Bibliografía_Las Comunidades Autónomas y la inmigración

Anuncio
AJA, E., MONTILLA, J.A. y ROIG, E. (Coords.); Las Comunidades Autónomas y la
inmigración. Tirant Lo Blanch-Institut de Dret Públic, Barcelona, 2006, pp. 575.
I.
Sin duda dos de los temas de mayor actualidad política (y mediática) de los
últimos años en nuestro país son la evolución y desarrollo del Estado autonómico y la integración social de la inmigración. En este contexto, comentamos
aquí una oportuna y reciente publicación, que sitúa su objeto en la intersección de ambos procesos y que dota al debate de un instrumento elaborado con
notable rigor científico, tan necesario como ausente en ocasiones.
“Las Comunidades Autónomas y la inmigración” -coordinado por Eliseo
Aja, José Antonio Montilla y Eduard Roig- surge, pues, fruto de la colaboración
de un conjunto de profesores universitarios vinculados al Institut de Dret
Públic, centro de investigación en el ámbito del Derecho Público, adscrito a la
Universidad de Barcelona. Este estudio colectivo pretende ofrecer una visión
global y actualizada acerca del impacto que tiene la inmigración en el desarrollo del Estado autonómico y, en concreto, acerca del papel desempañado por
las Comunidades Autónomas (CCAA) en la gestión de dicho fenómeno. Para
llevar a cabo este objetivo, el libro se divide en tres partes claramente diferenciadas: una primera, relativa al contexto general en el que se enmarcan las políticas autonómicas en materia de inmigración; una segunda, que aborda el
tratamiento específico del fenómeno migratorio por once CCAA; y una tercera
parte, dedicada al análisis de tres sectores específicos (sanidad, participación y
menores no acompañados).
II.
La primera parte de la obra comprende tres capítulos a través de los cuales
los coordinadores describen “el marco general” en el que las CCAA desarrollan
su política de inmigración. La definición de este contexto pasa por la delimitación de las competencias autonómicas en inmigración, así como por el examen
del sistema de relaciones interadministrativas y del papel de la política adoptada
por el Estado como condicionante de la actividad autonómica en la materia.
En el capítulo inicial, el profesor José Antonio Montilla expone ya algunos
de los fundamentos sobre los que se sustenta la obra. En primer lugar, la consideración de la inmigración como un fenómeno transversal en el que confluyen múltiples títulos competenciales implica que el artículo 149.1.2 de la
Constitución Española haya dejado de ser concebido como un título horizon-
262
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
tal en el que fundamentar una inexistente competencia exclusiva del Estado.
En consecuencia, se constata que, ante la imprevisión constitucional y estatutaria y como consecuencia de la evolución del Estado autonómico y del propio
fenómeno migratorio, la intervención autonómica se ha abierto paso por
medio de títulos competenciales sectoriales que inciden en la integración
social de los inmigrantes.
No obstante, para Montilla, la articulación del actual reparto contiene disfunciones evidentes en la práctica, que requieren de una mejor delimitación
teórica. Así, por ejemplo, la prestación de servicios a los inmigrantes por parte
de las CCAA está supeditada en muchos casos a la situación jurídico-administrativa determinada por el Estado, y por otra parte, la elaboración del contingente de puestos de trabajo se realiza sin la efectiva participación de las CCAA
que son las competentes para ejecutar la legislación laboral. Ante estas disfunciones, el autor propone la reconfiguración del reparto competencial en la
materia, con dos claros objetivos: definir cuáles son las facultades autonómicas que se incluyen en la “integración social de los inmigrantes” y reconocer
cauces participativos de las CCAA en la determinación del régimen jurídicoadministrativo de los inmigrantes.
En el campo de la integración social, la delimitación de las competencias
autonómicas pasa por atender a la distribución competencial en los diferentes
sectores materiales vinculados (sanidad, servicios sociales, educación,
vivienda, empleo, etc.). Por tanto, en ocasiones, la competencia corresponderá
en exclusiva a la Comunidad Autónoma y, en otros casos, el Estado podrá incidir a través de las bases. A este respecto, es interesante señalar que el profesor
Montilla defiende que las CCAA pueden extender el alcance de los derechos
sociales que la legislación básica reconoce a los inmigrantes; opinión contraria
a la del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en su reciente sentencia recaída sobre el Decreto 188/2001, de derechos educativos de los inmigrantes,
supuesto que M. Jesús Larios analiza con cierto detalle en el capítulo dedicado
a Cataluña. Más allá de este caso concreto, el profesor Montilla expone que el
reparto competencial en relación a la integración social exige la colaboración
del Estado con las CCAA, principio que, en este concreto ámbito material,
deviene un auténtico deber, ya que la Administración estatal no puede permanecer impasible ante el coste financiero sobrevenido que la inmigración
implica para las CCAA. Al respecto, se propone que este deber sea cumplido a
través de la aprobación de planes multilaterales, en los que se diseñen las líneas
fundamentales de actuación, y que, posteriormente, acaben concretándose en
convenios bilaterales entre cada Comunidad Autónoma y el Estado, superando
así el “autismo” actual, según el cual cada Comunidad Autónoma aprueba su
propio plan sin colaboración alguna.
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
263
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
Por otra parte, el estatuto jurídico del inmigrante (lo que tradicionalmente se
ha identificado con el Derecho de Extranjería) es, de entrada, competencia
exclusiva del Estado. No obstante, el profesor Montilla señala la posibilidad de
que se produzca la intervención autonómica en este ámbito a partir de dos vías
fundamentales: primera, la participación de las CCAA cuando el Estado afecte
al ejercicio de sus competencias en integración social y, segunda, la competencia autonómica en ejecución de la legislación laboral del Estado, que permite
atribuir a las CCAA una participación efectiva en la elaboración del contingente.
En términos generales, el autor reclama un mayor peso autonómico en este
ámbito, sacando a relucir las deficiencias que en la práctica plantean los vigentes mecanismos de participación autonómica en la política estatal.
El panorama descrito conlleva la necesidad de apostar por la promoción y
mejora de la “cultura de colaboración” entre todos los poderes públicos implicados en la gestión de la inmigración, atendiendo a que éste es un fenómeno
transversal y que requiere una política global y no una separación estricta de
la actividad de las diversas administraciones.
Precisamente las conclusiones a las que llega el profesor Montilla son el punto
de partida del estudio de Eduard Roig, quien, en el segundo capítulo de la obra,
analiza el sistema de relaciones interadministrativas existente en materia de inmigración. Así, partiendo de la ruptura de la exclusividad estatal y de la necesidad de
desarrollar la colaboración entre el Estado y las CCAA, el profesor Roig expone
cómo se concretan en el ámbito de la inmigración las técnicas generales de relación interadministrativa y cuál ha sido su práctica en los últimos años.
Dejando para una lectura sosegada el examen de los detalles, podemos
decir que el autor realiza una valoración globalmente insatisfactoria sobre el
sistema de relaciones intergubernamentales en materia de inmigración. Así, a
pesar de que la legislación aplicable promueve la colaboración interadministrativa con mayor énfasis que en otros sectores, la práctica no responde, según
Roig, a esta voluntad del legislador, y se ve arrastrada por la tendencia general
del sistema español, en el que las relaciones entre el Estado y las CCAA son
esporádicas y poco formalizadas. En términos generales, se describe un panorama muy insuficiente en cuanto a los mecanismos de participación en sentido estricto (foros); algo mejor, pero con importantes limitaciones, en cuanto
a la colaboración strictu sensu; valorándose solo de manera positiva la participación financiera estatal, gracias a la creación del “Fondo de Apoyo a la Acogida e Integración de Inmigrantes” a partir de 2005.
En cuanto a la participación, se analiza específicamente el papel del Consejo Superior de Política de Inmigración, así como el de las Subcomisiones de
cooperación. Respecto al primero, se pone de relieve que, a pesar de la base
legal expresa de este órgano y de la relevancia del interés autonómico en la
264
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
materia, el Consejo se ha configurado como un órgano de información y coordinación de las políticas autonómicas, carente de funciones concretas en el
ámbito de la participación. Por otra parte, las Subcomisiones de cooperación,
creadas a partir de la LO 4/2000, no han respondido tampoco a una práctica
estable de negociación multilateral, limitándose a ser espacios informales de
discusión bilateral Estado-Comunidad Autónoma respecto al contingente y
algunos aspectos específicos. No obstante, destaca, por encima de la marginalidad del conjunto, el éxito de la subcomisión Estado-Canarias, que ha dado
lugar a un ambicioso plan conjunto. Adicionalmente, se trata la participación
autonómica en el contingente de entrada y en la fijación del catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, prevista también por la normativa de extranjería.
La conclusión en este punto confirma lo expuesto a nivel general: la escasa incidencia de la intervención autonómica en la política estatal, al ser meramente
consultiva la propuesta autonómica sobre el contingente que elabora el ejecutivo estatal, e inexistentes las facultades autonómicas en la gestión del mismo.
En el ámbito de la colaboración, Roig destaca como la firma de convenios
bilaterales, principal mecanismo de colaboración desde 1998, aunque más bien
limitado a la mera aportación financiera del Estado, parece haber dado paso a
una nueva dinámica con la creación del Fondo de Apoyo a la Acogida e Integración de Inmigrantes. El Fondo parece haber conseguido una cierta estructuración de las aportaciones estatales en materia de inmigración y ha
fomentado el papel del Consejo Superior de Política de Inmigración, sede en
la que discuten los criterios de asignación económica. Como contrapunto, el
Fondo ha incrementado el grado de condicionamiento de la política autonómica y local en materia de inmigración.
Por otra parte, uno de los instrumentos de mayor implantación en el
ámbito de la extranjería son los planes. A pesar de que son concebidos teóricamente como una buena oportunidad para ejercer la coordinación interautonómica y para ordenar la colaboración financiera Estado-Comunidades
Autónomas, la práctica demuestra que su concreción hasta ahora se ha llevado
a cabo de forma descoordinada. Como ejemplo de ello se cita el Plan GRECO
aprobado por el Estado como instrumento de su política de integración, sin la
participación de las Comunidades Autónomas, a pesar de que, como hemos
visto, es éste un ámbito de competencia fundamentalmente autonómica. En
este punto son también interesantes las reflexiones que hace el profesor Montilla en el primer capítulo, donde analiza extensamente las características de
los planes autonómicos, reclama la necesidad de una mayor coordinación
entre ellos y propone que sean aprobados por ley y no por meras normas reglamentarias.
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
265
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
El reparto competencial propuesto y la constatación de la escasa implantación de las relaciones interadministrativas en materia de inmigración conducen a ambos autores a examinar la posibilidad de que las CCAA ejerzan
nuevas facultades en relación con su gestión ordinaria, ya sea mediante la atribución extraestatutaria de la competencia (150.2 CE) o bien mediante la mera
encomienda de gestión. Así, por ejemplo, se habla de la ejecución de los procedimientos en materia de residencia y trabajo o la gestión de las oficinas de
extranjeros.
Conocidos la distribución competencial y el alcance del sistema de relaciones interadministrativas en materia de inmigración, el último aspecto analizado con carácter general es la política estatal. Partiendo de que ésta es un
importante condicionante de la actividad autonómica, el profesor Eliseo Aja
repasa el tratamiento estatal de la inmigración de los últimos veinte años. En
este período, distingue dos fases: una primera, que coincide con la vigencia de
la Ley Orgánica 7/1985, de 1 de julio, sobre derechos y libertades de los extranjeros y, en segundo término, la que incluye la aprobación, reforma y desarrollo de la Ley Orgánica 4/2000, sobre derechos y libertades de los extranjeros y su
integración social. El autor analiza cómo el legislador estatal ha pasado de lo
que podemos llamar una política “de extranjería”, preocupada exclusivamente
por el control de fronteras al reconocimiento, a una política “de inmigración”,
que la concibe como un fenómeno estable y garantiza derechos a los inmigrantes. No obstante, y a pesar del cambio atisbado tras las primeras medidas
del actual gobierno, el Estado carece todavía de una política estratégica para la
inmigración. Así lo demuestran la excesiva producción normativa de los últimos años, las consiguientes modificaciones operadas tras cada cambio de
gobierno, la incapacidad legislativa para crear una vía legal de entrada y la marginación de las CCAA y los municipios en una materia en la que tienen tanto
que decir.
Tras este diagnóstico, el autor cierra su análisis con unas reflexiones de
carácter propositivo, señalando los criterios que deben orientar una política
estatal que pretenda promover y facilitar la actividad autonómica en materia
de inmigración. En primer lugar, cualquier propuesta de futuro debe partir de
que inmigrante y extranjero son condiciones distintas y por tanto, deben gozar
de estatutos jurídicos también distintos. Dicho esto, el Estado debe adoptar
decisiones generales sobre la inmigración y aplicarlas coherentemente,
teniendo en cuenta que los aspectos básicos deberán contar con la participación de las CCAA, que las grandes líneas político-normativas deberán ser consensuadas entre los principales partidos políticos y que todo ello debe hacerse
con el absoluto respeto a los principios constitucionales.
266
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
III.
En la segunda parte del libro (“Las Comunidades Autónomas”), con diferencia la más extensa de las tres en que se divide la obra, se exponen las políticas de inmigración desarrolladas por once CCAA, representativas del conjunto.
En concreto, se estudian los casos de Andalucía, a cargo de Nicolás Pérez Solá;
Canarias, a cargo de M. Asunción Asín Cabrera; Cantabria, a cargo de Nayra
Espinosa; Castilla y León, a cargo de Ana Ruiz Legazpi; Cataluña, a cargo de M.
Jesús Larios; Comunidad Valencia, a cargo de Ángeles Solanes; Extremadura,
a cargo de F. Javier Donaire; Galicia, a cargo de Sonia García; Madrid, a cargo
de Itziar Gómez; Navarra, a cargo de Camino Vidal y, finalmente, el País Vasco,
a cargo de Jimena Larroque.
Para cada una de las CCAA señaladas, se analizan, con mayor o menor
exhaustividad y a partir de una breve descripción de las tendencias migratorias, los siguientes elementos: el marco jurídico, las principales actuaciones
políticas (planes) y la organización administrativa e institucional en materia de
inmigración.
En términos generales, las cifras de recién llegados han aumentado intensivamente en los últimos años en todas las CCAA, sin embargo, sólo en algunas de ellas la inmigración posee ya niveles similares a la media europea y, en
consecuencia, son muy pocas las CCAA que gozan de una verdadera política
estratégica en la materia. El principal instrumento utilizado es la planificación.
A través de los planes, los poderes autonómicos diagnostican los problemas y
diseñan las líneas fundamentales de su política de inmigración.
A pesar de que la obra las presenta por un estricto orden alfabético, podemos distinguir dos grupos de entre las CCAA objeto de estudio, en función de
la mayor o menor presencia de población inmigrante, distinción que utilizamos aquí para exponer brevemente algunas tendencias en cuanto a las políticas autonómicas de inmigración.
Entre las CCAA con mayor número de inmigrantes, todas (Madrid, Cataluña, Canarias y Andalucía) han aprobado ya al menos dos planes de inmigración, a excepción de la Comunidad Valenciana, que no aprobó su primer plan
hasta el 2005. Con carácter general, a pesar de que estos instrumentos pretenden dar a la inmigración un tratamiento integral, la mayoría de autores coinciden en señalar que en la práctica los planes responden a una recopilación de
acciones de cada Consejería, que carecen de una estrategia global. No obstante,
este tratamiento transversal supone que la inmigración está presente en la
intervención autonómica en gran número de sectores. Desde el punto de vista
material, las principales acciones se realizan en el ámbito de la educación, la
sanidad, los servicios sociales, la inserción laboral, siendo todavía accesorias
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
267
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
las acciones en materia de vivienda. En términos generales, se observa una tendencia a la normalización de la situación jurídica de los inmigrantes en su relación con los servicios públicos, aunque también se prevén actuaciones
específicas en determinados campos (aulas de acogida en las escuelas, programas específicos de formación de adultos, servicios de mediación cultural, servicios sanitarios específicos, servicios de acogida a menores sin familia, etc.).
Por otra parte, las CCAA con menor número de inmigrantes (Cantabria,
Castilla y León, Extremadura, Galicia, Navarra, País Vasco) se caracterizan por
una política migratoria todavía incipiente. En este sentido, los planes aprobados recientemente reflejan un tratamiento no especializado de la inmigración,
sino que derivan a los inmigrantes a los recursos generales del sistema y empiezan a incidir en temas de sensibilización y convivencia intercultural. Asimismo,
en estas CCAA es todavía más visible la ya de por sí habitual dejadez de los
poderes públicos en manos del tercer sector, especializado o no en inmigración.
Para cerrar el marco político-normativo, destacar que la obra también
recoge cómo el proceso de reforma estatutaria se está haciendo eco de la intervención autonómica en materia de inmigración y expone cómo los nuevos estatutos de autonomía, a diferencia de los aprobados en los ochenta, se refieren a
las facultades autonómicas en materia de inmigración, a través de títulos específicos (por ejemplo, el art. 138 del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña).
Por último, en cuanto a la organización político-administrativa, el análisis
del total de CCAA refleja que existen dos tendencias muy marcadas en la política autonómica de inmigración. En primer lugar, esta materia suele ser asumida por las consejerías de asuntos sociales o similares, aunque se incide en
la necesidad de ofrecer una aproximación de carácter transversal. Por otra
parte, es también frecuente la creación por parte de las CCAA de órganos auxiliares, con funciones de asesoramiento e información a los inmigrantes o como
mecanismos de participación institucional.
IV.
La última parte de la obra se dedica al análisis sectorial. En ella, tres expertas investigadoras abordan otros tantos ámbitos específicos de notable actualidad en el campo de la inmigración: los derechos sanitarios de los inmigrantes,
el asociacionismo y la participación y la situación de los menores sin familia.
En primer lugar, Mónica Arbeláez Rudas se adentra en el análisis de los derechos sanitarios de los inmigrantes. A partir del examen de la Constitución y la
normativa estatal en materia sanitaria, la autora concluye que, a pesar de que
nuestro ordenamiento proclama la igualdad de derechos sanitarios entre los
inmigrantes regulares empadronados y los nacionales, la práctica demuestra
268
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
que ciertas barreras administrativas, sociales y culturales dificultan el acceso de
los inmigrantes al sistema sanitario y, en definitiva, el disfrute efectivo de sus
derechos en condiciones de igualdad real. Asimismo, un exhaustivo examen de
los instrumentos legislativos y de planificación propios de cada Comunidad
Autónoma pone de relieve la disimilitud de actuaciones entre las diversas CCAA
y la insuficiencia de las medidas en la mayoría de casos. Por último, destacan,
por su carácter interdisciplinar, las reflexiones apuntadas al final del capítulo
acerca de los elementos diferenciales que condicionan la relación del inmigrante con el sistema sanitario. Así, la autora, pese a reconocer la existencia de
enfermedades propias del hecho migratorio, concluye que estas patologías responden más a la situación de exclusión social en que se encuentra habitualmente este colectivo que a la propia condición de inmigrante. Paralelamente,
critica la escasa adaptación del sistema sanitario español a las particularidades
(culturales, lingüísticas, etc.) de la población inmigrada y reclama la mejora de
las relaciones médico/paciente inmigrante, sin olvidar la incidencia de la inmigración en la “sobrecarga y sobrecosto” del sistema sanitario.
El segundo de los análisis sectoriales está dedicado al derecho de participación de los inmigrantes y corre a cargo de la profesora Elia Marzal. Al margen de la estricta participación política a través del sufragio (que, como es
sabido, se limita a los supuestos de reciprocidad que tengan cabida en el artículo 13.2 CE), el capítulo se centra en los instrumentos de asociacionismo y
participación institucional de los inmigrantes, con el objetivo de analizar si la
dinámica actual de nuestro ordenamiento permite una participación efectiva
de los inmigrantes en los asuntos públicos. Para ello, la autora estudia, en primer lugar, la actividad de fomento realizada desde la administración estatal y
sobre todo autonómica. Y concluye que el sistema asociativo se viene definiendo en función de las ayudas públicas que las diversas asociaciones de
inmigrantes van recibiendo, con el consiguiente límite que ello supone para la
independencia de estas entidades. Paralelamente, la profesora Marzal estudia
los mecanismos que el ordenamiento prevé para que los inmigrantes se integren en lo que denomina “estructuras institucionales de participación” (ámbitos públicos de decisión). A este respecto, son importantes las previsiones en
el ámbito local, donde el principio de proximidad debe jugar a favor de una
mayor participación ciudadana, contrariamente a las genéricas y poco efectivas
disposiciones autonómicas. La creación del Foro de Integración Social de los
Inmigrantes ejemplifica las dificultades existentes para obtener una verdadera
participación pública de los inmigrantes: la falta de representatividad de las
asociaciones y el escaso poder de decisión de los órganos en que se da entrada
a la participación de los inmigrantes. Para la profesora Marzal, a pesar de los
avances que parecen alcanzarse en la letra de la ley, la práctica político-admiRevista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
269
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
nistrativa demuestra su escasa eficacia y que las posibilidades de otorgar al
inmigrante una capacidad activa en la sociedad de acogida pasan inexcusablemente por revisar la construcción tradicional de ciudadanía y su exclusiva
vinculación a la nacionalidad.
Finalmente, la profesora Ángeles de Palma, reconocida investigadora en
temas de infancia, se encarga de analizar el marco legal de los menores inmigrantes no acompañados, materia en la que se da una interesante imbricación
de aspectos administrativos, civiles e incluso penales. El punto de partida es la
complejidad existente en estos casos para determinar la condición de menor,
debido a la necesidad de atender a la legislación de los países de origen y especialmente a las dificultades para conocer la edad real de los inmigrantes. Más
allá de estos problemas, se estudian las medidas de protección pública que el
ordenamiento jurídico español prevé para garantizar los derechos los menores inmigrantes no acompañados, en su doble condición de menores y extranjeros. En su condición de menores, se les reconoce de entrada la misma
protección que a cualquier nacional. En consecuencia, pueden acceder a centros de acogida y ser tutelados por la Administración Pública, tras ser declarados en desamparo. No obstante, la autora defiende la idoneidad de los centros
específicos para una primera acogida, a la vez que reclama el establecimiento
de mecanismos de reacción ante la frecuente inactividad administrativa en
casos de desamparo. Por otra parte, en su condición de extranjeros, la legislación prevé que estos menores, cuando estén tutelados por la Administración,
puedan regularizar su situación administrativa o bien que sean repatriados, si
así lo decide la Administración estatal, de conformidad con los principios de
reagrupación familiar y del interés superior del menor. En definitiva, se incide
en la necesidad de que estos dos principios presidan toda actuación pública en
esta materia con el objetivo de, recuperando la expresión de la propia profesora De Palma, “hacer realidad los sueños”. Expresión un tanto “romántica”,
pero que, en nuestra opinión, reclama acertadamente la ineludible responsabilidad pública en la garantía de los derechos de los menores recién llegados.
V.
La obra recensionada, que se presenta a sí misma como “el primer libro sistemático publicado en España sobre las Comunidades Autónomas y la inmigración”, cumple con creces sus pretensiones. Como ya hemos dicho al iniciar
este comentario, el libro acierta en la oportunidad de su publicación, pero también en la hipótesis de partida (la transversalidad de la inmigración y la necesaria intervención autonómica en su gestión) así como en las conclusiones (la
270
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
BIBLIOGRAFÍA
Las Comunidades Autónomas y la inmigración
necesidad de fomentar las relaciones interadministrativas y potenciar el papel
autonómico y local).
El libro ofrece al lector -incluso al lego en temas autonómicos o de extranjería- un completo estado de la cuestión respecto al papel que las CCAA juegan y pueden jugar en los próximos años en la gestión pública de un fenómeno,
que, como también se deriva del propio texto, ha dejado ya de ser novedoso
para ser una realidad estable que requiere soluciones coordinadas entre todos
los poderes públicos. En este sentido, estamos ante una obra que puede ser de
interés no sólo para investigadores o profesionales en el ámbito de la inmigración, sino también para quien, teniendo unos conocimientos jurídicos básicos,
pretenda acercarse por primera vez a este campo de estudio.
Ricard Gracia Retortillo
Becario de Investigación FPU
Universidad de Barcelona
Revista Jurídica de Navarra
ISSN: 0213-5795. Enero-Junio 2008, Nº 45. Páginas 262-271
271
Descargar