San José, 8 de julio de a.D. 2012 Muy queridos hermanos en el presbiterado: Dios es Amor y nos concede el privilegio de ser instrumentos de su amor. PUREZA Y DIGNIDAD DEL CULTO EUCARÍSTICO Con el correr del tiempo han venido apareciendo diversas prácticas en torno a la exposición del Santísimo Sacramento, algunas de ellas muy loables y dentro del espíritu de la recta disciplina que garantiza el decoro y la dignidad con que debe ser tratado el culto eucarístico; pero hay otras que deben ser atendidas porque aparecen como desviaciones que ya no conviene mantener. Mencionamos algunas de ellas: 1. En toda reunión pastoral, no cultual sino evangelizadora o catequética (o de carácter académico en algún caso), con frecuencia se traslada el Santísimo y se expone en el lugar de la actividad a desarrollar. 2. En las iglesias, se dan ocasiones parecidas a lo mencionado en el número 1, es decir, que no son de carácter cultual sino académico, y también allí se expone el Santísimo. 3. En reuniones de carácter organizativo, sea en la iglesia (lo cual no debería ser) o bien en algún salón o casa particular, como es, entre otros, el caso de reuniones con padres de familia de catequizandos. Para que se eviten tales abusos, enviamos de nuevo, actualizado, el documento que a continuación aparece en su integridad. DIRECTRICES PARA LOS MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA DISTRIBUCIÓN DE LA SANTA COMUNIÓN «Son ministros ordinarios de la comunión el Obispo, el presbítero y el diácono» (CDC 910, §1) «Es ministro de la exposición del Santísimo Sacramento y de la bendición eucarística el sacerdote o el diácono; en circunstancias peculiares, sólo para la exposición y reserva, pero sin bendición lo son el acólito, el ministro extraordinario de la sagrada comunión u otro encargado por el Ordinario del lugar, observando las prescripciones dictadas por el Obispo diocesano». (CDC 943). En el ejercicio de su ministerio, el Ministro Extraordinario para la distribución de la santa comunión debe tener en cuenta las siguientes normas: 1. 2. Horas santas en casas particulares: No está permitido celebrar Horas Santas en casas particulares o en otros lugares que no sean de culto, sino únicamente en Iglesias debidamente bendecidas (o consagradas). La exposición del Santísimo Sacramento: Si en una Hora Santa no hay ministro ordinario, el ministro extraordinario hará la exposición simple, (abrirá el sagrario y dejará visible el copón con el santísimo sacramento, lo cual puede ser sólo abriendo las puertas del sagrario, o bien colocando el copón sobre el altar) y al final hará la reserva (cerrará el sagrario) sin dar la bendición. En lugar del copón, el ministro extraordinario 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. puede colocar el píxide en la custodia, dejándola colocada frente al sagrario o en el altar de la celebración (NOTAS PREVIAS DEL CULTO EUCARÍSTICO FUERA DE LA MISA, nn. 91 y 92). Distribución de la Sagrada Comunión: «La manera más perfecta de participar en la celebración eucarística es la comunión sacramental recibida dentro de la misa.» (Praenotanda del Culto Eucarístico fuera de misa, n. 13) «Se debe persuadir a los fieles a que comulguen en la misma celebración eucarística.» (Ibid. 14). Por consiguiente, fuera de la celebración eucarística, únicamente se dará la santa comunión a personas que, por su condición de salud, están imposibilitadas de asistir a la celebración. Sacar y reservar el santísimo sacramento ¿a quien le toca? Según IGMR 162 b y 163, corresponde al sacerdote celebrante, o a uno de los concelebrantes, o al diácono, extraer del sagrario y regresar a él las hostias consagradas para completar el número de los comulgantes. Por consiguiente, queda claro que no es función del Ministro Extraordinario de la Comunión. En celebraciones con poca concurrencia de pueblo, el MEC estará atento para ayudar a la distribución de la comunión, si las condiciones del que preside lo requieren. No es necesario que el MEC se lave las manos en presencia del pueblo, para distribuir la santa comunión. Es más, no conviene, para no crear en el pueblo la impresión de que se trata de un gesto ritual. Cuando sea llamado a colaborar en la distribución de la comunión en la Misa, el MEC subirá al altar después de que el celebrante haya comulgado. «Los ministros mencionados sólo deberán acercarse al altar después de que el sacerdote haya recibido su comunión, y deben recibir siempre de manos del sacerdote los copones o patenas que contienen las especies de la santísima Eucaristía para distribuir la santa Comunión a los fieles.» (IGMR, 162 b) Cuiden los ministros de que, cuando el fiel recibe la comunión en la mano, la lleve a su boca en presencia del ministro. Salvo en casos de escasez de lectores, no es recomendable que el MEC, en la misa en que distribuye la santa comunión, ejerza otro servicio, tal como el de lector, o monitor, o animador del canto. Tampoco se recomienda que haga la colecta para el culto. El día señalado para visitar a los enfermos, se ruega a los ministros que se reúnan todos en el templo a una misma hora, para que hagan oración en común antes de iniciar sus visitas. Con un cordial saludo, les invito a que continúen compartiendo con nosotros estas breves reflexiones, y que, con lenguaje catequético, las compartan con el pueblo de Dios. En Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, PBRO. ALFONSO MORA M. Coordinador