La fiscalidad de las obras de arte 1 de 1 http://noticias.juridicas.com/extras/print.php?doc=../areas_tematicas/nj... NJ Arte y Derecho La fiscalidad de las obras de arte De: Miquel Garcias Miquel Fecha: Junio 2009 Origen: NJ Arte y Derecho Las obras de arte nos pueden producir diferentes efectos de carácter estético, positivos o negativos, según sean o no de nuestro gusto. Pero al mismo tiempo producen otros efectos derivados de su transmisión: las consecuencias fiscales. LA COMPRAVENTA La fiscalidad del vendedor La transmisión puede ser, en primer lugar, a través de una compraventa. El vendedor puede ser el propio artista o un tercero, como, por ejemplo, un particular o una galería de arte. También podemos diferenciar según actúe el vendedor, como persona física o como persona jurídica. En el caso de la persona física es aplicable el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o el Impuesto sobre la Renta de los No-Residentes (IRNR), si se trata de un extranjero no residente. En el caso de la persona jurídica es aplicable el Impuesto de Sociedades (IS). En el caso de la persona física, hemos de diferenciar si se dedica profesionalmente a esta actividad o se trata de un particular. El impuesto total que se deba pagar será diferente en uno u otro caso. Si el vendedor se dedica habitualmente a la actividad de venta de obras de arte, se considera que los rendimientos que obtiene son provenientes de actividades económicas. Debe integrarlos en la base imponible general y tributa al tipo progresivo que le corresponda (desde un 24 % hasta un 43 %). Si se trata de un particular que realiza ocasionalmente una venta, el beneficio (o pérdida, en su caso) que obtenga tiene la consideración en su IRPF de pérdida o ganancia patrimonial. Tributa a un tipo fijo del 18 % sobre el beneficio. Respecto a las personas jurídicas, las posibles ganancias que se obtengan por la venta se deben computar en la contabilidad general de la sociedad. Los beneficios que obtengan tributarán en el Impuesto de Sociedades al tipo general del 30 %. Si se trata de una PYME, al tipo del 25 % por los primeros 120.202,441.- € y al 30 % sobre los siguientes. La fiscalidad en el comprador En cuanto al impuesto que ha de pagar el comprador, habrá que fijarse para determinarlo en el tipo de vendedor. Si el vendedor es un empresario, la operación estará gravada con IVA al tipo del 7 % si el vendedor es el mismo autor, sus sucesores o bien sujetos pasivos que no revendan las obras con derecho a deducción del 100 %; en el resto de supuestos se aplicará el tipo del 16 %. Hay que tener en cuenta que en el IVA existe un régimen especial de bienes usados, objetos de arte, antigüedades y objetos de colección (que por motivos de espacio no detallaremos): si el vendedor es una sociedad que no se dedica a la venta de obras de arte, la transmisión está exenta de IVA porque se trata de un bien no afecto a la actividad. En cambio, si se trata de un particular, la operación ha de tributar al tipo del 4 % por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP). LA TRANSMISIÓN GRATUITA La transmisión también puede ser a título gratuito, es decir, sin una contraprestación económica, entre personas vivas (donación) o como consecuencia de la muerte de una persona (sucesión). En este último caso, el destino de los bienes se determina por la propia voluntad de la persona difunta, manifestada esencialmente en el testamento, o bien, si falta esta última voluntad, por las disposiciones previstas en la Ley para este caso, en el supuesto de la sucesión intestada. También podemos distinguir entre los casos en que el difunto ha determinado el destino de sus bienes de manera individualizada, o bien cuando dispone de todos ellos como un conjunto universal, que se transmite a uno o varios herederos. Cualquiera de estas transmisiones está sujeta al Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD). Este tributo está cedido a las comunidades autónomas, algunas de las cuales han establecido bonificaciones importantes. Las repercusiones que tiene este hecho sobre la desigualdad que se puede producir entre los ciudadanos, dependiendo de la comunidad autónoma donde residan y también sobre la conveniencia o no de suprimirlo, va más allá del propósito de este artículo. Limitándonos entonces a la normativa general del impuesto, habrá que decir que, en principio, toda transmisión a título gratuito de una obra ha de tributar, teniendo en cuenta aspectos como el parentesco o el patrimonio preexistente a la hora de fijar la cuantía a abonar. Las obras de arte también pueden tener otra función desde un punto de vista fiscal: el pago de impuestos por medio de su entrega a la Administración. A pesar de todo, se trata de una forma de pago excepcional, limitada únicamente a los bienes catalogados que forman parte del patrimonio histórico. © 2009, Miquel Garcias Miquel, Prat Sàbat Advocats, [email protected] [Aviso Legal] http://noticias.juridicas.com Leggio, Contenidos y Aplicaciones Informáticas, S.L. Prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos sin el permiso de los titulares. 26/06/2009 14:36