Dictamen nº: Consulta: Asunto: Aprobación: 182/10 Alcalde de Aranjuez Responsabilidad Patrimonial 30.06.10 DICTAMEN de la Comisión Permanente del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, emitido por unanimidad, en su sesión de 30 de junio de 2010, sobre consulta formulada por el Alcalde de Aranjuez a través del Consejero de Presidencia, Justicia e Interior, al amparo del artículo 13.1.f).1º de su Ley Reguladora, 6/2007, de 21 de diciembre, en relación con la reclamación de responsabilidad patrimonial promovida por la compañía de seguros A por los daños ocasionados por la fuga de agua de un hidrante de dicha localidad . La cuantía de la reclamación ejercitada asciende a 202.902,33 euros. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- El día 28 de mayo de 2010 tuvo entrada en el registro del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid solicitud de dictamen preceptivo, en relación con el expediente de responsabilidad patrimonial de referencia, procedente del Ayuntamiento de Aranjuez, remitido por su Alcalde, mediante escrito de 19 de mayo de 2010. Admitida a trámite dicha solicitud con la fecha aludida, se le procedió a registrar de entrada con el número 175/10, iniciándose el cómputo del plazo para la emisión del dictamen, tal y como dispone el artículo 34.1 del 1 Reglamento Orgánico del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, aprobado por Decreto 26/2008, de 10 de abril, del Consejo de Gobierno, venciendo el plazo para la emisión del dictamen el próximo 3 de julio de 2010. Su ponencia ha correspondido, por reparto de asuntos, a la Sección I, cuyo Presidente, el Excmo. Sr. D. Jesús Galera Sanz, firmó la oportuna propuesta de dictamen, la cual fue deliberada y aprobada por unanimidad, en la sesión de la Comisión Permanente del Consejo Consultivo, celebrada el día 30 de junio de 2010. SEGUNDO.- El expediente de responsabilidad patrimonial remitido trae causa del escrito presentado el día 16 de diciembre de 2008 por la aseguradora A en nombre de la constructora de las viviendas afectadas por la fuga (folio 1 del expediente administrativo) en el que se reclaman los daños causados a la constructora como consecuencia, según aducen, del vertido incontrolado de agua procedente de un hidrante de bomberos propiedad del Ayuntamiento de Aranjuez. Del expediente, son destacables los siguientes hechos: 1.- Según afirma la propia reclamante, el 24 de octubre de 2008, trabajadores de la empresa constructora descubrieron que existía una fuga de agua, que no era perceptible desde el exterior filtrándose al terreno bajo la solera de la acera, en uno de los hidrantes contra-incendios instalados durante la obra de urbanización y perteneciente al Ayuntamiento de Aranjuez. Consta en el expediente que en fecha 15 de diciembre de 2008 se remitió al Departamento de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Aranjuez, una reclamación por la mercantil B, encargada por C de la construcción de las viviendas, en la que se informaba, de que el personal de 2 dicha empresa constructora el día 23 de octubre de 2008, se percató de la salida de agua, en la Avda. D, aproximadamente a la altura de los chalets nº aaa y bbb. Se indica asimismo en ese escrito que el siniestro se había puesto en conocimiento del Cuerpo de Bomberos, que se personó en el lugar de los hechos, dando a su vez parte a los servicios municipales competentes. Indican asimismo que esta pérdida de agua ha ocasionado grietas y desperfectos en las viviendas nº aaa, bbb y otras de dicha promoción. 2.- A la vista de la reclamación se giró visita de inspección por el Aparejador municipal al lugar de referencia, realizando el correspondiente informe en fecha 16 de diciembre, en el que pone de manifiesto: “realizada visita de inspección el día 16 de diciembre de 2008 al lugar de los hechos con el encargado municipal J.L.R., nos presentamos al encargado de obra M.M. el cual nos indica la situación exacta del hidrante. La localización del mismo se encuentra en la acera, dentro del vallado de la obra, en una zona de acometidas que se ha procedido a realizar por la empresa constructora para dotar de servicios a los chalets aaa y bbb en construcción, con lo cual las aceras carecen de soleras de hormigón, y pavimentación de baldosas hidráulicas. A su vez el hidrante que se encuentra empotrado en el suelo está a escasos centímetros de acopios de obra paletizados de adoquines y piezas prefabricadas de hormigón con la consiguiente influencia de maquinaria pesada en la obra” (folios 24 y 25 del expediente administrativo). 3.- Con fecha 7 de enero de 2009, por parte de los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Aranjuez se solicitó información a la Dirección General de Protección Ciudadana de la Comunidad de Madrid sobre los daños causados, señalando como fecha de la presunta intervención de los bomberos el 31 de octubre de 2008. En respuesta a dicha solicitud el 17 3 de abril de 2009 se remite un escrito al Ayuntamiento indicando que no se tiene constancia de ninguna intervención el día 31 de octubre de 2008 en el lugar de los hechos (folios 25 a 29 del expediente administrativo). De nuevo, una vez incoado el expediente administrativo, con fecha 27 de abril de 2010 se solicita informe sobre supuestas intervenciones del cuerpo de bomberos en la zona, fijando esta vez como fecha de la intervención el 23 ó 24 de octubre de 2008. También en este caso se informa por la Dirección General de Protección Ciudadana de la Comunidad de Madrid, con fecha 3 de mayo de 2010, que durante los días 22 a 25 de octubre no hubo ninguna intervención que guardara relación con lo expuesto en la solicitud (folio 179 del expediente administrativo) TERCERO.- 1.- Interpuesta la anterior reclamación, el Ayuntamiento de Aranjuez procede a incoar expediente de responsabilidad patrimonial mediante Decreto del Concejal Delegado de Hacienda y Régimen Interior de 7 de octubre de 2009, que obra al folio 19 del expediente administrativo. Dicho Decreto fue notificado a la compañía de seguros reclamante, constando como fecha de salida del Ayuntamiento de Aranjuez el 14 de octubre, si bien no figura la recepción de tal notificación. No consta la solicitud de informe alguno en el seno del procedimiento del servicio causante del daño, en los términos del artículo 10 del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo. Únicamente se incorpora el informe del aparejador municipal, del que más arriba hemos dado cuenta, y anterior a la incoación del expediente, relativo a la inspección del lugar donde tuvo lugar la fuga de agua. Se incorpora asimismo al expediente informe pericial de la compañía E, de fecha 30 de diciembre de 2009 (folios 34 a 57 del expediente 4 administrativo), en el que se afirma : “Respecto de la causa origen de la rotura del hidrante, en base al estado del mismo durante el proceso constructivo, podemos determinar que esta puede obedecer al uso e maquinaria pesada y acopio de materiales propios de la obra ejecutada por la constructora B en el entorno más inmediato de este hidrante, quien ha sufrido la alteración de sus condiciones de protección después de la recepción de la urbanización por parte del Ayuntamiento”. Consta que con fecha 1 de marzo de 2010 se concede a la reclamante el trámite de audiencia de acuerdo con el artículo 11.1 del precitado RD 429/1993, “instruido el procedimiento, e inmediatamente antes de redactar la propuesta de resolución, se pondrá aquél de manifiesto al interesado, salvo que afecte a las informaciones y datos a que se refiere el artículo 37.5 de la Ley del régimen jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Al notificar a los interesados la iniciación del trámite se les facilitará una relación de los documentos obrantes en el procedimiento, a fin de que puedan obtener copia de los que estimen convenientes, y concediéndoles un plazo no inferior a diez días ni superior a quince para formular alegaciones y presentar los documentos y justificaciones que estimen pertinentes”. Asimismo se notifica en dicho escrito el cambio de instructor del procedimiento. Con fecha 22 de abril de 2010, tiene entrada en el registro del Ayuntamiento de Aranjuez el escrito de alegaciones presentado por letrado en nombre de la empresa aseguradora, en el que se cuestiona el informe pericial emitido por la empresa aseguradora de la responsabilidad civil del Ayuntamiento y se reitera la concurrencia de los requisitos para apreciar responsabilidad en el Ayuntamiento. 5 CUARTO.- Concluida la instrucción del expediente, por el instructor del expediente se emite propuesta de resolución el 18 de mayo de 2010, en la que se concluye desestimar la reclamación por no quedar acreditada la relación de causalidad del daño padecido con el funcionamiento del servicio público. A los hechos anteriores, les son de aplicación las siguientes, CONSIDERACIONES EN DERECHO PRIMERA.- El Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid emite su dictamen preceptivo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13.1.f) 1º de la Ley 6/2007, de 21 de diciembre, Reguladora del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid (en lo sucesivo, LCC), según el cual: “1. El Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid deberá ser consultado por la Comunidad de Madrid en los siguientes asuntos (…) f) Expedientes tramitados por (…) las entidades locales (…) sobre: 1º Reclamaciones de responsabilidad patrimonial, cuando la cantidad reclamada sea igual o superior a 15.000 euros o cuando la cuantía sea indeterminada”. En el caso que nos ocupa, la cuantía de la reclamación asciende a 202.902,33 euros, por lo que resulta preceptivo el dictamen del Órgano Consultivo. Por otra parte, la solicitud de dictamen ha sido cursada a través del Consejero de Presidencia, Justicia e Interior, de conformidad con el artículo 14.3 de la LCC (“Las solicitudes de dictamen de las entidades locales se efectuarán por los Presidentes de las mismas, y se cursarán a través del Consejero competente en relaciones con la Administración local”), en relación con el artículo 32.2 del Decreto 26/2008, de 10 de 6 abril, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico del Consejo Consultivo. Es el Ayuntamiento de Aranjuez el legitimado para recabar dictamen del Consejo Consultivo, habiéndose la solicitud al Consejero de Presidencia, Justicia e Interior, mediante oficio del Alcalde de 19 de mayo de 2010. SEGUNDA: Especial consideración merece el estudio de la legitimación activa en el presente caso. La reclamación se presenta por la compañía aseguradora de la empresa B encargada de la ejecución de las obras por cuenta de la propietaria de las mismas que es la empresa C. Se aporta para acreditar la legitimación activa de la compañía aseguradora un escrito de la empresa B, de fecha 23 de septiembre de 2009, en el que declara haber recibido de la empresa A, la cantidad de 202.902,33 euros por el siniestro número BD ccc, que es objeto de la presente reclamación. La compañía aseguradora reclama pues, ejercitando la acción de subrogación prevista en el artículo 43 de la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro (en adelante LCS). Éste dispone: “El asegurador, una vez pagada la indemnización, podrá ejercitar los derechos y las acciones que por razón del siniestro correspondieran al asegurado frente a las personas responsables del mismo, hasta el límite de la indemnización”, que exige como requisito sine qua non para su procedencia el previo pago de la indemnización. En el mismo sentido se ha pronunciado la jurisprudencia menor, así el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en sentencia 748/2004, de 18 de mayo (JUR\2004\268998) considera que “Con independencia del 7 cumplimiento de los requisitos anteriormente señalados y prueba cumplida de los mismos(…), cuando el que reclama el resarcimiento lo hace por subrogación en el derecho del perjudicado a reclamar el daño, tratándose, como en el presente caso de un compañía de seguros es preciso que se acredite el abono del importe de los daños al perjudicado, como asegurado con póliza de seguros que cubre el siniestro ocurrido.” Igualmente, el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura en sentencia 403/2005, de 16 de mayo (JUR\2005\137753) expresa que “es el abono de la indemnización lo que hace que la entidad aseguradora se subrogue en la posición que hubiera correspondido al asegurado frente a las personas responsables del daño”. Como claramente se deduce del art. 43 de la LCS, esta acción debe ejercitarse por subrogación del perjudicado por el daño, que tiene en tal caso, la consideración de interesado ex artículo 139 de la Ley 30/19912, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (en adelante LRJAP-PAC). En este caso, la indicada acción de reclamación se ejerce por subrogación en los derechos de la empresa constructora, que resulta perjudicada en cuanto debe afrontar la reparación de los desperfectos ocasionados en las viviendas para entregarlas en perfecto estado a la empresa promotora de las mismas. Se cumple, la legitimación pasiva del Ayuntamiento de Aranjuez en cuanto que es titular del hidrante a cuya rotura se atribuye el daño. En cuanto al plazo para el ejercicio de la acción, el escrito de reclamación se presenta el día 16 de diciembre de 2008, siendo así que según se refiere por la reclamante los daños se detectaron el 24 de octubre de 2008. Por lo tanto, la reclamación se presentó en plazo de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 142.5 de LRJAP-PAC. “El derecho a reclamar 8 prescribe al año de producido el hecho o el acto que motive la indemnización o de manifestarse su efecto lesivo. En el caso de daños de carácter físico o psíquico a las personas, el plazo empezará a computarse desde la curación o la determinación del alcance de las secuelas”. TERCERA.- En la tramitación del procedimiento, se observa que no se ha emitido el informe del Departamento causante del daño, sino que únicamente se aportan partes de incidencias, si bien en el informe pericial realizado por el Departamento de Seguros del Canal de Isabel II se contienen los datos sobre la incidencia de rotura de la tubería y su reparación. No obstante esta irregularidad en el procedimiento no constituye un vicio invalidante. Por lo demás se han seguido los cauces previstos tanto en la LRJAPPAC como en el RPRP. Ya hemos hecho mención al trámite de audiencia otorgado a todos los que en el procedimiento aparecen como interesados, de acuerdo con el artículo 11.1 del precitado Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, “instruido el procedimiento, e inmediatamente antes de redactar la propuesta de resolución, se pondrá aquél de manifiesto al interesado, salvo que afecte a las informaciones y datos a que se refiere el artículo 37.5 de la Ley del régimen jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Al notificar a los interesados la iniciación del trámite se les facilitará una relación de los documentos obrantes en el procedimiento, a fin de que puedan obtener copia de los que estimen convenientes, y concediéndoles un plazo no inferior a diez días ni superior a quince para formular alegaciones y presentar los documentos y justificaciones que estimen pertinentes.” CUARTA.- Entrando ya a considerar el fondo de la pretensión que formula el reclamante, debemos partir de la consideración de que el instituto de la responsabilidad patrimonial de la Administración, que tiene 9 su fundamento en el artículo 106.2 de nuestra Carta Magna, y su desarrollo en los artículos 139 y siguientes de la LRJAP-PAC, como bien se razona en la propuesta de resolución, supone la concurrencia de los siguientes requisitos, según una constante y reiterada jurisprudencia: 1°) La efectiva realidad de un daño, evaluable económicamente e individualizado con respecto a una persona o grupo de personas que no tengan el deber jurídico de soportarlo de acuerdo con la Ley (vid. Sentencias del Tribunal Supremo de 20 de enero de 2003 [RJ 2003\6721], 12 de julio de 2005 [RJ 2005\5337] y 31 de octubre de 2007 [RJ 2007\7266], entre otras); 2°) Que entre el evento lesivo y el funcionamiento del servicio público medie una relación directa de causa a efecto, con exclusión de los supuestos en que el daño se haya producido por fuerza mayor (vid. Sentencias del Tribunal Supremo de 20 de enero de 2003 [RJ 2003\886], 9 de mayo de 2005 [RJ 2005\4902] y 16 de octubre de 2007 [RJ 2007\7620], entre otras); y 3º) Que la reclamación se formule en el plazo de un año desde que se produjo el evento lesivo o, en su caso, desde la curación o estabilización de las secuelas, si se trata de daños físicos o psíquicos (vid. Sentencias del Tribunal Supremo de 13 de noviembre de 2003 [RJ 2003\8308], 25 de enero de 2005 [RJ 2005\728] y 21 de mayo de 2007 [RJ 2007\3226], entre otras). Dichas notas han de completarse con la consideración de que la responsabilidad de la Administración es una responsabilidad objetiva o de resultado, de manera que lo relevante no es el proceder antijurídico de la Administración, sino la antijuridicidad del resultado o lesión, siendo imprescindible que exista nexo causal entre el funcionamiento normal o anormal del servicio público y el resultado lesivo o dañoso producido. La Sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 6ª) de 5 de junio de 1998 (RJ 1998\5169), se pronunció al respecto del carácter objetivo de la responsabilidad de la Administración, 10 previniendo frente al riesgo de erigir dicho principio de responsabilidad objetiva en un sistema providencialista que llevaría a la Administración a responder de cualesquiera daños que se produjesen como consecuencia del funcionamiento de un servicio público o de la utilización por los ciudadanos de bienes de titularidad pública, sin exigir la presencia de ese nexo causal de todo punto imprescindible para la apreciación de dicha responsabilidad. El fundamento primero de dicha Sentencia se pronunciaba en los siguientes aclaratorios términos: “La prestación por la Administración de un determinado servicio público y la titularidad por parte de aquélla de la infraestructura material para su prestación no implica que el vigente sistema de responsabilidad patrimonial objetiva de las Administraciones Públicas convierta a éstas en aseguradoras universales de todos los riesgos con el fin de prevenir cualquier eventualidad desfavorable o dañosa para los administrados que pueda producirse con independencia del actuar administrativo, porque de lo contrario, como pretende el recurrente, se transformaría aquél en un sistema providencialista no contemplado en nuestro ordenamiento jurídico”. QUINTA.- Acreditada la realidad del daño, que ha de ser evaluable económicamente e individualizado en la reclamante, procede examinar la concurrencia del resto de requisitos necesarios para hacer surgir responsabilidad patrimonial de la Administración, especialmente en este caso la relación de causalidad entre el daño padecido y el funcionamiento de un servicio público municipal. Respecto de la relación de causalidad definida por la jurisprudencia, entre otras, en Sentencia del Tribunal Supremo de 9 de julio de 2002, RJ 7648, como “una conexión causa efecto ya que la Administración – según hemos declarado entre otras, en nuestras Ss de 28 de febrero y 24 de 11 marzo de 1998, 24 de septiembre de 2001, y de 13 de marzo y de 10 de junio de 2002,- sólo responde de los daños verdaderamente causados por su propia actividad o por sus servicios, no de los daños imputable a conductas o hechos ajenos a la organización, o actividad administrativa”, no cabe olvidar que la carga de la prueba de los presupuestos que hacen nacer la responsabilidad indemnizatoria, salvo circunstancias concretas que no vienen al caso, recae en quien la reclama (Sentencias del Tribunal Supremo de 25 de julio de 2003 –recurso 1267/1999-, 30 de septiembre de 2003 –recurso 732/1999- y 11 de noviembre de 2004 –recurso 4067/2000- entre otras). En este caso la empresa reclamante presenta un dictamen pericial que se incorpora en los folios 5 a 11 del expediente administrativo en el que se indica como causa “según la inspección realizada, las zonas exteriores de las viviendas afectadas han sufrido daños debido a un asentamiento del terreno. Estas viviendas se encuentran en las proximidades del hidrante, siendo más acusados los daños en la vivienda contigua y disminuyendo según nos alejamos del hidrante.” Resulta indubitado que la filtración de agua generadora del daño procede del tan meritado hidrante, circunstancia ésta que por otra parte no ha sido discutida por la Administración reclamada. Ahora bien, esta rotura, según se desprende del expediente administrativo, no obedece a defectos en el hidrante, ni parece que tampoco se trate de una rotura espontánea, lo que en tal caso vincularía el daño con el funcionamiento de un servicio público o con la titularidad de un elemento destinado a tal servicio, sino que más bien aquélla se debe a la propia conducta del perjudicado. En efecto, como se indica en el informe del arquitecto municipal, corroborado después por la compañía aseguradora de la responsabilidad 12 civil del Ayuntamiento de Aranjuez, “el hidrante que se encuentra empotrado en el suelo está a escasos centímetros de acopios de obra paletizados de adoquines y piezas prefabricadas de hormigón con la consiguiente influencia de maquinaria pesada en la obra.” Por su parte en el dictamen parcial de la compañía aseguradora se consigna como causa del siniestro en los antecedentes del dictamen: “Alteración de la acera donde se ubica la red contra incendios, acopio de materiales de obra, y paso de maquinaria pesada sobre el hidrante”, para especificar a continuación en el cuerpo del dictamen: “Respecto de la causa origen de la rotura del hidrante, en base al estado del mismo durante el proceso constructivo, podemos determinar que esta puede obedecer al uso e maquinaria pesada y acopio de materiales propios de la obra ejecutada por la constructora B en el entorno más inmediato de este hidrante, quien ha sufrido la alteración de sus condiciones de protección después de la recepción de la urbanización por parte del Ayuntamiento”. Por todo lo anterior este Consejo considera que la conducta del perjudicado es determinante en la producción del daño, puesto que resulta acreditado en el expediente administrativo, que la rotura del hidrante se debió a la actuación inadecuada de la empresa constructora de las viviendas dañadas en la ejecución de las obras. En este sentido el Tribunal Supremo, en Sentencia de 29 de marzo de 1999 (RJ 1999/3241) expresa que “la doctrina jurisprudencial consolidada mantiene la exoneración de responsabilidad de la Administración pública cuando fue la conducta del perjudicado o de un tercero la única determinante del daño producido, aunque hubiese sido incorrecto el funcionamiento del servicio público (sentencias, entre otras, de 21 de marzo, 23 de mayo, 10 de octubre y 25 de noviembre de 1995 [RJ 1995/1981, RJ 1995/4220, RJ 1995/7049 y RJ 13 1995/9501], 25 de noviembre y 2 de diciembre de 1996 [RJ 1996/8074 y RJ 1996/8754], 16 de noviembre de 1998, 20 de febrero y 13 de marzo de 1999)”. Atendiendo a esta jurisprudencia, y teniendo en cuenta que los daños causados al reclamante lo fueron exclusivamente por su propia actividad, queda excluida la existencia de responsabilidad patrimonial al no concurrir la necesaria relación de causalidad entre el servicio público y el daño efectivamente acaecido. Por todo lo expuesto el Consejo Consultivo formula la siguiente CONCLUSIÓN Procede desestimar la reclamación de responsabilidad patrimonial de la Administración por ausencia de nexo causal. A la vista de todo lo expuesto, el Órgano consultante resolverá según su recto saber y entender, dando cuenta de lo actuado, en el plazo de quince días, a este Consejo de conformidad con lo establecido en el artículo 3.7 del Decreto 26/2008, de 10 de abril, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid. Madrid, 30 de junio de 2010 14