SENTENCIA JVB 771 12

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SENTENCIA:
N.I.G.:
Procedimiento: -s
Sobre
De D/ña.
Procurador/a Sr/a.
Abogado/a Sr/a.
Contra D/ña.
Procurador/a Sr/a.
Abogado/a Sr/a.
Interesados:
Procuradores:
SENTENCIA
En Lugo, a catorce de febrero de dos mil trece.
Vistos por Doña…
Magistrado-Juez del Juzgado de
Primera Instancia nº 5 de Lugo, los presentes autos de
JUICIO VERBAL nº 771/2012, seguidos a instancias de la
entidad …,representada por el Procurador …, y con la
dirección letrada de … ,contra la Dirección General de
los Registros y Notariado, habiendo actuado como
interesados en dichos autos …, representada por la
Procuradora
…
y bajo la dirección letrada de … ,y
representado por la Procuradora …
bajo la dirección
letrada de …
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.El
Procurador
…
,
en
nombre
y
representación de la entidad
…
,formuló
demanda
de juicio verbal contra la Dirección General de los
Registros y Notariado en impugnación de la Resolución
dictada por dicho organismo en fecha 25 de junio de
2012, por la que desestimaba el recurso interpuesto
por la mencionada entidad y confirmaba la nota de
calificación de la Registradora, demanda en la que,
tras invocar los hechos y fundamentos de derecho que
en la misma se recogen, finalizaba solicitando su
íntegra estimación en el sentido de declarar no
ajustada a derecho la resolución recurrida y ordenar
dejar sin efecto la nota de calificación de la Sra.
Registradora de la Propiedad, con expresa condena en
costas a la parte demandada.
SEGUNDO.- Admitida a trámite la demanda, se
convocó a las partes a la celebración de una vista,
tal como señala el artículo 440 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil. Personados en el procedimiento
como interesados …
,Registradora
de
la
Propiedad
autora
de
la
nota
de
calificación
inicialmente recurrida, como
… ,Notario autorizante
de los títulos públicos con los cuales se pretende
lograr la inmatriculación de las fincas de la sociedad
actora,
fueron convocados igualmente a la vista
mencionada.
Llegado el día señalado, tuvo lugar la vista, en
la cual la actora se ratificó en su escrito de demanda
e interesó el recibimiento del juicio a prueba.
Comparecieron asimismo los interesados mencionados,
quienes
hicieron
las
alegaciones
que
estimaron
oportunas.
TERCERO.- En ese mismo acto se procedió a la
práctica
de
las
pruebas
propuestas
que
fueron
declaradas pertinentes con el resultado reflejado en
soporte audiovisual y acta correspondientes, quedando
tras ello los autos pendientes de dictar sentencia.
CUARTO.En
la
tramitación
del
presente
procedimiento se han observado las prescripciones
legales, a excepción del plazo para dictar sentencia.
QUINTO.- HECHOS PROBADOS: Ha resultado acreditado
que:
El día 17 de febrero de 2012, se otorgaron ante …
,Notario de … ,
las
escrituras
públicas
con
números de protocolo
…
:
-En la primera de ellas, D.
…
aportaba a la
sociedad de gananciales formada con su esposa … , con
carácter oneroso, las fincas denominadas … sitas en el
municipio de … , Parroquia de … , que manifestaba ser
de su exclusiva propiedad “por justos y legítimos
títulos” además de figurar a su nombre en el catastro.
-Mediante la segunda, los expresados cónyuges
constituían con su hijo, … , la sociedad civil
denominada … , a la que el matrimonio aportaba las
fincas antes descritas, teniendo una participación en
la sociedad de un 99%, mientras que su hijo aportaba
la suma de 100 euros, teniendo una participación en la
sociedad del 1% restante, siendo el objeto social la
“la
tenencia
y
administración
de
las
fincas
descritas”.
Presentada la anterior escritura en el Registro
de
la
Propiedad
nº
…
a
fin
de
obtener
la
inmatriculación de las fincas mencionadas, la titular
del mismo suspendió la inmatriculación solicitada
mediante la oportuna nota de calificación expedida
fecha 1-08-2012, basada en la consideración de que en
el
presente
caso
se
trataba
de
obtener
la
inmatriculación mediante documentos elaborados ad hoc
con el único fin de conseguirla, los cuales recogían
simples transmisiones instrumentales que no cumplían
con los requisitos de los artículos 205 de la LH y 298
del RH.
Frente a tal calificación, Don …, en nombre y
representación de … interpuso el correspondiente
recurso gubernativo ante la Dirección General de los
Registros y Notariado, el cual resultó desestimado a
medio de Resolución del mencionado centro directivo de
fecha 25 de junio de 2012, que confirmaba la nota de
calificación de la Registradora. Dicha resolución es
la impugnada a medio del presente procedimiento.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El presente procedimiento tiene por
objeto el recurso frente a la resolución de la DGRN de
fecha 25 de junio de 2012, confirmatoria de la
calificación
registral
denegatoria
de
la
inmatriculación solicitada por la sociedad civil
demandante, la cual interesa se declare que la
mencionada calificación no es conforme a derecho y en
consecuencia, se deje ésta sin efecto.
Alega la entidad actora que la calificación
impugnada, al denegar la inmatriculación por estimar
que los títulos presentados a tal efecto son meros
títulos instrumentales que no documentan verdaderas
transmisiones, está interpretando la voluntad de los
sujetos negociales presumiéndoles una determinada
intencionalidad y por tanto, extralimitándose en la
función calificadora respecto de lo indicado en el
artículo 18 de la LH.
Así, considera que concurre una doble transmisión
perfecta a los efectos del artículo 205 de la citada
Ley, toda vez que el titular catastral de unos bienes
los aporta a su sociedad de gananciales, y a su vez
los cónyuges, junto a un 3º, constituyen una sociedad
civil a la que aportan dichos bienes, siendo dicha
sociedad la que demanda la inmatriculación de las
fincas. Concluye indicando que no estamos ante una
transmisión circular como se sugiere de contrario, y
ello toda vez que las fincas no vuelven a su inicial
titular, sino que pasan a ser propiedad de una
sociedad civil con personalidad jurídica propia e
independiente de los socios que la integran, por lo
que la titularidad inicial y la final corresponden a
personas totalmente distintas.
En
definitiva,
considera
que
los
títulos
cuestionados son aptos para inmatricular las fincas
sin que la función calificadora que legalmente
corresponde al Registrador le autorice para entrar en
el fondo de los negocios jurídicos documentados ni
para hacer presunciones sobre la causa de los mismos
en perjuicio de la eficacia de los títulos.
Frente a ello, la calificación recurrida y la
resolución
que
la
confirma
se
basan
en
la
consideración de que en este caso concurren indicios
suficientes para deducir la instrumentalidad de la
documentación aportada, y en tal sentido se mencionan
la simultaneidad de las fechas de los negocios
pretendidamente transmisivos, el bajo coste fiscal de
los mismos, la innecesariedad de la escritura de
aportación a gananciales o el hecho de que el titular
inicial no desaparece nunca del proceso negocial
documentado.
En
este
sentido,
la
Resolución
impugnada
justifica la existencia de una transmisión circular
argumentando que la sociedad civil constituida carece
de personalidad jurídica al no constar inscrita en el
Registro Mercantil, de modo que, tras las dos
transmisiones, los bienes siguen en manos de los
cónyuges aportantes y del hijo de éstos y por tanto
vuelven, al menos en parte, a su titular inicial. No
obstante, el Abogado del Estado que actuó en defensa
del centro directivo mencionó en el acto del juicio
que, aun en el supuesto de entender que la sociedad
civil goza de personalidad jurídica independiente, la
cuestión esencial es la aptitud de las escrituras
públicas objeto de este procedimiento para sustentar
la inmatriculación.
SEGUNDO.- Expuestas de este modo las posiciones
de las partes, ha de recordarse, en primer lugar, que
el juicio verbal previsto en el artículo 328 de la Ley
Hipotecaria ha de ser reputado especial por razón de
la materia al tener por objeto la impugnación de una
concreta calificación realizada por un determinado
Registrador de la Propiedad o Mercantil en el
ejercicio de la función que le encomiendan los
artículos 18 y siguientes de la Ley Hipotecaria, y no
como persona particular, sino en cuanto órgano
administrativo integrado en la Administración Publica.
Así, el procedimiento que nos ocupa no tiene por
finalidad la defensa o la rectificación de la doctrina
de la DGRN, sino la revisión del acto de calificación
del Registrador para determinar si la calificación
registral y sus fundamentos se ajustan o no a derecho
para confirmarla o en su caso, revocarla.
TERCERO.En
el
supuesto
de
autos,
la
inmatriculación se solicita al amparo de lo dispuesto
en el artículo 205 de la LH, según el cual “Serán
inscribibles, sin necesidad de la previa inscripción,
los títulos públicos otorgados por personas que
acrediten de modo fehaciente haber adquirido el
derecho con anterioridad a la fecha de dichos títulos,
siempre que no estuviere inscrito el mismo derecho a
favor de otra persona y se publiquen edictos en el
tablón de anuncios del Ayuntamiento donde radica la
finca, expedidos por el Registrador con vista de los
documentos presentados. En el asiento que se practique
se
expresarán
necesariamente
las
circunstancias
esenciales de la adquisición anterior, tomándolas de
los mismos
efecto."
documentos
o
de
otros
presentados
al
De
dicho
precepto
se
desprende
que
la
inmatriculación por título público constituye un
procedimiento mediante el cual nuestro ordenamiento
hipotecario favorece en buena medida el acceso de las
fincas a los libros del Registro. Así, en principio y
sin
necesidad
de
otros
requisitos,
basta
para
conseguir dicho objetivo con que el inmatriculante
acredite su adquisición y justifique la de su
transmitente, ambas mediante documento público. Por
otra parte, y a fin de garantizar la objetividad del
procedimiento inmatriculador, la DGRN viene exigiendo
además que en estos supuestos el título inmatriculable
no sea meramente declarativo, que el procedimiento
cuente con la concordancia catastral y que de las
circunstancias
concurrentes
no
resulte
que
la
documentación se haya creado artificialmente para
producir la inmatriculación, extremo éste que ha de
apreciar el Registrador en el ejercicio de su función
calificadora, previa a cualquier asiento registral.
En relación con la función calificadora, el
artículo 18 de la LH dispone que "Los Registradores
calificarán, bajo su responsabilidad, la legalidad de
las formas extrínsecas de los documentos de toda
clase, en cuya virtud se solicite la inscripción, así
como la capacidad de los otorgantes y la validez de
los actos dispositivos contenidos en las escrituras
públicas, por lo que resulte de ellas y de los
asientos del Registro".
Dicho
precepto
atribuye
al
Registrador
una
función que va más allá del mero control formal de los
documentos, al incluir en el ámbito de la calificación
facultades de control de la legalidad del acto o
negocio jurídico que incorporan, pero siempre con el
límite de lo que resulte de los propios documentos y
de los asientos del Registro.
Así, el control de la inmatriculación por título
público exigiendo a los Registradores que al efectuar
su calificación, extremen las precauciones para evitar
el acceso al Registro de títulos elaborados ad hoc con
el único fin de obtener la inmatriculación, se explica
y justifica por las exigencias derivadas del principio
de seguridad jurídica, pues se trata de eludir el
fraude de ley en el sentido de evitar que, mediante la
creación instrumental de títulos, se burlen todas las
prevenciones que para la inmatriculación mediante
título público ha instituido el legislador.
Este criterio tiende a garantizar la presunción
de exactitud registral de los asientos del Registro, y
es correcto en la medida en que sirva para excluir
aquellos títulos que en realidad no evidencien una
transmisión del dominio, sino que obedezcan al único y
exclusivo
propósito
de
obtener
un
título
inmatriculador. Ahora bien, las simples dudas o
conjeturas que pudiera suscitar un determinado negocio
jurídico, no constituyen base suficiente para presumir
una causa ajena a la tenida en cuenta por el
legislador para abrir este cauce de inmatriculación de
fincas.
En
definitiva,
como
indicó
la
Audiencia
Provincial de Pontevedra en sentencia de fecha 14 de
marzo de 2007 en un supuesto similar, la función
calificadora del Registrador exigirá analizar el
documento aportado a los efectos de valorar su
fehaciencia, lo que a su vez obligará a realizar un
control de legalidad externa del negocio jurídico que
incorpora para determinar, a los solos efectos
registrales y sin prejuzgar lo que resulte de un
hipotético juicio declarativo, su validez y eficacia.
Pero ese control de legalidad externa tiene su base, y
al propio tiempo su límite, en el propio documento y
en los asientos del Registro, sin que esa facultad de
control autorice al Registrador a entrar en el fondo
del negocio jurídico más allá de lo que de forma
incontestable y unívoca resulte del documento y de los
asientos registrales.
De
todo
lo
expuesto
se
desprende
que
la
calificación se erige en un pilar básico de la
seguridad jurídica, pero ello no implica ignorar los
límites de la función calificadora en lo que se
refiere a los medios de los que ésta puede servirse,
pues conforme al mencionado artículo 18 de la LH, el
Registrador deberá constatar la validez del acto
jurídico de que se trate de acuerdo con el principio
de legalidad, pero limitando su actuación al acto
mismo y sin interferir en lo que sería propio de la
actividad jurisdiccional.
CUARTO.- Centrado pues el debate como un problema
de límites a la función calificadora, la cuestión
estriba en decidir si en el supuesto de autos, la Sra.
Registradora, al aplicar el criterio de la DGRN
relativo al control de la inmatriculación por título
público, ha excedido el ámbito de aquélla.
Pues
bien,
aplicando
las
anteriores
consideraciones al caso concreto, hemos de indicar
que, por más que el otorgamiento sucesivo de dos
escrituras ante el mismo notario y el mismo día con
intervención
de
personas
ligadas
por
estrechos
vínculos de parentesco y respecto de los mismos
inmuebles, suscite dudas sobre la causa de tales
negocios y sobre si responden a la sola intención de
conseguir un título inmatriculador, lo cierto es que,
en virtud del régimen de presunciones establecido en
el art. 1277 del Código Civil, las dudas han de
resolverse a favor de la existencia de una causa, y de
una causa lícita, mientras no se pruebe lo contrario,
prueba que en ningún caso correspondería abordar en un
proceso como el que nos ocupa cuyo único objeto es
enjuiciar el acierto de la Registradora al calificar
negativamente en base a los datos que constan en el
Registro.
Así, en el supuesto enjuiciado, se cumple en
forma adecuada la exigencia del "doble título" del
artículo 205 de la Ley Hipotecaria, exigencia que, tal
y como ha aclarado el Tribunal Supremo, requiere la
acreditación mediante documento público de al menos
dos títulos con virtualidad traslativa del dominio
sobre los bienes inmuebles. En efecto, mediante la
escritura
pública
presentada
a
inscripción,
se
acredita tanto el título adquisitivo de la entidad
inmatriculante (aportación de los cónyuges) como el
título de adquisición de la sociedad de gananciales
transmitente (aportación por parte del esposo), por lo
que se reflejan en documento auténtico dos títulos
materiales sucesivos que tienen suficiente virtualidad
traslativa, colmándose de esta forma la exigencia del
artículo citado.
Las escrituras públicas litigiosas gozan, a los
efectos de su acceso al Registro de la Propiedad, de
las
presunciones
de
exactitud
y
adecuación
al
ordenamiento jurídico que derivan de la autorización
notarial, de modo que, con los medios de que disponía
la Registradora, no puede afirmarse que recojan
negocios creados con la única finalidad de conseguir
la inmatriculación pretendida descartando que pueda
haber otras causas perfectamente lícitas para su
otorgamiento.
En este sentido, y respecto de la virtualidad
inmatriculadora de la aportación a la sociedad de
gananciales, ésta comporta un verdadero desplazamiento
patrimonial de un bien privativo de uno de los
cónyuges a la masa ganancial, constituida por un
patrimonio
separado
colectivo
distinto
de
los
patrimonios personales de los esposos, y ello sobre la
base del artículo 1323 del Código Civil, el cual
posibilita cualquier desplazamiento patrimonial entre
los cónyuges y, por ende, entre sus patrimonios
privativos y el consorcial, siempre que se produzcan
por cualquiera de los medios legítimos previstos al
efecto, entre los que se incluye el negocio de
aportación de derechos concretos a una comunidad de
bienes no personalizada jurídicamente.
Tampoco existe una transmisión circular en el
sentido de que vuelvan las fincas a los titulares que
originariamente las transmitieron puesto que, desde el
punto de vista subjetivo, se ha producido una
transmisión del marido a la sociedad de gananciales y
de ésta a la sociedad civil formada por los cónyuges y
el hijo de éstos, la cual goza de personalidad
jurídica propia e independiente de los socios. Cierto
que
la
Resolución
impugnada,
para
rechazar
la
inmatriculación, argumentó que las sociedades civiles
sin forma mercantil carecen de personalidad jurídica
si no han sido inscritas en el Registro Mercantil,
pero tal criterio es contrario al mayoritariamente
seguido, no sólo por la doctrina y jurisprudencia,
sino incluso por la propia DGRN.
En consecuencia, aunque la DGRN tiene declarado
que la calificación del fraude de ley no está vedada
al Registrador, advierte que esa calificación tiene
que
estar
fundada
exclusivamente
en
los
datos
resultantes de las escrituras y en los que consten en
el Registro, de forma que, para que el Registrador
pueda apreciar el carácter fraudulento del título
presentado, tal carácter debería resultar patente del
mismo, pues aquél ha de ceñirse inexcusablemente a la
apreciación de los medios de calificación que menciona
el artículo 18 de la Ley Hipotecaria, sin que puedan
tenerse en cuenta para apreciar el fraude hechos o
datos extrínsecos al documento presentado y ajenos por
tanto al procedimiento registral.
De este modo, y sin perjuicio de estimar que la
Registradora, al efectuar su calificación, no hacía
más que aplicar la doctrina de la DGRN tratando
legítimamente de velar por la seguridad jurídica, no
puede dejar de reconocerse que en el ejercicio de su
función
calificadora
le
está
vedado
suplir
la
intención o consentimiento de las partes en los
negocios reflejados en las escrituras debatidas o
“levantar el velo” de la sociedad civil constituida,
pues tanto dicha interpretación como el levantamiento
del velo son funciones que corresponden a los
tribunales de justicia, previa la práctica de la
prueba necesaria al efecto.
En consecuencia, desde el punto de vista formal,
puede afirmarse que existen dos transmisiones válidas
y que no concurre la pretendida circularidad de los
títulos, por lo que procedía la inmatriculación de las
fincas.
No modifica tal conclusión el hecho de que los
dos títulos se hayan firmado el mismo día y ante el
mismo Notario. Entender que ello es prueba de la
instrumentalidad de los mismos implicaría entender que
si entre éstos hubiera mediado más tiempo o hubiesen
sido otorgados por distinto Notario, no serían
considerados como otorgados ad hoc para inmatricular.
Tal planteamiento, carente de todo rigor, pone de
manifiesto la necesidad de que la declaración de
otorgamiento ad hoc para inmatricular sólo deba tener
origen en una resolución judicial motivada y previa
audiencia de los interesados.
Tampoco modifica la conclusión alcanzada el
escaso coste fiscal de los dos títulos al que alude la
DGRN, ya que un argumento de tipo fiscal no debe
servir para interpretar la aptitud civil de los
títulos.
Por
lo
tanto,
cumpliéndose
los
requisitos
legalmente previstos como es el caso, no bastan las
sospechas
del
Registrador
para
denegar
la
inmatriculación por muy fundadas que éstas sean, sin
que éste pueda suplir la intención o consentimiento de
las partes ni hacer deducciones de cuál haya sido su
voluntad, pues como se desprende de lo expuesto, de
acuerdo con el principio de legalidad y el propio
fundamento de la función calificadora, el Registrador
no puede entrar a calificar el fondo del asunto, sin
que tampoco pueda hacerlo el juzgador en el ámbito del
presente
procedimiento,
el
cual
está
limitado
exclusivamente a la revisión de la calificación.
En definitiva, y virtud de las consideraciones
precedentes, procede la estimación de la demanda.
CUARTO.- Respecto a las costas, teniendo en
cuenta
la
especial
singularidad
del
supuesto
enjuiciado y el hecho de que éste presente serias
dudas de derecho, se considera que, pese a la
estimación de la demanda, lo procedente es no hacer
especial pronunciamiento en cuanto a las mismas de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 394 de la
LEC.
VISTOS los artículos legales citados y demás de
general y pertinente aplicación,
FALLO
Que DEBO ESTIMAR Y ESTIMO la demanda interpuesta
por el Procurador Sr … , en nombre y representación de
… contra la Dirección General de los Registros y
Notariado, y en consecuencia, declaro no conforme a
derecho la Resolución de la DGRN confirmatoria de la
nota de calificación negativa de la Registradora
titular del Registro de la Propiedad nº … de fecha 108-2012, la cual se revoca, sin que proceda efectuar
un especial pronunciamiento en cuanto a las costas
causadas.
MODO DE IMPUGNACIÓN: Contra esta sentencia cabe
interponer
recurso
de
apelación
ante
la
Ilma.
Audiencia Provincial de Lugo.
Así
por
esta
mi
Sentencia,
definitivamente
juzgando en Primera Instancia, la pronuncio, mando y
firmo. Doy fe.
LA MAGISTRADA
LA SECRETARIA
Publicación.- Leída y publicada fue la anterior
sentencia por la Sra. Magistrado-Juez que la suscribe,
estando celebrando audiencia pública en el mismo día
de su fecha, doy fe, en Lugo.
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