi
todos los días.
una experiencia
Trema
Estoy en la cama sin poder moverme
debido a las secuelas de mi primer maratón.
Con una alegría enorme y lleno de orgullo
por haber conseguido lo que todo corredor
anhela: cruzar la meta.
Todo comenzó a fines del 2005, cuando
por un tema de salud comencé a correr
- nunca lo había hecho porque lo
consideraba aburrido - a los pocos meses
ya estaba enviciado con el trote. Durante
el 2006 comencé a participar en las
distintas corridas que hay (7K y 10K) y luego
de unos meses decidí correr en la media
maratón del Pacifico en diciembre. Empecé
a entrenar con un plan que bajé de Internet
y con la ayuda del profesor de educación
física del gimnasio. Todo iba bien hasta 4
semanas antes de la carrera cuando
comencé con una tendinitis en la rodilla.
Cambié el entrenamiento rápidamente y
en vez de correr tuve que entrenar en
bicicleta para no perder la forma; una vez
a la semana trotar un largo rato. De esa
forma pude llegar a la carrera y tener un
buen desempeño, 1:35:40. Sin duda, este
3
“triunfo” en mi carrera como runner me
abrió el apetito por un desafió mayor: correr
una MARATON. En ese momento me hice
todos los chequeos médicos y decidí que
para tamaño desafió debía contar con una
asesoría experta en el tema. Así comencé
a buscar entre los distintos clubes de trote
y me decidí por Santiago Runners, ya que
cumplía con todos los requisitos necesarios:
expertos en el tema, un espíritu de grupo
y, lo más importante, una gran cooperación
entre los distintos miembros. Con todos
los elementos necesarios comencé mi
entrenamiento con la antelación necesaria;
alrededor de 7 meses.
carrera, esperando que Pepe (mi hermano)
El comienzo del Vía Crucis
se diera cuenta de que el trayecto era para
el otro lado, si no lo hacía iba a tener graves
problemas. Menos mal Pepe es más pillo
que yo y a los pocos metros me lo
encuentro, lo que me produjo mucha
tranquilidad.
Venia en el 24k con un buen ritmo de carrera
y comencé a sentir algunas molestias en la
parte posterior del muslo e inmediatamente
bajé un poco el ritmo. Se me vino a la
mente la peor de mis pesadillas: no poder
terminar la maratón después de tanto
esfuerzo familiar. Me dije: “llego como sea”,
cerré los ojos y seguí adelante, junto con
eso comenzaba la bajada y pensé ahí me
recuperaría, sin embargo eso no ocurrió y
en el 27K sentí el primer calambre. Me
aterré, ya que todavía quedaba mucha
carrera. Paré un par de segundos para
elongar, continué y comencé a imaginar
que venia de vuelta a casa. Sin embargo
aún me quedaba un tercio de camino y
como el cuerpo no es tonto, comenzó a
producir calambres en la otra pierna y en
el 29K tuve que volver a parar para elongar.
Continué corriendo, en esos momentos
pensaba cómo voy a llegar y todavía me
quedan 6K de subida. A estas alturas me
había comido 3 power Gel tomado 2 litros
de líquidos isotónicos y 2 plátanos y las
La preparación para este desafío fue
bastante rigurosa. Por supuesto, intenté
cumplir todas las recomendaciones al pie
de la letra. Todo fue bastante bien hasta 4
semanas antes de la carrera, pues empecé
a sentir un cansancio mayor al común, tomé
algunas vitaminas, pero no ayudaron a paliar
el problema. Sin embargo, tenía que seguir
a pesar de las dificultades y eso me ayudó
a soportar lo que sería la carrera. Ya no
podía parar, había invertido muchas horas
de sueño en las mañanas entrenando, más
de alguna discusión con mi señora que no
comprendía esta locura, pero la aceptaba
y respetaba.
La carrera
Esa mañana me desperté muy temprano, a
las 4:50. Estaba muy ansioso y lleno de
nervios, como un niño antes de su primer
día de clases. Sabía que iba a ser la carrera
más dura de mi vida, pero nunca pensé que
iba a sufrir tanto. Me había preparado de
la mejor forma posible, entrenamiento al
pie de la letra, plan de carrera según la
altimetria y mi hermano me acompañaba
en bicicleta. El gran pero era una molestia
en la rodilla que empezó los últimos tres
días. La temperatura para ese día 30 °C, para
la cual venía preparado con más de 6
botellas de bebidas.
Estaba en la partida, listo para comenzar,
con un precalentamiento adecuado,
mentalizado para cumplir el plan al pie de
la letra y encuentro al lado mío a Roberto
Chávez. Conversé con él y me comentó
que el circuito era al revés de lo que lo
había planificado; esa fue la primera
dificultad. Mentalmente comencé a
recordar el circuito y cambié el plan de
Comencé la carrera al ritmo planificado.
Todos me decían que no me apurara porque
en la primera vuelta uno se siente muy bien,
pero el problema fue que en los primeros
kilómetros no me sentía tan lleno de
energía. No lo tomé en cuenta, ya que iba
mentalizado a cumplir el plan de carrera,
pero alrededor del 8K hice mi primer
cambio. Bajé un poco el ritmo para
aguantar mejor la segunda vuelta (eso era
lo que yo creía). En el 11K me tomé el primer
Power Gel para aguantar bien la subida que
se venía, en la que me fue bastante bien e
incluso pude volver al ritmo de carrera, eso
sí el calor comenzó a ser muy fuerte. Pero
no era problema, estaba bien abastecido.
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“Ya no quedaba nada y al girar
por Presidente Riesco se veía la
meta esperando. Al pasar por
ella vi 3:45:19, en ese momento
me sentí muy emocionado y se
me vinieron muchas cosas a la
cabeza:
mi
familia,
el
entrenamiento, las adversidades
y el poder lograr las metas, a
Me sentí frustrado y comencé a caminar
hasta que sentí un poco menos de dolor
y pude continuar. Llegó el 35K, paré a
elongar y afortunadamente pude seguir
corriendo. Iba en plena subida con un calor
insoportable, que se acrecentaba por las
calles y edificios de la Municipalidad de
Vitacura. En el 36K volví a parar, elongar y
tuve que caminar una cuadra para
poder tomar fuerzas y continuar corriendo.
Pensaba cómo iba a poder llegar, pero me
animaba solo y me decía: “ vamos un
Kilómetro más”, el 37K y 38K. En el 39K me
encontré con mi suegra, que me dio fuerzas
para continuar. Ya sentía un cansancio
enorme y lo único que me hizo seguir fue
que imaginaba que Manquehue iba a ser
de bajada y que mi familia me esperaba.
En el 40K mi familia me dio una sorpresa
y me encontré con mi señora e hija. Esto
me entregó la convicción de que tenía que
llegar aunque fuera gateando – y no estaba
lejos de eso. Giré hacia Manquehue y se
me produjo una gran decepción: también
era de subida. Volví a parar, elongar y
caminar. Saqué ánimo y me dije: “vamos
que se puede”.
Ya no quedaba nada, pero el cuerpo no
respondía, volví a parar y comencé a
caminar. Entonces, apareció una camioneta
de la organización a unos 50 mts. de donde
yo estaba, como esperándome. Pero mi
amor propio fue más fuerte y continué
corriendo. Ya casi iba llegando y por ningún
motivo iba a abandonar ahora. Alcancé a
visualizar el último desafío: el paso bajo
nivel de Kennedy, que en esos momentos
me pareció enorme. Una persona que
estaba alentado, vio mi cara de
desesperación y me gritó: “Mira el Piso!!!”.
Le hice caso y logré pasar esa valla, ya no
quedaba nada y al girar por Presidente
Riesco se veía la meta esperando. Al pasar
por ella vi 3:45:19, en ese momento me
sentí muy emocionado y se me vinieron
muchas cosas a la cabeza: mi familia, el
entrenamiento, las adversidades y el poder
lograr las metas, a pesar de que estas
parezcan imposibles. LO LOGRÉ.
Esta carrera fue distinta a las que uno
acostumbra a leer en las revistas del club,
con miles de personas corriendo y
alentándote, la ciudad paralizada por el
deporte. Aquí eran 154 inscritos y gente
esporádicamente en las calles, pero el
desafío era el mismo. También se puede
destacar la buena organización y
abastecimientos de la carrera. El gran pero
fue la hora de partida, 8:30 AM .
Después de esta gran experiencia no me
queda más que agradecer a Margarita (mi
señora), a toda mi familia y el gran apoyo
que me han dado todos los runners
durante mi tiempo en el club,
transmitiendo toda la experiencia y
siempre apoyándome durante la carrera.
pesar de que éstas parezcan
imposibles”.
ema
piernas no respondían. Llegó el 30K y tuve
que volver a elongar. El problema era que
cuando elongaba una zona comenzaba
con los problemas en la otra pierna, en
esos instantes lo único que me hacia seguir
era que mi señora e hija me esperaban en
la meta y el apoyo constante de Pepe.
Ante tanta complicación, veía una sola
meta: el siguiente kilómetro. Esta tónica
se repitió en el 31K, 32K y 33K, hasta que
llegue al 34K. Definitivamente, ya no podía
caminar.
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Entrevista
Por Daniela Robin.
Gabriel Ruiz Tagle,
Presidente de Colo-Colo
Maratón
de Vida
Empresario, maratonista y presidente
del club de fútbol más grande de
Chile. Visionario, comprometido y
determinado a cimentar el futuro de
Colo-Colo. Para Gabriel Ruiz Tagle
la maratón más importante de todas
ha sido vivir su propia vida,
sorteando obstáculos, pendientes
inclinadas y decisiones de gran
envergadura. Sin embargo, cada paso
es una nueva meta.
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¿Cómo se definiría Gabriel Ruiz Tagle a
sí mismo?
No es una definición fácil. En principio me
definiría como una persona sencilla, creo
yo. He tenido bastante suerte en mi vida,
tanto en mi familia como en mi trabajo.
He tenido la fortuna de tener éxito en
todo lo que he emprendido. Pero todo lo
he logrado con mucho esfuerzo. Por lo
tanto, si tuviera que ponerlo en una sola
frase, diría que soy un agradecido de la
vida.
De joven la verdad es que no. Es que nunca
fui un atleta. Sí tengo una hermana que
no está en los runners sino en otro grupo
de trote y le ha ido bastante bien. Ha
ganado categorías, etc.
¿Podríamos decir entonces que hubo un
“gen” del deporte?
(Ríe) Sí… puede ser que haya habido algún
gen positivo en materia de trote. Yo, eso
sí, subí cerros por mucho tiempo con un
grupo de personas. Pero es complicado
porque lo de las excursiones se dificulta
menos a uno de mis hijos esto del trote
ya le gustó y espero que los otros sigan el
mismo camino.
¿Cómo es la interacción entre usted y
los demás runners?
Creo que esto tiene una característica
única. Y es que todos los runners tienen
diferentes ocupaciones, intereses y
actividades. Sin embargo, todos se unen
torno a una misma motivación: el amor al
trote. Y eso genera amistades muy
profundas. Pese a ser un grupo de personas
¿Cómo y cuándo empezó su afición al
trote?
Yo siempre trotaba, pero solo. Durante
más o menos 15 o 20 años siempre lo hice
solo y lo disfrutaba. Pero de un punto en
adelante me di cuenta de que habían
maneras mucho más organizadas de
hacerlo, que incorporaban compañía y a
la vez metas personales, además de
disciplina. Y eso lo hacía mucho más
atractivo como actividad, sobretodo
porque el tema de la superación es algo
que, al trotar solo, se relativiza demasiado.
En cambio cuando uno forma parte de un
grupo y comienza a participar en
competencias organizadas, eso va
generando metas personales, además de
un ambiente de camaradería en torno a
eso que lo transforma en algo mucho más
profundo y rico que cuando se trata de
una actividad aislada.
¿Cuál es su relación con los Santiago
Runners?
Corro con ellos. Soy un runner. Aunque
tengo mucho que hacer. Soy Presidente
de Colo-Colo además de estar involucrado
en muchos otros negocios. Me mantengo
bastante ocupado. Pero sobre correr, te
diría que funciona como un motor que me
permite seguir activo en todas mis
obligaciones. No lo definiría como una
terapia, pero el trote, mi vida como runner,
es un estímulo, un desahogo, una carga
positiva, que me permite mantener un
ritmo de trabajo que de otra manera, estoy
seguro, se me haría mucho más pesado.
Remontémonos a su infancia.
¿Compartía usted alguna actividad
deportiva con algún miembro de su
familia?
“Muchos runners entre
sí son amigos de verdad,
hacen actividades juntos,
etc. Eso cultiva vínculos
en las personas que no sé
si otros clubes tendrán la
capacidad de impulsar”.
por el tema familiar. Con ellos ahora
también hay trote. Mi hijo debutó
recientemente en la maratón de Chicago,
Estados Unidos, y le fue bastante bien.
Incluso le dieron un premio en la última
comida de los runners. Mi hijo, Tomás,
está trotando conmigo, y otros dos que
creo van en camino. Corrimos yo y mis
hijos ahora último en una maratón
realizada en el mes de Octubre donde
hubo mucha humedad ambiental y una
temperatura record de 35 grados. Una
persona murió incluso y más de 500
personas necesitaron atención médica. A
mí me fue bastante bien, llegué dentro de
los primeros 40 en mi categoría. Pero
incluso hubo en un momento en el que,
por indicación de la policía, la carrera se
suspendió. Sin embargo, ha sido, de las ya
ocho maratones en las que he participado,
la mejor experiencia, la más dura. Había
que estar muy convencido para seguir
adelante. Podríamos decir que el trote en
mi familia está bastante internalizado. Lo
que pasa es que para los jóvenes esto del
correr es bastante sacrificado y no lo
encuentran muy entretenido. Requiere
mucha disciplina y entrenamiento. Por lo
muy heterogéneo, muchos runners entre
sí son amigos de verdad, hacen actividades
juntos, etc. Eso cultiva vínculos en las
personas que no sé si otros clubes tendrán
la capacidad de impulsar. En otras
actividades uno siempre está pensando
en ganarle al de al lado. Pero acá no. Eso
es importante porque compites contigo
mismo y no con los demás. Por eso a nivel
de grupo no se contamina en espíritu
deportivo. Hay una tremenda riqueza
humana porque están todos tratando de
ganarse a sí mismos, y eso hace que las
relaciones sean de mucha mejor calidad.
¿Cómo ve su vida sin el “combustible”
del trote?
Mucho más aburrida, sin duda. A estas
alturas quiero ser franco: me costaría
imaginarme sin poder trotar. Por esto es
que uno hace propia la frustración de
alguien que está lesionado y que no puede
trotar. Porque uno, cuando ha estado
lesionado, y se levanta un fin de semana
a las 8 de la mañana sólo para darse vueltas,
con hambre de trotar y sin poder hacerlo,
es una frustración muy grande. Por eso
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cuando uno sabe de alguien del grupo que
tiene una lesión que no lo deja trotar y
que va a pasar varias semanas o meses sin
hacerlo, se entiende. Porque es como si a
uno le quitaran algo que forma parte de
sí. Por esto también es que uno se pone
mucho más cauto consigo mismo, porque
tienes tanto que perder… Yo tengo hijos
menores a los que les gusta jugar fútbol.
Yo no juego fútbol con ellos aunque soy
presidente de un club de fútbol, porque
me da pánico lesionarme.
“Yo diría que una maratón
es un recorrido que se
asemeja mucho a la vida
de una persona puesto que
está llena de momentos
difíciles, donde se pone a
prueba la voluntad, a veces
¿Ha tenido lesiones importantes?
el compañerismo”.
El año pasado tuve un problema que me
mantuvo con inconvenientes y del que
estoy saliendo. Ahí aprendí, porqué en un
primer momento, uno cree que todo le
pasa a los demás, pero no a uno. Hay que
aprender, como dicen, a oír al cuerpo y
ser muy cuidadoso.
Y su señora, ¿lo acompaña en el trote?
Siempre cuando hay maratones fuera de
Chile, yo la invito. Nos acompañamos. Ella
debe ser una experta en observar
maratones. Es probable que entienda
incluso mejor que yo el funcionamiento
de una maratón, ya que ha estado presente,
desde una posición, privilegiada, en quizás
algunas de las carreras más importantes
del mundo. Ella además ha sido bien
tolerante, porque esto te quita tiempo,
pero te lo compensa. De todas maneras
el apoyo familiar es bien importante a la
hora de correr.
¿Qué significado tienen para usted las
maratones?
Es sorprendente como te conoces a ti
mismo. Porque exploras tus capacidades,
tus limitaciones. Una maratón se puede
entender en diferentes planos: en un plano
deportivo te pones a prueba en términos
de disciplina, de técnica y entrenamiento.
Superarse a uno mismo deportivamente.
Es un desafío porque descubres hasta
donde puedes llegar, o hasta donde
pueden llevarte tus capacidades. Pero
además hay un plano filosófico, donde yo
aplico la dinámica de las maratones a la
vida. Siempre hay gente que va más
adelante de uno y que en el fondo es más
que uno. Pero hay gente que va más atrás
de uno. Hay gente que llega más lejos en
la vida. Hay personas a las que les cuesta
menos o más. Por otro lado, hay un tema
con ir cumpliendo etapas. Hay momentos
en que uno siente que está más cerca de
la meta, veces en que uno debe tomar
agua o aligerar el ritmo. Oxigenarse. Yo
diría que una maratón es un recorrido que
se asemeja mucho a la vida de una persona
puesto que está llena de momentos
difíciles, donde se pone a prueba la
voluntad, a veces el compañerismo. Hay
tramos que son más fáciles, en bajada,
otros mucho más inclinados donde no
sabes que habrá al otro lado de la
pendiente, también momentos alegres,
etc. El ir cumpliendo etapas en una carrera
es algo muy aplicable a la vida misma,
donde hay épocas más complicadas, otras
más fáciles, etc. A mí me sirve mucho esto
porque siempre que estoy bajo mucha
presión, con gran cantidad de
preocupaciones, me acuerdo de cuando
iba en una maratón, en el kilómetro 25, y
ya no quería más. Pero había que seguir.
El trote enseña a pensar. El espíritu del
deporte te ayuda, te forma.
Pasemos al tema de la presidencia de
Colo-Colo. ¿Fue algo deliberado o
fortuito?
(Guarda silencio por unos segundos) Esto
demuestra que la vida da muchas vueltas.
Yo nunca fui aficionado al fútbol y ahora
soy presidente del club más importante
de Chile. No es menor si piensas que en
Chile hay siete millones de personas que
se declaran hinchas de Colo- Colo. Es toda
una institución. Ser presidente es una
experiencia increíble, un gran desafío
profesional. Lo bien o mal que lo hagamos
nosotros repercute en la vida de muchas
personas. Chile amanece diferente si ColoColo ganó o perdió. El ánimo de la gente
se influencia de manera tremenda, y por
eso la responsabilidad es igual de grande.
Nosotros tenemos una gigantesca
cobertura de prensa hacia todo lo que
pasa en Colo-Colo. Hacer esto bien es
muy importante, por lo que la dedicación
el compromiso es clave. Desgraciadamente
termina siendo muy absorbente, porque
requiere dedicación completa.
¿Cómo llegó a usted a ser parte de ColoColo?
Fue una suma de circunstancias, ha decir
verdad. Desde que Colo Colo entró en
quiebra hubo una sociedad que asumió la
dirección del club. Yo me incorporé a esta
sociedad. Y como soy muy inquieto
empecé a meterme en la gestión, junto a
otro runner, Raimundo Valenzuela, y no
me preguntes cómo, pero terminé de
presidente. Pero no le puedo echar la culpa
a nadie, fue por voluntad propia.
Podría explicarme, específicamente, en
qué consiste su trabajo como Presidente
de Colo-Colo?
Ocurre que en el fútbol el presidente
termina tomando decisiones que muchas
veces no debiera tomar. Aún cuando en
Colo-Colo tenemos una excelente
administración, muy eficiente, fatalmente
los problemas llegan directamente al
presidente. La misión permanente es
cerciorarse de que todo funcione.
9
¿Cómo han tomado esta labor los
hinchas?
Mira, el fútbol es bastante cruel. Cuando
gana el equipo, eres un héroe. Pero cuando
pierde, puedes imaginar la palabra que sale
de sus bocas. Esto es así. Pero creo que la
gente se ha ido dando cuenta que el
trabajo que hemos venido haciendo es
serio, por ejemplo la remodelación del
estadio, los triunfos, el tener un equipo
que haya salido tres veces campeón
–puede que salgamos una cuarta-, el
cambio en la imagen del equipo, etc. Es
bueno que la gente mire las cosas desde
una perspectiva más amplia y que, espero,
tenga un buen juicio de la gestión que
hemos hecho.
¿Y cómo es la relación con los jugadores?
Tengo mucha y muy buena relación con
ellos. De hecho han estado varias veces
en mi casa. Tienes que entender que una
de las labores más importantes que hemos
tenido que llevar a cabo es la de crear
confianza, cosa que en el fútbol no existía.
Y para eso es muy importante crear lazos.
Ellos antes estaban acostumbrados a tener
una relación de mucha distancia con los
dirigentes. Una desconfianza basada en
incumplimientos, etc. Pero creo que hemos
avanzado bastante en el sentido que se
está apreciando una forma honesta de
relacionarse. Por supuesto que muchas
veces hay diferencias de intereses, pero
nos importa que ellos vean que la
institución es sana y cumple sus
compromisos. Hay un progreso, y con esto
no quiero decir que todo sea perfecto,
pero hemos avanzado.
Por lo que escucho, intuyo que ser
Presidente de Colo-Colo va mucho más
allá de ser sólo un negocio…
A ver, en términos prácticos, este es un
pésimo negocio. Me ha significado dejar
de lado cosas propias. Tener
responsabilidad sobre temas respecto de
los que no tengo control total. La
retribución es más bien moral, porque si
hablamos de negocios, la verdad es que
es un pésimo negocio. Sin embargo tiene
una cosa muy especial, que es la
satisfacción personal que uno tiene con
ciertos logros, sobretodo en el plano
humanos. Cuando consigues que un
jugador salga al extranjero y mejore
sustancialmente su calidad de vida, ya que
venía de una grave situación de pobreza,
es tremendamente gratificante. Crear estas
oportunidades es muy motivador. Cada
mes recibimos en el camarín de Colo-Colo
a tres o cuatro niños gravemente enfermos,
que van a fallecer en un mes más. Pero los
jugadores les firman una camiseta y se van
felices y contentos, aunque les quede un
mes de vida. Esa profundidad hace que
uno sienta que aquí vale la pena hacer las
cosas bien, más allá del sacrificio personal.
¿Cuál ha sido su logro más importante
como Presidente de Colo-Colo?
Creo que es aún prematuro hablar de
logros. Hay metas, muchas más
metas que logros. Metas en
materia de seguridad, por
ejemplo. Hoy estamos
remodelando nuestro estadio,
haciendo de éste un lugar
mucho más confortable y
seguro. En el plano humano
hemos invertido muchísimo en
la formación de jugadores
jóvenes, tratando de introducir
allí un elemento educador
importante. Pero son cosas
cuyos frutos no se ven en
forma inmediata. Estamos
asegurando el futuro de algo
que estaba muy destruido, lo
que eleva la probabilidad de
un futuro más auspicioso,
porque hay un balance positivo.
¿Cómo enfrentan ustedes la eventual
salida de Claudo Borghi?
Claudio es un entrenador joven, exitoso.
Francamente sería muy difícil de
reemplazar. Pero si necesitamos sustituirlo,
querremos mantener el estilo. Con ello
me refiero a un estilo de juego ofensivo,
que es como le gusta el público. Pero
Claudio es un personaje al que sin duda
alguna nos costaría mucho reemplazar.
¿Lo reconocen en la calle?
¿Qué ha sido lo más difícil del
cargo?
Considero que lo más difícil ha
sido acostumbrarse a cierto
grado de notoriedad. Desde los
19 años he trabajado en mis
cosas, en silencio, sin ninguna
figuración pública. Súbitamente, hace un
año, me vuelvo Presidente de Colo-Colo.
Al principio creí que iba a poder esquivar
la figuración pública, pero es
absolutamente imposible. Pasar de que a
nadie le importe lo que haces a estar
sometido al juicio público es un cambio
en la forma de vida. A veces uno va en
auto y le gritan cosas, que saque al
entrenador, que meta a un jugador, a favor
o en contra. Siempre gritan algo.
Quisiera que me hable de su relación
con Claudio Borghi.
Soy bien amigo de él. Es un personaje.
Tiene también mucho mérito puesto que
viene de un lugar modesto. Ha tenido éxito
por sus propios medios. Pero es un
personaje controvertido, sin duda. También
ha estado bastante expuesto.
La otra vez fui a comprar una camisa. Me
acuerdo que elegí una azul y cuando me
la estaba llevando, el vendedor me dijo
que cómo era posible que yo siendo de
Colo-Colo me llevara una camisa azul.
Pasan ese tipo de cosas.
Por último Don Gabriel, ¿Qué cree usted
que diferencia a una persona que hace
deporte de una que no?
Primero, la salud. Si una persona hace
deporte de forma sistemática, tiene la
certeza de que con los años tendrá una
mejor calidad de vida. Pero lo más
importante es la limpieza espiritual. Eso
es fundamental
10
La columna de Hermógenes
Por Hermógenes Pérez de Arce
LOS PEORES ENEMIGOS
DEL TROTADOR
¿Las lesiones? ¿El cansancio? ¿Los reclamos
de la señora (o del marido)? No: los perros.
Yo no sé qué les ha pasado últimamente,
pero están muy agresivos. Deben creer,
como tantos otros chilenos, que así
conseguirán una ley que les otorgue
beneficios especiales, ahora que el cobre
está a más de tres dólares y todos
anhelamos hacer alguna “pasada” para
aprovecharnos de eso.
El otro día iba trotando por un camino
costero, como lo hago hace años, y sentí
que me había enredado en un alambre de
púas, de modo que di unos saltos para que
se desprendiera (bueno, yo los llamo
“saltos”, pero muchos opinan que no dan
para tanto). Pero no era ningún alambre,
sino un perro negro, que sin decir “agua va”
y en completo sigilo, me estaba mordiendo
las piernas. Pues, así como dicen que “perro
que ladra no muerde”, parece ser verdad
que a veces “perro que no ladra muerde”.
Cuando me di cuenta me volví a
enrostrarle su proceder con gran severidad,
pero gruñó y me mostró los dientes, de
modo que preferí guardar silencio y
aplicar la primera regla dictada por la
experiencia ante el ataque de un perro:
agacharse a recoger una piedra, aunque
no haya ninguna piedra. Pues uno puede
contar con que todos los perros se han
encontrado alguna vez con tipos mucho
más aguerridos que uno y que les han
pegado unos tremendos peñascazos. Eso
no se les olvida nunca. Entonces, lo normal
es que si uno se agacha, aunque no sea
aguerrido ni haya ninguna piedra, el perro
se abstenga de proseguir su ataque. Y así
fue en este caso. Pero lo concreto fue que
resolví abandonar ese recorrido mientras
no se termine la construcción de donde
salió el perro.
También un perro me obligó a modificar
otro recorrido, mi favorito de Santiago,
que es, como oportunamente informé
al país a través de esta revista, por
Charles Hamilton, en Los Dominicos. Ese
trayecto termina en un “cul-de-sac”,
como llaman los franceses y también
los ingleses a una calle sin salida. Yo lo
recomiendo (el dicho, no el recorrido) por
razones de elegancia en el lenguaje y
porque cuando uno lo emplea todos creen
que ha vivido muchos años en Europa,
cosa que, por lo menos en mi caso, es
completamente falsa, pero cuando la
gente la cree comienza a tratarme con
más respeto.
Bueno, justo a la entrada del “cul-de-sac”
se instaló hace tiempo un perro que
evidentemente se creía dueño de la calle
sin salida y que se me abalanzó una vez,
obligándome a una huída muy deshonrosa,
a la cual sólo pude poner término
agachándome a recoger una piedra. Estuve
largo tiempo doblando por otra calle antes
de llegar al “cul-de-sac”, pero por fortuna
parece que alguna de esas personas que,
en lugar de decir, como uno, “hay que
hacer algo”, hacen algo, tomó cartas en el
asunto y el perro desapareció. De modo
que gracias a ese buen samaritano (o malo,
si es que le ha “dado el bajo” al perro”)
hace dos semanas he vuelto a tocar la
pared del fondo del “cul-de-sac”.
Tengo un amigo trotador (que es, entre
paréntesis, muy bueno, y por cuya culpa
me caí una vez, tratando de mantenerme
a la par de él) al cual una jauría lo atacó
en plena plaza de la Constitución, sin
motivo aparente, y sin que siquiera fuera
trotando. Tuvo que ponerse inyecciones
contra la rabia durante muchos meses.
Nunca supo por qué lo atacaron a él. Yo
sostengo que se dieron cuenta de que era
trotador, y de los buenos. Porque estoy
seguro de que los perros nos tienen
envidia. Varios corredores se han dado
cuenta de eso y salen con un palo en la
mano, especialmente cuando son
extranjeros. Pero confieso que a mí me da
vergüenza. Pero, claramente, los perros se
han vuelto un problema. ¿No podría el
Santiago Runners Club conseguir que
dictaran una ley para solucionarlo? Pues
esa ha sido siempre la manera de arreglar
todo en Chile
13
Entrevista
Por Daniela Robin
Siempre supe que
Tomás González es hoy el mejor gimnasta de la historia
de Chile. Está orgulloso, pero reconoce lo difícil que ha
sido el camino para llegar al lugar en que está hoy. Ha
trabajado arduamente y no escatima en esfuerzos cuando
se trata de compatibilizar su vida cotidiana con lo que
más le gusta hacer. Tiene 21 años y una maleta llena de
sueños que aún están por cumplirse. Tomás González,
definitivamente, nació para la gimnasia.
Tomás, ¿a qué edad partiste en la
gimnasia?
Partí a los seis años. Recuerdo haber visto
los juegos Olímpicos de Barcelona, el
´92, me gustaba verlos por la televisión,
vi la gimnasia y me entusiasmé.
¿Así de fácil tomaste la decisión?
No, la verdad es que hubo más factores
que influyeron. Mis padres, ambos, fueron
gimnastas, sacaron medalla en
sudamericanos. Mi mamá era profesora
de educación física en mi colegio. En
realidad, pensándolo bien, empecé de a
poco. En el colegio hacía una extra
programática de gimnasia, comencé a
competir en campeonatos escolares.
Luego mi papá me llevó a la Universidad
Católica, porque ahí el entrenador era
un ruso (Eugenio Belov). Todo esto a
escondidas de mi mamá.
¿Tu mamá no quería que te dedicaras
a la gimnasia?
Nunca se opuso, pero tampoco quería
que me dedicara a esto. Ella vivió como
gimnasta en Chile y sabe perfectamente
lo difícil que es en este país. No me
motivaba mucho, pero – como ya dije
antes – nunca se opuso rotundamente.
Yo tenía 8 años cuando empecé a ir a la
Católica y sólo duré una semana a
escondidas de mi mamá. Se dio cuenta
casi de inmediato. De ahí en adelante,
con el apoyo de mis dos papás, empecé
a entrenar más en serio.
nací para la
Gimnasia
14
¿La gimnasia fue el único deporte que
te interesó?
¿Cuándo obtuviste tu primer logro
deportivo?
Sí, es que empecé tan chico que no tuve
tiempo de probar con otras disciplinas.
Siento que lo mío siempre fue la gimnasia,
siempre supe que estaba hecho para esto.
A ese convencimiento hay que sumarle
la influencia de mis padres, ambos ligados
a este deporte. Fueron seleccionados y
tuvieron la posibilidad de participar en
un sudamericano. En realidad, ellos
siempre me apoyaron en todo y gracias
a ellos hoy estoy en este lugar. Con el
tiempo a mi mamá se le quitaron los
miedos y lo único que he encontrado en
ella, es apoyo incondicional.
Desde chico me fue muy bien en
sudamericanos y en panamericanos. De
hecho entré al circuito rápidamente. Pero
uno de los que más recuerdo fue la World
Cup en La Serena, el año 2004. Yo había
entrado recién a la universidad y el primer
semestre no estaba entrenando. Un mes
antes comencé con la preparación y
saqué medalla de bronce en suelo, lo que
obviamente me motivó muchísimo. Ese
mismo año había otra World Cup en
Glasgow, Escocia. Ahí logré un segundo
lugar en suelo y un tercero en salto, le
gané a un rumano que más tarde ganó en
los Juegos Olímpicos de Atenas. Todo
esto significó para mí una tremenda
prueba de que podía lograr grandes cosas.
¿Ese apoyo se extrapoló también a lo
económico?
Claro. En Chile es complejísimo dedicarse
al deporte y al principio ellos costearon
todos mis gastos de los campeonatos,
que no siempre eran en Chile. Viajé a
Argentina, Cuba y todo lo que eso
implicaba corría por cuenta de mis padres.
Después la Federación empezó a
ayudarme con algunas cosas y ahora con
el programa ADO, estoy más tranquilo.
Es que en este país es muy difícil, porque
acá tienes que sacar alguna medalla para
que te empiecen a apoyar, al revés de lo
que ocurre en otros países, donde
comienzas desde pequeño para que el
resultado sean las medallas.
“Compatibilizar los estudios con
el deporte ha sido difícil. Pero
quiero estudiar, porque nada me
asegura que en el futuro me sirva
todo lo que he logrado hasta
ahora”
¿En todos estos años de carrera, has
tenido alguna lesión importante?
He tenido tres lesiones grandes. El 2001,
me quebré una vértebra y se me desplazó
un poco. Ese mismo año tenía un
panamericano y tuve que competir así,
pero luego tuve que parar cerca de seis
meses para cicatrizar la lesión. El 2005,
estaba haciendo dorsales en una máquina
con 12 kilos sobre mi cabeza, se
desenganchó una parte de la máquina
y el disco cayó sobre uno de mis
dedos, se fracturó en pedazos.
Fue terrible considerando que
yo utilizo mucho las manos
en mis ejercicios. La última fue el año
pasado, me fracturé la clavícula y me
limaron 8 mm de ésta. Esa lesión fue
complicada porque tenía varios
campeonatos agendados. Por suerte
entrené y pude participar con buenos
resultados.
¿Algún referente dentro de la gimnasia
que te haya ayudado a seguir?
Sí, un ruso que se llama Alexei Nemov.
Tuve la oportunidad de competir con él
y me fue bastante bien. Incluso presenté
un ejercicio nuevo y me lo dieron, pero
no le pusieron mi nombre porque influye
que yo sea de Chile. De todas formas, lo
agregaron el código de puntuación.
¿Cuál ha sido tu rival más fuerte?
Lo tengo clarísimo. Un brasilero que se
llama
Diego
Hipolito. Cuando éramos chicos
competíamos y yo le ganaba, pero las
situaciones fueron cambiando. Él tiene
todo un sistema y yo, por otro lado, dejé
de entrenar mucho tiempo. Él tenía todo
a su favor y yo todo en contra.
Finalmente, me superó y yo creo que me
pasó el no tener un país apoyándome
detrás, porque el caso de Brasil es al
revés. Invierten mucho en el deporte y
desde que los gimnastas son pequeños,
acá no. Pero de a poco me estoy
poniendo al día para alcanzarlo.
¿Alguna anécdota que recuerdes de
todos tus viajes?
Sí. Mi entrenador es cubano y necesita
visa para todos los países. Para irnos a
Escocia, llegamos a París y ahí nos dijeron
que la próxima parada era Ámsterdam,
para luego tomar otro vuelo y llegar a
Escocia. El problema fue que mi
entrenador necesitaba una visa clase B
para pasar por Ámsterdam y no la tenía.
Por suerte, en el aeropuerto se hizo lo
posible y nos hicieron otro trayecto. Eso
sí las maletas llegarían después. Yo iba
vestido con ropa normal y llevaba en mi
bolso la ropa para competir. Mi
entrenador se bajó con buzo y mientras
llegaban las maletas tuvimos que
cambiarnos la ropa para que yo pudiera
entrenar. Menos mal las maletas llegaron
justo un día antes de la competencia.
¿ Cómo fue compatibilizar los estudios
con esta actividad tan demandante?
Uf! Fue complicado. El primer problema
que tuve fue en el colegio. Yo tenía
jornada en la tarde y me coincidía con
los entrenamientos en la Católica, pero
el colegio me apoyó y me cambiaron los
cursos para la mañana, de manera que
pudiera entrenar sin problemas. Pero en
la universidad el terreno se puso más
complicado. Yo estaba estudiando
agronomía y en un ramo me coincidió la
World Cup en La Serena con la prueba
fijada y, más tarde, otra competencia en
Escocia con la prueba recuperativa. En la
universidad no me apoyaron para nada,
incluso me pidieron que llevara los
pasajes como evidencia de que estaría
fuera de Santiago. ¡Como si estuviera
mintiendo!
¿Qué crees que dicen ellos hoy?
No sé, espero no verlos nunca más. El
próximo año quiero entrar a kinesiología
en otra universidad, que sí me prometió
apoyo. Esto de compatibilizar los estudios
con el deporte ha sido difícil. Pero quiero
estudiar, porque nada me asegura que en
el futuro me sirva todo lo que he logrado
hasta ahora.
¿Y tu vida cotidiana dedicándote a la
gimnasia?
Tampoco considero que haya sido fácil.
Siento que uno intenta tener una vida
normal, pero no se puede por más que
uno quiera. Es complicado, porque uno
madura un poco antes, hay que dejar
muchas cosas de lado. Mientras mis
compañeros se preparaban para el viaje
de estudios, yo me preparaba para los
panamericanos. Tienes otras metas, más
responsabilidad. Yo no me sentía en la
misma parada que ellos. En cuarto medio
en vez de preparar la PSU, yo entrenaba
para los Juegos Olímpicos. Pero de todas
formas siempre he tratado de compartir
con mis amigos
¿Pololeas?
Sí, pololeo hace tiempo. Al principio fue
más complicado porque yo estoy
constantemente viajando. Pero nos
fuimos acostumbrando.
¿Nunca decaíste en tu objetivo de ser
gimnasta?
Cuando más pequeño nunca tuve
problemas con la decisión, pero cuando
fui creciendo empecé a enfrentar la
desmotivación. Y no sólo por asuntos
que tenían que ver con mi vida cotidiana,
sino que también por las condiciones en
las que entrenaba. Aparte en Chile no
hay un sistema que te obligue a continuar
para subir el nivel. De hecho, la mayoría
de los gimnastas se retiran entre los 14 y
los 18 años o bien se quedan estancados.
Yo empecé tan chico, que viví todo ese
período de indecisión. En el camino hubo
tiempos en los que no entrené, estaba
absolutamente desmotivado.
¿Por qué dejaste de entrenar si tenías
tan claro el objetivo?
Fueron varias razones aparte de la
adolescencia. El 2002 mi entrenador
regresó a Rusia, porque estaba molesto
con el poco apoyo al trabajo del
deportista. Tampoco era muy aceptado
en el círculo de los entrenadores chilenos.
Se aburrió y se fue. Yo me quedé sin
entrenador hasta el año pasado. El
problema es que ese tiempo que estuve
sin alguien que dirigiera mi
entrenamiento, era clave en mi
preparación porque implica el cambio
de juvenil a adulto en competencias. Lo
intenté con otros entrenadores, pero no
logré nada.
¿Cómo evalúas tu reciente desempeño,
luego de estos problemas?
A ver, hay que ser objetivo. Sé que mis
resultados han sido buenos aun
considerando todo el tiempo que estuve
solo, pero creo que en ese tiempo podría
haber mejorado mucho más y hoy,
probablemente, estaría clasificado para
los Juegos Olímpicos. Pero para haber
hecho todo eso prácticamente solo, no
bajé tanto mi nivel. Yo creo que lo que
me permitió mantenerme fue la base que
me entregó Eugenio Belov, que es un
técnico muy destacado.
¿Cómo viviste la medalla de oro en
Escocia, que te convirtió en el mejor
gimnasta chileno?
Fue muy emocionante y, definitivamente,
lo mejor que me ha pasado en mi carrera
deportiva. Uno en esto pasa por tantas
cosas, que ver logros de esta magnitud
es gratificante. En muchas ocaciones
hasta mi mamá me ha dicho que me
retire, para qué seguir sufriendo con un
ambiente tan hostil, porque me ha pasado
que no he podido competir porque la
Federación ha estado sancionada y yo
casi con los pasajes comprados. Es fuerte,
he vivido situaciones difíciles, pero
momentos como los de ahora en
Glasgow, me hacen pensar que de verdad
vale la pena. En los campeonatos a los
que había viajado, siempre sacaba plata
o bronce y ahora por fin un oro. Estoy
orgulloso de ser el mejor gimnasta de
Chile, es bonito pensar que voy a quedar
registrado en la historia haciendo lo que
más me gusta.
¿Cómo has tomado tu relación con los
medios y este boom de Tomás
González?
Con mucha calma y sí, es verdad que he
tenido que dar hartas entrevistas, pero
también es cierto que un deporte como
el mío no sale mucho en los medios. Al
contrario, a mí me sirve poner en el
tapete la gimnasia, porque en general no
le dan mucha importancia. Por ejemplo,
ahora saqué oro en una World Cup y
salió sólo en un pequeño espacio en los
medios. Cada logro es difícil que sea
tomado en cuenta por la prensa. En otros
países es distintos, cuando gané tuve que
dar entrevistas en Escocia en inglés, pero
acá nadie sabía mucho del tema.
¿Qué has aprendido de tu experiencia?
Creo que lo más importante que he
aprendido tiene que ver con la
constancia, porque desde pequeño hay
que dejar cosas de lado en beneficio de
buenos resultados o de una participación.
Aprendí a organizarme desde el principio,
hay que planear bien todo para que las
cosas salgan como uno quiere. Yo sé que
todo eso me va a servir en algún
momento, es decir, el día de mañana en
lo que tenga que trabajar yo sé que voy
a saber cumplir, porque soy constante,
responsable. Creo que eso en otros países
se valora mucho; cuando ven un
currículum y se percatan de que eres
deportista, inmediatamente hacen la
relación con el resto de las características
que trae consigo dedicarse a una
actividad como esta.
¿Qué viene ahora para Tomás
González?
Estoy esperando la respuesta de la última
posibilidad para participar en los Juegos
Olímpicos. Como no clasifiqué, la
organización da la posibilidad de postular
a unos cupos que dan, pero es complejo
porque casi siempre los entregan a países
que no tienen representantes en los
juego. Chile ya tiene varios y - en esas
circunstancias - a mí me dejarían fuera.
Si no resulta, me voy a preparar para las
próximas Olimpiadas e incluso he
pensado en irme a entrenar a otro país
en el invierno, porque acá es complejo
hacerlo con poca temperatura. Si me
aprueban el programa tendré que pensar
en otro lugar para poder tener una buena
preparación. Será difícil, pero estoy
dispuesto
16
Momentos
Olímpicos
Por Enrique Urrejola
Kipchoge Keino, de Kenya, debutó
en los Juegos Olímpicos de Tokio, en
1964, con un quinto lugar en los 5.000
metros. Después, en el período entre
1964 y 1968 se transformó en una
estrella del fondo, protagonizando
memorables duelos con el
australiano Ron Clarke y el francés
Jazy, alternándose entre ellos el
récord mundial de 5.000 metros.
“Si he de
morir,
ahora”
que sea aquí y
También brillaba en los 1.500 metros
(una combinación que se da raras
veces en la historia del atletismo),
pese a que ésta última prueba
parecía tener dueño.
México, 1968.
Los Juegos Olímpicos de México, debido
la altitud de la ciudad, se caracterizaron
por un dominio africano en las pruebas de
fondo. Keino declina participar en los
10.000 metros en el primer día del
atletismo, dejándole la difícil victoria a su
compatriota Neftalí Temu. En los 5.000
metros, se presenta como amplio favorito.
En la carrera, espera hasta la recta final
para lanzar un devastador ataque, el cual
es sin embargo resistido por el tunecino
Gammoudi, y Keino debe conformarse con
la medalla de plata. Le queda una sola
posibilidad para el oro, los 1.500 metros,
cuya final será el último día de los Juegos,
pero aquí deberá enfrentar a un enemigo
formidable…
La gran esperanza blanca.
En 1968, el norteamericano Jim Ryun estaba
en la cúspide de su carrera. Récordman
mundial en los 1.500 metros (3:33:1) y en la
milla (3:51:1), el espigado Ryun se
caracterizaba por un sprint final irresistible.
Ryun había batido a Keino en Londres el
año anterior, en una carrera de milla muy
táctica. En México, tendría la desventaja
de la altura, pero Keino, por otro lado,
estaba cansado, por las sucesivas carreras
de 5.000 y las eliminatorias de los 1500
metros que había debido soportar para
llegar a esa final.
La trampa keniata.
En la final de los 1.500 metros, el keniata
Ben Jipcho, a instancias de los dirigentes
de su equipo, toma la punta y corre a un
ritmo muy rápido. Jipcho va al sacrificio,
para imponer una carrera rápida, dura, de
modo de agotar a los blancos, y quitarle
piernas a Ryun para su sprint final. Keino
va cerca de Jipcho, y faltando dos vueltas
de carrera, pasa a la punta, dispuesto a
jugarse el todo por el todo. Ryun va unos
25 metros más atrás, y empieza a adelantar
rivales. Keino corre valerosamente. Se dice
a si mismo “si he de morir, que sea aquí y
ahora”. La reacción de Ryun es algo tardía
al iniciar su verdadero ataque a 600 metros
de la meta. Keino no afloja jamás el paso
(correrá los últimos 800 metros en 1:54).
En la última curva, Ryun corre
desesperadamente, pasando a los
alemanes Norpoth y Tümmler, pero sin
amenazar en absoluto a Keino, que entra
a la recta final todavía con 20 metros de
ventaja, sigue corriendo sin desarmarse, y
vence finalmente con el impresionante
tiempo de 3:34:39, récord olímpico. Ryun
es segundo, bastante atrás, con 3:37:4,
Tümmler es tercero. Ha sido el triunfo del
coraje y de la inteligencia, entre dos
corredores extremadamente talentosos.
Keino obtendrá otra medalla de oro en
Munich, 1972, venciendo al propio Ben
Jipcho en los 3.000 con obstáculos. En los
1.500, será segundo, en memorable carrera,
tras el finlandés Vasala. Ryun no tendrá
otra oportunidad de luchar por el oro
olímpico. Kip Keino es considerado el
primer gran corredor keniata, y goza de
gran prestigio en su país y en toda la
comunidad atlética mundial
17
Artículo
“Llevo más de 20 años compitiendo en deportes de alta resistencia y nunca
había sufrido esta dureza. Han sido los peores dolores de mi carrera. Nunca
había vivido algo parecido”
Por Sergio Mujica
Lance Amstrong, ciclista norteramericano, heptacampeón del tour de Francia después de terminar su
primer maratón.
NEW YORK ... NEW YORK
Me han pedido que escriba sobre nuestra
última aventura, la maratón de Nueva York.
Difícil tarea, en todos los años que llevo
corriendo todavía no conozco un solo
corredor que pueda explicar con palabras
lo que sintió y vivió durante la maratón,
tampoco cuando cruzó la meta y mucho
menos como cambió su vida de ahí en
adelante.
Es muy posible que de ahí provenga esa
camaradería y el respeto que se genera entre
los pocos que alguna vez han traspasado la
barrera de los 42,2 K.
En Diciembre de 2006 cuando les propusimos
a los runners participar como club en el
NYCM 2007, no pensábamos , ni en nuestras
cuentas más alegres, que la convocatoria
tendría una acogida tan amplia. Al final 57
runners, muchos acompañados por sus
familias, llegaron a Nueva York con los
correspondientes anti inflamatorios y cremas
de todo tipo, las zapatillas, la polera amarilla
y un cargamento importante de ilusiones,
esperanzas, algunos temores y mucha alegría.
Muy temprano, a las cinco a.m., todavía
oscuro, aparecieron los buses para el traslado
hasta Staten Island desde donde se observa
a la distancia el imponente Verrazano, puente
colgante de 1 300 mts de longitud que lleva
ese nombre en homenaje al primer navegante
europeo que entró a las aguas del río Hudson.
La largada se dio recién pasadas las 10 a.m.,
entre los aplausos de los 40 mil inscritos, el
infaltable New York.. New York de Frank
Sinatra a todo volumen y la ovación de los
espectadores, que llenan de emoción y
sentimientos el ambiente.
Mientras se avanza alcanzamos a desearnos
suerte y un último abrazo con los runners
que tenemos cerca. Quedan por delante 42,2
kms y cinco “ boroughs “o municipios de la
ciudad, Staten Island, Queens, Brooklyn, el
Bronx y Manhattan; cada uno con sus
particularidades pero unidos en torno a esta
fiesta mágica de la maratón que empuja a
millones de New Yorkers con diversidad de
coloridos, razas y etnias a salir de sus casas
por muchas horas y tomar posturas en las
veredas y balcones para apoyar a los atletas,
con el aliento, un roce de manos o
compartiendo generosamente frutas, agua y
bebidas.
Todo un espectáculo de lo que puede hacer
un pueblo noble que agradece a sus visitas
por esta fiesta que les llevan los
deportistas en cada otoño. Para los
maratonistas, probablemente los mejores
anfitriones del mundo.
En la versión 2007 participan 40 mil
corredores, de los cuales 16.800 son mujeres.
Solo 35.500 tendrán el honor de pasar por
la meta y volver con su medalla a casa, la
prueba es tan dura que son miles los quedan
en el intento. De ese total, solo 170 chilenos
y es la primera vez que acude un número tan
alto, prueba cierta de la fuerza que va
tomando nuestra actividad y del trascendente
aporte a la difusión de la especialidad que
tiene el Santiago Runners en el país.
Los 57 Runners empiezan a correr y poco a
poco avanzan los kilómetros entre bandas
de música, coros de iglesias, aplausos y mucho
afecto por todas partes. Hasta los policías y
bomberos hacen sonar sus sirenas saludando
a los corredores, mientras los helicópteros
transmiten en directo desde el aire. Cada
ciertos kilómetros están los puestos de apoyo
con voluntarios que ofrecen agua, frutas,
médicos, masajes, etc. Este año participaron
14 mil voluntarios que trabajaron
gratuitamente en promedio ocho horas de
un día Domingo y repartieron 75 mil lts de
líquidos y 22 toneladas de frutas. Los médicos
en el recorrido atendieron a 6.700 atletas
durante la prueba, afortunadamente solo a
un par de Runners, los que recuperados
pudieron seguir corriendo. Como siempre,
los problemas están cerca del kilometro 30,
ahí donde el cuerpo se transforma para hacer
frente a la enorme adversidad y la sobre
exigencia a que está expuesto .
Avanza el tiempo y cada paso nos sitúa más
cerca de la añorada meta pero agrega más
cansancio y dolor a los fatigados cuerpos ,
cerca del final, cuando faltan los últimos
peores cinco kilómetros mientras se avanza
por la hermosa quinta avenida, aparece el
Central Park, falta todavía, pero la meta ya
es una realidad, en este tobogán verde de
subidas y bajadas hay que cuidarse, mantener
el ritmo, dejarse llevar hasta el final por el
aplauso incesante del público, los gritos de
you look nice, go Chile … go y otros, incluso
por ahí un …vamos chileno. De pronto en
medio del verde amarillo otoñal con que el
precioso parque homenajea a los
participantes, se divisa a lo lejos la meta. En
ese momento no importa cuantas maratones
se hayan corrido antes, no importa con que
tiempo, no importan los dolores, porque la
emoción de sentir tan cerca la gloria
transforma todo y todos pasamos la última
línea con la garganta apretada y los ojos
nublados buscando el abrazo de alguno de
los nuestros para reconfortarnos y seguir la
marcha hasta los puntos de encuentro
mientras nos ponen en el cuello esas medallas
que son trofeos del alma que nos recuerdan
la grandeza y la fuerza que encerramos los
seres humanos cuando nos proponemos una
tarea por imposible que esta parezca.
La maravillosa sensación del deber cumplido
hará que en los próximos días todos recorran
mil veces en los recuerdos cada metro del
trazado y mientras los dolores van quedando
en el olvido se empieza a dibujar en cada
Runner la ilusión de un nuevo desafío en otro
lugar del mundo que quiera acoger a estos
valientes perseverantes que son capaces de
derrotar las debilidades y los miedos para
vivir con la gloria como compañera
18
Destacados
Por Alberto Achondo
Luisa Rivas, su
pasión
la transformó en
virtud
“Corrió sin cansarse como es su costumbre,
disfrutando la corrida y cruza a la meta
bastante adelante, no puede creer que la
“Sí Papá yo te acompaño”. Era hora de
recorrer el campo, verificar las aguas de
riego y las labores del día que comenzaban
a terminar. La rutina diaria de don Luís
Alberto Rivas, agricultor de la zona del
Maule, incluía el paseo por lugares críticos
del campo de 200 hectáreas en el que
trabajaba y de cuya producción vivía junto
a su mujer y sus hijas. Luisa, la menor, se
encantaba con esa rutina. El amor por la
naturaleza era un factor común que los
unía en la enseñanza y en la fluida
comunicación que ambos tenían.
La antigua casona de campo estaba a una
distancia considerable del pueblo, de
Cauquenes. Ambas hermanas asistían al
Colegio Católico de Monjas de la
Inmaculada Concepción.
“Ser la menor no es fácil”, pensaba Luisa,
mientras comenzaba el paseo de la mano
de su Padre hacia la quebrada del agua. Su
hermana mayor tenía una fuerte
personalidad y su protagonismo no le daba
espacio alguno; era entonces una mejor
razón para estar en la rutina de Papá. Allí
encontraba afecto, cariño, y una instancia
de conversación que le permitía reafirmar
su carácter y establecer el espacio que en
casa difícilmente disponía.
Terminaba la década del 50, las regiones
estaban aisladas y las principales
actividades que el Colegio organizaba
eran eventos artísticos locales. Deporte
llaman para subir al podium de premiación
en un segundo lugar para su categoría”
solamente se practicaba en clases de
educación física. En el pueblo sólo era
común el fútbol y los deportes criollos.
Era costumbre que las niñas se reunieran
entorno a eventos artísticos, Luisa –
particularmente - practicaba ballet. Así
transcurría la vida en ese lejano pueblo
de la región del Maule.
Ya habían llegado al portón del bajo donde
la brisa era más fría y el sol se escondía
antes que en el resto del predio.
- Nos llamamos igual, Papá - comentaba
Luisa mirando a su Padre hacia arriba
mientras caminaba.
- Mi mamá quería llamarme José Agustín,
en cuyo caso yo te habría puesto Josefina
- replicaba Papá con su sonrisa cariñosa.
- ¿Qué quieres ser cuando grande hijita?
– preguntó el hombre
- Profesora, Papá. Me encanta enseñar.
Enseño y ayudo a mis compañeras, así soy
feliz. Ellas me lo agradecen y a mi me sirve
para aprender mucho mejor todo lo que
estudio – respondió Luisa.
Pelluco, balneario
costero cercano a
Cauquenes, tiene un
mar calmo y de aguas
más templadas en
época estival. Allí
transcurre el verano de Luisa. Su pasión
es nadar y hacer solitarios trotes por la
playa; de personalidad algo retraída, nada
escapa de su vista. Observa y registra todo
en su memoria. Acompañada de cierto
grado de timidez, aquellos largos trotes cada vez más extensos - son parte del
desafío íntimo que su mente establece.
Se refugia en el silencio, en juegos solitarios
y observa como recabando gran
información para dar pasos ciertos en todo
lo que lleva a cabo; lo que inicia siempre
lo termina.
“Así eres tú hijita; habilosa. Todo lo que
quieres, lo logras”, explicaba Don Luis a su
niña delgada de tez morena y ojos que lo
expresan todo. Ella jamás lo creyó, sólo
19
en plena madurez - ya adulta corroboraría lo asertivo del comentario
de su Padre. Luisa nunca supo ni se detuvo
a analizar el fuerte carácter que tenía bajo
una dermis aparentemente frágil e
insegura.
Su educación católica, tradicional y
antigua, coincidente con la tónica del
ambiente familiar, muy común en esos
años, hizo de esta niña recatada y tímida,
una estudiante universitaria disciplinada
y metódica en Concepción. Su primer año
de universidad lo vivió en una ordenada
casa de tres hermanas solteras; lograr su
espacio propio y privacidad demoró
algunos años. En su infancia y
adolescencia ella creó un mundo interior
rico, ordenado, abundante y hermoso,
que sólo pudo proyectar al finalizar sus
estudios de docencia en Inglés.
Es a los 38 años, que Luisa Rivas comienza
a correr. Muchos años dedicados a ser
Mamá y a su trabajo de profesora en
distintos colegios de Iquique y Santiago.
Sus tres hijos ocupaban todo el tiempo
libre. Colmados de cariño y afecto que
también entrega y recibe en su tarea
académica diaria.
Correr cada vez más largo y establecer
un nuevo desafío para mañana, la llena
de una enorme energía. Le gusta correr
metódicamente en su rutina – “me gusta
Papá, soy plena y feliz corriendo. Siento
tu mano y tu compañía”.
Su primera carrera es un 7K donde
tímidamente se acerca al mesón de
inscripción y obtiene su número; debe
verificar que éste no va en la espalda sino
en el pecho. Muy sola se ubica en el
último tercio de los corredores, esperando
Casa de infancia
de Luisa Rivas en
Cauquenes.
la partida. Corrió sin cansarse - como es
su costumbre -, disfrutando la corrida.
Cruza a la meta bastante adelante, no
puede creer que la llaman para subir al
podium de premiación en un segundo
lugar para su categoría. Sólo sube cuando
verifica que no es alcance de nombre, ya
que no hay otra Luisa Rivas de la misma
edad que haya corrido.
La historia que sigue ya muchos la
conocemos. Llena de triunfos, éxitos que
todos esperamos, menos ella, pues corre
por placer - lo pasa bien corriendo.
Los runners la reciben bien y la acogen
como a todo el que se incorpora. Calisto
la mira y le asegura que tiene futuro por
la arquitectura menuda de su cuerpo de
corredor. “Esa flaca patuleca tiene fuelle”
– me masculla Ulloa – con una sonrisa y
en un tono de complacencia y satisfacción
en subida al San Cristóbal, de una primera
maratón de 4:20 hrs. en Santiago, a
tiempos muy cercanos a las 3 horas en
importantes eventos de 42,195 Kilómetros.
Es en España, Sudamericanos e Italia
donde obtiene primeros lugares y las
medallas de oro sólo reservadas para los
más grandes atletas del mundo senior.
Últimamente, se adjudica el primer lugar
en la Maratón de Nueva York en su
categoría, el pasado 4 de noviembre de
este año.
En Luisa encontramos la fuerza y
determinación que observaba don Luís
20
en sus paseos diarios en la rutina del
campo Maulino, la disciplina en el método
y el esfuerzo gratificante de su época
universitaria, la alegría de vivir corriendo,
hoy compartiendo ese espacio del yo
íntimo que en la soledad forjó su mundo
interior de infancia y adolescencia.
Fragilidad, como la vida al desplomarse
en un puente a oscuras, pero sólo
aparente. Ella es fuerte y la vida apenas le
sopló que hay que vivirla intensamente.
En ella encontramos la belleza de quien
no sabe de sus capacidades y sólo de
trabajar duro bajo indicaciones y consejos
de un Maestro – Roberto Niedman; la
belleza de los que siguen con la obediencia
de alumna de colegio religioso, talentos
que se transforman en virtud con el trabajo
bien hecho y que todos los Runners
conocemos y experimentamos alguna vez.
Para el Santiago Runners es un orgullo
contar con una campeona mundial
formada íntegramente entre nosotros.
Orgullo y satisfacción también para su
entrenador, quien en el anonimato
estructuró de la greda un instrumento
afinado, armónico, sólido y consistente.
Para sus tres hijos y los cientos de alumnos
que reciben su ejemplo y cariño y porqué
no decirlo, para Don Luís - quien desde
quizás dónde - se hace acompañar por su
Luisa a la hora de recorrer el campo,
verificar portones y aguas, y tener esa larga
tertulia de sueños, juegos, ideales, y
naturaleza para su adorada hija
menor
22 Consejo profesional
Por Dr. Norman MacMillan
Clínica Las nieves
Importancia de las
colaciones
en Nutricion Deportiva
La mayoría de las personas distribuye su alimentación diaria en las tres comidas principales
y tiene la idea que “comer a deshora” es una conducta nutricionalmente incorrecta.
Para el deportista consumir raciones de alimentos cada 3 horas, es una necesidad. Esto
implica generalmente desayuno, almuerzo y cena más una colación a media mañana y otra
a media tarde.
La ventaja de dividir las calorías diarias en 5 raciones (o incluso más, dependiendo de las
horas que permanece despierto) radica fundamentalmente en la protección de la masa
muscular. El balance entre producción y destrucción de proteínas es altamente dependiente
de la concentración de aminoácidos y de glucosa de la sangre. Cuando comemos cada 3
horas, los niveles de aminoácidos se mantienen relativamente estables, lo que favorece el
crecimiento y reparación de fibras musculares desgastadas.
Cuando dejamos un lapso muy largo entre comidas, baja la concentración sanguínea de
aminoácidos, pero también la de glucosa. El cerebro, que depende de este combustible en
forma exclusiva, reacciona activando un mecanismo de emergencia por el cual se destruye
músculo, liberando aminoácidos que entran al hígado y allí son transformados en glucosa
para abastecer a las neuronas. Comer cada 3 horas entonces promueve la producción
(síntesis) y evita la destrucción (catabolismo) del músculo.
Las personas que comen con más frecuencia además mantienen un mejor control del
apetito por lo que es también una estrategia recomendada para evitar el sobrepeso.
Como el objetivo primordial para el deportista es proteger la musculatura, manteniendo
un nivel de aminoácidos sanguíneos estable, se entiende que cada colación debería incluir
algo de proteína. En la práctica esto implica por ejemplo una porción de leche o yogurt,
un sándwich de pollo o quesillo o un puñado de nueces o maní
Artículo
Dr.Claudio Rafols, Traumatólogo Clínica MEDS
Andrés Valladares, Kinesiólogo Clínica MEDS
Marioly Solis, Profesora de Educación Física Gimnasio MEDS
Cuando la sobrecarga ataca la tibia
Las fracturas por estrés en los corredores son lesiones producidas por el microtrauma
repetitivo, y ocurren más frecuentemente en la tibia y metatarsos. Sin embargo, esta
puede no ser diagnosticada correctamente.
Es común observar en los corredores la
aparición de diversas lesiones en los
músculos, tendones y huesos. Sin embargo,
es en esta última área donde queremos
centrarnos a raíz de las fracturas por estrés,
las que se presentan como consecuencia
de la sobrecarga de actividad deportiva, y
su sintomatología puede asemejarse a un
problema músculo-tendinoso, por lo que a
veces puede no ser diagnosticada
correctamente.
La fractura por estrés es una falta de
continuidad en el tejido óseo, grieta muy
delgada que se puede producir en los huesos
después de un uso repetido o prolongado,
y entre los maratonistas o corredores, los
sitios más comunes donde se produce es
en la tibia (pantorrilla).
Dentro de las causas están el practicar sobre
superficies duras, el uso de técnicas
inapropiadas de entrenamiento, calzado
rígido, anormalidades biomecánicas, y un
pobre acondicionamiento físico. La fatiga
de los músculos en atletas mal entrenados
crea un aumento del estrés tensil sobre el
hueso, resultando la fractura por estrés.
El tratamiento es usualmente conservador
e incluye reposo, uso de anti-inflamatorios,
kinesioterapia y un adecuado trabajo en
gimnasio para retornar a la competencia. En
muy pocos casos se requiere de cirugía.
Tratamiento Kinésico
La primera parte del tratamiento kinésico
comprende el uso de Electroanalgesia (TENS)
y medios para poder relajar la musculatura
de los diferentes compartimientos de la
pierna, como por ejemplo el uso de calor
húmedo en éstos. Después se deben realizar
ejercicios de elongación y cuando las
molestias desaparezcan al trotar, se debe
fortalecer los músculos tibiales, peroneos
y tríceps sural. Siempre se debe aplicar frío
después de cualquier ejercicio (tanto de
elongación como de fortalecimiento o
trote), por lo menos por 10 minutos. El uso
de plantillas ortopédicas se convierte en
un gran aliado en el caso de presentarse
alguna alteración biomecánica en la postura
y el trote.
Tibia
Peroné
Fractura por
estrés.
Cuándo volver a la competencia
No existen plazos fijos de retorno, cada
recuperación es individual y todo dependerá
de la consolidación de la fractura, sin
embargo, esta podría fluctuar entre 6 a 12
semanas. En el trabajo post tratamiento
kinésico, se debe recuperar y mejorar la
condición cardiovascular del sujeto, y a
la vez el fortalecimiento muscular y un
adecuado trabajo de elongación. Es
fundamental que el entrenamiento
considere la progresión adecuada de las
cargas, en cuanto a intensidad y volumen.
Es por ello que se comenzará con marcha,
para luego seguir con el trote a intervalos
y finalmente a trote continuo
Trabajo en gimnasio:
Flexo-extensión del tobillo (subir y
bajar en punta de pies) con peso
corporal al principio de la recuperación,
para luego acrecentar la carga
progresivamente según la respuesta de
cada individuo.
Fortalecimiento de tibiales y
peroneos con banda elástica de baja
resistencia. Después se cambiará por otra
de mayor resistencia.
Para el trabajo con sobrecargas
mayores (poleas con kilos) el sujeto
debe presentar ausencia de signos de
fractura, sean estos dolor o inflamación.
Elongaciones de todo el tren inferior
y principalmente de la pierna (gemelos,
perineos, tibiales) Manteniendo cada
posición por 20 a 30 segundos,
repitiendo 2 a 3 veces cada posición.
28
Articulo
Por: Marcela Conejeros
Vivirlo
siempre será mejor que imaginarlo
“Te pasamos a buscar a las 7:30 a.m. en el estacionamiento de la bomba
ESSO”. Llegué temprano así que tuve un poco de tiempo para seguir
imaginándome cómo sería, cómo era el lugar, de qué edad eran todos,
qué comeríamos, cómo y con quién dormiría. En fin, mi mente es muy
imaginativa.
Vi llegar las 4X4 de Alternativo-Aventuras y les hice señas. Se bajaron
todos de a poco e inmediatamente me brindaron un acogedor saludo.
Cargaron mis cosas y subimos a la Reserva Natural El Morado.
Primera parada, Lo Valdes. Un refugio donde tomar un excelente desayuno
para la caminata y una instancia para conocernos un poco más. Éramos
siete, un grupo en el que rápidamente se generó empatía.
Subimos un poco más, hasta donde debíamos bajarnos y comenzar las
caminatas. Allí, nos esperaban los "cherpas”, que llevarían y traerían de
vuelta todo nuestro equipaje. Mi imaginación obviamente se quedó
corta. Las personas acogedoras, el lugar lleno de montañas y nieve. Un
cielo azul despejado, un camino de constante y variada belleza.
Nos implementaron con todo para empezar la caminata: bastones de
apoyo, polainas para la nieve y los mejores consejos para llegar bien
hasta el final.
El camino de subida fue sorprendentemente hermoso pero algo agotador.
Al llegar nos esperaba lo mejor... la vista del glaciar, la laguna y las
montañas nevadas. Un pago con creces al esfuerzo.
Sociales
Santiago Runners Club
Nueva York
Instalamos las carpas y colchonetas especiales (implementos de alta
calidad y tecnología que pueden ser adquiridos en SportOne) que nos
otorgaron. Nos abrigamos un poco más con ropa de montaña. Una vez
que terminamos todo, nos llamaron a cenar una rica comida preparada
por nuestros guías. Muy sofisticado considerando que estábamos a 3.000
mts de altura (aprox.) y en plena montaña; ricas pastas con salsa Alfredo,
excelente vino, mantel, copas y café a elección.
La noche fue especial. Reunidos en un domo esperamos que saliera la
luna llena, que más tarde iluminó todo el lugar. Conversamos, nos reímos,
intercambiamos experiencias de montaña , etc., con un “pequeño cocktail”
que incluía trago para mantenernos en calor, mientras disfrutábamos de
ese paisaje nocturno inolvidable.
La mañana siguiente, antes de salir a la caminata para observar más de
cerca el glaciar y la laguna, nos levantamos temprano para tomar desayuno
todos juntos. Mucho asombro, muchas fotos y mucha satisfacción.
Al volver desarmamos el campamento y comenzamos a descender por
la nieve. Todo fue muchísimo más rápido cuesta abajo. Llegamos a los
autos felices y sabiendo que nos esperaba un almuerzo, en el mismo
lugar donde desayunamos, para despedirnos y comentar todo lo vivido
esos dos días.
Una experiencia, un descanso a los sentidos, un espacio de camaradería.
Y tal vez mis compañeros de viaje podrían agregar muchísimo más, pero...
Definitivamente hay que vivirlo, atreverse.
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