iíhtgeres cáehves. - Hemeroteca Digital

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celona, Bcrgiies y C.; íí¡¡h:;o,
•Ja'urcgití; lljrgos, Viüati'JüVir,
Cn'dl:'. i Korial y C, íiraiia.
da, Sanz; Mníaga, ¡Msriiiiüz
Aguiiav; Murcia , íieiK'ilicto ;
Oviedo , GaiT.i'a X^ongoria;
Santiago^ Cumpancí •, ScviÜa,
Hidalgo y C. ; VaMaciolid,
Pnstor; Pamjj'otia , TjOiigar;
Yakricia, 0 r S a y C. ; Caria,
gena , Tícr.cdiclo ; y en íodas
las redacciones de los lioleüiies
Oficiales,
Tilis de S i n TLIIPI. el
Rol
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" -\t,nd n lo
nuní n o s Í»UL1ÍOÍ a k xealt
cada unü.
PERIÓDICO
DE MODAS, BELLAS ARTES', AMENA LITERATURA, MÚSICA, TEATROS, &c.
iíhtgeres cáehves.
LAS TROYANAS.
Los pocos Troyatios que pudieron
escapar de la ruina é incendio dé Troya, fueron por largo tiempo el juguete de los inconstantes vientos y de
las aguas. Ademas de ser poco espe'rtos en la navegación, no tenían casi
ningún conocimientode las costas de
Italia ; sin embargo de lo cual, después de haber corrido mil riesgos y
haberse visto en infinitos peligros, llegaron felizmente cei'cá del punto en
que el magestuoso Tibrese pierde en
la inmensidad de los mares. Saltaron
allí los hombres á la playa , y se internaron en distintas direcciones para
reconocer el país. Durante su ausencia, celebraron sus mugares mi cons e j o ^ la primera observación que hicieron fue , que en la Incertidumbre
de la suerte que les cabria, y perdida
ya la esperanza de volver un dia á
la querida ciudad que afligidas abandonaran; les sería mucho mas ventajoso fijarse en la costa á que les había
(a 18)
arrojado la tempestad, que esponerse
á nuevos peligros y fatigas, navegando errantes por mares desconocidos.
Asi que para impedir á sus man Jos
poder continuar sus inciertos viages,
determinaron quemar las naves que
habían de conducirlos.
Una de ellas llamada Roma , dio á
todas el ejemplo : ardía en su mano
la encendida tea, y en breve un humo denso semejante á una tempestuo •
sa nube, se elevó por los aires , míen •
tras se coiifuiniaii las naves incendiadas.
Acorrieron ansiosos y exasperados
los Tróvanos;! apagar el fuego... volaron anhelantes, sus rnugeres á encontrarlos ; y estrechándolos en sus
brazos, les prodigaron las mas tiernas caricias, imprimieron en sus labios el ósculo de amor, y tuvieron la
dicha de aplacarlos: de aquí tuvo erigen la costumbre que después se siguió entre los Romanos, de saludar
las mogeres á sus parientes besándoles
en la boca.
Los Troyanos complacidos por la
buena acogida que les habían hecho
los habitantes del pais, y no encontrándose en estado de seguir su curso;
abrazaron el partido de permanecer
entre los Latinos, y de establecerse
en el mismo sitie á que habián abordado : de este modo terminaron sus
trabajos y cesaron sus peligros, por
lít atrevida resolución de sus mugeres.
iílucxU JJ los
El déspota mas poderoso de la
tierra . no el emperador del Indostaa ni el de Constantinopla, sino la
Muerte^ reunió un dia las dos cámaras de sa negro parlamento, y des-
pués de saludarlas, dijo: falta actualmente en nuestros estados un Visir, y este empleo, quiero que sea
para quien mas aumenta nuestro rein o : entren pues la Guerra y ¡os demas candidatos cualesquiera que sean:
y calló. La fiebre y el hambre disputándose la entrada con el noble
orgullo que inspira el conocimiento
del propio mérito, se . presentaron
ante su trono de ébano y... Yo soy,
esclamaron á su vez, el mas fiel
entre fodos ¡os vasallos de tu corona:
el globo terráqueo y el pais de las
sombras lo atestiguan. —La Sultana
miró á ambos benignamente, y ¡a
asamblea queda suspensa por hallar
difícil la elección. Después de ellos
se presenta la pálida Peste, y esefa'»
mó con amarga energía. No quiero
joh Reina! elogiarme á mi misma:
mis servicios son notorios. La Reina llena de complacencia , iba á conceder á esta última el honorífico empleo, cuando se presentó un pretendiente extrangei'o, un doctor en medicina. Reina, dijo, debe serte ya
muy conocido mi mérito: los cementerios y tu estado contienen algunos
centenares de monumentos de mi feliz ingenio. _M¡entras la princesa
consultaba cuerdamente con el sena'
do sobre los méritos alegados, entró
un nuevo candidato que puso fin á
¡a contienda. Hasta entonces había
permanecido junto á la puerta , mirando , oyendo y riéndose de tan estrafias solicitudes de preferencia; mas
adelantándose, dijo: —Si eres justa
¡oh Reina! me conferirás sin duda el.
(219)
mas alto cargo de tus dominios, por- gio de que hemos hablado, y del cual
que todos estos jactanciosos preten- las mugeres hacen un uso muy fredientes, no hacen mas que egercer cuente por un efecto natural de la
mezquinamente sus profesiones: con- dulzura característica del sexo. He
tinuamente estoy yo sacrificando víc- áqui, pues, todo nuestro asunto.
El contento escita la risa , y esta
timas en tus altares, y cada año se
tiene
mil graduaciones que determiabren por mí muchas nobles tumbas.
nan
la
naturaleza y la intensidad del
—Ditne extrangero, esolamó la Reiplacer
que
se esperimenta. La conn a , dime ¿quién eres?—Señora
tracción
pronunciada
de los múscuun Cocinero.
los indica casi siempre placeres groÍWV W \ W X W \ WVXW V
WV W WXMV*.
seros, ó por lo menos momentáneos,
y los leves hoyuelos que se dibujan
casi imperceptiblemente en el rostro,
los goces celestiales dei corazón, de
DE LA RISA Y DE LA SONRISA.
esta entraña noble y desinteresada,
cuya importancia aun no se ha estudiado lo bastante.
El hombre es el animal que rie,
ha dicho un filósofo de la antigüedad, y de esta definición, que aunque vaga, es exacta, se deduce la importancia que debemos dará este privilegio concedido por la naturaleza
á solo los seres de la especie humana. Con efecto, la facultad de reir
unida á la de raciocinar constituyen
todo nuestro patrimonio, y tienen
entre si muchos mas puntos de conta¡:io de lo que comunmente se piensa.
No crean vmds., amables lectoras,
que tratamos de entrar en largas investigaciones acerca de un asunto que
á primera vista parece árido y desagradable. Entre los hechizos que mas
cautivan el alma cuando nos hallamos en presencia del objeto amado,
aque! que acaso deja en nosotros impresiones mas profundas y duraderas, es el que se deriva del privile-
A medida que la educación es mas
esmerada la risa se modifica y se manifiesta menos violenta, de donde resulta que las contorsionas de un actor cómico producirán distintos efectos según la respectiva civilización
de los espectadores. La risa de una
aldeana se asemeja al ruido turbulento del aura que agita las plantas
de un cañaveral, y la de una dama
de la corte al suave céfiro que conmueve las matizadas corólas de las
flores sin desojarlas.
La risa supone al ánimo msramente entretenido; la sonrisa mas bien le
supone interesado, y este interés proviene casi siempre de satisfacción
interior. ¡Cuan amable nos parece la
sonrisa de una joven de conducta i r reprensible que recibe arrodillada la
bendición paternal! ¡Cuan noble la
de una hermosa que socorre solicita
(aa6)
á una familia desgraciada, y recuerda después las manifestaciones de
agradecimiento de que ha sido el objeto! [Cuan magnánima y arrebatadora la de una reina, que olvidando
injurias personales, solo escucha los
consejos de su corazón, y perdona
generosa á los que por un efecto de
la bondad de su alma , juzga incapaces de desconocer jamas el beneficio.
brir á las hermosas este nuevo talisman-,-el..coquetisino de alguna'iSe.oonyie.rta en .nuestro daño, La. sonrisa
debe provenir del corazón, y. solo; es
lícita manifestarla-cuando .no, es -estudiada;, la sonrisa maligna no tiene,
según nuestro sentir, su tipo en la
nat:uralez-a:,:?esiso.lo una. consecuencia
de la; q.Qrr.upcioFrt d e j a s costumbres.
Basfa por hoy,,De cuando en cuando aventuraremos algunas ideas sobre asuntos análogos, bajo el epígrafe
de "variedades. De todos modos procuraremos amenizar estos artículos,
destituyéndolos de su aridez natura!.
Si las rosas que nos proponemos ofrecer á nuestras lectoras, pierden su
lozanía en nuestras manos, por lo
menos procuraremos presentárselas
sin espinas.; .
Sin embargo, donde mas se descubre la magia encantadora de la sonrisa , es sin disputa en los asuntos de
amor. Feliz una y mil veces el amante tímido, que inflamado con una
pasión violenta se atreve por fin :í
declararla, y observa entusiasmado
el movimiento lijero que conmueve
las sonrosadas mejillas de su amada.
La sonrisa será para él la aurora de
días serenos.... Felices una y milveces
los tiernos esposos, que convencidos
xnutuamante de lo infundado de sus
celos buscan en una pronta reconciPAIUS 20 DE DICIEMBRE.
liación el bálsamo protector que disipe sus pesares. La sonrisa será para
ellos el iris de paz después de la torLas boas ya no se llevan para teamenta,
tro , ni para soare ; para paseo se vé
La amabilidad y la sonrisa son alguna que otra; pero puede asegurarcompañeras inseparables. Nunca una se que ha' pasado ya enteramente la
joven adusta logrará interesar pro- moda, al paso que la de las paleiínas
fundamente : sus hechizos podrán va en aumento.
Los vestidos mas elegantes sobre
atraerla obsequiantes ; peí» jamas
adoradores: por otra parte sus es- todo para teatro; son de raso espóliquiveces escitarán tal vez el amor nada , ó con flores, de raso de Áfripropio de algunos que Se propondrán ca, y de terciopelo. Se ve;i algu!io3
rendirla. Si vencen, su triunfo es te- altos, y en ellos sueie ponerse en
mible: solo el amor verdadero se su- lugar de guarnición, una tira de punto ó de blonda al rededor del cuello,,
jeta á límites decorosos.
No permita el cielo que al descu- bastante larga para que pueda litarse,
y venir á caer las puntas sobre el pecho : los puños de lo mismo.
Los "sombreros de terciopelo chicos
y redondos con una sola pluma grande y hermosa, compiten con los turbantes pa'ra las grandes toiletes. Le
ha visto un sombrero de una forma
nueva, y muy elegante , que se adop' tara desde luego. Era de terciopelo
verde esmeralda admirablemente matizado. Sil ala muy pequeña y redonda , casi como la de un sombrero de
hombre, quedaba mucho mas estrecha
atrás, y la copa era pequeñísima.
Tenia por único adorno una cinta de
• gasa con oro , bordada de verde, y
•formando una guirnalda de ojas. Esta
chita daba vuelta al sombrero y atada
• atrás, "venían á caer sus dos puntas
sobre l a espalda.
•••-.:
Para baile es la gran moda, ir de
disfraces y sin careta : los disfraces se
' llevan modificados; pero siempre cortos y airosos.
.
El día primero de éste mes observamos bastante lujo en el Campo de
Guardias, pero demasiado ocupados
con las escenas interesantes que presenciábamos, no nos fue posible analizar suficientemente la elegancia de
los trages. Sírvanos pues el motivo de
escusa, y estén seguras nuestras suscritoras que para el número siguiente resarciremos esta falta, siempre y
cuando'de que en los próximos dias
de fiesta, se nos dé pie para ello. Las
noticias de esta especie, las hermosas
nos las han de suministrar, y es lastima que no lo hagan mas; amenu.do.
militar.
Difícil nos parece hacer formar
idea á nuestras lectoras de las provincias del magnífico especiáculo que presentaban las afueras de la puerta'; da
S. Fernando el dia i? del corriente
á la una de la tarde. El aire marcial
de la tropa , la brillantez de sus uniformes, los elegantes trenes de nuestra nobleza, el inmenso gentío qu>§eii
todas direcciones se encontraba, atraído mas bien que por la curiosidad,
por el deseo de saludar á sus Soberanas , las aclamaciones de todas las
clases del estado, y la alegria pintada en los semblantes de los concurrentes, formaban un conjunto tan nuevo
tan sorprendente que la imaginación
mas acalorada escasamente podrá rivalizar en su idealismo con la , magnífica realidad de que el público madrileño ha sido testigo. S. M. la Reina gobernadora, rigiendo diestra un
hermoso caballo blanco , recorrió en
medio del general entusiasmo las filas
de los valientes que han jurado defenderla. Su aspecto noble y risueño,
unido al recuerdo de sus beneficios
avivó el fuego déla lealtad y del patriotismo que ardía en los corazones
de los buenos, y debió destruir en un
todo las esperanzas de los malvados.
Publicada,esta relación en nuestro
(asa)
periódico algunos días después del suceso, inútil nos parece detenernos en
pormenores incompatibles con la brevedad,}' de los cuales, todos los papeles
públicos han hecho mención. Diremos
sin embargo , que el dia estuvo hermosísimo , que S2 repartieron premios y proclamas á la tropa , y que el
lucido uniforme y el buen porte , ó
mas bien cortesanía del nuevo cuerpo
de salvaguardia real destinado á mantener el buen orden entre los concurrentes llamó muy particularmente
la atención de todos. Un gobierno que
cuenta con tal moderación de parte
de todos sus dependientes, no puede
menos de ser muy ilustrado.
,n prueba de que la opera se cantó"
JÍen baste decir que la Sra. Alberazzi estuvo bonita como siempre, que
el Sr. Rossi prodigó gestos y.contoriones y que los Sres. Valencia y Boelli esforzaron su voz saliendo de
¡us casillas. Por otra parte es necesaw
:'io hacerse cargo de que la propiedad
es uno de los dotes principales que
deben-, buscarse en las representaciones dramáticas, y claro está que en
Argel que es donde la acción se pasa
no se debe cantar como en Europa.
n cuanto á la actriz encargada del
papel de Italiana, un periódico dice
que cantó bien, y esto basta y sobra.
Los aficionados á los bailes de máscaras habrán sacado también alguna
utilidad de esta representación. Al recordar la abundancia de disfraces con
que se exornó no podemos menos de
confesar que nunca habíamos visto
Primera representación en esta tem- función mejor disfrazada.
porada de la Italiana en Argel,
Opera de Rosini.
Si solo necesita una opera cantarse con igualdad para decir que la
ejecución ha sido perfecta, pocas se
lian representado en Madrid que puedan reclamar con mas justicia nuestros elogios que la enunciada en el
epígrafe de este artículo. Con efecto,
ningún actor se ha distinguido en ell
desús compañeros; todos presentaror
iguales títulos á la benevolencia del pú
biiuo , y asi es que para ser imparcia
no podia manifestarla á unos sin ofen
dei' á los oíros. He aquí el origen de
silencio que se observó, y que mal
intencionados atribuyeron á disgusto.
£a
LETRILLA.
Á dios , Talisa amada,
A dios , ídolo mió;
Que ya el destino impío
Precísame á partir.
A dios.... ¡ay! ese llanto
Sofoca alia en tu seno:
Harto sin verle peno,
No quieras mi morir.
E s e c a n d o r c o n s e r v a ,•'••••'
Conserva esa fe pura,
Y alguna vez procura
En nuestro amor pensar:
(«3)
v>to de los diferentes estados de Eu~
No temas que yo falte,
Que lo juré en tus brazos,
wopa.it La persona encargada de esY entre tiernos abrazos
te trabajo le presentó de allí á poco
Tórnatelo á jurar.
al emperador, y este, después de ojearle, esclamó lleno de indignación.—
Ni cures de mi suerte....
No cures , no , adorada ,
¿Por qué no habéis hecho lo que os
Se , mi bien , fortunada ,
tenia encargado? ¿Es esto acaso una
Yo también lo seré;
traducción? Coje entonces el orijinal
Que no hay desgracia alguna
y
le enseña un párrafo en que el auNi mal que sentir pueda,
Si se que vives leda
tor hablaba con bastante rigor de los
Y que me adoras sé.
rusos, y que el traductor había omitido, uldos, continua , idos inmediatas
Únanse nuestros labios
límente
y ejecutad las órdenes que os
Solo una vez, y huyo....
¿Huirte?.... no, que es tuyo
«han sido comunicadas. Yo no he queEste aliento vital,
«rido que se traduzca esta obra para
Y se que si partiera
«adularme
á mí y á mis subditos, si»
Muriera en el momento....
«no
para
que
todos nos instruyamos,
Máteme de contento
Tu labio virginal.
«y yo acierte á reformarlos.))
Máteme , que un tu beso
En tal placer querida ,
Me anega que ya vida ,
No puede haber tras él.
Lívare.... mas ¿qué es esto?
¿Oyes rumor cercano?....
Ya me arranca un tirano
De tus brazos.... ¡cruel!
Ya ves como me arrastra....
Ya estoy de tí apartado....
A dios.... solo forzado
Pudiérate dejar.
Si muero de tí lejos,
Entre el último aliento,
Tu nombre daré al viento
A medio pronunciar.
Pedro el Czar mandó traducir en
lengua rusa la obra de Puftendor titulada ^Introducción
al conocimien-
Jtotidas Íri
S,, M. la Reina Gobernadora y los
S. S. Infantes asistieron en la noche
del martes último al Real Con-'
servatorio de música : los alumnos de
declamación representaron la comedia de Don. Pracisco Martínez de la
Rosa titulada los celos infundados y
los de música , ejecutaron varias piezas de los compositores mas acreditardos.
Se ha efectuado el remate de los
bailes de máscara en los teatros» El
empresario deberá dar veinte y cuatro bailes por lo menos, y a'bpnará al
(224)
- •
;
;
V •/.
Exrno,. Ayuntamiento diez mil reales entonces el de abajo le grita: \olay
camaradal ¿dónde está, ese valor?.
por .cada uno.
En los pies, replica el faccioso ,, y
sin volver lá cara desaparece.
•/La Norma opera de Bellini ha obtenido muchos aplausos en el Teatro
de Cádiz.
La moda de Merino no ha pegado en Castilla. Algunos aseguran que;
el que había en la provincia se ha introducido furtivamente en Portugal,
Los bailes de máscara parece que y se cree que tarde ó temprano ven-,
no comienzan hasta el dia nueve del drá á parar, como género de corrí ía».
bando , en poder de los nuevos deprescntei. .
pendientes del resguardo de aquel
reino.
J!i e!) i I e i z 0.
Un faccioso desafiaba desde cierto eminencia á un soldado, y viéndose repentinamente sorprendido por
otro, tira las armas y echa á correr:
Le preguntaban á un cojo en Barcelona, porque queria alistarse en la»
filas de la milicia^ urbana teniendo la
pierna tan estropeada, y respondía
sin vacilar: porque estoi bien seguro de que á los individuos de estoscuerpos nunca se les verá huir.
•'Él editor del Correo de las Damas, agradecido dios señores suscritor'0s,pone en su noticia que sin alterar el precio de la suscricion , publicará
en lo sucesivo todos los meses seis números en los días ¿, 1 o, 1 $.
ao a
» 5 y 3O> Acompañará á cada número una lámina, por manera que
se recibirán meiisualmente tres figurines de señora, dos de caballero y
uno de prendidos : ademas cada trimestre dará por via de suplemento
una caricatura de costumbres, ó un figurín de niños, ó de libreas, ó de
carruages, ó de muebles; insertando de continuo noticias de las últimas
modas de París, sin mas transcurso de tiempo que el necesario para recibir los periódicos de aquella capital.
Los señores suscritores encontrarán una notable mejora en el grabado de los figurines que se darán en adelante, como podrán convencerse
por el que acompaña á este número y al anterior.
En obsequio de los artistas, se admitirán suscripciones parciales del
modo siguiente: EN MADRÍD, por solo los dos números con un fiaurín de
hombre, 24 rs. cada trimestre: por los tres de señora y uno de tocado 36,
EN LAS PROVINCIAS, 6 rs. mas por cada trimestre^
>••
UIPJIEKTA r IIBKESIA QUE TOS BE ECEXO? CAI.IE I>lsL CABMES, X,0
2.
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