Wiener Staatsballett Manuel Legris director artístico Tras los pasos de Nureyev Mozart à 2 (Extractos) Coreografía: Thierry Malandain Música: Wolfgang Amadeus Mozart Vestuario: Jorge Gallardo Duración: 20 minutos 1. Pas de deux: 2. Pas de deux: 5. Pas de deux: Ioanna Avraam – Greig Matthews Alice Firenze – Eno Peci Ketevan Papava – Mihail Sosnovschi Donizetti Paso a Dos Coreografía: Manuel Legris Música: Gaetano Donizetti Vestuario: Cécile Christy Duración: 10 minutos Kiyoka Hashimoto – Davide Dato Le Souffle de l’Esprit (Extracto) Coreografía: Jiří Bubenícek Música: Johann Pachelbel Vestuario: Otto Bubenícek Duración: 7 minutos Denys Cherevychko, Roman Lazik, Masayu Kimoto La Bayadera (Extractos) Coreografía: Rudolf Nureyev sobre Marius Petipa Música: Ludwig Minkus Duración: 15 minutos Liudmila Konovalova Robert Gabdullin Tres Sombras: Natascha Mair, Nina Tonoli, Prisca Zeisel Nikia: Solor: DESCANSO Windspiele Coreografía: Patrick de Bana Música: Piotr Ilich Chaikovski Vestuario: Agnès Letestu Duración: 15 minutos Kirill Kourlaev Ioanna Avraam, Alice Firenze Marcin Dempc, Richard Szabó, Dumitru Taran, Alexandru Tcacenco, Géraud Wielick A Million Kisses to my Skin Coreografía y escenografía: David Dawson Música: Johann Sebastian Bach Vestuario: Yumiko Takeshima Duración: 25 minutos Olga Esina, Liudmila Konovalova, Nina Poláková, Maria Yakovleva, Kiyoka Hashimoto, Eszter Ledán, Denys Cherevychko, Vladimir Shishov, Masayu Kimoto Vestuario producido por ART for ART Theaterservice GmbH, Viena www.wiener-staatsballett.at Tras los pasos de Nureyev Las artes florecieron en Viena de forma muy especial desde el siglo XVII, gracias al impulso que les imprimió Leonor de Gonzaga desde su matrimonio, en 1622, con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Fernando II. Se comprenderá su esmerada cultura si se tiene en cuenta que era hija de los Duques de Mantua, cuyo ducado fue uno de los grandes focos artísticos durante el Renacimiento y donde Claudio Monteverdi, por citar un ejemplo, estrenó su ópera Orfeo en 1607. Durante el siglo XVIII, trabajaron en la capital del imperio de los Habsburgo los tres grandes renovadores del arte coreográfico que dieron inicio al ballet d'action, en el que el movimiento adquiere protagonismo como expresión de personajes y sentimientos, desterrando así las pesadas vestimentas y deshumanizadoras máscaras que sufrían hasta entonces los bailarines. Estos innovadores coreógrafos fueron el austriaco Franz Hilverding, el italiano Gasparo Angiolini y el francés Jean-Georges Noverre, asiduos de la corte de los Habsburgo en aquel momento de profesionalización del artista de la danza y asentamiento de las compañías en los teatros de ópera. Una de las más famosas bailarinas de la primera mitad del siglo XIX, Fanny Elssler, era vienesa y su éxito tuvo mucho que ver con nuestro país, ya que fue la española Dolores Serral quien le enseñó, en 1834, el baile La cachucha, con el que triunfó por el mundo y rivalizó con la más espiritual Marie Taglioni, la primera en bailar con puntas. Desde entonces, Viena no ha dejado de ser visita obligada para los principales bailarines y coreógrafos, desde las estrellas del Romanticismo Carlota Grissi y el gran maestro danés August Bournonville, hasta los famosos Ballets Rusos de Diaghilev de la época de las vanguardias o astros como Rudolf Nureyev, quien coreografió allí su primera versión de El lago de los cisnes, en los años sesenta. Con la llegada a la dirección, en 2010, del que fuera estrella del Ballet de la Ópera de París, Manuel Legris, Caballero de la Legión de Honor y Comandante de las Artes y las Letras, entre otras distinciones, la compañía cambió su nombre al actual y se incorporaron a su repertorio muchas de las coreografías que había interpretado en Francia, como las firmadas por Nureyev, Don Quijote, El cascanueces, El lago..., o Pierre Lacotte -La Sylphide-, entre otras. Los dos programas que presenta Manuel Legris en Granada son un buen resumen del camino por el que avanza en su dirección, con la reposición de grandes clásicos, obras neoclásicas y coreografías de corte moderno, además de nuevas creaciones. M ozart à 2 fue creado en 1997 por el coreógrafo francés Thierry Malandain, hoy director del Ballet de Biarritz, para su entonces compañía, Temps Present. Estrenada entonces con el título Bal Solitude, al año siguiente se realizó una nueva producción, que es la que aquí se ofrece. Son diez los bailarines que recrean las notas de los conciertos para piano de Mozart en diversos pasos a dos, con los que nos hablan de las relaciones de pareja con la intensidad, alegría o dramatismo de cada pieza musical. Manuel Legris también escogió el formato del dúo para presentar, en 2007, Donizetti P aso a Dos , su primera coreografía. Su estreno mundial fue en Japón y estuvo protagonizado por Mathieu Ganio y Dorothèe Gilbert, también estrellas del Ballet de la Opera de París como él, durante la gira que el hoy director de la compañía de Viena realizaba con el espectáculo Manuel Legris and Friends. Se trata de un paso a dos elaborado según la estructura clásica instaurada por Marius Petipa en el XIX, para el que se demanda en su interpretación una gran precisión técnica y elevado virtuosismo. Los hermanos gemelos Jiří y Otto Bubenícek han sido primeros bailarines del Ballet de Hamburgo que dirige el norteamericano John Neumeier. Su peculiaridad, acompañada por una excelente calidad técnica y artística, hizo que el prolífico coreógrafo ideara con ellos personajes desdoblados en algunos de sus ballets, como el del Caminante de Muerte en Venecia, interpretado por ambos. Le Souffle de l'Esprit fue creado por Jiří para el Ballet de Zúrich, en 2007, con música de Bach, Hofstette y Pachelbel, además de la compuesta por su gemelo Otto, quien firma también el vestuario. Es una coreografía sin argumento en la que se suceden solos, pasos a dos y variaciones en grupo, inspirada por dibujos de Leonardo da Vinci, de los que se proyecta una selección como telón de fondo en el ballet completo. Aquí se ofrece el extracto coreografiado sobre el Canon en Re mayor de Johann Pachelbel. Con el extracto que se ofrece de La bayadera , se podrá apreciar una muestra del estilo que Rudolf Nureyev impregnó en su versión del clásico compuesto por Ludwig Minkus y coreografiado originalmente por Marius Petipa. Estrenado en San Petersburgo, en 1877, fue casi un siglo después cuando Nureyev recreó para el Royal Ballet su famoso acto El reino de las sombras, considerado una obra maestra y claro precedente de los ballets abstractos que vendrían en el siglo XX. Su historia suma al exotismo que tanto gustaba en la época todos los ingredientes del gran melodrama. La bayadera (bailarina del tempo) Nikiya y el guerrero Solor se juran amor eterno, pero su relación será imposible porque el Rajah ha preparado la boda de Solor y su hija Gamzatti. Para concluir el programa, dos creaciones contemporáneas firmadas por Patrick de Bana y David Dawson. Del primero se verá W indspiele , obra sobre música de Chaikovski y realizada en 2013 por encargo de Manuel Legris. El que fuera primer bailarín de la Compañía Nacional de Danza durante la dirección de Nacho Duato hace aquí una invitación para explorar los diferentes niveles de espacio, con una coreografía incesante en la que exprime al máximo su estilo de movimiento de base clásica y amplitud contemporánea. Por su parte, el coreógrafo inglés David Dawson realizó A M illion K isses to m y Skin en el año 2000, como resultado del impulso que recibió de su entonces director en el Ballet Nacional de Holanda, Wayne Eagling, para que creara sus propias obras. También de base clásica, esta pieza es una elegante y lírica traslación del Concierto núm. 1 en re menor de Johann Sebastian Bach al movimiento fluido y neoclásico de este aplaudido coreógrafo, quien optó por un título tan sugerente (un millón de besos en mi piel) «porque es la sensación que tiene un bailarín cuando todo cobra sentido». Cristina Marinero WIENER STAATSBALLETT Desde septiembre de 2010, la Wiener Staatsballett está encabezada por Manuel Legris. El ex Étoile de la Ópera de París es una figura líder en el mundo del ballet y como artista invitado de renombre internacional ha sido un miembro permanente en la Ópera Estatal de Viena durante varias décadas. Ahora, como director de la Wiener Staatsballett Manuel Legris es la cabeza de un conjunto que tiene una de las tradiciones dancísticas más ricas de la historia. Mirando en los anales de ballet de Viena, uno puede ver, una y otra vez, períodos en los que el conjunto ha mantenido una posición de liderazgo entre las compañías de ballet de todo el mundo. Además, hubo tiempos en que fue innovador y abrió nuevos caminos en el género del ballet. El comienzo de esta evolución estuvo marcada por la emperatriz Eleonore Gonzaga, quien llegó a Viena desde la residencia imperial de Mantua, una residencia que fue predominante para las artes en el cambio desde el XVI hasta el siglo XVII, trayendo consigo su extraordinario conocimiento del teatro musical de la época. En el año 1622 - hace 392 años - la emperatriz creó por primara vez en Viena una compañía de ballet. Después de este evento, este nuevo género, que en ese momento sólo era practicado por los aristócratas, fue floreciendo. Este conjunto «noble» fue gradualmente incluyendo a bailarines profesionales, y siempre liderado por el respectivo emperador. No fue sino hasta el comienzo del siglo XVIII, cuando se formaron verdaderamente compañías de danza profesionales. Entre los coreógrafos y bailarines que han trabajado en Viena hay varios nombres que son todavía legendarios a día de hoy. Sus diversos orígenes destacan la internacionalidad del género. Santo y Domenico Ventura, Gasparo Angiolini, Gaetano Vestris, Salvatore Viganò, Jean Coralli, Filippo, Marie y Paul Taglioni, Carlotta Grisi y Fanny Cerrito vinieron de Italia; Jean Georges Noverre, Louis Duport, Jean Aumer y Jules Perrot de Francia; August Bournonville y Lucile Grahn vinieron de Dinamarca; y Heinrich Kröller de Alemania. Entre los austriacos que han hecho historia en el ballet se encuentran Franz Hilverding, Fanny Elssler, Josef Hassreiter, Grete Wiesenthal y Erika Hanka. Con Josef Hassreiter, creador del famoso ballet The Fairy Doll, se institucionalizó la escuela de ballet en la segunda mitad del siglo XIX, yendo de la mano con la fundación de un ballet nacional. Desde entonces, el género del ballet en Viena estuvo dominado por artistas austriacos, a pesar de que de vez en cuando personalidades individuales del extranjero añadieron algunos aspectos destacados, señalando entre ellos a Rudolf Nureyev. A finales del siglo XX, un cambio en la política de conjunto permitió participar también artistas del extranjero como miembros permanentes de la compañía. Los directores de ballet que han dado forma a este género desde la reapertura de la Ópera Estatal de Viena en 1955 han sido, junto con Erika Hanka, Aurel von Milloss y Gerhard Brunner. Entre 1995 y 2005, el italiano Renato Zanella, director y coreógrafo residente, definió el estilo del ballet del Wiener Staatsoper. Bajo la dirección del húngaro Gyula Harangozó, sucesor de Zanella como director de ballet, se fusionaron las compañías de ballet de la Ópera Estatal de Viena y la Volksoper Wien, proporcionando a la nueva compañía de ballet un mayor número de actuaciones en los dos casas de ópera de Viena. Con el nombramiento de Manuel Legris en 2010 como director del ballet de la Wiener Staatsballett – nombre de la nueva compañía - se establecieron nuevas perspectivas artísticas para una compañía tan rica en tradición. Lo más destacado de la temporada 2014/2015 son El Lago de los Cisnes (R. Nureyev), Verklungene Feste | Josephs Legende (J. Neumeier); van Manen | Ekman | Kylián; Mozart à 2 | Don Juan (T. Malandain); La Giselle Roja (B. Eifman) y la Gala Nureyev 2015. Desde que Manuel Legris es director del Wiener Staatsballett, la compañía ha estado de gira en Versalles, Monte-Carlo, Belgrado, París (tres semanas en el Théatre du Châtelet), Japón y Omán. En septiembre de 2013, la Escuela de Ballet de la Ópera Estatal de Viena, fundada en 1711, se ha convertido en la Academia de Ballet de la Ópera Estatal de Viena y se también se fundó la Compañía Junior de la Academia de Ballet. MANUEL LEGRIS Manuel Legris nació en Paris y se formó en la escuela de danza de la Ópera de Paris. Entró a formar parte del Ballet de la Ópera de Paris en 1980. En 1986 fue nombrado Etoile por el entonces Director del Ballet de la Opera de Paris, Rudolf Nureyev. Legrís representó los grandes roles del repertorio clásico y moderno y bailó en numerosos estrenos mundiales. Fue artista invitado con reconocidas compañías de ballet de todo el mundo y también apareció con su propio conjunto, «Manuel Legris y sus Etoiles». En mayo de 2009, ofreció su actuación de despedida como Etoile de la Ópera de París y desde entonces ha actuado como artista invitado, tanto en la Ópera de París como en otros teatros de Europa, Asia y América. Desde septiembre de 2010 Manuel Legris es director del Wiener Staatsballett y Director Artístico de la Academia de Ballet de la Ópera Estatal de Viena. El repertorio que Manuel Legris ha bailado en el Ballet de la Ópera de París incluye los papeles principales en obras de Frederick Ashton, George Balanchine, Patrice Bart, Maurice Béjart, Trisha Brown, August Bournonville, Vladimir Burmeister, John Cranko, Nacho Duato, Mats Ek, Mijaíl Fokin, William Forsythe, Jiři Kylian, Pierre Lacotte, Harald Lander, Serge Lifar, Kenneth MacMillan, John Neumeier, Rudolf Nureyev, Roland Petit, Angelin Preljocaj, Jerome Robbins, Twyla Tharp, Antony Tudor, y Rudi van Dantzig. En el curso de su carrera como bailarín, Manuel Legris trabajó a menudo en Viena. Debutó en la Ópera Estatal de Viena el 27 de enero de 1985 como Beranger en Raymonda, de Rudolf Nureyev; en 1989 se le vio como Jean de Brienne en Raymonda y como Príncipe Florimund en La Bella Durmiente de Nureyev . En 1999 regresó a la Ópera Estatal de Viena para bailar en la Gala Saisonschluss. Otras apariciones en la Ópera Estatal de Viena fueron como Des Grieux en Manon, de Kenneth MacMillan, en 1999, la Gala Saisonschluss en 2001, y la Gala Nureyev en 2003. El solo Angel creado por Renato Zanella para Manuel Legris fue estrenado en la Ópera Estatal de Viena en 1999. También actuó en Manon con el Ballde de la Ópera Estatal de Viena durante una aparición especial en Madrid en 2000. Manuel Legris también ha bailado como artista invitado con compañías extranjeras en la Ópera Estatal de Viena: en 1989 con el Ballet de Tokio, y en 2000 con el Ballet de la Ópera de París durante la ImPulsTanz. Durante sus apariciones como estrella invitada con el Ballet de la Ópera de París en otros teatros vieneses, ha bailado en TANZ '86 en el Theater an der Wien en 1986, y en el Burgtheater, como parte de ImPulsTanz en 2005. En 2008 actuó de nuevo en el Burgtheater en la gala de ballet ImPulsTanz y denuevo en 2012, donde presentó la gala Manuel Legris e invitados. En el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena de 2001, bailó un solo coreografiado por Renato Zanella. Entre sus actuaciones recientes se incluyen El Murciélago (Pekín, Ballet Nacional de China), Paso a dos de Onegin (Gala de Ballet de Tokio, 50 Aniversario) y una aparición en el Gran Teatro de Shanghai. En su primera temporada como director de la Wiener Staatsballett, Manuel Legris presentó ocho estrenos: cinco en la Ópera Estatal de Viena y tres en la Volksoper Wien. Manuel Legris fue el responsable de la puesta en escena del exitoso estreno de Don Quijote, versión de Rudolf Nureyev. En su segunda temporada, junto a Elisabeth Platted, puso en escena La Sylphide de Pierre Lacotte, en la temporada 2012/2013 presentó El Cascanueces de Rudolf Nureyev y en la temporada 2013/2014 El Lago de los Cisnes. En la Junge Talente des Wiener Staatsballetts en la Volksoper Wien fue presentada su coreografía Donizetti Pas de deux. Como bailarín ha aparecido en la Ópera Estatal de Viena en la ceremonia de apertura del Ballet de la Opera de Viena 2011. Durante una gira por Japón con la Wiener Staatsballett en 2012, bailó en Ludwig II – El Rey Cisne, de Patrick de Bana, al igual que en El Murciélago, de Roland Petit, y en las Gala Nureyev 2011, 2012, 2013 y 2014 en la Ópera Estatal de Viena. Premios y Distinciones: 1er premio en el concurso de ballet en Osaka (1984), Premio Nijinsky (1988), Premio Benois de la Danse (1998) Premio Nijinski (Mejor Bailarín en el Mundial del 2000), Premio Positano (2001); Caballero de las Artes y las Letras (1993), Oficial de las Artes y las Letras (1998), Caballero de la Órden Nacional del Mérito (2002), Caballero de la Legión de Honor (2006), Comandante des Artes y las Letras (2009).