A y S, tomo 8, pág. 56 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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ACTOS MATERIALMENTE ADMINISTRATIVOS DEL PODER JUDICIAL. LEY 12.071.
INADMISIBILIDAD DEL RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO.
A y S, tomo 8, pág. 56
Santa Fe, 27 de marzo de 2007.
VISTOS: Estos autos caratulados “RIVERA, Zulema contra PROVINCIA DE SANTA FE (Poder
Ejecutivo -Corte Suprema de Justicia) sobre RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO” (Expte.
C.C.A.1 n/ 281, año 2006), venidos para resolver acerca de la revocatoria deducida contra la
inadmisibilidad declarada, y;
CONSIDERANDO:
1. La actora interpuso recurso contencioso administrativo tendente al cobro de intereses por la
percepción -a su juicio- tardía de un capital devengado por su condición de funcionaria judicial, y
finalmente percibido en concepto de diferencias de remuneración.
Por auto de fecha 13.12.2006 (fs. 27/28 vto.) la Presidencia declaró inadmisible el recurso
contencioso administrativo interpuesto (A. y S. T. 7, pág. 116).
Para así decidir, sostuvo -en síntesis- que “no se admite el recurso contra actos dictados en
función administrativa interna” por el Poder Judicial (artículo 5, segundo párrafo, ley 11.330), lo que no
se cancela por el hecho de que también se haya planteado reclamo y posterior pronto despacho ante el
señor Gobernador.
2. Contra ese pronunciamiento, interpone la actora recurso de revocatoria (fs. 31/39 vto.).
Sostiene que la Corte delegó la resolución del tema en la Secretaría de Gobierno con fundamento
en que podía llegar al conocimiento de este Tribunal por vía jurisdiccional, y a los fines de evitar un
adelanto de opinión, lo que demuestra -a su criterio- que el caso sí es justiciable.
Agrega que no podía deducir el recurso extraordinario contra una decisión del Secretario de
Gobierno, en tanto ni era “sentencia definitiva” ni había “juicio ni pleito”; y, luego de un pormenorizado
relato de las secuencias administrativas dirigidas a la percepción del capital por el que ahora reclama
intereses, observa que el tema transitó respecto a qué Poder del Estado debía hacerse cargo: el Poder
Judicial, por pertenecer a su planta, o el Poder Ejecutivo, en tanto la jerarquización que motivó las
diferencias de haberes había sido producto de una ley.
En ese sentido, destaca que no se está frente a un acto dictado en función administrativa interna
por el Poder Judicial, por cuanto la jerarquización que motivó este reclamo y el anterior, surgió de una ley,
y ni siquiera de un decreto del Poder Ejecutivo dictado a consecuencia de una propuesta de la Corte, con
lo que no le correspondía al Poder Judicial atender la erogación respectiva, sino al Poder Ejecutivo, “como
efectivamente aconteció en definitiva, al asignar la partida presupuestaria ampliatoria a tales fines”.
Por ende -sigue- prevaleció la postura de la Corte en orden a que, tratándose de una
recategorización resultante del dictado de una ley provincial, no correspondía que el Poder Judicial hiciera
frente, con su partida ordinaria de Planta de Personal, a las diferencias devengadas; por lo que lo mismo
ocurre con los intereses reclamados en esta causa, demandándose en consecuencia al Poder Ejecutivo.
Subraya que si ese órgano accedió a la ampliación de la partida presupuestaria para abonarle el
capital, es el mismo Poder Ejecutivo el que debió resolver el reclamo referido a los intereses que se le
adeudan.
Sin embargo, aclara que no podía soslayar a la Corte, razón por la cual también formuló reclamo
ante ella; demandando “a la Corte” por denegación expresa, y al Poder Ejecutivo por denegación presunta.
Por último, plantea distintas hipótesis acerca de cuál podría ser la vía jurisdiccional a la que refirió
la Corte al delegar en la Secretaría de Gobierno, considerando que el Alto Tribunal tiene claro que el tema
debió ser resuelto por el Poder Ejecutivo, y que, no siendo un acto dictado en función administrativa
interna del Poder Judicial, corresponde a esta Cámara el tratamiento y resolución del recurso, pudiendo
ocurrir ante el Alto Tribunal por la vía jurisdiccional prevista en la ley 7055, en el supuesto -que descartade que este Tribunal rechazare su reclamo, en la sentencia de fondo, por improcedente.
3.a. Se adelanta que el presente recurso de revocatoria, que ha sido interpuesto en término (ver
notificación de foja 28 vto. y cargo 105 de foja 39 vto.), debe parcialmente prosperar.
En efecto, en autos “Ansaldi” y “Rodríguez” (ver A. T. 2, págs. 84 y 86, respectivamente; y los
recursos de revocatoria decididos en A. y S. T. 1, págs. 446 y 448, respectivamente) -citados en el auto
recurrido- la Corte había ratificado las decisiones de la Secretaría de Gobierno y, por ende, el control
requerido a esta Cámara era respecto de decisiones de ese Alto Tribunal.
A la par, en tales precedentes, las gestiones de los allí actores ante el señor Gobernador suponían
el sometimiento de lo decidido por la Corte al control de legitimidad por el Poder Ejecutivo, por lo que
-dadas obvias razones constitucionales- se consideraron insuficientes a los fines de substraer el caso de
lo dispuesto en el artículo 5 de la ley 11.330, cuyo fundamente también reside en asegurar la
independencia del Poder Judicial en el ejercicio de las funciones de gobierno.
Nada de ello concurre en autos, en los que, según ahora se extrae de las actuaciones
administrativas ingresadas con posterioridad al dictado del auto impugnado, ni la decisión de la Secretaría
de Gobierno fue hecha suya por la Corte (por el contrario, expresamente preservó su opinión a los fines
de un eventual pronunciamiento jurisdiccional); ni el reclamo ante el señor Gobernador encarna -ni
siquiera tangencialmente- una inconstitucional revisión de lo decidido en el ámbito del Poder Judicial.
En efecto, no podría, al menos sin juicio previo, desecharse sin más lo ahora afirmado por la
actora acerca de que el reclamo versaría sobre una cuestión salarial cuya decisión compete al Poder
Ejecutivo provincial, cualquiera sea el órgano estatal que posteriormente -y en su caso- deba efectivizar
el pago.
Y en tren de analizar el derecho así postulado, el Tribunal no deberá examinar la legitimidad de
acto materialmente administrativo alguno dictado por la Excelentísima Corte Suprema de Justicia; por lo
que, en ese sentido, ni concurre la antinomia institucional que desde “Gómez” (A. y S. T. 31, pág. 288)
hasta “Santolini” (A. y S. T. 180, pág. 198) ha venido a justificar la irrevisibilidad, por órganos judiciales
inferiores, de lo decidido por ese Alto Tribunal en materia de superintendencia, ni se menoscaba la
condición de “cabeza del Poder Judicial local” que indudablemente inviste ese Cuerpo (“Santolini”;
citado).
De ello se sigue la admisibilidad del recurso en cuanto interpuesto contra la denegación presunta
del Poder Ejecutivo.
b. Ahora bien: no puede soslayarse que en autos, aunque no hay actos de la Corte, sí lo hay de
la Secretaría de Gobierno de ese Tribunal (resolución 1051/06; f. 77/78, expte. adm. agregado 003010037423-3); órgano este que -es decisivo- rechazó el reclamo de la actora por razones de fondo.
Menos aún puede marginarse que la actora, al demandar, claramente hizo de dicha resolución el
objeto de impugnación de su recurso, y que contra ella dirigió sus agravios achacándole los vicios de falta
de causa o falsa causa y deficiente motivación.
En suma, no podría ignorarse la existencia de ese acto materialmente administrativo; el que, como
tal, goza de presunción de legitimidad.
Sin embargo, basta para declarar inadmisible el recurso a su respecto con considerar que se trata
de un acto dictado por un órgano que no está ubicado en el vértice de la organización judicial (presupuesto
básico para que esta Cámara, en todo caso, considere equiparable la situación de los actos materialmente
administrativos del Poder Judicial a las previstas expresamente en el artículo 5 de la ley 11.330 -actos del
Gobernador; Intendente; Comisión Comunal; Concejo Municipal; Poder Legislativo; etc.-); debiéndose
destacar que, si se hubiese producido la ratificación por la Corte, sí resultarían indudablemente aplicables
los principios expresados en las citadas causas “Ansaldi” y “Rodríguez”.
El recurso, pues, resulta inadmisible en cuanto a la denegación expresa; lo que, a juicio del
Tribunal, no es obstáculo para dejar a salvo la posibilidad de que la actora impugne la resolución 1051/06
de la Secretaría de Gobierno, cuya firmeza no podría legítimamente serle opuesta.
Al respecto, ya se ha señalado que la resolución 1051/06 es un acto materialmente administrativo;
pues bien, se agrega ahora que, así como goza de los atributos propios de esa categoría de actos, se somete
también, y en lo que resulte aplicable, a las reglas que rigen el ejercicio por el Estado de la función
administrativa: particularmente, y en lo que ahora interesa, a la ley 12.071.
Así, por lo señalado en autos “De Iriondo” (A. y S. T. 1, pág. 80; reiterado por el Cuerpo en
“Perren”, A. T. 1, pág. 394), a cuyos fundamentos corresponde remitir mutatis mutandi al resultar -a juicio
de esta Cámara- trasladables a los supuestos de actos materialmente administrativos del Poder Judicial.
Desde luego, lo que aquí se decide no implica pronunciamiento sobre la incidencia que podría
tener en la presente causa la resolución que en definitiva adopte el Alto Tribunal.
Por todo ello, la Cámara de lo Contencioso Administrativo N/ 1 RESUELVE: Acoger
parcialmente el recurso interpuesto, y, en consecuencia, declararlo admisible en cuanto a la denegación
presunta del Poder Ejecutivo e inadmisible en cuanto a la resolución impugnada 1051/06 de la Secretaría
de Gobierno de la Corte Suprema de Justicia.
Regístrese y hágase saber.
Fdo. PALACIOS. DE MATTIA. LISA. Barraguirre (Secretario)
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