Título: “SOLUCIÓN PARA LA CRISIS SOCIETARIA MEDIANTE LA

Anuncio
EN “XVII JORNADAS DE INSTITUTOS DE DERECHO COMERCIAL DE LA
REPÚBLICA ARGENTINA. LAS CRISIS DE LAS SOCIEDADES Y CÓMO
ABORDARLAS”, ED. FUNDACIÓN PARA LA INTEGRACIÓN Y DESARROLLO
DE LAS CIENCIAS JURÍDICAS, BS.AS., 2010, PAG. 61.
Título: “SOLUCIÓN PARA LA CRISIS SOCIETARIA
MEDIANTE LA REVISION CONCURSAL DE SENTENCIAS
LABORALES PRESUNCIONALES”
Autora: LUCÍA SPAGNOLO
SUMARIO
-CUANDO LA CAUSA DE LA CRISIS SOCIETARIA DERIVA DE UN PASIVO
LABORAL EXAGERADO EL CONCURSO PREVENTIVO PUEDE SER UNA
HERRAMIENTA PARA REDUCIR LA MAGNITUD DE ESE PASIVO A SUS
JUSTOS TÉRMINOS.
-LA SENTENCIA FIRME RECAÍDA EN SEDE LABORAL TIENE EL CARÁCTER
DE COSA JUZGADA FORMAL FRENTE AL CONCURSO Y PUEDE SER
IMPUGNADA Y REVISADA.
-AL ACREEDOR LABORAL INSINUANTE NO LE BASTARÁ INVOCAR LA
SENTENCIA LABORAL SINO QUE DEBERÁ CUMPLIR CON LA CARGA DE
EXPRESAR PORMENORIZADAMENTE LOS HECHOS QUE SON LA CAUSA
DEL MISMO.
1
-SI EL CREDITO LABORAL SE BASA EN UNA SENTENCIA FUNDADA EN
HECHOS QUE SE TUVIERON POR PROBADOS POR VIA DE PRESUNCIONES
DE LA LEY DE CONTRATO DE TRABAJO, EL CREDITO
PUEDE SER
RECHAZADO EN SEDE CONCURSAL SI EN DICHA SEDE NO RESULTAN
PROBADOS TALES HECHOS.
FUNDAMENTOS.
1.-El pasivo laboral en las crisis societarias.
Uno de los factores que pueden influir sobre las crisis societarias, que desembocan en la
cesación de pagos, está constituido por los pasivos laborales que, originariamente
inexistentes o de poca magnitud, se magnifican cuantitativamente hasta límites
exorbitantes como resultado de juicios laborales en cuyas sentencias se aplican
presunciones y sanciones garantistas y tuitivas del trabajador pero que no se compadecen
con la realidad y magnitud de los hechos.
Frente a ello, la solución concursal aparece como una vía idónea para depurar dichos
pasivos, sea eliminándolos, sea llevándolos a niveles razonables que permitan las
reestructuración empresaria y del pasivo.
2.-El proceso de verificación concursal.
La Ley de Concursos y Quiebras establece para todo acreedor por causa o título anterior al
concurso la carga de formular ante el síndico el pedido de verificación de sus créditos,
invocando monto, causa y privilegio.
Dado que nos encontramos en una etapa preliminar, para determinar la admisión de un
crédito en el pasivo concursal la ley exige un juicio de verosimilitud, en forma similar a lo
que ocurre con las medidas cautelares.
Por tal motivo, la doctrina y jurisprudencia coinciden en que, impugnado un crédito, su
admisibilidad debe valorarse con suma prudencia, habida cuenta de los efectos que la
misma genera para la masa de acreedores, más aún cuando siempre quedará abierta la
posibilidad de un proceso de conocimiento irrestricto, que es el de revisión, donde las
2
circunstancias del caso puedan ventilarse mediante el ofrecimiento y producción de la
prueba correspondiente.
Bien se ha dicho, en tal sentido, que la revisión posterior “constituye un verdadero reexamen del crédito, de su legitimidad y demás aspectos accesorios resueltos en la
verificación. Implica una reconsideración integral de la cuestión. Su trámite incidental
permite instaurar un procedimiento de conocimiento pleno, con ofrecimiento de prueba,
para asegurar así el debido proceso y los derechos de los participantes”.1
Conforme lo entiende unánimemente la jurisprudencia la carga de la prueba de la
existencia y causa del crédito cuya verificación se pretende pesa sobre el insinuante (v.
C.N.Com., Sala D, 30.12.04, “Aerolíneas Argentinas S.A. s/ Concurso preventivo s/
Revisión por Grela Jorge"; Sala E, 04.05.00, “Banco Basel S.A. s/ Quiebra s/ Inc. de rev.”).
Por tal motivo, constituye un criterio jurisprudencial pacíficamente adoptado que cuando
se encuentre controvertida la causa o legitimidad de un crédito, corresponderá al acreedor
demostrar el fundamento de su insinuación, en un proceso de pleno debate y
conocimiento.
En relación a lo expuesto debemos tomar nota de las teorías existentes en cuanto a la
permeabilidad de la cosa juzgada material en tanto se encuentran enmarcadas en aquellas
que admiten la revisibilidad de la cosa juzgada, y aquellas que la niegan.
Entre quienes la admiten sostienen que los límites subjetivos que han de reconocerse a la
“res iudicata”, sosteniéndose que los acreedores concurrentes al proceso concursal que se
sigue al dictado de la sentencia contra el deudor común, no pudiendo esa sentencia
perjudicar a quienes no participaron de dicho proceso.2
Asimismo se establece que el
proceso individual y el concursal, el principio de la par condicio creditorum, y la carga
verificatoria impuesta a todos los acreedores que pretendan derechos sobre el pasivo
concursal, determinan que el control pueda ejercerse de modo multidireccional,
incluyendo en tal caso al crédito que se insinúa fundado en una sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada. Fundamentalmente procederá, cuando existe cosa juzgada
MOLINA SANDOVAL Carlos; JUNYENT BAS Francisco., “Ley de Concursos y quiebras”, v. comentario al art. 37 L.C., Ed.
LexisNexis - Depalma, Bs. As., 2003
2
RASPALL, Miguel A. MEDICI, Ruben; “Verificación de Créditos” 2da. Edición actualizada y ampliada, Editorial Juris pág. 257,
2008.
1
3
fraudulenta, por ejemplo por una maniobra dolosa, en que se haya violentado el derecho
de defensa, o exorbitancia de la sentencia a las reglas propias del proceso concursal, por
ejemplo respecto de la tasa de interés desproporcionada y por último revocatoria o
ineficacia de pleno derecho que implique la inoponibilidad del crédito reconocido por
sentencia a la masa.
La otra tesitura se enrola en determinar si es oponible o no la sentencia a terceros
comparando ello con los efectos relativos de los contratos celebrados por el deudor con
anterioridad al proceso concursal y por los cuales se hubiera constituido algún derecho que
ahora pretende insinuarse al pasivo concursal. No obstante podría ser viable según esta
postura la revisibilidad de la cosa juzgada cuando a) Exista cosa jugada fraudulenta, b)
Ineficacia del acto jurídico que da sustento a la sentencia y c) Adecuación de la sentencia a
la nueva realidad concursal.3
3.-La falta de indicación de la causa y composición del crédito.
Ante la mera hipótesis, de que quien se presente a insinuar el crédito pretenso omitiese
detallar e indicar la causa de la obligación, es probable que ante dicha omisión, la
sindicatura niegue la viabilidad del consejo sindical en forma positiva, dado el
incumplimiento de la carga legal. (conf art. 32 de la LCQ).Ahora bien cuando la insinuante se limita a pedir la verificación de un crédito, invocando
la existencia de una sentencia dictada en el fuero laboral, sin indicar la causa de la
obligación que pretende verificar, conforme la exigencia de los Arts. 32 y 200 de la L.C.Q. y
de la jurisprudencia plenaria vigente en el Fuero (Fallos "Difry" y "Translínea") debe ser
revisado, y en particular ante la existencia probable de fraude o dolo, amén de la existencia
de cosa juzgada material.
Tal como afirma la doctrina4, -a la que adherimos sin atisbos- la cuestión sustancial es
determinar “qué sucede cuando se observa que entre las redes de la cosa juzgada ha
quedado atrapada la justicia, y que el resultado disvalioso de la sentencia no se debe a la
culpa ni al dolo ni a la desidia del perjudicado sino que, por el contrario el rédito de quien
ha actuado antifuncionalmente se convierte en un fallo intolerablemente injusto, que viene
3
4
RIVERA, Julio C. “La eficacia de la cosa juzgada material ante los juicios concursales, LL 29.061998
HITTERS, Juan Carlos “Revisión de la cosa juzgada” Pag. 280, Ed. Librería Editora Platense Buenos Aires, Febrero de 2001.
4
a ser el cómplice involuntario de la maquinación fraudulenta.
Entonces ¿puede
permanecer endeble un dispositivo sentencial que se ha formado en base a la un material
litigioso alterado?
Y más aún, Hitters citando a Couture5, entiende que es viable la acción revocatoria contra
la cosa juzgada, y el hecho de que no esté legislada no obstaculiza su accionar, dado la
aplicación de principios generales del derecho no necesitan que estén expresamente
establecidas. “si se cierra la vía a la acción revocatoria, el fraude procesal y aun las formas
delictuosas del proceso adquieren carta de ciudadanía y carácter legítimo. La máxima fraus
Omnia corrumpit carecerá ya de aplicación, porque una envoltura de cosa juzgada purifica
todos los vicios de los actos jurídicos.4.-Vía procesal de impugnación
Ante la falta de recepción legislativa de la acción autónoma procesal declarativa de
nulidad, a los fines de que no se sigan configurando el fraude, colusión, dolo, se perpetua
como vía única ante tal tamaña desfiguración de la verdad material.
Por su parte también en la doctrina se interrogan acerca de que si la acción de dolo puede
ser una mecánica impugnativa de la cosa juzgada, asimilable al de cosa juzgada írrita,
previsto en la ley concursal6, el autor citado entiende que no sería posible dado que las
causales que habilitarían el planteo de nulidad de cosa juzgada es más amplio que el dolo,
único factor previsto en el art. 38 de la LCQ.
5.-Necesidad de un particular análisis de la sentencia dictada en sede laboral.
Sin embargo en nuestra opinión entendemos que no solo es viable la posibilidad de
cuestionar un crédito con sentencia firme en la acción de dolo, sino que también puede ser
revisado mediante el recurso establecido en el Art. 37 de la LCQ, dependiendo en el caso de
la facultad investigativa, oficiosa y discrecional que detenta el tribunal de la quiebra.Es decir entendemos que ante el concurso preventivo o la quiebra del fallido, los cesantes
podrían solicitar la revisión de la cosa juzgada, a través de la acción de revisión por dolo.
Existiendo un serio cuestionamiento de la legitimidad de la deuda verificada, el apego a un
rigor formal excesivo en la interpretación de las normas significaría ignorar las constancias
5
6
COUTURE, Eduardo ; “ Estudios de derecho procesal civil”, Bs. AS. 1951 Ed. Ediar, p. 404
BARREIRO, Marcelo “Apuntes sobre el incidente de revisión y la acción de dolo en los procesos concursales”-
5
de la causa y desatender la verdad jurídica objetiva, pudiendo redundar en un menoscabo
del derecho de defensa de dificultosa reparación ulterior. Por tanto, la sentencia que
desestime el agravio relativo a que se recepte la verdad real que surge de la prueba rendida
no sólo aparece como un excesivo rigor formal al desconocer las constancias de la causa,
sino que la descalifica en los términos de la doctrina de la arbitrariedad.
Nadie a esta altura podrá desgarrarse las vestiduras ni sonrojarse respecto de un crédito
venido de sede laboral, y con sentencia dictada firme, y constatar desproporciones
inusuales en montos indemnizatorios como multas recaídas basadas en presunciones
determinadas por la normativa laboral que cuyo eco fue el fundamento de la acción de
cobro.
Puede categóricamente decirse que dicha sentencia detenta un carácter de cosa juzgada, y
resulta una pretensión intocable frente a la quiebra o el concurso?.
Y pues bien además, cuando se advierte que la sentencia verificatoria fue la culminación de
una verificación irregularmente solicitada y aconsejada, ¿cabe indagar si aquella exhibe el
real carácter de pasada en autoridad de cosa juzgada?
A los dos cuestinamientos expuestos, en nuestra opinión no puede una sentencia con
carácter de cosa juzgada ser intocable frente al concurso o la quiebra, ya que si de la
indagación efectuada –tanto ante la hipótesis impugnativa de la deudora, un acreedor, o el
síndico, se constata la inexistencia de causa, ya sea por presunciones inexistentes, defensa
deficiente, o abuso de la acción laboral, que bajo el manto del título justificativo que
detenta su contenido es falaz.
Agregamos que este
remedio bajo análisis no debe perder su innata condición de
excepcionalidad, porque de lo que se trata es de dar una solución justa a la cuestión
debatida en la causa, a fin de que se resuelva con plena cognición lo que se omitió dirimir
en la fase anterior. Opinamos que solo si se permite en su caso, obtener un resultado
diferente del alcanzado en el proceso anterior, toda vez que en la causa traída a
conocimiento los deudores revisten calidad de parte y han contado con plena amplitud
probatoria para debatir la causa de la obligación, y no como pudieron ser condenados ante
la sola aplicación de presunciones legales.6
Firmemente afirmamos que no es una generalización de premisa ante todo crédito laboral
con sentencia firme que venga a verificar. Sino que se trata de soslayar que la sentencia
pasada a autoridad de cosa juzgada no puede ser inmaculada cuando la causa es falsa o
tiene ilicitud en su contenido. (art. 501/ 505 del Código Civil de la Nación).
Entonces tendremos que constatar si en el caso existe perpetuada la figura de dolo y sobre
los alcances de ella (deliberada intención de no cumplir pudiéndolo hacer; ejecución de
actos a sabiendas y con propósito de dañar, etc) por lo que será analizado como la
ejecución a sabiendas de un proceso irregular para dar visos de legalidad a la creación de
un título ejecutivo, con el fin de llevar a engaño sobre la legitimidad de determinada
acreencia. Ello permitirá en caso de probarse el dolo, la anulación de la sentencia
verificatoria. (CNCom. Sala B, “Inlica SRL, s. quiebra c. AFIP, s. ordinario” 11.06.2009)
Y la Corte ha establecido que nunca deben convalidarse sentencias inicuas. En todo caso, la
propia Corte Suprema de Justicia de la Nación se ha encargado de dejar claramente
sentado que no procede invocar irrestrictamente el argumento del respeto a la cosa
juzgada, a fin de amparar desmesuras o irregularidades que pudieran dar lugar a
resultados irrazonables o injustos.(C.S.J.N. “Banco Central de la República Argentina en
Centro Financiero S.A.” 20.02.2002)
6.-Fundamentos de la viabilidad de la revisión por dolo.
Conforme la citada normativa y jurisprudencia, todo acreedor que requiera la verificación
de su crédito en un concurso preventivo o quiebra, está obligado a indicar monto, causa y
privilegios y, en tanto el pedido de verificación produce los mismos efectos que la
demanda, la omisión de tales requisitos obsta a su procedencia, debiéndoselo rechazar in
limine del mismo modo que una demanda que no cumpla con los requisitos legales (arg.
arts. 330 y 337, Cód. Procesal, aplicables por remisión del art. 278 de la L.C.Q.).
En igual sentido, la jurisprudencia ha resuelto que los arts. 32 y 200 de la L.C.Q. receptan
el deber genérico del acreedor que pretende concurrir al proceso concursal de "indicar" y
"acreditar" la causa de la obligación.7 La doctrina ha señalado que debe entenderse por
C.N.Com., Sala A, "Gami Gabinete Asesor Medicina Industrial S.R.L. s/ Incidente de verificación por Antoni Ricardo Marcelo y
otro", 23.12.08.
7
7
causa a los efectos concursales, “el hecho dotado por el ordenamiento jurídico con
virtualidad bastante para establecer entre acreedor y deudor el vínculo que los liga”8.
La omisión en la indicación de la causa de crédito cuya verificación pretende, omisión que
no puede ser salvada por la sindicatura o de oficio por el Juez, a efectos de no afectar el
principio de congruencia (art. 163 inc. 6º del C.P.C.C.N.), incumbiendo a la pretensa
acreedora la carga de la prueba concreta, detallada y precisa la existencia y la legitimidad
de la causa de la acreencia que pretende verificar (art. 377 del C.P.C.C.N.), por lo que debe
desestimarse la insinuación que se impugna.
Y porque afirmamos esto. Precisamente porque en materia concursal no rigen las
presunciones otorgadas en sede laboral, precisamente porque desaparece la relación
bilateral entre deudor y acreedor, actor y demandado, para insertarse en los principios
universales que rigen en el proceso falencial y concursal.
A modo de ejemplo, rige en materia laboral la presunción establecida en el Art. 23 del la
LCT, en tanto establece que “El hecho de la prestación de servicios hace presumir la
existencia de un contrato de trabajo, salvo que por las circunstancias, las relaciones o
causas que lo motiven se demostrase lo contrario”.
Esto significa que si bien el contrato de trabajo no se presume gratuito, sino oneroso, se
encuentran exceptuados de esta presunción diversas hipótesis tales como a) el trabajo
familiar, b) entre concubinos, c) trabajo por motivos religiosos, d) actividad deportiva
amateur, e) actividades benéficas, culturales, f) servicios amistosos y de ayuda benévola.
La doctrina laboral enseña que la ley no prohíbe la prestación gratuita, no priva al
trabajador del derecho o el poder de disponer gratuitamente de su trabajo, si bien esta
exige prueba.9
Esto implica que mientras en la acción iniciada por la parte presumiblemente de un
trabajador, encontrándose la demandada imposibilitada de demostrar cabalmente las
hipótesis descriptas en los ítems, referenciados, puede regir la presunción a favor de
aquella solo en dicha litis, y en función de ello hacerse acreedora de una sentencia imbuida
LLAMBÍAS Jorge J., “Código Civil Anotado”, Bs. As., Ed. Abeledo Perrot, 1979, T. II - A, pág.24; citado por JUYENT BAS MOLINA SANDOVAL, “Ley de concursos y Quiebras - comentada”, Bs. As., Ed. Lexis Nexis, 2003, T. I, pág. 203; GALÍNDEZ
Oscar, “Verificación de Créditos”, Bs. As., Ed. Astrea, 2001, pág. 346
9
LOPEZ, Justo; CENTENO, Norberto, FERNANDEZ MADRID, Juan C. “Ley de Contrato de Trabajo Comentada”, Editorial
Ediciones Contabilidad Moderna Tomo I, Buenos Aires, 1987, pag. 270
8
8
como fundamento solo las presunciones establecidas en el Art. 23 de la LCT, primera
parte.
Y nos preguntamos. ¿Es esa sentencia la que hace cosa juzgada material en sede concursal,
y bastaría con el simple título de dicha sentencia para viabilizar la verificación de crédito?
Creemos que no. Haciendo un paralelismo con los tipos de créditos reclamados mas
defendidos como autónomos, tales como los créditos fiscales, los créditos privilegiados, las
preferencias concursales, ninguno de ellos es inmune a la barrera insaturada por el Art. 32
de la LCQ. Si bien entendemos que la norma impone una acentuada calificación de la
causa, esta opera como filtro para determinar el real pasivo del falente.Y en otra hipótesis no menos real, se podría mediante la impugnación de créditos acreditar
la irrazonabilidad e insustentabilidad de la liquidación solicitada. También entendemos
que sí, dado que si so pretexto de firmeza de la sentencia se aprecia desmesura de la
misma, principios elementales de derecho como los aludidos deben ser aplicados en
función de que se vea conculcado el valor justicia.
En cuanto al procedimiento coincidimos con Fenech, citado por Hitters10, quien destaca
que la revisión “constituye un nuevo proceso que tiene por fin un hecho- la existencia de
una sentencia firme-, fundamento de una pretensión encaminada a que se lleve a cabo por
el titular del órgano jurisdiccional una declaración constitutiva impeditiva con un
contenido correcto, a saber, que se impidan los efectos de una sentencia firme que se
impugna” y agrega siguiendo a Chiovenda y Calamandrei,11 que la revisión de la cosa
juzgada, más que un medio de impugnación en si es una verdadera acción autónoma, por
supuesto que los caracteres puros se aguan en la práctica, apareciendo entonces una figura
híbrida que participa de las individualidades de ambos institutos.
Por último nótese que en relación al diagrama de las empresas en nuestro país,
prácticamente en un 80 % son empresas de familia, y tal como enseña la doctrina12, el art.
27 de la Ley de contrato de Trabajo, exceptúa del encuadre como socio-empleado, al socio
que recibe instrucciones o directivas en caso de sociedades de familia entre padres e hijos,
HITTERS, Juan Carlos “Revisión de la Cosa Juzgada” II. Edición, Ed. Librería Editorial Platense, La Plata 2001, pág. 15.
HITTERS, Juan Carlos, op. cit. Nota 4, pag. 17.
12
FAVIER DUBOIS, Eduardo M. (h) “La empresa familiar frente al derecho argentino. Hacia su reconocimiento doctrinario y
sustentabilidad jurídica”, pub. El Derecho 17.02.2010.
10
11
9
constituye una norma tutelar, también oponible a los organismos de seguridad social. Pero
más aún agrega, que la normativa es claramente restrictiva en tanto el trabajo de los
integrantes de la familia en la empresa, mientras exista subordinación
aparecería
comprendido en la presunción del art. 23 de la LCT, sin considerar si se trata de socios
(distintos al hijo) o de familiares que colaboran con causa familiar y tienen un sustento
independiente.
Podríamos también hacer un paralelismo con el derecho Fiscal en el sentido de que si bien
entendiendo que en sentencias administrativas, con apelación y jurisdicción en el tribunal
Fiscal de la Nación, cuando estas la doctrina negatoria de la independencia de dichos
tribunales establecen que las resoluciones recaídas en aquel no hacen cosa juzgada atento a
que se trata de fallos y no de sentencias, y por ende recurribles en instancias ordinarias
judiciales, -Cámara Contencioso Administrativa Federal-, la equivalencia existente entre
estas y las tramitadas en sede Laboral, resulta interesante, toda vez que las presunciones
en ambas especialidades tienen un sesgo demasiado intenso que en muchos casos
fundamentan los argumentos establecidos en las resoluciones ya sea administrativas –en
cuanto a materia fiscal se trate-, u ordinarias- en tanto se tramite un expediente entre
trabajador y empleador.Afirma la doctrina civil13 que “…la sentencia puede fundarse exclusivamente en
presunciones cuando hubiese imposibilidad de obtener otra prueba, en tal sentido cuando
el demandado no colabora en la producción de prueba a los fines de realizar una pericia.,
se presume que tiende a ocultar su contabilidad e impedir la concreción de la misma, ello
genera una presunción en contra conforme lo dispuesto en el articulo. 918, 919 y 1198 del
Código Civil”.
La doctrina civilista se encarga de diferenciar correctamente el concepto de indicio y
presunción. Así Alsina14 distingue indicio de la presunción alegando que aquél es todo
rastro, vestigio, huella, circunstancia y, en general, todo hecho conocido, o debidamente
comprobado, susceptible de llevarnos por vía de inferencia al conocimiento de otro hecho
13
ARAZI, Roland, ROJAS Jorge A., “Código Procesal Civil y Comercial” Comentado, Tomo II Editorial Rubinzal Culzoni, Santa
Fé 2007, pág. 402.
14
ALSINA, Hugo “Tratado teórico y práctico de derecho procesal civil y comercial” Tomo III, Editorial Ediar 2da. Ed. 1958.
pag. 683.
10
desconocido. Es una circunstancia que por sí sola no tiene valor alguno; en cambio,
cuando se relaciona con otras y siempre que en graves, precisas y concordantes,
constituyen una presunción. Por lo tanto, la presunción es la consecuencia que se obtiene
por el establecimiento de caracteres comunes en los hechos. (lo resaltado es nuestro).
Y la Cámara Comercial ha expuesto al respecto que la presunción cede cuando la
sindicatura realiza una impugnación con suficiente fundamento, no desvirtuada por la
incidentista, con prueba en contrario,
hay que apartarse de la deuda determinada
oficiosamente) .
15
Y en el caso fiscal, también que los tributos fijados en procedimiento de determinación de
oficio con base real o presunta, configuran causa suficiente a los fines del art. 32 de la LCQ,
dicha presunción puede ceder cuando se cuestione, la legalidad del procedimiento, la
constitucionalidad de la ley o la defensa del fallido o del síndico, en tanto las liquidaciones
efectuadas por el Fisco no condicen con la realidad, ej. Pago del tributo acreditado,
quedando en tal caso desvirtuada la legitimidad de la certificación16.
Sin perjuicio de ello, la Sala D, dispuso al respecto que debe verificarse el crédito de la
AFIP, -a pesar de que la concursada realice cuestionamientos por duplicidad del reclamoy que
la sindicatura sostenga que la documentación acompañada no es suficiente por
parte del organismo para acreditar la causa. Toda vez que no se convence al Tribunal con
ello para desvirtuar la presunción de legitimidad de las boletas de deuda17.
Es que el Juez del concurso podría llegar a revisar los hechos y la prueba en el juicio y no
compartir el sentido de la sentencia judicial y advertir fraude procesal. El valor seguridad
jurídica no es ajeno al resto de los valores esenciales del estado de derecho el que impone
“organizarse sobre bases compatibles contra los derechos y garantías constitucionales” y la
sacralizada de la cosa juzgada no existe cuando se trata de vicios por estafa procesal o
voluntad de las partes o del propio juzgador.
En tal sentido, expresa Gebhardt que la
18
debilidad de la invocación de la cosa juzgada frente al concurso se evidencia en el plano
15
16
17
18
CNCom. Sala A, “Frigorífico Yaguané S.A., s. quiebra s. inc. de revisión p. AFIP” 14.02.08.
Conf. Frigorífico Yaguané, op.cit. nota 30.
CNCom. Sala D “Emilio López S.A., s. Conc. Prev. S. inc. de revisión p. AFIP” 19.05.2008.
DASSO A., op. cit., pág. 30.
11
subjetivo, pues la sentencia antecedente recayó contra el deudor y hoy se pretende que
opere contra el concurso y en virtud del desapoderamiento las relaciones preexistentes
deben ser objeto de revisión para que se conceda concurrencia a la liquidación. El citado
autor destaca que “Maffía dijo claro que no juega la cosa juzgada porque se excede su
marco de operatividad personal, razón que descalifica el argumento que busca base en la
garantía constitucional”19. Especialmente, debe tenerse en cuenta que la sentencia es
inoponible al concurso cuando ella es el resultado de un profeso colusorio o fraude
procesal, de modo que exista cosa juzgada írrita.
La jurisprudencia ha señalado la cosa
20
juzgada del juicio laboral supone que sea el resultado o el producto de una relación y
trámite procesal trabado y desarrollado en forma regular, con adecuada posibilidad de
ejercicio del derecho de defensa21. Al respecto, debe tenerse en cuenta que la Corte
Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido que la existencia de resoluciones que
formalmente se apartan de lo dispuesto en una sentencia firme, lejos de menoscabar la
autoridad de la cosa juzgada, la preservan, porque salvaguardan su justicia, sin lo cual el
más íntimo sentido de dicha autoridad, que es su sentido moral, no es concebible.22 Es que
la cosa juzgada es un instrumento indispensable de paz, seguridad y justicia en las
relaciones jurídicas de los hombres, pero no es un valor absoluto sino relativo. La
necesidad de firmeza de las decisiones judiciales debe ceder, en determinadas
circunstancias que ocasionen grave perjuicio, ante la necesidad de tutelar a la verdad como
contenido intrínseco del valor justicia. La finalidad de la revocación será en lo esencial,
reparar el perjuicio causado por el dolo, el fraude la colusión o la indefensión,
correspondiendo acudir a la acción autónoma de la revisión de naturaleza declarativa y a
tramitar por proceso ordinario sólo en aquellas hipótesis en que no haya sido posible
utilizar otro medio impugnativo.23
La cosa juzgada es un instituto que apunta a la certeza de lo resuelto, y no hace falta
destacar una vez más la importancia de ese desideratum: la certeza es un ideal jurídico,
pero como todo otro correlacionado al valor supremo de la tabla de valores jurídicos: la
19
20
21
22
23
GEBHARDT Marcelo, "Concursos y Cosa Juzgada", E.D. 19.08.85.
RIVERA Julio C., "La eficacia de la cosa juzgada material ante los juicios concursales", L.L. 29.06.98, pág. 3.
C.N.Com., Sala B, 03.04.98, “Etienne S.A. c/ Quiebra s/ Incidente de verificación por Osvaldo Mazza”, E.D. 181-178.
C.S.J.N., 15.06.04, “El Soberbio S.A. s/ Concurso preventivo”, IJ-V-952.
LANDONI SOSA Ángel, "La revisión de la cosa juzgada", 27.05.09 J.A. 2009- II Fascículo 9
12
certeza sólo es valiosa si a la par es justa. Así como son valiosos la seguridad, o el orden, o
la paz cuando traducen justicia, así la certeza no conlleva aquella dignidad de suyo. Casi
podríamos invertir los períodos del enunciado: cuando una decisión es justa -con todo lo
de cambiante y subjetivo que esa noción implica–, por eso valoramos positivamente su
certeza. Si resulta injusto atar al deudor a resultados sobre los cuales poco o nada pudo
hacer, entonces la seguridad y la certeza de las decisiones bien podría contrariar el valor
jurídico fundamental24 . Por último, cabe destacar la existencia de dolo en el pedido de
verificación que se impugna, consistente en la intención provocar un el error provocado
por el pretenso acreedor, cuando incurre en una aserción falsa o disimula lo verdadero
para aparentar la presencia de un crédito inexistente, conociendo su origen ilegítimo, por
lo que admitir el crédito insinuado implicaría privilegiar un excesivo rigor formal con
menoscabo de garantías constitucionales 25.
7.-Consideraciones finales.
Entendemos que el acreedor laboral con sentencia dictada en la sede origen, y siempre que
la deudora, la sindicatura, o un acreedor, falente o concursal, impugne su crédito, no
concurre al concurso o la quiebra como un acreedor exceptuado de revisibilidad de la causa
por detentar un título basado en una sentencia pasada a autoridad de cosa juzgada, sino
que es un acreedor mas que debe indicar y probar su crédito, como cualquier otro, y que la
sentencia recaída en sede laboral, será o no suficiente teniendo en cuenta la totalidad de la
situación planteada en el concurso, entre la que se cuenta las fundadas objeciones del
deudor o del síndico y el resto de elementos obrantes en el proceso concursal.
Y en tal sentido calificada doctrina ha señalado que el crédito, aún reconocido en sentencia
judicial pasada en autoridad de cosa juzgada, debe ser sometido a la investigación que en
forma pareja con los demás créditos por otra causa o título debe realizar el síndico. La
sentencia dictada en otro juicio no releva del deber de verificar, pues como enseña Maffía:
24
MAFFIA Osvaldo J., "Sentencia de verificación y cosa juzgada", E.D. 17.03.99).
25
C.N.Com., Sala B, “Inlica S.R.L. s/ Quiebra c/ A.F.I.P.”, 11.06.09, L.L. Suplemento Concursos y Quiebras del 25.08.09,
pág. 68.
13
“No hay fallo que valga a la hora de verificar”26. Siempre se afirma que la sentencia pasada
a autoridad de cosa juzgada se caracteriza por la resolución que en forma individual recae
entre las partes la cual da certeza jurídica y por ello la res judicata adquiere el valor
inmutable. Nosotros pensamos que solo alcanza este valor supremo solo si en el mismo pie
de igualdad encontramos el valor justicia, dado que una sentencia que resulta reprochable
por contener en ella hechos falsos que llevaron al juzgador al yerro tal de generar una
sentencia arbitraria carece de los valores indicados.Hitters,27 siguiendo a Kelsen, señala que si los derechos bien adquiridos pueden ser
limitados, como no podría hacerse lo mismo con los mal adquiridos, destruyéndolos a
través de un procedimiento de revisión.
Y agrega el citado autor, que el tema debe resolverse en justo medio, ni una cosa juzgada
con toques de divinidad, de carácter infalible e indiscutible, ni e indiscutible, ni una total
posibilidad de revisión sin límites de tiempo y de motivos.
26
DASSO, Ariel A., "Verificación, títulos abstractos, sentencia judicial en juicio ejecutivo u ordinario, Cosa juzgada", L.L.
suplemento del 20.05.03, pág. 27.
27
HITTERS; Juan C. Op. cit nota 4. Pág. 182
14
Descargar