Consejo de la Magistratura - Poder Judicial de la Nación

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Consejo de la Magistratura
RESOLUCION Nº 266/05
En Buenos Aires, a los 4 días del mes de agosto del
año dos mil cinco, sesionando en la Sala de Plenario del
Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación, con
la
Presidencia
del
Dr.
Eduardo
D.
E.
Orio,
los
señores
consejeros presentes,
VISTO:
El expediente 389/04, caratulado "Gutiérrez Francisco
Virgilio (Dip. Nac.) c/ tit. del Juzgado de Instrucción Nº 39
Dr. Botto", del que
RESULTA:
I. Se inician las actuaciones con la presentación
realizada por el señor Francisco Virgilio Gutiérrez a los
efectos de denunciar al doctor Ernesto Raúl Botto, titular del
Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 39.
Manifiesta el presentante, que en la causa caratulada
"Kravetz, Diego s/ coacción" (expediente 50.569/04) habría
existido "prejuzgamiento, violación del derecho de defensa en
juicio (...) apartamiento del principio de igualdad ante la ley
y de inocencia" (fs. 1).
II.
Refiere
que
lo
expuesto
resulta
de
los
antecedentes de la causa citada, incoada en orden a los delitos
de usurpación y coacción. En virtud del pedido del fiscal,
quien entendió que el hecho se trataría de un delito de
usurpación, solicitó y obtuvo la declaración de incompetencia,
por corresponder al fuero correccional. A su vez, el Juzgado
Nacional
en
lo
Criminal
y
Correccional
Nº
7
rechazó
la
competencia, mientras que el doctor Botto admitió la suya y
dispuso diligencias.
III.
Sostiene
que
no
medió
un
concreto
acto
de
requerimiento fiscal en los términos de los artículos 180 y 188
del Código Procesal Penal de la Nación, con lo que a su juicio
la aceptación de la competencia sería nula. Se pregunta qué es
lo que se investiga en la causa, pues el juez correccional
habría descartado la figura de la usurpación, que se estaría
frente a un proceso penal que carece de objeto y que habría
dado fundamento para obtener una medida precautoria. Que el
doctor
Botto
dispuso
diligencias
instructorias
sin
mediar
requerimiento fiscal; y que en un primer momento denegó una
cautelar, que concede cuatro días más tarde.
IV. Relata que se trata de un inmueble donde desde
hace cuarenta años funciona la farmacia "Franco Inglesa",
perteneciente a la razón social "Kriscaldis S.C.S.", la que se
encuentra en concurso preventivo dado que adeudaría diferencias
salariales
y
que
los
trabajadores
habrían
formado
una
cooperativa de trabajo. Dice que los trabajadores habrían
concurrido a tomar servicio el día 30 de agosto del año 2004,
sin
saber
que
en
la
misma
fecha
se
les
habría
remitido
telegramas de despido, con lo que decidieron permanecer en las
calles
Florida
y
Sarmiento
en
defensa
de
sus
lugares
de
trabajo, ocupación que habría permitido la conservación de
bienes de la empresa y que habrían hecho una oferta al dueño
del local por el alquiler del mismo. Es en ese contexto que el
magistrado ordenó el reintegro del inmueble, lo que habría
sumido a los trabajadores en una gran consternación.
V. Sostiene el denunciante que, en su calidad de
Diputado Nacional "y con la obligación de representar a los
trabajadores" se interesó por la situación y concurrió al lugar
"para interceder ante quien correspondiera para evitar se den
episodios de violencia" y que pese a la decisión de retirarse
pacíficamente "se reprimió brutalmente" a quienes permanecían
allí (fs. 3).
VI. El señor Gutiérrez concreta la imputación en que
el magistrado violó la garantía del juez natural, en este
sentido, afirma que el propio juez sostuvo que no era admisible
la intervención de dos jueces respecto del mismo hecho, desde
que el juez comercial estaba entendiendo en el reclamo de la
firma por recuperar el inmueble, y que, cuatro días después,
modificó el criterio sustentado, al sostener ahora que el juez
penal debe hacer cesar los efectos del delito, obligación que
no tiene el juez comercial. A criterio del denunciante no debió
entregar el inmueble a quien no detentaba la efectiva posesión
o tenencia del mismo. Manifiesta que no requirió caución alguna
para la entrega anticipada del inmueble, sin indagar sobre el
Consejo de la Magistratura
estado de los bienes existentes en el interior, de todo lo cual
habría
conocido
ya
el
juez
comercial.
Le
imputa,
además,
desconocimiento del derecho.
VII. Sostiene, también, que habría violentado la
garantía del debido proceso, desde que consideró que no había
motivos para indagar a nadie y, no obstante, adoptó medidas de
instrucción. Considera que el juez entendía que debía hacer
cesar los efectos del delito aún cuando hubiera tomado ya
intervención el juez comercial. Expresa además que, el señor
juez habría incurrido en prejuzgamiento al haber tenido por
cometido un ilícito y, por tanto, decidir hacerlo cesar, sin
que se hubieran articulado medios defensivos, con lo que habría
omitido varios pasos procesales, entre los que menciona la
indagatoria, un auto de procesamiento fundado, un requerimiento
fiscal de instrucción o de elevación a juicio y una condena.
Agrega al tiempo que fue modificado el criterio del juez acerca
de
conferir
luego
procedencia
a
la
medida
precautoria
solicitada por la querella, no se había producido prueba que
descartara que quienes ocupaban el inmueble eran los propios
trabajadores de la firma quienes, a juicio del denunciante,
estaban asistidos del derecho de trabajar o de prestar el
servicio, lo que excusa la comisión de un delito. Termina por
postular el derecho de los trabajadores a "hacer valer sus
derechos básicos" vulnerados por el magistrado "cuyo accionar
se encuentra como mínimo divorciado de todo interés nacional y
popular" (fs. 5).
VIII.
Agrega
que
el
señor
juez
ha
violado
el
principio "nula poena sine crimine", al dictar una sentencia
autosatisfactiva a favor de la querella, y que a su juicio,
esta conducta supone un mal desempeño de la función.
CONSIDERANDO:
1º) Que el denunciante habría pretendido mediar en el
conflicto suscitado por los empleados de la farmacia "Franco
Inglesa" en su condición de Diputado Nacional, con el propósito
de interceder ante las autoridades a fin de evitar situaciones
de violencia.
Tal
perjuicio
de
conducta
que
los
no
puede
actos
de
juzgarse
disvaliosa
representación
política
sin
se
ejercen en el parlamento y dentro de las instituciones que se
juzgan propias de ese estamento legislativo. La participación
de legisladores en situaciones de pugna de intereses privados,
en orden a su legitimación procesal, no ha merecido de la
jurisprudencia nacional feliz andamiento, conforme fallos de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación a partir del caso
"Polino" (Fallos 317:335), en el que es sostenida la ausencia
de lo que se denomina "standing to sue" o legitimación para
actuar en representación de un interés propio en "causa",
"caso"
o
"controversia',
que
supone
la
contradicción
por
personas interesadas de derechos que le asisten.
2º) Que la ausencia de legitimación procesal no
empece, por cierto, a la facultad de denunciar ante este
Cuerpo, situaciones que puedan juzgarse contrarias a la ley o
al
reglamento
y
que
pueden
dar
lugar
a
sanciones
disciplinarias.
3º)
Que
sin
embargo,
de
la
relación
de
hechos
efectuada por el denunciante, con transcripción de partes de
providencias presuntamente dictadas por el doctor Botto, no se
sigue que quepa llevar adelante una investigación a fin de
dirimir si lo así actuado puede constituir falta disciplinaria
en los términos del artículo 14 de la ley 24.937 (t.o. por
decreto 816/1999).
4º) Que de la relación efectuada, valorada con toda
prudencia
y
serenidad,
no
es
posible
discernir
faltas
disciplinarias de aquellas que implican violentar o inaplicar
normas procesales, cuestión que hace a la competencia funcional
de
los
magistrados,
sobre
lo
que
tienen
plena
y
libre
dirección.
Respecto de cada una de las violaciones apuntadas,
cabía a la parte interesada arbitrar ante la Alzada respectiva
los recursos procesales del caso, para lograr la satisfacción
de su pretensión en justicia lo que no se habría hecho. Aunque
en la violación de normas jurídicas, en especial aquellas que
comportan principios sustanciales de jerarquía constitucional,
el
consentimiento
pertinente
queja
del
y
afectado
revisión
del
resulta
acto
inerme
desde
para
la
la
óptica
disciplinaria; va de suyo que cuando no reviste el carácter
Consejo de la Magistratura
torpe y ostensible que se sugiere no cabe llevar adelante una
investigación mayor que la desapasionada apreciación de las
circunstancias en que tales actos se desenvolvieron.
5º) Que, a mayor abundamiento y sin que implique un
nuevo examen de la cuestión decidida por el magistrado, cabe
considerar que
no es posible alentar la defensa de los
derechos, ni aún de aquellos sensibles e imprescindibles para
la vida como lo son los laborales, con la toma de la ley en
manos de los agraviados pues la lucha social y la defensa del
bien y de la justicia ha de canalizarse por las vías legales.
La
toma
de
fábricas
y
de
establecimientos
comerciales
o
industriales no se muestra como método aconsejable en cualquier
Estado de Derecho en donde se precie de tal y con valor
trascendente la actuación de un Poder Judicial; es más, no
habría habido en el caso débito de actuación sino, más bien,
exceso si es que a un tiempo actuaban dos magistrados de
distintos fueros, aunque uno habría de atender a las cuestiones
patrimoniales
derivadas
de
la
situación
concursal
de
la
querellante y, el otro, de las vías de hecho que no son, sin
más,
medio
aceptable
jurisdicciones.
Con
de
defensa
prescindencia
de
en
ninguna
que
se
de
hubiere
las
o
no
cometido delito, cuestión que la ausencia del "animo rem sibi
habendi" descalifica como supuesta usurpación del inmueble, o
cualquier otro que se considerare propio de la figura típica,
no implica que el juez requerido haya de desproteger el derecho
de propiedad, en el sentido amplio con que lo ampara la
Constitución Nacional según la interpretación de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación a los artículos 14 y 17 de la
Constitución Nacional; la concesión de una medida cautelar,
revocable por naturaleza, sólo pone orden en el desorden sin
producir una modificación definitiva en el derecho que se
pretende
tutelar.
Las
cuestiones
patrimoniales
de
los
trabajadores en el concurso o quiebra, habrían de ser atendidas
por el juez concursal y con arreglo a las reglas propias de ese
derecho y de las reglas específicas de su sistema normativo,
entre ellas, la de la "par conditio creditorum". De otro lado,
el desapoderamiento atenuado que produce como efecto respecto
de los bienes la sentencia de apertura del proceso concursal,
no
priva
al
afectado
del
ejercicio
de
las
acciones
e
interdictos nacidos del dominio, con lo que la negativa de un
magistrado a proveer pronta tutela de ese derecho, traería
aparejada,
presuntamente,
la
violación
de
sus
deberes
funcionales, sin que sea descabellado admitir que puedan actuar
respecto a los bienes dos magistrados con competencias y fines
diversos.
6º) Que, además, la represión llevada a cabo y las
lesiones que pudieren resultar o haber resultado a quienes
ocupaban, aún pacíficamente, un espacio que no les correspondía
sin poner en crisis el derecho del titular del inmueble, es
cuestión que no debe pesar en el ánimo del magistrado penal,
debidamente requerido por su titular para ello. El hecho de
encontrarse en el lugar el denunciante no parece justificado en
un derecho propio al acceso al lugar de trabajo, como el de
prestar los servicios propios de la relación de empleo, sino en
otras consideraciones que por obvias razones no son del caso
puntualizar.
7º) Que por lo expuesto y las particularidades de los
hechos relacionados, corresponde -con acuerdo a lo propuesto
por la Comisión de Disciplina (dictamen 92/05)- desestimar la
denuncia.
Por ello,
SE RESUELVE:
1º) Desestimar la presente denuncia por resultar
manifiestamente improcedente (artículo 5 del Reglamento de
Informaciones
Sumarias
y
Sumarios
Administrativos
para
el
Juzgamiento de las Faltas Disciplinarias de los Magistrados del
Poder Judicial de la Nación).
2º)
Notificar
al
denunciante
y
al
magistrado
denunciado, y archivar las actuaciones.
Regístrese y notifíquese.
Firmado por ante mí, que doy fe.
Fdo.: María Lelia Chaya - Joaquín P. da Rocha - Juan C.
Gemignani - Claudio M. Kiper - Juan Jesús Minguez (por los
fundamentos del Dr. Prades) - Eduardo D. E. Orio - Lino E.
Palacio - Luis E. Pereira Duarte (por fundamentos Dr. Prades)
Consejo de la Magistratura
- Victoria P. Pérez Tognola - Humberto Quiroga Lavié - Marcela
V.
Rodríguez
Szmukler
(por
(por
los
sus
(Secretario General).
fundamentos
fundamentos)
según
-
Pablo
acta)
G.
-
Beinusz
Hirschmann
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