GÉNERO LÍRICO 1. Concepto de Lírica La lírica es uno de los géneros literarios. La palabra "lírica" define todo aquello relativo o perteneciente a la lira, o a la poesía propia para el canto. Actualmente, se utiliza dicho concepto para definir uno de los tres principales géneros poéticos, que comprende las composiciones de carácter subjetivo y, en general, todas las obras en verso que no son épicas o dramáticas. Se caracteriza por la musicalidad y por la expresión de sentimientos de un emisor ficticio, o hablante lírico y, por ende, por la representación de su subjetividad. Etimología: Sus orígenes son griegos: se trataba de aquella poesía que no estaba destinada a ser leída, sino a ser recitada ante un público por un individuo o por un coro, acompañado de algún instrumento de música, principalmente de la lira. Según la mitología griega, Apolo, dios de las artes, de la belleza y de la adivinación, tocaba hermosas canciones en este instrumento, expresando un mundo subjetivo pleno de emociones. La lírica puede estar escrita en verso, es decir, en frase sujeta a ritmo o melodía, o en prosa poética. Un aspecto importante de la lírica es la expresión de sentimientos a través de figuras literarias o retóricas. La poesía es una forma superior de creación, plena de sentido y belleza, por medio de las palabras. Poiein, en griego, significa hacer, crear. El poeta es un hacedor, imita al Creador, es un visionario, un profeta, un “vate”, porque muestra el mundo descubriendo realidades y relaciones nuevas. El poema, como creación del poeta, es la transfiguración o transformación de una idea o sentimiento en una nueva realidad. Para ello el poeta debe conocer profundamente las palabras, qué evoca su sonido y su sentido. Debe considerar la posibilidad que existe de sugerir nuevas ideas simplemente por la posición o estructura de una frase o palabra. La palabra poética es connotativa, no simplemente denotativa, no vale sólo por lo que designa, no traduce la realidad: es la realidad. Ésta es una diferencia fundamental con los géneros narrativo y dramático, en los que la palabra tiene una función predominantemente referencial o apelativa. 2. a) Elementos que configuran el mundo lírico Hablante lírico: es un emisor ficticio, creado por el autor, que expresa su subjetividad, ya sea directamente o indirectamente a través de la adopción de actitudes líricas. b) Actitudes líricas: corresponden a la disposición de ánimo del poeta, y pueden ser tres: Enunciativa o de Enunciación lírica: es la actitud con que el hablante lírico muestra su subjetividad a través de la descripción del paisaje, de personas, de animales o de la narración de hechos. Emplea, sobre todo, la tercera persona gramatical (pronombres: él, ella, lo, ellos, ellas, los, se). Corresponde a la función referencial o representativa del lenguaje. El yo está frente a un ello, frente a un ente, lo capta y lo expresa. El hablante lírico capta algo externo al yo, lo interioriza y expresa en un modo más bien narrativo o descriptivo, intentando mantener cierta objetividad. Apostrófica o Apóstrofe Lírico: es la actitud lírica con la que el hablante se dirige a un tú (receptor ficticio), emplea la segunda persona gramatical (pronombres: tú, te, ti, vosotros, ustedes, os), por lo tanto corresponde a la función apelativa del lenguaje. Las esferas anímicas y objetivas actúan una sobre otra, se desarrollan en el encuentro y la objetividad se transforma en un tú. El hablante lírico convierte en un “tú” lo que está fuera de él y se dirige con intensidad y dramatismo a ese tú en una apelación directa. Aquí el hablante lírico se mueve entre lo subjetivo y objetivo. Carmínica, de la Canción, Expresiva o Monológica: es la actitud lírica en la que el hablante expresa directamente sus sentimientos, empleando la primera persona gramatical (pronombres yo, me, mi, nosotros, nos). Por lo tanto, se corresponde con la función expresiva o emotiva del lenguaje. Es todo interioridad, no hay ninguna objetividad frente al yo ni actuando sobre él. La manifestación lírica es la simple autoexpresión del estado de ánimo. c) Motivo lírico: en literatura el motivo es una situación típica que se repite; llena, por tanto, de significado humano. En este carácter de situación reside la capacidad de los motivos para aludir a un ‘antes’ y un ‘después’. La situación ha surgido, y su tensión exige una solución. Los motivos están imbuidos de una fuerza motriz, lo cual justifica, en el fondo, el nombre de motivo (derivado de movere). En lo lírico, es el tema del cual trata la obra lírica, y corresponde al concepto o a la idea presente en toda ella. Esta idea o concepto representa lo más importante del mensaje, siendo por lo general un sustantivo abstracto, como la tristeza, el amor, la soledad, la nostalgia, la angustia, etc. En otras palabras, se refiere al sentimiento que surge del estado anímico y de la circunstancia. Está usualmente ligado al objeto lírico. d) Temple de ánimo: es el estado de ánimo que se percibe en el poema a través de lo expresado por el hablante lírico. Puede ser, entre otros, de alegría, tristeza, nostalgia, odio, esperanza, pesimismo, optimismo, pasión, amor, perdón, etc. e) Objeto lírico: puede ser una persona, animal, cosa, objeto personificado que sirve al hablante lírico para expresar su interioridad. 3. Elementos constitutivos del poema: 3.1. Elementos que apuntan a la forma del poema: se trata de elementos que no son inherentes a la poesía en general, pero ayudan a estructurar el lenguaje poético, otorgándole musicalidad, sonido, belleza y forma visual a un poema en particular. a) Ritmo: del griego “rhein”, fluir. En el verso, el ritmo se produce por la disposición y repetición del acento a intervalos regulares. Según la distribución del acento, en español sólo hay tres posibilidades: el acento se marca cada dos (ritmo binario), tres (ritmo ternario) o cuatro (ritmo cuaternario) sílabas. Sin embargo, en poesía se puede detectar un énfasis acentual especial en sólo dos sílabas (sexta y decimotercera) de un verso de 14 sílabas, por ejemplo. Esto ocurre porque, en ocasiones, se evitan algunos acentos esperados o se colocan otros auxiliares, para no caer en la monotonía o sonsonete. b) Rima: corresponde a la igualdad o semejanza de sonido que se produce entre dos o más versos a partir de la última sílaba acentuada. Suele representarse mediante una fórmula alfabética, en la cual las mayúsculas designan versos de arte mayor (de 9 o más sílabas) y las minúsculas versos de arte menor (de 2 a 8 sílabas). Existen dos tipos: Rima consonante, perfecta o total: identidad total de sonidos, tanto en vocales como en consonantes. Rima asonante, imperfecta o parcial: identidad parcial de sonidos, que se encuentra sólo en vocales. Un mismo poema puede existir más de un tipo de rima y, además, puede presentar versos libres o blancos, cuando en ellos no se emplea este recurso. Por otra parte cabe mencionar que las letras iguales señalan los versos que tienen la misma rima, sea consonante o asonante. Un guión o espacio en blanco representa un verso que queda libre, es decir, que no rima con ningún otro. Según la distribución de la rima en los versos de la estrofa, la rima puede ser: Pareada: a / a. Alterna: a / b / a / b. Cruzada: a / b / b / a. Encadenada: a / b / a – b / c / b – c / d / c – etc. ** El ritmo y la rima acercan la poesía a la música. c) Verso: vocablo del latín, que significa “par de surcos”, haciendo referencia al movimiento de ida y vuelta que ejecutaba el labrador al arar la tierra. Corresponde a la palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia, o sólo a cadencia. Se usa también en sentido colectivo, por contraposición a prosa. Esta oscilación de ida y vuelta, de inicio y fin, exige que en el verso haya continuidad, repetición. Históricamente, el verso surge antes que la prosa, unido a la música, la danza y el canto. El poeta acompañaba este canto en versos con la lira y de allí que se identifique la poesía con el término “lírica”. Para medir o “escandir” versos hay que separarlos en sílabas, teniendo en cuenta: Ley del acento final: Si el verso termina en palabra aguda, se le cuenta una sílaba métrica más. Si el verso termina en palabra grave, queda igual. Si el verso termina en palabra esdrújula, se le resta una sílaba. Si el verso termina en palabra sobreesdrújula, se le restan dos sílabas. Sinalefa: ocurre cuando se unen en una sola sílaba la vocal final de una palabra con la inicial de la siguiente. Hiato: consiste en separar la sinalefa, es decir, pronunciar en sílabas distintas la vocal final de una palabra con la inicial de la siguiente. Sinéresis: consiste en crear diptongos al interior de una palabra uniendo en una sílaba dos vocales abiertas, que por pronunciación habitual, van separadas. Diéresis: consiste en separar un diptongo (vocales que por pronunciación habitual van unidas) al interior de una palabra, por medio de cremillas (¨). Según la métrica –estudio de la versificación- los versos, de acuerdo con su número de sílabas, se clasifican del siguiente modo: bisílabos (2), trisílabos (3), tetrasílabos (4), pentasílabos (5), hexasílabos (6), heptasílabos (7), octosílabos (8), eneasílabos (9), decasílabos (10), endecasílabos (11), dodecasílabos (12), alejandrinos o castellanos (14). Los versos son también denominados de arte menor (dos a siete sílabas) y de arte mayor (más de ocho sílabas). d) Estrofa: está formada por un conjunto de versos. Las estrofas pueden ser isosilábicas, es decir, formadas por versos con igual número de sílabas, o anisosilábicas, es decir, compuestas por versos de distinta medida. Estrofas isosilábicas: o Dístico o pareado: 2 versos que riman entre sí. o Terceto: estrofa de 3 versos, generalmente endecasílabos, con rima encadenada. o Tetrasílabos: Cuaderna vía: 4 versos alejandrinos monorrimos. Cuarteto alejandrino: 4 versos alejandrinos con rima alterna. Cuarteto: 4 versos endecasílabos con rima cruzada. Serventesio: 4 versos endecasílabos con rima alterna. Redondilla: 4 versos octosílabos con rima cruzada. Cuarteta: 4 versos octosílabos con rima alterna. Estrofa sático-adónica: 3 endecasílabos y 1 pentasílabo. o Quintilla: 5 versos octosílabos con rima alterna. o Sextina: 6 versos endecasílabos o de arte menor. Ofrece distintas distribuciones de la rima. o Soneto: composición estrófica de origen italiano, formada por 14 versos endecasílabos (11 sílabas), distribuidos en dos cuartetos (estrofas de cuatro versos) y dos tercetos (estrofas de tres versos). La forma más clásica del soneto sólo permite dos rimas para los cuartetos y otras dos para los tercetos: abba abba cdc dcd. Para los tercetos se han adoptado también otras disposiciones de la rima (cdc cdc; cdd cdc), incluso se han permitido tres rimas (cde cde). o Octava real u octava rima: 8 versos endecasílabos. Riman entre sí los versos pares, los impares y los dos últimos. o Romance: número indefinido de versos octosílabos con rima en los versos pares. o Décima: estrofa de diez versos octosílabos con rima consonante, distribuida a/b/b/a/a/c/c/d/d/c. Estrofas anisosilábicas: o Estrofa de pie quebrado: 6 versos de arte menor: 4 octosílabos y 2 tetrasílabos. Rima a/b/c/a/b/c. o Lira: 5 versos endecasílabos y heptasílabos en distintas distribuciones. Garcilaso creó la lira 7-11-7-7-11, con rima a/b/a/b/b. o Canción: número indeterminado de versos endecasílabos y heptasílabos, mezclados entre sí y todos con rima consonante. El poeta compone a su voluntad la primera estrofa, pero las siguientes deben ser iguales a ésta. o Silva: número indeterminado de versos endecasílabos y heptasílabos. El poeta debe rimar los versos a su arbitrio no sólo en la primera estrofa, sino en toda la composición. En este tipo de estrofa existe licencia para introducir versos sueltos. 3.2. Elementos que apuntan al contenido del poema: corresponden a los recursos que se utilizan para lograr la transfiguración del lenguaje en poesía: Aquí se encuentra el amplio repertorio de Figuras Retóricas. Estas corresponden a formas que adopta el pensamiento y que comunican al estilo animación y colorido. Gracias a ellas el lenguaje adquiere elasticidad y virtud evocativa, expresando nuevos significados más allá de lo referencial. Existen diferentes clasificaciones de las figuras retóricas, a continuación se presenta una de ellas, junto con una selección de figuras: a) Figuras de palabras: su particularidad procede de los vocablos (el orden de la sintaxis, la concordancia, la supresión o repetición, la combinación que de ellos se haga, etc.). Hipérbaton (o trasposición): consiste en invertir el orden gramatical de las palabras, de modo de resaltar determinados elementos frente a los demás. Ejemplo: “Del monte en la ladera Por mi mano plantado tengo un huerto”. (Fray Luis de León: Oda a la Vida retirada). Repetición (o Anáfora): consiste en repetir una palabra o frase dentro al comienzo de cada expresión o cláusula. Ejemplo: ¿Por qué fue desterrada la azucena, por qué la alondra se quedó sin vuelo, por qué el aire de mayo se hizo pena bajo la dura soledad del cielo.” (Rafael Morales) Retruécano (o conmutación): repetición de una frase, invirtiendo su orden y con sentido diverso. Ejemplo: ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿nunca se ha de decir lo que se siente?... (Quevedo) Elipsis: es la omisión de una o varias palabras para comunicar mayor fuerza y rapidez a la expresión, que se pueden obtener a partir del contexto. Ejemplo: Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso… ¡yo no sé qué te diera por un beso! (Gustavo Adolfo Bécquer). Epíteto: utilización de adjetivos explicativos que manifiestan cualidades inherentes al sustantivo, por tanto, refuerzan su cualidad. Ejemplo: Por ti la verde hierba, el fresco viento el blanco lirio y la colorada rosa y dulce primavera deseada.“ (Garcilaso de la Vega) Aliteración: reúne varias palabras en que predomina una misma letra para lograr un efecto fónico que se vincule con el referente. Ejemplo: El ruido con que rueda la ronca tempestad… (Zorrilla) Polisíndeton: uso reiterado de nexos coordinantes, especialmente copulativos y disyuntivos, buscando intensificar la expresión. Ejemplo: Y ríe y llora y aborrece y ama, y guarda un rastro del dolor y el gozo… (Gustavo Adolfo Bécquer) Asíndeton: supresión de los nexos de coordinación para acentuar el carácter impresionista de lo que se dice. Ejemplo: Miré a la madre de donde he venido y era un recuerdo que se me olvidaba, rostro desierto, polvo, nube, lava: olvido del recuerdo del olvido… (E. Anguita: Sonetos del Extranjero). Oxímoron: se produce cuando en un sintagma se juntan palabras que se excluyen mutuamente. Ejemplo: Es hielo abrasador, es fuego helado… (F. de Quevedo: Definiendo el Amor). b) Figuras de significación: trasladan el sentido de las palabras o frases, en virtud de las semejanzas o analogías que existen entre los objetos. Comparación o símil: expresa una relación de semejanza explícita entre dos términos. Para ello, se vale de nexos comparativos: igual que, cual, parecido a, más que, menos que, como, etc. Ejemplo: Tengo estos huesos hechos a las penas Y a las cavilaciones estas sienes: Pena que vas, cavilación que vienes como el mar de la playa a las arenas. Como el mar de la playa a las arenas, Voy en este naufragio de vaivenes. (M. Hernández: Soneto). Metáfora (o traslación): consiste en trasladar el significado de una palabra a otra, en virtud de una semejanza. Es el tropo más importante en poesía. A diferencia de la comparación, en la metáfora se suprime el elemento del que se habla, dejando explícito sólo aquello con lo que se lo compara. Ejemplo: Una lámpara encendida esperó toda la vida tu llegada. Hoy la hallarás extinguida. (J. Guzmán Cruchaga: Canción). Imagen: predica una cosa de otra en virtud de su semejanza. En ella se presenta el elemento real y el elemento imaginado (al que se lo compara), ya sin nexo comparativo, sino ahora como igualdad. Ejemplo: Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir. (J. Manríquez: Coplas a la muerte de su padre). Alegoría: es una metáfora continuada, formando una composición entera. En este sentido, las parábolas son ejemplo de alegoría. Ejemplo: Buscando mis amores, iré por esos montes y riberas, ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. (San Juan de la Cruz: Cántico Espiritual). Metonimia (o transnominación): consiste en designar una cosa con el nombre de otra con la cual guarda una relación de sucesión inmediata o causa (desplazamiento por comprensión). La causa por el efecto: Vive de su trabajo (por el dinero de su trabajo). El efecto por la causa: Respeta mis canas (por mi edad y experiencia traducidas en canas). El autor por su obra: Leí a Cervantes (por obras de Cervantes). Lo físico por lo moral: Hombre sin corazón. (por insensible, deshumanizado). El continente por el contenido: Bebió dos copas (por cierta cantidad de bebida en las copas). El signo por la cosa significada: Colgó la sotana (por el sacerdocio). El lugar por lo que en él se produce: Un rioja excelente (por un vino producido en Rioja). Sinécdoque (o inclusión): consiste en llamar una cosa con el nombre de otra por coexistencia o conexión (desplazamiento por extensión). La parte por el todo: Todavía no tengo un techo donde vivir. (por casa). El todo por la parte: Dios creó al hombre (por hombres y mujeres). El singular por el plural: El italiano es muy elegante (por los italianos). El plural por el singular: Así dicen los Evangelios (por uno de ellos). Sinestesia: consiste en desplazar una cualidad sensorial propia de un determinado órgano a un objeto que es percibido por un sentido distinto. Dicho de otro modo, es el entrecruzamiento de imágenes sensoriales que producen distintos sentidos. Ejemplo: Y tenía un olor ácido, como a yodo y limones; El sonido azul de la trompeta… c) Figuras de Pensamiento: se fundan en el pensamiento, no en las palabras y nacen de un determinado estado anímico. Los retóricos las subdividen en: Pintorescas: impresionan la imaginación. Enumeración: consiste en nombrar rápidamente los objetos o circunstancias que se quieren destacar. Acumulación seriada de conjuntos (compleja) o de elementos de un conjunto (simple). Ejemplo: Cuando Roma es cloaca, mazmorra, calabozo, catacumba, cisterna, albañal, inmundicias, ventanas rotas, grietas, cornisas que se caen. (Rafael Alberti). Enumeración caótica: consiste en una agrupación inesperada y sin conexión lógica entre las palabras, aunque finalmente resulten coherentes observados en su contexto. Es una figura característica de la poesía (y de toda la literatura) contemporánea. Ejemplo: Perchas, peroles, pícaros, patatas, aves, lechugas, plásticos, cazuelas, camisas, pantalones, sacamuelas, cosas baratas que no son baratas. Frascati, perejil, ajos, corbatas, langostinos, zapatos, hongos, telas, liras que corren y con ellas vuelas, atas mil veces y mil más desatas. (Rafael Alberti). Descripción: reproduce por medio del lenguaje lo visible, de manera que el resultado es una especie de cuadro pintado con palabras. Ejemplo: Porque es áspera y fea, porque todas sus ramas son grises, yo le tengo piedad a la higuera. En mi quinta hay cien árboles bellos: Ciruelos redondos Limoneros rectos Y naranjos de brotes lustrosos. En las primaveras, todos ellos se cubren de flores en torno a la higuera. (J. de Ibarbourou: La Higuera). Lógicas: se dirigen al intelecto. Antítesis: contrapone un pensamiento a otro para dar más énfasis y claridad al pensamiento. Consiste en la contraposición de dos palabras o ideas antónimas que no encierran entre sí contradicción, por lo que no son generadoras de incoherencia. Ejemplo: Ayer naciste y morirás mañana. (L. de Góngora: A una rosa). Epifonema: reflexión o exclamación con la que finaliza una estrofa o poema. Ejemplo: Todo en ella encantaba, todo en ella atraía: su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar… El ingenuo de Francia de su boca fluía. Era llena de gracia como el Avemaría: ¡Quien la vio no la pudo ya jamás olvidar! (A. Nervo: Gratia Plena). Paradoja: consiste en armonizar dos términos o ideas aparentemente contradictorias. Ejemplo: No te quiero sino porque te quiero. (P. Neruda: Soneto). Preterición: alude a algo simulando que se lo ha olvidado o no se pretende mencionarlo. Ejemplo: Yo no pregunto ahora si es lámpara o ceniza. (G. Mistral: Teresa Prato de Sarratea). Gradación: dispone las ideas en escala ascendente (clímax) o descendente (anticlímax). Ejemplo: En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. (L. de Góngora). Concesión: consiste en fingir que se acepta una idea para luego rebatirla con más fuerza. Ejemplo: Si yo te odiara, mi odio te daría en las palabras, rotundo y seguro; Pero te amo y mi amor no se confía a este hablar de los hombres, tan oscuro. (G. Mistral: El amor que calla). Patéticas: aluden al sentimiento. Interrogación: pregunta que se hace para dar mayor énfasis a la expresión. Ejemplo: ¿A dónde se ha marchado tu corazón de brasa, Atravesando estrellas con las alas abiertas? (A. Cruchaga Santa María: La Muerte Suya). Sujeción: consiste en preguntarse y responderse uno mismo. Ejemplo: ¿Qué sería la vida si no hubieras nacido? Un cometa sin manto muriéndose de frío. (V. Huidobro: Canto II de Altazor). Hipérbole: exageración de un pensamiento, persona o cosa. Ejemplo: Aquí me tienen hoy Detrás de este mesón inconfortable Embrutecido por el sonsonete De las quinientas horas semanales. (N. Parra: Autorretrato). Apóstrofe: consiste en dirigir la palabra con vehemencia a personas o cosas presentes o ausentes. Ejemplo: ¡Padre Nuestro que estás en los cielos, Por qué te has olvidado de mí! (G. Mistral: Nocturno). Prosopopeya (o personificación): consiste en dar vida o acción a seres inanimados o a ideas abstractas. Ejemplo: Tres árboles caídos Quedaron a la orilla del sendero El leñador los olvidó, y conversan, Apretados de amor, como tres ciegos. (G. Mistral: Tres árboles). Intencionales o indirectas: disimulan la idea que se persigue comunicar. Atenuación (o litote): consiste en emplear la forma negativa para afirmar algo. Con ella se atenúa lo que se quiere decir, bien para no molestar al interlocutor, bien para dar más relieve al contenido. Ejemplo: Ni puente ni barca Me trajo hasta aquí. No me lo contaron Por isla o país. Yo no lo buscaba Ni lo descubrí. (G. Mistral: País de la ausencia). Perífrasis (o circunloquio): consiste en no llamar las cosas directamente por su nombre, sino aludar a ellas mediante un rodeo de palabras. Ejemplo: Y cuando llegue el día del último viaje, Y esté al partir la nave que nunca ha de tornar. (A. Machado: Retrato). Ironía: dice lo contrario de lo que se dice, expresa, por tanto, lo contrario de lo que se piensa, pero dejando entender el pensamiento. Ejemplo: Huiste de mariposas y polillas ¡Qué demostración de valentía!. (J. Petermann). 4. a) Tipos de Poemas Líricos a lo largo de la historia Oda: considerada en la antigüedad el tipo de composición lírica por excelencia, se caracteriza por expresar alabanza, entusiasmo, admiración, adhesión. Oda en griego significa canto, y en ella el hablante lírico, llevado por la exaltación, eleva su voz para cantar a un tú (persona, cosa o idea). La efervescencia, la imaginación, la pasión son típicas de la oda. Se trata de un verdadero arrebato poético que da lugar a un bello desorden o saltos líricos cuando el poeta vivamente conmovido no acierto a encadenar sus ideas, pasando bruscamente de un concepto a otro. La oda ha sido utilizada para una gran variedad de temas: religiosos, cívicos, heroicos, filosóficos, amorosos, etc. b) Égloga: composición poética pastoril caracterizada por una idealización de la naturaleza y la vida en ambientes bucólicos. En sus comienzos, la égloga aparece vinculada con obras de teatro protagonizadas por pastores rústicos. De allí que conserve algo de lenguaje dramático y contenga personajes que encarnan peripecias amatorias. Se suelen identificar en ella personajes pastores que expresan amores no correspondidos en espacios que representan una naturaleza idealizada. En España, el gran cultor de églogas es Garcilaso de la Vega. c) Elegía: poema de tono nostálgico, cuyo sentimiento es el más fecundo de la poesía universal. El contenido del poema elegíaco se impregna de melancolía ya sea por la simple evocación dolorosa de un bien perdido o por la muerte o pérdida de un ser amado. Un ejemplo de poema elegíaco como queja o llanto por la muerte de alguien es Llanto por Ignacio Sánchez Mejía de Federico García Lorca. Entre los motivos de las elegías podemos citar: el desconsuelo, la amargura, la evocación de una felicidad o un amor ido, la infancia, los sueños perdidos, los verdes años, etc. d) Himno: canto de alabanza y homenaje. Tiene un tono solemne y elevado. Su estilo es apostrófico y pose carácter colectivo, pues involucra a una comunidad. Forman parte de actos religiosos o celebraciones paganas (Olimpíadas, graduaciones, etc.). Entre sus motivos más importantes tenemos: la paz, la alegría, la patria, la libertad, una institución determinada, etc. e) Canción: poema que presenta una variedad de formas métricas. La inspiran diversos temas que van desde lo popular a lo culto. La canción popular emerge en forma espontánea, anónima y breve como reflejo del alma del pueblo. Así tenemos canciones relacionadas con las estaciones, la siembra, el nacimiento, la muerte, etc. La canción culta la han cultivado, sin excepción, la gran mayoría de los poetas. El tema más recurrente es el amor y el desamor. f) Epigrama: composición breve e ingeniosa de carácter satírico y burlesco. En Roma se desarrolló el epigrama como una breve sátira en verso que acababa con alguna expresión punzante. Desde el Renacimiento italiano, el epigrama adopta en la poesía occidental la forma del soneto. Las gregerías de Gómez de la Serna y los proverbios de Machado, pueden ser considerados modernos ejemplos de epigramas. g) Madrigal: composición breve, que se caracteriza por su ingenio y delicadeza. Su asunto es siempre amoroso y está escrito comúnmente en silva. h) Soneto: consta de catorce versos endecasílabos (11 sílabas), con rima consonante, divididos en dos cuartetos y dos tercetos. Es una forma poética procedente de Italia, que fue introducida en las letras españolas por los poetas renacentistas Juan Boscán y Garcilaso de la Vega, quienes tomaron como modelo de soneto el establecido por el poeta italiano Francesco Petrarca. Ha sido muy utilizado a lo largo de todas las épocas, y se le considera la estructura poemática más perfecta y armoniosa. El esquema clásico del soneto petrarquista es el siguiente: ABBA–ABBA–CDC–DCD (dos cuartetos y dos tercetos encadenados). i) Acróstico: tipo de poema de disposición gráfica, cuyo antiguo procedimiento (de moda en el siglo XV) consiste en el uso de un conjunto de letras que, al ser leídas verticalmente forman una palabra o una frase. La disposición de ellas puede ser al inicio, dentro o al final de cada verso. j) Caligrama: disposición visual de un poema que muestra el gusto por la fusión de la literatura y las artes plásticas. Tiene un origen muy antiguo (griego) y fue utilizada con mucha frecuencia por las vanguardias poéticas. Consiste en disponer el texto de forma tal que el conjunto total de palabras forme o contornee una figura visual. k) Villancico: canción estrófica de carácter profano que surgió en el siglo XV en España. Consta de un estribillo que alterna con una o más estrofas de versos octosílabos. Tanto la rima como el número de versos son variables. Aunque trata de temas muy variados suele predominar lo religioso. En general, se escribe para ser cantada con acompañamiento instrumental. l) Epístola: carta formal y moralizante escrita en verso y destinada a su publicación. Aborda siempre temas filosóficos o morales.