Reporte Final para WCS y Panthera en el Estudio Piloto - Eco

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Reporte Final para WCS y Panthera en el
Estudio Piloto Jaguar-Jameikäri:
Reduciendo el conflicto entre humanos y jaguares en la
Reserva Indígena Nairi Awari,
Subcorredor Barbilla
Costa Rica
Roberto Salom-Pérez
[email protected]
Abril 2010
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Resumen
Una de las principales amenazas para las poblaciones de jaguares es la persecución y la
matanza por parte del ser humano. Esto es causado principalmente por los ataques o las
amenazas de ataque por parte del felino hacia los animales domésticos. Los ataques por parte
del jaguar y el puma hacia chanchos domésticos que se manejan sueltos en el bosque en las
reservas indígenas de Centroamérica son comunes. Actualmente no hay protocolos o
soluciones a este problema. Con este proyecto piloto se quiere probar, por primera vez, algunas
medidas de manejo que pretenden disminuir el número de ataques a chanchos domésticos en
una reserva indígena en Costa Rica localizada en un corredor de importancia para los jaguares.
En conjunto con la comunidad de Jameikäri de la Reserva Indígena Nairi Awari, se diseñó un
sistema en el que los chanchos debían ser encerrados en un área con una cerca viva de bajo
costo, manteniéndolos fuera del bosque y cerca de las casas. Se plantaron unos arbustos de
alto valor nutritivo que servirían como alimento para los chanchos. También se construyó un
biodigestor (una bolsa con bacterias que descomponen la materia orgánica, como las heces de
los chanchos, y que liberan un gas que puede ser usado para cocinar) como incentivo por
mantener los chanchos encerrados. Algunos aspectos del proyecto no funcionaron según los
planes, principalmente por la dificultad de cambiar la forma en que los indígenas han manejado
sus chanchos por décadas y también porque no hubo una persona que se hiciera directamente
responsable del manejo de los animales y del biodigestor. No obstante, los indígenas
entendieron y les agradó el concepto y los beneficios del proyecto y se mostraron interesados
en seguir tratando de encerrar a los chanchos, aún y cuando el proyecto ya había terminado.
Asimismo, un indígena estaba implementando por sí mismo algunas de las medidas
recomendadas por nosotros. Con algunos ajustes y aplicando algunas medidas a un nivel más
individual (por ejemplo haciendo encierros pequeños para cada familia en lugar de uno grande
para varias) se podría tener éxito en mantener los chanchos fuera del bosque, y reducir el
número de ataques por el jaguar y el puma y por ende la matanza de los depredadores más
grandes del país.
Palabras clave: jaguar, Panthera onca, biodigestor, Reserva Indígena Nairi Awari, Cabécar
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Introducción
La Reserva Indígena Nairi Awari (RINA) del grupo étnico Cabécar está en un área con un
gran porcentaje de bosque. Las principales actividades económicas de los Nairi Awari son la
agricultura de subsistencia y la ganadería (principalmente chanchos, gallinas y unas pocas vacas
y caballos) (González y Poltronieri 2002). Tradicionalmente los animales están sueltos,
caminando entre las casas y el bosque. Los chanchos a veces viajan a varios kilómetros de
distancia de las casas en busca de frutos e insectos en el bosque. Aunque ocasionalmente son
alimentados por los indígenas con bananos y otros cultivos, la mayoría de lo que comen los
chanchos lo encuentran por sí mismos en el bosque. Normalmente los chanchos vuelven en la
noche a dormir cerca de las casas, pero en algunas ocasiones duermen dentro del bosque.
Prácticamente ningún indígena de la RINA mantiene sus chanchos encerrados o saben donde
están sus chanchos de manera regular.
Los Nairi Awari también cazan ocasionalmente animales silvestres como complemento a
su dieta y un número reducido lo hace para vender. Los indígenas indican que la gente “blanca”
entra sin permiso a la RINA y caza sin medida. El impacto que estas presiones están causando
en las poblaciones de vida silvestre en el área aún no han sido medido. Sin embargo en algunas
áreas de la RINA algunas especies como el chancho de monte (Tayassu pecari) y los monos
(Ateles geoffroyi, Cebus capucinus, Alouatta palliata) han sido exterminados o son muy escasos;
aún y cuando el hábitat parece reunir las condiciones para albergarlos y se pueden encontrar
en áreas colindantes como el Parque Nacional Barbilla. Es muy probable que esto tenga un
efecto indirecto en la comunidad de especies carnívoras que dependen de éstos y otros
animales silvestres para su alimentación.
Los ataques de carnívoros a los chanchos domésticos son frecuentes en la RINA (SalomPérez and Zeller datos sin publicar). Históricamente los indígenas toleran algunas pérdidas
antes de matar al depredador. La situación vuelve a la normalidad hasta que un nuevo
carnívoro siente hambre y el ciclo comienza de nuevo. Los ataques a los cerdos pueden darse
por varios factores como: la escasez de su presa natural, por tener no tener toda su capacidad
para cazar (por vejez o por una herida) o porque no puede discriminar entre un chancho
doméstico y uno silvestre en medio del bosque. Los pobladores de la comunidad normalmente
culpan a los jaguares (Panthera onca) si sus chanchos desaparecen. En ocasiones hay señas
claras que muestran que el jaguar ha sido el responsable de la pérdida del chancho. Sin
embargo, a veces no saben donde han estado sus animales algunos días previos al supuesto
ataque, por lo que no es seguro que el causante haya sido el felino. Los ataques a chanchos
domésticos, con la consecuente matanza de los depredadores, es algo que ocurre en varias
comunidades indígenas de Latinoamérica (observación personal, J. Polisar comunicación
personal) y puede estar causando una reducción considerable en las poblaciones de jaguar y de
otros carnívoros.
Los jaguares necesitan áreas relativamente grandes para mantener sus poblaciones
saludables y genéticamente diversas (Sanderson et al. 2002, Sollmann et al. 2008).
Actualmente, sabemos que hay muy pocas áreas de América Central donde se pueden
mantener, por sí solas, poblaciones saludables de jaguares a largo plazo, por lo tanto la
conexión entre las poblaciones a través de corredores biológicos o de dispersión es esencial
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(Shaffer 1989, Emmons 1990, Swank y Teer 1989, Ceballos et al. 2002). Los corredores pueden
incluir zonas pobladas con una cierta cobertura boscosa, y donde hay actividades de producción
como la ganadería. Así, los corredores pueden ser áreas “calientes” de conflicto entre jaguares
y animales domésticos. Si los jaguares son asesinados mientras viajan a través de estos
corredores, el aislamiento y la situación de las poblaciones de jaguar puede ser más crítica de lo
que pensamos.
Actualmente no hay protocolos establecidos para lidiar con los ataques de jaguares y
otros carnívoros a los chanchos domésticos. La eficacia del corredor en todo el istmo podría
beneficiarse de la aplicación de un protocolo que ayude a eliminar o mitigar los problemas de
depredación sobre los chanchos.
Este proyecto tiene la intención de probar un protocolo para reducir el conflicto entre
jaguares y los indígenas de la RINA en la comunidad Jameikäri, mediante el mejoramiento del
manejo de sus chanchos, disminuyendo así el número de ataques a este animal doméstico por
parte del jaguar.
Área de estudio
La RINA (5.038 ha) se encuentra en el centro de Costa Rica en la vertiente del Caribe. La
RINA, junto con áreas protegidas adyacentes como la Reserva Forestal Río Pacuare (13.178 ha),
el Parque Nacional Barbilla (11.944 ha) y la Zona Protectora Siquirres (681 ha) constituyen el
inicio de la Cordillera de Talamanca, que se extiende hacia el sureste hasta la frontera con
Panamá y continúa en el lado panameño (SINAC-MINAE 2003). El complejo de áreas protegidas
y reservas indígenas de Talamanca conforman la tercera Unidad de Conservación de Jaguar
(UCJ) en tamaño en América Central (Zeller 2007). Esto implica que hay suficientes jaguares y
sus presas, y una buena calidad del hábitat para mantener una población sana de la especie a
largo plazo (Sanderson et al. 2002). Además, el territorio de la RINA es parte de la Reserva de la
Biosfera La Amistad, Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Esta Reserva Indígena también se encuentra en la parte oriental del SubCorredor
Barbilla (SCB) (37.700 ha) que pertenece al Corredor Biológico Volcánica Central-Talamanca
(114.000 ha) (Jiménez et al. 2009). El SCB es considerado una importante conexión para el
jaguar y otras poblaciones de vida silvestre; ya que se considera el vínculo natural (y
posiblemente el único) entre las dos cordilleras más importantes del país: la Cordillera
Volcánica Central y la Cordillera de Talamanca (Figs. 1 y 2).
Los Nairi Awari son un subconjunto del grupo étnico Cabécar, el grupo indígena más
abundante en Costa Rica con aproximadamente 10.000 personas. La RINA fue creada por
decreto en 1984. Está compuesta por dos territorios no adyacentes, divididos por la Reserva
Forestal Río Pacuare (Fig. 2). Las aproximadamente ocho comunidades de Nairi Awari están
ocupadas por unas 600 personas que residen dispersos en el interior del bosque. Viven en
condiciones muy aisladas con poco o ningún acceso a servicios básicos como teléfono,
electricidad, agua tratada y transporte público (González y Poltronieri 2002). Las oportunidades
de trabajo son escasas o están ausentes. Los Nairi Awari y los Cabécar en general han sido
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capaces de mantener gran parte de su cultura y tradiciones y la mayor parte de sus tierras está
compuesta por bosque primario.
Existen tres zonas de vida de Holdridge diferentes en la RINA: Bosque Tropical Húmedo
predominantemente, Bosque Pluvial Premontano y Bosque Premontano (Bolaños y Watson,
1993). Derivado de esta información, la precipitación puede oscilar entre 4.000 y 6.000 mm al
año, el ámbito de la temperatura se sitúa entre 17 y 24 °C, la estación seca verdadera dura
entre cero y cinco meses, y en general, los bosques son de hoja perenne con una diversidad
biológica relativamente alta (Bolaños y Watson, 1993).
La comunidad Jameikäri (N 10,016; O 83,497), donde desarrollamos el proyecto piloto
dentro de la RINA, está situado cerca del Río Pacuare y alberga menos de 40 personas
pertenecientes a una familia (Fig. 2). El acceso a la comunidad es a través de un camino de
lastre que conduce al Parque Nacional Barbilla, (este se inicia en la pista Saopín que va de
Guápiles a Limón). Después de 30 minutos sobre esta carretera (que a veces sólo puede ser
recorrido en un vehículo doble tracción), uno tiene que caminar de 1:30 a 2:00 horas a través
de terrenos privados para llegar a la comunidad. Los Jameikäris pertenecen al clan Kabewa (que
significa clan Quetzales) y viven en casas de madera (la mayoría en basas), con techos de hojas
de palma o de zinc. La mayoría de las casas también tienen a su lado una estructura (llamada
Jutsini) de corteza de palma de base octogonal, con techo cónico y hojas de palma, que se
utiliza para reuniones, cocinar y descansar. La Jutsini está hecha con materiales del bosque y
tiene una connotación cósmica (González y González 2000). Normalmente, las casas están en
un área abierta de tamaño variable (el diámetro puede variar desde unos pocos metros a 300
metros con pocos o ningún árbol), rodeadas por bosque. La comunidad Jameikäri inició en el
2007 un proyecto de turismo con el apoyo de la Nación Ojibway Brokenhead de Manitoba
Canadá, Bosque Modelo Reventazón, el CATIE, ACDI-PCPI y la ONU-Programa de Pequeñas
Donaciones. El objetivo general de este proyecto es construir una capacidad organizacional y
técnica para aprovechar el eco-turismo en la zona, proporcionar oportunidades de empleo para
que la comunidad y un aumento en su calidad de vida a largo plazo (Brokenhead Ojibway
Nation y la Asociación de Desarrollo Indígena Nairi Awari 2007).
Antecedentes
Se hizo un primer contacto con los miembros de la comunidad en julio del 2007 en el
que expresaron su preocupación por la pérdida de sus chanchos a causa de un jaguar. Se
hicieron dos visitas a la comunidad y en la segunda (agosto de 2007) se confirmó a través de
pistas y otras señales que había un jaguar atacando los cerdos cerca de una casa vieja (Fotos 1 y
2). Para entonces, un indígena había perdido ya ocho chanchos. Tradicionalmente, después de
una pérdida tan considerable el siguiente paso sería tratar de matar al jaguar usando un
chancho como cebo y un escondite en un árbol para esperar al felino (Fig. 3). En la siguiente
gira el indígena dijo haber perdido 4 cerdos más el 19 de septiembre de 2007; sólo encontró los
restos de dos de ellos, los demás huyeron y no fueron vistos nunca más (Cuadro 1). Uno de los
cráneos estaba destrozado, y el otro chancho fue arrastrado por varios kilómetros (Foto 4).
Ambas señales son características de un ataque de jaguar. Aunque no fue confirmado
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directamente, se nos dijo que hubo un ataque a otro chancho en una comunidad a 12
kilómetros en los primeros días de octubre. Junto con un equipo de la National Geographic
pusimos dos cámaras-trampa (TRAILMASTER) en el sitio de los ataques y en un sendero durante
dos meses, pero no se logró una fotografía del jaguar.
En enero del 2008 con la ayuda del proyecto Aulas Verdes y el Área de Conservación
Tortuguero-SINAC, se llevaron a tres indígenas en una gira para visitar dos granjas familiares.
Estas familias mostraron a los indígenas las alternativas en cuanto a encierros y comida para los
chanchos (Fotos 5-7). Los indígenas dijeron que les gustaba el encierro con cerca viva, no así el
tradicional (con piso de cemento) (Fotos 8 y 9). Básicamente dijeron que no era natural para el
cerdo el estar en un espacio tan pequeño. Además, pensaban que la carne de cerdos criados en
ese confinamiento, tienen un sabor diferente. Ambas fincas tenían un biodigestor, que es
básicamente una bolsa con agua y materia orgánica (heces, restos de frutas y hortalizas, etc.) ;
que es descompuesta por bacterias anaeróbicas excretando gas metano (60-80%), dióxido de
carbono (20-40%), nitrógeno molecular (2-3%) y sulfuro de nitrógeno (0,5-2%) (Fotos 10 y 11)
(Martí 2008). Este biogás o combustible natural puede ser utilizado para cocinar, similar a como
se usa el gas butano tradicionalmente. También se les enseñó a los Jameikäris el
funcionamiento de las cocinas de las familias con biogás (Fotos 12 y 13).El líquido que sale del
biodigestor es un abono natural.
Después de esta gira los tres Jameikäris se reunieron con el resto de la comunidad para
contarles lo que vieron y decidir si estaban interesados en trabajar en una manera para
mantener a los chanchos fuera del bosque. Todos estuvieron de acuerdo en trabajar en el
presente proyecto. También expresaron el deseo de mantener a los jaguares en sus tierras a fin
de poder utilizar esto como un atractivo turístico.
Metodología
Hicimos un plan de trabajo que fue revisado por los Jameikäris para su aprobación. El
compromiso fue firmado entre Roberto Salom como el responsable del proyecto y Urbano
Chaves, en representación de la Asociación de Turismo Cultural Indígena Jameikäri. En agosto
del 2008, comenzamos el proyecto con los indígenas con una reunión en donde el experto en
biodigestores y antiguo técnico de la Universidad EARTH, Gerardo Umaña
([email protected]) hizo una presentación explicando cómo funcionan los
biodigestores y cómo se construyen. Nueve indígenas participaron en esta reunión (Foto 14).
Cinco visitas durante 14 meses estaban previstas para ejecutar el proyecto. Sin
embargo, al final se hicieron ocho giras y el cierre del proyecto fue después de 17 meses. El
proyecto tenía la intención de construir dos encierros (de aproximadamente 0,1 ha) con estacas
de Poró (Erythrina sp.) como cerca viva y tres líneas de alambre de púas (una línea adicional se
añadió más tarde-véase Actividades y Resultados para la explicación). La idea era que los
chanchos permanecieran en el encierro, donde podrían estar mejor vigilados y donde la
oportunidad de ser atacados por un jaguar sería menor en comparación con si estuvieran en el
bosque. Cerca de uno de estos encierros se construyó un biodigestor que proporcionaría biogás
para la cocina de la escuela. El biodigestor serviría como un incentivo para los indígenas por
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encerrar a sus chanchos. Esto además mejoraría su calidad de vida mediante la reducción de la
exposición a las heces de cerdos cerca de la casa, disminuyendo la necesidad de cocinar con
leña (y así el humo que produce) y permitiéndoles tener cultivos cerca de la casa, etc. Se
plantaron estacas de Nacedero (Trichantera gigantea) y Morera (Morus alba) que con el tiempo
crecerán y podrán ser utilizados como alimento para los chanchos debido a su alto valor
nutritivo (G. Umaña comunicación personal); una vez que los cerdos estuvieran encerrados
dependerían de los indígenas para su alimentación. Al utilizar estas plantas no habría necesidad
de comprar comida para los cerdos. También se planeó construir un recinto más pequeño y
cerrado dentro de la zona cerca viva para que los chanchos pudieran dormir más seguros por la
noche.
Los ataques a los chanchos domésticos se registraron en cada visita. Además, los
indígenas fueron capacitados para hacer un molde de de yeso, para que pudieran registrar las
huellas de jaguar que encontraran. También se les enseño cómo alimentar y manejar el
biodigestor. Ellos debían recoger las heces de los chanchos y otra materia orgánica, mezclarlas
con agua y echarla por la “boca” del biodigestor.
Al final se realizó una evaluación del proyecto en la que se les hicieron cuatro preguntas:
1. ¿Qué fue lo que más les gustó del proyecto?, 2. ¿Qué fue lo que menos les gustó del
proyecto?, 3. ¿Qué cambiaría para mejorar el proyecto?, y 4. ¿Cómo reduciría los ataques de
jaguares a los cerdos domésticos?
Actividades y Resultados
En las dos primeras visitas se cercó un área de aproximadamente 0,1 ha usando tres
líneas de alambre de púa (200 m), 1.500 estacas Poro (1,5 m de altura) y 30 postes muertos de
Manú (Minquartia guianensis) (Fotos 15-17). Se plantaron 1.000 estacas de Nacedero y 500 de
Morera cerca de la zona del encierro.
En la segunda visita se construyó un recinto cerrado para que los chanchos durmieran
seguros en la noche (Fotos 18-20). Para ese momento uno de los indígenas había perdido al
menos 16 cerdos (seis de ellos eran grandes). Él logró ver los restos de cinco de ellos, los otros
no fueron encontrados. Todos los que encontró tenían el cráneo roto y algunos fueron
arrastrados varios metros por el jaguar (uno fue arrastrado a una hora de distancia del sitio del
ataque) (Foto 4). El jaguar en la mayoría de los casos se comió sólo la parte posterior del cuello
y en una ocasión se comió los costados. Todos los ataques ocurrieron durante la noche. El
indígena señaló que, normalmente, el jaguar viene cada 2-3 meses y mata a 1 o 2 cerdos. Él
había registrado algunas de las fechas en las que el jaguar había matado un chancho, además se
incluyeron las fechas de los ataques registrados en visitas anteriores (Cuadro 1).
Nos enteramos de que tres novillos (entre 3-10 meses de edad; el mayor pesando 100
kg) murieron probablemente por el ataque de un jaguar en un rancho de ganado junto a la
carretera que conduce al Parque Nacional Barbilla (en la Reserva Forestal Río Pacuare), a unos 5
km del lugar en el que el jaguar había atacado a la mayoría de los cerdos. Hablé con el cuidador,
Daniel Crespo, quien manifestó que los terneros fueron matados a través de una mordedura en
el cráneo. Según él, todos ellos fueron asesinados en junio del 2008 en la misma ocasión
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(durante la noche). El jaguar sólo se comió uno de los terneros, al cual se llevó a unos 150 m de
distancia del sitio del ataque. Hubo un ataque similar a un novillo en abril del 2008, pero antes
de esto, el cuidador dijo que estos fueron los primeros incidentes de esta índole que él había
presenciado en seis años de vivir en la zona.
En la tercera visita se construyó el biodigestor (con nuestras instrucciones los indígenas
habían cavado el hoyo para ello con antelación) y se colocaron las tuberías para conducir el
biogás hasta la cocina de la escuela (Fotos 21-24). Bien alimentado el biodigestor debería tomar
alrededor de un mes y medio para empezar a producir biogás suficiente para cocinar de manera
continua.
En la cuarta visita tuvimos que resolver algunos problemas que se presentaron. Uno de
ellos fue que los chanchos empujaron las estacas de Poró y se salieron del encierro. Se le puso
un collar de madera triangular en el cuello a los chanchos para que no pudieran salir (Foto 25).
Esta es una práctica común para el ganado, especialmente el vacuno. Otro incidente fue que
un árbol cayó en una parte de la cerca viva. Los indígenas ya habían arreglado la cerca antes de
nuestra llegada. El otro problema que surgió es que la bolsa del biodigestor estaba desinflada.
Se encontró un pequeño agujero en el tubo que conducía el gas a la cocina. Se tapó y se volvió
a inflar la bolsa (Fotos 26 y 27).
El collar de madera triangular puesto a los cerdos fue eficaz en impedir que se salieran
del encierro, sin embargo, los indígenas tuvieron que soltarlos dado que no tenían nada que
darles de comer. Las plantas que trajimos se suponían que iban a facilitar la alimentación de los
chanchos , pero dado que los chanchos no estuvieron todo el tiempo encerrados y que las vacas
y los caballos estaban también en la zona, las plantas fueron dañadas (aproximadamente el
85% fueron comidas o derribadas). Así se consideró la posibilidad de proporcionar concentrado
para alimentar a los cerdos encerrados, mientras que las plantas nuevas crecieran. Otra opción
fue la de hacer un encierro para sembrar nuevas estacas y esperar a que crezcan antes de
poner los cerdos de nuevo en el encierro. Esta última fue considerada como la mejor opción
dado que el encierro para las plantas proporcionaría la protección adecuada para el cultivo y no
nos obligaba a proporcionar un complemento alimenticio para el ganado porcino, además era
la opción más barata. Así, se construyó una segunda área (524 m²) con alambre de púas y malla
de gallinero para las plantas (Foto 28 A). Quinientas estacas de Nacedero y 1.000 estacas de
Morera se plantaron en esta nueva área.
Otro problema detectado fue el mal estado de las estacas de Poró de la cerca viva, esto
fue causado probablemente por el mal tiempo y algunas fueron comidas por las vacas y los
caballos (Fotos 29 A y B). La zona en la que los chanchos iban a dormir tenía mucho barro
debido a las recientes lluvias (Foto 30). El biodigestor estaba bien, pero el techo no había sido
terminado y el sol que golpea incide directamente a ciertas horas del día podría causar que el
plástico de la bolsa fuese susceptible a romperse. Además, parecía que los indígenas no
estaban alimentando el biodigestor. Se hizo una reunión con los indígenas para plantear las
soluciones a estos problemas de manera conjunta.
En la siguiente visita se revisó la condición de las plantas de Nacedero y Morera y se
encontró que el área no estaba en buenas condiciones (Foto 28 B). Los indígenas no cortaron la
maleza por lo que esta estaba compitiendo con las estacas. Por lo tanto, no tenían el tamaño
que deberían tener para este momento (5 meses después de plantadas). Anterior a esta visita
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se nos dijo que la bolsa del biodigestor se había desinflado de nuevo (Foto 31). Lo que sucedió
esta vez fue que algo cayó sobre la bolsa (probablemente durante la construcción del techo) e
hizo un agujero a la bolsa del biodigestor cerca de su “boca”. Los Jameikäris resolvieron el
problema cortando la bolsa hasta este agujero y colocando la “boca” en su nueva posición. El
problema fue que no se ajustó el drenaje a la nueva longitud del biodigestor. Varios días de
fuerte lluvia llenaron el sitio donde se ubica la bolsa del biodigestor y lo levantó un poco.
Cuando el agua drenó, la bolsa se curveó y se arrugó perdiendo así su "espacio aéreo", lo que
impidió que el gas se acumulara. El problema se resolvió llenando el sitio de nuevo con agua.
Esto permitió que la bolsa flotara y así se desarrugó moviéndola a su posición original con poco
esfuerzo. Si uno hubiera tirado de la bolsa sin inundar el hueco, podría haber causado varios
agujeros a la bolsa. Más tarde se realizó un drenaje para impedir una nueva inundación en el
sitio del biodigestor.
Los Jameikäris estaban construyendo nuevos baños para la escuela y se propuso
conectarlos al biodigestor. Esto permitiría que el biodigestor se “alimentara” no sólo con las
heces de cerdo, sino también por los niños al usar el inodoro. A pesar de que la bolsa se había
desinflado como se mencionó anteriormente, aún contenía gas, por lo que pudimos mostrar a
los indígenas la cocina funcionando con el gas del biodigestor por primera vez (Foto 32).
Fuimos a visitar la zona en la que íbamos a construir el segundo encierro. Esta es el área
donde la mayoría de los ataques se habían producido. El indígena que vive allí había tomado
algunas estacas de Nacedero y Morera y con los materiales que se le dieron, él ya había
construido su propio encierro para estas plantas. Este estaba en mejor forma que el que se hizo
cerca de la comunidad (Foto 33). Por iniciativa propia, también construyó un encierro nocturno
para los chanchos. Sin embargo, él no estaba dispuesto a encerrar sus cerdos de manera
permanente a menos que se hiciera otro biodigestor cerca de su vivienda. Estábamos
renuentes a construir otro biodigestor hasta que lográramos ver el primero funcionando al
100%. Por ello se desistió de la idea de construir el segundo encierro de cerca viva planeado
inicialmente.
Se hizo una visita final para hacer el cierre oficial del proyecto (Fotos 34-37). Se hizo un
rótulo en el que se explica el proyecto a la comunidad, a otros visitantes indígenas y al público
en general (uso turístico y educativo) (Figura 3). Con la evaluación se logró averiguar lo que los
Jameikäris pensaban sobre el proyecto y cómo pensaban que podía ser mejorado. Esta
evaluación también ayudó a los Jameikäris para analizar el proyecto y ver lo que querían hacer
con él a futuro. En general, los comentarios sobre el proyecto fueron positivos. Lo que a los
Jameikäris les gustó más fue el biodigestor. Ellos también estaban interesados en encerrar a los
cerdos, porque esto les permitiría tener cultivos cerca de sus casas. Algunos de ellos incluso
mencionaron que no les gustaba tener chanchos y habrían querido eliminarlas por completo.
Por otro lado, otros dijeron que los cerdos son muy importantes para ellos, dado que desde que
recuerdan siempre los han tenido. Además, los matan como una ofrenda cuando alguien muere
en la familia para que el espíritu pueda ser limpiado y pueda viajar al otro mundo. Otras cosas
positivas que se mencionaron en relación con el proyecto fueron que a los gallinas y a los
caballos le gustaron las plantas de Nacedero y Morera para comer, y que el proyecto era un
complemento a su proyecto de turismo.
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Entre las cosas que no les gustó o que no funcionaron correctamente para ellos son: que
no les gustaba recoger las heces de los chanchos para alimentar el biodigestor, que no tienen
suficiente tiempo para dedicarlo a la alimentación de los cerdos y el cuido del biodigestor, que
nadie asumió la responsabilidad de cuidar de los chanchos o el proyecto en general, que los
cerdos no están acostumbrados a comer las plantas, que el biodigestor no estaba funcionando
correctamente y que el recinto de los animales era demasiado grande y estaba lejos del
biodigestor. Un indígena dijo que el proyecto no estaba considerando su cultura.
Los Jameikäris expresaron que la única manera de eliminar los ataques de jaguar a sus
animales era encerrarlos, pero sugirieron varios cambios: reducir el número de cerdos para
poderles proporcionar suficiente comida y darles el tratamiento adecuado, construir un
chiquero tradicional (con piso de cemento ) de modo que los cerdos no se salgan, localizar el
chiquero cerca del biodigestor para que las heces puedan ser lavadas directamente hacia él y
tener a alguien responsable de alimentar a los cerdos y al biodigestor.
Discusión
Debido a que el SubCorredor Barbilla es relativamente pequeño, existe una alta
probabilidad de que una continua matanza de los jaguares pueda poner fin a la dispersión de
esta especie de la UCJ de Talamanca hacia el norte y puede plantear problemas similares en la
dirección opuesta. Matar al depredador ha sido la solución tradicional y única de los indígenas
para hacerle frente a los ataques a su ganado.
La mejora en el manejo de sus chanchos puede ser la única solución práctica que les
permita mantener sus cerdos y vivir en paz con los grandes felinos. Al encerrar los porcinos
estos estarán menos expuestos a los ataques y además traerá otros beneficios para la
comunidad. En este momento los Jameikäris no pueden cultivar cerca de sus casas ya que los
cerdos se comen y destruyen todas las plantas pequeñas. Los Jameikäris en ocasiones deben
tener sus cultivos a más de una hora de distancia de la comunidad, teniendo que cruzar altas
laderas, todo esto con el fin de impedir que los chanchos destruyan las plantas y los cultivos.
Además, como los cerdos andan libremente dejan sus excrementos por todas partes a veces
cerca de las casas. Estas heces pueden propiciar infecciones a las personas y a otros animales
domésticos, malos olores y moscas (Martí 2008).
El biodigestor construido tiene como principal objetivo dar a los Jameikäris un beneficio
por tener a los chanchos encerrados; esto último les imponía nuevas tareas (es decir, alimentar
a los cerdos con regularidad y recoger las heces). La mayoría de los indígenas todavía usan la
leña para cocinar, lo que puede provocar varias enfermedades respiratorias (Martí 2008). El
biodigestor producirá biogás para la cocina de la escuela y así se eliminará la necesidad de
cortar leña o comprar un cilindro de gas para cocinar. Otros beneficios indirectos del
biodigestor incluyen: la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero por las
heces cuando son tratados por el biodigestor, la posibilidad de utilizar el agua que sale del
biodigestor como un fertilizante natural, el tratamiento de las aguas negras que salen de los
baños y la utilización del biodigestor como herramienta de educación ambiental (en la escuela)
y la promoción a los turistas de la tecnología "verde" (ecológica y sostenible).
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La tecnología que se introdujo a los Jameikäris y el concepto de encerrar los cerdos eran
nuevos para ellos. A pesar de que había varios beneficios inherentes, esto requería cambiar la
forma en que han manejado sus cerdos tradicionalmente desde hace décadas. Este tipo de
cambios no son fáciles de hacer, pero este proyecto siempre consideró la opinión y sugerencias
de los Jameikäris para mejorarlo o adaptarlo a sus costumbres. Aunque en el proceso de
evaluación un indígena considera que el proyecto no tuvo en cuenta sus costumbres culturales,
a la mayoría de ellos les gustó y entendieron el concepto. Aún más, como una mejora al
proyecto, sugirieron que se encerraran a los cerdos en un chiquero tradicional y reducir el
número de cerdos, lo que al principio era visto como extraño para ellos. En el momento en que
se escribía este informe, los Jameikäris están presentando una propuesta a otras entidades
para tener un huerto y para construir el nuevo chiquero. También vieron los beneficios del
biodigestor, a pesar de que nunca trabajó en un 100%, hasta el punto de que cuando íbamos a
construir el segundo encierro, el indígena dijo que sólo lo haría con la condición de que se le
construyera un biodigestor. Además, él aplicó algunas de nuestras sugerencias de manejo de
los cerdos al darles un mejor seguimiento cuando algún gato grande anda cerca, al construir su
propio encierro para las plantas y al empezar a construir un encierro nocturno. Después de que
este proyecto concluyó, se confirmó que un puma comenzó a matar a sus cerdos pequeños (el
dijo haber perdido cerca de 20 en menos de tres meses) y ahora estaba dispuesto a reducir el
número de cerdos y encerrarlos permanentemente en un chiquero tradicional si se le
proporcionaban los materiales y el apoyo; incluso sin construirle el biodigestor.
Hubo varias cosas que no funcionaron como estaba previsto. Dado que los chanchos
destinados a ser encerrados pertenecían a varias personas, nadie se sintió directamente
responsable de darles de comer o de tomar el cuidado del biodigestor. Por lo tanto, nunca
pudimos encerrar a los chanchos de forma permanente en el área con cerca viva y el
biodigestor no tuvo suficiente materia orgánica para trabajar a su capacidad máxima. Tener a
alguien directamente responsable y que a su vez reciba los beneficios directos del proyecto,
podrían resolver estos problemas. Las plantas que estaban destinados a ser utilizados como
fuente de alimento para los cerdos todavía no habían sido aceptadas por los cerdos. Estas
plantas son fácilmente consumidas por los cerdos y otros animales cuando se acostumbran a
ella. Es muy probable que si uno empieza a combinar las plantas con su comida regular,
aumentando la cantidad de plantas cada vez, en algún momento ellos las llegarían a comer sin
problemas.
12
Recomendaciones
Esta sección tiene la intención de hacer varias sugerencias para mejorar la aplicación de
esta tecnología y el manejo de los chanchos en la comunidad de Jameikäri. Sin embargo,
algunos de ellas también pueden servir para otras zonas de América Central con condiciones
similares.
1. Según Martí (2008), hay tres requisitos básicos para construir un biodigestor: que haya
suficiente agua para mezclarla con las heces, la cantidad de animales (tres vacas o su
equivalente son suficientes para producir el gas consumido por una familia) y que la
familia o propietarios acepten la tecnología y la sientan como propia.
2. Siempre tener en cuenta la cultura y las tradiciones de las personas que están siendo
afectados por los ataques a sus animales domésticos.
3. Incluir a la gente desde el principio del proceso para garantizar la aceptación y el éxito.
4. Dado que el biodigestor fue construido para la escuela, uno puede tratar de incluir a los
niños en tareas relacionadas con el cuido del biodigestor y los cerdos.
5. Se debe construir el biodigestor y el encierro cerca de las casas para facilitar el cuido y
manejo.
6. Es preferible que el biodigestor se alimente mediante el lavado del encierro, ya que
recolectar las heces conlleva más trabajo.
7. Trabajar con sólo una o unas pocas familias que puedan obtener un beneficio directo de
encerrar a los chanchos y del biodigestor, puede tener más éxito que trabajar con varias
familias, donde la responsabilidad y los beneficiarios no están claras.
8. Proporcionar a los indígenas con una fuente de alimento para los cerdos. Si las plantas
alimenticias no están disponibles, se pueden considerar otros cultivos que los cerdos
utilizan para comer, tales como yuca, banano, plátano, caña de azúcar, etc.
9. Las cercas vivas son una manera barata y fácil para que las personas que viven lejos de
las carreteras y con difícil acceso a otros materiales para crear encierros para sus cerdos.
10. Las estacas de la cerca viva deben estar muy bien pegadas para que los cerdos no las
arranquen fácilmente para escapar.
11. Si el acceso al lugar donde el encierro se construirá no es fácil, considere el uso de
estacas de alguna planta que sea común cerca del lugar. Esta planta tiene que ser una
que se reproduzca a través de estacas y de rápido crecimiento.
12. Se puede probar a meter en el encierro primero los chanchos bebes para que sea mas
fácil la aceptación por parte de estos al hecho de estar encerrados.
13. Hacer una rotulación del funcionamiento del proyecto para uso educacional y turístico.
14. Si es posible se debe complementar el proyecto con una investigación sobre la
ocupación de las presas naturales de los grandes felinos en la zona, la dieta del felino
(mediante el análisis de heces) y descubrir si los grandes felinos están presentes en la
zona sin causar ataques. Esto ayudaría a saber: si hay suficientes presas naturales para
los grandes felinos, cuál es la importancia de los cerdos domésticos en su dieta y ver si
las medidas aplicadas han sido efectivas para reducir o eliminar los ataques.
13
15. Hacer un estudio para evaluar la magnitud del problema en una escala mayor (en toda
la RINA).
16. Probar otras medidas en otras áreas clave de ataques, como la construcción de
chiqueros nocturnos exclusivamente. Esto reduciría los ataques durante la noche
(cuando la mayoría de los ataques ocurren) y sólo requerirá una pequeña recarga de
trabajo sobre el dueño de los chanchos.
Agradecimientos
Quiero mostrar un agradecimiento a varias personas que ayudaron durante las
diferentes fases de este proyecto: a Kathy Zeller por su ayuda en la planificación de este
proyecto y por los mapas realizados, a John Polisar por sus comentarios y sugerencias vitales, a
Alan Rabinowitz, Quigley Howard y Panthera en general por su apoyo total, a Laura Segura
(ACTo) por introducirnos al programa de Aulas Verdes, a Gerardo Umaña (Biodigestores de
Costa Rica) por su excelente trabajo con los biodigestores y por su voluntad de ir más allá de
sus responsabilidades, a la comunidad y al profesor de Jameikäri su duro trabajo, confianza y
amistad, a la Reserva Indígena Nairi Awari por su apoyo, y a la Finca Gallo más Gallo por su
ayuda. También quiero dar las gracias a toda la gente que fue conmigo al campo y que trabajó
arduamente en distintas ocasiones: José R. Quirós, Daniela Araya, Jaime López, Nalini Mohan,
Carolina Sáenz-Bolaños y Carlos M. Pérez. Agradecer al Bosque Modelo Reventazón por su
apoyo. Finalmente, quiero agradecer a la Sociedad para la Conservación para la Vida Silvestre
(WCS), al fondo Kaplan y a Panthera por el financiamiento de este proyecto.
Bibliografía
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Científico Tropical. San José, Costa Rica.
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conservación del jaguar en la reserva de la biosfera Calakmul, Campeche, México,
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Rabinowitz, K.H. Redford, J.G. Robinson, E.W. Sanderson, y A.B. Taber (eds.). El jaguar
en el nuevo milenio. Universidad Nacional Autónoma de México y Wildlife
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14
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Multicriterio de los Proyectos Hidroeléctricos, en las cuencas de los Ríos Reventazón
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Técnica Alemana – GTZ y Programa de Desarrollo Agropecuario – PROAGRO. La Paz,
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Zeller, K. 2007. Jaguars in the New Millennium Data Set Update: The State of the Jaguar in 2006.
Wildlife Conservation Society. 77 p.
15
Cuadros
Cuadro 1. Historia de eventos relacionados con los ataques de jaguar a animales domésticos
en o cerca de la Reserva Indígena Nairi Awari (la fila gris representa un jaguar muerto).
Fecha
Evento
Antes de julio 2007
Chanchos muertos (no
se pudo comprobar el
atacante)
Chanchos muertos por
un jaguar
Chanchos muertos por
un jaguar
Chanchos muertos (no
se pudo comprobar el
atacante)
Chanchos muertos (no
se pudo comprobar el
atacante)
Chanchos muertos (no
se pudo comprobar el
atacante)
Chanchos muertos (no
se pudo comprobar el
atacante)
Jaguar matado
Chanchos muertos (no
se pudo comprobar el
atacante)
Chanchos muertos (no
se pudo comprobar el
atacante)
Novillo muerto (no se
pudo comprobar el
atacante)
Novillo muerto por un
jaguar (no se pudo
comprobar el atacante)
Agosto 1, 2007
Septiembre 19,
2007
Octubre, 2007
Febrero 18, 2008
Febrero 20, 2008
Marzo 1, 2008
Marzo 2, 2008
Marzo 12, 2008
Marzo 16, 2008
Abril, 2008
Junio, 2008
# de animales
domésticos
atacados
Desconocido
8 a la fecha
Fuente
Indígena de Jameikäri
Al menos uno
Indígena de Jameikäri,
verificación en campo
Indígena de Jameikäri,
verificación en campo
Otra comunidad indígena
(distancia aproximada de
Jameikäri 12 km)
Indígena de Jameikäri
Al menos uno
Indígena de Jameikäri
1
Indígena de Jameikäri
1
Al menos uno
Indígena de Jameikäri
Indígena de Jameikäri
Al menos uno
Indígena de Jameikäri
1
Cuidador Daniel Crespo
(aproximadamente 5 km de
Jameikäri)
Cuidador Daniel Crespo
(aproximadamente 5 km de
Jameikäri)
4 (sólo dos cuerpos
encontrados)
Al menos uno
3
16
Figuras
Figura 1. Complejo de áreas protegidas de la Cordillera Volcánica Central y la
Cordillera de Talamanca (el SubCorredor Barbilla se muestra en rojo). *Mapa elaborado por
K.Zeller.
17
Figura 2. Ubicación de la Reserva Indígena Nairi Awari (el punto rojo señala la
ubicación de la comunidad de Jameikäri; el área en verde claro señala las aéreas protegidas o
las reservas indígenas; el verde oscuro representa las unidades de conservación del jaguar; el
área en gris representa áreas no protegidas). *Mapa elaborado por K.Zeller.
18
Figura 3. Rótulo explicativo, en Cabécar y Español, del Proyecto en la comunidad de
Jameikäri.
19
Fotos
*Todas las fotos fueron tomadas por R.Salom a menos que se indique lo contrario.
Foto 1. Huella de Jaguar encontrada en Agosto del 2007 cerca del lugar donde los
chanchos domésticos estaban siendo atacados.
Foto 2. Casa abandonada donde los chanchos estaban siendo atacados (la casa
habitada más cercana estaba a una distancia de 30 a 40 minutos caminando).
20
Foto 3. Plataforma elevada, usada como sitio de espera. Se amarraba un chancho
abajo y cuando llegaba el jaguar a atacarlo lo tiraban.
Foto 4. Cráneo de chancho domestico, dañado por ataque de jaguar, en setiembre del
2007 en la Reserva Indígena Nairi Awari.
21
Foto 5 y 6. Agricultor enseñándole a los indígenas algunos de los alimentos producidos
en su finca familiar y que son usados tanto para consume humano como para los chanchos.
Foto 7. Cultivo de Nacedero (Trichantera gigantea) usado para alimentar a los
chanchos en la finca familiar.
22
Fotos 8 and 9. Área con cerca viva (hecha de estacas de Poró, Erythrina sp.) y encierro
tradicional de cemento.
Fotos 10 y 11. Biodigestores en las fincas familiares.
23
Fotos 12 y 13. Cocinas funcionando con el biogás proveniente del biodigestor.
Foto 14. Reunión con los indígenas en donde se mostró el funcionamiento de los
biodigestores en agosto 2008.
24
Foto 15: Colocando el alambre de púa para la cerca viva.
Fotos 16 y 17: Siembre de las estacad de Poro (Erythrina sp.) y cómo se veían dos meses
después.
Foto G. Umaña
25
Foto 18. Gerardo Umaña junto a las estacas de Nacedero (Trichantera gigantea) y Morera
(Morus alba), éstas serán usadas para alimentar a los chanchos.
Fotos 19 y 20: Encierro nocturno para los chanchos dentro del área con cerca viva.
26
Fotos 21-24: Construcción del biodigestor.
Foto 25: Chancho con el collar triangular de Madera.
27
Fotos 26 y 27: Bolsa del biodigestor desinflada y el proceso de inflarla de nuevo.
28
Fotos 28 A-C. Área de encierro para las plantas recién armada en febrero 2009 (A), con maleza
en julio 2009 (B) y con las plantas en tamaño mediano en octubre 2009(C).
B
A
Foto G. Umaña
C
29
Foto 29 A-C. Condición de las estacas de Poró en diciembre 2008 (A), febrero 2009 (B) y julio
2009 (C).
A
B
C
30
Foto 30. Encierro nocturno para los chanchos, lleno de barro después de fuertes lluvias.
Foto 31. Bolsa desinflada después de que el agujero donde yace se inundó debido a las
fuertes lluvias (en la foto también se muestra el techo construido por los indígenas).
31
Foto 32. Cocina funcionando con biogás del biodigestor en la comunidad de Jameikäri.
Foto 33. Segundo encierro para Nacedero, construido por uno de los indígenas por sí
solo.
32
Foto 34. Reunión con la comunidad para la evaluación del proyecto.
Foto D.Araya
Foto 35. Gaby (de Jameikäri) junto al rótulo explicativo del proyecto.
Foto D.Araya
33
Foto 36. Equipo de Panthera, Gerardo Umaña y la comunidad de Jameikäri enseñando
el rótulo del proyecto en la entrada de la escuela.
Foto D.Corrales
Foto 37. Roberto Salom hablando con la líder de la comunidad de Jameikäri Doña
Silvia en su Jutsini.
Foto D.Corrales
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