2016ko martxoaren 01a Gaur egungo informazioa ಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊಊ Actualidad informativa 01 de marzo de 2016 01 de marzo de 2016 SOCIEDAD La siniestralidad laboral en Euskadi se mantiene estable en 2015, a pesar del «notable» incremento de la actividad El índice de incidencia por cada mil trabajadores apenas varía unas décimas, de 36,01 en 2014 a 36,15 en 2015 El indicador clave de Osalan en 2015 señala que la siniestralidad laboral en Euskadi se mantiene estable, a pesar del notable incremento de la actividad, según ha informado Confebask. Según los datos de Osalan referidos al conjunto del año pasado, el índice de incidencia por cada mil trabajadores apenas varía unas décimas, de 36,01 en 2014 a 36,15 en 2015, "aunque ahora hay mucha más actividad económica". Los accidentes mortales en el centro de trabajo se mantuvieron en las mismas cifras, y sólo aumentaron los ocurridos 'in itinere', esto es, durante el desplazamiento desde el domicilio a la empresa. Para el director del Departamento Jurídico-Laboral de Confebask, Jon Bilbao, desde el momento en el que se registra un solo accidente laboral "no se puede hablar de otra cosa más que de 'mala noticia'", pero "el hecho de que la cifra de incidencia por cada mil trabajadores se mantenga en prácticamente los mismos números que en 2014, aunque en 2015 se haya registrado un notable aumento de la actividad económica, demuestra que los empresarios y los trabajadores se están tomando en serio la prevención de riesgos laborales". En ese sentido, Bilbao ha señalado que, "fruto de ese esfuerzo colectivo, la evolución de los accidentes de trabajo ha experimentado una espectacular reducción en los últimos quince años". "Si en el año 2000, y con datos extraídos del propio Osalan el índice de incidencia de accidentes laborales por cada 1.000 trabajadores era de casi 80 casos (77,96), en 2015 han sido de 36 (36,15), menos de la mitad. Y si el número de accidentes mortales en el puesto de trabajo fue de 85 en el año 2000, 15 años después se han registrado 28, un 68% menos", ha destacado. El director del Departamento Jurídico Laboral de Confebask ha insistido en que "esa notable reducción de la siniestralidad laboral en Euskadi en la última década y media no es fruto de la casualidad", y ha abogado por "profundizar en ese esfuerzo colectivo de empresarios y trabajadores para reducir aún más la cifra de accidentes". 01 de marzo de 2016 EKONOMIA Pág. 32 Confebask afirma que la siniestralidad no aumenta La patronal destaca que el número de accidentes por cada mil trabajadores se mantiene constante La patronal vasca destacó ayer que la siniestralidad laboral en Euskadi se mantiene estable pese al aumento de la actividad económica. Confebask apunta que en 2015 el número de accidentes por cada mil trabajadores se situó en un nivel similar al de 2014. Los accidentes aumentaron el año pasado más del 7%, pero lo hizo también el número de operarios en activo. La organización empresarial vasca se refirió ayer a los datos del Instituto Vasco de Salud y Seguridad Laboral, Osalan, que indican que en 2015 el índice de incidencia por cada mil trabajadores apenas varió unas décimas, de 36,01 en 2014 a 36,15 el pasado año. Los accidentes mortales en el centro de trabajo se mantuvieron en las mismas cifras, 28 fallecimientos, y sólo aumentaron los ocurridos durante el desplazamiento desde el domicilio a la empresa, que pasan de 2 en 2014 a 5 en 2015, subraya Confebask el “indicador clave” El director del departamento jurídicolaboral de la patronal vasca, Jon Bilbao, señaló que el hecho de que “el indicador clave” de Osalan señale que la cifra de incidencia se mantiene en “prácticamente en los mismos números que en 2014”, evidencia que los empresarios y los trabajadores “se están tomando en serio la prevención de riesgos laborales”. El directivo recuerda que los accidentes de trabajo han experimentado “una espectacular reducción” en los últimos quince años. En 2000 el índice de incidencia de accidentes laborales por cada mil trabajadores era de casi 80 casos, y en 2015 ha sido de 36. Los accidentes laborales se cobraron 608 vidas en 2015, 28 más que en 2014 500 se produjeron durante la jornada de trabajo, 33 más que un año antes En el trayecto hacia o desde el trabajo fallecieron 108 personas, 5 menos A lo largo de 2015 se produjeron 518.988 accidentes con baja, el 5,7% más Los accidentes laborales se cobraron 608 víctimas mortales en 2015, lo que supone 28 fallecidos más que en 2014, según la estadística de accidentes laborales que elabora el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. De estos 608 accidentes mortales, 500 se produjeron durante la jornada de trabajo, 33 más que un año antes, mientras que "in itinere" (en el trayecto hacia o desde el trabajo) fallecieron 108 personas, 5 menos que en 2014. De los 500 accidentes mortales en el transcurso de la jornada laboral, 237 se registraron en el sector servicios (10 más); 128, en la industria (42 más); 76, en la construcción (3 más); y 59, en el sector agrario (22 menos). Del total de trabajadores fallecidos, 557 eran hombres y 51 mujeres. A lo largo de 2015 se produjeron 518.988 accidentes con baja laboral, el 5,7% más, de los que 449.223 ocurrieron durante la jornada de trabajo y 69.765 fueron "in itinere". De los 449.223 accidentes ocurridos en la jornada de trabajo, 3.358 fueron gra ves (29 más que un año antes) y 445.365, leves (24.536 más), además de los 500 mortales. UGT pide incrementar las actuaciones de la Inspección de Trabajo ante el repunte de la siniestralidad UGT ha pedido este lunes que se incrementen las actuaciones de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social ante el repunte de la siniestralidad laboral en el ejercicio 2015. Según datos del Ministerio de Empleo, un total de 608 trabajadores fallecieron en accidente laboral el año pasado, 28 más que en 2014, lo que supone un aumento en términos relativos del 4,8%. En 2015 se contabilizaron 518.988 accidentes laborales con baja, un 5,7% más. Además de una mayor intervención de la Inspección, el sindicato ha reclamado una mayor vigilancia del cumplimiento de la normativa, potenciar la coordinación entre las distintas Administraciones Públicas, y la publicación de las sanciones por infracciones muy graves en materia de siniestralidad. Asimismo, UGT ha exigido al futuro Gobierno un compromiso para garantizar la salud integral de los trabajadores como eje esencial de la política de salud pública. "La crisis se ha utilizado como excusa para abandonar la inversión de las empresas en políticas de prevención de riesgos laborales y la precariedad que se ha instalado en el mercado de trabajo es sinónimo de incremento de la siniestralidad laboral", ha denunciado en un comunicado. Confirman la condena a un servicio de prevención por negligencia en la muerte de un granjero: 274.000 euros de indemnización El empleado murió en 2007 por la falta de vigilancia de una enfermedad pulmonar agravada con una neumonía por legionela La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha confirmado la condena a un servicio de prevención, en concreto a Prevención Navarra, por la muerte del empleado de una granja situada en Etxarren (Arakil), que falleció por una enfermedad pulmonar agravada por un contagio por legionella en la propia empresa y después de que el tribunal ratifique, al igual que hizo la juez de primera instancia, que se produjo una falta evidente de vigilancia en la salud del trabajador y de sus problemas respiratorias. El TSJN ha desestimado los recursos tanto del servicio de prevención como de la propia Granja Dos Hermanas y ha confirmado que deberán abonar de forma solidaria 274.780 euros a la viuda y los seis hijos del fallecido. La familia del fallecido era representada por el despacho de abogados de María José y José Luis Beaumont Aristu. Ignacio Iriarte Otamendi, vecino de Etxarren-Arakil, comenzó a trabajar en la granja en 1972 como peón y luego fue realizando diversas funciones hasta llegar a ser catalogado en la propia empresa como trabajador comodín, guarda y encargado, y por eso pactó el uso de la vivienda que hay en el interior de la granja. En los diversos servicios que tenía encomendados tenía contacto con piensos, polvo del molino y productos químicos muy agresivos e irritantes para las vías respiratorias. En la resolución se constata que en numerosas ocasiones el trabajador sufría accesos de tos cuando realizaba sus tareas que le obligaban a abandonar la actividad y para evitarlos usaba mascarillas protectoras. Cuando Ignacio empeoró su estado de salud fue el 15 de mayo de 2007, cuando causó baja por una bronquitis aguda que requirió hospitalización hasta el 6 de junio del mismo año, fecha en la que se le dio el alta hospitalaria y continuó tratamiento en su domicilio. El 17 de julio de 2007 volvió a ingresar en Urgencias del hospital Virgen del Camino, donde falleció el 28 de julio siendo la causa fundamental de la muerte la neumonía por legionella. Tenía 63 años. En todo el periodo, de 35 años, en el que Ignacio Iriarte estuvo trabajando en la granja, solo se cogió una vez la baja laboral pese a que tenía frecuentes problemas de tos, que bien no se percibieron o bien pasaron por alto en el servicio de prevención a la hora de realizarle el examen médico. Basándose en los hechos probados de la sentencia anterior, el TSJN evidencia lo contrario a lo que expone en su recurso Prevención navarra y, por tanto, no acepta su pretensión. Primero, dice, que la sociedad de Prevención practicó un reconocimiento médico anual al trabajador entre 2002 y 2007 y, sin embargo, no aplicó el protocolo de vigilancia sanitaria específica por neumonitis por hipersensibilidad, salvo en el reconocimiento médico que se le hizo en 2005. “Y decimos esto porque de hacerse hecho se hubiera detectado la enfermedad en sus inicios y se hubiera podido evitar su progresión. Sin embargo, se le detectó cuando ya era crónica y había desarrollado una fibrosis pulmonar”, expone el fallo de la Sala de lo Social. A mayor abundamiento, expone que “en la única ocasión en la que al señor Iriarte se le aplicó el citado protocolo, la actuación tampoco fue la adecuada pues ante los resultados de la espirometría, que detectaron un valor de capacidad vital forzada menor al 80% no se efectuó el estudio completo y la valoración por especialista en alergología, no se apartó al trabajador de la fuente de exposición, ni siquiera se le remitió a su médico de atención primaria”. Por tanto, el seguimiento de su patología queda seriamente cuestionado a la luz de estos hechos, a lo que conviene añadir que las espirometrías realizadas al trabajador durante 2002 y 2003 fueron “defectuosas” y en 2004, 2006 y 2007 “ni siquiera se practicaron”. Por ello, el TSJN entiende que tal proceder “comporta un claro incumplimiento” de lo dispuesto en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. El TSJN desestima los recursos que presenta la empresa ya que entiende que los informes periciales que obran en la causa ya fueron convenientemente valorados por la magistrada de instancia y ya se declaró en sentencia de 2008, emitida por el Juzgado de lo Social número 3, que el fallecimiento de Ignacio Iriarte derivaba de enfermedad profesional, de lo que concluyó que la causa principal y relevante del fallecimiento fue la alveolitis alérgica extrínseca de origen ocupacional, que le provocó una situación de inmunodepresión que le impidió superar la neumonía por legionela contraída por la bacteria encontrada en la empresa demandada. Un informe del Instituto de Salud Pública fechado en agosto de 2007, poco después del fallecimiento de Iriarte, indicaba que en la granja existían “instalaciones potencialmente transmisoras de legionelosis, concretamente redes internas frías, lanzas de agua a presión y enfriadores evaporativos. La granja, de hecho, incurrió en varios incumplimientos, concretamente al realizar el abastecimiento de agua fría de consumo desde un manantial sin autorización alguna y detectarse desperfectos en el relleno y suciedad generalizada por falta de mantenimiento de los enfriadores evaporativos. La empresa alegó que “el trabajador no pudo contagiarse del brote de legionela existente en una ducha fuera de servicio, anexa a las oficinas de la empresa, pues estuvo en situación de baja por enfermedad desde 74 días antes de su detección y esa bacteria se incuba al ser humano en un periodo de entre 2 a 10 días, el TSJN confirma lo que dijo la sentencia de la juez de primera instancia, que declaró probado que Iriarte “se duchaba con asiduidad en las duchas de las oficinas de la empresa, anexas a la vivienda que ocupaba. Todos los circuitos de agua de las instalaciones dieron positivo a la bacteria”. En aquel fallo, ya se decía que la empresa tenía que haber adoptado medidas preventivas suficientes y el servicio de prevención tenía que haber incluido el riesgo de contagio por legionela en su evaluación de riesgos. Por su parte, el recurso de Prevención Navarra, también desestimado, constaba de tres motivos. Entendía que un trabajador o su familia no está legitimado para demandar directamente al servicio de prevención en reclamación de una indemnización por daños, puesto que a su entender solo debía reclamar por ello a la empresa empleadora. El TSJN corrige lo anterior y expone que el artículo 31 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales obliga, precisamente, “a los servicios de prevención a estar en condiciones de proporcionar a la empresa el asesoramiento y apoyo que precise en función de los tipos de riesgo que en ella existan”. Se trata, por tanto, de una responsabilidad directa. Igualmente, Prevención Navarra entendía que la acción de los demandantes estaría prescrita y argumentó que no tenía por qué “asumir el peregrinaje judicial al que optaron los demandantes voluntariamente pudiendo haber ejercitado la acción que determinó este proceso desde la firmeza de la sentencia de 6 de octubre de 2008 del Juzgado de lo Social 3 en lugar de haber optado por una acción penal que nunca se dirigió frente a Prevención Navarra hasta el final del proceso”. Esas diligencias penales se archivaron en diciembre de 2012. La Sala de lo Social considera que “el plazo de prescripción para la correspondiente acción por indemnizaciones derivadas de accidentes de trabajo es el de un año y los procesos penales deducidos a consecuencia de un accidente de trabajo, impiden que pueda comenzar a correr el plazo prescriptivo de la acción sobre reclamación de daños y perjuicios derivada de ese accidente”. De hecho, recuerda la Sala que las diligencias previas también versaron “sobre la posible responsabilidad por parte de los servicios de prevención y de sus médicos en el fallecimiento del trabajador”. En el complejo periplo de procedimientos que se abrieron tras la muerte de Ignacio Iriarte, la empresa fue ya sancionada con 9.000 euros por el incumplimiento en materia de riesgos laborales y de medidas preventivas tras el acta de infracción de la Inspección de Trabajo. Corría el año 2008 y la sanción la firmó la Dirección General de Trabajo y Prevención de Riesgos por infracción grave. No deja de resultar sorprendente que dicha sanción fuera corregida por la que era por entonces consejera de Economía en el Gobierno de UPN, Lourdes Goicoechea, que anuló la sanción por orden foral de 2013 al estimar un recurso de la empresa. Dicha orden foral también fue merecedora de la apertura de un procedimiento judicial y, de hecho, una sentencia del Juzgado de lo Contencioso 3 de Pamplona anuló precisamente esa orden foral y confirmó la sanción al estimar un recurso interpuesto por la familia de Ignacio Iriarte INFORMAZIO TEKNIKO ETA ZIENTIFIKOA ________________________________________ INFORMACIÓN TÉCNICA Y CIENTÍFICA “Incapacidad laboral por Infarto Agudo de Miocardio (IAM). ¿Podrían cambiar nuestros criterios de valoración médica de la incapacidad laboral en la era de la reperfusión miocárdica?” Resumen: Actualmente, el infarto agudo de miocardio (IAM) es una enfermedad con un alto grado de morbilidad y mortalidad, y es responsable de un gran porcentaje de incapacidades laborales. Se constituyó un equipo de investigación formado por la Unidad Médica de Evaluación de las Incapacidades Laborales del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y de la Unidad de Gestión Clínica del área de salud del Hospital "Virgen Macarena" de Sevilla. Con el objetivo de analizar el impacto en la salud y en la capacidad laboral del proyecto común para la atención del IAM con elevación del ST en Sevilla implantado desde enero de 2011. Este proyecto tenía los siguientes objetivos: analizar el aumento de la tasa global de reperfusión y el porcentaje de angioplastias primarias realizadas, la disminución de la mortalidad general y la mejoría significativa en la función ventricular izquierda en pacientes que han sufrido un IAM. “Bernardino Ramazzini y su entorno: Pensamiento, Ciencia y Medicina en el tránsito del Barroco a la Ilustración” Resumen: En el año 1700, en la ciudad de Módena, Bernardino Ramazzini (1633-1714) publica la primera edición de su De Morbis Artificum Diatriba1, la pionera obra que va a significar el inicio de la Medicina del Trabajo. En ese mismo año, que marca el límite del siglo XVII, Ramazzini va a cambiar su residencia de Módena a Padua, al ser contratado como profesor de Práctica Médica en la Universidad paduana. Una fecha que, además, para algunos autores marca el fin del Barroco y el comienzo de la Ilustración y, de ahí, que podamos afirmar que la época que, al autor nacido en Carpi le tocó vivir, estuviera entre estos dos periodos históricos.