OBTENCION DE LA SEDE La sede de la celebración de los Juegos de la XIX Olimpiada fue conferida a la Ciudad de México en la 60a. sesión plenaria del Comité Olímpico Internacional, celebrada en Baden-Baden, Alemania (18 de octubre de 1963). Las cuatro ciudades postulantes a la sede olímpica fueron Buenos Aires, Detroit, Lyon y México, las cuales habían presentado oportunamente documentos que ofrecían datos sobre la historia y el estado U país respectivo, en cuanto a normas jurídicas y recursos económicos, y en cuanto a la calidad de las instalaciones y servicios en que fundamentaban su aspiración. El libro “México” (180 páginas) contenía la documentación oficial relativa a la petición de la sede, las respuestas al cuestionario de] COI, un informe sobre las instalaciones deportivas de la ciudad, algunas opiniones médicas sobre los “efectos” de la altitud en los atletas, una exposición W resultado de los eventos internacionales celebrados durante los últimos años, y una semblanza del arte y la cultura del país. No obstante la amplitud de los textos presentados y la riqueza de las imágenes gráficas, el COI solicitó de todos los postulantes algunas otras explicaciones adicionales, y fue necesario que por primera vez que los delegados mexicanos rebatieran en forma oficial las versiones propaladas sobre el “riesgo” que supone la altitud de la Ciudad de México y la especie de que podría traer a los atletas problemas graves de adaptación física. Para concluir con esta cuestión, que habría de pesar sobre México a lo largo de más de cuatro años, los mexicanos ofrecieron en Baden-Baden costear los gastos de los deportistas que solicitaran venir con alguna anticipación para aclimatarse a la situación geográfica del Altiplano. En apoyo a su candidatura olímpica, México presentó al Comité Olímpico Internacional un libro trilingüe de 180 páginas (arriba) que no solamente respondía al cuestionario oficial, sino que presentaba un proyecto de financiamiento, una semblanza histórica del país, los resultados de los eventos deportivos efectuados con anterioridad, un informe detallado de las instalaciones deportivas y las condiciones climáticas de la Ciudad de México, así como diferentes opiniones médicas de los posibles efectos de su altura (2 260 m). 12 Evaluados los datos y argumentos, la Ciudad de México obtuvo 30 votos de los 58 emitidos, Detroit 14, Lyon 12 y Buenos Aires 2. Las gestiones mexicanas iniciadas el 7 de diciembre de 1962 habían, pues, triunfado. Era obvio que el COI, al conferir la sede a México, no pensaba que su altitud pudiera dañar la salud de los participantes y mucho menos daba fe a algunos peregrinos e infundados comentarios que fueron apareciendo en la prensa de diversos países: “Si los atletas tienen que amoldarse en seis u ocho días a una altura de mis de dos mil metros . . ., seré pesimista: ¡van a caer como moscas! No debe uno dejarse influir por la propaganda de los mexicanos, que naturalmente están poniendo a su ciudad por las nubes decía Manfred Kinder en el Berliner Ausgabe (Hamburgo; diciembre 11 de 1964). Los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México se encuentran seriamente amenazados. Deportistas de muchos países europeos fueron invitados a la Ciudad de México para participar en una especie de Olimpiada de ensayo. Todos han regresado diciendo: ¡Es un escándalo que se haya confiado a México ser anfitrión de los Juegos Olímpicos! Se necesitaría estar allí siquiera medio año antes de poder acostumbrarse al aire pobre en oxígeno ... Se pondría en peligro la vida si se trata de batir récords. Toda la prensa europea se pregunta cómo ha sido posible que el Comité Olímpico aceptara que tantos deportistas sean expuestos a condiciones tan poco frecuentes. Ya se formula la exigencia: ¡Quítenle a México los Juegos Olímpicos!” -Extra-Bladet~ (Copenhague; octubre 20 de 1965). Había también comentarios menos agresivos: “Nadie espere que se rompan récords en los Juegos de México, en las pruebas de medio fondo y fondo, en las carreras a pie y en natación” -Le Monde (París; octubre 22 de 1965). Pero el COI tuvo la firme convicción de que la altitud no podía ser tan riesgosa si en la Ciudad de México viven tranquilamente mis de 6 millones de habitantes, a 13 quienes visitan anualmente mis de un millón de turistas provenientes de diferentes climas y altitudes. Estos temores -basados en conjeturas mis que en hechos- fueron ampliamente invalidados durante la 111 Semana Deportiva Internacional efectuada en la Ciudad de México como había ofrecido el Comité Organizador de la Olimpiada, en Baden-Baden. los resultados de los diferentes eventos -así como de las investigaciones fisiológicas llevadas a cabo por los científicos de los países que participaron en ella- resolvieron de una vez por todas la controversia sobre la altitud, y las naciones convencidas de lo infundado de estos temores enviaron a sus contingentes completos. 14 Don Adolfo López Mateos, el entonces presidente de México (1958-1964) y primer presidente U Comité Organizador, es recibido con entusiasmo a su retorno de Roma, donde presentó el 111 Informe de México ante la Junta Plenaria del COI. Unos meses después, A. López Mateos tuvo que presentar su renuncia definitiva por razones de salud. 16